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DIRECTRICES PARA LA ELABORACION DE ESTUDIOS POBLACIONALES DE ALIMENTACION Y NUTRICION Grupo de Expertos. José R. Banegas (l), Fernando Villar (1), Enrique Gil (l), M. Luz Carretero (2), Ignacio Arranz (21, Javier Aranceta (3), Lluis Serra-Majem (4), Juana M. Rabat (5), Fernando Rodríguez Artalejo (6), Joan Sabaté (7), Clotilde Vázcluez (S),Alberto Armas (9),José R/I. Martín-Moreno (lo), Consuelo López-Nomdedeu (ll), Olga hloreiras (12), Jesús Vioque (13), Joan Quiles (í3), Ana Sastre (14) y Paloma Soria (14) PRESENTACION Juan José Francisco Polledo Director General de Salud Pública Es interks de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio dc Sanidad y Consumo facilitar a los organismos y profe- sionales. interesados en la confección y de- sarrollo dc estudios de alimentación y nutricicín en el ámbito poblacional, directri- ces metodológicas que permitan la elabora- ción de los mismos con criterios homogéneos, a fin de procurar la comparabilidad de los estu- dios que se realicen. Con este objetivo, la Dirección General dc Salud Pública, a iniciativa de la Comisión de Sa- lud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, convocó un gru- po de expertos que, tras un proceso de con- senso desarrollado de Octubre de 1993 a Junio de 1994, llegó a la elaboración del documento que se presenta. En el mismo se relieren, ade- más, las experiencias más notables habidas en estecampo en Españay sus Comunidades Au- tónomas. así como en otros países occidcnta- les. La finalidad, que en último tkrmino se persigue, es favorecer la orientación de la política y educación que sobre nutrición de- ben llevar a cabo tanto el Ministerio de Sa- nidad y Consumo como las Comunidades Autónomas.

Estudios poblacionales

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  • DIRECTRICES PARA LA ELABORACION DE ESTUDIOS POBLACIONALES DE ALIMENTACION Y NUTRICION

    Grupo de Expertos.

    Jos R. Banegas (l), Fernando Villar (1), Enrique Gil (l), M. Luz Carretero (2), Ignacio Arranz (21, Javier Aranceta (3), Lluis Serra-Majem (4), Juana M. Rabat (5), Fernando Rodrguez Artalejo (6), Joan Sabat (7), Clotilde Vzcluez (S), Alberto Armas (9),Jos R/I. Martn-Moreno (lo), Consuelo Lpez-Nomdedeu (ll), Olga hloreiras (12), Jess Vioque (13), Joan Quiles (3), Ana Sastre (14) y Paloma Soria (14)

    PRESENTACION Juan Jos Francisco Polledo

    Director General de Salud Pblica

    Es interks de la Direccin General de Salud Pblica del Ministerio dc Sanidad y Consumo facilitar a los organismos y profe- sionales. interesados en la confeccin y de- sarrollo dc estudios de alimentacin y nutricicn en el mbito poblacional, directri- ces metodolgicas que permitan la elabora- cin de los mismos con criterios homogneos, a fin de procurar la comparabilidad de los estu- dios que se realicen.

    Con este objetivo, la Direccin General dc Salud Pblica, a iniciativa de la Comisin de Sa-

    lud Pblica del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, convoc un gru- po de expertos que, tras un proceso de con- senso desarrollado de Octubre de 1993 a Junio de 1994, lleg a la elaboracin del documento que se presenta. En el mismo se relieren, ade- ms, las experiencias ms notables habidas en este campo en Espaa y sus Comunidades Au- tnomas. as como en otros pases occidcnta- les.

    La finalidad, que en ltimo tkrmino se persigue, es favorecer la orientacin de la poltica y educacin que sobre nutricin de- ben llevar a cabo tanto el Ministerio de Sa- nidad y Consumo como las Comunidades Autnomas.

