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Almonte Feria 2015

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Me alegra tener la oportunidad de dirigirme, por primera vez desde estas páginas a nuestros ciu-dadanos y ciudadanas en el inicio de la nueva le-gislatura, con motivo de la celebración de nuestra tradicional Feria de Almonte.

La Feria, con el prólogo de la Saca de las Yeguas, marca el inicio de nuestro verano y forma parte, a pesar de los múltiples cambios que hemos expe-rimentado, de la memoria colectiva y de nuestra personalidad como pueblo andaluz. La Feria son nuestros recuerdos infantiles y juveniles, la reu-niones familiares y entre amigos, las casetas, las carreras de cintas, las atracciones. También hay una Feria de día y una de noche, cada una de ellas con su particular atractivo; la primera, presidida por la deslumbrante luz y el calor del comienzo del verano; la segunda, por el sonido de los “ca-charritos”, de las orquestas, y las miles de luces de colores del recinto ferial. La Feria, en una pa-labra, forma parte de nuestra cultura popular, de eso que llaman el “patrimonio inmaterial” de un pueblo, de lo que permanece por debajo del paso de las generaciones.

Somos muy conscientes, por tanto, del valor de nuestra Feria, y también de la necesidad de ir in-troduciendo mejoras, en la medida de nuestras posibilidades y prioridades, para adaptarla a los nuevos tiempos y, al mismo tiempo, para asegu-rar su pervivencia como fiesta popular abierta a todos, una virtud especialmente valiosa en el con-texto actual.

Nuestro agradecimiento a las personas que han colaborado con sus escritos en esta revista, y a las empresas que han contribuido haciendo publicidad en sus páginas. Entre todos hacemos posible que la magia de la Feria llene por unos días nuestras vidas.

Feliz Feria 2015

Rocío Espinosa de la Torre

Alcaldesa de Almonte

Saluda de la Alcaldesa

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Sumario

Depósito Legal: H 115 - 2015

Saluda de la Alcaldesa · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 3

Entrevista a Manoli Díaz, Concejala de Educación,

Cultura y Festejos · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 5

Pintando la Feria, por Mónica Torres Carrasco “MONIKAKONKA” · · · · · · · · · · · · · · · · · · 6

Poemas al vino, por Paco Jiménez · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 7

Tiempos felices, por Rocío Castrillo · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 8

Plano del Recinto Ferial · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 9

Cartel Taurino · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 10

Programa de Feria · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 11

Mi infancia son recuerdos, por María Martín · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 12

Hablando con… Alejandra Almendro, presidenta de la Peña Cultural Flamenca, por Alfonsa de Almonte · · · · · · · · · · · · 14

Viejos Oficios, por Maruja Castilla · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 16

¡Vamos a la Feria!, por María del Carmen Pérez Vidal y Víctor M. Bocanegra García · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 17

Bases del Concurso Fotográfico · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 19

Recinto Ganadero de Almonte · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 20

Edita: Ayuntamiento de Almonte

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A pocos días de asumir las concejalías de Edu-cación, Cultura y Festejos en el nuevo equipo de Gobierno socialista del Ayuntamiento almonteño, Manoli Díaz se encuentra con la preparación de la Feria de Almonte.

¿Cómo afronta este primer reto de gestión y re-presentación?Aunque ciertamente es un reto trabajar para que todo salga bien y para que el pueblo de Almonte disfrute de su Feria de San Pedro como siempre, la verdad es que nos hemos encontrado con el progra-ma hecho por la anterior responsable de Festejos, que tuvo que hacerlo así al celebrarse las eleccio-nes a finales de mayo, a solo un mes prácticamen-te de la Feria, cosa que es de agradecer, aunque también supone que hemos tenido que ajustarnos a ese programa. Lo que hemos encontrado sin or-ganizar es el acto de inauguración de la Feria con el pregón. Y ahí sí que hemos podido decidir.

¿Cuál es la decisión?Darle todo el valor que se merece al recinto fe-rial del Chaparral, Recuperar lo que se ha hecho siempre, salvo el paréntesis de unos años, y de-volver la inauguración de la Feria al Recinto Fe-rial, que elementos tan emblemáticos para todo el pueblo como el Arco del Chaparral y el albero de las calles del recinto, el alumbrado, las casetas, recuperen todo el protagonismo. Porque tenemos uno de los mejores recintos feriales de toda la pro-vincia de Huelva, y eso hay que ponerlo en valor. Si fuera un recinto feo se entendería inaugurar la fe-ria fuera de él, pero con la preciosidad de sitio que tenemos… Fijando en él la inauguración de la Fe-ria disfrutaremos más la víspera, que a partir de las 12 de la noche sea una noche más de nuestra feria. Eso por una parte, por otra está la situación económico que encontramos en el ayuntamiento, que desde el lógico sentido de la responsabilidad nos lleva a ser austeros en el gasto. El acto en la Plaza Virgen del Rocío comportaba gastos que no consideramos necesarios teniendo el recinto que tenemos.

¿En qué consiste el acto inaugural este año?En lo que se ha hecho siempre. Salir desde el Ayuntamiento con la Banda de Música, inaugurar sobre las 12 de la noche la iluminación del recinto del Chaparral primero, y luego inaugurar la Ca-

seta Municipal, donde tendremos una actuación musical y un rato de convivencia con los vecinos tomando un refresco. Un incentivo añadido es que se podrá recibir un ejemplar de la Revista de Feria esa noche en la Caseta También hay que tener en cuenta que es la noche en la que las atracciones tienen un precio rebajado, muchos padres y ma-dres van a estar ocupados llevando a sus hijos a los cacharritos desde que éstos empiecen a fun-cionar. Así que no hay que querer atraer todo el tiempo la presencia de la gente con los actos, sino dejar que el pueblo disfrute a su aire.

