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62 CARTAS AL EDITOR Acroosteólisis en un paciente de 4 nos: datos clínicos del síndrome de Hajdu-Cheney Acro-osteolysis in a 4 year-old patient: clinical features of Hajdu-Cheney syndrome Sr. Editor: La acroosteólisis (proceso de reabsorción óseo lento y pro- gresivo) es un hallazgo muy infrecuente en la infancia. Cuando este signo se acompa˜ na de otras manifestaciones, como displasia craneofacial y esquelética, osteoporosis, caída dental prematura y fragilidad ósea, el cuadro nos orienta a un síndrome de Hajdu-Cheney. Presentamos el caso de un ni˜ no de 4 nos con acroosteólisis precoz que demuestra la agresividad del cuadro. Se trata de un paciente que consultó por un proceso res- piratorio agudo, en cuya exploración llamaba la atención su fascies peculiar con dolicocefalia, frente ancha, hiperte- lorismo, cejas y raíz nasal amplias, micrognatia y paladar ojival (fig. 1). Tenía los dedos de las manos anchos y cortos, e hiperlaxitud articular. Entre sus antecedentes figuraban la diástasis de suturas, un moderado retraso en la motricidad gruesa y en el lenguaje, caída prematura de los dientes y múltiples infecciones óticas y bronquitis leves. La persistencia de huesos wormianos y el hallazgo radio- lógico de acrooteólisis (fig. 2) en la falange distal de ambos índices constituyeron el síntoma guía para el diagnóstico clí- nico de osteodisplasia. Se realizó una densitometría ósea demostrando el inicio de osteoporosis. Otras pruebas rea- lizadas, como la ecografía renal o la resonancia magnética cerebral, fueron normales, excepto la ecocardiografía, que mostró un divertículo del cabo aórtico ductal, sin reper- cusiones clínicas. El conjunto de hallazgos descritos y las características citadas anteriormente nos condujeron a la sospecha clínica de síndrome de Hajdu-Cheney. Este síndrome agrupa diversas denominaciones como sín- drome acrosteolítico, artro-dento-osteodisplasia, displasia craneoesquelética y osteodisplasia hereditaria 1 . Los signos clínicos progresan con la edad, observando gran variabi- Figura 1 Fotografías de cara y perfil del paciente. lidad fenotípica, lo que dificulta una completa definición y categorización de los criterios clínicos, especialmente durante la infancia. Estudios genéticos sitúan su origen en una mutación heterocigótica en el gen NOTCH2 (cro- mosoma 1p13-p11), con patrón espontáneo o autosómico dominante 2-5 , que provoca una activación constitutiva del gen y conlleva un aumento de la osteoclastogénesis 6 . No obstante, no queda claro que todos los pacientes presenten la misma mutación, motivo que explicaría la diversidad fenotípica o la distinta evolución de síntomas. A pesar de los avances genéticos, las pruebas diagnósti- cas todavía no se encuentran al alcance de los laboratorios convencionales y, por tanto, el diagnóstico sigue siendo clínico. La presencia de acroosteólisis constituye el criterio prin- cipal para el diagnóstico, asociada a 3 de las siguientes características: huesos wormianos o suturas abiertas, plati- basia, pérdida prematura de los dientes, micrognatia, pelo grueso, cara aplanada y baja estatura. Si existen antece- dentes familiares, la acroosteólisis es diagnóstica por sola. También se asocia a dolor óseo, parestesias, altera- ciones dentales tempranas con maloclusión, alteraciones visuales, como miopía grave y precoz, y complicaciones, como migra˜ nas e hidrocefalia. Existe una clara evolu- ción cronológica de las manifestaciones clínicas de la enfermedad 7,8 . Nuestro paciente, sin antecedentes familia- res, presentaba la mayoría de los signos descritos a muy corta edad. En resumen, el diagnóstico clínico de sospecha de sín- drome de Hajdu Cheney en la infancia requiere conocer la evolución de los síntomas. Al nacer se pueden detec- tar alteraciones inespecíficas craneofaciales, paladar ojival, micrognatia, fisura labial o palatina, diástasis sagital y nariz aplanada, implantación baja de orejas, hipertelorismo e hirsutismo. Radiológicamente, se asocia dolicocefalia, platibasia, suturas abiertas, persistencia de huesos wor- mianos, ausencia de senos frontales y alteraciones selares. Los problemas óseos, con fracturas espontáneas y fallos en la consolidación, repercuten en el crecimiento, aso- ciados a malformaciones óseas secundarias. Es frecuente la asociación de malformaciones renales, como poliquisto- sis, hipoplasia renal y glomerulonefritis, con hipertensión

Acroosteólisis en un paciente de 4 años: datos clínicos del síndrome de Hajdu-Cheney

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2 CARTAS AL EDITOR

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a acroosteólisis (proceso de reabsorción óseo lento y pro-resivo) es un hallazgo muy infrecuente en la infancia.uando este signo se acompana de otras manifestaciones,omo displasia craneofacial y esquelética, osteoporosis,

lidad fenotípica, lo que dificulta una completa definicióny categorización de los criterios clínicos, especialmentedurante la infancia. Estudios genéticos sitúan su origenen una mutación heterocigótica en el gen NOTCH2 (cro-mosoma 1p13-p11), con patrón espontáneo o autosómicodominante2-5, que provoca una activación constitutiva delgen y conlleva un aumento de la osteoclastogénesis6.No obstante, no queda claro que todos los pacientespresenten la misma mutación, motivo que explicaría ladiversidad fenotípica o la distinta evolución de síntomas.A pesar de los avances genéticos, las pruebas diagnósti-cas todavía no se encuentran al alcance de los laboratoriosconvencionales y, por tanto, el diagnóstico sigue siendoclínico.

