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J. van Kessel & Condori Cruz - Criar la vida. Trabajo y tecnología en el mundo andino

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  • CRIAR LA VIDAtrabajo y tecnologa en el mundo andino

    Juan van Kessel

    y

    Dionisio Condori Cruz

  • Cap. 1

    Introduccin: Cmo criar la vida?

    Los hereditarios de la cultura occidental entendemos el trabajo como una actividad econmica. Segn esta visin, el trabajador se sa-crica para arrancar su existencia, su riqueza y bienestar material del medio natural que le circunda. Es cierto que realiza su actividad laboral en el contexto social del sistema moderno de produccin de bienes y servicios, pero an as el medio natural es el que le brinde, en ltima instancia, los materiales necesarios para su actividad econmica. La naturaleza es para l el conjunto de los recursos naturales con que ha de trabajar, transformar y humanizar al mundo. Esta actividad la considera tan esencial, tan transcendental que forma parte de su auto-denicin. Hacer cosas, producir, es para l la realizacin de su deber fundamental en este mundo. La denicin del ser humano como Homo Faber - hom-bre hacedor - subyace a ideologas occidentales tan diferentes como son el cristianismo, el socialismo y el capitalismo. Este Homo Faber de Occidente considera que por su trabajo re-crea el mundo y crea su mundo. Para lograr sus objetivos econmicos, el trabajador incorpora en sus actividades una tecnologa cada vez ms sosticada y poderosa y la creacin humana es siempre ms impresionante, ms gigantesca y ms devoradora de recursos materiales. Entre tanto, el trabajador mo-derno es un tecncrata. Su labor es autnoma: el hombre mismo es la medida y la norma de sus actividades tcnicas y productivas. Su tec-nologa marca cada vez ms el paisaje natural. Su mundo es un mundo de materia, secularizado y desmisticado. El trabajador moderno no es ateo, pero su Dios es un Dios lejano y transcendental, llamado supre-

  • 4mo hacedor. Segn el mito bblico de la creacin, este Dios-hacedor ha autorizado desde un comienzo al hombre a trabajar las cosas del mundo y a transformarlas a su gusto y diseo. Desde entonces Dios no se interpone para nada en la actividad productiva del hombre. Por otra parte, si el hombre quiere comer, consumir, gastar, debe trabajar prime-ro, y producir con el sudor de su frente (Gen. 3,19). El producto de su trabajo le pertenece por ley. Es su propiedad, su reserva y su riqueza. Despus del trabajo viene el descanso y el goce de los frutos de su sa-cricio, porque su trabajo culmina siempre en el descanso, sea del n de semana, sea de las vacaciones anuales, sea de la jubilacin denitiva del trabajador. En eso el trabajador moderno sigue tambin el ejemplo del supremo hacedor: Dios descans el sptimo da del trabajo de la creacin (Gen. 2,2) y prometi al hombre, despus de una existencia laboriosa, el descanso eterno1.

    En todos estos aspectos, y muchos otros ms, el hombre andino tiene una visin distinta del trabajo. Si bien el trabajo es para l tambin produccin de los bienes necesarios de su subsistencia, no lo denira como actividad simplemente econmica. No se considera tampoco un hacedor autnomo en sus labores y el mundo para l no es el conjunto de materiales disponibles. El mundo es un todo vivo, un mundo-animal, que le exige respeto y cario. Su trabajo es cultivar la vida del mundo en la chacra, el ganado, la casa. La tierra, llamada Pachamama, es divi-na y es la madre universal de la vida. Ella es su madre. Concretamente, la chacra es fuente de vida divina y sus frutos son vivos. La chacra y todo lo que ella representa, desde la semilla y la planta hasta la cosecha, merecen un trato de respeto y cario y exigen una dedicacin responsa-ble. El trabajo es ms que una simple actividad productiva; es un culto religioso a la vida.

    En las pginas que siguen queremos estudiar la percepcin andina del trabajo. Este propsito nos exige un esfuerzo metodolgico muy particular, porque se trata de un tema eminentemente intercultural. La razn es que en ciencias sociales se ha desarrollado una metodologa, llamada cientca, la que persigue objetividad y garantiza veracidad. Pero al mismo tiempo esta metodologa parte de la verdad occidental

  • 5(proclamada universalmente vlida) y de la objetividad de un mundo visto desde la perspectiva occidental. Si esto fuera poco, esta meto-dologa hace abstraccin sistemtica de todo lo que no es el objetivo propio de su ciencia, en especial de lo religioso y lo tico. Ntese que segn el campesino aymara la dimensin religiosa del trabajo le es tan propia como la luz es propia al sol. Hacer abstraccin de ello sera per-der de vista algo de lo esencial y quitarle el sentido profundo al trabajo. Cuando el investigador acadmico estudia el sistema de valores que mueve una comunidad o un fenmeno social, lo suele hacer como si l mismo careciera de este tipo de valores. El investigador, an en el caso de haber reconocido que l mismo es humano, que es guiado por su propia cosmovisin y movido por sus propios valores, sigue siendo un incorregible etnocentrista que (como el turista que se traslada por los caminos del mundo) nunca logra dejar atrs el centro de su paisaje. El investigador acadmico est condenado a arrastrar consigo su etnocen-trismo, donde quiera que lo lleven las sendas de su metodologa.

    Nuestro inters es presentar una visin andina del trabajo y enca-minar una reexin en la perspectiva andina. La pieza central en este estudio es el relato de la elaboracin del chuo, un relato escrito - dira-mos - por los mismos comunarios y a partir de su propia cosmovisin y desde su propia perspectiva. Son ellos mismos los que con derecho propio se ubican en el centro de su paisaje y que nos cuentan cmo se ve el panorama del trabajo desde ese punto de vista.

    La confeccin del chuo es una de las tantas labores del campe-sino andino, pero una labor que vale como botn de muestra y que analizaremos para detectar la visin andina del trabajo. En el relato de la confeccin del chuo presenciamos casi en vivo, el trabajo de los Aymaras dedicados en forma comunitaria a la elaboracin de uno de sus principales y ms antiguos productos alimenticios. Sus tcnicas, sus conocimientos y procedimientos, y su ritual productivo son de lo ms antiguo e incorporan la mitologa andina de una manera inmediata y relativamente pura. Una lectura atenta de este relato nos ensea mu-cho de la tecnologa aymara, de su modo de trabajar y su percepcin del trabajo, porque fue escrito con carcteres autobiogrcos. Antes de

  • 6anotar los detalles de su relato el autor, comunario de Chamchilla, vivi el trabajo y lo comparti con cuerpo y alma. Despus de ordenar sus informaciones, las redact en un estilo chuyma aru, es decir, con el corazn y con el mismo cario con que se elabora el chuo.

    Esta particularidad no es casual ni un simple detalle anecdtico. En las ltimas dcadas, los antroplogos han reexionado sobre su mtodo de investigacin. Descubrieron despus de un siglo de ciencias sociales que la anhelada objetividad cientca es inalcanzable, que esta nor-ma, originaria de las ciencias naturales, lleva a pretensiones falsas en ciencias sociales y que el investigador social creyente de esta norma, de hecho distorsiona la realidad social. El mtodo fenomenolgico (que parte de la manera en que se nos presentan los fenmenos sociales) in-cluye en cierta manera al autor mismo en la investigacin, o sea, inclu-ye un elemento subjetivo en el quehacer cientco. Este mtodo llev a valorar las tcnicas de la observacin participante: el investigador, en una actitud emptica, vive y experimenta el fenmeno social junto a sus actores y es - temporalmente - uno de ellos. Cuando este antroplogo describe fenmenos en vez de hechos objetivos, ya no pretende es-conderse a si mismo. Ms bien se hace presente en su trabajo en calidad de sujeto observador y lo marca con su propia signatura. Su descripcin y su interpretacin de la realidad social estn rmadas: nosotros, es decir: el autor junto con los actores sociales estudiados.

    Sin embargo, an queda la pregunta si el investigador mediante su mtodo de la observacin participativa, logr realmente lo que preten-di: sintonizarse con los actores del fenmeno descrito e interpretarles tal como ellos mismos lo haran. Ms bien persistir un margen de no-coincidencia, porque el investigador es siempre un afuerino, un visi-tante, un invitado, quizs un amigo, pero jams uno de casa. En el caso de nuestro relato se super tambin este ltimo margen: la descripcin de la elaboracin del chuo est rmada sinceramente: nosotros, los comunarios, ya que el relator es uno de ellos. Esto nos asegura que nos encontramos ante un autntico autorretrato social. Como autorretrato, este relato nos interpreta el sentido de los hechos, el signicado de los rituales. No hay mediacin, ni traduccin, ni intervencin de cientco

  • 7especialista. No hay tercera persona que haga interpretaciones por su cuenta o retoques hermenuticos. De este modo tenemos un material virgen para la reexin y anlisis antropolgico.

    An as queda una duda de la veracidad del relato. Si bien no hay recortes ni sesgos de parte del investigador (que siempre - consciente o inconscientemente - selecciona o destaca ciertos elementos en el pano-rama), pueda haber tambin idealizacin, etnocentrismo, u otras formas de subjetivismo de parte de los autores comunarios, sea por falta de capacidad crtica, sea por intereses particulares que distorsionen la ve-racidad. El subjetivismo en ciencias sociales es, a nuestro parecer, una tara inevitable que hay que minimizar. La sinceridad del investigador y la sinceridad de los actores sociales que en calidad de co-autores nos presentan un autorretrato social, es una calidad moral que incluye la autocrtica, reduce en lo posible este subjetivismo y en ltima instancia pide al pblico-lector que le crea en su palabra.

    Si an persisten sombras de esta tara, siempre ser ms tolerable el subjetivismo de los protagonistas que el subjetivismo del cient-co-intrprete, y esto por un motivo particular: el subjetivismo de los primeros, en ltima instancia, es tambin parte de la realidad social que nos interesa. Por eso hemos de tomarlo en cuenta e incluirlo en nuestro anlisis. En sntesis, la realidad socio-cultural de una comunidad andi-na tiene su centro de gravedad, que son sus valores ticos y religiosos. Alrededor de este centro se ubican los hechos, acciones y relaciones so-ciales, los trabajos y las ceremonias, cobrando as sentido y signicado. Descubrir este sentido es el objetivo de la investigacin antropolgica y tambin de nuestro estudio.

    La tecnologa andina fue y es la base del desarrollo andino. Parti-mos de una tesis que gana cada vez ms adhesin y que dice, que para un verdadero proceso de desarrollo andino, (los restos de) la tecnologa agraria autctona tienen un valor indispensable e inestimable. Un de-sarrollo verdadero, autntico, que merece realmente ese nombre no es cualquier forma de modernizacin, menos cuando se pretende erradicar con ella todo lo indio y rempazarlo por mtodos y tcnicas modernas,

  • 8occidentales, forneas, novedosas. Un desarollo andino verdadero tiene carcteres de emancipacin del hombre andino.

    La tecnologa andina es fundamento y punto de partida de un pro-ceso, no de simple restauracin o reanimacin de un pasado prestigioso y admirable por sus logros productivos, sino del proceso de un nuevo desarrollo inspirado en los valores y las prestancias de la tradicin cul-tural y tecnolgica autctona.

