View
218
Download
2
Embed Size (px)
DESCRIPTION
¿Existió realmente Jesús de Nazaret? En esta entrada intentamos mostrar cómo, actualmente, la existencia histórica de Jesús -y de los evangelios que narran su ministerio- se encuentra apoyada en valiosos documentos de historiadores, creyentes y no creyentes, tanto de su época como de los siglos posteriores, de los cuales citaremos varios, complementando nuestra exposición con los argumentos y conclusiones de eruditos actuales y algunos descubrimientos recientes en el plano arqueológico. En conjunto, esperamos que sus diferentes enfoques permitan demostrar con solidez la autenticidad histórica buscada.
Blog Fenmalos La Quinta Esencia, por Carlos Jimnez Fajardo. Mayo 23, 2013. Pgina 1
JESS EL MESAS, Parte I
Y tuvo un sueo: Vio una escalera que estaba apoyada en tierra, y su
extremo tocaba en el cielo. ngeles de Dios suban y descendan por
ella.
Gnesis 28:12
De cierto de cierto os digo: Desde ahora veris el cielo abierto y a
los ngeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.
Evangelio segn San Juan 1:51
INTRODUCCIN
El mundo cristiano[i] identifica al Mesas bblico con
la persona de Jess de Nazaret. Los primeros cristianos
al referirse a Jess empleaban Cristo por considerarle el
libertador prometido de Israel. El ttulo de Cristo deriva
de la palabra griega Jrists, a su vez una traduccin del
hebreo Mashaj (Mesas). Significan el Ungido, el Hijo del Dios Viviente, el Salvador. Ms
adelante, la Iglesia[ii] lo incorpor a su nombre, quedando como Jesucristo (Jess el Mesas), para designarle como redentor de toda la humanidad.
Con la proclamacin del Evangelio[iii], Jess lleg a ser el personaje ms gravitante de la
historia secular y religiosa del mundo occidental, al punto que, aparte de constituir el
fundamento de todas las variantes del cristianismo y que el calendario actualmente vigente
en casi todo el mundo civilizado divida la historia humana en dos grandes periodos: a.C.
(antes de Cristo) y d.C. (despus de Cristo), su influencia se ha dejado sentir con gran peso
en las artes (arquitectura, msica, pintura, literatura, teatro, cine, etc.), en los
acontecimientos histricos, en las constituciones polticas de importantes naciones
occidentales y en la vida de millones de personas que estuvieron incluso dispuestas a morir
por l.
Pero, existi realmente Jess de Nazaret? Y si as fue, fue el Mesas prefigurado por
el ritual judo y anunciado en las profecas de sus escritos sagrados?
Dado lo extenso de este tema y la riqueza de sus mltiples matices histricos, religiosos y
filosficos, en esta primera entrada intentaremos mostrar cmo, actualmente, la
existencia histrica de Jess -y de los evangelios que narran su ministerio- se encuentra
apoyada en valiosos documentos de historiadores, creyentes y no creyentes, tanto de su
poca como de los siglos posteriores, de los cuales citaremos varios, complementando
nuestra exposicin con los argumentos y conclusiones de eruditos actuales y algunos
descubrimientos recientes en el plano arqueolgico. En conjunto, espero que sus diferentes
enfoques permitan demostrar con solidez la autenticidad histrica buscada.
En una segunda entrada presentaremos una visin sinptica del ministerio de Jess, as
como los argumentos que fundamentan su anunciada segunda venida a la Tierra, para que
el lector tenga una resea de su obra que permita establecer una base de entendimiento
respecto de lo que expondremos en una tercera entrada, en la que se presentarn
argumentos slidos para intentar demostrar que Jess de Nazaret fue efectivamente el
Mesas que profetizaron los escritos sagrados del pueblo de Israel.
Blog Fenmalos La Quinta Esencia, por Carlos Jimnez Fajardo. Mayo 23, 2013. Pgina 2
Las tres entradas en conjunto, tienen como objetivo central entregar al lector el
conocimiento intelectual necesario y suficiente para comprender el punto clave dentro de la
tesis expuesta en el libro Fenmalos - La Quinta Esencia y en este blog: Slo con la
existencia real del Mesas bblico la historia humana, pasada, presente y futura, tiene
sentido, razn y destino.
PRIMERA PARTE: REALIDAD HISTRICA DE JESS
Jess de Nazaret (6 - 7 a.C. - 30 d. C.). El nombre de Jess se deriva de la palabra
hebrea Joshua, que completa es Yehoshuah (es decir Yahv es salvacin).
Durante el Siglo XIX, algunos exgetas bblicos dudaban de la
existencia histrica de Jess debido a la escasez de material
adicional de otras fuentes que no fueran los Evangelios, y por
la naturaleza teolgica de los relatos bblicos. En efecto, la
tendencia del Nuevo Testamento a proclamar el significado de
los acontecimientos sin presentar la versin del narrador sobre
los propios hechos, siempre ha dado lugar a la disensin entre
quienes se dedican a la investigacin histrica.
