EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS Y SALARIOS ...EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS Y SALARIOS ARAGONESES ENTRE 1300-1430 Femando Zulaica Palacios Uno de los aspectos que mejor nos puede ayudar a comprender

EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS Y SALARIOS ARAGONESES ENTRE1300-1430

Femando Zulaica Palacios

Uno de los aspectos que mejor nos puede ayudar a comprender la situa-ción socioeconómica de una colectividad en un momento determinado es elconocimiento de los precios y salarios en que aquélla se desenvolvió. Lasoscilaciones, tanto en los precios como en los salarios, podían tener unas cau-sas económicas, pero también unas evidentes consecuencias sociales'. De ahíel interés en el análisis de ambos factores que siempre han de ponerse en inti-ma relación, pues es necesario conocer el alcance de uno para comprender elsignificado del otro, y ambos tienen que inscribirse en un contexto tanto eco-nómico como sociaP. Desde esta perspectiva, el estudio de la historia de losprecios nos debe servir para ilustrar y comprender la evolución de la historiaeconómica. Pero no podemos tener la pretensión de considerar que los pre-cios y salarios son los ŭnicos indicadores válidos. El hambre, las epidemias,las guerras, los enfrentamientos feudales, la violencia seriorial y campesina,la presión fiscal, la intervención de las Cortes, son también manifestacionespolíticas, sociales y económicas de la crisis.

Los estudios sobre precios y salarios no son muy frecuentes, pues el prin-cipal obstáculo para realizarlos suele ser la falta de datos suficientes. En oca-siones se pueden conocer datos aislados de precios o de salarios, pero si nose ponen en conexión entre sí y, a su vez, dentro de un contexto socioeconó-mico, el significado de los mismos es más bien escaso. El dato de un precioo de un salario aislado nos dice muy poco, pues no podremos comprender el

Kula realiza una sintesis sobre la investigación histórica de los precios. KULA (1974), pp. 403-480.

2. IZQUIERDO BENITO (1983), pág. 9.

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alcance económico de aquél si no conocemos el poder adquisitivo de éste.Para realizar este tipo de estudios es necesario contar con series, lo más com-pletas posible, de datos de ambos elementos para mejor analizar su evolucióna lo largo de un periodo amplio. Desgraciadamente, la documentaciónmedieval no es lo suficientemente completa a este respecto. La obra deHamilton es pionera. Hay muchos estudios posteriores que mejoran los erro-res cometidos en términos metodológicos. Por ello, «a la luz de estas diversasconquistas, es posible reiniciar el trabajo que Hamilton había realizado»'.

Estas consideraciones nos llevan a plantearnos la posibilidad de interpre-tar la evolución de la economía del reino de Aragón en el siglo XIV ya que, lahistoriografía clásica, al analizar la actividad económica de la Corona deAragón en los dos ŭltimos siglos de la Edad Media, presta atención casiexclusiva a la evolución de la economía catalana y, en especial, a las oscila-ciones de su tráfico mercantil mediterráneo 4 sin que «el resto de los territo-rios» de la Corona «y sus posibles aportaciones a la trayectoria comŭn seantenidos en cuenta»5.

Zaragoza es una ciudad centro de una amplia comarca de la que conflu-yen un conjunto de productos que se comercializan en el mercado 6 urbano yque nos aporta documentalmente un buen nŭmero de datos que considera-mos representativos, si no de todo Aragón, sí de buena parte de él, al estarenclavada en el centro del eje formado por el Ebro, principal vía de comuni-cación y comercialización, sobre todo en lo que hace referencia a productosde gran volumen como son todos los cereales. Si a esto unimos el hecho deque Aragón es un territorio eminentemente agrícola con una gran dispersiónde su población, no existiendo grandes ciudades al margen de la citada, elvalor de los datos aportados y del análisis que de ellos podamos hacer puederesultar suficientemente representativo desde el punto de vista económico7.

Partiendo del conocimiento que tenemos de las transformaciones que seestán perfilando, de los datos concretos y especificamente referidos al reinoaragonés, de la existencia en la ciudad de un mercado representativo del nivelde precios alcanzados en un entorno amplio y, finalmente, de los aconteceres

3. WOLFF (1978), pág. 78.4. La evolución de la vida económica de los paises de la Corona comprende tres fases sucesivas:

crecimiento (1137-1282), apogeo (1282-1348) y periodo de dificultades (1348-1410).RENOUARD (1962), pág. 234.

5. SESMA MUÑOZ (1986), p. 335.6. »En el sistema feudal, el mercado es reducido e imperfecto y no influye demasiado en la explo-

tación económica». Esto nos obliga a ponderar los precios de mercado ya que a él acudían sóloparte de los productos. KULA (1974), pág. 165. En este mismo sentido de ponderar la impor-tancia del mercado ha incidido GALLEGO MARTINEZ (1991), pág. 46.

7. »Si la unidad económica básica de la alta Edad Media europea había sido el seriorío, esto yahacía tiempo que había sido superado, en importancia económica, por la ciudad local con sumercado e hiliterland». DE VRIES (1979), pá g . 45.

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800

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600 L'

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Valores nominales

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históricos que se producen de modo concomitante con lo anterior, pretende-mos conocer cuáles fueron las fluctuaciones económicas, reflejadas en losprecios y salarios, que se dieron en el reino de Aragón en el siglo XN y deter-minar asi, en lo que sea posible, los cambios que en el poder adquisitivo y elnivel de vida soportaran los regnicolas a lo largo del siglo, asi como compro-bar si la evolución del reino de Aragón es similar a la de otros reinos no sólode la Corona de Aragón o de la Peninsula, sino del resto de Europa.

La documentación examinada nos facilita obtener un conjunto de datoscuantitativos que nos permiten construir una serie de indicadores con los quepoder comprender el movimiento económico. Pero no siempre es posiblehacer un estudio para cada uno de los indicadores cuantitativos, y es precisoproceder a sistematizar los datos más significativos a fin de descubrir losmovimientos de conjunto. En la realización de esta tarea es necesario proce-der con una metodologia adecuadas.

Gráfico 1 9. Precio nominal del trigo (1276-1428).

‘..0 — C•1 rn C) in n.Z n0 oO n0C-- — tn ,z1- vz, t"-- 00 C'n CD c•Irq en cr) en r--, en r<-., en d- d-- — — — — — — — — —

8. Para conocer la elaboración de las series ver ZULAICA (1994).9. Elaboración propia a partir del cuadro 1 del apéndice estadistico.

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La evolución de los precios, en términos nominales, en el siglo XIV mues-tra claramente la adaptación de Aragón, en lo referente a la agricultura, conlas tendencias que se han observado para una gran parte de paises europeos,aunque con un signo diferente. Las crisis cerealistas de los arios 1317 y 1333tienen aquí su reflejo, aunque sus efectos deben ser ponderados y no consi-derados como en el caso del resto de paises, en que han recibido la denomi-nación de catastróficas. En Aragón, por el contrario, no hay constancia de undescenso productivo en estas fechas, y será la escasez de grano de los paiseslimítrofes la que de lugar a un incremento de la demanda, empujando los pre-cios al alza. El incremento, en una primera aproximación, parece ser conse-cuencia de un aumento de la demanda externa más que de la posible escasezde mercancía, convirtiendose Aragón en suministrador de grano a los paísesperiféricos de la Corona, dando así comienzo a partir de los arios 1316-1318,como observa Cuvillier, el principio de una política nacional y social del trigoy la integración de Tortosa (y los cereales del Ebro) en esta polítical°.

Gráfico 2. Media móvil precios nominales del trigo (1276-1428)500 _

450 7:

400

350

300

250

200

150 z'

100E.

