Ecumenismo, tolerancia y paz social

Rev. Dr. Vitalino Similox Salazar

Guatemala, Junio 2 de 2011

III CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICA LATINA

ROMPIENDO CON EL NEOLIBERALISMO HACIA LA

CONSOLIDACIÓN DE UN NUEVO MODELO

�El llamado a que la religión,

desarrolle un papel

democratizador, fomentando la

tolerancia, el respeto y el

pluralismo, en un país dividido,

fragmentado, violentado y

sectorizado, es una exigencia

justa y necesaria.

�En medio de ésta ola imparable e

incontrolable de violencia, en una

coyuntura electoral, es

comprensible la exigencia que la

religión aliente la generación de

transformaciones.

�Estamos en un cambio de época,

no solamente una época de

cambios, que invariablemente

tiene implicaciones para el

quehacer religioso, ecuménico y

social en nuestro país.

I. DEFINIENDO CONCEPTOS�

� Las

religiones son prácticas

y

representacio

nes socio-

religiosas que

se plasman

en

instituciones.

� Las

espiritualidadesson las maneras

de vivir, de

sentir, de

expresar la fe en

la relación con

Dios, con el

prójimo y con la

naturaleza.

� El

ecumenismoes la “casa de

todos/as”, del

encuentro, de

la interacción

en actitud

constante de

tolerancia,

respeto y paz.

II. EL CAMINO RECORRIDO

Los noventas marcan un nuevo momento en

la historia de Guatemala.

Se impusieron las políticas neoliberales y la

globalización/

En todo el mundo los pobres aumentaron/

Amplios sectores experimentaron una crisis de

sentido de sus proyectos de vida/

Crecieron las iglesias pentecostales y

neopentecostales/

La Teología de la Liberación entró en crisis, la

Renovación Carismática creció/

� Las religiones no son estáticas,

cambian en la medida en que

personas y grupos sociales son

afectados por las dinámicas

políticas, económicas, sociales,

medio-ambientales, entre otras.

Desde la perspectiva sociorreligiosa�

� A los actores sociales que intervienen en contextos de conflictos sociales, políticos, se les define como conectores y son los que inciden a través de alianzas y redes, a construir procesos de paz.

� Se define como divisores, a los actores que en lugar de contribuir a la transformación de conflictos, dividen y acentúan las situaciones locales, regionales o nacionales respecto a las violencias y conflictos.

�Desde esta perspectiva

advertimos que en Guatemala las

religiones han desempeñado

históricamente funciones sociales

de divisoras y conectoras.

Algunas prácticas conectoras de las iglesias

en la historia reciente en Guatemala:

1. La solidaridad para con la población más vulnerable.

2. El compromiso por el desarrollo sostenible y el medio ambiente.

3. La opción por la justicia y la vida con dignidad.

4. La apertura a procesos políticos, económicos y sociales.

5. La mediación en conflictos de orden micro y macro social.

6. El respeto, apoyo y empoderamiento de las mujeres y los grupos mayoritarios.

Algunas prácticas divisoras de las iglesias

en la historia reciente en Guatemala:

1. Celos y competencias al interior de las iglesias.

2. Proselitismo y oportunismo, afán de buscar miembros en medio de la crisis.

3. Legitimación de la violencia, de los actores que generan diferentes formas de violencias.

4. La apertura a procesos políticos, económicos y sociales.

5. Fundamentalismos religiosos.

III. RELIGIÓN, TOLERANCIA Y PAZ SOCIAL = IMPLICACIONES.

� La sociedad del siglo XXI

será multicultural.

� Multiculturalidad significa coexistencia de distintas culturas en el mismo ambiente.

� Chocan, en proporción antes inédita, los estilos de vida, los credos religiosos, las ideologías, los intereses, los derechos, las expectativas.

En esas condiciones, la sostenibilidad social depende del arte de convivir con las diferencias.

Ante un cuadro tal��El primer imperativo a atender es

el aprendizaje del realismo.

�La convivencia plural en la iglesia y en la sociedad se vuelve ilusoria sin un mínimo de tolerancia.

�El estado moderno es tolerante.

CONCLUSIONES:

� La religión adquiere una función paradigmática. Al buscar conjugar la variedad y la unidad se vuelve ejemplo de lo que debe ocurrir también en la esfera política y social.

� Las religiones deben unir esfuerzos para apoyar a hombres y mujeres creyentes o no, que estén dispuestos a dejar un mundo mejor para las siguientes generaciones.

� Es primordial la concreción de iniciativas en defensa de la vida reflejadas en Políticas Públicas.

� La sociedad está cansada de discursos y homilías de buena voluntad y espera acciones, sobre todo, testimonios.

� Las comunidades confesionales y de espiritualidades, como actores sociales, pueden proponer alternativas para el cuidado de la vida, la tolerancia y la paz social.

Gracias por su atención.