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El Primo Pons Por Honore de Balzac

El Primo Pons - Elejandria

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ElPrimoPons

Por

HonoredeBalzac

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I

UnagloriosaruinadelImperio

Hacialastresdelatardedeundíadelmesdeoctubrede1844,unhombrede unos sesenta años, pero a quien todo el mundo hubiese creído mayor,andabaporelbulevardelosItalianos,conlacabezagacha,loslabiossumidos,como un negociante que acaba de hacer un excelente negocio, o como unjoven contento de sí mismo saliendo del gabinete de una dama. Ésta es enParíslamáximaexpresiónconocidadelasatisfacciónpersonalenunhombre.Al divisar de lejos al anciano, las personas que van allí todos los días asentarseenlassillas,entregadasalplacerdeanalizaralospaseantes,dejabantodasqueensurostrosepintaraestasonrisatanpropiadelagentedeParís,yquedicetantascosasirónicas,burlonasocompasivas,peroqueparaanimarlafaz de un parisiense, hastiado de todos los espectáculos posibles, exigegrandescuriosidadesvivientes.

Unafrasebastaráparacomprenderelvalorarqueológicodeaquelinfeliz,ylarazóndelasonrisaqueserepetíacomounecoentodoslosojos.Unavezpreguntaron a Hyacinthe, un actor célebre por sus ocurrencias, de dóndesacabaaquellossombrerosquehacíandesternillarderisaalpúblico.«Nolossacodeningunaparte, losguardo», respondió.Puesbien, entreelmillóndeactoresquecomponenlagrancompañíadeParís,hayHyacinthesqueignoranqueloson,yqueconservanensuatuendotodaslasantiguallasdelpasado,yqueseosaparecencomolapersonificacióndetodaunaépocaparaprovocarvuestrahilaridadcuandoospaseáisrumiandoalgúnamargosinsaborcausadoporlatraicióndeunexamigo.

Aunquemanteniendoenciertosdetallesde suvestimentauna fidelidadalas modas del año 1806, este paseante recordaba la época del Imperio sinconstituir una caricatura exagerada. Para los observadores, estos maticesconvierten esta suerte de evocaciones en algo extraordinariamente atractivo.Pero este conjunto de pequeñeces exigía la atención analítica de que estándotados los expertos en ociosidad; y, para provocar la risa a distancia, elpaseantedebíaofreceralgunararezaespecial,delasque,comosueledecirse,saltana lavista,yque losactoresseesfuerzanporconseguir,conobjetodeasegurar el éxito de sus entradas en escena. Este anciano, flaco y enjuto,llevaba un spencer de color avellana sobre un frac verdoso con botones demetalblanco…Unhombreconspenceren1844vieneaseralgoasícomosiNapoleónsehubiesedignadoresucitarporunpardehoras.

El spencer fue inventado, como su nombre indica, por un lord sin dudaorgullosodelaesbeltezdesucintura.AntesdelapazdeAmiens,esteinglés

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había resuelto el problema de cubrir el busto sin necesidad de recargar elcuerpo con el peso del horrible carrick, que aún hoy se ve en los viejoscocherosdelossimones;perocomolascinturasesbeltasestánenminoría,enFrancia lamoda de lo spencer para hombres sólo tuvo un éxito pasajero, apesar de haber sido una invención inglesa. Viendo un spencer, la gente decuarenta a cincuenta años, con el pensamiento vestían a aquel hombre conbotasdecampanayunoscalzonesdecasimirverdealfóncigoconunalazadadecintas,yseveíanenelatuendodesujuventud.Lasancianasrememorabansusconquistas.Encuantoa los jóvenes, sepreguntabanporquéaquelviejoAlcibíades había cortado la cola a su paletó. Todo concordaba tan bien conestespencerquenosehubiesedudadoenllamaraestepaseanteunhombre-Imperio, del mismo modo que se habla de un mueble-Imperio; pero sólosimbolizabaelImperioparaaquellosquehabíanconocido,almenosdevisu,estamagníficaygrandiosaépoca;yaque se requeríaunacierta fidelidadderecuerdosencuantoamodas.ElImperioestáyatanlejosdenosotrosquenotodoelmundopuedeimaginárseloensurealidadgalogriega.

Elsombrero,inclinadohaciaatrás,dejabaaldescubiertocasitodalafrente,con esta especie de aire fanfarrón que por aquel entonces adoptaban losfuncionariosylospaisanospararesponderaldelosmilitares.Además,eraunhorrorososombrerodesedadecatorce francos,en laparte inferiordecuyasalas unas orejas demasiado largas y grandes habían dejado unas señalesblanquecinas que el cepillo había intentado en vano hacer desaparecer. Laseda, mal pegada, como siempre, sobre el molde de cartón, se arrugaba envarios sitios,yparecíaestaraquejadade lepra,apesarde lamanoquecadamañanalaalisaba.

Bajoestesombrero,queparecíaestarapuntodecaerse,seextendíaunadeestas caras grotescas y cómicas que sólo los chinos saben inventar para susfigurillasdeporcelana.Esterostro,agujereadocomounacriba,enelqueloshoyos producían sombras, de líneas tan acusadas como las de unamáscararomana,desafiaba todas las leyesde laanatomía.Lamiradanodistinguía laosamenta. Donde se esperaba encontrar huesos, la carne ofrecía contornosgelatinosos,ydondelascarassuelentenerhuecos,enaquéllasedeformabaenbultosfofos.Esterostrogrotesco,aplastadoenformadecalabaza,entristecidopor unos ojos grises coronados por dos líneas rojas en vez de cejas, estabapresididoporunanarizaloDonQuijote,comounallanuraestádominadaporun bloque errático. Esta nariz expresa, como yaCervantes debió advertirlo,unapropensióninnataaesadedicacióna lasgrandesempresasquedegeneraencandidez.Peroestafealdadtanextremadamentecómicanoprovocabarisas.Lainmensamelancolíaqueaflorabaalosojosclarosdeaquelpobrehombre,impresionaba al burlón y le helaba la chanza en los labios.Almomento sepensabaquelanaturalezahabíavedadoaaquelinfelizqueexpresaraternura,bajopenadehacer reíraunamujerodeentristecerla.El francéspermanece

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mudo ante esta desgracia, que le parece la más cruel de todas: ¡no podergustar!

II

Unaindumentariacomosevenpocas

Estehombre,tanpocodotadoporlanaturaleza,vestíacomosuelenvestirlospobresdistinguidosaquieneslosricostratanbastanteamenudodeimitar.Llevabaunoszapatosocultosporunosbotinesparacuyaconfecciónsehabíatomadopormodelolosdelaguardiaimperial,yquesindudalepermitíanusarlos mismos calcetines durante bastante tiempo. Su pantalón de paño negrotenía reflejos rojizos, y en los pliegues, rayas blancas o lustrosas, que, nomenosque la hechura, delatabanuna fechade adquisición e hacía unos tresaños.Laholguradeestaropaapenasdisimulabaunadelgadezdebidamásalaconstitución físicaqueaun régimenpitagórico;yaqueaquelpobrehombre,queposeíaunabocasensualdelabioscarnosos,mostrabaalsonreírunablancadentaduradignadeuntiburón.Elchaleco,tambiéndepañonegro,dejabaverotro chaleco blanco, y bajo éste asomaba en tercera línea el borde de unaalmilladepuntode color rojo, trayendoa lamemoria los cincochalecosdeGarat.Unaenormecorbatademuselinablanca,cuyopretenciosonudohabíasidoelegidoporungalánparaconquistar a lasbeldadesde1809, sobresalíatantodelabarbilla,quelacaraparecíasumergirseenélcomoenunabismo.Uncordóndesedatrenzada,imitandocabello,cruzabalacamisa,yprotegíaelrelojdeunimprobablerobo.Elfracverdoso,deunanotablepulcritud,contabaunos tresañosmásqueelpantalón;peroel cuellode terciopelonegroy losbotones de metal blanco, recientemente renovados, demostraban un esmerodomésticollevadohastalosmásínfimosdetalles.

Esamanerade sostener el sombreroeneloccipucio, el triple chaleco, lainmensacorbataenlaquesesumergíalabarbilla,losbotines,losbotonesdemetal sobre el traje verdoso, todos estos vestigios de lasmodas imperiales,armonizabanconlosanticuadosperfumesdelacoqueteríadelosincroyablescon un no sé qué de envarado en los pliegues, de correcto y de seco en elconjunto,queolíaalaescueladeDavid,querecordabalosfrágilesmueblesdeJacob. Además, a primera vista se reconocía en él a un hombre de familiadistinguida, víctima de algún vicio secreto, o a alguno de estos pequeñosrentistasquetienentodoslosgastostanestrictamentelimitadosporlaescasezde sus ingresos, que un vidrio roto, un desgarrón en la ropa o la pestefilantrópicadeunacolectasuprimensuspequeñosplaceresduranteunmes.Siel lectorsehubieraencontradoallí,sehubiesepreguntadoporquélasonrisa

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animabaaquel rostrogrotescocuyaexpresiónhabitualdebíaser tristey fría,comolade todos losque luchanoscuramenteparaatendera lasnecesidadesmásprimariasdelaexistencia.Peroaladvertirlaprecauciónmaternalconlaque aquel singular anciano llevaba en su mano derecha un objetoevidentementemuyvalioso,bajolosdosfaldonesizquierdosdesudoblefrac,para protegerlo de choques imprevistos, y sobre todo al verle con ese aireatareado que adoptan los ociosos a quienes se hace un encargo, cualquierahubierasospechadodeélquehabíaencontradoalgoequivalenteaunperrillofaldero de unamarquesa, y que iba a llevarlo triunfalmente, con la solícitagalanteríadeunhombre-Imperio,alaencantadoradamadesesentaañosqueaún no sabía renunciar a la cotidiana visita de su asiduo. París es la únicaciudaddelmundoendondepuedenverseespectáculossemejantes,quehacende sus bulevares un continuo teatro en el que los franceses representangratuitamenteporamoralarte.

III

Elfindeun«GranpremiodeRoma»

Por la figura de este hombre huesudo, y a pesar de su audaz spencer,difícilmenteselehubieraclasificadoentrelosartistasparisienses,especiemuypeculiar, cuyoprivilegio,bastanteparecidoaldelpilluellodeParís, es eldeevocarenlaimaginacióndelosburgueseslasjovialidadesmásmirobolantes,ya que se ha vuelto a poner demoda este antiguo y jocoso término. Y sinembargoestepaseanteeraun«GranPremio»,el autorde laprimeracantataque coronó el Instituto cuando se restableció laAcademiadeRoma, enunapalabra,elseñorSylvainPons…elautordecélebresromanzasquecantabanlánguidamentenuestrasmadres,dedosotresóperasrepresentadasen1815y1816, y, además, de varias partituras inéditas. Este digno caballero habíaterminadosiendodirectordeorquestadeunteatrodelosbulevares.Graciasasuporte,era tambiénprofesorenvariospensionadosdeseñoritas,ynoteníamás ingresos que su sueldo del teatro y sus lecciones. ¡Dar lecciones adomicilio a esta edad! ¡Cuán tos misterios en esta situación tan poconovelesca!

Esteúltimoporta-spencerllevaba,pues,encimaalgomásquelossímbolosdelImperio;llevabaunagranlecciónescritasobresustreschalecos.Exhibíagratuitamenteaunadelasnumerosasvíctimasdeestefatalyfunestosistemaquese llamaconcurso,quereinaaúnenFranciadespuésdecienañosdenodarningúnresultadopráctico.EsaprensadelasinteligenciasfueinventadaporPoissondeMarigny,elhermanodeMadamedePompadour,nombrado,hacia

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1746,directordeBellasArtes.Ahorabien,¡avercuántosartistasdegeniohansalido, en todo este siglo, de entre los premiados! En primer lugar, jamásningúnesfuerzoadministrativoniescolarreemplazarálosmilagrosdelazaraque se deben los grandeshombres.De todos losmisterios de la generación,ésteeselmásinaccesibleanuestroambiciosoanálisismoderno.Yluego,¿quépensaríamos de los egipcios, que, según dicen, inventaron unos hornos paraincubarhuevosdegallina,sinohubiesendadodecomerinmediatamentealospollitos? Y sin embargo esto es lo que hace Francia tratando de producirartistas con el invernadero del concurso; y una vez obtenidos por esteprocedimientomecánico el escultor, el pintor, el grabador, elmúsico, no seinquietaporellosmásdeloqueeldandysepreocupa,alllegarlanoche,porlas floresque sehapuesto en elojal.Y resultaqueelhombrede talento esGreuzeoWatteau,FélicienDavidoPagnesi,GéricaultoDecamps,AuberoDavid d’Angers, Eugène Delacroix o Meissonier, artistas que apenas seinteresan por los grandes premios, y que han crecido al aire libre, bajo losrayosdeestosolinvisiblequesellamalavocación.

Enviado por el gobierno a Roma para convertirse en un gran músico,Sylvain Pons había regresado a su patria con una gran afición por lasantigüedadesy losobjetosdearte.Entendíamuchísimode todasestasobrasmaestras de lamano y del pensamiento que desde hace poco se denominanconelnombrepopularde«cachivaches».EstehijodeEuterpevolvió,pues,aParís, hacia 1810, impenitente coleccionista, cargado de cuadros, deestatuillas, demarcos, de esculturas enmarfil y enmadera, de esmaltes, deporcelanas, etcétera, que, durante su estancia académica en Roma, habíanabsorbido la mayor parte de la herencia paterna, tanto por los gastos detransporte como por el precio de adquisición.Y había empleado delmismomodo laherenciadesumadre,duranteelviajequehizoa Italia,despuésdeesos tresañosoficialespasadosenRoma.Quisovisitarcon tiempoVenecia,Milán. Florencia, Bolonia, Nápoles, viviendo en cada ciudad como unsoñador,comounfilósofo,conladespreocupacióndelartistaque,paravivir,cuentaconsutalentocomolasmozasdefortunacuentanconsubelleza.Pons,duranteesteespléndidoviaje,fuetodolofelizquepodíaserlounhombrequeeratodoespíritu,llenodedelicadeza,aquiensufealdadvedabaelteneréxitoconlasmujeres,segúnlafraseconsagradaen1809,yaquienlascosasdelavida siempre le parecían inferiores al prototipo ideal que de ellas se habíaformado;peroélyahabíatomadopartidoenestadiscordanciaentreelsonidodesualmaylasrealidades.Estesentidodelabelleza,conservadopuroyvivoensucorazón,fuesindudaelprincipiodelasmelodíasingeniosas,delicadas,llenasdegracia,que levalieronuna reputaciónde1810a1814.EnFranciatoda reputación que se funda en lo que está en boga, en la moda, en lasefímeras locurasdeParís,producehombrescomoPons.Ningúnotropaísestan severo con las cosas grandes, y tan desdeñosamente indulgente con las

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pequeñas. Muy pronto desbordado por la marea creciente de las armoníasalemanasydelaproducciónrossiniana,sien1824Ponseratodavíaunmúsicoagradabledeoíryconocidoporalgunadesusúltimasromanzas,¡imagíneseloquepodíaseren1831!Demodoque,en1844,añoenqueempezóelúnicodramadeestavidaoscura,SylvainPonspodíaconsiderarsecomounacorcheaantediluviana; los compradores de música ignoraban completamente suexistencia,apesardequehabíacompuesto,amuybajoprecio, lamúsicadealgunasobrasquesehabíanrepresentadoensuteatroyenlosteatrosvecinos.

Porotraparte,aquelinfelizrendíatributoalosgrandesmaestrosdenuestraépoca;unabuenaejecucióndealgunos fragmentosescogidos lehacía llorar;perosureligiónnollegabaalpuntoaquelenquefrisaenmanía,comoocurreconelKreislerdeHoffmann;nohacíaningunademostraciónexterna,sinoquegozabainteriormente,almododeloshatchischinsodelosteriaskis.Elgeniodelaadmiración,delacomprensión,laúnicafacultadporlacualunhombreordinariosehacehermanodeungranpoeta,estanraroenParís,dondetodaslas ideasparecenviajerosquepasanporunaposada,quedebeconcederse aPonsunarespetuosaestima.Sufracasopuedeparecerinjusto,peroélmismoconfesaba ingenuamente que no estaba muy fuerte en armonía; habíadescuidado el estudio del contrapunto; y la orquestación moderna,desmedidamenteagrandada,leparecióinabordableenelmomentoenque,connuevos estudios, hubiera podido figurar entre los compositoresmodernos, yconvertirse,sinoenunRossini,almenosenunHérold.Finalmente,encontróen losplaceresdecoleccionista tanvivascompensacionesalabandonode lagloria,que,sihubiesetenidoqueelegirentrelaposesióndesusantigüedadesy la famadeunRossini, aunquecueste creerlo,Ponshubieseoptadopor suquerida colección.El ancianomúsico practicaba el axioma deChenavard eldocto coleccionista de grabados de gran valor, quien pretende que sólo sepuedesentirplaceralcontemplarunRuysdael,unHobbema,unHolbein,unRafael, unMurillo, un Greuze, un Sebastián del Piombo, un Giorgione, unAlbertoDurerocuandoelcuadrosólohacostadocincuentafrancos.Puesnoadmitía una adquisición superior a cien francos; y, para que él pagasecincuentafrancosporunobjeto,debía tratarsedealgoquevalía tresmil.Lacosamásbelladelmundoquecostase trescientosfrancos,paraélnoexistía.Lasocasionessepresentabanraramente,peroposeíalostresfactoresdeléxito:laspiernasdeunciervo,eltiempodelosociososylapacienciadelisraelita.

Este sistema, practicado durante cuarenta años, tanto en Roma como enParís, habíadado sus frutos.Despuésdehabergastado, desde su regresodeRoma,alrededordedosmilfrancosporaño,Ponsocultabaatodaslasmiradasuna colección de obrasmaestras de todo orden, cuyo catálogo alcanzaba elfabuloso número 1.907. De 1811 a 1816, durante sus recorridos por París,habíaencontradopordiezfrancosloquehoysepagademilamildoscientosfrancos.Habíacuadroselegidosentreloscuarentaycincomilquecadaañose

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exponen en la Casa de Ventas; porcelanas de Sèvres de pasta tierna,compradasa losauverneses,esossecuacesde laBandaNegra,que traíanencarretas las maravillas de la Francia de la Pompadour. En resumen, habíarecogidolasruinasdelossiglosXVIIyXVIII,haciendojusticiaaloshombresde talentoydegeniode laescuelafrancesa,estosgrandesdesconocidos, losLepautre, los Lavallée-Poussin, etcétera, que crearon el estilo Luis XV, elestilo Luis XVI, y cuyas obras inspiran hoy las supuestas invenciones denuestros artistas, que acuden incesantemente a los tesoros del Cabinet desEstampes para hacer algo nuevo haciendo hábiles imitaciones. Pons debíamuchasdesuspiezasaestoscanjes,inefablefelicidaddeloscoleccionistas.Elplacer de comprar objetos de arte no puede compararse al de cambalachear.Pons había sido el primero en coleccionar tabaqueras y miniaturas. Perocarecíaderenombreentrelosaficionadoshabituales,yaquenofrecuentabalaCasa de las Ventas, ni se dejaba ver por las tiendas de los anticuariosafamados.Ponsignorabaelvalormaterialdesutesoro.

EldifuntoDusommerard,yahabíaintentadotrabaramistadconelmúsico;pero el príncipe de las antigüedades murió sin haber podido penetrar en elmuseoPons,elúnicoquepodíacompararsealacélebrecolecciónSauvageot.EntrePonsyelseñorSauvageothabíaciertassemejanzas.ElseñorSauvageot,músicocomoPons,ycomoélsingrandesmediosdefortuna,haobradodelamismamanera, con los mismos procedimientos, con el mismo amor por elarte,conelmismoodiocontraesosilustresricosqueformancoleccionesparahacerunahábilcompetenciaalosmarchantes.Igualquesurival,suémulo,suantagonistaporlaposesióndetodasesasobrasmanuales,esosprodigiosdelaartesanía, Pons sentía en su corazón una insaciable avaricia, el amor de unenamorado por una bella amante, y la reventa en las salas de la rue desJeûneurs,alosgolpesdemartillodelosperitostasadores,leparecíauncrimendelesaantigüedad.Élposeíasumuseoparadisfrutarloatodashoras,pueslasalmas creadas para admirar las grandes obras tienen el sublime don de losverdaderos enamorados; experimentan tanto placer hoy como ayer, y no secansanjamás,ylasobrasmaestras,afortunadamente,siempresonjóvenes.Yesteobjetoguardadotanpaternalmente,debíaserunodeestoshallazgosquesellevanacasacontantoamor,vosotros,aficionados,bienlosabéis…

Ante las primeras líneas de este esbozo biográfico, todo el mundo va aexclamar:«¡Vaya,apesardesufealdad,elhombremásfelizdelatierra!».Enefecto,ningunapreocupación,ningúnesplínresistealcauterioqueseaplicaalalmaalentregarseaunamanía.Todoslosquenopuedenbeberenlaque,entodas las épocas, se ha llamado la copa del placer, pueden dedicarse acoleccionar loquesea (¡hastapasquinessehancoleccionado!),ynodejarándeencontrarencalderillaellingotedelafelicidad.Unamaníaeselplacerquepasaalestadodeidea…Sinembargo,quenadieenvidiealpobrePons,porqueese sentimiento, como todos los impulsos de este género, se basaría en un

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error.

Este hombre lleno de delicadeza, cuya alma vivía por una infatigableadmiraciónporlamagnificenciadelasobrasdelamanodelhombre,esabellaluchacon lasobrasde lanaturaleza,eraesclavodeunode lossietepecadoscapitales,elqueDiosdebecastigarmenosseveramente:Ponseragoloso.Suescasa fortuna y su pasión por las antigüedades le obligaban a un régimendietético tancontrarioasupaladar,queelsolterón,desdeelprincipio,habíaresueltoelproblemacomiendotodoslosdíasfueradecasa.Hayquetenerencuentaque,duranteel Imperio, existía,muchomásqueennuestrosdías,uncultoporlaspersonascélebres,quizáacausadesureducidonúmeroydesuspocas pretensiones políticas. ¡Costaba tan poco convertirse en poeta, enescritor,enmúsico!Pons,consideradocomoelprobable rivalde losNicolo,delosPaërydelosBerton,recibiótantasinvitacionesquesevioobligadoaanotarlasenunaagenda,comolosabogadosanotansuspleitos.Además,comocorrespondía a un artista, ofrecía ejemplares de sus romanzas a todos susanfitriones,tocabaelpianoensuscasas,lesregalabapalcosparaelFeydeau,teatroparaelquetrabajaba;organizabaconciertos;einclusoavecestocabaelviolínencasadesusparientesimprovisandounpequeñobaile.

IV

Dondesevequeavecesunabuenaacciónnotienerecompensa

Enaqueltiempo,loshombresmásapuestosdeFranciaandabanasablazoscon los hombresmás apuestos de la coalición; la fealdad dePons se llamó,pues,originalidad,deacuerdoconlagranleypromulgadaporMolièreenlosfamosos versos de Eliante. Cuando había prestado algún servicio a algunabella,avecesseoíallamarunhombreencantador,perosufelicidadnuncafuemáslejosdeestaexpresión.

En este período, que duró aproximadamente seis años, de 1810 a 1816,Ponscontrajolafunestacostumbredecomerbien,devercómolaspersonasque le invitaban no reparaban en gastos, se procuraban las primicias deltiempo, descorchaban sus mejores vinos, elegían con cuidado el postre, elcafé,loslicores,yledabanelmejortratoposible,eltratohabitualduranteelImperio,cuandoenmuchascasasseimitabaelesplendordelosreyes,delasreinas,delospríncipesdelosquerebosabaParís.Entoncessejugabamuchoalarealeza,comohoysejuegaalaCámaracreandounamultituddesociedadescon presidentes, vicepresidentes y secretarios; sociedad linera, vinícola,sericícola,agrícola,delaindustria,etc.¡Hastasehallegadoabuscarlaslacrassociales para constituir en sociedad a sus remediadores! Un estómago que

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recibe una educación como ésa influye necesariamente sobre la moral y lacorrompe,debidoalaaltasapienciaculinariaqueadquiere.LaVoluptuosidad,agazapadaentodoslosrecovecosdelcorazón,imponesuley,abrebrechaenla voluntad y en el honor, exige a toda costa su satisfacción.Nunca se handescritolasexigenciasdelpaladar,yaqueescapanalacríticaliterariaporlanecesidaddevivir;peronadieseimaginalacantidaddepersonasaquieneslamesahaarruinado.Lamesa,enParís,es,desdeestepuntodevista,unémulode la cortesana; además, proporciona lo que ésta se encarga de disipar.Cuando, de invitado perpetuo, Pons, debido a su decadencia como artista,degeneróenparásito,lefueimposiblepasardeestasmesastanbiensurtidasalcaldoespartanodeunrestaurantededosfrancos.¡Ay!Seestremecíaalpensarquesuindependenciarepresentabasacrificiostangrandes,ysesentíacapazdelas mayores bajezas para continuar viviendo bien, saboreando todas lasprimicias del tiempo, en resumen, para banquetearse (palabra popular, peroexpresiva)conplatosselectos.Pájaromerodeador,quelevantabaelvuelounavezllenoelbuche,limitándoseaexpresarsugratitudconunosgorjeos,Pons,además,experimentabaunciertoplacerporelhechodevivirbienacostadeunasociedadque,acambio,sólolepedíabuenaspalabras.Acostumbrado—comotodoslossolterosquesientenhorrorporquedarseencasa,yquevivenen las de los otros— a esas fórmulas, a esas zalamerías sociales que, entregente de buena educación, reemplazan a los sentimientos, utilizaba loscumplidos a modo de calderilla; y con las personas se contentaba con lasetiquetas,sinaspiraraintroducirunamanocuriosadentrodelsaco,paraverloquecontenía.

Estafase,bastantesoportable,duródiezañosmás;¡peroquéaños!Aquélfueellluviosootoñodesuvida.DurantetodoestetiempoPonscomióacostaajena haciéndose necesario en todas las casas que frecuentaba. Iniciaba uncaminofatalaceptandomultitudderecados,reemplazandoalosporterosyaloscriadosentantasytantasocasiones.Seleencargabannopocascompras,yseconvirtióenelespíahonradoeinocentequeunafamiliateníaenelsenodelaotra;peronoseleteníaningúnagradecimientoportantasmolestiascomosetomaba,yportantasbajezas.

—Pons es soltero —decían—, tiene mucho tiempo libre, es felizhaciéndonosrecados…Sino,¿quéibaahacer?

Pronto semanifestó ese frío que los viejos esparcen a su alrededor. Esecierzosepropaga,influyeenlatemperaturamoral,sobretodocuandoelviejoesfeoypobre.¿Noesestosertresvecesviejo?Eraelinviernodelavida,elinviernodelanarizenrojecida,elrostromacilento,losdedosentumecidosdefrío.

De1836a1843Ponsfueinvitadomuypocasveces.Yanosereclamabalapresencia del parásito, sino que cada familia la aceptaba como se acepta un

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impuesto;yanoseleteníanadaencuenta,nisiquieralosserviciosrealesqueprestaba. Las familias en cuyo seno el pobre hombre seguía luciendo sushabilidades,carecíandetodorespetoporelarte,sóloadorabanlosresultados,nodabanvalormásquealoquehabíanconquistadoapartirde1830:fortunaso posiciones sociales eminentes. Ahora bien, como Pons, ni en su vida nodejabadehabercircunstanciasatenuantes.Enefecto,elhombresóloexisteporunasatisfacción,sealaquesea.Unhombresinpasiones,eljustoperfecto,esunmonstruo,unsemiángelqueaúnnotienelasalas.Losángelessólotienenrostro en la mitología católica. En esta tierra, el justo es el aburridoGrandisson, para quien incluso las venus callejeras debían carecer de sexo.Ahora bien, exceptuando las escasas y vulgares aventuras de su viaje porItalia,dondesindudaelclimafueelmotivodesuséxitos,Ponsnohabíavistojamásquelasmujereslesonriesen.Sonmuchosloshombresquetienenestedestinofatal.Ponseraunmonstruonato;suspadreslehabíanengendradoenlavejez,yélllevabalosestigmasdeestenacimientoextemporáneoensutezcadavérica, que se parecía a los tarros de alcohol en los que la cienciaconservaciertos fetosextraordinarios.Esteartista,dotadodeunalma tierna,soñadora, delicada, obligado a aceptar el carácter que le imponía su aspectofísico,desesperódequealguienllegaraaamarle.Elcelibato,pues,fueparaélmásqueungusto,unanecesidad.Lagula,elpecadodelosmonjesvirtuosos,le tendió los brazos; y en ellos se precipitó, como se había lanzado a laadoracióndelasobrasdearteyasucultoporlamúsica.Labuenacomidaylasantigüedadesfueronparaéllossucedáneosdeunamujer;porquelamúsicaerasucarrera,suestadonatural,¡yavercuáleselhombrequeamaelestadoenelquevive!Alalarga,unaprofesiónescomounmatrimonio;sólosenotanlosinconvenientes.

Brillat-Savarinhajustificadoporlasconvencionesconsagradaslosgustosde losgastrónomos.Peroquizánoha insistido losuficienteenelplacerrealqueelhombreexperimentaenlamesa.Ladigestión,alemplear lasenergíashumanas, constituye un combate interior que, en los gastrólatras, equivale alos más intensos goces del amor. Se siente un despliegue tan vasto de lacapacidad vital que el cerebro se anula en beneficio del segundo cerebro,situadoeneldiafragma,ylaembriaguezseproduceporlamismainerciadetodaslasfacultades.Lasboasqueacabandetragarseuntoro,estántanebriasque se dejan matar. Rebasados los cuarenta años, ¿que hombre se atreve atrabajar después de comer? Por eso, todos los grandes hombres han sidosobrios.Los convalecientesdeunaenfermedadgrave, aquienes sólo sedanporciones tan mezquinas de alimentos escogidos, a menudo han podidoadvertiresaespeciedeembriaguezgástricaquecausaunasimplealadepollo.El buen Pons, la totalidad de cuyos placeres estaba concentrada en lasoperaciones del estómago, se encontraba siempre en la situación de estosconvalecientes: esperaba de la buenamesa todas las sensaciones que puede

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proporcionar, y hasta entonces las había obtenido todos los días. Nadie seatreveadeciradiósaunacostumbre.Muchossuicidassehandetenidoenelumbraldelamuerteanteelrecuerdodelcaféalquevantodaslasnochesparajugarsupartidadedominó.

V

Losdoscascanueces

En 1835 el azar vengó a Pons de la indiferencia del bello sexo, y leconcedióloquevulgarmentesellama«unbáculoparalavejez».Esteviejodenacimiento encontró en la amistad un apoyo para su vida, contrajo el únicomatrimonio que la sociedad le permitía hacer, y se casó con un hombre, unancianomúsicocomoél.Denoexistir ladivina fábuladeLaFontaine, esteesbozohubiesetenidoportítuloLosdosamigos.Pero¿acasoesonohubierasidouncrimenliterario,unaprofanaciónantelacualtodoverdaderoescritorretrocederá? La obra maestra de nuestro fabulista, que contiene toda laconfianzadesualmaytodossussueños,debeposeereleternoprivilegiodeeste título. Esta página, en cuyo frontón el poeta ha grabado estas trespalabras,LOSDOSAMIGOS,esunadeesaspropiedadessagradas,untemploenelquecadageneraciónentrarárespetuosamente,yqueeluniversovisitarámientrasexistalatipografía.

El amigo de Pons era un profesor de piano cuya vida y costumbresarmonizaban tanbiencon lassuyas,queéldecíaquehabíasidouna lástimaquesehubiesenconocidotantarde;puessuamistad,iniciadaenunrepartodepremios en un pensionado, sólo databa de 1834. Tal vez nunca se habíanencontradodosalmastanparecidasenmediodelocéanohumanoquetuvosuorigenenelparaísoterrenal,contralavoluntaddeDios.Losdosmúsicos,alcabodepocotiempo,sehabíanhechoindispensableselunoparaelotro.Laconfianza fue recíproca, y a los ocho días eran ya como dos hermanos. Enresumen,SchmuckeyanocreíaqueexistieseunPons,delmismomodoquePons no pensaba que existiera un Schmucke. Esto bastaría para describir aestas dos excelentes personas, pero no todas las inteligencias gustan de labrevedad de la síntesis. Una pequeña demostración es necesaria para losincrédulos.

Estepianista,comotodos lospianistas,eraalemán,alemáncomoelgranLiszt y el granMendelssohn, alemáncomoSteibelt, alemáncomoMozart yDusseck,alemáncomoMeyer,alemáncomoDoelher,alemáncomoThalberg,comoDreschok, comoHiller, como LéopoldMayer, como Crammer, comoZimmerman y Kalkbrenner, como Herz, Woëtz, Karr, Wolff, Pixis, Clara

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Wieck, y, en resumen, como todos los demás alemanes. Aunque grancompositor, Schmucke no podía hacer otra cosa que enseñar, ya que sucaráctercarecíadelaaudacianecesariaalhombredegenioparamanifestarseenmúsica.Laingenuidaddemuchosalemanesnodurasiempre,sinoquehayunmomentoenquetermina;laquelesquedaaciertaedad,procede,comoelaguaquesesacadeuncanal,delmanantialdesujuventud,ylautilizanparafertilizarsuséxitosentodoslosterrenos,eneldelaciencia,eneldelarteoenel del dinero, negándose a la desconfianza. En Francia, algunas personasavisadas substituyen esta ingenuidad de alemán por la necedad del tenderoparisiense. Pero Schmucke había conservado toda su ingenuidad de niño,comoPonshabíaconservadoensuatuendolasreliquiasdelImperio,sinllegara sospecharlo. Este auténtico y noble alemán era al mismo tiempo elespectáculo y los espectadores, y se hacía música para él mismo. Vivía enParíscomounruiseñorviveensubosque,yallícantaba,únicoejemplardesuespecie,desdehacíaveinteaños,hastaelmomentoenelqueencontróenPonsunalmagemela.(Véase:UnahijadeEva).

PonsySchmucke teníanenabundancia, tantoelunocomoelotro, enelcorazón y en el carácter, esos rasgos de sentimentalismo aniñado quedistinguenalosalemanes:comolapasiónporlasflores,comolaadoracióndelosefectosnaturalesque les llevaaplantaren sus jardinesbotellasenormesparaverenpequeñoelpaisajeque tienenengrandeante losojos;comoesapredisposición a investigar que lleva a los sabios alemanes a recorrer cienleguasparaencontrarunaverdadque lescontemplasonriendo,sentadaenelbrocal del pozo, bajo el jazmín del patio de su casa; en fin, como esanecesidaddedotardeunsentidopsíquicoalascosasmásinsignificantesdelacreación, y que produce las obras inexplicables de Jean Paul Richter, losdeliriosimpresosdeHoffmann,ylasbarandillasenfolioqueAlemaniaponealrededordelascuestionesmássencillas,ahondadasamododeunabismo,enelfondodelcualsiemprehayunalemán.Católicoslosdos,ibanjuntosamisa,cumplíansusdeberesreligiososcomoniñosquenuncatienennadaquedecirasusconfesores.Creían firmementeque lamúsica,el lenguajecelestial, eraalasideasysentimientos,loquelasideasysentimientossonalaspalabras,yteníaninterminablesconversacionessobreestesistema,respondiéndoseelunoal otro con orgías de música para demostrarse a sí mismos sus propiasconvicciones,comohacenlosenamorados.SchmuckeeratandistraídocomoPons era atento. Si Pons era coleccionista, Schmucke era soñador; ésteestudiabalasbellezasmorales,comoelotroatesorabalasbellezasmateriales.Pons veía y compraba una taza de porcelana en el tiempo que Schmuckeinvertía en sonarse, pensando en algún motivo de Rossini, de Bellini, deBeethoven,deMozart,buscandoenelmundodelossentimientosdóndepodíaencontrarseelorigeno la réplicadeaquella frasemusical.Schmucke,cuyaseconomías eran administradas por la distracción, Pons, pródigo por pasión,

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llegabanalmismoresultado:niunamonedaen labolsa,en lanochedeSanSilvestredecadaaño.

SinestaamistadPonsquizáhubiesesucumbidoasuspesares;pero,desdequetuvouncorazónenelquedescargarelsuyo,lavidaselehizosoportable.LaprimeravezqueconfiósuspenasaSchmucke,elbuenalemánleaconsejóque viviese como él, de pan y queso, en su casa, en vez de ir a mendigarcomidasquelehacíanpagartancaras.Pero¡ay!,Ponsnoseatrevióaconfesara Schmucke que en él el corazón y el estómago eran enemigosirreconciliables,quesuestómagosóloaceptabaloquehacíasufriralcorazón,y que necesitaba a toda costa una buena comida que paladear, como unconquistador necesita una amante con la que… retozar. Con el tiempo,SchmucketerminóporcomprenderaPons,yaqueerademasiadoalemánparatener la rapidezdeobservaciónde laquegozan los franceses,yello sólo lehizoquereraúnmásalpobrePons.Nadarobustecetantolaamistadcomoque,de dos amigos, el uno se crea superior al otro.Un ángel no hubiese tenidonada que decir viendo a Schmucke frotándose lasmanos en elmomento enque descubrió en su amigo la intensidad con que le dominaba la gula. Enefecto, a la mañana siguiente el buen alemán completó el desayuno congolosinasqueélmismofueacomprar,ycuidódequeningúndíafaltaranasuamigo; porque, desde que habían unido sus vidas, todos los días sedesayunabanjuntosencasa.

IgnoraríacómoesParísquien imaginaseque losdosamigosescaparonalasburlasdelosparisienses,quejamáshanrespetadonada.SchmuckeyPons,uniendosusriquezasysusmiserias,tuvieronlaahorrativaideadevivirjuntos,y pagaban a partes iguales el alquiler de un piso muy desigualmentecompartido,situadoenunatranquilacasadelatranquilacalledeNormandía,enelMarais.Comosolíansalir juntosyamenudopaseabanpor losmismosbulevareselunoalladodelotro,losociososdelbarrioleshabíanapodadolosdos cascanueces. Este apodo dispensa ya de trazar aquí el retrato deSchmucke,queeraloquelanodrizadeNiobe,lafamosaestatuadelVaticano,alaVenusdelaTribuna.

LaseñoraCibot,laporteradeesacasa,eraelpivotesobreelquegirabalavida doméstica de los dos cascanueces; pero desempeña un papel tanimportante en el drama que deshizo esta doble existencia, que es mejorreservarsuretratoparaelmomentoqueentreenescena.

Loquerestapordeciracercade losrasgosmoralesdeestosdosseresesprecisamentelomásdifícildehacercomprenderalnoventaynueveporcientode los lectores en este cuadragésimo séptimo año del siglo XIX,probablementea causadelprodigiosodesarrollo financieroproducidopor elestablecimientodelosferrocarriles.Noesgrancosa,ysinembargoesmucho.Enefecto,setratadedarunaideadelaextraordinariadelicadezadeestosdos

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corazones. Tomemos una imagen de los ferrocarriles, aunque sólo sea pararesarcirnosdeloquenoshacenpagar.Hoyendía, lostrenes,alcorrersobrelos raíles, trituran imperceptibles granos de arena. Introducid este grano dearena, invisiblepara losviajeros,ensus riñones,ysentirán losdoloresde lamás terriblede las enfermedades, elmaldepiedra;muchosmuerendeesto.Puesbien,loqueparanuestrasociedad,lanzadaporsuvíametálicaconunavelocidad de locomotora, es el grano de arena invisible por el que no sepreocupa lomásmínimo,esegrano, incesantementearrojadoentre las fibrasdeestosdosseresyacadainstante,lescausabaunaespeciedemaldepiedraenelcorazón.Excesivamente sensiblesa losdoloresajenos,ambos llorabanantesuimpotencia;y,porloqueserefiereasuspropiassensaciones,erandeuna delicadeza de sensibilidad que lindaba con lo enfermizo. La vejez, loscontinuosespectáculosdeldramaparisiense,nadahabíaendurecidoaquellasdosalmastiernas,infantilesypuras.Cuantomásvivían,másintensoseransussufrimientosíntimos.¡Ay!Estoesloquelesocurrealasnaturalezascastas,alospensadoresserenosyalosverdaderospoetasquenohancaídoenningúnexceso.

Desde que los dos ancianos vivían juntos, sus ocupaciones, bastanteparecidas, habían tomado el ritmo fraternal que caracteriza en París a loscaballos de los simones. Se levantaban alrededor de las siete de lamañana,tanto en verano como en invierno, y después de desayunar iban a dar susclases en los pensionados, en los que substituían el uno al otro cuando eranecesario.Hacialosdoce,Ponsibaasuteatro,cuandounensayoreclamabasupresencia, y dedicaba todos susmomentos libres a pasear.Luego, al caer latarde,losdosamigosvolvíanaencontrarseenelteatro,enelquePonshabíalogradocolocaraSchmucke;heaquícómo:

VI

Unhombreexplotadocomoseventantos

Cuando Pons conoció a Schmucke, acababa de obtener, sin haberlosolicitado,elbastóndemariscaldeloscompositoresdesconocidos:unabatutade director de orquesta. Gracias al conde Popinot, entonces ministro, seconcedióestaplazaalpobremúsico,enelmomentoenqueestehéroeburguésde la revolución de julio hizo dar una concesión de teatro a uno de esosamigosdelosqueseavergüenzaunadvenedizo,cuando,alpasarensucoche,reconoceenParísaunantiguocamaradadejuventud,desaliñado,elpantalónsintrabillas,vestidoconunalevitadecolorindefinible,yolfateandonegociosdemasiadoelevadosparalosesquivoscapitales.Esteamigo,antiguoviajante

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decomercio,se llamabaGaudissart,yenotrotiempohabíacontribuidomuyeficazmentea laprosperidaddelagrancasaPopinot.Popinot,convertidoenconde,enpardeFrancia,despuésdehabersidodosvecesministro,norenegóde EL ILUSTRE GAUDISSART. Hizo más, quiso poner al viajante encondicionesderenovarsuguardarropaydellenarsubolsa;porquelapolítica,lasvanidadesdelacorteciudadanas,nohabíanendurecidoelcorazóndeaquelantiguodroguero.Gaudissart,siemprelocoporlasmujeres,pidiólaconcesióndeun teatroquesehabíadeclaradoenquiebra,yelministro,alotorgársela,cuidó de enviarle algunos viejos admiradores del bello sexo, losuficientementericoscomoparacrearunasólidacomanditaamorosadeloqueocultan lasmallas.Pons,parásitodelpalacioPopinot, tuvo lasmigajasde laconcesión.LacompañíaGaudissart,que,dichoseadepaso,hizofortuna,en1834decidióponerenprácticaenelbulevarestagranidea:unaóperaparaelpueblo.Lamúsicadelosballetsydelasobrasdegranespectáculoexigíaundirectordeorquestacompetenteyunpococompositor.Laadministraciónalaque sucedía la compañía Gaudissart hacía demasiado tiempo que estaba enquiebra para que poseyera un copista. Pons colocó pues a Schmucke en elteatroencalidadderevisordepartituras,oficiooscuroquerequiereprofundosconocimientosmusicales.Schmucke,porconsejodePons,sepusodeacuerdocon el jefe de este servicio en la Ópera Cómica, y así se libró de la partematerial de la tarea. La colaboración de Schmucke y de Pons produjoresultadosmaravillosos.Schmucke,que,comotodoslosalemanes,dominabamuy bien la armonía, se cuidaba de instrumentar las partituras cuyo cantohabíaestadoacargodePons.Cuandolosentendidosadmiraronunaseriedecomposicionesllenasdefrescorqueservíandeacompañamientoadosotresobrasdeéxito,lasexplicaronporlapalabraprogreso,sinpretenderaveriguarquiénes eran los autores.PonsySchmucke se eclipsaron en la gloria, comociertaspersonasseahoganensubañera.EnParís,sobretodoapartirde1830,nadie triunfa sin empujar, quibuscumque viis, y muy fuerte, a una enormemasadecompetidores;paraellosenecesitavigorydecisión,ylosdosamigostenían en el corazón este mal de piedra que dificulta todos los impulsosambiciosos.

DeordinarioPonsseponíaal frentede laorquestadesu teatrohacia lasocho, hora en la que se representan las obras favoritas, cuyas oberturas yacompañamientos exigen la tiranía de la batuta. Esta tolerancia existe en lamayoríadelosteatrospequeños;yPons,enesteaspecto,sesentíamuylibre,ya que en sus relaciones con la administración daba muestras de un grandesinterés.Porotraparte,SchmuckesuplíaaPonscuandoeranecesario.Conel tiempo la posición de Schmucke en la orquesta se había consolidado. ElilustreGaudissarthabía reconocido, sindecirnada, elvalory lautilidaddelcolaboradordePons.Sehabíanvistoobligadosaintroducirenlaorquestaunpiano,comoenlosteatrosgrandes.Elpiano,queSchmucketocabagratis,se

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colocó junto a la tarima del director de orquesta, y allí se instalaba elsupernumerario voluntario Todos los demás músicos, cuando conocieron aestebuenalemán,sinambiciónnipretensiones,lehicieronunabuenaacogida.La administración, a cambio de una módica suma, confió a Schmucke losinstrumentos que no están representados en las orquestas de los teatros debulevar,yqueamenudosonnecesarios,comoelpiano, lavioladeamor,elcorno inglés, el violonchelo, el arpa, las castañuelas de la cachucha, lascampanillasy los inventosdeSax, etcétera.Los alemanes, aunqueno sepantocarlosgrandesinstrumentosdelalibertad,sabentocarpornaturalezatodoslosinstrumentosmusicales.

Los dos ancianos artistas, a quienes todo el mundo quería en el teatro,vivíanallícomodosfilósofos.Sehabíanpuestounavendaenlosojosparanoverjamáslosmalesinherentesaunacompañíadeteatroenlaqueconviven,mezclados, un cuerpo de baile con actores y actrices, una de lascombinacionesmás horrorosas que las necesidades de la recaudación hayancreadoparatormentodedirectores,actoresymúsicos.UngranrespetoporlosdemásyporsímismohabíanvalidolaestimageneralalmodestoybuenodePons.Porotraparte,entodoslosambientes,unavidalímpida,unahonradezsintacha,imponenunaespeciedeadmiraciónenloscorazonesmásmalvados.EnParís,unahermosavirtudtieneeléxitodeungrandiamante,deunararacuriosidad.Niunsoloactor,niunsoloautor,niunasolabailarina,sehubiesenpermitidolamenorburla,lamenorbromademalgustocontraPonsocontrasu amigo. Pons aparecía de vez en cuando por el foyer; pero Schmucke noconocíamásqueelpasosubterráneoque llevabadesdeelexteriordel teatrohasta el foso de la orquesta. En los entreactos, cuando asistía a unarepresentación,elbuenalemánseatrevíaacontemplarlasala,yaveceshacíapreguntasalprimerflautista,un jovennacidoenEstrasburgo,deunafamiliaalemanadeKehl,sobrelosexcéntricospersonajesquecasisiempreocupanlospalcos proscenios. Poco a poco, la imaginación infantil de Schmucke, cuyaeducaciónsocialfueiniciadaporesteflautista,admitiólaexistenciafabulosadelaloretalaposibilidaddecasarseeneldistritotrece,lasprodigalidadesdelos grandes figurones y el equívoco negocio de las acomodadoras. Lasinocencias del vicio parecieron al buen Pons la última palabra de lasdepravaciones babilónicas, y ante todo aquello sonreía confuso, como siestuviera delante de arabescos chinos. Las personas avisadas ya habráncomprendidoqueaPonsyaSchmuckelesexplotaban,parausarunapalabraqueestádemoda;pero,loqueperdíanendinero,loganabanenconsideración,enbuentrato.

DespuésdeléxitodeunballetquefueelcomienzodelarápidafortunadelacompañíaGaudissart,losdirectoresenviaronaPonsungrupoescultóricoenplataatribuidoaBenvenutoCellini,cuyoelevadísimopreciohabíasidoobjetode una conversación en el foyer. ¡Se trataba de mil doscientos francos! El

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pobrehombre,siempretanhonrado,quisodevolverelregalo.AGaudissartlecostómuchotrabajoconseguirqueloaceptara.

—¡Ah! —dijo a su socio—. ¡Si pudiéramos encontrar actores de estamadera!

Esta doble vida, tan apacible en apariencia, sólo se veía turbada por elvicio que dominaba a Pons, aquella imperiosa necesidad de comer fuera decasa.YcadavezqueSchmuckesehallabapresentecuandoPonssevestíaparasalir,elbuenalemándeplorabaestafunestacostumbre.

—¡Sialmenosencortara!—exclamabaamenudo.

Y Schmucke soñaba con los medios de curar a su amigo de este viciodegradante, porque los verdaderos amigos gozan, en el orden moral, de laperfeccióndequeestádotadoelolfatodelosperros;huelenlospesaresdesusamigos,adivinanlascausas,sepreocupanporellos.

Pons, que llevaba siempre en el dedomeñique de la mano derecha unasortijaconundiamante, tolerableen laépocadel Imperio,peroquehoyeraridículo, Pons demasiado «trovador» y demasiado francés, carecía en losrasgosdesurostrodelaserenidaddivinaqueatenuabalaespantosafealdaddeSchmucke.Elalemánhabíareconocidoenlaexpresiónmelancólicadelrostrodesuamigolascrecientesdificultadesqueconvertíanaqueloficiodeparásitoen algo cada vezmás penoso.En efecto, en octubre de 1844, el número decasas en las que Pons comía era, naturalmente, muy restringido. El pobredirectordeorquesta, forzadoa limitarsealcírculode la familia,daba,comoahoramismoveremos,alapalabra«familia»,unsentidomuyamplio.

El antiguo «Gran Premio» era primo hermano de la primera esposa delseñor Camusot, el rico sedero de la calle de Bourdonnais, una Pons, únicaheredera de uno de los famosos Pons hermanos, los bordadores de la corte,casadelaqueelpadreylamadredelmúsicoerancomanditariosdespuésdehaberla fundado antes de la revolución de 1789, y que fue comprada por elseñorRivet,en1815,alpadrede laprimeraseñoraCamusot.EsteCamusot,retirado de los negocios desde hacía diez años, en 1844 era miembro delconsejo general de las manufacturas, diputado, etc. Acogido amistosamenteporelclandelosCamusot,elbuenPonsseconsiderabaprimodeloshijosqueelsederohabíatenidoensegundasnupcias,apesardequeyanoleerannada,nisiquieraporalianza.

Como la segunda señora Camusot era una Cardot, Pons se introdujo atítulo de pariente de los Camusot: en la numerosa familia de los Cardot,segundoclanburgués,que,porsusalianzas,formabaunasociedadnomenospoderosa que la de losCamusot. El notarioCardot, hermano de la segundaseñoraCamusot, sehabíacasadoconunaChiffreville.Lacélebre familiade

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losChiffreville, la reina de los productos químicos, tenía relaciones con losdrogueros mayoristas, el más influyente de los cuales fue, durante muchotiempo, el señor Anselme Popinot, a quien la revolución de Julio habíalanzado, comoya es sabido, a la actitudpolíticamásdinástica.Y así,Pons,detrásdelosCamusotydelosCardot,entróencasadelosChiffreville;ydeallípasóaladelosPopinot,siempreencalidaddeprimodelosprimos.

Estesimpleresumendelasúltimasrelacionesdelancianomúsicopermitecomprendercómopodíaaúnserrecibidofamiliarmenteen1844:primero,encasadel condePopinot,pardeFrancia, antiguoministrodeagriculturaydecomercio;segundo,encasadelseñorCardot,antiguonotario,alcaldedebarrioy diputado por un distrito de París; tercero, en casa del anciano señorCamusot, diputado, miembro del consejo municipal de París y del consejogeneraldelasmanufacturas,yencaminodeserpar;cuarto,encasadelseñorCamusotdeMarville,hijodelprimermatrimonio,yporlotantoelverdadero,elúnicoprimoverdaderodePons,aunqueprimosegundo.

EsteCamusot,queparadistinguirsedesupadreydesumediohermano,había añadido a su apellido el nombre de la propiedad deMarville, era, en1844,presidentedecámaraeneltribunalrealdeParís.

ComoelexnotarioCardothabíacasadoasuhijaconsusucesor,llamadoBerthier,Pons,queseconsiderabaanejoalcargo,supoconservarestacomida,«antenotario»,comoéldecía.

ÉstaerapueslaconstelaciónburguesaalaquePonsllamabasufamilia,yenlaquetanpenosamentehabíaconservadoelderechoapanymanteles.

Deestasdiezcasas,aquellaenlaqueelartistadebíasermejoracogido,lacasa del presidenteCamusot, era el objeto de susmayores atenciones. Pero¡ay!,lapresidenta,hijadeldifuntosieurThirion,ujierdecámaradelosreyesLuis XVIII y Carlos X, nunca había tratado bien al primo segundo de sumarido.Ponshabíaperdidomucho tiempo tratandode suavizar a su terribleparienta,yaquehabíadadoleccionesgratuitasalaseñoritaCamusot,siéndoleimposiblesacarpartidomusicaldeaquellamuchachaunpocopelirroja.Ahorabien,Pons,conlamanosobreaquelpreciadoobjeto,enaquellosmomentossedirigíaacasadesuprimo,elpresidente,enlaque,alentrar,creíaverseenlasTullerías;hastatalpuntoinfluíanensuánimolassolemnescolgadurasverdes,latapiceríacolorcarmelita,lasalfombrasdemoqueta,ylosseverosmueblesdeestosaposentosenlosqueserespirabatodalagravedaddelamagistratura.¡Cosarara!ÉlsesentíamásagustoenelpalacioPopinot,delacalleBasse-du-Rempart,sindudaacausadelosobjetosdeartequeallíhabía;pueselexministro,desdeque sededicóa lapolítica, contrajo lamaníadecoleccionarcosas bellas, sin duda para contrarrestar sus actividades en la política, quecoleccionasecretamentelasaccionesmásfeas.

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VII

Unodelosmilplaceresdeloscoleccionistas

El presidente de Marville vivía en la calle de Hannover, en una casacompradadiezañosantesporlapresidenta,traslamuertedesupadreydesumadre,sieurydameThirion,queledejaronalrededordecientocincuentamilfrancosdeeconomías.Estacasa,deaspectobastantesombrío,vistadesde lacalle, en la que la fachada da al norte, disfruta de las ventajas de estarorientadacaraalsurporlapartedelpatio,acontinuacióndelcualseextiendeunhermoso jardín.Elmagistradoocupa todo el primer piso, que, bajoLuisXV,había albergadoaunode los financierosmáspoderososde la época.Ycomoelsegundoestáalquiladoaunaancianadamamuyrica,eledificio,enconjunto, ofrece un aspecto tranquilo y honorable que sienta bien a lamagistratura. Los restos de la magnífica propiedad de Marville, en cuyaadquisiciónelmagistradohabíaempleadosuseconomíasdeveinteaños,asícomo la herencia de su madre, se componían del castillo, espléndidomonumentocomoaúnexistenenNormandía,ydeunabuenagranjadedocemil francos. Un parque de cien hectáreas rodea el castillo. Este lujo, hoyprincipesco, cuesta un millar de escudos al presidente, de modo que lapropiedad no reporta más que nueve mil francos limpios, como se dicevulgarmente. Estos nueve mil francos y su sueldo proporcionaban alpresidente una fortuna de unos veinte mil francos de renta, en aparienciasuficiente, sobre todo teniendo en cuenta que debía recibir la mitad de laherenciadesupadre,yaqueeraelúnicoherederodesuprimermatrimonio;perolavidadeParísylasexigenciasdesuposiciónhabíanobligadoalseñoryalaseñoradeMarvilleagastarlacasitotalidaddesusrentas.Hasta1834suposiciónnohabíasidomuydesahogada.

Este inventario explica por qué la señorita de Marville, a sus veintitrésaños,aúnnosehabíacasado,apesardeloscienmilfrancosdedote,yapesardelincentivodesusesperanzas,aireadashábilyfrecuentemente,peroenvano.HacíacincoañosqueelprimoPonsoíalaslamentacionesdelapresidenta,queveíacasadosatodoslos«substitutos»,yalosnuevosjueceseneltribunal,yapadres,despuésdehaberhechobrillarinútilmentelasesperanzasdelaseñoritade Marville ante los ojos poco ilusionados del joven vizconde Popinot,primogénitodelgranseñorde ladroguería,enprovechodequien,según losenvidiososdelbarriodelosLombardos,sehabíahecholarevolucióndeJulio,almenostamocomoeneldelaramasegundona.

UnavezenlacalledeChoiseul,ycuandoestabaapuntodeenfilarlacalle

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deHannover,Ponsexperimentóestainexplicableturbaciónqueatormentalasconcienciaspuras,quelesinfligelossupliciosquesufrenlospeoresmalvadosa la vista de un gendarme, y causada únicamente por la cuestión de sabercómo le recibiría la presidenta.Aquel grano de arena que le desgarraba lasfibrasdelcorazón,nuncasehabíaredondeado;losánguloserancadavezmásagudos,yloshabitantesdeaquellacasareavivabanincesantementelasaristas.En efecto, el poco caso que los Camusot hacían de su primo Pons, sudesmonetización en el seno de la familia, influía en los criados, que, sinfaltarlealrespeto,leconsiderabancomounavariedaddepobre.

ElenemigocapitaldePonseraunatalMadeleineVivet,unasolteronaaltay flaca que era doncella de la señora C. deMarville y de su hija. A la talMadeleineapesardelosbarrillosdesupiel,yquizáacausadeestosmismosbarrillosydesudelgadezviperina,selehabíametidoenlacabezaconvertirseenlaseñoraPons;Madeleineagitóenvanoelseñuelodeveintemilfrancosdeahorros ante los ojos del viejo solterón. Pons rechazó aquella dicha pordemasiado barrosa. Y así, aquella Dido de antesala, que quería llegar a serprima de sus amos, hacía las peores jugadas al pobre músico. Madeleineexclamabaenvozalta:«¡Mira,yaestáaquíelgorrón!»,cuandooíaalinfelizsubiendolaescalera,procurandoqueleoyese.Sieraellaquienservíalamesa,enausenciadelmayordomo,cenabapocovinoymuchaaguaenelvasodesuvíctima,dejándole ladifícil tareadellevarsea los labios,sinverternada,unvaso lleno hasta los bordes. Olvidaba servir al pobre hombre, y se lo hadadecir por la presidenta (¡y con qué tono…! ¡Su primo se ruborizaba!), o levertíasalsasobreeltraje.Era,enresumen,laguerradelinferiorquesesabeimpune,contraunsuperiorendesgracia.

VIII

Dondeelinfortunadoprimosevemuymalrecibido

Alavezamadellavesydoncella,Madeleinehabíaestadoalserviciodelseñor y de la señoraCamusot desde su boda.Había visto a sus amos en lapenuria de sus comienzos, en provincias, cuando el señor era juez en eltribunal de Alençon; ella les había ayudado a vivir cuando, presidente deltribunal de Mantes, el señor Camusot, en 1828, vino a París, donde fuenombrado juez de instrucción. Por lo tanto, estaba demasiado ligada a lafamiliaparanotenermotivosdevenganza.Sudeseodehaceralaorgullosayambiciosa presidenta la mala pasada de convertirse en la prima del señor,debíaocultarunodeesosodios sordosengendradosporunade las arenillasqueformanlosaludes.

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—¡Señora!¡AhívieneelseñorPons,ytodavíaconspencer!—fueadecirMadeleinea lapresidenta—.¡Megustaríaquemedijeracómose lasarreglaparaconservarlodesdehaceveinticincoaños!

Aloírpasosdehombreenelsaloncilloqueseparabaelsalóngrandedesualcoba,laseñoraCamusotmiróasuhijayseencogiódehombros.

—Túsiempremeavisastaninoportunamente,quenuncatengotiempodetomarunadecisión,Madeleine—dijolapresidenta.

—Señora,Jeanhasalido,yoestabasola,elseñorPonsha llamado, leheabierto la puerta, y como casi es de la casa yo no podía impedir que mesiguiera;estáahíallado,quitándoseelspencer.

—¡Mipobremichina—dijolapresidentaasuhija—,yanopodemossalir!Ahora tendremos que quedarnos a comer aquí…Bueno—añadió, al ver lacaradepenaqueponía suqueridamichina—,¿quéquieresquehaga?¿Quenosloquitemosdeencimadefinitivamente?

—¡Oh, pobre hombre! —respondió la señorita Camusot—. ¡Privarle deunacomida!

Enel saloncillo resonabauna falsa tosdehombre,quequeríadecir:«Osestoyoyendo».

—Bueno,puesqueentre—dijolaseñoraCamusotaMadeleine,volviendoaencogersedehombros.

—Havenidousted tan temprano—dijoCécileCamusotconzalamería—quenoshasorprendidoenelmomentoenquemimadreibaavestirse.

ElprimoPons,aquiennohabíaescapadoelmovimientodehombrosdelapresidenta, se sintió tan cruelmente humillado, que no supo qué cumplidodecir,yselimitóaestaprofundafrase:

—Miqueridaprimasiempreestáencantadora.

Luego,volviéndosehacialamadreysaludándola,añadió:

—Queridaprima,nocreoquemeguarderencorporhabervenidounpocoantes que de costumbre; le traigo lo queme había hecho usted el honor depedirme…

Yel pobre Pons, que sacaba de quicio al presidente, a la presidenta y aCécilecadavezquelesllamabaprimooprima,sacódelbolsillolateraldesutraje una preciosa cajita oblonga de madera de Santa Lucía, divinamenteesculpida.

—¡Ah!Lohabíaolvidado—dijosecamentelapresidenta.

Estaexclamación¿noeraalgoatroz?¿Nonegabatodoméritoalasolicitud

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desupariente,cuyaúnicaculpaeraladeserunparientepobre?

—Pero, en fin—añadió—, ha sido ustedmuy amable. ¿Le debomuchodineroporestacosilla?

Esta pregunta hizo que su primo se estremeciera interiormente, ya queteníalapretensióndesaldartodassuscomidasmedianteelregalodeaquellajoya.

—Me ha parecido queme permitiría usted hacerle este obsequio—dijoconvozemocionada.

—¡Oh, no, no, no puedo consentirlo! —replicó la presidenta—; entrenosotrosnotenemosporquéhacercumplidos,yanosconocemoslosuficienteparahablarcontodafranqueza.Séquenoesustedlobastantericocomoparapermitirse estos lujos. ¿Le parece poco tomarse la molestia de perder sutiempovisitandoanticuarios?

—Queridaprima,ustednoaceptaríaesteabanico si tuvieraquepagar suverdaderovalor—replicóelpobrehombre,ofendido—;esunaobramaestradeWatteau,pintadoporlosdoslados;pero,tranquilícese,nohepagadonilacentésimapartedesuprecioartístico.

Decir a un rico«¡Eres pobre!» equivale a decir al arzobispodeGranadaque sus homilías no tienen ningún interés. La señora presidenta estabademasiadoorgullosadelaposicióndesumarido,delaposesióndeMarvilleyde las invitacionesa losbailesde lacorte,paranosentirseheridaen lomásvivoporunaobservaciónsemejante,sobretodoprocediendodeunmiserablemúsicodequienellaseconsiderabalabienhechora.

—Entonces, es que la gente a quien compra usted estas cosas son biennecios—dijovivamentelapresidenta.

—EnParísnohayanticuariosnecios—replicóPonscasisecamente.

—Debeserustedqueesmáslisto—dijoCécile,paracalmarladiscusión.

—Queridaprima, soy losuficientemente listopara reconocerunLancret,unPater,unWatteau,unGreuze;perosobretodoteníaeldeseodecomplacerasuqueridamamá.

Ignoranteyvanidosa,laseñoradeMarvillesenegabaaaceptarlaideadeque recibía algo valioso de su gorrón, y su ignorancia le sirvióadmirablemente,yaquenoconocíaelnombredeWatteau.Sihayunrasgoquepueda describir hasta dónde llega el amor propio de los coleccionistas, que,desdeluego,esunoosmásfuertes,puestoquerivalizaconelamorpropiodelosescritores,eslaaudaciaconquePonsacababadeenfrentarseconsuprima,por primera vez desde hacía veinte años. Estupefacto por su atrevimiento,Ponsvolvióaadoptarunaactitudpacífica,alexplicaraCécilelasbellezasdel

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finotrabajodelasvarillasdeaquelmaravillosoabanico.Pero,paraestarenelsecretodelatrepidacióncordialquesufríaelpobrehombre,esnecesariohacerunleveesbozodelapersonalidaddelapresidenta.

Aloscuarentayseisaños,laseñoradeMarville,queenotrotiempoeradecortaestatura,rubia,entradaencarnesylozanadeaspecto,seguíasiendodecorta estatura, pero se había vuelto delgada. Su ceño fruncido, su bocahundida, que antaño la juventud adornaba de delicados colores, habíancambiado su aspecto, naturalmente desdeñoso, en un airemalhumorado. Lacostumbredeserdueñayseñoraabsolutadelacasahabíavueltosufisonomíadura y desagradable. Con el tiempo el rubio de sus cabellos se habíaconvertido en castaño chillón. Los ojos, todavía vivaces y cáusticos,expresabanunaaltivezjudicialcargadadeunaperpetuaenvidia.Enefecto,lapresidenta se encontraba casi pobre en medio de la sociedad de burguesesadvenedizos en la que comía Pons.No perdonaba al rico droguero, antiguopresidente del tribunal de comercio, haber llegado a ser sucesivamentediputado,ministro,condeypar.Noperdonabaasusuegroelquesehubierahecho nombrar, en detrimento de su hijo mayor, diputado por su distrito,cuandoPopinotfueelevadoaladignidaddepar.Despuésdedieciochoañosde servicios en París, aún seguía esperando para Camusot el puesto deconsejeroenelTribunalSupremo,queporotraparteleestabavedadodebidoasuineptitud,perfectamenteconocidaenelPalaciodeJusticia.ElministrodeJusticiade1844,lamentabaelnombramientodeCamusotparalapresidencia,obtenidoen1834;perolehabíandestinadoa lacámaradeacusacionesenlaque, gracias a su rutina de antiguo juez de instrucción, cumplía con sucometidodictandosentencias.

IX

Unbuenhallazgo

Estos desengaños habían influido en el carácter de la presidenta deMarville, quien, por otra parte, no se engañaba acerca de losméritos de sumarido,convirtiéndoloenalgoterrible.Siantessutemperamentoerabrusco,ahorasehabíaagriadomuchomás.Amedidaqueibaenvejeciendo,sehacíacadavezmásásperayduracomouncepillo,paraobtener,porelmiedo,todoloquelasociedadsesentíadispuestaanegarle.Excesivamentemordaz,teníapocasamigas. Imponíamucho,pues sehabía rodeadodeunaseriedeviejasbeatasdesumismaralea,quelaapoyabanparatomarseundesquite.Oseaquelas relaciones del pobre Pons con este diablo con faldas, eran las de uncolegial con unmaestro que sólo habla con la palmeta.La presidenta no se

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explicaba,pues,lasúbitaaudaciadesuprimo,ignorandoelvalordelregalo.

—¿Ydóndehaencontradoesto?—preguntóCécile,examinandolajoya.

—EnlacalledeLappe,enlatiendadeunchamarileroqueacabadetraerlodeuncastilloquehanpuestoenventacercadeDreux,enAulnay,uncastilloenelquehabíapasadoalgunastemporadasMadamedePompadour,antesdeconstruirMénars;deallíhansacadolosmaderajesmásespléndidosquesehanvistojamás;cosastanbellasqueLiénard,nuestrocélebreescultorenmadera,se ha quedado como nec-plus-ultra del arte, dos marcos ovalados paramodelos… Había verdaderos tesoros. Mi chamarilero ha encontrado esteabanico enun escritorio enmarquetería queyohubiese comprado si hicieracolección de esta clase demuebles; pero… algo intocable…Unmueble deReisenervaledetresacuatromilfrancos.HoyenParísempiezaareconocersequelosfamosostaraceadoresalemanesyfrancesesdelossiglosXVI,XVIIyXVIIIhacíanverdaderoscuadrosenmadera.Elméritodelcoleccionistaeselde adelantarse a la moda. Por ejemplo, dentro de cinco años en París, lasporcelanas de Frankenthal que yo colecciono desde hace veinte años, sepagaráneldoblequelapastatiernadeSèvres.

—¿Quéeselfrankenthal?—preguntóCécile.

—Es el nombre de la fábrica de porcelanas del elector palatino; esmásantigua que nuestra manufactura de Sèvres, como los famosos jardines deHeidelberg, destruidos por Turenne, han tenido la desgracia de existir antesque los de Versalles. Sèvres ha copiado mucho de Frankenthal… Losalemanes, tambiénhayqueser justosenesto,hanhechoantesquenosotros,cosasadmirablesenSajoniayenelPalatinado.

Madre e hija se miraron como si Pons les estuviera hablando en chino,porquenopuedeimaginarsehastaquépuntolosparisiensessonignorantesyexclusivos; no saben más que lo que se les enseña, y aun cuando quierenenterarse.

—¿Yenquéreconoceustedelfrankenthal?

—¡Por la firma, naturalmente! —dijo Pons con pasión—. Todas estasmaravillosasobrasdearteestánfirmadas.ElfrankenthalllevaunaCyunaT(Carlos-Teodoro)entrelazadasy llevandoencimaunacoronadepríncipe.LaSajoniaantiguatienesusdosespadasyelnúmerodeordenenoro.Vincennesfirmabaconuncuerno.VienneconunaVcerradaycruzada.Berlíncondosbarras.Mayenceconunarueda.SévrescondosLL,ylaporcelanadelareinaconunaAquequieredecirAntonieta,yencimaunacoronareal.EnelsigloXVIII todos los soberanos de Europa han rivalizado en la fabricación deporcelana. Se quitaban los artesanos los unos a los otros.Watteau dibujabamodelos para lamanufactura deDresde, y sus obras han alcanzado precios

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increíbles(perohayqueentendermucho,porque,hoyendía,Dresdelosrepiteylosvuelveacopiar).Enaquellostiempossefabricabancosasadmirablesqueyanovolveránahacerse…

—¡Ah,bah!

—Sí,sí,prima;haytaraceasyhayporcelanasquenovolveránahacerse,comonosepintaránmáscuadrosdeRafael,nideTiciano,nideRembrandt,nideVanEyck,nideCranach…Porejemplo,loschinossonmuyhábiles,muydiestros, ¿no?; pues bien, hoy se dedican a copiar las maravillas de suporcelana que llaman gran mandarín… Dos jarrones de gran mandarínantiguo, del tamaño mayor, valen seis, ocho, diez mil francos, y la copiamodernapuedecomprarsepordoscientosfrancos.

—¡Nohablaráustedenserio!

—Queridaprima,estosprecios lesorprenden,peronosonnada.Nosóloun servicio completo para una mesa de doce personas en pasta tierna deSèvres,quenoesporcelana,valecienmilfrancos,sinoqueademáséstenoesmás que el precio de fábrica.En 1750, enSèvres, un servicio como éste sepagabaacincuentamillibras.Yohevistolasfacturasoriginales.

—Volvamos al abanico —dijo Cécile, a quien aquella joya parecíademasiadoantigua.

—Comoustedcomprenderá,desdeelmomentoenque suqueridamamáme hizo el honor de pedirme un abanico —siguió Pons— me puseinmediatamenteabuscarlo.VisitétodoslosanticuariosdeParíssinencontrarnadaquemegustara;porque,para laqueridapresidenta,yoqueríaunaobramaestra,ypensabadarleelabanicodeMaríaAntonieta,elmásbellodetodoslos abanicos célebres. Pero ayer me quedé deslumbrado al ver esta divinamaravilla,quesindudaalgunafuehechaporencargodeLuisXV.¿Queporqué he ido a buscar un abanico en la calle de Lappe, en la tienda de unauvernésquevendeplanchasdecobre,cosasdehierro,mueblesdorados?Nosé, peroyo creo en la inteligenciade losobjetosde arte, que conocen a losentendidos,quelesllaman,queleshacen:«¡Chit!¡Chit!»…

LapresidentaseencogiódehombrosymiróasuhijasinquePonspudieraverestarápidamímica.

—¡Si les conoceré a todos estos judíos! «¿Qué hay, Monistrol? ¿Tieneustedadornosdepuertas?»,lehepreguntadoaestechamarilero,quemedejacuriosear todas sus adquisiciones, antes que a los grandes anticuarios.EntoncesMonistrolmecuentacómoLiénard,queestáesculpiendounascosaspreciosasenlacapilladeDreux,porencargodelgobierno,habíasalvadoenlaventa de Aulnay, los maderajes esculpidos de manos de los anticuarios deParís,queestabandistraídosconporcelanasymueblestaraceados.«Yonohe

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sacado gran cosa—me dice—, pero con esto ya ganaré para los gastos delviaje.»Yme enseña el escritorio, unamaravilla. Unos dibujos de Boucher,ejecutadosenmarquetería, ¡conunarte…!¡Unacosacomoparaarrodillarsedelante!«Mire—medice—,enuncajoncillocerradoquenoteníallaveyquehetenidoqueforzar,acabodeencontraresteabanico.¿Podríausteddecirmeaquiénpuedovendérselo…?»YmesacaestacajitademaderadeSantaLucíaesculpida. «Ya ve, es de este estilo Pompadour, que se parece al góticoflorido»…«¡Oh!—lehedichoyo—,alomejormeinteresa…Porque,loqueeselabanico,mibuenMonistrol,yonotengounaseñoraPonsaquienregalarunacosaasí…;además,ahorahacenunosnuevospreciosos.Hoyendíaestasvitelassepintandeunamaneraprodigiosa,ybastantebaratas.¿SabeustedquehaydosmilpintoresenParís?»Ymientras,yoabríaelabanicoaparentandoindiferenciayconteniendomiadmiración,contemplandofríamenteestosdoscuadritos de una soltura y de una ejecución incomparables. ¡Tenía en mismanos el abanico de Madame de Pompadour! ¡Watteau agotó todo su artepintándolo! «¿Cuánto pide por el mueble?» «¡Oh, mil francos me los dacualquiera!»Yoleofrezcoporelabanicoloquesupongoquerepresentanmásomenoslosgastosdesuviaje.Entonceslosdosnosquedamosmirándonosdehitoenhito,yyoyaveoquelacosaestáhecha.Enseguidavuelvoameterelabanico en la caja, paraque el auvernésno seponga amirarlomejor, ymeextasíoconeltrabajodeestacaja,que,desdeluego,esunaverdaderajoya.«Silocompro—ledigoaMonistrol—esporesto;yaveustedqueloúnicoqueme tienta es la caja. En cuanto al escritorio, puede usted sacarmás demilfrancos; fíjese cómo están cincelados estos cobres… Esto son modelosoriginales… se puede sacar partido… esto no lo han reproducido… todo loque se hacía paraMadame de Pompadour era único…»Y el buen hombre,encandiladoconsuescritorio,seolvidadelabanico,ymelodejapornada,acambio de la revelación que le he hecho de la belleza de este mueble deRiesener. ¡Yyaestá!Perosenecesitamuchaprácticaparaconseguirgangascomoésta…Esuncombatedepilloapillo,¡ymenudospilloslosjudíosylosauverneses!

La admirable pantomima, la graciosa elocuencia del anciano artista, quehacían de él, narrando el triunfo de su astucia sobre la ignorancia delchamarilero, un modelo digno del pincel holandés, todo se perdió para lapresidenta y su hija, que se dijeron, cambiando unas miradas frías ydesdeñosas:

—¡Quécurioso!

—¿Yesoaustedledivierte?—preguntólapresidenta.

Pons se quedó helado ante esta pregunta, y sintió deseos de agredir a lapresidenta.

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—Pero,miqueridaprima—siguió—,¡estoesiralacazadeobrasdearte!¡Yhayqueenfrentarseconadversariosquedefiendenlapieza!¡Astuciacontraastucia!Unaobradeartecustodiadaporunnormando,unjudíoounauvernés,escomolasprincesasdeloscuentosdehadas,guardadasporencantadores…

—¿YcómosabeustedqueesdeWat…?¿Cómodicequesellama?

—¡Watteau,miqueridaprima!,unodelospintoresfrancesesmásgrandesdel siglo XVIII.Mire, ¿no ve usted la firma?—dijo señalando una escenapastoril, que representaba un corro en el que bailaban falsas campesinas ypastorescortesanos—.¡Quéviveza! ¡Quéanimación! ¡Quécolorido! ¡Yestáhechodeun tirón! ¡Comouna rúbricadeunmaestro calígrafo!No se ve eltrabajo…Y del otro lado,mire: ¡un baile en un salón! ¡Es el invierno y elverano!¡Quéadornos!¡Ycómosehaconservado!Fíjese,lavirolaesdeoro,yestárematadaporcadaladoconunrubídiminutoqueyohelimpiado…

—Siendo así, no puedo aceptar un objeto de tanto precio. Esmejor quesaque usted un beneficio de él—dijo la presidenta, que, sin embargo, sólodeseabaquedarseconaquelmagníficoabanico.

—Hallegadolahoradequeloquehaservidoalvicio,estéenmanosdelavirtud—dijoelpobrehombrerecuperandoelaplomo—.Sehabránnecesitadocienañosparaqueseproduzcaestemilagro.Puedeestarseguradequeenlacorteningunaprincesa tendránadacomparableaestamaravilla;porque,pordesgracia,estáenlanaturalezahumanaelhacermásporunaPompadourqueporunavirtuosareina.

—Puesbien,loacepto—dijoriendolapresidenta—.Cécile,ángelmío,veaveraMadeleine,ycuidadequelacomidaseadignadenuestroprimo.

Lapresidenta quería saldar la cuenta.Esta recomendación, hecha envozalta,contrariamentealasreglasdelbuengusto,separecíatantoaunaordendepago, quePons se ruborizó comouna joven cogida en falta.Aquella vez laarenillaerademasiadogruesa,ylerodóduranteunbuenratoporelcorazón.Cécile, joven muy pelirroja, cuyo porte, acusadamente pedante, afectaba lagravedad judicial del presidente, y recordaba la sequedad de su madre,desapareciódejandoalpobrePonsenfrentadoalaterriblepresidenta.

X

Unahijacasadera

—¡Qué linda es mi pequeña Lilí! —dijo la presidenta, empleando estediminutivoinfantilqueantesseusabaparaelnombredeCécile.

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—¡Encantadora! —respondió el anciano músico, haciendo girar lospulgares.

—Nocomprendonadadel tiempoenquevivimos—siguió lapresidenta—. ¿De qué sirve pues tener por padre a, un presidente del tribunal real deParís y comendador de la Legión de Honor, por abuelo a un diputadomillonario,futuropardeFrancia,elmásricodelossederosmayoristas?

La fidelidad del presidente a la nueva dinastía le había validorecientemente el cordón de comendador, distinción atribuida por algunosenvidiososa laamistadque leuníaconPopinot.Esteministro,comohemosvisto,apesardesumodestia,sehabíadejadohacerconde.«Espormihijo»,decíaasusnumerososamigos.

—Hoyendíasólosebuscaeldinero—respondióelprimoPons—,noseprestaatenciónmásquealosricos,y…

—¿Qué ocurriría, pues —exclamó la presidenta—, si el Cielo no mehubiesearrebatadoamipobreCariños?

—¡Oh! Con dos hijos sería usted pobre —dijo el primo—. Es laconsecuencia de repartir los bienes por igual. Pero tranquilícese, mi bellaprima,Cécileterminaráporhacerunabuenaboda.Yonohevistoenningunaparteunajovencontantascualidades.

HastaestepuntosehabíarebajadoPonsencasadesusanfitriones;repetíasus ideas y se las comentaba llanamente, a la manera del coro del teatroantiguo.Noosaba entregarse a laoriginalidadquedistingue a los artistas, yque en su juventud, en él, abundaba en rasgos de talento, pero que lacostumbre de eclipsarse había llegado casi a hacer desaparecer, y querechazabacuandovolvíaapresentarse,comohacíaunmomento.

—Peroyomecaséconsóloveintemilfrancosdedote…

—¿En1819?—dijoPonsinterrumpiéndola—.Peroentonceseraustedunadelasmujeresdemásposición,unajovenprotegidaporelreyLuisXVIII.

—Peromi hija es un verdadero ángel, tiene muchísimo talento; es todacorazón,aportacienmilfrancosalmatrimonio,sincontarconlasesperanzasdemuchomás…ynohaymododecasarla…

La señora deMarville habló de su hija y de ella misma durante veinteminutos,entregándoseaestaslamentacionescaracterísticasdelasmadresquetienen a su cargo hijas casaderas. Hacía veinte años que el ancianomúsicocomía en casa de su único primo Camusot, y al pobre hombre jamás se lehabía hecho la menor pregunta sobre su posición, sobre su vida, sobre susalud. Además Pons era en todas partes una especie de sumidero deconfidencias domésticas, ya que ofrecía las mayores garantías por su

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discreción conocida y necesaria, puesto que una sola palabra indiscretahubierasignificadoqueselecerraralapuertadediezcasas;supapeldeoyenterequería, pues, una constante aprobación; sonreía a tocio, no acusaba nidefendíaanadie;paraéltodoelmundoteníarazón.Ydeestemododejódecontar como hombre, no eramás que un estómago. En esta larga tirada, lapresidenta, no sin ciertas precauciones, confesó a su primo que estabadispuestaaaceptarcasiciegamentelospartidosquesepresentasenasuhija.Llegó incluso a considerar como una buena oferta, la que podría hacer unhombredecuarentayochoaños,contaldequetuvieraveintemilfrancosderenta.

—Cécile ya tiene veintitrés años, y si por desgracia llegara a losveinticincoolosveintiséis,seríaextraordinariamentedifícilcasarla.Enestoscasos la gente se pregunta por qué una joven se ha quedado soltera durantetantotiempo.Entrenuestrasamistadesyasehablademasiadodeesteasunto.Yahemosagotadolasexcusasmáscorrientes:«Esdemasiadojoven»,«Quieredemasiado a sus padres para dejarles», «Es feliz en su casa», «Es difícil decontentar,quiereunapellidoilustre»…Nosestamosponiendoenridículo,medoy perfectamente cuenta. Además, Cécile está cansada de esperar, estasituaciónhacesufriramipobrehija…

—Pero¿porqué?—preguntóabsurdamentePons.

—Pues porque se siente humillada al ver que todas sus amigas se casanantesqueella—replicólamadreenuntonodestempladodeviejaaya.

—Miqueridaprima,¿quéesloquehacambiadodesdelaúltimavezquetuveelplacerdecomeraquí,paraquepiensenenpersonasdecuarentayochoaños?—preguntóhumildementeelpobremúsico.

—Haocurrido—replicólapresidenta—quedebíamostenerunaentrevistacon un consejero del tribunal, cuyo hijo tiene treinta años, cuya fortuna esconsiderable, y para quien el señor deMarville hubiese obtenido,mediantedinero, un puesto de refrendario en elTribunal deCuentas. El joven ya erasupernumerario.Yacabandedecirnosqueestejovenhacometidolalocurademarcharse a Italia detrás de una duquesa del baile Mabille… Es un mododiscretodedarnosunanegativa.Noquierendarnosun jovencuyamadrehamuerto, y que disfruta ya de treinta mil francos de renta, y que espera lafortuna de su padre.Demodo que debe usted perdonar nuestromal humor,queridoprimo:hallegadoustedenplenacrisis.

EnelmomentoenquePonsbuscabaunadeestasrespuestasdecumplidoque siempre se le ocurrían demasiado tarde cuando se hallaba en casa deanfitriones a los que teníamiedo, entróMadeleiney entregó a la presidentaunapequeñanota,esperandolacontestación.

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Lanotadecíalosiguiente:

Queridamamá,sidijéramosqueestepapelito loenvíamipadredesdeelPalaciodeJusticiayque tedicequevayamosacomerconélencasadeunamigo para volver a hablar de la cuestión de mi boda, el primo se iría, ynosotraspodríamoshacerloquehabíamospensadoencasadelosPopinot.

—¿Quiéntehaentregadoesto?—preguntóvivamentelapresidenta.

—UnempleadodelPalacio de Justicia—respondió desvergonzadamentelaflacaMadeleine.

Conestarespuestalaviejadoncellaindicabaasuamaquehabíasidoellaquienhabíaurdidolamentira,deacuerdoconlaimpacienteCécile.

—Dilequemihijayyoestaremosallíalascincoymedia.

XI

Unadelasmilvejacionesquetienequesufrirungorrón

UnavezhubosalidoMadeleine,lapresidentamiróalprimoPonsconestafalsaamabilidadqueenunalmadelicadaproduceelmismoefectoquevinagreylechemezcladosenlalenguadeungoloso.

—Queridoprimo, lacomidaestápreparada,pero tendráustedquecomersin nosotras, porque mi marido acaba de escribirme desde la audiencia,avisándomedequevolveremosatratardelproyectodebodaconelconsejero,y tenemos que ir a comer con él… Entre nosotros no hay por que gastarcumplidos.Hagacomosiestuvieraustedensucasa;yavelofrancaquesoyconusted,noleocultoningúnsecreto…Noquerráustedestropearlelabodaaesteángelmío,¿verdad?

—¡Oh,no,no!Alcontrario,yoquisieraencontrarleunmarido;peroenlosambientesquefrecuento…

—Sí, no es probable —interrumpió insolentemente la presidenta—. Demodoquesequeda¿no?Cécileleharácompañíamientrasmevisto.

—¡Oh! Pero también puedo ir a comer en otro sitio —dijo el pobrehombre.

Aunque cruelmente afectado por el modo con que la presidenta lereprochaba su indigencia, aún le asustabamás la perspectiva de quedarse asolasconloscriados.

—¿Porqué?Lacomidayaestápreparada,laaprovecharíanloscriados.

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Aloírestahorriblefrase,Ponsselevantócomoalcanzadoporladescargadeunapilagalvánica,saludófríamenteasuprimayfuearecogersuspencer.LapuertadelaalcobadeCécilequedabaalsaloncilloestabaentreabierta,demodo que, al mirarse en el espejo que tenía delante, Pons vio a la jovendesternillándosederisayhablandoconsumadreconmuchosmovimientosdecabezaymuecasquerevelabanalgunaindignaburlaacostadelviejoartista.Ponsdescendió lentamentepor laescalera,conteniendo las lágrimas:seveíaexpulsadodeaquellacasasinsaberporqué.

