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La realidad se escapa La vida, la gente, las narices rotas. El mundo se dilata como una pupila enferma. Toda una vida sobre un camino muerto. Todo un sueño que se derrumba, cuando el sol no te encuentra y es la vida tu niñez que espera, allá, donde la sonrisa y el placer no te envenenan. g Los Dioses ya no aguantan Cuando el sol calla, y los gigantes se enfurecen en sus cuevas de niebla, todo se torna peligroso y nadie es dueño de su alma. Nadie controla sus pasos, y hay un pozo que huele ansioso sus pisadas. 1

Enferma Es La Palabra de Alejandro Carrique

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La realidad se escapa

La vida, la gente, las narices rotas. El mundo se dilata como una pupila enferma. Toda una vida sobre un camino muerto. Todo un sueño que se derrumba, cuando el sol no te encuentra y es la vida tu niñez que espera, allá, donde la sonrisa y el placer no te envenenan. g

Los Dioses ya no aguantan

Cuando el sol calla, y los gigantes se enfurecen en sus cuevas de niebla, todo se torna peligroso y nadie es dueño de su alma. Nadie controla sus pasos, y hay un pozo que huele ansioso sus pisadas.

El fin

Y sobran las sombras, y la locura disfruta, junto al bosque siniestro, donde la leche de las madres del mundo es pólvora.

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Agonía junto a un amor exhausto

Y me muero porque vivo con tu imagen dentro, y me muevo quieto sin tu fuerza, y me caigo y me quiebro como un ángel fraudulento y amanezco ebrio; juego al fin de mis palabras, me deslizo sobre el humo muerto y me encuentro sin luz en un espacio negro e indescifrable como el sueño.D

d Al vacío

El tiempo que se tuerce cuando la sonrisa huye despavorida. Y es todo extremadamente imposible cuando el individuo se cae, y el dominio no encuentra una respuesta, y se deja llevar sin vocación, sin ser, sin fe, ni fin.D

Porque se fue

Porque se fue, y era el humo y la vida extinguida cerca o dentro del contorno triste de mis ojos; eran mis lágrimas despavoridas bajo la luz áspera de sus ojos. Era el dolor y la desdicha, la ira y la nostalgia. Porque se fue y se llevó una mueca clave de mi sonrisa.S

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Cuando todo calla

Cuando todo calla, enloquezco, porque todo a mi alrededor parece muerto, y hay cadáveres del pasado entre mis brazos, en mi cuarto solitario; cuna del insomnio, donde el olvido no descansa; fuente melancólica, donde sorben los marcianos para emborracharse.

Cuando todo calla, alguien enciende en mi cabeza un sueño muerto, una lágrima que cae más allá de mi dominio; un sol diminuto bajo el brazo y el suspiro magistral que me pretende a su lado.

Y entonces, otra vez la vida en la jaula, el placer tan extraño de ser uno mismo enamorado de sus entrañas. La soledad llena de palabras desnudas y atardeceres enserio. Una verdad absoluta dentro de mi cabeza; pensamientos que vuelan y se buscan. Pájaros de mi sed ilimitada; un trono que espera en el espacio mi llegada, porque no hay nada más que hacer, cuando las piernas del destino se derrumban y todo calla y todo muere y todo es asquerosamente hermoso.

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Efecto primavera

En primavera es cuando brota la ilusión, y los individuos comienzan a observarse en el espejo con confianza, y buscan encontrarse bajo un cielo permanente de rayos solares para el alma. Buscan la paz y el amor, que se escapa hacia el verano construido eróticamente por las hadas.

Buscan la sonrisa, que estalla en el mundo condenado, enmudeciéndolos, ensordeciéndolos y destruyéndolos inadvertidamente.

Buscan a Dios sobre el aire cálido y se destapan para sentir en la piel la felicidad inventada. Buscan y buscan, y no encuentran, porque vivir es una exploración siniestra que los conduce a la gran garganta de la nada, donde el amor verdadero se resbala.

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La vocación es un primordial escudo

Y advertí que debía dedicarme a algo, antes que la vida se dedicara a destruirme.

Allá la vida y la demencia

Atardece, y la calma se desespera, allá, donde la soledad agobia y el miedo se convierte en anhelo de muerte. Allá, allá nomás, tan lejos... y tan cerca y dentro de tu cabeza.

Atardece todo el tiempo cada vez que la vida se escapa de tu cuerpo, de tus sueños sin tiempo. Allá, a lo lejos, muy cerca de tus sesos, todo cuento es un secreto ebrio, y... allá, la vida, y acá, vos, lejos, suspendido a la par de la incoherencia, acariciando el fin, tan acogedor y saludable para tu alma enferma.

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La curiosidad extrema

Dicen que una vez que recorrió todos los países del mundo, preparó valijas en la esencia de su mente y apretó el gatillo.Z

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El mundo para el arte

Seres inteligentes adictos a la literatura, diseñaron el planeta y su entorno galáctico, ubicados premeditadamente en el corazón de lo que sería el Big Bang. Y así, luego, los dinosaurios, la Némesis, la muerte, las mutaciones, los padres, las madres, los hijos, las colonizaciones, la ciencia, las artes, las catástrofes naturales, el amor, las guerras atómicas, el odio, la locura, la dicha falsa y las negligencias ecológicas, entre otras cosas, existieron, sólo, para que un determinado ser naciera, reflexionara y escribiera el estilo de novela que ellos tanto habían estado buscando.

Todo para nada

Se podrá investigar y hablar y hablar, pero el misterio jamás dejaría que alguien, ni nada, ni nadie, roce, siquiera, sus talones.

a

Habría que revertir

¿Por qué uno se apresura?, si los lugares en la existencia diversa sobran, porque sobra el tiempo, que genera, con tu muerte, una nueva silueta.a

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Enferma es la palabra

Enferma es la palabra que se mueve en tu garganta, y la voz del tiempo en la memoria de Dios se contrae, temerosa, porque la vida se deforma y se expande entre tus garras, donde la belleza se desplaza cómplice, seduce nuevas víctimas, les da brillo, las domina y las acomoda frente al abismo: tu garganta enferma y la palabra ácida que las elimina.

Enferma es la palabra en el papel que se incendia, y los niños juegan a los bomberos dementes y las madres lloran, porque no hay dominio en las mareas asesinas, y los soles duermen congelados y la dicha se derrumba y la magia es un espejo que destella dardos y la muerte no era muerte y la vida, una vez más, se tuerce.A

a Es necesario

El amor (sin referirnos concretamente al sexo) es la necesidad fisiológica más bella.

