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El buque Night Marguerite Duras Traducción: Silvio Mattoni El texto de El buque Night, film realizado en 1978 por Marguerite Duras, con los intérpretes Bulle Ogier, Dominique Sanda y Mathieu Carrière, fue publicado por primera vez en el nº 29 de la revista Minuit, en mayo de 1978. No hay nada que agregar a lo que la misma Marguerite Duras dice sobre la génesis del libro y a lo que ella llama "el fracaso del film" en el prefacio del volumen reproducido parcialmente más adelante. Salvo que El buque Night fue también llevado a escena por Claude Régy en el teatro Edouard VII en marzo de 1979, fecha del estreno del film. En seguida fue publicado ese mismo año con otros cinco textos: Cesárea, Las manos negativas, Aurelia Steiner de Melbourne, Aurelia Steiner de Vancouver, Aurelia Steiner, en un volumen del Mercure de France reeditado en la colección "Folio" en 1989. Sólo se ofrecen aquí los tres primeros de esos textos, vinculados por la imagen en la medida en que Cesárea yLas manos negativas son dos cortometrajes realizados a partir de sobrantes del film El buque Night; vinculados sobre todo por la idea, tan presente en Duras desde sus primeros escritos, de que en la pasión, en el deseo hay algo primitivo e irreductible al pensamiento discursivo, algo del orden del grito, que su escritura siempre procuró alcanzar. -¿Has visto esas manos? -Las vi, nunca las he olvidado. Hace mucho tiempo. No están lejos de Altamira. Son azules. Pero de un azul grisáceo, casi como el Océano. -Lo perturbador en el film es que a la vez es un film sobre París y sobre esa primitiva caverna prehistórica. Es las dos cosas. -Sí. Porque creo que todavía está todo allí, como lo estuvo siempre, desde siempre. Que se circunscribe de manera diferente, pero que la Edad Media, por ejemplo, está todavía allí, en París. Lo mismo que la sexualidad de la gente, tanto la de los monstruos como la de las personas normales, no se ha movido, todavía está allí, intacta. Está allí como antes, como lo estaba hace milenios. Y creo que esas personas, esos negros, reclaman tanto

Duras, Marguerite - El Buque Night

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Texto de la escritora y cineasta Marguerite Duras. Traductor: Silvio Mattoni. (Derechos de traducción)

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  • El buque Night

    Marguerite Duras

    Traduccin: Silvio Mattoni

    El texto de El buque Night, film realizado en 1978 por Marguerite Duras, con los intrpretes Bulle Ogier, Dominique Sanda y Mathieu Carrire, fue publicado por primera vez en el n 29 de la revista Minuit, en mayo de 1978. No hay nada que agregar a lo que la misma Marguerite Duras dice sobre la gnesis del libro y a lo que ella llama "el fracaso del film" en el prefacio del volumen reproducido parcialmente ms adelante. Salvo que El buque Night fue tambin llevado a escena por Claude Rgy en el teatro Edouard VII en marzo de 1979, fecha del estreno del film. En seguida fue publicado ese mismo ao con otros cinco textos: Cesrea, Las manos negativas, Aurelia Steiner de Melbourne, Aurelia Steiner de Vancouver, Aurelia Steiner, en un volumen del Mercure de France reeditado en la coleccin "Folio" en 1989. Slo se ofrecen aqu los tres primeros de esos textos, vinculados por la imagen en la medida en que Cesrea yLas manos negativas son dos cortometrajes realizados a partir de sobrantes del film El buque Night; vinculados sobre todo por la idea, tan presente en Duras desde sus primeros escritos, de que en la pasin, en el deseo hay algo primitivo e irreductible al pensamiento discursivo, algo del orden del grito, que su escritura siempre procur alcanzar.

    -Has visto esas manos? -Las vi, nunca las he olvidado. Hace mucho tiempo. No estn lejos de Altamira. Son azules. Pero de un azul grisceo, casi como el Ocano. -Lo perturbador en el film es que a la vez es un film sobre Pars y sobre esa primitiva caverna prehistrica. Es las dos cosas. -S. Porque creo que todava est todo all, como lo estuvo siempre, desde siempre. Que se circunscribe de manera diferente, pero que la Edad Media, por ejemplo, est todava all, en Pars. Lo mismo que la sexualidad de la gente, tanto la de los monstruos como la de las personas normales, no se ha movido, todava est all, intacta. Est all como antes, como lo estaba hace milenios. Y creo que esas personas, esos negros, reclaman tanto

  • como en el comienzo del mundo ser amados, ser reconocidos como seres vivos. Es en ese estadio donde lo que llamo el amor se expresa con una mirada, con una palabra, quiz tambin con una cmara. Creo que ese grito, ese grito de deseo es el mismo, es el mismo que se haba proferido ante Dios.

    Entrevista con Dominique Noguez, 1984.

    La historia que relata El buque Night me fue contada en diciembre del '77 por quien la haba vivido, J. M., el joven de los Gobelins. Yo conoca a J. M. y conoca la historia. ramos unas diez personas quienes conocamos su existencia. Pero J. M. y yo nunca habamos hablado. Un da, al cabo de tres aos -yo haba hablado con una amiga de J. M. que deca que ya haba olvidado algunas cosas-, tuve miedo de que la historia se perdiera. Le hice pedir a J. M. que la grabara y l acept. Salvo algunas fechas y el entrevero de nombres del Pre-Lachaise que l nunca haba logrado aclarar, se acordaba. Todo estaba an all. Esto era tres aos despus del final de la historia, el matrimonio de F.

    Al orlo contar, comprend que J. M. indudablemente haba deseado siempre confrontar esa historia con un oyente pero que siempre haba temido -llegado el momento- que no le creyeran "si deca todo". Y que lejos de sentirse importunado, estaba feliz de hablar de ello.

    Fue a partir de esa grabacin que escrib El buque Night -en dos tiempos entonces, con seis meses de intervalo. El primer estado del texto data de febrero del '78, apareci en la revista Minuit. El segundo estado del texto es el editado aqu, que es definitivo y data del rodaje, julio del '78.

    Le di el primer estado del texto a J. M. Lo ley. Dijo que "todo era cierto, pero que l no reconoca nada". Le pregunt si poda publicarlo y tal vez luego, ms adelante, hacer una pelcula. Me dijo que le gustara. Aquel da ya no hablamos de la historia. A decir verdad, nunca ms lo hicimos. Tras haber ledo ese devenir -escrito por otro- de su propia aventura, J. M. permaneci silencioso pero como si a cada instante hubiera estado a punto de hablar. Creo que deba descubrir que otros relatos de su historia habran sido posibles -que l haba callado porque no saba que eran posibles como eran posibles para cualquier historia. Creo tambin que la suya lo haba

  • llevado tan lejos que l haba olvidado su amplitud, su banalidad. Unos das despus de la lectura del texto, J. M. me habl por telfono, me dijo que haba vuelto a sentir un deseo tan fuerte por F. -tras la lectura de la historia escrita- que quera saber si ella todava viva y me peda que pusiera su nombre con todas las letras -en lugar de sus iniciales- en la revista Minuit. Esto a fin de que F. comprendiera que l la llamaba. Le dije que las iniciales me parecan suficientes debido a que F. saba su nombre. Lo acept.

