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 La humanidad ha sufrido el azote de las epidemias a lo largo de toda su historia, la peste fue tristemente célebre en la Europa medieval y aún hoy la humanidad no está a salvo de viejas enfermedades de rápida transmisión o, peor aún, de nuevos padecimientos igualmente contagiosos. En nuestro pas se recuerdan como las más devastadoras las epidemias de viruela durante la con!uista, la in"uenza espa#ola a principios del siglo $$ y la epidemia de cólera de %&''. ( est a úl tima hace referencia el t tulo de este art culo, buscando información sobre otro tema en los archivos parro!uiales, llamó mi atención una nota titulada con g randes caracter es )* poca m emorable+ Esta nota, misma !ue reproduzco dice Epoca memorable Hoy 19 de Julio del presente año de 1833 fue invadido éste Pueblo por la terrible Epidemia del Cholera orbus sacri!cando las victimas "ue en se#uida se ver$ n% y entonces fue cuando la pi edad rel i#i osa del &r ' Cura P$r roco( manifest) su desinterés por lo respectivo a dros' *e entierros' En la página siguiente -gura aneada al libro una circular remitida por el gobierno del estado de /uanajuato y !ue también transcribo Por comuni caciones "ue ha recibido este +obierno ha lle #ad o a su conocimiento "ue el Cholera,morbus ha invadido la -ep.blica( apareciendo por  primera ve/ en el Canton de 0ampico de 0 amaulipas( y a.n hay "uien ase#ure "ue se ha deado ya sentir en la 2illa de 0 ula de a"uel mismo Estado' na noti ci a de esta naturale/a ha ll amado la at enci)n del mismo +obierno( "uien encar#ado de cuidar la salud p.blica del Estado ha tomado sin  perdida de tiempo todas las providencias "ue ha creido convenientes( si no  para evitar en lo absoluto el acceso del mal( si al menos para "ue sus estra#os se di sminuyan todo lo posi ble' Ent re las medi da s "ue si n duda son m$s necesarias( un es en mi concepto la de "ue a los sepulcros se les de la m$4ima  profundidad "ue se pueda( para "uitar de esta manera ese principio de corrupci)n "ue in5uir6a muy poderosamente en los pro#resos de la epidemia% y estando 6ntimament e persua dido de "ue los sentimiento s de d' En obse" uio de la humanidad en nada pueden ceder a los "ue mencionan a este +obierno( dirio a ' la presente comunicaci)n ecsitando esos mismos sentimientos( y suplicando a ' se sirva tomar sus mas activas providencias al obeto a "ue de o enuncia do( " uedando con la con!a n/a de " ue contr ibuir$ ' a mis deseos( no solo co n la eecuci)n d e esta medida( sino con todas a"uella s otras

epidemia 1833 en chamacuero

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Análisis de la epidemia de cólera morbus en Chamacuero y su documentación en libros parroquiales.

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La humanidad ha sufrido el azote de las epidemias a lo largo de toda su historia, la peste fue tristemente clebre en la Europa medieval y an hoy la humanidad no est a salvo de viejas enfermedades de rpida transmisin o, peor an, de nuevos padecimientos igualmente contagiosos. En nuestro pas se recuerdan como las ms devastadoras las epidemias de viruela durante la conquista, la influenza espaola a principios del siglo XX y la epidemia de clera de 1833. A esta ltima hace referencia el ttulo de este artculo, buscando informacin sobre otro tema en los archivos parroquiales, llam mi atencin una nota titulada con grandes caracteres poca memorable Esta nota, misma que reproduzco dice:Epoca memorableHoy 19 de Julio del presente ao de 1833 fue invadido ste Pueblo por la terrible Epidemia del Cholera Morbus sacrificando las victimas que en seguida se vern; y entonces fue cuando la piedad religiosa del Sr. Cura Prroco, manifest su desinters por lo respectivo a dros. De entierros.

En la pgina siguiente figura anexada al libro una circular remitida por el gobierno del estado de Guanajuato y que tambin transcribo:

Por comunicaciones que ha recibido este Gobierno ha llegado a su conocimiento que el Cholera-morbus ha invadido la Repblica, apareciendo por primera vez en el Canton de Tampico de Tamaulipas, y an hay quien asegure que se ha dejado ya sentir en la Villa de Tula de aquel mismo Estado.Una noticia de esta naturaleza ha llamado la atencin del mismo Gobierno, quien encargado de cuidar la salud pblica del Estado ha tomado sin perdida de tiempo todas las providencias que ha creido convenientes, si no para evitar en lo absoluto el acceso del mal, si al menos para que sus estragos se disminuyan todo lo posible. Entre las medidas que sin duda son ms necesarias, un es en mi concepto la de que a los sepulcros se les de la mxima profundidad que se pueda, para quitar de esta manera ese principio de corrupcin que influira muy poderosamente en los progresos de la epidemia; y estando ntimamente persuadido de que los sentimientos de Ud. En obsequio de la humanidad en nada pueden ceder a los que mencionan a este Gobierno, dirijo a U. la presente comunicacin ecsitando esos mismos sentimientos, y suplicando a U. se sirva tomar sus mas activas providencias al objeto a que dejo enunciado, quedando con la confianza de que contribuir U. a mis deseos, no solo con la ejecucin de esta medida, sino con todas aquellas otras que le dicte su celo y estime conducentes al importante fin de favorecer la salud pblica, en que por todos aspectos debemos tomas con particular y muy decidido inters. Esta ocasin me proporciona la de reiterar U. todo mi aprecio y consideraciones.-Dios y Libertad. Guanajuato.Junio 26 de 1833.Manuel BarandaVicente Partida

