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Corina Flores Montero Bachelard y Sartre: dos grandes pensadores. Sobre el mundo de lo imaginario "Le réel n'est pas jamais beau" .l.P. Sartre "La santé de notre esprit est dans nos mains" G. Bachelard Summary: There are two important moments in the phylosophical works of Gaston Bachelard. The first one, after the publication of his book ("The New Scientific Spirit"] in 1938, where imagination is conceive as a epistemologic obs- tacle. The second one takes place with his stand against the static philosophy (Descartes, Kant) and when creating intermediate epistemologic field, in a conciliatory attitude. Sartre and Ba- chelard coexist by the importance both gave to imagination. Contrasting with Bachelard, Sartre under the influence of Husserl, tries to build with imagination an axis of a theory of negativism. Both philosophers have tried to formulate the principies of a new psychoanalysis but of a dife- rent way. Resumen: Existen dos momentos importan- tes en la obra filosófica de Gaston Bachelard. El primero a partir de la publicaión de la "For- mación del espíritu científico" en 1938, en don- de la imaginación es concebida como obstáculo epistemológico. El segundo se da al manifestar- se en contra de la filosofía estática (Descartes, Kant) y al crear un campo epistemológico inter- mediario, en una actitud conciliadora. A Sartre ya Bachelard los une la importancia acordada a la imaginación. A diferencia de Bachelard, Sartre bajo la influencia de Husserl trata de ha- cer del imaginario el eje de una teoría de la ne- gación. Ambos filósofos han tratado de formu- lar los principios de un nuevo psicoanálisis pe- ro de diferente manera. Cuando se nos ofrece la oportunidad de leer correlativamente a dos pensadores, nos damos cuenta que la ambiguedad descubierta en los es- critos de cada uno en relación con los del otro, significa concretamente que se trata de dos tipos de pensamientos heterogéneos. A estos dos filó- sofos franceses aparentemente todo los separa: su cultura, sus raíces, sus intereses, pertenecien- do por ende cada uno a dos mundos diferentes. Bachelard consagró parte de su vida a construir una epistemología rigurosa, dirigiendo desde los años de 1938 una parte de sus investigacio- nes hacia el campo del imaginario. En este mo- mento Bachelard se manifiesta en contra de una filosofía estática, el conocimiento es una obra que se construye, un proyecto sin fin que debe sobreponerse a los obstáculos que pueden dete- nerlo. En la misma época Sartre, bajo la influen- cia de Husserl trata de hacer del imaginario el eje de una teoría de la negación que desemboca- rá en la ontología fenomenológica de "El Ser y la Nada". Bachelard comienza su producción desconfiando de las grandes reconstrucciones metafísicas. Sartre por su parte no se preocupa por el rigor. Sin embargo los dos tienen en co- mún la importancia que le han dado en sus es- critos a lo imaginario. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVII (91), 79-90, 1999

Bachelard y Sartre

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Corina Flores Montero

Bachelard y Sartre: dos grandes pensadores.Sobre el mundo de lo imaginario

"Le réel n'est pas jamais beau".l.P. Sartre

"La santé de notre esprit est dans nos mains"G. Bachelard

Summary: There are two important momentsin the phylosophical works of Gaston Bachelard.The first one, after the publication of his book("The New Scientific Spirit"] in 1938, whereimagination is conceive as a epistemologic obs-tacle. The second one takes place with his standagainst the static philosophy (Descartes, Kant)and when creating intermediate epistemologicfield, in a conciliatory attitude. Sartre and Ba-chelard coexist by the importance both gave toimagination. Contrasting with Bachelard, Sartreunder the influence of Husserl, tries to build withimagination an axis of a theory of negativism.Both philosophers have tried to formulate theprincipies of a new psychoanalysis but of a dife-rent way.

Resumen: Existen dos momentos importan-tes en la obra filosófica de Gaston Bachelard.El primero a partir de la publicaión de la "For-mación del espíritu científico" en 1938, en don-de la imaginación es concebida como obstáculoepistemológico. El segundo se da al manifestar-se en contra de la filosofía estática (Descartes,Kant) y al crear un campo epistemológico inter-mediario, en una actitud conciliadora. A Sartreya Bachelard los une la importancia acordadaa la imaginación. A diferencia de Bachelard,Sartre bajo la influencia de Husserl trata de ha-cer del imaginario el eje de una teoría de la ne-gación. Ambos filósofos han tratado de formu-

lar los principios de un nuevo psicoanálisis pe-ro de diferente manera.

Cuando se nos ofrece la oportunidad de leercorrelativamente a dos pensadores, nos damoscuenta que la ambiguedad descubierta en los es-critos de cada uno en relación con los del otro,significa concretamente que se trata de dos tiposde pensamientos heterogéneos. A estos dos filó-sofos franceses aparentemente todo los separa:su cultura, sus raíces, sus intereses, pertenecien-do por ende cada uno a dos mundos diferentes.Bachelard consagró parte de su vida a construiruna epistemología rigurosa, dirigiendo desdelos años de 1938 una parte de sus investigacio-nes hacia el campo del imaginario. En este mo-mento Bachelard se manifiesta en contra de unafilosofía estática, el conocimiento es una obraque se construye, un proyecto sin fin que debesobreponerse a los obstáculos que pueden dete-nerlo. En la misma época Sartre, bajo la influen-cia de Husserl trata de hacer del imaginario eleje de una teoría de la negación que desemboca-rá en la ontología fenomenológica de "El Ser yla Nada". Bachelard comienza su produccióndesconfiando de las grandes reconstruccionesmetafísicas. Sartre por su parte no se preocupapor el rigor. Sin embargo los dos tienen en co-mún la importancia que le han dado en sus es-critos a lo imaginario.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVII (91), 79-90, 1999

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Este interés no se realizó fortuitamente o demanera accidental. Sartre en su momento se inte-resa por la fenomenología que para él sería un"resplandor del mundo". Por su parte Bachelard,a pesar de que trató de separar el dominio de laciencia del dominio de la poesía, manifestó lapreocupación por orientar su reflexión hacia uncontinente abandonado por los racionalistas y losliteratos: el mundo de las imágenes, de los ele-mentos, y de las formas.

