CONSEJOS PARA EL MANEJO DEL TDAH EN EL NIÑO

En el aula

Por lo general a los profesores les cuesta menos que a los padres percatarse de que las cosas no van bien, puesto que tienen como punto de referencia al resto de los niños del grupo. A continuación comentaremos algunas técnicas que podrán ayudar a los profesores en el manejo de la conducta del niño y su rendimiento en el aula:

Sentar al niño cerca del profesor, mencionar su nombre, darle pequeños toques en la espalda para evitar que se distraiga, o cualquier señal que le recuerde al niño que debe mantenerse atento.

Permitir que el niño acuda a la mesa del profesor a mostrar sus tareas, este movimiento servirá para descansar tensiones, disminuyendo la frecuencia con la que se levanta de la silla. El objetivo es que se levante de la silla en determinados momentos y de forma estructurada.

Disminuir estímulos irrelevantes presentes en el aula. Al no tener conciencia del tiempo, es necesario emplear marcadores de tiempo como

relojes, cronómetros, etc. Aumentar su motivación proporcionándole actividades que no le resulten monótonas ni

aburridas dentro de un funcionamiento diario de clase estructurado. Establecer normas de la clase y las consecuencias de su incumplimiento y colocarlas a la

vista de los alumnos, apoyándose en medios visuales y dinámicos como posters, notas en su cuaderno, dinámicas de grupo, etc.

Darle las instrucciones de forma breve, clara y concisa. Si es necesario, darle las instrucciones por escrito y hacer que las repita. Favorecer el uso de las autoinstrucciones para focalizar su atención en la tarea y en los pasos a seguir. Emplear dibujos o imágenes como recordatorio. Esto fomenta el uso del lenguaje interno como factor importante en la dirección de las conductas.

Informarle y explicarle de manera constante sobre sus acciones (“lo estás haciendo bien o mal…”). Reforzar y premiar las conductas adecuadas. Utilizar recompensas que resulten verdaderamente atractivas para el niño. Poner recuerdos visuales de las recompensas que puede obtener en lugares donde los vea con frecuencia como el cuaderno, el pupitre, etc. Implantar un sistema de puntos en el que es premiado por la consecución de objetivos y con coste de respuesta ante el incumplimiento.

Felicitarlo cuando concluye una tarea con éxito para que se sienta competente y mejore su motivación. Propiciar situaciones de éxito y destacarlo.

Ignorar las conductas inadecuadas como interrumpir, y en el caso de ser muy molesta utilizar el tiempo fuera. No etiquetar ni hacer juicios de valor sobre el comportamiento del niño, ser consciente de que no lo hace adrede. Entrenarlo en autoevaluación pidiéndole que sea él el que juzgue.

Mandarle menor cantidad de tarea y que requiera menor esfuerzo mental mantenido, programando periodos de descanso donde se pueda mover; conforme lo vaya haciendo ir aumentando el número de tareas, la cantidad de esfuerzo, y el tiempo para su realización.

Entrenarlo en conductas adecuadas en las relaciones sociales: hacer peticiones, pedir ayuda, reconocer dificultades, admitir errores, saber demostrar sus sentimientos de enfado, rabia, etc. Cuando haya estado involucrado en un accidente o altercado con otra persona, dejar que se explique.

En casa

El papel de los padres resulta imprescindible para la recuperación del niño hiperactivo. Los padres representan la fuente de seguridad, los modelos a seguir, el reflejo mismo de lo que los hijos sienten que son, la base fundamental sobre la que construyen su propia escala de valores y el concepto de disciplina y autoridad.

Es necesario que los padres establezcan ciertas rutinas diarias, a fin de que el niño conozca anticipadamente las actividades de cada día, como la hora de levantarse, las horas de las comidas, las tareas, el baño, el juego, el uso de la televisión, irse a dormir. Por ejemplo:

¿Qué debo hacer antes de acortarme?

1. Dejar lista mi mochila: tareas, útiles, etc., chequeando cada cosa.2. Dejar listo mi maletín de deporte.3. Preparar la ropa que voy a usar mañana.4. Cepillarme los dientes.5. Ir al baño.6. Decir buenas noches.

