16
ENFERMEDADES DE H.P.B.

Helena Blavatsky

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Breve compilación de las enfermedades que la estuvieron mortificando durante su vida hasta que acabaron con ella, no sin antes haber acabado su obra de difusion de la DOCTRINA SECRETA.

Citation preview

Page 1: Helena Blavatsky

ENFERMEDADES DE H.P.B.

Page 2: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKYBOSQUEJO DEL CARÁCTER DE LA SRA. H.P.B

“Desde su juventud, a juzgar por sus retratos antiguos, era una persona propensa a engordar en edad se puso muy gruesa; esto parece haber sido herencia de familia. En Ella esa tendencia se agravó

Mas por su vida sedentaria, pues no hacía nada de ejercicio y comía mucho mientras no estuviera verdaderamente enferma, En ese tiempo comía muchas grasas y mojaba los huevos fritos en su comida con una cantidad de manteca derretida. No poblaba jamás vinos ni licores, sus únicas bebidas eran el te y café, sobre todo el café, Su apetito era caprichoso en extremo; cuando la conocí no se podía sujetar a comer a horas fijas; era el

terror de sus cocineras y la desesperación de su colega.

* Del Libro; “Historia de la Sociedad Teosófica”: H.S. Olcott .

Page 3: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY

“ Los hombres y las mujeres más espirituales, suponiendo que sean más valientes, son también los que viven las más dolorosas tragedias; pero honran la vida precisamente porque ésta se enfrenta a ellos con la mayor de las hostilidades”

NIETZSCHE

La Sra. Blavatsky nació en la noche del 30 al 31 de julio de 1831 en Ekaterinoslav, población del sur de Rusia. De complexión débil, sin que pareciese venir muy contenta a este mundo, por lo que fue preciso apresurar el bautizo por temor de que la criatura muriese con la “pesadumbre del pecado original sobre su alma”

Page 4: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY

“La autora ( la escritora más bien) siente la necesidad de excusarse de lo mucho que ha tardado en aparecer esta obra. La causa ha sido el más estado de su salud y la magnitud de la empresa”.

PREFACIO DE LAPRIMERA EDICIÓN DE LA DOCTRINA SECRETA

Note cuando fui a verla en Londres, que no había variado en nada su sistema, su apetito se había vuelto más caprichoso que nunca, a medida que su mal hacía progresos.

Mientras tanto, sus amigos trataban de tentarla con toda clase de delicadezas. !Pobre mujer!, no era culpa suya, aunque su mala salud tuviese por causa principal su continuo desprecio de las leyes de la digestión.

Page 5: Helena Blavatsky

No fue nunca una asceta, ni tampoco vegetariana mientras yo viví a su lado; la carne parecía serle indispensable, como lo es para muchos de la Sociedad Teosófica. No creo que haya motivo de censura ni de alabanza por cuestiones de régimen alimenticio; lo que mancha al hombre no es lo que entra por su boca, sino lo que existe en el fondo de su corazón”

Todo el mundo sabe que H.P.B. era una fundadora inveterada.

Cada día fumaba una considerable cantidad de cigarrillos que hacía con maravillosa habilidad.

HELENA BLAVATSKY

Page 6: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY

Hasta podía hacerlos con la mano izquierda mientras escribía con la derecha. Mientras escribía “Isis sin Velo” en Nueva York, estuvo seis meses sin salir de casa. Desde la mañana temprano hasta altas horas de la noche trabajando en su escritorio; no era raro que se pasase trabajando diez y siete horas de las veinticuatro. Como comía mucho la grasa se acumulaba en masas en su cuerpo, su papada se hacía doble y triple, y una grasa acuosa se formaba en sus piernas y caía en rollos sobre sus tobillos.

Page 7: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY

Cuando termino “Isis sin Velo” y nuestro viaje al Indostán comenzó a parecer cierto, pesaba 215 libras, entonces declaró que iba a reducir a un peso conveniente para viajar, lo fijó en 156 libras,

Lo cual lo logró, Conservó ese peso hasta mucho tiempo después de nuestra llegada a la India, pero después volvió la obesidad, persistió y se agravó con hidropesía hasta que murió.

Page 8: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY

La sosegada vida que llevábamos en Rugodevo se conturbó por una terrible enfermedad que contrajo la Sra. Blavatsky. Años antes, mientras viajaba sobre las estepas de Asia, sufrió una grabe herida sin que nunca supiéramos la causa. Baste decir que de cuando en cuando se le reabría la herida, y entonces eran tan angustiosos sus padecimientos que le daban convulsiones y la ponían en trance de muerte.

Libro: “Incidentes en la vida de la Sra. Blavatsky”; Sinnet

Page 9: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY El accidente le duraba por lo

general tres a cuatro días, al cabo de las cuales se volvía a cerrar la herida tan rápidamente como se había abierto, cual si una mano invisible la cerrase sin dejar rastro del accidente.

El Medico en el momento de examinar la herida de la enferma, postrada sin sentido en el lecho, notó que se interponía entre su mano y la herida otra mano, grande y sombría en actitud de ungirla. La herida estaba cerca del corazón y la misteriosa mano se movía lentamente a varios intervalos desde el cuello hasta la cintura de la enferma.

Page 10: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY El Medico sintió temor, pues se oyó

en el aposento un tan horrible estrépito, una caótica baraúnda de ruidos y golpetazos en el techo, suelo, ventanas y muebles, que el asustado que el asustado Doctor pidió que no le dejaran solo en el aposento con la desvanecida enferma.