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Pajaritos

Pajaritos de bronce y títeres en suspenso. Lindo es rociarse de silencio. Sabroso es el tiempo cada vez más lento. Los interrogantes aplauden desde lejos y el sentido estético es veneno terco. El arte predomina porque envuelve al nacimiento.

El día, la vida, el amor y la literatura

Todo el día contenido por decenas de palabras, que revolotean en la atmósfera intacta, del pasado, de los artífices literarios.

Todo el día envuelto por la ligera llama del talento y el silencio desmesurado que genera cuentos: la dicha de la idea y los deseos transportados por el viento.

Todo el día en la noche de mis pensamientos: la suave vida que se eleva, vehemente, desafiando el límite triste y gratificante de las lágrimas.A

Cincuenta años de genial convivencia

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Nunca hubo una discusión, ni un roce; porque la relación había sido sin contornos ni rostros, había sido una relación cableada: una relación telefónica.

Los excesos

Todos los excesos son dañinos, como lo es el exceso de realidad, en la rutina entumecida, bajo la luz fuerte de los días.e

Una vez más hacia la nada

Una vez más la Navidad en víspera de un año diferente. Otra vez el amor que se esfuma y el mecanismo interno que intenta encubrirlo. Porque es el tiempo raudo que genera vientos; tiempo risueño, ave que danza arremolinando tu suerte; arremolinando el mundo con sus chucherías, arremolinando el mundo, donde hay bolígrafos audaces, tostadores eléctricos y transmutaciones oníricas. Hay dolor, ambición, pizza y sublimaciones artísticas. Hay calzados que sobran, niños descalzos, puertas, ventanas y espacios multidimensionales. Hay de esto y hay de aquello; hay de todo, y todo es lo que fue, porque no existe un andamio firme, ni una concreción divina, ni una mísera chispa de vida en el seno de la gran mentira. e

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e

Ida y vuelta

Y me acaricio y me castigo zambulléndome en la nebulosa despiadada del olvido; y, retorcido, luego, recobro mi sentido. Me acomodo al borde de un acantilado prohibido y pienso que a lo mejor estoy vivo.

La premonición

La premonición es un susurro proveniente del futuro. El cuento que espera. Un adelanto celeste y dudoso caído descuidadamente del cielo.

Planeta universo

Soñé la felicidad, exploré los caminos oscuros de la conciencia, trastabillé en los campos vacíos de la soledad rotunda, me hamaqué de noche en la lengua áspera del diablo, y he tratado, perezosamente, de alejarme del mal; paso a paso: pies inmóviles, confundidos; la intención que escapa y el destello momentáneo que pide medicina para la cabeza, ese ser redondo que padece el hecho de estar vivo sobre los hombros de la incoherencia; ese extraño ser

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que sufre porque desconoce la muerte: el mundo donde existe la verdad del hombre. Ese ser que respira más allá del bien y destroza al creador como si fuera un vil espejo embustero, y busca, y sueña, y se condensa en el centro del corazón, que bombea ininterrumpidamente, generando el pulso paulatino de los sueños, o el estallido precoz de los deseos enfermos. Ese ser tan pequeño e incomprensiblemente bello. Ese sueño, esa gran visión que destroza el tiempo y se esconde con los ojos bien abiertos. Ese estado de conciencia, ese contexto de hadas y mareas asesinas. Esa luz verde del pecado y la gloria. Ese gran evento en el espacio divino y la idea agigantada que sostiene al mundo como si fuera una botella de vino.

Aderezos y condimentos

Sal muerta. Mermelada cohibida. Dulce de enfermos. Salsa para necios. Azúcar mareada. Provenzal dividida en dos reinos. Aceite angelical. Vinagre de los sueños. Perejil cósmico. Marihuana volada. Nuez moscada por el viento. Pimienta emblemática. Orégano para espolvorear los cuerpos. Clavo de tiempo. Ketchup escondido. Azafrán peligroso y fugitivo. Mayonesa sarcástica. Mostaza endiablada. Manteca antes del punto.ss

La vajilla

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Cuchillos sin fin. Tenedor del diablo. Cucharón de los mares. Cuchara de madera prohibida. Cucharitas del insomnio. Cuchilla podrida. Platos para la playa. Platos profundos como las palabras. Vasos de vidrios repartidos. Tazas de te doy si me das. Tacitas de cafeína. Tazón para la desgracia. Colador para el viento. Tetera de las infidelidades. Bombilla para el mate eléctrico. Tabla de los sueños sobre los océanos rengos. Seca vajilla de la vida. Exprimidor de sesos. Multiprocesadora de imágenes. Chopp de cerveza contenta. Copa de cristal ilimitado. Freidora que pincha. Cacerola loca. Jarra barata pero sincera. Salero que salta. Pimentero que olvida. Coctelera precoz. Porta huevos duros como el asfalto. Abrelatas y salen cuentos. Pisapapas y le duele por dentro. Limpia bombilla y se enferma. Abre un taper y ya está muerto.s

Frutas y verduras

Zanahoria rebelde. Diente de ajo perdido. Perejil de la muerte. Apio caliente como la primavera en la mente. Bananas para la desdicha. Papas al borde de un ataque de nervios. Naranja verde de aburrimiento. Pepino estrambótico. Acelga con suerte. Zapallo de amianto y

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cáscaras del invierno. Nabo coherente. Radicheta obscena. Repollo con swing. Pera de frente. Melón giratorio. Sandía en la órbita de los sueños. Damasco deforme. Lechuga histérica como las mujeres inciertas. Nueces perdidas. Pasas de uva y pasa la vida. Guindas por si se caen los ojos. Puerro pero no puedo. Rabanitos de la mano. Hongos en el cerebro. Kiwi más allá del misterio. Brotes de ira con soja. Limones que patean el hígado. Coliflor ortopédico. Repollitos de Bruce Lee. Pomelo papelonero. Pelón pelotudo. Acelga al costado del camino. Choclo cuando voy rápido. Brócoli por las noches, y ahora, la manzana de la desgracia explota.

Jk

Artículos de librería

Papel secante para absorber la lluvia. Goma de borrar recuerdos. Birome para el éxodo. Tinta china para esconderse. Cuadernos sensibles. Carpetas que esperan. Tizas para los osos. Borrador que divierte. Sobres que guardan lo que pueden. Plasticola para pegarse al amor. Bandas elásticas como el universo. Cintas para embalarse. Papel metalizado para estimularse. Papel celofán para los paisajes. Crayones que se suicidan. Marcador indeleble para las tormentas. Goma Eva y Adán se despierta. Papel carbónico biónico. Sellos de goma como el modelaje. Biblioratos que guardan polvo. Guarda polvos que se escapan de la faz de la tierra. Papel glasé si podés. Témperas térmicas. Saca puntas lubricados para mascotas.

