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El Príncipe - Nicolás Maquiavelo- Texto Completo (10mb)

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    EL PRINCIPETEXTO COMPLETO

    Norm s CnrsrrNe ou Suncrl, e NpoLeoN BoNarentsY DBL AUTOR DE ESTA OBRA

    13 . Maquiavelo

  • NOTAS DE PIE DE PAGINA

    CRISTINA DE SUECIA. Las notas de Cristina, reinade Suecia, aparecen a pie de pgina, indicadas con nmerosromanos y con su nombre,

    La reina Cristina, hija del rey Gustavo Adolfo deSuecia, naci en Estocolmo en el ao 162 y muri enel 1689. Sucedi en el trono a su padre cuando apenascontaba seis aos de edad, Desde pequea recibi unaesmerada ed,ucacin tanto en el campo fsico como en elintelectual y, particularmente, en el poltico. A los 18 aostom directamente las riendas que condujo con habilidady tacto hasta 1654, ao en que abdic en favor de suprimo Carlos Gustavo, para entregarse de lleno al culti-vo de las artes y de las ciencias,

    Ciertamente fue una mujer extraordinaria: brillante enel campo de las ciencias, y como tes.timonio de la devo.cin por estas disciplinas, fund en Roma la famosa Aca-demla de Ios Arcades, y escribi sus Mernorlas. En la poll-tica se demostr hbil y prudente sin ser dbil; negocitratados internacionales con Dinamarca; desempe papelimportante en la poltica europea y se destac, entre lossoberanos de Europa de aquel entonces, por su interven-cin positiva y decidida en la negociacin de loS tratadosde La Paz de Westfa,lia (1648).

    Las anotaciones al texto de EL PRINCIPE manifiestansu recto y equilibrado criterio de gobernante, sustentadopor un fondo tico y cristiano.

    NAPOLEON BONAPARTE. Las notas de Nepolen (1769-1821) aparecen a pie de pgina indicadas con nmeros ar-bigos.

    Como poltico y gobernante consolid el imperio fran-I cs; la influencia de su gobieino cubri a toda Europa,

    parte de Oriente e influy en Latinoamrica; Simn Bolvar, lo admir e imit en la estrategia militar.

    EL PRINCIPE constuy el "vademecum" de Napolen,plres, sierrpre Io llevaba consigo y lo tena como punto

    ' de referencia en sus decisiones y actuaciones; su estilo esbreve, cortante, irnico, burln; traza comparaciones en-tre l y otros personajes; trata con desprecio y dureza asus enemigos polticos; en ciertas ocasiones ologia al peda-gogo Florentino, en otras, lo corrige y hasta lo supera,.

    . asl aparece en las ,notas y comentarios que a continuacinexponemos.

    NUESTRAS NOTAS. Distinguidas con asteriscos hacenreferencia a hechos, circunstancias, personajes, pfincipiosy conceptos que amplan, aclaran y demarcan nuestros pro-pios criterios.

    t95

  • PRESENTACION DE MAQUIAVELOY DE SU OBRA

    Quienes desean congraciarse cotr un prncipe tienen la costumbede piesentarle las cosas que e reputan como ms agradables, o encuy posesin se sabe quq l se complace ms. Le ofrecen en sucoseiuencia: los unos, caballos; los otros, armas; cules, telasde oro; varios, piedras pieciosas u otros objetos igualmente diposde su grandeza.

    Queriendo presentar yo mismo a Vuestra Magificencia algunaofreida qu" pud.i"ra probarle todo mi rendimiento para con ella,n rc nattao, entre Is cosas que poseo, ninguna que me sea- msq"u, y de que haga yo ms caso, gue mi conocimiento de larr.r"u de los mayoris stadistas que han existido. No he podido"i. este conocimiento ms que con una dilatada experienciaeLs hori'endas vicisituades polticas de nuestra edad, y por medio" .,t u continuada . lectura de las antiguas historias' Despus dehaber exa,minado por mucho tiempo las acciones de aquellos hom-Ut, v meditndoas con la ms seria atencin, he encerrado-el re-sultad de esta penosa y profunda tarea en un reducido volumen,que envo a Vuestra Magnificencia.

    Aunque esta obra me. parece indigaa de Vuestra Grandeza, ten-go, iio mbargo, la cqnfianza de que vuestra bondad le proporciona-'lu horr.u de una favorable acogida, si os diglis considerar que"o -"

    era posible haeros un presente ms precioso -que el de unlibro, con e que podris comprender en pocas horas lo que yo no

    he conocido ni comprendido ms que en muchos aos, con sumafatiga y grandsimos Peligros.

    No he llenado esta obra de aquellas prolijas glosas con quese hace ostentacin de ciencia, ni adornndola con frases pompo-sas, hinchadas expresiones y todos los dems atracvos aienos dela 'materia con que rnuchos autores tienen la costumbre de enga'lanar lo que tienn que decirl. He querido que mi libro

    -no.tengaotro adorio ni graci ms que Ia verdad de las cosas y Ia impor'tancia de la materia.

    l. Como Tcito y Gibbon'

    t96

  • Desearla yo, sin cmbargo, que no se mirara como una reprensi.ble presuncin en un hombre de condicin inferior, y aun baja sise quiere, el atrevirfliento que I tiene de discurrir sobre los go-biernos de los prncipes, y de aspirar a darles reglas. Los pintoresencargados de dibujar un paisaje deben estar, a la verdad, en lasmontaas cuando tie,ren necesidad de que los valles se descubranbien a sus miradas; pero tambin nicamente desde el fondo de losvalles pueden ver bien en toda su extensin Ias montaas y ele-vados sitios2. Sucede lo propio en la poltica: si para conocer lanaturaleza de los pueblos es preciso ser principe, para conocer lade los principados conviene estar entre el pueblo. Reciba VuestraMa.gnificencia este escaso presente con la misma intencin que yotengo al ofrecrcelo. Cuando os dignis ,leer esta obra y meditarlacon cuidado reconoceris en ella el extremo deseo que tengo deveros Ilegar a aquella grandeza que vuestra suerte y eminentesprendas os permiten. Y si os dignis despus, desde lo alto devuestra majestad, bajar a veces vuestra mirada hacia la humillacinen que me hallo, comprenderis toda la injusticia de los extremadosrigores que la malignidad de Ia fortuna me hace experimentar sininternrpcin.

    CAPITT'LO I

    CLASES DE PRINCIPADOSY MEDIOS PARA ADQUIRIRLOS

    Todos los Estados, todas las dominaciones que han ejercido yejercen todava una autoridad soberana sobre Ios hombres, fuerony son reprlblicas o principados. Los principados son, o hereditarioscuando la familia del que los sostiene los posey por mucho tiem-po, o son nuevos.

    Los nuevos son, o nuevos en un todo l, como lo fue el deMiln para Francisco Sforza *, o como miembros aladidos al Es-tado y hereditario del prncipe que los adquiere. Y tal es elreino de Npoles con respecto al rey de Espaa**.

    O los Estados nuevos, adquiridos d estos dos modos, estnhabituaclos a vivir bajo un prncipe, o estn habituados a ser libres.

    2. Con esto empec y con ello convienc empezar. Se conoce mucho me-jor el fondo de los valles cuando se est luego en la cumbre de lamontaa.

    l. Tal ser el mo si Dios me ayuda.* Fa_ncirco_-Sforza (l40l-f4), hij del condottiere Muzio de Catignuola.Hbi ili qu9 luch contra Camagaola y que en 1424 inva-di taprovincia de La Marca de Ancona v la lndepeidi de los Estados pon-tificios (Pontificado de Eugenio IV); su fama le confiri el distinzuidotltulo de seor de Miln (Cfr. Historias Floentinas, C. VI).

    *r Fernando ,Catlico quien sc ali con Luis XII, rey de Francia, contraFederico, de Aragn. Despus del triunfo disgustaion y lucharon entre

    sl por -desacuerdos en la reflarticin de ls iierras conquistadas. Comoconclusin de esta serie de luchas surgi la reunificacin de Npoles

    co.Sicllia, estado que permaneci bajo la dominacin espaola (1504-1707).

    197

  • O el prncipe que los adquiri lo hizo con las aimas jnas, olos adquiri con las suyas propias.

    O la fortuna se los proporcion, o es deudor de ellos a su valor'

    . CAPITULO II

    PRINCIPADOS HEREDITARIOS

    Pasar aquf en silencio las repblicas a causa de que he discu'rrido ya largamente sobre ellas en otra obra; y no dirigir- mismiradas mJ que hacia el principado 1. Volviendo en mi discur-sos a las distinciones que acabo de establecer, examinar el modo con que es posible gobernar y conservar los principados'

    Digo, pues, que en los Estados hereditarios que estn acostum-bradoJ -ver reinar la familia de su prncipe hay menos dificultadpara conservarlos que cuando ellos son nuevos 2. El prncibe en-ionces no tiene necesidad ms que de no traspasar el orden se-guido por sus mayores I, y de contemporizar con los acaecimientos,despus de lo cual le basta una ordinaria industria para cons-er-var3e siempre, a no ser que haya una fuerza extraordinaria, y lle'vada al ei""to, que ven[a a privarle II de su Estado. Si l lopierde, lo recuperr, si lo quiere, por ms poderoso y hbil quesea el usurpador que se ha apoderado de IIII 3.

    Tenemos para ejemplo, en Italia, al duque de Ferrara, a sr1gilno tudieron irruinar lol taques de los vnecianos, en ol'ao 1484,ni los del papa Julio, en el de 1510, por el rlnico motivo de quesu familia se hallaba establecida de padres en hijos, mucho tiempohaca, en aquella soberana.

    1. No hay ms que esto de bueno, por ms qu digan; pero me es pie-ciso cntar poi el mismo tono que ellos, hasta nueva orden'

    .2. Procurar suplirlo hacindome el decano de los dems soberaniis deEuropa.

    I. No es suficiente (Cristina de Suecia).II. Es diflcil que los prncipes hereditarios sean despojados (Cristina de

    Suecia).'III. Tiene razu (Cristina de Suecia).

    3. lo veremos. I que me favorece e que no se lo lre tomado a -1,-

    sino a un tercero -que no era ms que una iirsufrible cinaga. de rep-ub-li'canismo. La odiosiad de Ia usurlcin no recae sobre m; Ios foija-dores de frases a sueldo mo Io han persudido ya: No ha destruldo Ims que a la anarqua. Mis derechos al trono de Francia no esnmal eitablecidos en l novela de Lemont... En cuauto l trono de Ita-Iia, tendr una disefacin de Montga... Esto les es necesario a lositaiianos. oue Dresumen de oradores. Bastaba uua novela para losfrancese. l peblo bajo, que no lee, tendr las homilias de los obis-Dos v cuas oue vo haia n-ombrado, v, adems un catecismo aprobadoior it nuncid apstlic-o, No se resi-stir a esta pagia,

    -Ng le faltairada, supuesto due eI Papa ha ungido mi -

    frente imperial, tajo cuyoaspeto iiebo parcer todavla ms inconmovrble que todos los Borbones.

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  • Teniendo el principe natural menos motivos y necesidad deofender a sus gobernados, est ms amado por esto mismo; y si notiene vicios muy irritantes que lo hagan aborrecible Iv, lo amarnsus gobernados naturalmente y con razn. La antigedad y conti-nuacin del reinado y su dinasta hicieron oldar los vestigios ycausas de las mudanzas que le instalaron: lo cual es tanto mstil cuando una mudanza deja siempre una piedra angular parahacer otra4.

    CAPITULO IIIPRINCIPADOS MIXTOS

    Se hallan las dificultades en el principado mixto; y primera-mente, si l no es enteramente nuevo, y que no es ms que unmiembro aadido a un principado antiguo que ya se posee, y quepor su reunin puede llamarse, en algn modo, un principado mix-to 1, sus incertidumbres dimanan e una dificultad que es conformecon la rratt:raleza de todos los principados nuevos. Consiste ella enque los hombres que mudan gustosos de seor con la esperanzade mejorar su suerte I (en lo que vrn errados), y que, con estdloca esperanza, se han armado contra el que los gobernaba, paratomar otro, no tardan en convencerse por Ia experiencia de que sucondicin se ha empeorado. Esto proviene de la necesidad en queaquel que es un nuevo prncipe que se vea obligad a ofendera sus nuevos sbditos, ya con tropas, ya con una infinidad deotros procedimientos molestos que el acto de su nueva adqui,sicin llevaba consigo2.

