33
FACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEÑO DEPARTAMENTO DE ARQUITECTURA PROTOCOLO DE ASIGNATURA Nombre Corto INTRODUCCIÓN TEORÍA ARQ. 1 Nombre Largo INTRODUCCIÓN A LA COMPRENSIÓN Y MANEJO DE LA ARQUITECTURA COMO ESPACIO Área de Conocimiento Teoría de la Arquitectura Identificación Asignatura 1

FACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEÑOgenesis.javeriana.edu.co/portal/page/portal/Genesis/... · Web viewFACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEÑO DEPARTAMENTO DE ARQUITECTURA PROTOCOLO DE ASIGNATURA

Embed Size (px)

Citation preview

FACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEÑODEPARTAMENTO DE ARQUITECTURA

PROTOCOLO DE ASIGNATURA

Nombre CortoINTRODUCCIÓN TEORÍA ARQ. 1

Nombre LargoINTRODUCCIÓN A LA COMPRENSIÓN Y MANEJO DE LA ARQUITECTURA COMO

ESPACIO

Área de ConocimientoTeoría de la Arquitectura

Identificación AsignaturaSIU 000040 RAI

BOGOTÁ. ENERO 10 de 2006

1

1. Información general de la Asignatura:Nombre Corto: INTRODUCCIÓN TEORÍA ARQ. INombre Largo: INTRODUCCIÓN A LA COMPRENSIÓN Y MANEJO DE LA ARQUITECTURA COMO ESPACIO ID Asignatura (código SIU – RAI):

Área de conocimiento: TEORÍA Tipo de asignatura: ABIERTA

Número de créditos: 2Horas de contacto semanal: 4Prerrequisitos: NINGUNO

Nombre del Profesor: RAFAEL H. URIBE RIVERA Teléfono o extensión: 2407Correo electrónico: [email protected]

2. Descriptores de la Asignatura:2.1 Planteamiento del problema y Justificación:(Tomado de los Documentos de Clase desarrollados por Rafael H. Uribe Rivera. Documentos inéditos que han sido adaptados para los fines de este protocolo)

El problema de conocimiento sobre el que se centran las asignaturas del área es común a todas y constituye uno de los pilares conceptuales, sobre el cual se pretende construir la formación académica del futuro arquitecto: El Espacio Arquitectónico como fenómeno inteligible y susceptible de ser transformado.

Como tal, y a diferencia del espacio sideral donde se desarrollan todas las formas posibles de la materia -incomprensiblemente aún para nosotros- y de los espacios naturales que nos brinda este pequeño planeta del sistema solar, el Espacio Arquitectónico, es un producto de la inteligencia.

Constituye un evento que sintetiza, en gran parte, lo que el ser humano ha sido, es y quiere ser. A través de su lectura se pueden apreciar los diferentes niveles de desarrollo de las civilizaciones a lo largo de la historia. Es por tanto, una de sus máximas expresiones culturales.

Ha sido y será una de las huellas más significativa del paso del ser humano por el planeta. Es común a todos. Es una gran totalidad que ha contribuido, en gran parte, a forjar las identidades individuales y constituye uno de los documentos más ilustrativos de su vocación colectiva. Es, tal vez, el lenguaje más universal junto con la música. Posee todas las características propias de la complejidad humana: es dialéctico, es

2

temporal o intemporal, es trascendente o efímero, es monumental o discreto, es elemental o complejo.

El Espacio Arquitectónico es una entidad1 sistémica que hace habitable un ámbito de acción2. Siempre está inscrito dentro de una totalidad espacial3 y se encuentra compuesto por una serie de elementos, tangibles e intangibles, que se relacionan para formar un todo ordenado. Responde a las condiciones sociales de un momento pero, en la medida que sus cualidades, tiende a perpetuarse en el tiempo adaptándose a nuevas condiciones4, proyectándose en el futuro y configurando todo el hilo de la historia de la arquitectura.

Para ahondar en la comprensión de los conceptos que explicitan la naturaleza del conocimiento acerca del Espacio Arquitectónico como fenómeno, se considera pertinente aproximarse a las conclusiones a las que han llegado algunos arquitectos, estudiosos de la fenomenología del espacio, y complementadas con los comentarios de ciertos físicos y filósofos sobre el problema del Espacio en general.

Como aspectos complementarios se considerarán problemas relativos a:

Las características y propiedades tridimensionales del “Espacio” en sus aspectos cuantitativos y cualitativos.

Las características y propiedades de las formas, virtuales o tangibles, que engendran y conforman el “Espacio”.

Las potencialidades de transformación de las formas y por ende de los espacios.

Tangencialmente se trataran problemas relacionados con:

Los recursos mentales, físicos y técnicos necesarios para la transformación del espacio en función de las necesidades de habitabilidad del Ser Humano.

1 Por “entidad” el Diccionario de la Lengua define “lo que constituye la esencia o la forma de una cosa, ente o ser, colectividad considerada como unidad”, entre otras acepciones.2 Por “ámbito de acción” se podría entender el espacio concreto en el cual se actúa. Normalmente está determinado por límites arbitrarios que, en la mayoría de los casos, difieren de la naturaleza del espacio mismo. Estos limites son representables en el espacio pero requieren de ciertas abstracciones que han dado origen a toda la gama de conocimientos denominado “Geometría Plana y del Espacio”. Comúnmente a lo que se denomina aquí “ámbito de acción” se lo conoce en el trasegar diario de la enseñanza de la arquitectura como “lote”, “lugar” o “territorio” y se encuentran legalizados mediante instrumentos jurídicos (Escrituras Publicas, Planes de Ordenamiento, Planes Parciales etc.). 3 La “totalidad espacial” es una entidad tridimensional, que se percibe por los sentidos mediante un acto racional y está determinada por elementos naturales o artificiales. Se la puede identificar a partir de los límites dados por la morfología topográfica o la volumetría urbana y por los cambiantes contornos del firmamento, es decir, por los elementos tangibles que más fácilmente se perciben y que darían la visión primaria de esa totalidad. Esta visión primaria es de una entidad material y tangible que por su naturaleza es dinámica, en permanente evolución y trasciende los límites jurídicos establecidos por el ser humano.4 Siempre y cuando no haya un hecho fortuito que lo destruya. (N. del A.).

3

2.2 Marco Teórico y Estado del Arte:(Tomado de los Documentos de Clase desarrollados por Rafael H. Uribe Rivera. Documentos inéditos que han sido adaptados para los fines de este protocolo)

Para el desarrollo de este Marco Teórico y del Estado del Arte del conocimiento sobre la Arquitectura como Espacio he partido de un presupuesto básico que ha inspirado el contenido de esta asignatura: La arquitectura como actividad presenta en la actualidad una enorme dicotomía: Por un lado se la considera, desde el punto de vista conceptual, como una entidad espacial y por otro el estudio de la teoría y de la historia de la arquitectura así como la producción de la misma sigue centrada en “el Edificio”. La gran transformación, que desde Zevi se planteó al formular “una nueva manera de ver la arquitectura”5, aún no ha trascendido al ámbito de la reflexión epistemológica del pensamiento arquitectónico. Por esa razón es muy escaso el material al respecto. Aún así he tratado de reunir un grupo de textos y autores pertinentes para el estudio de la arquitectura como Espacio y que estén al alcance de aquellas personas inquietas por estos temas. Con ello pretendo dejar en claro que aquí no se ha realizado un barrido general del conocimiento ni en este ejercicio se agota la investigación sobre el estado del arte del problema que nos ocupa. Lo contrario sería iluso y petulante de mi parte.

