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HAMLET DE WILLIAM SHAKESPEARE de Luis Cano ACTO I Prólogo Las armas golpeadas, hechas pedazos, vueltas monumento. La espantosa guerra convertida en minué. El rey danza y se mueve con sus peones, delfín, torres, una reina. Uno por uno va a parar al estuche. Bailan el recuento de balas. La guerra no termina hasta acabarlas. ¿Y si nunca– Están bailando. Para bailar. Disciplina. HORACIO Borrachos van contando las suyas. No borrachos de alcohol; otra cosa. La luna los trastorna y el cansancio. • 25-II-1598, 10-VII-1600 y 24- XII-1601 eclipses solares. Danza macabra de sombras que perdieron sus cuerpos. Pero no un solo fantasma sino varios; generaciones muertas. 11-II y 6-VIII-1598. • Ésta es la hora en que bosteza el cementerio exhalando contagios. El país enferma, estalla en erupciones; la tierra tiene cólicos. El aire endurecido en el vientre pelea por salir. Podemos llamar a los espíritus pero, ¿vendrán? ¿Esperamos que vengan? Polonio sale gateando entre las piedras. Una mano levantada a la altura de la cabeza para saludar o para dar órdenes. O para rechazar. Envuelto en toga, mira alrededor. Cojea como una polea –la expresión tampoco es feliz. POLONIO ¿Quién llama? ¿Quién me llama? Escucho algo. Hable. Polonio quiere oír. Ah, Polonio. ¿Quién es? Déjeme ver su cara; hable otra vez. Vienen los idus de marzo. El cielo se pinta con chispas. ¿Qué se puede evitar? Et tu– ¿Qué día es? Hábleme del lado derecho, que esta oreja es sorda. ¿Sabés quién soy? HORACIO Del enrejado sótano sale flotando el flojo Polonio. Viejo loco. Todavía igual que el señor de la ganchuda nariz de Roma. Que quién sos: un rufián, muerto. Un empresario de pompas fúnebres con el oído enfermo, un tal Polonio. ¿ÉSTE ES EL QUE CONOCE EL DESTINO DE NUESTRO PUEBLO– POLONIO César muerto, convertido en ceniza, puede llenar un agujero para parar el viento. ¿Viene Horacio con vos? HORACIO ¡NO! NO SOY EL PRÍNCIPE HAMLET NI TENDRÍA POR QUÉ SERLO; SOY UN NOBLE DEL SÉQUITO, UNO QUE SIRVE PARA HACER BULTO EN UNA COMITIVA, EMPEZAR ALGUNA QUE OTRA ESCENA, ACONSEJAR AL PRÍNCIPE: SIN DUDA, UN FÁCIL INSTRUMENTO,

Hamlet de William Shakespeare

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HAMLET DE WILLIAM SHAKESPEAREde Luis Cano

ACTO I

Prólogo

Las armas golpeadas, hechas pedazos, vueltas monumento. La espantosa guerra convertida en minué. El rey danza y se mueve con sus peones, delfín, torres, una reina. Uno por uno va a parar al estuche. Bailan el recuento de balas. La guerra no termina hasta acabarlas. ¿Y si nunca– Están bailando. Para bailar. Disciplina.

HORACIOBorrachos van contando las suyas. No borrachos de alcohol; otra cosa. La luna los trastorna y el cansancio. • 25-II-1598, 10-VII-1600 y 24-XII-1601 eclipses solares. Danza macabra de sombras que perdieron sus cuerpos. Pero no un solo fantasma sino varios; generaciones muertas. 11-II y 6-VIII-1598. • Ésta es la hora en que bosteza el cementerio exhalando contagios. El país enferma, estalla en erupciones; la tierra tiene cólicos. El aire endurecido en el vientre pelea por salir. Podemos llamar a los espíritus pero, ¿vendrán? ¿Esperamos que vengan?

Polonio sale gateando entre las piedras. Una mano levantada a la altura de la cabeza para saludar o para dar órdenes. O para rechazar. Envuelto en toga, mira alrededor. Cojea como una polea –la expresión tampoco es feliz.

POLONIO¿Quién llama? ¿Quién me llama? Escucho algo. Hable. Polonio quiere oír. Ah, Polonio. ¿Quién es? Déjeme ver su cara; hable otra vez. Vienen los idus de marzo. El cielo se pinta con chispas. ¿Qué se puede evitar? Et tu– ¿Qué día es? Hábleme del lado derecho, que esta oreja es sorda. ¿Sabés quién soy?

HORACIODel enrejado sótano sale flotando el flojo Polonio. Viejo loco. Todavía igual que el señor de la ganchuda nariz de Roma. Que quién sos: un rufián, muerto. Un empresario de pompas fúnebres con el oído enfermo, un tal Polonio. ¿ÉSTE ES EL QUE CONOCE EL DESTINO DE NUESTRO PUEBLO–

POLONIOCésar muerto, convertido en ceniza, puede llenar un agujero para parar el viento. ¿Viene Horacio con vos?

HORACIO¡NO! NO SOY EL PRÍNCIPE HAMLET NI TENDRÍA POR QUÉ SERLO;SOY UN NOBLE DEL SÉQUITO, UNO QUE SIRVEPARA HACER BULTO EN UNA COMITIVA, EMPEZAR ALGUNA QUE OTRA ESCENA,ACONSEJAR AL PRÍNCIPE: SIN DUDA, UN FÁCIL INSTRUMENTO,RESPETUOSO, CONTENTO DE SER ÚTIL,POLÍTICO, CAUTO Y METICULOSO;LLENO DE ELEVADO FRASEO, PERO UN POCO OBTUSO;A VECES, INCLUSO, CASI RIDÍCULO-A VECES, CASI UN BUFÓN.

Escena 1

Muñecos soldados golpean una campana. Como si los muertos tiraran de la cuerda con los pies. Ejército metálico con pintura brillante. Payasos con garrotes. Las voces salen por una hendidura.

MARCELO¿Qué hay?

BERNARDONadie. ¿Qué dice?

MARCELOQue acá no hay nada. No hay–

BERNARDONadie.

MARCELO–nada. Ni una rata.

BERNARDONi un hueso para masticar.

MARCELONos habremos muerto. Alegrémonos que ya estamos muertos.

BERNARDO¿Saben lo que voy a decir? ¿Saben qué? Voy a pararme a decir unas palabras sobre el funeral. Qué triste lo del pobre rey Hamlet. Muerto. ¡No puede engendrar más! Silencio.

MARCELOEso que está ahí, ¿no es lo mismo que un rey?

BERNARDOEs idéntico al rey.

MARCELOSí es idéntico.

BERNARDO¿No es idéntico?

MARCELO¿Qué lo hace caminar estando muerto?

BERNARDOQuerrá que le hablen.

El desarme de instalaciones fabriles. La compra de chatarra de compañías balleneras, de instalaciones abandonadas. El desmantelamiento de viejas construcciones. Operarios emplazados para el desguace. Carga de suministros; cuadrillas; buzos tácticos entre los obreros. La fuerza de tareas y las flotas de mar.

MARCELOSe murmura la guerra. Dinamarca, costra de tierra manchada de sangre. Barrosa y maldita. Donde uno toca– ¿Cómo vinimos a parar acá? ¿Qué se prepara? ¿Para qué este trabajo? Algo grande se viene. Nos dieron una ametralladora. "Tal vez la necesites" nos dijeron. "En este instrumento hay mucha música". ¿Alguien puede explicármelo? Se acercan barcos en silencio de radio. Una armada que no supera al viejo barro. ¿Quién ordenó todo esto y se envuelve con grasa de cordero?

Escena 2

BERNARDOAlto, ¿quién viene?

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MARCELOHoracio –parte de él.

BERNARDO¡Ni la mitad del hombre que solía ser!

HORACIO¿Así hablan– Hacen más ruido que el que podrían imaginar disparando con eso. No escuchen lo que les digo. Ustedes me caen tan bien que quisiera entre sus chistes caer muerto.

MARCELOSeñor, hace un momento. Mientras hacía la guardia. Algo me golpeó. Sentí su aliento. El olor a podrido me empapó la cara. Ahí está otra vez. La imagen viva.

BERNARDO¿Quién es?

MARCELONadie– ¿Qué dice?

BERNARDOQue acá no hay nada.

MARCELOAcá no hay nada. Nadie.

BERNARDONada.

MARCELONo hay fuego ni plomo en el aire.

BERNARDONos habremos muerto. Alegrémonos, ya estamos muertos.

HORACIO¡Alto! Hable quien sepa. ¿Por qué la noche vaga vigilando, y la mañana funde cañones de hierro? ¿Qué es esta ropa de soldados, y aquellos paracaidistas bajan vestidos de fiesta? ¿Quién puede explicármelo?

MARCELO–Qué? ¿Aparecer?

BERNARDONo.

MARCELONadie va a aparecer.

BERNARDOYa terminó la guardia.

MARCELOLevantemos la mesa.

HORACIONo. Vamos a contar lo que pasó esta noche.

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Mis compañeros de colegio, todos dan miedo. Correr a escondernos para evitarlos. Pero los fantasmas y monstruos siempre serán nuestros amigos.

Escena 3

HORACIOLa araña anida en el sombrero de un rey muy viejo. ¿Cuál es el pensamiento real por el que reina? Debajo de la corona se le cae el pelo. Tiene partes con piel nueva y esquirlas de la vieja. Un– un sapo.

REYAÚN GRABADA LA MUERTE EN LA MEMORIA DE NUESTRO HERMANO HAMLET– SERÍA PROPIO MANTENER LUTO EN NUESTRO CORAZÓN Y HUELLA DEL DOLOR EN EL ROSTRO DE LOS SÚBDITOS. SIN EMBARGO DISCRECIÓN Y NATURALEZA, LUCHAN DE FORMA QUE EL DOLOR SE VUELVE MODERADO PARA QUE PODAMOS OTRA VEZ PENSAR EN NOSOTROS MISMOS. ASÍ QUE A QUIEN ERA NUESTRA HERMANA Y HOY REINA, COMPAÑERA EN EL TRONO DE ESTE PAÍS EN GUERRA, HEMOS TOMADO CON ALEGRÍA TRUNCADA, CON DOLOR Y PLACER EN IGUAL PROPORCIÓN, COMO ESPOSA. Soy el mejor actor danés. Qué emoción.

HAMLETComo él será el futuro. En la frente de mi padre postizo una corona de papel. Estoy llorando, ¿ven? ¿Ven cómo lloro la muerte de mi padre? ¿No ven que quiero hacerlos llorar a todos? Todo lo que siento en mí quiere mostrarse pero, hay que fracasar para ser Hamlet. Odiar sus caras, odiar, si de eso se trata. Soy el gusano que se tragó mi madre.Un loco, un bufón de chistes gruesoscubierto de polvo y de cenizaque se ríehace muecas. Que come como un cerdo.

HORACIOPero no vayan a pensar que es joven. Todo lo contrario.

Escena 4

REINANO BUSQUES CON LOS PÁRPADOS CERRADOS A TU PADRE–

HAMLETMi padre y yo en el cementerio. El lento avance junto con el féretro, suyo. La mirada de mi padre en mí. Una mirada que sabe su papel y mi desilusión. Los zapatos que calzaba para acompañar el cadáver. La retirada a un bar. La imagen de papá frente a su medio litro repetido el tinto. Mientras quiero decirle que se me murió un ídolo, pero que igual me gusta verlo así fallar, como voy a fallar yo en vida –porque no tengo estatura para que el traje suyo me quede bien. Mientras mi madre me sigue vistiendo con corbatas moñito de marica hasta lo insoportable. No es sólo la capa negra buena madre.

REYES ENCOMIABLE CONMOVEDOR HAMLET QUE TE RINDAS ANTE TU PADRE EN HOMENAJE. EL QUE SOBREVIVE TIENE LA OBLIGACIÓN DE MOSTRARSE TRISTE PERO, UN LUTO INCESANTE ES DE MARICA. PECADO CONTRA NATURA Y A LA RAZÓN ABSURDO PORQUE ES LA LEY COMÚN QUE MUERAN NUESTROS PADRES. EN CUANTO A TU DESEO DE VOLVER A LA UNIVERSIDAD DE WITTENBERG–

HAMLETAbandoné los estudios tal como hacen los hijos descarriados. Wittenberg puede quedarse donde está hasta que llegue la bella Reforma. Y cuando llegue la Reforma,

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los campesinos se rebelen, la Reforma se ponga del lado del Príncipe y haya masacre, entonces, dirán Dios nos traicionó.

REYES UNA RESPUESTA LLENA DE CARIÑO. –Acabo de decirle que sea de los nuestros. Que intente parecérsenos, hablar como nosotros. Se lo digo a todos. Es cansador. Pero algo hay que decir. Saben cómo es. • Vamos.

REINALa corona. No olvides la corona.

REYLa corona. Naturalmente la corona.

REINAQue esta vez no se caiga. Una vez tuve un marido, que perdió la suya.

Escena 5

HAMLETPobre reina pintada, este reino te va a atrapar en su tela. Ella. Ella misma– llena de lágrimas. La política es mujer, al que la engaña lo decapita de un mordisco. Casada con mi tío, hermano de mi padre. Un mes. Vergüenza, qué vergüenza. Me estoy derritiendo como una vela cuando– ¡Basta! Hamlet, la mesa está servida. ¿Vas a bendecirla, padre– Ahora podemos comer todo lo que matamos.

Escena 6

HORACIOResumen familiar † Padre asiste a la bañacauda en su honor. Gran danés, en jefe hace unas horas; olía tan mal que terminó podrido entre ajos de dientes haciendo muecas. Su hermano - ese hombre oscuro, bigotes enchastrados. La madre - buena anfitriona, grandes labios rojos. Todo se reduce a un principio muy simple - farándula o morir.

En esta habitación llena de voces, de viudas cómplices y criminales, algo parece acostado sobre la mesa, apenas empezado. El rey, la reina, Ofelia, Polonio, Laertes, Rosencrantz y Guildenstern charlan, simulan charlar. Se burlan para fastidiar la escena de adelante. Mienten disimulados.

HAMLETVinos copiosos, arenque. Lo que no puedo explicarme es que mi padre no haya venido a cenar. Habría comido las fetas de piel de sus propias mejillas. Cerdos, pueden comer. El agua en la garganta se pudre. Entre abril y junio voy a caer como una mosca; cuestión de días para que vengan a comerme los hijos de otras moscas.

