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‘Historia de dos Ciudades’. La Memoria de Ferrol, entre la Marina de Guerra y la Clase Trabajadora. * José María Cardesín para los señores del Estado, aquellos que guardan los panes y los peces, estaba más claro que el agua que en general las cosas estaban establecidas para durar eternamente’ Charles Dickens, Historia de dos Ciudades porque yo lo hago con un barco me llaman ladrón; porque tu lo haces con una gran escuadra te llaman emperador’ Augustín de Hipona, De Civitate Dei La cultura política moderna, constituida –entre otras cosas- por prácticas de poder, se elaboró en las ciudades. Y esto no sólo porque en ellas residían las instituciones de poder, sino porque planteaban retos novedosos de abastecimiento, logística y control de la población. Muchas ciudades de la Ilustración y en especial las fundaciones militares constituyeron lugares de experimentación de las nuevas tecnologías disciplinarias que operaban a través de una ordenación coercitiva de los espacios públicos, 1 y de las nuevas políticas de memoria que buscaban construir consenso. 2 Y en ellas se organizaron complejas escenografías para desplegar el ritual ceremonial del Estado y las élites. Sin embargo la población no recibía pasivamente esas prácticas de poder: las matizaban y les ponían límites en la práctica cotidiana, y en situaciones de crisis las cuestionaban abiertamente, 3 reinterpretando en favor propio las ideas de la cultura política oficial. 4 La historia de la fundación de Ferrol es ilustrativa de esta cuestión. La ciudad fue diseñada ‘ex-novo’ por ingenieros militares al servicio de la monarquía española de la Ilustración, como anexo al complejo formado por una base naval y unos Arsenales. Los principios de estratificación sobre los que se fundaba la sociedad, y la necesidad de defenderla de ataques enemigos y de someter a disciplina a los trabajadores llevaron a aplicar un plan espacial cargado de violencia y de segregación entre los oficiales de Marina y la clase trabajadora. Sin embargo esta organización del espacio precisaba para mantenerse de un sistema coercitivo muy costoso, que se veía contestado frontalmente por la población siempre que circunstancias económicas y políticas desfavorables venían a reducir la capacidad financiera y coercitiva del estado. A largo plazo, los cambios en la economía y en la geopolítica internacional, así como aquellos que se produjeron en el arte de la guerra afectaron a la viabilidad de la ciudad. Y los cambios en la cultura política y en las alianzas de clase redefinieron los límites de posibilidad de las prácticas de poder. En el S.XIX, la base naval y la economía de enclave de Ferrol quedaron obsoletas. Y la nueva cultura política propia del estado nación y de la política de masas hicieron más compleja la tarea de controlar a una clase trabajadora que podía eventualmente tejer alianzas con la burguesía local. El plan espacial de Ferrol se mostraba ineficiente para frenar ataques del enemigo y para someter a disciplina a los trabajadores, además de erigirse en un obstáculo para el desarrollo de la ciudad. Y los diversos proyectos que concurrían en el propósito de reformular el plan espacial de la ciudad se apoyaban en otras tantas políticas de memoria que intentaban reinterpretar la historia de Ferrol. La cultura política de confrontación radical que condujo a la Guerra Civil permitió poner al día este plan espacial al identificar un mismo –y ‘asequible’- enemigo en el exterior y en el interior. El ejército franquista convirtió la represión política contra la clase trabajadora en un aspecto central de la victoria contra ‘los rojos’: la Segunda República. El franquismo supuso el retorno de un Ferrol segregado y militarizado, mientras que en la década de 1980 la integración en la Unión Europea y la transición a la democracia vinieron a dejar este modelo Ferrol 1 Historia urbana

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‘Historia de dos Ciudades’. La Memoria de Ferrol, entre laMarina de Guerra y la Clase Trabajadora.*

José María Cardesín

‘para los señores del Estado, aquellos queguardan los panes y los peces, estaba más claroque el agua que en general las cosas estabanestablecidas para durar eternamente’Charles Dickens, Historia de dos Ciudades

‘porque yo lo hago con un barco me llamanladrón; porque tu lo haces con una granescuadra te llaman emperador’Augustín de Hipona, De Civitate Dei

La cultura política moderna, constituida –entre otras cosas-por prácticas de poder, se elaboró en las ciudades. Y esto no sóloporque en ellas residían las instituciones de poder, sino porqueplanteaban retos novedosos de abastecimiento, logística y control dela población. Muchas ciudades de la Ilustración y en especial lasfundaciones militares constituyeron lugares de experimentación delas nuevas tecnologías disciplinarias que operaban a través de unaordenación coercitiva de los espacios públicos,1 y de las nuevaspolíticas de memoria que buscaban construir consenso.2 Y en ellas seorganizaron complejas escenografías para desplegar el ritualceremonial del Estado y las élites. Sin embargo la población norecibía pasivamente esas prácticas de poder: las matizaban y lesponían límites en la práctica cotidiana, y en situaciones de crisis lascuestionaban abiertamente,3 reinterpretando en favor propio las ideasde la cultura política oficial.4 La historia de la fundación de Ferrol esilustrativa de esta cuestión. La ciudad fue diseñada ‘ex-novo’ por

ingenieros militares al servicio de la monarquía española de laIlustración, como anexo al complejo formado por una base naval yunos Arsenales. Los principios de estratificación sobre los que sefundaba la sociedad, y la necesidad de defenderla de ataquesenemigos y de someter a disciplina a los trabajadores llevaron aaplicar un plan espacial cargado de violencia y de segregación entrelos oficiales de Marina y la clase trabajadora. Sin embargo estaorganización del espacio precisaba para mantenerse de un sistemacoercitivo muy costoso, que se veía contestado frontalmente por lapoblación siempre que circunstancias económicas y políticasdesfavorables venían a reducir la capacidad financiera y coercitiva delestado.

A largo plazo, los cambios en la economía y en la geopolíticainternacional, así como aquellos que se produjeron en el arte de laguerra afectaron a la viabilidad de la ciudad. Y los cambios en lacultura política y en las alianzas de clase redefinieron los límites deposibilidad de las prácticas de poder. En el S.XIX, la base naval y laeconomía de enclave de Ferrol quedaron obsoletas. Y la nuevacultura política propia del estado nación y de la política de masashicieron más compleja la tarea de controlar a una clase trabajadoraque podía eventualmente tejer alianzas con la burguesía local. El planespacial de Ferrol se mostraba ineficiente para frenar ataques delenemigo y para someter a disciplina a los trabajadores, además deerigirse en un obstáculo para el desarrollo de la ciudad. Y los diversosproyectos que concurrían en el propósito de reformular el planespacial de la ciudad se apoyaban en otras tantas políticas de memoriaque intentaban reinterpretar la historia de Ferrol. La cultura políticade confrontación radical que condujo a la Guerra Civil permitió poneral día este plan espacial al identificar un mismo –y ‘asequible’-enemigo en el exterior y en el interior. El ejército franquista convirtióla represión política contra la clase trabajadora en un aspecto centralde la victoria contra ‘los rojos’: la Segunda República. El franquismosupuso el retorno de un Ferrol segregado y militarizado, mientras queen la década de 1980 la integración en la Unión Europea y latransición a la democracia vinieron a dejar este modelo

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definitivamente obsoleto. Desde entonces, las dificultades de laciudad para formular un proyecto de desarrollo alternativo y paratrazar una política de memoria consensuada están directamenterelacionadas, y son al tiempo causa y efecto de la inestabilidad de lavida política local.

Astilleros de la Monarquía Borbónica (1750)

Fuente: Elaboración propia

A.- Una ciudad que desde sus orígenes estaba lastrada consegregación y violencia.

La fundación de Ferrol fue resultado de una decisión política.Después de la firma del Tratado de Utrecht en 1713, la nueva dinastíade los Borbones decidió reorganizar la Marina de Guerra, dada lanecesidad de defender las costas españolas y las colonias americanas,así como de tutelar el comercio con América. A tal fin se dividió ellitoral peninsular en tres departamentos marítimos, en torno a cuyascapitales se instalaron otras tantas bases navales y arsenales. MientrasCartagena se convertía en sede del Departamento de Levante(Mediterráneo) y Cádiz en la del (Atlántico) Sur, la capital delDepartamento del Norte vino a situarse en el noroeste peninsular, enlas costas de Galicia. La ‘ría’ –estuario- de Ferrol estabaestratégicamente situada en relación con el tráfico marítimo,amenazando las comunicaciones de Inglaterra con América y la ruta delas Indias Orientales. El estuario amplio, de gran calado y con la

entrada muy estrecha y enmarcada por elevaciones montañosas, erafácil de defender. El único obstáculo radicaba en la ausencia de centrosurbanos, más allá de la pequeña villa de Ferrol (a partir de ahora‘Ferrol Viejo’), que apenas rebasaba los mil habitantes. De ahí ladecisión de la monarquía de fundar una nueva ciudad, que tambiénllevará el nombre de Ferrol, y será nombrada en 1726 capital delDepartamento Marítimo del Norte.5

Mapa de las Rías de Ferrol, Coruña y Betanzos por Vicente Tofiño

Fuente: Colección Carlos Martínez Barbeito de Estampas de Galicia, Ayuntamiento de ACoruña

La primera fase se desarrolla hasta 1740 bajo el reinado deFelipe V. Almacenes, oficinas y astilleros se ubican provisionalmenteen la pequeña villa de A Graña. Dos castillos (los de San Felipe y laPalma) y siete baterías de costa convierten la ría en inexpugnable.Durante el reinado de Fernando VI y bajo mandato del Marqués deEnsenada, entre 1746-1754, los astilleros y tinglados civiles y militares

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se trasladan a su actual emplazamiento ría adentro, buscando aguas demayor calado y un espacio adyacente al litoral adecuado para construiruna nueva ciudad.