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Abrochadoras en las garras del Diablo. Trincheta para acomodarse el rostro. Plasticolas de colores que matan (Y camino solo). Brillantina sobre el desierto (Me observo en la bruma de los cambios). Arcilla para modelar la muerte.

S

Muebles y adornos de la casa

Sillones con almohadones rellenos de fantasmas. Sillas que se odian. Alacena para macerar los cuentos. Cómoda desprolija al borde del tiempo. Cajonera para los recuerdos. Cama matrimonial donde se derrumban los sueños. Máscaras despiadadas maldiciéndote. Tapices sórdidos. Portasahumerios para encenderse a uno mismo. Pato de cerámica, soberbio. Lámparas de la inseguridad. Ceniceros ingenuos. Plantas que comparten tu pequeño imperio. Escritorio donde vive la poesía. Estantes donde se oculta un laberinto interno. Felpudo para conservar momentos. Maceteros soleados. Cuadros que esperan inocentemente tu llegada. Revistero que salpica tinta. Mesita de luz y sombra desesperada. Panera con pompones. Paragüero de hidrógeno. Percheros para colgarse o cortarle los brazos. Mesa del comedor obeso. Perro de cerámica y sueños. Jarrones colmados de veneno (y el pensamiento se esfuma, porque ya, no existe la mente). Portarretratos ausentes (y nuevos vecinos ardientes).

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S

Partes del cuerpo

Manos que mienten. Orejas con rueditas para escuchar de lejos. Ojos que se inflan al absorber paisajes. Ante brazos duros como los días difíciles. Cabello de alambre para recibir señales. Dientes desparejos para que corra el aire. Piernas que conducen a la nada. Dedos de los pies invisibles. Tobillos ensanchados por el peso de los años. Mandíbula anestesiada. Lengua de vidrio. Espalda en la mira. Corazón que no duerme. Uñas escupidas. Nariz con cuevas llenas de gusanos. Bíceps cuando duermo. Cadera que se menea sola. Cerebro que vuela. Pulmones con restos de ceniceros. Pestañas que pinchan y destellan ácido. Pectorales de Mercurio. Ombligo del mundo de las ideas. Garganta llena de problemas. Codos para apoyarse en la muerte. Labios sensuales como las gordas peludas. Oídos que escuchan lo que quieren. Mente que miente. Mano que destapa un vicio.

Comidas

Zapallitos rellenos de niebla. Pizza voladora. Puré de accidentes. Milanesas descabelladas. Pato a la casa rosada. Niños envueltos con brazadas sarcásticas. Canelones rellenos de silencio. Arroz inestable. Fideos con queso mentolado y aceite para autos. Ranas rellenas de pasto y

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hormigas asesinas. Papas fritas sobre la alfombra frenética. Lasagna para la cizaña. Chorizos desesperados en la costanera. Costillas de cerdos y mal educados. Ravioles de viruta y pulgas. Croquetas desconocidas. Lomo mediático. Langostas en los roperos. Pollo y escupidas. Guisos incrédulos. Sushi desamorado. Cornalitos lejos de sus madres. Calzones de mozzarela y semen. Pulpo entintado para los poetas. Porotos negros despojados de África. Alcauciles al invierno. Bocaditos hipodérmicos. Ratatuil con partículas de suspenso y suspensores soberbios. Panzotis en sillas de rueda. Y el postre del fin en tu lengua.

Lo enfermizo, lo obsceno, lo extremo, la transgresión, lo sanguinario, lo extraño, lo imposible...

Caramelos en los surcos de las jóvenes. Penes erectos por amor al arte. Mujeres atardeciendo en un océano de semen. Dientes clavados en la cola de un planeta muerto. Bocas. Lengua agigantada esperando una lluvia clitoriana. Toqueteos por medio del silencio divino. Frotes hasta los huesos. Caricias que culminan con la creación de un niño. Besos que encarnan una melodía delicada. Mujeres entrelazadas sobre praderas de tacto y huesos. Sexo cada vez que llueve oxígeno. Precalentamiento previo. Orgías avaladas por los ángeles de las putas. Masturbaciones grupales en busca del blanco perfecto. Dardos venenosos arrastrados por el viento. Inquietudes. Rodajes eróticos

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que dilatan la mente. Películas pornográficas que estallan en la vereda de enfrente. Excitación. Pared de carne con agujeros para la juventud ardiente. Mundo de carne y tiempo para el creador con babero. Nubes que gozan cuando destellan rayos. Final orgásmico dentro del ser dramático. Cabaret con mujeres decapitadas. Cabezas que ruedan al compás de lo enfermo. Sangre que colma la mansión del misterio. Violadores que doblan la apuesta y los devora el Diablo. Vibradores más allá de lo cóncavo y agujeros esclavizados por un ser convexo. Obsesionarse. Mentes enfermas de sexo. Toqueteos bajo la luz de la luna de los muertos. Palpitaciones en el glande. Lujuria, la mano y un látigo de poronga. Preservativos que otorgan látex para el silencio. Conservación del nacimiento incrédulo. Subir al tren fantasma de los recuerdos. Casarse con uno mismo para no gastar dinero. Pertenecer al mundo de los instintos perversos. Tocarle un seno a la maestra. Hacer ocio. Crear un camino donde la cordura esté prohibida. Drogarse con el encierro sórdido de los shoppings Alejarse de las píldoras asesinas. Golpear a un niño con un martillo para que no sufra. Anestesiar a los mellizos prohibidos. Arrojar a una embarazada al tren de las nubes de los Dioses furtivos. Saltar lejos, desnudos, en busca del fin: el llanto para siempre. Vivir dentro de nuestros propios ojos. Dividirse. Provocar al Diablo. Transportarse dentro de una burbuja omnipotente. Frotar el tiempo para irritar a la física . Arrinconarnos dentro de un sumidero flatulento. Comprar un enano de jardín para enamorarse. Desafiar a la oscuridad con gases lumínicos. Regar la cama para que broten los sueños. Bordarse el