HORACIO“Nuestra lealtad a vuestra alteza”.

HAMLETNo; vuestra amistad. ¿Horacio, o ya ni me conozco?

HORACIOEl mismo, siempre tu siervo.

HAMLETDeberíamos cambiar nuestros papeles.

HORACIOVine al funeral de tu padre.

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HAMLETViniste, así de simple. Siempre pensé que la salvación iba a llegar del cielo, como una bala de mortero. Un abrazo, amigo, que el hielo quebrado se junta de nuevo.

HORACIOVine al funeral de tu padre.

HAMLETNo te perdiste nada. Mi tío es actor y puede repetir todo lo que dijo antes, tanto repite las cosas que piensa que las sabe.

HORACIOSEÑOR, DOS NOCHES SEGUIDAS ESTOS CABALLEROS MARCELO Y BERNARDO MIENTRAS HACÍAN LA GUARDIA DURANTE EL MORTAL SILENCIO DE LA MEDIANOCHE SE ENCONTRARON CON UNA FIGURA IDÉNTICA A TU PADRE ARMADA CON TODO; QUE SE LES ACERCA LENTA, TRES VECES, MIENTRAS ELLOS TIEMBLAN COMO GELATINA, MUDOS Y SIN DECIR AH.

MARCELOEn la explanada, donde hacíamos la guardia. Lo vimos desfilar. Hay algo podrido en Dinamarca y nosotros pensamos que es él.

HORACIOHubo un instante en que pareció levantar la cabeza, como si quisiera hablar–

HAMLETEl viejo aúlla desde su madriguera(ellos lo entienden porque tienen la cabeza chica–La grasa encerrada hace solo dos mesessalada y blanca. La tierra es blanda grasa negray se abre bajo los pies.Estos zapadores siguen golpeandohacia abajo,en cada capa que sacanme parece ver a mi padre.La grasa no tiene sutilezas,el habla entrecortada acaba de gritar ¡Hamlet, venganza! • Esta noche. En la explanada. Entre once y doce. Nos vemos.

Escena 7

LAERTESEl viento puede soplar llevándose mi nave. Qué inútiles pronósticos– Nada notable el día de hoy. Perfume y adioses.

OFELIAMañana voy a saludar al príncipe. Vamos a hablarnos por última vez: un momento precioso. Hoy voy a colgar a secar este vestido que no voy a volver a ponerme–

LAERTESOfelia, no duermas. No pierdas la cabeza. Te dieron músculos pero, la juventud es enemiga. Hamlet, siempre algo loco, quizás ahora te ame pero, no lo pienses. El príncipe va a quitarte el aliento. Va a hacerte promesas que no va a poder cumplir–

OFELIALaertes, hoy nos vemos por última vez, tan inocentemente como cuando jugábamos–

LAERTES

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“Dudá que la verdad no tenga mentiras.Dudá de lo que es claro. Sólo dudas pero,no dudes que te quiero”.

OFELIANo deberíamos escuchar estas canciones. “Cuando el amor es grande una duda pequeña lo llena de miedo. Cuando el pequeño miedo crece ¿no queda nada de aquel amor grande?”. No deberíamos escuchar estas canciones, pero igual. Pero igual, ¿te vas?

LAERTESAcá te dejo mi corazón para que lo guardes y le des muerte cuando veas que sufre demasiado. ¡Alerta querida hermana! Y no olvides mis consejos. Quiero que te pegues todas estas cosas en la frente. No regales tu corazón, que el corazón no se da a cambio de nada–

¿Quién va a dictar los consejos? Yo, –dijo el conejo. Polonio lee sus plantillas enmarcadas, con un fluido graznido.

POLONIONunca mires en los ojos de tu padre. No veas la misma cosa que veo yo. No pongas pensamientos en tu lengua. A los amigos de verdad nunca les creas, no hay tales amigos. Va a pasar un año y vas a ver que tu padre tenía razón. Nunca cambies de marcha. No detengas tu viaje en el camino. No vas a dejar más que polvo de esa sed que te seca. No gastes palabras. No busques el sueño blando ni la cama, no va a llegar. Pronto vas a estar muerto. Y si viene la muerte, dale silla de ruedas. Ésta es mi bendición. Adiós, Laertes. Calla, abandona, huye. ¡No mires atrás! • No te dejes engañar con palabras, Ofelia. Hamlet piensa en vos como una niña. No le hables. Hagamos gestos con la mano.

Laertes– En el mapa imperial de su cabeza Hamlet dibuja sus flechas contra mí, iguales a las flechas con que yo me apunto en contra de él.

Escena 9

OFELIAPadre, ¿te acordás cuando era niña, y me llevabas a las hamacas en la plaza?

POLONIO¿A las hamacas en la plaza? No.

OFELIAYo tampoco, padre.

POLONIO¿Ofelia? ¡Ofelia!

OFELIAPapá, estoy un poco loca, no sorda, ¿te acordás?

POLONIOEscucho nada más que bombardeos.

Escena 10

HAMLETEl eructo de una interminable juerga. Los olores de la muerte persisten. Flotan en la habitación, dulzones y rancios, en los rincones y junto a la escalera. Entre sorbo y sorbo hacen chistes sobre la guerra. Dicen que vieron a mi padre. Aquel soldado. Que vieron su cara, hablan, borrachos. Que era un gran hombre. ¿Un gran hombre?

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Nunca vi eso. Mi padre es un cadáver sacado de la tierra. Vieja bestia de rapiña, qué me importan tus gritos–

MARCELOÉste es el lugar.

HORACIOÉsta es la hora– ¿Quién tuviera príncipes como actores, y reyes como espectadores? El Estado, un teatro. Entonces, tendríamos en persona a Richard Burton haciendo de Hamlet o, a Ernesto Bianco, color local; a Shakespeare en la ropa del fantasma. Dispuestos a ser empleados. Quiero decir que esta torre y estos acantilados nos recuerdan, de alguna manera, a Elsinore, ¿verdad? Perdón. Una reducida figura va a representar al Espectro.

MARCELO¿Será ése?

HORACIONo, es demasiado flaco.

MARCELOSe habrá quitado la armadura para que no lo reconozcan.

HORACIO¿Se habrá arrancado también la piel, los músculos y los tendones, y las orejas tan retorcidas, para que no lo reconozcan?

MARCELOSi fuera rey de veras, debería tener algo especial. Si no, ¿por qué es el rey? Ése, por ejemplo, nunca podría ser rey. Cuanto más se mira a un hombre menos hombre parece–

HORACIOEste lugar sólo inspira ideas melancólicas. La tentadora platea, tanto imaginar, uno se desquicia–

MARCELO¡Ahí está! No le confíen, se lo ve muy distinto, en cualquier momento nos traiciona. Hace señas, no habla, debe ser mimo.

HAMLETHubo una época en que creía en él, en lo que nos decía pero, ya sabemos: la cena sigue.

HORACIOPríncipe vampiro, masticador de cadáveres– Dejemos que aquellas agudas puntas que tiene en la cabeza lo malcríen, que se chupe los sesos él mismo.

Escena 11

El Espectro lleva adelante un uniforme viejo. Un cadáver no tan blando. Sale hacia adelante. Un paso. Acá está. Aunque permanece parado detrás de una pared de polvo y ronca por el leproso agujero de su nariz. Trae el garrote que tanto lo entretiene. Siempre hacia otra parte y retrocediendo.

Voy a llamarte Hamlet padre autor de estas guerras, mi cabeza está inclinada para que puedas hablarme al oído. Tu cara parece escuchar tu propia voz. Me escarba con los ojos. De las orejas te salen mechones. Las palabras caen secas. Tu lengua es un instrumento sin cuerdas.

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HAMLETYo te invoco. Hamlet, rey, padre. ¿por qué viniste? Tu mano crece afuera de su tumba. ¿Por qué tus huesos rompieron su mortaja? ¿Por qué anda tu cuerpo sin armadura? Tu dedo señalando justicia está negro, es un dedo negro. Y ese brazo que acusa está cayéndose del hombro.

ESPECTROLISTEN TO ME.

HAMLETBilingüe como la sanguijuela. Me ordena escuchar.

ESPECTROI AM THY FATHER SPIRIT.

A bubbling. A fingernail. A king?Any sound, any aid. NEVERTHELESS, SLOWLY, CRIME. In my ear. In my hearing. In the veins.Is the end? It has already happened. KILLED YOUR FATHER. Your father lost in darkness. OF POISON.Slowly, the end. The cloth cracks. The liquid ran. The meat. WITH A BOTTLE. YOUR UNCLE.El muerto imita a un hombre. El texto sigue igual que las gaviotas al barco que se hunde. Siempre este muerto. Destrozos, todo. Y detrás mío el acantilado.

HAMLET“Soy el espectro de tu padre. Si alguna vez lo amaste. Conozco cosas que te romperían la cara y te devolverían loco en tu desobediente cabeza, ay. No me dejes estallar”. –Pobre máquina humana no respires.

ESPECTRONO LONGER MOURN FOR ME. THE HORROR, THE HORROR.

HAMLETSos invisible en mi boca y hablás a través de mi cabeza como una radio. Mi carne escucha. –CRIMEN. TU TÍO MATÓ A TU PADRE PERO, LENTAMENTE LO MATÓ. HAMLET, ¡QUÉ INMUNDICIA! TU TÍO. CON UNA BOTELLA DE VENENO. LA SERPIENTE ES TU TÍO, TU TÍO ME MORDIÓ. Veneno. En mi oreja. Un latido en las venas. Nada. ¿Es el final? Algo se desgarra. Una uña en mi oído, la tela se rompe y lentamente el fin. ¿Eso fue todo? ¿Un rey? ¿Y ya pasó? Voy a ser mejor que apunte todo esto en alguna parte. Yo que tuve confianza en los que me hicieron sonrisas en las mesas, en las camas, en los peldaños de las escaleras. Que toda idea, que toda inteligencia muera. Que toda acción que dura es un reino muerto. REMEMBER THEE † Acá los vasos están llenos de veneno. Al menos acá, en este país, la tierra se mueve, el asesino puede dormir y tener intacta su garganta. Dinamarca, lecho de muerte, de tu crimen salta pus.

El Especto fuerza la mano de Hamlet hasta un brasero para enseñarle a asustarse. “¡A trabajar! ¡Ahora tendremos ojos, ojos, un lindo par de ojos de niño!” La tenaza al rojo. Dejando dolor por donde pasa. Entre humo. Haciendo rechinar los dientes. Y ese largo delantal negro ¿de dónde lo sacó– “¡Que se quede con sus ojos para hacer penitencia en el mundo!” Ya no es aquel fantasma–

ESPECTROYOUR UNCLE POURS POISON IN THE SLEEPERS–

HAMLETAMIGOS NUNCA DIGAN QUE SABEN ALGO DE MÍ. JAMÁS– Tengo algo muy raro que hacer. No habrá serpiente que no matemos a patadas ni gusano que no pisemos. Me quedo solo con mis pequeñas palabras, sombras de crímenes, moscas blandas

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sobre mí. A partir de ahora el endeble Hamlet hará soliloquios para averiguar si está dispuesto o no a morir por lo que le pasa por la cabeza.

El camino en silencio no nos deja pensar. Por las piedras, vidrios rotos nos lastiman los pies. Horacio escribe en las paredes con tiza cruces blancas que marcan el camino.

Intermedio

ENTERRADORA ver. ¿Quién hizo tu casa desde antes que nacieras?¿Quién te acompaña para que la conozcas?¿Quién construye en lugares tan fríos,con tanto polvo, oscuros, y sin puerta?¿Y quién tiene la llave?

ACTO II

Escena 1

HAMLETAcabo de volver de una práctica de tiro. Fallé todos los disparos. Me es igual. Pero el tiroteo da miedo. Intenté explicar que estaba muy nervioso. Me dijeron que por más tartamudo que quede, tengo que disparar. Pusieron unos ingleses de cartón para que acuchille. Uno calza la bayoneta y se tira contra el títere. Hace de cuenta que pelea. Los destrocé. Todo esto no me gusta. ¿Quién va a leer nunca en ninguna parte estas palabras– Futilidad.

Escena 2

Duele de verle, las medias en los tobillos, como cepos. Qué susto da. Con su cara de cera, tan triste, y temblando. ¿Dije, en estos días, palabras que te trataran mal–

OFELIA¿Por qué estás solo? ¿Qué es lo que te ofende así? ¿Por qué bajás los ojos al suelo, y temblás? ¿Por qué tus mejillas se pusieron tan pálidas? Y tus ojos hundidos y, tu zapato desatado. ¿Por qué cediste mis derechos sobre vos al desvarío, a las vagas miradas, a la maldita melancolía?

HORACIOMelancolía, más bien bilis: humor negro.

Escena 3

”Muslos de pelo oscuro. La sangre chorrea de ellos. Carne en el aire. Como si un árbol sangrara. La noche vaga en nuestra carne, el acto puro. Tu inocencia debajo de mí. Cada dedo se muere. Tus dedos. Estoy tan rígido. Mi incontinencia. Podría morir entre tus medias estiradas. Escribiste mi nombre con el dedo. Me metería en tus ojos.”

POLONIOVoy a imitar a los romanos en su brevedad. Breve es el aliento que tengo. Tengo, dije, una hija que cumpliendo con su deber de hija me dio esto. ¿Qué dice? "Poner mi cabeza entre esas rodillaslampiña lamida por míOfelia sacude las piernasempujo tratando de meterme entre esacarneentre esa piel protuberante su yosu fina ropa interior pegada a la entrepierna

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toco el elástico agarra mi manopodría decir que se yergue porque ellaes delicadano esta cosa viva y resbalosachorreandoy mi punta desnuda señalando embotada. Esta máquina frenética del orgasmo. Hamlet." No entiendo que algo así pueda leerse. Está loco o intenta que lo estén los demás. Escribe esta basura. Loco, infeliz. HAMLET ESTÁ LOCO. LOCO, PORQUE PARA HABLAR DE LOCURA, ¿QUÉ SE PUEDE DECIR SINO QUE ESTÁ LOCO? DE ACÁ PARA ALLÁ HABLANDO SOLO. SE PREGUNTA Y CONTESTA. ¿QUIÉN HACE ESO? UN LOCO– Loco, y triste por eso.

