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La Colmena n°3

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Revista #3

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ContenidoDirectores:Werner Jungbluth

Julio Villa

Comité Editor:Luciana Reátegui

Kasandra Llosa

María Grados

Andrea García

Maria Del Carmen Estefania

Maruxa Deza

Luz Pérez

Marco Vélez

Carlos Santa Cruz

Nadia Degregori

Gaseosas y kekitos: Ernesto Bernilla

Fotografía de Carátula:Alexis Huaccho

Contracarátula:Samuel Gutiérrez

Diseño y Diagramación:María Lucía Nuñez Malachowski

[email protected]

Imprenta:Forma e imagen

Agradecimientos:Fanni Muñoz

Carla Rodríguez

Cecilia Gonzales

Mónica Pradel

Pueden enviar sus sugerencias, comentarios,

observaciones y artículos a

[email protected]

Soy huando - Juan Rocha 4

Una mirada al consumo de telenovelas en el Perú desde el funcional estructuralismo

- María Grados 14

El achoramiento : una práctica problemática o la solución práctica a un

problema - Luis Rondán 22

Por un analisis dinamico apartir de Foucault - Martin

Santos 30

Ni curas, ni generales, Guillermo Nugent se revela contra la tutela 32

Como jugandoUn acercamiento a dinámicas sociales alrededor de videojuegos

y computadoras personales 41

Sacha Baron Cohen: el etnometodólogo encubierto- Sebastian Muñoz Najar y

Stefano Lasaponara 48

Quiero lo mejor, reflexiones acerca del consumo a partir del caso “ Mega Plaza” - Diana Guerra 54

¡Qué lindos los viejitos!Werner Jungbluth 62

La sociologie est un sport de

combat - Werner Jungbluth 65

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Vencimos la maldición del primer número, y también la del segundo. Sin embargo estamos lejos de ser un proyecto conso-lidado. Una buena señal es que ahora somos un equipo mucho más organizado que se encargará de publicar la revista con una periodicidad menos dictada por el azar, una vez que los directores nos hayamos extinguido. Pero más aún, desde la constitución de este grupo ya hemos empezado a hacer eventos como el conver-satorio sobre Foucault en mayo 2010.

Mirando estos tres años, un obstáculo de siempre ha sido encon-trar estudiantes que quieran publicar. Esto tiene menos que ver con la falta de tiempo o con el prestigio que (no) tiene esta, su revista amiga, y más con el miedo a decir algo en público, como señala Nugent en la entrevista que publicamos en este número. Aparentemente hay una especie de temor a decir algo que se considere inapropiado o que le demuestre al “mundo” que uno no estaba callado en clase por ser un genio silencioso. Aparente-mente, parte del proceso de llegar a “ser algo” (una vez fuera de la sopa primordial del colegio) -es decir, de tener una profesión que incluya una formación con un cuerpo teórico propio y distin-tivo- parece incluir la construcción del propio mito y el deseo por estar a la altura del mismo. En este caso, el mito del “sociólogo de la Católica” que sabe más cosas que el ciudadano promedio. Pensar así induce a una serie de errores, uno de los cuales es des-conectarse de la realidad solo porque se han aprendido conceptos como habitus que ahora sirven para impresionar a los amigos de tu viejo. Esta desconexión, esta falta de olfato, de calle, de todo, es tan radical que luego viene cualquier cínico (desde su blog) y hace tambalear al joven graduado con un discurso que habla pre-cisamente de su falta de calle, con ejemplos a todo color.

Pero vamos, hay razones para no sentirse tan mal. En esta edi-ción hay un puñado de buenos textos y además, como ya dijimos, vamos a crecer y convertirnos en un núcleo que produzca desde la sociología, que comunique y diga. Reconocemos que no es fácil quitarle tiempo al trabajo, los estudios y todo lo que hay en el medio para publicar y organizar, pero queremos cumplir con lo que nos propusimos en 2007: generar debate entre los alumnos, los no alumnos y en general la “comunidad” de las ciencias socia-les en el Perú, suponiendo que tal cosa existe.

Egresar no hace de un estudiante más o menos inteligente, o valioso. Siendo así, es bueno cultivar desde ahora las ganas de hacer y decir cosas. Pocas cosas hay peores que el automatismo y la autocomplacencia para la producción en ciencias sociales. Es necesario hacer, decir, y rebelarse también.

Los directores

La Trika

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Este texto es un resumen del artículo titulado Cambios en la tenencia de la tierra en Huando: un análisis de las trayectorias ideológicas y socioeconómicas de los traba-jadores beneficiados por la Reforma Agraria. El texto completo de Juan, egresado de la PUCP, fue electo finalista en el V Concurso Mundial para Junior Sociologists organizado por la International Sociological Association (ISA) en 2010 . A continua-ción un paseo por una de las reformas más importantes del siglo XX en nuestro país y sus consecuencias. A cuarenta años de la Reforma Agraria ¿Qué evaluación hacen los trabajadores agrarios de estos cambios? ¿Cómo han interpretado este proceso?

En el Perú, a fines de los años sesenta del siglo pasado, se materializaron una serie de medidas destinadas a reestructurar la propiedad de las tierras agrícolas. El escenario rural de entonces se caracterizaba principalmente por una extrema concentración de la propiedad de la tierra, a eso se le sumaba la pobreza extendida entre la población del campo y la difusión de relaciones laborales precapitalistas, principalmente en la sierra.

En 1968 el General Velasco Alvarado dio un gol-pe de Estado y el 24 de junio de 1969 promulgó la Ley de Reforma Agraria. Esta ley contemplaba la eliminación del latifundio y el minifundio y la creación de empresas asociativas cuya propiedad estaría en manos de los trabajadores del campo. Las haciendas fueron reemplazadas por Coope-rativas Agrarias de Producción (CAP), Socieda-des Agrícolas de Interés Social (SAIS) y Empre-sas Rurales de Propiedad Social (ERPS). Esta reforma se aplicó principalmente en la costa y en la sierra de Perú. En la década de 1969-79 se llegaron a expropiar 15826 fundos y más de 9 millones de hectáreas. La mayor parte de estas tierras se adjudicaron a 370 mil beneficiarios. En

los valles costeños se llegaron a formar cerca de 360 Cooperativas Agrarias de Producción, contro-lando cerca de la mitad de las tierras de cultivo de estos valles.

Para fines de los años setenta y principios de los ochenta muchas de las e m p r e s a s asociativas for- m a d a s

Contexto General

ArchivoRevista Quehacer

Juan Rocha

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quedaron al borde de la quiebra. El país atrave-saba una crisis económica y a la falta de apoyo del Estado se sumó el hecho que muchas coope-rativas tuvieron serios problemas de gestión. En un inicio la tierra empezó a repartirse de manera informal entre los socios de las empresas, ya que esas divisiones eran ilegales. La reglamentación de los procesos de parcelación iniciados de facto se dio en el gobierno de Fernando Belaúnde, en 1984. Las cooperativas se parcelaron y la tierra fue repartida entre sus socios. Este escenario se mantiene hasta la actualidad.

Este es el contexto del presente estudio. Con base en esto se planteó el objetivo de analizar los cam-bios ocurridos en Huando -ex hacienda agrícola de la costa central de Perú- en cuanto a la reestruc-turación de la propiedad de la tierra y la reorgani-zación del trabajo desde la Reforma Agraria hasta el actual contexto de parcelación, para compren-der las consecuencias (socioeconómicas, ideoló-gico-políticas y culturales) que este proceso trajo en la vida de los trabajadores agrarios de esa zona.

Se prestó especial atención a cómo los cambios en la tenencia de la tierra han ido redefiniendo no sólo las relaciones de los trabajadores de Huando en lo laboral sino también en la vida cotidiana, así como al surgimiento nuevos criterios de auto-diferenciación entre ellos.

La metodología empleada ha sido básicamente cualitativa. Se realizaron 18 entrevistas -a modo de historias de vida- a personas que vivieron de cerca el proceso de cambios en la tenencia de la tierra en Huando desde la Reforma Agraria hasta el actual contexto de parcelación. Las entrevistas fueron realizadas entre el 2006 y el 2007. Son dos las principales dimensiones de análisis en la vida de los sujetos que resultaron de interés para este caso:

1) Dimensión simbólica: que tiene dos as-pectos: a) las expectativas y valoraciones del trabajo, la política, el prestigio y la au-toridad y; b) la lucha por los mecanismos de nominación. 2) Dimensión socioeconómica: salario, condiciones laborales, condiciones de vida, extensión de la propiedad.

Principales características de la hacienda en el Perú

Estas variables fueron analizadas en tres momen-tos: El período de hacienda, el período de la coo-perativa y, finalmente, el contexto de parcelación. Se ha combinado la recopilación de información en campo con la revisión bibliográfica sobre la zona de estudio y sobre el proceso de Reforma Agraria. Para el análisis se han empleado también referentes teóricos de diversos autores como Karl Marx, Max Weber, George H. Mead, Anthony Giddens, Richard Jenkins y Pierre Bourdieu.

La hacienda fue, por un lado, una institución eco-nómica y social para la explotación de la tierra; y, por otro, un patrón de establecimiento humano. José Matos Mar –en base al modelo dicotómi-co para el análisis de clases propuesto por Karl Marx - explica que la hacienda como institución socioeconómica se basó en un sistema de relacio-nes de dos grupos jerarquizados y polarizados: el grupo propietario y el grupo de trabajadores. El primero era un grupo social reducido y aparecía como dominante. Por otro lado se encontraba el grupo de los trabajadores, que podían ser perma-nentes o temporales, además del personal espe-cializado, el personal administrativo y los yana-conas. La hacienda se llegó a constituir en una estructura de poder, convirtiéndose en el siglo XX en la organización más importante de dominio de la tierra a manos de un reducido grupo social que controlaba la producción agrícola nacional. En ese período las haciendas de la costa afrontaron un importante proceso de modernización que les permitió estar mejor equipadas, orientando su

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Principales características de hacienda en el valle de Huaral

La organización del trabajo en la hacienda se puede clasificar en tres niveles(14) :

• Un primer nivel conformado por los propietarios o el directorio. Existía un gerente administrador que podía ser el mismo propietario u otra persona.• En el segundo nivel se encontraba el personal administrativo dividido en tres conjuntos: el administrador (que puede ser el propietario) acompañado del per-sonal técnico y profesional, el personal de oficina (cajeros, planilleros, etc.) y el personal de campo (apuntadores, mayor-domos, caporales, guardianes).• En un tercer nivel se encontraban los trabajadores, divididos en dos grupos: los especializados (choferes, mecánicos, tractoristas) y los braceros o peones (per-manentes y eventuales).

La marcada jerarquización laboral era un elemento de distinción entre los trabajadores. Los miembros de cada grupo se esforzaban por mantener una distancia con respecto a los demás y al mismo tiempo se esforzaban

Historia de una naranja

En el siglo XIX la familia Graña pasó a tener la propiedad de las tierras de Huando mediante el matrimonio de Waldo Graña, emigrante español, con Andrea de los Reyes y Lagarcha. Esta última era hija única de Andrés de los Reyes, un terra-teniente que recibió las tierras de Huando como retribución por el apoyo brindado a las tropas del

por ascender en la escala del trabajo para gozar de mayores privilegios. Nos habíamos referido a la hacienda en términos de un campo social, so-bre esto Bourdieu señala que el campo social es también un espacio de lucha y competencia don-de los agentes intentan modificar su posición en él(15). Las relaciones entre trabajadores tenían una gran cantidad de matices, no eran sólo de trabajo pues la hacienda también era un espacio de vida. Las posiciones dentro del campo social dan origen a hábitus similares o estilos de vida similares. Bourdieu explica que los hábitus son también diferenciantes, es decir funcionan como esquemas clasificatorios(16). Max Weber se re-fiere a este fenómeno con su concepto de status. Éste se expresa en la reproducción de estilos de vida diferenciados, lo cual puede derivar en la formación de grupos de status específicos. (17)

producción a cultivos de exportación.

Podemos graficar la hacienda como un campo social –en términos de Pierre Bourdieu - que re-presenta tanto un espacio de trabajo como un es-pacio de vida. Si bien el objetivo de la hacienda fue la explotación de la tierra, la estructura or-ganizativa para la realización de tal fin permitió que se convirtiera también en un espacio de vida, donde tanto los trabajadores como sus familias interactuaban cotidianamente entre ellos y con los patrones. Estos últimos definían las normas de vida a su interior, impartían justicia y sancio-nes. Sobre este punto es conveniente mencionar que el campo social es un campo de fuerza donde las reglas de juego se imponen a todos los parti-cipantes.(13)

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La Reforma llega a HuandoHacia fines de 1969 tratando de evitar la expro-piación de sus tierras los dueños de Huando di-viden la hacienda en 73 lotes, 10 de ellos dividi-

dos entre los familiares de los dueños y gente de confianza, ocupando la mayor parte de dichas tierras. El resto de lotes fueron repartidos entre los trabajado-res y capataces que habían mostrado

en cuanto a la estructura de propiedad de la tierra y por no beneficiar a la gran mayoría de trabaja-dores del campo. Luego de un año de huelgas, movilizaciones y enfrentamientos el Sindica-to consiguió que se anulara esta parcelación en Huando. Si bien la parcelación fue anulada ésta no afectó a un grupo de 39 pequeñas parcelas que suman alrededor de 200 ha, entregadas a ex obreros de la hacienda allegados a los propieta-rios(23). De esta manera nace un primer grupo

general José de San Martín, cuando éstas pasa-ron por el valle de Huaral, durante la guerra de independencia(18).

Fue Antonio Graña Reyes, hijo de Waldo Graña, quien introdujo las primeras yemas de naranja sin pepa “Washington Navel” más conocidas como “Naranjas Huando”, famosas a nivel nacional. El cultivo de la naranja paulatinamente se fue extendiendo por toda la hacienda en los años cuarenta(19). Así, Huando dejó de lado el algodón, cultivo tradicional del valle de Huaral por aquella época, para llevar a cabo un proyecto de gran éxito generando imitación en otras haciendas(20). Años más tarde los hijos de Antonio Graña Reyes, Antonio y Fernando se hicieron cargo de la hacienda hasta la llegada de la Reforma Agraria. Esta fue la época de mayor apogeo de la hacienda Huando. En abril de 1958 un grupo de trabajadores de la hacienda, inconformes con las condiciones laborales que gozaban hasta el momento funda el Sindicato de Trabajadores y Braceros de la hacienda Huando. Los reclamos ya no se efectuaban de manera individual frente a los dueños, sino se discutían a través de un pliego de reclamos(21).

mayor fidelidad a los dueños(22). A este hecho se le conoció como “parcelación por iniciativa privada”. Aunque la hacienda había sido dividi-da prácticamente seguía funcionando como una misma unidad productiva.

El sindicato de Huando se opuso desde el inicio a esta parcelación y realizó marchas de protesta al Ministerio de Trabajo en Lima. Esta parcelación se rechazó por no mostrar significativos cambios

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Con miras a marcar una ruptura con el sistema anterior los promotores de la Reforma Agraria insistieron mucho sobre el hecho de que los cam-pesinos eran los nuevos dueños de la tierra. Esto trajo consigo una tendencia de éstos a adoptar la conducta del antiguo patrón. Como refieren los entrevistados, muchos trabajadores decían: “si ahora soy el dueño, ¿para qué voy a trabajar?”. Se produjo una imitación del patrón, asumiendo la idea tergiversada de que el patrón no trabaja. No se supo reconocer que si bien el patrón no tra-bajaba en el campo, sí gestionaba, se encargaba de la conducción, coordinación y planificación de la empresa. Con esta actitud de los trabaja-dores la productividad de la empresa disminuyó considerablemente.

La constatación por parte de los trabajadores que, al cabo de un tiempo, sus condiciones de pobreza no desaparecían bajo el sistema cooperativo los alentó a buscar beneficios bajo otra modalidad: en los servicios que prestaba la Cooperativa y en las posibilidades que el puesto de dirigente ofrecía. Efectivamente, los dirigentes pudie-ron sacar provecho de su posición para obtener ingresos extra: cobro de dietas por asambleas,

El 1 de junio de 1972 un Comité Especial de Administración se hizo cargo de las tierras afec-tadas en Huando para posteriormente ceder la administración a los trabajadores a través de la Cooperativa. Este Comité estaba en manos de una administración estatal y representa el paso previo a la adjudicación definitiva de las hacien-das(25). La empresa fue entregada completa-mente a sus trabajadores el 29 de junio de 1973.

Un aspecto importante a resaltar en la estructura de funciones de la cooperativa es que los dirigen-tes frecuentemente fueron elegidos entre los que de alguna manera destacaron antes de la Refor-ma Agraria: dirigentes del sindicato, trabajado-res con conocimientos técnicos, trabajadores con fuerte personalidad(26). En Huando los dirigen-tes sindicales que lucharon en contra de la parce-lación por iniciativa privada fueron nombrados en los cargos más importantes de la Cooperati-va(27).

“El patrón soy yo”

de parceleros. El resto de las tierras pasarían a formar parte de la Cooperativa Huando.Los trabajadores tenían distintas posiciones res-pecto a los cambios introducidos con esta refor-ma. Al interior de la hacienda Huando se em-pieza a generar una división entre trabajadores que llegó incluso a los enfrentamientos entre los llamados “amarillos” (o pro patronales) y los “rojos” (sindicalistas). Estas formas de llamar al otro corresponden a las luchas por el derecho a la nominación, de imponer una visión legítima del mundo social, luchas presentes dentro de todos los campos sociales(24).

Los trabajadores beneficiados por la parcelación por iniciativa privada remarcan el vínculo que tuvieron con los patrones, la confianza, la hon-radez, la cercanía, el buen desempeño laboral, son algunos de los argumentos que emplean para explicar la preferencia de los dueños al momento de entregarles una parcela. Los ex miembros del sindicato entrevistados hablaban de “burla de la ley”, pues los dueños conservaron para sí alrede-dor de 800 ha repartidas entre familiares y otros testaferros.

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Parcelación y descolectivización

El tema de la parcelación de Huando fue muy discutido entre sus trabajadores, si bien era evi-dente que la cooperativa estaba en crisis, no to-dos estaban de acuerdo con disolverla y dividir la tierra entre los socios. El debate fue finalmen-te llevado a una Asamblea General de Socios en 1992, para que por votación se decidiera el futu-ro de Huando. Los trabajadores decidieron par-

cobro de viáticos, etc. A esto se suma las cons-tantes acusaciones de corrupción. El resto de so-cios buscó sacar provecho de los servicios que la cooperativa ofrecía (préstamos, educación, salud, transporte, etc.) haciendo un uso excesivo e irresponsable de dichos servicios. A estos exce-sos hay que agregar los continuos préstamos con la banca que generaron una importante deuda y la inclusión de nuevos socios que aumentó los gastos en planillas, así como el presupuesto en los diversos servicios que se ofrecían. Las con-secuencias de los excesos se hicieron evidentes: la Cooperativa entró en una seria crisis. Al final unos culpan a otros. Los socios culpan a los di-rigentes por su mala gestión, excesos y corrup-ción. Los dirigentes culpan a los otros socios por su falta de trabajo.

Otro aspecto importante a señalar es que los tra-bajadores de Huando tienen la percepción que con la llegada de la Reforma Agraria se perdió un principio de autoridad existente durante la ha-cienda y alrededor de la figura del patrón. Desor-den, poca dedicación al trabajo, mala administra-ción, incumplimiento de las normas son algunas de las consecuencias que se señalan producto de

la desaparición de la hacienda y del patrón. Sin embargo criticaban la autoridad concedida a los dirigentes, autoridad a la que se asocian compor-tamientos opresores e injustos, llamaban a los di-rigentes “nuevos patrones”. Es decir, cuestionan y reclaman al mismo tiempo el principio de au-toridad asociado a la figura del patrón. Como se-ñala Patricia Ruiz Bravo después de la Reforma Agraria el patrón queda como una metáfora para hablar de poder, pues pese a los cambios mate-riales su huella está fuertemente impregnada en los imaginarios y prácticas de las poblaciones campesinas(29).

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Hoy, 18 años después de haberse producido la parcelación de Huando sus trabajadores, tanto parceleros como ex socios de Emagrín, siguen defendiendo su posición siempre en compara-ción a un “otro”.

Si bien es cierto que la mayoría de ex socios de Emagrín reconocen las limitaciones que al final impidieron que alcanzaran el éxito como empre-sa, también tratan de demostrar que muchos de los parceleros, por haber escogido la opción del trabajo individual tienen una situación precaria. Uno de los argumentos frecuentes entre los ex socios de Emagrín para justificar su preferencia por el trabajo asociativo es la poca rentabilidad del minifundio. El sueño de la parcela propia como vehículo para ascender socialmente termi-na siendo desacreditado por este grupo. El fenó-meno de la parcelación tiene, en este grupo, una connotación negativa, la parcelación no sola-mente habría tirado por la borda las expectativas de una mejora individual, sino que se le atribuye la destrucción de Huando en su totalidad, el co-mienzo de un vida en donde cada quien cuida lo suyo dejando de lado las posibilidades de un proyecto colectivo.

