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Kokoro Connect Vol 07 --- Asu Random Sadanatsu Anda

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—He escuchado que algunas cosas locas sucederán.

—Personas intercambiando cuerpos y cosas así.

—O leyendo mentes.

—Loco, ¿verdad?

—Más allá de si es una locura, si me preguntas... Supongo que así es como

funciona o algo así.

—Oh, y escuché que te transportan a otro lugar.

—Sí, escuché sobre eso. Y una vez que estás allí, ¿no puedes irte,

supuestamente?

— ¿No suena un poco sombrío?

—Sí, no hay forma de que... Bueno... supongo que así es como funciona.

•••

Habían pasado cuatro meses desde el último día del viaje a Hokkaido, el día en

que «Fuusenkazura» dijo adiós para siempre.


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Capítulo 1: Solo otro día

—Date prisa y termina tu desayuno. Hoy me voy al trabajo un poco temprano.

—Sí, mamá, — Yaegashi Taichi respondió distraídamente, su mente medio

despierta, mientras se sentaba en la mesa del comedor y lentamente se abría paso a través de su comida de huevos, tostadas y fruta.

— ¡Deja de tomar pequeños bocados! ¿Qué eres, una ardilla? ¡Estarás así por

horas!

Las molestias de su madre entraban por un oído y salían por el otro. Siempre

gritaba por algo a todas horas del día, y era agotador lidiar con ello.

Sus párpados se arquearon. Anoche, su hermana Rina de sexto grado (pronto en

séptimo) le había rogado que se quedara despierto hasta tarde viendo una

película de terror con ella, y como resultado, estaba un poco falto de sueño. De

acuerdo, solo estuvieron «despiertos hasta tarde» según la métrica de un

estudiante de primaria, pero sin embargo, había perdido su rutina habitual de

acostarse. Esto, a su vez, había dificultado salir de la cama esa mañana.

—Muy bien, ¡he terminado de esperar! Quien quiera que sea el último que salga

de la casa, asegúrese de limpiar, ¿entendido?

— ¡Pero Mamaaa! ¡No he terminado de peinarme!— Rina se quejó mientras

devoraba sus rodajas de pomelo.

—No es mi problema. ¡De acuerdo, me voy!

Y entonces su madre salió corriendo de la sala.

—Mamá, espera, ugh, ¡bien! ¡Nos vemos después de la escuela!

—Que tengas un buen día, mamá...

—Muy bien, Taichi, ¡te dejo la tarea de limpieza!

—Buen intento. Si eres la última en salir de casa, tienes que ocuparte de eso,

como dijo mamá.

— ¡Dije que no he terminado de prepararme!

—No seas perezosa, Rina. A nadie le gusta una vagabunda.

— ¡No soy perezosa! Estoy ayudando con la cena esta noche, ¿recuerdas? ¡Eres

un idiota!

—Parlotea menos, mastica más.

— ¡Olvídalo! Ni siquiera quería esta tostada. ¡Terminé!

— ¡Hey! ¡No desperdicies tu comida!

—Suenas como papá. ¡No es un desperdicio si ya me comí la mitad!


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Y con eso, Rina desapareció arriba. Se estaba convirtiendo una verdadera

maleducada últimamente, y como su padre no estaba en estos días, le tocaba a Taichi enderezarla. Decidió que le hablaría severamente después de la escuela.

La familia Yaegashi era la familia nuclear estándar: madre, padre y dos hijos. El

Sr. Yaegashi estaba trabajando actualmente fuera de la ciudad, por lo que no había estado en casa por un tiempo, y la Sra. Yaegashi era una trabajadora

temporal en una gran corporación. Su casa estaba vacía cinco días a la semana.

Taichi terminó su leche y se levantó de su silla. —Bien, — murmuró.

Luego apiló el plato de Rina sobre el suyo y los llevó a ambos al fregadero.

Tan pronto como salió, fue inmediatamente abordado por el viento frío del

invierno. Se encogió ligeramente sobre sí mismo, encorvándose y cruzando los

brazos. Iba a ser una dura caminata hasta la estación de tren.

El día de San Valentín llegó y se fue, y ahora se acercaba finales de febrero. Los

inviernos japoneses no solo eran fríos por lo general, sino que hoy estaba

nublado y el informe meteorológico había advertido que estaba produciéndose

una ola de frío.

Se bajó del tren en la estación más cercana a la Preparatoria Yamaboshi. A poco

de ahí. Era una locura pensar que había asistido a esta escuela durante casi dos

años completos.

Mientras caminaba por la calle, pudo ver a otros estudiantes delante de él,

caminando en grupos inusualmente grandes. Tal vez era su forma de evitar el

frío.

— ¡Buenos días, Taichi!— una voz alegre llamó, derritiendo el amargo frío del

aire invernal. Entonces sintió que alguien le daba una palmada en la espalda.

— ¡Ah! Buenos días, Nagase. Veo que estás más alegre que nunca.

— ¿Quién, yo? ¡Nahhh! — Nagase Iori sonrió.

Cuando ella sonrió, sintió que el viento y las nubes y todos sus otros deseos y

preocupaciones ya no importaban: si ella era feliz, entonces todo el mundo era

feliz. Por supuesto, él sabía que esto era una exageración masiva, pero aun así,

así era lo radiante que estaba. Ella caminó a su lado, su cabello largo, sedoso y

oscuro soplando detrás de ella en la brisa.

Podía recordar un momento en que los dos habían estado enamorados... pero

ese romance nunca condujo a nada más. En cambio, ahora era una de sus

amigas más confiables, siempre presionándolo para a ser su mejor yo.

—Cuando hace tanto frío afuera, ¡Sabes que el final del año escolar está a la vuelta de la esquina! No queda nada por delante, — suspiró Nagase, exhalando

una niebla blanca.

—Todavía nos quedan los finales. Ah, y presentaciones del club.


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—Sí, ¡pero eso no es divertido, Taichi! Y ya tenemos todo preparado para

nuestra presentación, ¡así que no queda nada por hacer!

—Eso me recuerda --- ¿Harás otro show de cosplay1 a alta velocidad este año?

Fue un gran éxito, sabes.

— ¡Demonios sí! --- Usaré un traje de baño, un traje de sirvienta y, por supuesto,

el favorito de “dark horse” del año pasado, el disfraz de lucha profesional... ¡No!

¡No volvería a hacer esa basura ni aunque me pagases! ... De acuerdo, tal vez si me pagases... ¡No, no, definitivamente no!

Solo Nagase tenía la energía para subvertir sus propios chistes tan temprano en

la mañana.

Las presentaciones del club fueron tanto un escaparate de las actividades de

cada club como un desempeño calificado que determinaría directamente la

financiación de dicho club para el próximo año escolar. Este año, similar a su

presentación del año pasado, el CIC planeaba presentar una «Edición Especial»

del Boletín Cultural. Sin embargo, a diferencia del año pasado, tuvieron la

prudencia de comenzar a preparar sus materiales de presentación con

anticipación.

—Bueno, si no tienes nada que estés esperando, ¿por qué no proponemos algo

nosotros mismos?— Sugirió Taichi.

—Espera... Diablos, ¡eres un genio!

— ¿Genio? Por favor. Es solo sentido común.

—Sí, ¡pero tú eres la última persona de quien esperaría eso!

—... Crees que soy estúpido, ¿no?

— ¡Jaja! Caray, Taichi, estoy bromeando. Mi punto es que es una gran idea. Sé

que ya estamos planeando una salida del CIC durante las vacaciones de

primavera, pero sería increíble si pudiéramos reunir a toda la clase para algo

también. ¡Tal vez una pijamada gigantesca!

— ¿Una pijamada? Suena divertido.

— ¡Claro! ¡Voy a hablar con algunas personas y ver si podemos hacer que

suceda!

Sonriendo de oreja a oreja, Nagase saltó como un perrito alborotadizo.

Fue solo otro día tranquilo.

•••

Tan pronto como Taichi llegó al aula, dejó su mochila en su escritorio y volvió a

salir. La asamblea escolar semanal estaba programada esa mañana en el

gimnasio.

1 Creo es en el vol 4.5


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El edificio era lo suficientemente grande como para tres canchas de baloncesto,

pero al acomodar a casi mil personas, todo el cuerpo estudiantil más el personal, las cosas podrían ponerse un poco estrechas. Esta semana, tanto el director

como el presidente del consejo estudiantil estarían presentando discursos.

—El primer y segundo año están preparándose para los finales, mientras que los de tercer año están ocupados estudiando para los exámenes de ingreso a la

universidad. Les animo a todos a practicar el autocuidado para que puedan seguir operando al 100 por ciento durante los próximos días... "

Taichi no sabía cómo alguien podría encontrar el coraje para dar un discurso

frente a literalmente cientos de personas, pero fue una hazaña impresionante

como sea que lo veas.

— Es impresionante, ¿no?

— ¡¿Que...?! ¡Deja de asustarme así! ¡Me hiciste pensar que podías leer las

mentes por un segundo!

Era Fujishima Maiko, ex presidenta de la Clase 1-C y actualmente

autoproclamada «apóstol del amor», siendo habitualmente enigmática. Por

alguna razón, sus destinos se mantenían uniéndolos, a menudo en momentos

muy inoportunos.

Después del dramático enfrentamiento durante el viaje a Hokkaido, sin

mencionar las travesuras en las que se había metido recientemente con Enjouji

y Chihiro2, Fujishima parecía estar nuevamente en la cima de su juego. Con el

pelo recogido, el flequillo recogido y las gafas impecables, lucía tan elegante

como siempre.

— Para que conste, Yaegashi-kun, no necesitaba leer tu mente. Literalmente

dijiste «Whoa» en voz baja en este momento.

—Oh.

El resto de la clase se había alineado en orden alfabético, pero Fujishima había

llegado tarde debido a sus deberes matutinos del club, y el único espacio

disponible para ella estaba directamente detrás de Taichi.

—De todos modos, sí, su carisma es realmente otra cosa. Al instante puedes

decir por qué ganó las elecciones del consejo estudiantil, — señaló Taichi.

—Ese es Katori Jouji para ti. Tiene aspecto y cerebro en igual medida.

—Whoa. Es un gran elogio, viniendo de ti.

