28625031 Alexander Vasiliev Historia Del Imperio Bizantino

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Alexander A. Vasiliev Historia del Imperio BizantinoINTRODUCCIN Esta es una pgina dedicada a todos los aspectos que abarc la vida en el Imperio Bi zantino, desde la fundacin de Constantinopla en 330 hasta su cada en manos de los turcos otomanos el 29 de Mayo de 1453. Desde esta fecha, precisamente, la oscuri dad rein para la verdadera historia del antiguo Imperio (y de sus particulares ha bitantes), el que fue durante los siglos siguientes considerado por occidente un ejemplo de decadencia y corrupcin. Desde hace unos aos, algunos historiadores se dan cuenta de este gran error, y comienzan a investigar un pasado que pronto les parecer fascinante, riqusimo en todos los tpicos de la vida de un Estado Helnico Ro mano y Cristiano muy particular. Por eso proponemos que, de una vez por todas, s e haga la luz!!!! Comentario para la comprensin de este trabajo. Debo comenzar po r aclarar que el Imperio Bizantino jams debi llamarse as: debera ser conocido por to dos como el Imperio Romano, pero los historiadores franceses de los siglos sigui entes a su cada decidieron que lo llamaran bizantino, con una evidente intencin de tomarlo como algo ajeno a Roma, y con un descaro increble contaron su historia co mo una sucesin de emperadores y funcionarios corruptos, sin valor y totalmente de cadentes. Su propsito fue cumplido, por eso el Imperio, que debemos llamar bizant ino porque si no producira confusin, es ignorado por mucha gente que disfruta de l a historia de Roma hasta el ao 476, y no sigue investigando mas adelante. Muy bie n, para mi el Imperio Romano sigue vivo hasta 1453, an a pesar de los enormes cam bios que se producen a travs del tiempo. El motivo de este pensamiento es obvio: si los mismos habitantes del Imperio se consideraban romanos, herederos de Roma, que derecho tenemos nosotros de llamarlos de otra manera, o de considerar que c on los cambios se produjo otro Imperio diferente. Acaso Roma no era radicalmente distinta comparando su sociedad en el ao 500 a C, en el ao 200 a C, en el ao 70 dC o en el ao 284 dC? Si Roma evolucion tanto y tuvo tantos cambios, podemos considera r que despus de 330, o de 564, o de 641 o de 717 se transform en otra cosa? Este p ensamiento es absolutamente artificial, entonces en este trabajo se llamar Imperi o Bizantino o Bizancio para no confundir a los lectores, pero que quede bien cla ro que estamos hablando del Imperio Romano. Por otra parte siempre se discute so bre el comienzo del Imperio Bizantino, y se dan por lo general fechas como las d e la fundacin de Constantinopla 330), la cada del Imperio occidental (476), la mue rte de Justiniano, considerado por muchos ltimo emperador romano (564), la muerte de Heraclio luego de perder Siria, Palestina y Egipto (641), o la defensa de Co nstantinopla contra los rabes por Len III en 717. Para m esta cuestin carece de impo rtancia, justamente porque el Imperio Bizantino es un "invento" de historiadores inescrupulosos, entonces considero que el hecho de la fundacin de Constantinopla como capital del mundo romano es la piedra fundamental de un nuevo edificio his trico para Roma, es por ello que para m comienza la historia en dicho momento y ac aba en 1453 con la toma de dicha capital por el Imperio Otomano, que la transfor ma en la capital de un mundo completamente distinto. Esto con respecto a la hist oria oficial de Bizancio, puesto que como el Imperio estuvo basado en la Idea de l Imperio de los hombres en la tierra a semejanza del Imperio de Dios enel Cielo, y las ideas no mueren jams, considero que el Imperio an sigue vivo en mu chas almas, pero eso ya es otra historia. Ahora bien, hablando de los innumerabl es cambios que tuvo el Imperio Romano en esos mas de mil cien aos, se puede habla r de distintas pocas basadas en hechos que marcaron a fuego a su gente: no es lo mismo hablar de Constantinopla recin fundada en 330 donde sola haber todava muchos templos paganos, que la acosada capital en 717 a punto de caer ante los soldados rabes, o la floreciente ciudad del siglo X bajo la gran dinasta Macednica, o la ve ncida y destruida Constantinopla de 1204, o incluso la pobre, decadente y semi ab andonada ciudad de 1453.Y tomo como referencia a Constantinopla como reflejo del Imperio, a pesar de la gran cantidad de ciudades referentes, porque era una ver dad para el ciudadano bizantino que mientras la capital estuviera en pie, jams po dran con l. Otro error de los historiadores, incluso de los mismos contemporneos a Imperio, es el haberlo llamado repetidamente el Imperio Griego. Si bien es verda d que se hablaba el griego, se hablaba de diferentes formas segn se tratara de la zona europea o la asitica, e incluso dentro de ciertas zonas se lo hablaba disti nto de otras, y si hablamos de razas, la diversidad era an mayor, dado que en el Imperio convivan griegos, eslavos, blgaros, armenios, sirios y muchos otros pueblo s, lo que le daba un carcter multirracial.Es esta diversidad de razas lo que trae muchsimos problemas al Imperio para conciliar intereses tan distintos, pero tamb in es lo que lo caracteriza de manera mas fuerte: un Imperio Universal para todos los habitantes de Bizancio, sean de la raza que sean, siempre que acepten al em perador, a la iglesia ortodoxa y hablen mas o menos bien el griego. Una de las g randes diferencias que tenan los bizantinos con los latinos era que consideraban al emperador el representante de Dios en la tierra, y la persona mas sagrada, mi entras que el patriarca se vea reducido a representar a la iglesia en s; los latin os, en cambio, consideraban al Papa como el representante de Dios y los gobernan tes estaban sometidos a los designios de la iglesia.Es por ello que la historia de Bizancio es la historia de la competencia entre los emperadores bizantinos y el Papado con sede en Roma, hasta la definitiva ruptura en 1054. Posteriormente la iglesia bizantina ve crecer su poder mientras los emperadores ven como se ach ica el suyo, tanto que luego de 1453 es la iglesia ortodoxa la que va a mantener viva la tradicin del Imperio, sus ideas y su cultura, hasta el da de hoy. Espero que esta pgina sirva para conocer la verdad sobre el Imperio, su cultura, su gent e y su vida, y que los que la lean sepan que sus hechos son tan interesantes com o todos los que marcaron la historia de Roma, y que su civilizacin fue la mas ava nzada en plena edad media, cuando occidente solo era una sombra perdida en la ig norancia.Rolando Castillo. http://www.imperiobizantino.comTo m o I De Constantino a las Cruzadas (3241081)Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Nota importante: La presente edicin electrnica de Historia del Imperio Bizantino de Alexander A. Va siliev (2 tomos en formato PDF para Acrobat Reader), ha sido preparada a partir de la edicin de 1945 de la misma obra realizada por la editorial Iberia de Barcel ona (Espaa). La adaptacin primaria a soporte electrnico de Historia del Imperio Biz antino de Alexander A. Vasiliev fue realizada por Carlos Etchevarne. La presente edicin, con modificaciones respecto del original, ha sido efectuada por Hilario Gmez (tomo I) y Fito Brenatas (tomo II). La coordinacin de la edicin y el volcado a formato PDF es de Hilario Gmez. ESTA EDICIN SE DISTRIBUYE GRATUITAMENTE desde la web Bizancio (http://www.imperiobizantino.com), de Rolando Castillo, SLO PARA USO S DIDCTICOS. Es por ello que QUEDA PROHIBIDA SU VENTA, ya sea en formato impreso o electrnico. Madrid (Espaa). Junio de 2003.Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino CONTENIDO Comentario para la comprensin de este trabajo.___________________________________ __2 Nota importante: ______________________________________________5 CONTENIDO______ ___________________________________________6 Prefacio a la edicin espaola. _______ ___________________________12 Captulo I BREVE EXAMEN DE LOS TRABAJOS SOBRE HISTOR IA BIZANTINA EN OCCIDENTE _________________________________14 Los principios. ______________________________________________________________14 Papel de Francia en el bizantinsimo. La poca de Du Cange. _______________________ __14 El Siglo XVIII. La Revolucin y el Imperio. _________________________________ ______16 Montesquieu. __________________________________________________________ _____17 Gibbon. ________________________________________________________________ ____17 Lebeau. _________________________________________________________________ ___20 Royou. ___________________________________________________________________ _20 Finlay. ____________________________________________________________________ _20 Paparrigpulos. _____________________________________________________________2 3 Hopf. _____________________________________________________________________24 Hertzberg. __________________________________________________________________25 Gregorovius. ________________________________________________________________25 Bury. ______________________________________________________________________26 L ambros. __________________________________________________________________27 Gel zer. ____________________________________________________________________28 Hess eling. __________________________________________________________________28 Buss ell. ____________________________________________________________________28 La Ca mbridge Medieval History. ______________________________________________29 Resmene s generales de divulgacin sobre la historia de Bizancio. _____________________29 La literatura bizantina. _______________________________________________________ _30 V. G. Vasilievski.__________________________________________________________ ___31 Lertov. __________________________________________________________________ __33 J. A. Kulakovski.__________________________________________________________ ___33 F. I. Uspenski.