Espaa, fabricante y exportadora de muerteGervasio Snchez, un fotgrafo terribleGervasio Snchez no tiene problemas en gritar a los cuatro vientos que Espaa tambin es partcipe de la barbarie que retrata en sus fotos : "Todos los gobiernos espaoles desde el inicio de la transicin encabezados por los presidentes Suarez, Calvo Sotelo, Felipe Gonzlez, Aznar y Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas espaolas a pases con conflictos internos o guerras abiertas"

Snchez no se siente atrado por la guerra. "A ningn periodista le atrae. Es el fracaso absoluto del hombre".

Sofa tiene 25 aos y a los 11 perdi las piernas por culpa de las minas terrestres antipersona sembradas en Mozambique. Su imagen, recostada en el suelo junto a su hija, representa el horror y el dolor de la guerra. Cada cierto tiempo ha de cambiar las prtesis, pero no tiene dinero. Su lucha por la supervivencia es una muestra de dignidad". La mozambiquea Sofia Elface Fumo Con esta fotografa gan Gervasio Snchez el premio Ortega y Gasset

Vidas minadas.El camboyano Sokheurm Man con su mujer Nin Lin y su hijo Enero (su nombre original es en espaol)

El bosnio Adis Smajic en una operacin de ciruga esttica en la clnica Quirn de Barcelona en octubre 2004

El bosnio Adis Smajic con Nadia Vreto, su mujer desde el pasado mircoles 21 de noviembre de 2007

Vidas minadas.La colombiana Mnica Paola Ojeda qued ciega y manca con 7 aos

son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. La mozambiquea Sofia Elface Fumo, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequea colombiana Mnica Paola Ojeda, que se qued ciega tras ser vctima de una explosin a los ocho aos,

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en pases desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el

pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las vctimas de la minas y al desminado.

Vidas minadas.El kurdo-iraqu Fanar Zekri reza a la entrada de su casa

Vidas minadas.Una hermana junto a las protesis del kurdo-iraqu Fanar Zekri

Una prtesis hecha con bambu en Camboya Una mina PMN2 (Rusia)

Es verdad que todos los gobiernos espaoles desde el inicio de la transicin encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe Gonzlez, Jos Mara Aznar y Jos Luis Rodrguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas espaolas a pases con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas espaolas al mismo tiempo que el presidente incida en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas espaolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergenzo de mis representantes polticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia est en quiebra, y como l, yo tambin tengo un sueo:que, por fin, un presidente de un gobierno espaol tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro pas, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Sierra LeonaEl misionero Chema Caballero dirige desde 1999 un centro de acogida, rehabilitacin y reinsercin de antiguos nios y nias soldados en Sierra Leona, pas considerado por Naciones Unidas como el ms pobre del mundo. Esta triste historia la cuenta Gervasio en su libro Salvar a los nios soldados.

Nios soldados:cruel padecimiento de estos nios que, secuestrados por los grupos guerrilleros que asolan y saquean el pas, son utilizados por estas guerrillas para diferentes y trgicas funciones.

Desde que fueran usadas por primera vez por la Unin Sovitica en 1942 contra tanques alemanes, las bombas de racimo han dejado ms de 13 mil heridos o muertos en todo el mundo. En su mayora en Laos, Vietnam, Afganistn, Irak y el Lbano.

Esperemos que el cobarde silencio de este armamento no se haga extensivo a los polticos. No sirva para amparar a los que se dedican al perverso negocio de fabricarlas y venderlas. No acalle la voz y el derecho de las vctimas, pretritas y futuras

En el sur del Lbano, tras la guerra entre Israel y Hezbol de 2006. Los nios que las cogan del campo pensando que se trataba de juguetes o de frascos de perfumes, por sus pequeas dimensiones y por esa suerte de lazo que algunos modelos llevan en la parte superior. Nios que en aquellos tiempos eran regularmente ingresados en los hospitales, mutilados, muertos. Por qu Israel, ya en retirada y con la Resolucin 1701 bajo el brazo, decidi lanzar 1,2 millones de bombas de racimo durante los ltimos tres das de combate? Por qu decidi dejar semejante rastro de ignominia cuando ya haba plantado ms de 400 mil minas antipersona durante los 22 aos de ocupacin del pas de los cedros?

Cada vctima de la guerra tiene derecho a contar su drama. Todo el mundo tiene la obligacin de escuchar su historia, clama Gerva pidiendo que cesen las ventas de armas a zonas de conflicto.

Yo soy simplemente un fotgrafo que documenta las grandes tragedias que ocurren en este mundo, un mundo bastante poco generoso con gran parte de la poblacin".

El fotoperiodista Gervasio Snchez lleva aos denunciando la cara ms cruel de los conflictos blicos. Desde Sarajevo a Sierra Leona. Uno de los temas sobre los que ms ha insistido es el de las minas antipersona. As surgi Vidas minadas, publicado en 1997, Cinco aos despus (2003) y este ltimo 2007 Diez aos despus, todos editados por Blume y con los derechos de la venta de estos libros destinados a apoyar un proyecto de reinsercin de mutilados por las minas antipersona. Acompaado por una exposicin que ha visitado varias ciudades espaolas, Vidas minadas ha recibido una mencin de honor del jurado de este premio http://www.vidasminadas.com/castellano/pagina1.htm

