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ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓNRoma, 2001

Redacción, compaginación, elaboración gráfica y composición electrónica:Grupo Editorial,

Dirección de Información de la FAO

Las denominaciones empleadas en esta publicaci�n y la forma enque aparecen presentados los datos que contiene no implican, departe de la Organizaci�n de las Naciones Unidas para laAgricultura y la Alimentaci�n, juicio alguno sobre la condici�njur�dica de pa�ses, territorios, ciudades o zonas, o de susautoridades, ni respecto de la delimitaci�n de sus fronteras ol�mites.

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© FAO 2001

ISBN 92-5-304558-2

CUADRO DE EXPERTOS EMINENTES SOBRE LA ÉTICA EN LA ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA

Pre�mbulo

En un mundo que alardea de tener la capacidad productiva necesa-

ria para alimentar a toda su poblaci�n, la persistencia de la insegu-

ridad alimentaria cr�nica y de una pobreza muy difundida es una

realidad inaceptable. La incapacidad para atender las necesidades b�sicas

y facilitar el acceso a alimentos suficientes de 800 millones de personas es

tal vez el problema humano m�s urgente de la actualidad, tanto m�s cuan-

to que las posibles soluciones presentan muchos aspectos �ticos. Si quere-

mos construir un mundo en el que impere la seguridad alimentaria, tanto

para las generaciones actuales como para las futuras, es indispensable

abordar los temas vitalmente importantes que entran en el mandato de la

FAO Ðseguridad alimentaria y ordenaci�n sostenible de los recursos pro-

ductivos y los sistemas ecol�gicos de la tierraÐ con una mayor compren-

si�n de su dimensi�n �tica.

Hace un a�o establec� el Cuadro de Expertos Eminentes sobre la �tica en

la Alimentaci�n y la Agricultura de car�cter independiente a fin de que ase-

sorara a la FAO sobre cuestiones �ticas de fundamental importancia para su

trabajo, y de que contribuyera a aumentar el grado de sensibilizaci�n y

conocimiento del p�blico respecto de las consideraciones �ticas. Es para m�

una satisfacci�n que un grupo eminente e influyente de expertos, que

representan a todas las regiones del mundo y una serie de disciplinas perti-

nentes, haya aceptado prestar sus servicios en el Cuadro de Expertos. Su

contribuci�n a la labor de nuestra Organizaci�n y al debate p�blico m�s

amplio es muy significativa en un momento en que importantes aconteci-

mientos en la alimentaci�n y la agricultura, en particular progresos tecnol�-

gicos cada vez m�s r�pidos, cambios en la base de recursos y mecanismos

econ�micos y de mercado en evoluci�n, han hecho que una variedad de

cuestiones �ticas ocupen un lugar destacado en el programa internacional.

Los r�pidos progresos tecnol�gicos actuales est�n creando instrumentos

muy poderosos, algunos de los cuales son capaces de producir cambios que

podr�an resultar irreversibles. La ciencia nos ofrece muchas nuevas tecnolo-

g�as: la humanidad pide un serio examen �tico de por qu� y c�mo deber�an

aplicarse, especialmente en lo que respecta a la seguridad alimentaria y las

medidas de reducci�n de la pobreza.

A ra�z de su primera reuni�n, celebrada en septiembre de 2000, el

Cuadro de Expertos prepar� el presente informe, que es ponderado y al

mismo tiempo invita a la reflexi�n. En este informe, el Cuadro de Expertos

trata las principales cuestiones y desaf�os �ticos con que se enfrenta el

mundo y que entran en la esfera de conocimientos de la FAO, en particular

iii

los interrogantes relacionados con los organismos modificados gen�tica-

mente en la alimentaci�n y la agricultura, la silvicultura y la pesca.

Nuestra comprensi�n de la �tica y de los derechos humanos en el contex-

to del hambre y la pobreza se encuentra todav�a en una etapa relativamente

temprana de desarrollo. Por consiguiente, al crear un foro neutral para las

deliberaciones del Cuadro de Expertos, la FAO ha avanzado en direcci�n

del objetivo propuesto. Las opiniones expresadas Ðalgunas de las cuales

pueden ser discutiblesÐ y las conclusiones a que se llega en este informe son

las de sus miembros independientes, y no son necesariamente compartidas

por la Organizaci�n o sus Estados Miembros. Sin embargo, estoy convenci-

do de que las tesis planteadas ser�n una contribuci�n importante al debate

internacional y a la valoraci�n p�blica de las importantes cuestiones mun-

diales de que se trata.

Estoy decidido a que la competencia, los conocimientos y la experiencia

de la FAO, y sobre todo el foro neutral que representa, sigan estimulando

un debate racional y bien fundamentado que profundice nuestra compren-

si�n de las cuestiones �ticas pertinentes y facilite un examen detenido de

sus consecuencias por quienes han de tomar decisiones en todos los nive-

les. Adem�s, conf�o en que una reflexi�n seria y objetiva sobre la dimensi�n

�tica del desarrollo de la alimentaci�n y la agricultura estimular� progresos

inmediatos y duraderos en la seguridad alimentaria y la mitigaci�n de la

pobreza. ¥

Jacques DioufDirector General de la FAO

iv


êndiceiii

PREçMBULO

1

INTRODUCCIîNEstablecimiento y mandato

Composici�nOrganizaci�n del trabajo

2

CUESTIONES �TICAS FUNDAMENTALES

4

CUESTIONES �TICAS EN LA ALIMENTACIîN Y LA AGRICULTURAObservaciones y motivos de preocupaci�n

Asesoramiento y sugerenciasDirectrices para un sistema equitativo basado en consideraciones �ticas

12

LA BIOTECNOLOGêA, CON INCLUSIîN DE LOS ORGANISMOSMODIFICADOS GEN�TICAMENTE

Riesgos, incertidumbres y dudas en el uso de los organismos modificados gen�ticamentePosibles beneficios y problemas

Condiciones para llevar a la pr�ctica las posibilidades de las biotecnolog�as modernas,incluidos los organismos modificados gen�ticamente, y para evitar sus riesgos

20

LABOR FUTURAReuniones futuras

21

ANEXOS1. Mandato

2. Biograf�as3. Programa


vi

1


Introducci�n

ESTABLECIMIENTO Y MANDATOEl Cuadro de Expertos Eminentes sobre la �tica en la Alimentaci�n y la Agricultura fue esta-

blecido por el Director General con arreglo a lo dispuesto en el Art�culo VI.4 de la Constituci�n

de la FAO y el Art�culo XXXV del Reglamento General de la Organizaci�n, por un per�odo de

cuatro a�os con fecha 1 de enero de 2000. Su mandato, consistente en sensibilizar al p�blico y

asesorar al Director General en relaci�n con las cuestiones �ticas en la alimentaci�n y la agri-

cultura, se adjunta en el Anexo 1.

COMPOSICIÓNEl Director General nombr� ocho expertos eminentes de diferentes disciplinas cient�ficas y de

otra �ndole, designados a t�tulo personal, con un mandato de cuatro a�os. Los miembros del

Cuadro son los siguientes: Sr. Francisco J. Ayala, de los Estados Unidos; Sra. Chen Chunming,

de China; Sr. Asbj¿rn Eide, de Noruega; Sra. No�lle Lenoir, de Francia; Sr. Mohammed Noor

Salleh, de Malasia; Sr. Mohammed Rami, de Marruecos; Sra. Lydia M. Tablada Romero, de

Cuba, y Sr. Melaku Worede, de Etiop�a. En el Anexo 2 se adjunta una biograf�a sucinta de cada

uno de ellos.

ORGANIZACIÓN DEL TRABAJOEl Cuadro celebr� su 1a reuni�n en la sede de la FAO en Roma entre el 26 y el 28 de septiembre

de 2000. El Director General hab�a solicitado al Sr. Asbj¿rn Eide que actuara como Presidente

de la primera reuni�n. Al final de la misma, el Cuadro pidi� al Sr. Eide que continuara ejercien-

do las funciones de Presidente durante los cuatro a�os previstos en el mandato del Cuadro.

El Cuadro aprob� el proyecto de programa, dando por supuesto que podr�an introducirse

ligeras revisiones durante la reuni�n. Examin� los tres temas principales: i) cuestiones �ticas

b�sicas derivadas de su mandato; ii) cuestiones �ticas en los sectores de la agricultura y la ali-

mentaci�n, y iii) biotecnolog�as y organismos modificados gen�ticamente en relaci�n con los

consumidores, la inocuidad de los alimentos y el medio ambiente1. Se examin� tambi�n la actua-

ci�n futura del Cuadro. En el Anexo 3 se adjunta el programa de la 1a reuni�n del Cuadro. ¥

1 La secretaría presentó al Cuadro los borradores de los números 1 y 2 de los Estudios FAO: Cuestiones de ética, intitulados respectivamenteCuestiones de ética en los sectores de la alimentación y la agricultura y Los organismos modificados genéticamente, los consumidores, lainocuidad de los alimentos y el medio ambiente.


2

En el mandato del Cuadro se pide a �ste que re-

flexione y fomente la reflexi�n sobre cuestiones

�ticas que se plantean en la producci�n y consu-

mo de alimentos, as� como en el desarrollo agr�cola,

incluidos los sectores forestal y pesquero. Ello debe reali-

zarse en el contexto de la seguridad alimentaria, el uso

sostenible de los recursos agr�colas, la salvaguardia de la

biodiversidad y una combinaci�n equilibrada de tecno-

log�as tradicionales y modernas para aumentar la segu-

ridad alimentaria y promover la agricultura sostenible.

