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III. ETICIDADES E INSTITUCIONES POLITICAS EN COLOMBIA Introducción Ha quedado daro a lo largo del documento que la Cons- titución de 1991 supuso una ruptura histórica respecto a la estructura confesional, homogenizante y rígida de la carta de 1886. El reconocimiento de la sociedad colombiana como multicultural y pluriétnica abrió el camino para que minorías tradicionalmente excluidas pudieran ingresar en el agora de construcción del país. Sin embargo, como tam- bién tuvo oportunidad de verse, se trató de una apertura controlada del sistema político que omitió la participación de amplios sectores de la sociedad y de algunos de los ac- tores del conflicto armado. Del mismo modo, ofreció una participación marginal a las minorías indígenas, cristianas y ex guerrilleras en la toma de decisiones, al dirimirse en tér- minos de la lógica mayoritaria de las élites partidistas. En esta medida, la pregunta acerca de los niveles de representatividad del texto constitucional frente a la diversi- dad de formas de vida del país (eticidades) resulta imperati- va. Con el presente acápite se retoma la discusión de las eticidades vista en la primera parte de la investigación y se relaciona con las instituciones políticas, para mostrar cómo un proceso constituyente que busque representar la cons- trucción de un consenso nacional de carácter pluricultural necesita de la inclusión de los discursos y las reivindicacio- nes mínimas de todos los grupos que se encuentran dentro del territorio. De lo contrario, se propicia un desencuentro entre eticidades e instituciones que deviene crisis de legiti- midad del sistema político. Para desarrollar la hipótesis anterior, el presente capítu- lo se estructura en dos partes. En la primera nos acercamos a las eticidades colombianas, caracterizando brevemente a los principales actores sociales ( I . I), políticos (1.2) y arma- dos (1.3) que ocupaban la escena nacional en la coyuntura de cambio constitucional de 1991. Sin pretender esencializar a los diferentes grupos y movimientos, buscamos familiari- zar al lector con las ideas, reivindicaciones y dinámicas más relevantes de cada uno. Vale aclarar que la escogencia de los actores se hizo en virtud de su nivel de organización y representatividad. De ahí que se escapen algunos colecti- vos de difícil aprehensión por su actividad dispersa o discontinua. En un segundo punto, analizamos la relación entre eticidades e instituciones a partir de una triple caracteriza- ción: los dilemas del consenso en una sociedad fragmenta- da (2.1); las promesas incumplidas de la Constitución (2.2.) y el desencuentro entre instituciones y eticidades (2.3). Reconocer los puntos frágiles de las instituciones políti- cas frente a las eticidades, se hace en función de aprove- char la ventaja que brindan los intercambios plurales para la consolidación de la democracia. En el marco de un modelo normativo de democracia consensual, el concepto de eticidad pretende dejar sentada la discusión entre las parti- cularidades propias de un grupo y un consenso político uni- versal entre varios grupos 137 . En este contexto, nuestra mención de las eticidades sustantivas, quiere mostrar las virtudes de su reconocimiento, más no la superioridad ontológica de alguna de ellas. En sentido contrario, aposta- mos a una idea liberal con un correctivo comunitahsta: la construcción de una eticidad democrática y deliberativa de tipo formal que sirva de sustrato para el reencuentro entre el pueblo y el Estado. Véase al respecto a RAWLS, John, Liberalismo Político. México: FCE, 1995 y MEJIA Quintana, Oscar, Justicia y Democracia consensual: La teoría neocontractualista de John Rawls, Bogotá: Siglo del Hombre, Uniandes, 1998. Elites, Eticidades y Constitución en Colombia 5 I

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III. ETICIDADES E INSTITUCIONES POLITICAS EN COLOMBIA

Introducción

Ha quedado daro a lo largo del documento que la Cons­titución de 1991 supuso una ruptura histórica respecto a la estructura confesional, homogenizante y rígida de la carta de 1886. El reconocimiento de la sociedad colombiana como multicultural y pluriétnica abrió el camino para que minorías tradicionalmente excluidas pudieran ingresar en el agora de construcción del país. Sin embargo, como tam­bién tuvo oportunidad de verse, se trató de una apertura controlada del sistema político que omitió la participación de amplios sectores de la sociedad y de algunos de los ac­tores del conflicto armado. Del mismo modo, ofreció una participación marginal a las minorías indígenas, cristianas y ex guerrilleras en la toma de decisiones, al dirimirse en tér­minos de la lógica mayoritaria de las élites partidistas.

En esta medida, la pregunta acerca de los niveles de representatividad del texto constitucional frente a la diversi­dad de formas de vida del país (eticidades) resulta imperati­va. Con el presente acápite se retoma la discusión de las eticidades vista en la primera parte de la investigación y se relaciona con las instituciones políticas, para mostrar cómo un proceso constituyente que busque representar la cons­trucción de un consenso nacional de carácter pluricultural necesita de la inclusión de los discursos y las reivindicacio­nes mínimas de todos los grupos que se encuentran dentro del territorio. De lo contrario, se propicia un desencuentro entre eticidades e instituciones que deviene crisis de legiti­midad del sistema político.

Para desarrollar la hipótesis anterior, el presente capítu­lo se estructura en dos partes. En la primera nos acercamos a las eticidades colombianas, caracterizando brevemente a

los principales actores sociales ( I . I), políticos (1.2) y arma­dos (1.3) que ocupaban la escena nacional en la coyuntura de cambio constitucional de 1991. Sin pretender esencializar a los diferentes grupos y movimientos, buscamos familiari­zar al lector con las ideas, reivindicaciones y dinámicas más relevantes de cada uno. Vale aclarar que la escogencia de los actores se hizo en virtud de su nivel de organización y representatividad. De ahí que se escapen algunos colecti­vos de difícil aprehensión por su actividad dispersa o discontinua.

En un segundo punto, analizamos la relación entre eticidades e instituciones a partir de una triple caracteriza­ción: los dilemas del consenso en una sociedad fragmenta­da (2.1); las promesas incumplidas de la Constitución (2.2.) y el desencuentro entre instituciones y eticidades (2.3).

Reconocer los puntos frágiles de las instituciones políti­cas frente a las eticidades, se hace en función de aprove­char la ventaja que brindan los intercambios plurales para la consolidación de la democracia. En el marco de un modelo normativo de democracia consensual, el concepto de eticidad pretende dejar sentada la discusión entre las parti­cularidades propias de un grupo y un consenso político uni­versal entre varios grupos 1 3 7 . En este contexto, nuestra mención de las eticidades sustantivas, quiere mostrar las virtudes de su reconocimiento, más no la superioridad ontológica de alguna de ellas. En sentido contrario, aposta­mos a una idea liberal con un correctivo comunitahsta: la construcción de una eticidad democrática y deliberativa de tipo formal que sirva de sustrato para el reencuentro entre el pueblo y el Estado.

V é a s e al r e s p e c t o a R A W L S , J o h n , Liberalismo Político. M é x i c o : FCE , 1 9 9 5 y MEJ IA Q u i n t a n a , O s c a r , Justicia y Democracia consensual: La teoría neocontractualista de John Rawls, Bogo tá : S ig lo d e l H o m b r e , U n i a n d e s , 1 9 9 8 .

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia 5 I

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1. Cartografía de las eticidades colombianas

Como veíamos en el primer capítulo, hablar de eticidad es referirse a la unidad dialéctica de la moralidad con la socialidad; de la persona, el particular, con la comunidad, lo general; del interior, la asunción íntima y personal de nor­mas, con el exterior, las regulaciones y valores que estable­ce la comunidad; del proceso de individuación, por el que la persona se conforma como un ser único e irrepetible, con la identidad del colectivo, que implica reconocimiento de valores compartidos y normas legítimas. Desde esta perspectiva, el término éthos adquiere un nuevo significa­do por cuanto nos remite a los valores y a la dignidad hu­mana, y la eticidad queda definida como esfuerzo de realización de valores y de dignificación.

Una forma de aprehender los valores y reivindicaciones de las formas de vida presentes en el territorio nacional, es a partir del estudio de los principales actores sociales, políti­cos y armados. En efecto, los actores que comparten una eticidad, se presentan ante los otros como miembros de un sector social - cultural y/o político, con una visión del mundo, del espacio y del t iempo, una concepción de lo correcto e incorrecto y una serie de tradiciones y mitos que respaldan un pasado común y un proyecto a futuro.

El estudiante, la mujer, el obrero, el comerciante, el sin­dicalista, el campesino, el indígena, el guerrillero, el militar, cada persona en su papel social y cultural observa una his­toria, un país que desde su concepción se hace distinto, pero, que desde una mirada objetiva es el mismo. Son muy diversas las circunstancias en las que los actores sociales se mueven. Sus contextos propios le dan el toque particular a sus múltiples expresiones, matizando a la vez los discursos, el activismo y la capacidad de interlocución con otras eticidades. Muy a grandes rasgos, esto nos muestra la flui­dez de situaciones, actores e intereses con los que topa­mos cuando realizamos un estudio político del consenso en Colombia.

En este sentido, vale decir que no existen etiddades más importantes que otras. Cada una de ellas reviste procesos propios que le dan las características necesarias para conser­varse y autoreproducirse. Sin embargo, por motivos metodológicos, se estudian dentro del presente capítulo aque­llas eticidades que, respondiendo a esas histonas, tradiciones o costumbres particulares, han buscado incidir en las decisio­nes públicas y en la formulación de políticas a través de cana­les de participación, sean estos formales o informales.

1.1 Actores sociales

7.7.7 Afrocolombianos

' La población afrocolombiana e indígena en Colombia ha sido históricamente desconocida, simplificada y subor­dinada por una cultura procedente de una organización social tradicional. Esto ha permitido que la diferencia étnica observe la preponderancia racial blanca, amparada por un proyecto de nación que promueve la homogeneidad judeocristiana e hispano parlante, así como la hegemonía del centro y algunos satélites regionales privilegiados l 3 8 . Todo ello, dentro de un marco en el que se integran: la producción agrícola hacendataria, un sistema de gobierno patriarcal, agudas dificultades y diferencias socioeconómicas y el conflicto armado.

Frente a este panorama, las comunidades negras han optado por conformar diferentes movimientos de resis­tencia a través de los cuales reivindican, de forma particu­lar, la solución de sus problemas. Entre ellos, el proceso de colonización y el reclamo de baldíos, la autonomía de sus expresiones culturales y la gestión de procesos de re­conocimiento identitario, la migración hacia los centros urbanos 1 3 9 y la organización laboral.

El o r d e n d e r i v a d o d e la Cons t i tuc ión d e 1 8 8 6 , v i g e n t e e n C o l o m b i a has ta 1 9 9 1 , se f u n d a b a e n la p r e p o n d e r a n c i a pol ít ico-administrat iva d e la cap i t a l y suponía la u n i d a d n a c i o n a l e n e l c r e d o cató l ico , i m p l i ­c a n d o u n a jerarquizac ión soc ia l y r e g i o n a l d e a c u e r d o a la cua l la a c ­c ión d e l E s t a d o se o r i e n t a b a a d e p a r t a m e n t o s , a c t i v i d a d e s p r o d u c t i ­vas y g r u p o s soc i a l es p r i v i l e g i a d o s . V é a s e C O R R E D O R , C o n s u e l o , " C o l o m b i a : U n m o d e l o l i be ra l p a r a u n a mode rn i za c i ón s in m o d e r n i ­d a d " , e n Los límites de la modernización, Bogo tá : C I N E P - U n i v e r ­s i dad N a c i o n a l d e C o l o m b i a , 1 9 9 7 .

" S e g ú n a lgunas i n t e r p r e t a c i o n e s , e n e l ú l t imo c e n s o n a c i o n a l d e 1 9 9 3 a p r o x i m a d a m e n t e e l 3 0 % d e la pob lac ión n a c i o n a l t o t a l d e 3 4 m i l l o ­nes d e h a b i t a n t e s se r e c o n o c e c o m o p e r t e n e c i e n t e a la e t n i a n e g r a . D e e s t e t o t a l , u n n ú m e r o m u c h o más r e d u c i d o c o r r e s p o n d e a c o ­m u n i d a d e s n e g r a s , es dec i r , l o c a l i d a d e s m a y o r m e n t e n e g r a s e n las q u e están v i g e n t e s práct icas c u l t u r a l e s y r e l a c i o n e s soc i a l es c a r a c t e ­rísticas d e e s t e g r u p o é tn i co . Estas c o m u n i d a d e s se a s i e n t a n p r i n c i ­p a l m e n t e e n e l Pacíf ico, e n u n n ú m e r o a p r o x i m a d o d e 8 0 0 . 0 0 0 p e r ­s o n a s ; d e e l las , la m i t a d e n a s e n t a m i e n t o s se lvát icos r i b e r e ñ o s o c o s t e r o s y la o t r a m i t a d e n c a b e c e r a s m u n i c i p a l e s , m a y o r m e n t e e n B u e n a v e n t u r a , Q u i b d ó y T u m a c o . H a y unas ' c ien m i l p e r s o n a s e n c o m u n i d a d e s n e g r a s e n la reg ión atlántica o ca r ibeña . H a y g r a n d e s

C U A D E R N O S D E C I E N C I A P 0 1 Í I I C A

Leandro
Oval
afrocolombianos
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La recurrencia a estos movimientos se remonta a ia colonia española cuando la reacción contra la subordina­ción racial se verificaba mediante las fugas de esclavos, las cuales generalmente conducían a territorios inhóspitos en donde se establecían y organizaban comunidades agrícolas autónomas. Posterior a ello, participaron en forma nutrida en el proceso independentista conformando cuerpos de tropa. Desde entonces han adelantado distintos procesos de negociación frente a las élites y poderes locales, generándose así varios escenarios de acción y desarrollo. 1 4 0

En los últimos años, nuevas dinámicas han determinado la praxis sociopolítica de la población afrocolombiana. De un lado, se le identifica como una de las más proclives al desplazamiento, fruto del conflicto armado y las difíciles con­diciones de vida. De otro lado, su acceso a la educación superior desde los años setenta, ha configurado un nuevo discurso sobre su reivindicación cultural y su reconocimien­t o ciudadano, especialmente impulsado por su participa­ción en diversas actividades publicas. Todo ello ha permitido la conformación de diferentes instituciones, especialmente ONG's, encargadas de salvaguardar su identidad y p romo­ver sus intereses, las cuales, paradójicamente, han tenido la capacidad para establecer nexos internacionales pero re­sultan limitadas frente a la articulación regional y nacional. 1 4 1

Otra debilidad de estas instituciones se ve ilustrada en lo acaecido en el Chocó en los años ochenta, cuando campe­sinos y pescadores negros confrontan a compañías

c a n t i d a d e s d e pob l a c i ón n e g r a e n b a r r i a d a s d e i n m i g r a n t e s n e g r o s e n C a l i , C a r t a g e n a , Bogo tá , Mede l l í n , B a r r a n q u i l l a , y o t r a s c i u d a d e s c o ­l o m b i a n a s . El s e c t o r d e A g u a b l a n c a e n C a l i , c o n unas 2 0 0 . 0 0 0 p e r s o ­nas n e g r a s o r i u n d a s m a y o r m e n t e d e l pacíf ico s u r c o l o m b i a n o , e s la m a y o r c o n c e n t r a c i ó n u r b a n a d e pob lac ión n e g r a e n C o l o m b i a ; o t r a s 1 0 0 . 0 0 0 p e r s o n a s n e g r a s v i v e n e n o t r o s b a r r i o s d e C a l i . " P A R D O . M a u r i c i o , " E s c e n a r i o s o r g a n i z a t i v o s e in ic ia t i vas i n s t i t u c i o n a l e s e n t o r ­n o al m o v i m i e n t o n e g r o e n C o l o m b i a " , e n A R C H I L A , M a u r i c i o , y P A R D O G u e r r e r o , ( e d s . ) , Movimientos Sociales, Estado y Demo­cracia en Colombia, B o g o t á : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l d e C o l o m b i a -I n s t i t u t o C o l o m b i a n o d e An t ropo log í a e H i s t o r i a , 2 0 0 1 , p p . 3 3 7 - 3 3 8 . A l r e s p e c t o V é a s e t a m b i é n BARBARY , O l i v e r , " A f r o c o l o m b i a n o s e n C a l i : ¿ cuántos s o n , d ó n d e v i v e n , d e d o n d e v i e n e n ? " , p o n e n c i a p r e ­s e n t a d a e n e l s e m i n a r i o i n t e r n a c i o n a l Identidades Identidades y Mo­vilidades en el Pacífico Colombiano, C a l i : U n i v e r s i d a d d e l Va l le -O R S T O M . I 9 9 8 .

Si b i e n la c o n s i g n a B o l i v a r i a n a incluía la l i b e r t a d p a r a l o s e s c l a vos , r a ­z ó n q u e mot i va r í a n u t r i d o s a l i n e a m i e n t o s , s u apl icación e s t u v o m e ­d i a d a e n t r e o t r a s cosas p o r i n f o r m e s a c u e r d o s c e l e b r a d o s e n t r e l o s l íderes i n d e p e n d e n t i s t a s y l o s p o d e r e s l o c a l e s , p o r múlt ip les f o r m a s d e v i o l a r las r e f o r m a s y u n a c rón ica a u s e n c i a es ta ta l e n n u m e r o s a s r e g i o n e s .

V é a s e P A R D O , M a u r i c i o , " E s c e n a r i o s o r g a n i z a t i v o s e i n i c i a t i v a s i n s t i t u c i o n a l e s e n t o r n o al m o v i m i e n t o n e g r o e n C o l o m b i a " , Op. Cit, p p . 3 2 1 - 3 4 5 .

madereras. En aquel momento se reclamaba el respeto a derechos territoriales, la preservación de recursos natura­les y el establecimiento de un gobierno autonómico. De allí surgieron organizaciones capaces de aglutinar a las comuni­dades, fomentando la integración en unidades y promo­viendo la delegación de representantes zonales. Si bien su intención original respondía a una serie de intereses comu­nitarios, su acción terminó por subordinarse al contexto político regional caracterizado por redes clientelares bipartidistas. Esto condujo a que se supeditaran los temas a los intereses particulares de los líderes locales, quienes pre­tenden su inclusión en las élites dominantes antes que la integración de un movimiento autóctono.142

Diferente es la situación del archipiélago de San An­drés y Providencia. Su problemática se origina por su des­tinación casi exclusiva a la actividad económica del turismo. Ello ha generado una concentración excesiva en la aten­ción del visitante continental, con el consecuente descui­do de las necesidades propias de la población negra nativa 1 4 3, referentes al control del espacio territorial, polí­tico y cultural. Esta situación ha llevado a recurrentes pro ­testas y paros, así como a una búsqueda permanente de negociaciones con el gobierno nacional 1 4 4. N o obstante, estas actuaciones se han limitado a la exigencia de reivin­dicaciones puramente locales, careciendo así de proyec­ción y coordinación con las demás manifestaciones y exigencias afrocolombianas 1 4 5.

Esta condición de desarticulación histórica, parecía te ­ner una oportunidad de superación gracias al movimiento de reforma constitucional de 1991. El carácter pluralista de su llamado, ofrecía una ocasión propicia para aglutinar las demandas. Sin embargo, lo heterogéneo de las ideo-

1 4 2 La integración d e ta les o r g a n i z a c i o n e s só lo se e n t i e n d e t e n i e n d o e n c u e n t a e l r e f e r e n t e ya i m p l i c a d o p o r los indígenas d e la reg ión c o n la O R E W A ( 1 9 8 0 ) e n t o r n o al r e c l a m o p o r e l e f e c t i v o r e c o n o c i m i e n t o d e la d i f e r e n c i a c u l t u r a l m e d i a n t e e l g o b i e r n o a u t o n ó m i c o , e l c o n t r o l d e t e r r i t o r i o s y r e c u r s o s n a t u r a l e s . E n t r e las a g r u p a c i o n e s n e g r a s más i n f l u y e n t e s d e l C h o c ó se c u e n t a la Asoc i a c i ón C a m p e s i n a I n t e g r a l d e l A t r a t o ( A C I A ) . V é a s e W A D E . Peter , " T h e c u l t u r a l p o l i t i c s o f b l a ckness i n C o l o m b i a " , e n American Ethnologist, ( 1 9 9 6 ) , V o l 2 2 - N o . 2, p p . 3 4 1 - 3 5 7 . V é a s e V I L L A , W i l l i a m , " M o v i m i e n t o s o c i a l d e c o m u n i d a ­d e s n e g r a s e n e l pacífico c o l o m b i a n o : la cons t ru c c i ón d e u n a noc ión d e t e r r i t o r i o y reg ión" , e n M A Y A . A . , ( C o o r d i n a d o r ) , Geografía Hu­mana de Colombia: Los Afrocolombianos. T o m o V I . B o g o t á : I C C H . 1 9 9 8 .