—Quizás lo es. Como miembro del Comité de Apoyo del Consejo Estudiantil, es

mi trabajo hacer cumplir las reglas establecidas por el consejo estudiantil, y este presidente actual ciertamente se ha ganado mi respeto. Él podría soportar ser

un poco menos exigente con nosotros, pero en nuestra línea de trabajo, eso no


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es raro. ¡Si él no tuviera el mordisco para respaldar su ladrido, lo habría

derrocado hace mucho tiempo! "

Katori Jouji era un estudiante de segundo año. Con una cara hermosa, un

cuerpo atlético y un cabello tan perfecto que podría ser un modelo de salón, no

era de extrañar que fuera popular. No solo eso, sino que era un estudiante diligente y un líder nato. Taichi nunca había compartido una clase con él, por lo

que apenas conocía al chico, pero habían hablado al menos en una ocasión.


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—Por supuesto, sé que algunos de nosotros estamos más concentrados en las

vacaciones de primavera, — continuó Katori, y la multitud se echó a reír. No solo pudo pronunciar este discurso sin parecer nervioso, sino que también logró

hacer una broma.

—Siempre hay una persona de tu edad destinada a la grandeza, ¿eh?— murmuró Taichi, en parte para Fujishima, pero en parte para sí mismo. Entonces se le

ocurrió: —En realidad, ahora que lo pienso, conozco a algunas personas que cumplen con los requisitos. Por supuesto, está Inaba...

Por alguna razón, su promoción estaba plagada de líderes de todas las

tendencias.

—Sí, tenemos muchas manzanas buenas en nuestro barril, — respondió

Fujishima. —Personalmente, me inclinaría a agregar tu nombre en esa lista

también.

— ¿Yo? Nah. No soy bueno en esto de hablar en público.

— ¿Oh? Me parece recordar que pronunciaste al menos un discurso

apasionado... aunque no fue frente a una gran multitud, supongo. Bueno, una

vez que tengas un poco de experiencia en tu haber, no me sorprendería si

convirtieras a nuestro trío en un cuarteto. Hablando de experiencia, por cierto,

¿Tú e Inaba-san finalmente ---?

—No creo que pueda compararme con Katori.

Taichi no era en absoluto un alhelí, por supuesto, pero tampoco era una

personalidad fuerte.

—Debes pensar muy bien de él. No te culpo sin embargo, pero... Para mí, él

podría usar un toque de color, ¿sabes? Tal vez un poco rosa, como yo. Lo que me

lleva de vuelta a mi pregunta anterior: ¿Tu e Inaba-san...?

—Estoy de acuerdo en que eres un... personaje colorido... pero no sé a qué te

refieres con «rosa».

—Solo quiero saber si tu relación está clasificada o no como R, por así decirlo.

—No voy a responder eso, ¡así que deja de preguntar! ¡Acabo de despertar, por

el amor de Dios!

Últimamente ella no fue la única que se burló de él de esta manera.

Personalmente, él deseaba que dejaran de intentar manchar su amor puro por

Inaba.

—Solo estoy jugando contigo, Yaegashi-kun. Cualquiera sabría eso sin meter la

nariz en tu vida amorosa. Dicho esto, es un poco vergonzoso referirte a tu propio romance como «puro», ¿no te parece?

—Está bien, ¡definitivamente no lo dije en voz alta esa vez! ¿Puedes realmente

leer mi mente?

—Oh, estaba alardeando. Sin embargo, parece que valió la pena. Eww.


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—Wow, eres muy buens para alardear... ¡Hey! ¡No digas «eww»! ¡Eso es

grosero!

— ¡Yaegashi! ¡Fujishima!

Taichi sintió que alguien lo agarraba por la cabeza. Miró y descubrió que

Fujishima había sido capturada de manera similar.

— ¡Presten atención al discurso del director!

Fue Gotou Ryuuzen, asesor de la Clase 2-B y supervisor del Club de Investigación Cultural.

—De lo contrario, el director me va a regañarme de nuevo. Ayúdame aquí, ¿de

acuerdo?

Si solo hubiera guardado esa parte para sí mismo, habría sonado como un

maestro real por una vez.

•••

— ¡Oye, Yaegashi! Escuché que te estabas poniéndote amistoso con Fujishima-

san durante la asamblea de esta mañana. ¿Es verdad?— preguntó Watase

Shingo, el «semental del fútbol» de pelo puntiagudo (Según sus palabras, no las

de Taichi), una vez que terminó el primer período. ¿Intentas llegar a ella a mis

espaldas? ¿Es así? ¿Eh?

Watase había estado enamorado de Fujishima desde el otoño de su primer año,

y no había mucho que Taichi pudiera decir en su defensa, excepto: —Es tu culpa

por perderte la asamblea.

—Bueno... digo, no te equivocas...

—Mira, si te molesta tanto, entonces quizás deberías decirle cómo te sientes.

—Te lo dije, yo... ¡ya lo hice! Pero ella solo... Cuando se trata de su propia vida

amorosa, ¡es tan densa como un ladrillo!

— ¿Estás seguro? No puedo imaginar a Fujishima siendo «densa» alguna cosa...

aunque a veces salta a conclusiones locas.

— ¡Exactamente! Y cada vez que llega a una conclusión, es casi imposible sacarla de allí... Haahh... tengo que irme.

Y así, con una mirada distante en sus ojos, Watase salió de la habitación.

Siempre actuaba como si pudiera conseguir a cualquier chica que quisiera, pero

tal vez su vida amorosa no era tan optimista como parecía...

Luego, como si fuera una señal, Miyagami se acercó.

— ¿Qué fue eso? No estás tratando de hacer un harén para ti, ¿verdad?

¡Hombre, guarda algo para el resto de nosotros!


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Con cabello ondulado y gafas rectangulares, Miyagami era el tipo de persona

que siempre estaba al día con las últimas tendencias. No solo era miembro del Club de Fotografía, también era uno de los buenos amigos de Taichi.

—No necesito un harén. Ya tengo novia.

— ¡Ahí vas de nuevo, presumiendo de tu novia otra vez! Conozco a los de tu tipo:

¡siempre tienen dos! ¡O tal vez incluso tres! ¡Así es como nos mantienen

oprimidos los solteros perdedores!

También tenía la tendencia de creer lo que sea que leyera.

—Amigo, no voy a engañarla. Los tramposos son los más grandes perdedores de

todos.

—Has estado leyendo esas revistas de hombres otra vez, ¿no?— comentó Sone,

otro de los buenos amigos de Taichi. Era un otaku regordete afiliado al Club de Manga.

— ¿Y qué si es así? Me gusta estar a la vanguardia. Además, ¿qué te importa?

Solo te gustan las chicas 2D.

— ¡Eso no es cierto! ¡Solo porque me guste el manga y sea... de huesos grandes...

no significa que sea uno de esas personas repulsivas! ¡Yo también quiero una

novia 3D!

— ¿Qué, además de tu novia 2D?— preguntó Taichi.

— ¡No! ¡No tengo una novia 2D! Hace mucho tiempo decidí que no me dejaría

engañar tanto... Dicho eso, en realidad no estoy enamorada de alguien IRL3.

—Bueno, probablemente deberías comenzar allí.

—Amigo, ninguna chica saldrá con un chico que la llame su novia 3D, — dijo

Miyagami con tristeza.

—Tampoco van a salir contigo, ¡así que ahí lo tienes!— Sone disparó de vuelta.

Pero justo cuando parecía que iban a comenzar a discutir de nuevo, ambos se

volvieron hacia Taichi.

—Pensándolo bien...

—... ¡¿Por qué tienes que ser tan sabelotodo, Yaegashi?!

— ¡¿Qué...?!

— ¡Es por eso que no puedo soportar a tipos así!

—O tal vez así es como él consiguió una novia en primer lugar...

Y entonces Miyagami y Sone se turnarían para molestarlo, como el equipo

perfecto.

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—Rrgh... ¡Debí aprovechar la moda del amor mientras tuve la oportunidad!—

Miyagami gimoteó, levantando sus lentes para limpiarse las lágrimas imaginarias.

—Lo que no daría por intercambiar cuerpos con Yaegashi por un día, — suspiró

Sone.

— ¿Cambiar cuerpos...?— Taichi reflexionó sobre esto por un momento. —

Supongo que podría ser divertido ver si el césped es realmente más verde desde el otro lado.

Normalmente, tal cosa sería imposible, por supuesto, pero aun así fue divertido

soñar.

—Veamos... ¿De quién es el césped que me gustaría revisar...? Oh, lo tengo.

¡Tanaka-sensei, el maestro de estudios sociales! ¡El tipo está viviendo su mejor

vida!

— ¿Qué? ¿Por qué él? ¡Es viejo!

—Idiota, ¿has olvidado con quién está saliendo?

— ¡OH! Él está saliendo con la maestra más popular en Yamaboshi... ¡Hirata

Ryouko-sensei!— Sone jadeó dramáticamente.

Mientras tanto, Taichi recordó el evento que reunió a esos dos maestros: la foto

de Inaba. El CIC lo publicó en la edición especial del Boletín Cultural, luego

imprimió un montón de copias y las arrojaron desde el techo. A partir de ahí,

una cosa llevó a la otra, y los dos tortolitos confesaron sus sentimientos frente a

toda la escuela.

— ¡También es dulce, extrovertida, divertida, hermosa y súper fotogénica! Sin

mencionar ese escote... ¡Está tan apilado que apenas puedo prestar atención en

clase!

— ¡Lo sabía! ¡Pensé que te había visto mirando sus pechos!

Ante esto, se le ocurrió a Taichi que el próximo período era la clase de

matemáticas... y Hirata-sensei siempre aparecía un poco temprano para

conversar con los estudiantes antes de que sonara la campana...

Efectivamente, allí estaba ella.

—N-No, sensei, ¡no es lo que piensas! ¡Sólo era una broma!— Miyagami soltó en

pánico. Por lo general, era un tipo bastante relajado, pero cuando se trataba de

pensar en pie, a menudo tropezaba.

Afortunadamente, Hirata-sensei parecía realmente imperturbable. Ella sonrió y

le dio unas palmaditas en la cabeza. —No me importa dónde vaguen tus ojos, pero será mejor que escuches y tomes notas cuando hablo. No quiero que falles

tu examen de matemáticas, ¿entiendes?

— ¡S-Sí, señora! ¡No se preocupe, lo haré!


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—Oh, Dios, mira esa estúpida sonrisa en su rostro... Va a mencionar a Hirata-

sensei durante días, — se quejó Sone, y Taichi asintió sabiamente.

Solo quedaba una clase antes del almuerzo: clase de arte.

—Hoy es la última clase de arte del semestre... y para aquellos de ustedes que

hayan elegido el curso de ciencias para su tercer año, esta podría ser su última

clase de arte, punto. ¡Entonces intentemos algo diferente!

Su tarea: un proyecto de arte grupal.

