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Alfons Cervera Revista SocioCultural Valencia Octubre 20 16 - 5 EJEMPLAR GRATUITO Alfons Cervera "Escribo contra el cinismo"

Gervasio Sánchez: Sin buen ... - Los ojos de Hipatia€¦ · Gervasio Sánchez: 3 En busca de la Utopía. ... son los habitantes de un determinado país los que subyugan al resto,

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Page 1: Gervasio Sánchez: Sin buen ... - Los ojos de Hipatia€¦ · Gervasio Sánchez: 3 En busca de la Utopía. ... son los habitantes de un determinado país los que subyugan al resto,

AlfonsCervera

R e v i s t a S o c i o C u l t u r a l V a l e n c i a O c t u b r e 2 0 1 6 - N º 5 E J E M P L A R G R AT U I TO

AlfonsCervera"Escribo contra el cinismo"

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“Sin buenperiodismola sociedad está condenada a la manipulación”

R e v i s t a S o c i o C u l t u r a l V a l e n c i a O c t u b r e 2 0 1 5 - N º 1 E J E M P L A R G R AT U I TO

Gervasio Sánchez:

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3www.losojosdehipatia.com.es

utopíaEn busca de la Utopía. Víctor J. Maicas Safont.

¿Investidura, terceras elecciones o proceso constituyente?. Aurora Mora.

Consecuencias Políticas de la ortodoxia económica ante la Gran Recesión. Fco. Javier Barragán.

La jornada continua en las aulas. Iris Carceller.

Alfons Cervera: "Escribo contra el cinismo". Arantxa Carceller.

The tale of Lia: El deber de la montaña. Eduardo Beltrán Jordá.Jack Torrance. Prohibido asomarse al exterior. Justo Serna.

Las mujeres en el socialismo español hasta la Guerra Civil. Eduardo Montagut Contreras.

Juan Serrano: "Ante el cáncer hay que buscar una solución compleja". Ginés Vera.

La memoria de los "otros". Pepe Reig Cruañes.

Deleste Festival. María Carbonell.

La tranquila belleza de los Jardines de Monforte. Isabel Genovés Estrada.

Bergen, naturaleza urbana Núria Castany.

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Este verano, el segundo ya, he tenido la oportunidad de trabajar con la cara más amable de la pobreza. Digo afable, porque los niños no son responsables de la estupidez de sus padres y ni mucho menos de las deficitarias políticas del gobierno de tur-

no. No he viajado a África, ni a ningún rincón de Sudamérica, ni me he perdido por ninguna de las calles de Nueva Delhi. No, este verano me he quedado en mi pueblo para convivir con esas caras cariñosas, desen-fadadas, alegres, gruñonas, resignadas, hambrientas, y a pesar de todo, inocentes. Es la magia de ser niño, aunque éstos, algo más resabiados que usted y que yo, van perdiendo la inocencia a golpe de despertador cada mañana. ¿A quién importan? No se sorprendan. A nadie. La po-breza parece ser un negocio que no interesa erradicar. Muchos de estos niños nacen, y desgraciadamente, mueren fuera del sistema, porque la sociedad no les quiere. Además de las poltronas de muchos, la preca-riedad, el hambre, la miseria, también parecen ser vitalicias. No sé de qué tipo de democracia nos enorgullecemos mientras existan personas que tan sólo comen un mendrugo de pan al día. El ser humano es cíni-co por naturaleza. ¿No les parece?

Mi abuelo, que se marchó hace siete años y nos dejó una multitud de silencios, no creyó jamás en ningún partido político. Era él un poco lobo estepario, no un nihilista, pero que tenía claro que el ser humano, egoísta hasta el tuétano, sólo se movía por la codicia y la avaricia. Yo por aquel entonces creía que el mundo podría hacerse un lugar me-jor a base de trabajar entre todos, y miraba sus manos, tan curtidas, y me decía que ahí estaba la clave, en el trabajo, en la constancia, en la resistencia. Siete años y una crisis de por medio me han valido para reconocer que mi abuelo no estaba tan equivocado, y que el ser hu-mano es algo mezquino, con una memoria muy frágil. A pesar de todo, mi abuelo jamás dejó de votar, jamás dejó de llamar y preguntar cómo estaban las nietas, jamás dejó de ayudar a algún vecino, jamás dejó de trabajar su pequeño huerto, que reverdecía bajo la magia de sus sabias manos, jamás dejó de leer todo lo que yo escribía, y evidentemente, jamás dejó de levantarse. Jamás dejó de vivir, a su manera, pero nunca se convirtió en un mueble, mudo, ciego y sordo. Quizás, fuese porque él, al igual que muchos pertenecieron a una generación donde nada les fue regalado, ni siquiera la democracia.

¿Por qué les hablo de todo esto? Quizás sea porque echo de menos a mi abuelo y no puedo olvidar sus manos, y todo lo que ellas significaban para mí. Quizás porque llevo dos veranos viendo crecer a unos niños de sonrisa rota y miradas huecas, que no sueñan con nada, porque nada esperan del mañana. Porque, quizás, vamos hacia unas terceras elec-ciones, y la gente parece cansada porque se han tragado el discurso apocalíptico de los partidos, cuando lo que está en juego es nuestro futuro, y el hecho de volver a votar forma parte del juego democrático, recuerden que hace unos pocos años ni siquiera se podía votar, y ahí está nuestro poder para decidir a quién queremos y a quién no. Les cuento todo esto porque jamás podré dejar de levantarme, y porque siempre he odiado esas malditas palabras que llevo oyendo dos años: carne de cañón. Por todo eso y más, y sobre todo, por ellos, yo les es-cribo, y les digo que no dejen de leer, de sentir curiosidad, la mejor medicina contra la resignación, y de preguntarse qué sociedad es la que ustedes quieren. No se rindan nunca, porque al igual que mi abuelo, creo que el mundo es lugar muy grande donde cabemos todos y todos tenemos derecho a las mismas oportunidades y a ser felices. Por tanto, recuerden siempre al poeta, al gran Machado: “hoy es siempre todavía”.

¡¡Feliz lectura!!

Arantxa Carceller

Directora de la revista Los ojos de Hipatia

Directora: Arantxa Carceller / Subdirectora: Isabel Genovés Estrada

Diseño y Maquetación: Domi Martínez.

Ilustraciones: Martín Sánchez Arnau / Fotografía: Susana Godoy, Núria Castany y Arantxa Carceller.

Colaboradores: Víctor J. Maicas Safont, Eduardo Montagut Contreras, Iris Carceller, Justo Serna, Ginés Vera,Eduardo Beltrán Jordá, , Núria Castany, María Carbonell, Pepe Reig, Aurora Mora, Fco. Javier Barragán.

Impresión: Kolor Litografos - Encuadernación: Royo

Depósito Legal: V-875-2015 / ISSN: 2444-3492 Información y Publicidad: [email protected]

EDITORIALOPINIÓN

POLÍTICA

ECONOMÍA

EDUCACIÓN

LITERATURA

CINE

HISTORIA

SALUD

MEMORIAHISTORICA

MÚSICA

ARTE

VIAJES

Revista culturalLos ojos de Hipatia

@ojoshipatia

Si ha habido algo fundamental a lo lar-go de la historia de la humanidad, y de manera especial durante los últimos milenios, que nos haya ayudado de una

forma muy considerable a seguir avanzando, eso sin duda ha sido nuestra capacidad de razonamiento. Una cualidad humana que, sin lugar a dudas, ha hecho que nuestra calidad de vida haya subido mu-chos enteros sobre todo en los últimos siglos.

No obstante, ese razonamiento fruto de nuestra inteligencia, se puede enfocar hacia el bien común o, por el contrario, para fortalecer ese individualismo exacerbado que desemboca en la desigualdad y en la injusticia social, algo que en las últimas décadas ha dejado claro ese neoliberalismo económico que nos están imponiendo.

Curiosamente, y a pesar de la multitud de avan-ces tecnológicos de estas últimas décadas que en muchos sentidos nos han hecho avanzar en nuestra calidad de vida, lo que sorprende es que, paradójicamente, sobre todo durante el siglo XX y también en pleno siglo XXI el mundo ha aumenta-do las diferencias entre ricos y pobres como jamás antes se había visto, pues las hambrunas y la pre-cariedad de continentes como África u otras zonas del planeta nos indican esa notable e incompren-sible falta de equidad que lamentablemente jamás parece terminar.

Tenemos más tecnología, más riqueza, más co-nocimientos y más medios, sin embargo, todo eso se ha polarizado hasta el punto de que tan solo el 20% de la población mundial goza del 80% de la riqueza del planeta, dejando a la gran mayoría en la precari-edad e, incluso, en muchos casos en la miseria más absoluta. De todas formas, lo paradójico es que no son los habitantes de un determinado país los que subyugan al resto, como podría llegar a parecer, ya que ese egoísmo y esa polarización de la riqueza no atiende a nacionalidades, sino a la riqueza moneta-ria y “poder” de cada persona (se estima que solo el 0’01% domina a su antojo el mundo en términos económicos y de poder). No obstante, bien es cier-to que los habitantes del llamado primer mundo

Víctor J. Maicas SafontPeriodista y escritor

OPINIÓN

gozan de muchas más comodidades que los otros, pero aun así, las últimas tendencias neoliberales están acabando con ese “Estado del Bienestar” que muchos utópicos soñaban exportar con el tiempo al resto de naciones del mundo. Ya casi no existe clase media en los países del “primer mundo”, algo que ya sucede en la mayor parte de los países “tercermun-distas” en donde los mandatarios de las naciones más poderosas han puesto “dirigentes títeres” para explotar sus riquezas y sus recursos a cambio de “cubrir de oro” a tiranos dictadores y sus allegados.

