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El poder del Maestro Interior 1 www.lashungit.com Los descodificadores

El poder del maestro interiorLa búsqueda de la piedra filosofal

Los descodificadores

Tristán Llop y Kabaleb �1 © Nueva Vibración

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1. Introducción

Un amigo madrileño me confió una anécdota que consideré un tanto sobrenatural y que le aconteció antes de conocerme. Tras un sueño transformador y muy intenso, decidió salir en busca del mejor maestro del mundo, dispuesto a iniciar un aprendizaje con él. Para ello se desplazó a los lugares más emblemáticos del mundo en lo que se refiere al ocultismo. Pasó por la India, por Perú, por Cuba, por EEUU. En cada ciudad lo reenviaban hacia otra, convenciéndole que allí encontraría lo que buscaba. Finalmente acabó en México, donde le habían dicho que moraba un gran maestro. Lo visitó, conversó con él y le comentó que sus distintas fuentes lo definían como uno de los grandes maestros del mundo. Aquel hombre,

con semblante sereno y sonrisa bonachona, le contestó humildemente: si de verdad buscas un gran maestro, dirígete a España, allí lo encontrarás, en Barcelona, se llama Kabaleb y está desarrollando una obra que tardará muchos años en ser superada. Así que mi amigo volvió a casa y se puso en contacto con Kabaleb, con el que inició una larga amistad y al que adoptaría como su guía de aprendizaje.

El Poder del Maestro Interior está basado en el estudio y la interpretación de los Evangelios, ese manual de auto conocimiento que desde hace siglos está al alcance de nuestras manos, pero necesitamos ciertas claves para acceder a él y desvelar este maravilloso libro de instrucciones de la vida.

Kabaleb, uno de los mayores cabalistas y astrólogos del siglo XX, nos legó su Interpretación Esotérica de los Evangelios, en la que explica, de una forma detallada, las andanzas de ese Maestro universal llamado Jesús-Cristo. De todos los libros que escribió, éste es sin duda la joya de la corona.

Hemos cambiado el nombre que él le puso por El Poder del Maestro Interior, porque entendemos que refleja mucho mejor el espíritu de sus textos.

He retomado sus textos y los he complementado con ejemplos y explicaciones que tienen como finalidad acercarnos de una forma práctica y directa a las principales claves que marcan nuestra evolución día a día.

Para entender este libro de instrucciones de la vida es preciso conocer ciertos códigos que nos han sido legados desde el principio de los tiempos y que son el eje de esas enseñanzas llamadas Cábala (o Kabbalah) y Astrología Cabalística.

Lo primero es comprender que Jesús-Cristo es un personaje real y simbólico a la vez. Representa un arquetipo en nuestra psique, es nuestra capacidad de amar de forma desinteresada. Pero también fue un personaje real.

Así que no debemos tomar sus andanzas al pie de la letra. Por ejemplo, cuando nos dicen que echó a los mercaderes del templo a latigazos, no podemos imaginar a un




personaje que es puro amor, dando latigazos físicos. Se trata pues de un acto simbólico, que representa echar fuera los mercaderes que hay en nosotros, los que tratan de obtener provecho de cada uno de nuestros movimientos. Llega un momento, cuando ya hemos evolucionado un poco y dejamos que el amor penetre en nuestro corazón, que es preciso echarlos de forma vehemente, porque de lo contrario no se van.

Jesucristo vino a proponernos un cambio de actuación. En su época imperaba el "ojo por ojo" instituido por Jehová (el arquitecto de nuestro sistema solar). Jesús vino a preconizar la necesidad de pasar a la siguiente etapa, y cambiar el rigor en Amor; la intolerancia en Comprensión; lo obligatorio en voluntario.

En El Poder del Maestro Interior presentamos a Cristo como una fuerza que actúa en el interior del ser humano, que pretende derramar su sangre-conocimientos sobre el conjunto de las tendencias que conforman nuestra personalidad, hasta convertirnos en seres evolucionados.

Hemos tardado dos mil años en descifrar el mensaje del Maestro, pero en este tercer milenio ya estamos en buena disposición para el avance.

Para conseguir avanzar deberemos seguir lo que he acuñado como el CCA:

• Conocer

• Comprender

• Aplicar

Los dos primeros suelen ser los más concurridos, pero sin la Aplicación en la vida diaria no existe Evolución. Así que resulta más provechoso emprender un estudio y aplicar lo que extraemos de él día a día, que hartarnos a leer y estudiar sin que nos quede apenas tiempo para practicar.