¿Hay otras modificaciones?En lo que respecta a las casetas del recinto, este año presenta la novedad de que se fusionan dos ca-setas de las más antiguas de la Feria de Almonte, como son la de San Pedro y la de San Pablo. Ahora se han juntado y forman una sola: “San Pedro y San Pablo”. Por otra parte, la caseta “La Función” se instala en la calle , frente a la del Traslado.

¿Qué le va a suponer vivir la Feria por primera vez como miembro del equipo de gobierno local y concejala de Festejos? Es un nuevo reto que afronto con ilusión y alegría, aun-que siempre he vivido la Feria de Almonte como una tradición muy importante, y me encanta. Este año voy a compatibilizar mi nueva responsabilidad con lo que siempre he hecho, disfrutar la feria con mi familia, mis amigos y el pueblo en general.

Un deseo para la feria de 2015. Que todo el mundo pueda venir a la feria, y que todo el mundo se lo pase fenomenal.

Entrevista a Manoli DíazConcejala de Educación, Cultura y Festejos

Saluda de la Alcaldesa · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 3

Entrevista a Manoli Díaz, Concejala de Educación,

Cultura y Festejos · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 5

Pintando la Feria, por Mónica Torres Carrasco “MONIKAKONKA” · · · · · · · · · · · · · · · · · · 6

Poemas al vino, por Paco Jiménez · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 7

Tiempos felices, por Rocío Castrillo · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 8

Plano del Recinto Ferial · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 9

Cartel Taurino · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 10

Programa de Feria · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 11

Mi infancia son recuerdos, por María Martín · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 12

Hablando con… Alejandra Almendro, presidenta de la Peña Cultural Flamenca, por Alfonsa de Almonte · · · · · · · · · · · · 14

Viejos Oficios, por Maruja Castilla · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 16

¡Vamos a la Feria!, por María del Carmen Pérez Vidal y Víctor M. Bocanegra García · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 17

Bases del Concurso Fotográfico · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 19

Recinto Ganadero de Almonte · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 20

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Escribir no es lo mío, ya lo sé. Soy más de brocha en mano y contar con trazos, manchas y formas casi abstractas, mis “cosas.” Por ello, como si de pintar se tratase escribiré pintando renglón a ren-glón estas líneas vestidas de los colores y esen-cias que envuelven el mes de junio en mi pueblo, Almonte, haciendo llamada al amarillo albero, al rojo farolillo y a un aroma que quita el “sentío”: el pescaito frito.

Como decía, junio llega a Almonte pisando fuerte. Con él, la entrada del verano ¡¡que no es poco!! nuestra peculiar “saca de las yeguas” por lo que “toca” tarde de pipas y presu-mir de pueblo; y lo más im-portante: La Feria de San Pe-dro en El Chaparral, distintiva allá entre las demás.

¿Y cómo es esa Feria? Por el día, mejor resguardados del calor en casa, aunque a veces hacemos uso de la valentía para visitarla (porque ganas no nos falta) y deleitarnos en saborear lo típico de feria, como el “montaito lomo” y su “rebujito” eso que parece agua, pero que no lo es. Y ni que decir tiene, que activa-mos el “radar” para encon-trar a la señora de la cesta de mimbre que va visitando ca-seta por caseta para comprar sus patatas fritas casera.

Caída la tarde nos preparamos con las me-jores galas. Los almonteños visitan su fe-ria, los hombres se “enchaquetan” y con suerte se colocan corbata, esa que ape-nas “dá caló,” y las mujeres estudiamos con detenimiento el calzado para evitar

el efecto de arenas movedizas al pasear por el real. Las case-tas comienzan a cobrar vida, las parejas se alzan en las

pistas de baile incitadas por las orquestas, sor-

prendiéndonos hasta los más mayores por

su vitalidad y energía, dignos de ver en todo su es-plendor ¡vivan los abuelos y sus anécdotas! Las ri-sas acarician el ambiente de las casetas, las flores y farolillos visten sus techos y paredes, a cada cual más andaluza. Las fuentes para beber agua dejan de cumplir su función y se convierten en el mejor juguete provisional de los más pequeños, llenando en ellas sus globos o sus nuevas pistolitas de agua, pero sólo hasta que llegue la hora de visitar la calle contigua, la de los famosos “cacharritos,” que ¡qué sería de una feria sin ellos! Y permítanme mencio-nar “las cunitas” que guardan tantos recuerdos de mi infancia, o la “taza” de La Bella y La Bestia, que

cada feria pretendía que gira-se más fuerte.

Tampoco hay feria sin estreno de sandalias, compradas en los puestos el primer día pa-sadas las tres de la mañana, porque por muy “cool” que sean tus tacones reservados expresamente para esta feria, un zapato plano se convierte en tu mayor tesoro justo en el momento en el que el dolor de pies te impide bailar “Paquito el chocolatero,” “La Bomba de King África” o la canción de moda del verano, que sona-rá justo cuando decidas ir al baño, pero aún así harás por bailarla allí, por muy incómo-do que resulte.

La hora de irse a casa no es menos divertida, siempre algún “salpicón” y no de marisco te cae de la fuente, pero para contrarrestar ese frescor el chocolate caliente y los churros te esperan a la salida del real, y a veces doble ración de glucosa, porque no hay feria que perdone un algodón de azúcar, pero del de siempre, del rosa.

