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Guiapatrimonial Calera de Tango

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Guía que resume los principales hitos históricos e históricos de Calera de Tango

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de Tango

Cerro Lonquén

Cerro Chena

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Calera de Tango

GuíaPatrimonial

Ilustre Municipalidad de Calera de Tango

Corporación Cultural

Universidad de los Andes

Santiago

2012

Universidad de los Andes

Av. San Carlos de Apoquindo 2200

Las Condes, Santiago. Chile

ISBN: 978-956-7160-65-5

Registro de Propiedad Intelectual N° 211.166

Primera edición: Enero 2012

Diseño: María Ignacia González y Gracia Vial

Impresión: .........................

Foto portada: Felipe García

Page 5: Guiapatrimonial Calera de Tango

53 ......Paisaje y arquitectura

54........ Primer cuadrante (nororiente)

58........ Segundo cuadrante (norponiente)

61 ........ Tercer cuadrante (suroriente)

Nueva Parroquia San Agustín de Calera de Tango

69........ Cuarto cuadrante (surponiente)

73 ......Personajes

74........ Siglo XVI al XVIII

78........ Siglo XIX

80........ Siglo XX y XXIUna vida al servicio de la comunidadPresentación de Ismael Contreras

89 ......El presente

89........ Mirada al territorio

90........ Urbanización y parcelas

El territorio y su uso

94........ Recursos comunales

95........ Desarrollo Social

96........ Cultura

Coros escolares

Música barroca misional

Calera de Tango, reserva de vida

99........ Festividades locales

100 ....Bibliografía

102 ....Créditos

Índice

7 ........Introducción

11 .......Antes de la historia

12 ........ Sitios arqueológicos en Calera de Tango

15 ......Páginas de una crónica

15 ........ Las tierras de Tango

17 ........ Los jesuitas y Calera de Tango

Calera de Tango, evocación de nuestra historia

Aporte jesuita a las artes y artesanía en Chile

23........ Las minas de cal

24........ La aventura del agua

Situación actual del agua y el desafío

del riego en Calera de Tango

27........ Familias y propiedades del siglo XIX

31 ........ La pólvora

32........ Santa Inés y la producción de frutas

Salvador Izquierdo Sanfuentes

36........ Evolución administrativa y demográfica

39........ Las primeras escuelas

El legado de doña Melesia

43 ......Tradiciones y costumbres

43........ El Cuasimodo

Sextinas del Cuasimodo

46........ Cultores del folclor

Tonada de Calera de Tango

48........ Tradición equina

49........ El fútbol

Club Deportivo Santa Inés

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La comuna de Calera de Tango, emplazada en un territorio de 72 km2 en la Región Metropolitana, está ubicada 26 km al Sur de Santiago, coordena-das 70° 47’ Longitud Oeste y 33° 37’ Latitud Sur.

El valle de Tango o Tanco, llamado así desde antes de la llegada de los españoles -sin saber con certeza su etimología-, se extiende al norte del río Maipo, entre dos conjuntos montañosos de baja y mediana altura. Hacia el norte está el cerro Chena, donde se sitúan los vestigios de un sitio arqueológico inca, y hacia el sur se levantan los cerros de Lonquén, en cuyos faldeos antigua-mente se explotaban las minas de cal, conocidas como las caleras. Aludiendo al yacimiento mi-neral situado en este valle, pasó a denominarse esta zona como Calera de Tango.

El sector se caracteriza por la vocación agrícola que han desarrollado sus habitantes, construyendo

Introducción

vista de la ermita desde el cerro chena.

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introducción

canales y acequias de regadío desde tiempos prehispánicos para cultivar grandes superficies de quínoa y maíz, más tarde trigo y pastos, y hoy viñas y frutales, con una continuidad agrícola sin precedente en el país.

Respecto a su organización adminis-trativa, Calera de Tango forma parte de la provincia de Maipo, junto a Buin, Paine y San Bernardo. Limita geográficamente con las comunas de Maipú por el noroeste, Padre Hurta-do y Peñaflor por el oeste, Talagante por el surponiente y San Bernardo por el este y sureste.

Está flanqueada por dos carreteras: la Ruta 5 Sur y la Autopista del Sol. Además, la cruzan dos importantes ejes viales perpendiculares entre sí, la Avenida Calera de Tango o anti-guo camino a Malloco, que corre de oriente a poniente y atraviesa el po-blado de Los Bajos de San Agustín, y el llamado Camino de Lonquén, la principal vía en sentido norte-sur.

La comuna ha experimentado un sostenido crecimiento demográfico

a partir de la segunda mitad del si-glo XIX, atribuible en primer lugar al aumento natural de la población y, en segundo, a la gente que ha llega-do a asentarse y ocupar el territorio. Según los resultados del censo de 2002, sus 18.235 habitantes repre-sentaron un incremento del 54% respecto del censo de 1992. De ese total, un 34% de la población es ur-bana y un 66% rural.

En tiempos prehispánicos, el valle de Tango estuvo ocupado por di-versos grupos originarios reunidos en núcleos familiares que vivían separados entre sí. Desarrollaron una agricultura incipiente a partir de sistemas básicos de regadío que después perfeccionaron los incas, y que les permitieron cultivar numero-sos productos.

A la llegada de Diego de Almagro en 1536, el territorio estaba gobernado por un cacique mapuche. Con la con-quista española la población aborigen fue desapareciendo, y las grandes pro-piedades comunitarias se disgregaron en los nuevos terratenientes.

calera de tango desde la falda del cerro chena / roberto petitpas.

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Desde mediados del siglo XVI, el área fue administrada por el Cabildo de Santiago, que reguló la entrega de las primeras encomiendas y merce-des de tierra, destacándose entre las más importantes las que recibieron Jerónimo de Alderete y Marcos Veas.

El siglo XVII vio llegar varias con-gregaciones religiosas que con el tiempo se transformaron en protagonistas del desarrollo de Tango. En 1685 los jesui-tas compraron a los padres mercedarios la hacienda de La Calera, que a partir de actividades agrícolas y ga-naderas, se diversificó hacia otras formas más elabora-das de producción, tales como chacarería, molinos y viñas. Pronto las faenas se vieron reforzadas por talle-res de oficios que se erigieron como modelos de su época. Se transmitían los conocimientos y prácticas de carpintería, herrería, forja, hilado y fabricación de textiles; además de obras de arte, trabajos de ebaniste-ría, orfebrería, platería, relojería, fun-dición de campanas y construcción de instrumentos musicales, lo que constituyó una actividad industrial y artística pionera en el país. Los jesui-tas también explotaron las minas de cal de su propiedad, material que fue utilizado en la construcción de mu-chas obras públicas hasta mediados del siglo XIX.

Luego de la Independencia y de la extraordinaria empresa que permi-tió regar con aguas del río Maipo la totalidad de los terrenos que hoy constituyen la comuna de Calera de

Tango, se consolidó la agricultura como principal actividad de la zona, con especial protagonismo de las haciendas de La Calera y San Agus-tín. A mediados del siglo XIX, la abo-lición de los mayorazgos y el traspa-so generacional dieron origen a más de un centenar de fundos que se de-dicaron a actividades agropecuarias tales como lecherías y cultivos de

trigo, cebada, chacarería, pastoreo y una naciente in-dustrialización relacionada. Surgió también la planta-ción de árboles forestales y la producción frutícola del Criadero Santa Inés, que fue uno de los primeros en poner fruta chilena en el mercado internacional. A fines del mismo siglo, se instalaron dos industrias de importancia: la Fábrica

Nacional de Pólvora y la Fábrica Na-cional de Leche.

En la primera mitad del siglo XX se siguió consolidando la vocación agrícola de la comuna y, a partir de la segunda mitad, la Ley de Reforma Agraria trajo consigo un vertiginoso proceso de transformación social y territorial. Lo que ha distinguido a Calera de Tango en los últimos años ha sido la acelerada subdivisión pre-dial de los terrenos en parcelas de agrado. La actividad frutícola expor-tadora, impulsada por las políticas de desarrollo aplicadas durante los ‘80, ha perdido fuerza, pero se sigue valorando el tener una porción de tierra aunque sea para una pequeña huerta, lo que ha permitido a la co-muna mantener su carácter rural y preservar su historia e identidad.

Escudo de la I. Municipalidad de Calera de Tango

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La Arqueología o “ciencia (logos) de lo antiguo (arqueo)”, estudia a los grupos humanos que no dejaron testimonio escrito. En Chile se aboca a los aborígenes que habitaron el territorio antes de la llegada de los españoles en 1536. Los arqueólogos investigan los objetos que usaron los clanes para entender su economía, creencias o formas de rela-cionarse. Estudian la cultura del pasado a través, principalmente, de “sitios arqueológicos”, donde existen vestigios de uno o más períodos.

Muchos sitios arqueológicos de Calera de Tango desaparecieron con la intervención de la agricultu-ra. Sólo a partir de 1976 se realizaron los primeros trabajos, cuando se investigaron los restos halla-dos en el cerro Chena.

En la actualidad, no hay trabajos de esta índole en la comuna. El acelerado proceso de urbanización está modificando el sector, y la existencia en el cerro Chena del único monumento de arquitectura incaica en la Región Metropolitana.

Antes de la historia

pircas en el cerro chena / hernán apablaza11

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cerámica de san agustín de tango catherine westfall.

aríbalo inca de san agustín de tango / museo andino.

cerámica de san agustín de tangocatherine westfall.

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En el período prehispánico, la fuente de agua del río Maipo debió influir en la temprana ocupación agrícola de Calera de Tango. Han desaparecido gran número de sitios arqueológi-cos, quedan algunos indicios en al menos dos cementerios, San Agustín de Tango y Nos, cuyas ofrendas ce-rámicas muestran que hubo vínculos entre la población Aconcagua y el conquistador inca.

El grupo Aconcagua se había es-tablecido entre los ríos Petorca y Cachapoal hacia el año 900 D.C, de-dicándose fundamentalmente a la agricultura del maíz, y también a la caza, la recolección y la explotación de recursos marinos. Domesticaron guanacos, de los que obtuvieron lana para vestimenta, y construye-ron viviendas de barro y quincha. Dos elementos los caracterizan: su cerámica, pintada con diseños geométricos en rojo, blanco y negro,

SitioS arqueológicoS en calera de tango

y la costumbre funeraria de sepultar en túmulos colectivos, lejos de las viviendas. Cuando a mediados del siglo XV llegaron los incas, los vín-culos se manifestaron en técnicas constructivas y uso de materiales (cerámica y artefactos de cobre) de los que hoy dan cuenta, además de los dos cementerios mencionados, los hallazgos del cerro Chena.

A partir de 1976 el arqueólogo Rubén Stehberg comenzó a realizar las únicas excavaciones sistemáti-cas en el sitio, donde restauró parte de los recintos amurallados y abrió el lugar al público. Sin embargo, los trabajos se extendieron sólo a un sector, y las limitaciones econó-micas permitieron analizar apenas algunos de los objetos encontrados. A su vez, la falta de continuidad de las investigaciones desde 1978 a la fecha ha impedido precisar el papel que cumplió esta arquitectura.

Se han planteado, de todas formas, diversas teorías al respecto. Unas señalan funciones militares como pucará o fortaleza para la defen-sa del valle. Otras se inclinan por funciones religiosas como huaca o centro ceremonial. Hay quienes proponen una combinación de ambas teorías, y otros sugieren su utilización astronómica. Sólo futuros estudios podrán dilucidar las preguntas surgidas en torno al uso funcional del sitio arqueológi-co y serán capaces de promover su

restauración y puesta en valor. Al ser éste el único testimonio de la Región Metropolitana con arquitec-tura monumental prehispánica, su adecuada conservación es un im-perativo, sobre todo considerando que es un registro imprescindible de información patrimonial, tanto para la comunidad científica como para el hombre común que busca entender y valorizar sus orígenes.

ruinas del pucará de chena / eduardo carrasco.

cultivo de maíz. dibujo de f. guamán poma de ayala, 1615.

antes de la historia

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laS tierraS de tango

El 18 de febrero de 1546 el Cabildo de Santiago inició la entrega de porciones de tierra en Tango o Tancomahuida a quienes habían colaborado con el conquistador Pedro de Valdivia en su hazaña de Chile. Entre los beneficiados estuvieron Jerónimo de Alderete y Juan Fernández de Alderete, quienes se unieron a la expedición de Valdivia en Atacama.

Jerónimo de Alderete fue regidor del Cabildo de Santiago y tesorero real a partir de 1541. Luego acompañó a Pedro de Valdivia al Perú y en 1552 fue enviado por el gobernador a la corte en Espa-ña, con el fin de conseguir fondos para la Capita-nía. Estando allá ocurrió la muerte de Valdivia, y fue entonces que el propio emperador Carlos V lo nombró gobernador de Chile con el título de Ade-lantado y el hábito de Caballero de Santiago. Sin embargo, Alderete no alcanzó a ejercer el cargo

Páginas de una crónica

valdivia, villagra y alderete. según alonso de ovalle, 1646.

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ticia algunos indios en razón de sus tierras, el protector se excusaba de atenderlos argumentando que eran “simples contradicciones”. Sin em-bargo, en otras oportunidades sí se acogieron las demandas, como en el caso del cacique Miguel Llau Llau en contra de Gonzalo de Toledo por usurpar las tierras de Quilquincha, así como también se respetaron los derechos del cacique y principal Hernando Chipanvilu sobre sus tie-rras en el valle.

A partir de la segunda mitad del si-glo XVI numerosos conquistadores y vecinos de la ciudad de Santia-go recibieron por parte del Cabildo mercedes de tierra en el sector en retribución a sus servicios. Fue el caso de Alonso de Miranda, soldado en las campañas de Arauco, que re-cibió una estancia en Tango, desde Catemito, en la ladera sur del cerro Chena, hasta la proximidad del río

pues falleció en el viaje de regreso. Su viuda, Esperanza de Rueda, he-redó entonces las tierras de Tango, y gozó de la encomienda de indios hasta su muerte en 1592. Parte de estas propiedades fueron posterior-mente rematadas por Gonzalo de To-ledo y luego pasaron a manos de los padres mercedarios que años des-pués vendieron a los jesuitas.

También en 1546 fue designado en-comendero de Tango el capitán Juan Fernández de Alderete, a quien suce-dió su yerno Juan de Barros. Un año más tarde, el capitán Marcos Veas Durán recibió territorios que habían sido del cacique Guachumpilla.

La relación entre españoles y na-tivos respecto a la propiedad y usufructo de la tierra en torno a la ciudad de Santiago no fue fácil. Si bien existió el cargo de Defen-sor de Naturales, que debía velar por los derechos de estos últimos, no siempre se les prestó la debida atención, como informó el agrimen-sor Ginés de Lillo cuando delimitó las tierras del valle de Tango en el verano de 1604. En esos escritos da cuenta de que habiendo pedido jus-

Maipo. También Benito Gómez, Juan Vásquez de Acuña y Juan Tapia, fue-ron agraciados por el gobernador Alonso de Sotomayor por los servi-cios prestados a la Corona. En 1590 el español Juan Mendoza Buitrón recibió del Cabildo las tierras que ha-bían sido del cacique Negue-Tegua, y poco después se favoreció al mesti-zo Francisco Gómez de las Montañas, procurador de la ciudad. En 1601 se dieron 200 cuadras colindantes al llamado camino del Vado de Tango o Camino Real a Juan Guerra de Sala-zar, médico y sangrador del hospital de Santiago. En las “Mensuras” de

Ginés de Lillo de 1604, se nombra entre los propietarios al licenciado Francisco Pastene, al capitán Miguel de Amézqueta, a doña Escolástica Carrillo y a Ginés de Toro Mazote.

En Tango también se asentaron órde-nes religiosas, como la de los agusti-nos, que desde muy temprano fueron propietarios del faldeo sur del cerro Chena y dejaron su nombre vinculado al sector, y las monjas de Santa Clara, dueñas de una estancia que se exten-día al oriente del cerro de Lonquén, inmediata a la propiedad que compró la Orden de la Merced en el siglo XVII.

De las órdenes religiosas que llega-ron a Chile durante el siglo XVI, la última fue la Compañía de Jesús, en 1593. Sin embargo, su actividad en el campo misional, educativo, econó-mico y artístico fue tan próspera, que rápidamente se posicionó entre las más influyentes de toda la Colonia.

Se establecieron en Calera de Tan-go en 1685, cuando el padre Isido-ro Martínez, en representación del Provincial Mateo Alemán, compró

la propiedad a los padres merce-darios en la suma de 2.100 pesos. A esas tierras se agregaron las adquiridas al licenciado Andrés de Toro y su mujer Luisa de Zelada, y 400 cuadras obtenidas de Clara Pastene, viuda del gobernador Francisco Gil Negrete. Más tarde compraron 900 cuadras al pie de los cerros de Lonquén que habían sido de Vicente Guajardo, con lo que lle-garon a conformar una gran hacien-da de 2.300 cuadras.

loS jeSuitaS y calera de tango

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llano del maipo, detalle del plano de antonio lozada c. 1760.

firma de jerónimo de alderete.

casas de la hacienda de calera, acuarela de paula aldunate c. 1835.

páginas de una crónica

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Vida, Pasión y muerte de las artes y oficios

en calera de tanGo

A mediados del siglo XVIII la hacienda de Calera de Tango alcanzó su mayor auge, siendo uno de sus impulsores el procurador de los jesuitas en Chile, pa-dre Carlos Haymbhausen, nombrado provincial en 1740. Este progreso trajo consigo no sólo buenos sacerdotes,

capaces de servir a la Provincia, sino además hombres expertos en las artes industriales. Haymb-hausen viajó a Europa donde re-clutó a estudiantes y maestros de

diferentes artes y oficios, a los que se conoció como “hermanos coad-jutores”. Trajo al país a 38 bávaros,

entre los que había plateros, fundidores, relojeros, pinto-res, escultores, ebanistas, boticarios, carpinteros, teje-dores, bataneros y oficiales de las artes. Desembarcaron en Buenos Aires, cruzaron la cordillera y llegaron a Calera

de Tango en 1748, junto con sus herra-mientas y materiales de trabajo.

Posteriormente, en 1753, vino un nuevo contingente de hermanos coadjutores destinados a otras fae-nas, y la hacienda de La Calera se consolidó como centro industrial y artístico, con producciones de gran calidad que pronto tuvieron mucho prestigio y fueron requeridos por toda la sociedad colonial.

Desarrollaron excelentes tejidos que se iniciaron como un modesto obraje de paños en 1730. Producían cordon-cillos, bayetas y frazadas y, progresi-vamente, hicieron surgir batanes y un

La excelente calidad de la cal extraída en la hacienda permitió a los jesuitas pagar en cuatro años el valor de las tierras, y proveer a la orden en San-tiago de todo el material que necesi-taba para la edificación de su iglesia, lo mismo que para ampliar y construir las distintas casas que levantó la Compañía en todo el territorio.

En 1741 vivían cien personas en la hacienda de La Calera. Entre sacerdotes, hermanos religio-sos, peones y esclavos, desti-nados a trabajar en las faenas industriales y tareas agrícolas, en 1767 sumaban 120.

El crecimiento de la producción llevó a perfeccionar el siste-ma de regadío y ampliar la extensión de los terrenos de cultivo. Lograron exce-lentes sementeras de trigo y llegaron a obtener una cose-cha de 600 fanegas en 1746. Ampliaron las viñas que se habían plantado en el siglo XVII y mejoraron los olivares, así como los huertos frutales de manzanas, peras, duraznos, higueras, almendros y no-gales. Introdujeron nuevos cultivos como anís y comino, y desarrollaron la chacarería con productos como porotos, maíz, papas y lentejas. En el siglo XVIII destinaron muchas tierras a la ganadería, la que alcanzó un gran desarrollo con la elaboración de sebo, cordobanes y charqui, actividad para la que destinaban anualmente 350 cabezas de vacunos. De igual modo, se criaban equinos y mulares, fun-damentales en las tareas agrícolas y como animales de carga para las distintas faenas.

reloj que se envió a la reina de Portu-gal, y el que se encuentra actualmen-te en la Catedral de Santiago.

Los hermanos coadjutores Jorge Haberl y Carlos Schmidlachner es-tuvieron a cargo del taller de fundi-ción que se desarrolló inicialmente en la hacienda La Punta en 1722, y que fue posteriormente trasladado a Calera de Tango, donde se le ubicó en un edificio íntegramente destina-do para la herrería, dotado con dos fuelles, un yunque, limas y un hor-nillo, donde se hicieron cerraduras, espuelas, clavos y piezas de hierro forjado. También fundieron campa-nas, cuyo principal creador fue el bávaro Juan Bautista Félix.

La prosperidad que alcanzó la ha-cienda de La Calera a mediados del siglo XVIII era reconocida dentro del ámbito local y americano. Los traba-jos y adelantos traídos por los her-manos coadjutores hicieron de ella el centro industrial y artístico de la Capitanía General de Chile. Sin em-bargo, ese auge llegó a su fin con la expulsión de la Orden de todo domi-nio hispano, de acuerdo al mandato del Rey Carlos III, que en manos del Gobernador de Chile Antonio Guill y Gonzaga el 7 de agosto de 1767, se cumplió en la totalidad del territorio el día 26 del mismo mes.

Esta determinación pudo deberse al poder que había acumulado la Com-pañía de Jesús, al apoyo que le pres-taba al papado cuando se enfrentaba con los gobiernos de muchos reinos europeos, y a la gran influencia que ejercía sobre el mundo intelectual y las clases acomodadas. Los jesuitas

taller de lino que se instaló en 1743 y pronto llegó a producir finas telas.

Los talleres de platería alcanzaron también un alto nivel artístico en obras de gran envergadura. Se cree que los principales artífices fueron Francisco Pollands y Juan José Köhler, que contaron con un recinto especial en La Calera para desarrollar su oficio. El taller, que vivió su mayor esplendor entre 1755 y 1767, tuvo hornos de fun-dición y todas las herramientas nece-sarias para el trabajo de los metales. De ahí salieron importantes piezas de plata, como el frontal y la custodia que se conservan en la Catedral de Santiago. Sin duda, su obra maestra fue un cáliz de oro, cuyo pie estaba decorado con escenas de la pasión de

Cristo, la agonía del Getsemaní y figu-ras del Antiguo Testamento. La pieza, considerada como una de las mejores obras del barroco realizada en Chile. Lamentablemente fue robada de la Catedral en 1982.

Otro trabajo importante fue el de re-lojería. En la hacienda había un taller para fabricar y componer relojes a cargo del hermano Pedro Roetz, au-tor de grandes artefactos como el

caliz de oro, elaborado en la Hacienda Jesuita

de Calera de Tango

frontal de plata, catedral de santiago.

páginas de una crónica

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calera de tango, evocación de nueStra hiStoria

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páginas de una crónica

ya habían sido expulsados de Portu-gal en 1759 y de Francia en 1764. La presión de las monarquías ante el papado hizo que en 1773 el Papa Cle-mente XIV suprimiera la orden.