—Todos ustedes compartirán un lienzo gigante. ¡Usen las herramientas que

quieran y enloquezcan! Pueden dibujar, pintar o escribir lo que quieran, pero

con una condición: ¡todo el grupo tiene que contribuir de alguna forma u otra!

¡Ahora, vamos a dividirlos a todos!

Con eso, su profesor de arte perpetuamente alegre recorrió las filas, asignando un número a cada uno de sus estudiantes.

—Parece que podría ser divertido, — murmuró Taichi.

—Sí, suena como un concepto interesante, al menos. Quizás también debería

tomar arte en mi tercer año, — reflexionó Setouchi Kaoru, presidenta de la Clase

2-B, una chica con cabello corto y oscuro y muchos piercings en las orejas.

Podía oírla tarareando para sí misma en voz baja, y le alegraba el corazón saber

que ella se estaba divirtiendo sinceramente en estos días. Si tan solo no hubiera

desperdiciado su primer año fingiendo ser una rebelde... Al menos ahora había

llegado a un acuerdo con quién era realmente por dentro.

—Te daría un descanso de todo ese estudio, al menos, — sugirió Taichi.

—Toda nuestra vida no tiene que girar en torno al estudio, Yaegashi-kun.

Entiendo que estás emocionado de tomar el curso de ciencias, pero ya sabes lo

que dicen. Hay que dejar algo de tiempo para la diversión4.

Con una actitud como esa, realmente se había ganado bien su posición como

presidenta de clase.

— ¡Todos reúnanse alrededor del lienzo! ¡Oh, esto es muy emocionante! ¡Puedo

sentir mis jugos creativos fluyendo!

En agudo contraste con el comportamiento relajado de Setouchi, estaba

Nakayama Mariko, una chica con coletas y energía de sobra.

—Se nos permite escribir palabras si queremos, ¡¿verdad?! ¡Me encanta

combinar palabras con imágenes! Muy bien, muchachos, ¡voy a comenzar con

mi favorito de todos los tiempos!

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Los otros miembros de su grupo, Setouchi, Taichi y el novio de Nakayama,

Ishikawa Daiki, dieron un paso atrás para darle su espacio. Ella recogió su pincel.

—Bien, aquí voy... ¡Oh, espera, no sacamos la pintura! ¡Un segundo!

— ¡No seas tan tonta, Nakayama-chan! ¿Qué color quieres?— preguntó

Setouchi.

Mientras tanto, Taichi se volvió hacia Ishikawa. —Parece que tu novia se está divirtiendo.

—Estoy de acuerdo. Dudo que se aburra pronto.

Ishikawa era un jugador de béisbol alto y corpulento. Él y Nakayama habían

hecho oficial su relación el otoño pasado, y aunque nadie imaginó que una

habladora vivaz como Nakayama se juntaría con el fuerte y silencioso Ishikawa, resultaron tener más química de la que se había pensado. A pesar de que ambos

eran bastante tímidos, esto se resolvió al arrastrarlos a una cita grupal; después

de eso, fue fácil navegar desde allí, y desde entonces tuvieron varias citas más, o

eso había escuchado Taichi.

—Ahora bien... ¡Listo o no, aquí voy!

Frente al lienzo, sostuvo su pincel en alto, sus grandes cerdas recubiertas de

pintura roja brillante. Respiró hondo y se quedó completamente quieta. Al

instante, algo en el aire cambió, y pudieron sentir que estaba enfocando cada

fibra de su ser en el papel frente a ella. Tal vez estos fueron sus más de diez años

de experiencia en la caligrafía.

Y entonces Nakayama procedió a escribir AMOR en letras gigantes en el centro

del lienzo.

— ¡Dios, Nakayama-chan, tomaste la mitad del papel! ¡Ahora parecerá que todo

nuestro proyecto tiene como tema el amor! ¿Ves a alguien más haciendo eso? —

Setouchi se quejó, señalando a los otros grupos.

—... Solo quería comenzar con algo dulce y alegre, pero... supongo que mi amor

fue demasiado intenso...

—Oh ya veo.

—Tiene sentido.

— ¡¿Ustedes chicos dejarán de mimarla?!

—Ahora, ahora, el objetivo principal de esta lección es descubrir cómo trabajar

juntos como un equipo, — explicó el profesor de arte, abriéndose paso entre los

estudiantes. —Entonces, ¿cómo vas a expandirlo? Depende del resto del grupo si lo entierran o lo ayudan a florecer.

—Uh... Wow... ¡Esta lección es realmente profunda! ¡Siento que me está enseñando algunas lecciones de vida serias! ¡¿No crees, Kaoru-chan?!


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—T-Tienes toda la razón, Nakayama-chan! Sabes, Uejima-sensei, siempre pensé

que eras un poco aburrido, ¡pero ahora entiendo que tienes algunos pensamientos profundos realmente ocultos!

—No es tu mejor cumplido, Setouchi,— replicó Taichi en voz baja.

Mientras tanto, Ishikawa agarró un marcador. —Veamos qué puedo hacer con

esto.

— ¡¿V-Vas a arreglarlo, Ishikawa-kun?! ¡Lo sabía! Eres mi... ¡No, eres nuestro héroe!

—Personalmente, no me importa ser solo tuyo.

— ¿Huh? ¿Qué tipo de héroe solo ayuda a una persona?

—... Buen punto, supongo.

—Esos dos son un buen par, — murmuró Setouchi a Taichi.

—No están exactamente en la misma página, pero eso en realidad parece

funcionar para ellos, — respondió.

Ishikawa eligió una esquina en blanco y presionó la punta de su bolígrafo contra

el papel. Luego dibujó una serie de líneas: derecha, abajo, arriba, izquierda.

—Allí. — Satisfecho, volvió a tapar su pluma.

Taichi lo miró sin comprender. — ¿Que...qué es?

— ¡Usaré mis poderes de novia para decodificarlo! Un segundo... Uhh... Lo

siento, no tengo nada.

—Es una persona, obviamente. Una persona gritando «AMOR» desde el borde

de un acantilado.

— ¡¿Ese garabato desgarbado es una persona?! ¿Y la línea horizontal es un

acantilado? — Gritó Setouchi.

La habilidad artística de Ishikawa era sorprendentemente mala.

—Ahora que lo pienso, supongo que esta es la primera vez que te veo dibujar

algo...

—Seguramente no es tan horrible como ustedes piensan que es. Continúa,

Yaegashi, es tu turno.

— ¡¿Quién, yo?! Confía en mí, tampoco soy artista. Jaja...

— ¡Oh Dios!, no me digas... ¿no tenemos un solo buen artista entre nosotros...?

Efectivamente, Setouchi resultó tener razón... y la «obra de arte» resultante que

surgió de sus esfuerzos conjuntos fue suficiente para hacer que el maestro se

echara a reír.

•••


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Durante el almuerzo, Taichi le explicó el accidente de la clase de arte a su novia,

Inaba Himeko, mientras caminaban por el pasillo.

— ¿Ahora también te estás haciendo amigo de Setouchi? Ugh, como sea. Este

parece abierto, — dijo, señalando un aula en el ala norte. Era una sala que solo

se usaba ocasionalmente para clases especiales y, como tal, no había nadie allí durante el almuerzo.

—Sí, no veo a nadie, — respondió Taichi mientras lo comprobaba para asegurarse. A Inaba le gustaba su privacidad, después de todo.

Entraron y ella cerró con fuerza la puerta detrás de ellos.

—Bueno, somos... solo nosotros dos ahora, — continuó, su voz teñida de

excitación.

—Sí. Solo nosotros dos.

Mirándose a los ojos, los dos se acercaron, poco a poco. Taichi estaba cautivado

por su cabello brillante, sus largas pestañas, sus ojos almendrados, su cuerpo

delgado y sexy...

Parados en el centro del aula vacía, estaban en un mundo propio.

—Bueno, entonces... Comencemos, ¿de acuerdo?

Inaba se agachó... y sacó sus cajas de bento.

Los dos se reunían una vez por semana para almorzar juntos y, a menudo,

aunque no siempre, Inaba traía comida casera para compartir. Pero almorzar

como pareja en la escuela los abrió a muchas burlas de sus compañeros, e Inaba

en particular realmente no quería que nadie más viera su comida casera, por lo

que terminaron haciendo todo lo posible para encontrar un lugar apartado.

—Gracias. Trataré de compensártelo la próxima vez. ¿Cuándo fue la última vez

que cocinamos? ¿Hace dos semanas?

—Sí. Pero pasé esas dos semanas investigando mucho... y ahora creo que he

encontrado la respuesta que estaba buscando.

—Oh. Genial.

Inaba no era de ninguna manera una cocinera terrible, pero... tampoco era tan

buena. Según ella, odiaba seguir las recetas porque la redacción a menudo era

«demasiado vaga», por ejemplo, «una pizca de sal» o «sazonar al gusto».

Más recientemente, ella intentó hacer calabaza hervida. Los resultados fueron

desastrosos. (

—Esta vez me aseguré de incluir muchos colores diferentes. De esa manera no te

puedes quejar de lo «marrón» que está todo.

—Lo siento...


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La última vez que Inaba trajo su cocina, le pidió que le diera su «opinión

honesta ». Y cuando lo hizo, ella se molestó por eso. Las chicas son muy complicadas.

Puso su adorable caja de bento de dos capas sobre la mesa, quitó la capa

superior y la colocó frente a Taichi. Luego levantó la tapa de ambas capas simultáneamente.

— ¡Deleita tus ojos con esto! ¡Es la comida más colorida que jamás hayas visto!

— ¡Whoaaa! ¡Mira el contraste rojo y verde en los espárragos envueltos en

tocino! ¡Y mira estas mini croquetas doradas! ¡El rojo del camarón realmente

compensa el tamagoyaki amarillo brillante! ¡Y hay granos de maíz amarillos en

las espinacas salteadas! ¡Pero lo mejor de todo es que ha conservado su forma

maravillosamente!

— ¡¿Lo sé, verdad?! ¡Parece que salió de una foto en un libro de cocina!

— ¡No estás equivocada! Esto es increíble... Realmente debería agradecerle a no

importa que tienda donde hayas comprado esto.

¡Bam! --- Ella lo golpeó con fuerza en el hombro. Ouch.

— ¡Cállate! ¿Cómo te diste cuenta?

—Es algo obvio, ¿no te parece? El tamaño y la forma de todo es demasiado

uniforme para ser casero.

—Rrgh... Bueno, ¡al menos sabrán bien! No soy el mayor fanático de la comida

congelada, ¡pero sé que todos los demás la comen todo el tiempo!

—Un poco rompe el propósito, ¿no crees?

Personalmente, Taichi esperaba una hora de almuerzo más romántica, pero al

ritmo que iba, podrían haberlo hecho en la Clase 2-B.