___________________________________________________________ ____34 S. P. Chestakov._________________________________________________________ _____36 C. N. Uspenski._________________________________________________________ _____36 A. A. Vasiliev._________________________________________________________ ______36Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Peridicos especiales. Obras generales sobre derecho. Arte y cronologa. La papirolo ga. _____________________________________________________________37 Captulo II EL IMPERIO DE ORIENTE DESDE EL SIGLO IV A COMIENZOS DEL VI ___________ ___________________________39 Constantino y el cristianismo. _________________________________________________ _39 La conversin de Constantino. ________________________________________________ __40 El seudoedicto de Miln. ____________________________________________________ __43 La actitud de Constantino ante la Iglesia. ________________________________ _________45 El arrianismo y el concilio de Nicea. ______________________________ _______________46 La fundacin de Constantinopla. ________________________________ ________________47 Las reformas orgnicas del Imperio en la poca de Diocleciano y d e Constantino. _________50 Los emperadores desde Constantino el Grande hasta pri ncipios del siglo VI. _____________52 Los sucesores de Constantino. Constancio ( 337361). ______________________________53 Juliano el Apstata (361363). ____________ ____________________________________54 La Iglesia y el Estado al final del siglo IV. Teodosio el Grande. El triunfo del cristianismo. __________________________ ___________________________60 El problema germnico (godo) en el siglo IV. _______ _______________________________64 Los problemas nacionales y religiosos en el si glo V. _________________________________67 Arcadio (395408). Los favoritos. _____ _________________________________________68 La resolucin del problema gtico. _____ _________________________________________68 Juan Crisostomo. ___________________ _________________________________________70 Teodosio II el Joven (408450). ______ _________________________________________72 Las disputas religiosas y el tercer concilio ecumnico. _______________________________73 La escuela superior de Const antinopla. El Cdigo de Teodosio. Las murallas de Constantinopla. ________________ ________________________________74 El cuarto concilio ecumnico. Marciano (450457) y Len (457474). ________________77 Zenn (474491). Los isauricos. Odoacro y Teodorico el Ostrogodo. El Hentico. ________78 Anastasio I (491518). La guerra prsica. Las i ncursiones blgaras y eslavas. Las relaciones con Occidente. _____________________ _____________________________80 La poltica religiosa de Anastasio. Reformas inter iores. ______________________________81 Conclusin general. ______________________ ____________________________________83 Literatura, ciencia, educacin y arte desde Constantino el Grande hasta Justiniano. _______________________________________ ___84 BIBLIOGRAFA____________________________________________________________92 Captulo III JUSTINIANO EL GRANDE Y SUS SUCESORES (518610) _______94 Los emperadores del perodo 518610. __________________________________________94 Ju stino I. ___________________________________________________________________95 J ustiniano el Grande. Teodora. __________________________________________________ 95 La poltica exterior de Justiniano y su ideologa. ______________________________ _____96Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Guerras contra los vndalos, ostrogodos y visigodos. Los eslavos. La poltica exteri or de Justiniano. ______________________________________________________________ ___97 La obra legislativa de Justiniano. Triboniano. ___________________________ __________103 Poltica interior de Justiniano. La sedicin Nika. ___________________ _______________110 El comercio bajo Justiniano. Cosmas Indicopleustes. Las forti ficaciones. _______________115 Los sucesores inmediatos de Justiniano. Su poltica religiosa. Mauricio. Persia. Los eslavos y los varos. Creacin de los exarcados. _ ________________________118 La cuestin de los eslavos en Grecia. ________________ ___________________________122 Literatura. Instruccin y arte en la poca de Justini ano. Examen de conjunto. ____________125 BIBLIOGRAFA ____________________________ _______________________________132 Captulo IV LA POCA DE LA DINASTA DE HERACLIO (610717) ________134 La dinasta de Heraclio y su origen. _____________________________________________ 134 Los eslavos ante los muros de Constantinopla. Las campaas contra los persas. __________135 Los rabes. Mahoma y el Islam. _____________________________________ __________138 Causas de las conquistas rabes en el siglo VII. ___________________ ________________143 Conquistas rabes hasta principios del siglo VIII. Justiniano II y los rabes. _____________145 Progresos de los eslavos en el Asia Menor. Princ ipios del reino blgaro. ________________149 Exposicin de Fe de Heraclio. Tipo de Fe. Sexto concilio ecumnico. ________________152 Desarrollo de la organizacin de los themas en la poca de la dinasta de Heraclio. _____________________________________ _____154 La anarqua de 711717. ___________________________________________________ _156 La literatura, la instruccin y el arte en la poca de la dinasta de Heraclio. _ _____________157 BIBLIOGRAFA ____________________________________________________ _______159 Captulo V LA POCA ICONOCLASTA. LOS PERODOS DE LAS DINASTAS ISURICA O SIRIA (717802) Y AMORIANA O FRIGIA (820867) ______________________________________________________ _____160 La dinasta isurica o siria. ____________________________________________________16 0 Actitud del Imperio ante rabes, blgaros y eslavos. _____________________________ ___161 Poltica interior de los emperadores de la dinastia isaurica o siria. La le gislacin. _________164 La iconoclastia. El sptimo concilio ecumnico. ______________ _____________________170 La coronacin de Carlomagno. ____________________________ ____________________178 Conclusin acerca de la obra de la dinasta isaurica. ______ __________________________181 LOS SUCESORES INMEDIATOS DE LOS EMPERADORES ISURICO S (802820). LA POCA DE LA DINASTA AMORIANA O FRIGIA (820867). ____________________18 2 Los emperadores de 802 a 867 y su origen. ____________________________________ ___182 EL IMPERIO BIZANTINO Y LOS RABES EN LA POCA DE LA DINASTA AMORIANA. INSURREC CIN DE TOMS EL ESLAVO. PRIMERA EXPEDICIN DE LOS RUSOS CONTRA CONSTANTINOPLA. ______ _____________________________183 El Imperio bizantino y los blgaros en la poca de la dinasta amoriana. ________________187 Segundo perodo de la iconoclastia y resta uracin de la ortodoxia.Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Separacin de las Iglesias en el siglo IX. _______________________________________ _189 La literatura, el arte y la instruccin durante el perodo iconoclasta. _______ ____________193 BIBLIOGRAFA______________________________________________________ _____198 Captulo VI LA POCA DE LA DINASTA MACEDNICA (867 1056) Y EL PERIODO DE TURBULENCIAS (1 056 1081) _____________201 Introduccin. ______________________________________________________________201 El problema del origen de la dinasta macednica. _________________________________201 LA POLTICA EXTERIOR DE LOS EMPERADORES MACEDONIOS ______________203 Relaciones c on los rabes y Armenia. ___________________________________________203 Relaciones de Bizancio con blgaros durante la dinasta macednica. __________________210 El Imp erio bizantino y Rusia en la poca de la dinasta macednica. ___________________213 E l problema pechenego en la poca de la dinasta macednica. _______________________215 Relaciones de Bizancio con europa occidental. _________________________________ ___217 Cuestiones religiosas en la poca de dinasta mac ednica. ____________________ ______219 La obra legislativa de los emperadores macedonios. Los poderosos y los pobres. _________225 La administracin de las provincias bajo los emperadores mac edonios. _________________230 Turbulencias sobrevenidas desde la muerte de Basil io II hasta la exaltacin de los Comnenos. _______________________________________ ____231 Los turcos selycidas. ___________________________________________________ ____233 Los pechenegos. ________________________________________________________ ____236 Los normandos. _________________________________________________________ ___236 La instruccin, la ciencia y el arte durante el perodo de la dinasta macednica . _________238 BIBLIOGRAFA ______________________________________________________ _____245 Nota importante:____________________________________________250 CONTENIDO_______ ________________________________________251 Captulo VII BIZANCIO Y LOS CRUZADOS. LOS COMNENOS Y LOS ANGELES___________________________253 Los emperadores de la casa Comnena. Historia exterior de la poca de los Comnenos. ____________________________________253 Alejo I Comneno. Relaciones con Occident e._____________________________________256 La lucha del Imperio contra los turco s y los pechenegos hasta la Primera Cruzada.________257 Bizancio y la Primera Cr uzada.________________________________________________261 La Poltica de Juan II C omneno. Juan II y el Occidente._____________________________276 Juan II y el Ori ente.__________________________________________________________278 La Poltica de Manuel I Comneno. Relaciones del Imperio Antes de la Segunda Cruzada. La Alianza de los dos Imperios.________________________279 Bizancio y la segunda cruzada__ _______________________________________________280 Poltica de Manuel despus de la Cruzada.________________________________________282 Los dos ltimos Comnenos: Alej o II y Andronico I.________________________________289Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Historia de la poca de los ngeles. Los emperadores de la casa de los ngeles: Isaac II, Alejo III y Alejo IV._______________292 Relaciones de Bizancio con turcos. F undacin del Imperio Blgaro.___________________294 La tercera Cruzada. Enrique VI y sus proyectos en Oriente.__________________________296 Bizancio y la Cuarta Cru zada._________________________________________________299 La vida interior del I mperio. Las cuestiones religiosas.______________________________312 Gobierno del Imperio. Ejrcito y marina. Las provincias.____________________________317 Instru ccin, ciencias, y artes en la poca de los Comnenos y los ngeles._______________323 Comneno en 1169.__________________________________________________________334 BI BLIOGRAFA___________________________________________________________335 Captulo VIII EL IMPERIO GRIEGO DE NICEA Y EL IMPERIO LATINO DE CONSTANTINOPLA (12 041261)_____________________________338 Los Estados fundados en el siglo XIII en territorio bizantino.__________________ _______338 Orgenes del Imperio de Nicea. Papel de Bulgaria.______________________ ___________339 La poltica de Teodoro I Lascaris. Los selycidas. El Imperio latino. ___________________343 Juan III Ducas Vatatzs (12221254). Historia del despotado d el Epiro. Relaciones de ste con el Imperio de Nicea. Los tres Imperios de Oriente ._______________345 Tesalnica y Nicea: Bulgaria bajo Juan Asen II. Su papel en el Oriente cristiano. La alianza grecoblgara Bajo Juan III y Juan Asen II.__________ ___________________348 Alianza de Juan III y Federico II de Hohenstaufen. La inv asin mongola y la alianza de los soberanos del Asia Menor. Conquistas de Juan III en Occidente.____________________________________________350 Los ltimos Lascaris . La restauracin del Imperio bizantino._________________________355 Poltica religi osa del Imperio de Nicea y del Imperio latino.__________________________358 Polti ca econmica y social de los emperadores de Nicea.____________________________362 La instruccin, las letras, las ciencias y las artes._____________________________ ______364 BIBLIOGRAFA___________________________________________________________3 72 Captulo IX LA CADA DE BIZANCIO____________________________________374 Poltica oriental de Miguel VIII.________________________________________________3 85 Poltica de Bizancio bajo Andrnico II y Andrnico III. Las Compaas catalanas en Orie nte. xitos de los turcos en el Asia Menor._____________388 Juan V (13411391). Juan VI Cantacuzeno (13411354). Desarrollo de Servia bajo Esteban Dushan.____________ ___________________________395 Manuel II (13911425). Constantinopla y los turcos. Cruzada de Segismundo de Hungra y batalla de Nicpolis.