Lo que más le cuesta al niño es poner atención, y más aún cuando se trata de que atienda a una indicación, cuando se le hable hay que tener en cuenta lo siguiente:

Hacer contacto visual. Decirle con claridad que escuche bien lo que se le está diciendo y verificar que ha entendido, pidiéndole que repita lo que se le ha dicho.

Evitar la argumentación cuando se da una orden. Si el niño discute, solo se repite la misma orden; no se le da la oportunidad de que él pida explicaciones o se las tengamos que dar. Funciona muy bien el sistema de: “¡cuento uno!, ¡cuento dos!, ¡cuento tres!”, “ya hemos hablado acerca de lo que pasa si no cumples cuando se te dice algo: te vas a tu cuarto…., no vas a ver tal programa de televisión. Pero también sabes que si cumples puedes tener un tiempo adicional en la computadora”. Evitar la confrontación en la que se empieza a reaccionar emocionalmente. No se trata de demostrar quién es más fuerte, sino de enseñarle que todo tiene una manera, un orden y que las reglas se cumplen.

Si tiene una rabieta se le debe ignorar. Cuando se calme, recién se puede hablar con el niño, tratando de que se dé cuenta si ganó algo con esa forma de reaccionar. Evitar las amenazas: “¡Vas a ver lo que te va a pasar!”.

Aplicar el “tiempo fuera” recomendado para las conductas de no obedecer que son muy resistentes o para conductas inadecuadas que no se pueden ignorar, como pegar a otro niño, tirar o romper cosas. Consiste en retirar al niño de la situación en que surgió el problema y llevarlo a un lugar donde no haya nada que sea peligroso ni entretenido para él. Generalmente, el niño se tiene que quedar allí durante un tiempo determinado mínimo, que es equivalente en minutos al número de años que tiene.

CONSEJOS PARA EL MANEJO DEL TDAH EN EL ADOLESCENTE Y ADULTOS

En el adolescente o adulto con TDAH un área que se afecta de forma significativa y que produce gran dificultad en su desempeño académico o cotidiano son los olvidos o problemas de memoria. Es muy común la frase “se me olvido la fecha de entrega” o “no me acordé que tenía que comprar…” o “¿dónde deje las llaves?”. Existen actividades que necesitamos recordar mas no memorizar, como por ejemplo fechas importantes o números telefónicos, para recordar debemos crear recursos que nos faciliten dicha función. Para dichas dificultades se plantean algunas estrategias que ayudaran a mejorar su desempeño cotidiano:

Tener una pizarra en la habitación y poner las actividades importantes (gastos, fechas de pago, entregas de trabajo, fechas de exámenes, etc.). Este método nos brinda la facilidad de recordar eventos o actividades importantes de forma inmediata y diaria.

En la actualidad la tecnología cumple un papel muy importante en el desarrollo diario de la persona, recordemos que nuestra memoria es frágil y que usamos la agenda telefónica para recordar los números telefónicos que necesitamos, de la misma manera podemos utilizar el celular como un medio que nos ayude a recordar actividades especificas diarias (reuniones de trabajo durante el día, hacer llamadas telefónicas a determinadas horas o fechas importantes).

Tener lugares especiales para colocar los objetos personales, por ejemplo: un bowl para las llaves de la casa o el auto, tener un lugar especial para dejar la billetera. Asimismo, es recomendable tener una copia de las llaves en casa de algún familiar, en relación a información como usb y directorio telefónico es recomendable mantener una copia de seguridad o backup y así estar listos para cualquier dificultad que pueda suceder. Estos recursos nos ayudaran y facilitaran el día a día.

Saber pedir ayuda. La experiencia clínica nos dice que la persona con TDAH muchas veces presenta dificultades en los cursos de orden numérico. Es importante reconocer cuando necesitamos la ayuda de un profesor particular o un grupo de estudio. Muchos jóvenes con TDAH asisten a grupos de estudios para nivelar su aprendizaje en los cursos que le generan mayor dificultad en la Universidad. Un mensaje que la persona con TDAH debe de tener en cuenta es que “tener TDAH no significa que no pueda aprender, significa que

para lograr un aprendizaje óptimo se necesita dedicarle un tiempo extra a diferencia de las personas que no presentan esta dificultad”.