Actualmente una buena parte de los ex socios de Emagrín Huando se encuentran jubilados. Mu-chos de ellos viven únicamente de su pensión y si tienen algún ingreso extra es por hacer traba-jos eventuales en las tierras de los parceleros. Es común que los hijos de ellos hayan terminado trabajando en la Empresa Santa Patricia. Esta empresa prefiere emplear gente joven por lo cual los ex socios de Emagrín casi no tienen cabida en ella.

celar la empre-sa. Un total de

281 trabajadores votaron por la parcelación de Huando contra unos 172 que preferían mante-ner el modelo cooperativo. Estos últimos no dejaron de lado la idea de seguir trabajando de manera asociativa, solicitaron que al momento de hacer la distribución de las parcelas, las que les corresponderían se ubiquen juntas, forman-do un bloque, de manera que puedan continuar con el trabajo colectivo. Sobre esta base este grupo trabajadores crean la Empresa Agroindus-trial Huando Sociedad Anónima, más conocida como Emagrín Huando S. A., manejando alre-dedor de 400 ha. Tenían cultivos de mandarina, pecano, palta y naranja. A cada uno de los de-más trabajadores (que estaban de acuerdo con la parcelación de la Cooperativa) se les entregó 2.4 hectáreas. De esta manera los trabajadores de la Cooperativa se dividen en dos grupos: el grupo que forma Emagrín y el grupo de nuevos parceleros.

Disuelta la Cooperativa se reparten los activos y pasivos de la empresa, por lo tanto la deuda fue también repartida. El grupo de parceleros a través de la conformación de una cooperati-va agraria de usuarios (CAU) logró cancelar su deuda tanto con proveedores como con la banca, aunque no sin problemas pues tuvieron que generar los mecanismos que les aseguren el cumplimiento de los compromisos de pago. Con dificultades para pagar su deuda los socios de Emagrín Huando reciben en 1997 la oferta de un grupo de empresarios para comprarles sus acciones. A cada uno se les ofreció $13 500 por aproximadamente 2.4 ha, un precio que estaba por debajo del valor real de esas tierras. Los trabajadores de Emagrin aceptaron la oferta con entusiasmo. Al cabo de dos años los nuevos pro-pietarios de la empresa no lograron cancelar la deuda.

En 1999, el banco Interbank, principal acreedor, toma posesión de la empresa. En el 2005 Interbank vende las acciones al Banco de Crédito, otro de

Mirando el pasado: evaluación de los trabajadores

los acreedores de Emagrín. De esta manera las tierras pasan a ser propiedad del grupo Romero, uno de los principales inversionistas del país, que cambió el nombre de la empresa a Santa Patricia, manejan actualmente 417 hectáreas destinadas al cultivo de espárragos, mandarinas y paltas.

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1.Los cambios en la tenencia de la tierra en Huando significaron cambios tanto en la for-ma de organización de la producción y el trabajo, como también en la organización de la vida co-tidiana de los sujetos involucrados. La hacien-da como campo social era al mismo tiempo un espacio de trabajo y un espacio de vida para los trabajadores. Con la desaparición de la hacien-da y de la figura del patrón comienza para los trabajadores de Huando una redefinición de su lugar dentro de la cooperativa y una redefinición de sus deberes y derechos. Comienza así un nue-vo proceso de organización y una redefinición del universo simbólico y de autorepresentación de los trabajadores. Al interior de la Cooperativa no pudieron generarse los mecanismos de con-trol que aseguraran el cumplimiento del trabajo e impidieran los excesos, las instancias encargadas de esto no cumplieron este rol. Con el paso de la hacienda a la Cooperativa los trabajadores tuvie-ron la posibilidad de acceder a una serie de bene-ficios y reivindicaciones, pero al mismo tiempo, abandonaron muchos de sus deberes. Con la par-celación se da una nueva redefinición del sentido del trabajo: comienza un proceso de revaloración del esfuerzo, la dedicación y la gestión entre los trabajadores ya que se reconoce que en dicho contexto el éxito está en manos de la familia par-celera y ya no de un colectivo.

2.En la hacienda la marcada jerarquiza-ción laboral fue un criterio diferenciador y prin-cipio de clasificación entre trabajadores. Las po-

Conclusiones

A su vez el grupo de parceleros (producto de la disolución de la Cooperativa) insiste en mar-car diferencia con el grupo que formó Emagrín Huando. Los parceleros intentan demostrar que son los ex socios de Emagrín quienes actual-mente enfrentan las condiciones más difíciles en Huando. No tienen una parcela propia, en mu-chos casos tampoco título de propiedad de sus viviendas, viven de una pensión que, en algunos casos, no ha reconocido la totalidad de sus años de aportación y finalmente encuentran dificulta-des para conseguir un empleo. También ponen bastante énfasis en lo mucho que les debe estar pesando la decisión de dejar de lado la posibili-dad del acceso a una parcela.

En ambos casos se intenta legitimar una visión del mundo a partir de la evidencia reciente. La validez de las posiciones es defendida en fun-ción de la evidencia del fracaso de los otros. La comprobación de este fracaso produce cierta sa-tisfacción entre quienes no tienen que sufrirlo, promueve un sentimiento de superioridad frente al resto. Al respecto George H. Mead señala que como personas sociales nos realizamos en nues-tras relaciones con los demás, necesitamos ser reconocidos, tenemos que distinguirnos de otros, saber que somos capaces de hacer algo que los demás no pueden hacer o no hacen tan bien. El sentimiento de superioridad frente a los otros se incrementa cuando está asociado a la pertenencia a un grupo, en este caso ser “defensores del tra-bajo asociativo” o “parceleros exitosos”. Mead resalta la importancia de estudiar estos senti-mientos de superioridad pues forman parte de la

construcción de las identidades sociales, propor-cionan un medio de autoidentificación(30).

Los criterios de autodiferenciación entre traba-jadores se multiplican en este contexto, ya no se es “rojo” o “amarillo” únicamente, nuevas cate-gorías basadas en el éxito obtenido en la parcela comienzan a entrar en juego. A partir de aquí la valoración de la gestión, la planificación y el es-fuerzo comienza a aparecer en el discurso de los trabajadores como factor clave para alcanzar el éxito como productores.

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sibilidades de ascenso en la escala laboral no sólo comprometían una mejor remuneración, sino también un incremento en el status al interior de la hacienda. Las distintas posiciones ocupadas dentro del campo social por los trabajadores y los distintos niveles de reconocimiento represen-taban criterios de distinción al interior del grupo que tenían un correlato en las prácticas cotidia-nas de sus participantes. Las distintas posiciones ocupadas también generaban distintos hábitus o estilos de vida, distintas visiones del mundo y distintas maneras de relacionarse con los demás trabajadores y con los patrones. Esto influyó en la aceptación o rechazo de los cambios introdu-cidos con la Reforma Agraria por parte de los trabajadores. Estas distintas tomas de posición y de visón del mundo generan enfrentamientos de trabajadores que van asociándose a la cons-trucción de identidades muy marcadas: “rojos”, “amarillos”, “sindicalistas”, “pro patronales” son algunas de las etiquetas que empiezan a operar en el discurso cotidiano como elemento clasifi-catorio y diferenciador. Estas distintas maneras de referirse al otro representan también luchas simbólicas por el derecho a nominar e imponer una visión legítima del mundo. La defensa de los ideales que movieron a los trabajadores en épocas pasadas a optar por determinados cami-nos han generado distintas posiciones que siguen vigentes en la actualidad, funcionan como ele-mentos clasificatorios y de identidad al interior de Huando. Las identidades construidas en este proceso están basadas en valores, formas de en-tender el mundo y estilos de vida que son asig-nados de forma positiva cuando se habla de “sí mismo” y, en forma negativa para referirse a “los otros”.

3.Desde una perspectiva macro los sec-tores pobres presentan una aparente homogenei-dad. El análisis micro del proceso de Reforma Agraria para el caso de Huando muestra grandes diferencias al interior de este grupo de trabajado-res. Las distintas trayectorias seguidas por ellos han significado no solamente diferencias en as-

pectos ideológicos, también han tenido repercu-sión en las condiciones socioeconómicas que les tocó vivir. Los primeros parceleros de Huando son los que se han beneficiado con una mayor cantidad de hectáreas, los ex socios de Emagrin se quedaron sin tierras en este proceso. Estos úl-timos actualmente viven de su jubilación y de los trabajos eventuales que puedan hacer en las tie-rras de los parceleros. Así como los trabajadores de Huando siguen defendiendo sus posiciones en este proceso, también insisten en remarcar la precariedad de las condiciones en las que viven quienes no actuaron como ellos. Los criterios de diferenciación usados por los trabajadores de Huando mezclan aspectos socioeconómicos con elementos de prestigio y status

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1. Hasta la década del 60 el 90% de las tierras de uso agrícola estaban en manos del 5% de los propietarios según el Ministerio de Agricultura http://www.minag.gob.pe/tc_titulacion.shtml

2. EGUREN, Fernando. “Reforma Agraria y Desarrollo Rural en el Perú”. EN: Reforma Agraria y Desarrollo Rural en la Re-gión Andina. CEPES. Lima. 2006. p.11.

3. MEJÍA, José y Rosa DÍAZ. Sindicalismo y Reforma Agraria en el valle de Chancay. Instituto de Estudios Peruanos. Lima. 1975. p.96.

4. EGUREN, Fernando. “La Reforma Agraria y el nuevo orden en el campo peruano”. EN: La Reforma agraria 20 años después. Centro de Estudios Sociales Solidaridad. Chiclayo. 1990. p.19.

5. Ibid. p.28.

6. TRIVELLI, Carolina y David ABLER. “El impacto de la desregula-ción en el mercado de tierras en el Perú”. EN: SEPIA VI. Lima.1997. p.123- 126.

7. La hacienda Huando estaba ubicada en el valle de Huaral a 90 Km de Lima, éste es uno de los principales valles de la costa peruana y en su momento se convirtió en símbolo de la Reforma Agraria.

8. GIDDENS, Anthony. La estructura de clases en las sociedades avanzadas. Alianza Editorial. Madrid. 1994. p. 24-43.

9. MATOS MAR, José. Op.cit. p286.

10 Ibid. p.284-285.

11. Ibid. p.284.

12. BOURDIEU, Pierre. “Espacio social y génesis de las clases”. EN: BOURDIEU, Pierre. Sociología y Cultura. México D.F. Grijalbo. 1990. p. 282.

13. PLAZA, Orlando. “El debate teórico sobre las clases sociales: una aproximación histórico analítica”. EN: Clases sociales en el Perú. Vi-siones y Trayectorias. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima. 2007. p.56.

14. MATOS MAR, José. Op.cit. p.291.

15. PLAZA, Orlando. Op.cit .p.56.

16. BOURDIEU, Pierre Razones prácticas: sobre la teoría de la acción. Anagrama. Barcelona. 1997. p.19-20.

17. PLAZA, Orlando. Op.cit. p. 26.

18. BURENIUS, Charlotte. Huando, testimonio de un fracaso. Habla el sindicalista Zózimo Torres. Instituto de Estudios Peruanos. Lima. 2001. p.19-20.

19. Ibid. p.77.

20. MATOS MAR, José. Op.cit p. 353.

21. BURENIUS, Charlotte. Op.cit. p.89.

22. MEJÍA, José y Rosa DÍAZ. Op.cit. p.103-104.

23. EGUREN, Fernando. Reforma Agraria, Cooperativización y lucha campesina. El valle Chancay-Huaral. DESCO. Lima. 1975. p.65.

24. PLAZA, Orlando. Op.cit. p. 56.

25. MEJÍA, José y Rosa DÍAZ. Op.cit. p.110.

26. EGUREN, Fernando. Reforma Agraria, Cooperativización y lucha campesina. El valle Chancay-Huaral. DESCO. Lima. 1975. p. 115.

27. MEJÍA, José y Rosa DÍAZ. Op.cit p.124-128.

28. SANTUC, Vicente. “El legado de la Reforma agraria en el Depar-tamento de Piura” EN: Reforma Agraria como proceso social. Análisis y perspectiva nacional. CIPCA. Piura. 1984p.69.

29. RUIZ BRAVO, Patricia y Otros. “El orden patronal y su subver-sión” EN: Clases Sociales en el Perú. Visiones y trayectorias. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima. 2007.

30. MEAD, George. Espíritu, persona y sociedad. Paidós. Buenios Aires. 1964. p. 228-232.

Notas:

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De esta manera, las telenovelas no solo cumplen una función como instrumentos de ocio y diversión sino que influyen en las acciones de individuos o colec-tividades, quienes van reconociendo en este género televiso ciertos roles y características que relacionan con su realidad inmediata. Para efectos de este artículo recurriré a esquemas conceptuales propuestos por Talcott Parsons y Robert Merton, desde la corriente del Funcional Estructu-ralismo. Parsons sostiene que el sistema social se constituye a través de las acciones de los individuos, pero estas no son aleatorias, sino que conforman tipos de interacción estructurados, capaces de mantener la estabilidad del sistema. La estructuración de estas acciones se ven enmarcadas en diversos sistemas de acción desde el momento que uno nace y que sirven como referentes de las orientaciones de los individuos a lo largo de sus vidas. Uno de ellos y el más impor-tante dentro de los Medios de Comunicación latinoa-mericanos es el género telenovelesco(2). Estas se en-cuentran enmarcadas dentro de sistemas que moldean las relaciones de los individuos; pero para Parsons a nivel sistémico son necesarias diferentes funciones para que el sistema social se articule de forma cohe-sionada. Siendo así, la visión sistémica del Funcional Estructuralismo permite analizar como las novelas pueden desempeñar una función o no y así llegar a tener un efecto sobre la sociedad peruana en general. Asimismo también serán empleadas las distinciones que Robert Merton realiza entre funciones manifies-tas y latentes, al identificar en las novelas una función latente relacionada con el proceso de socialización de sus espectadores.

Robert Merton realiza una distinción entre las funciones manifiestas, que son las consecuencias objetivas de una acción. En el caso de las telenovelas su objetivo sería el de brindar entretenimiento a la audien-cia. De las funciones latentes, que corresponden a las consecuencias no buscadas de ciertas prácticas. En este caso la transmisión, no prevista, de ciertos roles y valores por parte de las telenovelas a sus espectadores.

El consumo de telenovelas corresponde a una prác-tica social por parte de un grupo de espectadores, quienes no parecen encontrar más que una hora de entretenimiento al momento de sintonizar una te-lenovela. Pero, de ser así ¿cuál sería la relevancia de preguntar por las telenovelas y su consumo en el Perú? Mi objetivo con el presente artículo parte de mirar con mayor detenimiento esta práctica social e indagar ¿cuál puede ser la función latente que las te-lenovelas desempeñan dentro de la sociedad peruana contemporánea? Pues estas pueden ser vistas con el fin de ´´pasar un buen momento´´, pero en un nivel sistémico desempeñan una función dentro del ámbito de socialización de los televidentes; al ser espacios donde es posible reproducir ciertos valores, roles so-ciales y permitir que sean sedimentados una gama de significados.

Una mirada

en el Perú desde

´´Las televisión, incluidas las telenovelas, tienen bastante menos de instrumento de ocio y diversión que de escenario cotidiano de las más secretas perversiones de lo social y al mismo tiempo de la constitución de imaginarios colectivos desde los cuales las gentes se reconocen y se representan lo que tienen derecho a esperar y desear´´ (Barbero 1993: 12)

Telenovelasel funcional estructuralismo

al consumo de

María Grados

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Las telenovelas como prácticas culturalesLas telenovelas son las producciones de la industria cultual de América Latina más difundidas a nivel in-ternacional. Al formar parte de nuestra vida cotidiana es fácil identificarlas pero difícil dar una definición de las mismas. En un intento por definirlas Eduardo Adrianzén las concibe como un ´´formato televisivo que consiste en un relato de ficción de corte senti-mental, continuo y entrelazado, no menor de veinte episodios, con un final previsto, personajes estables y un manejo gradual de la expectativas´´(Adrianzén 2001: 24).

Estos son productos culturales y como tales se encuen-tran dentro de los marcos de referencia de la acción planteados por Parsons, quien analíticamente distin-gue entre el sistema social, cultural y de personali-dad; cada uno de los cuales se distingue de los otros por tener un foco de organización diferente, aunque se encuentran en constante interrelación. El primero se refiere a las relaciones que se dan entre los actores y es el ámbito donde se estructuran los roles sociales, en busca de que sean cumplidas ciertas “funciones necesarias” para la reproducción de la sociedad. El segundo sistema es el cultural, donde encontramos los valores, normas, creencias y otros objetos simbó-licos. Mientras el tercer sistema es el de personalidad, compuesto por aquellos objetos simbólicos que han sido internalizados por los individuos.

Las telenovelas se encuentran dentro de estos mar-cos de referencia, ya que son productos que recrean una realidad preexistente y a la vez mediante su di-fusión generan un cambio dentro de la misma. Como productos culturales permiten que sean sedimentados ciertos valores y significados que guían las acciones de los individuos. Los valores, para Parsons son ´´un elemento de un sistema simbólico compartido que sir-ve de criterio para la selección entre las alternativas de orientación que se presentan intrínsecamente abiertas en una situación.” (Parsons 1968: 228). Por tanto, no solo son consideraciones morales sino también crite-rios de acción que se reflejan en la conducta de las personas o colectividades. Estos valores no existen en sí, pues solo son posibles mediante sean actuados.

Para ello permanecen sedimentados en el sistema cultural y mediante un proceso de socialización y de interiorización de símbolos son plasmados en el sis-tema de personalidad; lo cual hace posible la adecua-

ción de los individuos a ciertas expectativas y normas sociales – comprendidos como roles sociales – que permiten la existencia de un sistema social. En este punto surge el elemento de los roles sociales; pues ya no estamos hablando de la acción de individuos particulares sino de actores que guían sus acciones en torno a un conjunto de expectativas y sanciones que corresponden al rol que desempeñan dentro de una determinada organización o marco institucional.

Los roles implican expectativas de un individuo hacia otros individuos o comunidades. ´´A través de esta re-ciprocidad, o complementariedad de expectativas, las sanciones entran y adquieren su lugar en los sistemas de acción. Lo que un actor espera en una situación dada, y lo que los otros esperan de él es lo que cons-tituye las expectativas del rol´´ (Parsons 1968: 228)

2. Al ser los programas con mayores ratings y mayor espacio temporal dentro de las televisoras latinoamericanas. Como podemos observar en un estudio realizado por Sebastian Amoroso: Telenovelas, la esencia de todo canal. En: http://www.todotvnews.com. Dentro de las 8 principa-les productoras de telenovelas en América Latina (Televisa Internacio-nal, Telemundo Internacional, Record Tv Network, Dori Media Group, Caracol Tv Internacional, Telefe Internacional, Venevisión Internacio-nal y RCTV intenacional) encontramos que se producen alrededor de 47 telenovelas anualmente, las cuales ocupan un espacio televisivo de 7 100 horas al año y llegan a un 82% de los hogares latinoamericanos.

Talcott Parsons

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A partir del sistema descrito por Parsons, dentro de las telenovelas peruanas ¿Cuáles son los roles que se transmiten con respecto a la femineidad? y ¿Cuál podría ser el impacto que tienen sobre las orientaciones que los televidentes dan hacia cier-tas situaciones? Para ello me centraré en el aná-lisis de una telenovela peruana representativa del género: ´´Natacha´´, en la versión producida en 1990 y transmitida por Panamericana Televisión.

La historia de esta telenovela corresponde a un tipo de novela rosa y por tanto coincide con un es-tilo cercano al melodrama tradicional. Dentro de ella encontramos una historia de corte maniqueo, con personajes estereotipados, quienes represen-tan un valor moral particular.

La protagonista de la historia es Natacha, un arquetipo de mujer al cual el televidente “debe” aspirar, al representar valores morales puros relacionados con la inocencia y la maternidad. Lo que caracteriza al personaje es su ´´superioridad moral´´, donde ella es pobre pero ́ ´más noble que la familia que la emplea´´. Dentro de la historia Natacha llega a Lima para trabajar como empleada

doméstica en la casa de una familia adinerada y al pasar los episodios se irá desarrollando una historia de amor con uno de los miembros de la familia: Raúl Pereyra. Al analizar los roles de género dentro de esta telenovela nos damos cuenta que estos imponen ciertas limitaciones a las posibilidades de acción de los personajes. Siendo así, los roles de género implican un conjunto de expectativas y sanciones, como sucede en ´´Natacha´´, que limitan los grupos y actividades que pueden realizar mujeres y hombres.

Los roles femeninos quedan solo relacionados a la organización de la familia, y por tanto se privi-legia su rol dentro del mundo doméstico. Pues si bien Natacha forma parte del ámbito laboral, las relaciones que desempeña con los otros persona-jes nunca pasan por ser relaciones comerciales; lo que la define como personaje es ser represen-tante de las características que son sancionadas positivamente dentro del rol femenino. La con-traparte de Natacha y los valores que representa es Elvira, un personaje que se encuentra dentro de la misma lógica, pese a que ella corresponde a un arquetipo de mujer que no es estimado. Ca-racterizada por ser maliciosa, calculadora y sin un mínimo aprecio hacia la maternidad.

Dentro de ´´Natacha´´ encontramos ciertas expectativas y valores morales a los que debería acoplarse la mujer al asumir el rol de género que ´´le corresponde´´; siempre relacionado con la maternidad y el espacio doméstico. El desenlace de la telenovela nos dice mucho de la forma

en que se considera este rol dentro de este mundo. Por un lado, Natacha consigue ´´lo que toda mujer quiere´´: casarse con Raúl, ascender socialmente y consolidar su rol como madre y ama de casa; una especie de recompensa por haber respetado las normas y expectativas respecto a su rol dentro del

El rol femenino en pantalla: 2

Natacha.

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transcurso de los episodios. Mientras que en el destino de Elvira queda sobreentendido que ella contraerá SIDA y mediante esta enfermedad, de forma simbólica, serán sancionados los valores femeninos que ella representa; pues ha salido de las expectativas deseadas sobre el rol de la mujer.