  • 1. INTRODUCCION

    La valoracin del consumo de alimentos 12 ingesta de nutrientes es un tema de crecien- 1-e inters en el campo de la salud pblica, r:omo un medio importante para fundamen- l.ar y orientar la poltica alimentaria y de nu- lricin y como mtodo predictivo para determinar el estado de salud de las poblacio- nes. Este inters queda realzado por el hecho (de que en las ltimas dcadas han ocurrido Iconsiderables cambios en los patrones dietti- IZOS de Espaa y de sus Comunidades Autno- mas (F. Sabat 1984, Mart-Henneberg et al 1987, Villalb et al 1988, Moreiras et al 1990, Cabrera et al 1990, Serra-Majem et al 1993). Estos cambios afectan tanto a la ingesta ener- gtica y a algunos de los principales grupos de alimentos, como a Ios modos y maneras de alimentarse (comer fuera del hogar, etc).

    Adems, la utilidad del conocimiento del consumo alimentario poblacional se deriva de que algunos importantes problemas de salud relacionados con la dieta, como la hipercoles- terolemia, la hipertensin arterial, la obesidad y sus enfermedades asociadas, principalmente las cardiovasculares, presentan una magnitud considerable en Espaa (Banegas et al 1993, Villar et al 1993, Serra-Majem 1993). Los pla- nes y programas de salud pblica en algunas Comunidades espaolas recogen entre sus reco- mendaciones la implementacin de una estrate- gia diettica efectiva como un medio capital de prevenir, con una aproximacin esencialmente primaria, fas enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en Espaa y sus Co- munidades Autnomas.

    La diversidad de diseos y mtodos de recogida de datos de los estudios dietticos dificulta la comparacin y evaluacin de los mismos. En realidad, cada mtodo tiene sus ventajas y limitaciones, y muchas veces una combinacin de varios de ellos puede ser la mejor opcin, dependiendo de los objetivos que se persigan (Cameron et al 1988, Willett 1990, Margetts et al 199 1, Bingham 199 1, Barrett-Connor 199 1, Friedenrich et al 1992, J. Sabat 1992 y 1993, Martn-Moreno et al

    1993, Serra-Majem et al 1994). Adems de las diferencias en los mtodos de estimacin del consumo alimentario utilizados en las distintas encuestas dietticas, las diversas ta- blas de composicin de los alimentos usadas para estimar la ingesta de nutrientes y los di- versos estndares empleados para determinar la adecuacin diettica, dificultan adicional- mente la comparacin de tales encuestas (Ca- meron et al 1988, Willett 1990, Bingham 199 1, Barrett-Connor 1991, Friedenrich et al 1992, J. Sabat 1992 y I993).

    2. OBJETIVOS

    Por todo lo anterior, este documento tie- ne como objetivo general proporcionar di- rectrices y requisitos bsicos para el diseo, desarrollo y ejecucin de estudios de ali- mentacin y nutricin que describan el con- sumo individual cn la poblacin de Espaa o en sus Comunidades Autnomas.

    Se intenta presentar algunos de los proble- mas inherentes a la elaboracion de estudios de alimentacin y nutricin, as como establecer recomendaciones en cuanto al tipo de encuesta diettica, tablas de composicin de alimentos, manera de presentar los resultados, etc. Todo ello con el fin de mejorar la comparabilidad de los estudios que se estn planeando o se pue- dan realizar en un futuro prximo.

    Esto se hace prosiguiendo la labor ya emprendida por varios grupos profesionales en Espaa (p.e., Direccin General de Con- sumo de la Generalidad Valenciana 199 1).

    Estos vorecer:

    objetivos generales pretenden fa-

    u) La realizacin de encuestas nacio- nales y regionales de alimentacin y nutricin.

    ) El conocimiento y la comparacin de la ingesta media y la distribucin po- blacional de la ingesta de alimentos y nutrientes en las diversas regiones y grupos socioeconmicos, y su adecua- cin a las recomendaciones dietticas.

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  • Grupo dc Expcms

    en encuestas nacionales y regionales, as como en estudios epidemiolgicos en diver- sos pases (Cameron et al 1988, Willett 1990).