    Ms tarde, durante la semana siguiente al estreno del film, le habl por telfono a J. M. Me dijo que haba recibido llamados de telfono sin nadie del otro lado de la lnea salvo esa innegable presencia que respiraba y que l saba que era ella. Porque era ya su manera caracterstica durante su historia de hacerle saber que lo amaba siempre y tan fuertemente que a l le pareca morir.

    F. moribunda viva pues todava a comienzos del ao 1979. No volv a ver a J. M. desde entonces.

    No distribu el texto de El buque Night entre quienes lo dijeron en la pelcula. Slo hay guiones delante de las frases para indicar que el hablante deba sin duda cambiar en tal o cual momento del relato. Asimismo, no indiqu la entrada de los planos ni describ su contenido.

    Pienso que tom esas precauciones para intentar borrar las huellas del film a fin de evitar que el lector pase por l a expensas de su propia lectura.

    Creo ahora -sin duda siempre lo cre- pero cmo, en qu ocupar la vida? -que tal vez no vala la pena hacer la pelcula. Creo que la pelcula era sin duda un exceso, demasiado, por lo tanto no necesaria, por lo tanto intil. Que era en suma el matrimonio del deseo en los lugares mismos de la noche pero de la noche disipada, reemplazada por el da. Creo que no haca falta prender la luz en la habitacin de los amantes. Tras la escritura del texto todo llegaba demasiado tarde, todo, porque el acontecimiento ya haba tenido lugar, justamente la escritura. Porque la escritura, ya sea escrita o leda, es en este caso idntica, es igualmente el reparto de la historia general. Yo tena derecho a tener mi parte en esta historia, que es de todos, puesto que es as como yo, al escribirla, la comparto con los dems. Pero tal vez yo no tena derecho en este caso -en este caso creo en el mal, en el diablo, en la moral- una vez pasada la escritura, una vez penetrada y vuelta a cerrar esa noche comn del abismo, a hacer como si fuera posible volver a ver eso por segunda vez. A hacer pasar el abismo,

  • esa primera edad de los hombres, de los animales, de los locos, del barro, por el espantajo de la luz, aunque fuese la de una identidad incluso incontrolable, incluso accidental.

    Era inevitable escribir el Night -una lo sabe- s, era ms fuerte que una misma. Pero era evitable filmarlo -eso una tambin lo sabe- y no me librar de ello: era evitable hacer una pelcula con esa oscuridad. Pero en qu ocupar el tiempo?

    La persona que se revela en el abismo no se vale de identidad alguna. No se vale sino de eso, de ser semejante. Semejante a aquel que le responder. A todos. Es una limpieza fabulosa que se opera desde que nos atrevemos a hablar, ms bien desde que llegamos a hacerlo. Porque desde que llamamos nos volvemos, somos ya semejantes. A quin? A qu? A eso de lo cual no sabemos nada. Y convirtindonos en persona semejante abandonamos el desierto, la sociedad. Escribir es no ser nadie (personne). "Muerto", deca Thomas Mann. Cuando escribimos, cuando llamamos, ya somos semejantes. Intntenlo. Intenten cuando estn solos en su habitacin, libres, sin ningn control del exterior, llamar o responder por encima del abismo. Mezclarse al vrtigo, a la inmensa marea de los llamados. No sabemos gritar ese primer grito, esa primera palabra. Tanto como llamar a Dios. Es imposible. Y se hace.

    Tuve la suerte de haber escapado con el primer desglose que hice del film. En la fecha del estreno, escrib para la prensa el relato de ese fracaso. Lo ofrezco aqu como testimonio y tambin porque ya veo all, aunque velada, la prohibicin que me planteo, el film:

    "Empec el rodaje de El buque Night el lunes 31 de julio de 1978. Haba hecho un desglose. Durante el lunes y el martes siguiente, 1 de agosto, rod los planos previstos en el desglose. El martes a la tarde vi las pruebas de rodaje del lunes. Aquel da escrib en mi agenda: film fracasado.

    "Durante una tarde y una noche, abandon el film, el Night. Me mantuve fuera de l, lejos, tan separada de l como si nunca hubiera existido. Eso no me haba pasado nunca: no ver ms nada, no entrever ya la menor posibilidad de un film, de una sola imagen de pelcula. Me haba equivocado completamente. El desglose era falso. Ms que eso: haba sido ajena al film: el desglose no exista.

    "Les dije a mis amigos: "Vean, me pas esto." Mis amigos me dijeron que era normal, que dado lo que yo intentaba hacer con el cine se lo esperaban. Se habl muy poco. Ellos tambin haban visto las pruebas de rodaje y

  • todos estbamos de acuerdo. Se habl de tomar una decisin, prevenir a la produccin, al equipo, a los actores, de que todo se detena.

    "Benot Jacquot me dijo que esperara hasta la maana siguiente para decidir definitivamente la suspensin del film. Que dejara pasar la noche. Estuve de acuerdo.

    "No creo haber esperado lo que fuera de esa noche que llegaba, del sueo. Esperar algo todava me hubiese perturbado. Estaba feliz as, inmersa de pronto en una esterilidad sin lmites, suerte de extensin sin accidente alguno, ni sufrimiento, ni deseo. En fin presente ante m misma en esa confirmacin de un fracaso confeso, sin ningn recurso. Era luminoso. Haba terminado.

    "Cine, terminado. Iba a volver a empezar a escribir libros, iba a regresar al pas natal, a esa labor aterradora que haba abandonado haca diez aos. A la espera, yo estaba bien. Feliz. Haba ganado ese fracaso, haba ganado. La felicidad deba provenir de eso, de haber ganado. Descansaba de una victoria, la de finalmente haber alcanzado la imposibilidad de filmar. Nunca estuve tan segura de un triunfo como lo estuve de ese fracaso aquella noche.

    "Aado que no me importaba el punto de vista financiero. Me permita perder un film, me daba igual.

    "Me dorm. Y luego, como de costumbre, tuve ese insomnio -depresivo, digamos- antes del alba. Y durante ese insomnio vi el desastre del film. Vi entonces el film.