Esta caracterización de personajes femeninos, donde la maternidad es central al igual que la femineidad, queda plasmada en la inocencia y delicadeza de personajes como Natacha; lo cual es común en la mayoría de telenovelas peruanas. Un punto interesante es que los roles de Elvira y Natacha corresponden a papeles también representados por la tradición católica: como el ideal mariano y su contraparte en la figura de Eva. Podemos ver como estos roles persisten dentro del ámbito de los medios de comunicación, como una continuación de valores tradicionales, los cuales van siendo representados por otras instituciones. Lo cual nos lleva a pensar que se desempeña una operación simbólica donde el mundo de las telenovelas corresponde a ´´la afirmación de una significación moral en un universo desacralizado´´

De esta forma, siguiendo la idea planteada por Merton sobre el postulado de indispensabilidad funcional, lo central dentro de las prácticas socia-les no es la práctica o el objeto en sí, sino las fun-ciones que son indispensables para el desarrollo de la sociedad y que estas desempeñan. Merton plantea que las instituciones que permiten estas funciones pueden cambiar, pero lo central es que sigan existiendo instituciones que permitan que estas sean llevadas a cabo. De esta forma, en las últimas décadas los medios de comunicación, es-pecialmente el televiso han logrado tener un gran impacto como medios de socialización y por ello transmisores de significados, encontrándose en el plano cultural y que mediante el proceso de so-cialización permiten la interiorización de ciertos valores, normas y finalmente roles sociales. Por lo que han cubierto funciones antes desempeña-das por otras instituciones.

(Barbero 1993: 49).

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Ello no implica que las telenovelas sean el centro mediante el cual los televidentes constituyen los diferentes roles que deben desempeñar, pero sí que estas tienen una fuerte influencia sobre el proceso de socialización en países como el Perú. Debido a sus altos nive-les de audiencia y a un formato que suele presen-tar historias con la misma clase de estereotipos y temáticas por más de 100 episodios. Dentro de la gama de telenovelas que son pro-ducidas, las peruanas corresponden a un estilo de melodrama tradicional y se caracterizan por la expresividad en los sentimientos de los per-sonajes, quienes como menciona Brooks , hacen conscientes todas sus perspectivas y puntos de vista. Se da una situación de intensidad a costa de la complejidad, donde nos encontramos con personajes totalmente polarizados, al ser repre-sentaciones de valores puros. Lo interesante de esta estructura se ve ´´en los esquematismos y los estereotipos, aquello que tiene por función permitir la realización de la

Las telenovelas han ido ocupando un espacio dentro del ámbito de socialización de sus espec-tadores. Ello ha sido posible debido a que son producciones de consumo masivo en el Perú y a que permiten poner en relación a individuos de diferentes esferas sociales con ciertas represen-taciones, como las de género.

Es mediante la representación de estos papeles que el mundo de la telenovela nos presenta una serie de significados, los cuales se van sedimentando dentro de la experiencia de los televidentes y debido a su gran alcance, sobre la forma en que interpretan y construyen los individuos su mundo.

Del Melodrama a la Telenovela:

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experiencia de los arquetipos. La polarización maniquea y su ´´reducción valorativa´´ de los personajes a buenos y malos resulta siendo, se-gún los analistas, un chantaje ideológico´´ (Bar-bero 1993: 46). Ello genera una historia donde se da una ´´economía de la moral´´, pues cada personaje representa un valor de este tipo, que se puede clasificar en bueno o malo. Esta separa-ción tan maniquea de los personajes suele llevar al televidente a identificarse de manera marcada con alguno de ellos y por tanto con los roles y valores que representan.

BROOKS, Peter. The melodramatic imagination: Balzac, Henry Ja-mes. Melodrama and the mode of excess. New York: Columbia Uni-versity Press, 1985.

Estas características diferencian a las telenovelas peruanas de otras, y permiten que los roles socia-les, entendidos como sanciones y expectativas, así como los valores sociales y morales que plas-man, sean transmitidos con mayor intensidad a los espectadores. Aunque ello no necesariamente implica que se desprenda una adecuación de la vida de las personas a estos roles.

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plantean autores como Stuart Hall(4) , es posible que se den interpretaciones diferentes y por tanto que no solo se encuentre una aceptación hacia estos roles, sino también se los cuestione. Aunque esta percepción y adecuación depende también del conjunto de instituciones y roles que hayan ido ocupando los individuos. Pues inclusive la orientación por ver una novela o criticarla se

4 Decodificación de las telenovelas:

Pero ¿en qué medida estas repre-sentaciones influyen en las conduc-tas de los individuos?

Existen diversas perspectivas, una de ellas nos refiere a que el individuo es un receptor pasivo que absorbe todo aquello que se encuentra en el televisor. Según esta perspectiva la mayoría de mujeres de sectores populares, principales consumidoras de telenovelas, condicionarían sus orientaciones hacia ciertas situaciones en base a los valores y significados que han sido presentados en pantalla. En este sentido se consideraría que productos que pertenecen al sistema cultural como las telenovelas tienen una fuerte influencia sobre las acciones directas de los individuos; al ser totalmente interiorizados los valores y roles sociales que han sido sedimentados en estas producciones culturales. Por otro lado, como

preguntas pendientes

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Fuentes consultadas: ADRIANZÉN, Eduardo. Las telenovelas: cómo son, cómo se escriben. Lima: Fondo editorial PUCP, 2001. BARBERO, Jesús Martin. La telenovela en Colombia: televisión, melodrama y vida cotidiana. BARBERO, Jesús Martín y Rey, GERMÁN. Los ejercicios del ver: hegemonía audiovisual y ficción televisiva. Barcelona: Gedisa, 1999.PARSONS, Talcott. Hacia una Teoría General de la Acción. Buenos Aires: Kapeluz, 1968.MAZZIOTI, Nora. Telenovela: industria y prácticas sociales. Bogotá: Norma, 2006.MERTON, Robert. Teoría y estructuras sociales. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1972.

debe a la pertenencia a un contexto determinado. Por lo que podría haber diversas interpretaciones con respecto a las novelas, que generen diversas respuestas por parte de los actores. Por otro lado, si bien los medios de comunicación son importantes como espacio donde se constituyen identidades, no son los únicos, ya que existen otros espacios e instituciones que moldean la identidad de los individuos. De esta manera, podemos encontrar que en el plano de las funciones manifiestas la función principal de las telenovelas es el ser fuente entretenimiento. Pero como hemos podido observar el consumo de este producto cultural va mas allá de eso, al tener como función latente

el ser un espacio de socialización de las personas y de construcción de sus identidades, aunque no necesariamente de forma directa. Donde los medios de comunicación, al ser un espacio que ha surgido con mayor fuerza en las últimas décadas, cumplen funciones antes

desempeñadas por otros ámbitos, como sucedía en el caso de instituciones que han perdido fuerza como las religiosas, la de parentesco, etc. Desempeñando una función dentro de la sociedad peruana contemporánea como agente socializador.

4. Hall, Stuart. “Codificar y decodificar”. En Cultura, media y lenguaje. Londres: Hutchinson, 1980. Versión en línea disponible en: http://www.nombrefalso-com.ar

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¿Qué es el achoramiento? ¿Quienes lo practican? ¿Cómo se lleva a cabo? ¿Por qué se practica? En este artículo intentaré ofrecer una respuesta a estas interrogantes. He decidido abordar el achoramiento básicamente porque constituye una práctica de carácter violento que puede resultar problemática en las interacciones cotidianas entre los peruanos. No obstante, es llevada a cabo porque resulta una forma bastante efectiva de conseguir lo que se busca en las relaciones con otros (como veremos más adelante). Para comprender la naturaleza del achoramiento vamos a examinar esta práctica a partir de las categorías del funcionalismo estructural pues resultan útiles para comprender la estructura interna de las acciones de los sujetos y sus orientaciones dentro de un determinado orden social.

una práctica problemática o laEL Achoramientosolución práctica de un problema

Una forma de entender el achoramiento.Entre la bibliografía revisada figuran algunas nociones de achoramiento como la que ofrece Oswaldo Medina: <<Definimos al “achoramiento” como una estrategia de ascenso social basada en un pragmatismo maquiavélico

y en la mercantilización de las relaciones humanas promovidas por un capitalismo cada vez mas concentrador, excluyente, desregulado y deshumanizante>> (Medina, 2000: 48). Otros autores como Urpi Montoya entienden por achoramiento “[una] actuación agresiva y pragmática [que] es el fruto de las múltiples invasiones, la visibilidad de la otredad y las actuaciones ambiguas que comenzaron a corroer las bases del modelo de convivencia asentado en el ocultamiento de las diferencias y el uso consensual de un único código neutro (el criollo)” (Montoya, 2002: 101). Ambos autores coinciden en que el achoramiento es una actitud pragmática que el actor utiliza para salir airoso en las situaciones que enfrenta.

La noción de achoramiento ofrecida por Medina se orienta más hacia el carácter potencialmente transgresor del achorado que, ante la incapacidad de alcanzar sus metas por medios institucionales, esta dispuesto a violar las normas para conseguir sus propósitos: (Medina, 2000: 39). En mi opinión, Medina ofrece una definición tan amplia de achoramiento que llega a confundirse con cualquier forma de violación a las normas en provecho de los intereses personales. El achoramiento tiene un carácter particularmente violento que lo distingue de otras formas de transgresión de las normas con fines personales. Montoya añade que el carácter violento del achoramiento se debe a que constituye una actitud que pretende imponer condiciones de igualdad en relaciones jerarquizadas (Montoya,

Luis Rondán

1.El presente artículo constituye una adaptación de un ensayo sobre el mismo tema presentado como trabajo para el curso Teoría Sociológica 3 en el semestre 2009-2. 2.Desde luego, este enfoque también posee ciertas limitaciones que vamos a señalar más adelante.

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solución práctica de un problema2002: 109). A mi parecer, el achorado rechaza las pretensiones jerarquizantes de otros; pero no busca establecer una relación en términos de igualdad con ellos sino una relación asimétrica donde el achorado pueda imponer sus intereses.

Para que el achorado logre imponer fácilmente sus intereses en las relaciones con otros, se necesita reducir la resistencia de éstos frente a sus demandas. Ello puede conseguirse al reducir la capacidad de respuesta de los otros. Los achorados pueden disminuir la capacidad de respuesta de los otros tratando de aturdirlos a través del uso de un lenguaje vertiginoso, entrecortado e insultante. También se puede disminuir su capacidad de respuesta mediante un quiebre entre las expectativas de los actores y las acciones del achorado. Por ejemplo, un actor puede quedarse perplejo (y sin respuesta inmediata) si posee expectativas jerarquizadas de conducta y se relaciona con un achorado que ignora por completo las jerarquías en sus relaciones (volveremos sobre ello más adelante). De este modo, la conducta del achorado adquiere un margen de imprevisibilidad que le otorga una ventaja en la relación. Aquí cabe preguntarse: ¿el achoramiento cuenta con otras estrategias para reducir la capacidad de respuesta de los otros?

Considerando lo anterior, el achoramiento puede ser entendido como: una conducta pragmática que busca imponer violentamente los intereses del actor en sus relaciones con los demás a través de la disminución de la capacidad de respuesta de los otros. Cabe señalar, que esta concepción del achoramiento solo constituye una herramienta operativa(3) para aproximarnos a la comprensión del fenómeno.

3.En modo alguno esta concepción intenta pasar por una definición exacta y completa del achoramiento.

Los elementos de la acción achoradaComo señalamos líneas arriba, vamos a utilizar el marco conceptual de funcionalismo estructural como una especie de andamiaje teórico que nos ofrezca puntos de apoyo para reconstruir de manera ordenada el fenómeno del achoramiento. Una categoría eje del funcionalismo estructural es la noción de acción que se define como una conducta “orientada a la obtención de fines en las situaciones por medio del gasto normativamente regulado de energía” (Parsons y Shills, 1968: 75). En ese sentido, el achoramiento puede considerarse una acción dado que es una conducta que se dirige hacia la satisfacción de fines como los intereses personales del achorado. Pero cuando evaluamos el gasto normativamente regulado de energía en la conducta achorada surge la interrogante: ¿existen normas que regulen el achoramiento? Como veremos más adelante, el achoramiento constituye una actitud elegida por los actores tomando en cuenta una serie de pautas, normas y criterios de evaluación, entre ellos su probada efectividad para conseguir los intereses del actor en sus relaciones con los demás, la preeminencia del éxito personal y el predominio del interés del más fuerte sobre los demás (“la ley del más fuerte”). Entonces vemos que el achoramiento puede ser entendido como una acción desde la perspectiva del funcionalismo estructural.

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Los actores considerados “achorados”Ahora bien, la acción supone un actor que se orienta hacia objetos y personas que forman parte de una situación. El actor constituye nuestro punto de referencia para abordar la situación. Pero tenemos que definir qué actores pueden comportarse de modo achorado. Por lo general, se considera que el achoramiento es una conducta que surge en las capas más deprimidas de los sectores populares(4) . En este escenario, los achorados son individuos como los delincuentes (ladrones, estafadores), trabajadores populares (los microbuseros, los “cobradores de combi”, los taxistas, los “dateros”, los albañiles, los vendedores de mercado, los “guachimanes”, los vendedores ambulantes, los cargadores de mercado, los barrenderos, etc.). Los actores también pueden ser grupos como los pandilleros y los barristas. Si examinamos las actividades que están asociadas al achoramiento encontramos que la mayoría de ellas son eminentemente masculinas (vigilantes, choferes, albañiles, pandilleros, barristas). Al parecer hay una relación entre el achoramiento y la masculinidad. Una posible conjetura del motivo de esta asociación es que los varones a menudo demuestran su masculinidad sometiendo a sus pares a través del ejercicio de la violencia,

tal como sucede en el achoramiento.

En ese sentido, el achoramiento parece ser una conducta más frecuente en los hombres que en las mujeres porque puede ser una forma de expresión de la masculinidad. De aquí se desprende una pregunta: ¿las mujeres incurren en conductas achoradas? , y si ello ocurre: ¿de que modo se presentan las conductas achoradas femeninas?

El achoramiento se produce en una situación de interacción donde al menos uno de los actores se

achora frente al otro. A menudo se considera que un actor se achora frente a otros actores de mayor jerarquía que él, por lo que el trato violento del achorado aparece como un desacato a las jerar-quías que deja perplejo al actor que supuestamen-te posee mayor jerarquía (como mencionamos anteriormente). Entonces el actor que supuesta-mente posee mayor jerarquía suele enunciar la célebre frase latinoamericana(5) “¿sabe Ud. con quién esta hablando?” para evidenciar su posi-

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21 donde se afirma que: <<Las pistas de la capital son una “jungla” donde la ley es impuesta por el más rápido>> (Perú 21, 28/10/2009: p. 16). El ar-tículo señala que la razón de las carreras entre los choferes de combi se debe a la reducida ganancia que obtienen por cada pasajero (aproximadamen-te 0.10 céntimos), que los obliga a captar el mayor número de pasajeros en el menor tiempo posible.

4. Aunque según Montoya el achoramiento también se practica en sectores medios empobrecidos y un sector de nuevos ricos (Véase: Montoya, 2002: 102)5. La frase “Sabe Ud. con quin esta hablando” parece ser usada no solo en Perú sino también en Brasil y Argentina (Véase O Donnell, 1984 y Da Matta, 2002)

ción elevada ante aquel que supuestamente po-see menor rango social. Sin embargo, el achorado no respeta las jerarquías invocadas por el otro ya que “nadie lo atropella”, entonces suele proferir la frase “a mi qué me importa” y no pocas veces “a mi qué mierda me importa”. Según Guillermo O Donell: “el interpelado no niega ni cancela la jerarquía: la ratifica, aunque de la forma más irri-tante para el superior - lo manda a la mierda.” (O Donnell, 1984: 7).

El achoramiento también se produce entre actores de similar condición. Por ejemplo los choferes de combi suelen competir achoradamente en las ca-rreteras de Lima. El achoramiento se evidencia en la forma temeraria y agresiva de manejar que bus-ca rezagar a los demás conductores. Un ejemplo de ello es una noticia publicada en el diario Perú

Considerando lo anterior vemos que los actores se achoran no solo con actores de mayor jerarquía sino también con actores de similar condición.

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El actor se dirige en las situaciones de acuerdo a sus orientaciones motivacionales y de valor. Las orientaciones motivacionales aluden a: “[…] as-pectos de la orientación del actor respecto de su situación que se relacionan con la gratificación (o con la privación) actual o potencial de las necesi-dades-disposiciones del actor”

(Parsons y Shills, 1968: 81). Según Medina, los actores achorados se orientan a la obtención de dinero, poder y prestigio (Medina, 2000: 36). Ello se corresponde con las recompensas gene-rales para distintas acciones que Parsons estable-ce, a saber: ingreso, poder y prestigio (Parsons y Shills, 1968: 240). Entonces podemos decir que los achorados se orientan en busca de recompen-sas generales que les procuren una satisfacción de sus necesidades y deseos. Sin embargo cabria preguntarse: ¿existen otros motivos que propicien el achoramiento?

La orientación motivacional (6) presenta tres modalidades: en primer lugar, figura el modo cog-noscitivo, que consiste básicamente en los proce-s o s en que el actor percibe los

objetos y per-sonas

de la realidad exterior en función a sus necesidades y disposi-ciones. En ese sentido, el achorado conci-be al ingreso, poder y prestigio como recom-pensas deseables y a los otros como medios u obstáculos para conseguir dichas recompensas. Como ya dijimos, el achorado busca imponer sus intereses en sus relaciones con los otros actores (que fungen como medios u obstáculos) a través de la reducción de su capacidad de respuesta. Para ello el achorado despliega una serie de estrate-gias que buscan hacer difusa la concepción de las acciones del achorado para el otro, de modo que “éste se sienta obligado a concederle cualquier

demanda, siempre que la concesión no lo fuerce a dejar otras obligaciones más importantes en la escala de prioridades de valor” (Parsons, 1968: 80). De ese modo, se procuran cierta ventaja en sus relaciones con los otros.

En segundo lugar, se encuentra el modo catéctico que comprende básicamente los procesos en que el individuo atribuye una significación afectiva a determinado objeto físico o persona. Como señalamos líneas arriba el achorado fija a las recompensas generales como objetos de catexia (7) de su acción, es decir, los considera objetos deseables que persigue en su acción. Sin embargo podríamos preguntarnos si la misma

conducta achorada puede ser una acción deseable por si misma. En este punto vuelvo a la relación entre el achoramiento y la masculinidad. Cuando el

varón se achora puede

Las orientaciones de la acción achorada

6. Véase: Parsons Tallcot y Shills, Edward. Hacia una teoría general de la acción. Buenos Aires: Kapelusz, 1968. P. 81. 7. El término catexia alude a la fijación de la capacidad de gratificación que procura un objeto.

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obtener una gratificación directa porque de ese modo afirma su masculinidad. En todo caso, el achoramiento puede ser simultáneamente una conducta que se orienta hacia un objeto deseado y una acción deseable por si misma. Finalmente, en tercer lugar tenemos el modo eva-luativo que comprende los procesos en que el ac-tor distribuye sus energías entre diferentes accio-nes orientadas a distintos objetos deseables para optimizar la gratificación obtenida. Para evaluar la situación el actor recurre a sus orientaciones de valor, es decir: “aspectos de la orientación del actor que someten a este a la observancia de cier-tas pautas, normas, criterios de selección, siempre que se encuentre en una situación contingente que le permite (y le exige) realizar una elección” (Par-sons y Shills, 1968: 82). La orientación de valor <<proporciona los criterios de lo que constituyen “soluciones” satisfactorias a estos problemas>> (Parsons, 1966: 33). Dentro del repertorio de so-luciones culturales que posee el achorado frente a problemas como asegurar su ingreso, elige regu-lar sus energías en función de un curso de acción de probada efectividad como es la imposición violenta de sus intereses en sus relaciones con los demás para asegurar la obtención de sus fines. Para ejemplificar este curso de acción volvamos al caso de las carreras de combis señalado anteriormente. En esta situación el chofer de combi fija como recompensa el ingreso que procuran los pasajeros, entonces los pasa-jeros fungen como medios para obtener ingresos. Por otro lado, los otros chofe-res de combi son concebidos como obstáculos para obtener i n g r e s o s .

Entonces los microbuseros de-

ciden manejar achoradamente, es decir de manera temeraria y agresiva,

para rezagar a los demás choferes de combi y ele-var así sus probabilidades de recoger más pasa-jeros y con ello aumentar sus ingresos. Si bien el achoramiento parece ser una estrategia eficaz para asegurar el ingreso de los choferes de combi,

cabe preguntarse: ¿los actores achorados poseen en su repertorio otras soluciones culturales para afrontar problemas como asegurar su ingreso?

Las orientaciones de valor (8) presentan también tres modalidades. En primer lugar, se encuentra el modo cognoscitivo que comprende las formas de subordinación a las normas que establecen la validez de los juicios cognitivos. Según la biblio-grafía revisada encontramos que la efectividad es una norma que define aquello que es considerado como un curso de acción válido en los sectores donde surge el achoramiento. Entonces podemos decir que la concepción del achoramiento como curso de acción válido se basa en su efectividad para obtener ciertos fines. Ello refuerza el carác-ter pragmatista que se le atribuye a la conducta achorada. Sin embargo cabe preguntarse: ¿qué otros criterios de validez existen el contexto so-cial donde surge el achoramiento?

En segundo lugar, figura el modo apreciativo que se define básicamente como las formas de subor-dinación a las normas que fijan a los objetos y per-sonas deseables así como categorías de objetos y personas deseables. En el caso del achoramiento encontramos que el objeto considerado deseable se fija en función del éxito personal del achorado.