Este curso se transmite por bloques y a través de cada uno de ellos desglosamos el itinerario que siguió el maestro Jesús en sus tres años de magisterio (de los 30 a los 33).

Incorporamos preguntas para que el lector pueda tomar consciencia de los temas tratados, aplicándolos en su propia existencia.

La vida es un viaje maravilloso y deberíamos poner en nuestras alforjas el suficiente conocimiento para asimilar cada una de las etapas y no tener que estar repitiendo paisajes. Visitas un lugar, lo conoces, lo comprendes y aplicas en tu vida lo aprendido en él. Así ya puedes emprender un nuevo viaje a otro lugar mágico.




2. La Cábala, Qabalá o Kabbalah

Desconocida del gran público la Cábala es una enseñanza que ha permanecido oculta y misteriosa para la conciencia colectiva.

Empieza a tenerse noticia escrita de la Cábala a partir del siglo XII. Esta enseñanza está compuesta por numerosos textos antiguos que tratan de definir el sentido simbólico de los pasajes proféticos de la Biblia y a través de ellos marcar una línea de evolución del ser humano.

Desde el principio de los tiempos, hemos buscado las claves para ser sabios y lograr que la vida nos resulte más sencilla y para ello nos hemos planteado dudas existenciales, que nos han llevado a bucear constantemente en el pasado, para acceder a fórmulas que nos permitan encarar con más garantías de éxito el futuro, buscando la experiencia de nuestros antecesores. Prueba de ello es un texto de 1330 que apunta: “nos incumbe explorarlo todo, en la medida que nuestra comprensión nos lo permita, y seguir para ello la vía en la que se enrolaron los que en nuestra generación y en las precedentes, desde hace centenares de años, se llaman cabalistas y dan el nombre de Cábala, a la ciencia del comportamiento humano, basada en los diez centros de la vida o sefirot.” (Meir Salomón Ibn Sahula, la Kabbale, ed.

Actualisée).

Los textos cabalísticos de siglos pasados mostraban la conveniencia de divulgar solo a un selectivo número de “iniciados” la enseñanza de las verdades filosóficas, en función de su capacidad de asimilación. En nuestros días la humanidad ha superado ya esas limitaciones a través de una mayor apertura y un mejor desarrollo del conocimiento y se considera que todo el mundo está capacitado y tiene derecho a recibir esa información.

La Cábala es un sistema experimentado de gran envergadura cuyo eje principal se llama: el Árbol de la Vida. Un sistema que debe transportar a todo ser humano que lo siga a definir una nueva personalidad, debido a que propone cambios de actitud que derivan en un mejor control y una mayor comprensión de los mecanismos que mueven nuestros actos. La Cábala nos conduce con paso firme hacia el futuro, pero con un fuerte anclaje en el pasado.

Estamos hablando, en cierto modo, de una tecnología de la conciencia que ha sido transmitida de forma fragmentada a través del tiempo y que ha sido objeto de codicia por la práctica totalidad de las instituciones humanas y de manera muy especial por las religiosas, pero que está por encima de cualquier tipo de posesión. La palabra Cábala (o Kabbalah) es una desviación de la palabra hebrea KBL (Kibel) que significa “recibirlo”. Describe la antigua tradición de recibir formación oral que ilustraba la figura del aprendiz y el maestro. La búsqueda de los misterios de la Cábala ha ayudado a la humanidad a avanzar. Grandes pensadores como Pitágoras, Demócrito, Platón, o más recientemente Einstein, han buscado profundizar en su estudio. Por ejemplo, la exploración en los enigmas de la personalidad humana a través de la numerología está fundamentada en los trabajos de Pitágoras.




La Cábala señala que los distintos aspectos que fraguan la personalidad de un ser humano, pueden ser representados en un esquema simbólico llamado El Árbol de la Vida o Árbol Cabalístico, uno de sus principales descodificadores.




3. El Árbol Cabalístico o Árbol de la Vida

El Árbol de la Vida representa un esquema evolutivo simbólico. Se trata de realizar un viaje en el que cada uno de los centros del Árbol representa una etapa del camino, que de algún modo estamos obligados a visitar si queremos conocer todas las posibilidades. Así cada centro de ese Árbol conecta con ciertos aspectos de nuestra personalidad.