1 4 3 D e ca rac te res ang lopar l an tes , allí e s tab lec idos d e s d e hace ya t r e s siglos.

I 4 ' ! E l lo i n c l u s o se ha a r t i c u l a d o , t o m a n d o la f o r m a d e p r o y e c t o d e Ley, e n l o q u e se ha c o n o c i d o c o m o el Estatuto Raizal.

1 4 5 V é a s e P A R D O , M a u r i c i o . . O p . O t . , p p . 3 2 1 - 3 4 5 .

Elites. Eticidades y Constitución en Colombia

Leandro
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logias que orientaban a los movimientos, su disímil orga­nización y la distinta adscripción de sus miembros a con­textos políticos regionales, condujo a que se frustrara la misma elección de cand idatos oficiales de los afrocolombianos a la constituyente 1 4 6.

El delineamiento de un esquema reivindicativo conse­cuente con la especificidad sociocultural, política y econó­mica de las negritudes colombianas no ha logrado entonces unificarse bajo un programa común. Su consideración como eticidad implica comprender un conjunto de recla­mos regional mente particularizados en torno al cese de las distintas formas de discriminación racial; la defensa y proyección de sus expresiones autóctonas, culturales y artísticas; el establecimiento y reconocimiento de un go ­bierno autónomo sobre territorios y recursos naturales y el obligatorio consenso social sobre el respeto y la defen­sa de la identidad étnico - cultural afrocolombiana, que garantice su capacidad de acción sociopolítica147.

1.1.2 Indígenas.

Por su parte los indígenas colombianos, muy a pesar de las adversas condiciones a que se han visto sometidos, han logrando superar la especificidad de sus culturas, la singularidad de sus problemáticas y lo regional de sus re­clamos, alcanzando una concepción básica y general de vida ideal, la cual a su vez les ha servido como programa organizativo - reivindicatorío, al trascender como forma de acción política nacional con la consecuente socializa­ción de sus propuestas y la interlocución con otros secto­res. Esto les ha permitido, el identificar problemas políticos y económicos estructurales, frente a los cuales han pro ­puesto reformas concretas y han ejecutado diversas for­mas de resistencia que incluyen: el reclamo jurídico ante el Estado, la búsqueda de respaldo internacional a sus cau­sas, la movilización y resistencia pacifica y la apelación a la insurgencia armada.

1 4 6 í d e m .

1 4 7 V é a s e P A R D O , M a u r i c i o , O p . G f c , p p . 3 2 1 - 3 4 5 ; V é a s e A G U D E L O , C a r l o s E f r én , "Polít ica y organ izac ión d e p o b l a c i o n e s n e g r a s e n C o ­l o m b i a " , p o n e n c i a p r e s e n t a d a e n e l s e m i n a r i o i n t e r n a c i o n a l Identida­des y Movilidades en el Pacífico Colombiano, C a l i : U n i v e r s i d a d d e l Va l le - O R S T O M , 1 9 9 8 .

Si bien la movilización y oposición indígena ante las condiciones excluyentes, remite a la misma resistencia a la colonia española, será solo hasta la década de los seten­tas cuando se pondrá de manifiesto la necesidad de arti­cular una actuación comunitaria reivindicatoría. Es así como en 1971 se forma la primera organización indígena regio­nal, el Consejo Indígena del Cauca (CRIC) 1 4 8 . Posterior­mente, en 1974, con el impulso de la secretaría de asuntos indígenas de la ANUC , se celebrará un primer encuentro nacional indígena. Esta fue la primera vez en que se exigía una autonomía en la praxis sociopolítica, consecuente con su especificidad étnica.

Ya en octubre de 1980, la emergencia de numerosas organizaciones locales 1 4 9 impulsa la realización de un en­cuentro en el que se designa una comisión coordinadora

V é a s e " C R I C d i e z a ñ o s d e l u c h a , h i s t o r i a y d o c u m e n t o s " , e n Contro­versia ( Bogo t á : C I N E R 1 9 8 1 ) , N o s . 9 1 - 9 2 .

D e s d e 1 9 7 1 , t r a s la con fo rmac ión d e la C R I C , surgirán n u m e r o s a s o r g a n i z a c i o n e s s i g u i e n d o s i m i l a r e s m o d e l o s d e integración d e c o n s e ­j o s r e g i o n a l e s , e n t r e ellas U N U M A ó trabajo común, d e los L l a nos O r i e n t a l e s , e n 1 9 7 2 ; El C o n s e j o Reg iona l Indígena d e l V a u p c s (CR IVA ) , e n 1 9 7 3 ; e l C o n s e j o Indígena A r h u a c o , e n 1 9 7 4 ; e l C o n s e j o R e g i o ­nal Indígena d e l T o l i m a ( C R I T ) , e n 1 9 7 5 ; la U n i ó n Indígena Guainía-V i c h a d a ( U N I G U V I ) , e n 1 9 7 7 ; la U n i ó n d e Indígenas C ú b e o s ( U D I C ) ; la U n i ó n Indígena d e l Q u e r a r í ( U N I Q ) ; U n i d a d Indígena d e l Papurí ( U N I P ) ; U N I P A ( W a y a , N a r ñ o ) ; W a y a W a y u u ( M a n a u r e , G u a j i r a ) ; C a b i l d o M a y o r d e S o c o r p a ( Yucos , C é s a r ) ; C a b i l d o Epe ra r-S i apada ra ( E m b e r a ) ; C a b i l d o M a y o r San A n d r é s S o t a v e n t o ( C ó r d o b a ) ; L u c h a , Organ izac ión Indígena U h o - T h u j a ( P i a roa , V i c h a d a ) ; Asoc iac ión Bar i-Mot i l ón ( N o r t e d e S a n t a n d e r ) ; Asoc iac ión d e C a b i l d o s y A u t o r i d a d e s T r a d i c i o n a l e s U ' w a ; C o n s e j o Ind ígena d e l A m a z o n a s ( C O I D A M ) ; C o n s e j o Indígena T r a p e c i o A m a z ó n i c o ( C I M T R A ) ; C o n s e j o R e g i o n a l Indígena d e l V i c h a d a ( C R I V I ) ; C o n s e j o R e g i o n a l Indígena d e C a l d a s ( C R I D E C ) ; C o n s e j o Reg iona l Ind ígena d e R i sa ra lda ( C R I R ) ; C o n s e j o R e g i o n a l Indígena d e O r t e g u a z a M e d i o ( C R I O M ) ; C o n s e j o Reg iona l Ind ígena d e l Gua in í a ( C R I G U A I ) ; C o n s e j o R e g i o n a l Ind ígena d e l G u a v i a r e ( C R I G U A I I ) ; C o n s e j o R e g i o n a l Indígena d e l M e d i o A m a ­z o n a s ( C R I M A ) ; C o n s e j o Reg iona l Indígena d e A r a u c a ( C R I A ) ; C o n ­federac ión Indígena T a y r o n a ( S i e r r a N e v a d a d e Santa M a r t a , C I T ) ; Organ izac ión R e s g u a r d o Indígena S ikuan i d e l T u p a r r o ( O R I S T ) ; O r ­ganización I n g a n o S u r c o l o m b i a n o ( O R I N S U C ) ; O rgan izac ión Ind íge ­na d e l T iqu ié ( O R I T ) ; O rgan izac ión Indígena B i n a c i o n a l d e l o s ríos Q u e r a r í y Vaupés ; Organ izac ión Indígena M u r u i ( A m a z o n a s ) ; O r g a n i ­zac ión Z o n a l Indígena d e P u e r t o Alegría ( O C I P A ) ; Organ izac ión Z o n a l Indígena W a y u u d e l su r d e la G u a j i r a ( O Z I W A S U G ) ; O rgan izac ión Indígena la P e d r e r a y Mirití ( O Z I P E M A , A m a z o n a s ) ; O rgan izac ión R e g i o n a l Indígena d e l C e n t r o d e l V i c h a d a ( O R I C E V I ) ; O rgan izac ión Reg iona l Indígena E m b e r á d e la C o s t a Pacífica ( O R I E C O P ) ; O r g a n i ­z a c i ó n R e g i o n a l W u i t o t o d e C a q u e t á , A m a z o n a s y P u t u m a y o ( O R W C A P U ) ; O rgan izac ión R e g i o n a l Indígena d e l Va l le d e l C a u c a ( O R I V A C ) ; Organ izac ión R e g i o n a l Indígena d e l C a s a n a r e ( O R I C ) ; O r ­ganización Z o n a l Indígena d e l P u t u m a y o ( O Z I P ) ; O rgan izac ión Re ­g i o n a l Indígena E m b e r á - W o u n a n a ( O R E W A . C h o c ó ) ; y la O r g a n i z a ­c ión Indígena d e Ant ioquía ( O I A ) . V d . " La organ izac ión : e l c o r a z ó n d e la l u c h a " , e n Utopías: Movimientos sociales en la historia de

C U A D E R N O S D t C I E N C I A P 0 L i I 1 C A

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indigenas
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encargada de planear un primer congreso nacional. Este habría de celebrarse en 1982 1 5 0 , logrando el abordaje de diversas problemáticas sobre tierra y colonos, educación, cultura y religión, legislación indígena, organizaciones eco­nómicas y luchas populares. Allí se constituye la Organiza­ción Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y se definen los nueve puntos de su programa: I ) Defensa de la auto­nomía. 2) Recuperación y defensa de los territorios nati­vos y la propiedad colectiva de los resguardos. 3) Control de los recursos naturales allí situados. 4) Impulso a las or­ganizaciones económicas comunitarias. 5) Defensa de la historia, cultura y tradiciones autóctonas. 6) Educación controlada por las autoridades indígenas. 7) Reivindica­ción y proyección de la medicina nativa, e inclusión en programas de salud acordes con las características socioculturales comunitarias. 8) Aplicación de las disposi­ciones legales favorables a los indígenas; y 9) Solidaridad con las luchas de todos los explotados y opr imidos. 1 5 1

La acción indígena coordinada permitirá la consecu­ción de numerosos logros, siendo los más significativos: frenar la proyección de un indigenismo corporativista pro ­movido por la administración de Turbay Ayala, al com­prometer al presidente sucesor Belisario Betancourt, a concertar los lincamientos de una política alternativa. En 1986 se celebra el segundo congreso nacional gracias al cual, el gobierno de Virgilio Barco, en 1998 reconoce 5 millones de hectáreas del Putumayo como resguardo in­dígena y 500 mil mas c o m o parque natural, favorecien­do directamente a los pueblos Muiname, Wu i to to y Murui. Así mismo, entrega otras 500 mil hectáreas al resguardo Yaigogé, sobre el río Apaporis.

Estos avances llevarán a que la O N I C alcance una curul dentro de la Asamblea Constituyente de 1991 gra­cias a la elección de Francisco Rojas Birry. Así mismo, la

Colombia, ( B o g o t á , A g o s t o d e 1 9 9 9 ) , Págs. 2 6 - 3 2 . A l m i s m o t i e m p o t o m a n f u e r z a d i s t i n t o s p r o c e s o s l o ca l e s e n l o s q u e las p rob lemát i cas indígenas, p r i n c i p a l m e n t e p o r la t i e r r a , part ic ipac ión política, d e s p l a ­z a m i e n t o y c o n d i c i o n e s l a b o r a l e s , se i m p l i c a n al e n l i s t a m i e n t o d e la pob lac ión n a t i v a e n las g u e r r i l l a s p r e e x i s t e n t e s c o m o Las FARC , e l EPL y e l E L N , e i n c l u s o e n t r a n d o a i n t e g r a r sus p r o p i o s e jérc i tos i n s u r g e n t e s , c o m o e l c a s o d e l m o v i m i e n t o Qu in t ín L a m e .

B a j o la c o n s i g n a unidad, tierra, cultura y autonomía, se instalaría e n la l o c a l i d a d d e B o s a ( B o g o t á ) e l 2 4 d e F e b r e r o c o n la as i s t enc i a d e 2 0 0 d e l e g a c i o n e s , e n t r e las q u e se c o n t a r o n las d e la m a y o r í a d e l o s paí­ses l a t i n o a m e r i c a n o s , d e l C o n s e j o I n d i o S u r a m e r i c a n o y d e l C o n s e j o M u n d i a l d e l o s P u e b l o s I n d i o s , e i n v o l u c r a n d o d i r e c t a m e n t e I 5 0 0 indígenas d e t o d o e l t e r r i t o r i o c o l o m b i a n o .

V é a s e S E G O V I A M o r a , G u i l l e r m o , El movimiento indígena colom­biano: de Quintín Lame a la ONIC, Bogo tá : N . C , 1 9 8 2 .

emergencia de nuevas organizaciones, tales como: la Alianza Social Indígena (ASI), el Mov imiento Indígena Colombiano (MIC), y las Autoridades Indígenas de C o ­lombia (AICO), permitirá obtener una segunda repre­sentación a través de la elección de Lorenzo Muelas. De ot ro lado, las negociaciones adelantadas por el grupo insurgente Quintín Lame derivarán en la designación de Alfonso Peña Chepe como constituyente.

Ya al interior de la Asamblea Nacional Constituyen­te, la postura fundamental asumida por los representan­tes indígenas propenderá por darle el nivel de norma constitucional a los derechos a la diversidad y el pluralis­m o étnico, religioso y cultural. Igualmente y de forma conexa, buscará el reconocimiento y respeto de la justi­cia especial indígena.

Si bien la participación indígena al interior de la Asam­blea representó mas un hecho simbólico que efectivo, dada su limitada capacidad para influir en la redacción del texto constitucional, si se instituyó como un proceso interlocu-torio y autoevaluativo. De esta forma, la eticidad indígena en su empeño por consolidar y proyectar sus espacios de participación democrática, planteó una serie de necesidades concretas que abordaban o vinculaban problemáticas antes ignoradas.

Es así como al reivindicar la preservación y control de los recursos naturales, v ino a promover el diseño le­gal e institucional del tema ambiental. Igualmente al de ­mandar la defensa de la autonomía, de la cultura y de la tradición autóctona, impulsó toda una reconceptua-lización de los derechos civiles, sociales y culturales. Lo mismo sucede con la reivindicación de la diferencia étnica que supera la concepción de igualdad nominal liberal de los ciudadanos ante la ley, conllevando además el traza­do y desarrolló de nuevas formas de gestión territorial, la elaboración de nuevos recursos de reclamo ante el Estado así como ante entidades inter y transnacionales.

1.1.3 Campesinos

La eticidad campesina colombiana presenta un plan­teamiento reivindicatorío definido por la confluencia de diversos factores. Es así como persiste una problemática social, política y económica generada por la excesiva con-

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia 55

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centración en la propiedad de la t i e r ra 1 5 2 . Así mismo, la preponderancia del modelo de explotación latifundista 1 5 3

ha determinado un uso poco eficiente de la misma, con­llevando un progresivo deterioro en la capacidad para sa­tisfacer demandas productivas básicas154. Todo ello se ha visto acompañado de una subvaloración política de la cues­tión agraria, impidiendo la adopción de reformas estruc­turales y la aplicación de un modelo de l ibrecambio 1 5 5 .

Esta situación ha determinado el asimétrico nivel de desarrollo de cada región con el consecuente deterioro en la calidad de vida del campesinado, evidenciado en el elevado porcentaje de la población rural que subsiste por debajo de la línea de pobreza 1 5 6 . Condiciones que han servido para explicar la continua protesta social y la cons­tante apelación a la violencia armada.

En lo fundamental, la organización del campesinado colombiano, surgida desde finales del siglo XIX, ha confi­gurado un discurso en contra de la monopolización i m ­productiva de las tierras cultivables, así como de las medidas burocráticas y coercitivas adoptadas para prolongar esta situación. El ingreso al siglo X X señalaría un importante movimiento de colonización de baldíos, caracterizado por la ampliación de la frontera agrícola en pos de la realiza­ción como pequeño propietario, adoptándose un mode­lo de producción puramente familiar. Esta concepción vendrá a controvertir los modelos tradicionales impues­tos por las élites para la explotación agrícola, tales como el arrendamiento, la jornalería y la aparcería. De esta forma,

1 5 2 En C o l o m b i a ex i s t en a l r e d e d o r d e 2 . 3 0 0 p r o p i e t a r i o s d e más d e 2 . 0 0 0 hectáreas c a d a u n o , a c a p a r a n d o j u n t o s u n o s 4 0 m i l l o n e s d e hectáreas ; f r e n t e a e l l o , c e r c a d e d o s m i l l o n e s y m e d i o d e p e q u e ñ o s p r o p i e t a n o s , d e m e n o s d e 5 hectáreas cada u n o , r eúnen a p e n a s 4 m i l l o n e s y m e d i o d e hectáreas . Se t r a t a d e u n o d e los m a y o r e s índices d e concent rac ión d e la p r o p i e d a d e n e l m u n d o según e s t u d i o s d e l B a n c o M u n d i a l . V é a s e P A L A C I O S , M a r c o , Un presidente de a caballo, p u b l i c a d o e n e l p e r i ó ­d i c o El País ( España ) - A g o s t o 7 d e 2 0 0 2 .

1 5 3 El m o d e l o s o c i o e c o n ó m i c o d e la h a c i e n d a ha i m p l i c a d o q u e e n C o ­l o m b i a a p e n a s u n 2 4 . 2 % d e las t i e r r a s c u l t i v a b l e s sea u t i l i z a d o e n a c t i v i d a d e s agr ícolas , al t i e m p o q u e se p a t e n t a u n a p rob l emá t i c a s o b r e x p l o t a c i ó n d e l a a c t i v i d a d g a n a d e r a d e l 2 3 1 , 9 % . V é a s e S A L G A D O A r a m e n d e z , C a r l o s , y P R A D A , E s m e r a l d a , Campesina­do y protesta social en Colombia. Bogo tá : C I N E R 2 0 0 0 , p . 1 3 7 .

1 5 4 V é a s e M á r q u e z , G e r m á n , Vegetación, población y huella ecológica como indicadores de sostenibilidad en Colombia, Bogo tá : U n i v e r s i ­d a d N a c i o n a l d e C o l o m b i a - I D E A , 1 9 9 9 .

1 5 5 V é a s e S A L G A D O A r a m e n d e z , C a r l o s . , y P R A D A , E s m e r a l d a , OP. GT.