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rostro. Sonreír poco. Descomponerse para que la medicina te regale sus ojos. Fraccionar ideas como si fueran verbos. Desvestirnos para liberarnos del misterio. Estrangularse mutuamente. Romper vidrieras. Acumular ira y eyectarse más allá de la vida. Entretenerse con los bufones del tiempo. Inyectarle veneno a los buzones contentos. Darse por muerto para generar suspenso. Aprender. Vivir con las luces encendidas para que brille la mente. Percibir olores con demasiada textura. Acorazarnos con el viento fraudulento. Disfrazarse de ser o no ser para irritar a Shakespeare. Devorar el pensamiento crocante. Jugar con los delfines como si fueran botellas de vino. Desprenderse de los seres queridos para desconcertar a Bambi. Arrojar a un pez a un océano de tachuelas y clavos. Seducir a un hada y prenderla fuego. Acariciar a un duende y perder la mano. Confabularse con el demonio y las corbatas más caras. Emprender un camino sin sentido como el olvido. Darse cuenta. Darle cuerda al corazón dolido. Manchar casas voladoras recién pintadas. Aprender que todo es poco. Impotencia. Disfrazarte de indio y derribar pirámides de bronca. Maldecir a Hitler y transformar jabones en niños. Encontrar un sueño despierto y muerto de frío. Abotonarse como un perro con la cerradura de la puerta. Jugar a la licuadora con las manos del abuelo. Discutir con el espejo hasta que estalle. Encontrarse con uno mismo debajo de la cama de otro. Prender la luz sigilosamente. Abrir un libro y que se evaporen los cuentos. Tomar la sopa a las tres de la mañana para que no se contraigan los techos. Jugar al sordo para que descansen los tímpanos. Desvendar una momia y encontrar el tiempo

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ondulado de Egipto. Arrojarse a la tumba antes de tiempo. Trepar a una montaña y encontrarse en una terraza voladora. Caminar. Pasear al perro dentro del tanque de agua. Destrozar los platos para que los voladores se enojen. Atornillar sombras despiertas. Despeinarse y peinarse por dentro. Distribuir las vísceras con la caída del sol. Llegar tarde al trabajo y escupir al jefe antes de incendiarlo. Transgredir. Insultar al presidente. Desvestir a alguien. No arrepentirse cuando ya está adentro. No esperar que alguien te toque el timbre después de mudarte. Acariciar el día como si fuera un hamster. No pecar. No enamorarse de un invento. No inventar una historia con el cerebro muerto. No dormir. No soñar con peces de colores y medusas con figuras esbeltas. No correr. Gritar despavoridamente en el cine. Amanecer lejos de casa y dentro de un cuerpo con candado. Caminar despacio a pedido de las baldosas y el dolor de sus sombras. Comprar un cuarto de queso fresco y cien gramos de misterio. Emborracharse. No romper las copas. Jugar al paralelismo. Atravesar con picardía tu cuerpo. Robar autos por diversión. Abrir las cárceles para que fluya el caos. Enmudecer políticos. Ponerles piernas al olvido. Hablar con los libros. Amamantarse de los secretos prohibidos. Cantar en busca de los seres furtivos. Hacer justicia. Arrojar a un cura dentro de una picadora de carne. Pensar. Transportarse. Divagar para que el dolor no te atrape.

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Todos tenemos un apoderado

Todos tenemos un apoderado que nos maneja a su antojo, desde las profundidades cósmicas. Estamos comunicados por un cordón constituido por las partículas más precisas del vacío y el mandato divino.

Ella

Se refugia en la dulzura de los niños. Se desviste y se disfraza de hada. Se hamaca cada vez que el tiempo la abraza. Se busca. Se encandila con la luz de los sueños y danza desesperadamente bella sobre el mar muerto. Baila como un ángel fraudulento en la cúpula de la nave de lo incierto. Se desplaza inocente sobre el mundo incoherente. Se dilata bajo el sol permanentemente. Se acomoda en mi memoria cada vez que la recuerdo. Se estremece. Apuesta al cambio. Me destruye para elevarse sobre las mareas vitales. Se escapa del espejo vacío. Le seducen los sabores eternos. Se trastorna y viaja al pasado para incinerar su infancia. Se esfuma y regresa más bella que nunca. Se distrae cuando le hablan. Se enferma porque no se entiende. Y me extraña cada vez que se despierta. Duerme inmaculada, fresca y confundida. Gira alrededor del mundo de la pavada. Camina descalza para sentirse viva. Es bella. Es dulce como las mañanas tibias en las alfombras doradas. Es la princesa del castillo del olvido. Es la dama de las dagas del tiempo en mi memoria. Es la

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suavidad que me eleva. La dicha perdida. La caricia fría. La vida que me castiga.

r Uno

Uno vive del deseo que vive dentro de la expectativa que vive dentro de lo eterno: cumpleaños sin fin, largada sin llegada, preguntas sin respuestas, ilusiones divididas por el tiempo, sensaciones inexactas, desesperación sin sentido, caminos lineales que se repiten hacia adelante. rr

Poner en óptimas condiciones la casa

Lustrar el escándalo. Barrer el patio bajo la lluvia escondida. Limpiar el inodoro y encontrarse en el río. Acomodar los almohadones de los sillones más retorcidos. Limpiar los vidrios transparentes como las manos de Cristo. Doblar la ropa con cuidado de no despanzurrar el tiempo. Baldear la vereda para que no se quejen las hormigas. Limpiar la cortina del baño donde chorrean los mares. Enmudecer bombitas de luz extinguida. Regar las plantas y contarles un cuento. Sacudir alfombras antes de la primavera. Pulir la mesada encantada. Cortar el pasto y decapitar caracoles. Quitar las telas de araña para que no se formen nebulosas extrañas. Acomodar la biblioteca y encontrarse con las palabras. Limpiar las estufas con

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estopa y pelo de payaso. Encerar los pisos con baba del Diablo. Pintar los techos de madera con el color del tiempo. Cambiar cueritos más allá de la vagancia. Arreglar el botón de la cisterna con piernas. Quitar latas de pintura y fósforos de la heladera. Colocar crema humectante a los portalámparas. Acunar a los ácaros. Incentivar al tejado con canciones de mampostería y ráfagas de viento. Enderezar los cuadros para no asimilar la locura. Lubricar el pantano. Acariciar al oso que vive debajo de la cama. Descomprimir puertas y ventanas. Acariciar vasijas y adornos. Descontinuar la charla con el perchero. Darle de comer a los peces cuadrados. Deshollinar la chimenea como si fuera una jirafa. Enmudecer a los grillos con brillantina. Sacudir los felpudos del mal. Almacenar baldosas para pasar el invierno. Pintar a rayas el frente de la casa y prenderla fuego.