    Para tal efecto, la tecnologa andina tiene a su favor que es una tecnologa adecuada y adaptada: social y culturalmente, ecolgica y (aunque dicho sea aqu con alguna reserva) tambin econmicamente. Hay que dudar que la tecnologa moderna, fornea, tenga las mismas cualidades y que alcance algn da en la regin andina tal nivel de adap-tacin en esos cuatro aspectos.

    Adems, la tecnologa andina es una tecnologa propia que el hom-bre andino ha creado en un proceso de dos mil aos de acuciosa ob-servacin y de experimentacin tan paciente como inteligente. El sabe manejar su tecnologa en propiedad y sin dependencias externas. Por tal motivo es base de un desarrollo emancipatorio.

    La tecnologa andina es, ms que un conjunto de tcnicas, un siste-ma coherente e inspirado en una cosmovisin andina propia. Gracias a esta cosmovisin, la tecnologa andina no forma un dominio autnomo de actividades tcnico-agrcolas. Todo lo contrario, est insertada en el conjunto de la vida familiar y comunal. Los valores tecnolgicos se ubi-can en un lugar muy preciso dentro de una jerarqua de valores (econ-micos, sociales, culturales, religiosos, ticos, afectivos), que el hombre andino adhiere. No le caben materialismos, ni ideas tecnocrticas.

    La prestigiacin de la tecnologa andina estimular en el comune-ro - no pocas veces alienada por la educacin nacional modernizante - la conciencia de su identidad histrica y cultural. Esta conciencia es para l una verdadera fuente de energas morales, indispensables para el tremendo esfuerzo que le exige aquel proceso de desarrollo emancipa-torio. Al mismo tiempo, la clara conciencia de su identidad y el orgullo

  • 9propio de ser quien es, reunicara su pueblo y evitara que la juventud emigre y se aleje de su familia y tradicin.

    La cosmovisin andina es la que ubica el fenmeno del trabajo en su propio contexto cultural y religioso. Es tambin la que dene el ver-dadero signicado y alcance del trabajo para el hombre andino.

    La tecnologa andina - en este caso, la tecnologa de la elaboracin del chuo - se desarrolla en su propio medio, el ayllu. Es un medio social y cultural, natural y religioso. El ayllu no es simplemente la co-munidad humana de los Aymaras, sino es todo su cosmos.

    Bien lo expresa el paradigma de Hans van den Berg de la cosmo-visin aymara (1989: 121). Este paradigma incluye las tres socieda-des: la sociedad humana, la sociedad extra-humana y la naturaleza. La armona del cosmos es delicada. Entre las tres sociedades existe una interaccin vital y simbitica a modo de un dilogo intensivo que se desarrolla al lo de la navaja y que continuamente puede sobrepasarse y ser nuevamente ajustada. El mismo equilibrio tenso pero frtil, que es el palpitar de la vida, se desarrolla al interior de cada una de ellas. Este equilibrio tenso pero frtil, llamado tinku, es necesario respetarlo en todo y vigilarlo siempre: en la conducta social y econmico, laboral y ritual. Dice Van den Berg: La armona del cosmos es ptima si no sola-mente hay equilibrio dentro de cada uno de los tres grandes componen-tes del universo sino que tambin entre ellos mismos. Equilibrio enre la sociedad humana y la naturaleza: si el hombre respeta a la naturaleza reconociendo las caractersticas propias de su vida y sus ritmos y si se adapta a ellos, la naturaleza mantendr su equilibrio y dar al hombre lo que l quiere recibir de ella. Equilibrio entre la sociedad humana y la sociedad extra-humana: si el hombre atiende respetuosa y debidamente a los muchos integrantes de ese mundo, llevando una conducta moral correcta y relacionndose con ellos por medio de oraciones, ofrendas y sacricios, ellos estarn quietos y darn al hombre su proteccin, ben-dicin y ayuda. Equilibrio, nalmente, entre la sociedad extra-humana y la naturaleza: el equilibrio interno de la sociedad extra-humana, de-terminada en gran parte por la sociedad humana, tiene su repercusin

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    sobre el equilibrio de la naturaleza. As los integrantes de la sociedad extra-humana garantizan, en principio, el equilibrio de la naturaleza, de modo que ella pueda sustentar al hombre. Con esto el crculo se ha cerrado: todo tiene que ver con todo. Efectivamente, los desajustes in-ternos de la sociedad humana repercuten en desajustes en las otras dos y afectan negativamente a la vida de la chacra y del ganado, al clima y a la salud de los parientes, la suerte de la comunidad, al descanso de los muertos.

    Eduardo Grillo nos presenta un paradigma similar del cosmos an-dino, concebido tambin como ayllu, pero usando conceptos y trminos ms adecuados para caracterizar sus tres componentes. Segn Grillo, el ayllu andino incluye tres comunidades: la comunidad humana, la comunidad de huacas, o deidades (Pachamama, Achachilas, Serenos y todas las deidades locales y universales) y la comunidad de la sallqa, la naturaleza salvaje. En la cosmovisin andina, sucede que, as como la comunidad humana hace chacra bajo la tutela de la comunidad de huacas y a partir de los elementos de la comunidad de la sallqa, as tam-bin la comunidad de huacas tiene su propia chacra constituida por la comunidad de la sallqa y la comunidad humana. De ah pues que haya reciprocidades y dilogos entre tales chacras (Grillo, 1991: 26).

    El agro es central en esta cosmovisin: central en su economa y en su vida social, en su religin y en su cultura. El agro es el templo y lugar de encuentro entre las tres comunidades que en l se reciprocan. Este encuentro es de un dilogo recproco de intercambio y mutualidad. En un proceso csmico de reciprocidades surge y se desarrolla el milagro de la vida. Saber cultivar la vida, as es la denicin andina ms breve de la tecnologa (andina) o, como lo expresa Grillo: saber criar y saber dejarse criar. La denicin de Grillo evita el antropocentrismo que es propio de la visin occidental de la tecnologa y que no cabe en la visin andina. La misma diferencia observamos en la cosmo-visin. El mundo andino es un mundo animado y un mundo-animal y el hombre es hijo de la tierra o parte de ese universo animado. En cambio, en la visin occidental el mundo aparece como un mundo-maquina, destinado a ser manejado por el hombre.

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    La divinidad es percibida como inmanente en el mundo: se hace presente en la Santa Tierra y en todas sus partes. El mundo es divino, es vida y fuente de vida. Los elementos de la naturaleza, sea animal, sea rbol, sea piedra, ros o cerros, casas o chacras, todos tienen su lado interior, su vida secreta, su propia personalidad, capaz de comunicar-se con el hombre a condicin que sepa abrirse a ellos y tratarles con sensibilidad. El trato de las cosas, el trabajo productivo, es un verdade-ro dilogo y una crianza. En este dilogo carioso y respetuoso, las cosas y el hombre mismo se llenan de vida y orecen. Esta crianza es simbitica: a la vez de criar la chacra, el ganado, el agua, stas crian al hombre dndole vida y hacindolo orecer. Una mutualidad similar se desarrolla entre la comunidad de las huacas y la comunidad humana: mientras la primera, encabezada por Pachamama, alimenta la vida hu-mana, la segunda alimenta a las divinidades mediante sus huilanchas y sus mesas. Es el pago a la tierra, segn el principio de la reciprocidad. El buen trabajo en la chacra, responsable y dedicado, es otra manera de alimentar la tierra, criando chacra y produciendo la fertilidad de la tierra. Por otra parte, el ojo est comiendo la carne de su madre, como ensea el mito de los hermanos Chicotillo. Estos representan los agelos del agricultor, a saber, la Helada, la Granizada y el Viento (va-se Capitulo 4).

    La tecnologa andina, en el contexto de esta cosmovisin tiene, desde tiempos prehistricos una doble dimensin. Es una tecnologa que comprende, antes que nada, un gran caudal de conocimientos y habilidades empricas. Conocimientos de la agro-astronoma y del me-dio natural: la inmensa diversidad de tierras y aguas, la lectura sosti-cada de indicadores climticos, el comportamiento de plantas, anima-les y aguas, la bondad de materiales constructivos y abonos. Tambin habilidades en el uso productivo de estos elementos: en agricultura y ganadera, medicina humana y veterinaria, proteccin contra pestes y enfermedades, heladas y granizadas, sequas e inundaciones. La tecno-loga andina comprende una riqueza emprica insospechable de conoci-miento y habilidades que investigadores y planicadores del desarrollo,

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    encerrados en un etnocentrismo occidental, colonizador, no han podido apreciar jams.

    Contraria a la tecnologa occidental, la que se dene exclusiva-mente en trminos econmicos y productivos, la tecnologa andina no es uni-dimensional. El andino, consciente de que se trata de criar la vida y que esta vida es el dominio sagrado de la Pachamama, acom-paa todas sus actividades econmicas con rituales de produccin, sea para estimular simblicamente el desarrollo de la vida criada, sea para agradecer y vitalizar a su vez la fuente divina de la vida en el pago a la tierra. De este modo la tecnologa andina es inevitablemente bi-dimen-sional. Considera siempre una dimensin simblico-religiosa, como complemento de la dimensin emprica. Podemos intentar aqu una de-nicin provisoria de la tecnologa andina en los siguientes trminos:

    El trabajo es, para el andino, una actividad productiva y un culto sagrado en que el hombre se relaciona con el mundo - ayllu - en sus tres dimensiones: la comunidad humana, la comunidad divina y la co-munidad natural silvestre, llamada sallqa, con el objetivo de cultivar la vida del todo y de sus integrantes, criando y dejndose criar. En la chacra, que es a la vez el templo en que se desarrolla su culto religioso agrcola, se reciprocan las tres comunidades del ayllu en la crianza de la vida. Por percibir el trabajo al mismo tiempo como una actividad econmica y religiosa, suelen combinarse en un mismo plan labores empricas de produccin con labores simblicas de culto religioso.

    Las observaciones tericas y metodolgicas de las pginas anterio-res denen la ptica y, en gran parte, el desarrollo del presente estudio:

    Su base es el relato sustancial de la elaboracin del chuo, un estu-dio etnogrco que describe esta antiqusima tcnica del hombre andino tal como se realiza en la comunidad campesina aymara de Chamchilla, distrito de Acora, provincia y departamento de Puno, ubicada a la alti-tud de 3861 metros sobre el nivel del mar: captulo 2. La autora de este captulo corresponde a Dionisio Condori Cruz y su redaccin nal es de Juan van Kessel. La fuente principal de informacin para este captulo es la tradicin oral. La fuerza de la investigacin de Condori est en el

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    pleno acceso de su autor, miembro de la comunidad de Chamchilla, a la fuente misma de informacin: la sabidura del pueblo depositada en su tradicin oral. Los relatos verbales de los comunarios han sido su prin-cipal material etnogrco2. Es por eso que este captulo sirve tambin a otra nalidad: el registro de un verdadero documento humano.

    En una primera reexin y como intermedio, antes de iniciar el anlisis, sealamos las caractersticas ms sobresalientes del modo de trabajar en el chuwi, la cancha de congelacin y deshidratacin en que las papas se transforman en chuo: captulo 3.