La posición periférica de la ciudad en el seno de una ría decostas muy recortadas, no favorecía las comunicaciones por tierra ni eldesarrollo de una economía diversificada. La vecina ciudad de ACoruña absorbía las funciones comerciales y administrativas,6 y lascomunicaciones por tierra entre ambas ciudades serán siempre muydeficientes. La nueva industria de enclave depende de decisiones,financiación y tecnología exterior. Y las ventajas estratégicas ligadas asu localización y a la inexpugnabilidad de su estuario se desvanecerángradualmente, en función de los cambios experimentados por lageopolítica internacional y por el arte de la guerra. En consecuencia, lareactivación de las instalaciones dependerá cada vez más de decisionespolíticas, en favor de Ferrol o de centros alternativos. Lo que otorgarágran importancia a las conexiones con políticos influyentes ligados alaparato del estado.

Buques construídos en Ferrol (1750-1860)

Fuente: Elaboración propia

La ciudad experimentará fases de auge o decadencia según lacoyuntura económica y política favorezca a la Marina de guerra y a losastilleros. La expansión en la segunda mitad del S.XVIII es paralela ala reactivación del comercio colonial y a los programas navales de losreinados de Fernando VI y Carlos III. Unos astilleros con capacidadpara construir simultáneamente hasta doce navíos dan trabajo a más de5.000 obreros. La ciudad pasa de los 455 vecinos censados en 1746hasta los 1.208 del año 1751, para acabar el siglo en torno a los 4.100vecinos. Por entonces diversas estimaciones le atribuyen entre 20.000 y25.000 habitantes, lo que la convertiría en la más importante deGalicia.7

Navío de línea Santísima Trinidad, botado en La Habana en 1769

Fuente: Museo Naval de Madrid

Desde sus puestos como secretario simultáneamente deHacienda, Guerra, Marina e Indias el Marqués de Ensenada articulóuna visión geoestratégica, una política naval y el necesario apoyo

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presupuestario. Las reformas navales de la época primaban navíosque pudieran conjugar rapidez con gran porte para armar artillería. EnFerrol se levantarán los astilleros capaces de construir esos buques, ylos arsenales que permiten pertrecharlos y repararlos.8 Se precisabaninstalaciones dotadas de edificios especializados que facilitasen laorganización técnica y la división del trabajo, pero también el controlde los trabajadores. En los años 1749-50 se envió a oficiales deMarina a espiar en los arsenales ingleses, franceses y del Báltico.9

La Ciudad de Ferrol 1859

Fuente: Colección Carlos Martínez Barbeito de Estampas de Galicia, Ayuntamiento de ACoruña

Urge construir los primeros barcos. Por esa razón se segreganal este los Astilleros, que se levantan en el lugar de Esteiro, entre1749-53. Entre 1752-70 se construyen los Arsenales, que constan deuna gran dársena defendida mediante un espigón que está armado deuna batería de cañones. El ‘Arsenal del Parque’ se erige inmediato alespigón, y cobija los depósitos de armas y pertrechos, y lasinstalaciones para colocar la arboladura. El ‘Arsenal del Dique’ seextiende entre aquel y el Astillero: allí se realizan las tareas de

reparación y mantenimiento, en particular la delicada operación decarenar –limpiar los fondos-. Los diques de carenar se vacíanmediante bombas de achique, una tarea agotadora, casi letal, confiadaa presidiarios. De ahí la construcción en el mismo Arsenal del Diquede un ‘Presidio’ con capacidad para mil condenados.10 Además, en laprimera etapa de construcción se recurre masivamente a mano deobra forzada: cientos de gitanos y vagabundos, y trabajadores nocualificados reclutados en Galicia, que continuamente intentandesertar.11

Arsenal del Parque, con la escollera y la Sala de Armas (1850)

Fuente: Litografía de José Alonso Esquivel, (1850), Museo Naval de Madrid. Modificadopor J. Gelpi

Los trabajadores de astilleros y arsenales se denominancolectivamente ‘la maestranza’.12 Organizados bajo estructura ‘deoficio’, reducirlos a disciplina no es tarea sencilla. En particulardebido a los retrasos en las pagas, de varios meses, más frecuentesconforme nos aproximamos al final del S.XVIII. La práctica para-legal de recoger ‘astillas’ –maderas inservibles- se convierte en uningreso complementario vital, porque permite a los trabajadoresobtener dinero al momento. Pero puede encubrir el hurto, que con elescaqueo y la insubordinación son la pesadilla de las autoridades. Elsabotaje es fácil en unos arsenales donde se acumulan materialescombustibles,13 y los pasquines con amenazas de provocar incendios

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acompañan a los conflictos laborales.14 Las autoridades vigilan elhábito de fumar en el trabajo, y se afanan con escaso éxito enrestringir la costumbre popular de encender hogueras en la ‘Noche deSan Juan’.15

Sala de Armas, en el Arsenal del Parque (1903)

Fuente: Fondo de Postales del Ayuntamiento de Ferrol

Era necesario el control militar, tanto sobre los trabajadoresforzados como sobre los trabajadores libres de la maestranza. De ahíla presencia temprana en la ciudad de regimientos de infantería demarina, que alcanzan los 3.000 soldados en 1753. También seensayan nuevas tecnologías disciplinarias que operan a través de unaorganización coercitiva del espacio. Las instalaciones navales seaíslan de los núcleos habitados. Los astilleros de Esteiro se rodean deun muro, que cuenta con una sola puerta. El muro de siete metros dealtura que cierra los Arsenales está circundado por un foso ancho yprofundo, y también cuenta con una única entrada, la ‘Puerta delDique’. Muro y foso tienen la función de dificultar el hurto demateriales y herramientas y el escaqueo por parte de la maestranza,pero también ayudan a prevenir la fuga de los presidiarios. Y caso deque la maestranza se subleve permiten cerrarle el paso al Arsenal, enparticular a la ‘Sala de Armas’ que cobija cañones y fusilería.Maestranza y marinería quedan sujetas a disciplina militar. El

Comandante General del Departamento es a la vez jefe de la escuadray de los arsenales. Y ambos colectivos caen bajo jurisdicción deMarina. En 1785 las ‘Leyes Penales para el Arreglo de laMaestranza en los Reales Arsenales de Marina’ prevén la revistadiaria, y diversas faltas se sancionan con calabozo o colocando al reoen un cepo en la Puerta del Dique.16

Una organización coercitiva del espacio de talescaracterísticas es también la base sobre la que se desarrollan laspolíticas de memoria. Los Arsenales exhiben una arquitecturaimponente, que proclama que la monarquía es poderosa. Lamonumental Puerta del Dique coronada por el escudo del monarcaCarlos III, no sólo recibe a los trabajadores sino que se despliega antetoda la población. El gran reloj que la culmina organiza el ritmo detrabajo, pero también la vida de la ciudad, al igual que la sirena quemarca la entrada y salida de la maestranza. Frente a la Puerta delDique se levanta una fuente-obelisco coronado por una imagen de la‘Fama’, que sopla la trompeta en honor del Rey.

Puerta del Dique, en el Arsenal de Ferrol (c. 1900)

Fuente: Fondo de Postales del Ayuntamiento de Ferrol

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Las dimensiones reducidas de la antigua población de FerrolViejo, sin capacidad para alojar a los nuevos vecinos, harán necesarioconstruir una nueva ciudad, que también estará segregada en dosbarrios. En Esteiro, al pie de los astilleros, se levanta en la década de1750 un barrio para la maestranza. Frente a los Arsenales, el nuevobarrio de La Magdalena será patrimonio de los oficiales de Marina.

Soldado de Batallones y Artillero de Marina (finales S.XVIII)

Fuente: Acuarela en el Museo Naval de Madrid.

La decisión de construir anticipadamente los Astillerosobligará a alojar en sus cercanías a los trabajadores: primero encuarteles, más tarde en barracones de madera, finalmente en casas depiedra. Los ingenieros militares imponen el trazado de Esteiro: seiscalles paralelas cortadas por travesías. Las primeras obras deurbanización –empedrado, alcantarillado- tardarán un siglo en llegar.Entre el poblado y el Astillero los ingenieros trazan una plazarectangular, el ‘Cuadro de Esteiro’. Allí se levantan las oficinas de laIntendencia de Marina, la iglesia castrense, un hospital y un cuartel.El ‘Cuartel de Batallones’ es un edificio majestuoso: ubicado en unaatalaya, vigila la bahía, el Arsenal, el Astillero y el poblado. Los4.000 soldados que en él tienen cabida realizan maniobras ante él,para espectáculo y advertencia de la maestranza. El ‘Hospital de

Marina’ depende de la jurisdicción castrense, y se financia con larecolección de maderas inservibles del arsenal, en detrimento de losingresos de los trabajadores. Paradójicamente, mientras los oficialesde Marina y sus familias son atendidos en él, la maestranza sólopuede acceder en caso de accidente laboral, y sus familias carecen deese derecho. Deberán acudir al ‘Hospital de la Caridad’, al norte delbarrio de La Magdalena.17

Una separación tajante se erige entre la maestranza ymarinería, y los oficiales de Marina, particularmente aquellos quepertenecen al ‘Cuerpo General’ -la élite con mando de tropa o buque-.Las reformas Borbónicas acabaron con la práctica de promover a losmarineros al rango de oficiales. A partir de ahora los oficialesdeberán formarse en la nueva Real Academia Naval, para cuyoacceso se exigen pruebas de limpieza de sangre y origen nobiliar.Además, en una región donde coexisten dos idiomas en posiciónasimétrica –el gallego mayoritario, el castellano lengua de prestigiolimitada a ciertas élites letradas urbanas- los oficiales de Marina deextracción foránea se expresarán en castellano, la maestranza engallego. Tómese nota de los nombres de ambas vecindades, mientrasEsteiro es una palabra gallega que significa ‘estero’, La Magdalena-en español- conmemora el nombre de la célebre seguidora deJesucristo. Las guerras napoleónicas, que tendrán un efectodemocratizador en la extracción social de los oficiales del ejército detierra, no producirán el mismo resultado en la Marina, donde unreclutamiento endogámico se verá reforzado por la rotación de laoficialidad entre las sedes de Ferrol, Cádiz y Cartagena.