Escena 4

HAMLETMi hijo. Mi hijo se ahogó hace once días cerca de casa. Muerto, tu nombre es Hamnet. Quisiera que tu vida todavía fuera tuya. Y que la mía fuera mía. Que llegara ese aliento que guardabas en tu hermosa arcilla. Ay, tus ojos gritan. Venís a poner lágrimas en tu padre. Volvé a la tumba para quejarte. Este mundo ya te olvidó. Cuando meto la cara en la bañera no te veo.

POLONIOIdo abajo. Ido. Completamente ido.

HAMLET¿De qué están hechas las sombras sino de hijos?

POLONIOAmén.

HAMLET¿Quién está ahí– Hijo, cómo la muerte te cambió la cara, tus cachetes marcados. Estás más viejo que tu padre. Una temprana muerte te convirtió en fantasma.

POLONIOSeñor, soy un viejo.

HAMLET¿Viniste a hacerme parecer viejo a mí también? ¿No sos mi hijo? Entonces, ¡un espíritu! El cuco vuelve del cajón de la noche a exigir venganza.

POLONIOSoy un viejo, no un fantasma.

HAMLETAhora te conozco. Sos mi imagen gemela. Tus ojos infectados, tus mejillas cansadas. El ceño arraigado en la frente, los labios que tiemblan y, los tristes murmullos comiendo tus palabras huecas. Siempre buscando carne alrededor de las palabras. Palabras y con ellas ninguna acción. Todo lo que no puede decirse en voz alta–

POLONIONo dice nada. ¿Y de qué tratan?

HAMLET¿Quiénes?

POLONIOLas palabras.

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HAMLETCalumnias. El escritor dice que algunos fueron enterrados vivos y se volvieron tierra. Que hoy se revuelven y buscan dónde sentarse entre el barro. Como los viejos rebuscando en su propia boca blanda su nueva dentadura. ¡Viejo tedioso y aburrido! Aunque un viejo es dos veces un niño; y yo también podría volver a serlo, si haciendo círculos se llegara hasta el centro de algo.

POLONIO¿Cómo haciendo círculos se puede llegar hasta el centro de algo?

HAMLETEso no puedo saberlo.

POLONIOY, ¿por qué lo decís entonces?

HAMLETPorque puedo decirlo y dejártelo pensar.

POLONIOPero si no quiere decir que no se puede volver a ser niño, no sé qué más puede querer decir.

HAMLETAlguna otra cosa.

POLONIODifícil como arrancar el mejillón de la roca. Si no quiere explicarse, yo no quiero entenderlo. • SI BUSCAN AL PRÍNCIPE, AHÍ LO TIENEN.

Escena 5

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNBuenos días, señor príncipe honrado.

HAMLETQué iguales son los niños Rosencrantz y Guildenstern. No hay dos personas en el mundo a quien quiera más. Estoy cambiado, ustedes no. ¿En qué teatro trabajan? ¿Teatro? La pregunta los impresiona. ¿Qué los trae a esta cárcel, donde cualquiera, que es nadie, juzga a ninguno, que podría ser cualquiera?

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNEs cierto, y nos amenazan. Bien, nos va. Bien. Castrados. Sin sentido. Locos equivocados. Nos remuerde la conciencia. Masticamos saliva. Tenemos miedo. El mundo es una prisión. Violar y matar es una ciencia. Flotamos sin dirección. Nuestra habitación da al mar, donde vemos hundir este patio de cárcel. Porque el mar también mata por matar. En fin, llegó el día en que la palabra muestra sus tripas; cosa que sucedería hoy mismo si no lloviera o si no hubiera hielo, ni hiciera frío pero hay lluvia, hielo, hace frío, y esta fábrica del mundo, esta ciega garita, sigue, sigue.

HAMLETDEJEN DE RETORCERSE LAS MANOS. Estoy muy triste, demasiado triste en verdad. Dejé mis ejercicios. Últimamente, y no sé por qué. Me quedo quieto: los insectos se ceban, me desgarran la carne, y no los siento. Me quedo quieto y, pienso, nunca más volvería. Un cuervo está posado a mi derecha y su mensaje es tan sutil. "Que todo se detenga". ¿No es absurdo que toda mi alegría en este mundo dependa sólo de mí? Entre el barro y la escoria; en compañía de animales y, sin embargo– ¡Qué pedazo de mierda es el hombre! Nuestra inteligencia débil, nuestra existencia corta. Qué expresivo, ofendiendo al que ama; olvidando antes la muerte del padre que– El sentirme mirado me amenaza; que crea entender algo me devora. Quieren saber

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por qué me pasa esto. Si de repente, la vida para. Un hombre muere. No es más aquella hoja en blanco. Entonces muere. Rápido. Podía pasar, y qué consuelo. Pasó. Nada es como era, como siempre. Tragar saliva: un padre empieza cuando muere. ¡Y estas chapas de metal, pobres orejas mías, cómo suenan! Me pregunto por qué las habrán puesto en el piso. Como si hubieran estado acá todo el tiempo. Subrayando la vida que nos quedaba por delante– Mañana será otro día. Otro plan. Es mejor ser temido que amado. No se puede ser temido y amado a la vez. Debemos alejarnos de la amistad como la nave se aleja del arrecife.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERN“No tener amigos”. Esas fueron sus propias palabras, las palabras que dijo. No tener amigos. Lo repitió dos veces. E insistió otra más. Y al decirlo nos miró interrogándonos, como si intentara decir "quiero que ustedes sean mis amigos y me libren de este terror". Somos tus amigos, Hamlet. Y te desmembraremos para que no sientas más terror.

Escena 6

HORACIOHabla como si fuera Hamlet. Habla de sí mismo como Hamlet, deja escapar suspiros. Es un hombre: formas en la cabeza.

Fortimbrás sentado junto al fantasma en una pieza helada. Hablando hasta quedar sin aliento. Congelado en sus mentiras. Escupiendo sangre en el piso. Dando siempre la vida.

FORTIMBRÁSQué puedo ser, más que la muerte de mi padre. Qué puedo ser aparte de eso. Qué puedo ser si no el infante heredero interminable, fijo. Ese alumno modelo. Yo, vergonzosa forma de formas, príncipe Fortimbrás de memoria. Cosa menor adherida a otras cosas menores. Mínimo accesorio, detalle, apéndice. Dando tumbos– Qué puedo hacer o decir para llegar, tan lejos, al lecho que te tiene. Allá donde la tiniebla te compensa.

HORACIO¡Otro! Si pudieras matar al que te indican. Nada más fácil si lo hubiera. Hablar con alguien sin sobretodos, sin cuchillos ni héroes. Fortimbrás, nuestro rey Hamlet dio muerte al tuyo y el tuyo, cerró los ojos. Está muerto y murió. No va a volver. No hay palabras nuevas.

Escena 7

HAMLETGracias gentil Rosencrantz & Guildenstern; gracias gentiles amigos. No quisiera estar loco pero, ¿quién podría sentirse orgulloso de su cerebro? Escapar, ¿a dónde? Cerca, es igual. Sólo dan golpes en la cabeza. ¿Correr?, si acá hay actores por todas partes.

POLONIOTrajimos unos cómicos, algunas melodías y algunas letras. Están ahí, deseando emplearse. ¿Qué comida les vamos a dar?

HAMLETEl que haga de rey será muy mirado. El loco va a terminar en paz. Y las interrupciones en los versos– ¿Qué actores son?

POLONIOUNOS NIÑOS DEMASIADO APLAUDIDOS POR LA MODA. SE BURLAN DEL TEATRO PERO, ¿QUIÉN LES PAGA? ¿QUÉ SUELDO LES DAN? CUANDO CREZCAN SERÁN TAN VULGARES COMO LOS DEMÁS.

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HAMLETActores. Lloran en público. Quizás porque nunca llegan a ser nadie, atrapados en los ojos del cliente.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERN¿Los vi actuar antes en Wittenberg? Debe gustarnos lo que los alemanes puedan hacer–

Escena 8

PRIMER ACTORA TU SERVICIO.

HAMLETBienvenidos a Elsinore. Adelante, no hagamos de este saludo una comedia. Digan algo pero, que nunca haya sido dicho en teatro. Una obra que no le guste a nadie. Veamos moverse algo que hasta ahora no se movía. ¿Sabés algo acerca de Pirro? ¿Quién fue Pirro, saben?

PRIMER ACTOR¿Pirro, señor? Un cuento como cualquier otro. Demasiado escuchado.

Pantomima incomprensible. Los graciosos tienen una colección de chistes. Mueven las manos, abren la boca, se ríen para que los sigan. El primer actor grita, rasga los oídos, estropea lo que dice. Los ciegos cazan la liebre.

PRIMER ACTORDía de calor, mirando una tragedia. Muchos tuvieron fiebre por el calor, y la tragedia. Desde entonces repitieron unos versos hasta que llegó el invierno que apagó las décimas. La locura que vino del drama decía: El rey Pirro –Pirro, ¿lo ven? encontró un perro que cuidaba el cadáver de un hombre. Llevaba días sin moverse. El rey Pirro lo tomó en adopción, y mandó sepultar al padre caído. Un día, mientras Pirro contemplaba la instrucción del ejército, el perro distinguió entre los soldados al asesino de su amo. Corrió y ladró, cubierto de rabia, preparando la venganza del muerto. Plutarco dice que fue así, y que pasó en su siglo.

POLONIOPreferiría escuchar un chirrido de rueda seca girando sobre mi cabeza y no me rechinarían tanto los dientes como por esta pedante poesía.

HAMLETLos géneros prosperan, se agotan. Acá vino el reflujo de todo. Esta guerra de audiencias, no de teatros. Éste y otros de su especie –por lo que sé de nuestra época,tomaron de su tiempo la manera banalhaciendo una oportuna mezcolanza frívola;mariposeando acá y allá con sus triviales,volátiles opiniones. Acá los golden boys, hace dos añoseran partidarios de la Iglesia,ahora son luteranos.Acá dijimos palabras, palabras, palabrasen mi contra. Para sucumbir despuésa las maquinaciones embanderadas del mundo.Acá levantamos las manospara señalarse premios o para suplicarlos.Hicimos cuanto pudieron, por nada por ¿el perro de Pirro?¿Les importa ese perro? ¿por qué llorar?Seguirán en el arte mientras puedan cantar– ¡Esperen! Estoy preñado. Tengo en mi cerebro un hijo por nacer. Un drama. Déjenme parir estos papeles, estos papeles

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donde escribí algo. La posibilidad de representarlos mañana. Esto que agrego a la obra para ser dicho cuando la obra deje de existir. Esta obra de cuatrocientos años que escribí hace apenas un mes. Es tan solo un momento, una escena. Se puede decir pero, no pasa nada. Quiero verla. Una vez. Pero que esa vez sea tal como digo. ¿Y si fuera necesario que se estudien la letra?

PRIMER ACTORSi no la cambian a cada rato, como el culo de un niño–

El rey sentado melancólico en su asiento, los ojos de hierro chupan el sueño, la guerra le crece en torno, los demás, las bestias perdidas de alrededor odian su boca, lo matarían por ella.

REYHay algo oculto. Alguna idea que cubre. Que lleva adentro. Que empolla inmóvil– Vamos, señores.

SEGUNDO ACTORSeñor, se nos ha ocurrido pedirle al Estado un funcionario para que ponga al día nuestros papeles. No debería negarse; si los políticos piden actores que los entretengan.

Escena 9

HAMLETAhora estoy solo. Y qué pequeño yo, vacilante permanezco. El hijo de la víctima. –Tener que actuar en medio de lo que se odia, porque se es cómico, ¿porque uno está obligado? El teatro, el Infierno. Un día, en plena actuación, en medio de la venganza, quisiera sentarme en ese falso trono. No prestarle atención al público, no prestar atención a nada. Sentarme ahí sin hacer nada, mirando a la platea. Mirarlos fijo, sin entender nada.

Escena 10

HAMLETTo be– no part of it. Si caigo en un agujero nadie va a preguntarse por mí. Tengo que volarme la cabeza antes que vengan a hacerlo. El cañón del revólver en la boca. Qué actor no querría tragarse el sudor de este tubo, y hasta lamer las calderas del segundo subsuelo de este teatro, para decir "To be or not to be". Con todo este dormir de muerte enrollado alrededor. ¿Quién puede soportar tanto, gemir tanto? Cancelar. Volarse hasta la yema de los dedos. Dejarse caer. Apretar acá para que todo se derrumbe y el mundo desaparezca. Las posibilidades derrotadas, la esperanza no realizada, las promesas traicionadas. Llevar una mochila tan pesada, ¿quién– Muerto acá, ahora. Muerto y ser nada, empezando por lo que pienso. No pensar; si todas las verdades mueren, se devoran los pasos. Se burlan al vernos, muertos acá, en el callejón de las ratas, donde los muertos pierden sus huesos. Ningún pensamiento vivo adentro.

Escena 11

OFELIAVení a vivir conmigo en el cementerio. Sacudí eso delante mío. Podrías excitarme primero. A vos te gusta: amor entre las lápidas. Romeo. Para sentirte vivo. Los extremos se tocan. Todavía estás goteando de mí. Goteaste de mí toda la noche.

HAMLETQuisiera ver algo en tu cara, Ofelia. Deberías tener algo. ¿No podías dejar esos labios en casa? Tan lindos. Pero a las moscas les gusta sentarse en ellos. Hermosa, como el pecado. ¿Puede el pecado ser tan hermoso como tus labios? Pegados como moscas. Te miro a los ojos y, veo detrás tuyo otros ojos que miran. No te puedo ver

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Ofelia. No escucho tu voz. Por ese ruido de pasos que reconozco detrás tuyo. ¿Hablabas? De tu boca salen palabras pero, ¿de dónde vienen? Quiero abrazarte sin embargo, ¿qué encontraré escondido ahí atrás?

OFELIANo entiendo.

HAMLETQue me entiendas no es lo que más quiero.

OFELIAQuiero explicar–

HAMLET¡Mañana veremos todo más claro! ¿Para qué hablamos hoy?

ENTERRADOR Conozco una vieja historia: En la noche de bodas, antes de acostarse la novia se desnuda. Saca su ojo tallado en vidrio; saca sus dientes de marfil y los guarda; se lava de la cara la pintura con que se embadurnó; mientras el novio espera en la otra habitación y con el pensamiento la hace bella. El pensamiento, el fantasma.