¡Pero amanecer en la feria es… es muy interesan-te: desayunas pizza, baguette de hamburguesa o el famoso “hot-dog” con todos sus condimentos!

Es lo bueno de estar en feria, que todo vale.

Mónica Torres Carrasco “MONIKAKONKA”

Pintando La Feria

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En la llama azul está el misterioansiado y perseguido por quienes adoran la soledad del vinoy ungen su cabezacon el aceite de la amistad.

Cada año,la vendimia perfuma intensamentelas callesde nuestros pueblosy anuncia un mosto mágico,la esencia de un sabor estampado en el alma.

El mosto es una vida que renacegrabando auroras en el paladary abiertos horizontes en nuestro corazón.

Desciende el vinoen lluvia torrencialque invade los veneros de la viday nos ofrece el amor de la tierra,la llama suave de nuestros recuerdos,la caricia del cante.

Paco Jiménez

Poemas al vino

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Mi infancia son recuerdos… no de un patio de Se-villa al estilo machadiano, sino de un barrio de Al-monte, El Chaparral, en los primeros días de ve-rano. Sus casas encaladas y sus calles de albero rojizo se engalanaban cada 29 de junio, festividad de San Pedro, para celebrar la Feria. Las fiestas patronales marcaban —como ahora siguen ha-ciendo— el final del curso escolar y el inicio de las vacaciones estivales. Retrocedo en la película de mi vida y evoco aquellos días como los más felices del año. Los preparativos empezaban nada más terminar las clases. Mi madre nos llevaba, a mi hermana Carmen y a mí, a casa de Isabel la valver-deña, una modista oriunda de Valverde del Camino, para que nos confeccionara la ropa de Feria. Eran cuatro vestidos, uno para cada día de fiesta, que luego nos servían como ropa de verano. Se trataba de ropa sencilla; solo se distinguía por su elegan-cia el traje destinado a estrenarse el segundo día de Feria. El motivo es que se inauguraban las Ca-rreras de Cinta y todos, niños y mayores de ambos sexos, debían lucir sus mejores galas.

La diversión empezaba desde por la mañana. El primer día de Feria, alrededor de las once, el abuelo Ángel nos recogía a los tres niños —Rocío, Carmen y Ángel— en su Seat 600 para montarnos en los cacharritos. A principios de los años 70, el recinto ferial era el final del pueblo; ahora casi se considera el centro y lo normal es ir andando. Nos subíamos en El Tiovivo, en El Torbellino y en los caballitos. Eran las atracciones más suaves y, aunque nos gustaban, intentábamos convencer al

abuelo para que nos invitara a otras más fuer-tes, como los coches topes o El Balance, pero nunca lo conseguíamos. Él consi-deraba que esa decisión correspondía a nuestros padres. Cuando nos poníamos muy pesados, cortaba la discusión del

modo más inteligente: nos lle-vaba a la tómbola —pero solo una papeleta cada uno, nos advertía— y, seguidamente,

al puesto de patatas fritas. Recién hechas y cru-

jientes, las servían en cucuruchos de papel de estraza. Disfrutá-

bamos de las deliciosas patatas de camino a la Ca-seta Municipal (antes llamada de Sociedad), donde nos esperaban la abuela y nuestros padres. Allí co-míamos lo típico: pescado frito diverso, montaditos de lomo a la plancha, gambas cocidas… Poco des-pués de comer nos marchábamos a casa a dormir la siesta. Aquello era una especie de imposición y, al parecer, el único modo de que los adultos pu-diesen disfrutar unas horas del baile con orquesta que amenizaba las noches de la Caseta sin moles-tias de niños quejosos y somnolientos… El primer día de Feria y de siesta solíamos protestar; luego nos alegrábamos de quedarnos en la Caseta hasta las dos o las tres de la madrugada, jugando con nuestros primos y otros muchos niños mientras los adultos bailaban… El último día teníamos celebra-ción especial. Después de ver los fuegos artificia-les que marcaban el final de la Feria, nos compra-ban juguetes en el puesto de Lolita y, al salir de El Chaparral, turrón y alfajor.

Mi adolescencia son recuerdos… de los prime-ros ligues en la Feria de Almonte. Los primeros ensayos en el juego de la seducción. Con doce o trece años, las chicas bordábamos —o pintába-mos— las moñas para los muchachos que partici-paban en las Carreras de Cinta. Presenciábamos la competición desde el Palco de Autoridades, ataviadas con los elegantes vestidos del segundo día de Feria. Nuestro papel consistía en anudar las moñas de seda al brazo de los muchachos que conseguían cinta… Guiños, sonrisas y, en algu-nos casos, el preludio de un romance que podía afianzarse en el transcurso de la jornada festiva. Después del evento nos dirigíamos a la Calle de los Cacharritos. La costumbre consistía en que los muchachos compraban las fichas de los co-ches topes y las chicas esperábamos al borde de la pista que nos invitaran a subir… Los enamora-mientos de la Feria alcanzaban su punto álgido en los bailes de la Caseta de Sociedad. Al son de la música de orquestas como Época 69, Los Bom-bines o Ellos y Ellas, los jóvenes de Almonte es-cuchábamos las primeras declaraciones de amor y sentíamos en la piel el fulgor de los primeros besos, furtivos e incipientes…

Rocío Castrillo

Tiempos felices

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JUEVES 223.30 h. Inauguración del Alumbrado y Recinto Ferial, a cargo de la alcaldesa de Almonte, Rocío Espinosa de la Torre, acompañado por miembros de la Corporación Municipal y público asistente.24 h. Inauguración de la Caseta Municipal, con ac-tuación artística.