En “Incidentes en la vida de la señora Blavatsky”

Libro editado por el Sr. P. A Sinnet, se lee: En otoño de 1882 la Sra. Blavatsky paso la mayor parte del tiempo en Bombay, cayó gravemente enferma; en una esquela que de ella recibí, se despedía de mi Esposa y de mi, suponiendo que muy luego iba a morir:

Page 11: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY

“Mis querido amigos Sra. Y Sr. Sinnet. Temo que pronto nos despediremos. Esta vez la he cogido buena. Nefritis aguda, la sangre volviéndoseme agua, llagas en donde menos podía figurarme, la sangre o lo que sea estancada en bolsas parecidas a las del canguro y otras menudencias y etc.

Me sobrevino el mal en primer lugar por la cálida humedad de Bombay, y en segundo lugar por molestias y enfados. Me he puesto tan estúpidamente nerviosa, que hasta los inesperados pasos de los desnudos pies de Babula me estremecen con violentísimas palpitaciones del corazón.

Page 12: Helena Blavatsky

Duley dice; y se lo obligue a decírmelo, que puedo durar aún uno o dos años, aunque también sólo unos cuantos días, porque me puedo morir en cualquier momento a consecuencia de una emoción, !Oh! Señores de lo creado; de tales emociones tengo veinte cada día. ¿Cómo podré durar tanto?.

Apenas puedo escribir y en verdad estoy muy débil.

Ayer me llevaron a Fort para que viese al Médico. Me levanté con las dos orejas hinchadas en tamaño tres veces del natural.

Adiós a todos, y si me muero antes de veros, no me creáis “impostora”, porque juro que os dije la verdad, aunque mucho de ella os oculté.

HELENA BLAVATSKY

Page 13: Helena Blavatsky

Libro: Cartas de los Mahatmas M. y K. H. a

A.P. Sinnet; A.T Parker.

31, P.D. Nuestra desventurada “ Vieja Dama” está enferma. El hígado, los riñones, la cabesa, el cerebro, las piernas, todos sus órganos y miembros se resisten y se burlan de sus esfuerzos por ignorarlos. Uno de nosotros tendrá que “arreglarla”, como dice nuestro digno señor Olcott, o Ella lo pasará mal” K.H.

138: “A pesar de los Doctores ( que diagnosticaron para mí cuatro días de agonía y la imposibilidad de recuperación), de repente me siento mejor gracias a la intervención protectora del Maestro.

Arrastro conmigo dos dolencias incurables: el corazón y los riñones me pueden llevar en pocos días.

No veré el amanecer de otro año. Y todo esto es debido a los cinco años de angustia constante, de preocupaciones y de emoción reprimida”.

HELENA BLAVATSKY

Page 14: Helena Blavatsky

Una mujer vieja y moribunda, confinada en su habitación, a quien se le ha prohibido subir escaleras para que su corazón no estalle; que nunca lee un periódico por miedo a encontrar en ellos los insultos personales más viles; que de Rusia recibe sólo cartas de sus parientes, esa mujer !es una espía, una persona peligrosa!, !Oh, Ingleses de la India ¿Dónde está vuestro valor?

“Esa es mi vida durante mi convalecencia en la que según el Doctor, cada emoción puede ser fatal. Tanto mejor”.

Probablemente ésta será la última carta que le envíe, querido Sr. Sinnett. Me llevó casi una semana escribirla, tan débil me siento; y por eso no creo que tenga otra oportunidad”.

“Adiós queridos Sr. Y Sra. Sinnett, tanto si me muero dentro de pocos meses como si permanezco dos o tres años en soledad, es como si ya estuviera muerta. Estoy cansada, cansada, cansada y tan asqueada por los engaños, que la misma muerte, con sus primeras horas de pavor, es preferible a esto”.

HELENA BLAVATSKY

Page 15: Helena Blavatsky

ISIS SIN VELO Por: H. P. BLAVATSKY

Esta, obra es, por lo tanto, un alegato en pro de la filosofía hermética y la antigua y universal Religión de la sabiduría son la única clave posible de lo Absoluto en ciencia y teología. En prueba de que no se nos oculta la dificultad de nuestra empresa, decimos desde luego que no será extraño que los sectarios arremetan contra nosotros.

Los cristianos verán que ponemos en tela de juicio la pureza de su fe. Los científicos advertirán que medimos sus presunciones con el mismo rasero que las de la Iglesia romana, y que en ciertos asuntos, preferimos a los sabios y filósofos del mundo entero. Los sabios postizos nos atacarán furiosamente desde luego. Los clericales y librepensadores verán que no admitimos sus conclusiones, sino que queremos el completo reconocimiento de la Verdad.

También tendremos enfrente a los literatos y autoridades que ocultan sus creencias íntimas por respeto a vulgares preocupaciónes .

Page 16: Helena Blavatsky

HELENA BLAVATSKY

Los mercenarios y parásitos de la prensa, que prostituyen su poderosa eficacia y deshonran tan noble profesión, se burlarán fácilmente de cosas demasiado sorprendentes para su inteligencia, pues dán más valor a un párrafo que a la sinceridad. Algunos criticarán honradamente; los más son hipocresía; pero nosotros dirigimos la vista al porvenir.

La lucha entre partido de la conciencia pública y el de la reacción ha desarrollado una saludable tónica de pensamiento, que en último resultado determinará el triunfo de la verdad sobre el error. Lo repetimos, de nuevo, Trabajamos para la alborearte porvenir.

Y al considerar la acerba oposición que ha de darnos un rostro, creemos que el mejor mote para nuestro escudo, al entrar en el palenque, es la frase del gladiador romano: !Ave Cesar! Morituri te salutant.

Nueva York Septiembre 1877.