HAMLETHermosa. Cosa sin lealtad. Desprovista de ingenio. Hueca de mérito. Donde no cabe más sentido ni entendimiento que los que se encuentran en una estatua o, en una imagen pintada en la pared. ¿Cuántos venenos tienen asilo en un cerebro de monstruo así? Y todo por esos ojos, por esas mejillas, por ese talle. Esa blancura, ese color, esa lengua, ese diente, ese labio, ese pelo, ese vestido, ese zapatito, esa chinela, esa risita, esa repugnancia, ese olor, esa tumba, esa letrina, esa carroña. Esa mentira con aspecto de sombra, de fantasma, de sueño, de encantamiento, de belleza. Tu belleza, tu carga, tu almacén, tu depósito. Mercado de tantas inmundicias como haya podido producir tu madrastra naturaleza para compensar el hedor, el arrepentimiento, el dolor de cabeza. La debilidad, la tristeza. Esa belleza sin la cual te verías tan vanamente venida al mundo; más vana que aquel hongo venenoso que ocupa la tierra alimentándose de las mejores plantas.

OFELIADejame borrar con un beso las promesas que nos unían–

HAMLETNo es hora de jugar a las muñecas, ni de hacer gestos con la boca. Vamos a tener la nariz sangrada, la cabeza en un palo. Tu padre tiene razón. En el fondo.

OFELIAComo no me querés, yo no voy a querer tampoco a Ofelia.

HAMLETTe quiero tanto, que inmediatamente quisiera enviar tu alma al cielo. No vayas al carnicero, vas a ver el amor destrozado. El rey va a sacar un decreto para que tu padre no vuelva a tener hijas. SE ACABARON LOS CASAMIENTOS. LOS QUE ESTABAN CASADOS VIVIRÁN, TODOS MENOS UNO. EL RESTO QUEDARÁ COMO HASTA AHORA.

Escena 12

OFELIANoble inteligencia perdida. Soldado y erudito. El ojo, la lengua, la espada. Esperanza de este país. Modelo de las formas y de las modas. ¡No tenía piernas el que no seguía tu paso! Ni tu tartamudeo de palabras. Libro y manuscrito de otros. Blanco de las miradas. Milagro de hombre. Haber visto lo que vi y tener que ver esto ahora.

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Cortada la rama que crecía derecha. Quemado el tronco que alguna vez fue árbol. Pero los hombres no son plantas ni suelo ni aves. Cada rama de hojas habla un lenguaje que ellos no entienden, y viven solos. Perdido, completamente perdido. Dulce campana desafinada ay, pobre de mí. ¡Vete a un convento!

Intermedio

ENTERRADORVETE A UN CONVENTO. Y tratá de volver. Tratá de volver acá. O donde sea. Vete, alcahueta. Mentirosa, vete. Pero volvé otra vez a todo esto. ¿Y si volvieras? Merecerías encontrarte con este tugurio muerto. Hermana de alguien, no mires. No vuelvas acá. ¿Quién hizo tu casa desde antes que nacieras? ¿Quién te acompaña para que la conozcas? ¿Quién construye en lugares tan fríos, con tanto polvo, oscuros, y sin puerta? ¿Y quién tiene la llave?

ACTO III

Escena 1

Charenton. Espíritus que son vehículo de la parte podrida de nuestra sangre negra. Caricatura enflaquecida, grandes huesos con poca médula. Heroicos –fácilmente se volverían locos. Terca síntesis de la época.

HORACIOEl falso fuego de las mejillas, el trueno forzado de los suspiros, y los ademanes prestados, ¿de quién? Acá vienen los asnos, la comedia, la extraña mímica de la vida hecha por los vivos.

HAMLETTienen instrucciones para actuar esta noche. Las palabras deben decirse frías; tienen que caer, sin aire, sin terminaciones. Los que van a morir saben, los soldados saben. Un disparo, una piedra. Para abrirse paso, las palabras tienen que caer. Hay que empezar. Muestren lo que saben– Horacio. ¿Cómo estás?

HORACIODeformándome, señor.

HAMLETEs general. Horacio, te suplico que hagas guardia conmigo. Esta noche, vamos a reponer una pieza. Quiero que veas a mi tío. Vamos a darle algo. El rey va a verla. Y cuando llegue la escena, una escena muy parecida al Hamlet. Es para recordarle algo. A lo mejor ese algo aparece. Quién sabe. ¿No soy claro? Perfecto. Oscuridad es lo que hace falta. Estoy enfermo. Tengo que hacerme el loco. –Horacio, ¿vas a creer en todo lo que veo?

HORACIONo sabría distinguirlo. Para el caballo ciego es lo mismo un movimiento de cabeza que una guiñada.

HAMLET¡Que ladre el perro! Clavémosle los ojos en la cara. Vamos a atrapar a la rata más grande del Estado. Busquemos buenos asientos.

Escena 2

En el tablado auxiliar el grupo Ofelia – Rosencrantz & Guildenstern – Polonio – reina – rey habla del veneno. Tañe a coro una discusión sumamente instructiva: ¿Shakespeare? Lo conozco de nombre. Es el que escribe parecido a Byron. No creo que conozcas a Byron. No, no es el Hamlet de Shakespeare. Hamlet estaba

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terminado cuando Shakespeare escribió la última palabra. Aburrido, rancio, desabrido.

HAMLETPolonio, ¿ya te pusiste la barba?

POLONIOLa mitad. La otra es verídica.

OFELIAMi infancia se sienta a su lado. Demasiado lejos para que apoye en él mi mano. La mía lejos, la suya guardada en secreto. Como nuestros ojos. Secretos, silenciosos. Le pediría que apoye su cabeza en mis piernas. Cantarle, lo que quiera. Acariciar su tontera–

HAMLET¿Qué pensabas?

OFELIANo pienso nada.

HAMLETEse es un bello pensamiento.

OFELIA¿Cuál?

HAMLETNinguno.

Escena 3

Ordenan tocar al monstruo. Serenata. Dedos rápidos. Saltos de un lado a otro. Música mala.

PRÓLOGOVamos a inundar el escenario.Dejar en las orejasuna palabra que enrede a cualquiera.Para confundir al culpablenunca es bastante la comedia.

Horacio, su mano sobre el flaco hombro, sujeta al Prólogo, el Prólogo sonríe y aumenta la tristeza. Leal al miedo. Ignorante de lo que se diga. "Dicen que mi mente no rige bien, pero puedo leer una cara". Horacio no deja de agarrarlo.

HORACIOEl que hace de Prólogo es idiota; todos piensan que es idiota, es lo que todos quieren pensar. Pero él todas las deja pasar, como pasa una niebla. Si lo imitan, sacude la cabeza. No se enoja por lo que dicen de él. Cuando la gente ríe, él se ríe también. No se lo puede insultar a este idiota. Pero cuando tiene que actuar, no es idiota. Nunca pierde el aplomo. Habla en tercera persona, y usa la primera persona sólo para recitar; y no se las confunde. Este idiota puede ser otra cosa además de ser él mismo; y recordarle a fin de mes al Príncipe "Señor, hoy es mi día de paga. Se lo digo ahora, en que no hablo por mí, sino en mi calidad de Prólogo".

ADVERTENCIA:PRÍNCIPE CLEMENTE, QUERRÁS SABERQUE MUCHO ENTIENDO, SIN TENER SENTIDO, NI SABER;QUE SOY FACCIOSO, Y A TU LEY ME SOMETO. QUIERO DECIR,

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AL TERROR QUE HAY EN TU PALABRA.MI ARTE ES VENCER, LO DEMÁS ES SILENCIO.

POLONIOQué bien recitado, qué acento tan preciso, cuánta inteligencia. Una vez también fui actor, hice de César.

HAMLETTodas las cloacas conducen a Roma, la tan imperativa, imperiosa.

Escena 4

ACTOR REINA (BAUTISTA)Un día se olvida, se destruye, mueren todos nuestros planes. Destino y deseo se vuelven tan distintos. Qué queda entonces sino, pagar lo que quedamos debiendo de nuestras promesas. Nos deseamos el uno al otro, ¡que nunca la desgracia! Dulces sueños. Nos juramos que nada, salvo la muerte... Después, perdimos ese libro. ¿Cómo decía? "Adiós, adiós... Recuérdame siempre".

ACTOR REY (GONZAGO)No digas eso, no digas "ya no quiero tu aliento en mí". No llores. No va a faltarte un compañero.

ACTOR REINA (BAUTISTA)La música que nos gustabase volvió pesada.La naturaleza manda: debemos partirnos,y que al partirnos, cada uno de nosotrosquede solo.

POLONIOLa obra es más bella que buena.

HORACIOSobre el escenario se representa la pieza. Un actor llamado Actor - rey hace de Rey. En un extremo del escenario está también el actor que hace de Rey, haciendo el papel de espectador de la pieza dentro de la pieza. Hay también un actor que hace de Príncipe, que hace de espectador de ambos actores que hacen de Rey. Entre ellos, otros. Y finalmente la platea, donde los espectadores miran a esos otros espectadores que son los actores. ¿Dónde termina? ¿Es que hay un acto cualquiera, que no sea actuación?

ACTOR REINA (BAUTISTA)El amor me robó el corazón y me lo endureció;como una maza pesada que muele los huesos.El amor es una oveja:si se la quiere ocultar,bala más fuerte.Cuando la serpiente no esconda su engaño,entonces yo olvidaré este amor.Pero basta, basta de amor, traición. Penas de toda clase me aprietan la garganta. No hay nada que decir. Es el juego de otros ser felices.

HAMLET¿Quién iba a sospechar que el tío le daba latigazos a la madre debajo de la mesa? Y que en los baños turcos se mostraban orificios.

OFELIASos perfecto para hacer de Coro.

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HAMLETPodría representar a Amor comentando lo que hacés con tu amante, si los viera de cerca.

OFELIASólo llamás a las cosas con nombres groseros pero estás demasiado contento para entender su significado.

ACTOR REY (GONZAGO)Ahora, con el sueño, voy a mentirle al aburrimiento que me cubre. Voy a engañar al día con una siesta.

REY¿Y de qué trata esta obra maestra?

HAMLETDe nada. La representación de una muerte. Pero, ¿en cuántos actos? No tengo copia a mano. No es algo que haya escrito ni cuestión de argumento, no tiene significado pero aunque parezca locura tiene su cosa razonable, así que puede verse. No sirven las palabras para explicarlo. La historia es verdadera, qué importa. Hay muertos perseguidos por sombras, envenenados, hechos matar mientras dormían; todos asesinados. Veneno en broma. ¿Cómo se llama? La Ratonera. ¿Por qué? Una metáfora. "Éste es un tal Luciano, sobrino del rey."

REY“El sobrino del rey”. Comprendí qué era esto. Qué es lo que busca el Príncipe, lo que estuvo buscando hasta ahora. Comprendí todo claramente; como esas cosas que se aprenden para siempre, de niño, y que no sirven después las palabras para explicar. ¿Amor? Nada de eso. Hamlet hace que actúa. Amable, cuando lo tratan bien. Una lágrima para la tristeza. Hay que tenerlo bajo vigilancia. Darle campo, hasta que se consuma.

Actor – rey: Una vez fui tu amante. Me inclinaba para besarte la cara. Este cuello que tenés ahora en la mano fue mi pierna, que se enrollaba en tu cuello. ¿Te acordás de mí, de tu Gonzago?

HAMLET¡VAMOS, ASESINO! PESTE, BASTA DE HACER MUECAS. EL CUERVO GRITA VENGANZA. ¡LO ENVENENA EN EL JARDÍN POR SU SOBERANÍA! El aroma del yodo se mezcla con su olor a vejez. El veneno rebalsa. Plomo vaciado en boca del hereje. Coagulación, hermana de la lepra. Gangrena. Muerte horrible y segura. Gritos de rey. Músculos sacudidos. El líquido corre por el cerebro y se pierde en la oscuridad.

El Actor – rey hace que muere señalando al actor que hace de rey. Hamlet juega al fantasma.

HAMLET“Mañana voy a pasar caminando sobre tu alma. Pensá en mí mañana. Cómo me envenenaste. Cuando era rey y me atravesabas los tímpanos con tu lengua. Mañana voy a pasar caminando sobre tu alma. Pensá en mí”–

REYLa obra nos gusta. Es tema de poetas. Es necesaria. Es muy importante lo que están haciendo. Van a darla meses más tarde por TV. Es valiosa. Siempre es mejor que nada. Muestra que todavía hay salvación. Es arte. Da trabajo a muchos actores. Es inquietante. Está registrada en la sociedad de autores. Sigue la larga tradición de este teatro. Es contemporánea. Funciona. Me deja sin palabras. Es algo que debería hacer reflexionar a los que hoy piensan en el país. No está a la altura de la versión de Alfredo Alcón. Gracias por el espectáculo. Los caprichos de Hamlet nos gustan muchísimo. Pueden irse.

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Escena 5

HAMLETEste rey murió hace tiempo; su reino, muerto. Pero algún funcionario nos toma en broma; no nos daremos por aludidos, para no ofenderlo. El mal reina enganchado al queso de esta ratonera donde los gusanos comen sin caer en la trampa.

HORACIOSeguimos sacándonos conejos del cerebro. Conejos que invariablemente cagan en escena. No hay que ser un genio para darse cuenta que estamos perdidos. Basta mirarnos. Vestidos con lo que quedó de viejas producciones; bien adornados. Celebrando en los salones donde fueron sepultados nuestros colegas. ¿Qué es ahora lo viejo? Ustedes mismos serían tan viejos como nosotros, repitiendo lo ya recitado, lamentando que nuestras obras no aparezcan, habiendo llegado al barrio de la venta de incienso y olores, donde se tira el anzuelo de preguntas reales, con bigotes pintados de corcho quemado. ¿Real? Realmente no estamos en la realidad. Nuestras conversaciones reptan, por el suelo. El público se divierte. La caca de conejo inunda el escenario.

HAMLETQué inútiles esfuerzos, numerosos estudios y sudores, cerebros exprimidos de los comentadores, parafrasistas, compendiadores, autores de cuestiones donde sientan sus bases y fijan fundamentos, doctores profundos, sabelotodos, altisonantes profesores, alimentándose del pan ajeno, amantes de novedades, sutiles especuladores. La diversidad de poéticas no es menos que la de los estómagos. Pero, grandes simios, héroes de solapas, los mejores, no quiero creerles, no soy ciego ni sordo, ni juez, ni voy a preguntarles de dónde salieron. No se tomen más el trabajo de venir a visitarme, para insinuar que mi filosofía es peligrosa.