    "Por la maana, nos volvimos a encontrar y les dije a mis amigos que bamos a abandonar el desglose y a rodar el desastre del film. Que durante la jornada, se filmaran el decorado y el maquillaje de los actores. Lo hicimos. Poco a poco, el film sali de la muerte. Lo hice.

    "Vi, cada da ms, que era posible. Encontr el material con que recubrir la pantalla mientras se fuera deslizando el sonido, la historia. Descubr que era posible llegar a un film derivado del Night, que atestiguara mejor an la historia (pero hasta un punto incalculable) de lo que lo hubiese hecho el as llamado film del Night que haba buscado durante meses. Se puso la cmara al revs y se film lo que apareca adentro, la noche, el aire, proyectores, rutas, rostros tambin."

    Los relatos diferidos de El buque Night sobre Grecia tienen relacin con episodios de la amistad que nos une a Benot Jacquot y a m. Es cierto que

  • yo haba ido al Parthenon y al Museo de la Ciudad de esa manera. Y es cierto tambin que slo a l se lo haba contado en seguida. Y tambin que en seguida l fue all estrictamente de la misma manera. Es nuestra manera propia de reencontrarnos a travs del tiempo.

    Cesrea y Las manos negativas fueron escritos a partir de planos no utilizados de El buque Night. Y luego hechos con esos planos. (...)

    EL BUQUE NIGHT

    - Le he dicho que era preciso verlo. Que hacia el medioda el silencio que hay en Atenas es tal... con el calor aumentando... La ciudad se vaca a la hora de la siesta, cerrada como la noche... ... que haba que asistir al crecimiento del silencio...

    Me acuerdo, le dije: poco a poco uno se pregunta lo que ocurre, esa desaparicin del sonido con la subida del sol...

    Entonces llega el miedo. No a la noche, sino como un miedo a la noche en la claridad. El silencio de la noche a pleno sol. El sol en el cenit y el silencio de la noche. El silencio en el centro del cielo y el silencio de la noche.

    Cuando los dems llegaron, casi a las dos de la tarde, volvimos a bajar hacia la ciudad, Atenas, y luego nada ms pas. Nada. Nada ms que siempre, en todas partes, esa carencia de amar.

    - En el Museo cvico de Atenas, la tarde del da siguiente...

    - Ah, s... es cierto... lo haba olvidado... mire lo que son las cosas... ... y luego le haba hablado de la otra historia, de las otras personas...

    - Es sbado. A la noche. En primavera. Es casi el comienzo del verano. En el mes de junio. El hombre de la historia trabaja. Cubre el horario nocturno de un centro de telecomunicaciones. Se aburre. Pars vaca. La primavera. Un sbado. Tiene veinticinco aos. Solo.

  • Tiene algunos nmeros de conexin con el abismo telefnico. Los marca. Dos nmeros. Tres nmeros.

    - Y luego ya est. Aqu est ella.

    Estamos en 1973. En aquella poca de su vida llevaba un diario y dice que anot muchas cosas. Pero que despus no. Dej de hacerlo. Dej de hacerlo poco despus de que ella comenzara la historia, la historia de amor.

    Historia sin imgenes. Historia de imgenes negras.

    Entonces, empieza ella.

    Ella le habla por telfono al mismo tiempo que l en el espacio y en el tiempo. Se hablan. Hablan.

    - Se describen. Ella dice que es una joven de pelo negro. Largo.

    - l dice que tambin es joven, rubio, con ojos muy azules, alto, casi delgado, hermoso.

    - Ella le cuenta lo que hace. Primero le dice que trabaja en una fbrica. Otra vez le dice que regresa de China. Le cuenta un viaje a China.

    - Y en otra ocasin le dice que estudia medicina, con el propsito de incorporarse a los Mdicos sin Fronteras.

    - Pareciera que ella se atuvo en adelante a esta versin. Que ya no cambi nada. Que nunca hubiese dicho otra cosa que esto: que terminaba su carrera de medicina, que era residente de un hospital de Pars.

    - l dice que ella habla muy bien. Con facilidad. Que no es posible evitar escucharla. Creerle.

    - Le da su nmero de telfono. Ella no le da el suyo.

  • - No, ella no.

    - Pasa un mes. Durante esos das ella se nombra. Le dice a l un nombre de pila para llamarla que empieza con la letra F.

    - l dice que ella tiene una voz que da gusto or.

    Dice: bastante fascinante.

    - Se hablan. Incansablemente. Hablan.

    - Sin fin se describen. Uno a la otra. La otra al uno. Nombrando el color de ojos. La textura de la piel. La suavidad del pecho que tiene en la mano. La suavidad de esa mano. En ese mismo momento en que ella habla, la mira. Me miro con tus ojos.

    - l dice que ve. Se describe a su vez. Dice que sigue a su propia mano sobre su propio cuerpo. Dice: es la primera vez. Dice el placer de estar solo que eso procura. Apoya el telfono en su corazn. Lo escucha ella?

    - Ella escucha.

    - l dice que todo su cuerpo palpita al unsono con su voz.

    - Ella dice que lo sabe. Que lo ve. Lo escucha, con los ojos cerrados.

    - l dice: era un extrao para m mismo y lo ignoraba.

    - Ella dice que antes de l no haba podido ser deseable con un deseo de s misma que ella misma pudiera compartir. Y que eso da miedo.

    - Ocurri la historia?

    - Alguien dice que la vivi en realidad, s.

  • Y luego ha sido relatada por otros. Y luego ha sido redactada. Escrita.

    - Ella habla de noche.

    S, con la noche, habla.

    - Cuando llega la noche, llega ella. "Soy yo F., tengo miedo."

    - Las conversaciones se vuelven muy largas. Noches.

    - Terminan durando hasta el otro da. Duran ocho horas. Diez horas seguidas.

    - l sigue sin saber su nombre, ni su direccin, ni su nmero de telfono.

    - Slo sabe ese nombre de pila con el que ella misma se nombra cuando l descuelga el telfono: "Soy yo F., tengo miedo."

    - l est a su disposicin. Espera las llamadas por telfono. No tiene ningn medio para encontrarla. Ninguna indicacin sobre el lugar donde ella est.

    - l no exige tenerlos. Durante meses.

    - Cierta vez ella le dar algunos datos.

    - Cierta vez ella le informa: el lugar es Neuilly. El sitio donde est ella es se, Neuilly. Un hotel particular. Entre el Sena y el Bosque.

    - Neuilly: Neuilly sin fin en torno a ella...

    - En torno a la imagen negra...

    - Neuilly sin fin en torno a ella.

  • - En torno a la imagen negra...

    - Durante noches y noches viven con el telfono descolgado. Duermen contra el tubo. Hablan o se callan. Gozan uno del otro.