La expulsión se sintió fuertemente en el ámbito cultural, económico, social y espiritual de Chile. Se privó a muchos colegios, escuelas y uni-versidades de profesores y docentes que impartían cátedras y una educa-ción de excelencia. A raíz de esto, se suprimieron varias disciplinas como las de teología y filosofía, además de otras en el área científica y humanis-ta. Junto con ello, se dejó un vacío en la continuidad de la enseñanza artística que se había desarrollado, paralizándose los talleres de oficios en Calera de Tango.

Se dejaron también en abandono los obrajes, fundiciones y herrerías y las grandes especialidades técnicas en el rubro industrial y agrícola. Debido a esto se resintió la economía y se paralizó una parte fundamental de la producción y exportación en el terri-torio nacional, además de producirse una desorganización de las grandes haciendas que poseía la Compañía en el valle central.

El ámbito de la fe también acusó la partida. Los jesuitas eran formadores y confesores de un gran número de fieles que buscaban su consuelo y guía espiritual. De igual modo, se de-jaron en el abandono muchas de las misiones que habían fundado a lo lar-go del territorio, varias de las cuales pasaron a manos de los monjes fran-ciscanos, pero otras no volvieron a ser habitadas por falta de sacerdotes.

Las pertenencias de la orden pasa-ron a manos de la Junta de Tempora-lidades. Se decidió rematar los bie-nes muebles y arrendar las propie-dades inmuebles. La hacienda de La Calera se dio en alquiler a José Gar-mendia por la suma de 2.520 pesos anuales. Luego pasó en la misma condición a manos de Salvador Tru-cios y Julián de Almarza y, años más tarde, a Antonio Sánchez de Saravia, cuya hija era esposa de Judas Tadeo Reyes y Borda. Este matrimonio in-tentó obtener mayores utilidades de la hacienda, pero al no lograrlo, la Junta de Temporalidades dispuso su remate definitivo, en 1783. Entonces ya no quedaban vestigios de los flo-recientes talleres jesuitas que, sólo en contados casos, sobrevivieron a través de ayudantes o aprendices que mantuvieron parcialmente el oficio. La hacienda de La Calera fue adquirida por Francisco Ruiz de Ta-gle, que ofreció por ella 30.000 pe-sos, pagaderos 50% al contado y el resto a nueve años de plazo.

Ruiz de Tagle vinculó la propiedad a un mayorazgo que creó para mante-ner el lustre de la familia y benefi-ciar a quien correspondiera ser su cabeza mayor. No tuvo hijos, pero nombró heredero a su sobrino Ma-nuel Ruiz-Tagle Torquemada, quien se hizo cargo de la hacienda, enton-ces dedicada exclusivamente a la producción agrícola.

firma de francisco ruiz de tagle.

La Casa de Calera de Tango es, sin duda, uno de los lugares más her-mosos y mejor conservados de nuestro tiempo colonial. Los amplios patios, los corredores largos, los gruesos murallones y los techos de teja han guardado recuerdos importantes del modo como se gestó nuestra patria. Ahí la Compañía de Jesús y Chile se entrelazan en una historia común. Todo es simple y austero. Hay algo de silencio y de le-yenda. Esos adobes son testigos de nuestra pobreza y de una cultura que se forjó en la lejanía, entre terremotos e interminables guerras.

Al comprar la hacienda el hermano Isidoro Martínez, Procurador de las casas y colegios de la Compañía, tal vez no imaginó que esas tie-rras poco productivas se convertirían con el andar del tiempo en un complejo de minería, industria y agricultura, el más importante de la antigua colonia, que prestaría servicios a todas las casas y misiones de la orden.

Muy doloroso debió ser aquel 26 de agosto de 1767, cuando don Gerónimo de Herrera se presentó de madrugada con una fuerte guardia para cumplir las órdenes del Rey Carlos III. Los moradores de la casa fueron detenidos y llevados a Santiago para ser enviados a un forzado exilio. Ciento cuarenta y cinco años duró la ausencia (en Cale-ra de Tango) de la Compañía de Jesús. Los jesuitas vuelven de-finitivamente el 12 de junio de 1912, a la muerte del sacerdo-te Joaquín Ruiz-Tagle Portales quien, en un acto que honra su memoria, legó a la orden ignaciana este monumento cargado de recuerdos. Allí se retiraba la comunidad jesuita de Santiago a pasar sus vacaciones. Todavía se conserva el recuerdo del padre Hurtado, que apartado en Calera preparaba sus intensos ministe-rios apostólicos.

Hoy el lugar se ocupa como sitio de retiros ignacianos. Seis meses de cada año se desarrolla allí la “tercera probación”, que reúne a los sa-cerdotes jóvenes de varias provincias de la orden para hacer el último paso de su formación jesuita.

P. Fernando Montes M., S. J. Rector Universidad Alberto HurtadoExtraído de la revista Mensaje N° 420, julio 1993.

alberto hurtado en calera de tango.

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aporte jeSuita a laS arteS y arteSaníaS en chile

Saco de cal

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El ambicioso y detallado programa para el desarrollo de las artes, ar-tesanías y manufacturas que ponen en práctica los jesuitas en Chile a mediados del siglo XVIII, aún hoy sorprende y admira. Inspirados por la idea barroca de la obra de arte total, en que objetos, escenografía y de-coración convergen hacia un efecto de motivación y exaltación religio-sa, gestionan a través del padre Carlos Haymbhausen, en Alemania, la organización de un grupo artístico interdisciplinario que venga a Chile. Llegan arquitectos, pintores, escultores, ebanistas, relojeros, brosla-dores, tintoreros, ceramistas, herreros y cerrajeros. Traen por tierra, desde sus zonas de origen, los modelos en yeso y madera, libros, ma-teriales, herramientas e instrumentos para trabajar. Un equipaje con docenas de bultos y cajones, cuya travesía es una verdadera hazaña para la época.

En grandes talleres instala-dos en las haciendas jesui-tas de La Ollería, La Punta y, especialmente, en Calera de Tango –que reúne las ins-talaciones y el menaje más sofisticado en sus cuatro grandes patios–, producen con dedicación y celeridad, en colaboración con ayudan-tes, aprendices y discípulos chilenos, como previendo la interrupción de su labor, que efectivamente llega con la Real Cédula de expulsión de la Orden de todos los territo-rios de América en 1767.

En los talleres vacíos y silenciosos quedan los instrumentos y mate-riales a la espera de esas manos hábiles e inspiradas, a quienes el proceso de laicización ilustrada impide retornar. Afortunadamente se conservan en los archivos los inventarios de todo este proceso de edu-cación a través del arte, desarrollado en Chile a mediados del siglo XVIII, que aun resulta una novedad.

Afortunadamente también quedan las obras mismas, testimonios elo-cuentes de la alianza fecunda de arte y evangelización.

Isabel Cruz de Amenábar. Doctora en Historia del Arte, miembro de la Academia Chilena de Historia, docente Universidad de los Andes.

a altas temperaturas, entre 850°C y 900°C. Para ello utilizaban como combustible madera nativa de la zona: espinos, quillayes, boldos y litres. Con esto se obtenía una cal viva que debía apagarse con gran-

des cantidades de agua.

La cal se usaba como mor-tero para la adherencia de piedras y ladrillos, para en-lucir los muros y elaborar ornamentos en las facha-

das. Aunque también hubo minas en la hacienda Polpai-co, al norte de Santiago, y en

las llamadas Caleras del Rey, fue el mineral de Tango el más afamado por su calidad, por lo que se le solicitó expresamente para construir las for-tificaciones que se levantaron en Val-paraíso, Concepción y Valdivia desde inicios del siglo XVIII.

“La cal ha costado y cuesta un tra-bajo infinito –escribía al respecto el Gobernador Guill y Gonzaga en 1765- y el único medio que me lo ha proporcionado ha sido el celo de

Posiblemente desde el siglo XVI ya se explotaban de forma rudimenta-ria las minas de cal existentes en los cerros de Lonquén, que dan el nom-bre a Calera de Tango. Su industriali-zación y apogeo se alcanzó a partir del siglo XVII, gracias a la labor de los padres de la Compañía de Jesús que extrajeron cal para construir edificios a lo largo del territorio. Dicha explotación fue tan auspiciosa que les permitió pagar la deu-da que contrajeron para comprar la hacienda de La Calera, logrando, además, un con-siderable ahorro en todas las edifica-ciones que emprendieron.

Los jesuitas emplearon mano de obra indígena y esclavos, y habilitaron un complejo sistema de toma de agua desde el río Maipo que abasteció las necesidades de la explotación.

La producción se obtenía de la pie-dra caliza contenida en los piques de los cerros, y era quemada en hornos

laS minaS de cal

iglesia de la compañía,dibujo m. rugendas, 1839.

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sector cerro lonquén.

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los reverendos padres de la Compa-ñía de Jesús, quienes con el mayor esmero, valiéndose de los inteligen-tes religiosos alemanes que tienen, así sacerdotes como coadjutores, han trabajado más de seis meses a esta parte, incesantemente, hasta descubrir piedras, establecer hor-nos y preparar tendales y casa en los mismos cerros, e irla remitiendo a Valdivia…”.

La obra más notable que se constru-yó con la cal de Tango fue la iglesia grande de San Miguel en Santiago,

en la esquina de las calles Compañía y Bandera. Considerada por sus con-temporáneos como la más lograda obra de arquitectura de la capital, fue destruida por un incendio en el que perecieron numerosas víctimas, en diciembre de 1863.

La explotación de las minas de cal en Tango fue constante durante los siglos XVII y XVIII, pero decayó paulatinamente después de la ex-pulsión de la orden, hasta que cesó de manera definitiva a mediados del siglo XIX.

En la época precolombina, el de-sarrollo de sistemas de regadío estuvo presente en todos los valles de la zona central del país, espe-cialmente cuando el cauce de los ríos como el Maipo no alcanzaba a cubrir los llanos en altura. Antes de la llegada de los españoles, los in-dígenas que habitaban el territorio construyeron bocatomas y, a tra-vés de acequias, llevaron agua del Maipo a Tango y Chena, tal como se hizo en Apoquindo, Tobalaba, Ñuñoa, Malloco y Talagante, desa-

rrollando una próspera agricultura que cubrió la vasta zona entre los ríos Mapocho y Maipo.

Los españoles continuaron emplean-do estas zanjas y se dedicaron a en-sanchar los canales primitivos y abrir otros de trazados más sencillos.

En el siglo XVI Calera de Tango se regaba de las quebradas de los ce-rros de Calera, especialmente de la Hoya y la Chorrera, y con cauces que traían agua desde el Maipo, algunos

la aventura del agua

páginas de una crónica

tiera regar las zonas cercanas a San-tiago se remontan al siglo XVIII, cuan-do el gobernador Juan Andrés Ustáriz informó al Rey de la necesidad de unir

el río Maipo con el Mapocho. En 1726 el Cabildo Abierto de-terminó que este pro-yecto era viable, pero debido a la abundan-cia de lluvias de ese invierno, la urgencia por regar disminu-yó. En 1742 renació la iniciativa de traer agua a Santiago y las tierras al sur de la ca-pital, para lo cual se

presentaron varios proyectos, pero ninguno se consideró factible.

En 1802 el gobernador Luis Muñoz de Guzmán dio inicio a los trabajos en el canal San Carlos, pero su muerte prematura los paralizó. Luego vinie-ron las guerras independentistas y la falta de financiamiento no permitió retomar las actividades, hasta que en 1811 las autoridades patriotas nom-braron a Joaquín Gandarillas y Domin-go Eyzaguirre a cargo de las faenas. Los enfrentamientos entre patriotas y realistas interrumpieron las obras en varias ocasiones, pero en 1816 am-bos personajes fueron confirmados en sus cargos. Finalmente, y luego de sortear todavía más dificultades, a comienzos de 1822 el agua del Maipo llegó al Mapocho.

En el siglo XIX, tras la expulsión de los jesuitas y siendo ya la hacienda propiedad del mayorazgo Ruiz-Tagle, se realizaron mejoras en el regadío y se prolongó el canal hasta Lonquén.

de las cuales desaparecían cuando el río arrastraba las bocatomas en las crecidas de invierno. Las mercedes de tierra, encomiendas y traslados de nativos a otras zonas permitieron a los conquistadores ocupar estos terre-nos; sin embargo, se respetaron los dominios de muchos grupos de naturales y hubo instrucciones para que dispusieran de las aguas necesa-rias para regar sus chacras. En 1578 el Cabildo de Santiago recibió una petición de los indígenas de Vitacura y Tobalaba, y de la enco-mienda de Tango de Juan de Barros, entre otros, que se oponía al proyecto de llevar ciertas aguas para la ciudad, argumentando que ello les quitaba la que necesitaban para sus riegos.

Los jesuitas hicieron un convenio con el cacique de Tango para que les diera agua a sus cultivos. Así, a partir de 1685, construyeron el canal para re-gar sus tierras, que alcanzó hasta Los Bajos de Santa Cruz y Malloco. Desa-rrollaron también una red de acequias en el actual sector de Los Morros, y un canal que corrió a través de un túnel y les permitió regar 12 cuadras de viña. Artífice de estas obras fue el padre Miguel Millet, a quien el Cabildo de Santiago le encomendó en 1726 estu-diar un canal que sacara aguas del río Maipo, idea que sólo se materializó cien años más tarde.

Los primeros antecedentes sobre la construcción de un canal que permi-

bocatoma en el río maipo, óleo de luis strozzi.

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Domingo Eyzaguirre, Óleo de R. Monvoisin, c. 1850

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Situación actual del agua y el deSafío del riego en calera de tango

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El regadío de Calera de Tango es una de las primeras obras de ingeniería que se hizo en Chile. Como con el paso de los años las tierras y las aguas se han ido parcelando; las tareas de división, mantención y limpieza de los canales, que antiguamente realizaban pocas personas en sus propios predios, se han transfor-mado en algo complejo. Con una gran parte de la comuna dividida en parcelas de 5.000 mts2, la situa-ción se presenta problemática.

Es tarea urgente educar a la población y, en última instancia, establecer multas, a todo nivel social, para generar conciencia de que los canales no son alcantarillados ni vertederos, ya que se contaminan y obstruyen. El gran desafío es preservarlos y mantenerlos, al igual que a las servidum-bres, con la cooperación de toda la comunidad, si no, éstos se secarán y se tendrá que regar los predios con agua potable a un costo elevadísimo.

Mario Carlos Larraín R. Miembro del directorio de la Asociación Canales de Maipo, vecino de la comuna.

A comienzos del siglo XX, el con-junto de los predios agrícolas que rodeaban Santiago sumaban más de 100.000 hectáreas y la mayo-ría de sus dueños eran accionistas de la Sociedad de Canalistas del Maipo, cuya red de canales regaba sus propiedades. En 1908 se dictó la Ley N° 2.139 de la Asociación de Canalistas, que reglamentó en for-ma detallada la distribución de las aguas en cauces artificiales, para lo cual hizo equivaler el caudal del río a 7.568 partes, de las cuales la Sociedad tuvo derecho a la mitad, o sea, 3.784 partes.

En 1910 la Asociación constituyó la Junta de Vigilancia del Río Maipo, a la que concurrieron los representantes de todas las agrupaciones que tenían

derecho a sus aguas: los canales de Maipo, Pirque, Gálvez, Arriagada, Ca-lera, Jara, Lonquén, Lo Espejo, Santa Cruz y Canales Unidos de Buin. El mismo año se intentó unirlos en un canal tronco y se formó la Comunidad de Canales del Maipo. Seis años más tarde, el ingeniero Manuel Ossa reali-zó una bocatoma común que incluyó, en la ribera norte, a la Asociación del Canal Ochagavía, y en la ribera sur, a la Asociación del Canal Huidobro, obra que concluyó en 1917 y sigue prestando servicios.

Calera de Tango corresponde a lo que podría llamarse Primera Sección del río Maipo, la más densa del cau-ce, que abastece una red de canales que riega una superficie equivalente al 88% de la comuna.

páginas de una crónica

A comienzos del siglo XIX, los territo-rios de la actual comuna de Calera de Tango pertenecían mayoritariamente a dos familias: los Eyzaguirre y los Ruiz-Tagle.

La familia Eyzaguirre era dueña de una gran propiedad en el sector nor-te de la comuna, hacia el cerro Che-na, conocida como San Agustín. Ha-bía pertenecido a los monjes agus-tinos de Santiago hasta mediados del siglo XVIII, cuando los religiosos la vendieron al español Domingo de Eyzaguirre, que al fallecer en 1800, la dejó en herencia a su viuda Rosa Are-chavala. A la muerte de esta última, el latifundio se subdividió entre los numerosos hijos que tuvo el matri-monio. Entre ellos destacaron Agus-tín, el primogénito; comerciante, político y hombre público; Domingo, que se dedicó a la agricultura y a la beneficencia; Ignacio, que sobresa-lió en la jurisprudencia, y José Alejo, que siguió la vocación del sacerdocio y llegó a ser arzobispo de Santiago. A excepción de éste, los hermanos Ey-zaguirre Arechavala levantaron casas

y bodegas, trabajaron las tierras, es-pecialmente Domingo, que con justi-cia puede considerarse pionero de la agricultura chilena.

Los Ruiz-Tagle, por su parte, fueron los dueños de una enorme propie-dad de más de 8.000 cuadras, que incluía los cerros de Lonquén, y que perteneció a la Compañía de Jesús hasta su expulsión. En 1783 fue ad-quirida por el español Francisco Ruiz de Tagle, fundador de un mayorazgo sobre sus propiedades. En 1800 el título fue heredado por su sobrino nieto Francisco Ruiz-Tagle Portales quien, por su rango y fortuna, se convirtió en figura relevante de la so-ciedad santiaguina. En su hacienda de La Calera recibió al general José de San Martín en 1817 y, un año más tarde, al general español Mariano Osorio, días antes de la batalla de Maipú. Personaje culto e ilustrado, sus casas de Santiago y La Calera se constituyeron en centros de hospita-lidad y acogida para personalidades de la época como María Graham, Mauricio Rugendas, Charles Darwin

familiaS y propiedadeS del Siglo XiX

canal de riego en calera de tango.

calera de tango. geografía física de la república de chile, a. pissis, 1875.

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cio, Bellavista, La Ermita y Tanguito. La Calera, en cambio, permaneció indivisa hasta 1865, cinco años des-pués de la muerte del mayorazgo Ruiz-Tagle. Poco antes de esa fecha, en 1854, se le había considerado la segunda propiedad más valiosa del país, avaluada en $50.000, y solo superada por la hacienda La Compa-ñía, en Rancagua.

En 1865 la hacienda de La Calera se dividió entre los diez hermanos Ruiz-Tagle Larraín. Una década más tarde, solo cinco de ellos aún con-servaban parte de esta antigua pro-piedad familiar, ahora compuesta por las hijuelas de: Las Casas; La Ce; San Vicente; Santo Domingo y la llamada Siete Hijuelas, a la que se suma la hijuela Sorrento, de propie-dad de un sobrino de los anteriores. Las otras propiedades pasaron a diversas manos de hacendados liga-dos a la agricultura.

Las Casas de Calera de Tango, donde estuvieron los talleres de los jesui-tas y luego vivió rangosamente el mayorazgo Francisco Ruiz de Tagle,

y el canónigo Juan María Masttai Fe-rretti, futuro Papa Pío IX.

En el sector de Los Bajos de San Agustín, terreno comprendido entre las haciendas de San Agustín y La Ca-lera, surgieron chacras y pequeños fundos que se fueron subdividiendo y creando nuevos focos de asenta-miento y producción. Aumentó su población de tal manera, que hacia 1875 se le reconoció como aldea. Entre sus propietarios destacados se recuerda a Camilo y Lorenzo López, Domingo Villagrán, Ignacio Miranda, Feliciano Fajardo, Dolores Carreño, Sebastián Sanhueza, Francisco Esco-bar y José Valdenegro.

Avanzado el siglo, las herencias y los traspasos generacionales, con la división de las tierras, haciendas y fundos, modificaron sustancial-mente las extensiones de las pro-piedades y, asimismo, el paisaje y la cantidad de habitantes de la zona. La antigua hacienda de la familia Ey-zaguirre se dividió entre sus descen-dientes en varias hijuelas, como las de Santa Teresa, San José, San Igna-

páginas de una crónica

fue legada por éste a su hijo mayor, Joaquín, quien profesó de sacerdote después de la muerte de su padre. El presbítero Ruiz-Tagle arrendó esa propiedad a los Hermanos de La Salle, que establecieron un centro educacional, y luego la asumió él mismo, hasta su muerte en 1912, cuan-do la legó nuevamente a los padres jesuitas para que establecieran en el lugar una casa de retiro y un centro espiritual que atendiera las necesidades de los vecinos.

Finalmente, en los lindes de la gran hacienda que fue de los Ruiz-Tagle, hacia Lonquén y Lo Herrera, surgieron numerosas propiedades que pertene-cieron, entre otros, a Vitalicio López, Máximo Arguelles, Antonio Ovalle, Clemente Pérez, José Tomás Rodrí-guez, Gavino Hernández, Ricardo Portales, Luis Álvarez, Francisco Olea, Jesús Baeza, Rafael Muñoz, Gregorio Quiroz y Pedro J. Contreras.

Hacia 1800, la actual comuna de Ca-lera de Tango era parte del territorio conocido como “Descampado” o “Llano de Maipo”, por donde obliga-damente pasaban los caminos que

iban desde Santiago hasta el vado del río. Igualmente, se debía cruzar por la comuna para seguir al sur del país. Andantes, jinetes, tropas y ani-males transitaban por esas “tierras eriazas” que esporádicamente eran

atravesadas por un par de acequias o canales que llevaban agua desde rudimentarias bocato-mas del río Maipo a pro-piedades como Lo Herre-ra, La Calera, San Agustín o Lo Espejo. Tal situación solo vino a transformar-se con la construcción

del Canal San Carlos o de Maipo que dirigió Domingo Eyzagui-rre, a quien se debió la transforma-ción del llano en un vergel. Cuando todavía el canal estaba construyén-dose y no llegaba el agua al llano, en septiembre de 1822, la viajera María Graham describió el recorrido que hizo desde Santiago hasta Angos-tura. En su diario escribió que al lle-gar al Portezuelo de San Agustín de Tango, encontró pequeños huertos regados por un antiguo canal del río, “cuya vista nos alegró después de quince millas de monótono camino. Otras quince millas, tan monótonas como las anteriores, nos llevaron al vado del rápido y turbio Maipo”. rancho. atlas de la historia de chile, claudio gay, 1854. co

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l.Francisco Ruiz - Tagle

antiguo jardín de la hacienda de calera, acuarela c. 1835.