MÁS . LE . VALÍA . UN . MAL . EPITAFIO . QUE . NUESTROS . MALICIOSOS . EPÍTETOS . EN . VIDA

Se adelanta alegre y fumando Horacio hacia el saludo de la platea: Intervalo.

El espectáculo es interrumpido con la apariencia de una brusquedad inesperada. Los espectadores se muestran sorprendidos por esta molesta vieja novedad y se preguntan si es algo para aplaudir o no.

No sé si entendieron el chiste que hice antes. “No puede engendrar más”. ¿Se entiende la gracia? Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. “Lo que no te mata te hace fuerte”. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Cada quien cuida su piel. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Contra los reyes de la época no nos animamos a decir una palabra. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Lo que nosotros no decimos, ustedes lo piensan. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Vendimos a Julio César al senado. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. En un balde ahogamos dos gatitos. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. En lugar de vengarnos lo tomamos con calma. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Una vez quemamos a Roma y a los romanos. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. De esta manera envenenamos. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Prometimos tanto que no cumplimos. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Dijimos tanto que mentimos. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Odiamos tanto este lugar que acá terminamos. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Tanto nos reímos que ya no tenemos de qué– Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Si fuéramos idiotas de veras deberían perdonarnos. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Por lo menos tendríamos una excusa. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Dinamarca es una prisión. El asesino compró su platea. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Somos tan

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vulgares que nos aplauden. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Tanto renombre nos dio talento. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Pongamos el teatro en su lugar– no sean de nuestro gremio. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. Estamos en la comedia de los errores. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche. No vamos a darles otras razones. Ustedes son el mejor público que tuvimos esta noche.

Escena 6

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNDEBERÍAS PONER EN ORDEN TUS PALABRAS. ¿No podés usar otro lenguaje que todos entendamos? Dale algún sentido–

HAMLETMe van a volver loco de veras. No te corrompas, corazón relleno. Jamás. Mis palabras les parecen oscuras. Oscuridad en orejas de flauta. Ojos de ostra. Indulten mis palabras. Digamos mejor: nuestras orejas, nuestros crímenes. Porque si el tiempo reuniera nuestra materia después de muertos, volviera a ordenarla y de nuevo nos fuera dada la luz de la vida, en ese mismo orden encontrarían mis palabras: no marchando, no yendo ni llevándonos a ninguna parte. ¡Qué raro sonido! ¿Escuchan? Si saben de algo que suene así, tóquenlo. Vi que traen pistola; déjenme verla. Aunque quieran significar con la sonrisa otra cosa. ¿Por qué se rieron cuando les pedí que me la dejaran ver? Entreguen.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNEstá cargada. Si te matás, después no vengas llorando.

HAMLETLes prometo que no voy a volver. ¿Alguna vez odiaron tanto a una persona, que al dispararle por la espalda sintieran placer en vez de asco? Pero entonces serían asesinos. Odiar a alguien, esperar el momento de volarle la cabeza. Puntos suspensivos. Pero, para matarlo bien hay que matarlo y perdonarlo si no, no estaría muerto porque siempre estaríamos pensando en él. Terminaría dominándonos. La única manera de sacárnoslo de encima sería perdonarlo pero, ustedes no pueden. Ésa es la cuestión. ¿Qué hacer? ¿Perdonar al que no pueden perdonar; matar, no más? Alégrense que yo tenga la pistola y no ustedes. Mi mano está muy cargada. No se puede vivir y matar, sólo matar; una cosa a la vez. Aunque gobernando este gatillo con el índice sería tan elocuente. Amigos, saben manosearme, pero no me saben tocar. DÉJENME, AMIGOS.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNTratamos de hablarte. Deberías escuchar cuando te hablan, mirar cuando te miran, prestar atención. Los animales prestan atención. Eso los mantiene vivos.

HAMLETLos perros lamen la mano del que los alimenta.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNAntes nos querías.

HAMLETY todavía. Con estos ganchos y garfios.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNDeberíamos hablar en serio.

HAMLET¿Por qué? Lo que está en juego precisamente es el sentido del humor.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERN

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Vos te cerrás las puertas. El rey tampoco está contento–

HAMLETLo siento profundamente. ¿Les queda algún otro negocio conmigo?

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNTu madre te quiere ver en su pieza antes de que te acuestes.

HAMLETAunque sea mi madre. Vamos a verla. Entre nosotros: ¿por qué me siguen a todas partes? Como para que caiga en aquella trampa.

Escena 7

REYMI CULPA ESTÁ PODRIDA. Este Cristo me pone triste. Me dio un pueblo de ovejas. ¿Qué sangre voy a beber para tu rito? Esta tierra es barro. Todo cactus. Cristo, me río de tu tristeza. Podría atraparte con un grasoso gusano. Junto a tus retorcidas rodillas, agarrotadas en el aire, el Rey Herodes grita venganza. Un rey de idiotas mudos, y de niños. Cristo, ¡qué inmóvil ves mis pensamientos mientras vas acumulándolos en mi contra! Pero hasta entonces, oh dulce Cristo, no hablemos. Envenené, vencí. El castigo me ladra en los talones como un grano de arena en el zapato. Eso puede deshacer a un hombre. Éste es el hueco, la cima, donde el éxito corona nuestros actos. Tengo en la frente la corona, y no hay crimen. Cristo, espina por espina tenemos en común esta corona. Este pozo vacío que lleva otro pozo debajo. Mis lágrimas no mienten. ¿Qué plegaria podría servirnos? Donde el mundo sea una oveja, yo bailaré al compás de tu melancolía. Yo, sin amigos, una nada en contra del mundo. Con la esperanza de no ser visto, me hago el escondido en la oscuridad. Sabio como el niño que se tapa los ojos con las manos.

Escena 8

HAMLETLas ideas están secas, el asesino lavó sus manos ahí. No hay lugar para fe. Montón de tripas con sesos de barro; lo bien que te colgarían los intestinos como pollera. Golpearte en la luz desnuda. Tirarte abajo, con la cabeza en sangre. La luz desnuda, como tu cara. Sangrando. Empujarte desde un quinto piso. Tu cara aullando contra el cielo. Cayendo. Seguramente habría podido, seguramente matarlo. Si justo a tiempo, justo a tiempo no hubiese despertado. Despertado para darme, para darme tres monedas. Tres monedas que tomé y llevé conmigo. Llevé conmigo como propina. Pensando voy a buscar, voy a buscar un momento más horrible. De cortarle el cuello. Si no esta vez, será otra, de la mejor manera. Ésa es la cuestión. Mi madre espera.

HORACIOTres dineros, autores de más muertes que aquella pobre pócima que despachaban en cualquier oreja– ¡Miente, miente, como la serpiente!

Escena 9

POLONIOMe hiere el alma la obra que acabo de ver. Hay, lo siento en las palabras, alguna picadura en la carne, llevando al loco Hamlet hacia– ay, “el sobrino del rey” lo escuché claramente: quiere matar al rey mientras duerme. Pero aquellos que mueren mientras duermen no saben del por qué de su muerte. Voy a acostarme debajo de la cama del rey para avisarle cuando le llegue su vida futura.

Escena 10

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Ahí se entretienen; ya conocen el cuento, la reina yace: convidó al príncipe a la cama después de haberlo visto actuar en la comedia. Polonio escucha por casualidad, sin mucho ruido para nada.

HAMLETMADRE, MADRE, MADRE–

Una mujer Gertrudis, que pasa por ser la madre.

REINATu padre acaba de irse.

HAMLET¿Quién lo llevaba?

Hamlet con sus dedos todavía no rojos, aún. “Ofendiste mucho a tu padre”. “A mi padre ofendiste mucho”. Mi madre y yo nos parecemos. Lágrimas por cualquier cosa. Recién posada en el borde de la cama. Hermosa como para ser mi madre, tan cerca, como si estuviera pensando en mí.

REINATu padre murió.

La puerta cerrada. Lo estaba entonces.

HAMLETY mi tío no puede meterse.

REINANo olvides que sos hijo de tu madre.

HAMLETSos mi madre aunque hacés cosas que mi madre no haría. Si no tuvieras esos labios tan fríos, los escucho agrietarse. ¿Cómo podríamos explicar esos labios de rosa que se vuelven más blancos que la nieve cuando te levantás de hacer la siesta? No sé qué pasa en verdad pero, ¿será cierto eso que dicen–

REINARespetá criatura este pecho sobre el cual tantas veces dormido chupabas con tus labios el cuajo comestible.

HAMLETVos no sabés nada sobre mí fuera de mi crianza que es donde entramos ahora. Dejame que te retuerza el pecho. Qué desgraciada, mala suerte la tuya, con las piernas separadas y el culo abierto entrándote rábanos y berenjenas.

REINA“Me hacés volver los ojos”. ¿Qué es esto, Hamlet?

HAMLET¿Y qué es eso? Mi parte más enferma.

REINA¿Qué decís?

HAMLET¿Qué digo?

REINAMe quema.

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HAMLETAbierta y fría, esta habitación–

REINAParece que ahora la llenamos nosotros.

HAMLETUna habitación vacía es cosa peligrosa.

POLONIO¡Hablen fuerte!

HAMLET¿QUÉ ES ESO? ¡UNA RATA! ¿UNA RATA? ¡MUERTA!

REINA¿Qué hiciste? ¿Cómo está tu zapato todo rojo de sangre?

HAMLETEs que acabo de matar a cuchilladas a mi padre.

POLONIOOh, me han matado. La vejez no tiene placeres. Duermo sano por fin.

HAMLETAh. Hola, abuelo. –La valija más triste, pero alguien tiene que hacerla. ¿Quién va a poner las demás cosas en su lugar? El charlatán que fuiste es ahora un consejero más secreto, más grave y silencioso. Se lo ve tanto más reposado. Terminemos de una vez.

REINA¿Qué hiciste?

HAMLETNo tanto mal. Hay que tener cuidado con lo que se busca de joven. Uno puede encontrárselo de viejo, como premio.

Escena 11

HORACIOLa sombra ahora, el viento entre las piedras de este palacio o de lo que ustedes quieran creer, el ula ula del mar, esa voz que sólo escuchan los hijos.

HAMLETMi padre con el traje que usaba cuando vivía sostiene mi propia urna. Ahora mismo estoy siendo lijado, laminado, lustrado. NO OLVIDES: es mía la voz que sale del alma muerta, puedo hacer con él lo que se me dé la gana. Mientras los ataúdes a mi alrededor, las ideas, cajas de momias, palabras embalsamadas–

REINAHamlet, tu oreja está goteando.

HAMLETEs mi padre que dice que me entierre en su barro. Soy el espectro de mi padre, él, él no habla a nadie: nadie me habla. Pero, adiós; el gusano de la luz ya se apaga.

El espectro sale furioso por tener que irse.

25

REINAHijo, siempre en las nubes.

HAMLETTodavía me esperan. ¿Cómo estás, madre?

REINA¿Cómo estás vos, que ponés los ojos en el vacío? COMO UN SOLDADO SORPRENDIDO DEL SUEÑO POR EL TOQUE DE ALARMA.

HAMLETComo un soldado– me mandan a Inglaterra, ¿sabías? Ya tengo destino. Mis huesos tiemblan, escucho la trompeta balando en mi matadero. Madre, buenas noches. ¿No te gustaría que mi padre estuviera vivo?

Escena 12

REINACómo puede el mismo surco que sembraba el padre– maldito. Es el único nombre que puedo darle. No miremos, no nos tomemos ese trabajo, no preguntemos. No voy a llamarlo de otra manera. Maldito. Ojalá nunca supiéramos quiénes somos. Y este tapiz está tan roto que ya no podemos pensar en remendarlo.

Escena 13

REYEl miedo anda suelto. Quiero encadenar ese temor. Vamos a ponerle nuevos escarpines. Lo embarcaremos en un viaje de urgencia. ¡No le van a alcanzar las piernas para llegar a la calle!

Escena 15

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERN¿Dónde está el muerto?

HAMLETPor el lado de la capilla. Jugando a la escondida. Hay más cosas– mucho para ver y escuchar y sentir todavía, más allá. Los gusanos duermen en camitas cerca de la piel. Se dan la vida.

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNNo te entiendo.

HAMLET¡Entonces todavía nos queda algo! Ustedes sí que saben hacerse lugar. El rey hámster los guarda como nueces, en la comisura de la boca. Pero cuidado, al primero que quiere es al último en masticar: pregúntenle a alguno de sus amigos.

Escena 16

REY¿Qué hiciste con Polonio?

HAMLETMe lo metí en el culo. No estaba tan lleno de mierda como vos. Padre, está en el cielo, lleno de gusanos.

El enterrador, judío errante, empuja un cochecito de niño con Polonio muerto adentro. Polonio va vaciándose, con la muerte en el alma. Adónde lo llevan, sólo Dios–.

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POLONIONo me reconocerán parientes, nadie. Sólo este hueco donde duermo, sin cambiar de posición, hasta que me descubran.

HAMLETEl cuerpo de los viejos no resiste el menor achaque. Como el sentido de una muchacha.

REY¿A dónde vas a parar con todo esto?

HAMLETA Inglaterra, la cicatriz mal cerrada. Padre, ¿decías?

REYHamlet, este hecho exige que te vayas urgente de casa. Un barco está listo para llevarte a Inglaterra. Vas a encontrar una oveja atada. Vas a desatarla y traerla. Y si alguien te pregunta, vas a decir "mi padre la necesita". Y te harán volver. Ése es tu mandado. ¿Te vas a acordar?

HAMLETTu voluntad se haga, madre.

REYTu querido padre.

HAMLETMadre. Todavía veo la cara de mi padre debajo de tus uñas. Vamos, a Inglaterra.

Escena 17

HORACIOADMIRABLE, TAN ADORABLEHAMLET, ¡VIVIR CON ÉL,QUÉ ABURRIDO,SIEMPRE GRUÑENDO Y LLORANDO,TAN RECATADO Y MEZQUINO,SUS PARLAMENTOS MAGNÍFICOS,ENUMERANDO LOS ERRORES QUE OTROSHAN COMETIDO! ADORABLE,COMO LAS EMANACIONES DE BREA.