«Yasoydemasiadoviejo—sedecía—yalagentelehorrorizalavejezylapobreza,doscosasfeas.Novolveréairaunsitiosinquemeinviten.»

¡Heroicafrase…!

Lapuerta de la cocina, situada en la planta baja, enfrente de la portería,solíaestarabierta,comoocurreen lascasasocupadaspor lospropietarios,ycuyapuertacocheraestásiemprecerrada;Ponspudo,pues,oírlasrisasdelacocinera y del ayuda de cámara, a quienes Madeleine estaba contando lajugadaquehabíanhechoaPons,puesnoseimaginabaqueelinfelizsalieradeallítanpronto.Elayudadecámaraaprobabacalurosamentelabromadelaquehabíasidovíctimaunhabitualdelacasaque,comoéldecía,nodabajamásniuncéntimodepropina.

—Sí, sí, pero si se amosca y no vuelvemás—observaba la cocinera—siempreserántresfrancosquehabremosperdidoeldíadeAñoNuevo…

—¡Bah! ¿Cómo quieres que se entere? —dijo el ayuda de cámara,respondiendoalacocinera.

—¡Bah!—siguiódiciendoMadeleine—.Quetardemásomenosendejardevenirporaquí,¿anosotrosqué?Fastidiatantoalosdueñosdelascasasenlasquecomequeterminaránporecharledetodaspartes.

Enesemomentoelancianomúsicogritóasomándosealaportería:

—¡Lapuerta,porfavor!

Estegritodolorosofueacogidoconunprofundosilencioenlacocina.

—Estabaescuchando—dijoelayudadecámara.

—Bueno,peorparaél,omejor,nosé—replicóMadeleine—.Paraloquelequedadevida…

Elpobre hombre, que no había perdido ni una sílaba de la conversaciónquesosteníanenlacocina,oyótambiénestaúltimafrase.Volvióasucasa,porlosbulevares,enelestadoenquepodríaencontrarseunaancianadespuésdeluchar desesperadamente con unos asesinos. Hablaba solo mientras andabaconuna rapidezconvulsiva,pues suhonor sangrante le empujabacomouna

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paja llevada por la furia del viento. Por fin se encontró en el bulevar delTemple, a las cinco, sin saber cómo había llegado hasta allí; pero, cosainaudita,nosentíaelmenorapetito.

Ahora,paracomprender larevoluciónqueel regresodePonsaestahoraibaaproducirensucasa,esnecesariodarlasexplicacionesprometidasacercadelaseñoraCibot.

XII

Especímenesdeporteros(machoyhembra)

LacalledeNormandíaesunadeesascallesenmediodelascualesunosecreería en provincias: crece la hierba, un viandante es un acontecimiento, ytodo el mundo se conoce. Las casas datan de la época en la que, bajo elreinadodeEnrique IV, se empezóa construirunbarrio enelquecadacallellevaseelnombredeunaprovincia,yencuyocentrodebíahallarseunabellaplazadedicadaaFrancia.LaideadelbarriodeEuropafuelarepeticióndeesteplan.Lagenteserepiteentodoyentodaspartes,inclusoenlasiniciativas.Lacasa que habitaban los dosmúsicos era un antiguo palacio situado entre unpatioyunjardín;perolafachada,quedabaalacalle,habíasinoconstruidaenelsiglopasado,enlaépocaenlaqueelMaraisestuvomuyenboga.Losdosamigos ocupaban todo el segundo piso del antiguo palacio. Esta doble casapertenecíaalseñorPillerault,unoctogenarioqueteníaporadministradoresalseñor y a la señora Cibot, que hacía veintiséis años que eran sus porteros.Ahora bien, como un portero del Marais no tiene una retribución losuficientementeelevadacomoparapodervivirsólodesuportería,eltalCibotañadíaasuscincocéntimosporlibrayaltroncoquelecorrespondíaporcadacargade leña los recursosdesu industriapersonal:erasastre,comomuchosporteros. Con el tiempo, Cibot había dejado de trabajar para los dueños desastrerías; pues, como consecuencia de la confianza que depositaba en él lapequeñaburguesíadelbarrio,gozabadelincontestableprivilegiodehacerlosarreglosycomposturas,loszurcidosylasrenovacionesdetodoslostrajesenunperímetrode tres calles.Laportería eragrandey sana,y tenía anejaunahabitación. De modo que el matrimonio Cibot pasaba por uno de los másfelicesentrelosseñoresporterosdeldistrito.

Cibot,unhombrecilloachaparrado,cuyapielhabíaadquiridountintecasioliváceo, a fuerza de permanecer sentado, al estilomoro, sobre unamaderaelevadaa laalturade laventanaenrejadaquedabaa lacalle,ganabaconsuoficiounosdosfrancospordía.Todavíatrabajaba,apesardetenercincuentayochoaños;perocincuentayochoañoseslaflordelaedadenlosporteros;es

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entoncescuandosehanacostumbradoyaasuportería,queesparaelloscomolaconchaparalasostras,y¡lesconocetodoelbarrio!

La señora Cibot, que había sido una bella ostrera, había abandonado suempleoenelCadranBleuporelamordeCibot,alaedaddeveintiochoaños,despuésde todas lasaventurasqueunabellaostreraencuentrasinbuscarlas.Labellezadelasmujeresdelpueblodurapoco,sobretodocuandotienenquepasarsemuchashorasenlapuertadeunrestaurante.Lascálidasemanacionesde lacocinacambian los rasgosdesucara,queseendurecen; los fondosdebotellasquebebenencompañíadelosmozostransformanelcolordesupiel,y ninguna mujer pierde tan pronto su lozanía como una bella ostrera.Afortunadamente para la señora Cibot, elmatrimonio legítimo y la vida deportería llegaron a tiempo de conservarla; y siguió siendo un verdaderomodelodeRubens,poseyendo todavíaunabellezavirilquesus rivalesde lacalle de Normandía calumniaban calificándola de jamona. Los tonos de sucarne podían compararse a las apetitosasmontañas de pellas demanteca deIsigny; y, a pesar de estar bastante entrada en carnes, desplegaba unaincomparableactividadensusfunciones.LaseñoraCibotestaballegandoalaedadenlaqueestaclasedemujeressevenobligadasaafeitarse.¿Noesestolomismoquedecirqueteníacuarentayochoaños?Unaporteraconbigoteesuna de las mayores garantías de orden y seguridad para un propietario. SiDelacroixhubiesepodidoveralaseñoraCibot,orgullosamenteapoyadasobresuescoba,sindudalahubieseconvertidoenunaBelona…

Debía llegar el día en que la posición del matrimonio Cibot, ¡cosasingular!,influiríaenladelosdosamigos(comodiríaunfiscal);porlotanto,el historiador, para ser fiel a la verdad, se ve obligado a entrar en ciertosdetallesacercade laportería.Lacasarentabaunosochomil francos,yaqueposeía tres pisos completos, de doble fondo, que daban a la calle, y trescorrespondientes al antiguo palacio que había entre el patio y el jardín.Además, un chatarrero llamado Rémonencq ocupaba una tienda que dabatambién a la calle. EsteRémonencq, que desde hacía pocosmeses se habíaconvertido en anticuario, conocía tan bien el valor de la colección de Pons,quelesaludabadesdeelfondodesutiendacuandoelmúsicoentrabaosalía.De modo que los cinco céntimos por libra proporcionaban al matrimonioCibotunoscuatrocientosfrancos,disfrutandoademásdelasventajasdetenervivienday leñagratuitas.Ahorabien, comoCibotganaba con su trabajounpromedio de setecientos u ochocientos francos por año, marido y mujercontaban, incluyendo las propinas, con unos ingresos de mil setecientosfrancos,quelosCibotgastabanhastaelúltimocéntimo,yaquevivíanmejordeloquesuelevivirlagentedelpueblo.«¡Sóloseviveunavez!»,decíaella.Comopuedeverse,nacidadurantelaRevolución,laseñoraCibotignorabaelcatecismo.

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Gracias a su antiguo trabajo en el Cadran Bleu, esta portera de ojossanguíneosyaltivosposeíaciertosconocimientosculinariosquehacíanquesumaridofueseobjetodeenvidiaporpartedetodossusconocidos.Yasí,yaenedadavanzada,enelumbraldelavejez,losCibotseencontrabanapenasconcienfrancosdeahorros.Bienvestidosybienalimentados,disfrutabantambiénenelbarriodeunaconsideracióndebidaaveintiséisañosde lamásestrictaprobidad.Noteníannada,peronosehabíanquedadoniconninuncéntimodelos demás, según su propia expresión, pues la señora Cibot prodigaba las«enes»alhablar.Decía,porejemplo,asumarido:«¡Eresnunencanto!».¿Porqué?Preguntarlo sería como inquirir la razónde su indiferencia enmateriasreligiosas. Pero aunque orgullosos ambos de esta vida sin secretos, de laestimade seis o siete callesyde la autocraciaque supropietario lesdejabasobrelacasa,enprivadoselamentabandenotener,tambiénellos,susrentas.Cibotsequejabadedoloresenlasmanosyenlaspiernas,ylaseñoraCibotdeplorabaquesupobreCibot,asuedad,todavíasevieseobligadoatrabajar.Día llegaráenque,despuésde treintaañosde llevarunavidasemejante,unporteroacusaráalgobiernodeinjusticia,yquerráqueleconcedanlaLegióndeHonor…Cadavezqueseenterabanpor loscomadreosdelbarrioque talcriada,despuésdeochoodiezañosdeservir,figurabaenuntestamentocontresocuatrocientos francosde rentavitalicia, corríandeporteríaenporteríalasfrasesdequejaquepuedendarideadelaenvidiadequeestándevoradaslasprofesionesínfimasenParís.

—¡Vaya! ¡De nosotros sí que nadie se acordará a la hora de hacertestamento!¡Quémalasuertetenemos!Yalfinyalcabosomosmásútilesqueloscriados.Somospersonasdeconfianza,cobramoslosalquileres,vigilamoslacasa;pero,yaves,nostratanigualitoquealosperros…

—¡Hayquiennacedepie!—murmurabaCibotmientrasibaadevolveruntraje.

—Si yo hubiese dejado a Cibot en la portería y me hubiese puesto decocinera, a estas horas habríamos ahorrado treinta mil francos —decía laseñoraCibotalhablarconsuvecina,poniéndoseenjarras—.Yonohesabidoentendermeenlavida,totalparatenerunabuenaportería,estarcalienteyquenofaltenada.

XIII

Profundasorpresa

Cuando, en 1836, los dos amigos vinieron a ocupar para ellos solos el

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segundopisodelantiguopalacio,ocasionaronunaespeciederevoluciónenelmatrimonioCibot.Heaquícómo.Schmucke,aligualquesuamigoPons,teníalacostumbredeponersedeacuerdocon losporterosoporterasdel lugarenquevivíaparaquesecuidarande lacasa.Demodoque losdosmúsicos,alinstalarseenlacalledeNormandía,fuerondelmismoparecerenloreferenteacontratarlosserviciosdelaseñoraCibot,quienseconvirtióensuasistenta,arazóndeveinticincofrancosalmes,docefrancosconcincuentacéntimoscadauno.

Alcabodeunaño,ladignaporterareinabaenelpisodelosdossolterones,como reinaba en el del señor Pillerault, tío abuelo de la señora condesa dePopinot; sus intereses eran los suyos, y ella decía: Mis dos señores. Enresumen, que viendo que los dos cascanueces eran dóciles como corderos,fácilesdeconformar,nadadesconfiados,loquesediceunosniños,dejándosellevarporsucorazóndemujerdelpueblo,sepusoaprotegerles,aadorarles,aservirles con tanta solicitud que incluso les daba algunas reprimendas y lesdefendíacontra todos los fraudesqueenParíshacenaumentar losgastosdeunacasa.Porveinticincofrancosalmes,losdossolterones,sinpremeditación,y sin que hubiesen podido sospecharlo, adquirieron una madre. Al darsecuentade todoelvalorde laseñoraCibot, losdosmúsicoshabíanhechodeella una serie de ingenuos elogios, le habían dadomuestras de gratitud y lehabíanobsequiadoconpequeñaspropinas, todo locualestrechólos lazosdeestaalianzadoméstica.LaseñoraCibotpreferíamilvecesmásqueapreciasenloquehacíaquelepagasen;sentimientoque,unavezconocido,siemprehacemejorar los sueldos. Cibot, por mitad de precio, hacía los encargos, losarreglos de la ropa, todo lo que podía concernirle en el servicio de los dosseñoresdesumujer.

Finalmente, a partir del segundo año, en las relaciones que unían alsegundo piso con la portería, hubo un nuevo elemento de mutua amistad.SchmuckellegóaunacuerdoconlaseñoraCibot,quesatisfacíasuperezaysudeseo de vivir sin ocuparse de nada. Mediante el pago de un franco concincuenta céntimos por día, es decir, de cuarenta y cinco francos al mes, aseñoraCibotseencargabadedaraSchmuckeeldesayunoylacomida.Pons,encontrando muy satisfactorio el desayuno de su amigo, concluyó otroacuerdo de dieciocho francos por su desayuno. Este sistema deabastecimientos,queaumentóenunosnoventafrancosalmeslosingresosdela portería, hizode los dos inquilinos seres inviolables, ángeles, querubines,dioses.EsmuydudosoqueelreydeFrancia,queentiendeenestasmaterias,fueseservidocomoloeranenaquellaépocalosdoscascanueces.Ellosbebíanla leche tanpuracomo la traíael lechero, leíangratuitamente losperiódicosdelprimeroydeltercero,cuyosinquilinosselevantabantarde,yaquienes,encasonecesario,seleshubieradichoquelosperiódicosaúnnohabíanllegado.Además, la señora Cibot mantenía el piso, la ropa, el rellano, todo, en un

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estado de limpieza resplandeciente. Schmucke gozaba de una felicidad quejamáshabíaesperadoalcanzar:laseñoraCibotlehacíalavidafácil;dabaunosseis francos al mes para que le lavase la ropa, de lo cual ella misma seencargaba,asícomodelapartedecostura.Gastabaquincefrancosalmesentabaco.Estos tresgastos formabanun totalmensualde setenta francos,que,multiplicadospordoce,dansetecientosnoventaydosfrancos.Añádaseaesto,doscientos veinte francos de alquiler y de contribuciones, y se tendrán mildoce francos. Cibot vestía a Schmucke, y el promedio de este último gastoascendía a ciento cincuenta francos. Este profundo filósofo vivía, pues, conmildoscientosfrancosalaño.¡CuántaspersonasenEuropa,quesólopiensanenvivirenParís,quedaríanagradablementesorprendidasalsaberqueaquísepuede ser feliz conmil doscientos francos, en la calle deNormandía, en elMarais,bajolaproteccióndeunaseñoraCibot!

LaseñoraCibotquedóestupefactaalverregresaral infelizdePonsalascincodelatarde.Ynosóloeraestehecho,quenosehabíaproducidojamás,sinoqueademássuseñornolavio,nolasaludó.

—¿Tehasfijado,Cibot?—dijoasumarido—.ElseñorPonsosehahechomillonarioosehavueltoloco.

—Eso parece —replicó Cibot, dejando una manga en la que estabahaciendoloque,enlajergadelossastres,sellamauncuchillo.

XIV

Unvivoejemplodelafábuladelosdospichones

En el momento en que Pons volvíamaquinalmente a su casa, la señoraCibot terminabadepreparar lacenadeSchmucke.Estacenaconsistíaenunciertoguisocuyoolorseesparcíaportodoelpatio.Setratabadeunospedazosde buey hervido, que había comprado en una tienda en la que revendíandesechosdecarne,guisadoconmantecayunascebollascortadasenrajasmuyfinas,hastaque lacarney lascebollasabsorbieran lamanteca,demodoqueeste manjar porteril ofreciera el aspecto de una fritura. Este plato,amorosamente preparado para Cibot y Schmucke, entre quienes debíarepartirlo la señora Cibot, acompañado de una botella de cerveza y de unpedazodequeso,bastabaalviejoprofesordemúsicaalemán.Y téngaseporseguroquenielreySalomón,entodasugloria,cenabamejorqueSchmucke.Yafueraesteplatodebueyhervidoguisadoconcebolla,yafueransobrasdepollo con sofrito, o bien bueyguisado conperejil, y pescado, conuna salsainventadaporlaseñoraCibot,yconlaqueunamadresehubieracomidoasu

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hijo sin darse cuenta, ya fuese algo de caza mayor, según la cantidad y lacalidaddeloquelosrestaurantesdelbulevarrevendíanalatiendadelacalleBoucherat,taleraelmenúordinariodeSchmucke,quesiempreseconformabasinchistar,contodoloqueleservíalabuenaseñoraCipod.Y,dedíaendía,labuena señoraCibot, había ido reduciendo estemenú, hasta poder prepararloporlasumadeunfranco.

—Voy a ver lo que le ha ocurrido a este pobre hombre—dijo la señoraCibotasumarido—;comoyaestálistalacomidadelseñorSchmucke…

La señora Cibot cubrió la fuente de barro con un plato de porcelanacomún;y,apesardesuedad,llegóalpisodelosdosamigosenelmomentoenqueSchmuckeabríaaPons.

—¿Guédehabasado,mipuenamico?—dijoelalemán,asustadoantelaagitaciónquedenotabalafisonomíadePons.

—Yatelocontarétodo;perovengoacomercontigo…

—¿Gomer, gomer? —exclamó Schmucke, alborozado—. Bero, seráimbosiple… —añadió acordándose de las costumbres gastrolátricas de suamigo.

Entoncesel ancianoalemánadvirtió lapresenciade la señoraCibot,queestaba escuchando con todos los derechos de las buenas asistentas. Poseídopor una de estas inspiraciones que sólo pueden brillar en el corazón de unverdaderoamigo,sedirigióinmediatamentehacialaportera,ylosdossalieronalrellano.

—Señora Cipod, al pueno de Bons le custan los puenos blatos; vaya al«CatranPleu», bida einepuenagomida: anchoas,magarones…Envin, einegomidaticnateLúgulo…

—¿Yesoquées?—preguntólaseñoraCibot.

—Ferá—replicóSchmucke—,quierotecir,ternera,einpuenbescado,einepotellatefinotePurteos,ydodolomejorguehaya;gomogroquetas,arrozydocinoahumato.¡Bagueustet!Notiganata,yoletarédodoeltineromañanaborlamañana…

Schmucke volvió a entrar en el piso con aire satisfecho y frotándose lasmanos; pero su rostro fue recuperando gradualmente una expresión deasombroamedidaqueoíalahistoriadelasdesdichasqueentanpocotiemposehabíanabatidosobreelcorazóndesuamigo.SchmucketratódeconsolaraPonsdescribiéndoleelmundodesdesupuntodevista.Paríseraunatempestadperpetua, los hombres y las mujeres se veían arrastrados por un furiosomovimientodevals,yerainútilpediralgoalagente,porquesólosefijaenlasapariencias,ynoenlotetendro,dijo.Volvióacontarporcentésimavezque,

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deañoenaño,lastresúnicasalumnasqueélhabíaquerido,yqueasuvezlehabían mostrado cariño, por las que él daría la vida, y de las que inclusorecibíaunapequeñapensióndenovecientosfrancos,alaquecanaunadeellascontribuíaconunaparteproporcionaldeunos trescientos francos,deañoenaño, se habían olvidado tanto de ir a verle, y se veían arrastradas con tantaviolencia por la corriente de la vida parisiense, que hacía tres años que nohabían podido recibirle, cuando iba a su casa. (¡Claro que Schmucke sepresentabaencasadeestasgrandesdamasalasdiezdelamañana!)Y,enfin,quelostrimestresdesurentaselospagabanlosmismosnotarios.

—Y,nogreas—siguiódiciendo—,dienenelgorazónteoro.Envin,sonmis begueñas sandas Cecilias, unas tamas engandatoras, la señora teBordentuère,laseñorateFantenesseylaseñorateDilet.YosólolasfeoenlosGamposElíseos,guandoellasnomefen…ymeguierenmucho,ysivueseiragomerasugasa,esdarianmuygondendas.BotríairafifirgonellasvuerateParís; bero yo brefiero mucho más fifir gon ni amico Bons, borque le veoguandoguiero,ydodoslostías.

PonscogiólamanodeSchmucke,lapusoentrelassuyas,ylaapretóconun movimiento en el que expresaba todo lo que sentía su alma, y los dospermanecieron así durante varios minutos, como unos enamorados quevuelvenaversedespuésdeunalargaausencia.

—Gome aguí dodos los tías… —siguió Schmucke, que en su interiorbendecía la dureza de la presidenta—. ¡Mira! Iremos jundos a gombrarandicuetades,yeltiablonungaasomarálosgüernospornuesdragasa…

Paracomprendertodoelsignificadodeestafraseheroica—¡Iremosjundosa gombrar andicuetades!— hay que confesar que Schmucke era de unaignorancia crasa en estas cuestiones. Eran precisos todos los desvelos de suamigo para que no rompiese nada en el salón y el despacho abandonados aPonsparaservirledemuseo.Schmucke,quepertenecíaalamúsicadecuerpoentero,compositornato, contemplaba todasaquellaschucheríasde suamigocomo un pez, que hubiese recibido una invitación, contemplaría unaexposicióndefloresenelLuxemburgo.Respetabaaquellasmaravillasacausadel respetoquemanifestabaPonscuando lesquitabaelpolvo.Él respondía:¡Si, sí! ¡Gué ponito es!, a las frases de admiración de su amigo, como unamadrerespondeconfrasessinimportanciaalosgestosdeunniñoqueaúnnosabehablar.Desdequelosdosamigosvivíanjuntos,SchmuckehabíavistoaPonscambiarsietevecesderelojdepared,siempretrocandounoinferiorporotromásbello.PonsposeíaentoncesunmagníficorelojdeBoulle,unrelojdeébano con incrustaciones de bronce y adornado con esculturas, quecorrespondía al primer estilo de Boulle: Boulle ha tenido dos estilos, comoRafael tuvo tres. En el primero armonizaba el cobre con el ébano; y, en elsegundo, contra sus convicciones, sacrificaba a la concha; hizo verdaderos

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prodigios para vencer a sus competidores, que inventaron lamarquetería enconcha.ApesardelaseruditasdemostracionesdePons,Schmuckenoadvertíalamenordiferenciaentreelmagníficorelojde laprimeraépocadeBoulleylosotrosdiez.Pero,pensandoen lo felizqueeraPons,Schmucke teníamáscuidadocontodasaquellasparadijasquesupropioamigo.Nohay,pues,queextrañarsedequelasublimefrasedeSchmucketuvieseelpoderdecalmarladesesperación de Pons, pues el Iremos jundos a nombrar andicuetades delalemán quería decir: «Si te quedas a comer conmigo, pondré dinero en lacolección».

—Losseñoresestánservidos—vinoadecirlaseñoraCibotconunaplomoasombroso.

YapuedeimaginarsecuálseríalasorpresadePonsalveryalsaborearlacomida que debía a la amistad de Schmucke. Esta dase de sensaciones, tanrarasenlavida,notienensuorigenenelcontinuodesinterésconelquedoshombressedicenperpetuamenteelunoalotro:«Enmítienesotroyo»(puestambién a esto se acostumbra uno); no, la causa hay que buscarla en lacomparacióndeestasmuestrasdefelicidaddelavidaíntima,conlabarbariede la vida social.Es la sociedad la que, incesantemente, está uniendo a dosamigosoadosamantes,cuandodosalmasgenerosasseunenporelamoropor la amistad. Y así era cómo Pons se enjugaba dos lagrimones, mientrasSchmucke,porsuparte, seveíaobligadoasecarse loshúmedosojos.Nosedijeronnada,peronodejarondehacersepequeñosmovimientosconlacabeza,cuyabalsámicaexpresiónamortiguólosdoloresdelaarenillaintroducidaporla presidenta en el corazón de Pons. Schmucke se frotaba las manos hastalevantarse la epidermis, porquehabía concebidounade estas iniciativasquenoasombranaunalemánmásquecuandosurgenrápidamenteensucerebrocongeladoporelrespetoquesedebealospríncipessoberanos.

—MipuenBons…—dijoSchmucke.

—Ya sé lo que quieres decir, quisieras que comiéramos juntos todos losdías…

—Guisiera ser rigo bara hacerde fifir dodos los tías así —respondiómelancólicamenteelbuenalemán.

La señoraCibot, a quien Pons daba de vez en cuando entradas para losespectáculosdelbulevar,locualensucorazónlesituabaalamismaalturaquesupensionistaSchmucke,hizoentonceslasiguienteproposición:

—Miren ustedes —dijo—, por tres francos (el vino aparte) puedoprepararles todos losdías,para losdos,unacomidacomoparachuparse losdedos.

—Lafertatesgue—respondióSchmucke—gomomejorgonloguemeta

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laseñoraCipotguelosguegomenenlamesatelrey…

Concibiendo grandes esperanzas, el respetuoso alemán llegaba incluso aimitar a los irrespetuosos periódicos populares que calumniaban el módicopresupuestodelamesareal.

—¿Deveras?—dijoPons—.Puesbien,¡mañanaloprobaré!

Al oír esta promesa, Schmucke dio un salto de un extremo a otro de lamesa,llevándosepordelanteelmantel,lasfuentesylasbotellas,ydioaPonsunabrazosólocomparablealdeungas,cuandoseuneconotrogasporelquesienteafinidad.

—¡Guévelizsoy!—exclamó.

—El señor comerá todos los días aquí —dijo orgullosamente la señoraCibot,tambiénemocionada.

Sin saber a qué acontecimiento se debía la realización de su sueño, laexcelenteseñoraCibotbajóasuporteríayentróenellacomoJosefaentraenescena en Guillermo Tell. Dejó sobre la mesa las fuentes y los platos yexclamó:

—Cibot,correabuscardostacitasdecaféalTurc,ydilealmozoquesonparamí.

Luego se sentó apoyando las manos sobre sus fuertes rodillas, ycontemplandoatravésdelaventanalapareddelacasadeenfrente,murmuró:

—EstatardeiréaconsultaralaseñoraFontaine…

XV

Alacazadeuntestamento

La señora Fontaine echaba las cartas a todas las cocineras, doncellas,lacayos,porteros,etc.,delMarais.

—Desdequeestosdosseñoresllegaronamícasa,hemospodidometerdosmil francos en la caja de ahorros. ¡En ocho años,menuda suerte! ¿No seríamejornoganarnadaen lacomidadel señorPons,yhacerquesequedaraacomeraquí?LagallinadelaseñoraFontainemelodirá.

ComonoconocíaherederosnidePonsnideSchmucke,desdehacíaunostres años la señoraCibot esperaba conseguir que se acordaran de ella en eltestamento de sus señores, y había redoblado su celo impulsada por esteinterés,quehabíasurgidomuytardeenmediodesusbigotes,hastaentonces

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llenosdeprobidad.Alcomertodoslosdíasfueradecasa,Ponshabíaescapadoalacompletasujeciónenlaquelaporteraqueríatenerasusseñores.Lavidanómadadeaquelviejotrovador-coleccionistaeraunaamenazaparalosvagosproyectosdeseducciónquerondabanporelcerebrodelaseñoraCibot,yquese convirtieron en un formidable plan a partir de la memorable comida deaqueldía.Uncuartodehoradespués,laseñoraCibotreaparecíaenelcomedorprovistadedostazasdeexcelentecafé,flanqueadaspordosvasitosdekirsch-wasser.

—¡Fifa la señora Cipod! —gritó Schmucke—. Me ha atifinado elbensamiento.

Después de algunas lamentaciones del parásito, que Schmucke combatióconlosmimosqueelpichónsedentariodebióprodigaralpichónviajero,losdos amigos salieron juntos.Schmuckenoquiso abandonar a su amigoen elestado en que le habían puesto los amos y los criados de la casaCamusot.Conocía a Pons y sabía que cuando se hallase ante el primer atril de laorquestapodíaempezarahacersereflexionesterriblementetristes,yqueellodestruiríaelbuenefectodesuregresoalnido.Schmucke,alacompañaraPonsasucasa,haciamedianoche, le llevabacogidodeunbrazo;ycomohaceunhombreconlamujerqueadora, indicabaaPonsdóndeterminabaovolvíaaempezar la acera; le advertía cuándo había que cruzar un arroyo; hubiesequeridoquelosadoquinesfuesendealgodónqueelcielofueraazul,quelosángeleshiciesenoíraPonslamúsicaquetocabanparaél.¡Habíaconquistadolaúltimaprovinciadesucorazónqueaúnnolepertenecía!

Durante unos tres meses, Pons comió todos los días con Schmucke. Enprimer lugar se vio forzado a retirar de la suma que dedicaba a susadquisiciones,unosochentafrancospormes,yaquenecesitabaunostreintaycincofrancosdevino,ademásdeloscuarentaycincofrancosquecostabalacomida. Y luego, a pesar de los desvelos y de las bromas alemanas deSchmucke,elancianoartistaechabademenoslasgolosinas,lascopasdelicor,elbuencafé,lacharla,lafalsacortesía,losinvitadosylamaledicenciadelascasas en las que había comido. En el declive de la vida no se rompe tanfácilmenteconunacostumbrequehaduradotreintayseisaños.Untoneldevinodecientotreintafrancosnosatisfaceelgustodeungourmetrefinado;ycada vez que Pons se llevaba el vaso a los labios, se acordaba con unapenetrantenostalgiadelosvinosexquisitosdesusanfitriones.Ydeestemodo,al cabode tresmeses, los atrocesdoloresquehabíandestrozadoeldelicadocorazóndePons,sehabíancalmado,ynopensabamásqueenlosplaceresdela buena mesa, igual que un viejo mujeriego echa de menos a una amanteconvicta de innumerables infidelidades… Y aunque intentase ocultar laprofunda melancolía que le consumía, el anciano músico, evidentementeparecíaaquejadodeunadeestasenfermedadesinexplicablesqueradicanenel

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espíritu.

Para explicar esta nostalgia producida por la ruptura de una costumbre,bastaráhaceralusiónaunadeesasmil insignificanciasque,al igualque laspequeñaspiezasdeunacotademalla,envuelvenelalmaconunaférreared.UnodelosmayoresplaceresdelavidaquePonshabíallevadohastaentonces,una de las dichas del gorrón, era la sorpresa, la impresión gastronómica delplatoextraordinario,elrequisitoqueladueñadelacasaañadetriunfalmenteaunacomidaburguesaparadara la jornadaunairede fiesta.EstadeliciadelestómagofaltabaaPons,yaquelaseñoraCibot,pororgullo,lecontabacadadíasumenú.AquelalicienteperiódicodelavidadePonshabíadesaparecidoporcompleto.Suscomidas transcurríansin laesperadeaquelloque,antaño,enlascasasdenuestrosabuelos,sellamabaelplatocubierto.EstoeraloqueSchmuckenopodíacomprender.Ponserademasiadodelicadoparaquejarse,y, si hay algo más triste que el genio incomprendido, es precisamente elestómago incomprendido. El corazón cuyo amor se rechaza, ese drama quetantasvecessenoshadescrito,enel fondonoesalgo tangrave;pues, si lacriatura nos abandona, puede amarse al Creador, quien tiene tesoros queofrecernos.Pero¡elestómago…!Nadapuedecompararseasussufrimientos;pues lavida estápor encimade todo.Pons echabademenos ciertasnatillas¡verdaderospoemas!,ciertassalsasblancas¡auténticasobrasdearte!,ciertasavesrellenas¡maravillas!,y,sobretodo,lasfamosascarpasdelRin,quenoseencuentranmásqueenParís,¡yconquécondimentos!HabíadíasenquePonsexclamaba: «¡Oh, Sophie!», acordándose de la cocinera del conde Popinot.Quien hubiese oído aquel suspiro, hubiera imaginado que el pobre hombreestabapensandoensuamante,perosetratabadealgomuchomenosfrecuente,¡de una carpa bien carnosa!, acompañada de una salsa, clara en la salsera,espesaenelpaladar,unasalsaquemerecíaelpremioMontyon.Elrecuerdodeestoságapesdelpasadohizo,pues,adelgazarconsiderablementealdirectordeorquesta,aquejadodeunanostalgiagástrica.

XVI

Untipoalemán

A comienzos del cuarto mes, hacia fines de enero de 1845, el jovenflautista, que se llamabaWilhem, como casi todos los alemanes, y Schwab,para distinguirse de todos los Wilhem, lo cual sin embargo no permitíadistinguirledetodoslosSchwab,juzgónecesariocomentarconSchmuckeelestadodeldirectordeorquesta,que tantopreocupabaenel teatro.Aqueldíahabíaunestrenoenelqueinterveníanlosinstrumentosquetocabaelanciano

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músicoalemán.

—Elpobrehombreestádecaído,algonolefuncionabienpordentro,tienelamirada triste, y elmovimiento de los brazos esmás débil—dijoWilhemSchwab,señalandoaPons,quesubíaasuestradoconairefúnebre.

—Esobasasiembrealossesendaaños—respondióSchmucke.

Schmucke, igual que lamadre de lasCrónicas de laCanonjía, que, parapoderdisfrutardesuhijoveinticuatrohorasmás,lehacefusilar,eracapazdesacrificaraPonsalplacerdeverlecomerconéltodoslosdías.

—En el teatro todo el mundo está preocupado por él, y, como dice laseñoritaHéloïseBrisetout,nuestraprimerabailarina,yacasinohaceruidoalsonarse.

El anciano músico parecía tocar el cuerno cuando se sonaba, tal era elestruendoqueproducíaenelpañuelosularganariz.EsteestruendoeracausadeunodelosmásconstantesreprochesdelapresidentaalprimoPons.

—Yoharíagualguiergosabortistraerle—dijoSchmucke—,latrisdezaesmásvuerdegueél.

—ElseñorPons—dijoWilhemSchwab—mepareceunsertansuperioralos pobres diablos que somos nosotros, que no me atrevía a invitarle a miboda.Mecaso…

—¿Gomo?—preguntóSchmucke.

—¡Oh!Pues…¡comoesdebido!—respondióWilhem,quecreyóverenlaextrañapreguntadeSchmuckeunaburla,delaqueaquelperfectocristianoeraincapaz.

—¡Vamos,señores,asuspuestos!—dijoPons,contemplandoelpequeñoejércitodesuorquesta,despuésdehaberoídolacampanilladeldirector.

Ejecutaron la obertura de La novia del Diablo, una obra de granespectáculoquealcanzódoscientas representaciones.Enelprimer entreacto,WilhemySchmuckeseencontraronsoloseneldesierto fosode laorquesta.LaatmósferadelasalallegabaaunostreintaydosgradosRéaumur.

—Güéndemesuhisdoria—dijoSchmuckeaWilhem.

—Mire…¿veustedaqueljovendelpalcoproscenio?¿Nolereconoce?

—Enapsoludo.

—¡Ah!Porquellevaguantesblancos,ybrillacontodoelesplendordelaopulencia;peroesmiamigoFritzBrunner,deFrancfortdelMain…

—¿Aguelgueveníaaferlasobrastestelaorguesta,allatodeustet?

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—El mismo. ¿Verdad que resulta difícil creer una metamorfosis comoésta?

Este héroe de la historia prometida era uno de estos alemanes cuyaexpresióncontienealavezlasombríaburladelMefistófelesdeGoethe,ylabonhomía de las novelas de Augusto Lafontaine, de pacífica memoria; laastuciaylaingenuidad,laseveridaddeunbanquero,yelestudiadodesaliñodeunmiembrodelJockey-Club;pero,sobretodo,elhastíoqueponelapistolaen la mano de Werther, mucho más hastiado de la vida por causa de lospríncipes alemanes que por la de Carlota. Era verdaderamente un tipocaracterísticodeAlemania;muchocálculoymuchacandidez,necedadyvalor,una sabiduría que produce hastío, una experiencia que la menor puerilidadconvierte en inútil; abuso de la cerveza y del tabaco; pero, dando realce atodas estas antítesis, una chispa diabólica en unos hermosos ojos azules ycansados.Vestidoconlaeleganciadeunbanquero,FritzBrunnerofrecíaalasmiradasdetodalasalaunacabezacalvadeuncolorticianesco,acadaladodela cual se enroscaban unos rizos intensamente rubios que el libertinaje y lamiserialehabíandejadoparaqueeldíadesurecuperaciónfinancierapudierapermitirseellujodepagaraunpeluquero.Surostro,antañobelloyatractivocomo el de Jesucristo de los pintores, había adquirido unas tonalidadesterrosas que unos bigotes rojos y una barba de color leonado convertían enalgocasi siniestro.El azulpurode susojos sehabíaenturbiadoen su luchacontra las penalidades. Y, en fin, las mil prostituciones de París habíansombreadolospárpadosyelcontornodelosojos,enlosqueenotrotiempounamadrehabíacontempladoconéxtasisunadivinaréplicadelossuyos.Estefilósofoprematuro,estejovenviejo,eralaobradeunamadrastra.

Aquí comienza la curiosa historia de un hijo pródigo de Francfort delMain,elhechomásextraordinarioymásperegrinoquehayaocurrido jamásenestaapacibleperoimportanteciudad.

XVII

Enelquesevecómoloshijospródigosterminansiendobanquerosymillonarios,cuandosondeFrancfortdelMain

ElseñorGédéonBrunner,padredeFritz,unodeesoscélebreshotelerosdeFrancfort del Main que practican, en complicidad con los banqueros,considerables sangrías autorizadas por la ley en la bolsa de los viajeros, y,apartedeeso,sincerocalvinista,secasóconunajudíaconversa,acuyadotedebíalosfundamentosdesufortuna.Estajudíamurió,dejandoasuhijoFritz,alaedaddedoceaños,bajolatuteladelpadre,ybajolavigilanciadeuntío

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materno,peleteroenLeipzig,ydueñodelacasaVirlazyCompañía.Brunnerpadre se vio obligado por este tío, que no era tan suave como sus pieles, adepositarlafortunadeljovenFritzenmuchosmarcos«bancarios»enlacasaAl-Sartchild, y sin poderlos tocar. Para vengarse de esta exigencia israelita,Brunner padre volvió a casarse, alegando la imposibilidad de dirigir uninmensohotelsin lavigilanciay laayudadeunamujer.Casócon lahijadeotrohotelero,enlaquecreyóverunaperla;peroaúnnohabíaprobadoloqueera una hija única adulada por su padre y por sumadre.La segunda señoraBrunnerfueloquesonlasjóvenesalemanascuandoresultandemalnaturalyligeras de cascos. Disipó su fortuna y vengó a la primera señora Brunner,convirtiendo a sumarido en el hombremásdesgraciado en suhogarque seconoció en el territorio de la ciudad libre de Francfort delMain, en donde,segúndicen,losmillonariosvanahacerdictarunaleymunicipalqueobliguealasmujeresaquererlessóloaellos.EstaalemanaeraaficionadaalosdiversosvinagresquelosalemanesllamancomúnmentevinosdelRin;eraaficionadaalosartículosdeParís,amontaracaballo,alasjoyasyalosbuenosvestidos;laúnicacosacaraquenolegustabaeranlasmujeres.SentíaunagranaversiónporelpequeñoFritz,ylehubierahechovolverloco,siestejovenproductodelcalvinismoydelmosaísmonohubiesetenidoaFrancfortporcunayalacasaVirlaz de Leipzig por tutela; pero el tío Virlaz no pensabamás que en suspieles,ysólovelabaporsusmarcos«bancarios»,dejandoalniñoalamerceddesumadrastra.

Aquellahienaaúnseponíamás furiosacontraaquelquerubín,hijode labellaseñoraBrunner,porelhechodeque,apesardeunosesfuerzosdignosdeuna locomotora,nopodía tenerhijos. Impulsadaporuna ideadiabólica,estacriminalalemanalanzóaljovenFritz,alaedaddeveintiúnaños,alibertinajesantigermánicos. Esperaba que el caballo inglés, el vinagre del Rin y lasMargaritasdeGoetheconsumiríanalhijodelajudíajuntoconsufortuna;yaqueeltíoVirlazhabíadejadounabonitaherenciaasupequeñoFritz,cuandoéste llegó a la mayoría de edad. Pero si las ruletas de los balnearios y losamigosdelvino,entreloscualesfigurabaWilhemSchwab,terminaronconelcapitalVirlaz,aqueljovenhijopródigosiguióconviciaparaservir,segúnlosdesigniosdelSeñor,deejemploalossegundonesdelaciudaddeFrancfortdelMain,enlaquetodaslasfamiliasleutilizabancomoespantajoparaconservara sushijos fielesyasustadosdetrásde susmostradoresdehierro forradodemarcos«bancarios».Envezdemorirenlaflordelaedad,FritzBrunnertuvoel placer de ver enterrar a su madrastra en uno de esos encantadorescementeriosenlosquelosalemanes,conelpretextodehonrarasusmuertos,se entregan a su desenfrenada pasión por la horticultura.La segunda señoraBrunnermurió,pues,antesquelosautoresdesusdías,yelviejoBrunnerseviotanafectadoporeldineroqueellahabíaextraídodesuscofres,yportalespenalidades, que el hotelero, de constitución hercúlea, a los sesenta y siete

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años,quedótanmaltrechocomosihubiesesidovíctimadelfamosovenenodelosBorgia.Elnoheredardesumujer,despuésdehaberlasoportadodurantediez años, convirtió al hotelero en otra ruina de Heidelberg, peroincesantementereparadaporlasRechnungsdelosviajeros,comosereparaladeHeidelbergparamantenerelentusiasmodelosvisitantesqueacudenparaverlashermosasruinas,tanbienconservadas.EnFrancfortsehablabadeellocomodeunaquiebra,yseseñalabaaBrunnerconeldedodiciendo:

—¡Mira a lo que pueden conducirnos una mala mujer de quien no sehereda,yunhijoeducadoalafrancesa!

EnItaliayenAlemanialosfrancesessonlacausadetodaslasdesdichas,el blanco de todas las balas; pero el dios, siguiendo su camino… (Lacontinuación,igualqueenlaodadeLefrancdePompignan.)

La cólera del propietario del gran hotel de Holanda, no cayó solamentesobrelosviajeros,cuyasfacturas(Rechnungs)seresintierondesussinsabores.Cuandosuhijoestuvototalmentearruinado,Gédéon,considerándolecomolacausa indirecta de todas sus desgracias, le negó el pan y el agua, la sal, lachimenea,laviviendaylapipa…locualenunpadrehoteleroyalemánesyaelgradomáximodelamaldiciónpaterna.Lasautoridadesdelacomarca,sindarsecuentadequeeraresponsabledeantiguasculpas,yviendoenélaunode los hombresmás desdichados deFrancfort delMain, le prestaron ayuda;expulsaron a Fritz del territorio de la ciudad libre, sin tener motivosjustificados.La justicianoesenFrancfort,apesardequeestaciudadsea lasededelaDietaGermánica,nimáshumananimáscuidadosaqueencualquierotrositio.Rarasvecesunmagistradoremontaelcursodelríodelosdelitosyde los infortunios para saber quién tenía en susmanos la cántara de la quesalióelprimerhilillodeagua.SiBrunnerolvidóasuhijo,losamigosdelhijoimitaronalhotelero.

¡Ah! Si esta historia hubiese podido representarse ante la concha delapuntadorparaaquellaasambleaencuyosenolosperiodistas,lospetimetresyalgunas parisienses se preguntaban de dónde salía la figura profundamentetrágica de aquel alemán que había aparecido en el París elegante en plenoestreno, solo enunpalcoproscenio, hubiese sido algomejor que la obradegran espectáculo de La Novia del Diablo, a pesar de no ser más que lacienmilésima representación de la sublime parábola que había tenido porescenariolaMesopotamia,tresmilañosantesdeJesucristo.

Fritz fueapieaEstrasburgo,yallíencontró loqueelhijopródigode laBiblia no encontró en la patria de las Sagradas Escrituras. En esto sedemuestra la superioridad de la Alsacia, tan abundante en corazonesgenerosos,parahacerveraAlemanialabellezadelacombinacióndelespritfrancésydelasolidezgermánica.Wilhem,quehabíaheredadodesuspadres

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hacíamuy pocos días, poseía cienmil francos. Abrió los brazos a Fritz, leabriósucorazón,leabriósucasa,leabriósubolsa.DescribirelmomentoenqueFritz,polvoriento,desdichadoycasileproso,encontróalotroladodelRinunaverdaderamonedadeveintefrancosenlamanodeunverdaderoamigo,sería aspirar a componer una oda, y sólo Píndaro podría lanzarla en griegosobrelahumanidadparaavivarlaamistadmoribunda.PonedlosnombresdeFritzyWilhemjuntoalosdeDamónyPitias,deCástoryPolux,deOrestesyPilades,deDubreuilyPmejah,deSchmuckeyPons,ydetodoslosnombresimaginarios que queramos dar a los dos amigos de Monomotapa, pues LaFontaine,comohombredegenioqueera,sólohahechodeellosaparienciassincuerpo,sinrealidad;añadidestosdosnombresnuevosaaquellosejemplos,con tantamás razóncuantoqueWilhemdevorósuherenciaencompañíadeFritz, como Fritz se había bebido la suya con Wilhem, pero, desde luego,fumandotodaslasespeciesdetabacoconocidas.

Losdosamigosdilapidaronesaherencia,¡cosarara!,enlascerveceríasdeEstrasburgo,delmodomásestúpido,másvulgar,configurantasdelteatrodeEstrasburgoyalsacianas,decuyavirtudquedabayabienpocacosa.Ytodaslasmañanassedecíanelunoalotro:

—Esto tiene que terminarse, hay que tomar una decisión, hay que haceralgoconloquenosqueda.

—¡Bah!¿Precisamentehoy?—decíaFritz—;mañana…mañana…

Enlavidadelosderrochadores,Hoyesungranfatuo,peroMañanaesuncobardón que se asusta del valor de su predecesor;Hoy es elCapitán de laantigua comedia del arte, y Mañana es el Pierrot de nuestras pantomimas.Cuando se vieron con el último billete de mil francos, los dos amigosreservarondosplazasenlasMensajeríasllamadasreales,quelescondujeronaParís,yallísealojaronenlabuhardilladelhoteldelRhin,delacalledelMail,cuyopropietario,Graff,había sidoelhombredeconfianzaenelnegociodeGédéon Brunner. Fritz aceptó un empleo de oficinista, con un sueldo deseiscientos francos, en la banca de los hermanos Keller, a quienes Graff lerecomendó. Graff, el dueño del hotel del Rhin, es el hermano del famososastreGraff.ElsastrecontratóaWilhemencalidaddetenedordelibros.Graffbuscóestosmodestosempleosparalosdoshijospródigos,enrecuerdodesuaprendizajeenelhoteldeHolanda.Estosdoshechos:unamigoarruinadoaquien acoge un amigo rico, y un hotelero alemán que se interesa por doscompatriotassinuncéntimo,haránsuponeraciertaspersonasqueestahistoriaesunanovela,perotodaslascosasverdaderasseparecenextraordinariamentealasimaginadas,tantomáscuantoéstas,ennuestrotiempo,realizanesfuerzosinauditosporparecersealaverdad.

Fritz,empleadoporseiscientosfrancos,yWilhem,tenedordelibrosconel

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mismo sueldo, se dieron cuenta de la dificultad de vivir en una ciudad tancortesanacomoParís.Yasí,desdeelsegundoañodesuestanciaenlacapital,1837, Wilhem, que poseía dotes no despreciables de flautista, entró en laorquestadirigidaporPons,parapoderacompañarconalgosupandecadadía.EncuantoaFritzsólopudoganarseunsuplementoasupagadesplegandolacapacidad financiera de un miembro de la familia Virlaz. A pesar de sutenacidad, tal vez a causa de su talento, en 1843, el francfortés sólo habíallegado a los dos mil francos. La miseria, esa divina madrastra, hizo poraquellosdosjóvenesloquesusmadresnohabíanpodidohacer:lesenseñóloqueeselahorro, lasociedady lavida; lesdioesagraneducación tansólidaqueproporcionaacorreazosalosgrandeshombres,todosdesgraciadosensuniñez. Fritz yWilhem, como no eran hombres excepcionales, no asimilarontodaslasleccionesdeladesdicha,sedefendierondesusataques,encontraronsupechopocoacogedor,susbrazos,descarnados,nosupieronconvertirlaenUrgèle, el hada buena que cede a las caricias de los hombres de genio. Sinembargo,sedieroncuentadetodoelvalordelafortuna,yseprometieronnovolverlaadejarescaparsialgunavezvolvíaallamarasupuerta.

XVIII

Cómosehacefortuna

—Puesbien,amigoSchmucke,verácómotodoseexplicaconunasimplefrase—siguióWilhem,quecontabaprolijamentetodaestahistoriaenalemánalpianista—.Brunnerpadrehamuerto.YresultaquesinquesupiesennadanisuhijonielseñorGraff,encuyohotelnosalojamosnosotros,eraunodelosfundadoresdelferrocarrildeBadén,conelquehatenidobeneficiosinmensos,¡yasumuertehadejadocuatromillones!Éstaes laúltimanocheenqueyotoco la flauta.Sinohubiesesidounaprimera representación,yamehubieraido hace varios días, pero no he querido dejarles sin un instrumento pormiculpa.

—Esdoesaleoguelehonra,jofen—dijoSchmucke—.Bero¿gonguiénsegasa?

—ConlahijadelseñorGraff,nuestroprotector,elpropietariodelhoteldelRhin. Estoy enamorado de la señorita Emile desde hace siete años, ella haleído tantasnovelas inmoralesqueharechazado todos lospartidospensandoen mí, sin saber lo que iba a pasar. Esta joven será muy rica, es la únicaherederade losGraff, los sastresde lacalledeRichelieu.FritzmedacincovecesloquehemosgastadojuntosenEstrasburgo,¡quinientosmilfrancos!YaportaunmillóndefrancosparafundarunabancaenlaqueelseñorGraff,el

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sastre, pone también quinientos mil francos; el padre de mi prometida mepermiteemplearenestenegocio ladote,queesdedoscientoscincuentamilfrancos,yél,porsuparte,seunealasociedadcomanditaconotrotanto.LacasaBrunner,SchwabyCompañía,tendrá,pues,dosmillonesquinientosmilfrancosdecapital.FritzacabadeadquiriraccionesdelBancodeFranciaporvalordeunmillónymediodefrancos,paragarantizarnuestracuenta.Yéstano es toda la fortuna de Fritz, aún le quedan las casas de su padre, enFrancfort,valoradasenunmillón,yyahaarrendadoelgranhoteldeHolandaaunprimodelosGraff.

—Mira usdet a su amico gon drisdesa —dijo Schmucke que habíaescuchadoatentamenteaWilhem—.¿Noledieneenfitia?

—No—dijo Wilhem—, me da miedo la buena suerte de Fritz. ¿Tieneaspectodeunhombrefeliz?Parísmedamiedoporél.Quisieraverletomarladecisión que yo he tomado. Aquel demonio de antes puede volver adespertarseenél.De losdos,noeselquienmásha sentado lacabeza.Esteatuendo, estos impertinentes, todoestome inquieta.Sólo seha fijadoen lasloretasde lasala. ¡Ah,si supierausted lodifícilqueescasaraFritz!SientehorrorporestoqueenFranciallamanhacerlacorte;seríaprecisolanzarloalavidafamiliar,comoenInglaterraselanzaaunhombrealaeternidad.

Durante el tumulto que señala el final de todas las primerasrepresentaciones,elflautistahizosuinvitaciónasudirectordeorquesta.Ponsaceptó alegremente.Schmuckevio entonces, por primeravez en tresmeses,cómoaparecíaunasonrisaenelrostrodesuamigo;volvióasuladoalacalledeNormandía,enmediodeunprofundosilencio,yaqueaquelrelámpagodealegríalehabíapermitidosondearlaprofundidaddelmalquecorroíaaPons.¡Queunhombrede tanbuencorazón, tandesinteresado,desentimientos tanelevados, tuviese flaquezas como aquélla…! Esto era lo que anonadaba alestoicoSchmucke,quiensesentíainfinitamentetriste,yaquesedabacuentadelanecesidadderenunciaravertodoslosdíasasupuenBonssentadoalamesa delante de él… Por la misma felicidad de Pons; y no sabía si aquelsacrificioseríaposible;estaidealehacíaenloquecer.

XIX

Acercadeunabanico

ElorgullososilenciodePons,refugiadoenelmonteAventinodelacalledeNormandía,forzosamentehabíallamadolaatencióndelapresidenta,quien,al verse librede suparásito, no se atormentabamuchopor ello; pensaba, al

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igualquesuencantadorahija,queelprimohabíacomprendidolabromadesupequeña Lilí; pero las cosas eran distintas para el presidente. El presidenteCamusot de Marville, un hombrecillo gordo a quien sus ascensos en lamagistraturahabíanconvertidoenunapersonaenvarada,admirabaaCicerón,preferíalaÓperaCómicaalosItalianos,comparabaaunosactoresconotros,y seguía en todo el parecer de la mayoría; repetía como suyos todos losartículos del diario ministerial, y, al opinar, parafraseaba las ideas delconsejeroporcuyabocahablabasiempre.Estemagistrado,yabienconocidopor losprincipales rasgosdesucarácter,obligadoporsuposicióna tomarlotodo en serio, concedía sobre todo una gran importancia a los vínculosfamiliares.Comolamayorpartedelosmaridostotalmentedominadosporsusmujeres,en lasnimiedadeselpresidentepresumíadeuna independenciaquesu mujer respetaba. Si durante un mes el presidente se contentó con lasexcusastrivialesquelapresidentaledabaacercadeladesaparicióndePons,terminóporencontrarextrañoqueelviejomúsico,despuésdecuarentaañosdeamistad,novolvieraporsucasa,precisamentedespuésdehaberleshechounregalotanconsiderablecomoelabanicodeMadamedePompadour.Aquelabanico,queelcondePopinotcalificódeobramaestra,valióalapresidentaenlas Tullerías en donde aquellamaravilla pasó demano enmano, cumplidosquehalagaronextraordinariamentesuamorpropio; secomentó labellezadelas diez varillas de marfil, cada una de las cuales tenía esculturas de unadelicadezanuncavista.Unadamarusa(losrusossecreensiempreenRusia),encasadelcondePopinot,ofrecióseismil francosa lapresidentaporaquelprodigiosoabanico,sonriendoalverloentalesmanos,porqueera,precisoesreconocerlo,unabanicodeduquesa.

—Nopuedenegarsequenuestropobreprimo—dijoCécileasupadrealdíasiguientedeestaoferta—entiendedeverasenestaschucherías…

—¡Chucherías!—exclamó el presidente—. Pues el gobierno va a pagartrescientos mil francos por la colección del difunto señor consejeroDusommerard,yapagar,amediasconlaciudaddeParís,cercadeunmillónpara comprary restaurar elpalaciodeClunypara albergar chucherías comoésta…Estaschucherías,miqueridahija,sonamenudolosúnicostestimoniosquenosquedandecivilizacionesdesaparecidas.Unjarrónetrusco,uncollar,que a veces valen el uno cuarenta, el otro cincuenta mil francos, sonchucheríasquenosrevelanlaperfeccióndelasartesenlostiemposdelsitiodeTroya,demostrándonosquelosetruscoserantroyanosquesehabíanrefugiadoenItalia.

Asísolíanserlasburlasdelachaparradopresidente,que,consumujerysuhija,procedíaconunaironíanodemasiadoágil.

—Elconjuntodelosconocimientosqueexigenestaschucherías,Cécile—siguió diciendo—, es una ciencia que se llama arqueología. La arqueología

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comprendelaarquitectura,laescultura,lapintura,laorfebrería,lacerámica,laebanistería, arte modersísimo; los encajes, los tapices, en fin, todas lascreacionesdelaartesanía.

—¿AsíqueelprimoPonsesunsabio?—dijoCécile.

—¡A propósito! ¿Por qué no le vemos más a menudo? —preguntó elpresidente, con el aire de un hombre que acusa de pronto una conmociónproducida pormil observaciones olvidadas, cuyo conjunto súbitamente haceblanco,parausarunaexpresióntípicadeloscazadores.

—Se habrá amoscado por alguna tontería —respondió la presidenta—.Quizá yo no he sabido apreciar debidamente lo que significaba el regalo deesteabanico.Yasabesquesoybastanteignorante…

—¿Tú?UnadelasmejoresalumnasdeServin—exclamóelpresidente—…¿TúnoconocíasaWatteau?

—YoconocíaaDavid,aGérard,aGrosyaGirodet,yaGuérin,yalseñordeForbinyalseñorTurpindeCrissé…

—¡Pueshubierasdebido…!

—¿Quéesloquehubiesedebido?—preguntólapresidentacontemplandoasumaridoconunairedereinadeSaba.

—Saber quién es Watteau, querida, está muy de moda —respondió elpresidenteconunahumildadquedenotabahastaquépuntoestabasupeditadoasumujerporloqueledebía.

EstaconversacióntuvolugarpocosdíasantesdelestrenodeLaNoviadelDiablo, en el que toda la orquesta quedó impresionada por el aspectoenfermizodePons.YlosqueestabanacostumbradosaveraPonssentadoasumesa,yatomarleporrecadero,empezabanahacersepreguntas,yenelcírculodeamistadesquefrecuentabaelpobrehombreempezóacundirunainquietudtanevidente,queinclusounaseriedepersonaslanotarondesdesubutacadelteatro. A pesar de que, en sus paseos, Pons evitaba cuidadosamente a susantiguasamistadescuando tropezabaconalgunadeellas,undíaseencontrófrenteafrenteconelexministro,elcondePopinot,enlatiendadeMonistrol,uno de los más ilustres y audaces cambalacheros del nuevo bulevarBeaumarchais, de quien meses atrás Pons había hablado a la presidenta, ycuyoentusiasmosocarrónhaceencarecerdedíaendíalasantigüedades,que,segúndicenellos,abundantanpocoqueyanoseencuentran.

—MiqueridoPons,¿cómoesquenolehemosvueltoaver?Leechamosmuchodemenos,ylaseñoraPopinotnosabequépensardeestadeserción.

—Señorconde—respondióel infeliz—,encasadeunodemisparientesmehandadoaentenderqueamiedadyaseestádemásenlasociedad.Hasta

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ahora nunca me habían recibido con demasiadas consideraciones, pero almenostodavíanosemehabíainsultado.Yonuncahepedidonadaanadie—dijoconelorgulloartista—.Acambiodealgunasatenciones,yosolíaserútila los que me acogían. Pero parece ser que me equivocaba, y que se meconsiderabasujetoatodaslasobligaciones,atodogénerodeservidumbres,acambio del honor que me hacían invitándome a comer mis amigos, misparientes…Pues bien, ya he presentadomi dimisión de gorrón.Enmi casaencuentro todos los días lo que ninguna mesa me ha ofrecido aún: unverdaderoamigo.

Estaspalabras,impregnadasdelaamarguraqueelancianoartistateníaaúnlafacultaddeexpresarconsusgestosyconsuacento,impresionaronhastatalpuntoalpardeFrancia,quellevóapartealdignomúsico.

—Veamos, mi buen amigo, ¿qué le ha ocurrido? ¿No puede ustedconfiarmeloquelehaheridodeestemodo?Permítamehacerleobservarqueenmicasaesperoquehayaencontradosiempretodaslasconsideraciones…

—Usted es la única excepción que hago —dijo el pobre hombre—.Además,ustedesungranseñor,unhombredeEstado,ysuspreocupacionesloexcusaríantodo,encasodequefueranecesario.

Pons, ante la habilidad diplomática que Popinot había adquiridomanejandohombresynegocios,terminóporcontarsusinfortuniosencasadelpresidentedeMarville.Popinotsetomótantointerésporelasunto,queapenasllegar a su casa habló de ello con la señora Popinot, unamujer excelente ymuydigna,que,enlaprimeraocasiónenqueseencontróconlapresidentaletransmitió sus quejas. Por su parte el ex ministro ya había hablado con elpresidenteaesterespecto,ydeestemodoencasadelosCamusotdeMarvillehubo una explicación en familia. A pesar de que Camusot no fueraprecisamentequienmandaraen sucasa, susamonestacioneserandemasiadofundadas de hecho y de derecho, para que su mujer y su hija no lasreconociesencomojustificadas;ambassehumillaronycargaronlaculpaaloscriados,yéstos,unavezconvocadosyreprendidos,noobtuvieronelperdónhastaquelohubieronconfesadotodo,locualdemostróalpresidentelarazónqueasistíaalprimoPonsparaquedarseensucasa.Comotodosloshombresqueestándominadosporsusmujeres,elpresidentedesplegótodasumajestadmarital y judiciaria, declarando a sus criados que serían despedidos y queperderían así todos los beneficios que sus largos años de servicio podríanhaberles valido, si, a partir de entonces, su primo Pons y todos los que lehacían el honor de acudir a su casa, no eran tratados como élmismo. EstafrasehizosonreíraMadeleine.

—Os diré más —dijo el presidente—, sólo tenéis una posibilidad desalvaros,yesladedesarmaramiprimopresentándolevuestrasexcusas.Ida

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decirlequeelquesigáisenestacasadependeexclusivamentedeél,yaque,siélnoosperdona,osdespidoatodos.

XX

Retornoalosbuenostiempos

Alamañanasiguienteelpresidentesaliódesucasabastantetempranoparapoder visitar a su primo antes de ir a la audiencia. La aparición del señorpresidente de Marville, anunciada por la señora Cibot, constituyó unacontecimiento. Pons, que recibía este honor por vez primera en su vida,presintióunareparación.

—Queridoprimo—dijoelpresidente,despuésde loscumplidosde rigor—, he terminado por enterarme delmotivo de su retraimiento. Su procederaumenta,siellofueraposible,laestimaenqueletengo.

Aesterespectosólolediréunacosa:todosmiscriadosestándespedidos.Mimujerymihijasehallansumidasenladesesperación;quierenverleparatener una explicación con usted. En todo esto,mi querido primo, si hay uninocente es este viejo juez; no sea, pues, tan severo para conmigo por uncaprichodeunamuchachaaturdidaquesehabíaempeñadoeniracomerencasa de los Popinot, sobre todo cuando vengo a presentarle mis excusasreconociendo que toda la culpa es nuestra…Una amistad de treinta y seisaños, suponiendo que se hubiese entibiado, sigue teniendo aún ciertosderechos… ¡Vamos, hagamos las paces y venga a cenar con nosotros estanoche!

Ponsseenredóenunadifusarespuesta,yterminóhaciendoobservarasuprimoqueaquellanocheasistíaalacelebracióndelcompromisomatrimonialde un músico de su orquesta, que dejaba la flauta para convertirse enbanquero.

—Bueno,puesmañana.

—Queridoprimo, laseñoracondesadePopinotmehahechoelhonordeinvitarmeconunacartatanamable…

—Puespasadomañana…—insistióelpresidente.

—Pasadomañana,elsociodemiprimerflautista,unalemán,untalseñorBrunner,devuelvealosnovioslainvitaciónqueelloslehacenhoy…

—Veoquedebeustedtenermuchassimpatías,cuandolagentesedisputade este modo el placer de invitarle —dijo el presidente—. Pues bien, el

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domingopróximo…Lacausaseverádentrodeochodías,comodecimosenlostribunales.

—Peroesque tenemosunacenaencasadeun talseñorGraff,elsuegrodelflautista…

—¡Vaya! ¡Pues el sábado! Para entonces ya habrá tenido tiempo detranquilizaraunamuchachaquehavertidonopocaslágrimasporelerrorquecometió.Dios sólo pide el arrepentimiento, ¿será ustedmás exigente que elPadreEternoconnuestrapobreCécile?

Pons, cogido por el lado flaco, se refugió en fórmulas exquisitamentecorteses, y acompañó al presidente hasta el rellano.Una horamás tarde loscriadosdelpresidentellegabanacasadelinfelizdePons;suactitudfuelaqueeshabitualenlaservidumbre,siemprecobardeyrastrera:¡seecharonallorar!MadeleinellevóapartealseñorPonsysearrojóasuspies.

—Señor, soy yo quien tiene toda la culpa, y el señor sabe bien que lequiero —dijo, deshaciéndose en lágrimas—. El motivo de todas estasdesgracias es la venganza que me hervía en la sangre. ¡Vamos a perdernuestros vintalicios! Señor, yo estaba como loca, y no quisiera que miscompañerospaguenmisculpas…AhoramedoycuentadequeDiosnomehahecho para ser del señor. He reflexionado, sé que he sido demasiadoambiciosa, pero yo sigo amándole, señor.Durante diez años no he pensadomás que en la felicidad de hacer la de usted, y de cuidar de toda esta casa.¡Québellodestino!¡Oh,sielseñorsupiesecuántoleamo…!Peroelseñorhadebidodarsecuentade todasmismaldades.Siyomemuriesemañana,¿quécree que iban a encontrar? ¡Un testamento en favor de usted, señor…! Sí,señor,enmibaúl,debajodemisjoyas…

Alpulsaresteresorte,Madeleinehizoqueelsolterónsintieraelhalagodelamor propio que causa siempre el inspirar una pasión, aunque desagrade.DespuésdehaberperdonadonoblementeaMadeleine,acogióbenévolamenteatodoslosdemás,diciéndolesquehablaríaconsuprima,lapresidenta,paratratar de conseguir que no despidiese a nadie. Pons se vio entonces, coninefable placer, restablecido en todos sus habituales privilegios, sin habercometidoningunabajeza.La sociedadhabía idoabuscarle a sucasa,yellodabamásrealcea ladignidaddesucarácter;peroalexplicarsutriunfoasuamigo Schmucke tuvo el dolor de verle triste y lleno de dudas, guardandosilencio. Sin embargo, ante el súbito cambio que se había obrado en lafisonomía de Pons, el buen alemán terminó por alegrarse, inmolando lafelicidadquehabíadisfrutadoalposeerenteramenteasuamigodurantecercadecuatromeses.Lasdolenciasmoralestienenunainmensaventajasobrelasdolenciasfísicas:securaninstantáneamentecuandoserealizaeldeseoquelascausa, del mismo modo que se producen por su privación. Pons, aquella

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mañana,noeraelmismohombre.Elancianotriste,moribundo,cediólugaralPons satisfechoque,unosmesesantes, llevabaa lapresidentael abanicodeMadamedePompadour.PeroSchmuckesesumióenprofundasmeditacionesacercadeaquel fenómenosincomprenderlo,yaqueelverdaderoestoicismojamás se explicará la cortesanía francesa.Pons era unverdadero francés delImperio,enquienlagalanteríadelsiglopasadoseuníaalcultoalamujer,tancelebrado en canciones comoPartimos para Siria, etc. Schmucke enterró sudolorensucorazón,bajolasfloresdesufilosofíaalemana;peroenochodíassepusoamarillo,ylaseñoraCibotusódeartificiosparaintroduciralmédicodelbarrioencasadeSchmucke.Estemédicotemíaquesetratasedeictericia,ydejófulminadaalaseñoraCibotconestapalabraculta,cuyaexplicacióneratiricia.

Porprimeravezquizá,losdosamigosibanacomerjuntosfueradecasa;peroparaSchmuckeaquelloeracomohacerunaexcursiónporAlemania.Enefecto,JohannGraff,eldueñodelhoteldelRhin,ysuhijaEmilie,WolfgangGraff,el sastre,ysumujer;FritzBrunneryWilhemSchwaberanalemanes.Ponsyelnotarioresultaronserlosúnicosfrancesesadmitidosenelbanquete.Los sastres, que poseían una magnífica residencia situada en la calle deRichelieu, entre la calleNeuve-des-Petits-Champs y la calleVilledo, habíaneducadoasusobrina,cuyopadretemía,nosinrazón,elcontactodelagentede todaespeciequepasaporunhotel.Estosdignossastresqueamabana lamuchachacomosifuesehijasuya,cedíanlaplantabajadeledificioalnuevomatrimonio.Allí debía establecerse la bancaBrunner, Schwab yCompañía.Comotodasestasdecisionesdatabanaproximadamentedeunmes,el tiemponecesarioparaqueBrunner,autordetodaestafelicidad,sehiciesecargodelaherencia,elhogardelosfuturosespososhabíasidosuntuosamenterenovadoyamuebladoporelfamososastre.Lasoficinasdelbancoseinstalaronenelalaque unía unamagnífica casa de alquiler que daba a la calle, con el antiguopalacio,flanqueadoporunpatioyunjardín.

XXI

Loquecuestaunamujer

Mientras iban de la calle de Normandía a la calle de Richelieu, Ponsobtuvo del distraído Schmucke los detalles de aquella nueva versión de lahistoria del hijo pródigo en cuyo beneficio laMuerte había matado al ricohotelero.Pons,queacababadereconciliarseconsusparientesmáspróximos,sentíaentonceseldeseodecasaraFritzBrunnerconCéciledeMarville.ElazarquisoqueelnotariodeloshermanosGrafffueraprecisamenteelyernoy

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sucesor deCardot, antiguo oficial de la notaría, en cuya casa Pons comía amenudo.

—¡Ah!¿Esusted, señorBerthier?—dijoel ancianomúsico tendiendo lamanoasuexanfitrión.

—¿Ypor quéya nonos haceusted el honor de venir a comer a nuestracasa? —preguntó el notario—. Mi esposa está preocupada por usted. Lehemos visto en la primera representación deLaNovia delDiablo y nuestrainquietudsehaconvertidoencuriosidad.

—Losviejossonsusceptibles—respondióelpobrehombre—,nopuedenevitareliratrasadosdeunsiglo…pero¿quéselevaahacer?Yaesbastanterepresentarunsiglo;nopuedenpertenecertambiénalquelesvemorir.

—Sí—dijoelnotariomaliciosamente—,nopuedevivirseendossiglosalavez.

—¡Apropósito!—exclamóel pobrehombre, llevandoal jovennotario aunrincón—,¿porquénocasaustedamiprimaCéciledeMarville…?

—¿Porqué?—interrumpióelnotario—.Enestesigloenelqueellujohainvadido hasta las viviendas de los porteros, los jóvenes lo piensan muchoantes de unir su suerte a la hija de un presidente del tribunal real de París,cuandosóloseledancienmilfrancosdedote.Aúnnoseconocelamujerquenocueste a sumarido tresmil francospor año, en la situación en laque seencontraráelmaridodelaseñoritadeMarville.Demodoquelosinteresesdeuna dote como ésta apenas bastan para los gastos de tocador de una futuraesposa.Unjovensolteroquedispongadequinceaveintemilfrancosderenta,viveenunbuenentresuelo,lasociedadnoleexigeningunaostentación,puedelimitarseatenerunsolocriado,dedicatodossusingresosasusplaceres,ydelúnicolujodelquenopuedeprescindirseencargasusastre.Aduladoportodaslasmadresprevisoras,esunode los reyesdelgranmundoparisiense.Porelcontrario, unamujer exige una casa bien puesta, si va al teatro necesita uncocheparaella,ysidesolterasóloprecisabaunabutaca,ahoraseveobligadaa pagar un palco; en una palabra, que ella se convierte en toda larepresentaciónde la fortunaqueantes,el jovensoltero, representabaélsolo.Supongaqueelmatrimoniotienetreintamilfrancosderenta:enunasociedadcomola,nuestra,el jovenricoseconvierteenunpobrediabloquelopiensamucho antes de decirle a un cochero que le lleve aChantilly. Suponga quetienenhijos…yentoncessíquelasituaciónsehaceapurada.ComoelseñorylaseñoradeMarvilleapenashancumplidoloscincuentaaños,lasesperanzasdeheredartienenunplazodequinceoveinteaños;ynohayningúnjovenquequieraesperartantotiempo;yestoscálculosgangrenandetalmodoelcorazónde los calaveras que bailan la polca en el baileMabille con las loretas, quetodos los jóvenes solteros estudian las dos caras de este problema sin que

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necesiten que nosotros se lo expliquemos. En confianza, la señorita deMarville no roba el corazón a sus pretendientes, hasta el punto de hacerlesperder la cabeza, y todos ellos se entregan a este tipo de reflexionesantimatrimoniales.Paraunjovenque,enplenousodesurazónydisponiendode veinte mil francos de renta, esboce in petto un plan matrimonial parasatisfacersusambiciones,laseñoritadeMarvilleofrecepocosatractivos…

—Pero¿porqué?—preguntóestupefactoelmúsico.

—Verá—respondióelnotario—,hoyendía,miqueridoPons,todosestosjóvenes, inclusolosquesontanfeoscomonosotrosdos, tienenlainsolenciadeaspiraraunadotedeseiscientosmil francos,amuchachasdemuybuenafamilia,muybellas,muylistas,muybieneducadas,sintacha,perfectas…

—¿Demodoqueamiprimaleserádifícilcasarse?

—SeguirásolterahastaquesuspadresnosedecidanadarleMarvillecomodote,ysilohubieranhechoasí,aestashorasyaseríalavizcondesaPopinot…Bueno,yaestáaquíelseñorBrunner,vamosaleerelactadelafundacióndelacasaBrunneryelcontratodematrimonio.

Unavezhechas las presentaciones, ydespuésde los cumplidosde rigor,Pons,apeticióndelospadres,firmóelcontrato,oyólalecturadelasactas,yalrededordelascincoymediapasaronalcomedor.Lacomidaconstituyóunodeesossuntuososágapesquedanlosnegociantescuandoconcedenunatreguaalosnegocios,yqueporotrapartedemostrabalasbuenasrelacionesqueteníaGraff,eldueñodelhoteldelRhin,con losmejoresproveedoresdeParís.NiPons ni Schmucke habían asistido jamás a un banquete semejante. Habíaplatos como para enajenar la mente… Unos tallarines sabrosísimos, unoseperlanosconunafrituraincomparable,uncoréganodeGinebraconauténticasalsaginebrina, yunasnatillas para acompañar el pudding, comoparadejarboquiabiertoal famosodoctorque, segúnsedice, lo inventóenLondres.Selevantarondelamesaalasdiezdelanoche.Loquesehabíabebidodevinodel Rin y de vinos franceses sorprendería a los dandis, pues nadie puedefigurarselacantidaddealcoholquelosalemanespuedenllegaraabsorbersinquesealteresucalmaysutranquilidad.ParacomprenderloesprecisocomerenAlemania y ver cómo las botellas se suceden unas a otras comouna olasucedeaotraolaenunabellaplayadelMediterráneo,ydesaparecencomosilos alemanes tuviesen el poder absorbente de la esponja o de la arena; peroarmoniosamente,sinelalborotodelosfranceses;laconversaciónsiguesiendotandiscretacomolasimprovisacionesdeunusurero,lascarasenrojecencomolasde losnoviospintadosen los frescosdeCorneliusodeSchnor,esdecir,imperceptiblemente,y losrecuerdosseexhalanysedifundencomoelhumodelaspipas,conlentitud.

Hacia lasdiezymedia,PonsySchmuckeseencontraronsentadosenun

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bancodeljardín,yenmediodeelloselexflautista,sinacabardecomprenderquién les había obligado a explicar cómo eran, cuáles eran sus opiniones ycuálessusdesdichas.Enmediodeaquelbatiburrillodeconfidencias,WilhemexpresósudeseodecasaraFritz,haciéndoloconenergía,conunaespeciedevinosaelocuencia.

—A ver qué le parece este programa para su amigo Brunner —leinterrumpióPons,hablandoaloídodeWilhem—:unajovenencantadora,demuy buen carácter, veinticuatro años, perteneciente a una familiadistinguidísima, el padre ocupa uno de los cargos más elevados de lamagistratura,tienecienmilfrancosdedote,yesperanzasdeunaherenciadeunmillón.

—¡Espere!—replicóSchwab—.¡AhoramismovoyadecírseloaFritz!

Y los dosmúsicos vieron a Brunner y a su amigo dando vueltas por eljardín, pasando una y otra vez por delante de ellos, el uno escuchandoalternativamentealotro.Pons,quesesentíalacabezaunpocopesada,yquesinestartotalmenteborracho,notabatantaligerezaenlasideascomopesadezensuenvoltorio,observabaaFritzBrunneratravésdeestanubediáfanaqueproduceelvino,yseempeñóenverenaquellafisonomíaunaaspiraciónhacialafelicidadfamiliar.SchwabnotardóenpresentarelseñorPonsasuamigo,su socio, quien agradeció mucho al anciano el interés que se tomaba. Seentabló una conversación en la que Schmucke y Pons, los dos solterones,exaltaron el matrimonio, permitiéndose, sin ver en ello ninguna malicia, eljuego de palabras de que «era el fin del hombre». Cuando sirvieron loshelados, el té, el ponche y los pasteles en la futura vivienda de los futurosesposos, la hilaridad llegó al colmo entre aquellos dignos negociantes, casitodosbebidos,alenterarsedequeelcomanditariodelbancoibaaimitarasusocio.

SchmuckeyPons,alasdosdelamadrugada,alregresarasucasaporlosbulevares, iban filosofando hasta el absurdo, sobre el orden musical de lascosasdeestebajomundo.

XXII

EnelquePonsllevaalapresidentaunobjetodearteunpocomásvaliosoqueunabanico

Aldíasiguiente,Ponssedirigióacasadesuprimalapresidenta,poseídodelaprofundaalegríaqueproporcionadevolverbienpormal.¡Quéalmamásnoble la suya…! Indiscutiblemente rozaba lo sublime, y todo el mundo

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convendráenello,yaquevivimosenunsigloenelqueseconcedeelpremioMontyon a los que cumplen con su deber, siguiendo los preceptos delEvangelio.

—¡Ah!Tendránmuchoqueagradecerasugorrón—sedecíaaldoblarlacalledeChoiseul.

UnhombremenosabsortoquePonsensucontento,unhombredemundo,unhombredesconfiado,hubieseobservadolasreaccionesdelapresidentaydesuhijaalvolveraaquellacasa,peroelpobremúsicoeraunniño,unartistallenodeingenuidad,queenmoralsólocreíaenelbien,comoenartecreíaenlabelleza;quedóencantadodeloshalagosdeCécileydelapresidenta.Aquelpobre hombre que desde hacía doce años veía representar continuamentesainetes, dramas y comedias, no reconoció lasmuecas de la comedia socialque, sin duda, estaba demasiado acostumbrado a ver. Los que frecuentan laalta sociedad parisiense y que han comprendido la sequedad de alma y decuerpodelapresidenta,aquiensóloemocionanloshonores,yquesepavoneaceservirtuosa,sufalsadevociónylaaltaneríadeunamujeracostumbradaamandar en su casa, pueden imaginar el odio disimulado que sentía por elprimodesumarido,desdequesehabíavistoenaquellasituacióntanviolenta.Demodoquetodoslosaspavientosdelapresidentaydesuhijaocultabanunterrible deseo de venganza, evidentemente aplazada. Por primera vez en suvidaAméliehabíatenidoquereconocerseculpableanteunmaridoalqueellagobernaba;yparacolmoteníaquemostrarseafectuosaconelresponsabledesu derrota… Esta situación sólo puede compararse con la de ciertashipocresíasqueduranañosyañosenelsenodelsacrocolegiocardenaliciooen los capítulos de las órdenes religiosas. A las tres, cuando el presidentevolvió del Palacio de Justicia, Pons apenas había acabado de contar losportentososincidentesquelehabíanhechoconoceralseñorFrédéricBrunner,y la cena del día anterior que había durado hasta la madrugada, y todo lorelativo al susodicho FrédéricBrunner.Cécile, sin andarse con rodeos, hizounaseriedepreguntassobreelmododevestirdeFrédéricBrunner,sobresutipo,suapostura,elcolordelcabelloydelosojos,y,cuandohuboconjeturadoqueFrédéricteníaunairedistinguido,admirósugenerosidad.

—¡Dar quinientos mil francos a su compañero de infortunio…! ¡Oh,mamá!¡Yotendríacochepropio,ypalcoenlosItalianos!

YCécilecasiparecíamásatractiva,alpensarquetodoslosproyectosquesumadreteníaconrespectoaellapodíanconvertirseenrealidad,yquequizáserealizaranunasesperanzasdelasqueyadesesperaba.

Encuantoalapresidenta,sólopronuncióestafrase:

—Miqueridahijita,dentrodequincedíaspuedesestarcasada.

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Todaslasmadresllamanhijitasasushijasqueyatienenveintitrésaños.

—Sin embargo —dijo el presidente— necesitamos tiempo para tomarinformes.Jamásconsentiríaendarmihijaalprimeradvenedizo…

—Encuantoalosinformes,hasidoBerthierquienhalegalizadotodoslosdocumentos—respondióelancianoartista—.Ypor loqueaél respecta,miqueridaprima,recuerdeloquemedijoenotraocasión.Puesbien,tienemásdecuarentaaños,yenlacabezalefaltalamitaddelpelo.Quiereencontrarenla familia un puerto seguro contra las borrascas de la vida, y yo no le heapartadodeestaidea;haygustosparatodo…

—Razón de más para conocer al señor Frédéric Brunner —replicó elpresidente—.Noquierodarmihijaacualquiervaletudinario.

—Puesbien,queridaprima,sileparecebien,podráustedopinarsobremicandidato dentro de cinco días; ya que, dada la situación, bastará unaentrevista…

Cécileylapresidentahicieronungestodecomplacencia.

—Frédéric,queesunhombredeungustoexquisito,meharogadoquelepermitiera ver detalladamente mi pequeña colección —siguió diciendo elprimo Pons—. Ustedes tampoco han visto nunca mis cuadros, misantigüedades;venganaquelmismodía—dijoasusdosparientas—,diremosquesondosdamasquehatraídomiamigoSchmucke,yasípodránconoceralfuturo sin ningún compromiso por su parte. Frédéric puede ignorarperfectamentequiénesson.

—¡Maravilloso!—exclamóelpresidente.

Ya puede imaginarse qué atenciones se prodigaron al parásito antesdesdeñado.Elpobrehombre,aqueldía,fueelprimodelapresidenta.Lafelizmadre, ahogando su odio en el mar de su alegría, supo tener para con élmiradas,sonrisasypalabras,quedejaronalinfelizenéxtasisacausadelbienquehacíayacausadelporvenirquecreíaentrever.¿AcasonoibaaencontrarenlascasasBrunner,Schwab,Graff,comidassemejantesaladelafirmadelcontrato?CreíaapercibiryalatierradeJaujayunaincomparablesucesióndeplatossorpresa,deportentosgastronómicos,devinosexquisitos.

—Si nuestro primo Pons consigue que lleguemos a un acuerdo en esteasunto—dijoelpresidenteasumujer,cuandoPonssehuboido—,tendríamosqueasignarleunarentaequivalenteasusueldodedirectordeorquesta.

—Desdeluego—dijolapresidenta.

Y se encargó a Cécile, en caso de que ella agradara al joven, de haceraceptarestainnoblemunificenciaalviejomúsico.

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Aldía siguiente, el presidente, deseosode tener pruebas auténticas de lafortunadelseñorFrédéricBrunner,sepresentóencasadelnotario.Berthier,avisadopor lapresidenta,habíahechovenir a sunuevocliente, elbanqueroSchwab, el ex flautista.Deslumbradopor labodaquepodíahacer su amigo(yasesabehastaquépuntolosalemanesrespetanlasdistincionessociales;enAlemania una mujer es la señora generala, la señora consejera, la señoraabogada),Schwabsólodiofacilidades,comouncoleccionistaquecreepoderaprovecharsedeunanticuario.

—Ante todo—dijo el padre de Cécile a Schwab—, como yo,mediantecontrato,cederémipropiedaddeMarvilleamihija,desearíacasarlabajounrégimendotal.ElseñorBrunnerdepositaríaunmillóndetierrasparaaumentarMarville,constituyendoasíun inmuebledotalquepondríaelporvenirdemihijayeldemisfuturosnietosalabrigodelosriesgosdelbanco.

Berthierseacariciólabarbilla,mientraspensaba:

—Estoesloquehabíaquehacer,señorpresidente.

Schwab, después de haberse hecho explicar en qué consistía el régimendotal,empeñósupalabraennombredesuamigo.AquellacláusulasatisfacíaeldeseoquehabíaoídoformularaFritzdeencontrarunsistemaqueimpidieseelpodervolveralamiseria.

—El valor de la propiedad, que comprende granjas y pastos —dijo elpresidente—,esenestosmomentosdeunmillóndoscientosmilfrancos.

—Bastará un millón en acciones del banco —dijo Schwab— paragarantizar lacuentadenuestracasaenelbanco;Fritznoquiere invertirmásquededosmillonesennegocios;haráloqueusteddesea,señorpresidente.

El presidente, al transmitir estas nuevas a su esposa y a su hija, casi lasvolvió locas de júbilo. En la pesca de marido, jamás una oportunidad tanventajosasehabíamostradotandócilalaredconyugal.

—Tú serás la señora Brunner de Marville —dijo el padre a la hija—,porqueconseguiréparatumaridolaautorizacióndeuniresteapellidoalsuyo,ymástardeleconseguirécartasdenaturaleza.¡SimehacenpardeFrancia,élserámisucesor!

La presidenta empleó cinco días en preparar a su hija. El día de laentrevista,fueellamismaquienvistióaCécile,quiencuidódequenofaltaradetalle,conelmismointerésconqueelalmirantedelaarmadaequipóelyatedeplacerdelareinadeInglaterracuandoemprendióelviajedeAlemania.

Porsuparte,PonsySchmuckelimpiaronysacaronelpolvoalmuseodePons,alpisoyalosmuebles,conlaagilidaddemarinerosqueprocedenalalimpieza de la nave almirante. Ni una mota de polvo en las esculturas de

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madera.Todoslosmetalesrelucían.Loscristalesdelospasteles,dejabanverclaramentelasobrasdeLatour,deGreuzeydeLiautard,elilustreautordeLachocolatera,elmilagrodeestapintura,¡ay!,tanefímera.Elinimitableesmaltedelosbroncesflorentinos,setornasolabasegúnlaluz.Losvitralesdecoloresresplandecíancontodasuarmoniosagamacromática.Todobrillaba,cadacosaa su manera, y cautivaba el alma con la nota que le era peculiar en esteconciertodeobrasdearteorganizadopordosmúsicosqueerantanpoetaselunocomoelotro.