Entrando en materia, afirmamos que el concepto de Espacio Arquitectónico es propio de la Modernidad. Solo hasta bien entrado el siglo XIX, el ambiente de cambio que imperaba en todos ámbitos de la sociedad permitió que la manera de comprender la arquitectura evolucionara hacia fronteras nunca antes concebidas. El concepto fue desarrollado inicialmente a finales del siglo por algunos arquitectos precursores del movimiento moderno como el holandés Hendrick Petrus Berlage6, 1856/1934, que lo consideró como un evento “invisible” “pero reducible a concepto, racional e inteligible”7, que se desarrolla hacia adentro en contraposición de la visión tradicional que juzgaba la arquitectura “por el rigor o la elegancia de sus partes macizas y visibles”8. Casi simultáneamente, el checo, radicado en Viena, Adolf Loos9, 1870/1933, afirmaba que la arquitectura es espacio, y sostenía que debía “provocar efectos y despertar emociones en el hombre: la tarea de la arquitectura consiste en precisar esas emociones”. Kruft, en el libro citado en el pie de página, menciona que para Loos, “la arquitectura es primordialmente una cuestión de coordinación de espacios, lo que se decanta en la concepción de un “plano del espacio”.... el plano en el espacio conduce a Loos a

5 Se hace referencia al planteamiento que hizo Bruno Zevi, en el libro “Saber Ver la Arquitectura”, publicado en varias ediciones italianas en la década de los cuarenta del siglo pasado, y editado en español por Editorial Poseidón, de Buenos Aires, en un buen numero de ediciones en los años cincuenta. 6 Citado en “72 Voces para un Diccionario de Arquitectura Teórica” de Joaquín Arnau, pagina 67. Celeste Ediciones S.A. Madrid, España. 2000. 7 Ib.8 Ib. 9 KRUFT, Hanno-Walter.“Historia de la teoría de la arquitectura”. Alianza Editorial. Madrid, España. 1990. Vol. 2, pág. 628.

4

concebir los interiores de las casas con diferentes niveles y alturas, y a crear terrazas en los exteriores......”10

Vistas así, desde una perspectiva contemporánea, estas primeras aproximaciones parecerían muy elementales, pero constituyeron el punto de partida de la enorme transformación que la arquitectura sufrió en la modernidad. Ellas sirvieron de base para que arquitectos posteriores de la talla de Frank Lloyd Wright, Walter Gropius o Mies Van Der Rohe, por citar sólo algunos de los más importantes, desarrollaran el cuerpo teórico que caracterizó la modernidad en arquitectura. Casi todos los que transitamos por esas épocas fuimos tocados, de una u otra forma, por esta revolucionaria manera de sentir la arquitectura.

Lo revolucionario de esta nueva concepción radicó en el transito del manejo de elementos básicamente bidimensionales a la tridimensionalidad del “vacío” interior, es decir a lo que estaba contenido dentro de los planos circundantes. Esto conllevó a una arquitectura inmensamente limpia, despojada de todo ornamento, donde lo que se privilegiaba era lo que no se veía, pero que se podía comprender por la razón siendo susceptible de un acto de intelección11.

Años más tarde el celebre estudioso de la arquitectura, el modernista Bruno Zevi, publicó un libro dedicado al estudio del espacio arquitectónico que tituló “Saber Ver la Arquitectura”12 y que ha sido texto obligado por casi 50 años en las Facultades de Arquitectura, por lo menos en nuestro medio.

Para Zevi, considerar la arquitectura, tal como lo hacían los tratadistas anteriores, estetas, ingenieros y arqueólogos del siglo XIX13, constituía una metodología errónea y confusa, plagada de términos vagos que desconocían la esencia de la arquitectura, situación ésta que sumada a la ignorancia y desinterés del publico por la misma, ofrecía un panorama desolador. Se hacía necesaria una nueva interpretación que partiera de la esencia de la arquitectura retomando lo que muchos autores predecesores habían tratado. Esta posición, un tanto mesiánica, típica de esa pléyade de heroicos arquitectos de la modernidad, abrió las puertas de nuevos horizontes y se puede afirmar que partió en dos la historia de la arquitectura. Zevi concebía, al igual que Berlage, Loos y muchos otros, que la esencia de la arquitectura radicaba en el espacio. Al comienzo del capitulo II expresa con meridiana claridad:

“La ausencia de una historia aceptable de la arquitectura proviene de la falta de habituación en la mayoría de los hombres para comprender el espacio, y del fracaso de los historiadores y de los críticos de arquitectura en aplicar y difundir un método coherente para el estudio espacial de los edificios.Todos los que han reflexionado sobre este asunto, aunque sea fugazmente, saben que el carácter primordial de la arquitectura, el carácter por el que se distingue de las demás

10 Ib. 11 Aquí se utiliza el concepto de intelección desarrollado por Bernard LONERGAN en su libro “Insigt. Estudio sobre la comprensión humana”. 1957. 12 ZEVI, Bruno. “Saber ver la arquitectura”. Poseidón Editora. Buenos Aires. Quinta Edición. 1951.13 Ib. Pág. 18

5

actividades artísticas, reside en su actuar por medio de un vocabulario tridimensional que involucra al hombre 14 .”

Con estos enunciados dejaba planteada una nueva manera de estudiar la arquitectura, desde el espacio, y desarrollaba nuevas dimensiones mediante las cuales se puede percibir el fenómeno. Partía de las tres dimensiones tradicionales15 e introducía una cuarta dimensión, el tiempo, un tanto influenciado por todo el pensamiento cubista de principios del siglo XX, “la cuarta dimensión, comunica al espacio su realidad integral”16

y luego afirmaba que esa realidad “trasciende los limites de la cuarta dimensión” 17

dándole a ese “vacío arquitectónico” una connotación casi irreal, al mencionar que puede llegar a tener infinito numero de dimensiones de acuerdo con los diferentes ángulos en los que se ubique el observador y a la velocidad que lo haga. Por tanto el movimiento, para Zevi, es inherente al espacio en la medida que se lo dé el interlocutor, mientras que la pintura y la escultura lo conllevan en si mismas como es el caso del ya nombrado cubismo. Con este planteamiento diferenció, definitivamente, la arquitectura de la pintura y la escultura dándole a la primera una especificidad única y subjetiva. Más adelante veremos como el movimiento se constituye en un elemento objetivo del espacio.

Simultáneamente, el espacio adquirió, de nuevo, las proporciones del ser humano. El Modulor de Le Corbusier se convirtió en el código ergonómico de la modernidad y grupos de arquitectos, como el liderado por el profesor Ernest Neufert, publicaron tratados de estándares para el diseño18 basados, íntegramente, en los radios generados por los movimientos y desplazamientos humanos y por los nuevos co-protagonistas de la arquitectura: los vehículos automotores.

También los espacios se liberaban de las ataduras dogmáticas de los cánones e interactuaban, horizontal y verticalmente, al servicio de “las funciones vitales”. Se llegó a afirmar que la función determinaba la forma19 y se conformó todo un cuerpo teórico alrededor de la belleza derivada de la utilidad. La base de esta teoría está en los escritos de Horatio Greenough20, Louis Sullivan, Bruno Taut21 y Lewis Mumford, entre otros.