    Cmo ve y cmo maneja el campesino andino su medio natural y climtico? La respuesta viene en los mitos de la helada, la granizada y el viento, que forman la tela de fondo del trabajo en el chuwi. La mitologa andina, reactivada en la liturgia del agro andino, equivale a un tratado andino de tecnologa que desemboca en la rearmacin de costumbres y prcticas: captulos 4-5.

    Un estudio intercultural no escapa a la comparacin entre las cul-turas consideradas. El anlisis comparativo ha de ser el hilo conductor de los captulos siguientes, en los que primeramente trataremos de in-terpretar, a partir de la mitologa andina comparada con la occidental, el tratado andino de la tecnologa: captulo 6.

    La historia de la losofa occidental del trabajo, nalmente, ofrece en cada uno de sus etapas puntos de comparacin interesantes que des-tacan la identidad propia de la losofa andina del trabajo: captulo 7.

    La casi totalidad de los mitos, rituales, costumbres y tcnicas, re-latadas en estas pginas como base de reexin se ubican en la zona circunlacustre al sur de Puno, que es de habla aymara. Sin embargo, en muchos momentos podemos generalizar las conclusiones y hablar simplemente de mitologa o tecnologa andina.

    En esta pgina vale agradecer la generosa colaboracin del colega Porrio Enrquez Salas, hijo de la tierra y profesor-investigador de la Universidad Nacional Tcnica del Altiplano, de Puno, quien siempre estuvo dispuesto a discutir y calibrar los conceptos centrales de este

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    estudio; a Juan de Dios Macedo, Escolstico Chirapo, Faustino Carrin y Cecilio Quispe, los amigos informantes del campo que aportaron de lo ms hermoso y preciado de s mismo: su arte y su fe de agricultores andinos; a Juan Carlos Mamani quien corregi la redaccin. En estas pginas esperamos devolverles en algo sus aportes en forma de una re-exin sincera y abierta hecha pblica, sobre la riqueza del pensamien-to andino y la senda hacia la fuente de la vida donde se han llenado las races de sus ancestros.

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    Cap. 2:

    El preciado chuito3

    Introduccin

    En este captulo se describe la elaboracin del chuo. Lo particular del relato es la visin andina del relato, una visin desde la perspectiva de los mismos comunarios, en sus conceptos, trminos e imagenes, sin evitar la expresin de sus valores, afectos y emociones. Para la deshi-dratacin del chuo se requiere de un clima muy especial: El chuo no se hace en cualquier sitio, cualquier zona o cualquier clima (Mamani, 1978: 227). Las regiones apropiadas para su elaboracin son el suni y la puna, de acuerdo a la clasicacin geogrca de las ocho regiones naturales del Per de Javier Pulgar Vidal, donde, debido a la altura y por estar inmediata los nevados, la puna se caracteriza por das fros y noches muy fras. La temperatura anual es superior de 0 C. e inferior a 7 C. La mxima, entre setiembre y abril, es superior a 15 C., llegando hasta 22 C. Las mnimas absolutas entre mayo y agosto, oscilan entre -9 C. y -25 C. Esta ltima es la temperatura ms baja registrada en el Per (Pulgar, 1987: 93). Precisamente, por razones climatolgicas y topogrcas, estas regiones se caracterizan por una variedad de pro-ductos tpicos: aqu se cultivan papa (solanum tuberosum), la mashua e isao (tropaeolum tuberosum) (Mamani, 1978: 228). En el suni y la puna, la temperatura media anual ucta entre el 7 C., el aire es muy transparente y da lugar a la cada de intensas heladas en las noches entre los meses de Junio y Julio.

    El relato de la elaboracin del chuo se centra en el conocimiento y manejo ancestral de la papa y el clima. Sin embargo, el marco mito-lgico, las costumbres religiosas, los ritos de produccin que la acom-

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    paan, son parte inseparable de esta tecnologa. Es tanto que hay que hablar de la dimensin religiosa, simblica, de la tecnologa aymara. Aunque en forma dispersa y poco coherente, estos elementos forman parte de lo que llamaramos el tratado andino de la tecnologa. En el captulo cuatro queremos componer este tratado.

    Hace varios siglos ya, la tecnologa occidental perdi la dimensin religiosa, materializndose, empobrecindose y quedando uni-dimen-sional. Consideramos de mucha importancia que el hombre aymara obtiene su sobrevivencia gracias a la benevolencia de sus dioses pro-tectores, porque el desarrollo de las culturas indgenas y sus manifes-taciones giraba a conceptos de la percepcin andina. En sus creencias religiosas no existi la idea abstracta de Dios. A las divinidades se les conoca por sus nombres propios (Rostworowski, 1986: 9).

    De ah, cuando el hombre aymara realiza esta actividad est muy consciente de la presencia activa de la chuw mamata y del wayra tat, deidades meteoro-anmicas del andino con quienes se relaciona ntima-mente. Adems el maestro - personaje encargado de brindar las muchas ofrendas a los dioses tutelares encarnados en los cerros, ros y otros lugares fuertes, vaticina mediante ruegos, coplas tradicionales y la lectura de las sagradas hojas de coca, el advenimiento de una intensa noche de heladas para hacer pasar el chuito en una sola noche.

    El procedimiento tan complejo de la elaboracin del chuo, es eje-cutado a la perfeccin por los Aymaras de Chamchilla. Ellos no consul-tan textos escritos sobre esta tecnologa milenaria sino que se guan por la tradicin y por los cambios del clima manejados con destreza. Para esto se orientan directamente por los mltiples indicadores del clima que ofrecen la ora, la fauna y los meteoros.

    La tcnica del procesamiento de diferentes tipos de chuo no es tan sencilla. Muchos autores, como Javier Pulgar Vidal en su libro Las ocho regiones naturales del Per, hablan simplemente de papa deshi-dratada. En realidad se trata de una tcnica tan compleja que necesi-tamos estudiarla mejor para entenderla. Adems, debe tenerse presente

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    que el chuo es sumamente importante en la alimentacin del Aymara. Es alimento bsico y medicina para ciertas enfermedades.

    En las pginas que siguen presenciamos paso a paso el proceso de la elaboracin del chuo.

    1. Cosecha y seleccin de la papa

    Mayo es el mes de la cosecha. Los productos agrcolas son recogi-dos en la casa formando las phinas tapadas con el jicchu o la waycha para protegerlos de la helada y el calor exuberante del sol, que amorata a los tubrculos. La elaboracin del chuo es un proceso de aproxima-damente cuatro a cinco semanas, que se realiza generalmente en el mes de Junio.

    Es muy importante distinguir la calidad y la variedad de las papas. Cada tipo de chuo exige el empleo de variedades especcas de papas, en su mayora amargas. Las papas dulces requieren mayores cuidados a lo largo de todo el proceso. La seleccin de la papa para el chuo y la semilla se inicia una vez recogidos todos los productos agrcolas de los campos de cultivo. Este trabajo se llama jathacha, o jatha lakjaa. En la comunidad de Chamchilla se conocen estas variedades de papas: Janqu imilla, allqatarma, mi Per, waka laxra, chiyar imilla, chupik imilla, axawiri, phiu, khunurana, suwa ptikilla, quyllu, pawla, chuwa-lla, llujta para, pintamilawru, tumi, allpaqnasa, allqa chikia, luki. De todas estas variedades las elegidas para la elaboracin del chuo negro son: chiyar imilla, pawla, tumi, llujta para, allqatarma, allpagnasa y luki. Las dems variedades son almacenadas para la semilla y el con-sumo inmediato. Las variedades ms preferidas para las estas y cere-monias familiares son: pitikilla y chiyar imilla.

    La semilla que se selecciona en la jathacha debe ser de papas en-teras, no daadas con la lijwana en el escarbe. Esta actividad se realiza generalmente en los das apropiados, pues, no se trabaja los das don-de caen las fases lunares, en especial en el urt, sunaqi y jayri. Segn la concepcin mtica del campesino aymara, en estos das no se debe

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    mover ni manejar ningn producto agrcola, puesto que, el fruto nunca llega a madurar ecientemente. Asimismo, el chuo elaborado en estos das suele tener un olor agrio y desabrido.

    La seleccin de la papa, tanto para la semilla como para el chuo, tiene varios pasos:

    Antes de empezar con el trabajo, el campesino realiza la prime-ra evocacin a los uta illas, a los apus y a los manqa illas. Toma su chuspa de coca con la mano derecha, hace splicas a todas las divini-dades del lugar, llamando a todos lados y diciendo las siguientes coplas tradicionales:

    Papa mamata, apill mamata... jutjakita...

    akaw quri tapamaxa,

    akarakiw qullqi tapamaxa,

    munaan Pukar achachila,

    munaan Chhamchhill achachila,

    jathachax walikipanaya,

    jatha chuqijasa,

    chuu chuqijas kustalanakaj

    jilarakpanaya...

    Oh preciada papita, preciada oquita... ven a mi.

    Aqu est tu tapita de oro,

    aqu est tu tapita de plata;

    poderoso cerro Pucara,

    poderoso cerro Chamchilla,

    dadnos tu bendicin a que

    en esta actividad de la seleccin de la semilla de papa

    para que el preciado chuito

    llene los costales...

    Para dar gracias a la Pachamama4 coloca como ofrenda un kintu5 de coca encima de la phina de papas, diciendo:

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    Mamata...janiw jaythjittati..., iu wawamaw aka kuka kint akulltasiamatak aptayansma. Akkullt asmay munat manqita. (Pa-pita... no nos vas a abandonar... Tu hijo piadoso y huerfano te ofrece este kintu de coca para que comas. Come preciada papita). As pide permiso a los illas de la casa y de la tierra. Luego bebe un poco de alco-hol sirvindoselo en los lluxis. Finalmente roca las phinas, diciendo:

    Mamata...urumawa, umtasiwmaya, janiw nayax armaskmati, umtasiwmaya, chikatax akaruw kirasxani, chikatax chuu mamata-takiw sarxarakiani. Jathatak wakichatax mara akawrasax patak patak phinakpanaya; chuutak wakichatax tunka tunk sixikiy phuqtaspa. Quli mamata, aka muxsa win umtasiwmaya... (Apreciada papita... hoy es tu da. Bbete, este trago. Yo nunca te he olvidado. Bbete papi-ta... Algunos vamos a quedarnos ac, otros iremos al chuwi. Los que han de quedarse para la semilla, al ao estn llenando cientos y cientos de phinas y los que van a ir al chuwi van a llenar cientos y cientos de sixis. Oh preciada papita, te brindo este trago...)

    Inmediatamente abre las phinas y empieza a seleccionar las papas en tres etapas:

    1. Primero, escoge las papas grandes de las diferentes variedades ya sea para ceremonias y estas familiares (matrimonios, pasar alfera-dos, etc). Este tipo de papas se conocen con diferentes denominaciones, como: Munta (en la zona de Chamchilla y comunidades vecinas, distrito de Acora); como Ajrata (en la zona de Camacani y las comunidades ve-cinas, distrito de Platera); como Jachanak chuqi (en la zona del centro poblado de Maquercota y otras comunidades del distrito de Pilcuyo); o como Qallu papa (en la comunidad de Molloco, distrito de Acora).

    2. Luego se procede con la seleccin de jatha chuqi. Estas papas deben ser enteras, no ser agusanadas (laquta), ni daadas con la li-jwana en el momento del escarbe. As separan las papas buenas de las agusanadas, las daadas por la helada o la lijwana.