En los dos casos, el cuerpo y su fantasmáticaresultó ser un tema importante que se debía deanalizar a través de las metamorfosis de una ima-ginación creativa. Es por esta razón que surgie-ron críticas dirigidas contra los trabajos psicoa-nalíticos en general. Sabemos que Freud se inte-resó también por 10 imaginario de este cuerpo,es decir del cuerpo fantasmático. Al psicoanálisisfreudiano se le acusó de reduccionismo, por 10tanto era necesario cuestionarIo. El método feno-menológico le sirve entonces a ambos autores,en el caso de Bachelard para elaborar una "esté-tica concreta" y, en el caso de Sartre una "estéti-ca del no-ser".

Bachelard:fenomenólogo de la imaginación

Leyendo uno de sus libros clásicos como "Lapoética del espacio" nos encontramos con todoun mundo imaginario que podríamos asemejar alde una civilización perdida; Bachelard describecon maestría las viejas casas de antaño con susgraneros y sus sótanos, los ríos que serpentean enel campo, el mundo de los cofres, de los cajonesy de los armarios, los viejos muebles, las cande-las y los rincones de la intimidad. Sin dejar dedescribir por ahí al herrero que conoce bien suoficio. Estas imágenes así reunidas son el testi-monio de un mundo provincial, de una infanciafeliz, inmersa en el ritmo de las estaciones y quedan como resultado un investigador minucioso ypaciente. Por eso es que se detiene a describir lasmoradas oníricamente incompletas. "En París nohay casas".' El imaginario Bachelardiano nos in-vita a remansarnos como en una "agua de quie-tud", de nostalgia. Hay que aprender de nuevo a

leer, releer línea por línea, para poder entregarsea las variaciones dinámicas de esta escritura. Estoda una ascésis, una larga paciencia olvidada ...La imaginación fue en un principio concebidacomo obstáculo epistemológico, en especial apartir de la publicación de la "Formación del es-píritu científico" en 1938 y antes que se desarro-llara en su forma creativa. En este sentido la ima-ginación se considera negativa porque bloquea através de la intuición y por el uso abundante delas metáforas una investigación rigurosa. Cree-mos que el elemento esencial del código que de-termina el sistema de esta escritura es el elemen-to femenino, espacio que cimienta la ubicacióndel objeto narcisista. Con el pensamiento meta-fórico se define un espacio interno. La imagina-ción es una actividad pura y espontánea del espí-ritu humano.Z La imágen como representaciónprimordial es un producto distinto del pensa-miento racional y de la sensibilidad. La singula-ridad de la imagen, es la de imponemos unacreencia en sus poderes ilimitados. Esta singula-ridad no es un artefacto. Lo propio de la imagenes de darse en todo momento en la ilusión decontener a la vez la experiencia total del mundo,del mundo simbólico que la produce, y que es eltestimonio de las estructuras psíquicas subyacen-tes que le permiten a este mundo psíquico existircomo tal. Muchos autores en la línea de los rei-vindicadores de Bachelard, han tratado de darle alas imágenes su complejidad en la relación origi-nal que mantienen con el cuerpo. Gilbert Durand,después de haber criticado las numerosas reduc-ciones de la imagen operadas por los sistemas fi-losóficos, considera la existencia de tres tiposdominantes de estructura sensoriomotriz de baseque son las que organizan el conjunto de imáge-nes: una dominante de posición; una dominantede nutrición y una dominante de copulación. Es-tos tres dominios serán las matrices sensoriomo-trices en que se integran las imágenes psíquicas.Los grandes dominios de la motricidad son reco-nocidos como las matrices de donde emergen losesquemas que constituyen las categorías princi-pales de la representación. Aunque no solo exis-ten estos esquemas clásicos que privilegian lascategorías motrices, también encontramos los es-quemas de contenido. A los esquemas centrados

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en la motricidad se les puede nombrar como "es-quemas de transformación" para insistir sobre laparticipación dinámica de las imágenes que seproducen y que Bachelard ha sabido bien explo-rar en sus resonancias poéticas. En "La poéticadel espacio" y en el capítulo sobre la inmensidadíntima podemos ver como Bachelard parte de unensueño lúcido sobre los textos poéticos en ver-so o en prosa escritos para celebrar el bosque, lanoche, la vasta llanura, el océano, el desierto vi-venciado como la inmensidad seca o como am-biente de luz. Se encuentra en la escogencia deimágenes los juegos estructurales de oposiciónentre 10 seco y 10 húmedo, la noche y la luz, la vi-da (húmeda de los bosques) y la muerte (seca delos desiertos): todos juegos estructurales de opo-sición que aparecen como categorías de la imagi-nación. La inmensidad y la intimidad, el afuera yel adentro no pertenecen a la abstracción geomé-trica del espacio inmóvil, a sus figuras o a su in-finito, sino a la condensación imaginaria de unaespacialidad en trabajo. El espacio o la espaciali-dad, es un lugar de fuerzas en expansión o de es-trechamiento entre un centro y un horizonte: ellugar de los actos de entrar o salir traspasando unumbral. La espacialidad imaginaria resulta defuerzas coexistentes en acto, que se limitan y or-denan las unas y las otras por el efecto de su po-tencia, su dirección o su intensión. Esta espacia-lidad imaginaria se inaugura a través de una me-ditación imaginaria presentada a través de untexto en verso, de Rilke:

El espacio fuera de nosotros gana y traduce las co-sas:

Si quieres lograr la existencia de un árbol,Invístelo de espacio interno, ese espacioQue tiene su ser en ti. Cíñelo de restricciones.Es sin límites, y sólo es realmente árbolCuando se ordena en el seno de tu renunciamiento.

Más adelante y comentando esta cita Bache-lard continua:

En los dos últimos versos, una oscuridad mallar-meana obliga al lector a meditar. El poeta le plantea unhermoso problema de imaginación. El consejo: "ciñeal árbol de restricciones" sería primero la obligaciónde dibujarlo, de investido de límites en el espacio ex-

terior. Obedeceríamos entonces las reglas simples dela perfección, seríamos "objetivos", ya no imaginaría-mos. Pero el árbol está, como todo ser verdadero, cap-tado en su ser "sin límites". Sus límites no son más queaccidentes. Contra el accidente de los límites, el árbolnecesita que tú le des tus imágenes superabundantes,nutridas por tu espacio íntimo, "por ese espacio quetiene su ser en tí". Entonces el árbol y su soñador, jun-tos, se ordenan, crecen. En el mundo del ensueño el ár-bol no se establece nunca como ser acabado".