__________________________4 03 Viaje de Manuel II a Occidente. Batalla de Angora. Manuel II y Aragn._________ ________________________________________________405 La situacin en el Peloponeso. Sitio de Constantinopla por los turcos en 1422.________________________________ ____408 Juan VIII (14251448). Territorio del Imperio. Toma de Tesalnica por los tu rcos. Situacin crtica de Constantinopla. Derrota de los cristianos en Varna.______ ____________________________________________________410Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Constantino XI (14491453). Toma de Constantinopla por los turcos.________________ _413 Constantinopla y el Bsforo._________________________________________________ __416 Estado Interior del Imperio Bajo los Palelogos.____________________________ _______431 La cultura, la literatura, la ciencia y las artes.___________________ ___________________437 Bizancio y el Renacimiento italiano._____________________ _______________________453 BIBLIOGRAFA___________________________________________ ________________458Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Prefacio a la edicin espaola. Una progresin que vale por una constante histrica quiere que los focos culturales se sucedan en el tiempo siguiendo el derrotero del sol. A tenor de esta ley sing ularmente patentizada en los pueblos costeros, y de modo especial en el Mediterrn eo, para el oriental lo occidental es rstico e inexperto, y al revs: a los de ac lo s del otro, hijos de civilizaciones ms antiguas, se les antojan decadentes y afem inados. Al extremo que, bizantino y bizantinismo son vocablos que en nuestra len gua cotidiana suenan a cosa banal o a excesiva sutileza. Nuestra tradicin de homb res de Occidente, de francos, suele prevenirnos contra todo aquello que haga ref erencia a Bizancio. Aferrados al cmodo expediente de fechar en 476 la cada del Imp erio romano; incluidos por la pluricelular tarea de la formacin de nuestras nacio nalidades y de hacer a la Iglesia independiente de la potestad civil, olvidamos con frecuencia que ese Imperio dur todava mil aos, defendindose bravamente de las na ciones jvenes que lo acosaban desde los cuatro puntos cardinales. Esa laboriosa g estacin del mundo occidental, y la escisin consiguiente de la Iglesia, desembocaro n en las Cruzadas, en un movimiento que, si no en la mente de sus promotores en su desarrollo haba de resultar fatal para el mantenimiento del Imperio de la Nuev a Roma. Los socorros de Europa no llegaron a la Constantinopla as puesta en tranc e de muerte, sino (aunque vanamente, ante el mpetu otomano) a aquellas naciones c ortadas en el manto del antiguo Imperio. Esta es una leccin que el historiador no puede olvidar, Y es curioso que, al paso que los propios francos en lucha con l os bizantinos acabaron por asimilar la civilizacin oriental, el recuerdo de las C ruzadas siga figurando, en Occidente, entre las determinantes de nuestro desde h acia Bizancio al modo como la cada de Constantinopla, y la consiguiente dispora de los sabios de la ciudad imperial, no vali a difundir la cultura bizantina mas a reforzar el estudio de los clsicos griegos. Haba sido menester llegar a los Finlay a los Bury, a Krumbacher, a la escuela francesa egregiamente presidida por Schl umberger y sobre todo por Charles Diehl, el gran orientalista recientemente fall ecido, para que la civilizacin bizantina adquiriese a nuestros ojos el lugar dest acado que le corresponde. Sin embargo, una rama considerable de los estudios biz antinos quedaba por incorporar al acervo occidental: la de la plyade de cronistas e investigadores eslavos, y concretamente los de esa Rusia que se considera, no sin razn, hija y heredera de Bizancio. Ese vaco ha sido colmado con la magnfica ob ra de Alejandro Vasliev que hoy tenemos el honor de presentar a los lectores de l engua espaola. Por vez primera se aaden aqu a los frutos de las modernas investigac iones occidentales los resultados conseguidos por la ciencia eslava. Con ello, n o slo se renuevan muchos puntos de vista, sino que se ha logrado una visin de conj unto que difcilmente podr ser modificada, salvo en los detalles. Por las manos de Vasliev, ha pasado cuanto se haya podido escribir acerca de Bizancio; todo ha sid o puesto por l a contribucin, todo ponderado y jerarquizado al escribir esta obra, imprescindible pese a su carcter sumario a cuantos se interesan en la historia eur opea de quince siglos ac. No se crea, sin embargo, que la universalidad de los co nocimientos del autor haga prolijas las argumentaciones y rida la exposicin. Enamo rado del tema de sus estudios, el autor ruso traza brillantemente el cuadro de l a existencia de Bizancio, incluso con pasin. Lo cual le lleva, tal cual vez, a pr esentar las cosas de Occidente de una manera que no concuerda con nuestras ideas al respecto. Slo en esos casos y sin que ello encierre la menor censura al autor , nos hemos permitido traer a pie de pgina otros puntos de vista, por si ello ayu da al lector a, tener una visin total del problema. Tambin hemos credo oportuno aco mpaar el texto de esta obra ejemplar con un conjunto de ilustraciones, probableme nte el ms nutrido que hasta la fecha se haya publicado en Espaa sobre Bizancio; co n un ndice onomstico, y con unos cuadros cronolgicos, harto incompletos porAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino desgracia. Con esto y la recomendacin, al lector no especialmente preparado, de d ejar para el final la lectura del primer captulo de Vasliev en el cual se expone co n tanta claridad como competencia el estado actual de los estudios bizantinos pon emos punto a esta nota. Juan Ramn MasoliverAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Captulo I BREVE EXAMEN DE LOS TRABAJOS SOBRE HISTORIA BIZANTINA EN OCCIDENTE Los principios. La verdadera creadora del bizantinsimo cientfico fue la Francia de l siglo 14 obras de la literatura clsica griega y romana. La literatura bizantina era casi desconocida en Italia, y no se mostraba gran inters por conocerla. Sin embargo, los continuos viajes que se hacan a Oriente, a fin de buscar manuscritos griegos y estudiar la lengua griega, convirtieron en necesidad, poco a poco, el renunciar a esa actitud sospechada y recelosa hacia la literatura griega mediev al. Los primeros estudios sobre los escritores griegos, tanto clsicos como bizant inos, consistieron en traducciones de textos grecos en lengua latina. De todos m odos, el inters que en los siglos XIV y XV se manifest por la literatura bizantina , fue slo accidental y qued eclipsado enteramente por la atencin que se dedicaba al mundo clsico. En el siglo XVI y al comienzo del XVII, cambia la actitud hacia la historia y la literatura de Bizancio, y toda una serie de autores bizantinos, s i bien elegidos al azar y de desigual importancia entre s, son editados en Aleman ia (por ejemplo, por Jernimo Wolf), en los Pases Bajos (por Meursius) y en Italia (aqu por dos griegos: Alemannus y Allatius [Len]). Papel de Francia en el bizantins imo. La poca de Du Cange. La poca del Renacimiento italiano se interes principalmen te por el siglo XVII. Entonces, cuando la literatura francesa, en la brillante po ca de Luis XIV, se converta en modelo para toda Europa; entonces, cuando reyes, m inistros, obispos y particulares fundaban, en emulacin, bibliotecas y reunan manus critos; entonces, cuando se colmaba de honor y estima a los sabios distinguidos, entonces fue cuando el estudio de la historia bizantina encontr en Francia un lu gar nico. Luis XIII, predecesor inmediato del Gran Rey, aprendi el griego y traduj o al francs los Preceptos del dicono Agapito al emperador Justiniano. El cardenal Mazarino, gran biblifilo y coleccionador infatigable de manuscritos, cre una magnfi ca biblioteca, rica en numerosos manuscritos griegos, que despus de la muerte del cardenal pasaron a la Biblioteca Real de Pars, hoy Biblioteca Nacional, y cuyo v erdadero fundador haba sido el rey Francisco I en el siglo XVI. Colbert, ilustre ministro de Luis XIV, administr a la vez la Biblioteca Real, consagrando sus cuid ados a acrecer los tesoros cientficos de la misma y a adquirir manuscritos en el extranjero. La rica biblioteca particular de Colbert, en la que ste haba reunido u n nmero bastante grande de manuscrito griegos, fue comprada por el rey en el sigl o XVIII para unirla a la Biblioteca Real. El cardenal De Richeleu haba fundado en Pars una tipografa regia (la tipografa del Louvre), destinada a publicar las obras de los escritores eminentes de una manera digna de ellos. Los caracteres griegos de la Imprenta Real se distinguan por su belleza. En fin, en 1648, y bajo los au spicios de Luis XIV, sali de la tipografa regia el primer volumen de la primera Co mpilacin de historiadores bizantinos, y sucesivamente aparecieron, hasta 1711, tr einta y cuatro volmenes en folio de esa publicacin, cosa notable para la poca y que no ha sido igualada an, ni siquiera en nuestros das. El ao en que se imprimi el pri mer tomo de esa Compilacin, en Pars, el sabio francs Labb (Labbaeus), public una Llam ada (Protrepticon) a los aficionados a la, historiaAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantinobizantina, sealando el particular inters de la historia del Imperio griego de Orie nte tan asombrosa por el nmero de sus acontecimientos, tan atrayente por su multip licidad, tan notable por la solidez de su monarqua. Labb procuraba persuadir, con t odo calor, a los sabios europeos para que buscasen y publicaran los documentos e nterrados bajo el polvo de las bibliotecas, prometiendo a todos los colaboradore s de esa gran obra la gloria eterna, ms slida que el mrmol y el bronce. A la cabeza d e la seleccin cientfica de la Francia del siglo XVII se halla el clebre erudito Du Cange (16101688), cuyas diversas y mltiples obras han conservado su vigor e import ancia hasta nuestros das. Naci en Amiens, en 1610, y fue enviado por sus padres al colegio de los Jesutas. Tras haber pasado algunos aos en Orlens y Pars, donde estud i Derecho, volvi a su ciudad natal y all se cas. De su matrimonio tuvo diez hijos. O bligado a dejar Amiens en 1668, a raz de una epidemia de peste, fue a establecers e en Pars, donde habit hasta su muerte, ocurrida el 23 de octubre de 1688. Histori ador y fillogo, arquelogo y numismtico, Du Cange, en todas sus disciplinas cientfica s se revel un extraordinario entendido, un infatigable trabajador, un editor exce lente, un investigador penetrante. Empero, a los cuarenta y cinco aos no haba publ icado nada y su nombre no era conocido ms all de Amiens. Ejecut, pues, su gigantesc a obra en los treinta y tres ltimos aos de su vida. No se creera que hubiese podido escribir tanto de no habernos llegado todos sus manuscritos, de su puo y letra. Su bigrafo escribe: Un sabio del siglo XVIII exclam, en un singular acceso de entus iasmo: Cmo se puede haber ledo tanto, pensado tanto, escrito tanto y haber sido dur ante cincuenta aos casado y padre de una numerosa familia? Entre las obras de Du C ange que interesan a la historia de Bizancio, han de notarse, sobre todo, la His toria del Imperio de Constantinopla bajo los emperadores franceses (al final de su vida Du Cange modific esta obra, que no se ha publicado en su segunda edicin si no en el siglo