24
 Lengua y Literatura  Prof. Anabella M. Castro Ramos Colegio Salesiano 2012 1

3 - Género Realista - corpus de cuentos

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 1/24

 

Lengua y Literatura Prof. Anabella M. Castro Ramos

Colegio Salesiano

2012

1

Page 2: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 2/24

 

Realismo literario

MARCO HISTÓRICO Y CULTURALAspectos políticos, económicos y sociales.La literatura realista se da en la segunda mitad del siglo XIX, una época en la que los

gobiernos progresistas consagraron derechos democráticos e impulsaron reformas. Es eltiempo en el que se consolida el estado liberal y la burguesía. También es ahora cuandose desarrollan las organizaciones obreras.

Aspectos ideológicos y culturales.Las corrientes de pensamiento más destacadas fueron el krausismo ― que propugnóuna filosofía práctica, racionalista que hacía hincapié en el carácter ético de la conductaindividual, en la creencia en la perfección del hombre y en la evolución dela sociedad― y el positivismo ― un sistema filosófico que solo admite los conocimientos que sefundamentan en la experimentación; por ello se basa en la aportación de las ciencias

físicas y naturales.DEFINICIÓN Y ORIGEN El Realismo surge como un movimiento opuesto al Romanticismo e intenta trasladar larealidad al arte, es decir, representarla lo más fielmente posible y con el máximo gradode verosimilitud. El Realismo surgió en la Francia de la primera mitad del XIX. Seinició con autores como Balzac y Stendhal, y se desarrolló con Flaubert. En España, elinicio realista coincidió con acontecimientos históricos capitales. Surgió hacia 1870,después de ―La Gloriosa , y tuvo su apogeo en la década de 1880. Finalmente decayó‖  en la década de 1900.

LA CORRIENTE REALISTAA mediados del s. XIX se impuso en Europa una nueva corriente de pensamiento quellevaba aparejada una nueva idea distinta del mundo. Esta nueva mentalidad tenía como

 base algunas corrientes científicas y filosóficas:- El Positivismo: Filosofía (pensamiento) que sólo consideraba verdadero aquello que se

 podía observar y experimentar.- Las teorías de la herencia biológica.- Teorías de la evolución de las especies (Darwin).- En Psicología se produce un avance muy fuerte.- La Sociología (estudio de las sociedades)- Etc.

Con el término Realismo se alude a la corriente literaria que se desarrolló en la 2ª mitaddel s. XIX cuya característica principal es la representación objetiva de la realidad. Eneste sentido, el Realismo está muy ligado a los acontecimientos sociales de este periodo(2ª mitad del s. XIX) y en muchos casos a la burguesía, que logró un poder económico ysocial, y se convirtió en la clase dominante. Esta corriente está basada en principioscientíficos y su principal método es la observación.

CARACTERÍSTICAS DEL REALISMO

2

Page 3: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 3/24

 

Teniendo en cuenta que el Realismo pretende reflejar la realidad exterior tal como es, secomprende que el género literario más cultivado sea la novela. Y es este género dondemejor se aprecia las características fundamentales de esta corriente literaria:- Se atiende más al mundo exterior que ha de ser escrito de manera objetiva y fiel y

 precisa.

- Los autores se centran en la realidad más próxima, más conocida; como consecuenciase describe la sociedad contemporánea del autor.

- El método utilizado por los autores es la observación directa, toma de apuntes,documentación rigurosa.

- Los escritores reflejan con precisión tanto los ambientes (costumbres, lugares,vestidos, etc.) como los caracteres de las personas.

- Abundan las descripciones.

- La actitud del autor es a priori objetiva e impersonal ya que actúan como un notario oun cronista que por lo general no está presente en el relato. Se suele utilizar el narrador en 3ª persona.

- El estilo suele ser natural y la lengua adaptada a la situación y la condición de vida delos personajes: culta, popular e incluso vulgar.

- Los temas tratados son muy variados: la política, el trabajo, la vida de los barrios bajos, etc.

- La intención puramente estética de los autores románticos dará paso a una intenciónmoralizante y crítica.

Podemos fijar unos RASGOS COMUNES a todas las novelas realistas. Los escritoresse sirven de la observación y documentación para reflejar la realidad/sociedad con el

 propósito de transformarla. Esto explica que existieran dos tendencias de ideologíasencontradas dentro de este movimiento. Por un lado, los conservadores, que se decantan

 por la vuelta al mundo preindustrial, defendiendo el mundo rural y mostrando la parteamable de la realidad. Por otro lado, encontramos a los liberales, que abogan por lasociedad industrial reinante, pero más justa, y la muestran tal como es.

Desde un punto de VISTA TEMÁTICO, esta novela girar en torno a la vida burguesa(sus comportamientos, sus inquietudes, sus desazones, sus matrimonios, el dinero,...).Pero también se hace el retrato de los sectores más pobres de la sociedad urbana y delmundo rural. Sus personajes suelen ser individuos (inadaptados) que se enfrentan a lasociedad y son derrotados por el mundo que los rodea. Normalmente son numerosos yrepresentan a diferentes clases sociales.

Desde el punto de VISTA FORMAL, el rasgo que define a esta novela es la búsquedade la verosimilitud, para ello se vale de diferentes recursos, como pueden ser lasdescripciones muy pormenorizadas; los personajes que evolucionan a lo largo de la obra

y aparecen en varias obras del mismo autor. Por este mismo motivo, en la novelarealista se unen los hechos históricos con la ficción; los personajes reales con los

3

Page 4: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 4/24

 

inventados. También por esta causa la acción transcurre en lugares conocidos, se alude afechas coincidentes con el momento en que se escribe la obra y se hace que los

 personajes hablen conforme a su condición social. Otro rasgo formal es la utilización deun narrador, que aun adoptando diferentes formas, suele aparecer como ultraomnisciente (con el papel de cronista). Aparte de la narración tradicional y el estilo

indirecto sobresalen el diálogo (caracterización de personajes) y el monólogo interior (subjetividad). Se busca la naturalidad estilística.

El cuento realista

 De:“Introducción literaria III”Editorial Estrada

El hombre siempre testimonió y reflejó en sus expresiones de arte la realidad que locircunda.El realismo como posición estética recién se configura a fines del siglo XIX. Se originaen la observación de ñas tradiciones y costumbres de los pueblos y, por ser unamanifestación objetica de la realidad, se expresa preferentemente en las formas de lanarrativa, como la novela y el cuento.Sin embargo el modo o técnica de representación de la realidad ha evolucionad a travésde los tiempos. El realismo litearario del siglo XIX consideraba el arte como espejo delo cotidiano, partía de la observación directa del mundo en torno e intentaba reflejarloobjetivamente en su obra. Por ello sus temas era la rutina y lo trivial de la existencia delhombre y el recurso predilecto la descripción. Hay que destacar, sin embargo, que la

copia fiel de la realidad es imposible por la multiplicidad y complejidad de la misma. Elartista debía entonces seleccionar algunos elementos que volcaba en su obra; elresultado era la descripción de un mundo distinto del originalmente observado.Para el arte contemporáneo, la única realidad que el artista llega a conocer con cierta

 profundidad es su propio yo. De este modo el mundo visto a través de la subjetividaddel escritor se transforma aun en las cosas más convencionales. El artista no falsifica larealidad pero la proyectarla en su obra como un juego de espejos el resultado es unavisión prismática y deformante de la misma. Es por ello que el arte actual aparece comoirreal , cuano en verdad no sólo pretende describir la realidad con mayor exactitud, sinotambién iluminarla y revelar sus estratos más profundos.En conclusión: hoy la literatura no refleja solamente la realidad externa y visible, la

física, sin también la invisible, infinita, que supera lo puramente físico, de dimensiónmetafísica.

Caracteres

Temática: En el cuento realista el autor se propone dar una idea cabal y verdadera delmundo que lo rodea en todos sus aspectos: material, moral, económico, político yreligioso. Por ello, la realidad hombre en su eencia y existencia, y la descripción delmedio en el que éste se desarrolla como individuo o como ser social, es la materialiteraria de este tipo de relato.En el afán de testimoniar la realidad inmediata, las obras resultan a menudo vastos

cuadros sobre la vida, las creencias, el lenguaje y las tradiciones del hombre

4

Page 5: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 5/24

 

contemporáneo. En estos casos, la anécdota se diluye o es solamente un pretexto para ladescripción de caracteres y de costumbres.

Narrador: el escritor realista trata de narrar los hechos con objetividad y para lograrlose vale de la observación directa. Por lo general utiliza la tercera persona gramatical y

adopta la posición de narrador testigo u omnisciente.