Intermedio

Se llevan a los cómicos. La pared les pone una venda. ¿Por qué van a morir? ¿Qué importa? Nada para ellos está perdido.

PRIMER ACTORParado contra la pared, quieto contra la pared. En cuanto esto pase, no va a quedar nada para decir. El cuerpo me pesa; la espalda toca la pared. Tantos pensamientos al mismo tiempo y, ninguno que sirva. Todo lo que pienso choca contra la pared. No me puedo mover; los dedos de los pies agarrotados. Ni siquiera lo bastante enojado. En la pared toco los orificios dejados por las balas, logro meter el dedo en un agujero, me imagino es el rey.

ENTERRADORA ver. ¿Quién hizo tu casa desde antes que nacieras?¿Quién te acompaña para que la conozcas?¿Quién construye en lugares tan fríos,

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con tanto polvo, oscuros, y sin puerta?¿Y quién tiene la llave?

Canción lejana, en falsete, de niños aprendices de papeles de mujer que quieren cantar.

Degüella, degüella,degüella sin piedad.Degüella, degüella,y arroja sus cabezas.

ACTO IV

Escena 1

HAMLETNecesito uniforme para verme igual que ellos. El mundo está fuera de quicio; que alguien como yo deba llevar su propia carne podrida a la rastra. Arre, arre, vamos caminando. Mucho cuidado muchacho – o. Arre, arre, vamos marchando, a caballito de mi padre Daddy – o. A revisar el mar, en carrozas; a reclamar provecho, a correr, a tumbar la cosecha, a hacer máquinas. BARRO. Sangre para tu bronce negro. Hasta que yo, mecanismo atontado, me vuelva tuerca estropeada y suelta. BARRO. Nuestro desafío termina en el agua, en el hundimiento, melancolía y muerte. BARRO, que el día explota. Algunos ya están dando su sangre. Soldados, artificieros, parapetos, pertrechos móviles. Hombres de pie pero enterrados. Guardias, buenos ciudadanos, traficantes de puestos de la muerte. BARRO para nuestras cabezas, huecas hasta la cáscara; BARRO para la marea del muelle de Campo de los Gansos; BARRO para las ratas; BARRO para el blindado barco de pescadores Diesel, que por un mes no verá todavía el temblor que me lleva. Vamos. Dejamos el país para recuperar el país.

Escena 2

HORACIO¿Que quiénes son? Las fuerzas de Noruega.

HAMLET¿Y contra quién pelean?

HORACIONo lo saben; sólo el enemigo sabe que es el enemigo, señor

HAMLETÉse, ¿quién es?

FORTIMBRÁSEn tus oídos murmuren mi espantoso nombre, venganza.

HORACIOFortimbrás.

HAMLETEl hijo de Noruega cruza la noche sacudiendo sus armas. Sale del mar y corre por la playa. Me hace sentir tan solo. Viene a dar la revancha. Va cantando en la costa, en armaduras riendas y látigos. El más violento autor. Una figura imperiosa, un Fortimbrás ante el cual nosotros, los actores sin padre, la Casa Usher, nosotros con algo podrido en nuestro interior, debemos doblar la cabeza. Conquista. Me hace envidiarlo; tema de conversaciones, planta mejor cultivada, favorito, fraguado en hierro, el orgullo de todos. Mientras yo– Si pudiera demostrar que una bruja

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nocturna cambió nuestros nombres y ropas mientras dormíamos– ¿Cómo puedo competir con aquel jinete? ¿Qué lo mueve?

HORACIOViene a ajustar la frontera, señor.

FORTIMBRÁSDesde que mi padre es huesos,mis manos son su casco mortuorio,mi cara tiene las líneas de su cara,mis pies tienen la agilidad de su tristeza.Desde que mi padre lleva, toda estas fisuras;mi destino es atravesar la tierraa su mirada.

Escena 3

HAMLETQuedarme inmóvil–YO, QUE A CAUSA DE LA MUERTE DE MI PADRE,TENGO AGITADAS LA RAZÓN Y LA SANGRE,Y NO HAGO NADA. CUANDO, ¡VERGÜENZA!, VEO VENIRLA MUERTE DE SETECIENTOS HOMBRESQUE, POR UN JUEGO DE GLORIA, CAMINANA SUS TUMBAS, COMO SI FUERAN CAMAS.POR UN PEDAZO DE TIERRA QUENO VA A ALCANZAR PARA ENTERRARLOS.Ni siquiera un osario.¿Cómo quedo yo, entonces? Dejodormir todo. ¿Qué papel estoy haciendo? ¿Por qué nuestro ejército no se mueve? Desgraciado, feliz Horacio, cuando me veas caer, tapame con tu cuerpo, o con algo, que no me queda más– Quisiera que ya fuera la hora de ir a la cama. Que todo estuviera bien.

HORACIOHamlet. Tu nombre es un fósil, un árbol petrificado. Tu nombre significa menos que nada. Menos todavía. Nunca lo escuché susurrado por mi padre. Ni lo vi garabateado en la pared en la parte de atrás de la plaza donde juegan los niños. Tu nombre. Nada. Nada en el barrio que lleva el nombre del patriota inglés que murió recitando un chapuceado verso de Shakespeare.

FORTIMBRÁSSaluden al rey de mi parte. Y si quiere conversar conmigo, que me encuentre.

Alguien va a caminar por la orilla de este mar de moco, y la orilla va a estar cubierta por nuestras caras. Creo que soy un hombre. El pasto crece como pelo. Los cráneos riegan el suelo. Tienen razones para estar pálidos. Mierda fértil en héroes. Quiero irme entre la gente. Olvidarme en medio de las ráfagas. Donde nadie me encuentre, sin amigos. Esperando mientras todo se viene. En una palma cargaré mis gusanos. Con el arma en la cintura para espantar las moscas y, la boca cortada. ¿Y mis amigos, los que estaban tan cerca– Las olas ahogan todo lo que ven. Ejecutan el trabajo sin pena. Quién iba a decir que el ángel de la Historia traería un revólver en la mano.

Escena 4

”Puse una vela en la ventana que mira hacia tus islas. ¿No me vas a venir a buscar? ¿No vas a llevarme en tu bote al centro del lago?”

REINA

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¿Qué le pasa? ¿Qué es eso que lleva? Ropa de Hamlet. Dice cosas dudosas, que no tienen sentido sin melodía. El ruido que hace: cosas estúpidas que una cree escuchar– Todo lo que había aprendido. Los huesos del amor se astillan en mi cara. Nunca más para mí el mundo hermoso ni reír. Y lo que había de tranquilo– perdido.

Aquella sombra desnuda de hombreque todavía calientoen cada dedo de mi memoria.Yo, un cable eléctricoa mis sesenta años. Mi idea de ser amada–

Escena 5

OFELIAUna oruga anidaba el rosal... no había actuado de acuerdo a su cargo y posición... el sol quemó el rosal... ¿Qué significa esta canción? No presten atención. Ay, señora. Yo le puse monedas en los ojos para mantener cerrados los párpados. Por favor, fíjense:

“Lo llevaron a enterrar,lo vistieron de blanco como un niño.Cara desnudaen su caja. No volverá–Otra vezse fue. Se fue. Se fue y no va a volver.Hay que cantarle bajo, bajitoy llamarlo bajo, bajito.Hay una piedra en su pie”.

Señora, esta otra: Tan cubierta de flores... la enterraron sin darle amor... ¿Cómo se puede distinguir al frío amante; por los zapatos? `Espero que todo vaya bien´. `Debemos tener paciencia´. Gracias por tus buenos consejos. Buenas noches, señoras; buenas noches; buenas noches, buenas noches. En esos ataúdes ovalados, ¿de qué lado estará la cabeza?

Escena 6

REINADe golpe la sonrisa la pregunta. Qué salió mal. El veneno, ese dolor viene de no se sabe. –Percibo la traición en su mirada. Voy a tratar de calmarlo y de agradarle por el momento, porque el alma criminal es siempre suspicaz.

Escena 7

REY¿Qué es eso? La gente agitada, revuelta, enferma en sus ideas grita "elijamos nosotros". Como si el mundo empezara hoy. El vecindario ronco, qué alegre ladra. Ya rompieron la puerta. El que confía en el pueblo edifica sobre arena, suspiro citando a alguien que nunca leí y así, cubro mi desnudez con partes viejas de libros gastados. Es mi papel.

Escena 8

LAERTESEl piso está manchado. Esto es un sueño. Pero la sangre del piso es tan parecida a mí. Lavo el piso. La sangre se escurre. Cada quien hizo su papel. Lo hizo Hamlet, lo hice yo. DAME A MI PADRE.

Escena 9

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REYNO TEMAN POR MI PERSONA. Me protege un cerco con vallas a través del cual sólo pueden espiar. –Soy el fantasma forjado por millones de mentes. Desde mi ventana veo a los soldados muertos. Vienen a ver mis huesos. Para estar seguro, los espero en una ventana a prueba de balas. Allá en el jardín, mi hermano el herrero, qué viejo está. Tan oxidada la pistola en sus deformados dedos.

LAERTES¿Dónde está mi padre?

REYEn el infierno. Todos los hombres mueren en el pecado.

LAERTES¿Cómo murió?

REYTuvo un final hermoso. Partió como un niño. Jugueteando siempre con las cortinas. Las rozaba con la punta de los dedos. Es triste. Un niño. Si hasta usaba pañales por segunda vez. Entendimos que no quedaba otra salida para él. Fue de repente. Nada de sufrir. La mejor muerte. Nada entre el cielo y él.

LAERTESNo me voy a dejar enredar.

REYLaertes, con los nudos del látigo está hecha la paz. ¿Ves alrededor lanzas chorreando sangre, sables, hojas resplandecientes?

LAERTESSólo quiero vengarme del todo por mi padre.

REY¿Quién te detiene? ¿está escrito en tu venganza que arrastres juntos a amigos y enemigos? ¿dónde están tus amigos?

LAERTESLo que perdió mi padre está en mí. Las raíces enlazadas. Lo bueno no podrá ser separado de lo malo. Nuestros actos de arena. Voy a hacer un pacto con vos, te odié bastante; vengo a verte como el niño crecido que tuvo un padre cabeza dura. Ya tengo edad de hacer amigos, hagamos entonces negocios.

Escena 10

¿A qué viene? No dice nada pero extraña. Cómo usa las palabras. Su mirada, su chistera, su gesticulación excesiva, su claxon y su peluca enredada. En el fondo de todo quizá tenga alguna idea, y por desgracia, dolorosa. Fondo de arpa para versos cantados.

OFELIA“Cómo distinguir un amorde otroa la non, non, noninanón.Un pajaritome da placeray no ni; ay, ay, ay, no ni–Dios me perdoneay no, noni, noni, ay no”.

LAERTES

31

Melancolía. Todo en tu boca es tan suave.

OFELIAQué bien queda el estribillo. Esta nonada dice más que muchos discursos. ¿Debería cantar otra cosa? Estos son pensamientos, para la aflicción: Pasionaria, el infierno, rezá. Acá, amor mío, para vos: Urticaria. Dentro de unos días vas a ver que no soñás con eso; que deja de picar. Acá hay hojas de hiedra, la hiedra no las cambia porque tiene buena memoria. Es para que recuerdes no cambiar tus plegarias. Por favor, ¿te acordás? Cariño: recuerdos. El que me trajo el mundo yace con párpados de bronce, entre flores baratas. Cada hombre es su abono, verde de a poco. Pero los viejos tardan más en disolverse en rocío; muertos y renegridos se comen los dedos a sí mismos. En fin, voy a hacerle raíces a las margaritas.

Escena 11

LAERTESQue venga Hamlet. Me alivia saber lo que voy a decirle a la cara. Al peor impostor lo olvidaron, dejándolo vivir. En cambio tomaron al viejo que sabía hablar y escuchar. Desde su muerte, toda bestia puede estar segura de conservar su sangre.

REYLaertes, dejame conversar con tu dolor.

LAERTESHaceme lugar ahí. Voy a enterrar mi sufrimiento en una tumba, y cuando salga, van a escuchar que Laertes tenía un padre.

Escena 12

REINALo peor– Ofelia. El duelo.

“A la orilla del río hay un sauce que mira sus hojas en el aguay las repite.Allá ella,Ofelia fue con su coronahecha de ranas, cardo, y esas largasflores de muerto,dedos de negro–Entonces, cuando montaba la ramapara colgar ese anillo silvestre...

...la rama se quebró, cayócon todos sus trofeossu ropa al aguaque la sostuvo un tiempo.Ella cantaba.Pero no podía durar muchohasta que el peso del vestido, llenoarrancó a la pobre de su cancióny la llevó abajo. Ahogada...

...ahogada”.

LAERTESPese a nuestra soberbia, la mujer que hay en mí te llora, hermana. Tengo palabras de venganza que mi llanto infantil ahora apaga. Pero cuando termine, no va a quedar en mí nada cobarde.

HORACIO

32

Ésta es la historia de la que murió ahogada. Indiferentes nadaban los peces entre sus piernas, y en su pelo había un nido de ratitas de agua. No miramos la hora ni escuchamos qué dijo. Soltó las manos y– no volvió a levantarse. Callaron un instante los grillos, después volvieron a cantar.

OFELIAPasan minutos. No doy más pelea. Yo, que me cuidaba del catarro. Alzo los brazos, como en un baile de primavera. Y veo el eclipse.El barro dijo:

¿Qué tan lindo podía ser nuestro bebé? La concepción es una bendición pero, no como nosotros podíamos concebirla. Todo lo retengo, nada sé concebir. Cerrarme para que no nazca, volverme atrás como el fusil que carga. Un pequeño Hamlet entre los peces con los que nada, un angelito con la cara de mi muerte, boqueo con él, es todo. Si tuviera un hijo, que fuera ese aborto, y ésa sea tu herencia Hamlet.

Podemos desplomarnos. No busques más imágenes.

POLONIOSe fue pudriendo en el agua. Primero la cara. Después las manos. El pelo. No fue de Dios. Un nuevo, cadáver en el río.

Misa de réquiem

Formalidad. Las lloronas rey, Hamlet, Horacio, Rosencrantz y Guildenstern, Polonio, Enterrador sentadas en la penumbra esperando. Sobre las rodillas bifes crudos. Las cantimploras llenas de aire. Medallas. A la sombra de la bandera están bien. Gatillos oxidados, los cartuchos mojados, nada que hacer. Sus zapatos están tomando agua.

