Un día con Yoani Sánchez,la bloguera cubanaEn el 2011 el presidente de IRP Julio Isamit y su director ejecutivo, Jorge Acosta, viajaron a Cuba para conocer más de cerca la sociedad, el aporte de las Damas de Blanco y la disidencia al gobierno. Uno de los grandes encuentros que tuvieron fue con la valiente bloguera de 36 años, Yoani Sánchez, quien les contó un poco más de la vida en Cuba y sus opiniones sobre la situación actual de ese país.

ellos mandaba copias de los textos que iba a publicar. El blog se mantuvo vivo de milagro porque yo estaba totalmente desconectada, no podía ver la portada, no podía ver nada. Pero no se publicaba nada que yo no aceptara. Las personas que me ayudaron fueron muy leales en ese senti-do. El blog guardó mi personalidad a pesar de que yo no estaba online. Me bloquearon el blog en marzo de 2008 y en mayo del mismo año el gobier-no de Raúl Castro autoriza que los cuba-nos puedan entrar a los hoteles, así por un lado se me abrió una puerta, pero ya se me había cerrado otra. Desde marzo del 2008 a febrero del 2011 mi blog estuvo bloqueado hacia el interior de Cuba; no sólo mi blog sino muchos otros. Paradójicamente en esos tres años alcanzó mucha popularidad dentro y fuera de Cuba. En febrero del 2011, por motivo de una feria informática, vino de invitado un alto representante de las Naciones Unidas. Entonces el gobierno levantó el cerco a los blogs prohibidos.”

Parte de esta aventura incluye también disfrazarse y entrar a escondidas a los hoteles...

Yo tengo un componente en mi vida que es lúdico, no quiero que la represión y la

¿Cuál es la historia de tu blog?

“Es como una aventura. Llevo cuatro años blogueando. Colgué el primer texto el 9 de abril del año 2007. Mucho ha ido evolu-cionando, sobre todo la manera de actua-lizar el blog. Por ejemplo, durante el primer año yo iba a los hoteles. En ese momento no estaba permitido que los cubanos utilizáramos la estructura hotelera, no podías alquilar una habita-ción, no podías ir a la piscina, no podías rentar una hora de internet. Pero, un poco lúdicamente, con coraje, me hacía pasar por extranjera, mezclaba algunas palabras en alemán y otras en inglés para conseguir comprar una tarjeta de internet y lograba conectarme. En el año 2008, en un día de marzo descubrí con horror que mi blog había sido bloqueado por los servidores cuba-nos; ya no podía entrar ni actualizarlo. Eso me obligó a construir también los parale-los, comentaristas, a tener amigos virtua-les. Me enseñó que la opinión es partici-pativa, que cualquier proyecto mientras más personas implique, más lejos llega. Muchas personas me ayudaron a publi-car, de las maneras más difíciles, a veces me llamaban y yo les dictaba un texto por teléfono, a veces lograba conectarme en un hotel y les mandaba por mail varios post que después se publicarían en el blog, a veces venía alguien a Cuba y con

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1Charles Hamilton 120, Las Condes, Santiago de Chile / www.respublica.cl

Yoani Sánchez(Fuente: h�p://hugokulman.blogspot.com/)

falta de libertad me conviertan en una persona deprimida y neurótica, entonces jugueteo mucho. Por ejemplo, cuando la seguridad del Estado comenzó a perse-guirme en las calles, yo les perseguía por las calles para sacarles fotos, quería tener los rostros y los ponía en mi blog. Con un gobierno que se ha puesto demasiado viejo en el poder, todo esto le parece inadmisible, pero a mí me parece muy moderno. Bueno, si no me dejan entrar con mi propio rostro, con mi propio pelo, me disfrazo, me pongo una peluca, haber si lo logro. Además es una manera de revelarse frente a las represiones.

¿Cuál es tu rol hoy día en Cuba?

Mi rol ha cambiado, ha evolucionado mucho. Yo le digo a todo el mundo que comencé a hacer mi blog como una catar-sis personal, para exorcizar demonios que me molestaban: el silencio, el miedo, la hipocresía, el oportunismo de la gente; tenía que sacar esas viñetas de la realidad hacia fuera porque si no, me muero, me ahogo. Pero después me di cuenta de que mucha gente me leía y que tenía un grado de responsabilidad muy grande al narrar mi realidad. Entonces siempre trataba de mantener la ‘no violencia verbal’. Por ejem-plo, cuando voy a referirme a la autoridad de mi país digo el “Gobierno de Cuba”, pues puede parecer un gobierno ilegal pero yo no uso esos adjetivos incendiarios, esas palabras que después de que se dicen cualquier diálogo se rompe. Quiero que en mi país haya una solución pacífica gradual, no traumática, donde no existan víctimas. No me gusta encender el fuego de la crispación social. Mi rol vendría siendo arrojar luz a una zona de la realidad cubana que ha sido, durante muchos años, silenciada y olvida-da por los medios oficiales. En la medida