PRIMER DIA DE FERIA, VIERNES 3Mañana14.00 h. Comida Homenaje a los Mayores de Al-monte, El Rocío y Matalascañas, amenizada por la actuación del artista Diego Benjumea. Caseta Municipal.

Noche23.00 h. Orquesta La Costa y La Divina Orquesta.01.00 h. ACTUACIÓN ESTELAR DE MARINA GARCÍA.Seguidamente actuación de Or-questa hasta las 6.00 de la mañana.

SEGUNDO DÍA DE FERIA, SÁBADO 4Mañana11:00 h. VII TROFEO FERIA.FÚTBOL VETERANOSBollullos CF & CD AlmontePolideportivo municipal. Organiza: Asociación de Veteranos. Colabora: Ayuntamiento de Almonte.14.00 h. Espectáculo Infantil “Princesas Music Live”, en la Caseta Municipal.15.00 h. Día de la Mujer. Caseta Municipal. (Plato de paella gratis.)

Tarde17.30 h. Carreras de Cintas a Caballo, en el Real de la Feria. Inscripciones a las 16 h. Precio: 50 euros

Noche23.00 h. Orquestas La Costa y la Divina Orquesta01.00 h ACTUACIÓN ESTELAR DEL ARTISTA VICENTE BERNAL.Seguidamente, actuaciones de las Orquestas La Costa y la Divina Orquesta hasta las seis de la mañana.

TERCER DIA DE FERIA, DOMINGO 5Mañana15.00 h. Espectáculo Infantil “Conecta Kids”. Ca-seta Municipal.

Tarde 17.30 h. Carreras de Cintas a Caballo, en el Real de la Feria. Los tres primeros premios de la ca-rrera del sábado disputarán con la carrera del domingo el título de “Campeón de Campeones”, quien recibirá un trofeo consistente en una es-cultura en bronce que reproduce la imagen de la Virgen del Rocío, obra del artista escultor Moreno Cutando.

NocheOrquestas La Costa y La Divina Or-questa01.00 h. ACTUACIÓN ESTELAR DE “ECOS DEL ROCÍO”.Seguidamente, actuaciones de las Orquestas La Costa y la Divina Or-questa hasta las seis de la mañana.

CUARTO DIA DE FERIA, LUNES 6Mañana12.00 h. Suelta de vaquillas y exhibición de recor-tadores profesionales, en la plaza de toros insta-lada en el Recinto Ganadero de Almonte. 15.00 h. Espectáculo de Humor “El Morta”.

Tarde19.00 h. Festival Taurino Benéfico. Lugar: Plaza de Toros del Recinto Ganadero Mu-nicipal “Huerta de la Cañada”

Noche23.00 h. Orquestas La Costa y La Divina Orquesta.

01.00 h. ACTUACIÓN ES-TELAR DE PEPE EL MARISMEÑO.Seguidamen-te, actuacio-nes de las

Orquestas La Costa y la Divina Orquesta hasta las seis de la maña-na.

Programa de FeriaDel 3 al 6 de julio de 2015

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Siempre he dicho que ser de Almonte impri-me carácter y fortuna. Uno puede haber nacido o criado en cualquier lugar del mundo pero si te toca este rincón de la galaxia, qué quieren que les diga, está tocado por los dioses. Así sentimos los que echamos nuestras raíces en esta bendita tie-rra. Los que bebemos de su idiosincrasia y nos emborrachamos de ella en momentos tan mági-cos como un Lunes de Pentecostés a la vera de nuestra Madre. Los que anhelamos el regreso a una calle, a unos vecinos, a las sonrisas tiernas de quienes me cuidaron de pequeña sabemos que nuestro pueblo es el tronco de nuestra vida, lleno de ramas traviesas, contradictorias, que te llevan a infinidad de mundos y sensaciones pero que no pierden la savia de su raíz.

Por suerte crecí en una familia que ha ido hacien-do patria allá donde ha caminado. Y como han ido haciendo mis mayores, no hay mayor placer que contarle a los foráneos a qué huele un amanecer en la marisma, de qué color se tornan las dunas de la playa cuando cae la tarde o con qué delica-deza nacen flores de papel de las manos de las mujeres de mi pueblo. Cuando nos reunimos to-dos, siempre, siempre, se regresa a Almonte de la mano de los recuerdos, de la mano de mi bis-abuela Manuela La Triga, de mi padre Curro Mo-rales, de mi tía Manolita… Nos encanta recordar anécdotas y sabernos hijos de un mismo terruño por muy lejos que estemos.

En mi memoria suena el eco de mi bisabuela gri-tándome cariñosamente cuando me arreglaba

para ir a la feria. “¡¡¡Hiiiiijaaaaaa, qué guapa vas prendaaaa!!!” Pero un hijaaaa que se escuchaba más allá de los confines de El Pocito. Porque entonces para mí, salir de El Pocito y llegar hasta el Cha-parral era como atravesar el universo.

Mi padre me llevaba a caballo hasta el real de mañana, por-que a los animales había que darles su paseo y de paso

disfrutar nosotros (en mi casa siempre los caba-

llos eran lo primero, así era él) y por eso mis más lejanos re-

cuerdos no son de una niña que mira hacia arriba el cielo de farolillos y luces sino la que mira desde la montura hacia abajo, no vaya a ser que el caba-llo pise un charco y se manche de albero, que hay que ir presentable.