El Cuadro consider� que el compromiso �tico fun-

damental de la FAO es el de tratar de liberar a la

humanidad del hambre y garantizar el acceso de todos a una alimentaci�n suficiente, como se

declara en la Constituci�n de la Organizaci�n y en sus compromisos posteriores. Tambi�n

observ� que, si bien el objetivo de la conservaci�n y ordenaci�n sostenible de los recursos

naturales para las generaciones actuales y futuras no se reconoc�a expresamente en la

Constituci�n, en la pr�ctica se ha convertido en uno de los grandes objetivos de la FAO.

El Cuadro observ� la existencia de algunas diferencias de opini�n en el mundo de hoy en

relaci�n con los valores �ticos, en particular el enfrentamiento entre planteamientos utilitarios

y libertarios y las valoraciones �ticas de las acciones frente a las de las consecuencias o resultados.

Las diferencias culturales influyen tambi�n en las posiciones �ticas. No obstante, se puede

encontrar una base com�n en la Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos; desde su

adopci�n en 1948, ha habido un marco de valores b�sico que abarca las distintas culturas, reli-

giones e ideolog�as.

La Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos es un conjunto integrado en el que los

distintos derechos contemplados se consideran interdependientes e indivisibles. Entre ellos figu-

ra el derecho a un nivel de vida suficiente, incluida la alimentaci�n. En la Declaraci�n se incluye

tambi�n el derecho de todos a beneficiarse de los avances de la ciencia y tecnolog�a modernas.

En el Art�culo 1 de la Declaraci�n se asienta el principio b�sico de que los seres humanos no

s�lo nacen libres e iguales en dignidad y derechos sino que adem�s est�n dotados de raz�n y

conciencia y deben comportarse fraternamente los unos con los otros. En relaci�n con la eva-

luaci�n �tica del Cuadro resultan especialmente pertinentes los valores de la alimentaci�n, la

salud, los recursos naturales y la naturaleza misma. En resumen, la �tica requiere que las per-

sonas vayan m�s all� del propio inter�s y se ocupen unas de otras, que cuiden de la tierra y

est�n dispuestas a compartir los recursos comunes. No obstante, debe tenerse en cuenta que,

en la pr�ctica, estos valores pueden entrar en conflicto unos con otros. El respeto a la vida es

fundamental para la �tica. Por ello, la alimentaci�n y la garant�a del acceso a unos suministros

suficientes por parte de todos figuran entre las principales prioridades en la jerarqu�a de valo-

res humanos.

El Cuadro tuvo en cuenta la ventaja comparativa de la FAO para ocuparse de los aspectos

�ticos de la agricultura y la alimentaci�n, y consider� tambi�n la divisi�n del trabajo entre las

Cuestiones �ticas fundamentales

3


diferentes organizaciones de las Naciones Unidas. Un aspecto fundamental del mandato de la

FAO es la realizaci�n del derecho a la alimentaci�n, definida por el Comit� sobre Derechos

Econ�micos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas2 (Observaci�n General N¡ 12) en los

siguientes t�rminos:

El derecho a la alimentaci�n adecuada comprende la disponibilidad de alimentos

en cantidad y calidad suficientes para satisfacer las necesidades alimentarias de

los individuos, sin sustancias nocivas, y aceptables para una cultura determina-

da, as� como la accesibilidad de esos alimentos en formas que sean sostenibles y

que no dificulten el goce de otros derechos humanos.

A pesar del hecho de que la comunidad internacional ha reafirmado frecuentemente el dere-

cho de todos a no padecer hambre, la cruda realidad es que m�s de 840 millones de personas

de todo el mundo, la mayor�a de ellos en pa�ses en desarrollo, est�n cr�nicamente hambrien-

tos. La ra�z de este inmenso problema del hambre y la malnutrici�n no es una falta mundial de

alimentos, sino m�s bien la falta de acceso a los mismos. Esta se debe sobre todo a la pobreza y a

la enorme diferencia de ingresos entre los ricos y los pobres en todo el mundo, y se ve agrava-

da por la situaci�n de conflicto armado y degradaci�n ambiental.

La tarea �tica m�s urgente es evaluar las actividades relacionadas con la agricultura y la ali-

mentaci�n desde el punto de vista de su contribuci�n efectiva y potencial a la reducci�n de la

pobreza, el hambre y la malnutrici�n. ¥

2 El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas es un organismo de expertos independientes establecidospor el Consejo Económico y Social (ECOSOC) para supervisar la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales yCulturales. Formula observaciones generales, que sirven como interpretación o guía sobre las obligaciones contraídas por los Estados envirtud del Pacto. Se han formulado observaciones generales, por ejemplo, acerca del derecho a la alimentación, a la salud, a la vivienda y ala educación. Los textos de estas observaciones generales pueden encontrarse en la página Web de la Oficina del Alto Comisionado de lasNaciones Unidas para los Derechos Humanos, http://www.unhchr.ch.

De conformidad con su mandato y teniendo en

cuenta las consideraciones formuladas en la sec-

ci�n anterior, el Cuadro explor� una serie de

esferas en que las consideraciones �ticas pueden contribuir

de manera sustancial a mitigar la situaci�n generalizada de

hambre y de inseguridad alimentaria en el mundo. El t�r-

mino Çconsideraci�n �ticaÈ implica que el motivo domi-

nante no es el beneficio propio de quien realiza una acci�n

sino los beneficios que se aportan a los dem�s. El ÇautorÈ

puede ser un individuo o grupo, por ejemplo una empresa,

una organizaci�n no gubernamental (ONG) o un gobierno.

Aquellos cuyos beneficios que se tienen en cuenta pueden

ser otros individuos o grupos, dentro del propio territorio

nacional o en otros pa�ses.

Efectos del crecimiento de la población humana y desplazamientos demográficos

Seg�n las proyecciones, la poblaci�n mundial alcanzar� un total aproximado de 9 000 millones

de habitantes para el a�o 2050. El crecimiento demogr�fico mundial ha contribuido ya a una

grave p�rdida de biodiversidad y representar� desaf�os �ticos para la producci�n y distribu-

ci�n de alimentos en el futuro. Se requieren con urgencia medidas de planificaci�n familiar,

pero �stas deber�n aplicarse en forma compatible con los derechos humanos. El Cuadro obser-

v� con preocupaci�n que algunos dirigentes religiosos y pol�ticos contin�an manifestando su

oposici�n a una planificaci�n familiar eficaz y a otras medidas afines.

El Cuadro observ� que el exceso de poblaci�n en los pa�ses en desarrollo es al mismo tiempo

efecto y causa de la pobreza. La reducci�n de la diferencia entre los ricos y pobres en el interior

de los pa�ses y entre las distintas naciones, y el conseguir que todos tengan acceso a la educa-

ci�n son dos manera de ayudar a controlar el crecimiento demogr�fico. Podr�an adoptarse

tambi�n otras medidas beneficiosas, por ejemplo el garantizar que las mujeres gocen de igual-

dad de acceso a la ense�anza y de igualdad de oportunidades para participar en la econom�a.

Cuando han aumentado las oportunidades de educaci�n de la mujer, las tasas de crecimiento

demogr�fico se han reducido de forma significativa.

Repercusiones de la enfermedad en la agricultura y la alimentación

Enfermedades como el paludismo y el SIDA, entre otras, repercuten directamente en la capaci-

dad de las comunidades humanas de realizar actividades relacionadas con la agricultura y la ali-

mentaci�n. Adem�s, la enfermedad tiene efectos indirectos, por ejemplo los provocados por

4


Cuestiones �ticas en la alimentaci�n yla agricultura

OBSERVACIONES Y MOTIVOS DE PREOCUPACIÓN

5


pr�cticas inadecuadas de manipulaci�n y elaboraci�n despu�s de la cosecha. en la producci�n de

alimentos, debidos con frecuencia a la intensificaci�n y a los cambios registrados en la agricultu-

ra, que pueden ser inadecuados para las condiciones y pr�cticas locales.

Presión sobre los recursos naturales

En muchos lugares del mundo, los recursos gen�ticos vegetales y animales y la tierra, aire,

agua, bosques y tierras h�medas Ðlos recursos naturales renovables de los que depende la vida

humanaÐ se est�n degradando con rapidez. Las presiones sobre los recursos naturales se

deben en algunos casos a los conflictos existentes entre los intereses a corto y a largo plazo, los

intereses econ�micos y sociales, las prioridades locales y regionales y las necesidades de las

generaciones actuales y futuras. Existe cierta propensi�n a adoptar un punto de vista a corto

plazo, pero la ordenaci�n de los recursos requiere una perspectiva a m�s largo plazo. Adem�s,

las actuales fuerzas pol�ticas y de mercado quiz� no tengan debidamente en cuenta a las gene-

raciones futuras, ya que no votan ni consumen. Se necesitan medidas correctivas para garanti-

zar los derechos de las personas en el futuro, por ejemplo, un defensor del pueblo o una

instituci�n semejante que pueda salvaguardar los intereses de las generaciones futuras.

Desigualdades y diferencias

El Cuadro observ� las numerosas discrepancias y diferencias que podr�an generar desigualdades

y conflictos: desigualdades entre ricos y pobres, entre los que gozan de seguridad alimentaria y

quienes se ven condenados a la inseguridad, entre los que disfrutan de acceso a la educaci�n y la

tecnolog�a y quienes no tienen esa posibilidad de acceso entre los beneficiados y perjudicados en

el proceso de globalizaci�n. Tambi�n deben tenerse en cuenta las diferencias culturales. Las

medidas orientadas a mejorar la situaci�n de la generaci�n actual pueden estar en contradicci�n

con las necesidades de generaciones futuras. La �tica exige que se realicen esfuerzos por reducir

esas diferencias y compaginar los distintos intereses de forma equitativa.