En los primeros años de este nuevo milenio esta-mos asistiendo al “autosuicidio” de ese sistema neoli-beral que nos están imponiendo puesto que, sin lugar a dudas, su insostenibilidad a largo plazo está más que demostrada si nos atenemos a todo aquello que nos enseña la historia cuando unos pocos acumu-lan la riqueza sin dejar apenas nada para el resto. Saramago, Sampedro, Piketty y tantos otros han hablado de esa insostenibilidad, y por poner un simple ejemplo de los cientos que hay, decir que la abolición de leyes como la “Ley Glass-Steagall” (creada por Roosevelt en los años 30 para controlar la especulación) ha hecho que en pocos años ese po-der de los mercados financieros que no invierte en economía real sino en especulativa, haya desequili-

brado la balanza de tal forma que nos ha llevado al borde del precipicio, tal y como pasó tras el crack del 29. Ahora pues, nos queda saber qué mundo tendremos cuando caiga este sistema y qué condi-ciones de vida seremos capaces de seguir aceptan-do antes de que la balanza, de una u otra forma, se vuelva a equilibrar al menos mínimamente.

Decía Galeano que cuando damos un paso la utopía se aleja dos, pero al menos, su búsqueda nos ha hecho avanzar. Por lo tanto, posiblemente no avanzaremos todo lo que desearíamos, tal y como ha sucedido a lo largo de la historia después de cada revolución. Pero aun así, y si nos detenemos a pensarlo, comprenderemos que, a fin de cuentas, si seguimos luchando avanzaremos, y aunque la utopía es inalcanzable, al menos los que soñamos con ella seguiremos avanzando día a día para con-seguir un mundo más justo.

Sí, la utopía es inalcanzable, pero evidentemente nos sirve para continuar esperanzados en ese anhe-lo de construir un mundo más equilibrado y sosteni-ble para todos los que habitamos este planeta.

utopíaEn buscade la

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4 www.losojosdehipatia.com.esLos ojos de Hipatia

?Investidura, terceras eleccioneso proceso constituyente

POLÍTICA

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Aurora MoraPolitóloga.

Especialista en Análisis Político

Desde que se convocaron eleccio-nes generales el pasado 20 de diciembre de 2015 y de nuevo el 26 de junio de 2016, hemos

vivido, además de esos dos procesos electo-rales, dos sesiones de investidura –ambas fallidas– con distintos candidatos (Pedro Sánchez –PSOE– y Mariano Rajoy –PP–). Se trata, sin duda, de una situación inédita en el panorama político español, dado que todas y cada una de las votaciones de investidura desde el año 1979 fueron exitosas. Cierto es que algunas lo fueron con más votos a favor que otras (o con más o menos partidos que votaron sí), pero todas, absolutamente todas, tuvieron éxito; aunque en el caso de los presi-dentes Calvo Sotelo en 1981 y Rodríguez Za-patero en 2008, se alcanzara en segunda vo-tación por mayoría simple. En todas ellas, eso sí, el principal partido de la oposición votó en

contra –de acuerdo con su naturaleza de par-tido de oposición– mientras que esta vez para investir a Rajoy, se especula (o mejor dicho, se presiona desde ciertos ámbitos con capa-cidad de influencia) con la posible abstención de miembros del PSOE.

La verdad es que las votaciones de inves-tidura fueron «plácidas» hasta que llegó la crisis del bipartidismo o turnismo –palabra con una acepción más negativa, pero también más acertada–, que es la forma que tomó el parlamentarismo en España a partir del fin de la transición –con el fallido golpe de esta-do en 1981– y la mayoría absoluta del PSOE en las elecciones de 1982.

De hecho, la suma de porcentajes de voto al PP y al PSOE se mantuvo bastante alta desde esa fecha: en 1982 ya alcanzó el 74,47%, un índice que –con la única excepción de 1989 cuando descendió 9 puntos porcentuales–, iría aumentando en todos los comicios cele-brados hasta el año 2008, cuando alcanzó su

cénit, con el 83,81%. En 2011, aunque dicho porcentaje volvió a descender, aún se mantuvo en los niveles de la década de los años 80.

Ese año, el nivel de conflictividad social fue extremadamente alto en España y el 15-M ya había irrumpido en las calles, poniendo en cuestión, precisamente, a los partidos del tur-nismo, señalándolos como responsa-bles de la situación de empobrecimien-to y desposesión de las clases medias y trabajadoras. En realidad, la desa-fección democrática no era algo nuevo. De hecho, ya estaba extendida entre la ciudadanía antes de que llegara la crisis sistémica de 2008. Sin embargo, el 15-M moldeó dicha desafección, convirtiéndola en el mayor fenómeno de repolitización de las clases medias desde la instauración del régimen del 78.

A pesar de ello, las consecuencias de la cri-sis económica y social que se evidenciaron en ese momento no tuvieron una traslación directa, o al menos inmediata, al sistema electoral, dado que, en mi opinión, se man-tuvo la oferta de partidos existente. Des-pués emergería Podemos, como un gran catalizador de ese “No nos representan” y a continuación, a modo de reverso, Ciudadanos. Ya entonces la suma de porcentaje de votos entre PSOE y PP caería a casi la mitad en la siguiente cita electoral: hasta el 50,72% en di-ciembre de 2015.

El prestigioso analista demoscópi-co Jaime Miquel fue uno de los prime-ros en vaticinar el fin del bipartidismo y la imposibilidad de sumar mayorías absolutas. Y en esas estamos. Obvia-mente, la situación de bloqueo ins-titucional no se debe a una simple cuestión aritmética, sino a una co-rriente de fondo que se concreta en un agotamiento del ciclo político y, más allá de eso, en una crisis del régimen político instaurado con la Transición española. Otra cosa distinta es cuál sea finalmente la

salida inmediata que se le dé a esta situa-ción: ¿Investidura o terceras elecciones?

Mientras tanto, la sensación de hastío ciudadano parece generalizada. Es más, di-ría que tiene visos de alargarse en el tiempo, dado que, según señala Jorge Galindo, dos hipótesis aparentemente contradictorias flo-tan en el debate público: los votantes espa-ñoles están hartos de la parálisis y quieren un gobierno; esos mismos votantes espa-ñoles tienen preferencias tan distintas que montar un gobierno con las piezas actuales es imposible debido a los vetos cruzados. Como la vía de la izquierda y la nacionalis-ta para cerrar acuerdos están dormidas, la cuestión suele plantearse como un dilema entre la abstención del PSOE para permi-tir el gobierno de Rajoy y repetir elecciones una vez más. Tal y cómo apunta este autor, ambas hipótesis podrían ser ciertas, pero la elección sería en realidad mucho más com-pleja.

Tanto es así que una salida al bloqueo en forma de investidura o en forma de ter-ceras elecciones no supondría en ningún caso una solución en términos “clásicos”: es decir, una vuelta al tiempo de las mayorías

absolutas como equivalente de gobierno es-table. Lo cierto es que el comportamiento electoral de los españoles ha mudado y los viejos tiempos no volverán, por mucho que algunos se empeñen. Ante este hecho, el fin de la crisis de régimen transita, a mi modo de ver, por dos caminos posibles: una nueva transición por arriba, preferida por las éli-tes, que es la alternativa que al parecer está ganando terreno en los últimos tiempos y que, sin duda, supondría un nuevo proceso de despolitización de las clases medias; y un proceso constituyente por abajo, que es la alternativa que se aleja cada vez más, una vez el sistema político ha “neutralizado” y “asimilado” a las fuerzas rupturistas, que-dando indemne el statu quo.

Cuándo y cómo se llegará al fin de esta crisis de régimen es algo que nadie puede predecir. Actualmente, la única certeza que podemos tener es que en política no hay certezas, así que sólo nos queda observar la realidad y reflexionar aun a riesgo de equi-vocarnos. Eso es, precisamente, lo que he intentado hacer en estas líneas.

CaminArt, Camins de Cultura i d´Art es una cooperativa cultural valenciana que

realiza rutas alternativas para enseñar la ciudad de Valencia de una forma diferente

a como se viene haciendo hasta ahora para divulgar el Patrimonio histórico y cultural,

tanto entre los turistas como los valencianos. El principal objetivo de CaminArt es

dar a conocer aquello que normalmente queda al margen de las rutas turísticas

tradicionales, a través de rutas dinámicas y participativas, se muestra la Valencia

clásica y turística y, aquellos rincones, espacios, llenos de secretos, poniendo en valor

el Patrimonio artístico desconocido. En este sentido, Valencia es una ciudad con un

potencial cultural y patrimonial enorme que ofrece grandes posibilidades.caminartvlc.wix.com/caminart

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ECONOMÍA EDUCACIÓN

Iris Carceller Maestra

Fco. Javier Barragán Economista

No es el momento ni el lugar para ana-lizar las causas originales de estos siete u ocho años de incertidumbre y

de mal desempeño económico. A modo de re-ferentes no académicos podríamos sugerir los libros o películas “The Big Short” o “Margin Call” como una referencia al origen estadouni-dense de todo este proceso.

Centremos nuestros comentarios en tres países: Estados Unidos, Reino Unido y España.

Mientras en Estados Unidos se dio final-mente un consenso entre la clase política y la autoridad monetaria para tener como objetivo la defensa de la actividad económica, parece que en la Unión Europea no se supo o quiso entender la importancia de este objetivo. La consecuencia directa en Europa fue la defensa de unas políticas que propugnaron: la solvencia del sistema bancario (no sólo en el momento inicial de crisis de confianza sistémica) y el mantenimiento de un objetivo de déficit público no realista con las necesidades de inversión de las distintas economías europeas, no centrales, para recuperar una actividad económica razo-nable.

En Estados Unidos, para ahondar en las distintas políticas aplicadas por las dos admi-nistraciones Obama en defensa de una recu-peración económica lo más eficaz e inclusiva posible, convendría diferenciar su primera legislatura, donde se generaron las reformas “menos ortodoxas” según todos los analistas; y una segunda legislatura, donde la composición

En este último año escolar los claustros de las escuelas primarias e infantiles de España se han realizado la siguiente

pregunta: ¿queremos jornada continua?

Esta sencilla, pero a la vez controvertida pre-gunta, ha causado, en distintas ocasiones una ruptura en la relación entre maestros y padres y madres, ya que la jornada continua en las escue-las españolas no va unida a los horarios labora-les de los padres y madres.