El barrio de La Magdalena fue diseñado por ingenierosmilitares, y su primera fase de construcción es contemporánea de lasobras del Arsenal.18 En 1755 aún se proyectaba una ciudadinterclasista, dado que el poblado de Esteiro era una soluciónprovisional destinada a ser demolida. Pero tras la caída del Marquésde Ensenada se adopta una nueva política naval ofensiva, y los gastosbélicos acaparan una parte creciente del presupuesto, en detrimento

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de la construcción de los Arsenales y de la nueva ciudad. En 1761 elingeniero militar Francisco Llobet asume la continuidad de Esteiro, yplantea una Magdalena más reducida, segregada de facto para losmilitares.

Mapa de la Ciudad de Ferrol (1845)

Fuente: VVAA, El Barrio de la Magdalena del Ferrol (Santiago de Compostela, 1980),Edita COAG

En 1763 el ingeniero militar Julián Sánchez Bort propone elplano definitivo: seis calles longitudinales, nueve transversales, todasde la misma anchura, recortan manzanas rectangulares de igualesdimensiones. En los extremos se plantean dos plazas: la ‘de [laVirgen de los] Dolores’ y la ‘Plaza de Armas’, a las que desembocanlas tres calles principales. El resultado es una escenografía muy aptapara el desarrollo de procesiones civiles y desfiles militares. Tambiénfacilita los movimientos de tropas en caso de revuelta (tal y comopreveían los tratados que estudiaban los ingenieros militares).Sánchez Bort también diseña la primera gran Alameda pública en

Galicia, entre La Magdalena y el muro que cierra los Arsenales.Hasta la segunda mitad del S.XIX este será el espacio preferencialpara pasear y donde desarrollar las ceremonias cívicas. Ante quiencamine por la Alameda se exhibe una cuidada escenografía: hacia losArsenales, el Cuartel de Batallones, la Puerta del Dique y la Sala deArmas; del lado de La Magdalena, la monumental iglesia de SanJulián, la Cárcel pública (1802), y el edificio de Capitanía General(1760), sede del Comandante General del Departamento y atalayasobre ciudad y arsenales.19 Y el mismo Sánchez Bort será el autor delos proyectos definitivos de los cuatro primeros edificios, que seinauguraron entre 1765-66.20

Iglesia de San Julián (principios S. XX)

Fuente: Fondo de Postales del Ayuntamiento de Ferrol

La jurisdicción castrense dirige la construcción de la ciudad.El Comandante General de Marina es el Jefe Militar de la Plaza, y losinfantes de marina realizan las funciones de policía hasta 1774.21 Enese año se completan las murallas que ciñen la ciudad. Inútilesmilitarmente dada la pobreza de su construcción, son recordatorioomnipresente de la jurisdicción militar, además de resultar útiles paracobrar los impuestos municipales que gravan el consumo de

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productos básicos. La jurisdicción civil es desempeñada por unAlcalde Mayor, nombrado inicialmente por la autoridad militar, yelegido por los vecinos desde 1774. El poder civil carece de recursosfinancieros, por ello la casa consistorial se alojará frente a la Puertadel Dique en edificios prestados, ya en la Cárcel pública, ya en la‘Cátedra de Latinidad’ -una escuela municipal-. La debilidad de lajurisdicción civil y su subordinación a las autoridades de Marina iránmás allá de esta primera fase de diseño y puesta en marcha de laciudad. La carencia de fondos y los desacuerdos en torno a ladelimitación de las jurisdicciones permitirán que la red dealcantarillado desagüe durante más de un siglo las aguas fecales deLa Magdalena en el foso del Arsenal, generando una atmósferapestilente que no podía ser erradicada dada la incapacidad de lasautoridades civiles y de Marina para alcanzar un acuerdo.

Las autoridades de Marina organizan el abastecimiento de lapoblación e imponen impuestos sobre el consumo. Las transaccionesde comestibles se concentran en 1769 en torno a la Plaza de Dolores,cerca del Palacio de Capitanía. Allí son instaladas imperativamenteen 1784 las vendedoras ambulantes.22 Más allá de controlar losprecios, rige una preocupación moral: controlar la sexualidad de lamujer y el riesgo sanitario que comporta, esa sífilis que diezma a latropa.23

las mujeres públicas que por no sujetarse al trabajo y a servir,buscan un medio escandaloso para perder al género humano […] elestrago que de algunos años a esta parte causa en España el malGálico [la sífilis…] perjudican al Real Erario y al Estado, en latropa y marinería, que continuamente mandan a los Hospitales, delos cuales, unos mueren y otros mal curados […] En la villa deFerrol habrá cien mugeres incastas, que a todas horas se ven con latropa, marinería y otra gente lasciva.24

Esas mujeres que recorren las calles, dedicadas a la ventaambulante, camino del trabajo o llevando el almuerzo a sus parientesburlan la división de la ciudad en compartimentos estancos, en tanto

que hacen fluir la información y construyen redes de solidaridadpotencialmente subversivas. Pero si esta realidad viene a poner encuestión en tiempo de paz la organización coercitiva del espacio querige en Ferrol, la situación deviene explosiva en tiempo de guerra.Dado que la ciudad era incapaz de abastecerse en su extrarradio ydebía importar la mayor parte del grano por vía marítima, la escaladabélica en la segunda mitad del S.XVIII generaba crisis deabastecimiento recurrentes. Y dado que la práctica totalidad de las30.000 personas que poblaban la ciudad dependía directa oindirectamente de los salarios pagados por la Marina,25 cuando lamonarquía atravesaba por dificultades financieras y se atrasaba en suspagos las tensiones sociales se disparaban, y el propio diseño de laciudad como espacio coercitivo revelaba su vulnerabilidad. Lassublevaciones de la maestranza, en protesta por los impagos desalarios, se hacen más frecuentes conforme avanza el siglo: untumulto en 1754, huelgas en 1781 y 1791, una sublevación en 1795.La situación se agrava con motivo de las guerras napoleónicas,cuando en 1805 la escuadra española es destruida en Trafalgar, dondemuchos ferrolanos perecen ahogados. Coincidiendo con ellevantamiento en todo el país contra la ocupación francesa, en mayode 1808 se sublevan en Ferrol los presidiarios, y en junio lamarinería.

Escena de trabajo en un Astillero español (1748)

Fuente: Reales Ordenanzas de los Astilleros de la Marina (1748), Museo Naval de Madrid

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A finales de este mes se constituye una ‘Junta de Pacificaciónde Ferrol’ integrada por las máximas autoridades civiles y militares, yque reúne –caso excepcional- todas las jurisdicciones ‘a fin de tomarde antemano y con anticipación las medidas y providenciascorrespondientes a precaver los insultos y conmociones delpopulacho que se experimenta en este vasto pueblo’.26 A fin decontrolar mejor a la población la Junta reconoce una situación defacto, dividiendo la ciudad en cuatro ‘cuarteles’ o sectores: FerrolViejo, Esteiro y –con dos sectores- La Magdalena. La Junta viene asía sancionar de facto la segregación espacial de la ciudad.27 En LaMagdalena se concentraban los oficiales del ‘Cuerpo General deMarina’, los grandes y medianos comerciantes y las profesionesliberales, mientras en Esteiro residía la mayor parte de la maestranza,y una mayoría absoluta de los peones no cualificados y jornaleros.28

La Magdalena, con un diseño urbanístico que facilitaba el controlmilitar y el ritual ceremonial del Estado y las élites, concentrabatambién las mejoras urbanísticas y los edificios que eran emblema delpoder de la Armada. La segregación espacial reforzaba los efectos dela distancia social, atizando el odio de clase. Ya en 1771 se quejabaun comisionado real de la actitud de los vecinos de LaMagdalena,’poblada de infinitos privilegiados’. En 1807 unasublevación de la maestranza culminaba en la quema del ‘Teatro deComedias’, ubicado en La Magdalena y de acceso reservado a losoficiales de Marina.

En enero de 1809 el ejército napoleónico ocupa Ferrol. Pocosdías antes una muchedumbre atacaba la casa del ‘afrancesado’Comandante General. El ejército inglés llega en junio, pero se marchaen agosto, llevándose todos los barcos útiles y los pertrechos. Desdeentonces la ciudad vive una situación caótica, los salarios no sepagan, y en 1810 llega el hambre. El 10 de febrero el general Vargas,nuevo Comandante General, es asesinado:

Una porción de mujeres de la hez del pueblo se reunierontumultuariamente a la puerta del arsenal del dique [reclamando elpago de los salarios de sus maridos…] La maestranza que se hallaba

en sus talleres [...] se agolpaba a la puerta interior de hierro delarsenal [...] aquella turba desenfrenada sacaba golpeado y herido algeneral del Departamento por las escaleras de su misma habitación.La fatal voz de “arrastrarlo” cundió entre la muchedumbre; [ellos]atan una cuerda a los pies del desgraciado general, y a la vista desus mismos soldados le sacan por la puerta del arsenal y le llevanarrastrando, en medio de una horrible gritería [por la Alameda]hasta [el Cuadro de] Esteiro, en donde dejan abandonado su cadáver[a la Puerta del Astillero].29

Botadura de la fragata "Restauración" en Ferrol (1825)

Fuente: Museo Naval de Madrid

E.P. Thompson 30 exploró cómo el ‘teatro callejero’desarrollado por la plebe se apropia del ritual ceremonial del Estado ylas élites al tiempo que lo subvierte. Linchamientos como aquel quesufrió el General Vargas se desarrollaron en diversas ciudadesgallegas y españolas en los tres años que siguieron a la invasiónnapoleónica, tomando por lo general como objetivo a las máximasautoridades. Estos linchamientos suponían de facto una apropiaciónpor la multitud amotinada del antiguo ritual infamante propio delprocedimiento penal, en el que tras la ejecución el cadáver del

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malhechor era arrastrado ante los insultos de la muchedumbre, paraacabar finalmente expuesto en un lugar público.31 La sublevación de1810 se desarrolló en Ferrol a lo largo de aquel espacio organizado demanera coercitiva sobre la separación tajante entre áreas de trabajo ypoblación. Obsérvese el itinerario del linchamiento. Las mujeresfranquean la Puerta del Dique para acceder a un espacio vedado a lapoblación civil, se unen a la maestranza, asaltan la casa de su jefe, loultrajan arrastrándolo por la Alameda, le apuñalan delante del edificoque albergaba la prisión y el ayuntamiento, y abandonan el cadáver ala Puerta del Astillero, junto a las oficinas de Tesorería responsabledel pago de salarios. La revuelta vino a cuestionar el sistemadisciplinario vigente, ante la pasividad de unos soldados que tambiénsufrían los precios altos del pan y los retrasos en las pagas.