Por ejemplo, el primero con la capacidad de tomar iniciativas; el 2º con entender el lenguaje simbólico; el 3º con la necesidad de establecer un espacio y un tiempo en cada proyecto; el 4º con nuestra capacidad de expansión; el 5º con la corrección de los




errores, el 6º activa nuestra conciencia, el 7º nos conecta con la belleza y la armonía; el 8º con la inteligencia y el sentido común; el 9º con la capacidad para imaginar y visualizar y el décimo es la plasmación de nuestros proyectos en la realidad.

Además, los centros del Árbol de la Vida siguen un orden determinado, que viene establecido por su propia numeración y resultará adecuado tratar de adquirir las actitudes correspondientes siguiendo esa misma disposición.

Como se puede ver en el gráfico anterior, a cada uno de los centros del árbol la tradición le ha asignado un nombre: Kether, Hochmah, Binah, Hesed, Gueburah, Tiphereth, Netzah, Hod, Yesod y Malkuth. Cada uno tiene unos atributos o pautas de comportamiento que definen, a groso modo, los puntos principales que el ser humano debería trabajar para conseguir equilibrio, armonía y finalmente felicidad.

Esas claves forman parte de nuestro acontecer en la tierra y sería preciso trabajarlas en un momento u otro si queremos ver realizado nuestro programa humano. Lo ideal sería poder llegar a ellas de forma global, ya que ese Árbol representa, de alguna manera, la integración de todas las experiencias que el ser humano necesita vivir.

Dicho de otro modo, la comprensión y asimilación del funcionamiento de cualquier empresa, proyecto, deseo o propósito de vida, sea personal o profesional, debería realizarse de una forma global, utilizando las actitudes que transmite el Árbol al completo, unidos todos sus centros.

Para facilitarnos la tarea, la estructura del Árbol permite un aprendizaje parcela a parcela y de ahí que el Árbol esté dividido en diez centros de desarrollo.




4. Los Sefirot

• Kether

El primer Séfira del Árbol de la Vida, Kether, es la fuente, el Padre de los nueve restantes. Es difícil de definir con palabras, está fuera de la experiencia humana, nuestra mente apenas alcanza a comprender su esencia. En este Centro hay puro ser. Es el manantial de donde proceden la voluntad y el poder creador.

En el Árbol Cabalístico o árbol de la vida, existen cuatro planos o mundos:

• Hochmah

Hochmah es el segundo Séfira del Árbol de la vida y el segundo Centro del Mundo de Emanaciones, pertenece a la columna de la Gracia. Si Kether-Voluntad era el Padre, Hochmah se identifica con el Hijo, es la primera manifestación visible del Padre, es su obra, el heredero de sus virtudes, el centro crístico por excelencia. De Hochmah proceden las energías que permiten a los enfermos sanar, es de alguna manera el botiquín del universo.

• Binah

Binah es el tercer Centro del Árbol de la vida y tercero también del Mundo de Emanaciones, se encuentra en la columna del Rigor. En Kether aparecía un designio en forma de luz, en Hochmah se interiorizaba transformándose en amor y ahora ese amor inunda la esfera de Binah. El papel de Binah consiste en asimilar la luz-amor y lograr con ella la construcción de un mundo donde sea posible una existencia física. Para ello debe ceder parte de esta luz, procediendo a un auto oscurecimiento, como lo hace la madre embarazada.

Emanaciones Fuego Kether Hesed Netzah

Creaciones Agua Hochmah Gueburah Hod

Formación Aire Binah Tiphereth Yesod

Acción Tierra Hesed Netzah Malkuth




• Hesed

Hesed es el cuarto Centro del Árbol de la vida, y 4º del Mundo de Emanaciones y primero del Mundo de Creaciones. Se sitúa en la columna de la derecha. Según la Tradición, toda fuerza activa necesita pasar por cuatro fases para desarrollarse: YOD-HE-VAV-HE (que detallamos en las páginas siguientes), siendo la primera la semilla, el impulso, la voluntad; la segunda, la tierra donde esta semilla debe germinar; la tercera el resultado de la acción de la primera sobre la segunda, o sea que la semilla florece; y la cuarta es el resultado final de este ciclo, es decir, el fruto. Pero éste contiene una nueva semilla y por lo tanto, será el inicio de otro ciclo.

• Gueburah

Gueburah es el segundo Centro del Mundo de Creaciones y el quinto del Árbol de la vida, pertenece a la columna de la izquierda. Hemos visto que Hesed constituye el Paraíso terrenal y que produce tal estado de felicidad que el hombre en este punto no siente la necesidad de adquirir experiencias en los mundos inferiores. Sin embargo, para avanzar en la obra divina, es preciso que superemos la sensación de plenitud que nos aporta este Séfira.