A pesar de ello, los que han negado la existencia histrica de
Jess han sido muy pocos: Dupuis, Bauer, Couchoud, Drews, a
los que se les puede aadir como eplogo tardo la
historiografa sovitica. Pero el problema hoy a nivel cientfico
es implanteable. A este propsito dice Bultmann, la personalidad ms prestigiosa (aunque
no ciertamente la ms optimista) en la cuestin del Jess histrico: La impugnacin de la existencia de Jess carece de fundamento y no se merece una palabra de refutacin. Es
completamente evidente que l est al origen del movimiento histrico, cuyo primer estadio
tangible est representado por la comunidad cristiana primitiva palestinense. Lo corrobora un discpulo suyo (Bornkamm) con estas palabras: En la antigedad, ningn adversario del cristianismo, por obstinado que fuera, tuvo la idea de poner en duda la
historicidad de Jess.
El Dr. Michael Grant de Cambridge ha escrito, Para resumir, los mtodos crticos modernos no soportan la teora del Cristo-mito. Una y otra vez ha sido contestado y
descartado por eruditos de primera. En aos recientes no hay ningn erudito serio que se
atrevera a postular la no historicidad de Jess. (Michael Grant, Jesus [London: Rigel, 2004], 200).
Por lo anterior, basndose, adems del Nuevo Testamento, en las obras de los escritores
cristianos posteriores, en la de varios historiadores romanos y judos, as como en
importantes descubrimientos arqueolgicos, los eruditos actuales consideran autntica la
existencia histrica de Jess de Nazaret.
Existen pues, como veremos a continuacin, numerosos documentos y estudios de valor
excepcional para probarla:
Fuentes romanas:
Publio Cornelio Tcito, considerado el mayor historiador de Roma
y discpulo de Plinio El Viejo, dedic a Jess una pgina en
sus Annales (ao 115 d.C.), obra que cuenta la historia de Roma
desde los siglos 14 al 68 d.C. En uno de los volmenes que se han
conservado (15,44), Tcito describe cmo el emperador Nern
culpa a los cristianos del incendio de Roma ocurrido el ao 64 d.C.,
en momentos que se rumoreaba que el pueblo lo indicaba a l como
el autor del siniestro: Para acallar el rumor, Nern cre chivos
Blog Fenmalos La Quinta Esencia, por Carlos Jimnez Fajardo. Mayo 23, 2013. Pgina 3
expiatorios y someti a las torturas ms refinadas a aquellos que el vulgo llamaba
cristianos, odiados por sus abominables crmenes. Su nombre proviene de Cristo, quien
bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato. Sofocada
momentneamente, la nociva supersticin se extendi de nuevo no slo en Judea, la tierra
que origin este mal, sino tambin en la ciudad de Roma, donde convergen y se cultivan
fervorosamente prcticas horrendas y vergonzozas de todas clases y de todas partes del
mundo (Annales, libro XV, 44). Tcito hace una ms amplia referencia al cristianismo en un fragmento de sus Historias, en relacin con el incendio del templo de Jerusaln el ao
70 d.C., preservado por Sulpicio Severo (Crn. II. 30.6.).
Cayo Suetonio, historiador de los csares desde Augusto hasta Domiciano, escritor de los
anales de la Casa Imperial, en su obra compuesta entre los aos 110 y 120 d.C. alude dos
veces a los cristianos: en la primera dice que el emperador Claudio "expuls de Roma a los
judos en continua agitacin a causa de Chrestus [Cristo] (Vida de Claudio 25,4) y en la segunda escribi; El castigo ordenado por Nern recay sobre los cristianos, una clase de hombres entregados a una supersticin nueva y perjudicial (Vida de los Csares, 26.2)
Plinio el Joven, hacia el 112 d.C., gobernador de Bitinia (Asia Menor), en una carta al
emperador Trajano (Epstola 10,96) escribe que los cristianos "tienen por costumbre
reunirse un da determinado, al amanecer, para alabar a Cristo a quien consideran su
Dios."
Fuentes judas:
Son escasas, debido a la conjura de silencio y de desprestigio que levantaron los judos
hacia a la figura de Jess, aunque nunca ponen en duda su realidad histrica.
El nico autor judo que presenta a Jess es Flavio Josefo[iv],
historiador que escribi hacia el ao 93 94, lo que
sigue: "Apareci en este tiempo Jess, un hombre sabio. Fue
autor de hechos sorprendentes; maestro de personas que reciben
la verdad con placer. Muchos, tanto judos como griegos, le
siguieron. Algunos de nuestros hombres ms eminentes le
acusaron ante Pilato. Este lo conden a la cruz. Sin embargo,
quienes antes le haban amado, no dejaron de quererlo. Y hasta
hoy, la tribu de los cristianos, que le debe este nombre, no ha
desaparecido. (Antigedades de los Judos, XVIII, iii, 3).
Aunque algunos expertos han opinado que todo o parte de este
texto puede ser un aadido posterior al historiador judo[v], la mayor parte considera
autntico el texto que sigue a continuacin, que datara la muerte de Jacobo, el hermano de Jess, en el ao 62 d.C.: Ananas era un saduceo sin alma. Convoc astutamente al Sanedrn en el momento propicio. El procurador Festo haba fallecido. El sucesor, Albino,
todava no haba tomado posesin. Hizo que el Sanedrn juzgase al hermano de Jess,
Jacobo y a algunos otros. Los acus de haber trasgre