En este punto debemos remitirnos a la noción de valor (desde el fun-cionalismo estructural): “Se

puede lla-mar valor a un elemento

del sistema simbólico compartido que sirve de criterio para la selección de alternativas de orientación que se presentan intrínsecamente abiertas en una situación” (Parsons, 1966: 31). En ese sentido el éxito personal aparecería como el valor supremo del achorado. Finalmente, figura el modo moral que comprende básicamente las for-mas de sometimiento a las normas que estable-cen las consecuencias de la acción. En el caso del achoramiento encontramos que una de las normas morales que rige esta conducta parece ser es el

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predominio del más fuerte, que justifica la sub-ordinación de los otros por su incapacidad para hacer prevalecer sus intereses. De este modo el achorado se exime de la culpa que puede generar aprovecharse de los demás o frustrar la obtención de sus intereses. Sin embargo, cabe preguntarse si el achorado ha interiorizado valores morales (como la solidaridad o el altruismo) que entren en conflicto con el valor del éxito personal cuan-do supone el aprovechamiento o la frustración de otros.

8. Véase: Parsons Talcott y Shills, Edward. Hacia una teoría general de la acción. Buenos Aires: Kapelusz, 1968. Pp. 82-83.

Luego de abordar el achoramiento apoyado en las categorías de funcionalismo estructural vamos a ofrecer una reconstrucción ordenada de este fe-nómeno. En la práctica del achoramiento, el actor suele orientar su conducta hacia la obtención de fines concebidos como recompensas, entre ellos el dinero, el prestigio y el poder. El achorado se orienta a la búsqueda del dinero, prestigio o po-der porque de ese modo puede alcanzar el éxito personal. Para obtener dichas recompensas, el achorado establece relaciones con otras personas, que son concebidas como medios u obstáculos para alcanzar sus fines. Dentro de su repertorio de soluciones culturales, el actor elige un curso de acción de probada efectividad para alcanzar la re-compensa, en este caso la conducta achorada. El achoramiento, tal como lo entendemos, consiste básicamente en imponer violentamente los inte-

reses del actor en sus relaciones con los demás. Para que el achorado logre imponer fácilmente sus intereses en las relaciones con otros, es nece-sario disminuir la capacidad de respuesta de los demás. Ello se consigue a través del despliegue de distintas estrategias como el uso de un lengua-je entrecortado y soez o el quiebre de expectativas que permitan aturdir o dejar perplejo a los otros, lo cual disminuye su capacidad de respuesta. De este modo se consigue sacar ventaja de los demás actores, sea aprovechándose de ellos (como los ladrones) o rezagándolos en la competencia por obtener una recompensa (como los choferes de combi) mientras se encuentran disminuidos en su capacidad de respuesta. Finalmente, el achorado obtiene la recompensa deseada sin remordimien-tos aparentes dado que considera su triunfo jus-tificado porque su victima fue incapaz de hacer prevalecer sus intereses, tal como lo exige la “ley de más fuerte”.Además debemos agregar que el achoramiento también puede ser una acción que sea valorada por sí misma (y no solo como un medio para conseguir recompensas), especialmente por los varones. Ello se debe a que la práctica del acho-ramiento puede procurar una gratificación directa a los varones porque les permite afirmar su mas-culinidad a través del sometimiento violento de sus pares.

Una síntesis y comentarios finales de lo anterior

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Para terminar, es necesario señalar que el abor-daje del achoramiento desde el funcionalismo estructural presenta ciertas limitaciones. Una de ellas se deriva de la noción de acción que plantea el funcionalismo estructural pues solo considera los comportamientos orientados hacia un fin de-terminado. Por ello hemos concebido al achora-miento básicamente como una conducta que los actores eligen para imponer sus intereses en las relaciones con otros. Pero como más de un lector se habrá percatado, el achoramiento también pue-de ser entendido como una reacción espontánea que surge en situaciones de tensión y no se orien-ta necesariamente a un fin determinado. Esta di-mensión del achoramiento no llega a ser aborda-da en el análisis, lo cual constituye una limitación del presente trabajo (que conviene tener presente en su lectura).

No obstante, consideramos que debe ser desarrollado en futuras investigaciones sobre el tema para una comprensión más completa del fenómeno.

Bibliografía-Matta, Roberto da. Carnavales malandros y héroes: hacia una sociología del dilema brasileño. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2002.-Medina García, Oswaldo. El achoramiento: una interpretación sociológica. Lima: Universidad del Pacífico. Centro de Investiga-ción, 2000.-Montoya Uriarte, Urpi. Entre fronteras: convivencia multicultural, Lima siglo XX. Lima: SUR, 2002.-O’Donnell, Guillermo ¿Y a mí qué me importa?. Notas sobre sociabilidad y política en Argentina y Brasil. Buenos Aires: CEDES, 1984-Parsons Talcott y Shills, Edward. Hacia una teoría general de la acción. Buenos Aires: Kapelusz, 1968.-Parsons, Talcott. El sistema social. New York: The Free Press, 1966. -Perú 21. Diario del miércoles 28 de octubre del 2009.

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1. Una de las claves para en-tender el proyecto Foucaultiano tie-ne que ver con la noción de historia crítica del pensamiento. Foucault entendía el pensamiento con una ac-ción que establece un nexo entre un sujeto que conoce y un objeto que es susceptible de ser conocido. En este contexto, una historia crítica del pensamiento consiste en pro-blematizar las diferentes formas de relación entre sujeto y objeto en la historia de Occidente. Esto implicaba, para Foucault, en-tender las condiciones históricas de producción tanto del sujeto (subje-tivación) como del objeto de cono-cimiento (objetivación). Foucault estudió tres formas de objetivación del sujeto: a) la objetivación produ-cida por el discurso de las ciencias humanas (por ejemplo, el sujeto que habla como objeto de conocimiento de la lingüística(1) ); b) la objeti-vación producida por instituciones (manicomios) y organizaciones (hospitales) que confinan y escinden al sujeto con respecto a sí mismo y a los otros, lo cual se expresa en ca-

lincuentes”, “criminales”, quién se considera autorizado para definirlos o estudiarlos, desde qué institución lo hace, cuándo lo hace. Es esta im-portancia atribuida a las prácticas la que lleva a Foucault a entender los discursos como prácticas discursi-vas (véase La Arqueología del Sa-ber); es decir, hablar es hacer algo, hablar produce efectos de poder, tie-ne consecuencias. En este contexto, la noción de “dispositivo” o “ensamblaje” de Foucault, entendido como la articu-lación de instituciones y prácticas discursivas históricamente construi-das es de importancia capital. Por ejemplo, si uno quisiera estudiar, a partir de Foucault, la producción de la subjetividad de las chicas que integran pandillas femeninas, ten-dría que identificar sus prácticas,. Es decir, la manera en la cual se relacionan con las instituciones (Es-tado) y con los discursos que éstas producen, los contextos en los cua-les se reconocen como “pandilleras” y aquellos en los que rechazan esta categorización. Luego, habría que estudiar las consecuencias de corto,

Por un análisis dinámico

a partir de Foucault

En mayo La Colmena organizó el conversatorio “Foucault y la investigación en el Perú” cuyo objetivo fue discutir sobre la potencial aplicación de las ideas del francés para la investigación empírica. En dicho evento participaron como ponentes Martín Santos, Ja-ris Mujica y como comentarista Félix Reátegui. El texto del profesor Santos que presentamos a continuación fue hecho especialmente para esta edición.

tegorías clasificatorias como sano/enfermo, “buen chico”/criminal (2) y; c) la constitución del sujeto como objeto de conocimiento para sí mis-mo. En el útimo caso, se trata de estu-diar los procedimientos a través de los cuales el sujeto es llevado a ob-servarse a sí mismo, interpretarse a sí mismo, reconocerse a sí mismo como un objeto de conocimiento posible (3) . Por ejemplo, el indivi-duo que examina su sexualidad en el contexto de una práctica terapéu-tica. Estas dimensiones de la pro-ducción de la subjetividad deben ser vistas de manera dinámica, es decir, se trata de ver cómo se relacionan e interactúan en casos concretos.

2. Hay un principio metodoló-gico clave en la obra de Foucault: la importancia de estudiar entrama-dos de prácticas, entendidas como formas de hacer y pensar. Antes que estudiar las “ideas” sobre el sujeto y el objeto de conocimiento, Foucault nos invita a preguntarnos qué se hace con los “locos”, “de-

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mediano y largo plazo de este entra-mado de prácticas discursivas e ins-tituciones (dispositivo).

3. Foucault insistió mucho en tomar su obra como una provo-cación, como un desafío, como un aguijón. Por esta razón, un análisis dinámico a partir de Foucault nos invita a articular sus ideas con las de otros autores. Así, un estudio de la formas de subjetividad del sujeto occidental se vería enriquecido con las ideas planteadas por Ann Swi-dler (Talk of Love, 2001) y Manuel Canales (El Habla Excluida).

Swidler propone entender la cultura como un repertorio, como una “caja de herramientas” compleja de la que se nutren los actores para organizar líneas de acción. Por su parte, Ca-nales nos propone la sugerente idea de entender al discurso de los colec-tivos sociales como una conversa-ción tensa y polémica con el orden social, que es entendido como el orden del decir. Del diálogo interno entre el “se-dice” (la versión oficial, el sentido común) y el “yo-digo” (la voz propia) emerge la conciencia social y la identidad del actor. La versión oficial interpela al actor, le señala el camino correcto; al mismo

tiempo, éste responde de diversas maneras: plegándose a ésta, con-

tra-diciéndola o yendo más allá de lo prescrito y lo proscrito. Siguiendo con el ejemplo de las pandilleras, las ideas de Swidler y Canales nos ayu-darían a entender como las pandilleras seleccionan ele-mentos de su caja de herra-

mientas para resolver problemas de la vida cotidiana, cómo polemizan (si es que lo hacen) con el orden ofi-cial, el orden del decir.

4. Foucault puede ser conside-rado un autor “hiper-crítico” en el contexto de las Ciencias Sociales. Hiper-crítico porque su obra nos in-vita a problematizar los fundamen-tos del orden social, de nuestra sub-jetividad y la manera en la cual las relaciones de poder la atraviesan. En este contexto, debemos pregun-tarnos: ¿Es posible cuestionar todo fundamento del orden social? ¿Es posible asumir que todo es contin-gente y susceptible de ser modifica-do? Desde un punto de vista diacrónico (histórico) la respuesta es positiva. Sin embargo, desde un punto de vis-ta sincrónico, no lo creemos posible. Como lo planteaba Alfred Schutz, en el mundo de la vida cotidiana se da una “suspensión de las dudas”, lo cual nos permite levantarnos cada día con la certeza de que el mundo social es fundamentalmente el mis-mo de ayer.

1. Este es uno de los temas de “Las Pala bras y las Cosas”.2. Este es uno de los temas de “Historia de la Locura” así como de “Vigilar y Castigar”.3. Este es uno de los temas de “Historia de la Sexualidad” .

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rebelaEn abril se publicó El orden tutelar. Sobre las formas de autoridad en América Latina (DESCO – CLACSO), libro de sugerentes ensayos sobre las formas que adopta el tutelaje castrense y clerical en nuestro país, y sus efectos en una cultura política donde abundan los siervos a la espera de un amo. A propósito del libro conversamos con Guillermo Nugent, historiador, sociólogo y psicoanalista en las soleadas planicies de la UPC. En esta entrevista empezamos a conocer más del sociólogo y profesor universitario que alguna vez también dictó cátedra en las aulas del J.

contra la tutela

En su libro describe la cultura del tutelaje. La amplitud explicativa de ésta parece bastante amplia, ¿cómo nos acercamos a ella?

Quiero llamar la atención al hecho de que no ha habido, ni se ha te-matizado la discusión de la autori-dad. La mayor parte de las teorías sociales, políticas, han estado ob-sesionados con el poder, el poder entendido básicamente como el ejercicio de la fuerza y la violen-cia, y además como un atributo central, que el poder, el poder más importante es aquel que es mas oculto. Y mi punto de partida es completamente distinto, para mí lo importante es la autoridad y la autoridad tiene, necesita recursos absolutamente visibles, una auto-ridad invisible no es autoridad. La autoridad es algo que se ve, enton-ces como las ciencias sociales y la

¿Podría profundizar sobre la distinción entre poder y autoridad?

Bueno la autoridad es lo visible y el poder es lo invisible, es decir, cuando se habla por ejemplo, de la expresión de los poderes fácticos se dice que es todo lo que hay que ver que está “detrás de”. En esa lí-nea, la autoridad sería lo que está “delante de”. El gran problema es que cuando en la Modernidad, se establece que lo poderoso es lo in-visible, por ejemplo con imágenes como “la mano invisible” queda

Ni curas ni generales.

¿Cómo se manifiesta la autoridad?

En autoridades visibles, digamos, usted entra a la Universidad Cató-lica y se encuentra con tremenda bandera del Vaticano ¿verdad? Eso es un símbolo de autoridad. ¿Cuán-to poder tenga? yo no lo sé, porque yo no estoy en la universidad, pero yo paso por la universidad y veo semejante bandera del Vaticano, ese es un símbolo de autoridad.

Entrevista: Werner Jungbluth MelgarFotos: Luciana Reátegui Amat y León

Guillermo Nugent se

ciencia política ha estado obsesio-nado con lo que no se ve, natural-mente que han dejado de ocuparse de la autoridad, pero es un modelo, digamos en mucha partes de Amé-rica Latina, pero en realidad es una forma de ejercer la autoridad que tiene que estar muy presente en muchos lugares, parte de América Latina.

soslayada la importancia de los elementos de autoridad. Uno de los pocos que le concedió una gran importancia a la autoridad como tema de reflexión y que la cuestio-naba mucho, es Spinoza. Todo su tratado teológico político, que es una defensa del Estado laico, es un cuestionamiento de la autoridad religiosa, por ejemplo.

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Encuentro el primer ensayo muy sugeren-te. Aborda este miedo a expresar el pro-pio pensamiento en público, para no ser sujeto de escarnio o de minusvaloración. ¿Podría ampliar esto, lo que gráfica en el libro, sobre la experiencia docente y el temor de los chicos a hablar?

Ah sí claro. Yo ya estoy bastante tiempo en la do-cencia universitaria, este año deben ser 25 años que estoy metido en este negocio, y mi mayor dificultad consiste en que la gente pueda expre-sar su propio punto de vista. Eso es muy difícil, porque lo que se ve en un primer momento como flojera, es en realidad muchas veces es un acto de saludable resistencia frente a la idea de repetir lo que el profesor dice, y evitar, por razones muy prácticas, ganarse un pleito evitable. Hay una cul-tura en donde lo que más se privilegia es la obe-diencia, y la subordinación y en consecuencia, lo que muchos profesores o profesoras esperan es una subordinación intelectual o académica. En-tonces cuando alguien le hace a la gente pensar, a partir de sus propias destrezas en la vida diaria, cosa que en el campo de las ciencias sociales, de-bería ser algo más bien obvio, hay dificultades. Algunos estudian-tes sienten que es una compli-cación innecesaria: “mejor dígame qué tengo que leer, para repetir lo que el autor dice” y ya.

En su experiencia en-señando ciencias so-ciales, ¿cree se ali-menta este “apego a la letra” de lo que tal o cual autor dice?

Yo no diría que es un tema privativo de facultades de ciencias sociales. Este aspecto, de la inhibi-ción de pensar en público, te diría que es un rasgo de nuestra cultura pública en general, de nuestra cultura política. Vivimos en un mundo donde lo que existe es la alabanza o el insulto, entonces la gente se mueve entre esos dos extremos, y claro la idea de poder pensar, digamos, donde el respal-do de una afirmación sea mi honesta convicción, honesta y razonable convicción de una opinión, eso es considerado irrelevante, insuficiente.

Aunque sí hay una cosa particular en el caso de las Ciencias Sociales. Hay un elemento terrible, que es este abismo, esta diferencia categorial, que existiría entre el saber académico y el que acom-paña las actividades ordinarias o la diferencia entre las ciencias y el sentido común. Esa es la mejor coartada para inhibir a las personas y el re-sultado es esta pobreza literaria que hay en la pro-ducción de las ciencias sociales peruanas, lo que se manifiesta, en muchos casos, en un estilo lite-rario incapaz de conectarse con los sentimientos de las personas. Esto ha hecho que, para entender la realidad, muchas veces, la gente recurra a la

literatura o cosas por el estilo, cuan-do en realidad un buen ensayo de

ciencias sociales no requiere, necesariamente, el apoyo

de la literatura. Además, en el Perú, como en la

mayor parte de países de América Latina,

el lema Baconia-no de “saber es

poder” obvia-mente no se

aplica. Que

Nugentet->

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Porque es una forma muy elegante de no meterse con militares, ni con curas ¿no?

¿Usted diría que es por eso?

La extrema pobreza también se traduce en for-mas de autoridad determinadas. ¿No les parece una cosa que da para pensar que cuando hubo este problema con el gas de Camisea se solucionó en-viando un obispo a la zona? El obispo tuvo una jornada con los dirigentes en una Casa de Retiros para que aceptarán discutir con el Primer Minis-tro: ese es el orden tutelar pues, esa es la idea que entre iguales entre ciudadanos, no es posible, que tiene que haber una figura extra civil, para poder conciliar esto nos condena a la minoría de edad cívica, es lo que quiero decirte

Respecto del estudio de la religión quisiera enganchar con una autocrítica a nuestra formación. Probablemente en la Católica somos un poco dogmáticos a la hora de encontrar el nicho clasificatorio. En ese sentido, las preocupaciones por la religión son calificadas rápidamente como “cultu-ralistas” y pareciera entonces que la es-

Entre la Iglesia y las Fuerzas Armadas ¿cuál es la que más posibilidades tiene de respetar el orden democrático civil? Por-que estoy pensado que si uno le demues-tra a las Fuerzas Armadas que “el general democracia” es mejor que el general “X” podría haber una posibilidad de subordi-narlos verdaderamente al fuero civil. En la Iglesia, en cambio, hay otras conside-raciones de tipo histórico y filosófico muy densas.

el conocimiento sea poder no forma parte del cre-do de las clases dominantes en América Latina. En vez de la autoridad de la ciencia, se prefiere a la autoridad tutelar de Fuerzas Armadas y de las autoridades religiosas. En un contexto así, invo-car a la diferencia entre ciencia y sentido común, es pues, bien desconectado.

Yo no entiendo como en América Latina se per-siste en negar las virtudes de un Estado laico con el argumento especioso de decir, por ejemplo: “oiga, Uruguay es un país chiquito, homogéneo, en cambio el Perú, la cosa india…”, bueno, el otro extremo es México. Benito Juárez hasta la fecha es detestado por el clericalismo mexicano, porque pudo crear un Estado en efecto laico, y que fue la base del nacionalismo mejicano.

Quisiera que alguien me demuestre cómo un Es-tado confesional, vergonzantemente confesional, un Estado confesional “inconfeso” como el que tenemos en el Perú, puede ser un mejor camino para la democracia.

Bueno hay dos partes en la pre-gunta y dos problemas diferen-tes. La primera parte que me pa-rece la más importante es que la Iglesia y las Fuerzas Armadas, claro, son Instituciones, pero no

tructura de desigualdad en el Perú fuera una cosa completamente distinta, sin co-nexión con lo anterior.

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debemos olvidarnos que en la vida social tienen un peso enor-me las múltiples corrientes de opinión que hay en la sociedad. Por razones que no explico en este libro, pero que son materia de un siguiente publicación, yo diría que el sentido común, co-tidiano, práctico en las personas es cada vez menos dependien-te del tutelaje y está cada vez más crecientemente orientado por la única alternativa efectiva contra el tutelaje, que ha sido el ingenio.

Para que tú tengas ingenio tie-nes que haberte liberado de cualquier tutela. Ya no es la idea de pasar de la tutela al sentido crítico, del sociólogo que sabe de Bourdieu y que es el “ultra crítico”. No, no. Acá la idea es pasar de la tutela al ingenio, que es la virtud intelectual que más valoramos los peruanos. Lima, por ejemplo, ha cambiado en el último medio siglo a punta de ingenio: Lima Norte, Lima Este, eso no es producto de una planificación, digamos de la ra-cionalidad burocrática weberia-na. El ingenio es uno de los re-

cursos culturales –intelectuales más valiosos que tenemos en la actualidad. Lo que se llama la Cocina Peruana no es producto de un saber científico versus el sentido común.

La otra parte tiene que ver con la diferencia radical que hay dentro de estas dos Institucio-nes: Fuerzas Armadas e Iglesia Católica, y es que las Fuerzas Armadas son parte del Estado, es decir, es el Estado el que se organiza de una cierta forma y que ya que ve qué peso le da a cada parte. Tan parte del Estado es un General, como un Alcalde. La Iglesia Católica no es par-te del Estado, es un Institución que ha tenido un largo periodo de predominio en Occidente, y en efecto, una influencia históri-ca muy marcada, no tanto en la conformación del Estado, sino en la definición de la autoridad en los Estados. Yo creo que la moral cotidiana está cada vez más lejana, digamos de la fuerza normativa de una moral pública católica.

Hace poco leí que la Ministra del Interior de Japón había hecho entrar a las cámaras de televisión a la sala de ejecución en una cárcel de ese país. En la noticia se decía que la Ministra lo hizo para propiciar un debate sobre la pena de muerte.