Me desperté

Me desperté y me mareé a propósito para verificar si el mundo seguía a mis pies.

Y claro que puedo

A veces amanezco del otro lado de las cosas; porque yo soy el que posee tal fórmula. Es algo simple, sólo basta con encapsular el tiempo amando desaforadamente a las palabras.

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En la escuela

En la escuela de la soledad pensante danzamos dichosos sobre laberintos en polvo.

El vicio que cura enfermedades

La poesía.

La caída no es tan simple Me caí de la cama y me desperté bruscamente; sobresaltado. Tuve la sensación de que mi caída había hecho temblar el mundo. Una vez que abrí bien los ojos empastados por lagañas y polvo de la madrugada, pude divisar una alteración significativa en la presentación habitual de los cuadros. Se encontraban torcidos y no era que se había torcido la casa, ni el día, ni el tiempo dentro del contorno triste de los marcos; se habría desacomodado, a lo mejor, algo dentro de mi. Ahora con los cuadros en su origen, estado o posición habitual, me tranquilicé un poco y me dirigí al baño a asearme.

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Sobre el espejo mi imagen lucía serena, pero algo inquieto en mi cabeza no dormía hacía días. Era algo inexplicable, una presencia ansiosa que me fastidiaba; era como... un estallido hacia el cosmos: esa sensación de astronauta que escapa de sus padres relativos. Me lavé los dientes y me imaginé una pradera dichosa sobre el espacio. Me lavé la cara con los ojos bien cerrados y, una vez más, observé o creí observar un lugar perfecto. ¡Guau, la felicidad detrás de los ojos me emocionaba tanto! se apoderaba de mi alma, me arrinconaba sobre las tumbas del alba. ¡Ay! quiero sobrevolar lo obsoleto en busca de mis pares, los sueños originales, la realidad de mi efigie neutra, la fuente de las palabras, los padres que me arrojan sogas para los cuentos. ¡Ay la realidad que me observa día a día! La palpito, la respiro y la mimo con pensamientos divinos. Permanece en mi cabeza, siempre, despierta. Me acuna por las noches y me prepara para la graduación cósmica; le inyecta a mi alma la energía necesaria para arribar entero al útero del misterio. Me despierta sobre el suelo y tuerce los cuadros, ¡claro...! me prepara el camino. Me observa cada vez que me observo en el espejo. Me espía cuando voy a la deriva en busca de bebida. Me consiente con disimulo y teje puentes en mi mente para que esté cada vez más fuerte. Me sentí por un instante ausente. Me dirigí a la cocina entumecido y ahí sí comenzó a girar la vida. ¡Caramba!, los recuerdos más crueles de mi vida me rodeaban velozmente haciéndome sentir muy frágil. Imaginé alas para escaparme y pensé en un camino alternativo. Me arrojé al suelo para improvisar un túnel, y

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ahí, por fin, el placer y la felicidad extrema me absorbió desmesuradamente. Y ya no estaba en la cocina y ya no estaba en la vaguedad de la vida. Y así deambulé un tiempo desconcertado y feliz por los espacios vacíos de mi cuerpo hasta llegar donde aguardaba ella: “ la realidad que me observaba desde la parte encefálica”. Ahí fue cuando nos encastramos extasiados y despegamos del aeropuerto de la cabeza, de la cocina, de alguien, que había sido yo, por equivocación o negligencia de la naturaleza. Ahí, en el despegue, había recobrado la memoria de antaño, había recordado, entonces, que ella y yo éramos tan solo lo que habíamos sido siempre; dos realidades esféricas (de diez centímetros de diámetro), extremadamente sensibles, soñadoras y disparatadas, enamoradas, ajenas a la tierra, pero comunicadas con algunos artistas previamente seleccionados.

ga Insectos y animales

Hormigas que cuelgan de los árboles. Jirafas para los astros. Monos de arena movediza. Tigres amanerados. Cebras cuadriculadas. Perro ronco. Jabalí lírico y Alí Babá lo escucha. Nutria desnutrida bajo el sol angurriento. Delfín al fin y al cabo del océano. Búhos en las cuevas de los druidas. Serpientes bajo la luz de la luna que chorrea veneno. Cucarachas de imán. Mosquitos espiralados. Arañas que tejen una trama. Mariposas buenas mozas. Saltamontes con manos de muñecas. Caracoles con

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plumas. Babosas como las lenguas. Sapos que escriben. Ranas doradas en la quimera del estómago. Gatos en el jardín de las putas. Langostas en la pecera del crimen. Pulpos que entintan los sueños. Rayas rayadas para las hojas lisas de la nada. Zorros como la bruma política. Ratas en el poder. Hamsters mansos como las mareas heladas. Libélulas a la deriva. Marmota de tela. Canarios de alcohol y fósforos. Cocodrilos que devoran niños perdidos. Tortugas lentas como la justicia. Focas deshidratadas en la cueva rosa de un lobo polémico. Pájaros que atardecen en los ocasos ventosos. Anguilas sobre una zanja vellosa comprometida. Luciérnaga de setenta y cinco whats y cinco centavos. Escarabajos en la luna. Ardillas de madera. Vaca condenada. Avestruz desgraciado. Perro triste que presiente tu muerte. Moscas sobre tu cadáver.

Yace adormecida

Se mueve, camina, se olvida. Transita cautiva en la vera asesina. Se confunde. Se pierde en el cielo. Medita. Mancha sueños de verano al costado de su cama. Juega con las palabras secretas de su infancia. Se acomoda

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pálida al costado de una cripta encantada. Llora desde los recuerdos. Fuma dormida y bebe cada vez que emprende una partida. Baila tiernamente y sólo cree en la efigie de su alma.

Se mueve, transpira, se resfría. Transita a la deriva. Se esfuma. Busca lo imposible. Se desviste. Tacha ilusiones. Engendra violencia, impotencia, odio. Maldice sus ojos. Se aparea con Dios en la cama diabólica. Se enferma vehemente bajo las luces secretas. Hace hincapié en la desgracia. Habla desde el alma.

Se mueve, respira confundida. Se pierde en el tiempo y, finalmente, en la historia, yace adormecida.

Lo que falta otorga

La falta de melatonina me quitó el sueño, y el insomnio me regaló una hermosa historia.

La pasión

Es gracioso pensar que el amor se avecina, y es absurdo conciliar el sueño embadurnado de poesía. Escribo por que sobre las palabras vuelo, acaricio ensueños perfectos, me emociono desconcertado del recuerdo y me enamoro paso

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a paso del origen creativo que huye despavorido: el silencio total es uno de los latidos del concierto incierto.