en que nosotros arrojamos luz, obligamos a la prensa oficial a responder, que es algo que está ocurriendo hace ya más de un año. De pronto, en el propio discurso de Raúl Castro para inaugurar y cerrar el Sexto Congreso, te das cuenta de que de alguna manera está respondiéndonos a los blogue-ros, a los periodistas independientes. Entonces es obligarlos al contrapunteo, es obligarlos a decir: cuidado, en esta Cuba hay una variedad de opinión que no solamente es lo que está diciendo el gobierno. Además, a mi juicio, es importante abrir una ventana a la Cuba real hacia fuera. Porque aunque este gobierno no ha sido efectivo en cultivar la tierra, en hacer que se produzca tomate, caña, azúcar, fruta; ha sido muy efectivo en la exportación de una supuesta imagen de utopía. Todavía hay gente en el mundo que cree que nosotros vivimos en la isla de la esperanza, donde todo es gratuito, que hay subsidios para todo, una especie de reino del paraíso. Entonces yo quiero mostrar que hay otra Cuba, hay una Cuba profunda, dolida, hay una Cuba de las escaseces, de la asfixia expresiva, hay una Cuba de la mordaza.

¿Cómo ves al pueblo en el día a día?

Para explicar esto hay que remontarse a 50 años atrás. Los cubanos hemos vivido un proceso de sociedad civil. Cuando la gente me dice que los cubanos están muy bien porque no salen a protestar a las calles, yo les digo “pero es que no pueden”; los mecanismos del terror, los mecanis-mos de la coacción, del chantaje político e ideológico no son visibles, pero están ahí. Cuando hay un país donde el primer empleador es el Estado, está claro que la mayoría de la gente no quiere buscarse problemas con su jefe. Cuando hay un país donde todas las universidades son del Estado, los padres y las madres dicen no

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falta de libertad me conviertan en una persona deprimida y neurótica, entonces jugueteo mucho. Por ejemplo, cuando la seguridad del Estado comenzó a perse-guirme en las calles, yo les perseguía por las calles para sacarles fotos, quería tener los rostros y los ponía en mi blog. Con un gobierno que se ha puesto demasiado viejo en el poder, todo esto le parece inadmisible, pero a mí me parece muy moderno. Bueno, si no me dejan entrar con mi propio rostro, con mi propio pelo, me disfrazo, me pongo una peluca, haber si lo logro. Además es una manera de revelarse frente a las represiones.

¿Cuál es tu rol hoy día en Cuba?

Mi rol ha cambiado, ha evolucionado mucho. Yo le digo a todo el mundo que comencé a hacer mi blog como una catar-sis personal, para exorcizar demonios que me molestaban: el silencio, el miedo, la hipocresía, el oportunismo de la gente; tenía que sacar esas viñetas de la realidad hacia fuera porque si no, me muero, me ahogo. Pero después me di cuenta de que mucha gente me leía y que tenía un grado de responsabilidad muy grande al narrar mi realidad. Entonces siempre trataba de mantener la ‘no violencia verbal’. Por ejem-plo, cuando voy a referirme a la autoridad de mi país digo el “Gobierno de Cuba”, pues puede parecer un gobierno ilegal pero yo no uso esos adjetivos incendiarios, esas palabras que después de que se dicen cualquier diálogo se rompe. Quiero que en mi país haya una solución pacífica gradual, no traumática, donde no existan víctimas. No me gusta encender el fuego de la crispación social. Mi rol vendría siendo arrojar luz a una zona de la realidad cubana que ha sido, durante muchos años, silenciada y olvida-da por los medios oficiales. En la medida

voy a hablar, no voy a opinar, porque enton-ces quizás mi hijo no vaya a la universidad. Ahí están los mecanismos del terror.

¿Qué está pasando con la sociedad civil en Cuba?

Hace dos años la sociedad civil en Cuba estaba en una etapa embrionaria, ahora podemos decir que estamos en pañales, pero algo hemos alcanzado. Hay una gran parte que todavía no se ha autotitulado sociedad civil pero ya está funcionando como tal. No hay que olvidar tampoco que toda labor artística, política, económica, necesita una infraestructura material, y ese es el punto donde el gobierno cubano todavía tiene un control bastante fuerte y limita mucho el desarrollo de la sociedad civil. Cuando tú ves un lugar donde no se puede alquilar un local para reunirse, donde no puedes crear un periódico alternativo, donde no puedes fundar un grupo, ya eso limita bastante. Pero tenemos la tecnología. En el mundo hay un proceso de democratización de la tecnología, el espacio virtual, está suplien-do esa falta física que todavía demora.

¿Cómo ves a la oposición?