La globalización económica requiere cooperación en el sistema de gobierno mundial

Son demasiadas las personas del mundo actual que se ven condenadas a la marginaci�n, y la

diferencia entre los grupos m�s pobres y los m�s ricos es cada vez mayor. El Cuadro observ� los

graves desequilibrios de poder derivados de la concentraci�n de la econom�a en manos de unos

pocos. No hay todav�a instituciones capaces de garantizar que esos desequilibrios se aborden de

forma adecuada, y los mecanismos internacionales existentes son demasiado d�biles. Los

Estados Miembros de las Naciones Unidas deber�an cooperar a trav�s de sus organizaciones,

incluida la FAO, para establecer un marco basado en normas de gobierno mundial que tengan en

cuenta las consideraciones �ticas. Una mayor vinculaci�n con la sociedad civil, favorecida por las

modernas tecnolog�as de la comunicaci�n, como el correo electr�nico e Internet, puede reforzar

el sistema de gobierno mundial descentralizado que est� comenzando a aparecer.

La meta deber�a ser avanzar hacia una sociedad mundial descentralizada, en la que se reco-

nozca la interdependencia, pero en la que los individuos puedan disfrutar de su autonom�a

personal y dignidad y los Estados puedan conservar su soberan�a dentro de un marco de coo-

peraci�n mundial. Un sistema alimentario y agr�cola �tico debe renunciar a un libre comercio

sin trabas, en que las fuerzas m�s poderosas son capaces de imponer sus normas en el merca-

do, y avanzar hacia un sistema comercial basado en la �tica, que instaure un mecanismo de

participaci�n para el establecimiento y aplicaci�n de las normas.

Ordenación del ecosistema

El Cuadro observ� que la ordenaci�n del ecosistema no se contempla de forma integrada ni en

la FAO ni en ninguna otra instancia. Los diferentes sectores implicados est�n demasiado aisla-

dos, y surgen nuevos problemas cuando se olvidan o no se respetan las medidas de planifica-

ci�n del aprovechamiento de la tierra y cuando la planificaci�n manifiesta un sesgo en favor de

los beneficios inmediatos. Por ello, se requieren mecanismos correctivos. Algunas veces, las

compa��as multinacionales presionan a los gobiernos para que se abstengan de promulgar o

aplicar la legislaci�n nacional necesaria, con la amenaza de invertir en otros lugares. El Cuadro

observ� los esfuerzos que est� realizando actualmente la Subcomisi�n de las Naciones Unidas

de Promoci�n y Protecci�n de los Derechos Humanos para establecer un c�digo de conducta

aplicable a las compa��as multinacionales, y pidi� a la FAO que ayudara a la Subcomisi�n en

su labor para garantizar la inclusi�n de directrices referentes a las operaciones de dichas com-

pa��as en los sectores de la agricultura y la alimentaci�n. El Cuadro observ� tambi�n que la

FAO contin�a preparando un proyecto de C�digo de conducta sobre la biotecnolog�a en rela-

ci�n con los recursos gen�ticos para la alimentaci�n y la agricultura, por solicitud de los pa�ses

miembros.

Cuando los intereses a corto plazo adquieren car�cter predominante, el resultado puede ser la

p�rdida de beneficios a largo plazo y la necesidad de costosas obras de restauraci�n en el futu-

ro. Pero los beneficios a corto y a largo plazo pueden ser compatibles si ambos reciben suficien-

te reconocimiento en las actividades de ordenaci�n. Los recursos naturales deben

administrarse teniendo en cuenta objetivos diversos, con inclusi�n de los factores econ�micos,

sociales, ecol�gicos y diet�ticos. Otro problema deriva del hecho de que las decisiones son

adoptadas con frecuencia por personas remotas y que no dependen directamente de los recur-

sos en cuesti�n ni los conocen suficientemente. Las consideraciones �ticas requieren que, en la

medida de lo posible, quienes se vean afectados por las decisiones participen en el proceso de

toma de decisiones, que debe ser abierto y transparente. Estas consideraciones quiz� tengan

que imponerse mediante acuerdos internacionales. En este caso, podr�a servir de ejemplo la

labor de la FAO sobre los criterios e indicadores de la silvicultura sostenible.

6


ASESORAMIENTO Y SUGERENCIAS

7


Protección frente a las consecuencias negativas de la intensificación agrícola

La agricultura, que durante mucho tiempo ha estado en manos de los peque�os propietarios, se

est� convirtiendo cada vez m�s en una actividad de empresas en gran escala en muchas partes

del mundo. Entre las muchas cuestiones implicadas en este proceso figura la preocupaci�n de

que los suministradores de insumos puedan conseguir demasiado control sobre los derechos de

los agricultores locales. La mejora de la producci�n sostenible en la agricultura, con inclusi�n de

la silvicultura y la pesca deber�a redundar en general en beneficio de todos. En este sentido, el

Cuadro se�al� la importancia decisiva de la forma en que se lleva a cabo la intensificaci�n. La

participaci�n en todo el proceso, incluida la toma de decisiones, debe ser amplia y equitativa.

Durante el proceso de cambio, deben tenerse en cuenta varios factores. Por ejemplo, hay que

encontrar alternativas para los trabajadores desplazados y otros miembros de la comunidad.

Dado el car�cter imprevisible de los cambios ambientales y las necesidades humanas, hay que

compaginar los m�todos agr�colas tradicionales y modernos con el fin de mantener los conoci-

mientos aut�ctonos de la biodiversidad y los sistemas de agricultura diversificada.

Cuando los agricultores reciben la consideraci�n que merecen, pueden conseguir variedades

vegetales y razas de animales m�s competitivas. Pueden crearse bancos de datos para registrar

las tradiciones culturales de la agricultura. Las tecnolog�as tradicionales pueden compaginar-

se con las nuevas, para que los agricultores vayan m�s all� de la agricultura de subsistencia, y

hacerlo de forma sostenible. Se necesitan directrices �ticas para la toma de decisiones durante

el proceso de cambio, y hay que buscar los medios de utilizar en forma productiva los recursos

humanos disponibles. Deber�a haber m�s contactos directos entre los agricultores y las autori-

dades; en este contexto, el Cuadro hizo referencia al texto sobre los Derechos del agricultor,

aprobado por los gobiernos durante las negociaciones en curso para la revisi�n del

Compromiso Internacional sobre Recursos Fitogen�ticos. En el texto se estipula que los

Estados Partes deben adoptar medidas para proteger y promover los Derechos del agricultor,

incluido el derecho a participar en la adopci�n de decisiones en asuntos relacionados con los

recursos fitogen�ticos para la alimentaci�n y la agricultura.

Es importante reconocer los valores adicionales derivados de la agricultura que van m�s all� de

los beneficios monetarios, pero que por desgracia algunas veces se olvidan en la intensificaci�n

de ese sector: la agricultura contribuye a la conservaci�n y desarrollo de la biodiversidad, y a la

adaptaci�n de la biodiversidad de acuerdo con las condiciones cambiantes.

Contrarrestar las consecuencias negativas que la concentración del poder económico puede

tener en la investigación agrícola

El poder econ�mico se est� concentrando cada vez m�s: las 200 mayores empresas transnacio-

nales del mundo representan ahora una cuarta parte de la actividad econ�mica mundial. El

Cuadro observ� que esta enorme disparidad de poder econ�mico repercute negativamente en

el financiamiento para actividades de desarrollo. Los recursos se est�n orientado cada vez m�s

hacia los intereses privados, en detrimento de las instituciones p�blicas. Hay incluso un riesgo

cada vez mayor, reforzado por las pol�ticas actuales en muchas esferas, de que los recursos

p�blicos se desv�en en favor de las prioridades del sector privado. Por ejemplo, hay casos en

que el limitado financiamiento de la industria da lugar a cambios en las prioridades de la

investigaci�n universitaria, al mismo tiempo que la universidad contin�a utilizando la

infraestructura y el personal profesional pagado por el Gobierno. El Cuadro manifiesta tam-

bi�n su preocupaci�n acerca de la concentraci�n de los derechos de propiedad y el excesivo

alcance de los derechos de propiedad intelectual.

El poder econ�mico va acompa�ado del control sobre el desarrollo tecnol�gico y la investiga-

ci�n, y del acceso a los mismos. Cada vez m�s, la investigaci�n tiene en cuenta los intereses

econ�micos m�s que el bien social, y los resultados conseguidos son muchas veces de car�cter

exclusivo debido a las excesivas reivindicaciones de propiedad intelectual. Es fundamental

que la FAO contin�e promoviendo y salvaguardando los derechos del agricultor y alentando

la distribuci�n equitativa de los beneficios de la investigaci�n relacionada con los recursos

gen�ticos en los pa�ses en desarrollo.

El sector p�blico debe recibir m�s financiamiento con el fin de garantizar una amplia cobertu-

ra de una investigaci�n agr�cola abierta y generalmente accesible. Adem�s, la investigaci�n no

debe concentrarse exclusivamente en los temas que pueden generar beneficios econ�micos.

