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NÚMERO ESPECIAL

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El domingo 19 de junio de 2016 se vivió uno de los episodios más

sangrientos en la historia reciente de nuestro país. Las policías federal y es-tatal asesinaron a 11 compañeros que decidieron hacerle frente a la represión y cuyos nombres deben ser recordados por siempre, pues dieron su vida no sólo por defender el derecho a la edu-cación pública de millones de niños mexicanos, sino también por construir un país mejor, más justo y más digno para el pueblo.

Los nombres de Óscar Aguilar Ra-mírez, Andrés Aguilar Sanabria, Yalid Jiménez Santiago, Oscar Nicolás San-tiago, Anselmo Cruz Aquino, Omar González Santiago, Antonio Pérez Gar-cía, Jesús Cadena Sánchez, César Her-nández Santiago, Silverio Sosa Chávez y Juván Azarel Mendoza, deben per-manecer en la memoria de todos y cada uno de nosotros como un ejemplo de dignidad, de lucha y de valor. Ellos, al igual que miles de habitantes de la Mixteca, acudieron al llamado para reforzar el bloqueo sobre la carretera Oaxaca-México que se sostenía desde el 13 de junio a la altura de Nochixtlán, Oaxaca. La organización, la acción de-cidida de mujeres y hombres dispues-

Nochixtlán: ejemplo dedignidad y resistenciaMesa de redacción

tos a no permitir ni un abuso más de los poderosos, logró contener por varios días a las fuerzas represivas del Estado y, con ello, poner un ejemplo heroico de resistencia popular.

Los gobiernos estatal y federal, en cambio, una vez más dieron muestra de su vocación represiva, de su odio contra el pueblo. Ya lo han hecho mu-chas veces, siempre con el pretexto de

“preservar” o de “restablecer” el orden, es decir: el “orden” de la clase domi-nante, el orden por el cual se enrique-ce a manos llenas un puñado de em-presarios y políticos corruptos, a costa del sometimiento, la explotación y la miseria de millones de mexicanos. En este sentido, pensar que lo ocurrido en Nochixtlán, Oaxaca es producto de la

“incompetencia” o de la “incapacidad política” del gobierno sería un grave error. Al contrario: la masacre del do-mingo 19 de junio mostró que los go-biernos, tanto el de Gabino Cué como el de Enrique Peña Nieto, son suma-mente capaces, si es necesario, de aho-gar en sangre cualquier movimiento popular que ponga en entredicho la viabilidad y la legitimidad del proyecto rapaz que sostiene el grupo de empre-sarios al que ellos representan.

Basta recordar que en el transcurso de la tarde del domingo 19, mientras la policía disparaba a matar contra el pueblo --el cual sólo tenía palos y pie-dras para defenderse--, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) emitió un comunicado en el que señalaba que las fuerzas que habían participado en el

“operativo” para desbloquear la carrete-ra Oaxaca-México no llevaban toletes ni armas de fuego, y que todo se había hecho con “estricto apego” a los “pro-tocolos” de actuación policial. Sin em-bargo, en las redes sociales circulaban ampliamente fotografías y videos que demostraban justo lo contrario: heli-cópteros lanzando gases lacrimógenos desde las alturas, policías disparando armas automáticas contra la población, y no sólo eso, también empezaron a circular numerosos testimonios que daban cuenta de que la policía, tras to-mar el control del hospital general de Nochixtlán, impidió que se le brindara atención médica a los heridos, lo cual obligó a que se instalaran puestos mé-dicos de emergencia tanto en la iglesia del pueblo como en Hacienda Blanca, los cuales fueron desalojados a punta de gases lacrimógenos por la policía. Es decir: las fuerzas federales violaron todas reglas, todas las leyes, todas las disposiciones en materia humanitaria en zonas de conflicto.

Los mandos policiacos todavía in-tentaron defender lo indefendible, y sostuvieron que esas fotografías eran falsas, pero rápidamente se demostró que no, que toda esa evidencia gráfica había sido tomada durante la masacre de Nochixtlán. Aun así, el comisiona-do de policía federal, Enrique Galindo; el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo; y el secretario de gober-nación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguran que sus policías hicieron

“uso racional de la fuerza”, que los agentes armados llegaron casi al final, cuando ya no había “enfrentamiento”, que habían sido “emboscados”, etc. Lo cierto es que el tamaño de su crimen es tal que sus mentiras no alcanzan a cubrirlo. A los once compañeros ase-sinados por el Estado hay que sumar una larguísima lista de heridos y más de 20 compañeros y compañeras que fueron detenidos por las fuerzas re-presivas del Estado. Lo que pasó en

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Nochixtlán fue, insistimos, una verda-dera masacre. No satisfechos con esto, los policías estatales de Oaxaca asesi-naron a sangre fría unos días después, en Huajuapan de León, al compañe-ro libertario Salvador Olmos García, quien había participado activamente en las acciones de autodefensa que se dieron en Nochixtlán.

Sin embargo, el siguiente paso del gobierno fue minimizar los he-chos, intentar justificar a toda costa la actuación de sus policías, lamen-tar “profundamente” lo acontecido, ofrecer de manera hipócrita condo-lencias a los familiares de los caídos, prometer investigaciones encabe-zadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y por la Procuraduría General de la República (PGR), e incluso Miguel Ángel Osorio Chong “accedió” a “dialogar”, según sus propias palabras, para “avanzar en la construcción de soluciones que permitan regresar la tranquilidad a las regiones del país que se han visto afectadas por sus movilizaciones [de la CNTE] en fechas recientes”.

En primer lugar, no hay condolen-cia que valga cuando proviene de los asesinos. Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño Mayer, Enrique Galindo y Gabino Cué Monteagudo cuentan con un largo his-torial represivo, es decir: tienen las manos cubiertas de sangre no desde el domingo 19 de junio, sino desde hace muchos años, factor que nadie con un mínimo de conciencia puede ni debe olvidar. En segundo lugar, ya sabe-mos cómo son sus investigaciones: in-ventan teorías fantasiosas, siembran

“pruebas”, detienen a “testigos clave” cuyas declaraciones son arrancadas a base de tortura, se aferran a sus “hipó-tesis”, mandan a hacer un peritaje tras otro para tratar de demostrar la exis-tencia de lo inexistente, bloquean el acceso a los expedientes, en resumen: fabrican “verdades históricas”. En este sentido, nada se puede esperar de un criminal que se juzga a sí mismo. Por último, los términos en los que el se-cretario de gobernación ofreció “diálo-go” constituyen, desde su origen, una trampa política que vale la pena ana-lizar con más profundidad, pues en fe-chas recientes se ha montado una tor-

pe campaña de mentiras en los medios comerciales de comunicación para decir que los bloqueos que sostiene el pueblo oaxaqueño han producido “de-sabasto de víveres”, lo cual es absolu-tamente falso; el mismo Osorio Chong ha amenazado con reprimir aún más al movimiento magisterial-popular se-ñalando que “se ha agotado el tiempo”, y que la mal llamada “reforma educa-tiva” no está negociación. Asimismo, el banco Santander, ha bloqueado la cuenta en la que se recibía ayuda mo-netaria para cubrir los gastos de las víctimas de Nochixtlán.