—Bueno, yo solo... pensé que te gustaría más de esta manera, — murmuró

Inaba, jugueteando con sus manos mientras levantaba la mirada tímidamente

hacia él. Fue tan adorablemente patético que Taichi no pudo resistirse a

estirarse y acariciarle el pelo.

—Tengo la suerte de poder comer tu cocina, Inaba.

Desafortunadamente, ella todavía parecía insegura. —Pero... ¿y si no soy lo

suficientemente femenina...?

—No necesito que seas femenina. Cualquier cosa que cocines es genial.

De alguna manera, ella todavía no estaba convencida. —Pero...

—No tienes nada de qué preocuparte. No voy a dejar de amarte, — insistió.

Levantó la vista, sin dejar rastro de ansiedad en su rostro. —Realmente te tengo

en la palma de mi mano, ¿no? Todo lo que tengo que hacer es empezar a

lloriquear y en seguida caerás en mis manos.


22 | P á g i n a

— ¡Lo sabía! ¡Sabía que fingías, al menos parte de eso!

Nunca podría decir que tanto de eso era un acto.

—De todos modos... sé que preferirías a alguien que pudiera cocinar, así que...

he estado practicando en casa.

—Y es bastante difícil, por lo que parece. ¿Qué pensó tu familia cuando

empezaste?

—Bueno... mi madre está emocionada de comenzar a enseñarme cosas, como hacer sopa sustancia, pero todavía no creo que esté en ese nivel. Mi padre está...

nervioso por eso, supongo. Todavía no he hecho nada para ellos. Ah, y mi

hermano ha sido completamente desagradable; se niega a dejarme sola. Sin

embargo, mi hermano mayor, el que tiene su propio lugar, se ofreció a

comprarme mi propio juego de cuchillos personalizado. Lo juro, me malcría

demasiado... Espera, ¿por qué te estás riendo?

—Porque estás haciendo todo lo posible para que esto suene como algo malo,

pero puedo decir que te hace feliz. ¡Escúchate, tratando de volverlo una

tormenta!

Siempre hablaba de su familia como si realmente no se preocuparan por ella,

pero estaba claro que eso estaba muy alejado de la verdad.

— ¡No te burles de mí! Es todo --- no voy a alimentarte más. ¡Tendrás que

comerlo tú mismo!

—Si realmente quisieras castigarme, ¿no deberías quitarme la comida...?

—Eso estuvo delicioso. Me aseguraré de lavar la caja bento antes de devolverla.

—No, me encargaré de eso. Quiero llevar a cabo esta misión hasta el final.

Taichi quería respetar su agencia, por lo que decidió aceptar su oferta. Con el

vientre ahora lleno, dejó escapar un suspiro de satisfacción.

Fue entonces cuando los intrusos irrumpieron.

— ¡Bien, bien, bien! ¿Y ahora qué tenemos aquí? — preguntó Kurihara Yukina,

una chica del equipo de atletismo (sin mencionar que era la mejor amiga de Kiriyama Yui), mientras entraba al aula. Su cabello corto y ondulado estaba

recién decolorado.

— ¡Basta, Yukina! ¡No los molestes!

Detrás de Kurihara se encontraba Oosawa Misaki, otro miembro del equipo de

atletismo, que permanecía vacilante junto a la puerta. A pesar de su corte pixie

juvenil, ella era muy mansa y femenina en situaciones románticas; Taichi e

Inaba la habían espiado una vez durante una cita, por lo que sabían esto a ciencia cierta. Fue un contraste de personalidad adorable. Por cierto, ella se

sentía atraída por los chicos y las chicas, y durante su primer año, se enamoró de Kiriyama.


23 | P á g i n a

—Cajas Bento, ¿eh? Bueno, sé con certeza que Yaegashi casi nunca trae comida

de casa... lo que significa que debe haber sido la comida casera de Inaba-san, ¿verdad?

— ¡Ya es suficiente, Yukina! Ugh... Perdón por esto, chicos.

Tanto Kurihara como Oosawa tenían una constitución alta y esbelta. Lado a

lado, eran amenazadoramente encantadoras.

—No, está bien, — respondió Taichi con brusquedad.

— ¡Oh! Nada agita tus plumas, ¿eh, señor novio? ¿Tu relación es demasiado

sólida para sacudirse?

—Suenas como un viejo borracho, — replicó Inaba.

—Estoy en el proceso de descubrir un nuevo yo... ¡Al que le gusta espiar a

parejas felices!

—Tendrás que perdonarla, está fuera de control hoy. Acaba de descubrir que su

último objetivo ha estado haciendo movimientos con otras chicas a sus espaldas.

—Sí, ¡Y acabo de regresar de apabullarlo! ¡Hmph!

—Y decidí acompañarla, ya sabes, en caso de que las cosas se... salieran de

control.

Últimamente Kurihara tenía la mala costumbre de salirse de los rieles de vez en

cuando. Evidentemente, Oosawa fue su niñera designada para hoy.

— ¡Deberías haberme dejado patearle el culo, Misaki! ¡Justicia vigilante! ¡Es lo

que la escoria como él se merece! — gritó, balanceando sus puños a un

oponente imaginario.

Si bien a primera vista Kurihara puede haber parecido el tipo de chica que lo

tenía todo, no era el caso. Cuando se trataba de romance, todo estaba fuera de

su alcance. Así fue como Taichi e Inaba quedaron atrapados en esa cita triple,

entre otras cosas.

—En serio, genial. — Oosawa administró un movimiento sólido en la frente de

Kurihara, poniendo fin a sus golpes de práctica.

— ¡Ay! De acuerdo, bien... lo siento.

—El hecho de que tu vida amorosa no vaya bien, no significa que puedas meterte

con los demás. Realmente necesitas dejar de hacer esto.

—Sí... tienes razón... Confía en mí, lo sé... trabajaré en ello. — Kurihara dejó caer

los hombros.

Taichi se rio entre dientes. —Ahora entiendo por qué ustedes dos son tan

buenas amigas.

— ¿Qué es tan gracioso, Yaegashi?— Kurihara preguntó dudosa.


24 | P á g i n a

—Oosawa es tu amiga «hermana mayor», de la misma forma que lo eres para

Kiriyama.

—Tienes toda la razón... Oh, Dios, eso es vergonzoso... ¿Cómo puedo ser una

«hermana mayor» si yo misma necesito una...?

—Oh, interesante. No sabía que tú y Yui-chan tenían ese tipo de amistad, —

murmuró Oosawa, su mirada apuntando hacia arriba en la contemplación.

— ¿Así que actúas como un bebé a mi alrededor, pero cuando ella está cerca, de repente quieres ser la mamá?

—M-Misaki, ¡¿Dejarás de avergonzarme?! ¡Dios!

Inaba sonrió maliciosamente. —Le diré a Yui sobre esto.

— ¡Noooo! ¡No te atrevas! ¡Moriré!

•••

El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, y antes de que se dieran cuenta, el

día escolar había terminado.

— ¡Una vez más subamos esta formidable escalera a nuestra querido centro de

operaciones!

— ¿Formidable? Son solo tres pasos.

—Taichi, estoy tratando de aprovechar al máximo cada momento, ¿de acuerdo?

¡Solo sigue la corriente!

Y entonces Taichi y Nagase subieron las escaleras. Era un camino que habían

recorrido tantas veces, que podrían hacerlo con los ojos vendados en este punto.

Su destino: Sala 401, hogar del Club de Investigación Cultural y todas sus

travesuras.

Cuando abrieron la puerta, encontraron a dos personas ya adentro.

— ¿Tareas? Solo me preocupan las cosas que tenemos que entregar. De lo

contrario, ¿a quién le importa?

— ¡Qué vergüenza, Chihiro-kun! ¡No es justo! ¡Tienes que seguir las reglas, igual

que todos los demás!

— ¿Qué está pasando aquí, chicos? ¿Peleando?

— ¡Ayúdame, Iori-senpai! ¡Chihiro-kun es injusto y se niega a hacer su tarea!—

gritó Enjouji Shino, uno de los dos miembros del CIC de primer año. Con su

pelo marrón y su cara redonda y juvenil, era difícil sentirse amenazado, incluso

cuando estaba furiosa. Era como un algodón de azúcar con patas.

—Apenas es tarea. Es solo una hoja de trabajo, y ni siquiera necesitamos

entregarla. Es una pérdida de tiempo, — respondió Uwa Chihiro, el otro primer

año, permaneciendo perfectamente sereno a pesar de las afirmaciones de

Enjouji. Con sus rasgos andróginos y su corte de pelo desordenado y asimétrico,


25 | P á g i n a

probablemente era muy popular con un cierto subconjunto del alumnado;

incluso Taichi, un compañero, podía decir que era guapo.

Al parecer, los de primer año estaban peleando de nuevo.

—Bien, bien. Cálmense todos. Entonces, si estoy en lo cierto, Shino-chan no

quiere que Chee-hee5 corte las esquinas, pero Chee-hee quiere usar su tiempo de

manera eficiente. ¿Cierto?

—Exactamente. No estoy tratando de deshacerme de mi tarea; si parece que vale la pena, entonces estoy feliz de hacerla.

—Es... ¡No importa si «vale la pena» para ti! ¡Es tu tarea!

—Dices eso, pero te pateé el trasero totalmente a mitad del período, ¿recuerdas?

— Qué... Pero... ¡N-No vas a madurar como ser humano si solo te enfocas en

números difíciles! ¿Cierto, Taichi-senpai? Oh, espera... Olvidé que lo único «maduro» de ti es tu voz.

—-¡H-Hey! Soy más que solo mi voz, ¿de acuerdo?

A Enjouji le gustaba mucho la voz de Taichi... Tal vez demasiado, se podría

decir. Ella no parecía prestarle mucha atención al resto de él. S-Sí, es su culpa

por no prestar atención, eso es todo...

—Oh, bien hecho, Enjouji. Ahora has herido los sentimientos de Taichi-san.

¿Tienes algo que decir?

— ¡¿Eh?! ¿Qué...? ¡¿Cómo pasó eso?! ¿Qué parte de eso te hizo llorar?

Enjouji a menudo era completamente ajena a sus propios agravios. Y para que

conste, ¡NO estoy llorando!

—Taichi-senpai... Lo admito, podría haberlo dicho un poco mejor. Considerando

el increíble poder de tu voz... ¡Sí, creo que eres un ser humano increíble en sí!

— ¡Ooh, Taichi recibió el sello de aprobación de Shino-chan!

— ¡Y tú también eres increíble, por supuesto!