El árbol común al poeta y al filósofo no se es-tablece como un ser, porque su esencia es de cre-cer. Con los ojos abiertos en un ensueño vigilan-te, mas allá de la ruptura entre el ser humano y lacosa, el árbol hace que el espacio crezca a su al-rededor: talla verticalidad del árbol solitario queaumenta la planicie. Como por un juego de inter-cambio entre el ser humano y el mundo, un jue-go de inversión entre el espacio del afuera y laespacialidad íntima, por un efecto de haber vistoel árbol, hay un restablecimiento, incluso físicopara saber cómo crecer. El árbol no encuentra suforma, ni la geometría viviente de sus ramas, siel impulso ascendente de su tronco, y la exposi-ción horizontal de la superficie de las hojas noencuentra el sol y los vientos. Es aceptando el in-tercambio y el combate como el árbol toma yguarda su forma. Es aceptando el límite y el in-tercambio con las cosas y los otros que el ser hu-mano se disciplina. El bosque también es el lugarde la coexistencia.

En Bachelard el signo se lee en la cualidad delos fragmentos poéticos que surgen de la memo-ria, promovidos a través de la escritura. De estamanera se da una dinamización de la dialéctica,entendida en el sentido de una tensión entre con-trarios imaginarios, aquí concretizados por eladentro y el afuera, 10 íntimo y 10 inmenso. Sutensión no será sobrepasada por una concentra-ción sintética; no será rechazada por doble nega-ción. Será más que todo absorbida, como el ci-clón del ser en espiral que posee la cualidad di-námica de moverse en un círculo cada vez máspequeño, tendiendo hacia un punto que nuncaalcanzará, y el gran círculo abierto al infinitoque nunca se llenará. Posee también la propie-dad dinámica de sugerir alternancia de un movi-miento en alto, en bajo, sin fin, con la rotación y

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traslación del ser desfijado. Las imágenes inversassin delimitación de un interior opuesto a un exte-rior. La ensoñación se mantiene en la superficie, laconciencia en superficie se hace palabra, escritura.Bachelard opta por una fulguración de imágenescondensadas en ciertos versos, es por esto que noutiliza los documentos de mitología popular, de et-nografía y de religiones clásicas, aunque no los ig-nora. También elimina los documentos psiquiátri-cos: estos responden a una explicación por mediode las causas cerebrales o psicológicas, inadecua-das a la sublimación pura operada por las imáge-nes que no provienen ni de la memoria, ni delcuerpo. Bachelard escoge el método fenomenoló-gico que retiene las imágenes de los poetas, y quetratan de repetir la creación y de exagerar la exa-geración. Por otra parte para Bachelard hay que li-berarse de las imágenes primitivas, y para esto sedeben disociar los intereses vitales de los interesesdel espíritu, y aprender a controlar las generaliza-ciones. La fascinación por esta escritura casi má-gica acompañará en adelante a este especialista dela física contemporánea. Pero una se pregunta eneste punto. ¿Cómo este epistemólogo se atrevió aromper con sus tradicionales investigaciones ante-riores para elaborar, paso a paso, una fenomenolo-gía de la imaginación?

Bachelard supera la imagen obstáculo, la cualse reactiva a través de un psicoanálisis del cono-cimiento objetivo. A través de esta superación seentreteje una dinámica interna en la que a la ima-gen se le posibilita sumergirse en el pasado de lahumanidad. "El análisis- poético debería ser unaprofundización muy íntima de la alegría de ima-ginar".3 Poesía, ensueños se injertan sobre los ar-quetipos, sobre los valores inconscientes que sonla "base del conocimiento empírico y científico".Para Bachelard la experiencia íntima es el hiloconductor de lo que se convertirá en el instru-mento de una crítica literaria objetiva o podría-mos también decir de una "física o de una quími-ca" de los ensueños.

Se trataría entonces de un psicoanálisis queno se interesa ni en el sexo, ni en el Edipo, ni enlas regresiones, ni en el espectáculo pavoroso delos pequeños secretos de las familias. Bachelardse sitúa de entrada en un nivel que no es el de los"instintos primitivos", o de la Iibido. "Saber y

fabricar son las necesidades que se pueden carac-terizar en sí mismas sin ponerlas necesariamenteen relación con la voluntad de potencia't.f Sebosqueja aquí el tema de la "voluntad de poten-cia". Este tema es el tema del dominio de los sig-nos, de la sociabilidad; adecuándose al "hipnotis-mo de las apariencias", vistiéndose con los "ore-peles de la majestuosidad". En cambio la voluntadde trabajo, no arrastra "los oropeles de símbolos",supera el dominio de los signos y de las aparien-cias, el dominio de las formas. "Son puras imáge-nes literarias, todas viviendo en la vivacidadv.>

Aquí no nos encontramos en el universo deSartre , no hay enrarecimiento. Simplemente esPrometeo el que quiere saber y poner celosos alos dioses. Ciertamente, el héroe como Empédo-c1es, puede precipitarse en el Etna y morir por elfuego, y para Bachelard es una Muerte poética.Hasta podríamos decir !Qué bella muerte! Ba-chelard propone arrojarse a una imagen cósmica,lo que significaría una adhesión total al reino delo Poético. "Las ideas no tienen valor cuando laimagen reina, cuando con una imagen se resumeal mundo. La imagen domina todo: la experien-cia y la razón".6 La alegría domina porque Ba-chelard no trabaja con las neurosis, sino con elhombre activo que capta lo agradable más que latriste necesidad.