En las investigaciones agr�colas deben abordarse tambi�n las cuestiones sociales. La investi-

gaci�n y el desarrollo deber�an orientarse m�s hacia la producci�n y distribuci�n de alimentos

en los pa�ses en desarrollo, y los beneficios generados deber�an compartirse con los agriculto-

res pobres de esos pa�ses. Deber�a permitirse a los agricultores participar de forma m�s activa

en esas investigaciones, y la informaci�n deber�a compartirse ampliamente; el Cuadro obser-

v� que hay una falta de cooperaci�n Norte-Sur as� como tambi�n intercambio de recursos y de

informaci�n.

El Cuadro pidi� a la FAO que alentara una mayor inversi�n de recursos p�blicos en la investi-

gaci�n agr�cola y que despertara en los pa�ses una conciencia m�s clara acerca de las ventajas de

realizar investigaciones que favorezcan el desarrollo econ�mico de los sectores m�s pobres de la

agricultura y permitan intercambiar los resultados conseguidos. Dado que ser� dif�cil cambiar el

sistema de concentraci�n de poder, deber�n realizarse constantes esfuerzos por dar la voz de

alerta y recordar a las compa��as multinacionales sus responsabilidades sociales. Se propuso la

posibilidad de imponer a las compa��as multinacionales grav�menes que permitan apoyar una

investigaci�n m�s equilibrada. El Cuadro recomend� tambi�n que la FAO alentara a los pa�ses

ricos a cumplir su compromiso de aumentar la asistencia para el desarrollo hasta un 0,7 por cien-

to de su producto nacional bruto (PNB).

8


9


Las ONG son con frecuencia firmes defensoras de una investigaci�n agr�cola equilibrada. La

FAO deber�a documentar m�todos y planteamientos alternativos y difundir esta informaci�n

ampliamente. Aunque quiz� sea dif�cil influir en la pol�tica econ�mica, la historia ha demos-

trado que, si se dispone de tiempo y se consigue el necesario compromiso, es posible lograr

cambios espectaculares y mejorar gradualmente la situaci�n.

Información y educación

El derecho humano universal a la educaci�n es fundamental para el logro de la seguridad ali-

mentaria. El flujo de la informaci�n y la educaci�n pueden orientarse de manera que permita

cumplir el imperativo �tnico de potenciar a quienes son actualmente vulnerables. El acceso a la

informaci�n est� repartido de forma muy desigual en la actualidad, pero puede y debe

ampliarse. Aunque la educaci�n es importante, casi nunca es neutral, y en general tiene impl�-

citos determinados objetivos y orientaciones. No obstante, siempre que se tengan en cuenta las

consideraciones �ticas al estructurar su contenido y metodolog�a, la educaci�n puede orientar

a las personas a tomar decisiones �ticas acertadas a lo largo de la vida. Tiene tambi�n la fun-

ci�n importante de ayudar a tomar decisiones fundamentadas con respecto a las nuevas tecno-

log�as. La educaci�n debe adaptarse a los diversos contextos culturales, y es importante que

las comunidades locales intervengan m�s activamente en la planificaci�n de los sistemas de

educaci�n.

Las escuelas con ense�anzas pr�cticas para los agricultores pueden contribuir al intercambio

de informaci�n entre ellos. Dentro de su responsabilidad de promover la educaci�n agr�cola, la

FAO puede ayudar a capacitar a las comunidades locales a producir una mayor variedad de

cultivos y a utilizar m�todos m�s eficientes, ya que una diversidad de sistemas y cultivos agr�-

colas favorece una mayor seguridad alimentaria. La FAO deber�a alentar la formaci�n de insti-

tuciones de investigaci�n tecnol�gica en los pa�ses en desarrollo y fomentar la capacidad de

estos pa�ses para conseguir la independencia tecnol�gica.

La FAO puede contribuir a promover las especies locales que ofrecen una mayor productividad y

puede tambi�n facilitar informaci�n que contribuya a garantizar los medios de vida y ofrecer una

mayor seguridad y diversidad alimentaria. Se necesita ciertamente documentaci�n sobre las dife-

rentes estrategias de explotaci�n agr�cola para la conservaci�n in situ y sobre las formas de reducir

los riesgos, contribuyendo as� a enriquecer los actuales conocimientos de los agricultores.

En la transmisi�n de informaci�n y facilitaci�n de la educaci�n, deben tenerse presente ciertas

consideraciones �ticas:

¥ Ser� dif�cil corregir las diferencias existentes en cuanto a la disponibilidad de bienes mate-

riales, ya que las diferentes culturas tienen diversas escalas de valores y prioridades en lo

que se refiere a los bienes materiales. Una cultura no deber�a imponer a otras sus valores,

normas, productos, h�bitos o pr�cticas alimentarias. Deber�a respaldarse el uso continua-

do y el ulterior desarrollo de las variedades y sistemas agr�colas adaptados a las condicio-

nes locales, lo que permitir�a a las comunidades producir con mayor eficacia alimentos

adecuados para sus propias culturas.

¥ Deben plantearse diferentes conceptos de propiedad de la tierra. Quiz� se presente un dile-

ma �tico acerca del respeto que debe mostrarse hacia los cultivos tradicionales al mismo

tiempo que se intenta ofrecer a las sociedades tradicionales mayores oportunidades de

beneficiarse del progreso. Estas sociedades deben tener libertad para cambiar y deben

poder encauzar su propio desarrollo econ�mico. La evoluci�n de la diversidad biol�gica y

cultural est� mutuamente relacionada, y el desarrollo de la agricultura debe tenerlo en

cuenta.

¥ El aumento de la producci�n agr�cola no significa necesariamente mayor seguridad ali-

mentaria para todos. Para lograr la consolidaci�n de una agricultura diversificada y de la

seguridad alimentaria, se necesitan planteamientos pr�cticos especialmente en el plano de

la comunidad Ðen forma de bancos de semillas comunitarios, por ejemploÐ para que la

comunidad ayude a conseguir su propia seguridad alimentaria.

El Cuadro ratific� las siguientes directrices y medidas, de alcance nacional e internacional,

para aplicar las recomendaciones examinadas en las secciones anteriores:

Creaci�n de los mecanismos necesarios para compaginar los intereses y resolver los conflictos.

La Comisi�n de Recursos Gen�ticos para la Alimentaci�n y la Agricultura podr�a ser un ejemplo

�til. Esta Comisi�n ha conseguido ofrecer un foro para el debate de cuestiones dif�ciles, en parti-

cular la compatibilidad y complementariedad entre los derechos de los agricultores y los de los

obtentores. En la Comisi�n del Codex Alimentarius los gobiernos negocian dif�ciles decisiones

relativas a las normas alimentarias. El marco para la ordenaci�n, la conservaci�n y el desarrollo

de la pesca sostenible es el C�digo de Conducta para la Pesca Responsable.

Apoyo a una amplia participaci�n de los interesados en las pol�ticas, programas y proyectos.

Hay que encontrar los medios de garantizar la participaci�n en el plano nacional de todos los

sectores de la sociedad, incluidos los agricultores pobres y los grupos vulnerables de los pa�ses

en desarrollo, as� como para que est�n representados en los �rganos internacionales, mediante

una participaci�n m�s amplia de las ONG y por otros medios.

Dise�o de incentivos que alienten a las personas, comunidades y naciones a entablar un di�logo

y, en definitiva, a comportarse �ticamente. Ello requiere tambi�n la preparaci�n y amplia difu-

si�n de informaciones y an�lisis necesarios para adoptar decisiones que sean sabias e inspiradas en la �tica.

10


DIRECTRICES PARA UN SISTEMA EQUITATIVO BASADO ENCONSIDERACIONES ÉTICAS

11


Transparencia de la informaci�n y toma de decisiones. Es fundamental que los procedimientos

de toma de decisiones en la pol�tica internacional sobre la agricultura y la alimentaci�n, as�

como el contenido de la deliberaciones, sean bien comprendidos y est�n abiertos al examen

p�blico. Ello y la comprensi�n de los procesos de toma de decisiones y el contenido de las deci-

siones mismas contribuir�n al desarrollo de un sistema mundial de agricultura y alimentaci�n

m�s �tico y eficaz.

Fomento del uso de la ciencia y la tecnolog�a integrada y emp�rica al servicio de un sistema de

agricultura y alimentaci�n m�s equitativo y justo. Se requieren planteamientos multidiscipli-

nares, en que se integren las ciencias sociales y de la naturaleza. Adem�s, la especializaci�n t�c-

nica y social debe compaginarse con las creencias y valores culturales. Los expertos pueden en

cierta manera informar a los dem�s acerca del nivel de riesgos vinculados con una actividad

dada, pero s�lo los afectados podr�n decidir si vale la pena correr el riesgo, teniendo en cuenta

sus propios valores culturales y su evaluaci�n de los riesgos y beneficios previstos.

Fomento de la cooperaci�n y solidaridad entre las instituciones dedicadas a la investigaci�n

y el desarrollo, que har�n posible tomar las medidas adecuadas con mayor rapidez.

Incorporaci�n de las consideraciones �ticas en todos los programas, pol�ticas, normas y deci-

siones, con lo que se contribuir� a mejorar la salud y bienestar humanos y la protecci�n del

medio ambiente. Algunas actividades pueden ser beneficiosas para unas personas y nocivas

para otras. Esto debe indicarse expresamente para que todos los afectados puedan efectuar sus

propias evaluaciones y manifestar su opini�n antes de que se tomen las decisiones. Adem�s,

una determinada l�nea de acci�n puede incrementar la productividad y al mismo tiempo

degradar el medio ambiente o suponer un riesgo para la salud humana. Todos estos factores

deben especificarse con claridad para que, siempre que sea posible, los compromisos alcanza-

dos cuenten con el apoyo de todos los afectados.