50

0 :

10. CUVILLIER (1970), pp. 113-130.11. Elaboración propia a partir del cuadro 1 del apéndice estadístico.

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Un hecho importante que hemos podido resaltar del análisis realizado esque, coincidiendo con el final de siglo, observamos un cambio en la duraciónde los ciclos agrarios. Desde comienzos del siglo, la duración rondaba alre-dedor de los diez arios, si exceptuamos el periodo bélico de 1350-1377, sien-do bastante regulares en la primera parte del siglo y con ciertas irregularida-des en las dos ŭltimas décadas que atribuimos a circunstancias muy concre-tas. Sin embargo, a partir de 1400 los ciclos que hemos construido u con lasseries de precios tienen una duración más corta, situándose en torno a loscinco arios. La explicación a esta nueva situación hay que buscarla en laadaptación del campo aragonés a una nueva coyuntura económica. La dis-minución en los ritmos de cambio en las fluctuaciones de los precios, quepasan de diez a cinco arios, debemos entenderla como consecuencia de laintegración de la economía aragonesa en estructuras de tipo comercial.Prueba de la importancia que adquiere el comercio como elemento de pro-greso económico es la abundante legislación que reglamenta las actividadeseconómicas, así como la existencia de una red de producción artesanal den-tro de la ciudad desde principios del siglo, que permitirá «en los momentosfinales del siglo XIV, alcanzar una productividad difundida en áreas aleja-das», dando lugar a un cambio cualitativo en los modos productivos. Aragóndejará de ser un mero exportador de materias primas, para pasar a producirla mayor parte de las mercancías para su consumo.

Valorar con exactitud la existencia de este cambio, así como el momentoen que se produce, hace necesario recurrir a las variaciones en los precios,indicadores básicos, que nos ayudarán a conocer mejor la evolución seculanTrataremos de dar respuesta a esta cuestión y_para poder realizar dicho aná-lisis nos basaremos en los resultados obtenidos tras el cálculo de los índicesde precios ponderados así como de los índices de salarios. Segŭn nuestroscálculos el índice de precios experimenta una subida desde el valor 100 al 240aproximadamente, lo que representa una tendencia alcista en torno al 140%para el total de 130 arios estudiados. En lo que se refiere al índice de salarios,la variación se sitŭa entre los valores 115 y 340, con un incremento total del225%*. Esto es, un alza superior en un 85% a los valores alcanzados por elíndice de precios. Es precisamente esta circunstancia la que interesa resaltadel comportamiento de los precios y los salarios: el diferente ritmo en la tasade crecimiento de los dos índices. Atendiendo a este hecho, podemos con-templar la existencia de dos fases separadas por el punto en que los índicesse cruzan.

La primera mitad del siglo, y para ser más exactos hasta el ario 1354, fechade comienzo de la guerra con Castilla, el índice de salarios está por debajo delíndice de precios. No sólo se da esta circunstancia sino que el ritmo de evo-

12. Ver ZULAICA (1994).

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600— Indice de precios ponderados

- Indice de salarios

- Curva de tendencia calculada sobreel indice de precios ponderados

— Curva de tendenciacalculadasobre el indice de salarios

300 —

200 —

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500 —

400 —


lución es también diferente. Mientras los precios tienden al alza a lo largo detoda esta primera mitad, con un ritmo muy constante, los salarios comienzanel siglo con una ligera tendencia a la baja que encuentra su punto de infle-xión en torno a 1315 y que acelera su ritmo de crecimiento a partir de la ter-cera década del siglo XIV. En un computo global de los dos índices, el alzaexperimentada en este primer periodo significa pasar de un valor 100 a unvalor de 190 aproximadamente.

La segunda mitad del siglo y el primer tercio del siglo XV, representan unasituación opuesta con la anterior. En este periodo los índices de salarios estánpor encima de los índices de precios. No sólo eso, sino que el ritmo de creci-miento de los salarios en superior al de los precios. En el caso de los preciosse pasa de un valor cercano al 200 a un índice en torno a 245, mientras queen los salarios, el punto de partida es el mismo para llegar, al final del perio-do, a un índice cercano al 340. Existe por lo tanto una diferencia de casi 100puntos entre los dos índices. Esta diferencia se hace más patente si conside-ramos que el índice de precios se estabiliza a comienzos del siglo XV, cesan-do su tendencia alcista, mientras que en el caso de los salarios, la tendenciaalcista no se interrumpe hasta la segunda década del siglo XV.

Gráfico 3 13 • Tendencia general precios ponderados y salarios(1300-1430).

0 1......1111".11:: nve nn na: o" ::::::::::: Irtl y::::: 1/11”1111/111....1. "11,1111"

1300 1314 1332 1342 1352 1363 1373 1383 1393 1403 1413 1425

13. Elaboración propia. Los datos corresponden al cuadro 2 del apéndice estadístico.

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Es claro, pues, la existencia de dos grandes periodos en la evolución deestos dos indices a lo largo de los 130 arios considerados. Sin embargo, alconsiderarlos en su conjunto, las tasas de crecimiento obtenidas en cada unode estos periodos pueden ser engariosas, conviniendo, por tanto, diseccionartan largo plazo, para poder analizar, de forma más exacta, la magnitud deincremento operada en cada uno de los periodos. Para poder realizar esteanálisis, hemos dividido la serie no en dos sino en tres subperiodos, marca-dos por cambios en los valores: 1300-1354, 1355-1377 y 1378-1430.

En el primero de los periodos, 1300-1354, podemos observar cómo se pro-duce una tendencia alcista tanto en los precios como en los salarios en losveinte primeros arios del siglo, coincidiendo con el reinado de Jaime II (1291-1327). Alza mayor en los salarios, ya que parten de indices inferiores a los delos precios. Los valores alcanzados por los salarios se multiplican por algomás de dos entre 1300 y 1320, mientras que los precios se incrementan encerca de un 60%. Los arios posteriores a 1320 muestran tendencias disparesentre precios y salarios. Mientras los precios alcanzan una gran estabilidad,que hace que sus indices se mantengan con variaciones casi imperceptibleshasta el final de este periodo, los salarios, por contra, siguen una tendenciade ligero descenso en los arios treinta y aceleran su descenso en los arios querestan de este periodo, situándose en el ario 1354 en el indice 100 aproxima-damente. El resultado final del comportamiento de los dos indices a lo largode todo este tramo es muy similar al ser la tendencia de incremento de losprecios de un 55% frente a un 40% en el caso de los salarios aunque su evo-lución haya sido diferente.

Precisamente, esta diferente evolución es lo que nos permite estableceralgunas conclusiones en lo relativo a la tendencia. Son los primeros arios delsiglo los que manifiestan una tendencia alcista muy fuerte tanto en salarioscomo en precios, debido sobre todo a dos causas. La primera seria los bajosprecios alcanzados por las mercancías a principios del siglo, consecuencia dela deflación experimentada tras la época inflacionista de buena parte del ŭlti-mo tercio del siglo XIII. En segundo lugar, los altos precios de algunos pro-ductos, sobre todo los cereales, alcanzados en torno a 1313-1315, fechas enlas que, como sabemos, se produce la gran crisis de subsistencia del sectoragrario europeo. Estas dos circunstancias dan lugar a una tasa de crecimien-to muy alta que pensamos es necesario ponderar en un sentido más acordecon lo acontecido en el resto del periodo.

El reinado de Jaime acusa un clima de recuperación", tras las convulsio-nes de la Unión e inaugurará un periodo de relativa calma que se extenderáa la mayor parte de su mandato' s; pero es también en este primer cuarto del

14. A ello contribuye sin duda el que en el año 1308, el papa Clemente V disuelve la Orden delTemple y el rey aragonés puede disponer de parte de sus rentas. UBIETO ARTETA (1969), pág.100.

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siglo XIV cuando surgen, inequivocamente, motivos suficientes para detectarlas causas del retraso económico del reino, los desequilibrios acusados de lasociedad y, acaso más disimuladamente, el anquilosamiento de algunas insti-tuciones. No es este el momento de incidir en los desequilibrios sociales y elanquilosamiento institucional; si queremos, en cambio, abundar en la consi-deración de las cir‘ cunstancias que condujeron a un primer cuarto del sigloXIV en el que, bajo una aparente tranquilidad y concordia, se acumularonindicios que manifiestan una coyuntura dificil en lo económico' 8 a pesar deque no transcendieran aparentemente a la realidad cotidiana. Y, en este sen-tido, las Cortes, recién establecidas institucionalmente después de una pri-mera fase de formación y consolidación, con la incorporación definitiva dealgunas representaciones estamentalmente, como la Iglesia y las universida-des, recogen la inquietud ante las deficiencias y carencias financieras de laCorona, la quiebra del potencial económico del reino y la pérdida del poderadquisitivo de los particulares.