Espacio y tiempo: como recurso de verosimilitud describe minuciosa y detalladamenteel escenario en que vive el hombre y, en mayor medida que en otras clases de cuentos,incorpora el controno humano con el objeto de sugerir una atmósfera o de crear unclima de realidad.El espacio dilecto es el ámbito de la burguesía urbana y el ambiente rural. En ocasiones,el autor se detiene en la observación de los aspectos más vulgares de la sociedad conuna intención de denuncia, o para presentar una tesis.El desarrollo del tiempo de la acción es lineal y cronológico. Con el fin de precisar loshechos narrados y dotarlos de realismo, las fechas son indicadas con exactitud (meses,

años, días horas o minutos). Incluso algunos relatos aparecen desarrollados en unmomento histórico determinado. La historia presentada es preferentemente la inmediatao contemporánea del escritor. En estos casos el plano histórico se conjuga e integra conel plano de la invención. El ofrecer hitos temporales precisos permite al autor exponer los hechos en orden lógico y sucesivo y, de este modo, acentuar la verosimilitud de laficción.

Personajes: Los personajes aparecen caracterizados con una técnica tipificadora ogenérica. El tipo, síntesis de virtudes y defectos facilmente reconocibles, facilita alescritor explicitar una doctrina moral o social a través de su conducta.

Lenguaje: Como recurso de verosimilitud el narrador realista reproduce el lenguaje delos personajes: habla local, modismos, formas coloquiales. Es así mismo importante lamayor inclusión de diálogos como procedimiento para la caracterización de los

 personajes y su presentación objetiva.

Definición: El cuento realista es, por lo tanto, una presentación seria y a veces trágicade la realidad. Generalmente el autor parte de la observación directa de su entorno y lorefleja en sus obras con verosimilitud.

El hombre muerto1

 Horacio Quiroga

 El hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal. Faltábanles aúndos calles; pero como en éstas abundaban las chircas y malvas silvestres, la tarea quetenían por delante era muy poca cosa. El hombre echó, en consecuencia, una miradasatisfecha a los arbustos rozados y cruzó el alambrado para tenderse un rato en lagramilla. Mas al bajar el alambre de púa y pasar el cuerpo, su pie izquierdo resbalósobre un trozo de corteza desprendida del poste, a tiempo que el machete se le escapaba

1 Quiroga, Horacio. “El hombre muerto” [en línea]http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/hombremu.htm

5

Page 6: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 6/24

 

de la mano. Mientras caía, el hombre tuvo la impresión sumamente lejana de no ver elmachete de plano en el suelo.Ya estaba tendido en la gramilla, acostado sobre el lado derecho, tal como él quería. La

  boca, que acababa de abrírsele en toda su extensión, acababa también de cerrarse.Estaba como hubiera deseado estar, las rodillas dobladas y la mano izquierda sobre el

 pecho. Sólo que tras el antebrazo, e inmediatamente por debajo del cinto, surgían de sucamisa el puño y la mitad de la hoja del machete, pero el resto no se veía.

El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñaduradel machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y latrayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, laseguridad de que acababa de llegar al término de su existencia. La muerte. En eltranscurso de la vida se piensa muchas veces en que un día, tras años, meses, semanas ydías preparatorios, llegaremos a nuestro turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal,aceptada y prevista; tanto, que solemos dejarnos llevar placenteramente por laimaginación a ese momento, supremo entre todos, en que lanzamos el último suspiro.

Pero entre el instante actual y esa postrera expiración, ¡qué de sueños, trastornos,esperanzas y dramas presumimos en nuestra vida! ¡Qué nos reserva aún esta existenciallena de vigor, antes de su eliminación del escenario humano! Es éste el consuelo, el

 placer y la razón de nuestras divagaciones mortuorias: ¡Tan lejos está la muerte, y tanimprevisto lo que debemos vivir aún! ¿Aún...?

 No han pasado dos segundos: el sol está exactamente a la misma altura; las sombras nohan avanzado un milímetro. Bruscamente, acaban de resolverse para el hombre tendidolas divagaciones a largo plazo: se está muriendo. Muerto. Puede considerarse muerto ensu cómoda postura. Pero el hombre abre los ojos y mira. ¿Qué tiempo ha pasado? ¿Quécataclismo ha sobrevivido en el mundo? ¿Qué trastorno de la naturaleza trasuda elhorrible acontecimiento?

Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir.

El hombre resiste -¡es tan imprevisto ese horror!- y piensa: es una pesadilla; ¡esto es!¿Qué ha cambiado? Nada. Y mira: ¿no es acaso ese el bananal? ¿No viene todas lasmañanas a limpiarlo? ¿Quién lo conoce como él? Ve perfectamente el bananal, muyraleado, y las anchas hojas desnudas al sol. Allí están, muy cerca, deshilachadas por elviento. Pero ahora no se mueven... Es la calma del mediodía; pero deben ser las doce.Por entre los bananos, allá arriba, el hombre ve desde el duro suelo el techo rojo de su

casa. A la izquierda entrevé el monte y la capuera de canelas. No alcanza a ver más, pero sabe muy bien que a sus espaldas está el camino al puerto nuevo; y que en ladirección de su cabeza, allá abajo, yace en el fondo del valle el Paraná dormido como unlago. Todo, todo exactamente como siempre; el sol de fuego, el aire vibrante y solitario,los bananos inmóviles, el alambrado de postes muy gruesos y altos que pronto tendráque cambiar...

¡Muerto! ¿pero es posible? ¿no es éste uno de los tantos días en que ha salido alamanecer de su casa con el machete en la mano? ¿No está allí mismo con el machete enla mano? ¿No está allí mismo, a cuatro metros de él, su caballo, su malacara, oliendo

 parsimoniosamente el alambre de púa? ¡Pero sí! Alguien silba. No puede ver, porque

está de espaldas al camino; mas siente resonar en el puentecito los pasos del caballo...Es el muchacho que pasa todas las mañanas hacia el puerto nuevo, a las once y media.

6

Page 7: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 7/24

 

Y siempre silbando... Desde el poste descascarado que toca casi con las botas, hasta elcerco vivo de monte que separa el bananal del camino, hay quince metros largos. Losabe perfectamente bien, porque él mismo, al levantar el alambrado, midió la distancia.

¿Qué pasa, entonces? ¿Es ése o no un natural mediodía de los tantos en Misiones, en su

monte, en su potrero, en el bananal ralo? ¡Sin duda! Gramilla corta, conos de hormigas,silencio, sol a plomo... Nada, nada ha cambiado. Sólo él es distinto. Desde hace dosminutos su persona, su personalidad viviente, nada tiene ya que ver ni con el potrero,que formó él mismo a azada, durante cinco meses consecutivos, ni con el bananal, obrasde sus solas manos. Ni con su familia. Ha sido arrancado bruscamente, naturalmente,

 por obra de una cáscara lustrosa y un machete en el vientre. Hace dos minutos: Semuere.

El hombre muy fatigado y tendido en la gramilla sobre el costado derecho, se resistesiempre a admitir un fenómeno de esa trascendencia, ante el aspecto normal ymonótono de cuanto mira. Sabe bien la hora: las once y media... El muchacho de todos

los días acaba de pasar el puente.

¡Pero no es posible que haya resbalado...! El mango de su machete (pronto deberácambiarlo por otro; tiene ya poco vuelo) estaba perfectamente oprimido entre su manoizquierda y el alambre de púa. Tras diez años de bosque, él sabe muy bien cómo semaneja un machete de monte. Está solamente muy fatigado del trabajo de esa mañana, ydescansa un rato como de costumbre. ¿La prueba...? ¡Pero esa gramilla que entra ahora

 por la comisura de su boca la plantó él mismo en panes de tierra distantes un metro unode otro! ¡Ya ése es su bananal; y ése es su malacara, resoplando cauteloso ante las púasdel alambre! Lo ve perfectamente; sabe que no se atreve a doblar la esquina delalambrado, porque él está echado casi al pie del poste. Lo distingue muy bien; y ve loshilos oscuros de sudor que arrancan de la cruz y del anca. El sol cae a plomo, y la calmaes muy grande, pues ni un fleco de los bananos se mueve. Todos los días, como ése, havisto las mismas cosas.

...Muy fatigado, pero descansa solo. Deben de haber pasado ya varios minutos... Y a lasdoce menos cuarto, desde allá arriba, desde el chalet de techo rojo, se desprenderánhacia el bananal su mujer y sus dos hijos, a buscarlo para almorzar. Oye siempre, antesque las demás, la voz de su chico menor que quiere soltarse de la mano de su madre:¡Piapiá! ¡Piapiá!

¿No es eso...? ¡Claro, oye! Ya es la hora. Oye efectivamente la voz de su hijo... ¡Qué pesadilla...! ¡Pero es uno de los tantos días, trivial como todos, claro está! Luz excesiva,sombras amarillentas, calor silencioso de horno sobre la carne, que hace sudar almalacara inmóvil ante el bananal prohibido.

...Muy cansado, mucho, pero nada más. ¡Cuántas veces, a mediodía como ahora, hacruzado volviendo a casa ese potrero, que era capuera cuando él llegó, y antes habíasido monte virgen! Volvía entonces, muy fatigado también, con su machete pendientede la mano izquierda, a lentos pasos. Puede aún alejarse con la mente, si quiere; puedesi quiere abandonar un instante su cuerpo y ver desde el tejamar por él construido, eltrivial paisaje de siempre: el pedregullo volcánico con gramas rígidas; el bananal y su

arena roja: el alambrado empequeñecido en la pendiente, que se acoda hacia el camino.Y más lejos aún ver el potrero, obra sola de sus manos. Y al pie de un poste

7

Page 8: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 8/24

 

descascarado, echado sobre el costado derecho y las piernas recogidas, exactamentecomo todos los días, puede verse a él mismo, como un pequeño bulto asoleado sobre lagramilla -descansando, porque está muy cansado.