14 Ib. Pág. 1915 Largo, ancho y alto.16 ZEVI, Bruno. “Saber ver la arquitectura”. Poseidón Editora. Buenos Aires. Quinta Edición. 1951. Pág. 26.17 Ib. 18 Se podría mencionar, además del “Arte de Proyectar en Arquitectura” de Ernest Neufert, Editorial Gustavo Gili S.A. Barcelona. 10ª. en español. 21ª. edición alemana, el tratado “Proyectos” de los Manuales AJ., de la Gran Bretaña, del arquitecto Hermann Blume. 19 DE ZURCO, Edward R. “La teoría del funcionalismo en la arquitectura”. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires. 1958. 20 Escultor neoclásico estadounidense del siglo XIX. Vivió casi toda su vida en Florencia, Italia. Realizó obras muy importantes por encargo de su gobierno como la estatua sedente del presidente George Washington ubicada en la Institución Smithsonian de Washington DC. y la obra El Rescate referente al conflicto entre indios y colonos situada en el pórtico del Capitolio de la misma ciudad. 21 Arquitecto y publicista alemán (1880-1934). Líder del movimiento expresionista, realizador de varios edificios funcionalistas en Berlín.

6

Surgieron nuevos espacios dedicados a un sinnúmero de usos nunca antes imaginados: aeropuertos, terminales de transporte terrestre, centros comerciales, pabellones para exposiciones, conjuntos de vivienda masiva, rascacielos que se convirtieron en los nuevos símbolos de los nacientes imperios comerciales y financieros, hoteles de lujo, espacios que llamaban a la fantasía y que buscaban sintetizar la historia en pequeños corpúsculos para atender el turismo masivo.

A la vez, la función determinó un tipo espacio “hecho a la medida” generando, paradójicamente, y en la mayoría de los casos, una arquitectura impersonal, anodina y carente de gracia.

El funcionalismo en manos de arquitectos de dudoso sentido profesional, comerciantes de la construcción y planificadores con herramientas normativas insensibles, provocaron espacios que desde su gestación ya eran susceptibles de ser demolidos.

Afortunadamente, los espacios nacidos de la mediocridad no lograron eclipsar las obras maestras que caracterizaron esta época y de ellas se pueden extraer excelentes lecciones sobre el mensaje, aún vigente, de la modernidad.

Este mensaje se puede sintetizar en el infinito numero de posibilidades que surgen del juego de planos horizontales, a diferentes niveles, y planos verticales que definen y organizan el movimiento de los seres humanos, controlan y matizan la luz, mesuran el clima, y le dan gran énfasis a los elementos virtuales, produciendo una sensación de “sfumato” espacial22.

En conclusión, hacia la década comprendida entre 1950 y 1960, el pensamiento arquitectónico había solidificado un paradigma de acción basado en el espacio interior fundamentalmente. Era un espacio que se encontraba “contenido” y que era concebido como un “vacío” plagado de movimientos potenciales, de ilusiones de perspectiva, de indicaciones direccionales y de sentimientos personales23. Pero estaba aún supeditado a la acción directa de las superficies que lo conforman.

El arquitecto aun tendría que luchar mucho para liberarse del lastre de la tradición. Solo ante los nuevos avances tecnológicos, el cambio de paradigmas y la visión interdisciplinaria del espacio, los procesos de creación de arquitectos como Peter Eisenman, Rem Koolhaas, Enric Miralles y Paul Virilio, entre otros, están dejando entrever como se plasman en hechos concretos los conceptos que se vienen desarrollando. Esto se verá más adelante.

Por ahora retomemos el hilo de este marco teórico. Simultáneamente a Zevi, e incluso un poco antes, algunos filósofos y científicos estaban desarrollando interesantes 22 Técnica que Ernest H. Gombrich le atribuye a Leonardo y que permitía que la dureza y rigidez de los planos se diluyera en las sombras dejando a la imaginación “algo que adivinar”. “Historia del Arte”. Alianza Editorial S.A. Madrid. 15ª. Edición 1990. Pág. 228. 23 Ib. Capitulo IV.

7

aspectos que tenían que ver con el problema del espacio y el tiempo y que estoy seguro alimentaron tácitamente el desarrollo de los conceptos hasta ahora esbozados. Por ejemplo, Bernard Lonergan24, desde su óptica bifocal de físico y filosofo, en el capitulo Quinto de su obra INSIGHT, desarrolla una serie de reflexiones tratando de acercarse al concepto del Espacio, asociado al del Tiempo, y nos brinda una interesante visión introductoria. Cabe decir que este autor jamás pensó en escribir para un público de arquitectos, pero como sucede en muchos campos del conocimiento, los conceptos que se desarrollan para una u otra ciencia pueden ser, sorpresivamente, usados por campos insospechados:

“Estas nociones (las de espacio y tiempo) no solo son enigmáticas y por ello interesantes, sino también arrojan considerable luz sobre la naturaleza precisa de la abstracción, proporcionan un contexto familiar y concreto al análisis precedente de la ciencia empírica, y forman un puente natural sobre el cual podemos pasar de nuestro examen de la ciencia a un examen del sentido común.”

Es importante notar que la comprensión de las nociones planteadas exige un nivel de abstracción, necesaria, en la mente de una persona con formación superior, como es el caso de un arquitecto, para generar ese “puente natural” entre el pensamiento científico o superior, y el sentido común, propio de su condición de ser humano.

Más adelante Lonergan, de una manera escueta, se adentra en estos conceptos:

“Definamos ahora el Espacio como la totalidad ordenada de extensiones concretas, y el Tiempo como la totalidad ordenada de duraciones concretas”25

y precisa descriptivamente las extensiones como

“correlativas a ciertas experiencias familiares y elementales, pero (que) están en lo experimentado y no en el experimentar mismo”.

Al situar la extensión como cualidad propia de lo experimentado el autor permite crear una marcada diferencia entre el espacio y el tiempo y entre quien los experimenta. Esta posición es interesante porque para un arquitecto es difícil separar ambas entidades, ya que el entrenamiento al que tradicionalmente es sometido, lo lleva a percibir el espacio y el tiempo de una manera intuitiva y subjetiva, como algo inherente a él, haciéndolo perder claridad en la comprensión del fenómeno como tal. Al separar las dos situaciones, como ejercicio inicial, se pueden racionalizar las cualidades propias del espacio y su afectación por el tiempo y por otro lado, hacer lo mismo, con el sujeto como ente conocedor. Estos ejercicios son vitales para la formación del pensamiento

24 Bernard Lonergan, -filósofo, teólogo y físico- nació en Buckingham/Ottawa (Canada) en 1904 y murió en 1984. Fue profesor en Toronto, Roma, el Boston College y Harvard. Autor de varias obras, entre las cuales se encuentra “INSIGHT. Estudio sobre la comprensión humana” (1957) de donde se extraen los conceptos mencionados. 25 Para comprender un poco más el concepto de Totalidad Concreta se sugiere consultar el articulo de Morella Zambrano en la pagina http://www.monografias.com/trabajos/praxis/praxis.shtml (N del A)

8

del arquitecto contemporáneo ya que en este momento la fugacidad de la arquitectura hace necesaria una permanente y seria reflexión al respecto, siempre desde una perspectiva cultural y diversa. Luego de comprender ambas situaciones por separado, en un ejercicio posterior, se puede hacer la simbiosis tal como se plantea a continuación solo que él se queda en lo concreto:

“Pues, además de las totalidades de extensiones concretas y de duraciones concretas, tenemos también las totalidades meramente imaginarias. Lo que alguien experimenta, puede también imaginarlo. Así como experimenta la extensión, imagina también la extensión. Así como experimenta la duración, imagina también la duración.”