El alcalde de Alcoy 'arrastrado' en la sublevación de 1873

Fuente: Revista 'La Ilustración Española y Americana', en J. M. Jover (dir), Historia deEspaña Tomo XXXIV: La era isabelina y el sexenio democrático (1834-1874), p. 743

En enero de 1811 la Audiencia de A Coruña emitía sentenciacontra dos mujeres y un hombre acusados de ser cabecillas del motín,estableciendo que una de ellas fuera colgada en la horca ‘hasta quenaturalmente muera y de así ejecutado sea cortada y dividida sucabeza de los hombros por mano del ejecutor de justicia, [y] se fijeen un Palo con su escarpia frente a la Puerta del Dique […y allí]publicar los delitos que ha cometido y la pena en que incurrió la

sobredicha por voz del mismo oficial’.32 El itinerario del suplicio,volviendo a la escena del crimen intentaba restaurar la divisióncoercitiva de los espacios y el sistema de control original. Peronuevos tiempos demandaban nuevas soluciones. Las autoridadesmunicipales promovían un programa de obras públicas que al tiempoque contribuía a paliar el desempleo aminoraba la vulnerabilidad dela ciudad a las crisis de abastecimiento. Comenzaba la construcciónde la ‘Carretera de Castilla’, buscando una alternativa alabastecimiento por vía marítima. La Carretera entraba directamente aLa Magdalena por la ‘Puerta Nueva’, abierta en la muralla en 1811-un año después del motín-, evitando el barrio de Esteiro hastaentonces principal vía de acceso a la ciudad. También se urbanizabanlas dos plazas de La Magdalena, a fin de establecer mercados.33 Lasobras públicas permitían además desplegar políticas de memorianovedosas. La nivelación de la Plaza de Armas culminaba en 1813 enla construcción de una fuente y un obelisco-cenotafio en honor delbrigadier Cosme Damián de Churruca, segundo en el mando de laArmada española en la batalla de Trafalgar, y que al morir tanheroicamente como el almirante Nelson habría salvado el honor de laescuadra. El monumento implicaba una reparación simbólica por elasesinato del General Vargas, que también había comandado un navíoen Trafalgar. Pero su significado era más amplio. En la iconografíadel nuevo régimen liberal, donde las élites políticas intentabansacudirse el yugo de la monarquía absoluta, los cenotafios dedicadosa los héroes que se habían inmolado por la Patria venían a suceder alos catafalcos provisionales que se dedicaban a los reyes reciénfallecidos. Una lectura de estas características se veía reforzada enFerrol gracias a las similitudes existentes entre la nueva fuente-obelisco construida en la plaza del mercado en honor del oficial de laArmada,34 y aquella otra que había sido erigida frente a la Puerta delDique en honor de Carlos III.

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Plaza de Armas, con el Obelisco de Churruca (c. 1905)

Fuente: Varios Autores, A Memoria de Ferrol (Vigo, 2002), P. 48, Edicións Xerais

B.- Buscando alternativas a la segregación social y a ladependencia de la Armada.

A principios del S.XIX la población de la ciudad cayó en un50%, hasta algo menos de 12.000 habitantes. La parálisis de laconstrucción naval se correspondía con la pérdida de las coloniasamericanas y con las crisis económicas y políticas que afectaban alpaís. Una nueva fase de recuperación tuvo lugar a mediados delS.XIX, de la mano de la reconstrucción del estado y del desarrollo deuna política naval de prestigio. La población de la ciudad alcanzó los21.400 habitantes en 1864. Ferrol sufría de la vulnerabilidadinherente a la dependencia económica de la Marina, pero lasconsecuencias para la población trabajadora se agravaban debido a lasegregación residencial. Esteiro se había ido degradando, conforme lacrisis de los astilleros dejaba sin empleo a la maestranza. El barrioperdía en la primera mitad del S.XIX casi 1/3 de sus vecinos,

mientras su peso demográfico en la ciudad caía del 40% a sólo un30%.35 La iglesia castrense se trasladaba a las proximidades delPalacio de Capitanía, como también lo hacían las oficinas deIntendencia de Marina, y su personal abandonaba la barriada, demodo que los oficiales de la Armada carecían de razones paravisitarla de manera expresa. También cerraba el comercio minorista.Eso sí, se instalaba un cuartelillo de la Guardia Civil, responsable delmantenimiento del orden público.36

La Ciudad de Ferrol, 1937

Fuente: Bernardo Castelo

Las reformas urbanísticas en la ciudad (alcantarillado entre1831-46, iluminación mediante gas en 1847) se concentran en el barriode La Magdalena, que en 1867 contaba con seis fuentes y un lavaderopúblico, mientras en el barrio de Esteiro apenas sí había dos fuentes enmuy mal estado, y sólo una calle estaba empedrada y provista decañería de desagüe. En 1895 el médico Pastor Nieto describía el barriocomo ‘el más populoso [… ] que cobija en su seno la prostitución

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desvergonzada y callejera [...] las casas son viejas, húmedas, conescasa luz y nula ventilación [...] sin letrinas en su mayoría y conpozos negros [...] con alcantarillado muy deficiente [...] que tienetodas sus calles, excepción de una, sin empedrado’.37 Tambiénsubrayaba como a lo largo de la última década las epidemias desarampión, viruela y difteria se habían cebado en Esteiro, sin apenasafectar al resto de Ferrol.

Calle Real, en el barrio de la Magdalena (principios S.XX)

Fuente: Fondo de Postales del Ayuntamiento de Ferrol

Mientras la ciudad seguía siendo vulnerable a las crisis y elbarrio de Esteiro se degradaba, gran parte de la población trabajadorapasaba a vivir ‘fuera de murallas’, en villas y aldeas del estuario deFerrol. La práctica de una agricultura a tiempo parcial, la sustraccióna los impuestos que gravaban en la ciudad el consumo de productosbásicos, y el acceso a vivienda barata y a condiciones de vida mássaludables reducían los costes de reproducción de unos trabajadores

que se desplazaban a la ciudad caminando o en las lanchas quecruzaban la ría. Sin embargo la distancia social se reproducía a travésde una segregación espacial que pasaba a tomar la forma de laoposición ciudad-periferia. A finales del S.XIX las autoridadesmunicipales intentarán obligar a los obreros que accedían demadrugada a los arsenales y astillero, desde el puerto comercial odesde la periferia oeste de la ciudad, a transitar fuera de las callescentrales de La Magdalena y paralelamente al muro del Arsenal, paraque sus voces o el ruido de sus pisadas no molestaran a los vecinosque aún seguían durmiendo.38

Monumento al Marino Sánchez Barcaiztegui, Alameda de Ferrol (2003)

Fuente: Foto del Autor

En un contexto de difusión de ideas políticas subversivasentre la población trabajadora, el desplazamiento de esta a la periferiareducía el riesgo de revueltas urbanas en una ciudad cuyo diseñocoercitivo se revelaba cada vez más inoperante. En la década de 1880Ferrol era una ciudad pionera en Galicia en cuanto al desarrollo delmovimiento obrero. Pocos años antes, en 1872, tenía lugar en Ferrol

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una insurrección republicana. Un puñado de suboficiales de laArmada se ponían al frente de 200 infantes de marina, 1500marineros y 200 trabajadores de la maestranza y se acantonabandurante una semana en los Arsenales, en unas instalaciones repletasde armas y diseñadas para ser inexpugnables por mar y tierra. Tras elfracaso de la insurrección las autoridades de Marina procedieron adesarmar de manera parcial los Arsenales, cegando el foso que losrodeaba y trasladando parte de las tropas y armamento a nuevoscuarteles que se construirían fuera de las murallas de la ciudad.39

Baile de gala en el edificio de Capitanía General (1907)

Fuente: G. Allegue, O oficio de vivir. A Cidade (Vigo, 1996), P. 34, Ed. Nigra

A lo largo de la Restauración (1875-1923) las relaciones entrela burguesía local y las autoridades de Marina se caracterizaron poruna cierta ambigüedad. En las dos primeras décadas el gobiernomunicipal de Ferrol se afanaba en construir monumentos,desarrollando una retórica nacionalista ligada a la Marina en tantodefensora de la ciudad, el país y el Imperio colonial. Ya en 1869 seubicaba junto al Palacio de Capitanía una estatua de Jorge Juan, elmarino que planificara el primer Ferrol. En 1881 el rey Alfonso XII

inauguraba en la Alameda un monumento al ferrolano SánchezBarcaíztegui, que fuera Comandante General de las fuerzas navalesdel Norte, y que había muerto en acción de guerra luchando a favorde los derechos al trono de dicho rey. Y en la nueva Plaza del Callaose ubicaba en 1894 un monumento a Méndez Núñez, el marino quehabía sido aclamado como héroe nacional tras comandar en 1866 laescuadra española en el ataque contra el puerto peruano de ElCallao.40