Pero el caballo rayado de sudor, e inmóvil de cautela ante el esquinado del alambrado,

ve también al hombre en el suelo y no se atreve a costear el bananal como desearía.Ante las voces que ya están próximas -¡Piapiá!- vuelve un largo, largo rato las orejasinmóviles al bulto: y tranquilizado al fin, se decide a pasar entre el poste y el hombretendido que ya ha descansado. 

El auxiliar de la parroquia2

Un cuento de amor verdaderoCharles Dickens

 Había una vez, en una diminuta ciudad de provincias bastante alejada de Londres, unhombrecito llamado Nathaniel Pipkin, que trabajaba en la parroquia de la pequeña

 población y vivía en una pequeña casa de la Calle High, a escasos diez minutos a pie dela pequeña iglesia; y a quien se podía encontrar todos los días, de nueve a cuatro,impartiendo algunas enseñanzas a los niños del lugar. Nathaniel Pipkin era un ser ingenuo, inofensivo y de carácter bondadoso, de nariz respingona, un poco zambo,

 bizco y algo cojo; dividía su tiempo entre la iglesia y la escuela, convencido de que,sobre la faz de la tierra, no había ningún hombre tan inteligente como el pastor, ningunaestancia tan grandiosa como la sacristía, ninguna escuela tan organizada como la suya.Una vez, una sola vez en su vida, había visto a un obispo... a un verdadero obispo, con

mangas de batista y peluca. Lo había visto pasear y lo había oído hablar en unaconfirmación, y, en aquella ocasión tan memorable, Nathaniel Pipkin se había sentidotan abrumado por la devoción y por el miedo que, cuando el obispo que acabamos demencionar puso la mano sobre su cabeza, él cayó desvanecido y fue sacado de la iglesiaen brazos del pertiguero.

Aquello había sido un gran acontecimiento, un momento fundamental en la vida de Nathaniel Pipkin, y el único que había alterado el suave discurrir de su tranquilaexistencia, hasta que una hermosa tarde en que estaba completamente entregado a sus

 pensamientos, levantó por casualidad los ojos de la pizarra -donde ideaba un espantoso  problema lleno de sumas para un pilluelo desobediente- y éstos se posaron,

inesperadamente, en el radiante rostro de María Lobbs, la única hija del viejo Lobbs, el poderoso guarnicionero que vivía enfrente. Lo cierto es que los ojos del señor Pipkin sehabían posado antes, y con mucha frecuencia, en el bonito semblante de María Lobbs,en la iglesia y en otros lugares; pero los ojos de María Lobbs nunca le habían parecidotan brillantes, ni las mejillas de María Lobbs tan sonrosadas como en aquella ocasión.

 No es de extrañar, pues, que Nathaniel Pipkin fuera incapaz de apartar su mirada delrostro de la señorita Lobbs; no es de extrañar que la señorita Lobbs, al ver los ojos del

 joven clavados en ella, retirara su cabeza de la ventana donde estaba asomada, la cerraray bajase la persiana; no es de extrañar que, inmediatamente después, Nathaniel Pipkinse abalanzara sobre el pequeño granuja que antes le había molestado y le diera algún

2 Dickens, Charles. “El auxiliar de la parroquia”. [en línea]http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/dickens/auxiliar.htm

8

Page 9: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 9/24

 

coscorrón y alguna bofetada para desahogarse. Todo eso fue muy natural, y no hay nadaen ello digno de asombro.

De lo que sí hay que asombrarse, sin embargo, es de que alguien tan tímido y nerviosocomo el señor Nathaniel Pipkin, y con unos ingresos tan insignificantes como él, tuviera

la osadía de aspirar, desde ese día, a la mano y al corazón de la única hija del irascibleviejo Lobbs... del viejo Lobbs, el poderoso guarnicionero, que podía haber compradotoda la ciudad de un plumazo sin que su fortuna se resintiera... del viejo Lobbs, quetenía muchísimo dinero invertido en el banco de la población con mercado máscercana... que, según decían, poseía incontables e inagotables tesoros escondidos en la

 pequeña caja fuerte con el ojo de la cerradura enorme, sobre la repisa de la chimenea, enla sala de la parte trasera... y que, como todos sabían, los días de fiesta adornaba sumesa con una auténtica tetera de plata, una jarrita para la crema y un azucarero, que,según alardeaba con el corazón henchido de orgullo, serían propiedad de su hija cuandoencontrara a un hombre digno de ella. Y comento todo esto porque es realmenteasombroso y extraño que Nathaniel Pipkin hubiera tenido la temeridad de mirar en

aquella dirección. Pero el amor es ciego, y Nathaniel era bizco; y es posible que la sumade esas dos circunstancias le impidiese ver las cosas como son.

Ahora bien, si el viejo Lobbs hubiera tenido la más remota o vaga idea del estadoemocional de Nathaniel Pipkin, habría arrasado la escuela, o borrado a su maestro de lafaz de la tierra, o cometido algún otro desmán o atrocidad de características igualmenteferoces y violentas; pues el viejo Lobbs era un tipo terrible cuando herían su orgullo ose enojaba. Y, ¡podría jurarlo!, algunas veces soltaba tantos improperios por la boca,cuando denunciaba la holgazanería del delgado aprendiz de piernas esqueléticas, que

 Nathaniel Pipkin temblaba de miedo y a sus alumnos se les erizaban los cabellos delsusto.

Día tras día, cuando se acababan las clases y los alumnos se habían ido, NathanielPipkin se sentaba en la ventana que daba a la fachada y, mientras fingía leer un libro,miraba de reojo al otro lado de la calle en busca de los brillantes ojos de María Lobbs; yno transcurrieron muchos días antes de que esos brillantes ojos apareciesen en una delas ventanas del piso de arriba, aparentemente enfrascados también en la lectura. Eraalgo maravilloso que llenaba de alegría el corazón de Nathaniel Pipkin. Era unafelicidad estar sentados allí durante horas, los dos juntos, y mirar aquel hermoso rostrocuando bajaba los ojos; pero cuando María Lobbs empezaba a levantar los ojos del libroy a lanzar sus rayos en dirección a Nathaniel Pipkin, su gozo y su admiración no

conocían límite. Finalmente, un día en que sabía que el viejo Lobbs se hallaba ausente, Nathaniel Pipkin tuvo el atrevimiento de enviar un beso con la mano a María Lobbs; yMaría Lobbs, en lugar de cerrar la ventana, ¡se lo devolvió y le sonrió! A raíz de esto,

 Nathaniel Pipkin decidió que, pasara lo que pasara, comunicaría sin más demora sussentimientos a la joven.

Jamás un pie más lindo, ni un corazón más feliz, ni unos hoyuelos más encantadores, niuna figura más hermosa, pisó con tanta gracia como María Lobbs, la hija del viejoguarnicionero, la tierra que embellecía con su presencia. Había un centelleo maliciosoen sus brillantes ojos que habría conquistado corazones mucho menos enamoradizosque el de Nathaniel Pipkin; y su risa era tan alegre que hasta el peor misántropo habría

sonreído al oírla. Ni siquiera el viejo Lobbs, en el paroxismo de su furia, podía resistirsea las carantoñas de su preciosa hija; y cuando ella y su prima Kate -una personita

9

Page 10: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 10/24

 

traviesa, descarada y cautivadora- querían conseguir algo del anciano, lo que, para ser sinceros, ocurría a menudo, no había nada que éste fuera capaz de negarles, inclusocuando le pedían una parte de los incontables e inagotables tesoros escondidos en la cajafuerte.

