Arc1 Hobsbawm Cap 3

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  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    1/16

    ........ ' - - .

    Il

    Desde mediados dei decenio de 1890 hasta la primera guerra mundial, la

    orquesta economica global realizo sus interpretaciones en el tono mayor de

    la prosperidad mas que,

    coma

    hasta entonces; en el tono menor de la depre

    sion. La afluencia, consecuencia de la prosperidad de los negocios, constitu-

    yo

    el

    trasfondo de

    10

    que

    se

    conoce toava en el continente europeo como

    la belle poque. El paso de la preocupaci6n a

    l-

    euforia fue tan subito y dras:

    lico, que los economistas buscaban alguna fuerza externa especial para

    ex...,

    plicarlo, un Deus x machina que encontraron en el descubrimiento de enor

    mes depositos de oro en Surafrica, la ultirna de las grandes fiebres dei oro

    occidentales, la Klondike (1898),

    y

    en otros lugares. En conjunto, los histo

    riadores de la economfa se han dejado impresionar menos por esas tesis ba

    sicamnte monetaristas que algunDs gobiernos de finales dei siglo xx. No

    . obstante, la rapidez de1 cambio fue sorprendente y diagnosticada casi de

    fonna

    inmediata por un revolucionario especialmente agudo, A.

    L

    Helphand

    (1869-1924),

    cuyo nombre de pluma era Parvus, como indicativo ~ e J co

    mienzo de un perfodo nuevo y duradero de extraordinario p'rcigreso capitlis

    ta.

    De

    hecho, el contraste entre la gran depresi6n y

    el

    boom secular posterior

    constituy 6 la base de las pr imeras especulacJones sobr e las -ondas largas en

    el desarrolJo dei capitalismo mundial. que mas tarde se asociarfan con el

    nombre dei economista ruso Kondratiev. Entretanto era evidente, en cualquier

    caso, que quienes habian hecho IUgu'bres previsiones sobre

    l

    futuro dei ca

    pitalismo, 0 i n l u s ~ sobre su colapso inminente, se habian equivocado. Entre

    LA

    ECONOMfA- CAMBIA DE RITMO

    55

    los marxistas se suscitaron apasionadas discusiones sobre 10. q u ~ eso impti

    caba para el futoro sus movimientos y si las doctrinas de Marx tendrian

    que ser revisadas.

    Los historiadores de la economia tienden -a centrar su atenci6n eri dos as

    pectos dei periodo: la redistribucin dei poder y la iniciativa economica, -es

    decir, en el'declive relativo dei Reino Unido y en el pr ogreso relativo y ab

    soluto--de

    los Estados Uni dos y s obre todo de Alemania,

    y

    asirnismo en el

    problema de las tluctuaciones a largo y a corto plazo, es decir. fundamental

    mente en la onda larga de Kondratiev, cuyas oscilaciones hacia abajo y ha

    cia arriba dividen

    daramente en_

    dos

    el

    perfodo que. estudiamos. Por- intere

    santes que puedan ser estos problemas, son--secundarios desde el punta de

    vista de la economfa mundial. -

    --- --

    Coma cuestin de principio. no es sorprendente que Alemania. cuya po

    blacion se elev de 45 a 65 miJJones, y los Estados Vnidos que pas de 50 a

    92 millones, superar an al Reino Unido, con un territorio mas reducido y me

    nos poblado. Pero eso no hace menos impresionante el (riunfo de las xpor

    taciones industriales alemanas. En los treinta anos transcurridos hasta 1913

    pasaron de menos

    de

    la mitad

    de

    las exportaciones britanCas a superarlas.

    Excepto en

    10

    que podriamos Hamar los pafses semiindustriaHzados --es

    decir, a efectos practicos, los dominios rcales

    0

    virtuales dei imperio britni

    co, incluyendo sus dependencias econ6micas

    latinoameticanas-.

    las expor

    taciones alemanas de productos manufacturados superaron a las dei Reina

    Unido en toda la lfnea. Se incrementaron en una tercera parte en el mundo

    industrial e induso el1 0 por 100 en cl mundo desarrollado. Una vez mas hay

    que decir que no es sorprendente que

    l

    Reino Uoido no pudiera man{ener su

    extraordinaria posicin corna taller dei mundo, que posera hacia J860. In

    cluso los Estados Unidos,- en el cenit de su

    supremada

    global a comienzos

    de 1950 y cuyo porcentaje d la poblacin mundial er a -tres veces mayor

    que el dei Reino Vnido en

    1860-

    nunca aJeanz el 53 por 100 de la pro

    ducci6n de hierrc y acero y el 49 por 100 de la: producCn textil. Pero esto

    no explica exactamente por qu se produjo 0 incluso si se

    produjo--

    la ra:'

    lentizaci6n dei crecimiento y la decadcncia de la economfa britnica, as

    pectos que han sido objero de gran numero de estudios. El tema realmente

    importante no cs quin cr ecio mas y mas deprisa en la economfa mundial en

    expansion, si

    rio

    su crecimiento global coma un todo

    En cuanto al ritmo Kondratiev

    -llamarIo cielo en el sentido estricto

    de la palabra supone asumir la verdad de la

    cuestion-

    plantea cuestiones

    anaHticas fundamentales sobre la naturaleza deI crecmiento econ6mico en la

    era capitalista 0 como podrian argumentar algunos estudiosos, sobre eI cre

    cimiento de cualquier economfa mundial. Lamentablemente, ninguna de las

    teorias sobre esta curios . alternativa de fases de confianza

    y

    de djficultad

    econ6mica, que forrnan en conjunto una onda de aproximadamerite medio

    siglo, tieue aceptaci6n generalizada. La teorfa mejor conocida y mas eIegan

    te al respecto, la de Joseph Alois Schumpeter (1883-1950), asocia cada fase

    descendente con el agotarniento de los beneficios potenciales de una serie

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    56

    LA ERA DEL IMPERIO, 8 7 5 ~ 9 J 4

    de innovaciones econmcas y la nueva fase ascendente con una serie de

    innovaciones fundamentalmente -aunque no de forma exclusiva- tecnol

    gicas, .cuyo potencial se

    agotara

    a su vez. Asf, las nuevas industrias, que ac

    tuan como sectores pum dei crecimiento econ6mico

    - po r

    ejemplo, el l-

    godn

    en

    la primera revoluci6n industrial, el fcrrocarril en el decenio de 1840

    y despus de

    I -

    se convierten en tina especie de locomotoras qlle arrastran

    la economfa mundial dei marasmo en

    el que se ha vista

    sumida

    durante un

    ticmpo. Esra

    tcoda

    es plausible, pues cada perfodo ascendente secuIar desde

    105

    inicios

    de

    1780 ha estado asociado con IRaparicilI de nuevas industrias, cada

    vez mas revolucionarias desde

    cl

    punto de vista tecnol6gico; tal vez. dos de

    los mas notables bopms econ6micos globales son los dos decenios y medio

    anteriores a 1970. El problema que se plantea respecto a la fase ascendente

    de los iltimos aiios dei d e c ~ n i o de 1890 es que las industrias innovadoras deI

    perfodo - -en trminos generales. las qufmicas y elctricas

    0

    las asociadas

    con las nuevas fuentes

    de

    energfa que pronto competirfan seriamente con el

    vapor- no parecen haber estado todavfa situaci6n

    de

    dominar los

    ~ o v i

    mientos'de la economla mundial.

    En

    definitiva,

    coma

    no podemos exphcar

    las adecuadamente, las p e r i o d i c ~ d a d e s de $.ondratiev

    no

    nos son de gran ;lyu

    da. nicamente nos permiten' observar que el

    penodo

    que estudia este libro

    cubre la cafda y el ascenso de una onda Kondrtiev, pero eso no es 50r

    prendente,

    por

    cuanto toda la historia modema de la economla global queda

    dentro de ese modelo.

    Sin embargo, existe un aspecta dei anlisis

    de

    Kondratiev que es perti

    nente para un penodo

    de

    rpida globalizaci6n de la economfa mundial. Nos

    referimos a la relaci6n entre el sector

    indus rial

    deI munda, que se desarroll

    mediante una revoluci6n continua de la producci6n, y la producci6n

    agr[co-

    la mundial, que se increment6 fundamentalmente gracias a la incorporacion

    de nuevas zonas geograficas de producci6n

    0

    de zonas que se especializaron

    en la producci6n para

    la

    exportaci6n. En 1910-1913 el.mundo occidental dis

    ponfa para el consumo de doble cantidad de tri go (en pr omedio) que e n el

    decenio de 1870. Pero ese incremento procedfa bscamente de unos cuantos

    pafses: los E s t a d ~ s -Unidos. Canada, rgentina y Australia y en E ~ r o p a Rusia.