La idea de una jornada continua escolar, bajo mi punto de vista, es imprescindible para un ade-cuado aprovechamiento de las horas lectivas, así como un buen rendimiento académico por parte del alumnado, pero, realmente ¿España está pre-parada para asumir la jornada continua como en Europa?

El modelo horario europeo en las escuelas es de 8:00 a 14:30-15:00 horas haciendo una pe-queña parada para comer algo ligero a las 12:30 horas. En este modelo los alumnos cuentan con

de la Cámara de Representantes y del Senado han provocado diversos bloqueos o retrasos al programa económico del Presidente.

Si nos fijamos en el Reino Unido, podemos decir que partimos de un caso excepcional den-tro de la Unión Europea, ya que hablamos de uno de los países no pertenecientes a la zona Euro, con una divisa cuya importancia relativa en los mercados internacionales es alta. Esto se traduce para nosotros en que Gran Bretaña cuenta a nivel de política económica con las dos herramientas básicas: capacidad de reali-zar una política monetaria propia, y posibilidad de diseñar una política fiscal no tan constreñida por los diktats alemanes como para los países pertenecientes a la zona Euro.

Pese a lo anterior se han producido una se-rie de consecuencias económicas y sociales en el Reino Unido tras esta crisis: cierta pérdida de competitividad en distintos sectores indus-triales, creciente euroescepticismo de la clase política ante las escasas actuaciones expan-sivas de la Unión Europea, cambio de actitud de la clase trabajadora ante la inmigración económica, etcétera. Sin embargo, al repasar la evolución de la economía británica durante estos años, podríamos decir que su desempe-ño ha sido comparativamente mejor que el de muchos países centrales de la zona Euro, y sin discusión más sostenible que el español.

Al llegar al caso español, hablamos de un país perteneciente a la zona Euro; es decir, ca-rente de la posibilidad de realizar ningún tipo

horas extraescolares hasta las 16:30 o 17:00 ho-ras, con lo cual, estos alumnos cuentan con toda la tarde libre para realizar trabajos de clase, es-tudio y descanso sin estrés ni prisas. Por lo que respecta a los horarios laborales son mucho más flexibles y existe una conciliación entre horario escolar y horario familiar, para dar mayor facili-dad a las familias. Pero ahora bien, los centros españoles han propuesto realizar un proyecto de jornada continua que, en algunas ocasiones, ha creado diferencias con las familias, ya que no existe esa flexibilidad en los horarios laborales de las familias. Llegados a este punto, nos pre-guntamos si es viable este proyecto en las escue-las españolas.

Por un lado, este proyecto es viable teniendo en cuenta que tanto los alumnos como el profe-sorado gozarán de un horario, el cual facilitará aprendizajes relajados y sin presiones, podrán embarcarse en proyectos donde se trabajen la cooperación, la investigación, el tratamiento de la información, la lectura, entre otros. También, el alumnado dispondrá de mayor tiempo libre y

de política monetaria independiente del Banco Central Europeo (sobre el que hay cierto con-senso en afirmar que sus prioridades al definir las actuaciones monetarias son más cercanas al antiguo Banco Central Alemán que a las de los países mediterráneos). A priori España aún contaría con la política fiscal, para en el caso de crisis, poder apuntalar la actividad económica por medio de políticas fiscales expansivas. Sin embargo, una de las condiciones de entrada en el club Euro fue la aceptación de unos límites para el uso soberano de las políticas fiscales: el límite sobre el déficit público.

Algunas de las consecuencias económicas de la Gran Recesión en España, han sido: dos rescates bancarios, profundización del salvaje problema del paro…

Podemos entonces tratar de dividir a nues-tros tres países en dos grupos, atendiendo al re-sultado de sus políticas económicas aplicadas a minimizar las consecuencias de la Gran Depre-sión, y a las consecuencias políticas que pode-mos observar están teniendo lugar en cada uno de los tres estados:

Países que pueden hacer frente a derivas populistas: Estados Unidos. Baste comentar el caso Trump, y cómo se va relativizando su ini-cial empuje antisistema.

Países que no han podido hacer frente / con peligro de caer en derivas populistas:

• Reino Unido, con la sorpresa mundial de su BREXIT, cuyas últimas consecuen-cias están por determinar.

• España, inmerso en una incertidumbre gubernamental y casi a las puertas de unas terceras elecciones, y con un encaje territo-rial puesto en duda por fuerzas políticas que ayudaron a definir el proceso constituyente de 1978.

Ahora, que cada uno extraiga sus propias conclusiones.

Consecuencias Políticasde la ortodoxia económicaante la Gran Recesión

de ocio para poder realizar tareas y diferentes ac-tividades, sin carga lectiva, para relajarse y des-cansar. Por último, es de vital importancia decir, que la jornada continua ayudaría a descender los niveles de absentismo escolar, ya que es uno de los problemas más peliagudos de la educación española.

Por otro lado, todo ello se realiza en casa y, por ello, se necesita de los padres para esta labor. En-tonces llega la contrapartida de este proyecto, los padres con horarios no flexibles que no puedan estar con sus hijos qué harán. Hoy por hoy, los padres tienen el recurso de extraescolares para que los niños estén con adultos y realizando las actividades oportunas, pero si nos pasamos a la jornada continua qué pasará. ¿Sobrecargaremos a estos alumnos con una jornada más amplia de actividades?

Si lo que queremos evitar es ese exceso de ho-ras “laborales”, con nuestro modelo de vida fami-liar es casi imposible, ya que el modelo de jorna-da continua no es compatible. Por ello, es de vital importancia el contexto donde se encuentra el centro y las familias que lo conforman. No pode-mos proponer un proyecto de jornada continua, el cual no beneficie al alumnado y sus familias.

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La Jornada Continuaen las Aulas

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LITERATURA

Alfons Cervera (Valencia, 1947) es uno de nuestros grandes escritores de lo cotidia-no, de escritura serena y cristalina. De él, podríamos decir que es un fiel amante de

su Gestalgar natal, un defensor a ultranza de las librerías “resistentes”, como le gusta decir frente a la vorágine de las grandes superficies, y un entre-gado devoto a su editorial de toda la vida, Montesi-nos. Durante tres décadas, Alfons Cervera ha sido, y es, un novelista, poeta y articulista comprometido con la escritura y la sociedad, que le ha llevado a cultivar una extensa obra alejada de la agresividad

del circo mediático y literario. Su obra está impreg-nada de memoria, resistencia e incertidumbre. Al-gunos de sus libros son Canción para Chose, De vampiros y otros asuntos amorosos, Nunca conocí un corazón tan solitario, El color del crepúsculo, Maquis, La risa del idiota, La sombra del cielo, Aquel invierno, Esas vidas, Tantas lágrimas han corrido desde entonces, Las voces fugitivas o Todo lejos, entre muchos otros títulos, algunos de ellos exportados más allá de nuestras fronteras. Este año, 2016, publicó en febrero Otro mundo, cuya exquisita prosa poética “hace referencia al silen-cio de mi padre”, y donde vuelven a brillar como él dice “sus palabras mágicas” que circunscriben toda su trayectoria: “memoria, olvido y silencio”. Es por ello, que a este literato, de raza, se le suele etiquetar como escritor de la memoria, pero como defiende el propio Cervera “el pasado no ha pasa-do, como decía Faulkner, el pasado no puede pa-sar porque siempre estamos hablando de él”.

Alfons, que nunca pensó en dedicarse a la escritu-ra, tampoco pensó nunca en escribir otra novela de la memoria, tras publicar en 1995, El color del crepúsculo. Sin embargo, “me pasó eso que suele pasar, que una novela te lleva a otra novela, y fui comprobando que ese pasado que yo contaba en El color del crepúsculo seguía siendo la esencia. Aquella historia de niños, aquella infancia de los años 50 del pasado siglo, ya de mayores, sus his-torias, seguían pasando, y decidí continuar con lo que se podría llamar la saga de la memoria”. Así fue como arrancó el ciclo de la memoria para Cer-vera, con cinco obras principalmente: El Color del Crepúsculo, Maquis, La noche inmóvil, La som-bra del cielo y Aquel invierno, que se publicarían juntas en el 2013 bajo el título Las voces fugitivas. “Eso formaría lo que a mí me gustaría llamar me-moria colectiva, que no es otra que la memoria

AlfonsCerveraAlfonsCervera"Escribo contra el cinismo"

9www.losojosdehipatia.com.es

de muchísima gente, de la gente que durante el fran-quismo no pudo hablar, es la gente de la derrota re-publicana, y que esa misma gente que no podía ha-blar durante el franquismo porque estaba prohibido, durante la transición se encontró que no estaba prohi-bido hablar, pero no era recomendable para conseguir la tranquilidad de la reconciliación en este país. Por lo tanto, pasamos del silencio impuesto por la dicta-dura a la derrota republicana al silencio impuesto por la tranquilidad que exige la transición”. Tras ese peri-plo rastreando la memoria colectiva, “hay una serie de novelas, Esas vidas, Tantas lágrimas han corrido

desde entonces, y ahora Otro mundo, que formarían parte de lo que en Francia ya se conoce como memo-ria personal, memoria familiar, incluso. Yo creo que se podrían distinguir esos dos ciclos, por una parte, el ciclo de esa memoria colectiva, que supone Las voces fugitivas, y por otra parte, estas novelas que no forman tanto parte de la memoria colectiva como de esa me-moria personal, familiar, porque, Esas vidas, cuenta la vida de mi madre, Tantas lágrimas han corrido desde entonces, cuenta el proceso de emigración de la gente de mi pueblo a Francia, y Otro mundo”. Esta última no-vela, intimista y de una calidad brillante, que oscila en-tre la tristeza y el dolor, recupera no sólo los silencios del padre muerto, sino el silencio de aquellos que al perder la guerra, perdieron las ilusiones y la dignidad, hasta convertirse en muertos en vida. Así, Cervera, de momento, cierra el ciclo de la memoria personal, con el hallazgo por parte de Cervera de dos papeles, “el primero, era un juicio sumario a mi padre en 1940, y luego, el segundo papel que era la libertad, doce años después”, que desembocan en una serie de interrogan-tes que el escritor hace a su padre, en un intento no tanto de esclarecer los vacíos de su progenitor, como sí de su propia historia. “Yo no hablo de lo que mi pa-dre no me contó, estoy hablando precisamente que por todo lo que mi padre no me contó, yo me quedé a medio construir como persona humana. Yo hubiera sido otro más completo, no digo ni mejor ni peor, pero ahora sé que crecí faltándome algo, y la novela tiene ese fondo de tragedia”. En ese empeño de encontrar la respuesta, que nunca llega, a los interrogantes que sembró su padre, Cervera va más allá al preguntarle qué fue de aquella revolución, porque el escritor a pe-sar de los años de silencio, de los años de olvido por parte de muchos, no puede evitar pensar que algo de todo aquel sufrimiento, de aquella lucha, de aquella es-peranza se perdió. “Cuando le pregunto eso a mi padre quiero decir que algo de eso ha tenido que quedar, na-die nos puede quitar la ilusión que supuso la Segunda

República, nadie nos puede quitar lo que supuso la lucha por la dignidad en la guerra civil, nadie nos puede quitar la dignidad de la resistencia clandestina al franquismo, nadie nos puede quitar todas esas muertes, los seiscientos que hubo en la transición, es decir, que aquello que pueden ser cenizas, vuelvan a ser por lo menos algunos rescoldos que todavía brillen”.