Establecimiento de c�digos de conducta �tica en los sectores donde no existen todav�a. Las

personas, Estados, empresas y organizaciones voluntarias implicadas en la creaci�n de un sis-

tema mundial �tico de agricultura y alimentaci�n necesitan orientaci�n sobre lo que constitu-

ye un comportamiento adecuado. Esa orientaci�n se puede facilitar en forma de c�digos de

conducta.

Examen peri�dico de los compromisos �ticos para determinar si son o no adecuados a la luz de

los nuevos conocimientos y de las nuevas circunstancias. Aun cuando las decisiones y accio-

nes est�n basadas en las consideraciones �ticas mencionadas en este informe, pueden ser obje-

to de revisi�n m�s adelante teniendo en cuenta sus consecuencias, los nuevos datos

disponibles en general y las nuevas exigencias �ticas. ¥

La mayor parte de las culturas han desarrollado

numerosas biotecnolog�as. Algunas de ellas tie-

nen miles de a�os de antig�edad, otras son de

origen muy reciente. Las biotecnolog�as nuevas y

modernas aparecidas en los �ltimos 30 � 40 a�os Ðcomo

el cultivo de tejidos, el aislamiento de c�lulas, los diag-

n�sticos moleculares y la ingenier�a gen�ticaÐ son pode-

rosos instrumentos que pueden utilizarse con diferentes

fines. La mayor parte de ellas no suscitan pol�mica y

pueden utilizarse sin peligro para aumentar la seguri-

dad alimentaria. Un subconjunto importante de biotec-

nolog�as modernas es la ingenier�a gen�tica, o la

manipulaci�n de la dotaci�n gen�tica del organismo

introduciendo, redistribuyendo o eliminando genes

espec�ficos mediante t�cnicas modernas de biolog�a

molecular. Un organismo modificado gen�ticamente,

conocido tambi�n con el nombre de organismo vivo modificado u organismo transg�nico, es

todo organismo vivo que posee una nueva combinaci�n de material gen�tico obtenida

mediante el uso de biotecnolog�a moderna.

El Cuadro convino en que la ciencia y la tecnolog�a han aportado grandes beneficios en el

pasado y probablemente continuar�n haci�ndolo en el futuro, siempre que se administren y apli-

quen debidamente. Observ� a este respecto que los derechos humanos internacionales estipulan

que todos tienen derecho a participar en los beneficios del progreso cient�fico y en sus aplicacio-

nes (Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos, Art�culo 27).

Considerando que las biotecnolog�as cl�sicas y modernas de reproducci�n de plantas, animales

y peces comprenden una serie de instrumentos que utilizan como materias primas genes que se

producen naturalmente, el mantenimiento de la biodiversidad o los recursos gen�ticos es un

motivo de preocupaci�n de alcance mundial de gran importancia para la FAO.

La aceleraci�n de los acontecimientos en el campo de la biotecnolog�a moderna ha dado

lugar a un intenso debate p�blico, en el que muchas veces se adoptan posturas encontradas.

Convendr�a tratar de distinguir entre diferentes aspectos del debate. Una serie de preocupa-

ciones es la que se relaciona con los riesgos e incertidumbres as� como los posibles beneficios

directamente asociados con las consecuencias biol�gicas del uso de productos generados por

esas tecnolog�as. Otras se refieren a las dudas, temores y esperanzas sobre el contexto social y

econ�mico en que se introducen y utilizan estas biotecnolog�as, y las consecuencias que pue-

den tener para el desarrollo social y econ�mico. Durante su primera reuni�n, el Cuadro no se

encontraba en condiciones de examinar todas las cuestiones implicadas; no obstante, decidi�

adoptar un triple procedimiento: i) indicar los riesgos, incertidumbres y dudas existentes; ii)

reflexionar sobre los posibles beneficios que los productos de las biotecnolog�as modernas,

incluidos los organismos modificados gen�ticamente, puedan arrojar en el futuro, y iii) exami-

nar algunas de las condiciones que deber�an cumplirse para garantizar que los beneficios, si

12


La biotecnolog�a,con inclusi�n delos organismosmodificados gen�ticamente

13


los hubiere, recaigan sobre los m�s necesitados, en particular los pa�ses en desarrollo y, dentro

de ellos, los agricultores m�s pobres y otros grupos vulnerables.

El Cuadro se�al� que la biotecnolog�a, en sentido amplio, ofrece muchas alternativas a la

producci�n de organismos modificados gen�ticamente y que dichas alternativas deber�an pre-

ferirse cuando hay en la actualidad importantes riesgos o incertidumbres referentes al uso de

dichos organismos, sobre todo cuando los beneficios previstos de estos �ltimos son pocos.

Deber�a otorgarse preferencia a la tecnolog�a m�s id�nea.

Si bien los efectos de la mayor parte de los productos de la biotecnolog�a son relativamente pre-

visibles, los organismos modificados gen�ticamente (OMG) presentan riesgos para la salud

humana y el medio ambiente y suscitan considerables incertidumbres, en particular con respecto

a sus efectos ambientales. En este caso, deber�a respetarse el principio de precauci�n. Cuando

hay motivos razonables de preocupaci�n, aun cuando no se disponga de una documentaci�n

cient�fica completa, los pa�ses deber�an resistirse a introducir un OMG mientras no se disponga

de mayores conocimientos3. En lo que respecta a los pa�ses en desarrollo, existe tambi�n el peli-

gro derivado del hecho de que las pruebas sobre el terreno de los OMG se est�n llevando a cabo

en pa�ses que todav�a tienen escasos o nulos dispositivos normativos sobre la liberaci�n de

OMG. �stos deben ser objeto de control y comprobaci�n adecuados. No deben liberarse sin un

an�lisis de riesgos si no hay previa garant�a de ulteriores actividades de supervisi�n y gesti�n de

riesgos y sin la debida responsabilidad por el posible da�o derivado de su utilizaci�n. El Cuadro

destac� que en el caso de los OMG no est� justificado un respaldo indiscriminado.

Los riesgos para la salud humana son, entre otros, la posible transferencia de compuestos alerg�ni-

cos alimentarios a productos que anteriormente no los conten�an, y las incertidumbres acerca de

otras consecuencias. En lo que se refiere a las cuestiones ambientales, un motivo fundamental de

preocupaci�n es la protecci�n de la biodiversidad. �sta es de gran importancia para el equilibrio

del ecosistema en el futuro y es fundamental para que los agricultores pobres y las comunidades

locales puedan disponer de alimentos y medios de vida para los grupos vulnerables. A su vez, la

conservaci�n y desarrollo de la biodiversidad llevada a cabo por estas comunidades Ðdentro de un

proceso de adaptaci�n continua a las nuevas condiciones ambientales y necesidades humanasÐ es

fundamental para la sostenibilidad de la agricultura y los intereses de las generaciones futuras.

El riesgo de perder este tipo de gesti�n de la biodiversidad es obvio en los casos en que se est�n

multiplicando las agroempresas. Si los OMG se desarrollan y aplican sin tener en cuenta la protec-

ci�n de la biodiversidad, en particular si se desarrollan exclusivamente para los monocultivos

intensivos, representar�n un peligro todav�a mayor para una agricultura basada en la diversidad.

RIESGOS, INCERTIDUMBRES Y DUDAS EN EL USO DE LOS ORGANISMOSMODIFICADOS GENÉTICAMENTE

3 Este principio de precaución ha sido adoptado por la Comisión Europea.

El Cuadro manifest� su preocupaci�n acerca del contexto en que se promueven los OMG.

Muchos pa�ses en desarrollo tienen dos tipos de agricultura: una de subsistencia y otra para la

exportaci�n. Como es probable que los OMG se utilicen en el subsector destinado �nicamente a

la exportaci�n, las poblaciones locales quiz� no puedan comprar esos productos. Como ejemplo

se mencion� la introducci�n en çfrica del algod�n de monocultivo basado en el uso de alta tec-

nolog�a y abundantes insumos, ya que esta pr�ctica no representa ning�n beneficio para los

peque�os agricultores que no pueden permitirse estas innovaciones. El contexto en que se est�

desarrollando esta tecnolog�a no tiene necesariamente en cuenta los problemas de los grupos

vulnerables y condenados a la inseguridad alimentaria. Adem�s, los pa�ses pobres quiz� no se

beneficien de los OMG tal como existen actualmente, ya que podr�a crearse una dependencia de

las semillas importadas.

Las modernas biotecnolog�as, incluidas las menos complejas, como la del cultivo de tejidos, se

est�n utilizando actualmente sobre todo para promover monocultivos. Por ejemplo, los clones

de la palma aceitera se est�n difundiendo ahora en algunas partes de Am�rica Latina donde

varias empresas emplean esta t�cnica, lo que repercute negativamente en la biodiversidad. Por el

contrario, las t�cnicas de cultivo de tejidos podr�an beneficiar a la conservaci�n de la biodiversi-

dad y a los programas de mejoramiento gen�tico de varias maneras en los pa�ses en desarrollo

(por ejemplo, transporte, compilaci�n y conservaci�n de germoplasma).

Otro riesgo es que, cualquiera que sea el uso previsto, los genes transferidos pueden introducirse

en las hierbas y especies silvestres similares de las plantas cultivadas, con posibles efectos negati-

vos en las explotaciones y, sobre todo, en el equilibrio del ecosistema local. Deber�a prestarse

especial atenci�n al uso de un determinado cultivo modificado gen�ticamente en la zona de ori-

gen, donde se encuentra la mayor parte de las variedades silvestres similares del cultivo.