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Bala de cañón

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voluntaria o involuntariamente a los batallones de milicias de uno u otro bando. Solo en la década de 1830 se alcanzó una estabilidad política que permitió el sistemático avance de la actividad agrícola que, en los veinte años siguientes, aprovechó la oportunidad de exportar granos, es-pecialmente trigo, a los nuevos mer-cados de California y Australia.

En 1838 se creó la Sociedad Chilena de Agricultura en Santiago, que en su boletín El Agricultor contaba con la redacción de Domingo Eyzaguirre. Más tarde, en 1856, el propio Eyza-guirre como presidente de la nueva Sociedad Nacional de Agricultura, inició la publicación de El Mensajero de la Agricultura, que se transformó en lectura obligada entre los agri-cultores de la zona central del país. A través de sus páginas promovió la introducción de plantas, semillas y nuevas variedades de animales, muchos de los cuales se experimen-taron en fundos de Calera de Tango. Ejemplo de esto fue la industria apí-cola que instaló el inglés Juan Mac Lean en San Agustín, en 1850.

La llegada del agua y la fundación de la villa San Bernardo al pie del cerro de Chena e inmediata al por-tezuelo de San Agustín, mejoró las condiciones del camino al sur y au-mentó su tráfico, que se abrió hacia Talagante, cruzó por el sector de Los Bajos y atravesó el camino a Lon-quén, hacia Malloco.

A pesar de la proximidad a Santiago, la vida en lo que hoy es Calera de Tango era de una ruralidad profun-da. Como menciona el historiador Fernando Silva, “las preocupaciones más absorbentes estaban centradas en los quehaceres específicos del campo y eran comunes a todos: las peripecias del rodeo, la marca, la matanza o la trilla en la gran ha-cienda; las nuevas plantaciones de vides o higueras… la dedicación por mejorar empíricamente la raza caba-llar y los aperos”.

Durante el período de las guerras de la Independencia, la situación del campo fue difícil, ya que se requi-saban animales y granos, mientras los campesinos eran incorporados

Su producción estuvo destinada al abastecimiento de los ar-

senales de guerra chilenos y para las faenas mineras, además de la exportación.

Su apogeo lo alcanzó duran-te la Segunda Guerra Mun-dial, periodo en que hubo

turnos rotativos de 70 trabajadores,

La producción de las caleras de los jesuitas posibilitó en la Colonia, además de la extracción de cal y su pro-cesamiento, el desarrollo incipiente de una fábrica de pólvora. El elemento que se elaboraba a partir de los compuestos de este mineral, era utilizado principalmente para las la-bores extractivas de los yacimientos, siendo un antecedente para el esta-blecimiento y posterior producción local del material explosivo.

La Fábrica de Pólvora The Chilean National Ammunition Company Ltd. se estableció en Calera de Tango en la última década del siglo XIX. De capitales ingleses, fue administrada por su socio principal, Mr. Herbert H. Jones, quien compró terrenos en Los Bajos de San Agustín. El sector, que pronto fue conocido como La Polvera, comprendió una extensión de quince cuadras donde se instalaron la fábrica de explosivos, los almacenes, las ofi-cinas y casas de empleados.

la pólvora

faena agrícola en calera de tango, c. 1900. arch

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explosión en la fábrica de pólvora, 12 de marzo 1930. el mercurio.

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piedras de moler de la antigua fábrica de pólvora / felipe garcía.

páginas de una crónica

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logrando con ello mantener una alta productividad y responder a la cre-ciente demanda.

El 12 de marzo de 1930 la fábrica fue afectada por una gran explo-sión ocurrida en el trapiche N° 5, que destruyó máquinas, construc-ciones, depósitos y casas del esta-blecimiento, provocando la muerte de dos operarios y dejando más de una docena de heridos, entre ellos, la esposa e hijo del ingeniero de la empresa, Víctor Droulliez.

La Fábrica de Pólvora cesó sus fun-ciones en 1957 y, posteriormente, en 1966, sus bodegas y oficinas administrativas fueron adquiridas por el municipio de Calera de Tan-go, donde éste instaló su sede, que permanece hasta hoy. El desman-telamiento de la fábrica obligó a retirar grandes trozos de piedra de molino con las cuales se molía el salitre y otros compuestos para ela-borar la pólvora, que se llevaron al ingreso del parque del cerro Chena, donde todavía se pueden apreciar.

El Criadero de Árboles Santa Inés fue fundado en 1888 por Salvador Izquierdo, en una pequeña extensión de terreno próxima a las haciendas La Calera y Lo Herrera.

En un principio no fue un negocio rentable, sin embargo Izquierdo per-severó en su idea hasta alcanzar un desarrollo importante, reconocido en Chile y en el extranjero. Sólo en 1896 logró un saldo favorable que aumentó con los años. Hacia 1900, el

criadero tenía una producción anual de 340.000 árboles, en 400 cuadras de terreno de excelente calidad.

Santa Inés estaba dividida en potre-ros separados por avenidas arbola-das, destinados a la crianza y cultivo de más 4.000 variedades de árboles, sobre mil tipos de arbustivas y flores regadas con aguas del río Maipo, clarificadas a través de un sistema de cañerías y filtros. Estos se dife-renciaban en especies como frutales,

Santa inéS y la producción de frutaS

páginas de una crónica

con 73.000 unidades, forestales, con 185.000 ejemplares y ornamentales, con 40.000 unidades.

El predio distinguía diferentes sec-ciones:

criadero: con 70 hectáreas des-tinadas al cultivo de plantas de distinta variedad y fines, tales como árboles y plantas forestales, urbanos, ornamentales y florales. Esta última sección maravillaba a los visitantes por sus colecciones de rosas, peonías, rododendros, azaleas, camelias, cardenales, be-gonias, helechos y palmas, muchos de los cuales se cultivaban en in-vernaderos calefaccionados.

jardín botánico o arboretum: una extensión de dos y media hec-táreas con árboles, arbustos, subar-bustos y plantas chilenas y extranje-ras que llegaban anualmente desde Europa y Estados Unidos.

vergeles frutales: en una su-perficie de 52 hectáreas se culti-vaban ciruelos, cerezos y duraznos destinados a la producción de fruta fresca para el consumo interno o para la fabricación de frutos secos de exportación.

los bosques avenidas o líneas de árboles: en una extensión de 58 hectáreas y en línea, incluía casi todas las variedades que producía el criadero y permitía a los compradores ver las especies en pleno desarrollo.

El criadero contaba con personal calificado para atender a los visi-tantes e incluía jefes de sección,

jardineros y paisajistas. Salvador Izquierdo contestaba personalmen-te consultas sobre arboricultura y publicaba un catálogo anual donde se especificaban todas las existen-cias y novedades de Santa Inés. Se anexaba además un formulario para hacer los pedidos que se despacha-ban por tren mediante una exten-sión ferroviaria que los conectaba con el ferrocarril central en la esta-ción de Nos. Esta línea de tracción animal que se había construido ori-ginalmente para transportar frutas y trabajadores, empezó a trasladar público, además de la producción y

laguna de cultivo de plantas acuáticas, criadero santa inés, c. 1910.

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obreras deshuesando duraznos.

fábrica conservera, dispositivo de tarros en movimiento.

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provisiones militares para la Fábrica Nacional de Pólvora. De acuerdo a antiguos registros, el ferrocarril de Santa Inés transportó 20.640 pasa-jeros en 1902, 30.568 pasajeros en 1909 y 49.259 en 1919.

Con el fin de mantener la calidad de sus especies, el criadero instaló una planta de fumigación y, más tarde, una central eléctrica. También levan-tó una fábrica de maceteros para las 250.000 unidades de plantas que producía anualmente, y otra de con-servas. La Fábrica Conservera Santa Inés se adelantó a las exigencias del mercado y ofreció envasar frutas, cuyo consumo hasta entonces era solo estacional.

En 1898 Salvador Izquierdo junto a René Le Feuve, director del Instituto Agrícola de la Quinta Normal, crea-ron un proyecto para estimular las plantaciones de árboles forestales y frutales. Propusieron, entre otras cosas, conceder primas a los plan-tadores, nombrar inspectores de bosques y liberar de impuestos los terrenos ocupados con árboles. Pi-dieron la cooperación del gobierno para impulsar la industria agrícola y dieron el primer paso para convertir la fruticultura en un tema de interés nacional. Por esta razón, se conside-ra a Salvador Izquierdo iniciador de la industria frutícola en Chile, ya que abrió un campo hasta entonces des-conocido y poco desarrollado.

páginas de una crónica

Salvador izquierdo SanfuenteS

La vida de Salvador Izquierdo Sanfuentes constituye un destacado testimonio de los agricultores de hace cien años. Coincidió con un período de extraordinaria bonanza de los campos, entre las décadas de 1860 y 1920. Durante este tiempo, se construyeron los grandes canales de riego que le cambiaron el color a los llanos de tierra y que determinaron el enorme incremento de la productividad y rentabili-dad de las propiedades agrícolas y la minería, además de posibilitar la división de los latifundios.

Izquierdo Sanfuentes contribuyó decisivamente en la segunda fase de esta gran revolución agraria: la de la diversificación e intensificación de los cultivos. Su aporte se concentró en el Criadero de Árboles Santa Inés, fundado en 1888, a través del desarrollo de especies forestales, ornamentales y frutícolas, y su respaldo permanente al crecimiento de estos rubros tanto en Chile como en otros países del continente.

Debe destacarse también su impulso a la fruticultura. En 1900 creó una fábrica de conservas y en 1903 una planta de fu-migación. En 1921 presentó al gobierno un plan para el desarrollo de la exportación de frutas, la que veía como una alternativa importante frente al salitre. Desgraciadamente, las ideas de mo-dernidad que se impusieron a partir de esos años menospreciaron la agricultura, en be-neficio de una industrialización que llevó al estatismo en desmedro de la libre iniciativa.

La vida de Salvador Izquierdo se caracterizó además por un profundo sentido de la res-ponsabilidad social y el servicio público. Fue pro-fesor de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Chile y autor de Enseñanza Agrícola en Chile (1901). En 1922 presidió la Exposición de Fruticul-tura y, en 1926, el 2° Congreso de Agronomía. Consejero Honorario de la Universidad de La Plata, Argentina, y miembro de destacadas socie-dades científicas de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, completó sus actividades participando en la Junta de Beneficencia de Santiago y en el hospital San Vicente de Paul. Distinguido en los círculos sociales, presi-dió el Club de la Unión de Santiago entre 1910 y 1913.

Adolfo Ibáñez S. Historiador, miembro de la Academia Chilena de la Historia.

sección de crianza de árboles forestales. criadero santa inés, c. 1910.

embalaje de manzanas, criadero santa inés, c. 1910.

Ciruela Japonesa Kelsey

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En 1834 el Gobierno decidió subdivi-dir la Provincia de Santiago y creó el Departamento de la Victoria, llamado así por el triunfo patriota en Maipú. Su capital fue la recién creada villa de San Bernardo, donde residió el gober-nador, y delimitaba al norte con el De-partamento de Santiago, al sur con el de Rancagua, al poniente con Melipilla y al oriente con la cordillera de los An-des. A partir de 1875, el Departamento de la Victoria se dividió en 17 subdele-gaciones, entre ellas, Calera y Tango.

Finalizada la Revolución de 1891, el presidente Jorge Montt firmó el pro-yecto de ley sobre organización y atribuciones de las municipalidades de Chile, conocido como Ley de la Comuna Autónoma, que desde 1888 impulsaba en el Congreso Manuel José Irarrázaval, y que dio a los muni-cipios total independencia del Ejecu-tivo, con facultades más amplias que las que tuvieron las gobernaciones (Boletín de Leyes i Decretos del Go-bierno. Santiago, diciembre de 1891).

Los municipios entonces asumieron roles fundamentales en la higiene pública y el estado sanitario de sus vecinos; en el cuidado de un cuerpo policial; el ornato y recreo; la reali-zación y mantención de los caminos y obras públicas; el cuidado por la moralidad, la seguridad y el orden; la promoción de la agricultura, la indus-tria y el comercio; la responsabilidad por las escuelas primarias y los esta-blecimientos de educación en gene-ral, y se hicieron cargo de la admi-nistración de los hospitales y demás establecimientos de beneficencia.

evolución adminiStrativa y demográfica

páginas de una crónica

co José Ruiz-Tagle, en Sorrento; Clau-dio Vicuña, en El Oliveto; Carmen Ruiz Tagle-de Mena, en La Ce; Pedro Ruiz-Tagle, en El Recuerdo; Concep-ción Ruiz-Tagle de Portales, en San-to Domingo; Enrique Santelices, en Santa Ana; Diego Cañas Ovalle, en El Peñón; Tomás Skinner, en La Cruz; Jorge Gandarillas, en Santa Clorinda; Salvador Izquierdo, en Santa Inés; Joaquín Ruiz-Tagle Larraín, en La Ca-lera; Macario Ossa, en El Carmen, y Daniel Santelices, en Catemito.

En la subdelegación de San Agus-tín, los mayores propietarios eran: Herbert H. Jones, en La Polvera; José María Eyzaguirre, en San José; Enriqueta Jara de Fernández, en San Agustín; Nicolás Albano, en San Ig-nacio de Tango; Francisco Bahamon-des, en Tanguito, y Ladislao Charlín, en La Ermita.

No había más de 380 habitantes con-centrados en el sector de Los Bajos; el resto de la población se encontraba dispersa en un centenar de fundos, desde el faldeo sur del cerro Chena hasta el cerro de Lonquén. Había dos escuelas públicas, una en Los Bajos y otra en San Agustín, y dos industrias: la Fábrica de Pólvora, del inglés Her-

El 22 de diciembre de 1891, comple-mentando la dictación de la ley, se crearon 195 nuevos municipios en el país. A Calera de Tango correspondió el N° 74 y se le determinó un territo-rio que incluía la séptima y octava subdelegación, Calera y Tango, res-pectivamente. Los límites, fijados desde la creación del Departamento de la Victoria, se adecuaron específi-camente a los que habían tenido las dos propiedades fundacionales de la comuna: las haciendas de La Calera y San Agustín de Tango.

A partir de ese mismo año, el Departa-mento de la Victoria, perteneciente a la provincia de Santiago, quedó cons-tituido por cinco municipios: Peñaflor, Talagante, Calera de Tango, San José de Maipo y Lo Cañas, que aumentaron a siete en 1895, cuando se sumaron los de Puente Alto y La Granja.

Tres años más tarde del nacimiento de la comuna, en 1894, se nombró como primer alcalde de Calera de Tan-go a Pedro Ruiz-Tagle García-Huido-bro, quien ejerció el cargo hasta 1915.

En 1895 los mayores propietarios de la subdelegación de La Calera eran: Belisario Torres, en Santa Teresa de Lonquén; Adolfo Fernández Jara, en Santo Domingo de Lonquén; Francis-

ejemplos del carácter cívico de la comuna: licencia de conducir del padre hurtado, patente calera de tango y portada boletín municipal.

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trilla a yegua frente al conjunto jesuita, c. 1910.

familia campesina en calera de tango, c. 1910.

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alumnas escuela san ignacio. al centro melesia osorio, c. 1950.

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de este nuevo período fue Fernando Infante Infante, propietario del fundo Santa Filomena de Tango.

La sede de la municipalidad en sus orígenes se encontraba en la parte antigua de Calera, cerca del conven-to de los jesuitas. Posteriormente se trasladó frente al Estadio Municipal, en el cruce del camino El Sauce con el camino Lonquén, donde funcionó desde 1957. En 1966 se trasladó a su actual ubicación en la Avenida Calera de Tango, donde estaban las oficinas de administración y bodegas de la ex fábrica de pólvora.

En cuanto a la población, los datos del censo de 1885 registran los pri-meros poblados en el sector: La Ca-lera, clasificado como villorrio con 679 habitantes; y Tango y Los Bajos, con 391 y 640 habitantes, respectiva-mente. En el censo de 1895 apare-cen los mismos poblados con similar clasificación de villorrios, pero esta vez con una población de 1.907 ha-bitantes, lo que refleja un aumento del 11% con respecto a la medición anterior. Los datos de 1909 registran un total de 5.289 habitantes en la co-

bert H. Jones, y la Fábrica Nacional de Leche, de Adolfo Fernández y Enrique Taulis, en San Agustín de Tango, con un taller anexo de hojalatería y car-pintería para fabricar los tarros y ca-jones de envase. El Criadero de Santa Inés estaba recién iniciándose.

En marzo de 1902, por Decreto Su-premo del Ministerio del Interior, se creó la villa de Los Bajos de San Agustín, y en 1939 fue definido como sector urbano, con límites concretos.

Durante el Gobierno de Carlos Ibá-ñez del Campo, a través del Decreto Nº 116 del 20 de enero de 1930, la co-muna fue suprimida y su territorio ab-sorbido por las vecinas comunas de Peñaflor, San Bernardo y Talagante.

En 1937 Joaquín Irarrázaval Larraín, dueño de San Miguel de Tango, a pe-tición de la familia Ruiz-Tagle, hizo las gestiones ante el Congreso para que Calera de Tango volviera a ser comu-na. Aunque Talagante se quedó con la parte del sector de La Ce y el límite sur quedó fijado en el camino Loreto, el 11 de enero de 1937 Calera de Tango volvió a ser comuna. El primer alcalde

páginas de una crónica

muna, y en el censo de 1920, toda la población de Calera de Tango es con-siderada rural, con una población de 6.498 habitantes.

Con respecto a la conectividad, en los primeros tiempos sólo funciona-ron carretas desde la actual comu-na de Padre Hurtado, antiguamen-te conocida como Marruecos. El camino Lonquén, que se inundaba constantemente con la subida del río, se pavimentó recién en 1986. Hacia San Bernardo circulaban vic-torias, breques y otros vehículos parecidos. Desde 1900 en adelante, la línea férrea para carros de sangre desde la estación de Nos hasta las casas del fundo Santa Inés, cons-truida originalmente para transpor-tar trabajadores y frutas, empezó a

trasladar público general. Se habili-tó una extensión hasta la fábrica de pólvora y hasta 1937 el servicio si-guió operando. Alrededor de 1930, José Miguel Arredondo, “el Huaso”, y su mujer Cantalicia, introdujeron las primeras góndolas que ofrecie-ron el trayecto Calera de Tango-San Bernardo. Por la dirección Lonquén-Santiago pasaban las micros “Re-pública”, del empresario Rogelio Solar, y empezaron después a circu-lar las Isla de Maipo-Santiago. En el año 1958 se quedaron sin recorrido, por lo que el alcalde Erasmo Valen-zuela Alfaro tuvo que hacer campa-ña para conseguir los buses de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado, y concentrarse en con-solidar las redes de transporte pú-blico de la comuna.

laS primeraS eScuelaS

La labor educativa en Calera de Tan-go se desarrolló desde los inicios de la formación de la hacienda que lleva su nombre. En ella, además de la explotación de la tierra, la crianza

de animales y la minería, se formó un polo de enseñanza de las artes y oficios, junto al adoctrinamiento y evangelización de la población que la circundaba.

ferrocarril de sangre a santa inés, c. 1910.

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el legado de doña meleSia

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Terminando el siglo XIX, los Hermanos de La Salle instalaron en estas depen-dencias la primera escuela formal del sector, denominada San Ignacio, emplazada en el lugar que antigua-mente era ocupado por el patio de los negros o de servicios de la hacienda. A partir de 1908, fue el propio presbí-tero Joaquín Ruiz-Tagle quien sostuvo dicho establecimiento, y al momento de su muerte, al legar la propiedad a

los padres jesuitas, estipuló la obli-gación de mantenerla como escuela de instrucción primaria. Los nuevos residentes cumplieron su voluntad y la trasladaron a la casa que se encon-traba frente a la capilla. Más adelan-te la restablecieron en los altos de la casona del antiguo convento, donde en 1921 estuvo a cargo la profesora Carmen Soto, quien empleaba el mé-todo de dar clases a niños y niñas por separado en dos jornadas, junto con la instrucción de la asistencia a misa los domingos.

Entrado el siglo XX, la mayoría de las escuelas estaban ubicadas en los grandes fundos. Los propieta-rios proporcionaban el terreno y el edificio, mientras que el Ministerio de Educación nombraba a los pro-fesores y directores, que vivían en

los mismos recintos. A ellas asistían los hijos de los inquilinos y trabaja-dores del campo correspondiente, y los cursos llegaban solamente hasta 4° Básico. Las escuelas de los fun-dos eran: San Agustín o Escuela Nº 18, Santa Inés o Escuela Nº 21 y San Ignacio o Escuela Nº 23. Existían también dos escuelas de propiedad fiscal; la Escuela de Los Bajos o Nº 20 y Escuela de La Calera o Nº 22; y dos particulares subvencionadas; la Escuela Rapa Nui en Lo Ermita y la de los jesuitas o Escuela Nº 8. Solamen-te ésta última, además de los esta-blecimientos de Los Bajos y Calera de Tango, llegaban hasta 6° Básico.

La Escuela Nº 8 de los jesuitas tiene su origen en 1927, cuando la muni-cipalidad de Calera de Tango quiso impulsar la creación de un estable-cimiento fiscal en las cercanías de lo que eran sus recintos administra-tivos, en el sector del camino de El Sauce. Al no contar con un lugar don-de emplazarla, solicitó a los padres jesuitas ocupar sus dependencias. Se firmó un acuerdo entre el rector del Colegio San Ignacio de Santiago, padre Luis Canudas, y el alcalde de Calera de Tango de ese entonces, Carlos Ruiz-Tagle, y el recinto funcio-nó con algunas obligaciones impues-tas por los religiosos, hasta 1936. La misión educativa llegó nuevamente a este lugar en 1953, por iniciativa de la señora Melesia Osorio, cuyo empeño en enseñar a leer y escribir a sus hijas fue conocido por el Pro-vincial padre Pedro Alvarado, que acogió con gran entusiasmo el re-abrir nuevamente la escuela para la enseñanza y adoctrinamiento de los vecinos. Si bien la Escuela N° 8 San

Melesia Osorio fue fundadora de la Escuela San Ignacio e iniciadora de un gran proyecto educativo; una maestra en todo el sentido de la palabra. Su concepto de educación no sólo llegó a varias generaciones de alumnos, sino que también incorporó a adultos, tanto apoderados como vecinos, para que pudieran insertarse en el mundo laboral y ayudar a sus familias. Con este fin creó talleres de bordado, moda, peluquería y tejido. Formó también el “Grupo Nazareth”, que representaba escenas para Navidad y otras fiestas religiosas.

El proyecto educativo instaurado por doña Melesia continúa hasta hoy. El equipo docente que la sucedió se siente orgulloso de haber formado bue-nas personas con gran calidad humana, de trabajo serio y responsable, en un clima cálido y acogedor.