El corazón de Nathaniel Pipkin pareció brincarle dentro del pecho cuando, una tarde deverano, divisó a aquella atractiva pareja unos cientos de yardas por delante de él, en elmismo prado donde tantas veces había paseado hasta el anochecer, recordando la

  belleza de María Lobbs. Pero, a pesar de que, en esas ocasiones, había pensadofrecuentemente con cuánta rapidez se acercaría a María Lobbs para declararle su pasiónsi la encontraba, ahora que inesperadamente la tenía delante, toda la sangre de su cuerpoafluyó a su rostro, en claro detrimento de sus piernas que, privadas de su dosis habitual,empezaron a temblar bajo su torso. Cuando las jóvenes se paraban a coger una flor delseto, o a escuchar un pájaro, Nathaniel Pipkin hacía también un alto, y fingía estar absorto en sus meditaciones, lo que sin duda era cierto; pues pensaba qué demonios ibaa hacer cuando se dieran la vuelta, como ocurriría inevitablemente, y se encontraran

frente a frente. Pero, a pesar de que temía acercarse a ellas, no podía soportar perderlasde vista; de modo que, cuando las dos jóvenes andaban más deprisa, él andaba másdeprisa y, cuando se detenían, él se detenía; y habrían seguido así hasta que la noche selo impidiera, si Kate no hubiera mirado maliciosamente hacia atrás y hubiese animado aavanzar a Nathaniel. Había algo irresistible en los modales de Kate, así que NathanielPipkin accedió a su deseo; y después de mucho ruborizarse, mientras la pequeña ytraviesa prima se desternillaba de risa, Nathaniel Pipkin se arrodilló en la hierba mojaday declaró su determinación de quedarse allí para siempre, a menos que le permitieran

 ponerse en pie como novio formal de María Lobbs. Al oír esto, la alegre risa de laseñorita Lobbs resonó a través del aire sereno de la noche... aunque no pareció

 perturbarlo; su sonido era tan encantador... Y la pequeña y traviesa prima se rió másfuerte que antes, y Nathaniel Pipkin enrojeció como nunca lo había hecho. Finalmente,María Lobbs, ante la insistencia de su rendido admirador, volvió la cabeza y susurró asu prima que dijera -o, en cualquier caso, fue ésta quien lo dijo- que se sentía muyhonrada con las palabras del señor Pipkin; que su mano y su corazón estaban adisposición de su padre; y que nadie podía ser insensible a los méritos del señor Pipkin.Como Kate declaró todo esto con enorme seriedad, y Nathaniel Pipkin acompañó a casaa María Lobbs, e incluso intentó despedirse de ella con un beso, el joven se fue feliz a lacama, y pasó la noche soñando con ablandar al viejo Lobbs, abrir la caja fuerte y casarsecon María.

Al día siguiente, Nathaniel Pipkin vio cómo el viejo Lobbs se alejaba en su viejo ponygris y, después de que la pequeña y traviesa prima le hiciera innumerables señas desdela ventana, cuya finalidad y significado fue incapaz de comprender, el delgado aprendizde piernas esqueléticas fue a decirle que su amo no regresaría en toda la noche y que lasdamas lo esperaban para tomar el té exactamente a las seis en punto.

Cómo transcurrieron las clases aquel día es algo de lo que ni Nathaniel Pipkin ni susalumnos saben más que usted; pero lo cierto es que, de un modo u otro, éstas llegaron asu fin y, cuando los niños se marcharon, Nathaniel Pipkin se tomó hasta las seis en

 punto para vestirse a su gusto. No es que tardase mucho tiempo en elegir el atuendo queiba a llevar, ya que no había dónde escoger; pero, conseguir que éste luciera al máximo

y darle los últimos toques era una tarea no exenta de dificultades ni de importancia.

10

Page 11: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 11/24

 

Lo esperaba un pequeño grupo, formado por María Lobbs, su prima Kate y tres o cuatromuchachas, juguetonas y afables, de mejillas sonrosadas. Nathaniel Pipkin comprobó

 personalmente que los rumores que corrían sobre los tesoros del viejo Lobbs no eranexagerados. Había sobre la mesa una auténtica tetera de plata, una jarrita para la cremay un azucarero, y auténticas cucharitas de plata para remover el té, y auténticas tazas de

 porcelana para beberlo, y platos a juego para los pasteles y las tostadas. Lo único que ledisgustaba era la presencia de otro primo de María Lobbs, un hermano de Kate, a quienMaría llamaba Henry, y que parecía acaparar la compañía de María Lobbs en uno de losextremos de la mesa. Resulta encantador que las familias se quieran, siempre que nolleven ese sentimiento demasiado lejos, y Nathaniel Pipkin no pudo sino pensar queMaría Lobbs debía de estar especialmente encariñada con sus parientes, si prestaba a losdemás la misma atención que a aquel primo. Después de tomar el té, cuando la pequeñay traviesa prima propuso jugar a la gallina ciega, por un motivo u otro, Nathaniel Pipkinestuvo casi todo el tiempo con los ojos vendados; y siempre que cogía al primo sabíacon seguridad que María Lobbs andaba cerca. Y, a pesar de que la pequeña y traviesa

 prima y las otras muchachas le pellizcaban, le tiraban del pelo, empujaban las sillas para

que tropezara, y toda clase de cosas, María Lobbs jamás se acercó a él; y en unaocasión... en una ocasión... Nathaniel Pipkin habría jurado oír el sonido de un beso,seguido de una débil protesta de María Lobbs, y de unas risitas de sus amigas. Todoesto era extraño... muy extraño... y es difícil saber lo que Nathaniel Pipkin habría hechosi sus pensamientos no hubieran tomado bruscamente otra dirección.

Y las circunstancias que cambiaron el rumbo de sus pensamientos fueron unos fuertesaldabonazos en la puerta de entrada; y quien así llamaba era el viejo Lobbs, que habíaregresado inesperadamente y golpeaba la puerta con la misma insistencia que unfabricante de ataúdes, pues reclamaba su cena. En cuanto el delgado aprendiz de piernasesqueléticas les comunicó la alarmante noticia, las muchachas subieron corriendo aldormitorio de María Lobbs, y el primo y Nathaniel Pipkin fueron empujados dentro dedos armarios de la sala, a falta de otro escondite mejor; y, cuando María Lobbs y su

  pequeña y traviesa prima hubieron ocultado a los jóvenes y ordenado la estancia,abrieron al viejo Lobbs, que no había dejado de aporrear la puerta desde su llegada.

Lo que, desgraciadamente, sucedió entonces es que el viejo Lobbs, que estaba muertode hambre, llegó con un humor espantoso. Nathaniel Pipkin podía oírlo gruñir como unviejo mastín con dolor de garganta; y, siempre que el infortunado aprendiz de piernasesqueléticas entraba en el cuarto, tenía la certeza de que el viejo Lobbs empezaría amaldecirlo del modo más sarracénico y feroz, aunque, al parecer, sin otra finalidad u

objetivo que desahogar su furia con aquellos superfluos exabruptos. Finalmente lesirvieron la cena, que hubieron de calentar, y el viejo Lobbs se abalanzó sobre lacomida; después de comérselo todo con rapidez, besó a su hija y le pidió su pipa.

La naturaleza había colocado las rodillas de Nathaniel Pipkin en una posición muycercana, pero, cuando oyó que el viejo Lobbs pedía su pipa, éstas se juntaron con fuerzacomo si pretendieran reducirse mutuamente a polvo; pues, colgando de un par deganchos, en el mismo armario donde se escondía, había una enorme pipa, de boquillamarrón y cazoleta de plata, que él mismo había contemplado en la boca del viejo Lobbscon regularidad, todas las tardes y todas las noches, durante los últimos cinco años. Lasdos jóvenes buscaron la pipa en el piso de abajo, en el piso de arriba, y en todas partes

excepto donde sabían que estaba, y el viejo Lobbs, mientras tanto, despotricaba delmodo más increíble. Finalmente, recordó el armario y se dirigió a él. No sirvió de nada

11

Page 12: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 12/24

 

que un hombre diminuto como Nathaniel Pipkin tirara de la puerta hacia dentromientras un tipo grande y fuerte como el viejo Lobbs tiraba hacia fuera. El viejo Lobbsabrió el armario de golpe, poniendo al descubierto a Nathaniel Pipkin que, muy erguidodentro del armario, temblaba atemorizado de la cabeza a los pies. ¡Santo Dios! Quémirada tan terrible le lanzó el viejo Lobbs, mientras lo sacaba por el cuello y lo sujetaba

a cierta distancia.

-Pero ¿qué demonios se le ha perdido aquí? -exclamó el viejo Lobbs, con vozestentórea.

 Nathaniel Pipkin fue incapaz de contestar, de modo que el viejo Lobbs lo zarandeóhacia delante y hacia atrás durante dos o tres minutos, a fin de ayudarlo a aclarar susideas.

-¿Que qué se le ha perdido aquí? -bramó Lobbs-; supongo que ha venido detrás de mihija, ¿no es así?

El viejo Lobbs lo dijo únicamente para burlarse de él; pues no creía que el atrevimientode Nathaniel Pipkin pudiera llegar tan lejos. Cuán grande fue su indignación cuando el

 pobre hombre respondió:

-Sí, señor Lobbs, he venido detrás de su hija. Estoy enamorado de ella, señor Lobbs.

-¿Usted? ¡Un rufián apocado, enclenque y mal encarado! -dijo con voz entrecortada elviejo Lobbs, paralizado por la terrible confesión-. ¿Qué significan sus palabras?¡Dígamelo en la cara! ¡Maldita sea, lo estrangularé!

Es muy probable que el viejo Lobbs hubiera ejecutado su amenaza, empujado por la ira,de no haberlo impedido una inesperada aparición: a saber, el primo de María que,abandonando su armario y corriendo hacia el viejo Lobbs, exclamó:

-No puedo permitir que esta persona inofensiva, que ha sido invitada aquí para elregocijo de unas niñas, asuma, de un modo tan generoso, la responsabilidad de una falta(si es que puede llamarse así) de la que soy el único culpable; y estoy dispuesto areconocerlo. Quiero a su hija, señor; y he venido con el propósito de verla.

El viejo Lobbs abrió mucho los ojos al oír sus palabras, aunque no más que Nathaniel

Pipkin.

-¿Ha venido usted? -dijo Lobbs, recuperando finalmente el habla.