    Ruman y Hungrfa. El crecimiento de

    la

    produci6n en la Europa occiden

    tal (Francia,-LAlemanfa; el

    Reina

    Unido, Blgica, Holanda

    y

    Escandinavia)

    suponla tan solo el 10-15 por 100 del nuevo abastecimiento. Por tanto, no es

    sorprendente, aun si prescindimos de catastrofes agrfcolas como los ocho

    ailos de sequa

    0895-1902)

    que acabaron con la mitad

    de

    la cabafia de ove

    jas de Australia y nuevas plagas-c omo el g o r g o j o L 9 ~ _ f : : _ ~ t a c 6 el cultiv.o de al :

    god6n en los Estados Unidos a prtir de 1892, que la tusa de crecimlento de

    la producci6n agrfcola mundial se ralentizara f l e s p u ~ deI iriicial salto hacia

    adelante.- As, la relaci6n de jntercambio tenderfa a- variar en favor de la

    agriculmra y en contra de la industria, es d e c i r ~ los agricultores -p_agaban me

    nos,

    -de

    forma relativa -y absoluta, por 10 que compraban a la indusrria, mien

    tras que la industria pagaba

    mas

    tanto relativa corna absolutamente,

    por

    10

    que compraba a la agricultura.

    57

    Se ha argumentado que esa

    v ~ r i a i 6 n

    en las relaciones de intercambio

    puede explcar que los precios, que hal?fan cafdo

    n o t a b l e ~ ~ n t e

    entre 1873

    y

    1896. experimentaran un importante aumento d e ~ d e esa ultlma fecha hasta

    1914 y posteriormente. Es posible, pero de cualqUler forma 10 seguro es que

    ese cambio en las relaciones de intercambio supuso una presin sobre los

    costes de producci6n en la industria y en consecuencia, sobre su tasa de be

    neficio. Por fortuna para la l)elleza de la belle poque la economa

    e s t ~ b a .

    estruc[urada de tal

    fonna que esa

    presn se podfa trasladar de los beneficlOs

    a los trabajadores. El rapido incremento de los salarias reales, caracfe.rfstico

    deI perfodo de la gran depresi6n, disminuyo notable.mente. En FranCia y el

    Reino Unido hubo incluso un

    descenso

    de los s a l a n o ~ reales entre 1899 y

    1913. Esto explica en parte el incremento de la tension social y de los esta

    Ilidos de violencia en

    los-

    ltimos anos anteriores a 1914.

    l.C6mo explicar. pues, que la economfa mundial tuviera. tan gran dn a

    mismo? Sea cual fuere la explicaci6n en_detalle, no hay duda de que la clave

    en esta cuesti6n hay que buscarla en el niicleo de pafses industriales

    0

    en p ~ o

    ceso de industrializacin, que se distIibufan en la zona templada del

    hemlS:

    feria norte, pues actuaban

    camo

    locomotoras dei crecimiento global, tanta en

    su condici6n de productores

    camo

    de mercada.

    Esos palses constitufan ahora una masa productiva in gente y en rapido

    crecimiento y ampliaci6n en el centro de la economfa mundial. Inclufan

    no

    s610

    los niicleos grandes.,y pequefios

    de

    la industrializaci6n de mediados de

    siglo,

    con

    una tasa de expansi6n

    que

    iba,desde

    la

    i m p r e ~ i o n a n t e h a ~ t a 10

    i n ~ -

    maginable - e l Reina Unido, A l e m a n ~ a l o s - E s ~ a d o s Umdos, Fra.ncla,. Bel gl

    ca, Suiza y los territorios

    checos-,

    sma tambln un nuevo .conjunto .de rc

    giones en proceso de ind lstrializacion: Escandinavia, los Pases BaJos, el

    norte de ltaHa, Hungna, Rusia e incluso J a p 6 n ~ Constitufan tambin u . n ~ masa

    cada vez ms impres onante t;ie compradores de los productos y s e r v l c ~ o s dei

    mUlldo: un conjunto que vivJa cada vez mas-de las compras. es declr, -que

    cada vez era menos d e p e n d i ~ n t e

    de

    las economias

    ruples

    tra,dicionales. La

    definici6n habituaI de un hbtanre de una

    c i u d a d -deI

    siglo X X era la

    de

    aquel que vivra en un lugar

    e

    mas de 2.000 habitantes, .pero incluso

    s.i

    adop

    tamos un criterio menos modesto (5.000), eI- porcentaJe

    europeos

    de la

    zona desarrollada y de norteamericanos que_,vivan en ciudades

    se

    habla in

    crementado hasta el

    41

    por 100 en 1910 (desde

    l

    19 Y el 14 por 100, res pec

    tivamente. en 1850), y laI vez eI80por100 de los habitantes de las ciudades

    (frente a los dos tercios en_1850) vivlan en niicleos de mas.de 20.000 habi

    tantes; de eIlos, un numero-muy superior a la mitad

    v i v l a n 3 ~ n dudades.

    de

    ms

    de

    cien mil habitantes, es decir, grandes masasdeconsumidores.

    9

    Adems, gracias

    ar

    descnso de Jas precios que se habla prociucido du

    rante el perfodo de la depresion, esos consumidores disponfan de mucho

    ~ s

    dinero que antes para gastar, aun considerando el descenso los .salanos

    reales que se produjo a partir de 1900. Los

    h a m b r ~ s

    negocIOs. o m p r ~ n -

    dian la gran importancia colectiva de esa acumulacl6n de' consumldores, m

    Cluso entre los pobres. Si los fil6sofos polfticos temfan la aparici?n de las

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    3/16

    58

    -LA ERA DEL IMPERIO. 1875-1914

    rnasas, los vendedores la ac ogieron muy -positivamente. La industria de la

    pu

    blicidad.

    que se

    desarroJl6 como fucrza importante

    en

    este perfodo. los

    tomo

    como punto de mira. La venta a plazos, qu_c aparcci6 durante esos aiios, tc

    nfa

    como

    objetivo.permitir que los sectores con escasos rccurSQS' pudieran

    camprar

    productos de alto precio. El arte

    y

    la industria revolucionarios dei

    cine (vase

    infra

    capitulo 9) crecieron desde la nada en 1895 hasta realizar

    autnticas exhibiciones de riqueza en 1915

    y

    con unos productos tan caros

    de fabricar que supei aban a los de las operas de principes, y todo ello apo

    yandose en la fuerza de

    un

    publico que pagab a en monedas de cinco centavos.

    Ulla sola cifra basta para i1ustrar la importancia

    de

    la zona desarroHada

    dei

    mundo

    en este periodo. A pesar dei notable crccimiento que experimen

    taron -regiones

    y

    cconomias nuevas en u l t r a m a r ~ a pesar de la sangria de una

    emigracin masiva sin precedentes, el porcentaje

    de

    europeos en

    cl

    conjunto

    de la poblaci6n mundi'al aument6 en el sigle

    XIX

    y su lasa de crecimiento se

    aceler desde el 7 por 100 anual en la primera mitad dei siglo y el 8 por 100

    en la segunda hasla el 13 por 100 en los anos 1900-

    J

    913. Si a ese continen

    te

    u r ~ n i z d o

    de compradores potenciales anadjmos los Estados Unidos

    y

    al

    gunas

    economias

    de

    ultramar. en nipido desarrollo pero de mucho menor en

    vergadura, tenernos

    un

    mundo desarr01lado

    que

    ocupaba aproximadamente

    el15 por

    100 de la superficie dei planeta, con alrededor dei

    40

    por 100 de

    sus -habitantes. .

    Asi pues. estos paises constituian el nucleo'central de la economa mun

    dial. En conjunt o forma ban el 80 por 100 dei mercado internacional. Ms

    aun, determinaban el desarrollo deI resto dei mundo, de unos paises cuyas

    economias 'crccieron gracias a que abastccfan las necesidades de otras eco

    nomlas.

    No

    sabemos q habrfa ocurrido si

    Uruguay

    u Honduras hubieran

    'seguido su propio camino. (De cualquier forma,

    efa

    diffcil que eso pudiera

    suceder: Paraguay intent en una ocasin apartarse deI mercado mundial y

    fue obligado por la fuerza,a reintegrarse en.l;,:vase

    l

    era

    deI capital

    ca

    pftulo 4.) Lo que sabemos es que el primero

    de

    esos paises producfa

    came

    porque habia un mercado para ese'producto eri- el Reino Unido, y-cl segun

    do. pltanos,porque algunos comerciantes de Boston pensaron que los norte

    americanos

    gastariari dinero

    para

    consumirlos.-, Aigunas de esas economias

    satlites consegufan mejores resu)tados que otras. pero cuanto rriejores eran

    esos re;sultados, mayores eran los beneficios para las economias deI nucleo

    central. para las cuales ese crecimiento significaba

    la

    posibiJidad de exporta r

    . una

    mayor

    cantidad

    de

    productos y capital.

    La

    marina mercante mundial, '

    cuyo crecimiento indica aproxirnadarnente

    la

    expansi6n

    de' l a ' ~ 9 n o m f a . ' ; g l < > - :

    bal, permaneci mas

    0

    menos invariable entre 1860

    y

    1890. fluctuando en

    tre los 16

    y

    20 millones de tOReladas. Pero entre 1890

    y

    1914, ese tonelaje

    casi se duplic6.

    LA ECONOMfA CAMfHA DE RITMO

    59

    nI

    l.C6mo tesumir. pues, en unos cuantos tasgos

    10

    que fue la economfa

    mundial durante la em deI imperio?

    En.

    primer logar. coino hemos visto, su base geogrfica era mucho mas

    amplia que antes. El sector industrial y en proceso de industrializaci6n se

    ampH6, en Europa mediante la revolucion indusmal que conocieron Rusia y

    .otros pafses -coino Suecia

    y

    los Pafses Bajas, apenas afectados hasta ento.n

    ces

    par

    esc proceso,

    y

    fuera de Europa por los acontecimientos que tenlan lu

    gar en Nortcamrica

    Y

    en cierta

    . f l ~ d i d a , en

    Jap6n. El mercado intemacional

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    4/16

    ': .