• Tiphereth

Tiphereth es la sexta estancia del Árbol Cabalístico o Árbol de la Vida, es el segundo Séfira de la columna central, la del equilibrio, después de Kether. Y es el tercer centro del Mundo de Creaciones. Tiphereth es el rostro visible de Kether, es su manifestación material, representada en el universo por el Sol. Tiphereth es un centro de armonía, todos los senderos conducen a él, y él conduce a los demás centros de vida.

• Netzah

Netzah es el séptimo Séfira del Árbol Cabalístico o árbol de la vida. Se sitúa debajo de Hesed-Paraíso en la columna de la derecha, la de la bondad, la gracia y la tolerancia. Sabemos que en Hesed se encuentra reflejada la Luz-Amor de Hochmah, y que Tiphereth es el rostro físico de Kether-Voluntad en la columna central, por lo tanto Netzah quedará impregnado de las virtudes inherentes a estos Séfiras por ser los que tiene más próximos en la escala superior. Es el 4º del Mundo de Creaciones y el 1º del Mundo de Formación.

A medida que descendemos por el Árbol Cabalístico, podemos comprobar cómo las fuerzas de sus centros se materializan de forma progresiva, tanto las positivas como las negativas. Hemos visto más arriba que el amor emanado de Hochmah es tan puro, que sus radiaciones son captadas con cierta dificultad y nos cuesta aprovecharlas. En Hesed




• Hod

Hod es el tercer Séfira de la columna de la izquierda y representa la búsqueda de la perfección a través de la verdad. Es, al mismo tiempo, el segundo del Mundo de Formación. De este centro recibimos toda la energía necesaria para impulsar nuestro cerebro a no contentarse sólo con los placeres que nos ofrece el Séfira anterior, Netzah.

• Yesod

Yesod es el Séfira número nueve del Árbol Cabalístico o árbol de la vida, es el tercero del Mundo de Formación. Es el centro encargado de cristalizar y objetivar los impulsos procedentes de los demás centros, convirtiéndolos en actos, proyectando la conciencia superior hacia abajo.

• Malkuth

Malkuth es el último Séfira, el décimo, del Árbol Cabalístico o Árbol de la Vida. Es el cuarto del Mundo de Formación y el primero del Mundo de Acción. En el Zodíaco, corresponde al Ascendente o Casa I. Este centro representa pues nuestra tierra humana, nuestro mundo físico.

Los nueve centros anteriores representan otros tantos grupos de facultades que debemos adquirir a lo largo de nuestro recorrido humano, vida tras vida. Malkuth será pues el resultado de nuestra actividad anterior.




5. El nombre divino, Jehová, Yod-He-Vav-He

Después de El Árbol de la Vida, el siguiente descodificador es el Tetragramaton. En la Biblia se dice que el Dios que protegía al pueblo elegido se llamaba Jehová. Jehová es uno de los nombres de Binah, el Séfira que preside en la formación del universo material. Es preciso que nos detengamos a estudiar ese nombre, porque representa un conjunto de fuerzas a través de las cuales se ha instituido y se instituye todo lo creado. Nos desvela una de las principales claves para comprender el desarrollo de nuestro universo, ya que nos marca los tiempos a los que está sujeto cualquier movimiento en la tierra.

El nombre de Jehová está compuesto de cuatro letras del código hebraico (con el que está escrita la

Biblia): el Yod, el He, el Vav y un 2º He. Cada una de esas letras representa una fuerza activa en un determinado periodo, tanto en lo que se refiere a la Creación como a nuestras vidas y asuntos en particular.

El Yod representa la semilla, la potencialidad que cada cosa debe tener si pretende ser portadora de algo. El Yod representa el Padre, el germen de todo, la simiente humana, el impulso fundamental, la Voluntad, el punto de arranque.

El He representa la tierra en la que el Yod ha de materializarse; es el período de formación interna, de gestación, de interiorización. El He representa la madre el medio material en el que la Obra se instituye, la fecundidad, la olla en la que va a hervir el caldo.

El Vav representa el hijo, el resultado de la acción del Yod sobre el He. Es el elemento activo y actuante: el que recoge la potencialidad del Yod y la convierte en actos. Si estuviéramos hablando de una planta, el Vav sería el periodo en el que florece, sale al exterior.