Ajá, ahí va mi pregunta. Alberto Adrianzén ha-bla sobre la importancia de que un régimen ejer-za hegemonía. Entonces, ¿qué tipo de aperturas, haciendo el paralelo con el Japón, tendría que te-ner un Estado para -a la vez- ejercer hegemonía sin aliarse con las Fuer-za Armadas ni el Clero y ejercer hegemonía, pro-fundizar el orden demo-crático, y vamos, promo-ver la emancipación de la gente de los tutelajes?

Es más, ella ha declarado que se opone a la pena de muerte…

Bueno es una pregunta intere-sante, pertinente, o sea como el Estado puede tener una hege-monía. Yo lo que creo lo que se trata de recoger los cambios que ya se están haciendo cada vez más evidentes, que se, han ido formado en las cuatro y cinco últimas décadas. Estamos en un periodo de “cosecha cultural” y con todas las condiciones para que se dé un proceso de “cose-cha política” también.

Ahora ¿qué cambios en específico podría ejempli-ficar?

Por ejemplo que el principal vocero de opinión pública ya no sea Pablo Macera sino Gastón Acurio creo que es un cambio bastante notorio. También el proceso de expansión urbana,

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Volviendo al tema del inge-nio ¿no será solo una res-puesta reactiva de los más débiles? Usted mencionó la expansión urbana ante la falta de políticas y la hostilidad del Estado que obligó a la gente a auto construirse, a auto cons-truir ciudad. Pero eso no quiere decir que el futuro esté garantizado como co-

Pero, no se ha caído pues, no se ha caído. El ingenio nunca puede fracasar, porque además en nuestro país la cosa es muy clara, si tú haces algo y te sale bien, “pucha que ingenioso fuis-te” pero si eso mismo hace y te sale mal, “eres un improvisado, ¿cómo se te ocurre hacer eso?”. El ingenio en sí mismo tiene la categoría de eficacia.

Aquí tengo que aclarar lo que se refiere por el ingenio. El tema en realidad aparece en los comien-zos de la Modernidad, la gente se empieza a preguntar cuál es la mejor forma de hacer las co-sas. De eso depende cómo se

entiende la relación entre el sa-ber y la práctica. Cuando tienes un método el resultado práctico no es lo decisivo. Si haces una investigación de acuerdo a tal sociólogo y no te resulta como la de tal sociólogo, sino que te sale un mamarracho, el proble-ma es el método. Lo cual, hace en realidad que el método esté al margen de cualquier debate.

En cambio el ingenio tiene el desafío práctico día a día. Por-que si el ingenio fracasa, ahí no hay cómo decir “Luciana, no aplicaste bien el ingenio”. El ingenio no es separable del actor a diferencia del método; entonces el método no se equi-voca, los que se equivocan son los pobres seres humanos con sus limitaciones. Si hasta ahora la Humanidad ha logrado lo que ha logrado ciertamente ha sido mucho más en base del ingenio que al método.

a pulso que se hace durante varios años y que estaba aun en la etapa del ensayo- error pudo haber sido es un fracaso, pero sobrevivió. Y en general, yo diría, que las forma que tenemos de vernos como peruanos, como país, es bastante más afirmativa que algunos hace años. Creo que este período pone en crisis la idea del pesimismo cultural, esta idea que el Perú está hecho de tradiciones inmutables como un racismo de hace 400 años y que ya nada se puede hacer. Es eso lo que creo que va cambiando.

lectividad, empezando por algo tan material como la casa que hiciste sin ayuda y que se puede caer con un sismo, porque, precisa-mente, no tenías un inge-niero al costado…

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Hay un término que siem-pre he escuchado, pero me he demorado bastante en entender como lo usan los estadounidenses, ellos se jactan de tener “ingenui-ty”. Primero pensé primero que era ingenuidad, pero en realidad es ingenio…

Sí, claro. Vamos a remitirnos a un clásico de la sociología que es el Sr. Tarde. Gabriel Tarde mencionaba que hay tres etapas en las acciones humanas que es de la repetición, la oposición y la adaptación. Y que la conse-cuencia de esas tres era la in-vención. Es decir, las acciones humanas están naturalmente orientadas hacia la invención. Que Gabriel Tarde no se ense-ñe en las facultad de sociología y que prefieran a Durkheim es una de las cosas intelectualmen-te más penosas que ocurren en la actualidad, pero en fin no hay mal que dure 100 años, aunque el veto a Tarde duro cien años en efecto. La gran suerte es que hay una universidad en Canadá que ha colgado en línea absolu-tamente todo Tarde.

La cuestión de la pobreza literaria que mencionó an-tes ¿puede venir de una formación híper técnica como científicos sociales? ¿por dónde enmarcaría este tema?

Ah bueno claro. Hoy en día nadie duda que Mariátegui es-cribía bien, tenía un sentido de fuerza literaria, de la belleza literaria. En el mundo actual lo que hay en efecto es más pro-ducto de la tendencia Durkhe-miana, es decir con Durkheim la

Es un poco la propuesta de La Colmena también ¿Y cómo ve el tema de la in-terdisciplinariedad en las ciencias sociales?

sociología, tiende a convertirse en ingeniería social, en efecto, a tratar a los hechos como cosas. Pero si piensas que la sociolo-gía, no es solamente ingeniería social, sino que es una forma de registrar las múltiples expresio-nes de la interacción de huma-nos con humanos, con el medio ambiente, te va salir otra forma de entender las cosas. Pero además la pobreza literaria tiene que ver mucho con el au-ditorio. Si tú te imaginas que te vas a dirigir a tus iguales, a otros tecnócratas, vas crear un lengua-je que sea fácilmente compren-sible por los tecnócratas, yo no veo ahí ningún problema. Pero si tú aspiras o pretendes dirigir-te a los ciudadanos en general, y sigues escribiendo como tec-nócrata aparece el corto circui-to. La mía no es una objeción al estilo literario tecnocrático, el uno punto uno, uno punto uno punto uno… cosas por el estilo. Porque para ciertos auditorios, al contrario, es una forma muy fluida de lograr un éxito retóri-co persuasivo. Pero si pretendes llegar a un auditorio universal naturalmente requieres otra re-tórica, otra estrategia retórica.

La verdad, me parece un tema tan artificial, pero tan artifi-cial… porque si uno ve a los sociólogos clásicos, digamos Tarde, Simmel Weber, la verdad era gente que transitaba con mu-cha facilidad por muy distintos registros de conocimiento. Hay un momento en que se impone este idea de la ingeniería social,

que para ingenieros sociales está perfecto, pero hay un mo-mento en que la ingeniera social se convierte en un discurso para la sociedad, vamos a decirlo así. Y es ahí donde empieza a haber un recorte impresionante de los saberes y de que se cree que el sociólogo debe saber de tal o cual cosa. Lo que ahora se lla-ma interdisciplinariedad o algo por el estilo, es simplemente volver a lo que la sociología en realidad fue de sus comienzos, si uno ve a los autores que han influido en el pensamiento so-cial del siglo XX Marx, Weber era gente que ahora se llamaría interdisciplinaria, pero en rea-lidad eran personas que tenían curiosidad por el mundo que les rodeaba. Mi idea es estar abierto a lo que necesitas ver. Si te apo-yas en el ingenio eso no tiene que llamarte la atención, pero si crees que existe una cosa que se llama “método sociológico” ahí sí claro vas a pensar “uy, esto no entra en el método sociológi-co”. Se supone que la fuente del saber es el método sociológico solo porque tienes que sostener eso como presupuesto y a mí me parece que es un presupues-to prescindible quiero decir, el método tal y como se ha venido enseñando hasta ahora.

¿Cómo ve usted la socio-logía de la cultura que se hace en el Perú, que se ha venido haciendo y se está haciendo ahora?

En términos generales la ela-boración, de conocimiento no genera una forma de autoridad laica en el país, entonces siem-pre aparece como una actividad muy secundaria, no es algo don-

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de el Estado por ejemplo o entida-des privadas pueden tener un parti-cular interés, es una actividad que en general se hace a contracorrien-te, y tiene una fortaleza y una li-mitación. La fortaleza es que tanto los académicos ya formados como los estudiantes en formación, si se dedican a eso, es porque tienen una gran convicción personal puesto que no es un camino sencillo. El límite que hay tiene que ver con lo poco que se considera al inge-nio, ¿se han puesto a pensar cuánto costó la investigación de Bourdieu en La Distinción? La frustración viene de que te digan: “mira, la investigación se hace así”, pero nunca te dicen cuánto cuesta. La primera pregunta metódica que debe hacerse en una investigación es ¿cuánto cuesta? Cuando uno ve un texto de sociología francesa, una súper investigación, la primera pregunta que uno se debe hacer es “¿y eso cuánto cuesta?”. A noso-tros no nos enseñan que debemos hacer esa pregunta antes que nada, “¡Qué tal método!, ¡cómo hizo la entrevista!, ¡cuántas entrevistas!, ¡qué tal muestra!” Pero la pregun-ta es ¿cuánto cuesta? Si lo puedes pagar, bácan, y si no mejor no sigas porque te vas a frustrar. Es como si alguien te dijera que “la” manera de irte de vacaciones a la playa es en un súper auto deportivo del año, ¿y si no tienes un auto súper depor-tivo del año?, ¿por eso no te vas a ir a la playa? Bueno, es un poco eso, en si me parece que debemos afinar más las formas de recoger información de elaborar conoci-mientos, adaptadas a nuestras po-sibilidades, esa es la idea. La me-jor producción de conocimiento es la que está más adaptada a las características del medio donde te mueves.

Mi siguiente pregunta es bien curiosa...

Esas son las mejores preguntas creo.¿Cómo está la San Marcos?Bueno, eso es a lo que voy en el primer ensayo de El Orden Tute-lar. El Estado hace un increíble y vergonzante abandono de su apa-rato de educación superior, como contraparte de la Reforma Agraria. Al abolir el gamonalismo, las posi-bilidades de movilidad social que se dan en el Perú fueron espectacu-lares. Claramente, el gamonalismo se trasladó del mundo de la propie-dad de la tierra, al mundo del co-nocimiento, entonces se creó una segregación espantosa en el plano del conocimiento, entre estableci-mientos privados y establecimien-tos estatales, a nivel de la escuela y a nivel de la universidad. El caso de San Marcos es la expresión más notoria y más patética porque es un universidad emblemática del Perú si se compara con los países de la región, con la situación de la Uni-versidad de Chile, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de Sao Paulo, la UNAM… no sé si en la actualidad, pero hubo un momento en el que el rector de la UNAM tenía su asiento en el Ga-binete de Ministros, claro, habla-mos de un Estado laico. Lo que me parece realmente dramático es que hubo una gran posibilidad para que los hijos de aquellos que fueron beneficiados por la Reforma Agra-ria puedan entrar a una carrera, en efecto meritocrática, que permita una masiva movilidad social, y eso fue cortado a raíz.

¿Y en el caso particular de la enseñanza de sociología en San Marcos?¿Cómo decirlo para no herir sus susceptibilidades? Año a año que-do asombrado, realmente asom-brado por los estudiantes realmen-te brillantes que salen por ahí, es decir, gente que en muchos casos

¿Y tiene alguna referencia de cómo está la Católica?

¿Ha pensado en volver al-guna vez?

No, hace tiempo que estoy bien desconectado, no tengo mucha idea de lo que pasa ahí,. Tengo lo que publican algunos profesores pero sobre lo que se lee o no se lee, no, no tengo mucha idea la verdad.

Bueno, uno no puede modificar la biografía, yo estudié en la Univer-sidad Católica, yo estudié Histo-ria, y fue una actividad en la que aprendí mucho. Luego, por un periodo muy breve la verdad, fui profesor de la Universidad Cató-

ha tenido pues que navegar con-tra la corriente, no solamente para entrar a la universidad, sino proba-blemente desde mucho antes. Hay una voluntad y unas ganas por en-tender el país y situarse en el país, realmente enorme. Para mí, como profesor, me atrevería a decir que ese es mi principal estímulo inte-lectual y me exige para estar siem-pre actualizado o atento para es-cucharlos. Aunque claro como en todos lugares también hay los rela-jados, ni qué decirlo, pero, bueno, hay estudiantes realmente brillan-tes. Pero no se lleven una imagen idílica tampoco como para decir: “ya, entonces todos en mancha nos vamos a San Marcos”, pero si me lo preguntas así, respondo como lo vivo.

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Sobre sus estudios a eso va mi última pregunta, so-bre su trayectoria…

Ciertamente heterodoxa ¿Por qué la heterodoxia de su trayectoria y como le sirve esa heterodoxia?Nadie escoge ser heterodoxo, por lo menos la gente que dice “ah, yo quiero ser heterodoxo” siempre me inspira poca confianza. Además, yo no me considero heterodoxo, por el contrario, me siento tremen-damente ortodoxo conmigo mismo y muy feliz. Cada quién tiene su biografía intelectual, sus acciden-tes geográficos emocionales, sus valles, sus ríos, sus desiertos y uno por ahí esta mas o menos, mane-jándose. Yo estudié Historia en la Universidad Católica, en una fa-cultad donde mis posibilidades de enseñar eran absolutamente nulas porque era una facultad tremenda-mente de derecha, no sé si lo será hasta ahora. Luego estudié Cien-cias Sociales, sociología en Méxi-co, y probablemente eso puede ser una raíz de la eso que tu llamas he-terodoxia, pero para mí es la forma natural de entender las cosas.La gran ventaja de estudiar His-toria, tal como yo la estudié, era que uno se acostumbra a manejar muchas fuentes históricas, y te da una muy sólida formación huma-nística, en la cual la distinción entre literatura, psicología, filoso-fía e historia es muy accidental. Cuando llego a la sociología sí me encuentro con un temperamento intelectual que a mí en efecto me resultaba bastante extraño y de ahí tiempo después, me paseé por va-rias universidades. Durante largos años en la facultad de Comunica-ciones lo cual ha sido el caso aquí

Ah, es bien rara.

en la UPC, y en Ciencias Sociales estudiando primero en Villareal y luego en San Marcos que es donde finalmente me quede y contra todo pronóstico, fui nombrado profesor en San Marcos. Por esa época tam-bién me forme como psicoterapeu-ta en rehabilitación psicoanalítica y terminé la formación.

Si tú me preguntabas, cuando ter-miné el colegio, si sabía que iba a hacer todo eso, no tenía la menor idea. Es más, empezando el cuarto semestre de Estudios Generales, la mayor parte de mis amigos y ami-gas, ya sabían lo que iban a estu-diar y yo no tenía la más remota idea y estaba angustiado. Si final-mente estudié Historia fue por dos motivos: uno es que en Estudios Generales, el profesor que más me gustó, por la manera de enseñar, fue un profesor del que ahora se habla poco que se llamo Honorio Ferrero. Luego en mis estudios de Historia conocí a Heraclio Boni-lla, que es uno de los profesores a los que tengo una mayor gratitud, porque Heraclio se dio cuenta que yo podía tener algún talento mu-cho antes que yo me diera cuenta en todo caso. Luego hice un Doc-torado de filosofía en San Marcos. Esas son cosas que me han gusta-do, quiero decir no las he hecho porque sean la expresión de un ideal, supongo que esa ha sido mi manera particular de lidiar con mis conflictos personales o emociona-les, pero digamos lo que yo he he-cho es parte de mi manera de arre-glármelas con el mundo y conmigo mismo.

Hay aún desconocimiento sobre las relaciones entre el psicoanálisis y la socio-logía o las ciencias socia-les en general, ¿cómo ve usted esta relación, y en que radica?

Para mí todo el aparato conceptual psicoanalítico, y esa es una dife-rencia marcada con otras formas de elaboración del saber, es que tiene una base enteramente prácti-ca. Yo creo que el lado más sólido del psicoanálisis es su legitimidad en la manera de afrontar el sufri-miento humano al nivel indivi-dual. Aplicar el psicoanálisis para entender problemas públicos, no es la parte que a mí me interesa, yo creo que la oportunidad y la tre-menda riqueza de la elaboración psicoanalítica en realidad se apre-cia en el consultorio, como pacien-te o como terapeuta. Es un esce-nario de una enorme complejidad. Es decir, ya es bastante con enten-der lo que ocurre en el espacio del diálogo analítico como para que encima te quieras preocupar por que pasa afuera, sobre todo tenien-do una tradición en sociología tan rica. Cuando uno lee autores como Simmel o como Tarde te das cuen-ta que la posibilidad de estudiar el mundo de los sentimientos, de las emociones de la vida social es muy rica. Aunque claro, si tu ho-rizonte de referencias se reduce a Weber y Durkheim el psicoanáli-sis debe ser de algo que de pronto llame la atención para entender a la sociedad.

lica, pero digamos en mi memoria lo que más queda son los años que pase como estudiante.

Los temas como la me-moria, el perdón creo que tienen algún vínculo con la perspectiva del análisis psicoanalítico. ¿Verdad?

Ah, bueno, sí pues, claro. En el ensayo sobre la Memoria (en El orden tutelar) hay muchos pre-supuestos, pero la pregunta creo que iba por el lado de una teoría psicoanalítica para estudiar fenó-menos sociales. Los autores más clásicos del psicoanálisis pensaron cosas impresionantes en el espacio del consultorio ya sea con terapias individuales o en grupos, eso es

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Encuentro ese ensayo muy interesante también por su concepción de un tipo de memoria “para que no se repita”. En algún momento usted dice que la memoria recién llegaría después de que ha pasado la etapa de luto, por ejemplo

Así es, así es. Además lo que ahí señalo que hay que distinguir entre lo que es un hecho como tú dices “de memoria” y un hecho judi-cial. Creo que hay cosas que son judiciales ya sean o no memoria. Ahora mismo hay gente que ha cometido crímenes y ese no es un problema de la memoria, es un tema que debe ser sancionado. Mi preocupación es que muchas ve-ces ante la imposibilidad de hacer justicia se señale como un recurso alternativo el cultivar una memo-ria. Lo que se ha estado hablando últimamente en el Perú sobre me-moria, hasta donde alcanzo a dar-me cuenta, tiene que ver en reali-dad con reivindicaciones penales. Hay gente que merece ser objeto de un proceso penal y ser conde-nada, eso no tiene que ver con la memoria.

Y por otro lado no sabemos qué cosas vayan a quedar o no en la memoria, es como el olvido, nadie escoge de qué se olvida, hay cosas de las que simplemente te olvidas y hay cosas que quedan grabadas en la memoria. Es decir hay cosas

como cuando Haya de la Torre, ya que estamos hablando del estado laico, en el año 1923, hace una manifestación contra el Corazón de Jesús, el APRA se ha encargado de que eso se olvide, y en efecto, se ha olvidado. Hoy sería difícil ver al partido aprista conmemo-rando un aniversario de la rebe-lión de Haya de la Torre contra la consagración del Perú al Corazón de Jesús (1) . Mientras tanto, otras cosas son recordadas con desfiles. Por las cosas tan graves que han pasado en el Perú en los últimos años, el tema central es un tema de la justicia, y además de la más drástica o sea de la justicia puni-tiva.

No creo que se puedan resolver todos los problemas generados por la violación de derechos hu-manos sin poner en cuestión el or-den tutelar. Una interpretación, en mi opinión, errónea es cuando se dice: “¿por qué hay tanta gente en el Perú que no le da importancia a los Derechos Humanos?” y la res-puesta es que tenemos un opinión pública fascista. Claramente no te-nemos una opinión pública fascis-ta. La resistencia viene por el tute-laje, no porque la opinión pública sea partidaria de torturas.¿Le parece que en las ciencias sociales en el Perú manejamos una especie de sentido común de izquierda? Sí, y es un grave error. Al estu-diar Historia yo tuve profesores de derecha, profesores que cuando yo hacía una exposición me inte-rrumpían: “Eso que usted dice, se basa en Marx ¿no?” o si en algún momento yo citaba a Hoffman: “Hoffman es un historiador mar-xista ¿no”. Creo que la mejor for-mación es contra la corriente. Es decir, cuando te formas sin tensión con los profesores, es poco lo que aprendes. Con esto no estoy di-

1. Basadre cuenta que en mayo de 1923 el arzobispo Emilio Lisson cursó una ins-trucción pastoral al entonces presidente Augusto B. Leguía instándolo a oficiali-zar el acto litúrgico que culminaría con la imagen “entronizada en la plaza prin-cipal”. Los grupos anticlericales de la época eligieron a Haya de la Torre para manifestar contra la consagración el 23 de mayo de dicho año.

realmente complejo, con eso creo que basta y sobra, eso ha marca-do mi manera de pensar, sin duda. Pero la idea de cultivar la memo-ria no pretenden ampararse en un saber psicoanalítico, eso es lo que quiero decir, sino en un saber que sea relevante para la gente, ciuda-danos que simplemnete quieran entender todo lo que ahora se discute sobre la memoria.

ciendo que el mejor lugar es una facultad conservadora, pero sí me parece que una buena facultad (de ciencias sociales) debe tener pro-fesores conservadores y profeso-res liberales, sin duda alguna. Uno debería poder decir: “voy a llevar un curso con este profesor que es muy de derecha pero que maneja este autor muy bien” o “voy a lle-var tal curso dictado por un radical de izquierda”, esto me parece muy bien. Tener una facultad donde todos son progre o todos son con-servas este no me parece lo ideal. Mejor sería una facultad donde justamente ciertos temas no sean evidentes para todos, eso es lo que te garantiza la discusión. Por ejem-plo, si todo el mundo sabe que hay que enjuiciar a los militares por la violación de derechos humanos, podría haber un profesor que tenga dudas, y que piense, por ejemplo, si no es más importante preocu-parse por la estabilidad política de las instituciones. La idea es que haya tensión, que haya que haya un grado de fricción, en ese grado de friccion los estudiantes son los principales beneficiados, pero eso no hay en el Perú. En ningún lugar toleran a los que no son del barrio.