HAMLETUn cadáver en mi camino. Un cuerpo manchado,acá yace el cuerpo de un pobre cuerpo de soldado.

Este soldado, desnudo, ¿cómo saber qué era? ¿Un soldado? ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso comiste del árbol, del que tu Padre te ordenó no comer; acaso las bengalas te dejaron ciego–

POLONIOEn esta isla rodeada de rocas y mares, nadie pudo decirVine, vi, vencí.

Mal envuelto en mi traje marinero, en la oscuridad conseguí lo que buscada: metí los dedos, logré mi deseo, robé y me volví.

HAMLETAllá, me volví contra el grupo. En un cerco cerrado entre ovejasyo matando espinazos, quebrando, asesinando ingleses.Y cuando terminé, até con cuerdas a las ovejas que quedabancon vida, para llevármelas: mi padre en una tienda las fue a torturar.

ENTERRADOR¿Qué ven en el último momentoodiando lo que ven?Pierden una pierna. –No la perdiste, debe estar por ahí.

POLONIOCómo rechina el barco desquiciadomientras mayo repercute en el hielo y rompe el metal.La gente piensa que los barcos flotan. No es así, cuestan dinero.

33

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNAcá nos asfixiamos. Una escalera, las puertas. Somos muchosnos hundimos. Rosencrantz, tomemos algo. Guildenstern, yo invito.Un trago grande, ¡un trago con copa y todo!Mi reino por un trago.

HORACIOAyer hundieron el barco que flotabaque nadie podía hundir.

HAMLETHabíamos jugado a las cartas en el avión,el mismo avión nos trajoen diferentes viajes. Amigos muertostodavía los veo, en mi mentecubiertos con idéntica frazadita.Pero, ¿y los demás–

HORACIOEl Jefe arribó de visita, siempre borrachollegó en paracaídas y diciendo–

REY¿Dónde pondremos el casino de oficialesdónde estarán el comedor, los bañosy todas las habitaciones que llamamos rancho;dónde cavarán las zanjas los soldados,y después de haberlas hecho a quiénespondrán en ellas; qué ratas vivirán debajo?

ENTERRADORLas campanas celebran la victoriadel enemigo. Hamlet repatriado, peroRosencrantz y Guildenstern siguen heladossonriendo olvidados; ¡dales tu ropa negra!

ROSENCRANTZ / GUILDENSTERNYa nacieron blancos nuestros huesosen la arena amarilla. Estamos contadosy la cifra es de setecientos.Pican los cuervos buscandonuestras entrañas las llevan y las dejancolgadas en los árboles.

HORACIOEl número de muertos es setecientos.Una pérdida pequeña.

POLONIO¿Cuánto cuesta una oveja ahora?

SOUL, DIE SOLDIERBarro, no hielo ni nieve. Las ametralladoras rajaron la pared junto al dentado pizarrón de Wittenberg. Donde las tejas esparcidas de un aula de escuela coronan al vencedor. Sillas pequeñas, pupitres apilados contra la pared. Vieja puerta desquiciada por el viento. No veremos al mejor de la clase, al niño engreído con el orgullo de limpiar el tablero. Cuando había todavía un paño seco que dejaba gris lo negro. Un tablero gris, cielo. Y no se escriba, una letra tras otra: REMEMBER THEE!

34

Porque ya los puestos de algas hacen germinar la resurgida Britannia, y el lentísimo tren en la estación con mi padre del pelo blanco, que no me reconoce. Porque volví flaco como una idea. Que me pide, mi padre, y le cuento mientras repite "estoy orgulloso, me siento tan– Acá sigue la guerra, no en los cerebros, en recuerdos confusos. Acá los años perdidos, los que no cumplimos, donde el pizarrón dicta "olvida toda esperanza". Pero no hay selva oscura, en la gran boca vacía.

Intermedio

Un mendigo. Las articulaciones todavía se doblan. El hueso del pulgar metido en el agujero de la nariz. Mirarlo es reírse.

RASURAUna poesía no es más que una baladapero una buena pierna se puede cansaruna poesía no es más que una baladapero una espalda ancha se puede encorvaruna poesía no es más que una baladapero una barba negra un día se vuelve blancauna poesía no es más que una baladapero unos ojos llenos de vida se hundirán–

ACTO V

Escena 1

Una ambulancia deja rápido el despojos de los comediantes fusilados ayer. Furtivos y, sin ceremonia. En tiempos de peste, fosas de sal para devorarnos.

ENTERRADOR¿Quién hizo tu casa desde antes que nacieras?¿Quién te acompaña para que la conozcas?¿Quién construye en lugares tan fríos,con tanto polvo, oscuros, y sin puerta?¿Y quién tiene la llave?

RASURAEl enterrador.

HAMLETNo se puede impedir a los muertos que cuenten una y otra vez los mismos chistes. Ni a los chistes de muertos, ni sus risas. No se puede volver de la guerra, cansados, quemados. En casa nos espera la tarea de seguir contando algo. Venidos al mundo a ser soldados para volver al polvo.

HORACIOResultó corta la escena de la guerra. Apenas dos meses, días.

ENTERRADORCavar agujeros y volverlos a llenar. Cavar. Sabemos lo que es una pala. Una pala es una mierda cuando nos hundimos. Mejor no pensar y cavar. Cavamos, cavamos pero, no sabemos para quién cavamos.

RASURA¡Heigh-ho, heigh-ho! ¡Heigh-ho, heigh-ho, heigh-ho!

HAMLET¿Se darán cuenta de lo que entierran cada día?

HORACIO

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Veinte o treinta entierros diarios, a cada minuto, son demasiados.

ENTERRADORCavar implica un acto y un acto tiene tres partes, que son: actuar, hacer y ejecutar. Esa es la cuestión. Cavar. A nadie le gusta hacer el trabajo. ¡No saben nada! Se los presento: cavar. Cavar un pozo, se hace y está. Alguien debe cavar para los que vienen, ellos harán lo suyo, abajo. La lombriz remueve el terreno. Pero el que gobierna. Vos no, Príncipe. Alguien tiene que limpiarte el culo para que no pierdas tiempo. Les muestro cómo se hace, les hago adivinanzas. En nombre de ellos, recito canciones, repito chistes obscenos para que me odien. Porque ellos no pueden hacerlo por mano propia.

RASURA¿Por mano propia? Eso sería tan desesperado.

ENTERRADORRasura, acá hace tiempo la lengua se nos sale de la boca pero somos pobres y no nos está permitido ahogarnos. Algunos dicen que es bueno y otros que es malo. Yo digo que si no se puede evitar es muy malo.

RASURAEscuche esto. Dicen que dos borrachos vinieron una tarde para buscar la tumba de alguien. Preguntaron y les dijeron que por ahí. Después de andar entre la niebla se tropezaron con un monumento. Uno de los borrachos defecaba contra la columna rota, y el otro, que le guiñaba el ojo a la estatua de un angelito, dijo: No se parece ni un poco al muerto, ¡no me importa quién lo haya hecho! No se parece ni un poco al muerto, dijo.

HAMLETDeben decir esas bufonadas con alguna intención.

HORACIOPara levantarnos el ánimo, Príncipe. Ese tipo es pura bondad.

RASURAMaestro, ¿usted cuánto hace que viene corriéndole el telón a unos cuantos?

ENTERRADORToda mi vida, puede decirse. Fui enterrador de joven y de viejo, siempre. Entré al oficio el día que Hamlet nació, hace tres veces doce años, más uno.

HAMLETAlegrémonos, mis días están contados.

ENTERRADOREl gran personaje estuvo en la isla de los ingleses y cumplió. Y cuando empezaron a volarse unos a otros la tapa de los sesos, a abrirse la barriga a machetazos, no pudo escapar. Nadie sabe decir si durmió, ni qué escuchó ni vio, ni qué dijo. Está en la orilla todavía repitiendo "Nevermore, Nevermore". Cualquier idiota lo sabe.

HAMLETLa calavera entre mis manos, el enterrador cantando, y este hijo de puta cadáver, este cráneo que fue el cráneo suturado de la cabeza de Yorick: Yorick, el bufón de todos, tenemos que amarlo. AH, POBRE YORICK, LO CONOCÍ, ME LLEVABA A UPA CUANDO ERA CHICO. Éste, el mismo. Sin músculos. Ay, boquiabierto. “Miren mis cuencas. El agujero por donde pasaba mi risa. Pero no me traten con palabras de enanos. Acá los aplausos son inútiles. Príncipe, no vas a leer en este cráneo lo inteligentemente se pudren los estados. ¿Puede un reino enfermo como el nuestro cargar tantos muertos en sus espaldas? Este escabroso infierno repetido. Este teatro no necesita más deformes. Ni ricardos contrahechos ni graciosos. Fortimbrás

36

entra a escena, próximamente, con aire trágico. Príncipe, tu mano tiembla. Nadie escapa, nadie escapa–“ La basura del mundo cae acá.

Escena 2

Pompa, los deudos, tierra amontonada sobre los que vienen, de las alcantarillas el rey, la reina, los grandes de albañal con sus risas de rata, las palabras sonríen afectadas.

LAERTES¿QUÉ CEREMONIA FALTA? En lugar de oraciones, piedras. Sobre su cadáver. En la miseria. Fuera de sitio. En el campo. Tan sólo escombros. Nada más. ¿Tan fácil fuiste creada, que hoy servís para jugar a los bolos, como aquellos?

HAMLET¿A quién trajimos acá?

ENTERRADORUna que vuelve a casa. Una hermana menor. La que veíamos seguido entre las tumbas robándose comida. Una tal Ofelia, ahogada.

RASURAHay que ver cómo vino. Algunos llegan tan podridos que no hay por dónde agarrarlos.

En la zanja no hay aire. Tengo que respirar el mismo que sale de mi boca. Lo sostengo con las manos antes que se escape pero algo se pierde. Cada vez queda menos. Hasta que se escurre entre mis dedos, ¿para siempre?

HAMLETAcá colgaban los labios que besé tantas veces. Alrededor de estos labios las palabras, los labios que decían, repetían, mendigaban. ¿Me voy a sepultar ahora con ellos? El barro cae, empiezo a olvidarla. Ya terminé con ella, la dejé plantada.

LAERTESAcá dejó caer una lágrima. Voy a poner una ruda en recuerdo de la niña que llora. De este pino cayó. Voy a destruir su tronco y sus ramas. Voy a quemar las raíces y la tierra que las engendra. No voy a dejar una hierba. En este lugar maldito murió ella. Estéril tierra. Campo de serpientes del que los caminantes dirán: Acá murió la pobre. Acá donde te beso. Con la muerte podrida saliéndote del cuerpo.

HAMLETNo intentes actuar conmigo, vas a romperte la camisa. ¿Qué vas a hacer? Yo hago lo mismo. ¿Vas a gritar, venís a hacerme sombra? Hay algo en mí que deberías temer: siempre voy a estar más alto que tu soberbia.

LAERTESToda nuestra voluntad de hacer se perdió. Hace años. Hace mucho. Que sea tu muerte un entierro oscuro, sin trofeos ni espadas, escudo, ni duelo. Inscripción para una lápida: Hermana, pagaste demasiado caro el vino caro. No para vos. Demasiado tarde aprendiste a beber. Junto a los peces, que no necesitan desnudarse para sentir el frío del lago. Que conociste junto a los peces, demasiado temprano.

Escena 3

Una falsa pintura imita tus mejillas. ¿Por qué la belleza busca formas? Flores de utilería cuando hay flores.

HAMLETEl amor que termina es suficiente.

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El ataúd rebota y se abre. Ofelia, la boca se abre, se descompone rápidamente. El sonido es ahogado, es Poe. Debe tener la piel muy arrugada.

OFELIAVos solo, para vos bello. Diciendo qué es bueno y, qué es torpe; qué es útil y qué no. Testigo de las causas, triturador de peces. Hasta el polvo te ofende. Si no te queda el zapato, te enoja. Por la uña mal cortada de un amigo que cuelga de tu ropa: la amistad se rasga. Cobrador de impuestos, podés reírte del barco alquilado, reírte para oídos de los teatros cerrados; pero preferiría que no te rieras en todas partes: porque nada hay más estúpido que tu estúpida risa. Campo lejano donde el ganado enferma. Vas a tener lugar para otras sombras durante la cena. Donde menos lo esperes, te desgarren los sueños. Y pesques frío. Podés reírte como un cerdo pero, vas a morir escondiendo la cara. Este es mi elogio: Bestia de muchas cabezas, la ignorancia te arrastra, Rey de reyes, cliente de mañana. Cristiano llevando en tu axila una oveja de lana robada. Tengo miedo de que alguien se te acerque. Honestamente me aterra que todas las huellas vayan hacia vos, y ninguna vuelva. Tu mordida envenena. Vos no cebás en la cruz a los cuervos. Después de degollar para salvarte, ¿cómo se bosteza? Mové los labios, dame con qué engañar. ¿No vas a responder a algo en tu nombre? Dale a tus fraudes una forma de nube, de camello o ballena pero, no ignores dónde están las cosas: de tus rodillas para abajo. Donde tus guerras fueron peleadas, en la basura. No me adornes. Estoy loca, no muerta. Conmigo soy coherente apenas. No cuerda. No casa. Todo lo declino. Lo que dañaste, sigo. Huyo de lo que creo que va a ayudarme. Negros mis dientes amarillos. Que me corten los labios. Las costillas salen de mi carne. Mi fuente dotada. ¿Honesta? ¿Acaso era vendible mi campo? Nada más hermoso. Esta amplia concha.

HORACIO¿Esta historia, era así esta historia? ¿Y aquel pobre enflaquecido, distraído, aquel hombre excitado deambulando, seguidor de su hijo, era el fantasma? ¿Y este producto sin padre, vale todavía lo que vale un hijo? Dentro de poco nadie podrá decir: Estas palabras son mías.

Escena 4

El rey, la reina, todos.

HAMLETSoy el príncipe Hamlet, soy Rosencrantz y Guildenstern muertos en el barco, soy Polonio detrás de la cortina, soy la muchacha – varón Ofelia, libra de carne empeñada, soy el soldado en cuyas rodillas Dinamarca se pudre y no puede dejar de oler mal, soy el que vendería al amigo por tres besos, soy el rey que alimenta la venganza, soy el arma escondida, cito poesías y escribo algunas, mi elegancia se parece a una burla, no puedo querer más de lo que quise, soy un cobarde, digo idioteces, hablando, puedo convertir en jarabe el veneno de serpiente, doy vueltas en círculo para entretener mi indiferencia. Horacio, ¿cómo estás?