Ciertamente ha sido una hermosa y gratificante experiencia haber parti-cipado en este proyecto, donde con nuestra mamá Melesia, mi esposo, “Profe” Hernán, mi hermana Susana, el equipo de profesores, auxiliares, la comunidad educativa y con el apoyo de la Compañía de Jesús, logra-mos formar una escuela de excelencia, reconocida a nivel local, regional e incluso nacional.

Teresita Osorio, ex directora de la Escuela San Ignacio de Calera de Tango.

Ignacio de Calera de Tango partió inicialmente con un solo curso, con el paso del tiempo fue incrementando su alum-nado, el que perdura hasta el día de hoy al alero del Movimiento de Educación Popular e Integral y de Promoción Social Fe y Alegría, de la red educacional jesuita.

Después de la Reforma Agraria, todas las propie-dades escolares, tanto terrenos como inmuebles que estaban al interior de los fundos expropiados, pasaron al Ministerio de Educación; también lo hicieron algunas escuelas perte-necientes a fundos no expropiados

a través de donaciones que hicieron sus dueños. Luego de la munici-

palización de la educación de los años 80, las escuelas

empezaron a depender de la administración edi-licia. En 1982 muchas se fusionaron y cambiaron

de nombre; otras desapa-recieron, como las de San Agustín y Rapa Nui.

Actualmente, la comuna cuenta con un total de

1.910 matrículas, tanto de educación básica como media, correspondien-tes a educación municipal; y un total de 3.052 matriculas, de educación básica y media, correspondientes a educación particular.

páginas de una crónica

alumnas de la escuela san ignacio, c. 1910.

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Placa identificatoria de escuelas de

Educación Básica

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Tradiciones y costumbres

Calera de Tango es una comuna que aún conserva su carácter rural. Sin embargo, debido a la urbani-zación creciente de las últimas décadas, muchas tradiciones y costumbres propias de la ruralidad se han perdido. Entre las que todavía se mantie-nen están la fiesta de Cuasimodo, algunas expre-siones de música tradicional y la práctica de de-portes ecuestres.

el cuaSimodo

La costumbre de acompañar al sacerdote cuando lleva la comunión a los enfermos se originó en la Colonia, cuando las comunidades se organizaban para proteger al cura que salía a atender a las fa-milias campesinas, defendiéndolo de los bandi-dos que solían robar los copones de oro y plata en que transportan las hostias. Desde entonces, algunas comunidades rurales han resguardado esta tradición, que se celebra, según determinó

cuasimodo en calera de tango / felipe garcía.

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tradiciones y costumbres

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la Iglesia, el domingo siguiente al de Pascua de Resurrección.

Desde muy temprano, todos los par-ticipantes se preparan para escoltar la Eucaristía. El sacerdote viaja en un coche o carreta adornada, a la que siguen los cuasimodistas en sus ca-ballos, en bicicleta y otros a pie; la mayoría vestidos de huaso, algunos con trajes de fantasía y todos con las cabezas cubiertas portando las ban-deras de Chile y del Vaticano.

En la comuna de Calera de Tango existen dos grupos de cuasimodis-tas. El primero se formó en 1967 por iniciativa de Ismael Contreras, José Espina, Ramón Núñez y Gilberto Caro, todos vecinos del sector de Los Bajos, quienes fundaron la Orden de Cuasimodistas de Calera de Tango. Años más tarde, el mismo José Es-pina tuvo la idea de organizar otro Cuasimodo, debido a la creciente extensión del recorrido y al interés de las familias de otros sectores por participar. Se entusiasmó con este

proyecto la señora Melesia Osorio, entonces directora de la Escuela de los Jesuitas, quien incorporó a los sacerdotes de esa Orden que, desde entonces, colaboran activamente en mantener viva la tradición.

Es por esto que son dos los grupos de cuasimodistas que acompañan a los curas en sus recorridos: el que sale de la iglesia de Los Bajos de San Agustín y transita el sector hasta el camino de Lonquén; y el de la capilla de San Miguel de Tango, que cubre la extensa área de La Calera.

Desde la década de los 60, siendo todavía joven, Ismael Contreras, cuasimodista de Los Bajos, ha crea-do hermosas poesías que revelan los sentimientos de la cultura cam-pesina-popular, en versos sextinos acompañados por los acordes de la guitarra tocada a trasmano (forma de ejecución musical aprendida de oído). Sus versos al Cuasimodo son expresión de su devoción y compro-miso con Cristo Rey.

Yo soy de Calera e TangoSoy guaso cuasimodistaQue junto con los ciclistasLlevamos la EucaristíaAl enfermo en este díaNo circula por la pista

Segundo domingo e pascuaSe celebra el CuasimodoSe llega de cualquier modoEn bicicleta o caballoPor eso hay que ser bien galloY si no lo soy me jodo

Como yo nací católicoApostólico y romanoPa mí too hombre es hermanoY yo lo debo atenderTambién preocuparme delHasta que se encuentre sano

Este día muy tempranoLos caballos aperamosAdorno les colocamosPa que se vean mejorAcompañando al SeñorPor nuestros campos cruzamo

Con nuestra mejor teníaY con nuestra fe más puraJunto con el señor curaQue va en su coche adornaoCon Cristo sacramentaoPa endulzar las amarguras

Viva Cristo Rey gritamoAl pasar por los caminosEstán too los vecinosLos ancianos y los niñohQue saluan con cariñoAl visitante Divino

El Santísimo al pasarRecibe muchos honores

Algunos le tiran floresPa expresar su devociónSaludan con emociónAl Amor de los amores

Al llegar onde un enfermoEntra el cura acompañaoPor un guaso bien chantaoQue le hace guardia de honorEn homenaje al SeñorPresente en el Pan Sagrao

Mucho le alegra el enfermoAl ver llegar al curitaQue con suaves palabritasLe entrega la Hostia SantaEl ánimo le levantaCon su presencia bendita

Cansao pero contentoDe visitar al enfermoLa noche antes yo no duermoPreparándome con feSi a Cristo acompañaréLas oraciones no mermo

Y para finalizarTenemos la EucaristíaY ojala nadie se ríaDel traje multicolorQue en homenaje al SeñorNos ponemos este día

Todos con gran devociónAlrededor del altarPa poder participarEn la cena del Señor

Que nos ofrece su AmorPorque nos quiere salvar

Por fin a mi Dios bendigoQue me hizo cuasimodistaQue mientras su Amor existaIremos donde hay dolorEsperando quel SeñorY su fuerza nos asista

Viva Cristo Rey

Ismael Contreras C. Folclorista, vecino de la comuna.

SeXtinaS del cuaSimodo

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cuasimodo, dibujo de fray pedro subercaseaux.

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Huilli silvestre

tradiciones y costumbres

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La música tradicional y las expre-siones del folclor heredadas de las costumbres campesinas se han tras-mitido por generaciones en Calera de Tango. Es el caso de la familia Con-treras, donde fue don Ismael quien incentivó a hijos y parientes a parti-cipar de la festividad de Cuasimodo y de diversas manifestaciones de can-tos y bailes presentados en actos públicos de la comuna.

Otro cultor destacado es Juan Flores, nacido en Talagante pero desde pequeño vecino de Calera, quien junto a su padre Víctor Manuel Flores, también cantor popular, creó la tonada de Calera de Tango. Don Juan ha parti-cipado en diferentes grupos y en el conjunto “Camino Real”, que dirigió hasta 1998. Actualmente encabeza la agrupación “Caltangó”, cuya fi-nalidad es expresar la fuerza del fol-clor criollo a través del esquinazo, el repicao, la cueca, la polca y el vals, recordando antiguas fiestas campesi-

nas que reviven el amor a la tierra y la nostalgia de las antiguas tradiciones.

Otra familia que se ha mantenido fiel a la música criolla es la de los Sepúl-veda. Una de sus integrantes, Sonia Sepúlveda, comenzó muy joven en el grupo folclórico “Villa San Agustín”, donde cantaba y tocaba guitarra. En

la década de 1970 formó par-te del grupo “Los Huillis”, que

tomó su nombre de la flor que crece en los cerros de Calera

de Tango. Más tarde aprendió a tocar el arpa e introdujo este instrumento en las agrupacio-

nes en las que participó, tales como “Valle de Lo Herrera” (1997), “Bi-blioteca de Los Bajos” (1999), y en el conjunto “Los Chenitas de San Ber-nardo”. Actualmente, junto con sus hijos, los Gálvez Sepúlveda, integra el grupo folclórico “Los Porotos con Rienda”, creado en 2006, donde su hijo Felipe toca el arpa e instrumen-tos de cuerda, y su hija María Con-suelo, canta.

cultoreS del folclortonada de calera de tango

Quiero cantar con amorCon mi guitarra charangoUna tonada canciónA mi Calera de Tango

Tierra linda de mi ChileCon sabor a campo lindoComo un sol de primavera:/cuando florecen los guindos/:

El viajero forasteroEn Calera va a encontrarUna mano y un amigoUn cariño y un hogar

Asi es Calera de TangoTierra chilena de mis amoresNació en campo un floridoLlena de glorias y llena de flores

Aquí no existen las penasPorque hay puros corazonesTodo el pueblo de CaleraSaluda a su bandera

Cuando Dios hizo la tierraPensó en Calera de TangoPuso en todos los jardinesLa flor más linda del campo

En un cerro de CaleraUn chileno clavó el tricolorColores de mi banderaorgullo de mi nación

Víctor Manuel y Juan Flores S. Folclorista, vecino de la comuna.

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“los huillis” de calera de tango en santa inés.

ismael contreras / césar disi. grupo caltangó.

familia contreras torres. familia contreras cofré.

juan flores silva. sonia sepúlveda, felipe y maría consuelo gálvez.

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tradiciones y costumbres

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el Sheik: propiedad de María Luisa Solari. Se dedica a la crianza de Fina Sangre de carrera y ha reproducido grandes campeones y corredores. Dentro de sus instalaciones cuenta con grandes pesebreras, padrilleras, salas de maternidad, farmacia, bode-gas para los insumos y oficinas.

mocito guapo: de Teresa Solari, fue fundado en 1989 en honor a su padre, Alberto Solari M. Está ubica-do en Lonquén norte y cuenta con 220 hectáreas que incluyen 130 pe-sebreras, la casa patronal y también la residencia del gerente y del admi-nistrador. Actualmente es uno de los criaderos sudamericanos de mayor prestigio por sus sucesivos logros en las hípicas más exigentes del mundo.

porta pía: perteneciente a Víctor Saleh. Este haras debe su nombre a la yegua que ganó la prestigiosa ca-rrera nacional El Ensayo en 1991. Lue-go de su partida al exterior, los due-ños se motivaron para formar este criadero con el objetivo principal de dar a luz una nueva “Porta Pía”.

Existe en Calera de Tango una gran tradición equina, cuyo origen tiene relación con el carácter rural de la comuna. El caballo ha sido y es un elemento importante en el trabajo de los campos, y de ello han deriva-do distintas fiestas y celebraciones propias de la zona central. Aunque algunas se han perdido, tales como las carreras a la chilena que se hacían los 18 de septiembre en el camino El Sauce, todavía se puede ver a Nicolás Arévalo Espina, nieto del corredor Pepe Espina, aman-sando y preparando caballos en los potreros frente a los jesuitas. Actualmente no hay medialunas en la zona, pero existen antecedentes de que hubo una en el fundo San Agustín de Tango.

Hoy podemos encontrar un Club de Huasos y el Club de Polo La Ensena-da, que cuenta con una cancha de prácticas en el sector de Loreto.

Además, Calera de Tango es sede de destacados haras nacionales, donde cada uno tiene un escudo distintivo:

tradición equina

Siete estrellas: de Carlos Aboga-bir. Está situado en Lonquén sur y se dedica a la crianza de caballos finos.

haras Sf: fundado en 1998 y desti-nado a la crianza y difusión de la raza norteamericana Cuarto de Milla, ca-ballo considerado el mejor atleta del mundo debido a su carga genética.

Hace aproximadamente seis años que se corre en las pistas del Club Hípico de Santiago la carrera Premio Ilustre Municipalidad de Calera de Tango.

También existen centros especia-lizados en equitación para niños y adultos, ya que la gran mayoría de los colegios de la comuna imparten clases de este deporte a sus alum-nos como actividad extraprogramá-tica. Muchos de los centros cuentan con equinoterapia, tratamiento des-tinado a personas discapacitadas o con necesidades especiales, en donde al interactuar con los movi-mientos del caballo, se van estimu-lando en forma integrada los siste-mas nervioso y motriz.

el fútbol

La historia del fútbol en la comuna está ligada en su origen a las gran-des propiedades agrícolas de Calera de Tango, ya que en cada fundo se organizó un equipo propio. Muchos de estos clubes siguen funcionando, a pesar de que los campos han cam-biado sustancialmente su extensión y propietarios.

Inicialmente, en la década de 1930, se organizaban partidos todos los domingos, en las canchas que cada equipo tenía en su respectivo fun-do. Esto no solo involucraba a ju-gadores locales y visitas, sino que a los inquilinos y patrones que se

trasladaban masivamente a apoyar a sus agrupaciones.

Uno de los iniciadores de la tradi-ción futbolística de Calera de Tango fue Pedro Ruiz-Tagle, propietario del fundo San Pedro, donde existía una

caballos en haras porta pía / felipe garcía.

escuela de futbol colo colo.

josé espina / pamela albarracín. escuela de equitación / felipe garcía.

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tradiciones y costumbres

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cancha en la que jugaba el conjunto deportivo del mismo nombre. Desde 1952 éste se pasó a llamar Unión Municipal y todavía sigue vigente con su sede en el Estadio Municipal de Calera de Tango.

Los clubes que aun se mantienen jugando son:

San miguel: del antiguo fundo San Miguel de Tango; actualmente cuen-ta con 350 socios.

unión municipal: ex Pedro Ruiz-Tagle, del antiguo fundo San Pedro; actualmente cuenta con 60 socios.

Santa inés: creado en dicho fundo el 19 de febrero de 1917 por Francisco Fernández; actualmente cuenta con 30 socios.

unión San ignacio: actualmente cuenta con 94 socios.

unión Santa Sofía: actualmente cuenta con 110 socios.

los bajos de San agustín: acti-vo desde 1920. Según se cuenta, Eu-genio Valdés Blest trajo las primeras camisetas del equipo de un viaje que hizo a Francia y, para poder comprar-las, tuvo que inscribir el equipo en la liga de fútbol francés. Al día de hoy, el club cuenta con 70 socios.

irene frei o cruz azul: actual-mente cuenta con 50 socios.

Existen también otros clubes más nuevos: Tarapacá Norte, con 72 so-cios; El Roto Chileno, con 78 socios; Adriana Cousiño, con 28 socios, y Calera de Tango. La mayoría de los jugadores de la comuna se congre-gan en el Estadio Municipal los fines de semana.

club deportivo Santa inéS

El Club Deportivo Santa Inés fue fundado el 19 de febrero de 1917 por Francisco Fernández, personaje importante de Calera de Tango, gran amigo y compañero de juego del ilustre funda-dor de Colo-Colo, David Arellano.

Somos el club más antiguo de la comuna, con títulos de recono-cimiento en torneos y enfrentando a clubes de tercera división en los años 80, entre otros, a Malleco Unido y Thomas Bata. Importantes fueron también los últimos títulos de 1982 y 2004.

El Club se formó institucionalmen-te por familias reconocidas del sector de Santa Inés, tales como los Alfaro, los Olea, los Aldea, los Córdova, los Céspedes, los Gallar-do y los Aránguiz. Hoy se suman las familias Castañeda, Sierra, Sanhueza y Medina; las dos últi-mas fundadoras del desaparecido Club Unión Santo Domingo, contra el cual Santa Inés jugaba el gran clásico de la zona.

En los años 80 y 90, en época de verano, se realizaban cam-peonatos donde los participantes eran equipos representati-vos de los fundos, como Las Vegas, Los Pruzzo, Chacra Soloa, Los Lira, Kunze y Uni-Kiwi.

Desde 2000 en adelante, se sumaron nuevas series a partici-par, por lo que debemos responder domingo a domingo con tres series cadetes que van de 8 a 17 años, dos series de se-niors de 34 a 44 años, más tres series adultas, 3ra, 2da y 1ra.

Desgraciadamente son varios los clubes que han desaparecido por no contar con estabilidad económica: Santo Domingo, Ju-ventud Los Tilos, Unión Palermo y El Copihue; el compromiso de la gente no es el mismo de antes y la administración de los clubes es difícil, ya que se han incrementado los aranceles para continuar siendo federados y tener respaldo ANFA.

Cristián Sierra, vicepresidente Club Deportivo Santa Inés, vecino de la comuna.

partido de futbol en calera de tango.

Insignia oficial Club Deportivo Santa Inés

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Paisaje y arquitectura

Se han seleccionado las obras de arquitectura más representativas de Calera de Tango, por su valor identitario, histórico o patrimonial. Para facilitar su localización se dividió el plano de la comuna en cuatro cuadrantes tomando como ejes divisorios la Avenida Calera de Tango y el Camino Lonquén.

fachada de iglesia de los jesuitas en calera de tango / eduardo carrasco.

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y pasto para engorda, y tenía una viña de siete cuadras, además de naranjas, limones y una lechería con 230 vacas en ordeña. A la muerte de Ramón Valdés, en 1923, la propiedad se dividió entre sus dos hijos. La hijuela de las casas quedó en poder de Eugenio Valdés Blest, y su hermana Matilde heredó la parte llamada Tanguito. En 1985 los hijos de Valdés Blest vendieron la casa y el parque de San Agustín a Salvador Valdés Pérez.

Primer cuadrante (nororiente)

1. SanaguStíndetango

Camino Catemito km.4

Historia: La propiedad tiene su origen en la capellanía que fundaron los indios de Tango con la Orden de San Agustín, en 1597. A mediados del siglo XVIII pasó a la familia Caldera, y en 1778, fue adquirida por el español Domingo Eyzaguirre. En 1875 la propiedad pasó a la testamentaría de Manuel Eguiguren. Posteriormente, entre 1896 y 1903, estuvo en manos de Enriqueta Jaraquemada de Fernández y su hijo Adolfo, quien junto a Enrique Taulis, instaló la Fábrica Nacional de Leche. En 1905 compró Ramón Valdés Ortúzar, quien amplió la propiedad anexando el vecino fundo Catemito. En 1923 San Agustín tenía 400 cuadras planas regadas por los canales Espejo y Santa Cruz, y 300 cuadras de cerros. Producía trigo y cebada, chacarería

paisaje y arquitectura

Cabe destacar que San Agustín de Tango fue el nombre que utilizó Juan Emar, el destacado escritor de la vanguardia narrativa chilena de 1930, para identificar la ciudad en la que transcurre su novela “Ayer”, publicada en 1935.

casa y Parque:

La casa original de San Agustín era de dos pisos y planta cuadrada, al esti-lo de las villas palladianas. Tenía un hall central de doble altura en el que se desarrollaba una escalera imperial de tres tramos, y sus cuatro fachadas eran simétricas con logias en las es-quinas. Desgraciadamente los daños que produjo el terremoto de 1985 obligaron a demolerla y, en su lugar, se levantó otra que proyectó el actual propietario. Lo que todavía se conser-va tal cual es el parque creado hacia 1870, con hermosos ejemplares de encinas, ceibos, araucarias, magno-lios y palmeras de varios tipos.

capilla: Hacia 1930, Eugenio Valdés Blest agregó un pórtico y levantó una torre a una antigua bodega que, de esta manera, convirtió en capilla. Más tarde, el actual propietario le anexó un patio de acceso y un jardín lateral

donde se destaca una fuente de pie-dra de estilo románico, proveniente de un monasterio italiano que se destruyó durante la Segunda Guerra, y que fue adquirida por el pintor Ar-turo Pacheco Altamirano, que la trajo a Chile. En el interior de la capilla de una sola nave destaca el retablo de altar, obra del multifacético escritor Genaro Prieto.

Bodega:

Un kilómetro al poniente del parque y casas de San Agustín, se levanta una gran bodega de adobe sobre cimien-tos de piedra y ladrillo, con cubierta de tejas. Fue construida en la prime-ra mitad del siglo XIX para albergar la producción de una gran hacienda en aproximadamente 1.200 mts2 de construcción. Es un volumen notable por su monumentalidad y simpleza; por la grandeza del espacio interior que conforma, y la lograda estructu-ra de muros y cubierta.

antigua casa.

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Fundo Santa Filomena. En 1923 esta propiedad tenía 122 cuadras rega-das por los canales Espejo y Santa Cruz, y producía cebada, chacarería temprana, pasto para la engorda de vacunos, además de poseer una viña de 18 cuadras. Fernando y Filomena murieron sin hijos y el campo pasó a su sobrina Carmen Eyzaguirre de Al-calde. Expropiado durante el proce-so de la Reforma Agraria, la casa se asignó a un ex trabajador.

casa patronal:

Posiblemente construida entre 1810 y 1820, tiene una planta rectangular y dos pisos, de adobe y cubierta de tejas, con corredores por sus cuatro costados, en una solución que fue usual en esta época y siguió el ejemplo de las alquerías españolas, con bodegas y cuartos para guardar cosechas y animales en primer piso, y habitaciones para la familia en el segundo. La casa de Santa Filomena conserva su distribución original, incluido un oratorio en el primer nivel. En 1905 fue ampliada por José María Eyzaguirre Larraín con un volumen hacia el costado sur. El conjunto original estaba inserto en un parque e incluía más construcciones, de las cuales se conserva una antigua

2. SantaFilomenadetango

Camino Lonquén Norte, paradero Nº 12,

esquina Santa Filomena

Historia: Santa Filomena fue una de las hijue-las en que se dividió la hacienda San Agustín de Tango hacia 1811, luego de la muerte de la viuda de Domingo de Eyzaguirre. Heredó estas tierras su hijo Agustín, casado con Teresa Larraín, quienes construyeron la casa de dos pisos que se conserva en la ac-tualidad. Al morir Agustín en 1837, la propiedad se dividió entre sus hijos, correspondiéndole esta hijuela a José María Eyzaguirre Larraín, de quien posiblemente tomó el nombre San José. Con posterioridad, la heredó su hijo José María Eyzaguirre Eyza-guirre, a quien sucedieron José María y Filomena Eyzaguirre Gandarillas. José María se quedó con el sector de San José de Tango, que entre 1930 y 1940 se dividió en 11 parcelas conoci-das como Colonia San José. Filomena se quedó con las casas viejas que su marido, Fernando Infante, llamó

paisaje y arquitectura

tiempo se instaló en ella un criadero de cerdos, pero actualmente se en-cuentra abandonada y en mal esta-do de conservación. El interior de la iglesia –hoy desafectada– conserva su artesonado de madera y vestigios de sus retablos.

ex casa de administración: Formó parte del conjunto original de Santa Filomena junto a otras cons-trucciones y dependencias hoy des-aparecidas. En 1930 fue adquirida por Erasmo Valenzuela Cáceres, en-tonces arrendatario del fundo Santa Filomena y alcalde de la comuna. Después de su muerte, en 1958, la casa pasó a su hijo Erasmo Valen-zuela Alfaro, de quien la hubo su hija Grete, actual propietaria. La construcción que data de 1900, es un volumen rectangular de un piso y doble crujía, con estructura de ado-be, cubierta de tejas y corredor peri-metral porticado. Conserva la carpin-tería original de puertas y ventanas con valiosas rejas de fierro forjado. Está rodeada por algunos árboles antiguos y viejas bodegas, actual-mente en muy mal estado debido al último terremoto de febrero de 2010.

bodega para guardar vinos. Después de 1970 fue adquirido por Pablo Irarrázaval, quien inició la reparación del edificio que sufrió serios daños en los terremotos de 1985 y 2010.

iglesia:

En 1938 Filomena Eyzaguirre de In-fante donó a los Padres Redentoris-tas un terreno de su propiedad para que fundaran un convento y atendie-ran una iglesia de uso público. Posi-blemente, a esta fundación sirvió de base alguna construcción existente, a la que se adosaron nuevas edifica-ciones proyectadas por el arquitecto Sergio Larraín García-Moreno. La iglesia está integrada a un conjun-to de pabellones y patios de adobe, articulados en torno a un torreón de planta cuadrada y a los accesos al ex convento y a la iglesia con portones de madera y ventanas con arcos de medio punto, de marcado aire espa-ñol. Los Padres Redentoristas desa-rrollaron aquí una importante activi-dad pastoral, siendo especialmente recordado su director, padre Fernan-do Ortega. Hacia 1970, la comunidad religiosa decidió cerrar el convento y vender la propiedad, que fue adqui-rida por Ramón Covarrubias. Por un

corredor.