Complejos arcaicos, sin duda, pero nos libe-ran felizmente del realismo, del empirismo, de lacompetición. "Todos los lazos de la imagen conla realidad son amarras que es preciso cortar re-sueltamente para ingresar en el reino de lo poéti-co"'? El mundo de Bachelard está lleno de posi-tividad, de trabajadores felices que pulen, que li-man. Este hombre que conoció en su juventud ladureza de la vida cotidiana ignora la malaventu-ra. Su materia canta y a diferencia de Sartre, es-ta no decae en "antiphisis". Esta materia no es al-teridad, pero sí posesión y apertura: ontología delo lleno, de lo redondo, que asombra y da seguri-dad alojo del soñador en continuidad con lasgrandes fuerzas del cosmos. "El hombre vive deimágenes" y si el arcaísmo surge, es porque cae,bajo diversas formas, en un dinamismo de lossímbolos ancestrales. Es necesario encontrar es-te gusto por el mundo más allá de la sociedad yde los ligámenes familiares. Fabricarse "engaños

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de soñador"más que dejarse arrebatar por las pa-siones del siglo.

En su reflexión filosófica Bachelard se desvíahacia una teoría general de lo imaginario. Palpa-mos la influencia en su psicoanálisis de CarlJung, y se puede decir que en su obra se entrevéuna tipología de imágenes literarias en donde lapoesía y la literatura juegan un rol esencial. Ba-chelard no cae en sistematizaciones, porque eneste sentido le deja a los filósofos la responsabi-lidad de las grandes generalizaciones. Bachelardutiliza un onirismo activo, el ensueño recorre lasdiversas páginas en donde se intercambian losjuegos de valorizaciones, de compenetraciones,de inversiones. Utiliza todo un arte del "espaciodel adentro", que se deja fascinar por su propiodevenir psíquico. Así la imaginación es ante todoun factor de imprudencia que nos aparta de pesa-das estabilidades.

Este onirismo activo que no piensa en térmi-nos de yo, es lo que explica el carácter particularde la fenomenología de Bachelard. Si la concien-cia es donadora de sentido, el objeto en su mate-rialidad y resistencia es también portador de aper-tura. "Los ejemplos de los fenomenólogos no po-nen suficientemente en evidencia los grados detensión de la intencionalidad; ellos continuansiendo muy formales, intelectuales. Es necesarioa la vez una intención formal, una intención diná-mica y una intención material para comprender elobjeto en su fuerza, en su resistencia, en su mate-ria, es decir totalmente't.f La filosofía de Husserles muy intelectualista; arriesga en aligerar los ob-jetos de su peso. Es por lo que Bachelard no se in-teresa ni en la reducción ni en la realización de lasesencias. El quiere escribir una fenomenología delas imágenes para responder a la paradoja: ¿Có-mo una imagen puede ser a la vez una situaciónsingular y trans-subjetiva? ¿De dónde viene larealidad específica de una imagen poética y supoder emotivo? "A nivel de la imagen poética, ladualidad del sujeto y del objeto es espejeante,continuamente activa en sus inversiones't.? Todoel aparato pesado de los componentes reales e in-tencionales de la fenomenología husserliana de-saparece: no más noema ni noesis, ni infinitas sín-tesis, ni problemas de delimitación de las diversascapas de la constitución trascendental del saber.

Bachelard practica una "fenomenología elemen-tal", este gusto por lo concreto, de la actividadmaterial lo aleja de Husserl que, según él, le atri-buye mucho a la conciencia y finalmente desem-boca en un idealismo.

Bachelard denuncia "esa cancerización geo-métrica del tejido Iinguístico de la filosofía con-ternporaneav.U' que multiplica los rasgos deunión, los prefijos y los sufijos. También ironizasobre los "fósiles linguísticos" utilizados por al-gunos como pensamiento. El mundo de los feno-menólogos es siempre el de un no-yo. Bachelardprefiere la ontología lenta en donde escucha losrumores del ser entreteniéndose sobre las dialéc-ticas suaves de las imágenes, sobre las cualida-des. En vez de certitudes bien cuadradas, y fór-mulas majestuosas como estar- en el- mundo,prefiere las miniaturas. Para Bachelard la minia-tura es un ejercicio de frescor metafísico, pormedio de ésta poseo el mundo. El detalle de unacosa puede ser el signo de un mundo nuevo[ ...]"La miniatura es uno de los albergues de la gran-deza"."! Imaginación feliz liliputiense en dondela "filosofía del adjetivo" juega con las palabras,"se entiende escuchar" en el silencio las ondula-ciones de su ensueño. La imaginación miniaturi-zante es una imaginación natural. "Aparece entodos los siglos en el sueño de los soñadores in-natos".12 Es amar las cosas, verlas de cerca,cuando gozan de su pequeñez.

No hay ensueño sin reconciliación consigomismo ni con el mundo. Bachelard opone unaactividad onírica feliz absorbida en el anima, alpesimismo de los filósofos contemporáneos.Como Sartre, él insiste sobre el carácter laguna-rio y pobre del sueño y rechaza las explicacio-nes juzgadas como causales y generales deFreud. El psicoanálisis es intelectualista, no dacabida al sueño. Entre el sueño y el ensueño, hayuna diferencia de naturaleza: "el soñador delsueño nocturno es una sombra que ha perdido suyo, el soñador del ensueño, si es un poco filóso-fo, puede en el centro de su yo soñador, formu-lar un cogito" .13 Bachelard busca estudiar la on-tología de la imagen, tal y como ésta aparece; lasignificación nueva que nos abre la imagen y eleco de la imagen poética como elemento inter-subjetivo de comunicación. Encontramos por lo

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tanto una radical heterogeneidad entre el concep-to y la imaginación. No se puede esperar que elconcepto salga de la imagen; es imposible conci-liarlos; los conceptos y las imágenes para Bache-lard se desarrollan sobre dos líneas divergentesde la vida espiritual.

Podemos decir que existe una continuidadentre la imagen obstáculo de los años 1934, y laímagen dinemice que emerge en sus últimasobras. Concepto e imágenes tienen que diso-ciarse. Pareciera por lo tanto que no se puedeconsiderar la imaginación bachelardiana comouna facultad de síntesis ni como un "poder fun-damental del alma humana, que sirve a priori deprincipio de todo conocimiento", como lo afir-ma Kant en la primera edición de la deduccióntrascendental. La imaginación pertenece a supropio dominio. Nos preguntamos entonces:¿existe un Bachelard o dos Bachelards? ¿Unepistemólogo por un lado. Un fenomenólogo dela imaginación por el otro? Es decir, ¿un soña-dor con "anima" o un pensador con "animus"?En las últimas líneas de la poética del espacioBachelard hace una confidencia: "Sin embargopara que no se diga que el anima es el ser de to-da nuestra vida, nosotros quisiéramos escribirtodavía otro libro, y esta vez será la obra de unanimus". Es como si tuviera una nostalgia porlos pensamientos ordenados.