A mí no me complica llamarla disidencia, debido a que muchas de las personas que hoy están haciendo la labor opositora estuvieron en algún momento involucra-das en las labores estatales, y fueron gente que creyó y después se desilusionó. Porque eso es disentir, haber adoptado algún credo, ya sea político, religioso y de pronto alejarse de él y comenzar a mirarlo más críticamente. Ahora bien, la oposición en sí misma es partidista, tiene programas de cambio.

¿Hay partidos políticos opositores?

Hay muchos partidos políticos oposito-res, la gama liberal, ya sean liberales de izquierda, demócratas cristianos, etc. Lo que pasa es que en un país en donde no está permitido el pluripartidismo estos partidos tienen que vivir en un nivel de clandestinidad que limita un poco su discusión y su accionar. La política cuesta dinero, ya que un político necesita infraes-tructura, necesita transporte, organizar conferencias, reunir a los militantes de su partido, etc. Cuando tú no puedes hacer eso, pues la política opositora pasa a una zona subterránea de la realidad que el gobierno coarta, penetra a través de la policía política, distorsiona y más, es muy difícil ser un opositor político además de la carga de represión que tiene.

¿Pero los opositores están, como dicen, cada uno por su lado?

Eso es una vieja discusión, pero parte por la cual no están más unidos de lo que se podría desear es porque la policía política ha hecho una labor muy fuerte de dispersión. Esta dispersión no es porque no hay una intención real de unirse, porque al momen-to de que ha habido un punto que los aglutine se han aglutinado, cuando, por ejemplo, se muere Orlando Zapata Tamayo, todos se unieron en indignación. Por lo tanto, no es que haya una proclivi-dad a la desunión, el problema es que vivimos en un régimen totalitario, con una estructura muy bien definida y con un líder, que durante 50 años fue Fidel Castro y que ahora intenta tomar ese puesto su herma-no Raúl. Ante regímenes así, estructuras similares son muy frágiles. La atomización a veces es un mejor método de lucha, te lo digo por la blogos

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Yoani Sánchez conversa con Julio Isamit, presidente de IRP

fera. Si mañana a nosotros nos da por fundar la asociación blogueros de Cuba, nombrar un presidente, nos dura 6 meses. Porque entonces el gobierno ataca la figura principal, dinamita las bases, pene-tra gente. Mi experiencia es que la dispersión, para combatir un sistema así, a veces logra ser más efectiva. Los descoloca más y los confunde. Quizás cada uno tiene un peda-cito de muro que está empujando, y en algún minuto lo lograremos echar abajo, si a lo mejor nos unimos, en la puerta nos aniquilan.

¿Cuál es la esperanza que tienes para Cuba en los próximos años?

Esto no tiene para 50 años más. Yo soy una persona pesimista en el corto plazo y muy optimista a largo plazo. Pesimista a corto plazo porque me doy cuenta que en las altas esferas de poder en Cuba, no hay ninguna intención de transitar a un camino democrático real. Todos estos ajustes, reformas y pequeños cambios que se han hecho, están encaminados a preservar el poder. En la medida que estas reformas atenten contra aquellos que mantienen el timón en sus manos, lo van a cancelar y lo van a frenar. Y lo que me da la impresión es que es que este extremo nos pueda lanzar al otro extremo, a algo despiadado donde la gente no quiera oír hablar de sindicato, porque para ellos eso es representación del Estado frente a los obreros y no de los obreros frente al Estado. Donde se puedan dar todo tipos de atropellos laborales y legales, donde la gente se lance a un apeti-to de consumo voraz después de 50 años de racionamiento y escasez, donde la gente se lance a un desenfrenado consumo.

Quiero un país democrático pero con sindicatos, quiero un país democrático pero con sociedades ciudadanas, quiero un país democrático pero donde las perso-nas más desfavorecidas, ya sea por problemas físicos, por problemas familia-res y sociales tengan una oportunidad entregada por el Estado, no quiero un sistema despiadado que nos devore a todos. Me preocupa que pueda evolucio-nar en esa dirección porque este es mi país y me quiero quedar a vivir aquí. Cuba es un país que en pleno siglo XXI no tiene conflictos regionales, lingüísticos, religiosos porque aquí habitan pacífica-mente católicos, protestantes y santeros, etc. Un país que además no tiene conflic-tos étnicos. ¿Qué país en el mundo puede decir que esta carente de estos conflictos? Pocos, pero además de eso estoy en una isla ubicada en el mar Caribe, que está cerca del Ecuador, con un montón de satélites encima que deberían favorecer la comuni-cación y la conectividad de sus habitantes con el mundo, y si además esa isla tiene un clima hermoso, una tierra fértil, gente talentosa con energía, eso tiene que terminar en un país donde la gente quiera quedarse a vivir. Ésa es mi esperanza, si lo llego a vivir con 80 años o con 50 no lo sé, pero sé que lo voy a vivir.

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