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aída dental prematura y fragilidad ósea, el cuadro nosrienta a un síndrome de Hajdu-Cheney. Presentamos el casoe un nino de 4 anos con acroosteólisis precoz que demuestraa agresividad del cuadro.

Se trata de un paciente que consultó por un proceso res-iratorio agudo, en cuya exploración llamaba la atenciónu fascies peculiar con dolicocefalia, frente ancha, hiperte-orismo, cejas y raíz nasal amplias, micrognatia y paladarjival (fig. 1). Tenía los dedos de las manos anchos y cortos,

hiperlaxitud articular. Entre sus antecedentes figuraban laiástasis de suturas, un moderado retraso en la motricidadruesa y en el lenguaje, caída prematura de los dientes yúltiples infecciones óticas y bronquitis leves.La persistencia de huesos wormianos y el hallazgo radio-

ógico de acrooteólisis (fig. 2) en la falange distal de ambosndices constituyeron el síntoma guía para el diagnóstico clí-ico de osteodisplasia. Se realizó una densitometría óseaemostrando el inicio de osteoporosis. Otras pruebas rea-izadas, como la ecografía renal o la resonancia magnéticaerebral, fueron normales, excepto la ecocardiografía, queostró un divertículo del cabo aórtico ductal, sin reper-

usiones clínicas. El conjunto de hallazgos descritos y lasaracterísticas citadas anteriormente nos condujeron a laospecha clínica de síndrome de Hajdu-Cheney.

Este síndrome agrupa diversas denominaciones como sín-rome acrosteolítico, artro-dento-osteodisplasia, displasiaraneoesquelética y osteodisplasia hereditaria1. Los signoslínicos progresan con la edad, observando gran variabi-

Figura 1 Fotografías de ca

La presencia de acroosteólisis constituye el criterio prin-ipal para el diagnóstico, asociada a 3 de las siguientesaracterísticas: huesos wormianos o suturas abiertas, plati-asia, pérdida prematura de los dientes, micrognatia, pelorueso, cara aplanada y baja estatura. Si existen antece-entes familiares, la acroosteólisis es diagnóstica por síola. También se asocia a dolor óseo, parestesias, altera-iones dentales tempranas con maloclusión, alteracionesisuales, como miopía grave y precoz, y complicaciones,omo migranas e hidrocefalia. Existe una clara evolu-ión cronológica de las manifestaciones clínicas de lanfermedad7,8. Nuestro paciente, sin antecedentes familia-es, presentaba la mayoría de los signos descritos a muyorta edad.

En resumen, el diagnóstico clínico de sospecha de sín-rome de Hajdu Cheney en la infancia requiere conocera evolución de los síntomas. Al nacer se pueden detec-ar alteraciones inespecíficas craneofaciales, paladar ojival,icrognatia, fisura labial o palatina, diástasis sagital y

ariz aplanada, implantación baja de orejas, hipertelorismo hirsutismo. Radiológicamente, se asocia dolicocefalia,latibasia, suturas abiertas, persistencia de huesos wor-ianos, ausencia de senos frontales y alteraciones selares.

os problemas óseos, con fracturas espontáneas y fallosn la consolidación, repercuten en el crecimiento, aso-iados a malformaciones óseas secundarias. Es frecuentea asociación de malformaciones renales, como poliquisto-is, hipoplasia renal y glomerulonefritis, con hipertensión

ra y perfil del paciente.

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Figura 2 Radiografía lateral de cráneo y de la mano, observándose la acroosteólisis.

arterial y reflujo vesicoureteral, así como hernias umbili-cales e inguinales. Más adelante se observa caída dentalprecoz, retraso de la adquisición de habilidades psicomo-toras y del lenguaje, con coeficiente intelectual normal.Es muy prevalente la susceptibilidad a infecciones, comootitis, cuadros de vía aérea superior e inferior, e infec-ciones de orina. Habitualmente, la acroosteólisis, que esde evolución progresiva, aparece en la adolescencia, origi-nando importantes deformidades óseas, articulares y dolorcrónico9.

El hallazgo de reabsorción ósea distal tan precoz en unpaciente pediátrico debe considerarse un signo de alarma.Su aparición temprana en nuestro paciente hace temer unaevolución tórpida. Dada la falta de tratamiento específicopara el síndrome de Hajdu-Cheney, su diagnóstico precozhabría de orientarnos a la prevención de las posibles com-plicaciones.

Agradecimientos

Nuestro agradecimiento a la Dra. E. Gabau, de la Unidad deGenética del Consorci Sanitari Parc Taulí (Sabadell), por suasesoramiento y colaboración en el diagnóstico de nuestropaciente.

Bibliografía

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P. Ventosa ∗, N. Gorina, A. Balaguer Santamaria, L. Riera eI. Casals

Servicio de Pediatría, Capio-Hospital General deCatalunya, Sant Cugat del Vallés, Barcelona, Espana

∗ Autor para correspondencia.Correo electrónico: [email protected](P. Ventosa).

http://dx.doi.org/10.1016/j.anpedi.2012.11.025