XIX); la De Familiis Byzantinis, donde se renen elementos genealgic os extremamente ricos, y la Constantinopolis Christiana, donde se establece el b alance de todos los datos precisos y detallados que se poseen sobre la topografa de Constantinopla hasta 1453. Estas dos ltimas obras llevan el ttulo comn de Histor ia Byzantina duplici commentario illustrata. Tres meses antes de morir, Du Cange public en dos volmenes en folio el Diccionario de la lengua griega de la Edad Med ia (Glosario ad scriptores mediae et infimae graecitatis), obra, segn el bizantinis ta ruso V. G. Vasilievski, desigual y en la que parece que debi haber trabajado to da una numerosa sociedad de sabios. sta es la ltima obra que Du Cange public en vida , y tambin la nica de las suyas que no se public en Pars, sino en Lyn. El Glosario de Du Cange es, an hoy, un auxiliar indispensable, no slo para los que se ocupan de la historia de Bizancio, sino para cuantos se interesan en la historia de la Eda d Media en general. Tambin pertenece a Du Cande la publicacin, notable en todos se ntidos, de una serie de obras de historiadores bizantinos importantes, con comen tarios extremamente eruditos. Debe sealarse, en fin, la mucha trascendencia que t iene, en materia de historia bizantina, la inmensa obra de Du Cange titulada Dic cionario del latn de la Edad Media, en tres volmenes en folio (Glossarium ad script ores mediae et infimae latinitatis). Du Cange, que haba tenido siempre una salud p erfecta, cay enfermo de repente en junio de 1688 y muri el 23 de octubre de aquel ao, a los 78 de edad, rodeado por su mujer, hijos y amigos. Se le enterr en la igl esia de San Gervasio. No queda huella alguna de su tumba. Una estrecha y apartad a calle de Pars llmese todava Ru Ducange. Pero no fue Du Cange el nico que trabajaba e tonces aquellas disciplinas. En la misma poca, Mabillon public su inmortal Diplomti ca (De re diplomtica), con la que fund una ciencia nueva en absoluto, basada en los documentos y las actas. A principios del siglo XVIII, Montfaucon edit una obra ca pital, que no ha perdido importancia en nuestros das: la Paleografa griega. A la p rimera mitad del siglo XVIII se remonta, igualmente, la gran obra del benedictin o Banduri que vivi y escribi en Pars El Imperio de Oriente (Imperium Orintale) y tamb a importante obra del dominicano Le Quien, El Oriente cristiano (Oriens Christian us), donde seAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantinorenen datos muy ricos sobre la historia y en especial sobre la historia de la Igle sia del Oriente cristiano. As, hasta mediados del siglo XVIII, Francia se encontra ba, sin discusin, a la cabeza del bizantinsimo, y varias obras de sus sabios de en tonces han mantenido su importancia hasta nuestros das. El Siglo XVIII. La Revolu cin y el Imperio. Pero en el curso del mismo siglo, las circunstancias cambiaron. A Francia, al llegar a aquella Edad de la Razn sealada por su negacin del pasado, po r su esceptici smo religioso, por su crtica violenta del poder monrquico y de la a utoridad religiosa, no poda interesarle ya Bizancio. Toda la historia de la Edad Media fue considerada entonces como poca gtica, brbara, fuente de ignorancia y de tin ieblas. Y Bizancio, dado el punto de vista preconcebido y convencional que se te na a su respecto, proporcionaba a los espritus avanzados de la Francia del siglo X VIII redoblados motivos de resentimiento contra el Estado bizantino. La idea de un poder monrquico absoluto en Bizancio y la profunda influencia del clero bizant ino, eran, sobre todo, los elementos que los filsofos franceses del siglo XVIII n o podan aceptar. No habindose ocupado nunca profundamente de historia bizantina, y no viendo sino su lado externo, a veces puramente anecdtico, los mejores ingenio s del siglo XVIII formulaban juicios muy severos sobre la historia medieval de B izancio. Voltaire, tras condenar la historia romana de la poca imperial, aade que hay otra historia ms ridcula aun que la romana segn Tcito: la historia bizantina. Ese ndigno conjunto no contiene ms que declamaciones y milagros y es el oprobio del espr itu humano, como el Imperio griego era el oprobio de la tierra. Los turcos son, al menos, ms sensatos: vencieron, gozaron y escribieron muy poco. Montesquieu, his toriador de mrito, escribe que a partir del principio del siglo VII, la historia del Imperio griego no es ms que un tejido de revueltas, de sediciones y de perfid ias. Tambin bajo la influencia de las ideas del siglo XVIII escribe, como se ver de spus, el clebre historiador ingls Gibbon. La actitud desdeosa y negativa que se empi eza a tomar respecto a la historia de Bizancio en la segunda mitad del siglo XVI II sobrevive a la poca de la Revolucin . En el siglo XIX, tal modo de ver se torna , por decirlo as, en opinin corriente. El celebre filsofo alemn Hegel (17701831) escr ibe en su Curso de Historia de la filosofa: El Imperio bizantino estaba en el inte rior desgarrado por pasiones de toda suerte y en el exterior amenazado por los br baros, a quienes los emperadores slo podan oponer una dbil resistencia. El Estado s e encontraba en una situacin continuamente peligrosa, y nos ofrece un repugnante cuadro de flaquezas donde las pasiones miserables, e incluso absurdas, no dan na da grande, ni en las ideas, ni en los actos, ni en las personas. Revueltas de je fes, cadas de emperadores, arrastrados por aquellos o bien por las intrigas de lo s cortesanos; muertes o envenenamientos de soberanos debidos a sus propias espos as o a sus hijos, mujeres dando libre curso a toda clase de deseos y rebajndose a hechos deshonrosos, tales son las escenas que desarrolla ante nuestros ojos esa historia, hasta que el decadente edificio del Imperio romano de Oriente es demo lido a mediados del siglo XV por la vigorosa potencia de los turcos. Los hombres de Estado citaban Bizancio como un ejemplo imposible de seguir. As, Napolen I, en la poca de los Cien Das (junio de 1815), hablaba a las Cmaras con las palabras sigu ientes: Ayudadme a salvar la patria. No imitemos el ejemplo del Bajo Imperio, que , presionado de todos lados por los brbaros, se hizo la irrisin de la posteridad o cupndose de discusiones abstractas en el momento en que el ariete destrozaba las puertas de la ciudad. Hacia la mitad del siglo XIX, la opinin de los ambientes cie ntficos respecto a la Edad Media se modific. Despus de la tormenta de la poca revolu cionaria y de las guerras napolenicas, Europa contempl el Medievo de manera difere nte. Se manifest un inters profundo por el estudioAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino de aquella historia gtica, brbara, y se comenz de nuevo a dedicar cierto inters a la h istoria bizantina medieval. En la presente ojeada no cabe mencionar ms que las ob ras generales concernientes a la historia de Bizancio. Los estudios monogrficos ms importantes se indicarn despus de la exposicin de los hechos en s, al final de los captulos respectivos. Montesquieu. En la primera mitad del siglo XVIII, uno de lo s ms ilustres representantes de la Edad de la Razn, Montesquieu (16891755), escribi su s Consideraciones sobre las causas de la grandeza de los romanos y su decadencia , aparecidas en 1734. La primera parte de esa obra ofrece un breve resumen ingen iosamente concebido y lleno de talento en la ejecucin aunque influido, desde luego , por las ideas del siglo XVIII de la evolucin de la historia romana desde los orge nes de Roma. Los cuatro ltimos captulos se consagran a la poca bizantina, y el auto r termina su exposicin con la toma de Constantinopla por los turcos en 1453. Este solo hecho muestra que Montesquieu, con razn, consideraba que la historia llamad a bizantina no era sino la continuacin directa de la historia romana. Segn sus pro pias expresiones, slo desde la segunda mitad del siglo VI procede llamar al Imper io romano Imperio griego. Montesquieu juzga con extrema severidad la historia de e ste Imperio. Hemos citado ya uno de sus juicios. Para l, Bizancio presenta tal ac umulacin de vicios orgnicos en su estructura social, su vida religiosa y su organi zacin militar, que slo difcilmente se llega a imaginar cmo un mecanismo tan deterior ado pudo subsistir hasta mediados del siglo XV. Al hacerse l mismo esta pregunta en el captulo XXIII y ltimo, Montesquieu da como razones de la duracin del Imperio las discordias de los rabes victoriosos; la invencin del fuego griego; el florecient e comercio de Constantinopla y el establecimiento definitivo, en las orillas del Danubio, de varios pueblos brbaros que, habindose fijado all, servan de valladar co ntra otros brbaros. As escribe el autor, mientras el Estado se hallaba postrado bajo un mal gobierno, causas particulares lo sostenan. El Imperio de los ltimos Palelogos , amenazado por los turcos, reducido a los arrabales de Constantinopla, recuerda a Montesquieu el Rin, que no es ms que un arroyo cuando se pierde en el ocano. Aunq ue no se ocupase especialmente de la historia de Bizancio, y aunque pagara tribu to al movimiento ideolgico del siglo XVIII, hostil a sabiendas a dicho Imperio, M ontesquieu, sin embargo, nos ha legado pginas en extremo fecundas sobre la poca de l Imperio medieval de Oriente, y esas pginas se leen todava ahora con mucho inters y provecho. Uno de los ms eminentes crticos de Montesquieu (Sorel) escribe, respec to a las Consideraciones: Los captulos sobre Bizancio no son ms que una ojeada y un sumario; pero una ojeada genial y el sumario de una obra maestra Gibbon. El mism o siglo XVIII dio a la Ciencia el nombre del historiador ingls Eduardo Gibbon (17 37 1794), autor de la clebre obra: Historia de la decadencia y cada del Imperio rom ano. Gibbon ha dejado tambin una de las mejores autobiografas que existen. Su reci ente editor ingls (Birkbeck Hill) ha dicho de ella: Es tan corta, que puede leerse a la luz de un solo par de bujas; es tan interesante por su contenido y por los giros de espritu y de estilo que desvela, que en su segunda y tercera lecturas of rece un placer casi tan grande como en la primera. Gibbon naci el 27 de abril de 1 737, recibi la primera educacin en Westminster y fue enviado en 1752 al Magdalen C ollege, en Oxford. Tras corta permanencia en este lugar, march a Lausana, donde s e instal en casa de un calvinista. Los cinco aos que all permaneci dejaron una huell a imborrable en su espritu. Pas la mayor parte de su tiempo en leer los clsicos y l as obras histricas y filosficas ms serias y aprendi perfectamente el francs. Suiza se torn para l en una segunda patria.Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio BizantinoYo haba dejado de ser ingls escribe. En esa tierna poca de mi juventud, de los diecisi a los veintin aos, todas mis opiniones, costumbres y sentimientos haban sido arroj ados en un molde extranjero; el recuerdo dbil y alejado de Inglaterra se haba borr ado casi. Mi misma lengua se me haba vuelto menos familiar, y de buena gana hubie se aceptado la oferta de una independencia moderada al preci o de un destierro p erpetuo. En Lausana, Gibbon vio al hombre ms extraordinario de esta poca, el poeta, el historiador y el filsofo, es decir, Voltaire. De regreso en Londres, Gibbon pub lic, en 1761, su primera obra, escrita en francs: Ensayo sobre el estudio de la li teratura, que tuvo una acogida muy favorable en Francia y en Holanda, pero muy f ra en Inglaterra. Tras servir dos aos y medio en la milicia de Hampshire, en el tr anscurso de las hostilidades que estallaron entre Francia e Inglaterra (la Guerr a de Siete Aos), Gibbon, en 1763, volvi, pasando por Pars, a su amada Lausana y el mismo ao hizo un viaje a Italia, visitando Florencia, Roma, Npoles, Venecia y otra s ciudades italianas. Su estancia en Roma tuvo primordial importancia para su po sterior actividad cientfica, porque le sugiri la idea de escribir la historia de l a Ciudad Eterna. El 15 de octubre de 1764 escribe Gibbon, yo estaba sentado, soando, en medio de las ruinas del Capitolio, mientras los monjes descalzos cantaban vsp eras en el Templo de Jpiter. En este instante brot en mi espritu por primera vez la idea de escribir la historia de la decadencia y cada de Roma. El plan primitivo d e Gibbon era escribir la historia de la cada de la ciudad de Roma y no del Imperi o romano. Slo algo despus se ensanch su concepcin. Al fin, Gibbon escribi la Historia del Imperio romano de Occidente y del Imperio romano de Oriente, llevando la hi storia del ltimo hasta la toma de Constantinopla en 1453. De regreso por segunda vez en Londres, Gibbon emple toda su actividad en reunir materiales para la obra que haba meditado. En 1776 apareci el primer volumen de su obra, que comenzaba por la poca de Augusto. Su xito fue extraordinario: la primera edicin se agot en pocos das. Segn las propias palabras de Gibbon, su libro se encontraba sobre todas las me sas y casi sobre todos los tocadores. Los volmenes siguientes de su Historia, que contenan los captulos sobre el cristianismo y en los cuales se esclarecan las ideas religiosas del autor en relacin, por supuesto, con el espritu del siglo XVIII desen cadenaron una tempestad de crticas, sobre todo entre los catlicos de Italia. Gibbo n haba acariciado siempre la idea de que Lausana, escuela de su juventud, se convirt iera en retiro de su edad avanzada. Veinte aos despus de su segunda partida de Laus ana, Gibbon, teniendo bastantes recursos para llevar una vida independiente, vol vi a su ciudad preferida, donde termin su historia. He aqu los trminos en que descri be el autor el momento en que puso punto final a su obra de varios aos: El da, o ms bien la noche del 27 de junio de 1787, entre las once y las doce de la noche, en el jardn de mi casa de verano, escrib las ltimas lneas de la ltima pgina. Despus de p sar la pluma, di varios paseos bajo un plantel de acacias, desde donde la vista domina y se extiende por la campia, el lago, las montaas. El aire era templado, el cielo sereno, el globo argentado de la luna se reflejaba en las aguas y toda la naturaleza estaba silenciosa. No disimular mis primeras emociones de alegra en aq uel instante de la recuperacin de mi libertad, y acaso del establecimiento de mi reputacin. Pero muy pronto mi orgullo fue humillado y una pensativa melancola se a poder de mi espritu a la idea de que me haba despedido de un antiguo y agradable co mpaero y de que, cualquiera que pudiese ser la duracin futura de mi historia, la p recaria vida del historiador no poda ser larga. Entre tanto, estall la Revolucin Fra ncesa, forzando a Gibbon a volver a Inglaterra, donde muri en enero de 1794.Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Gibbon pertenece al corto nmero de escritores que ocupan lugar eminente tanto en literatura como en historia. Es un excelente estilista. Un bizantinista contempo rneo le compara a Tucdides y a Tcito. Aunque reflejando, en general, las tendencias de su poca, Gibbon expresa en su historia una idea que le es propia y define as: D escribo el triunfo de la barbarie y de la religin, o sea que, en otras palabras, e l desarrollo histrico de las sociedades humanas a partir del siglo II de J.C. seal ara, segn l, una regresin. Evidentemente, los captulos de Gibbon sobre el cristianism o no tienen en la poca actual un gran valor histrico. Pero no ha de olvidarse que, desde los tiempos de Gibbon, el nmero de documentos histricos ha aumentado extrao rdinariamente; que los problemas de la historia han cambiado; que ha aparecido l a crtica de las fuentes; que la dependencia recproca de aqulla y stas ha sido recono cida y que las disciplinas auxiliares de la historia, como la numismtica, la epig rafa, la sigilografa o ciencia de los sellos, y la papirologa, han recibido derecho s de ciudadana. Todo esto debe tenerse presente en el nimo cuando se lee la histor ia de Gibbon. Gibbon, que no posea lo bastante la lengua griega, tena para la poca anterior al 518 ao de la muerte del emperador Anastasio I un excelente predecesor y gua, al que debe mucho: el historiador francs Tillemont, autor de una obra, famos a en su tiempo, sobre la Historia de los emperadores (seis volmenes, Bruselas, 16 92), que llegaba hasta 518. Gibbon escribi la parte de su historia correspondient e a esa poca, con ms detalles y ms cuidado. Pero en la historia posterior, es decir , la del Imperio romano de Oriente o bizantino, que para el caso es lo que nos i nteresa ms, Gibbon, que hall obstculos mucho ms difciles de vencer y se encontraba mu y sometido a la influencia de las ideas del siglo XVIII, no logr llevar a cabo su tarea con pleno xito. El historiador ingls Freeman escribe: Gibbon, con todas sus extraordinarias facultades de sntesis y condensacin, que no aparecen en sitio algu no de manera tan enrgica como en sus captulos bizantinos; con sus vividas descripc iones; con su arte de sugestin, aun ms penetrante, posee, incluso, un estilo que d e seguro no puede inspirar consideracin y estima para los personajes y los perodos de que habla, ni conducir a numerosas personas a estudiarlos de manera ms detall ada. Su innegable talento, hecho de burlas y depreciaciones, le gua a todo lo lar go de su obra. Subraya de modo excesivo las ancdotas que muestran el lado dbil o r isible de una cierta poca o un cierto personaje y es incapaz de admirar con entus iasmo a alguien o a algo. Casi toda su historia, contada de esa manera, ha de de jar penetrar en el nimo del lector, ante todo, su lado vil. Quiz ninguna historia habra podido pasar sin dao a travs de semejante prueba y la historia bizantina era, entre todas, la menos capaz de soportar parecido trato. Por todas esas razones, la historia bizantina, expuesta por Gibbon con cuantas particularidades son prop ias a ste, queda presentada por l bajo una falsa luz. La historia privada y los as untos de familia de todos los emperadores, desde los hijos deHeraclio a Isaac el ngel, aparecen condensados en un solo captulo. Tal manera de tratar la cuestin corr esponde en absoluto con la actitud despreciativa del autor hacia el Imperio biza ntino, o Bajo Imperio, escribe Bury. El punto de vista de Gibbon sobre la histori a interior del Imperio a partir de Heraclio no slo peca por su carcter superficial , sino que falsea por completo la presentacin e interpretacin de los hechos. Con t odo, no ha de perderse de vista que, en tiempos de Gibbon, haba pocas enteras aun en sombras y sin trillar: as la poca de la disputa de las imgenes, la historia soci al de los siglos X y XI, etc. Pese a los graves defectos y lagunas de la obra, y en especial si stos se tienen siempre presentes en el nimo, el libro de Gibbon pu ede ser ledo con fruto e inters incluso en nuestros das. La primera edicin de la His toria de la decadencia y cada del Imperio Romano, de Gibbon, apareci en seis volmen es, en Londres, de 1776 a 1788, y desde entonces se sucedieron una serie de edic iones. A fines del siglo XIX, el bizantinista ingls Bury reedit la Historia de Gib bon, dotndola de comentarios preciosos y de gran nmero de adiciones interesantes y nuevas sobreAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino diversas cuestiones, as como de un ndice perfecto (Londres, 18961900, 7 vols.). El fin de Bury era mostrar prcticamente los progresos de la ciencia histrica desde la poca de Gibbon. La obra de este ltimo est traducido a casi todas las lenguas europ eas. Hasta la aparicin de la edicin de Bury, era la traduccin francesa la que prese ntaba ms inters, gracias al comentario crtico e histrico del clebre historiador y est adista francs Guizot. Esa traduccin apareci, en crece volmenes, en Pars, en 1828. En lengua rusa, la Historia de la decadencia y cada del Imperio romano, traducida po r Nieviedomski, se public en Mosc, en siete volmenes, en los aos 1883 1886. Lebeau. L a actitud negativa manifestada respecto a Bizancio por los mejores representante s del pensamiento francs del siglo XVIII, no impidi al francs Lebeau, en la segunda mitad del mismo siglo, exponer en veintin volmenes, y con abundancia de detalles, los hechos de la historia bizantina. Lebeau, que no conoca bien la lengua griega , se sirvi, en general, de traducciones latinas y manej las fuentes sin preocupacin crti ca alguna. Dio a su compilacin el ttulo de Historia del Bajo Imperio (17571786 ), y ese ttulo fue por largo tiempo el smbolo de la actitud desdeosa que se mantena respecto al Imperio bizantino (ya que la palabra Bajo tiene, en efecto, dos sent idos, segn se piense en el espacio o en el tiempo. Lebeau pensaba en el primer se ntido, el peyorativo). La Historia de Lebeau, continuada por otra persona hasta alcanzar veintisiete volmenes, no tiene hoy gran importancia. En el siglo XIX, la obra se public de nuevo (21 vols., Pars, 18241836), previa revisin y con aditamento s debidos a fuentes orientales. De esto se encargaron los dos orientalistas Sain t Martin y Brosset, el primero especialista de historia armenia y el segundo de h istoria georgiana. La nueva edicin, merced a las numerosas adiciones proporcionad as por las fuentes orientales, sobre todo armenias, puede presentar algn inters, i ncluso hoy. Royou. En la poca napolenica apareci en francs la compilacin, en 9 volmene s, de J.C. Royou periodista y abogado bajo el Directorio, y censor teatral bajo l a Restauracin, que lleva el mismo ttulo que la de Lebeau: Historia del Bajo Imperio desde Constantino hasta la toma de Constantinopla en 1453 (Pars, ao XII, 1803). E l autor, despus de declarar en el prefacio que la mayora de las historias escritas en francs deben ser rehechas y refundidas, sobre todo las del Bajo Imperio, arreme te contra Lebeau, a quien a pesar de algunos mritos, apenas puede lersele. Segn Royou , Lebeau ha olvidado que la historia no debe ser el relato de los acontecimientos que han pasado en el mundo entero, sino de los que presentan algn inters. Lo que no tiene por objeto la instruccin ni el placer, debe, sin titubeos, ser sacrifica do. El autor estima que observando las causas de la cada de los Estados, se pueden hallar los medios de evitarla, o al menos de retardarla. Finalmente, en Constantin opla se puede, por decirlo as, seguir, con cierto placer, la sombra del Imperio r omano, y ese espectculo atrae hasta el ltimo momento. Esta obra de Royou, poco orig inal y a menudo anecdtica, no va acompaada de referencia alguna. Por las opiniones citadas cabe darse cuenta del poco valor de la obra de Royou. Finlay. Las obras generales de alguna importancia que tratan de la historia de Bizancio, no empie zan a aparecer sino hacia mediados