    ,

    60

    LA

    ERA-DEL IMPERI. 8 7 5 ~ 9 4

    Reina Voida.

    Por

    uoa parte, la City londinense efa, mas qu Dunea, el ceo

    tm de Jas transacciones internacionales, de tal fonna que sus servicios

    CQ-

    merci ales

    y

    financieros obtenan ingresos suficientes

    como

    para compensar

    el importante dficit en la balanza de articulos de consuma (137 millanes de

    libras frente a 142 millones en 1906-1910). Por otra parte, la enorme impor

    tancia de las inversiones britanicas en el extranjero

    y

    su marina mercante re

    forzaban atin

    mas

    la posici6n central deI pais en una economa

    mundial

    abo

    cada en Londres y cuya

    base

    monetaria em la libra esterIina. En el mercado

    internacional de capitales. el Reina Unida conservaba un dominio abruma

    dor. En 1914, Francia, Alemania. los Estados Unidos, Blgica, los Paises

    Bajas, Suiza y los demas palses acumuJaban. en conjunto, el 56 por 100 de

    las inversiones mundiales en ultramar. mientras que la participaci6n dei

    Reina Unido ascendfa al

    44 por

    100.13

    En 1914,

    la

    flta briuinica de barcos

    de vapor era un

    J

    2

    por J00

    mas numerosa que la f10ta

    -de

    todos los paises

    europeos juntos.

    De

    h e c h ~ ese

    pluralismo al que haec.ms referencia refon por

    el

    m

    mento la

    pO.sicin

    central dei Reino Unido. En efeclo, conforme las nuevas

    economfas

    _en

    proceso de industrializacion comenzaron a comprar mayor

    cantidad de malerias prims eri el mundo subdesarrollado, acumularon un d

    ficit importante

    en"

    su comercio con esa zona deI mundo.

    Era

    el Reino Uni

    do el pafs que restablecfa el equilibrio global importando mayor cantidad de

    productos manufacmrados de sus rivales, gracias rambin a sus exportacio

    nes de productos industriales al mundo dependiente, pero, sobre todo, con sus

    ingeotes ingresos invisibles, procedentes tanto' de los servicios internaciona

    les

    en

    el mundo de los negocios (banca. seguros, etc.) corno de su condicin

    de principal acreedor mundial debido a sus importantfsimas inversiones en el

    extranjero. El relativo declive industrial dei Reino Unido reforz, pues, su

    posicin finariciera y su riqueza. Los intereses de la industria britanica

    y

    de

    la City, compatibles hasta entonces. comenzaron a entrar en una fase de en

    frentamiento.

    La tercera caracterfstica de la economia mundial es, -a pr imera vista. la

    mas obvia: la revo ucin tecnolgic. rrib sabernos, fue en

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    5/16

    62

    LA

    ERA

    DEL IMPERIO. 1875-1914

    bucin, incluyendo la campra a crdita, fundamentalmente por media de los

    plazos.

    ASI, comenzo

    en el Reina Unido en 1884 la venta de t en paquetes

    de 100 gramos. Esta actividad permitiria hacer una gran fortun a mas de un

    magnare de los ultramarinos de los barrios obreros, en las grandes ciudades.

    como sir Thomas Lipton, cuyo yate

    y

    cuyo dnero le permitieron conseguir

    la amistad dei monarca Eduardo VII, que s senta muy atrafda por la pro

    digalidad

    de

    los millonarios. Lipton. que

    no-

    tenia establecimiento alguno

    en 1870, posea 500 en 1899."

    Esta encajaba perfectamente con la sexta caracterfstica de la economfa:

    el

    importante crecimiento, tanto absoluto como relativo, dei sectaT terciario

    de la economfa, publico -y privado: el aumento de puestos de trabajo en las

    oficinas. tiendas y otros serv idos. onsideremos unicarncnte el caso del Rei

    na Unido, pais que en el m0l lento de su mayor apogeo dominaba la econo

    mla mundial con

    un

    porcentaje realmente ridfculo de mana de obra dedicada

    a las tareas adrninistrativas: en -1851 habla 67.000 funcionarios publicos y

    91.000 personas empleadas en aetividades comerciales de una pobJacion ocu

    pada total de unos n,ueve mi1lopes de personas. En 1881 eran ya 360.000 los

    ernpleados-en el seetor eomercial

    --casi

    todos el10s deI sexo maseulin(}-,

    aunque 8610 120.000 en

    el

    sector publico. Pero en

    1911

    eran ya casi 900.000

    las personas empleadas en

    el

    comercio,- siendo el

    17

    'por 100

    de

    eHas

    muje

    res, y los puestos de trabajo d ~ l sector publico se'haban triplicado.

    El

    p o r ~

    cent,aje de _

    manO

    de obra que trabajaba en el sector del comercio se haba

    quintuplicado'-desde 1851. Nos oeuparemos ms adelante de las c o n s e e u e n ~

    cias sociales de ese gran ineremcnto de los empleados administrativos.

    La ultima earactetfstica

    e

    la economa que sefialaremos

    es

    la

    c o n v e r ~

    gencia creciente entre la poltica y la economa,_ es decir, el papel cada vez

    mas importante deI gobiemo

    y

    dei sector publicQ,

    0

    la que los idelogos de

    tendencia liberal, como cl abogado

    A. V.

    Dicey, consideraban como el m e ~

    nazador avance deI (colectivismo, a expensas de la tradicional empresa in

    dividual 0 voluntaria. De hecho,

    era-

    uno de los sfntomas deI retraceso de la

    eeonomfa de mercado libre -competitiva que habia sido el ideal y hasta

    cierto punto la. realidad- del capitalismo.

    de,

    mediados de -la centuria. Sea

    como

    f u e r e ~

    a 'partk de

    -1875

    comenzo a extenderse el escepticismo sobre

    la

    eficacia de la economa de mercado at6noma.y autoeorrectora, la famosa

    mana oculta de Adam Smith. sin ayuda de ningun

    Eipo

    dei estado

    y

    de las

    autoridades pblicas. La mano cra cada v ~ z

    ~

    claramente visible.

    Par una parte. camo verernos (capitulo 4), la democratizaci6n de la p o l f ~

    tica impuls6 a los gobiemos, muchas veces, renucntes, -a apHcar polfticas de

    reforma y bienestar social asf como a inic iar una acci6n polftica para la de

    fensa de-los intereses econ6micos de detenninad os grupos de votantes, como

    el proteccionismo y diferentes disposiciones

    -aunque--menos

    eficaces

    contra la eoncentraei6n econ6mica, caso de Estados Onidos y Alemania.-Por

    otra parte, las rivalidades polfticas entre los estados

    y

    la competitividad ecc

    nomiea entre grupos nacionales de empresarios convergieron contribuycndo

    --como

    veremos-

    tanto al imperialismo como a la gnesis

    de

    la primera

    S G B ~ E . ~ / ; : ~

    _ ~ L L 1 U i d M m M f ~ C A M B I A E

    R TMO

    63

    guerra mundiaL Por cierto, tambin condujeron al desarroHo de industrias

    como la de armamento, en la que el papel deI gobierno era decisivo.

    Sin' embargo, mientras que el papel estratgico.del sector publieo podia

    ser fundamental, su peso

    -real

    en

    la

    econornfa

    _sigui6

    siendo modesto. A

    p e ~

    sar de los cada vez mas numerasos ejernplos que hablaban en sentido

    c o n ~

    trario

    --coma

    la intervencion dei gobierno britnico en la industria petroH

    fera dei Oriente Medio

    y

    su control

    e

    la nueva teIegrafia sin hilos, arnbos de

    significacion rnilitar, la voluntad del gobiemo aleman

    e

    nacionalizar secto

    re.. de su industria y, 'sobre todo, la polItica sistemtica de industrializacion

    iniciada por el gobierno ruso en 1890- ni los

    g o b ~ e m o s

    ni la .opinion con

    sideraban

    al

    sector publico como Qtra cosa_que un complemento secundario

    de la economa privada, aun admitieIido el desarrollo que aIcanz6 en Europa

    la administracion publica (fundamentalmente local) en

    el

    sector de los servi

    cios publicos. Los socialistas no cornpartan esa conviccion de la supremaca

    deI

    sector privado, aunque no se planteaban los problemas que podJa s u s c i ~

    tar una economfa socializada. Podnan haber considerado esas iniciativas mu

    nicipales como socialismo municipal, Pero 10 cierto es que fueran realizada'i

    en

    su mayor parte par unas autoridades que no tenian ni intenciones ni sim

    patlas socialistas. Las economfas modernas, controladas, organizadas y ~ o ~

    minadas en gran medida por el estado, fueran producto de la _primera guerra

    mundial. Entre 1875 y 1914 tendieran, en todo casa, a disminuir las inver

    siones publicas en los productos nacio.nales en rapido crecimiento, y ello a

    pesar deI importante ineremento

    de

    los gastos cprno consecuencia de la pre-

    paradon para la g u e r r a ~ .