    - Es un orgasmo negro. Sin un tocar recproco. Ni rostro. Los ojos cerrados. Tu voz, sola. El texto de las voces dice los ojos cerrados.

    - Ninguna imagen en el texto del deseo?

    - Cul?

    - No veo cul.

    - Entonces no hay nada para ver.

    - Nada. Ninguna imagen. El buque Night est frente a la noche de los tiempos.

    - Ciego, avanza. Sobre el mar de tinta negra.

    - El buque Night acaba de entrar en su historia.

    - Ella es la primera que quiere verlo, encontrarlo. Le da dos clases de citas. Las que son canceladas. Las que ella no cancela. l va a todas las citas. Siempre hay circunstancias imprevistas que impiden el encuentro.

    - l no se sorprende de las dificultades para encontrarla. Cree que es posible, siempre.

    - Cree lo que ella dice. Le cree.

    - Muy pronto, l no puede hacer nada para desviar la historia. Es F. quien maneja la historia. Se le resiste. Evita las imprudencias.

    - Quien poco a poco los hace acostumbrarse a los dos. Ella no sabe nada. Inventa. La primera que se vuelve loca.

  • - Pasan meses.

    Un ao.

    - Tres aos.

    - La historia se llena de cavernas, se profundiza. Mientras ms crece su decorado, ms se oscurece.

    - Un da ella le dice: est enferma. Leucmica. Condenada a muerte. Mantenida con vida a fuerza de tratamientos, de dinero, desde hace diez aos, desde los diecisis aos. Tiene ahora veintisis aos.

    - En torno a ella, el Sena sucio.

    - Y ese Bosque. Ese decorado triste Herido a su vez De muerte.

    - Durante un perodo ella rehsa verlo. Rechaza esa idea. Dice que no se encontrarn nunca. Que nunca se vern.

    - Ella dice que lo ama con locura. Que est loca de amor por l. Que est dispuesta a dejarlo todo por l. Por amor a ti, dejara mi familia, la casa de Neuilly. Pero no es necesario por eso que nos veamos. Podra dejarlo todo por ti sin reunirme por eso contigo. Dejarlo por tu causa, por ti, y justamente no alcanzar nada. Inventar esa fidelidad a nuestro amor. (Texto dicho.)

    Ella dice que lo ama con locura. Que est loca de amor por l. Que est dispuesta a dejarlo todo por l. Por amor hacia l, dejara a su familia, la casa de Neuilly. Pero que no es necesario por eso que se vean. Ella podra dejarlo todo por l sin por eso reunirse. Dejarlo a causa de l, por l, y justamente no alcanzar nada. Inventar esa fidelidad a su historia. (Texto ledo en un cuadro negro.)

  • - El territorio de Pars a la noche, insmnico, es el mar sobre el que pasa el Night. Ese film. Esa deriva que se llam as: el buque Night.

    Nada en el da se ve de la noche de ese paso. Nada en el da.

    Los movimientos del buque Night deberan mostrar otros movimientos que se produciran en otro parte y que seran de naturaleza diferente.

    Los movimientos del buque Night deberan mostrar movimientos del deseo.

    - l insiste. Quiere ver. Porque la idea de ver da cada vez ms miedo, l quiere ver. Una manera de liquidar la historia, de ponerle fin.

    - Los dos saben que la distancia ya no es mensurable en adelante entre aquella que grita a la noche, fundida en la generalidad del deseo, desfigurada por el abismo, y aquella - quin sera? - que l no reconocera al verla, que no reconocera ms que con los ojos cerrados en la oscuridad del mundo.

    - l no promete cerrar los ojos cuando ella se acerque, aparezca decorosa cubierta con un Chanel blanco en la esquina de una calle de Neuilly. No, l no prometi no mirar.

    - Ella cede. Se combina una cita.

    - Estamos en Pars en julio de 1973.

    - Ese da hace un intenso calor.

    La cita debera tener lugar en un caf de la plaza de la Bastilla a las tres de la tarde.

    - l la espera, dice que durante una hora y media. Sin duda que ms.

    Ella no viene.

  • A la noche, llama por telfono. Ella le dice que fue a la cita. Que lo vio.

    - Que tena puesta una camisa liviana de verano. Le dice el color. La transparencia. Ella le dice que no pudo detenerse.

    - l no vio pasar a nadie delante suyo que se pareciera a su imagen negra, descripta por ella el primer da.

    Ella pas delante suyo en auto. Detrs la segua el chofer de su padre, por orden de su padre. Es lo que ella dir. Que haba obtenido de su padre permiso para verlo con la condicin de no detenerse.

    - El chofer le haba confesado que haba recibido la orden de informar sobre su obediencia. Por lo tanto, ella no hubiera podido detenerse sin comprometer al chofer. Lo entiende l?

    - Lo entiende.

    - Desde entonces, ella no puede ya olvidar al hombre que vio, que esperaba a esa mujer, a ella. Ese cuerpo percibido a travs de la transparencia de la camisa, al pasar, esa huella negra de las tetillas en el pecho delgado la colma de locura.

    Ella pues en adelante lo ha visto. Durante unos segundos. Pero la imagen est all para siempre. No hablo de tu rostro, sino de tu cuerpo.

    - Puede pensarse que aquel da de tanto calor ella no pudiese bajar del auto y caminar hacia l a causa de la leucemia. O bien que fuera desde una ambulancia alquilada para eso - para verte - desde donde habra percibido a quien la esperaba.

    Despus de la cita de la plaza de la Bastilla ella entra en un deseo constante, cada noche.

    Cada noche ella reclama morir. Pide morir.

  • - Las personas que gritan a la noche en el abismo siempre proponen citas. Citas a las que nunca siguen encuentros. Basta que se propongan.

    - Es el llamado lanzado en el abismo, el grito, lo que desencadena el goce.

    - Es el otro grito. La respuesta. - Alguien grita. Alguien responde que ha escuchado el grito, que le responde. Esa respuesta desencadena la agona.

    - Usted deca que se acordaba de ese hombre que allaba al amanecer.

    - S. Llamaba. Deca que era el Gato. Soy el Gato... Entienden? El Gato llama... Aqu el Gato...

    - El tono mandaba.

    - Ordenaba, s. Al mismo tiempo suplicaba.

    - Deca que el Gato buscaba a alguien. Que el Gato quera gozar. Que haba que responderle.

    - Respondi un hombre. La voz era muy suave, tierna. Dijo que escuchaba al Gato. Que le responda para decirle eso, que lo escuchaba.

    - l le deca que fuera. Que gozara. Ven. Goza.

    - S.

    La voz del Gato se calm entre sollozos. Fue en Pars en invierno, cerca de las cuatro, en plena noche.

    - Otra vez. Una vez ms le da otra informacin: ella tiene dos madres. Es bastarda. Su madre oficial no es su verdadera madre.