del siglo XIX. La historia bizantina adelanta un gran paso con los libros del historiador Jorge Finlay, autor de una Historia de Grecia desde la conquista romana hasta nuestros das (de 146 a. C. a 1864). Fi nlay, como Gibbon, ha dejado una autobiografa donde cabe averiguar los principale s hechos de su apasionante existencia, que ejerci un influjo seguro sobre la crea cin de su obra. Finlay naci enAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Inglaterra en diciembre de 1799, y all recibi su primera educacin. Despus, deseando hacerse abogado, fue a perfeccionarse en Derecho romano en la ciudad alemana de Goettingen. El to del joven Finlay le dijo al despedirse: Ea, Jorge, espero que te apliques al Derecho romano. Pero supongo que visitars Grecia antes de que yo vue lva a verte. Las palabras del to resultaron profticas. La revolucin griega, que esta llaba entonces, atraa sobre Grecia la atencin de toda Europa. En vez de aplicarse al Derecho romano, Finlay ley obras sobre Grecia, estudi la lengua griega y decidi, en 1823, visitar Grecia, para estudiar la vida del pueblo que le haba seducido y tambin para ilustrarse sobre las posibilidades de xito de la insurreccin griega. D urante su estancia en Grecia en 182324, Finlay encontr muchas veces a Byron, que, como todos saben, haba ido a defender la causa de aquella nacin y all hall un fin pr ematuro. En 1827, tras una corta temporada en Inglaterra, Finlay volvi a Grecia, participando en la expedicin del general Gordon para desbloquear Atenas. Al fin, la llegada del conde Capo d'Istria en calidad de presidente de la Repblica griega , y la proteccin de tres grandes potencias, dieron a los griegos la promesa, con palabras de Finlay, de una poca de progreso apacible. Proheleno convencido, animado de una fe profunda en el porvenir del nuevo Estado, Finlay, en su entusiasmo, d ecidi establecerse para siempre en el suelo de la antigua Hlade, y adquiri en Greci a una propiedad en la que gast toda su fortuna. En esa poca concibi la idea de escr ibir la Historia de la revolucin griega. Finlay muri en Atenas en enero de 1876. S u deseo de escribir una historia de la revolucin griega le haba forzado a ocuparse del pasado de Grecia. Poco a poco se vieron aparecer, gracias a la pluma de Fin lay, una serie de trabajos monogrficos sobre la historia griega. En 1844 public Gr ecia bajo los romanos (Greece under the Romans), que abarcaba los sucesos comprend idos entre el 146 a.C. y el 717 d.C. En 1854 se edit su obra en dos volmenes, Hist oria de Bizancio y del Imperio griego desde 761 a 1455. Siguieron dos obras sobr e la historia griega moderna y contempornea. Ms tarde, el autor revis todas sus obr as y prepar una nueva edicin. Pero muri antes de realizar plenamente su sueo. Despus de su muerte, su Historia de Grecia desde la conquista romana hasta nuestros das. (146 a.C.1864) fue editada por Tozer en 1877 en siete volmenes, Tozer public en el primer tomo la autobiografa de Finlay. Esta ltima edicin es la que debe utilizarse hoy. Para Finlay, la historia de Grecia bajo la dominacin extranjera nos narra la decadencia y las desgracias de esta nacin que, en la antigedad, alcanz el ms alto g rado de civilizacin. Dos mil aos de sufrimientos no han podido borrar el carcter naci onal, ahogar el amor propio nacional. La historia de un pueblo que ha conservado durante siglos su lengua, su nacionalidad y una energa resucitada con bastante p otencia para permitirse formar un Estado independiente, no debe desdearse. La vid a de Grecia durante los largos aos de su esclavitud no ha sido la vida de un pueb lo uniformemente degenerado. Bajo la dominacin de los romanos, y despus bajo la de los turcos, los griegos no representan ms que un elemento nfimo en un inmenso Imp erio. Dado su carcter pacfico, no desempean un papel poltico considerable, y las num erosas revoluciones y revueltas de importancia que se producen bajo los emperado res y los sultanes no ejercen influencia directa sobre Grecia. Por eso, ni la hi storia general del Imperio romano ni la historia general del Imperio otomano for man parte integrante de la historia griega. Muy diversamente sucedi bajo los empe radores bizantinos: entonces los griegos se identificaron, por decirlo as, con la administracin i mperial. Esos cambios en la situacin poltica de la nacin griega en el curso de las edades, exigen al historiador que use mtodos diferentes para expo ner a la luz los rasgos caractersticos de los diversos perodos. Finlay divide la Hi storia de Grecia bajo la dominacin extranjera en seis perodos: 1. El primer perodo abraza la historia de Grecia bajo la dominacin de Roma. Este perodo de la influenc ia preponderante de Roma no termina sino en la primera mitad del siglo VIII, con el advenimiento de Len el Isurico, que da un carcter nuevo a la administracin de Co nstantinopla. 2. El segundo perodo abarca la historia del Imperio romano de Orien te bajo su nueva forma, con el nombre convencional de Imperio bizantino. La hist oria de ese despotismo mitigado, renovado y vuelto a renovar por los emperadoresiconoclastas, presenta una de las lecciones ms notables e instructivas de la his toria de las instituciones monrquicas. En tal perodo, la historia deAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Grecia se mezcla ntimamente a los anales del gobierno imperial, de donde se despr ende que la historia del Imperio bizantino forma parte de la historia del pueblo griego. La historia de Bizancio dura desde Len el Isurico (715) hasta la toma de Gonstantinopla por los cruzados (1204). 3. Despus de la cada del Imperio romano de Oriente, la historia de Grecia sigue caminos divergentes y varios. Los griegos desterrados de Constantinopla (romanogriegos, dice Finlay), se refugiaron en Asia, instalaron su capital en Nicea, continuaron la administracin imperial en algunas provincias segn el antiguo modo y las antiguas denominaciones, y recuperaron Cons tantinopla al cabo de una sesentena de aos. Pero aunque su gobierno conservase or gullosamente el apelativo de Imperio romano, no eran ms que sus representantes de generados, incluso en relacin al Estado bizantino. Este tercer perodo puede ser ll amado el Imperio griego de Constantinopla. Su impotente existencia fue aniquilada por los turcos osmanles con la toma de Constantinopla en 1453. 4. Los cruzados, d espus de conquistar la mayor parte del Imperio bizantino, se distribuyeron sus co nquistas con los venecianos y fundaron el Imperio latino de Romania, con princip ados feudales en Grecia. La dominacin de los latinos es un h echo muy importante, que muestra bien la decadencia de la influencia griega en Oriente y en el cual reside a la vez la causa del rpido empobrecimiento y disminucin de la nacin griega. Este perodo dura desde la toma de Constantinopla por los cruzados, en 1204, a la conquista de la isla de Naxos por los turcos, en 1566. 5. La toma de Constantin opla en 1204 llev a la fundacin de un nuevo Estado griego en las provincias orient ales del Imperio bizantino, conocindose tal Estado por el nombre de Imperio de Tr ebisonda. La existencia de ste representa un curioso episodio de la historia grie ga, aunque su gobierno se hiciese notar por particularidades delatoras del influ jo de costumbres asiticas ms que europeas. Ofrece, en efecto, mucha semejanza con los reinos armenios y georgianos. Durante dos siglos y medio, el Imperio de Treb isonda ejerci una influencia bastante grande, fundada ms en su situacin y sus recur sos comerciales que en su fuerza poltica o su civilizacin griega. Su existencia gr avit poco sobre el destino de Grecia y su cada en 1461 produjo escasas lamentacion es. 6. El sexto y ltimo perodo de la historia de Grecia bajo la dominacin extranjer a, se prolonga de 1453 a 1821 y abarca la poca del gobierno turco y la ocupacin te mporal del Peloponeso por la Repblica Veneciana, de 1685 a 1715. Como se ha hecho notar ms arriba, la obra de Finlay seala un gran progreso en el estudio de la his toria de Bizancio. Si bien su divisin de la historia griega en perodos es, como to da divisin esquemtica de este gnero, discutible, el autor, sin duda, tiene el mrito de haber sido el primero en atraer la atencin sobre la historia interna del Estad o bizantino, es decir, sobre sus instituciones jurdicas, sociales, econmicas, etc. Cierto que no se trata de una serie de estudios profundos y originales no existe ntes, por otra parte, ni aun a la hora de hoy, y cierto tambin que la mayora de las pginas que Finlay consagra a la historia interior tienen a veces como fundamento consideraciones generales y analogas con sucesos de la historia contempornea reci ente. Pero Finlay ofrece el gran mrito de haber sido el primero en indicar y prom over varios problemas de historia interior bizantina de mximo inters. La historia de Finlay se lee hoy todava con provecho, pese a que el autor acometi el estudio d e la historia bizantina sino porque no poda de otro modo relatar la historia grie ga moderna. Por la profundidad y originalidad de sus investigaciones dice el histo riador ingls Freeman , por su notable aptitud para apurar un tema y sobre todo por el espritu valeroso e independiente de sus bsquedas, Finlay se clasifica entre lo s primeros historiadores de nuestro tiempo. Su libro aparece como una de las ms p uras (sterling) obras maestras de nuestro siglo. Si se toman en consideracin toda s l as circunstancias la extensin de la concepcin y las dificultades de la puesta e n prctica, el libro de Finlay aparece como una de las ms grandes obras histricas que la literatura inglesa haya dado desde la poca de Gibbon (esto se escriba en 1855) . Finlay pas su vida en el pas y en medio del pueblo que describi. Quiz ninguna obra histrica haya sido tanAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino directamente deudora a los fenmenos prcticos del mundo contemporneo. Viviendo en Gr ecia, este hombre de espritu observador y valeroso, ms jurista y economista que sa bio profesional, se vio obligado a meditar sobre el estado del pas que habitaba y a describir en orgenes milenarios las causas de lo que vea. Leyendo las obras de Finlay, se ve fcilmente cunto ese pueblo ha ganado y perdido a causa de las circun stancias particulares en que ha estado integrado. Ninguna obra escrita por un sa bio o un poltico ordinarios ha podido aproximarse nunca a la fuerza innata y la o riginalidad de esa de un pensador retirado del mundo, que estudiaba, meditaba y relataba los sucesos de dos mil aos para poder resolver los problemas que vea situ arse ante su propia puerta. En las ltimas palabras, Freeman seala a lo vivo una de las particularidades caractersticas de Finlay, quien, sirvindose de sobrevivencias antiguas en el presente, trataba de explicar fenmenos anlogos en el pasado. Papar rigpulos. A mediados del siglo XIX, la atencin de los especialistas fue atrada por la obra de un sabio griego de mrito, profesor en la Universidad de Atenas, Paparr igpulos, quien haba de consagrar toda su vida al estudio de la historia del pasado de su pas. Ya en el segundo cuarto de siglo haba publicado obritas histricas llena s de inters, como De la instalacin de algunas tribus eslavas en el Peloponeso (Ate nas, 1843). Pero esos no eran ms que trabajos preparatorios