    Aunque la comparabilidad absoluta entre los datos obtenidos en distintas regiones solo se logra mediante estudios nacionales, en Espaa no se ha realizado ninguna encuesta de este tipo representativa a nivel nacional, a excepcin de una encuesta de hbitos de vida donde se preguntaba sobre frecuencia de consumo de 17 grupos de alimentos (Gil et al 1992) y de un estudio sobre lpidos y su relacin con hbitos dietticos (Ministerio de Sanidad y Consumo 1993). Sin embargo, algunas Comunidades Autnomas (por ejemplo, Catalua, Pas Vasco, Murcia, Na- varra y Canarias) ya vienen realizando desde hace unos aos encuestas de alimentacin y nctricin en sus mbitos geogrficos respecti- vos (Generalidad de Catalua 1988, 1994, Aranceta et al 1990, 199 1, Violans et al 199 1, Sagredo et al 199 1, Sierra et al 1990). Otras re- giones estn actualmente trabajando en ellas (Alicante, Madrid y Valencia) (Aranceta et al 1994a, 1994b). Por ltimo otras, como Anda- luca y Galicia, han analizado especficamente para su regin las fuentes de informacin que ya estaban disponibles (Encuestas de Presu- puestos Familiares, etc.) (Briones et al 199 1).

    4. CONSIDERACIONES METODOLOGICAS Y RECOMENDACIONES

    4.1. Mtodos de encuesta diettica

    La decisin sobre el mtodo o mtodos a utilizar en encuestas como las abordadas en este documento debe tener en cuenta los siguientes aspectos: el propsito del estudio, la poblacin objetivo de estudio, la exactitud del mtodo o mtodos utilizables y los recursos disponibles.

    Sobre los dos primeros aspectos, la finali- dad de las encuestas dietticas que se sugiere en este documento es la descripcin del consu- mo de alimentos y nutrientes (ingesta media) de la poblacin de una regin (Comunidad Au-

    tnoma) y su distribucin segn diversas ca- ractersticas sociodemograficas y sanitarias y en relacin con las recomendaciones diet- ticas. Para la descripcin de la distribucin de la ingesta, como ya se coment, son nece- sarios mtodos que manejen datos individuales, aunque dentro de stos hay al menos cuatro ti- pos principales, que se describieron anterior- mente (Cameron et al 1988, Block et al 1989, Willett 1990, Margetts et al 1991, Bingham 199 1, Barrett-Connor 199 1, Friedenrich et al 1992, J. Sabat 1992, 1993, Martn-Moreno et al 1993, Serra-Majem et al 1994).

    Deben valorarse adems los aspectos de coste-efectividad (costes de todo tipo) a la luz de los recursos disponibles y la exactitud de cada uno de estos mtodos, considerando adems que puede ser ms importante para estudios como los propuestos conseguir una alta tasa de participa- cin de los sujetos de estudio que una informa- cin muy precisa sobre la cantidad (peso) de los alimentos ingeridos en una muestra no repre- sentativa de la poblacin de estudio.

    En este sentido (tabla l), los registros o dia- rios dietticos (por pesada o por estimacin), que miden la ingcsta actual de alimentos, son los ms exactos pero los ms costosos de imple- mentar y suelen conllevar bajas tasas dc coo- peracin y distorsin de la ingesta habitual.

    Los recuerdos de 24 horas estiman el consu- mo inmediato y son econmicos. Aunque un solo recordatorio no estima el consumo habitual de un individuo, s refleja razonablemente el promedio (aunque no para todos los nutrientes) de un grupo poblacional, si bien la dispersin puede ser importante. El consumo de alcohol y el de suplementos vitamnico-minerales suponen dos excepciones al uso til de los recuerdos.

    Los cuestionarios de frecuencia de consumo y las historias dietticas recogen la ingesta pasa- da, sea reciente (meses) o remota (varios aos). DC este modo un cuestionario de frccucncia in- dica la frecuencia habitual de consumo. Es rela- tivamentc sencillo, rpido de administrar y econmico, aunque requiere un gran csfuerLo para su desarrollo y necesita ser validado en

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    cada poblacin en que se use, si las circuns- tancias no son similares (J. Sabat 1993).