XXIII

Unaideaalemana

Suficientementehábilescomoparaevitarlasdificultadesdeunaentradaenescena, las mujeres llegaron las primeras, ya que querían estar en terrenopropio.PonspresentósuamigoSchmuckeasusparientas,aquienesprodujola impresión de un idiota. Preocupabas como estaban por un futuromaridocuatro veces millonario, las dos ignorantes apenas prestaron atención a lasexplicacionesartísticasquelesdabaelpobrePons.ContemplaronconmiradaindiferentelosesmaltesdePetitot,dispuestosenloscamposdeterciopelorojode tresmarcosmaravillosos.Las floresdeVanHuysum,deDaviddeHeim,losinsectosdeAbrahamMignon,losVanEyck,losAlbertoDurero,auténticosCranach,Giorgione, Sebastián del Piombo, Backuisen,Hobbema,Géricault,las rarezas de la pintura, nada excitaba su curiosidad, ya que lo único queesperaban era el sol que debía iluminar estas riquezas; a pesar de todo,quedaronsorprendidaspor labellezadeciertas joyasetruscasyporelvalorreal de las tabaqueras. Se estaban extasiando por compromiso mientrasadmiraban en sus manos unos bronces florentinos, cuando la señora CibotanuncióalseñorBrunner.NovolvieronlacabezayaprovecharonunsoberbioespejodeVenecia,encuadradoporunosdeformespedazosdeébanoesculpido,paracontemplaralfénixdelospretendientes.

Frédéric, avisado porWilhem, había peinado cuidadosamente los pocoscabellos que le quedaban, llevaba un precioso pantalón de tonos suaves,aunqueoscuros,unchalecodesedadeunaeleganciairreprochableydecortemoderno, una camisa bordada cuyo hilo había salido de las manos de unafrisona,yunacorbataazulconhilosblancos.LacadenadesurelojprocedíadelacasaFlorentyChanor, igualqueelpomodesubastón.Encuantoasutraje, el propio Graff padre lo había cortado del mejor de los paños. UnosguantesdeSueciadelatabanalhombrequeyahabíadilapidadolafortunadesumadre.Hubiesepodidoadivinarselapequeñaberlinabajadedoscaballos,

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del banquero, viendo relucir sus botas charoladas, si las dos mujeres no lahubieranoídoyacircularporlacalledeNormandía.

Cuando el libertino de veinte años es la crisálida de un banquero, a loscuarenta años el resultado es un gran observador, tantomás avisado cuantoBrunnerhabíacomprendidotodoelpartidoqueunalemánpuedesacardesuingenuidad.Paraaquellamañanahabíaadoptadoelairesoñadordeunhombrequeoscilaentreelegirlavidadefamiliaycontinuarlaexistenciadisipadadesoltero.EnunalemánafrancesadoestaactitudparecióaCécileelcolinodelromanticismo.CreyóverunWertherenelhijodelosVirlaz.¿Cuáleslajovenque no se permite un poco de imaginación novelesca en la historia de sumatrimonio? Cécile se consideró como la más feliz de las mujeres cuandoBrunner, al verse ante las magníficas obras coleccionadas durante cuarentaañosdepaciencia,seentusiasmó,lasapreció,porprimeravez,ensuverdaderovalor,congransatisfaccióndePons.

—¡Esunpoeta!—sedijo laseñoritadeMarville—.Vemillonesen todoeso.Unpoeta esunhombrequenopresta atenciónal dinero, quedeja a sumujerdueñay señoradel capital,unhombre fácilde llevaryque sedistraefácilmenteconbobadas.

Cada cristal de las ventanas del cuarto de Pons era un vitral suizo decolores,elmásmodestodeloscualesvalíamilfrancos,yposeíadieciséisdeaquellas maravillas, en cuya búsqueda hoy en día los coleccionistas noconocenreposo.En1815aquellosvitralessevendíandeseisadiezfrancos.Elprecio de los sesenta cuadros que componían aquella divina colección,verdaderasobrasmaestras,sinunretoque,auténticas,sólopodíaserconocidoenmediodelapasionamientodeunasubastapública.Entornoacadacuadroseadmirabaunmarcodeunvalorinmenso,yhabíandetodasclases;elmarcoveneciano,conaquellosgrandesadornosparecidosa losdela lozaactualdelos ingleses, el marco romano, tan notable por lo que los artistas llamanefectismo, el marco español con audaces ornamentos florales, los marcosflamencos y alemanes, con sus ingenuas figurillas, elmarco de concha conincrustacionesdeestaño,decobre,denácar,demarfil;elmarcodeébano,elmarcodeboj,elmarcodecobre,elmarcodeLuisXIII,LuisXIV,LuisXVyLuisXVI,enfin,unacolecciónúnicade losmásbellosmodelos.Pons,másdichosoquelosconservadoresdelostesorosdeDresdeydeVierta,poseíaunmarcodelfamosoBrustolone,elMiguelÁngeldelamadera.

Naturalmente, la señoritadeMarvillepidióexplicaciones sobrecadaunade laspiezasde lacolección.Sehizo iniciarenel conocimientodeaquellasmaravillasporBrunner.Ysemostrótaningenuaenlasexclamaciones,pareciótandichosadedescubrirgraciasaFrédéricelvalor,labellezadeunapintura,de una escultura, de un bronce, que el alemán olvidó su actitud afectada;pareciórejuvenecerse.Enresumen,quetantodeunapartecomodelaotra,se

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fuemáslejosdeloqueseesperabaenaquelprimerencuentro,supuestamentedebidoalazar.

Lavisitaduró treshoras.BrunnerofreciósumanoaCécileparabajar laescalera.Mientrasdescendía lospeldañosconestudiada lentitud,Cécile,queseguíaconlaconversaciónsobrelasbellasartes,seasombródelaadmiraciónquesupretendientemostrabaporlaschucheríasdesuprimoPons.

—¿Demodoqueustedcreequetodoloqueacabamosdevervalemuchodinero?

—¡Ah, señorita! Si su señor primo quisiera venderme su colección, hoymismo ledaríaochocientosmil francosporella,ynoharíaunmalnegocio.Sólolossesentacuadros,enunasubastapública,alcanzaríanunasumamayor.

—Locreo,yaqueustedlodice—respondióella—ysupongoqueésteeselmotivodequehayasidoaloquehaprestadomásatenciónestamañana.

—¡Oh, señorita…! —exclamó Brunner—. Por toda respuesta a estereproche,solicitarédesuseñoramadreelpermisodepresentarmeensucasaparatenerladichadevolverlaaver.

—¡Mihijasiempre tan ingeniosa!—pensólapresidenta,que ibapisandolostalonesasuhija—.Seráungranplacerparanosotros—respondióenvozalta—.Esperoquevengausted,connuestroprimoPons,alahoradecomer;elseñorpresidenteestaráencantadodeconocerle…Gracias,primo.

Y apretó el brazo de Pons de un modo tan significativo, que la frasesacramental «Juntos, hasta que la muerte nos separe», no hubiera sidomásexpresiva. Abrazó a Pons con una mirada que acompañó aquel «Gracias,primo».

Despuésdehaberayudadoasubiralcochealajoven,ycuandolaberlinadealquilerhubodesaparecidoporlacalleCharlot,BrunnersepusoahablardeantigüedadesconPons,quienseempeñabaenhablardebodas.

—¿Demodoquenoveustedningúninconveniente?—dijoPons.

—¡Ah!—replicó Brunner—. Ella es poquita cosa, y la madre un pocoafectada…Yaveremos.

—Una buena fortuna en perspectiva —observó Pons—; más de unmillón…

—Hastaellunes—interrumpióelmillonario—.Siquiereustedvendersucoleccióndecuadros,yoledaríaenseguidaentrequinientosyseiscientosmilfrancos…

—¡Oh!—exclamóelpobrehombre,quenosesabíatanrico—;nopodríasepararme de lo que es mi felicidad…Mi colección sólo la vendería si no

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tuviesequedesprendermedeellahastadespuésdemimuerte.

—Bueno,yaveremos…

—Vaya, dos asuntos en marcha—dijo el coleccionista, que no pensabamásqueenlaboda.

BrunnersedespidiódePonsyel lujosocarruajeno tardóenperdersedevista.PonsvioalejarselapequeñaberlinasinprestaratenciónaRémonencq,quefumabasupipaenelumbraldelapuerta.

XXIV

Castillosenelaire

Aquella misma tarde, en casa de su suegro, con quien la presidenta deMarvillequisoconsultarelasunto,encontróalafamiliaPopinot.Deseosadesatisfacer una pequeña venganza, tan natural en el corazón de las madres,cuandonohanconseguidocapturaraunhijodefamilia,laseñoradeMarvilledioaentenderqueCécileibaahacerunabodainmejorable.«¿YconquiénsecasaCécile?», fue lapreguntaquebrotóde todos los labios.Yentonces,sincreertraicionarsussecretos,lapresidentadejóescapartantasmediaspalabras,hizo tantas confidencias al oído, por otra parte confirmadas por la señoraBerthier,queheaquí loquealdía siguientesedecíaenelEmpíreoburguésquePonsfrecuentabaconfinesgastronómicos:

«CéciledeMarvillesecasaconunjovenalemánquesehahechobanqueropormotivos de caridad, porque tiene una fortuna de cuatromillones; es unhéroedenovela,unverdaderoWerther,demuybuencorazónyconungranatractivo,que, despuésdehaber cometidomuchas locuras, seha enamoradolocamentedeCécile;elenamoramientofueinstantáneo,ydebeseralgomuyprofundo desde el momento en que Cécile tenía por rivales a todas lasmadonnasdeloscuadrosdePons,etcétera.»

Dos días más tarde una serie de personas fueron a cumplimentar a lapresidenta, con el único objeto de saber si existía el diente de oro, y lapresidentabordóeltemadeunmodoadmirablequelasmadresdeberíantenerencuenta,comoantañoseconsultabaElPerfectoSecretario:

—Unaboda—decíaalaseñoraChiffreville—sólosepuededarporhechacuando se sale de la alcaldía y de la iglesia, y nosotros estamos aún en lasentrevistas; de modo que cuento con su amistad para que no hablen denuestrasesperanzas…

—Nosabeustedlasuertequehatenido,señorapresidenta;hoyendíaes

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tandifícilconcertarunaboda…

—¡Qué quiere usted! Ha sido la casualidad; muchas veces las bodas sehacenasí.

—¿DemodoqueporfincasanaCécile?—decíalaseñoraCardot.

—Sí—respondiólapresidenta,comprendiendolamaliciadel«porfin»—.Nosotros hemos sido muy exigentes, y éste ha sido el motivo de que seretrasara laboda.Peroahora lohemosencontradotodo:fortuna,amabilidad,buen carácter y un hombremuy atractivo. Por otra parte,mi querida hijita,biensemerecíaunacosaasí.ElseñorBrunneresunjovenencantador,llenodedistinción;esaficionadoallujo,conocelavida,estálocoporCécile,laamasinceramente; y, a pesar de sus tres o cuatro millones, Cécile le acepta…Nosotrosno teníamos tantaspretensiones, pero…estasventajasnunca estándemás…Másquesufortuna,eselamorquehainspiradomihija,loquenoshadecididoadarelconsentimiento—decíalapresidentaalaseñoraLebas—.ElseñorBrunnertienetantaprisaquedeseaquelabodasecelebredentrodelplazomásbrevequeexigenlasleyes.

—¿Esextranjero…?

—Sí,peroconfiesoqueestoymuycontenta.No,noesunyerno,esunhijoel que voy a tener. El señor Brunner es de una delicadeza verdaderamentecautivadora.Nopuedeniimaginarseelinterésquehatenidoencasarsebajoelrégimendotal…Esunagran tranquilidadpara las familias.Adquirirápastosporvalordeunmillóndoscientosmilfrancos,yestastierrasundíaseuniránalasdeMarville.

Al día siguiente hubo otras variaciones sobre el mismo tema. El señorBrunner era un gran señor, y lo demostraba en todos sus actos; no dabaimportancia al dinero; y si el señor deMarville pudiera conseguirle la grancartadenaturaleza(elministeriobienledebíaunfavorcomoéste),suyernoseríapardeFrancia.LafortunadelseñorBrunnerera incalculable, tenía losmejorescaballosylosmejorescarruajesdetodoParís,etc.

El placer con que los Camusot anunciaban sus esperanzas, revelaba ya,bienalasclaras,hastaquépuntoestetriunfohabíasidoinesperado.

InmediatamentedespuésdelaentrevistacelebradaencasadelprimoPons,elseñordeMarville,siguiendolosconsejosdesumujer,logróqueelministrode Justicia, su primer presidente y el procurador general, aceptasen lainvitación para comer en su casa el día de la presentación del fénix de losyernos.Lostresgrandespersonajesaceptaron,apesardequelafechaeramuypróxima, comprendiendo el papel que les atribuía el padre de familia, yacudiendo gustosamente en su ayuda. En Francia se suele estar a punto deayudar a las madres de familia que pescan un yerno rico. El conde y la

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condesa Popinot se prestaron también a completar la fastuosidad de aquellajornada, apesardeque la invitación lespareciódemuymalgusto.En totaleran once personas. El abuelo de Cécile, el viejo Camusot y su mujer, nopodían faltar en esta reunión, destinada, por la posición de los invitados, acomprometer definitivamente al señor Brunner, anunciado, como ya se havisto,comounodeloscapitalistasmásricosdeAlemania,unhombredegusto(se había enamorado de la hijita), el futuro rival de los Nucingen, de losKeller,delosTillet,etcétera.

—Esnuestrodíaderecibir—dijoconestudiadasencillezlapresidentaalque ella ya consideraba como su yerno, mientras iba nombrándole losinvitados—, todos son íntimos. Primero el padre de mi marido, que, comoustedyasabe,estáapuntodeserelegidopardeFrancia;luegoelseñorcondeylaseñoracondesaPopinot,cuyohijonoerasuficientementericoparaCécile,sinqueporellohayamosdejadodesermuybuenosamigos;nuestroministrode Justicia, nuestro primer presidente, nuestro procurador general, en fin,nuestrosamigos…Sóloquetendremosquecenarunpocotarde,acausadelaCámara,dondenuncaterminanlasesiónantesdelasseis…

BrunnermiróaPonssignificativamente,yPonsse frotó lasmanoscomounhombrequedice:«¡Éstossonnuestrosamigos,misamigos…!».

Lapresidenta,comomujermuyhábilqueera,tuvoquellevaraparteasuprimoparadecirlealgunacosaenprivado,afindedejaraCécileunmomentoasolasconsuWerther.Cécilecharlóporloscodos,yselasingenióparaqueFrédéric descubriese un diccionario alemán, una gramática alemana y unGoethe,queellahabíaescondido.

—¡Ah!¿Aprendeustedelalemán?—dijoBrunner,sonrojándose.

Lasfrancesassonúnicasparainventarestaclasedetrampas.

—¡Oh!—dijoella—. ¡Quémaloesusted!Caballero,nomeparecenadabienesodecuriosearmissecretos.QuieroleeraGoetheenoriginal—añadió—;hacedosañosqueestoyestudiandoalemán.

—Entoncesesquelagramáticaesmuydifícildecomprender,porquesólohaydiezpáginasabiertas—observóingenuamenteBrunner.

Cécile,confusa,sevolvióparaocultarsurubor.Unalemánesincapazderesistirestaclasedepruebas,yeljovencogiólamanodeCécile,hizoquesevolviera hacia él, y la contempló comomiran los novios en las novelas deAugustoLafontaine,depúdicamemoria.

—¡Esustedadorable!—dijo.

Cécile hizo un mohín de coquetería que significaba: «¡Y usted! ¿Quiénpodríadejardeamarle?».

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—¡Mamá,esomarcha!—dijoaloídodesumadrequevolvíaconPons.

El aspecto de una familia durante una velada como aquélla no es paradescribirlo.Todoelmundosealegrabadeveraunamadreatrapandounbuenpartidoparasuhija.Llovíanlasfelicitaciones,expresadasconfrasesdedoblesentido y retruécanos, sobreBrunner, que fingía no comprender nada, sobreCécile,quelocomprendíatodo,ysobreelpresidente,quecasisolicitabaestosparabienes. Pons sintió que toda la sangre se le acumulaba en las orejas ycreyó ver encendidas todas las candilejas del escenario de su teatro, cuandoCécileledijoconvozbaja,ydelamásingeniosadelasmaneras,quesupadreteníalaintencióndeasignarleunarentavitaliciademildoscientosfrancos,alocualelancianoartistasenegóenredondo,objetandoqueBrunnerlehabíareveladoqueposeíaunagranfortunaenantigüedades.

Elministro,elprimerpresidente,elprocuradorgeneral,losPopinot,todaslaspersonasatareadas,sefueron.ProntonoquedaronmásqueelviejoseñorCamusot, y Cardot, el antiguo notario, a quien hacía compañía su nietoBerthier. El pobre Pons, al verse en familia, agradeció, no pocodesmañadamente, al presidente y a la presidenta la proposición que Cécileacababa de hacerle. Los hombres de corazón son así, se dejan llevar por elprimer impulso. Brunner, que vio en aquella renta ofrecida de aquelmodo,como una especie de recompensa, hizo como una especie de examen deconcienciaisraelita,yadoptóunaactitudquedenotabalasgélidasreflexionesdeunapersonacalculadora.

—Micolección,oloquevalga,siempreperteneceráasufamilia,tantosiciertountratoconnuestroamigoBrunnercomosimelaquedo—decíaPons,anteelasombrodelafamilia,queseenterabaentoncesqueposeíaobjetosdetantovalor.

A Brunner no le pasó inadvertido el momentáneo impulso de todosaquellosignorantesenfavordeunhombreque,deunasituaciónconsideradacomodeindigencia,pasabaaladeposeerunafortuna,comonohabíadejadode observar losmimos y halagos del padre y de lamadre por suCécile, elídolo de la casa, y entonces se complació en provocar la sorpresa y lasexclamacionesdeaquellosdignosburgueses.

—Yodije a la señorita que los cuadros del señor Pons valían esta sumaparamí; pero dado el precio a que se adquieren los objetos de arte únicos,nadie puede prever el valor que alcanzaría esta colección en una subastapública. Los sesenta cuadros llegarían al millón, yo he visto varios decincuentamil.

—¡Quiénnodesearíasersuheredero!—dijoelantiguonotarioaPons.

—Pero es quemi heredera esmi prima Cécile—dijo el pobre hombre,

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insistiendoenelparentesco.

Entre los allí reunidos se produjo un movimiento de admiración por elancianomúsico.

—Puesseráunaherederamuyrica—dijoriendoCardot,queyaseiba.

Quedaban, pues, Camusot padre, el presidente, la presidenta, Cécile,Brunner, Berthier y Pons, ya que se suponía que iba a hacerse la peticiónoficial demano deCécile. En efecto cuando estas personas quedaron solas,Brunnerempezóporunapreguntaquepareciódebuenaugurioalospadres.

—Hecreídoentender—dijoBrunnerdirigiéndosealapresidenta—,quelaseñoritaerahijaúnica.

—Desdeluego—respondióellaconorgullo.

—No tendrá usted dificultades con nadie —añadió el pobre Pons, paradecidiraBrunneraformularlapetición.

Brunnerquedópensativo,yunsilenciofatalprovocólamásextrañadelasfrialdades.Parecíacomosi lapresidentahubieseconfesadoque suhijita eraepiléptica.El presidente, juzgandoque su hija nodebía hallarse presente, lehizounaseñalqueCécilecomprendió,ysalióinmediatamentedelaestancia.Brunnersiguiómudo.Todossemiraban.Lasituaciónsehacíaembarazosa.ElviejoCamusot,hombredeexperiencia, llevóalalemána lahabitaciónde lapresidenta, con el pretexto de enseñarle el abanico hallado por Pons,adivinandoquehabíasurgidoalgúnobstáculo,yconungestopidióasuhijo,asunuerayaPonsqueledejaranasolasconelpretendiente.

—¡Éstaeslamaravilla!—dijoelviejosederoenseñándoleelabanico.

—Vale cinco mil francos —respondió Brunner, después de haberloexaminado.

—Caballero—dijoelfuturopardeFrancia—,¿nohabíavenidoustedparapedirlamanodeminieta?

—Sí—dijoBrunner—,yleruegoquemecreacuandoledigoqueningunauniónseríamáshonrosaparamí.Nuncapodréencontrarunajovenmásbella,másamable,quereúnatantasperfeccionescomolaseñoritaCécile;pero…

—Veamos, basta de peros —dijo Camusot padre—, o, mejor dicho,sepamosenquéconsistenestosperos…

—Caballero—siguióBrunner,muy serio—,me alegromuchode que niunosni otros noshayamos comprometido todavía, yaque la calidaddehijaúnica, tan valiosa para todo el mundo, excepto para mí, circunstancia quecréamequeignoraba,constituyeunobstáculoinsuperable…

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—Pero,caballero—dijoelanciano,estupefacto—,¿cómoesposiblequede una inmensa ventaja haga usted un inconveniente? Su proceder estotalmenteinaudito,yyotendríaungraninterésenconocersusrazones.

—Señormío—siguió diciendo el alemán con flema—,hoy he venido aestacasaparapediralseñorpresidente lamanodesuhija.Mi intencióneraasegurarelporvenirdelaseñoritaCécileofreciéndoletodoloqueellahubiesequerido aceptar demi fortuna; pero una hija única es una niña a la que laindulgenciadesuspadreshaacostumbradoahacersiempresusantavoluntad,yquenuncahaconocidolamenornegativa.Enestecasohaocurridoloqueentantasotrasfamiliasenlasquehepodidoadvertirelcultoquesetributabaaesta especiededivinidades; no sólo la nietadeusted es el ídolode la casa,sinoqueademás la señorapresidentaes laque lleva los…¡ya sabeustedelqué!Caballero,yohevistoelhogardemipadreconvertirseenuninfiernoporestacausa.Mimadrastra,origendetodasmisdesgracias,hijaúnica,adorada,la más encantadora de las prometidas, se convirtió en la encarnación deldiablo.NodudoquelaseñoritaCécileseaunaexcepcióndeestaregla;peroyo ya no soy joven, tengo cuarenta años, y la diferencia de nuestras edadesllevaconsigounaseriedeproblemasquenomepermitiríanhacerfelizaunajovenacostumbradaaverhaceralaseñorapresidentasusantavoluntad,yaquien la señora presidenta escucha como a un oráculo. ¿Con qué derechopodríaexigiryoquelaseñoritaCécilecambiaradeideasydecostumbres?Enlugardeunpadreydeunamadrequecomplacensusmenorescaprichos, seencontraríaconelegoísmodeuncuarentón.Obro,pues,contodahonradezymeretiro.Porotraparte,siconsiderannecesariodarexplicacionesalhechodequesóloleshayavisitadounavez,deseoquetodalaresponsabilidadmeseaatribuida…

—Si sus razones son éstas —dijo el futuro par Francia—, aunquesingulares,sonplausibles…

—Caballero, no ponga usted en dudami sinceridad—replicó vivamenteBrunner, interrumpiéndole—. Si conoce usted alguna muchacha pobre,pertenecienteaunafamiliacargadadehijos,peroquehayarecibidounabuenaeducación, sin fortuna, como tantas hay enFrancia, y cuyo carácter ofrezcagarantías,mecasoconella.

Durante el silencio que siguió a esta declaración, Frédéric Brunner dejósolo al abuelo de Cécile, volvió a saludar cortésmente al presidente y a lapresidenta, y se retiró. Comentario viviente de la despedida de suWerther,Cécileapareciópálidacomounamoribunda; lohabíaoído todoocultaenelguardarropadesumadre.

—¡Rechazada…!—dijoaloídodesumadre.

—¿Yporqué?—preguntólapresidentaasuconfusosuegro.

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—Hadadoelcuriosopretextodequelashijasúnicassonniñasmimadas—respondióelanciano—.Ynoseequivocadeltodo—añadióaprovechandola ocasión para zaherir a su nuera, que hacía veinte años que le estabafastidiando.

—¡Esto costará la vida a mi hija! ¡Usted la habrá matado! —dijo lapresidenta a Pons, sosteniendo a su hija, quien consideró de buen efectoabandonarseenlosbrazosdesumadre.

El presidente y su mujer arrastraron a Cécile hasta un sillón, en dondeacabódedesmayarsedeltodo.Elabuelollamóaloscriados.

XXV

Ponssepultadoporlaarenilla

—¡Yaséquiénhaurdidoestainfamia!—dijolamadre,furiosa,señalandoalpobrePons.

Ponsseirguió,comosioyeraresonarensusoídoslastrompetasdeljuiciofinal.

—Usted—siguiólapresidenta,cuyosojoserancomodosfuentesdebilisverde—, usted ha querido responder a una broma inocente con una injuria.¿Quiénvaacreersequeestealemánestáensusanojuicio?Oescómplicedeunaatrozvenganzaoestáloco.Espero,señorPons,queenelfuturo,noseviteustedeldisgustodeverleenunacasaenlaquehaintentadoustedintroducirlavergüenzayeldeshonor.

Pons,convertidoenestatua,mirabafijamenteunrosetóndelaalfombra,y,conlasmanosjuntas,hacíagirarlosdedospulgares.

—¡Cómo!¡Todavíaestáustedaquí,monstruodeingratitud…!—exclamóal presidente volviéndose—. Ni el señor ni yo estaremos jamás en casa, sialgunavezsepresentaestehombre—dijoaloscriados,señalandoaPons—.Jean,vayaabuscaraldoctor…Ytú,Madeleine,traeaguadeazahar…

Para lapresidenta, las razonesalegadasporBrunnernoeranmásqueunpretextobajoelqueseocultabaalgodesconocido;perofueracomofuese, labodasedeshacía.Conlarapidezdepensamientoquedistinguealasmujeresen las grandes circunstancias, la señora de Marville había hallado la únicamanera de reparar aquel fracaso atribuyendo a Pons una venganzapremeditada.Esta idea, infernalpor loquesereferíaaPons,dejabaenbuenlugarelhonordelafamilia.FielasuodiocontraPons,habíaconvertidounasimplesospechademujerenunaverdad.Engenerallasmujerestienenunafe

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muyparticular,unamoralpropia;creenenlarealidaddetodoloquesirveasus interesesyasuspasiones.Pero lapresidenta fuemuchomás lejos,pusotodosuempeñoenconvenceralpresidentedequeellaestabaenlocierto,yalamañanasiguienteelmagistradosehallabaconvencidodelaculpabilidaddesuprimo.Todoelmundoencontraráhorribleelprocederdelapresidenta.Perodeverseenuncasosemejante,todaslasmadresimitaríanalaseñoraCamusot,ypreferiríansacrificarelhonordeunextrañoaldesuhija.Losmediospodránserotros,elobjetivoseráelmismo.

Elmúsicobajó laescaleraconrapidez;peroanduvoapaso lentopor losbulevares, hasta llegar a su teatro, en el que entró maquinalmente; subiómaquinalmenteasuestradoydirigiómaquinalmentelaorquesta.Durantelosentreactos respondió tan vagamente a Schmucke, que éste disimuló susinquietudes y creyó que Pons se había vuelto loco. Para una naturaleza taninfantilcomoladePons, laescenaqueacababadedesarrollarseadquiría lasproporciones de una catástrofe… Resucitar un odio atroz, cuando él habíaqueridoproporcionar la felicidad, erauna inversión total de la existencia.Yhabía reconocido en los ojos, en el gesto, en la voz de la presidenta unaenemistadmortal.

Aldía siguiente, la señoraCamusotdeMarville tomóunagrandecisión,queporotraparteleexigíanlascircunstancias,yalaqueelpresidentediosuconsentimiento.DecidierondarendoteaCécile lapropiedaddeMarville,elpalacio de la calleHannover y cienmil francos. Aquellamismamañana lapresidenta fue a ver a la condesa Popinot, comprendiendo que a un fracasocomoaquél,habíaqueresponderconunabodayahecha.ContólaespantosavenganzayelincalificableengañodequePonsleshabíahechovíctimas.Todoparecióverosímilcuandosesupoqueelpretextodeaquellarupturahabíasidola condición de hija única. En resumen, la presidentamanejó hábilmente elseñuelodellamarsePopinotdeMarvilleylaenormidaddeladote.Alprecioque van ahora los bienes en Normandía, al dos por ciento, aquel inmueblerepresentabaalrededordelosnovecientosmilfrancos,yelpalaciodelacalledeHannoversehabíavaloradoendoscientoscincuentamilfrancos.Ningunafamiliasensatapodíarechazarunaunióncomoaquélla;demodoqueelcondePopinot y su mujer la aceptaron; luego, como personas interesadas por elhonor de la familia en la que iban a entrar, prometieron colaborar en lajustificacióndelacatástrofeocurridaeldíaanterior.

YencasadelpropioCamusotpadre,elabuelodeCécile,yantelasmismaspersonas de unos días antes y a las que la presidenta había cantado susletanías-Brunner,lamismapresidenta,aquientodoelmundotemíahablar,seadelantóvalientementeadarexplicaciones.

—La verdad es que hoy en día —decía— nunca se toman bastantesprecauciones cuando se habla de una boda, sobre todo si se trata con

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extranjeros.

—¿Yesoporqué?

—¿Quélehaocurrido?—preguntólaseñoraChiffreville.

—¿NosehanenteradodenuestraaventuraconesteBrunner,queteníalaaudaciadeaspiraralamanodeCécile…?Eselhijodeuntaberneroalemán,sobrinodeunoquevendíapielesdeconejo.

—¿Esposible?¡Usted,tansagaz…!—dijounaseñora.

—¡Estos aventureros son tan astutos! Pero lo hemos sabido todo porBerthier.Estealemánesamigodeunpobrediabloquetocalaflauta,yestáenrelacionesconunhombreque tieneunpisoamuebladoen lacalledelMail,con unos sastres… Nos hemos enterado de que ha llevado la vida máscrapulosa,yningunafortunavaabastarleaestebribónqueyahaderrochadoladesumadre…

—¡Entonces su hija hubiese sido muy desgraciada…! —dijo la señoraBerthier.

—¿Ycómoselohanpresentado?—preguntólaancianaseñoraLebas.

—HasidounavenganzadelseñorPons;noshapresentadoaesteindividuopara hacernos caer en el ridículo… Este Brunner, que quiere decir Fuente(queríanquepasaraporungranseñor),tienepoquísimasalud,escalvoycondientescariados;amí,soloconverleyanomeinspiróningunaconfianza.

—Pero ¿y aquella gran fortuna de la que usted hablaba? —preguntótímidamenteunajoven.

—Lafortunanoestangrandecomosedice.Lossastres,eldueñodelhotelyélhanrebañadosusbolsasparafundarunbanco…Hoyendía,¿quéesunbancoqueempieza?Una licenciaparaarruinarse.Unamujerque seacuestamillonaria puede despertarse sin un céntimo. Desde la primera vez que leoímoshablaryque levimos,yahabíamos juzgadoa este individuo,quenosabenadadenuestrascostumbres.Enlosguantes,enelchaleco,selevequees un obrero, el hijo del dueño de un fonducho alemán, sin nobleza desentimientos, un bebedor de cerveza… ¡y que fuma…! ¡Oh…! ¡Veinticincopipascadadía!¿CuálhubierasidolasuertedemipobreLilí?Meestremezcosólodepensarlo.¡Diosnoshasalvado!Además,Cécilenoestabaenamoradadeél…¿Creenustedesquepodíamosesperarnosunengañosemejantedeunpariente,deuníntimodenuestracasa,quecomeconnosotrosdosvecesalasemana,desdehaceveinteaños?Aquienhemoshechoinnumerablesfavores,yquerepresentatanbienlacomediaquehanombradoherederasuyaaCéciledelante del ministro de Justicia, del procurador general, del primerpresidente…EsteBrunneryelseñorPonsestabandeacuerdoparaatribuirse

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elunoalotronosécuántosmillones…No,yolesaseguroquetodasustedeshubierancaídotambiénenesteengañodeartista…

Enpocassemanas,lasfamiliasreunidasdelosPopinot,delosCamusotydesusadheridos,habíanlogradoenlaSociedaduntriunfofácil,yaquenadietomóladefensadeldesgraciadoPons,delparásito,delmalicioso,delavaro,delhipócrita,sepultadobajoeldesprecio,consideradocomounavíboraquesecubre de una singular maldad, un saltimbanqui peligroso a quien debíaolvidarse.

XXVI

Elúltimogolpe

AlcabodeunmesaproximadamentedelanegativadelsupuestoWerther,elpobrePons,queselevantabaporprimeravezdelacama,enlaquesehabíavisto postrado víctima de una fiebre nerviosa, se paseaba por los bulevares,tomandoelsol,apoyadoenelbrazodeSchmucke.EnelbulevardelTemplenadiesereíayadelosdoscascanueces,alverelaspectoacabadodeluno,ylaconmovedorasolicituddelotroporsuamigoconvaleciente.Cuandollegaronal bulevar Poissonnière, Pons había recuperado los colores al respirar estaatmósferadelosbulevaresendondeelaireestanvivificante;yaque,dondehormiguealamuchedumbre,elaireestanvitalqueenRomasehaobservadolaausenciademalaariaenelinfectoGhetto,enelquepululanlosjudíos.Talveztambiénelaspectodeloqueenotrostiempossecomplacíaenvertodoslosdías,elgranespectáculodeParís,influíaenelenfermo.FrentealteatrodelasVariétés,PonsseapartódeSchmucke,yaqueibanelunoalladodelotro;pero de vez en cuando Pons se separaba de su amigo para contemplar lasnovedadesquehabíanexpuestorecientementeenelescaparatedelastiendas.YseencontrócaraacaraconelcondePopinot,aquiensaludódelmodomásrespetuoso,yaqueelantiguoministroeraunodeloshombresaquienesPonsestimabayvenerabamás.

—Caballero—respondióseveramenteelpardeFrancia—,nocomprendoque tenga usted tan poco tacto que se atreva a saludar a una personaemparentadaconlafamiliaalaquehaintentadoustedsumirenlavergüenzayelridículo,conunavenganzacomosólolosartistassabeninventarlas…Sepausted,señormío,queapartirdehoydebemossertotalmentedesconocidoselunoparaelotro.LaseñoracondesaPopinotcomparte la indignaciónquesuprocederconlosseñoresdeMarvillehainspiradoatodalasociedad.

El antiguoministro se alejó dejando a Pons como fulminado. Jamás las

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pasiones, ni la justicia ni la política, jamás las grandes fuerzas sociales,atienden al estadode saluddel ser al que condenan.El estadista, impulsadoporelinterésdefamiliadeabrumaraPons,noadvirtióladebilidadfísicadeaqueltemibleenemigo.

—¿Guédebasa,mibopreamico?—exclamóSchmucke,poniéndose tanpálidocomoPons.

—Acaboderecibirunanuevapuñaladaenelcorazón—respondióelpobrehombre, apoyándose en el brazo de Schmucke—. Estoy por creer que sóloDios tiene derecho a hacer el bien, y por eso todos los que se empeñan enimitarlesoncastigadoscontantaseveridad.

Estesarcasmodeartistafueunsupremoesfuerzodelbondadosoanciano,quequeríadisipareltemorquesepintabaenelrostrodesuamigo.

—Sígueesfertat—respondiósencillamenteSchmucke.

Esto era inexplicable para Pons, a quien ni los Camusot ni los Popinothabían enviado participaciones de la boda de Cécile. En el bulevar de losItalianos,Ponsvioacercarseal señorCardot.Pons,yaescarmentadopor laspalabrasdelpardeFrancia,seguardómuchodedeteneraestepersonaje,encuyacasa,elañoanterior,comíaunavezcadaquincedías,ysecontentóconsaludarle; pero el alcaldedebarrio, el diputadodeParís, dirigió aPonsunamiradadeindignación,sindevolverleelsaludo.

—Vete a saber lo que tienen todos contra mí—dijo el pobre hombre aSchmuckequeconocíatodoslosdetallesdelacatástrofeocurridaaPons.

—Gapallero —dijo cortésmente Schmucke a Cardot—, mi amico Bonsagapadesalirteeineenvermetat,ysintutausdetnoleharegonocito.

—Lehereconocidoinmediatamente.

—Endonces,¿guédieneusdetguerebrocharle?

—Tieneustedporamigoaunmonstruodeingratitud,aunhombreque,sivivetodavía,esporque,comodiceelproverbio,malahierbanuncamuere.Lasociedad no se equivoca al desconfiar de los artistas, todos sonmalignos ehipócritas como alimañas. Su amigo ha intentado deshonrar a su propiafamilia, comprometiendo la reputación de Una joven para vengarse de unabromainocente;noquierotenernilamenorrelaciónconél;tratarédeolvidarque le he conocido, que existe. Y estos sentimientos son los de todos losmiembros demi familia, de la suya, y de todas las personas que hacían alseñorPonselhonorderecibirleensucasa…

—Bero, gapallero, usdet es ein hompre razonaple; bermídame gue leesbligue…

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—Caballero,siasí lodesea,sigaustedsiendosuamigo—replicóCardot—; pero limítese a esto, ya que esmi deber prevenirle quemi reprobaciónalcanzarátambiénalosqueintentendefenderleyjustificarle.

—¿Jusdivigarle?

—Sí,puestoquesuprocederestaninjustificablecomoincalificable.

Y después de haber soltado esta frase, el diputado del Sena siguió sucaminosinquererescucharniunasilabamás.

—Ya tengo contra mí a los dos poderes del Estado—dijo sonriendo elpobre Pons cuando Schmucke hubo terminado de repetirle aquellas cruelesimprecaciones.

—Dodo esdá gontra nosodros —replicó dolorosamente Schmucke—,fámonosteaguí,asínoengondraremosmássalfajes.

Era la primera vez de su vida, verdaderamente ovina, que Schmuckeproferíapalabrassemejantes.Jamásnadahabíaturbadosumansedumbrecasidivina,yhubiesesonreído ingenuamentea todas lasdesgraciasquehubierancaído sobre él; pero ver maltratar a su sublime Pons, aquel Arístidesdesconocido, aquel genio resignado, aquella alma sin hiel, aquel tesoro debondad,todocorazón…EnaquellosmomentossentíalacóleradeAlcestes,yllamaba salvajes a los anfitriones de Pons…En aquel carácter tan apacible,aquel impulso equivalía a todos los furores de Rolando. Guiado por unaprudenteprecaución,SchmuckehizoquePonssedesviaraporelbulevardelTemple; y Pons se dejó conducir, ya que el enfermo se hallaba en aquellasituaciónde los luchadoresqueyanocuentan losgolpes;peroelazarquisoquenadiedejaradeensañarseconelpobremúsico;elaludquesedesplomabasobre él debía contenerlo todo: la Cámara de los Pares, la Cámara de losDiputados,lafamilia,losextraños,losfuertes,losdébiles,losinocentes…

EnelbulevarPoissonière,alvolverasucasa,Ponsvioacercarsealahijade aquelmismo señorCardot, una joven que había conocido las suficientesdesdichas como para ser indulgente. Culpable de un desliz que se habíamantenido en secreto, se había convertido en la esclava de su marido. LaseñoraBerthiereralaúnicadelasseñorasdelascasasenlasquecomíaalaque Pons llamaba por su nombre de pila: «Félicie», y a veces tenía laimpresión de que ella le comprendía. Aquella dulce criatura pareciócontrariadade encontrar al primoPons;pues apesarde la ausenciade todoparentescoconlafamiliadelasegundaesposadesuprimoCamusotpadre,sele tratabadeprimo;pero,nopudiéndoloesquivar,FélicieBerthiersedetuvoanteelmoribundo.

—Yonocreíaquefueseustedmalo,primo,perosóloconqueseaverdadlacuarta parte de lo que he oído decir de usted, tendré que reconocer que es

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usted un hombre de una gran hipocresía… ¡Oh! ¡No intente justificarse!—añadióvivamente,viendoquePonsibaahacerungesto—;pordosrazones:laprimeraporquenotengoderechoaacusar,juzgarnicondenaranadie,puestoqueséporexperienciapropiaquelosqueparecentenertodalaculpa,tienentambiénmotivosquelesexcusan;lasegunda,porquesusrazonesnoserviríanparanada.ElseñorBerthier,quehafirmadoelcontratodebodadelaseñoritade Marville y del vizconde Popinot, está tan enojado con usted, que si seenteraraquelehedichounasolapalabra,quehehabladoconustedporúltimavez,mereprendería.Todoelmundoestácontrausted.

—Bienloveo,señora—respondióconvozemocionadaelpobremúsico,saludandorespetuosamentealaesposadelnotario.

Y reemprendió penosamente el camino hacia la calle de Normandía,apoyándoseenelbrazodeSchmuckeconunafuerzaquedelatabaalancianoalemánunadebilidadfísicavalerosamentecombatida.Aqueltercerencuentrofue como el veredicto pronunciado por el cordero que reposa a los pies deDios;lacóleradeaquelángeldelospobres,elsímbolodelospueblos,eslaúltimapalabradelcielo.Losdosamigosllegaronasucasasinhabercambiadoniunapalabra.

Enciertascircunstanciasde lavida,únicamente sepuede sentir cercaunamigo;elconsuelode lapalabraencona laherida, revelasuprofundidad.Elviejopianistaposeía,comoyaseve,elgeniodelaamistad,ladelicadezadelosque,porhabersufridomucho,conocenlascostumbresdelsufrimiento.

AquelpaseodebíaserelúltimodelpobrePons.Elenfermopasódeunmala otro.De temperamento sanguíneobilioso, la bilis pasó a la sangre, y cayóvíctima de una violenta hepatitis. Como estas dos enfermedades sucesivashabíansidolasúnicasdesuvidanoconocíaaningúnmédico;ymovidaporunsentimientoenprincipioirreprochable,inclusomaternallacompasivayfielCibotllamóalmédicodelbarrio.

XXVII

Lapenaseconvierteenictericia

EncadabarriodeParísexisteunmédicocuyonombreydomiciliosólosonconocidospor laclasebaja, lospequeñosburgueses, losporteros,yaquien,porconsiguiente,sellamaelmédicodelbarrio.Estemédico,queseocupadelospartosydelassangrías,esenmedicinaloqueelcriadoparatodoenlosPequeños Anuncios. Forzado a ser bueno con los pobres, bastante expertograciasasulargapráctica,engeneralselequiere.EldoctorPoulain,aquien

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la señora Cibot había introducida en casa del enfermo, después de habersedado a conocer a Schmucke, escuchó distraídamente las dolencias del viejomúsico, que durante toda la noche se había estado rascando la piel, que sehabía vuelto completamente insensible. El hecho de tener los ojos con uncercoamarilloconcordabaconaquelsíntoma.

—Enlosdosúltimosdíashatenidoustedundisgustograve,¿noescierto?—dijoeldoctorasuenfermo.

—¡Ay,sí!—respondióPons.

—Tieneustedlaenfermedadqueelseñorhaestadoapuntodetener—dijoseñalando a Schmucke—, la ictericia; pero no será nada—añadió el doctorPoulain,mientrasescribíaunareceta.

A pesar de esta última frase tan consoladora, el doctor había lanzado alenfermounadeestasmiradashipocráticas,enlasqueunosojosinteresadosenconocer laverdadadivinansiemprelasentenciademuerte,aunestandobienocultaporunacompasiónquedalacostumbre.DemodoquelaseñoraCibot,quecaptóconsusojillosdeespíalamiradadeldoctor,nosellamóaengañorespecto al significado de la frase del médico, ni respecto a la fisonomíahipócritadeldoctorPoulainycuandoéstesaliódelpisosefuetrasél.

—¿Creeustéquenoseránada?—dijo laseñoraCibotaldoctor,unavezenelrellano.

—MiqueridaseñoraCibot,suseñoreshombremuerto,noporquelabilishaya invadido la sangre, sino a causa de su debilidad moral. Sin embargo,cuidándole mucho, es posible que su enfermo salga aún de ésta; seríaconvenientequelesacarandeaquí,quelellevarandeviaje…

—¿Conquédinero…?—preguntó laportera—.Élseganaelcocidoconsu empleo y su amigo vive de unas pequeñas rentas que le han dado unasseñoronas, a las que dice que ha prestado unos servicios, y que son muycaritativas.Soncomodosniños,yolescuidodesdehacenueveaños.

—Mepasolavidavisitandoagentequesemuerenodesusenfermedades,sinodeestaherida terriblee incurablequees la faltadedinero. ¡Encuántasbuhardillasnomeveoobligadoadejarlescincofrancossobrelachimenea,envezdehacerlespagarlavisita!

—¡PobreseñorPoulain!—dijolaseñoraCibot—.¡Ah!Situvieraustélascienmil librasde rentaque tienenalgunos roñososdelbarrio, que s’irándepatitasalinfierno,ustéseríaelrepresentantedeDiosenlatierra…

Elmédico,quehabíaconseguido,graciasalapreciodelosseñoresporterosde su distrito, hacerse con una pequeña clientela que apenas bastaba paracubrir susnecesidades, levantó losojosalcieloydio lasgraciasa laseñora

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CibotconunamuecadignadeTartufo.

—Entonces, dice usté,mi querido señor Poulain, que cuidándolemuchonuestroqueridoenfermoserepondría,¿no?

—Sí,sieldisgustoquehasufridonohaminadodemasiadosuestadodeánimo.

—¡Pobre hombre! ¿Quién habrá podido darle un disgusto? Es tan buenhombre, que sólo puede compararse con su anmigo, el señor Schmucke…Tengoque enterarmede lo que le ha pasado, yomismavoy a ajustarles lascuentasalosquelehandadoestedisgusto…

—Mireusted,miqueridaseñoraCibot—dijoelmédico,queseencontrabayaenelumbraldelapuertacochera—,unadelascaracterísticasprincipalesde la enfermedad de su señor es enojarse continuamente por causas sinmotivo,ycomonoesprobablequepuedapagarseunaasistenta,esustedquienlevaacuidar.Demodoque…

—¿Hablan del sheñor Ponsh? —preguntó el chatarrero, que estabafumandoenpipa.

Yselevantódelguardacantóndelapuertaparaunirsealaconversacióndelaporteraydeldoctor.

—Sí,Rémonencq—respondiólaseñoraCibotalauvernés.

—Pueshparaqueloshepan,eshmáshricoqueelsheñorMonishtrol,yquemuschosanticuarios…Yoentiendoenelnegosio,yleshdigoqueeshtepobrehombretieneunafortunaenshucasha.

—¡Vaya!¡Yyoquecreíaquemetomabaustéelpeloelotrodía,cuandoleenseñétodasaquellasantiguallas,mientrasmisseñoresestabanfuera!—dijolaseñoraCibotaRémonencq.

EnParís,dondehastalaspiedrasdelascallestienenoídos,ylaspuertas,lengua, y los barrotes de las ventanas, ojos, no hay nadamás peligroso quehablardelantede laspuertas cocheras.Lasúltimaspalabrasque sedicenenestos lugares, y que son lo que una posdata es a una carta, contienenindiscrecionestanpeligrosasparalosquelasdejanescapar,comoparalosquelasrecogen.

Unsoloejemplobastaráparacorroborarelquepresentaestahistoria.

XXVIII

Eloroesunaquimera(letradelseñorScribe,músicadeMeyerbeer,

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decoradosdeRémonencq)

Undía,unodelosmejorespeluquerosdeltiempodelImperio,épocaenlaque loshombres cuidabanmuchode su cabello, salíadeuna casa en laqueacababadepeinaraunalindadama,yenlaqueprestabasusserviciosatodoslos inquilinos ricos. Entre éstos figuraba un solterón cuya ama de llavesdetestabaa losherederosdesuseñor.Encasadelmencionadojoven,quesehallaba gravemente enfermo, acababan de reunirse en consulta una serie defamososmédicos,queaúnnosellamabanlospríncipesdelaciencia.Elazarquiso que los médicos salieran al mismo tiempo que el peluquero, y aldespedirseenelumbraldelapuertacochera,porsuslabioshablaronlacienciaylaverdad,comosuelenhablarentreellosunavezhaterminadolafarsadelaconsulta.«Eshombremuerto…»,dijoeldoctorHaudry…«Nolequedaniunmesdevida»,añadióDesplein,«amenosqueseproduzcaunmilagro…».Elpeluquero oyó estas palabras.Como todos los peluqueros estaba de acuerdocon los criados. Y empujado por una monstruosa codicia, volvió a subirinmediatamentealacasadelmencionadojoven,yprometióalamadellavesuna buena recompensa si lograba que su amo pusiera lamayor parte de sufortuna en una renta vitalicia. Formaba parte de la fortuna del solterónmoribundo, que por otra parte sólo tenía cincuenta y seis años, que debíandoblarse teniendo en cuenta sus campañas amorosas, una magnífica casasituadaen lacalledeRichelieu,quevalíaentoncesdoscientoscincuentamilfrancos.Estacasa,objetodelacodiciadelpeluquero,lefuevendidaacambiode una renta vitalicia de treinta mil francos. Esto ocurría en 1806. Estepeluqueroretirado,hoyseptuagenario,pagatodavíalarentaen1846.Comoelmencionadojovensólotienenoventayseisaños,estáenlasegundainfancia,ysehacasadoconsuseñoraEvrard,aúnpuededurarmuchotiempo;comoelpeluquerohabíadadoalacriadaunostreintamilfrancos,elinmueblelecuestamásdeunmillón;pero lacasahoyvalecercadeochocientosonovecientosmilfrancos.

Imitando a este peluquero, el auvernés había escuchado las últimaspalabrasqueBrunnerhabíadichoaPonsenelumbraldelapuerta,eldíadelaentrevista del fénix de los pretendientes con Cécile; desde entonces habíadeseado penetrar en el museo de Pons. Rémonencq, que vivía en buenaarmoníacon losdosCibot,no tardóenser introducidoenelpisode losdosamigos, durante la ausencia de éstos. Rémonencq, deslumbrado ante tantasriquezas,violaposibilidaddehacerunnegocioredondo, locual,enlajergadeloscomerciantes,significarobarunafortuna,yhacíacincooseisdíasquepensabaenello.

—Noshólono le tomoelpelo—respondióa laseñoraCibotyaldoctorPoulain—, shino que ya volveremos a hablar del ashunto, y shi eshte buen

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sheñorquiereunarentavitalisiadesincuentamilfrancosh,yolepagountoneldevinodelpaíshshiuhstedme…

—¿Peroquédice,hombre?—dijoelmédicoaRémonencq—.¡Cincuentamilfrancosdevitalicio!Entonces,siestanrico,atendidopormíycuidadoporlaseñoraCibotpuedecurarse…porque lasenfermedadesdelhígadoson losinconvenientesquetienenlasconstitucionesmuyfuertes…

—¿Hedishosincuenta?Pueshunsheñor,aquímishmo,eneshtapuerta,lehaofresidoshetesientoshmilfrancosh,yeshoshóloporloscuadrosh,¿eh?

Al oír esta afirmación de Rémonencq la señora Cibot miró al doctorPoulain de una manera extraña, como si el diablo encendiera un fuegosiniestroensusojoscolornaranja.

—¡Bueno, basta de paparruchas! —cortó el médico, contentándose consaberquesuclientepodíapagartodaslasvisitasqueibaahacerle.

—Sheñordoctor,shilabuenadelasheñoraShibot,yaqueelsheñoreshtáencama,medejatraeruneshperto,yolejuroqueencuentroeldineroendoshhorash,aunquefueranshetesientosmilfrancosh…

—Muy bien, amigo mío—respondió el doctor—. Ahora, señora Cibot,tenga usted mucho cuidado con no llevar nunca la contraria al enfermo;ármeseusteddepaciencia,porquetodovaairritarle,todolecansará,inclusolasatencionesquetengaustedparaconél;sepausteddeantemanoquenovaaencontrarnadabienhecho…

—Puessíquéserádifícil…—dijolaportera.

—Vamos a ver, escúchemebien—siguió elmédico con autoridad—.Lavida del señor Pons está en manos de los que le cuidan; de modo que yovendréaverlequizádosvecespordía.Empezarémirecorridoporél…

Súbitamenteelmédicohabíapasadodeladespreocupacióntotalquesolíatenerrespectoasusenfermospobres,alasolicitudmásextremada,aladvertirlaposibilidaddeaquellafortuna,vistalaseriedaddelespeculador.

—Será tratado a cuerpo de rey—respondió la señoraCibot con fingidoentusiasmo.

LaporteraesperóaqueelmédicohubieradobladolacalleChalotantesdereemprenderlaconversaciónconRémonencq.Elchatarreroterminabasupipa,con la espalda apoyada en la chambranade la puerta de su tienda.Posiciónquehabíaadoptadopremeditadamente,yaquequeríaque fuese laportera laquefuesehaciaél.

Esta tienda, que en otro tiempo había sido un café, seguía tal cual elauvernéslahabíaencontradocuandolaarrendó.Enellargorótuloquecorona

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la vidriera de todas las tiendas modernas, se leía aún: CAFÉ DENORMANDÍA.Elauvernéshabíahechopintar, sindudagratuitamente, conpincelyencolornegro,poralgúnaprendizdepintordebrochagorda,enelespacio que quedaba debajo del CAFÉ DE NORMANDÍA, estas palabras:Rémonencq,chatarrero,compraobjetosdeocasión.Naturalmente,losespejos,las mesas, los taburetes, los estantes, todo el mobiliario del Café deNormandía, había sido vendido. Rémonencq había alquilado por seiscientosfrancoslatiendaconlascuatroparedesdesnudas,latrastienda,lacocinayuncuartoúnicoalniveldelentresueloenelqueantesdormíaelmozo,yaqueelpisoquedependíadelCafédeNormandíafuealquiladoaparte.Delprimitivolujodelqueserodeóelcafeteronoquedabamásqueunpapelverdeclarolisoenlatienda,ylassólidasbarrasdehierrodelaentrada,consuspernos.

XXIX

Iconografíadelaespeciechamarilero

Una vez instalado allí, en 1831, después de la revolución de Julio,Rémonencq empezó tratando en campanillas rotas, vajilla desportillada,chatarra, balanzas viejas, pesas antiguas rechazadas por la ley, y a las quesustituíanlasnuevasmedidas,que,porcierto,elEstadotampocohaadoptadodeltodo,yaquedejarcircularmonedasdeunoydedossueldosquedatandelreinado de Luis XVI. Más tarde este auvernés, con la energía de cincoauverneses, compró baterías de cocina, marcos viejos, cobres antiguos,porcelanasdesportilladas.Insensiblemente,afuerzadellenarseyvaciarse,latienda tomó un aire de farsa de Nicolet, y la naturaleza de los géneros fuemejorando.Elchatarrerosiguióestesistemaprodigiosoysegurocuyosefectossemanifiestan a los ojos de los paseantes lo suficientemente filósofos paraestudiar laprogresióncrecientede losvaloresqueatesoranestas tiendasquedenotan tanta inteligencia. A la hojalata, a los quinqués, a los restos dejarrones, suceden los marcos y los objetos de cobre. Luego vienen lasporcelanas. Pronto, la tienda que había sido un gorrineo, se convierte enmuseo.Finalmente,undía,laspolvorientasvidrierasselimpian,elinteriorseadecenta, el auvernés abandona suchaquetadepanay se endosauna levita;pareceyaundragónguardandosutesoro;estárodeadodeobrasdearte,sehaconvertido en un gran experto, ha decuplicado su capital, y ya no se dejaengañar por nadie; conoce bien los trucos del oficio. Allí está el monstruocomounaviejaenmediodeveintejóvenesqueofrecealpúblico.Estehombreastutoydepoco seso,que sólopiensaen susbeneficiosyqueabusade losignorantes, se queda indiferente ante la belleza, ante los milagros del arte.Convertido en comediante, finge amar sus cuadros y sus marqueterías, o

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simulalapobrezaoinventapreciosdeadquisiciónyofreceenseñarfacturasdeventa. Es un proteo, es al mismo tiempo Jocrisse, Janot, un fantoche, oMondoroHarpagónounBonifacio.

A partir del tercer año pudieron verse en casa deRémonencq relojes depared nada despreciables, armaduras, cuadros antiguos; y durante susausenciashacíavigilar la tiendaporunamujerucanopoco fea, suhermana,que a petición suya había venido a pie desde su pueblo. La Rémonencq,especie de idiota de mirada vaga, que vestía como un ídolo japonés, norebajabaniuncéntimoenlospreciosqueponíasuhermano;ademásllevabalacasayresolvíaelproblema,enaparienciainsoluble,devivirdelaniebladelSena. Rémonencq y su hermana se alimentaban de pan y de arenques, dedesperdicios,derestosdelegumbresquerecogíandelosmontonesdebasuraquelosdueñosdelasfondasapilabanjuntoasusguardacantones.

Paraellosdos,incluyendoelpan,sólogastabansesentacéntimosaldía,ylaRémonencqselasingeniabaparaganárseloscosiendoohilando.

EstoscomienzosdelnegociodeRémonencq,quehabíavenidoaParísparaser recadero, y que de 1825 a 1831hacía recados para los anticuarios de lacalleBeumarchaisyloscaldederosdelacalledeLappe,eslahistorianormalde muchos anticuarios. Los judíos, los normandos, los auverneses y lossaboyanos,estascuatrorazasdehombres,poseenlosmismosinstintos,hacenfortuna por los mismos medios. No gastar nada, ganar márgenes muypequeños, y acumular intereses y beneficios, tal es su programa. Y esteprogramaesefectivo.

Enaquellosmomentos,Rémonencq,reconciliadoconsuantiguopatrono,Monistrol, trataba con importantes anticuarios, e iba a chalanear (ésta es lapalabra técnica) por los arrabales de París, que, como ya es sabido,comprendenunazonadecuarentaleguas.Despuésdecatorceañosdepráctica,eradueñodeunafortunadesesentamilfrancosydeunatiendabienprovista.Sinhacergrandesganancias,enlacalledeNormandía,endondelereteníalomódicodelalquiler,vendíasugéneroalosanticuarios,contentándoseconunpequeñobeneficio.TodossusnegocioslostratabaenlajerigonzadeAuvernia,que llaman charabia. Aquel hombre acariciaba un proyecto: queríaestablecerseenlosbulevares;queríaconvertirseenunricoanticuario,llegaratratar directamente con los buenos compradores. En él había además untemible negociante. Tenía la cara recubierta por una especie de barnizpolvoriento producido por las limaduras de hierro y pegado por el sudor,porque él mismo se lo hacía todo; lo cual hacía su expresión aún másimpenetrable,sobretodoteniendoencuentaqueelhábitodelaspenalidadesfísicaslehabíadotadodelaimpasibilidadestoicadelosveteranossoldadosde1799.Físicamente,Rémonencqeraunhombrebajoyflaco,cuyosojillos,querecordaban a los de los cerdos, de color azulmetálico, delataban la codicia

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concentrada,laastuciamaliciosadelosjudíos,sinsuaparentehumildadqueocultaunprofundodesprecioporloscristianos.

Lasrelacionesquehabíaentre losCiboty losRémonencqeranlasdeunbienhechor con personas que les deben agradecimiento. La señora Cibot,convencida de la extremada pobreza de los auverneses, les vendía a preciosincreíblemente bajos las sobras de Schmucke y de Cibot. Los Rémonencqpagabandoscéntimosymedioporunalibradepanseco,uncéntimoymedioporunaescudilladepatatas,yasítodolodemás.ElastutoRémonencqdabaaentenderquenuncahacíanegociosporsucuenta.ErasiempreelrepresentantedeMonistrol,ydecíaquelosanticuariosricosleexplotaban;demodoquelosCibotcompadecíansinceramentealosRémonencq.Desdehacíaonceañoselauvernés llevaba lamismachaquetadepana, elmismopantalóndepana, elmismo chaleco de pana; pero estas tres prendas, tan características de losauverneses,estabantotalmentecubiertasderemiendosqueCibothabíapuestogratis.Comoseve,notodoslosjudíossondeIsrael.

—Nometomeelpelo,Rémonencq—dijolaportera—.¿CómoesposiblequeelseñorPonstengaunafortunaasí,yllevelavidaquelleva?¡Sinotienenicienfrancosensucasa!

—Todosh losh colesionishtash shon igual—respondió sentenciosamenteRémonencq.

—¿Entonces, va de veras que cree que lo de mi señor vale unossentecientosmilfrancos?

—Shí, y shólo con losh cuadrosh… Tiene uno que shi me pidieshesincuenta mil francosh, yo she losh encontraría, aunque tuvieshe queahorcarme para shacarlosh… ¿Shabe ushted losh marquitosh de cobreeshmaltado, con tersiopelo rojo, donde eshtán losh retratosh? Puesh shoneshmaltesdePetitot,yhayunsheñorminishtro,quehabíashidodroguishta,quepagamileshcudosporcadauno…

—¡Puessihaytreintaenlosdosmarcos!—dijolaportera,cuyosojossedilataron.

—Pueshyavéelteshoroquetiene…

La señora Cibot, presa de vértigo, dio media vuelta. InmediatamenteconcibiólaideadehacerseincluireneltestamentodelpobrePons,imitandoatodas aquellas amas de llaves cuvos vintalicios habían provocado tantasenvidias en el barriodelMarais.Seveíavahabitandounpueblecillode losalrededoresdeParís,pavoneándoseenunacasadecampoenlaquesecuidabade su corral, de su jardín, y en la que terminaba sus días servida comounareina,igualquesupobreCibot,quebienmerecíatantafelicidad,comotodoslosángelesolvidados,incomprendidos.

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Por la reacción brusca y espontánea de la portera, Rémonencq tuvo lacertidumbredelograrsuspropósitos.Eneloficiodechalán(queasísellamatambiénalosquevanenbuscadeocasiones,ydeahíelverbochalanear,irenbuscadeocasionesyhacerbuenosnegociosaprovechándosedelaignoranciadelosdemás);enesteoficio,ladificultadestribaenpoderintroducirseenlascasas.SoninimaginableslasarguciasaloScapin,lostrucosaloSganarelleyloshalagosa loDorineque inventan loschalanesparaentrarencasade losburgueses.Soncomediasdignasdelteatroysiemprebasadas,comoaquí,enlarapacidaddeloscriados.Loscriados,sobretodoenelcampooenprovincias,acambiodetreintafrancosenplataodeciertosobjetos,hacenquesecierrentratosenlosqueelchalánrealizabeneficiosdemiladosmilfrancos.ExistenciertosserviciosdeantiguoSèvres,pastatierna,cuyaconquista,sisecontara,demostraría que todas las argucias diplomáticas del Congreso de Munster,todoel ingeniodesplegadoenNimega,enUtrecht,enRiswick,enViena,nosonnadaalladodelaastuciadeloschalanes,cuyacomicidadesmuchomásfranca que la de los negociadores. Los chalanes se valen de recursos quearraigantanprofundamenteenlosabismosdelinteréspersonalcomolosquelos embajadores buscan tan afanosamente para conseguir la ruptura de lasalianzasmássólidas.

—Yalahelevantadodecashcosh—dijoelhermanoalahermana,alverquevolvíaasentarseenunasilladespajada—.Ahoravoyaconshultarconelúnicoqueentiendeesho,nueshtrojudío,unbuenjudíoqueshólonoshcobrauninteréshdequinseporshiento…

RémonencqhabíavistoclaroenelcorazóndelaCibot.Enmujeresdeestetemplequereresobrar;noretrocedenanteningúnmedioparallegaraléxito,pasanenuninstantedelahonradezmásescrupulosaalamayorperversidad.La honradez, como todos nuestros sentimientos, dicho sea de paso, deberíadividirseendoshonradeces:unahonradeznegativayunahonradezpositiva.Lahonradeznegativa sería la de las que son comoCibot, que sonhonradasmientrasnoselespresentaunaocasióndeenriquecerse.Lahonradezpositivaseríalaqueseveasaltadaportodosladosporlastentacionessinsucumbiraellas,comoladelosempleadosquecobranfacturas.

XXX

EnelquelaCibotiniciasuprimerataque

Untropeldemalas intencionespenetróen la inteligenciayenelcorazóndeestaportera,porlaesclusadelinterésabiertaporlasdiabólicaspalabrasdelchatarrero.LaCibotsubió,o,parasermásexactos,voló,delaporteríaalpiso

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desusdosseñores,ysedejóver,conunamáscaradeafectoenelrostro,enelumbraldelahabitaciónenlaquegemíanPonsySchmucke.Alverentraralaasistenta, Schmucke le hizo señas de que no dijera nada de las verdaderasopiniones del doctor en presencia del enfermo; pues el amigo, el sublimealemán, había sabido interpretar también las miradas del doctor; y ellarespondióconotromovimientodecabeza,expresandounprofundodolor.

—Bueno,señorPons,¿cómoseencuentrausté?—dijolaCibot.

Laporterasepusoenjarrasalospiesdelacama,mirandofijamenteyconaireafectuosoalenfermo,perodesusojosbrotabauncentelleodorado.Paraunbuenobservador,hubierasidoalgotanterriblecomolamiradadeltigre.

—¡Ay, bastante mal! —respondió el pobre Pons—. No tengo nada deapetito. ¡Ay, qué mundo, qué mundo! —exclamó apretando la mano deSchmucke, quien se hallaba junto a la cabecera de la cama, sosteniendo lamano de Pons, y con quien sin duda el enfermo conversaba acerca de lascausasdesuenfermedad—.MibuenSchmucke,¡québienhubierahechodeseguir tus consejos! ¡De seguir comiendo aquí todos los días, desde queempezamos a hacerlo! De renunciar a esta sociedad queme ha atropelladocomouncarroaplastaunhuevo…¿Yporqué?

—Vamos,vamos,señorPons,nosepreocupeustétanto—dijolaCibot—,eldoctormehadicholaverdá…

Schmuckediountiróndelafaldadelaportera.

—Claro, puede usté salir de ésta, pero nencesita muchos cuidados…Tranquilícese,tieneustéasuladoaunbuenamigo,y,modestiaanparte,aunamujerque lecuidarácomounamandrecuidaa suprimerhijo.YohehechoqueCibotsanlieradeunaenfermedacuandoeldoctorPoulainyalodabatodopor perdido, vaya, que lo había desanunciado, como se suele dencir, que lodabapormuerto…Demodoque,usté,quenoestáenéstasnimunchomenos,graciasaDios,aunqueestébastanteenfermo,puedecontarconmigo…Yamelasanreglaréyosola;estésetranquilo,nosemuevatanto…

Y,volvióasubirelcobertorhastacubriralenfermo.

—Nosepreoncupe,hombre—dijo—,elseñorSchmuckeyyopasaremosla noche aquí, en la cabecera de su cama… Estará mejor cuindado que unpríncipe…Y, además, usté ya tienedineroparanonengarsenadade loquenecesite…QueyamehepuestodeacuerdoconCibot;porqueelprobre,queyo no sé qué haría sin mí… Pues le he podido convencer; y los dos lesqueremostantoquehaconsentidoquepaselanocheaquí…¡Yquenoespocosacrificioparaél!Porquemequiereigualitoqueelprimerdía…Yonoséquéesloquetiene…Debeserlaportería;losdossiempreallí,elunoalladodelotro… ¡Pero no se destape usté así!—dijo abalanzándose sobre la cama y

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volviendoasubirelcobertorhastaelpechodePons—.Sinoesonbedicnie,sinohacetodoloquemandeelseñorPoulain,queyasabeustéqueesunsanto,yonoquierosabernadamásdeusté…Tienequeonbedecerme…

—Sí, señoraCipod, el opeteserá—dijo Schmucke—, borgue guiere fifirbarasuamicoSchmucke,seloasecuro.

—Sobretodonoseimpanciente,¿eh?—dijolaCibot—,porqueencimadesuenfermedá,sólofaltaquenotengapanciencia.MiqueridoseñorPons,Diosnos envía nuestros males para castigar nuestros pecados… ¿No tiene usténingúnpecadillodequeavergonzarse?,¿eh?

Elenfermonegóconlacabeza.

—¡Oh!¡Vamos!¿Nohatenidoalgúnamorensujunventú?¿Nohahechosusescapaditas?¿Nohadejadotalvezenalgúnlugarunfrutodesusamores,quehoynotienepan,nitecho,ninombre…?¡Mostruos,esoesloquesonloshombres!Undíatodoesamor,yluego,yaestá,nosevuelveapensarennada,nitansinquieraenloquecuestaunanodriza…¡Pobresmujeres!

—Pero…siamísólomehanqueridoSchmuckeymipobremadre—dijotristementeelpobrePons.

—¡Vamos!¡Quenoesustéunsanto!,¿eh?Bienquehasidojovenyquedebíaserbuenmozoa losveinteaños…Yo,con lobuenoqueesusté,bienquelehubieraquerido…

—¡Siemprehesidofeocomounsapo!—dijoPonsyadesesperado.

—Bueno,esolodirápormodestia,porqueesosíqueustélotiene,esmuymodesto.

—No,miqueridaseñoraCibot,selorepito,siemprehesidofeo,nuncamehaqueridonadie…

—¡Andaése!—dijolaportera—.Ahoramequiereustéhacercreer,que,asu edad, está como una rosita de abril… ¡A otro perro con ese hueso! ¡Unmúnsico!¡Unhombredetreatro!Queno,queesomelodiceunamujerynolacreo.

—¡SeñoraCipod!¡Faustetaenojarle!—exclamóSchmucke,viendoquePonsseretorcíacomounposesoenlacama.

—¡Yusté también secalla! ¡Losdos sondosviejos limbertinos!Nohayexcusasdequeseanfeos,nuncafaltaunrotoparaundescosido,comodiceelpoverbio…CibotbienquesehizoquererporunadelasostrerasmásguapasdeParís,yustedesvalenmuchísimomásqueél…¡Yavanbuenoslosdos,ya!¡Vamos! ¿Que no se han ido nunca de jarana? ¡Dios les castiga por haberabandonaoasushijos,comoAbraham!

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Elenfermo,ensuabatimiento,aúnencontrófuerzasparahacerungestodenegativa.

—¡Oh,nosepreocupeporeso!¡SiustévaavivirmásqueMatusalén!

—¡Déjemeenpazdeunavez!—gritóPons—.¡Yojamáshesabidoloqueeraserainado!¡Nohetenidohijos,notengoanadieenelmundo!

—¿Deveras?—preguntó laportera—.Pues,veráusté, comousté es tanbueno,yalasmujereslesgustalabondá…meparecíaimposiblequeensusbuenostiempos…

—Llévatela —dijo Pons al oído de Schmucke—; me está sacando dequicio…

—Pero el señor Schmucke sí que ha tenido hijos, ¿verdá? Ustedes sontodosiguales,lossolterones…

—¡Yo!—exclamóSchmuckeirguiéndose—.Bero…

—¡Vamos!¿Ustétambién?¿Tampocotieneherederos?¿Esquehannacidolosdosdelatierra,igualquelassetas…?

—¡Señora,fenca!—respondióSchmucke.

Elbuenalemáncogióheroicamente a la señoraCibotpor la cinturay lallevóalsalón,sinhacercasodesusgritos.

XXXI

Unhermosoejemplodecontinencia

—¡Asuedánoiráustéaambusardeunapobremujer!—gritabalaCibot,debatiéndoseenlosbrazosdeSchmucke.

—¡Nocrideustet!

—Usté,queeselmejordelosdos—respondíalaCibot—.¡Ah!¡Quémalhe hecho de hablar de amor a unos viejos que aún no saben lo que es unamujer! ¡Le he despertado el istinto, mostruo!—gritaba viendo los ojos deSchmucke,brillantesdecólera—.¡Socorro,socorro!¡Quemeratan!

—¡Esustet eine itiota!—respondió el alemán—.A fer, ¿gué ha ticho eltoctor?

—¡Tratarmeamídeesemodo!—dijo laCibotcuandovolvióaverseenlibertad—.Amí,quedaríalavidaporlosdos…¡Ay!¡Quéverdáesquealoshombressóloselesconocetratándolos!¡Quégranverdá!¡Nomeibaatratar

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asími probreCibot! ¡Yo que les trato a los dos como a unos hijos! Porquecomoyonotengohijos,ayermismo,sí,sí,ayermismo,ledecíaamiCibot:«Oye,¿sabesqueDiossabíamuybienloquehacíaalnoquerernosdarhijos?Porque ahora tengo dos hijos que cuidar…». Eso es, se lo juro por lomássangrado,pormimadrequeengloriaesté,queledecíatodoeso…

—¡Sí!Bero¿guéha tichoel toctor?—preguntórabiosamenteSchmucke,que,porprimeravezensuvida,diounapatadaenelsuelo.

—Pues verá, me ha dicho —respondió la señora Cibot llevando aSchmucke al comedor—,mehadichoquenuestroquerido enfermo,queyotantoquieropodríamorirsesinoselecuidabaperoquemuybien…Peroaquíestoy yo para cuidarle, ampesar de todos losmalos tratos de usté… porquecuidadoqueesustébruto,yoquelecreíatanpancífico…Esolollevaustéenlasangre,estávisto…¡Vaya!…Aúnseríacapazasuedádeambusardeunamujer,¿eh,granuja?

—¿Granuja,yo?Bero¿nogombrendeustetgueyosóloguieroaBons?

—¡Ah,menosmal!Entoncesmedejaráenpaz,¿verdá?—dijosonriendoaSchmucke—.Puesharáustébien,porqueCibotleromperíalacrismaaquienquisieraantentarcontramihonra…

—Güídele ustet pien, mi puena señora Cipod —siguió Schmucke,intentandocogerlamanodelaseñoraCibot.

—¡Vaya,hombre!¿Otravezconésas?

—Esgúchemepien:dodologueyodengaserábaraustet,silesalfamos…

—Bueno,voyalboticarioabuscarloquehacefalta;porque,¿sabeusté?,vaasalircaraestaenfermedá,¿sabe?Másomenos,¿cuántotieneusté?

—¡Yodrapajaré!GuieroguePonsseagüidadogomounbríncibe…

—Loserá,señorSchmucke,loserá;nosepreocupeustépornada;Cibotyyotenemoscomounosdosmilfrancosahorrados,puessonparaustedes,¡quenohacepocotiempoquetengoyoqueañadirdinerodelmíoenestacasa!

—¡Bopre mujer! —exclamó Schmucke, enjugándose los ojos—. ¡Guépuengorazón!

—Séquese estas lágrimas que me honran, porque ésta es mi únicarencompensa —dijo melodramáticamente la Cibot—. Yo soy la másdesinteresadadetodaslasmujeresdelatierra;peronomeentreenelcuartocon lágrimas en los ojos, porque el señor Pons va a creerse que está másenfermodeloquedeverdáestá…

Schmucke, conmovido por esta delicadeza, cogió por fin la mano de laCibot,ylaapretóentrelassuyas.

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—¡Porfavor!—dijolaantiguaostrera,mirandoaPonsemocionadamente.

—Bons—dijo el buen alemán al entrar de nuevo en la habitación—, laseñoraCipodeseinángel,eseinángelcharladán,beroeinángel…

—¿Túcrees?Enesteúltimomesmehevueltodesconfiado—respondióelenfermosacudiendolacabeza—.Despuésdetodasmisdesgracias,sólocreoenDiosyenti.

—Dú, gúrate, y fifiremos los dres gomo dres reyes… —exclamóSchmucke.

—¡Cibot!—gritólaporterasinalientoalvolverasusdominios—.¡Oye,que ya somos ricos! Mis dos señores no tienen ningún heredero, ni hijosnanturales,ninada,ea…MeiréaveralaseñoraFontaineparaquemeechelascartasysepamosloquevamosatenerderenta…

—Mujer—respondióelsastrecillo—,nomevengasahoraconlascuentasdelalechera…

—¡Miraéste!¡Notefastidia!—dijodandounaamistosapalmadaaCibot—.Yo sé loquemehago.El señorPoulainhadesanunciadoal señorPons.Delrestomeencargoyo.Túvecosiendoyvigilalaportería,quenovasaestarmucho tiempoeneloficio…Nosvamosa retirar al campo,aBatignolles…Tendremos una casa preciosa, con un jardín bien majo, y tú te distraeráscultivándolo,yyovoyatenerunacriada…

—¿Qué, vesina? ¿Cómo van las coshash por arriba? —preguntóRémonencq—.¿Yashabeushtedloquevalelacolecsión?

—No, entodavía no… No se puede ir tan aprisa, hombre… Yo heempezadoporhacerquemedijerancosasperoquemuchomásimportantes.

—¿Máshimportantesh?—exclamóRémonencq—.¿Quépuedeshermáshimportantequeesho?

—¡Anda,chiquillo!Déjameamíquelleveeltinmóndelabarca—dijolaporteraconautoridad.

—Pueshconel treintaporcientodeloshsienmilfrancosh, tendríanparavivircomosheñoreselreshtodeshuvida…

—Nosemesoliviante,Rémonencq, cuandohayaque saber loquevalentodasesascosasquetienenmisseñores,yahablaremos…

XXXII

Tratadodecienciasocultas

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Ylaportera,despuésdehaberidoalaboticaarecogerlosmedicamentosprescritosporeldoctorPoulain,aplazóparaeldíasiguientesuconsultaconlaseñoraFontaine,pensandoqueibaaencontrarseconlasfacultadesdeloráculomásclaras,másfrescas,presentándoseallídebuenamañana,antesquetodoslosdemás,yaquegeneralmentehabíaungentíoencasadelaseñoraFontaine.

Despuésdehabersidodurantecuarentaaños laantagonistade lacélebreseñorita Lenormand, a quien, por otra parte, había sobrevivido, la señoraFontaineeraenestaépocaeloráculodelMarais.Nopuedeni imaginarse loque son las echadoras de cartas para las clases inferiores parisienses, ni lainmensa influencia que ejercen sobre las decisiones de las personas sininstrucción; ya que las cocineras, las porteras, las mujeres entretenidas, lasobreras, todos los que en París viven de esperanzas, consultan a los seresprivilegiadosqueposeenelextrañoeinexplicablepoderdeleerenelporvenir.La creencia en las ciencias ocultas estámuchomás extendida de lo que seimaginanlossabios,losabogados,losnotarios,losmédicos,losmagistradosylosfilósofos.Elpueblotieneinstintosindelebles.Entreestosinstintos,elquetanneciamenteesconocidoconelnombredesuperstición,seencuentratantoenlasangredelpueblocomoenelinstintodelaspersonassuperiores.Másdeun hombre deEstado consulta, en París, a las echadoras de cartas. Para losincrédulos, la astrología judiciaria (dos palabras que parecen tanabsolutamenteincompatibles)noesmásquelaexplotacióndeunsentimientoinnato, uno de los más fuertes de nuestra naturaleza, la curiosidad. Losincrédulosniegan,pues,totalmentelasrelacionesquelaadivinaciónestableceentreeldestinohumanoylaconfiguraciónqueseobtieneporlossieteuochomedios principales que componen la astrología judiciaria. Pero con lascienciasocultashaocurridoloquecontantosefectosnaturalesquerechazanlaspersonasdespreocupadasylosfilósofosmaterialistas,esdecir, losqueseatienenexclusivamentealoshechosvisibles,concretos,alosresultadosdelaretortaodelasbalanzasdelafísicaydelaquímicamodernas;estasciencias,subsisten,continúansucamino;pero,sinprogresar,yaque,desdehaceunosdossiglos,sucultivohasidoabandonadoporlosespíritusprivilegiados.

Atendiendo tan sólo al lado verosímil de la adivinación, creer que losacontecimientosanterioresdelavidadeunhombre,quelossecretosquesóloél conoce, pueden descubrirse en unmomento gracias a unas cartas que sebarajan,queélcorta,yqueelquehaceelhoróscopodivideenmontoncitosdeacuerdo con leyes misteriosas, es un absurdo, pero es el absurdo quecondenabaelvapor,queaúnhoycondenalanavegaciónaérea,quecondenólainvencióndelapólvoraydelaimprenta,ladelaslentes,ladelgrabado,yladelúltimograndescubrimiento,ladaguerrotipia.SiunhombrehubieseidoadeciraNapoleónqueunedificioyunhombreestánincesantementeyentodo

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momentorepresentadosporunaimagenenlaatmósfera,quetodoslosobjetosexistentes tienen en ella un espectro aprehendible, perceptible, hubieraencerradoaestehombreenCharenton,comoRichelicuencerróaSalomóndeCauxenBicêtre,cuandoelmártirnormandolerevelólainmensaconquistadelanavegaciónavapor.Ysinembargo¡esprecisamenteestoloqueDaguerreha demostrado con su descubrimiento! Pues bien, si Dios ha impreso, paraciertosojosclarividentes,eldestinodecadahombreensufisonomía,dandoaestapalabraelsentidodeexpresióntotaldelcuerpo,¿porquélamanonovaacompendiarestafisonomía,dadoquelamanoestodalaacciónhumanaysuúnicomediodemanifestación?Deahílaquiromancia.¿EsquelasociedadnoimitaaDios?Predeciraunhombrelosacontecimientosdesuvida,segúnelaspectodesumano,noesunhechomásextraordinario,enquienharecibidoel don de vidente, que el hecho de decir a un soldado que tomará parte encombates,aunabogadoquehablará,aunzapateroqueharázapatosobotas,aun campesino que abonará la tierra y la cultivará. Busquemos un ejemploconvincente. El genio es algo tan visible en el hombre que, paseándose porParís, las personas más ignorantes adivinan al gran artista cuando pasa. Escomo un solmoral cuyos rayos lo iluminan todo a su paso. ¿Es que no sereconoceinmediatamenteaunperturbadoporimpresionescontrariasalasqueproduce el hombre de genio? Un hombre vulgar pasa casi inadvertido. Lamayoríadelosobservadoresdelanaturalezasocialyparisiensepuedendecirla profesión de cualquier transeúnte sólo con verle por la calle. Hoy losmisteriosdelaquelarre,tanbienpintadosporlospintoresdelsigloXVI,yanoson tales misterios. Las egipcias o los egipcios, padres de los gitanos, eseextraño pueblo procedente de la India, se limitaban sencillamente a hacertomar haschish a sus clientes. Los fenómenos suscitados por este productoexplicanperfectamentelascabalgadasenescobas,lahuidaporlaschimeneas,lasvisionesreales,pordecirloasí,deviejasconvertidasenjóvenes,lasdanzasfrenéticas y las deliciosas músicas que componían las fantasías de lossupuestosadoradoresdeldiablo.

Hoy son tantos los hechos comprobados, auténticos, que hanproporcionadolascienciasocultas,queundíaestascienciasseránprofesadascomo se profesa la química y la astronomía.E incluso no deja de llamar laatención que cuando en París se crean cátedras de eslavo, de manchú, deliteraturastanpocoprofesablescomolasliteraturasnórdicas,queenvezdesermateriadelecciones,deberíanrecibirlas,ycuyostitularesrepitenloseternostópicossobreShakespeareysobreelsigloXVI,nosehayarestituido,bajoelnombre de antropología, la enseñanza de la filosofía ocultista, una de lasgloriasdelauniversidaddeantaño.

En esto,Alemania, este país a un tiempo tan adulto y tan niño, lleva ladelanteraaFrancia,yaqueallíseprofesaestacienciamuchomásútilquelasdiferentesFILOSOFÍAS,quesontodaslomisino.

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Que ciertos seres tengan el poder de descubrir los hechos futuros en elgermendelascausas,comoelgraninventorveunaindustria,unaciencia,enun efecto natural que pasa inadvertido para el vulgo, no es ya una de estasexcepciones inauditas que pasman a todos; es el efecto de una facultadreconocida, y que viene a ser, en cierto modo, como el sonambulismo delespíritu. De modo que, si este principio en el que se basan las diferentesmaneras de adivinar el porvenir, parece absurdo, los hechos no puedennegarse.Obsérvesequepredecirlosgrandesacontecimientosdelfuturo,parael vidente, no es algo mucho más difícil que adivinar el pasado. Tanto elpasado como el porvenir, son igualmente imposibles de conocer, dentro delsistema de los incrédulos. Si los acontecimientos ya ocurridos han dejadorastros, es verosímil imaginar que los acontecimientos futuros tienen susraíces.Desdeelmomentoenquequiennosdicelabuenaventuranosexplicaminuciosamente los hechos de nuestra vida pasada que sólo nosotrosconocemos, puede decirnos también los acontecimientos que producirán lascausasexistentes.Elmundomoralestácortado,pordecirloasí,porelmismopatrón que elmundo natural; deben producirse losmismos efectos, con lasdiferenciaspropiasdesusdiversosambientes.Demodoque,delmismomodoque loscuerposseproyectan realmenteen laatmósfera,dejandopersistir enellaesteespectrorecogidoporeldaguerrotipoquelodetienecuandopasa;delmismomodolasideas,creacionesrealesyoperantes,segrabanenloquehayque llamar atmósfera del mundo espiritual, y producen efectos, y vivenespectralmente (ya que es necesario forjar palabras nuevas, para designarfenómenos que aún no tienen nombre), y por consiguiente, ciertos seresdotadosdefacultadesexcepcionales,puedenperfectamenteverestasformasorastrosdeideas.

Encuantoalosmediosempleadosparallegaralasvisiones,eslapartedelprodigiomásexplicable,yaque lamanodel comultantedispone losobjetosconayudadeloscualesselehacerepresentarlosazaresdesuvida.Enefecto,todo se encadena en el inundo real. Todo movimiento corresponde a unacausa, toda causa está en relación con el conjunto. Y, en consecuencia, elconjuntosecompendiaenelmenordelosmovimientos.Rabelais,elespíritumásgrandedelostiemposmodernos,aquelhombrequeresumióaPitágoras,aHipócrates,aAristófanesyaDante,dijo,haceyatressiglos:«Elhombreesunmicrocosmos».Tressiglosmás tarde,Swedenborg,elgranprofetasueco,decíaquelatierraeraunhombre.Elprofetayelprecursordelaincredulidadcoinciden pues en la más grande de las fórmulas. Todo es fatal en la vidahumana, como en la vida de nuestro planeta. Los incidentes másinsignificantes, más fútiles, están subordinados a algo. De modo que lasgrandescosas,lasgrandesconcepciones,losgrandespensamientossereflejannecesariamente en los actos más triviales, con tanta fidelidad, que, si unconspiradorbarajaycortaunmazodenaipes,escribiráenélelsecretodesu

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conspiración para el vidente, llámesele gitano, adivino charlatán o como sequiera. Desde el momento en que se admite la fatalidad, es decir, elencadenamientodelascausas,laastrologíajudiciariaexiste,yseconvierteenloqueeraenotrotiempo,unacienciainmensa,yaquecomprendelafacultadde deducción que hizo la grandeza de Cuvier; pero espontánea, en vez deejercerse,comoenestegrangenio,enlasnochesdeestudiodesugabinete.