    3. A continuacin, se escogen papas pequeas para elaborar el chu-o - chuu chuqis - separndolas del ullarasi. Estas papas sern ex-

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    tendidas en el chuwi al borde de las papas grandes, munta chuu e ina chuu. En seguida, se sacan las chanqatas y las laqutas, las cuales sern puestas a la interperie del chuwi en pequeos montoncitos al-rededor de la cantidad de chuu chuqis.

    Los ullarasi, las chanqatas y las laqutas llenan costales diferentes en los que son llevados al chuwi.

    La seleccin de la oca tiene similar proceso a la de la papa, con la nica diferencia que a las ocas agusanadas se les conoce con el nombre de laqut apilla y que las ocas podridas se llaman machita. Tanto las laqut apilla como la machita, son consecuencias de trabajos realizados en los das donde caen las fases de la luna, como tambin, cuando la chacra en plena orescencia ha sido pisoteada constantemente por los animales, especialmente el burro y las ovejas. El campesino aymara lo considera tambin como el efecto de que los nios toman los alimentos sentados en la puerta de la cocina. Al respecto existe un dicho:

    Imilla, yuqalla...janiw uta punkun manqaati, jaqis karintasiriwa; ukhamaraki chuqi yappacha, apill yappachaw machintiri... (Jvenes, no se debe comer sentado en la puerta de la cocina o en cualquier puerta de la casa, pues la gente sabe levantar nuestro nombre para mentirnos. As tambin las chacras de papas y ocas suelen pudrirse y agusanar-se...)

    Las papas y las ocas de tamao grande, munta chuci y munta api-lla, son bendecidas con una accin de gracias por la buena cosecha, que se realiza en la esta de Pentecosts mediante una challa ritual (Llan-que, 1982: 12).

    2. Prediccin del tiempo y clases de heladas

    El espacio andino ofrece la ms completa sucesin de fenmenos metericos caracterizado por das y noches muy fros. En las noches, las estrellas brillan en el cielo azul y esplendoroso (Pulgar, 1987: 93). En la estacin seca se producen heladas nocturnas y matutinas, es-pecialmente en Junio y en la parte superior del piso, aunque all son

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    limitadas y pueden afectar las hojas de las plantas (especialmente de la papa) (Dollfus, 1981: 47). Por tradicin oral a travs de milenios, el campesino aymara dispona de elementos diversos para operar un siste-ma de previsin del clima, a n de asegurarse las cosechas (Condori, 1989: 32). Antnez de Mayolo, dice: Desde hace milenios de aos, las plantas y animales determinan la previsin del clima. En la actualidad encontraremos en las comunidades campesinas testimonios del manejo de los indicadores naturales de plantas, animales, meteoros, apoyados con el calendario juliano (Ramos, 1989: 1-2).

    En lo que se reere al clima de la zona de Acora, estos indicadores meteorolgicos no han sido debidamente estudiados, de modo que no existe todava suciente base para explicar la relacin entre indicador y fenmeno climtico, ni para determinar la conabilidad de los indica-dores manejados por el campesino aymara. Nos limitamos a describir aqu esta previsin, basndonos en informacin de primera mano, los relatos vertidos por los mismos campesinos, pues, ellos estn en cons-tante relacin con la naturaleza y prevn perodos de intensas lluvias, de sequa y de heladas. A modo de ejemplo describimos unos indicadores manejados por el Aymara, que le anuncian las condiciones favorables para la elaboracin del chuo: vientos, meteoros y animales.

    Es de mucho inters conocer y prever los distintos vientos que soplan y saber cules de ellos anuncian las condiciones climticas favo-rables para su trabajo. Generalmente, Los meses de Junio a Julio son la poca adecuada para elaborar el chuo. El campesino aymara sabe per-fectamente las noches en las que han de caer intensas heladas. Desde el medio da observa minuciosamente la corriente del viento. Si el viento corre con direccin del poniente hacia el saliente - suni thaya - y en ple-no sol del da, indica que dentro de unos das han de caer fuertes heladas nocturnas. Avisado por este indicador, prepara afanosamente los chuu chuqis llenando en sacos y costales para transportarlos al chuwi.

    Las plyades, llamadas lliphi lliphis, forman otro indicador de la cada de heladas nocturnas. Aparece el lucir de sus rayos en las noches del oriente boliviano. El kawrillu y el qutu son otros meteoros que apa-

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    recen con un brillo luminoso en la vspera de Santsima Trinidad (esta que se celebra en la primera semana del mes de junio). El campesino aymara al observar el brillo de estos meteoros considera que dentro de pocos das han de caer fuertes heladas.

    Los animales son tambin buenos indicadores de la cada de las heladas. Entre ellos mencionamos:

    Los kusikusis, a partir del medio da aproximadamente, empiezan a tejer en el aire su telaraa, kusikus simpa. Esto se ve claramente al observar el poniente en horas de la tarde: los jiska kusikusis comienzan a tender afanosamente su telaraa a ras del suelo. La gente al observar esto, alista inmediatamente sus animales de carga para transportar los chuu chuqis al chuwi6.

    Este fenmeno se ve con mayor precisin en el chuwi. Se ve el suelo cubierto de telaraas que aparentan estar tendidas como una man-ta de color plomo. Entonces, los chuu apas, extienden rpidamente las papas en la intemperie sabiendo que esa noche ha de ser de fuerte helada.

    El tiempo de heladas es previsto tambin por los pastores, quie-nes, en la poca de la elaboracin del preciado chuito, da tras da van observando el vuelo de los liqi liqis. Estas aves descienden de la cordillera occidental de los Andes, sin hacer ruido, en direccin al lago en parvadas, cuando faltan una o dos semanas antes de la cada de fuer-tes heladas. Cuando el liqui liqui hace corretear al bho, al buitre o al cerncalo, indica que en esa noche y en las otras venideras han de caer fuertes heladas. Cuando camina silenciosamente levantando su cabeza, es seal tambin que se avecinan noches de fuertes heladas (Condori, 1989: 57).

    Despus de escampar el cielo, aparecen inmediatamente los kusiwillus y/o los chhiqan qanllis volando en gran cantidad del po-niente hacia el saliente. Esta escena indica que esa noche ha de caer una fuerte helada.

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    Otro agente indicador en esta zona es el khuchi thuqusi. Los cerdos corretean alegremente en el campo haciendo encrespar sus cerdas, cual pas puntiagudas. El campesino aymara al ver el baile de estos anima-les entiende que en esa noche han de caer fuertes heladas y alista los chuu chuqis para llevarlos al chuwi7.

    Los Aymara distinguen dos tipos de heladas: chacha juytphi y war-mi juyphi. El primer tipo de heladas no entumece a la totalidad de las papas expuestas en la intemperie. Congela cierta porcin de tubrculos dejados all, tal como un varn deja huellas con su pisada al pasar por la chacra. As sucede con este tipo de heladas.

    El otro tipo de heladas, el warmi juyphi, congela a la totalidad de los tubrculos extendidos a la intemperie, tal como una mujer campe-sina al pasar por la chacra con sus anchas polleras tapa las matas. Por eso, cuando las ocas y las papas han sido totalmente congeladas en el chuwi, dicen que haba cado el warmi juyphi. La tradicin ayma-ra dice:

    Chacha juyphix janiw chu q al pasaykaspati; jan ukax warmi juyphikuchapi pullirapampjam janakipasin ma qawayat pasayawirixa. (La helada macho no suele hidratar o congelar por completo las papas y ocas expuestas a la intemperie; la helada hembra congela la totalidad de las ocas y papas).

    3. Preparacin del chuwi y exposicin de las papas

    El espacio elegido para el procesamiento del chuo no es cualquier lugar en el territorio de una comunidad, sino un lugar de condiciones ecolgicas muy especcas, un lugar sin viviendas y sin actividad de pastoreo y la supercie del sitio tiene que estar cubierto de una grama, llamada chiji, que sirve al chuo como lecho. Si no existe esta grama, el campesino cubre el suelo con alguna variedad del jichhu, sea minu, sea tisa.

    Antes de llevar las papas y las ocas seleccionadas para la elabora-cin del chuo y de la kaya, el varn o la mujer, se dedica a la limpiar

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    el chuwi dejndolo listo para extender los tubrculos que permane-cern all aproximadamente cuatro a cinco semanas, tiempo que ha de durar el normal procesamiento del producto. El sitio escogido para la preparacin del chuo se denomina chouwiri y es donde por la experiencia de muchas generaciones se sabe que las heladas se pre-sentan en forma ptima para llevar a cabo el proceso. Segn Troll, la congelacin tiene lugar en un sitio plano, con poca o ninguna vegeta-cin (Mamani, 1978: 233). Asimismo, se ubica el lugar donde se ha de construir la musia, donde permanecer el dueo hasta el ltimo da de la elaboracin del tan esperado chuito.

    Hombres y mujeres, y an los hijos mayores, todos participan en la labor de tender los tubrculos en la intemperie. En esta fase del trabajo se recurre al ayni, a pesar de tantos siglos de sojuzgamiento ideolgico y desprecio del principio andino de la reciprocidad. Las prestaciones que se intercambian son contabilizadas para ser devueltas en la mis-ma forma y cantidad (Alberti & Mayer, 1974: 16). En el tendido de los chuu chuqis, el dueo recibe, por los miembros de su numerosa parentela, servicios que el da antes o despus devolver con el mismo trabajo. Es sabido que en estos trabajos se ayudan tos paternos, sus hijos y hermanos. En menor grado cooperan entre suegros y cuados. Pues, existe el profundo sentimiento de que la familia debe ofrecer un slido frente ante el mundo y que dentro de ella deben prevalecer las relaciones amistosas (Tschopik, 1968: 45).

    Los chuu chuqis deben ser tendidos en el suelo con mucho cui-dado. La actividad no consiste solamente en echar las papas del costal y dejarlas en el suelo. Es en el primer proceso donde se toma ms tiem-po. Las papas y las ocas deben ser puestas unas tras otras hasta dejar completamente cubiertas el rea. No se coloca en meros montoncitos ni montadas, paltasitas, unas sobre otras, pues, si se deja en esta forma a la intemperie, la helada no podra congelar a todas sino solamente a las que estn encima, y el resto quedar sin ser congeladas. A estos chuos malogrados se les llama chuarate o quyuta. Al cocinarlos toman un olor desabrido y se deshacen como papas harinosas.

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    El chuwi es un lugar sagrado para el Aymara. El chuwi no es cualquier sitio, no es aquel lugar lleno de tierra, de piedras, ni es la tierra cultivada. Es un lugar muy especial. El ras del suelo est cubierto por el entretejimiento del chiji, llamado en aymara llapa. El sitio tiene una ubicacin, generalmente, en una pampa descubierta, a n de que la helada pueda caer con facilidad. Adems, el chuwi siempre est ubicado a orillas de un ro a n de que en las noches puedan utilizarse las aguas del ro para rociar los chuu chuqis y facilitar su congela-miento.