    Esta fue la' forma en que crecio y se transformo la economa

    deI

    mundo

    desarrollado. P ero 10 que impresion6 a los contemporaneos en el mun

    do

    desarroUado e industrial fue mas que la evidente transformaci6n de su

    economfa, su xito, aun mas ootorio. Sin duda, estaban viviendo una poca

    floreciente. Incluso las masas trabajadoras se beneficiaron de esa expansi6n,

    cuando menos porque la economf. industrial de 1875

    0

    1914 utilizab. un.

    rnano

    de

    obra muy-

    numerosa

    y

    parecia ofrecer un numero casi ilirriitado de

    puestos de trabajo de escasa cualificacion

    0

    de."nipido ap.rendizaje para los

    hombres

    y

    mujeres que acudfan a la ciudad

    y

    a la industria. Esta permiti6 a

    la masa de ,europeos que emigraron a los Estados Unidos integrarse en el

    mundo de hi industria. Pero si la economfa ofreca puestos, de trabajo,

    s610

    aliviaba de forma m-odesta, y a veces minima, la- pobreza que la mayor parte

    de la clase obrera habia creido que cra su destino a 10 largo de la historia. En

    la mitologa retraspectiva de las ,clases obreras, Jos decenios anteriores a

    1914

    no figuran como una edad de oro, coma ocurre en la de las clases

    p u ~

    dientes. e incluso en la de las ms modestas clases medias. Para stas, la

    belle poq ue

    era el parafso, que se perden. despus de 1914. Para los hom

    bres

    de negocios

    y

    para los gobiemos de despus de la guerra, 1913 seria el

    punta de referencia pennan ente,

    al

    que aspiraban regresar desde una era de

    perturbaciones. En los anos oscuros e inquietos de la posguerra, los momen

    tos extraordinarios del 61timo boom de antes de la guerra aparecian en 're-

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    6/16

    64

    LA

    ERA DEL IMPERIO. 1875-1914

    trospecliva como la normalidad radiante a la que a s ~ i r a b a n r e t ~ m a r

    t:; r n

    veremos fueran las mismas tendencias de la economla de los anos anteno

    res a

    19i4.

    y

    gracias a las cuales las clases medias v i ~ ~ e r o n una poca d o r ~ -

    da las que llevaron a la guerra mundial, a la revoluclOfl

    y

    a la perturbaClOn

    e {mpidieron

    l

    retomo

    al

    pamso perdido. .

    3.

    LA ERA DEL IMPERIO

    Solo

    -la

    confusion polltiea total y el oprimismo ingenuo pue

    den impedir eI-.reconocimiento de que los esfuerzo s inevitp.bles por

    alcanzar la expansion

    comercial por

    parte

    de

    r o ~ a s

    .Ias naejones

    civilizadas burguesas, tras

    ,un

    perfodo de transici6n de aparente

    competencia pacifiea, se aproximan al punto en que solo el fJoder

    decidir la participaci6n de cada naci6n en el control econ6mico

    de la Tierra y, por tanto, la esfera de aedan de su pueblo y. espe-

    : eialmen , el pote neial.de ga nancias

    de

    sus

    t ~ b a j a d o r e s

    MAX WEBER,

    1894

    Cuando ests entre los chinos afirma {el emperador

    de-

    Ale

    maniaJ---. -recuerda que eres la vanguardia dei eristianismo -afir

    ma- y

    atraviesa con

    tu bayonera

    a rodo

    odiado)nfiel al

    que

    veas

    -af imia- .

    Hazle comprender

    10

    que signifca nuestra civilizacian

    occidental

    ... Y

    si por easualidad consigues un poco-de teffa. no

    permitas que los franceses 0 los rusos le la arrebaten.

    MT

    Dooley s Philosophy, 1900

    2

    Un mundo en el que el ritmo de la econornfa staba detenninado pOl' los

    paises capitalistas desarroIlads 0 en proceso de desarrllo ,existentes en su

    seno terua grandes probabiJidades de convertirse en

    un

    mundo

    en

    el que los

    paises avanzados.dorninaran,_a los -atrasados: en definitiva,

    en-un

    mundo

    imperialista. Pero, paradjicamente.

    al

    perodo transcurrido entre 1875 y 1914

    se le puede calificar como era deI imperio- no 5610 porque en l se ,desarroU6

    un nuevo tipo Jie .imperialismo, sino tambin pot otro motivo ciertamente ana

    cr6nico. Probablemente, fue el perodo de la historia moder-ria en que hubo

    mayor numero de gobema ntes que se autottulaban of icialmente -emper,ado

    res 0 que er an cons iderados por los diplornaticos Occiden.tales _como mere

    cedores de ese titulo.

    En

    Europa. se reclamaban de ese tftulo los gobernantes le

    A l e Q 1 a r i : i a ~

    Aus

    tria, Rusia, Turquia

    y

    en s calidad de senores de la India) el

    Re.ino

    Unido.

    Dos de ellos (Almania

    y

    el Reino Unid.olIndia) eran i n n o v a c i o n e s ~ d e l d e c e n i o

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    7/16

    66

    LA ERA DEL IMPERIO. 1875-1914

    de 1870. Compensaban con creees la desaparici6n deI segundo imperio-de

    Napoleon III en Francia. Fuera de Europa, se adjudicaba normalrnente csc tl

    tulo a los gobemantes de China, Japon, Persia y ta i vez en este casa con un

    grade mayor de cortes fa diplomatica internacional- a los de Etiopa

    y

    Ma

    rruecos. Por olfa parte, hasta 1889 sobrevivi6 en Brasil un emperador ameri

    cano.

    Podnan

    anadirse a

    esa

    lista uno

    0

    dos cmperadores) an mas oscuros.

    En 1918 hablan desaparecido cinca de ellos. En la actualidad [1987]

    el

    nico

    superviviente de csc conjunto de supennonarcas' es

    el

    de

    Japon,

    euyo perfil po

    ltico es- de poea consistencia y cuya influencia politica es insignificante.*

    Dcsde una perspectiva menos trivial, el perfodo que estudiamos es una era

    h

    que aparece un nuevo tipo de imperio, el imperio colonial.

    La supremada

    econmica y'militar de los'pases capitalistas no haba sufrido un desaffo se

    rio dcsde hada mucho tiempo, pero cntre finales dei' siglo XVIII y el ultimo

    cuarto dei siglo XIX no se haba llevado a cabo intento alguno

    por

    convertir

    esa supremada en una conquista, anexi6n y admiriistraci6n fonnales. Entre

    1880 y 19

    J

    4 ese intentose reali z y la mayor parte del mundo ajeno a Euro

    pa y al continente amerlano fue dividido formalmente en temt orios que que

    damn

    bajo cf gobierno

    fonnal 0

    bajo el dominio poHtico infonnal

    de

    unD u

    otro de una serie de estados. fundamentalmente

    cl

    Reino Unido, Francia, Ale

    mania, Italia, los Paises Bajos, Blgi ca, los Estados Unidos y Japn.- Hasta

    cierto punta, las 'vctimas

    de

    ese'proceso fueran los antiguos imperios prein

    dustrialcs supcrvivientes

    de

    Espaia

    y

    Portugal, el primero ----rese a los inten

    tas de extender'el territorio bajo su control al noroeste de Africa- mas que

    el

    .segundo. Pero la supervivencia, de los maS importantes temtorios portu

    g leses en Africa (Angola y Mozambique), que sobrevivirian a otras colonias

    imperialistas, fue consecuencia, sobre todo, de la incapacidad de sus rivales

    . modem os para pone rse de acuer do sobre la mane ra de repartirselo. No hubo

    rivalidades del_mismo tipo que pennitieran salv'ar los restos

    4-el

    imperio espa

    fiai en Amrica (Cuba, Puerto Rico)

    y

    en el

    Padfico

    (Filipinas) de los Esta

    dos Uni dos en 1898. Nominalment e,

    la

    mayor parte de los grandes imperios

    tradicionales de'Asia se mantuvieron independientes, aunque las potencias oc

    cidentales establecieron en clios zonas de influencia 0

    i n c l u s ~

    una admi

    nistraci6n directa_que en alg1,lnos casos (como en

    el

    acuerdo

    anglOlTIlSO

    sobre

    Persia en 1907) cubrfan todo el territorio. De hecho, se daba por sentada su

    indefensin militar y politica. Si conservaron su independencia fue bien por-

    . que resultaban convenientes

    coma

    estados-t ap6n (c omo ocuIT en Siam l a

    acrual

    Tailandia-.

    que dividfa las zonas britanica y francesa en el SUreste

    asiatico.

    0

    en Afganistan,

    que

    sepai:aba al Reino Unido

    y

    Rusia),

    -{J9F

    inea

    pacidad de las potencias'

    impenales

    rivales para acordar una fnnula para la

    division,

    -0

    bien por

    su

    gran extension. El i i n i ~ 9 estado no europeo que resis

    tio con xito la conquista colonial. fonnal fue ;Etiopfa; que-pudo mantener a

    raya a Italia, la mas d1:?iI de las potencias imperiales.

    * El suItn de Marrue

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    8/16

    68

    ,

    B e

    reparro

    de

    mundn entre un

    nUme-ro

    reducido

    de

    esl2ills. que

    d su

    tlWJ ?