    Una combinacin de dos mtodos, segn las experiencias habidas en diversos pases y regio- nes (USDHHS 1981, USDA 1987, Cameron et

    al 1988, Generalidad de Catalua 1988, Aranceta et al 1990, J. Sabat 1993) podra ser ms informativa y ms precisa. As, en Estados Unidos se utiliz un recuerdo de 24 horas (dos en la actual) y un cuestionario de frecuencia de consumo en la Encuesta Nacional de Salud y

    TABLA 1

    Ventajas e inconvenientes de diversos mtodos de estimacin de la ingesta diettica individual

    VENTAJAS INCONVENIENTES

    RECORDATORIO DE 24 HORAS

    El tiempo de administracin es corto. El procedimiento no altera la ingesta habitual del individuo. Un solo contacto es necesario. Recordatorios seriados pueden estimar la ingesta habitual de un individuo. Puede usarse con personas analfabetas. Su costo es moderado, especialmente si la entrevista se realiza por telfono.

    Un solo recordatorio de 24 horas no estima la ingesta habitua1 un individuo Es difcil de estimar con precisin el tamao de las porciones. Depende de la memoria del encuestado. Entrevistadores entrenados son necesarios para administracin.

    DIARIO DIETETICO

    Precisin en la estimacin o clculo de las porciones ingeridas. El procedimiento no depende de la memoria del individuo.

    El individuo ha de saber leer, escribir y contar. Requiere mucho tiempo y cooperacin por parte del encuestado, especialmente el registro por pesada. Los patrones de ingesta habitual pueden ser influenciados o cam. biados durante el perodo de registro. La precisin del diario disminuye al aumentar el nmero de das consecutivos. El costo de codificacin y arulisis es elevado.

    CUESTIONARIO DE FRECUENCIA DE CONSUMO

    Puede estimar la ingesta habitual de un individuo. El desarrollo del instrumento (cuestionario) requiere un esfuerzc Rpido y sencillo de administrar. considerable y mucho tiempo. El patrn de consumo habitua1 no se altera. Dudosa validez en la estimacin de la ingesta de individuos o No requiere entrevistadores entrenados. grupos con patrones dietticos muy diferentes de los alimentos Costo de administracin muy bajo, especialmente si se realiza de la lista. por correo. Ha de establecerse la validez para cada nuevo cuestionario y Capacidad de clasificar individuos en categoras de consumo, til poblacin. en estudio epidemiolgicos. Requiere memoria de los hbitos alimentarios en el pasado.

    Poca precisin en la estimacin y cuantificacin de las porcione de alimentos. El recordatorio de la dieta en el pasado puede estar sesgado por 1 dieta actual. El tiempo y las molestias para el encuestados aumentan de acuer do al nmero y complejidad de la lista de alimentos y los proce dimientos de cuantificacin.

    HISTORIA DIETETICA

    I Puede dar una descripcin ms completa y detallada de la ingesta alimentaria habitual que los otros mtodos. I Requiere un entrevistador muy entrenado, generalmente dietista. un I I Puede usarse en personas analfabetas. Requiere tiempo y mucha cooperacin por parte del entrevistado. El coste de administracin es elevado. No existe una manera estndar de realizar la historia diettica. I Rev San Hig Pb 1994, Vo1 68, No. 2 251

  • Nutricin (USDHHS 198 1). Estrategias si- milares se han empleado tambin en otros estudios como el de la Regin de Nova Scotia en Canad (McLean et al 1993) y en las encues- tas de Catalua (Generalidad de Catalua 1988, 1994) y Pas Vasco (Aranceta 1990). Un slo re- cuerdo de 24 horas y un registro de tres das se utiliz en la Encuesta norteamericana de Cc )nsumo Alimen- tario (USDA 1987). Con ello se puede dibujar un cuadro razonable de la frecuencia cualitativa y semicuantitativa del consumo de alimentos ha- bitual de la poblacin y una estimacin cuantita- tiva de la ingesta reciente de nutrientes, pero es necesario considerar las cuestiones referidas en los apartados que siguen, tales como el n- mero de recuerdos necesarios, la estimacin y ajuste de la variacin intraindividual de la in- gesta diettica, etc.

    En otros estudios, como el realizado en Espaa denominado CAENPE (Consumo de Alimentos y Estado Nutricional de la Pobla- c in Escolarizada) tambin se emplearon ticnicas mixtas: dos das de recuerdo de 24 horas (domingo y jueves) y dos das de regis- tro (martes y mircoles). Este estudio se va- lid mediante comparacin con el mtodo de pesada (Grupo CAENPE 1994, Vzquez et al 1994).