1 5 6 Para 1 9 9 5 e l 6 8 , 9 % d e la pob lac ión r u r a l c o l o m b i a n a se e n c r o n t a b a p o r d e b a j o d e la l ínea d e p o b r e z a , f r e n t e a u n n o m e n o s d e s a l e n t a ­d o r 4 2 , 5 % d e la pob l a c i ón u r b a n a , y u n p r o m e d i o r u r a l l a t i n o a m e r i ­c a n o d e l 5 5 % . I d e m .

el choque de las cosmovisiones antagónicas habrá de cons­tituirse en el aspecto mas relevante de la conflictividad vin­culada con el agro colombiano. 1 5 7

Dicha conflictividad se manifiesta de forma particular para cada región, de acuerdo a sus condiciones sociales, políticas y económicas. Igualmente habrá de desarrollarse con dife­rentes dinámicas, dentro de las que se incluyen: la misma colonización, la protesta pacífica, el sindicalismo, la violencia partidista, el bandolerismo y la insurgencia armada. Por ello

1 5 7 La c o l o n i z a c i ó n h a s i d o u n a d e las p r i n c i p a l e s m a n i f e s t a c i o n e s soc iopol í t icas d e l c a m p e s i n a d o c o l o m b i a n o , d i s t ingu iéndose d e s d e finales d e l s ig lo X V I I I v a r i o s m o v i m i e n t o s m i g r a c i o n a l e s , e n t r e e l l o s la colonización antioqueña y la cundiboyacense, a m b a s l igadas a l e expans i ón d e la p e q u e ñ a y m e d i a n a p r o d u c c i ó n c a f e t e r a s o b r e las c o r d i l l e r a s c e n t r a l y o c c i d e n t a l ; la colonización de tercera genera­ción, d e s a r r o l l a d a d e s d e las p r i m e r a s dé cadas d e l s i g l o X X s o b r e las e x t e n s i o n e s d e la c o o r d i l l e r a o r i e n t a l c o l i n d a n t e s c o n l os d e p a r ­t a m e n t o s d e C u n d i n a m a r c a , T o l i m a y H u i l a ; y la nueva colonización, c o n t e m p o r á n e o e i n f o r m e m o v i m i e n t o e n t o r n o a l o s límites d e la f r o n t e r a agrícola, e l d e s p l a z a m i e n t o i m p l i c a d o p o r e l c o n f l i c t o a r m a ­d o y la in f luenc ia d e l o s c u l t i v o s i legales. V é a s e . L E G R A N D , C a t h e r i n e , Colonización y protesta campesina en Colombia; 1850-1950. B o g o ­tá : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l d e C o l o m b i a . 1 9 8 8 ; V é a s e B E R Q U I S T , C h a r l e s , Café y conflicto en Colombia 1886-1910, La guerra de los mil días: sus antecedentes y consecuencias, Mede l l í n : F o n d o R o t a t o ­rio d e P u b l i c a c i o n e s , 1 9 8 1 ; " Los t r a b a j a d o r e s d e l s e c t o r c a f e t e r o y la s u e r t e d e l m o v i m i e n t o o b r e r o e n C o l o m b i a . 1 9 2 0 - 1 9 4 0 " , e n S A N C H E Z , G o n z a l o , ( e d . ) , Pasado y presente de la violencia en Co­lombia, Bogo tá : C E R E C , 1 9 8 6 . p p . I 5 2 - 2 0 6 ; V é a s e R A M Í R E Z , M a ­ría C l e m e n c i a , " T h e c o c a l e r o soc ia l m o v e m e n t o f t h e a m a z o n r e g i ó / o f C o l o m b i a " , e n Harvard Review of Latín América, ( C a m b r i d g e ) -V o l . 2 , N o . 3 ( 2 0 0 3 ) . p p . 6 1 - 6 3 ; V é a s e F O R E R O . J a ime , " C a m p e s i ­n a d o , e c o n o m í a a g r a r i a y s i s t e m a a l i m e n t a r i o e n C o l o m b i a " , e n B L A N Q U E R , J e a n - M i c h e l , y G R O S , C h r i s t i a n , Las dos Colombias. B o g o t á : Ed . N o r m a , 2 0 0 2 , p p . 5 1 9 - 5 4 2 . El p a p e l j u g a d o p o r la i n s t i t u c i o n a l i d a d n o r m a t i v a e n d i c h o s p r o c e s o s , h a s t a m e d i d o s d e l s ig lo X X , se p u e d e e n t e n d e r d e m a n e r a q u e . . . " E n t r e 1 8 7 4 y 1 9 2 0 , v a r i o s g o b i e r n o s a d o p t a r o n políticas f a v o r a b l e s a l o s i n t e r e s e s d e l o s c o l o n i z a d o r e s d e baldíos. S in e m b a r g o esas m e d i d a s t u v i e r o n e f e c t o s práct icos casi n u l o s d e b i d o a q u e e l p o d e r d e dec i s ión n o res id ió e n las d e c l a r a c i o n e s e m a n a d a s d e l g o b i e r n o c e n t r a l s i n o e n la a b i g a r r a d a r e d d e c l i en te l as políticas q u e const i tuían e l t e j i d o soc ia l d e las l o c a l i ­d a d e s . [ . . . ] E n 1 9 3 3 el g o b i e r n o O l a y a H e r r e r a p r e sen tó u n p r o y e c ­t o d e l e y al c o n g r e s o q u e d e h a b e r s i d o a p r o b a d o habr ía r e v e r t i d o a la nac ión t r e s c u a r t a s p a r t e s d e las t i e r r a s q u e e n e s e m o m e n t o e r a n c o n s i d e r a d a s c o m o p r o p i e d a d p r i v a d a ; [ . . . R e p r e s e n t a b a la c u l m i n a ­c ión d e u n m o v i m i e n t o d e r e f o r m a a g r a r i a q u e se había i n i c i a d o d u ­r a n t e la década d e 1 9 2 0 . A pesa r d e l o s a v a n c e s q u e s u p u s o , la s i tua ­c ión d e l o s c o l o n o s habría d e d e s m e j o r a r d u r a n t e la p r i m e r a a d m i ­n istrac ión d e L ó p e z P u m a r e j o c o n la exped i c ión d e la L e y 2 0 0 d e 1 9 3 6 , la cua l con f inó l e g i t i m i d a d a las t i e r r a s a d q u i r i d a s p o r l o s t e r r a ­

t e n i e n t e s a n t e s d e 1 9 2 6 m e d i a n t e la usurpac ión d e baldíos. C o n esta l e y c o m e n z ó a c e r r a r s e c u a l q u i e r p o s i b i l i d a d d e r e d i s t r i b u i r la t i e r r a e n t r e los c a m p e s i n o s , [...] El c i c l o c u l m i n ó c o n la l e y 1 0 0 d e 1 9 4 4 [ c o n la q u e se d i l a t a b a n l o s p l a z o s p a r a q u e l o s t e r r a t e n i e n t e s l ega l i ­z a r a n sus p o s e s i o n e s t e r r i t o r i a l e s ] q u e conso l idó la n u e v a a l i anza q u e se ven ía g e s t a n d o e n t r e las élites b i p a r t i d i s t a s y los g r a n d e s p r o p i e t a ­rios r u r a l e s . " U R I B E , Ma r í a V i c t o r i a , " M a r q u e t a l i a , ¿ r e c o r d a n d o el p a ­s a d o o i m a g i n a n d o e l f u t u r o ? , e n Palimpsesto, ( 8 o g o t á : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l d e C o l o m b i a ) , N o . 3 ( e n e r o - j u l i o / 2 0 0 4 ) , p p . 8 - 1 8 .

C U A D E R N O S I í C I E N C I A P O L Í T I C A

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el discurso del conflicto entre colonos, aparceros y arren­datarios en contra de la oligarquía hacendataria, atravesará procesos históricos como las guerrillas liberales de los años cincuenta 1 5 8 , las diferentes huelgas y paros efectuados en las zonas de agricultura extensiva 1 5 9, la constitución de cé­lulas revolucionarias en los sesentas160, y en las últimas dé­cadas, la vinculación directa con movimientos cívicos que han permitido una coordinaaón y organización nacional del movimiento agrario 1 6 1 .

! 5 8 Esta f o r m a d e c o n f l i c t o se mani festó e s p e c i a l m e n t e e n las r e g i o n e s i n f l u e n c i a d a s p o r las c o l o n i z a c i o n e s antioqueña, cundiboyacense y d e tercera generación, a s u m i e n d o d i s t i n t o s d e s a r r o l l o s e n re lac ión a las p a r t i c u l a r e s c o n d i c i o n e s l o ca l e s . En e l v a l l e geográf ico d e l río C a u c a se e x p r e s ó b a j o la f o r m a d e l v a n d o l e r i s m o ( i m p l i c a d o p o p u l a r m e n t e a la f i g u r a d e l o s "pá jaros" ) . En las z o n a s c a f e t e r a s d e l su r d e l T o l i m a y e l o r i e n t e d e C u n d i n a m a r c a y H u i l a e m p a r e n t ó e l t e n d i d o y r e p r o ­d u c c i ó n d e o r g a n i z a c i o n e s c o l e c t i v a s i n i c i a l m e n t e d i n g i d a s a la s o l i d a ­ridad c o m u n i t a r i a y e l r e c l a m o jur ídico a n t e e l E s t ado , p e r o q u e s u s ­c i t a r o n r e d e s d e evas ión , p ro t ecc ión y r e v a t i m i e n t o d e l o s m e c a n i s ­m o s c o h e r c i t i v o s q u e , c o m o la policía chulavita. serv ían a las él i tes l a t i f und i s t a s ; a e l l o se r e l a c ionó la i n f l u e n c i a e n la reg ión d e a g r u p a c i o ­nes políticas c o m o el P a r t i d o A g r a r i o N a c i o n a l , e l M o v i m i e n t o A g r a ­r i o d e l S u m a p a z , la U n i ó n N a c i o n a l d e I z q u i e r d a R e v o l u c i o n a r i a , y e l P a r t i d o C o m u n i s t a , e n t r e las cua l e s las últ imas d o s v e r t i e n t e s d e b a ­tían e n t o r n o a si la r e s i s t enc i a y re iv indicac ión c a m p e s i n a deb í a o n o i n s c r i b i r s e e n e l m a r c o d e la l ega l i dad Es ta ta l . V é a s e U R I B E , Ma r í a V i c t o r i a , Op. Cit.

1 5 9 D e s c r i b i e n d o u n a d inámica d i s t i n t a a la d e l o s c o n f l i c t o s c a m p e s i n o s característ icos d e las z o n a s d e colonizac ión, e n r e g i o n e s c o m o e l U r a b á a n t i o q u e ñ o la p rob l emá t i c a se re lac ionará al t r a b a j o a sa l a r i ado e n s is ­t e m a s a g r o e x p o r t a d o r e s d e m o n o c u l t i v o e x t e n s i v o v i n c u l a d o s e n n u m e r o s a s o c a s i o n e s a cap i t a l e s e x t r a n j e r o s , i m p l i c a n d o f o r m a s s i n ­d i c a l e s d e organ izac ión y u n a programát ica e n t o r n o al m e j o r a m i e n t o d e las c o n d i c i o n e s l a b o r a l e s y d e s e g u r i d a d soc ia l .

1 6 0 A p a r t i r d e u n n ú c l e o d e r e s i s t enc i a c a m p e s i n a r e u n i d o a l r e d e d o r d e l m u n i c i p i o d e C h a p a r r a l ( T o l i m a ) , d e v e n d r á e n t r e 1 9 4 9 y 1 9 5 3 u n a f o r m a m ó v i l d e agrupac ión p o b l a c i o n a l a r m a d a c o n o c i d a c o m o la columna de marcha, d e l o q u e se seguirá e l e s t a b l e c i m i e n t o d e u n c o n j u n t o d e c o l o n i a s agrícolas, - e n t r e las q u e se p u e d e n c o n t a r "El D a v i s " , " M a r q u e t a l i a " , " R i o c h i q u i t o " , "El P a t o " , y " G u a y a b e r a " - , q u e m e z c l a r o n la r e s i s t e n c i a v i o l e n t a a la pe r secuc ión b i p a r t i d i s t a , la p rác ­t i ca p r o d u c t i v a a u t o n ó m i c a y e l r e c l a m o pol í t ico p o r t i e r r a s e n u n a s u e r t e d e " i d e a au tóc tona d e l c o m u n i s m o " . H a c i a 1 9 6 4 , e n u n m a r ­c o c i r c u n s t a n c i a l q u e aún h o y p e r m a n e c e c o n f u s o , se e fec tuará u n c o n j u n t o d e o p e r a c i o n e s m i l i t a r e s d i r i g i d o a la c o m p l e t a supres ión d e M a r q u e t a l i a y sus s e m e j a n t e s . El m o v i m i e n t o d e e s c a p e d e p a r t e d e los p o b l a d o r e s se impl icará a la casi c o m p l e t a rede f in i c ión d e la c o n f l i c t i v i d a d polít ica e n e l c a m p o c o l o m b i a n o , d e m a n e r a q u e e l r e e n c u e n t r o d e l o s s o b r e v i v i e n t e s se e fec tuará a h o r a según l o s t é r ­m i n o s d e la g u e r r i l l a móv i l , y e n l o s e s c o m b r o s d e l o q u e parec ía u n r e c l a m o d e s e n t i d o a u t o n ó m i c o , se planteará u n a programát ica d e la g u e r r a al r é g i m e n d i r i g i d a a la t o m a e n e l l a r g o p l a z o d e l c o n t r o l d e l p o d e r pol í t ico, a r t i cu lándose así las Fue rzas A r m a d a s R e v o l u c i o n a r i a s d e C o l o m b i a . V é a s e U R I B E , Ma r í a V i c t o r i a , O p . Cit.\e M A T T A A l d a n a , Colombia y las FARC-EP: origen de la lucha guerrillera, N a f a r r o a : T x a l a p a r t a , 1 9 9 9 .

1 6 1 D e 1 9 8 8 a 1 9 9 5 se d e s a r r o l l a r o n 16 Pa ros A g r a r i o s y se i m p l i c a r o n 3 4 a c c i o n e s d e p r o t e s t a d e a l c ance n a c i o n a l , e n l o s cua les e l m o v i ­m i e n t o c a m p e s i n o se i n t eg ró a mú l t ip les o r g a n i z a c i o n e s c ív i cas d i v e r s i f i c a n d o y c o o r d i n a n d o sus a c c i o n e s r e i v i n d i c a t i v a s , n u t r i e n d o

El proceso evolutivo de la reivindicación agraria ha venido complejizandose a medida que irrumpen nuevos actores y se asiste a nuevos procesos. Es así como los reclamos frente a la posesión de los terratenientes se ex­tenderá ante el Estado y las entidades financieras y de fo ­m e n t o c o m o la Caja A g r a r i a 1 6 2 e incluso el Banco Interamericano de Desarrollo. Lo mismo ocurrirá con con­flictos laborales frente a capitales extranjeros 1 6 3 .

A partir del Frente Nacional se pondrán en marcha diferentes modelos de sustitución de importaciones y de promoción de exportaciones. Esto significa la aplicación .de políticas librecambistas que obligan a una competencia directa entre pequeños y grandes productores. Con ello, el modelo de producción familiar se vera afectado evi­denciando de nuevo las carencias de una planeación eco­nómica desentendida del agro. A ello habrá de agregarse la presencia constante de la violencia armada en los dife­rentes procesos que afectan al campesinado, tales como la colonización, la emergencia de flujos productivos ilega­les, la movilización poblacional y la posesión terr i tor ia l . 1 6 4

De otro lado, la protesta campesina experimenta un cambio significativo a partir de los años ochenta, al supe­rar los movimientos desarticulados, carentes de un pro ­yecto político de largo plazo, y limitados a la reivindicación de pliegos locales. De esta forma se da paso a una con­ciencia cosmopolita, esto es, una praxis sociopolítica ca­paz de reconocer la variedad inherente a sus componentes para coordinar acciones de múltiples organizaciones y es­tructurar programas vinculados a las demandas de otros sectores sociales.1 6 5

la p rob lemát i ca básica e n t o r n o a la t i e r r a c o n r e c l a m o s p o r la p a r t i c i ­pac i ón democrá t i c a , p o r i n s t a l a c i o n e s d e s e r v i c i o s e i n f r a e s t r u c t u r a , y p o r la fiscalización d e la gest ión pública. V é a s e S A L G A D O A r a m e n d e z , C a r i o s , y P R A D A , E s m e r a l d a , O p . Cit.

1 6 2 F u n d a d a e n 1 9 3 1 .

1 6 3 V é a s e N o t a al P i é 8.

1 6 4 V é a s e S A L G A D O A r a m e n d e z , C a r l o s , y P R A D A , E s m e r a l d a , O p . O f .

1 6 5 E l lo se p a t e n t i z a e n la p r a x i s d e las n u m e r o s a s a c c i o n e s d e p r o t e s t a c a m p e s i n a p r e s e n t a d a s d e s d e d i c h a década , d e e n t r e los cua les va l e la p e n a resa l tar e l p a r o cívico d e 1 9 8 2 e n A r a u c a y Sa ra re , e l p a r o a g r a r i o d e l n o r o r i e n t e c e l e b r a d o e n 1 9 8 7 y la reunificación e n e l m i s m o a ñ o d e la Asoc iac ión N a c i o n a l d e U s u a r i o s C a m p e s i n o s ( A N U C ) . " D e s e r l i m i t a d a , b i f u r c a d a y par t i cu lar , la p r o t e s t a pasó a se r c o s m o p o l i t a , au tó ­n o m a y m o d u l a r , e n e l s e n t i d o d e gana r e n a m p l i t u d geográfica, c a p a c i ­d a d d e definición i n t e r n a y acc ión e n v a r i o s l uga res al t i e m p o . P e r o esta p os i b i l i d ad d e la p r o t e s t a se d i o p o r q u e e l s u j e t o socia l c a m p e s i n o p u d o f o r m a r p a r a sí u n a c o n c i e n c i a y u n a a c t i t u d c o s m o p o l i t a y u n g r a n a ce r ­v o d e capac idades . La p r o t e s t a es e n t o n c e s u n a expres ión d e la c o n d i ­c ión d e l s u j e t o socia l c a m p e s i n o " I b i d , p. 1 4 6 .

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia

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Así, el esquema reivindicativo inmanente a la eticidad campesina comprende una amplia gama de demandas que incluyen: la efectiva democratización en la propiedad de la t ierra, facilidad de adquirir herramientas, animales e insumos, diseño y aplicación de políticas educativas, acce­so a la innovación y asistencia tecnológica, subvención es­tatal de la producción, regulación de precios internos y control de productos importados. A ellas se agregan otras, mas generales y por ello comunes con otros grupos so­ciales, que van desde el acceso a servicios públicos hasta el respeto a los derechos humanos, pasando por el recla­m o sobre la resolución pronta del conflicto armado. 1 6 6

7.7.4 Movimientos de mujeres y minorías sexuales

En la sociedad colombiana el ejercicio tradicional de los roles sociales así como su interacción, han configurado un escenario excluyente para los movimientos de genero y de grupos sexuales diferentes. De allí que sus eticidades particulares manifiesten un necesario reclamo reivindicativo ante las desigualdades que han afrontado, dentro de un medio social caracterizado por la preeminencia patriarcal.

N o obstante el carácter heterogéneo del movimiento feminista, puede establecerse que su eticidad se constru­ye históricamente en la medida en que sus intereses prác­ticos de generóse conjugan frente a realidades y contextos sociopolíticos concretos. Vale mencionar que la configu-

V é a s e S A L G A D O A r a m e n d e z , C a r l o s , y P R A D A , E s m e r a l d a , " R a ­diografía d e la p r o t e s t a c a m p e s i n a " , e n Campesinado y protesta so­cial en Colombia, Op. Cit., p p . 1 4 5 - 1 6 6 ; V é a s e G A R C Í A , E m i l i o , " E s t r a teg ias m o d e r n i z a n t e s y p e r f i l d e l m o v i m i e n t o c a m p e s i n o c o n ­t e m p o r á n e o " , e n Revista Mexicana de Sociología, ( M é x i c o ) , A ñ o LV1, N o . 2 ( a b n l - ] u n i o / l 9 9 4 ) , p . 7 l ; V é a s e M A R U L A N D A , M a n u e l , " P r o ­g r a m a A g r a r i o d e l o s g u e r r i l l e r o s d e M a r q u e t a l i a " , e n ¡Documentos Políticos, N o . 4 3 - 4 4 , ( B o g o t á ) , 1 9 6 4 , p p . 4 3 - 4 4 . Va le la p e n a d e s t a ­c a r q u e p a r a e l p e r í o d o 1 9 8 8 - 1 9 9 5 . . . " s o b r e las e n t i d a d e s a las c u a ­les o r i e n t a r o n sus p r o t e s t a s [ l o s c a m p e s i n o s , . . . ] e l g o b i e r n o n a c i o ­n a l , c o m o a g e n t e p r i n c i p a l d e l E s t ado , f u e e l a n t a g o n i s t a y al q u e m á s se le cues t i onó p o r c o n s i d e r a r l o r e s p o n s a b l e e n p r i m e r a i n s t anc i a d e las c a r e n c i a s e n s e r v i c i o s e i n f r a e s t r u c t u r a , amb igüedades e n la pol í t i ­c a p a r a e l s e c t o r , i n c u m p l i m i e n t o e n la do tac ión d e t i e r r a y, e n g e n e ­ra l , r e s p o n s a b l e d e la p r e c a r i e d a d d e las c o n d i c i o n e s d e v i d a d e la pob lac ión c a m p e s i n a [ . . . ] e n 14 d e l o s 16 p a r o s a g r a r i o s y e n 3 3 d e las 3 4 a c c i o n e s d e c u b r i m i e n t o n a c i o n a l . Igual asoc iac ión se m a n t u v o e n e l 6 0 % d e las a m e n a z a s d e p a r o , e l 4 9 % d e las p e t i c i o n e s y e l 3 8 % d e las m o v i l i z a c i o n e s . " . S A L G A D O A r a m e n d e z , C a r l o s , y P R A D A . E s m e r a l d a . , O p . Cit.. p p . 1 6 4 - 1 6 6 .

ración de estos intereses se deriva de los derechos, res­ponsabilidades y valores atribuidos a cada uno de los gé­neros mediante los roles sociales. Por ejemplo, muchas mujeres modelan su identidad y perciben las relaciones de poder alrededor de su género en función de la mater­nidad y el cuidado de la familia. Así, su motivación a movi ­lizarse ocurre cuando perciben la imposibilidad de cumplir con la responsabilidad asignada 1 6 7.