    ~ . ~ e n t e

    voIumen. era la expreson

    mas ~ p e c t a c u I a r de la p r o g r e s i ~

    va dJVJ51DO

    de globo

    en

    fuerres

    y

    dbiles

    ( cierto es que

    se consideraba camo una novedad y coma tal fue analizado.

    Los debates que rodean a

    -este

    delicado tema son tan apasionados, densos

    y_confusos que

    la

    primera tarea del historiador ha de ser la de aclararlos para

    que sea posible -analizar el fen6meno en

    10

    que realmente _ s. En efecto, la

    mayor parte de los debates se;han centrado n6 en

    10

    que sucedi6 en el mundo

    entre 1875

    y,l914,

    sino en el marxismo;-un tema que levanta fuertes pasio

    nes. Ciertainente, el anlisis deI imperialsmo, fuertemente erftico, re'aEzado

    par Lenin se convertirfa en un elemento centdU deI marxismo, revolucionario

    de los movimientos eomunistas a partir de 1917 y tambin en los movimien

    tos revolucionarios dei tere,er mundo. Lo que ha dado al debate un tono es

    pecial es el hecho de que una de las partes protagonistas parece tener Ulla li

    gera ventaja intrfnseca,., pues' el trmino

    ha

    adquirido 'graduairriente

    y

    es

    diffcil que pued.a

    perdila-

    una connotaci6n peyorativa. A diferencia de

    la

    que ocurre con el trmino democracia

    al

    que ape1an incltiso

    sus

    enemigos

    por

    ,sus connotaciones favorables, el imperialismo es' una actividad

    que

    habitualmente se desaprueba.

    y

    que, por tanto, ha sida siempre practicada por

    otros. En 1914 eran muchos los polfticos que se sentfan orgullosos de -llamar

    se imperialistas, pero a 10 iargo de este siglo

    ]05

    que asf actuaban han desa

    parecido casi 'por completo.

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    9/16

    70

    L E R . ~ DEL IMPERIO. 1875 1914

    El

    punw

    esencial dei anlisis leninista (que se basaba c1aramente en una

    serie de autores contemporaneos. taoto marxistas

    como

    no marxistas) era

    que

    el

    nueVQ

    imperialismo tena sus ralces econ6micas en una nueva fase especi

    ficu dei capitalismo, que, entre otras cosas . conducfa a la divS:i6n territorial

    deI mundo entre las grandes potendas capitaHstas en una serie de colonias

    formales e inforrnales

    y

    de esfera.... de influencia. Las rivalidades existentes

    entre los capitalistas que fueron causa

    de

    esa

    divisi6n engendraron tambin

    la primera guerra mundial.

    No

    analizaremos aqui los mecanismos

    ~ s p e c f f i c o s

    mediante

    los cu ales el ca pitalismo

    m o n o p o l i s t ~

    condujo al colonialismo

    l as

    opiniones

    al

    respecto diferfan incluso e ntre los

    marxistas-, ni la u t i l i ~

    zaci6n mas recierite de esos anaIisis para formar una teorfa de

    la

    dependen

    cia mas global

    a

    finales dei siglo xx. Todos esos, analisis asumen de una

    u

    atm forma que la expansi6n econ6mica

    y

    la explotacion dei munda en uItra

    mar eran e..;;enciaIes para los pafses capitalistas.

    C ~ i t i c a r esas teorfas no revestirfa un inters especiaI

    y seri,a

    irrelevante en

    el contexto

    _que

    nos ocupa. Sefialemos simplemente que los analisis no rnar-

    xistas dei imperialis TI? establecfan conclusiones opuestas a 'las de los marxis

    tas

    y

    de esta fonna han aiiadido confusin al. terna. Negaban la conexi6n

    especffica entre el imperialismo

    de

    finales deI siglo

    XIX

    y

    dei siglo xx con el

    capitalismo'en general

    y

    con la fase concreta deI capitalismo

    que,

    coma

    he

    mas-vi sta, parecio_surgir a finales .del siglo

    XIX.

    Negaban que el imperialismo

    tuvierd

    i"aices

    econ6micas importantes, que beneficiara economicamente a los

    palses imperialistas

    y, ~ s i m i s m o

    que la explotaci6n de las zonas atrasadas fue

    ra fundamental para

    el

    capitalisma

    y

    que hubiera tendo efectos negativos so

    bre las economfas coloni'ales. Afim13ban que el:imperialismo no desemboco

    en rivalidades insuperables entre las poten cias irriperialistas y que no habfa te

    nido consecuendas decisivas sobre

    el

    origen

    de la

    primera guerra mundial. Re

    chazando las -explicaciones econmicas,

    se

    concentraban- en los aspectos

    -psi

    colgicos, ideoJgicos, culturales

    y

    politicos, aunque por.lo general evitando

    cuidadosamente

    el

    terreno resbaladizo

    de

    la poIftica interna, pues los Iharxis

    tas tendfan tambin}l hacer hincapi en las ventajas que habfan supuesto para

    las c1ases gobernantes de las metrpolis la politica

    y

    la propaganrla imperia

    lista que, entre 9tras casas, sirvieron

    para

    contrarrestar el atractivo que los ma

    vimientos obreros de masas ejercan sobre las clase..

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    10/16

    72

    LA ERA DEL IMPERIO. 1875-1914

    accesibles, muchas de eS3S regiones parecfan a primera .vista simples ~ x t e n

    siones potenciales dei mundo desarrollado. que estaban slendo ya colomzadas

    y desarrolladas por hombres y mujeres de origen eu:opeo. que

    ~ x p u l s a b a n

    0

    hacfan retroceder a los habitantes nativos, creando clUdades. y, sm d ~ d a a su

    debido tiempo, la civilizacin industrial: los

    E s t a ~ o ~

    U mdos oeste dei

    Mississippi Canada Australia, Nueva Zelanda. Surafna, Argeha y el

    _cona

    sur de Sura'mrica.

    Camo

    veremos, la predicci6n era erronea. Sin

    e m b a r g ~ .

    esas zonas, aunque muchas veces remotas, eran para las mentes

    c . o n : e ~ p o r a -

    neas distintas de aquellas atras regiones donde,

    pOT

    razone.s chmancas, la

    colonizaci6n blanca no se senta atraida; pero donde por citar las palabras

    de un destacado membro de -la administraCi6n imperia.l de la poca.: el

    europeo puede venir en I):meros r e d u c i ~ o s . con su capItal, su energla y su

    eonocimiento para -desarrollarun eomerclO muy l u c r a t I ~ ~ o b . ~ n e r ~ produc

    tas necesarios para el funcionamiento de su

    a v a n z a d ~ ~ l v l h z a c t o n .

    La civilizaci6n necesitaba ahora el elemento exaUeo .EI ~ e s a r r o l l o tec

    nol6gico dependa de materias primas q ~ e p ~ r razones chmatlcas 0 par los

    azares de la gealogfa se-encontraban excluslva a muy a b u ~ d ~ n t e m e n t e

    ~ e n

    lugares remotos.

    El

    motar de combustin interna, producto tlplCO deI peno:

    do que estudiamos, necesitaba petr61eo y caucha. El petr61e? procedla caSt

    en su tota idad de los Estados Unidos

    y

    de Europa (de Rus a en mucha

    menar medida, de Rumana), pero_los pozos p e t r o H f ~ r o ~ d e l . O r l e n t e .

    MedlO

    eran ya objeto de un intenso enfrentaniento y negOCIaClOn d l ~ l o m a t ~ c o s . El

    caucho era un producto exclusivamente tropical, que se extrala medlante la

    terrible explotaci6n de los nativos en las selvas deI ~ o n g o . y ,deI A m ~ z o n a s

    blanco de las primeras y justificadas protestas

    a ~ t n m p e n a : - l s t a s .

    N.Ias ade

    lante se cultivarfa intensamente en Malaya. El estarto p r o c ~ d i a de .Asla y

    S u ~

    amrica. Una serie de metales, no frricos que antes carecIan,de l m p o ~ t a n c l a

    comenzaron a ser flmdamentales. para las aleaciones de-aeero

    qu.e ,eXIgfa

    la

    tecnologta de aIta velocidad. Algunos de esoS minerales se encontraban'

    e?

    grandes' cantidades en el munda desarrollado. ante todo en los .Estado.s Um

    dos pero no ocurrfa 10 mismo con algunos atros. Las nuevas mdustnas ct;l

    a u t ~ m 6 v l

    y elctricas necesitahan irnperiosamente

    ~ n o

    de los metales

    maS

    antiguos, el cabre. Sus principales reservas y, p o s t e n o n n ~ n t e . sus p r o d u c t ~

    res mas importantes se hllahan en

    10

    que a finales

    d.el

    siglo

    x

    se

    ~ e ~ o r r u

    naria camo el tercer mundo: Chile. Per.

    Zare.