Las Cortes corroboran, a través de sus actuaciones, la inquietud por lascarencias financieras de la Corona''. En primer lugar hay un deseo de fijaralgunas rentas destinadas a la casa real, tales como los peajes y las derivadasde las salinas y de las aljamas; aunque en el intento de recomposición' 8 de laHacienda Real, dispersa y descontrolada hasta la fecha por las m ŭltiples alie-naciones y dispendios, sobresalen como muestras espectaculares, la fijaciónde fronteras del reino y la reglamentación del impuesto del monedaje, el cualcomenzará a considerarse como un impuesto ordinario y periódico despuésde que, durante el siglo XIII, apenas se respetase y regulase adecuadamente'9.Dicho impuesto se regularizará en cuanto a su percepción septenal y en cuan-to a la infraestructura administrativa necesaria para ello, tratándose de unaexacción ordinaria, asumida sin resistencia y bastante extensiva, a pesar delas exenciones propias de la época. Pero, aparte de esta referencia indiscuti-ble, algunas asambleas, como la de 1325, reflejan la queja por la presión fis-cal a la que los sŭbditos aragoneses se veian sometidos 20 . El Privilegio

15. «Un periodo de respiro se obsem a comienzos del siglo XIV como consecuencia de los nue-vos mercados creados con la incorporación de Sicilia y Cerdeña; pero si esta circunstancia fuebeneficiosa en principio para Aragón, acabaría siendo desastrosa al encontrarse con un grancompetidor dentro de la Corona para la exportación de trigo». CORRAL (1987), pág. 187

16. Jaime II tuvo que frenar la usura de los judíos que hacia 1300 era ya demasiado elevada.CORRAL (1987), pág. 189

17. En 1300 y 1301 se celebraron Cortes para recabar ayudas extraordinarias En las de 1307 seaprobaron medidas fiscales. SARASA y ORCASTEGUI (1985), pp. 36 y 37; a este respecto sonbásicos los trabajos que sobre Cortes publicó GONZALEZ ANTON (1978 y 1989).

18. ZURITA (1978), pág. 158.19. ZURITA (1977), pág. 588; En 1302 encontramos documentos que nos “permite asegurar que

este monarca tuvo especial interés por reglamentar definitivamente el impuesto del moneda-je». ORCASTEGUI (1983), pág. 114.

20. Entre 1307 y 1325, las Cortes concedieron subsidios extraordinarios al monarca y reglamen-taron diversas medidas fiscales al objeto de hacerlas verdaderamente efectivas y eficaces.SARASA y ORCASTEGUI (1985), pág. 38.

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General de Aragón, confirmado en el ario 1325" y elevado a Fuero por PedroIV en 1348, recoge aspectos económicos importantes como son la libertad deinstalación de alhóndigas, esto es, casas de compra-venta de trigo, para pro-teger la libertad de comercio; libertad de comercio y de exportación de pro-ductos que estaban vedados como el trigo, el aceite y los caballos; libertad detransporte de mercancías, previo pago de los peajes establecidos pero prohi-biendo que se instalaran nuevos peajes, especialmente para el trigo y el vino,así como para otras mercaderías y para la moneda por las que no se solíasatisfacer22 . En el contexto económico, aparte de algunas medidas socio-polí-ticas que se pueden incluir en el mismo, destacaríamos la resistencia a admi-tir nuevos impuestos por parte de los contribuyentes, la fijación de la mone-da jaquesa o la admisión de la confiscación real tan solo en caso de traiciónmanifiesta.

También el empobrecimiento del reino es manifiesto. Se constata, por•ejemplo, un empobrecimiento monetario acusado, persiguiéndose la fabrica-ción de falsa moneda y su, al parecer, habitual utilización. Otros pormenoresal respecto son la fijación del derecho de sucesión, debido a la abundancia dedesheredados, la modificación de las condiciones del préstamo usurario",prohibiéndolo a los cristianos y rebajando al máximo el interés, la prohibi-ción a los nobles de exigir cenas y otros servicios en las villas del reino, algohabitual al parecer, la prohibición de disminuir pesos y medidas, de alimen-tar las arcas privadas con exacciones ilegales o el freno al establecimiento dealgunos monopolios en determinadas actividades". Hay que abundar en lasmedidas adoptadas para frenar la crisis económica que refleja una situacióndificil y negativa a través de otras fuentes propiamente económicas o admi-nistrativas, más coincidentes con una realidad cotidiana y constatable nosólo a través de las reacciones provocadas o suscitadas en las institucionesrepresentativas o en la actividad legislativa, sino también a través de la acti-vidad económica propiamente dicha, como las alusiones a malas cosechas, aposibles abusos en la comercialización de los paños, al levantamiento de laprohibición de exportar mercancías reservadas o al intento de reducir lamendicidad y los robos como actividad cotidiana y medio de vida frecuente.Deduciéndose una sensación general de crisis que afecta a todas las clasessociales. Del empobrecimiento general del reino se desprende, asimismo, elempobrecimiento particular y la pérdida del poder adquisitivo.

21. ZURITA (1978), pág. 22822. SARASA SANCHEZ (1984), pág. 69.23. En el año 1326 se recosie en una carta real la referencia a la existencia de una reglamentación

de los intereses de los préstamos, pidiéndose que se ponga en práctica. BOFARULL y ARIAS(1854), fol. 274.

24. Hay una tendencia clara a la agremiación tanto en Castilla como en la Corona de Aragón, enel siglo XIII y principios del XIV. FALCON PEREZ (1991), pág. 201; En 1311 se dictan medi-das para evitar la constitución de monopolios que puedan perjudicar a los consumidores.CANELLAS LOPEZ (1970-1971), pág. 128.

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El reinado de Alfonso el Benigno (1327-1336) supone el inicio de la crisiscon la agitación social, la escasez de subsistencias", y la guerra de Génova,así como las dificultades en Cerderia. En 1328, el monarca hace estatuto deno enajenar ninguna cosa de los reinos por tiempo de 10 arios, ya que el rey,su padre, había dado no solo a sus hijos sino también a «diversas personasque le habían senfido, muchas villas y castillos y grandes derechos y rentasde la corona, y otros se había vendido para pagar sus deudas, y las rentas rea-les estaban tan menoscabadas y disminuidas que convenía al estado real y albien de sus reinos que lo que restaba se conservase en la corona. En el esta-tuto prometía que no enajenaría ninguna ciudad, ni castillo ni lugar en lostres reinos, ni la jurisdicción civil o criminal ni el mero y mixto imperio, nifeudo ni derecho alguno; ni lo daría o emperiaría ni lo separaría de la coronareal» 26 . El peso del estamento nobiliar, consolidador de un modelo de estruc-tura económica, va a retrasar ostensiblemente la consolidación de una bur-guesía poderosa que tan apenas la encontramos en la capital del reino, dondetodavía existe un buen nŭmero de labradores que tienen poco que ver conactividades productivas del sector secundario o terciario.

El reinado de Pedro IV (1336-1387) es en el que se va a patentizar clára-mente las dificultades antes apuntadas incluso antes de que se produjera elepisodio de la peste negra. El erario se encontraba prácticamente agotado ya ello contribuiría sin duda las enajenaCiones que del patrimonio se habíanrealizado en el periodo anterior y que se seguirían realizando como forma definanciamiento del monarca, así como las continuas contiendas bélicas enque Aragón se vió inmerso. Reflejo de la situación serán el intento de refor-ma emprendido por el monarca, así como las dificultades que tuvo parapagar los sueldos de sus tropas en 1343 antes de pasar al Rosellón" y, asímismo, durante este mismo año, pide a los de Zaragoza, Teruel, Daroca yCalatayud, dinero para la camparia contra el rey de Mallorca m, sin contar quealgunos conflictos de carácter local también mermarían las rentas reales".

