edita: COFRADÍA MARINERA DE VALLEKAS 3€3€

EDITORIALA quienes propusieron la idea de hacer este Tebeo-Comic, difundieron la misma, a l@s creadores que la hicieron realidad, las artes gráficas,

distribución, etc. Gracias a tod@s.

Cuando en nuestros barrios, en nuestro barrio, no había aceras, ni calles asfaltadas; la lluvia en verano era una fiesta. El agua de las

tormentas creaba charcos y riachuelillos:

un auténtico festín para la imaginación infantil y adolescente. Las cáscaras de las pipas eran barcos y chapotear, nuestro Rock&Roll.

Antes de que naciera la Batalla Naval, los niñ@s de este planeta jugá-bamos con el agua, no igual pero de forma parecida. Porque el agua es

casi como la misma vida.

Ahora, cuando a mucha gente de este mundo parece que siempre le falta algo - la gran trampa del deseo, porque a quienes falta de verdad apenas les conocemos, y mucho menos qué necesitan- , acordaros de

que entonces echábamos pocas cosas de menos.

Porque esta fiesta ya es parte de nuestra memoria y lo será de nuestra prole, 30 años son nada. Nuestra mayor alegría es que la mayoría de l@s que participan en la Batalla Naval de Vallekas tienen menos de treinta años, recordadlo. Contadles nuestras batallas para llegar hasta aquí, hacedles cofrades y grumetes, pagad cuotas y/o colaborad. Ese será

nuestro éxito, vuestra pequeña victoria.

¡FELIZ 30 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL¡

¡HIP! ¡HIP! ¡HURRA!

Vallekas, Puerto de Mar en construcción…

COFRADÍA MARINERA DE VALLEKAS

2011

portada: azagra

2 editorial

3 índice

4 elvispérez, dominguet, el cosmonauta eléctrico y oscar alajarín

6 isa vázquez

8 olaf

11 javierre

23 texto: robertezdibujos: kalvellido, fracisco galisteo, robertez,

robert crunch y javierre

29 elvispérez, dominguet, el cosmonauta eléctrico y oscar alajarín

31 miguel heleyeti

36 carteles

37 texto: elisabeth lorenzidibujos: tina lorenzi y kalvellido

contaportada: tina lorenzi

Batallitas, BatallitasPor Robertez

Si tengo un “fotograma mental” de mi primera Batalla Naval, éste sería en el parque de Azorín, tirao en la hierba que da al Arroyo del Olivar, con el sol del atardecer de julio secándome, junto con algunos de los amigos del cole (el Carmaicol y Carlos “el chino”, su plas, el Fernandito Román, mi plas el Franchu..). Los mismos que pocos años después formaríamos la gran cuadrilla del rock, y con los que viviría mis primeros conciertos (los del Vallekas rock, los de Obús en la plaza vieja y Bellabestia en Entrevías, a parte de los míticos festis en el rockódromo, aunque eso es otra historia..)

Volviendo a mi prime-ra experiencia “naval”, recuerdo que antes habíamos estado en-cajando cubazos de agua a base de bien, y es que nosotros, profanos en el “arte de la contienda”, nos bajamos al Bulevar vallekano sin mucho armamento (la verdad es que ni puta idea de cómo nos enteramos del evento acuático, asina que nos baja-mos improvisando so-bre la marcha, sin te-ner muy claro el pastel con el que nos íbamos a encontrar)… y no se nos ocurrió otra cosa que petar una papele-ra (de esas que tenían un pastruz negro que servía de enganche a

la farola y con las que también nos hacíamos bolígrafos).Pero claro, una vez conseguido llenar de agua la papelera de marras, a ver quien tenía cojones a levantarla. Evidentemente, nos convertimos en un objetivo fácil, ya que no éramos más que cuatro niñatos incapa-ces de levantar un recipiente que pesaba casi como nosotros mismos. Y éle, a pillar cacho por todos los frentes, eso sí, con actitud y alegría. En el “Bule” no habría más de 100 personas. Andaríamos en el 83.