    De tal modo que tienes por enemigos a todos aquellos a quienes hasofendido al ocupar este principado, y no puedes conservarte poramigos a los que te colocaron en 1, a causa de que no te es posiblesatisfacer su ambicin hasta el grado que ellos se haban lisonjeado;ni hacer uso de medios rigurosos para reprimirlos, en atencin alas obligaciones que ellos te hicieron contraer con respecto a simismos3. Por ms fuerte que un prncipe fuera con sus ejrcitos,

    IV. No son aborrecidos, todo lo que debieran, los vicios de Ios prncipesreinantes (Cristina de Suecia).

    4. Cuntas piedras angulares se me dejan! La mayora est todava all,y _sera necesario que no quedase ni uno solo pam que yo perdiesetoda esperanza. Volver a encontrar all mis gu.ilas, mis-N.,-mis-bustos,

    mis estatuas y an quizs la carrosa imperial de mi coronacin. Todesto habla incesantemente a los ojos dl pueblo en mi favor y metrae a su memoria.

    l. Como Io ser el mo sobre el Piamonte, Toscana, Roma, etc.I. "Minore discrimine sumi principem quam quaeri,, (Hay menores in-

    convenientes eD conservar el rev al quC se tiene. oue en user a otro)-El dicho es de Tcito. Yo creo iue tine razn (CriStina de Suecia).2. Poco me importa: eI xito justifica.3. Bribonesl Me dan a conocer cruehnente esta verdad. Si no loeraradeshacerme de su tirana, seguramente me sacrificarfan.

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  • tuvo siempre necesidad del favor de una parte, a lo menos, delos habitantes de la provincia para entrar en ella. He aqu por quLuis XII, despus d haber ocupado Miln con facilidad, lo perdiinmediatamenG 4; y no hubo necesidad para quitrselo, esta- pri-mera vez, ms que de las fuerzas de Ludovico; porque los milane-ses, que haban abierto sus puertas al rey, se vieron desengaadosde su confianza en Ios favores de su gobierno y de la esperanzaque haban concebido para lo venidero 5, y no podan ya soportarel disgusto de tener un nuevo prncipe.

    Es cierto que, aI recuperar Luis XII por segunda vez lospases que se hban rebelado, no se los dej quitar tan fcilmente,porque prevalecindose de la sublevacin anterior fue menos reser-vad err los medios de consolidarse. Castig a los culpables, quitel velo a los sospechosos y fortific las partes ms dbiles de suanterior gobierno6.

    Si, para hacer perder Miln al rey de Francia la primera vez,no hab sido menester ms que Ia terrible llegada del duque Ludo-vico hacia Ios confines del Milanesado, fue necesario para hacrseleperder la segunda que se artnasen todos contra l y que sus ejrci-tos fuesen arrojados de Italia o destrudos7.

    Sin embargo, tanto la segunda como la primera vez, se Iequit el Estado de Miln. Se han visto los motivos de la prim+ia prdida suya que l hizo, y nos resta conocer los de la segunda,y decir los medios que l tena, y que poda tener cualquiera queie hallara en el mismo caso, para mantenerse en su conquista me-jor que lo hizo8.

    Comenzar estableciendo una distincin: estos Estados que, nue'vamente adquiridos, se renen con un Estado ocupado mucho tiem-po o son de la misma provincia y de la misma lengua, o no lo son.

    Cuando ellos son de la primera especie, hay suma facilidad enconservarlos, especialmente cuando no estn habituados a vir li-bres en repblica9. Para poseerlos seguramente, basta haber ex'tinguido la descendencia del prncipe que reinaba en ellos 10; porrque en lo restante, conservndoles sus antiguos estatutos, y nosiendo all las costumbres diferentes de las del pueblo a que losrenen, permanecen sosegados, como lo estuvieron la Borgoa, Bre-taa, Gascua y Normanda, que fueron reunidas a Francia hace mu'

    4. No me lo hubieran quitado los austro-rusos, si yo hubiera permane'cido all, en el ao de 1793.

    5. Por lo menos yo no habla frustrado las esperanzas de quienes meabrieron sus puertas en 1796.

    6. A lo cual me dediqu despus de que recuper este pals, en 1800. Sepuede preguntar al prlncipe Carlos si me fue bien. No etrtienden nadade esto, y las cosas me resultan a pedir de boca.Esto ya no sucede.S ms que Maquiavelo sobre este aslrccto. Estos medios no tierreriellos ni siquiera sos de sospecharlos, y les aconsejan otros contrarios:meJor que meJor,Aun cuando Io estuvieran, sabra yo bien reducirlos.No me olvidar de esto en cuantas partes estblezca mi dominacin.

    7.8.

    9.10.

    20a

  • cho tiempo 11, Aunque hay, entre ellas, algunas diferencias de len-guaje, las costumbres, sin embargo, se asemejan all, y estas diferentes provincias pueden vivir, no obstante, en buena armona.

    En cuanto al que hace sernejantes adquisiciones, si l quiere con-servarlas le son necesarias dos cosas: la una, que se extinga el linajedel prncipe que posea estos Estados 12; la otra, que el prncipe quees nuevo no altere sus leyes, ni aumente los impuestosl3. Con ello,en brevsimo tiempo, estos nuevos Estados pasarn a formar unsolo cuerpo con el antiguo suyo 14.

    Pero cuando se adquieren algunos Estados en un pas que sediferencian en el idioma, costumbres y constitucin, se hallan en-tonces las dificultades 15; y es menester tener bien propicia la for-tuna, y una suma industria, para conseryarlos. Uno de los mejoresy ms eficaces medios a este efecto sera que el que la adquierefuera a residir en ellos; los poseera entonces del modo ms seguroy duradero, como lo hizo el Turco con respecto a Grecia. A pesarde todos los dems medios de que se vala para conservarla, no lohubiera logrado si no hubiese ido a establecer alli su residencia 16.

    Cuando el prncipe reside en este nuevo Estado, si se manifies-tan alll desrdenes puede reprimirlos inmediatamente; en cambio sireside en otra parte, y Ios desrdenes no son de gravedad, no hayremedio ya.

    Cuando permanece all, no es despojada Ia provincia por Ia codi-cia de los empleados u; y los sbditos se alegran ms de poder re-currir a un principe que est cerca de ellos que no a un prncipedistante que le veran como extrao: tienen ellos ms oportunidadpara amarlo 18, si quieren ser buenos; y para temerlo, si quieren sermalos. Por otra parte, el extranjero que hubiera apetecido atacar es-te Estado, tendr rns dificultad para determinarse a ello. Asf, pues,residiendo el prncipe en l no podr perderle sin que se experimenteuna suma dificultad para quitrsele 19.

    El mejor medio, despus del precedente, consiste en enviar al.gunas colonias a uno o dos parajes que sean como la llave de estenuevo Estado; a falta de lo cual seria preciso tener allf mucha

    11. Blgica, que recin lo est, suministra, gracias a m, un bello ejemplo.12. Le ayudarn.13. Simpleza de Maquiavelo. Podia conocer I tambin como yo todo eldominio de la fuerza? Pues le dar una leccin contraria en su mis

    mo pas, en Toscana, como en el Piamonte, Parma, Roma, etc.14. Conseguir iguales resultados sin precauciones de debilidad.15. Otra simpleza! [a fueza!16. Lo suplir con reyes, virreyes que no senn ms que dependientes

    mos: no harn nada ms sino aquello que yo les ordene, de locontrario, "destitudos".

    17. Evidentemente conviene que se enriquezcan si, por otra parte, mesirven a mi discrccin.

    18. Tmanme, y esto me basta.19. Imposible con respecto a mi. El terror de mi nombre all equivaldr

    a mr presencla.

    20t

  • caballeria e infanter2o. For.mando el principe semejantes colonisno se empea en sumos dispendios; porque aun sin hacerlos, o ha-cindokis escsos, Ias enva y mantine all. En ello no ofende msque a aquellos de cuyos campos y casas se apdera para darlos alos nuevos moradores, qlie no componen, todo bien considerado, rnsqe una cortSima parte de este Estado; y quedando dispersos y Po'breb aquellos a quienes ha ofendido no pueden perjudicarle nng21 II.Todos los dms que no'han recibido ninguna ofensa en sus perso-nas y bienes se apaciguan fcilmente, y son temerosamente atentosa no hacer faltas, a fin de que no les acaezca el ser despojados comolos otros 22. De lo cual es menester concluir qe estas colonias, queno cuestan nada o casi nada, son ms fieles y perjudican menos; yque hallndose pobres y dispersos los ofendidos no pueden perjudi-car, como ya he dicho 23.

    I D"b" notarse que Ios hombres quieren ser acariciados o repri-) midos III, v que se verigan de las ofensas cuando son ligeras 24. NoI pueden hacerlo cuando ellas son raves; as; pues, la ofensa que seI hace a un hombre debe ser tal que Ie inhabilite para hacerlos temer) su venganza2S.

    Si, en vez de colonias, se tienen tropas en estos nuevos Estados,se expende mucho, porque es menester consumir, para mantenerlas,cuantas rentas se sacan de semejantes Estados26. La adquisicinsuya que se ha hecho se convierte entonces en prdida, y ofende mu-ct ms, porque ella perjudica a todo el pas con los ejrcitos que esmenester alojar all en las casas particulares. Cada habitante expcrimenta la incomodidad suya; y son unos enemigos que pueden per-judicarle.aun perrnaneciendo sojuzgado dentro de su casa2?. Es-te medio para guardar un Estado es, pues, baio todos'los aspectos,tan intil como el de las colonias es til.

    El pr.ncipe que adquiere una provincia cuyas costumbres y Ien-guaje no son los mismos que los de su Estado principal, debehacrse tambin all el jefe y protector de los prncipes vecinosque son menos poderosos que 1, e ingeniarse para debilitar a los

    20.21.II.22.

    23.

    III.24.

    25.

    26.27.

    202

    "Ad abundantiam juris" Se hace 1o uno y Io otro-Muy buena la reflexin, y me aprovechar de ella.Es menester cuidarse de aquellos que, aunque no -tienefl nada queperder, tienen corazn (Cristina de Suecia).He aqu como los quiero.Eiecutar todo esto en el Piamonte al reunirlo a Francia. Tendr all,pra mis colonias, todos aquellos bienes confiscados antes de miflegada y que por convencin se denominan "nacionales".Todo esto sera torpe si no fuese impo (Cristina de Suecia)'No veo hacerlas ms que ligeras a los mos por espritu de benignidad;no se vengarn menos de ellas en beneficio mo. Se sabe el abecdel arte de reinar cuando se ignora que desagradando con poco escomo si se desagradara con mucho?No he observado bastante bien esta regla; pero ellos arman a losque ofenden, y estos ofendidos me pertenecen.Las carga lmo muy bien a fin de que quede algo para s.No los temo, cuando los fuerzo a quedarse en ella, y de la que nosaldr'n, a lo menos para reunirse contra m.

  • ms poderosos de el'los 28. Debe, adems, hacer de modo que unextranjero tan poderoso como l no entre en su nueva provincia;porque acaecer entonces que llamarn alli a este extranjero losque se hallen descontentos con motivo de su mucha ambicin ode sus temores 29. As fue como los etolios introdujeron a los .ro.manos en Grecia y dems provincias en que stos entraron; losllamaban ,all siempre los habitantes 30.