Todas estas medidas han sido com-pletamente inútiles, ya que el bloqueo carretero en Nochixtlán, y en diversos puntos de Oaxaca, sigue con muchísima fuerza. La masacre del 19 de junio, lejos de inhibir el movimiento magisterial y popular, despertó innumerables mues-tra de indignación y de solidaridad en México y el mundo. El paso siguiente es convertir ese coraje en organización y acción, y hacerlo rápidamente, ya que el gobierno da todos los días muestras de su disposición para reprimir a toda costa el movimiento en defensa de la educación pública.

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Desde la década de 1990, en nues-tro país se han implementado

múltiples políticas y reformas que, bajo el discurso oficial (del gobierno y autoridades), han pretendido “moder-nizar” el Sistema Educativo Nacional y “mejorar” la “calidad” educativa. Los resultados son evidentes e inoculta-bles: escuelas derrumbándose y falta de inversión en educación. Hasta la fecha actual 2013-2016, la clase en el poder (funcionarios públicos, empre-sarios, etc.) ha impulsado la “reforma educativa” con las mismas pretensio-nes, pero que no va a contribuir para mejorar la educación de los niños y la sociedad.

La “reforma educativa” de 2013, en primera instancia, realizó modi-ficaciones a los artículos 3º y 73º de la Constitución Mexicana, afectando principalmente los derechos laborales de los maestros y el carácter público y gratuito de la educación. Estas modifi-caciones establecen:

La reforma educativa:adiós a la educación pública

a) Que los maestros deben ser eva-luados obligatoriamente para el ingreso, promoción y permanencia en su cargo, con el supuesto de que

“así mejorará la formación de los ni-ños”. Esta evaluación es universal, es decir, la misma para todos los maestros, sin tomar en cuenta las diferencias geográficas, políticas, sociales y económicas de las en-tidades tan desiguales de nuestro país, condicionando a los maestros su estabilidad laboral, ya que si no pasan la evaluación –que por cier-to, está mal hecha y es elaborada por empresarios que desconocen la realidad educativa- serán des-pedidos o removidos de su cargo, dejando sin maestros a miles y mi-les de niños y dejando sin empleo a miles y miles de maestros que se prepararon por muchos años para ejercer su labor profesional, y que la misma Secretaria de Educación Pública (SEP) dio validez.

Los maestros han dicho que no se niegan a la evaluación, ellos aceptan ser evaluados y también aceptan ser capacitados bajo condiciones que con-sideren su entorno económico-social, ya que no son las mismas condiciones las que existen entre las escuelas de las sierras y los lugares más olvidados y marginados de nuestro país, y las es-cuelas ubicadas en las zonas más ricas. Si nosotros evaluáramos al presidente, a los diputados, senadores, gobernado-res, alcaldes y demás funcionarios pú-blicos, resultarían ser no idóneos para dirigir nuestro país, ya que día a día éste se sumerge en la miseria –como dato curioso, sepan ustedes que la po-breza aumentó en 2 millones durante los primeros años de la administración de Enrique Peña Nieto, al pasar de 53.3 millones en el 2014 a 55.3 millones en el 2015, lo que indica que el 46.2% de la población mexicana vive en pobre-za extrema, así la cruda realidad en nuestro país.

b) La “reforma educativa” también implementa la “autonomía de ges-tión”, aquí hay que poner mucha atención, y más si es usted mamá o papá de familia. La “autonomía de gestión” otorga facultades a los directores de las escuelas para que junto con los padres de familia y niños, organicen actos (fiestas, rifas, ventas, etc.) para financiar los costos de infraestructura y ser-vicios básicos de las escuelas –si no lo creen o desconfían, les reco-miendo revisar el artículo 73 de la Constitución- como luz, agua, in-ternet, desayunos escolares, libros de texto, etc.

El objetivo principal de esta refor-ma es el de concluir el proceso de pri-vatización de la educación a través de la legalización del cobro de cuotas es-colares y de asignar a los padres de fa-milia los costos de la infraestructura y mantenimiento de las escuelas, bajo el supuesto de la “autonomía de gestión”.

Sarahí Del Mar Granados

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Esto significa que los padres de familia tendrán que pagar y bus-car la forma de financiar los cos-tos de infraestructura y servicios básicos como agua, luz, internet, desayunos, uniformes escolares y hasta los libros de texto, todo ello para que las escuelas sigan abier-tas y dando servicio.

Pero eso no es todo, bajo el discurso oficial de “mejorar la infraestructura” de las escuelas, el gobierno ha imple-mentado múltiples programas como el de “Escuelas al CIEN” (Certificados de Infraestructura Educativa Nacio-nal), que pretende dejar el presupuesto educativo en manos de la banca y cons-tructoras privadas y extranjeras, lo que conlleva a favorecer a los grandes em-presarios como grupo Higa, Televisa, Mexicanos Primero entre otros, a cam-bio de “casas blancas” y “aviones”.

Al elevar la autonomía de gestión a rango constitucional, el Estado se co-mienza a desatender de la obligación de darle educación pública y gratuita a todas y todos los mexicanos.

¡Que alguien le explique al señor Aurelio Nuño, dizque Secretario de Educación, y al señor Enrique Peña Nieto, dizque Presidente, que al redu-cir la participación del Estado en mate-ria de educación amplía la del mercado, el cual ofrecerá servicios privados sólo para las familias que cuenten con sufi-cientes ingresos, y para los que están dentro del 46.2% de pobres en nuestro país pues ya ni modo, se quedarán sin poder estudiar!

Llevar un derecho social al mercado, es generarle a los particulares un nuevo nicho para el negocio y la «inversión», y transferir los costos del desmantela-miento de la infraestructura pública a las familias (mediante la modalidad de «autogestión» o «autonomía financie-ra»). Eso se llama privatización, aquí y en China.

La privatización en el sector educa-tivo es evidente y de nueva cuenta pone en desventaja a la población más pobre del país, pues son las comunidades in-dígenas, rurales y campesinas las que menos posibilidades de acceso tendrán a la educación.

Actualmente nos encontramos en una etapa difícil y crucial. Al movimiento en defensa de la educación pública y gratui-

ta y en rechazo a la “reforma educativa”, encabezado por los maestros aglutinados en la Coordinadora Nacional de Trabaja-dores de la Educación (CNTE), se han sumado los padres de familia y otros sec-tores populares y estudiantiles.

El Estado y su cerrazón se ha ne-gado al diálogo con los maestros, ra-zón por la cual hemos visto múltiples manifestaciones concurridas en todos los estados de la república, a lo que el Estado ha contestado con la represión, encarcelando injustamente a maestros y luchadores sociales, y dejando a de-cenas de manifestantes sin vida, por ejemplo lo sucedido el día 19 de junio de 2016 en Nochixtlán, Oaxaca, lugar en el que las fuerzas federales hicieron uso de armas de alto calibre para des-alojar a maestros, padres de familia y pobladores que repudian no tan sólo la “reforma educativa”, sino la miseria en la que está el país, dejando un saldo de 11 muertos y decenas de heridos.