Laastrología judiciaria, la adivinación,ha reinadodurante siete siglos,yno, como hoy, sobre la gente del pueblo, sino sobre las inteligencias máspoderosas,sobrelossoberanos,sobrelareinaysobrelaspersonasricas.Unade las ciencia más importantes de la antigüedad, el magnetismo animal,procededelascienciasocultas,comolaquímicaprocededeloshornosdélosalquimistas.Lacraneología,lafisiognomonía,laneurología,tienentambiénelmismoorigen;ylosilustrescreadoresdeestasciencias,enapariencianuevas,nohancometidomásqueunerror,eldetodoslosinventores,yqueconsisteen sistematizar de unmodo absoluto hechos aislados, cuya causa generatrizescapatodavíaalanálisis.Undía,laIglesiaCatólicaylafilosofíamodernasepusieron de acuerdo con la justicia para proscribir, perseguir, ridiculizar losmisterios de la cábala, así como a sus adeptos, y ha habido una lamentablelaguna de cien años en el reinado y el estudio de las ciencias ocultas. Seacomo fuere, el pueblo y muchas personas de talento, sobre todo mujeres,siguenconcediendocréditoalmisteriosopoderdelosquepuedenlevantarelvelodelporvenir;vanacomprarlesesperanza,valor,ánimos,esdecir,loquesólo la religión puede proporcionar.Demodo que el cultivo de esta cienciasiemprehaentrañadociertospeligros.Hoyendía,losbrujos,que,graciasalatoleranciaquedebemosalosenciclopedistasdelsigloXVIII,yanotienenquetemerningúnsuplicio,sólotienenquehabérselasconlapolicíacorreccional,yúnicamente en caso de que se entreguen a prácticas fraudulentas, cuandoasustan a su clientela con objeto de sacarles dinero, lo que constituye unaestafa. Desgraciadamente, la estafa es a menudo el delito que acompaña elejerciciodeestafacultadsublime.Yelmotivoeselsiguiente:

Losdonesadmirablesqueposeeelvidente,deordinarioseencuentranenpersonasaquienesseaplicaelepítetodebrutos.Estosbrutossonlosvasosdeelección en los queDios guarda los elixires que asombran a la humanidad.Estos brutos dan los profetas, los hombres como San Pedro o el Ermitaño.Siempre que el pensamiento se mantiene íntegro, como formando un solobloque,sinemplearseenconversaciones,enintrigas,enobrasdeliteratura,enelucubraciones de sabio, en esfuerzos administrativos, en concepciones deinventor,enesfuerzosguerreros,tienelaaptituddebrillarcondestellosdeunaintensidad prodigiosa, contenidos como el diamante en bruto guarda elesplendor de sus facetas. ¡Qué se dé una circunstancia adecuada! Estainteligencia se ilumina, adquiere alas para franquear las distancias, ojosdivinosparaverlotodo;ayererauncarbón;mañana,bajolaaccióndelfluido

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desconocido que lo atraviesa, es un diamante resplandeciente. Los hombressuperiores,queempleantodoslosaspectosdesuinteligencia,nuncapueden,denoproducirseunodeestosmilagrosqueavecesDiossepermite,llegaraestepodersupremo.Yasílosadivinosyadivinas,soncasisiempremendigosy mendigas de espíritu virgen, seres en apariencia groseros, guijarros queruedanporlostorrentesdelamiseria,porloscarrilesdelavida,enlaquesólohanconsumidosufrimientosfísicos.Elprofeta,elvidente,es,afindecuentas,Martínel labrador,quehahechotemblaraLuisXVIII,revelandounsecretoquesóloelreypodíaconocer;esunaseñoritaLenormand,unacocineracomola señora Fontaine, una negra medio idiota, un pastor que vive entre suscabras,unfaquirsentadojuntoaunapagoda,yquealmatarlacarne,hacequeelespíritualcancetodoelpoderdesconocidodelasfacultadesdelsonámbulo.

EnAsia, en todas las épocashahabidohéroesde las cienciasocultas.Amenudoesaspersonasque,ensuestadoordinario,sonigualquelasdemás,yaque realizan en ciertomodo las funciones químicas y físicas de los cuerposconductoresdelaelectricidad,yametalesinertes,yacanalesllenosdefluidosmisteriosos;esaspersonas,cuandoseconviertenen loquerealmenteson,seentregan a prácticas y a especulaciones que les llevan ante la policíacorreccional,eincluso,comoenelcasodelfamosoBalthazar,alostribunalesyapresidio.Enresumen,loquepruebaelinmensopoderquelacartomanciaejercesobrelagentedelpueblo,esquelavidaolamuertedelpobremúsicodependíadelhoróscopoquelaseñoraFontaineibaahaceralaseñoraCibot.

Aunque ciertas repeticiones sean inevitables en una historia de tantaenvergaduraytancargadadedetallescomoloesunahistoriacompletadelasociedadfrancesadelsigloXIX,esinútilvolveradecircómoeseltuguriodelaseñoraFontaine,queyasehadescritoenLosComediantessinsaberlo.SóloesnecesariohacerobservarquelaseñoraCibotentróenlacasadelaseñoraFontaine,queviveenlacalleVieille-du-Temple,comoloshabitualesdelCaféInglés entran en este restaurante para comer. La señora Cibot, cliente yabastanteantigua,llevabaamenudoalacasaajóvenesyacomadresaquienesconsumíalacuriosidad.

XXXIII

Elgranjuego

La vieja criada que servía de preboste a la echadora de cartas, abrió lapuertadelsantuariosinavisarasuama.

—EslaseñoraCibot…Entre—añadió—,nohaynadie.

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—¿Quéhay,hijamía?¿Quélehaocurridoparaquevengatandemañana?—preguntólabruja.

La señora Fontaine, que contaba entonces setenta y ocho años, merecíaestacalificaciónporsuaspectodignodeunaParca.

—Estoy toda yo que ya ni sé lo que tengo, ¡hágame el gran juego!—exclamólaCibot—.Setratademifortuna.

Yexplicólasituaciónenqueseencontraba,pidiendounapredicciónparasusórdidaesperanza.

—¿No sabe lo que es el gran juego? —dijo solemnemente la señoraFontaine.

—No,nuncahetenidotantodinerocomoparaquemelohicieran…¡Cienfrancos! ¡Ahí es nada…! ¿De endónde los hubiera sacado? ¡Pero ahora lonecesito!

—Lohagomuypocasveces,hijamía—respondió la señoraFontaine—,sólolohagoalosricosenlasgrandesocasiones,ymelopaganaveinticincoluises;porque,¿sabeusted?,estomefatiga,medesgasta.ElEspíritumeandapor ahí dentro y me revuelve el estómago. Como se decía antes, es ir alaquelarre.

—Pero,señoraFontainedemialma,cuandoyoledigoquesetratademiprovenir…

—En fin, siendo para usted, a quien debo tantas consultas, voy aentregarmealEspíritu—respondiólaseñoraFontaine,mientrasaparecíaensuajadorostrounaexpresióndeterrorquenoerafingida.

Se levantó de sumugriento sillón, que estaba junto a la chimenea, y sedirigióhacialamesa,cubiertadeunpañoverde,delque,detanviejo,podíancontarsetodosloshilos;encimadelamesa,alaizquierda,dormíaunsapodedimensiones extraordinarias, al lado de una jaula abierta y habitada por unagallinanegradeplumasdespeluznadas.

—¡Astarot! ¡Ven aquí, hijo mío!—dijo, dando un ligero golpe con unalarga aguja de hacer media en la espalda del sapo, que la miró con aireinteligente—. ¡Yusted, señoritaCleopatra…! ¡Atención!—siguió,dandoungolpecitoenelpicodelaviejagallina.

La señora Fontaine se concentró, y durante unos momentos permanecióinmóvil;parecíaunamuerta,con losojosenblanco; luegosepuso rígida,ydijo:«¡Yaestá!»,convozcavernosa.

Después de haber esparcido automáticamente un poco de mijo paraCleopatra, cogió su gran juego, barajó convulsivamente las cartas, y,

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suspirando profundamente, las dio a cortar a la señora Cibot. Cuando estaimagen de la Muerte en turbante mugriento, envuelta en aquella siniestracamisolacorta,contemplólosgranosdemijoquelagallinanegraibapicando,y llamó a su sapo Astarot para que se paseara por encima de las cartasesparcidas,laseñoraCibotsintióunfríoenlaespalda,yseestremeció.Sólolasgrandescreenciasdanlasgrandesemociones.Teneronotenerrentas,éstaeralacuestión,hadichoShakespeare.

Alcabodesieteuochominutos,durante loscuales labrujaabrióy leyóconvozsepulcralungrimorio,examinó losgranosquequedaban,elcaminoque había seguido el sapo al retirarse, y descifró el sentido de las cartasdirigiendohaciaellaslosojosenblanco.

—¡Triunfará!Aunquenadadetodoesteasuntodebeocurrircomoustedloespera—dijo—.Tendráquehacermuchascosas.Perorecogeráelfrutodesusesfuerzos.Tendráqueportarsemuymal,peronosólousted,sinotodoslosqueestánjuntoalosenfermosyquecodicianunapartedelaherencia.Personajesmuy importantes leayudaránahacerestemal…Más tardesearrepentiráenlasangustiasde lamuerte,yaquemorirá asesinadapordos forzadosque sehabránevadido,unobajo,pelirrojo,yotroviejocompletamentecalvo,acausade la fortuna que creerán que posee en el pueblo al que se retirará con susegundomarido…Ahora,hijamía,esustedlibredeobrarasí,odenohacernada…

Laexaltación interiorqueacababadeencenderdosantorchasen losojoscóncavos de aquel esqueleto, tan frío en apariencia, cesó. Una vezpronunciado el horóscopo, la señora Fontaine se sintió como deslumbrada,exactamente igual que les ocurre a los sonámbulos cuando se les despierta;miróasualrededorconaireasombrado;luegoreconocióalaseñoraCibot,ypareciósorprendidadeverlaposeídaporelhorrorquesepintabaensurostro.

XXXIV

UnpersonajedeloscuentosdeHoffmann

—Bueno, hija mía—dijo con una voz completamente distinta a la queteníamientrasprofetizaba—,¿estácontenta?

LaseñoraCibotmiróalabrujacomoalelada,sinpoderresponderle.

—¡Ah! ¡Usted ha querido el gran juego! Yo la he tratado como a unaantiguaamistad.Demecienfrancossolamente…

—¿Cibot,morir?—exclamólaportera.

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—¿Lehereveladocosastanterribles?—preguntóingenuamentelaseñoraFontaine.

—¡Oh,sí!—dijolaCibot,sacandodelbolsillocienfrancosydejándolosenelbordedelamesa—.Tengoquemorirasesinada…

—¡Ah! Eso… ¡Ha sido usted quien ha pedido el gran juego! Pero,tranquilícese,notodaslaspersonasasesinadasenlascartas,mueren.

—Pero¿esposible,señoraFontaine?

—¡Ah! ¿Qué quiere usted, hija mía? Yo no sé nada. Usted ha queridollamaralapuertadelfuturo,yohehechosonarlacampanilla,yesoestodo:élhaacudido.

—¿Quiénesél?—dijolaseñoraCibot.

—Pues, ¿quién quiere que sea? ¡El Espíritu! —replicó la bruja,impacientándose.

—Adiós,señoraFontaine—exclamólaportera—.Yonoconocíaelgranjuego,ypalabraquemehaasustado,ea.

—Laseñora sóloquiereponerseeneste estadounavezalmes—dijo lacriada,mientrasacompañabaalaporterahastaelrellano—.Secansatantoqueestolamataría.Ahorasecomeráunaschuletasydormirádurantetreshoras…

En la calle,mientras andaba, laCibot hizo lo que todos los consultanteshacenconlasconsultasdetodaespecie.Creyóenloquelaprofecíateníadefavorable a sus intereses, y dudó de las desgracias anunciadas. Al díasiguiente, afianzada ya en sus decisiones, pensaba en pasar por todo parahacerse ricayconseguirque le legaranunapartedelmuseoPons.Demodoque, durante largas horas, sólo pensó en ingeniárselas para lograr suspropósitos. El fenómeno, explicado más arriba, de la concentración de lasfuerzas morales en todas las personas groseras que, al no emplear lasfacultadesdelainteligencia,comolasempleandiariamentelaspersonasmásrefinadas,lasencuentranfuertesypoderosasenelmomentoenquesuespíritumanejaestaarmatemiblequesellamalaideafija,semanifestóenlaCibotengradosuperlativo.Ydelmismomodoquelaideafijaproducelosmilagrosdelasevasionesylosmilagrosdelsentimiento,aquellaportera,apoyándoseenlacodicia,sehizotanfuertecomounNucingenacosadoporlosacreedores,taningeniosabajosunecedadcomoelseductorlaPalférine.

Unos díasmás tarde, hacia las siete de lamañana, viendo aRémonencqocupadoenabrirsutienda,sedirigióhaciaélcongatería.

—¿Cómopodríasaberseloquevalentodasestascosasquehayencasademisseñores?—lepreguntó.

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—¡Ah!¡Esmuyfácil!—respondióelanticuarioensuespantosajerigonza,que es inútil seguir imitando aquí, en gracia a la claridad del relato—. Siquiere jugar limpio conmigoyo le indicaré unapersonamuyhonradayqueentiendemucho,yquenosdiráelvalordeloscuadrosconpocoscéntimosdediferencia…

—¿Quién?

—ElseñorMagus,unjudíoqueyanohacenegociosmásqueporgusto…

ÉlieMagus,cuyonombreesdemasiadoconocidopor los lectoresdeLACOMEDIAHUMANAparaqueseanecesariovolverahablardeél,sehabíaretiradodelcomerciodecuadrosyantigüedades,imitandocomovendedor,elprocederquePonshabíaseguidocomocomprador.Losperitosmáscélebres,comoeldifuntoHenry,losseñoresPigeotyMoret,Théret,GeorgesyRoëhm,enfin,losexpertosdelMuseo,erancomoniñosalladodeÉlieMagus,quienadivinaba una obra maestra bajo una mugre secular, y conocía todas lasescuelasylaescrituradetodoslospintores.

Este judío, que había llegado a París procedente de Burdeos, habíaabandonado el comercio en 1835, sin prescindir por ello de la aparienciamiserablequeseguíaconservando,segúnlascostumbresdelamayoríadelosjudíos;hastatalpuntoestarazaesfielasustradiciones.

En la Edad Media, las persecuciones obligaban a los judíos a llevarandrajosparaalejarlassospechas,aquejarsesiempre,alloriquear,aaparentarla mayor miseria. Estas necesidades de antaño se han convertido, comosiempreocurre,enuninstintodelpueblo,enunvicioendémico.ÉlieMagus,afuerza de comprar diamantes y de revenderlos, a chamarilear con cuadros yencajes,conantigüedadesdegranvaloryesmaltes,conesculturaspreciosasyantiguasobrasdeorfebrería,habíaamasadounainmensafortunasinquenadielosupiera,fortunaadquiridaenestaramadelcomercioquehaadquiridotantaimportancia.Enefecto,enlosúltimosveinteaños,enParís,ciudadenlaquetodas lascuriosidadesdelmundosedancita,elnúmerodeanticuariossehadecuplicado. En cuanto a los cuadros, sólo se venden en tres ciudades, enRoma,enLondresyenParís.

ÉlieMagusvivíaenlaChausséedesMinimes,unacallecortayancha,quelleva a la plaza Royale, en la que poseía una antigua mansión que habíacomprado en 1831 por cuatro perras, como se dice vulgarmente. EstemagníficoedificioconteníaalgunosdelosmásfastuosossalonesdecoradosenlaépocadeLuisXV,yaquese tratabadelantiguopalaciodeMaulaincourt.ConstruidoporestecélebrepresidentedelTribunaldeCuentas,estepalacio,debido a su situación, no había sido saqueado durante la Revolución. Si elviejo judío se había decidido, contra las leyes israelitas, a convertirse enpropietario,comoesdesuponer,nodejabadetenersusrazones.Elanciano,en

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eldeclivedelavida,aligualquetodoelmundo,sehallabadominadoporunamanía que lindaba con la locura.A pesar de ser tan avaro como su difuntoamigoGobseck,sehabíadejadollevarporlaadmiracióndelasobrasdeartecon lasque trataba.Perosugusto,cadavezmásdepurado,másexigente, sehabíaconvertidoenunadeestaspasionesquesólolosreyespuedenpermitirsecuando son ricosy aman las artes.Semejante al segundo reydePrusia, quesóloseentusiasmabaporungranaderocuandoelindividuomedíaseispiesdealtura, y que gastaba sumas fabulosas para poder incorporarlo a su museoviviente de granaderos, el chamarilero retirado sólo se apasionaba por telasirreprochables,quesehallabanenelmismoestadoenqueelmaestrolashabíapintado,ydeunacalidadartísticadeprimerorden.YésteeraelmotivodequeÉlieMagusno se dejara perder ni una sola de las grandes subastas, visitaratodosloslugaresdeventa,yviajaseportodaEuropa.Estaalmaconsagradaallucro,fríacomoelhielo,seentusiasmabaalavistadeunagranobradearte,exactamenteigualqueunlibertino,cansadodemujeres,seemocionaalverseanteunamuchachadebellezaperfecta,ysededicaalabúsquedadebellezassindefectos.EsteDonJuandelastelas,esteadoradordelideal,hallabaenestaadmiración placeres superiores a los que proporciona al avaro lacontemplacióndeloro.¡Vivíaenunserrallodecuadrosbellísimos!

Estasobrasdearte,albergadascomodebenserloloshijosdelospríncipes,ocupaban todo el primer piso de la mansión que Élie Magus había hechorestaurar,¡yconquéesplendor!Delasventanaspendíancomocortinajeslosmás bellos brocados de oro deVenecia.Cubrían el suelo las alfombrasmássuntuosas de la Savonnerie. Los cuadros, en número de cien poco más omenos, habían sido enmarcados en losmarcosmás espléndidos, que habíansidodoradosdenuevoconmuchahabilidadporelúnicodoradordeParísqueÉlie encontraba concienzudo, Serváis, a quien el viejo judío enseñó a dorarconoroinglés,oroinfinitamentemejoraldelosbatihojasfranceses.Serváisesen el arte del dorador lo que eraThouvenin en el de la encuadernación, unartistaenamoradodesusobras.Lasventanasdelacasaestabanprotegidasporpostigosforradosdepalastro.ÉlieMagushabitabadoscuartosabuhardilladosdelsegundopiso,pobrementeamueblados,queconteníantodossusandrajosyqueolíanajudería,yaqueterminabasuvidatalcomohabíavivido.

Laplantabajalaocupabanloscuadrosqueeljudíoseguíaadquiriendo,ylascajasquellegabandelextranjero,yalbergabauninmensotallerenelquetrabajaba casi exclusivamente para él Moret, el más hábil de nuestrosrestauradores de cuadros, uno de los que debería emplear elMuseo.Allí seencontrabantambiénlashabitacionesdesuhija,elfrutodesuvejez,unajudía,bella como lo son todas las judías cuando el tipo asiático reaparece puro ynobleenellas.

Noémi,custodiadapordoscriadasfanáticasyjudías,teníaporvanguardia

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a un judío polaco llamado Abramko, comprometido, por una serie deportentosos azares, en los acontecimientos de Polonia, y al que ÉlieMagushabía salvado pensando en los servicios que podría prestarle. Abramko,portero de esta mansión muda, sombría y desierta, ocupaba una porteríavigiladaportresperrosdeunanotableferocidad,elunodeTerranova,elotrodelosPirineos,yelterceroinglésyalano.

Veamossobrequésólidosprincipiossebasabalaseguridaddeljudío,queviajabasinningúntemor,dormíaapiernasuelta,ynotemíaningúnatentadoni contra su hija, su primer tesoro, ni contra sus cuadros, ni contra su oro.Abramkorecibíacadaañodoscientosfrancosmásqueelañoprecedente,ynodebíarecibirnadamásalamuertedeMagus,quienleadiestrabaapracticarlausuraenelbarrio.Abramkonoabríajamásanadiesinhabermiradoantesporun ventanuco enrejado a toda prueba. Este portero, de una fuerza hercúlea,adoraba a Magus como Sancho Panza adora a Don Quijote. Los perros,encerrados durante el día, no podían comer nada; pero, al llegar la noche,Abramkolossoltaba,yquedabancondenados,porelastutocálculodelviejojudío,apermanecer,elunoeneljardín,alpiedeunpaloenloaltodelcualsehabía colgado un trozo de carne, el otro en el patio, al pie de otro paloparecido,yelterceroenelgransalóndelaplantabaja.Comosecomprenderá,estosperrosqueyaporinstintovigilabanlacasa,eranvigiladosasuvezporelhambre; la más hermosa de las perras no les hubiera hecho abandonar supuesto al pie de aquella cucaña; no se apartaban de allí para olfatear nada,fuese loque fuese.Sientrabaundesconocido, los tresperrosse imaginabanqueel tal ibaaquitarleslacomida, lacualsóloselesbajabaporlamañana,cuandosedespertabaAbramko.Estaarguciainfernalteníainmensasventajas.Losperrosnoladrabannunca,elgeniodeMagusloshabíacriadosalvajes,yeran astutos como mohicanos. Y he aquí lo que sucedió. Un día unosmalhechores,alentadosporaquelsilencio,creyeron,bastantealaligera,poderlimpiar lacajadel judío.Unodeellos,aquientocóserelprimeroenentrar,saltó la tapiadel jardíny sedispusoadejarse caerdentro; el alano lehabíadejadohacer, lehabíaoídoperfectamente;peroenelmomentoenqueelpiedelindividuoestuvoalalcancedesusdientes,selocortóenredondoyselocomió.El ladrón tuvoelvalordevolvera subir la tapiaydeandarsobreelhueso de la pierna hasta que se desplomó desvanecido en brazos de suscamaradas,queselollevaron.Estesuceso—laGacetadelosTribunales,nodejó de narrar este curioso episodio de las noches parisienses— fueconsideradocomounbulo.

Magus, que tenía entonces setenta y cinco años, podía llegar a los cien.Siendorico,vivíacomovivíanlosRémonencq.Tresmilfrancos, incluyendolasprodigalidadesqueteníaparaconsuhija,constituíantodossusgastos:

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XXXV

EndondesevequenotodoslosexpertosenpinturapertenecenalaAcademiadeBellasArtes

Ningunaexistenciamásregularquelaquellevabaelanciano.Selevantabaal despuntar el alba, y comía pan frotado con ajo, y con este desayunoesperaba hasta la hora de la comida del mediodía; ésta, de una frugalidadmonacal, se hacía en familia. Desde que se levantaba hasta elmediodía, elmaníaco empleaba su tiempo en pasearse por los salones en los queresplandecíansusobrasdearte.Sacabaelpolvoatodo,mueblesycuadros,ynosecansabadeadmirarlos;luego,bajabaaverasuhija,seembriagabadeladichadelospadres,yselanzabaarecorrerParís,vigilandolassubastas,yendoaexposiciones,etcétera.

Cuando sehallabaunaverdaderaobramaestra en las condicionesque élquería, lavidadeaquelhombreseiluminaba;aquellorepresentabarecurriratoda su habilidad, saber llevar el asunto, ganar una batalla de Marengo.Acumulabaastuciasobreastuciaparaposeersunuevasultanaabuenprecio.MagusposeíasumapadeEuropa,unmapaenelquesehallabanindicadaslasgrandes obras de arte, y encargaba a sus correligionarios de cada lugar queestudiasenlasituaciónporcuentasuya,acambiodeunaprima.Pero,también¡quérecompensasportantosdesvelos!

¡Losdos cuadros deRafael perdidos y buscados con tanta tenacidadporlosrafaelíacos,losposeeMagus!PoseeeloriginaldelaAmantadeGiorgione,lamujerpor laquemurióestepintor,y losqueseconsideranoriginalessoncopias de esta tela insigne, que vale quinientos mil francos, según laestimacióndeMagus.EstejudíotienetambiénlaobramaestradelTiciano:ElSanto Entierro, cuadro pintado para Carlos V, que el gran hombre envió algranemperador,juntoconunacartaescritadesupuñoyletra,cartaqueestápegadaalpiedelatela.Posee,delmismopintor,eloriginal,elmodelosegúnelcualsehicierontodoslosretratosdeFelipeII.Losnoventaysietecuadrosrestantessontodosdeparecidacategoríaeimportancia.DemodoqueMagusse ríedenuestroMuseo, donde tantos estragoshace el sol, que se come lasmejores telas, al entrar por los cristales, cuya acción equivale a la de unaslentes.Dondeseguardancuadros,lailuminaciónsólopuedeserporeltecho.ElpropioMaguscerrabayabría lospostigosdesumuseo,mostrandotantoscuidados y precauciones para sus cuadros como para su hija, su otro ídolo.¡Ah!¡Québienconocíaaquelviejomaníacodelarte, lasleyesdelapintura!Segúnéllasobrasdearteteníanunavidapropia,distintacadadía,subellezadependíadelaluzqueveníaailuminarlas;hablabadeellascomoantañolos

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holandeseshablabandesus tulipanes,e ibaaver talcuadroen lahoraen laquelagranobramaestraresplandecíaentodasugloria,cuandoeldíaeraclaroydiáfano.

Eraunverdaderocuadrovivienteenmediodeaquelloscuadrosinmóviles,elvejezuelo,vestidoconunaastrosa levita,unchalecodesedadediezañosatrás,unospantalonesmugrientos, lacabezacalva, lacarachupada, labarbadesordenada y apuntando con sus pelos blancos en todas direcciones, labarbillaamenazanteypuntiaguda,labocasindientes,losojosbrillantescomolosdesusperros, lasmanoshuesudasydescarnadas, lanarizenobelisco, lapielrugosayfría,sonriendoaaquellasbellascreacionesdelgenio.Unjudío,enmediodetresmillones,serásiempreunodelosmejoresespectáculosquepuedeofrecer lahumanidad.RobertMedal,nuestrogranactor,apesardesuinsuperable talento,no llegaaestapoesía.Paríses laciudaddelmundoqueocultamásextravagantesdeestaespecie,quetienencomounareligiónenelcorazón. Los excéntricos de Londres terminan siempre por hastiarse de susadoraciones,delmismomodoquesehastíandevivir;mientrasqueenParíslosmonomaniacosvivenconsufantasíaenunfelizconcubinatodeespíritu.Amenudo se ven por la calle tipos como Pons y Élie Magus, vestidos muypobremente, la nariz, como la del secretario perpetuo de la AcademiaFrancesa,apuntandohaciaeloeste,conairedenopreocuparsepornada,denosentirnada,denoprestarningunaatenciónalasmujeres,andando,pordecirloasí, a la buena de Dios, con los bolsillos vacíos y la apariencia de estardesprovistos de cerebro, y uno se pregunta a qué clan parisiense puedenpertenecer. Pues bien, estos hombres son millonarios, coleccionistas, laspersonasmásapasionadasdelatierra,personascapacesdearriesgarseporlosterrenos fangososde lapolicíacorreccional,paraapoderarsedeun tazón,deuncuadro,deunapiezarara,comohizoÉlieMagusundíaenAlemania.

Tal era el perito a cuya casa Rémonencq condujo misteriosamente a laCibot.RémonencqconsultabaaÉlieMagussiemprequeleencontrabaenlosbulevares.

Eljudío,endiversasocasiones,habíahechoqueAbramkoprestaradineroaesteantiguocomisionista,cuyahonradezleeraconocida.LaChausséedesMinimesestabaacuatropasosdelacalledeNormandía,demodoquelosdoscómplicesenlaoperaciónllegaronendiezminutos.

—Vaustedaconocer—ledijoRémonencq—almásricodelosantiguosanticuarios,alhombrequeentiendemásenestascosasdetodoParís…

La señora Cibot quedó estupefacta al verse en presencia de aquelhombrecillo,viejo,vestidoconunahopalandaindignadepasarporlasmanosdeCibotparaserremendada,quevigilabaasurestaurador,unpintorocupadoenrepararunoscuadrosenuna fríaestanciadeaquella inmensaplantabaja;

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pero al posarse en ella aquellos ojos llenos de fríamalicia, como los de losgatos,seestremeció.

—¿Quéquiereusted,Rémonencq?—dijo.

—Se tratade tasarunos cuadros;yustedes elúnicoenParísquepuededeciraunpobrecaldererocomoyo,quenotiene,comousted,tantosmilesymillones,loquepuedepagarporeso.

—¿Dóndeestálacasa?—dijoÉlieMagus.

—Estaseñoraeslaporteradelacasa,queestáalserviciodelseñor,yellayyonoshemospuestodeacuerdo.

—¿Cuáleselnombredelpropietario?

—ElseñorPons—dijolaCibot.

—No le conozco—respondió con aire ingenuoMagus, dando un ligeropisotónasurestaurador.

Moret, el pintor, conocía el valor del museo Pons, y había levantadobruscamentelacabeza.AqueldisimulosóloeraposibleconRémonencqylaCibot.El judíohabíavaloradomoralmentealaporteraconunamiradaenlaque losojoshicieron elmismooficiode lasbalanzasdeunpesadordeoro.Ambos debían ignorar que el pobre Pons y Magus habían medido muchasvecessusgarras.Enefecto,aquellosdosferocescoleccionistasseenvidiabanel uno al otro. De manera que el viejo judío acababa de tener como undeslumbramiento interior.Nunca había esperado poder entrar en un serrallotanbienguardado.ElmuseoPonseraelúnicoenParísquepodíarivalizarconelmuseoMagus. El judío había tenido, veinte añosmás tarde que Pons, lamisma idea. Pero en su calidad de coleccionista aficionado, el museo Ponssiempre había estado cerrado para él, igual que paraDusommerard. Pons yMagus tenían los mismos sentimientos de recelo. Ni al uno ni al otro lesgustaba esta celebridad que suelen buscar los que poseen coleccionesartísticas. Poder examinar lamagnífica colección del pobremúsico era paraÉlie Magus la misma felicidad que para un enamorado de las mujeresconseguirpenetrarenelgabinetedelabellaamantequeleocultaunamigo.ElgranrespetoqueRémonencqdemostrabatenerporaquelextrañopersonaje,yelprestigioqueposeetodopoderreal,inclusocuandoesmisterioso,hicieronalaporteradócilysumisa.LaCibotperdióel tonoautocráticoquesolíatenerensuporteríaconlosinquilinosysusdosseñores,aceptólascondicionesdeMagus,yprometió introducirle enelmuseoPons aquelmismodía.Aquelloerahacerentraralenemigoenelcorazóndelaplazafuerte,hundirunpuñalenel corazón de Pons, quien, desde hacía diez años, prohibía a la Cibot quedejaraentrarensucasaaunvisitante,fueraquienfuese,quesiemprellevabaencimasusllaves,yaquienlaCibotsiemprehabíaobedecidomientrashabía

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compartidolasopinionesdeSchmuckeacercadelasantiguallas.Enefecto,elbuenSchmucke,altrataraquellasjoyasdeparadijasyaldeplorarlamaníadePons, había inculcado su desprecio por aquellas antiguallas a la portera, eimpedido que durante largo tiempo se produjera una invasión en el museoPons.

DesdequePons tuvoqueguardar cama,Schmucke le reemplazabaenelteatroyenlospensionados.Elpobrealemán,quesóloveíaasuamigoporlamañana y a la hora de comer, trataba de abarcarlo todo, conservando suclientelacomún;peroestatareaabsorbíatodassusfuerzas;hastatalpuntoleabrumabaeldolor.Alveralpobrehombretantriste,lascolegialasylagentedelteatro,aquienhabíainformadodelaenfermedaddePons,lepreguntabanporél,yelpesardelpianistaeratangrandequeobteníadelosindiferenteslamisma mueca de condolencia que se concede en París a las mayorescatástrofes.El principiomismode la vidadel pobre alemán se veía atacadotantocomoeldelpobrePons.Schmuckesufríaalavezporsudoloryporlaenfermedaddesuamigo.DemodoquehablabadePonsdurante lamitaddelas lecciones que daba; interrumpía tan espontáneamente una demostraciónpara preguntarse a sí mismo cómo seguía su amigo, que las colegiales leescuchaban explicar la enfermedaddePons.Entre dos lecciones, corría a lacalledeNormandíaparaveraPonsduranteuncuartodehora.Asustadoporelvacíodelabolsacomún,alarmadoporlaseñoraCibot,quedesdehacíaquincedíasnohacíamásque aumentar losgastosde la enfermedad, el profesordepianosentíasuangustiasuperadaporunvalordelquenuncasehubieracreídocapaz.Porprimeravezensuvidaqueríaganardineroparaqueeldineronofaltaraenlacasa.

Cuandounaalumna,sinceramenteimpresionadaporlasituacióndelosdosamigos,preguntabaaSchmuckecómopodíadejaraPonscompletamentesolo,élrespondíaconlasublimesonrisadelasvíctimasinocentesqueignoranqueloson:

—¡Señorida,denemosa la señoraCibod! ¡Eindesoro! ¡Eineberla! ¡EstágüidandoaBonsagüerboterey!

Ahorabien,mientrasSchmucketrotabaporlascalles,laseñoraCiboteraladueñayseñoradelpisoydelenfermo.¿CómoeraposiblequePons,quenohabíacomidonadadesdehacíaquincedías,quehabíaperdido las fuerzas,aquienlaCibotseveíaobligadaalevantarleellamismaysentarleenunsillónparapoderhacerlacama,cómohubiesepodidovigilaraaquelsupuestoángeldelaguarda?Naturalmente,laCibothabíaidoacasadeÉlieMagusduranteeldesayunodeSchmucke.

Volvió en elmomento enque el alemándecía adiós al enfermo; ya que,desdelarevelacióndelaposiblefortunadePons,laCibot,quenoqueríadejar

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soloasusolterón,nolodesamparabajamás.Searrellanabaenunbuensillón,alpiedelacama,yparadistraeraPonslecontabaesoscomadreosquesonlaespecialidaddeestaclasedemujeres.Zalamera,amable,atenta,vigilante,seiba adueñando del espíritu del pobre Pons con una habilidad maquiavélica,comovamosaver.

XXXVI

Chismesypolíticadelasviejasporteras

AsustadaporlaprediccióndelgranjuegodelaseñoraFontaine, laCibotse había prometido a sí misma lograr, por medios suaves, por una maldadpuramentemoral,queselaincluyeraeneltestamentodesuseñor.ComohabíaignoradodurantediezañoselvalordelmuseoPons,laCibotveíaensuhaberdiezañosdefidelidad,dehonradez,dedesinterés,yahoraseproponíahacervalerestosgrandesservicios.Desdeeldíaenque,conunafrasetintineantedeoro, Rémonencq había hecho nacer en el corazón de aquella mujer unaserpientequehabíaestadocontenidaensucascarónduranteveinticincoaños,eldeseodeserrica,aquelserhabíaalimentadolaserpientedetodaslasmalassemillasquealfombranelfondodeloscorazones,yvaaversecómoejecutabalosconsejosquelesusurrabalaserpiente.

—¿Qué? ¿Ha bebidomucho nuestro querubín? ¿Se encuentramejor?—preguntóaSchmucke.

—Nomuy pien, mi guerida señora Cipod, no muy pien—respondió elalemán,enjugándoseunalágrima.

—¡Bah!Ustétambiénesdelosqueseasustanenseguida,¿eh?Tampocohayparaponerseasí…AunqueCibotseestuvieramuriendo,noestaríayotanambatida como usté… ¡Vamos, vamos! Nuestro querubín es de buenacostitución. Además, ya sabe usté, parece que ha llevado una vida muyordenada,ynosabeustélosañosquelleganavivirlaspersonasansí…Claroqueestámuyenfermo,peroconloqueyolecuido,vaasalirdeésta.Ande,nose preocupe, vaya a sus cosas, que yo voy a hacerle compañía y ya le harébebersusbuenosvasosdeaguadecebada.

—Sinovueraborustet,yomemoriríade inguiedut…—dijoSchmucke,apretando entre susmanos con un gesto de confianza lamano de su buenaasistenta.

LaCibotentróenelcuartodePonssecándoselosojos.

—¿Quéleocurre,señoraCibot?—dijoPons.

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—ElseñorSchmucke,quedestrozaelcorazónoírle;leestállorandocomosiyaestuvieseustémuerto—dijo—.Aunquenoestéustébien,entodavianoestácomoparaquese le llore,vaya; ¡peromehace tantoefecto! ¡Diosmío,québobasoydequereransíalosdemás,ydequererlesmásaustedesqueaCibot!Porque,alfinyalcabo,ustedesnomesonnada,niparientesninada;yyoyanoséloquemehago,cuandosetratadeustedes,palabradehonor;medejaríacortarlamano,laizquierda,seentiende,¿eh?,acambiodeverlecorrerporahí,ycomerysacarlesgangasa losanticuarios,comodeconstumbre…¡Si yo hubiese tenido un hijo… pues creo que le hubiera querido como lequiero a usté, ea!Ande, sea bueno, ¿eh?, bébase todo el vaso. Pero ¿quiereustébeberdeunavez,hombredeDios?EldoctorPoulainhadicho:«SinoquierequelellevenalPère-Lachaise,elseñorPonstienequebebercadadíatantascargasdeaguacomovendeunauvernés…».Oseaqueabeber sehadicho…

—Pero si ya bebo, señoraCibot, si bebo tanto que ya tengo ranas en elestómago…

—Esoesbueno—dijolaporteracogiendoelvasovacío—.Asísepondráustébienenseguida.ElseñorPoulainteníaunenfermocomousté,ycomonolecuidabanadieysushijosleabandonaron,semuriódeestaenfermedad,porculpadenobeber…Oseaqueyavequeescuestióndebebermucho…quealotroloenterraronhacedosmeses…Yasabeustéquesiustésemueresellevadetrás a la tumba al probre del señor Schmucke ¡Huy, si es igualito que unniño!¡Ycómolequiereausté,siesuncachodepanblanco!Yoledigoquenohayningunamujerquequieratantoaunhombre.Nocomenibebe,yhacequincedíasqueestátandelgadocomousté,queyaesdecir,porqueustésíqueestabaconlapielyloshuesos…Yyotambiénlequieromucho,¿eh?,pero,mire,nomedaporahí,yonopierdoelapetito,alcontrario;detantosubirybajarescaleras,semecansanlaspiernasdeunmodoqueporlanoche,caigoen la camacomoun tronco.Ynoesqueporustedesdeje abandonadoamipobreCibot,quelaseñoritaRémonencqlehacelacomidaylearreglalacasa,peroélmeregañaporquedicequetodoestámalhecho.Peroentoncesyoledigo que hay que sancrificarse por los demás, y que usté está demasiadoenfermoparaqueyoledejeconunamujerquelecuide…¡Menudayoparadejarquevengaunamujerahora,despuésdehaberlesllevadolacasadurantediezaños!¡Yquenopidennada,ésas!Quecomencomodiez,y lepidensuvinoysuazúcar,ysubraserilloytodoloquequiera…Yademás,quesilosenfermos no les ponen en el testamento, les roban…Meta en la casa a unamujerasí,ymañanayavaaechardemenosuncuadroocualquierojetodelossuyos…

—¡Oh, señoraCibot!—exclamóPons, fuerade sí—. ¡Nosevayausted!¡Quenometoquennada!

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—¡Que para eso estoy yo!—dijo la Cibot—. Que mientras me quedenfuerzas,aquímetiene…estésetranquilo…ElseñorPoulain,quealomejoryale ha echado un ojo a su tesoro, quería que viniera una mujer de ésas acuidarle…Peroyolehehechodarmarchaatrás;ylehedicho:«Elseñorsólomequiereamí,yestáacontumbradoamí,comoyoloestoyaél».Yélsehacallado. ¡Menudasésas,unas ladronas todas!Yono laspuedover.Vaustéaver lo intrigantes que son.Había un señor ya viejo…Fíjese que ha sido elseñorPoulainquemehacontadoeso,¿eh?…PueseraunatalseñoraSabatier,unamujerdetreintayseisaños,quehabíavendidomulasenelPalacio…yasabeustéaquellagaleríadelastiendas,quehandenmolidoenelPalacio…

Ponshizoungestoafirmativo.

—Puesbueno,estamujer, tuvomalasuerte laprobreconsumarido,quebebíacomounaesponja,yquesemuriódeuna imbustiónespontánea;pero,todohayquedecirlo,aúneradebuenver,aunquepocoprovechosacódeeso,aunque,segúnmehandicho,tuvovariosamiguitosabogados…Bueno,puesalverseenlamiseria,sededicóacuidarenfermos,ysefueaviviralacalleBarre-du-Bec.Yentonces tuvoque cuidar aun señorviejoque, conperdónseadicho,teníaunaenfermedaddelasvíasnurinarias,yquelehacíansondas,comoaunpozonartesiano,yquenecesitabatantoscuidadosqueelladormíaenuncatredetijera,enlahabitacióndeesteseñor.¿Verdadquesonincreíblescosasasí?Yustémedirá:Loshombresnorespetannada,vanalosuyo,sonegoístas…En fin, la cosa es que, hablando con él, ya sabeusté, ella estabatodo el tiempo allí, le distraía, le contaba historias, le hacía charlas, comoahoraestamoscharlandolosdos,vaya…Bueno,puesellaseenteradequesussobrinos, porque el enfermo tenía unos sobrinos, eran unosmostruos que ledabanmuchosdisgustos,y,elcolmodeloscolmos,quesuenfermedadveníadesussobrinos.Pues,¿sabeustéloquepasó?Puesquesalvóaeseseñorysecasó con él, y tienen un niño que es una gloria, y la señora Bordevin, lacarnicera de la calle Chalot, que es parienta de esta señora, ha sido lamadrina… ¡Eso sí que es suerte!, ¿eh? Yo ya estoy casada; pero no tengohijos,ypuedodecirloconlacaramuyalta,laculpaesdeCibot,quemequieredemasiado; porque, si yo quisiera…Bueno,mejor es dejarlo… ¡Qué habríasidodenosotros con familia, yoymiCibot, queno tenemosni un céntimodespuésdetreintaañosdeserhonrados…!Peroloquemeconsuelaespensarque nunca hemos quitado un céntimo a nadie; no tenemos ni así que no lohayamosganado.Mire,esunasumposición,quesepuededecirporquedentrode seis semanasustévolverá a estar tan campante, paseandopor el bulevar;pongamosquemeponeustéensutestamento…puesyoledigoquenotendríasosiego hasta que no encontrara a sus herederos para devolvérselo… ya veustéelmiedoquetengoaloquenoaquiridoconelsudordemifrente.Ustéme dirá: «Pero, señora Cibot, no se atormente usté ansí; se lo tiene bienganado,quehacuidadoaestosseñorescomosifueranhijossuyos,yqueles

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haahorradomilfrancosporaño…».Porque,enmilugar,yasabeustéquehaymuchascocinerasqueyatendríandiezmilfrancosenelcalcetín…«Esjustoqueestebuenseñorledejeunapequeñarentavintalicia…»,vamosasuponerque podrían decirme. Pues bien, no, yo soy desinteresada… No puedocomprenderquehayamujeresquehaganelbienpor interés…Estoyanoeshacerelbien,¿verdá?Yonovoyalaiglesia,porquenotengotiempo;peromiconcienciamedice loque tengoquehacer… ¡Perono semuevausté tanto,hombre!¡Ynoserasque!¡Señor,quéamarillosehapuesto!Estátanamarilloquecasiparecemoreno…¡Quécosas!,¿eh?Enveintedíasunoseponecomoun limón…¡Lahonradez es el tesorode lospobres! ¡Alguna cosa teníamosqueposeer!Y,selodigoconlamanoenelcorazón,siustésepusieraenlasúltimas,vamosasuponer,yoseríalaprimeraendecirlequetienequedartodolosuyoalseñorSchmucke.Ésteessudeber,porqueélestodalafamiliaqueustétiene.Ylequierecomounperroquiereasuamo.

—¡Sí,esverdad!—dijoPons—.Entodamivida,élhasidoelúnicoquemehaquerido…

XXXVII

Dondeseadvierteloquepuedeunbuenbrazo

—¡Vaya! —dijo la señora Cibot—. ¡Pues sí que es usté amable! Y yo¿qué?¿Demodoqueyonolequiero?

—Yonohedichoesto,miqueridaseñoraCibot…

—¡Vaya! ¡No vaya usté a tomarme por una criada, por una cocineracualesquiera,comosiyono tuviesecorazón!¡Ay,Diosmío!¡Desvívaseunadurantedoceañospordossolterones!Sinpensarmásqueensubienestar,queunaservidorarevolvíaendiezfruterías,hastaquemedecíanpalabrotas,paraencontrarles buen queso de Brie, y que iba al Mercado para comprarlesmantequilla fresca;y tengaunacuidadode todo,queendiezañosno lesherotonada,nidesportillado tampoco…¡Trátelosunacomounamadre trataasus hijos!Y se oirá unmi querida señora Cibot que demuestra que no hayningúncariñoparaunaenelcorazóndelseñorquesehacuidadocomoalhijodeunrey,queelreydeRomanoestabatanbiencuidadocomoustedes.¿Quéseapuestaaquenoestabatanbiencuidadocomoustedes?Ylapruebaesquehamuerto en la flor de la edad… ¡Vaya, que no es usté justo! ¡Es usté uningrato!Todoporquenosoymásqueunaprobreportera…¡Ay,Diosmío!¿Demodoqueustétambiéncreequenosotrassomoscomoperros?

—Pero,miqueridaseñoraCibot…

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—Vamos,ustéqueesunsabio,explíquemeporquéa lasporterassenostrata ansí, porqué creenqueno tenemos sentimientos, porqué seburlandenosotras en una época en que se habla tanto de igualdad… ¿Es que yo novalgotantocomootramujer?¿Yo,quehesidounadelasmujeresmásguapasdeParís,queme llamaban labellaostrera,yquecadadíamehacíansieteuocho declaraciones de amor? ¡Y que entodavía hoy, si yo quisiera…!Mire,sólo por decirle, ¿sabe usté este alfeñique de chatarrero, que vive al lado?Pues, para que lo sepa, si me quedara viuda, es una suposición, se casaríaconmigocon losojoscerrados,porque losabrecomonaranjascadavezquemeve,ytodoeldíamevieneconlamismamúsica:«¡Québrazosmásbonitostieneusté,señoraCibot…!Estanochehesoñadoqueerandepan,yqueyoeramanteca,yquemeextendíaporencima…».Mireusté,mirequébrazos…

Se arremangó y enseñó el brazomás opulento del mundo, tan blanco ylozano como su mano era rojiza y ajada; un brazo torneado, macizo, conhoyuelos,yquealverselibredesufundadelanavulgar,comolahojadeunaespadasesacadesuvaina, tuvoquedeslumbraraPons,quenoseatrevióamirarlodurantemuchorato.

—…quehanabierto tantos corazones, comomi cuchillo abríaostras—siguió—.Pues,paraqueseentere,esdeCibot,yyohecometidoelerrordedescuidar a mi pobre marido, que se echaría por un barranco abajo, a laprimera palabra que yo le dijera, por usté, queme llamami querida señoraCibot,cuandoyoharíatodolodelmundoporusté…

—Pero,vamosaver—dijoelenfermo—,yonopuedollamarle«madre»,ni«esposa»…

—¡No, no! ¡Nunca más en toda mi vida volveré a cogerle cariño aalguien…!

—Pero¡déjemehablar!—siguióPons—.¿Quéhedicho?YosólohablabadeSchmucke…

—¡ElseñorSchmucke!¡Élsíquetienebuencorazón!—dijo—.¡Vaya,queél sí que me quiere, porque es probre! ¡Es la riqueza lo que hace duro elcorazón,yustéesrico!¡Sí,sí,pagueaunamujerparaquelecuide,yaveráloque pasa! Le atormentará como un abejorro… El médico dirá que lo quenecesitaesbeber,puesellasóloledarádecomer…¡Lematarápararobarle!¡Usté no merece una señora Cibot! ¡Ande, ande, cuando venga el señorPoulain,pídalequelebusqueunamujer…!

—¡Canastos!¡Perodéjemehablar!—exclamóelenfermoyaencolerizado—. ¡Yonohablabade lasmujeresalhablardemiamigoSchmucke! ¡Ya séque los únicos corazones queme quieren sinceramente son el suyo y el deSchmucke!

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—¡Pero no se ponga usté ansí, hombre! —exclamó la Cibot,precipitándose sobre Pons, y obligándole a viva fuerza a que volviera atenderseenlacama.

—Pero¿cómoquiereustedquenolaquiera?—dijoelpobrePons.

—¿Mequiereusté?¿Lodicedeveras?¡Oh!¡Perdóneme,perdóneme!—dijollorandoyenjugándoselaslágrimas—.Sí,mequiereustécomosequierea una criada, ¿no?Una criada a la que se echa un vintalicio de seiscientosfrancos,comounmendrugodepanalacasetadeunperro…

—¡SeñoraCibot!—exclamóPons—. ¿Por quiénme toma usted? ¡Ustedaúnnomeconoce!

—¡Ah!¿Seríaustécapazdequerermemás?—siguiódiciendo, al recibiruna mirada de Pons—; ¿podría usté querer a la probre Cibot como a unamadre?¡Sí,porqueesoesloquesoy,yosoyunamadre,losdossoncomomishijitos!¡Ah,siyoconocieraalosquelehandadoestedisgusto!¡Haríaquemellevaran a los tribunales, e incluso a la cárcel, porque les iba a arrancar losojos!GenteansímereceríanmorirenlaBarriereSaintJacques,yaúnseríaunamuertedemasiadodulceparamalvadoscomoéstos…Ustéqueestanbueno,tancariñoso,porqueustétieneuncorazóndeoro,hasidocreadoypuestoenel mundo para hacer feliz a una mujer… esto se ve, usté tiene madera deesto…Yo,alprincipio,alvercómovivíaconelseñorSchmucke,medecíaamímisma:«No,elseñorPonsnoestáhechoparaesto;estáhechoparaserunbuenmarido…».Ande,queaustétambiénlegustanlasmujeres,¿eh?

—¡Ah,sí!—dijoPons—,yningunahasidomía.

—¿Deveras?—exclamólaCibotconaireprovocadoracercándoseaPonsycogiéndoledelamano—.¿Nosabeustéloqueestenerunaamantecapazdehacercualquiercosaporsuamigo?¿Seráposible?Yo,ensulugar,noquisierairme al otromundo sin haber conocido lamayor felicidad que existe en latierra…¡Pobrecillo!Siyofueseloquehesido,palabraquedejabaaCibotporusté. Pero, con una nariz como la suya, porque tiene usté una buena nariz,¿eh?,¿cómoselohahechousté,mipobrequerubín?Diráusté:«Notodaslasmujeresentiendenencuestióndehombres»,ydapenavercómosecasandecualquier manera, una verdadera lástima. ¡Y yo que creía que tenía ustéamantesadocenas!¡Bailarinas,actrices,duquesas!Claro,comosalíatanto…Cadavezqueleveíasalir,yodecíaaCibot:«Mira,elseñorPonsquesevadepicospardos…».¡Palabradehonorqueledecíaeso!Comoyocreíaquetodaslasmujeresibandetrásdeusté.Elcielolehacreadoparaelamor…Sí,sí,selo digo yo,me di cuenta el día en que se quedó a comer aquí por primeravez… ¡Oh! ¡Qué contento estaba usté de la alegría, que daba al señorSchmucke!Y él que al día siguiente aún lloraba cuandome decía: ¡SeñoraCipod,hagomitoaguí!Yyomeechéallorartambiéncomounaboba.¡Ylo

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tristequeestabacuandovolvióalasandadas,yacomerotravezfueradecasa!¡Pobrehombre!Jamássehavistodesolacióncomolasuya.¡Ah!¡Yahaceustébien en nombrarle su heredero! Para usté es toda una fanmilia, este probrehombre.Noleolvide;sino,Diosnoledejaráentrarensuparaíso,endondesólo deja entrar a los que han sido agradecidos con sus amigos dejándolesrentas.

XXXVIII

Exordioporinsinuación

Ponshacíavanosesfuerzosporresponder,yaquelaCibotnodabatreguaalalengua.Sisehaencontradoelmododepararlasmáquinasdevapor;eldeinmovilizarlalenguadeunaporteraagotaráelgeniodelosinventores.

—Ya sé lo que va a decirme —seguía diciendo—. ¡Ah, no! Hacertestamentocuandoseestáenfermo,aúnnohamatadoanadie;y,ensulugar,yo,porloquepudieratronar,noquisieraabandonaraestebendito,porqueesunbenditodeDios;no sabenadadenada;ynoquisieradejarle amercédeestosjudíosdehombresdenegocios,ydeparientes,quealfinyalcabo,sonunoscanallas…Vamosaver:enestosveintedías¿esquehavenidoaverlealguien?¿Yusté lesvaadejar todoloquetiene?¿Yasabequedicenqueloquehayenestacasavalelapena?

—Sí,yalosé—dijoPons.

—Rémonencq, que sabe que es usté colecionista y que hace dechamarilero, diceque ledaríauna rentavintaliciade treintamil francosporquedarseconsuscuadroscuandoustéfaltara…¡Menudonegocio!,¿eh?Yoensu lugar aceptaría…Pero yo creía queme tomaba el pelo cuandome lo hadicho… Tendría que avisar al señor Schmucke de lo que valen todas estascosas,porqueesunhombrealquepodríanengañarcomoaunniño;notienenilamenorideadelvalordetodasestascosastanbonitasquehayaquí…Yocreoquelodaríatodoacambiodeunpedazodepan,siesqueporamorausténo lo guardaba durante toda su vida, vamos, si es que vive más que usté,porque cuando usté semuera, él detrás. Pero aquí estoy yo para defenderlocontratodos…yoyCibot.

—QueridaseñoraCibot—respondióPons,emocionadoanteaquelaluddepalabras,cuyaintenciónparecíatansincerayespontáneacomosueleserloenlagentedelpueblo—,¿quéhubierasidodemísinustedysinSchmucke?

—Sí,estoesverdá,somoslosúnicosamigosquetieneenestemundo;esosíqueesverdá…Perodosbuenoscorazonesvalenpor todas las familias…

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Nomehabledelafamilia…Escomolalengua,decíaaquelactorantiguo,eslomejorylopeor…¿Dóndeestánsusparientes?¿Tieneustéparientes?Yonoloshevistonunca.

—¡Sonelloslosquemehanpostradoenestacama!—exclamóPonsconprofundaamargura.

—¡Ah!¿Demodoquetieneparientes?—dijolaCibot,levantándosecomosisúbitamentesusillónsehubieseconvertidoenunhierroal rojo—.¡Vaya!¡Puessíquesonamablessusparientes!¡Menudos!Veintedías,sí,estamañanahahechoveintedías,queestáustéenlaspuertasdelamuerte,yaúneshoradequevenganasaberdeusté…¡Yaestábien!,¿no?Yo,ensulugar,antesdedejarlesniuncéntimo,dabatodamifortunaaunhospicio.

—Verá,miqueridaseñoraCibot,yoqueríalegartodoloqueposeoaunaprimasegunda, lahijademiprimohermanoelpresidenteCamusot,yasabeusted,aquelmagistradoquevinounamañana,prontoharádosmeses…

—¡Ah,ya!Unobajito,gordo,queleenviósuscriadosparaquelepidieranperdón…porunatonteríaquehabíahechosumujer…queladoncellamehizopreguntassobreusté,unaviejaremilgadaquemedabaunasganasdesacudirlela capita de terciopelo con el mango de la escoba… ¡Habráse visto! ¡Unadoncellaconunacapitadeterciopelo!Queno,palabra,elmundoestáalrevés.¿Porquésehacenrevoluciones?Sitienentantodinero,quecomandosvecesestoscochinosricos.Peroloqueyodigoesquelasleyessoninútiles,yqueyanohabránadadesagrado,siLuisFelipenomantienelascategorías;porque,vamosaver, si todos somos iguales, ¿noeseso?,unadoncellano tienequellevar una capita de terciopelo, cuando yo, la Cibot, con treinta años dehonradez,notengo…¡Puessíqueestaríamosbuenos!Loqueunoestienequeverse.Una doncella es una doncella, como yo soy una portera, y se acabó.¿Por qué losmelitares llevan estas chatarreras de canelones?Acadauno sugrado.Mire,¿quiereustéqueledigalaconscecuenciadetodoeso?¡PuesqueFrancia está perdida!Con elEmperador todo iba de unmodomuy distinto,¿verdá?YyoledijeenseguidaaCibot:«Mira,queestoysegura,unacasaenla que las doncellas llevan capitas de terciopelo, es una casa de gente sinentrañas…».

—Sinentrañas,esoes…—respondióPons.

Y Pons contó sus pesares y sus sinsabores a la señora Cibot, quienprorrumpió en invectivas contra los parientes, y demostró conmoverseextraordinariamenteacadafrasedeestetristerelato.Porfin,seechóallorar.

ParaconcebirestasúbitaintimidadentreelviejomúsicoylaseñoraCibot,basta imaginarse la situacióndeunhombre solterogravemente enfermoporprimeravezensuvida,tendidoenellechodeldolor,soloenlavida,teniendo

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quepasareldíacaraacaraconsigomismo,yencontrandoestedíamáslargodebido a que es víctima de los inefables sufrimientos de la hepatitis queensombrecelavidamásbella,yque,privadodesusnumerosasocupaciones,caeenelmarasmoparisiense,yechademenostodoloquesevegratuitamenteenParís.

Esta soledad profunda y tenebrosa, este dolor que afecta aún más a lomoralquealofísico,lainanidaddelavida,todoempujaaunsolterón,sobretodocuandoesdébildecarácter,sensibledecorazónycrédulo,asentirafectoporlapersonaquefecuida,comoalguienqueseahogaseagarraaunatabla.Y así era como Pons atendía a los comadreos de laCibot con gran interés.SchmuckeylaseñoraCibot,eldoctorPoulain,erantodalahumanidad,comosu cuarto era todo el universo. Si suele ocurrir que todos los enfermosconcentransuatenciónenelámbitoqueabarcansusmiradas,ysisuegoísmose ejerce a su alrededor subordinándose a los seres y a las cosas de unahabitación, yapuede suponersede loque es capazun solterón sin afectosyque jamás ha conocido el amor. ¡En aquellos veinte días, Pons había tenidomomentosenquehabíalamentadonohabersecasadoconMadeleineVivet!Ygraciasatodoesto,enveintedíaslaseñoraCibothacíainmensosprogresosenel ánimo del enfermo, que se veía perdido sin ella; pues, en cuanto aSchmucke,eraunsegundoPonsparaelpobreenfermo.ElarteprodigiosodelaCibotconsistía,ademássinenterarse,enexpresarlaspropiasideasdePons.

—¡Ah!¡Yaestáaquíeldoctor!—dijolaportera,aloírsonarlacampanilla.

Y dejó a Pons completamente solo, sabiendo perfectamente que quienesllamabaneraneljudíoyRémonencq.

—Nohaganruido,porfavor…—dijo—;¡quenosedécuentadenada!Seponecomounleóncuandosetratadesutesoro.

—Unsimplevistazobastará—respondióeljudío,queibaprovistodeunalupaydeunosanteojos.

XXXIX

Sepactaelsoborno

ElsalóndondesehallabalamayorpartedelmuseoPonseraunodeestosantiguossalonescomolosconcebíanlosarquitectosquecontratabalanoblezafrancesa,deveinticincopiesdeancho,portreintadelargoytrecepiesdealto.LoscuadrosqueposeíaPons,ennúmerodesesentaysiete,colgabantodosdelas cuatro paredes de este salón enmaderado, blanco y oro: pero el blancoamarillento, y el oro enrojecido por la acción del tiempo, ofrecían tonos

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armoniosos que no desmerecían en absoluto el efecto de las telas. Catorceestatuasseelevabansobreotrastantascolumnas,yafueraenlosrincones,yaentre los cuadros, sobre pedestales de Boulle. Unos aparadores de ébano,regiamente esculpidos, adornaban la parte baja de las paredes. Estosaparadores contenían las curiosidades. En medio del salón, una hilera decristalerasenmaderaesculpida,ofrecíana lamiradalasmásgrandesrarezasde la artesanía: los marfiles, los bronces, las maderas, los esmaltes laorfebrería,lasporcelanas,etc.

Unavezeljudíosevioenestesantuario,sedirigióinmediatamentehaciacuatroobrasmaestrasquereconociócomolasmásbellasdelacolección,ydepintoresquefaltabanenlasuya.Paraélaquelloeraloqueparalosnaturalistasestasdesiderataque leshacenemprender losmayoresviajes, llegarhasta lostrópicos, hasta los desiertos, las pampas, las sabanas, las selvas vírgenes.Elprimer cuadro era de Sebastián del Piombo, el segundo de Fra BartolomeodellaPorta,eltercerounpaisajedeHobbema,yelúltimounretratodemujerporAlbertoDurero,¡cuatrodiamantes!SebastiándelPiombo,enelartedelapintura,vieneasercomounpuntobrillanteenelquetresescuelassehandadocita para aportar cada una de ellas sus cualidadesmás eminentes. Pintor deVenecia, fue a Roma para aprender el estilo de Rafael bajo la dirección deMiguelÁngel,quienquisooponerloaRafael,luchandoenlapersonadeunodesus lugartenientescontraestesoberanopontíficedelarte.Ydeestemodoesteperezosogeniocompendiaelcolorveneciano,lacomposiciónflorentinayel estilo rafaelesco, en los escasos cuadros que se dignó pintar, y cuyosesbozoshabíansidodibujados,segúnsedice,porMiguelÁngel.Yasípuedeverseaquéperfecciónllegóestehombre,armadodeestatriplefuerza,cuandose estudia en elMuseo de París el retrato de Baccio Bandinelli, que puedecompararseconelHombredelguantedelTiciano,conelretratodeviejoenelqueRafaelhaunidosuperfecciónaladelCorreggio,yconelCarlosVIIIdeLeonardodeVinci,sinqueestateladesmerezca.Estascuatroperlastienenlamismaagua,elmismooriente,lamismaredondez,elmismobrillo,elmismovalor.El artehumanonopuede irmás allá.Es superior a lanaturaleza, quesólo ha hecho vivir el original durante unmomento.De este gran genio, deestapaleta inmortal,perodeuna incurablepereza,PonsposeíaunCaballerodeMaltaenoración,pintadosobrepizarra,deunagracia,deunacabado,deuna profundidad superiores aún a las cualidades del retrato de BaccioBandinelli.ElFraBartolomeo,querepresentabaunaSagradaFamilia,hubierasidoconsideradopormuchosexpertoscomouncuadrodeRafael.ElHobbemadebíaalcanzarunossesentamilfrancosenunasubastapública.

En cuanto al Alberto Durero aquel retrato de mujer era semejante alfamoso Holzschuer de Nuremberg, por el cual los reyes de Baviera, deHolandaydePrusiahanofrecidoenvariasocasiones,yenvano,doscientosmil francos. ¿Se trata de la mujer o de la hija del caballero Holzschuer, el

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amigodeAlbertoDurero?Lahipótesisseconviertecasienunacertidumbre,yaquelamujerdelmuseoPonsestáenunaactitudquesuponelaexistenciadeotro cuadro complementario, y las armas pintadas están dispuestas de lamisma manera en uno y otro retrato. Además, la aetatis suae XLI está enperfectaarmoníaconlaedadindicadaenelretratotancelosamenteguardadopor la casa Holzschuer de Nuremberg, y cuyo grabado se ha terminadorecientemente.

ÉlieMagus tenía lágrimas en los ojosmientras iba contemplando una yotravezestascuatroobrasmaestras.

—Ledoydosmilfrancosdegratificaciónporcadaunodeestoscuadros,siconsigue que me los vendan por cuarenta mil francos—dijo al oído de laCibot,estupefactaanteaquellafortunaquelellovíadelcielo.

La admiración, o, para ser más exactos, el delirio del judío, habíaproducidountaltrastornoensuinteligenciayensuscostumbresdeavaricia,que,comoyasehavisto,eljudíosedelató.

—¿Yyo…?—dijoRémonencqquenoentendíadecuadros.

—Todoestoesdelmismovalor—replicóastutamenteeljudíoaloídodelauvernés—; coge diez cuadros cualquiera y en las mismas condiciones yhabrásganadounafortuna.

Los tres ladrones aún seguíanmirándose, cada uno de ellos presa de suvoluptuosidad,lamásintensadetodas,lasatisfaccióndeléxitoencuestionesde fortuna, cuando la voz del enfermo resonó vibrando como un son decampana…

—¿Quiénhayaquí?—gritóPons.

—¡Señor,vuelvaaacostarse!—dijolaCibot,abalanzándosesobrePonsyobligándole a volver ameterse en la cama—. ¡Vaya! ¿Quiere ustématarse?No,noeselseñorPoulain,eselbuenodeRémonencq,queseinteresatantoporustéquehavenidoasabernoticiassuyas.Lequierentantoquetodalacasaestáalborotadaporusté.¿Dequétienemiedo?

—Esquemeparecíaqueeranvarios—dijoelenfermo.

—¿Varios? ¡Ésta sí que es buena! ¡Vaya! ¿Está soñando? Palabra queterminaráporvolverseloco…Mire,ahoraverá…

LaCibotabrióvivamente lapuertaehizoseñasaMagusderetirarseyaRémonencqdeavanzar.

—¿Qué,cómova,señorPons?—dijoelauvernés,porquienhabíahabladolaCibot—.Veníaasabernoticiassuyas,porquetodalacasaestáconansiaporusted… ¡A nadie le gusta que la muerte entre en una casa! Y, además,

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Monistrol, que usted ya conoce, me ha encargado decirle que si necesitabadinero,podíacontarconél…

—¡Leenvíaparaecharunaojeadaamimuseo!—dijoagriamenteelviejocoleccionista,llenodedesconfianza.

En las enfermedades del hígado, los individuos casi siempremanifiestanunaantipatíaespecial,momentánea;concentransumalhumorenunobjetooenunapersonacualquiera.YPonsseimaginabaqueibandetrásdesutesoro,teníalaobsesióndevigilarlo,yacadamomentoenviabaaSchmuckeaversialguiensehabíaintroducidoenelsantuario.

—Su colección es como para llamar la atención de los chalanes —respondió astutamente Rémonencq—, y aunque yo no entiendo deantigüedadesdetantovalor,elseñorpasaporserungranexperto,yaunqueyonosémuchodeestascosas,lecompraríaloquefuera,conlosojoscerrados…Siel señornecesita algunavezdinero,porquenohaynadaquecueste tantocomoestasmalditasenfermedades…quemihermana,endiezdías,gastóunfrancoymedioenpotingues,cuandotuvolasangrerevuelta,yquetambiénsehubieracuradosineso…Losmédicossonunosgranujasqueseaprovechandenuestroestado…

—Adiós y gracias—respondió Pons al chatarrero, dirigiéndole inquietasmiradas.

—Voyaacompañarle—dijoenvozbajalaCibotalenfermo—,noseaquetoquealgo.

—Sí, sí —respondió el enfermo, dando las gracias a la Cibot con unamirada.

LaCibotcerrólapuertadelaalcoba, locualdespertóladesconfianzadePons. Encontró a Magus inmóvil delante de los cuatro cuadros. Estainmovilidad,estaadmiración,sólopuedensercomprendidasporaquelloscuyaalmaestáabiertaalbelloideal,alsentimientoinefablequecausalaperfecciónenelarte,yquesequedanplantadosdurantehorasenterasenelMuseoantelaGioconda de Leonardo de Vinci, ante el Antíope del Correggio, la obramaestra de este pintor, ante la Amante del Ticiano, la Sagrada Familia deAndrea del Sarto, ante los Niños rodeados de flores del Domenichino, elpequeñocamafeodeRafaelysuretratodeviejo,lasobrasmásinmensasdelahistoriadelarte.

—¡Váyansesinhacerruido!—dijo.

El judíoretrocedió lentamente,deespaldasa lapuerta,contemplandoloscuadros comoun hombre enamorado contempla a una amante a la que diceadiós.

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XL

Asaltodeastucia

Cuando el judío estuvo en el rellano, la Cibot, a quien aquellacontemplaciónhabíadadosusideas,dioungolpeenelsecobrazodeMagus.

—¡Medaráustécuatromilfrancosporcuadro!Sino,delodichonohaynada…

—¡Soy tanpobre…!—dijoMagus—.Sideseoestas telasesúnicamenteporamor,poramoralarte,mibuenaseñora.

—Estástanflaco,hijomío—dijolaportera—,quecomprendoqueseaelúnico amorque te interese.Pero si nomeprometes, hoymismo,delantedeRémonencq,dieciséismilfrancos,mañanaseránveintemil.

—De acuerdo con los dieciséismil—respondió el judío asustado por laavidezdelaportera.

—¿Unjudíoporquépuedejurar?—preguntólaCibotaRémonencq.

—Puedeustedfiarsedeél—respondióelchatarrero—,esunhombretanhonradocomoyo.

—Bueno,¿yusté?—preguntólaportera—.Sihagoquelevendancuadrosdeéstos,¿quémevaadar?

—Lamitaddelosbeneficios—dijorápidamenteRémonencq.

—Prefiero una cantidá en seguida, yo no soy del oficio—respondió laCibot.

—¡Pues loqueesdenegociosentiendeustedmucho!—dijoÉlieMagussonriendo—;seríaunabuenacomerciante.

—Yo le propongo que se asocie conmigo, en cuerpos y bienes—dijo elauvernés,cogiendoelbientorneadobrazodelaCibot,ydandounapalmadaencimaconlafuerzadeunmartillo—.¡Nolepidoquepongamásfondosquesubelleza!Haceustedmaldeser tanfielaestedesgraciadodeCibotyasuaguja… ¿Cree que un portero de nada puede enriquecer a unamujer guapacomo usted? ¡Ah! ¡Qué bien estaría usted en una tienda en el bulevar, enmedio de las antigüedades, dando conversación a los coleccionistas yenredándolos!¡Cuandohayahechosuagostoenestacasa,dejelaportería,yyaveráloquevamosahacerlosdosjuntos!

—¡Hacermi agosto!—dijo la Cibot—. ¡Yo soy incapaz de llevarme de

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aquínielvalordeunalfiler!,¿sabeusté,Rémonencq?—exclamólaportera—.¡Entodoelbarriosabenquesoyunamujerhonrada,ea!

LosojosdelaCibotrelampagueaban.

—¡Calma, calma!—dijoÉlieMagus—.Me parece que este auvernés laapreciademasiadoparahaberqueridoofenderla.

—¡Québiensabríatrataralaclientela!—exclamóelauvernés.

—Sean justos, hijosmíos—dijo laCibot ya apaciguada—y junguen loquehasidomisituaciónaquí…Hacediezañosquemeestoyexterminandolacostituciónporestosdossolterones,yaúneslahoraquemehayandadootracosa que no sean buenas palabras. Rémonencq puede decirle que doy decomeraestosdosviejos,acambiodeuntanto,conlocualpierdodeunoadosfrancospordía,yyolesjuroporelalmademimadre,queeslaúnicaautorademisdíasqueheconocido,queconellosheconsumidotodosmisahorros…¡Vaya,queestoesmásverdáque la luzquenosalumbra,yquemicafémesirvadevenenosimientoenuncéntimo…!Bueno,yahoraresultaqueunodelosdossevaamorir,¿verdá?Yeselmásricodeestosdoshombres,queyohe tratado como si fueranmismamente hijosmíos… ¿Y crererá usté, señormío, que en veinte días que vengo repitiéndole que está a punto demorirse(porqueelseñorPoulainyalehadesanunciado…)eltacañoesenodiceniunapalabradeponermeenel testamento, comosinosconociéramosdeayer…?¡Palabrademujerhonrada,quesinoesa la fuerzanovamosasacar loquenosdeben!Porque¡vayaunaafiarsedelosherederos…!¡Vayaunos…!Mirenustedes,sinofenderanadie,¿eh?,perotodoelmundoesigualdegorrino…

—Eso sí que es verdad—dijo astutamente Élie Magus—. En el fondonosotrosaúnsomoslosmáshonrados—añadiómirandoaRémonencq.

—Que no lo digo por ustedes—dijo la Cibot—. Que de los presentes,comodecíaaquelactorantiguo,nuncasehablamal…Lesjuroqueestosdosseñoresmedebenyacercade tresmil francos,que lopocoque tengo lohegastado en medicamentos y en sus cosas, ¡y que sería buena que ahora nofueranadevolvermemisanticipos!Yosoytanboba,conmihonradez,quenomeatrevoahablarlesdeeso…Ustéquetrataennegocios,¿quémeaconseja?¿Quevayaaveraunabogado…?

—¡Unabogado!—exclamóRémonencq—.¡Perosiustedsabemuchomásquetodoslosabogados!

Elruidodelacaídadeuncuerpopesadosobrelasbaldosasdelcomedor,resonóenelgranhuecodelaescalera.

—¡AyDiosmío!—exclamólaCibot—.¿Quélehabrápasado?Meparecequeeselseñorquesehabrárotolasnarices…

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Empujó a sus dos cómplices, que se esfumaron rápidamente, y dandomedia vuelta se precipitó hacia el comedor, en donde encontró a Ponsextendidoenelsuelo,encamisónysinconocimiento…Levantóenbrazosalsolteróncomounaplumaylollevóhastasucama.Unavezhuboacostadoalmoribundo,lehizorespirarbarbasdeplumaquemada,lemojólassienesconaguadeColonia,lereanimó.Luego,cuandovioquePonsabríalosojosyquevolvíaalavida,sepusoenjarras.

—¡Sinzapatillas! ¡Encamisón! ¡Hayparamatarle!¿Yporquédesconfíademí?Silascosasseponenansí,yomevoy,adiós¿eh?Despuésdediezañosque le sirvo, que pongo dinero en su casa, qué he gastadomis ahorros conusté, para evitarle quebraderos de cabeza al probre señor Schmucke, que sepasa todoel tiempollorandopor laescalera,comounchiquillo…¡Yéstaesmirencompensa!¡Ustéibaaespiarme…yDioslehacastigado!¡Selotienemerecido! Y yo que a pocome deslomo para llevarle en brazos, y quemeexpongoaquedarme tullidaparael restodemisdías…¡Ay,Diosmío!Y lapuertaquehaquedadoabierta…

—¿Conquiénestabahablando…?

—¡Ésta sí que es buena!—exclamó la Gibot—. ¡Vaya! ¿Es que soy suesclava?¿Porquétengoquedarlecuentadetodo?¿Sabequesiseponeansíloplantotodo?Yquevengaunamujeracuidarle…

Pons,horrorizadoanteestaamenaza,sindarsecuenta,dioacomprenderalaCibotelarmaqueposeíaconestaespadadeDamocles…

—¡Esmienfermedad!—dijolastimosamente.

—¡Vayaexcusa!—replicórudamentelaCibot.

Ydejó aPons confuso, presa de remordimientos, admirando la fidelidadgruñonadesuasistenta,haciéndosereproches,ysindarsecuentadelterriblemal con que acababa de agravar su enfermedad, al desplomarse sobre lasbaldosasdelcomedor.

XLI

Endondeelnudoseestrecha

LaCibotencontróaSchmuckesubiendoporlaescalera.

—¡Venga, venga…! ¡Hay muy malas noticias…! El señor Pons se estávolviendoloco.Figúresequesehalevantadodesnudo,paraseguirme…yseha caído todo lo largo que es…Vaya a preguntarle por qué, él dice que no

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sabe nada…Estámuymal…Yo no he hecho nada para provocarle a estascosas,anoserquehayasidolodehaberlehabladodesusprimerosamores…¿Quien va a conocer a los hombres?Todos son unos viejos libertinos…Hehecho mal en enseñarle los brazos, que los ojos le brillaban comoescarbúnculos…

SchmuckeescuchabaalaseñoraCibotcomosioyesehablarenhebreo.

—Yyohetenidoquehacerunesfuerzoquevoyaestarresentidahastaelfindemisdías—añadió laCibot fingiendo sentirvivosdoloresypensandoaprovecharse de la idea que había tenido por casualidad al sentir un ligerocansancioenlosmúsculos—.¡Quéidiotasoy!Cuandolehevistoporelsuelo,lehecogidoenbrazosy lehe llevadohasta lacama,comoaunniño, ea…Peroahorameresientodelesfuerzo…¡Ay,meencuentromal!Mevoyamicasa,cuídeseustédenuestroenfermo.VoyahacerqueCibotvayaabuscaralseñorPoulainparamí…Preferiríamorirmequevermeinválida…

LaCibot,agarrándosealabarandilla,bajólentamentelaescalerahaciendomilcontorsiones,yemitiendogemidostanlastimerosquetodoslosinquilinos,asustados,salieronalosrellanosdesuspisos.Schmuckesosteníaalaenfermaderramandolágrimas,yexplicabaelheroísmodelaportera.Todalacasa,todoelbarrio,notardaronensaberelgestosublimedelaportera,quehabíahechoun esfuerzo mortal, según se decía, al levantar en brazos a uno de loscascanueces.SchmuckevolviójuntoaPons,leexplicóellamentableestadodesu factótum, y los dos se quedaron mirándose y diciendo: «¿Qué vamos ahacer sin ella…?». Schmucke, al ver el cambio que se había producido enPons,despuésdesuescapada,noseatrevióareñirle.

—¡Tichosasandicuetades!Breveriríaguemarlododoaberderamiamico—exclamó,alenterarseporPonsdelacausadelaccidente—.¡Tesgonfiartelaseñora Cipod, gue nos bresda sus ahorros! ¡Eso no esdá pien! Bero es laenvermedat…

—¡Ah,estaenfermedad!Menotocambiado—dijoPons—.Yonoquisierahacertesufrir,mibuenSchmucke.

—Ríñemeami—dijoSchmucke—ytejadranguilaalaseñoraCipod.

EldoctorPoulainhizodesaparecerenpocosdíaselconatodeinvalidezdela que se decía amenazada la señoraCibot, y esta curación, que parecía unmilagro,aumentóconsiderablementesureputaciónenelbarriodelMarais.Encasa dePons elmédico atribuyó este éxito a la excelente constitución de laenferma,que,alcabodesietedías,reemprendióelserviciodelosdosseñores,congransatisfaccióndeéstos.Esteacontecimientocentuplicólainfluencia,latiraníadelaporteraenelhogardelosdoscascanueces,quienes,duranteestasemana,sehabíanendeudado,perocuyasdeudasfueronpagadasporella.La

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Cibotseaprovechódelacircunstanciaparaconseguir(¡yconquéfacilidad!)queSchmuckelefirmaraunrecibopordosmilfrancos,queelladecíahaberprestadoalosdosamigos.

—¡Ah! ¡Quémédico el señor Poulain!—decía la Cibot a Pons—. Él lesalvará,señorPons,comomehasalvadoamí,queyateníaunpieenelotrobarrio…MiprobreCibotyamedabapormuerta…Bueno,elseñorPoulainyahadebidodecírselo,cuandoyoestabaencama,sólopensabaenusté:«Diosmío,decíayo,llévameamíydejaviviramiqueridoseñorPons…».

—¡PobreseñoraCibot!Haestadoustedapuntodequedartullidaporculpamía…

—¡Oh!LeadviertoquesinohubierasidoporelseñorPoulain,yoaestashorasyaestaríaconlacamisadepinoquenosesperaatodos.Estoessalirsede la fosadeunbrinco,comodecíaaquelactorantiguo.Enfin,hayqueserfinlósofos.¿Cómoselashanarregladosinmí?

—Schmucke se ha quedado a cuidarme—respondió el enfermo—. Peronuestra bolsa ha pagado las consecuencias, y me temo que nuestras clasestambién…Nosécómoselohahecho…

—Nodebreogupes,Bons—interrumpióSchmucke—,el señorCipodhasitonuestropanguero,einbuenpanguero…

—Nosehablemásdeeso;ustedesdossoncomonuestroshijos—dijolaCibot—.Bienempleadosestánnuestrosahorros;queustedessonmássegurosqueelbanco.Mientrasnosotrostengamosunpedazodepan,ustedestendránlamitad…;nivalelapenahablardeesto…

—¡BovreseñoraCipod!—dijoSchmuckesaliendodelcuarto.

Ponsguardósilencio.

—¿Me crererá usté, mi querubín —dijo la Cibot al enfermo, viéndoleinquieto—,queenmiagoníahevistoalaciertamuydecerca…?Loquemásme angustiaba era tener que dejarles solos, sin ayuda, y dejar a mi probreCibotsinuncéntimo…¡Sontanpocacosamisahorros,quesólolehablodeestoporquevieneacuentoconlodemimuerteyconCibot,queesunángel!… ¡Me ha cuidado como a una reina, y lloraba como un becerro! Pero yocontabaconustedes,palabrademujerhonrada…Yoledecía:«Anda,Cibot,quemisseñoresnotedejaránnuncasinunpedazodepan…».

Ponsnorespondiónadaaaquelataqueadtestamentum,ylaporteraguardósilencioesperandoquehablase.

—LesrecomendaréaSchmucke—dijoporfinelenfermo.

—¡Ah!—exclamólaportera—.Todoloqueustéhagaestarábienhecho…

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Yoconfíoenusté,ensucorazón…Novolvamosahablardeesto,porquemesientocomohumillada…Pienseencurarse;¡sivaavivirmásquenosotros…!

Una profunda inquietud se adueñó del corazón de la señora Cibot, y sepropuso hacer que su señor se explicara acerca de la herencia que pensabadejarles;yantesquenada,salióparairaveraldoctorPoulainensucasa,porlatarde,despuésdelacomidadeSchmucke,quiencomíajuntoalacamadePonsdesdequesuamigosehallabaenfermo.

XLII

HistoriadetodosloscomienzosenParís

EldoctorPoulainvivíaenlacalledeOrleáns.Ocupabaunapequeñaplantabaja compuesta de una antesala, un salón y dos dormitorios. Un cuartitocontiguoa la antesala,yquecomunicabaconunade lasdos alcobas, ladeldoctor,habíasidoconvertidoendespacho.Unacocina,uncuartodecriadoyunpequeñosótano,ibantambiénincluidosenelalquilerdelacasa,situadaenunaladeuninmensoedificioconstruidoenlaépocadelImperio,enlugardeunaantiguaresidenciaseñorial,cuyojardínexistía todavía.Este jardínhabíasidodivididoentrelostrespisosdelaplantabaja.

Elpisodeldoctornohabíasufridoningúncambioenlosúltimoscuarentaaños.Laspinturas,lospapeles,ladecoración,todoolíaaImperio.Unamugrecuadragenariayelhumo,habíandeslucidolosespejos,lascenefas,losdibujosdel papel, los techos y las pinturas. Aquel pisito en el corazón delMarais,costabaaúnmilfrancosporaño.LaseñoraPoulain,madredeldoctor,deunossesenta y siete años de edad, terminaba su vida en el segundo de losdormitorios.Trabajabaparaloscalzoneros.Cosíalaspolainas,loscalzonesdepiel, los tirantes, en fin, todo lo referente a este artículo, bastante endecadenciahoyendía.Ocupadaencuidarsedelacasayendarórdenesalaúnicacriadadesuhijo,nosalíanunca,y tomabaelaireenun jardincillo,alquesebajabaporunapuerta-ventanadelsalón.Viudadesdehacíaveinteaños,alamuertedesumaridohabíavendidolosfondosdesutiendadecalzoneríaal encargado de la misma, quien le reservaba trabajo suficiente para quepudieraganarsealrededordeunfrancoymediopordía.Lohabíasacrificadotodoalaeducacióndesuhijoúnico,queriendoquealcanzaraatodacostaunaposiciónsuperioraladesupadre.OrgullosadesuEsculapio,creyendoensuéxito,seguíasacrificándolotodoporél,dichosadecuidarle,deahorrarporél,nopensandomásqueensubienestaryqueriéndoleconinteligencia,locualnosabenhacertodaslasmadres.Yasí,laseñoradePoulain,queseacordabaquehabíasidounasimpleobrera,noqueríaperjudicarasuhijo,nisermotivode

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risasodemenosprecio,yaquelabuenamujerhablabaconla«ese»,comolaseñoraCibothablabaconla«ene»;porsupropiavoluntad,seocultabaensualcobacuandoporcasualidadciertosclientesdistinguidosveníanaconsultaral doctor, o cuando se presentaban antiguos camaradas de colegio o dehospital.Deestemodojamáseldoctortuvoqueavergonzarsedesumadre,aquienveneraba,ycuyafaltadeeducaciónquedabasobradamentecompensadaporestesublimeafecto.Laventadelosfondosdelatiendadecalzonerohabíadadoalrededordeveintemilfrancos,laviudaen1820loshabíainvertidoentítulosde laDeudaPública,y losmilcienfrancosderentaque leproducíanerantodasufortuna.Demodoquedurantelargotiempolosvecinosvieroneneljardínlaropadeldoctoryladesumadretendidaencuerdas.LacriadaylaseñoraPoulainlolavabantodoencasaconeconomía.Estedetalledomésticoperjudicaba mucho al doctor; nadie quería reconocerle talento, al verle tanpobre.Losmilcienfrancosderentasegastabanenelalquiler.EltrabajodelaseñoraPoulain,queeraunaancianabajitayentradaencarnes,enlosprimerostiempos bastó para subvenir a todos los gastos de aquellamodesta casa.Alcabo de doce años de persistir en su pedregoso camino, el doctor habíaterminado por ganar unmillar de escudos al año, y la señoraPoulain podíapues disponer de unos cincomil francos. Los que conocen París saben queesto significa vivir con lo estrictamente imprescindible, El salón en el queesperabanlasvisitasestabamezquinamenteamuebladoconestesofávulgardecaoba, tapizado de un terciopelo de Utrecht amarillo floreado, con cuatrosillones,seissillas,unaconsola,yunamesadeté,quesehabíaheredadodeldifuntocalzonero,ytododeacuerdoconsugusto.Elrelojdepared,siempreprotegidoporunglobodecristal,entredoscandelabrosegipcios,representabaunalira.Unosepreguntabaporquéprocedimientolascortinasquecolgabande lasventanashabíanpodidosubsistirdurante tanto tiempo,yaqueerandecalicóamarilloconrosetonesrojosdelafábricadeJouy.Oberkampffen1809había sido felicitado por el Emperador por estos atroces productos de laindustriaalgodonera.Eldespachodeldoctorestabaamuebladodeacuerdoconel mismo gusto, aprovechando el mobiliario de la alcoba paterna. Era algoseco,pobreyfrío.¿Quéenfermopodíacreerenlacienciadeunmédicoque,sin prestigio, se encontraba aún sin muebles, en un tiempo en el que laapariencia es todopoderosa, en el que se doran los faroles de la plaza de laConcordia para consolar al pobre convenciéndole de que es un ciudadanorico?