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Segundo cuadrante (norPoniente)

3. exFundolaPaz

Lonquén Norte, paradero Nº 6, interior

de Condominio La Fuente

Historia: El Fundo La Paz fue parte de San Ig-nacio de Tango, hijuela originada de la división de San Agustín, asignada a Ignacio Eyzaguirre Arechavala, fa-llecido en 1844. Lo heredó su viuda Mercedes Portales, y en 1875 pasó a sus hijos, quienes vendieron la pro-piedad a Nicolás Albano. Hacia 1920, compró Arturo Alessandri Palma, quien la traspasó a Guillermo Scha-cht, cónsul honorario de Alemania en Chile. En 1924 San Ignacio tenía 833 hectáreas planas regadas y su cuantiosa producción agrícola in-cluía grandes extensiones de alfalfa, trigo, cebada y pasto para engorda, a lo que Schacht agregó un afama-do criadero de ganado holandés. En 1950, Guillermo y sus hijos constitu-yeron la sociedad Schacht y Cía. en

torno a los fundos San Ignacio y el Descanso, identificados a veces en Calera y otras en Marruecos; la Fábri-ca de Tejidos y Cáñamos; el Molino Americano, la Planta de Pasteuriza-ción Delicias y la fábrica de leche del mismo nombre. Al morir Guillermo, la propiedad se dividió entre los Scha-cht Germen y dio origen a diversos fundos y parcelas. En 1958 Carlos Covarrubias Varas compró uno de estos terrenos, al que puso Paz en honor a su hija, y construyó una casa y un parque. El fundo fue expropia-

paisaje y arquitectura

Retiro fue adquirido por Teresa Eyza-guirre Cavareda, casada con Nicolás Hurtado de Mendoza, y cambió de nombre a San Nicolás. En 1920, Ni-colás Hurtado Eyzaguirre, alcalde de Peñaflor, agrandó la propiedad y llegó a tener 259 hectáreas. En 1932 Alfredo Délano Frederick adquirió el fundo San Nicolás, que en 1949 heredó a su viuda Raquel Concha. En 1962 pasó a ser de la comunidad Délano Concha y en 1979 de Sergio Délano. En la actualidad pertenece a la familia Délano Abbot.

capilla y casa del curato Viejo:

El conjunto data de los primeros años del siglo XIX y es donde el fraile do-minico Celedonio Gallinato instaló en 1827 la sede parroquial de Calera de Tango. Hasta esa fecha, ésta fun-cionaba en la hacienda de La Calera, donde fue atendida por los padres mercedarios en el siglo XVII, luego

do durante el proceso de la Reforma Agraria, y la hijuela de la casa quedó en poder de Hernán Echaurren. Lue-go de diversas transacciones, el con-junto pasó a manos de Luis Fernando Mackenna, quien en 1990 lo donó a las monjas ursulinas, sus actuales propietarias.

casa y jardín: En 1958 Carlos Covarrubias encar-gó al arquitecto Juan Echenique diseñar la casa que fue proyectada como un volumen simple, de un solo piso construido en madera, y con grandes ventanales al jardín. El parque diseñado por el paisajista Oscar Praguer aprovechó un cen-tenario bosque de encinas y fue enriquecido con árboles nativos de hoja perenne y variedades arbusti-vas de flor.

4. SannicoláSdetango

Avda. Calera de Tango Nº 2145

Historia: A partir de 1827, en el sector que hoy se conoce como San Nicolás, se eri-gió la parroquia de Calera de Tango, con una capilla y una casa parroquial inmediata. Próximo a este conjunto estaba la casona del fundo El Retiro, que hacia 1860 pertenecía a Manuel Castillo Grossi, destacado vecino del sector que impulsó el mejora-miento de los caminos de Malloco y Lonquén, y estableció una escuela pública en terrenos que donó al Es-tado. Hacia 1875 se vendió El Retiro a Uldaricio Prado, quien reparó las casas. Luego de su muerte, en 1896, pasó a su viuda Juana Rosa Prieto y a sus numerosos hijos. En 1911 El casa.

casa.

capilla.

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Edificada hacia 1850 por Manuel Castillo Grossi, la construcción de estilo español presenta dos pisos en estructura de adobe y cubierta de tejas. En el segundo piso hay co-rredores perimetrales abalconados con balaustros torneados de made-ra, mientras el primero luce arcos de medio punto con rejería en fierro forjado. Está rodeada de un hermoso parque de árboles centenarios, y tan-to la casa como el parque se encuen-tran muy bien conservados.

El acceso a San Nicolás coincide con una curva peligrosa del camino, por lo que se levantó un pequeño san-tuario encomendado a la Virgen de los Caminantes.

5. chacralaVirgen

Camino Lonquén Norte, paradero Nº 14

Historia: Propiedad que formó parte de la hacienda San Agustín de Tango, de la familia Eyzaguirre. En 1850 era un fundo que pertenecía a Félix Gachot y su esposa Elvira Abadie, quienes construyeron su casa frente a una imagen de la Virgen. Al morir los Gachot, heredó la propiedad su hija Matilde, casada con Justo Baeza. En 1920 Marta Baeza Gachot se casó con Carlos Urzúa, con quien conservó sólo parte del predio para parcelar

por los jesuitas en el XVIII y, finalmen-te, por la familia Ruiz-Tagle.

Si bien la parroquia de Calera de Tan-go tenía como advocación a Jesús, María y José, en esta nueva sede se veneró una imagen del Niño Dios que pertenecía a la familia Erazo, vecinos de Malloco. En 1874 el entonces pá-rroco de Calera de Tango fray Virginio Tabasso obtuvo licencia para trasla-dar nuevamente la sede parroquial hacia el sector de Malloco. Luego de realizado el cambio, la antigua sede quedó en desuso y comenzó a utili-zarse como bodega del fundo. Enton-ces, muchos identificaron esta cons-trucción como Curato Viejo. En 2002, la familia Délano, propietaria del fundo San Nicolás, restauró la casa y recuperó la antigua capilla, ambas construidas en adobe y con cubierta de tejas. Esta última tiene una planta rectangular, con su techumbre sos-tenida por vigas a la vista, de roble y álamo. Su portada principal, hecha en 1834, es de ladrillo, posiblemen-te contemporánea a la devoción del Niño Dios y a la leyenda que dice que el venerado extrañaba la casa de sus dueños, los Erazo, y por eso desapa-recía del Curato Viejo en las noches y amanecía en Malloco, con los pies embarrados y sucios por la caminata.

casa patronal:

paisaje y arquitectura

el resto. En esta época fueron tradi-cionales las procesiones durante el Mes de María, que llegaban hasta la casa para homenajear la imagen de la Virgen que hasta hoy se ubica en el portal de acceso. La Chacra La Virgen pertenece actualmente a los descen-dientes de sus primeros propietarios.

casa: La residencia es un volumen rectan-gular de un solo nivel, de estructura de adobe, con corredores perimetra-les porticados, y piedra huevillo en su perímetro; los que caracterizan la

propiedad como una casa típica de la zona central. El conjunto contaba con una gran bodega de vinos, de la cual hoy se preserva sólo una parte, ade-más de las herramientas y utensilios propios de las faenas agrícolas.

tercer cuadrante (Suroriente)

6. locarVallo

Ruta G364, Lo Carvallo Nº 1.000

Historia: Su nombre proviene de Alberto Sil-vestre Carvallo, español llegado a Chile hacia 1720, quien adquirió tie-rras colindantes a la estancia de los jesuitas y a las monjas de Santa Cla-ra, en Tango. Carvallo murió en 1766

y sus hijos conservaron esta propie-dad que comenzó a ser conocida por su apellido. Cuando en 1888 Salva-dor Izquierdo era dueño del vecino fundo Santa Inés, su hermano Car-los Izquierdo era dueño de Lo Car-vallo. En 1921 hubo una prolongada huelga agrícola en el predio, am-pliamente cubierta por la prensa de entonces. Tenía 470 hectáreas pla-nas regadas con cultivos de alfalfa,

imagen de la vírgen.

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trigo, cebada, semillero de trébol, chacarería, una lechería de 45 vacas en ordeña y un chalet rodeado de un precioso jardín. En 1923 fue adqui-rido por el empresario porteño Max Grisar, que lo conservó hasta 1931. Lo compró entonces Manuel Cruzat Vicuña y después de su muerte, en 1947, su viuda Sara Balmaceda se quedó con la casa y el parque, y dividió el fundo entre sus hijas. En 1970 la casa y el parque fueron com-prados por Patricio Hasbún, quien conserva el conjunto hasta hoy.

casa patronal:

Construida por Carlos Izquierdo ha-cia 1890, fue remodelada por Max Grisar, quien posiblemente encargó al arquitecto Josué Smith convertir el chalet en una casa de campo de estilo Tudor, con panelerías interio-res de madera, rejas de fierro forja-do y vitrales. La crisis de 1930 obligó a Grisar a vender la propiedad con mobiliario incluido. El nuevo dueño, Manuel Cruzat, conservó y mejoró las transformaciones de Grisar. Los sucesos de la Reforma Agraria lle-varon a sus herederos a vender la propiedad en 1970. Actualmente la casa sirve como escenario para pro-gramas de televisión.

Parque:

Diseñado hacia 1935 por Oscar Praguer para Manuel Cruzat, entre los árboles del antiguo parque de Carlos Izquierdo incorporó nuevas variedades florales de árboles y ar-bustos, especialmente crespones, magnolios, diamelos y rosales, en un notable ejercicio de volumetría y co-lorido. Lamentablemente, parte del parque ha desaparecido.

avenida de plátanos orientales:Plantada hacia 1900, corresponde al acceso de la casa de Lo Carvallo. El volumen alcanzado por los árboles la convierte en un recorrido de gran monumentalidad.

7. SantainéS

Camino Santa Inés s/n

Historia: Debió ser parte de una de las hijue-las en que se dividió la hacienda del mayorazgo Ruiz-Tagle, con posterio-ridad a 1865. En 1888 la propiedad se llamaba Santa Inés y pertenecía a Salvador Izquierdo, que fundó en-tonces el Criadero de Árboles Santa Inés de Nos. En 1923 el fundo tenía una extensión de 400 cuadras de suelo de muy buena calidad, divi-dido en potreros de forma regular, cercados con diferentes especies de

paisaje y arquitectura

árboles forestales y ornamentales. El Criadero Santa Inés se mantuvo activo hasta la muerte de Izquierdo hacia 1940, y en los años siguientes, su sucesión vendió el predio dividido en dos lotes. Uno, con la fábrica de conservas, lo compró Eduardo Lama Maloff y el otro, con la casa, el par-que y el criadero, lo adquirió Luis Iz-quierdo Valdés.

Parque y casa:Cuando en 1950 Luis Izquierdo obtu-vo Santa Inés, el parque estaba semi abandonado, por lo que contrató a Oscar Praguer para que lo limpiara, hiciera un nuevo diseño y lo replan-tara íntegramente con ejemplares arbóreos del antiguo parque. Hoy se conservan parte del diseño y ár-boles de Praguer, como la avenida de araucarias, y también variedades del antiguo Criadero Santa Inés, ta-les como cipreses, castaños de la India, encinas, robles americanos y magnolios. Respecto a la casa, Luis Izquierdo demolió la antigua que se encontraba en mal estado y levantó otra en el mismo lugar. Elaborada en madera y de estilo Georgean, que fue destruída por un incendio. Cuan-do en 1960 las monjas de la Precio-sa Sangre compraron la propiedad, construyeron una casa de dos pisos en el mismo sitio que estuvieron las

anteriores. En 1972 este sector de Santa Inés pasó a manos de Bienes Nacionales que la entregó en como-dato primero a Gendarmería y luego al Sename, entidad que instaló un Centro de Rehabilitación Conductual que se mantiene hasta hoy.

ex Fábrica conservera (hoy metalbras):

Creada en 1900, contó con una pe-queña central hidroeléctrica alimen-tada con agua del Maipo que le su-ministraba energía y vapor. Eduardo Lama, su dueño desde 1950, siguió utilizando la planta hasta 1982. En 1984 la compró Renato Casas del Valle, que intentó hacerla funcionar nuevamente. En 1986 la adquirió la familia Maturana, que instaló la em-presa METALBRAS en gran parte de los galpones de la antigua conserve-ra. Estas construcciones, con muros de adobe, pilares y vigas de pino ore-gón, tienen el mérito de ser el único vestigio de arquitectura industrial de 1900 que se conserva en la comuna.

capilla:

antigua casa.

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Construida en 1957 por Luis Izquier-do para uso de la familia y los em-pleados del fundo, hoy pertenece a la comunidad. Es de planta rectangular con cubierta de tejas a dos aguas, y tiene un campanario lateral de base cuadrada. Se accede por un arco de medio punto que protege una amplia puerta atablerada.

8. exFábricadePólVora,actualediFiciodelmuniciPio

Avda. Calera de Tango Nº 345

Historia:

La Fábrica de Pólvora The Chilean Ammunition Company se estableció en Calera de Tango en 1885 bajo la di-rección de su socio principal, el inglés Herbert H. Jones, quien compró terre-nos en Los Bajos de San Agustín para las instalaciones. Conocida como La Polvera, sufrió al menos dos acciden-tes graves causados por explosiones, y en 1937 fue víctima de un incendio que le provocó serios daños.

Con posterioridad a su cierre en 1966, las bodegas y oficinas administrati-vas fueron adquiridas por la Munici-palidad de Calera de Tango para tras-ladar ahí sus dependencias.

nueVa Parroquia San aguStín de calera de tango

El Proyecto Centro Parroquial San Agustín de Calera de Tango, cuya Primera Piedra se colocó en agos-to del 2011, fue diseñado por el Arquitecto Eugenio Joannon R., y estará emplazado en el mismo si-tio donde estuvo la Iglesia de Los Bajos de San Agustín.

Plantea un Templo en el centro del terreno con una capacidad tres ve-ces superior a la anterior, rodeado de áreas verdes y antecedido por un atrio. Complementan el conjun-to dos edificios menores que aco-gen las actividades parroquiales, oficinas, salas de reuniones, mul-tipropósito y de pastoral, oratorio y casa del párroco.

El Templo se inspira en el monas-terio románico de Echternach, fundado el año 698 en lo que es hoy Luxemburgo. El románico es un estilo sobrio, de penumbra interior, que favorece la contem-plación; surgió en los pequeños conventos que tras la caída del Imperio Romano brotaron en el silencio de las montañas y valles de Europa.

El aporte contemporáneo que se aplica a esta arquitectura está basado en el trabajo de la luz, considerando su ingreso a través de lucarnas, los muros interiores perimetrales y el ábside central donde se ubica el Sagrario.

El templo estará compuesto por una nave principal de 14 metros de altura, acompañada en ambos lados por naves laterales o deambulatorio, separado por columnas y arcos de medio punto. La fachada principal se compone por el cuerpo central, que configura la forma de la nave principal, y que es escoltada por dos torres de 33 metros de altura.

iglesia: Era un volumen de planta rectan-gular de 300 mts2 con un frontón triangular de 8 mts. de altura y te-cho a dos aguas. La fachada tenía una puerta con arco de medio punto flanqueada por cuatro pilastras. En el frontón, sobre la portada, existía un rosetón en forma de trébol con vidrios de colores. En su interior destacaban el envigado de madera

a la vista, y el tratamiento del ábsi-de con esquinas ochavadas.

edificios:

La fábrica propiamente tal fue demo-lida. Solo se conservan los pabello-nes de administración y la bodega, donde el municipio ha instalado di-versos departamentos. Este sector contempla dos volúmenes lineales en forma de L construidos en adobe, con corredor porticado en torno a un patio en el que hay un pequeño par-que donde crecen araucarias, mag-nolios y palmas chilenas. La antigua bodega, también de adobe, presen-ta una planta rectangular con techo a dos aguas.

9. igleSialoSbajoSdeSanaguStín

Avda. Calera de Tango, paradero Nº 10

Historia: Erigida en 1857 por Bernardo José González, vecino de los Bajos de San Agustín, como Capilla del Car-men de las Palmas de Tango. Fue designada iglesia pública por Mon-señor Rafael Valentín Valdivieso en 1858. Tomó categoría parroquial con la advocación a San Agustín en 1960, y funcionó como tal hasta el terremoto del 27 de Febrero del 2010, cuando los destrozos hicieron inviable la recuperación de su es-tructura que ya había sido dañada por el terremoto de 1985.

actual municipio.

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Parque: También de 1912, la mayoría de sus árboles y plantas provienen del ve-cino Criadero Santa Inés. Conserva parte de su trazado y árboles ori-ginales, destacándose ejemplares de plátanos orientales, magnolios, palmeras fénix, cipreses, cedros del Líbano y castaños de la India.

11. igleSiaycaSaSdeloSjeSuitaS

Camino El Sauce s/n

Historia: El conjunto de casas de la hacienda de La Calera ha sufrido diversas mo-dificaciones desde que se emplazó en el lugar, en el siglo XVI o XVII. Es posible que la casa de los Toro Mazote o de los mercedarios, haya sido reconstruida más tarde por los jesuitas en el siglo XVIII, y sean ellos los autores de su actual fisonomía, acorde al plan misional de la Orden en tierras americanas.

La instalación de numerosos talleres de artes y oficios, y el mayor desem-peño de las actividades agrícolas de la hacienda, requirieron ampliar sig-nificativamente sus edificios, acorde a las necesidades y al complejo siste-ma laboral y social que se desarrolló.

iglesia y casas: La edificación de la iglesia se inició en paralelo con la de las casas y, entre los años 1750 y 1753, los trabajos se activaron intensivamente. La capilla con su torre de tres campanas que-dó terminada en 1761. Para esa fecha también se había completado la tota-lidad del conjunto, incluida la pana-

10.Santodomingo

Camino Santa Inés s/n

Historia:

Propiedad originada de una de las Hijuelas en que se dividió la hacienda del mayorazgo Ruiz-Tagle después de 1860. Sin embargo, es recién en 1912 que la adquiere Domingo Ruiz-Tagle Huneeus, de quien toma su nombre. Es él quien construye la casa patronal, bodegas y galpones de lechería, silo, y diez casas de inquilinos. En 1934 el fundo lo compra su hermana Isidora y en 1967 se divide entre sus hijos, los hermanos Lira Ruiz-Tagle. La hijuela de la casa quedó en manos de Bernar-do Lira y hoy pertenece a su sucesión, la familia Lira Vergara.

casa patronal:

Construida en 1912, consta de un vo-lumen regular de dos pisos de adobe y tabiquería de madera. En su origen utilizó el primer piso como bodegas y el segundo para casa habitación.

nomía original con galerías vidriadas y nuevas circulaciones.

En 1935 el ex jesuita Oscar Gana ini-ció una intervención en la fachada de la iglesia, inspirándose en el frontis de la capilla que construyó el arqui-tecto Carlos de Landa en el fundo Santa Rita de Pirque, en 1933. Sin embargo, los trabajos fueron sus-pendidos por su alto costo. Poco más tarde, en 1936, retomó esta obra el ingeniero Guillermo Francke, quien recuperó las proporciones y elemen-tos de la iglesia original de acuerdo a las fotografías que había tomado el padre Carlos Zorrilla a principios del siglo. Francke se preocupó espe-cialmente de reforzar la estructura del conjunto y devolverle su carác-ter colonial, para lo cual reutilizó las puertas, rejas y pilares del antiguo edificio, y cuando no los hubo, man-dó copiar los elementos de la época.

En 1976, por iniciativa del entonces provincial padre Juan Ochagavía, se planteó nuevamente la necesidad de intervenir la iglesia. Se llamó al arquitecto Ezequiel Fontecilla, quien puso énfasis en devolver a la torre su fisonomía original, guiándose por imágenes de 1830 que la mostraban tal cual fue diseñada por los jesuitas. Años más tarde, luego del terremoto

dería y la sala de enfermos. En 1767, cuando la Orden fue expulsada, el conjunto de casas de la hacienda de La Calera era una enorme construc-ción con diecisiete patios interiores.

Las transformaciones fueron reali-zadas por los sucesivos propieta-rios. Francisco Ruiz-Tagle Portales, si bien entregó en arriendo la parte agrícola de la hacienda, conservó la casa para el uso de su numerosa familia que vivió allí largas tempo-radas. Hizo reformas tales como la adición de los corredores en el pa-tio principal, la construcción de la capilla adosada al costado oriente de la Iglesia, y la edificación de tres piezas al sur de la capilla, entre mu-chos otros cambios, especialmente al interior de los recintos.

Hacia 1890, su hijo, el presbítero Joa-quín Ruiz-Tagle, hizo elevar la torre de la iglesia para que sus campanas se escucharan en todo el valle. De la mis-ma época datan las dependencias de dos pisos que se construyeron para la Escuela Cristiana de los Hermanos de La Salle, que sobresalían del con-junto y estaban localizadas en lo que antiguamente había sido el Patio de los Negros. Asimismo, en el extremo sur del patio principal, se agregó un pabellón porticado y se alteró la fiso-

la casa y los cambios en el tiempo: 1890, 1936 y 1980.

casa.

