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Estudio preliminar de los restos de flora y fauna en contextos tardíos (siglos XII - XIV) del Santuario de Pachacamac, Perú.

Denise Pozzi Escot 7

Katiusha Bernuy7 Rocío Villar7

Isabel Cornejo7 Carmela Alarcón7

Enrique Angulo7

Resumen Pachacamac fue un centro ceremonial durante un largo período de ocupación (400 – 1700 d.C.) en el área andino, sirviendo a grupos humanos de diversas afiliaciones culturales. En este trabajo se presentan los resultados de análisis arquebotánicos y arquefaunísticos efectuados sobre colecciones de material arqueológico recuperado durante la excavación de pozos de cateo en una de las zonas de tránsito más fuerte del sitio, el tramo norte de la Calle Norte-Sur. El estudio demuestra que el consumo de plantas y animales varió a lo largo del tiempo, registrándose incrementos sustanciales durante las ocupaciones de afiliación Ychma (1000 – 1470 d.C.) e Inca (1470 – 1533 d.C.). Mientras la guayaba, el ají y el zapallo resaltan númericamente entre las especies botánicas, es interesante observar que la proporción de osamentas de camélidos entre las especies faunísticas es más bien escasa. Palabras clave: Ceremonias prehispánicas, Andes, Arqueobotánica, Arqueozoología. Introducción El Santuario de Pachacamac fue uno de los más importantes centros ceremoniales de la costa peruana durante la época prehispánica. La ocupación abarca desde el año 400d.C. hasta la época colonial (1680 a 1740 d.C fechado radiocarbónico de material adherido a la superficie de la última superficie de tránsito), es decir que presentan una sucesiva ocupación de las culturas Lima (100 a 750 d.C.), Horizonte Medio (750 a 1000 d.C.), Ychma (1000 a 1470 d.C) e Inca (1470 a 1533 d.C). El sitio arqueológico abarca una extensión de 465 hectáreas y se encuentra ubicado a tan sólo 30 kilómetros de la ciudad de Lima.

El Museo de Sitio de Pachacamac (MSPACH) está encargado de gestionar, conservar e investigar el sitio arqueológico de Pachacamac. En el año 2009 inició un proyecto de investigación y puesta en valor de la principal vía de acceso y circulación interna del santuario, conocida como Calle Norte-Sur.

La Calle Norte-Sur organiza, aparentemente, la disposición de los edificios del denominado Sector II (Figura 36), área delimitada por una muralla y compuesta por una

7  Museo de Sitio de Pachacamac, Perú.  

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serie de edificios de patrón similar denominado Pirámide con Rampa (PCR), sin embargo el panorama que actualmente se observa es producto de un complejo crecimiento arquitectónico que está en proceso de investigación.

La investigación realizada por el MSPACH se centró en el estudio de la secuencia ocupacional del tramo norte de la Calle Norte-Sur. En el presente artículo expondremos los resultados preliminares acerca de la variación de los patrones de consumo de alimentos dados en los periodos de ocupación Ychma e Inca en las plazas de las PCR hacia las que la calle da acceso.

Sector  II

Sector  III

Primera

 Murall a

Sector  I

N.M.

100 3000 400200

Adaptado  de  JIMÉNEZ ;  PARED ES  y  FARFAN:  1982  

Acllahuas i

PCR  04

PCR  7

PCR  5

Proyec to    de  Investig ació n  y  Conservac ió nCalle  Norte-­‐Sur  del  Santuario  de  Pachacamac

Tramo  intervenido  durante  las  Temporadas  2009  y  2010

CALLE NORTE-SUR (160m

ts.)

Figura 36: Plano de ubicación del tramo de la Calle Norte-Sur excavado durante los años 2009 y 2010.

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Investigaciones en la calle Norte-Sur En el año 2009 excavamos un segmento de 70 metros ubicado al lado oeste de la PCR 07 (Figura 36). Inicialmente la calle fue encontrada completamente cubierta de arena de origen eólico (Figura 37) y una capa de adobes colapsados a causa de un intenso movimiento sísmico ocurrido en época colonial. Tras la excavación de estas capas descubrimos los muros que delimitan la calle y dos accesos hacia las PCR que se ubican en los márgenes (PCR 04 y PCR07).