Desafortunadamente la acción propia de imaginarse un espacio, en la práctica, no se da tan fácilmente como lo sugiere el enunciado. Basándose en experiencias realizadas en varios años se podría afirmar que al común de los seres humanos se les dificulta enormemente “imaginarse” el espacio y las duraciones. El mismo Stephen Hawking, celebre físico de la Universidad de Cambridge, manifiesta26 la imposibilidad de imaginar un espacio cuadridimensional. “Personalmente ya encuentro suficientemente difícil visualizar el espacio tridimensional”. No es fácil, aunque teóricamente plausible, imaginar entidades que requieren de un alto nivel de abstracción, por eso, tal vez Lonergan deja sutilmente de lado este difícil campo, que no es de su especialidad y se concentra en lo concreto, tal como se mencionaba anteriormente, ubicando la discusión en el mundo de lo tangible y permitiendo acercarnos al fenómeno del Espacio de una manera un poco más objetiva:

“Nuestro interés no versa sobre las extensiones imaginarias o las duraciones imaginarias, sino sobre las extensiones y duraciones concretas correlativas a la experiencia”.

Continúa con un párrafo, que reitero no se pensó así, pero que viene como anillo al dedo para la reflexión de un arquitecto acerca de su campo de acción:

“De inmediato, empero, surge una dificultad obvia. Pues ni la totalidad de extensiones concretas ni la totalidad de duraciones concretas caen dentro de la experiencia del género humano, no digamos del individuo humano. Por esta razón, la definición no se refiere a cualesquiera (de las) totalidades, sino a las totalidades ordenadas. Es muy cierto que sólo un fragmento de extensión concreta y de duración concreta cae dentro de la experiencia humana. Con todo, podemos tomar ese fragmento como origen. Más allá de la extensión que es experimentada, hay una extensión ulterior; y puesto que es continua a la extensión de la experiencia, no es meramente imaginada. De igual modo, más allá de la duración de la experiencia, hay una duración ulterior; y puesto que es continua a la duración de la experiencia, no es meramente imaginada.”

La dificultad que manifiesta contribuye a delimitar el universo donde se desenvuelve el “individuo humano”, que no es otro que el ámbito o el contexto donde el arquitecto actúa. Además, considerar que la “totalidad ordenada” es el “fragmento” que sirve de

26 Hawking, Stephen. “Historia del Tiempo”. CRITICA (Grijalbo Mondadori, S. A.) Barcelona. 1996. Pág.35.

9

“origen” al experimento sobre el espacio y el tiempo constituye una de las bases fundamentales del pensamiento arquitectónico. A su vez deja entrever que existe una realidad “ulterior” que es necesario indagar para comprender aún más las enormes riquezas que encierran los conceptos de espacio y tiempo. A su vez, en el párrafo siguiente explora las distinciones entre lo concreto y lo imaginario situando esto último en una categoría diferente y ajena a la experiencia de quien se adentra en el conocimiento del fenómeno, pero que es indispensable para el que crea los espacios.

“De aquí se sigue un criterio sencillo para distinguir entre la noción del Espacio y del Tiempo concretos y, por otra parte, el espacio y el tiempo imaginarios. Dentro del Espacio concreto hay cierta extensión que es correlativa a la experiencia; cualquier otra extensión en el Espacio está relacionada con esa extensión concreta; y, en virtud de esa relación, cualquier otra extensión en el Espacio es concreta. De igual modo, una noción del Tiempo concreto está construida en torno a un núcleo de duración experimentada. Por otra parte, el espacio o el tiempo meramente imaginarios no contienen ninguna parte que sea correlativa a la experiencia actual.De este criterio se sigue un corolario. El espacio o el tiempo imaginarios pueden estar o no estructurados en torno a un origen. En cambio, las nociones del Espacio o del Tiempo concretos deben estar estructuradas en torno a un origen. Pues sólo unos fragmentos del Espacio o del Tiempo concretos entran en la experiencia humana, por lo cual sólo mediante una estructura relacional de extensiones o duraciones dadas es como las totalidades de extensiones o duraciones pueden ser concretas. Con otras palabras, los marcos de referencia son esenciales a las nociones del Espacio y del Tiempo.”

El hecho de plantear lo imaginario como algo ajeno al origen es importante pues, las elucubraciones, en abstracto, que realiza el arquitecto sobre el espacio normalmente carecen de “sitio” y constituyen imaginarios que luego se plasman en realidades. Es interesante, también, el concepto de “marco de referencia” que junto con el de “fragmento como origen” pueden asociarse al entorno que maneja el arquitecto y al ámbito de acción del mismo, pilares sobre los cuales se construye la experiencia del fenómeno espacial y temporal. En el texto siguiente ahonda en los diferentes niveles en los que se da esa experiencia:

Los marcos de referencia son estructuras de relaciones empleadas para ordenar totalidades de extensiones y/o duraciones. Se dividen en tres clases principales: el personal, el público y el especial.

Primero, todo el mundo tiene su marco de referencia personal. Se mueve cuando uno se mueve, gira cuando uno se vuelve, y mantiene un “ahora” sincronizado con el propio presente psicológico. La existencia de este marco de referencia personal es atestiguado por la correlación entre el lugar y el tiempo del que habla y, por otra parte por el significado de palabras tales como aquí, allá, cerca, lejos, derecha, izquierda, arriba, abajo, enfrente, atrás, ahora, entonces, pronto, recientemente, hace mucho, etc.

En segundo lugar, hay marcos de referencia públicos. Así, la gente acaba por familiarizarse con los planos de los edificios, la red de calles por las que transita, los mapas de sus

10

ciudades, países, continentes. De igual modo, está familiarizada con la alternancia del día y la noche, con la sucesión de semanas y meses, con el uso de relojes y calendarios. Ahora bien, tales esquemas relacionales entretejen extensiones y duraciones. Pero no son marcos de referencia personales que cambian según los movimientos del individuo. Al contrario, son públicos, son comunes a muchos individuaos, y son empleados para traducir el aquí y el ahora del marco de referencia personal en ubicaciones y fechas generalmente inteligibles. En fin, la diferencia entre los marcos de referencia personales y los públicos aparece claramente cuando surgen preguntas como: ¿Dónde estoy? ¿Qué hora es? ¿ Qué día es hoy? Todo el mundo se percata de que está aquí y ahora. Pero se requiere un conocimiento ulterior para correlacionar el aquí personal con un lugar en un mapa y el ahora personal con la lectura de un reloj o un calendario.En tercer lugar, hay marcos de referencia especiales. Una posición básica, una dirección y un instante son seleccionados. Se trazan ejes de coordenadas. Se especifican divisiones en los ejes, de suerte que cualquier punto en cualquier instante puede ser denotado unívocamente como cierto ( x, y, z, t ).Los marcos de referencia especiales pueden ser matemáticos o físicos. Son matemáticos, si ordenan un espacio y un tiempo imaginarios. Son físicos, si ordenan el Espacio y el Tiempo concretos. La distinción se hace patente al seleccionar cualquier (x. y, z, t) y al preguntar dónde y cuándo está. Pues si el marco es físico, la respuesta indicará algún punto preciso en el Espacio y algún instante preciso en le Tiempo. Pero si el marco es matemático, la respuesta será que cualquier punto-instante viene al caso.”

Lonergan nos sitúa muy claramente en los diferentes ámbitos desde donde se podrían explorar y comprender los conceptos de Espacio y Tiempo, pero tal como él, reiterativamente, lo advierte sólo indaga en “algo” muy concreto.

Para ampliar la visión hacia fronteras que no contempla Lonergan, es importante adentrarse en la reflexión alrededor de preguntas que surgen más allá de la especificidad propia del espacio tangible, percibido por el ser humano, y que tienen que ver con el Espacio que es ajeno a él. Con el Espacio, que no es contenido sino que es contenedor, aparentemente “vacío” pero que según las investigaciones de estos últimos tres siglos nos lo muestran plagado de fuerzas y energía, pero sobre todo de certezas inciertas para nosotros: se abre un panorama donde el Espacio que hasta ahora había sido concebido como “el vacío” entre las cosas ahora se convierte en algo que contiene las cosas y que hasta lo que se a podido indagar es infinito, donde la materia es lo anormal y donde la vida (como la concebimos) es una circunstancia anómala. Un Espacio que intuimos pero que aún no podemos comprender. Un Espacio cuya indagación le está dando un vuelco verdaderamente revolucionario al pensamiento humano y que los arquitectos no pueden estar ajenos a él, pues en su estudio y comprensión está la clave de una futura concepción de la Arquitectura.