En los venideros “ochentas”, las siguientes batallas se sucedieron de forma más o menos intermitente (por mi parte, ya que no fui a todas) y con actos más o menos vandálicos (empezando por enchufar a cubazos a los autobuses, primero, y después, a los usuarios según salían del bus, continuando la “peripecia” en los taxis, y que alcanzaba su pun-to álgido poniendo a caldo a la peña que, con valentía, esperaba la cola del cine “Excelsiorl” –y digo “valentía” porque hay que tener valor a aguantar estoicamente en una cola en plena albufera un domingo a las 5 de la tarde en una época del año en el que el sol llega al cenit de su hijoputez apretando a 43ºC-). Actos en los que, por otra parte, no parti-cipé de forma activa. Porque ni puta gracia que me hacía. Otra cosa era hacerlo con los munipas…

De esa época, recuerdo un chascarrillo con un jincho. Andábamos en pleno apogeo naval situados, por capricho de la casualidad, en el se-máforo que hace semiesquina con Monte Igueldo, observando, calaos hasta la médula, cómo los viandantes del otro lado del Bulevar pillaban cacho a base de bien por los vecinos desde las ventanas, terrazas, azoteas... jejeje, cubazos de triple impacto: la hostia recibida porque te vengan en-cima 8 kilos de agua desde un quinto piso, la consiguiente empapada, y el evidente cabreo. Aunque hay que decir que gran parte de la peña se lo tomaba con alegría o, al menos, con filosofía. Al contrario que el noaino de de marras: El caso es que éste bajaba por el bulevar montao en su Derbi Variant, con un cigarro en la boca. Con porte, con seguridad, con más chulería que el subnormal del Arturo Fernández, pero en formato calorro. Total, que detiene el “motociclor” en el semáforo (manteniendo el rugir de su tuboscape trucao, por supuesto) y, en apenas un segundo, aparece un crío con un cubo playero hasta los bordes, y sin, cortarse un pelo, lo vacía en el careto del quetecuén. La postal es difícil de describir: el gitanazo que le pone la pata-cabra a la Variant, se levanta (a todo esto hay que decir que el cigarro aún empapao no lo soltó de la boca) dispuesto a liarse a hostias con el primero que se cruzase con su linda

mirada (que era como la del Señor Gregorio, que tenía un “ojo fijo, y otro giratorio”). Pero claro, el percal no estaba para tal gesta ya que a la que observó a los parroquianos con sus cubos repletos, dispuestos a emular al niño, se le cayó todo el costo, asina que, como compadreando, le pilló un cubo al primero que tenía a mano y tras derramarlo torpemente ha-cia ninguna parte, como “a lo loco” (el muy lebrel no se lo echó encima por tablas, lo cual sí que hubiese sido la risión), se peinó patrás con los dedos, se montó en la moto, y se fue de najas.

En los noventa, la cumbre del surrealismo se produjo hacia la primera mitad de una década cuanto menos, de contrastes.Sería el año 92, año de sequía tanto hidráulica como presupuestaria (era el año del “Expolio92” sevillano, las Olimpiadas y el mangoneo general que nos dejó más secos que la mojama). Pero como dice el refrán “los tiempos de crisis agudizan el ingenio”, a algún iluminado institucional no se le ocurrió otra cosa que hacer, en sustitución de la batalla naval, la “Fiesta de la Espuma”, instalando un pastruz gigantesco en forma de botella de cava, que eyaculaba espuma sin compasión. El dispositivo de marras, no era otra cosa que parte del atrezzo empleado tiempo atrás en el programa de Rafaela Carrá (el “Hola Rafaela!!”), la popular vedette italiana objeto del onanismo de muchos puretas en el ocaso ochentero.

Vete tú a saber, si en un ejercicio de altruismo extremo, tal engendro no fue donado personalmente por el mismísimo José Luis Moreno.En ésos tiempos no éramos ya ningunos chinorris. Sino unos chuzos sin parangón, que alternaban el “colocón brutal” con el “resacón mor-tal” como una forma de vida. El caso es que la peña de mi cuadrilla (el Pelos, el Protozoo, el Paco May etc..) y yo mismo nos vimos debajo del cañón emanador y, sin momento para reaccionar, acabamos cubiertos por la incesante marea de espuma letal. A los pocos segundos, nos que-damos ciegos y exentos de la orientación necesaria para ubicar nuestra huída, y eso se convirtió en una feria de pisotones, cabezazos y topeta-zos múltiples (también con los troncos de los árboles).Además del agobio añadido que supone quedarte sin respiración, lo que se tradujo en paranoia colectiva; por no hablar de la pérdida de gafas, gorros y sobre todo, chanclas (el Pelos perdió una suya, pero se encon-tró otra, mucho más guapa, de piel, pero también mucho más grande -unos 4 números más-). Vaya tela.Esta fue de algún modo, la “batalla Express”, ya que una vez salimos de la melé de peña y recuperamos la realidad, nos fuimos de litros & canutos a la Plaza Vieja.