    As mismo,en el estudio multicentro SE- NECA, que estudi la nutricin y la salud de las personas de edad en 12 pases de Europa, entre ellos Espaa, se utiliz una tcnica de 24 horas de recuerdo, 3 das de registro y una frecuencia de consumo y validacin (Nes et al 1991).

    RECOMENDACIONES

    Se debera, en

  • DIRECTRICES PARA LA ELABORACION DE ESTUDIOS

    Ninguna tabla de composicin de alimen- tos es exhaustiva. De manera tentativa, se enumeran en referencias bibliogrficas posi- bles tablas a utilizar (USDA 1963, Soucci et al 1981, Fidanza 1984, Renaud 1986, Andujar et al 1990, Jimnez Cruz 1990, Fenberg et al 199 1, OECD 199 1 , Holland et al 199 1, Morei- ras et al 1993, Mataix 1994. Soria 1994). De entre ellas algunas son tablas forneas acre- ditadas (Holland et al 199 1), y otras son ta- blas elaboradas en Espaa (Moreiras et al 1993, Mataix 1994). Estas ltimas necesitan ser complementadas, sobre todo para ali- mentos elaborados, y deben tener en cuenta las peculiariedades regionales y el contenido en algunos nutrientes especficos (Martn Delgado 1994).

    RECOMENDACIONES

    Se debe procurar que las tablas de com- posicin de alimentos empleadas sean, en la medida de lo posible, las mismas para los di- versos estudios que se emprendan, sin perjui- cio de utilizar informacin especfica cuando fuera necesario.

    En tanto se dispone de tablas espaolas ra- zonablemente completas y exactas se deben te- ner en cuenta algunas consideraciones. Se debera trabajar, a ser posible, con tablas que contengan datos analticos originales. En segun- do lugar se trabajar con tablas bibliogrficas (Mataix 1994, etc.).

    Se considera que el nmero mnimo de tems alimentarios contenidos en las tablas que se confeccionen sea de unos 300, siendo deseable unos 500. Los parmetros de nutri- cin que se consideran como mnimos se enumeran en el apartado 4.4.

    Se debe considerar tambin el apoyo infor- mtico para el anlisis de nutricin (Hoover 1988, Diet Analyzer 1990, Wander 1990, PCSP 1990, Aguilar 1991, Sastre 1992. Soria 1993, DIETECA 1993). El programa de anli- sis de nutrientes que se utilice, aunque sea fle- xible, debera tener una relacin especfica con cl cuestionario de consumo de alimentos que se emplee. Debe asimismo considerarse la

    base de datos de nutrientes, basndose en al- guna de las existentes informatizadas, en tanto no se disponga de una propia.

    4.3. Comparacin con las recomendaciones dietticas

    La valoracin de la adecuacin de las in- gestas reales de energa y nutrientes puede hacerse comparndolas con las llamadas RDA (Recommended Dietary Allowances), tambin conocidas como ingestas recomen- dadas (IR) o recomendaciones dietticas (RD), e.d. las cantidades que debe contener la dieta para satisfacer las necesidades de energa y nutrientes de los individuos de un grupo poblacional. Al comparar la ingesta real de energa y nutrientes con las RD, se evitar sobreestimar las diferencias entre ambas, dado que las RD se fijan, en algunos casos, hasta en dos desviaciones estndar por encima de la media de requerimientos para la mayora de los individuos (Cameron et al 1988, NRC 1986). La valoracin en l- timo trmino de la adecuacin nutricional, requiere, adems, conocer los indicadores biolgicos del estado nutricional (ver aparta- do 4.5).

    Utilizar recomendaciones formuladas para el conjunto de Espaa parece razonable y sera til en todas sus regiones y comunida- des. Como referencia general pueden sealarse estimaciones de IR realizadas en Espaa (Ins- tituto de Nutricin del CSIC 1987, 1994) y las de FAO/OMS (FAO 1985, James et al 1990). Tambin cabe sealar la iniciativa existente para la elaboracin de unas recomendaciones dietticas europeas (CEC 1992).

    Es asimismo interesante considerar posi- bles colectivos poblacionales en riesgo de inadecuacin nutritiva (determinados grupos de edad y sexo, grupos con ciertos niveles educativos y socioeconmico, etc), lo que debe de tenerse en cuenta tambin a la hora del diseo del estudio (consideracin de so- bremuestreo de estos grupos, etc.).