El rebrote del problema unionista, que tomará como escusa el intento delrey de nombrar heredera del trono a una hija suya, es el más claro sintomadel descontento de la nobleza aragonesa que había visto como en los ŭltimosaños habían descendido sus rentas y busca un mayor protagonismo en lapolítica del reino claramente escorada hacia el ámbito Mediterráneo. Las

25. Bloqueo de la flota genovesa alrededor de Sicilia para impedir la exportacián de sus cerealeshacia las tierras espariolas de la Corona de Aragón, convirtiendose el granero sardo en el abas-tecedor de Aragón hasta que el papa Benedicto XII obligá a aceptar una tregua en 1335 y lapaz en 1336. SARASA y ORCASTEGUI (1985), pág. 15.

26. En 1332, el rey enajena Huesca, Tortosa, Alicante, Elda, Orihuela, Alban-acin, etc. ZURITA(1978), pp. 357 y 358.

27. Promete pagar la soldada una vez conquistado este territorio. ZURITA (1978), páá. 557.78 .ZURITA (1978), pág. 572.

En 1344, guen-a entre los de La Real y Sanáriesa. ZURITA (1978), pág. 580.

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disensiones que se producen dan lugar a que se convoquen en 1347, cortes enMonzón por encontrarse Zaragoza muy alterada, aunque finalmente se llevana efecto en esta ciudad'°. El verano del año de 1348 será una fecha en quecoincidirán dos elementos que de modo endémico marcarán el curso de losacontecimientos durante el resto del siglo: la guerra y la peste. Si mucho seha hablado de las pestes endémicas que se sucederán cual si de ciclos se tra-tara, no es menos cierto que la guerra aparecerá en el escenario de los terri-torios de Aragón de un modo no menos endémico. En la coyuntura quecomenzaba a ser depresiva para los territorios de la Corona de Aragón, conimpactos tan circunstanciales como el de 1333 o el de 1348, la tendencia alcrecimiento de la economía cesó bruscamente, viéndose sustituida por unasuperposición de crisis acumulativas que motivaron un cambio de actitudsocial y aŭn mental que precipitó un nuevo sistema de relaciones políticas31.

El segundo de los subperiodos en que hemos dividido la serie abarcadesde el ario 1355 hasta el ario 1377. Es la fase en que se dan las más fuertesturbulencias en los índices de precios, motivadas fundamentalmente por lasalzas en los precios de los cereales de los arios 1364-65 y 1375-76. La tenden-cia de los precios y salarios muestra un alza inicial con respecto al periodoanterior que situamos en torno a un 30%, experimentando hasta el ario 1362un nuevo incremento que en el caso de los precios supone un 40% más y enlos salarios un 30%. A lo largo de estas fechas comentadas el índice de sala-rtos esta por debajo del índice de precios. Hasta 1372, el índice de preciostiende a mantenerse estable dentro de una banda de fluctuación en torno al30%, con una ligera tendencia a la baja sólo corregida en los ŭltimos arios. Elíndice de salarios comienza, ya en esta fechas, a mostrar un giro alcista porencima del valor de los precios que hace que en torno al ario mencionado, sehaya experimentado un crecimiento de este índice de un 50%. Durante estaetapa, los índices de salarios se sit ŭan por encima del índice de precios. Seráen los cinco ŭltimos arios de este subperiodo cuando se den las mayores fluc-tuaciones en los precios y nuevamente nos encontremos con índices de sala-rios inferiores a los de los precios. Los precios suben desde el índice 270 al520, esto es, casi se doblan, mientras que los salarios bajan desde el 270 hastael 190.

Son los arios de la gran carestía donde dos elementos juegan un papel pri-mordial: las malas cosechas motivadas por la sequía, y el ser Aragón el esce-nario del conflicto bélico que, en su ŭltima fase, se mantenía contra Castilla.Los índices de estos ŭltimos arios nos muestran tal disparidad entre preciosy salarios que nos hace pensar en momentos ciertamente calamitosos para lapoblación aragonesa. El alza de los precios fue notable y paralelo al de los

30. ZURITA (1978), pp. 44, 65 y 187.31. IRADIEL, MORETA y SARASA (1989), pás., . 622.

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salarios, de forma que las correcciones impuestas por la monarquía no con-siguieron detener la tendencia alcista de los salarios y los precios, tendenciaagudizada con las necesidades de la guerra con Castilla que exigieron conti-nuas derramas extraordinarias para armar los contingentes precisos en ladefensa del territorio. Ello requirió un aumento de los impuestos sobre elconsumo y los municipios, con la anuencia de la monarquía, quienes propi-ciaron el alza de los precios.

La evolución del factor demográfico, esto es, la paralización del creci-miento poblacional, es la consecuencia de la bŭsqueda de un nuevo punto deequilibrio entre recursos y población. Los sucesivos brotes y rebrotes epidé-micos muestran claramente la inestable relación entre estas dos variables(recursos versus población) a lo largo de los 30 arios siguientes a la apariciónde la peste negra. Sobre esta situación, ya de por si suficientemente crítica,el espectro de la guerra aumentará la gravedad de la situación no sólo en loque a la población se refiere sino también en su dimensión económica, estoes, la magnitud y cuantía de la oferta de mano de obra disponible. Las incur-siones de los castellanos en el territorio aragonés junto a la leva de tropaspara combatir al enemigo, producen un efecto doble: disminución de lamano de obra dedicada a tareas agrícolas y descenso de las tierras de laborpuestas en cultivo. Este c ŭmulo de circunstancias no se dan de forma aisla-da. La interrelación que existe entre ellos tiene nuevas extensiones. Se pro-duce un descenso de las migraciones a la ciudad, al ser menor el excedentede la población rural, ocasionando un menor crecimiento de la poblaciónurbana, precisamente en el momento en que se tiende, a causa de la necesi-dad de cambio del modelo económico, a una mayor centralización de las acti-vidades económicas en torno a las ciudades. El incremento de los salariosurbanos será el inmediato reflejo de lo apuntado y, es de suponer, aunquecarecemos de datos al respecto, que de modo paralelo aumentarían en unamagnitud similar los salarios agrarios, de lo contrario el flujo de migracioneshubiera aumentado, contrarrestando la presión sobre los salarios urbanos,circunstancia que no se observa en los datos que tenemos recogidos para esteperiodo.

La guerra con Castilla que se prolongó con intervalos desde 1356 hasta1375, obligó al rey a convocar a Cortes a los aragoneses en repetidas ocasio-nes, al objeto de recabar los subsidios y prestaciones de personas y dineronecesarios para sostener el ejército destinado a defender el territorio y salva-guardar los intereses de la Corona 32 . En todas ellas, Pedro IV solicitó a los ara-goneses contribuciones para la guerra, lográndose a cambio escasas com-pensaciones para el reino y sus habitantes. Un ejemplo claro de este incre-

32. SARASA SANCHEZ (1991), pp. 100 y 101.

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mento de la presión fiscal, que no sólo se debe atribuir a la guerra, son loscompartimentos realizados sobre la ciudad de Zaragoza 33 . La finalidad esmuy diversa (pagar vencimiento de censales, contribuir a los costes del matri-monio del infante, obras en el muro defensivo de la ciudad, déficit presu-puestarios, costear tropas, etc..) y es en las diferentes Cortes del reino dondese acuerdan.