Y los tratos… La vueltecita por el real era desde el arco de El Chaparral al Alto del Molinillo, don-de mi padre se veía con los tratantes de ganado en la Feria de los Burros. Allí había reencuentros, se intercambiaban sonrisas, se estrechaban ma-nos y yo aprendía lecciones de anatomía equina y marismeña mientras escuchaba a aquellos hom-bres tan rudos conversando con pasión sobre se-mentales, yeguas y potrillos, y todo lo divino y lo humano que encierra un universo tan esencial en nuestras vidas.

Aunque lo excitante de verdad eran las carreras de cintas. Qué admiración sentía de niña por quienes la corrían en ese albero recién regado, azuzando con premura al caballo para conseguir la preciada moña que luego se entregaba a la novia, a la ma-dre, a quien guardara con celo la demostración de tamaña heroicidad. Mi padre no me dejaba correr

Mi infancia son recuerdos

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con el caballo, “no vaya a ser que se le lastime una pata”, me decía para esconder el miedo a que me cayera. Así que ver extasiada esas carreras, esas crines al viento y esa puntería con un pincho tan afilado que daba miedo, era para mí como asistir a un espectáculo sobrehumano.

Cuántos mundos encerraba entonces El Chapa-rral. Porque aún nos quedaba otra feria, la noc-turna, la de lucir el vestido nuevo y pasear por el real saludando a unos y otros. No como el trivial escaparate en que convertimos hoy día cualquier fiesta de guardar sino como un simple, y a la vez trascendente, lugar de encuentro, el escenario anhelado de muchas familias que entonces solo tenían en la feria casi la única salida fuera de casa que se hacía al año. Un pollo asado con roscos y un cartucho de pescado frito en la aquella case-ta San Pedro era como ir de boda, un aconteci-miento. Cuánta felicidad encierra algo tan simple. Entonces la vida pasaba despacito, entre conver-saciones sin tiempo, miradas que te cuidaban y

deseos de hacerse mayor. Qué más amparo puede querer un niño…

Mis paseos de la mano de mi madre, que me des-cubría el mundo a través de sus amigos, con los que se encontraba para charlar y bailar en la caseta del Ayuntamiento, las escapadas a aquellos cacharritos que te hacían volar y soñar, la madrugada con los pies mojados en la fuente de la portada, descalzarnos para regresar a casa con el cansancio y el disfrute acumu-lados… Ahí están, inquebrantables, los recuerdos

Hoy soy yo la que lleva de la mano a mis hijos y solo deseo que cuando se hagan mayores guar-den de mi pueblo, de su pueblo, los recuerdos de una infancia inmensamente feliz, repleta de fe-rias, caballos y Rocíos, una infancia colmada de miradas que protegen y brazos que reciben con un calor que nunca se pierde, que te da la vida como la raíz a las hojas de un acebuche.

María Martín

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Alejandra es almonteña y cantaora. Casada y ma-dre de dos hijos pequeños, es la presidenta de la Peña Cultural de Almonte, la primera mujer pre-sidenta en la historia de esta entidad cultural que hoy cuenta con unos cien socios, y que en la déca-da de los noventa tenía por sede una vieja bodega que ya no existe, en la calle Concepción. Hablando con Alejandra se lo dije, que había estado yo en aquel sitio que ella ya frecuentaba. Fue en sep-tiembre de 1996, en el II Encuentro de Poetas y Escritores del Entorno Doñana organizado por la fundación Odón Betanzos tuvimos un encuentro con la Peña Flamenca de Almonte de entonces, con aquellos techos altos de tablas oscuras. Par-ticipó nada menos que Pedro Bacan, el gran gui-tarrista flamenco, y el pintor Jorge Camacho. Los dos han muerto hace años. Bacan tocaba y Jorge pintaba a grandes trazos un cartel en vivo y en di-recto. Lo que es el universo de la memoria... Te voy a regalar esa foto para la Peña, le digo. En-cantada, dice ella, y sonríe con su niño en brazos.

Le pregunto a Alejandra que cómo se formó en ella ese ser cantaora suyo tan bonito. Y me cuenta que se inició en el cante muy pequeña “Mi ma-dre siempre ha canturreao, en casa he escucha-do flamenco, a Rocío Jurado, al Cabrero. Ella, mi madre, afina bien y coge bien el tono, pero es una persona muy tímida y no le gusta dejarse ver. Yo me considero aficionada porque no vivo del cante. Me encanta el fandango de Huelva, el fandango es lo que más me toca el corazón, y la saeta, o la soleá…”

Alejandra tiene la sonrisa a flor de piel. Habla y sonríe con la mirada, transmite determinación y un fondo de abundante vitalidad. La imagino decidiendo presen-tarse al cargo, hablando con los direc-

tivos, explicando sin perder la sonrisa su idea de lo que tiene que ser, de lo que puede lle-gar a ser una Peña Flamenca

como la de Almonte. Lo consiguió. En abril del

2014, hace poco más de un año, fue elegi-

da por unanimidad presidenta de una entidad que forma parte de su vida desde sus primeros años. “He estado vinculada desde niña a ella. Con doce años gané tres concursos de fandangos organiza-dos por la Peña. Mi padre se hizo socio a partir de entonces.