Observo la noche: astros, luna, deseos y tumbas. La muerte es una burla para analfabetos; la conciencia cósmica me protege. Soy devoto y líder de mi especie. Percibo el aroma del mundo de los mundos y he sido notificado que el mal es el bien que transmuta al hombre, lo extirpa antes de tiempo de las garras articuladas de la vida complicada. El mal no existe, y el infierno, entonces; ¡me cago en el infierno y en las manos del viento! Me río de los seres que transitan mi cuerpo y me acoplo a la esencia verdadera de mi reino. Me elevo, vehemente, estimulado por la energía paternal de los astros. Pienso y ya no pienso, hago lo que puedo o lo que pueden, soy un ser del tiempo en el laberinto eterno.

Si no escribo me asfixio o me encuentro dentro de una burbuja, muerto. Porque todo se desploma y el sentido de las cosas es comida para cerdos. Todo se transforma en féretros y fantasmas molestos. La ansiedad se acelera y mi corazón bombea a un ritmo incierto. Y aunque el amor y el éxito florezcan desmesuradamente, nada se compara con mi relación con las palabras: la comunicación con las sucursales cósmicas donde viven mis gemelos, la dicha de construir con ellos mi planeta perfecto; mi identidad, mi ámbito, el aire que respiro cada vez que me conecto. Porque mi refugio

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indestructible es la explotación de mi ser que acapara al universo.

Si no escribo no me hallo, me siento diminuto, débil, solitario sobre mis huesos.

Mis gemelos me observan: cuando escribo viven en mi mente y celebramos el reencuentro. Somos indestructibles y soberbios. Manipulamos el cosmos y nos reímos cabeza arriba y cabeza abajo del misterio. Somos el todo poderoso y la nada angelical de los dulces momentos. Somos la luz del sol, la semilla del hombre, las garras de Dios, la fuente del amor: la máscara de la traición.

Si no escribo, las banalidades linderas destruyen mi razón. Me dan náuseas, me sorprenden, me descolocan, me dan ganas de olvidarme.

Artículos de ferretería

Tuercas tranquilas. Mariposas vitales. Clavos transportados por las hormigas. Tornillos dementes. Mangueras de viento. Alambres y calambres. Tapa de luz cósmica. Pinturas malditas. Pegamentos de contacto con

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extraterrestres. Martillos peludos. Sogas para el alma. Taladros tántricos. Niveles pobres. Bombitas de sol. Porta lámparas privados. Pinzas que se ajustan al tiempo. Centímetros para medir la dicha. Llaves de fuerza bruta. Tachuelas con fobia. Caños de escozor. Soplete endiablado. Bisagras biónicas sobre un pájaro de puerta. Cables que juegan como niños. Pinceles etéreos. Botón para el inodoro sórdido. Guantes para ocultar delitos (Entra un ladrón asesino). Serrucho del crimen (Sirena de la policía y curiosos despavoridos)

Y el amor llegó

Y el amor llegó para devorar el tumor que se había apoderado de mi corazón. La tristeza amainó y la soledad enfadada se evaporó. La sonrisa fluyó y la armonía me golpeó: algún día el fin nos aniquilaría; el tiempo es un segundo en la palma de la mano de un Dios con babydoll. Ella ríe y me abraza. Yo la abrazo e intento vislumbrar su alma. Observo en sus ojos la sutileza indescifrable del momento.

Algo ha sucedido ¿Qué ha sucedido? Algo extraño ha sucedido

Callejones Confusión.

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Materia de la vida en off.

Algo ha sucedido y ahora puedo comprenderlo.

Ella baila y yo vivo en la quietud feroz del pensamiento. Ella desconoce su efigie etérea. Ella es dulce y tierna, y yo, enfermo de melancolía, viajo a diario en el subte del recuerdo. Saboreo mi infancia, me devoro y salto tan alto que me olvido por momentos que estoy casi muerto. Juego a la vida, el mareo tan querido. Juego al gran creador y descorcho aburrido una botella de líquido perdido. Vivo porque muero todo el tiempo; mueren mis días en mi espalda adormecida; mueren los caminos, brotan los abismos: semillas del vacío y lo perdido. Se nubla y el sol arroja sus huevos asesinos. Ha llegado el fin nuevamente, la risa del todo que nos mira; la magia y el ilusionismo de la vida. La garganta efímera, las arcadas de uranio y las doncellas asesinas. Ha llegado a mi memoria la imagen de un determinado camino. He vivido y siempre se ha vivido. Allá llega ella. Allá voy yo. Todo se dilata y se contrae simultáneamente, y cada segundo muero, muero y muero sobre mi muerte, sobre mi lápida voladora y el epitafio encantado de la diversidad de mis sombras.

Reflexión

Un despertar gris y un bostezo agotado. Observás el cieloraso de tu cuarto, tan simple y tan cercano a la soledad de tus manos.

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Pensás en la vida, en la tediosa burocracia experimental de las vivencias, en el tiempo que te arrastra vapuleándote hacia el altar de la inconciencia: la felicidad-invento o la belleza que se derrumba antes de tiempo. Pensás bajo las sombras inteligentes de los astros. Te desgarrás felizmente porque el placer es melancolía divina, átomo fantasmagórico del recuerdo, volutas transparentes de la ira elocuente. La verdad impalpable se siente más allá de los sueños, ¡guau!, tan cercana como el pensamiento o los verdaderos muertos. La verdad da miedo, da risa, da ganas de llorar, y es el llanto el que sublima el dolor que vive el universo.

La naturaleza

La luna, donde rebota el amor.La niebla, donde se confunde la vida.Los astros, nuestros verdaderos padres.El universo, una gran perversión.

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El viento, la caricia del tiempo.La lluvia, el recuerdo parásito de un amor.El sol, el gran generador de vida e ilusión.La nieve, ternura eterna.Los huracanes, donde se pierde la razón.Los deshielos, donde se confunden las lágrimas y el rencor.Los bosques, donde predomina la calma.El desierto, el desafío ante Dios.Las montañas, donde se erotiza el verbo ante el vértigo. Las nubes, donde viajan los sueños.El arco iris, donde fluyen las hadas.El granizo, donde viaja el secreto.Las trombas, que trafican ideas.Los ríos, donde nadie ríe.Los mares, donde naufraga el amor.Los pantanos, diseñados para cocodrilos.Las arenas movedizas, donde vive el olvido.La brisa, ternura extrema.Las tormentas, donde el esfuerzo hace mella.Las ventiscas, compañeras de las trombas.El oxígeno que se esfumaría.La Némesis, el karma del mundo.