De esta forma, la mujer colombiana ha conjugado lo que considera sus obligaciones, derechos y reivindicacio-.nes. En la colonia, ya fuesen mestizas, indígenas o escla­vas, al participar activamente en procesos que van desde la practica evangelizadora y parroquial a la insurrección independentista 1 6 8. Será solo hasta mediados del siglo X X cuando se evidenciarán las manifestaciones por el reco­nocimiento de sus derechos al voto, a la participación en la administración pública, al acceso a la educación supe­rior y a la igualdad laboral. Surgen entonces diferentes organizaciones como la Unión de Ciudadanas Colombia­nas y el Movimiento por la Igualdad ante la Ley.

Otras organizaciones se dirigirán a reclamar garantías que asegurasen condiciones básicas de subsistencia fami­liar. Así se conforman asociaciones como las Madres Co­munitarias y las Mujeres Cabeza de Familia. Para los años setenta se realizaran manifestaciones y se interpondrán acciones legales por parte de las trabajadoras de los servi­cios domésticos, en reclamo de seguridad social y mejor trato. Este periodo es especialmente importante al po ­tenciarse la participación femenina en las luchas obreras así como en otros espacios de reivindicación social. Resul-

V é a s e M O L Y N E U X , M . , " M o v i l i z a t i ó n w i t h o u t e f n a n c i p a t i o n ? ; w o m e n ' s i n t e r e s t s , S ta te a n d r e v o l u t i o n " , e n F A G E N , O , ( e d . ) , Transition and development: problems ofthird world socialism, N e w

Y o r k : M o n t l y R e v i e w Press, 1 9 8 6 ; V é a s e . K A P L A N , T e m m a , " F e m a l e C o n c i o u s n e s s a n d c o l l e c t i v e a c t i o n : t h e case o f B a r c e l o n a 1 9 1 0 - 1 9 1 8 " , e n Signs, N o . 7 ( 1 9 8 2 ) , p p . 5 4 5 - 5 6 0 . D e s d e n u e s t r o e n f o q u e , la identif icación d e la e t i c i d a d f e m e n i n a d e s e n t i e n d e u n a s u p u e s t a s e p a ­rac ión " v e r d a d e r o s m o v i m i e n t o s f e m i n i s t a s " - " m o v i m i e n t o s d e m u j e ­r e s p o p u l a r e s " , p o r c o n s i d e r a r l a p rob lemát i ca : la m a y o r p a r t e d e las m u j e r e s a f i r m a n n o s e r f e m i n i s t a s , p e r o sí d e f e n d e r la i g u a l d a d pa ra las m u j e r e s , t r a b a j a n e n n u m e r o s a s a c t i v i d a d e s q u e i m p l i c a n c i e r t a in terpretac ión d e la situación d e su g é n e r o . O p t a m o s p o r o b s e r v a r e l d i s c u r s o r e i v i n d i c a t i v o d e a c u e r d o a l c u a l c o n t e m p o r á n e a m e n t e i n ­t e r p r e t a n , a s u m e n y t r a n s f o r m a n s u r o l e n la s o c i e d a d c o l o m b i a n a . V é a s e T O V A R , Patr ic ia , "Las p o l i c a r p a s d e fin d e s ig lo : m u j e r e s , r e b e ­l ión, c o n c i e n c i a y d e r e c h o s h u m a n o s e n C o l o m b i a " e n A R C H I L A , M a u r i c i o , y P A R D O . G u e r r e r o , ( e d s . ) , Movimientos Sociales, Estado y Democracia en Colombia, Op. Cit., p p . 3 5 0 - 3 7 4

V é a s e las desobedientes: mujeres de nuestra América, ( v a r i o s a u t o ­r e s ) , Bogotá : E d . P a n a m e r i c a n a , 1 9 9 8 .

C U A D E R N O S D E C I E N C I A P O L Í T I C A

Leandro
Oval
minorias sexuales
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ta interesante observar la manifiesta preocupación por el tema de la salud sexual, la planificación anticonceptiva y el aborto, especialmente por parte de la Red Colombiana de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos.169

Posteriormente en los años ochentas, se encaminará la acción sociopolítica femenina en contra de la violencia intrafamiliar y sexual a través de organizaciones como: Mu­jeres Rompiendo el Silencio, el Grupo de Mujeres Maltra­tadas y el Colectivo de Mujeres de Bogotá. Sobresale su reclamo para que la integridad sexual sea considerada como un Derecho Humano fundamental y que por tanto se cata­logue su abuso o violación como crimen de lesa humani­dad. Así mismo desarrollan acciones de sensibilización, educación, socorro y protección de víctimas, e incluso el diseño y gestión de notables proyectos legislativos.170

Trascendiendo los márgenes domésticos, las mujeres entrarán a integrar la política, los círculos intelectuales y culturales, el mercado laboral, la militancia en grupos in­surgentes y en las fuerzas militares, desarrollando a su paso nuevas organizaciones, esta vez de carácter sectorial, sin­dical o gremial como en el caso de Mujeres Empresarias. Si bien ello ha supuesto una transformación en la cons­trucción social de roles alrededor de los géneros, la parti­cipación femenina dentro de ámbitos antes restringidos no ha significado una consecuente evolución hacia la equi­dad por cuanto se han establecido nuevas formas de sub­ordinación femenina. 1 7 1

N o obstante, la relevancia de las diferentes organiza­ciones feministas es cada vez mayor al pretender incidir en otras realidades. La gran mayoría confluyen hoy para hacer frente a la violencia armada, gestionan procesos de negociación, integran redes solidarias y de servicios hu ­manitarios, se movilizan contra la desaparición forzada y el secuestro, y promueven la asistencia y reparación de las víctimas. Al respecto vale la pena resaltar la acción de grupos como: Escritoras por la Vida y la Paz, Foro Mujer Justicia y Paz, Madres por la Vida, Mujeres en Vigila por la Vida y por la Paz, Mujeres Autoras y Adoras de Paz, Mu­

jeres Creadora de Paz, y las madres de policías, militares y

V é a s e T O V A R , Pat r i c ia , "Las p o l i c a r p a s d e f i n d e s ig lo : m u j e r e s , r e b e ­l ión, c o n c i e n c i a y d e r e c h o s h u m a n o s e n C o l o m b i a " , Op. Cit.

V é a s e R A M I R E Z , S o c o r r o , "Part ic ipación polít ica d e las m u j e r e s : e l r e t o d e g a n a r r e c o n o c i m i e n t o y c o n s t r u i r la d i v e r s i d a d " , e n Otras Palabras. ( B o g o t á , 1 9 9 8 ) , N o . 2. p p . 8 9 - 9 8 ;

V é a s e A R A N G O , L u z G a b r i e l a , Mujeres, hombres y cambio social, B o g o t á : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l d e C o l o m b i a - CES , 1 9 9 8 .

guerrilleros retenidos, las cuales ocasionalmente se han unido para coordinar manifestaciones y diálogos de los bandos enfrentados. 1 7 2

De esta forma, la construcción de la eticidad femenina ha estado interrelacionada con la evolución de los conflic­tos, lo cual ha generado que sus reivindicaciones incluyan tanto el reclamo de condiciones que permitan superar la segregación de género, como la exigencia de soluciones frente a otras problemáticas. El tradicional papel protector como madres a sido proyectado en una activa praxis con­tra las condiciones de desamparo y pobreza, involucrado una concientización sobre las desigualdades, y permitien­do el elaborar una construcción identitaria que supera la pertenencia étnica o de clase.

Situación menos afortunada ha sido la vivida por las minorías sexuales. Son muy pocos los avances en la defi­nición y delimitación de la eticidad específica de la pobla­ción lesbiana, homosexual, bisexual y transexual. Esta situación ha sido configurada por el rechazo social p ro ­movido hacia estos grupos, el cual se ha evidenciado en una abierta actitud discriminatoria en todos los niveles de la vida comunitaria. Actitud seriamente potenciada por la histórica ausencia de reconocimiento legal para esta ex­presión de diversidad social.

En tal sentido, es interesante observar que la tradición jurídica colombiana ha distinguido la diferencia sexual solo para penalizarla, al calificarla de enfermedad o conducta anormal o ilegal. Esto ha conducido a un mayor nivel de rechazo social toda vez que se asume a estos grupos como simples expresiones del mercado de tráfico sexual. 1 7 3 Solo hasta años recientes, la solidaridad y resistencia de estas 'minorías' ha permitido articular organizaciones como el Colectivo Gay de Medellín, Edipogay GAEDS, Amigos Comunes, el Grupo de Apoyo Oasis, Rostros de Fortale-

En C o l o m b i a , c o m o o c u r r e e n o t r o s casos , la opos i c i ón a c o n t e x t o s v i o l e n t o s s i r v e p a r a l a i n t e g r a c i ó n d e a l i a n z a s y s o s t e n i d a s i n t e r l o c u s i o n e s e n t r e o r g a n i z a c i o n e s d e m u j e r e s m u y d i s t i n t as e n sus f ines y/o compos i c i ón . V é a s e T O V A R , Pat r i c ia , Historias de amor y de muerte: las vidas de las viudas portuguesas, N e w Y o r k : T h e G r a d ú a t e C e n t e r o f t h e U n i v e r s i t y o f N e w Y o r k ( tes is d e d o c t o r a d o e n a n t r o p o l o g í a ) , 1 9 9 5 ; V é a s e L I G T H , D e b o r a h , " H e a l i n g t h e i r w o u n d s : G u a t e m a l a n r e f u g e e w o m e n as po l i t i c a l ac t i v i s t s " , e n Women and Therapy, ( 1 9 9 2 ) , N o . 13 ( 3 ) , p p . 2 9 7 - 3 0 8 . A d e m á s , o t r a s m u c h a s o r g a n i z a c i o n e s n o r e i v i n d i c a d a s c o m o f e m i n i s t a s , d i r i g idas a l a p r o t e c c i ó n d e l o s D e r e c h o s H u m a n o s , s o n i n t e g r a d a s m a y o r i t a r i a m e n t e p o r m u j e r e s , e n t r e el las la Asociación de Familia­res Desaparecidos y la Comisión Regional de Derechos Humanos.

V é a s e , R I N C Ó N , E r d w i n P a b l o , Diversidad sexual y orden sociopolítico, C a l i : U N D A F , 2 0 0 3 . p p . 1 2 - 3 5 .

Elites. Eticidades y Constitución en Colombia

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zas, la Red de Apoyo a los Transgeneristas, Triángulo Ne­gro, Mujeres al Borde, Colectivo Lésbico, y la Fundación Mujeres de Ebano, entre otros. Sus principales formas de acción se desarrollan sobre la investigación y discusión teó­rica de la diversidad sexual y la celebración de actividades culturales que promuevan la tolerancia y a la vez sirvan de espacio de concientización social sobre su problemática, tal es el caso del Festival de cine rosa de Bogotá.174. También se ha ejecutado acciones legales como la despenalización de la condición homosexual en 1980.

De esta forma han definido como su principal reivindi­cación, el reconocimiento y legitimación constitucional de la diversidad y libertad sexual en tanto derecho fundamen­tal del individuo. En consecuencia reclaman: la protección de la integndad física y mental, condiciones laborales equi­tativas, diseño de políticas educativas que promuevan el re­conocimiento y respeto de la diversidad, la legalización de la unión marital no heterosexual y con ello el reconocimiento y respeto de los derechos y obligaciones civiles conyugales. Espeaal mención merecen los reclamos sobre el derecho a adoptar y criar menores y la disposición de instalaciones residenaales y sanitarias adecuadas en penitenciarias y otras entidades públicas.175

Si bien algunos de estos reclamos recibieron relativa cabida en programas y discusiones políticas de organizacio­nes y movimientos partidistas, estos no se han desarrollado institucionalmente. Es así, como en el escenario constitu­yente de 1991, pese a abordarse el debate sobre la dimen­sión social del multiculturalismo y el derecho a la diferencia, no se asumió la discusión sobre reconocimiento y concep-tualización de derechos y deberes diferenciados en función de roles y especificidades de género. I_a tradicional compo­sición de las coaliciones dominantes y la inexistencia de d i ­seños electorales en relación con estas formas de minoría social, implicó que la asamblea no poseyera de una rele­vante participación femenina y careciera totalmente de cual­quier representación de la diversidad sexual. Pese a la pluralidad atribuida a la nueva carta, permanece en ella pa­tente la problemática sobre si los términos según se rela­cionan los ciudadanos entre sí y con la ley se subordinan a máximas morales abstractas de aplicabilidad universal.

1 7 4 En e l a ñ o 2 0 0 0 se c e l e b r ó a d e m á s la " P r i m e r a C o n v e n c i ó n N a c i o n a l d e G a y s y L e s b i a n a s " e n Bogo tá , a p a r t i r d e la cua l se ha e s t r u c t u r a d o u n a a g e n d a p a r a la integración d e g r u p o s d e t r a b a j o e n re lac ión a á reas c o m o l a e c o n o m í a , la política y la c u l t u r a . V é a s e P R O Y E C T O P L A N E T A P A Z , Documentos de Caracterización Social, Bogo tá : P la ­n e t a Paz, 2 0 0 2 , p . 1 0 .

1 7 5 R I N C Ó N , E r d w i n P a b l o . O p . Cit.

1.1.5 Sindicatos

En Colombia los conflictos referentes a la educación y a las relaciones capital - trabajo, han sido los principales articuladores en la organización de la sociedad civil frente al Estado, permitiendo que tanto sindicatos como movimien­tos estudiantiles se constituyan en las más visibles redes de acción social. De allí que en tanto eticidades, se vean efec­tivamente determinas por su carácter preeminente urba­no, su cercanía al concepto de lo público, su praxis política particular y la constante recomposición de sus organizacio­nes y discursos a partir de fenómenos como la reforma del Estado, la crisis económica, el colapso socialista, las trans­formaciones en la producción, el mercado y el trabajo.

Son varias las caracterizaciones que pueden hacerse del movimiento sindical. De un lado, cerca del 5 0 % de los colombianos laboran en pequeñas unidades económi­cas lo que genera una baja filiación sindical 1 7 6 y determina una mínima capacidad de negociación1 7 7. Los trabajado­res organizados son mayoritariamente asalariados estata­les del sector servicios que se concentran en las principales ciudades de Cundinamarca, Valle y A n t i o q u i a 1 7 8 . La sindicali-zación del sector público se ha dado por cuenta del alto nivel de participación estatal dentro del sistema productivo, que operó hasta hace poco tiempo. El carác-

C o l o m b i a , c o n u n 7 % . se u b i c a c o m o u n o d e los países d e b a j o índice d e s indica l izaoón e n la reg ión , e n t r e o t r o s j u n t o a El S a l v a d o r ( 7 , 2 % ) , P e rú ( 7 , 5 % ) , E c u a d o r ( 9 , 3 % ) y Pa raguay ( 9 , 3 % ) ; " d u r a n t e e l p e r í o ­d o d e m a y o r expans ión s ind ica l ( 1 9 5 7 - 1 9 6 4 ) , la tasa d e afiliación n o s u p e r ó e l u m b r a l d e l 1 6 % d e la pob lac ión o c u p a d a n a c i o n a l , e n t a n t o q u e e n e l d e c e n i o 1 9 8 5 - 1 9 9 5 la p r o p o r c i ó n d e t r a b a j a d o r e s s i n d i c a l i z a d o s des cend ió al 6 % [...] La c o m p a r a c i ó n d e l o s c e n s o s s ind i ca l es d e 1 9 8 4 y 1 9 9 0 i n d i c a q u e , c o n e x c e p c i ó n d e l o s t r a b a j a ­d o r e s d e l s e c t o r f i n a n c i e r o , los d e m á s g r u p o s p r e s e n t a r o n d e s c e n s o s e n sus tasas d e sindicalización" L O N D O Ñ O B o t e r o , Roc í o , " L o s s i n ­d i c a t o s y las j un tas c o m u n a l e s " , e n B L A N Q U E R , J e an-M i che l , y G R O S , C h r i s t i a n . Las dos Colombias, Op. Cit., p. 2 9 3 .

La negociación p o r r a m a e n C o l o m b i a es d e apenas u n 1 5 % f r e n t e a u n 7 0 % e n A r g e n t i n a y u n 9 5 % e n México . Véase O F I C I N A I N T E R N A ­C I O N A L D E L TRABA JO , Tendencias y contenidos de la negociación colectiva, L ima , 1 9 9 8 , p. 2 6 ; S trabajo en el mundo, relaciones labora­les, democracia y cohesión social, G i n e b r a , 1 9 9 7 , p p . 5-32 , 2 5 1 - 2 5 6 .

Si b i e n e n e l c o n j u n t o d e l t e r r i t o r i o n a c i o n a l h a y m i e m b r o s d e l o s s i n d i c a t o s , l o s t r e s c i t a d o s d e p a r t a m e n t o s c u e n t a n m á s d e l 5 0 % d e l os a f i l i ados a l o s d e las e n t i d a d e s es ta t a l e s , l o s más n u m e r o s o s e i n f l u y e n t e s . S o n só lo m a e s t r o s d e las e s cue l a s públicas casi u n a c u a r t a p a r t e d e l t o t a l d e s i n d i c a l i z a d o s , frente a u n r e d u c i d o 1 5 % r e p r e s e n ­t a d o p o r t r a b a j a d o r e s i n d u s t r i a l e s . V é a s e , L O N D O Ñ O B o t e r o , R o ­c í o , " L o s s i n d i c a t o s y las j u n t a s c o m u n a l e s " , O p . Cit.; V é a s e t amb ién . M I N I S T E R I O D E T R A B A J O Y S E G U R I D A D S O C I A L , /// Censo Na­cional Sindical, Bo le t ín d e Análisis y Estadísticas L a b o r a l e s , Bogotá : J u l i o - D i c i e m b r e d e 1 9 8 9 , Ed i c ión 1 9 9 0 . N o . 4 1 , p . 4 8 .

C U A D E R N O S D E C I E N C I A P 0 l i I I C A

Leandro
Oval
sindicatos
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ter público tanto de los servicios prestados como de los recursos involucrados generó solidaridad entre los aso­ciados, interlocución y coordinación con otros sectores, capacidad de negociación y movilización, así como una muy importante trascendencia política179.

Pese a ser percibidos como abiertamente beligeran­tes, los sindicatos colombianos han recurrido en pocas ocasiones a la huelga 1 8 0 . Su baja cobertura territorial y sec­torial y las numerosas restricciones jurídicas para el ejerci­cio de sus actividades, han generado que su acción se concentre en la reiterada reivindicación de exigencias pre­viamente reconocidas 1 8 1 pero no cumplidas por parte del sector empresarial. De allí que desde el paro cívico de 1977 no se hayan repetido manifestaciones ni alcanzado logros de trascendencia nacional, viéndose reducida la actividad sindical a la simple conciliación tanto sobre te ­mas estructurales como sobre conflictos laborales meno­res. Las amenazas de despidos masivos y la criminalización de la protesta han conducido a esta forma de actuar. 1 8 2

Desde las primeras manifestaciones de las industrias ferrocarrilera, petrolera y bananera (1918-1920), y duran­te el período de mayor expansión y articulación (1957-1977), el movimiento sindical se desarrolló en forma de organizaciones sectoriales que exigían reivindicaciones bá­sicas: salarios, seguridad social, derechos a la movilización y huelga, jornada y estabilidad laboral, así como la nacionali­zación de recursos. En los años ochenta se modifican las reivindicaciones debido a fenómenos como i. la apertura económica 1 8 3, ii. la implementación de nuevas tecnologías,

1 7 9 V e r O F I C I N A I N T E R N A C I O N A L D E L T R A B A J O , El trabajo en el mundo, relaciones laborales, democracia y cohesión social, Op. Cit., p. 1 4 5 .

1 8 ° A l c o n t r a s t a r s e c i f ras d e h u e l g a s y h u e l g u i s t a s o s o b r e las e t a p a s d e conc lus ión d e la negoc iac ión d e c o n v e n c i o n e s , se r e v e l a q u e e n C o ­l o m b i a la m a y o r p a r t e d e las e m p r e s a s n u n c a h a n e n f r e n t a d o u n a h u e l g a . V é a s e D E L A G A D O , A l v a r o , El conflicto laboral colombiano: 1961-1990, B o g o t á : C I N E P , 1 9 9 4 .