De esta manera y a pesar de que Bachelard re-nueva la filosofía de las ciencias, realiza una ten-tativa para alejarse de ésta. Ni la noción de para-digma ni la de episteme concuerdan con el rigu-roso dualismo que Bachelard instaura entre eltrabajo científico y la actividad de la imagina-ción. Un ejemplo de esto son las actividades as-trológicas de Kepler las cuales deben de estar di-sociadas de sus investigaciones puramente cien-tíficas. Tal vez las nociones de paradigma y deepisteme son muy amplias como para permitirdistinguir entre las dos actividades. Nos podría-mos preguntar por lo tanto por qué Bachelard noescribió un libro sobre los mecanismos de la ima-ginación científica. Da la impresión de una con-sideración implícita de la imaginación creativacomo la fuente más rica del trabajo del espítitu.A la función creativa pertenece el trabajo de loirreal psíquicamente útil al igual que la función

de lo real. Por eso nos podemos preguntar: ¿quées realmente la imaginación del sabio?

Esas lagunas, lo no dicho, son los síntomas deesta dualidad vivida y reivindicada. La tensión en-tre el animus y el anima protege contra las síntesisfáciles y las reconstrucciones arbitrarias. Pero lapoética como la ciencia tienen un punto en co-mún: una exigencia de purificación, de trabajo, deascésis ituelectuel. Este gusto por el trabajo es 10que reunirá a Sartre y a Bachelard en una pasióncomún, la escritura. Pero mientras uno encuentratoda su inspiración en el cosmos y en la naturale-za, el otro discute vivamente y encuentra todas lasaventuras y desventuras del siglo.

Imaginación materialversus la imaginación

como producto de lo irreal

"Lo que hay en común entre Pedro en imageny el centauro en imagen es que son aspectos de lanada".14 En sus escritos Sartre se apropia de loque le interesa: "La característica de Pedro no esser no-intuitivo, como podríamos creer, sino serintuitivo-ausente, dado ausente a la intuición. Sepuede decir en este sentido que la imagen encie-rra una determinada nada".15 Sartre va constru-yendo de esa manera sus propias reflecciones.Por su parte a Bachelard le interesa la imagina-ción material. La imaginación material se da enun hombre que no ignora el trabajo de la materia,como si podría ser el caso del hombre citadino.Para el cazador que pone el señuelo, para la co-cinera que prepara cuidadosamente las jaleas conconsistencia de almíbar; lo viscoso aparece comoun engaño de ocioso. El espesor peguntoso estádominado, trabajado, se convierte en fuente depoder y de dicha. En todo poeta hay un golosoque sueña.

Mientras Sartre ve en el trabajo del obrerolaalienación y el embrutecimiento, Bachelard re-flexiona sobre el artesano activo (panadero, he-rrero) y no sobre los esclavos de la máquina,considera sólo el lado creador y valorizante. Por-que la imaginación inventa más que cosas y dra-mas, el espíritu nuevo. Describe así a su país,Francia, desprovisto de artesanos en donde el

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orunsmo del trabajador se alía a su habilidad.Porque para Bachelard el onirismo del trabajadores la condición misma de su integridad mental.Este mundo provincial no le pertenece a Sartre.La dignidad del obrero reside en su protesta, ensu compromiso político o sindical. Lo que quedaes empobrecimiento, enviscamiento en el en-sí,

En Sartre vemos un perpetuo deslizamientodel en-sí en la materia. "Lo viscoso es la revanchadel en-sí. Revancha dulzona y femenina que sesimboliza en otro plano por la cualidad del azú-

car".16 Lo viscoso ofrece una imagen horrible:"es horrible el volverse viscoso para una concien-cia".17 Antivalor por excelencia que frecuenta laconciencia como un peligro permanente, exacta-mente como la viscosidad de clase amenaza alproletariado en su lucha. Estas primeras relacio-nes al mundo remiten a una imagen prepsíquica ypresexual y además son vividas por el escritorcon humor. En muchos de sus escritos Sartre ma-nifiesta que estos héroes son tristes como él mis-mo lo sería si no encontrara la salud en la escritu-ra. Para Sartre el hombre es imposible. En su fe-nomenología el sentido está ligado al hombre.Salvar el sentido es salvar al hombre y al sujeto.

Los fantasmas de Sartre están impregnados delo viscoso, mientras que en Bachelard son predo-minantes los del fuego, las valorizaciones de es-te elemento parecen importantes. Es interesanteobservar cómo Bachelard comienza sus estudiosde psicoanálisis aplicado por un "psicoanálisisdel fuego" y los termine por la "Flame de unechandelle", En veinte años "los ácidos han roídolas transparencias deformantes'Uf de dos hom-bres. Pero su presencia en la imagen se mantieneheterogénea: el primero se enraiza, el segundo sesumerge en el irreal y escribe más de diez mil pá-ginas de Flaubert para mostrar que "la relaciónde Flaubert a lo real (burgués) es la destrucciónimaginaria". Es como si Sartre hablara por símismo.

A partir de su obra "Lo imaginario" (1940),Sartre plantea su tesis principal: la imaginaciónes la producción de lo irreal y se distingue radi-calmente de la percepción siempre engullida enlo real. La imaginación trabaja nadificando almundo y a la actitud natural. Esta actualiza en elser lo que no existe todavía. No es el color rojo

del tapiz de Matisse lo que alguien admira sino el"carácter lanoso" de este rojo. Se capta comoirreal. Para Sartre, la ensoñación no prolonga elmundo de los objetos proponiendo infinitas va-riaciones. Si es creativa y llena de cosas nuevas,"de objetos que yo nunca he visto ni nunca veréjamás", 19 la imaginación no es arbitraria; trabajasobre un fondo de mundo. En este sentido paraque se pueda imaginar al centauro, es necesarioen principio darse un mundo en donde el centau-ro no exista. "Así el acto imaginativo es a la vezconstituyente, aislador y nadificador". 20

Bachelard aceptará los términos. de aislante yconstituyente, pero rechazará el de aniquilamien-to porque para él todo ser en el mundo se reúnepoéticamente alrededor del soñador. Afectandoel mundo de cierto coeficiente de irrealidad, laimaginación es del orden de la conciencia ani-quiladora, es decir de libertad.