El pensamiento de los sátiros

La felicidad es una aglomeración de mujeres entrelazadas.

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Seamos

Seamos sensatos mientras podamos.

Haré maldades

Haré maldades, o por así llamarlas, hasta que esté acorralado felizmente o controvertidamente por el amor, y ahí recordaré algunos momentos agitados u otros tranquilos cuando estaba solo.aa

Estaba solo

Estaba solo y lo único que tenía para vislumbrar era una asquerosa ventana; pero me fui acostumbrando y con el tiempo pude saborearla.

La ventana Sus vértices, sus vidrios adormecidos que existen para aclarar los días; las inquietudes frenéticas que te dominan

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bajo el dominio del ansia, aquella malvada forma de existir, aquel suspiro que te halla y te envejece de nervios en la mañana presumida, la sensatez oblicua en tus pensamientos agusanados, la vejez bajo el vientre de tu aliento, la discordia, la neblina afrodisíaca que te acapara, la llama que lame tu espalda, la dicha con máscara de lobo y fuelles venenosos, los niños en tus brazos perezosos, el sol, la nada de las madres desamoradas, la guadaña arremangada y lista para devorarse a la mañana.

Habría que imaginar un mundo donde las ventanas se dispersen tranquilas y no haya más palabras malvadas, pensamientos acelerados y aceleraciones carnales; un mundo, un rincón sin metas insólitamente desesperadas, sin tabúes corpóreos, sin risas momificadas, sin ceros octogonales o pájaros de tu mente enroscada.

La vida se escapa y crece tu joroba robada frente a una puerta arrugada.

La puerta

La puerta que achica tus pasos y agita tus caminos; la llave que te eyecta hacia el mundo del amor espiralado, donde muere el corazón y se confunde la razón, se mezcla con la bruma de los días del horror del ardor de la multiplicación del rencor.

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Y caminás. Caminos. Eco de tus palabras. Sombras del destino. Y caminás. Caminos.

Caminos

Caminos confundidos, sensación oscura donde se esconde el padre de la vida: velo de la viuda eterna enferma. Y ahora, otra vez, la ventana y yo.

La ventana y yo

Bajo la ventana había un macetero con plantas.

Las plantas

Las plantas que cuelgan más allá de mi dominio, más allá de mi delirante jardín, son las mismas que cuelgan en el mundo que aguarda la llegada de las partículas secretas de mi alma: el suspiro escondido, la luz del bienestar integral, la gracia divina del luminoso manantial, tan

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parecido al destello de la luz de la luna y el pensamiento fugaz.

La luna y hoy

La luna tiene una carga emotiva desaforada y copiosa, una acumulación de caricias o miradas. Cleopatra, Moctezuma, John Lennon, Shakespeare, Willian Blake, Dylan Thomas y Baudelaire, entre otras numerosas personas maravillosamente infinitas, se han elevado, deleitado, inspirado o iluminado con ella.

Hoy, cuando observo la luna, viajo de la mano del tiempo, saboreo pensamientos perpetuos y me relajo sobre un pasado perfecto, que me liga íntimamente con ellos.

¿Qué es...?

Y llegaron las flores y el susto. ¿Qué es eso de andar consumiendo balcones o desplumar al cuco? ¿Qué es eso que se abraza en tu espalda, ese monstruo que pide una soga para el alma, esa espada doblada que te calma y misteriosamente te salva? ¿Qué es lo que se aleja o se

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alejaba?¿Qué es lo que no conocés cuando ya no conocés nada?

Creo

Creo en todo lo que parezca, prejuicio de por medio, delirante, porque, sin duda alguna, no hay nada más desatinado que sentir la contextura de la carne, el crujir de los huesos, el zumbido del alma y la magia de los pensamientos.

Vagabundos

En la encrucijada de las hadas, vagabundos buscan medicina para el alma.

El hombre, el miedo y el amor

Cuando se esfuma el miedo y el dolor se transforma en sueño brillante, todos corren dichosos sobre el manantial esponjoso, y la pasión se esculpe a diario alejando cada vez más el horror.

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Cuando se esfuma el miedo el hombre es gigante por sus propios medios. Salta y se deja caer a su antojo. Se deforma y se esparce sabiéndolo todo. Se enamora del sol y, desafiándose, sorbe de la controvertida fuente del amor.

ñ El rincón enigmático

Más allá del rincón enigmático, la bruma se disipa y se abren las suturas del acceso pulcro, donde chorrea y gira y se reproduce desaforadamente el júbilo y el encanto. Allá el amor y la belleza forman una misma pieza y todo rueda en dimensiones de simpleza suprema.

Mas allá del rincón enigmático, encuentro una explosión de recuerdos sin sentido que me eleva y me comprime señalándome claramente el despertar gigante, el verdadero sueño, mientras todos en la esfera terrestre duermen taciturnos disfrazados de existencia.

Un día más

Un día más y la lluvia se aplasta con la noche pasada: el girar del olvido, la gente que viaja para relajarse y sentirse cerca de su casa. Llueven partículas rebeldes de suspenso prohibido. Caen ángeles azules y grises como la melancolía. Se riegan las

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ciudades con llantos, y el veneno germina lentamente destrozando las impurezas existenciales.

Desahuciados

Desahuciados. La ilusión se apaga como una lámpara siniestra y la vida es sueño en polvo en la mañana que despierta, abriendo tímidamente tu ventana.

Desahuciados y aburridos caminamos sin sentido. El anhelo y la expectativa ya no nos acarician las manos. La música ya no suena alentadora y el dolor es frecuente en la maldita y deplorable algarabía de los días.

Desahuciados bebemos y comemos para no morir, pero la infusión de suspenso, que se clava en nuestra mente, es cada vez más agobiadora.

Sin embargo: Fuerza. Paciencia. Concentración. Amor propio. Y diversión.

Nos reiremos del mundo y lloraremos en el funeral de Dios. Crearemos mundos portátiles como los libros, y danzaremos gloriosos bajo la luz dorada del sol.

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Soñaremos desde la dicha y despertaremos constantemente felices extrañando un poco la desilusión.

Me desconozco

Me desconozco en mis propios pasos, en mi sombra que rebota sobre la palabra imprecisa en la claridad del mundo y las galaxias contiguas.

Me desconozco cada vez que amanezco confuso y sonrío a boca cerrada.