Con todo esto concluimos que las reformas estructurales implementadas por Enrique Peña Nieto, son políticas que responden a los intereses políticos y económicos de los grandes empre-sarios nacionales y extranjeros, que tienen como objetivo consolidar la pri-vatización de: la educación, de la salud, de los energéticos e inclusive de la tie-rra y del agua, despojando al pueblo de México de sus derechos históricamente ganados y hasta de sus tierras, orillán-donos a la pobreza y a la miseria.

Todo esto es maquillado por la re-pública democrática, la mejor envoltura

para disfrazar el capitalismo, y el sufra-gio universal, que es la mejor arma de dominación de los gobiernos empresa-riales y corruptos. De esta forma se le inculca al pueblo la falsa idea de que el sufragio universal es, en el Estado ac-tual, un medio capaz de expresar real-mente la voluntad de la mayoría de los trabajadores.

La educación es un derecho de to-dos, por el cual hoy en día hay que lu-char. La educación hace libre al hombre en sus ideas. Y todos como mexicanos, estudiantes, obreros, campesinos y asalariados, no debemos de olvidar las luchas que lograron el primer pro-grama de educación pública, gratuita y laica en el país como resultado de la Revolución Mexicana. Un pueblo sin educación está condenado a vivir en la pobreza, sin conciencia ni capaci-dad para defender sus derechos y las causas populares. Por ello debemos de organizarnos para dar la lucha contra quienes pretenden despojarnos de este derecho. Esta lucha deberá darse fuera de todos los partidos políticos corrup-tos que tan sólo sirven a los intereses de los “ricos” empresarios, banqueros, narcotraficantes, etc., que sólo buscan el enriquecimiento a través de un cargo público y de múltiples fraudes.

Preguntas al lector ¿A dónde irá a parar el dinero de los impuestos recau-dados año con año del pueblo de Mé-xico? ¿Qué han hecho durante más de 30 años los gobiernos por mejorar las escuelas y ampliar la construcción de ellas? ¿Entonces, quién ha fracasado?

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Iniciamos actividades como padres de familia organizados a partir del 13 de

junio de 2016, fecha en que se empie-zan los trabajos de brigadeo, visitando varias escuelas, para la concientización de los padres de familia y el personal docente acerca de la supuesta “reforma educativa”, cubriendo a la fecha más de 20 planteles escolares, que van desde jardín de niños hasta preparatorias, en la zona norte-oriente y centro del Distri-to Federal, particularmente en el área de Aragón, delegación Gustavo A. Madero y Tepito, delegación Cuauhtémoc.

La intención de las brigadas es infor-mar creando conciencia (como ya men-cionábamos), en las comunidades escola-res de cómo y de qué manera nos afecta y en el futuro nos afectará la mal llamada

“reforma educativa”, de la forma trampo-sa y solapada en que ha sido impuesta, con lo que no estamos de acuerdo ya que el pueblo nunca es consultado.

Pretendemos organizarnos forman-do comités de padres de familia en las escuelas visitadas, y de esta forma unir-nos a la lucha magisterial, mantenien-do nuestra autonomía, en defensa de la educación pública y gratuita.

Durante estas brigadas, hemos de-

FRENTE DE MADRES Y PADRES DE FAMILIAEN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y GRATUITA

tectado la inquietud de un número im-portante de padres de familia en cada escuela, que aunque temerosos de las represalias del gobierno, están dispues-tos a participar en las acciones a tomar con relación al movimiento magisterial. La cuestión había sido que no tenían a dónde acercarse para manifestar su re-pudio e inconformidad, ni cómo y qué hacer para luchar por la abrogación de esta reforma punitiva y privatizadora. Por lo pronto han estado dispuestos a brindar su apoyo solidario haciendo donativos de víveres, medicamentos, ropa y colectas económicas, (que pun-tualmente han sido entregados en el campamento de la Ciudadela), y tam-bién es importante mencionar que en las escuelas que hemos visitado, han aceptado la creación de los comités y apegarse a los lineamientos planteados por el Frente de Padres de Familia.

Por todo el trabajo que se ha reali-zado hasta estos últimos días, los resul-tados obtenidos a corto plazo han sido favorables, y viendo el interés generado por el mismo entre la gente que nos es-cucha, es que tomamos la decisión de formar el Frente de Madres y Padres de Familia en Defensa de la Educación

Pública y Gratuita, cuya finalidad es la lucha en contra de la mal llamada “re-forma educativa”, y todas aquellas re-formas punitivas que laceran y violan nuestros derechos con la intención de despojarnos de ellos.

Del pueblo, para el pueblo y por la dignidad del pueblo. ¡Hasta la victoria siempre! ¡No pasarán!

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La Coordinadora Nacional de Tra-bajadores de la Educación (CNTE)

se fundó a finales de la década de los setenta, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, a partir del “primer foro nacional de traba-jadores de la educación y organizaciones democráticas del SNTE (Sindicato Na-cional de Trabajadores de la Educación)”, el cual se llevó a cabo los días 17 y 18 de diciembre de 1979.

En ese entonces el SNTE era contro-lado por Carlos Jonguitud Barrios, quien se había apoderado del sindicato desde 1972, al frente de una tendencia llamada Vanguardia Revolucionaria, que no era ni una cosa ni la otra, sino que más bien funcionaba como una burocracia que mantenía el control de la estructura sin-dical por las buenas o por las malas. Eran años en los que, como ahora, el país es-taba sumergido en una grave crisis eco-nómica y los salarios habían perdido su poder adquisitivo. Además, la Secretaría de Educación Pública (SEP) era comple-tamente ineficaz para pagar a tiempo los sueldos de los maestros.

Por lo tanto, las primeras deman-das de la Coordinadora fueron de orden económico. A lo largo de 1980, hubo grandes movilizaciones magisteriales prácticamente por todo el país para exi-gir un salario digno. Desde luego, la bu-rocracia del SNTE se mostró incapaz de defender a sus agremiados, por lo que los maestros organizados en la Coordi-nadora tuvieron que formar “comités centrales de lucha” que, en los hechos, funcionaron como auténticas instancias de representación de los trabajadores de la educación frente a la SEP.

La actitud vergonzosa del SNTE frente a los numerosos conflictos del año 1980, así como el surgimiento de una poderosa tendencia democrática encabezada por la Coordinadora Na-cional de Trabajadores de la Educa-ción, puso a la base magisterial frente a la siguiente disyuntiva: democrati-zar el sindicato o formar un sindicato independiente. La mayoría optó por la primera opción.

De este modo, en Chiapas, donde

por la democracia y la educaciónLa CNTE: una historia de lucha

Carlos López

la Coordinadora era muy fuerte, en marzo de 1981 los maestros demo-cráticos lograron obtener la dirección de la sección VII, lo cual constituyó un hecho de gran trascendencia para todo el movimiento, pues por primera vez en la historia del sindicato una re-presentación seccional quedaba fuera del control de la burocracia charra y entreguista. Desde luego, la dirección nacional del SNTE buscó entorpecer y obstaculizar, con todos los medios a su alcance, la labor de los dirigentes de-mocráticos. A pesar de ello, la sección VII logró hacer importantes avances para mejorar las condiciones laborales de los maestros chiapanecos.