La antesala servía de comedor. Allí trabajaba la criada cuando no sehallaba ocupada en la cocina o no hacía compañía a la madre del doctor.Apenasentrarseadivinabalamiseriadecentequereinabaenaqueltristepiso,desiertodurantelamitaddeldía,aldivisarlosvisillosdemuselinarojadelavidriera que daba al patio. Las alacenas debían ocultar restos de pastelesenmohecidos, platos desportillados, tapones eternos, servilletas de una

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semana, en fin, las explicables ignominias de los hogares parisiensesmodestos, y quede allí sólo puedenpasar al sacode los traperos.Y así eracomoenestaépocaenquelamonedadecincofrancosseagazapaentodaslasconciencias,tintineaentodaslasfrases,eldoctor,alostreintaaños,conunamadresinrelaciones,seguíasoltero.Endiezañosaúnnohabíaencontradonielmenorpretextoparaunahistorianovelescaen las familiasa lasque teníaaccesoporsuprofesión,yaquesóloatendíaapersonascuyasexistenciaseransemejantes a la suya; sólo veía casas parecidas a la suya, las de pequeñosempleadosomodestosfabricantes.Susclientesmásricoseranloscarniceros,lospanaderos,lostenderosimportantesdelbarrio,genteque,lamayoríadelasveces, atribuía su curación a la naturaleza, para poder pagar las visitas deldoctor a dos francos, al verle venir a pie. En medicina, el cabriolé es másnecesarioqueelsaber.

Una vida trivial y sin incidentes termina por influir en el espíritu másaventurero.Unhombreseamoldaasusuerte,aceptalavulgaridaddesuvida.

Yasí,eldoctorPoulain,despuésdediezañosdeejercersucarrera,seguíahaciendodeSísifo sin lasdesesperacionesqueamargaronsusprimerosdías.Sinembargo,acariciabaunsueño,porquetodosloshabitantesdeParístienenunsueño.Rémonencqdisfrutabadeunsueño,laCibotteníaelsuyo.EldoctorPoulain esperaba ser llamadopor un enfermo rico e influyente; ymás tardeobtener, por el prestigio que le diera este enfermo, a quien infaliblementecuraría,unpuestodemédicojefeenunhospital,demédicodelasprisionesodelosteatrosdelbulevar,odeunministerio.Eraprecisamentedeestamaneracomohabíaconseguidoelpuestodemédicomunicipal.LlamadoporlaCibot,habíaatendidoycuradoalseñorPillerault,elpropietariodelacasadelaqueeranporteroslosCibot.ElseñorPillerault,tíoabueloporpartedemadredelaseñoracondesaPopinot,laesposadelministro,sehabíainteresadoporaqueljovencuyaocultamiseriahabíasondeadoenunavisitadeagradecimiento,yexigiódesusobrinosegundo,elministro,quienleveneraba,elpuestoqueeldoctor ocupaba desde hacía cinco años, y cuya precaria retribución habíallegado en elmomento justo para evitarle tomar una decisión radical, la deemigrar. IrsedeFrancia es, paraun francés, una situación trágica.El doctorPoulainfueaexpresarsugratitudalcondePopinot;perocomoelmédicodelestadista era el ilustre Bianchon, el solicitante comprendió que le seríaimposible entrar en aquella casa. El pobre doctor, tras haberse ilusionadopensandoqueibaaobtenerlaproteccióndeunodelosministrosinfluyentesde uno de los doce o quince naipes que hace dieciséis años que unamanopoderosa baraja sobre el tapete verde de la mesa del Consejo, se encontróhundidodenuevoenelMarais,comochapoteandoenlascasasdelospobresyde lospequeñosburgueses,ycon lamisióndecertificar los fallecimientosarazóndemildoscientosfrancosporaño.

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EldoctorPoulain,quesehabíadestacadocomointerno,eraprudenteensuprofesión, y no carecía de experiencia. Además, sus muertos no eranescandalosos,ypodíaestudiartodaslasenfermedadesinanimavili.¡Yapuedeel lector imaginarse la hiel que le consumía!No es pues de extrañar que laexpresión de su rostro, ya de natural largo y melancólico, fuese a vecesaterradora.ImagíneseenunpergaminoamarillolosojosardientesdeTartufoyla acritud deAlcestes; y figúrese el lector lamanera de andar, la actitud, lamiradadeestehombreque,considerándose tanbuenmédicocomoel ilustreBianchon,sesentía relegadoaunaesferaoscuraporunamanodehierro.EldoctorPoulainnopodíapormenosdecompararsusfacturasdediezfrancos,lasmáselevadas,conlasdeBianchon,quellegabanaquinientososeiscientosfrancos.¿Noescomoparaconcebirtodoslosodiosdelademocracia?Porotraparte, aquel ambicioso reprimido no tenía nada que reprocharse. Había yaprobado fortuna inventando unas píldoras purgantes parecidas a las deMorrison.Habíaconfiadosuexplotaciónaunodesuscompañerosdehospital,un interno convertido en farmacéutico; pero el farmacéutico, enamorado deunafigurantadelAmbigu-Comique,sehabíadeclaradoenquiebra,ycomolapatentede invenciónde laspíldoraspurgantessehallabanasunombre,estegrandescubrimientohabíaenriquecidoalsucesor.ElexinternohabíahuidoaMéjico,lapatriadeloro,llevándosemilfrancosdeahorrosdelpobrePoulain,quien,comoremate,fuetratadodeusureroporlafiguranta,alaquesedirigiópara reclamarle su dinero. Desde la buena suerte de la curación del viejoPillerault,nosehabíapresentadoniunsoloclienterico,PoulainrecorríatodoelMaraisapie,comoungatoescuálido,ydecadaveintevisitaslograbaquelepagaran dos a cuarenta sueldos. El cliente que pagaba bien era para él estepájaro fantástico llamadomirlo blanco en toda la superficie de la tierra quealumbraelsol.

El abogado joven sin causas, el médico joven sin clientes, son las dosencarnacionesmáscaracterísticasde ladesesperacióndecente, sobre todoenlaciudaddeParís,esadesesperaciónfríaycallada,quesearropaenuntrajenegrodecosturasgrisáceascuyocolorrecuerdaalcincdelasbuhardillas,enunchalecoderasobrillante,unsombrerotratadoconlamáximaveneración,guantesviejosycamisasdecalicó.Todounpoemadetristeza,sombríocomolossecretosdelaConserjería.Lasotrasmiserias,ladelpoeta,ladelartista,ladelcomediante,ladelmúsico,sevenalegradasporlajovialidadpropiadelasartes,porladespreocupacióndelabohemia,queesloqueprimeroseconoceyque llevaa las tebaidasdelgenio.Peroestosdosatuendosnegrosquevanapie,llevadospordosprofesionesparalascualeselmundonoesmásqueunallaga,alasquelahumanidadsólomuestrasusaspectosvergonzosos;estosdoshombres,ensusduroscomienzos, tienenexpresionessiniestras,provocantes,enlasquelaambiciónyelodioconcentradosasomanaunamiradaparecidaalosprimeroschisporroteosdeunconatode incendio.Cuandodosamigosde

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colegioseencuentran,aveinteañosdedistancia,elricoevitaasucamaradapobre,no leconoce, seasustade losabismosqueeldestinohapuestoentreellos.Elunoharecorridolavidacabalgandolosbriososcaballosdelafortunaosobrelasdoradasnubesdeléxito;elotrohacaminadoporelsubsuelodelassentinas parisientes y lleva sobre sí este estigma. ¡Cuántos antiguos amigosesquivabanaldoctoralverelaspectodesulevitaydesuchaleco!

AhoraesfácildecomprendercómoeldoctorPoulainhabíadesempeñadotanbiensupapelenlacomediadelagravedaddelaCibot.Todaslascodicias,todas lasambiciones, seadivinan.Alnoencontrarninguna lesiónenningúnórgano de la portera, al admirarse de la regularidad de su pulso, la perfectaligerezadesusmovimientos,yaloírlaponerelgritoenelcielo,comprendióqueteníainterésenhacersepasarpormoribunda.Comolarápidacuracióndeuna enfermedad fingida haría que se hablase de él en el distrito, exageró lasupuestaquebraduradelaCibot,ydijoquetodoseresolveríaatajandoelmala tiempo.Aplicóa laporteraunospretendidosmedicamentosy lasometióaunafantásticaoperación,todolocualseviocoronadoconplenoéxito.Buscóenel arsenalde las curaciones extraordinariasdeDespleinuncaso singular,atribuyómodestamenteeléxitoalgrancirujanoysecontentócondeclararsesu imitador. Así son las audacias de los principiantes en París; todos losmediosdemedrar lesparecenbuenos;perocomohasta losbarrotesdeestasescaleras se gastan, los principiantes de cada profesión ya no saben dóndeapoyarelpieparaauparseunpocomásydestacar.Cadavezmás,elparisiensees refractario al éxito.Cansado de elevar pedestales, se enfurruña como losniñosmimados, y ya no quieremás ídolos; o, para decir la verdad, a vecesfaltanpersonasde talentoquesuscitensuentusiasmo.Lagangadedondeseextrae el genio también tiene sus huecos; entonces el parisiense se haceesquivo,nosiemprequieredoraroadoraralasmedianías.

XLIII

Aquiensabeesperar,todolesalebien

Alentrarconsubrusquedadhabitual,laseñoraCibotsorprendióaldoctorsentadoalamesaconsuancianamadre,comiendounaensaladadecolleja,lamásbaratadetodaslasensaladas,ysinmáspostrequeunpequeñopedazodequesodeBrie,entreunplatonomuybienprovistodefrutossecosenelqueseveían también muchos escobajos uvas y un plato de vulgares manzanas debarco.

—Puede usted quedarse,madre—dijo elmedico, reteniendo a la señoraPoulainporelbrazo—;eslaseñoraCibotdequienyalehehablado.

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—¿Cómoestáusté,señora?Muyagradecida—dijolaCibot,aceptandolasillaqueletendíaeldoctor—.¿Demodoqueessumadre?Debesermuyfelizteniendounhijocontantotalento;porquehasidomisalvador,señora,mehasalvadodelamuerte.

LaviudaPoulainencontróencantadoraa la señoraCibot,aloírlaelogiarasíasuhijo.

—MiqueridoseñorPoulain,sóloveníaparadecirleque,entrenosotros,elpobreseñorPonsvamuymal,yquequisierahablarlerespectoaél…

—Pasemosalsalón—dijoeldoctorPoulain,señalandoalacriadaconungestosignificativo.

Unavezenelsalón,laCibotexplicólargamentesusituaciónencasadelosdoscascanueces,repitió,embelleciéndola,lahistoriadesupréstamo,yrefiriólosinmensosfavoresquedesdehaciadiezañoshabíahechoalosseñoresPonsySchmucke.Segúnella, losdosancianosyanoexistirían,denoserporsuscuidadosmaternales.

Se pintó a sí misma como un ángel, y dijo tantas mentiras regadas conlágrimas,queacabóemocionandoalaseñoraPoulain.

—Usté ya comprenderá, querido doctor —dijo para terminar— que yodeberíasaberaquéatenermesobreloqueelseñorPonspiensahacerpormíen caso de quemuriese, lo cual es lo último que deseo, porque, sepa usté,señora,quecuidaraestasdosalmasdeDios,estodamivida;perosiunodelosdosmefalta,yocuidaréalotro.Lanaturalezamehahechoparaserrivalde lamaternidá.Sin teneralguiendequiencuidarme,alguienaquienpuedaconsiderarcomounhijo,noséqué ibaaserdemí…Oseaque, siel señorPoulain quisiese, podría hacerme un favor, que yo sabría agradecerle… Sihablase demí al señor Pons… ¡Diosmío! ¡Mil francos de renta vintalicia!¿Ustedes creen que es mucho lo que pido? Al fin y al cabo todo sería enbeneficiodelseñorSchmucke…porque,nuestroqueridoenfermomehadichoquemeconfiaríaaesteprobrealemán,aquien,por lovisto,piensahacersuheredero… Pero ¿qué va a hacer un hombre que es incapaz de decir dospalabras seguidas en nuestra lengua, y que, además, es capaz de irse aAlemaniaconladesesperaciónquetendráporlamuertedesuamigo…?

—MiqueridaseñoraCibot—respondióeldoctormuyserio—,estaclasede asuntos no conciernen en absoluto a los médicos y se me prohibiría elejercicio de mi profesión si se supiera que me he mezclado en lasdisposicionestestamentariasdeunodemisclientes.Laleynopermitequeunmédicoacepteunlegadodesuenfermo…

—¡Quéleymástonta!Porque,¿quémeimpidequeyocompartaconustéloqueherede?—respondióinmediatamentelaCibot.

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—Másaún—dijoeldoctor—,miconcienciademédicomeprohíbehablaralseñorPonsdesumuerte.Enprimerlugar,noestálasuficientementegravecomo para hacerlo; en segundo, el que yo le hablara así le produciría unaimpresión que podría causarle verdadero perjuicio, y convertir enmortal suenfermedad…

—Pues yo—excamó laCibot—no tengo ningúnmiramiento en decirlequedejeenordensusasuntos,ynoparecequeesto lehagaempeorar…¡Yaestáacostumbradoalaidea!Notengausténingúnmiedo.

—Noinsistamás,miqueridaseñoraCibot…Estascosasnopertenecenaldominiodelamedicina,sinoqueconciernenalosnotarios…

—Pero,miqueridoseñorPoulain,sielseñorPonslepreguntaseporpropiainiciativa, cuál es su verdadero estado, y si no haría bien en tomar susprecauciones,entonces,¿senegaríaustéadecirlequepararecobrarlasaludesuna cosa excelente dejarlo todo bien atado…?Y luego podría usté darle untoquecitoenfavormío…

—¡Ah!Simehabladehacertestamento,yonovoyadisuadirle—dijoeldoctorPoulain.

—¡Bueno,puesestoesloqueyoqueríaoírdeusté!—exclamólaseñoraCibot—. Yo venía a agradecerle sus atenciones —añadió deslizando en lamanodeldoctorunpapelqueconteníatresmonedasdeoro—.Estodoloquepuedohacerporelmomento.¡Ah,siyofueserica,usté tambiénlosería,miqueridoseñorPoulain,ustéquees laviva imagendeDiossobre la tierra…!Señora,tieneustéunángelporhijo…

LaCibotselevantó,laseñoraPoulainlasaludóamablemente,yeldoctorla acompañó hasta el rellano de la escalera. Allí, aquella horrible LadyMacbethcallejera,fuecomoiluminadaporunfulgorinfernal;comprendióqueel médico debía ser su cómplice, desde el momento en que aceptabahonorariosporunafalsaenfermedad.

—Mi buen señor Poulain—dijo—, después de haberme curado cuandotuveel accidente, ¿vaustéanegarsea salvarmede lamiseriadiciendounaspocaspalabras?

Elmédicosediocuentadequehabíadejadoqueeldiablolecogiesedeuncabello,yqueestecabelloseenroscabaenlaimplacablegarraroja.Asustadodeperdersuhonradezpor tanpocacosa,respondióaesta ideadiabólicaporotraideanomenosdiabólica.

—Escuche,mi querida señoraCibot—dijo haciéndola volver a entrar, yllevándola hasta su despacho—, voy a pagarle la deuda de gratitud que hecontraídoconusted,aquiendebomipuestoenelAyuntamiento…

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—Iremosamedias—dijoellavivamente.

—¿Cómodice?—preguntóeldoctor.

—Laherencia—respondiólaportera.

—Ustednomeconoce—replicóeldoctor,haciéndoseelValerioPublícola—.Nohablemosmásdeesto.Tengounamigodelcolegio,unmuchachomuyinteligente,conquienmeuneunabuenaamistad,engranparteporquelavidanos ha deparado lamisma suerte.Mientras yo estudiabamedicina, él hacíaderecho;mientrasyoerainterno,élcopiabadocumentoseneldespachodeunprocurador, maître Couture. Hija de un zapatero, como yo lo soy de uncalzonero,nohaencontradosimpatíasmuyvivasasualrededor,perotampocohaencontrado la fortuna;porque,al finyal cabo, la fortuna sólo seobtieneporsimpatía.Sólopudoabrirbufeteenprovincias,enMantes…Y,claro,losprovincianosnosabenapreciarlasinteligenciasparisienses,ymiamigosehavistoenvueltoenmilembrollos…

—¡Quécanallas!—exclamólaCibot.

—Sí —siguió diciendo el doctor—, porque se coaligaron contra él, demodoquesevioobligadoarevendersubufeteporhechosalosquesesupodarlaaparienciadequetodalaculpaerasuya;elfiscalsemezclóenelasunto;y como estemagistrado era de allí, tomó parte por la gente del pueblo. Elpobremuchacho,quesellamaFraisier,todavíamássecoyraídoqueyo,viveen una casa como la mía, se ha refugiado en nuestro distrito, donde se vereducido a pleitear, porque es abogado, ante el juez de paz y el tribunalordinariodepolicía.Vivecercadeaquí,enlacalledelaPerle.Vayaalnúmeronueve, suba tres pisos y en el rellano ya verá impreso en letras de oro:BUFETE DEL SR. FRAISIER, en un pequeño rectángulo de tafilete rojo.Fraisier se ocupa especialmente de los asuntos contenciosos de porteros,obrerosytodoslospobresdenuestrodistritoapreciosmódicos.Esunhombrehonrado, porque no necesito decirle que, con sus posibilidades, si fuese ungranujayairíaencoche.YoveréamiamigoFraisierestatarde.Ustedvayaaverle mañana a primera hora; él conoce al señor Louchard, el alguacil deltribunaldecomercio,alseñorTabereau,elescribanodeljuezdepaz,alseñorVitel,eljuezdepaz,yalseñorTrognon,elnotario;yaestáintroducidoconlaspersonas más importantes del barrio; si acepta encargarse de defender susintereses,siustedlograqueseaelconsejerodelseñorPons,yavequetendráenélaunotroyo.Ahorabien,noleproponga,comoamí,compromisosquelesionan el honor; él es inteligente y estoy seguro de que se entenderán; encuanto a la cuestión de gratificar sus servicios, yo me presto a ser elintermediariodeusted…

LaseñoraCibotmirómaliciosamentealdoctor.

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—¿No es elmismo abogado—preguntó—que ha resuelto el caso de lamerceradelacalleVieille-du-Temple,laseñoraFlorimondquesevioenaquelmalpasoporelasuntodelaherenciadeaquelamigosuyo…?

—Elmismo—dijoeldoctor.

—¡Qué escándalo! ¿Verdá? —exclamó la Cibot—; después de haberconseguidodosmilfrancosderenta,sehanegadoacasarseconél,queesloque le pedía como pago, y me han dicho que ha creído saldar la deudaregalándosedocecamisasdeteladeHolandayveinticuatropañuelos,enfin,todounajuar.

—MiqueridaseñoraCibot—dijoeldoctor—,elajuarvalíamilfrancos,yFraisier,queentoncesempezabaenelbarrio,lonecesitaba.Además,ellapagóla cuenta de los gastos sin rechistar… Este caso ha proporcionado otros aFraisier,queahoraesunhombremuyocupado,pero,leocurrelomismoqueamí,nuestrosclientessonporelestilo…

—¡Sólolosjustossufrenenestémundo!—respondiólaportera—.Bueno,adiósygracias,miquerido,señorPoulain.

Yasícomienzaeldramao,sisequiere,laterriblecomediadelamuertedeun solterón, entregado por la fuerza de las circunstancias a la rapacidad deunosserescodiciososquesearracimanalpiedesulecho,yqueenestecasotuvieronporauxiliareslapasiónmásintensa,ladeuninsaciablecoleccionistadecuadros; laavidezdeFraisier,que,vistoensucubil,haráestremecerseallector;ylacodiciadeunauvernéscapazdetodo,inclusodeuncrimen,parahacerseuncapital.Estacomedia,alaqueestapartedelrelatosirveenciertomodo de prólogo, tiene por actores a todos los personajes que hasta estemomentohanocupadolaescena.

XLIV

Unhombre,deleyes

El envilecimiento de las palabras es una de estas singularidades de lascostumbres, que para ser explicadas requerirían volúmenes enteros. Siescribimosaunprocuradorllamándolehombredeleyes,lehabremosofendidotanto comoofenderíamos aun comerciantedeultramarinos al pormayor, sinosdirigiéramosaélporcarta llamándole:«Señor tal, tendero».Unnúmerobastanteconsiderabledegentedemundo,quedeberíanconocer,porqueaquíreside toda su ciencia, estos delicados matices del savoir-vivre, todavíaignoranqueladenominaciónhombredeletraseslapeordelasinjuriasquesepuedanhaceraunescritor.Lapalabra«Monsieur»ofreceelmáximoejemplo

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delavidaydelamuertedelaspalabras.MonsieurquieredecirMonseigneur.Estetítulo,antañotanconsiderable,quehoyendíasereservaalosreyesporla transformación de sieur en sire, se da a todo el mundo; y sin embargo,messire,quenoesmásqueeldobledelapalabramonsieur,ysuequivalente,suscitaartículosenlosperiódicosrepublicanoscuandoporcasualidadapareceen una esquela mortuoria. Magistrados, consejeros, jurisconsultos, jueces,abogados, oficiales ministeriales, procuradores, escribanos, abogados,consultores, letrados,pasantesodefensores,son lasvariedadesen lasqueseclasificanlaspersonasqueejercenlajusticiaotrabajanenella.Lodosúltimospeldaños de esta escala son el alguacil y el hombre de leyes. El alguacil,vulgarmente llamado esbirro, sólo accidentalmente está al servicio de lajusticia,ysumisiónnoesotraqueladehacerquesecumplanlassentencias;en los pleitos civiles no es más que un verdugo de ocasión. En cuanto al«hombredeleyes»eslamayorinjuriaquepuedehacersealaprofesión.Esalajusticialoqueel«hombredeletras»esalaliteratura.EnFrancia,entodaslas profesiones, la rivalidad que las devora ha encontrado términosdenigratorios.Cadacarreratienesuinsulto.Elmenosprecioqueseacumulaenpalabras comohombre de letras y hombre de leyes no pasa al plural. Sueledecirse, sin ofender a nadie, gente de letras o gente de leyes. Pero en Parístodaslasprofesionestienensusresiduos,esosindividuosquehacendescendersu carrera hasta ponerla al nivel de la calle, del pueblo. Y es así como elhombre de leyes, el modesto picapleitos, existe todavía en ciertos barrios,comoaúnexisteenlaHalleelpréstamoalasemana,queesalaaltabancaloquemaîtreFraisier era a losprocuradores. ¡Es curioso!Lagentedel pueblotienemiedoalosoficialesministeriales,comotienemiedoalosrestaurantesalamoda. Se dirigen a los insignificantes picapleitos, como van a beber a lataberna.Lanivelacióneslaleygeneraldelasdiferentesesferassociales.Sólolosseresexcepcionalesprefierenescalarlascumbresynoseturbanviéndoseen presencia de sus superiores y se hacen un lugar, como Beaumarchaiscuando dejó caer el reloj de un gran señor que intentaba humillarle; perotambiénlosadvenedizos,sobretodolosquesabenhacerolvidarsusorígenes,sonexcepcionesgrandiosas.

Aldíasiguiente,alasseisdelamañana,laseñoraCibotcontemplabaenlacalledelaPerlelacasadondevivíasufuturoconsejero,sieurFraisier,hombredeleyes.Eraunadeesasviejascasashabitadaspor lapequeñaburguesíadeantaño.Teníalaentradaporunpasadizo.Laplantabaja,ocupadaenparteporlacasetadelporteroyporlatiendadeunebanista,cuyostalleresyalmaceneshabíaninvadidounpequeñopatiointerior,sehallabadivididaporelpasadizoypor la caja de la escalera, que el salitre y la humedaddevoraban.La casaparecíaatacadadelepra.

LaseñoraCibotsedirigióderechamentehacialaporteríayallíencontróaunzapaterocomoCibotque,consumujerydosniñospequeños,sealojabaen

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un espacio de diez pies cuadrados, con luz que venía del pequeño patiointerior.Entrelasdosmujeresnotardóenreinarlamásperfectaarmonía,unavez laCibot hubo declarado su profesión, dado su nombre y hablado de sucasadelacalledeNormandía.Alcabodeuncuartodehora,queemplearonenchismes,yduranteelcuallaporteradelseñorFraisierpreparabalacomidadel zapatero y de los dos niños, la señoraCibot llevó la conversación a losinquilinosyhablódelhombredeleyes.

—Vengoaconsultarleporunosasuntos—dijo—;unamigomío,eldoctorPoulain,meharecomendado.¿ConocenaldoctorPoulain?

—¡Yalocreo!—dijolaporteradelacalledelaPerle—.Salvólavidaaminiñacuandotuvoelgarrotillo.

—También a mí me ha salvado… ¿Qué clase de hombre es el señorFraisier?

—Verá usted —dijo la portera—, es un hombre a quien cuesta muchohacerpagarelfranqueodelascartasafindemes.

EstarespuestabastóalainteligenteCibot.

—Sepuedeserpobreyhonrado—observó.

—Yo también lo creo —replicó la portera de Fraisier—; nosotros nonadamosenoronienplata,ni siquieraencalderilla,peronadiepuededecirquetenemosuncéntimosuyo.

LaCibotsereconocióenestamaneradehablar.

—Enfin—siguió—,puedeunafiarsedeél,¿noesesto?

—¡Ah!,encuantoaeso,heoídodeciralaseñoraFlorimondquecuandoquiereayudaraalguiennotieneigual.

—¿Yporquénosecasóconél—preguntóvivamentelaCibot—yaqueledebíasufortuna?Paraunamodestamerceraquehabíasido laqueridadeunviejo,noestámalcasarseconunabogado.

—¿Porqué?—dijolaportera,arrastrandoalaCibothastaelpasadizo—.Ahoravaasubiraverle,¿verdad?Bueno,puescuandoestéensudespacho,yasabráustedporqué.

XLV

Uninteriorpocorecomendable

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Laescalera,que recibía la luzdeunpequeñopatio, a travésdeventanascorrederas,anunciabaque,exceptoelpropietarioyelseñorFraisier,losdemásinquilinosejercíanoficiosmanuales.Los fangosospeldaños teníancomo lasenseñasdecadaoficio,mostrandoalamiradarecortesdecobre,botonesrotos,restos de gasa o de espartería. Los aprendices de los últimos pisos habíandibujado en las paredes caricaturas obscenas. La última frase de la porterahabía despertado la curiosidad de la señora Cibot, acabando de decidirla aconsultaralamigodeldoctorPoulain,peroreservandoladecisióndeconfiarlesucasohastadespuésdehaberleconocido,segúnfueransusimpresiones.

—Avecesme pregunto cómo es posible que la señora Sauvage aguantetodavía en su casa—dijo a guisa de comentario la portera, que seguía a laseñoraCibot—.Laacompaño—añadió—porquetengoquesubirlalecheyelperiódicoaldueño.

Alllegaralsegundopiso,despuésdelentresuelo,laCibotseencontróanteunapuertaquenopodíatenerpeoraspecto.Lapintura,deunrojodesvaído,sehallaba revestida, en una zona de unos veinte centímetros, de esa capanegruzcaqueseformaconelcontactodelasmanosalcabodeciertotiempo,yque los arquitectos han intentado combatir en los pisos elegantes, aplicandoplacasdevidrioenlapartesuperioreinferiordelascerraduras.Larejilladeesta puerta, obturada por escorias parecidas a las que se inventan en losrestaurantesparaenvejecerbotellasadultas,sóloservíaparahacermereceralapuerta el sobrenombre de puerta de prisión, y además armonizaba con susherreríasenformadetrébol,susenormesgoznes,ylasgruesascabezasdesusclavos.Todoaquellonopodíahabersidoideadomásqueporunavarooporun libelista reñido con elmundo entero. El vertedero, que daba salida a lasaguas residuales, aportaba su parte proporcional de hediondez a la escalera,cuyotechoofrecíaportodaspartesunaespeciedearabescosdibujadosconelhumode lasvelas, ¡yquéarabescos!El cordónde lapuerta, al extremodelcual pendía una mugrienta pera, hizo sonar una campanilla, cuyo sordotintineoevidenciabaunaresquebrajaduraenelmetal.Cadaobjetoeraunrasgomásquesesumabaalaarmoníadeconjuntodeaquelrepugnantecuadro.LaCibotoyóunruidodepasospesadosy la respiraciónasmáticadeunamujercorpulenta,ylaseñoraSauvagesemostró.EraunadeestasviejasintuidasporAdrienBrauwerensusBrujascaminodelaquelarre,unamujerdecincopiesyseispulgadas,derostrosoldadesco,ymuchomásbarbudoqueeldelaCibot,deunagorduraenfermiza,quellevabaunespantosovestidoderuánbarato,lacabeza cubierta con un pañuelo de madrás, además de haberse hecho unastorcidasconlosimpresosquerecibíagratuitamentesuamo,yllevandoenlasorejasunaespeciederuedasdecochedeoro.Estecancerberohembrallevabaen lamanouncazodehojalata, abollado, cuya lechevertida añadíaunolormásalaescalera,queapenassenotaba,apesardesuacritudnauseabunda.

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—¿Quédesealasiñora?—preguntólaseñoraSauvage.

Y, con aire amenazador, dirigió a laCibot, a la que sin duda encontrabademasiadobienvestida,unamiradaasesina,queloparecíamásdadoquesusojosestabansiempreinyectadosensangre.

—VengoaveralseñorFraisierdepartedesuamigoeldoctorPoulain.

—Entre usted, siñora —respondió la Sauvage con una inesperadaamabilidadquedemostrabaqueyalehabíanprevenidodeestavisitamatinal.

Ydespuésdehacerunareverenciadeteatro,lahombrunacriadadelseñorFraisierabrióbruscamentelapuertadeldespachoquedabaalacalle,yenlaque se hallaba el antiguo procurador de Mantes. El despacho eraabsolutamenteigualaesosmodestosestudiosdeescribanodetercerordenenquelosclasificadoressondemaderaennegrecida,losarchivostanviejosquellevanbarba,alestilode loseclesiásticos,enque loscordonesrojoscuelgande un modo lamentable, en que los cartapacios sufren la acometida de losratones,yenqueelsueloestágrisdepolvoyeltechoamarillentodehumo.Elespejodelachimeneaestabaenturbiado;sobreloscaballetesdehierrocoladose apoyaba un leñobarato; el reloj de pared, demarqueteríamoderna, valíasesenta francos, y había sido comprado en cualquier subasta pública, y loscandelabros que lo escoltaban eran de cinc, aunque afectaban con muchatorpezaformasrococó,y lapintura,agrietadaporvariossitios,dejabaverelmetal.ElseñorFraisier,unhombrecilloresecoydeaspectoenfermizo,conlacara enrojecida, cuyos granos delataban una sangre muy viciada, pero queademás se rascaba continuamente el brazo derecho, y cuya peluca, muyechada hacia atrás, dejaba ver un cráneo color ladrillo y una expresiónsiniestra,selevantódelsillónderejillaenelquesesentabasobreunredondelde tafilete verde. Adoptó un aire agradable y una voz aflautada para decir,tendiendounasilla:

—EslaseñoraCibot,¿verdad?

—Sí,señor—respondiólaporteraqueperdiósuhabitualaplomo.

LaseñoraCibotquedóasustadaporestavozquerecordabaelsonidodelacampanillayporlamiradaaúnmásverdequelosojosverdososdesufuturoconsejero.EldespachoestabatandeacuerdoconFraisier,queelairequeserespirabaparecíapestilencial.LaseñoraCibotcomprendióentoncesporquélaseñoraFlorimondnohabíaqueridoconvertirseenlaseñoraFraisier.

—Miqueridaseñora,Poulainmehahabladodeusted—dijoelhombredeleyes con esta voz de falsete que suele llamarse vocecilla, pero que seguíasiendoagriacomounvinodelpaís.

Elabogadointentóarroparsetapándoselashuesudasrodillas,cubiertasde

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unmuletónextraordinariamenteraído,conlosdosfaldonesdeunaviejabatade calicó estampado, cuyaguata se tomaba la libertadde asomarpor variosdescosidos, pero el peso de esta guata arrastraba a los faldones y dejaba aldescubierto un jubón de franela ya negruzca. Después de haberse apretado,conunciertoaireimpertinente,loscordonesdeestabatarefractariaadelinearsutalledeavispa,Fraisierreuniódeungolpedetenacillasdostizonesqueseevitabanhacía ratocomodoshermanosenemigos.Luego,súbitamente,se leocurrióunaideayselevantó:

—¡SeñoraSauvage!—gritó.

—¿Sí?

—Noestoyparanadie.

—Ya lo sé, hombre, ya lo sé—respondió aquelmarimacho con voz detrueno.

—Habíasidominodriza—dijoelhombredeleyesconaireconfusoa laCibot.

—Debíatenerlechedecoco—replicólaantiguaheroínadelMercado.

Fraisier rió el juego de palabras y echó el cerrojo para que la criada novinieseainterrumpirlasconfidenciasdelaCibot.

—Bueno, señora, explíqueme su caso—dijo sentándose e intentando denuevo volver a arroparse en su bata—. Una persona que me ha sidorecomendada por el único amigo que tengo en el mundo, puede contarconmigo…loquesediceentodoyportodo…

LaseñoraCibothablódurantemediahorasinqueelabogadosepermitiesela menor interrupción; tenía el aire curioso de un soldado bisoño oyendohablaraunveterano.Estesilencioy lasumisióndeFraisier, laatenciónqueparecíaprestaraestacatarataverbal,delaqueyasehadadoalgunasmuestrasenlasescenasentrelaCibotyelpobrePons,hicieronabandonaralaporteraalgunas de sus prevenciones que acababan de inspirarle tantos detallesinnobles.

XLVI

Consultanogratuita

Cuando la Cibot dejó de hablar y esperaba un consejo, el hombrecillo,cuyos ojos verdes con puntos negros habían estado estudiando a la futuracliente,sevioacometidodeunaccesodetosconvulsivaytuvoquerecurrira

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untazóndelozamediollenodeunainfusióndehierbasquevació.

—DenoserporPoulain,yoyahabríamuerto,miqueridaseñoraCibot—dijoFraisierrespondiendoalasmiradasmaternalesqueledirigíalaportera—;peroélmedevolverálasalud…

Parecíahaberolvidadoyalasconfidenciasdesucliente,quiensedisponíaaabandonaraunmoribundocomoaquél.

—Señora,encuestionesdeherencias,antesdedarniunsolopaso,hayquesaber dos cosas —siguió diciendo el antiguo procurador de Mantes,poniéndosemuyserio—.Enprimerlugar,silaherenciavalelapenaquenosocupemos del caso, y, en segundo, cuáles son los herederos; porque, si laherenciaeselbotín,losherederossonelenemigo.

LaCibothablódeRémonencqydeÉlieMagus,ydijoqueaquelpardeastutos comerciantes evaluaban la colección de cuadros en seiscientos milfrancos.

—¿Estándispuestosaquedárselaporesteprecio…?—preguntóelantiguoprocuradordeMantes—;porque,veráusted,señora,loshombresdenegociosnocreenenloscuadrosUncuadropuedevalercuarentasueldosdetelaocienmil francosdepintura.Ahorabien, loscuadrosdecienmil francossonmuyconocidos, y ¡qué errores se cometen al valorarlos, incluso con los máscélebres! Un financiero muy conocido, cuya colección era muy elogiada,visitada, e incluso grabada (¡grabada!) pasaba por haber gastadomillones…Un buen día se muere, como todo el mundo; pues bien, sus valiosísimoscuadrosnohandadomásquedoscientosmilfrancos…Tendríaquehablarconestosseñores…Pasemosalosherederos.

Y Fraisier volvió a adoptar su actitud de oyente. Al oír el nombre delpresidente Camusot inclinó la cabeza e hizo una mueca que llamópoderosamentelaatencióndelaCibot;intentóleerensufrente,enestaatrozfisonomía,peroelrostroqueteníadelanteeraimpenetrable.

—Sí,sí—repitiólaCibot—,miseñorPonsesprimodirectodelpresidenteCamusot de Marville, me machaca su parentesco diez veces por día. LaprimeramujerdelseñorCamusot,elsedero…

—QueacabadesernombradopardeFrancia…

—EraunaPons,primahermanadelseñorPons.

—Sonprimossegundos…

—Yanosonnada,sehanpeleado.

ElseñorCamusotdeMarville,habíasidodurantecincoañospresidentedeltribunal de Mantes, antes de ser trasladado a París. No sólo había dejado

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recuerdosallí,sinoque inclusoconservabarelacionesenaquel lugar;yaquesusucesor,eljuezconelquehabíatenidomásamistaddurantesuestanciaenMantes,era todavíapresidentedel tribunal,ypor lo tantoconocíaa fondoaFraisier.

—¿Sabeusted—dijo,cuandolaCibothubocerradolasrojascompuertasdesubocatorrencial—,sabeustedquevaatenerporenemigonúmerounoaunhombrequepuedeenviargentealpatíbulo?

Laporteradiounsaltoensusillaquerecordabaesascajasdejuguetedelasqueasomainesperadamenteunamuñeca.

—Cálmese, mi querida señora Cibot—siguió diciendo Fraisier—. NadamásnaturalqueustedignoreloquesignificaserpresidentedelaCámaradeAcusacionesdelTribunalRealdeParís,peroloquesídeberíaustedsaberessielseñorPonstieneunherederolegalnatural;elseñorpresidentedeMarvilleeselúnicoherederodelenfermodeusted,peroloescolateralentercergrado;oseaqueelseñorPons,segúnlaley,puedehacerloquequieradesufortuna.Ustedignoratambiénquelahijadelseñorpresidentesehacasado,desdehacealmenos seis semanas, con el primogénito del señor conde Popinot, par deFrancia,exministrodeAgriculturaydeComercio,unode loshombresmásinfluyentesdelapolíticaactual.Porestaalianza,elpresidenteesaúnmuchomáspoderosoquecomosoberanodelasaladeloCriminal.

LaCibotseestremeciódenuevoaloírestapalabra.

—Sí, él es quienpuede enviarnos allí—siguiódiciendoFraisier—. ¡Ah,miqueridaseñoraCibot,ustednosabeloqueesunatogaroja!¡Yabastacontenerunasimpletoganegracontrauno!Simeveustedaquíarruinado,calvo,moribundo…puesbien,esporhabermeenfrentado,sinsaberlo,conunsimplefiscalillodeprovincias.Meobligaronamalvendermiestudio,yaúndebodarlasgraciasdehaberpodidosalirtanbienlibrado,sóloconperdermifortuna.Si hubiera querido resistir, hubiese debido renunciar a mi profesión deabogado. Pero lo que usted ignora también es que, si sólo se tratase delpresidenteCamusot, lacosanosería tangrave;peroesque, sepausted,quehayporenmediounamujer…Ysiseencontraracaraacaraconestamujer,temblaría usted como si se viese en el primer escalón del patíbulo, se leerizarían los cabellos. La presidenta es vengativa hasta el punto de esperardiezañosparahacerlecaerenunatrampafatalparaeladversario.Ymanejaasumaridocomounniñoasupeonza.Ellafuelaresponsabledelsuicidio,enlaConserjería,deunjovendegrandesprendas;ellahahechomásblancaquelanieve la reputación de un conde que se hallaba acusado de falsificación; haestado a punto de hacer declarar la incapacidad de uno de losmás grandesseñoresdelacortedeCarlosX;yfinalmente,hasidoellaquienhaprovocadolacaídadelprocuradorgeneral,elseñordeGranville…

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—QuevivíaenlaVieille-rue-du-Temple,esquinaalacalleSaint-François,¿noeseso?—dijolaCibot.

—Exactamente. Se dice que quiere que su marido llegue a ministro deJusticia,yyonosésivaaconseguirloquesepropone…SiseempeñaraenenviarnosalosdosalasaladeloCriminalyapresidio,yo,quesoyinocentecomounreciénnacido,tomaríaunpasaporteymeiríaalosEstadosUnidos…Sémuybienloqueeslajusticia.Perohaymás,miqueridaseñoraCibot;parapodercasarasuhijaúnicaconeljovenvizcondePopinot,que,segúnsedice,seráelherederodelpropietariodeusted,elseñorPillerault,lapresidentasehadesprendidodetodasufortuna,hastaelpuntodeque,enestosmomentos,elpresidente y su esposa, se ven obligados a vivir sólo con la paga quecorrespondeasucargo.Y¿creeusted,miqueridaseñoraCibot,queenesascircunstanciaslapresidentavaadejarescaparlaherenciadelseñorPons?Pormiparle,yopreferiríatenerdelanteuncañóncargadoconmetralla,quesaberqueunamujercomoéstaestácontramí.

—Perosiestánpeleados—dijolaCibot.

—¿Y eso qué importa? —dijo Fraisier—. Razón de más. Matar a unparientedequiensetienenagravios,yaesmucho,peroademásheredardeél¡vayaplacer!

—Peroesqueelpobrehombresientehorrorporsusherederos;merepitecadadíaqueestagente,ahorameacuerdodelosnombres,elseñorCardot,elseñorBerthier,etc.,lehandestrozadocomolaruedadeuncarroaplastaaunhuevo.

—¿Yquiereustedseguirsumismasuerte?

—¡Diosmío,Diosmío!—exclamólaportera—.LaseñoraFontaineteníarazóncuandomedecíaqueencontraríaobstáculos;peromehadichoqueyomesaldríaconlamía…

—Escúcheme,miqueridaseñoraCibot…Queustedsaquedeesteasuntounos treinta mil francos, es posible; pero no piense usted en la herencia…AyertardeestuvimoshablandoconeldoctorPoulaindeustedydesucaso…

Aloíresto,laseñoraCibotvolvióadarunrespingo.

—¿Quéleocurre?

—Pero, entonces, si ya conocía todo el asunto, ¿por qué me ha dejadohablarcomounacotorra?

—SeñoraCibot,yoconocíasucaso,peronosabíanadadelaseñoraCibot.Cadaclienteesunmododeserdistinto.

La señora Cibot dirigió a su futuro consejero una singular mirada que

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revelabatodasudesconfianza,yqueFraisiersupointerpretardebidamente.

XLVII

LasastuciasdeFraisier

Comoibadiciendo—siguióFraisier—.NuestroamigoPoulain,graciasausted, se halla en contacto con el señor Pillerault, que es tío segundo de laseñoracondesaPopinot;laintervencióndeustedenesteasunto,esunodelosmotivos de mi interés por su caso. Poulain visita al propietario de su casa(¡fíjesebienenesto!)cadaquincedías,yporélhasabidotodosestosdetalles.Esteantiguonegociantefueinvitadoalabodadesusobrinosegundo(porqueesuntíodelquesepuedeheredar,yaquetienequincemilfrancosderenta;yhace quince años que vive comounmonje, y apenas gastamil escudos poraño…),ylehacontadoaPoulaintodoelasuntodelaboda.Pareceserqueelmotivodetodaestagrescahasidoprecisamenteesteinfelizdemúsico,quehaquerido deshonrar, para vengarse, a la familia del presidente. Para ser justohayqueoíra lasdospartes.Elenfermodeusteddicequees inocente,perotodoelmundoleconsideraunmonstruo…

—¡Nome extrañaría nada que lo fuese!—exclamó laCibot—.Figúreseustéquehacemásdediezañosquevoyenterrandodineroensucasa,yéllosabe, lehedado todosmisahorros,ynoquiereponermeenel testamento…No, no, no quiere, es testarudo como una acémila…Hace diez días que lehablodelasunto,yelmuygranujasindecirnimu…Niabrir laboca,ymemiraconunaire…LomásquemehadichoesquemerecomendaríaalseñorSchmucke.

—¿OseaquepiensahacertestamentoenfavordeSchmucke?

—Selodejarátodo…

—Escúcheme, señoraCibot, paraqueyopudierahacermeuna idea claradel caso, para poder trazar un plan, sería preciso que conociese al señorSchmucke,queviese losobjetosquecomponen laherencia,que tuvieseunaentrevistaconestejudíodequienmehablausted,yentoncesdéjemequeyoladirija…

—Bueno,yaveremos,señorFraisier…

—¿Cómoqueyaveremos?—dijoFraisier,envolviendoalaCibotenunamiradaviperinayhablandoconsuvoznatural—.Veamos,veamos.¿Soysuconsejeroonolosoy?Dejemoslascosasclaras.

LaCibotsediocuentadequehabíanadivinadosusintenciones,ysintióun

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escalofríoenlaespalda.

—Usté tiene todamiconfianza—respondió,viéndosea lamerceddeuntigre.

—Nosotros,losabogados,estamosacostumbradosaquenuestrosclientesnostraicionen.Piensebienencualessuposición:nopuedesermejor.Sisiguemisconsejospuntoporpunto,yolegarantizoquetendrádetreintaacuarentamil francos de esta herencia… Pero piense que este panorama tan seductortambiéntieneelreversodelamedalla.Supongaquelapresidentaseenteradeque la herencia del señor Pons vale un millón y que usted quiere sacartajada…porque siempre hay ciertas personas que se encargan de decir estaclasedecosas…—añadiócomoentreparéntesis.

Este paréntesis, abierto y cerrado por dos pausas, hizo estremecer a laCibot,quiénpensóinmediatamentequeFraisierseencargaríadedenunciarla.

—Mi querida cliente, en diez minutos se conseguiría que el bueno delseñor Pillerault les echara de la portería, y se les daría dos horas paradesalojarla…

—¡Y a mí qué! —dijo la Cibot, irguiéndose como una Belona—. Yoseguiríaencasadeestosseñorescomosumujerdeconfianza.

—En este caso se le tendería una trampa, y un buen día se despertaríanustedysumaridoenuncalabozo,yacusadosdeundelitogravísimo…

—¡Yo!—casi gritó laCibot—. ¡Yo, que no le he quitado a naide ni tanensiquiera un céntimo! ¿Yo…? ¿Yo…? —durante los cinco minutos queestuvohablando,Fraisierestudiabaaestagranartistaejecutandosuconciertodeelogiosdesímisma.Fríoyburlón,sumiradaatravesabaalaCibotcomounestilete,sereíapordentroysusecapelucaseagitaba.EraRobespierreenlostiemposenqueesteSilafrancéscomponíacuartetos.

—Pero¿cómo?¿Yporqué?¿Conquépretexto?—preguntóporfin.

—¿Quiereustedsabercómopodríaterminarenlaguillotina?

LaCibotsepusopálidacomounamuerta,yestafrasecayósobresucuellocomolacuchilladelaley.

MiróaFraisierconojosextraviados.

—Escúcheme bien, amiga mía —siguió diciendo Fraisier mientrasreprimíaunmovimientodesatisfacciónproducidoporelespantodesucliente.

—Preferiríadejarlocorrertodo…—dijoenunmurmullolaCibot.

Ysedispusoalevantarse.

—Nosemueva,porfavor,espreferiblequesepaelpeligroquecorre;es

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mideberinformarledelasituación—dijoimperiosamenteFraisier—.ElseñorPillerault lesechade laportería,enestonohayduda¿verdad?Ustedpasaaserlacriadadeestosdosseñoresperfectamente.Esunadeclaracióndeguerraentrelapresidentayusted.Ustedestádispuestaatodoparaquedarseconestaherencia,ysacarlamayortajadaposible…

LaCibothizoungesto.

—Yono la censuro, no es éstemi papel—dijo Fraisier respondiendo algestodesucliente—.Estaempresaesunabatallaquevaallevarlemáslejosdeloqueustedpiensa.Unosedejallevarporsuidea,ysejuegaeltodoporeltodo…

OtrogestodenegativaporpartedelaCibot,quevolvíaaengallarse.

—¡Vamos, vamos,miquerida amiga!—siguiódiciendoFraisier conunahorriblefamiliaridad—.Ustedestaríadispuestaairmuylejos…

—¡Pero,bueno!¿Esquemetomaporunaladrona?

—¡PorDios,miqueridaamiga!UstedtieneunrecibodelseñorSchmuckeque le ha costado bien poco… Mi apreciada señora, usted está aquíconfesándose…No engañe a su confesor, sobre todo cuando este confesortienelafacultaddeleerensucorazón…

LaCibotquedóasustadadelaperspicaciadeaquelhombre,ycomprendióelmotivodelaprofundaatenciónconquelahabíaescuchado.

—Puesbien—siguióFraisier—,comocomprenderá,lapresidentanovaadejarseadelantarporustedenestacarreratraslaherencia…Haráquelasigan,que la espíen…Usted conseguirá figurar en el testamento del señorPons…Perfecto.Unbuendíallegalajusticia,analizaunatisanayencuentraarsénicoenelfondodelataza;ustedysumaridosondetenidos,juzgados,condenadoscomohabiendoqueridomataralseñorPonsconelfindecobrarsuherencia…YohedefendidoenVersallesaunapobremujerqueerataninocentecomoloseríaustedenestecaso;elcasoseplanteabacomoyoselohedescrito,ytodoloquepudehacerfuesalvarlelavida.Lainfelizfuecondenadaaveinteañosdetrabajosforzados,yestácumpliendolasentenciaenSaintLazare.

ElespantodelaCibotnotuvolímites.Palidecióprofundamentemientrascontemplaba a aquel hombrecillo descarnado y de ojos verdosos, como lapobre morisca acusada de fidelidad a su religión debía contemplar alinquisidorenelmomentoenqueoíaqueéstelacondenabaalahoguera.

—Entonces, dice usté, señor Fraisier, que, dejándole hacer, confiándolemisintereses,podréteneralgosintemernada…

—Yo le garantizo treinta mil francos —dijo Fraisier, como un hombreplenamentesegurodeloquedecía.

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—Enfin,yasabeustéloqueyoquieroaldoctorPoulain—dijoellaconsuvozmásuntuosa—,esélquienmehadichoquevinieraaverle,ynocreoqueun hombre tan bueno como él me enviase aquí para hacerme oír que seríaguillotinadaporenvenenadora…

Y rompió a llorar, tal era el horror que le había producido la idea de laguillotina;susnerviosestabandesequilibrados,elterrorleoprimíaelcorazónyestabaapuntodeperderlacabeza.Fraisiergozabadesutriunfo.Aladvertirlasvacilacionesdesucliente,habíavistoqueseleescapabaelasunto,yhabíaquerido domar a la Cibot, asustarla, dejarla paralizada de miedo, tenerlatotalmenteasumerced.Laportera,quehabíaentradoenaqueldespachocomounamosca que va a arrojarse enmedio de una tela de araña, debía quedarprisioneraenlared,yservirdepastoalaambicióndeaqueloscurohombredeleyes.Fraisier esperaba lograr con aquel caso la tranquilidadde suvejez, eldesahogo,lafelicidad,laconsideraciónsocial.Lanocheantes,todohabíasidominuciosamente estudiado, cuidadosamente analizado, como una lupa, entrePoulain y él. El doctor había descrito Schmucke a su amigo Fraisier, y susdespiertas inteligencias habían sondeado todas las hipótesis, examinado lasoportunidades y los peligros. Fraisier, dejándose llevar por el entusiasmo,había exclamado: «¡Ésta será la fortuna de los dos!». Y había prometido aPoulainunpuestodemédicojefedehospitalenParís,ysehabíaprometidoasímismollegaraserjuezdepazdeldistrito.

¡Serjuezdepaz!Paraunhombrellenodeambiciones,doctorenderechoysinuncéntimo,éstaeraunaquimerataninasequiblequepensabaenellocomolos abogados-diputados piensan en la toga de la magistratura y los curasitalianos en la tiara. ¡Un sueño! El juez de paz, el señor Vitel, ante quienpleiteabaFraisier,eraunancianodesesentaynueveaños,desaludbastantedelicada,quehablabayade jubilarse,yFraisierhablabade ser su sucesoraPoulain, como Poulain le hablaba de una rica heredera con la que debíacasarsedespuésdehaberlesalvadolavida.NopuedellegaraconcebirsequéambicionesdespiertandeterminadospuestosconresidenciaenParís.VivirenParísesundeseouniversal.Cuandounaexpendeduríade tabacoode sellosquedavacante,surgencienmujerescomounsolohombreyhacenmoverseatodos sus amigos para obtenerla. La probable vacante de una de lasveinticuatrocajasderecaudacióndeimpuestosdeParísproduceunrevuelodeambiciones en la Cámara de Diputados. Los puestos se ocupan pordesignación, el nombramiento es una cuestión de Estado. Ahora bien, elsueldodeunjuezdepaz,enParís,esdeunosseismilfrancos.Laescribaníadeestetribunalesunpuestoquevalecienmilfrancos.Ésteespuesunodeloscargosmáscodiciadosdetodoelsistemajudicial.Fraisier,juezdepaz,amigode unmédico jefe de hospital, se casaba ventajosamente y casaba al doctorPoulain;elunoalotrosedabanlamanoparaayudarse.

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XLVIII

DondelaCibotcaeensupropiatrampa

Lanochehabíapasadosurodillodeplomosobre todos lospensamientosdelantiguoprocuradordeMantes,yunformidableplanhabíagerminado,unplan frondoso que se preveía fértil en frutos y en intrigas. La Cibot era elresorte principal de este drama. O sea que la rebelión de este instrumentodebíaserreprimida;nohabíasidoprevista,peroelantiguoprocuradoracababade abatir a sus pies a la audaz portera desplegando toda la fuerza de sunaturalezavenenosa.

—Vamos,miquerida señoraCibot, tranquilícese—ledijo, cogiéndole lamano.

Esta mano, fría como la piel de una serpiente, produjo una terribleimpresiónen laportera,yoriginóenellacomouna reacción físicaquehizocesarsuemoción;pensóqueelsapoAstarotdelaseñoraFontaineeramenospeligrosodetocarqueaquelfrascodevenenocubiertoporunapelucadecolorrojizo,quehablabaigualquerechinanlaspuertas.

—Nocreaustedquelaasustoporquesí—siguiódiciendoFraisier,despuésdehabernotadoestenuevomovimientoderepulsióndelaCibot—.Loscasosquehandadoalaseñorapresidentaestaterriblereputación,sontanconocidosenelPalaciodeJusticia,quepuedeustedconsultarconquienquiera,quetodoelmundo le dirá lomismo. El gran señor a quien se ha estado a punto deincapacitarlegalmente,eselmarquésdeEspard.ElmarquésdeEsgrignonesquienellahasalvadodeiralacárcel.Eljovenrico,apuestoyconunbrillanteporvenir, que debía casarse con una señorita perteneciente a una de lasprimeras familias de Francia, y que se ahorcó en un calabozo de laConserjería,eselcélebreLuciendeRubempré,cuyocaso,enaquellaépoca,conmovió a todo París. Se trataba de una herencia, la de una cortesana, lafamosa Esther, que dejaba varios millones, y se acusaba a este joven dehaberlaenvenenado,yaquesegúneltestamentoéleraelúnicoheredero.EstejovenpoetanoestabaenParíscuandomuriólatalEsther,ynosabíanadadeestaherencia…Másinocenteyanosepuedeser.Puesbien,despuésdehabersidointerrogadoporelseñorCamusot,estejovenseahorcóensucalabozo…Lajusticiaescomolamedicina,tienesusvíctimas;enelprimercasosemuereporlasociedad,enelsegundoporlaciencia—dijoinsinuandounaespantosasonrisa—. Pues bien, ya ve usted que conozco los peligros. Yo ya he sidoarruinadoporlajusticia,yo,unmodestoyoscuroprocurador.Miexperienciamecuestacara,ylapongotodaalserviciodeusted.

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—¡Oh, no, no, gracias…! —dijo la Cibot—, renuncio a todo… Es unasuntodemasiadoturbio…Yosólopidoloqueesjusto…Mireusté,yotengoun historial de treinta años de honradez. El señor Pons dice que merecomendará en su testamento a su amigo Schmucke; pues bien, voy aterminarmisdíasenpazencasadeestebuenalemán…

Fraisierhabía idodemasiadolejos,habíadesalentadoa laCibot,ysevioobligadoaborrarlaspenosasimpresionesqueellahabíarecibido.

—Nohayquedesesperar—dijo—,váyasea sucasa tranquilamente,queacabaremosllevandoesteasuntoabuenpuerto.

—Pero entonces, señor Fraisier, ¿qué tengo que hacer para tener rentasy…?

—¿Y no tener ningún remordimiento? —dijo Fraisier vivamente,interrumpiendoalaCibot—.Puesprecisamenteesparaesoqueseinventaronlosabogados;enestoscasosnosepuedeconseguirnadasinajustarsealoquedicelaley…Ustednoconocelasleyes;yosílasconozco…Conmigo,ustedestará siempredentrode la legalidad,ypodrádisfrutarenpazde susbienespor lo que respecta a los hombres, y en cuanto a la conciencia esto ya esasuntosuyo.

—Pues bien, dígame qué hay que hacer —dijo la Cibot, a quien estaspalabrasdespertaronlacuriosidadytranquilizaron.

—Todavíanolosé,aúnnoheestudiadoelcasoensusdetalles,sólomeheocupadodelosobstáculos.Antesquenada,loquehayquehacereslograrquehagatestamento,deestemodoustednopierdenada;pero,primero,sepamosen favor de quién Pons dispondrá de su fortuna, porque si usted fuese suheredera…

—No,no,élnomequiere…¡Ah,siyohubieseconocidoelvalordesuschuncherias, sihubiese sabido loqueélmehadichode susamores,hoynotendríaningunainquietud…!

—Enfin—siguióFraisier—,ustedsigaadelante.Losmoribundosavecestienen caprichos muy raros, mi querida Cibot, y desbaratan muchasesperanzas.Queélhagatestamento,yluegoyaveremos.Pero,antesdenada,hay que evaluar los objetos de que se compone la herencia. O sea que,póngameustedencontactoconeljudío,yconesteRémonencq,quenosseránmuyútiles…Pongaenmí toda la confianza,yono ledefraudaré.Yosoyelamigodemicliente,enlobuenoyenlomalo,cuandoélesamigomío.Amigooenemigo,ésteesmimododeser.

—Puesbien,mepongoensusmanos—dijolaCibot—,yencuantoaloshonorarios,elseñorPoulain…

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—Nohablemosdeesto—dijoFraisier—.UstedconsigaquePoulainsigacuidando al enfermo.El doctor es unode los hombresmás honradosymásrectosqueconozco,yyasabeustedquenecesitamosenlacasaaalguiendetodaconfianza…Poulainesmejorqueyo,queyamehehechomalo.

—Selenotaenlacara—dijolaCibot—,peroyomefíodeusté…

—Yhacebien—dijo—.Cadavezqueocurraalgonuevo,véngameaver;yahorapuedeirse.Ustedesunamujerdeempuje,todoirábien.

—Adiós,señorFraisier,quesigaustébien…Yasabedondemetiene…

Fraisieracompañóasuclientehastalapuerta,yallí,comoellahabíahechoeldíaanteriorconeldoctor,ledijounaúltimafrase.

—Sipudiese lograrqueelseñorPonsrequirieramisconsejos,habríamosdadoungranpaso.

—Lointentaré—respondiólaCibot.

—Óigame—dijo Fraisier, haciendo volver a entrar a la Cibot hasta sudespacho—,yoconozcomuchoalnotarioseñorTrognon,elnotariodelbarrio.SielseñorPonsnotienenotario,hábleledeél…procurequesepongaensusmanos.

—Comprendido—respondiólaCibot.

Al retirarse, la portera oyó el roce de una tela, y el ruido de unos pasospesados que querían hacerse ligeros. Una vez sola y en la calle, la portera,despuésdehaberandadoduranteciertorato,recobrósulibertaddeespíritu.Apesar de que seguía bajo la influencia de esta entrevista, y de que siemprehabía sentidoverdaderohorrorporelpatíbulo, la justiciay los jueces, tomóuna resoluciónmuy natural que iba a desencadenar una lucha sorda con suterribleconsejero.

—¡Bueno!Pero¿quénecesidadtengodebuscarmesocios?Demomento,yovoyahacerhucha,yluegoveremosloquecaeporservirlesaellos…

Este pensamiento debía acelerar, como no tardará en verse, el fin deldesgraciadomúsico.

XLIX

LaCibotenelteatro

—¿Quéhay,queridoseñorSchmucke?—dijolaCibot,alentrarenelpiso—,¿cómovanuestroqueridísimoenfermo?

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—Nata pien—respondió el alemán—. Bons ha esdato teliranto dota lanoche.

—¿Yquédecía?

—¡Donderías! Gue guería gue yo heretase doda su forduna, a gonticiónguenofentiesenata…¡Yllorapa teunmoto,elbopre!Meha tesdrozadoelgorazón…

—¡Pobrecillo, no seránada!—dijo la portera—.Hoyhe tardadomás ensubirleeldesayuno,yasonlasnuevepasadas;peronomeriña,¿eh?Hetenidomucho que hacer… en favor de ustedes. Como nos habíamos quedado sinnada,heidoabuscardinero…

—¿Tónte?—preguntóelpianista.

—¡Hombre!¡Paraalgosirvemitia!

—¿Guédía?

—¡Laquetodoloremedia!

—Noendientonata…

—¡Oh,quéhombre!¡Serásimple!No,esustéunsantovarón,unquerubínbajadodelcielo,vaya,lainoncenciapersonificada…Pero,bueno…Despuésde veintinueve años de vivir en París, que habrá usté visto por lomenos larevolución de Julio, ¿no?, y que no haya oído hablar nunca del monte depiedá…Losqueleprestanaunadineroporloqueempeña…Heidoallevartodosnuestroscubiertosdeplata,ocho,yconfiletes…AlfinyalcaboCibotpuedecomerigualconlosdealpaca;ynomearrepiento,ea;nivalelapenadehablardeestoanuestroquerubín,queharíamalasangreysepondríaaúnmásamarillo,yyasufremuchoelpobre.Antesquenada,salvémosle,yluegoyahablaremos;puesclaro,hayquetomarlascosascomovienen,almaltiempobuenacara,yDioscontodos,¿noleparece?

—¡Bopremujer!¡Guégorazóndeoro!—dijoelinfelizmúsicocogiendolamanodelaCibotyponiéndolasobresucorazón,sinceramenteemocionado.

Aquel ángel de bondad levantó los ojos al cielo y los mostró llenos delágrimas.

—¡Vamos,vamos, señorSchmucke,qué cosas tieneusté!Como si fuesealgodel otro jueves…Yo sólo soyunapobremujerdel puebloque lleva elcorazónenlamano.Aquídentrollevoalgo¿sabeusté?—dijoseñalándoseelpecho—,comoustedesdos,quesonbuenoscomoelpan…

—¡Oh!—exclamó el músico—. ¡No voy a resisdir dando tolor, dandaslácrimas…!YonosoprefiviréaBons…

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—¡Diantre! Eso sí que lo creo; ¡si se está ustématando…! Escúcheme,pichónmío…

—¿Bichón?

—Bueno,prenda…

—¿Brenta?

—¡Vaya,hombre!Puesrico,siasílegustamás…

—Dambocoloendiendo.

—Bueno, deje que yo le cuide y le dirija, porque si sigue como hastaahora,sepaustéquedentrodenadavoyatenerquecuidaradosenfermosenvezdeuno…Segúnmimodestaopinión, losdos tenemosquerepartirnoseltrabajo.UsténopuedeseguirdandoleccionesenParís,porqueestoleagota,yluegoaquíyanoestáencondicionesdehacernada,yhabráquepasarmuchasnochesenblanco,porqueelseñorPonscadavezestámásenfermo.Mire,hoymismovoya iravera todossusalumnos,y lesdiréqueestáustéenfermo,¿eh? Entonces usté pasa las noches al lado de nuestro querido enfermo, yluegoduermeporlamañana,vamosaponerporejemplodesdelascincohastalasdosdelatarde.Yomeencargodeltrabajodelacasa,queeselquecansamás,yquehayquehacerdedía,porquehayquedarlesdecomerydecenar,cuidar al enfermo, levantarlo, cambiarlo, darle losmedicamentos… Porque,conel ajetreoque llevoahora, yono resistomásdediezdías; ypiensequehace ya treinta que dura está juerga. ¡¿Y qué va a ser de usté si yo caigoenferma?!Yustétambién,escomoparaasustarsesólodepensarlo,mirecómoestáporhaberpasadolanochevelandoalseñorPons…

LaporterallevóaSchmuckeanteunespejo,ySchmuckeseencontrómuydesmejorado.

—Oseaque,siusténotieneinconveniente,lesirvolacomidaaescape;yluegosequedaavelaralseñorPonshastalasdos.Peroantesquenadademelalistadesusalumnos,yolesiréaver,ydurantequincedíasseráustélibre.Cuandoyovuelva,ustéseacuesta,ydescansahastalanoche.

LapropuestaeratansensataqueSchmuckelaaceptósinrechistar.

—Ahoraque,conelseñorPons,mutis;porqueyasabeustéelmalefectoquelecausaríasiledijéramosqueporelmomentovaadejarelteatroysuslecciones; el pobre se imaginaría que ya no volvería a tener alumnas…¡tontadas!… El señor Poulain dice que sólo salvaremos a nuestro benditohaciendoquesetomeundescansoabsoluto.

—¡Ah,pueno,pueno!Brebarelagomida,yovoyahacerlalisdayletarélastirecciones…Dieneustetrazón,yonoipaaturarmucho…

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Alcabodeunahora,laCibotconsusmejoresgalasdomingueras,partíaenun milord ante el gran asombro de Rémonencq, prometiéndose representardignamenteelpapeldemujerdeconfianzadelosdoscascanuecesentodoslospensionados,entodaslascasasquehabitaranalumnasdelosdosmúsicos.

Sería inútil reproducir aquí toda la chismografía, ejecutada como lasvariacionesdeuntema,alaqueseentrególaCibotaltratarconlasdirectorasde los pensionados y con las diversas familias, y bastará la escena que sedesarrollóeneldespachodedirectordeELILUSTREGAUDISSART,dondelaporteralogrópenetrarnosindificultadesinauditas.EnParís losdirectoresdeespectáculosestánmejorprotegidosquelosreyesylosministros.Lacausadeestasfuertesbarrerasqueseelevanentreellosyelrestodelosmortalesesfácildecomprender: losreyessólotienenquedefendersedelasambiciones;los directores de espectáculos deben temer el amor propio de artistas y deautores.

LaCibot salvó todos los obstáculos gracias a la súbita intimidad que seestablecióentreellaylaportera.Losporterossereconocenentresí,comotodalagentedelamismaprofesión.Cadaoficiotienesusschibbolet,comotienesuinsultoysusestigmas.

—¡Ah!¿Demodoqueustéeslaporteradelteatro?—habíadicholaCibot—.YosólosoyunapobreporteradeunacasadelacalledeNormandíadondeviveelseñorPons,eldirectordeorquestadeaquí.¡Oh,quéfelizseríayosipudieseestarensulugar,viendopasarsiemprealosactores,alasbailarinas,alos autores! Como decía aquel actor antiguo, esto es como el bastón demariscaldenuestraprofesión.

—¿YcómosigueelbuenodelseñorPons?—preguntólaportera.

—Puesnopuedeirpeor;pienseustéquellevayadosmesessinlevantarsede la cama, y es seguroqueyano sale de la casa si no es con los pies pordelante.

—Seráunagranpérdida…

—Sí.Yovengodepartesuyaparaexplicarlasituaciónalseñordirector;oseaquenecesitaríahablarconél…

—¡Unaseñora,departedelseñorPons!

Y así fue como el empleado que se ocupaba del despacho anunció a laseñoraCibot,graciasa la recomendaciónde laporteradel teatro.Gaudissartacababadellegarparaunensayo.Elazardispusoquenadietuvieraquehablarconél, que los autoresde la obray los actores se retrasasen; interesadoportenernoticiasdesudirectordeorquesta,hizoungestonapoleónico,ylaCibotentró.

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L

Unafructíferaempresateatral

El antiguo viajante de comercio convertido en director de un teatro a lamoda,engañabaa lasociedadencomandita,a laqueconsiderabacomounaesposalegítima.Deestemodohabíallegadoaundesarrollofinancieroquesetraslucíaensupersona.Sehabíahechocorpulento,habíaechadograsas,habíaadquirido colores gracias a la buena comida y a la prosperidad, y asíGaudissartsehabíametamorfoseadoabiertamenteenMondor.

—¡VoyaacabarsiendounBeaujon!—decía,intentandoserelprimeroenreírsedesímismo.

—PorahoranopasasdeTurcaret—lerespondíaBixiou,queamenudolereemplazabaconlaprimerabailarinadelteatro,lacélebreHéloïseBrisetout.

En efecto, el ex ilustre Gaudissart explotaba su teatro, única einescrupulosamente en su propio interés.Después de haberse hecho admitircomocolaboradorendiversosballets,comediasyvodeviles,habíacompradolaotrapartedelosderechosaprovechándosedelasnecesidadesqueacosabanalosautores.Estascomediasyvodeviles,quesiempreserepresentabancomosuplemento a los dramas de gran éxito, significaban para Gaudissart ganarcadadíavariasmonedasdeoro.Graciasaunosintermediarios, traficabaconlas entradas de las que se había reservado un cierto número en concepto deplus de dirección, y que le permitían obtener una especie de diezmo de larecaudación. Estas tres clases de ingresos, a los que había que añadir lospalcos vendidos y los regalos de las malas actrices empeñadas en tenerpequeñospapelesysalirdepajesodereinas,engrosabandetalmodosutercioen los beneficios, que los demás socios, a quienes pertenecían los otros dostercios, apenas cobraban la décima parte que él. Sin embargo, esta décimaparte aún producía un interés de un quince por ciento de los fondos, yGaudissart,apoyándoseenestequinceporcientodedividendo,proclamabasuinteligencia,suprobidad,suceloyladichadesuscomanditarios.Cuandoelconde Popinot preguntó, aparentando interés, al señor Matifat, el generalGouraud, yerno deMatifat, y a Crevel, si estaban contentos de Gaudissart,Gouraud,elevadoaladignidaddepardeFrancia,respondió:

—Dicen que nos está robando, pero es tan simpático y tan agradable detrato,queestamoscontentos.

—EntoncesesigualqueenelcuentodeLaFontaine—dijoelexministrosonriendo.

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Gaudissartincrementabasucapitalennegociosalmargendelteatro.HabíasabidoapreciarloquesignificabanlosGraff,losSchwabylosBrunner,yseasoció a las empresas de ferrocarriles que había creado esta banca.Disimulando su sagacidad bajo el aspecto bonachón y despreocupado dellibertinoydelvoluptuoso,dabalaimpresióndenoocuparsemásquedesusplaceres y de su atuendo personal; pero pensaba en todo y aprovechaba lainmensa experiencia en negocios que había adquirido en sus viajes. Esteadvenedizo,quenosetomabaenserioasímismo,habitabaunlujosopisodecuyainstalaciónsehabíaocupadosudecorador,endondedabacenasyfiestasalascelebridades.Fastuoso,queriendohacerbienlascosas,sehacíapasarporunhombrefácildeconformar,yaúnparecíamenospeligrosoporelhechodehaber conservado la labia de su antiguo oficio (para emplear su propiaexpresión),quehabíaenriquecidoconlajergausadaenelambienteteatral.

Ycomoenelteatrolosartistasdicenlascosasdeunmodobastantecrudo,sabía adaptar a su carácter el ingenio de entre bastidores, lugar que tienetambién su ingenio, demodo que,mezclándolo con las agudas chanzas delviajante de comercio, tuviese el aire de un hombre superior. En aquellosmomentospensabaenvendersuexclusiva,ypasar,segúnsupropiaexpresión,a otros ejercicios.Aspiraba a ser director de una compañía de ferrocarriles,convertirseenunhombreserio,unadministrador,ycasarseconlahijadeunodelosalcaldesdebarriomásricosdeParís,laseñoritaMinard.Esperabaserelegido diputado por su demarcación, y llegar, gracias a la protección dePopinot,alconsejodeEstado.

—¿Conquién tengo el honordehablar?—dijoGaudissart, fijando en laCibotunamiradadirectiva.

—Señordirector,yosoylamujerdeconfianzadelseñorPons.

—¡Ah,bien!¿Cómosiguenuestroqueridoamigo?

—Mal,señordirector,muymal…

—¡Diablo, diablo! No sabe cuánto lo siento… Iré a visitarle; es uno deestoshombresdelosqueyaquedanpocos…

—¡Ah,estosí,señordirector!Unverdaderoquerubín…Yotodavíanomeexplicocómounhombrecomoélpuedetrabajarenunteatro…

—Señora, el teatro es un lugar donde se corrigen las costumbres—dijoGaudissart—.¡PobrePons!Palabraquedeberíahabersimienteparaconservarestaespeciehumana…Esunhombremodelo,ycontalento…¿Cuándocreeusted que podrá volver a trabajar? Porque, desgraciadamente, en el teatroocurre como con las diligencias, que, vacías o llenas, tienen que salir a suhora:aquítodoslosdías,alasseis,hayquelevantareltelón…ypormuchoquenos lamentáramos, esono iba a dar buenamúsica…Veamos, ¿cómo se

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encuentra?

—Señor director, por desgracia —dijo la Cibot sacando su pañuelo yponiéndoselo sobre losojos—,esdurodedecir,perocreoque tendremos ladesgracia de perderle, y eso que le cuidamos como a la niña de nuestrosojos…elseñorSchmuckeyyo…;tantoquevengoadecirletambiénquenocuenteconelpobreseñorSchmucke,quetienequevelarletodaslasnoches…No podemos pormenos de hacer como si hubiera una esperanza e intentararrancar a la muerte a nuestro querido enfermo… El médico le hadesanunciado…

—Pero¿dequésevaamorir?

—Depena,deitericia,delhígado,ytodoestocomplicadoconmuchoslíosdefamilia.

—Ydeunmédico—dijoGaudissart—.Hubiesedebido llamar al doctorLebrun,nuestromédico,nolehubiesecostadonada…

—Señor director, elmédico que le asiste es como un dios…; pero ¿quépuedehacerunmédico,contodosutalento,contratodosestosmales?

—Yoqueibaanecesitaramisdosbuenoscascanuecesparalamúsicademinuevafantasía…

—Sihayalgoqueyopuedahacerporellos…—dijolaCibotconunairedignodeJocrisse.

Gaudissartseechóareír.

—Señordirector,soysumujerdeconfianza,yhaymuchascosasqueestosdosseñores…

InmediatamentedespuésdelarisadeGaudissartseoyóunavozdemujer:

—Siríesesquesepuedeentrar,¿verdad,cariño?

Ylaprimerabailarinairrumpióeneldespachoysedejócaerenelúnicosofáquehabíaenlahabitación.SetratabadeHéloïseBrisetout,envueltaenunmagníficochaldelosllamadosargelinos…

—¿Dequétereías?¿Eslaseñora?¿Quéclasedetrabajoquiere?—dijolabailarinadirigiendoa laporteraunadeestasmiradasdeartista a artistaquemereceríansereltemadeuncuadro.

Héloïse, joven muy literaria, con renombre en los ambientes de labohemia, relacionada con grandes artistas, elegante, aguda y graciosa, teníamás ingeniodelquesuelen tener lasprimerasbailarinas;mientrashacíaestapreguntarespirabapenetrantesperfumesenunpebetero.

—Señora,unamujervaletantocomootracuandolasdossonbellas,ysi

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yonosorboestediablodeperfumesenfrasconimepongopolvodeladrilloenlasmejillas…

—Conelque lanaturalezaya lehapuesto, seríaunhorriblepleonasmo,hijamía—dijoHéloïse,mirandoasudirector.

—Yosoyunamujerhonrada…

—Peorparausted—dijoHéloïse—.¡Quédiablo,notodaslasquequierenson entretenidas!Yyo lo soy, señoramía, y ademásmeva estupendamentebien…

—¿Cómopeor paramí? Pormuchos argelinos que lleve usted encima ypormuchoscaprichosquesepuedadar—dijo laCibot—,ensuvida tendrátantasdeclaracionescomomehicieronamí…¡Y jamásvaldrá loqueen sutiempolabellaostreradelCadranBleu…!

La bailarina se levantó súbitamente, se puso en posición de firmes y sellevólamanoderechaalafrente,comounsoldadoquesaludaasugeneral.

—¿Cómo?—exclamóGaudissart—.Entoncesustedeslabellaostreradelaquemehablabamipadre,¿no?

—Entonceslaseñoranosabeloqueeslacachuchanilapolka,¿verdad?¡Laseñoratienemásdecincuentaaños!—dijoHéloïse.

Labailarinaadoptóunaactituddramáticaydeclamó:

Seamosamigos,Cinna…

—PorDios,Héloïse,laseñoranoestáatualtura,déjalaenpaz.

—¿Acasolaseñoraes lanuevaEloísa…?—dijo laporteraconunafalsaingenuidadllenadezumba.

—¡Miralaabuela!Noestámal—exclamóGaudissart.

—¡Oh, esta broma es más vieja que ir a pie! —replicó la bailarina—.Ande,abuela,invéntenosotrochiste…oacepteuncigarrillo.

—Perdóneme, señora —dijo la Cibot—, pero estoy demasiado apenadaparacontinuarestaconversación;tengoamisdosseñoresmuyenfermos…ypara poderles alimentar y evitarles preocupaciones he tenido que empeñarhastalaropademimarido…sí,sí,estamismamañana,aquítraigoelrecibo…

—¡Oh, el asunto se pone dramático!—exclamó la bellaHéloïse—. ¿Dequésetrata?

—Laseñora—siguiólaCibot—haentradoaquí…

—Como una primera bailarina —dijo Héloïse—. Ande, siga, yo leapunto…

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—¡Vamos, vamos, que tengo trabajo! —dijo Gaudissart—. Basta debromas.Héloïse,laseñoraeslamujerdeconfianzadenuestropobredirectordeorquestaqueseestámuriendo;veníaadecirmequenocontáramosmásconél;yyomequedosinnadie.

—¡Pobrehombre!Hayquedarunarepresentaciónenbeneficiosuyo.

—Esto sería su ruina—dijo Gaudissart—, al día siguiente podría deberquinientosfrancosalosasilos,queenParísnoreconocenmáspobresquealossuyos.No,mire,buenamujer,yaqueustedsepresentacomocandidataparaelpremioMontyon…

Gaudissart hizo sonar la campanilla e inmediatamente se presentó elempleado.

—Digaal cajeroqueme traigaunbilletedemil francos.Usted siéntese,señora.

—¡Ah,pobremujer!Ahora seponea llorar…—exclamó labailarina—.¡Vaya!¡Vamos,mujer,yairemosaverle,consuélese…!Oye,tú,primo—dijoaldirector llevándoleaunrincón—;túquieresqueyo tengaelprimerpapeldelballetdeAriana.Tevasacasaryyasabesloquepuedoperjudicarte…

—Héloïse,tengoelcorazónforradodecobre,comounafragata…

—¡Voyasacararelucirhijostuyos!Yalosencontraré.

—Yoyaheconfesadonuestrasrelaciones.

—Anda sé buen chico, da la plaza de Pons a Garangeot; este pobremuchachotienetalento,yestásinuncéntimo;teprometolapaz.

—PeroesperaaquePonssemuera…Elpobrealomejortodavíasaledeésta.

—¡Ah, no, esto sí que no, señor director! —dijo la Cibot—. Desde lanochepasadaqueyahaperdidoeljuicio,delira.Desgraciadamente,dentrodepocotodohabráterminado.

—Además, Garangeot puede sustituirle provisionalmente—dijo Héloïse—;tieneatodalaprensaasulado…

En este momento entró el cajero llevando en la mano dos billetes dequinientosfrancos.

—Déselosalaseñora—dijoGaudissart—.Adiós,buenamujer,cuidebienalpobrePons,ydígalequeiréaverle,mañanaounodeestosdías…cuandopueda.

—Unhombrealagua—dijoHéloïse.

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—¡Ah,señordirector!Corazonescomoeldeustésóloseencuentranenelteatro.¡QueDioslebendiga!

—¿Aquécuentaseponeesto?—preguntóelcajero.

—Ahora le firmo el comprobante; póngalo en la cuenta de lasgratificaciones.

Antesdesalir,laCibothizounadignareverenciaalabailarina,yaúnpudooírestapreguntaquehizoGaudissartasuantiguaamante:

—¿Crees que Garangeot sería capaz de hacerme la música de nuestroballet de losMohicanos en doce días? Sime saca de este apuro, él será elsucesordePons.

LI

Castillosenelaire

La portera, mejor recompensada por haber causado tanto mal que sihubiese hecho una buena acción, suprimió así todos los ingresos de los dosamigos, privándoles de susmedios de subsistencia, en el caso de que Ponsrecobrara la salud. Esta pérfida maniobra debía llevar en pocos días alresultado que deseaba la Cibot, la venta de los cuadros codiciados por ÉlieMagus.Parallevaracaboestaprimeraexpoliación,laCibotdebíaadormeceraltemiblecolaboradorqueellamismasehabíabuscado,elabogadoFraisier,ylograrunatotaldiscrecióndeÉlieMagusydeRémonencq.

En cuanto al auvernés, había llegado paulatinamente a concebir una deestaspasionespropiasdelagentesininstrucciónquellegadelúltimorincóndeunaprovinciaaParísconlasideasfijasqueinspiralasoledadenelcampo,con la ignoranciade lasnaturalezasprimitivasy labrutalidaddesusdeseos,queseconviertenenobsesiones.LabellezahombrunadelaseñoraCibot,suvivacidad, su ingenio de verdulera, habían sido objeto de la atención delchamarilero, que quería hacer de ella su concubina, quitándosela a Cibot,especie de bigamia que en París, entre las clases inferiores, es mucho máscorrientedeloquesuelecreerse.Perolaavariciaeracomounnudocorredizoqueapretabacadavezmáselcorazónyterminabaporahogartodoraciocinio.YasíRémonencq,calculandoenunoscuarentamilfrancoslosbeneficiosdeÉlieMagusylossuyospropios,pasódeldelitoalcrimen,aldesearteneralaCibotporlegítimaesposa.Esteamor,puramenteespeculativo,lellevó,ensuslargasmeditacionesdefumador,apoyadoenelmarcodesupuerta,adesearlamuertedelsastrecillo.Veíasucapitalcasitriplicado,pensabaenlaexcelentecomerciantequeseríalaCibotyenelbuenpapelqueharíaenunamagnífica

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tiendaenelbulevar.EstadoblecodiciaofuscabaaRémonencq.Alquilabaunatienda en el bulevar de la Madeleine, la llenaba de las antigüedades másvaliosasde lacoleccióndeldifuntoPons.Trashabernadadoenoroyhabervistomillonesenlasespiralesazulesdesupipa,sedespertabacaraacaraconelsastrecillo,quebarríaelpatio,lapuertaylacalleenelmomentoenqueelauvernés abría su tienda y ordenaba su escaparate; porque, desde que Ponscayó enfermo,Cibot sustituía a sumujer en las funciones que ella se habíaatribuido.El auvernés consideraba, pues, a aquel sastrecillo de tez olivácea,cobriza,ydesiluetaachaparraba,comoelúnicoobstáculoqueseoponíaasufelicidad, y se preguntaba cómo podría desembarazarse de él. Esta pasión,cadavezmás intensa, halagaba extraordinariamente a laCibot, que teníayaunaedadenlaquelasmujeresempiezanapensarquepuedenenvejecer.

Unamañana,laCibot,pocodespuésdelevantarse,sequedócontemplandoaRémonencq con aire pensativo,mientras él ordenaba las chucherías de suescaparate,yquisosaberhastadóndepodíallegarsuamor.

—¿Qué?—vinoadecirleelauvernés—,¿todovacomoustedquiere?

—Es usté quien me preocupa —le respondió la Cibot—. Me estácomprometiendo—añadió—,losvecinosacabaránporfijarseenquemeponesiempreojosdecorderodegollado.

La portera abandonó la puerta y se adentró en las profundidades de latiendadelauvernés.

—¡Menudacosa!—dijoRémonencq.

—Acérquese,quetengoquehablarle—dijolaCibot—.LosherederosdelseñorPonsempezaránamoverse,ysoncapacesdedarnosmuchoquehacer.SabeDios lo que podría pasarnos si enviasen picapleitos que lo husmearantodocomoperdigueros.YosólopuedodecidiralseñorSchmuckeaquevendaalgunoscuadrossiustémeamalosuficientecomoparaguardarelsecreto…¡peroesosí,unsecretodeveras!Queniaunque leponganelcuellobajoeltajodiganiunapalabra…Nidedóndehansalidoloscuadros,niquiénloshavendido…¿Mecomprende?UnavezmuertoyenterradoelseñorPons,nadieva a notar la diferencia si encuentran cincuenta y tres cuadros en vez desesentaysiete…Además,sielseñorPonslohavendidomientrasvivía,nadiepuedeprotestar.

—Bueno—respondióRémonencq—,amíestomedaigual;peroelseñorÉlieMagusquerrásusrecibosenregla.

—¡Tambiéntendremoslosrecibos,caray!¿Ocreequevoyaseryoquienseloshaga?¡SeráelseñorSchmucke!Peroustétienequedeciraestejudío—siguiólaportera—queseatandiscretocomonosotros.

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—Seremosmudoscomotumbas.Estolodaeloficio.Yoséleer,peronoséescribir,yporestonecesitoaunamujerinstruidaeinteligentecomousted…Hastaahorasólohepensadoenahorrarparalavejez,peroahoraquisieratenerpequeñosRémonencqs…¡PlantedeunavezaCibot!

—Aquíestáeljudío—dijolaportera—,vamosaponernosdeacuerdoconél.

—Señora—dijoÉlieMagus,queveníacadatresdías,aprimerahoradelamañana, para saber cuándo podría comprar sus cuadros—, ¿cómo van lascosas?

—¿Nohahabidonadieque lehaya idoahablardel señorPonsydesuschuncherias?—lepreguntólaCibot.

—Sí—respondióÉlieMagus—,herecibidounacartadeunabogado;perocomoesuntipoquemeparecequeesunodeestosintermediariosmodestos,yyodesconfíodeestagente,nolehecontestado.Alcabodetresdíashavenidoavermeymehadejadounatarjeta;lehedichoamiporteraquesiemprequevengaledigaquenoestoyencasa…

—Esustéunencantodejudío—dijolaCibot,quetodavíanoconocíabienlaprudenciadeÉlieMagus—:Puesbien,hijosmíos,dentrodepocosdías,yoharé que el señor Schmucke les venda siete u ocho cuadros, diez comomáximo;perocondoscondiciones.Laprimera,un secretoabsoluto.SeráelseñorSchmuckequien le llame, ¿de acuerdo, señorMagus?Y será el señorRémonencq quien le propondrá al señor Schmucke como comprador. Enresumen,paseloquepase,yonotendrénadaqueverconelasunto.¿Estáustédispuestoadarcuarentayseismilfrancosporloscuatrocuadros?