Figura 37: Vista general de la calle cubierta por la capa de arena eólica.

Decidimos excavar un pozo de cateo frente a cada acceso para poder definir la

secuencia ocupacional y recuperar datos que nos permitieran realizar una comparación del patrón de consumo durante las épocas Ychma e Inca y definir la variación en la intensidad de uso de la calle y las plazas de las PCR.

La investigación nos permitió descubrir que la Calle Norte-Sur fue construida durante la fase final de la Cultura Ychma. El fechado radiocarbónico obtenido fecha el piso de construcción de la calle entre los años 1380 a 1440 d.C. La calle y las PCR ubicadas en sus márgenes fueron reutilizadas por los incas cuando conquistaron el santuario, alrededor del año 1470. Análisis de los materiales arqueológicos: arquebotánico y arqueofaunístico en el Pozo de Cateo 01 El estudio de los restos botánicos y faunísticos nos brinda información sobre ciertas pautas

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del comportamiento humano, acerca de las plantas y animales y por lo tanto del medio ambiente. En ese marco, uno de los temas que nos interesa es conocer la dieta de los hombres que ocuparon el santuario en épocas prehispánicas. Con ese propósito, hemos realizado un análisis preliminar de los restos provenientes de la excavación del pozo de cateo ubicado frente al acceso a la PCR 07, el cual fue denominado pozo de cateo 01. Sin embargo, cabe precisar que los resultados que exponemos son preliminares, ya que en la actualidad estamos procesando los datos de otros dos pozos de cateo.

Siguiendo la tipología definida por Ramón Buxó (1996), la muestra del pozo de cateo 01 proviene de unidades estratigráficas, del tipo restos dispersos de manera aleatoria, de los llamados niveles de sedimentación de calle. Estas unidades estratigráficas: “…son el producto de aportes de sedimentos realizados de manera progresiva en el curso de la ocupación de una superficie…” (Buxó 1996:52). Esta descripción coincide con la forma como fueron conformados los estratos de la Calle Norte-Sur, ya que todos fueron formados por capas de arena de origen eólico diferenciando eventos por la presencia de apisonados.

Al realizar la excavación del cateo, llevamos un registro riguroso del volumen de tierra excavada, de modo que fuera posible determinar la proporción de restos en cada capa y nivel de la secuencia estratigráfica. Toda la tierra excavada fue tamizada en malla de 5mm, en esta malla recuperamos los restos de mayor tamaño. Luego, la tierra que quedó de este tamiz, se pasó por un segundo tamiz de malla de 1mm Esta tierra fue procesada, en seco o en flotación, para lograr recuperar los restos más pequeños: semillas, vértebras de pescado, cuentas, etc (Figura 38).

El material analizado fue identificado utilizando una colección de referencia y catálogos fotográficos, además de la observación morfológica de los restos.

Figura 38: Identificación de semillas y ejemplo de un espécimen de papa (Solanum tuberosum).

Resultados del análisis arqueobotánico del Pozo de Cateo 01 Hemos clasificado los restos botánicos en tres categorías de acuerdo al uso: restos

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alimenticios, ritual-religioso y otros usos. Se han identificado a partir de semillas y restos de frutos un total de 23 especies y 17 familias. De estos, 21 especies son cultivadas y 5 se encuentran en estado silvestre. Cabe destacar la variedad de plantas y sus distintos usos, por ejemplo, una especie de uso ritual como la coca (Erythroxylum coca) sólo se ha identificado en la tercera fase de filiación Inca. (Tabla29).