1 8 1 " e n e l l a p s o d e 3 0 a ñ o s ( 1 9 6 1 - 1 9 9 0 ) h u b o 2 8 0 0 h u e l g a s , e n las c u a ­les par t ic ipó u n t o t a l d e 1 0 . 6 1 0 . 7 0 1 t r a b a j a d o r e s . [...] e l 9 0 % d e las h u e l g a s d e e s t e l a r g o p e r í o d o o c u r r i e r o n p o r p l i e g o s d e p e t i c i o n e s n o r e s u e l t o s y p o r v io lac ión d e n o r m a s l a b o r a l e s y cláusulas c o n v e n ­c i o n a l e s . Las h u e l g a s d e s o l i d a r i d a d g r e m i a l y d e p r o t e s t a h a n s i d o a p e n a s e l 1 0 % d e l t o t a l . " L O N D O Ñ O B o t e r o , R o c í o , " L o s s i n d i c a ­t o s y las j u n t a s c o m u n a l e s " . Op. Cit., p p . 3 0 3 - 3 0 4 .

1 8 2 Véase D E L G A D O . A l v a r o , "Las nuevas r e l a c iones d e t r a b a j o e n C o l o m ­b ia " , e n A R C H I L A , M a u n c i o , y P A R D O , G u e r r e r o , (eds . ) , Movimientos Sociales, Estado y Democracia en Colombia, Op. Cit., p p . 51 - 8 7 .

1 8 3 D e s d e m e d i a d o s d e l o s o c h e n t a , p e r o s i s temát icamente d e s d e f e ­b r e r o d e 1 9 9 0 , se ha d a d o p a s o a la política d e a p e r t u r a e c o n ó m i c a , p r o c e s o a g u d i z a d o e n e l c u r s o d e l g o b i e r n o G a v i n a ( 1 9 9 0 - 1 9 9 4 ) y

iii. la modificación de regímenes l abora les 1 8 4 , iv. la informalización y flexibilización del t r a b a j o 1 8 5 , v. la desterritorialización y desconcentración de la actividad pro­ductiva 1 8 6, vi. la reducción de la base sindical por cuenta de

q u e marcar ía p r o f u n d a m e n t e las o r i e n t a c i o n e s d e l t e x t o c o n s t i t u c i o ­na l d e 1 9 9 1 . E n t r e o t r a s r e f o r m a s , d e m a r z o d e 1 9 9 0 a j u n i o 1 9 9 1 se implicaría a c u a t r o r e d u c c i o n e s a la tasa p r o m e d i o d e i m p u e s t o s s o b r e las i m p o r t a d o n e s , d e s d e u n 4 3 , 7 % has ta u n I 1 , 4 % ; se d i s m i ­nuiría e l n ú m e r o d e n i v e l e s a r a n c e l a r i o s d e 2 0 a p rác t i c amen te 4 : 5 % , 1 0 % , 1 5 % , y 2 0 % ; se el iminarían las listas d e p r o h i b i d a i m p o r ­tac ión y d e l i c enc i a p r e v i a , d e m a n e r a q u e d e d i c i e m b r e d e 1 9 8 9 a n o v i e m b r e d e 1 9 9 0 las p o s i c i o n e s a r ance l a r i a s d e l i b r e impor t a c i ón ascender í an d e l 3 8 , 8 % h a s t a a p r o x i m a d a m e n t e e l 9 8 % ; se s i m p l i f i ­car ían y flexibilizarían e l p r o c e d i m i e n t o a d u a n e r o , las o p e r a c i o n e s d e c a m b i o y e l r ég imen d e invers ión e x t r a n j e r a ; se supr imir ía casi t o t a l ­m e n t e e l Certificado de Reembolso Tributario, ( e l cua l ex imía e l p a g o d e g r a v á m e n e s a las i m p o r t a c i o n e s d e s t i n a d a s a la p r o d u c c i ó n n a c i o ­nal d e b i e n e s e x p o r t a b l e s ) y se el iminaría e l s u b s i d i o al c r éd i t o p a r a e x p o r t a c i o n e s . La c a r e n c i a d e u n a s c o n d i c i o n e s i n t e r n a s d e c o m p e t i t i v i d a d y planificación implicarían u n a difícil s ituación e n la q u e , si b i e n e l r e c a u d o d e i m p u e s t o s s o b r e i m p o r t a c i o n e s aumenta r í a u n 3 6 . 7 % e n 1 9 9 2 , 4 8 . 2 % e n 1 9 9 3 y 2 6 . 0 % e n 1 9 9 4 , e l s e c t o r m a n u ­f a c t u r e r o disminuiría su tasa d e c r e c i m i e n t o d e u n 4 . 5 % e n 1 9 9 2 hasta u n 1 . 6 % e n 1 9 9 3 y 1 9 9 4 , y la p r o d u c c i ó n agrícola y m i n e r a expresar ían p r e o c u p a n t e s t é rminos d e - 1 . 8 % , 3 . 2 % y 0 . 9 % e n 1 9 9 2 , 1 9 9 3 y 1 9 9 4 , r e s p e c t i v a m e n t e p a r a la p r i m e r a , y - 3 . 9 % , - 1 . 7 % y 1 . 6 % p a r a la s e g u n d a . Las crít icas c o n d i c i o n e s d e la i n d u s t r i a n a c i o n a l

y la c o n s e c u e n t e situación d e m a s i v o d e s e m p l e o h a n t e r m i n a d o p o r p r e c a r i z a r e l m e r c a d o l a b o r a l y p o r t a n t o las p o s i b i l i d a d e s d e u n a p r a x i s s i nd i c a l e n t e n d i d a según sus t é r m i n o s t r a d i c i o n a l e s . V é a s e R O D R I G U E Z R., Luis H e r n a n d o , A p e r t u r a e c o n ó m i c a , c r e c i m i e n t o d e las e x p o r t a c i o n e s y p r o c e s o d e i n t e g r a c i ó n r e g i o n a l " , e n B L A N Q U E R , J e a n - M i c h e l , y G R O S , C h n s t i a n , ( c o m p s ) , Las dos Colombias. Op. Cit. p . 3 6 1 .

8 4 La organizac ión d e la e m p r e s a c o n t e m p o r á n e a r e q u i e r e t r a b a j a d o r e s p o l i v a l e n t e s d e a l t o d o m i n i o t é cn i co i n t e r d i s c i p l m a r i o - p r i n c i p a l m e n ­t e e n s i s t e m a s y e l e c t r ó n i c a - , s u s c e p t i b l e s d e r e a l i z a r l a b o r e s i n d i v i d u a l i z a d a m e n t e e n re lac ión a e s p a c i o s d i s t i n t o s a la l ínea d e p r o ­d u c c i ó n f a b r i l , ( p o r e j e m p l o e n e l h o g a r o e n la m e d i d a q u e se d e s ­p l azan t e r r i t o r i a l m e n t e ) , d e m a n e r a q u e se a c r e c e n t a e l p e s o d e l c a ­p i ta l s o b r e e l t r a b a j o y se m i n i m i z a n las p o s i b i l i d a d e s d e organ izac ión l a b o r a l según l os té rminos d e la sindicalización s e c to r i a l . V é a s e RJFKIN, J e r e m y , "El p o s f o r d i s m o " , e n El fin del trabajo: el declive de la fuerza del trabajo global y el nacimiento de la era del posmercado, B a r c e l o ­n a : Pa idós , 1 9 9 6 , p p 1 1 9 - 1 3 6 ; V é a s e t a m b i é n . Z E R D A , A l v a r o , " M o d e r n i z a c i ó n e m p r e s a r i a l y e m p l e o e n la i n d u s t r i a m a n u f a c t u r e r a c o l o m b i a n a " , e n Cambio técnico, empleo y trabajo, B o g o t á : Fesco l , 1 9 9 3 , p . 4 5 .

8 5 V é a s e D E L A G D O , A l v a r o , "Las n u e v a s r e l a c i o n e s d e t r a b a j o e n C o ­l o m b i a " , Op. O í . ; V é a s e L Ó P E Z , H u g o , Contexto macroeconómico colombiano, mercado laboral urbano y retos para una política de em­pleo, Mede l l í n , F E S C O L . 1 9 9 3 .

8 6 C o n la global ización la p r o d u c c i ó n se f r a c c i o n a , d e s t e r r i t o r i a l i z a y d e s c o n c e n t r a e n función d e los c o s t o s y b e n e f i c i o s . U n a expres ión loca l la i m p l i c a la actua l distribución d e l e m p l e o u r b a n o c o l o m b i a n o : c e r c a d e l 5 5 % se loca l iza e n u n i d a d e s p r o d u c t i v a s d e m e n o s d e 10 t r a b a j a d o r e s e n situación d e i n f o r m a l i d a d c o n t r a c t u a l , i m p l i c a n d o sala­r i o s i n f e r i o r e s al m ín imo m e n s u a l y la i n e x i s t e n c i a d e s e g u r i d a d soc ia l . V é a s e L Ó P E Z , H u g o , contexto macroeconómico colombiano, mer­cado laboral urbano y retos para una política de empleo, Op. Cit.; Véase G R O S , Jean-Bapt iste, y L U L L E , T h i e r r y , "El s e c t o r i n f o r m a l y la p r e c a r i e d a d e n B o g o t á " , e n B L A N Q U E R , J e a n - M i c h e l . , y G R O S . C h r i s t i a n , ( c o m p s ) , Las dos Colombias, Op. Cit, p p . 4 4 5 - 4 8 6 .

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia

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los procesos de reestructuración estatal y privatización187, vii. la participación de actores transnacionales en la toma de decisiones y la descentralización en su proceso 1 8 8 y viii. la introducción de competencia mercantil entre sistemas de servicios tanto públicos como privados.

Así mismo, en este periodo entran en desuso las con­venciones colectivas - marcos prerrogativos mediados por la negociación sindical -, en favor de los pactos colectivos -disposiciones proyectadas por la dirigencia empresarial que se firman directamente con los trabajadores indivi­dualmente -. De otro lado, aumenta en un 2 5 % anual la vinculación mediante contratos temporales, modalidad caracterizada por hacer de la filiación sindical una causal para la no-renovación contractual, lo que incide en el de ­bilitamiento progresivo de los sindicatos.

A partir de 1990 se adoptan un nuevo conjunto de re­formas en la misma dirección: la Ley 50 de 1990 o de Re­forma Laboral, la Ley 60 de 1990 y los decretos de reestructuración del Estado del 28 de diciembre de 1991 (expedidos gracias a la autorización constitucional entendi­da del artículo transitorio No . 20 de la carta de ese mismo año). Posteriormente la Ley 80 de 1993 terminó con la prohibición de despido sin justa causa que protegía los e m ­pleados con más de diez años de vinculación, generando cerca de 40.000 despidos y la desarticulación de los sindi­catos: portuarios, ferroviarios, del Inderena y de obras pú­blicas, y reduciendo otros como los de Minhacienda y el DAÑE. Igualmente se implementa el contrato de presta­ción de servicios y el salario integral, cuyo rasgo principal es su carácter temporal y el desconocimiento de todo dere­cho laboral: salud, pensión, primas, vacaciones, etc. Debe tenerse en cuenta que bajo esta modalidad se ha vinculado a un 2 5 % del actual personal público.

La C e n t r a l U n i t a r i a d e l o s T r a b a j a d o r e s ca l cu l a q u e só lo p a r a 1 9 9 2 p o r e f e c t o d e d i chas políticas f u e r o n d e s p e d i d o s 7 7 . 8 3 0 t r a b a j a d o r e s o f i c i a l e s ; N o r b e r t o Ríos e s t i m a u n a r educc ión d e 4 0 0 0 0 a f i l i ados e n l os s i n d i c a t o s es ta t a l e s . V é a s e I n f o r m e d e la C e n t r a l U n i t a r i a d e l o s T r a b a j a d o r e s a la O I T Derechos humanos y movimiento sindical, B o ­gotá, 1 9 9 4 , p. 1 2 ; V é a s e R Í O S , N o r b e r t o , " E f e c t o s n e o l i b e r a l e s e n e l s i n d i c a l i s m o " , e n Caja de Herramientas, Bogo tá : a g o s t o d e 1 9 9 4 , A ñ o 3 - N o . 2 0 . p . I 5.

El c o n t e x t o d e u n m e r c a d o g l o b a l m e d i a d o p o r la e x i s t e n c i a d e a c t o ­r e s y f l u j o s q u e s u p e r a n las j u r i s d i c c i o n e s n a c i o n a l e s se i m p l i c a a u n a e f e c t i v a e r o s i ó n d e la soberan ía y au tonomía es ta ta l p a r a d iseñar y r e g u l a r la polít ica pública i n t e r n a , d i fuminándose e l núc l eo hac ia e l c u a l se había d i r i g i d o f u n d a m e n t a l m e n t e la p r a x i s polít ica s i n d i c a l , b l o q u e á n d o s e la c a p a c i d a d o r g a n i z a t i v a d e l o s t r a b a j a d o r e s p a r a i m ­p l i c a r c a m b i o s e s t r u c t u r a l e s .

El escenario constituyente de 1991 continuó con este proceso. La nueva carta vendría a involucrar, a un mismo t iempo, tanto un discurso reivindicador de derechos y mecanismos participativos para convenir la política públi­ca, como uno desregulador y privatizador en el que la planificación estatal se limita a la garantía de condiciones de estabilidad. A la pretendida adopción de un Estado Social de Derecho se antepondrán el carácter meramente con­sultivo atribuido a las instancias de concertación, con la tecnocratización de lo macroeconómico en razón de ór­ganos independizados del control político y carentes de participación o fiscalización popular. Así, el desmonte sin­dical se acelera en los años noventa a medida que el nue­vo contexto institucional legitima la precarización del empleo, mientras tolera el desconocimiento de la legisla­ción laboral y la persecución v io lenta 1 8 9 .

De allí que el sindicalismo colombiano se encuentre abocado a entablar una nueva programática reivindicativo - organizativa. En la actualidad el movimiento sindical se agrupa en tres centrales: la Central Unitaria de Trabajado­res CUT, la Confederación General de Trabajadores De ­mocráticos CGTD y la Confederación de Trabajadores de Colombia CTC. Los reclamos sobre salarios, jornadas y seguridad social se han proyectado ya a la socialización de políticas públicas de empleo, salud, vivienda, protec­ción, producción nacional, educación, investigación y re­novación tecnológica, democratización en la gestión administrativa, macroeconómica y de la información. Las transformaciones en el trabajo y el concepto de lo público han hecho que algunas agrupaciones planteen el diseño y optimización de instalaciones y formas productivas asociativas alternativas a la privatización, proponiendo la viabilización económica de las plantas de empleados v i ­gentes y cuestionando las nuevas modalidades de filiación. De esta capacidad para recomponer y adecuar la propia eticidad en relación a las nuevas correlaciones depende la supervivencia y renovación de la acción política laboral.

"El E s t a d o Soc ia l d e D e r e c h o c o n s a g r a d o e n la Cons t i t uc ión d e l 9 1 n o p a r e c e a m p a r a r a b u e n a p a r t e d e l o s t r a b a j a d o r e s . C o n t r a r i o a l o q u e cabría e s p e r a r , e n e l ú l t imo c u a t r i e n i o [ 1 9 9 2 - 1 9 9 6 ] la p r o p o r ­c ión d e hue lgas causadas p o r v io lac ión d e n o r m a s l a b o r a l e s y c láusu­las c o n v e n c i o n a l e s a l canzó la a b s u r d a c i f r a d e l 5 1 , 5 % d e l t o t a l , al t i e m p o q u e las h u e l g a s d e p r o t e s t a polít ica t amb i én a u m e n t a r o n d e m a n e r a s ign i f icat iva , p e r o s o b r e t o d o l o s p a r o s c o n t r a l o s a ses ina tos , l o s a t e n t a d o s y las d e t e n c i o n e s d e d i r i g e n t e s y ac t i v i s tas s i nd i c a l e s . " V é a s e L O N D O Ñ O B o t e r o , Roc í o , " L o s s i n d i c a t o s y las j u n t a s c o m u ­n a l e s " , O p . CU., p. 3 0 4 .

C U A D E R N O S D E C I E N C I A P 0 l i I I C A

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7.7.6 Movimiento estudiantil

El movimiento estudiantil colombiano se caracteriza fun­damental mente por una amplia y desarticulada heteroge­neidad tanto organizativa como reivindicativa. Esta se explica, entre otras cosas, debido a que en nuestro país la introduc­ción de la educación superior se ha desarrollado con base en la reproducción no planificada de una variedad de esta­blecimientos de pequeño y mediano tamaño que, aunque se concentran geográficamente en torno a las principales capitales, reúnen cantidades reducidas de estudiantes. 1 9 0

La universidad pública, de acuerdo a su nivel de inter­dependencia con el Estado, se divide en dos niveles: na­cional o departamental. Entre las primeras ocupa lugar central la Universidad Nacional, con sede principal en Bogotá y que por cuenta de las reformas de 1935 y I 936 1 9 1

estableció las sedes regionales de Medellín, Manizales y Palmira. A ella le siguen la Pedagógica de Bogotá y la Pe­dagógica y Tecnológica de Tunja. En cuanto a las del nivel departamental, comienzan a fundarse alrededor de la dé­cada de los cuarenta y se relacionan tanto al interés estatal de descentralizar la educación como a la expansión de los requerimientos técnicos y profesionales de los gremios locales, contándose entre otras: la del Atlántico (1941), la de Caldas (1943), y las del Valle y Tolima (1945).

El entender la educación como bien público ha genera­do la emergencia de movimientos estudiantiles cuyas rei­vindicaciones apuntan a la proyección de políticas para la no-privatización, la garantía de servicios de bienestar, la au­tonomía educativa, la libertad de expresión, la democrati­zación de los sistemas de gobierno y de administración universitaria y en contra de la acción e influencia de actores exteriores. Sin embargo, la organización se particulariza se­gún distintas orientaciones ideológicas, en razón de sus re­laciones a los gobiernos universitarios, a los poderes estatales y a los actores del conflicto armado. Las formas de acción discurren entonces muy heterogénea-mente entre la praxis política, la expresión investigativa1 9 2, la celebración de acti-

9 0 Véase LE b o t , I v o n e , Educación e ideología, Medel l ín ; L e a l o n Ed. , 1 9 8 5 .

9 1 V é a s e p r i n c i p a l m e n t e la L e y 6 8 d e 1 9 3 5 .

9 2 Las u n i v e r s i d a d e s públicas h a n l i d e r a d o y casi c o n c e n t r a d o la i n ves t i ga ­c ión científica e n C o l o m b i a , p r o c e s o i n i c i a d o e n n u e s t r o país f u n d a ­m e n t a l m e n t e d e s d e la década d e los sesentas . A c t u a l m e n t e , d e la U n i ­v e r s i d a d N a c i o n a l d e p e n d e e l 21 % d e l t o t a l d e p u b l i c a c i o n e s científi­cas e n e l país, s iguiéndole e l I N G E O M I N A S c o n el 1 4 % , e l C e n t r o I n t e r n a c i o n a l d e A g r i c u l t u r a T rop i c a l c o n el 1 1 % , la U n i v e r s i d a d d e l Va l l e c o n e l 7 % , la d e A n t i o q u i a c o n e l 6 % , 3 9 i n s t i t u c i o n e s c o n

vidades culturales autónomas, la movilización pacífica, la pro­testa violenta y la insurgencia armada. 1 9 3

Por su parte, las entidades del sector privado se arti­culan en cuatro grupos diferenciados. Las involucradas a órdenes religiosas, de las que derivan algunas colectivida­des estudiantiles de asistencia social e institutos investiga-t ivos 1 9 4 . Las relacionadas a sectores interesados en cooptar militantes, formar cuadros y ampliar influencias, en las cuales los activismos individuales vienen a integrar organizaciones juveniles dispuestas por los partidos políticos como apoyos a campañas electorales l 9 S. Las vinculadas a los gremios in­dustriales por cuenta de sus necesidades de personal capa­citado, presentando niveles considerables de investigación e importantes redes de egresados1 9 6. Y por ultimo, las ins­tituciones meramente lucrativas, generalmente caracteriza­das por no poseer más de dos facultades y cuyas disciplinas exigen un mínimo de inversión. Esta condición motiva es­porádicas protestas exigiendo calidad educativa, regulanza-ción y legalización de carreras y en muchas ocasiones se encaminan contra sanciones impuestas por el Estado 1 9 7.

p u b l i c a c i o n e s e n t r e t r e s y v e i n t e c ada u n a c o n el 2 9 % , y 9 6 i n s t i t u ­c i o n e s c o n m e n o s d e t r e s p u b l i c a c i o n e s q u e j u n t a s a l c a n z a n c e r c a d e l I 2 % . V é a s e C H A R U M . Jo rge , G R A N E S , J o sé , MEYER , Jean-Bapt ispte . " La c i enc i a e n C o l o m b i a " , e n B L A N Q U E R , J e a n - M i c h e l . y G R I O S , C h r i s t i a n , Las d o s Colombias. Op. Cit., p p . 5 8 1 - 6 0 0 .