-Sí, he venido.

-Hace mucho tiempo que le prohibí entrar en esta casa.

-Es cierto; de otro modo no habría venido a escondidas esta noche.

Lamento contar esto del viejo Lobbs, pero creo que habría pegado al primo si su

hermosa hija, con los brillantes ojos anegados en lágrimas, no le hubiera agarrado el brazo.

12

Page 13: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 13/24

 

-No lo detengas, María -exclamó el joven-; si quiere pegarme, déjalo. Yo no tocaría niuno de sus cabellos grises por todo el oro del mundo.

El anciano bajó la mirada tras ese reproche, y sus ojos se encontraron con los de su hija.

He insinuado ya en una o dos ocasiones que los tenía muy brillantes, y, aunque ahoraestaban llenos de lágrimas, su influjo no era menor. Cuando el viejo Lobbs volvió lacabeza, para evitar que esos ojos lo convencieran, se topó con el rostro de la pequeña ytraviesa prima que, medio asustada por su hermano y medio riéndose de NathanielPipkin, mostraba la expresión más encantadora, y no exenta de malicia, que un hombreviejo o joven puede contemplar. Cogió zalamera el brazo del anciano y le susurró algoal oído; y, a pesar de sus esfuerzos, el viejo Lobbs no pudo evitar sonreír, al tiempo queuna lágrima rodaba por sus mejillas. Cinco minutos más tarde, sus amigas bajaban deldormitorio entre remilgos y risitas sofocadas; y, mientras los jóvenes se divertían, elviejo Lobbs descolgó la pipa y se puso a fumar; y se dio la extraordinaria circunstanciade que aquella pipa de tabaco fue la más deliciosa y relajante que había fumado jamás.

 Nathaniel Pipkin creyó preferible guardar silencio y, al hacerlo, consiguió ganarse pocoa poco la estima del viejo Lobbs, que con el tiempo le enseñó a fumar; y, durantemuchos años, los dos se sentaban en el jardín al atardecer, cuando el tiempo era bueno,y fumaban y bebían muy animados. No tardó en recuperarse de su desengaño, pues sunombre figura en el registro de la parroquia como testigo de la boda de María Lobbs ysu primo; y, según consta en otros documentos, parece que la noche de la ceremonia la

 pasó entre rejas, por haber cometido toda clase de excesos en las calles en un estado deabsoluta embriaguez, ayudado e instigado por el delgado aprendiz de piernasesqueléticas.

 

Cabecita negra3

Germán Rozenmacher 

 A Raúl Kruschovsky

El señor Lanari no podía dormir. Eran las tres y media de la mañana y fumabaenfurecido, muerto de frío, acodado en ese balcón del tercer piso, sobre la calle vacía,temblando, encogido dentro del sobretodo de solapas levantadas. Después de dar vueltasy vueltas en la cama, de tomar pastillas y de ir y venir por la casa frenético y rabiosocomo un león enjaulado, se había vestido como para salir y hasta se había lustrado loszapatos.

Y ahí estaba ahora, con los ojos resecos, los nervios tensos, agazapado escuchando elinvisible golpeteo de algún caballo de carro verdulero cruzando la noche, mientrasalgún taxi daba vueltas a la manzana con sus faros rompiendo la neblina, esperandoturno para entrar al amueblado de la calle Cangallo, y un tranvía 63 con las ventanillas

3 Rozenmacher, Germán. Cabecita negra. “Cabecita negra”. Centro Editor de América Latina,

Buenos Aires. 1992.-

13

Page 14: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 14/24

 

 pegajosas, opacadas de frío, pasaba vacío de tanto en tanto, arrastrándose entre las casasde uno o dos a siete pisos y se perdía, entre los pocos letreros luminosos de los hoteles,que brillaban mojados, apenas visibles, calle abajo.

Ese insomnio era una desgracia. Mañana estaría resfriado y andaría abombado como un

sonámbulo todo el día. Y además nunca había hecho esa idiotez de levantarse y vestirseen plena noche de invierno nada más que para quedarse ahí, fumando en el balcón. ¿Aquién se le ocurriría hacer esas cosas? Se encogió de hombros, angustiado. La noche sehabía hecho para dormir y se sentía viviendo a contramano. Solamente él se sentíadespierto en medio del enorme silencio de la ciudad dormida. Un silencio que lo hacíamoverse con cierto sigiloso cuidado, como si pudiera despertar a alguien. Se cuidaríamuy bien de no contárselo a su socio de la ferretería porque lo cargaría un año entero

 por esa ocurrencia de lustrarse los zapatos en medio de la noche. En este país donde unoaprovechaba cualquier oportunidad para joder a los demás y pasarla bien a costillasajenas había que tener mucho cuidado para conservar la dignidad. Si uno se descuidabalo llevaban por delante, lo aplastaban como a una cucaracha. Estornudó. Si estuviera su

mujer ya le habría hecho uno de esos tés de yuyos que ella tenía y santo remedio. Perosuspiró desconsolado. Su mujer y su hijo se habían ido a pasar el fin de semana a laquinta de Paso del Rey llevándose a la sirvienta así que estaba solo en la casa. Sinembargo, pensó, no le iban tan mal las cosas. No podía quejarse de la vida. Su padrehabía sido un cobrador de la luz, un inmigrante que se había muerto de hambre sinhaber llegado a nada. El señor Lanari había trabajado como un animal y ahora tenía esacasa del tercer piso cerca del Congreso, en propiedad horizontal, y hacía pocos meseshabía comprado el pequeño Renault que estaba abajo, y había gastado una fortuna en loshermosos apliques cromados de las portezuelas. La ferretería de la Avenida de Mayo ibamuy bien y ahora tenía también la quinta de fin de semana donde pasaba las vacaciones.

 No podía quejarse. Se daba todos los gustos. Pronto su hijo se recibiría de abogado yseguramente se casaría con alguna chica distinguida. Claro que había tenido que hacer muchos sacrificios. En tiempos como éstos, donde los desórdenes políticos eran larutina, había estado al borde de la quiebra. Palabra fatal que significaba el escándalo, laruina, la pérdida de todo. Había tenido que aplastar muchas cabezas para sobrevivir 

 porque si no, hubieran hecho lo mismo con él. Así era la vida. Pero había salidoadelante. Además cuando era joven tocaba el violín y no había cosa que le gustase másen el mundo. Pero vio por delante un porvenir dudoso y sombrío lleno de humillacionesy miseria y tuvo miedo. Pensó que se debía a sus semejantes, a su familia, que en la vidauno no podía hacer todo lo que quería, que tenía que seguir el camino recto, el caminodebido y que no debía fracasar. Y entonces todo lo que había hecho en la vida había

sido para que lo llamaran “señor”. Y entonces juntó dinero y puso una ferretería. Sevivía una sola vez y no le había ido tan mal. No señor. Ahí afuera, en la calle, podíanestar matándose. Pero él tenía esa casa, su refugio, donde era el dueño, donde se podíavivir en paz, donde todo estaba en su lugar, donde lo respetaban. Lo único que lodesesperaba era ese insomnio. Dieron las cuatro de la mañana. La niebla era espesa. Unsilencio pesado había caído sobre Buenos Aires. Ni un ruido. Todo en calma. Hasta elseñor Lanari tratando de no despertar a nadie, fumaba, adormeciéndose.

De pronto una mujer gritó en la noche. De golpe. Una mujer aullaba a todo lo que dabacomo una perra salvaje y pedía socorro sin palabras, gritaba en la neblina, llamaba aalguien, gritaba en la neblina, llamaba a alguien, a cualquiera. El señor Lanari dio un

respingo, y se estremeció, asustado. La mujer aullaba de dolor en la neblina y parecíagolpearlo con sus gritos como un puñetazo. El señor Lanari quiso hacerla callar, era de

14

Page 15: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 15/24

 

noche, podía despertar a alguien, había que hablar más bajo. Se hizo un silencio. Y de pronto gritó de nuevo, reventando el silencio y la calma y el orden, haciendo escándaloy pidiendo socorro con su aullido visceral de carne y sangre, anterior a las palabras, casiun vagido de niña, desesperado y solo.

El viento siguió soplando. Nadie despertó. Nadie se dio por enterado. Entonces el señor Lanari bajó a la calle y fue en la niebla, a tientas, hasta la esquina. Y allí la vio. Nadamás que una cebecita negra sentada en el umbral del hotel que tenía el letrero luminoso“Para Damas” en la puerta, despatarrada y borracha, casi una niña, con las manos caídassobre la falda, vencida y sola y perdida, y las piernas abiertas bajo la pollera sucia degrandes flores chillonas y rojas y la cabeza sobre el pecho y una botella de cerveza bajoel brazo.

 —Quiero ir a casa, mamá —lloraba—. Quiero cien pesos para el tren para irme a casa.

Era una china que podía ser su sirvienta sentada en el último escalón de la estrecha

escalera de madera en un chorro de luz amarilla.

El señor Lanari sintió una vaga ternura, una vaga piedad, se dijo que así eran estosnegros, qué se iba a hacer, la vida era dura, sonrió, sacó cien pesos y se los pusoarrollados en el gollete de la botella pensando vagamente en la caridad. Se sintiósatisfecho. Se quedó mirándola, con las manos en los bolsillos, despreciándola despacio.