Botadura en la Spanish Society of Shipbuilding (c. 1925)

Fuente: Varios Autores, A Memoria de Ferrol (Vigo, 2002), P. 101, Edicións Xerais

Sin embargo aquella clase media que se había ido afirmando en elcontrol sobre el poder municipal se sentía cada vez más a disgusto bajola tutela de la Armada. Tanto esta como las familias de los oficiales deMarina estaban exentos por ley de pagar impuestos municipales.Además la delimitación de la jurisdicción civil y militar seguía siendouna cuestión controvertida. En 1859 Ferrol había perdido su frentemarítimo y había visto mutilado su principal espacio público, cuandolos Arsenales adelantaron su muro de cierre devorando parte de la

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Alameda. La ciudad se veía ahogada por murallas inútiles que elejército se negaba a abandonar. Además los cambios tecnológicos ygeoestratégicos iban eliminando las ventajas del estuario para albergaruna base naval, mientras que sus fortificaciones dieciochescasquedaban obsoletas. En 1898 la escuadra española era aniquilada en laGuerra de Cuba, y se perdían los restos del imperio colonial. Losciudadanos de Ferrol caían en la cuenta de que una escuadra enemigaarmada de artillería de largo alcance podría bombardear impunementela ciudad, ya no digamos cuando la aviación viniera a revolucionar elarte de la guerra.

Trabajadores ingleses de la Spanish Society of Shipbuilding (c. 1910-1920)

Fuente: Cadernos Ferrol Análisis, Ferrol en fotos un século atrás (Ferrol, 1998), P. 72

Pronto se van a ensayar nuevas fórmulas de gestión, cuando losAstilleros y parte de los Arsenales se arrienden en 1909 a unacompañía privada, la Sociedad Española de Construcción Naval, quecon participación social inglesa asegura la transferencia de tecnología.Además de la construcción y reparación de buques de guerra, lacompañía busca nuevos clientes en el sector civil. Paralelamente a lolargo de las décadas de 1910 y 1920 culmina la reforma de lapoblación de Ferrol (electrificación, traída de agua potable,alcantarillado), y la construcción de una infraestructura de

comunicaciones (ferrocarril, tranvía eléctrico, puerto comercial),contribuyendo a articular la ciudad con su periferia y con el conjuntodel país. En 1930 Ferrol alcanzaba la cifra de 35.000 habitantes, lo quela convertía en la tercera ciudad más importante de Galicia. Era la edadde oro de una próspera burguesía local, que influenciada como estabapor las nuevas ideas y hábitos de sociabilidad que traían consigo lostécnicos extranjeros recién llegados a la ciudad, parecía capaz desacudirse la tutela de la Marina y liderar un proyecto de convivenciabasada en el juego de los partidos políticos, organizaciones patronalesy sindicatos.

Pero España iba a seguir un camino diferente. Después de laGuerra de Cuba la Armada española encontró una nueva misión enauxiliar al Ejército en la lucha contra poblaciones civiles, ya se tratarade la Guerra de Marruecos o de la represión de todo tipo de conflictossociales. A lo largo de la década de 1910 se encadenan las huelgas, yejército y organizaciones obreras se enfrentan en las calles de Ferrol.En 1918 estallan protestas contra la carestía de la vida, mientrascientos de mujeres asaltan almacenes de comestibles y fuerzan rebajasde precios. En 1921 es asesinado en La Magdalena el primer tenientede alcalde y presidente de la Patronal ferrolana.41

La Dictadura del general Primo de Rivera (1923-30) imponeuna tregua provisional, tal y como evidencian las ambigüedades delas políticas de memoria. En 1927 la corporación municipal dedicabauna placa al ferrolano Pablo Iglesias, fundador del Partido SocialistaObrero Español, y daba su nombre a una plaza del barrio de Esteiro,donde naciera en 1850.42 Pero meses más tarde esa mismacorporación instalaba otra placa en honor de dos militares ferrolanos,en su casa natal del barrio de La Magdalena: los hermanos Franco.Francisco Franco era general del Ejército de Tierra, y en 1926visitaba Ferrol donde era aclamado como héroe de la ‘Guerra deAfrica’. El Círculo Mercantil e Industrial le nombraba presidentehonorario, mientras el presidente del Casino Ferrolano proponía laerección de un monumento a los ferrolanos muertos en dicha guerra.43

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En los homenajes a Pablo Iglesias y a Francisco Franco concurríandos políticas de memoria diversas, la primera se correspondía con unaciudad obrera y vinculada al internacionalismo socialista, la segundacon una ciudad militar volcada a aventuras coloniales.

Proclamación de la Segunda República, ante el edificio de Capitanía (1931)

Fuente: Cadernos Ferrol Análisis, Ferrol en fotos un século atrás (Ferrol, 1998), P. 14

Desde 1931 la Segunda República experimentó un proceso deradicalización, en Ferrol como en el resto de España. Cuando enfebrero de 1936 el Frente Popular ganó las elecciones generales,ciertos miembros de las élites políticas y financieras comenzaron aconspirar para organizar un pronunciamiento militar. El 18 de julio elejército de Marruecos se sublevaba a las órdenes del General Franco.Dos días más tarde el levantamiento triunfaba en Ferrol, y las huellasde una memoria urbana cargada de violencia y segregación teníanocasión de actualizarse una vez más. Aunque las organizacionesobreras y parte de la marinería de los navíos fondeados en losArsenales intentaron resistir, finalmente debieron rendirse. Larepresión fue un baño de sangre, y se cebó en los trabajadores de lamaestranza y en los marineros y suboficiales de la Armada. En losdos primeros años de guerra 215 miembros de la Marina fueronejecutados previo consejo de guerra, mientras otros 239 civiles

murieron ‘tras agresión a la fuerza pública’, es decirmayoritariamente asesinados sin juicio previo. El número deejecuciones y/o asesinatos en toda la comarca de Ferrol en los tresaños de guerra ascendería a 2.000.44

Trabajadores en la Spanish Society of Shipbuilding (1931)

Fuente: Cadernos Ferrol Análisis, Empresa Nacional Bazán: 50 Aniversario (Ferrol,1997), P. 40

Ferrol cumpliría a lo largo de la guerra un papel estratégicocomo el más importante centro de construcción, reparaciones yaprovisionamiento de buques de la España franquista. Garantizó a suArmada la supremacía en el Mar Cantábrico y fue clave en laconquista de los centros mineros e industriales entre Asturias y PaísVasco, que habían permanecido leales a la Segunda República. Elplan espacial coercitivo de Ferrol se vio actualizado en la medida enque se procedió a una identificación del enemigo exterior e interior:la represión política contra la clase trabajadora ferrolana se convirtióen un aspecto central de la victoria contra la República. Las tapias delos cementerios, las murallas de los dieciochescos Castillos de SanFelipe y la Palma, y el Arsenal se convertían en escenarios predilectosde los fusilamientos. El mismo Castillo de San Felipe, lasinstalaciones militares de A Graña, el dique del Arsenal y dos buques

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anclados en él eran transformados en prisiones, de las queperiódicamente serían extraídos los presos para ser fusilados. Antelos ojos de los obreros de la maestranza que trabajaban en losArsenales, ante aquellos que atravesaban en lancha la ría para acudiral trabajo, las instalaciones del Ferrol de la Ilustración se reconvertíanen lugares de la memoria… de la represión.

Entierro del Almirante Luis de Castro (1939)

Fuente: 'Portafolio: Entierro del Almirante Luis de Castro, 1939', en Ferrol Análisis, 17(2002), P.260

C.- ‘El Ferrol del Caudillo’.

La violenta represión se prolongó a lo largo de la posguerra: milpersonas más serían asesinadas en la comarca de Ferrol en los quinceaños que siguieron al final de la Guerra Civil.45 El régimen franquista

jugó fuerte en las políticas de memoria, presentando la SegundaRepública como una etapa caracterizada por la pobreza y la anarquía,y a la sublevación militar y a la guerra civil subsiguiente como una‘Cruzada’ desarrollada contra el comunismo y en defensa de lareligión católica. El franquismo supuso el retorno de un Ferrolmilitarizado y segregado. La construcción de monumentos, y laorganización de rituales que festejaban a sus héroes e hitosfundacionales se centraron en La Magdalena:46 su calle principal sellamaría ahora ‘Calle del General Franco’; el 18 de julio de 1940,‘Aniversario del Alzamiento Nacional’, se inauguró una ‘Cruz de losCaídos’47 en la antigua Plaza de Dolores; frente a la Puerta del Dique,el dictador inauguraba en 1949 un ‘Monumento a los ferrolanosmuertos en las campañas de Africa’; y la Plaza de Armas se remodelóen su conjunto cuando se construyó en 1953 un monumental PalacioMunicipal.