En noviembre de ese mismo año, tuvo lugar la “Conferencia Nacional para una Educación Democrática”, la cual giró en torno a la manera en que la lucha magisterial podía contribuir también a mejorar la calidad de la educación en México. En este sentido, el magisterio democrático siempre ha sido un importante promotor de una educación de calidad, crítica y compro-metida con el pueblo.

Desde luego, el ascenso de la Coor-dinadora no estuvo libre de tensiones y enfrentamientos con la dirección

nacional del SNTE. Primero con la tendencia Vanguardia Revolucionaria de Carlos Jonguitud, y luego con la co-rrupta y asesina Elba Esther Gordillo. Por ejemplo, el 30 de enero de 1981, desde un auto blanco sin placas, fue asesinado a balazos el profesor Misael Núñez Acosta cuando salía de una reu-nión en la primaria de Tupetlac, Estado de México. El maestro Núñez Acosta era un destacado dirigente del Consejo de Lucha Magisterial del Valle de Mé-xico, y poco tiempo después de su ase-sinato se comprobó que éste había sido ejecutado por pistoleros a sueldo del comité ejecutivo nacional del SNTE. En Guerrero, Morelos e Hidalgo, el magis-terio democrático era mayoría y obtuvo logros considerables a base de lucha y movilización, pero la cúpula sindical respondió de manera muy agresiva. El 15 de febrero de 1981, en Pachuca, Hi-dalgo, una manifestación democrática fue atacada por un grupo de golpeado-res dirigidos por integrantes de Van-guardia Revolucionaria. En Morelos, en junio 1982, fue secuestrado el maes-tro Víctor Ariel Bárcenas, miembro de la dirección seccional democrática.

Durante las décadas de los ochenta y noventa, las agresiones contra los mi-litantes de la CNTE prácticamente se dieron en todo el país, pero no lograron impedir que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se mantuviera firme en la convicción de

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democratizar su sindicato. Así, el 23 de febrero de 1982, mediante un congre-so extraordinario, la sección XXII, de Oaxaca, renovó su dirección y triunfó muy ampliamente la Coordinadora. Al igual que la sección VII de Chiapas, la nueva dirección seccional tuvo que en-frentar toda clase de obstáculos, tanto de la dirección nacional del SNTE, como de las autoridades estatales y federales. Sin embargo consiguió avances muy importantes en el mejoramiento de las condiciones laborales del profesorado.

Como se puede ver, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educa-ción se ha forjado desde su origen en la movilización y la lucha, con plena inde-pendencia de los partidos electorales, a diferencia del SNTE, cuya dirección siempre ha estado sometida al partido en el poder y ha entregado a los maestros a la administración en turno. Las banderas de la Coordinadora, democracia sindical y mejor educación para todos, se mantie-nen muy en alto a pesar de las intensas campañas de desprestigio que han des-plegado los medios de comunicación, los empresarios y los políticos.

Carlos Jonguitud se fue, Elba Esther Gordillo está presa, y el charro Juan Díaz de la Torre, actual secretario ge-neral del SNTE, también se irá, mien-tras que la Coordinadora se mantiene fuerte, con proyecto, presentando una resistencia en toda la línea contra la mal llamada “reforma educativa”. La represión amenaza con destruir a san-gre y fuego los derechos que los maes-tros y maestras han conquistado a base de lucha y sacrificio. Los hechos de

Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio pa-sado y las recientes declaraciones del secretario de gobernación, así lo de-muestran. Pero los poderosos olvidan una cosa: el pueblo ya se dio cuenta que la lucha contra la patética “reforma educativa” es, en realidad, una lucha en defensa del derecho a la educación de sus hijos, es una lucha por el futuro del país, y cuando un pueblo se decide a acabar con la opresión no hay ejército ni policía que lo detenga.

Con la aplicación de las reformas neoliberales, las conquistas de la

clase trabajadora se han ido perdien-do gracias a la conjunción de la re-presión, la corrupción de líderes sin-dicales charros y la pasividad de una buena parte de la misma clase traba-jadora. La consecuencia de la pérdida de derechos se ha manifestado, con mayor crudeza, en la precarización del empleo. Lo observamos claramente en que los trabajadores de todos los niveles, incluidos aquellos que no se consideran asalariados, perciben un sueldo miserable, no pueden sindicali-zarse, no tienen prestaciones, trabajan más de ocho horas diarias, no tienen un contrato de trabajo individual ni colectivo, además la legislación ha fa-vorecido al empresariado en caso de despido, se ha tolerado y fomentado la creación de sindicatos de protección patronal, etcétera.

¿Quién es el privilegiado?Santiago GS

El menoscabo de los derechos la-borales ha motivado el repunte de los esquiroles. Tomemos como ejemplo paradigmático las amenazas de Au-relio Nuño contra la legítima y digna huelga magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educa-ción (CNTE). El titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) aseguró, a finales del mes de mayo, que contaba con 26 mil “profesores” para suplir al magisterio en resistencia contra la mal llamada “reforma educativa”. Es decir: 26 mil esquiroles.

El esquirol es el trabajador que ol-vida a qué clase pertenece y traiciona a sus hermanos. Los esquiroles son per- Los esquiroles son per-sonas de “bien”, “profesionistas”, que no son “huevones”, que sí “trabajan” y consideran los derechos laborales del magisterio, o de cualquier otro sector laborante, como un “privilegio”. En la lógica de los “luchones”, el tener un sa- Frente Gráfico. Chile.

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lario digno, acceso a la salud, una pen-sión es un “privilegio”. Y no ven como un privilegio los sueldos de la casta parasitaria (gobernantes, empresarios). Tomemos por ejemplo a un verdadero privilegiado: el “sargento” Nuño per-cibe un sueldo de 140 mil pesos men-suales, vacaciones pagadas dos veces al año por 47 mil pesos, prima de an-tigüedad, aguinaldo, ayuda para des-pensa, apoyo para gastos de transporte, seguro de gastos médicos mayores en hospitales privados.

Mientras el “sargento” recibe eso por su “trabajo”, además sin que haya sido evaluado para demostrar sus ca-pacidades para estar al frente de la SEP, un profesor gana alrededor de ocho mil pesos, con los cuales tiene que costear su transporte, el servicio de salud en una institución pública y en muchos de los casos parte de su sueldo lo invierte en las necesidades de sus estudiantes; encima debe so-meterse a una “evaluación” y compro-bar su “capacidad” para estar al frente de un salón, evaluación que consiste en “examen” estandarizado que no ve si el salón de clases está en medio del desierto, en la sierra o en alguno de los cinturones de miseria que bordean las grandes ciudades. Cabe preguntarse ¿quién es el privilegiado?