La imaginación remite a una cuestión propia-mente filosófica: ¿ Qué pasa con la esencia de laconciencia? Esta cuestión la trata Sartre en "ElSer y la Nada" en particular en el capítulo intitu-lado "La prueba ontológica". Pero desde el ensa-yo de 1940, Sartre captaba el interjuego del pro-blema: "toda conciencia nace manifiesta sobre unser que no es ella ni ella es posibilidad de separa-ción o sea de irreal. Entonces no hay imaginaciónsin ser en el mundo, sin negación del mundo, con-dición necesaria de la imaginación ".21 Esta doblecondición definirá la situación, tema importantedel pensamiento existencialista. Una situaciónsupone que el mundo no se reduce a los determi-nismos y a las existencias brutas, pero en el me-dio de lo pleno del ser, existe una posibilidad denadificación, es decir de libertad. Así están liga-das indisolublemente al mundo, lo imaginario yla escogencia que efectúo. La imaginación no sa-bría definirse como un poder empírico, es "laconciencia entera en tanto que ésta realiza su li-bertad".22 Para Sartre el arte no es solamentefunción de lo irreal, sino una llamada al lector,porque él recurre a la conciencia de otro para serreconocido. El compromiso no se reduce a loimaginario puro, se convierte en respuesta y vo-luntad de tranformar el mundo.

Para Sartre el arte instituye y consagra lo ima-ginario; el artista perpetúa la desrealización;

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abriendo un ciclo de imágenes eternas, instituyey consagra lo imaginario; por esta razón tiene elderecho de sobrevivir. Si uno escribe para salirde una crisis, uno escribe también para sobrepa-sar "la teodicea del fracaso". De donde la fun-ción mágica del arte, en el sentido doble del tér-mino: magia como potencia de acción, como en-cantamiento y engaño. Bachelard subraya la pa-ciencia y voluntad de pureza del alquimista, Sar-tre insistirá más que todo sobre la duplicidad delmago que juega el doble juego consigo mismo ycon los otros. Conjuración mágica, el arte es elsustituto de lo sagrado que ya no existe más; es"La más prodigiosa tentativa para salvar lo sagra-do en el seno del naufragio del hombre profano."El arte funciona por ende siempre como anal 0-

gon, como algo perpetual, como ausencia y fasci-nación. Es por esto que el arte no puede reducir-se a las explicaciones reductivas del psicoanálisisfreudiano. Y paradoxalmente, Sartre y Bachelardvan a encontrarse al menos parcialmente sobre elterreno de la crítica del psicoanálisis.

Ideas que sueñan

Ni Bachelard, ni Sartre han considerado losdescubrimientos freudianos con el respeto quesus devotos le confieren. Y por lo tanto, los doshan tratado de formular los principios de unnuevo psicoanálisis. Pero su punto de ataquedifiere: Bachelard piensa que el psicoanálisises una filosofía del burgués que no trabaja consus propias manos y prolongará ciertas intui-ciones de Freud integrando una parte de las in-vestigaciones de Jung sobre los símbolos y loselementos. Sartre, va a enfrentarse con el pro-blema del inconsciente, escándalo para una fi-losofía de la libertad.

Las objeciones de Bachelard se orientan haciael intelectualismo del psicoanálisis, su descono-cimiento del carácter creador del ensueño, susilusiones sobre el aspecto negativo de la repre-sión. Reprocha al psicoanálisis de empobrecerlas imágenes, de reducirlas a sí mismas, es decirde hablar en animus. El psicoanálisis caricaturi-za, simplifica, despoetiza y reduce a un esquemade complejos ya fijados, lo que queda del resto

del orden de lo entreabierto. ¿Por qué privilegiarel sueño si tiene tanta pobreza mientras que elensueño se injerta en la intimidad? Para Bache-lard es el psicoanalista el que quiere tener la últi-ma palabra; podríamos decir que no deja vivir alsujeto en el calor de sus fantasmas. Además elfreudismo sobredetermina la socialización delindividuo y su inserción familiar. Buscando lascausas detrás de los síntomas, el psicoanálisisdestroza ese núcleo de soledad en el que se ali-menta el soñador. El psicoanálisis utiliza mucholas pasiones del siglo. De hecho, las pasiones"interrogan y reinterrogan" en la soledad.P

Bachelard no le reprocha al psicoanálisis dehablar de inconsciente y Iibido. Todo el psicoa-nálisis del fuego remite a la sexualidad. "En re-sumen proponemos corno Carl Jung, investigarsistemáticamente los componentes de la libidoen las actividades primitivas. En efecto no es so-lo en el arte que se sublima la libido. Esta es lafuente de todos los trabajos del homo-faber'V"En la base de todo conocimiento, se encuentra laactividad de los valores inconscientes y esto ex-plica la permanencia de ciertas explicaciones.Pero "la abstracción científica es la curación delinconsciente".2S Solo el ensueño, y la poesía li-beran del psicoanálisis y es finalmente una topo-logía de los grandes arquetipos lo que nos permi-te reordenar ese Museo imaginario. Por eso esinútil psicoanalizar al autor: uno prefiere ver co-mo funciona su bestiario y su tipo de fantasma.El psicoanálisis es fuente de inspiración para Ba-chelard, porque el psicoanálisis ha desarrolladoparticularmente nociones cercanas a la de una"intuición de inhibición": las nociones freudia-nas de represión, de resistencia, de censura, deconflicto psíquico, del superyó las utiliza Bache-lard para pensar lo normal por lo anorma1.26

Bachelard se siente muy alejado de lo que éldenomina "pesimismo freudiano". Piensa queFreud ha confundido la "conscience juge" (juez)y la "conscience-bourreau" (verdugo). "Se le es-capó a Freud que la conciencia moral normal eraal mismo tiempo conciencia de falta y concienciade perdón. La conciencia moral encaminada ensu acción de cultura de sí es un juez, un juez quesabe condenar pero que tiene sentido de prórroga[...] La conciencia moral sugiere condenar la