Los pa�ses en desarrollo deben superar dificultades adicionales para evaluar los riesgos de estas

tecnolog�as debido a que el conocimiento tecnol�gico relacionado con ellas forma con frecuencia

parte de la propiedad intelectual exclusiva de las empresas de pa�ses desarrollados.

El Cuadro examin� los aspectos �ticos de las tecnolog�as de restricci�n del uso gen�tico

(TRUG), que inicialmente parecen haberse concebido para proteger f�sicamente los derechos

de propiedad de las empresas (esterilizando las semillas cosechadas), cuando en la pr�ctica no

funcionan las restricciones jur�dicas que impiden a los agricultores plantar las semillas cose-

chadas. Despu�s de las fuertes cr�ticas recibidas, las empresas implicadas no han comercializa-

do las TRUG, llamadas tambi�n Çtecnolog�as terminadorÈ, pero tienen todav�a patentes y

buscan otras nuevas, lo que permite pensar que podr�an intentar comercializar nuevas TRUG.

La misma naturaleza de estas tecnolog�as har�a innecesarias las patentes de las semillas.

Adem�s, mientras que las patentes ofrecen s�lo un per�odo limitado de protecci�n jur�dica, las

TRUG podr�an representar una protecci�n f�sica perpetua. El Cuadro declar� un�nimemente

14


15


que las Çsemillas terminadorÈ son en general anti�ticas, ya que se considera inaceptable

comercializar semillas cuyo fruto no pueda ser utilizado de nuevo por los campesinos porque

las semillas no germinan. Las TRUG no forman parte intr�nseca de la ingenier�a gen�tica. Si

bien las empresas tienen derecho a conseguir beneficios, no deber�a obligarse a los agricultores

a depender del abastecedor de nuevas semillas cada campa�a agr�cola.

No obstante, hay situaciones en que la evaluaci�n puede efectivamente ser diferente. Cuando

lo que preocupa es el posible cruce de cultivos, por ejemplo, OMG que pudieran causar da�os

en las poblaciones vegetales silvestres, quiz� est�n justificadas las TRUG. Esto puede aplicar-

se tambi�n en otros contextos: cuando la preocupaci�n primaria es evitar la reproducci�n de

pescado cultivado con poblaciones silvestres, las TRUG podr�an ser �tiles para proteger a las

poblaciones silvestres.

En relaci�n con el tema de las TRUG, el Cuadro manifest� su preocupaci�n acerca de los posi-

bles riesgos de difusi�n inadvertida o no deseada, mediante el polen, de complejos de genes

responsable de las caracter�sticas de la esterilidad; la posibilidad de venta o intercambio de

semillas no viables para la siembra, y los posibles efectos negativos que el uso de �rganos modi-

ficados gen�ticamente tiene en la diversidad gen�tica. Destac� la importancia de las semillas

que los agricultores guardan para sembrar en a�os pr�ximos, en particular para los agricultores

con pocos recursos, y de las actividades de selecci�n y mejoramiento realizadas por los agricul-

tores para la agricultura sostenible.

Se indic� que los OMG podr�an compararse con la tecnolog�a nuclear en cuanto que �sta puede

aplicarse para objetivos pac�ficos, aunque sus riesgos han demostrado ser reales y podr�an ser

mort�feros para la humanidad y la biosfera. Deber�a hacerse todo lo posible para garantizar que

se eviten esos riesgos.

El Cuadro reconoci� que la utilizaci�n de las biotecnolog�as adecuadas ofrece considerables posi-

bilidades para la seguridad alimentaria y para los pa�ses en desarrollo, y que hay cierto margen

para el optimismo. Deber�a hacerse una distinci�n entre la producci�n de organismos modificados

gen�ticamente y las otras biotecnolog�as. La biotecnolog�a moderna, incluso sin la ingenier�a gen�-

tica, hace posible multiplicar las plantas y animales con mayor rapidez y de forma m�s controlada

que antes. En el caso de los organismos modificados gen�ticamente, el Cuadro estuvo de acuerdo

en que, m�s que tratar de conseguir cambios espectaculares, el progreso en este terreno deber�a

lograrse mediante peque�os avances graduales, con la modificaci�n de un solo gen, quiz� dentro

de especies id�nticas o estrechamente relacionadas, para conseguir mejoras muy espec�ficas.

El Cuadro destac� tambi�n la necesidad de trabajar m�s con razas de animales y variedades de

POSIBLES BENEFICIOS Y PROBLEMAS

plantas tropicales y subtropicales. Las biotecnolog�as no deber�an desarrollarse exclusivamente

para los grandes cultivos y animales comerciales. En muchos casos, las tecnolog�as adecuadas

podr�an contribuir a que algunas especies prometedoras pero insuficientemente utilizadas pro-

dujeran m�s y en forma m�s econ�mica y a mejorar el consumo local. Si se realizan los esfuerzos

adecuados, se podr�an mejorar estas plantas tradicionales e incrementar su rendimientos, y su

valor de mercado y de elaboraci�n, lo que las har�a m�s competitivas y les permitir�a contribuir a

la diversidad de la alimentaci�n. El Cuadro observ� que, si estos cultivos y animales fueron m�s

productivos con un costo m�s bajo en condiciones marginales, habr�a tambi�n posibles beneficios

ambientales. Adem�s, en determinadas condiciones locales, podr�a haber menos riesgos que los

asociados con la tecnolog�a de intensificaci�n tradicional.

Hay posibilidad de mantener, introducir y conservar variedades de cultivos y animales de diver-

sas culturas que de lo contrario podr�an disminuir. Algunas biotecnolog�as podr�an utilizarse

para proteger e incluso desarrollar la biodiversidad, sobre todo si se aplican a cultivos y animales

localmente adaptados y culturalmente valiosos. La biotecnolog�a ofrece la posibilidad de mejorar

una serie de cultivos y animales.

Las empresas, as� como las instituciones p�blicas de investigaci�n, de los pa�ses en desarrollo tie-

nen posibilidades de encauzar la tecnolog�a mediante alianzas estrat�gicas con las compa��as de

los pa�ses desarrollados, al mismo tiempo que evitan la explotaci�n de la investigaci�n p�blica en

beneficio de las empresas privadas. Si contraen los debidos compromisos �ticos, las empresas

podr�an ayudar a los pa�ses en desarrollo a utilizar esta tecnolog�a.

Es todav�a demasiado temprano para saber qu� beneficios espec�ficos pueden aportar los organis-

mos modificados gen�ticamente a los pa�ses en desarrollo, en particular a los agricultores en

peque�a escala y otros grupos vulnerables. No obstante, el Cuadro convino en que las tecnolog�as

de la ingenier�a gen�tica est�n cambiando con rapidez y, como consecuencia de esta r�pida evolu-

ci�n, es probable que la tecnolog�a resulte menos costosa. Una posible consecuencia de este des-

arrollo acelerado es que, en un plazo de 10 a 15 a�os, la tecnolog�a podr�a escapar del control de las

grandes empresas y estar a disposici�n de los pa�ses en desarrollo.

El Cuadro consider� el ejemplo concreto de la biolog�a molecular aplicada como instrumento de

diagn�stico de bajo costo en el sector de la salud en algunos pa�ses de Am�rica Central y del Sur.

Reconoci� tambi�n aplicaciones similares de la tecnolog�a del ADN como medio de diagn�stico

en la patolog�a animal y vegetal agr�cola y en la producci�n de vacunas, f�rmacos y equipos de

diagn�stico para la salud humana en Cuba. De la misma manera, reconoci� los resultados conse-

guidos mediante el establecimiento de secuencias de genomas fitopat�genos y la ca�a de az�car

en el Brasil. No obstante, un problema importante es que, en la actualidad, la comercializaci�n de

la biotecnolog�a, incluidos los organismos modificados gen�ticamente, est� sobre todo en manos

de las grandes empresas que, l�gicamente, tratan de multiplicar sus beneficios. Esta es una de las

razones por la que los grupos m�s pobres y m�s vulnerables no se han beneficiado de la ingenier�a

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17


gen�tica ni es probable que lo hagan a no ser que se cumplan algunas condiciones importantes.

Parte de las cr�ticas formuladas contra los organismos modificados gen�ticamente, si bien hacen

menci�n a los riesgos, se derivan del hecho de que los beneficios parecen ser bajos o inexistentes

para los agricultores pobres o los consumidores de bajo ingreso. Es necesario ir m�s all� de los

intereses de las compa��as e instituciones de investigaci�n asociadas con ellas, y tener en cuenta el

bienestar de los pobres, sobre todo en los pa�ses en desarrollo.

El hecho de que los derechos de propiedad intelectual incluyan las patentes significa que los pa�-

ses en desarrollo no pueden obtener f�cilmente acceso a la tecnolog�a. Se requieren mecanismos

para facilitarles este acceso, tambi�n en condiciones preferenciales y/o concesionarias. El Cuadro

consider� que hay un uso excesivo de los derechos de propiedad intelectual, que es perjudicial

para la producci�n de alimentos y para el desarrollo de la agricultura. Consider� tambi�n que las

patentes de alcance amplio que ofrecen protecci�n m�s all� de la utilidad comprobada de un pro-

ducto desalientan la investigaci�n y favorecen el desarrollo de monopolios.

El Cuadro estimaba que no deber�an autorizarse los sistemas relacionados con los derechos de

propiedad intelectual que restringen el uso del material gen�tico de origen natural en un espectro

muy amplio, desde los genes a los organismos y especies. El acceso de las instituciones internacio-

nales y nacionales de investigaci�n agraria a las tecnolog�as y procesos b�sicos importantes para

la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria no deber�an restringirse mediante el uso de

sistemas de patentes.