Existe un breve texto de Albert Einstein, que sirve de prólogo para el libro de Max Jammer sobre este tema27. De una manera muy sencilla, plantea situaciones y

27 JAMMER, Max. “Conceptos de Espacio”. Editorial Grijalbo. México. 1970. Este autor “se ocupa en gran medida de la investigación de la situación del concepto de espacio en la Antigüedad y en la Edad Media:”

11

preguntas claves para indagar un poco más sobre la naturaleza de este apasionante problema del conocimiento.

En este texto, hace una breve descripción de la evolución del concepto, partiendo de una elemental manera de concebirlo, asociándolo al lugar, pasando por la visión del espacio independiente y absoluto, hasta llegar a una concepción del espacio que se ampara en la teoría del campo, aún inacabada.

Es interesante resaltar que el desarrollo del concepto coincide con la manera que todo ser humano tiene de acercase a él. Por la experiencia que he tenido con estudiantes de arquitectura a lo largo de treinta y cinco años, ellos realizan el mismo proceso: los espacios los identifican con lugares bidimensionales. El “constructo” mental que realizan es con base en planos horizontales o más comúnmente llamadas “plantas”. Luego van avanzando hasta llegar al espacio tridimensional y tretradimensional, tal como lo define Einstein, para pasar, finalmente, a concebir el espacio como un “campo” plagado de fuerzas, tensiones y componentes sociales.28

Dice:

Por lo que se refiere al concepto de espacio, parece que éste fue precedido por el concepto psicológicamente más simple de lugar. Lugar es, en primer lugar, una porción (pequeña) de la superficie terrestre, identificada con un nombre. La cosa cuyo “lugar” se especifica es “un objeto material” o un cuerpo. Un análisis simple muestra que “lugar” es también un grupo de objetos materiales. ¿Tiene la palabra “lugar” un significado independiente de éste, o es posible asignarle tal significado? Si se tiene que responder negativamente a esta cuestión, se llega a la idea de que el espacio ( o el lugar ) es una especie de orden de los objetos materiales y nada más. Si el concepto de espacio se forma y se limita de esta manera, no tiene ningún sentido hablar de espacio vacío. Y, como la formación de los conceptos se ha regido siempre por un anhelo instintivo de economía, se llega bastante naturalmente a rechazar el concepto de espacio vacío.

También es posible, sin embargo, pensar de manera diferente. Podemos poner en una caja un número definido de granos de arroz, de cerezas o de algo parecido. Se trata, en este caso de una propiedad del objeto material “caja”, propiedad que debe considerarse “real” de la misma manera en que lo es la caja misma. A tal propiedad se la puede llamar el “espacio” de la caja. Puede haber otras cajas que, este sentido, tengan un “espacio” igualmente amplio. Este concepto de “espacio”, pues, adquiere un significado independiente de cualquier relación con un objeto material en particular. De esta manera, con la extensión natural del “espacio de la caja”, se puede llegar al concepto de un espacio (absoluto) independiente, ilimitado, en el que están contenidos todos los objetos

28 “El espacio o dominio físico difiere ostensiblemente del espacio social. El espacio físico es un espacio en el que la materia existe como volumen, esto es, con tres dimensiones o variables, sometido inexorablemente al paso del tiempo, la cuarta variable. El espacio físico es, entonces, un espacio limitado a cuatro variables o tretradimensional como lo definió A. Einstein. El espacio social en cambio es multivariable, es decir, tiene mucho más de cuatro variables; todas las necesarias para generar el multidominio que se expresa en lo económico, lo científico, lo religioso, lo legal, lo político lo cultural, etc.” Tomado de una ponencia presentada por el Centro Sistémico de Investigación en Alta Gestión, CESIALG, en el Encuentro Nacional de Facultades y Escuelas de Administración y Economía (ENEFA 2001 Universidad de los Lagos, Chile. Pág. Web www.comercio.ucv.cl/magister/mpagina/publ/enefa2001.pdf

12

materiales. Entonces, un objeto material que no este situado en el espacio es simplemente inconcebible. Por otra parte, en el marco de esta formación del concepto, resulta enteramente concebible que pueda existir un espacio vacío.

Estos dos conceptos de espacio se puede contrastar como sigue: a) el espacio como una cualidad posicional del mundo de los objetos materiales,29 y, b) como el recipiente de todos los objetos materiales. En el caso a), es inconcebible el espacio sin ningún objeto material. En el caso b), un objeto material solo puede ser concebido existiendo en el espacio; así, el espacio se presenta como una realidad en cierto sentido superior al mundo material. Ambos conceptos de espacio son creaciones libres producidas por la imaginación humana, medios inventados para la comprensión de nuestras experiencias sensibles.

Estas consideraciones esquemáticas conciernen a la naturaleza del espacio desde los puntos de vista geométricos y cinemático, respectivamente. En cierto sentido, están conciliadas mutuamente por la introducción cartesiana del sistema de coordenadas, aunque éste presupone el concepto lógicamente más atrevido de espacio, o sea el del caso b).

Es interesante apreciar como desde que se empiezan a construir maneras de comprender el fenómeno espacial surge la necesidad de independizar el concepto de espacio de “lo material” y considerarlo como una entidad aparte y contenedora de todos los objetos materiales.

El concepto de espacio fue enriquecido y complicado por Galileo y por Newton, en el sentido de que el espacio debe ser introducido como la causa independiente del comportamiento inercial de los cuerpos, si se quiere dar al principio clásico de la inercia (y, por lo tanto, a la ley clásica del movimiento) un significado exacto. El haber comprendido de manera completa y clara esto, es, en mi opinión, uno de los mayores logros de Newton. Al contrario de lo que sucedía con Leibniz y con Huygens, para Newton era claro que el concepto a) de espacio no era suficiente para servir como fundamento del principio de la inercia y de la ley del movimiento. Newton llegó a este resultado a pesar de que compartía activamente la incomodidad que causó la oposición de los otros dos científicos; el espacio no solo es introducido como algo independiente de los objetos materiales, sino que también se le atribuye un papel absoluto en toda la estructura causal de la teoría. Este papel es absoluto en el sentido de que el espacio (como sistema inercial)30 actúa sobre todos los objetos materiales mientras que éstos, por su parte, no ejercen ninguna reacción sobre el espacio.

El aporte de Newton introduce un aspecto que es aún más tajante para el pensamiento arquitectónico al considerar el espacio, además de independiente de los objetos, como una entidad absoluta e inercial que incide en los objetos sin que ellos lleguen a afectarlo. Esta posición es básica para comprender la dependencia y jerarquía del espacio arquitectónico pero se debe enfatizar en que es una visión incompleta. Dicho otros términos, el sistema inercial determina la ubicación de los objetos de una manera

29 Este concepto se deriva simplemente de la percepción sensorial del “adentro” como “algo” contenido por unos limites y donde existen los objetos. Corresponde, en cierta forma, al ámbito personal que menciona Lonergan, pero además a la concepción del “espacio-protector” que se encuentra en los orígenes del devenir humano. Esta tendencia, alimenta muchos de los parámetros con los cuales trabajan, aún, una buena parte del común de los arquitectos contemporáneos. ( N. del A. ) 30 Sistema Inercial es aquel donde se cumplen las leyes de Newton. (N. del A.)