El problema: las minas antipersona

Las minas terrestres antipersona son artefactos explosivos diseados para herir o matar a personas. En sus inicios fueron empleadas para evitar la desactivacin de las minas antitanque y para proteger determinadas zonas estratgicas. Pero se hicieron tan populares, que su uso y produccin se generalizaron en todo tipo de conflictos. Una variedad son las bombas de racimo, que al abrirse dispersan una gran cantidad de pequeas bombas, muchas de las cuales no estallan en el acto. Arrojadas desde el aire o sembradas sin control, las minas antipersonal pueden permanecer activas indefinidamente. Como su sembrado generalmente no se realiza de manera controlada, no siempre hay informacin de la cantidad de minas que hay diseminadas ni las reas minadas, lo cual hace muy compleja y cara la limpieza de las zonas minadas (localizar y destruir cada mina tiene un coste medio de unos 770 euros). Cuando estallan, no distinguen entre civiles o combatientes, nios o trabajadores humanitarios, lo cual hace que provoquen un gran dao en la recuperacin posblica para el futuro desarrollo econmico de los pases. Las minas antipersonal estn expresamente prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), cuya misin es reducir al mximo el sufrimiento humano, limitando el tipo y el uso de las armas en un conflicto para evitar sufrimientos innecesarios, proteger a la poblacin civil, a los prisioneros de guerra y a los combatientes heridos.

El problema: las vctimas Las minas antipersona, al permanecer activas durante mucho tiempo, siguen siendo peligrosas una vez terminado el conflicto blico. Las estimaciones oficiosas indican que se producen entre 15.000 y 20.000 nuevas explosiones cada ao por causa directa de las minas o municin sin explotar, muchos de ellos en pases que ya no estn en conflicto armado. Sus principales vctimas son los civiles, personas que trabajan la tierra, que recogen lea en el bosque o que, simplemente, transitan por una carretera o camino. Y muy a menodo, son tambin nios, que ajenos al peligro que corren se convierten en vctimas de estas armas terribles. La historia de algunos de nuestros protagonistas nos lo demuestra, como Sofia Elface o Mnica Paola. A pesar de que el Tratado de Ottawa ha conllevado avances importantes, en los ltimos ocho aos se ha informado oficialmente sobre cerca de 58.000 nuevas vctimas. Afganistn, Angola, Bosnia-Herzegovina, Burundi, Camboya, Colombia o Iraq son los principales pases afectados, donde se produce un mayor nmero de amputaciones y accidentes mortales. Las vctimas necesitan una atencin completa durante el resto de su vida, que incluye no slo la intervencin mdica de urgencia, sino rehabilitacin fsica y apoyo psicolgico para su reinsercin social y laboral en las mejores condiciones.

El problema: el Tratado de Ottawa Tras la denuncia continuada de un grupo de organizaciones internacionales, junto al apoyo de millones de personas y la apuesta de varios gobiernos, el 3 de diciembre de 1997 se publicaba en Ottawa la Convencin sobre la Prohibicin del Empleo, Almacenamiento, Produccin y Transferencia de Minas Antipersona y sobre su Destruccin, que entr en vigor dos aos despus. Su objetivo era y es aliviar el sufrimiento humano que ocasionan cada da las minas antipersona en todos los rincones del mundo. Desde entonces, la Campaa Internacional para la Prohibicin de las Minas Antipersona (ICBL por sus siglas en ingls) se encarga de velar por los avances en el cumplimiento de la convencin, documentndolos anualmente y denunciando su incumplimiento. Al Tratado de Ottawa, como comnmente se conoce la convencin, se han adherido 151 pases, tres ms lo han firmado, estando an pendientes de ratificacin, mientras que 40 Estados continan fuera del mismo. Desde la firma del tratado, hace ya 10 aos, se han producido innumerables mejoras: se estima que se han eliminado entre 85 y 90 millones de minas antipersona almacenadas, de las que 39,5 millones se encontraban en posesin de los Estados parte del Tratado de Ottawa. Adems, el nmero de pases productores se ha reducido de 50 a 13 en la actualidad. Ha descendido significativamente el nmero de pases que las utilizan y ha bajado en general su comercio internacional. Adems, desde la entrada en vigor del Tratado se ha logrado limpiar cerca de 2.200 kilmetros cuadrados de terreno en algunos de los pases ms afectados, como Afganistn, Iraq, Camboya, Sudn y Angola, por lo que el nmero de vctimas ha disminuido significativamente. Y, gracias tambin a las inversiones nacionales e internacionales para la erradicacin de las minas, se ha reducido de 84 a 78 el nmero de pases afectados.

El proyecto: el libro El proyecto fotogrfico de Gervasio Snchez se plasma en varios libros de fotografas de vctimas de las minas, editados por Blume. Vidas Minadas (1997) Cinco aos despus (2002) Vidas Minadas diez aos despus (2007) Todos los derechos de la venta de estos libros van para apoyar un proyecto de reinsercin de mutilados por las minas antipersona. Siete mutilados, originarios de algunos de los pases ms afectados por el problema : Angola, Mozambique (Sofia Elface), Afganistn, Camboya (Sokheurm Man), Nicaragua, El Salvador (Manuel Orellana) y Bosnia-Herzegovina (Adis Smajic), ponan en 1997 rostro a este drama; En la edicin de 2007, los siete vuelven a aparecer en compaa de dos testimonios ms recientes, de Irak (Fanar Zekri ), Colombia (Mnica Paola), Afganistn (Firoz Ali Alizada y Medy Ewaz Ali) y Camboya (Mao Rattanak). Nuevos y antiguos conflictos confluyen a travs de los rostros de algunas de sus vctimas en un mensaje comn: queda mucho por hacer en la carrera contra las minas.

Una exposicin itinerante basada en el material fotogrfico del libro, recorrer diversas ciudades de Espaa con el objetivo de concienciar a la opinin pblica, medios de comunicacin y a la poblacin en general, pero tambin a la clase poltica y a las instituciones, sobre los estragos de estas armas mortferas. Como hace diez aos, varios de los protagonistas del libro asistirn a la presentacin del proyecto, prevista para el martes 27 de noviembre en la sede del Instituto Cervantes, en Madrid. El proyecto: la exposicin

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