    - Su verdadera madre es una antigua sirvienta del hotel de Neuilly. Ahora se ha retirado. Vive en los suburbios.

    - Ella es vigilada.

  • En su entorno se inquietan por esas llamadas de telfono tan largas, a la noche, porque la cansan mucho. El padre da rdenes para que los perjuicios de la historia sobre la salud de F. se limiten a esas llamadas de telfono.

    - Para que no pase nada ms. Nada fuera de esas llamadas de telfono.

    - El chofer del padre es el primero que le avisa sobre esa vigilancia. Tambin ese chofer quiere su bien, su supervivencia, como todo el mundo en torno a ella.

    - Un da. Un da la casa de Neuilly se aleja. l cree que le mienten. Ya no cree en que se muera all. Si todava ve esa casa de Neuilly, esa deriva detenida entre los setos, ya no ve que se muera all. Ya no la ve contener esa leyenda de la nica heredera de nombre desconocido, leucmica y bastarda. La de su deseo.

    - Duda brutalmente de uno de los trminos dados por F., la enfermedad. Le dice que eso es demasiado. Habla de estratagema. Le dice que ella miente. Que en eso miente.

    - Entonces ella le habla de una prueba irrefutable de leucemia. Los cabellos rubios que ella tiene muy largos, muy hermosos, una masa enorme, sorprendente, sobre la que duerme. Si l pudiera verlos.

    - Ella se sorprende. Cmo ignora l una cosa tan comn, tan conocida?... que la leucemia hace que el pelo sea muy largo, muy hermoso, incomparablemente rubio?

    - l le recuerda que la primera noche ella se describi morocha.

    Ella le dice que entendi mal.

    l no resiste.

    - Las fechas se confunden. El diario ya no es llevado tan regularmente. La cronologa ya no es segura.

    - Slo queda un recuerdo global del acontecimiento. Tan completo que cada noche manifiesta la totalidad del deseo.

  • - Las paredes caen entre los das.

    - Ella dice que sufre. Fsicamente. Muy fuerte. Cada vez ms fuerte. Que est muy dbil. Cada vez ms dbil. Tan dbil que se cae con frecuencia. Y que se lastima y que tiene todo el cuerpo marcado por las marcas y las heridas de sus cadas.

    - Y que su goce se mezcla con ese dolor.

    - Ella dice: la enfermedad se agrava, aumenta. Dice que sigue yendo a trabajar al hospital parisino donde hace sus aos de residencia. Pero que est cada vez ms frecuentemente en la cama, bajo perfusin. Que slo vive de esas perfusiones, de esas transfusiones. Y que luego, a veces, de pronto renace, revive.

    - Esa oscilacin entre la vida y al muerte. Desaparece Se muere Se calla Y luego vuelve a la vida l dice que empieza a amarla.

    - Sucede que en la casa de Neuilly tienen miedo. l recibe llamados de telfono de la mujer del padre, la madre ilegtima, que sabe el nmero de telfono del joven de los Gobelins. l nunca sabr si fue F. quien le dio ese nmero o si le fue robado mientras dorma. La madre ilegtima le suplica que deje a F. tranquila. Que esas noches con el telfono agotan a su hija, la matan. Que en ello va la vida de esa hija.

    - l pregunta: cmo, de qu manera podra dejarla tranquila? l no tiene ningn medio de llamarla, no sabe su direccin, ni su nombre, ni su nmero de telfono. La madre ilegtima le dice que el medio consistira en negarse a responderle.

    - l lo hace. Corta la comunicacin apenas reconoce su voz.

    - Ella llama otra vez. Disfraza su voz. l la reconoce.

  • Entonces de nuevo l no se le resiste. Le responde.

    - Un da, una mujer viene a su casa para traerle un paquete de parte de F. Dice que es la costurera de la casa de Neuilly. Tal vez la mujer del chofer.

    - El paquete contiene dos fotografas. Es una mujer joven. Tiene el pelo rubio, muy largo, muy hermoso. Es bastante alta. Delgada. l dice: tiene un rostro banal.

    - Ella est fotografiada en un parque. Un csped entre rboles y setos.

    - El paquete contiene tambin un pauelo bordado con sus iniciales y una suma de dinero en efectivo.

    - La historia se detiene con las fotografas.

    - Solo, a la noche, con esas fotografas irreconocibles. Encerrado con ellas. Desesperado.

    - El buque Night est detenido en el mar. Ya no tiene una ruta posible. No hay ms itinerario.

    - El deseo ha muerto, matado por una imagen.

    - l ya no puede responder al telfono. Tiene miedo. A partir de las fotografas l ya no reconocera su voz. Quin es tan imprevisible? Quin? Es demasiado tarde para que ella tenga un rostro. Es preciso que le devuelva esas fotografas. Rpido. No sabe cmo devolverlas. Ni a quin. Luego se acuerda.

    - Se acuerda. La costurera que vino a traerle el paquete le dijo que estaba en relacin con la verdadera madre de F. Le dijo que las dos vivan en el mismo edificio barato en los alrededores de Pars.

  • - La costurera le dio su propio nmero de telfono por orden de F. La seorita me dijo que le diera mi nmero de telfono, aqu est, uno nunca sabe.

    - Una barrera ha sido cruzada. La verdadera madre habla por telfono. "Qu puedo hacer por usted?" l le dice quiero devolver las fotografas. Ella no pregunta qu fotografas. Dice que est de acuerdo. Se combina la cita. l ir a su casa.

    - Es un edificio barato por el lado de Vincennes. Departamento comprado por el padre como recompensa por la hija. Ella abre la puerta.

    - Sesenta aos. El aspecto de una empleada domstica. Lo dice l, que tiene el aspecto de una empleada domstica. Sola en el segundo piso. Vista hacia el suburbio Este. Vincennes-Saint-Mand. El exilio.

    - El departamento es de estilo obrero. Muebles y revestimiento tipo europeos hechos en serie. Falsa piel sobre la cama. Limpieza inmaculada del vaco.

    - Rostro liso, mirada ausente. Ella agarra las fotografas sin una palabra. l no le pregunta quin es esa mujer en el parque. Joven. Rubia. Ella no lo dice. No le pregunta por qu las devuelve.

    l le pide que le hable de F.

    Ella dice que tuvo a F. antes del matrimonio del padre con la otra mujer, la que lleva el nombre del padre. Que despus de ese matrimonio ella fue contratada como nodriza de la nia en la casa de Neuilly.

    - Luego, cuando la nia creci la conservaron como mucama. Siempre por bondad, dice ella, para no separarla de su hija, todo lo que ella tiene en el mundo.

    l nunca podr saber nada acerca de la relacin entre F. y su verdadera madre. Al parecer fue tarde, cuando ya era mayor, que F. supo que su verdadera madre era la que dorma en el subsuelo de la casa de Neuilly.