    Cuando un Aymara vierte al suelo (al chuwi) una parte del contenido de su copa (aguardiente o cualquier otra bebida espirituosa), presenciamos un rito que signica un saludo o recuerdo, un acto de veneracin a la divinidad preferida. Si se pone a masticar coca, como primer gesto deshace algunas hojas en pedazos y las sopla al viento como ofrenda al espritu o la illa del chuwi (Oblitas, 1978: 59). Simblicamente, el espritu de lugares sagrados se alimenta del untu8, apaga su sed con el olor del vino o de cualquier otro licor que se le ofre-ce, mitiga su cansancio milenario absorbiendo el olor de la coca. Todo este conjunto de aderezos rituales constituye el man preferido por estos lugares.

    Los Aymaras conocen muy bien el lugar donde ao tras ao rea-lizan esta ceremonia, como ofrenda para pedir licencia, para elaborar el preciado chuo. Si por cualquier situacin imprevista un campesi-no rehusa realizar esta ceremonia, el lugar se convierte en rebelde y como consecuencia inuye hostilmente en la produccin agropecuaria. El campesino ha de sufrir pronto (mientras no haga pasar una misa de redencin al chuwi) prdidas en la produccin agraria y constantes muertes de sus animales, diezmando de esta manera la economa fami-liar.

    El sitio escogido para la preparacin del chuo se denomina cho-aviri y es donde, por la experiencia de muchas generaciones, se sabe que las heladas se presentan en forma ptima para llevar a cabo el pro-

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    ceso de elaboracin (Mamani, 1978: 233). En aymara se les conoce a estos lugares como chuw mamata9.

    4. La choza del cuidador

    La musia es una choza rstica que se construye en el chuwi al frente o en la cabecera donde estn extendidas las papas y las ocas. Para esto el musiri lleva anteladamente en el qipi o en la palta del burro cierta cantidad de jichhu, chilliva, waycha o mua. Para armar esta choza llevan el musi qiru, las phalas, el minu o la tisa. Con estos materiales construyen esta pequea choza.

    Para levantar la musia, primeramente excavan el suelo hasta 50 a 70 cm. de profundidad y con suciente capacidad para que dos personas all puedan pernoctar. Sobre este hoyo levantan el armazn del techo amarrando los palos de qulli con las yawrinkhas, para luego techar con el jichhu o con la waycha. A manera de colchn tienden la chilliwa y, sobre sta colocan el qamichu y el jantaku.

    En una sola musia pueden permanecer dos personas con dos chuawis diferentes. Para esto, ambas personas reunen los materiales para armar y techar la choza. Llevan tambin sus frazadas para pernoc-tar durante el largo perodo que toma la elaboracin del chuo.

    En las zona en estudio hay dos tipos de musiri o cuidante del chu-awi: el propietario del chuo y el que es pariente del propietario. Des-de el primer da que han expuesto los chuu chuqis en el chuwi, el propietario se queda permanentemente al cuidado de su chuo. Durante estos das hay que espantar a los liqi liqi o liqichus que suelen revolver con sus patas las papas extendidas en el suelo perjudicando as su con-gelamiento. Tambin, a menudo, las ovejas y los burros escapan de los pastores para dirigirse al chuwi y comer las papas y ocas tendidas en el suelo. Los informantes10 maniestan:

    Aka uywanakatakix chuu, ukhamarak kayax sumaw thujsixa, ukatw awatirinakatx sapuw chuaw tuq utat thuqtas thuqtas atipa-sixa... (Para los animales, como el burro, las papas y las ocas que estan

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    deshidratando, tienen un olor agradable. Por eso se dirigen constante-mente al chuwi.

    Otra de las funciones del musiri es que, en las noches ( de 11 p.m. a 2 a.m.) tiene que echar agua a todas las papas y ocas extendidas en la intemperie, a n de que en dos o tres noches estn bien congeladas. Los musiris, al observar el reejo luminoso de la pacha jawira y la estrella cabrillo, salen de la choza para rociar con cuidado las papas y las ocas extendidas a la intemperie. Cuando las papas extendidas en el suelo no han sido completamente congeladas en tres o cuatro noches, el chuo tendr un olor desabrido, por lo que es necesario echar contnuamente el agua a medianoche.

    En la comunidad de Chamchilla, el segundo tipo de musiri, el pa-riente del dueo, ya es caracterstico de los hacendados y de los que poseen mucho chuo. Estos dueos tienen designada la persona o las personas, que han de cumplir con este servicio. Generalmente son los ahijados de matrimonio, de corte de pelo, de bautismo, o los compadres del patrn. Estas personas, desde la poca de la seleccin de la semilla tienen que preverse de materiales necesarios para construir su musia, sus frazadas y vveres.

    Desde el da previsto para llevar las papas y las ocas al chuwi, el patrn entrega a la responsabilidad de este musiri todas las papas y ocas extendidas a la intemperie. El cuidante cumple con todas las atri-buciones del musiri-propietario, pero ya existe una relacin de patrn a pen - aunque lo llama pariente - entre el primero y el segundo mu-siri. Este ltimo se ausenta de su casa durante todo el perodo que dura la elaboracin del chuo. Prepara sus alimentos en el chuwi mis-mo. Para esto, el patrn le proporciona alimentos como: charki, tuna chuu, un poco de cebada para preparar la phatasqa, unas botellas de alcohol y una buena unkua de coca.

    5. Las variedades de chuo y su lugar en el chuwi

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    Desde la cosecha anterior y el momento de la seleccin de la se-milla, el Aymara de Chamchilla, Chusamarca y Huilcaya - todos del distrito de Acora - separa las semillas segn el destino que tendr el nuevo producto, sea para el consumo inmediato, sea para el chuo, para las estas o para la venta.

    A su vez se distinguen tres diferentes calidades en las papas que van al chuwi y que, una vez transformadas en chuo, tendrn diferentes usos. La mejor calidad de chuo se reserva para los compromisos con la parentela (matrimonios, bautizos, techamiento de la nueva vivienda), o para ayudar a un pariente que ha de pasar un cargo como alferado. Para este tipo de chuo llevan papas de tamao grande, y stas son extendidas en el chuwi en la parte cntrica del rea elegida, a n de asegurar su excelente elaboracin, pues, este tipo de chuo es acechado por lo vecinos para hurtarlo. Adems, la pisada y el frotamiento se hace con mucho cuidado. Se quita las cscaras pelndolos completamente. El campesino aymara dice acerca de este tipo de chuos:

    Akir munta chuux jaqins jaqiw saatak lurtaawa. Ar chuux yuqa phuch kasaraatakiwa; ukhamarak machaq ut utachaataki. Ukha-marus santa Rosa mamit phista, Karnawal phist pasaatak chuuwa. Aka funcianakanwa jaqix manqat sipana, umaat sipan uaqt asi-rixa. (Este tipo de chuo se elabora para quedar bien frente a otras personas. Pues, en el matrimonio de nuestros hijos, en el techamiento de una vivienda nueva, o en la celebracin de una esta de carnavales) la gente asiste para ver la calidad de productos con que estn prepara-dos los diferentes platos,. Tambin observan la cantidad de trago que brindan los alferados).

    Adems, estos chuos son guardados en lugares secretos de la manqa uta para obsequiar a un familiar que llega de un pueblo lejano despus de mucho tiempo. Estn destinados tambin para obsequiarlos a manera de gratitud por el servicio prestado al padrino de matrimonio

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    de los hijos. Cortsmente llaman en aymara rispis chuu o munta chuu.

    La segunda calidad - el chuo de papas agusanadas (laqutas) y partidas (chanqatas) - es para el uso inmediato. Este tipo de papas reci-ben el nombre de ullarasi y son extendidas en el permetro del chuwi, es decir, alrededor de las papas buenas. El pisado y el frotamiento es normal. Se descascaran supercialmente.

    Finalmente las papas muy agusanadas o laqutas y las papas semi-podridas o usatas son extendidas en pequeos montoncitos alrededor de los chuos de primera y de segunda: el munta chuu, el jachanak chuu y el ina chuu. Este tipo de chuo de tercera calidad no es ela-borado con el cuidado tan especial con que se trabaja los dems tipos de chuo, sino que recibe un tratamiento supercial, ya que es destinado para la comida del perro - au chuu - o para el trueque en la poca de sequa o de hambruna.

    Las tinkas chuqis son llevadas al chuwi con mucho cuidado y con toda la devocin del caso y son extendidas en el medio mismo donde est expuesta la totalidad de chuu chuqis. Este tipo de chuo recibe el nombre de tinka chuu. Es utilizado en las principales estas de la comunidad. Son llevadas tambin a la iglesia como muestra de gratitud para ser bendecidas con vino y agua bendita por el prroco de Acora. De esta bendicin sumamente importante, se espera que en los prximos aos este producto no desaparezca, que ao tras ao siga exis-tiendo bonanza, que los hijos y nietos no sufran de hambre.

    El ina chuu es destinado al consumo diario del ao. Este tipo de chuo ocupa la mayor parte del chuwi. Su elaboracin es como de la papa de tamao regular, no agusanada ni daada con la lijwana. La tcnica del pisado, el descascaramiento y el frotamiento son hechos con cuidado.

    Junto con la papa y la oca, se extiende tambin el isao en el chuwi. Este tubrculo se cuece antes de su congelacin y se extiende en una unkua. Su ubicacin es en un ngulo entre el ullarasi y la kaya

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    o ina chuu a n de que reciba una congelacin total, pues, se dice que al colocarla cerca de la musia, la respiracin del cuidante no permite el congelamiento de este preciado alimento. La thayacha - as se llama el isao procesado en el chuwi - se come en las primera horas de la madrugada, pues, en sta epoca es muy preferida por los campesinos, que lo llaman lluqu liki. Se dice, que el que come la thayacha no ser vctima del kharisiri11 que en ese tiempo acostumbra andar sigilosa-mente en las noches oscuras.

    Al atardecer del primer da, el cuidante levanta alrededor del chuwi pequeos mojones de terrones, llamados en aymara chutas o saywas. Estos mojones son las guardias nocturnas del chuo y han de ahuyentar las aves y algunos animales domsticos que suelen llegar a comer el qachu chuu. Para ms efecto, colocan encima de estas sa-ywas pedazos de nyln.

    Es cierto lo que dicen Carter y Mamani: La elaboracin del chu-o ordinario es mucho trabajo, pero es un alimento bsico que, cuando est bien procesado, se conserva indenidamente (Carter & Mamani, 1982: 106).

    6. La labor del musiri en las noches de fuertes heladas

    A partir de las primeras noches, el cuidante prepara sus baldes y jarros para rociar con agua a las papas extendidas en el chuwi. No obstante, al oscurecer la primera noche el cuidante empieza a chajchar su coca, a n de que el juyphi tata entre en relacin con la chuw mamata. A manera de evocacin, tomando con una mano su sagrada chuspa de coca y con la otra mano uno o dos kintus de coca, dice en voz baja:

    Juyphi tata, chuw mama, chuqijax janikiy quyuspati, ji-chharmpachay pastayarapita... (Oh padre de las heladas, que mis pa-pas no se vuelvan amoratadas; que esta noche mismo congelen...)

    La actividad de oricar o regar se realiza generalmente cuando la helada est cayendo con mucha intensidad, aproximadamente de las

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    11 de la noche hasta 2 a 3 de la maana. Esta helada es conocida como qhantat juyphi.

    Al amanecer, los chuu chuqis se convierten en qachu chuus. Al descongelarse han perdido ya la turgencia. El qachu chuu es un producto temprano y es para consumo inmediato, fcil de preparar. Es simplemente la primera etapa de su elaboracin y no requiere de mano calicada (Mamani, 1978: 230).