Todos esos interrogantes, que Cervera lanza a su padre en Otro mundo, son la espina dorsal que tan bien caracteriza la escritura del valenciano. Ya que Cervera además de un uso magistral de la palabra, siendo capaz de desnudarla hasta llegar a su esencia, es un inconformista nato que cree en el poder de la literatura como motor social y generador de conciencias. “Lo que yo puedo decir de mis novelas y aportar al debate intelectual sobre el pasado, es precisamente convertir ese pasado en un debate que no se acabe nunca. Convencernos desde una actitud ética de que tenemos que ser mejor, y que a ser mejores, seguro que en ese pasado encontramos claves para convertirnos en mejo-res de lo que somos. Ese es uno de los objetivos de mis novelas, sugerir debates, yo quiero que mis novelas susciten debates, y que vayan alrededor no tanto de la historia, del pasado, sino alrededor de la ética, alrededor del cinismo. A mí me obsesiona una frase, que me gusta repetir muchísimo, de Antonio Machado, cuando escribe sus textos sobre el maestro Mairena, es una frase que siempre tengo presente, y me horroriza, en los tiempos de crisis, y no hablaba de la crisis económica Anto-nio Machado, siempre ganan los cínicos. Pues bien, en mis novelas, mis artículos, escribo contra el cinismo”. Por ello, a Cervera, devorador de Marsé, no le gusta la literatura complaciente, el final cerrado y anodino, porque no cree que exista gato capaz de matar la curiosidad, la que dice que tanto falta hoy en día, y así nos va. “Las grandes novelas son las que no te dejan nada claro. Son las que te provocan más interrogantes que certezas. Como a mí me gusta decir, y siempre pongo como ejem-plo las novelas de mi amiguísimo Rafael Chirbes, que las grandes novelas cuando las has acabado de leer te han dejado con el culo al aire, te han dejado a la intemperie. Desprecio profundamente las novelas que te lo dan todo mascado. Yo creo que las novelas no se acaban nunca, porque las preguntas no se acaban nunca. Yo creo que las novelas, al menos las mías, lo que sí que quieren es generar interrogantes, la necesidad de cuestionarnos no lo que pasó, sino lo que está pasando ahora mismo. Porque por suerte o por desgracia, lo que está pasando ahora mismo viene de lo que pasó o no pasó tiempo atrás. Hoy la gente ha perdido la curiosidad y nos engañan como quieren, porque hemos perdido esa necesidad de preguntar. Hemos perdido la capacidad de preguntar, la capaci-dad de autonomía de decir, y decidir, lo que tenemos que pensar y decidir nosotros mismos, hemos dejado en manos de los otros lo que somos, porque para mí la política, votar o no votar, es ser uno de una manera o de otra. Por lo tanto, estamos dejando en manos de otros lo que podemos ser y esto sí que me preocupa, y yo creo que mis novelas quieren hablar de esto, procurar interrogantes, que la gente siga teniendo curiosidad”.

Cervera es claro y contundente, no se anda con medias tintas, y aunque vivimos en “un país estruc-turalmente podrido”, no se resigna, “nadie me va a quitar la esperanza de que el futuro, que ya es hoy, sea mejor, ya no digo de izquierdas, sino de cambio. El triunfo de cada día, esa es la gran espe-ranza, que yo no pierdo. La esperanza de cada día sea un poquito mejor que el anterior, que la vida y nosotros mismos seamos un poquito mejores que el anterior. Yo soy un escritor, un defensor, de lo pequeño. Detesto los discursos apocalípticos, los discursos de esta ciudadanía que dice que no hay nada que hacer porque es la excusa perfecta para no hacer nada. No voy a ser tan tonto de decir que soy optimista, pero me niego a tener ese pesimismo que me reduciría a convertirme en un espec-tador televisivo, o lo que es peor, no solo televisivo, sino de Telecinco”. Por ello, como él dice, no se cansa de escribir, si bien sabe que “en este país no lee ni dios” y el mundo editorial se ha quedado polarizado en dos grandes sellos, Planeta y Random House, pero sigue apostando por la literatura de trincheras procedente de las pequeñas editoriales al margen de las voraces campañas de marketing, porque hay “libros que ayudan a la supervivencia, y no solamente a eso, sino en esa supervivencia de ser mejores personas, ciudadanos, de ser personas que nunca van a perder la curiosidad, porque para mí cuando uno pierde esa curiosidad es que se ha muerto”.

P.D. Hacia finales de año o principios del que viene publicará un libro, Yo no voy a olvidar porque otros quieran, donde recoge todos su artículos y ponencias que versan sobre la memoria, porque “va-mos a tener que seguir reivindicando la dignidad de esa memoria en unos momentos, que lo que más se articula socialmente son el olvido y el silencio” para construir un mundo un poquito más bueno. Por favor, no le pierdan la pista.

Arantxa CarcellerPeriodista. Texto y fotos.

8 Los ojos de Hipatia

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Las mujeres en el socialismo español hasta la Guerra CivilEduardo Montagut Contreras

Doctor en Historia Moderna y Contemporánea

HISTORIA

10 Los ojos de Hipatia

La cuestión de la emancipación de la mujer adquirió importancia en el so-cialismo español al comenzar el siglo XX, coincidiendo con la incorporación

de las mujeres al mundo laboral, el aumento de la fuerza del feminismo burgués, así como el de signo anarquista. Como gran obstáculo de la lu-cha por los derechos femeninos estaría el fuerte peso de la Iglesia en España, generadora de mu-chos estereotipos e inercias de difícil superación.

En el socialismo español se pueden advertir dos posicionamientos más tradicionales ante la cuestión de la emancipación de la mujer. En pri-mer lugar, existía un sector que solamente con-templaba la igualdad jurídica y política pero no la de tipo social, aunque criticaba al sufragismo por burgués y antinatural. No se trató de un posi-cionamiento muy articulado, pero estaba impreg-nado de la mentalidad patriarcal sobre el papel de la mujer en el hogar y como madre fuera del ámbito laboral. En realidad, era una postura muy extendida en el seno del socialismo occidental, y que tendría que ser combatida por destacados socialistas como Auguste Bebel, además de por las propias mujeres socialistas como Clara Zet-kin. La segunda posición se puede rastrear en el “Decálogo Socialista” (1908), en el que se hacían recomendaciones a los socialistas varones para que respetasen a sus compañeras y para que les enseñasen el pensamiento socialista frente al po-der del clero, dueño de la mentalidad popular.

Pero también es cierto que fue cuajando una postura feminista. Se trataba de un posiciona-miento que conjugaba la lucha feminista con la social. El socialismo y el feminismo no serían lo mismo porque la mujer sufría una doble discri-minación, debido a cuestiones de sexo, pero las dos luchas podían articularse porque, en última instancia, ambas pretendían la emancipación de la mujer. Esta era la postura defendida por las

mujeres socialistas, como Amparo Martí o María de Lluría, y adquiriría importancia en los años veinte al incorporarse a la discusión en los Con-gresos, y cuando María Cambrils publicase su libro, Feminismo Socialista (1925).

El Partido tardó mucho en contar con un número significativo de mujeres militantes. La Agrupación Socialista Madrileña tenía solamen-te 36 afiliadas de 2.900 militantes en 1910. Tam-poco la organización de los jóvenes socialistas tenía muchas mujeres en su seno. En 1927, las Juventudes de España contaban ya 1.182 mili-tantes; solamente, 24 eran mujeres. En los años treinta aumentó la militancia, habida cuenta del alto grado de movilización política y social de la época, pero tampoco hubo un gran incremento de militancia femenina, ya que no ingresaron más que 350 mujeres entre 1929 y el comienzo de la guerra. Las razones deben encontrarse en el todavía elevado analfabetismo femenino, en el peso de las tareas domésticas, y en las dificulta-des para poder pagar las cuotas.

En 1904 se creó el primer Grupo Femenino Socialista en el seno de las Juventudes Socialis-tas de Bilbao. En 1906 nacía el Grupo Femenino Socialista de Madrid en las Juventudes y luego ya en el Partido. Duró hasta 1927. Poco a poco se fueron fundando más por el resto de la geogra-fía española hasta la guerra civil. Se regían por Estatutos que recogían lo que se disponía en los de las Agrupaciones Socialistas. Realizaron una intensa actividad política, de búsqueda de nuevas militantes y de formación, y se vincularon clara-mente a las acciones y movilizaciones políticas y sindicales del socialismo español, además de en la vida interna de ambas organizaciones. Los Grupos fueron contemplados por los socialistas de distinta manera. Para unos era un instrumento político propio del socialismo, pero para otros de-bían ser escuelas de madres y esposas, siguiendo la tradicional mentalidad patriarcal. Su objetivo era, fundamentalmente, «educar a la mujer para el ejercicio de sus derechos y la práctica de sus deberes sociales con arreglo a los principios de la doctrina socialista», además de luchar por con-seguir cambios a favor de las mujeres y los niños.