    El orden comn de las causas es que, luego que un poderosoextranjero entra en un pas, todos los dems prfncipes que sonll menos poderosos se le unan por un efecto de la envidia quehaban concebido contra el que los sobrepujaba en poder, y a losque l ha despojado3l. En cuanto a estos prncipes menos poderosos,no hay mucho trabajo en ganarlos; porque todos juntos formarnustosos cuerpo en el Estado que l ha conquistado32. EI nico cui-dado que ha de tenerse es el de impedir que ellos adquieran muchafuerza y autoridad. El nuevo prncipe, con el favor de ellos y suspropias manos, podr abatir fcilmente a los que son poderosos,a fin de perrnanecer en todo el mbito de aquel pas33.

    E[ que no gobierne fcilmente esta parte perder bien prontolo que l adquiri; y mientras que lo tenga, hallar en ello una in-finidad de dificultades y sentimientosS4.

    Los romanos guardaron bien estas precauciones en las provin-cias que ellos haban conquistado. Enviaron all colonias, mantuvie-ron a los prncipes de las inmediaciones menos poderosas que ellos,sin aumentar su fuerza; debilitaron a los que tenan tanta comoellos mismos, y no permitieron que las potencias extranjeras ad-quiriesen all consideracin ninguna3S. Me basta citar para ejemplode esto a Grecia en que ellos conservaron a los acayos y etolios,humillaron el reino de Macedonia y echaron a Antoco 36. El mritoque los acayos y etolios contrajeron en el concepto de los romanosno fue suficiente nunca para que stos les per,rnitiesen engrandecerninguno de sus Estados3?. Nunca los redjeron los discursos deFilipo hasta el grado de tratarle como amigo sin abatirles; ni nunca

    28. Para gllo no hay meior medio que desposeerlos v apoderarse de susdespoios. Mdena, Plasencia, Parma, Npoles, Roma -y Florencia pro-porcionaron otros nuevos.29. Sobre esto espero a Austria, en Lombard.30. Los que pueden llamarse en Lombardla, no son romanos.31. iQu buen socorro hallara Austria contra ml, en las flojas potencias

    actuales de Italia!iZ. Ganarlosl No me tomar este tmbajo; estarn obligados con mi fuerzaa formar cuerpo conmigo, especialrnente en mi plan de confederacin.

    del Rhin.33. Bueno de consultar para mis proyectos sobre Italia y Alemania.34, Maquiavelo se admiraria del arte con que supe ahorrmelos.35. .Se,cuida de desacreditarlas all.36. Por qu no todos los dems?37:, No era esto suficiente; Ios hijos de Rmulo teua todavfa necesidad de

    mi escuela.

    203

  • ei poder de Antioco pudo reducirlos a permitir que 1 tuviera ningnEstado en aquel pais 38.

    Los romanos hicieron en aquellas circunstancias Io que todoslos prncipes cuerdos deben hacer cuando tienen miramiento, no so'lamente con los actuales perjuicios, sino tambin con los venideros,y que quieren remediarlos con destreza' Es posible hacerlo pre-cavindolos de antemano; pero si se guarda a que sobrevengaR,no es ya tiempo de remediarlos, porque la enfermedad se ha lrreltoincurable. Sucede, en este particular, lo que los mdicos dicende la tisis, que, en los principios, es fcil de curar y difcil deconocer; pero que en lo sucesivo, si no la conocieron en su prin-cipio, ni le aplicaron remedio alguno, se hace, en verdad, fcillde conocer. oero difcil de curar39. Sucede lo mismo con las

    V j "o.ur

    del Estdo; si se conocen anticipadamente los males que pue-'1 | den manifestarse, lo que no es acordado ms que a un hombre sabioIy bien prevenido, quedan curados bien pronto: pero cuando, por

    no haberios conocido, les dejan tomar incremento de modo quellegan al conocimiento de todas las gentes, no hay ya arbitrio nin-guno para remediarlos. Por esto, previendo los romanos con ante-lacin los inconvenientes, Ies aplicaron el remedio siempre en unprincipio, y no les dejaron seguir nunca stl curso por temor deuna guerra. Saban que sta no se evita; y que si Ia diferimoses siempre con provecho ajeno tlo. Cuando ellos quisieron hacerlacontra Filipo y Antoco en Grecia, era para no tener que hacrcelaen Italia. Podan evitar ells entonces a uno y otro; pero no quisie'ron, ni Ies agrad aquel consejo de gozar* de los beneflcios deltiempo, que no se les cae nunca de la boca de los sabios de nues-tra era4l IV. Les acomod ms el consejo de su valor"* y pru-dencia; el tiempo que echa abajo cuanto subsiste puede acarrearconsigo tanto el bien como el mal, pero igr.ralmente tanto el mal ce'mo el bien'12.

    Volvamos a Francia, y examinaremos si ella hizo alguna deestas cosas. Hablar, no de Carlos VIII, sino de Luis XII, como deaquel cuyas operaciones se conocieron mejor, visto que l con'serv por ms tiempo sus posesiones en ltalia; y se ver que hizolo contrario para retener un Estado de diferentes costumbres ylenguas r1.

    38. Es Io meior que ellos hicieron.39. Maquiavelo tena el .nimo enfemo cuando escribi esto, o habla vist

    a su mdico.40. Importante mxima, de Ia cual me es preciso formar una de laspricipales reglas de mi marcial y poltica conducta.*

    "Godere il beneficio del tempo", es decir, tramandar las decisionesimportantes, dejando al tiempo el encargo de acomodar las cosas; mrixi-ma popular florentina que Pier Soderini hizo suya.

    41. Son unos cobardes y si se pusierm en mi presencia algunos consejerosde este temple, los. . .IV. He aqul Ia politica de los reyes, la nica slida (Cristina de Suecia).** Valor, sinnimo de virtud (Cir, Nuestro Vocabulaio Voi Vrtul).42. Es preciso dominar sobre uno y otro.13. Prescribir all el uso de la lengua francesa, comenzando por el Piamon-

    te, que es 1a provincia ms prxima a Francia. Ninguna cosa ms

    244

  • l:

    El rey Luis fue atrado a Italia por la ambicin de los venecia-nos, que queran por medio de su llegada ganar la mitad delEstado de Lcmbarda. No intento afear este paso del rey ni suresolucin sobre este particular; porque queriendo empezar a ponerun rie en ltalia, no teniendo en ella amigos, y aun viendo ce-rradas todas las puertas a causa de los estragos que all habla hechoel rey Carlos VIII, se vea forzado a respetar los nicos aliadosque pudiera haber all44; y su plan hubiera tenido un completoacierto s l no hubiese cometido falta ninguna en las dems ope-raciones. Luego que hubo conquistado a Lombarda, volvi a ganarrepetidamente en Italia la consideracin que Carlos haba hechoperder en ella a las armas francesas. Gnova cedi; se hicieron ami-gos suyos los florentinos; eI marqus de Mantua, el duque de Farrara, Bentivoglio (prncipe de Bolonia), el seor de Forli, los dePsaro, Rmini, Camerino, Piombino, los luqueses, pisanos, sieneses,todos, en una palabra, salieron a recibirle para solicitar su amis-tad tsli. Los venecianos debieron reconocer entonces la imprudenciade la resolucin que ellos haban tomado, nicamente para adquirirdos territorios de la provincia lombarda; e hicieron al rey dueode dos tercios de ltalia46.

    Que cada uno ahora comprenda con cun poca dificultad podaLuis XII, si hubiera seguido las reglas de que acabamos de ha-blar, conservar su reputacin en Italia y tener seguros y bien dofendidos a cuantos amigos se haba hecho l all. Siendo numero-sos stos, dbiles, por otra parte, y temiendo el uno al Papay el otro a los venecianos, se vean siempre en la precisin depermanecer con l; y por medio de ellos le era posible conte-ner fcilmente lo que haba de ms poderoso en toda la pennsula{?.

    Pero apenas lleg el rey a Miln obr de un modo contrario,ayudando al papa Alejandro VI a apoderarse de la Romaa. Noech de rr'er que con esta determinacin se haca dbil, por unaparte, desviando de s a sus amigos y a los que haban ido aponerse bajo su proteccin; y que, por otra, extenda el poder deRoma l[8, agregando una tan vasta dominacin temporal a la po-testad espiritual que le daba ya tanta autoridad4g.

    Esta primera falta lo condicion y lo expuso a cometer otras;de modo que para poner un trmino a Ia ambicin de Alejandro, eimpedirle hacerse dueo de Toscana, se vio obgado a volver aItalia.

    eficaz para introducir las costumbres de un pueblo en otro extranjeroque acreditar all su lengua.14. Me era mucho ms fcil comprar a los genoveses, que, por espeeula-

    cin fiscal, me dieron entrada en Italia.45. He sabido proporcionarme ya el mismo honor, y no ha:, ciertamente,

    las mismas faitas.,l. Los lombardos, a quienes aparent dar la Valtellna, el Bergamasco,

    Mantuano y Brescia, etc. , comunicndoles la mana republicana, me hi-cieron ya el mismo senicio, tendr bien pronto el resto de Italia.

    47. No tendr necesidad de ellos para conseguir esta ventaja.48. Falta enorme.49. Es indispensable que yo embote los dos filos de su cuchilla. Luis XII

    no era mis que un idiota.

    205

  • No le bast el haber dilatado los dominios del Papa y desviadoa sus propios amigos, sino que por deseo de poseer eI reino de N-poles se lo hi4o repartir con el rey de Espaa$. Asl, cuaudo l erael pr:imer rbitro de ltalia, tom en ella a un asociado, al quecuando se hallabaq descontentos con l deban recurrir naturalmente;y cuando le era posible dejar en aquel reino a un rey que no eraya ms que pensionado suyo5l, le ech a un Iado para ponera otro capaz de arrojarle a l mismo62.

    f, El deseo de adquirir es, a la verdad, una cosa ordinaria y muy! natural; y los hombres que adquieren, cuando pueden hacerlo, se-

    4r, rn alabados y nunca vituperados por ello; pero cuando no pueden"' j ni quieren hacer su adquisicin como conviene, en esto consiste el

    lerror y motivo de tuperio53.Ahora bien, si Francia poda atacar con sus furzs a Npoles,

    deba hacerlo; si o lo poda, no deba dividir aquel reino; y sila reparticin que ella hizo de Lombardfa con los venecianos esdigna de disculpa a causa de que hall el rey en ello un medio deponer e1 pie en Italia, la empresa sobre Npoles merece condenarsea causa de que no haba motivo alguno que pudiera disculparhSa.

    Luis haba cometido, pues, cinco faltas, en cuanto habfa destrui-do las reducidas potencias de Italia 55, aumentando la denominacinde un prncipe ya poderoso- introducido a rn extranjero que loera mucho, no residiendo all l mismo, ni establecido colonias.

    Estas faltas, sin embargo, no podan perjudicarle en vida suyasi l no hubiera cometido una sexta; la de ir a.despojar a los vene-cianos 56. Era cosa muy razonable y aun necesaria el abatirlos, auncuando l no hubiera dilatado los dominios de la Iglesia ni intro-drrcido a Espaa en ltalia; pero no debla consentir en la ruinade ellos, porque siendo poderosos de s mismos hubieran tenidodistantes siempre de toda empresa sobre Lombarda a los otros,ya porque los venecianos no hubieran consentido en ello sin serellos migrnos los dueos, ya porque los otros no hubieran queridoquitarla a Francia para drsela a ellos, o no tenido Ia audaciade ir a atacar a estas dos potenciass7.

    Si alguno dijera que el rey L,is no cedi la Romaa a Ale-jandro y el reino de Npoles a Espaa ms que para evitar unaguerra, respondera cor las razones ya expuestas, que no debemosdejai nacer un desorden para evitar una guerra, porque acabamos

    50. Lo har tambin, pero sobre el reparto que yo haga no me quitar lasupremaca y mi' buen Jos no me la disputar

    51. Como ser el que yo ponga all.52. Vindome precisado a retirar de all a mi fos, no estoy sin temores

    sobre el sucesor que le doy.53.. No faltar nada a las mlas.54. Se le hace nacer.55. No era una, si l no hubiera cometido las otras.5. Su falta consisti en no haber tomado bien el tiempo de ello.5?. Ei raciocinio es bastante brieno para aquel tiempo.

    206

  • no evitndola; la diferimos nicamente: y no es nunca ms quecon sumo perjuicio nustro 58.