—Bueno—respondióeljudíosuspirando.

—Perfectamente—siguiólaportera—.Lasegundacondiciónesladequeusté me entregue cuarenta y tres mil, y que sólo pague tres mil al señorSchmucke;Rémonencqcomprarácuatropordosmilfrancos,ymeentregaráelresto…Peroluego,miqueridoseñorMagus,despuésdeesto,yoconseguiréque usté y Rémonencq hagan un gran negocio, a condición de que nosrepartamoslosbeneficiosentrelostres.Yolellevaréacasadeesteabogado,oel abogado vendrá aquí.Usté valorará todo lo que hay en la casa del señorPons,alprecioqueustépuedepagarlo,afindequeelseñorFraisiertengalaseguridaddequelaherenciavalelapena.Sóloqueesnecesarioquenovengahastaquehayamosvendidoestoscuadros,¿mecomprende?

—Comprendido—dijo el judío—; pero se necesita tiempo para ver losobjetosyfijarelprecio.

—Tendráustémediodía.Nosepreocupe,estoesasuntomío…Discutan

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elnegocioentrelosdos,hijosmíos;pasadomañanasecerraráeltrato.YovoyahablarconesteFraisier,porqueélsabetodoloquepasaaquíporeldoctorPoulain, y hay que ir con mucho tiento para hacer que ese pájaro se estéquietecito.

AmediocaminoentrelacalledeNormandíaylacalledelaPerle,laCibotencontró a Fraisier que iba a verla a su casa, tanta era su impaciencia porconocer,segúnsupropiaexpresión,losfactoresqueinterveníanenaquelcaso.

—¡Vaya!Precisamenteibaaverle—dijoella.

FraisiersequejódequeÉlieMagusnolehubieserecibido;perolaporteraapagó el brillo de desconfianza que apuntaba en los ojos del leguleyo,diciéndolequeMagusvolvíaahoradeunviaje,yque,pasadomañana,amástardar,ella leprocuraríaunaentrevistaenelpisodePons,paraestablecerelvalordelacolección.

—Ponga toda su confianza enmí—le respondióFraisier—.Esmás queprobable queyome encarguededefender los intereses de los herederos delseñorPons;yenestaposiciónmeserámuchomásfácilayudarla.

Estas palabras fueron pronunciadas en un tono tan seco que la Cibot seestremeció.Aquelabogadofamélicodebíamaniobrarporsulado,comoellalohacía por el suyo; se decidió, pues, a apresurarse a vender los cuadros. LaCibot no se equivocaba en sus conjeturas. El abogado y el médico habíanhechoelgastodeuntrajenuevoparaFraisierafindequepudierapresentarsedignamentevestidoencasade laseñorapresidentaCamusotdeMarville.Eltiemporequeridoporlaconfeccióndeestetraje,eralaúnicacausadequeaúnnosehubiesecelebradoestaentrevista,delaquedependíaelfuturodelosdosamigos.

Despuésdevisitara laseñoraCibot,Fraisierseproponía iraprobarseelvestido,elchalecoyelpantalón.Encontróestasprendascompletamentelistas.Volvióasucasa,sepusounapelucanueva,ysedirigióencabriolédealquiler,hacia las diez de la mañana, hacia la calle de Hannover, donde esperabaobtener audiencia de la presidenta. Fraisier, con corbata blanca, guantesamarillos y peluca nueva, perfumado con agua de Portugal, parecía uno deesos venenos que se guardan en un frasco de cristal tapado con una pielblanca,yenelquetodo,desdelaetiquetahastaelhilomismo,esbonito,yelconjunto produce todavía una impresión de mayor peligrosidad. Su airedecidido, su cara granujienta, su enfermedad de la piel, sus ojos verdes, suaspectodemalignidad,contrastabancomo lasnubesenuncieloazul.En sudespacho, tal como se habíamostrado a los ojos de la Cibot, era el vulgarcuchilloconelqueunasesinohacometidouncrimen;pero,enlapuertadelacasa de la presidenta, era el puñal elegante que una joven guarda en supequeñodunkerque.

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LII

LasmielesdeFraisier

EnlacalledeHannoversehabíaproducidoungrancambio.ElvizcondeylavizcondesaPopinot,elexministroysuesposa,nohabíanconsentidoqueelpresidente y la presidenta alquilasen una casa y abandonasen la que dabancomo dote a su hija. El presidente y su esposa se instalaron, pues, en elsegundopiso,quehabíaquedadolibredebidoaque laancianaseretirabaalcampoapasarallílosañosquelequedarandevida.LaseñoraCamusot,queconservabaaMadeleineVivet,lacocinerayelcriado,volvíaalasestrechecesdelpuntodepartida,estrechecesdulcificadasporunpisodecuatromilfrancossin alquiler y por un sueldo de diez mil francos. Esta áurea mediocritassatisfacía yamuypoco a la señora deMarville, quedeseabauna fortuna enarmonía con su ambición; pero la cesión de todos los bienes a su hijasignificaba que el presidente quedaba incapacitado para presentarse a laselecciones.Por lo tantoAméliequeríaquesumaridofuesediputado,yaquenorenunciabafácilmenteasusplanes,ynodesesperabadeobtenerlaeleccióndelpresidenteeneldistritoalquepertenecíaMarville.Hacíadosmesesqueno dejaba de atormentar al barónCamusot, ya que el nuevo par de Franciahabía obtenido la dignidad de barón, para arrancarle cien mil francos enconceptodeadelantosobrelaherencia,segúndecíaella,afindecomorarunapequeña propiedad enclavada en la deMarville, que producía unos dosmilfrancoslimpiosdeimpuestos.Allí,ellaysumaridopodríanvivirenunacasapropia, junto a sus hijos; todo redundaría en beneficio de las tierras deMarville, que se verían así incrementadas. La presidenta esgrimía ante susuegroelargumentodelaestrechezenqueseveíaobligadaavivirporhabercasadoasuhijaconelvizcondePooinot,ypreguntabaalancianocómopodíacerrar a su hijo primogénito el camino a los honores supremos de lamagistratura, que sólo lograría alcanzar teniendo una fuerte posiciónparlamentaria,ysumaridosabríalograrlayhacersetemerdelosministros.

—Estagentesólohaceconcesionesalosquelesaprietanelcuelloconlacorbatahastahacerles sacar la lengua—decía—. ¡Sonunos ingratos! ¡TantocomodebenaCamusot! ¡Él,quealoponerlea lasordenanzasdeJulio,hizosubiraltronoalacasadeOrleáns!

El anciano argüía que había invertido en los ferrocarriles mucho másdinero de lo que le permitían sus posibilidades, y aplazaba esta liberalidad,cuya necesidad por otra parte admitía, hasta una previsible alza en lasacciones.

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Esta semipromesa, arrancada pocos días antes, había sumido en ladesolaciónalapresidenta.EradifícilqueelexpropietariodeMarvillepudierapresentarse a las reelecciones de la Cámara, va que para entonces aún nodisponíadebienessuficientes.

FraisierllegósinobstáculoshastaMadeleineVivet.Lasdosnaturalezasdevíborasereconocieroncomodignasdehabersalidodelmismohuevo.

—Señorita —dijo Fraisier melosamente—, desearía que la señorapresidentameconcedieseunmomentodeaudienciapara tratardeunasuntopersonal y que concierne a su fortuna; se trata, no olvide decírselo, de unaherencia…Notengoelhonordehabersidopresentadoalaseñorapresidenta,yporlotantominombrenosignificaríanadaparaella…Notengocostumbrede efectuar visitas profesionales, pero sé la consideración que se debe a laesposadeunpresidente,ymehetomadolamolestiadeveniryomismo,tantomáscuantoelasuntonoadmitelamásligerademora.

La cuestión planteada en estos términos, repetida y ampliada por lacamarera, naturalmente suscitó una respuesta favorable.Aquelmomento eradecisivo para las dos ambiciones que animaban a Fraisier. Y a pesar de suintrepidezdeabogadillodeprovincias,tajante,ásperoeincisivo,sintióloquesientenlosgeneralesalcomenzarunabatalladelaquedependeeléxitodelacampaña.Alpasar al saloncito en el que le esperabaAmélie, loqueningúnsudorífico,niaunlosmásenérgicos,había logradoconseguirenaquellapielrefractariayobturadaporhorriblesmales,seprodujoespontáneamente:sintióunligerosudorenlaespaldayenlafrente.

—Aunqueno logre la fortuna—sedijo—estoy salvado,porquePoulainmeprometiólasaludeldíaenqueserestablecieselatranspiración…Señora—dijoalveralapresidenta,quehizosuapariciónennégligé.

Y Fraisier se interrumpió para saludar con esa atención que, en losletrados,indicaelreconocimientodelrangosuperiordelapersonaalaquesedirigen.

—Siéntese,porfavor—dijolapresidenta,reconociendoinmediatamenteaunhombrepertenecientealmundillodelostribunales.

—Señorapresidenta,simehetomadolalibertaddedirigirmeaustedparaunasuntode interesesqueconcierneal señorpresidente, esporque tengo laseguridaddequeel señordeMarville,por laaltaposiciónqueocupa,quizádejaría que las cosas siguieran su curso, perdiendo así setecientos uochocientosmilfrancos,quelasseñoras,queamijuicio,entiendenenasuntosprivadosmuchomásquelosmejoresmagistrados,nodesdeñarían…

—Ha hablado usted de una herencia… —dijo la presidentainterrumpiéndole.

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Amélie, deslumbrada por la cifra, y queriendo ocultar su asombro y sudicha, imitabaa los lectores impacientesávidosporconocereldesenlacedeunanovela.

—Sí, señora presidenta, de una herencia perdida para ustedes, sí,totalmente perdida, pero que yo puedo, que yo sabré hacer que vaya a susmanos.

—Le ruego que se explique, caballero —dijo fríamente la señora deMarville,midiendoyexaminandoaFraisierconsusagazmirada.

—Señorapresidenta,yoyaconozcosuseminentesdotes…soydeMantes.El señor Leboeuf, presidente del tribunal, y amigo del señor de Marville,puededarleinformesdemí.

LapresidentadiounrespingotancruelmentesignificativoqueFraisiersevioobligadoaabrirycerrarrápidamenteunparéntesisensudiscurso.

—Unadamatandistinguidacomousted,comprenderáenseguidaporquéempiezo hablándole demímismo. Es el caminomás corto para llegar a laherencia.

La presidenta, sin despegar los labios, respondió a esta fina observaciónconungesto.

—YoeraprocuradorenMantes—siguiódiciendoFraisier,aquienelgestoautorizabaacontarsuhistoria—,ymipuestodebíasertodamifortuna,yaqueestaba en tratos para adquirir el bufete del señorLevroux, a quien sin dudaconoceusted…

Lapresidentaasintióconlacabeza.

—Con la suma que me habían prestado y unos diez mil francos míos,abandonéelbufetedeDesroches,unodelosprocuradoresmáscompetentesdeParís; con él había estado de primer pasante durante seis años. Tuve ladesgraciadecontrariaralfiscaldeMantes,elseñor…

—OlivierVinet.

—Exactamente,elhijodelprocuradorgeneral.Élcortejabaaunadamita…

—¿Cómo?

—…laseñoraVatinelle…

—¡Ah!LaseñoraVatinelle…Eramuylindaymuy…Enmiépoca…

—Esta damame distinguió con sus favores; inde irae—siguió diciendoFraisier—.Yoeraactivo,queríadevolvereldineroamisamigosycasarme;necesitabatrabajo,ylobuscaba;prontotuveyosólomáscasosquetodoslosdemás colegas… Sí, tuve en contra a los procuradores de Mantes, a los

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notariosyhastaalosescribanos.Medeclararonlaguerra.Yasabeustedqueen nuestra terrible profesión, cuando se quiere perder a un hombre, es fácilconseguirlo. Me sorprendieron ocupándome de un pleito en el querepresentaba a las dos partes. Es algo un poco irregular; pero en ciertasocasionesenParís sehace,y losprocuradores lo toleranporaquellodehoyporti,mañanapormí.PeroenMantesesdistinto.ElseñorBouyonnet,aquienyo ya había prestado este pequeño servicio, empujado por sus colegas yestimulado por el fiscal,me traicionó…Ya ve usted que no le oculto nada.Huboungranescándalo.Paratodosyoeraungranuja,medejabanpeorqueaMarat.Meobligaronavenderyloperdí todo.MeinstaléenParís,dondeheintentadoabrirbufete,peroelmalestadodemisaludapenasmepermitetenerdos horas buenas de cada veinticuatro. Hoy sólo tengo una ambición, muymodesta.UstedquizáseaundíalaesposadeunministrodeGraciayJusticia,odeunprimerpresidentedelaaudiencia.Peroyo,pobreyenfermo,notengomás deseo que tener un lugar donde terminar tranquilamente mis días, unrinconcito,unpuestoparavegetar.QuieroserjuezdepazenParís.Paraustedyparaelseñorpresidente,esunabagatelaobtenerminombramiento,porquedebenhaceryamuchasombraalactualministro,yseguramenteestarádeseosodeatenderunapeticiónsuya…Peroestonoestodo—añadióFraisier,alverque la presidenta se disponía a hablar y le hacía un gesto—. Tengomuchaamistad con elmédico del anciano de quien el señor presidente tendría queheredar. Ya ve que nos acercamos a nuestro asunto… Este médico, cuyacooperaciónesindispensable,estáenlamismasituaciónenqueustedmeve:contalentoysinsuerte…Porélhesabidohastaquépuntoselesionabanlosinteresesdeustedes,porqueenelmomentoenque lehabloesprobablequetodohayaterminado,queeltestamentoquedesheredealseñorpresidenteestéyafirmado…Estemédicodeseasernombradomédicojefedeunhospitalodeloscolegiosreales;enfin,ustedyamecomprende,necesitaunpuestoenParísequivalentealmío…Leruegoquemedisculpeportratarestosdospuntostandelicados, pero es preciso que en nuestro acuerdo no haya la menorambigüedad.Porotraparte,elmédicodequelehabloesunhombredemuchoprestigio y de grandes conocimientos, que ha salvado la vida al señorPillerault,tíosegundodelyernodeusted,elseñorvizcondePopinot.Siustedtienelabondaddeprometermeestosdospuestos,eldeljuezdepazyelcargomédicoparamiamigo,yoleaseguroqueconseguiréqueestaherenciavayaapararasusmanoscasiintacta…Digocasiintacta,porqueestarágravadaporloscompromisosquehabráquecontraerconellegatarioyconvaríaspersonasmáscuyoconcursonosseráabsolutamenteindispensable.Ustednocumplirásuspromesashastaqueyohayacumplidolasmías.

LIII

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Condicionesdeltrato

La presidenta que se acababa de cruzar de brazos como una personaobligadaaescucharunsermón,losdescruzó,miróaFraisieryledijo:

—Caballero, posee usted la virtud de la claridad para todo lo que leconcierne,peroporloquerespectaamí,esusteddeunaoscuridad…

—Bastarán dos palabras para aclararlo todo—dijo Fraisier—. El señorpresidenteeselúnicoherederoentercergradodelseñorPons.ElseñorPonsestámuy enfermo, va a testar, si es que no lo ha hecho ya, en favor de unalemánamigosuyollamadoSchmucke,yelimportedeestaherenciaserádemás de setecientos mil francos. Dentro de tres días espero contar conreferenciasexactasacercadelacifra…

—Siendoasí—sedijo lapresidenta,abrumadapor laposibilidaddeestasuma—,hecometidoungranerrorpeleándomeconélycolmándolede…

—No,señoramía,porquedenoserporestaruptura,estaríamásalegrequeunaspascuasynosenterraríaatodos,austed,alseñorpresidenteyamí…LosdesigniosdelaProvidenciasoninescrutables—añadióparaenmascarartodoloodiosodeaquellaidea—.¡Quévamosahacerle!Ennuestraprofesiónsevaa lopositivode lascosas.AhorapuedeustedcomprenderporquéenelaltopuestoqueocupaelseñorpresidenteMarville,noharíanada,nopodríahacernadaen la situaciónactual.Estápeleadoamuerte con suprimo,ustedesnovennuncaaPons,lehanexpulsadodelasociedad;sindudatienenrazonesdepesoparaobrarasí;peroahoraesteinfelizestáenfermoylegasusbienesasuúnico amigo.Un presidente del tribunal real de París nada puede contra untestamento en debida forma hecho en semejantes circunstancias. Pero, entrenosotros, es muy desagradable cuando se tiene derecho a una herencia desetecientosuochocientosmilfrancos…¡quiénsabe!,quizáunmillón,yseesel único heredero designado por la ley, quedarse sin nada…Sólo que, paraconseguirlo, es forzoso recurrir a intrigas muy bajas; estos casos son tandifíciles,tandelicados,hayqueenfrentarsecongentetaninferior,concriados,con subordinados, y hay que seguir los acontecimientos tan de cerca, queningún procurador, ningún notario de París puede encargarse de un asuntocomo éste. Esto pide un abogado sin pleitos, como yo, de competenciaprobada, real, de fidelidad segura, y cuya situación, precaria, le ponga almismonivelqueeldetodaestagente.Enmidistritomeocupodelospleitosdelospequeñosburgueses,delosobreros,delagentedelpueblo…Sí,éstaesla situación en queme ha puesto la enemistad de un fiscal hoy sustituto enParís, que nome perdonómi superioridad. Señora, yo sé cómo es usted, sécuáleslafirmezadesuprotección,yenesteservicioquepuedoprestarlehecreídoverelfindemisdesdichasyeltriunfodemiamigoeldoctorPoulain…

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Lapresidentasequedópensativa.Fueunmomentode indecibleangustiaparaFraisier.Vinet,unodelosoradoresdelcentro,procuradorgeneraldesdehacía dieciséis años, diez veces designado para vestir la toga de canciller,padredelfiscaldeMantesnombradosustitutoenParísdesdehacíaunaño,eraun enemigo para la rencorosa presidenta… El altivo procurador general noocultaba su desprecio por el presidente Camusot. Fraisier ignoraba y debíaignorarestacircunstancia.

—¿Notienenadamássobrelaconcienciaqueelhechodehaberdefendidoalasdospartesdeunpleito?—preguntómirandofijamenteaFraisier.

—La señora presidenta puede pedir informes al señor Leboeuf; el señorLeboeufestabaamifavor.

—¿EstásegurodequeelseñorLeboeufdarábuenosinformesdeustedalseñordeMarvilleyalseñorcondePopinot?

—Yorespondodeello,sobre tododadoqueelseñorOlivierVinetyanoestáenMantes;porque,entrenosotros,estemagistradillosecodabamiedoalbuen señor Leboeuf. Además, señora presidenta, si me lo permite, iré aMantes,averalseñorLeboeuf.Estonoretrasaránada,yaquenosabrénadasegurosobrelacifradelaherenciahastadentrodedosotresdías.Quieroydeboocultara la señorapresidenta todos los resortesdeesteasunto;pero larecompensaqueesperopremiarámiabsolutafidelidad,¿acasonoeslamejorgarantíadeléxito?

—Deacuerdo,dispongaen favor suyoal señorLeboeuf,y si laherenciatienelaimportanciaqueustedafirma,delocualyodudo,leprometolasdosplazas,desdeluego,sóloencasodeéxito.

—Yorespondodeello.Sóloqueesperoquetengalabondaddehacerveniraquí a su notario y a su procurador cuando les necesite, de darme unaprocuración para obrar en nombre del señor presidente y de decir a estosseñoresquesiganmisinstruccionesyquenotomenningunainiciativaporsucuenta.

—Ya que tiene la responsabilidad—dijo solemnemente la presidenta—,debe tener también laomnipotencia.Pero¿estámuyenfermoelseñorPons?—preguntósonriendo.

—Adecir verdad, saldría de ésta, sobre todo asistiéndole un hombre tancompetente como el doctor Poulain, porque mi amigo no es más que uninocenteespíadirigidopormíenfavordelosinteresesdeusted,yescapazdesalvarle;peroelenfermotieneasuladoaunaporteraqueporganarsetreintamil francos le empujaría a la fosa. No es que vaya a matarle, no le daráarsénico,noestancompasiva,haráalgomuchopeor,leasesinarámoralmente,le hará sufrirmil inquietudes cada día. El pobre viejo, en una atmósfera de

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silencio,de tranquilidad,biencuidado,mimadoporamigos,enelcampo,serestablecería; pero acorraladoporuna señoraEvrardque en su juventud fueunadelastreintaostrerasmásbellasquehacelebradoParís,ávida,charlatanaybrutal,atormentadoporellaparahacerun testamentoenelquesalgamuyaventajada,elenfermoterminaráfatalmenteconunendurecimientodehígado,quizáenestemismomomentoseleestánformandocálculos,yparaextraerloshabráquerecurriraunaoperaciónquenopodráresistir…Eldoctor,quetienetan buen corazón… está en una situación dificilísima. Tendría que hacerdespediraestamujer…

—¡Si es una arpía, un monstruo!—exclamó la presidenta aflautando lavoz.

Esta semejanza entre la terrible presidenta y él mismo hizo sonreírinteriormente a Fraisier, que sabía a qué atenerse acerca de estas suavesmodulaciones ficticias de una voz agria por naturaleza. Se acordó de aquelpresidente,protagonistadeunode loscuentosdeLuisXI,queestemonarcafirmó con la últimapalabra.Estemagistrado, casado conunamujer cortadapor el patrón de la deSócrates, y careciendo de la filosofía de este hombreilustre, hizomezclar sal con la avena de sus caballos ordenando que se lesprivara de agua. Cuando sumujer salió a pasear por la orilla del Sena, loscaballosseprecipitaronhaciaelaguaparabeberyelmagistradodiograciasalaProvidencia quedeunmodo tannatural le había libradode sumujer.Enaquellos momentos, la señora de Marville daba gracias a Dios por haberpuestojuntoaPonsaunamujerqueleslibrasehonradamentedeél.

—Yonoaceptaríaunmillón—dijo—acambiodeunactoreprochable…ElamigodeusteddebedecirlaverdadalseñorPonsyhacerquedespidanaestaportera.

—Señora,enprimerlugarlosseñoresSchmuckeyPonsestánconvencidosdequeesamujeresunángelydespediríanamiamigo.Yademásesabárbaraostrera es la bienhechora del doctor, fue ella quien le introdujo en casa delseñor Pillerault. Él recomienda a esta mujer que trate al enfermo con lamáxima delicadeza, pero sus recomendaciones sugieren a la portera losmediosdeagravarlaenfermedad.

—Y¿qué opina su amigo acerca del estadodemi primo?—preguntó lapresidenta.

Fraisier hizo estremecer a la señora de Marville con la precisión de surespuestayporlalucidezconlaqueleyóensucorazón,tanávidocomoeldelaCibot.

—Dentrode seis semanas se abrirá el testamento.Lapresidentabajó losojos.

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—¡Pobre hombre! —dijo intentando en vano adoptar una expresiónafligida.

—¿Tiene la señora presidenta algo que decir al señor Leboeuf? Voy aMantesporferrocarril.

—Sí, espere un momento, le escribiré una nota invitándole a cenar connosotrosmañana;necesitoverleparaponernosdeacuerdoafinderepararlainjusticiadequeustedhasidovíctima.

Unavezhubosalidolapresidenta,Fraisier,queyaseveíajuezdepaz,noera el mismo hombre que había entrado en aquella estancia: parecía máscorpulento, respiraba a pleno pulmón el aire de la felicidad y los vientosfavorables del éxito. Sacaba del ignorado depósito de la voluntad nuevas yfuertesdosisdeestadivinaesencia,ysesentíacapaz,igualqueRémonencq,deuncrimen,contalquenoexistiesenpruebas,paratriunfar.Habíaabordadoaudazmente a la presidenta, convirtiendo las conjeturas en realidades,lanzando afirmaciones un poco a ciegas, con el único objeto de que ella leencargase el rescate de esta herencia y le otorgara su protección.Representante de dos inmensas miserias y de deseos no menos inmensos,ahora rechazaba despectivamente su horrible casa de la calle de la Perle.EntreveíamilescudosdehonorariosporloquerespectabaalaCibot,ycincomilfrancosencasadelpresidente.Aquellosignificabatenerunpisodecoroso.Y finalmente saldaba su deuda con el doctor Poulain. En algunas de estasnaturalezasvenenosas,agriasypredispuestasalamaldadporelsufrimientooporlasenfermedades,sedanlossentimientoscontrariosenungradoigualdeviolencia: Richelieu era tan buen amigo como enemigo cruel. Enagradecimiento a la ayuda que le había prestado Poulain, Fraisier se habríadejadohacerpedazosporél.Lapresidenta,alvolverconunacartaenlamano,contemplósinservistaporélaaquelhombrequesoñabaconunavidafelizydesahogada,yleencontrómenosfeoquelaprimeravezquehabíaposadosumirada en él; además, iba a servirle, y no semira con losmismos ojos uninstrumentoquenospertenecequeelqueesdelvecino.

—Señor Fraisier —dijo—, usted me ha demostrado que es hombre detalentoylecreocapazdeserfranco.

Fraisierhizoungestoelocuente.

—Puesbien—siguiódiciendolapresidenta—,leruegoquecontesteconsinceridadaestapregunta:¿EsqueelseñordeMarvilleoyovamosavernoscomprometidoscomoconsecuenciadesusgestiones?

—Señora, yo no hubiese venido a verla si un día hubiera podidoreprocharmeelhaberempañadosu reputación,aunque lamanchasólo fuesecomolacabezadeunalfiler,yaqueentoncespareceríagrandecomolaluna.

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Olvida usted que para llegar a ser juez de paz en París, tengo que dejarlasatisfecha.Enmividayahe recibidouna lecciónyha sidodemasiadodurapara que ahora me arriesgue a recibir otro correazo semejante. En fin, unaúltimacosa.Todasmisgestiones,cuandosetratedeusted,seránsometidasdeantemanoasuaprobación…

—Perfectamente.AquítienelacartaparaelseñorLeboeuf.Ahoraesperomásdetallessobreelvalordelaherencia.

—Estoes laclavede todo—dijomaliciosamenteFraisier saludandoa lapresidentacontodalagraciaquelepermitíasufisonomía.

—¡Quégolpedesuerte!—sedijolaseñoraCamusotdeMarville—.¡Ah!¡Voyaserrica!CamusotserádiputadoporquedejaremosaesteFraisiereneldistritodeBolbecynosobtendrálamayoría.¡Quéinstrumento!

—¡Quégolpedesuerte!—sedecíaFraisierbajandoporlaescalera—.¡YmenudacomadrelaseñoraCamusot!Yonecesitaríaunamujerconestasdotes.Yahora¡manosalaobra!

YpartióparaMantes,dondenecesitabaobtenerelapoyodeunhombrealque apenas conocía; pero contaba con la señora Vatinelle, a quiendesgraciadamente debía todos sus infortunios, y las penas de amor son amenudo como la letra de cambio protestada de un buen deudor, que llevaintereses.

LIV

Avisoalossolterones

Tresdíasmástarde,mientrasSchmuckedormía,yaquelaseñoraCibotyel ancianomúsico se dividían ya la tarea de atender y velar al enfermo, laporterahabía tenido loqueella llamabaunaagarradaconelpobrePons.Noseráociosorecordaraquíunadelastristescaracterísticasdelahepatitis.Losenfermos que sufren del hígado están predispuestos a la impaciencia, a lacólera,yestascóleraslesalivianmomentáneamente;igualqueenelaccesodefiebre, se siente surgir dentro de sí fuerzas excesivas. Una vez pasado elacceso, llega el abatimiento, el collapsus, como dicen los médicos, y eldesgastequehatenidoelorganismoseapreciaentoncesentodasugravedad.Y así, en las enfermedades del hígado, y sobre todo en aquellas cuya causaresideengrandesdisgustos,elpaciente,despuésdeunagranexcitación,caeenunestadodeabatimientoquepuedesermuypeligroso,teniendoencuentaque está sometido a una dieta severa. Es una especie de fiebre que agita elmecanismodeloshumoresdelhombre,yaqueestafiebrenoestálocalizadani

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enlasangrenienelcerebro.Estadesazóngeneraloriginaunamelancolíaenlaqueelenfermosienteodioporsímismo.Enestasituación,cualquiercosapuede producir un peligroso estado de irritación. La Cibot, a pesar de lasrecomendacionesdeldoctor,nocreía,comomujerdelpueblosinexperienciani instrucción, en estos desarreglos del sistema nervioso por el sistemahumoral.LasexplicacionesdelseñorPoulainparaellaeranideasdemédico.Comotodalagentesencilla,loquequeríaatodacostaeraalimentaraPons,yparaimpedirlequeledieraaescondidasjamón,unabuenatortillaochocolatedevainilla,hubierasidoprecisoqueeldoctorPoulainledijeseunafrasetantajantecomo:

—DéalseñorPonsunsolocachitodecualquiercosaylematarácomosiledispararaconunapistola.

Latestarudezdelasclasespopularesporloquerespectaaestacuestiónestangrande,quelarepugnanciadelosenfermosporiralhospitalsedebeaqueelpueblocreequeallímatanalagenteporquenodandecomer.Lamortalidadcausadaporlosvíveresquelasmujerespasanocultamenteasusmaridoseratan grande, que los médicos tomaron la decisión de ordenar un registro deextremadaseveridadlosdíasenquelasfamiliasibanavisitaralosenfermos.La Cibot, para provocar una disputa momentáneamente necesaria a larealizacióndesusbeneficiosinmediatos,contósuvisitaaldirectordelteatro,sinolvidarsuagarradaconlaseñoritaHéloïse,labailarina.

—Pero¿quéhaidoahacerallí?—lepreguntóporterceravezelenfermo,quenopodíafrenaralaCibot,unaveziniciadoeltorrentedepalabras.

—Yentonces,cuandoyolehedicholoquesemerecía,laseñoritaHéloïse,al ver quién era, ha bajado velas y nos hemos hecho la mar de amigas…¿Decíaustéquequéheidoahaceralteatro?—elijorepitiendolapreguntadePons.

Haycharlatanes,yéstossonloscharlatanesdegenio,querecogendeestemodolasinterpelaciones,lasobjecionesylasobservaciones,yselasreservanpara alimentar su verborrea; como si el manantial de su palabrería pudierallegarasecarse.

—PuesheidoparasacardelapuroalpobreseñorGaudissart;necesitaunaparatituraparaunballet,ycomousténoestáencondicionesdegarabatearenel papel y resolver el problema…He oído decir que iban a llamar a un talseñorGarangeotparaponermúsicaalosMohicanos…

—¡Garangeot! —exclamó Pons furioso—, ¡Garangeot, un hombre sinningúntalentoaquienyonoquiseporprimerviolín!Tienemuchoingenioyescribemuybiencrónicasdemúsicaenlosperiódicos,peromegustaríaverlecomponiendounapartitura…¿Yporquédiabloshatenidoqueiralteatro?

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—¿Seráostinadoestedemoniodehombre?Vamosaver,nonossubamosporlasparedescomolasmoscas…¿Seveconánimosdeescribirmúsicaenelestadoenqueseencuentra?Pero¿sehamiradoalespejo?¿Quiereunespejo?Perosinotienemásquelapielyloshuesos…estádébilcomoungorrión…yse ve capaz de trabajar… pero si ni mis facturas podría hacer… Esto merecuerda que tengo que subir a ver a la del tercero, que nos debe diecisietefrancos…ydiecisietefrancosnosondedespreciar;despuésdepagarlacuentadel boticario, no nos quedan ni veinte francos… Había que decirle a esteseñor,quetieneelairedesermuybuenapersona,elseñorGaudissartquierodecir… Me gusta este nombre… es todo un Roger Bontemps que meconvendría…¡Éstesíquenuncatendrápiedrasenelhígado…!Pueshabíaquedecirle en qué estado se encontraba usté… Vaya, como usté está enfermo,temporalmentelehabuscadounsustituto…

—¡Unsustituto!—exclamóPonsconvoztunante,mientrasseincorporabaenlacama.

En general los enfermos, sobre todo los que están ya al alcance de laguadaña de la Muerte, se aferran a sus puestos con la misma ansia quemuestranlosprincipiantesparaobtenerlos.Alpobremoribundosusustituciónleparecióyaunanticipodelamuerte.

—El doctor me ha dicho—siguió— que voy mejorando mucho, y quedentrodepocoreemprenderélavidanormal.¡Ustedmehaarruinado,mehaasesinado!

—¡Bah,bah!—protestó laCibot—. ¡Yaestamosdisparatando! ¡Vaya,demodoquesoysuverdugo,¿no?,yéstossonlospiroposquemededicaconelseñorSchmuckeapenasvuelvolaespalda!¡Yaoigoloquedicedemí,ya!¡Esustéunmostruodeingratitud!

—¿Pero cómo no se da cuenta de que si yo dejo pasar así, aunque sóloseanquincedíasde convalecencia, cuandovuelvamediránqueestoyviejo,queestoychocho,quesoydeotraépoca,quesoyImperio,rococó?—exclamóelenfermo,quequeríavivir—.Garangeotsehabráhechoamigosenelteatro,conoceráatodoelmundo,desdeeldelataquillahastalosdelasluces.Habrábajado el tono para una actriz que no tendrá voz, habrá lamido las botas alseñorGaudissart;graciasasusamigos,habrápublicadoloselogiosdetodoelmundoenlosperiódicos;y,créame,señoraCibot,queenunantrocomoaquél,se sabe encontrar piojos hasta en la cabeza de un calvo… ¿Pero por quédiabloshatenidoqueiralteatro?

—¡Pero, hombre de Dios, el señor Schmucke ha discutido el asuntoconmigoduranteochodías!¿Quéquiereusté?¡Cómosevequesólopiensaensímismo!¡Esustéunegoístacapazdedejarmoriralosquelecuidan!¡PerosielpobredelseñorSchmuckehaceunmesqueseestáquedandoenloshuesos,

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queandacomounfantasma,queyanopuedeiraningunaparte,nidarclases,nitrabajareneltreatro…!¿Oesqueusténovenada?Éllevelaporlanoche,yyo le reemplazoduranteeldía.Aestasalturas, siyopasase lasnochesenblanco, como hacía al principio, cuando creía que lo de usté no sería nada,tendríaquedormirduranteeldía…Yentonces,¿quiénibaahacerlacasaylacomidaytodo?¿Eh?Puesvasesabe,laenfermedáeslaenfermedá…ea…

—NoesposiblequeaSchmuckeselehayaocurridoesto…

—¡Anda!¿Puesquéquiereusté?¿Queestohayasalidodemicaletre?¿Secreequesomosdehierro?SielseñorSchmuckehubieseseguidodandosieteuochoclases,ytrabajandoeneltreatrotodoslosdíasdeseisymediaaonceymedia,dirigiendolaorquesta,endiezdíasloenterrábamos…¿Quiereustéquesenosmueraestehombrequeesbuenocomoelpan,queseríacapazdedarlavida por usté? Por la memoria de mi madre, que en mi vida he visto unenfermocomousté…¿Quéhahechodelsentidocomún,lohaempeñadoenelmontedepiedá?Aquítodosnosmatamosporusté,sehacetodoconlamejorintención, y el señor no está contento… ¿Qué quiere? ¿Volvernos locos deatar?Yo,paraempezar,yaestoyderrengada,yaverquévaavenirluego…

La Cibot podía hablar sin obstáculos, ya que la cólera impedía a Ponspronunciar ni una palabra; se retorcía en la cama, articulaba interjeccionespenosamente, se moría. Como siempre, al llegar a esta fase, la disputa seresolvía bruscamente en mieles de afecto. La portera se precipitó; sobre elenfermo, le cogió por la cabeza, le obligó a tenderse y le arropó con elcobertor.

—¡A quién se le ocurre ponerse de este modo! Pero hombre de Dios,acuérdese de que está enfermo; es lo que dice el bueno del señor Poulain.Vamos,cálmese;seabueno,hombre.Siesustéelencantodetodoslosqueleconocen,hastaeldoctorvieneaverledosvecesaldía.¿Quévaadecirsi leencuentraenesteestadodeexcitación?¡Oh,mesacaustédequicio!Estonoestábien…CuandosetienealaseñoraCibotporenfermera,hayquetenerleconsideraciones… ¡Y usté venga a gritar y venga hablar! ¡Si se lo hanprohibido,yalosabe!Elhablarleexcita…¿Yporquéseponefueradetino?Al fin y al cabo, toda la culpa es suya… Es usté quien me busca lascosquillas…Vamos,searazonable…SielseñorSchmucke,quelellevaenlasentretelasdelcorazón,deacuerdoconmigo,hemoscreídohacerleunfavor…puesbienhechoestá,querubínmío…

—Schmuckenohapodidodecirlequefueraalteatrosinconsultarme…

—¿Ahora qué quiere? ¿Que despierte a este ángel deDios, que duermecomounbendito,yquemelotraigadetestigo?

—¡No,no,esono!—exclamóPons—.SimibuenSchmuckeha tomado

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esta decisión es que tal vez yo estoy peor de lo que creía —dijo Pons,dirigiendounamirada llenade infinita tristeza sobre los objetos de arte quedecoraban suhabitación—.Habráquedecir adiós amisqueridos cuadros, atodas estas cosas que yo había convertido en amigos… Y también a misublimeSchmucke…¡Oh!¿Seráposible?

LaCibot,estaatrozcomedianta,sesecólosojosconelpañuelo.Estamudarespuestasumergióalenfermoensombríasmeditaciones.Abatidoporlosdosgolpesquehabíarecibidoenlugarestansensibles,lavidasocialylasalud,lapérdidadesuempleoylaperspectivadelamuerte,quedótandeprimidoquenotuvofuerzasparaencolerizarse.Ycayóenunestadodepostración,comountísicodespuésdesuagonía.

—Yaveusté,porelbiendelseñorSchmucke—dijolaCibotviendoasuvíctima totalmente vencida— debería hacer llamar al notario del barrio, elseñorTrognon,queesmuybuenhombre…

—SiempremeestáhablandodeesteTrognon…—dijoelenfermo.

—¡Ah!Amímedaigualqueseaéluotro…¡Paraloquemevaadejar…!

Y cabeceó dubitativamente, en señal de desprecio de las riquezas. Serestablecióelsilencio.

LV

LaCibotsehacelavíctima

Enestemomento,Schmucke,quedormíadesdehacíamásdeseishoras,despertado por el hambre, se levantó, acudió a la habitación de Pons y lecontempló durante unos instantes sin decir nada, ya que la señora Cibot sehabíapuestoundedosobreloslabioshaciendo:

—¡Chist!

Luegolaporteraselevantó,seacercóalalemánparahablarlealoídoyledijo:

—¡GraciasaDios!Porfinseduerme,esrebeldecomounmulo…¡Quélevamosahacer,sedefiendecontralaenfermedá…!

—No,no,alcontrario,tengomuchapaciencia—respondiólavíctimaconun tono quejumbroso que acusaba un terrible abatimiento—; pero, queridoSchmucke,esquehaidoalteatroparahacerquemedespidieran.

Hizo una pausa, sin fuerzas para terminar. La Cibot aprovechó este

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intervaloparahacerunsignoaSchmucke,indicándolequelacabezayanolefuncionababien,ydijo:

—Nolellevelacontraria,podríamorírsenos…

—Y—siguiódiciendoPonsmirandofijamentealpobreSchmucke—dicequetúlehasdichoquelohiciera…

—Sí —respondió Schmucke heroicamente—, hapía gue hacerlo. No detreogupes… téjanos salfarte… es una dondería gue de mades drabajandoguandodienesundesoro…bontepuenoy tespuésyaengondraremosalcunagosillaparairdirandoyderminaremosnuesdrostíasdranguilamenteallatotelapuenatelaseñoraCipod…

—¡Tehapervertido!—respondiódolorosamentePons.

Elenfermo,alnovera laseñoraCibot,quesehabíasituadodetrásdelacamaparapoderocultaraPonslasseñalesquehacíaaSchmucke,creyóquesehabíaido.

—¡Meestáasesinando!—añadió.

—¿Ah, sí? ¿De modo que le estoy asesinando? —dijo la portera conmirada colérica, mientras se ponía en jarras—. ¿De modo que ésta es larecompensadehaberlesidomásfielqueunperrofaldero…?¡Ay,Dios!

Yseechóallorar,dejándosecaerenunsillón,yesaactitudteatralcausóunagranimpresiónaPons.

—Puesbien—dijovolviendoa levantarseydirigiendoa losdosamigosestasmiradas demujer queodia y lanzan a un tiempodisparosdepistola yveneno—,yaestoycansadadenohacernadabienydematarmetrabajando.¡Búsquenseunaveladora!

Losdosamigossemiraronasustados.

—¡Sí,sí,yapuedenmirarsecomodosactores!¡Lodicho,dichoestá!Voya pedirle al doctor Poulain que les busque una veladora. Y vamos a pasarcuentas.Tendránquedevolvermeel dineroquehegastado conustedes…Yquenoleshubierareclamadonunca…YoqueheidoaveralseñorPilleraultparapedirleprestadosquinientosfrancos…

—¡Esdáenfermo!—dijoSchmuckeprecipitándosesobrelaseñoraCibotyabrazándolaporlacintura—,dencahacienda…

—Ustésíqueesunángel,yyobesaríapordondepisa—dijoella—.PeroelseñorPonsnomehaqueridonunca,siempremehaodiado…Yademás,alomejorsecreequequieroquemedejealgoensutestamento…

—¡Chist!¡Fausdedamadarle!—exclamóSchmucke.

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—Adiós—dijo la portera a Pons, fulminándole con lamirada—. Por elmalqueledeseo,quesemejore.Cuandoseaamableconmigoycuandocreaqueloqueyohagoestábienhecho,yavolveré…Mientras,mequedoenmicasa…Ustéeracomomihijo,y¿dóndesehavistoqueloshijosserevuelvancontralasmadres?…No,no,señorSchmucke,noquierosabernada…Yolesubiré lacenaylesserviré;perobusquenunaveladora,pídanleunaalseñorPoulain…

Alcabodeunahora, laCibot,envezdeentrarenlahabitacióndePons,llamóaSchmuckeatravésdelapuertadelaalcoba,anunciandoquelacenaestabaservidaenelcomedor.

Elpobrealemán,entonces,intensamentepálidoyconelrostrodemudadoycubiertodelágrimas,acudióalallamada.

—¡ElbopreBonstelira!—dijo—.Bredendegueesustetunamalfada.Essuenvermedat—dijoparaconmoveralaCibot,sinacusaraPons.

—¡Oh, ya estoy harta de su enfermedad! Oiga, ¿verdá que no es ni mipadre,nimimarido,nimihermano,nimihijo?Mehacogidoojeriza,puesbueno,queselascompongasolo…Austéyasabequeyoleseguiríahastaelfin del mundo; pero cuando una pone toda su alma, su corazón, todos susahorros, deja de lado al marido, cae enferma… y encima se oye tratar demalvada…vamos,quelacosayapasadecastañooscuro…

—¿Gasdaño?

—¡Sí, castaño oscuro! Pero bueno, ya está bien de palabras, vamos a lopositivo. Me deben ustedes tres meses, que a ciento noventa francos, sonquinientossetenta;máselalquiler,queyahepagadodosveces,queaquíestánlosrecibos,seiscientosfrancos,améndeloscéntimosporcadalibradeleñaylascargas;entotalestohacemildoscientosfrancos,menosunpico,yademásestán los dos mil francos, desde luego sin intereses. Resumiendo, tres milcientonoventaydos francos…Ypiensenquevananecesitar almenosdosmil francospara laveladora,elmédico, losmedicamentosy lacomidade laveladora.PorestolehepedidoprestadosmilfrancosalseñorPillerault—dijoenseñandoelbilletedemilfrancosquelehabíadadoGaudissart.

Schmucke escuchaba este balance en medio de una estupefacción muycomprensible,yaqueteníadefinancieroloquelosgatosdemúsicos.

—Señora Cipod, Bons no esdá en sus gabales… Berdónele, sicagüidándole,sigasientonuesdrabrovitencia…Selobidoderotillas…

YelalemánseprosternóantelaCibot,besandolasmanosdesuverdugo.

—Escuche, querubínmío—dijo la portera, haciendo que se levantara ybesándole en la frente—, resulta queCibot está enfermo, está en la cama y

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acabo de hacer llamar al doctor Poulain. En estas circunstancias tengo queponerenordenmiscuentas.Además,Cibot,quemehavistollegarhechaunmardelágrimas,sehapuestotanfuriosoquenoquierequevuelvaaponerlospies aquí. Es él quien exige su dinero, es suyo, claro está. Nosotras, lasmujeres, nopodemoshacer nada enun caso así. Pero si se le devolviera sudinero,lostresmildoscientosfrancos,talvezsecalmaría.Estodalafortunaque tiene el pobre, los ahorros de veintiséis años de casado, el fruto de sussudores.Quieretenersudineromañanamismo,noesposibleaplazarlomás…UsténoconoceaCibot,cuandoseenfadaseríacapazdemataraunhombre.Entonces tal vez podría convencerle para queme dejara seguir cuidándoles.Nosepreocupe,dejaréquemedigatodoloquelepaseporlacabeza.Sufriréestemartirioporelamordeusté,queesunángeldeDios…

—No,yosólosoyunboprehompregueguiereasuamico,guetaríalavitaborsalfarle…

—Pero…yeldinero¿qué?MiqueridoseñorSchmucke,permitaqueledéunconsejo;usténotienedineroynecesitatresmilfrancos,¿no?Bueno,¿puessabe loqueharíayo si estuviera en su lugar?Nome lopensaríadosveces,venderíasieteuochocuadroscualquieradeéstos,ylossustituiríaporlosqueestánenlahabitacióndeusté,decaraalaparedporfaltadesitio…Alfinyalcabo,¿quédiferenciahayentreuncuadroyotro?

—¿Yborgué?

—¡Es tandesconfiado! ¡Se lohaceser laenfermedá,porquecuandoestábuenoescomouncorderino!Escapazdelevantarseydeirahusmear;ysiporcasualidá entra en la sala, aunque está tan débil que no podrá pasar de lapuerta,almenosveráquenofaltaninguno…

—Esfertat…

—Pero no le diremos nada de que los hemos vendido hasta que estécompletamentebien.Siquiereconfesárselo,échemetoda laculpaamí,digaqueteníanecesidaddepagarme.Yoyaestoyacostumbrada…

—Bero yo no buedo tisponer de gosas gue no me berdenecen… —respondiósencillamenteelbuenalemán.

—Entoncestendréquedenunciarlespordeudas,austéyalseñorPons.

—Seríamadarle…

—Elija…¡Pero,porDios,vendaloscuadros,ydígaselodespués…!Puedeenseñarlelacitacióndeljuzgado…

—Sí,sítenúncienos…serámiexgusa…asíbodréenseñarlelacidación…

Aquelmismodía,alassiete,laseñoraCibot,quehabíaidoaconsultara

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un escribano, llamó a Schmucke. El alemán se vio en presencia del señorTabareau, quien le conminó a pagar; ante la respuesta que dio Schmucke,temblandodepiesacabeza,sevioemplazadojuntoaPons,anteel tribunal,paraversecondenadosalpago.Elaspectodeaquelhombre,elpapeltimbradollenodegarabatos,produjerontalefectoenSchmucke,queyanoresistiómás.

—Fendalosguadros—dijoconlágrimasenlosojos.

Al día siguiente, a las seis de la mañana, Élie Magus y Rémonencq,descolgabancadaunosuscuadros.Yextendierondosrecibosentodareglapordosmilquinientosfrancos:

«El abajo firmante, en representación del señor Pons, reconoce haberrecibido del señor ÉlieMagus la suma de dosmil quinientos francos comopreciodecuatrocuadrosquelehevendido,debiéndoseemplearladichasumaen atender a las necesidades del señor Pons. El primero de estos cuadros,atribuidoaDurero,esunretratodemujer;elsegundo,deescuelaitaliana,estambiénunretrato;elterceroesunpaisajeholandésdeBreughel;elcuarto,uncuadro florentino que representa una Sagrada Familia, y cuyo autor esdesconocido».

El recibo de Rémonencq estaba redactado en los mismos términos, ycomprendía un Greuze, un Claudio de Lorena, un Rubens y un Van Dyck,disfrazadosbajolosnombresdecuadrosdelaescuelafrancesaydelaescuelaflamenca.

—Esdetineroaúnmeharágreergueesdaschucheríasfalenalco…—dijoSchmuckealrecibirloscincomilfrancos.

—Sí,desdeluegoalgovalen…—dijoRémonencq—.Yoledaríacienmilfrancosportodo.

El auvernés accedió a sustituir los ocho cuadros por otros cuadros delmismo tamaño en losmismosmarcos, eligiendo entre los lientos de calidadinferiorquePonshabíapuestoenlahabitacióndeSchmucke.

LVI

Lapartedelleón

ÉlieMagus,unavezenposesióndeaquellascuatroobrasmaestras,hizoque laCibot le acompañara hasta su casa, con el pretexto de pasar cuentas.Perosehizoelpobre,encontródefectosaloscuadros,quesegúnél,habíaquerestaurar,yofrecióa laCibot treintamilfrancosdecomisión;consiguióquelosaceptara,enseñándolelosdeslumbrantespapelesenlosqueelBancohabía

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hecho imprimir lapalabraMILFRANCOS…MagusobligóaRémonencqadar una suma igual a la Cibot prestándosela con la garantía de los cuatrocuadros que conservó en depósito. Los cuatro cuadros de Rémonencqparecieron tan bellos a Magus que no se resignó a devolverlos, y al díasiguientellevóseismilfrancosdebeneficiosalchamarilero,quienlecedióloscuatro lienzosmediante factura.LaseñoraCibot, ricadesesentayochomilfrancos,exigiódenuevoasusdoscómpliceselmásprofundosecreto,yrogóal judíoque ledijeraenquépodría invertiraqueldinerodemodoquenadiepudierasaberquelepertenecía.

—CompreaccionesdelferrocarrildeOrleáns;ahoraestánatreintafrancospordebajodelapar,peroentresañosvaadoblarsudinero,ysólotendráunostrozosdepapelquecabenenunacartera.

—No semueva de aquí, señorMagus, voy a buscar al procurador de lafamiliadelseñorPons;quieresaberaquépreciosequedaríaustedtodoslostrastosdearriba…Voyabuscarle.

—¡Ay,sifueraviuda!—dijoRémonencqaMagus—;seríaunbuenpartidoparamí,sobretodoahoraqueyaesrica…

—SobretodosiinviertesudineroenelferrocarrildeOrléans;endosaños,doblaráelcapital.Yotambiénheinvertidoasímispequeñosahorros—dijoeljudío—,ladotedemihija…Vamosadarunavueltaporelbulevarhastaquellegueelabogado…

—SiDiosquisierallevarseaesteCibot,queyaestámuyenfermo—siguióRémonencq—,yopodríateneraunamujerdecarácterparallevarunatienda,ymededicaríaalcomercioengrande…

—Buenos días, querido señor Fraisier—dijo la Cibot con tonomeloso,entrandoeneldespachodesuconsejero—.¿Esverdadloquemehadicholaporteradequesevaamudar?

—Sí, señora Cibot; voy a trasladarme a la casa del doctor Poulain, alprimer piso, encima de donde vive él. Pediré prestados de dos a tres milfrancosparaamueblardebidamenteelpiso,queleaseguroqueesprecioso,elpropietario acabadedejarlo comonuevo.Comoya lehabíadicho,defiendolosinteresesdelpresidentedeMarville,ademásdelosdeusted…Yanovoyahacermásdeprocurador,meharéinscribirenelColegiodeAbogados,yellomeobligaavivirenunlugardigno.LosabogadosdeParíssólopermitenqueingreseensucorporaciónquienposeaunmobiliariorespetable,unabiblioteca,etc. Yo soy doctor en derecho, he hecho mis prácticas y tengo protectorespoderosos…Bueno,¿cómovannuestrosasuntos?

—Siquisieraustéaceptarmiseconomíasqueestánenlacajadeahorros—le dijo la Cibot—; no es gran cosa, unos tres mil francos, el fruto de

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veinticincoañosdeahorrosydeprivaciones…Ustépodríahacermeunaletradecambio,comoRémonencq,porqueyosoyignoranteynosémásqueloquemeenseñan…

—No, nuestros estatutos prohíben a los abogados suscribir letras decambio; leharéun reciboconun interésdel cincopor cientoyustedme lodevuelvesileconsigomildoscientosfrancosderentavitaliciaenlaherenciadelseñorPons.

LaCibot,cogidaenlatrampa,guardósilencio.

—Quiencalla,otorga—prosiguióFraisier—.Tráigamelomañanamismo.

—Yo no tengo ningún inconveniente en pagarle sus honorarios poradelantado—dijolaCibot—;estoyseguradequetendrémirenta.

—¿Cómo van nuestros asuntos?—preguntó Fraisier, haciendo un signoafirmativoconlacabeza—.AyerporlatardeviaPoulain…Parecequequiereustedhacermarcharmuyaprisalodesuenfermo;otroataquecomoeldeayeryseleformaráncálculosenlavesículabiliar…Leaconsejoqueletrateconsuavidad,miqueridaseñoraCibot,nohayquecrearseremordimientos.Todostenemoslosdíascontados…

—¡Déjemeenpazconsus remordimientos!¿Oesquequierevolvermeahablar de la guillotina? El señor Pons es un viejo ostinado, usted no leconoce…¡Escapazdesacardesuscasillasacualquiera!Nohaypersonamásintratable que él, sus parientes tenían razón, es cazurro, vengativo yostinado… Bueno, como ya le había dicho, el señor Magus está en casaesperándole.

—Bien,puesvamosallá;delvalorde lacoleccióndepende lacifrade larenta que obtendrá usted; si vale ochocientos mil francos usted tendrá milquinientosfrancosdevitalicio…¡Esoconstituyeunaverdaderafortuna!

—Deacuerdo,yalediréquetasetodoslosobjetosaconciencia.

Una hora más tarde, mientras Pons dormía profundamente, después dehaber tomado demanos de Schmucke una poción calmante recetada por elmédico,perocuyadosishabíasidodobladaporlaCibotsinqueseenteraraelalemán, Fraisier, Rémonencq y Magus, los tres personajes patibularios,examinabanpiezaporpiezalosmilsetecientosobjetosdequesecomponíalacolección del viejo músico. Como Schmucke se había acostado, aquelloscuervosqueolfateabanuncadáverhabíanquedadodueñosdelcampo.

—No hagan ruido—decía la Cibot cada vez queMagus se extasiaba ydiscutíaconRémonencqinstruyéndolesobreelvalordeunaobradearte.

Era un espectáculo acongojante el de aquellas cuatro codicias diferentessopesandolaherenciaduranteelsueñodelhombrecuyamuerteeraelobjeto

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de sus afanes. La estimación del valor de los objetos que contenía el salóndurótreshoras.

—Por términomedio—dijo el viejo y astroso judío— cada objeto valeunosmilfrancos.

—¡O sea un millón setecientos mil francos! —exclamó Fraisier,estupefacto.

—Noparamí—siguióMagus,cuyamiradasehizomásfría—.Noestoydispuestoadarmásdeochocientosmilfrancos;nuncasesabeeltiempoquehabrá que tener esto en la tienda… Hay grandes obras de arte que no sevendenantesdediezaños,yelpreciodeadquisiciónsehadobladoporinteréscompuesto;peropagaríaestacantidadalcontado.

—Ensualcobahayvidrieras,esmaltes,miniaturasy tabaquerasdeoroydeplata—observóRémonencq.

—¿Podríanverse?—preguntóFraisier.

—Voyaversiduermeprofundamente—replicólaCibot.

Yaunaseñaldelaportera,lastresavesdepresaentraronenlaestancia.

—¡Allíestánlasobrasmaestras!—dijo,señalandoalsalón,Magus,cuyablancabarbatemblabaportodossuspelos—.¡Peroaquíestánlasriquezas!¡Yquériquezas!Losreyesnotienennadamásbelloensustesoros.

LosojosdeRémonencq,porreflejodelastabaqueras,relucíancomodoscarbunclos.Fraisier, sereno, fríocomounaserpientequese levanta sobre sucola,adelantabasuplanacabezaysemanteníaenlaposturaquelospintoresprestanaMefistófeles.Estostresdiferentesavaros,sedientosdeorocomolosdiablosloestándelrocíodelparaíso,coincidieronendirigirlamiradahaciaeldueño de tantas riquezas, ya que había hecho uno de esos movimientosinspiradosporunapesadilla.Derepente,sometidoalaaccióndeaquellostresrayosdiabólicos,elenfermoabriólosojosyprofirióunospenetrantesgritos…

—¡Ladrones…!¡Aquí,aquí!¡Socorro…!¡Quemeasesinan…!

Evidentemente seguía soñando una vez despierto, ya que se habíaincorporado en la cama, con los ojos dilatados, en blanco, fijos, sin podermoverse.

Élie Magus y Rémonencq se precipitaron hacia la puerta; pero allíquedaroncomoparalizadosporestafrase:

—¡Magusaquí…!¡Mehantraicionado!

El enfermo se había despertado por el instinto de conservación de sutesoro,sentimientoalmenosigualaldelaconservaciónpersonal.

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—SeñoraCibot,¿quiénesestehombre?—preguntóestremeciéndoseanteelaspectodeFraisier,quepermanecíainmóvil.

—¡Caray! ¿Qué quería? ¿Que le echase a la calle? —dijo la porteraguiñando un ojo y haciendo una señal a Fraisier—. Este señor acaba depresentarseaquíydicequevieneennombredelafamiliadeusté…

FraisiernopudoevitarunmovimientodeadmiraciónporlaCibot.

—Sí,vengodepartedelaseñorapresidentadeMarville,desumaridoydesu hija, que se interesan por su salud; casualmente se han enterado de queestabaustedenfermo,ydesearíanserellosmismosquieneslecuidaran…LeofrecenquesetrasladealapropiedaddeMarvilleparaqueallípuedarecobrarlasalud;laseñoravizcondesaPopinot,lapequeñaCécileaquientantoquiereusted,seríasuenfermera…hasidoellaquienlehadefendidoantesumadreyquienlehahechoreconocerelerrorquehabíacometido.

—Y mis herederos le envían—exclamó Pons indignado— dándole porguíaalperitomáshábil,alexpertomásentendidodeParís…¡Ah!¡Ungolpemaestro!—siguió, prorrumpiendo en risas como un loco—. ¡Vienen a tasarmis cuadros, mis antigüedades, mis tabaqueras, mis miniaturas! ¡Puesadelante,tásenlo!Aquítienenaunhombrequenosóloentiendeentodo,sinoqueademáspuedecomprarlo,porqueesdiezvecesmillonario…Misqueridosparientesnotendránqueesperarmuchoparaquedarseconmiherencia—dijoconprofundaironía—,mehandadoelgolpedegracia…¡Ah,señoraCibot!¡Usted que dice ser mi madre, introduce aquí mientras duermo a losmarchantes,amirivalyalosCamusot…!¡Fueratodos…!

Yelenfermo,sobrexcitadoporladobleaccióndelacóleraydelmiedo,selevantócomoundescarnadoesqueleto.

—Apóyese enmi brazo—dijo la Cibot, precipitándose sobre Pons paraevitarquecayera—.Cálmese,estosseñoresyasehanido.

—¡Quieroverelsalón…!—dijoelmoribundo.

LaCibotindicóporseñasalosotrostrescuervosquelevantaranelvuelo;luego,cogióaPons,lolevantócomounaplumaylovolvióaacostar,apesardesusgritos.Alveraldesgraciadocoleccionistacompletamenteagotado,fueacerrarlapuertadelpiso.LostresverdugosdePonsestabanaúnenelrellano,ycuandolaCibotlesvio,lesdijoquelaesperaran,mientrasoíalaspalabrasqueFraisierdirigíaaMagus:

—Escríbame una carta firmada por los dos, comprometiéndose a pagarnovecientosmilfrancosalcontadoporlacoleccióndelseñorPons,yharemosloposibleparaquepuedanhacerunbuennegocio.

Luego pronunció una frase al oído de laCibot, una sola frase que nadie

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pudooír,ybajóalaporteríajuntoconlosdoscomerciantes.

LVII

EnelqueSchmuckeseelevahastaeltronodedios

—SeñoraCibot—dijoelpobrePonscuandovolviólaportera—,¿sehanido?

—¿Sisehanido?¿Quiénes?—preguntó.

—Estoshombres…

—¿Quéhombres?¡Vamos,ahoraresultaquehavistohombres!—dijo—.Acabadetenerunasubidadelafiebrequesinollegaaserpormí,seechaporlaventana,yencimamesaleahoraconnoséquédehombres…¿Vaadurarmuchotodoesto?

—Pero¡cómo!,haceunmomento¿nohabíaaquíunseñorquedecíaquehabíasidoenviadopormifamilia?

—Mire, no me haga perder los estribos—dijo la portera—. ¿Sabe ustédóndetendríaqueestar?¡EnChalenton…!¡Yavehombres!

—¡ÉlieMagus!¡Rémonencq!

—¡Ah,bueno!ARémonencqsíquepuedehaberlovisto,porquehasubidoadecirmequemipobreCibothaempeorado;oseaquetendréqueplantarles,y ya se apañarán. ¡MiCibot es antes que nada, ea!Cuandomimarido estáenfermoyoyanoconozcoanadie.Procuretranquilizarseydormirunpardehoritas,queyahemandadollamaralseñorPoulainyvolveréconél…Ande,bebaestoyseabueno.

—¿Quenohabíanadieaquí,enmihabitación,haceunmomento,cuandomehedespertado?

—¡Nadie!—dijolaportera—.HabrávistoustéalseñorRémonencqporelespejo.

—Tiene razón, señora Cibot —dijo el enfermo, amansándose como uncordero.

—Eso es, sea razonable… Adiós, querubín mío, quédese tranquilo quevuelvodentrodeunsegundo.

Cuando Pons oyó que se cerraba la puerta del piso, reunió sus últimasfuerzasparalevantarse,yaquesedijo:

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—¡Me engañan! ¡Me roban! Schmucke es como un niño que se dejaengañarporcualquiera.

Y el enfermo, animado por el deseo de aclarar el misterio de aquellahorribleescenaqueleparecíademasiadorealparaserunavisión,logróllegarhasta lapuertadesualcoba, laabriópenosamenteyseencontróensusalóndonde la vista de sus queridos cuadros, de sus estatuas, de sus broncesflorentinos, de sus porcelanas le reanimó. El coleccionista, en bata, con laspiernas desnudas, la cabeza ardiendo, pudo dar la vuelta a las dos callesformadaspor los aparadoresy los armariosquedividían así el salón endospartes.Enunprimergolpedevistasudueño locontó todoyadvirtióqueelmuseoestabacompleto.Yaibaadarmediavueltacuandosumiradasefijóenun retrato de Greuze que estaba en el lugar del Caballero de Malta deSebastiándelPiombo.LasospechasurcósuinteligenciacomounrelámpagoTaya un cielo tormentoso. Miró hacia los lugares ocupados por sus ochomejorescuadrosyvioquetodoshabíansidosustituidos.Derepente losojosdel pobre hombre quedaron cubiertos de un velo negro, sufrió undesvanecimiento y se desplomó. Este desmayo fue tan completo que Ponspermanecióenelsuelodurantedoshoras;allíleencontróSchmucke,cuandoel alemán se despertó y salió de su habitación para ir a ver a su amigo.Schmuckeacostadegrandesesfuerzoslogrólevantaralmoribundoyvolverleameter en la cama; pero cuando dirigió la palabra a lo que era ya casi uncadáver y no recibiómás que unamirada vidriosa y unas palabras vagas ybalbuceantes,elpobrealemán,enlugardeperderlacabezaseconvirtióenunhéroedelaamistad.Empujadoporladesesperación,aquelhombre-niñotuvoestas inspiraciones que sólo tienen las mujeres enamoradas o las madres.Empapó toallas en agua caliente (¡fue capazde encontrar toallas!), envolvióconellas lasmanosdePonsyse laspuso tambiénen labocadelestómago;luegocogióaquellafrentehúmedayfríaentresusmanosyevocólavidaconunpoderdevoluntaddignodeApoloniodeTiana.Besóasuamigoenlosojoscomo estasMarie que los grandes escultores italianos han esculpido en losbajorelieves llamadosPietà,besandoelCristo.Estosesfuerzosdivinos,estaefusióndeunavidaaotra,estaobrademadreydeamantefuecoronadaconun pleno éxito. Al cabo de una media hora, Pons, reconfortado, volvió aadquirir apariencia humana: el color vital volvió a los ojos, el calor interiorsuscitó elmovimientoen losórganos.Schmuckehizobeber aPonsaguademelisamezcladaconvino,elespíritudelavidaseencarnóenaquelcuerpoylainteligenciabrillódenuevoenaquellafrentequepocoanteserainsensiblecomo una piedra. Pons comprendió entonces a qué santa abnegación, a quépoderdeamistadsedebíaaquellaresurrección.

—¡Denoserporti,estaríamuerto!—dijosintiéndoseelrostrodulcementebañado por las lágrimas del buen alemán que reía y lloraba a un mismotiempo.

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Aloírestafrase,mentalmenteimploradaeneldeliriodelaesperanza,queequivale al de la desesperación, el pobre Schmucke, agotadas todas susfuerzas,pareciódeshincharsecomounglobopinchado.Le tocóaélel turnodecaer,seabandonóenunsillónyjuntandolasmanos,diograciasaDiosconunafervienteplegaria.¡Paraélacababadeproducirseunmilagro!Nocreíaenel poder de su oración, pero sí en el del Dios a quien había invocado. Sinembargo, elmilagro era un efectonatural que losmédicoshan constatado amenudo.

Un enfermo a quien se prodiga el afecto, cuidado por personas que seinteresanpor suvida, en igualdadde condiciones se salvadelmalquehacesucumbiraquienestáenmanosdemercenarios.Losmédicossenieganaveren estos casos los efectos de un magnetismo involuntario, y atribuyen esteresultado a una medicación adecuada y al exacto cumplimiento de susdisposiciones. Pero muchas madres conocen la virtud de estas ardientesproyeccionesdeunconstantedeseo.

—¡MibuenSchmucke…!

—Nohaples,yaoicologuedicedugorazón…¡Tesgansa,tesgansa!—dijoelmúsicosonriendo.

—¡Pobre amigomío! ¡Qué almamás noble! ¡Hijo de Dios que vive enDios!¡Elúnicoserquemehaamado!—dijoPonsconinterjecciones,dandoasuvozmodulacionesdesconocidas.

Elalma,dispuestayacasiavolar,sehallabacontenidaporenteroenestaspalabras,queproporcionaronaSchmuckegocescasiigualesalosdelamor.

—¡Fife,fifesopredodo!Yoserégomounleón,drabajarébaralosdos…

—Escúchame,mi buen,mi fiel,mi adorable amigo…Déjame hablar, eltiempourge,porqueyoyaestoymuerto,ynovolveréarecuperarmedeotrascrisiscomoésta…

Schmuckellorabacomounniño.

—Escúchame,luegollorarás…—dijoPons—.Erescristianoytienesquesometerte.Mehan robado y ha sido laCibot…Antes de dejarte, tengo queexplicartecómosonlascosasdelavida,túnolasconoces…Hanrobadoochocuadrosquevalíanmuchísimo.

—Berdóname,yoloshefendido…

—¿Tú?

—Yo…—dijoelpobrealemán—,noshafíandenunciadoporteutas…

—¿Denunciado?¿Quién?

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—¡Esbera…!

SchmuckefueabuscarelpapeltimbradoquehabíadejadoelalguacilyselomostróaPons.

Pons leyó atentamente aquel grimorio. Después de leerlo, dejó caer elpapel y guardó silencio. Aquel observador del trabajo humano que hastaentoncessehabíadespreocupadodelmoral,terminóporcontartodosloshilosdelatramaurdidaporlaCibot.Suverbodeartista,suinteligenciadealumnodelaAcademiadeRoma,todasujuventud,volvióaélporunosinstantes.

—Mi buen Schmucke, obedéceme militarmente. ¡Escucha! Baja a laporteríaydileaesemonstruodemujerquequisieravolveraveralapersonaque me ha enviado mi primo el presidente, y que si esta persona no sepresenta,tengolaintencióndelegarmicolecciónalmuseo;quequierohacertestamento.

Schmucke cumplió el encargo; pero apenas había empezado a hablarcuandolaCibotlerespondióconunasonrisa.

—MibuenseñorSchmucke,nuestroqueridoenfermoha tenidounacesodefiebreyhacreídovergenteensuhabitación.Yoledoymipalabrademujerhonrada que no ha venido nadie de parte de la familia de nuestro queridoenfermo…

SchmuckefueallevarlacontestaciónquerepitiótextualmenteaPons.

—¡Vaya,esmáspilla,másastuta,másmaquiavélicadeloquecreía!—dijoPons sonriendo—; miente con un descaro… Figúrate que esta mañana hatraídoaquíaunjudíoquesellamaÉlieMagus,aRémonencqyaotrohombrequenoconozco,peroqueélsolotieneunaspectomáshorriblequelosotrosdos juntos. Ella contaba que, mientras yo dormía, se podría evaluar miherencia,pero lacasualidadhahechoquemedespertaray leshevistoa lostressopesandomistabaqueras.Luegoeldesconocidohadichoquehabíasidoenviadopor losCamusot,yhehabladoconél…¡Yesta infameCibot luegomehasostenidoqueyosoñaba!¡MibuenSchmucke,yonoestabasoñando!Heoídoperfectamenteaestehombre,mehahablado…Losdoscomerciantesse han asustado y se han ido…Creía que la Cibot se iba a volver atrás…Bueno,latentativahasidoinútil…Voyatenderleotratrampaenlaqueestamalvadatienequecaer…Mipobreamigo,túcreesquelaCibotesunángel,yes una mujer que, desde hace un mes, me está asesinando movida por lacodicia.Yome resistía a creer en tantamaldad en unamujer que nos habíaservido fielmente durante varios años. Esta vacilación me ha perdido…¿Cuántotehandadoporlosochocuadros?

—Cingomilvrancos.

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—¡SantoDios, valen veinte vecesmás!—exclamó Pons—. Es la flor ynata demi colección.No tengo tiempode intentar unproceso; además, elloequivaldría a ponerte en evidencia, por haberte dejado engañar por estosgranujas… ¡Un proceso te mataría! ¡Tú no sabes lo que es la justicia! Lacloacadetodaslasinfamias…Alvertantoshorrores,lasalmascomolatuyasucumben. Y además, ya serás suficientemente rico. Estos cuadros mecostaroncuatromilfrancos,ylostengodesdehacetreintayseisaños…Peronoshanrobadoconunahabilidadsorprendente…Yoyaestoyalbordedelatumba,ytúereselúnicoquemepreocupa…,tú,elmejordeloshombres.Ynoquieroqueteveasdespojado,porquetodoloquetengoestuyo.Oseaquehay que desconfiar de todo el mundo, y tú nunca has desconfiado. Dios teprotege, ya lo sé; pero puede olvidarte unmomento, y serías desvalijado yrobado como un barco mercante. La Cibot es un monstruo, ¡me estámatando…!Ytúvesenellaaunángel;quieroquelaconozcas;veadecirleque,porfavor,teindiqueunnotario,porquequierohacertestamento…ahoralaverástalcomoes…

SchmuckeescuchabaaPonscomosileestuviesecontandoelApocalipsis;queexistieseunsertanperversocomodebíaserlaCibot,siPonsteníarazón,equivalíaparaélanegarlaProvidencia.

—MibopreamicoBonsseengüendradanmal—dijoelalemán,unavezestuvodenuevoen laportería, dirigiéndose a la señoraCibot—,gueguierehacerdesdamento;fayaapuscarunnodario…

Schmuckehabíahabladoenpresenciadevariaspersonas,yaqueelestadodeCiboteracasidesesperado.Rémonencq,suhermana,dosporterasdeunascasasvecinasquehabíanacudido,trescriadosdeunosinquilinosdelacasayelinquilinodelprimerpisoquedaalacalle,sehallabanobstruyendolapuertacochera.

—¡Ah, vaya usté mismo a buscar un notario! —exclamó la Cibot conlágrimasenlosojos—.¡Quelehagasutestamentoquienquiera!Cuandomipobre Cibot está a las puertas de la muerte, no seré yo quien le deje paraservirles… Daría todos los Pons del mundo para conservar a Cibot…, unhombrequeentreintaañosdecasadosnomehadadoniasídeundisgusto…

Yvolvióameterseenlaportería,dejandoaSchmuckesinsaberquéhacer.

—¿Así que el señor Pons está muy mal? —preguntó a Schmucke elinquilinodelprimerpiso.

Este inquilino, llamado Jolivard, era un empleado del registro, en lasoficinasdelPalaciodeJusticia.

—¡Ha esdado a bunto de morirse, hace un momendo! —respondióSchmucke,conprofundodolor.

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—Aquí cerca, en la calle San Luis, vive el notario señor Trognon —observóelseñorJolivard—.Eselnotariodelbarrio.

—¿Quierequelevayaabuscar?—preguntóRémonencqaSchmucke.

—Sí, bor vafor…—respondió Schmucke—, ya gue la señora Cipod nopuedeadenderamiamico,brefieronotejarlesoloenelesdadoenqueesdá…

—La señora Cibot nos estaba diciendo que está perdiendo el juicio —siguióJolivard.

—¿Bons logo? —exclamó Schmucke aterrorizado—. Nunga ha denidomáslucitez…esdoesloguehaceguemebreocupemásborsusalut…

Todas las personas que componían aquel grupo escuchaban laconversaciónconunacuriosidadmuynatural,quehizoquesegrabaraensumemoria. Schmucke, que no conocía a Fraisier, no pudo reparar en aquelrostrosatánicoyaquellosojosbrillantes.Fraisier,pronunciandounaspalabrasaloídodelaCibot,habíasidoelautordeaquellaescenatanaudaz,quetalvezrebasabalasposibilidadesdelaCibot,quien,sinembargo,habíadesempeñadosupapelconunaseguridadasombrosa.Hacerpasarporlocoalmoribundo,erauna de las piedras angulares del edificio construido por el leguleyo. ElincidentedelamañanahabíasidoaprovechadoporFraisier;ydenoserporél,tal vez la Cibot, en su turbación, se habría desmentido cuando el inocenteSchmucke había ido a tenderle un lazo rogándole que volviera a llamar alenviadodelafamilia.Rémonencq,quevioveniraldoctorPoulain,buscóunpretextoparadesaparecer.Yheaquíelporqué.

LVIII

Uncrimenpunible

Rémonencq, desde hacía diez días, hacía las veces de la Providencia, locualmolesta extraordinariamente a la Justicia, que aspira a representarla enexclusiva.Rémonencqqueríadesembarazarseatodacostadelúnicoobstáculoque se oponía a su felicidad. Para él la felicidad consistía en casarse con laapetecibleporteraytriplicarsucapital.Yalveralsastrecillobebersesutisana,selehabíaocurridolaideadeconvertirunaindisposiciónenunaenfermedadmortal,ysuoficiodechatarrerolehabíaproporcionadolosmedios.

Una mañana, mientras fumaba su pipa con la espalda apoyada en lachambrana de la puerta de su tienda, soñando en una hermosa casa deantigüedadesenelbulevardde laMadeleine,donde laCibot, soberbiamentevestida,sedaríaairesdegranseñora,susojosseposaronsobreunaarandela

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decobremuyoxidada.SúbitamenteseleocurriólaideadeirlimpiandopocoapocosuarandelaenlatisanadeCibot;atóuncordelitoalaarandela,queeradel tamañode unamoneda de cinco francos, ymientras laCibot se hallabaocupadaencasadesusseñores,ibatodoslosdíasainteresarseporlasaluddesuamigoelsastre;duranteestavisitadeunospocosminutos,sumergíaenlatazalaarandelaoxidada;yalirse,larecuperabatirandodelcordel.Estaleveadición de cobre cargado de su óxido, vulgarmente llamado cardenillo,introducía secretamenteunprincipiodeletéreo en labenéfica tisana, pero enproporciones homeopáticas, lo cual le haría causar daños incalculables.Veamos cuáles fueron los resultados de esta homeopatía criminal. Al tercerdía,alpobreCibotselecayeronloscabellos,losdientesletemblabanenlosalveolos,ylaeconomíadetodoelorganismoquedóprofundamenteafectadaporaquellaimperceptibledosisdeveneno.EldoctorPoulainsedevanabalossesosalverlosefectosdelainfusión,yaqueeralosuficientementeentendidocomoparareconocerlaaccióndeunagentedestructor.Sellevólatisanasinquenadie se enteraray la analizóélmismo;peronoencontrónada.El azardispuso que aquel día, Rémonencq, asustado por las consecuencias de suacción,nohubiesesumergidoenlatazasuarandelafatal.EldoctorPoulainsejustificóantesímismoyantelaciencia,suponiendoque,aconsecuenciasdeunavidasedentariaenunaporteríahúmeda,lasangredelsastre,quesepasabatodo el día encorvado sobre la mesa, ante aquella ventana con rejas, habíapodido descomponerse por falta de ejercicio, y sobre todo por respirarcontinuamentelasemanacionesdeunfétidoarroyo.LacalledeNormandíaesunadeesascallesviejasdecalzadapartida,enlasquelaciudaddeParísaúnno ha puesto fuentes públicas, y en las que un arroyo negruzco recoge lasmalolientesaguasresidualesdetodaslascasas,quesefiltranenlatierraydanorigenalfangotanpeculiardelaciudaddeParís.

LaCibot ibayvenía constantemente,mientrasque sumarido, trabajadorincansable,permanecíasiempreanteaquellaventana,sentadocomounfaquir.Las rodillas del sastre se habían anquilosado, la sangre se aglomeraba en elbusto; las piernas delgadas y retorcidas, se convertían en miembros casiinútiles. Y así era como el color cobrizo de Cibot parecía naturalmenteenfermizo desde hacía mucho tiempo. La buena salud de la mujer y laenfermedaddelmaridoparecíanaldoctorunhechonatural.

—¿Peroquémal tienemipobreCibot?—habíapreguntado la portera aldoctorPoulain.

—Mi querida señora Cibot —respondió el medico—, se muere de laenfermedad de los porteros…Su caquexia general nos anuncia que tiene lasangreincurablementeviciada.

Un crimen sin objeto, que no beneficiaba a nadie, en el que nadie teníainterés, terminó por borrar de la mente del doctor Poulain sus primeras

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sospechas.¿QuiénpodíaquerermataraCibot?¿Sumujer?ElmédicolaveíaprobarlatisanadeCibotmientraslaazucaraba.Sonmuchosloscrímenesqueescapana lavenganzade la sociedad; y engeneral son losque se cometen,comoéste,sinquehayapruebasevidentesdeunactodeviolencia:lasangrevertida, el estrangulamiento, los golpes, en una palabra, los procedimientostoscos y groseros; pero sobre todo cuando el asesinato aparentemente nobeneficia a nadie, y se comete entre las clases inferiores. El crimen sedenuncia por su vanguardia, por odios, por codicias visibles de las que seenteralagenteantecuyosojossevive.Peroenlascircunstanciasenlasqueseencontrabanelsastrecillo,RémonencqylaCibot,nadieteníainterésenbuscarelmotivodelamuerte,exceptoelmédico.Aquelporteroenfermizo,derostrooliváceo,sindinero,adoradoporsumujer,carecíadeenemigos.Losmóvilesylapasióndelchamarileroseocultabanenlasombra,asícomolafortunadelaCibot.Elmédicoconocíaa fondoa laporteraysussentimientos, lacreíacapaz de atormentar a Pons; pero sabía que no tenía ningún interés —ytampocosuficientevalor—decometeruncrimen;además,ellamismabebíaunacucharaditadetisanacadavezqueeldoctorvenía,yqueladabaabeberasumarido.

Poulain,elúnicodequienpodíavenirlaluz,creyóenalgúnazardelmal,una de estas sorprendentes excepciones que hacen de la medicina unaprofesión tanpeligrosa.Y,enefecto,elsastrecillo,comoconsecuenciadesuvida casimeramente vegetativa, se encontraba en tanmalas condiciones desalud,queaquellaimperceptibleadicióndeóxidodecobredebíamatarle.

Las comadres, los vecinos, reaccionaron también de un modo quecontribuyóaalejartodasospechadeRémonencqyajustificaraquellamuertesúbita.

—¡Ah!—exclamaba uno—. ¡Ya hace tiempo que yo decía que el señorCibotteníamuymalaspecto!

—Trabajaba demasiado —respondía otro—; este hombre se ha matadotrabajando.

—Nunca me hacía caso —decía un vecino—; yo le aconsejaba que eldomingofueraadarunpaseoyqueellunesnotrabajara,porqueyocreoquedosdíasalasemanaparadescansarnoesdemasiado.

En resumen, que los rumores del barrio, tan delatores, y que la justiciarecogepormediodelaorejadelcomisariodepolicía,estereydelaclasebaja,explicaban perfectamente la muerte del sastrecillo. Sin embargo, el airepensativo, los ojos inquietos del señor Poulain, preocupaban mucho aRémonencq; y por esto, cuando vio venir al doctor, se ofrecióprecipitadamenteaSchmuckeparairabuscaraaquelseñorTrognonaquienconocíaFraisier.

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—Volverécuandosehagaeltestamento—dijoFraisieraloídodelaCibot—;pienseque,apesardesudolor,tienequevelarporsusintereses.

Elleguleyo,quedesaparecióconlaligerezadeunasombra,encontróasuamigoelmédico.

—¡Hombre, Poulain! —exclamó—. Todo va sobre ruedas. Estarnossalvados… ¡Esta noche te diré cómo! Piensa en el puesto que más teconvenga, lo tendrás…Yo ya soy juez de paz… Tabareau no podrá seguirnegándomeasuhija…Encuantoati,yomeencargodequetecasesconlaseñoritaVitel,lanietadenuestrojuezdepaz.

FraisierdejóaPoulainestupefactoanteaquellasextravagantespalabras,yseprecipitóhaciaelbulevarcomounabala;hizounaseñalalómnibus,yendiezminutosestemodernocarruajeledejóalaalturadelacalledeChoiseul.Eran cerca de las cuatro, y Fraisier estaba seguro de encontrar sola a lapresidenta,yaquelosmagistradosnosuelenabandonarelPalaciodeJusticiaantesdelascinco.

La señora de Marville recibió a Fraisier con una amabilidad quedemostrabaque,cumpliendolapromesaquehabíahechoalaseñoraVatinelle,el señor Leboeuf había hablado favorablemente del antiguo procurador deMantes. Amélie estuvo casi zalamera con Fraisier, como la Duquesa deMontpensierdebióserloconJacquesClément;porqueaquelabogadilloerasupuñal.PerocuandoFraisierpresentólacartacolectivaenlaqueÉlieMagusyRémonencqsecomprometíanaadquirirtodalacoleccióndePonsporlasumade novecientos mil francos pagados al contado, la presidenta dirigió alabogadounamiradaenlaqueparecíabrillarlamencionadasuma.Unaoleadadecodiciallegóhastaelleguleyo.

—Elseñorpresidente—ledijoella—mehaencargadoqueensunombreleinviteacenarconnosotrosmañanaporlanoche;estaremosenfamilia;losotroscomensalesseránelseñorGodeschal,elsucesordemiprocuradormaîtreDesroches, Berthier—nuestro notario—,mi yerno ymi hija…Después decomer, usted, yo, el notario y el procurador, celebraremos la pequeñaconferencia que usted solicitó, y le transmitiré nuestros poderes. Estos doscaballeros,talcomoustedexige,estaránasusórdenes,yvelaránparaquetodoesosedesarrollesinincidentes.CuandolanecesitetendrátambiénlaprocuradelseñordeMarville…

—Lanecesitaréeldíadelfallecimiento…

—Estarápreparada.

—Señorapresidenta, sipidounaprocura, siquieroquesuprocuradornointervengaparanada,noesporinterésmío,sinoporelbiendeustedes…¡Yo,cuandomedoy,medoyporentero…!Yenjustacompensación,pidolamisma

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fidelidad, lamismaconfianza amisprotectores, yaque en este caso,nomeatrevo a llamarles mis clientes. Ustedes pueden creer que, al obrar de estemodo, lo que quiero es dirigir yo todo el asunto; no, no, señora mía… Sillegaran a cometerse acciones reprensibles…, ya que tratándose de unaherencia,avecessepasanciertoslímites…,sobretodocuandoestánenjuegonovecientos mil francos… Pues bien, ustedes no pueden desautorizar a unhombrecomomaîtreGodeschal,queeslahonradezpersonificada;perocabeechartodaslasculpasaunabogadilloquenadieconoce…

LapresidentamiróaFraisierconadmiración.

—Llegaráustedmuyarribaomuyabajo—ledijo—.Yoen su lugar, envez de ambicionar este retiro de juez de paz, aspiraría a ser fiscal… ¡enMantes!Yempezarunabrillantecarrera.

—¡Déjemehacer yverá!Ser juezdepazpara el señorVitel, significa irvegetando,peroyoharédeestecargouncaballodebatalla.

YasílapresidentaseviollevadaahaceraFraisiersuúltimaconfidencia.