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Se pueden sacar dos conclusiones al analizar el origen de los vide-ojuegos: (1) que nacieron y se desarrollaron como un negocio, y (2) que si bien permiten una inte-racción hombre-máquina, surgen a partir de la idea de juego entre personas, es decir, nacen como una actividad interpersonal.

Si bien existieron algunos esfuer-zos por desarrollar videojuegos en la década de 1950, aprovechando los avances tecnológicos desarro-llados durante las guerras mun-diales, el primer videojuego con impacto comercial fue “Pong”. Éste era una rudimentaria simula-ción virtual de un juego de tenis, o de ping pong, y para jugarlo era necesario que dos personas com-pitan una contra la otra, luego de introducir una moneda.

Pong fue lanzado en 1972 por la empresa Atari, durante una época de movimientos culturales anti-militares y de movimientos pro

n aspecto muy importante en la innovación de productos tecno-lógicos de consumo masivo es la dinámica que surge entre los ex-pertos que desarrollan productos y los usuarios que los consumen y los incorporan a su vida diaria (o deciden no hacerlo). Y esto se aplica no sólo a productos tecno-lógicos: hoy es común que las em-presas cuenten con mecanismos de retroalimentación o “feedback” de parte de los usuarios, llegando en algunos casos a plantearse el co-diseño de productos.

La tecnología está acaparando distintos espacios de la vida en so-ciedad, y parece que esta tendencia se va a mantener en los siguientes años. Un reciente estudio sobre el consumo en los adolescentes de hoy y del futuro llamado “Teens 2010: Cómo son los adolescentes de hoy y cómo evolucionarán sus hábitos de consumo”, plantea que para el 2020 es decir, a tan sólo diez años de la fecha de publica-ción de este artículo, los jóvenes pasarán mucho más tiempo en casa conectados a Internet y sólo un 5% de su tiempo lo pasarán en compañía de adultos ya que sus re-laciones serán muy virtualizadas y su ocio será tecnológico.

En el siguiente artículo voy a plantear una reflexión a partir de tres casos. El primero, está relacionado

al nacimiento de los videojuegos de consumo masivo, a través de la historia de Pong de la empresa Atari; el segundo, a los primeros días de la computadora personal y sus orígenes como negocio; y el tercero, al lanzamiento de un juego de computadora llamado StarCraft II a mediados del presente año. A pesar de que estos tres casos se desarrollan en California (Estados Unidos) su repercusión es mundial.

Claramente, los tres casos están vinculados a la tecnología y qui-siera plantear un enfoque especí-fico para analizarlos. Desde este enfoque, estos casos mostrarían dos usos distintos de la tecnolo-gía: uno que podría definirse como un uso espontáneo de relaciones sociales; y otro, como un uso mer-cantil. Estos dos usos describen distintos tipos de relaciones o in-teracciones sociales: el primero hace referencia a un tipo de rela-ción social más lúdica y poco es-tructurada mientras que el segundo muestra un aspecto del lazo social más estructurado y ordenado por las instituciones modernas del mercado.

Mi objetivo será acercarme a una descripción de esta dinámica para así poder plantear preguntas que despierten curiosidad sobre los te-mas vinculados a la tecnología y a su uso en la vida cotidiana. De

Un acercamiento a dinámicas sociales alrededor de videojuegos y computadoras personales.

u esta manera, buscaré demostrar su potencial como objeto de estudio desde las Ciencias Sociales.

José Haya de la

Torre

y el origen de los videojuegos para el consumo masivo

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derechos de la mujer. Es durante estos años que se vuelve común que las mujeres frecuenten los bares y acompañen a quienes desde hace años ju-gaban “pinball” . Es en este contexto que Nolan Bushnell , fundador de Atari, introduce “Pong” en los bares; éste tenía la forma de mueble de madera con una pantalla incrustada y un par de ruedas de control y se acomodaba perfectamen-te a las prácticas sociales preexistentes en los bares, en este caso, a la familiar experiencia de jugar “pinball”. Como mucha de la tecnología que usamos día a día, su introducción en la vida cotidiana no fue disruptiva.

La aceptación y el éxito de esta innovación tecnológica fueron inmediatos. Al poco tiempo de su aparición en el primer bar en California, se empezaron a producir 100 máquinas de “Pong” al día. De esta manera, se origina la gran

irrupción de los videojuegos en el negocio del entretenimiento.

Sin embargo, la verdadera revolución se daría unos pocos años después con la incorporación de chips para la elaboración de la máquina “Pong”. Un chip costaba menos de diez dólares y era tan pequeño que era fácil ponerlo en una caja plásti-ca, apta para ser utilizada en el espacio domésti-co. Hacia 1976, todos podían tener una consola de Atari con el juego “Pong” en su casa. El mer-cado era amplio y, a un precio de venta de 100 dólares por cada sistema, las utilidades fueron enormes.

Atari cambió lo que para la gente significaba el televisor. Éste ya no era solo un receptor de imá-genes, sino que se había convertido en un espacio social de interactividad lúdica hombre-máquina-hombre, igual al que se vería años después con las computadoras personales. No era un nicho, ni una subcultura, la consola de Atari era un pro-ducto de consumo masivo.

A mediados de 1976, la empresa Warner Com-munications compraría Atari por 28 millones de dólares. Este monto, comparado con la inversión inicial de 500 dólares, suponía un retorno que ni Bushnell ni ningún otro fundador de Atari hubie-ra alguna vez imaginado. Bushnell se quedó en Warner, al menos algunos años, para ver el éxito rotundo de la consola “VCS” (Video Computer System) de Atari, que permitía utilizar varios cartuchos, cada uno con un juego distinto, en la misma consola.

1. Pinball es un juego mecánico donde se busca hacer la mayor cantidad de puntos golpeando una bola metálica a través de un plano inclinado, evitando que caiga. 2. N. Bushnell enfrentó una demanda y tuvo que pagar regalías a Ralph Baer, conocido como el padre de los videojuegos. Baer había inventado en 1966 el primer sistema de videojuegos para el hogar llamado “Brown Box” (comercializado por Magnavox como Odyssey) con un juego llamado “Chase Game” y dos años más tarde diseñaría “Ping-Pong”, por lo que Atari tuvo que pagar regalías. 3. Una consola de videojuegos se refiere a un sistema electrónico de entretenimiento para el hogar, capaz de ejecutar juegos elec-trónicos (definición de Wikipedia).

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La enorme capacidad de innovación que demuestra el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación -y también de los videojuegos- se basa principalmente en la interacción y en el libre inter-cambio de información entre quienes están detrás de ese desarrollo. De hecho, Manuel Castells remarca que “fueron los hackers quienes en mayor medida desarrollaron Internet como red de comunicación” (Levis, 2009) , esos hackers que jugaban, explora-ban las tecnologías existentes y siempre buscaban ir “más allá”. Como la tecnología era nueva, había que ir aprendiendo en el camino, con ensayos, errores y eventuales aciertos. En esta dinámica, era más fácil mejorar si sabías cuáles habían sido lo errores y acier-tos de los demás, por lo que se hacía necesario un espacio de intercambio de información.

Uno de estos espacios fue el Homebrew Computer Club, ubicado en el Silicon Valley, formado en 1975 por un grupo de aficionados a las computadoras. Este grupo era básicamente una versión presencial de lo que hoy son los “foros” virtuales, que en este caso se reunía para intercambiar experiencias sobre cómo programar las primeras computadoras personales. Estos aficionados jugaban e investigaban utilizando computadoras desarrolladas por compañías y las mo-dificaban para que hicieran lo que ellos querían que hagan (con las limitaciones de la época, claro está).

La existencia de este espacio de libre exploración permitiría al grupo a desarrollar modificaciones muy interesantes a la tecnología de computación existente, lo que no fue visto con agrado por quienes lucraban con este tipo de tecnología. Un ejemplo de esto se da cuando Bill Gates, un año después de la fundación de Microsoft en 1975, envía una carta de queja al famoso grupo californiano, acusándolos de robar el trabajo de otros para modificarlo y luego distribuirlo de manera gratuita. Probablemente, éste fue el inicio de lo que sucedería después: el Homebrew Computer Club ce-rraría en 1986 con más de 20 empresas de computa-ción fundadas por sus integrantes.

En un mismo espacio se había desarrollado una cultura alrededor de las computadoras personales,

caracterizada por la exploración y el libre intercambio de información, y se habían generado las condiciones para el desarrollo del mercado de computación, con la creación de empresas como Microsoft que luego entrarían en oposición y conflicto con esa cultura. En este momento la figura del “hacker” dejaría de ser la de un entusiasta innovador en tecnología para convertirse en la imagen del enemigo de este tipo de industria y posteriormente en un criminal.

Un dato curioso que puede servir como ejemplo de lo mencionado anteriormente es que Steve Wozniak era un miembro del Homebrew Computer Club, compar-tía la pasión por la exploración y por llevar la tecno-logía al límite, siempre desde un espacio abierto y sin restricciones para el intercambio de información. Sin embargo, Wozniak junto a su amigo Steve Jobs fundarían Apple Inc. algunos años después y desarro-llarían para 1976 un computador que sería comercia-lizado inmediatamente: la Apple I.

y los primeros pasos del negocio de las computadoras personales

De manera muy simple y general, hacker es aquella persona que modifica un sistema para que funcione de manera distinta a como fue concebido por su creador, y sin permiso de este último.

Homebrew Computer Club

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hacerlo conectándote a los servidores (6) oficiales, propiedad de Blizzard, la empresa desarrolladora de este juego, y esto no es posible sin una clave de identificación única, que viene en cada copia original del juego. Las conexiones locales se denominan LAN (Local Area Network) y son posibles mediante el enlace, ya sea por cable o de manera inalámbrica, de varias computadoras. Para esto, es necesario que las computadoras estén relativamente cerca; dentro de un mismo cuarto o al menos dentro de un mismo recinto. Hace algunos años, la mayoría de usuarios de juegos “en red” en el Perú prefería hacerlo desde cabinas. Sin embargo, con la mayor penetración de las computadoras personales en los hogares y con la reducción de precios para las conexiones a Internet,

pareciera que la tendencia es, cada vez más, jugar en casa; aunque no necesariamente con copias originales de los juegos.

Si bien es difícil medir el nivel de uso de las cabinas en el país, hay un dato que llama la atención: Blood-zone, una comunidad peruana de jugadores de vide-ojuegos o “gamers”, como se les suele llamar, presen-ta en su página web los resultados de una encuesta (7) a sus usuarios, donde se indica que un 72.35% de éstos suelen jugar más a menudo en sus casas, contra un 25.03% que lo hace en un “LAN Center” (como una cabina), con una tendencia a disminuir el uso de los “LAN Center”. Sin embargo, hay indicios de que a los fanáticos de StarCraft en todo el mundo les re-sulta muy atractivo el poder juntarse con amigos en un mismo lugar, conectar las computadoras y po-der jugar en red. (8) Cuando Blizzard anunció que StarCraft II no tendría la opción de LAN se generó un “movimiento” en Internet que incluía recolec-ción de firmas, discusión en foros y redes socia-les, videos sobre el tema, entre otras cosas, con el objetivo de convencer a la compañía que incluya esta opción

El 27 de julio del presente año, fue lanzado uno de los videojuegos más esperados por los usuarios de juegos de computadora: StarCraft II.(5) Éste es un videojuego de estrategia en tiempo real (RTS por sus siglas en inglés) para computadora, y es la secuela del ya clásico juego Starcraft . Éste último fue lanzado en 1998, y se mantiene vigente hasta hoy, por lo que representa un récord para un negocio donde el tiempo de vida de los productos suele ser de algunos pocos años. En doce años, se vendieron más de 10 millones de copias de StarCraft en todo el mundo. Sin embargo, no son solo 10 millones de personas las que juegan este juego, sino que muchas otras lo hacen con copias piratas en sus propias computadoras o desde cabinas habilitadas para este tipo de juegos.

Uno de los atractivos de los juegos de estrategia en tiempo real es la posibilidad de poder jugar contra otra persona. Si bien es posible enfrentarte a una computadora y hay una opción de campaña individual, el grueso de usuarios prefiere jugar contra otras personas. Las dos maneras más comunes de hacerlo son: (i) a través de Internet, o (ii) a través de una conexión local. . Para poder jugar a través de Internet, debes

Prácticas sociales y lógica mercantil: el caso de StarCraft II

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La respuesta negativa de Blizzard no ha sido tomada de buena manera por la comunidad gamer mundial, por lo que ya se están buscando las formas de romper los seguros y habilitar una opción de LAN ilegal. Algo que muy probablemente sucederá en algunos meses. De hecho, a los pocos días de haberse lanza-do el juego, ya había formas de jugarlo sin comprar una copia original.

La ausencia de la opción de LAN supone un esfuerzo por controlar la piratería lo cual tendría un efecto directo en el modo en que las personas juegan porque, por ejemplo, desincentiva el juego en las cabinas de Internet y otros centros LAN. Por otro lado, esta medida es también un esfuerzo de Blizzard por controlar algunos parámetros de la forma como juegan las personas. Blizzard no permite que un jugador que compra la versión del juego en español pueda conectarse a Internet para jugar con jugadores que tienen la versión estadounidense. La razón de esto es que Blizzard intenta tener control sobre todos los torneos que se organicen a nivel mundial- algunos de los cuales atraen a un número importante de personas, auspicios y premios- canalizándolos a través de su propio servicio de juego en línea llamado Battle.net. De esta manera, al restringir las opciones de juego se genera una nueva dinámica sobre los videojuegos en línea. Si bien se puede instalar una

5. Starcraft : Un juego de ciencia ficción, donde cada jugador controla una “raza” y debe desarrollarla para poder eliminar a tus oponentes (computador o humanos). Este desarrollo implica la construcción de edificios, la investigación científica, el entrenamiento de ejércitos, y sobre todo la utilización de estrategias.6. Un servidor es una computadora que brinda servicios a otras compu-tadoras conectadas a él como parte de una red.7. Encuesta realizada en su página web (www.bloodzone.net). Resul-tados hasta el miércoles, 15 de septiembre de 2010, con 839 votantes. 8. Esto también se podría hacer mediante el acceso a Internet, pero estaríamos asumiendo que en todos lados se tiene acceso a Internet de banda ancha, con la suficiente capacidad de conexión para aceptarvarias computadoras al mismo tiempo, lo que no es real.

La respuesta negativa deBlizzard no ha sido tomada de buena manera por la comunidad gamer mundial.,

versión estadounidense estando en Perú esto impediría al usuario jugar con otro peruano que tenga instalada una versión para Latinoamérica: no podría jugar en línea por la restricción de Battle.net y no podría jugar por conexión local, por la restricción del propio juego.

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la tecnología es socialmente construida a través de los diferentes significados que los actores le brindan y los rasgos específicos que utilizan o a los que les dan mayor énfasis. Sin embargo, tam-bién sucede que cuando la tecnología ya está de-sarrollada y distribuida, ésta tiene a reificarse e institucionalizarse, perdiendo su conexión con los agentes humanos que la construyeron o que le dieron significado, y aparece como parte de las propiedades estructurales objetivas de la organi-zación.” (9)

No sólo en estos casos, sino en general, la resistencia de los actores sociales al control que le imponen las instituciones toma una nueva dimensión con la tecnología. La antropóloga Stefana Broadbent sostiene en su TED Talk (2009) que hoy vivimos una tensión entre las instituciones y las personas. Y que las personas han encontrado una manera de buscar salidas al control impuesto por instituciones como colegios, hospitales, oficinas, que surgen con la modernidad, y que buscan controlar y ordenar a los individuos. Broadbent denomina “democratización de la intimidad” a este fenómeno, y una de sus dimensiones supone la posibilidad que tienen las personas de romper el aislamiento que las instituciones imponen, y de poder -por ejemplo- chatear con amigos en el trabajo o mandar mensajes de texto desde los colegios.

Un punto intermedio entre las instituciones y las personas podría ser lo que hoy en día se llaman “redes sociales”. Nicholas Christakis, un médico estudioso de las redes sociales, publicó recientemente un libro junto con James Fowler en el que analizan los entramados de pequeñas relaciones y llegan a la conclusión de que ese entramado tiene características en sí mismo, que

Si bien a partir de los casos descritos se pue-de realizar un estudio más profundo, quisiera plantear tres breves conclusiones que pudiendo parecer obvias intentan orientar al lector hacia el planteamiento de nuevas preguntas de inves-tigación.

Primera conclusión: Las empresas de tecnología, como las descritas en este artículo, tiene un control apa-rente sobre el uso social que se hace de las tecnologías que ellos mismos crean.

Segunda conclusión: Los indivi-duos siempre encuentran maneras para “sacarle la vuelta” a ese control, muchas veces de manera ilegal.

Tercera conclusión: Al parecer, la innovación tecnológica se nutre de la dinámica entre este “control” que plantea la lógica de mercado y las prácticas sociales que buscan escapar de ese control, pero mediante la utilización de las propias tecnologías generadas bajo esa lógica.

¡Y no podría ser de otra manera! El origen mismo de las tecnologías descritas en este artículo deviene de una exploración sobre tecnologías existentes, que no fueron diseñadas para los usos que finalmente se le dieron.

Silverstone y Haddon explican que la innovación tecnológica se basa en el modelo de diseño-do-mesticación, donde el desarrollo de tecnologías está estructuralmente ligado al uso de las mismas. Ellos citan a Orlikowski, quien sostiene que “la tecnología es físicamente construida por actores trabajando en un contexto social determinado, y

Reflexión Final

9. Orlikowski 1992:406, citado en Silverstone y Haddon. (Traducción del autor).

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no se pueden apreciar en cada una de las relaciones de las que está compuesto. Cristakis y Fowler proponen que este entramado de relaciones tiene un poder de influencia importante en las decisiones de las personas.

¿En qué medida las instituciones vigentes responden a las características sociales que enmarcan las relaciones interpersonales en la actualidad? ¿Cuál es el rol que cumplen las redes sociales en el binomio individuo-institución? ¿Qué oportunidades surgen del desarrollo de estas redes? ¿Qué diferencia los tipos de relaciones mediados por la tecnología a las tradicionales relaciones cara-a-cara?Así como estas preguntas, el estudio de las formas sociales de apropiación y generación de tecnologías plantean interrogantes centrales para el entendimiento de nuestro tiempo. Su estudio y valoración debería sentar las bases no solo para repensar la institucionalidad vigente sino también para imaginar nuevas formas institucionales que vayan acorde con las prácticas sociales actuales.

Bibliografía:

BROADBENT, Stefana. “How the Internet enables intimacy”, TEDG-lobal, 2009 http://www.ted.com/talks/view/id/680

CHRISTAKIS, Nicolas y FOWLER, James. “Conectados: El sorpren-dente poder de las redes sociales y cómo nos afectan”, Madrid: Taurus, 2010

CREAFUTUR, equipo liderado por NUENO, José Luis con la colabo-ración de RANGAN, Kasturi y CASABAYÓ, Mònica. “Teens 2010: Cómo son los Adolescentes de Hoy y Cómo Evolucionarán en sus Há-bitos de Consumo” en la revista “MANAGEMENTSociety”, editada en Colombia y Perú, Número 21, Junio – Julio 2010

SILVERSTONE, Roger y HADDON, Leslie. “Design and the Domes-tication of Information and Communication Technologies: Technical Change and Everyday Life” en MANSELL, Robin y SILVERSTONE, Roger, eds. “Communication by Design: the Politics of Communica-tion and Information Technologies”, New York, Oxford University, 1996.

LEVIS, Diego. “La Pantalla Ubicua: televisores, computadoras y otras pantallas” – 2da ed. Ampliada, Buenos Aires: La Crujía, 2009

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Ali G. Borat. Brüno. Tres personajes mediáti-cos encarnados por un historiador de formación: Sacha Baron Cohen. Nació en Londres en 1967 dentro de una familia anglo-judía. Luego de gra-duarse en Historia en la Universidad de Cam-bridge, pensó realizar un doctorado, pero prefirió incursionar en el mundo de la comedia. A través de los personajes mencionados anteriormente, Baron Cohen se disfraza de estereotipos y pre-juicios a la expectativa de crear incomodidad y disgusto frente a las personas que entrevista. Esta tensión generada en el público resulta de la explicitación de expectativas habituales y su po-tencial o efectiva violación.