Estaba la sede en la calle Concepción. Luego me fui fuera a estudiar y me alejé un poco. Hice Em-presariales en Huelva. Me vuelvo a acercar cuando a mi entonces novio, Juan José Camacho, hoy mi marido y padre de mis dos hijos, lo llamaron para formar parte de la directiva. Él es el guitarrista oficial de la Peña. Nosotros colaborábamos en los intercambios con otras Peñas, participábamos en los recitales que se daban en la nuestra.” Ahora lleva el timón. “Desde que he entrado de presi-denta los socios y el resto de compañeros de la di-rectiva me apoyan mucho y están muy contentos, porque estamos haciendo muchas cosas y todo está saliendo bien. Mi propósito como presiden-ta era abrir las puertas de la Peña, que venga la gente tanto a hacerse socios como a participar de

Hablando con…

Alejandra Almendro, presidenta de la Peña Cultural Flamenca de Almonte

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las actividades que hacemos. Casi todas las se-manas tenemos algo. El actual cuadro flamenco de la Peña está formado por diez o doce personas, mi marido y yo estamos en el grupo.”

Alejandra cuenta y fluye de su habla un entusias-mo joven que sus ojos secundan. “Tenemos un profesor de cante que viene todas las semanas, gratuito para todos los socios. Un aula con 15 personas, sobre todo jóvenes. Se están acercan-do cada vez más jóvenes, que es uno de los prin-cipales objetivos que me he marcado. Creo que el flamenco para los jóvenes es importante por-que es conocer las raíces culturales nuestras, y más desde que está reconocido como Patrimonio de la Humanidad. Algo tan nuestro y tan bonito. Este año ha sido un éxito porque he cambiado el formato que había. Ahora hemos hecho un acer-camiento de los colegios a la Peña para que co-nozcan el sitio, sepan dónde están, se vinculen… y han participado niños, cantando y bailando a lo largo de todo el curso.”

Qué supone en tu vida ser presidenta de la Peña Flamenca de Almonte, le digo. Y dice ella sin pensarlo “mucho trabajo. Llevo las subvenciones, la gestión directa con los artistas. Ser madre de dos hijos pequeños lo notas, porque te quita tiem-po para la familia. Pero ahí estamos. Supone es-tar más vinculada al flamenco, aportar mi granito de arena, que se conozca cada vez más, que cada vez se quiera más. Un mundo de relaciones con los artistas, acercarte a ellos, después siguen lla-mándome, se interesan por cómo están mis hijos. Conocer a tantas personas, a tantos grandes ar-tistas es una satisfacción. Mi tiempo de ocio está vinculado a la Peña. Toda mi vida.”

¿Conoces otras peñas presididas por mujeres?. “De poco tiempo para acá hay algunas. Ya están empezando. Puede haber un par de ellas en la provincia.”

Qué hay de proyectos…Veo que Alejandra tiene claro lo que quiere. “La caseta de feria “Peña Fla-menca” nació de la Peña, si bien está gestionada por personas independientes. Mi objetivo es crear de nuevo un vínculo entre Caseta y Peña. En Al-monte hay muy buenos cantaores y cantaoras, hay una afición importante. Quiero que cada vez coja más nombre el festival Remate de Vendimia. Seguir haciendo intercambios. Convocar concur-sos de Cante, como se hacía hace muchos años. Motiva, atrae artistas profesionales no solo afi-cionados y se gana en relaciones y no se para la actividad en la Peña. Quiero que las puertas de la peña están abiertas que la gente se acerque, que disfruten de las actividades que se están tra-yendo artistas importantes de la talla de Pedro el Granaino, Rafael Riqueni, un famoso guitarrista, entre otros. Uno o dos viernes cada mes. Entrada gratuita. Un pueblo tan grande como Almonte y tan aficionado al cante tiene un recurso a su al-cance muy bueno, un recurso que se alimen-ta de la subvención del ayuntamiento y a las cuotas de los socios.” Qué claror tiene esa aurora de la voluntad de Ale-jandra… qué inmensa vocación de día. Nuestra conversación concluye expre-sando ella un deseo: “Desde la Peña Flamenca de Almonte deseamos una feliz Feria a todo el pueblo de Almonte”. Que así sea.

Alfonsa de Almonte

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¡Niñaaaaa el laterooooo…. ¡ ¡Se arreglan para-guas, sombrillas, tinajas y cántaros de lata….! ¡Niña el lateroooo!.

Desde muy chica María ayudaba a su madre en todo lo que podía… 1la quería tanto…! Aunque su madre no fuera besucona ni zalamera ella no lo echaba en falta. Sabía que la quería mucho y que se sentía contenta de tenerla por hija, por amiga y confidente. A pesar de corta edad, era el paño de lágrimas de aquella buena mujer, que tan amargas circunstancias le tocó vivir. Bue-no, eso lo dejaremos ara luego. Ahora es media mañana y ese pregón del latero hace a la madre acordarse de que la cacerola “colorá” tiene un agujero y, como siempre, la buena mujer tiene tantas cosas que hacer que le dice a la niña que juega con el gato: “María pregúntale al latero que cuánto te lleva por componer la cacerola. La niña, venciendo su timidez, irá a la puerta de la calle con la cacerola en la mano a pregun-tarle al latero el precio de estañar el agujero del útil cacharro. Encontraba al buen hombre abstraído en su labor, moviendo ysoplando las ascuas de su particular anafe – algo así como un sahumerio pero más humilde – para derre-tir el oloroso material de estaño. El humillo se esparcía por toda la calle dejando un agrada-ble olor… A veces el agujero era tan grandote

que necesitaba ponerle un remache… pero siempre merecía la pena arreglarlo ya

que los tiempos eran bastante cala-mitosos. Cuando la tímida niña veía que el hombre alzaba los ojos hacia el público, le hacía la pregunta: “Dice mi

madre que cuánto cuesta arreglar esta cacerola.” El experto la

miraba y decía: “Dos reales o poco más.” Se lo voy a decir a mi madre, decía la chiqui-