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de 1985 y siendo provincial el padre Fernando Montes, el conjunto fue res-taurado por el arquitecto Francisco Valdés y el vecino Sergio Ruiz-Tagle.

materialidad:

El conjunto de La Calera está cons-truido con piedra en los cimientos; adobe en los muros –con un espesor que varía entre 0,8 m y 1,2 m–; ma-dera en los armados de techumbre, pilares, dinteles, soleras, puertas y ventanas; teja en cubiertas de te-chumbres y coronaciones de muros; y hierro en rejas de puertas, venta-nas y en la cerrajería.

La madera, en casi todos los armados de techumbre, es de canelo, mientras que en los pilares se usó tronco de espino y patagua. Las soleras son de rollizos de álamo, en tanto, para puer-tas y ventanas se usó el alerce. La teja es la típica española redondeada, que lleva por dimensiones 0,5 mts. de lar-go por 0,225 mts. de ancho, medidos en su parte central.

En lo que se refiere al sistema cons-tructivo, los muros de adobe fueron estructurados con soleras de ma-dera a media altura, y para rema-tarlos se colocaron unas especies

de escaleras con sus travesaños dispuestos horizontalmente sobre los adobes. Las soleras superiores se reforzaron con diagonales de madera en todos los encuentros de muros, de manera que quedaron arriostradas y rigidizadas, al colo-carse sobre ellas las cerchas o en-vigados de madera originalmente amarrados -no clavados- con tiras de cuero crudo.

Los pilares de madera de los corre-dores son labrados y de base cua-drada. Sostienen la estructura de techumbre con vigas que descansan sobre amplias zapatas o sopandas de madera recortada. Existen tam-bién pilares de base redonda, más esbeltos, que también refuerzan el envigado con el mismo sistema, pero reemplazan la zapata o sopanda con un capitel pequeño.

La mayoría de las puertas son atable-radas, algunas vidriadas en su extremo superior. Los tableros son de diferentes formas y tallados, algunos romboidales y muchos con curvas y contracurvas muy propias del estilo barroco. En cuan-to a las ventanas, algunas son simples postigos atablerados, similares a los tableros de las puertas.

El 6 de octubre de 1971 el conjunto de La Calera fue declarado Monumento Nacional a través del D.S. 2412.

Parque: Frente a las casas de La Calera, al otro lado de la avenida de El Sauce, existió un parque con una laguna. Posiblemente su origen se remon-ta a principios de 1800, ya que una acuarela de 1830 lo muestra en de-

vista de las casas de los jesuitas.

12.exFundoelrecuerdo

Camino Lonquén Sur, paradero Nº 24 ½,

interior de Condominio El Recuerdo

Historia:

Corresponde a una de las 11 hijuelas en que se dividió la hacienda de La

Calera luego del fin del mayorazgo Ruiz-Tagle en 1860. La herencia de Domingo Ruiz-Tagle Larraín, conoci-da como Santo Domingo, se dividió entre sus hijos Pedro y Concepción, quien conservó el nombre de su pa-dre para su propiedad. Pedro bau-tizó a la suya con el nombre de El Recuerdo, y construyó la casa en la que vivió hasta su muerte en 1934. Su viuda, Javiera Huneeus dividió las 320 hectáreas entre sus 10 hijos. Con los años, el sector de la casa pasó a manos de Jorge Hurtado Fuenzalida y luego de Sergio Onofre Jarpa. Ha-cia 1980, El Recuerdo fue adquirido

cuarto cuadrante (SurPoniente)

talle. Tenía un cuidado jardín y bos-ques con gran variedad de árboles tales como acacios, álamos, nogales y sauces. La laguna servía de recrea-ción para los vecinos del sector, y era utilizada por los padres jesuitas para navegar en el bote Stella Maris. Ha-cia 1960 fue vendido, drenándose la laguna para establecer ahí una viña.

corredor de la casa.

parque.

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Tagle, que pasaron a Francisco Garcés Gana, y que a su vez dividió entre sus hijos. Un sector quedó en manos de Isabel Garcés de Larraín, que antes de 1970 vendió a Consuelo Echeve-rría de Grez. Hacia 1972 un grupo de campesinos se tomó la propiedad y, a través de las gestiones de Esteban Luchsinger del fundo La Primavera de Lonquén, adquirieron las tierras. El villorrio se consolidó entre los años 1974 y 1975.

conjunto:Consiste en una calle con forma de U en torno a la cual se disponen te-rrenos de 250 mts2, sobre los que se emplaza una vivienda aislada. Sigue el mismo patrón que el villorrio del Roto Chileno edificado en el sector de La Ce en Lonquén.

por Santiago Compte, que en 1992 subdividió los terrenos para hacer un condominio conservando la antigua casa patronal para su familia. La su-cesión de Compte vendió a Eva Valdi-via, que mantiene la propiedad hasta el día de hoy.

casa patronal:

El conjunto corresponde a la tipología de las construcciones agrícolas de la zona, que reunían todas las instala-ciones necesarias para la explotación de la tierra: residencia de los propie-tarios, casa de inquilinos, capilla, bo-dega, caballerizas, etc. Hoy se conser-van parte del parque y la casa patro-nal. Ésta última es un volumen de dos pisos, de planta rectangular y, al igual que la casa de Santa Filomena y otras del sector, responde a la tipología de alquería. Tiene un corredor perimetral porticado con una escalera central que remarca el acceso.

13.Villorrioagrícolaloreto

Camino Lonquén Sur, paradero Nº 25 ½,

Camino Loreto

Historia: El villorrio se construyó en parte de los terrenos pertenecientes a la hijue-la Santo Domingo de la familia Ruiz-

capilla.

14.Sanmigueldetango

Camino Lonquén Sur, paradero Nº 26

Historia:

Corresponde a una hijuela del fun-do Santo Domingo que perteneció a Domingo Ruiz-Tagle Larraín y lue-go a su hija Concepción Ruiz-Tagle García-Huidobro, casada con Miguel Portales, de donde proviene el nom-bre del fundo. Fue heredada por el hijo de ambos, Santiago Portales, quien hacia 1924 construyó la casa. Posteriormente la propiedad pasó a manos de José María Eyzaguirre, de Santa Filomena, que a su vez la ven-dió a Ernesto Ríos Talavera. En 1934 el fundo fue comprado por Joaquín Irarrázaval, que al morir en 1947 lo dejó a sus cinco hijos, reservando la casa patronal para su viuda, Ana Donoso. En 1991 la propiedad fue ad-quirida por la familia Vicuña López, que la conserva hasta hoy.

casa patronal: Construida en 1924 por Santiago Portales, se le hicieron varias modi-ficaciones en 1934 cuando la compró Joaquín Irarrázaval. Es de estilo colo-nial norteamericano, de dos pisos y se encuentra muy bien conservada.

capilla:

Edificada en 1937 para las bodas de plata de Joaquín Irarrázaval y su mu-jer. Tiene un antiguo Cristo y vitrales traídos de Francia, con versículos del Evangelio. Desde 1996 el Cuasimodo que se realiza en el sector sale de esta capilla.

Parque: Fue plantado por Joaquín Irarráza-val y continuado por su hijo Joaquín Irarrázaval Donoso, quien introdujo una gran variedad de especies exó-ticas que se preservan hasta hoy. En torno al parque había un zooló-gico con animales como venados, alpacas, monos, faisanes, ardillas e incluso un caimán traído desde Ecuador, en la tina de un barco, por Teresa Irarrázaval Donoso. Desgra-ciadamente el caimán se escapó del parque de San Miguel por una acequia y nunca más se encontró, lo que dio origen a muchas historias.

casa.

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Personajes

Calera de Tango es una localidad que ha co-bijado a varias personalidades del país. Polí-ticos, religiosos, empresarios, artistas y per-sonajes públicos han sido relevantes en su historia. Algunos estuvieron de paso, otros se establecieron. Este conjunto de personajes deben ser recordados en la memoria colectiva de Calera de Tango.

adelantado gerónimo de alderete, según alonso de ovalle, 1646.

personajes

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Jerónimo de Alderete (c.1516-1556)

Nació en España, en la ciudad castellana de Olmedo, cruzó a América y en 1537 se encontraba en Lima. Después de participar en varias expediciones de conquista, se unió a la de Pedro de Valdivia. Asistió a la fundación de Santiago y fue uno de sus primeros vecinos. Nombrado tesorero y regidor del Cabildo, en 1544 se le encargó viajar en el na-vío San Pedro para tomar posesión de los territorios del sur de Chile. En pago a sus servicios, en 1546 se le dieron tierras fértiles en el valle de Tango. Posteriormente, el goberna-dor Valdivia lo envió a Perú en busca de refuerzos y más tarde lo mandó a pedir apoyo a la Corte de España. Estando allá supo de la muerte del gobernador y entonces fue el propio Emperador Carlos V quien lo desig-nó nuevo gobernador de Chile, con

el título de Adelantado. Murió al re-gresar de España, en la isla Taboga. Su viuda Esperanza de Rueda con-tinuó el viaje y se hizo cargo de las tierras de Tango.

JuAn Fernández de Alderete (c.1503–c.1572)

Pariente de Jerónimo, vino a Améri-ca en 1534 y en 1539 vivía en Perú. Se unió a la expedición de Pedro de Valdivia en Tarapacá y asistió a la fundación de Santiago. En 1546 el Cabildo le dio tierras de cultivo en el valle de Tango. Vecino destacado, integró el Cabildo por casi 20 años; fue tenedor de bienes de difuntos, veedor de la Real Hacienda y Alfé-rez Real del Reino. En 1561 profesó como padre mercedario y entregó la propiedad de Tango a su hija Inés Alderete, nacida de la india Juana Xicana y casada con Juan de Barros, encomendero de Tango.

JuAn de BArros (1525-1587)

Nació en Galicia, pasó a Perú y en 1557 vino a Chile con García Hurtado de Mendoza, a lu-char en la Guerra de Arauco. Fue regidor y alcalde de Santiago, y por sus servicios recibió varias encomien-das, entre ellas, tierras en el valle de Tango. Se casó con Inés Aldere-te, hija mestiza de Juan Fernández de Alderete. Su hijo Juan de Barros Alderete continuó usufructuando de la encomienda de Tango.

siglos XVi Al XViii

tipos americanos. grabado de amadeo frezier, 1716.

donde falleció en los momentos que la corte pensaba promoverlo como gobernador de Chile. En 1653 su viu-da, Clara Pastene, vendió las tierras de Tango a los padres mercedarios.

FrAncisco gómez de lAs montAñAs (1542-1605)

Hijo mestizo del conquistador Pedro Gómez y de Catalina, india peruana. Fue escribano público en Concepción y Cañete, pasó luego a Santiago, donde ejerció como Procurador por más de treinta años. En recompensa por sus servicios, el Cabildo le otor-gó tierras de labranza en Tango, re-gadas con aguas del Maipo.

JuAn guerrA de sAlAzAr (1557-1620)

Criollo nacido en La Serena, se tras-ladó a Santiago donde en 1593 el Cabildo le otorgó el título de médico, cirujano y barbero. Trabajó en el Hos-pital del Socorro, por lo que obtuvo una merced de 200 cuadras en Tan-go, contiguas al camino real. En 1615 el Gobernador Alonso de Ribera lo nombró Protomédico y Examinador Mayor del Reino.

cArlos HAymBHAusen (1692-1767)

Noble austríaco, en-tró a la Compañía de Jesús en 1724 y poco después fue enviado a Chi-le, como administra-dor de la misión. Conoció bien el país y sus habitantes, y cuando se le nom-bró Procurador General de la Compa-

FrAncisco JAVier cAlderA olAno (1749-1818)

Pasó su juventud en la estancia San Agustín de Tango de su abuelo Juan Luis Caldera, an-tes de ingresar a la Compañía de Jesús. Como todos los de la Orden, fue ex-pulsado de Chile en 1767, y vivió en Italia. Regresó hacia 1800 y llegó a ser rector de la Real Universidad de San Felipe, en Santiago.

domingo eyzAguirre escutAsolo (1724–1800)

Español, pasó a Amé-rica en 1747 y vivió en México, Perú y finalmente en Chile. En 1768 fue alcalde de Santiago, donde se dedicó al comer-cio. En 1777 adquirió la estancia San Agustín de Tango a la familia Caldera y se dedicó a la agricultura. Fue casado con María Rosa Arechavala, sobrina de don Manuel de Alday, obispo de Santiago. Padre de una numerosa fa-milia que se destacó en la sociedad, el comercio, la política y la iglesia.

FrAncisco gil negrete (1580- 1651)

Nació en España y a los seis años entró al ejército del Rey, sirviendo en Flandes e Italia. Vino a Chile en 1605 y fue corregidor de La Serena, vecino de Santiago y adquirió tierras en el valle de Tango. Fue además goberna-dor de Valdivia y luego de Tucumán,

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miguel llAu llAu (c.1550-1600)

Cacique en el valle de Tango, propie-tario de las tierras de Armague o Tar-mague, las cuales eran regadas con aguas provenientes del río Maipo. En el año 1584 fueron entregadas al licenciado Melchor Calderón por los servicios prestados a la corona.

FrAncisco PollAnds (1711-s/r)

Bávaro, ingresó a la Compañía de Je-sús en 1746, y vino a Chile como her-mano coadjutor. Estuvo a cargo del taller de platería de Calera de Tango junto al hermano Juan José Kölher, y entre 1755 y 1767 realizó grandes obras como el frontal y la custodia que se conservan en la Catedral de Santiago, y el llamado cáliz de los jesuitas, de oro, con escenas de la Pasión y el Antiguo Testamento, con-siderada la mejor pieza barroca reali-zada en el país.

ñía en Roma, en 1740, se preocupó de reclutar sacerdotes y hermanos coadjutores para evangelizar y, so-bre todo, desarrollar oficios en Chile, donde regresó en 1748. Con él vinie-ron entonces 40 hermanos bávaros entre los que había carpinteros, he-rreros, fundidores, relojeros, plate-ros, pintores, tejedores y boticarios; muchos de los cuales instalaron sus talleres en la hacienda de La Calera. Falleció en Chile, meses antes de que la Orden fuera expulsada de las colo-nias de España.

Andrés Jiménez de lorcA (1578-1638)

Español, llegó a Chile en 1605 a ser-vir en el ejército del Rey, en el que fue capitán y sargento mayor. Des-pués de ejercer como Gobernador de Yumbel, asumió el cargo de Regidor de Santiago. En 1624, fue agraciado con una encomienda en Tango, que heredó su familia.

JuAn José KöHler (1721-1771)

Hermano coadjutor jesuita prove-niente de Alemania. Llegó a Chile por intersección del padre Carlos Haymbhausen, junto al hermano Francisco Pollands. Fue uno de los artífices encargado del taller de pla-tería y orfebrería de la hacienda de La Calera.

lemunAngel (c.1500-1550)

Cacique en el valle de Tango, dueño de las tierras de Armague o Tarmague regadas con aguas del río Maipo, que en 1584 le fueron entregadas al licen-ciado Melchor Calderón.

Pedro roetz (1719-1787)

Nacido en Obe-rammergau, Ale-mania, llegó a Chile como her-mano coadjutor en 1748. Estuvo a cargo del taller de relojería junto al hermano Jacob Rottmaier, y fue autor del reloj cu-yas campanas marcaban las horas y los cuartos, y que fue puesto en la torre de la Iglesia de la Compañía de Santiago en 1765. Fue también crea-dor de un reloj más pequeño que se colocó en la sacristía de la misma iglesia, con un ingenioso mecanis-mo que indicaba las horas, las fases de la luna y el curso del sol.

FrAncisco Antonio ruiz de tAgle (1727-1793)

Nació en Ruiloba, España. Junto a su hermano Bernardo vino al Perú y lue-go a Chile, donde se dedicó al co-mercio. Amasó una fortuna y se casó con su sobrina María Teresa Ruiz-Tagle y Torque-mada, hija de Bernardo, pero no tuvo hijos. Para preservar el lustre de su apellido, en 1783 fundó un mayorazgo al que vinculó su casa en la Plaza de Armas de Santiago y las haciendas de La Ce, Lonquén y La Calera, en el valle de Tango, de-signando heredero a su sobrino y cuñado Manuel Ruiz-Tagle y Torque-mada. El primer mayorazgo Ruiz-Tagle murió en Santiago y fue ente-rrado en la iglesia de San Francisco.

Alonso de toledo (c.1550-1610)

Sacerdote nacido en Sevilla, cruzó al Perú y luego a Chile, donde fue nombrado primer cura de la doctri-na de Tango en 1580. Más tarde fue trasladado a Aculeo, Colina y final-mente a Chillán.

ginés de toro mAzote (1537-1607)

Nació en Madrid y llegó a Chile en 1564 como soldado de la Guerra de Arauco. Ejerció como escribano pú-blico desde 1584 hasta 1606. Adqui-rió tierras en Tango, que habían sido del licenciado Calderón y, antes, del cacique Lemunangel. Lo heredó su hijo, el licenciado Andrés de Toro Mazote Hernández.

Andrés de toro mAzote (s/r)

Auditor del ejército, procurador del Cabildo y abogado de la ciudad. En 1652 su viuda, Luisa de Zelada, ven-dió la estancia de Tango al conven-to de Nuestra Señora de la Merced de Santiago.

mArcos VeAs (1513-1581)

Español de Cáceres, llegó al Perú en 1537, se unió a la expedición de Pedro de Valdivia para venir a Chile. En 1547 el Cabildo de Santiago le entregó tierras en Tango y, más tarde, recibió de Valdivia la encomienda de Lampa. Aunque no sabía escribir, llegó a ser alcalde de Santiago. Casado con Inés de Araya; su hija María se casó con Juan de Barros Alderete, también encomendero en Tango.

cacique mapuche. litografía j. m. gillis, 1855.

personajes

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nicolás AlBAno VergArA (s/r)

Comerciante y empresario de Val-paraíso, amigo de Manuel Montt y Antonio Varas, hacia 1875 compró el fundo San Ignacio de Tango a los hijos de Mercedes Portales, viuda de Eyzaguirre. Hacia 1900, junto con las tierras de San Antonio de Tango, la propiedad fue heredada por sus nie-tos, los hermanos Cordero Albano.

mAnuel cAstillo grossi (s/r)

Hasta 1870 fue dueño del fundo El Retiro, donde había una capilla que sirvió como parroquia de Tango entre 1827 y 1874. Impulsó activamente los adelantos del sector mejorado los caminos, regalando terrenos para levantar una escuela, y participando como regidor del municipio de San Bernardo, que entonces abarcaba el territorio de Tango. En 1875 vendió El Retiro a la familia Prado.

rAmón errázuriz AldunAte (1785-1875)

Empresario y político destacado, fue dipu-tado a partir de 1812, senador desde 1843 y ministro del Inte-rior del Presidente Joaquín Prieto. En

1874 era dueño del fundo La Hermita de Tango, terreno que había pertene-cido a la familia Eyzaguirre.

Agustín eyzAguirre ArecHAVAlA (1768-1837)

Su padre fue dueño de la hacienda San Agustín de Tango, donde pasó su infan-cia y juventud. Se desempeñó como

comerciante, empresario y hombre público, figurando como alcalde de Santiago en 1810. Colaboró con la Primera Junta de Gobierno, por lo que fue deportado a Juan Fernández durante la Reconquista. Al abdicar Bernardo O´Higgins en 1823, fue nombrado Presidente de la Junta de Gobierno que lo reemplazó. Electo vicepresidente de la República en 1826, asumió como Presidente al re-nunciar Manuel Blanco Encalada. An-drés Bello lo describió como “mode-lo de civismo y de austeridad repu-blicana”. Murió pobre después de haber comenzado su carrera con una gran fortuna. Construyó casa en su heredad de Tango, conocida más tar-de como Santa Filomena.

domingo eyzAguirre ArecHAVAlA (1775-1854)

Desde muy joven trabajó en San Agustín de Tango, hacienda que fue de su padre y luego compartió con sus hermanos. En 1802 el gober-nador Muñoz de Guzmán lo puso a cargo de la obra del canal San Car-los de Maipo, donde trabajó hasta 1820. Fundador de la ciudad de San Bernardo, fue diputado, vicepresi-dente del Congreso y presidente de la Cámara de Diputados. En 1835 fue nombrado gobernador del recién creado Departamento de la Victoria, donde estuvo diez años. Fue el pri-mer presidente de la Sociedad Na-cional de Agricultura y obtuvo el Pre-mio Nacional de Moralidad en 1849. Vivió en Tango y fue admirado por su altruismo y caridad. Antes de morir, repartió sus bienes entre los pobres.

ignAcio eyzAguirre ArecHAVAlA (1779-1844)

Como sus hermanos, pasó su infancia y juventud en San Agustín de Tango, y a la muerte de su padre, en 1800, heredó una de las hijuelas de la ha-cienda, que llamó San Ignacio de Tan-go. Fue abogado y tuvo un destacado desempeño público como diputado, senador, ministro y consejero de Es-tado. Casado con Mercedes Portales Palazuelos, formó una familia nume-rosa que conservó la propiedad de San Ignacio hasta 1875.

celedonio gAllinAto oPAzo (1781-1845)

Monje dominico, en 1822 firmó la nueva Constitución de Chile y fue

electo diputado. Un año más tarde, fue secularizado por el vicario apos-tólico monseñor Muzzi, y se le des-tinó como párroco de Calera de Tan-go, cuya sede estaba entonces en la hacienda del mayorazgo Ruiz-Tagle, antigua casa de los jesuitas. En 1827 trasladó la sede parroquial hasta la capilla que construyó en la llamada Calle Angosta, camino que une San Bernardo con Malloco y que luego se conoció como Curato Viejo, El Retiro y, actualmente, San Nicolás.

uldAricio PrAdo BustAmAnte (1814-1895)

Ingeniero especiali-zado en Alemania, fue profesor del Ins-tituto Nacional y de-cano de la Facultad de Ingeniería de la

Universidad de Chile. Se desempeñó también como consejero de la Socie-dad de Fomento Fabril, presidente del Instituto de Ingenieros y diputa-do, en 1885. Hacia 1875 compró el fundo El Retiro de Calera de Tango, propiedad que heredaron su viuda e hijos. Uno de ellos, Uldaricio Prado Prieto, criado en El Retiro, fue autor de El Caballo Chileno, obra clave para el conocimiento de este animal.