— ¡Aww, gracias, Shino-chan! Sin embargo, no soy nada especial.

— ¿Increíble cómo? ¿Cuál es tu métrica para esto? — Chihiro se quejó por lo

bajo.

—No lo sé. Todo lo que sé con certeza es que no eres increíble.

—Entonces tú tampoco.

— ¿D-Disculpa? ¡Puedo entender si estás celoso de mí, pero me temo que tú y yo

no somos iguales!

— ¿Quién diablos estaría celoso de ti? ¿Qué hay de bueno en ti?


26 | P á g i n a

—B-Bueno... ¡muchas cosas, en realidad! ¡No juzgues un libro por su portada!

—En ese caso, por qué no vamos a una cita y yo decidiré por mí mismo...— intervino Taichi, imitando la voz de Chihiro.

— ¡¿Qué?!— Los dos de primer año se giraron para mirarlo.

—Oh, lo siento. Pensé que era a donde iba esta conversación... ¿Me equivoqué?

— ¡N-No me asustes así, Taichi-senpai! ¡Casi me da un ataque al corazón!

—En serio, Taichi-san!

Naturalmente, ese fue el momento exacto en que Nagase decidió agregar más

leña al fuego: —Honestamente, tal vez ustedes dos deberían ir a una cita. Ya

actúan como una vieja pareja de casados.

— ¡No, no es así!— gritaron al unísono.

— ¿Ven? Están haciendo eso otra vez.

Ella tenía un punto. Últimamente, Enjouji y Chihiro estaban perfectamente

sincronizados entre sí. Pero si esa química conduciría a algo más adelante en el

futuro, bueno... eso era una incógnita.

— ¡Mira quién está aquí! ¡La verdadera pareja casada! — Nagase anunció

cuando Kiriyama Yui y Aoki Yoshifumi entraron.

—Haahh... no puedo creerte, — se quejó Kiriyama mientras arrojaba su mochila

sobre la mesa y se dejaba caer en una silla. Luego se cruzó de brazos y dejó

escapar otro suspiro. Cada centímetro de su pequeño cuerpo irradiaba una

miseria abyecta; sus largos mechones castaños se veían agotados y, sin

embargo, ni siquiera parecía darse cuenta.

—Te dije que lo sentía, ¿no? ¡Fue solo una sugerencia!— Aoki se quejó,

presionando sus palmas juntas en disculpa. Normalmente era un tipo genial e

íntegro, pero en este momento sus movimientos agitados, su cuerpo larguirucho

y su cabello ondulado se combinaron para crear un perfecto caso de cringe6.

— ¡No lo creo, señor! Examinen esto, chicos. ¿Quieren saber dónde sugirió que

fuéramos para nuestra próxima cita?

—O-Oh vaya... Bueno, considerando lo furiosa que pareces estar, mi mejor

conjetura es... ¿el cementerio...?

—Shino-chan, este no es el momento para tus bromas locas, ¿de acuerdo? A

veces incomodan a todos. De todos modos... ¡Sugirió que fuéramos a un

restaurante italiano! Ya sabes, ¡el tipo de lugar que pone ajo en todo!

—B-Bueno, sí, pero...— Aoki dejó caer los hombros.

— ¿Qué está mal con eso?— Taichi preguntó, perplejo. —El ajo es delicioso.

6


27 | P á g i n a

— ¿Verdad? Me gusta un poco de ajo de vez en cuando...

— ¡Espera, Taichi! No digo que el ajo sea asqueroso, ¿de acuerdo? Porque no lo es. Es bueno para tu cuerpo y ayuda a desarrollar resistencia, y me gusta mucho.

¡Pero piénsalo! ¿Ajo? ¿En una cita? ¡¿UNA CITA?! ¿Qué tipo de novia quiere

apestar a ajo cuando está con su novio? ¡Eso no es nada lindo!

Como notoria super-fan de todas las cosas lindas, Kiriyama tenía ciertos

estándares estéticos que solo tenían sentido para ella.

—Si. No es como si pudieras besarte con aliento de ajo.

— ¡Exactamente! ¡No quiero que nuestros besos sepan a ajo! Eso es así...

Espera... ¿Chihiro-kun? Yo no... ¡No nos besamos!

—Si lo hicieron, — murmuraron Taichi y Nagase al unísono.

— ¡Hey! ¡Ustedes! ¡Cállense de una buena vez!

—Je je je... En realidad... ¡Ouch!

— ¡Sin risitas presuntuosas!

—Chihiro-kun... me alegra que te hayas recuperado hasta el punto de que

puedas burlarte de Yui-senpai al respecto... Realmente has madurado, ¿no?

— ¿De qué demonios estás hablando, Shino-chan...? ¡Ugh, olvídalo! —Kiriyama

agitó una mano despectivamente. — ¡Mi punto es que es una idea horrible para

una cita!

— ¡O-Ok, ok! ¡Nada de ajo! Espera, pero... ¿qué pasa con la barbacoa y el

ramen? ¡Esos también usan ajo!

—B-Bueno... ¡está bien si es solo un poco! ¡Me niego a abandonar la barbacoa y

el ramen!

—Muy bien, supongo que eso no cuenta.

— ¡Hurra! ¡Gracias Aoki! Espera... ¡¿Por qué diablos te estoy agradeciendo?!

—Y ellos vivieron felices para siempre. Fin, — Taichi gruñó por lo bajo.

—Hombre, es una locura ver a Yui y Aoki salir en citas. Parece que su relación es

finalmente oficial, ¿sabes? — Nagase comentó.

Ante esto, Kiriyama se sonrojó y se rascó la mejilla avergonzada. —Bueno,

obviamente vamos a tener citas... quiero decir, yo y... y...

Por alguna razón, ella vaciló a mitad de la oración. Taichi la miró. — ¿Hmm?

Parpadeando, Kiriyama le dio a Aoki una mirada amable pero severa a su vez, su

expresión perfectamente en blanco.

—Espera... ¿qué...? Espera... ¿Quién eres de nuevo?

— ¡Oh, muy gracioso, Yui! ¡No finjas que no sabes quién soy! — Aoki disparó de

vuelta con toda su fuerza.


28 | P á g i n a

—... ¡Oh! No... ¡Cierto! ¡Aoki, Aoki, Aoki!

—Está bien, ¡ahora lo estás haciendo sonar como si realmente lo hubieras olvidado!

—No... No, estaba... ¡estaba bromeando! ¡Solo bromeaba! — Frente a las

travesuras nerviosas de Aoki, Kiriyama puso una sonrisa.

Por un minuto, Taichi realmente pensó que hablaba en serio, pero después de

reflexionar más, eso no tendría mucho sentido. Después de todo, el Club de Investigación Cultural era un grupo muy unido de amigos cercanos. ¿Cómo

podría alguien olvidar a Chihiro o Enjouji, mucho menos a Aoki o Kiriyama o

incluso...?

Espera... ¿Extrañé a alguien hace un momento? Chihiro, Enjouji, Aoki,

Kiriyama... Nagase. Sí, esos son todos. Supongo que mi mente solo me estaba

jugando una mala pasada.

Entonces Inaba entró, y el tema fue abandonado por completo.

—Bueno, eso seguramente tomó mucho más de lo que esperaba, — se quejó

Inaba mientras se sentaba en la mesa y abría su computadora portátil.

Finalmente, los siete miembros del Club de Investigación Cultural de la

Preparatoria Yamaboshi estaban presentes.

— ¡Muy bien entonces! ¡Vamos directo a las actividades del club de hoy! — La

presidenta del club, Nagase, declaró alegremente.

— ¡Sí por favor! ¡Oh, estoy tan emocionada! — Enjouji brotó, a pesar de que no

tenían nada especial planeado.

—Quiero decir, no tenemos ninguna actividad real, sabes. Para que puedas «ir

directo» en lo que quieras.

—Oh, no seas tan gruñóna, Inaban. ¿Estás de mal humor hoy?

— ¿Estás quejándote por algún papeleo atrasado? Desperdicio de mi maldito

tiempo.

—No es que cualquier tiempo que pasen en esta habitación sea productivo, —

señaló Chihiro acertadamente.

—Je. Ese es nuestro Chihiro para ti.

— ¡Taichi, deja de sonreírle a Chee-hee y ayuda a Inaban a sentirse mejor ya!

¡Despierta su Ina-bashful7 interior o algo así!

—Oh, Dios, ¿estamos a punto de ver a Inaba volverse realmente linda?

—Alto. Ina-bashful no despertará, ¿entendido?


29 | P á g i n a

Con los siete miembros presentes, las cosas se volvieron cada vez más ruidosas

en el salón del CIC. Pero eventualmente el alboroto se calmaría, y todos se acomodarían en sus propias actividades separadas:

Salvo cuando se abría la puerta.

La sala del club nunca veía visitantes. Después de todo, nadie en su sano juicio

se molestaría en hacer la caminata hasta este remoto rincón del campus. Si

alguien necesitara hablar con ellos por cualquier razón, generalmente le pedirían al CIC que vinieran en lugar de eso.

Era una puerta que solo los siete miembros del CIC abrían... pero ahora, la

mano de otra persona estaba en la perilla de la puerta.

Entonces, ¿quién era?

Todos los ojos se volvieron hacia la puerta... y allí estaba Gotou Ryuuzen, asesor de Clase 2-B y supervisor del Club de Investigación Cultural. A los 25 años,

estaba en el extremo más joven de la escala en lo que respecta a los maestros,

pero a juzgar por su lenguaje corporal, parecía estar un poco... cansado...

—Haahh... Hombre, me mata subir tres tramos de escaleras... ¿Nunca se cansan

ustedes, chicos?

Hablado como alguien al menos del doble de su edad.

—... ¿Qué quieres, Gotou? No todos los días arrastras tú flojo trasero hasta aquí,

— exigió Inaba, sin una pizca de respeto por su autoridad.

—Oh, eh, sí, así que... Espera, ¿qué era de nuevo?

— ¡¿Te olvidaste?! — Nagase gimió.

—Uhhh... ¡Oh sí, es cierto! Inaba, déjame ver esas formas que te di. Debería

estar allí en alguna parte...

Poniendo los ojos en blanco, Inaba cumplió con su pedido a regañadientes.

—... ¡Bingo! Sí, mira, se supone que debo aferrarme a este.

—... ¿Eso es todo?— Aoki preguntó, atónito.

—Sí, eso es todo, — respondió Gotou sin perder el ritmo. —Oh, y, eh... estaba pensando en tratar de hacer tiempo para visitarlos más a menudo de ahora en

adelante. Al menos tengo que fingir que actuamos juntos, ¿saben? ¡De lo

contrario, los otros maestros comenzarán a supervisarme! De todos modos,

ustedes, chicos, diviértanse. ¡Pero no demasiado!