13

sutil y aleatoria que nos permite reflexionar parcialmente y desde una posición científica, sobre la euritmia y la armonía.

……..El espacio del tipo b) fue aceptado generalmente por los científicos, en la forma precisa del sistema inercial, abarcando igualmente al tiempo. Actualmente podría decirse sobre esa memorable discusión, que la decisión de Newton, en el estado que la ciencia guardaba en su tiempo, fue la única fructífera. Pero el desarrollo subsecuente de los problemas, siguiendo un curso indirecto que nadie pudo haber previsto, ha demostrado que la resistencia de Leibniz y Huygens, bien fundamentada intuitivamente, aunque apoyada por argumentos inadecuados, estaba realmente justificada. Fue necesaria una dura lucha para llegar al concepto del espacio independiente y absoluto, indispensable para el desarrollo de la teoría. Fue preciso también un vigoroso esfuerzo para vencer más tarde a este concepto; proceso que posiblemente todavía no termina.

Al considerarse el espacio como un sistema inercial y absoluto, superior e independiente al mundo material, que afecta a los objetos sin ser afectado por ellos, se empiezan a abrir las puertas para el desarrollo del concepto de espacio como contenedor, de espacio como totalidad. Luego viene la lucha por el reemplazo de este concepto por uno más completo que nos permita concebir la totalidad como un sistema completo de elementos con relaciones multilaterales.

La victoria sobre el concepto de espacio absoluto o sobre el concepto del sistema inercial, sólo fue posible gracias a que el concepto de los objetos materiales fue reemplazado gradualmente por el del campo, como concepto fundamental de la física. Bajo la influencia de Faraday y de Maxwell de desarrolló la noción de que quizás toda la realidad física podría ser representada como un campo, cuyos componentes dependen de cuatro parámetros espacio-temporales. Si las leyes de este campo son, en general, covariantes, es decir, si no son dependientes de una elección particular del sistema de coordenadas, entonces la introducción de un espacio independiente (absoluto) deja de ser necesaria. Lo que constituye el carácter espacial de la realidad es, entonces, la tretradimensionalidad del campo. Así, no existe ningún espacio “vacío”, es decir ningún espacio sin campo. ... Hasta el momento, nadie ha descubierto ningún método para evitar al sistema inercial que no sea a través del campo.” 31

Con base en lo anterior se podría afirmar que los aportes contemporáneos a la concepción del espacio como un campo32, marcan un avance sin precedentes en el conocimiento del fenómeno espacial y que obviamente han repercutido en el pensamiento arquitectónico. Detengámonos un momento en la definición de campo para comprender un poco más la trascendencia de este concepto: Por campo, ha entendido la física, aquel “espacio

31 Las investigaciones contemporáneas, basándose en mucho, en las teorías de Einstein, han evolucionado inmensamente, encontrando nuevos e inquietantes fenómenos como los “Agujeros Negros”, que si bien es cierto, afirman, aún más, la teoría de la relatividad, fueron inconcebibles para el autor de la misma. Hoy son hechos aceptados por la comunidad científica como uno de los fenómenos más excitantes y desestabilizadores de las visiones que se tenían del espacio. (N. del A.) 32

14

físico en el que se manifiestan acciones de fuerzas”33. Hablan, los físicos, de campos de gravitación, campos eléctricos y campos magnéticos.

Gráficamente, las fuerzas son expresadas mediante vectores ( ) que indican el sentido de las mismas.

Curiosamente, los arquitectos han adoptado este símbolo gráfico, para identificar las “tensiones” que se generan en los espacios susceptibles de ser percibidos por los sentidos humanos. Estas “tensiones”, a la postre constituyen una serie de “campos de fuerzas virtuales” que, si bien es cierto, no son cuantificables mediante instrumentos, sí pueden ser percibidas sensorialmente y son parte del “paquete” de atributos mediante los cuales se cualifica un espacio arquitectónico.

Volviendo al hilo de este estado del arte del conocimiento, nos encontramos con una de las personas que tal vez ha manejado mejor la analogía entre la Teoría del Campo en general y el espacio arquitectónico. Es Atilio Marcolli, quien a través del curso de Educación Visual que dictó hacia 1968 en Italia. Hay que leerlo dentro de su contexto para comprender su honda raigambre modernista, pero también hay que leerlo transportándolo al presente ya que se inserta dentro de toda la discusión contemporánea sobre el Espacio. Vislumbra el espacio arquitectónico como un campo “lleno” de tensiones, en movimiento y en continua transformación.

Por Campo, en arquitectura, entiende Marcolli, “un espacio que presenta algunas características constantes en cada uno de sus puntos” y en el cual “se pueden realizar determinadas operaciones”34.

“Cada campo posee, por tanto, determinadas características. En él realizamos determinadas operaciones. El campo opera sobre estas operaciones, pero a su vez obran sobre el campo. De esta interacción nace la tensión, el movimiento, la continua posibilidad de transformación.” 35

Lo que es novedoso en Marcolli, es su concepción de Campo, o mejor, su concepción de lo que él llama la “Teoría Unificada del Campo”, pues si bien es cierto que parte del concepto tradicional de campo, que no es otra cosa que el lugar físico “donde se manifiestan acciones de fuerzas”, como por ejemplo el Campo de Gravitación, o el Campo Eléctrico o el Magnético, y lo desarrolla mediante cuatro componentes aplicados completamente a las artes visuales:

El campo geométrico-intuitivo (relativo al posicionamiento en la forma geométrica), el campo gestáltico (relativo al proceso de formación de la forma, a la “vida” de la forma, a su euritmia), el campo topológico (relativo a la relación de la parte con el todo) y el campo fenomenológico (relativo al estudio de los hechos que se dan en él).

33 Definición tomada de la “Enciclopedia La Rousse”. 34 MARCOLLI, Attilio. “Teoría del Campo”. Xarait Ediciones y Alberto Corazón Editor. Madrid. 1978. Pág.3. 35 Ib.

15

En lo que pareciera que Marcolli se queda corto es en su concepción del espacio mismo, pues no logra salir del concepto de espacio contenido dentro de un contenedor, plagado de objetos o sin ellos, pero al fin y al cabo interactuando entre sí: “la acción reciproca del espacio sobre los objetos y de éstos sobre el espacio, la interacción objetos-campo que nos encontramos por doquier, incluso en la ciudad y el territorio”. Es una lástima, porque el espacio pensado como un campo genera un escenario perfecto para desarrollar eso que en la actualidad se está logrando intuir a través de los observatorios situados en la orbita terrestre y que nos están mostrando un universo antes nunca imaginado hasta ahora, donde parece ser que el espacio contenedor es un hecho, dentro de tiempos simultáneos y con paradojas que bordean los limites de la ciencia-ficción.

Ante la densidad del panorama planteado lo que sigue son búsquedas tratando de romper con la pesada herencia y al mismo tiempo articular el pasado con el futuro sin caer en la remembranza nostálgica de la historia o en la fantasía irreal de la utopía.

Tal vez uno de los más audaces exponentes de este cambio fue Peter Eisenman, quien dedicó la primera etapa de su producción a comprender exhaustivamente el movimiento moderno, partiendo de los antecedentes que se encuentran en el desarrollo de la arquitectura desde el siglo XV y concentrándose puntualmente en el estudio (durante 15 años) de la Casa del Fascio (1932-1936) y de las casas Giuliani Frigerio (1939-1940), construidas en Como, Italia36. Dominando el discurso Moderno rompió con él y se lanzó a explorar posibilidades insospechadas en busca de expresar arquitectónicamente el pensamiento, que se estaba empezando a gestar, a raíz de los nuevos avances en el conocimiento del espacio del Universo. Para comprender esto es bueno recordar que Eisenman siempre trabajo interdisciplinariamente. Se basó e interactuó en equipo con físicos, filósofos, lingüistas y directores de cine.