A la par de esos esquiroles que ase-guran que estar sindicalizado, luchar por la dignidad del trabajo y pelear por preservar sus derechos es defender privilegios, se encuentran los que son obligados a trabajar por la urgencia de llevar el sustento a sus hogares, o por-que son coaccionados por la patronal y los líderes sindicales corruptos y sin escrúpulos, que sólo buscan ensanchar la riqueza de unos cuantos a costa del sudor y sacrificio de millones de traba-jadores. Ahí está el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y su líder, Juan Díaz de la Torre, perro fal-dero de Elba Esther Gordillo, quien no dudó en morder la mano de su dueña en cuanto vio la oportunidad.

El conflicto magisterial ha sacado a relucir comentarios tan indolentes como estúpidos, racistas y despectivos; además florecieron los esquiroles, sí, esos que ven en la mal llamada “refor-ma educativa” la oportunidad de obte-ner un empleo como profesor gracias al

“concurso” y la “evaluación”, sin pensar en las consecuencias a mediano y lar-go plazo que tendrá para la educación, para el trabajo y para el futuro de la clase trabajadora en general, pues ellos mismos se convertirán en trabajadores por honorarios, sin derechos y sin esta-bilidad laboral. Con lo cual la precarie-dad del trabajo en México se agudizará, pues es insoslayable que los trabajos mal pagados son una resultante de las medidas neoliberales impulsadas des-de 1982.

Lo que busca la mal llamada “reforma educativa” es mercantilizar la educación, convertirla en un producto estandariza-do, arrebatar los derechos laborales del magisterio, suprimir la educación laica y popular e impulsar una que forme mano de obra barata, personas acríticas y dó-ciles. La lucha de las maestras y maes-tros de la CNTE, de las organizaciones civiles, de padres y madres de familia, no sólo es por mantener una educación pública, es por defender las conquistas de la clase trabajadora.

Las declaraciones del rector del ITAM, Arturo Fernández, al seña-lar que: “la resistencia de la CNTE es como la que se espera de un animal herido de muerte, que lanza gruñidos y zarpazos a diestra y siniestra”, es tan equivocada que en los últimos días esa fiera que él, soso neoliberal, vio medio muerta, está más viva que nunca. La persistencia de la CNTE en entablar un diálogo público para impulsar una verdadera reforma educativa y encon-trar la manera de mejorar la educación, le ha ganado adeptos patentizados en las calles y en las aulas… lo que le ha costado al pueblo entero la muerte de once de sus mejores hijos, asesina-dos por las balas fascistas escupidas por el “sargento” Nuño. La represión ha demostrado que hoy, como ayer, la consigna lanzada desde la primera Internacional: la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los mis-mos trabajadores, es más válida que nunca. Por la dignificación del trabajo: ¡viva la lucha magisterial y popular!

Frente Gráfico. Chile.

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Gabriela Vargas

Muchas han sido las opiniones de la sociedad en general respecto a la

lucha que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha dado frente al gobierno mexicano, lucha cuyo objetivo es impedir que la mal llama-da “reforma educativa” que Enrique Peña Nieto –quien por cierto, no debemos olvi-dar, no pudo dar el título de tres libros que hayan marcado su vida- impuso desde el poder ejecutivo en el año 2013.

Entre esas opiniones se encuentran aquellas que critican directamente a la CNTE por buscar defender únicamente derechos laborales, es decir: que como Coordinadora no plantean una verda-dera reforma educativa que problema-tice la pedagogía, critique los conte-nidos, cuestione las perspectivas y las estrategias del quehacer docente.

Podemos aceptar sólo parcialmente esta crítica, ya que, efectivamente, los trabajadores de la educación no han concretado un proyecto de educación alternativa único que contrarreste las malas iniciativas del gobierno. Pero no

verdadera Reforma EducativaLa CNTE también lucha por una

Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra

José Martí

podemos generalizar esta crítica, pues en algunos estados de la república los maestros sí están cuestionando la pe-dagogía que reproducen en sus escue-las y en sus regiones, construyendo planes y proyectos alternativos, convo-cando a congresos y seminarios para la discusión y el análisis. Tenemos como ejemplos el caso del Plan para la Trans-formación de la Educación en Oaxaca (PTEO), el Programa Democrático de Educación y Cultura Para el Estado de Michoacán (PDECEM), el Proyecto de Educación Alternativa en Chiapas (PEA), el Congreso Nacional de Educa-ción Alternativa -se han realizado seis congresos, el último en 2014 en Vera-cruz-, y el Seminario Nacional de Edu-cación de la CNTE realizado en 2015 en la Ciudad de México.

El PTEO es una iniciativa de los tra-bajadores de la sección XXII de Oaxaca en conjunto con el Instituto Estatal de Educación Pública en Oaxaca (IEEPO) que se construye en 2012. Es una pro-puesta educativa que tiene el objetivo

de transformar la unidad básica del sistema educativo estatal concibiendo a la escuela en estrecha relación con las prácticas culturales y sociales que se desarrollan en un territorio determina-do. Esta propuesta comprende no sólo los conocimientos de los educadores, sino los de las comunidades, ya que el territorio no es simplemente el pedazo de tierra donde se construyó la escuela, sino el espacio donde se relacionan las personas entre sí, con las condiciones sociales, con el medio ambiente, etc. El PTEO efectivamente parte de una críti-ca pedagógica, en tanto considera que el quehacer docente no consiste única-mente en ir a la escuela y, dentro del aula, impartir materias. Reconoce que fuera del aula existen relaciones y con-diciones que influyen directamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje que ocurre dentro de las aulas, por ejemplo, el que los alumnos no puedan tener un rendimiento académico elevado porque los niveles de pobreza en muchas zonas de Oaxaca propician que los niños y ni-ñas vayan a la escuela con hambre o ex-haustos de una jornada laboral.

El PDECEM, por su parte, es re-sultado de la discusión colectiva entre múltiples actores sociales que, de una u otra manera, intervienen en el proceso educativo. Este programa considera a la escuela, la comunidad y al maestro como “los tres espacios fundamenta-les de la transformación educativa y

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social”. El PDECEM, además, parte de la crítica al capitalismo y a la política educativa neoliberal. En este sentido, la educación es considerada como un factor íntimamente relacionado con el proyecto de país que se quiere, por lo que los maestros y maestras michoaca-nos no han dudado en señalar que “la educación es una herramienta funda-mental para la transformación social y que tiene que contribuir a la construc-ción de una nación justa, democráti-ca y soberana, de igual manera tiene que formar hombres cultos, críticos, reflexivos, creativos, conocedores de la historia, conscientes de la realidad económica, política, social, cultural y ecológica y con la disposición y conoci-mientos necesarios para transformarla para el bien común”.

Por otro lado tenemos el Proyecto de Educación Alternativa de la sección VII de Chiapas, que es un proyecto reciente y que parte de un análisis de la realidad contextual y educativa del estado de Chiapas. Con base en este análisis discute cuáles deben ser los principios y finalida-des de la educación que los chiapanecos necesitan. Problematizan líneas estraté-gicas del trabajo pedagógico democráti-co en las escuelas y desde la comunidad, y se plantean la formación de un nuevo docente humanizador, intelectualmente transformativo y emancipador.