Y bienvenida sea la desazón y la soledad de los druidas, la lluvia sobre mi alma delicada.

Y alabada sea la contradicción mágica del universo.

Y la luna un día me dirá que mi voz la hacía brillar, y que mis palabras eran parte de un sueño gigante, central y veraz.

Me desconozco y me quiero tanto que ya me encontraré ileso y erguido al costado del camino verídico de los días. Al costado de la madre feliz, que menea al mundo como si fuera una cuna comprometida, o un cúmulo de ideas y deseos incoherentemente reales.

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Alusiones y revelaciones bajo la piel del insomnio

El hombre sin vida es aquel que se desplaza sobre el mundo pendiente de los rumores ajenos. La vida te atrapa definitivamente en la tumba. La gloria es la ira tenue del ser. El placer del orgasmo es el placer de la muerte. La ilusión que se desmorona es un escalón más hacia el éxito. La jaula, sobre el pescuezo del hombre, se desintegra, cuando la sabiduría lo absorbe. Las manos de uno son las manos de otro. El perro siente lástima por el hombre. Los colores, confabulados con el poder de la luz, mienten. La monogamia es una absurda jaula con rueditas lunáticas. El laberinto cotidiano te marea para que no descubras a los apoderados malvados. Cada vez que alguien muere una luz se enciende. La vida, como un hexágono asimétrico, goza de sus diferentes lados. La manivela del mundo es un cerebro de fuego en el centro de la tierra. Las sonrisas, en algunas ocasiones, funcionan como máscaras, y, en otras, como escudos.

Cada lágrima es un momento emotivo, en la esfera del bien restringido, o en la cúpula del mal confundido. El que vive de la mentira es un impostor de si mismo. El universo comparte algunos secretos con sus elegidos. Por medio de un fuerte deseo puede manipularse el azar. La nariz que huele más allá de las fronteras, es como el oído que escucha un latido más allá de los sueños.

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Había una vez el tiempo adormecido en la cuna de nuestros ancestros. La felicidad dura poco porque es más valiosa que el oro y más abstracta que lo devoto. Las hijas del mundo son ángeles que se ríen de nosotros. Todos los caminos conducen al origen divino. Enhebra tu imposibilidad, colgate la gloria. Si tu dimensión está escrita, la imagen se tuerce. El arte, hijo prodigioso del pensamiento, se dirige veloz en busca de su reino. Si te crees inmortal, nacerás para verlo frente a un espejo complejo. El artista cumbre es el que más sufre, porque vive multiplicado. Una noche de amor no es mucho más que un cuento. El dinero ha transformado al hombre en hiena. El afán es un guerrero insensible. La luna es emocionante; unifica al hombre. La paz es tierra fértil para el caos. El avestruz al esconderse manifiesta una naturaleza ebria. El gorrión es el pájaro más desconfiado, porque se crió entre la frivolidad del hombre. Cada paso que ejecutamos no nos pertenece en concreto.

Las marionetas se manejan con hilos, y ellas no lo saben. Nosotros las manejamos y no sabemos nada del universo. La felicidad se excita con la tristeza. La muerte esconde. La dicha asusta. El poder domina. La gente ignora. La belleza suprema espera. Cada día forma parte del éxodo.

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El vicio, a su manera, contiene. Las redes son para los arrepentidos. La vida es múltiplo de la muerte. El arte, un fiel refugio. La mente es una nave fugitiva. Los ojos ven lo que pueden. El alma abarca la totalidad del universo. La madre de los vicios es un poco irresponsable. El padre de Dios es un degenerado. La nave de la vida es un desastre apreciado. La idea es algo que existe del otro lado. Uno es huérfano del futuro que escapa. Uno duerme cuando el cansancio se despierta. Los fantasmas viven en el cerebro. El diablo se hace el malo. Los niños crean hasta que clavan sus pies en la tierra. La quietud que existe antes de una tormenta, es la misma que existe antes de un ataque en períodos de guerra. Las expectativas mantienen turgente al hombre. Después de la guerra estalla el arte. La palabra amar es un invento para entretenerse. Entre los súbditos del creador se encuentran algunos seres terrestres. La existencia del arte es un indicio gigante que avala una eternidad múltiple y atípica detrás de la línea de la muerte.

El que se encuentra mal, tiene la posibilidad de encontrarse bien. El que se encuentra bien, tiene la posibilidad de encontrarse mal. Toda una vida muertos, para despertar en los cajones etéreos. La felicidad existe, como también existe la ilusión devorada y los espejismos voladores. Aunque nada sea cierto, disfrutemos de esto. Donde predomina el placer ronda la muerte.

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La creatividad es verídica. El amor de lo que no existe es eterno. La tristeza es un punto suspensivo en el sótano del delirio.

Indice

La realidad se escapa / Los Dioses ya no aguantan / El fin Agonía junto a un amor exhausto / La vida vacía / Porque se fue /

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Page 46: Enferma Es La Palabra de Alejandro Carrique

Cuando todo calla / Efecto primavera / La vocación es un primordial escudo / Allá la vida y la demencia / La curiosidad extrema / El mundo para el arte / Todo para nada / Habría que revertir / Enferma es la palabra / Es necesario/ Pajaritos / El día, la vida, el amor y la literatura / Cincuenta años de genial convivencia / Los excesos / Una vez más hacia la nada / Ida y vuelta / La premonición / Planeta universo / Aderezos y condimentos / La vajilla / Frutas y verduras / Artículos de librería / Muebles y adornos de la casa / Partes del cuerpo / Comidas / Lo enfermizo, lo obsceno, lo extremo, la transgresión, lo

sanguinario, lo imposible... / Todos tenemos un apoderado / La musicalidad de las palabras /

Ella /

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Page 47: Enferma Es La Palabra de Alejandro Carrique

Uno / Poner en óptimas condiciones la casa / Me desperté / Y claro que puedo / El vicio que cura enfermedades / La caída no es tan simple / Bichos y animales /Yace adormecida / Lo que falta otorga / La pasión / Artículos de ferreteríaY el amor llegó / Reflexión / La naturaleza /El pensamiento de los sátiros / Seamos / Haré maldades /Estaba solo /La ventana /La puerta /Caminos /La ventana y yo /Las plantas /La luna y hoy /¿Qué es? /Creo /Vagabundos /El hombre, el miedo y el amor /El rincón enigmático /Un día más /

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Page 48: Enferma Es La Palabra de Alejandro Carrique

Desahuciados /Me desconozco /

Alusiones y revelaciones bajo la piel del insomnio /

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