Con el paso de los años, aunque haya perdido ése punto de “aventura exclusiva” de un@s poc@s y se haya “estandarizado”, la lucha de los colectivos implicaos ha conseguido que “La Batalla Naval” vallekana sea un clásico que no entiende de fronteras, razas ni condiciones, y aunque las últimas ediciones se parezcan cada vez más entre sí y no den lugar a muchas sorpresas, creo que ha mejorado notablemente. Esta es mi opinión, posiblemente afectada por mi puretismo infalible, en virtud del cual me chana ir a todos los sitios a “mesa puesta”. En todo caso, tengo la alegre sensación de que, cómo el Rock and Roll, la Ba-talla Naval nunca morirá.

Mariner@s!! Larga vida a la Batalla Naval !!

2011. Odisea en VallekasGalimatías ilustrado. En donde se cuentan algunas cosas del viaje que la Cofradía Marinera y sus colegas realizaron antes de la 30 Batalla Naval. Y un puzzlerompecabezas para despistados.

–Necesito que me prestes dos o tres Cíclopes- dijo Poseidón.

Mesándose las barbas, Zeus preguntó si eran dos o eran tres los Cíclopes que quería.

- Tres mejor, voy a ver a Cronos.

-Para preguntarle por la Cofradía y el Valle del Kas- añadió Zeus. A la vez indicaba en que punto de las aguas de Atlántida estaban los huma-nos. - ¿Y qué me dejarás a cambio?

-Te ofrezco a los Fenomenales: el Niño, la Niña, y a mi nueva criatura, Manzanares: Guardián de la Gran Fosa que inspira o espira por placer y ya me ha traído esta estupenda colección de cruceros, portaviones, pe-troleros y malvados pescadores que aquí ves- dijo Poseidón, mostrando el botín en sus manos.

–Vale. Con ese nuevo capricho tuyo será suficiente. Manzanares, me has dicho que se llama, ¿verdad?- Zeus silbó y al instante tres Cíclopes aparecieron: Benôit, R6 y Hubble. Los tres continuaron camino junto a Poseidón, ascendiendo en busca de su padre. Mientras, su hermano quedaba recostado sobre una hermosa nube.

Abajo, en la Océana Atlántida, allí donde Zeus señaló, una cuadrilla bogaba firme a barlovento. Se encontraban justo a dos tercios de su objetivo cuando levantaron los remos. La cuadrilla, no cofradía como

pensaba Zeus, a quién Poseidón no quiso replicar para no cabrearle, era realmente una escuadra de la clase Formidable: veinticinco naves, un rombo de cinco niveles y cola irregular.

De pronto, ¡Uuuag! Mil doscientos cincuenta remos, cincuenta por nave, penetraron consonantes las aguas creando un torbellino que llegó hasta el confín de Manzanares que sesteaba sobre la sima abisal de Mique-lón. En su nube, un Zeus medio adormilado observaba por el rabillo de su ojo derecho. Cantando, las tripulaciones, contaban las batallas pasa-das Una, 2, 3,…, 27, 28, 29,se reían y volvían a empezar; 1, 2, 3,…, 27, 28, 29; 1, 2, 3,…, 27, 28, 29; cuando del Infinito, atravesando los cielos, llegó una melodía:

Era la clave de señales esperada y con ella en su poder comenzaba la tercera fase de su Odisea.

Lo que aconteció después apenas fueron segundos, pero fueron estela-res: Doscientos cincuenta remeros abandonaron sus naves abordando la escuadra restante ayudados de sus remos; cinco vacíos navíos que-daron al pairo.

-¡Desplegad mallas multidimensionales! ¡…27, 28, 29,…! ¡Cola integra-da!

Y en ese preciso instante, una sensación cristalina y relampagueante recorrió 1250 cuerpos desde sus pies a sus cabezas.

Arriba, muchísimo más arriba, muy cerca de Urano, Poseidón y los Cíclopes buscaban cuando, de entre polvos cenitales, Cro-nos salió a su paso.

-¿A qué vienes, hijo mío, con semejante escolta?-

-A que me cuentes de esa cuadrilla- respondió Poseidón.