Entonces, una verdadera reforma educativa, con planteamientos críticos a la educación que el gobierno mexicano ha ido imponiendo a lo largo de la histo-ria, desde los educadores, desde los tra-bajadores de la educación, existen y se trabajan tanto como docentes como tra-bajadores, siendo este uno de los princi-pales retos que los maestros y maestras enfrentan: empatar su lucha sindical con un proyecto de educación alternati-va. Nuestros maestros no están luchan-do únicamente por derechos laborales, sino que también están comprometidos con la pedagogía crítica, con la pedago-gía de compromiso social, pero ahora el autoritarismo del viejo lobo de mar, el PRI, y la represión que han vivido estos últimos meses los trabajadores de la educación, están atentando contra los derechos laborales que todo trabajador deberíamos tener, pero además contra estos proyectos alternativos de educa-ción que México necesita.

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La huelga nacional magisterial que estalló el 15 de mayo pasado se

encuentra en pleno ascenso, así lo de-muestran todos los días las múltiples movilizaciones encabezadas por la Coordinadora Nacional de Trabajado-res de la Educación (CNTE) que han te-nido y tienen lugar en diversos estados del país. En aquellas regiones donde la estructura de la CNTE es mayoritaria, además, el movimiento en contra de la mal llamada “reforma educativa” ha logrado tejer importantes alianzas con numerosas organizaciones y otros mo-vimientos, pero, sobre todo, ha logrado involucrar a miles y miles de personas que se han dado cuenta que esta refor-ma trae consigo muchos males y nin-gún beneficio.

En este sentido, el movimiento ma-gisterial ha detonado el descontento del pueblo para convertirlo en organi-zación, movilización y lucha en contra de un gobierno corrupto que se ha ca-racterizado por favorecer abiertamente a un puñado de empresarios, mientras la inmensa mayoría de los mexicanos cae de manera irremediable en la po-breza, ve destrozados sus derechos más elementales, es víctima de la violencia de las bandas criminales y del propio Estado, y encuentra cerradas todas las vías institucionales para obtener, al me-nos, una solución parcial a sus deman-das más inmediatas. En efecto, detrás de la incorporación de amplios sectores populares a la lucha de las maestras y maestros democráticos, hay agravios que se han acumulado durante déca-das y que, con la implementación del paquete de reformas estructurales del

“Pacto por México”, se han profundiza-do aún más.

Para el pueblo trabajador y campe-sino, las consecuencias de la política económica que han sostenido las ad-ministraciones del Partido Revolucio-nario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), así como el conjunto de sus organizaciones políti-cas parasitarias, simple y sencillamen-te han sido desastrosas y están a los ojos de todo mundo: despojo del terri-torio y los recursos naturales, desem-

El movimiento magisterial y popularMesa de redacción

pleo, una moneda devaluada, aumento de la inflación que se refleja en alzas en las tarifas eléctricas, en el precio de los combustibles y en el costo de los ali-mentos; endeudamiento, pérdida del poder adquisitivo del salario, falta de acceso a servicios elementales como la salud, la vivienda, y ahora, también, la educación. Al mismo tiempo, un pe-queño grupo de empresarios, especial-mente aquellos agrupados en el Con-sejo Mexicano de Negocios, han visto con beneplácito cómo sus riquezas se incrementan sin fin. Para que haya un selecto grupo de ricos cada vez más ri-cos y aumente todos los días el núme-ro pobres quienes, además, se vuelven cada día más pobres, se ha requerido de la confluencia de múltiples factores, entre ellos: la destrucción sistemática de los derechos laborales, la precari-zación de las condiciones de trabajo, el abandono premeditado del campo, el desmantelamiento de la industria nacional, la simbiosis entre el Estado y el crimen organizado, un entorno de violencia y absoluta impunidad, el for-talecimiento del aparato represivo del

Estado, el control de la opinión públi-ca a través de los medios masivos de comunicación, la administración de la miseria a través del asistencialismo y la desmovilización histórica de la clase trabajadora.

La clase dominante, en todos los pasos que ha dado para aumentar sus negocios y para extender su predomi-nio en el terreno político, ha encon-trado cierto grado de resistencia por parte de algunos sectores organizados del pueblo, entablándose así auténticas luchas de clases entre dos enemigos cuyo tamaño, tácticas y recursos son absolutamente desiguales. Ese es el marco general en el que se debe enten-der el desarrollo actual del movimiento magisterial y popular en defensa de la educación pública y en contra de la mal llamada “reforma educativa”. En este sentido, el conflicto principal no se da entre el gobierno de Enrique Peña Nie-to y la CNTE, sino entre el Estado de los ricos, de los empresarios, y el sector más avanzado y organizado de la clase trabajadora, conformado por el magis-terio democrático. Y esta lucha, hay que decirlo de manera clara, es considerada por el grupo en el poder como una lu-cha a muerte contra el pueblo trabaja-dor. La masacre cometida por las fuer-zas federales en Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio pasado, así lo demuestra.

A partir de esa fecha el movimiento entró en una nueva etapa determina-da, hasta cierto punto, por el “diálogo” entre el secretario de gobernación, Mi-guel Ángel Osorio Chong, y la Comisión Nacional Única Negociadora (CNUN) de la CNTE. Ponemos la palabra diálo-go entre comillas porque, de parte del asesino Miguel Ángel Osorio Chong

-principal responsable de la masacre de Nochixtlán, junto con Enrique Peña Nieto, Gabino Cué Monteagudo y el comisionado de la policía federal, Enri-que Galindo- no ha habido más que si-mulación. Un día sale a declarar, ame-nazante, que: “Se ha agotado tiempo”, y que: “Las afectaciones a la ciudadanía deben de terminase. Por ello, en bre-ve, se estarán tomando las decisiones necesarias para permitir el tránsito en

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vías estratégicas y el abastecimiento de las comunidades”. Días después, al ver que sus amenazas no sólo no asustaron a nadie, sino que además despertaron un rechazo abierto y generalizado en-tre amplios sectores de la sociedad, fue obligado a retractarse y a abrir, nue-vamente, la mesa de negociación con la Coordinadora. ¿Para abrogar la “re-forma educativa”? No, por supuesto que no. Peña, Nuño y Osorio Chong han sido muy insistentes en una cosa: la mal llamada “reforma educativa” no se va a abrogar, y ahora ponen como pretexto cualquier cosa, que esa no es una atribución del poder ejecutivo sino del legislativo, por ejemplo, como si no hubieran sido ellos quienes presenta-ron esa reforma para su aprobación en las cámaras.

Sin embargo, un elemento que salta inmediatamente a la vista es que la tác-tica de gobierno se ha diversificado. En primera instancia, no hay que olvidar que el gobierno mantiene secuestra-dos a algunos dirigentes magisteriales, quienes deben salir libres inmediata-mente pues todos los “cargos” de los que se les acusa son absolutamente fal-sos. No hay que perder de vista, tampo-co, el gigantesco espectáculo mediático que se ha montado para intentar con-vencer a la opinión pública, primero, de que en los estados donde el conflicto es más fuerte, los bloqueos han produ-cido tal “desabasto” de alimentos que la gente está a punto de morir de hambre, lo cual ha sido desmentido ya no sólo

por la redes sociales sino hasta por la televisión británica; y segundo: que el gobierno hace todo lo posible por re-mediar esa situación. Se trata de una atroz campaña de mentiras que, lamen-tablemente, no sólo se cree el gobierno, sino también numerosos sectores de la población que no cuentan con acceso a otras fuentes de información fuera de las televisoras, radiodifusoras y prensa comerciales.