El Partido terminó por incorporar en sus pro-gramas las reivindicaciones femeninas habida cuenta del trabajo de las militantes y porque co-menzó a ser un tema importante en la España de los primeros decenios del siglo XX. El progra-ma de 1918 incluyó las reivindicaciones sobre el trabajo femenino, ya algo tradicional, el voto, la igualdad civil, abolición del trabajo a domicilio y creación de Casas de Maternidad. El Congre-so Nacional de 1929 de Juventudes recogió las reivindicaciones femeninas de derechos civiles

y contra la discriminación legal sobre adulterio, abandono del hogar y asesinato de la mujer in-fiel, libertad para disponer de los propios bie-nes, el derecho al voto, obligación del Estado de atender a las madres solteras, y creación de un cuerpo femenino para cuidar a los hijos de las

obreras. También se reivindicó el derecho al divorcio.

En la década de los veinte el PSOE inició una campaña a favor del sufragio femeni-no, liderado por la Agrupación Femenina. La campaña fue intensa hasta 1926. El Partido terminó por frenarla porque no había consultas electorales al encon-trarse en plena Dictadura de Primo de Rivera

El Partido votó en las Cortes Cons-tituyentes por el sufragio femenino, aun-

que hubo voces destacadas contrarias como la de Margarita Nelken con el argu-

mento de la baja formación y la influencia del clero, aunque no participó en el debate por-que sólo fue diputada a partir de noviembre del 31.

La importancia histórica del trabajo de las mujeres socialistas en el Partido y las Juventudes reside en la plasmación efectiva de parte de esas reivindicaciones cuando se instauró la República, tanto en la Constitu-

ción de 1931, como en las reformas legales y labores del primer Bienio. En este sentido fue-ron fundamentales los artículos 2, 25, 36, 40, 43, 46 de la Constitución. En 1931 se creó el primer prototipo de Estado del Bienestar en Es-paña, destacando el Seguro de Maternidad para las trabajadoras. También hay que hablar de la Ley del Divorcio de 1932, y de la abolición de la prostitución, posteriormente, en 1935 En contra-partida, se avanzó poco en materia de igualdad salarial y fueron más lentos los cambios en los Códigos Civil y Penal en temas de discrimina-ción legal entre ambos sexos.

Pero el éxito de las mujeres socialistas a la hora de incorporar sus demandas e ideas a los

programas de las distintas organizaciones no se combinó con una presencia importante de las mismas en tareas de responsabilidad. En los distintos Congresos su presencia fue más bien testimonial. Hubo muy pocas delegadas. Al me-nos, Margarita Nelken consiguió ser elegida vice-presidenta del Congreso del PSOE de 1932. En la Ejecutiva del Partido solamente estuvo como vocal Virgina González en 1915, siendo elegida para la nueva Secretaría Femenina en el Con-greso de 1918, pero esta función desapareció al poco tiempo. Se volvió a discutir, sin mucho éxi-to, a mediados de los años veinte.

En las Cortes republicanas, además de Marga-rita Nelken, destacaron las diputadas socialistas Matilde de la Torre Gutiérrez, que además sería directora general de Comercio y Política Arance-laria; María Lejárraga, destacada escritora y de-fensora de los represaliados por la Revolución de Octubre de 1934; y Julia Álvarez Resano, que fue también la primera gobernadora civil española.

En la guerra, en el Congreso de 1937 se recu-peró la cuestión de la representación de la mujer en la organización para intentar demostrar que el Partido se preocupaba por la mujer ante el prota-gonismo comunista en este terreno. Se encargó a Matilde de la Torre que se preocupase de este asunto y se creara un Secretariado Femenino. En 1938 lo formaban Matilde Cantos, Claudina García y Julia Álvarez Resano, que actuaba de secretaria.

Muchas mujeres socialistas se incorporaron a organizaciones femeninas de signo comunista, para colaborar en el esfuerzo común: Agrupa-ción de Mujeres Antifascistas y L’Unió de Dones de Catalunya, especialmente. También conviene citar la Unión de Muchachas de Madrid, contro-lada por las Juventudes Socialistas Unificadas. Pero existen testimonios de lo complicado que era trabajar con sensibilidades distintas, como lo atestigua Matilde Cantos. Las tesis socialistas eran difícilmente aceptadas.

“Una doble supeditación sufre hoy la mujer: la supeditación económica, general a toda la clase asalariada, y la supeditación al varón. Esta es verdaderamente humillante y depresiva para su dignidad, puesto que, en la mayoría de los casos, no es la mujer la compañera del hombre, sino su criada, su esclava, un objeto de placer o un simple adorno”

Pablo Iglesias

María Lejarraga

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12 13www.losojosdehipatia.com.esLos ojos de Hipatia

MEMORIAHISTÓRICA

Hubo un tiempo en que verdadera-mente “el infierno eran los otros”, como temía Sartre, pero en un sentido aún más práctico y peli-

groso. Cuando se cumplen los 75 años del gol-pe de Estado contra la II República es urgente hacer memoria. Herederos de una guerra, la novela de Luis García Trapiello publicada por la editorial CYAN, es una historia de ese tiem-po y es una historia de “los otros”. Aunque el libro se escribe inmerso en el debate actual de la memoria y se refiere a la Guerra Civil, sus protagonistas no son rojos, sino fachas. Quie-re decirse que estamos ante un ejercicio de memoria del otro lado. Es preciso aclarar que antes los “otros” eran otros. Durante mucho tiempo fueron los perdedores de la guerra, de la nuestra y, en realidad, de todas las guerras. Se hablaba de ellos como de un accidente de la naturaleza, una rareza que había de ser extirpa-da. Eran los malos y habían intentado, confor-me a su naturaleza, pervertir a España. Afortu-nadamente habían perdido la guerra y recibían su merecido. Punto final. Ni siquiera había que mencionarlos.

Pasando el tiempo, gracias a un esfuerzo ím-probo de mucha gente, acompañado de la sen-satez de unos pocos, habíamos recuperado la democracia, pero se seguía sin hablar de aque-llos que habían perdido la guerra y de lo que el franquismo había hecho con ellos. Aquellos ha-brían debido figurar como dignos predecesores en el pórtico de la democracia, pero no. No era oportuno, ya no era o aún no era el momento.

Tanto tiempo de espeso silencio tenía que acabar por quebrarse. Los años 90 trajeron la memoria al espacio público y, justamente, se fueron intercambiando los papeles. Ahora los “unos” eran los demócratas y los “otros” eran los franquistas que habían sumido a España en un negro pozo de cuarenta años de atraso. La memoria histórica de aquellos que habían sido “otros” y ahora deberían ser “unos” afloraba aquí y allá. Los perdedores y sus herederos, los antifranquistas, esperaban el reconocimiento que la transición les había hurtado. Películas, novelas, series… empezaron a contarnos la his-toria escondida. En esa historia aparecen pro-tagonistas de uno y otro bando, pero sobre todo del bando invisible, lógicamente. Protagonistas envueltos en sus cosas de la guerra, de esa que dicen que era la “última guerra romántica”, en la que aún había ideas y uno se podía adherir a algo. Te adherías a la revolución social o a la nacional. Sólo los muy avisados sabían que aquel era el primer acto de la gran guerra civil europea, que solemos llamar mundial.

Ser franquista en el 36, en el 37 o el 38 aún no es necesariamente miserable. Se hacía uno franquista por vértigo, por rutina o por conta-gio. El falangista era otra cosa. Se podía ser falangista como señorito, si eras urbano, o

como hijo de agricultor, si eras rural, pero se requería un plus de pasión. No había muchas formas más de ser falangista. Fenómenos inte-lectuales, como Ernesto Giménez Caballero o Luis Rosales, se representan poco más que a sí mismos.

Luego la cosa cambia. Después de la gue-rra, la evidencia de que la miseria, la cutrez y la extrema violencia eran la verdadera na-turaleza del régimen, y no un accidente tem-poral, hizo muy difíciles las adhesiones sin-ceras. El franquismo no se defendía ya desde la generosa ideología, sino desde el egoísmo conservador del interés o del miedo. Como expediente legitimador, ni el egoísmo ni el miedo resultan demasiado elegantes, aunque funcionan. Funcionaron casi cuarenta años.

Pero si el libro de Luis García Trapiello es una historia de los “otros” es porque pone voz a personajes que teníamos el peligro de este-reotipar y acartonar en el fragor de la nueva batalla de la memoria. La urgencia de revivir a los nuestros podía llevarnos a borrar a los que estuvieron en frente. Como si asignando la etiqueta de “infierno” nos libráramos de la obligación de comprender, del deber de averi-guar cuántos otros perdedores hubo en aque-lla guerra. El autor nos advierte de que hubo

más, que en realidad “todos habían llegado a morir no sabiéndolo”. Venancio es falangista y va voluntario donde otros van forzados. To-dos ellos, se nos dice, participan en la guerra “desde los valores con que acudieron a ella”. Con principios o sin ellos. Por eso Venancio sobrevive a la guerra, pero se apaga después de la victoria.

Hay una película de Amenábar que se titu-la precisamente “los otros”. Cuenta la deses-peración de quien ya está muerto, de quien pertenece ya al otro mundo, pero aún no lo sabe. Todo el tiempo ves a los protagonistas como ellos se ven, pero la historia la están contando aquellos otros que los esperan, sa-biendo que son de los suyos, que son muertos sin conciencia de serlo. Los muertos han de asumirse y ese es un tránsito que lleva tiem-po. Al final todos están en el mismo lado y se hace la paz.

García Trapiello nos cuenta la guerra con dos voces: la de los unos y la de los otros. El falangista convencido y el hijo que reconstru-ye su historia. Pero al igual que en Amená-bar, alguien tiene que pasar al otro lado para que haya paz. El falangista gana la guerra y en seguida enmudece, porque en realidad ha perdido. Aún se aferra al recuerdo, pero

hace tiempo que se mueve en tierra de nadie con la melancolía del que dice “no era esto, no era esto”. Entonces es Trapiello, el herede-ro, quien toma el relevo y nos cuenta cómo, al revés que en Amenábar, la vida les trajo a este otro mundo, el de los vivos, aunque ellos tardaran en darse cuenta.