 —¿Qué están haciendo ahí ustedes dos? —la voz era dura y malévola. Antes de que sediera vuelta ya sintió una mano sobre su hombro.

 —A ver, ustedes dos, vamos a la comisaría. Por alterar el orden en la vía pública.

El señor Lanari, perplejo, asustado, le sonrió con un gesto de complicidad al vigilante.

 —Mire estos negros, agente, se pasan la vida en curda y después se embroman y hacen barullo y no dejan dormir a la gente.

Entonces se dio cuenta de que el vigilante también era bastante morochito pero ya eratarde. Quiso empezar a contar su historia.

 —Viejo baboso —dijo el vigilante mirando con odio al hombrecito despectivo, seguro y

sobrador que tenía adelante—. Hacete el gil ahora.

El voseo golpeó al señor Lanari como un puñetazo.

 —Vamos. En cana.

El señor Lanari parpadeaba sin comprender. De pronto reaccionó violentamente y legritó al policía.

 —Cuidado señor, mucho cuidado. Esta arbitrariedad le puede costar muy cara. ¿Ustedsabe con quién está hablado? —Había dicho eso como quien pega un tiro en el vacío. El

señor Lanari no tenía ningún comisario amigo.

15

Page 16: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 16/24

 

 —Andá, viejito verde andá, ¿te creés que no me di cuenta que la largaste dura y ahora tequerés lavar las manos? —dijo el vigilante y lo agarró por la solapa levantando a lanegra que ya había dejado de llorar y que dejaba hacer, cansada, ausente y calladamirando simplemente todo. El señor Lanari temblaba. Estaban todos locos. ¿Qué teníaque ver él con todo eso? Y además ¿qué pasaría si fuera a la comisaría y aclarara todo y

entonces no le creyeran y se complicaran más las cosas? Nunca había pisado unacomisaría. Toda su vida había hecho lo posible para no pisar una comisaría. Era unhombre decente. Ese insomnio había tenido la culpa. Y no había ninguna garantía deque la policía aclarase todo. Pasaban cosas muy extrañas en los últimos tiempos. Nisiquiera en la policía se podía confiar. No. A la comisaría no. Sería una vergüenzainútil.

 —Vea agente. Yo no tengo nada que ver con esta mujer —dijo señalándola. Sintió queel vigilante dudaba. Quiso decirle que ahí estaban ellos dos, del lado de la ley y esanegra estúpida que se quedaba callada, para peor, era la única culpable.

De pronto se acercó al agente que era una cabeza más alto que él, y que lo miraba decostado, con desprecio, con duros ojos salvajes, inyectados y malignos, bestiales, congrandes bigotes de morsa. Un animal. Otro cabecita negra.

  —Señor agente — le dijo en tono confidencial y bajo como para que la otra noescuchara, parada ahí, con la botella vacía como una muñeca, acunándola entre los

 brazos, cabeceando, ausente como si estuviera tan aplastada que ya nada le importaba.

 —Vengan a mi casa, señor agente. Tengo un coñac de primera. Va a ver que todo lo quele digo es cierto —y sacó una tarjeta personal y los documentos y se los mostró—. Vivoahí al lado —gimió casi, manso y casi adulón, quejumbroso, sabiendo que estaba enmanos del otro sin tener ni siquiera un diputado para que sacara la cara por él y lodefendiera. Era mejor amansarlo, hasta darle plata y convencerlo para que lo dejara deembromar.

El agente miró el reloj y de pronto, casi alegremente, como si el señor Lanari le hubiera propuesto una gran idea, lo tomó a él por un brazo y a la negrita por otro y casiamistosamente se fue con ellos. Cuando llegaron al departamento el señor Lanari

 prendió todas las luces y le mostró la casa a las visitas. La negra apenas vio la camamatrimonial se tiró y se quedó profundamente dormida.

Qué espantoso, pensó, si justo ahora llegaba gente, su hijo o sus parientes o cualquiera,y lo vieran ahí, con esos negros, al margen de todo, como metidos en la misma oscuracosa viscosamente sucia; sería un escándalo, lo más horrible del mundo, un escándalo, ynadie le creería su explicación y quedaría repudiado, como culpable de una oscuraculpa, y yo no hice nada mientras hacía eso tan desusado, ahí a las 4 de la madrugada,

 porque la noche se había hecho para dormir y estaba atrapado por esos negros, él, queera una persona decente, como si fuera una basura cualquiera, atrapado por la locura, ensu propia casa.

 —Dame café — dijo el policía y en ese momento el señor Lanari sintió que lo estabanhumillando. Toda su vida había trabajado para tener eso, para que no lo atropellaran y

así, de repente, ese hombre, un cualquiera, un vigilante de mala muerte, lo trataba deche, le gritaba, lo ofendía. Y lo que era peor, vio en sus ojos un odio tan frío, tan

16

Page 17: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 17/24

 

inhumano, que ya no supo qué hacer. De pronto pensó que lo mejor sería ir a lacomisaría porque aquel hombre podría ser un asesino disfrazado de policía que habíavenido a robarlo y matarlo y sacarle todas las cosas que había conseguido en años yaños de duro trabajo, todas sus posesiones, y encima humillarlo y escupirlo. Y la mujer estaba en toda la trampa como carnada. Se encogió de hombros. No entendía nada. Le

sirvió café. Después lo llevó a conocer la biblioteca. Sentía algo presagiante, que secernía, que se venía. Una amenaza espantosa que no sabía cuándo se le desplomaríaencima ni cómo detenerla. El señor Lanari, sin saber por qué, le mostró la bibliotecaabarrotada con los mejores libros. Nunca había podido hacer tiempo para leerlos peroestaban allí. El señor Lanari tenía cultura. Había terminado el colegio nacional y teníatoda la historia de Mitre encuadernada en cuero. Aunque no había podido estudiar violíntenía un hermoso tocadiscos y allí, posesión suya, cuando quería, la mejor música delmundo se hacía presente.

Hubiera querido sentarse amigablemente y conversar de libros con el hombre. Pero ¿dequé libros podría hablar con ese negro? Con la otra durmiendo en su cama y ese hombre

ahí frente suyo, como burlándose, sentía un oscuro malestar que le iba creciendo, unainquietud sofocante. De golpe se sorprendió de que justo ahora quisiera hablar de librosy con ese tipo. El policía se sacó los zapatos, tiró por ahí la gorra, se abrió la campera yse puso a tomar despacio.

El señor Lanari recordó vagamente a los negros que se habían lavado alguna vez las patas en las fuentes de plaza Congreso. Ahora sentía lo mismo. La misma vejación, lamisma rabia. Hubiera querido que estuviera ahí su hijo. No tanto para defenderse deaquellos negros que ahora se le habían despatarrado en su propia casa, sino paraenfrentar todo eso que no tenía ni pies ni cabeza y sentirse junto a un ser humano, una

 persona civilizada. Era como si de pronto esos salvajes hubieran invadido su casa.Sintió que deliraba y divagaba y sudaba y que la cabeza le estaba por estallar. Todoestaba al revés. Esa china que podía ser su sirvienta en su cama y ese hombre del que nisiquiera sabía a ciencia cierta si era un policía, ahí, tomando su coñac. La casa estabatomada.

 —Qué le hiciste — dijo al fin el negro.

 —Señor, mida sus palabras. Yo lo trato con la mayor consideración. Así que haga elfavor de ... —el policía o lo que fuera lo agarró de las solapas y le dio un puñetazo en lanariz. Anonadado, el señor Lanari sintió cómo le corría la sangre por el labio. Bajó los

ojos. Lloraba. ¿Por qué le estaba haciendo eso? ¿Qué cuentas le pedían? Dosdesconocidos en la noche entraban en su casa y le pedían cuentas por algo que noentendía y todo era un manicomio.

 —Es mi hermana. Y vos la arruinaste. Por tu culpa, ella se vino a trabajar comomuchacha, una chica, una chiquilina, y entonces todos creen que pueden llevársela por delante. Cualquiera se cree vivo ¿eh? Pero hoy apareciste, porquería, apareciste justo yme las vas a pagar todas juntas. Quién iba a decirlo, todo un señor...