Por otro lado, Miguel Ángel Osorio Chong se reúne con la CNTE, pero no para dar solución a los problemas que llevaron a la huelga nacional magiste-rial, sino para “facilitar un proceso de diálogo con la Secretaría de Educación Pública” y para revisar el “modelo edu-cativo”, eufemismo detrás del cual se oculta la intención de no ceder nada en cuanto al desmantelamiento de los derechos laborales de los maestros, y centrar la discusión con la Coordinado-ra únicamente en el ámbito pedagógico.

A su vez, Aurelio Nuño se reúne con Juan Díaz de la Torre, secretario gene-ral del Sindicato Nacional de Traba-jadores de la Educación (SNTE), para revisar, ahí sí, las inconformidades que ha producido la “reforma educativa”. Es muy probable que de esas reuniones salga un acuerdo parcial, en el que se modifiquen algunos aspectos de la re-forma que no impliquen su derogación, lo cual pondría al sindicato oficial en condiciones de capitalizar, ante la opi-nión pública, las demandas y movili-zaciones del magisterio democrático y,

hasta cierto punto, contrarrestar la ac-tual incorporación de buena parte del profesorado a la lucha. Cabe recordar que Díaz de la Torre era el brazo dere-cho de Elba Esther Gordillo, que nadie lo eligió para ocupar ese cargo, sino que fue impuesto por Enrique Peña Nieto y, por lo tanto, que es un aliado incondi-cional del gobierno. No hay que olvidar, tampoco, que las direcciones charras del SNTE siempre han entregado a los trabajadores por unas cuantas migajas y amplias concesiones para los líderes que se arrodillen ante al poder.

Al mismo tiempo, el subsecretario de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa Ci-frían -quien ha demostrado una indo-lencia absoluta para atender el caso de nuestros 43 compañeros normalistas de Ayotzinapa desaparecidos por el Es-tado-, viaja a Nochixtlán para reunirse con la víctimas de la masacre. Nadie debe caer en el engaño. Estos no son actos de buena voluntad del gobierno para resolver las demandas del pue-blo y el magisterio democrático. Todas y cada una de estas medidas tienen por objetivo dar la impresión de que el conflicto se está resolviendo y, por lo tanto, tienden a tratar de frenar el avance de la huelga nacional magiste-rial, fracturar las alianzas populares de la Coordinadora, deslegitimar ante la opinión pública sus acciones y ge-nerar una situación política favorable para desplegar una ofensiva frontal, abierta y generalizada en contra del movimiento magisterial y popular.

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No hay que perder de vista que la CNTE puso la instalación de una mesa de diálogo como una de sus demandas centrales desde el comienzo mismo de la lucha contra la mal llamada “reforma educativa”, y que el Estado accedió so-lamente hasta que sus policías asesina-ron a once compañeros y se levantó una ola de coraje e indignación a nivel na-ón a nivel na- a nivel na-cional e internacional. En este sentido, el futuro del movimiento magisterial y popular depende, en buena medida, de los logros que se obtengan en la mesa de diálogo con Gobernación, pero no sólo eso.

Nos encontramos en un momento de definición de los proyectos y sec-tores en pugna. Así como el Estado se prepara día a día para recuperar sus posiciones y pasar nuevamente a la ofensiva, el pueblo tiene que prepa-rarse para rechazar de manera deci-dida, con todos los medios de lucha a su alcance, cualquier nuevo intento de represión y cualquier maniobra desti-nada a mantener en pie la mal llamada

“reforma educativa”, incluido un acuer-do parcial entre el gobierno de Peña Nieto y la cúpula del SNTE. Hay que tomar conciencia de que esta lucha es estratégica. Una derrota del movimien-to magisterial y popular significaría, en los hechos, el predominio absoluto del grupo en el poder y un golpe del que la clase trabajadora tardaría muchísimos años en recuperarse.

El mensaje que ha mandado el Ejér-cito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) al suspender su participación en el festival CompARTE, y apoyar de forma contundente la lucha popular y magisterial mediante la entrega de más de 10 toneladas de alimentos para sostener la resistencia, es ejemplar no sólo por el tamaño y la importancia de la solidaridad, sino también por su di-mensión política. El respeto, el compa-ñerismo, la dignidad de las decisiones y las acciones de las comunidades autó-nomas zapatistas, son una viva muestra del tipo de unidad que debe prevalecer en la lucha y, al mismo tiempo, ponen de manifiesto los logros que puede ob-tener un pueblo cuando se decide a re-belarse y a construir un mundo nuevo ya, desde ahorita. Está más que demos-trado, pues, que con autonomía, sin la

“ayuda” de los partidos y sus “gobier-

nos”, a base de trabajo honrado, se pue-de combatir toda clase de “desabasto”.

En cambio, hay oportunistas que, por miedo a que les pase encima la rueda de la historia, han propuesto for-mar un “gobierno de transición” que les permita llegar a las elecciones de 2018 “en paz” y, más recientemente, a volver las cosas “hasta antes de la re-forma”. Andrés Manuel López Obra-dor, los dirigentes y los intelectuales del Movimiento de Regeneración Na-cional (MORENA), han sacado a relu-cir el conservadurismo que los ha ca-racterizado desde siempre, y también han mostrado de manera abierta que prefieren aliarse con los enemigos del pueblo y del magisterio democrático, es decir: con Peña Nieto, Nuño y Oso-rio Chong y, por lo tanto, con Claudio X. González, Carlos Slim y Emilio Az-cárraga (por sólo mencionar tres ejem-plos), antes que permitir que el pueblo trabajador sea dueño de su propio des-tino. En la cabeza de los intelectuales de MORENA no cabe la idea de que un pueblo puede organizarse, luchar y plantear la transformación del país más allá del ámbito electoral. La más remota perspectiva de un cambio real y a gran escala, simple y sencillamente los aterra. Sirva como ejemplo lo que ocurrió el día 26 de junio: un acto de MORENA en “apoyo” al magisterio, material y metafóricamente, se con-

virtió en un obstáculo que retrasó la acción programada por la CNTE y los padres y madres de familia de nuestros 43 compañeros de Ayotzinapa.