    Z a m b ~ a . Ademas, exlstla u ~ n a

    constante y nunea satisfecha demanda de metales preclOsos que en este peno-.

    da convirti6 a Sunifrica en el mayor productor de oro ~ e l mundo, .par no

    mencionar su riqueza de diamantes.-Las minas, fueron l?s g,randes- p l o n e r o ~

    que abrieran el mundo al imperialismo. Y fueron e x t r a o r d i n a n ~ e n ~ e eficaces

    porque sus beneficios eran la bastante

    i m p o ~ t a n t e s

    camo para Jusuficar tam

    bin la consthlcci6n de ramales de ferrocamI. ~

    Cornpletamente a pane de las demandas de la

    nue.va t e c n ~ l o ~ I a el c r ; e ~

    miento deI consuma.de masas en los paises metropolItanos slgmfic6 la rapl

    da expans6n deI mercado de productos alimentarios. Por 10 .que respecta aL

    volumen,

    el

    mercado estaba dominado por los productos baslCOS de la-zona

    LA ERA DEL IMPERIO 73

    templada, cereales' y came que se producfan a muy bajo coste y en grandes

    cantidades en diferentes zonas de asentamiento europeo en Norteamrica y

    Suramrica, Rusia y Australasia. Pero tambin transform

    el

    mercado de pro

    ductos conocidos desde hac1a mucho tiempo (al menos en Alemania) como

    productos coloniales y que se vendian en as}indas dei mundo desarrolla

    do: azcar,

    t

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    13/16

    78

    LA

    ERA DEL IMPERIO. 1875-1914

    sina [ambin sobre todo el ocano

    indico.

    inc1uyendo sectores de la costa

    africana

    y

    su traspais. Los gobiemos britnicos eran p e r f e c t a m ~ n t e conscien

    tes

    de

    clIo. Tambin es

    derta _que

    la desintegraci6n deI poder local en algunas

    zonas esenciales para conseguir esos objetivos, como Egipto (incluyendo

    Sudan), impulsaron a los bntnicos a protagonizar una presencia politiea

    directa .mucha mayor de la que habfan pensado en un principio. Ilegando

    i n c l u s ~

    hasta el gobierno de hecho. Pero estos argumentos no eximen de

    un

    anlisis econqmico del imperialismo. En

    primer

    lugar, subestiman el incen

    tiva econmico presente en "Ia ocupaci6n de algunos territoros africanos,

    siendo en este sentido el casa mas claro el de Surfrica. En,cualquier caso,

    lbs e ~ f r e n t a m i e n t o s por el frica occidental

    y

    el Congo tuvieron causas fun

    damentalmente econmicas. En :segundo lugar, ignoran .el hecho de -que la i

    India era la joya mas radiante de la corona imperial y la pieza esencial '

    de la 'estrategia britnica global, precisamente por su gran importancia para

    la-economia britnica. Esa importancia nunea fue mayor que en este periodo.

    cuaodo el

    60

    por

    100

    de las exportaciones britanicas de algodn iban a pa

    rar a_ la India y

    al

    Lejano Oriente, zona hacia la cual

    la

    India era la puerta

    de acceso --el 40-45 por 100 de las exportaciones las absorbia la India-,

    ycuando la balanza de pagos

    deI

    Reino Unido dependfa para su -equilibrio

    de

    _los

    pagos de la India. En tercer lugar, la desintegracion de gobiemos in

    digenas_locales. que en oeasions llev6. a los europeos a eslableeer el control

    directo sobre uoas zonas que anteriormente no se habian acupado de admi

    nistrar, se debi al hccho de que las estructuras locales se habian vista soca

    vadas

    par la

    penetracin ec:n6mica. Finalmente, no se sostiene el intento de

    demastrar que no hay nada-en el desarrallo interno del capitalismo occidenta1

    en el decenia de

    1880

    que explique

    la

    redivision territorial deI mundo, p u ~ s

    , el capi talismo mundial er a muy diferente en ese -periodo deI deI deceoio

    de

    1860.

    Estaba constituido ahora por uoa pluralidad de economias oacio

    nales rivales, que-se protegfan unas de otras. En definitiva, es imposible

    separar la polftica y la economia en una sociedad capitalista, como

    10

    es se

    parar la religion y 'la sociedad en una comunidad islmica; La pretension de

    explicar el nuevo imperialismo desde una optica no econmie es tan poco

    realista

    camo

    el intenta de explicar la aparicin de los partidos obreros sin

    tener en cuenta para nada los factores economicos.

    De hecho, la aparicion de los rhovimientos obreros

    0,

    de fonna mas ge

    neral, de la polftica democratica (vase el capitulo siguiente) tuvo una clara

    influenca sobre el desarrollo deI nuevo irnperialismo. Desde que el

    gran

    imperialista Cecil Rhodes afinnara en 1895 que si s'e quiere--evitar-la guerra

    civil hay que convertirse -en imperialista,9 r n u c ~ o s observ'adores han tenido en

    cuenta la existencia del llamado imperialismo

    s o c i a l ~ ,

    es decir, el intento de

    utilizar la expansion imperial para amortiguar el descontento interna a travs

    de mejoras econmicas a refonnas sociales,

    0

    de otra forma. Sin duda nin

    guna, todos los polfticas 'eran perfectamente conscientes de los

    b e n e f i ~ i o s

    potenciales deI imperialismo. En algunos casos, ante todo en Alemania, se

    ha

    .apuntado como razon fundamental para el desarrollo del imperialismo

    la

    l ERA DEL IMPERIO

    79

    primacfa de la polftica interior; Probablemente, la version' deI imperialismo

    social de Cecil Rhodes, en la que el aspecto fundamental eran los beneficios

    economicos que una politiea impcrialista: podia suponer, de forma dirccta 0

    indirecta, para las masas descolltentas, sea hi menos relevante. No poseemos

    pruebas de que la conquista colonial tuviera una gran influencia sobre el em

    pleo 0 'sobie los salarios reales de la mayor parte de los trabajadores en los

    paises metropolitanos,* y la idea de que

    la

    emigraci6n a las eolonias

    pocHa

    ser una vlvula de seguridad en los paises superpoblados era poco mas que

    una fantasa demagogica. (De hecho, nunca fue mas facil encontrar un Jugar

    para einigrar que en el periodo

    1880-1914.

    y solo una pequefia

    mi

    noria de

    emigrantes acudia a las colonias; 0 necesitaba_hacerlo.)

    Mucho

    mas

    relevante nos parece -la-prtica'habitual de.ofrecer a los vo

    tantes gloria en lugar de refomlas costosas, y i,qu podia ser mas glorioso que

    las conquistas de tcrritorios exoticos y razas de piel oscura, cuando adems .

    csas conquistas se 'consegu an con t ~ l escaso coste? De fonna mas general, el

    imperialismo estirp.ul a las masas, y en especial a los elementos potencial

    mente descontentos, a identificarse

    co'n

    el estado y la nacion imperial, claudo

    asf, de- forma inconsciente, justificacion y legitimidad al sistema social y po

    lftico representado par

    eSe

    estada. En una era de polftica de masas (vase el

    capitulo siguiente) incluso los viejos sistemas exigan una nueva legitimidd.

    Tambin

    sobre este punto

    los

    contemporneos eran totalmente claros. En

    1902

    se eJogi6 la ceremonia de coronacion britnica, cuidadosamente modificada,

    porque estaba dirigida a expresar el reconacimiento, por una democracia

    libre, de una corona hereditaria.

    coma s{mbolo deI dominio unversal de su

    r z

    (la cursiva es mfa).ro En resumen, el imperialismo ayudaba';a crear un

    bueu

    cementa ideol6gico.

    Es dificil precisar hasta qu punto era efectiva esta variante especffica de

    exaltacion

    p a t r i 6 t i c a ~ sobre

    todo en aquellos paises donde elliberali smo

    y

    la

    izquierda mas radical habfandesarrolla.do fuertes sentimientos antiimperia

    listas; a n t i m i l i t a r i s t a s ~ 'ariticolaniales 0, de forma 'mas generaJ-, antiaristocrti

    cos. Sin duda, en algunos paises el imperialismo a1canz una -gran populari:'

    dad entre las 'nevas clases medias

    y

    de trabajadores administrativos, cuya

    identidad social descansaba en la pretension de ser los .vehiculos elegidos deI

    patriotismo (vase infra capitulo 8). Es mucha ,menos

    evid,ente

    que los tr3-

    bajadores sineran ningun tipo de entusiasmo espontaneo por las conquistas

    coloniales. por las guerras,

    0

    cualquier inters en:las colonias, ya fueran

    nue-

    vas

    a antiguas (excepta las de colonizaci6n blanca)" Los intentos de insti

    tucionalizar

    un

    sentimiento de orgullo por el imperialismo.

    'por

    ejemplo crean

    dO Jn dfa deI imperio en el Reino Voido

    (1902),

    dependian para conseguir

    ,* n

    ~ t 1 g u n o s

    \ asos

    el

    imperialismo podia ser tiI.

    Lof mncro:i de

    CornualJes b n d o n ~

    ron-masvamente las minas de est3fio de su peninsula. ya en decadencia. y se trasladaron a las

    minas. de t'ro de Surfrica, donde ganaron mucho dinero y donde morian inc1uso a nna edad mas

    temprana

    de

    10

    habitua] como consecuencia de las enfennedade.s pnlmonares. Los propietarios

    de

    minas de Comualles compraron nuevas minas de estaiio en Malaya con

    menor riesgo

    para

    sus

    vidas.

    r(nl Jr:::

    1 . , l F : : ~ ~ : : ~ ' : r ' l ; - ~ ' _ ~ 1 ~

    j;iFO?,MAC1D:

    t ~ i . i \ - d \ J ; I . ; ; ; I ~ . r . ; - , . - ; " l . , , t , " ' ~ -' ' ' '. '

    -

    ""0,5'

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    14/16

    6 LA ERA

    DEL

    IMPERIO. 1875-1914

    f

    el xito de la capacidad

    de

    moviljzar a los estudiantes. Ms adeJante anali Ji

    zaremos el recurso

    al

    patriotismo en un sentido maS 2'eneraJ.)