    Y si algunos otros alegaran la promesa que eI rey haba hechoal Papa de ejecutar en favor suyo esta empresa pra obtener ladisolucin de su matrimonio con Juana de Francia y el capelo decardenal para el arzobispado de Run, responder a esta objecincon las explicaciones que dar ahora mismo sobre la fe de losprncipes y modo con que deben guardarla59.

    El rey perdi, pues, a Lombarda por no haber hecho nada de1o que hicieron cuantos tomaron provincias y quisieron conservarlas,No hay en ells milagro, sino una cosa razonable y ordinaria. HabIen Nantes de esto con el cardenal de Run, cuando el,duque deValentinois, al que llamaban vulgarmente Csar Borgia, hijo de Ale-jandro, ocupaba a Romaa; y habindome dicho el cardenal que lositalianos no entendan nada de la guerra, le respond que los fran,ceses no entendan nada de las cosas de Estado, porque si elloshubieran tenido inteligencia en ellas no hubiesen dejadq tomar alPapa un tan grande incremento de dominacin tempora(0oJ La expe-riencia demuestra que, despus de haber contribuido crear lagrandeza de la Iglesia y de Espaa en Italia, Francia fue arruinadapor ellas61. De aqu se infiere una regla general que rara vezo nunca falla: que quien ayuda a otro a hacerse poderoso causasu propia ruina@. Porque es natural que quien se ha vuelto po-deroso recele de la misma astucia o de la misma fuerza gracias alas cuales se le ha ayudado63.

    CAPITULO IV

    POR QUE EL REINO DE DARIO NO SE REBELOCONTRA LOS SUCESORES DE ALEJANDRO?

    Considerando las dificultades que se experimentan en conservarun Estado adquirido recientemente, podra preguntarse con asombrocmo 'sucedi que hecho dueo Alejandro Magno del Asia en uncorto nmero de aos I, y habiendo * muerto a poco tiempo dehaberla conquistado, sus sucesores, en una circunstancia en quepareca natural que todo este Estado se pusiese en rebelin, le

    58. Al primer descontento, declarad la guerra: conocida una vez estaprontitud de resolucin, hacer circungpectos a vuestros enemigos.(Sf} ,tqui est el mayor arte de la poltica; y mi dictamen es que no pode.* mos poseerlo bastante lejos.0. Era menester ms para que Roma anatettizara a Maquiavelo?1. Ellos me lo pagarn caro.62. Lo que no har nunca.63. Los enemigos no aparentan recelarlo.I. Seis aos (Cristina de Suecia).* Alejandro Magno, hijo de Filipo de Macedonia ,(356-323

    -

    a'C.) -en una

    cauipaa de 7 aios -(33+327) c-onquisto a toda el Asih de aquel enton-cs,-hasta la India. Muri cuatro aos.despus de Ia ocupacin.

    )\ ,,t{,i

    207

  • *conservaron, sin embargo 1, y no hallaron para ello ms dificultadqr.ri la que' su ambici individual, ocasion entre ellos 2. He aqulmi respuesta: Ios principados conocido son gobernados

    -

    de unou otro de estos doJ modos: el primero consiste en el gobierno deun prncipe, asistido de otros individuos que, perm?qegiendo siem-pre -sbdiios bien humildes al lado suyo, son admitidos por gra-iir o .orr""tin en clase de servidores solamente, para ayudarle agobernar; eI segundo modo con que se gobierna se compone den prncipe asistido de barones, que tienen su puesto en el Estado,no de la- gracia del prncipe, sino de la antigedad de su familia'Estos barones mismoi tienen Estados y gobernados que los recono-cen por seores suyos, y Ies dedican su afecto naturalmente3'

    El prncipe, en los primeros de estos Estados en que gobiernal con algunos ministros esclavos, tiene ms autoridad, porque ensu proviniia no hay ninguno que reconozca a otro ms que a lpor superior: y si se obedece a otro no es por un particular afecto rt pi"tot u, sino solamente porque l es ministro y empleado delprncipe 4'

    Los ejemplos de estas dos especies de gobierno son, en nuestrosdlas, el 'del Turco y el del rey de Francia II. Toda la monarquadel Turco est gobernada por un seor nico; sus adjuntos no sonms que criadoJ suyos; y dividiendo en provincias su reino, envaa ellas diversos administradores, a Ios cuales muda y coloca ennuevo puesto a su antojo5. Pero el rey de Francia se halla enmedio de un sinnmero de personajes, ilustres por la antigedadde su familia, seores ellos rnismos en el Estado y reconocidoscomo tales por sus particulares gobernados, quienes, por otra par-te, les profesan afecto. Estos personajes tienen preeminencias per-sonales, que el rey no puede quitarles sin peligrar l mismo 6'

    As, cualquiera que se ponga a considerar atentame[te uno y otrode estos dos Estados encontrar que habra suma dificultad en con-quistar el del Turco; pero que si uno le hubiera conquistado tendrauna grandsima facilidad en conservarle. Las razones de las difi-cultades para ocuparlo son que el conquistador no puede ser llamadoall de ls provincias de este imperio, ni esperar ser ayudado- enesta empres con la rebelin de los que el soberano tiene al ladosuyo: lo cual dimana de las razones expuestas ms arriba?. Siendo

    1. Le contena el poder del solo nombre de Alejandro.2. Carlomagno se mostr ms sabio de lo que habla sido aquel loeo de

    Alejandr, que quiso que sus herederos celebrasen sus excequias conlas amas en la mano.3. Antigualla feudal, que temo ciertamente verme obligado a resucitar, i

    mis generales persisten en hacerme ley de ello.4. Famoso! Har todo para lograrlo.

    II. Ya no existe diferencia entre Turqua y Francia. El gobierno deFrancia es el de Turqua, pero en miniatura (Cristina de Suecia).

    5. Son respetables siempre los antojos de los emperadores. Ellos tienensus motivos para concebirlos.

    . No tengo este estorbo, aunque sl otros equivalentes.7. Hablemos dc medios extraordinarios, porque es de grande necesidad que

    el Imperio de Oriente vuelva a uniase con eI de Occidente.

    208

  • todos es_clavos suyos, y estndole reconocidos por sus favores, noes posible,corromperlos tan fcilmente; y aun cuando se lograr es_to, no podra esperarse mucha utilidad, porque no Ies seri posibleatraer hacia s a los pueblos, por las razones que henios ex_

    .puesto 8. Conviene, pues, ciertamente, que el que taca al Turcoreflexione que va a hallarle unido con su puebl, v q"e puea c"_tar ms con sqs propias fuerzas que con Ios dsOidenes que semanifestarn a favor suyo en el imperio 9. pero despus ae au".ivencido y derrotado en na campaa sus ejrcitos, " *"ao q"i1. no pueda ya rehacerlos, no quedar ya- cosa ninguna temiiems que Ia familia del pncipe.. Si uno ia destruye IiI, no h;t;all

    -ya ninguno a quien deba temerse; porque los Ltros ""

    gr."de la misma influencia al lado del pueblo. Asi como "f "e"lor,antes de la victoria, no poda contar con ninguno de ellos, as tam-bin no debe cogerles miedo ninguno despus de haber vecido ro. -

    Suceder lo contrario en los reinos gobernados como el de Fran_cia. Se puede entrar all con facilidad, ganando a algn UarOn, pi_que se hallan siempre algunos malcontentos del geio de aqueilosque apetecei mudanzas 11. Estas gentes, por las razones mencio_nadas, pueden abrirte el camino paia la'psesin "

    "rG-frtro-vfacilitarte el triunfo; pero cuando se trte de conservart" "o-,este triunfo mismo te dar a conocer infinitas dificuttades, iantpor la parte de los que te auxiliaron como por la de aqu'ellos aquienes has oprimido 12 Iv. No te bastar ei haber extinguit familia del prncipe, porque quedarn siempre all varios seoresque se harn cabezas de partido para nuevas mudanzas; y comono podrs contentarlos ni destruirlos enterament rr, perdeis este

    reino luego que se presente la ocasin de ello 14.Si consideramos ahora de qu naturaleza de gobierno era el deDaro, Ie hallaremos semejante al del Turco 1I. Le fue necesari

    Drimeramente a Alejandro el asaltarlo por entero y hacerse dueode la_ campaa. Despus de esta victori, y muerto Daro, qued elEstado en poder del conquistador de un modo seguro por las razo.nes que llevamos expuestas: y si hubieran estao unidos los su_cesores de ste, podan gozar de l sin la mer,ror dificultad; porqueno sobrevino ninguna otra disensin ms que la que ellos is-ossuscitaron.

    8. iojal que en Francia me hallara en una situacin parecida.9. Mis fuezas y mi nombre.

    III. Dudo si el imperio del mundo vale tal precio (Cristina de Suecia).10. Porque no puedo hacerme mudar juntamente de lugar a Turqua yFrancia.11. Cortarles los brazos o lelantarles la tapa de los sesos.12. No lo echo de ver ms que mucho.

    IV. considero a Francia fcil de conquistar y no difcil de conserar (cris.tina de Suecia).13. Se haba comenzado tambin en el ao 1793.14. Esto es evidentemente cierto.15. Pero Daro no era el igual de Alejandro como...

    209l4 - Maguiawlo

  • En cuanto a los Estados constituidos como el de Francia, esimposible poseerlos tan sosegadamente 16. Por esto hubo, tanto enEspaa como en Francia, frecuentes rebeliones, semejantes a lasqu los romanos experimentaron en Grecia **, a causa de los nu-merosos principados que se hallaban all. Mientras que la memo'ria suya subsibti en aquel pas, no tuvieron los romanos ms queuna posesin incierta; pero luego que no se hubo pensado ya enello, se hicieron seguros poseedores por medio de la dominacin yestabilidad de su imPerio 17.

    Cuando los romanos pelearon all unos contra otros, cada unode ambos partidos pudo atraerse una posesin de aquellas provin-cias segn la autoridad que l haba tomado all: porque--habin-dose exiinguido la familia de sus antiguos dominadores, aquellas pro-vincias renocan ya por nicos a los rornanos. Considerando, pues,todas estas particularidades, no causart ya extraeza la facilidadque Alejandr tuvo para conservar el Estado de Asia y las dificu1-tades que sus sucesores experimentaron para mantenerse en laposesin de lo que haban adquirido, como. Pirro y otros muchos'o provinieron Uas del muchsimo o poqusimo talento por partedel iencedor, sino de la diversidad de los Estados que ellos habanconquistado.

    *

    Cuando uno quiere conservar aquellos Estados que estabanacosiumbrados a vivir con sus leyes y en repblica, es preciso abra-zar una de estas tres resoluciones: debes o arruinarlosl, o ira vivireleffos, o, finalmente, dejar a estos pueblos sus leyes2, obligndo'los a pagarte una contribucin anual y creando en su pals untribunai e un corto nmero que cuide de conservrtelos fieles,C."e.t" este Consejo por el prncipe, y sabiendo que l no puede*b.irti. sin su amiitad y dominacin, tiene el mayor inters encnservarle su autoridad. Una ciudad habituada a vir libre, yque uno quiere conservar, se contiene mucho ms fcilmente poredio dei inmediato influjo de sus propios ciudadanos que de

    CAPITULO V

    NORMAS DE GOBIERNOPARA LAS CIUDADES CONQUISTADAS

    He previsto a esto, y preveer todavla ms.Maouiavelo recuerda la rebelin de varios pueblo-s sometidos contra'ir..i'

    ""iii,-lo. r".ii"i po. all a- inediad.os. del

    .-segundo si-iil'I'c-'i u'l-" """ l sometiiniento de las proncias

    glicas, nama-?,i..Jttli"-2.i

    "n sus Comentarios; en Grecia, la de ]os aqueos que.-tue

    IJ#Jia*'l' iii.d.-"-iu- estruccio de cbrinto. MaQuiavelo,mistificartiiimente auellas naciones antiguas y las asemeja a los pnn'cipados de tipo feudal.Cuento con la misma ventaja en lo que me concierne'Esto no vale nada en el siglo en que estaoos'Mala mxima; la continuacin es lo que ha de mejorar'

    l

    17.l.a

    2L0

  • cualquier otro nodo3. Los espartanos y romanos nos lo probaroncon sus ejemplos.