El sistema fiscal empleado antes de 1362 no había sufrido variación en losŭltimos decenios y se apoyaba en la distribución por brazos y un posteriorreparto por fuegos, esto es, el cobro directo a cada unidad fiscal de una can-tidad fija, obtenida por la derrama del monto total entre los hogares declara-dos. En las cortes generales de Monzón de 1362-1363, ante las dificultadeseconómicas y financieras existentes en todos los territorios de la Corona 34 , sehabía establecido la organización del impuesto del general para el conjuntode la misma, pero cada estado hizo suyo eLsistema con su propia ordenacióna lo largo de los puestos de recaudación levantados en sus fronteras particu-lares35 . El nuevo sistema fiscal encerraba una política prcrteccionista y unamaniobra del capital catalán para imponer una economía de corte colonia-lista en toda la corona que le permita amortiguar la crisis que empieza apadecer. El intento catalán de aplicar una potitica mercantilista de clara pro-tección a su producción y de monopolio en la adquisición de materias pri-mas, que en la década de los años 60 del siglo XIV, al comienzo de su larga yprofunda crisis, quiere imponer al reino de Aragón y que conducirá, en ŭlti-mo término, a la implantación de unas fronteras económicas entre losEstados aragoneses y a la definitiva ruptura de intereses entre los miembrosde la Corona36 . Desde 1364 los aranceles de aduanas afectaron a la exporta-ción y a determinados productos de importación, para extenderse finalmen-te a todas las- mercancías que atravesaban las fronteras en uno u otro senti-do, constituyendo un mecanismo adecuado para favorecer el proteccionismocomercial y regular el tráfico de mercancías que provenientes del exteriorpodían hacer competencia o qtre sirvierón para aumentar los ingresos de laHacienda del Reino.

33. AHPN, n° 2050, folio 20v; AHPN, 2051, folio 311r; AHPN, n° 2052, cuaderno 1, folio 9v;AHPN, 2052, folios 28v, 33r, 53r, cuaderno 1, 5r; AHPN, 2053, folio 295r; AHPN, n°2054(protocolo), folio 26v, 147r, 27v, 121r, (registro,132r); AHPN, n°2055 (protocolo), folio 47r, 14r;AHPN, n" 2056 (registro), folio 105r; AHPN, 2057(protocolo), folio 71r, 88v, 102r; AHPN, n"2057(registro), folio 16r, cuaderno de mayordomía; AHPN, n° 2061, folio 107v; AHPN,2062, folio 131r, 87v, 88r; AHPN, n" 3886, folio lv, 2r, 4r, 9r, 29r; AHPN, n" 2063, f. 85r.

34. «Y que los condes de Fox y Armeñaque y el señor de Labrit venían a entrar por las montañaspara correr las comarcas de Ejea. Todo esto se acometió en 1362 estando el rey muy falto dedinero». ZURITA (1978), p. 436.

35. La primera normativa fiscal sobre el comercio exterior se aprueba en las cortes generales enMonzón, entre 1361-1362. SESMA MUÑOZ (1982), pág. 30.

36. SESMA MUÑOZ (1985), págs. 306-307.

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El tercero de los subperiodos abarca desde el ario 1378 hasta el año 1430.Es un periodo de una duración similar al primero de los serialados, aunquemás irregular en su evolución que aquel. Se caracteriza, al igual que el ante-rion por la constante alza de los dos indices representados, sólo que en estecaso, el indice de salarios se mantiene siempre en un nivel superior al de losprecios. El indice de precios parte de un valor de 190 para finalizar en 1430con un valor de 280, con un incremento global del 90%. El índice de salariosparte de 210 para alcanzar finalmente un valor de 340, esto es, un incremen-to del 130%. Sin embargo, el margen entre los dos índices no es el mismo alo largo de todo el periodo, al ser diferente el ritmo de evolución. Los salarioscrecen de forma acelerada hasta los primeros arios del siglo XV, creciendo eneste plazo un 110%, para entrar a partir de ese momento en una tendenciaestable hasta el final del periodo. Los precios, por contra, tienen un creci-miento lento hasta 1400, con una tasa de crecimiento que podemos evaluarpara este corto periodo en un 30%, acelerando a continuación su crecimien-to. Los valores serialados nos están indicando que nos encontramos, a partirde 1378, con una brecha cada vez mayor entre precios y salarios, con unsaldo a favor de estos ŭltimos, que no comienza a estrecharse hasta los pri-meros arios del siglo XV. Se confirma así en el caso de Aragón, igual que ocu-rrió en otros paises europeos, que nos encontramos por estas fechas con loque se ha dado en denominar «edad de oro de los trabajadores», al crecermás los salarios que los precios y, por lo tanto, ser mayor su poder adquisiti-vo. Esta conclusión se refuerza aun más si tenemos en cuenta las valoracio-nes que realizamos para determinar los cocientes entre cereales y salarios asícomo entre el índice de precios y los salarios. Los resultados obtenidos enaquel momento nos daban una imagen similar a la ahora expresada, en rela-ción a la mejora en los salarios reales.

Por estas fechas (finales de los arios setenta) Aragón había conseguidoreconstruir su espacio agropecuario e impulsarlo, tras el periodo de peste,hacia la producción de bienes exportables, especialmente trigo, aceite y lana,con lo que se constituía como un centro productor que podía entrar en loscircuitos internacionales. Desde finales del XIV, Aragón está preparada paraactuar dentro de las grandes rutas comerciales como productor de materiasprimas y alimenticias, como consumidor de productos elaborados y comobase para la distribución de mercancías". Sin embargo, el gran despegue dela economía aragonesa no se dará hasta que cristalice la crisis del principa-do en 1380 y cuando se de la ola de intransigencia religiosa en Castilla,Valencia y Cataluria". Ambas circunstancias favorecerán el establecimientoen Aragón de una clase de negociantes económicamente fuertes, técnica-

37. SESMA MUÑOZ (1986), pá g.. 339.38. En Cataluña se desencadena la crisis económica general a partir de 1380. Los precios des-

ciende mientras qtte los salarios aumentan y reducen los márgenes industriales. REGLA(1981), pág. 529.

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mente capaz y con relaciones familiares e intereses mercantiles en los terri-torios circundantes". Cuando esto ocurra (el divorcio), Aragón ya no es unteiTitorio deprimido y ruralizado, donde la producción agrícola se limite acubrir las necesidades de su población, sino que gracias a la transformaciónde sus estructuras productivas, en parte obligadas por la Peste Negra demediados del siglo XIV40, pero también por la necesaria readaptación tras elfinal reconquistador, se logra sustituir la agricultura extensiva de cereales poruna producción más específica, con cultivos como el azafrán, el lino, el cária-mo, el aceite y otros, necesarios a la industria europea, lo que le hace entraren circuitos de comercio superiores al local o comarcal, ŭnico conocido hastaentonces".

Aparecen en los documentos noticias que son un claro sintoma del cam-bio cualitativo que se está produciendo en Aragón. Zaragoza pasa a ser uncentro financiero con entidad suficiente como para ser un marco de referen-cia para un amplio territorio". En el ario 1383, mercaderes catalanes solici-tan a Pedro IV autorización para constituirse en cofradía bajo la advocaciónde Santa Eulalia ante la imposibilidad de entrar en la cofradía de los merca-deres zaragozanos de Santa María de Predicadores. Solicitud motivada nosólo por la crisis de las finanzas barcelonesas", sino también por la percep-ción que los contemporáneos tenían de esos sintomas de cambio. Un hechocapital para la constitución de la burguesía aragonesa serán los aconteci-mientos religiosos desarrollados en Castilla y Cataluria que desembocaron enlos «progroms» de 1391 y que provocaron un éxodo de judíos hacia tierrasaragonesas, ya que las aljamas judías aragonesas se vieron, en general, libresde saqueos".

Hay varias razones que explican este cambio. En primer lugar, la crisisfinanciera, y por extensión también artesanal que se da en Cataluria, princi-pal país del que se importaban gran nŭmero de mercancías a cambio dematerias primas, de modo que los precios de las mercancías se elevan en elprincipado de forma que se hace mucho más rentable su producción, tenien-do además en cuenta que a partir de 1380 se va a contar con la emigraciónde artesanos capaces de realizar su producción en tierras aragonesas y que laola de emigración judía trae los capitales necesarios. En segundo lugar, elprecio de los productos urbanos no cayó como el de los agrícolas, y la pobla-

39. SESMA MUÑOZ (1986), pá g.. 340.40. En el año 1384 se da un brote de peste en Calatayud y Tudela. AINAGA ANDRES (1987), pág. 79.41. SESMA MUÑOZ (1985), pág. 307.42. Entre 1382 v 1390 los judíos de Borja eran una especie de «sucursal» bancaria de la aljama de

Zarazoza qt-te era un auténtico banco. RODRIGUEZ ABAD (1990), pág. 25.43. SESMA MUÑOZ (1982), pág. 16.44. PILES ROS (1950), pág. 74.