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conducta del enderezamiento y del arrepenti-miento".27 El arrepentimiento no es una normade vida intelectual pero, si ésta es bien compren-dida, es condición de normatividad. En El Psi-coanálisis del Fuego, Bachelard se muestra fir-memente convencido de que la represión es "unaactividad normal, útil, aún mejor una actividadalegre. No hay pensamiento científico sin repre-sión. La represión se encuentra en el origen delpensamiento atento, reflexivo, abstracto. Todopensamiento coherente es construido sobre unsistema de inhibiciones sólidas y claras. Hay unaalegría de la severidad en el fondo de la alegríaen la cultura. Mientras es alegre la represión bienhecha es dinámica y útil".28 Bachelard cree quedebe hacerse una extrapolación del freudismo.Para el que estudia y cura las neurosis, la divi-sión del sujeto en la actividad de censura es unaanomalía ya que al ser ambivaJente es un factorno de progreso sino de repetición dolorosa. Ba-chelard considera que puede existir una divisióncIara del yo y del superyó que lo despersonalizaintelectualizando las reglas de la cultura, trans-formándolo en un superyó no empírico, no con-tingente, que es juez del espíritu porque es juzga-do como tal por el espíritu mismo. Fuerza al psi-coanálisis explicando el éxito de la terapia ana-lítica al denominarla "una verdadera intelectuali-zación de las censuras". Profundiza el psicoaná-lisis sobretodo en el sentido en que Freud le haquerido dar a la sublimación y represión logradascon el fin de distinguir bien y más radicalmenteque Freud una censura patógena y una vigilanciaintelectual propiamente anagógica con el espíri-tu. De esta manera hace de la represión una no-ción esencialmente positiva. No reconoce elprincipio freudiano de curación de las represio-nes frustradas, sino es a través de la noción de re-presión positiva. Bachelard considera la enfer-medad como Canguilhem: si es la buena salud loque hace que nos podamos enfermar, entonces laenfermedad debe ser comprendida como revela-dor de la buena salud. Se da como resultado unainversión del freudismo. La represión no es paraBachelard constitutiva del inconsciente, sino másbien constitutiva de la conciencia racional. El in-consciente sirve entonces como petardo. Las "ra-cionalizaciones" no son aprovechadas como de-

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fensas de una conciencia-pantalla, sino comotransformaciones sublimes nacientes de la censu-ra patógena en libre vigilancia intelectual de sí,En este sentido podemos decir que para Bache-lard, el psicoanálisis ha subestimado la vida con-ciente y racional del espíritu. El método catárticopuede ser una operación necesaria en las neuro-sis pero la moral fina tiene necesidad de un mé-todo catártico más flexible.

Nos preguntamos entonces si la noción de in-hibición es generalizable en la psicología. ¿Quése trata de inhibir y cuál es la instancia inhibito-ria de esta psicología? Esta pregunta requeriríaabordar la "antropología completa", en eso queBachelard llama la antropología del "hombre delas veinticuatro horas". Esta antropología ha sidoesbozada de manera esporádica y por así decirloha sido solo imaginada por Bachelard. Bachelardse imagina que la formación del espíritu es comoun despertar. En 1949 ante la Sociedad francesade filosofía, afirma que el hombre racionalista esun "hombre despierto". Este despertar, es una vi-gilancia de sí mismo, es una inhibición de la os-curidad y de la noche: de la fatiga, del reposo, deldormirse y del sueño. Es en la oscuridad de lanoche que se encuentra el psicologismo y por lotanto la ciencia debe dialectizar el no-psicologis-mo mediante una dinámica de la inhibición. Bienentendido ahí no existe mas que el resumen de unverdadero campo de alegorías para ser interpre-tadas. Un tal modo de presentación, siempre so-metido a variación en la obra de Bachelard, dan-do vueltas constantemente alrededor de las mis-mas metáforas, es sin duda la prueba más eviden-te de la confianza de Bachelard en el otoño de suvida, a saber que la antropología descriptiva delhombre de veinticuatro horas, tal como la psico-logía del espíritu científico, describe en cuanto así misma, los despertares y las regeneracionespsíquicas propias a los episodios de la vida realdiurna, y además faltan por hacer porque estánlejos de encontrar las formas discursivas propiasa una auténtica ciencia. Este lenguaje de las imá-genes traduce la dificultad de emergencia racio-nal de esta psicología de la despsicologización.Existe sin embargo un medio para poner de ma-nifiesto un núcleo central renovador de esas imá-genes numerosas, de una aparente banalidad que

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hacen por ejemplo, del despertar una inhibicióndel sueño, del día una sublimación de la noche,de la razón una curación de la imaginación.Efectivamente Bachelard no es Platón, la psico-logía de Bachelard no es asimilable a la dialéc-tica de la alegoría de la Caverna.

La epistemología bachelardiana tiene susfuentes de inspiración en la psicología. Sin em-bargo Bachelard es muy selectivo con los traba-jos psicológicos. No es la psicología como cien-cia lo que le interesa a Bachelard, sino la psico-logía y la psicoterapia, como técnica médica decuración de las enfermedades mentales. Conside-ra que la psicología clínica es solidaria de la psi-cología social de manera que los avances másgrandes en el campo de la psicología son mani-fiestamente a sus ojos, antes que los del psico-análisis los de Pierre Janet. Le interesa primor-dialmente el psicoanálisis porque éste descubreal Otro en el Yo, a la sociedad en la soledad delYo. Le interesa la introspección, la psicología delsentimiento íntimo. Poner a la psicología al ser-vicio de la ciencia y al servicio de la moral supo-ne una filosofía rigurosa y una ética exigente.

Más optimista que Freud, Bachelard se detie-ne a estudiar los aspectos positivos de la imagi-nación y se interesa incluso por el método de Ro-bert Desoille, que trata de desbloquear a los en-fermos por una técnica fundada sobre un resta-blecimiento de la imaginación. Sobre este punto,Sartre lo seguiría con su proyecto de un psicoa-nálisis existencia\. "Las conductas estudiadas poreste psicoanálisis no serán solo los sueños y losactos fallidos, las obsesiones y las neurosis, sinolos pensamientos de la vigilia. Los actos logra-dos y adaptados, el estilo".29 Su voluntarismo lolleva a interesarse no en la neurosis, sino en loque hace el creador con su neurosis.