    An cuando la helada tarda o no ocurre del todo, el cuidante tie-ne que estar vigilando permanentemente hasta la madrugada, pues la helada puede caer en cualquier momento. Por eso tiene que estar bien preparado con baldes llenos de agua y rociar hasta mojar la totalidad de las papas.

    El musiri observa la salida de la estrella qutu, el brillo esplendoro-so de la va lctea y el reejo constante de las plyades. En la poca de la elaboracin del preciado chuo, esta constelacin suele aparecer en las primeras horas de la alborada en el horizonte oriental, es decir: so-bre el territorio boliviano. Observa tambin otros indicadores nocturnos para saber si la helada est cayendo fuerte en el chuwi, se levantan las papitas. Cuando se hallan bien pegada a la llapa del chiji y aparenta tener el peso de una pequea piedrecita se sobreentiende que la helada est cayendo con intensidad. A veces colocan en el borde de las papitas extendidas un balde con agua. Aproximadamente, a la una o dos de la maana se observa el lquido para vericar la helada. Cuando la super-cie del agua se halla escarchada con hielo chhullunkhiyata, indica que la helada est cayendo y que es hora de rociar con el agua las papas.

    A esta hora el musiri coloca tambin, en una unkua, la thayacha en un ngulo entre el ullarasi y el ina chuu extendidas en el chuawi. Este convite no se coloca desde el atardecer porque suele ser tragado por algunos perros vagabundos y hambrientos que caminan constante-mente en el chuwi buscando restos de ambre. Por eso se coloca a la una o a las dos de la maana.

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    Es comn que los propietarios del chuo suelen realizar trabajos del ayni con sus vecinos o parientes en el cuidado y en el procesamiento del preciado producto. Para esto establecen ciertas reglas de reciproci-dad que se cumplen entre los miembros de una misma parentela.

    Entre los principales acuerdos del convenio de reciprocidad, se pueden mencionar los tres siguientes: a) Rondar permanentemente am-bas chuwis para asegurar el normal procesamiento de los chuos. b) En caso necesario, asperjar con agua los chuos que an no han sido pasados por la helada, para ambas partes. c) Cuando uno de los vecinos o parientes del convenio determina levantar el chuo, ambas partes se ponen de acuerdo para ayudarse. Desde la maana hasta el atardecer, se prestan animales de carga, generalmente burros, costales y wiskhas para llenar y cargar el producto. Adems, bajo la responsabilidad de las mujeres preparan buena cantidad de ambre con los mejores productos, tales como: papa monda, chuos grandes, buena porcin de carne y un buen plato de aj. Por otra parte, los varones, a manera de jalxata llevan consigo, como mnimo, una botella de alcohol puro y media botella de vino. No falta tampoco una unkua de coca. Murra (1983: 215) observa que estas concesiones son como parte de una generosidad institucio-nalizada de lealtad y cooperacin mtua en una etnia. Aunque esta concesin est arraigada en la tradicin del pueblo aymara, podemos observar tambin las desviaciones de estas normas por el inujo de una cultura fornea y la introduccin del sistema de servidumbre personal de la hacienda.

    Es costumbre que los cuidantes del chuo despus de haber rea-lizado un da laborioso de trabajo, como pisar, frotar o descascarar el chuo, suelen pasar las noches bebiendo alcohol y mascando la coca. Suelen realizar en el chuwi una esta nocturna. Al ver que sus pa-pitas no estn amoratadas por la accin de los rayos del sol y a falta de fuertes heladas brindan buenos tragos.

    En el mundo aymara hay una tradicin tan popular acerca de la elaboracin del chuo, que consiste en que unos y otros atisban la can-tidad de papas que llevan al chuwi y la misma cantidad de chuo que

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    levantan. Por eso dicen:Khitis maran yap yapuchta yatitayna, ukax chuwin uaqtasiaxa... (En la elaboracin del chuo se sabe quin haba sembrado buena cantidad de papas en este ao agrcola).

    Es un momento de competencia profesional en que se miden los campesinos segn las normas tradicionales. Aqu no cuenta la cantidad de tierras que cada cual posee, sino su capacidad profesional. La exten-sin de tierras cultivables que posee cada familia es variable. Como es sabido, a causa de la constante fragmentacin de pequeas parcelas o suyus heredados, muchas familias poseen pequeos surcos de tierras de cultivo, y por el constante azote de las sementeras por los fenmenos climatolgicos de la regin (heladas, granizadas, sequa, etc.) no se per-mite una produccin eciente de los productos agrcolas de pan llevar. Pero existen ciertas familias que poseen buenas extensiones de tierras de cultivo ubicadas estratgicamente en los mejores lugares y stas ob-tienen buena cantidad de productos y por lo tanto llevan tambin buena cantidad de papas al chuwi para elaborar el chuo.

    Por otra parte, existen tambin personas que trabajan mediante el sistema de chikata: un campesino aymara que no posee sucientes tie-rras de cultivo para obtener buena produccin agrcola, trabaja en el terreno de aquellas personas que poseen mayor extensin de tierras. En este sistema de trabajo, el dueo del terreno cede al chikatiru buenas partes de sus tierras de cultivo por el perodo de un ao agrcola y el chikatiru trabaja desde el barbecho hasta la cosecha, mientras cada parte pone su propia semilla. En el momento de la cosecha, el propietario de las tierras y el chikatiru pueden obtener la misma cantidad de produc-tos. A las personas que trabajan en varias partes en propiedad ajena12, se les dice qapa jaqi. Por consiguiente, la persona que no posee tierras de cultivo, puede llevar - igual que los que poseen mayor extensin de tierras - buena cantidad de papas para elaborar el chuo. De este modo demuestra su habilidad como agricultor capaz de proveer alimento a su familia. Sin recelo alguno puede ocupar cualquier cargo pblico dentro de la comunidad, tal como mayorazgo o alferado de la esta patronal de la comunidad o en la esta de carnavales del pueblo de Acora. Es-tos acontecimientos y compromisos traen grandes gastos para atender a

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    concurrentes e invitados y el chuo entra siempre como elemento bsi-co en la preparacin de los diferentes platos servidos a la gente.

    En los meses de Junio y Julio suele caer tambin la nevada. Este fenmeno climatolgico sorprende a mucha gente durante el chuwi, cuando el chuo est en plena elaboracin. La nieve no congela sino quema el producto de manera muy extraa. El chuo pierde su consis-tencia, se raja y parte en pedazos y aunque no se nota de inmediato el dao, al momento de guisarlo no conserva su consistencia caracterstica y agradable. Se deshace simplemente (Mamani, 1978: 235). A causa de la nieve las papas expuestas en el chuwi poco a poco se deshacen - phallarata - y parecen gangrenarse. En el momento de la takia se des-pedazan completamente. La cachaa es el residuo de este tipo de chuo malogrado. Sin embargo, la gente experimentada sabe prever tambin las nevadas por las variaciones en las corrientes de vientos y en el cons-tante movimiento de estrellas y nubes.

    7. La tcnica del pisado

    El pisado es la parte ms esperada por la gente. Se realiza cuando las papas han sido completamente congeladas - por lo menos durante tres o cuatro noches consecutivas - y cuando estn bien deshidratadas por la accin de los rayos solares.

    Las variedades de papas que no necesitan mucho tiempo para des-hidratarse son: la allqatarma y el luki. Estas se congelan con una o dos heladas y ya son chuu chuqis. El campesino las expone separadas de las dems variedades a n de pisarlas con anterioridad y tenerlas listas para preparar el qachu chu phuti, merienda apetitosa en esta poca.

    Cuando esta variedad de papas se deja a la intemperie por varios das, congeladas y deshidratadas y sin pisarlas a su tiempo, comienza a secarse con la constante irradiacin de los rayos solares y el perseveran-te desentumecimiento nocturno de las heladas, hasta convertirse en un tubrculo fosilizado. Se vuelve dura como piedra y adquiere un olor y sabor desagradables de modo que no sirve para el consumo humano.

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    La tcnica seguida para pisar el chuo es la siguiente. Primero se apila el chuo. Se saca todos los chuos a las chusutas. Primero va el chuo allqatarma y el chuo luki, deshidratados en una o dos noches. Esta operacin se efecta recogiendo con los dedos uno por uno a los tubrculos extendidos en la cancha para echarles el lquido. Este traba-jo es efectuado por los varones, las mujeres y los hijos mayores. Estos ltimos son expertos en esta tarea.

    Una vez separadas las chustas de los otros tubrculos que an faltan todava exponer una o dos noches ms, se recoge a las que estn a medio congelar y se las extiende separadas a un costado de los qachu chuus ya deshidratados.

    Los tubrculos ya deshidratados y listos para ser pisados, son amontonados en hileras de par formando los qutus. Un qutu puede con-tener de 30 a 40 papitas deshidratadas. El contenido de estas pequeas rumas es de tres a cinco kilogramos, cuando estn descongeladas. Cada persona forma una hilera de 10 a 12 rumas o qutus para ejecutar la ta-kia.

    Terminada la seleccin de tubrculos, sigue el pisado del chuo. En ese momento, el chuuni brinda una copa de alcohol y un jachi de coca como ofrecimiento a todos sus aynis y parientes. Un mismo brindis ofrece al chuw mamata dando gracias por la buena recepcin de las primeras noches que han pasado sin problema. El pisado se realiza con sumo cuidado. Se ejecuta con los pies descalzos, especialmente con los talones mediante un movimiento giratorio de los pies, haciendo reven-tar las papas y tratando en los posible de sacar toda la materia remojada y suelta hasta que slo quede el corazn slido y deshidratado. Para que las papitas no se daen por completo, se pisa con los metatarsianos, o sea entre el dedo gordo y el segundo, pues de esta accin depende la calidad del producto.

    Una vez pisados y bien aplanados, se deja los montoncitos en el mismo sitio por una noche y al da siguiente se les extiende al sol para que se sequen. Este proceso se llama alltaa. En esta operacin al exten-der los chuos, se seleccionan al mismo tiempo los pequeos tubrculos

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    que no han sido congelados en las noches anteriores y nuevamente son tendidos en forma separada de los dems qutus de chuos. Los chara chuus extendidos en la supercie se van secando con la irradiacin de los rayos solares, de manera que poco a poco van tomando la forma, el color y olor sabroso del preciado chuito propiamente dicho, dejn-dolos a la intemperie por un tiempo aproximado de tres a cuatro das y noches, listos para proceder con la siguiente operacin.

    8. Agrupar los qutus en puyas

    Los qutus de chuos pisados tienen que ser removidos en el mismo sitio. El trabajo del alltaa se realiza despus de haber dejado los qutus de chuos debidamente pisados a la intemperie durante una o dos no-ches de congelamiento.

    La tcnica a seguir es la siguiente. Se juntan con las manos los qutus de chuus pisados, reuniendo cuatro qutus en un cmulo mayor, llamado en aymara puya o mjachata. Despus se extienden las puyas de chuo en la supercie y, a medida que se van exponiendo al sol para que se sequen, se van descascarando cuidadosamente los sillpis moja-dos, dejando el chuo bien pelado. En este proceso se separa tambin en el mantiyu los chuos desmenuzados o partidos a consecuencia de pisadas fuertes y bruscas para dejarlos a la intemperie en un lugar aparte de los otros chuos. Este tipo de chuo se conoce con el nombre de qa-chaa, que es el chuo ms preciado y considerado sagrado en relacin a otros tipos de chuo. Por eso est destinado al muntuku, plato tpico y tradicional en el matrimonio.