    Sin embargo, los espartanos, que haban tenido Atenas y Tebaspor medio de un Consejo de pocos ciudadanos, acabaron perdindo-las; y los romanos, que para poseer Capua, Cartago y umancia,las haban desorganizado, no las perdieron. Cuando stos quisierontner a Grecia con corta diferencia, como la haban tenido losespartanos, dejndola libre con sus leyes, no les sali acertada es-ta opinin, y se vieron obligados a .desorganizar muchas ciudadesde. esta provincia para guardarlas. A decir verdad, no hay medioms seguro para conservar semejantes Estados que el de rruinar-los a. El que se hace seor de una ciudad acostumbrad a vir li-bre, y no dscompone su rgimen, debe contar con ser derrocado lmismo por ella. Para justificar semejante ciudad su rebelin, tendrel nombre de libertad, y sus antiguas leyes, cuyo hbito no podr:nhacerle perder nunca el tiempo ni los beneficios del conquiitador.Por rns que se haga, y aunque se practique algn expe&ente deprevisin, si no se desunen y dispersan sus habitantes no olvidarella nunca aquel nombre de libertad ni sus particulares estatutos;y aun recunir a ellos, en la primera ocasi;, como lo hizo pisj,aunque ella haba estado numerosos aos, y aun haca ya un si-glo, bajo la dominacin de los florentinos 5.

    Pero cuando las ciudades o provincias estrn habituadas a vi-vir bajo la obediencia de un prncipe, como estn habituadas poruna parte a obedecer y por otra carecen de su antiguo seor, noconcuerdan loS ciudadanos entre s para elegir a otro nuevo; y Dosabiendo vivir libres son ms tardos en tomar las armas. Se puedeconquistarlos 6 con ms facilidad y asegurar la posesin suya.

    E-q la repblicas, por el contrario, hay ms valor, mayor disposicin de odio contra el conquistador que all se hace prlncipe,y, ms deseo de venganza contra 1. Como no se pierde en-ellas-lamemoria de la antigua libertad, y que ella le sobrevive con todasu actidad, el ,ms seguro partido consiste en disolverlas ? o ha-bitar en ellas 8.

    E Miln, _una_ comisin ejecutiva de tres adictos, como mi triunviratodictatorial de Gnova.

    Pero esto puede _hacerse de muchos modos al pie de la letra, sindestruirla, mudando, sinembargo, su constitucin. '

    9,r9bra. podra. despertarme alguna inquietud; pero nada tengo quetemer de venecranos y genoveses.Especialmente_ cuando se dice que se le traen la libertad y la igual-dad al pueblo.Es suficiente con atemperar o revolucionar.Lo cual no es necesario cuando uno las ha revolucionado, dicindolesque son libres, las mantiene firmes bajo su mando.

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    ,r

    .r

    J.

    4.

    5.

    6.

    7.8.

    2tL

  • CAPITULO VI

    NUEVAS SOBERANIAS, ADQUIRIDAS CON VALOR Y ARMAS PROPIAS

    Que no cause extraeza si al hablar, ya de los Estados que sonnLlevos baio todos los aspectos, ya de los que no lo son rns quebajo el del prncipe, o el del Estado mismo, presento grandes ejem-

    .plos de la antigedad. Los hombres caminan casi siempre por I;;"ri"; trlraa-"i'y- por otros, y no hacen pasi ;; q""--iit"i "

    I ,ksus predecesores en las acciones que se les ve hacerl; pero como Ino pueden seguir en todo el camino abierto por los antiguos, ni seeleian a la perfeccin de los modelos que ellos se proponen, elhombre prudente debe elegir nicamente los caminos trillados poralgunos varones insignes, e imitar a los que sobrepasaron a losaemas, a fin de que si no consigue igualarlos tengan sus accionesa.Io menos alguna semejanza con las suyas,2. Debe hacer como losballesteros bien advertidos que, viendo su blanco muy distante paraIa ferza de su arco, apuntan mucho ms alto que el objeto que tie-nen en miia, no para que su vigor y flechas alcancen a un puntode mira en esta 'altura, sino a fin de poder, asestando as, llegaren lnea parablica a su erdadero blanco 3.

    Digo, pues, que en los principados que son nuevo en un todo,y cuyo prncipe, por consiguiente, es nuevo, hay ms o menosdificultad en conservarlos segn que el que los adquiri es ms Qmenos valeroso. Como el suceso por el que un hombre se haceprncipe, de particular que l era, supone algn valor o dicha4, pa-rece qlre la una o la otra de estas dos cosas allanan en parte mu-chas dificultades; sin embargo, se vio que el que no haba sido au-xiliado de la fortuna se mantuvo por ms tiempo. Lo que proporcio-na tambin algunas facilidades es que no teniendo un semejanteprncipe otros Estados va a residir en aquel de que se ha hechosoberano.

    Pero volviendo a los hombres que, con su propio valor y nocon la fortuna, llegaron a ser prlncipes 5, digo que los ms dignosde imitarse son: Moiss, Ciro, Rmulo, Teseo y otros semejantes.Y, en primer lugar, aunque no debemos discurrir sobre Moiss,porque l no fue ms que un mero ejecutor de las cosas que Diosie haba ordenado hacer, dir, sin embargo, que merece ser ad'mirado aunque no fuera ms que por aquella gracia que le hacladigno de conversar con Dios6. Pero considerando a Ciro y a losotros que

    .

    adquirieron o fundaron reinos, .los hallaremos dignos de

    1. Podr, por cierto, a vces hacerte mentir.2. Pas por esto.3. Har ver .que, aparentando asestar ms abajo, se puede llegar all

    fcilmente.4. El valor es ms necesario que la forhrna: l Ia hace nacer'5. Esto se refiere a mf.. No aspirc a.tanta altura, sin la cual te paso,

    2t2

  • adriiracin?. Y si se examinaran sus acciones e instituciones enpartic.ular, no parecieran ellas diferentes de las de Miss, aunqubl habia tenido a Dios por Seorl. Exarhinando sus acciones- vconducta, no se ver que ellos tuviesen cosa ninguna de Ia fortunms que una ocasin propicia, que les facilit el medio de introduciren sus nuevos Estados la forma que les convena8. Esta ocasin,el valor de su nirno se hubiera extinguido, pero tambin, sin estvalor, se hubiea presentado en bald la oiasing. Le era, pues,necesario a Moiss el hallar al pueblo de Israel esclavo en Egiptoy oprimido por los egipcios, a fin de que este pueblo estuviera- is-puesto a seguirle para salir cle la esclavitud 10. Convena que Rmulo,a su.nacimiento, no quedara en Alba, y fuera expuesto, para que lse hiciera re}, de Roma y fundador de un Estdo de -que formla patria suya tl. Era menester que Ciro hallase a los persas descon-tentos del imperio .de los medos, y a stos afeminados ion una largapaz, para hacerse soberano suyo 12 Teseo no hubiera podido desp[e-gar su valor si no hubiera hallado dispersados a los tenienses 13..

    Estas ocasiones, sin embargo, constituyen la fortuna de seme- |jantes hroes; pero su excelente sabiduria ILs dio a conocer el valor \ (clc

    -cstas ocasiones; y de ellos provinieron la ilustracin y prosperi- Idad de sus Estados 14.Los que por medios semejantes llegan a ser prncipes no adquie-

    rel sy principado sin trabajo, pero Ie conservan fcilmente; y lasdificultades que ellos experimenta al adquirirle dimanan en parte tde las nuevas leyes y modos que Ies es indispensable introducir para fundar su Estado 15. Debe notarse bien que no hayotra cosa ms difcil de manejar, ni cuyo acierto sea ms dudoso,ni se haga con ms peligro, que el obrar como jefe para introducirnuevos estatutos 16. Tiene el innovador por enemigos activsimosa cuantos sacaron provecho de los antiguos estatutos 1?, mientrasque los que pudieran sacar el suyo de Ios nuevos no los defiendenms que con tibieza 18. Semejante tibieza proviene en parte de queellos temen a sus adversarios que se aprovecharon de las antiguas].ygr, y en parte de la poca confianza que los hombres tienen- enIa bondad de Ias cosas nuevas hasta quJ se haya hecho una slida

    7. Aumentar esta lista.I. Todo viene de Dios, de cualquier punto que venga (Cristina de Suecia).8. No me es necesario ms; ella vendr; estemos dispuestos a cogerla.9. El valor ante todo.

    10. Es la condicin y la situacin actuales dc los franceses.11. Mi benfica loba estuvo en Briene. Rmulo, te eclipsarn.12. iQuila all!l3 Pobre hroel14. Bastria su punta de sabiduria hoy da?15. Se logra esto con alguna astucia.16. No sabe tener uno, pues, a sus rdenes algunos maniques legislativos?17. Sabr inutiliar su actividad.18. El buen hombre no saba cmo uno se proporcion entonces acalo-rados defensores, que hacen amollar a los otrosl

    213

  • experiencia de ellaslg. Resulta de esto que siempre que los qlre son-nlmigos suyos hallan una ocasin de

    _

    rebelarse contra ellas lohacen por espiritu de partido; no las deflenden los otros enton-""r

    *t qu tibiarnenie, de modo que peligra el prncipe conellas 20.

    Cuando uno quiere discurrir adecuadamente sobre este particu-lar, tiene precsin de examinar si estos innovadores tienen pors mismos la necesaria consistencia o si dependen de los otros;es decir, si para dirigir su operacin tienen necesidad de rogaro si puden precisar. En el primer caso, no salen acertadamentenuncal ni con-ducen cosa ninguna a lo bueno2l; pero cuando nodependen sino de s mismos, y que puedet forzar, dejan rara veze^ conseguir su fin. por esto, todos los profetas armados tuvieronaciertoll-22, y se desgraciaron cuantos estaban desarmados23'

    . Aderris de las cosas que hemos dicho, conviene notar que el, I ouebl es voluble v cambinte. Se podr hacerles creer fcilmente# I i;;--;.;' '1"- hbr dificultad pira hacerlos persistir en esta

    I "r""rr"iuz. n.onsecu"rcia, hay que estar

    preparados de modo que,I

    """"ao havan cesado de creer,-sea posible precisarlos a creer toda-

    , ;1;;i.- M;i;;, ciro, Teseo y Rmul no hubieran podido hacer ob-,".uu. po" ucho' tiempo sus constituciones si hubieran estado"rut*udot, como le sucdi al fraile J-qlnimo Savonalola, que sedesgraci en sus il"".r instituciones. ffiffi'46-a*-mfftrffi comenza n creerle ya inspirado, no tena l medio alguno Bara mantenerforzadamente en .o c.""ncia a los que la perdaD ni para precisara creer a los que ya no crelan.

    Los prncipes de esta especie experimentan, sin embargo, su-mas dificultads en su conducta, todos sus pasos van acompaadosde peligros y les es necesario el valor para superarlos 26' P-erocuarido -han iuperado las dificultades, y empiezan a ser resPetados'po"q". subyugdo a los hombres que tenan envidia a su calidad^e ^prncipi,-se quedan poderosoi, seguros, reverenciados y di-chosos 27.

    A estos tan relevantes ejemplos quiero aadirles otro de una-cla-se inferior, que, sin embargo, no estar en desproporcin.con-ellos;y me bastari escoger, entr todos los otros, el de Hiern el Sira-

    19. Esto no sucede ms que a los pueblos algo sabios y que conservantodavla alguna libertad.

    20. Estoy a cubierto contra todo ello.21. Bello descubrimiento! Quin puede ser bastante cobarde para e'

    rirejante demostracin de debilidad?II. La fuerza es Ia clave de que todo salga bien (Cristina de Suecia)'22. !-rs orculos son entonces infalibles.23. Cosa ninguna ms natural.24. Me tienen ellos hoy da, especialmente despus del testlmonio del-" ;",;i'""--plo .esiauir dL h religin v irn enviado del cielo'25. Tendr siempre medios para eIlo'26. Esto no me crea obtculos.27. Este ltiEo punto no est bien claro todava para ml, y debo con-

    tetrtarme con los otros tres.