La creación de los personajes no es un procedi-miento casual, sino una preparación intencional para producir asco, aversión y molestia ya sea actuando bajo el disfraz de un inmigrante jamai-quino políticamente incorrecto en Londres; un reportero de Kazajstán misógino, antisemita e ignorante de las costumbres occiden-tales; o un reportero gay de moda austria-co. Tres figuras disí-miles que amplían la

¡Fashionista nazi! Un espejo incómodo de la sociedad

gama de burlas y críticas que el comediante pue-de aplicar sobre los prejuicios de los espectado-res ¿Cómo es que estos personajes generan aver-sión? El método principal de Baron Cohen es

la interpelación de individuos reales con la inadecuación social de cada uno de sus personajes. Veamos algunos ejemplos:

Brüno debe mostrar su talento ante los productores estado-unidenses de diversas cade-nas armando un programa piloto de entrevistas a ce-lebridades. Una de estas

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Sebastian Muñoz-Najar Stefano Lasaponara

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entrevistas es dirigida a Paula Abdul, cantante pop de los ochenta y jueza de las primeras tem-poradas del reality show ‘American Idol’. Brü-no recibe a Paula en la puerta de su nuevo hogar, cortésmente, la invita a pasar a la sala, donde un grupo de trabajadores latinos migrantes hacen las veces de muebles. Brüno le indica amablemente a Paula que tome asiento sobre uno de ellos, ella duda por un instante y luego se sienta, a lo que el trabajador responde con un ahogado gemido de

dolor.La entrevista se inicia con el fashionista austria-co consultando a Paula por su obra caritativa. Aún un poco extrañada, Paula comienza a rela-tar la importancia de su empresa y, luego de un instante, logra hacerlo con relativa naturalidad. Sin embargo, cuando Brüno le ofrece a Paula un aperitivo servido sobre el cuerpo desnudo de un trabajador, ésta se retira escandalizada. El efecto cómico funciona en la medida en que el especta-dor se encuentra en complicidad con Baron Co-hen; a la vez que reconoce la integridad del dis-curso sobre la caridad. El espectador se ríe de una realidad violentamente transtornada: ¿Es posible hablar coherentemente sobre la importancia de la caridad sentado sobre un migrante adolorido? No es sólo la coherencia moral de la entrevistada la que está sometida a crítica, sino la credibilidad de su discurso respecto al contexto en que fun-ciona. El público podría preguntarse: ¿Quiénes logran hablar legítimamente sobre la caridad y desde dónde? Ciertamente no es el caso de aque-lla famosa cantante.

Un hombre soltero adoptó a un bebé africano. Ternura, coraje, cariño, preocupación, responsa-

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1. Esta estrategia es común en la elaboración de escenarios controlados que permitan el surgimiento o exaltación de emociones, una meta recu-rrente en los “mockumentaries” de Sacha Baron Cohen. Véase: http://www.telegraph.co.uk/culture/sacha-baron-cohen/5527194/Revealed-the-secrets-behind-the-Sacha-Baron-Cohen-set-ups.html 2.Véase:http://www.pegasusnews.com/news/2009/jul/05/audience-members-still-mad-fake-bruno-talk-show-ca/?refscroll=800

Cabe resaltar la diversidad de maneras en que Sa-cha Baron Cohen logra insertar una ruptura en los supuestos tácitos y cotidianos de los sujetos con que interactúa. En la misma línea del ejemplo an-terior, Borat suele realizar comentarios antisemi-tas ofensivos sin ser censurado por los demás. Sin embargo, ignorante de los límites de la corrección política, lleva hasta el extremo sus apreciaciones xenófobas y misóginas, de manera que sus inter-locutores no pueden seguirle sin reconocer que sus creencias son abiertamente discriminatorias. En la escena del rodeo de ‘Borat’, el reportero de Kazajstán canta una versión modificada del him-no estadounidense en la que la supremacía racial y la xenofobia son reconocidas con orgullo. Los asistentes se mantienen de pie, con la mano sobre el corazón hasta que deben admitir que la correc-

bilidad y amor incondicional. Podría ser una no-ticia real y el padre podría ser considerado como un modelo a seguir. No obstante, ese padre no es cualquiera, es un padre que no debe bajo ningu-na circunstancia ser padre: Brüno. En una de las escenas más controversiales de la película, Brü-no aparece como invitado de un simulado nuevo talk show sobre valores familiares en Texas cuya audiencia era afroamericana e ignorante de la far-sa en la que estaban participando(1) . Primero, se presenta como un extranjero que decide adoptar un bebé africano. Hasta ese punto la audiencia reacciona positivamente. Luego, Brüno hace evi-dente mediante una serie de fotos y expresiones que es gay. La audiencia se escandaliza, se siente indignada, dicen que no debería adoptar a nadie, que debe ver a un médico para cambiar su condi-ción y algunos incluso se retiran del set. Uno de los espectadores llegó a presentar una queja en el Departamento de Familia y Servicios de Protec-ción de Texas por el maltrato del infante(2) . Brü-no mostró una foto de su “gayby” representando a Jesús crucificado y siendo linchado por otros be-bés blancos vestidos de soldados romanos. Esta escena representó el clímax de la indignación y furia en la película. Si bien en el falso talk show Brüno se muestra confundido por las reacciones del público, la intención de Sacha Baron Cohen es indignar al público al mostrar la existencia de prejuicios densamente arraigados en las creencias sobre lo que es y debe ser una familia.

El etnometodólogo que llegó de Kazajstán

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ción política de la situación se ha quebrado. El mismo Baron Cohen señalaría con respecto a este film, al igual que varios de sus cortos televisivos, que su intención es hacer una “demostración dra-mática de cómo el racismo se alimenta tanto de la conformidad simplona como del fanatismo vio-lento.” (3)

La idea de ruptura de los supuestos tácitos que permiten hacer a una situación inteligible y acep-table para los individuos, que es común a los ejemplos anteriores, nos permite leer las técnicas de Baron Cohen desde los planteamientos de la etnometodología. A continuación reseñaremos la propuesta de esta escuela.

La etnometodología fue fundada por Harold Gar-finkel hacia finales de los años cuarenta y siste-matizada con la colaboración de sus adeptos en 1967 en ‘Studies in Ethnomethodology’. La idea central de esta escuela se basa en que la realidad social se reproduce permanentemente en las in-teracciones de los individuos a partir de un uso creativo de métodos interpretativos compartidos. Garfinkel propone que a través de dichos méto-dos “las apariencias concretas [de las situacio-nes diversas] aparecen, al miembro de la socie-dad, reconocibles e inteligibles” (p.49). El uso de aquéllos supone la referencia a un trasfondo de expectativas en cada situación de interacción. Con dicho trasfondo nos referimos a un conjunto de supuestos que activa el miembro: (a) respecto al individuo con que se conversa, (b) respecto a la relación que se mantienen con el mismo antes, durante y después de la conversación, (c) respec-to al curso pasado de la conversación, el posible curso futuro y otras conversaciones que resulten similares, y (d) respecto a la situación específica y el contexto temporal más amplio en que se ins-cribe.

Por otro lado, “es posible demostrar que el miem-bro responde a ese trasfondo, pero al mismo tiempo presenta limitaciones para decirnos espe-cíficamente en qué consisten sus expectativas” (Garfinkel: p.49). Dichas expectativas no son ne-cesariamente conscientes y el empleo de los mé-todos de interpretación no es explícitamente es-tratégico. Por eso mismo, estudiar estos métodos

implícitos y rutinarios resulta problemático. Para ello, los primeros adeptos de la etnometodología diseñaron una serie de experimentos conocidos como experimentos de ruptura, no como método predilecto de investigación, sino como estrategia para demostrar la existencia de los supuestos que

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buscan descubrir e interpretar. Estos supuestos se pueden observar y salen a luz mediante la pecu-liaridad de las entrevistas hechas por los diver-sos personajes de Sacha Baron Cohen. Frecuen-temente enfrenta al entrevistado con lo grotesco, lo incómodo e inesperado, y la comedia surge en tanto aquél trata de lidiar con la situación con ma-yor o menor esfuerzo para no perder la paciencia, un esfuerzo que se evidencia en los gestos cor-porales que expresan desaprobación o confusión. Es posible además pensar estos eventos, desde la etnometodología, como experimentos de ruptura en dond e:

“... se viola la realidad social con el fin de arrojar luz so-bre los métodos que utilizan las personas para construir la realidad social. El supuesto subyacente a este tipo de investigación no es sólo que la producción metódica de la vida social sea constante, sino también que los participan-tes no son conscientes de que realizan tales acciones. El objetivo de los experimentos de ruptura es interrumpir los procedimientos normales de manera que pueda observarse y estudiarse el proceso por el que se construye o reconstru-ye el mundo cotidiano” (Ritzer, 1993:294)

En el caso de Baron Cohen, el experimento se inicia tomando como supuesto que el personaje comparte en cierta medida un trasfondo de ex-pectativas con el entrevistado, y concluye cuando se produce el efecto cómico, (quizá irónico, es-candaloso e insultante) de la ruptura. No podría hablarse del mismo experimento con respecto a cualquier película que produzca escándalo debido a la posición particular de los espectadores. És-tos pueden compartir el mismo trasfondo que el entrevistado, pero son cómplices de Sacha Baron Cohen al saber que el entrevistado no posee to-dos los elementos que definen la situación, y de ello que actúe tal como la haría naturalmente. Los métodos interpretativos que se dan por sentado se vuelven, entonces, dolorosamente evidentes en toda su fragilidad.

Tu indignación, nuestra ciencia. Alcances explicativos y críticos del experimento de ruptura en las comedias de Sacha Baron Cohen

3.http://www.telegraph.co.uk/culture/film/5461920/Sacha-Ba-ron-Cohen-the-mysterious-master-of-public-misbehaviour.html

Sería interesante investigar en qué medida los es-pectadores participan del conocimiento de senti-do común de los entrevistados por los personajes de Baron Cohen y hasta qué punto y cómo ciertos grupos de diversa índole pueden a reaccionar a las escenas transgesoras y absurdas. Así, el expe-rimento de ruptura puede ampliarse hacia el pú-blico en una multiplicidad de experimentos parti-culares. Surgen, entonces, interrogantes sobre el efecto de ruptura que plantean las intervenciones de Bruno para la comunidad gay (4) o para el movimiento Fatah en Palestina (5). Ritzer señala que “las reacciones a las rupturas son en ocasiones tan extremas que Hugh Mehan y Houston Wood advirtieron los riesgos que impli-caba su uso: ‘A los interesados se les ha aconse-jado fervientemente que no realicen ningún otro experimento de ruptura’” (Ritzer: 295). Y en la misma línea, según Garfinkel: “Los estudios et-nometodológicos no están dirigidos a formular o sostener correctivos. Solo resultan inútiles con cierto sentido irónico”. De ello que, si nos apo-yamos en Garfinkel, la comedia de Sacha Baron Cohen carecería de valor etnometodológico.

A manera de resolver este problema nos referire-mos a la diferencia entre lo cómico y lo grotes-co desarrollada por Neofotistos en su texto sobre la película ‘Borat’. La crítica de Garfinkel sobre la inutilidad de los estudios etnometodológicos cuando poseen éstos algún rasgo correctivo o iró-nico descansa sobre una concepción de la ironía que funciona de manera similar a lo que Neofo-tistos define como comedia. Lo irónico o cómico, en dicha acepción, muestra cómo cierto elemento de la realidad naturalizado puede ser reempla-zado por otro. Las risas se producen, entonces, cuando el público descubre que el conocimiento común de la realidad no es el más ‘justo’ o ‘co-rrecto’. Este es además el sentido usual que se

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le da a la comedia satírica, cuyo valor crítico o correctivo es fácilmente reconocible. Esta idea es fundamentalmente distinta a la que Neofotistos trabaja como ‘lo grotesco’. Como en el caso de la comedia, lo grotesco apunta a desnaturalizar el sentido común de la realidad. Pero al hacerlo, no se busca mostrar otro sustrato más verdadero, sino que abandona al público en la más plena in-certidumbre. De manera que, lo grotesco ejerce una ruptu-ra del sentido común para mostrar cómo este se construye, sin brindar una alternativa clara. En otras palabras, lo grotesco presenta la imagen de un proceso de construcción de la realidad, no la revelación de una imagen distinta de la realidad. Con los ejemplos que hemos dado más arriba he-mos querido mostrar que este es el carácter pro-pio de las películas de Sacha Baron Cohen, por lo cual no cabe aplicar la crítica de Garfinkel a las mismas.

En todo caso, el potencial crítico y el explicati-vo de los experimentos de Sacha Baron Cohen operan a niveles distintos. Neofotistos explo-ra las posibilidades de crítica política en la utilización de lo grotesco en ‘Borat’ y, en ese sentido, muestra diversos ejemplos en que una imagen grotesca de la población afroamericana, judía o musulmana permi-te plantear una crítica a la construcción de prejuicios en la sociedad norteamerica-na. Pero esta crítica solo funciona cuando se asume una posición – política o moral - desde la cual una forma de construcción de la realidad resulta mejor que otra. De manera que la coincidencia entre el valor crítico y el etnometodológico puede resolverse según los intereses y compromisos que asuma cada inves-tigador.

4.http://www.thewrap.com/movies/article/gay-hollywo-od-comes-out-against-bruno-37215.http://www.haaretz.com/news/palestinian-group-threa-tens-bruno-star-sacha-baron-cohen-1.280884

Bibliografía-Copping, Jasper y Hedley, Caroline “Revealed: the secrets behind the Sacha Baron Cohen set-ups”[ http://www.telegraph.co.uk/culture/sacha-baron-cohen/5527194/Revealed-the-secrets-behind-the-Sacha-Baron-Cohen-set-ups.html] Visitado el 15/07/2010-Garfinkel, Harold Estudios en etnometodología / Barcelona : Anthro-pos Editorial, 2006.-“Audience members still mad at fake Bruno talk show in Carrollton” [http://www.pegasusnews.com/news/2009/jul/05/audience-mem-bers-still-mad-fake-bruno-talk-show-ca/?refscroll=800] Visitado el 15/07/2010-Langley, William “Sacha Baron Cohen, the mysterious master of public misbehavior”[http://www.telegraph.co.uk/culture/film/5461920/Sacha-Baron-Cohen-the-mysterious-master-of-public-misbehaviour.html] Visitado el 15/07/2010 -Neofotistos, Vasiliki The Muslim, the Jew, and the African American: America and the Production of Alterity in the film “Borat.” Anthropo-logy Today N°24, Año 4 2008 pp. 13-17.-Patten Dominic “Gay Hollywood Comes Out ... Against ‘Bruno’” [http://www.thewrap.com/movies/article/gay-hollywood-comes-out-against-bruno-3721] Visitado el 15/07/2010“Palestinian group threatens ‘Bruno’ star Sacha Baron Cohen” [http://www.haaretz.com/news/palestinian-group-threatens-bruno-star-sacha-baron-cohen-1.280884] Visitado el 15/07/2010-Ritzer “Teoría sociológica clásica” México, D.F. : McGraw Hill, 1993

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La “mega-evolución”

Consumir es una de las activi-dades más comunes que rea-lizamos diariamente. Es casi imposible pasar un día sin comprar aunque sea un perió-dico; y si estamos de buen hu-mor y el bolsillo nos lo permi-te, por qué no un LCD o más ropa para reventar el clóset. En Lima, podemos constatar el alto nivel de consumo en el ma-sivo flujo de personas que asis-te a centros comerciales “tradi-cionales” como Jockey Plaza o Plaza San Miguel; pero también en el público de centros comer-ciales más recientes como Mega Plaza, Plaza Norte, Mall Aven-tura Plaza, Lima Plaza Sur, etc.

La tendencia a la apertura de nuevos centros es creciente. Según la Asociación de Cen-tros Comerciales y de Entre-tenimiento del Perú (ACCEP), la inversión de este año para centros comerciales en todo el país será de US$ 816 millones, de los cuales US$ 534 millones serán destinados para proyec-tos en Lima. La particularidad las inversiones en Lima es que habrá una mayor cantidad de proyectos en los sectores pe-riféricos de nuestra capital.

Podemos dar cuenta, entonces, de una inversión importante en sectores que anteriormente ha-bían sido relegados como Lima Norte o Lima Sur, antes llama-dos “conos”. La razón de estas inversiones está en el creci-miento tanto demográfico como económico que han tenido estas zonas, donde habitan las dos terceras partes de la población limeña total(1) . En el caso de Lima Norte, la población es de aproximadamente 2,1 millones de habitantes, es decir, el 25% de la población limeña total.(2)

En el distrito de Independencia (Lima Norte), por ejemplo, se encuentra uno de los centros comerciales con mayor auge en los últimos años: Mega Plaza, el cual fue inaugurado en di-ciembre del 2002. Este centro comercial ha tenido una evo-lución impresionante: empezó con 96 mil metros cuadrados de área. Sin embargo, en los últimos años se han realizado varias ampliaciones, la última de ellas fue una ampliación de 10 mil metros cuadrados para la construcción de nue-vas tiendas exclusivas como: Adidas, Timberland, Starbucks, entre otras. Asimismo, se han mejorado los acabados y faci-lidades del centro comercial, incluyendo ascensores panorá-micos y escaleras eléctricas.(3) Estas mejoras de infraestructu-ra en el Mega Plaza se corre-lacionan con un incremento en el nivel consumo en este centro comercial, incluso en tiendas exclusivas. Por ejemplo, en el año 2008, se registraron ventas por US$ 300 millones, ocupan-

Diana Guerra

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do el segundo lugar en factura-ción de ventas a nivel nacional después del Jockey Plaza. Esta cifra representa un significativo aumento del consumo en este centro comercial, ya que en el primer año de funcionamiento se facturaron $108 millones(4) , es decir casi la tercera parte de lo que se facturó en el 2008. Respecto al flujo de personas, el Mega Plaza se ubica en el primer lugar registrando 3 mi-llones de visitantes al mes para ese año(5) . Por otro lado, en la revista de la Municipalidad de Independencia del mes de abril de 2009, aparece el tema de la exclusividad en el consu-mo. Percy Vigil, gerente gene-ral del Mega Plaza, comenta que el centro comercial cuen-ta con nuevas tiendas, marcas exclusivas, espacios más am-plios y mayores ofertas, ya que la exigencia ha aumentado(6).

Vemos que Lima Norte está mostrando una dinámica inte-

resante respecto al consumo. Como lo menciona el mismo gerente general de Mega Pla-za, los consumidores que asis-ten a este centro comercial se han vuelto más exigentes respecto a los productos que adquieren. ¿Qué ha sucedido para que este centro comer-cial haya tenido, además de un crecimiento extraordinario respecto al volumen de ventas y a la asistencia, un aumento notable de tiendas exclusivas?

Entendiendo la complejidad del

consumo:yo y los no-yo

1. Arellano, Rolando. “Bueno, bonito y barato”. Tomo 1. Pág. 82.2. http://prociencia2005.pe.tripod.com/lima_metropolitana.htm3. Loayza, Jorge. Diario “La República”. 13/12/07.4. http://semanaeconomica.com/articulos5. Vigil, Percy (Gerente general de Mega Plaza). Andina, agencia peruana de noti-cias. 2008.6. http://www.muniindependencia.gob.pe/archivos/revista_independencia_abril.pdf

La evolución de Mega Plaza muestra una dinámica específi-ca del consumo, debido al par-ticular contexto social y econó-mico del sector de Lima norte. Sin embargo, existen elementos generales al tratar este tema. En primer lugar, es importante se-ñalar la relación que existe entre los consumidores y las tiendas. Por un lado, podría pensarse que las empresas son las que imponen una oferta, y luego son los consumidores quienes la convierten en una deman-da, pero el consumo es un fe-nómeno mucho más complejo. Los consumidores no pueden ser reducidos a seres pasivos que obedecen las directrices del mercado, así como tampo-co son los únicos participantes de esta dinámica. Esto quie-re decir que tanto las tiendas como los compradores influyen en la dinámica del consumo.

El consumo es un fenómeno cargado de significados, donde interviene la concepción sobre uno mismo y sobre los demás. Por un lado, se trata de un ám-bito en el que cada persona se define como alguien único, donde las personas redefinen constantemente quiénes son o no son. Es decir, pasamos del plano de la acción a un plano identitario. “Tenemos” pero también “somos”. No obstante,

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lo paradójico de este asunto es que el ámbito del consumo se caracteriza también por las mo-das o tendencias que “igualan” a los consumidores. Que tire la primera piedra el que nunca se ha dado cuenta de que alguien más está usando sus mismas zapatillas, polo, ¡o hasta su mis-mo peinado! Entonces, ¿real-mente el consumo tiene un fin distintivo al definir quiénes so-mos? Las reacciones a estas cir-cunstancias como la vergüenza o la risa confirman que usar (consumir) lo mismo no es lo “normal” o lo que esperaríamos que suceda. Además, la moda significa, en un principio, una novedad que no está al alcan-ce de todos, y no una tenden-cia ordinaria o casi universal. Al contrario, la moda es exclusiva. Es con el paso del tiempo que las tendencias se popularizan y se descartan. Podemos confir-mar, entonces, la singularidad como objetivo del consumo.

Sin embargo, cabe resaltar de quiénes estamos hablando cuando incursionamos en este tema. Cuando se trata del con-sumo, nos referimos a quienes tienen los recursos necesarios para poder elegir, desde un ca-rro hasta un pote de mantequi-lla. Esto quiere decir que no es necesario tener un gran capital

económico para considerar al consumo como una práctica en donde se trasciende el valor de uso y donde, en cambio, prevale-cen los signos y significados(7) .

Por otro lado, consumir produ-ce que establezcamos determi-nadas relaciones con los otros. ¿Te has preguntado qué clase de actitudes, opiniones o com-portamientos tienes frente a alguien que no comparte tus hábitos de consumo? ¿Y frente a alguien que sí los comparte? Definitivamente, el consumo re-presenta un plano en el que se presentan afinidades y con-trastes. Es por ello que se establecen relaciones diferentes entre unos y otros. Asimismo, no se puede hablar del consumo como una relación con los otros sin considerar lo que este signi-fica en el proceso de construcción de una identidad. Son dos caras de una misma m o n e d a .

Nos pregun-tamos, enton-ces, ¿qué tipo de relaciones son las que se

entablan en el plano del con-sumo? Las relaciones entre consumidores pueden ser en-tendidas como relaciones de “distinción”(8) . Este tipo de relación se caracteriza por ser vertical y por pretender afirmar una diferenciación entre unos y otros. Es decir, es una relación en la que se establecen diferen-cias a partir de las elecciones de consumo (marcas, precios, etc.). La verticalidad se expre-sa en una especie de “lucha” por definir quién consume me-jor: quién tiene el mejor carro, la mejor laptop, el mejor saco, etc. Por tanto, al consumir es-tablecemos una posición para nosotros respecto a los demás. Elegir una camisa o un café de cierta marca es parte de la construcción continua de una identidad, así como una herra-mienta para distinguirnos del resto y probablemente afirmar que nuestro consumo es mejor que el consumo de los otros.