V é a s e S U E S C U N M o n r o y , E d u a r d o . Universidad: Proceso histórico y jurídico, Bogo tá : G r i j a l b o . 1 9 9 4 .

D e e n t r e estas se d i s t i n g u e n u n i v e r s i d a d e s c o m o la J ave r i ana y la B o l i v a r i a n a , d e p e n d i e n t e s d e la o r d e n Jesuíta, y o t r a s m u c h a s c o m o e l C o l e g i o d e l R o s a r i o , la d e San B u e n a v e n t u r a , la d e S a n t o T o m á s y la M i n u t o d e D i o s . S o n s o b r e s a l i e n t e s a l gunas o r g a n i z a c i o n e s e s t u ­d i a n t i l e s c o m o Caminantes del retorno ( a u s p i c i a d o s p o r l o s h e r m a ­n o s m a r i s t a s ) . e l Instituto Pensar ( G r u p o d e Invest igación d e la U . Javer iana) , y la e m i s o r a u n i v e r s i t a r i a d e la U n i v e r s i d a d M i n u t o d e D i o s , y la O r d e n d e H u m a n i s t a s Rosar i s tas .

E n t r e estas d e s t a c a n la U n i v e r s i d a d J o rge T a d e o L o z a n o , f u n d a d a p o r e l s e c t o r " l l e r i s t a " d e l p a r t i d o l i b e r a l ; la L i b r e , f u n d a d a e n l o s años v e i n t e p o r s e c t o r e s d e i z q u i e r d a d e l p a r t i d o l i b e r a l , s o b r e s a l i e n d o sus a s o c i a c i o n e s d e a b o g a d o s ; la S e r g i o A r b o l e d a , d e p r o p i e d a d d e sec ­t o r e s d e l t r a d i c i o n a l i s m o c o n s e r v a d o r , i m p l i c a d a e n t r e o t r a s cosas a la juventud conservadora; y la I N C C A , d e e s t r e c h a s r e l a c i o n e s c o n la R D A y e l P a r t i d o C o m u n i s t a .

F o r m a n l os c a z o s más t ípicos la U n i v e r s i d a d d e l o s A n d e s , d e e s t r e ­c h o s v íncu los c o n la Asoc i a c i ón N a c i o n a l d e I n d u s t r i a l e s , y la ICESI , ausp i c i ada p o r l o s e m p r e s a r i o s v a l l e c a u c a n o s ; e n estas d e s t a c a n i n s t i ­t u t o s d e investigación c o m o e l Centro de Estudios Sociales y la a s o ­c iac ión d e e g r e s a d o s Umandinos.

D e s t a c a n e n e s t e c a s o las m o v i l i z a c i o n e s e s t u d i a n t i l e s c e l e b r a d a s e n var ias c i u d a d e s c o n t r a e l c i e r r e d e la U n i v e r s i d a d A n t o n i o N a r i ñ o d i s p u e s t o p o r e l g o b i e r n o Past rana ( 1 9 9 8 - 2 0 0 2 ) . En e l m i s m o p e r í o ­d o t amb i én l l a m a n la a t enc ión las m a n i f e s t a c i o n e s d e l o s e s t u d i a n t e s d e la U n i v e r s i d a d S an t i ago d e C a l i , i n i c i a l m e n t e a r t i c u l a d a s c o n t r a la d isposic ión es ta ta l d e c l a u s u r a r a l g u n o s d e sus p r o g r a m a s , p e r o q u e te rminar ía e n u n a más a m p l i a programát ica s o b r e la c a l i d ad d e la e d u ­cac ión , i n s t a l a c i ones , y p r e c i o s d e m a t r i c u l a s .

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia

Leandro
Rectangle
movimiento estudiantil
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Esto viene a incidir en que el estudiantado colombiano carezca de un esquema reivindicativo común. A este res­pecto puede establecerse que los estudiantes de entida­des oficiales poseen cierta ética crítica' inherente al sentido y preservación de lo público, particularizada en relación a organizaciones, orientaciones ideológicas, reclamos regio­nales y formas de acción diversas. Por su parte, aquellos vinculados a instituciones privadas integran un conjunto de líneas éticas aún más heterogéneo, que va desde las que se relacionan con el activismo religioso y político, hasta las que se identifican con intereses empresariales. Por ello, en los años sesentas y setentas, fracasan los in ­tentos por establecer organizaciones gremiales como la Federación Universitaria Nacional, el Encuentro Nacional Universitario y el Frente Colombianista de Juventudes. Lo mismo sucedería a principios de los años noventas, cuan­do el Movimiento por la séptima papeleta, logra la convo­catoria a una reforma constitucional, pero no alcanza a establecer una posición programática ni a fundar una es­tructura organizacional nacional. Ello condujo a que el m o ­v i m i e n t o , pese a ser r e c o n o c i d o , carec iera de representantes en la asamblea 1 9 8.

1.2 Actores políticos

1.2.1 Partidos Tradicionales

El año de 1990 ha sido considerado por analistas e historiadores como la fecha en que se señala el fin del bipartidismo. 1 9 9 El surgimiento del M- 19 como tercera fuerza así como la inserción marginal de indígenas, de gru­pos cristianos, de la Unión Patriótica y las guerrillas desmovilizadas dentro de la Asamblea Nacional Constitu­yente, permite anunciar una triunfante apertura del siste­ma político y un consecuente debi l i tamiento de las colectividades liberal y conservadora.

Sin embargo, la dinámica de la Asamblea y los resulta­dos electorales posteriores nos presentan un panorama menos alentador ya que las élites bipartidistas se presen-

1 9 8 V é a s e O R J U E L A M . , J o rge A r m a n d o , Semilla en tierra seca, B o g o t á :

C o l e g i o d e l R o s a r i o . 1 9 9 3 .

1 9 9 V é a s e D U G A S , J o h n . Op. Cit.

tan bajo las banderas de partidos y movimientos políticos independientes, con lo cual se impide una verdadera re­novación de la clase política.

Previo a los comicios de mayo de 1990, el Partido Liberal definió como estrategia electoral la 'operación avispa', ya que no habían podido establecer una lista úni­ca nacional. Por ello se inscriben 41 listas, con las cuales obtuvo 25 curules y una votación equivalente al 3 I % . Ya en la Asamblea, logró la copresidencia de la Mesa Direc­tiva con Horacio Serpa Uribe y domina la redacción del texto constitucional, bajo la abierta influencia del gobier­no de César Gaviria.

De esta forma, el bajón electoral no redundó en una pérdida sustantiva de influencia política. Los eventos de fraccionamiento al interior del Partido fueron prontamen­te compensados por un sistema de alianzas con las otras colectividades dominantes, para el caso con el M-19 y el Movimiento de Salvación Nacional. Pese a ello, el parti­do fue incapaz de presentar un solo proyecto de gobier­no, habida cuenta de las actuaciones individuales de los caciques tradicionales.

Por su parte, el Conservatismo mantuvo una partici­pación inferior aunque no minoritaria en la coyuntura del cambio constitucional. El Partido Social Conservador se presentó a las elecciones con una lista única encabezada por el ex presidente Misael Pastrana, obteniendo 4 curules. El Movimiento Salvación Nacional de Alvaro Gómez y los conservadores independientes obtuvieron I I y 4 curules respectivamente sumando un total de 19 escaños.

En definitiva, la composición heterogénea de los parti­dos independientes no significo renovación política en las elecciones a la Asamblea Constituyente. Por ejemplo, el Movimiento de Salvación Nacional, dirigido por un líder natural del conservatismo, estuvo representado en la Asamblea por siete conservadores, tres liberales y un sin­dicalista de filiación conservadora. La lista del M-19 la con­formaron tres liberales y tres conservadores, junto a seis ex-guerñlleros, tres sindicalistas y cuatro independientes.

La vigencia del Partido Liberal se ratificó en las eleccio­nes del 27 de octubre de 1991, al recuperar de manera contundente la mayoría de las curules del Congreso (58 escaños) con un 46,7 % de la votación. El Conservatismo Oficial eligió 14 senadores, la Nueva Fuerza Democrática de Andrés Pastrana 9 y el Movimiento Salvación Nacional 5, para un total de 28 escaños.

C U A D E R N O S 0 í C I E N C I A P O L Í T I C A

Leandro
Oval
partidos politicos
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C o m o se ve, el equilibrio de fuerzas de la Constitu­yente fue revertido posteriormente a favor del liberalis­m o , mient ras que el conse rva t i smo se resistía a desaparecer. La participación del M-19 fue sostenida has­ta las elecciones de 1994, cuando inicio su declive electo­ral. Todo esto parece minar la tan nombrada superación de las viejas maquinarias partidistas augurada por los mas optimistas defensores de la Constitución.

1.2.2 M- 19

El M-19 surge en 1970 cuando un sector de la Alianza Nacional Popular (ANAPO) decide reaccionar frente al fraude electoral que le arrebató la presidencia al general Rojas Pinilla. Mas tarde, en 1974 se produce el robo de la espada de Bolívar en Bogotá, con lo cual se da a conocer como grupo guerrillero. A partir de entonces, el M-19 se erigiría en la primera guerrilla urbana que reivindicaría la democratización del régimen y buscaría el apoyo de t o ­das las clases sociales. Se apartaría así de la corriente co ­munista internacional para convertirse en un movimiento de opinión en el que la política jugaría un papel más i m ­portante que el mil itarismo 2 0 0 .

En 1980, el M- 19 alcanza su mayor nivel de populari­dad con la toma de la Embajada de República Dominica­na. Posteriormente, en el gobierno Betancourt adelanta un proceso de paz que termina fracasando y llevaría a la toma del Palacio de Justicia en 1985. Este evento deter­minará un cambio importante por cuanto el grupo se de­bilita políticamente perdiendo importante apoyo popular.

Esto, sumado al desgaste militar, conduciría a un nue­vo proceso de paz en 1989, que habrá de conducir a la desmovilización y reinserción a la vida civil. La Asamblea Constituyente de 1991 sería la puerta de entrada del movimiento al sistema político. Decide presentarse a es­tas elecciones con listas únicas nacionales compuestas por sus líderes principales y figuras de algún reconocimiento público. En un resultado histórico, el M-19 obtiene 19 de las 70 curules disponibles e inicia su carrera de negocia­ción con las élites partidistas.

2 0 0 V é a s e Z U L U A G A N i e t o . Ja ime, " D e guerr i l l as a m o v i m i e n t o s políticos. Aná l i s i s d e l a e x p e r i e n c i a c o l o m b i a n a : e l c a s o d e l M - 1 9 " , e n P i .ÑAPy^NDA. ftcártg y GUERRERO. Javier, (comps.), De las armas a la política, Bogotá : T M Ed i t o r e s , l e p r i . U n i v e r s i d a d N a c i o n a l , I 9 9 9 .

Autores como Pedro Agustín Díaz, sostienen que la posición mantenida por el M-19 en la Asamblea se carac­terizó por no proponer reformas que en alguna manera inquietaran al establecimiento. De ahí que no se p romo­vieron cambios sustanciales que afectaran los intereses de las élites. En sentido contrario, el papel de Navarro Wolf, copresidente de la Asamblea por el M-19, será indicativo de su alianza con el gobierno Gaviria y con el Movimiento Salvación Nacional encabezado por Alvaro Gómez. 2 0 1

Otros autores como Dávila, afirman que la A.D. M-19 fue la fuerza más estructurada y coherente dentro de los debates de la Asamblea Constituyente. La ausencia de un proyecto político más audaz y radical fue una decisión con­siente para no generar más enemigos en los sectores do ­minantes. La actitud en las votaciones se caracterizó así por un tono conciliador que buscaba desactivar la oposi­ción y lograr el apoyo de los demás sectores. 2 0 2

En cualquier caso, la inserción del M-19 se vio opacada por la ausencia de otros sectores de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar2 0 3 con los cuales no prosperó el proceso de paz, dando como resultado una paz parce­lada que distó mucho de originar un consenso constitu­cional.

1.2.3 Unión Patriótica

La Unión Patriótica (U.P) fue uno de los principales actores excluidos del proceso constituyente. Surge del fallido proceso de paz del gobierno Betancourt con las FARC en 1984, como una alianza entre diversos grupos de izquierda liderados por el Partido Comunista. En las elecciones presidenciales de 1986. el candidato de la U.P Jaime Pardo Leal obtiene 320 mil votos. Posteriormente

D I A Z A r e n a s , P e d r o Agust ín , La Constitución política colombiana. Proceso, Estructura y Contextos, Bogo t á : E d . T e m i s , I 9 9 3 , p p . 1 0 8 -I 0 9 .

D A V I L A L a d r ó n d e G u e v a r a , A n d r é s . Op. Cit., p . 1 3 7

La C o o r d i n a d o r a G u e r r i l l e r a S i m ó n Bol ívar, a n t e s C o o r d i n a d o r a N a ­c i o n a l G u e r r i l l e r a agrupó al M o v i m i e n t o R e v o l u c i o n a r i o 19 d e ab r i l ( M - 1 9 ) , e l M o v i m i e n t o A r m a d o Qu in t í n L a m e ( M A Q L ) , la C o r r i e n t e d e R e n o v a c i ó n Soc ia l i s ta ( C R S ) , la A u t o d e f e n s a O b r e r a ( A D O ) , e l Paitidu ficvuAjüuMdi¡u u e f u s T f d U d j d u o r e s \rhi), e i r r e n i e r\ icarao F r a n c o y e l MIR- Patr ia L i b r e .

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia

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su crecimiento como fuerza política se ve truncado por el asesinato sistemático de un gran número de sus d i r i ­gentes y militantes. 2 0 4

Ya en los años noventa, la Unión Patriótica condenó la violencia guerrillera y manifestó su confianza en el diá­logo como única salida posible al conflicto armado. De ahí que buscó participar activamente en el proceso Cons­tituyente, obteniendo el 2 . 5 9 % de la votación alcanzan­do dos curules en la Asamblea.

Pese a sus orígenes diversos, los constituyentes de la U.R compartieron criterios ideológicos y políticos que se reflejaron en su proyecto de reforma constitucional. Sin embargo, evidenciaron distancias en temas como el abor­to, el divorcio y el servicio militar 2 0 5 . Pronto las expectati­vas de reforma y apertura política de la U.R se vieron frustradas por el control logrado por las élites partidistas mediante las alianzas con movimientos como el M-19. Este evento, aunado al asesinato de muchos de sus copartidarios, concluyó con la pérdida de su potencial elec­toral llegando a desaparecer totalmente tras el retiro de su personería jurídica.

1.3 Actores armados20*

Los actores armados ilegales, como el Ejército de Libe­ración Nacional (ELN), las Fuerzas Armadas Revoluciona­rias de C o l o m b i a (FARC) y los d i ferentes grupos paramilitares, no participaron en el proceso Constituyente de 1991 pese a su presencia en la escena política del país. Esta situación se hiso extensiva a otros grupos armados que no se desmovilizaron como el reducto del M-19 y el EPL.

2 0 4 S o b r e e s t e t e m a ve r , O R T I Z Pa lac ios , Iván D a v i d , El genocidio contra la Unión Patnótica, Bogo tá : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l , I 9 9 9 ; Reiniciar la esperanza: notas preliminares sobre el genocidio contra la Unión Pa­triótica, B o g o t á : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l , 1 9 9 9 . T a m b i é n v é a s e e l I n f o r ­m e d e l D e f e n s o r d e l P u e b l o p a r a e l g o b i e r n o , e l c o n g r e s o y e l p r o ­c u r a d o r g e n e r a l d e la nac ión : Estudio de casos de homicidio de miem­bros de la Unión Patriótica y de Esperanza, Paz y Libertad, Bogo tá : D e f e n s o r í a d e l P u e b l o , 1 9 9 3 .

2 0 5 D A V I L A L a d r ó n d e G u e v a r a , A n d r é s , Op.Cit. p. 1 3 8

2 0 6 L9§ trabajos adelantados p o r l o s v io len tó logos e n e l IEPRI , e l C I N E R e l C E S , e l C E R E C , F E S C O L , e n t r e o t r o s , s i r v i e r o n c o m o u n a i m p o r ­t a n t e f u e n t e bibliográfica p a r a e l d e s a r r o l l o d e e s t e capítulo.

1.3.1 El Ejército de Liberación Nacional (ELN)

Según Alejo Vargas, el origen del ELN procede de "la violencia política que intenta transformarse en acción re­volucionaria" 2 0 7. Esto gracias a la confluencia entre el idea­rio de la Revolución Cubana, los remanentes de la guerrilla liberal de Rafael Rangel, el movimiento estudiantil univer­sitario (la UIS, la AUDESA, la F U N 2 0 8 ) y la radicalización del sector sindical del petróleo.

Para Marco Palacios, el planteamiento del 'foquista' que le permitió al Movimiento 26 de Julio triunfar en la Revo­lución Cubana, tuvo una incidencia determinante:

"El primer paso consistía en crear un frente clandestino urba­no; luego había que montar un campamento, el foco revolu­cionario, ubicado en una zona donde simultáneamente pudiera preservar su fuerza militar, precaria en tos comien­zos, y ganarse la simpatía y el apoyo del campesinado"m.

N o obstante, en los inicios del movimiento el ideal revolucionario no era importante. Así lo reconoce Nico­lás Rodríguez Bautista "Gabino", al señalar: "Cuando se produce la Revolución Cubana en 1959, Fabio estaba pensando más en vengar la muerte de su papá, ocurrida a manos de 'Los Pájaros' en el viejo Caldas, que en cons­truir un proyecto revolucionario" 2 1 0 .

La emergencia de un mov im ien to de tendencia Gaitanista en Miraflores (Boyacá), señala una unidad de base campesina y obrera que se hace especialmente visible en la huelga de 1963, en la que fueron protagonistas los obreros de ECOPETROL y las masas campesinas de San Vicente de Chucurí2 " .En sus orígenes, el proyecto político del ELN, asociado al nacionalismo antiimperialista y a la reivindicación

2 0 7 V A R G A S Ve lásquez, A l e j o , Una mirada analítica sobre el ELN, Op. Cit., p p . 1 0 4 - 1 0 5 .

2 0 8 El m o v i m i e n t o es tud iant i l un i ve r s i t a r io p roporc ionó el en lace c o n C u b a q u e le permitía a la organización político-militar el e n n q u e c i m i e n t o d e su orientación ideológica y e l ap r end i za j e p r o g r e s i v o d e la táctica guer r i l l e ra .

2 0 9 PALAC IOS , M a r c o , "La solución política al c o n f l i c t o a r m a d o , 1 9 8 2 - 1 9 9 7 " e n C A M A C H O G u i z a d o , A l v a r o , y L E A L B u i t r a g o , F ranc isco , ( c o m p s . ) , Armar la paz es desarmar la guerra, B o g o t á : F E S C O L - I E P R I -C E R E C . I 9 9 9 . p. 3 5 0 .

2 1 0 M E D I N A G a l l e g o . C a r l o s , ELN: Una histona contada a dos voces. En­trevista con el "cura" Manuel Pérez y Nicolás Rodríguez Bautista "Cabmo", Bogotá: Eds. Rodríguez Q u i t o , 1 9 9 6 . p. 2 7 .

2 1 1 El c a so d e San V i c e n t e d e Chucu r í . c r o b r a m a y o r i m o o r t a n a a D o r la suces ión d e v i o l e n c i a s y o r g a n i z a c i o n e s q u e h a n o p e r a d o e n e l t e r r i ­t o r i o a l o l a r g o d e la h i s t o r i a pol í t ico d e l c o n f l i c t o a r m a d o ( s i m i l a r a l o s

C U A D E » N 0 S 0 £ C I E N C I A P O M T I C A

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de la justicia social, se encontraba vinculado a los referentes de 'igualdad' construidos por la alternativa política que su­puso el MRL. El ELN se inicia así como una guerrilla pobre, con un gran desconocimiento teórico, con evidentes con­tradicciones entre lo político y lo operativo militar y con una base fundamentalmente campesina. 2 1 2

Según la reconstrucción histórica planteada por Marco Palacios, el ELN experimenta tres per iodos 2 1 3 : El pr ime­ro, comprendido entre 1962 y 1965, en el cual se forma la vanguardia universitaria y el grupo militar caracterizado por la cristalización de un proyecto jacobino a raíz del r o m ­pimiento con la izquierda liberal y el partido comunista. Se caracteriza por un proceso de aprendizaje táctico, por la adopción del código guerrillero y por el carácter defen­sivo de la organización.