En estos momentos de definición política, dada la velocidad con la que todos los días suceden los aconteci-mientos, es muy difícil mantener la ca-beza fría. Es probable que los actos de provocación del gobierno aumenten de forma paulatina con el fin de generar incertidumbre, confusión y desviar al movimiento magisterial y popular de sus demandas centrales. Frente a este complejo escenario político, en el que cada vez se involucran más actores a uno u otro bando, es indispensable identificar con toda claridad quién es el adversario. En este caso, el rival políti-co a vencer es el gobierno de Enrique Peña Nieto, sí, pero también el grupo de empresarios que se encuentran de-trás de la mal llamada “reforma educa-tiva”, quienes concentran en sus manos el poder político y económico del país. El movimiento magisterial y popular ya ha dado fuertes golpes en contra de este selecto grupo de mafiosos, al cerrar el paso a las mercancías que se producen en empresas como Coca-Cola, Bimbo y Maseca, entre otras, además de ganar importantes batallas en contra de la desinformación y las mentiras que se producen todos los días en las cabinas de radio y los sets de televisión.

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Sin embargo, es muy importante que el movimiento magisterial y popular no caiga en ninguna clase de triunfalismo. La caída de la “reforma educativa” apa-rentemente se ve cerca, pero ésta aún se mantiene en pie. En este sentido, la úni-ca manera que tenemos de empujar has-ta conseguir su derogación definitiva es mantener el ritmo de la organización, la movilización y la unidad populares. Así como no hay que caer en el triunfalismo, tampoco hay que caer en el pesimismo. Ambos son errores que el movimiento magisterial y popular no se puede dar

el lujo de cometer. Por otra parte, te-nemos que llamar la atención sobre un último factor: la adopción de determi-nados medios de lucha en los días por venir, serán definidos en buena medida por el grado de violencia que ejerza el Estado. Si éste mantiene su intransi-gencia y pretende engañar al pueblo con una falsa salida al conflicto, como todo parece indicar, habrá que incre-mentar la frecuencia y la contundencia de las acciones del movimiento magis-terial y popular, como lo ha sostenido la propia Coordinadora Nacional de

Trabajadores de la Educación. Si final-mente el Estado da marcha atrás con su reforma, entonces se habrá asentado un precedente histórico, dejando claro cómo la organización y la movilización populares pueden y deben plantarle cara a los poderosos. La lucha será, en-tonces, por acabar con el resto de las reformas estructurales y transformar de fondo el modelo educativo del país. Bajo esta perspectiva, sin lugar a dudas, el movimiento magisterial y popular avanza con paso firme hacia la victoria con lucidez, disciplina y audacia.

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La mal llamada “reforma educativa”, con su absurda y estandarizada eva-

luación, pretende encasillar a todos los maestros por igual. Una de las más fé-rreas críticas que hace la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educa-ción (CNTE) con respecto a la estan-darización, es que no se puede evaluar igual a todos los maestros porque las condiciones materiales en las distintas regiones del país no son iguales. Como sabemos, existe una profunda des-igualdad social que afecta en muchos aspectos al ámbito educativo, desde la infraestructura -pues el 64% de las es-cuelas tienen problemas inmobiliario y sanitario- hasta la dificultad de tras-lado y la falta de atención por hambre. Maestras de las secciones XIV y XXII nos comentaron que no se puede com-parar a un niño de la ciudad con uno de zonas rurales. Ellas lo tienen muy claro, el Estado y sus funcionarios no. Una muestra de la estupidez al imponer for-zadamente la estandarización se ve en los libros de texto oficiales donde po-nen frases como: “investiguen más en: página de internet”. Es ilógico asumir que todos los estudiantes tienen acceso a internet cuando, de acuerdo al Censo educativo de 2013, hay más de 42 mil aulas escolares sin luz.

Las historias de los maestros y maes-tras dan cuenta apenas un poquito de las dificultades que se les presentan y

Los maestros mexicanos

Clara Ortiz

y sus condiciones de trabajo

como las enfrentan. Platicamos con una maestra de la sección XIV de Guerrero

–quien durante una de las marchas venía con toda su familia, preocupada por sus hijos, ante la incertidumbre de ser am-bos padres profesores- y nos compartió amablemente su historia:

“Yo soy de Tlaxcala pero me man-daron trabajar a Guerrero, a una comunidad que estaba a 20 horas en camioneta, y en cuatrimoto yo hacía de 8 a 12 horas atravesando montes y ríos. Cuando llegué allá me enteré que tenía que ser unitaria, atender a todos los grados, y no sabes queé vas a hacer porque no puedes atender lo mismo a todos. Es difícil porque puede haber ni-ños en 5to año que no están totalmente alfabetizados por diversas razones, y tampoco los puedes mezclar con los de 6 años, esto tampoco lo está conside-rando esta reforma. Un maestro tiene que hacer malabares para poder aco-modar todas estas situaciones.”

Cuando le pregunte cómo le hacían los maestros unitarios, me dijo: “Lo que yo hacía es que me dividía, pues uno inicia joven, con las ganas y el ím-petu, y yo no bajaba a la ciudad, me quedaba allá unos meses sin comu-nicación, sin luz, ni agua, ni teléfono, porque allá en la comunidad no hay nada, tú vives con la luz de la luna y el sol y te acoplas a eso. Entonces, lo que yo hacía, y la mayoría de los maestros

lo hace así, es que yo daba clases en la mañana y en la tarde por el mismo pago. Yo trabajaba de las 8 de la ma-ñana a la una de la tarde con 1ero, 2do y 3ero me iba a comer y en la tarde, de 3 a 7, atendía de 4to a 6to. Así que ahí se nos fue la vida y la juventud aco-plando a los niños, conviviendo con la comunidad que es gente muy humilde y pobre donde las condiciones de mar-ginación son muy difíciles.”

Respecto a las condiciones de pobre-za nos contaba otro profesor de la mis-ma sección que: “En todos los rincones de nuestro estado hay apoyo, no tanto como los que sufren en carne propia, donde viven el desempleo y la margi-nación como es la región de la montaña y en la costa chica. Pero sí tenemos el apoyo de los padres de familia, porque ellos saben que les va a perjudicar sus bolsillos. En el apartado de la reforma de gestión escolar viene que los padres tienen que pagar cualquier necesidad, luz, agua, libros, profesores, etc. Inclu-sive los alumnos, los de 6to año ya se dan cuenta que es muy difícil que pue-dan llegar a ser profesionistas. De he-cho los mismos padres son los que están sacando ya a los maestros que se han quedado a trabajar para exigirles que también se pongan a luchar.”

Además, el profesor nos comentó que en general los maestros tienen que emplearse no sólo en la docencia. “El salario que ganan los profesores es miserable, ganamos 4 mil a la quin-cena, un policía estatal gana más que un profesor, siendo que el profesor es el que educa al pueblo. Para las ne-cesidades básicas, yo me gasto como 300 en transporte quincenal más lo del almuerzo, uno tiene que buscar otro empleo porque si no no alcanza, y así están la mayoría, unos son taxis-tas, otros trabajan en las combis, otros venden productos, yo en las tardes soy entrenador de fútbol.”

Así, terminando las entrevistas lo único que pensaba era en la estúpida consigna de los principales medios de comunicación repitiendo sin cansancio y con recalcitrante desprecio: maestros huevones que no quieren ser evaluados. ¿Si ser huevón es tener una doble jor-nada de trabajo pero con un solo pago, o tener dos trabajos para poder sobre-vivir, que será ser un trabajador?