de su gran obra. La p rincipal tarea de su vida consisti en escribir la historia de su pas y el resultad o de treinta aos de trabajo fue la publicacin en cinco tomos de su Historia del pu eblo griego desde los tiempos ms antiguos hasta la poca contempornea. Han aparecido despus varias ediciones. La ms reciente es la de Karolides, Atenas, Atenas, 1925) . Esta obra expone la historia del pueblo griego hasta 1832. Libro bastante volu minoso, y escrito en griego moderno, no era accesible a la mayora de los lectores . As, Paparrigpulos present en francs los resultados principales de su trabajo en un nico tomo publicado bajo el ttulo de Historia de la civilizacin helnica (Pars, 1878) . Poco antes de su muerte, el autor empez a escribir otro trabajo semejante en le ngua griega, pero muri antes de haberlo podido terminar. Despus de su muerte, el l ibro se public en Atenas con el siguiente ttulo: Los resultados ms instructivos de la historia del pueblo griego (Atenas, 1899). Se trata de una especie de resumen , revisado en algunos lugares, de lo expuesto por el autor con ms detalle en sus cinco volmenes. Los volmenes II, III, IV y V de la obra principal son los que tien en relacin con la poca bizantina. A pesar de su carcter netamente tendencioso, la o bra de Paparrigpulos es muy digna de mencin. El autor, patriota convencido, examin a la historia desde el punto de vista puramente nacional. En todos los fenmenos i mportantes ve un principio griego y considera la influencia romana como accident al y superficial. La poca de los emperadores iconoclastas es objeto particular de su atencin y favor exclusivos. Sin detenerse en el lado meramente religioso de l a cuestin, el sabio griego ve en ese movimiento una verdadera tentativa de reform a social, salida del subsuelo del espritu griego, y, en su entusiasmo, asegura qu e en el fondo, la reforma helnica del siglo VIII, haciendo abstraccin de los dogmas esenciales de la fe, fue, desde el punto de vista de los cambios sociales, much o ms amplia y sistemtica que la Reforma que se produjo ms tarde en la Europa occide ntal y que predic principios y doctrinas que se encuentran, con sorpresa, en el s iglo VIII. Pero semejante reforma fue demasiado atrevida y radical para la socied ad bizantina, y ello produjo, despus de la poca iconoclasta, una reaccin. Por eso l a dinasta macednica tuvo en la historia de Bizancio un valor esencialmente conserv ador. El helenismo conserv su fuerza durante la Edad Media. No hubo causa interna en la cada de Constantinopla en 1204; la capital del Estado cedi meramente a la f uerza bruta material de los cruzados. Si aquel desgraciado suceso de 1204 asest u n golpe al helenismo bizantino, por lo contrario, a poco tiempo, el primer lugar s e halla ocupado por el helenismo contemporneo, cuya posteridad inmediata resultan s er los griegos del siglo XIX. As, segn Paparrigpulos, el helenismo vivi, en una u ot ra forma, una vida llena de vigorAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino durante toda la historia bizantina. Naturalmente, el entusiasmo del patriota gri ego no ha dejado de influir mucho en la obra del sabio. Sin embargo, su gran His toria del pueblo griego y su Historia de la civilizacin helnica, en francs, son lib ros valiosos a pesar del carcter tendencioso indicado ms arriba. El mrito principal de Paparrigpulos consiste en el hecho de haber mostrado la mucha importancia y c omplejidad del movimiento iconoclasta. Pero, en cierto sentido, su Historia no e s de fcil uso: no tiene ndice ni notas, y por consecuencia, la comprobacin de sus e xpresiones, es singularmente difcil de interpretar y en especial delicada en sus conclusiones. Hopf. En el nmero de los sabios concienzudos y laboriosos que sobre salen, a mediados del siglo XIX, en el dominio del bizantinismo, es preciso alin ear al profesor Carlos Hopf (18321873). Hopf, de origen westfaliano, era hijo de un profesor de liceo especializado en el estudio de Homero. Desde su primera inf ancia mostr una memoria prodigiosa y dones extraordinarios para las lenguas extra njeras. Despus de terminar sus estudios en la universidad de Bonn, qued en ella en calidad de profesor adjunto y se entreg con entusiasmo al cumplimiento de la tarea de su vida cientfica: el estudio de la historia de Grecia bajo la dominacin franc a, o sea a partir de 1204. En 185354, Hopf emprendi su primer viaje a la Italia de l Norte, va Viena. En esa regin, que se encontraba entonces bajo la hegemona austrac a, trabaj con asiduidad, sobre todo en los archivos particulares. El resultado de su labor fue una serie de monografas consagradas a las historias respectivas de los seoros francos en Grecia y en las islas del Egeo, y tambin la publicacin de los archivos referentes a esas cuestiones. Nombrado profesor en Greifswald y luego b ibliotecario y profesor en la Universidad de Koenigsberg, Hopf sigui ocupndose de la Edad Media. En su segundo viaje cientfico, en 1861 a 1863, visit Gnova, Npoles, P alermo, Malta, Corf, Zante, Syria, Naxos y Grecia, donde reuni un conjunto conside rable de manuscritos. De vuelta a su pas, Hopf comenz a discriminarlos, pero su sa lud se quebrant, muriendo en agosto de 1873, en Wiesbaden, cuando estaba en plena madurez y en plena potencia creadora. Haba publicado un nmero apreciable de monog rafas y artculos y gran nmero de documentos de la poca franca. La obra capital de Ho pf es Historia de Grecia desde la Edad Media hasta la poca contempornea (Geschichte Griechenlands vom Beginne des Mittelalters bis auf die neuere Zeit, 186768). La H istoria de Grecia, de Hopf, impresiona desde el principio por la vasta documenta cin del autor, sobre todo en las partes de su libro donde utiliza la rica coleccin de los manuscritos que reuni. Consagra lo ms de su obra a la historia de la domin acin franca en Oriente. Su exposicin se apoya en una cantidad considerable de manu scritos y archivos. Hopf es, sin duda, el primero que ha narrado en detalle la h istoria externa de aquella dominacin, no slo en los centros principales, sino tamb in en las pequeas islas del mar Egeo. No estando editados todos los manuscritos re unidos por Hopf, ciertas partes de su libro, escritas por l segn fuentes inditas, p ueden ser consideradas por s mismas como fuentes originales. De esa misma histori a se analiza con detalle la cuestin de los eslavos en Grecia. En tal parte de su libro, Hopf opone hechos y pruebas a la famosa teora de Fallmerayer, segn la cual la sangre de los griegos contemporneos no contiene una sola gota de sangre helena antigua, y segn la cual tambin los griegos contemporneos son descendientes de esla vos y albaneses que invadieron Grecia en la Edad Media. Por desgracia, esta obra capital de Hopf se public en la coleccin anticuada y poco conocida que se denomin a Enciclopedia general de las ciencias y las artes, de Ersch y Gruber (Ersch Grube r Allgemeine Encyklopadie der Wssenschaften und Knste, t. LXXXV y LXXXVI). La edicin , poco cuidada, de la Historia de Hopf, no slo no posee el ndice indispensable a s u estudio, sino que ni siquiera va seguida de un cuadro de materias, con lo que el uso de este trabajo presenta grandes dificultades materiales. Adems, la edicin de Hopf, tal como la poseemos, no fueAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino probablemente preparada por el autor, y as los materiales estn dispuestos en orden poco claro, la diccin es seca y tosca y el libro se lee con dificultad. Pero la inmensa cantidad de documentos nuevos e inditos que Hopf ha introducido en su obr a, y que descubren pginas nuevas de la historia griega de la Edad Media en la poca de la dominacin franca, permiten considerar este libro del sabio alemn como una o bra de extrema importancia. La atencin del autor se concentra, sobre todo, en los acontecimientos exteriores. Hopf muri sin haber podido utilizar ni editar todo e l material manuscrito que haba reunido. Hoy, la herencia manuscrita de Hopf se ha lla en la Biblioteca Nacional de Berln y ofrece un rico material de documentacin a los historiadores. La historia de Hopf no est al alcance del pblico en general, p orque es demasiado rida y demasiado erudita y est publicada en una enciclopedia po co conocida. Hay sabios alemanes que, sirvindose de las obras de Hopf, han dado u na perspectiva de la historia griega de la Edad Media, es decir, de la historia de Bizancio, en una forma ms accesible. Entre esos historiadores deben mencionars e dos: Herizberg y Gregorovius. Hertzberg. Hertzberg, despus de ocuparse de la hi storia de la Grecia antigua y de Roma, pas en seguida a la Edad Media y escribi do s obras de carcter general: primero, Historia de Grecia desde el fin de la antiged ad hasta nuestros das (Geschichte Griechenlands seit dem Absterben des antiken Leb ens bis zum Gegenwart, Gotha, 187679, 4 tomos), y segundo. Historia de Bizancio y del Imperio turco osmanl hasta fines del siglo XVI (Geschichte der Byzantiner und des Osmanischen Reiches bis gegen Ende des sechszehnten Jahrhunderts, Berln, 1883). Estas dos obras, sin constituir un estudio original propiamente dicho, han intr oducido, valga la frase, varios resultados de los trabajos de Hopf en un crculo ms vasto de lectores, ya que estn escritos con diccin mejor y ms fcil. La segunda obra ha aparecido en ruso, traducida por P. V. Bezobrasov, con comentarios y adicion es, bajo el ttulo; G. F. Heitzberg, Historia de Bizancio, Mosc, 1896. Lo que hace preciosa la traduccin rusa de esta obra con relacin al original, es que Besobrasov , en sus comentarios, no slo indica la bibliografa ms reciente sobre el tema, sino que introduce adiciones comprendiendo los resultados principales de los trabajos de los sabios rusos en el dominio de la historia interior de Bizancio, que Hert zberg haba dejado de lado. As, hallamos datos valiosos sobre el Gran Palacio, el c eremonial de la Corte, las corporaciones de artesanos y comerciantes, los labrie gos, las comunidades rurales, el Cdigo rural, los medios de defensa de las propie dades rsticas, la servidumbre de la gleba, la condicin de los siervos, las tierras de los colonos, el catastro, el sistema de impuestos y los abusos de autoridad de los funcionarios del fisco. La ltima obra de Hertzberg, sobre todo en su tradu ccin rusa, es muy til para la iniciacin en la historia de Bizancio. Gregorovius. El otro sabio que utiliz los trabajos de Hopf como base de su obra fue F. Gregorovi us, ya antes clebre con justicia por su gran obra sobre la Historia de Roma en la Edad Media. Sus trabajos acerca de la Historia de la Roma medieval sugirieron a l autor la idea de acometer la historia medieval de otro centro de civilizacin an tigua: Atenas. El resultado de este ltimo estudio fue la Historia de la ciudad de Atenas en la Edad Media (Geschichte des stadt Athen im Mittelalter, 2 vols., Stut tgart, 1889). El libro de Gregorovius se apoya en la labor de Hopf, base slida de todos los trabajos que en esta esfera se han sucedido hasta aqu, as como de los qu e se emprendan en el porvenir. Pero Gregorovius introduce tambin en su obra el est udio de la civilizacin del pas, de lo que Hopf, como sabemos, no se haba ocupado. G regorovius llega brillantemente al objetivo que se propone. Sirvindose de materia les puestos al da por Hopf, presenta una bien compuesta exposicin de la historia d e Atenas en la Edad Media, sobre el fondo general de la historia de Bizancio, y eslabona los sucesos hasta la proclamacin del reino griego en el siglo XIX.Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino La obra de Gregorovius puede ser leda con provecho por todos los que se interesen en la historia de Bizancio. Bury. J. B. Bury, nacido en 1861, fue designado en 1893 profesor de historia moderna en Trinity College, Dubln, y en 1902 nombrado p rofesor real de moderna en la Universidad de Cambridge. Escribi, aparte de otras obras ajenas a la esfera del bizantinismo, tres volmenes sobre la Historia genera l de Bizancio, abarcando los acontecimientos comprendidos entre 395 y 867. Los d os primeros tomos aparecieron en 1889 con el ttulo de Historia del Imperio romano desde Arcadio a Irene (A History of the later Romn Empire from Arcadius to Irene, Londres, 1889). En ellos se exponen los sucesos hasta el ao 800, fecha de la coro nacin de Carlomagno por el Papa Len III, en Roma. Nadie estaba preparado para la re velacin de la amplitud y profundidad de los estudios bizantinos de Bury cuando ap arecieron, en 1889, los dos tomos de su Historia del Bajo Imperio. Era una obra sorprendente, una obra que desbrozaba nuevas sendas, y con ella estableci Bury su reputacin de historiador. El tercer tomo apareci 23 aos ms tarde bajo el ttulo de His toria del Imperio romano de Oriente desde la cada de Irene hasta la exaltacin de B asilio I (A History of the Eastern Romn Empire from the fall of Irene to the acces sion of Basil I, Londres, 1912). Este volumen versa sobre el perodo comprendido en tre el 802 y el 867. En 1923 se imprimi una segunda edicin de los dos primeros tom os, incluyendo slo los acontecimientos sucedidos hasta el reinado de Justiniano ( 565 d. C.). No es una nueva edicin revisada y aumentada, sino casi una obra nueva sobre los principios de la historia bizantina. El primero de esos dos volmenes p odra, segn el autor, titularse La conquista de la Europa occidental por los german os, y el segundo, La poca de Justiniano. La historia del perodo 565800 no ha sido r eeditada an. El autor, evidentemente, se propona escribir una historia bizantina d e gran envergadura. Pero, por desgracia, Bury muri en Roma el 1 de junio de 1927. Bury aparece en su obra como el representante de la justa idea de la continuida d del Imperio romano desde el siglo I al XV. La historia no tiene ningn perodo, di ce Bury en el prefacio de su primer tomo, que haya sido tan oscurecido por apela tivos falsos e imprecisos como el perodo del Bajo Imperio romano. El hecho de que obstinadamente se haya aminorado la importancia de esa historia y se haya prese ntado su carcter a una falsa luz, resulta, en ms de lo que podra suponerse, de los nombres impropios que se la ha aplicado. El primer paso hacia el entendimiento d e la historia de los siglos a travs de los cuales el mundo pas de la antigedad a lo s tiempos modernos, ha sido dado cuando se ha comprendido que el antiguo Imperio romano no haba cesado de existir hasta 1453. En el trono se sucedieron, en orden interrumpido, una serie de emperadores romanos, desde Octavio Augusto hasta Con stantino Palelogo, ltimo emperador bizantino. Hoy, ese hecho esencial est oscurecid o por los nombres de bizantino y griego aplicados al Bajo Imperio. Los historiad ores que se atienen al nombre de Imperio bizantino no estn acordes en determinar dnde termina el Imperio romano y dnde empieza el Imperio bizantino. El lmite elegid o entre las respectivas historias es, ora la fundacin de Constantinopla por Const antino el Grande, ora la muerte de Teodosio el Grande, ora el reinado de Justini ano, ora, como quiere Finlay, la exaltacin de Len el Isurico al trono. Y el histori ador que acepta una divisin de stas no puede afirmar que no tenga razn el que adopt e otra, porque todas son puramente arbitrarias. El Imperio romano no termin antes de 1453, y las expresiones Imperio bizantino, griego, romano o grecoromano no ha cen sino oscurecer un hecho muy importante y generar graves confusiones. Tales c onsideraciones llevan a Bury a dar a sus dos primeros volmenes, que guan al lector , como se dijo, hasta el ao 800, el ttulo de Historia del Bajo Imperio romano. En el ao 800, Carlomagno fue proclamado emperador en Roma. Por esa razn se puede, a c ontar de esa poca, llamar a los dos imperios rivales Imperio de Occidente e Imper io de Oriente. Por desgracia, el apelativo de Imperio romano de Oriente se aplic a a menudo a tal o cual poca con la que no cuadra en absoluto tal nombre. As, se h abla del Imperio romano de Oriente o de Occidente en el siglo V, o bien de la cad a del Imperio de Occidente en el 476. Semejantes afirmaciones, aunque consagrada sAlexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino por la autoridad de ingenios eminentes, son errneas y engendran confusiones. Veam os en qu consiste su impropiedad: en el siglo V el Imperio romano era uno e indiv isible. Podra haber ms de un emperador, pero nunca hubo dos imperios. Hablar de do s imperios en el siglo V sera presentar con un aspecto totalmente falso la teora d el poder imperial. Nadie habla de dos imperios romanos en los tiempos de Constan cio y Constante (los sucesores de Constantino el Grande), y las relaciones poltic as que existan entre Len I y Antemio eran las mismas que existan entre los hijos de Constantino. Los emperadores podan ser independientes uno de otro y hasta hostil es entre s; pero la unidad del Imperio que gobernaban no se rompi, tericamente, nun ca. El Imperio no dej de existir el 476, fecha que no hizo ms que sealar un grado, y no el ms importante, en el proceso de desintegracin que persisti durante todo un siglo. La abdicacin de Rmulo Augstulo no hizo vacilar el Imperio romano, ni mucho m enos contribuy a la cada del Imperio. Es lamentable que, siguiendo a Gibbon, quien habla de la cada del Imperio de Occidente, varios escritores contemporneos hayan ad optado este trmino. El Imperio romano existi desde el siglo I hasta mediados del X V. Y slo a partir del 800 se le puede llamar Imperio romano de Oriente, a causa d e la fundacin de otro Imperio romano en Occidente. Bury da a su tercer volumen, q ue expone los sucesos posteriores al 802, el ttulo de Historia del Imperio romano de Oriente, a diferencia de sus dos primeros tomos. Despus de hacer observar el desprecio que los historiadores y los filsofos, a partir del siglo XVIII, consagr an a Bizancio, Bury seala que, por ese hecho, demuestran un desconocimiento compl eto de uno de los factores ms importantes del desarrollo de la civilizacin de la E uropa occidental, a saber, la influencia del Bajo Imperio romano y de la Roma mo derna. Desde luego, la opinin de Bury no es del todo nueva. La continuidad del Im perio romano hasta el siglo XV haba sido ya reconocida antes, como lo hizo Montes quieu en sus Consideraciones sobre las causas de la grandeza de los romanos y su decadencia. Pero Bury ha valorado esa tesis con una fuerza singular, desarrollnd ola en toda su obra. El libro de Bury merece muy particular atencin. Al exponer l os destinos de la mitad oriental del Imperio, sigue a la vez, hasta el 800, los sucesos de la mitad occidental, lo que evidentemente corresponde por entero a su manera de concebir la unidad del Imperio romano. No se contenta slo con la histo ri a poltica y consagra captulos enteros a los problemas de la administracin, la li teratura, la vida social, la geografa, el arte, etc. Los dos primeros captulos de la segunda edicin, dedicados a la constitucin imperial y a la organizacin administr ativa, son considerados por un eminente especialista de la historia del Imperio romano como la mejor y ms breve descripcin de las condiciones generales de la vida en el Bajo Imperio romano. Bury tena un conocimiento perfecto del hngaro, el ruso y otras lenguas eslavas, y, en consecuencia, en el tercer volumen de su historia pone a contribucin todas las obras rusas y blgaras concernientes a la historia de Bizancio. Lambros. Espiridin Lameros, sabio griego contemporneo, nacido en Corf en 1851 y muerto en 1919, profesor en la universidad de Atenas, editor infatigable de documentos manuscritos y de textos histricos, autor de un catlogo de los manusc ritos griegos del Athos, etc., escribi entre 1886 y 1908 los 6 volmenes de su Hist oria ilustrada de Grecia, desde los tiempos ms remotos a la toma de Constantinopl a (Atenas, 18861908, 6 tomos). La obra de Lambros, dedicada sobre todo al pblico en general, expone clara y metdicamente los acontecimientos de la historia bizant ina hasta el fin de la existencia del Imperio de Bizancio. El autor no indica la s fuentes. El texto va ilustrado con numerosas lminas. La actividad y la importan te obra de Lambros no han sido apreciadas todava en su justo valor.Alexander A. Vasiliev Tomo I Historia del Imperio Bizantino Gelzer. Heinrich Gelzer, profesor en la Universidad de Jena, escribi para la segu nda edicin de la Historia de la Literatura bizantina, de Krumbacher, un Bosquejo de la historia de los emperadores bizantinos (Abriss der byzantjnischen Kaiser ge schichte, Munich, 1897). El Bosquejo de Gelzer trata sobre todo la historia exter ior y el autor aparece a menudo bajo el influjo del libro de Hertzberg. Gelzer, poltico militante, desliza a veces sin necesidad sus simpatas polticas en sus aprec iaciones de los fenmenos histricos de la poca bizantina. Su Bosquejo puede ser til p ara informes elementales. Es curioso or en boca de un sabio alemn frases como las siguientes en el curso de su obra: Un Zar de Rusia se uni en matrimonio a una prin cesa de la Casa de los Palelogos; la corona de Constantino Monmaco fue puesta en e l Kremlin sobre la cabeza del Zar autcrata de todas las Rusias. El Imperio ruso r epresenta la verdadera continuacin del Imperio de Bizancio. Y si Santa Sofa debe a lguna vez ser devuelta a la verdadera fe, si el Asia Menor debe alguna vez ser a rrancada a la dominacin innoble de los turcos, ello no podr ser realizado ms que po r el Zar ruso. La oposicin de Inglaterra pugna con la naturaleza y la historia, y ciertamente ser destrozada ms pronto o ms tarde. El emperador de Constantinopla no puede ser ms que el defensor de la ortodoxia, el Zar ruso, en la medida en que s e halla compenetrado de los inmensos deberes vinculados a esa tarea. Hesseling. E n 1902, D. C. Hesseling, profesor de la universidad de Leyde, public en holands su libro titulado Bizancio: estudios de civilizacin a partir de la fundacin de Const antinopla (Byzantium. Studien over onze beschavingna de stichting van Konstantino pei, Haarlem, 1902). Como la lengua holandesa est poco difundida, la obra de Hesse ling no se hizo accesible a todos hasta 1907, en que apareci una traduccin frances a, con un prefacio del bizantinista francs G. Schlumberger, bajo el ttulo: Ensayo sobre la civilizacin bizantina (Pars, 1907). En el prlogo a la edicin francesa, el a utor hace la observacin, un tanto enigmtica, de que la traduccin ha sido ajustada al gusto del pblico francs. El libro de Hesseling, muy nutrido y no voluminoso en exc eso, presenta, a rasgos generales, un cuadro de la civilizacin bizantina, insisti endo en e