Hay que señalar que la mayor cantidad de restos (91.12%) provienen de las capas de filiación Inca y le sigue en importancia las de filiación Ychma, fases que corresponderían al uso de la calle. Las otras capas tienen pocos restos. Sorprende la gran cantidad de semillas de guayaba (Psidium guajava). Ésta es una planta arbustiva de tallo corto, ramas bajas y abundantes. El fruto es una baya carnosa, de pulpa jugosa, sabor agradable y fuertemente aromática. Las semillas son numerosas, pequeñas y duras, ricas en vitamina C. Si vemos los resultados de la Tabla 1, tenemos en la capa 3 más de 20,000 semillas de guayaba. Ello representa, un promedio de 8 semillas por litro del total de la tierra excavada en los 4 niveles de esta capa.

Le sigue en cantidad el ají (Capsicum sp.) identificado a través de las semillas, pero del cual fue difícil determinar la especie exacta. Es un condimento de uso muy arraigado en los Andes -con alto contenido de vitamina C- que sirve para sazonar las comidas y que en épocas tempranas también tuvo un uso ritual –ver por ejemplo, La Galgada (Bueno Mendoza 1982)-. Existen muchas variedades en el Perú y, particularmente, en la costa peruana se cultivan por lo menos 3 variedades.

El maní (Arachis hypogaea) es un fruto de alto valor nutritivo, se consume casi siempre tostado y en la zona andina también se le utiliza para preparar una variedad de chicha. Se ha podido identificar esta especie a través de varias partes de la cáscara del fruto, 1674 restos en la Capa 03, 668 restos en la Capa 04, en las otras capas no hay una presencia significativa y solo en la Capa 02 no se han encontrado evidencias de su consumo.

Los restos de maíz (zea mays - sara o jara en quechua) fueron encontrados totalmente fragmentados, su presencia se determinó a través de partes de tusas, sin granos, por lo cual no fue posible contar las hileras de las mismas que, además, al estar sin granos no nos ha permitido conocer la especie. El cultivo del maíz es muy antiguo en los Andes. Debido a un largo proceso de selección se han obtenido cientos de variedades, distinguibles por la coloración del grano, por el tamaño, por el grosor de los tallos, por las hojas y raíces y por su comportamiento en relación al clima. Existe una gran variedad de granos según las diferentes regiones donde se cultiva, desde pocos metros sobre el nivel del mar hasta las cercanías de las regiones frías (3,500 msnm). El maíz, además de alimento, también tuvo un uso ritual, como parte de ofrendas e incluso como planta sagrada relacionada a mitos como en el de Vichama, donde los dientes de este personaje se transforman en maíz.

Entre las cucurbitáceas tenemos el zapallo, determinado a partir de las semillas y pedúnculos hallados. El zapallo es una especie de uso comestible, se conocen dos variedades en los Andes: Cucurbita máxima (zapallo macre) y Cucurbita moschata (zapallo loche), las mismas que fueron identificadas entre los restos encontrados en la calle.

El pacae o guaba (Inga sp.) fue determinado a través de las hojas, semillas y vainas.

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Se le encuentra generalmente distribuido en las montañas boscosas y en los valles secos, entre los 0 y 3000 m de altura.

Los restos de lúcuma (Pouteria lucuma) alcanzan un mayor número solo en la Capa 03 (109 restos). Sus frutos tienen cáscara delgada de color verde y provienen de un árbol nativo que alcanza grandes alturas. Éste es un fruto simbólico relacionado con la fertilidad por ejemplo en los mitos de la sierra de Lima.

La ciruela del frayle (Bunchosia armeniaca), conocida vulgarmente como cansaboca, ha sido identificada a través de las semillas. Esta especie se encuentra entre los 0 a 3000 m de altura. Gonzalo Fernández de Oviedo (1535), Garcilaso de la Vega (1609) y Bernabé Cobo (1653) hacen mención de este fruto.