    Las puyas permanecern en la intemperie dos o tres das aproxi-madamente, puesto que con el resplandor de los rayos solares y las fuertes heladas nocturnas se secarn rapidamente hasta convertirse en un verdadero chuo.

    9. El estregamiento del chuo

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    La ltima operacin en la larga elaboracin del chuo es llamada chuu qaxua. Antes de empezar este trabajo, como es costumbre y tradicin, el chuuni asperja a la chuw mamata un lluxi o vaso de cristal de alcohol y brinda con todos sus ayudantes y parientes, mien-tras la esposa saca de su unkua un buen jachi de coca. La conversa-cin gira sobre la elaboracin de este producto, recordando tiempos de bonanza y abundancia de productos agrcolas. Los informantes cuen-tan que: Nayra achachil timpuxa, chuu takiasa, chuu alltaasa, ukhamarak chuu qaxuas wali phistiriwa, siwa. Chuun tat mamax ukurunakan kuna, thuqurin kunaw chuu mamat lurtapxiri, siwa. Ji-chhax janipiy ukhamxitixa, qalw armtasnsnaxa... (Los abuelos di-cen que antiguamente en el pisado, en el apilamiento y en el estrega-miento del chuo solan realizar una gran esta. El dueo sola traer en esos das msicos y bailarines. Era - dicen - una verdadera esta. Ahora ya no es as, ya estamos olvidando esta costumbre...). De todos modos, esta ceremonia se realizaba en el mismo chuwi y la Mamapacha brindaba buena produccin agrcola. Ahora ella est cansada, con la introduccin de la tecnologa cientca y capitalista. La madre tierra no da ms productos.

    El trabajo del estregamiento se desarrolla as: se juntan cuatro pu-yas de chuo, para formar otro cmulo ms grande que las puyas, de-nominada kanta. Amontonadas las kantas en hileras, se empieza a frotar los chuos con las dos manos juntas, para quitar las ltimas cscaras de los chuitos e inmediatamente se los extiende en el mismo lugar con el propsito de que se sequen denitivamente hasta levantar el producto.

    El estregamiento del chuo es la ltima fase de su elaboracin. A medida que la operacin avanza, se separa denitivamente el chuo acabado del resto. As, poco a poco, todas las qachaas se juntan en un lugar aparte. En este procesa quedan siempre pequeos chuitos que en algn momento de la elaboracin no han logrado secarse completamen-te. Este tipo de chuo es escogido separadamente para ser guisado esa misma tarde o para el ququ del da siguiente. Estos chuitos reciben el nombre de pustis.

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    El tiempo que toma la labor del estregamiento, hasta dejar comple-tamente secos y sin cscaras a los chuos, es uno o dos das. El avance del trabajo depende de la cantidad de chuo y del nmero de ayudantes o aynis con que cuenta el propietario. Finalmente se forma otro c-mulo de mayor extensin de este producto, llamada jacha kanta. Un jachakanta puede tener ocho qutus y dos puyas.

    Al formarse las jacha kantas, quedan en el suelo o en la super-cie del chuwi pequeos chuitos junto con la cscara, llamados jipi chuu.

    Antes de empezar a avientar las jacha kantas, se realiza todava el proceso de mullmsua, que consiste en separar los chuos bien pelados de los que todava tienen cscaras.

    10. El aventamiento

    Mediante el aventamiento, llamado khuyua, se logra una limpieza nal del producto. Para ejecutar este trabajo se juntan todas las kantas en un solo lugar. Este gran cmulo se denomina chuo phina. El trabajo es realizado generalmente por los varones, mientras que las mujeres alistan la pichaa para separar la cscara del chuo, o sea el jipi.

    El trabajo se realiza en el da del chuu apta uru, con una con-currencia de familiares y vecinos del chuwi y sus aynis. Para todos ellos es un da festivo de gran importancia, al que asisten con fe y devo-cin religiosa para dar gracias a la chuw mamata, a los apus del lu-gar, a la Pachamama y al juyphi tata por haberlos acogido bien durantes el largo perodo de la elaboracin del tan esperado chuito.

    Antes de empezar esta ltima jornada, el propietario derrama aguar-diente de una copa a la Pachamama y al chuw mamata, pidiendo que al trmino de la jornada, el chuu mamata llene todos los costales que tienen en el chuu kustl qipi. Luego brinda con sus ayudantes una copa llena de alcohol para tener fuerza y para poder enfrentarse sin mie-do al viento que sopla del oriente boliviano. Mientras tanto, la esposa del propietario pasa a todos los asistentes, varones y mujeres, un buen

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    jachi de coca. Los varones la reciben en sus chuspas y las mujeres en una esquina de su chuku.

    En este pequeo descanso, el dilogo entre todos los asistentes, hombres y mujeres, versa entre risas y sonrisas, sobre algn aconteci-miento ocurrido tiempo atrs en el mismo lugar de la elaboracin del producto. As hemos captado el siguiente relato: Niya p tunk mar jilaw pasxpachaxa, aka chuawinx m achachilax chuu mamat khu-ywinx chuump khuyxatayasisin jiwayayasiritayna. Ukrux kuchisi urut sipanxa, jachaarurkiw puriwayxapxiritayna. (Hace ms de 20 aos, cuando los abuelos realizaban esta misma actividad, cuentan que un abuelito haba cado en el gran cmulo de chuos que estaban aven-tando, y al poco rato muri. Pues, en vez de pasar un buen da, por ser tradicionalmente alegre, sucumbieron en pena y lgrimas).

    Los chuu aptas recuerdan en ese momento los grandes aconteci-mientos que ocurrieron ao tras ao, dcada tras dcada, pero siempre reina la alegra y el buen humor. El propietario del chuo sirve nue-vamente a todos los participantes una copa llena de alcohol, diciendo: Jichhakuchaw qalltawxani tat mama, juchhanttasiwapxmaya... (Ahora s vamos a empezar a trabajar seor seora, brindan...)

    Una vez acumuladas las jacha kantas en un slo sitio, tres o cuatro varones son designados por el propietario para realizar el aventamiento. Estos hombres son diestros en ejecutar esta delicada operacin. Para esto se amarran el mantiyu o lakua en forma diagonal entre el hom-bro derecho y la cadera izquierda y se colocan en crculo sobre el gran cmulo de chuos. Inician esta actividad con el sistema del lluqia y todos realizan el khuyu. Esta accin consiste en arrojar porciones de chuo de abajo hacia arriba. Al caer al suelo, los chuos forman otro cmulo totalmente limpio, mientras que en el aire, con la corriente del viento, el jipi se va separando por completo del producto en un extre-mo.

    En este proceso, el dueo del chuo sirve a los lluqiris sendos va-sos de trago para tener ms fuerza y poder terminar temprano, mientras

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    que las mujeres van separando afanosamente del jipi las qachaitas con una escobita rstica hecha de chilliwa y waycha.

    11. El ayta y la challa

    Los espacios andinos, sus microclimas y sus agrupaciones huma-nas forman un solo sistema interrelacionado. Los Aymaras perciben esta realidad en trminos mitolgicos, dndoles cara y personalidad, venerndolas como divinidades y evocando con su culto la perspectiva de la relacin existencial entre el hombre y la tierra. Las celebraciones y ritos que marcan el ritmo andino agrcola son un indicio de cmo la tierra funciona en el seno de la vida campesina. Cuando se repiten con-forme a las estaciones del ao, dinamizan al hombre transportndolo hacia una relacin ntima con su cosmos. Los que participan en estas celebraciones desarrollan una serie de gestos, bailes y palabras que re-percuten en el alma humana (Judd, 1983: 34).

    El ayta y la challa son ceremonias muy especiales en cualquier actividad agropecuaria que realiza el hombre andino. Diego Irarrzaval dice en relacin a esto: La ofrenda o despacho con su largo ceremonial, o la challa en cada ocasin importante, tiene facetas muy sensibles: alimento, bebida, danza, organizacin familiar y comunitaria, oracin y ofrenda, y tanto ms. Esta celebracin de lo cotidiano es, como anota Fernando Silva, la experiencia ms profunda de la religiosidad verna-cular (Irrarzaval, 1984: 103). Toda esta efervescencia cuestiona el orden imperante que reprime sentimientos e incentiva el progreso de una nueva sociedad gracias a la veneracin activa de la vida, simboli-zada por la Pachamama.

    Una vez aventado el chuo se lleva a cabo la challa y el ayta, ceremonias andinas desde pocas precolombinas, para dar gracias al dios supremo cristiano y a los dioses protectores del mundo andino. Veamos la realizacin de estas dos acciones religiosas importantes en esta jornada:

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    La ceremonia de la challa13 en la elaboracin del chuo, es ca-racterstica en casi toda la regin aymara aunque bastante exible, pues las ofrendas son dadas tanto al dios cristiano como a las divinidades cristiano-andinas. Para esto, el dueo del chuo contrata una persona entendida en preparar la misa14 en honor al chuaw mamata. La espo-sa extiende en el suelo una misa unkua, primorosamente tejida de lana de alpaca matizada con hilos de diferentes colores. Lo hace con toda la fe y esperanza de tener una buena cantidad de este producto, suplicando que en los aos venideros nadie sufra de hambre y que el chuito no los deje abandonados.

    Primeramente colocan en la misa unkua una buena porcin de la qachaa. Este tipo de chuo representa la base del troje, donde ir acumulando la mayor parte del producto elaborado en el chwi. El paqu15, llamado tambin maestro, coloca sobre la misa unkua to-dos estos elementos rituales en forma ordenada. Ah estn dos luxis, uno qachu churu y el otro urqu churu. El qachu churu representa en la simbologa andina el ser reproductor, pues en esta ceremonia la mujer levanta este lluxi conteniendo vino para asperjar el chuwi y al producto. El luxi de urqu churu corresponde al varn. Un buen rito es signo de belleza, con mstica, con gratitud (Irarrzabal, 1987: 81). Los lluxis estn llenos de vino. A su costado colocan dos timlas y en el borde de la misa unkua estn dos botellas conteniendo vino la primera y alcohol la otra, listos para asperjar. Ms adelante estn las preciadas y sagradas hojas de coca, llamadas kintu.

    Sigue el ayta. Cuando estn dispuestos ya los objetos ceremonia-les para realizar la ofrenda de la challa a la chuu mamata, preparan inmediatamente el ayta16. Para esto, el dueo del chuo coloca sobre la misa unkua buena porcin de hojas de coca, un poco de incienso, un brasero y bosta. El paqu con su ayudante, llamado yanapiri u ocial, es el encargado a efectuar esta ceremonia.