FrAncisco ruiz-tAgle PortAles (1787-1860)

Hijo de Manuel Ruiz-Tagle y Torquemada y Rosario Portales La-rraín. Desde 1800 fue poseedor del mayo-razgo Ruiz-Tagle que

trilla a yegua. grabado de claudio gay. c. 1854.

siglo XiX

mem

ori

a ch

ilen

a.

personajes

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incluía las haciendas de La Calera, La Ce y Lonquén, y la casa de la Plaza de Armas de Santiago. Simpatizante de la causa patriota en 1810, no se opuso sin embargo a la Reconquista españo-la en 1814. Después del triunfo patrio-ta en Chacabuco, en 1817, los vecinos de Santiago lo eligieron gobernador interino y como tal le entregó las lla-ves de la ciudad a Bernardo O´Higgins. En 1822 dirigió la Policía Urbana y un año más tarde formó parte del Con-greso Constituyente. Fue Ministro de Hacienda y en 1830 Presidente de la República, cargo en el que estuvo dos meses. Se erigió como cabeza de una enorme familia de siete hermanos y de los once hijos que tuvo con Rosario Larraín Rojas. Si bien Chile abolió los mayorazgos en 1852, la desvincula-ción de las haciendas de La Calera, La Ce y Lonquén sólo pudo realizarse en 1864, por lo que hasta entonces per-manecieron indivisas.

JoAquín ruiz-tAgle lArrAín (1825-1902)

Hijo mayor de Francisco Ruiz-Tagle, de quien recibió la hijuela de las

casas de La Calera. Fue sacerdo-te y puso su propiedad de Tango al servicio de la iglesia, especial-mente para retiros espirituales y descanso del clero, entre ellos, de los arzobispos Rafael Valentín Val-divieso y Mariano Casanova. En su testamento dispuso que las casas y gran parte de los terrenos agríco-las de su hijuela se entregaran a la Compañía de Jesús, a quienes ha-bía pertenecido hasta la expulsión de la Orden en 1767.

Virginio tABAsso nel (1831-1923)

Nació en Italia, donde se ordenó fraile franciscano. Vino a Chile en 1858 y, luego de servir en la Catedral de Santiago, fue nombrado párroco de Tango en 1872. A él se debió el traslado de la sede parroquial des-de la capilla de El Retiro o Curato Viejo hasta el sector de Malloco, a orillas del camino a Melipilla, don-de en 1876 comenzó a construir una iglesia que se convirtió en parroquia de Malloco. Desde 1878 fue párroco de Curacaví.

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gustAVo cAmPAñA gAndArillAs (1902-1958)

Escritor, poeta, autor teatral y co-mentarista; creador del radioteatro La Familia Chilena, en 1956 recibió el Premio a la Labor Teatral. Vivió en el fundo Santa Teresa de Tango, de su yerno Héctor Cornejo, donde a me-nudo congregaba al mundo político de la época, entre otros, a su amigo el Presidente Gabriel González Videla.

norA cAro truJillo (1928)

Nació en San Agustín de Tango, es enferme-ra de la Cruz Roja y fue fundadora del consultorio de Calera de Tango. En 1958

propuso la iniciativa al entonces alcal-de Gregorio Irarrázaval, quien donó una casa en el sector de Los Bajos de San Agustín. En 1960, junto con el doc-tor Raúl Cuevas, fundó un pequeño consultorio que en sus inicios depen-dió del Hospital Barros Luco. Poste-riormente consiguió que la Cruz Roja de San Bernardo capacitara a mujeres de Calera de Tango con cursos de en-fermería del hogar y primeros auxilios, lo que les permitió trabajar en el con-

sultorio con gran éxito. Estuvo 36 años a cargo de la institución y recibió por ello tres medallas al mérito.

ismAel contrerAs coFré (1942)

Folclorista y cantor popular nacido en el fundo Palermo. Ha es-crito cuecas, tonadas y versos a lo humano en sextinas de seis lí-

neas, modalidad escasa entre los au-tores del folclor. Se inició con presenta-ciones en el sector de Lonquén, hacia 1969, y luego continuó en Calera de Tango, donde tomó a su cargo el grupo de cuasimodistas. Actualmente, por motivos de salud, ya no acompaña a caballo al sacerdote, pero en su reem-plazo lo hacen sus hijos y nietos.

AlFredo délAno FredericK (1891-1949)

Ingeniero, empresa-rio y profesor de la Universidad de Chile, donde tuvo como alumno a Jorge Ales-sandri Rodríguez.

Hermano de Jorge Délano, el escritor y caricaturista conocido como Coke. En 1932 adquirió el fundo San Nico-lás, donde vivió largas temporadas con su esposa Raquel Concha e hi-jos. Director de la Cámara de Comer-cio y fundador de Casas Délano junto a sus hijos Sergio y Francisco, realizó las primeras casas prefabricadas en Chile. Introdujo el sistema de cale-facción central en los edificios y creó Distribuidora Délano, primera tienda de línea blanca en el país.

Pedro AlVArAdo oyArzún (1896-1959)

Nació en el archipiélago de Chiloé, estudió en el Seminario de Ancud y se ordenó de sacerdote jesuita en 1927. Fue rector del Colegio San Ig-nacio de Santiago entre 1932 y 1937, y de 1949 a 1954, período en el que impulsó la creación de la Escuela San Ignacio de Calera de Tango.

José miguel Arredondo (c. 1900-1980)

Conocido como “Huaso” Arredondo fue dueño del primer transporte pú-blico de Calera de Tango, una “gón-dola” que en la década de 1930 hacía diariamente el recorrido Calera de Tango-San Bernardo. La única alter-nativa era contratar taxis o victorias en la plaza de San Bernardo.

siglo XX y XXi

una pareja bailando cueca en ex-fundo el recuerdo, c. 1940.

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Hoy, a mis 83 años, mirando hacia el pasado, recuerdo que en 1957, al igual que muchas mujeres de mi generación, yo estaba en mi casa, dedi-cada a acompañar a mi madre, y realizaba labores de voluntariado como enfermera Cruz Roja. Siempre me gustó ayudar a la comunidad y en es-pecial a los más necesitados. En esa época existía la inquietud de esta-blecer un lugar para atender a los enfermos y se me dio la oportunidad de trabajar en un proyecto que se consolidó como la Posta Los Bajos.

Para mí resulta un orgullo y gran satisfacción el saber que todo el tra-bajo y esfuerzo que desarrollamos junto al doctor Cuevas y un grupo de personas, quienes teníamos el objetivo de prestar ayuda a la comuni-dad, dio frutos y ha sido, a lo largo del tiempo, un lugar importante para los habitantes de la comuna.

Me siento feliz de haber trabajado en este proyecto ya que me sirvió para desarrollarme como persona y vivir experiencias inolvidables. Tuve la oportunidad de organizar el funcionamiento del centro de salud y en-tregar mis conocimientos para formar personas que luego prestaron sus servicios para el bien de la comunidad; algunas de ellas aun trabajan en la Posta. Conocí a mucha gente, familias completas se atendían con nosotros y confiaban en nuestro trabajo; los controles sanos de los ni-ños los hice a los papás, los hijos y los nietos; toda una vida de trabajo.

Agradezco la oportunidad que me dio Dios de vivir mi vida de esta for-ma. Todavía sigo sintiendo el cariño y reconocimiento de la gente que después de 16 años de haber dejado de prestar servicios, me sigue ha-ciendo muestras de aprecio. Eso llena mi vida.

Nora Caro Trujillo, Enfermera Cruz Roja.

unA VidA Al serVicio de lA comunidAd

JuAn Flores silVA (1955)

Folclorista y compo-sitor nacido en Tala-gante, se inició con su padre, el cantor popular Víctor Ma-nuel Flores. Fue co-

merciante y ocasionalmente se dedi-caba al folclor, pero a partir de 1990 se volcó de lleno en él, combinándo-lo con su labor de nochero en la Mu-nicipalidad de Calera de Tango. En 2007 formó el grupo folclórico Cal-tangó, donde canta y toca la guitarra.

luis FontecillA AlcAlde (1903-1980)

Agricultor y miembro de la Sociedad Nacional de Agricultura, heredó el fundo Palermo, en el cruce de los caminos Lonquén y Calera de Tango. En 1935 creó la Sociedad de Drogas Botánicas y en Palermo cultivó ama-polas y otras yerbas que exportaba a Europa, durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las autorida-des sanitarias del Gobierno del Presi-dente Juan Antonio Ríos prohibieron este tipo de plantaciones y caduca-ron el permiso a la sociedad.

eXequiel FontecillA lArrAín (1916-1988)

Arquitecto y acuare-lista destacado, par-ticipó en numerosas obras de restaura-ción de edificios co-loniales, tales como

la Catedral de Santiago, la iglesia de San Francisco y la iglesia de los jesui-tas en Calera de Tango, donde traba-jó junto a Sergio Ruiz-Tagle.

guillermo FrAncKe FisHer (1890-1939)

Ingeniero civil de la Universidad de Chi-le, fundó una cons-tructora que asumió trabajos importan-tes, como el Barrio

Cívico de Santiago. Dueño de la Cha-cra Mareff en Calera de Tango, en 1936 asumió a su costo la restaura-ción de la iglesia de los jesuitas, tra-bajo que si bien intervino estilística-mente la fachada del templo, tuvo el mérito de detener su deterioro y re-forzarlo estructuralmente.

WAlter HAniscH esPíndolA (1916-2001)

Sacerdote jesuita, Doctor en Teología, historiador, Premio Nacional de Historia en 1996 y fundador del Instituto de Histo-

ria de la Pontificia Universidad Católi-ca. Se especializó en la investigación de la historia de la Compañía de Jesús en Chile y la de Calera de Tango.

FernAndo inFAnte inFAnte (1889-s/r)

Agricultor, secretario de la Aso-ciación de Canalistas del Maipo desde 1913. Se casó con Filomena Eyzaguirre, dueña del fundo Santa Filomena. Fue el primer alcalde de Calera de Tango cuando se volvió a constituir comuna en 1937.

JoAquín irArrázAVAl lArrAín (1886-1947)

Agricultor, empresario y político, dipu-tado por Illapel, senador por Atacama y Coquimbo. Experto en salitre y re-dactor del Código Minero. Dueño del fundo San Miguel de Tango. En 1935 gestionó desde el Congreso que Calera de Tango volviera a ser comuna.

sAlVAdor izquierdo sAnFuentes (c.1862-1940)

Ingeniero agrícola nacido en Santiago. Dueño del fundo Santa Inés en C. de Tango, formó un cria-dero de árboles, ini-

ciando el desarrollo de la horticultu-ra y fruticultura en Chile. Fue regidor y alcalde de la comuna en 1903 y 1909, académico de la Facultad de Agronomía de la U. de Chile y miem-bro de sociedades científicas de Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Autor de la Enseñanza Agrícola en Chile (1901). Presidente del Club de la Unión entre 1910 y 1913, gestionó la compra del terreno donde se ubica actualmente. El Colegio de Ingenie-ros Agrónomos creó en su memoria el Premio Salvador Izquierdo.

personajes

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PresentAción de ismAel contrerAs

Yo me voy a presentarsi usted no me conocieraMe llamo Ismael Contrerassoy de Calera de TangoYo no tengo ningún rangopero actúo a mi manera

Nací el 16 de mayodel año cuarenta y dohY le doy gracias a Diosporque nació esta guagüitaHijo de la Elmiritaen medias con Cutuquita

Mis padres me bautizaronpa´que fuera un buen cristianoMe enseñaron la doctrinaque habla de un rey soberanoY me dieron por familiauna hermana y un hermano

Perdóname cauro Cheoporque a ti no te nombreNo creas que me olvidépues me encuen-tro güeno y sanoTu también eres mi hermanopero erís Cofré Cofré

Me gusta tocar guitarraporque soy chileno finoA veces me gusta el vinosi toy´ feliz o con penaMe gustan las cosas güenahy cantar a lo divino

Soy guaso bien chilenome gusta echarme al caminoSi me tomo un trago e vinoyo me pongo roto galloY me gustan las mujereslos perros y loh caballoh

Yo entiendo de matemáticascastellano e historiaDe religión en la iglesiaY así me pueo expresarLo aprendí en la parroquiagracias a oña Melesia

Cuando estuve enamoraode la hija e ño Juan fierroLa seguía como perrola envite pal trapicheMe ijo neiro curicheandate a la punta del cerro

No tuve muchos amoresporque así fue mi destinoMe gustó la Anita Pinoy se entró en la via miaYolanda Torres García

Cuando cumplí veinticinco a esa edá yo me caséUna familia armécon mi esposa la YoilitaTuvimos cuatro guagüitasdos machos y dos hembritas

Perdón siesque molestao a los questán escuchandoDel brazo con mi guitarra yo me estaba presentandoSi esque nací pa chicharratengo que morir cantando

Ahora voy a brindar con la copa en la manoPorque nací caleranoGracias a Dios nuestro paire.

Ismael Contreras C. Folclorista, vecino de la comuna.

deliA mAtte Pérez (c. 1870-1940)

Hija del banquero Domingo Matte Me-sías, en 1878 heredó con sus hermanos la cuantiosa fortuna paterna. Casada con

Salvador Izquierdo, dueño del Cria-dero de Árboles Santa Inés, en 1916 fundó el Club Social de Señoras y participó del movimiento feminista. Un año más tarde colaboró con el proyecto de ley que concedía dere-cho a votación a la mujer chilena, lo que se logró recién en 1949.

melesiA osorio (1919-2001)

Fundadora y primera directora de la Escue-la San Ignacio de Ca-lera de Tango con apoyo del padre Pe-dro Alvarado en 1953,

formó a muchas generaciones de jó-venes de la comuna. Inició la tradicio-nal fiesta de Navidad en el sector de Calera. Jubiló en 1986 y el municipio hizo un homenaje en su honor. Sus hijas Susana y Teresa Osorio se dedi-caron también a la enseñanza, desta-cando Teresa como su sucesora en la dirección de la Escuela San Ignacio.

teresitA osorio (1942)

Alumna de la Escue-la San Ignacio de Ca-lera de Tango, estu-dió más tarde en la Escuela Normal de Preceptores. Fue

profesora y directora de la Escuela San Ignacio desde 1986 hasta su ju-

bilación en 2004. Continuó la labor de su madre y, entre otras activida-des, formó un conjunto folclórico. Durante su gestión, la Escuela San Ignacio fue premiada como el mejor establecimiento rural de la comuna.

AnA mAríA PAlmA yrArrázAVAl (1944)

Destacada actriz de teatro, fue fundadora y ex directora de la Corporación Cultural de Calera de Tango. En 1978 fundó la Com-

pañía de Teatro de Cámara, donde ha producido, dirigido y actuado en nu-merosas obras de diferentes drama-turgos tales como Anton Chejov, Egon Wolff, Terrence Mac Nally, Pedro Cal-derón de la Barca, Henrik Ibsen, entre otros. Desde 1990, ha representado a Chile como consejera cultural en las embajadas ante Naciones Unidas, Es-tados Unidos y Argentina. Ha vivido siempre en una de las propiedades más tradicionales de la comuna, el ex- fundo San Miguel de Tango, que per-teneció a su familia.

oscAr PrAguer (1876-1960)

Paisajista austriaco que residió en Cali-fornia hasta 1914, en Alemania hasta 1925, y en Chile desde 1926. Autor de nume-

rosos parques públicos y privados, varios de ellos en Calera de Tango, como el del Fundo Lo Carvallo, de 1932; el Fundo Santa Inés, hacia 1952, y el del Fundo La Paz, encarga-do en 1958 .

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Entre los años 1981 y 1983 fue Dele-gado de Deportes en la Municipali-dad de Calera de Tango. Fue electo concejal de la comuna en 1996, cargo que ostentó hasta diciembre del año 2000, cuando fue elegido alcalde de Calera de Tango, cargo que desempe-ña hasta la actualidad.

HorAcio WAlKer lArrAín (1887-1974)

Abogado, embajador y político, militó en el Partido Conservador y en la Democracia Cris-tiana. Fue Ministro de Justicia en 1931 y titu-

lar de la cartera de Relaciones Exterio-res entre los años 1950 y1951, ade-más de Senador de la República por Santiago entre los años 1933 y 1949. En 1948 era propietario de la chacra Los Almendros en el sector Santa Inés de Calera de Tango.

egon WolFF groBler (1926)

Destacado autor tea-tral nacido en Santia-go. Se tituló de inge-niero químico en la Universidad Católica y posteriormente como

dramaturgo en la Universidad de Yale, Estados Unidos. Hasta el presente ha escrito más de treinta obras de tea-tro, entre ellas, Parejas de trapo (1959) y Los invasores (1963). Profe-sor de la Escuela de Teatro de la Uni-versidad Católica desde 1979. Fue nombrado miembro de la Academia Chilena de la Lengua en 1983. Se trasladó a vivir con su mujer e hijos a Calera de Tango.

erAsmo VAlenzuelA cáceres (1893-1958)

Nació en Empedrado, región del Maule. Lle-gó a trabajar como campesino en Ma-rruecos (hoy comuna de Padre Hurtado)

donde se casó con Raquel Alfaro. Tra-bajó en el fundo El Acacio de Calera de Tango. Se independizó arrendando tierras en el fundo Santa Filomena, que adquirió años más tarde. Partici-pó en política, fue seguidor y amigo de Carlos Ibáñez del Campo. Integró el municipio de Calera de Tango cuan-do volvió a ser comuna, en 1937.

erAsmo VAlenzuelA AlFAro (1924-2004)

Hijo del anterior. Agri-cultor y político, entre 1960 y 1970 se des-empeñó como regi-dor de Calera de Tan-go. Entre otras cosas,

consolidó las redes de transporte pú-blico y conectividad en la comuna.

erAsmo VAlenzuelA sAntiBáñez (1962)

Hijo de Erasmo Valen-zuela Alfaro y Grete Santibáñez. Nació en Calera de Tango el 19 de junio de 1962. Sus estudios los realizó

en la Escuela N° 23 de la comuna y en el Instituto Sagrado Corazón de San Bernardo; posteriormente ingresó a INACAP, donde se recibió de Técnico en Administración Agrícola.

guillermo scHAcHt troger (s/r)

Cónsul honorario de Alemania en Chile, en la década de 1920 compró el fundo San Ignacio de Tango a la sucesión de Cordero

Albano Hermanos. Dueño de un im-portante criadero de ganado holan-dés, hacia 1950 constituyó con sus hi-jos la sociedad Schacht y Cía., propie-taria también del fundo El Descanso, de la Fábrica de Tejidos y Cáñamos, del Molino Americano, de la Fábrica de Leche Delicias y la Planta de Pasteuri-zación del mismo nombre; la mayoría de ellos ubicados en la comuna.

enrique tAulis muñoz (c. 1875-1943)

Ingeniero Agrónomo del Instituto Agrícola, en 1898 patentó un sistema para esterilizar leche e instaló la Fá-brica Nacional de Leche en el fundo San Agustín de Tango, asociado con Adolfo Fernández Jara. Se dedicó al mejoramiento de la alimentación po-pular, y en 1922 impulsó la produc-ción y exportación de fruta chilena.

BelisArio torres ecHAVArríA (c. 1850-1917)

Empresario y comerciante, desde fi-nes del siglo XIX fue dueño del fundo Santa Teresa de Lonquén. Se des-empeñó como regidor de Calera de Tango, y en su testamento de 1917, instituyó un legado para construir un pensionado para universitarios de provincia de escasos recursos, que se inauguró en Santiago en 1927.

AlBerto romero cordero (1896-1981)

Destacado escritor, estudió en el colegio de los Sagrados Cora-zones. Autor de La Viuda del Conventillo, entre otras obras, en

las que relata la vida de los bajos fon-dos de la sociedad santiaguina. Fue Presidente de la Sociedad de escrito-res de Chile, desde donde gestionó la creación del Premio Nacional de Lite-ratura. Pasó su infancia y juventud en el Fundo San Ignacio de Tango, pro-piedad de su madre y tíos, hasta la década de 1920.

Pedro ruiz-tAgle gArcíA-HuidoBro (1856-1934)

Agricultor, dueño del Fundo El Re-cuerdo en Calera de Tango, en 1894 fue nombrado primer alcalde de la comuna, cargo que ejerció has-ta 1915. Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, en 1919 organizó la primera Asamblea de Agricultores del país. Casado con Javiera Huneeus, tuvo una extensa familia. Uno de sus hijos fue Alfon-so Ruiz-Tagle Huneeus (1897-1972), también agricultor, que luego de trabajar con su padre adquirió el fundo San Remigio y fue, como su progenitor, alcalde de Calera de Tan-go, entre 1941 y 1946, y regidor has-ta 1950. Su hijo Alfonso Ruiz-Tagle Peña (1923-1983) fue, a su vez, agri-cultor, y se destacó por las acciones sociales que impulsó, entre ellas, una Escuela de Fútbol que contri-buyó a mejorar la calidad de vida de los vecinos de Tango.

personajes

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El presente

Mirada al territorio

La subdivisión histórica de Calera de Tango en los sectores de San Agustín, Los Bajos y La Calera data del siglo XIX y se ha mantenido en la memoria colectiva de sus habitantes hasta el día de hoy. De hecho, se les sigue identificando con sus mismos nombres de origen.

No sólo se ha conservado la denominación de los sectores fundacionales, también se mantiene la certeza de la vocación agro residencial de la co-muna, y se está consciente de que su recurso más importante es la tierra, un suelo que no presenta restricciones para acoger cualquier tipo de cultivo y que le otorga un verdor y carácter rural únicos.

Actualmente, la presión del aumento de población del Gran Santiago ha generado una mayor deman-da de servicios y nuevas actividades económicas

paseo peatonal manuel rodriguez / i. municipalidad de calera de tango.

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el presente

relacionadas con el sector terciario. Sin embargo, las condiciones de uso de suelo no han modificado sus lími-tes desde 1970, por lo que los nuevos servicios que se ofrecen para satisfa-cer las necesidades de la población no han aumentado en proporción a la explosión demográfica de la comuna.

A pesar de que ésta aún tiene una especialización agrícola, es muy probable que dicha característica cambie a mediano plazo, tal como se observa en otras comunas que se ubican inmediatamente al bor-de del área metropolitana de la ciudad de Santiago.

Desde 1960, Calera de Tango empezó a sufrir importantes cambios que se iniciaron con el proceso de Reforma Agraria, que se llevó a cabo bajo tres gobiernos sucesivos y determinaron el final de una historia de cuatro si-glos. Esto trajo consigo, además de la subdivisión predial, una enorme transformación social de la comuna, y dio origen a nuevos elementos en el paisaje rural.

En 1970 se extendieron los límites del único sector urbano, Los Bajos de San Agustín, que se habían fija-do originalmente en 1939. Dentro de

este período surgió la primera villa, Los Castaños, con 17 viviendas. Entre 1970 y 1980 se creó la segunda villa y la primera de carácter masivo, con 110 viviendas, la villa Cooperativa.

Entre 1982 y 1992 hubo un aumento de la ocupación del territorio tanto en el área urbana como rural. Dentro de la primera surgieron villas como Las Casas, Población 21 de Mayo y vi-lla San Agustín, ésta última de mane-ra espontánea. Dentro del área rural, se realizó la primera parcelación, Los Tilos, con una subdivisión de lotes sobre 2.000 mts2.