lla llena de rubor como la que ha hecho algo

malo. Si volvía a sa-lir era porque su

madre había estado de acuerdo con el precio. Entonces ella se alegraba porque le daba lás-tima del latero, ya que su pobre indumentaria cantaba a las claras que tenía que ser muy po-bre y la pobreza la angustiaba mucho. Mientras el latero arreglaba cacharros en su puerta, por ser el lugar más alto y cómodo de la calle, la curiosa María no se perdía un detalle de tan la-boriosa tarea. ¡Qué emoción! Ver como aquella brillante gota que parecía de plata, al enfriarse se quedaba pegada en el lugar del roto… antes, le daba con una brochita un líquido sonrosado – agua fuerte rebajada – para que agarrara el es-taño, dicen los expertos – y con el estañador al rojo vivo hacía su bonito trabajo. A veces duraba tan poco el remiendo que la madre se lamenta-ba por haberla arreglado diciendo: Lástima de dinero que hemos “gastao”… El remiendo no ha “durao” dos días… tendremos que decirle a Án-gela dela tienda que cuando se le vacíe una lata de tomate grande nos la guarde para calentar el agua “pa” lavarnos los pies… La cacerola la dejaremos “pa” remojar el afrecho de las galli-nas…” Nada podía tirarse. Había muchas casas o chozas en las que las latas vacías, bien de to-mates, atún, o leche condensada eran utilizadas para el avío de toda la familia, se les ponía un asa y todo. Cuando estaban nuevas, las latitas de leche condensada eran preciosas, a mí me encantaba verlas tan relucientes con su asi-ta… pero al poco tiempo se iban enmoheciendo, aunque se seguían utilizando, y perdían todo su encanto… Las casa pudientes eran las que con-sumían dicha leche y las criadas guardaban las latas para sus humildes viviendas. Criadas…. Criadas, para servir a otros y otras… “ ESO ES UNA CRIADA…!

Maruja Castilla

Viejos Oficios

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Regulada en los albores del s. XVI por el duque de Medina Sidonia, “la saca de las yeguas” en Al-monte constituye el verdadero banderazo de sali-da para el comienzo de la feria de esta población en honor de su patrón, San Pedro. Este rincón del suroeste español es sin duda un lugar de privi-legio, y como tal lo consideran –consideramos– quienes viven –vivimos– en él; algo normal en to-dos los pueblos que en el mundo son, que ven al sol que les alumbra, la luna que protagoniza sus noches y la vegetación que les rodea como el más refulgente, la más bella y rica en irisaciones pla-teadas, la más hermosa, bienoliente y exótica… Y, como dice un gran escritor cordobés al referirse a una ciudad andaluza sin par, alterando algo una sentencia suya, podríamos aseverar que lo malo no es que los… piensen que tienen la mejor tierra del mundo, lo peor es que pueden que tenga razón –sustituyamos los puntos suspensivos por cual-quiera de los gentilicios de los pueblos del entor-no de Doñana–. No llegaremos a tanto, tampoco se trata de ello, más bien de acercarnos a una ce-lebración que hunde sus raíces en el Medievo y que se relaciona con las ferias que antaño tenían una vertiente económica principal relacionada con la compra-venta de áridos, aperos de labran-za, utensilios cerámicos o cabezas de ganado, siendo esta última actividad la más importante en el caso de Almonte.

En los últimos decenios, esa faceta se ha diluido en lo puramente lúdico, incluso el aspecto fami-liar que tuvo en el pasado siglo (años 50, 60 y 70),

en que las casetas eran un trasunto de las casas, incluso de las cocinas de las mismas, también ha perdido rango debido a que las ferias ya no tienen ese matiz de excepcionalidad que tuvieron: excep-cionales eran las transacciones económicas que tenían lugar alrededor de un cercado de ganado; rarezas los platos y viandas que se comían duran-te el desarrollo de los días feriados, convirtiéndo-se la fiesta en una coartada que hacía posible el consumo de jamón, de determinado tipo de ma-risco o de las carnes o embutidos más selectos.

Hoy, afortunadamente, el mundo ha rodado y nuestras economías y posibilidades han dado un salto cuantitativo y cualitativo que nos permiten degustar lo que fueron excepcionalidades culina-rias hasta convertirlas en algo que normalmen-te podemos consumir cuando lo deseemos. No hay que esperar a la feria para, en una reunión de compadres y comadres, casi en blanqueta, y en una fotografía en blanco y negro que recoge el momento para la posteridad, dar fe de una apetitosa caldereta de chivito, ternera mostrenca o carne de caza, regada con generosos vinos de nuestro entorno. Así, en tiempos pasados, ade-más del valor económico, las ferias eran la ex-cusa para la reunión familiar, la exaltación de la amistad y las comilonas.

Cuando termina el día, en las tibias noches de fi-nales de junio o inicios de julio, mientras se vuelve a casa o se retorna al real, en el ancho Chapa-rral, por las calles Cervantes, Concepción, San-tiago, Alonsario, Bobola, Pozo Pilar, Triana o cualquier otra, se puede oler a puchero, casiolla u a otro plato más ligero, como un sencillo aliño o el sano, sabroso y nu-tritivo gazpacho. Esas comidas ayudan a nuestros organismos a regularizarse, asentando los estómagos tras los excesos de días festivos, sin olvidar que con los res-tos de la pringada de la olla, una vez tomado el sucu-lento caldo con arroz o fideo, casi siempre con hierbabuena,

Vamos a la feria!!

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podemos elaborar unas exquisitas croquetas de puchero. ¡Qué sabias nuestras abuelas!, haciendo de la necesidad virtud, aprovechaban los restos de comida y cocinaban las antedichas frituras, un su-culento cocido refrito o una ropavieja.