El Cuadro manifest� su preocupaci�n por los actuales sistemas reguladores de los derechos de

propiedad intelectual los cuales est�n promoviendo la uniformidad de variedades, ya que las dis-

posiciones jur�dicas del sistema suelen exigir esa caracter�stica. Tambi�n manifest� su preocupa-

ci�n de que la consecuencia involuntaria de ello sea una p�rdida progresiva de agrobiodiversidad.

El Cuadro valor� positivamente el consenso que se est� formando entre los Estados Miembros

de la FAO con motivo de la revisi�n del Compromiso Internacional sobre Recursos

Fitogen�ticos, cuyo objetivo es un sistema multilateral negociado para acceder a los recursos fito-

gen�ticos, y la participaci�n en los beneficios derivados de su utilizaci�n, incluidas las disposi-

ciones para la realizaci�n de los derechos del agricultor, como incentivo para la conservaci�n y

desarrollo continuo de la agrobiodiversidad.

Durante su breve primera reuni�n, el Cuadro no pudo realizar el an�lisis necesario para formu-

lar recomendaciones firmes. El Cuadro debe seguir trabajando en ese sentido. No obstante, a

CONDICIONES PARA LLEVAR A LA PRÁCTICA LAS POSIBILIDADES DE LASBIOTECNOLOGÍAS MODERNAS, INCLUIDOS LOS ORGANISMOSMODIFICADOS GENÉTICAMENTE, Y PARA EVITAR SUS RIESGOS

18


continuaci�n se presentan algunas conclusiones preliminares, basadas en la perspectiva �tica

establecida en la introducci�n del presente informe.

La ciencia ha producido beneficios para la humanidad en el pasado y puede continuar haci�n-

dolo en el futuro, siempre que haya una verdadera preocupaci�n por la equidad. Los resulta-

dos de la investigaci�n cient�fica deben compartirse de forma equitativa. La valoraci�n del

Cuadro est� basada en el imperativo �tico de dar prioridad a los efectos y utilizaci�n de la cien-

cia en favor de los pobres, los hambrientos y los vulnerables, incluidos los agricultores en

peque�a escala de los pa�ses en desarrollo. Normalmente, lo que preocupa a las empresas es el

inter�s de sus accionistas, no las necesidades de los pobres, los hambrientos ni la de los peque-

�os agricultores. Es probable que estas necesidades sean m�s tenidas en cuenta por la investi-

gaci�n p�blica, sin fines de lucro, pero deber�a alentarse tambi�n al sector privado a que tenga

presentes las consideraciones �ticas mencionadas en el presente informe. Se ha hecho referen-

cia a los esfuerzos actualmente en curso para elaborar un c�digo de conducta para las compa-

��as transnacionales. La FAO deber�a participar en este proceso y garantizar que se tengan en

cuenta las consideraciones expuestas por este Cuadro. Se hizo tambi�n referencia al proyecto

de C�digo de conducta sobre la biotecnolog�a en relaci�n con los recursos gen�ticos para la ali-

mentaci�n y la agricultura.

Desde la perspectiva de los derechos humanos, seg�n la cual todas las personas han de benefi-

ciarse de los avances de la ciencia y la tecnolog�a, el Cuadro observ� con gran preocupaci�n

que el financiamiento de la investigaci�n p�blica est� disminuyendo de forma constante, tanto

en el plano nacional como en el internacional. En un momento en que nuevas y poderosas tec-

nolog�as est�n incrementando de forma espectacular la eficiencia de la investigaci�n, el finan-

ciamiento p�blico para investigaciones con fines no comerciales es imprescindible para

desarrollar, transferir y utilizar biotecnolog�as adecuadas. Es tambi�n necesario garantizar,

mediante investigaciones sociol�gicas, que estas biotecnolog�as se encaucen en favor de los

intereses de los agricultores pobres, los consumidores de bajo ingreso y las comunidades loca-

les, sobre todo en los pa�ses en desarrollo, por ejemplo, destacando la importancia de cultivos

y animales locales, insuficientemente aprovechados y en ocasiones marginales, pero promete-

dores. El Cuadro est� convencido de que la investigaci�n tiene grandes posibilidades de mejo-

rar los cultivos y animales aut�ctonos y locales y, de esa manera, contribuir a la diversidad y a

la seguridad alimentarias.

Es importante garantizar que estas investigaciones sean de car�cter multidisciplinar y abar-

quen el contexto social y econ�mico y las consecuencias de la introducci�n de esas tecnolog�as

as� como las formas de corregir las consecuencias sociales negativas. La investigaci�n deber�a,

al menos en parte, estar institucionalmente dirigida en funci�n de las necesidades y beneficios

de los agricultores pobres, pastores, silvicultores y pescadores. Deber�a recabarse, cuando sea

posible, la participaci�n de los beneficiarios. La ciencia deber�a ser abierta y los cient�ficos

deber�an dar cuenta de sus acciones en lo que respecta a las metas y posibles beneficios o ries-

19


gos de su investigaci�n. Sin una investigaci�n amplia, multidisciplinar e independiente y sin

iniciativas para su aplicaci�n, la distancia creciente entre los ricos y pobres no podr� reducirse.

El Cuadro destac� la conveniencia de realizar un estudio comparativo de los reglamentos naciona-

les relacionados con la biotecnolog�a, incluidos los organismos modificados gen�ticamente, en el

que se examine la posibilidad y conveniencia de armonizar esos reglamentos.

La informaci�n sobre los resultados de la investigaci�n en los sectores p�blico y privado deber�a

difundirse y ser de dominio p�blico lo antes posible. Los pa�ses en desarrollo deben participar y

tener acceso a la tecnolog�a de manera que puedan encauzar sus beneficios. Las biotecnolog�as

pueden ayudar al mundo en desarrollo si se toman las decisiones pertinentes y si hay una utili-

zaci�n �tica de los materiales y existe un esp�ritu de solidaridad y cooperaci�n. Deber�a aspirarse

a la cooperaci�n mundial para conseguir que el uso de la biotecnolog�a responda a las necesida-

des de todos. Los pa�ses en desarrollo deber�an estar en condiciones de aprovechar plenamente

la biotecnolog�a para aumentar la productividad agr�cola, al mismo tiempo que preservan la

diversidad mediante la promoci�n de combinaciones adecuadas de m�todos modernos, tradi-

cionales y locales.

La FAO deber�a ayudar a los pa�ses en desarrollo a intensificar la investigaci�n y el desarrollo

relacionados con biotecnolog�as socialmente �tiles y ambientalmente racionales, incluido, en su

caso, el posible desarrollo de determinados organismos modificados gen�ticamente. Deber�a

prestarse atenci�n a los posibles beneficios para la seguridad alimentaria y la nutrici�n y, por lo

tanto, para la salud humana y el bienestar, por un lado, y a la necesidad de evitar los riesgos para

la salud, la justicia social y el medio ambiente, por el otro. Es preciso establecer salvaguardias

suficientes para conseguir que se protejan todos los intereses, incluidos los ambientales, al

mismo tiempo que se dejan opciones para las generaciones futuras.

La FAO deber�a respaldar programas destinados a acercar los beneficios de la biotecnolog�a a los

agricultores en peque�a escala, especialmente en los pa�ses en desarrollo, al mismo tiempo que

trata de garantizar que los objetivos y efectos del uso de estas tecnolog�as sirvan para reducir el

hambre y la malnutrici�n. Estos programas pueden tambi�n orientarse hacia el desarrollo de las

variedades de los agricultores o razas locales que est�n ya bien adaptadas a las condiciones de cre-

cimiento de un lugar, lo que multiplicar� el valor espec�fico y el inter�s para los agricultores. ¥

ANEXOS

22

ANEXO 1

MANDATOdel Cuadro de Expertos Eminentes sobre la Ética en la Alimentación y la Agricultura

El Cuadro de Expertos Eminentes sobre la �tica en la Alimentaci�n y la Agricultura asesorar� al

Director General sobre cuestiones �ticas en la alimentaci�n y la agricultura, incluidos los sectores

forestal y pesquero. Los expertos eminentes ser�n nombrados por el Director General con arreglo a

lo dispuesto en el Art�culo VI.4 de la Constituci�n de la FAO y el Art�culo XXXV del Reglamento

General de la Organizaci�n y a las orientaciones dadas por la Conferencia.

Composición

El Cuadro estar� integrado por ocho expertos eminentes, designados por el Director General a t�tu-

lo personal, de conformidad con los procedimientos y pr�cticas establecidos, por un per�odo de

cuatro a�os. Los expertos eminentes ser�n personas de gran estatura moral y de prestigio reconoci-

do. Representar�n diferentes disciplinas cient�ficas y de otra �ndole y diversos or�genes geogr�ficos

y tradiciones culturales y religiosas.

Mandato

1. El Cuadro de Expertos Eminentes reflexionar� y fomentar� la reflexi�n sobre cuestiones �ticas

que se plantean en la producci�n y consumo de alimentos, as� como en el desarrollo agr�cola,

incluidos los sectores forestal y pesquero, en el contexto de la seguridad alimentaria y el de-

sarrollo rural sostenible, dentro del actual entorno de r�pidos cambios mundiales.