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Contrariamente a ello, Arellano propone una visión del consu-mo que relega un análisis ver-tical. Para Arellano, el consumo es diferenciado de acuerdo a los “estilo de vida” de los con-sumidores, sin embargo, no propone un dimensión “dis-tintiva” entre los patrones de consumo que conforman estos estilos de vida. Expresa una es-pecie de “igualdad diferencia-da” o “somos iguales pero dife-rentes”. En mi opinión, Arellano desplaza la importancia de la diferenciación vertical entre los consumidores. Es decir, olvida que el consumo representa una relación que se va redefiniendo a partir de “luchas” entre los consumidores en un espacio y tiempo determinados. Con el término de “lucha” no pretendo mostrar al consumo como una guerra despiadada en la que los consumidores son plenamente conscientes de esta relación, ni tampoco afirmar que tie-nen el único objetivo de ganar en esa “lucha”. La relación en este plano es mucho más sutil de lo que este análisis refleja. Si bien la pretensión por dis-tinguirse del resto juega un rol importante, usualmente esto se confunde con una simple tran-sacción económica que busca suplir una necesidad. Esto quie-re decir que no necesariamente

tenemos este anhelo de distin-ción en mente cuando toma-mos una decisión al consumir.

El tiempo y el espacio son dos elementos que intervienen en la relación distintiva entre con-sumidores. Por un lado, el “ni-vel” en el que uno se encuen-tra respecto al consumo puede cambiar en el tiempo, y lo mis-mo sucede con el posiciona-miento de las marcas. En ellas se refleja el continuo cambio y pretensión de la gente por te-ner “lo mejor” que pueden, lo que significa establecerse por encima de otros. Es así que las marcas experimentan cambios de logos, tiendas, diseño de los materiales, etc. para satis-facer las “necesidades” de los consumidores. En otras pala-bras, estas renovaciones gene-ralmente responden al deseo de la gente de ser diferentes y mejores que los demás (casi siempre de manera implícita).

Por otro lado, el espacio tam-bién influye en la dinámica del consumo. Este es un elemento determinante, ya que la especi-ficidad del lugar y de los actores interviene en los tipos de rela-ciones que surgen. Por ejemplo, las características de los consu-midores (ingresos, nivel educa-tivo, edad, etc.) repercuten en

la dinámica de los centros co-merciales, ya sea en la magni-tud de ventas o en las diferen-cias de patrones de consumo. Esto permite que los casos sean particulares entre sí; sin em-bargo, también pueden encon-trarse semejanzas entre ellos.

Reconóceme

7. Baudrillard, Jean. “La economía política del signo”. Pág. 57.8. Concepto del autor francés Pierre Bourdieu, presente en su libro “La distin-ción. Criterios y bases sociales del gusto”. 1991.

En las relaciones que se es-tablecen dentro del plano del consumo, intervienen diversas características del producto en cuestión, ya sea el precio, la marca, el lugar de compra, la calidad del material, etc. Gene-ralmente, dichas características se encuentran relacionadas di-rectamente entre sí: una marca prestigiosa tiene precios altos, su material es de alta calidad y se ofrece en tiendas lujosas. Por ejemplo, sabemos que, para ciertos sectores, una ca-misa “Pierre Cardin” significa consumir “mejor” que comprar una “Pepi fashion”, a pesar de que los dos productos hayan sido elaborados con los mismos materiales. La diferencia estaría probablemente en el prestigio de la marca, el lugar de compra y el precio, el cual se relaciona comúnmente con lo primero.

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Hacer una buena compra no depende, entonces, solo de factores materiales como la calidad del producto, sino tam-bién del reconocimiento que tenga la marca y del prestigio que esta otorgue al comprador. Esto quiere decir que el con-sumo supone una dimensión simbólica. En ella, las personas pretenden obtener otros bene-ficios además de los atribuibles al producto directamente. Es decir, los consumidores bus-can, a partir del consumo, un reconocimiento por parte de los otros, el cual tendría valor no solo en el ámbito del consumo, sino también en el ámbito so-cial, entre otros. Asimismo, la superioridad en este espacio no es intrínseca, ya que depende principalmente de este recono-cimiento. Son los mismos in-dividuos quienes aceptan esta superioridad en ámbitos arbi-trarios como el de la estética, ¿o es que realmente el color ma-rrón no combina con el negro?

Entonces, si el reconocimiento es el factor principal para defi-nir quién toma las mejores deci-siones cuando se consume, ¿en qué se basa ese reconocimien-to? En realidad, las razones son múltiples y pueden presentarse combina-ciones entre sí. Por un lado, puede creerse que las personas hacen buenas compras porque administran bien su dinero. Me re-fiero con esto a quienes consumen mayormente cuando hay ofertas; es decir, la explicación es-taría dada por lo econó-mico. Asimismo, existen otras justificaciones de tipo social como el gusto.

Como comentaba en líneas an-teriores, el gusto no puede ser una razón en sí para explicar la superioridad de unos sobre otros, es decir, existen gustos distintos pero ¿por qué algunos son mejores? El reconocimiento de estos gustos sí representa una explicación, ya que permi-te una diferenciación vertical.

Otra de las interrogantes res-pecto a este tema es cuál es el objetivo del consumo. La respuesta podría ser que las personas tienen necesidades que buscan satisfacer. De esta

manera, los productos o servi-cios se convierten en un bene-ficio para ellas. Sin embargo, esta respuesta es insuficiente, ¿cuáles serían dichas “nece-sidades”? y ¿qué tipo de be-neficio producirían? En primer lugar, las “necesidades” que satisfacen los individuos cuan-do consumen no son estricta-mente necesidades, ¿o es que acaso las personas necesitan un televisor LCD de 40’ full HD? Y si hablamos de un producto más básico como la leche, ¿por qué elegimos no solo la que tiene más nutrientes, sino la que viene en un empaque más atractivo o la que tiene una pu-blicidad más divertida? Cuando tratamos el tema del consumo, es más apropiado entonces ha-blar de deseos en vez de ne-cesidades, a pesar de que el objetivo en un primer momen-to haya sido realmente una ne-cesidad como la alimentación.Asimismo, la “satisfacción” que produce el consumo tiene una

Las lógicas del consumo

IMPRESCINDIBLELO INNECESARIO ES

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lógica propia en el plano social. En este caso, el consumo su-pone connotaciones de placer que van más allá de la simple satisfacción física como alimen-tarse o protegerse del frío. La satisfacción del consumo res-ponde entonces a deseos pro-pios de cada individuo, que no necesariamente todos compar-ten. Es por esto que común-mente no entendemos por qué algunas personas hacen gastos “innecesarios” al pagar ciertos productos o servicios. No obs-tante, el consumo no significa en todos los casos un deleite. Una misma compra puede te-ner diversos significados de-pendiendo de quién sea el que consume. Por un lado, la acción en sí no supone necesariamen-te sentimientos positivos como agrado o diversión, ya que pue-

de significar también fastidio o aburrimiento para algunos. Sin embargo, en casi todos los ca-sos las personas eligen. Es decir, aun en situaciones en las que comprar una prenda de vestir, por ejemplo, no significa un pla-cer, se está tomando en cuenta qué comprar, cómo debería ser esa prenda, de qué material o color. Se está buscando enton-ces una satisfacción específica que trasciende la necesidad general de abrigarse o cubrir-se. De cierta manera, el placer está presente, ya que deben cumplirse ciertos requisitos. Asimismo, los efectos del con-sumo también tienen significa-dos distintos para cada perso-na. En algunos casos, comprar un producto o pagar un servi-cio puede simbolizar, de forma consciente, ubicarse en una

posición superior respecto a los otros. Es decir, ganar algún tipo de reconocimiento o prestigio. Esto se considera un efecto, pero al mismo tiempo puede ser una causa para consumir de cierta manera. Sin embargo, en otros casos, el consumo po-dría no significar un reconoci-miento por parte de los demás. Esto nos lleva a pensar que no existe una única lógica del con-sumo, sino muchas de ellas, ya que cada persona representa un mundo único e irrepetible, el cual se relaciona con los de-más de formas diferentes. De esta manera, el consumo pue-de llegar a tener significados contrapuestos para distintos consumidores. No obstante, es posible resaltar al mismo tiem-po puntos de encuentro en-tre esta pluralidad de lógicas.

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Este proceso estaría reflejando un sentido de exclusividad en Lima Norte que no había sido presenciado en esta magnitud. En otras palabras, el objetivo de definir una identidad, en este caso a partir del consumo, expresa un anhelo por ser di-ferentes respecto a los demás. Queremos comprar cosas “úni-cas” que nos conviertan en se-res únicos, diferentes del resto. De este modo, es comprensible que las personas aspiren a con-sumir no solo productos buenos sino también exclusivos, que no los hagan parte del común.

demás. Si bien las relaciones de distinción social han existi-do desde antes de la aparición de Mega Plaza, por ejemplo en mercados o centros de entrete-nimiento cercanos, la tendencia diferenciadora y exclusiva en este centro comercial se obser-va de manera potenciada. Esta fuerza se debe en gran parte al desarrollo económico y comer-cial que ha tenido el sector de Lima norte en los últimos años. No obstante, no debemos dejar de lado el ámbito cultural, en donde también se estarían pro-duciendo algunos cambios, por ejemplo en los estilos de vida.

Es así que las relaciones de dis-tinción entre los consumidores de Mega Plaza pueden haber sido un factor que influyó fuer-temente en la aparición y éxito que tienen varias tiendas exclu-sivas en este centro comercial. Los deseos de la gente y sus pretensiones por diferenciarse del resto, además del desarrollo económico experimentado en esta zona, habrían ocasionado que varias tiendas exclusivas se interesen en este espacio, el cual había sido relegado por mucho tiempo. Esto quiere decir que la distinción social ha sido un factor que ha estado presente antes de la aparición de Mega Plaza, pero que continúa en la dinámica de este centro co-mercial de manera resaltante.

9. APEIM. Niveles socioeconómicos 2009.

El consumo representa un nue-vo ámbito desde el que pode-mos analizar la heterogeneidad de la población. Como mencio-nan varios autores actuales, en-tre ellos Paul Kingston(10), con-ceptos como el de clase social no explican satisfactoriamente las diferencias entre individuos.

Una nueva forma de analizar

las diferencias

El caso del centro comercial Mega Plaza no tendría por qué ser sustancialmente distinto a otros en los que se observa este tipo de dinámica. El hecho de que la mayoría de habitantes de Lima Norte sea parte de los niveles socioeconómicos C y D (9) no implica que las personas consuman tomando en cuenta solo sus necesidades en sen-tido estricto. Esto quiere decir que los ingresos no significan un factor determinante en la di-námica del consumo. De igual manera, los deseos tampoco lo son, pero resultan ser más influ-yentes al tomarse una decisión de compra. Esto se muestra en la impresionante evolución que ha tenido el centro comer-cial Mega Plaza. De este modo, se confirmaría la multiplicidad de significados que el consu-mo tiene para las personas.

El centro comercial Mega Pla-za es un ámbito relativamente nuevo en el que las personas pueden definirse como tales y establecer relaciones con los otros a partir del consumo. Esto quiere decir que los agen-tes pueden considerar elemen-tos como qué consumen, cómo lo hacen y en dónde para es-tablecer en el tiempo quiénes son. Esta definición constante los establece en ciertas posi-ciones (variables) desde las cuales se relacionan con los

Mega Plaza?Entonces,

¿qué está sucediendo en

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Kingston afirma que los gru-pos de personas que tienen una posición económica común -lo que comúnmente se desig-na como clases- no comparten significativamente experiencias distintivas de vida. Esto quiere decir que el lenguaje de clase no sería analíticamente riguroso o preciso. La desigualdad eco-nómica no implicaría entonces necesariamente la existencia de clases, así como la gradación de múltiples peldaños económicos no diferenciaría cómo los gru-pos (clases) viven realmente.

10. Kingston, Paul. “The classless society”. 2000. 11. Ibíd. Pág. 2. 12. Ibíd. Pág. 8.

(11) En suma, su crítica funda-mental a la teoría de clases es que las distinciones económicas se han vuelto irrelevantes, y que la cultura está en boga.(12) El consumo, entonces, represen-taría una forma innovadora para dar cuenta de las diferencias.

Este análisis ha pretendido explicar algunos aspectos del fenómeno del consumo, así como de problematizar sutil-mente la dinámica específica del centro comercial Mega Pla-za. Si bien considero que mi

• Andina - Agencia Peruana de Noticias. 11/04/10. www.andina.com.pe• Arellano, Rolando. “Al medio hay sitio”. Lima. Planeta. 2010.• Arellano, Rolando. “Bueno, bonito y barato”. Lima. Planeta. 2007.• Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados (APEIM). 13/07/2010. www.apeim.com.pe• Baudrillard, Jean. “La economía política del signo”. México, D.F. Siglo Veintiuno. 1974.• Bauman, Zygmunt. “Vida de consumo”. México D.F., Fondo de Cultura Económica. 2007.• Bourdieu, Pierre. “La distinción. Criterios y bases sociales del gusto”. Madrid. Taurus. 1991.• Kingston, Paul. “The classless society”. Estados Unidos. Stanford University Press. 2000.• Diario La República. 11/04/10. www.larepublica.pe• Municipalidad de Independencia. 20/06/10. http://www.muniindependencia.gob.pe/archivos/revista_independencia_abril.pdf• Plaza, Orlando (coordinador). “Clases sociales en el Perú”. Lima. CISEPA. 2007.• Pro Ciencia. 11/04/10. http://prociencia2005.pe.tripod.com/lima_metropolitana.htm• Semana Económica. 25/09/10. http://semanaeconomica.com/articulos

análisis se limita a una pers-pectiva, creo que será un pun-to de partida interesante para debatir acerca de este tema, ya sea sobre el caso de Mega Plaza o sobre el consumo vis-to desde un plano general. Las investigaciones que llevaré a cabo permitirán enriquecer este análisis y llegar a conclu-siones más definitivas que es-pero compartir más adelante.

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Muchos de nosotros hemos visto el comercial donde un sexagenario viaja desde el futuro para hablar con su “yo” joven en el año 2010. Cualquiera que haya visto ‘Volver al futuro’ conoce bien estos trances. Sin embargo, en la película las diferentes personas no se podían ver ni reconocer, a riesgo de producir una anomalía que destruiría el universo, o algo así. En la publicidad, el viejito buena onda de la casaca verde (¿era propaganda subliminal para votar por Lourdes?) se anima a dar consejos a su “yo” calichín con el objeto de sacarse a sí mismo de misio en el año 2050.

La clave estaría en escoger un sistema de pensiones adecuado para asegurarse un buen billete en la jubilación. La presentación interactiva del tío explica cómo funciona el Organismo Nacional de Pensiones (ONP) por un lado, y las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), por el otro. No hay que ser muy suspicaz para darse cuenta que se le pone un entusiasmo especial -y unos colorcitos más chéveres- a la presentación de las AFP. Es más, el sistema de reparto de las ONP, en el cual los aportes entran a un fondo que se reparte entre todos los pensionistas -más conocido como el sistema “solidario”- pareciera dejar pocos beneficios. El de las AFP, por otro lado, permitiría que el dinero crezca y crezca

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ciudadanos de la tercera edad disfrutando de la vida es porque están chambeando, lo cual retrasa en algo la entrada de los jóvenes al mercado laboral. Por otro lado, las comisiones que cobran las AFP en esta hermosa tierra del sol están entre las más altas de Latinoamérica. Pero lo realmente problemático es que las AFP, en la práctica, están desfinanciando al ONP al llevarse a los aportantes con mayores ingresos “reduciendo las pensiones de los jubilados y obligando a un aporte del Tesoro Público del orden de los 3 mil millones de soles anuales” (1).

En suma, parece que al tío d e verde se le olvidaron un par de cosas. No queremos satanizar a quienes optaron por pasarse a una AFP tras la turbulenta década del primer García. Los ejemplos de mal manejo de las entidades estatales eran demasiados para que una apuesta del sector privado no resultara tentadora. Sin embargo, el actual sistema parece sostenerse actualmente en la autocomplacencia en los actores privados.

Las AFP se iniciaron en el Perú en la década de 1990. Desde entonces, las que sobrevivieron a su propia incompetencia han ganado un montón de plata cobrando comisiones. Esto es, el porcentaje que te mochan del sueldo año tras año por todos los años que trabajes si es que eres uno de esos especímenes que está en planilla. ¿Lo justo? ¿Hay que dar para recibir? Lo que no nos dicen es que las AFP juegan con tu plata. Es como si le prestaras 50 lucas a un pata y éste se metiera al casino. Si gana, mostro, te paga en el plazo convenido y encima te puede comprar tu menú en agradecimiento, pero si pierde empiezan los problemas. Las AFP juegan, perdón, invierten con el dinero de los aportantes, es decir, cotizan en Bolsa, se meten en negocios privados, etcétera. La expectativa es ganar, por supuesto, pero si pasa algo como la crisis financiera de 2008… digamos que no te van a invitar tu menú. Bajo la lupa hizo un especial sobre el tema. De acuerdo a la publicación, el monto promedio en la modalidad preferida del retiro programado es de S/. 620, por eso el 42% de los afiliados sigue trabajando más allá de la edad de jubilación (65 años). Digamos que la razón por la cual no vemos más respetables

y al final, agárrense, todita la plata va para ti mismo. ¡Yeee! Pero esperen, ¿quién paga esta serie de comerciales, que baratos no deben haber sido? Pues la Asociación de AFP. Mmm.

Dentro de los mismos marcos de la economía de libre mercado, que las AFP han sabido aprovechar tan bien, la competencia está lejos de ser tan feroz como vemos en otros sectores de la economía. ¿Eso es porque las AFP con capitalistas buena gente? No necesariamente. El impacto de no contar con una competencia

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activa que, por ejemplo, informe claramente a los afiliados cuál es la mejor opción, evita que las AFP bajen sus comisiones (¿será por eso que les resulta tan fácil hacer espíritu de cuerpo para pagar comerciales “informativos”?)

Pero incluso ante esta “pasividad”, el Estado podría hacer mucho más, como en Bolivia, en donde se realizaron licitaciones para asignar la administración de los fondos de pensiones a las empresas que ofrezcan las comisiones más “competitivas”. Como resultado, las comisio-nes bajaron significativamente. En Argentina se estableció una comisión tope y listo. En Uruguay hay una AFP estatal que actúa como reguladora del mercado. En Brasil, hay tres regímenes: uno para los funcionarios civiles y militares, otro para el resto de trabajadores y un tercero –privado- para quienes desean obte-ner ganancias adicionales, asumiendo los ries-gos que esto implica. En palabras del entonces Viceministro para la Seguridad Social de Bra-sil, Carlos Eduardo Gabas: “La idea es que to-dos tengan acceso a una pensión mínima una vez que alcancen la edad de jubilación. Los que quieran mayores ingresos –y se lo puedan permitir- pueden optar por el régimen priva-

do. De este modo, todos están cubiertos”(2) . ¿Será que todos están mal y nosotros bien?

Hay (¿o hubo?) iniciativas legislativas para cautelar los intereses de los afiliados que vie-nen desde 2008. No obstante, conocemos la capacidad del Congreso para dar largas a los temas que no reciben mucha prensa y sobre los que no reciben presión social, como este. Mientras tanto, el 65% de los empleadores evade las obligaciones a cualquier plan de pen-siones, mientras que el porcentaje de trabaja-dores no formalizados que aporta a una AFP es muy escaso. Bajo la lupa se pregunta por qué, si es que dicen que el sistema es tan bueno. Es-tos son problemas ahora y serán más acucian-tes en 2050 (si no se acaba el mundo en 2012) cuando el 16% de la población peruana esté en edad de jubilación, y no el 6.5% como hoy. Parece que al sexagenario de la casaca verde se le olvidó decir un par de cosas.

1. Bajo la lupa, nº 16, año 2, diciembre de 2009.2.‘Seguridad social para todos al estilo brasileño’, en Trabajo. La revista de la OIT nº 67, diciembre de 2009.

INFORMATE MEJORDECIDE MEJOR

VIVE MEJOR

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El tercer documental del director francés Pierre Carles está dedicado íntegramente a Bourdieu. La sociología es un deporte de combate acompaña al autor de La Distinción desde 1998 hasta 2001. Sin duda obtuvo harto material: Bourdieu en la oficina, Bourdieu en la calle, Bourdieu en la radio… (faltó Bourdieu jateando nomás) que después de una hábil edición nos muestra a un tipo más bien asequible y sobre todo comprometido, cosa que a algunos les parece pues, “poco científica”. Lo notable es que la producción del sociólogo, fallecido en 2002, haya sido tan influyente y rigurosa, aún asumiendo una postura política; queda claro que una cosa no contradice la otra. Volviendo al documental, hay momentos estelares en los que se ve al pata junto a su equipo de investigación, jugueteando con las variables. También se ve cómo justifica los planteamientos presentes en La dominación masculina y un evento en el que lo sacan al fresco, tratando de encasillarlo como “intelectual parisino”, pero Bourdieu no se deja y marca posición, dejando en claro a quiénes considera sus colegas y a quiénes no. En el conversatorio sobre Foucault que La Colmena organizó en Mayo (ver texto de Martín Santos en esta edición) regalamos copias bajaditas de Internet entre el respetable.

LA SOCIOLOGIE EST UN SPORT DE COMBAT

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