El 2º He es el resultado final de este ciclo de actividad: es el fruto que da el hijo, cuya actividad modifica las condiciones en que se encontraban las cosas en el estadio Yod, de modo que ese 2º He se convierte automáticamente en el Yod de un nuevo ciclo de creaciones que se desarrolla ya a un nivel inferior. Del mismo modo que el fruto lleva las semillas de un futuro árbol, el 2º He lleva las semillas de nuevas realizaciones. Así representa a la vez la exteriorización y la plantación de un nuevo ciclo.

Esas nociones son fundamentales para la comprensión de los mecanismos de la vida y de la Ley cósmica. Conviene meditar sobre ellas para comprenderlas en toda su dimensión, ya que constituyen la clave de todas las ciencias esotéricas y sus correspondencias son activas a cualquier nivel y se aplican a cualquier situación.

En el Árbol Cabalístico, el Nombre Divino queda inscrito de la siguiente manera:

Yod Kether

He Hochmah




Si consideramos el Árbol Cabalístico en bloque, tendremos que:

Si consideramos únicamente la columna central:

En la columna de la derecha:

En la columna de la izquierda:

Vav Binah

2º He Hesed

Yod Hesed

He Gueburah

Vav Tiphereth

2º He Netzah

Yod Netzah

He Hod

Vav Yesod

2º He Malkuth

Yod Kether-Hochmah-Binah

He Hesed-Gueburah-Tipheret

Vav Netzah-Hod-Yesod

2º He Malkuth

Yod Kether

He Tiphereth

Vav Yesod

2º He Malkuth

He Hochmah

Vav Hesed

2º He-Yod Netzah




En el ciclo de los elementos:

En el ciclo zodiacal

Pero en el interior de cada uno de los elementos

En el ciclo de la vida:

Vav Binah

2ºHe-Yod Gueburah

He Hod

Yod Fuego

He Agua

Vav Aire

2º He Tierra

Yod Aries Leo Sagitario

He Cáncer Escorpio Piscis

Vav Libra Acuario Géminis

2º He Capricornio Tauro Virgo

Yod Aries Cáncer Libra Capricornio

He Leo Escorpio Acuario Tauro

Vav Sagitario Piscis Géminis Virgo

Yod 0 a 21 años Primavera Luna Nueva a cuarto creciente Amanecer a mediodía

He 21 a 42 años Verano Cuarto creciente a Luna Llena Mediodía a puesta de sol

Vav 42 a 63 años Otoño Luna Llena a cuarto menguante

Puesta de sol a medianoche

2º He 63 a 84 años Invierno Cuarto menguante a Luna Nueva

Medianoche a amancer




Cualquier ciclo de actividad objeto de estudio, cualquier empresa, juego, lapso de tiempo que tengamos que vivir, está sometido a la acción de estas cuatro fuerzas, de manera que dividiendo por 4 el tiempo de duración del asunto, tendremos como resultado el lapso de tiempo regido por el Yod, el He, el Vav y el 2º He.

El nombre de Jehová expresa la clave de la construcción del universo. Todo ha sido realizado en esos 4 tiempos y, si en nuestras acciones humanas los respetamos, si dejamos que en nuestros asuntos transcurran esos 4 tiempos, nuestras obras serán tan sólidas como lo es el universo. Antes, la Ley se encontraba interiorizada en las costumbres y los novios esperaban tres años para casarse, uno para el Yod, en el que el enamorado ejercía una acción inconsciente sobre la amada sin revelarle sus sentimientos; uno para el He, en el que sus sentimientos eran desvelados; uno para el Vav, en el que se procedía a un ensayo de vida en común y otro para el 2º He en que se formalizaba la unión. Los aprendices esperaban 3 años para ser oficiales, etc. Pero ahora todo se hace aceleradamente y todo se desploma con igual celeridad.




6. La Astrología Cabalística

El otro gran descodificador es la Astrología Cabalística, que nos ayudará a comprender muchos de los procesos de nuestra vida.

La Astrología cabalística es una rama de la sabiduría que nos ayuda a comprender el funcionamiento del ser humano en base a la posición de los planetas en los signos en el momento del nacimiento y en su continuo recorrido por el cosmos.

El zodíaco es el primero de los elementos que estudia la Astrología Cabalística, formado por doce figuras que constituyen las 12 fuerzas primordiales. Es la madre que ha dado su energía para la formación de nuestro sistema solar, del mismo modo que la madre física da su substancia al bebé que está en su seno para que forme su cuerpo. Por ello, porque estamos formados de esencia zodiacal, la Astrología Cabalística puede prever la dinámica de nuestro comportamiento.