HORACIOSudando.

El juego de los conejos otra vez. Necesitamos más trucos. Que alguien ponga las palabras. Que la mandíbula no se mueva. Y que si se corta el hilo, nos vengan a tapar la boca.

Escena 5

OSRICSi tuvieras un momento. Quiero decirte una cosa, de parte del rey.

38

HAMLETCon la mayor atención.

OSRICPríncipe–

HAMLETOsric.

OSRICÉse es mi nombre, es verdad. Príncipe, escuché tus anteriores palabras con atenta preocupación, y descubrí que tu ardiente sangre reclama el lugar al que por empeño te sentís con derecho.

HAMLETAh, las doradas palabras gastadas.

OSRICPero la codicia rompe su saco y en su desgarrado fondo he visto caer cabezas. Mucha atención te suplico si, como expresa Laertes, no tenés golpe, no tenés guardia, no tenés agilidad, no tenés quite, no tenés quietud ni movimiento y no tenés el ojo para ver venir lo que pueda venir.

HAMLETLaertes– no pretendo compararme con él.

OSRIC¿Laertes? Dicen que por su destreza con las armas no se le conoce compañero.

HORACIOLa serpiente no muerde, chupa dulcemente, va lamiendo. El hombre muere por esa lamida que poco a poco lo va envenenando.

HAMLET¿Por qué nos ponemos roncos metiendo en nuestra conversación el tema de Laertes? Es decir, ¿por qué mezclarlo con nuestro aliento? Hablar de él, de Laertes, como si dijéramos– no sé.

HORACIOSe le acabaron las frases. Tal vez necesitemos una nota al pie para aclarar todo esto: Porque ¿bajo qué epítetos establecer este enfrentamiento? ¿Esperamos acaso la aparición de paladines con penachos, coqueteando? ¿O apenas estos cuchillos de cocina, los mismos con que cortajeamos hasta el delirio a nuestros prisioneros–

OSRICEl rey lanzó un desafío en tu nombre. Éste es el asunto.

HAMLETApuestan contra el danés. ¿Y si respondo "no voy"?

OSRICNo va a gustarle al rey esa palabra.

HAMLETEsa palabra no le gusta a nadie. Y textualmente son dos.

HORACIOGrande es el palacio, vastos los aposentos, infinitos los pasadizos secretos, sus salas húmedas y oscuras, y sus pozos de caída interminable.

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OSRICRecuerda, Príncipe. La vida de un hombre dura lo que tarda aquella puerta en abrir y cerrarse.

HAMLETLa batalla no nos mató pero en el aire tranquilo de esta habitación podemos matarnos unos a otros. Sostengo la apuesta de ser hombre, es mi respuesta.

OSRICTomo tu palabra. Pese a que, no entraño ver tus ojos fijos y abiertos en infinito dolor. Ni querré despedirme de vos tocando una sangrienta rebaba de sangre en tu cuello. Cuidado: la hoja del destino es afilada. Las delicadas almendras llevan veneno. Con dios, mi señor. La mariposa muere al caer la tarde.

HAMLETHace frío.

Escena 6

REINAVoy a llenar mi vaso para vaciarlo antes que el destino desborde. Cuando mi cuerpo sea polvo va a convertirse otra vez en vaso. Ayer pisaba el barro y una voz angustiada me dijo "no uses tacos tan finos". Este mundo es de barro. Mi cuerpo es un vaso, nada, una copa pesada, delicada. Esa luna va a buscarme mañana y no me va a encontrar porque voy a ser barro.

Escena 7

HAMLETEsta mañana hacía frío. El cielo parece todavía frío. Con frío nací hace treinta y siete años. Frío. Treinta y siete años de frío, treinta y siete años de viejo. Durante treinta y siete años sin soñar. Y de estos treinta y siete años sólo unos pocos meses amado. Las paredes rodean al Príncipe, la gente sólo lo rodea. Qué cansancio todo esto. Durante treinta y siete años alimentándome del aire. Nunca joven. Matar al hermano de mi padre, matar a los que estén en el camino. Horacio, ¿estoy bien peinado para la pelea? ¿Parezco de treinta y siete años? Me siento más viejo. ¿Vas a quedarte conmigo hasta que la cabeza me quede vacía? ¿Vas a hacerme creer que todavía me queda un amigo? Es mejor que mirarse al espejo. ¿Vas a seguir a mi lado?

HORACIOHamlet compañero de juegos, nos hicimos viejos sin llegar a ser padres buenos. Con qué alegría volvería ahora a una trinchera. Donde siempre hay días fríos. A esta misma hora de frío en que nos despertábamos de hambre, hablando de volver a donde nunca. Hablando de todo lo que está lejos. Salir al campo para vernos bailar y volar. Esta cabeza ya no puede pensar, piensa.

HAMLET“Hace mucho frío.”

HORACIO“Es verdad. Hace un frío muy crudo.”

HAMLET“Hace calor, me parece.”

HORACIO“Un calor sofocante.”

HAMLET

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Estoy preparado, siempre estuve preparado. Vino el momento. Sé que voy a perder, no se puede ganar. Antes que la ternera se ofrezca al padre habrá pasado el carnicero. Es la hora.

Escena 8

HORACIOLa hora de la muerte es la de un torneo. La peor: la prevista, la tan preparada. Ante los padres, un árbitro, un ángel de la guarda. La apuesta del combate no se sabe pero, hay que morir en público para dar la lección. Y qué dudosa esta lucha, no se salva ni uno.

REYHijo, apostamos por vos y no esperamos sino lo mejor.

HAMLETPero antes, unas palabras. Hamlet disparó una flecha sobre la casa, lanzada al azar. A pocos pasos de la casa el pequeño Laertes se tajó. Perdón si te hice mal. La misma flecha me desgarró la mano al partir. La locura ordena lastimar. Uno no se resiste. Un loco no puede desobedecer. Te pido me perdones.

LAERTESLa flecha del furioso se lanzó demasiado rápido. No quiero reconciliación. Por otra parte, tu tiro me pasó por encima. Esta vez, ¿voy a pasar por encima tuyo?

HAMLETTe apuesto que no me ganarías a insultar. Vas a ser un resquicio en mi espada.

LAERTESTu florete va a ser una florcita a mi lado.

HAMLETTocado.

LAERTESQué voluntad tan débil. Traigan los puñales. Y si sangro, pongan color sobre mi palma, que parezca que es mía.

POLONIOSi mi deseo de quererte fuera suficiente vivirías.

OFELIAHamlet, tuviste un padre. Tu hijo no va a poder decir lo mismo.

REINAVi caer un mensaje desde la boca de la jarra. La copa llegó hasta mis manos. El rey puso veneno. ¿En cuál? En la del dibujo del arpón. Es el copón con el arpón. Así que voy a tomar de la copa con la pica, que tiene una pequeña pica dibujada. Ésa es la que tiene el veneno, no. El que tiene el veneno es el copón con el arpón, es fácil. En la copa con la pica está la cápsula con el veneno, no. En el copón con el arpón; el de la cápsula es el del arpón, que no es mío. ¿Entonces cuál era?, ¿era la copa con la pica? En la copa con la pica está la cápsula con el veneno, no. Está en el copón con el arpón. En la copa con la pica está la bebida segura; es todo lo que debo recordar. En el copón con el arpón está la cápsula con el veneno. ¡Lo tengo! Es en el copón con el arpón, no; hubo un cambio. Se rompió el copón con el arpón; ¿se rompió el copón con el arpón?, sí. Lo reemplazaron por uno con un dragón. Pero, ¿el veneno está en la copa con la pica? No; en el copón con el dragón está el veneno; ahora es la copa con la pica, la copa con la pica. El del arpón se rompió. La cápsula con el veneno está en el copón con el dragón. El que debo tomar entonces, es el otro–

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REY¡No habrá brindis!

REINANo me hagas beber en secreto lo que puede decirse adelante de todos. Mejor beber, los discursos nunca se terminan. Esta noche mi boca no va a llenarse con tu deseo, rey. El amor hizo trampa. Pero no es el vino agrio sino la lengua. En fin, voy a beber. Algo descansa en el fondo de mi copa: una corona. Una copa de vino, eso vale un imperio–

La reina vomita de su lengua veneno sobre una silla rajada como si la cara estuviera cagando.

REINASobre este vaso lloro. ¿Es éste el momento de las plegarias? ¿Acaso el momento, de las palabras vanas? En el borde del vaso hay un texto grabado: Donde todo termina, todos nosotros vamos hacia una muerte cualquiera. La tierra nos da tumbas comunes.

HAMLETMadre, ¿voy a seguirte?

LAERTESAcá está la traición. Hamlet. Estás muerto también. Nadie puede ayudarte. Hay, hay, negra, profunda, condenada culpa, culpa que, en penitencia no voy a poder limpiar, en este salón manchado, con la sangre de mi padre, mi hermana... Yo viví de tu asesino – tío... Yo participé en su plan, maldito, que cada aliento que dejo, está lleno del crimen, maldito...

HAMLET¡Al rey la culpa! Tu alma es un gargajo sobre la tierra.

REYMi vida arrancada. El viejo bosque. Los ojos no comprenden. Qué pasó. Rey, ¿dónde estaba tu casa? Dentro de mí estoy flotando. Dentro de mi propio cadáver pisoteado. Mis músculos se contraen. Mis ojos. Ese gusto envolviendo mi lengua, qué sabor. Qué sentimiento agradable. En mi corazón había una guerra que no me dejaba dormir.

HORACIO¿Cómo estás, Laertes?

LAERTESMirando aquella puerta dentro de un rato.

HORACIOUn garabato agónico. Buenas noches, bestia tranquila bien nacida, ya dormís.

LAERTESPensar que con un sueño se termina. Éste es el fin, de la pena, de los problemas de la piel. Pero, ¿qué sueños–

POLONIOVan a llevarte en hombros, contar tus record. Van a olvidar tu nombre, nunca tu ropa.

HORACIOVamos a jugar a hacernos los muertos, todos, y con los ojos fijos aparentar ser reyes. ¡Reyes de nieve puestos al sol!

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HAMLETEl final está acá. Terminó esa música. Horacio, ¿vas a intervenir cada vez que falte explicación? Horacio. EL QUE SUFRE TODO Y NO SUFRE NADA. ¿Qué más puede pedírsele a un amigo? Encontrar en esta vida llena de artificio, de objetivos, de finales, de coronamientos– poder encontrar un solo amigo. Qué sería sin esa amistad, la vida qué pesadilla. Tus dientes van a entrar en mi carne en el instante antes de la muerte. Comerme mientras muero. RECUERDA el resto. NO OLVIDES nada de lo que dije. Conservá mi esqueleto. Porque ninguno de éstos sabría contarla. NO ME AVERGÜENCES.

HORACIONo es algo que yo hubiera pedido, ni algo que elegiría hacer. No es mi carácter matar a los agonizantes. Pero no puedo rechazarte. Decís que tengo que contar tu cuento: las once muertes a cambio de una, las setecientas; y que debo despachar a mi amigo.

HAMLETNo siento los pies. Mi padre va a venir a llevarme de la mano, a borrar el castillo. A quemar a los muertos, ¿olés el paraíso? Vamos. Voy a meterme ahora en tu cabeza y gritar. Horacio. Espero que mi carne no sea demasiado dura, sabemos que no es fuerte. Espero que tu digestión no sea la náusea.

HORACIOVoy a hacer lo que me pedís. Seguir tus instrucciones: voy a ser un amigo leal. Esto es lo más odioso que haya hecho en mi malgastada vida. ¿Y tu frase final–

HAMLETQuedémonos callados porque así están las cosas.

ENTERRADORTe partirán gusanos. Lejos de tus amigos. Nadie vendrá a verte, nadie abrirá la puerta. Serás horrible. Tu cabeza va a quedarse sin pelo. Tendrás armas y adornos; todo lo mejor del arte caerá sobre vos. Pero, ahora, ¿está muerto, realmente?

HORACIOSí. Está muerto. Ya lo comí.

ENTERRADOR¿Qué?

HORACIOSólo la carne. Cuidé de no comerle los huesos. Y no me molesta decir que era duro y correoso, y su estilo era rancio. Tenía un gusto extraño, a reflectores, a teatro. La muerte no le quitó la mueca. Tener que hacer todo esto, una y otra vez. Un acto que se repite– UN INSTANTE DE DOLOR, QUIZÁ. EL CUERVO SUSPENDIDO SOBRE LA BESTIA MUERTA. UN INSECTO ATRAPADO EN BARRO. O CUALQUIER OTRA COSA GRITANDO NUESTRO NOMBRE. UN FANTASMA, ESO SOY YO.

Escena 9

ENTERRADORY los cuerpos. Sobre el suelo. Cadáveres. Última fiesta, como la de una boda. Oficio de difuntos. Despojos bien adornados. Esposa, marido, hijo, sus nombres quedarán grabados hasta el fin del mundo. ¡Hasta que los cuerpos reaparezcan! Y mientras tanto, todos gritando. Suplicando que alguien pida por ellos. Teatro de aniversarios. Seiscientas cincuenta y tres misas de requiem. El que talla lápidas prospera. La casa más sólida no es el palacio sino la tumba.

Escena 10

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FORTIMBRÁSLa misma escena. Siempre en ella demasiados cadáveres. Un grupo de actores vestido igual. El resto, la gente. Primos, cortesanos regios, sombreros alzados, rodillas dobladas. Este paisaje cabe en el hueco de mi mano. Quisiera ser áspero como una piedra, que encierra como piedra lo que es duro y cruel. Que se parte en la cara. Quisiera ser esa piedra. ¿Dónde están los accidentes, vértigos y fiebres? La inflamación, los vientos y heladas– Este reducto, este solemne edificio, mala sombra, junto con todo lo que fue creado, todo lo heredado se disolverá. Estamos hechos de la misma materia, que nuestros muertos. Misma materia. Ceniza de santos, sangre de putas, grasa burguesa. Pero, si estamos hechos de la misma materia, ¿dónde está el comprador? ¿Quién es el que manda? ¿Cuál es la mercadería? Si tuviera tiempo, podría decirles–

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