Y así, agitando la hoja de papel recuperada en una mano, Gotou salió de la sala

del club.

—Sabes... Cada vez que veo a ese tipo...— murmuró Chihiro.

—Él siempre está holgazaneando tanto como sea posible, ¿no?— Enjouji

respondió.


30 | P á g i n a

Parecían asombrados de que todavía estuviera empleado.

•••

Durante esta época del año, el sol siempre se desvanecía rápidamente bajo el

horizonte. Como resultado, la mayoría de los estudiantes se dirigían a casa un

poco antes de lo que lo harían usualmente, incluido el CIC.

Cuando salieron afuera, el viento frío del invierno los abofeteó a todos en la

cara.

— ¡Gaahhh, hace tanto frío! ¡Ayúdame, Inabaaaan!

—Whoa! ¡Dios! ¡Quítate de encima, idiota!

— ¡Pero eres tan calidaaa! ¡Entra aquí, Shino-chan!

—Oh, vaya... um... ¿Estás segura de que no le importará...?

—Tsk... Bien, fuera de combate. Y sí, te veo mirándome con esos ojos de

cachorrito, Aoki, pero demonios no, no estás invitado a este abrazo grupal.

—Nnrgh... Bien, ¡entonces vamos a poner en marcha un grupo solo para chicos!

¡Vengan a compartir el calor, muchachos!

—Difícil. Preferiría morir.

—Mira, Aoki, eh... te quiero como un hermano, pero...

— ¡No seas idiota, Chihiro! ¡Y maldición, Taichi, eso duele!

—Esos idiotas... Olvídalo, me uniré al grupo de chicas...

En ese momento, Kiriyama vio a alguien y se detuvo.

— ¡Oh, oye, si no es Yui!

Era su mejor amiga Kurihara Yukina del equipo de atletismo. Su cabello

ondulado y decolorado estaba atado en una cola de caballo, lo que sugiere que

acababa de terminar la práctica de atletismo. Cuando vio a Yui, trotó.

— ¡Hola, gente del CIC!

—Yukina, ¿dónde está el resto del equipo de atletismo? ¿No están contigo?

—Oh, en realidad, hoy estoy... ¡Vaya! Ese es mi teléfono, ¿eh?

Y luego el cuerpo de Kurihara cedió.

— ¿Y-Yukina?— Kiriyama chilló. Ella se lanzó hacia adelante.

Taichi se dio la vuelta.

Cuando las piernas de Kurihara cedieron debajo de ella, su teléfono celular salió

volando de su mano.

— ¡Yuki-na!— Afortunadamente, Kiriyama se deslizó entre Kurihara y el suelo y

la atrapó justo a tiempo. —Oh, Dios mío, Yukina, ¿estás bien?


31 | P á g i n a

—Mmm... Sí, estoy... ¿Eh? ¿Yukina?

— ¡Sí tú! ¿Qué pasa contigo?

— ¿Eh...? ¿Espera, que?

— ¡Tierra a Yukina! ¿Todavía estás fuera de sí?

Fue entonces cuando Nagase, Inaba y Aoki la alcanzaron.

— ¡¿Estás bien, Yukina-chan?!

— ¡Casi nos das un ataque al corazón, Kurihara!

— ¡¿Deberíamos llamar a una ambulancia?!

Mientras tanto, Taichi se había detenido para recuperar su teléfono. Luego se

acercó y se lo devolvió. — ¿Estás bien? Aquí, dejaste caer esto.

Pero Kurihara estaba tan sorprendida que casi lo deja caer por segunda vez.

— ¡Whaaagh!

— ¡Oye! ¡Cuidado! Vas a romper la pantalla. En serio, ¿te sientes bien?

—Nnn...— Agarrando firmemente su frente, Kurihara sacudió la cabeza

vigorosamente como si estuviera tratando de recuperar sus sentidos. —Yo, eh...

Sí, estoy bien. Estoy segura de que solo estoy viendo cosas, eso es todo.


32 | P á g i n a

Capítulo 2: Para cuando se dieron cuenta, ya había comenzado

—Ve ahora. Y asegúrate de prestar atención en clase, ¿me oyes?

— ¡Que tengas un buen día, Taichi!

— ¡Lo mismo para ti, Rina! ¡Corta la plática y ve a la escuela!

—Okaaaay...

Y así, con las voces alegres de su familia a sus espaldas, Taichi se dirigió a

Yamaboshi. Esta vez no tuvo la suerte de encontrarse con amigos en el camino,

pero de todos modos llegó sano y salvo.

Cuando entró en el aula, sin embargo, vio a Kurihara Yukina y recordó lo mal que había parecido ayer. Al menos no se había reportado enferma hoy, pero aun

así... Quería preguntarle cómo se sentía, pero estaba hablando por teléfono con alguien.

—Te digo que no tienes de qué preocuparte. Solo ven a la escuela y hablaremos

de eso en persona, ¿de acuerdo? Adiós. — Colgó el teléfono y dejó escapar un suspiro agravado.

Sin embargo, antes de que Taichi pudiera caminar hacia ella, Kiriyama se apresuró a interrumpir. — ¡¿Oye, ¿estás bien?!

—Cálmate, ¿quieres? Son las 8 AM. Y estoy bien.

—Buenos días, ustedes dos. ¿Cómo te sientes?

—Buenos días, Taichi.

—Buenos días, Yaegashi. ¿Incluso estás preocupado por mí ahora?

— ¡Claro que lo estoy! Realmente nos asustaste.

—Está bien, bueno, solo voy a decir esto una vez, así que escucha: estoy sana

como una manzana.

— ¿Estás segura? No nos estás mintiendo, ¿verdad? ¡Porque literalmente te

desmayaste ayer!

— ¡No me desmayé! Estuvo cerca, eso es todo. ¿Por qué te mentiría?— Kurihara

respondió con una sonrisa, como para calmar las preocupaciones de Kiriyama

enfatizando su propio buen humor.

—Bueno, me alegra saber que estás mejor

— ¡AAAAAAAAHHHH!

De la nada, Kurihara dejó escapar un grito y cayó de su silla al suelo.

Taichi no pudo procesar esto. — ¿Huh?

— ¡¿Yukina?!— Sorprendida, Kiriyama le ofreció una mano apresuradamente

para ayudarla a levantarse.


33 | P á g i n a

— ¡No!

----Pero Kurihara se apartó. Casi como si tuviera miedo de Kiriyama.

—Yukina, ¡¿qué te pasa?! ¡Dime que está mal!— Kiriyama chilló en pánico. Y

después de los últimos dos días, Taichi solo podía imaginar lo preocupada que

debía haberse sentido por su mejor amiga.

— ¿Qué... qué sucede...?— Kurihara tartamudeó delirantemente mientras

miraba alrededor de la habitación.

Mientras tanto, la conmoción había llamado la atención de sus otros

compañeros de clase.

— ¿Hey, qué pasa?

— ¿Estás bien?

—Espera, ¿qué pasó?

Entonces Kurihara se volvió hacia Taichi y Kiriyama.

—No... ¡NOOOO!— ella gritó sin control. Luego se puso de pie de un salto y salió

corriendo de la habitación.

— ¡Yukina, espera!— Kiriyama gritó mientras perseguía.

A su paso, murmuraron susurros por toda el aula.

— ¿Se encuentra bien?

— ¿Qué fue eso...?

•••

Al final, Kurihara regresó al aula a la mitad del primer período, acompañada por

Kiriyama. Una vez que terminó la clase, Taichi (y varios otros) se acercaron a

ella.

—Escuché que no estabas muy bien esta mañana, Yukina-chan. ¿Qué pasó?—

preguntó Nagase, su tono cuidadosamente equilibrado en algún punto entre

alegre y serio.

—Oh, um... Sí, realmente estaba fuera de sí, — respondió Kurihara, su rostro

pálido, su sonrisa rígida.

Hablando de eufemismos.

—Tal vez deberías irte a casa por hoy, —sugirió alguien más.

—Sí, deberías descansar para tener la energía para pasar la semana de finales,—

intervino un tercero.

—No te preocupes por eso. Lamento haberte asustado, pero ahora estoy mejor, y

estoy lista para el resto del día, — insistió Kurihara, dejando caer su libro de

texto sobre su escritorio con un golpe sordo, como diciendo que esta

conversación se termina ahora.


34 | P á g i n a

El tercer período estaba programado para llevarse a cabo en un aula diferente,

por lo que después de que terminó el segundo período, Taichi, Nagase, Kiriyama y el resto de la clase salieron al pasillo.

—Me preocupa un poco Yukina-chan, — murmuró Nagase en voz baja. La chica

en cuestión había dejado el salón de clases delante de ellos, acompañada por otros amigos.

—Definitivamente algo está pasando con ella, — respondió Taichi. No es que haya mucho que pueda hacer al respecto, por supuesto, pero eso todavía pesaba

en su mente.

—Esta mañana ella estaba tratando de esconderse en el baño de las chicas, así

que la llevé a la oficina de la enfermera y... permaneció totalmente apartada.

Como que eso no es normal, — dijo Kiriyama, con el ceño fruncido.

—Bueno, estamos hablando de Yukina-chan, así que supongo que podemos

tachar «estudiar demasiado » de la lista, —reflexionó Nagase en tono de broma.

En ese momento, los gritos estallaron en algún lugar más adelante, y el corazón

de Taichi casi se detuvo. Asustado, miró en la dirección del sonido.

Había dos chicas paradas allí: Taichi las reconoció como compañeras de

segundo año, pero eran de una clase diferente, y no sabía con certeza sus

nombres. Se miraron unos a otros... luego miraron a los tres miembros del

CIC... luego se miraron unos a otros.

—Hey, uh... ¿qué pasa?— Preguntó Nagase, y una fracción de segundo después,

las dos chicas se apresuraron a correr con una expresión de terror grabada en

sus rostros.

— ¿Q-qué fue eso?— Kiriyama miró sobre su hombro y miró por el pasillo.

—Lo más importante... ¿por qué parecían estar un poco... asustadas de

nosotros?— Taichi preguntó cuándo se le ocurrió la idea. Ese era el sentido que

tenía, al menos.

— ¿Por qué lo estarían? ¿Les hicimos algo alguna vez? Esas chicas eran del

equipo de atletismo, ¿verdad? ¿De la clase 2-A? — preguntó Nagase.

—Honestamente, realmente no he hablado mucho con ellas...— Luego Kiriyama

levantó la vista cuando una cierta comprensión la golpeó. —Espera, pero...