“…Titotitotaaa-tati, titotitotaaa-tati, Titotitotaaa-tati,…”

-¿Ya no me tienes miedo, “tridente”?- dijo Cronos con sorna.

–Te lo tuve muchas veces, pero con los años aprendí.

-¡Ja, Ja, Ja, Ja, Ja! No sigas, que me harás llorar. La edad, el tiempo, chiquitín, tú que sabrás de eso. ¡Escucha, cara de trucha! debería con-tártelo tu madre, pero ya que te has molestado en verme,

escúchame con atención:…Titotitotaaa-tati, titotitotaaa-tati, Titotitotaaa-tati...

-¡Escuadra en punta de flecha! ¡Transformación 4D en Icosaedro Re-gular!

- ¡Giro axial invertido!

Las océanas aguas se tornaron más y más turbulentas. Manzanares, cabreado por el inoportuno despertar, había inspirado; pero para en-tonces, la cuadrilla ya se había transformado en cristal y, ahora sí, con-vertida en Cofradía, en un diamantino icosaedro, dio comienzo la genial maniobra:

-“¡Gusanos a Poniente! ¡Bucaneras, Corsarios, Piratas de toda latitud y altitud! ¡HIP, HIP! ¡HURRA! Vamos ya, 5D, y veamos al jeta del Manza-nares!”

“NO HABÍA UNA VEZ que El Caos y La Necesidad estaban engendrando a tu madre; Rhea se envolvía precipitando fuegos en sus entrañas, pero quedaron grietas cuando ya era casi sólida. Una de ellas…”

Y fueron al borde del gusano más gordo penetrando en aquel agujero negro subabisal. Manzanares el Juguetón, también conocido en las ma-res océanas como el niño de la diosa Cibeles, hijo de Poseidón, había caído en la celada. Al levantarse, había abierto la Puerta de los Infier-nos, una minúscula grieta en la cúspide de la sima de Miquelón: una Matriuska sin fin camino de la Eternidad. Le habían tomado las barbas unos mequetrefes, muchos, muchísimos, pero pequeñísimos meque-trefes.

Y Cronos siguió contado a Poseidón y los Ciclopes:

-¿Y qué más no saben, padre?-le preguntó el dios del mar.

Y en el centro del Infierno de Rea,l recogiendo todo el fuego eterno que pudieron y embriagándose de esencia nuclear, la Cofradía fue entrando en la 6, 7, 8 y…9 Dimensión. Allí, en Más Acá de la Luz, 1250 eligieron sin saberlo su Universal destino y pactaron con Hades que de vez en cuando compartieran alguna gamberrada en los Infiernos; su dios les dejó en los Campos Elíseos, donde esperabaHebe para servirles Ambrosía reserva del Más Allá. La Cofradía bebió, fumó, bailó y algún@s follaron y, ya satisfechos, tomaron el Original del número 30 y regresaron a puerto, su barrio, por otra antípoda grieta gusana de Rea.

…te trajo a este mundo. No hay nada como los polvos ga-lácticos, hijo. Tu Cofradía se dirige a Origen de tu mundo y familia. Esos deslenguados no saben que Hades les espera”

“Qué si alcanzan la tangente de ese negro vórtice, habrán dado luz a un nuevo mito: UVE. La V que brillara junto a vo-sotros en la constelación de Orión”.

“Sobre cómo consiguieron la K existen diferentes versiones. Tu madre dice, que se la regaló, borracho, Caos. Khaos, en nuestra arcaica lengua, en una noche de juerga con Hades e Uve, pero lo mismo es mentira y tan solo es una más de las vaciladas que pactaron con el cachondo de tu hermano”

Señoras, Señores, Reincidentes habituales, hemos llegado casi a puer-to. Esta historia tiene fin, otras tengo que cantar y contar, pero será en otra ocasión.

Ah, se me olvidaba decirles que Zeus se cabreó mucho con el tonto del Manzanares, y que Benôit, R6 y Hubble no paran de preguntarme qué pintan en esta historia y yo siempre les contesto que se vayan al guano. ¡Joder, qué Cíclopes más pesados !

…Titotitotaaa-tati, titotitotaaa-tati, Titotitotaaa-tati... Bitácora de vuelo VK999, aproximándome a Gaia. Antropoceno. Primavera de 2011. ¡Díganme!