El segundo periodo, comprendido entre 1965 y 1973, se origina con la toma de Simacota, Santander, el 7 de enero de 1965. Esta operación, de gran impacto político, fijó la primacía de la acción rural sobre las operaciones clandestinas urbanas, pese al protagonismo alcanzado por el Frente Unido del Pueblo, dirigido por el padre Camilo Torres Restrepo. Este periodo concluye en 1973 con la operación Anorí, que inflinge la mayor derrota militar su­frida por el ELN.

Es en 1965 cuando ocurren los primeros encuentros entre el padre Camilo Torres y Fabio Vasquez. El Frente Unidose presenta como plataforma política para el ELN y se comienza a construir un proyecto en el que convergen socialismo y cristianismo, en un ejercicio pedagógico que adelantará el padre Torres junto con Manuel Vásquez al interior de la organización. El 15 de febrero de 1966 muere Camilo Torres en el combate de Patio Cemento, con lo cual desaparece el Frente Unido y se genera un fortaleci­miento del componente militar sobre el político.

La primacía de lo militar significó una mayor presencia geográfica de la organización. A principios de los años se­tenta se tenían frentes en Santander, el Sur de Bolívar, el Nordeste Antioqueño, el Río Magdalena, Puerto Berrío y Barrancabermeja. De otro lado, la influencia de Camilo

casos d e P u e r t o Boyacá , P u t u m a y o , U r a b á ) , V é a s e V A R G A S Ve lásquez, A l e j o , " T r e s m o m e n t o s d e l a v i o l e n c i a polít ica e n San V i c e n t e d e C h u c u r í " , e n Análisis político, N ° 8 , B o g o t á , S e p t i e m b r e - D i c i e m b r e , 1 9 8 9 . p p . 3 3 - 4 7 .

2 1 2 I b i d . p . 3 7 .

2 1 3 P A t A C I O S , M a r c o , " La so luc ión polít ica al c o n f l i c t o a r m a d o . J 9 8 2 -

1 9 9 7 " . Op. Cit.

Torres permitió que bajo el movimiento G O L C O N D A se vinculara a otros sacerdotes españoles al ELN. Son ellos: Manuel Pérez. Domingo Laín y José Antonio Jiménez. A mediados de 1973 se lleva a cabo una Asamblea en el Sur de Bolívar, en la que se plantea la necesidad de reconstruir la disciplina de la organización y la base campesina origina­ria. El 18 y 19 de octubre de 1973, las Fuerzas Militares ejecutan la operación Anorí con la cual se diezma a la orga­nización y resultan muertos Antonio y Manuel Vásquez. En el juicio de responsabilidad por la derrota, se culpa a 'Los Bertulbos' 2 1 4 , lo cual genera un proceso de deserciones. Debe tenerse en cuenta que antes se había enjuiciado y condenado a fusilamiento a Víctor Medina Morón, Julio César Cortés y Heliodoro Ochoa, lo que llevo a la crea­ción del frente Simón Bolívar como disidencia.

El tercer periodo establecido por Palacios, va de 1973 hasta 1984, caracterizándose por las crisis y los procesos de reestructuración, culminando con el vertiginoso creci­miento de la organización a partir de 1984. En 1974 Fabio viaja a Cuba con lo cual se genera un vacío de poder que se resolverá a partir del replanteamiento de las relaciones entre Gabino y el cura' Pérez. Otra crisis es la desarticu­lación de la red urbana en 1972, originada por la perdida de un morral con toda la información durante un comba­te con el ejercito en el Sur de Bolívar. Esta crisis tendría su punto mas critico el 27 de febrero de 1977 cuando cae la red de Bogotá.

Esto llevara a que entre abril y octubre de 1982, se convoque a los frentes Domingo Laín, Camilo Torres y José Antonio Galán con miras a reconstruir una Dirección Nacional liderada por el 'cura Manuel Pérez. El proceso culmina en 1986 cuando se desarrolla una Asamblea Na­cional que introduce un replanteamiento ideológico, al pasar de una posición nacionalista a una perspectiva clási­ca de corte marxista - leninista.

En este periodo el ELN experimenta un sensible cre­cimiento, fruto del trabajo de base que se siguió adelan­tando a pesar de la desarticulación operada durante la década de los setenta. Ya en los años ochenta, resultó especialmente relevante el trabajo con la A N U C , los es­tudiantes, el movimiento obrero y las comunidades cris­tianas, lo que condujo a que el 8 de junio de 1987 se diera la fusión entre el MIR - Patria Libre y el ELN, nacien­do así la Unión Camilista ELN. Para 1984 la construcción de los oleoductos de Caño Limón y Cravo Nor te vendría

M i e m b r o s d e la organizac ión a n i v e l u r b a n o e n M e d e l l í n .

Elites, Et ic idades y Constitución en C o l o m b i a 67

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a introducir una nueva dinámica al conflicto, al constituirse en una nueva fuente de financiamiento.

En 1989 el II Congreso de la U.C.-E.L.N. estableció dos tipos de negociación, de un lado, la negociación par­cial, que contempla como temas concretos: la huma­nización de la guerra, la nacionalización de los recursos naturales y el apoyo a las reivindicaciones de la población. De otro lado, la negociación global que incluía una temá­tica más amplia y profunda. Igualmente se ratificaron las reivindicaciones socialistas y la construcción del poder popular. Esta iniciativa entraría a confrontar al proceso descentralizador adelantado por la administración Barco con el objeto de asegurar el control municipal y regional, mediante el establecimiento de cabildos y juntas popula­res además de otras expresiones de gobierno alternativo.

Posteriormente, el E.L.N. queda marginado del p ro ­ceso constituyente de 1991. Ante esta situación, plantea un p royec to de carácter nacional po r fuera de la institucionalidad que se condensa en "Las doce propues­tas para construir una estrategia de paz". Este manifiesto, elaborado en el marco de una cumbre de la Coordinado­ra Guerrillera Simón Bolívar y publicado en 1992, reflexio­na y asume como plan de acción: el desmonte de la apertura económica, la ejecución de la reforma agraria, el diseño de una política nacional para la explotación de re­cursos naturales, el fortalecimiento de la función social del Estado, la función de fiscalización ciudadana, la desmilitari­zación de la vida nacional, el desmonte del paramilitarismo, la garantía de los derechos humanos, el fortalecimiento del poder judicial, el ejercicio efectivo de la democracia, la descentralización del plan de desarrollo y la indemniza­ción a víctimas de la violencia.

Esta propuesta, planteada como oferta de negociación, se apartaba de la construcción de un socialismo real pese a contemplar elementos de economía planificada. De esta forma, propendía más por un proyecto intermedio entre un Estado de bienestar fortalecido y un proyecto socialista con elementos democráticos. Estas ¡deas, de construir una democracia con un verdadero ejercicio de soberanía y de adelantar un real proceso modernizador 2 1 5 , serán la base

2 1 5 V é a s e T O R R E S . C a m i l o . Posibilidad de una izquierda en Colombia. p p . 1 2 - 1 5 (a r t í cu lo p o s t u m o d e l P ad re C a m i l o T o r r e s , e n t r e g a d o a R o b e r t o A r e n a s u n a s s e m a n a s a n t e s d e i r s e "a l m o n t e " , c o n e l o b ­j e t o d e q u e se d i s c u t i e r a e n I N T E G R A C I Ó N ) . Par p r o f u n d i z a r s o ­b r e e l p r o y e c t o d e la i z q u i e r d a e n C o l o m b i a , V é a s e V A R G A S Ve l á squez . A l e j o , " La i z q u i e r d a e n C o l o m b i a : ¿ q u é p e r s p e c t i v a s ? " , e n Problemas políticos latinoamericanos, V o l . 2 , N ° 2 , P o p a y á n , O c t u b r e , 1 9 9 5 , p p . 3 4 - 5 3 .

de negociación en los diálogos adelantados por la Coord i ­nadora Guerrillera Simón Bolívar en Caracas y Tlaxcala durante marzo de 1992. El proceso se rompería el 4 de mayo siguiente, implicando de paso el agotamiento de un m o d e l o de negociación o r i e n t a d o al desarme, la desmovilización y la reinserción. Desde entonces se adop­taría un modelo que privilegiaba la regulación del conflicto y del Derecho Internacional Humani tar io 2 1 6 .

De acuerdo con la tesis que comparten varios acadé­micos como Alejo Vargas, Carlos Medina y Marco Palacios, el proceso histórico del E.L.N. ha sido determinado por la prelación que se le dio al montaje de una guerrilla rural, sobre la construcción de una verdadera organización políti­ca. Pese a esta importancia otorgada a lo militar, y siguiendo el modelo de Guerra Popular Prolongada de Mao Tse Tung, el E.L.N. no ha logrado superar la etapa de 'guerra de gue­rrillas' para asumir una 'guerra de movimientos' y mucho menos una 'guerra de posiciones', a pesar de los múltiples intentos por desarrollar esta dinámica2 1 7.

De esta forma se evidencia, que en el debate interno ha primado la idea de adelantar una Guerra Popular Pro­longada sobre la idea de construir un poder popular, al considerar que darle una prelación a lo político significaba abandonar la lucha revolucionaria 2 1 8. Aún así, durante los años noventa, la necesidad de readecuarse a las nuevas circunstancias del mundo post Guerra Fría, ha obligado a que el E.L.N. adopte nuevos referentes políticos como: la democracia radical, la renovación del poder popular, el nuevo modelo de desarrollo y el socialismo difuso 2 1 9 .

1 6 Para p r o f u n d i z a r , ve r , V A R G A S Ve lásquez , A l e j o , " C i n c o m i t o s e n las c o n v e r s a c i o n e s d e C a r a c a s " , e n Colombia Hoy Informa, N ° 9 8 , Bogotá , F e b r e r o , 1 9 9 2 . p p . 8 - 1 2 .

' 7 E d u a r d o P i z a r r a e n c u e n t r a d o s e t a p a s d e la l u c h a g u e r r i l l e r a e n A m é ­r i ca La t ina , la p r i m e r a d e el las basada e n " e l f o c o g u e r r i l l e r o " , q u e c o n t e m p l a d a e l p e r i o d o c o m p r e n d i d o d e s d e la R e v o l u c i ó n C u b a n a hasta m e d i a d o s d e la d é c a d a d e los s e t e n t a , y la s e g u n d a , c o n la i m ­posic ión d e la " g u e r r a p o p u l a r p r o l o n g a d a " , a p a r t i r d e la i n f l u e n c i a d e la r e vo luc ión N i c a r agüense e n 1 9 7 9 . V é a s e P I Z A R R O L e o n g o m e z , E d u a r d o , Insurgencia sin revolución : la guerrilla en Colombia en una perspectiva comparada, Bogo tá : T e r c e r M u n d o Eds. , IEPRI, 1 9 9 6 .

1 8 A l e j o Va rgas señalará q u e " e n sus i n i c i o s (...) b u s c a b a n p r e s e n t a r s e c o m o a l t e r n a t i v a al r e f o r m i s m o a p a r t i r d e sus m é t o d o s p r i v i l e g i a d o s d e l u c h a y n o d e l c o n t e n i d o d e sus p r o p u e s t a s . Es dec i r , e s t a b l e c e n u n a e s p e c i e d e opos i c ión e n t r e " r e fo rma/revo luc ión " a p a r t i r d e los m é t o d o s d e la práctica soc i a l : si se p r i o r i z a l a acc ión política n o a r m a ­d a se c a t a l o g a d e r e f o r m i s t a , si e l énfasis se d a a la acc ión a r m a d a , p o r el c o n t r a n o se d e n o m i n a r e v o l u c i o n a r i o " , V A R G A S Ve lásquez , A l e j o , " G u e r r i l l a , r é g i m e n pol í t ico y E s t ado : l e c t u r a s y r e l e c t u r a s " , e n P A L A ­C I O , G e r m á n , ( c o m p . ) , La irrupción de paraestado. Ensayos sobre la crisis coiomüi'arid, B u g u i a . f L W v _ c r \ c x - , i ? 7 u , p. ¿ J - T .

1 9 V A R G A S . A l e j o . Una mirada Analítica al ELN, Op. Cit, p. 1 1 4 .

C U A D E R N O S D E C I E N C I A P 0 l i I I C A

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1.3.2 Las FARC

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia tie­nen como antecedente las agitaciones campesinas que el Partido Comunista adelantó desde la década de los años veinte hasta el periodo de La Violencia, en las regiones del Tequendama, Sumapaz y el Sur del Tolima. Este proceso habría de conducir a la creación de las Autodefensas Cam­pesinas localizadas en las llamadas "repúblicas independien­tes" de Marquetalia, Riochiquito, Guayabera y El Pato, en los departamentos de Tolima, Huila, Meta, Caquetá y Cauca 2 2 0 . Allí se adelantan procesos de autogestión para el desarrollo económico y social y se articula la base social del campesinado y el movimiento agrícola, de forma paralela a la formación política impartida por el Partido Comunista.

Ante esta situación, en 1964 el gobierno lleva a cabo la "Operación Marquetal ia" dirigida por el Co rone l Hernando Currea, para entonces comandante de la VI Brigada. Esta acción militar, que movilizó 16.000 solda­dos, se ejecutó bajo los preceptos del Plan Laso cuyo d i ­seño se ajustaban a la dinámica propia de la Guerra Fría y por t an to se inscribía c o m o una de las doctr inas contrainsurgentes promovidas por Estados Un idos 2 2 ' . La consecuencia inmediata de la operación fue la conforma­ción de una guerrilla móvil integrada por 48 campesinos. Posteriormente, el 20 de Julio de 1964, se daría a cono­cer su programa agrario cuyos puntos centrales se refe­rían a la exigencia de una reforma agraria, contra latifundista y por el derecho a la tierra.

2 2 0 P A L A C I O S , M a r c o , " L a so luc ión política al c o n f l i c t o a r m a d o , 1 9 8 2 -1 9 9 7 " . O p . Cit. El t r a b a j o más s i s t e m a t i z a d o s o b r e e l o r i g e n d e las FARC, f u e a d e l a n t a d o p o r E d u a r d o P i za r ra L e o n g ó m e z , e n P I Z A R R O L e o n g o m e z , E d u a r d o , Las Farc : (1949-1966), de la autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha, Bogotá : T e r c e r M u n d o Eds. , 1 9 9 1 , c a r a c t e r i z a d o p o r F e m a n d o C u b i d e s c o m o u n t r a b a j o q u e o f r e ­c e " u n a explicación genét ica y e s t r u c t u r a l d e u n a g u e r r i l l a c o n t e m p o r á ­n e a " C U B I D E S , F e m a n d o , "Las F A R C ( 1 9 4 5 - 1 9 6 6 ) d e las a u t o d e f e n s a s a la comb inac ión d e t o d a s las f o r m a s d e l u c h a " , e n Análisis Político, N ° I 5, E n e r o - A b r i l , Bogotá , 1 9 9 2 . p. 1 2 5 . A ú n así, C a r l o s M e d i n a G a l l e ­

g o resa l ta e l p a p e l q u e t i e n e las guer r i l l as l i be ra l es d e l L l a n o ( los h e r m a ­n o s Parra, l o s h e r m a n o s Baut i s ta , los h e r m a n o s Fonseca , los h e r m a n o s V i l l a m a r i n y los h e r m a n o s C a l d e r ó n ) , d e l Su r e s t e A n t i o q u e ñ o (Juan d e J e s ú s F r a n c o ) , d e C ó r d o b a ( J u l i o G u e r r a ) , d e l N o r o e s t e d e C u n d i n a m a r c a (Saúl Fa ja rdo ) , d e l Su r d e l T o l i m a ( la l ibera l d e l o s h e r ­m a n o s " L o a i z a " , J o sé Mar ía O v i e d o , e l c o m u n i s t a I s a u r o Yosa y la d e J a c o b e Pr ias A l a p e ) y la d e S a n t a n d e r ( R a f ae l R a n g e l , c o n m a y o r p r o t a g o n i s m o e n e l c a s o d e l E L N ) . T a m b i é n V é a s e P I Z A R R O L e o n g o m e z , E d u a r d o , " L o s or ígenes d e l m o v i m i e n t o a r m a d o c o m u ­nista e n C o l o m b i a " , Anáslisispolítico, N ° 7 , M a y o - A g o s t o , Bogotá, 1 9 8 9 . p p . 7 - 3 2 .

2 2 1 Esta política se insp i r a e n la D o c t r i n a d e S e g u r i d a d N a c i o n a l , q u e s e agenc i a d e s d e la Escue la d e las Amér i cas c o n s e d e e n Panamá d e s d e l o s años sesen ta .

La "Operación Marquetalia" convocaría lo que fue la Primera Conferencia de las entonces incipientes FA.R.C, dando origen al Bloque Sur con presencia en el Sur del Tolima, Huila, Valle y Cauca. En abril de 1966 se realiza la Segunda Conferencia del Bloque Sur, siendo allí donde se adopta el nombre de FA.R.C. y se reconoce la autoridad política del Partido Comunista. Entre 1974 y 1978 se lleva a cabo la Tercera Conferencia, ante la expectativa por lo que será el gobierno de Alfonso López y el desmonte del Fren­te Nacional. En ella, la organización busca definir un plan de acción y recomponerse política y territorialmente. La Cuar­ta, Quinta y Sexta Conferencia, realizadas entre 1976 y 1982, se concentran en el diseño de soportes económicos para el movimiento y la potenciación del trabajo de masas ante las precarias condiciones sociales que vive el país. Debe tenerse en cuenta que la financiación de las FA.R.C. con dineros del narcotráfico se da a partir de la segunda mitad de los años ochenta, alcanzando en la década siguiente los niveles dramáticos presentados por Alfredo Rangel 2 2 2.

La Séptima Conferencia se realiza en mayo de 1982, siendo allí donde a la sigla FA.R.C. se agrega el calificativo de 'Ejercito Popular'. Igualmente se define una estrategia de modernización militar y se diseñan planes estratégicos como : alcanzar 48 frentes e incrementar la difusión mediática de sus propuestas, lo que a la postre les permi­tiría obtener reconocimiento internacional. A momento de iniciarse el gobierno de Belisario Betancur, las FA.R.C. plantean la búsqueda de una "Salida política al conflicto social y armado creando las condiciones de una paz dura­dera con justicia social". Esta iniciativa no llegaría a hacerse efectiva, lo que motivaría el cambio en el ideario de la Octava Conferencia, realizada en abril de 1993. En este giro también influirían los cambios políticos internaciona­les, el fracaso de los diálogos de paz de Cravo Norte , Caracas y Tlaxcala, y la escalada militar que supuso la 'Gue­rra Integrar adelantada por el gobierno Gavina 2 2 3 .

A mediados de los años ochenta ocurre el rompimiento de las FA.R.C, con la dirección política del Partido C o ­munista. Ello, sumado a los acuerdos de paz de La Uribe, permitiría el surgimiento de la Unión Patriótica, la que será objeto de un metódico aniquilamiento a lo largo de la se­gunda mitad de la década de los ochenta. Durante este mismo per iodo, y en cumpl imiento de su estrategia

2 2 2 V é a s e R A N G E L S u a r e z , A l f r e d o , Las FARC-EP : una mirada actual, B o g o t á : U n i v e r s i d a d d e los A n d e s , 1 9 9 7 . p. 5 6 .

2 2 3 La G u e r r a i n t e g r a l c r e ó 18 B r i g a d a s , 4 D i v i s i o n e s , 18 B a t a l l o n e s

c o n t r a g u e r r i l l a , i n c r e m e n t ó la policía y la i n t e l i g e n c i a m i l i t a r ,

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia 69

Leandro
Line
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expansiva, la organización experimenta un crecimiento constante. Para Alfredo Rangel, este proceso observa tres fases: En la primera, guerrilleros infiltrados exploran la población y la zona, recogiendo información sobre condi­ciones estratégicas. En la segunda, se hace presencia mi l i ­tar y se en f ren ta a agentes estatales buscando la estabilización del territorio. Finalmente, en la tercera, se da el asentamiento y creación del Frente, con base en el excedente de o t ro frente preexistente 2 2 4 .

En noviembre de 1982 se aprueba la Ley General de Amnistía, y el 28 de mayo de 1984 tuvo lugar una tregua bilateral de cese del fuego. Los temas base de los acuer­dos de La Uribe fueron: la reforma política, la reforma agraria, el fortalecimiento del tejido social mediante una política comprehensiva, el perdón y olvido. Igualmente se debatió el tema del monopol io del poder por parte del Estado, se condenó la practica del secuestro, la extorsión y el terrorismo. Finalmente se estableció que las FA.R.C. podían acogerse a la Ley 35 de 1982, lo que les daba acceso a los planes y programas del Plan Nacional de Rehabilitación.