La papa (Solanum tuberosum) es escasa dentro de los restos identificados, un solo resto en la Capa 03, a diferencia de otros sectores dentro del santuario donde tiene una fuerte presencia. Este tubérculo andino fue de importancia en el Perú prehispánico, se conocen más de 4000 variedades de papa hoy en el mundo y en el Perú encontramos, más o menos, un 72% de ellas. Esta especie es ampliamente cultivada en los Andes Centrales, especialmente en zonas altoandinas entre 2500 a 4300 m, El poblador del antiguo Perú desarrolló dos formas de deshidratación de este tubérculo (chuño y moray), lo que le permitía conservarla y almacenarla por mucho tiempo, además de transportarla en largas distancias de forma ligera.

La presencia de mate (Lagenaria siceraria) ha podido ser determinada por los fragmentos del fruto y las semillas. Por lo general, se le usa como recipiente. Su uso en la costa peruana fue muy difundido, por lo que aparece desde épocas muy tempranas. Se han identificado algunos restos de tallos y semillas de guarango (Prosopis sp.). Este árbol característico de zonas áridas fue probablemente utilizado como combustible o como madera ya que sus troncos son utilizados hoy en día en la construcción de viviendas. Sus vainas son utilizadas para el consumo humano.

También se ha identificado la presencia de achira (Canna edulis) por los restos de sus hojas. Esta planta se la puede encontrar entre los 0 a 3000 m de altura. Fue muy apreciada por el sabor dulce de su rizoma, el cual tiene un alto porcentaje de almidones y carbohidratos. Sus hojas son utilizadas hoy en día para la fabricación de tamales o humitas. Esta especie es representada innumerables veces como parte de la iconografía textil de Paracas (700 a.C. a 200 d.C.) y Nasca (100 a 700 d-C), también es representada en la cerámica tanto en la iconografía Moche (100 a 750 d.C) como en formas escultóricas Nasca, de ahí que podemos intuir que esta planta formó parte importante de la dieta de los antiguos peruanos.

Finalmente, queremos mencionar que en la muestra analizada se encuentran presentes muchas especies que fueron muy consideradas en la alimentación, medicina y construcción del poblador andino.

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Tabla 29: Identificación de Restos Arqueo-botánicos del Pozo de Cateo 01.

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Resultados del análisis arqueofaunístico del Pozo de Cateo 01 Los restos arqueofaunísticos fueron identificados utilizando una colección de material comparativo además de fuentes bibliográficas. En este estudio preliminar queda pendiente el estudio osteométrico de los huesos. Los restos fueron clasificados según su edad (adultos, jóvenes y tiernos) teniendo en cuenta las características del hueso y el estado de fusión de las epífisis para los huesos largos; para los dientes, si son dientes de leche o permanentes.

Los fragmentos óseos de costillas, vértebras, huesos planos o huesos largos que no pudieron ser identificados a nivel de familia se les consideró como pertenecientes a Mamífero Mayor (restos de camélido o cérvido) y/o Mamífero Menor (cuyes, perros, etc.), aves y batracios. Ya que para el caso de la Calle Norte Sur, solo ha sido identificado un resto de cérvido en la Capa 09, consideramos que estos restos de Mamífero Mayor son básicamente de camélido (Tabla30).

Dentro de la muestra se encontraron algunos huesos quemados y otros con evidencias de cortes. Hay que señalar que muchos de los huesos identificados en la Capa 03 (en sus 4 niveles) presentan un pulido característico, producto quizás del desgaste producido por la erosión (agua, arena, viento). Estos restos representan probablemente la utilización de los animales en contextos domésticos ya que, además, se encontraron dentro de varios apisonados correspondientes a los niveles de uso en la calle Norte-Sur y en capas inferiores.

Estamos hablando aquí de animales domesticados, posiblemente son llamas (Lama glama) o alpacas (Lama pacos). Los camélidos son, una vez más, animales importantes para el consumo de carne en sitios costeños. Los venados están prácticamente ausentes, a pesar de que estamos cerca a zonas de lomas donde proliferaban estos animales y que se habrían podido cazar. Consideraciones finales El estudio de los materiales recuperados del Pozo de Cateo 01, nos brinda la posibilidad de realizar comparaciones entre capas y/o fases, e inferir, teniendo como base el contexto arqueológico, las distintas actividades que se desarrollaron. Además, hemos podido comparar la frecuencia y variabilidad de especies en los distintos periodos de ocupación.