¿Yukina no parecía asustada también? ¡Nos miró y gritó!

— ¿Estamos causando esto de alguna manera? Si es así, ¿cómo? No se me

ocurre ninguna razón por la que... excepto tal vez...

Si sucedía algo fuera de lo común, bueno... ciertamente sabían de una entidad en particular que podría estar detrás de esto. Pero... les había prometido que

nunca volvería a mostrarse.

—Tal vez sea una coincidencia, — dijo Taichi, tratando de mantenerse optimista.

—Tal vez estábamos en el lugar equivocado en el momento equivocado.


35 | P á g i n a

—Cierto...

—Sí, eso podría ser...

Las dos chicas asintieron pensativamente.

—De todos modos, llegaremos tarde, ¡así que vamos rapido!

—¡Ack! ¡Tienes razón!

Y así, con Nagase a la cabeza, los tres corrieron por el pasillo.

Habían sido testigos de sucesos anormales dos días seguidos ahora. ¿Pero era la fuente puramente externa? O... ¿podrían ser de alguna manera responsables?

¿Qué pasaría si sin saberlo sembraran las semillas del desastre donde quiera

que fueran? El pensamiento fue aterrador.

A mitad de camino, pasaron junto a dos estudiantes varones en medio de una

conversación. Y dado que Taichi ahora estaba hiper-consciente de todos, su mirada naturalmente se desvió hacia ellos.

—….

—….

Aparentemente estaban teniendo una conversación privada. Podía ver sus bocas

moviéndose, pero no podía entender lo que decían. De hecho, no podía escuchar

sus voces en absoluto... ni siquiera cuando pasaba a corta distancia.

¿Que? Confundido, Taichi se detuvo.

Los muchachos no se tapaban la boca ni nada; al contrario, hablaban como si no

tuvieran nada que ocultar. Entonces, ¿por qué no podía escuchar sus voces?

¿Estaban pronunciando muy bajo las palabras o algo así...?

—Bastante loco, ¿eh?

—Sí, amigo, ¡es una locura! ... ¿eh? ¿Necesitas algo?— Uno de los chicos miró y

se encontró con la mirada de Taichi.

— ¡Oh! No lo siento. — Con una sonrisa incómoda, corrió tras Nagase y

Kiriyama.

Supongo que mi mente solo me estaba jugando una mala pasada.

•••

Durante el almuerzo, Taichi se dio cuenta de que se había olvidado de traer su

termo de casa, por lo que decidió visitar la máquina expendedora más cercana.

Los calentadores siempre estaban en pleno funcionamiento durante los meses

de invierno, y de forma similar al ardiente verano, el aire seco tenía una forma

de darle sed.

Mientras se dirigía por el pasillo, vio al azar a Inaba más adelante, caminando junto con dos de sus otras amigas. Mientras se acercaba, se picó el canal

auditivo con un dedo... y como su novio, esta no era la vista más atractiva.


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Entonces, una de sus amigas vio a Taichi, — ¡Oh!, — Y consecuentemente,

también Inaba. Por alguna razón, tenía el ceño fruncido en su rostro.

Las otras dos chicas intercambiaron una mirada... luego asintieron al unísono.

—Está bien, bueno, ¡es mejor que nos vayamos!

— ¡Sí, tenemos que hacer otra cosa! ¡Lo siento!

Apenas ocultando sus sonrisas con las manos, se alejaron rápidamente.

—Ugh... Es por eso que no me gusta tropezar contigo en la escuela. Todos comienzan a burlarse de mí.

—Oh por favor. No se están burlando de ti.

Como una pareja abiertamente confirmada, ocasionalmente estaban sujetos a

este tipo de bondad errada por parte de sus amigos.

—Caramba. ¿Por qué están tan convencidos de que constantemente quiero estar

a solas contigo a toda hora del día? Bien, como sea.

—Probablemente disfruten viendo esa pequeña sonrisa que tienes en la cara

cada vez que tratas de hacerlo bien. Ya sabes, la que tienes ahora.

— ¡Hyah!— Ella lo golpeó el pecho.

— ¡Ouch!

—No necesito tu análisis racional, ¡¿de acuerdo?! ¡Soy tu novia! ¡Si estoy

sonriendo, entonces deberías estar sonriendo aún más!

Desafortunadamente, eso era una tarea difícil; Taichi realmente no podía

imaginarse a sí mismo sonriendo alegremente sin que pareciera espeluznante.

—Bueno, no quiero retenerte si estabas en camino a alguna parte.

—No, está bien. Simplemente regresaba a clase.

—Ah, vale. Y también... por favor no piques tu cerumen en público. Es

desagradable.

—No lo hago todo el tiempo, ¿de acuerdo? He tenido problemas para escuchar a

las personas últimamente.

— ¿Qué quieres decir?

—Antes había un tipo cuya voz no pude escuchar por alguna razón... ¿Tiene

sentido? O para ser más exactos, había todo un grupo de personas, y podía

escuchar a todos los demás, pero no a él.

— ¿Casi como si no estuviera pronunciando las palabras?

— ¡Si, exacto! Eres bastante rápida en la aceptación.

—En realidad... también me pasó recientemente.

¿Fue solo una coincidencia, o... podría haber alguna causa común?


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— ¿Fue así? Dame los detalles.

En un abrir y cerrar de ojos, su expresión se endureció y toda la alegría se evaporó del aire.

Al final resultó que, Inaba había experimentado la misma «sordera selectiva»

extraña que Taichi, aunque con una persona diferente.

Personalmente, Taichi quería creer que simplemente lo estaban pensando

demasiado, e incluso Inaba había admitido que «a veces ciertas voces son más difíciles de escuchar que otras; ya sabes, su tono o lo que sea». Pero también

estaba el incidente con Kurihara a tener en cuenta, además de las otras dos

chicas... Todas estas pequeñas rarezas estaban empezando a sumar.

¿Sumar a qué, sin embargo? ¿No se suponía que eso terminaría ahora? No es

que Taichi realmente creyera que ya sabes quién se había ido para siempre;

obviamente quería creerlo, pero al mismo tiempo, también quería estar

preparado para el peor de los casos. Sus deseos eran mutuamente excluyentes.

Para el caso, ¿qué hay con las personas que experimentaron los fenómenos

antes que el CIC? Ya sabes quién dijo que no eran sus primeros conejillos de

indias, ¿Verdad? Entonces, ¿cómo volvieron esas personas a sus vidas normales

después?

Todo este tiempo, nunca se sintió que realmente habría «terminado», pero

pronto, Taichi y los demás tendrían que aceptarlo. La historia había terminado y

ahora tenían que escribir el epílogo. Todo lo que sucedió... Todo lo que cambió...

Todo lo que sintieron... Tendrían que encontrar una manera de llevarlo consigo

por el resto de sus vidas.

Este tren de pensamiento inactivo se detuvo cuando se dio cuenta de que solo

quedaban quince minutos para la campana final. El pizarrón ahora estaba

cubierto de letras de tiza y, sin embargo, Taichi apenas había copiado más que la primera línea.

Junto a él, Setouchi miró sus notas y parpadeó sorprendida. Luego golpeó su

cuaderno con su portaminas y le dirigió una mirada que decía: ¿Quieres que te

preste el mío? Taichi sonrió, sacudió la cabeza y levantó una mano ligeramente

para declinar. No, él necesitaba tomar sus propias notas, sin atajos. No tenía

sentido preocuparse por una amenaza que en realidad podría no existir.

Su mirada vagó distraídamente hacia Nagase y Kiriyama, ambas ocupadas

garabateando. Sentada delante de ellos en una fila diferente no estaba otra que

Kurihara Yukina. Sus ojos se encontraron.

Kurihara se estremeció un poco, e inmediatamente bajó la cabeza... como para

esconderse de su mirada.

•••

Después de la escuela, los cinco de segundo año del CIC se reunieron en la sala

del club.


38 | P á g i n a

—Aparentemente, Chihiro y Shino están teniendo una sesión de estudio con sus

compañeros de clase, — informó Inaba a los demás.

—Interesante... Parece que Chee-hee y Shino-chan finalmente han salido de sus

pequeños cascarones... Espera, ¿por qué te están informando de sus ausencias y

no a mí? ¡Soy la presidenta, maldita sea! — Nagase sollozó ruidosamente y fingió secarse las lágrimas.

Como se acercaban los finales, todos sacaron sus materiales de estudio, incluso Aoki, aunque la expresión de su rostro sugería que preferiría estar haciendo

literalmente cualquier otra cosa.

Y así, los cinco garabatearon en sus cuadernos, con una conversación ligera aquí

y allá.

—... Algo me ha estado molestando últimamente, — dijo Taichi finalmente,

después de debatir si traer el tema o no. Luego les habló sobre Kurihara, sobre

las otras dos chicas del equipo de atletismo y, finalmente, sobre los dos chicos

cuya conversación era físicamente incapaz de escuchar.

Quería que le dijeran que estaba exagerando, que estaba paranoico.

Desafortunadamente, eso no fue lo que consiguió.

—En realidad, — respondió Inaba lentamente, —sabes, después de que te

encontré en el almuerzo... hubo un estudiante de primer año que huyo

desesperadamente de mí por el pasillo. Estaba completamente fuera de control,

como si estuviera en pánico por algo.

— ¿Espera? Entonces... ¿te chocó o algo así? — Nagase preguntó.

—No, no. Se detuvo justo en frente de mí y dijo «No quise hacer eso» y se fue

corriendo.

—Eso es realmente extraño, — reflexionó Kiriyama, inclinando la cabeza con

una mano pensativa en su barbilla.

—Sin embargo, la verdad eso me recuerda... ¡Hubo un momento en el que hice

contacto visual con Oosawa-san y ella escapó con todas sus fuerzas! ¡Mirando al

suelo y todo!

— ¿Tal vez simplemente no le gustas?

— ¡Oye! ¡Sé amable con tu novio, Yui! Y para que conste, normalmente ella

siempre sonríe y me pregunta cómo te van las cosas, así que... realmente no

estoy seguro de qué hice para que se ponga así.

—Parece que las cosas son raras por todas partes. Aterrador, —comentó Nagase

alegremente. —Yo personalmente, no he notado nada. Bueno, excepto por lo de Yukina-chan. Pero todos estábamos allí.

Desafortunadamente, su alegría forzada sonó hueca. Todos pensaban lo mismo,

pero nadie estaba dispuesto a decirlo en voz alta. Claro, tal vez solo estaban

paranoicos, pero... parecía que el simple hecho de ponerlo en palabras lo haría

real. Como una especie de maleficio.


