Don Jaime desde muy joven se incorporó al mundo laboral. Trabajó con mucho tesón para que no le faltara nada a su familia. Su mayor ilusión fue, ver a su hijo convertido en un hombre útil para la sociedad, Para ello, dedicó toda su vida y gran parte de su dinero. A los pocos años de estar jubilado, falleció su esposa, y años después, este señor se encontraba muy abatido, sin fuerzas, sin esperanza, lleno de recuerdos, sólo y al amparo de sus vecinos.

Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera . Cierto día y por primera vez en su vida… decidió pedirle un favor a su hijo. Para ello, llamó a la puerta de la casa donde vivía su hijo.-¡Hola papá!-¡Qué milagro que vienes a visitarnos!-Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, y además estoy muy cansado y sin fuerzas.

Pues a nosotros nos da mucha alegría que vengas a vernos, ya sabes que ésta es tu casa.Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo. Don Jaime le pregunta a su hijo:¿ No te molestaría que me quedara a vivir con vosotros?¿Quedarte a vivir aquí?, sí… claro... pero no se si te encontrarías a gusto.Tú sabes, que cada uno de nosotros tenemos nuestra habitación, mi esposa es muy especial... y luego los niños...

Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá una mano.- No padre no es eso, sólo que... no se dónde podrías dormir. -No puedo sacar a nadie de su cuarto, el día de mañana… mis hijos nunca me lo perdonarían.¡ Si tú quieres! y espero que no te moleste, puedes dormir en el garaje...-¿Dormir en el garaje?... - Está bien.

El hijo de Don Jaime, llamó a su hijo Alberto de 15 años:- Dime papá.-Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros.Tráele lo necesario para vivir aquí. Sí, papá... ¿y dónde va a vivir? En el cuarto del garaje, no quiere que nos incomodemos por su culpa.Alberto subió a por lo que había dicho su papá, cuando estaba rebobinando lo que había gravado una de las cámaras interiores de su casa, llega su padre y le pregunta…¿Qué haces Alberto?

Moraleja.- El que en vida reparte entre los hijos toda su hacienda. Se queda sin hijos y sin hacienda.

Estoy guardando lo que ha gravado la cámara de video, ¿ Y para qué quieres, lo gravado? Para cuando tú seas mayor y vayas a vivir a mi casa. Hacer contigo …lo mismo que tú has hecho con tu padre.

Fuentes:Texto y fotografías .- JearsilMúsica Rudy Ventura

Diseño .- Jearsil

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