La Astrología Cabalística nos descubre la técnica de la Creación y nos permite ser colaboradores conscientes de la Obra Divina, ya que para dirigir nuestra vida es preciso conocer el potencial que hay en nosotros y saber el camino que ha trazado nuestro jefe interno, el Ego Superior. Cada uno de nosotros tiene un programa que cumplir, una ruta trazada, y podemos descubrirla a través de la lectura de nuestra carta astral. Pero ya sólo con la posición del Sol en el momento del nacimiento, el que llamamos nuestro signo, tendremos multitud de pistas sobre el camino a seguir, porque el Sol marca el objetivo de vida.

En la Astrología Cabalística encontraremos los doce signos repartidos en cuatro Elementos, el Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra. También encontramos las 12 Casas terrestres que son los canales de exteriorización de las energías.

Los planetas son los que introducen en nosotros las energías que necesitamos para funcionar. La relación entre dos planetas se llama aspecto y pueden ser considerados como positivos o negativos en función de su incidencia en nuestras relaciones.

• Los Elementos

Los Elementos nos marcan, con su posición, el orden natural de la evolución en cada uno de sus fases. Como el orden evolutivo se plasma en la vida del ser humano, o debería plasmarse si siguiéramos el orden natural, cada uno de nuestros proyectos deben seguir ese mismo orden. Primero la fase de Fuego, de impulso, de iniciativa; después nos enamoramos, le ponemos pasión con el Agua; luego ordenamos nuestras ideas en el Aire y finalmente materializamos con la Tierra.

Fuego Aries Leo Sagitario

Agua Cáncer Escorpio Piscis

Aire Libra Acuario Géminis

Tierra Capricornio Tauro Virgo




• Los signos

El zodiaco está compuesto por doce signos y a continuación encontrarás las principales claves de cada uno de ellos.

• Los planetas

Cada una de las fuerzas planetarias trasmite una energía diferente, en función del trabajo que realiza en el zodiaco y de su posición en el Árbol de la Vida o Árbol Cabalístico.

Aries voluntad iniciativas empuje

Tauro disfrute reposo seguridad

Géminis comunicación relación agilidad

Cáncer posesión hogar emotividad

Leo orgullo suerte libertad

Virgo sabiduría servicios esfuerzo

Libra unión complementación equilibrio

Escorpio pasión regeneración sexo

Sagitario cambios espiritualidad viajes

Capricornio metas organización trabajo

Acuario conexión proyectos libertad mental

Piscis enamoramiento sueños humanismo

Urano amor altruismo originalidad

Saturno orden precaución madurez

Júpiter expansión generosidad triunfo

Marte fuerza trabajo rectificación

Sol voluntad cosciencia luz

Venus equilibrio delicadeza amor

Mercurio comuniación lógica entendimiento

Luna sensibilidad movimiento feminidad

Neptuno iniciación visión de futuro misterio

Plutón regeneración cambio tesoros ocultos




• Los aspectos

positivos grados Negativos grados

conjunción 0 conjunción 0

semi-sextil 30 semi-cuadratura 45

sextil 60 cuadratura 90

cuadritrígono 105 sesqui-cuadratura 135

trígono 120 oposición 180

quincuncio 150




Lo que encontrarás en el siguiente capítulo…

En nuestro camino hacia el crecimiento personal, en nuestra ruta de evolución, tenemos que realizar algunas paradas para aprovisionarnos de los elementos necesarios para aprovechar el trayecto.

Para poder elaborar nuestra personalidad interior será preciso que pasemos por una serie de cambios que nos llevarán a invertir los mandos para dirigir nuestra energía en una dirección distinta. Deberemos crear en nosotros una tierra virgen. Será necesario realizar un cambio de consciencia. Y todo ello paso a paso, sin violentar nuestra personalidad profana.

Las Bases del Cambio nos marcan las paradas “obligatorias” para aprovisionarnos de la luz-conocimiento necesarios para avanzar con garantías de éxito.

¡Acompáñanos en el viaje!

Temáticas a desarrollar

• La elaboración de la personalidad

• La preparación para el cambio

• Invertir los mandos

• Ser tierra virgen

• El cambio de consciencia

• Nuestras tendencias, el pueblo interior

• Egipto, la tierra segura

• La muerte de Herodes, ¿somos libres?


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