  • - Que la mujer amada por el padre, la nica, haba sido aqulla.

    - l volver a ver varias veces a la verdadera madre. Bajo las rdenes de su hija, ella volver a verlo para llevarle otros regalos, otras sumas de dinero.

    - Tambin la costurera, al igual que la verdadera madre, viene a verlo por orden de la joven seora de Neuilly. Vienen a traerle paquetes conteniendo el dinero y los regalos.

    - Es un encendedor de oro. Una billetera de cocodrilo. Pero eso no es lo esencial.

    - Lo esencial es el dinero.

    Ellas nunca vendrn a verlo sin una fuerte suma de dinero. l toma el dinero. Las sumas de dinero son para l considerables.

    - Ella habla de darle todo. De darle un auto, un departamento. Todo.

    - Ella no le dar ms fotografas, ya fueran de otras mujeres o de s misma. Entre ellos nunca se habl acerca de esas fotografas. Nunca hablarn entre ellos de las fotografas de esa joven en el parque. Ella nunca le habl de eso.

    - l dice: me olvid de las fotografas. Todo volvi a empezar como antes.

    - Para qu se da el dinero? Qu paga el dinero? La historia de amor tal vez? Algo es pagado en la historia. Hay pues un precio que pagar por algo en la historia.

    - l toma el dinero, por lo tanto confirma el pago.

    - Sin duda que el dinero cumplira en este caso, como siempre, como en todas partes, su funcin salarial.

    - Siempre entregado por las mismas manos. En este caso, las de la joven seora de Neuilly.

    Ella le paga por proporcionarle tanto deseo.

  • - Le he dicho que haba salido del hotel mucho antes que los dems, que haba llegado ah cerca de las once de la maana. Que estaba sola. Aparte de dos seoras de las embajadas de Francia en Amrica encontradas en el aeropuerto de Atenas, sola. Que me haba quedado ah hasta las dos de la tarde. Usted tambin fue all de esa manera, no?

    - S.

    - Le he dicho que haba que ver. Ver.

    Que cerca del medioda el silencio que se hace en Atenas es tal... con el calor aumentando... La ciudad se vaca a la hora de la siesta, cerrada como la noche...

    Le habl de espanto. Le dije: poco a poco uno se pregunta qu pasa... esa desaparicin del sonido con la subida del sol... Entonces aparece el miedo. No a la noche, no, sino como un miedo a la noche en la claridad... el silencio de la noche a pleno sol... el sol en el cenit y el silencio de la noche... el miedo...

    Entonces la sombra se desliza y se amontona al pie de las columnas, se acumula, se endurece, y durante un momento la cosa no tiene sombra alguna. Como inaparente, entiende?

    Desaparecida... El silencio es tal que recuerda el campo. Un valle tranquilo. ... a tal punto que un enjambre de mariposas se confundi. Atraves el silencio, el abismo de la ciudad. Lleg a la colina. Atraves el templo. Vena de las colinas del tica.

    Eran blancas.

    En ese momento vi. Mientras las mariposas cruzaban, vi... el templo no es blanco sino de mrmol azul.

    Y luego la sombra que regresa.

    Implanta el templo de nuevo del lado inverso al de su desaparicin. Primero es como una lnea negra. Y luego como un trazo.

  • Se siente menos miedo. El relieve se ve de nuevo. Poco a poco la planicie completa a lo largo del templo se recubri de negro.

    Cuando los dems llegaron cerca de las dos de la tarde visitaron el templo. Despus bajamos juntos hacia la ciudad. Atenas.

    Y luego nada ms pas. Nada ms. Nada. Excepto siempre, por todas partes, esos gritos. Esa misma carencia de amar.

    - En el Museo cvico de Atenas la tarde del da siguiente...

    - Ah, s, es cierto... lo haba olvidado... mire lo que son las cosas... y luego se dio que era el mismo da... le habl de la otra historia... la de las otras personas... (En el film El buque Night esta parte del texto fue dejada de lado. Se conserv un fragmento al comienzo del film.)

    - Al principio l no ve nada en comn entre F. y su madre. Luego de repente, cuando la madre le habla por telfono para anunciarle que ira a llevarle un regalo, advierte que sus voces son parecidas. Las inflexiones de sus voces. Cuando ella le habla por telfono, se confunde. A menudo.

    - La que habla por telfono es la verdadera madre. l no puede encontrarla ms que a travs de la costurera, la mujer del chofer.

    - l le pide varias veces que le d el nmero de telfono de su hija. Ella no se niega.

    - Le da en cada ocasin un nmero de telfono. En cada ocasin le dice que es el verdadero, el correcto. l llama. Atienden en un cine.

    - Ella le propone citas. Le propone diez citas. l va a todas las citas.

    - Las citas son siempre en lugares pblicos, vastos para perderse. El Bosque. La plaza de la Repblica. La plaza de la Bastilla. Les Champs-lyses. Los Grandes Boulevares. En horas de intenso trfico. De noche. De da.

  • - A cualquier hora de la noche o del da.

    - l cree que ella no es responsable de su imposibilidad de acudir.

    - Que es presa de antagonismos ms fuertes que ella misma y que en su propio ponerse a disposicin de esos antagonismos est su fuerza. Que su abandono a esas fuerzas brutales la muestra a ella.

    - l siempre cree posible que ella acuda. Como ella misma lo cree posible, hasta el ltimo minuto. l dice: y luego, sin duda, ella no logra salir de eso. Esa espesura. Ese Bosque.

    - Ella le habla del padre. Ella le habla del dinero. A menudo. El padre. Temible y venerado. Venerado por todos. Temido por todos. Situacin considerable. Director de un importante organismo econmico del Estado. Consejero financiero privado del presidente de la Repblica francesa. l es el proveedor de dinero. El dinero parece sin fondo. Risible.

    - Una propiedad sobre el lago Majeur.

    - Otra en Sainte-Marie de Provence.

    - Otra en Bornes-les-Mimosas.

    - Y esa casa en Neuilly.

    - La nica heredera, F., la hija condenada a muerte.

    - El padre. El padre nunca habla por telfono. Amenaza por medio de las mujeres de la casa de Neuilly. Es preciso que la historia no se extienda ms all de las llamadas por telfono.

    - Cree que la historia ser menos nefasta para la salud de F. si sta no es visible. Ese aplazamiento del padre hacia su hija muestra al padre. Su invalidez esencial en cuanto al deseo.

    - Una vez, mientras ella le habla de da, l oye que alguien dice un nombre

  • en la casa y que ella responde. Es la madre ilegtima que llama a su hija. As se entera l de su nombre de bautismo y de estado civil.