Para Sartre la noción de libido es muy clara yse encuentra además salpicada de un vago biolo-gismo. Bachelard cree que esta noción se debeutilizar y agrandar. "La libido aparece como soli-daria de todos los deseos, de todas las necesida-des. Se considerará como una dinámica del apeti-to y encontrará su apaciguamiento en todas lasimpresiones del estar-bien")O Y en lugar de que-darse en el individualismo narcisista, insistiremospor el contrario sobre el narcisimo cósmico, fac-

tor de unidad y de expansión. La naturaleza ima-ginaria realiza la unidad de "la natura naturata"y de "la natura naturans". Se está en continuidadcon las grandes fuerzas de la naturaleza. ParaSartre, en revancha, la Iibido es un avatar de lavoluntad de potencia, "un residuo psicológicoque no está claro en sí mismo y que no nos apa-rece como teniendo que ser el término irreducti-ble de la investigación't.U En su lugar, prefierela idea de una escogencia radical sobre el fondode una contingencia y de una situación. Contra-rio a la libertad, la contingencia acompaña lairreductibilidad de la escogencia y su realizacióna través de toda una vida. De esta manera Sartrese aviene a rechazar el inconsciente y la censu-ra. ¿"Si verdaderamente el complejo es incons-ciente es decir si el signo está separado del sig-nificado por un obstáculo, cómo puede recono-cerlo el sujeto?" 32 En definitiva el sujeto siem-pre sabe lo que él es, incluso si éste no reconocesiempre el verdadero conocimiento. Es el mozodel café que juega a ser el mozo del café y porende la mala fe se convierte en un modo de exis-tencia. Por consiguiente, el imaginario se apoyasiempre sobre una escogencia de ser: es una ma-nera de vivir la neurosis subjetiva y la neurosisobjetiva. Si el arte no vale nada delante de lamuerte de un niño (a), es totalizante por el ima-ginario de una falta.

La paradoja, es que el método fenomenológicopuede conducir a dos enfoques diferentes del rol yde la naturaleza del imaginario. Muestra sus lími-tes, porque más allá de su voluntad de librarse delpsicologismo, se apoya en definitiva sobre dos in-tuiciones heterogéneas del mundo. Se puede variaral infinito la intencionalidad que está en obra enuna conciencia imaginadora, para esto es necesarioun momento en que el sujeto escoja el estilo filo-sófico de las relaciones con el mundo de esta con-ciencia. Sartre, apoyándose sobre ciertos temas deHeidegger, lleva al extremo la escisión que operala nada entre el ser y la conciencia: de allí los aná-lisis de lo viscoso, de la náusea, de donde surge laconcepción del arte como irrea\. Esta ontología esextranjera a Bachelard. La función de lo irreal res-guarda al hombre de la brutalidad del mundo, am-plía el yo del cosmos, reconcilia la intimidad y lasfuerzas de la naturaleza.

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Conclusión

La epistemología de Bachelard requiere antesque nada del estudio de una purificación del es-píritu (catarsis intelectual y afectiva) que lejos debuscar liberar al espíritu de sus imágenes paraencontrar una pureza originaria mítica, busquesanar al espíritu de sus efectos patológicos. Estosupone liberar a las imágenes, es decir hacerlascreativas, en un dominio de ejercicio propio (laimaginación creativa). Bachelard afirma que sustrabajos sobre la imaginación buscan "hacer laimaginación afortunada" y que estos tienen comoobjetivo orientar mejor al espíritu hacia otras ale-grías de la satisfacción intelectual, las alegrías dela ciencia. La catársis de las imágenes se manifies-ta sobre las imágenes que se forman en el espíritu.Esta catarsis es constitutiva de la imaginación, esaactividad del espíritu que se define como defor-mación de imágenes y que ocupa toda la corrien-te estética de la obra del epistemólogo. Pero estapsicología o psicoanálisis aunque resulte útil a lapsicología de la formación de la conciencia de ra-cionalidad, no debe confundirse con ésta. Lo ante-rior es el corolario de cómo la filosofía de la "tran-quilidad"impulsa hacia un deber de soñar y es elcorolario de la filosofía del ser humano "despier-to". Hay que dormir también si uno quiere mante-ner el tono racionalista. El sueño dice Freud, es elguardián del dormir. Bachelard agrega que noso-tros también dormimos para soñar y que esta acti-vidad onírica es saludable para el espíritu.

Bachelard es uno de los filósofos que han que-rido consagrarse a considerar la imagen de mane-ra positiva. También Bachelard ha criticado viva-mente la concepción que tiene el psicoanálisis. Es-te autor ha predicado en efecto un enfoque de laimagen que no depende solo del aspecto formal,sino que toma igualmente los aspectos sensorialesy dinámicos. Para él toda imagen impone cualida-des sensuales más que visuales: la necesidad detocar, de probar, de sentir la imagen es muy fuer-te, si no es más que todo el deseo de verla. Todaimagen está animada de impulsiones y resisten-cias que la dividen entre devenires contradicto-rios: por ejemplo un nudo en la madera puedeevocar un islote de resistencia a un movimientoque tiende a romperlo o al contrario constituir él

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mismo el punto de partida de un movimiento. Es-te enfoque conduce a Bachelard a una crítica in-cisiva de la manera como el psicoanálisis se inte-resa en un solo aspecto formal (o si se prefiere,visual) de las imágenes ignorando la imagina-ción material, dinámica.

Bachelard distingue el psicoanálisis que loinspira (Janet, Freud, Jung) del psicoanálisisexistencial del que habla Sartre en "El ser y lanada". El psicoanálisis existencial, dice Sartre,"es un método destinado a sacar a luz, bajo unaforma rigurosamente objetiva, la escogencia sub-jetiva, por la cual cada persona se hace persona,es decir declara a sí misma lo que ella es."

Lo que propone Bachelard es operar un "psi-coanálisis brutal y quirúrgico"del compromisosartriano. La psicología del espíritu científico de-be de curar al espíritu de los hechos del "en sf'-"para sf" sartrianos.

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