    214

  • cusang28. De particular que de simple ciudadano lleg a ser prln-ipr-e Siracusa, sin disponer de ms mritos sino el de liabersabido aprovechar la o"asn. Hallndose oprimidos los siracusanos,le nombraron por caudillo suyo; en cuyo cargo mereci ser elegidodespus para prncipe suyo 29. Haba sido tan virtuoso en su on-dicin privada que, en sentir de Ios historiadores, no Ie faltaba en-tonces para reinar ms que poseer un reino30. Luego que huboempuado el cetro, licenci las antiguas tropas, form otras nuevas,dej a su lado a sus antiguos amigos hacindose otros nuevos; ycomo tuvo entonces amigos y soldados que eran realmente suyos,pudo establecer, sobre tales fundamentos, cuanto quiso; de modoque conserv sin trabajo Io que no haba adquirido ms que conlargos y penosos afanes3l.

    CAPITULO VII

    NUEVAS SOBERANIAS ADQUIRIDAS CON FORTUNAY FUERZAS AJENAS

    -

    Quie-nes de simples ciudadanos fueron elevados al principado porla sola fortuna llegan a l sin mucho trabajo 1; pero para conservarlotienen que esforzarse mucho2. No hallan dificultades en el cami-no-para llegar a I, porque son elevados como en alas; pero cuandolo han conseguido se Ies presenta todo gnero de obstculos3.

    Estos prncipes no pudieron adquirir su Estado ms que deuno u otro de estos dos modos: o comprndolos u obtenindolos atravs de favores, corno sucedi, por una parte, a muchos en la Gre-cia para Ias ciudades de la Iona y Helesponto, en que Daro hizovarios prncipes que deban tenerlas por su propi gloria, comotambin por su propia seguridad4; y por otra, entre los romanos,a aquellos particulares que se hacian elevar al imperio por mediode la corrupcin de los soldados. Semejantes prncipes no tienenms fundamentos que la voluntad o fortuna de los hombres quelos exaltaron; pues bien, ambas cosas son muy variables y tol-mente destituidas de estabilidad. Fuera de esto, ellos no sben nipueden saber mantenerse en esta elevacinS. No lo saben, porque

    28. No ha salido l nunca de mi pensamiento desde los estudios de miniez. Era de un pas inmediato-al mo, y soy quiz de la misma iami-lia,

    29. Con alguna ayuda, sin duda. Heme aqu como 1.30. Mi madre dijo a menudo lo mismo de m; y Ia amo a causa de suspronsticos.31. Es de un buen augurio.1. Co.mo tontos que se dejan llevar y no saben hacer nada por si

    mrsmos.

    2. Es imposible.3. Todo debe ser obstculo para unas gentes de esta clse.4. Los aliados no llevaron ms mira que sta.5. Hay otros muchos que estn en este caso.

    215

  • a no ser un hombre de ingenio y superior talento, no es verosimilque despus de haber vivido en una condicin privada 6 se separeinar. No lo pueden, a causa de que no tienen tropa ninguna concuyo apego y fidelidad puedan contarT.

    Por otra parte, los Estados que se forman repentinamente soncorno todas aquellas producciones de ia naturaleza que nacen conprontitud; no pueden ellos tener races ni las adherencias que lesson necesarias para consolidarseS. Los arruinar el primer choquede Ia adversidadg, si, como lo he dicho, los que se han hechopr{ncipes de repente no son de un vigor bastante grande para estardispuestos inmediatamente a conservar lo que la fortuna acaba deentregar en sus manos, ni se han proporcionado los mismos funda-mentos que los dems prncipes se haban formado antes de serlo 10.

    J Para uno y otro de estos dos modos de llegar aI principado, es,,. \ a saber, con eI valor o fortu[a u, quiero exponer dos ejemplost ( que Ia historia de nuestros tierirpos nos presenta: son los de Fran-

    { cisco Sforza y de Csar Borgia.*Tr;;., .IiGl"ular que l era, llee a ser duquede Miln por medio de un gran valor y de los recursos que suingenio poda suministrarle 12: por Io mismo conserv sin muchotrabajo lo que l no haba adquirido ms que con sumos afanes.Por otra parte, Csar Borgia, llamado vulgarmente el duque deValentinois, que no adquiri sus Estados ms que por la fortuna de

    . su padre, los perdi luego que ella le hubo faltado, aunque hizo uso,

    I entonces, de todos los medios imaginables para retenerlos, y prac-* | tic, para consolidarse en los principados que las armas y fortuna

    I ajenas le haban adquirido, cuanto poda practicar un hombre pru-I dente y valeroso 18.He dicho que el que no prepar los fundametnos de su sobe-

    rana antes de ser prncipe podra hacerlo despus si l tena untalento superiorl4, aunque estos fundamentos no pueden formarseentonces ms que con muchos disgustos para el arquitecto y con

    6.

    7.

    8.

    9.10.

    11.

    12.13.14.

    216

    Como simple palticular y lejos de los Estados en que uno tsexaltado: es lo mismo.En esto los aguardo.Por ms ilustre suerte que se haya tenido aI nacer, cuando uno viveintitrs aos en la vida privada, como en familia, Iejos de un pue-blo cuya lndole se ha muda-do casi de todo, y que es transportado des-pus de repente a l en alas de la fortuna y por manos extranjeraspara reinar- all, es como un estado nuevo de la especie de los queinenciona Maquiavelo. Los antiguos prestigios morales de convencin seinterrumpieron alli muy Iargamente para existir de otro modo que denombre.Este orculo es ms que el de Calchas.Yo me haba formado los mos antes de serlo.Mi caso y el de ellos.A quin me asemejo mejor? iExcelente auguriolA menudo, bien; algunas veces, mal.Talento para reinar, se entiende. Los otros Lalentos no son ms quesobresalientes insulseces.

  • muchos peligros para el edificio r5. Si se consideran, pues, los pro-gresos del duque de Valentinois, se ver que l haba preprado po-derosos fundamentos para su futura dominacin 16; y no tengo porintil el darlos a conocer u, porque no me es posible dar Iec-ciones m tiles a un Prnclpe nuevo que las acciones de ste.Si sus instituciones no Ie sirvieron para nada, no fue falta suya, sinoIa de una extremada y muy extraordinaria adversidad de lafortuna 18.

    Alejandro VI quera elevar a su hijo el duque a una grandedominacin, y vea para ello fuertes dificultades presentes y futu-ras. Primeramente, no saba cmo hacerle seor de un Estado queno perteneciera a la Iglesia; y cuando volva sus miradas haciaun Estado s 1 Iglesia para quitrselo en favor de su hijo, preveaque el duque de Miln y los venecianos no consentiran en ello 19.Faenza y Rmini, que l quera cederle desde luego, estaban ya bajola proteccin de Ios venecianos. Vea, adems, que los ejrcitos deItalia, y sobre todo aquellos de los que l hubiera podido valerse,estaban en poder de los que deblan temer el engrandecimiento delPapa; y no poda fiarse de estos ejrcitos, porque todos ellos estabanmandados por Orsini, Colonnas o allegados suyos. Era menester,pues, que se turbara este orden de cosas, que se introdujera aldesorden en los Estados de Italia 20, a fin de que le fuera posibleapoderarse, seguramente, de una parte de ellos 21'. Esto le fueposible a causa de que 1 se hallaba en aquella coyuntura22 en que,movidos de razones particulares, los venecianos se haban resueltoa hacer que los franceses volvieran otra veL a ltalia. No slo seopuso a ello, sino que aun facilit esta maniobra, mostrndose favo-rable a Luis XII con la sentencia de la disolucin de su matrimo-nio con Juana de Francia23. Este monarca vino, pues, a Italia con laay'uda de los venecianos z4 y el consentimiento de Alejandro. Nobien hubo estado en Miln, cuando el Papa obtuvo algunas tro.

    15. Especialmente cuando no los forma roo *e" que a tientas, con ti-midez.

    i6. Mejor que yo? Es difcil.17. Quisiera yo, ciertamente, que no lo hubicras dicho a otros ms que

    a m; pero no saben leerte: Io que es lo mismo.18. Tengo que quejarme de ella, pero la corregir.19. Saldr yo mejor de un mayor obskculo de esta especie, para dar

    reinos a mi Jos, a mi Jernimo?... En cuanto a Luis, ser si quedaalguno del que yo no sepa qu hacer.Tena yo mucha razn en vacilar tocante a ste. Pero el ingrato,cobarde y traidor Joaqun!,.. El reparan sus faltas.

    20. El Alejandro con tiara no me desconocera ms que el Alejandrocon casco.

    21. Su parte! Es poquisimo para rn.22. He sabido dar origen a otras, ms dignas de m, de mi siglo, y

    ms a mi conveniencia.23. la prueba que hice ya, cediendo el ducado de Urbino para lograr Iafirma del cncordato, me convence de que en Roma, omo en otraspartes, hoy da como entonces, una mano lava la otra, y esto pro-

    mete. . .24. Los genoveses me abrieron a Italia con la Ioca esperanza de que

    sus inmensas rentas sobre Francia se pagarlan sin rduccin: "Qriid

    217

  • pas para Ia empresa que haba meditado sobre la Romaa; y le fuecedida sta a causa de la reputacin del rey.

    Habiendo adquirido finalmente el duque con ello aquella pro'vincia, y aun derrotado tambin a los Colonnas, quera conservarlae ir ms adelante; pero le embarazaban dos abstculos. El uno sehallaba en el ejrcito de los Orsini de que l se haba servido, perode cuya fidelidad se desconfiaba, y el otro consista en la oposicinque Francia poda hacer a ello. Tema, por una parte, que lefaltasen las armas de Ios Orsini, y que ellas no solamente le impi-diesen conquistar, sino que tarnbin le quitasen lo que l habaadquirido, mientras que, por otra parte, se recelaba de que elrey de Francia obrara con respecto a l como los Orsini25. Sudesconfianza, relativa a estos ltimos, estaba fundada en que, cuan-do despus de haber tomado Faenza asalt Bolonia, los habavisto obrar con tibieza. En cuanto al rey, comprendi lo que podatemer de l cuando, despus de haber tomado el ducado de Urbino,atac Toscana, pues el rey le hizo desistir de esta empresa. Ensemejante situacin, resolvi el duque no depender ya de la fortunay ajenas armas26. A cuyo efecto comenz debilitando, hasta enRoma, las facciones de los Orsini y Colonnas, ganando a cuantosnobles le eran adictos2?. Hzolos gentilhombres suyos, los honrcon elevados empleos y les confi, segn sus prendas personales, va-rios gobiernos o mandos; de modo que se extingui en ellos a pocosmeses el espritu de la faccin a que se adherian; y su afecto sevolvi todo entero hacia el duque28. Despus de lo cual aceler laocasin de arninar a los Orsini2g. Haba dispersado ya a los par-tidarios de la casa Colonna, que se le volvi favorable; y la tratmejor30. Habiendo advertido muy tarde los Orsini que el poder delduque y del Papa como soberano acarreaban su ruina, convocaronuna Dieta en Magione, pas de Perusa. Result de ello contra elduque la rebelin de Ursino, como tambin los tumultos de la Ro-maa, e infinitos peligros para I31; pero super todas estas difi-cultades con el auxilio de los franceses32. Luego que hubo recupe-rado su reputacin, no findose ya en ellos ni en las dems fueuasque le eran ajenas, y queriendo no estar en la necesidad de pro.

    25.

    26.n.

    28.

    29.