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FERNANDO ZULAICA PALACIOS,

ción rural no pudo efectuar el volumen de compras que anteriormente reali-zaba. Era éste, claramente, un caso sencillo de la «tijera» de los precios (lacaída de los productos agrícolas sin la reducción equivalente de los produc-tos manufacturados), reduciéndose, como consecuencia, el volumen total deintercambios, y buscando un abaratamiento en los precios de los productoselaborados. Esta disminución de los precios sólo era posible a través de lacompra de productos elaborados en la propia región, donde los costes detransporte apenas afectaban al valor final, a la vez que este incremento dedemanda sobre la producción local hacía posible una mayor producciónque permitía una mayor productividad marginal de este tipo de industriasartesanales.

A pesar de estos cambios en algunos agentes económicos, las autoridadestardaron en asumir su papel en esta economía en plena transformación,actuando, en ocasiones como un elemento de rémora. Un ejemplo claro es laqueja recogida sobre la casa real en las cortes de Monzón de 1383, denun-ciado los cuantiosos gastos y la injusticia que esto suponía ya que se imponí-an grandes e insoportables exacciones y «con todo esto el patrimonio realestaba muy exhausto y disminuido y los negocios del estado se encaminabanen grande mengua y deshonor de la autoridad real»". Del mismo modo, y enel mismo acto, se denuncia que en la casa real se hacían «diversas gracias ymercedes muy desordenadamente, y que por causa de algunos consejeros delrey se disminuía el patrimonio real»46.

A finales del siglo XIV y comienzos del XV empezaron a surgir una seriede iniciativas encaminadas a superar las dificultades y carencias. Los cam-pesinos iniciaron la reconstrucción de sus maltrechas economías ampliandosus propiedades en cultivo o especializando su producción en aquellos bienessobre los que existían ventajas comparativas en relación con las zonas hacialas que habitualmente se dirigían las exportaciones. Del mismo modo, y apro-vechando la coyuntura económica de los paises limítrofes, en el área indus-trial, un grupo de actividades artesanales muy tradicionales pasa de una bajaproducción de difusión comarcal, a alcanzar una productividad difundida enáreas alejadas". Será en este cambio de siglo cuando quede de manifiesto elpapel de Zaragoza como centro mercantil importante en el conjunto de laCorona de Aragón, alcanzando cotas que le hacen funcionar de modo inde-pendiente a los intereses de otros territorios de los que había dependido en eltranscurso del siglo.

Paralelamente a este desarrollo de la iniciativa privada, se observa comoa finales del siglo, la innovación que habían supuesto las generalidades, dan

45. ZURITA (1978), pág. 689.46. ZURITA (1978), pág. 732.47. SESMA MUÑOZ (1982), pp. 19 y 20.

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lugar a la proliferación de censales y a un aumento desmesurado de la deudapŭblica. Las cortes de Maella, convocadas a instancias de los aragoneses, porvez primera durante muchos arios, se reunieron con el objetivo de ponerremedio urgente a las necesidades económicas del país. La presión fiscal,disminuye notablemente durante la primera parte del reinado de Martín I.Este alivio de la presión fiscal fue momentáneo y volvió a acrecentarse a par-tir de 1410. Fernando I (1412-1416) tuvo que hacer frente a los problemasarrastrados del interregno. Las soluciones que quiso poner en práctica pararesolver la crisis económica se manifestaron en una mayor presión fiscalsobre los s ŭbditos y en un intento de mejorar el control de las finanzas. Losvasallos quedaron aŭn más sujetos a la tierra y la reforma de las ordenanzasmunicipales de Zaragoza en 1414, supuso la consolidación del patriciadourbano oligárquico y monopolizador.

El análisis por subperiodos muestra una primera mitad de siglo de penu-ria, seguida por un tercer cuarto de siglo de gran inestabilidad, donde se venalternancias en los indicadores junto a alzas y descensos muy bruscos y, final-mente, un ŭltimo cuarto de siglo y primero del XV, donde la situación cam-bia radicalmente, dándose una clara mejoría en lo que respecta a la pobla-ción aragonesa. El diferente signo serialado para estos tres periodos no nosimpide apuntar la existencia de un denominador com ŭn en todos ellos, estoes, la existencia de una tasa de crecimiento acumulativa en los indices de pre-cios y salarios. Es este punto sobre el que creo necesario realizar un mayoresfuerzo interpretativo, así como el determinar las motivaciones que danlugar al cambio de signo.

Partimos para ello del análisis realizado por Vilar, que seriala, aunque refi-riéndose a épocas posteriores, y observando fenómenos como la reapariciónde las crisis de mortalidad, las escaseces crecientes de grano, la relación entrelas crisis comerciales exteriores y las dificultades agrarias interiores, y des-cartando que la inflación de aquellos arios pudiera responder tan sólo a com-ponentes monetarios y a la posterior dislocación bélica, como él entendía queel auténtico responsable del alza de los precios y del descenso de los ingresos,debía buscarse en el agotamiento del propio ciclo expansivo, que tras un fuer-te crecimiento, se traduciría finalmente en penuria generalizada del mundorural al coincidir también con un empeoramiento de los precios relativos.Podemos aplicar, para la primera mitad del siglo XIV, el esquema desarrolla-do por Guy Bois y readaptado por Kriedte a las economías preindustriales dela edad Moderna en Europa. Seg ŭn esta interpretación, el retroceso de la tasade sustracción feudal, y la consiguiente ampliación del margen de acumula-ción autónoma de rentas diferenciales de la tierra por el campesinado mejordotado de recursos, eran condiciones normales de toda etapa expansiva feu-

48. LEDESMA RUBIO (1973), pág. 3.

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dal. La ampliación de la superficie cultivada propulsada por el crecimientode la población suponía en todas las economías preindustriales la puesta enexplotación de tierras de menor fertilidad que, cultivadas con los mismos sis-temas tradicionales, deprimirían los rendimientos físicos y la productividadde trabajo, dando lugar a un alza progresiva de los precios agrarios. En talescondiciones, el crecimiento sólo resultaba viable si la tasa de sustracciónexperimentaba una disminución paralela a la caída de la productividad".

Aplicando estas reflexiones al caso que nos ocupa, podemos afirmar igual-mente que sería precisamente este agotamiento del ciclo expansivo el queexplicaría el cambio de signo en los arios centrales del siglo XIV. Todos losindicadores apuntados por Vilar se detectan a lo largo del primero de los sub-periodos considerados, esto es, entre 1300 y 1354. El fuerte crecimiento eco-nómico de la centuria anterior sigue presente en los primeros arios de estesiglo, tal y como se demuestra en las alzas en la tendencia de los índices uti-lizados. Si a estos índices de precios y salarios les ariadimos hechos conoci-dos como son las nuevas acuriaciones, la fijación de fronteras, el inicio denuevas construcciones suntuarias, la prohibición de prácticas monopolistas,la reorganización de la hacienda real, parece que no es arriesgado concluirque nos encontramos en un momento, las primera década del siglo, dondeexiste un dinamismo expansivo.

Esta situación se prolongará en la segunda de las décadas del siglo al versela región favorecida por la crisis agraria de los paises limítrofes y que pareceno tuvo especial incidencia en tierras aragonesas. El alza de los precios de losproductos cerealísticos propició un incremento en la productividad de las tie-rras puestas en cultivo, incluso de aquellas que por causa del propio procesoexpansivo tuvieran rendimientos marginales. Un alza en los precios origina-da no por el descenso en la producción sino por la generación de excedentesintercambiados en otros mercados de forma más óptima, permitirá a la eco-nomía agraria aragonesa atrasar en algunos arios los inicios de la crisispatente en otras regiones europeas.