2. El Cuadro de Expertos considerar�, en particular, cuestiones �ticas relativas a los intereses de

las generaciones presentes y futuras en cuanto a la utilizaci�n sostenible de los recursos natura-

les, la salvaguardia de la diversidad biol�gica y la combinaci�n equilibrada de tecnolog�as tra-

dicionales y modernas para aumentar la seguridad alimentaria y promover la agricultura

sostenible.

3. Teniendo en cuenta las consideraciones susodichas, el Cuadro de Expertos deber�:

a) fomentar un sentido general de responsabilidad internacional con respecto a la elaboraci�n de

las pol�ticas e instrumentos necesarios para aumentar en la mayor medida posible los

beneficios mundiales, al tiempo que se reducen al m�nimo los riesgos derivados de la

aplicaci�n de tecnolog�as modernas a la alimentaci�n y la agricultura;

b) tratar de aumentar la conciencia de los Estados, las organizaciones intergubernamentales, las

organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil y la opini�n p�blica en todo el mundo

con respecto a las cuestiones �ticas en la alimentaci�n y la agricultura, a fin de promover la

comprensi�n internacional y medidas apropiadas en relaci�n con dichas cuestiones, teniendo

presente que las diferentes comunidades tienen diferentes valores culturales;

c) asesorar sobre la adopci�n de posibles medidas internacionales, regionales o nacionales, o sobre

la preparaci�n de instrumentos, seg�n proceda, para responder mejor a las cuestiones �ticas que

se plantean en la alimentaci�n y la agricultura, teniendo debidamente en cuenta la interdepen-

dencia entre generaciones, entre pa�ses y entre la seguridad alimentaria y otras necesidades

comunitarias;

d) alentar el intercambio de informaci�n sobre todas las cuestiones de car�cter �tico que se plantean

en la alimentaci�n y la agricultura.

4. El Cuadro de Expertos podr� examinar, si lo considera oportuno, cualquier otra cuesti�n relacio-

nada con los aspectos susodichos.

5. En su examen de los aspectos susodichos, el Cuadro de Expertos asesorar� al Director General

sobre las posibles funciones y pol�ticas de la FAO. ¥

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ANEXO 2

BIOGRAFÍASde los miembros del Cuadro de Expertos Eminentes sobre la Ética en la Alimentación y la Agricultura

Francisco J. Ayala, Estados Unidos

Nacido en 1934 en Madrid, Espa�a. Ciudadano de los Estados Unidos desde 1971. Profesor de

Ciencias Biol�gicas y Filosof�a en la Universidad de California, Irvine, Estados Unidos. Ex Presidente

de la Asociaci�n Estadounidense para el Progreso de la Ciencia y Presidente de su Junta. Miembro del

Comit� de Asesores del Presidente sobre Ciencia y Tecnolog�a. Autor de m�s de 700 art�culos y 15

libros. La investigaci�n cient�fica del se�or Ayala se ha centrado en la poblaci�n y la gen�tica evoluti-

va, en particular el origen de las especies, diversidad gen�tica de las poblaciones, el origen del palu-

dismo, la estructura de poblaci�n de los protozoos paras�ticos, y el reloj molecular de la evoluci�n.

Tambi�n ha escrito sobre la relaci�n entre religi�n y ciencia, y sobre cuestiones filos�ficas relativas a la

epistemolog�a, la �tica y la filosof�a de la biolog�a.

Chen Chunming, China

Nacida en 1925. Presidenta Fundadora de la Academia China de Medicina Preventiva de 1983 a 1992.

Sigue desempe�ando sus tareas como profesora de nutrici�n y asesora superior de la Academia.

Actualmente es Presidenta del Comit� Nacional de Expertos sobre Prevenci�n y Control del SIDA, y

Vicepresidenta del Comit� Consultivo Nacional sobre Alimentaci�n y Nutrici�n. Desde 1979 es

miembro del Cuadro de Expertos en Nutrici�n de la Organizaci�n Mundial de la Salud. Es Presidenta

del Comit� de �tica de la Academia China de Medicina Preventiva y miembro del Comit� de �tica de

la Investigaci�n Biom�dica en Asia. En 1992 recibi� de la FAO el Certificado de reconocimiento de su

labor en la esfera de la nutrici�n. La Se�ora Chen ha concentrado su actividad desde 1982 en estudios

sobre la nutrici�n de la poblaci�n y las pol�ticas de nutrici�n. Ha elaborado el actual Sistema Nacional

de Vigilancia de la Nutrici�n en China y es supervisora principal del sistema. Es una experta en el

estado de nutrici�n de los ni�os y de la poblaci�n en general, y en el comportamiento relacionado con

el consumo de alimentos de la poblaci�n de China durante el desarrollo econ�mico.

Asbjørn Eide, Noruega

Nacido en 1933. Ex Director y actualmente miembro del Instituto Noruego de Derechos Humanos, de la

Universidad de Oslo. Ex Secretario General de la Asociaci�n Internacional de Investigaciones sobre la

Paz. Miembro y ex Presidente de la Subcomisi�n de las Naciones Unidas sobre la Protecci�n y Promoci�n

de los Derechos Humanos, y ex Relator Especial de la Subcomisi�n sobre el Derecho a la Alimentaci�n

como Derecho Humano. Es Presidente del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre las Minor�as.

Ha publicado obras sobre derechos humanos y es Doctor en Derecho por la Universidad de Lund.

Noëlle Lenoir, Francia

Nacida en 1948. Jurista, miembro de la Corte Constitucional Francesa (primera mujer nombrada para

ocupar un cargo en este tribunal). Presidenta del Grupo Europeo sobre �tica de la Uni�n Europea. Ex

Presidenta del Comit� Internacional de Bio�tica de la Organizaci�n de las Naciones Unidas para la

Educaci�n, la Ciencia y la Cultura. Miembro del Foro Consultivo para el Di�logo entre Europa y los

Estados Unidos sobre Biotecnolog�a. La Se�ora Lenoir es Profesora Adjunta de bio�tica y derechos

humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Par�s II.

Mohammed Noor Salleh, Malasia

Nacido en 1940. Especialista en silvicultura y ex Director General del Instituto de Investigaci�n Forestal

de Malasia. Ex Presidente de la Uni�n Internacional de Organizaciones de Investigaci�n Forestal y ex

Presidente de la Asociaci�n de Instituciones de Investigaci�n Forestal de Asia y el Pac�fico. Ex miembro

del Comit� Asesor T�cnico del Grupo Consultivo sobre Investigaciones Agr�colas Internacionales y del

Grupo Asesor Cient�fico y Tecnol�gico del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. El Se�or Salleh es

actualmente miembro de la Comisi�n de Derechos Humanos de Malasia, Presidente de la Sociedad de

la Naturaleza de Malasia y Secretario General de la Academia de Ciencias de Malasia. Dirige una

empresa de investigaci�n sobre biotecnolog�a y una empresa de asesoramiento forestal.

Mohammed Rami, Marruecos

Nacido en 1952. Licenciado en Ciencias Cuantitativas y Ordenaci�n Pesquera, Universidad de

Washington, Seattle, Estados Unidos. Ex Director del Instituto de Investigaciones Pesqueras de

Marruecos, Casablanca (1986-1992). Ex Director de Pesca y Acuicultura, Ministerio de Pesca, Rabat

(1992-1998). En la actualidad, el Se�or Rami es Asesor del Primer Ministro de Marruecos sobre cuestio-

nes econ�micas exteriores y pol�tica pesquera.

Lydia Margarita Tablada Romero, Cuba

Nacida en 1947. Doctora en medicina y Directora General del Centro Nacional de Sanidad Animal y

Vegetal y Profesora de microbiolog�a en la Universidad Agr�cola de La Habana. Hasta 1998, fue miem-

bro del Consejo de Estado y de la Asamblea Nacional de Cuba. La Se�ora Tablada Romero es miembro

em�rito de la Academia de Ciencias de Cuba.

Melaku Worede, Etiopía

Nacido en 1936. Genetista y ex Director del Centro de Recursos Fitogen�ticos de Etiop�a. Ex Presidente

del Comit� Africano de Recursos Fitogen�ticos. Vicepresidente, y m�s tarde Presidente, de la Comisi�n

de Recursos Gen�ticos para la Alimentaci�n y la Agricultura de la FAO. El se�or Worede recibi� el pre-

mio ÒRight LivelihoodÓ (tambi�n denominado premio Nobel alternativo) en 1989, en Estocolmo,

Suecia, por sus logros en el sector de los recursos gen�ticos. ¥

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ANEXO 3

PROGRAMAdel Cuadro de Expertos Eminentes sobre la Ética en la Alimentación y la Agricultura

PRIMERA REUNIÓNSALA DEL LÍBANO

Roma, 26-28 de septiembre de 2000

Martes 26 de septiembre

9.30 - 10.15 Apertura y discursos de bienvenida

10.30 - 12.30 Aprobaci�n del programa y organizaci�n del trabajo

14.30 - 17.30 Tema 1: Cuestiones �ticas en los sectores de la alimentaci�n y la agricultura

Miércoles 27 de septiembre

09.30 - 12.30 Tema 2: Los organismos modificados gen�ticamente, los consumidores, la

inocuidad de los alimentos y el medio ambiente

14.30 - 16.15 Procedimientos propuestos para las reuniones futuras del Cuadro de Expertos

16.30 - 17.30 Otros asuntos

Jueves 28 de septiembre

09.30 - 11.30 Aprobaci�n del informe

11.45 - 12.30 Sesi�n de clausura

OTRAS MANIFESTACIONESSALA DEL IRÁN

Jueves 28 de septiembre

14.30 - 17.30 Conferencia de prensa

Documents

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