    30.

    non cogit auri sacra fames?" Ellos tendrn a lo menos siempre mibenevolencia con preferencia a los otros italianos.Caro me ha costado eI no haber tenido igual desconfianza con res-pecto a mis favorecidos aliados de Alemania.Porque no pudo hacer de otro modo!Mis Colonnas son los realistas; mis Urbinos, los jacobinos, y mis no-bles sern los jefes de unos y otros.Haba empezado, yo todo esto ya en parte, aun antes de llegar alconsulado, en que me fue bien con haber completado al punto todasstas operaciones.La he hallado en el Senadoconsulto de la mquina infernal de nivoso,y en mi maquinacin de Arena y Topino en la pera.Estas dos cosas no pudieron perfeccionarse en la misma poca; peroIo fueron despus de aquel tiempo.Vi otros parecidos... Pichegru, Mallet, De todos triunf sin necesidadde los extranjeros.Lo hice sin necesitar de ninguno.

    31.

    32.

    218

  • barlos de nuevo, recurri a la astucia, y supo encubrir en tanto gra-do su genio3S que los Orsini, por la mediacin del seor Paulo,se reconciliaron con 1. No careci de medios serviciales para asegu-rrselos, dndoles vistosos trajes, dinero, caballos; tan bien que,aprovecLindose de la simplicidad de su confianza, acab reducin-dbtos a caer en su poder en SinigagliaSll. Habiendo destruido enesta ocasin a sus jefes, y formndose de sus partidarios otros tantosamigos de su person35, proporcion con ello abundantes y buenosfundamentos en pro de su dominacin, supuesta toda Romaacon el ducado de Urbino, y que se haba ganado ya todos suspueblos, en atencin a que bajo su gobierno haban comenzado agustar de un bienestar desconocido entre ellos hasta entonces 36.

    Como esta parte de vida del mencionado duque merece estu-diarse, y aun itarse por otros, no quiero dejar de exponerla conalguna especificacin3?.

    Despus que 1 hubo ocupado a Romaa, hallndola gobernadapor s"dor"t inhbiles que ms bien haban despojado que-corregido sus gobernados3S, y que haban dado motivo a ms desunionesque udIones3g, en tanto- grado que esta provincia estaba llena deltrocinios; contiendas y e todas las dems especies de desr-de-ss tt0, no tuvo otra altrnativa, para establecer en ella la paz y ha'cerla obediente a su prncipe que darle un vigoroso Eobierno4l'

    En consecuencia, envi all en calidad de presidente a messer Ra-miro D'Orco, hombre severo y expedito, al que deleg una autoridadcasi ilimitaa 42. Este, en poco tiempo, restableci el sosiego enaquella provincia, reuni con ella a los ciudadanos divididos, yan le proporcion una grande consideracin43. Habiendo juzgadodespus el duque que la desmesurada autoridad de Ramiro no con-venia all ++, y temiendo que elia se volviera muy odiosa, erigien el centro de la provincia un tribunal civil, presidido por un

    33. "Qui nescit dissimulare, nescit regnare". Luis XI no sabla bastan-te, deba decir: "Qui nescit fallere, nescit re8Dare".34. Lo que quedaba contra mi de ms formidable entre mis Colonnas y

    Urbinos no se escap mejor.35. Creo haber hecho bastante bien una y otra de ambas cosas.3. iHaba conocido Francia, veinte aos atrs, el orden de que goza ena acrualidad y que slo mi brazo podla restablecer?37. Ella es mil veces ms provechosa para los pueblos, que lo que

    es odiosa a algunos forjadores de frases.38. Como los artlfices de repblicas fraicesas.39. Como en la Francia republicana.40. Enteramente como en Francia, antes de que yo reinara en ella.41. No es.lo que hice? Haba necesidad de firtreza y dureza para reprimir la

    anarqula.42. F..., sers mi "Orco".43. No necesitaba yo de ti para esto,44. Por esto suprimo tu Ministerio, y te agrego a la jubilacin de mi Se-

    nado.

    2t9

  • sujeto excelente, en el que cada ciudad tena su defensor,lS. ComoIe constaba que los rigores ejercidos por don Ramiro D'Orco ha-ban dado origen a algn odio contra su propia persona, y querien-do tanto desterrarle de los corazones de sus pueblos como ganrse-Ios en un todo, trat de persuadirles que no debian imputrsele a laquellos rigores 46, sino al duro genio de su ministro. Para conven-cerlos de esto, resolvi castigar por ellos a su ministro 47, y unacierta maana mand dividir en dos pedazos que hizo clavar en unpalo y luego orden exhibirlo en la plaza pblica de Cesena, con uncuchillo ensangrentado tl8. La ferocidad de semejante espectculohizo que sus pueblos, por algn tiempo, quedaran tan satisfechoscomo atnitos.

    Pero volviendo al punto de que he partido, digo que hallndosemuy poderoso el duque, y asegurado en parte contra los peligrosde entonces, porque se haba armado a su modo, y que tena destrui-das en gran parte las armas de los vecinos que podan perjudicarle,le quedaba el temor de Francia, supuesto que l quera continuarhaciendo conquistas. Sabiendo que el rey, que haba echado de veralgo tarde su propia falta, no sufrira que el duque se engrandecierams, echse a buscar nuevos amigos; desde luego tergivers{9 conrespecto a Francia cuando marcharon los franceses hacia el reinode Npoles contra Ias tropas espaolas que sitiaban Gaeta. Su in-tencin era asegurarse de ellos; y hubiera tenido un pronto aciertosi hubiera continuado viendo AlejandroS0.

    Estas fueron sus precauciones en las circunstancias de entonces;pero en cuanto a las futuras, tena que temer primeramente que eIsucesor de Alejandro VI no le fuera favorable y tratara de quitarle1o que le haba dado Alejandro.

    r Para Drecaver estos inconvenientesSl imagin cuatro medios5z.* | Fueron: primero, extinguir las familias de los seores a quienes l" I haba despoiado, a fin de quitar al Papa los socorros que ellos

    I hubieran podido suministrarleSS; 5egundo, ganarse a todos los hi-I dalgos de Roma, a fin

  • asalto cuando no existiera ya su padre. De estos cuatro expedientes,los tres primeros por eI duque haban conseguido ya su fin almorir el Papa Alejandro, y el cuarto estaba ejecutndose.

    Hizo perecer a cuantos haba podido coger de aquellos seoresa quienes tena despojados, y se Ie escaparon pocos55. Haba gana-do a los hidalgos de Roma 56, y adquiri un grandsimo influjo enel sacro colegio. En cuanto a sus nuevas conquistas, habiendo pro-yectado hacerse seor de Toscana, posea ya Perusa y Piombino, des-pus de haber tomado Pisa bajo su proteccin. Como no estaba obli-gado ya a tener miramientos con Francia, que no le guardaba yarealmente ninguno, en atencin a que los franceses se hallaban a lasazn despojados del reino de Npoles por los espaoles, y queunos y otros estaban precisados a solicitar su amistad 5?, se echabasobre Pisa; Io cual bastaba para que Luca y Siena le abriesen suspuertas, sea por celos contra los florentinos, sea por temor dela venganza suya; y los florentinos carecan de medios para opo-nerse a ellos. Si esta empresa le hubiera salido acertada, y se u-biese puesto en ejecucin el ao en que muri Alejandro, hubiera ad-quirido eI duque tan grandes fuerzas y tanta consideracin que, porl micmo, se hubiera sostenido sin depender de la fortuna y poderajeno58. Todo ello no dependa ya ms que de su dominacin ytalento 59.

    Pero Alejandro muri cinco aos despus que el duque habacomenzado a desenvainar la espada. Unicamente el Estado de Ro.maa estaba consolidado; permanecan vacilantes todos los otros,hallndose, adems, sltre dos ejrcitos enemigos poderossimos;y se vea ltimamente asaltado de una enfermedad mortalel duque mismo 60. Sin embargo, era de mucho valor y posea su-periores talentos; saba tambin cmo pueden ganarse o perderselos hombres; y los fundamentos que l se haba formado en tanescaso tiempo eran tan slidos que si no hubiese tenido por contra-rios aquellos ejrcitos, y lo hubiera pasado bien, hubiera triunfado detodos los dems impedimentos. La prueba de que sus fundamentoseran buenos es perentoria, supuesto que Romaa le aguard sose-gadamente ms de un mes 61, y que enteramente moribundo comol estaba no tena que temer nada en Roma62. Aunque los Vaglionis,Vitelis y Orsini haban venido all, no emprendieion nada contra1. Si no pudo hacer Papa al que l quera, a Io menos impidi

    57.

    58.59.

    0.

    ot -

    4..

    No estoy todava tan adelantado como 1.No he podido hacer todava ms que la mitad de esta maniobra: ..Sivr.rol tempo".Supuesto que he atrado a esto a todos los principes de Alemania,penftmos en mi famoso proyecto del Norte. Acaecr lo mismo con resul-tados que ningn conquistador conoci.Libre de toda condicin semejante, ir mucho m adelante.Conviene no conocer otra dependencia.Peor que peor qara l; es menester saber no estar nunca enfemo yhacerse invulnerable en todo.Como Francia me aguard despus de mis desastres de Mosc.Por ms moribundo que yo estaba, hablando polticamente, en Smo-lensko, no tuve nada que temer de los mfos.

    55.

    56.

    221

  • +'lt

    que lo fuera aquel a quien no querladl. ?ero si al morir AlejandroIiubiese gozado de robusta salud, hubiera hallado facilidad para

    -todo.Me dijo, aquel da en que Julio II fue creado Papa, que l habaperr..do en cuanto poda acaecer muerto su padre; y que habaalado remedio para todo; pero que no haba pensado en que pu-diera morir l mismo entonces 64.

    Despus de haber recogido as y cotejado todas las acciones delI duque, no puedo condenarlo; aun me parece que puedo, como loI he -hecho, proponerlo por modelo a cuantos la fortuna o ajenas

    , l ^rmas

    elevaron a la soberanl65. Con las relevantes prendas y pro-* \ rurrut miras que l tena, no poda conducirse de diferente modo&i'

    I No tuvieron sus designios ms obstculos reales que la breve vidaI de Alejandro y su propia enfermedadoT.

    El que tenga, pues, por necesario, en su nuevo principado6S,asegurarse de sus enemigos, ganarse nuevos amigos, triunfar pormeio de la hrcrza o fraude, hacerse amar y temer de los pue'blos, seguir y respetar de los soldados, mudar los antiguos estatu-tos en tros recientes, desembarazarse de los hombres que puedeny deben perjudicarle, ser severo y agradable, magnnimo- y beral,iuprimir la tropa infiel y formar otra nueva, conservar la amistadde los reyes y prncipes de modo que ellos tengan que servirle conbuena grcia, o no ofenderle ms que con miramiento, aquI, repito,no puede hallar ejemplo ninguno ms fresco que las acciones deeste duque, a lo menos hasta la muerte de su padre69.

    Su poltica cay despus gravemente en falta cuando, a la no'minacin del suceior de Alejandro, dej hacer el duque una elec-cin adversa para sus intereses en la persona de Julio II 70' Nole era posible la creacin de un Papa de su gusto?l; pero teniendola facultad de i,mpedir que ste o aqul fueran papas, no debapermitir jams que se confiriera el pontificado a ninguno de

    -losardenales a quienes l haba ofendido, o a aquellos que, hechos

    63.

    &.

    65

    .

    67.

    8.69.

    No he tenido dificultad en esto: la noticia sola de mi desembarco enFreju- apartaba las elecciones que me hubiesen sido contrrias.En-resumidas cuentas, vale ms, hablando comrinmente, !o pelsar.enello cuando se quiere reinar gloriosamente. Este pensamiento hubierahelado mis ms atrevidos proyectos.Son bien iqnorantes los escritorcillos que dijeron que 1 lo habapropuesto a"todos los prncipes, aun a loi que no se hallan ni puedenitiie en el mismo 'caso. -No conozco mi que a mf, en toda Eu'ropa, a quien este modelo pudiera convenir.Lo que hice de anlogo, me lo imponla como una necesidad mi situacin,y cmo una obligacin, por consiguiente.Mis reveses no dependen ms que de causas anIogas, sobre las quemi ingenio nada poda.Esto es cuanto me es necesario.Espero ser un ejemplo no solamente ms fresco, sino tambin msperfecto y sublime.Cabeza debilitada con su enfennedad.Lo hubiera depuesto yo bien pronto si l se hubiera elegido contra migusto.