Pasados estos primeros veinte arios es cuando comienzan a darse los pri-meros sintomas de agotamiento del ciclo agrario. La evolución alcista en latendencia de los índices se detiene. La producción de bienes en el camposigue dentro de unos parámetros normales, lo que unido a una mejora en laagricultura de las regiones circundantes, da lugar a un descenso en el preciode los productos y con ello al cierre del ciclo expansivo. A los nuevos preciosno serán rentables algunas explotaciones, descendiendo la producción total ycon ella, los ingresos obtenidos por los propietarios de la tierra, sean serioreslaicos o eclesiásticos. La renta feudal comienza a descender, cuestión quetenemos documentada para el caso del erario real y que puede ser extensible,

49. TELLO I ARAGAY, pág. 2.

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a falta de estudios detallados sobre tierras de seriorío, a otros propietariosparticulares.

Segŭn nuestros cálculos, el ciclo expansivo en Aragón tiene su cénit hacia1320, pero será a partir de los arios cuarenta, cuando se muestren más clara-mente las circunstancias comentadas. El descenso en los ingresos de lahacienda real, y por extensión en otros tipos de rentas feudales, trata de seramortiguado con descensos en los índices de salarios al mismo tiempo quecon una mayor sujeción de los trabajadores a la tierra (la reaparición delfenómeno unionista en estas fechas es muy significativo), en un momento enque confluyen el retroceso en la cantidad de tierras cultivadas y la paraliza-ción del crecimiento demográfico (la peste negra representó más una parali-zación coyuntural en el crecimiento demográfico, que un retroceso en él).Todo ello persigue un claro objetivo: tratar de mantener, sin variaciones a labaja, la renta feudal.

La conmutación de los servicios en trabajo en rentas en dinero tuvieronun resultado similar. La creciente necesidad de dinero en metálico que tení-an los seriores, la mayor repercusión de la economía urbana en las áreas rura-les estimulando la producción para el mercado, y el deseo de los campesinosprósperos de aprovechar al máximo la creciente demanda de cereales, vino,ganado y carne, fueron factores que favorecieron la conmutación de lospagos en especie por pagos monetarios, poniendo a los campesinos en unaposición más libre respecto a los seriores y aumentado además sus oportuni-dades de enriquecimiento. Sin embargo, tenían que enfrentarse con unamayor dependencia del mercado y, en consecuencia, con una mayor vulnera-bilidad. Para pagar la renta en dinero, tenían que vender una parte de losexcedentes. Puesto que las rentas no se recaudaban en los momentos másconvenientes para el productor, los pequerios campesinos se vieron en lanecesidad frecuentemente, de vender por debajo del precio normal del mer-cado, mientras que, debido a la baja producción en los años de carestía, rarasveces podían sacar provecho de los altos precios.

Sobre esta situación es como debemos entender y explicarnos granparte de los hechos que tendrán lugar a partir de 1350. La peste negra ysus continuos rebrotes así como el conflicto bélico mantenido con los cas-tellanos, se comprenden mejor más como una consecuencia de lo comen-tado anteriormente que como causas o variables exógenas que, de formapuntual, afecten a la evolución de las actividades de la economía aragone-sa en los arios siguientes. Cierto es, que su impacto e incidencia no seránlivianas; al contrario, la paralización coyuntural del crecimiento poblacio-nal en un momento de grave conflictividad social, supondrá, necesaria-mente, tanto una regresión en los indicadores económicos (y así lo tene-mos confirmado en nuestros cálculos), como una primera e importante Ila-mada de atención a los diferentes agentes económicos en el sentido demostrar el agotamiento del modelo económico que se había desarrollado

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hasta estas fechas. El ciclo agrario expansivo había llegado al máximo,deviniendo en adelante a dar resultados regresivos".

El tercer cuarto del siglo XIV será el periodo en que coincidan los efectosdel fracaso del modelo económico expansivo de la época anterior y los inten-tos de reorganizar las actividades económicas sobre bases nuevas, más acor-des con las necesidades creadas y con la nueva situación". Es un periodo decambios, de mutaciones, de transformación de las estructuras de la economíaen el doble sentido de regresión y de avance.

La baja de producción por abandono del cultivo de amplias zonas, llevóconsigo la disminución masiva de las rentas agrícolas, base de las economí-as particulares del estamento seriorial militar. Los caballeros, tuvieron quebuscar unos ingresos compensatorios y esto solo podía proporcionarselos laguet-ra". Al inicio de la guerra con Castilla, la penuria de la población arago-nesa y del resto de la Corona era patente y sobre esta escasez van a recaerconstantemente demandas pecuniarias del rey, esto es, se incrementa la pre-sión fiscal, para hacer fi-ente al conflicto. Esta demanda no es nueva para loscatalanes que los arios 1357 y 1358 se quejan de las derramas extraordinariasque habían soportado para las empresas mediterráneas, lo cual había contri-buido a que algunos agricultores de tierras de realengo, para no pagar estosimpuestos se habían desplazado a lugares exentos por su jurisdicción". Sinduda este descenso de los contribuyentes por este motivo es un factor másque habrá que considerar a la hora de evaluar el descenso cremográfico.

Hemos hablado de un cambio en el modelo económico. Este cambio, con-sistiría, básicamente, en la superación de una economía agraria extensiva ydispersa, que por su propia estructura de tipo feudal en lo que a su explota-ción y distribución se refiere, sólo es capaz de generar un n ŭmero de mer-cancías que alcanzan, a duras penas, para el propio autoconsumo de lapoblación que las produce. La generación de excedentes es casi nula y cuan-do estos se producen, el sistema de comercialización parte de un modelo de

50. Al comienzo de la segunda mitad del siglo, las producciones de cereales aragoneses no permi-ten la obtención de excedentes para la exportación. MAUBERT y VERNET (1974), pág. 11.

51. GUTIERREZ DE VELASCO (1959), pp. 43 y 42.52. REGLA (1981), pág. )00(IX.53. “ Hallaban gran dificultad en poder sacar dinero para ayuda a pagar la gente de guen-a; y por

gran encarecimiento se decía que las ciudades y pueblos de Cataluña de cuatro años atráshabían dado al rey más de trescientos mil sueldos para sus armas y guerras; y que los lugaresestaban despoblados y yermos por las imposiciones y servicios que hacían, y la gente muy veja-da por los cargos y stib'sidios ordinarios: y se salían de los lugares realencos y se iban a poblaren las tien-as de perlados y señores. Más no embargante tanta necesidad ofrecieron de serviral rey con setenta mil sueldos para pagar la gente de caballo con que el rey y la reina y el duquede Girona y los infantes y universalmente todos contribuyesen en las sisas e imposiciones quese echarían de allí adelante: tanta era la necesidad y pobreza de aquellos tiempos o por mejordecir la diferencia de los que agora tenemos». ZURITA (1978), pp. 324 y 325.

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apropiación de estos excedentes, por parte de las propietarios feudales, quehace que no sea posible una acumulación de capital que permita su reinver-sión en la misma u otras áreas productivas, tras los beneficios derivados desu venta.

Las piezas del nuevo sistema económico comienzan a plasmarse duranteestos arios, y todas ellas van en la dirección de superar el modelo anterior deproducción agraria para el consumo y, en su caso, el intercambio coyuntural,que no podemos entender en el sentido de comercialización de los productosagrarios por otras mercancías manufacturadas provenientes fundamental-mente de Cataluria.

Varios factores incidirán de modo conjunto sobre este cambio: el alza delos precios de los cereales, la inflación de los precios con la consiguiente posi-bilidad de incrementar la acumulación de capital, la centralización delcomercio de estos productos en la ciudad de Zaragoza y, como consecuenciade ello, la apropiación de los beneficios derivados de la venta por parte de loscomerciantes en ella instalados, dando lugar a la expansión de una nuevaclase mercantil que contará con los medios suficientes para emprender nue-vas empresas inversoras en un momento en que la guerra con Castilla ahon-da la ruptura entre Aragón y Cataluria.