La guerra que habían ganado conducía al infierno, aunque ellos creyeran que el infierno eran los otros.

La memoria de losotROS "

Pepe Reig CruañesProfesor en la Universidad Castilla La Mancha

“En la banderade la libertad bordé el amor más grande

de mi vida.”Federico García Lorca

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ARTE

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La tranquila bellezaIsabel Genovés Estrada

Historiadora del Arte

de los Jardines de Monforte

Desde los curiosos ojos de nuestra Hipatia nos adentramos en estos singulares jardines, para conocer un poco más de su historia, cómo

pasaron de huerto a jardín. Los vestigios de los huertos-jardines valencianos se pueden encon-trar desde el siglo XVI hasta bien entrado el si-glo XIX. Su origen viene dado de la jardinería arábigo-valenciana, en su doble vertiente de huerto y vergel. Casi todos estaban situados a las afueras de la ciudad de Valencia, algunos en la Volta del Rossinyol y la calle Alboraya hasta la orilla del río. Como la Almunia o jardines de Villanueva, el jardín del Patriarca Ribera que se consideró el primer jardín Botánico de Valencia en 1596, el de Mirasol, el huerto de Moróder, el jardín del Santísimo, entre otros muchos. Por supuesto no podemos olvidar los jardines del Palacio Real de Valencia, el Hort de Juliá al final de la calle Cuarte, el Hort de Pontons, etcétera. También mencionar el jardín de Peñacerrada en Muchamiel (Alicante). Y aunque más tardío el parque de Ribalta en Castellón.

Los jardines fueron evolucionando, del huer-to al jardín, explorando todas las posibilidades hacia el jardín romántico, la idea del paisajismo inglés, el jardín barroco o las formas neoclási-cas. A través de su historia se puede establecer la relación de las personas con el jardín, pero también la necesidad de crear conciencia hacia el cuidado de nuestro entorno más cercano y de

preservar la naturaleza como legado para las futuras generaciones.

Nos vamos a centrar en el antiguo huerto del barón de Llaurí, se encontraba a extramuros de la ciudad de Valencia, cruzando el río. D. José Vich, barón de Llaurí, edificó una casa de recreo en su huerto para los meses de verano. Pero en 1849 vendió la propiedad a D. Juan Bautista Ro-mero, marqués de San Juan, que según escritu-ra pagó por ella ochenta mil reales. Así es como comienza la transformación de huerto a jardín de Romero (Santamaría, 1993:52).

Se cree que el autor del jardín de Romero y de su palacete fue el arquitecto Sebastián Mon-león Estellés (Valencia, 1815-1878). No hay nin-gún documento que respalde su autoría, pero si su estrecha relación con Bautista Romero, la autoría está basada en artículos de la época que hablan del arquitecto ligado a este proyecto. Del trazado original del jardín poco se sabe, quizás obra del propio Monleón con el asesoramiento de especialistas. Se sabe que el jardinero D. Salvador Garañena se encargó mucho tiempo del jardín, pero cuando ya estaba construido.

El palacete es un tanto ecléctico, conjuga diversos estilos, que van desde el rococó a ciertos toques afrancesados interpretados por la zona mediterránea. La planta superior del edificio es cuadrada, forma una cruz griega con las cuatro habitaciones más pequeñas de

los ángulos laterales. Lo más destacado del edificio es la parte superior que está rematado por una linterna, a través de la que se ilumina la bóveda de la planta principal. Y por supues-to la terraza, que en la época que fue construi-da ofrecía unas vistas envidiables de Valencia y sus alrededores, se veía hasta el bellísimo edificio de San Miguel de los Reyes.

Los especialistas hablan del jardín de Romero más tarde de Monforte, como una verdadera joya paisajística a conservar. Por haber sido capaces de desarrollar un amplio programa de jardín, en un espacio limitado. Por su trazado, por su originalidad, por la con-jugación de volúmenes y maravilloso colorido de las especies vegetales que lo componen. El jardín de Monforte tiene varias partes yuxta-puestas, el jardín geométrico formal, con evo-caciones del mundo clásico, y el jardín natu-ralista, de trazado más irregular, que evoca al romanticismo y el paisaje natural.

Las esculturas que adornan el jardín son de mármol de origen italiano, menos los leo-nes de la entrada que son de piedra blanca de Colmenar. Su autor fue José Bellver, fueron realizados para la escalinata del Palacio Na-cional de Congresos en Madrid, pero fueron rechazados por pequeños, y los adquirió Juan Bautista Romero para la puerta de acceso a su jardín.

En 1872 falleció Juan Bautista Romero, era una persona sensible al arte en todas sus manifestaciones. Fue capaz de impulsar la realización de uno de los mejores jardines de Valencia. Su mujer Mariana Conchés falleció en 1877, sus tres hijos habían fallecido, por lo que el jardín de Romero pasó en herencia a una sobrina suya Josefa Sancho Conchés. Contrajo matrimonio con Joaquín Monforte Parrés, este es el motivo de cambio de nombre del jardín de Romero a Monforte que es como se le conoce actualmente.

En 1941 se declaró al jardín de Monforte, Jardín Artístico Nacional. Pero la protección de los jardines históricos no se hizo efectiva del todo hasta que no apareció en 1981, la Carta de Florencia para la restauración y conservación de los Jardines Históricos. Así el jardín de Mon-forte fue declarado Bien Artístico Nacional. En 1971 el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con los propietarios, y el jardín de Monforte pasó a ser público.

En 1942 Javier de Winthuysen se encargó de su restauración, que presentó dificultades y fue muy lenta. Cuando el Ayuntamiento se hizo car-go de él en 1970 lo puso otra vez a punto para poderlo abrir al público, que lo pudo visitar en 1973.

Básicamente el jardín sigue siendo el mismo que se proyectó en un principio, las restauracio-

nes que han sufrido tanto el jardín como el pala-cete han servido para que podamos seguir dis-frutando de la belleza de este hermoso jardín de notas neoclásicas. Sin olvidar que algunas de las intervenciones han sido bastante discutidas en los últimos tiempos. Sí no conocen el jardín de Monforte visítenlo, seguro que les parecerá una visita muy agradable al mismo tiempo que interesante.

Bibliografía:

PAMIAS RUIZ, José (1994), Guía urbana de Valencia, Barcelona, Ed. Pamias.

SANTAMARÍA, María Teresa (1993), El Jar-dín de Monforte, Valencia, Generalitat Valen-ciana.

Interior de los Jardines de Monforte. Fotografías: Arantxa Carceller.

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CINE

El título de esta película, Iya monogata-ri: Oku no hito (La historia de Iya: un hombre en el corazón de la montaña, Japón 2013), del director Tetsuichirô

Tsuta, también podría haberse complementado con el enunciado: “una niña adolescente encuen-tra el corazón de la montaña”. La protagonista de este largometraje es una de esas almas que guía al espectador a través de la narrativa cinematográfi-ca como un ejemplo de experiencia, y como metá-fora del que halla respuestas a cuestiones que tal vez nunca se plantearon pero sí se sufrieron.

Una de estas cuestiones es la del amor y la ex-periencia del sacrificio que aporta. Amor es la con-ciencia que se extrae de la comprensión de lo que se vive, de lo que se comprueba y de lo que no se comprueba, de lo contingente y de lo permanente. Lo que es acreditable y justificable en el territorio del cine –como en cualquier medio creativo o ar-tístico– es irrelevante, ya que es el medio donde confluyen en libertad, las ideas procedentes de cualquier ámbito, condición, o esfera del cono-cimiento humano. Por tanto, el terreno artístico está abierto a lo inverosímil y a introducir nuevos o diferentes aspectos en nuestro pensamiento.

En el filme, la cuestión más indescriptible será reconocer que la naturaleza tiene su propia elo-cuencia, pero puede ser muda para el ser huma-no. El núcleo de lo indescifrable será comprender que la incomunicabilidad del anciano –uno de los protagonistas de este cuento/historia–, que deam-bula, vive y coopera según los procesos naturales, es aquello que trata de lograr con sus acciones, un universitario que llega a las montañas y bosques de Iya. Este quiere experimentar lo que al final de la película se puede llegar a discernir: que la reiteración cíclica de los ritmos y exigencias del medio natural, llevan al entendimiento de aquello que debe procurar deducir el ser humano: la “eter-

nidad de aquí y ahora”, la coexistencia de todo ele-mento natural/cósmico que prescinde del juicio mental/racional, la consciencia de la creación con el ritmo del Universo.

Iya monogatari es una película japonesa alejada de lo comercial. La poética de cierto cine japonés –la cualidad representacional a la que se le asigna una creatividad contemplativa–, se distingue por narrar con un ritmo casi secuencial o reiterativo con sensaciones de uniformidad en esquema es-piral donde todo se repite pero transformado; don-de todo surge por propia espontaneidad humana y natural; donde todo se expone sin apenas con-tagio emocional; o donde parece no ocurrir nada relevante pero en realidad ocurre todo lo que es y existe. Una poética que tal vez se hace eco de una visión causal no dualista como la de la sabidu-ría del Extremo Oriente –budismo zen, taoísmo–, por la cual queda aceptado/contemplado el vacío como forma, el fenómeno material-físico (lo exis-tente) con la vacuidad metafísica (el ser). Es decir que en la complementariedad de ambos aspectos se explica toda existencia y todo lo que es, lo que se denomina la Unidad o el Uno. (1)

Un día de invierno, el anciano (interpretado por Min Tanaka), imbricado en el modo de vida natu-ral, se encuentra a un bebé sobre el hielo, supervi-viente de un accidente de automóvil donde muere la madre. El bebé crecerá y se convertirá en la nieta adoptiva del anciano. Ambos se encuentran, ambos se cuidan, se protegen, o se entienden, aun-que la adolescente sea la que hable y el anciano nunca lo haga.