Sor. Cura JuezEcco. de Cahamacuero.

La ltima anotacin, en la parte inferior izquierda del documento, parece indicar a quin se dirigi la circular; la abreviatura Ecco. no significa Excelentsimo sino Eclesistico. Manuel Baranda, como sabemos, fue gobernador de Guanajuato y un destacado poltico liberal. Pero eso no es todo, dijimos en artculos anteriores que las fuentes documentales nos proporcionan informacin incluso ajena a los fines por los que tales fuentes fueron escritas, en este caso, hojeando unos das antes del 19 de Julio de 1833, las defunciones en Chamacuero, al menos las que se registraban en este libro ocurran una cada dos o tres das, es decir que podan pasar dos o tres das sin que nadie falleciera. Queriendo ser matemticamente precisos podemos aclarar que en el segundo trimestre de 1833, es decir durante abril, mayo y junio de ese ao, hubo 41 decesos en Chamacuero, es decir, en promedio 1 cada 2.28 das.Que una epidemia se declare debe ser devastador para los pobladores de una ciudad, cuando una enfermedad que ya se esperaba se declara la alarma debe ser mucho mayor. Aunque no fue esta una epidemia a nivel nacional, si estuvo presente en muchas ciudades de la repblica, las crnicas que describen el suceso en dichas ciudades, plasman siempre una imagen lgubre de calles abandonadas, casas donde slo se escucha el lamento de los enfermos y los panteones rebosantes de cadveres. No s qu tanto estas descripciones sean aplicables en nuestro pueblo, lo que es evidentes es que cualquier lugar en donde la mortandad se dispare varias veces el desaliento y la preocupacin deben abrumar a los habitantes. Durante la poca memorable que, de acuerdo con la nota citada, da inicio el 19 de julio las defunciones se multiplican al grado de que hay das que se da sepultura a treinta personas, otros das veinte, quince, siendo el peor da el 30 de julio cuando fueron sepultadas treinta y cinco personas. Me imagino el pasmo y la depresin que producira ver fluir cuerpos y cuerpos hacia el cementerio, casi uno detrs de otro, como presagiando el propio destino de quienes atestiguaron tan dolorosas escenas.La siguiente tabla nos da una idea del comportamiento de esta epidemia durante el tercer trimestre de 1833.

Como puede observarse el periodo crtico va del 20 de julio al 8 de agosto, notndose una disminucin continua de la mortandad hasta el da 12 de agosto, si bien el nmero de defunciones diarias continu siendo anormalmente alto, la sola noticia de que estuvieran disminuyendo las muertes debi traer una luz de esperanza para los chamacuerenses de entonces. Hacia mediados de septiembre la mortandad estaba en los niveles previos a la epidemia, tan es as que al trmino del tercer trimestre, en el mismo libro se registra una escueta nota que dice:Hasta aqu ses en su totalidad la epidemia de Colera Morbus.En tres meses murieron 530 personas en Chamacuero, un incremento de la mortandad del 1260%. En trminos generales, las regiones afectadas vieron mermada su poblacin en un 10%, es decir que la epidemia se cobraba una dcima parte de las vidas de los habitantes en esos lugares. Creo que en nuestro pueblo el porcentaje fue mayor, no creo que Chamacuero haya tenido 5,000 habitantes en 1833, as que el impacto de la epidemia pudo ser de hasta un 25%.En estos das el clera sigue presente en el mundo y han existido epidemias hace muy pocos aos, afortunadamente hay medicamentos para curarla y las medidas para evitar la muerte por deshidratacin suelen ser muy efectivas, del mismo modo se sabe que las medidas de higiene son fundamentales para evitar el contagio y las condiciones higinicas de nuestros das son, necesariamente, mejores que las de 1833. Aun as no deja de ser irnico que el contagio se produzca por el consumo de agua o vegetales contaminados. Del mismo modo las heces de los contagiados son la principal forma de transmisin entre seres humanos. Si las personas de hace casi doscientos aos lo hubieran sabido, con unas pocas medidas precautorias hubieran disminuido el contagio y con ello la mortandad. Y lo menciono porque casi cien aos despus una epidemia ms vertiginosa y letal azot el mundo entero y contra tal mal (la influenza espaola) las medidas precautorias que pudieran haberse tomado eran menos y menos eficientes.