A futuro deberemos corroborar y ampliar los resultados con muestras tomadas de otras excavaciones, en otros segmentos de la calle (como frente al acceso a PCR 04) y al interior de la PCR 07 y 04.

1.- La fase de ocupación relacionada al uso de la Calle, tanto en la época Ychma como Inca, presenta la mayor proporción de restos de toda la secuencia ocupacional. Es decir que durante el uso de la Calle Norte-Sur y del acceso a la PCR 07 se dio en la zona un aumento significativo en el consumo de alimentos. Este dato sumado al tipo de vajilla desechada nos permite proponer que en la plaza de la PCR 07 se debieron dar actividades de consumo de alimentos.

2.- El significativo aumento en la proporción de restos en las capas asociadas a la

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ocupación inca de la Calle nos indica un aumento en el número de comensales. Este dato sumado a otros hallazgos que evidencian el aumento de peregrinos al santuario durante la época inca y la reutilización de la PCR07 nos permiten proponer que durante este periodo ocupacional debieron darse festines rituales relacionados al nuevo uso dado a las PCR.

3. En casi todas las muestras de tierra analizadas fueron halladas semillas de guayaba, la cantidad aumentó progresivamente. Durante la ocupación Inca la proporción de semillas aumentó drásticamente. Esto se puede explicar por:

a) Los frutos no fueron consumidos y fueron arrojados a la calle. Debido al alto tránsito, evidenciado en la fragmentación de los otros restos, se debió producir la desintegración de las partes blandas del fruto conservándose solo las semillas. En algunos sectores del santuario han sido hallados frutos enteros de otras especies.

b) Que se haya dado un consumo en el cual se desechara la semilla. Teniendo en cuenta los postulados definidos por Ramón Buxó (1996) acerca de las posibles causas de la alta frecuencia y cantidad de determinadas semillas en el contexto arqueológico, es posible que la guayaba fuera preparada para su consumo en un proceso que debió dejar como residuo o desecho las semillas. Posteriormente, estos desechos debieron ser arrojados hacia la calle. Otra posibilidad es que se trate de producción de chicha para los festines.

4. La guayaba, el ají y el zapallo loche son los restos más abundantes. Para el caso de los dos primeros, que contienen gran cantidad de semillas, la abundancia numérica es relativa. Sin embargo, este dato sumado a las características generales de los restos, huesos de mayor tamaño y material malacológico muy fragmentado, podemos inferir que la calle soportó un alto tránsito, ya que los restos mejor conservados fueron en su mayoría los más duros o los que por su tamaño lograban enterrarse en las capas de arena apisonadas.

5. Los restos de fauna aparecen desde las primeras capas relacionadas a una ocupación previa a la construcción de la calle. En estas capas existe una alta proporción de restos de animales, especialmente de cuy (Cavia sp.), en la primera fase son 301 restos, en la tercera fase -Inca- vemos también que los restos de ave son importantes. Está pendiente determinar si se trata de variedades de la zona o vienen de otros ecosistemas, teniendo en cuenta que en esta época se han encontrado en el sitio varios adornos de plumas multicolores. Los restos de perro son igualmente importantes durante la ocupación Inca de la calle.

Los camélidos no son la fuente proteica más importante en este contexto, representan solo el 9.68% del total de la muestra analizada. En la primera fase tenemos 14 restos que representan el 1.88%; en la segunda fase solo tenemos 8 restos que representan el 1.14%; mientras que en la tercera fase tenemos 46 restos que representan el 6.66% del total de la muestra.

Tras las excavaciones y el análisis de los materiales arqueológicos recuperados hemos propuesto una secuencia de fases ocupacionales, que deberá ser corroborada y mejorada en base a futuras investigaciones. Determinamos, en la medida de lo posible, la función del espacio para cada fase y su filiación cultural.

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Tabla 30: Identificación de Restos de Arqueo-fauna del Pozo de Cateo 01.