El Ministro del Interior saluda desde el edificio de Capitanía (1938)

Fuente: Cadernos Ferrol Análisis, A Guerra en Ferrol (Ferrol, 1999), P. 38

Al mismo tiempo la figura del dictador se veía realzada a lacategoría de líder invicto del que emanaban la paz y la prosperidad, yal que todo ‘buen español’ debía obediencia y gratitud. Y las éliteslocales decidían sacar provecho del poder personal del dictador, y

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explotar su vinculación personal con la ciudad donde naciera y secriara. En 1938, y coincidiendo con la visita a Ferrol del Ministro delInterior Ramón Serrano Suñer (cuñado de Franco) se organizó unagran concentración ante el edificio de Capitanía. El motivo, lapetición aprobada de forma unánime por la corporación municipal deque la ciudad modificara su nombre, pasando a llamarse ‘Ferrol delCaudillo’ (título honorífico otorgado al dictador). Muy pronto elConsejo de Ministros le dio curso legal. La entrada triunfal de Francoen la ciudad se produjo nada más acabar la guerra, cuandodesembarcó del crucero Canarias portando el uniforme deComandante General de la Marina. Volvería a Ferrol en otras veinteocasiones.48

Pazo de Meirás, residencia de verano de Franco (1992)

Fuente: FOAT SL

Ese mismo año, a través de la Diputación Provincial de ACoruña, un grupo de personalidades organizaron la adquisición delPalacio de Meirás, situado en las afueras de A Coruña, pararegalárselo a Franco. Desde entonces y hasta su muerte el dictadorpasaría allí buena parte de sus vacaciones estivales, y en torno a élacudirían miembros del gobierno y de las élites nacionales. Ciertos

consejos de ministros decisivos se desarrollaron en Meirás, ycuantiosas inversiones públicas se destinaron a la comarca.49 El favordel Estado explica la reactivación de la industria naval en Ferrol. LaSociedad Española de Construcción Naval era nacionalizada yredenominada Bazán: enclavada en Esteiro se especializaba enproveer a la Armada. Astano nacía en 1941 en el vecinoayuntamiento de Fene, siendo su principal cliente la marina mercante.Astano experimentó una rápida expansión, sobre todo desde 1962cuando el Primer Plan de Desarrollo otorgaba inversiones cuantiosasa Ferrol. Mientras la industria naval llegaría a emplear a más de20.000 obreros, la ciudad duplicaba su población pasando de 35.000habitantes en 1935 a 77.000 en 1950.50

El Ministro de Industria ante la maqueta de Astano (1964)

Fuente: M .A.Pérez Rodríguez, Astano. Un estaleiro na ría (Ferrol, 2000), p. 82

Más de la mitad de ese incremento se correspondía con lapoblación del vecino ayuntamiento de Serantes, incorporado al deFerrol en 1940. Contando por primera vez en su historia con unextenso término municipal la ciudad desborda sus murallas.51 Elensanche fuera de murallas tendrá lugar en torno a la antiguaCarretera de Castilla, rebautizada como ‘Avenida del Generalísimo’

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(otro de los títulos honoríficos del dictador). Flanqueando la Avenidae inmediatamente extramuros se ubicará a finales de los años 40 elnuevo barrio proletario de Recimil, una promoción pública de unmillar de viviendas en alquiler. La conexión entre esta Avenida y LaMagdalena se resuelve mediante una gran ‘Plaza de España’.52 Entorno a ella se erigen edificios de arquitectura grandilocuente,destinados a sedes institucionales y a viviendas para los oficiales dela Marina de Guerra y del Ejército de Tierra, y para los ejecutivos delos astilleros.

Nuevo Ayuntamiento en la Plaza de Armas (c. 1955)

Fuente: Fondo de Postales del Ayuntamiento de Ferrol

Entre 1959-64 se erigen en honor de Franco en las ciudades deMadrid, Barcelona, Valencia y Santander un conjunto de estatuasecuestres que le presentan en plenitud vital, en un momento en que eldeterioro físico asociado a la vejez comenzaba a evidenciarse. Poriniciativa del Casino de Ferrol se organiza en 1964 una ‘Comisiónpro Monumento al Caudillo Franco’, que será financiado mediantesuscripción popular. La estatua ecuestre, en la que el dictador porta eluniforme de Capitán General del Ejército de Tierra, será fundida enbronce en los astilleros de Bazán a partir de las hélices de un viejo

navío de guerra, y erigida en 1967 en la Plaza de España.53 Sereproduce aquella segregación social que caracterizara al primerFerrol: de un lado la ciudad de la Marina y la burguesía, en torno a laPlaza de España, de otro lado la ciudad proletaria, en el contiguobarrio de Recimil; y mediando, la estatua del dictador.

Estatua Ecuestre de Franco (1999)

Fuente: Foto del Autor

Pero apenas cinco años más tarde, en 1972, llegaban a Ferrollos primeros efectos de la crisis económica internacional, y lasprimeras medidas de reconversión naval. Paralelamente se vivía laagonía del régimen, relacionada con el ocaso biológico del dictador, yun tímido despegue de fuerzas políticas y sindicales de oposición. Yel 10 de marzo, cerca de la Plaza de España, una manifestación deobreros de los astilleros de Bazán era tiroteada por la policía, con elresultado de dos trabajadores muertos y dieciséis más heridos de bala.La huelga se extendió por las fábricas, los comercios cerraron y lapolicía tomó las calles. La Plaza de España, símbolo de la

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generosidad del dictador, quedaba asociado a la memoria de larepresión. Una imagen refrendada por la decisión que tomó elayuntamiento franquista de levantar en 1974 una estatua en honor deCamilo Alonso Vega, ferrolano ilustre, Teniente General... yexpeditivo hombre de confianza del dictador en la coordinación detareas de orden público. Mientras que, también por decisiónmunicipal, poco después de la muerte de Franco se fijaba al podio desu estatua ecuestre una gran placa de bronce que reproducía sutestamento, en el que garantizaba que su régimen le sobreviviría.

Obreros de Bazán en manifestación, Plaza de España (10-Marzo-1972)

Fuente: Fundación 10 de Marzo (ed.), España século XX: escenas do traballo (Santiago deCompostela, 1999), P. 135

D.- Entre la transición democrática y la reconversión naval.

En 1975, la muerte del dictador y la transición a la democraciavinieron a crear una nueva coyuntura política. El descrédito de lacultura política del Franquismo y la desorganización de las fuerzassociales que lo habían apoyado, y la nueva cultura política basada enlas libertades públicas, el sufragio universal y la concurrencia entrepartidos daría el gobierno de España en 1982, y hasta 1996, al PartidoSocialista. Pero la reorganización del Estado basada en la concesiónde autonomía a las regiones ha permitido hasta la fecha alconservador Partido Popular controlar el gobierno de Galicia, unaregión marcada por el peso de una población rural y envejecida.Ferrol y los ayuntamientos vecinos constituían una excepción. Unapoblación trabajadora empleada en la industria naval y habituada aestrategias de organización y movilización sindical proporcionó labase electoral para el acceso al poder municipal de los partidos deizquierda. Desde las primeras elecciones democráticas de 1979, yhasta 1987, una coalición liderada por el Partido Socialista gobernóFerrol.54

Mientras tanto, la internacionalización de la economíaespañola iba a mostrar que el modelo de economía de enclave en quese había basado la ciudad durante el Franquismo era inviable. Elproceso de entrada de España en la Comunidad Económica Europeadeterminaba a lo largo de la década de 1980 que el gobierno español–en manos socialistas- pusiera en práctica un programa dereconversión de la industria naval, que vino a afectar con enormedureza a los astilleros ferrolanos. La entrada de España en la OTANsuponía también una reestructuración en profundidad de la Marina yel Ejército de Tierra, y una fuerte reducción de sus efectivos en laciudad. En poco más de una década Ferrol perdía un 10% de supoblación. Sindicatos y organizaciones ciudadanas convocabansucesivas huelgas y manifestaciones, y se distanciaban del PartidoSocialista que compatibilizaba el poder municipal y el gobierno de lanación55.

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La ciudad de Ferrol, 1995

Fuente: La Voz de Galicia (modificado por los autores)

Las nuevas condiciones económicas y políticas globalescontribuían a generar una situación política convulsa en Ferrol. En lassucesivas elecciones municipales obtenían representación hasta seisfuerzas políticas diferentes, entre ellas agrupaciones electorales‘independientes’, lo que obligaba a formar coaliciones de gobiernoinestables que no lograban perdurar en el poder. En las elecciones de1987 el conservador Partido Popular ganaba la alcaldía; en 1989 unamoción de censura devolvía a la izquierda al poder; en 1991 elPartido Popular volvía a ganar las elecciones municipales; seis mesesmás tarde, una nueva moción de censura lo desalojaba, en beneficiodel Partido Socialista; y finalmente en las elecciones de 1995 elPartido Popular volvía a recuperar la alcaldía.56

En esta inestabilidad también venían a incidir lascontradicciones de la situación política española, y no sólo aquellasque se derivaban de las tensiones entre el gobierno autónomo deGalicia, en manos del Partido Popular, y el gobierno de la nación,detentado por el Partido Socialista. La transición a la democracia sebasó en un acuerdo de mínimos entre las fuerzas más moderadas delrégimen franquista y la oposición. Excluidas del acuerdo, lasposiciones más radicales en ambos bandos iban a optar por la vía delpronunciamiento militar y del terrorismo. Ambos fenómenosacabaron repercutiendo en una ciudad donde coexistían de maneraconflictiva la memoria del militarismo franquista y de la movilizaciónobrera, y pusieron en dificultades a gobiernos municipales de distintosigno. Entre 1983 y 1985 dos de las figuras más sobresalientes delintento de golpe de estado del 23-F, el teniente coronel de la guardiacivil Tejero que tomara el Congreso, y el teniente general Milans delBosch que sacara los tanques a la calle en Valencia, estabanconfinados en sendas prisiones militares en la ría de Ferrol (en eldieciochesco Castillo de la Palma y en los Arsenales). Elementos deextrema derecha peregrinaban a la ciudad con la intención devisitarles, generando enfrentamientos con grupos antifranquistas, yponiendo en una situación delicada a la corporación municipalsocialista. En 1987 surgía brevemente el ‘Exército Guerrilheiro doPobo Galego Ceibe’ (Ejército Guerrillero del Pueblo Gallego Libre),el único –y reducido- grupo terrorista en la historia del nacionalismogallego radical. Y elegía para darse a conocer y, un año después, paradespedirse de la opinión pública, llevar acabo sendos atentados conexplosivos contra la estatua de Franco en Ferrol, justo cuando nuevaselecciones municipales habían dado el poder al Partido Popular.57