    70.71.

    222

  • pontfices, tuvieran.motivos de temerle?2; porque los hombres ofen_den por miedo o por odio. Los cardenales a quienes t haba ofendi-do eran, entre otros, el de San Pedro Esliens, los cardenales Co-lonna, de San Jorge y Escagne73. Elevados una vez todos losdems al pontificado, estaban en el caso de temerle ?4 excepto elcardenal de Run, a causa de su fuerza, supuesto que tena pors_el reino de Francia, y los cardenales espaoles, co los que es-taba confederado y que Ie deblan favores7s.

    As el duque deba, ante todas cosas, hacer elegir por papa au_n espaol; y si no poda hacerlo, deba consentir en que fueraelegido el cardenal de Run, y no el de San pedro Eslies. euienpiense que entre personas eminentes se olvidan las antigas ofensasante nuevos beneficios, se est engaando 76. El duque se equivocen esta eleccin que fue la causa de su ruina definitiva.

    CAPITULO VIII

    LOS QUE LI-EGAN AL PODER A TRAVES DEL CRIMEN

    Pero como uno, de simple particular, llega a ser tambin prn-cipe de otros modos, sin deberlo todo a la fortuna o valor, no con-viene que omita yo aqu el tratar de uno y otro de estos dos mo-dos, aunque puedo reservarme eI discurrir con ms extensin so-bre el segundo, al tratar de las repblicas r. El primero es cuandoun particular se eleva por una va malvada y detestable al princi-pado2, y el segundo cuando un hombre llega a ser prncipe desu patria con el favor de sus conciudadanos3.

    En cuanto al primer modo, presenta la historia dos ejemplossuyos: el uno antiguo, y el otro moderno. Me ceir a citarlos sinprofundizar de otro modo la cuestin, porque soy del parecer queellos dicen bastante para cualquiera que estuviera en el caso deimitarlos 4.

    72.

    73.74.

    75.

    Todos, menos el que fue elegido, saban o prevefan que ellos deban te-mene.Pas ya el tiempo en que poda temerse su resentimiento.Mi solo nombre los hizo temblar, y los har traer como carneros alpie de mi trono.Bello motivo para contar con esta gente! Maquiavelo tena tambinmuy buena fe.

    76. Parecen olvidar cuando su pasin Io quiere, pero no nos fiemos enello.Se lo dispenso.La exnresin es duramente reprobatoria. Qu importa el camino, contal de'que se llegue? Macluiavelo comete una falta al hacer de moralistasobre semejante materia.Puede aparentarlo siemPre.Discrecin de moralista, muy intempestiva en materia de Estado.

    I2,

    3.4.

    223

  • tr

    r.1.El primer ejemplo es del siciliano Agatocles, quien, habiendo

    nacido en una condicin no solamente diilifiil sino tambin ba-ja y vil, lleg a empuar, sin embargo, el cetro de Siracusas. Hijode un alfarero, habia tenido en todas las circunstancias una con-ducta reprensible I 6; pero sus perversas acciones iban acompaa-das de tanto vigor corporal y fortaleza de nimo 7 que habindosedado a la profesin militar ascendi, por los diversos grados dela milicia, hasta el de pretor de SiracusaS. Una vez elevado a estepuesto resolvi hacerse prncipe, y retener con violencia, sin serdeudor de ello a ninguno, la dignidad que l haba recibido dellibre consentimiento de sus conciudadanos9. Despus de haberse en-tendido a este efecto con el general cartagins A,milcar, que estabaen Sicilia con su ejrcito 10, reuni una maana al pueblo y Senadode Siracusa, como si tuviera que deliberar con ellos sobre cosasimportantes para la repblica; y dando en aquella asamblea a sussoldados la seal acordada, les mand matar a todos los senadoresy a los ms ricos ciudadanos que all se hallaban. Librado de ellos,ocup y conserv el principado de Siracusa sin que se manifesta-ra guerra ninguna civil contra 111. Aunque se vio, despus, dosveces derrotado y aun sitiado por los cartagineses, no solamente pu-do defender su ciudad, sino que tambin, habiendo dejado unaparte de sus tropas para custodiarla, fue con otra a atacat elAfrica; de modo que en poco tiempo libr Siracusa sitiada y pusoa los cartagineses en tanto apuro que se vieron forzados a tratarcon 1, se contentaron con la posesin del Africa y le abandonaronenteramente la Sicilia 12.

    Si consideramos sus acciones y valor, no veremos nada o casinada que pueda atribuirse a la fortuna. No con el favor de ningu-no, como lo he dicho ms arriba, sino por medio de los grados mi-litares adquiridos a costa de muchas fatigas y peligros, consiguila soberana 13; y si se mantLrvo en ella por medio de una infinidadde acciones tan peligrosas como llenas de valor14, no puede apro-barse ciertamente lo que l hizo para conseguirla. La matanza desus conciudadanos, la traicin de sus amigos, su absoluta falta de fe,

    5.

    I.6.

    7.8.9.

    10.

    ll.12.

    13.

    14.

    224

    Este, vecino mo, como Hiern y de una era ms cercana que la del seguramente estar tambin en la genealoga de mis ascendientes.Raramente se es malvado de alma y de corazn (Cristina de Suecia).La constacia en esta especie es el ms seguro indicio de un geniodeterminado y atrevido.El nimo especialmente, que es lo esencial.Llegar a 1.Acurdenme por diez aos el consulado, me lo har ceder bien pron-to como vitalicio; y se ver!No necesito de semejante socorro, aunque s de otros, sin embargo;pero son , fciles de lograr.;Vanse mi 18 brumario y efectos suyos! Tiene l la superioridad deun modo ms amplio, sin ninguno de estos crmenes.He conseguido rnucho ms; Agatocles no es ms que un enano encomparacru comlgo.A igual costo la he adquirido.Hice mis pruebas m esta especie.

  • de humanidad y religin, son ciertamente medios con los que uno Lpuede adquirir el imperio; pero no adquiere nunca con ellos in- I ^guna gloria 15.No obstante esto, si consideramos el valor de Agatocles en el

    modo con que arrastra los peligros y sale de ellos, y la sublimidadde su nimo en soportar y vencer los sucesos que le son adver-sss 16, no vemos por qu le tendramos por inferior al mayor cam-pen de cualquiera especiel?. Pero su feroz crueldad y despiadadainhumanidad, sus innumerables maldades, no permiten alabarle, co-mo si I mereciera ocupar un lugar entre los hombres insignesms eminentssll 18; y vuelvo a concluir que no puede atribuirse asu fortuna ni valor, 1o que l adquiri sin una ni otro 19.

    El segundo ejemplo ms inmediato a nuestros tiempos, bajo elpontificado de Alejandro VI, es el de Olverot de Fermo2o. Despusde haber estado, durante su niez, en poder de su to matertro,Juan Fogliani, fue colocado por ste en la tropa del capitn PauloVitelli2l, a fin de llegar, bajo el cuidado de tan diestro maestro aocupar alguna elevada posicin en Ia carrera de las arrnas. Ha-biendo muerto despus Paulo, y sucedfdole su hermato Viteloro enel mando, pele bajo sus rdenes Oliverot; y como l tena talento,siendo por otra parte robusto de cuerpo y sumamente valeroso,lleg a ser en breve tiempo el primer hombre de su tropa. Juzgandoentonces que era una cosa servil el permanecer confundido entre ell'ulgo de los capitanes, concibi el proyecto de apoderarse de Ferrmo, con la ayuda de Viteloro y de algunos ciudadanos de aquellaciudad.-que tenan ms amor a la esclavitud que a la libertad de supatria.22) En consecuencia, escribi, desde luego, a su to JuanFogliani que era cosa natural que, despus de una tan dilatada au-sencia, quisiera volver l para abrazarle, ver su patria, reconoceren algn modo su patrimonio, y que iba a volver a Fermo; peroms que para adquirir algn honor, y queriendo mostrar a susconciudadanos que I no haba malogrado el tiempo bajo este as-pecto, crea deber presentarse de un modo honroso, acompaadode cien soldados de a caballo, amigos suyos, y de algunos ser-vidores2S. Le rog, pues, que de buen grado ordenara que los ciu-dadanos de Fermo le celebraran una gran recepcin, con cuyo actolos dos se iran a beneficiar, eI to, como eximio maestro, y e! so-

    Preocupaciones pueriles todo esto! La gloria acompaa siempre alacierto, de cualquier modo que suceda.Los venci mejor que yo?Dignense excepfuarme.Al contrario, todos estos crmenes no significan que careciera de vir-tud y de suerte (Cristina de Suecia).Otra vez moral! EI buen hombre de Maquiavelo carecla de audacia.Y tenfa yo el concurso de ambos a mf favor.Astuto personaje!; me hizo concebir excelentes ideas desde mi niez.

    Vaubois, fuiste mi Vitelli. S ser reconocido oportunamente.Reflexin de republicano.EL travieso! Hay, en toda esta historia ie Oliverot, muchas cosas deque sabr aprovecharme oportunamente.

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    15.

    16.

    t7.II.18.

    19.20.21.

    @23_

    15 - Maquiavelo225

  • brino, como aventajado discpulo. Juan no dej de hacerle los fa-vores'que l solicitba, y a los que le pareca ser acreedor su so-iiro. irir" que le recibieran los habitantes de Fermo con honor,y t trospeAO en su palacio. Oliverot, despus de haberlo dispuestoioo pu la maldad que l estaba premeditando, dio en l ua;;;I"aiA" comida, a l que convid-a.Joql Fogliani v todas laspi."t ms visibles de Fermoz4. Al fin de la comida, y cuando,iegn el estilo, no se haca ms que conversar sobre cosas de quese habla comnmente en la mesa, hizo recaer oliverot diestramenteiu .rr".tu"in sobre la grandeza de Alejandro VI y de su hijorur, .o*o tambin sobr sus empresas. Mientras que il respon' 'tot discursos de otros, y que los otros replicaban a los suyos,se levant de repente diciendo que era una materia de que no po-&a hablarse ml que en el ms oculto lugar, y se retir a un cuartopuiti""lui, al que Fogliani y todos los dems ciudadanos visiblesie siguiern. Ni siquieia alcanzaron a tomar alimento en el aposentocrrurro de repente entraron diversos soldados que los degollaron aior, tio p"idonar a Fogliani' Despus de

    -esta mata",za, oliverotmont a ciba[o, recorri la ciudad, fue a sitiar a su propio pala-cioi-p.i*iput maistrado; tan bien que posedos del temor todos losf,liu"i"-r se viron obligados a obedecerle y formar un nuevo Go-bierno, cuyo soberano se hizo 125.

    Librado Oliverot por este medio de todos aquellos hombres cu-vo eicontento pod serle temible 26, fortific su autoridad con""uor -"iiut"to. ^"iril.. z? y militares 28, de modo que en el espacioe un ao que l posey la soberana29 no solamente estuvo se-go.o

    "n la ciudad dL Fermo, sino que tambin se hizo temer por

    ioo. ro. vecinos; y hubiera sido tan inexpugrrable- como Agato-.i"r ri

    "o se hubies dejado engaar por Csar Borgia cuando,-en

    i"ie4iu, sorprendi sie, a los Orsini v a los Vitelios' Habien-;-;id. apturado Oliverot, un ao despus de su parricidio3o, fue"*t."guluo

    j"rto con Vitellozo, su maestro de hazaas y decrmenes 31.

    25

    26.

    n.

    28.

    24.

    29.30.

    31.

    Se asemeiaba algo al famoso banquete de la iglesia- de- S-m Sulpicio que;;;i;-;f.""f por los diputads a.mi welta. de ltalia, despus defructidor; mas la pera no estaba madura tooaua'Perfeccion bastante bien esta maniobra eI 18 de brumario y, sobreio, d siguiente dfa de Saint-Cloud.Me bastaba por lo pronto el espantarlos, di.spersarlos y hacerlos huir.ii;; ;At"f sostenei lo que- yo haba mandado decir solemnemente aBiott q." no me gustaba la sangre'iQue acaben, pues, bien p