    - Ella no lo desmiente. Desde entonces, l la llamar por ese nombre.

    - El apellido del padre, su apellido, ella le dice que tiene que descubrirlo l. Que hay distintos tipos de bsqueda. Las bsquedas secundarias. Y la bsqueda principal.

    - La bsqueda principal debera tener lugar en el cementerio de Pre-Lachaise.

    Ella le dice cmo, cmo llegar al sitio de la bsqueda principal. Es all, en una esquina del templo de la muerte. El lugar no es muy visitado. Las piedras son verdes. Monumentales. Desenterradas. La mayora ilegibles.

    - Se trata de una basura de mariscales del Imperio ennoblecidos en los grandes lugares de la muerte de comienzos del siglo XIX, duques de Dalmacia y de Austerlitz, de Francia y de Waterloo, un linaje crapuloso de financistas turbios, una gentuza emigrada a Neuilly por miedo a la Comuna, y el frrago de sus mujeres e hijos.

    - Entre esa basura es donde hay que buscar. El nombre de su madre tambin figura ah. En tanto que desciende de los grandes jefes militares del ejrcito napolenico y de los financistas del reino, ella tambin est dentro de ese cambalache.

    - Pero tambin en ese mismo cambalache, junto con ella, es donde se encuentra el apellido de su abuelo paterno. Por lo tanto, el apellido de su padre. Por lo tanto, el suyo.

    - Ella no explica por qu, incluso antes de su nacimiento, los apellidos de su padre y de su madre se encuentran ya unidos en las piedras sepulcrales del Pre-Lachaise. Desavenencias sin duda corregidas luego por esos casamientos? No se sabe.

    - La explicacin se ha perdido.

    - l no va al Pre-Lachaise.

  • - Ella cree que s, que ha hecho las indagaciones que ella le indic. Durante un tiempo ella cree que l sabe quin es ella a partir de su apellido. Que con ese apellido l podr encontrar la casa de Neuilly.

    - l no le dice que no ha ido al Pre-Lachaise.

    - Ya le cont dnde estaba ella, entre dos salas, las ltimas de ese inmenso Museo de la Ciudad, justo antes de la sala de las carcazas de caballos de cobre que se encontraron en 1960 en el puerto del Pireo. Creo que me afect tanto por la herida del rostro. Esa herida contrastaba con la mirada... ntegra, usted sabe... ya no s muy bien...

    La mir por mucho tiempo.

    No la vio usted en el museo?

    - No.

    - Su nombre est escrito.

    - Atenea.

    - S, as es...

    Debe tener la parte izquierda del rostro como desgarrada por una reja de arado, por el hierro, pero sus ojos estn intactos... unas almendras blancas sin ningn relieve...

    No existe alguna reproduccin?

    - No, ninguna.

    - La cabeza es muy pequea, cabra en la mano. Le dije que como una cabeza de nio. Est sobre una columna baja, perdida entre las grandes estelas, el frrago de las ltimas salas. Vea, es posible que considerndola de poco valor, justamente a causa de esa herida, las autoridades del Museo la hayan almacenado en los depsitos del subsuelo. Pero lo que me sorprende es que eso haya pasado entre mi visita y la suya, es decir, durante el mismo da...

    - Por qu no?

  • - Es cierto... Por qu no...

    - La herida del rostro es terrible. Debe influir mucho en la profundidad de la mirada.

    - Esa mirada es para usted...

    - S, as es, es una mirada que nos mira... hacia quien mira pero tambin a travs de l... y an mucho ms all... ms all del fin, hacia esas lejanas... sabe... no es posible... no sabemos qu nombres darles... son comunes a toda la historia...

    - Veo sin ver.

    - S, eso es.

    - Al da siguiente, dejamos Atenas, y despus no pas nada ms. Nada ms. Excepto siempre, en todas partes, esos gritos. Esa misma carencia de amar.

    - En Pars. En Pars, el amor siempre. De noche. Sin salida. El goce entre sollozos. Entre ellos, ese muro infranqueable, ciego.

    - A veces no pueden estar uno sin el otro. Se hablan por telfono de noche, de da.

    - A veces ya no pueden soportarse. Discuten. Gritan. Se separan.

    - Y un da, estallan los celos. Imprevisibles. Terribles.

    - Ella quiere ser la preferida a todas. La nica.

  • - Disfraza su voz, habla por telfono de parte de otras mujeres.

    - l la reconoce siempre.

    - Ella lo hace seguir. O lo sigue ella misma. Nunca se sabr.

    - l nunca entendi cmo haba sido posible. Cmo haba sucedido.

    - Al anochecer, ella le habla por telfono, le dice la hora a la que sali de su trabajo, los lugares adonde fue, las calles que recorri en bicicleta antes de entrar a su casa. Todos sus trayectos.

    - l no quiere mirar detrs suyo. Sabe. Sabe que est bajo vigilancia en todo momento.

    - l no procura saber quin est all, detrs suyo. Ella lo provoca con el juego de la muerte. l se presta a ese juego como nunca lo hubiese podido prever. Ambos lo saben: si l se da vuelta y ve quin es, la historia muerte fulminada.

    - l sabe que es ella. Los detalles dichos por telfono al anochecer no pueden engaarlo. "Y cuando doblaste por la calle Val-de-Grce se despej y miraste hacia el cielo..."

    - l llega a su casa. Se introduce en el pasillo del edificio. Sabe: ella est all, lo mira desaparecer. l no se da vuelta. Espera, enloquecido de deseo hasta las lgrimas.

    - Durante ese perodo, l descubre la potencia fenomenal de la soledad, la violencia no dirigida del deseo.

    - Entonces l rechaza la historia mortal para permanecer en la del abismo general.

    - Ahora dice que nunca vio a alguien que lo siguiera.

    - Dice tambin que una vez observ un auto con chofer parado en los alrededores del lugar de su trabajo. Vaco.

  • - Una vez, mientras ella le habla a la noche en el silencio de Neuilly, escucha una voz de hombre que le pregunta a la seora "si puede levantar la mesa". Ella no minti sobre la riqueza, hay un mayordomo en la casa de Neuilly.

    - El viaje a Sane-et-Loire. l le haba dicho que haba nacido all. Ella va, viaja por la regin hasta que encuentra la casa. La encuentra. Se la describe perfectamente a la vuelta. Encuentra tambin el departamento de su madre en una ciudad cercana. Le habla por telfono, le dice que ella est loca de amor por l, su hijo.

    - Acaso l sabe si ella todava est viva? - El dice que no, nada. -Puede saberlo? - Podra hablarle por telfono a la costurera, la otra mujer del edificio barato. Pero no puede hacerlo ahora. Ya no tiene su nmero de telfono. No se acuerda de su nombre. No puede solicitar la informacin.