El señor Lanari no dijo nada y corrió al dormitorio y empezó a sacudir a la chicadesesperadamente. La chica abrió los ojos, se encogió de hombros, se dio vuelta y

siguió durmiendo. El otro empezó a golpearlo, a patearlo en la boca del estómago,

17

Page 18: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 18/24

 

mientras el señor Lanari decía no, con la cabeza y dejaba hacer, anonadado, y entoncesfue cuando la chica despertó y lo miró y le dijo al hermano:

 —Este no es, José. — Lo dijo con una voz seca, inexpresiva, cansada, pero definitiva.Vagamente el señor Lanari vio la cara atontada, despavorida, humillada del otro y vio

que se detenía bruscamente y vio que la mujer se levantaba, con pesadez, y por fin,sintió que algo tontamente le decía adentro “Por fin se me va este maldito insomnio” yse quedó bien dormido. Cuando despertó, el sol estaba tan alto y le dio en los ojos,encegueciéndolo. Todo en la pieza estaba patas arriba, todo revuelto y le dolíaterriblemente la boca del estómago. Sintió un vértigo, sintió que estaba a punto devolverse loco y cerró los ojos para no girar en un torbellino. De pronto se precipitó arevisar los cajones, todos los bolsillos, bajó al garaje a ver si el auto estaba todavía, y

 jadeaba, desesperado a ver si no le faltaba nada. ¿Qué hacer?, a quién recurrir? Podría ir a la comisaría, denunciar todo, pero ¿denunciar qué? ¿Todo había pasado de veras?“Tranquilo, tranquilo, aquí no ha pasado nada”, trataba de decirse pero era inútil: ledolía la boca del estómago y todo estaba patas para arriba y la puerta de calle abierta.

Tragaba saliva. Algo había sido violado. “La chusma, dijo para tranquilizarse, ”hay queaplastarlo, aplastarlo”, dijo para tranquilizarse. “La fuerza pública”, dijo, “tenemos todala fuerza pública y el ejército”, dijo para tranquilizarse. Sintió que odiaba. Y de prontoel señor Lanari supo que desde entonces jamás estaría seguro de nada. De nada.

¿Cuánta tierra necesita un hombre?4

 León Tolstoi

Érase una vez un campesino llamado Pahom, que había trabajado dura y honestamente para su familia, pero que no tenía tierras propias, así que siempre permanecía en la pobreza. "Ocupados como estamos desde la niñez trabajando la madre tierra -pensaba amenudo- los campesinos siempre debemos morir como vivimos, sin nada propio. Lascosas serían diferentes si tuviéramos nuestra propia tierra."

Ahora bien, cerca de la aldea de Pahom vivía una dama, una pequeña terrateniente, que poseía una finca de ciento cincuenta hectáreas. Un invierno se difundió la noticia de queesta dama iba a vender sus tierras. Pahom oyó que un vecino suyo compraría veinticinco

hectáreas y que la dama había consentido en aceptar la mitad en efectivo y esperar unaño por la otra mitad.

"Qué te parece -pensó Pahom- Esa tierra se vende, y yo no obtendré nada."

Así que decidió hablar con su esposa.

-Otras personas están comprando, y nosotros también debemos comprar unas diezhectáreas. La vida se vuelve imposible sin poseer tierras propias.

4 Tolstoi, León. “¿Cuánta tierra necesita un hombre?” [en línea]http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/rus/tolstoi/cuanta.htm

18

Page 19: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 19/24

 

Se pusieron a pensar y calcularon cuánto podrían comprar. Tenían ahorrados cienrublos. Vendieron un potrillo y la mitad de sus abejas; contrataron a uno de sus hijoscomo peón y pidieron anticipos sobre la paga. Pidieron prestado el resto a un cuñado, yasí juntaron la mitad del dinero de la compra. Después de eso, Pahom escogió una

 parcela de veinte hectáreas, donde había bosques, fue a ver a la dama e hizo la compra.

Así que ahora Pahom tenía su propia tierra. Pidió semilla prestada, y la sembró, yobtuvo una buena cosecha. Al cabo de un año había logrado saldar sus deudas con ladama y su cuñado. Así se convirtió en terrateniente, y talaba sus propios árboles, yalimentaba su ganado en sus propios pastos. Cuando salía a arar los campos, o a mirar sus mieses o sus prados, el corazón se le llenaba de alegría. La hierba que crecía allí ylas flores que florecían allí le parecían diferentes de las de otras partes. Antes, cuandocruzaba esa tierra, le parecía igual a cualquier otra, pero ahora le parecía muy distinta.

Un día Pahom estaba sentado en su casa cuando un viajero se detuvo ante su casa.Pahom le preguntó de dónde venía, y el forastero respondió que venía de allende el

Volga, donde había estado trabajando. Una palabra llevó a la otra, y el hombre comentóque había muchas tierras en venta por allá, y que muchos estaban viajando paracomprarlas. Las tierras eran tan fértiles, aseguró, que el centeno era alto como uncaballo, y tan tupido que cinco cortes de guadaña formaban una avilla. Comentó que uncampesino había trabajado sólo con sus manos, y ahora tenía seis caballos y dos vacas.

El corazón de Pahom se colmó de anhelo.

"¿Por qué he de sufrir en este agujero -pensó- si se vive tan bien en otras partes?Venderé mi tierra y mi finca, y con el dinero comenzaré allá de nuevo y tendré todonuevo".

Pahom vendió su tierra, su casa y su ganado, con buenas ganancias, y se mudó con sufamilia a su nueva propiedad. Todo lo que había dicho el campesino era cierto, y Pahomestaba en mucha mejor posición que antes. Compró muchas tierras arables y pasturas, y

 pudo tener las cabezas de ganado que deseaba.

Al principio, en el ajetreo de la mudanza y la construcción, Pahom se sentíacomplacido, pero cuando se habituó comenzó a pensar que tampoco aquí estabasatisfecho. Quería sembrar más trigo, pero no tenía tierras suficientes para ello, así quearrendó más tierras por tres años. Fueron buenas temporadas y hubo buenas cosechas,

así que Pahom ahorró dinero. Podría haber seguido viviendo cómodamente, pero secansó de arrendar tierras ajenas todos los años, y de sufrir privaciones para ahorrar eldinero.

"Si todas estas tierras fueran mías -pensó-, sería independiente y no sufriría estasincomodidades."

Un día un vendedor de bienes raíces que pasaba le comentó que acababa de regresar dela lejana tierra de los bashkirs, donde había comprado seiscientas hectáreas por sólo milrublos.

19

Page 20: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 20/24

 

-Sólo debes hacerte amigo de los jefes -dijo- Yo regalé como cien rublos en vestidos yalfombras, además de una caja de té, y di vino a quienes lo bebían, y obtuve la tierra por una bicoca.

"Vaya -pensó Pahom-, allá puedo tener diez veces más tierras de las que poseo. Debo

 probar suerte."

Pahom encomendó a su familia el cuidado de la finca y emprendió el viaje, llevandoconsigo a su criado. Pararon en una ciudad y compraron una caja de té, vino y otrosregalos, como el vendedor les había aconsejado. Continuaron viaje hasta recorrer másde quinientos kilómetros, y el séptimo día llegaron a un lugar donde los bashkirs habíaninstalado sus tiendas.

En cuanto vieron a Pahom, salieron de las tiendas y se reunieron en torno al visitante.Le dieron té y kurniss, y sacrificaron una oveja y le dieron de comer. Pahom sacó

 presentes de su carromato y los distribuyó, y les dijo que venía en busca de tierras. Los

 bashkirs parecieron muy satisfechos y le dijeron que debía hablar con el jefe. Lomandaron a buscar y le explicaron a qué había ido Pahom.

El jefe escuchó un rato, pidió silencio con un gesto y le dijo a Pahom:

-De acuerdo. Escoge la tierra que te plazca. Tenemos tierras en abundancia.

-¿Y cuál será el precio? -preguntó Pahom.

-Nuestro precio es siempre el mismo: mil rublos por día.

Pahom no comprendió.

-¿Un día? ¿Qué medida es ésa? ¿Cuántas hectáreas son?

-No sabemos calcularlo -dijo el jefe-. La vendemos por día. Todo lo que puedas recorrer a pie en un día es tuyo, y el precio es mil rublos por día.

Pahom quedó sorprendido.

-Pero en un día se puede recorrer una vasta extensión de tierra -dijo.

El jefe se echó a reír.

-¡Será toda tuya! Pero con una condición. Si no regresas el mismo día al lugar dondecomenzaste, pierdes el dinero.

-¿Pero cómo debo señalar el camino que he seguido?

-Iremos a cualquier lugar que gustes, y nos quedaremos allí. Puedes comenzar desde esesitio y emprender tu viaje, llevando una azada contigo. Donde lo consideres necesario,deja una marca. En cada giro, cava un pozo y apila la tierra; luego iremos con un arado

de pozo en pozo. Puedes hacer el recorrido que desees, pero antes que se ponga el soldebes regresar al sitio de donde partiste. Toda la tierra que cubras será tuya.

20

Page 21: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 21/24

 

Pahom estaba alborozado. Decidió comenzar por la mañana. Charlaron, bebieron máskurniss, comieron más oveja y bebieron más té, y así llegó la noche. Le dieron a Pahomuna cama de edredón, y los bashkirs se dispersaron, prometiendo reunirse a la mañanasiguiente al romper el alba y viajar al punto convenido antes del amanecer.

Pahom se quedó acostado, pero no pudo dormirse. No dejaba de pensar en su tierra.

"¡Qué gran extensión marcaré! -pensó-. Puedo andar fácilmente cincuenta kilómetros por día. Los días ahora son largos, y un recorrido de cincuenta kilómetros representarágran cantidad de tierra. Venderé las tierras más áridas, o las dejaré a los campesinos,

 pero yo escogeré la mejor y la trabajaré. Compraré dos yuntas de bueyes y contratarédos peones más. Unas noventa hectáreas destinaré a la siembra y en el resto criaréganado."