    De rodas formaI , no sc puede negar que la jdea sup erioridad y de

    do

    minio sobre un munda poblado por gentes de piel oscura en remtes Iugares 1

    tenla arraigo popular y que, por tanto. benefici6 a la poHtica imperialista.

    En

    sus grandes exposiciones internacionales (vase

    a

    era de capital capitula 2)

    la Cvilizaci6n burguesa habla glorificado siempre los tres triunfos de la cien

    cia; la tecnologia

    y

    las manufacturas. En la Cfa de los imperios tarnbin glori

    ficaba sus colonias. -En las posrrimerfas de la centuria se multiplcaron los

    pa

    .beUones

    colpniaIes,

    hasta

    entonces

    prcticamente inexistentes:

    ocha 'de

    cilas

    complement.ban I.Torre Eiffel en 1889. mientras que en 1900 eran 14 de

    es6s pabellones los que atraian a los turistas n Paris.

    l

    Sin duda alguna, todo

    eso efa publicidad planificada, pero como roda la propaganda, ya sea corner

    cial 0 poltica, que t iene realmente -xito, consegufa ese xito porque de aIgu-

    na

    forma tocaba la

    fibra:

    de la gente. Las exhibiciories coloniales causaban sen

    saci6n. EIi Gran Bretaiia, los anvers arios; los funerales

    y

    las

    coronaciones

    reles resultban tanto mas impresionantes -por cuafita. al

    iguaJ

    que los anti

    -gu"os triunfos

    romanos, exhibfan

    a

    sumisos maharajas con

    ropas

    adornadas con

    joyas; no cautivos, sina libres y leales. Los desfiJes militares resultahan eXtra J

    ordinariamente

    aniniados

    gracias a la presencia de sijs tocados

    Con

    turban tes,

    rajputs adornados con bigotes, sonrientes e implaables.gurkas. espahfs y al-

    tos

    y

    negros senegaleses: el mundo considerado

    bdicales consideraban'

    que

    las discusiones sobre'las colonias

    eran

    i r r e l e v a n ~ e s

    o veran a las gentes de color-'-ante

    todQ

    como- una

    mana

    de

    obra

    barata

    que

    planteaba una am enaza a los trabajadores blancos: En 'este- senti do, es cierto

    que las presiones para la expulsi6n

    de

    los inmigrantes

    de

    color, ~ u e deter-

    Entre 1876

    y

    1902 se realizaron

    119 t r a d u ~ c o n e s - d e

    la Biblia frente a las 74 que

    se

    hi

    cleron en los treinta anos anteriores y 40 en los anos 1816-1845. Durante el periodo

    1 8 ~ 6 1 8 9 5

    hubo 23 nuevas misiones protestantes en Africa, es decir. tres veces mas que en _cualquier dece-

    niD

    anteo)C;

    12

    '

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    15/16

    82

    LA

    ERA DEL IMPERIO. 1875-1914

    minaron la poltica de California Blanca

    y

    Australia Blanca entre 1880

    y. 1914,

    fueron

    ejercidas sobre todo por las clases obreras, y los sindicatos

    dei Lancashire se unieron a los cmpresarios deI algod6n de esa misma regi6n

    en su insistcncia en que

    s'e

    mantuviera a la India al margen de la industriali

    zacin. En la esfera intemaciona l, el socialismo fu hasta 1914 un r'novimien

    tode

    europeos y emigral1tes blancos

    0

    de los descendientes de stos (vase

    infra captulo 5). El colonialismo cra para cHos una

    cuestion

    marginal. En

    efecto, su a"nalisis

    y

    su detinici6n

    de

    la nueva fase

    ~ < m p e r i a l i s t a

    dei capita

    lismo, que detectaron a finales de la dcada

    d'c

    1890, consideraba correcta

    mente la anexi6n y la explotaci6n coloniales coma_un simple sntoma y una

    caractcrsca de esa nueva fase, indeseable- coma tadas sus caracteristicas,

    pero

    no fundamental. Eran pocos los socialistas ,que, 'como Lenin, centraban

    ya su atenci6n en el rnaterial- inflamable de la -periferia- deI 'capitalismo

    mundial.

    El analiss socialista (es dccir, basicamente marxista) deI imperialismo,

    que integraba el coloniaIismo en un concepto mucho mas amplio de una

    nueva fase deI capitalismo, era corr ecto en principio, aunque no _ ecesa

    riamente en Ips detalles de su modelo terico. Asimismo, era un anlisis que

    en ocasiones tendia a exagerar,

    coma

    10 hacfan los capitalistas contemponi

    neos,'la importancia econmica de

    la

    expansion colonial para los pafses me

    tropolitanos. Desde luego.

    el-

    impcrialismo de 'los ltimos aiios dei siglo

    XIX

    _ ra 'un fen6meno_ nuevo.

    Era

    el produclo de una poca de competitividad

    entre economas nacionales capitalistas e industriales rivales que cra nueva

    y que se vio _ nlcnsificada por las presiones para asegurar y salvaguardar

    mrcados en un penodo de incertidumbre economica (vase supra capitu-

    10 2);

    :en

    resumen. era \ln perfodo en que las tarifas proteccionistas y la ex

    , pansin cran la exigenda que planteaban las clases dirigentes.M Formaba

    parte de un proceso de alejamiento de un capitalismo basado en la pnictica

    privada y pblica deI

    laissez-faire

    que tambin era nuevo. e implicaba la

    aparicin de grandes corporaciones

    y

    oligopoUos

    y

    la intervencion-cada vez

    ms intensa dei estado en los asuntos ecoll9micos; Correspondia a un mo

    mento en que las zonas perifricas de la economfa global eran cada

    vez-

    mas

    importantes. Era un fenomeno que parecfa

    ta.n

    natural

    en 1900 coma

    in

    verosfmil habrfa- sido considerad o

    en

    1860. A no ser por esa vinculaci6n

    entre

    el

    capitalismo posterior- a 1873

    y

    la exparisin en el mundo no ndus

    trializado, cabe dudar de que i n c l u s ~ el imperialismo social hubiera de

    sempefiado el papeI que

    jug6

    en la poltica interna de los estados, que vivian

    el proceso de adaptaci6n a la poltica electoral d e masas: Todos los intentes

    de separar l a explicacin deI imperialisrno de los acontecimientos especffi

    cos deI capitalismo en las postrimerfas dei sigle XIX han de ser considera

    dos como meros ejercicios ideo16gicos, aunque

    m l : 1 ~ h a s v ~ e s

    cultos y en

    ocasiones agudos. -

    ._

    -.

    ;

    LA -ERA DEL IMPERIO

    83

    " ~ ' . - - - ..-

    II

    . Quedan todavia

    par

    responde i las

    cuestio- 1es

    sob1J el impacta de la ex

    pansion occidental (y japonesa a partir de 1890) en el -resto dei mundo"y so

    bre el signifiado de Jos aspectos imperialistas: deI. imperialismo para los

    Vaises

    metropolitanos.

    Es mas facil contestar a la primera de esas cuestiones que a la segunda. El

    impacta econ6mico deI imperialismo fue importante, pero

    _10

    mas destaable

    s

    que result profundamente _desigual, por cuanto las relaciones entre las me

    tnSpolis y sus colonias eran m u y _ a s i m t r i c a s ~ El impacta de -las primeras so-

    0>

    bre'las segundas.-fue fundamental y decisivo, -incluso aunque no- se produjera

    la ocupacin real, mientras que el de las colonias sobre las metr6polis tuvo

    casa significacin y pocas veces fue un asunto' de vida 0 muerte. Que Cuba

    mantuviera su posici6n 0 la perdira dependia dei precio dei azcar y de la

    dispasicin de 10sEstados Unidos a importarlo;':pero

    inclus,O

    pafses ~ ( d e S a I T O -

    lIados muy pequefios -Suecia, -por ejemplo- no habrian sufrido graves, in

    convenientes si todo el azucar del.Caribe hubiera desaparecido subitamente

    dei m e r c a d o ~ porque no dependfan exclusivamente de esa region para su con- .

    sumo de

    eSte

    producto. Practicamente todas las importaciones y

    eXpOrtaciories

    de cualquicr zona dei frica subsahariana procedfan

    0

    se-dirigfan a un nu

    mem ,reducido de rnctr6polis occidentales, pero el

    c o m e ~ c i o

    metropolitano

    g 1

    con Africa, Asia y Oceanfa siguio siendo muy poco importante,

    ' a u n q u e ~

    se incremento en una modesta cunta entre 1870

    y

    1914. El 80 por 100 dei

    comercio europeo, tanto por

    10

    que respecta a las importaciones coma a las ex- Z

    portaciones, se realiz6, en

    l

    siglo

    XIX,

    con otros- paises desarrollads y

    10

    mis- .5

    mo puede decirse sobre las inve,?iones europeas en el extranjero.

    is

    Cuando

    esas.g

    inversiones ,sc: dirigfan a ultranfar, iban a parar a un nmem redliCido de eco-

    namias en rapido desarroUo con

    ,V

  • 7/21/2019 Arc1 Hobsbawm Cap 3

    16/16

    84

    LA ERA

    DEL IMPERIO. 1875-1914

    hasta una cuarta parte de

    la

    superficie dei planeta (que en los atlas britnicos

    se coloreaba orgullosamente de raja). Si incluimos el mperio informaI, cons

    tituido por estados independientes que, en realidad, eran econom{as satlites

    del Reina Unido, aproximadamente una tercera parte deI globo era britnica

    en un sentido econ6mico

    y.

    desde luego, cultura1. En efecta, el Reina Unido

    export i n c l u s ~ a Portugal

    la

    forma pecuHar de sus buzones de correos,

    y

    a

    Buenos Aires una instituci6n tan tpicamente brtnica como los almacenes

    Harrods. Pero en 19l4.,otras potencias se haban comenzado a infiltrar

    ya

    en

    esa zona de influencia indirecta, sobre

    tOOo

    en Amrica Latina.