    - Segn l, est muerta?

    - l dice: tal vez, que no sabe, ni idea... Pero... sin duda... s... ella estaba tan enferma al final.

    - Al final?

    - S, cuando todo termin.

    - Varias veces ella haba tomado la decisin de no llamarlo ms. Lo hizo una vez ms.

    - Lo hizo una vez.

    Si ella est muerta, su tumba est en el Pre-Lachaise. En ese caso se podra averiguar, por lo reciente del relieve de la losa sepulcral y de la tierra removida, se podra averiguar si es ella.

    - En ese caso, el apellido que estuviera seguido por el nombre conocido ltimamente sera el suyo.

    - l dice: Yo estaba loco. Estbamos locos.

  • - Por qu estaba loco: de deseo por ella?

    - l dice que no sabe exactamente por qu estaba loco. Que no poda estar loco por ella, de deseo por ella. Cmo hubiera sido posible?

    - Por la imagen?

    - Por el mismo deseo?

    - Responde que no sabe.

    - Ella existi?

    - Quin? Quin no habra existido? l dice: S, ella exista. En todos los casos. Ella exista. Quienquiera que haya sido, quienquiera que tal vez pueda ser ahora, ella exista. Existe.

    - De donde viniera, aunque se hubiera servido de alguna coartada, ella exista. Existe. Incluso si era esa mujer de sesenta aos del edificio barato de Vincennes, ella existira. l dice que la pregunta no tiene objeto.

    - Tres aos.

    - El nmero de horas hablando por telfono: meses.

    - Hay perodos, a veces de un mes, durante los cuales ella no da signos de vida. Tal vez estara demasiado enferma durante esos perodos como para hacerlo.

    - Y luego vuelve a llamar.

    El orgasmo comn es rido. Inmenso Desnudo Incomparable.

  • - Una noche, l le pregunta: ella tuvo amantes antes de l? Algn hombre se le acerc? l solo tiene de ella el olor de los billetes tocados por sus manos.

    - Ella le dice que s. Tuvo un amante. Un cura que encontr en un tren. Ella lo volvi loco de amor. Y despus lo dej. Ella revela todos los detalles. Grita los detalles.

    - Su goce llega hasta el alarido. Ella grita contndole el suplicio del cura loco de amor al que haba dejado. l grita que quiere saber ms.

    - Al amanecer se encuentran en camas separadas. Lloran.

    - En los ltimos tiempos, ella est casi siempre acostada, moribunda. Todo el tiempo est bajo perfusin. A veces llega a desmayarse hablando por telfono.

    - l lo sabe por su voz. Distingue sus voces de sus voces. Su voz acostada. Su voz moribunda. Su voz cautiva o infantil.

    - Su voz cuando habla del padre adorado. Su voz de saln, su voz mentirosa.

    - Su voz desnaturalizada, destimbrada por el deseo.

    - Su voz espantada. Ella ya no puede mentirle.

    - Una vez ms. Ella le da una indicacin acerca de la casa de Neuilly. En ese momento construyen una fuente en el parque. Entre el seto y el csped. Un da entero l recorre las calles de Neuilly en bicicleta. Todo un da. No busca la fuente en el parque, sino algo ms. Un detalle imprevisto pero probatorio. El color de una pared. De una reja.

    - Una disposicin determinada de las ventanas de las habitaciones. Una determinada luz velada por encima de todo. Un signo del cielo.

    - No encuentra nada. Dice que no recorri todas las calles de Neuilly.

  • - Al da siguiente vuelve a empezar. Ella lo deja que busque. No le da ninguna indicacin suplementaria.

    - Excepto una, sin embargo, la tarde de aquel da, que su habitacin es visible desde la calle, que las ventanas nunca estn cerradas, que su cama est as abierta a todas las miradas.

    - l dice ahora que hubiese podido encontrar la casa de Neuilly si hubiera querido ver.

    - Tena l una imagen de ella?

    - l dice que al comienzo s, haba tenido esa imagen negra, de mujer de cabellos negros. Y despus que a continuacin esa imagen habra sido reemplazada por la de las dos fotografas. Y despus que ms tarde, cuando las fotografas haban sido olvidadas, l habra recobrado la imagen negra descripta por ella.

    l dice que ahora ya no tiene ninguna imagen de ella.

    - l dice que minti?

    - No. Dice que confundi los momentos, los das, los lugares, que no tiene una cronologa - que no dispone en este caso de un pensamiento claro, que no sospecha para qu servira. Dice que ella, al igual que l, se habra confundido entre su propia imagen en el espejo y la del joven vislumbrado en la plaza de la Bastilla. Entre morir y vivir. Entre su cuerpo y el suyo, desconocido. Y lo desconocido del suyo y cualquier desconocido. Que ella, igual, al igual que l, no habra sabido si ella era la de la historia o la que miraba la historia desde afuera.

    - l dice que ella tal vez era ese chico joven que durante las noches en que ella deca sentirse tan mal pasaba bajo su ventana y la miraba morir.

    - Ese joven errante de Neuilly que pasaba a la noche y la miraba morir.

  • - Una vez, ella permanece varios das sin hablar por telfono. Cuando vuelve a hablar le anuncia la noticia.

    - Le dice que est cada vez ms enferma. Y que va a morir.

    Le anuncia su matrimonio.

    - Su marido es el cirujano que la trata desde hace diez aos. l lo recuerda? El que la conoca desde siempre, el que la vio nacer? El que siempre la cuid, la protegi?

    - Poco despus hablan por telfono. Un hombre. Dice que es el futuro marido. Exigen que terminen sus relaciones. Le confirma la muerte prxima.

    - Pronuncia por primera vez la palabra locura.

    - Por primera vez se pronuncia la palabra: locura.

    - Ella habla por telfono una ltima vez.

    - Le dice la fecha del matrimonio. No el lugar.

    - Le dice que slo sinti amor por l, su nico amante.

    Lamenta tener que morir.

    - El matrimonio tuvo lugar un da de verano, en 1975. l no est en Pars.

    - Usted haba hablado tambin del mar.

    - Ah, s, tal vez... Las ratas reventadas a lo largo de los muelles de Tesalnica... el olor del ans, el del ouzo... el olor del vaso tambin... el borde del mar.

    - Usted haba hablado tambin de un film.

    - S... el film... el film no se rod... Hubiera habido gente aqu. Los hubiramos visto aqu sumidos en una reflexin comn muy absorbente...

  • - Y que de pronto se habra detenido... o que habra sido detenida por la muerte por ejemplo...

    - As es, s... o por una duda de pronto... de orden general.

    Margarite Duras

    Traduccin: Silvio Mattoni

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