Haruna –a quien interpreta Rina Takeda–, qui-zás sin saberlo, está sometida al on de una tradi-ción nipona ancestral. Más específicamente, el oya on es una deuda de parentesco que un individuo adquiere pasivamente de sus progenitores. Este on

exige una virtud de agradecimiento por el favor fa-miliar recibido, que se convierte en un deber –una obligación incondicional a devolver sin límite de tiempo– llamado gimu ko. La película muestra el caso de una nieta adoptada, y su virtud on se pre-senta igualmente meritoria –puesto que la deuda es recibida pasivamente de la misma manera– al devolver ese favor aunque sea un progenitor no directo. El on exige siempre una devolución acti-va, y en consecuencia es recíproco. Tanto el ancia-no como Haruna han contraído esa deuda/deber al descubrirse y comprometerse a través de una acción causal/providencial y un acto libre (o una pasividad aceptada) por parte del abuelo que la adoptará, recibiendo así mismo un on y obligado a un gimu ko hacia su descendiente adoptiva.

Esta deuda es un tema de amor al mismo tiempo. Lo es porque se trata de un tema univer-sal y no solamente japonés. El amor propicia un encuentro, un cruce de destinos y un lazo por el cual se vinculan dos seres, dos almas, para com-prenderse, para atenderse. Ésta cuestión de índole trascendental está muy bien representada en el cine japonés clásico, por el director Yasujiro Ozu, con dos ejemplos, Primavera Tardía (Banshun, 1949) y El Sabor del Sake (Sanma no Aji, 1962). Aparentemente estas dos películas son modelos que demuestran un modo de expresión libre de convenciones sentimentales –occidentales tal vez, pero también japonesas–, que no se avergüenza en mostrar un amor paternofilial más allá de lo esta-blecido por ley moral humana. En ellas, una hija y un padre quedaban unidos por circunstancias familiares como si de un matrimonio se tratase, quedando claro como una hija se ocupaba de su padre sin querer separarse de él.

Ahora bien, es una libertad engañosa, porque esta situación estaba regulada bajo el mencionado deber de gimu ko consecuencia de deudas on, un comportamiento normativo social que siempre se exigía a un cine y a una cultura. Ozu, con la inteli-gencia del artista genial, asume toda su tradición particular como una máscara temático-modélica de los temas arquetípicos y psíquicos universales. Narra los conflictos de la modernidad y la tradi-ción (2) sin dejarse de lado –ni mucho menos– las claves por las que el ser humano sigue aun siendo tan complejo y tan escurridizo en lo que se atiene a asuntos de la consciencia y la conciencia, tanto personales como transpersonales (la conciencia más allá del yo racional).

Haruna parece repetir el esquema que Yasujiro Ozu representó anteriormente. Tetsuihiro Tsuta, el guionista y director de La historia de Iya, sigue con

esa línea temática supuestamente libre de prejui-cios que trató Ozu en ambas películas. Pero su pro-tagonista, a su vez, demuestra con sus obligacio-nes sentimentales que el oya on está en la mayor parte de ocasiones dispuesto a presentarnos su vinculación con una especie de karma o proyecto invisible trascendentalista, el cual siempre obliga a captar la inquietud y las consecuencias de las rela-ciones familiares emocionales y vitales.

Los esquemas cíclicos de la naturaleza coinci-den con los ritmos de consciencia humanos, en los cuales quien está dispuesto a descubrir, descubre repeticiones asociativas con un fin. Como le ocurre a Haruna, cuando después de una catarsis por la muerte de su abuelo, mediante un juego onírico/imaginativo de repetición sobre el accidente de au-tomóvil cuando era bebé, se desliza por el hielo y la nieve, y como resultado, cae en la cuenta de que el espíritu de su abuelo (la esencia de su alma, no su reencarnación), se halla en Kudo, el universitario que decidió quedarse en Iya con el único objetivo y propósito –costase lo que costase, la indigencia por ejemplo–, de plantar unos rábanos o unas co-les, regarlas –daba igual la estación del año de la que se tratase–, o a pesar de todo lo que ocurriese o el tiempo que transcurriese.

Haruna, tras un viaje y un tiempo en Tokyo, tra-bajando en un laboratorio, decide volver a su me-dio, a su ámbito y hogar, para encontrarse de nuevo (toparse, quizás) con su abuelo personificado en Kudo (interpretado por Shima Ohnishi), ese tenaz hombre que contra todo pronóstico basado en las modas ecologistas y activistas medioambientales, había permanecido en Iya, sometido al dictado de

la naturaleza y convertido en una especie de hor-telano/ermitaño que –también sin darse cuenta– tuvo que esperar a Haruna, cultivando hortalizas en un pequeño campo abandonado que él mismo hizo suyo, para que ella se hallase espiritualmen-te, al mismo tiempo que Kudo, en una especie de epifanía de su abuelo. En se último encuentro se cruzan ambos representantes del legado y el deber de la montaña.

***

(1) Veamos como el Tao-Te-King de Lao-Tse –uno de los libros filosóficos y espirituales más relevantes de la sabiduría extremo-oriental– pue-de acercarse a algo semejante a una explicación de esta noción de vacuidad donde todo existe, en versos como este: “El Tao [la sabiduría, el camino, la conciencia, la Realidad, el Ser y el no Ser] está siempre inactivo / Pero no deja nada sin hacer.” Es necesario mencionar que el Uno es también los Múltiples, es decir que en la Unidad cabe la no dualidad o monismo, y la dualidad, entre otras visiones o dimensiones anidadas en una misma esfera llamada Uno. Para mayor información reco-miendo la lectura de los libros de Ken Wilber.

(2) Hay que tener presente que Japón vive su segunda apertura internacional culturalmente y político-estratégicamente, a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando se filman las dos pelícu-las mencionadas. La primera apertura es durante el siglo XIX en la que Japón se desvela como una vastísima tradición cultural centenaria, estricta-mente ceñida a la costumbre y al clasismo social.

The tale of Iya:el deber de la montañaEduardo Beltrán Jordá

Escritor

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Justo SernaCatedrático de Historia Contemporáneade la Universitat de València y Escritor

Uno. Jack Torrance y familia guardan el Overlook Hotel en la estación invernal. Esta ta-rea forma parte de un acuerdo

que les reportará estancia, manutención y estipendio.

Resulta un buen retiro, un lugar apartado entre escarpadas montañas. Idóneo para el escritor Torrance, que aspira a acabar su novela. Está atravesando una mala racha y ese trabajo le permitirá muchas horas li-bres, horas de recogimiento. Su esposa y su hijo serán sus perfectos acompañantes: discretos y respetuosos con el trabajo de papá.

No hay nadie más. Están solos en la alta montaña. El paraje es sublime y asfi-xiante: un bosque feraz con arbolado cen-tenario que sencillamente produce vértigo

al ser humano. Observando esos paisajes tan frondosos nos hacemos conscientes de nuestra insignificancia. La familia Torran-ce estará sola en sus tareas de custodia y vigilancia durante meses y meses. Sola..., con sus ecos, sus conversaciones escasas y entrecortadas, con sus malestares y fan-tasmas. Mejor dicho, los fantasmas de Jack: el pasado, la sequía creativa, la demencia, la soledad, las expectativas que una y otra vez incumple, el fracaso de la convivencia, la crisis de una madurez incompleta. Ay, es-tos varones adultos...

El escritor padece, sí, una sequía creati-va, un vacío que no puede colmar. Deambu-la por los corredores del establecimiento, sin parroquianos actuales con los que cru-zar palabra, con los que departir. Los pa-sillos del Overlook Hotel los distinguimos con un punto de vista subjetivo, con una

perspectiva que asfixia y con un enfoque que permite apreciar la luz cenital. Hay si-lencio y hay aparecidos, quizá visiones, ma-lestares causados por viejas sevicias, cruel-dades por las que nunca se pagó. Litros y litros de sangre que se desparraman ane-gando corredores y descansillos. La sangre de los vivos.

Cuando Jack Torrance se aturde con el alcohol o, incluso antes, mantiene conver-saciones etílicas con un barman obsequio-so que luce una brecha en el cráneo. Tam-bién tiene tratos con parroquianos de otros tiempos, gentes físicamente arruinadas que sobreviven como espectros. ¿Fantasmas de una imaginación perturbada? ¿Seres a los que se les infligió todo tipo de crueldades?

Torrance también tiene una brecha en el cráneo, una fractura invisible que no san-gra ni se coagula, una fisura por donde se le cuela un pasado violento que jamás vivió. O eso cree. Pasea, se detiene en el gran salón. Oye música, oye la charla remota e insus-tancial de los hospedados antiguos. Parece haber animación.

Pero... el Overlook Hotel no alberga a nadie. ¿Qué contrariedades anímicas pade-ce el escritor, el guardián? ¿O es que acaso Jack experimenta una regresión, un salto

temporal que le hace distinguir lo que pro-piamente no puede ver? De momento no hay respuesta.

Dos. ¿Por qué nos fascina tanto El resplandor (1980)? Cuando se estrenó, muchos críticos ci-nematográficos la vapulearon.

Sin embargo, Stanley Kubrick supo cons-truir la metáfora de nuestro tiempo a partir de una novela corriente de Stephen King. Recuerdo el rencor que yo sentía hacia los críticos que con soberbia desechaban este film. El tiempo la ha agigantado y la angus-tia de Torrance es nuestra angustia.

Una ubicación paradisíaca, un territo-rio propio y un lujo material no garantizan la creatividad y el éxito. Torrance espera triunfar, pero es un pobre diablo, un tipo que está solo, aislado. No es nada: le faltan relaciones y las pocas que tiene (su familia) están dañadas por espectros que regresan. De hecho, no está claro que sean espectros; como no está claro que Torrance perma-nezca en el presente. Es alguien que vive en una ensoñación. O en algo peor: en una pesadilla. Vive en su interior desolado.

El lugar tiene resonancias pretéritas, imágenes de otros tiempos de esplendor. El hotel es como un balneario concebido para

morir lujosamente. La vida allí no es vida. ¿Cuándo lo fue? Lo único que queda son vestigios de otra época de cuya certeza des-confiamos. El mundo no está allí. Aquello es un sitio perfecto que agosta el ánimo. En el jardín hay un laberinto óptimo, adecuado para perderse tontamente y para matarse con el frío y con la nieve.