Para saber más sobre nuestras tradiciones culi-narias, bien reflejadas literariamente, muy intere-sante es la obra La cocina de Huelva, publicada por la Diputación Provincial de Huelva y coordinada por Remedios Rey de las Peñas y Bernardo Rome-ro Muñoz; no menos sugestiva es la obra Huelva en su salsa, de Bernardo Romero Muñoz, publi-cada por la Editorial Hergué; también podríamos destacar la obra Cocina marinera de Huelva, edita-da por el Ilmo. Ayuntamiento de Punta Umbría, la

Fundación El Monte y la Diputación Provincial de Huelva; sobre Doñana y su entorno resultan inte-resantes las obras La cocina tradicional andaluza de Almonte de ayer y de hoy, de Juan de Dios Cor-tijo González, editada por la Asociación de vecinos “Los Llanos” y el Ilmo. Ayuntamiento de Almonte y La cocina de Doñana-El Rocío, de Juan Martínez Lao, editada con diseño de Hergué Editores y la colaboración del Ilmo. Ayuntamiento de Almonte, la Fundación Doñana 21, la Junta de Andalucía y el Fondo Social Europeo. Nosotros mismos nos permitimos sugerirles nuestro libro ¡Cocine con nosotros! La cocina del entorno de Doñana y más allá, recientemente pu-blicado en la Ed. Círculo Rojo, que recoge multitud de recetas del particular acervo de los fogones de nuestra tierra. Asimismo, tenemos nuestro propio blog en la RED, cuyo título es La cocina de C&V: La cuisine à l’ancienne; la nouvelle cuisine… la cocina de siempre, y su link es http://yococinotu-cocinaselcocina.blogspot.com/. En el citado blog nos hemos permitido ilustrar las recetas con foto-grafías de los ingredientes y el proceso de elabo-ración de las mismas. Así que a disfrutar de la Feria de San Pedro en compañía de los que quieren, comiendo sano, sin excesos y deseándoles: ¡buen apetito!

María del Carmen Pérez VidalVíctor M. Bocanegra García

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1. Podrán participar todos los interesados en la fotografía, aficionados y profesionales, que lo de-seen mayores de edad y residentes en España.

2. Cada participante presentará un máximo de 5 obras relacionadas directa o indirectamente con la temática de la “Saca de las Yeguas”, evento que se realiza cada 26 de Junio en el término de Almonte.

3. Las fotografías serán de técnica libre e inédi-ta. No se admiten los retoques o efectos digitales.

4. Las obras se podrán presentar: En formato digital en CD o soporte digital (archivo formato JPG) o mediante CORREO ELECTRÓNI-CO, adjuntado los archivos en JPG, así como copia del D.N.I del autor/a y sus datos personales. Cada archivo se renombrar con un título sin alusión al-guna a la identidad del autor.

5. Lugar de entrega: personalmente, por correo postal por cuenta del participante o por correo electrónico en: Ayuntamiento de Almonte. Ventanilla única o en Ciudad de la Cultura. Dpto. de Promoción cultural C/ Antonio Machado S/n. 21730 Almonte (Huelva), indicando en el sobre “X Concurso Saca de las ye-guas 2015”. Correo: [email protected] Más información: 959 450419 extensión: 2903 o2902

6. Cada autor entregará junto al archivo de sus obras, los siguientes datos: - Nombre de la/s fotografía/s; - Autor (nombre y apellidos); - Copia del DNI o pasa-porte; - Dirección; - Localidad; - Teléfono; - E-mail.

7. Se establecerán tres premios y podrán serán acumulativos: - Primer premio: 300€ Y Cena Especial para dos personas en el Restaurante “ El Toruño” del Rocío y Diploma. (será el cartel anunciador de la Saca de las Yeguas del 2016). - Segundo premio: 200 € y Visita guiada a “Doñana” en coche todoterreno para 2 personas y Diploma. - Tercer premio: 100 € y Diploma .

8. El plazo de admisión de las fotografías finaliza el día 17 de Julio de 2015 a las 15.00 h.

9. El jurado será designado por el Ayuntamiento de Almonte y contará con personas relacionadas con el mundo de la fotografía y el diseño.

10. Las fotografías ganadoras pasarán a ser propiedad del Ayuntamiento de Almonte y serán publicadas en nuestra página Web: www.almonte.es. En caso de aparecer personas físicas en la fo-tografía, el autor deberá informar a dicha persona de la presentación de la fotografía y participación en este concurso.

11. Se realizará una exposición con una selección de las obras presentadas en el concurso, que se inaugurará el mismo día de la entrega de los pre-mios y donde se dará a conocer el Fallo del Jura-do.

12. El jurado tendrá la facultad de tomar iniciati-vas y decidir cualquier punto no previsto en estas bases siempre que contribuyan al mejor desarro-llo del concurso.

13. La decisión del jurado será inapelable y los premios pueden quedar desiertos.

14. La participación en el concurso supone la total aceptación de estas bases y la asun-ción de que las obras presentadas a concurso podrán ser expuestas, exhi-bidas y publicadas en Internet, medios de comunicación audiovisual y medios impresos.

15. Si el participante no de-sea que sus obras sean ex-puestas deberá hacerlo constar en la misma hoja donde se ad-juntan los datos del autor.

Bases del Concurso FotográficoSaca de las Yeguas

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Recinto Ganadero de Almonte

Feria Ganadera de Almonte Feria Ganadera de Almonte

Saca de las yeguas Saca de las yeguas

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