Cuando grupos radicales de signo contrario elegían Ferrolpara actos reivindicativos, competían por apropiarse de la historia dela ciudad, reinterpretarla en provecho propio. Y esto nos puede daruna pista para entender la historia local reciente. El plan espacial deFerrol, militarizado, segregado y vinculado a una economía deenclave, es depositario de una memoria de conflicto entre la Marina y

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la clase trabajadora, que se vio enconado por la sublevación militar de1936 y el franquismo. Cualquier proyecto de desarrollo alternativopara la ciudad obliga a reformular en profundidad el plano urbano,aprovechando los nuevos poderes de gestión que la Constitucióndemocrática ha conferido a las corporaciones municipales en materiade urbanismo. Y afecta por ello no sólo a los intereses de diversosgrupos sociales sino a la propia memoria urbana: a la posibilidad deapropiarse de la historia de la ciudad mediante políticas de memoriaque constituyen la base sobre las que diversas fuerzas políticaspretenden obtener una base electoral sólida. Esquematizando,coexisten en Ferrol dos políticas de memoria posibles. La primera sebasa en una memoria obrera que se enraíza en y defiende la industrianaval, ataca la segregación impuesta a la ciudad por la base naval ylas instalaciones militares y cuestiona los monumentos franquistas.La segunda es una memoria que defiende la continuidad –comomonumentos ‘apolíticos’- de los lugares de la memoria franquista, yla segregación de las instalaciones de la Armada; y predica lademolición de los barrios obreros y el cierre de los astilleros.

La izquierda en el poder, sin margen de maniobra para oponersea unas políticas de reconversión gestionadas por el gobierno de lanación –en manos del Partido Socialista-, sólo timidamente se decidióa cuestionar la memoria del franquismo. Las dos primerascorporaciones socialistas promovieron la eliminación del apelativo‘del Caudillo’ como coletilla del nombre de la ciudad, pero ante ladecidida oposición de un sector de la población, encabezada poroficiales de la Marina, no se atrevieron a retirar la estatua de Franco.Sólo al final de su mandato, in 1986-7, el ayuntamiento parecióencontrar una solución en homenajear a ferrolanos ilustres de carácter‘progresista’, vinculados a la protección de la población trabajadora.Al pie del demolido –vid infra- barrio de Esteiro se inaugurabansendas estatuas dedicadas a la reformadora social Concepción Arenal,y el fundador del Partido Socialista, Pablo Iglesias.58 Cuando en 1989una moción de censura permitía la vuelta al poder municipal de unacoalición de izquierdas, decidieron dedicar un monumento a los dos

obreros muertos aquel 10 de Marzo de 1972, cuya memoria se habíavisto entre tanto realzada dado que los sindicatos democráticoshabían designado el aniversario como ‘Día da Clase Obreira enGalicia’. El monumento en honor de las ‘Víctimas del Diez deMarzo’ se erigiría en 1990 en el barrio obrero construido por elfranquismo en Recimil, a escasos cien metros de la Plaza de España.Las dos estatuas –la de los trabajadores y la del dictador- quedabancasi frente a frente, cada una en su barrio.59

Detalle del monumento a las Víctimas del 10-Marzo, en Recimil (2003)

Fuente: Foto del Autor

Por su parte las fuerzas políticas conservadoras, si se oponen aerradicar los lugares de la memoria del franquismo, no han sidocapaces de dotarse de una galería alternativa de personajes. Sólo en1999, al final de su mandato municipal, se decidieron a erigir unmonumento a González Llanos, el oficial de Marina que gestionó elauge de la industria naval durante el franquismo. Y la ubicaron en elcentro de las nuevas urbanizaciones que se estaban en esos añosedificando sobre los solares del viejo barrio de Esteiro, la mayor partedel cual había sido expropiado y demolido en 1974 por la últimacorporación franquista60. Ya entonces, esta estrategia para abordar el

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proceso de deterioro urbano en Esteiro había tenido la virtualidad deborrar la memoria de un Ferrol proletario, mientras que un barrio deLa Magdalena que todo el mundo asociaba a la Marina venía amonopolizar la memoria del Ferrol de la Ilustración. Veinticinco añosmás tarde, a finales de la década de 1990, determinados actorespolíticos comenzaban a vocear la necesidad imperiosa de demolerotro barrio obrero, el de Recimil, alegando el deterioro en que suscincuenta años de historia lo habían sumido… y la céntrica situaciónde sus solares. 61

Las elecciones municipales de 1999 auparon a un alcalde delBloque Nacionalista Galego, con apoyo del Partido Socialista. Elnuevo gobierno municipal diseñaba una novedosa política dereactivación de la ciudad basada en cuatro estrategias. Primero, elrelanzamiento de la industria naval y las actividades de servicios entorno a la Marina, que parecía propiciado en el año 2000 por la fusiónde los sectores civil y militar de los astilleros públicos españoles, loque se concretaba en Ferrol en la integración de las empresas Astanoy Bazán.62 Además, rumores sostenidos afirmaban que Ferrol podríaverse promovida como base naval de la OTAN. En segundo lugar, en2001 se abría la posibilidad de superar el aislamiento secular de laciudad, cuando se inauguraban en la boca de la ría las obras de ungran puerto exterior planeado como centro redistribuidor demercancías para toda la región. Al tiempo que comenzaban lostrabajos para concluir el último tramo que conecta a Ferrol con la redde autopistas de la Península Ibérica.63 En tercer lugar, se buscabaconvertir a la ciudad en polo de servicios y turismo urbano, en tornoal conjunto integrado por las fortificaciones e instalaciones militaresy el barrio de La Magdalena, ejemplo de ‘ciudad de la Ilustración’. Yel derribo del muro del Arsenal sería el punto de partida de unprograma para ‘abrir la ciudad al mar’.64 En diciembre de 2000 selanzaba una campaña para solicitar de la UNESCO que fueradeclarado ‘patrimonio de la humanidad’.65 Y finalmente se promovíala renovación urbana, pero al tiempo se intentaba mantener a lapoblación residente, atenuando los procesos de gentrificación. Se

ponía en marcha un ‘Plan de Reforma Integral de La Magdalena’. Yse planteaba un plan de rehabilitación del barrio obrero de Recimil,acompañado de la cesión a sus actuales inquilinos de la propiedad,hasta entonces municipal.

Hacia 1999-2000, tanto el mundo académico como los massmedia comenzaban a hacerse eco de un debate sobre la omnipresenciade lugares de la memoria del Franquismo a lo largo de la geografíaespañola.66 Lo que en último término estaba en cuestión era un juicioacerca de las causas de la Guerra Civil, la dureza de la represiónfranquista y el ‘pacto para olvidar’ en que supuestamente se habríasustentado la transición a la democracia.67 El nuevo gobiernomunicipal de Ferrol podía así respaldar sus planes de desarrollo enuna política de memoria más decidida. En 1999 inauguraban sumandato con una estatua erigida en la Alameda en honor de CamiloDíaz Baliño, intelectual ferrolano que fuera fusilado en los primerosdías de la sublevación militar. En las proximidades se inauguraba en2002 una placa en memoria de las víctimas de la represión franquistaen Ferrol. Y finalmente se diseñaba un proyecto de remodelación dela Plaza de España que implicaba la retirada de la estatua de Franco.En su lugar vendría a levantarse el nuevo Palacio Municipal de laDemocracia, lo que permitiría demoler el edificio construido por elfranquismo en La Magdalena, devolviendo a la Plaza de Armas sutrazado original. Tras largo debate,68 en julio de 2002 la corporaciónmunicipal trasladaba la estatua de Franco a un emplazamiento másdiscreto en el Museo Naval –en el Arsenal, en las proximidades de laPuerta del Dique!-.

Todo esto no impedía que en las elecciones municipales demayo de 2003 la coalición de izquierdas que había gobernado Ferroldurante los últimos cuatro años perdiera el poder, víctima de suscontradicciones internas, en beneficio de una coalición de derechas.A día de hoy vuelve a hablarse de demolir el barrio obrero deRecimil; pero el ‘Plan de Reforma de La Magdalena’ se mantiene; yaunque se ha abandonado el proyecto de derribar el ayuntamiento ya

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no se plantea públicamente devolver la estatua ecuestre a suemplazamiento original. El monumento a Franco, emplazado en unlugar tan relevante como la Plaza de España, no era ya sólo unsímbolo que estigmatizaba a la ciudad y generaba controversia entrelas fuerzas políticas y los ciudadanos.69 Era además un emblema dedudoso valor a la hora de atraer una base naval de la OTAN o unadeclaración de ‘patrimonio de la Humanidad’. Parafraseando a PaulKrugman podríamos decir: ‘¡Es la economía, estúpido!’. Tambiénpodría considerarse, simplemente, una cuestión de dignidad.