Miguel Heleyeti

Ilustración 1 PUZZLE ROMPECABEZAS

¡30 años celebrando que Vallekas es Puerto de Mar! 30 chapuzones de agua y de gente. 30 Batallas Navales en las que Vallekas se ha mojado por cada causa real y utópica. Este cómic es el homenaje que nos nues-tros queridos dibujantes e historietistas rinden a la Utopía de las costas vallekanas. 30 años caben en una frase, pero qué difícil es resumir en una página tantos años de esta fiesta que está profundamente ligada a la propia historia del barrio.

¿Como y cuando nació esta fiesta? “Corría el mes de Julio de 1981 y el termómetro marcaba los 40 grados a la sombra a las cinco de la tarde cuando grupos de jóvenes que estábamos participando en las Fiestas del Carmen, empujados por el sofocante calor, empezamos a refrescar-nos primero y a empaparnos después con las bocas de riego del Bule-var. De este baño improvisado y de la vieja reivindicación del “PUERTO DE MAR PARA VALLEKAS” nació la Batalla Naval”

QUE SEAN OTROS 30 AÑOS Por Elisabeth Lorenzi

Era una época efervescente, donde la contracultura modelaba con nuevos trazos las referencias de los movimientos de la transición y de la identidad vallekana cincelada con décadas de luchas vecinales. Los contenidos de esas luchas (antimilitarismo, ecologismo, anti-autori-tarismo) se refrescaban cada año en las calles del Bulevar y los cubos de agua de los participantes

“En el año 1982 llevamos a cabo la inauguración de ese imaginario y deseado puerto de mar, a la cual acudimos más de 3000 vallekan@s. Fue la primera Batalla Naval, organizada por los colectivos, apoyada por la Junta Municipal y en la que se nombró al primer Presidente de la República de Vallecas.”

Desde entones hasta ahora, la fiesta se ha mantenido constante y fili-bustera en su forma y en su contenido, a la vez que se transformaba, adaptándose a los vientos de cambio que soplaban la velas del barrio. Durante los primeros 10 años, la fiesta crecía y se extendía de la mano de diferentes personas y colectivos del barrio que se encargaban de lle-varla a cabo. La Batalla Naval empezó siendo parte del programa de las fiestas del Carmen, pero a medida que la Junta de Distrito se asentaba en sus competencias, esta manifestación tan libre de alegría, juego y reapropiación de la calle sembraba cada vez más desconfianza. Este proceso toma su cariz definitivo cuando empieza el Partido Popular a mandar en la Junta de Vallekas. Llegaron las prohibiciones expresas, las trabas, y las difamaciones. Aunque nada de todo esto consiguió que se dejara de celebrar, el esfuerzo colectivo tenía que ser cada vez ma-yor.

Este pulso duró años, pero fue el acicate para que más de 36 organiza-ciones y colectivos de VK decidieran hacerse cargo de la organización de la fiesta. Y así, desafiando a la Junta, la celebraron los años 1998, 1999 y 2000, cada uno con más éxito que el anterior.

A partir del verano del año 2000, y viendo que la fiesta iba ganando en aceptación entre vecinos y los medios de comunicación, se le dio un impulso definitivo, creando un colectivo formado por l@s vallekan@s que quisieran colaborar en la misma. Nacía la Cofradía Marinera de Va-llecas. En su origen se reunieron unas 120 personas y decidieron cons-tituirse como asociación sociocultural, con los objetivos de fomentar y potenciar diversas actividades y fiestas del barrio (carnavales, Fiestas del Carmen. Día del Niño). Pero el objetivo principal era organizar de forma eficaz la Batalla Naval. Emplazaron a la Junta Municipal a que levantara la prohibición y lo consiguieron. Apostaron por ligar la fiesta a un nuevo espacio, la calle Payaso Fofó, manteniendo el original, El Bulevar, como punto de partida. Hoy en día la fiesta reúne alrededor de 10.000 bucaneros y filibusteras, de Vallekas y allende nuestras fronteras de asfalto. La fiesta es móvil, nace en el Bulevar, se desplaza por las calles, aumentando su caudal remojados por los cubazos que tiran los vecinos desde sus casas, y desemboca en payaso Fofó donde la Batalla Naval cumple todas las expectativas de agua, gente, disfraces, risas, caravanas y música.¡Nos vemos en la próxima Batalla Naval y brindaremos por QUE SEAN OTROS 30!