La respuesta de los agentes económicos urbanos será la de incrementarlas labores artesanales y la producción de manufacturas en la ciudad, aria-diendo un aumento en la demanda de mano de obra en un momento, comohemos comentado con anterioridad, de falta de crecimiento demográfico.Comercialización de productos agrarios, sobre todo cereales, y producciónartesanal en la ciudad serán los nuevos ejes del modelo económico. Pruebade lo expuesto será el que, sólo a partir de la segunda mitad del siglo, los indi-cadores que hemos construido 54 nos muestran una tendencia en los preciosde los bienes agrarios similares a los de los paises europeos, cuestión que nose daba en épocas anteriores. Del mismo modo, el crecimiento de los preciosde los productos manufacturados experimenta un alza importante, acompa-sando ste aumento al incremento de los salarios, prueba de la interrelacciónentre manufacturas y salarios, de la que derivamos un importante aumentode la producción autóctona.

Todo ello en una situación de exacerbamiento del sentimiento nacionalaragonés, donde centralización y nacimiento de una conciencia nacionalcaminan juntos y unidos a esa necesidad de creación de un modelo propioque permita superar los desequilibrios existentes. La reorganización de lahacienda real y del reino (creación de las Generalidades), dan lugar a unamayor presión fiscal que recaerá sobre los bienes comercializados (pagos en

54. ZULAICA (1994).

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aduanas) y sobre la producción de manufacturas (los compartimentos se dis-tribuyen en función del binomio campo-ciudad y realengo-serioríos, recayen-do el mayor esfuerzo económico sobre las ciudades y el realengo y dentro deestas dependiendo de la riqueza de los sujetos pasivos sobre los que se impu-tan), patentizando de este modo el hecho de que era en estos sectores dondese estaban centrando las bases de una nueva economía, capaz de generar cre-ci miento .

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APÉNDICE ESTADISTICO.

Cuadro 155. Precios nominales del trigo (en dineros).

Ario Trigo Ario Trigo Ario Trigo Año Trigo1276 109,50 1336 203,20 1369 315,00 1395 166,001277 108,12 1337 159,50 1372 252,00 1396 384,001285 84,00 1338 175,00 1373 252,00 1397 174,001293 90,00 1339 154,50 1374 294,80 1398 141,001300 108,00 1340 132,00 1375 607,50 1400 219,001301 124,51 1341 144,00 1376 787,50 1401 402,001306 66,00 1342 180,00 1377 720,00 1402 269,101307 63,00 1343 261,00 1378 108,00 1403 192,001308 98,66 1344 132,00 1379 176,81 1404 241,001309 118,00 1347 170,00 1380 163,33 1405 274,001311 112,66 1350 146,00 1382 204,00 1406 283,001315 192,00 1351 267,50 1383 258,00 1408 254,001320 151,30 1352 72,00 1384 213,00 1409 254,001325 188,00 1354 138,31 1385 391,00 1412 336,001326 202,00 1356 364,66 1386 397,00 1414 292,001327 126,00 1358 264,00 1387 312,00 1415 269,151328 156,00 1359 320,00 1388 250,00 1421 342,001329 168,00 1360 316,00 1389 254,00 1422 372,001330 138,27 1361 252,00 1390 332,00 1423 317,001331 132,00 1364 720,00 1391 324,00 1424 384,00

1332 153,25 1366 510,00 1392 270,00 1425 456,001333 180,25 1367 240,00 1393 160,00 1426 354,001334 204,00 1368 358,00 1394 168,00 1427 264,00

1428 264,00

55.Elaboración propia a partir de datos en ZULAICA (1993).

145


Cuadro 2 56 . Indice de precios ponderados y de salarios.Base 100 = 1276.

Ario Ind prec.ponder.

Ind prec.25,25=100

Indicesalarios

Ind. salar41,03=100

1276 25,25 100,00 41,03 100,001277 25,00 99,01 47,19 115,011285 22,29 88,281293 20,70 81,981300 28,93 114,571301 34,04 134,81 24,67 60,131306 15,94 63,13 49,35 120,281307 15,32 60,67 45,40 110,651308 16,90 66,93 48,76 118,841309 30,79 121,94 27,71 67,541310 34,85 138,021311 30,41 120,441312 49,83 197,35 52,48 127,911313 49,83 197,35 54,88 133,761314 38,11 150,93 54,72 133,371315 40,58 160,71 49,23 119,991320 35,02 138,691325 37,56 148,751326 39,76 157,47 60,71 147,961327 38,76 153,501328 33,57 132,951329 42,66 168,95 78,77 191,981330 33,88 134,181331 31,40 124,361332 30,67 121,47 37,21 90,691333 37,78 149,62 60,91 148,451334 41,65 164,95 47,67 116,181335 39,37 155,921336 41,81 165,58

56.Elaboración propia partir de datos en ZULAICA (1994), pág. 412.

146



Ind prec.25,25=100

Indicesalarios

Ind. salar41,03=100

1337 35,04 138,771338 39,16 155,091339 23,68 93,781340 35,78 141,70 75,44 183,871341 31,99 126,691342 37,35 147,921343 50,53 200,121344 30,58 121,111345 30,79 121,941346 31,47 124,63 44,43 108,291347 34,53 136,75 59,54 145,111348 34,50 136,631349 35,18 139,33 37,96 92,521350 31,68 125,471351 50,90 201,58 45,74 111,481352 32,30 127,921354 32,58 129,03 45,74 111,481355 52,97 209,78 94,16 229,491356 64,54 255,60 76,19 185,691357 40,54 160,551358 49,26 195,09 35,67 86,941359 53,49 211,841360 56,33 223,09 73,35 178,771361 46,02 182,26 125,78 306,561362 40,39 159,96 134,07 326,761363 47,93 189,82 73,71 179,651364 103,87 411,37 123,03 299,851365 33,17 131,37 84,39 205,681366 77,04 305,11 96,69 235,661367 49,55 196,24 106,46 259,471368 63,62 251,96 110,53 269,391369 58,68 232,40 78,86 192,201370 53,04 210,061371 77,53 307,05 95,69 233,221372 49,63 196,55 157,70 384,35

147



Ind prec.25,25=100

Indicesalarios

Ind. salar41,03=100

1373 59,99 237,58 114,65 279,431374 59,50 235,64 113,95 277,721375 93,84 371,64 71,20 173,531376 131,24 519,76 94,48 230,271377 122,84 486,50 85,77 209,041378 35,41 140,24 106,46 259,471379 41,15 162,97 95,69 233,221380 42,20 167,13. 98,84 240,901381 51,20 202,77 111,53 271,831382 51,74 204,91 110,10 268,341383 55,55 220,00 75,44 183,871384 46,79 185,31 78,88 192,251385 74,61 295,49 93,66 228,271386 68,27 270,38 75,44 183,871387 61,56 243,80 126,68 308,751388 58,61 232,12 133,74 325,961389 51,27 203,05 106,62 259,861390 61,90 245,151391 48,79 193,23 105,05 256,031392 53,61 212,32 123,34 300,611393 45,90 181,78 147,53 359,571394 43,60 172,671395 61,83 244,87 111,67 272,171396 67,77 268,401397 35,04 138,77 140,23 341,771398 37,41 148,16 147,66 359,881399 44,39 175,801400 52,88 209,43 139,58 340,191401 65,56 259,64 110,10 268,341402 62,39 247,09 123,73 301,561403 45,37 179,681404 57,91 229,35 153,32 373,681405 56,27 222,85 133,94 326,441406 57,43 227,45 122,82 299,341407 45,51 180,24

148



Ind prec.25,25=100

Indicesalarios

Ind. salar41,03=100

1408 47,99 190,06 158,79 387,011409 45,85 181,58 146,09 356,061410 52,48 207,84 151,92 370,271411 68,15 269,90 121,79 296,831412 69,94 276,99 119,80 291,981413 70,05 277,43 164,70 401,411414 55,60 220,20 133,47 325,301415 47,84 189,471416 58,81 232,91 125,17 305,071417 77,66 307,56 114,77 279,721418 69,48 275,17 112,71 274,701421 65,70 260,20 119,80 291,981422 67,63 267,84 135,04 329,131423 60,38 239,13 128,59 313,401424 72,45 286,93 138,71 338,071425 77,83 308,241426 65,58 259,721427 56,57 224,04 164,57 401,101428 52,75 208,911429 68,22 270,181430 71,25 282,18

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FUENTES Y BIBLIOGRAFIA

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