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Se dijeron a sí mismos que todo estaba en el pasado... pero ellos no fueron los

que lo terminaron, por lo que no podían descansar tranquilos.

—... ¿Un fenómeno?— Taichi murmuró en voz alta.

Se negó a decir su nombre. Uno pensaría que ya lo habría superado, pero hasta

el día de hoy, la simple mención de cierta planta tropical fue suficiente para

acelerar su pulso.

Al principio, nadie respondió, y se preguntó si debería haber esperado.

—Dijo que terminó con nosotros. Y me pareció bastante serio, — dijo Inaba. Ella

estaba allí con Taichi cuando «Fuusenkazura» apareció para dar su última

despedida. —No sugiero que debamos confiar en él, pero... Me gustaría observar

y ver un poco más.

Inaba siempre era la líder de facto a la hora de elaborar estrategias contra los fenómenos, y no era ningún misterio por qué. En opinión de Taichi, ella tenía la

idea correcta... pero, por otro lado, le preocupaba que fuera solo una excusa

para meter la cabeza en la arena.

—Pero por ahora, vamos a plantear una hipótesis. Suponiendo que esto fuera un

fenómeno, ¿de qué tipo sería? De nuevo, puramente hipotético. Piensen en ello

como un ejercicio creativo.

Oh, ahora lo entiendo, pensó Taichi para sí mismo. Ella está logrando un

equilibrio cuidadoso. Clásico de Inaba.

—B-Bien. Hipotético. Bueno, pensemos en ello, — dijo Kiriyama. Su expresión

era rígida, pero su voz era firme.

— ¡De acuerdo! ¡Supongo que es un fenómeno donde «las personas se asustan al

azar sin razón»! — Aoki sugirió ansiosamente, aunque su energía fue un poco

forzada.

—Solo porque Misaki-chan piensa que eres asqueroso no significa que algo

sobrenatural lo esté causando, Aoki.

— ¡Yui! No estoy poniendo excusas, ¿vale? ¡Y ella no cree que sea asqueroso!

—Definitivamente sé lo que es hacer que otras personas se alejen de ti por

miedo. Nngh... No estoy segura de poder manejarlo, — dijo Nagase con una

mueca.

—Otras personas nos tienen miedo... Nos temen... ¿Y porque tienen miedo...?—

Reflexionó Inaba. Claramente estaba tratando de encontrar una explicación de

por qué un primer año arremetería contra ella al azar.

— ¿Parecía que iba a atacarte, Inaba? Si es así, tendremos que tomar precauciones independientemente, —dijo Taichi.

—Es una hipótesis, tonto. Solo estoy considerando todas las posibles interpretaciones.


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—Buena idea... Bueno, con un fenómeno como ese, ¡hipotéticamente podríamos

necesitar que las parejas permanezcan juntas en todo momento! ¡Por razones de seguridad! Y como soy una chica extraña, ¡puedo seguirlos y tomar notas!

—Guarda tus fantasías de fangirl para ti, Nagase.

— ¡Oof! ¡Eso ofende, Taichi!

—Espera, pero ¿qué pasa con el problema de «Sordera aleatoria»?— preguntó

Kiriyama.

—Eso podría haber sido algo único, — respondió Inaba.

—Sí... es difícil ver cómo la sordera selectiva se relacionaría con otras personas

que nos temen.

—Todavía hay muchas cosas que no sabemos, — murmuró Aoki. —Pero, de

nuevo, si realmente supiéramos algo de verdad, entonces esta lluvia de ideas hipotética dejaría de ser hipotética, ¿eh?

Él tenía razón, por supuesto.

—Bien entonces. Como experimento, tengamos todo en cuenta, — dijo Inaba.

—Dado que tenemos «personas que nos temen» y «voces apagadas», tal vez el

fenómeno es... no sé, «aislamiento del mundo que nos rodea». O si agregamos

«intento de asalto», tal vez es hostilidad del mundo que nos rodea.

Al principio parecía absurdo, pero... cuanto más Taichi reflexionaba sobre ello,

más comenzaba a tener sentido. Claro, los fenómenos pueden haber comenzado

poco a poco, pero con el tiempo comenzaron a afectar constantemente el mundo

que los rodea. Quizás este fue el siguiente paso lógico.

— ¿Fue demasiado tétrico? Lo siento, — dijo Inaba después de que la habitación

cayó en un silencio contemplativo.

— ¡No es así! Estamos impresionados de lo bien que puedes armar todas las

piezas del rompecabezas, Inaban.

—No hay rompecabezas. Es solo un... un ejercicio creativo, — insistió Inaba.

Aunque para ellos o para ella misma, no estaba claro.

Una vez que terminó la conversación, los cinco amigos volvieron a sus

estudios... pero era obvio que nadie podía concentrarse. Después de una

disculpa por «asustar innecesariamente a todos», Inaba sugirió que todos

empacaran y estudiaran en casa. Era demasiado temprano para decir que era un

día, pero nadie se opuso... así que Taichi y los demás salieron del salón y

cruzaron el campus.

—Oye, no te sientas mal. Uno de nosotros tendría que decirlo eventualmente, —

dijo Inaba en un intento de consolarlo.

—Sí, supongo... Gracias por todo su apoyo hoy.


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—Igualmente. Gracias a ti, tuvimos una buena y productiva discusión. Deberías

estar orgullosa de eso.

A veces ella lleva los pantalones mejor que yo.

—Hoombre, ¿realmente voy a estudiar cuando llegue a casa? Porque siento que

la respuesta es no...

— ¿Alguien más como que realmente odia a los hombres débiles de carácter, o

soy solo yo?

— ¡Pensándolo bien, voy a estudiar!

—Sabes, estoy empezando a pensar que eres lo mejor que le ha pasado a Aoki,—

le comentó Nagase a Kiriyama. —Pero si no tienes cuidado, él podría superarte.

— ¡Eso no pasara! Si Aoki obtiene mejores calificaciones que yo, ¡destruirá el

equilibrio de poder en nuestra relación! ¡Tengo que ser superior o no puedo dominarlo!

Parecía una conversación divertida, por lo que Taichi decidió unirse. —Tal vez

Kiriyama es la motivación que necesita para...

—...Tú allí...

Pero entonces hubo una voz.

Una voz helada e inhumana que sonaba como si se retorciera desde las

profundidades del infierno.

Directamente detrás de ellos.

Taichi sabía que necesitaba darse la vuelta... y, sin embargo, su cuerpo se negó a

ceder. No necesitaba ver al dueño de la voz, su presencia ya había atrapado su

corazón.

¡Muévete!

Lento pero seguro, volvió la cabeza. El resto de su cuerpo hizo lo mismo.

Allí estaba un estudiante que no reconoció, tal vez un estudiante de primer año,

mirándolos con ojos vacíos y sin vida... y, sin embargo, su mirada era

palpablemente intensa.

—Entonces... ¿ustedes son los «fascinantes», hmm...?

Era un chico común que acababa de hablar de una manera extraña y lenta.

Ja. Sí claro. Ojalá.

—Así que esto es lo que« Fuusenkazura» dejó atrás...

Tan pronto como pronunció ese nombre, toda duda desapareció. Este chico

estaba poseído por alguien, algo, que sabía sobre «Fuusenkazura».

Una vez más, los cinco se encontraban bajo la lente de un ojo sobrenatural. Y lo

que es peor, ya habían llegado a esperar este «giro de la trama» en el que


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bajaban la guardia solo para descubrir que su terrible experiencia no había

terminado. Era repugnante.

— ¿Qu-quién eres?— Exigió Inaba, su voz temblando ligeramente.

—No te preocupes por eso.

—Oh, nos vamos a preocupar por eso, — respondió Taichi. Porque estas

entidades estaban tan interesados en las emociones y conexiones humanas,

parecían no tener casi ninguna comprensión de la naturaleza humana.

— ¿Qué quieres con nosotros?— Nagase preguntó con cautela.

—Oh, solo quería ver más de cerca... Eso es todo...

— ¿Eso es todo?— Aoki presionó.

Sin respuesta. ¿Qué seguía?

—Muy bien... Solo una pregunta...— Quienquiera que fuera, su manera de

hablar era mucho más directa que «Fuusenkazura» o «El Segundo». — ¿Qué

piensas de «Fuusenkazura»?

—... ¿Qué quieres decir?— Kiriyama preguntó, en silencio desconcertada.

A decir verdad, había una conexión extraña entre el CIC y «Fuusenkazura».

Pero para ponerlo en palabras... Lo que me vino a la mente más rápido fue la

ira, el resentimiento, la hostilidad, y sin embargo, había más que eso. Después

de haberlo sabido durante tanto tiempo, había algunos sentimientos en conflicto

en juego que no podían resumirse en una sola palabra. No es que lo apreciaran

de ninguna manera, pero cuando se tiene en cuenta cómo habría sido su vida sin

su intromisión...

—Pensándolo bien... no importa. Me iré ahora, — continuó antes de que alguno

de ellos tuviera la oportunidad de responder, y una fracción de segundo

después, la cabeza del chico se desplomó hacia adelante y se tambaleó hacia un

lado.

Afortunadamente, logró recuperarse antes de perder el equilibrio por completo.

Luego levantó la vista de nuevo.

— ¿Hmm...? Espera... ¿eh? Qué... ¿Necesitaban algo? — les preguntó a los cinco

estudiantes mayores que estaban frente a él. Ahora que la luz había vuelto a sus

ojos, parecía perfectamente normal. Solo otro estudiante de Yamaboshi.

—... No, no es nada, — respondió Taichi. No es como si hubiera algo más que

pudiera decir en realidad.

—Ah, vale. Bueno, nos vemos —murmuró el chico perplejo. Mientras se alejaba,

pudieron verlo inclinando la cabeza confundido.

—Por el momento... volvamos a la sala del club, — dijo Inaba.

Su voz era plana y sin emociones.


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■□■□■

Y así, los cinco de segundo año volvieron a la sala del club y volvieron a los

mismos asientos en los que estaban sentados solo unos minutos antes.

—Bueno, eso no era «Fuusenkazura»... y tengo la sensación de que tampoco era «El Segundo»...— Exclamó Kiriyama, mirando en dirección a Taichi para

confirmar.

—No, eso definitivamente no era «El segundo». Es... algo más. Algo nuevo.

Aunque sus interacciones con «El Segundo» fueron pocas y distantes entre sí,

Taichi todavía se consideraba el más informado, ya que los demás apenas le habían hablado. Y sí, estaba seguro de que la entidad con la que hablaban no era

«El Segundo».

—Está bien, entonces... Para nuestro propósito, llamémoslo... No sé, ¿«El

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