    Para efectuarla, el paqu y su asistente se colocan junto a la misa unkua preparando cuidadosamente todos los elementos necesarios para rendir evocaciones al dios todopoderoso y a los apus eternos de

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    la regin. Por el momento el chuwi pasa a ser un sitio de honor y como un templo sagrado. El maestro llama a todos los asistentes, quienes se colocan en crculo arrodillndose y quitndose el sombrero alrededor de la misa unkua. Inmediatamente, el maestro con su yana-piri toman el sitio. Se arrodillan mirando hacia el oriente y levantan los lluxis conteniendo vino. El maestro roca el cmulo de qachaas y reza en voz baja, as: Chuw awicha, alxpach awwkija, pukar achachila, janachin achachilla..., walik aka jaypunakax qurpacht awapxistaxa, chuu mamatax utjxiwa, janiw manqat t aqisipkti... (chuwi, lu-gar sagrado, padre celestial que vives en los cielos, espritus protectores de Pucara mayor, del poderoso cerro Jamachini, damos gracias por tu hospedaje, por tu bendicin durante estas noches y estos das. Hemos preparado el tan preciado chuito. No vamos a sufrir de hambre...)

    El maestro, al mencionar en forma de suplica a dichos lugares, di-rige una mirada piadosa. Despus de haber implorado el permiso de los apus y del chuwi, el paqu empieza a rociar y asperjar el vino sobre el pequeo montoncito de qachaas que estn sobre la misa unkua, a la Pachamama y al gran cmulo de chuos que estn expuestos en medio del rea donde ha sido elaborado.

    El gran cmulo de chuo permanece en el rea enlazado con las wiskhas por todos los lados a n de que, mientras se preparara la cere-monia de la challa y el ayta no desaparezca misteriosamente. Segn la mitologa aymara, los productos agrcolas cuando se realiza un aconte-cimiento o ceremonia ritual, pueden perderse misteriosamente. Por eso en el levantamiento del chuo enlazan por todos los lados amarrando el urqu chuu con la totalidad de las wiskhas que llevan para este gran momento.

    Seguidamente, en honor a los espritus del lugar se sirven vasos llenos de licor, preferentemente alcohol. El alfrez o dueo del chuo tomando con las dos manos un par de vasos de cristal o timlas de plata o bronce sobre la unkua de qachaa hace una cruz en seal de la ben-dicin del Tata Dios - Dios Padre - y roca una lnea con direccin al oriente. Mientras los asistentes interpretan la lnea marcada por el alco-

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    hol. Si es que la lnea es recta, sin deformaciones, signica que todo saldr bien y si es que hay torceduras en la lnea se piensa que habr contratiempos (Llanque, 1982: 13).

    Terminada esta ceremonia, se sirven nuevamente vasos llenos de alcohol y buena porcin de kintus de coca y todos se dan el abrazo de buena hora diciendo:Salrukpanay tat mama..., salrukpanay quli maestro, quli mamanak jumanakaxay utan kuna chapaq chuu phutsa, jayu kar chuu phuts phaytapxchiyata... (Salud seores y seoras... salud oh buen maestro..., ustedes seoras sabrn preparar en la casa guiso de chuo ya sea sin o con sal...)

    Mientras los concurrentes gozan de alegra, bebiendo sus buenos vasos de aguardiente, el maestro va invocando en forma silenciosa a los apus, a la Pachamama y al chuw mamata. Rezando escoge las hojas enteras de la coca:Chuw mamata, quri uywiri, qullqi uywiri, licenciamata... (Chuwi, lugar sagrado, tapa de oro, tapa de plata, con vuestra licencia...). Pues as, el maestro va escogiendo las hojas de la coca de tres en tres para formar el kintu, que es la ofrenda. El kintu est compuesto de tres ojas perfectas de coca y el conjunto del kintu formar el ayta. El maestro coloca el primer kintu en un lado del lluyi, entre rezos e invocaciones al chuw mamata y al preciado chuito. Luego invita a los alferados de chua apta a que coloquen las hojas seleccionadas de la coca, soplando el vino que contienen los lluxis. Los dems asistentes lo harn igual.

    Terminado este acto ceremonial, todos los asistentes pijchan la coca. El maestro levanta en alto las chuspa ceremonial de coca y la agita haciendo ademanes de llamar el chuo de todos los lados, mien-tras que las mujeres agitan con sus sombreros diciendo:Chuu mama-ta, uksat sipana, aksat sipana jutjakitaya, janikiy jaytjistati. (Preciado chuito, ya sea de aquel lado, de este lado venga aqu, no nos dejes).

    Las libaciones de alcohol siguen su curso entre bromas de mucha intimidad. A la par pijchan las hojas sagradas de coca. Reina la amistad y alegra entre todos los asistentes que continan conversando ame-namente acerca de los das que han pasado en el largo proceso de la

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    elaboracin del chuo y expresando el deseo que en los aos venideros se repita del mismo modo.

    Al concluir este acto, el maestro y su ayudante preparan los kintus de coca para quemarlos en el mismo sitio. Mientras tanto, la duea en compaa de las dems mujeres alista costales y wiskhas para empezar a llenarlos. El maestro levanta el atadito de ayta o misa unkua y lo coloca encima del atado de decenas de costales y wiskhas a n de que estos costales no regresen vacos a la casa. Luego el maestro prepara el numinaryu. La duea o la chuu apt mama en compaa de sus pa-rientes (especialmente mujeres) prepara el ququ. Las dems mujeres tambin alistan el ququ jalxata formando una buena cantidad de ambre para todos.

    12. El ambre

    Aproximadamente a la una de la tarde, la duea del chuo espera a todos los asistentes del chuu apta con buena cantidad de ququ, ubica-da en la puerta del musia o en un costado de la gran ruma de chuus. En aymara al ququ lo denominan mirinta (de merienda) y este consis-te en: sancochado de ajrat chuqi, sancochado de ajrat chuu, guisado con carne de cordero o charki de llama y buena cantidad de waykac. Para servirse el alimento, los ayni jaqis y los ayudantes guardan sus chuspas de coca y se colocan en crculo a un costado del lugar donde estn extendidos los costales vacos, primorosamente confeccionados de la lana de alpaca y de llama, listos para llenar el chuu mamata.

    En el transcurso de la merienda, el dilogo se desarrolla sobre los recuerdos de la elaboracin del tan esperado chuito, acaecidos dcadas atrs y protagonizados por sus abuelos. Aqu reproducimos la siguien-te conversacin:Achachilas timpux akham jachanak papa, akham jachanak chukamakiw manqtairixa; ukat mamxa asnut khumu-taw sarxiri, sasaw achachilanakax kuyntasiri... (En tiempo de nuestros abuelos solan comer - dicen - papas y chuos de gran tamao; y en la poca de levantar el chuo, muchos de los dueos, al libar exagerada-

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    mente el alcohol por un ao de bonanza, solan ser llevados hasta su casa cargados en el lomo del burro...)

    13. Atestamiento del chuo y enlazamiento de los costales con la kili wiskha

    Despus de comer el ambre, la chuu apt mama ofrece a los con-currentes un buen puo de coca, mientras que el chuu apt tata sirve vasos llenos de licor alcohlico para que el trabajo restante se realice de acuerdo a la costumbre ancestral. El maestro vuelve a invocar a todas las divinidades de la tierra, del lago y del cosmos. Saca la suerte me-diante las hojas de coca y previene la hora de hacer pasar el ayta.

    Inmediatamente despus, los varones se amarran transversalmente sus mantiyus o lakuas entre el hombro derecho y la cadera izquierda para empezar a echar los chuos en los costales. Mientras tanto, las mujeres extienden en medio del rea donde han elaborado el chuo, los costales en la. Las wiskhas aparecen ubicadas en la parte superior del lado derecho de la hilera de costales, listos para cerrar y amarrarlos (warphuntaa).

    Por costumbre, cada hombre debe llenar un costal de chuo. Tra-dicionalmente se desarrolla en este momento una competencia en el llenado del chuo. Quien lo hace primero es considerado como qapa jaqi y recibe como recompensa una unkua de qachaa, mientras que la persona que ocupa el ltimo puesto en llenar el costal con chuo es con-siderado como jayra jaqi, o matatjaqi, y no tiene ninguna recompensa.

    Despus de llenar los costales, los hombres los atestan en hileras o siqi. Las mujeres se encargan a coser los costales con la palta yawri para que el preciado chuito no se escape.

    Despus de coser hay que enlazar a toda la hilera de costales pues-tos en siqi, primeramente con la kili wiskha. Este proceso se llama

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    warphuntaa. Los encargados de realizarlo son los varones, quienes se dan vuelta al arku de costales cantando varias veces, as: Maya, paya, kimsa, tunka,... pataka, waranqa... (Uno, dos, tres, diez,... cien, mil...)

    Los hombres realizan esta ceremonia quitndose los sombreros y las mujeres juntan con la pichaa las qachaas y los jipi chuus que en el momento de levantar el chuo se han quedado en la supercie. Finalmente amarran los costales con varias wiskhas comunes. El kili wiskha es una soga trenzada de ocho hilos gruesos de la lana de llama o alpaca, especialmente preparada para esta ceremonia.

    Mientras tanto el maestro hace pasar el ayta y a cada momento in-forma al dueo del chuo de la forma cmo est quemando la totalidad del pequeo atadito del ayta.

    Cumplida la ceremonia de la challa y el ayta, el dueo del chuo suplica a la concurrencia que le acompae a llevar el chuu mamata hasta su casa. Para esto, convida nuevamente buenos vasos de licor, mientras la chuu apt mama por su parte, ofrece tambin una buena porcin de coca, solicitando igualmente que lo acompaen a llevar el chuito hasta su casa.

    A continuacin, las mujeres alistan la unkua de qachaa con la idea de que ella va a cargar toda la cantidad de chuo. El esposo toma con la mano derecha una chuspa especialmente tejida para esta cere-monia de la lana de alpaca o de llama, primorosamente confeccionada con una serie de saltas conteniendo buena porcin de coca y se mueve afanosamente mirando hacia arriba, donde reina el Seor y a los apus de la regin, invocando por aqu y por all a su chuu mamata. Con la mano derecha agarra una kuwarta wutilla conteniendo alcohol. Bebe e invita a sus acompaantes diciendo: Mamata, utar sarxani, janiw jaythkamamati, utar sarxani, akaw kuka kintumaxa, akarakiw umtasi winumaxa. (Bendito chuito, vamos a la casa, no te voy a dejar, vmo-nos a la casa, aqu est tu coca, aqu tambin est tu vino).

    Mientras tanto el encargado de llevar el pequeo atadito de misa unkua y la qachaa, se prepara conjuntamente con otros participantes.

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    En el transcurso del viaje, desde el chuwi hasta llegar a la casa, esta persona no debe estar embriagado, puesto que el destino del chuo de-pende de l ya que est llevando la sagrada misa unkua conteniendo botellas de vino, porciones de kintus de coca, los sagrados lluxis, las antiguas timlas de bronce y otros objetos ceremoniales del caso.

    Anteladamente la esposa del dueo - chuu apt mama - entrega al paqu una chuspa tejida con hermosas saltas de guras geomtri-cas conteniendo coca y llujta, con la cual empieza a llamar al chuu mamata, soplando al viento con su chuspa y cantando de la siguiente manera:

    J mamata, jinay jinaya...

    ju...mamata, jinay jinaya

    sarxani, jayptsitaniwa...

    (Ju, bendito chuito, vmonos, vmonos...

    ju... bendito chuito, vamonos, vamonos,

    tenemos que irnos, ya vie