Para ello realizó experimentos en los cuales partió “del dato geométrico, fundamento de la composición arquitectónica”37, introduciendo elementos de la geometría topológica38 para realizar la deconstrucción de una realidad encajonada en la concepción plana de la visión euclidiana.

Ciucci, escribe al respecto, “efectúa su deconstrucción, primero por medio de la deformación y luego de la descomposición, de la misma forma en que “desestructura” una frase usando letras mayúsculas y minúsculas en distintas “escalas” de tamaño que permiten distintas lecturas. El resultado de la forma mantiene el sello inicial, memoria genética que permite medir el desplazamiento realizado y reconocer el distinto punto de 36 Obras muy particulares, poco conocidas en nuestro medio, del arquitecto italiano Giuseppe Terragni (1904-1943) en las cuales logró plasmar todo el contenido del discurso Moderno en un ambiente que exigía una respuesta arquitectónica perfectamente contraria. Es de los pocos arquitectos que sobrevivió, sin claudicar a sus principios, en la época del fascismo. Murió tempranamente, a la edad de 39 años, por agotamiento físico, debido a que fue obligado a enlistarse en el ejército y trasladado a la conflictiva zona de los Balcanes donde la experiencia bélica fue superior a sus fuerzas. 37 Texto tomado del Prologo “Enésimasanamnesias” escrito por Giorgio Ciucci para el libro “Peter Eisenman. Obras y Proyectos” de Pippo Ciorra. Ed. Sociedad Editorial Electa España S.A. 1994.38 Rama de la geometría que estudia las propiedades de las figuras, especialmente su continuidad, con independencia de su tamaño o forma. Trabaja con superficies elásticas estiradas o comprimidas. (Conceptos extractados del Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española).

16

llegada con respecto a otros recorridos. Tanto los juegos verbales como los figurativos, constituyen la expresión de esta continua “dislocación”, realizada por Eisenman desplazándose y desplazándonos de un sentido, de una dirección, de un significado, de un plano, de un espacio a otro, hasta un aparente sinsentido, sin dirección, sin significado, sin plano, sin espacio. Y llega hasta la pretensión de realizar paredes no sólidas, cristales y espacios sólidos como demuestra la House II39 de 1969. Nada está definido a priori más todo se desplaza en el proceso proyectual, interpretado como una excavación realizada por el arquitecto para describir “la naturaleza latente” en el objeto”40.

Estos experimentos le permitieron fantasear con el espacio, liberarse de la función y de la pesada tradición clásica y moderna, aproximándose al concepto de “espacio contenedor”.

Dentro de esta búsqueda encontramos un grupo que está realizando aproximaciones muy interesantes, a nivel teórico, planteando la liberación de las fronteras, hacia la concepción de un espacio global, libre de las ataduras propias de los límites jurídico-administrativos de los países. Este es el grupo de “Los Situacionistas” que proclaman:

“Nuestra idea central es la construcción de situaciones, es decir, la construcción concreta de ambientes momentáneos de la vida y su transformación en una cualidad afectiva superior. Tenemos que poner a punto una intervención ordenada sobre los factores complejos de dos grandes componentes en perpetua interacción: el escenario material de la vida y los comportamientos que entraña y que lo desordenan”. 41

Uno de los representantes más completo de este planteamiento es el catalán Enric Miralles (1955-2000) quien realizó, en su corta vida, una obra llena de innovaciones donde “supo establecer (un equilibrio) entre la fragmentación de una estética convulsa y efervescente impulsada por la suscripción a la contemporaneidad, y el respeto a la topología del lugar, como consecuencia de la amplitud de su conocimiento”42.

Miralles hace presencia en el espacio con elementos volátiles, a manera de vectores y fuerzas. Plasma en él las tensiones que genera el contexto indeterminado y hace entendible la lectura de contenidos normalmente intangibles para el lego. Sus espacios no contienen, simplemente fluyen en una danza integradora de componentes, aparentemente, dispersos.

39 La House II forma parte del grupo de las “11 casas de Cartón” (cardboard-houses, nombre que hace referencia a los materiales de una maqueta a escala) donde realiza innumerables aproximaciones a nuevas visiones espaciales. 40 Texto tomado del Prologo “Enésimasanamnesias” escrito por Giorgio Ciucci para el libro “Peter Eisenman. Obras y Proyectos” de Pippo Ciorra. Ed. Sociedad Editorial Electa España S.A. 1994. 41 Tomado de la pagina web: “http://usuarios.lycos.es/tallerlego/WEB/SITUACIONISTAS.HTM42 Texto de Gerardo Mingo Pinacho, Subdirector de Arquitectura del Ministerio de Vivienda de España, escrito para el libro “EMTB Enric Miralles, Benedetta Tagliabue – Work in Progress”, editado en Barcelona, por el Ministerio de Vivienda y el Colegio de Arquitectos de Cataluña. 2004.

17

Estudiar y comprender la obra de Miralles no es fácil. Requiere de una simbiosis con su manera de expresar sus intenciones a través de textos poéticos complementados de diagramas y trazos llenos de colorido. La fuerza de su expresión posee la sutileza de aquel que se integra sin avasallar, perdiéndose en lo difuso de una madeja de líneas profundamente dinámicas. Combina la planta y el corte simultáneamente, a veces dentro de un contexto, a veces en el “vacío” blanco del papel. Siempre en el espacio efímero dado por la sucesión de momentos.

Miralles deja un legado de lecciones propias del futuro.

Otro arquitecto que ha aportado un buen material a la búsqueda de una arquitectura que refleje la cambiante realidad de la época, es Rem Koolhass (1944- ), arquitecto holandés, que ha incursionado en el cine, el periodismo y la enseñanza. A su polifacético accionar se debe, talvez, su interés por el futuro del espacio habitable.

Trabaja con igual fluidez una casa para un cliente determinado que el plan maestro de una ciudad.

Critico profundo de la manera como hacen arquitectura los arquitectos, de espaldas a la dinámica de los tiempos y en contravía del pensamiento contemporáneo. Dedica gran parte de sus investigaciones teóricas a incursionar en el problema del tiempo y su influencia en la concepción espacial. Desarrolla interesantes apreciaciones sobre la “congestión” urbana y como ésta ha eclipsado a la arquitectura. Propone que la arquitectura, no solo “debe huir del narcisismo y de la vanidad que la ponen al abrigo de las peligrosas realidades del devenir histórico, sino también que la especulación arquitectónica debe volver a centrarse en descubrir el nuevo potencial de las condiciones existentes”43.

El trabajo de Koolhass, insiste en lo cambiante de las situaciones y en lo efímero del paisaje urbano (estudia a fondo las condiciones de la ciudad norteamericana y aunque no toca la realidad latinoamericana muchos de sus conceptos son perfectamente aplicables a ella). Presenta un contenido teórico muy sólido aunque sus respuestas formales no logran trascender la dimensión de lo que plantea, por lo menos hasta ahora. Se pierde en el virtuoso e innovador manejo del los espacios interiores. De todas maneras, autores como el citado en el pie de pagina, Kwinter, sostiene que “el futuro ha empezado con Koolhass”44.

Ya para cerrar este, somero e incompleto, “estado del arte” del conocimiento sobre el espacio arquitectónico, es necesario citar a Paúl Virilio (1932- ), arquitecto, urbanista y filósofo francés. Influenciado notoriamente por el espectro de la Guerra Mundial, que sufrió en carne propia, ha dedicado su vida a la denuncia y a la critica de lo que considera pueden ser la causa de las futuras guerras, especialmente la guerra informática. La visión globalizante de la “metaciudad mundial, cuyo centro está en

43 KWINTER, Sanford. “REM KOOLHASS. Conversaciones con Estudiantes”. Editorial Gustavo Gili. Barcelona. España. Primera Edición, tercera tirada. 2004. 44 Ib. Pág. 90.