—SeñorFraisier, leconsideroya tanafectoanuestros intereses—dijo—quevoyaexplicarlelasdificultadesdenuestraposiciónynuestrasesperanzas.El presidente, cuando se proyectó la boda de su hija con un intrigante, queluegosehizobanquero,deseabavivamenteaumentarlapropiedaddeMarvillecon unos pastos que entonces estaban en venta. Como usted ya sabe, noshemosdesprendidodeaquellamagníficafincaparacasaramihija;perocomomi hija es hija única, yo tengo grandes deseos de adquirir el resto de estospastos.Sonunospradosmuyhermososqueenparteyahansidovendidos,yahorapertenecenauninglésquevuelveaInglaterradespuésdehabervividoallíduranteveinticincoaños;haconstruidolamásencantadoradelascasasdecampo,maravillosamentesituada,entreelparquedeMarvilleylospradosqueen otros tiempos dependían de la finca, y para hacerse un parque, hacomprado,aunosprecioslocos,sotos,bosquecillosyjardines.Estacasa,consus dependencias, armoniza admirablemente con el paisaje, y linda con losmuros del parque de mi hija. Los pastos y la casa podríamos tenerlos porsetecientosmilfrancos,yaqueelproductonetodelospradosesdeveintemilfrancos…PerosielseñorWadmanseenteradequesomosnosotrosquieneslocompramos,sindudapedirádosotrescientosmilfrancosdemás,yaquelospierde, si, como suele hacerse con fincas rústicas, la casa no cuenta paranada…

—Señora presidenta, a mi entender, puede usted estar tan segura de laherencia, que me ofrezco a hacer el papel de comprador en beneficio deustedes, y me encargaré de conseguirles la tierra lo más barata posible,medianteuncontratoprivado,comosehaceconlosquenegocianentierras…Me presentaré al inglés como tal. Conozco este tipo de asuntos, enMantes

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eranmiespecialidad;Vatinellehabíadobladoelvalordesubufete,yaqueyotrabajabaensunombre…

—AsísecomprendensusrelacionesconlaseñoraVatinelle…Hoyendíadebesermuyricoestenotario,¿verdad?

—Sí, pero la señoraVatinelle gastamucho…Demodoqueno tieneporquépreocuparse;yoleserviréalinglésenbandeja…

—Si lo consigue, se hará acreedor a nuestra eterna gratitud…Adiós,miqueridoseñorFraisier.Hastamañana…

Fraisiersaliósaludandoalapresidentaconmenosservilismoquelaúltimavez.

—¡MañanacenoencasadelpresidentedeMarville!—sedecíaFraisier—.Yasonmíos.Ahora,paraacabarderedondearelasunto,sólomefaltapoderser el consejerode este alemán, en la personadeTabareau, el escribanodeljuezdepaz.EsteTabareauquemeniegaasuhija,hijaúnica,meladarásisoyjuez de paz. La señorita Tabareau es una joven demasiado alta, pelirroja ytísica,peroespropietaria,graciasasumadre,deunacasaenlaplazaReal;ose,queseréelegible.Alamuertedesupadreaúntendráunasseismillibrasderenta.Noesqueseaguapa;pero¡santoDios!,parapasardeceroadieciochomilfrancosderentanohayquefijarsemuchoenelescalónquenosayudaasubir…

Y, mientras volvía a la calle de Normandía por los bulevares, seabandonaba a este sueño de oro; se abandonaba a la dicha de estar ya parasiempre a salvo de toda preocupación económica; pensaba en casar a laseñorita Vitel, la hija del juez de paz, con su amigo Poulain. Se veía a símismo,deacuerdoconeldoctor,comounodelosreyesdelbarrio,dominandolaseleccionesmunicipales,militaresypolíticas.Losbulevaresparecencortoscuandoquiensepaseaporellos,paseaasísuambiciónacaballodelafantasía.

LIX

Losardidesdeuntestador

CuandoSchmuckevolviójuntoasuamigoPons,ledijoqueCibotestabaagonizando,yqueRémonencqhabíaidoabuscaralnotarioseñorTrognon.APonslellamólaatenciónestenombrequelaCibotlerepetíatanamenudoensus interminablesdiscursos,en losque le recomendabaestenotariocomo lahonradez personificada. Y entonces el enfermo, cuya desconfianza se habíahecho total desde aquellamañana, tuvo una idea luminosa que completó el

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plan que había concebido para burlar a la Cibot ymostrarla tal cual era alcréduloSchmucke.

—Schmucke—dijocogiendolamanodelpobrealemánqueestabacomoaleladoportantasnovedadesytantosacontecimientos—enlacasadebehaberuna gran confusión; si el portero está muriéndose, durante unos momentosseremos más o menos libres, quiero decir sin espías, porque nos espían,puedes estar seguro. Sal a la calle, toma un cabriolé, ve al teatro, dile a laseñoritaHéloïse,nuestraprimerabailarina,quequieroverlaantesdemorir,yquevengaalasdiezymediacuandoterminesuactuación.Luego,irásaveratusdosamigosSchwabyBrunner,ylespedirásporfavorquevenganmañanaa las nueve de lamañana y que finjan que sólo vienen a interesarse pormisaludcomosipasarancercadeaquíyseleshubieraocurridolaideadeveniraverme…

Heaquí el plan forjadopor el viejo artista al sentirsemorir.PonsqueríahacerricoaSchmuckeinstituyéndolesuherederouniversal;y,paraevitarquefuera víctima de cualquier añagaza, se proponía dictar su testamento a unnotarioenpresenciadetestigos,afindequenosesupusieraquehabíaperdidoeljuicioyparaprivaralosCamusotdetodopretextodeimpugnarsuúltimavoluntad.ElnombredeTrognonlehizosospecharalgunamaquinación,creyóadivinar algún vicio de forma proyectado de antemano, alguna infidelidadpremeditada por la Cibot y decidió servirse de aquel Trognon para que ledictara un testamento ológrafo que él sellaría y guardaría en el cajón de sucómoda. Contaba, con hacer que Schmucke, a quien haría ocultar en elsaloncito contiguo a su alcoba, viese a la Cibot apoderándose de estetestamento, rompiendo los sellos, leyéndolo y volviendo a sellarlo. A lamañana siguiente, a las nueve, anularía el testamento ológrafo con untestamentoantenotariototalmenteenreglaeindiscutible.CuandolaCibotletratódelocoydevisionario,élreconocióelodio,lavenganzaylaavidezdelapresidenta; porque el enfermo que guardaba cama desde hacía dos meses,durantesusinsomnios,durantesuslargashorasdesoledadhabíapasadocomoporuntamiztodosloshechosdesuvida.

Losescultoresantiguosymodernosamenudocolocanaambosladosdelatumbaaunosgeniosque sostienenantorchasencendidas.Estos resplandoresiluminan para los moribundos el cuadro de sus faltas, de sus errores,iluminándolestambiénloscaminosdelamuerte.Laesculturaplasmadeestemodounaideamuyprofunda,formulaunhechohumano.Laagoníatienesulucidez. A menudo vemos cómo simples muchachas, adolescentes aún,muestran en estos casos una penetración de centenarias, se hacen comoprofetas,juzganasufamilia,nosedejanengañarporningunacomedia.Eslapoesíade lamuerte.Pero,cosasingularydignadenotarse,semuerededosmaneras distintas. Esta poesía de la profecía, esta penetrante visión, ya sea

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paraelfuturoyaparaelpasado,sólocorrespondealosmoribundosenlosquesolamente lacarneesafectadaporelmal,queperecenpor ladestruccióndelos órganos de la vida carnal. Así, los que mueren, como Luis XIV, degangrena;lostuberculosos,losenfermosquemueren,comoPons,delafiebre,comolaseñoradeMortsaufdelestómago,ocomolossoldadosdelasheridasquelessorprendenenplenavida,éstosgozandeestasublimelucidezytienenmuertes asombrosas, admirables; mientras que los que mueren deenfermedades,por asídecirlo«inteligenciales», cuyomal estáenel cerebro,en el sistema nervioso que sirve de intermediario al cuerpo para proveer decombustiblealpensamiento,éstosmuerendeltodo.Ensucaso,elespírituyelcuerpo sepierden almismo tiempo.Losunos, almas sin cuerpos, son comouna encarnación de los espectros bíblicos; los otros son cadáveres. Aquelhombrevirgen,aquelCatónderefinadopaladar,aquel justocasisinpecado,penetró tardíamente en las bolsas de hiel que componían el corazón de lapresidenta.Comprendióelmundocuandoestabayaapuntodeabandonarlo.Yasíeracomo,desdehacíaunashoras,habíatomadoalegrementesudecisión,como un artista despreocupado para el que cualquier cosa sirve de pretextopara la sátira y la burla. Los últimos vínculos que le unían a la vida, lascadenasdelaadmiración,losfuertesnudosqueligabanalexpertoalasobrasde arte, se habían roto aquellamañana.Al verse robado por la Cibot, Ponshabíadichoadióscristianamentealaspompasyalasvanidadesdelarte,asucolección,asuamistadconloscreadoresdetantascosasbellas,y,alamanerade sus antepasados, sólo quería pensar en la muerte, considerándola comoellos como una de las grandes fiestas del cristiano. En su afecto porSchmucke, Pons intentaba protegerle desde el fondo de su tumba.Esta ideapaternal fue elmotivo de su elección de la primera bailarina, con objeto decontarconunaayudacontralasperfidiasquelerodeaban,yquesindudanoperdonaríanasuherederouniversal.

HéloïseBrisetouteraunadeestasnaturalezasquesiguensiendoauténticasen una posición falsa, capaces de todas las burlas posibles contra losadoradoresquepagaban,unacortesanadelaescueladelasJennyCadineydelasJosépha;perobuenacamaradaysintemerningúnpoderhumano,afuerzade verlos todos débiles, acostumbrada como estaba a enfrentarse con losagentesdepolicíaenunbailetanpococampestrecomoeldeMabilleyenelcarnaval.

—SihahechodarmipuestoasuprotegidoGarangeot,aúnsecreerámásobligadaaayudarme—sedijoPons.

Schmuckepudosalir sinquenadie se fijaraenél,graciasa laconfusiónquereinabaenlaportería,yvolvióconlamáximarapidez,paranodejarsoloaPonsdurantedemasiadotiempo.

ElseñorTrognonllegóparaeltestamentoalmismotiempoqueSchmucke.

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AunqueCibotestabamuriéndose,sumujeracompañóalnotario,leintrodujoenlaalcobayseretiródejandosolosaSchmucke,alseñorTrognonyaPons.Pero, provistadeun espejitoprimorosamente trabajado, se apostó junto a lapuertaquedejóentreabierta.Deestemodopodíanosólooír,sinotambiénvertodoloquesedecíayocurríaenaquelmomentodecisivoparaella.

—Señornotario—dijoPons—,desgraciadamenteestoyenplenaposesióndemis facultadesmentales, ya que siento que voy amorir; y, sin duda porvoluntad,deDios,conozcotodoslossufrimientosdelamuerte…LepresentoalSeñorSchmucke…

ElnotariosaludóaSchmucke.

—Es el único amigo que tengo en el mundo —dijo Pons—, y quieroinstituirlemiherederouniversal;dígamecómodeberedactarseel testamentopara quemi amigo, que es alemán y no sabe nada de nuestras leyes, puedaentrarenposesióndemiherenciasinquenadiepuedadisputársela.

—Todoessusceptibledeprovocarpleitosydisputas—dijoelnotario—,eselinconvenientedelajusticiahumana.Pero,enmateriadetestamentos,loshayquenopuedenserimpugnados…

—¿Cuáles…?—preguntóPons.

—Los testamentos hechos ante notario, en presencia de testigos quécertificanqueeltestadorestáenplenaposesióndesusfacultadesmentales,ysieltestadornotieneniesposa,nihijos,nipadre,nihermano…

—No tengo nada de todo esto, todo mi afecto lo tengo puesto en miqueridoamigoSchmucke,aquípresente…

Schmuckelloraba.

—Entonces,siustedsólotieneparientescolateraleslejanos,laleyledejadisponer libremente de sus bienesmuebles e inmuebles, siempre que no loslegue en condiciones reprobadas por la moral, ya que ya habrá usted oídohablardetestamentosimpugnadosacausadelaextravaganciadeltestador;oseaque,ensusituación,untestamentoantenotarionopuedeserimpugnado.En efecto, la identidad de la persona no puede ser negada, el notario haconstatadoqueestáensusanojuicio,ylafirmanopuededarlugaraningunadiscusión…Sin embargo, un testamento ológrafo, en debida forma y claro,prácticamenteestansegurocomoelotro.

—Por razones que yo conozco,me decido a escribir bajo su dictado untestamento ológrafo, y a confiarlo a mi amigo aquí presente… ¿Puedehacerse?

—Desde luego que sí—dijo el notario—. ¿Quiere usted escribir?Voy adictarle…

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—Schmucke,dameelescritoriodeBoulle.Díctemeenvozbaja;porque—añadió—alguienpuedeestarescuchándonos.

—Antesquenada,dígamecuálessonsusintenciones—dijoelnotario.

Alcabodediezminutos, laCibot, a laquePonsveíaporunespejo,viosellareltestamento,unavezelnotariolohuboexaminadomientrasSchmuckeencendía una vela; luego Pons lo entregó a Schmucke diciéndole que loguardaraenunescondrijoquehabíaensusecreter.El testadorpidióla llavedel secreter, la ató a una punta de su pañuelo y puso el pañuelo bajo laalmohada. El notario, a quien por cortesía se había nombrado albacea, y aquienPonslegabauncuadrodeconsiderablevalor,unodelosobsequiosquelaleypermitehaceraunnotario,saliódelaalcobayencontróenelsalónalaseñoraCibot.

—¿Cómohaido,señorTrognon?¿SehaacordadodemíelseñorPons?

—Mi estimada señora, ¿no esperará usted que un notario traicione lossecretosque lehanconfiado?—respondióel señorTrognon—.Todo loquepuedo decirle es que habrá muchas ambiciones que quedarán frustradas ymuchas esperanzas que serán en vano. El señor Pons ha hecho un hermosotestamento, muy bien orientado, un testamento patriótico que yo aprueboenteramente.

Puede imaginarseelgradodecuriosidadaque llegó laCibot,estimuladapor tales palabras. Bajo a la portería y pasó la noche junto a Cibot,prometiéndosequeseharía reemplazarpor laseñoritaRémonencqyque,dedosatresdelamadrugada,iríaaleereltestamento.

LX

Eltestamentosimulado

Lavisitade laseñoritaHéloïseBrisetouta lasdiezymediade lanoche,parecióbastantenaturalalaCibot;perotuvomiedodequelabailarinahablasedelosmilfrancosquelehabíadadoGaudissart,ylaacompañóprodigándolezalemasyadulacionescomoaunasoberana.

—¡Ah, amigamía!Está ustedmuchomejor aquí que en el teatro—dijoHéloïsemientrassubíalaescalera—,sobretodonohagalatonteríadedejarsuempleo.

Héloïse,aquienhabíaacompañadoencochesuamigodelalma,Bixiou,ibamagníficamentevestida,yaqueluegodebíairaunafiestaquesedabaencasadeMariette,unadelasfigurasmásilustresdelaÓpera.

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El señor Chapoulot, el antiguo pasamanero de la calle Saint-Denis,inquilinodelprimerpiso,quevolvíadelAmbigu-Comiqueconsuhija,quedódeslumbrado, al igual que su mujer, al encontrarse en su escalera con unadamaataviadadeaquelmodo.

—SeñoraCibot,¿quiénes?—preguntólaseñoraChapoulot.

—¡Esunacualquiera…!Unaperdidaquesepuedevercasidesnudatodaslas noches por dos francos…—respondió la portera al oído de la antiguapasamanera.

—¡Victorine,hijamía!—dijolaseñoraChapoulotasuhija—,dejapasaralaseñora.

Héloïsecomprendióestegritodemadreescandalizadaysevolvió.

—Señora, su hija debe ser peor que la yesca… ¿tiene miedo de que seenciendaaltocarme?

HéloïsemiróalseñorChapoulotconexpresiónagradableysonriente.

—Almenosfueradelteatroesloquesediceunarealmoza—dijoelseñorChapoulotquedándoseenelrellano.

LaseñoraChapoulotpellizcóasumaridohastahacerlechillar,yleempujódentrodelpiso.

—¡Vaya,hombre!—dijoHéloïse—.Unsegundoquehatenidoelcaprichodeseruncuarto.

—Usted ya debe estar acostumbrada a subir escaleras —dijo la Cibotabriendolapuertadelpiso.

—¿Quéhay,hombre?—dijoHéloïseentrandoenlaalcoba,enlaquevioalpobremúsicoenlacama,pálidoyconelrostrodemacrado—.Demodoqueno te encuentras bien…En el teatro todo elmundo está preocupado por ti;pero,yasabes,aunquesetengabuencorazón,cadacualtienesusproblemas,ynoseencuentraunmomentopara iravera losamigos.Gaudissartcadadíadicequevaaveniraverte,yluegocadamañanaresultaquelosasuntosdelaadministraciónnoledejan.Apesardetodo,todosteapreciamos…

—SeñoraCibot—dijoelenfermo—,hagaelfavordedejarmeasolasconlaseñorita,tenemosquehablardecosasdelteatroydemipuestodedirectordeorquesta…Schmucke,acompañaráalaseñora…

Schmucke, a una señal de Pons, puso a la Cibot en la puerta y echó elcerrojo.

—¡Vaya!¡Demodoqueésastenemosconelalemán!Otroquetambiénsepervierte—sedijolaCibotaloírestesignificativoruido—.Seguroqueesel

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señorPonsquien le enseña estas jugaditas…Pero,me lovais a pagar todo,amiguitos—sedecíalaCibot,bajandoporlaescalera—.Alfinyalcabo,siestaperdidade saltimbanqui leshablade losmil francos, lesdiréqueesunchistedeteatro.

Yse sentóa la cabeceradeCibot,quien sequejabade tener fuegoenelestómago, ya queRémonencq acababa de darle de beber en ausencia de sumujer.

—Hijamía—dijoPonsalabailarina,mientrasSchmuckeselibrabadelaCibot—, sólo me fío de ti para indicarme un notario honrado que vengamañanaporlamañana,alasnueveymediaenpuntoaredactarmitestamento.Quiero dejar toda mi fortuna a mi amigo Schmucke. Si este pobre alemánfueseobjetodepersecuciones,cuentoconestenotarioparaaconsejarle,paradefenderle. Por esto deseo un notario de prestigio, muy rico, que esté porencima de las consideraciones que hacen doblegar a los hombres de leyes;porque mi pobre heredero debe encontrar un apoyo en él. Desconfío deBerthier,elsucesordeCardot;ytúqueconocesatantagente…

—¡Yaestá!¡Yalotengo!—dijolabailarina—.ElnotariodeFlorine,delacondesadeBruel,LéopoldHannequin,unhombretanvirtuosoquenosabeoqueesunaloreta.Escomounpadreadoptivo,unbuenhombrequenoledejaa una hacer tonterías con el dinero que gana; yo le llamo el padre de lassuripantas, porqueha inculcadoprincipios de economía a todasmis amigas.Paraempezar,hayquesaberquetienesesentamilfrancosderenta,ademásdesu estudio.Y luego lo que pasa es que es un notario como los de antes.Esnotario cuando anda, cuando duerme; sólo ha podido engendrar notarios ynotaritas…Enresumen,queesunseñorpesadoypedante;peroquecuandoestáensusfuncionesnoseinclinaanteningúnpoder…Nohatenidonuncalamenordistracción,esunpadredefamiliafósil…Ysumujerleadoraynoleengaña, a pesar de sermujer denotario…¿Quémás sepuedepedir?ComonotarionolohaymejorentodoParís,Esuntipodepatriarca;noesqueseatandivertido como lo eraCardot conMálaga,pero ésteno esde losque sedespidenalafrancesa,comoelpequeñoquevivíaconAntonia.Mañanaporlamañana,a lasocho, te loenvío.Puedesdormir tranquilo.Ademásyoesperoquetecuresyquepuedasvolverahacernosmúsicadelabonita;pero,alfinyal cabo, ya se sabe, la vida es triste, los empresarios regatean, losministrosmangonean,losricostacañeanylosreyesnosdesvalijan…Losartistasyanotienendeesto—dijoseñalándoseelcorazón—,sonunostiemposcomoparamorirse…Bueno,adiós,quetemejores…

—Sobretodo,Héloïse,teruegolamayordiscreción.

—Noesunasuntode teatro—dijo—;éstaesunacosasagradaparaunaartista.

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—¿Conquiénandasahora,pequeña?

—Conelalcaldedetudistrito,elseñorBeaudoyer,queestantontocomoel difunto Crevel; porque supongo que ya sabes que Crevel, uno de losantiguoscomanditariosdeGaudissart,hamuertohaceunosdías,ynomehadejadonada,nisiquieraunpotedepomada.Porestotedecíaquenuestrosiglomeparecerepugnante.

—¿Dequéhamuerto?

—¡De su mujer! Si hubiese seguido conmigo, aún viviría… Bueno,adiós… Te hablo de fiambres porque dentro de quince días ya te veopaseándote por el bulevar y husmeando nuevas antiguallas; tú no estásenfermo,tienesunamiradamásvivaquenunca…

Ylabailarinasefue,seguradequesuprotegidoGarangeotconservaríayapara siempre la batuta de director de orquesta. Garangeot era su primohermano…Todas las puertas estaban entornadas, y en todos los hogares sesiguió con la mirada el paso de la primera bailarina. Aquél fue unacontecimientoenlacasa.

Fraisier, como estos buldogs que no abandonan la presa en la que hanhincado el diente, permanecía en la portería junto a la Cibot cuando labailarinapasóbajolapuertacocheraypidióqueleabrieranlapuerta.Fraisiersabíaqueeltestamentoestabahecho,yveníaasondearlasdisposicionesdelaportera; ya que maître Trognon, el notario, se había negado a decir ni unapalabrasobreeltestamento,niaFraisiernialaseñoraCibot.

Naturalmente,el leguleyoadvirtió lasalidade labailarina,yseprometiósacarpartidadeaquellavisitainextremis.

—Mi querida señora Cibot —dijo Fraisier—, para usted ha llegado elmomentocrítico.

—¡Ay,sí!—dijoella—.MipobreCibot…¡Cuandopiensoquenopodrádisfrutardeloqueyopuedatener…!

—SetratadesabersielseñorPonslehalegadoalgo;enunapalabra,sisehaacordadodeustedeneltestamento,osilahaolvidado—siguióFraisier—.Yo represento a los herederos naturales, y, suceda lo que suceda, usted notendrá nada de ellos… El testamento es ológrafo, y por consiguiente, muyvulnerable…¿Sabeusteddóndelohanguardado?

—Enunescondrijodelsecreter,yél tienelallave—respondiólaportera—; la ha atado a la punta del pañuelo, y ha puesto el pañuelo debajo de laalmohada…Lohevistotodo.

—¿Estáselladoeltestamento?

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—Pordesgracia,sí.

—Sustraeruntestamentoydestruirloesuncrimen,peroleerlonoesmásque un delito; y, en último término, ¿qué es? Un pecadillo que no tienetestigos.¿Tieneelsueñoprofundonuestrohombre?

—Sí;perocuandohanqueridoexaminarlo todoy tasarlo todo, teníaquedormir comoun tronco,y sehadespertado…¡En fin,yaveremos!Yo iré arelevaralseñorSchmuckehacialascuatrodelamadrugada,ysiquiereustévenir,podrátenereltestamentoensusmanosdurantediezminutos…

—Bien,deacuerdo.Melevantaréalascuatroyllamarémuyflojo.

—LaseñoritaRémonencq,quemereemplazaráalladodeCibot,yaestaráavisadayleabrirálapuerta;perollamealaventanaparanodespertaranaide.

—Deacuerdo—dijoFraisier—;tendráluz,¿no?Conunavelamebastará.

A medianoche, el pobre alemán, sentado en un sillón, abrumado por eldolor, contemplaba a Pons, cuyo rostro crispado, como el de todos losmoribundos, se distendía, después de tantas fatigas, hasta producir laimpresióndequeibaaexpirar.

—Creoquetendréjustolosánimosparallegaramañanaporlanoche—dijoPonsconfilosofía—.MipobreSchmucke,sindudamiagoníaempezaráenlanochedemañana.Cuandosehayanidoelnotarioytusdosamigos,irásabuscar a nuestro buen padre Duplanty, el vicario de la iglesia de SanFrancisco. Él no sabe que estoy enfermo, y quiero recibir los santossacramentosmañana,almediodía…

Hizounalargapausa.

—Dios no ha querido que la vida fuese paramí como yo la soñaba—siguió Pons—. ¡Me hubiese gustado tanto tener una mujer, hijos, unafamilia…!Ser querido por unos cuantos seres, en un rincóndelmundo, eratodamiambición…Lavidaesamargaparatodos;heconocidoapersonasqueteníantodoloqueyotantohedeseadoenvano,yquenoeranfelices…Haciael final de mi vida, Dios me ha hecho encontrar un consuelo inesperadodándome un amigo como tú; tengo que reprocharme el no haberte sabidoconocer, el no haberte sabido apreciar, mi buen Schmucke; te he dado micorazónytodamicapacidaddequerer…Nollores,Schmucke,o tendréquecallarme… Paramí ¡es tan dulce hablarte de nosotros! Si te hubiera hechocaso, ahora viviría. Hubiera abandonado el mundo y mis costumbres, y nohubierarecibidoheridasmortales.Ahora,sóloquieroocuparmedeti…

—No,Bons…

—Nomecontraríes,escúchame,queridoamigo…Tútieneslaingenuidad,el candor de un niño de seis años que no se hubiera separado nunca de su

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madre;estoesalgomuydignoderespeto;creoqueDiosdebevelarélmismopor losseresquese teparecen.Sinembargo, loshombresson tanmalvadosquetengoqueprevenirtecontraellos.Vasaperdertunobleconfianza,tusantacredulidad,estagraciadelasalmaspurasquesólotienenloshombresdegenioyloscorazonescomoeltuyo.DentrodepocovasavercómolaseñoraCibot,quenosestuvoespiandoporlarendijadelapuertaentornada,vendráacogerel falso testamento. Supongo que la muy granuja vendrá esta madrugada,cuandotecreadormido.Escúchamebienysiguemisinstruccionesalpiedelaletra…¿Meoyes?—preguntóelenfermo.

LXI

Profundadecepción

Schmucke,abrumadoporeldolor,sintiendocomosielcorazónlefueseaestallar, apoyó la cabeza en el respaldo del sillón y pareció quedarsedesvanecido.

—Sí, de oico… Bero gomo si esduvieras muy lejos te mí… Dengo laimpresióntehuntirmeenladumbagondigo…—dijoelalemán,vencidoporeldolor.

SeacercóaPons,tomóunadesusmanos,laapretóentrelassuyas,ydijomentalmenteunafervorosaoración.

—¿Quémurmurasenalemán?

—HebedidoaTiosguesenos llevefundos…—respondiósimplemente,unavezterminadasuplegaria.

Pons se incorporó penosamente, ya que sentía en el hígado grandesdolores.PudoinclinarsehaciaSchmuckeylebesóenlafrente,explayandosualmacomounabendiciónsobreaquelsercomparablealcorderoquereposaalospiesdeDios.

—Escúchame,mibuenSchmucke,hayqueobedeceralosmoribundos…

—Deesgucho…

—Tuhabitacióncomunicaconlamíaporlapuertecitadetualcoba,quedaaestecuartodeallado.

—Sí,beroesdállenodeguadros…

—Veahoramismoaapartarlos,sinhacerdemasiadoruido…

—Pueno…

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—Sácalo todoparaquesepuedapasar fácilmenteporestecuarto; luego,dejas entornada tu puerta. Cuando venga la Cibot a reemplazarte (estamadrugada es capaz de llegar una hora antes), tú te vas a dormir comosiempre,ydicesqueteencuentrasmuycansado.Procuraponercarademuchosueño…Cuandoellasesienteenelsillón,pasaalcuartodeallado,yquédateobservándolotododesdedetrásdelavidriera(tendrásqueapartarunpocolacortinademuselina);fíjatebienenloquehaga…¿Comprendes?

—Sí,gomprendo…Dúgreesguevaaguemareldesdamento…

—Noséloquevaahacer,peroestoysegurodeque,despuésdeesto,yanovolverása tenerlaporunángel.Ahora tócamealgo,porfavor,alégrameconalguna de tus improvisaciones…Esto te distraerá, te olvidarás de tus ideasnegras,ymellenaráscontuspoemasestatristenoche…

Schmucke se sentó al piano. Al cabo de unos instantes, la inspiraciónmusical,estimuladaporeldolorylaexcitaciónquelecausaba,seapoderódelbuen alemán, como solía suceder, transportándole más allá de este mundo.Supohallartemassublimessobrelosquebordócaprichosejecutadosyaconeldolory laperfección rafaelescadeChopin,ya conel bríoy lagrandiosidaddantesca de Liszt, las dos visiones musicales que se parecen más a la dePaganini.Laejecución,alllegaraestegradodeperfección,enaparienciaponealejecutantea laalturadelpoeta,queesalcompositor loqueelactoresalautor, un divino traductor de cosas divinas. Pero aquella noche en la queSchmuckehizooíraPonsanticipadamente lasarmoníasdelParaíso,aquellainefablemúsicaquehacecaersusinstrumentosdelasmanosdeSantaCecilia,elalemánfueauntiempoBeethovenyPaganini,elcreadoryelintérprete…Incansablecomoelruiseñor,sublimecomoelcielobajoelquecanta,variado,frondoso como el bosque en el que hace resonar sus trinos, se superó a símismoysumióalviejomúsicoqueleescuchabaeneléxtasisquehapintadoRafaelyquepuedeverseenBolonia.Aquellapoesíafueinterrumpidaporeltintineochillóndeunacampanilla.Lacriadadelosinquilinosdelprimerpisovenía a rogar a Schmucke, de parte de sus amos, que pusiera fin a aquelescándalo.Laseñora,el señory la señoritaChapoulot sehabíandespertado,no podían volver a dormirse y hacían notar que la jornada era losuficientemente largacomoparapermitirensayar lamúsicadel teatro,yqueenunacasadelMaraisnosedebíaaporrearelpianodurantelanoche…Erancerca de las tres de la madrugada. A las tres y media, de acuerdo con lasprevisionesdePons,quienparecíahaberoídolaconversacióndeFraisierydelaCibot, apareció la portera.El enfermodirigió aSchmuckeunamirada deinteligenciaquesignificaba:«¿Verdadquenomeheequivocado?»,yadoptólaposicióndeunhombrequeduermeprofundamente.

LaCibotestaba tanpersuadidade laabsoluta inocenciadeSchmucke—ésteesunodelosgrandesmediosyelmotivodeléxitodetodoslosardidesde

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losniños—quefueincapazdesospecharqueestabafingiendocuandovioqueseleacercabaparadecirleconunaireauntiempodolienteyexcitado:

—Habasadomuymadanoche…Nohabaradodemoferse…Hedenidoguedocarelbianobaraguesegalmara,hasdaguelosfecinostelbrimerbisohan brodesdado…Es derrible, borque se dradaba de la fida temi amico…Esdoydangansadodehaberdocadododalanoche,guemegaigotesueño…

—Mi pobreCibot también estámuymal…Si pasa otro día como el dehoy,nocreoquelequedentuerzasya…¡Quélevamosahacer!¡QuesealoqueDiosquiera!

—Dieneusdeddanpuengorazón,guesisemueresumarito,famosafifirdodosjundos…—dijoelastutoSchmucke.

Cuandolaspersonasingenuasysencillasseponenadisimular,soncapacesdeengañaracualquiera,sonigualqueniños,cuyasmentirastienenlamismaperfecciónquemuestranlossalvajesensusardides.

—Entonces,hijomío,lomejorquepuedehaceresirseadormir—dijolaCibot—; tiene los ojos saltones y encarnados. Mire, lo único que podríaconsolarmedeperderaCibot,espensarqueacabaríamisdíasal ladodeunhombretanbuenocomousté.Nosepreocupe,yameencargaréyodedecirlecuatrofrescasalaseñoraChapoulot…¿Desdecuándounamerceraretiradavaavenirconestasexigencias…?

Schmuckesetrasladóasupuestodeobservación,quehabíadispuestodeantemano.

LaCibothabíadejadoentornadalapuertadelpiso,yFraisier,despuésdeentrar, la cerró suavemente, una vez Schmucke se hubo encerrado en sucuarto.Elabogadosehabíaprovistodeunavelaencendidaydeunalambredelatónmuy finopara poder desellar el testamento.LaCibot no tuvoningunadificultaden sacarelpañueloconque sehabíaatado la llavedel secreter,yquesehallabadebajodelaalmohadadePons,yaqueelenfermohabíadejadoexprofesoqueelpañuelopasarapordebajodel travesaño,yseprestabaa lamaniobradelaCibotmanteniéndosedecaraalacalleyenunaposiciónqueledejaba plena libertad para apoderarse del pañuelo. La Cibot se dirigióinmediatamente hacia el secreter, lo abrió intentando hacer el menor ruidoposible, encontró el resorte del escondrijo y corrió, con el testamento en lamano,haciaelsalón.EstacircunstanciadejómuyintrigadoaPons.EncuantoaSchmucke,temblabadepiesacabezacomosihubiesecometidouncrimen.

—Vuelvaasulado—dijoFraisiercogiendoeltestamentoqueletendíalaCibot—;sisedespiertaesprecisoquelaencuentreallí.

Tras romper los lacres con una habilidad que demostraba que no era la

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primeravezque lohacía,Fraisierquedósumidoenunprofundoasombroalleeraquelcuriosodocumento:

ÉSTEESMITESTAMENTO

Hoy,quincedeabrildemilochocientoscuarentaycinco,hallándomeenplenaposesióndemisfacultadesmentales,comoestetestamento,redactadodeacuerdo con el señor Trognon, notario, lo demostrará; sintiendo que debomorirdentrodemuypocodelaenfermedadquemeaquejadesdelosprimerosdíasdelpasadomesdefebrero,queriendodisponerdemisbienes,hedecididodictarmisúltimasvoluntades,quesonlassiguientes:

Siempremehanconsternadolosinconvenientesqueperjudicanalasobrasmaestras de la pintura y que a menudo conducen a su destrucción. Helamentado que los lienzos más bellos se vean condenados a viajarconstantemente de un país a otro, sin poder nunca permanecer de unmodoestableenun lugaralquepudieranacudir losadmiradoresdeestasobrasdearteparacontemplarlas.Siemprehepensadoquelaspáginasverdaderamenteinmortales de losmaestrosmás famosos deberían ser propiedad nacional, yexhibirseincesantementealosojosdelospuebloscomolaluz,lagranobradeartedeDios,sirveatodossushijos.

Comoyohededicadotodamividaareuniryseleccionaralgunoscuadrosquesongloriosasobrasdelosmásgrandesmaestros,cuadrosenlosquenosehahechoelmenorretoquenimodificación,piensocondolorenlaposibilidaddequeestoslienzos,quehansidolafelicidaddemivida,puedanvenderseenuna subasta pública; terminar unos en Inglaterra, otros en Rusia, dispersoscomoloestabanantesdequeyolosreuniese;hedecididopuessustraerlosaestetristedestino,aellosyalosmagníficosmarcosquelosencuadran,todosellossalidosdelostalleresdelosartesanosmáshábiles.

Asípues,porestosmotivos,donoylegoalRey,paraqueseincorporenalMuseodelLouvre,loscuadrosdequeconstamicolección,conlacondición,encasodequeseacepteel legado,depasaramiamigoWilhemSchmuckeunarentavitaliciadedosmilcuatrocientosfrancos.

Si el Rey, como usufructuario del Museo, no acepta este legado con lacondiciónquellevaaneja,losmencionadoscuadrospasaránaformarpartedellegado que hago en favor de mi amigo Schmucke consistente en todos losbienesqueposeo,conlacondicióndeentregarlaCabezademonodeGoyaamiprimoelpresidenteCamusot;elcuadrodeFloresdeAbrahamMignon,enel que figuran unos tulipanes, al notario señor Trognon, a quien nombroalbaceatestamentario,ydepasardoscientosfrancosderentaalaseñoraCibot,quienseocupademicasadesdehacediezaños.

Finalmente, mi amigo Schmucke dará el Descendimiento de la Cruz de

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Rubens, esbozo de su célebre cuadro de Amberes, a mi parroquia, paradecoración de una capilla, agradeciendo así las bondades del señor vicarioDuplanty,aquiendebopodermorircomocristianoycatólico.Etc.

—¡Es la ruina!—se dijo Fraisier—. ¡La ruina de todasmis esperanzas!¡Ah,empiezoacreerque lapresidenta tenía razóncuandomehablabade lamaliciadelviejo!

—¿Quéhay?—vinoapreguntarlaCibot.

—Suseñoresunmonstruo,lodejatodoalMuseodelEstado;ycontraelEstadono sepuedepleitear…Nohaymodode impugnar este testamento…¡Noshanrobado,arruinado,despojado,asesinado!

—¿Medejaalgo?

—Doscientosfrancosderentavitalicia…

—¡Puessíqueestágeneroso!Detodosmodos,estádandolasboqueadas…

—Vayaconél—dijoFraisier—;volveréametereltestamentodentrodelsobre.

LXII

Primeracatástrofe

UnavezlaCibotlehubovueltolaespalda,Fraisierconlamáximarapidezsustituyóporunahojadepapeleltestamento,queguardóenelbolsillo;luegovolvióa sellar el sobrecon tantadestreza,quemostró los lacresa la señoraCibot cuando volvió, preguntándole si podía advertir la menor huella de laoperación. La Cibot cogió el sobre, lo palpó, sintió por el tacto que estaballeno y suspiró profundamente. Esperaba que Fraisier hubiese quemado élmismoaqueldocumentofatal.

—Bueno, ¿y ahora qué vamos a hacer, mi querido señor Fraisier? —preguntó.

—¡Ah, esto es asunto suyo! Yo no soy heredero; pero si tuviese algúnderechosobreesto—dijoseñalandolacolección—,yaséloqueharía…

—Estoesloquelepregunto—dijounpocoabobadamentelaCibot.

—Lachimeneaestáencendida…—replicóelabogado,levantándoseparairse.

—Enrealidad,sóloustéyyolosabremos—dijolaCibot.

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—No hay manera de probar que un testamento ha existido —siguiódiciendoelleguleyo.

—¿Yusté?

—¿Yo? Si el señor Pons muere sin testamento, le garantizo cien milfrancos.

—¡Ah, sí, sí!—dijo ella—.A una se le prometemontañas de oro, perocuandotienenlacosaysetratadepagar,entoncesseregateacomo…

Secontuvoatiempo,porqueibaahablardeÉlieMagusaFraisier…

—Yomelargo—dijoFraisier—.Porsupropiointerésnoleconvienequemehayanvistoenelpiso;laesperoabajo,enlaportería.

Después de cerrar la puerta, la Cibot volvió junto al enfermo con eltestamentoenlamano,decididaaarrojarloalfuego;pero,cuandoentróenlaalcoba,yavanzóhacialachimenea,sesintiócogidaporlosdosbrazos…YsevioentrePonsySchmucke,quesehabíanocultadoaambosladosdelapuerta.

—¡Ah!—exclamólaCibot.

Ysedesplomóhaciadelante,enmediodeterriblesconvulsiones,realesofingidas,estojamássesupo.AquelespectáculoprodujotalimpresiónenPonsque sintió undesmayomortal, ySchmuckedejó a laCibot en el sueloparavolver a acostar a Pons. Los dos amigos temblaban como personas que, alverseobligadasallevaracabounaacciónquelesrepugnaba,habíanidomásallá de lo que les permitían sus fuerzas. Cuando Pons estuvo acostado denuevo,ySchmuckesehuborehechounpoco,elalemánoyóunossollozos.LaCibot, de rodillas, hecha un mar de lágrimas, tendía las manos a los dosamigos,implorándolesconunapantomimamuyexpresiva.

—¡Hasidopuracuriosidá!—dijoalverqueeraobjetode laatencióndelos dos amigos—. ¡Pura curiosidá,mi buen señor Pons! ¡Es el vicio de lasmujeres,yalosabenustedes!¡Peronohesabidoquéhacerparapoderleereltestamentoyahoramismoloibaadevolverasusitio!

—¡Fáyase! —dijo Schmucke, irguiéndose sobre la punta de los pies, ypareciendoadquirirmásestaturaconlagrandiosidaddesuindignación—.¡Esustedunmonsdruo!HaindendadomadaramipuenBons.Éldeníarazón,esbeorgueunmonsdruo,esuntemonio…

La Cibot, al ver el horror pintado en el rostro del cándido alemán, selevantó orgullosa comoTartufo, dirigió aSchmuckeunamiradaque le hizotemblar y salió de la habitación llevándose oculto bajo la falda un sublimecuadrito deMetzu queÉlieMagus había ponderadomucho y del que habíadicho:«¡Esunaperla!».LaCibotencontróen laporteríaaFraisier,quien laestaba esperando convencido de que había quemado el sobre y el papel en

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blancoporelquehabíasustituidoeltestamento;quedómuyasombradoalverasuclienteasustadayconlacaradescompuesta.

—¿Quéhaocurrido?

—MiqueridoseñorFraisier,loquehaocurridoesque,conelpretextodedarmebuenosconsejosydedirigirme,hahechoqueperdieraparasiempremisrentasylaconfianzademisseñores…

Y se lanzó a uno de sus torrenciales discursos en los que era maestraconsumada.

—Nogastesalivaporquesí—replicósecamenteFraisier,interrumpiendoasucliente—.¡Algrano,algrano!¡Ydeprisa!

—Bueno,pueshapasadolosiguiente…

Ycontólaescenatalcomoacababadeocurrir.

—Yonolehechoperdernada—respondióFraisier—.Losdosdudabandesu honradez, de lo contrario no le hubieran tendido esta trampa; la estabanesperando, la espiaban… Hay algo que usted me oculta… —añadió elabogado,dirigiendounamiradadetigrealaportera.

—¡Yo! ¿Que le oculto algo? ¡Después de todo lo que hemos hechojuntos…!—dijoestremeciéndose.

—Muy señoramía… ¡Yo no he cometido ningún acto reprensible…!—dijo Fraisier, manifestando así su intención de negar la visita nocturna queacababadehaceracasadePons.

LaCibot sintió que se le erizaban los cabellos y que la envolvía un fríoglacial.

—¿Cómodice…?—preguntócomoalelada.

—Anteunjuez,tendríaustedtodaslasdeperder…Selepodríaacusardesustraccióndetestamento—respondiófríamenteFraisier.

LaCibothizounmovimientodehorror.

—Tranquilícese,yosoysuconsejero—siguiódiciendoelabogado—.Sóloqueríademostrarlelofácilquees,deunmodouotro,convertirenrealidadloque acabo de decirle. Vamos a ver… ¿Qué ha hecho usted para que estealemántaningenuoseoculteenelcuartoparasorprenderla…?

—¿Yo?Nada…Fueloquepasóelotrodía,cuandosostuvealseñorPonsquehabíatenidovisiones.Desdeaqueldía, losdosdieronuncambioradicalrespecto a mí. O sea que usté es la causa de todas mis desgracias, porqueaunque hubiese perdidomi dominio sobre el señor Pons, estaba segura delalemán,quellegóahablardecasarseconmigo,ode llevarmeavivirconél,

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queeslomismo.

EstajustificacióneratanplausiblequeFraisiersevioobligadoaaceptarla.

—No tenganingúnmiedo—dijoel abogado—,yo leheprometidounasrentas,ymantendrémipalabra.Hastaahoraenesteasuntotodoerahipotético;a partir de ahora, vale billetes de banco… Usted tendrá al menos mildoscientos francos de renta vitalicia… Pero, mi querida señora Cibot, esprecisoqueobedezcamisórdenesyquelasejecuteconinteligencia.

—Sí señor Fraisier —dijo servilmente la portera, completamenteamansada.

—Así, pues, de acuerdo. Adiós—dijo Fraisier saliendo de la portería yllevándoseelpeligrosotestamento.

Mientras volvía a su casa, rebosaba de satisfacción, ya que aqueltestamentoeraunarmaterrible.

—Tendréunbuenargumento—pensaba—paradefendermedelamalafede la señora presidenta de Marville. Si decidiera no cumplir su palabra,perderíalaherencia.

LXIII

Proposicionesengañosas

Al amanecer, Rémonencq, después de abrir su tienda y de dejarla alcuidado de su hermana, acudió, siguiendo una costumbre adquirida en losúltimosdías,avercómoseguíasubuenamigoCibot,ysorprendióalaporteraque contemplaba el cuadro deMetzu y que se preguntaba cómo era posiblequeuntrocitodemaderapintadapudiesevalertantodinero.

—¡Ah,vaya!—dijomirandoporencimadelhombrodelaCibot—.ÉsteeselúnicoqueelseñorMaguslamentabanotener;dicequeconestacosillayanolefaltaríanadaparaserfeliz.

—¿Cuántopagaría?—preguntólaCibot.

—Veamos,siustedmeprometecasarseconmigoantesdequesecumplaun año de ser viuda—respondióRémonencq—yome encargo de queÉlieMaguspagueveintemilfrancos…Perosiustednosecasaconmigo,deestecuadronopodrásacarmásdemilfrancos…

—¿Porqué?

—Pues porque se vería obligada a firmar un recibo como propietaria, y

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entoncestendríaunpleitoconlosherederos.Siesmimujer,seríayoquienlovenderíaalseñorMagus,yauncomerciantesóloselepidelainscripciónenel libro de compras, y allí yo pondría que el señor Schmucke me lo havendido.Lomejorquepuedehaceresdejarlatablaenmicasa…Sisumaridosemuere, puede usted tenermuchos conflictos, y nadie encontraría extrañoque yo tuviera un cuadro enmi casa…Usted yame conoce…Además, siquiere,lehagounrecibo.

Enlasituacióndelictivaenlaquehabíasidosorprendida,laávidaporteraaceptó sinpararseapensarloestaproposición,que la ligabapara siemprealchamarilero.

—Tiene razón tráigame el recibo —dijo guardando el cuadro en sucómoda.

—Vecina—dijo el chamarilero envozbaja, llevando a laCibot hasta elumbral de la puerta—, estoy viendo que no vamos a poder salvar a nuestroamigoCibot;ayerpor la tardeeldoctorPoulain lodesahució,ydijoquenopasaríadehoy…¡Quédesgraciatangrande!Pero,alfinyalcabo,éstenoesunsitioparausted…Sulugarestáenunatiendadeantigüedadesbienbonita,enelbulevarddelosCapuchinos.¿Sabíaustedqueenlosúltimosdiezañosheganadocercadecienmilfrancos,yquesillegaundíaenqueustedtengaotrostantos,yomeencargoderedondearleunabuenafortuna…?Siemprequeseamimujer…Sería usted una señora…bien, servida pormi hermana, que seencargaríadelacasa,y…

Elseductorseviointerrumpidoporlasdesgarradorasquejasdelsastre,queentrabaenlaagonía.

—Váyase —dijo la Cibot—, es usté un mostruo de hablarme de estascosas,cuandomiprobremaridoseestámuriendodeestamanera…

—¡Ah!—dijo Rémonencq—. Es que yo la quiero, y cuando estoy a suladopierdolacabezayseríacapaz…

—Simequisiera,enestosmomentosnomediríanada—respondióella.

Y Rémonencq volvió a meterse en su tienda, seguro de que llegada acasarseconlaCibot.

Alrededordelasdiez,huboenlapuertadelacasaunaespeciedetumulto,yaqueadministrabanlossacramentosalseñorCibot.TodoslosamigosdelosCibot, los porteros y porteras de la calle de Normandía y de las callesadyacentes,llenabanlaportería,obstruíanlapuertacocherayseestacionabandelantedeésta,enlacalle.Debidoaestacircunstancia,nadieprestóatenciónal señorLéopoldHannequin,aquienacompañabauncolega,niaSchwabyBrunner,quepudieron llegarhastaeldomiciliodePonssinservistospor la

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señoraCibot.Laporterade lacasavecina,aquiensedirigióelnotarioparasaber en qué piso vivía Pons, se lo indicó. En cuanto a Brunner, que llegójunto con Schwab, va había venido en una ocasión a ver elmuseo Pons, yenseñó el camino a su socio…Pons anuló formalmente el testamento de lavíspera,einstituyóaSchmuckesuherederouniversal.Unavezterminadaestaceremonia.PonsdespuésdehaberdadolasgraciasaSchwabyaBrunner,ydehaber recomendado vivamente al señor LéopoldHannequin los intereses deSchmucke,cavóenunapostracióntal,aconsecuenciadelaenergíaquehabíadesplegadoenlaescenanocturnaconlaCibotyenelúltimoactodesuvidasocial,queSchmuckerogóaSchwabquefueseallamaralpadreDuplanty,vaquenoqueríasepararsedesuamigo,yPonsreclamabalossacramentos.

Sentadaalpiede lacamadesumarido, laCibot,quienporotrapartevahabíasidodespedidaporlosdosamigos,noseocupóparanadadelacomidadeSchmucke.Perolosacontecimientosdeaquellamañana,elespectáculodela agonía resignada de Pons, que moría estoicamente, había destrozado elcorazóndeSchmuckedetalmodoquenosintióelhambre.

Sinembargo,hacialasdosdelatarde,alnohabervistoalviejoalemán,laportera, en parte por curiosidad, en parte por interés, rogó a la hermana deRémonencq que fuese a ver si Schmucke necesitaba algo. En aquel mismomomento,elpadreDuplanty,aquienelpobremúsicohabíahechosuúltimaconfesión, le administraba la extremaunción. La señora Rémonencq turbó,pues,estaceremoniaconsusreiteradoscampanillazos.Pero,comoPonshablahechojuraraSchmuckequenodejaríaentraranadie,talerasutemordequele robasen, Schmucke dejó llamar a la señorita Rémonencq, quien volvió abajar muy asustada y dijo a la Cibot que Schmucke no le había abierto lapuerta.Fraisiertomóbuenanotadeaquelhechotansignificativo.Schmucke,queera laprimeravezqueveíamoriraalguien, ibaaencontrarsecon todoslosconflictosque tieneunhombreenParísconunmuertoen lacasa, sobretodocuandocarecedeayuda,deservidoresydeconsuelos.Fraisier,quesabíaquelosparientesverdaderamenteafligidospierdenlacabezaenestoscasos,yque,desdeaquellamañana,permanecíaenlaporteríaenconferenciaperpetuacon el doctor Poulain, concibió la idea de dirigir el mismo todos losmovimientosdeSchmucke.

He aquí cómo los dos amigos, el doctor Poulain y Fraisier, se lasarreglaronparaconseguiresteimportanteresultado.

Elpertiguerode la iglesiadeSanFrancisco,unantiguovidriero llamadoCantinet,vivíaenlacalledeOrléans,enlacasavecinaaladeldoctorPoulain.La señora Cantinet, una de las silleras de la iglesia, había sido atendidagratuitamenteporeldoctorPoulain,aquiennaturalmenteestabaobligadaporla gratitud, y a quien contaba a menudo las desdichas de su vida. Los doscascanueces,quetodoslosdomingosydíasdepreceptoibanalosoficiosde

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SanFrancisco,estabanenbuenasrelacionesconelpertiguero,elmaceroyelque daba el agua bendita, es decir, con toda esamilicia eclesiástica que enParís se llamaelbajoclero,y a laque los fieles terminanpordarpequeñaspropinas. La señora Cantinet conocía, pues, tan bien a Schmucke, comoSchmuckelaconocíaaella.EstaseñoraseveíaabrumadapordosdesgraciasquepermitieronaFraisierhacerdeellauninstrumentociegoeinvoluntario.EljovenCantinet,apasionadoporelteatro,sehabíanegadoaseguirelcaminodela Iglesia, que podía conducirle al cargo de macero, había debutado comocomparsa en el Circo Olímpico, y llevaba una vida desordenada quepreocupaba mucho a su madre, cuya bolsa se vaciaba a menudo debido apréstamos forzosos. Por otra parte, Cantinet, entregado al alcohol y a lapereza,sehabíavistoobligadoporestosdosviciosaabandonarelcomercio.Lejos de enmendarse, aquel desgraciadohalló en sus funciones eclesiásticaspábulo para sus dos pasiones: no hacía nada, bebía con los cocheros de lasbodas, con los empleados de las pompas fúnebres y con los mendigos quesocorríaelcura,demodoqueapartirdelmediodíasurostroseamorataba.

La señora Cantinet se veía condenada a la miseria en la vejez, a pesar,comodecíaella,dehaberaportadodocemilfrancosdedoteasumarido.Lahistoria de estas desdichas, cien veces repetidas al doctor Poulain, sugirió aéste la idea de servirse de ella para lograr introducir en casa de Pons y deSchmucke a la señora Sauvage, como cocinera y mujer de hacer faenas.PresentaralaseñoraSauvageeraimposible;yaqueladesconfianzadelosdoscascanueces se había hecho absoluta, y la negativa de abrir la puerta a laseñorita Rémonencq había sido para Fraisier un hecho suficientementesignificativo. Pero los dos amigos consideraron evidente que los piadososmúsicosaceptaríanaciegasunapersonaquelesfuesepresentadaporelpadreDuplanty.LaseñoraCantinet,deacuerdoconsuplan,iríaacompañadadelaseñora Sauvage; y la criada de Fraisier, una vez allí dentro, sería como elpropioFraisier.

LXIV

DondereaparecelaSauvage

Cuando el padreDuplanty llegó a la puerta cochera, tuvo que detenerseduranteunosmomentos,debidoalamultituddeamigosdeCibotqueibanainteresarseporelmásantiguoyelmásapreciadodelosporterosdelbarrio.

EldoctorPoulainsaludóalpadreDuplanty,lellevóaparteyledijo:

—VoyasubiraveralpobreseñorPons;aúnpodríasalirdeésta;setrata

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deconvencerledesufrir laoperacióndeextracciónde loscálculosquese lehanformadoenvesícula;senotanaltacto,yprovocanunainflamaciónquelecausará lamuerte;yquizásestaríamosa tiempode intervenir.Usteddeberíaemplearsuinfluenciaensupenitente,recomendándolequesesometieraaestaoperación: yo respondo de su vida, siempre que durante la operación no sepresenteningúncontratiempoinesperado.

—Cuando haya dejado la píxide en la iglesia, volveré —dijo el padreDuplanty—, porque el señor Schmucke está en un estado de ánimo quenecesitalosconsuelosdelareligión.

—Acabodeenterarmedequeestásolo—dijoeldoctorPoulain—.PareceserqueestamañanahatenidounpequeñoaltercadoconlaseñoraCibot,quehace diez años que les lleva la casa, y se han peleado, sin dudamomentáneamente;peroenlascircunstanciasenlasquevaaencontrarse,noesposiblequenotengaaalguienalladoqueleayude.Ocuparsedeélesunaobradecaridad…Oiga,Cantinet—dijoeldoctor, llamandoalpertiguero—,pregunte a sumujer si quiere venir a velar al señor Pons y cuidar al señorSchmuckeporunosdías, en lugarde la señoraCibot…Además, aunquenohubierahabidoestadisputa,laseñoraCibotsehubieravistoobligadaabuscarunasustituta…Esunamujerhonrada—dijoeldoctoralpadreDuplanty.

—La elección no puede ser mejor —respondió el buen sacerdote—;tenemos toda la confianza en ella, y se encarga de cobrar el alquiler de lassillas.

Al cabo de unosminutos, el doctor Poulain seguía, en la cabecera de lacama, los progresos de la agonía de Pons, a quien Schmucke suplicaba envanoque sedejaraoperar.El viejomúsico sólo respondía a las súplicasdelpobrealemándesesperado,conmovimientosdecabezanegativos,mezcladosavecesconarrebatosdeimpaciencia.Porfin,elmoribundo,reuniendotodassusfuerzas,dirigióaSchmuckeunaterriblemiradayledijo:

—¡Déjamemorirtranquilo!

Schmuckeestuvoapuntodemorirdedolor;perocogiólamanodePons,la besó suavemente y la retuvo entre sus dos manos, intentando asícomunicarledenuevosupropiavida.FueentoncescuandoeldoctorPoulainoyóllamar,yfueaabrirlapuertaalpadreDuplanty.

—Nuestropobreenfermo—dijoPoulain—empiezaaentrarenlaagonía.Dentrodeunashoras habrá expirado; sin duda enviará usted a un sacerdoteparavelarleestanoche;peroesprecisoqueelseñorSchmuckepuedacontarconlaseñoraCantinetyconunamujerdehacerfaenas,porqueesincapazdepensarennada;yotemoporsuestadomental,yenlacasahaycosasdevalorquedebenservigiladasporpersonasdetodaconfianza.

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ElpadreDuplanty,sacerdotebuenoydigno,sinrecelosnimalicia,quedóimpresionadoporlaverdaddelasobservacionesdeldoctorPoulain;además,considerabamuycompetentealmédicodelbarrio;demodoque,sintrasponerel umbral de la cámara mortuoria, hizo una señal a Schmucke para que seacercaraahablarconél.SchmuckenoacababadedecidirseasoltarlamanodePons,quesecrispaba,aferrándosealasuyacomosiestuviesecayendoenunprecipicioyquisieraagarrarseaalgoparaevitarlacaída.Peroyaessabidoque los moribundos son víctimas de una alucinación que les impulsa aaferrarsea todo loque les rodea,como laspersonasque,enun incendio, seapresuran a llevarse consigo los objetos más valiosos, y Pons soltó aSchmuckeparaagarrarsealacolchayatraerlahaciasucuerpoenunhorribleysignificativomovimientodeavariciaydeurgencia.

—¿Quévaahacerustedsolo,consuamigomuerto?—preguntóelbuensacerdote al alemán, quien se acercó entonces a escucharle—. No puedencontarconlaseñoraCibot…

—¡EsunmonsdruoguehamadadoaBons!—dijoSchmucke.

—Pero necesita a alguien que le ayude—intervino el doctor Poulain—,porqueestanochehabráquevelarelcadáver.

—¡Yolofelaré,yorezarédodalanoche!—repusoelinocentealemán.

—¡Perotendráquecomer!¿Quiénlevaacocinar?—dijoeldoctor.

—¡El tolor me ha guidado el abedido! —respondió ingenuamenteSchmucke.

—Bueno—dijoPoulain—,perotendráqueiradeclararladefuncióncontestigos,hayquedesnudarelcadáver,amortajarlo,iralaspompasfúnebresaencargarelentierro,hayquedardecomeralapersonaquesequedejuntoalcadáveryalsacerdotequelovele:¿Podráhacertodoestosolo?¡Enlacapitaldelmundocivilizadolagentenosemuerecomounperro!

Schmucke abrió unos ojosmuy asustados, y tuvo como unmomentáneoataquedelocura.

—¡BeroBonsnosemorirá!¡Yolosalfaré!

—Usted, dentro de poco, necesitará dormir… y entonces ¿quién va areemplazarle?PorquehabráqueocuparsedelseñorPons,darledebeber,hacerremedios…

—¡Ay!¡Esfertat!—dijoelalemán.

—Bueno—siguióelpadreDuplanty—,puesyohepensadohacerqueelayudelaseñoraCantinet,queesunamujerbuenaymuyhonrada…

Eldetalledesusdeberessocialesparaconsuamigomuerto, trastornóde

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talmodoaSchmucke,quehubiesequeridomorirconPons.

—¡Esunniño!—dijoeldoctorPoulainalpadreDuplanty.

—¡Esunniño!—repitiómaquinalmenteSchmucke.

—Bueno—dijoelvicario—,voyahablarconlaseñoraCantinetylediréquevenga.

—Nosemolesteusted—dijoeldoctor—,esvecinamíayahorayovuelvoamicasa.

Lamuerteescomounasesinoinvisiblecontraelcualluchaelmoribundo;en la agonía recibe los últimos golpes, intenta devolverlos y combate. Ponshabíallegadoaaquelmomentosupremoyemitióunosgemidosentrecortadosporgritos.Inmediatamente,Schmucke,elpadreDuplantyyPoulaincorrieronjuntoal lechodelmoribundo.Derepente,Pons,afectadoensuvitalidadporestaúltimaheridaquecortalosvínculosqueunenelalmaalcuerpo,recobrópor unos instantes la perfecta quietud que sigue a la agonía, volvió a estarlúcido, con la serenidad de lamuerte pintada en el rostro, y contempló casisonriendoalosquelerodeaban.

—¡Ah, doctor! ¡He sufrido mucho! Pero tenía usted razón, ahora meencuentromejor…Muchasgracias,padre…¡YanoveíaaSchmucke!

—Schmuckenohacomidodesdeayerporlanoche,ysonlascuatro.Éleslaúnicapersonaquetieneustedasulado,yseríapeligrosovolverallamaralaseñoraCibot…

—¡Estamujerescapazdetodo!—dijoPons,manifestandotodosuhorroral oír el nombre de laCibot—.Es verdad, Schmucke necesita que le ayudealguienhonrado.

—ElpadreDuplantyyyo—dijoentoncesPoulain—,hemospensadoenlosdos…

—¡Ah,gracias…!—dijoPons—.Amínosemehabíaocurrido…

—ElpadrehapropuestoalaseñoraCantinet…—dijoeldoctor.

—¡Ah,lasillera!—exclamóPons—.Sí,esmuybuenamujer…

—NosellevabienconlaseñoraCibot—siguióeldoctor—ypodrácuidaralseñorSchmucke…

—Dígala que venga, por favor, padre… Ella y su marido… Yo estarétranquilo.Nadiepodrárobarnada…

Schmucke había vuelto a coger la mano de Pons, y la apretabajubilosamente,creyendoquesuamigorecobrabalasalud.

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—Vámonos,padre—dijoeldoctor—.VoyadeciralaseñoraCantinetquevenga lo antes posible; no creo engañarme; tal vez cuando llegue ya noencontrarávivoalseñorPons.

LXV

Lamuertetalcomoes

MientraselpadreDuplantydecidíaalmoribundoatomarporveladoraalaseñoraCantinet,Fraisierhabíallamadoasucasaalasillera,ylasometíaasucorruptoraconversación,ya las tretasdesuhabilidadde leguleyo,a lasqueeradifícilresistir.YasífuecómolaseñoraCantinet,mujerflacayamarillentadedientesgrandes, labios fríos, embrutecidapor ladesgracia, comomuchasmujeres del pueblo, y que había llegado a ver la felicidad en los másinsignificantesbeneficiosdiarios,notardóenaccederatomarcomoasistentaala señora Sauvage. La criada de Fraisier ya había recibido órdenes. Habíaprometidotejercomounateladehilosdehierroentornoalosdosmúsicos,yvelarporelloscomolaarañavelaporlamoscaquetieneprisionera.LaseñoraSauvagedebíarecibir,comopremioasusesfuerzos,unestanco:deestemodoFraisier se desembarazabade su supuesta nodriza, y ponía junto a la señoraCantinet aun espíay aungendarmeen lapersonade laSauvage.Comoelpisodelosdosamigossecomponíaademásdeuncuartodeservicioydeunapequeña cocina, la Sauvage podía dormir en un catre y cocinar paraSchmucke. Cuando las dos mujeres, convocadas por el doctor Poulain, sepresentaron en la casa, Pons acababa de exhalar el último suspiro, sin queSchmuckesedieracuenta.Elalemánconservabaaúnentresusmanoslamanode su amigo, de la que el calor huía progresivamente, e hizo una señal a laseñora Cantinet para que no hablara; pero la soldadesca señora Sauvage lesorprendiódetalmodoporsuaspecto,quenopudoreprimirunmovimientodesusto,alocualaquellamujerhombrunayaestabaacostumbrada.

—Laseñora—dijolaseñoraCantinet—hasidorecomendadaporelpadreDuplanty,querespondedeella;hasidococineraencasadeunobispo,yeslahonradezpersonificada;ellaseencargarádecocinar.

—Oigan,yapuedenhablarenvozalta—exclamólacorpulentayasmáticaSauvage—,elpobreseñorhamuerto…Acabadedarelalma.

Schmuckelanzóungritopenetrante,sintiólamanodePonsheladaqueseponíarígida,ypermanecióconlosojosfijosenlosdePons,cuyaexpresiónlehubiera vuelto loco a no ser por la señora Sauvage, quien, sin dudaacostumbradaaaquellaclasedetrances,fuehacialacamaconunespejoenla

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mano,lopusoantelabocadelmuerto,yalverquenoquedabaempañadoporla respiración, separó rápidamente la mano de Schmucke de la mano delmuerto.

—Esmejor que la deje, luego no podría sacarla; usted no sabe cómo seendurecen loshuesos.Losmuertos seenfríanperoquemuyaprisa.Sinosearregla a un muerto mientras está tibio, luego hay que romperle losmiembros…

Fue,pues,aquellaterriblemujerquiencerrólosojosalpobremúsicoqueacababadeexpirar;luego,conestadestrezadelasveladoras,oficioquehabíaejercidodurantediezaños,desnudóaPons,extendióelcuerposobrelacama,juntó lasmanos a cada lado del cuerpo, y le cubrió la cara con el cobertor,exactamenteigualqueunempleadohaceunpaqueteenunatienda.

—Necesito una sábana para amortajarlo: ¿dónde puedo cogerla…? —preguntóaSchmucke,aquienaquelespectáculohabíadejadoaterrorizado.

Después de haber visto a la religión procediendo con un respeto tanprofundo por la criatura humana, destinada a una nueva vida en el Cielo,aquellaespeciedeempaquetamientoenlaquesuamigoeratratadocomounacosa,leprodujoundolorcapazdeparalizartodosupensamiento.

—Hacalogueguiera…—repusomaquinalmenteSchmucke.

Aquel ser inocente veía morir a un hombre por primera vez, y aquelhombre era Pons, su único amigo, el único ser humano que le habíacomprendidoyquerido…

—Voy a preguntar a la señora Cibot dónde están las sábanas—dijo laSauvage.

—Necesitaremos un catre para que duerma esta señora—dijo la señoraCantinetaSchmucke.

Schmuckehizounmovimientoafirmativoconlacabezayrompióallorar;la señora Cantinet dejó tranquilo al desdichado; pero al cabo de una horavolvióparadecirle:

—Tendríaquedarnosdineroparairacomprar.

SchmuckedirigióalaseñoraCantinetunamiradacapazdedesarmarlosodiosmás feroces; señaló el rostro lívido, demacrado y afilado delmuerto,comolamejorrespuestaatodo.

—¡Gójanlododo,ytéjemelloraryrezar!—dijoarrodillándose.

LaseñoraSauvagehabíaidoaanunciarlamuertedePonsaFraisier,quientomó inmediatamente un cabriolé para dirigirse a casa de la presidenta ypedirle,paraeldíasiguiente,laprocuraciónqueledabaderechoarepresentar

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alosherederos.

—SeñorSchmucke—dijoaéste laseñoraCantinet,unahoradespuésdesu última pregunta—, he ido a ver a la señoraCibot, que es la que conocemejorlacasa,paraquemedijeradóndeestabanlascosas;perocomoacabademorirse el señor Cibot, me ha soltado un chaparrón de despropósitos…¡Escúchemeusted,almenos…!

Schmuckemiróaaquellamujer,incapazdesospecharlocruelqueeraenaquellos momentos; porque la gente del pueblo está acostumbrada a sufrirpasivamentelosmayoresdoloresmorales.

—Necesitamos ropa blanca para unamortaja, dinero para un catre, paraque pueda dormir esta señora; también para comprar batería de cocina,fuentes,platos,vasos,porquevaaveniruncuraapasarlanoche,yestaseñoranoencuentraabsolutamentenadaenlacocina.

—Peroescúcheme—insistió laSauvage—,yonecesito leña,carbónparapreparar la cena, y no veo nada…Claro que esto no es de extrañar, porquecreoquelaCibotselosubíatodo…

—Yaveusted—dijolaseñoraCantinetseñalandoaSchmucke,abrazadoalospiesdelmuerto,enunestadodeinsensibilidadcompleta—,ustednoqueríacreerme,peronocontestaanada.

—Bueno,amigamía—dijolaSauvage—,voyaenseñarlequéesloquesehaceenestoscasos.

LaSauvageabarcóelcuartoconunamiradasemejantealadelosladronesquetienenqueadivinarlosesconditesdondedebehallarseeldinero.SedirigióderechamentehacialacómodadePons,abrióelprimercajón,violabolsaenlaqueSchmuckehabíaguardadoelrestodeldineroprocedentedelaventadelos cuadros, y se la enseñó a Schmucke, quien hizo una señal deconsentimientomaquinal.

—¡Aquí está el dinero!—dijo laSauvage a la señoraCantinet—.Voy acontarlo,ycogerélonecesarioparacomprarloquehagafalta…vino,comida,velas…enfin,todo,porqueaquínohaynada…Búsquemeenlacómodaunasábanaparaamortajarelcadáver.Yamehabíandichoqueestepobreseñoreramuy pobre de espíritu, pero yo creo que es algo peor. Es como un reciénnacido,habráquemeterlelacomidaenlaboca…

Schmucke miraba a las dos mujeres y todo lo que hacían, exactamenteigualquelashabríamiradounloco.

Deshechoporeldolor,inmersoenunestadocasicataléptico,nocesabadecontemplar fascinado el rostro de Pons, cuyos rasgos se afinaban comoconsecuenciadel reposoabsolutode lamuerte.Esperabamoriry todo leera

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indiferente.Aunqueunincendiohubieradevoradolahabitación,nosehubiesemovido.

—Aquíhaymildoscientoscincuentayseisfrancos…—ledijolaSauvage.

Schmucke se encogió de hombros. Cuando la Sauvage se dispuso aamortajaraPons,ymidiólasábanasobreelcadáver,afindecortarlamortajay coserla, se entabló una horrible lucha entre ella y el pobre alemán.Schmucke parecía un perro que muerde a todos los que quieren tocar elcadáverdesuamo.LaSauvageperdiólapaciencia,cogióalalemán,leobligóa sentarse en un sillón y le forzó a permanecer quieto gracias a su fuerzahercúlea.

—Adelante, amigamía, cosa al difunto dentro de lamortaja—dijo a laseñoraCantinet.

Unavezterminadalaoperación,laSauvagevolvióadejaraSchmuckeensulugar,alpiedelacama,yledijo:

—¿Nolocomprendeusted?Habíaquevestirledemuerto…

Schmucke se echó a llorar; las dosmujeres le dejaron y fueron a tomarposesión de la cocina, que al poco rato llenaron, entre las dos, de todo lonecesarioparalavida.

LXVI

Lasensibilidaddeunaveladora

Después de dejar tras de sí una factura de trescientos sesenta francos, laSauvagesepusoaprepararunacenaparacuatropersonas,¡yquécena!Comoplato fuerte, el faisán de los zapateros, una oca llena de grasa, luego unatortilladeconfitura,legumbresvariadas,ylainstituciónqueeselcocido,enelque todos los ingredientes se hallaban enuna cantidad tan exageradaque elcaldoparecíagelatinadecarne.Alasnuevedelanoche,elsacerdoteenviadoporelvicarioparavelaraPons,llegójuntoconCantinet,quientraíaconsigocuatro ciriosydos candelerosde iglesia.El sacerdote encontró aSchmucketendidoenlacama,yfuertementeabrazadoalcuerpodesuamigo.Fueprecisatoda la autoridad de la religión para lograr que Schmucke se separara delcadáver.El alemán se arrodillóy el sacerdote se instaló cómodamente en elsillón.MientraselsacerdoteleíasusoracionesySchmucke,arrodilladoanteelcadáverdePons, implorabaaDiosquehicieseunmilagroque lepermitiesereunirse con Pons y poder ser enterrado en lamisma fosa que su amigo, laseñoraCantinethabía idoalTempleacompraruncatreyun juegodecama

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completoparalaseñoraSauvage;yaquelabolsademildoscientoscincuentay seis francos se vaciaba a toda prisa. A las once de la noche, la señoraCantinet fue apreguntar aSchmucke si quería comerunbocado.El alemáncontestóporseñasqueledejarantranquilo.

—La cena está servida, padre Pastelot —dijo entonces la sillera alsacerdote.

Schmucke, al quedar solo, sonrió como un loco, que puede por finsatisfacerunantojocomparablealdelasmujeresencinta.SearrojósobrePonsy una vez más volvió a abrazarle estrechamente. Hacia las doce volvió elsacerdote,ySchmucke,despuésdeserreprendido,seseparódePonsyvolvióaponersearezar.

Al amanecer, el sacerdote se fue. A las siete de la mañana, el doctorPoulain, apenas llegar, se acercó afectuosamente, a Schmucke y quisoobligarleacomer;peroelalemánsenegó.

—Si no come ahora, cuando vuelva tendrá hambre —dijo el doctor—,porquetendráqueiralaalcaldíaconuntestigoparadeclararelfallecimientodelseñorPonsyhacerquedenconstanciaoficial…

—¿Yo?—exclamóelalemánhorrorizado.

—¿Quién pues, si no? No puede usted excusarse, ya que es la únicapersonaquelehavistomorir…

—Lasbiernasnomellefan…—respondióSchmucke,implorandolaayudadeldoctorPoulain.

—Tomeuncoche—respondiósuavementeelhipócritadoctor—.Yoyahefirmado el acta de defunción. Pida a alguien de la casa que le acompañe.Durantesuausencia,estasdosseñorasvigilaránelpiso.

Nadiepuedefigurarseloquesonestascoaccionesdelaleyobrandosobreundolorauténtico.Esalgocomoparahacerodiar lacivilización,comoparahacerpreferir lascostumbresde lospueblos salvajes.A lasnueve, la señoraSauvageayudóabajaraSchmucke,sosteniéndoleporlossobacos,yunavezenelfiacreelalemánsevioobligadoarogaraRémonencqqueleacompañaraa la alcaldía para certificar el fallecimiento de Pons. Sin embargo—y estoocurre en todas las cosas—, en París salta a los ojos la desigualdad de lassituaciones,enestepaísebriodeigualdad.Estainmutablefuerzadelascosasseadviertehastaenlasconsecuenciasde lamuerte.Enlasfamiliasricas,unpariente, un amigo, un representante legal, evitan estos dolorosos trámites alos que lloran; pero en esto, como en la distribución de los impuestos, elpueblo,losproletariossinayudasufrentodoelpesodeldolor.

—¡Ah,nolefaltanmotivosparaecharledemenos!—dijoRémonencqen

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respuestaaunalamentaciónqueseleescapóalpobremártir—.Eramuybuenhombre, un hombre tan honrado, y que deja una colección de obras de artepreciosa;pero,ustedqueesextranjero,tienequesaberquevaaencontrarseenunbuenlío,porquetodoelmundodicequeeselherederodelseñorPons.

Schmuckenoleescuchaba:sehallabasumidoenundolortal,quelindabaconlalocura.Elalmatienesutétanoscomoelcuerpo.

—Lomejor que podría hacer es tener alguien que le aconsejara, que lerepresentaseunabogado,unhombredeleyes…

—Einhompreteleyes…—repitióSchmuckemaquinalmente.

—Ya verá usted como necesitará a alguien que le represente. Yo, siestuviera en su lugar, contrataría a un hombre de experiencia, un hombreconocido en el barrio, un hombre de confianza… Yo, en mis pequeñosnegocios, utilizo a Tabareau… el escribano. Y si da poderes a su primeroficial,notendráquepreocuparsedenada.

Esta insinuación, apuntada por Fraisier, acordada entre Rémonencq y laCibot,segrabóenlamemoriadeSchmucke;porque,enlosmomentosenqueeldolorinmoviliza,porasídecirlo,elalma,interrumpiendolasfunciones, lamemoria conserva todas las huellas que imprime allí el azar. Schmuckeescuchaba a Rémonencq con unamirada tan completamente desprovista deinteligencia,queelchamarileronoledijonadamás.

—Si se queda imbécil como ahora —pensó Rémonencq—, podrécomprarletodolodelpisoporcienmilfrancos,siesqueessuyo…Yahemosllegado,estoeslaalcaldía.

RémonencqsevioobligadoasacaraSchmuckedelfiacreyacogerleporlossobacosparaconseguirllevarlehastalaoficinaderegistrodelestadocivil,enlaqueSchmuckeseencontróconunaboda.Schmucketuvoqueesperarsuturno, ya que, por una de estas casualidades bastante frecuentes enParís, elempleadoteníaporregistrarcincooseisactasdedefunción.ElpobrealemándebiósufrirunapasiónsemejantealadeJesús.

—¿ElseñorSchmucke?—dijounhombrevestidodenegro,dirigiéndosealalemán,quequedóestupefactoaloírsellamarporsunombre.

Schmucke lemiró con elmismo aire ausente que tenía cuando repuso aRémonencq.

—Sí—dijo el chamarilero al desconocido—, ¿qué quiere usted? Déjeletranquilo,¿novecómoestásufriendo?

—El señor acaba de perder a su amigo, y sin duda se propone honrardignamentesumemoria,yaqueessuheredero—dijoeldesconocido—.Sinduda el señor no va a regatear unos francos; va a comprar un terreno a

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perpetuidadparasusepultura.¡ElseñorPonsamabatantolasartes!Seríaunagran lástimano reunir en su tumba a laMúsica, laPintura y laEscultura…Tresbellasfigurasdepie,llorosas…

Rémonencq hizo un gesto de auvernés para alejar al hombre, y ésterespondióconotrogesto,porasídecirlo,comercial,quesignificaba:«Déjemehacermisnegocios»,yqueelchamarilerosupointerpretar.

—Represento a la casaSonety compañía, demonumentos funerarios—siguiódiciendoelagente,aquienWalterScotthubieseapodadoeljovendelastumbas—.Sielseñorquisierahacernosunpedido,nosotrosleevitaríamoslasmolestiasdeiralaciudadacomprarelterrenonecesarioparalasepulturadelamigoquehanperdidolasartes…

Rémonencqinclinólacabezaenseñaldeasentimiento,yapretóelcododeSchmucke.

—Nohaydíaenquenonosencarguemos,pordeseodelasfamilias,deiracumplirtodaslasformalidades—seguíadiciendoelcomisionista,alentadoporelgestodelauvernés—.Enelprimermomentodedolor,aunherederoleesmuypenosoocuparse por símismode estos detalles, y nosotros tenemos lacostumbre de hacer todos estos trámites en nombre de nuestros clientes.Nuestrosmonumentosestántarifadosatantoelmetro,enpiedratalladaoenmármol… Nosotros cavamos las fosas para las tumbas familiares… Nosencargamos de todo, a los precios más módicos. Nuestra casa ha hecho elmagníficomonumentodelabellaEstherGobseckydeLuciendeRubempré,queesunode losornatosmásmagníficosdelPère-Lachaise.Contamosconlos mejores artesanos, y yo aconsejaría al señor que desconfiara de laspequeñas empresas… que no hacen más que chapucerías —añadió viendoacercarseaotrohombrevestidodenegroqueseproponíahablarennombredeotracasademarmoleríayescultura.

LXVII

Dondeseponedemanifiestoquelosmuertossonlosúnicosaquienesnoseatormenta

Amenudo sehadichoque lamuerte era el finaldeunviaje,peronadiesabe hasta qué punto este símil es real en París. Unmuerto, sobre todo unmuerto importante, es acogido en la sombría orilla como un viajero quedesembarcaenelpuerto,yaquienabrumanconsus recomendaciones todoslosmozosdeloshoteles.Nadie,aexcepcióndealgunosfilósofosodeciertasfamiliassegurasdevivirquesehacenconstruirtumbasdelmismomodoque

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tienenpalacios,nadiepiensaenlamuerteyensusconsecuenciassociales.Lamuertesiemprellegademasiadopronto;y,porotraparte,unsentimientomuycomprensible, impide a los herederos suponerla posible.Y así es como casitodoslosquepierdenasuspadres,asusmadres,asusesposasoasushijosseven inmediatamente asaltados por estos corredores o comisionistas queaprovechanlaturbaciónenlaquesumeeldolorparaarrancarunpedido.

Hace unos años, las agencias de monumentos funerarios se hallabanagrupadasenlosalrededoresdelcélebrecementeriodelPère-Lachaise,dondeformabanunacallequedebería llamarseCallede lasTumbas,y asaltabanalos herederos en las proximidades de la tumba o a la salida del cementerio;pero insensiblemente, la competencia, el genio de la especulación, les hahechoganarterreno,yhoyhaninvadidolaciudadyrondanporlasalcaldías.Amenudoseveinclusoacomisionistasquepenetranenlacasamortuoriaconunplanodelatumbaenlamano.

—Estoytratandodenegociosconelseñor—dijoelagentedelacasaSonetasurivalqueseacercaba.

—¡DifuntoPons!¿Dóndeestánlostestigos?—dijoelempleado.

—Acérquese,señor—dijoelcomisionista,dirigiéndoseaRémonencq.

Rémonencq rogó al comisionista que le ayudara a levantar a Schmucke,quepermanecíaensubanco,comounamasainerte;entrelosdoslellevaronhasta la balaustrada detrás de la cual el encargado de redactar las actas dedefunciónseprotegecontralosdolorespúblicos.Rémonencq, laprovidenciade Schmucke, fue ayudado por el doctor Poulain, quien proporcionó lasinformacionesnecesarias sobre laedadyel lugardenacimientodePons.Elalemán sólo sabía una cosa, que Pons era su amigo. Una vez firmados lospapeles,Rémonencqyelmédico,seguidosdelcomisionista,metieronalpobrealemánenelcoche,enelquetambiénseintrodujoelobstinadocomisionista,empeñado en conseguir su pedido.LaSauvage, que estaba de guardia en elumbraldelapuertacochera,subióaSchmuckecasidesvanecidoensusbrazosayudadaporRémonencqyporelagentedelacasaSonet.

—¡Vaadesmayarse…!—exclamóelcomisionista,decididoatodacostaaconcluireltratoquehabíainiciado.

—¡Nome extraña!—respondió la señora Sauvage—. Hace veinticuatrohorasqueestá llorando,ynohaquerido tomarnada.Lapenaes loquemásactivaelestómago.

—¡Pero,miqueridocliente!—ledijoelagentedelacasaSonet—,tómeseal menos un caldo. Tiene tantas cosas que hacer… Tiene que ir alayuntamiento a comprar el terreno necesario para elmonumento que quieroelevar a la memoria de este amigo de las artes, y que debe testimoniar su

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gratitud…

—Esto no tiene pies ni cabeza —dijo la señora Cantinet a Schmucke,acercándoseleconcaldoyunpocodepan.

—Yaqueestá tandébil—intervinoRémonencq—, lomejor seríaque sehicieserepresentarporalguien,porqueustednosabelacantidaddeproblemasque va a tener; habrá que encargar el entierro; no querrá que su amigo seaenterradocomounpobre.

—¡Vamos,vamos!—dijo laSauvage,aprovechandounmomentoenqueSchmucketeníalacabezaapoyadaenelrespaldodelsillón.

Ymetió en la boca de Schmucke una cucharada de sopa, y casi a pesarsuyoselahizotragarcomoaunniño.

—Ahora, señorSchmucke, seausted razonable;yaquequiere entregarsetotalmenteasudolor,contrateaalguienparaquerepresentesusintereses…

—Desde el momento en que el señor—dijo el comisionista— tiene laintencióndeelevarunmagníficomonumentoalamemoriadesuamigo,sólotiene que encargarme de todas las gestiones, yo me encargaré de todo conmuchogusto…

—¡A ver, a ver! ¿Qué quiere usted decir?—dijo la Sauvage—. ¿Le haencargadoalgoelseñor?¿Ustedquiénes?

—Estimadaseñora,representoalacasaSonet,laempresamásimportantede contratistas de monumentos funerarios —dijo sacando una tarjeta yentregándolaalaenérgicaSauvage.

—Bueno, bueno…Cuandonosparezcabienya le iremos abuscar; peroahoranohayqueabusardelestadoenqueseencuentraelseñor.YaveustedqueelseñorSchmuckenotienecabezaparanada.

—Si usted pudiera arreglárselas para conseguirnos este pedido—dijo elcomisionistadelacasaSonetaloídodelaseñoraSauvage,mientraslallevabahastaelrellano—,estoyautorizadoaofrecerlecuarentafrancos…

—Bueno,demesudirección—dijolaseñoraSauvage,humanizándose.

Schmucke,alversesoloyencontrándosemejordespuésdehabertomadolasopadepan,volviórápidamentealaalcobadePons,dondesepusoarezar.

Sehallabasumidoenlosabismosdeldolor,cuandolesacódesuprofundoanonadamientounjovenvestidodenegroquelerepitióporundécimavezun«¡Caballero!» que el pobre mártir oyó por fin al sentirse sacudido por lamanga.

—¿Guéogurreahora?

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—Caballero,lacienciadebealdoctorGannalundescubrimientosublime;nosotros no negamos su gloria, sabemos que ha renovado los milagros deEgipto; pero su técnica puede perfeccionarse, y hemos obtenido resultadossorprendentes.Osea,quesideseaustedvolveraverasuamigo,talcomoeraenvida…

—¡Folferleafer…!—exclamóSchmucke—.¿Bodráhaplarme?

—No,esono;sólolefaltaráhablar—repusoelagentedeembalsamiento—.Peroquedaráportodalaeternidadtalcomoustedleveráembalsamado.Laoperaciónexigemuypocotiempo.Unaincisiónenlacarótidaylainyecciónbastan;peroeltiempoapremia…Siustedtardaendecidirseuncuartodehoramás,yanopodrátenerladulcesatisfaccióndehaberconservadoelcadáver…

—¡Páyasealtiablo!¡Bonseseinealma…!¡Ysualmaesdáenelcielo…!

—Este hombre es un ingrato—dijo el joven comisionista de uno de losrivalesdelcélebreGannal,alpasarbajolapuertacochera—.¡Seniegaahacerembalsamarasuamigo!

—¡Quéquiereusté!—dijolaCibot,queacababadehacerembalsamarasumarido—.Haheredado, lohaheredado todo.Unavez tieneneldinero,paraelloseldifuntoyanosignificanada.

LXVIII

DondenosenteraremosdecómosemuereenParís

Al cabo de una hora, Schmucke vio entrar en la alcoba a la señoraSauvage,seguidadeunhombrevestidodenegroqueparecíaunobrero.

—Señor Schmucke —le dijo—, Cantinet ha tenido la amabilidad deenviarleaesteseñor,queeselproveedordeataúdesdelaparroquia.

El proveedor de ataúdes se inclinó con aire de conmiseración y decondolencia,peroconunaactituddehombresegurodesucometidoyquesesabeindispensable;dirigióalcadáverunamiradadeentendido.

—¿Cómo lo quiere el señor? ¿Demadera de pino, demadera de encinasencillo, o demadera de encina forrado de plomo?El demadera de encinaforrado de plomo, sin duda alguna es el más digno. Me han dicho que elcuerpotienelasmedidascorrientes¿no?

Palpólospiesparamedirelcadáver.

—¡Unmetro setenta!—añadió—. Sin duda el señor piensa encargar las

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exequiasenlaiglesia,¿verdad?

Schmuckedirigióaaquelhombreunadeestasmiradasquetienenloslocosantesdecometerunaatrocidad.

—Señor Schmucke—dijo la Sauvage—, debería usted buscar a alguienqueseocuparadetodosestosdetallesenlugarsuyo…

—Sí…—dijoporfinlavíctima.