  • Grupo de Expcr1s

    Tambin pueden establecerse comparacio- nes de la ingesta actual con objetivos de nutri- cin para la poblacin, tales como los de OMS (WHO 1990). Estas metas complementan, no sustituyen a las IR, anteriormente comentadas.

    RECOMENDACIONES

    Para facilitar la evaluacin de la adecua- cin diettica en las diversas regiones deben utilizarse, en lo posible, estndares semejan- tes de recomendaciones dietticas.

    En este sentido, se considera deseable que sean elaboradas por expertos recomendaciones dietticas nacionales para Espaa, actualizan- do las hasta ahora publicadas (CSIC).

    Las Ingestas Recomendadas se pueden complementar con los objetivos nutriciona- les poblacionales (Ministerio de Sanidad y Consumo 1989, WHO 1990).

    Para determinados nutrientes como el calcio, hierro, etc., pueden, no obstante, uti- lizarse puntualmente otras recomendaciones que se crean ms oportunas.

    4.4. Caractersticas bsicas del diseo del estudio y recogida de datos

    Algunos de los problemas metodolgicos de las encuestas dietticas son comunes con los existentes en las encuestas sobre otros te- mas. A estos problemas se aaden los especfi- cos inherentes a las dificultades que entraa el conocimiento de la dieta.

    En este apartado se abordan especfica- mente las cuestiones que pueden afectar a la comparabilidad de las diversas encuestas dietticas entre s.

    RECOMENDACIONES

    Antes de comenzar el estudio deben estar perfectamente establecidas todas las fases del mismo, garantizando su viabilidad y fi- nanciacin.

    La poblacin a estudiar podra cubrir en principio a todos los grupos de edad, pero es ms realista hacer encuestas para nios, en- cuesta de adultos y encuestas para ancianos.

    Se recomienda que en los nios se des- glosen las caractersticas estudiadas por aos de edad. En edades posteriores se sugiere que se agrupen los rangos de edad en dca- das desde los 15 o 20 hasta los 70 aos. Esta clasificacin, tan razonable como cualquier otra, permite adicionalmente la comparabili- dad con algunos de los principales estudios realizados en otros pases. Este esquema de edad debe tenerse en cuenta desde el princi- pio en el muestreo que se planifique.

    La forma de obtener la poblacin origen de la muestra debe basarse en censos o pa- drones, y la tcnica de muestreo debe ser probabilstica (aleatoria), en la medida de lo posible. Para el muestreo debe buscarse ase- soramiento estadstico profesionalizado desde el comienzo del estudio. Esto mismo se aplica a los criterios de estratificacin (tipo de habi- tat, etc.), el margen de error muestral, el nivel de precisin requerido y el tamao de la muestra (muestra terica, anticipando la fal- ta de respuesta, y real).

    Debe aprovecharse la capacidad de los medios de comunicacin de masas para in- formar y mejorar la respuesta de la pobla- cin potencial, candidata a participar en un estudio de alimentacin y nutricin.

    Dada la dificultad para la cooperacin de los nios y ancianos deben considerarse los incentivos pertinentes que permitan incre- mentar la respuesta. En nios menores de 12 aos y ancianos incapacitados se puede utili- zar las respuestas de la madre o un familiar, respectivamente.

    Asimismo, de cara a satisfacer el dere- cho de informacin de los sujetos de investi- gacin y para mejorar la participacin y cooperacin en futuros estudios, los resulta- dos de los estudios de alimentacibn y nutri- cin que se lleven a cabo deben ser comunicados a los individuos que participen en los mismos. Si esto no es posible, los re-

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  • DIRECTRICES PARA LA ELABORACION DE ESTCDIOS

    sultados deben hacerse pblicos en medios cercanos a los propios sujetos y siempre en lenguaje inteligible para ellos.

    Se aconseja utilizar como parmetros 0 indicadores nutrientes mnimos, por ser ms facilmente evaluables, los siguientes:

    cr) Reparticin energtica, en forma de densidad de nutrientes y con rela- cin a las RD.

    h) Media y desviacin estndar de energa y nutrientes.