18

cualquier parte y su circunferencia en ninguna (Pascal)45, constituye uno de los pilares de su reflexión, en la cual aborda con verdadera vehemencia los peligros de los “hipercentros virtuales de los que las ciudades no son más que la periferia….desertificando el espacio rural….fenómeno metropolitano de una hiperconcentración humana catastrófica…..”46.

A lo largo de su voluminosa producción, Virilio, aporta elementos fundamentales para el análisis del comportamiento de los espacios contenidos y contenedores a nivel macro.

Constituye un aporte critico muy importante para la formación de arquitectos, que van a tener que lidiar con un mundo que, para satisfacer la demanda de espacio habitable de la población mundial, va a tener que duplicar, en este siglo, la construcción de todo lo que la humanidad ha construido a lo largo de su historia, según datos de la Conferencia Hábitat de las Naciones Unidas.

2.3 Objetivos:

La asignatura pretende introducir al estudiante en la comprensión del fenómeno arquitectónico mediante el desarrollo de la relación que debe existir entre la arquitectura como objeto de conocimiento y él como sujeto conocedor de sí mismo y de la arquitectura. En esta relación, debe encontrar los elementos básicos que le dan razón de ser a su condición como arquitecto y a la arquitectura a partir del ser humano. Para ello se pretende, así mismo, desarrollar conocimiento sobre El Espacio Arquitectónico como fenómeno inteligible y susceptible de ser transformado. En consecuencia, los conceptos que deben ser dilucidados y trabajados permanentemente son: El Espacio en general y el Espacio Arquitectónico.

El Espacio Arquitectónico como Fenómeno Inteligible. El Espacio Arquitectónico como Fenómeno susceptible de ser transformado.

La asignatura pretende, finalmente, convertirse en una línea de investigación.

2.4 Metodología:

La base metodológica estará centrada en la reflexión epistemológica alrededor de los problemas de conocimiento que se derivan de la percepción, comprensión y manejo de los espacios arquitectónicos.

La implementación del programa se hará en clases teórico-prácticas en las cuales habrá un segmento de contenidos teóricos, un segmento de debate y un segmento de ejercicios gráficos.

45 VIRILIO, Paúl. “La Bomba Informática”. Ediciones Cátedra, S. A. Colección Teorema. Madrid. 1998. Pág. 21. 46 Ib.

19

La Metodología para la obtención del conocimiento, que requiere la asignatura, está basada en la misma que la asignatura ha desarrollado como modelo de lo que debe ser el proceso de obtención de conocimiento para un arquitecto.

Se parte de la actitud personal que debe tener el arquitecto frente al conocimiento.

La inquietud como base para conocer. Aspectos epistemológicos que es necesario dilucidar. Acto seguido, se determinan diferentes formas de identificar y formular un

Problema y que tipo o tipos de problemas se van a tratar. Estrategias para la recolección de información requerida. El dato. Análisis de la información y de las diferentes situaciones. Modos de abordar las posibles soluciones mediante la construcción de

diferentes escenarios hipotéticos. Identificación de la hipótesis (escenario) más plausible y como esta

hipótesis es un proyecto. Diferentes maneras, como un arquitecto, puede demostrar y corroborar la

hipótesis. La validez de las hipótesis cuyo resultado es negativo. Sistemas para registrar la información. Retroalimentación de los sistemas de conocimiento. Estado del arte.

2.5 Estrategias de Comunicación y Evaluación:

La comunicación de la información necesaria se hará mediante el sistema de clase magistral. El debate se promoverá mediante estímulos e inquietudes planteadas por el director de la signatura o por los alumnos. Los ejercicios gráficos se harán individualmente, en el salón de clase (cuando éste lo permita) o en su casa.

La evaluación se realizará en cada sesión de clase. El alumno deberá construir la nota cuantitativa a partir de su participación en los debates, con el nivel alcanzado en los ejercicios que realice, con su actitud ante el conocimiento (ya sea irreverente o no), con su capacidad de comunicar sus ideas y con su responsabilidad y respecto ante la asignatura.

2.6 Desarrollo de contenidos temáticos

Visión epistemológica de la asignatura. El fenómeno arquitectónico. La fuerza del pensamiento y el pensamiento contemporáneo. La palabra arquitectura y el desarrollo del concepto de arquitectura. La arquitectura como espacio.

20

El concepto de espacio y el espacio arquitectónico. La percepción del espacio y la representación del espacio. El ser humano en el espacio. El ser espacial. El ser universitario.

2.7 Cronograma de Actividades:

Actividad a desarrollar Semana(s)47

Visión epistemológica de la asignatura. El fenómeno arquitectónico. La fuerza del pensamiento y el pensamiento

contemporáneo. La palabra arquitectura y el desarrollo del concepto de

arquitectura. La arquitectura como espacio. El concepto de espacio y el espacio arquitectónico. La percepción del espacio y la representación del

espacio.

10

El ser humano en el espacio. El ser espacial. 3

El ser universitario. 3

2.8 Costos de la Asignatura

RUBROS Cantidad Valor TOTALBibliografía 30 1´500.000TOTAL 30 1´500.000

47 En la primera columna se debe referenciar la cantidad de semanas que durará la actividad, y en la segunda, la ubicación dentro del calendario académico.

21

2.9 Bibliografía

ARNAU, Joaquin, “72 voces para un Diccionario de Arquitectura teórica”. Celeste Ediciones Madrid, España. 2000.

ALEXANDER, Christopher. “El Modo Intemporal de Construir”. Ed. Gustavo Gili. Barcelona. 1981.

CANIGGIA, Gianfranco y MAFFEI, Gian Luigi. “Tipología de la Edificación”. Celeste Ediciones. Madrid. 1995.

GOMBRICH, Ernest H. “Historia del Arte”. Alianza Editorial S.A. Madrid. 15ª. Edición. 1990.

GROPIUS, Walter. “Alcances de la Arquitectura Integral”. Ed. La Isla. Buenos Aires. 1963

HAWKING. Stephen. “Historia del Tiempo”. CRITICA (Grijalbo Mondadori, S.A.) Barcelona. 1996.

IBELINGS, Hans. “Supermodernismo. Arquitectura en la Era de la Globalización”. Ed. Gustavo Gili. Barcelona.

JAMMER, Max. “Conceptos de Espacio”. Editorial Grijalbo. México. 1970.

KRUFT, Hanno – Walter: “Historia de la Teoría de la Arquitectura”. Alianza Editorial. Madrid. 1990.

LONERGAN, Bernard. “INSIGHT. Estudio sobre la Comprensión Humana”. Ediciones Sígueme. Salamanca, España. 1999.

PATETTA, Luciano. ”Historia de la Arquitectura (Antología Crítica)”. Celeste Ediciones. Madrid.1997.

SALDARRIAGA ROA, Alberto. “Aprender Arquitectura”. Editado por la Fundación CORONA. Bogotá. 1996.

URIBE RIVERA, Rafael H. “Documentos de clase”. Números 1-11. Inéditos.

VITRUVIO POLION, Marco. “Los Diez Libros de Architectura”. Edición Facsimilar.

22

ZEVI, Bruno. “Saber Ver la Arquitectura”. Ed. Poseidón. Buenos Aires. 1971.

2.10 Trayectoria del (los) profesor(es) que participa(n) en la asignatura:

Para esta información se sugiere consultar las hojas de vida que reposan en el Departamento.

23