La U.R surgiría a partir de estos diálogos de paz como un movimiento alterno en el que confluía tanto la organi­zación, como otras fuerzas políticas de izquierda. Esto permitió que en las elecciones de 1986 se eligieran: 14 congresistas, 18 diputados y 335 concejales. Estos resul­tados serán contrarrestados con una 'guerra sucia desa­rrollada por grupos param i litares, que tenían como uno de sus principales objetivos su aniquilamiento. Tal situa­ción, junto con los enfrentamientos del 16 de junio de 1987 entre los Frentes XIV y XV de las FA.R.C. con el Batallón Cazadores generaran el fin de la tregua.

A este respecto, Eduardo Pizarro considera que las FA.R.C, al asumir el proceso de paz como parte integral de la "combinación de todas las formas de lucha", se ven envueltas en una paradoja:

" L a p o l í t i c a d e s o s t e n e r s i m u l t á n e a m e n t e v a r i a s l ó g i c a s d e

a c c i ó n s e c o n v i r t i ó e n u n a c o n t r a d i c c i ó n i n s o l u b l e , u n a

v e r d a d e r a ' c u a d r a t u r a d e l c í r c u l o ' , p a r a la c ú p u l a c o m u ­

n i s t a . Si h a c í a n la p a z d e b í a n s a c r i f i c a r s u a p a r a t o a r m a d o

y, p o r t a n t o , s u p e r s p e c t i v a e s t r a t é g i c a d e a c c e d e r a l p o ­

d e r p o r e s t a v í a s i las c o n d i c i o n e s po l í t i c a s l o p e r m i t í a n . Y

s i s e c o m p r o m e t í a n e n l a g u e r r a t o t a l , c o l o c a b a n e n v i l o l a

s u p e r v i v e n c i a d e s u s a p a r a t o s p o l í t i c o s y s o c i a l e s . N e c e ­

s a r i a m e n t e , e s t e m o v i m i e n t o i n s u r g e n t e s e f u e c o n d e n a n -

/ 2 2 4 V é a s e R A N G E L S u á r e z , A l f r e d o , O p . Cit. p p . 2 9 - 3 0 .

do en forma lenta pero inexorable a una ambivalencia persistente, que consistió en mantener simultáneamente espacio de diálogo y espacios de guerra con predominio progresivo de estos últimos"225

Es interesante observar como el proceso de descentra­lización política iniciado en el gobierno Betancourt e impul­sado por las posteriores administraciones, incidió en la dinámica militar del E.L.N. y las FA.R.C. al otorgarle una mayor prioridad al municipio y al departamento. Ello, su­mado a la debilidad institucional del Estado y la inexistente presencia policial en el 9 5 % de los corregimientos y en el 1096 de los municipios, favoreció la expansión territorial de la subversión. Este avance permite la conformación de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en septiembre de 1987 2 2 6 , teniendo un especial protagonismo la organiza­ción por cuenta de ser el grupo más numeroso. No obs­tante, también generará una amplia discusión interna debido a la posición crítica sostenida frente a otros movimientos.

Frente al proceso constituyente es necesario referenciar que se cierra toda posibilidad de participación de las FA.R.C. el 9 de diciembre de 1990, día en que se llevaran a cabo las elecciones de delegatorios, pero en el que simultáneamen­te se realizará el ataque a "Casa Verde" 2 2 7 . Esta situación generará la ejecución de acciones tendientes a establecer nuevos diálogos, objetivo que se alcanza con la toma de la embajada de Venezuela, que conducirá a la instalación de

5 P I Z A R R O L e o n g o m e z , E d u a r d o , Insurgenaa sin revolución, Op. Cit. p. 8 6 .

6 Las d i f e r e n t e s o r g a n i z a c i o n e s q u e c o n f l u y e r o n e n e s t e p r o y e c t o d e art iculac ión d e m o v i m i e n t o i n s u r g e n t e , r áp i damen te c o m e n z a r o n a r e f l e j a r las t e n s i o n e s q u e suponía u n a coo rd inac ión d e f u e r z a s t a n disímiles. M u e s t r a d e e l l o l o s o n la i ncomun i cac ión e n t r e las F A R C y e l m o v i m i e n t o indígena Qu in t í n L a m e , q u e P i z a r r o c a r a c t e r i z a , s i ­g u i e n d o a C h r i s t i a n G r o s , p o r e f e c t o d e q u e " e n p r i m e r t é rm ino , las g u e r r i l l a s c o m u n i s t a s tend ían a e q u i p a r a r a los indígenas c o n l os c a m ­p e s i n o s e n u n a m i s m a c lase : la c lase p o p u l a r o d o m i n a d a , negándo les su ca rác te r especí f ico ( é tn i co ) ; e n s e g u n d o t é r m i n o , la n o c i ó n m a r -x i s t a d e nac ión l o s o r i e n t a b a hac i a la búsqueda d e la h o m o g e n e i d a d y n o hac i a e l r e s p e t o d e la d i f e r e n c i a , p o r l o cua l n o pod ían r e c o n o c e r n i a c e p t a r r e i v i n d i c a c i o n e s indígenas f u n d a d a s e n sus e spec i f i c i d a d es p r o p i a s ; e n t e r c e r t é r m i n o sosten ían u n p r o y e c t o d e mode rn i za c i ón q u e c h o c a b a f r o n t a l m e n t e c o n el r e s c a t e d e t r a d i c i o n e s ances t r a l e s , p r o p i a s d e la aspiración d e r e cons t rucc ión c o m u n i t a r i a q u e a g e n c i a b a e l m o v i m i e n t o indígena; f i n a l m e n t e , c o n c e b í a n la d e m o c r a c i a e n tér ­m i n o s d e " c e n t r a l i s m o d e m o c r á t i c o " , l o cua l c h o c a b a c o n las m o d a l i ­d a d e s d e admin is t rac ión d e l p o d e r p r o p i a d e l o s c a b i l d o s " G R O S , C h r i s t i a n , Colombia indígena. Identidad cultural y cambio social, B o ­gotá: C E R E C , 1 9 9 1 , p. 1 5 8 . c i t a d o p o r P I Z A R R O L e o n g o m e z , Edua r ­d o , Insurgencia sin revolución, Op. Cit, p. 7 2 .

T V é a s e V A R G A S Ve l ásquez , A l e j o , Democracia formal y real, Bogo tá : I n s t i t u t o p a r a e l D e s a r r o l l o d e la D e m o c r a c i a Luis C a r l o s G a l á n , 1 9 9 4 .

C U A D E R N O S D E C I E N C I A P O L Í T I C A

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una mesa de dialogo en Caracas, el 3 de junio de 1991. Allí el gobierno mantiene como esquema de negociación, el desarme, la desmovilización y la reinserción. La mesa concluirá con la suspensión unilateral por parte del go ­bierno, a raíz del atentado a Irragori Hormaza.

El 10 de marzo de 1992 se reinician los diálogos en Tlaxcala sobre la base de los "Doce puntos para construir una estrategia de paz" 2 2 8 . Los temas básicos de la agenda son: la apertura económica y sus efectos sociales, el paramilitarismo, los derechos humanos, la corrupción y la reforma del sistema político. Durante el proceso ocurre la muerte de Argelino Duran Quintero a manos del E.RL., lo que genera la suspensión de los diálogos el 13 de mar­zo de 1992. Con ello se inicia la agudización del conflicto ocurrida en los años noventa.

En abril de 1993 se realiza la Octava Conferencia Na­cional de las EA.R.C- E.R en la que se amplia y corrige el programa agrario planteado el 20 de julio de 1964. Este aspecto es fundamental dada la base campesina del movi ­miento, de alli que los ocho puntos definan una reforma total de este sector productivo, planteada como una Polí­tica Agraria Revolucionaria que incluye: distribución de t ie­rras improductivas entre el campesinado respetando la propiedad de campesinos ricos que la exploten, anulación de deudas y nuevo sistema de créditos, conformación de cooperativas productivas y de infraestructura adecuada, apoyo y asesoria técnica y logística, diseño de una política de sustentación de precios sostenida, y con todo ello, mejora en la calidad de vida del campesinado. También incluye la protección de los pueblos indígenas por medio de la entrega de tierras y el respeto a sus organizaciones comunitarias propias. Todo ello engloba la Ley de Política Agraria Revolucionaria 2 2 9.

Para cerrar, siguiendo la tipología propuesta por Eduar­do Pizarro, puede considerarse a las EA.R.C. como una Guerrilla de Partido, dada la proyección alcanzada por su aparato político: en principio el Partido Comunista y pos­teriormente la Unión Patriótica230.

2 2 8 V e r e l acápi te s o b r e e l E L N .

229

230

La i m p o r t a n c i a d e l p r o b l e m a d e l a g r o , se e n c u e n t r e m u y b i e n d e s a ­r r o l l a d a e n L E A L B u i t r a g o , F r anc i s co , El agro en el desarrollo históri­co colombiano, ensayos de economía política, Bogo tá : U n i v e r s i d a d d e l o s A n d e s , D e p a r t a m e n t o d e C i e n c i a Polít ica, 1 9 7 7 .

Para p r o f u n d i z a r e n e l análisis d e la v i o l e n c i a política e n C o l o m b i a , yillg CU&IDES, feffíifíée, y ¡ARAMIÜO ¡imenez, j a r m e Eduardo, Colonización, coca y guerrilla, Bogo tá : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l d e C o ­l o m b i a , 1 9 8 6 .

7.3.3 Paramilitares

El paramilitarismo es un fenómeno difícil de caracterizar dado su perfil regionalizado y desarticulado. Parece existir una confluencia en su origen a raíz de la violencia política del Quindío y Valle del Cauca en el periodo 1946 a 1963 2 3 1 , siendo su expresión más característica 'los pájaros' vincula­dos al Partido Conservador 2 3 2. Ya como fenómeno particu­lar, el paramilitarismo aparece en Puerto Boyacá, municipio que había vivido un constante y radical cambio político que va desde la 'liberalizacion' durante La Violencia, siguiendo con las presencias sucesivas del MRL, la ANAPO, el PCC, él MOEC y finalmente las EA.R.C.

El recrudecimiento de las imposiciones a las que fue sometida la población de Puerto Boyacá por parte de las EA.R.C, durante el periodo comprendido entre 1977 y 1982, tuvo como resultado la creación de los primeros grupos paramilitares, denunciados por el Procurador Ge­neral de la Nación en su informe del 20 de febrero de 1983. La unión entre terratenientes, comerciantes y ga­naderos y varios dirigentes politicos regionales, junto con la participación de algunas empresas extranjeras como la Texas Petroleum Company, daria origen el 22 de octubre de 1984 a la Asociación Campesina de Agricultores y Ga­naderos del Magdalena Medio A C D E G A M 2 3 3 . Esta asociación daria origen al Movimiento de Restauración Nacional MORENA como partido político, no obstante que sus dirigentes tuviesen orden de captura 2 3 4 .

Idepediente de este proceso, el 3 de diciembre de 1981 se anuncia el surgimiento del MAS, 'Muerte a Se­cuestradores', creado por 223 narcotraficantes como retaliación por el secuestro de Martha Nieves de Ochoa. De esta forma, el paramilitarismo surge como efecto del narcotráfico235. Esta idea sera verificada al conformarse la

2 3 1 V é a s e M E D I N A G a l l e g o , C a r l o s , La violencia parainstitucional, Paramilitary parapolicial en Colombia, B o g o t á : Eds. Rod r íguez Q u i t o , 1 9 9 4 .

2 3 2 V é a s e Á L V A R E Z G a r d e a z á b a l , G u s t a v o , Cóndores no entierran to­

dos los días, B a r c e l o n a : E d i c i o n e s D e s t i n o , 1 9 7 2 .

2 3 3 Para p r o f u n d i z a r e n e l s u r g i m i e n t o d e l f e n ó m e n o p a r a m i l i t a r e n e l M a g d a l e n a M e d i o , V é a s e V A R G A S Ve l á squez , A l e j o , Magdalena Me­dio santandereano : colonización y conflicto armado, Bogo tá : C I N E P 1 9 9 2 .

2 3 4 A ú n así, c o m o l o d e m u e s t r a n v a r i o s e s t u d i o s s o b r e e l p a r a m i l i t a r i s m o , su c r e c i m i e n t o es más v e r t i g i n o s o c u a n d o se les d e c l a r a i lega les d u ­r a n t e la administ rac ión R a r r n

2 3 5 Para f ina les d e la d é c a d a d e l o s n o v e n t a , e n u n a e n t r e v i s t a q u e R C N

le h i z o a C a r l o s Cas t año , e s t e con f i rmó l os n e x o s seña lando : " ¿ U s t e d

Elites, Eticidades y Constitución en Colombia 7 I

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organización 'Muerte A Comunistas y Cívicos', creada por Gonzalo Rodríguez Gacha en 1987 en el Putumayo 2 3 6 .

A mediados de la década de los ochenta, el fenómeno toma fuerza en Córdoba y Urabá, en donde los herma­nos Castaño forman las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, ACCU, en venganza por el secuestro y asesinato de su padre a manos de las F.A.R.C La organi­zación era financiada por ganaderos y terratenientes sien­do dirigida por Fidel Castaño, quien en 1987 poseia cerca de 100 mil hectáreas de tierra y miles de cabezas de ga­nado. Sus acciones se concentraron en restarle la base de apoyo social y político a los grupos insurgentes, lo que hiso de la población civil objetivo militar. Esto permitió que entre 1988 y 1990 se secuestrara, torturara y asesi­nara a 42 campesinos. Posteriormente, Fidel formará la 'Fundación para la paz de Córdoba' FUNDAZCOR, para adelantar procesos de reforma agraria con el objetivo de alcanzar algún grado de legitimidad.

En Urabá, además de las ACCU, se crean otros gru­pos pequeños como reacción a las criticas condiciones impuestas por las FA.R.C. Sobresalen el grupo 'Muerte a Revolucionarios de Urabá' y 'los Tangueros" que opera­ban en una de las fincas de Fidel Castaño. A finales de la década de los ochenta, la zona será dominada por el fe­nómeno del narcotráfico, agudizándose las condiciones de violencia, por el interés en controlar corredores estratégi­cos para el envío de armas, el comercio de sustancias ile­gales y otras fuentes de e n r i q u e c i m i e n t o y aprovisionamiento militar.

En Meta se siguieron las mismas dinámicas que en Córdoba, Urabá y Putumayo. Alli el proceso se remonta a la migración de desplazados liberales de La Violencia. Posteriormente las precarias condiciones de vida favore­cieron, primero, el asentamiento de grupos insurgentes, y luego la aparición del narcotráfico. La subsecuente dis­puta por el control de la zona y los beneficios económi­

cos, dieron como resultado la emergencia del fenómeno paramilitar. Por eso, en el Meta ocurrirán algunas de las peores masacres de los años ochenta 2 3 7 .

En 1987 César Gaviria denunciaba en el Congreso la existencia de 140 grupos paramilitares. En abril de 1989, Virgilio Barco expide los decretos 813,814 y 815 para com­batir a los grupos de justicia privada. En 1991, se desarman las Autodefensas del Magdalena Medio, mientras que las de Córdoba y Urabá se repliegan al norte de Urabá para rea­lizar trabajo de base. Al año siguiente Pablo Escobar se fuga de la cárcel, lo que origina una alianza entre el cártel de Cali y 'los Pepes' -Perseguidos de Pablo Escobar-, entre quienes estaba Carlos Castaño. En este mismo año, el Departa­mento de Estado Norteamericano denuncia los vínculos del paramilitarismo con el Ejército y la policía.

El carácter fragmentario del paramilitarismo se eviden­cia en el hecho de que solo hasta el 18 de abril de 1997, se realiza su primera conferencia. Es hasta este momento cuan­do los paramilitares intentan consolidar una organización política al definirse como "Un movimiento de resistencia civil que representa y defiende derechos e intereses nacio­nales desatendidos por el Estado y gravemente vulnerados y amenazados por la violencia guerrillera". Pese a esta declaración no puede identificarse un proyecto político más allá de su oposición al fenómeno subversivo, incluso es difí­cil establecer un vinculo con un sector social específico.

En su estudio sobre el paramilitarismo, Gonzalo Sánchez identificará una estructura en red encabezada por los Plani-fícadores que son quienes dirigen los atentados desde las ciudades, los intermediarios, ejemplificados por León María Lozano 2 3 8 , encargados de dirigir su ejecución. Luego esta­rán los Ejecutores, que son quienes directamente asesi­nan 2 3 9 . Ot ro estudio, el de Fernando Cubides, al analizar las características geográficas del fenómeno en 272 munici­pios durante el periodo 1985 a 1993, determinó que las regiones de mayor predominio paramilitar son las de agri­cultura comercial y empresarial con un 1 9 % , seguidas por

estaría e n c a p a c i d a d d e d e c i r l e al país c u a n t a p l a t a l e e n t r a a u s t e d p o r t o d o c o n c e p t o d e t o d a la c a d e n a d e l narcotráf ico a las A U C ? " C a s t a ñ o r e s p o n d e : "Es m u y difícil m a n e j a r , p e r o y o les c o m e n t o c i f ras q u e e n la G a b a r r a y San Lucas s o n s e i s c i e n t o s m i l l o n e s q u e les c o b r a n d e i m p u e s t o s a l o s c o c a l e r o s e sos d o s f r e n t e s q u e r e ­c o g e n las f i nanzas d e allá. T i e n e q u e f i n a n c i a r la t o t a l i d a d d e l b l o ­q u e n o r t e d e las A U C . E s t o n o m e h a c e s e r a m i n a r c o t r a f i c a n t e , d e n i n g u n a m a n e r a " .

A l P u t u m a y o l legó ¡n ic ia lmente e l M - 1 9 . c o n la T o m a d e M o c o a , p e r o la g u e r r i l l a d e m a y o r p r e s e n c i a f u e r o n las FARC , c o n l os f r e n ­t e s X I I I y X X I I y e l E P L

D e s t a c á n d o s e las t r e s m a s a c r e s d e l C a s t i l l o ( la p r i m e r a c o b r o 1 7 m u e r t o s e l 7 d e Ju l i o d e 1 9 8 8 , la s e g u n d a c o b r ó 5 m u e r t o s e l 6 d e n o v i e m b r e d e 1 9 8 8 y l a t e r c e r a c o b r ó 6 m u e r t o s e l 2 4 d e f e b r e r o d e 1 9 9 0 ) y la m a s a c r e d e P i a l i t o c o n 1 4 m u e r t o s e l 16 d e f e b r e r o d e 1 9 8 8 .

V é a s e Á L V A R E Z G a r d e a s á b a l , G u s t a v o , O p . CU

V é a s e S Á N C H E Z , G o n z a l o , " T i e r r a y V i o l e n c i a : El d e s a r r o l l o d e s ­

i gua l d e las r e g i o n e s " e n Análisis Político, N ° 6 , E n e r o - A b r i l , 1 9 8 9 .

p p . 8 - 3 4 .

72 C U A D E R N O S D E C I E N C I A P O L Í T I C A

Leandro
Line
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las regiones habitadas por el campesinado acomodado con un 1 3 % 2 4 0 . A partir de esta observación, Cubides señalará:

"Mientras la guerrilla ha incrementado su presencia en la última etapa en los municipios de campesinado medio ca­fetero, en las ciudades secundarias y en los municipios de agricultura comercial con predominio de población urbana - en ese orden -, las categorías en importancia de la pre­sencia de los paramilitares responden a una pauta más tra­dicional: la periferia, y característicamente aquellos municipios donde la endeblez institucional y la precaria pre­sencia del Estado ha sido un reclamo permanente"2'"

Cualquier intento por establecer una caracterización del paramilitarismo, enfrenta varios obstáculos, entre ellos, la mutación de los militantes. Ejemplo de ello es el caso de Pablo Guarín en Puerto Boyacá, quien en principio militó en la Juventud Comunista. Su descontento tanto con la

lucha legal como con la revolucionaria, lo llevara a vincu­larse con el paramilitarismo. La idea de asumir a la guerri­lla como causa objetiva del origen del paramilitarismo, es considerada por Cubides al señalar: "El crecimiento de los paramilitares es función del crecimiento y consolidación territorial de la guerrilla, y mucho más desde el momento en que perdieron el cobijo legal y se sumergieron en una semiclandestimdad, imitando con mayor literalidad los métodos y tácticas de aquella" 2 4 2 .

Existe consenso académico entorno a la apropiación que los paramilitares hicieron de la dinámica y los proce­dimientos de la guerrilla, lo cual condujo a contradiccio­nes y contrasentidos políticos similares, generando así un discurso desarticulado. Eso determinó que se les ca­lificara como delincuentes comunes en la constituyente de 199 1 2 4 3 .