Urbanización y parcelas

vista de zona silvoagropecuaria en calera de tango / felipe garcía.

estas características, ya que el 65% restante está dividida en “parcelas de agrado” de 5.000 mts2 que se aco-gieron al D.L. 3516 del Ministerio de Agricultura publicado en 1980.

zona de rehabilitación ecológica: Correspondiente al Cerro Chena, repre-senta el 8,7% de la superficie total.

zona de preservación ecológica: Correspondiente al Cerro Calera, re-presenta el 5,9% de la superficie to-tal de la comuna.

El área urbana de Calera de Tango se ha ido consolidando con la densifi-cación primero hacia el sector orien-te y luego hacia el poniente, al igual que con la proliferación de villas pla-nificadas. En el ámbito rural, la ocu-pación del territorio se intensificó a partir de la década de los ‘90, bási-camente con dos modelos: la parcela de agrado y el villorrio rural, ambos desarrollados de maneras bastante diferentes, tanto en términos tipo-lógicos como socioeconómicos. Ac-tualmente la comuna vive estas dos tendencias de desarrollo que actúan como fuerzas contrapuestas: la acti-vidad agropecuaria, que representa su actividad tradicional y su recurso más importante; y, por el otro lado, la expansión urbana, que desde el área metropolitana de Santiago pre-siona al cambio en el uso de los sue-los agrícolas hacia el uso residencial del tipo “parcelas de agrado”. Según fuentes del INE 2002, Calera de Tan-go ocupa el 5to lugar dentro de las comunas con más viviendas de este tipo a nivel nacional.

En 1994, la comuna se incorporó al Plan Regulador Metropolitano de Santiago que establece los siguien-tes usos de suelo:

zona urbana: Correspondiente al sector de Los Bajos de San Agustín, representa el 1,2% de la superficie total de Calera de Tango.

zona silvoagropecuaria de uso mixto: Correspondiente al 0,7% de la superfi-cie total, se ubica frente al área urbana del sector Los Bajos de San Agustín.

zona silvoagropecuaria exclusiva:

Correspondiente al 83,5% de la su-perficie total de la comuna. Esta ca-tegoría se define como área de uso agropecuario, cuyo suelo y capacidad agrícola debe ser preservado. Se per-mite una subdivisión predial mínima de 4 hectáreas. Aproximadamente el 35% de la comuna son parcelas con

interior condominio santa magdalena de tango.

trabajadora en zona silvo-agropecuaria.

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sUbdivisión del sUelo

Hasta 1980, Calera de Tango era una Comuna netamente agrícola, donde el suelo podía dividirse sólo hasta 8 hás. por lote. Los sectores declara-dos “urbanos” en los que se permi-tía lotes de hasta 200 m2, ocupaban menos del 1% del territorio.

La situación cambió en virtud del Decreto Ley 3.516 de 1980, (D.L.) que se dictó para que, en todo Chile, los antiguos “inquilinos” de los fundos – ahora “asentados” de la Reforma Agraria – pudieran ser propietarios de sus casas y de sus pequeños terrenos adyacentes. Se rebajó de 8 hás. a 0,5 hás. la super-ficie mínima de lote, y se eximió a los loteadores de aportar servicios sanitarios y pavimentación.

El referido D.L. no incluyó fijar su propio período de aplicación, que originalmente era de dos años se-gún el proyecto del Ejecutivo, y sigue rigiendo en todo Chile hasta hoy, excepto en ciertas comunas del Gran Santiago – Calera de Tan-go entre ellas – donde fue aplicable hasta 1994. Todas las divisiones aprobadas hasta esa fecha, aunque no se hayan realizado efectivamen-te, mantienen su validez.

Al amparo de este D.L. se han divi-dido en 0,5 hás. cientos de miles de hás. en todo Chile, de las cuales poquísimas corresponden a los an-tiguos “inquilinos”, desvirtuándose así el propósito inicial de dicha ley.

parcelas “de agrado”

Esta popular denominación, cuyo término “agrado” se entiende muchas veces como ironía, co-rresponde a aquellos lotes de 0,5 hás. cuya ubicación ofrece carac-terísticas especiales para los es-tratos socio-económicos medio y alto. Puede tratarse de primeras viviendas cercanas a centros urba-nos, que se benefician del ambien-te rural, o, también, de segundas viviendas insertas en paisajes de interés turístico. En casi todos esos casos, donde la demanda so-cio–económica es de nivel medio y alto, ésta ha exigido a los loteado-res el aporte de servicios básicos (agua, luz, etc.) que el loteador no está legalmente obligado a dar. Calera de Tango es un ejemplo tí-pico de ello.

Diferente resulta la situación de la inmensa mayoría de los lotes de 0,5 hás. a lo largo de Chile, que trae-mos a cuenta para completar la vi-sión del problema. En estos, un es-trato socio–económico bajo, urgido por tener un pedazo de tierra, ha adquirido parcelas de 0,5 hás. sin ningún servicio básico. El resultado está siendo desastroso, pues enor-mes territorios se están llenando, salpicadamente, de viviendas pre-carias y carentes de servicios, y sus dueños ahora están requiriendo de los Municipios el aporte de éstos, lo cual los Municipios no pueden otorgar por falta de recursos y de facultades para ello.

el presente

el territorio y sU Uso

sitUación actUal

Un completo y reciente estudio de la Ingeniero Civil Claudia Fuentes, Directora de Obras de la Municipa-lidad de Calera de Tango, muestra que de las 6.100 hás. planas de la Comuna, unas 1.100 (18 %) ya se encuentran efectivamente divididas en parcelas de 0,5 hás., muchas de ellas construidas con viviendas que son ocupadas mayoritariamente por personas que trabajan en San-tiago. Habría también unas 100 hás. calificadas de “urbanas” en el Plan Regulador, divididas en lotes de va-riadas superficies, y destinadas a viviendas de la fuerza laboral local, y a equipamientos.

El saldo, de unas 4.900 hás. planas, está destinado a la agricultura, ge-neralmente intensiva y frutícola. De éstas, aproximadamente el 50 % tendría planos aprobados antes de 1994 para ser divididas en “par-celas de agrado”. Sin embargo, es probable que éstas se materialicen muy lentamente, considerando la escasa demanda actual por dichas parcelas, pues se ha demostrado

que 0,5 hás. es una superficie de-masiado grande para emplazar en ella una sola vivienda, y a la vez, demasiado pequeña para una acti-vidad agrícola rentable.

FUtUro

Si las actuales normativas sobre Calera de Tango se mantienen al-gunos decenios, es probable que la situación recién descrita evolucione lentamente hacia un carácter más residencial que agrícola, y hacia un nivel económico más bien alto que medio, lo que podría convertir a Calera de Tango en un territorio de excepcional calidad de vida. Su gran proximidad al centro de Santiago (30 Km.); su accesibilidad por dos carreteras; su carencia de smog, que la diferencia de las expansio-nes de Santiago hacia el Norte; su protección contra el crecimiento industrial de Santiago hacia el Sur mediante una cadena montañosa; y su paisaje rural, confirman dicha probable calidad de vida.

Salvador Valdés P. Arquitecto.

vista área de calera de tango, zona suroriente / felipe garcía.

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94 95

edUcación

La comuna cuenta con cuatro cole-gios municipales: Liceo Municipal Poetisa Gabriela Mistral enseñanza básica (fusión de la Escuela de Los Bajos y Santa Inés), Colegio Lonquén (ex Escuela Nº 23 del fundo San Ig-nacio), Colegio Calera de Tango (ex Escuela Calera de Tango) y el Liceo Poetisa Gabriela Mistral de ense-ñanza media, creado alrededor de 1970. Además, están los colegios particulares subvencionados Insti-tuto Calera de Tango, Los Robles del Copihue, San Ignacio, San Andrés de Calera de Tango y Edial II y III; y los particulares San Bartolomé de Nos, La Misión y San Felipe Diácono. Tam-bién existen tres escuelas especia-les para alumnos con discapacidad intelectual y trastornos específicos del lenguaje, estas son: El Carmen, Amigos del Bosque y Kimantú.

salUd

Hay dos centros de salud rural: Cale-ra de Tango (Camino Lonquén sur pa-radero 21) y Bajos de San Agustín Dr. Luis Sepúlveda Salvatierra (Avda. Ca-lera de Tango paradero 13); además de la posta rural Santa Inés (Camino Santa Inés s/n)

el presente

recUrsos coMUnales

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colegio san felipe diácono.

segUridad

carabineros:Desde el año 1950 funciona una Sub-comisaría en la comuna. Original-mente estaba ubicada en el actual edificio donde está el Centro Veteri-nario Municipal, a un costado de las dependencias edilicias, mandado a construir en 1950 por Luis Izquierdo Valdés, propietario del fundo Santa Inés. En el año 1997 se trasladaron a las actuales instalaciones en Avda. Calera de Tango paradero 5.

bomberos:Existen dos compañías. La primera, ubicada en Avda. Calera de Tango paradero 5, fue fundada en 1997 y cuenta con aproximadamente 28 voluntarios, casi todos del sector de Los Bajos de San Agustín. La segunda compañía está situada en camino Lonquén Norte, paradero 15, y data del año 2004, cuenta con aproximadamente quince volun-tarios, gran parte de los cuales no vive en la comuna.

clubes de la comuna, los cuales son representados por la Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor de Calera de Tango. Dentro de las actividades están: el Campeonato Provincial de Cuecas, paseos culturales y recreati-vos a diversos museos de Santiago, city tour por distintas ciudades del país y diversos talleres como auto-cuidado, repostería, punto cruz, gim-nasia, pintura y manualidades.

Unidad de Medio aMbiente y zoonosis

Trabaja en la protección del medio ambiente, generando actividades y programas que buscan informar y educar a la población acerca de las temáticas ambientales, tenencia responsable de mascotas, gestión eficiente de residuos domiciliarios y protección de la biodiversidad co-munal. Actualmente desarrolla con fuerza un proyecto de conservación ecológica relativo a la fauna existen-te en los cerros aledaños. Entre los avances del proyecto se ha editado un excelente libro llamado “Calera de Tango, Reserva de vida” el cual se ha distribuido gratuitamente a las familias de la comuna.

organizaciones coMUnitarias

Coexisten dieciséis unidades veci-nales; veintiocho juntas de vecinos; treinta y cuatro clubes deportivos, de deportes tan diversos como fútbol, box, aeróbica, rayuela y ciclismo; y diez clubes de adultos mayores.

corporación MUnicipal de desarrollo social

Su objetivo es que todos los habitan-tes de la comuna accedan a la edu-cación y a la salud sin ningún tipo de discriminación. Para lograrlo apoyan a las escuelas, liceos y consultorios mejorando las condiciones en que realizan sus labores.

dirección de desarrollo coMUnitario

Su objetivo es elevar la calidad de vida de los habitantes de la comuna, desde el punto de vista económico, social y cultural; y potenciar la parti-cipación de ellos en los distintos pro-gramas y proyectos generados por el municipio. Existen diversos progra-mas destinados a niños, jóvenes y adultos mayores.

Cabe destacar el Programa Adulto Mayor que se realiza con los distintos

desarrollo social

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dirección de desarrollo comunitario

actividad para la tercera edad.

subcomisaria de calera de tango.

cuerpo de bomberos de calera de tango.

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cUltUra

el presente

biblioteca MUnicipal anita pUz acosta

Avda. Calera de Tango, paradero 6.

Fundada el año 1978, en el período alcaldicio de la señora Rosa Ortiz Iriondo, y el director de Biblioteca Nacional, don Jorge Iván Hubner. El año 2000, se trasladó a su nuevo y definitivo lugar. Los servicios que en-trega son préstamo de libros a domi-cilio, internet gratuita, capacitación de proyecto BiblioRedes, diferentes trámites en línea, rincón infantil, sala de circulación y sala de lectura.

corporación cUltUral de calera de tango

Es una entidad de derecho privado sin fines de lucro, creada en 2002, cuyo principales objetivos son: rescatar y fomentar actividades culturales para todas las comunidades residentes en la comuna, proyectar actividades e iniciativas de desarrollo cultural y educativo, colaborar con la munici-palidad en las iniciativas de orden ar-tístico cultural, y valorar y proteger el patrimonio histórico, arqueológico y cultural de Calera de Tango. Lo hace a través de eventos y actividades como: Semana Santa Musical; conciertos de música para niños y adultos; mues-

tras de teatro, música y cine; concur-so “Iluminando la Navidad”; Festival de Villancicos, en que participan los coros de los colegios de la zona; exposiciones de pintores y artistas locales; visitas guiadas a lugares his-tóricos de la comuna, conferencias y comidas culturales.

Música

En los últimos años ha existido una preocupación de acercar la música a la comunidad. La Corporación Cultu-ral, que ha creado diversas iniciativas, como la organización de las semanas de música misional. Actualmente está motivando la participación de los es-colares en la creación de las Orques-tas Infantiles y Juveniles, que aun está en etapa de formación.

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La música barroca indiana es la música barroca europea que trajeron los jesuitas a América, enriquecida con aportes indígenas propios de las culturas originarias. De ella se han encontrado centenares de par-tituras originales, y musicólogos de todo el mundo las han estudiado y promovido.

Desde 2002, la Corporación Cultural de Calera de Tango ha presenta-do todos los años en Semana Santa un interesante programa musi-cal, que se ha posicionado como un evento artístico nacional, con un programa concentrado en este tipo de música. El lugar elegido para los conciertos de música sacra ha sido la iglesia y el convento jesuita de Calera de Tango, el mismo lugar donde los religiosos del siglo XVIII desarrollaron el mayor centro artístico del país.

coros escolares

La Corporación Cultural de Calera de Tango ha promovido desde 2005 la creación de coros escolares, contando para ello con el finan-ciamiento de la municipalidad y del Fondo Regional de Cultura.

Siguiendo el interesante ejemplo desarrollado en la región de Chi-quitania en Bolivia, se ha logrado mejorar la sociabilidad de los ni-ños a través del acto de cantar juntos. En el caso boliviano, en poco tiempo se produjo un importante cambio socio-cultural en muchos pequeños villorrios, donde proliferaron orquestas y coros.

En Calera de Tango ya se ha conseguido que cada escuela tenga su coro propio y se han creado dos coros mayores en la municipa-lidad; uno de adultos y otro compuesto por las mejores voces de los coros escolares.

Curiosamente, una de las dificultades ha sido orientar la disposición de los padres de los niños en el sentido de apoyar las actividades corales, que a veces deben desarrollarse fuera de los horarios nor-males de clases.

Raúl Fisher G. Vicepresidente de la Corporación Cultural de Calera de Tango, vecino de la comuna.

Música barroca Misional

biblioteca anita puz acosta.

coro municipal infantil.

semana santa musical.

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Desde 2005, la Ilustre Municipalidad de Calera de Tango ha desa-rrollado un programa integral de conservación de la biodiversidad, con el objetivo principal de proteger los recursos naturales de la comuna y sus alrededores. A través de la investigación y la educa-ción ambiental, y con énfasis en el fomento de prácticas cotidianas para lograr un desarrollo local sostenible y conservar las especies de flora y fauna silvestres de la zona, la iniciativa presenta un proyec-to especial para la protección de la biodiversidad de los cerros de Chena y Lonquén, áreas naturales con un alto valor ambiental y cul-tural identificados como sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad de la Región Metropolitana. Su importancia radica en que ambos son refugios naturales de más de 200 especies de flora y fauna representativas de la eco-región mediterránea de Chile central, pero que se encuentran altamente amenazadas por causas antrópi-cas. Por dicho motivo, a través de este programa, se han ejecutado diversos proyectos de investigación biológica, educación ambiental en todos los colegios de la comuna, sensibilización de la comunidad a través de campañas masivas y la elaboración del libro “Calera de Tango, Reserva de Vida”, entre otras actividades.

Makarena Roa C. Médico Veterinario.Msc Recursos Naturales, encargada Medio Ambiente y Zoonosis, I. Municipalidad de Calera de Tango.

el presente

flora de calera de tango.

calera de tango, reserva de vida

aniversario de la coMUna

En la segunda semana de enero, con una misa a la chilena, se inicia la llamada “Semana Calerana”, donde se desarrollan diversas actividades, como cicletadas y obras de teatro, en las que participa toda la comunidad. Éstas finalizan la última semana del mes con un espectáculo musical en el Estadio Municipal (Camino Lon-quén Sur, paradero 21).

seMana santa de Música Misional

Organizada por la Corporación Cul-tural de Calera de Tango, es un ci-clo de conciertos de música barroca latinoamericana de la época de las misiones jesuitas. Se realizan en la iglesia del convento de la Orden, participando grupos nacionales y extranjeros, con un programa que acompaña las liturgias de Semana Santa. El año 2008 fueron invitados el Coro de Niños Huilliches de Mo-lulco, Chiloé; el conjunto de música antigua de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y el grupo Ensam-

ble Vocal Urubichá de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. En el año 2011 par-ticiparon el Conjunto Instrumental Handel, Solistas Vocales, y el Coro Divertimento; se ejecutó, por prime-ra vez en Chile, La Pasión según San Juan de G.F. Handel

día del patriMonio

Desde 2008, el último domingo de mayo se organizan actividades en la biblioteca pública de la comuna relacionadas con el rescate del patri-monio cultural. Ejemplo de esto es el concurso de “Relatos populares, la voz de Calera de Tango en 99 pala-bras”, realizado en mayo 2010.

Fiestas patrias

Se conmemoran entre el 15 y el 19 de septiembre en el Estadio Municipal, con un desfile cívico, fondas y rama-das; campeonatos de rayuela y otras entretenciones. También se organi-zan desafíos relacionados con tradi-ciones culinarias criollas, tales como la cazuela, el costillar asado, el mote con huesillo o el arrollado huaso más grande de Chile.

Festividades locales

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fiestas patrias en estadio municipal de calera de tango / felipe garcía.

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revistas

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IZQUIERDO, Salvador, “Criadero de árboles Santa Inés (Nos) Chile”, Ca-tálogo General Nº 6 descriptivo e ilus-trado, Santiago de Chile. Año XL.

EYZAGUIRRE ESCOBAR, Juan. “Pri-mer Censo Agrícola de Chile. Nómi-na de predios rústicos de la provin-cia de Santiago y partidos de: San-tiago, Tango y Melipilla”, en Boletín de la Academia Chilena de Historia 60, N° 103, Santiago de Chile, 1993. Págs. 67-110.

FALABELLA GELLONA, Fernanda; PLANELLA, María Teresa. “Secuencia cronológica-cultural para el sector de la desembocadura del río Maipo”, en Revista Chilena de Antropología N° 3, Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Uni-versidad de Chile, Santiago, 1980. Págs. 87-107.

HANISCH ESPNDOLA, Walter. “Calera de Tango cuna industrial de Chile”, Boletín de la Academia Chilena de la Historia 49, N° 93, Santiago de Chile, 1982. Págs. 159-189

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créditos

La Guía Patrimonial de Calera de Tango ha sido realizada por petición de la Ilustre Municipalidad de Calera de Tango y de su Corporación Cultural a la Uni-versidad de Los Andes, durante los años 2010 y 2011, bajo la coordinación y orientación del arquitecto e historiador Hernán Rodríguez Villegas.

Realizaron la investigación y textos los siguientes profesionales egresados del programa del Máster en Historia y Gestión de Patrimonio Cultural de la misma casa de estudios:

Eduardo Carrasco Garrido, Licenciado en Historia

Alejandra Molina Lira, Arquitecto

Samuel Salgado Tello, Licenciado en Historia

Javiera Valdés Correa, Licenciada en Historia

Colaboraron en la investigación: Pilar Ovalle, Licenciada en Historia Catherine Westfall, Licenciada en Arqueología

Fotografías: Pamela Albarracín y Felipe GarcíaProducción digital: Centro Nacional de Patrimonio FotográficoEdición: Catalina Darraidou

Corrección de texto: Harley Andrade

Diseño Gráfico: María Ignacia González y Gracia Vial.

Créditos

Agradecemos a las personas e instituciones que aportaron testimonios y do-cumentación: Soledad Abarca, Héctor Angulo, Efraín Arcaya, Cristián Arnolds, Nicolás Alzamora, Pilar Bañados, Hernán Bustos, Nora Caro, Ismael Contre-ras, Paz Covarrubias, Inés Cruz, Isabel Cruz de Amenábar, Ana María Délano, Verónica Délano, Matías Delpiano, Carmen Domínguez, Carmen Eyzaguirre, Isabel Eyzaguirre, José Espina, Fernanda Falabella, Juan Flores, María Rebeca Francke, Claudia Fuentes, Jenaro Fuentes, Soledad Gálvez, Ximena García-Huidobro, Ana María Hurtado, Adolfo Ibáñez, Roberto Iglesias, Pablo Ira-rrázaval, Mario Carlos Larraín, Mauricio Larraín, Javier Lira, Alejandra López, Cristián Maturana, Rodrigo Maturana, Mercedes Mena, Eduardo Molina, P. Fernando Montes, S. J., Teresita Osorio, Ana María Palma Y., Patricio Pantoja, Orlando Peralta, Manuel Riquelme, Marcelo Riquelme, Teniente Coronel José Riquelme, Jorge Rivera, Makarena Roa, Adriana Ruiz Tagle de Correa, Sergio Ruiz-Tagle, Cecilia Santelices, Sonia Sepúlveda, Cristián Sierra, Josefina To-cornal, James Uribe, Ramón Valdés, Pablo Valderrama, Grete Valenzuela S., Sebastián Vega, Carmen Vergara, Julio Yrarrázabal. Al Colegio San Ignacio Alonso de Ovalle, al Archivo de la Provincia Chilena de la Compañía de Jesús, al Club de la Unión y a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.

Para su realización se contó con la colaboración del Directorio Corporación Cultural de Calera de Tango.

Presidente: Erasmo Valenzuela Santibáñez Vice-presidente: Raúl Fisher García Secretario: Patricia Barros Droguett Tesorero: Luis Emilio Balmaceda Ibáñez Director: Luis Enrique Besa Sievert Director: Luis Enrique Besa Vial Director: Hernán Salinas Burgos Director: José Antonio Cox Pérez Director: Claudia Lagos MuñozDirector: Cristián Saavedra RojasDirector: Salvador Valdés PérezAsistente: Ana Arenas Maturana

A las luces entregadas en la “Jornada Historia de Calera de Tango”, organiza-da por dicho Municipio en septiembre de 2010, con las exposiciones de Pablo Lacoste, Leonardo León, Luz María Méndez, Julio Retamal Ávila, Gabriela Ruiz-Tagle y Eliana Urrutia.

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La edición de la Guía Patrimonial de Calera de Tango es un proyecto acogido a la Ley de Donaciones Culturales.

Financian:

patrocinan:

alejandro briones lea-plaza

compañía de inversiones la central

fundo san pedro

j y g inmobiliaria s.a.: eugenio silva bezanilla y familia

sociedad agrícola santa marta

ernesto valenzuela santibáñez

teresa vergara de lira

ilustre municipalidad de calera de tango