—¿QuiereustedquevayaabuscarlealseñorTabareau,porquevaatenermuchosproblemasdeestosqueresolver?NosésisabequeelseñorTabareaueselhombremáshonradodelbarrio.

—¡Sí, el señor Dapareau! Ya me han haplado te él… —respondióSchmucke,vencido.

—Bueno, el señor va a quedar tranquilo y podrá entregarse a su dolor,despuésdetenerunaconversaciónconsurepresentantelegal.

Hacialasdos,elprimeroficialdelseñorTabareau,unjovenqueaspirabaaseguir la carrera de escribano, se presentómodestamente. La juventud tieneasombrosos privilegios, no asusta. Aquel joven, llamado Villemot, se sentójuntoaSchmucke,yesperóelmomentooportunoparahablarle.EstareservaimpresionómuchoaSchmucke.

—SeñorSchmucke—ledijo—,soyelprimeroficialdel señorTabareau,quienme ha encomendado la misión de velar por los intereses de usted, yencargarme de todos los detalles del entierro de su amigo… ¿Está usted deacuerdo?

—Nome salfarán la fida, borgue ya nome guedamucho gue fifir, bero¿metejaránenbaz?

—Desdeluego,notendráustedningunamolestia—repusoVillemot.

—Pueno.¿Guéhayguehacerbaraesdo?

—Firmar este documento en el que nombra su mandatario al señorTabareau,enloconcernienteatodaslascuestionesqueafectenalaherencia.

—Pueno…Teme…—dijoelalemán,queriendofirmarinmediatamente.

—No,no,primerotengoqueleerleeldocumento.

—¡Pueno,lea…!

Schmuckenoprestólamenoratenciónalalecturadeaquellaprocuracióngeneral,ylafirmó.EljovenrecibiólasórdenesdeSchmuckeparaelentierro,la compra del terreno, donde el alemán quería tener su tumba, y para lasceremonias religiosas,y ledijoquenovolveríaa tenerningunamolestia,ni

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nadielevolveríaapedirdinero.

—Bara gue me tejen dranguilo, taría dodo lo gue boseo —dijo elinfortunado,quesearrodillódenuevoanteelcadáverdesuamigo.

Aquello era el triunfo de Fraisier; el heredero ya no podía escapar delcírculoenelquelehabíaencerradagraciasalaSauvageyaVillemot.

Nohaydolorquenopuedaservencidoporel sueño.Yasí fuecomo,alterminareldía,laSauvageencontróaSchmucketendidoalospiesdelacamaenqueyacíaelcadáverdePons,ydurmiendo;lelevantó,leacostó,learrebujómaternalmenteenlacama,yelalemándurmióhastaeldíasiguiente.CuandoSchmucke se despertó, es decir cuando terminada esta tregua, volvió a serconscientedesudolor,elcadáverdePonssehallabaexpuestobajolapuertacochera, en la capilla ardiente a la que daba derecho el entierro de terceraclase;buscópuesenvanoasuamigoenelpiso,queleparecióinmenso,yenelquenoencontrómásquehorriblesrecuerdos.LaSauvage,quemandabaenSchmuckeconlaautoridadquetieneunanodrizasobreunniñodepocosaños,le obligó a comer antes de salir para dirigirse a la iglesia.Mientras aquellapobre víctima se forzaba en comer, la Sauvage le hizo notar, conlamentaciones dignas de Jeremías, que no tenía ningún traje negro. ElguardarropadeSchmucke,alimentadoporCibot,habíallegado,antesdecaerenfermo Pons, al igual que la comida, a su más simple expresión: ¡dospantalonesydoslevitas!

—¿Quiereirtalcomovaalentierrodelseñor?Seríaunaatrocidadquenosavergonzaríaantetodoelbarrio…

—¿Ygomoguiereguefaya?

—¡Puesdeluto!

—¿Teludo?

—Eldecoro…

—¡Eltegoro!¡Meríoyotetotasesdasdonderías…!—dijoelinfelizenelúltimogradodedesesperaciónalqueeldolorpuedellevaraunalmadeniño.

—¡Esunmonstruodeingratitud!—dijolaSauvage,volviéndosehaciaunhombre que apareció inesperadamente en el piso, y que hizo estremecer aSchmucke.

El funcionario, magníficamente vestido de paño negro, con calzonesnegros, medias de seda negra, puños blancos, decorado con una cadena deplatadelaquependíaunamedalla,conunairreprochablecorbatademuselinablanca y guantes blancos; este tipo oficial, acuñado uniformemente para losdolores públicos, llevaba en la mano una varita de ébano, insignia de susfunciones,ybajoelbrazoizquierdo,untricornioconunaescarapelatricolor.

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—Soyelmaestrodeceremonias—dijoestepersonaje,convozsuave.

Habituadopor sus funciones adirigir todos losdías entierros, y avisitartodas las familias sumidas en una misma aflicción, real o fingida, aquelhombre,al igualque todossus iguales,hablabaenvozbajayconsuavidad;era digno, cortés, correcto por su oficio, como una estatua representando algenio de la muerte. Esta presentación provocó en Schmucke un temblornervioso,comosihubieravistoalverdugo.

—¿El señor es tal vez el hijo, el hermano, el padre del difunto…?—preguntóelhombreoficial.

—¡Soydodoesdoymásaún…!¡Yosoysuamico…!—dijoSchmuckeenmediodeuntorrentedelágrimas.

—¿Esustedelheredero?—preguntóelmaestrodeceremonias.

—¿Elheretero…?—repitióSchmucke—.Nohaynataenelmuntoguemeimborte.

YSchmuckevolvióaadoptarlaactitudquereflejabasusombríodolor.

—¿Dónde están los parientes, los amigos? —preguntó el maestro deceremonias.

—¡Aguíesdándodos!—exclamóSchmucke,señalando loscuadrosy lasobras de arte—.Ésdos nunga han hecho suvrir ami puenBons… ¡Esdo esdodologueélguería,atemástemí…!

—Yavequeestá loco—dijo laSauvagealmaestrodeceremonias—.Esinútilquelehable.

Schmucke se había sentado, y había vuelto a adoptar su aire de idiota,mientras se secabamaquinalmente las lágrimas.EnaquelmomentoaparecióVillemot,elprimeroficialdemaîtreTabareau.Yelmaestrodeceremonias,alreconoceralapersonaquehabíaidoaencargarelentierro,ledijo:

—Bueno,caballero,yaeshoradesalir…Yahallegadoelcoche;peroyoenmividahabíavistounentierrocomoéste.¿Dóndeestánlosparientes,losamigos?

—Nohemos tenidomucho tiempo—respondióVillemot—;el señorestásumidoenundolortanprofundo,quenotienecabezaparanada;nohaymásqueunpariente…

Elmaestro de ceremoniasmiró a Schmucke con aire compasivo, ya queaquel experto en dolor distinguía perfectamente el verdadero del falso, y seacercóaSchmucke:

—¡Vamos, caballero, tengaánimo…!Piense enhonrar lamemoriade su

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amigo.

—Noshemosolvidadodeenviarlasesquelas,peroyoyamehecuidadodeenviarunpropioalseñorpresidentedeMarville,elúnicoparientedequienlehablaba…Notieneamigos…Nocreoquevenganlosdelteatroenelqueeldifunto era director de orquesta… Pero, si no me equivoco, el señor es elherederouniversal…

—Enestecaso,tienequepresidirelduelo—dijoelmaestrodeceremonias—.¿Notieneusted trajenegro?—preguntóal repararen la indumentariadeSchmucke.

—Yo foy te negro por tendro… —dijo el pobre alemán con vozdesgarradora—.Dantenegroguesiendolamuerdeenmí…Tiosmeoiráymeuniráenladumpaamiamico…

Yjuntólasmanos.

—Yoya lo había advertido amis superiores, que han introducido tantosperfeccionamientos—dijoelmaestrodeceremonias,dirigiéndoseaVillemot—;deberíamostenerunvestuarioyalquilartrajesdeheredero…Esalgoquecadadía sevahaciendomásnecesario…Peroyaque el señorhereda, tienequeponerselacapadeluto,yéstaqueyohetraídolocubrirátodoynadiesedarácuentadequellevaunaropataninadecuada…¿Seríaustedtanamabledelevantarse?—dijoaSchmucke.

Schmuckeselevantó,perosetambaleóaltemblarlelaspiernas.

—Sosténgale—dijoelmaestrodeceremoniasalprimeroficial—;alfinyalcabo,ustedessurepresentanteantelaley.

Villemot sostuvo aSchmucke, cogiéndole por los sobacos, ymientras elmaestrodeceremoniascogióesaampliayhorriblecapanegraqueseponenlos herederos para seguir al coche fúnebre desde la casamortuoria hasta laiglesia,yselaatóbajolabarbilla,medianteunoscordonesdesedanegra.

YSchmuckequedóataviadodeheredero.

LXIX

Elentierrodeunsolterón

—Ahora, se trata de resolver un grave problema —dijo el maestro deceremonias—.Tenemos que atribuir las cuatro cintas del féretro…Si no havenido nadie, ¿quién va a llevarlas? Ya son Las diez y media —dijoconsultandosureloj—,enlaiglesianosestaránesperando.

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—¡Ah,yaestáaquíFraisier!—exclamóimprudentementeVillemot.Peronadiepodíarecogeraquellaconfesióndecomplicidad.

—¿Quiénesesteseñor?—preguntóelmaestrodeceremonias.

—¡Oh!Eslafamilia.

—¿Quéfamilia?

—La familia desheredada. Es el representante legal del señor presidenteCamusot.

—¡Bueno! —dijo el maestro de ceremonias con aire satisfecho—. Almenosyatenemosdoscintasatribuidas,unaaustedyotraaél.

Elmaestro de ceremonias, contento de tener dos cintas atribuidas, fue abuscardosmagníficosparesdeguantesblancosdepieldeante,yentregóunoaFraisieryotroaVillemotconunairecortés.

—Demodoquesehacenustedescargodedoscintasdelféretro…—dijo.

Fraisiercompletamentevestidodenegro,ataviadoconciertapretensión,lacorbata blanca, el aire oficial, hacía estremecer. Contenía cien legajos decausascriminales.

—Conmuchogusto—dijo.

—Sóloconquevinierandospersonasmás—dijoelmaestrodeceremonias—yatendríamosatribuidaslascuatrocintas.

En aquel momento llegó el infatigable comisionista de la casa Sonet,seguidodelúnicohombrequeseacordódePons,quepensóentributarleunúltimohomenaje.Aquelhombreeraunmozodelteatro,elencargadodeponerlas partituras sobre los atriles de la orquesta, y a quienPons daba todos losmesesunamonedadecincofrancos,yaquelesabíapadredefamilia.

—¡Ah,Dobinard (Topinard)!—exclamóSchmuckeal reconoceral joven—.¡DúsígueguieresaBons…!

—Señor Schmucke, he venido todos los días, por lamañana, para sabernoticiasdelseñor…

—¡Dodos los tías! ¡Bopre Dobinard!—dijo Schmucke estrechándole lamano.

—Pareceserquemetomabanporunpariente,porquenopodíanrecibirmepeor. Yo ya decía que trabajaba en el teatro y que venía a saber cómo seencontrabaelseñorPons,peromecontestabanqueyaconocíanestostrucos.Yopedíaquemedejaranveralenfermo,peronuncamepermitieronsubir.

—¡La invame Cipod! —dijo Schmucke apretando contra su corazón la

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callosamanodelmozodelteatro.

—ErabuenocomoelpanelpobreseñorPons.Cadamesmedabacincofrancos…Sabíaqueestabacasadoyqueteníatreshijos.Mimujerestáenlaiglesia.

—¡Yo gombardiré mi ban gondigo!—exclamó Schmucke exultando dealegríaportenerasuladoaunhombrequequeríaaPons.

—¿Quiereelseñorhacersecargodeunadelascintasdelféretro?—dijoelmaestrodeceremonias—;asíyatendremoslascuatro.

ElmaestrodeceremoniashabíadecididofácilmentealcorredordelacasaSonet a aceptar una de las cintas sobre todo almostrarle el hermosopar deguantes,que,segúnlacostumbre,debíaquedardesupropiedad.

—¡Lasoncemenoscuarto!Hayquebajarinmediatamente…Nosesperanenlaiglesia—dijoelmaestrodeceremonias.

Ylasseispersonasempezaronabajarlaescalera.

—Cierrenbienelpisoyquédensedentro—dijoelatrozFraisieralasdosmujeres que permanecían en el rellano—. Sobre todo si quiere usted serguardiana,señoraCantinet.¡Piénselobien,sondosfrancospordía!

Por una de estas casualidades que en París no tienen nada deextraordinario,habíadoscatafalcosbajolapuertacochera,yporlotantodosentierros,eldeCibot,eldifuntoportero,yeldePons.Nadieacudíaatributarun testimoniodeafectoalsuntuosocatafalcodelamigode lasartes,y todoslosporterosdelavecindadafluíanyrociabanlosrestosmortalesdelporteroconunhisopo.AquelcontrastedelamultitudqueseguíaelentierrodeCibotyde la soledad en la que quedabaPons se produjo no sólo en la puerta de lacasa, sino también en la calle, donde el ataúd dePons sólo era seguido porSchmucke, a quien sostenía un sepulturero, ya que el heredero desfallecía acada paso De la calle de Normandía a la calle de Orléans, donde se hallasituada la iglesia de San Francisco, los dos entierros avanzaron entre doshilerasdecuriosos,yaque, talcomosehadicho,enaquelbarrio todoesunacontecimiento. Llamaba la atención la suntuosidad del carruaje blanco delque pendía un escudo en el que se había bordado unaPmayúscula, y cuyocortejoestabaformadoporunsolohombre;mientrasqueelsencillocarruaje,el de la última clase iba acompañado con una inmensa muchedumbre.Afortunadamente,Schmucke,atontadoporlamuchedumbredelasventanasyporlahileraqueformabanlosmirones,nooíanadaysóloveíaaquellamasadepersonasatravésdelvelodesuslágrimas.

—¡Ah,eselcascanueces…!—decíauno—.Elmúsico,¿sabe?

—¿Quiénessonlosquellevanlascintas?

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—¡Bah!¡Unoscómicos!

—¡Mira, el entierro del pobre Cibot! ¡Un trabajador menos! ¡Qué fieratrabajando!

—¡Ensuvidasalíadecasa!

—Nuncahabíahechofiestaellunes.

—¡Cómoqueríaasumujer!

—¡Lapobre!

Rémonencqibadetrásdelcochemortuoriodesuvíctimayrecibíapésamesporlapérdidadesuvecino.

LXX

EnParíslamuertepermiteviviranopocaspersonas

Estosdosentierrosllegaronalaiglesia,dondeCantinet,deacuerdoconelpertiguero, cuidó de que ningún mendigo hablase con Schmucke, ya queVillemot había prometido al heredero que le dejarían tranquilo, y atendía atodoslosgastosvelandoporsucliente.ElmodestoataúddeCibot,escoltadopor una comitiva de sesenta a ochenta personas, fue acompañado hasta elcementerioportodaestamultitud.Alasalidadelaiglesia,elentierrodePonsdisponíadecuatrocoches;unoparaelclero,y losotros trespara la familia;perosólosenecesitóuno,yaqueelcorredordelacasaSonet,durantelamisa,habíaidoapreveniralseñorSonetdelapróximallegadadelentierro,afindequepudiesepresentarelesbozoyelpresupuestodelmonumentoalherederouniversal,alasalidadelcementerio.Fraisier,Villemot,SchmuckeyTopinardcupieronenunsolocoche.Losotrosdos,envezdevolveralaadministración,fuerondevacíoalPère-Lachaise.Esteinútilviajedecochesvacíosseproduceamenudo.Cuando losdifuntosnogozandeningunacelebridad,noatraenamuchaspersonas,siempresobrancoches.Losmuertos tienenquehabersidomuy queridos en su vida, para que en París, donde todo elmundo quisieraencontrar una vigésimaquinta hora que añadir al día, la gente se tome lamolestiadeseguirelcortejodeunparienteodeunamigohastaelcementerio.Peroloscocheros,sinocumpliesensucometido,perderíansupropina.Yasí,llenosovacíos,loscochesvanalaiglesia,alcementerio,yvuelvenalacasamortuoria,donde loscocheros reclaman lapropina.Nadiepuedefigurarse lacantidad de personas a quienes la muerte permite vivir. El llamado «bajoclero» de la iglesia, los mendigos, los sepultureros, los cocheros, losenterradores,naturalezasesponjosasquedespuésde sumergirse enunataúd,

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se retirandeélhinchadasy saciadas.Desde la iglesia,dondeelheredero, alsalir,fueasaltadoporunaturbademendigos,rápidamentedispersadosporelpertiguero,hastaelPère-Lachaise,elpobreSchmuckefuecomoloscriminalesibandesdeelPalaciodeJusticiahastalaPlazadeGrève.Comosiasistieseasupropioentierro,apretandoconsumanoladeTopinard,elúnicohombrequehabía sentido sinceramente lamuerte de Pons. Topinard,muy impresionadopor el honor que se le había concedido confiándole una de las cintas delféretro, y contento por ir en cochey por verse dueñodeunpar de guantes,empezabaaconsiderarelentierrodePonscomounodelosdíasmásseñaladosdesuVida.Abismadoensudolor,confortadoporelcontactodeaquellamanoque representaba un corazón, Schmucke se dejaba llevar exactamente igualquelospobresternerossedejanllevarenunacarretahastaelmatadero.Enlosasientos delanteros del coche iban Fraisier y Villemot. Quien ha tenido ladesgracia de acompañar amuchos de los suyos hasta el lugar de su últimoreposo,sabequeenelcochecesa todahipocresía,duranteel trayecto,queamenudo es bastante largo, de la iglesia hasta el cementerio del Este, elcementerioparisiensedondesedancitatodaslasvanidades,todosloslujos,elmás rico en monumentos funerarios suntuosos. Los indiferentes inician laconversación,ylosmásapenadosterminanporescucharlesydistraerse.

—Elseñorpresidenteyahabíasalidoparalaaudiencia—decíaFraisieraVillemot—, y no me ha parecido necesario ir al Palacio de Justicia paradistraerle de sus ocupaciones; de todos modos, hubiese llegado demasiadotarde.Comoapesardeserelherederonaturalylegal,hasidodesheredadoenfavordelseñorSchmucke,hecreídoquebastabaquehicieseactodepresenciasurepresentanteantelaley…

Topinardaguzóeloído.

—¿Quién era el tipo que sostenía la cuarta cinta?—preguntó Fraisier aViliemot.

—Es el corredor de una casa de monumentos funerarios y que estáempeñado en conseguir el pedido de una tumba donde quiere esculpir tresfiguras en mármol, la Música, la Pintura y la Escultura, llorando sobre eldifunto.

—Noesmalaidea—repusoFraisier—.Elinfelizselohamerecido;peroestemonumentovaacostardesieteaochomilfrancos.

—¡Oh,sí,almenos!

—Si el señorSchmuckehace el pedido, este dinero nopuede salir de laherencia,yaqueungastoasípodríamermarlamucho…

—Bueno—siguióFraisier—,élveráloquehace.Seríaunabuenajugadapara los delmonumento—dijo Fraisier al oído deVillemot—. Porque si el

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testamento se anula, de lo cual yo respondo… o si no hubiese testamento,¿quiénibaapagarles?

Villemot soltó una risita simiesca. El primer oficial de Tabareau y elabogadosiguieronhablandoenvozbajayaloído.Peroapesardeltraqueteodel coche y de todas sus precauciones,Topinard, acostumbrado a adivinarlotodo en el mundo de entre bastidores, comprendió que los dos hombres deleyes tramaban algo para poner en un apuro al pobre alemán, y finalmenteacabóporoírelsignificativonombredeClichy.Apartirdeaquelmomento,eldigno y honrado servidor del inundo cómico, decidió velar por el amigo dePons.

Enelcementerio,dondegraciasalagestióndelcorredordelacasaSonet,VillemothabíacompradotresmetrosdeterrenoalAyuntamiento,anunciandoque tenía intención de construir un magnífico monumento, Schmucke fueguiadoporelmaestrodeceremoniasatravésdeunaturbadecuriosos,hastaelborde de la fosa en la que iba a sepultarse a Pons. Pero al ver aquel huecorectangularsobreelquecuatrohombressosteníanconunascuerdaselféretrode Pons,mientras el clero rezaba las últimas oraciones, el alemán sintió undolortanintensoquesedesvaneció.

LXXI

Paraabriruntestamentosecierrantodaslaspuertas

Topinard,ayudadoporelcorredordelacasaSonetyporelmismoseñorSonet, llevó al pobre alemán hasta el interior del establecimiento delmarmolista, donde la señora Sonet y la señora Vitelot esposa del socio delseñorSonet,leprodigaronloscuidadosmássolícitos.Topinardsequedóasulado, ya que había visto a Fraisier, cuyo aspecto le parecía patibulario,conversarconelcorredordelacasaSonet.

Al cabo de una hora, hacia las dos ymedia, el pobre e inocente alemánrecobró el sentido. Schmucke, desde hacía dos días, creía vivir en sueños.Pensaba que iba a despertarse y que encontraría vivo a Pons. Le pusierontantas toallas empapadas sobre la frente, le hicieron respirar tantas sales yvinagres, que volvió a abrir los ojos. La señora Sonet obligó a Schmucke atomarunatazadecaldomuygraso,yaqueenlacasadelosmarmolistasaqueldíateníacocido.

—Esosíquenoocurreamenudo,atenderaclientesqueselotomantanapecho;unavezcadadosañosygracias…

PorfinSchmuckehablódevolveralacalledeNormandía.

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—Caballero—dijoentoncesSonet—,aquí tieneeldibujoqueVitelothahechoexprofesoparausted;¡haestadotrabajandoenéltodalanoche!Peronopuededecirsequelehafaltadolainspiración…¡Seráalgomuyhermoso!

—¡UnodelosmáshermososdelPère-Lachaise!—dijolamenudaseñoraSonet—. Pero debe usted honrar lamemoria de un amigo que le ha dejadotodasufortuna…

Aquel proyecto, supuestamente hecho exprofeso, había sido concebidopara la tumba del famosoministroDeMarsay; pero la viuda había queridoconfiar el monumento a Stidmann; el proyecto de los marmolistas fueentonces rechazado, ya que se consideró con horror la posibilidad de unmonumentodepacotilla.Las tres figuras representabanpuesprimitivamentelas tres jornadas de Julio, en las que tomó parte tan importante aquel granministro.Posteriormente,conalgunasmodificaciones,SonetyVitelot,habíanconvertido las tres gloriosas, en elEjército, la Finanza y la Familia, para elmonumento de Charles Keller, que también terminó siendo ejecutado porStidmann.Desdehacíaonceañoselproyectohabíasidoadaptadoatodaslascircunstanciasfamiliares;yahora,calcándolo,Vitelothabía transformadolastresfigurasenlasdelosgeniosdelaMúsica,laEsculturaylaPintura.

—Estoapenasda ideade losdetallesydel trabajomaterial;peroenseismeses estará listo—dijoVitelot—.Caballero, aquí tiene elpresupuestoy elpedido…sietemilfrancos,sincontarladesbastadura.

—Si el señor quieremármol—dijo Sonet, que eramás específicamentemarmolista—,serándocemilfrancos,yelseñorseinmortalizarájuntoconsuamigo…

—Acabo de enterarme de que el testamento será impugnado —dijoTopinard,aloídodeVitelot—ydeque losherederosacabaránporquedarseconlaherencia;vayaaveralpresidenteCamusot,porqueestepobreinocentenopercibirániuncéntimo…

—¡Siemprenos traeclientesasí!—dijo laseñoraVitelotalcomisionista,iniciandounadisputa.

Topinard acompañó a Schmucke, a pie, hasta la calle deNormandía, yaqueloscochesdelacomitivaseleshabíananticipado.

—¡Nometeje…!—decíaSchmuckeaTopinard.

Topinardqueríairse,despuésdehaberdejadoalpobremúsicoenmanosdelaseñoraSauvage.

—Sonlascuatro,miqueridoseñorSchmucke,tengoqueiracomer…Mimujeresacomodadora,ynovaasaberloquemehapasado…Yasabeusted,enelteatroabrenalasseismenoscuarto.

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—Sí,yalosé…Berobiensegueesdoysoloenelmunto,sineinamico…Usded gue ha llorato aBons, agonséjeme,me siendo igual gue enmetio teeinenocheosgura,yBonsmehabíatichogueesdabaroteadotecranujas…

—¡Yquelodiga,yamehedadocuenta!Sinointervengo,ibaustedapararaClichy.

—¿Glichy?—exclamóSchmucke—.Nogombrendonata…

—¡Pobrehombre!Enfin,tranquilícese,queyovolveré.Adiós.

—¡Atiós! ¡Hasda bronto!—dijo Schmucke, dejándose caer en un sillón,extenuado.

—¡Adiós, siñor! —dijo la señora Sauvage a Topinard, en un tono quellamólaatenciónaljoven.

—¿Conqueéstastenemos,amiguita?—ledijoburlonamenteTopinard—.¿Legustahacerdetraidordemelodrama?

—¡Eltraidorloseráusted!¿Quiénlehadadovelaenesteentierro?¿Oesquequieremeterseenlosasuntosdelseñorysacartajada?

—¿Sacartajada?¿Quédiceestasirvienta?—repusoaltivamenteTopinard—.Yonosoymásqueunpobreempleadodeteatro,perotengoalgodeartista,yentéresequenuncahepedidonadaanadie.¿Austedselehapedidoalgo?¿Ledeboalgo,oqué,eh?

—De modo que trabaja en el teatro y se llama… —preguntó aquelmarimacho.

—Topinard,paraservirle…

—Recuerdosalafamilia—dijolaSauvage—ymisrespetosalasiñora,siesqueelsiñorestácasado…Estoestodoloquequeríasaber.

—¿Quéleocurre,amigamía?—dijolaseñoraCantinet,quellegóenaquelmomento.

—Ocurrequesevaustedaquedaraquívigilandolacomida,yyovoyenunbrincoacasadelseñor…

—Está abajo, hablando con la pobre señora Cibot, que llora como unamagdalena—respondiólaCantinet.

La Sauvage bajó la escalera con tal celeridad, que los peldañosretemblaronbajosuspies.

—Señor…—dijo a Fraisier, atrayéndole a unos pasos de distancia de laseñoraCibot.

YseñalóaTopinard,enelmomentoenqueéstepasaba,orgullosodehaber

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pagadosudeudaconsubienhechor,impidiendoporunardidinspiradoporelambientedeentrebastidores,enelquetodoelmundotienealgodepícaro,queelamigodePonscayeraenunatrampa.Yseprometíaprotegeralmúsicodesuorquestacontraloslazosquetenderíanasubuenafe.

—¿Ve este desgraciado que pasa? Es un sujeto empeñado en meter lasnaricesenlosasuntosdelseñorSchmucke…

—¿Quiénes?—preguntóFraisier.

—¡Oh!¡Esundonnadie!

—Enlosnegocios,nohaydonnadie…

—Verá—dijoella—,esunempleadodelteatroquesellamaTopinard…

—¡Magnífico, señora Sauvage! Siga comohasta ahora y tendrá usted suestanco.

YFraisiersiguiósuconversaciónconlaseñoraCibot.

—Le estaba diciendo,mi querida cliente, que usted noha jugado limpioconnosotros,yque,tratándosedeunsocioquenosengaña,nosconsideramosdesligadosdetodocompromisoparaconél.

—¿Yyoenquélesheengañado?—dijolaCibot,poniéndoseenjarras—.¿Secreequemevaahacertemblarconestamiradadevíboraysusairesdehielo?Está buscando excusas para no cumplir sus promesas, y todavía dicequeesunhombrehonrado.¿Sabeustéloquees?¡Uncanalla!¡Sí,sí,yapuededespistar…!¡Peroencajeésta!

—Es inútil hablar y enfadarse, amiga mía —dijo Fraisier—. Escuche.Usted ya ha sacado su tajada… Esta mañana, durante los preparativos delentierro,heencontradoestecatálogo,concopia,todoélescritodepuñoyletradelseñorPons,y,porcasualidad,heleídoesto:

Yleyó,abriendoelcatálogomanuscrito:

N.°7.Magníficoretrato,pintadoenmármol,porSebastiándelPiombo,en1546, vendido por una familia que lo sustrajo de la catedral de Terni. Esteretrato, que hacía juego con el de un obispo, comprado por un inglés,representaauncaballerodeMaltaenoración,ysehallabaencimadelatumbadelafamiliaRossi.Denoirfechada,estaobrapodríaatribuirseaRafael.LapinturameparecesuperioralretratodeBaccioBandinelli,delMuseo,queesunpocoseca,mientrasqueestecaballerodeMaltaesdeunafrescuraquesedebealaconservacióndelapinturasobreLAVAGNA(pizarra).

—He idoamirarenel lugarnúmero7—siguióFraisier—,yhevistoelretratodeunadama,firmadoChardin,sinnúmero7…Mientraselmaestrodeceremonias completaba su número de personas para sostener las cintas del

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féretro, he estado comprobando los cuadros con el catálogo, y hay ocholienzos ordinarios y sin número que sustituyen a otras tantas obrasconsideradascomocapitalesporeldifuntoseñorPonsyquenoaparecenporningúnlado…Finalmente,faltatambiénuncuadritosobremadera,deMetzu,alquesealudecomounaobramaestra…

—¿Esqueyoeraguardianadeloscuadros?—dijolaCibot.

—No,peroeraustedlamujerdeconfianzadelacasa,laquecuidabadelpisoydetodoloquepertenecíaalseñorPons,ysetratadeunrobo…

—¡Un robo! ¡Sepa usté que los cuadros fueron vendidos por el señorSchmucke, cumpliendo órdenes del señor Pons, para atender a susnecesidades!

—¿Aquién?

—AlosseñoresÉlieMagusyRémonencq…

—¿Porcuánto?

—¡Deestoyanomeacuerdo!

—Escúcheme,miqueridaseñoraCibot;ustedyahahechosuagosto,noleha idomal,precisamente—siguióFraisier—.Novoyaperderladevista, latengocogida…¡Sírvameymecallaré!Seacomosea,yacomprenderáustedquenopuedeesperanadadelseñorpresidenteCamusot,desdeelmomentoenqueporsucuentayriesgohadecididoexpoliarle.

—Yasabíayo,señorFraisier,queloqueteníaquetocarme,ibaaquedarenaguadeburrajas—respondiólaCibot,amansadaporlaspalabras:Mecallaré.

LXXII

Sobreelpeligrodemeterseenlosasuntosdelajusticia

—¡Vaya!—dijoRémonencq,quellegóenaquelmomento—.Veoqueestaustedbuscandocamorraalaseñora.Estonoestábien.Laventadeloscuadrosse hizo por un acuerdo entre el señor Pons, el señor Magus y yo, queestuvimos tresdíasantesde llegaraunacuerdoconeldifunto,quedelirabahablandodesuscuadros…Tenemosrecibosen todaregla,ysi,siguiendolacostumbre,hemosdadounasmonedasdecuarentafrancosalaseñora,estonoesmás que lo que damos en todas las casas burguesas cuando se cierra unacuerdo. ¡Ah,señormío,sicreíaustedque ibaapoderengañaraunamujerindefensa,novaa salirsecon la suya!¿Seenterausted, señor intrigante?ElseñorMaguseseldueñodelaplaza,ysiustednoseportabienconlaseñora,

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si no le da lo que le prometió, ya verá lo que le ocurre cuando subastenlacolección,yaveránloquepierdenustedessitienenencontraalseñorMagusya mí, que sabremos calentar los cascos a los marchantes… En vez desetecientosuochocientosmilfrancos,novanaconseguirnidoscientosmil…

—¡Bien, bien, ya veremos! O no venderemos —dijo Fraisier— ovenderemosenLondres.

—ConocemosLondres—dijoRémonencq—,yallíelseñorMagusestaninfluyentecomoenParís.

—Ustedlopasebien,señora,voyadedicarmeacuriosearensusasuntos—dijoFraisier—;amenosquemeobedezcaciegamente—añadió.

—¡Fullero!

—Cuidadoconlaspalabras—advirtióFraisier—;voyaserjuezdepaz.

Sesepararonprofiriendoamenazascuyoalcanceapreciabaperfectamenteunayotraparte.

—¡Gracias,Rémonencq!—dijo laCibot—;paraunapobreviuda,esunagrancosaencontrarundefensor.

Alrededor de las diez, aquella noche en el teatro,Gaudissart llamó a sudespachoalmozode laorquesta.Gaudissart,depieante lachimenea,habíaadoptadouna actitudnapoleónica, costumbrequehabía adquiridodesdequedirigía a toda una turba de comediantes, bailarinas, comparsas, músicos ytramoyistas, y desde que trataba con autores. Generalmente introducía sumano derecha en el chaleco hasta sujetar el tirante izquierdo, ymantenía elrostromedioladeado,conlamiradaperdidaenelvacío.

—¡Ah!¿Esusted,Topinard?¿Tieneustedrentas?

—No,señordirector.

—Entonces ¿busca usted un empleo mejor que el que tiene ahora? —preguntóeldirector.

—No,señor…—respondióTopinardpalideciendo.

—¡Quédiablos!Tumujer es acomodadora en los estrenos…Hequeridorespetarensupersonaamipredecesorendesgracia…Tehedadoelempleode limpiar los quinqués de entre bastidores durante el día; y además teencargasdelaspartituras.¡Ynoacabaaquílacosa!Tienesunosplusesdeunfrancoparahacerlosmonstruosydirigirlosdemonioscuandohayinfiernos.Tienesunaposiciónqueenvidianlosdemásempleados,tetienencelos,amigomío,aquíenelteatrotienesenemigos.

—¡Enemigos!—dijoTopinard.

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—¡Ytienestreshijos!Yelmayorhacelospapelesdeniñoconplusesdecincuentacéntimos…

—Señordirector…

—¡Déjame hablar! —dijo Gaudissart con voz de trueno—. Si estandocomoestásquieresdejarelteatro…

—Señordirector…

—Quieres meterte en negocios y complicarte la vida con herencias…¡Desgraciado,vanaaplastartecomoaungusano!YotengoporprotectoraSuExcelenciaelseñorcondePopinot,hombredetalentoydemuchocarácter,aquienelreyhatenidoelbuenaciertodehacerformarpartedesuconsejo…Este estadista, este gran político (estoy hablando del conde Popinot), hacasado a su primogénito con la hija del presidente deMarville, uno de loshombresmásimportantesymásconsideradosentrelosaltoscargosjurídicos,unadelaslumbrerasdelostribunalesenelPalaciodeJusticia.¿HasestadoenelPalacio de Justicia?Bueno, pues esta persona es el heredero de su primoPons, nuestro antiguo director de orquesta, a cuyo entierro tú has ido estamañana.Yo no te reprocho el que hayas ido a rendir un últimohomenaje aaquel pobre hombre… Pero no creo que conserves tu empleo si siguesmetiéndoteenlosasuntosdelbuenodelseñorSchmucke,aquiendeseotodala suertedelmundo,peroquevaaencontrarseenuna situaciónmuy tiranteconlosherederosdePons…Ycomoestealemáncuentamuypocoparamí,yelpresidenteyelcondePopinotcuentanmucho,terecomiendoquedejesqueelbuenalemánselasapañesolitocomopueda.Losalemanestienenundiosparticularparaellossolos,ytúestaríasmuymalenelpapeldevicediós…Yaves, lo mejor es que sigas siendo mozo del teatro… Sería la decisión mássensata.

—¡Porfavor,señordirector!—dijoTopinard,profundamenteherido.

Schmucke,queesperabavolveraveralamañanasiguientealpobremozodelteatro,elúnicoserquehabíalloradoaPons,perdióasíelprotectorqueelazarlehabíaenviado.Aldíasiguiente,elpobrealemánsintióaldespertarlainmensapérdidaquehabía tenidoal encontrarvacíoelpiso.Lavísperay laantevíspera,losacontecimientosylostrastornosqueoriginalamuerte,habíanproducidoasualrededorestaagitación,estemovimientoquedistraelosojos.

Peroelsilencioquesiguealapartidadeunamigo,deunpadre,deunhijo,deunamujeramada,paralatumba,elopacoyfríosilenciodeldíasiguienteesterrible, es glacial. Empujado por una fuerza irresistible hacia la alcoba dePons, el pobre hombre no pudo soportar su aspecto, retrocedió, volvió asentarseenelcomedordondelaseñoraSauvageservíaeldesayuno.

Schmuckesesentóynopudocomernada.

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LXXIII

Aparicióndetreshombresnegros

De repente sonó un agudo campanillazo, y aparecieron tres hombresvestidos de negro, a quien la señora Cantinet y la señora Sauvage dejaronpasar.ElprimeroeraelseñorVitel,eljuezdepaz,seguidodesuseñorrelator.El tercero era Fraisier, más seco, más áspero que nunca, después de habersufrido ladecepcióndeun testamentoen todareglaqueanulaba lapoderosaarma,tanaudazmenterobadaporél.

—Caballero—dijo suavementeel juezdepazaSchmucke—,venimosaponerlossellos…

Schmucke,aquienaquellaspalabrassonabancomogriego,miróasustadoalostreshombres.

—Venimos a petición del abogado señor Fraisier, mandatario del señorCamusotdeMarville,herederodesuprimo,eldifuntoseñorPons…—añadióelrelator.

—Lascoleccionesestánahí,enelsalóngrandeyenlaalcobadeldifunto—dijoFraisier.

—Bien,puesvamosallá…Perdón,sigausteddesayunándose,porfavor—dijoeljuezdepaz.

La invasión de aquellos tres hombres vestidos de negro había helado deterroralpobrealemán.

—Elseñor—dijoFraisier,dirigiendoaSchmuckeunadeaquellasmiradasvenenosasquemagnetizabanasusvíctimascomounaarañamagnetizaaunamosca—,elseñorquehasabidoconseguirquesehicieraenbeneficiopropioun testamento ante notario, ya debía suponer que la familia ofreceríaresistencia.Unafamilianosedejaexpoliarporunextrañosincombatir,yyaveremos quién saldrá triunfante, si el fraude y la corrupción o la familia…Como herederos, tenemos derecho a solicitar que se pongan los sellos, lossellos serán puestos, y yo voy a velar por que este acto de garantía seaejecutadoconelmáximorigor,yasíserá.

—¡Tios mío, Tios mío! ¡Gué he hecho yo al Cielo! —dijo el inocenteSchmucke.

—Se habla mucho de usted en la casa —dijo la Sauvage—. Mientrasdormía ha venido un joven todo vestido de negro, unmequetrefe, el primer

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oficialdelseñorHannequin,yqueríahablarconustedcostaraloquecostase;perocomousteddormía,yestabatancansadodelaceremoniadeayer,lehedichoqueustedhabíafirmadopoderesalseñorVillemot,elprimeroficialdeTabareau, y que, si se trataba de negocios, que fuese a hablar con él. «¡Ah,mejor!»,hadichoeljoven,«conélmeentenderémejor.Vamosadepositareltestamento en el tribunal, después de haberlo presentado al presidente».EntoncesyolehepedidoquenosenviaraalseñorVillemotloantesposible.Esté tranquilo, señor Schmucke—dijo la Sauvage—, tendrá usted quien ladefienda.Novan a esquilmarle. ¡Yaveráusted a alguienque sabe sacar lasuñas!¡ElseñorVillemotvaacantárselasclaritas!YoyamehepuestohechaunafuriaconestaperdidadeCibot,unaporteraqueseatrevea juzgarasusinquilinos, y que sostiene que usted ha birlado esta fortuna a los herederos,quesecuestróalseñorPonsyquelehizohacerloquequiso,porqueélestabalocodeatar.Ahoraqueyolehehechotragarlalenguaaesamalvada;voyyledigo: «¡Usted lo que es es una ladrona y una canalla, y la llevarán a lostribunalesportodoloqueharobadoasusseñores…!».Yhatenidoquecerrarelpico.

—Caballero—dijoel relator,queentróbuscandoaSchmucke—,¿quiereustedestarpresentecuandopongamoslossellosenlacámaramortuoria?

—¡Hacan lo gue guieran!—dijo Schmucke—. ¿No fan a tejarmemorirdranguilo?

—Siempre se tiene el derechodemorir—dijo el relator riendo—,yporeso los asuntos quemás tratamos son los de herencias. Pero he visto pocasvecesalosherederosuniversalesseguiralatumbaalostestadores.

—Bues yo seré uno te esdos—dijo Schmucke, que, después de tantosgolpes,sentíaunosintensosdoloresenelcorazón.

—¡Ah,aquíestáelseñorVillemot!—exclamólaSauvage.

—¡SeñorFillemod!—dijoelpobrealemán—.Rebreséndemeusded…

—Paraesohevenido—dijoelprimeroficial—.Vengoparainformarledequeeltestamentoestáentodaregla,ysindudaalgunaseráhomologadoporeltribunal, que le confirmará en la posesión de la herencia. Tendrá usted unabonitafortuna.

—¿Yo,unaponidavorduna?—exclamóSchmucke,desesperadodequesepudierasospechardelarectituddesusintenciones.

—Entonces—dijolaSauvage—,¿quéhaceallíeljuezconsusvelasysuscintasdehilo?

—¡Ah!Pone los sellos…Venga usted, señor Schmucke, tiene derecho aasistiralacto.

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—No,fayanusdedes…

—¿Peroporquétienenqueponersellossielseñorestáensucasaytodoes suyo?—preguntó laSauvage,que interpretabaelderechoalmodode lasmujeres,quesuelentodasaplicarelCódigosegúnsusgustos.

—Señoramía,elseñornoestáensucasa,estáencasadelseñorPons;sinduda todo le pertenecerá, pero cuando se es heredero, sólo se puede poseeraquello de lo que se compone la herencia por lo que llamamos un auto deposesión.Yestadisposiciónemanadeltribunal.Ahorabien,silosherederosdesposeídos de la herencia por voluntad del testador se oponen al auto deposesión,seentablaunpleito…Ycomoseignoraamanosdequiéniráapararlaherencia, todos losvalores se sellan,y losnotariosde losherederosydellegatario proceden al inventario en el plazo exigido por la ley… Esto estodo…

Aloírporvezprimeraensuvidaestelenguaje,Schmuckeperdiódetodolacabeza,yladejócaersobreelrespaldodelsillónenqueestabasentado,yaquelasentíatanpesadaqueleeraimposiblesostenersupeso.Villemotfueahablar con el relator y el juez de paz, y asistió, con la sangre fría de loshabituados, a la operacióndeponer los sellos, que, cuandono está presenteningúnheredero,transcurresiempreentrealgunasbromasycomentariossobrelascosasqueseencierrandeestemodohastaeldíadel reparto.Finalmente,loscuatrohombresdeleyescerraronelsalónyvolvieronalcomedor,dondeseinstaló el relator. Schmucke miraba hacer maquinalmente la operación,consistenteensellarconellacredeljuezdepazunacintadehilosobrecadahojade las puertas, cuando sondedoshojas, o de sellar el resquiciode losarmariosodelaspuertassencillas,lacrandolosdosbordes.

—Pasemos a esta habitación —dijo Fraisier, señalando la alcoba deSchmucke,cuyapuertadabaalcomedor.

—¡Perosiésteeselcuartodelseñor!—dijolaSauvage,precipitándoseainterponerseentrelapuertaylosrepresentantesdelajusticia.

—Aquí está el contrato del piso —dijo el atroz Fraisier—, lo hemosencontradoentre losdocumentos, ynoestá anombrede los señoresPonsySchmucke, sino sólo a nombre del señor Pons. Por lo tanto este piso formaparte de la herencia. Y, además —dijo abriendo la puerta de la alcoba deSchmucke—,mire,señorjuezdepaz,estállenadecuadros.

—En efecto—dijo el juez de paz, quien dio inmediatamente la razón aFraisier.

LXXIV

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LosfrutosdeFraisier

—¡Unmomento,caballeros!—dijoVillemot—.¿Creenustedesquevanaponerenlacallealherederouniversal,calidadquehastaahoranadiedisputaalseñorSchmucke?

—Estáustedenunerror—dijoFraisier—,nosoponemosaqueentreenposesióndelaherencia.

—¿Conquépretexto?

—¡Yalosabrá,amiguito!—dijoburlonamenteFraisier—.Porelmomentononosoponemosaqueelherederoretiredeestahabitaciónloquedeclarequelepertenece;peroelcuartoserásellado.Yelseñoriráaalojarsedondemejorleparezca.

—¡No!—dijoVillemot—.¡Elseñorsequedaráensuhabitación!

—¿Cómoloconseguirá?

—Voy a emplazarle a un recurso de urgencia —repuso Villemot—, ydemostraré que somos inquilinos a medias de este piso, y no lograráecharnos…Lléveseloscuadros,separeloqueeradeldifunto,peroloqueesdemiclientesequedaaquí…amiguito…

—¡Guiero irme!—dijoelancianomúsico,querecuperósuenergíaaloíraquellaatrozdiscusión.

—¡Es lo mejor que puede hacer!—dijo Fraisier—. Así se va a ahorrargastos, porque no ganaría el recurso. Los términos del contrato dearrendamientosonconcluyentes…

—¡Elcontrato,elcontrato!—dijoVillemot—.¡Esunacuestióndebuenafe!

—Quenoseprobará,comoenloscasoscriminales,contestigos…¿Sevaustedameterenperitaciones,verificaciones…enjuiciosinterlocutoriosyenunpleito?

—¡No,no!—exclamóSchmucke,asustado—.Memuto,mefoy…

Sinsaberlo,Schmuckellevabaunavidadefilósofocínico,hastatalpuntoerasencillayaustera.Sóloposeíadosparesdezapatos,unpardebotas,dostrajescompletos,docecamisas,docepañuelosdegarganta,docepañuelosdebolsillo,cuatrochalecosyunamagníficapipaquelehabíaregaladoPonsconuna bolsa para el tabaco bordada. Entró en la alcoba, sobreexcitado por lafiebredelaindignación,recogiótodossusbártulosylospusosobreunasilla.

—¡Dodoesdoesmío!—dijoconunasencillezdignadeCincinato—.El

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bianodampiénesmío…

—Señora… —dijo Fraisier a la Sauvage—, busque quien le ayude,lléveseloydejeestepianoenlacalle.

—Tambiénesusteddemasiadoduro—dijoVillemotaFraisier—.Elseñorjuez de paz es quien debe dar órdenes, él es la máxima autoridad en estosmomentos.

—Aquítambiénhaycosasdevalor—dijoelrelator,señalandoelcuarto.

—Además —hizo notar el juez de paz—, el señor se va por voluntadpropia.

—¡Enmividahabíavistounclientecomoéste!—dijoVillemotindignado,revolviéndosecontraSchmucke—.¡Esustedmásblandoquelamanteca!

—¡Gué imborta tónde muere uno! —dijo Schmucke, saliendo—. Esdoshombresdienengarasdedigres…Yaharégueregojanmisbobresenseres…

—¿Adóndevaelseñor?

—¡TondeTiosguiera!—repusoelherederouniversal,haciendoungestosublimedeindiferencia.

—Hágamelosaber—dijoVillemot.

—Síguele—dijoFraisieraloídodelprimeroficial.

LaseñoraCantinetfuenombradaguardianadelossellos,y,deldineroquesehabíaencontrado,seleatribuyóunaprovisióndecincuentafrancos.

—La cosa marcha—dijo Fraisier al señor Vitel, una vez Schmucke sehubo ido—. Si quiere usted dimitir en favor mío, vaya a ver a la señorapresidentadeMarville,yaseentenderáconella.

—Hatopadoustedconunhombrequeesmantecapura—dijoel juezdepaz,señalandoaSchmucke,que,desdeelpatio,contemplabaporúltimavezlasventanasdelpiso.

—Sí, asunto concluido —respondió Fraisier—. Puede usted casar sinningún miedo a su nieta con Poulain; será médico en jefe de los Quinze-Vingts.

—¡Yaveremos!Adiós,señorFraisier—dijoeljuezdepazconunairedecamaradería.

—Es un hombre de recursos—dijo el relator—. ¡Llegará lejos, el muytuno!

Para entonces eran las once de la mañana, y el anciano alemán tomómaquinalmenteelcaminoquesolíaseguirconPons,pensandoenPons;leveía

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sin cesar, le creía a su lado, y llegó ante el teatro de donde salía su amigoTopinard, que acababa de limpiar los quinqués de todos los portantes,pensandoenlatiraníadesudirector.

—¡Ah, ésda será la solución!—exclamóSchmucke, deteniendo al pobremozo—.Dobinart,¿fertatguedúdieneseinegasa?

—Sí,señorSchmucke.

—¿Einhocar?

—Sí,señorSchmucke.

—¿Me acebdas a bensión en du gasa? ¡Oh, de bagaré pien!, denconofeciendos vrancos de renda… y no foy a fifir mucho diempo… No degausarénincunamolesdia…Gomotedodo…Miúnicogaprichoesfumarenbiba…Y yo de guiero, borgue dú has sito el únigo gue ha llorato a Bonsgonmigo…

—Señor Schmucke, pormí encantado. Pero, figúrese usted que el señorGaudissartmehapegadounrapapolvodeahíteespero…

—¿Einrababolvo?

—Quierodecirquemehasoltadounbroncazo.

—¿Quéesunprongazo?

—Quemehareñidoporhabermeinteresadoporusted…Oseaquesiustedvieneamicasa,tendríaqueserconmuchadiscreción…Perodudomuchoquequiera usted quedarse, porque aún no sabe lo que es el hogar de un pobrediablocomoyo…

—BrefierofifireneinegasabobreteunhombretegorazónguehalloratoaBons,gueenlasDuillerías,gonhombresguedienengaratedigre…EngasateBonsagaboteferadigresguefanateforarlododo…

—Puesvengausted—dijoTopinard—,yverásileinteresaquedarse…Enfin,hayundesván…Hablaremosconmimujer.

SchmuckesiguiócomouncorderoaTopinard,quienlecondujohastaunadeestashorribleszonasquepodríanllamarseloscánceresdeParís.Elnombreque suele dársele es el de barrio Bordin. Se trata de un pasaje estrecho,bordeado de casas construidas como se construye por especulación, quedesemboca en la calle de Bondy, en esta parte de la calle que domina elinmenso edificio del teatro de la Porte-Saint-Martin, una de las verrugas deParís.Estepasajedesciendeyterminaenunacuesta,endirecciónalacalledelosMathurins-du-Temple.Lazonasecompletaconunacalle interior,que lacierradándoleformadeunaT.Estasdoscallejas,asídispuestas,contienenunatreintenadecasasde seis a sietepisos, cuyospatios interiores, e incluso los

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mismospisos,alberganalmacenes,industriasyfábricasdetodogénero.EselFaubourg Saint-Antoine en miniatura. Allí se hacen muebles, se cincela elcobre, se cosen vestidos para los teatros, se trabaja el vidrio, se pinta laporcelana,enunapalabra,sefabricantodaslasfantasíasylasvariedadesdelartículoParís.Sucioyproductivocomoelcomercio,estepasaje,siemprellenode gente, de carretas y carretones, tiene un aspecto repelente, y los sereshumanosquehormigueanallíestánenarmoníaconloslugaresylascosas.Eselpueblodelasfábricas,pueblointeligenteenlostrabajosmanualesperocuyainteligencia queda absorbida por estas labores. Topinard habitaba en estebarrioflorecientedesdeelpuntodevistacomercial,acausadelbajopreciodelosalquileres.Vivíaenlasegundacasa,alaizquierda,segúnseentra.Desdelaalturadesusextopiso,dominabatodaestazonadejardinesquesubsistenaún y que dependen de tres o cuatro residencias señoriales de la calle deBondy.

El piso de Topinard constaba de una cocina y de dos habitaciones. Laprimera de estas dos estancias era para los niños.Allí había dos camitas demaderablancayunacuna.LasegundahabitacióneralaalcobadelosespososTopinard.Comíanenlacocina.Lacasateníaademásundesván,deunosseispiesdealtura,contejadodecinc,yunalumbreradebuhardilla.Aldesvánsesubíapor una escalerademaderablanca, llamada, en el argot de la familia,escalera de desembarco. Esta dependencia, considerada como cuarto deservicio, permitía anunciar la casa de Topinard como un piso completo, ytasarlo a cuatrocientos francos de alquiler. En la entrada, para disimular lacocina,habíaunvestíbuloabovedado,iluminadoporuntragaluzquedabaalacocina,yformadoporlareunióndelapuertadelaprimerahabitaciónyporladelacocina,osea,entotal,trespuertas.Aquellastresestancias,embaldosadasde ladrillo, con las paredes recubiertas de un horrible papel de a treintacéntimos el rollo, decoradas con las chimeneas llamadas «a lo capuchino»,pintadas con una pintura vulgar color madera, albergaban a una familia decincopersonas, tresdeellasniños.Osea,queel lectorpuedeimaginarselosprofundosarañazosquehacíanlostresniñosenlasparedesa laalturaaquellegabansusbrazos.

LXXV

Uninteriorpococonfortable

A los ricos les costaría imaginar la sencillezde labateríade cocina,queconsistíaenunhornillodehierro,uncaldero,unasparrillas,unacacerola,dosotrescafeterasdehojalatayunasartén.Lavajilla,delozablancaymarrón,

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valíasusdocefrancos.Lamesaservíaalavezdemesadecocinaydemesadecomedor. El mobiliario consistía en dos sillas y dos taburetes. Debajo delhornoacampanadosehallabalaprovisióndecarbónydeleña.Yenunrincónseveíaelbaldedondeseenjabonaba,amenudodurantelanoche,laropasuciade lafamilia.Elcuartodestinadoa losniños,cruzadoporunascuerdasparatender la ropa, estaba decorado abigarradamente con carteles del teatro ygrabados recortados de periódicos o procedentes cíe prospectos de librosilustrados.Evidentemente,elprimogénitodelafamiliaTopinard,cuyoslibrosde la escuela se veían en un rincón, se hallaba encargado de las faenasdomésticas,cuandoa las seisde la tarde,elpadrey lamadreempezabansutrabajoenelteatro.Enmuchasfamiliasdelaclasebaja,cuandounniñollegaalaedaddeseisosieteaños,hacelasvecesdemadreparaconsushermanasyhermanos.

Comopuedeverseporesteligeroesbozo,losTopinarderan,segúnlafraseyaproverbial,pobresperohonrados.Topinardteníaunoscuarentaaños,ysumujer,quehabíasidoprimeracoristay,segúnsedecía,amantedeldirectorenquiebraaquienhabíasucedidoGaudissart,debíadetenertreintaaños.Lolottehabía sido muy guapa, pero las desgracias de la administración precedentehabíaninfluidodetalmodoensuvida,quesehabíavistoenlanecesidaddecontraer con Topinard lo que se llama «un matrimonio de teatro». Ella nodudabadequecuando la familia sevieseconcientocincuenta francosenelbolsillo,Topinardcumpliríasusjuramentosantelaley,aunquesólofueraparalegitimarasushijos,aquieneséladoraba.Porlamañana,ensusratoslibres,laseñoraTopinardcosíaparaelalmacéndelteatro.

La valerosa pareja ganaba de este modo, a costa de un ingente trabajo,novecientosfrancosalaño.

—¡Unpisomás!—decíadesdeel terceroTopinardaSchmucke,quiennisabíasiquierasisubíaobajaba,hastatalpuntoestabaabsortoensudolor.

Enelmomentoenqueelmozodelteatro,vestidodeblancocomosuelenirlos que efectúan este tipo de trabajos inferiores, abrió la puerta de lahabitación,seoyóalaseñoraTopinardquegritaba:

—¡Niños,acallarse!¡Yahallegadopapá!

Y como sin duda los niños hacían lo que querían de papá, el mayorcontinuódirigiendounacarga,enrecuerdodelCircoOlímpico,montadoenelmangodeunaescoba,elsegundosiguiósoplandoenunpífanodehojalata,yeltercerosiguiendolomejorquepodíaalgruesodelejército.Lamadrecosíauntrajedeteatro.

—¡Acallar—gritóTopinardconvozdetrueno—ohabrágolpes!Siemprehayqueestardiciéndolesesto—añadióenvozmuybajaaSchmucke—.Mira,

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querida—dijoelmozoalaacomodadora—,tepresentoalseñorSchmucke,elamigo del pobre señor Pons; no sabe dónde ir, y quisiera quedarse connosotros;yoyalehedichoquenoestábamosmuyboyantes,quevivíamosenunsexto,quesólopodíamosofrecerleundesván,peroélinsiste…

Schmuckesehabíasentadoenunasillaquelamujerlehabíatendido,ylosniños, confusos por la llegada del desconocido, formaban un grupo, paraentregarseaesteexamenprofundo,mudoymuyrápido,quecaracterizaa lainfancia, acostumbrada, como los perros, más a olfatear que a juzgar.Schmuckesepusoacontemplaraquelgrupotanlindo,delqueformabaparteuna niña de cinco años, la que soplaba en la trompeta, y que tenía unosmagníficoscabellosrubios.

—¡Bareceunaalemanida!—dijoSchmucke,haciéndoleseñasdequeseleacercara.

—Elseñorestarámuyincómodo—dijo laacomodadora—.Sino tuviesequetenercercademíalosniños,yoleofreceríanuestrocuarto.

Abrió laalcobaehizopasaraSchmucke.Aquellahabitaciónera todoellujodelpiso.Lacamadecaobaestabaadornadadecolgadurasdecalicóazulyrodeadadeflecosblancos.Elmismocalicóazul,formandovisillos,adornabalaventana.Lacómoda,elsecreter, lassillas,aunquedecaoba,mostrabanunaspectomuydigno.Sobrelachimeneahabíaunrelojyunoscandelabros,queevidentemente habían sido un regalo del antiguo director, cuyo retrato, unhorribleretratodePierreGrassou,sehallabaencimadelacómoda.Losniños,a quienes se prohibía la entrada en aquel lugar, intentaron lanzar miradascuriosas.

—Elseñorestaríabienaquí—dijolaacomodadora.

—No, no—respondió Schmucke—.Yo no fifirémucho diempo, y sóloguierounringónbaramorir.

Unavezcerradalapuertadelaalcoba,subieronalabuhardilla,ycuandoSchmuckelavio,exclamó:

—¡Esdoesloguenecesido!AndesdeesdargonBons,nungahapíadenidounahapitaciónmejorgueesda…

—Bueno,puessólohayquecompraruncatre,doscolchones,untravesero,una almohada, dos sillas y una mesa. No es como para arruinar a nadie…puedesalirporunoscincuentaescudos,incluyendolajofaina,elorinalyunaalfombritaparalacama.

Secerróeltrato.Sóloquefaltabanloscincuentaescudos.Schmucke,queestabaadospasosdelteatro,pensónaturalmenteenirareclamarsusueldoaldirector, al ver la miseria de sus nuevos amigos… Fue inmediatamente al

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teatro,yallíseentrevistóconGaudissart.EldirectorrecibióaSchmuckeconla cortesía un poco distante que solíamostrar para con los artistas, y quedósorprendidoantelapeticióndeunmesdesalarioquelehizoSchmucke.Sinembargo,unavezhechalaverificación,sevioquelareclamaciónerajusta.

—¡Diablo, amigo mío! —le dijo el director—. Los alemanes siempresaben llevar bien sus cuentas, incluso enmedio de las lágrimas… ¡Yo creíaqueconaquellagratificacióndemilfrancos!¡Eracomotodounañodesueldo,ypenséqueasíquedábamosenpaz!

—Nosodrosnohemosgobradonata—dijoelbuenalemán—;ysihoymetirijoaustet,esborgueestoyenlagalleysineincéndimo…¿Aguiéntioustetlacradificación?

—¡Asuportera…!

—¡LaseñoraCipod!—exclamóelmúsico—.EllaeslaguehamadadoaBons,yharopadoyhamendido…Gueríaguemarsudesdamento…¡Eseinecranuja,eseinmonsdruo…!

—Pero, mi apreciado amigo, ¿cómo es posible que esté usted sin uncéntimo, en la calle, sin un techo, siendo heredero universal? Esto no eslógico,comosueledecirse.

—¡Me han buesto en la galle…! Yo soy exdranjero, no sé nata te lasleyes…

—¡Pobrehombre!—pensóGaudissart,entreviendoelprobablefindeunaluchadesigual—…Escuche—dijo—.¿Sabeloquetienequehacer?

—¡Dencoeinrepresendandelecal!

—Bien,puestransijainmediatamenteconlosherederos;ellosleentregaránunasuma,tendráunarentavitaliciayvivirátranquilo…

—¡Noguieroodragosa!—repusoSchmucke.

—De acuerdo, deje que yo le solucione el asunto —dijo Gaudissart, aquieneldíaanteriorFraisierhabíacomunicadosuplan.

LXXVI

DondeelGaudissartsemuestrageneroso

GaudissartpensóquepodíahacerméritosantelajovenvizcondesaPopinotysumadre,porlaconclusióndeaquelsucioasunto,ysedijoquellegaríaeldíaenqueseríaalmenosconsejerodeestado.

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—Letoyboderes…

—Perfectamente;yahoraveamos.Paraempezar,tenga—dijoelNapoleóndelosteatrosdebulevar—,aquítienecienescudos…

Sacóquinceluisesdesubolsayselostendióalmúsico.

—Estoessuyo,sonsusseismesesdesueldo;luego,siusteddejaelteatro,yame los devolverá. ¡Vamos a hacer cuentas! ¿Cuánto gasta al año? ¿Quénecesitaparaserfeliz?¡Vamos,dígalo,organíceseunavidadeSardanápalo!

—Sólonecesidoundrajedeinfiernoyodrodeferano…

—¡Trescientosfrancos!—dijoGaudissart.

—Zabados,guatrobares…

—Sesentafrancos.

—Metias…

—¡Docepares!Pongamostreintayseisfrancos.

—Seisgamisas…

—¡Seis camisas de calicó, veinticuatro francos, y otras tantas de hilo,cuarentayocho!Osea,setentaydos.Llevamoscuatrocientossesentayocho,pongamos quinientos con las corbatas y los pañuelos, y cinco francos delavandera… ¡Seiscientas libras! Otra cosa: ¿qué necesita para vivir? ¿Tresfrancospordía?

—¡No!¡Esdoestemasiado!

—Bueno,ademásnecesitarásombreros…Digamosmilquinientosfrancosyquinientosfrancosdealquiler,dosmil.¿Quiereustedqueleconsigadosmilfrancosderentavitalicia…seguros?

—¿Ymidapaco?

—¡Dosmil cuatrocientos francos! ¡Ah,papáSchmucke! ¿Aeso le llamausted tabaco?Deacuerdopues, tendráusted su tabaco.Lodejamospues endosmilcuatrocientosfrancosderentavitalicia,¿eh?

—¡Noesesododo!¡Guieroatemáseinegandidadalgondado!

—¡Ah, ya! ¡Los afileres! ¡Estos alemanes! ¡Y luego dicen que son unosingenuos! ¡ÉsteesunRobertMacaireenviejo!—pensóGaudissart—.¿Quéquiereusted?—repitió—.Peronadamás,¿eh?

—Esbarasaltarunateudasacrada.

—¡Unadeuda!—sedijoGaudissart—. ¡Menudopillo! ¡Ésteespeorqueun hijo de familia! ¡Ahora va a inventar letras de cambio! ¡Esto hay que

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acabarloenseco!EsteFraisiernosabeaquientienedelante.¿Yquédeudaesésta,amigomío?Dígame…

—NohahapidomásgueeinhompreguehayalloratoaBonsgonmigo…Ydieneeinehijidagonunosgabellosmarafillosos…Amímehabarecidoesdarfiendo el genio demi bobreAlemania, gue yo no hupiera denido gue tejarnunga…Barísnoespuenobara los alemanes…sepurlan tenosodros…—dijohaciendoun levemovimientocon la cabeza, comounhombrequecreeverclaroenlascosasdeestebajomundo.

—¡Estáloco!—sedijoGaudissart.

Y,compadeciéndosedeaquelinocente,eldirectorsintióhumedecérselelosojos.

—¡Ah,ustedmegomprende,señortirector!Sí,elbadreteesdaniñidaesDobinart, elmozo tel deadrogueenciente losguingués;Bons legueríay lesogorría,ysóloélhaagombañadoamiúnigoamicoenelendierro,yhaitoalaiclesiayalcemenderio…Guierodresmilvrancosbaraélydresmilvrancosbarasuhijida…

—¡Pobrehombre!—sedijoGaudissart.

Aquel feroz advenedizo se emocionó ante aquella nobleza y aquellagratitudporunacosainsignificantealosojosdelmundo,yque,alosojosdeaquelcorderodivino,pesaba,comoelvasodeaguadeBossuet,másquelasvictoriasde losconquistadores.Gaudissartocultababajosusvanidades,bajosubrutalavidezdemedrarydeelevarsehastalaalturadesuamigoPopinot,unbuencorazón,unbuenfondo.DemodoquereaccionóolvidandolosjuiciostemerariossobreSchmucke,yponiéndosedesuparte.

—Tendráustedtodoesto.Yaúnharémás,miqueridoSchmucke.Topinardesunhombrehonrado…

—Sí,agapoteferleensubobrehocar,tonteesvelizgonsushijos…

—Ledarélaplazadecajero,porqueelviejoBaudrandmedeja…

—¡Ah!¡GueTioslependiga!—exclamóSchmucke.

—Bueno,mibuenamigo,vengaestatardealascuatroacasadelnotarioseñor Berthier. Todo estará dispuesto, y usted tendrá todas las necesidadescubiertashastaelfindesusdías…Cobrarásusseismilfrancos,yaquíseguiráconelmismosueldo,yharáconGarangeontloquehacíaconPons…

—¡No!—dijoSchmucke—.Yanofifirémuchodiempo…Nodencocanasdefifir…Mesiendocergatelamuerde…

—¡Pobre cordero! —se dijo Gaudissart, despidiendo al alemán, que seretiraba—. Al fin y al cabo, vivimos de chuletas. Y como dice el sublime

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Béranger:

¡Pobrescorderos,siempreseosvaesquilar!

Ycanturreóestaopiniónpolítica,parasobreponerseasuemoción.

—¡Quetraiganmicoche!—dijoasuempleado.

Bajóygritóalcochero:

—¡AlacalledeHannover!

Reaparecíaelambicioso;seveíaenelConsejodeEstado.

LXXVII

Cómorecuperarunaherencia

EnaquellosmomentosSchmuckeestabacomprandounasflores,quellevócasijubiloso,juntoconunospasteles,aloshijosdeTopinard.

—¡Traicounosrecalos…!—dijoconunasonrisa.

Aquella sonrisa era la primera que acudía a sus labios desde hacía tresmeses,yquienlahubieravisto,sehubieseestremecido.

—Berogoneinegondición…

—Esusteddemasiadobueno,señorSchmucke—dijolamadre.

—Gue la niñame pese y se bonga las flores en el belo, y se haca unasdrenzas,gomolasniñasalemanas…

—Olga,hijamía,haztodoloquetedigaelseñor—dijolaacomodadora,adoptandounairedeseveridad.

—Noriñaamialemanida…—exclamóSchmucke,queveíaasuqueridaAlemaniaenaquellaniña.

—Todoeljaleosecargasobretresempleados—dijoTopinardentrando.

—¡Ah, amico mío! —dijo el alemán—. Denca tosciendos vrancos barabagarlododo…Dieneusteteinemujermuypuena…¿fertatguesegasaráconella?Yoletoymilesgudos…Laniñadendráeinetotetemilesgudosgueustetbondráasunombre.Yustetyanoserámozo;seráelgajeroteldeadro…

—¿EnlaplazadeBaudrand?

—Sí.

—¿Quiénselohadicho?

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—ElseñorCautissart.

—¡Oh,escomoparavolverselocodealegría!¿Hasoído,Rosalie?¡Loquevanarabiarenelteatro!Pero…¡estonoesposible!—añadió.

—Nuestrobienhechornopuedealojarseenunabuhardilla…

—¡Pah!¡Borunosbocostíasguemeguedantefida—dijoSchmucke—,yaesdábien!¡Atiós!,¡mefoyalcemenderio…aferguéhanhechoteBons…yaengargarfloresbarasudumba!

La señora Camusot de Marville estaba muy alarmada. En casa de estadama, Fraisier celebraba una reunión con Godeschal y Berthier. El notarioBerthieryelprocuradorGodeschalconsiderabanqueeltestamentohechopordos notarios, en presencia de dos testigos, era inatacable, a causa de laprecisión conque lo había redactadoLéopoldHannequin.Según el honradoGodeschal, Schmucke, aun en el caso de que su actual consejero lograraengañarlo,terminaríaporsaberlaverdad,aunquesólofueraporunodeestosabogados que, para destacar, recurren a actos de generosidad desinteresada.Losdos letrados sedespidieron,pues,de lapresidenta, recomendándolequedesconfiara de Fraisier, sobre quien, naturalmente, se habían informado. Enaquellosmomentos, Fraisier, a su regreso de la ceremonia de sellar el piso,redactaba una citación judicial en el despacho del presidente, en el que laseñora deMarville le había hecho entrar, a ruegos de los dos letrados queveíanelasuntodemasiadosucioparaquesemetieraenélunpresidente,yquehabían querido dar su opinión a la señora de Marville sin que Fraisier lesoyera.

—Señora presidenta… ¿dónde están aquellos caballeros? —preguntó elantiguoprocuradordeMantes.

—Sehanido…diciéndomequerenunciaraalasunto—respondiólaseñoradeMarville.

—¡Renunciar!—conunacentoderabiacontenida—.Escucheesto,señorapresidenta…

Yleyóelsiguientedocumento:

«Apeticiónde…etc.(Pasoporaltotodalahojarasca.)

»Considerandoquehasidodepositadoenmanosdelseñorpresidentedeltribunal de primera instancia un testamento redactado por maîtres LéopoldHannequin y Alexandre Crottat, notarios de París, acompañados de dostestigos, los señores Brunner y Schwab, extranjeros domiciliados en París,testamentoporelcualeldifuntoseñorPonsdispusodesufortunaenperjuiciodeldemandante,suherederonaturalylegal,enbeneficiodelseñorSchmucke,denacionalidadalemana;

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»Considerando que el demandante se compromete a demostrar que eltestamento es la consecuencia de una odiosamaquinación y el resultado demaniobrasreprobadasporlaley;queseprobaráporpersonaseminentesquelaintencióndeltestadoreradejarsufortunaalaseñoritaCécile,hijadelarribacitado señor de Marville; y que el testamento, cuya anulación solicita eldemandante,hasidoarrancadoabusandodeladebilidaddeltestador,cuandosehallabaenplenademencia;

»ConsiderandoqueelseñorSchmucke,parapoderserherederouniversal,tuvo secuestrado al testador, impidiendo que su familia se acercara hasta ellecho demuerte, y que, una vez obtenido este resultado, se ha entregado anotoriosactosdeingratitudquehanescandalizadoatodalacasayalasgentesdelavecindad,que,casualmente,fuerontestigosdeello,porhabersereunidoparatributarunúltimohomenajealporterodelacasaenlaquehamuertoeltestador;

»Considerandoquehechosaúnmásgraves,cuyaspruebasestáreuniendoel demandante en estos momentos, serán debidamente explicados ante losseñoresjuecesdeltribunal;

»Yo, el escribano abajo firmante, etc., etc., emplazo al señor Schmucke,etc., a comparecer ante los señores jueces que componen la primera cámaradel tribunal, para demostrar que el testamento redactado por maîtresHannequinyCrottat, siendoel resultadodeunacoacciónevidente,debe serconsiderado como nulo y sin ningún efecto; ítem, recuso la calidad ycapacidad de heredero universal que pudiera asumir el señor Schmucke,oponiéndose el demandante por su solicitud, datada de hoy, y presentada alseñorpresidente,aquesedicteelautodeposesiónrequeridoporelsusodichoseñor Schmucke, dejándole copia de la presente, cuyo coste es de…».Etcétera.

—Conozcoanuestrohombre,señorapresidenta,yséquecuandoleatodosestospiroposvaatransigir.ConsultaráconTabareau.YTabareaulediráqueacepte nuestra oferta. ¿Está usted dispuesta a dar mil escudos de rentavitalicia?

—Desdeluego,yaquisieraestarpagandoelprimerplazo.

—Lo hará antes de tres días… La citación le sorprenderá en el primeraturdimientodesudolor,porqueelinfelizhechamuchodemenosaPons.Hatomadosumuertemuyenserio.

—Encasonecesario¿podríaretirarselacitación?—preguntólapresidenta.

—Desdeluego,siempresepuedeinvalidarporrenuncia.

—De acuerdo pues, siga adelante—dijo la señoraCamusot—. ¡Siempre

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adelante!Larecompensadetantosesfuerzosvalelapena.YahearregladolodeladimisióndeVitel,perotendráquepagarsesentamilfrancosaVitel,deloobtenidodelaherenciaPons…Demodoque,yavequehayquetriunfar…

—¿Tieneustedsudimisión?

—Sí;elseñorViteltienetodalaconfianzaenelseñordeMarville…

—Señora presidenta, le he ahorrado sesenta mil francos que yo habíaprevistoquedeberíamosdara aquella innobleportera, la señoraCibot.Peroinsisto en tener el estancopara la señoraSauvagey elnombramientodemiamigoPoulainparalaplazavacantedemédicoenjefedelosQuinze-Ving.

—Estoeraloconvenido,todoestáarreglado.

—Bien,entoncesnohaymásquehablar…Todoelmundoestádesuparteenesteasunto,hastaGaudissart, eldirectordel teatro;ayer fuiaverleymeprometióquepararíalospiesalmozoquepodríaestropearnuestrosplanes.

—¡Ah,sí,yameloimagino!ElseñorGaudissartesunhombremuyfielalosPopinot.

Fraissier se fue. Desgraciadamente no se encontró con Gaudissart, y lafatalcitaciónsiguiósucurso.

Todas las personas codiciosas comprenderán, como las honradasexecrarán, el júbilo de la presidenta, a quien, al cabo de veinteminutos dehaberse ido Fraisier, Gaudissart vino a informar de su conversación con elpobre Schmucke. La presidenta lo aprobó todo y agradeció infinitamente aldirector del teatro que disipara sus escrúpulos con unos comentarios queencontrómuyadecuados.

—Señora presidenta —dijo Gaudissart—, mientras venía, iba pensandoqueestepobrediablonosabríaquéhacerdesufortuna.¡Esunhombredeunasencillez de patriarca! ¡Es todo ingenuidad, es un alemán, como paraconservarloyponerloenunahornacinacomoaunNiñoJesúsdecera!Oseaque,enmiopinión,yasesienteunpocomolestoconsusdosmilquinientosfrancosderenta,yqueustedleempujaaladisipación…

—Es propio de un corazónmuy noble—dijo la presidenta— pensar enenriqueceralhombrequehalloradoanuestroprimo.Yoloquelamentoeslainsignificante rencilla que motivó el enfado entre el señor Pons y yo; sihubiera vuelto a visitamos, todo se le habría perdonado. ¡Si usted supieracómomimaridolehaechadodemenos!ElseñordeMarvillenoseconsueladenohaberseenteradodesumuerte,porqueparaéllosdeberesfamiliaressonsagrados, hubiera asistido al entierro, hubiese ido a la iglesia…yyomismatambiénhubieseidoalamisa…

—Bien,señoramía—dijoGaudissart—.Tengaustedabienhacerpreparar

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el documento; a las cuatro yo le traeré al alemán… Le ruego que merecomiendea labenevolenciadesuencantadorahija, lavizcondesaPopinot;queella recuerdeami ilustreamigo, suexcelentepadre, estegranestadista,hastaquépuntosoyfielatodoslossuyosyquesigaotorgándomesupreciosofavor.Debo lavidaasu tío,el juez,yaél ledebomifortuna.Desearíaqueusted y su hija me tuvieran en la alta consideración que se concede a laspersonaspoderosasybiensituadas.Quierodejarelteatroyconvertirmeenunhombreserio.

—¡Caballero,ustedyaloesahora!—dijolapresidenta.

—¡Es usted adorable!—replicóGaudissart, besando la secamano de laseñoradeMarville.

Conclusión

A las cuatro, se hallaban reunidos en el despacho del notario señorBerthier,enprimer lugar,Fraisier, redactordel textode la transacción, luegoTabareau,representantelegaldeSchmucke,yfinalmenteelpropioSchmucke,aquienGaudissarthabíallevadohastaallí.Fraisierhabíacuidadodeponerenbilletes de banco los seismil francos pedidos, y seiscientos francos para elprimer plazo de la renta vitalicia, sobre el secreter del notario a la vista delalemán,quien,deslumbradoalvertantodinero,noprestólamenoratenciónaldocumentoqueseleleía.Elinfeliz,sorprendidoporGaudissartalregresodelcementerio, donde había estado conversando conPons y le había prometidoreunirse con él, no gozaba de todas sus facultades mentales, ya un tantomaltrechas después de tantos acontecimientos. No prestó, pues, atención alpreámbulo del documento, en el que se le consideraba representado yaconsejadopormaîtreTabareau,escribano,ydondeserecordabanlascausasdelpleitoiniciadoporelpresidenteenbeneficiodesuhija.Elalemánhacíauntristepapel,yaquealfirmareldocumentodabalarazónaloshorriblesasertosdeFraisier;peroestuvotancontentodevereldineroparalafamiliaTopinard,fue tan felizdepoder enriquecer, según su estrechavisión, al únicohombrequehabíaqueridoaPons, quenoovóniunapalabrade aquella transacciónqueresolvíaunpleito.

Enplenalectura,entróeneldespachounempleadodelnotario.

—Señor—dijo a su patrón—, hay un hombre que quiere hablar con elseñorSchmucke.

El notario, a un gesto de Fraisier, se encogió significativamente dehombros.

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—¡Letengodichoquenonosmolestenuncacuandoestamosfirmandoundocumento!Pregunteelnombredeeste…¿Esunhombreounseñor?¿Esunacreedor?

Elempleadovolvióaentrarydijo:

—InsisteenquetienequehablarconelseñorSchmucke…

—¿Sunombre?

—SellamaTopinard.

—Ya salgo. Firme tranquilamente —dijo Gaudissart a Schmucke—.Termine;voyaverquéesloquequiere.

GaudissarthabíacomprendidoaFraisier,yambosolfateabanunpeligro.

—¿Qué vienes a hacer aquí? —dijo el director a su mozo—. Estásempeñado en no ser cajero, ¿eh? El primer mérito de un cajero es ladiscreción.

—Señor…

—Vuelve a tus asuntos, nunca serás nada si te entremetes en los de losdemás.

—¡Señordirector,prefieronocomerunpanquenopodríapasarmeporlagarganta!¡SeñorSchmucke…!—gritó.

Schmucke,queyahabíafirmadoyqueteníaeldineroenlamano,acudióaloírlavozdeTopinard.

—Edoesbaralaalemanidaybarafosodros…

—¡Ay, señor Schmucke, ha enriquecido usted a unos monstruos, a unagentequequierendeshonrarle!Hellevadoestoacasadeunhombrehonrado,unprocuradorqueconoceaesteFraisier,ydicequedebeustedcastigartantamaldadaceptandoelpleito,queellosseecharánatrás…Lea…

Y el imprudente amigo le dio la citación enviada a Schmucke al barrioBordin.Schmuckecogióelpapel, lo leyó,yalverse tratadodeaquelmodo,ignorandoelamableestiloenquesuelenredactarseestosdocumentos,recibióun golpe mortal. La arenilla le obstruyó el corazón. Topinard recibió aSchmucke en sus brazos; se hallaban los dos bajo la puerta cochera delnotario. Acertó a pasar por allí un coche, Topinard metió dentro al pobrealemán,quesufríalosdoloresdeunacongestiónserosaenelcerebro.Teníalavista nublada. Pero el músico aún tuvo fuerzas para tender el dinero aTopinard.Schmuckenosucumbióaaquelprimerataque,peroyanovolvióarecobrar la razón; no hacía más que movimientos involuntarios; no comíanada.Murióalcabodediezdíassinquejarse,porqueyanovolvióahablar.

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Fue cuidado por la señora Topinard, y se le enterró oscuramente, al ladomismo de Pons, gracias a los desvelos de Topinard, la única persona quesiguióelentierrodeaquelhijodeAlemania.

Fraisier, nombrado juez de paz, es un amigo íntimo de la casa delpresidente, y persona muy estimada por la presidenta, que no ha queridoconsentir que se casara con la hija de Tabareau; la dama promete algoinfinitamentemejoralhombretanhábil,aquien,segúnella,debenosólo laadquisición de los prados deMarville y la casa de campo, sino también laeleccióndelseñorpresidente,nombradodiputadoenlareeleccióngeneralde1846.

Sin duda todo elmundodeseará saber qué ha sido de la heroína de estahistoria,pordesgraciademasiadoverídicaensusdetalles,yque,superpuestaala precedente, de la que es hermana gemela, demuestra que la gran fuerzasocialeselcarácter.Yaadivináis,¡oh,aficionados,entendidosymarchantes!,que se trata de la coleccióndePons.Bastará con asistir a una conversaciónsostenida en la casa del conde Popinot, que, hace pocos días, enseñaba sumagníficacolecciónaunosextranjeros.

—¡Señor conde!—decía un extranjero de gran posición social… ¡Poseeustedtesoros!

—¡Oh,milord!—dijomodestamente el conde Popinot—.Enmateria decuadros, nadie, no diré sólo en París, sino incluso en Europa, puedevanagloriarsederivalizarconundesconocido,unjudíollamadoÉlieMagus,un viejo maniático, el rey de los coleccionistas. Ha reunido más de ciencuadros que son como para desalentar a los aficionados de iniciar unacolección. Francia debería sacrificar siete u ocho millones y adquirir esagaleríaalamuertedeesericachón…Porloquerespectaaobjetosdearte,micoleccióneslosuficientementebellacomoparaquesehabledeella…

—Pero ¿cómo es posible que un hombre tan ocupado como usted, queiniciósufortunatanhonradamenteenelcomercio…?

—… de droguería —dijo Popinot— ha podido continuar tratando endrogas…

—Nosetratadeeso—siguióelextranjero—.Pero¿dedóndesacaustedeltiempo para buscar objetos de arte? No son ellos los que vienen a usted,¿verdad?

—Mi padre —dijo la vizcondesa Popinot— tenía ya el núcleo de lacolección,eramuyaficionadoalarte,alascosasbellas;¡perolamayorpartedeestasriquezasprocedendemí!

—¿Deusted,señora?¡Tan joven!¿Ya teníaustedestosvicios?—dijoun

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prínciperuso.

Losrusossontanimitadoresquetodaslasenfermedadesdelacivilizaciónrepercuten en su país. La colecciomanía hace furor en San Petersburgo, y,como consecuencia del entusiasmo natural en este pueblo, los rusos hanoriginado en el artículo como diríaRémonencq, un aumento de precios queharáimposiblelascolecciones.YaquelpríncipehabíaidoaParísúnicamenteparaaumentarsucolección.

—Príncipe—dijolavizcondesa—,estetesorollegóamismanosgraciasala herencia de un primo queme queríamucho y que había pasadomás decuarenta años, desde 1805, reuniendo en todos los países, y sobre todo enItalia,todasestasobrasmaestras…

—¿Ycómosellamaba?—preguntóelmilord.

—¡Pons!—dijoelpresidenteCamusot.

—Era un hombre encantador —siguió la presidenta, con su vocecillaaflautada—, lleno de ingenio, original y además con un gran corazón. Esteabanico que está usted admirando, milord, y que perteneció a Madame dePompadour,me lo regaló él unamañana, diciéndome una frase galante queustedmepermitiráquenorepita…

Ymiróasuhija.

—Díganoslafrase—rogóelprínciperuso—,señoravizcondesa.

—Una frase hermosa como el abanico —respondió la vizcondesa, querepetíaestecomentarioentodaslasocasionesfavorables—.Dijoamimadrequeyaerahoradequeloquehabíaestadoenmanosdelvicio,pasaseamanosdelavirtud.

ElmilordcontemplóalaseñoraCamusotdeMarvilleconunairededudaextremadamentehalagadorparaunamujertanmustia.

—Comíatresocuatrovecesporsemanaenmicasa—siguiódiciendo—…¡Nos quería tanto! Nosotros sabíamos apreciar su talento, y los artistas sesientenagustoconlosquesabenvalorarles.Además,mimaridoerasuúnicopariente.Ycuandoestaherencia fueaparar amanosdel señordeMarville,que no podía estar más lejos de imaginárselo, el señor conde prefiriócomprarlotodoenbloqueantesdedejarvenderestacolecciónenunasubastapública;ytambiénnosotrospreferimosvenderlaasí;porque¡estantristevercómosedispersanunascosastanbellasquehabíansidolaalegríadenuestroqueridoprimo!ÉlieMagusfueeltasador;yasífue,milord,cómopudetenerlacasadecampoconstruidaporeltíodeusted,yenlaquenosharáelhonordevisitarnos.

El cajero del teatro, cuyo privilegio, cedido por Gaudissart, ha pasado

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desdehaceunañoaotrasmanos,siguesiendoelseñorTopinard;peroelseñorTopinardsehavueltosombrío,misántropo,yhablapoco;lagentedicequehacometidouncrimen,y losbromistasmáscruelesdel teatropretendenque lacausadesuestadodeánimoeselhabersecasadoconLolotte.ElnombredeFraisier produce un sobresalto al honrado Topinard. Quizá parezca singularquelaúnicaalmadignadePonssealadeestehombrequetrabajaenunrincóndeunteatrodelosbulevares.

LaseñoraRémonencq,quenoolvidalaprediccióndelaseñoraFontaine,no quiere retirarse a vivir en el campo, y sigue en sumagnífica tienda delbulevar de laMadeleine, otra vez viuda.En efecto, el auvernés, después dehaber hecho estipular en el contrato matrimonial que los bienes comunesseríanheredadosporelcónyugesuperviviente,dejóalalcancedesumujerunvasitodevitriolo,contandoconunerror;ycomosumujer,conlamejordelasintenciones,cambiódesitioelvaso,Rémonencqsebebióelcontenido.Estamuerte, dignade aquelmalvado, testimonia en favorde laProvidencia, a laque,segúnselesacusa,olvidanlospintoresdecostumbres,quizáacausadelosdesenlacesdelosdramasqueabusandeella.

Excusadlasfaltasdelcopista.

París,julio1846—mayo1847

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