    Ahoca bien, esa -brillante operaci6n defensiva no tenla mucha que ver con

    la

    nueva

    e x p a n ~ i 6 n

    imperialista, excepta en el casa de los diamantes Y

    el

    oro de Surfrica. Estos dieron lugar a la aparicin de una serie de millanarios.

    casi [Odos

    e . ~ l a s

    alemanes

    l o s

    Wernher, Beit, Eckstein, etc. . la mayar par

    te de los cules se incorporaron rapidamente a la alta saciedad britnica, muy

    receptiva a1 dnera cuanda se distribufa en cantidades

    Jo

    suficientemente im

    portantes. Desemboc6 tambin en el ms grave de los conflictos coloniales, la

    guerra surafricana de 1899-1902. que acab6 con la r e s i s t ~ n c i a de dos peque

    fias repblicas

    de

    calonos campesinos blancos.

    > En

    gran mdida, el xita deI Reina Unido

    .en

    ultramar fue consecuencia

    de la explotacin ms sistemtica de las posesiones britnicas

    ya

    existentes.a de

    la posicion especial deI pafs

    coma

    principal impona dor e inverso en zonas

    tales coma Suranirica. Con la excepcion de la India, Egipto

    y

    Surafrica, la

    actividad econori1ica britnica se centraba en paises que eran practicamente in

    dependientes, coma los

    ominions

    blancos a zonas corna los Estados Dnidos

    y Amrica Latina, dande las iniciativas britanicas no fueron desarroBadas

    no

    podfan serie con eficacia. A pesar de las que as de la Corporation of

    Foreign Bondholders (creada ducantela gcan depresi6n) cuando tuvo que ha

    eer frente a

    la

    p r ~ c t i c a

    habituaI

    en

    los pases latinas, de spspension de la

    arnortizacin

    de

    la deuda

    0

    de su arnonizaci6n n moneda devluada,

    el

    go

    biemo no apoy6 eficazmente a sus inversores en Amriea Latina porque

    no

    podl3 hacerlo.

    La

    gran depresi6n fue una prueba fundamental en es te senti do,

    porque, al igual que otras depresiones mundiales posteriores (entre las que hay

    que incluir las de las dcadas de 1970

    y

    1980), desemboc6en una gran crisis

    de deuda. extema interna,clonal que hizo correr un grail riesgo a los bancos de

    . la metr6poli.

    TOdo 10

    que el gobierno britnico pudo 'hacer fue conseguir sal

    var de la insolvencia

    al

    Bano Baring .en la < c r i s i s Baring de 1890. ciJando

    ese banco se habfa avenfurado coma 10 seguirn h a c i ~ n d o los bancos en el

    futuro

    demasiado alegremente en medio de la voragine de las morosas fi. .

    nanzas argentinas. Si apoy6 a los inversores con

    la

    diplomacia de la fuerza,

    coma

    comenzp a haerlo cada vez mas

    f r e c u e n t e r n e ~ t ~ :

    a partir 1905, era

    pat:a

    a p o y a r ~ o . s

    frente a los hombres de negocios de orros pafses .respaldados

    par

    sus gobiemos, mas que frente a los gobiemos dei mundo dependierit.

    ...

    Pueden citarse algunos ejemplos

    de

    enfrentamientos armados par motivos econ6micos

    ~ o o

    en Venezuela, Guatemala, Haili, Honduras y Mxico--. pero que

    no

    alteran

    s u s ~ d a l -

    I l U ~ i 1 L

    UI.:Jr.iUUJJ Ut\l JfHW

    . LA ERA DEL IMPERI

    85

    De hecho

    si

    hacemos balance de los alios buenos y malos,

    10

    cierto es que

    los c a p i t a l i s t ~

    britanicos saIieron b a s t a ~ t e bien

    p a r ~ d o s

    en sus a c t j v i d ~ d e s

    e,n

    el impcrio informaI

    0

    libre: Pnktica.rnente, la mltad

    d,e

    todo el. capItal

    blico a largo plaza emiiido en 1914 se hallaba en Canada, Austr aha

    y

    Amen-

    ca Latina. Mas de la mitad ~ l aholTo britnica se invirti6 en el extranjero a

    partir de 1900. .

    Naturalmente, el Reino Unido consigui6 su parcela propia en las nuevas .

    regiones colonizadas deI mundo

    y,

    dada la fuerza,r la

    ~ x p e r i e n c i a

    b r i t ~ ~ i c ~ s ,

    fue probable mente una parcela mas exte nsa

    y

    mas, vahosa que la de nmgun

    otro estado.

    Si

    Francia ocup6

    la

    mayor parte dei Africa occidental, las cun

    tra colanias britnicas de esa zona controlaban las poblaciones africanas

    mas densas, las capacidades productivas mayores Y tenan la prepon.deran,cia

    dei comercio.

    n

    Sin embargo, el objetivo britanico

    no

    era la expanSion, smo

    la defensa frente a otras, atrincherandose en territorios que hasta entonces,

    como ocurra en la mayor parte deI mundo de ultramar. habian sido domina-

    dos por el comercio

    y

    el capital briuinicos. , . .

    'Pue de decirse que las dems potencias obtuvieron un beneficlO slmllar de

    " . 1

    u expansi6n colonial? Es imposible responder a este. n t e r r o g a n t e po.r9u.e a

    colonizaci6n formaI solo fue un aspecta de la expanSiOn y la competmvldad

    econmica globales

    y,

    en el casa de las dos potencias industriales ms impor

    tantes, Alemania

    y

    los Estados Unidos,

    no

    fue un aspecta

    f u ~ d a r : n e n ~ ~ 1 .

    Ade

    ms, coma ya hernos visto,solopara el Reina Unido

    y

    tal vez tamblen, para

    los Pases Bajos, era crucial desde el punta de vista ecan6mico rnantener una

    relacion especial con el mundo no industrializado. Podernos establ.ecer. alg.u

    nas conc1usiones con cierta seguridad. En primer lugar, el impulsa colomal

    parece haber sido ms fuelte en los pafses m e t r a ~ o l i t a n o s menOs ~ i n ~ r n i c o s

    desde el punto de vista econ6rriico, donde hasta clerto punta eonstltlllan una

    compensaci6n potencial para su inferioridad econ6mica

    y

    politiea f r e ~ ~ e a sus

    rivales,

    y

    en el caso de Francia, de su inferioridad demografia

    y

    mlhtar. En

    segundo lugar, en todos los casas existlan grpos econ6n:ico.s concretos

    en .

    tre los que destacan los asociados con.el cornerco

    y

    las inqustrias

    de

    ultramar

    que utiIizaban rnaterias primas procedentes

    de

    las

    colonias

    que ejercfan una

    fuerre presi6n en pro de la expansion colonial, que u s t f i c a b a n ~ naturalmente,

    por las perspectivas de los

    b e n ~ f i c i o s

    para

    la

    nacian. En

    t e r c ~ r

    lugar. mientras

    que algunos de esos grupos obtuvieron importantes beneficJOs

    d:

    e ~ a . cxpan-

    sion

    l a

    Compagnie Franaise de l'Afrique Occidentale, le pago dlvldendos

    dei

    26

    par 100 en 19l3': -,12.1a mayor parte de las riuevas colonias atrajeron es

    casos capitales

    y

    sus resultadas econmcos fueron mediocres. En resumen,

    mente este cuadro. Por supuesto, el gobiemo

    y

    los capital.istas ~ r l n i c o s . obligados a elegir en

    tre

    parti dos 0

    e ~ t a d o s

    locales que favoiedan los inlereses econ6micos

    b r i t ~ i c o s .y . a ~ u e l o s

    q ~ e

    se

    mostraban hostiles a .stos, apoyaban a quienes favorecfan los beneficlOs

    bntaOlCOS:

    Chlle

    contra Pern en la guerra dei Pacffico (1819-1882). los enemigos dei presidente Balmaceda en

    Chile en 1891.

    a

    mareria en disputa eran los nitratos.

    Francia

    nO

    consigui6

    ni

    siquiern imegrar sus nuevas colonias total mente en

    un

    sistema

    p ~ t e c c i o n i s t a .

    aunque en

    1913 el 55 pot

    100 de las"transacciones comerciales dei imperio

    f r a n ~