Propuesta para retirar la estatua ecuestre de Franco (1983)

Fuente: R. Vilariño: Fotomontaje (1983), Ateneo de Ferrol

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* Este artículo presenta algunos resultados del proyecto de investigación ‘El AreaMetropolitana de A Coruña: Uso de la vivienda, participación ciudadana yplanificación urbana’, que ha recibido financiación (código PGIDT01SCX10201PR)de la Dirección de Investigación y Desarrollo de la Xunta de Galicia, durante los años2001-2003. Quiero expresar mi agradecimiento a Philip Ethington por la paciencia queha mostrado al leer y comentar las sucesivas versiones de este artículo, y revisar sutraducción. También quiero dar las gracias a Xan Moreno, Iñaki Mendizábal, JoséJavier Ruiz Ibáñez y Ester Nasarre por la lectura y comentarios que han hecho sobre eltexto, y a Marisa López Schmidt por elaborar las ilustraciones, y en general por lagenerosa ayuda que me ha prestado en todo momento. 1 M. Foucault, Surveiller et punir (Paris, 1975).2 P. Nora, Les lieux de mémoire (Paris, 1984-93).3 M. Gluckman, ‘An analysis of a social situation in Modern Zululand’, AfricanStudies, 14 (1940), 1-30, 147-74.4 E.P. Thompson, ‘The Moral Economy of the English Crowd in the EighteenthCentury’, Past and Present, 50 (1971), 76-136. El autor muestra cómo las tradicionesde protesta popular llevaban asociadas un conjunto de ideas acerca de los derechos delpueblo.5 E.C. Cubillas, Desarrollo urbano y crisis social en Ferrol (Santiago de Compostela,1984).6 Hasta principios del S.XIX era sede de la Real Audiencia de Galicia. Desde entoncesfue capital de la provincia de A Coruña.7 A finales del S.XVIII Galicia, una región de 29.400 Km2, contaba con 1.340.000habitantes. Apenas un 10% de la población vivía en núcleos urbanos de más de 2.000habitantes. 8 Para el diseño y la construcción de los Arsenales, la obra de referencia es A. VigoTrasancos, Arquitectura y urbanismo en el Ferrol del S.XVIII (Santiago de Compostela,1984). Ver también J.A. Rodríguez-Villasante, ‘Arte e tecnoloxía na construcción deFerrol’, en Varios Autores, Historia de Ferrol (A Coruña, 1998), 232-303.9 J.L. Gómez Urdáñez, El proyecto reformista de Ensenada (Lleida, 1996).

10 Después de 1795, la introducción de bombas de vapor para vaciar los diques decarenar permitió prescindir de los presidiarios.11 A. Martín, ‘Levas honradas y levas de maleantes: los trabajadores forzosos en unarsenal del Antiguo Régimen’, Obradoiro de Historia Moderna, 8 (1999), 231-260.12 Sobre la organización de la maestranza ver M. Santalla, La familia obrera, Ferrol1750-1936 (Tesis Doctoral inédita, Universidad de Santiago de Compostela, 1995),Capítulo 4.13 En 1750 arden dos navíos; en 1794 arde la fábrica de lonas y jarcias. J. Montero yArostegui, Historia y descripción de la ciudad de Ferrol, (Ferrol, 1859), 45, 52-53.14 Santalla, La familia obrera, 161.15 M. Sánchez, ‘Ferrol 1750-1800’, Estudios Mindonienses, 7 (1991), 227-292.16 ‘Apéndice II’, en Santalla, La familia obrera, 455-8.17 Ibid, 136.18 En 1789 2/3 de La Magdalena estaban ya edificados. En cuanto a la historia deldiseño y construcción del barrio de La Magdalena, la obra de referencia es VigoTrasancos, Arquitectura y urbanismo. Bajo Carlos III se había creado el Cuerpo deIngenieros Militares y su correspondiente Escuela, donde los futuros ingenierosaprendían a proyectar nuevas ciudades. B. Castelo, ‘A nova poboación: o barrio daMagdalena’, en J.R. Soraluce & X. Fernández (dirs.), Arquitecturas da provincia daCoruña. Vol. XIV: Ferrol (A Coruña, 2001), 136.19 Vigo Trasancos, Arquitectura y urbanismo, 237. En el tejado de Capitanía había unpuesto de vigilancia desde donde se podían recibir señales del cuerpo de guardia delArsenal.20 Ibid, 206, 255-8.21 Santalla, La familia obrera, 401.22 Ibid, 399.23 Constantes disposiciones al respecto aparecen recogidas en Sánchez, ‘Ferrol 1750-1800’.24 ‘Apéndice III: Hospicio para mujeres’, 1782. Citado en Santalla, La familia obrera,458.25 En 1797 los empleados que cobraban sueldo de Marina suponían el 61% de los‘vecinos’. A. Martín, Una sociedad en cambio. Ferrol a finales del Antiguo Régimen

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(Ferrol, 2003), 34.26 Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 74-A. En A. Martín, ‘Espacio urbano,población y sectores profesionales en El Ferrol del Antiguo Régimen’, EstudiosMindonienses, 18 (2002), 1098-9.27 Ibid, 1099. En 1845 se sancionará legalmente esta división.28 Ibid, 1106-9. Los trabajadores más cualificados de la maestranza, los suboficiales deMarina y el personal de Intendencia de Marina se repartían entre ambos barrios.29 Montero y Arostegui, Historia y descripción, 104-05.30 E.P. Thompson, ‘La cencerrada’, en Costumbres en común (Barcelona, 1995), 520-594.31 F. Tomás y Valiente, El derecho penal de la Monarquía Absoluta (Siglos XVI, XVIIy XVIII), (Madrid, 1992). En la actualidad estoy preparando un artículo sobre el tema.32 Archivo del Reino de Galicia, Real Audiencia, Causas, Legajo 73, nº 20. Encontré lareferencia en Santalla, La familia obrera, 171.33 Castelo, ‘A nova poboación’, 150-1.34 En Ferrol la Marina había dedicado en 1805 un túmulo provisional a los españolesmuertos en la batalla de Trafalgar. Ver J. Varela, ‘La muerte del héroe’, HistoriaSocial, 1 (1988), 19-28.35 Martín, ‘Espacio urbano’, 1114-16.36 La policía armada creada en España en 1844.37 P. Nieto, Memoria acerca de las condiciones higiénicas y estado sanitario de ElFerrol (Ferrol, 1895), 32. Quoted in Santalla, La familia obrera, 94.38 Santalla, La familia obrera, 348-9.39 A. Gomis, La insurrección de Ferrol de 1872 (A Coruña, 2000).40 C. Reyero, La escultura conmemorativa en España (Madrid, 1999).41 G. Llorca, ‘Ferrol Contemporáneo’, en Varios Autores, Historia de Ferrol (ACoruña, 1998), 344-6.42 B. Castelo, Ferrol: Morfología urbana y arquitectura civil, 1900-1940 (A Coruña,1991), 175.43 Ibid, 177-8.

44 B. Maiz, Resistencia, guerrilla e represión. Causas e Consellos de Guerra: Ferrol,1934-1955 (Vigo, 2003).45 Ibid. La investigación, realizada en archivos militares, concluye en 1954, dado que laley prohíbe el acceso a documentos de menos de 50 años de antigüedad.46 B. Castelo, ‘A expansión urbana: O Ferrol del Caudillo’, en J.R. Soraluce & X.Fernández (dirs.), Arquitecturas, 212.47 Monumento a los muertos del bando franquista en la Guerra Civil.48 Llorca, ‘Ferrol Contemporáneo’, 381-382.49 R. Villares, ‘Un truncado lugar de memoria’, La Voz de Galicia, 12/XI/2000, 28-30.50 Cubillas, Desarrollo urbano, 63-4.51 B. Castelo, ‘A la manera de epílogo: 1936-1940. La involución urbanística’, enFerrol: Morfología urbana, 483-500. 52 La Plaza de España se concibe ya desde 1940 organizada en torno a un monumento aFranco. Excediendo las necesidades inmediatas y las posibilidades financieras de laciudad, la plaza no se inaugura hasta 1953.53 J. González, ‘La escultura pública de Ferrol’, Estudios Mindonienses, 7 (1991), 293-330.54 J.M. Cardesín, ‘Redes flexibles y redes rígidas: urbanización, producción, ytransporte en la Galicia litoral’, en B. Ruiz & J.M. Cardesín (coord.), AntropologíaHoy: Teorías, técnicas y tácticas (Murcia, 1999), 117-135.55 Ibid.56 Ibid.57 J.M. Cardesín, ‘Que faire de la statue de Franco? Mémoire historique et actionpolitique à Ferrol (Espagne)’, Histoire Urbaine, 6 (2002), 131-150.58 Castelo, ‘A expansión urbana’, 264, 268. Y González, ‘La escultura pública deFerrol’.59 M. Santalla, Los sucesos de Marzo de 1972 (Santiago de Compostela, 1996).60 Castelo, ‘A expansión urbana’, 252-3. Tres años después aún eran 500 las familiasque esperaban, alojadas provisionalmente en barracones prefabricados, por laadjudicación de viviendas sociales en construcción en el nuevo polígono de Caranza.Todas ellas participarían en un proceso masivo de ‘ocupación’ por la fuerza de las

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nuevas viviendas.61 Ver ‘Nuevo Barrio de Recimil’, en Un proyecto de ciudad (programa electoral).62 La Voz de Galicia, 19/VII/2000, 45-7.63 Dossier ‘Comunicados con el futuro’, La Voz de Galicia, 15/II/2003.64 J. Gelpi, Una ciudad irrepetible. Ferrol ante el futuro. Conversión deinfraestructuras Navales Militares (A Coruña, 1994).65 Fundación Ferrol Metrópoli, Ferrol de la Ilustración hacia el Patrimonio de laHumanidad (Ferrol, 2001). El texto es el catálogo de la exposición organizada esemismo año por la citada Fundación, contando con el apoyo institucional delayuntamiento y de la Xunta de Galicia.66 Cardesín, ‘Que faire de la statue de Franco?’.67 La cuestión mereció dos números monográficos de la revista de la ‘Asociación[española] de Historia Contemporánea’. E. Moradiellos (ed.), ‘Dossier La Guerra Civil’,Ayer, 50 (2003), 11-234. Y C. Mir (ed.), ‘Dossier La represión bajo el Franquismo’,Ayer, 43 (2001), 11-190. 68 Cardesín, ‘Que faire de la statue de Franco?’.69 Una encuesta del diario La Voz de Galicia en noviembre de 2000 retrataba a lapoblación de la ciudad dividida casi al 50% en torno a la cuestión de si era o noconveniente retirar la estatua.

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