Tomar conciencia del problema que tenemos. Muchos jóvenes o adultos creen tener el control de la situación. Sin embargo debemos tomar en cuenta que el TDAH disminuye nuestra atención, influyen en nuestra conducta y en el manejo de impulsos o emociones. Un paso muy importante es reconocer nuestras debilidades e informarnos sobre el problema que nos aqueja (medico, psicólogo, etc), si iniciamos un tratamiento farmacológico o psicológico debemos de seguir las reglas que nos plantean los profesionales.

Aprender a priorizar. Algo que tenemos que tener en cuenta si presentamos TDAH es que muchas veces nos vamos a enfocar a actividades que nos gustan (ver TV, salir con amigos, estar en la computadora) y dejamos de lado lo más importante. Por ello, es necesario tener una jerarquía de necesidades la cual nos ayudara a mantener la motivación y dirección en nuestras actividades.

Planea a corto plazo. Es importante que la persona con TDAH realice un planeamiento a corto plazo, pues indica que la meta es inmediata y eso ayudara a mantener la motivación para obtener logros adecuados. Por ejemplo, si en la universidad nos enfocamos al examen parcial muchas veces descuidamos los estudios las primeras semanas y antes del parcial tenemos que aprender más de lo que el tiempo nos permite generándonos frustración y malestar, debemos de planificarnos por semana, prepararnos para las practicas semanales.

Haz pausas para que tu nivel de atención sea el mejor posible a cada momento. Cada dos horas de trabajo tómate la libertad de parar 10 minutos para tomar un café o simplemente alejarte del lugar de trabajo dando un paseo por los pasillos.

Piensa antes de actuar. Esta es la premisa más difícil de llevar a cabo. Para calmar nuestra impulsividad, debemos contar hasta 3 cada vez que debas decir una opinión o, en general, cualquier cosa que implique poder arrepentirse de un daño emocional, la respiración profunda ayuda a niveles los niveles de excitación en situaciones como discusiones, estrés o ansiedad.

Es importante que la persona con TDAH realice actividad física de forma regular. Existen estudios que nos indican que la actividad física (cardiovascular) ayuda al manejo de la ansiedad lo cual nos dará una mejor disposición al manejo de la frustración y control de impulsos.

IMPORTANCIA DE LA MEDICACIÓN EN EL TRATAMIENTO DEL TDAH

Existen una serie de mitos acerca del empleo de fármacos en el tratamiento del TDAH, sobre todo en niños pequeños.

Es un mito la idea de que la medicación es adictiva o puede predisponer a adicciones en la edad adulta. Muchos padres se muestran reticentes ante la idea de medicar a sus hijos. No obstante,

estudios recientes parecen confirmar que un tratamiento farmacológico administrado a tiempo disminuye la probabilidad de futuros problemas con las drogas.

Numerosos estudios han comparado diferentes modalidades de tratamiento y demuestran rotundamente que la medicación es el tratamiento singular con mejores resultados, recordemos que todas las medicinas pasen por un proceso de investigación el cual certifica sus resultados.

Las medicaciones que más se prescriben para mejorar los síntomas de la hiperactividad son estimulantes cerebrales, cuyo objetivo es mejorar el funcionamiento de las áreas del cerebro que regulan la concentración y la regulación de respuestas impulsivas que muchas veces afectan a las relaciones interpersonales.

BIBLIOGRAFÍA

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ORJALES, I. (2006). Déficit de Atención con Hiperactividad: Manual para Padres y Educadores. 12ma ed. Madrid: CEPE, S.L.

MENA, B.; NICOLAU, R. y cols. (2006). El Alumno con TDAH: Guía Práctica para Educadores. 2da ed. Madrid: Mayo Ediciones.

HAUSNER, L. y SCHLOSBERG, J. (2000) Enseña a tu Hijo a Concentrarse. Barcelona: Oniro.