    Estos incluyen lpidos totales y cidos grasos saturados, monoinsaturados y poliin- saturados, colesterol, protenas, hidratos de carbono (especificando los simples), fibra, vitaminas (cido flico, Br, Bz, niacina, Bg, Bt2, C, E, A y D), hierro, calcio, fsforo, iodo, magnesio, zinc, selenio, sodio y pota- sio. Se debe especificar si el estudio va a in- cluir o no el alcohol.

    Adems debe explicitarse si el consumo de alcohol est incluido o no en el clculo del porcentaje de energa aportado por los principios inmediatos, siendo preferible pre- sentar su consumo por separado.

    Deben considerarse tambin desde el co- mienzo del estudio las variables sociodemo- graficas y de salud mnimas a estudiar y la forma de medirlas con las clasificaciones de referencia.

    El equipo necesario para la realizacin de las encuestas debe ser, siempre que sea posible, el mismo en las diversas fases del estudio en que intervenga especficamente.

    La seleccin y entrenamiento del perso- nal encuestador son aspectos claves de la cali- dad de las encuestas. Se debe recalcar la necesidad de conducir cl proceso por profesio- nales y la utilidad de los manuales de forma- cin, que deben ser desarrollados previamente y deben contener instrucciones sobre cmo administrar los recuerdos, tccnicas de entre- vista, recogida de informacin dictctica, etc.

    Debe dcfinirsc el perfil de los encucsta- dores y la forma de capacitxin de los mis-

    mos. Debe asimismo controlarse a un por- centaje de los encuestadores como medida adicional de control de calidad.

    El trabajo de campo debe considerar el reclutamiento de los sujetos de estudio (con- tacto y consentimiento), el estudio piloto y el estudio definitivo. Los instrumentos de me- dida del consumo alimentario y el posible cuestionario de conocimientos y actitudes deben ser desarrollados y probados antes de su utilizacin en la encuesta. Deben estable- cerse las fases de realizacin del estudio, cada una con su duracin (cuntos y qu das estudiar), la tcnica de recogida de datos con su forma de administracin (entrevista per- sonal o por telfono, autoadministracin por correo, etc.) y el nmero de veces que se ad- ministra.

    Por ltimo, debe considerarse el estudio de la validacin de los mtodos utilizados, la descripcin de la metodologa de anlisis, incluyendo la posible correccin de errores de medida y la presentacin de los resultados bsicos (ver indicadores nutrientes y su for- ma de presentacin ms arriba en el texto) a efectos de comparacin con otros estudios (Steel 1980, Beaton 1983, Cameron et al 1988, Willett 1990).

    4.5. Informacin suplementaria

    Las encuestas alimentarias pueden com- plementarse con datos sociodemogrficos e indicadores del estado de nutricin, lo que incluye datos antropomtricos (peso, talla, pliegues cutneos, etc), determinaciones de laboratorio, encuesta de conocimientos, acti- tudes, hbitos y preferencias sobre alimenta- cin y nutricin, etc. Estas informaciones deben cstandarizarse. Todo esto, en conjun- to. constituye un estudio de nutricin ms completo.

    Los mtodos que puedan ser cruentos para obtener informacin sobre el estado de nutricin de los individuos de una poblacin, sobre todo en nios y ancianos, deben cm- plcarsc asegurando la salvaguarda de los

    Re\, San Hig Ph 1994. \ol 6X. No. 2

  • principios Cticos propios en seres humanos.

    de la investi gacin

    Es muy til tambin recoger informacin sobre ciertos hbitos de vida como el consu- mo de tabaco y de alcohol y el nivel de acti- vidad fsica.

    La confeccin de las encuestas de cono- cimientos y otros aspectos sociolgicos re- quiere asesoramiento especializado (Axclso et aI 1992). Ademhs la encuestacin de estos aspectos debe contemplar espccficamcntc a cada grupo de edad. Deben ser averiguados los conocimientos sobre la composicin de 10s alimentos que permitan hacer sustitucio- nes o modificaciones cn la prktica diettica, las actitudes hacia el papel general de la die- ta en relacin con las enfermedades cardio- vasculares, las actitudes respecto a las barreras sociales y personales para cambiar o manipular la dieta, etc.

    5. REFERENCIAS

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