Por la puerta abierta vio que estaba rompiendo el alba.

-Es hora de despertarlos -se dijo-. Debemos ponernos en marcha.

Se levantó, despertó al criado (que dormía en el carromato), le ordenó uncir los caballosy fue a despertar a los bashkirs.

-Es hora de ir a la estepa para medir las tierras -dijo.

Los bashkirs se levantaron y se reunieron, y también acudió el jefe. Se pusieron a beber más kurniss, y ofrecieron a Pahom un poco de té, pero él no quería esperar.

-Si hemos de ir, vayamos de una vez. Ya es hora.

Los bashkirs se prepararon y todos se pusieron en marcha, algunos a caballo, otros encarros. Pahom iba en su carromato con el criado, y llevaba una azada. Cuando llegaron ala estepa, el cielo de la mañana estaba rojo. Subieron una loma y, apeándose de carros ycaballos, se reunieron en un sitio. El jefe se acercó a Pahom y extendió el brazo hacia la

 planicie.

-Todo esto, hasta donde llega la mirada, es nuestro. Puedes tomar lo que gustes.

A Pahom le relucieron los ojos, pues era toda tierra virgen, chata como la palma de lamano y negra como semilla de amapola, y en las hondonadas crecían altos pastizales.

El jefe se quitó la gorra de piel de zorro, la apoyó en el suelo y dijo:

-Ésta será la marca. Empieza aquí y regresa aquí. Toda la tierra que rodees será tuya.

Pahom sacó el dinero y lo puso en la gorra. Luego se quitó el abrigo, quedándose con suchaquetón sin mangas. Se aflojó el cinturón y lo sujetó con fuerza bajo el vientre, se

 puso un costal de pan en el pecho del jubón y, atando una botella de agua al cinturón, sesubió la caña de las botas, empuñó la azada y se dispuso a partir. Tardó un instante en

decidir el rumbo. Todas las direcciones eran tentadoras.

21

Page 22: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 22/24

 

-No importa -dijo al fin-. Iré hacia el sol naciente.

Se volvió hacia el este, se desperezó y aguardó a que el sol asomara sobre el horizonte.

"No debo perder tiempo -pensó-, pues es más fácil caminar mientras todavía está

fresco."

Los rayos del sol no acababan de chispear sobre el horizonte cuando Pahom, azada alhombro, se internó en la estepa.

Pahom caminaba a paso moderado. Tras avanzar mil metros se detuvo, cavó un pozo yapiló terrones de hierba para hacerlo más visible. Luego continuó, y ahora que habíavencido el entumecimiento apuró el paso. Al cabo de un rato cavó otro pozo.

Miró hacia atrás. La loma se veía claramente a la luz del sol, con la gente encima, y lasrelucientes llantas de las ruedas del carromato. Pahom calculó que había caminado

cinco kilómetros. Estaba más cálido; se quitó el chaquetón, se lo echó al hombro ycontinuó la marcha. Ahora hacía más calor; miró el sol; era hora de pensar en eldesayuno.

-He recorrido el primer tramo, pero hay cuatro en un día, y todavía es demasiado pronto para virar. Pero me quitaré las botas -se dijo.

Se sentó, se quitó las botas, se las metió en el cinturón y reanudó la marcha. Ahoracaminaba con soltura.

"Seguiré otros cinco kilómetros -pensó-, y luego giraré a la izquierda. Este lugar es tan promisorio que sería una pena perderlo. Cuanto más avanzo, mejor parece la tierra."

Siguió derecho por un tiempo, y cuando miró en torno, la loma era apenas visible y las personas parecían hormigas, y apenas se veía un destello bajo el sol.

"Ah -pensó Pahom-, he avanzado bastante en esta dirección, es hora de girar. Ademásestoy sudando, y muy sediento."

Se detuvo, cavó un gran pozo y apiló hierba. Bebió un sorbo de agua y giró a laizquierda. Continuó la marcha, y la hierba era alta, y hacía mucho calor.

Pahom comenzó a cansarse. Miró el sol y vio que era mediodía.

"Bien -pensó-, debo descansar."

Se sentó, comió pan y bebió agua, pero no se acostó, temiendo quedarse dormido.Después de estar un rato sentado, siguió andando. Al principio caminaba sin dificultad,y sentía sueño, pero continuó, pensando: "Una hora de sufrimiento, una vida paradisfrutarlo".

Avanzó un largo trecho en esa dirección, y ya iba a girar de nuevo a la izquierda cuando

vio un fecundo valle. "Sería una pena excluir ese terreno -pensó-. El lino crecería bienaquí.". Así que rodeó el valle y cavó un pozo del otro lado antes de girar. Pahom miró

22

Page 23: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 23/24

 

hacia la loma. El aire estaba brumoso y trémulo con el calor, y a través de la brumaapenas se veía a la gente de la loma.

"¡Ah! -pensó Pahom-. Los lados son demasiado largos. Este debe ser más corto." Ysiguió a lo largo del tercer lado, apurando el paso. Miró el sol. Estaba a mitad de camino

del horizonte, y Pahom aún no había recorrido tres kilómetros del tercer lado delcuadrado. Aún estaba a quince kilómetros de su meta.

"No -pensó-, aunque mis tierras queden irregulares, ahora debo volver en línea recta.Podría alejarme demasiado, y ya tengo gran cantidad de tierra.".

Pahom cavó un pozo de prisa.

Echó a andar hacia la loma, pero con dificultad. Estaba agotado por el calor, tenía cortesy magulladuras en los pies descalzos, le flaqueaban las piernas. Ansiaba descansar, peroera imposible si deseaba llegar antes del poniente. El sol no espera a nadie, y se hundía

cada vez más.

"Cielos -pensó-, si no hubiera cometido el error de querer demasiado. ¿Qué pasará sillego tarde?"

Miró hacia la loma y hacia el sol. Aún estaba lejos de su meta, y el sol se aproximaba alhorizonte.

Pahom siguió caminando, con mucha dificultad, pero cada vez más rápido. Apuró el paso, pero todavía estaba lejos del lugar. Echó a correr, arrojó la chaqueta, las botas, la botella y la gorra, y conservó sólo la azada que usaba como bastón.

"Ay de mí. He deseado mucho, y lo eché todo a perder. Tengo que llegar antes de que se ponga el sol."

El temor le quitaba el aliento. Pahom siguió corriendo, y la camisa y los pantalonesempapados se le pegaban a la piel, y tenía la boca reseca. Su pecho jadeaba como unfuelle, su corazón batía como un martillo, sus piernas cedían como si no le

 pertenecieran. Pahom estaba abrumado por el terror de morir de agotamiento.

Aunque temía la muerte, no podía detenerse. "Después que he corrido tanto, me

considerarán un tonto si me detengo ahora", pensó. Y siguió corriendo, y al acercarseoyó que los bashkirs gritaban y aullaban, y esos gritos le inflamaron aún más el corazón.Juntó sus últimas fuerzas y siguió corriendo.

El hinchado y brumoso sol casi rozaba el horizonte, rojo como la sangre. Estaba muy bajo, pero Pahom estaba muy cerca de su meta. Podía ver a la gente de la loma,agitando los brazos para que se diera prisa. Veía la gorra de piel de zorro en el suelo, yel dinero, y al jefe sentado en el suelo, riendo a carcajadas.

"Hay tierras en abundancia -pensó-, ¿pero me dejará Dios vivir en ellas? ¡He perdido lavida, he perdido la vida! ¡Nunca llegaré a ese lugar!"

23

Page 24: 3 - Género Realista - corpus de cuentos

5/14/2018 3 - Género Realista - corpus de cuentos - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/3-genero-realista-corpus-de-cuentos 24/24

 

Pahom miró el sol, que ya desaparecía, ya era devorado. Con el resto de sus fuerzasapuró el paso, encorvando el cuerpo de tal modo que sus piernas apenas podíansostenerlo. Cuando llegó a la loma, de pronto oscureció. Miró el cielo. ¡El sol se había

 puesto! Pahom dio un alarido.

"Todo mi esfuerzo ha sido en vano", pensó, y ya iba a detenerse, pero oyó que los bashkirs aún gritaban, y recordó que aunque para él, desde abajo, parecía que el sol sehabía puesto, desde la loma aún podían verlo. Aspiró una buena bocanada de aire ycorrió cuesta arriba. Allí aún había luz. Llegó a la cima y vio la gorra. Delante de ella el

  jefe se reía a carcajadas. Pahom soltó un grito. Se le aflojaron las piernas, cayó de bruces y tomó la gorra con las manos.

-¡Vaya, qué sujeto tan admirable! -exclamó el jefe-. ¡Ha ganado muchas tierras!

El criado de Pahom se acercó corriendo y trató de levantarlo, pero vio que le salíasangre de la boca. ¡Pahom estaba muerto!

Los pakshirs chasquearon la lengua para demostrar su piedad.

Su criado empuñó la azada y cavó una tumba para Pahom, y allí lo sepultó. Dos metrosde la cabeza a los pies era todo lo que necesitaba.

24