Solo hay esperanza en el niño y en la ma-dre, que luchan con sensatez y con los pies en el suelo. En cambio, el varón, los varo-nes adultos somos, sí, muy decepcionantes. Piltrafas que se creen dueños del futuro, gentecilla que hace daño sin calcular los efectos de lo que se propone o promueve. Quizá debamos reeducarnos.

No se aíslen. No cavilen. Salgan al exterior.

CINE

JackTorrance

Prohibido asomarse al exterior

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SALUD

La quimera sonora de cinco empresarios valencianos gestó en el año 2012 un festival en la urbe; asentándose sobre unas premisas claras y concisas,

marcaron la diferencia en su primera edición, creando una marca singular que nos permitía disfrutar de la música en un enclave inmejorable. Quique Medina, uno de los directores del festival, explica las razones que llevaron a emprender el proyecto: "El festival surge porque como promotores de conciertos, y después de haber visitado muchos encuentros sonoros en España y en el extranjero, queríamos hacer un festival que no existía en nuestra ciudad. Un festival otoñal, indoor, urbano y de formato pequeño donde lo más importante fuera la música y el espectador".

El mismo año Valencia veía nacer La Rambleta. Un escenario que respondía a los requisitos demandados; la comodidad y una conveniente acústica. Quique nos expone las máximas del festival, poniendo de manifiesto que se trata de una propuesta artística diferenciada: "De hecho, reúne condiciones casi contrarias a lo que nos viene a la cabeza cuando pensamos en un festival al uso: cercanía, buen sonido, comodidad... No es claro el mejor festi de España, pero no hay otro igual."

Deleste Festival es el deleite a nivel gourmet de la música. Un cartel hilvanado con esmero que en cada edición nos ha traído propuestas musicales distantes de lo expuesto hasta la

saciedad en los macro-eventos festivaleros del panorama nacional (Low, Josh T. Pearson, The Pastels). Desde sus inicios han apostado por la música local, dando la oportunidad indispensable a grupos como Red Buffalo o Johnny B. Zero.

Quique desgrana parte del cartel de su quinta edición: "La apuesta de Quique González como cabeza de cartel es un paso más para seguir creciendo. Como siempre habrá estrenos de importantes discos en directo en la ciudad (Delorean o Bigott), bandas internacionales que formarán parte de festivales de gran tamaño (como Amber Arcades) y apuestas por bandas que quizá la gente no conozca y con las que van a alucinar (El lobo en tu puerta o Aullido Atómico)". Perlita, Los Vinagres y Holy Paul completan el cartel por el momento. Un repertorio artístico con nombres potentes aún por confirmar que dejará una edición memorable, confiesa.

La organización mantiene con honor su filosofía; un festival que crece con lógica y las limitaciones de su aforo pero que sigue en el empeño de disfrutar la música en directo con la calidad sonora como bandera. "En cuanto a esta edición, decir que la intención es volver

DelesteFestival

pitasoundprom.blogspot.com.es

“Ante el cáncer hay que buscar una solución compleja”

Le pedimos que nos defina qué es el cáncer. “Actualmente se considera al cáncer como un grupo de enfermedades donde cada una lleva su curso –nos comenta– y aunque todas se cataloguen como cáncer cada tumor concreto es un mundo aparte”. Esta complejidad precisamente le lleva afirmar, como también expone en su libro ‘Poder anticáncer’ que “si la misión es encontrar un remedio universal, la cura o la vacuna contra el cáncer yo estoy convencido de que si llega algún día será muy muy tarde o que no llegue a ocurrir porque, por definición, entiendo que ante un problema complejo como es el cáncer y el cáncer es un problema complejo no hay una solución simple hay que buscar una solución compleja y contemplar modelos multifactoriales”.

Serrano aboga por la necesidad de incluir la Medicina Integrativa en el sistema de salud español. “Lo ideal sería lo que ocurre en otros países como Estados Unidos, Alemania o Reino Unido en el que al lado de Oncología tienes un departamento de medicina no convencional”, asegura que “la gente demanda, tiene una necesidad de otro tipo de apoyo; de hecho, la Medicina Integrativa surge de la presión popular donde se vio que la gente se gastaba muchísimo dinero en asistencias no convencionales. Una persona con cáncer cuando busca un servicio no convencional no lo encuentra, y cuando le pregunta a su oncólogo éste, en el mejor de los casos, le desaconseja por desconocimiento que recurra a este tipo de prácticas”.

Cuando le preguntamos por la importancia de la prevención, no solo cree que si llevamos hábitos de vida saludables la gran mayoría de los tumores serían evitables sino que rompe con el mito popular de que el cáncer es una lotería o una cuestión de herencia. “Entre un 10 a un 15% del cáncer general se debe a motivos hereditarios y aun así ese porcentaje no es una sentencia a que lo tengas, el que ese porcentaje pase de sano a tumoral depende en última instancia a factores ambientales, son los que determinan que una alteración progrese y pase a un estado tumoral”. Apunta a que “donde se tendría que poner todo el foco es en la prevención, que es uno de los modos de evitar la enfermedad, donde tenemos el problema es en la prevención primaria, es decir, en las causas que causan el cáncer es ahí donde realmente está el problema”.

Dos elementos clave a la hora de hablar del control del cáncer ¿son las calorías y el ejercicio físico? “Correcto. Está comprobada la relación entre la obesidad y una mayor incidencia de ciertos tipos de cáncer. Y está comprobado también por los científicos que la realización de ejercicio físico permite unas mejores condiciones de no solo para prevenir el cáncer sino para prevenir otro tipo de patologías, y lo que es más importante: la gente que hace ejercicio físico habiendo contraído un cáncer tiene menos posibilidades de recaer”.

a vender todos los abonos. Eso sí, queremos seguir aumentando la diversidad de nuestra audiencia tanto por edad, romper con el tópico de que los festis son solo para gente joven (queremos que convivan y disfruten de la música padres, hijos…) como por estilo (para nosotros todo es rock, buena música en directo)."

MÚSICA

Foto: Susana Godoy

Juan Serrano:A la hora de escribir sobre el cáncer somos conscientes de que el mero hecho de nombrar esta palabra ya impone cierto respeto. Con las estadísticas en la mano,

hay que lamentar que siga siendo la segunda causa de mortalidad en nuestro país tras las patologías cardiovasculares. Para hablar de cáncer entrevistamos a Juan Serrano (Puerto de Sagunto, Valencia. 1966). Biólogo, especialista en Bioquímica y Biología Molecular, inició su carrera profesional en el Instituto Valenciano de Oncología focalizando su trayectoria profesional y personal en el ámbito de la Medicina Integrativa que define como: “La combinación de los métodos convencionales con aquellos métodos no convencionales bajo parámetros de seguridad y de eficacia que se fundamenta básicamente en una buena comunicación o relación entre médico y paciente y donde se tengan en cuenta la dimensionalidad del ser humano en su parte física o biológica, en la dimensión emocional y en la dimensión esencial o trascendente”.

María CarbonellRedactora Musical

Fotografía cedida por Juan Serrano.

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22 Los ojos de Hipatia

VIAJES

Núria CastanyPeriodista afincada en Berlín

Un señor le pregunta a un niño nacido en la localidad de Bergen, (Noruega) si es verdad que allí siempre llueve. A lo que

el niño contesta: -“No lo sé, sólo tengo 12 años.”

Este pseudo chiste popular noruego describe perfectamente la realidad cotidiana de una de las ciudades más lluviosas del mundo. Pero Bergen no es sólo lluvia y cielos encapotados. Es la puer-ta de entrada a los fiordos, tierra de trolls, cuna del black metal, es también la ciudad portuaria más importante de Noruega, y a pesar de las con-trariedades de la climatología, una ciudad activa y colorida, que no se amedranta antes las adver-sidades del tiempo. ¿Qué llueve más de 200 días al año? Pues ponemos máquinas expendedoras de paraguas en las calles. Y además abrimos tiendas en las que repararlos cuando se rompan. Así es como los habitantes de Bergen afrontan las adversidades, al menos las climatológicas!

En la actualidad las máquinas expendedoras han desaparecido de las calles, pero todavía existen tiendas de artesanos que reparan y venden para-guas. Los habitantes de Bergen se sienten, por lo general, muy orgullosos de sus orígenes y de su dialecto, presumen de vivir en el área más mo-derna y multicultural de toda Noruega.

La ciudad está rodeada por siete colinas, la más conocida y visitada es el Floyen, ubicada en el mismo centro y a la que se puede acceder en fu-nicular o bien dando un paseo. La naturaleza y la acogedora arquitectura de las casas de planta baja, le dan una atmosfera de perfecta armonía y belleza. Los primeros edificios construidos en

Bergen fueron el conjunto de casas conocidas como Bryggen (embarcadero) donde vivieron los comerciantes de la Liga Hanseática durante la Edad Media. Hoy, es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y lugar de visita obligada para el viajero. Al otro lado del Bryggen se encuentra el Fiske Torget o mercado del pes-cado. Este lugar en sus inicios fue el reflejo de la austeridad Noruega, de la lucha diaria de los pe-queños comerciantes por sobrevivir. Poco queda de todo aquello, más allá del pasado familiar hu-milde de sus propietarios. Los vendedores ya no son los mismos pescadores, sino jóvenes de na-cionalidades diversas que se desplazan a Bergen para trabajar entre los meses que van de abril a septiembre. En verano, cruceros de todo el mun-do, mochileros, personajes famosos o periodistas a la caza de un buen reportaje, convergen en el Fiske Torget, haciendo de este lugar uno de los más entretenidos y vivos de la ciudad.

Con tan sólo 275.000 habitantes, Bergen tiene su propia ópera y teatro. Es también ciudad uni-versitaria, y de acogida de numerosos festivales y eventos culturales a lo largo de todo el año. Qui-zás sea uno de los pocos lugares en el que natu-raleza y asfalto ofrecen una perfecta simbiosis capaz de encandilar tanto a los más urbanitas como a los amantes de la naturaleza más pura.

naturaleza urbana

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