13
Aula Agustiniana de Educación, Madrid. Eenero 2010, Carmen Pellicer a búsqueda de la interioridad en la tarea pedagógica es una constante que adquiere muchos rostros según el contexto en el que nos desenvolvemos. Parte de la necesidad de alejar a nuestros alumnos de lo trivial, de lo superficial, de las voces que les alejan de su yo interior y que les ‘desimplican’ de la construcción de su proyecto de vida libremente asumido. En la escuela es una preocupación constante en los planes pastorales y los proyectos educativos. En este momento de cambio que afecta de forma especial al modelo curricular, el concepto de competencia ofrece una herramienta útil para generar un modelo de estimulación y desarrollo de la dimensión espiritual de todo ser humano, que coincide con ese anhelo de llegar a tocar su yo más profundo. Las ventajas de incluir la competencia espiritual en el currículo se centran en la posibilidad de hacer una reflexión sistemática sobre cuales son los indicadores o elementos que hacen posible en todas las edades y contextos el desarrollo de esa interioridad. El carácter interdisciplinar, su aplicación a las experiencias cotidianas no académicas, la interacción con el resto de aprendizajes básicos y la posibilidad de graduar los desempeños y rasgos concretos para cada momento evolutivo son los ejes de una buena programación por competencias. Incluir por ello, la competencia espiritual en el trabajo ordinario de nuestras aulas abre nuevas y sugerentes posibilidades para la didáctica y también son una oportunidad de reflexión y creatividad para nuestra pastoral. En este artículo revisaremos algunos precedentes y fuentes para el desarrollo de esta competencia que justifiquen la elección de los cinco indicadores que propondremos para la reflexión durante esta jornada. L LA INTERIORIDAD COMO COMPETENCIA PRIORITARIA

LA INTERIORIDAD COMO COMPETENCIA …fundaciontrilema.org/wp-content/uploads/2016/11/LA-INTERIORIDAD... · la escuela es una preocupación constante en los planes pastorales y los

Embed Size (px)

Citation preview

Aula Agustiniana de Educación, Madrid.

Eenero 2010,

Carmen Pellicer

a búsqueda de la interioridad en la tarea pedagógica es una constante que adquiere muchos rostros según el contexto en el que nos desenvolvemos. Parte de la necesidad de alejar a nuestros alumnos de lo trivial, de lo superficial, de las voces que les alejan de su yo interior y que les

‘desimplican’ de la construcción de su proyecto de vida libremente asumido. En la escuela es una preocupación constante en los planes pastorales y los proyectos educativos. En este momento de cambio que afecta de forma especial al modelo curricular, el concepto de competencia ofrece una herramienta útil para generar un modelo de estimulación y desarrollo de la dimensión espiritual de todo ser humano, que coincide con ese anhelo de llegar a tocar su yo más profundo. Las ventajas de incluir la competencia espiritual en el currículo se centran en la posibilidad de hacer una reflexión sistemática sobre cuales son los indicadores o elementos que hacen posible en todas las edades y contextos el desarrollo de esa interioridad. El carácter interdisciplinar, su aplicación a las experiencias cotidianas no académicas, la interacción con el resto de aprendizajes básicos y la posibilidad de graduar los desempeños y rasgos concretos para cada momento evolutivo son los ejes de una buena programación por competencias. Incluir por ello, la competencia espiritual en el trabajo ordinario de nuestras aulas abre nuevas y sugerentes posibilidades para la didáctica y también son una oportunidad de reflexión y creatividad para nuestra pastoral. En este artículo revisaremos algunos precedentes y fuentes para el desarrollo de esta competencia que justifiquen la elección de los cinco indicadores que propondremos para la reflexión durante esta jornada.

L

LA INTERIORIDAD COMO COMPETENCIA

PRIORITARIA

2

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

A. La Inteligencia existencial/espiritual como fuente de trabajo.

1. Orígenes: Por qué se despierta el interés. William James1 a principios del siglo XX sitúa la experiencia individual como centro de la investigación científica que desembocará en el desarrollo de una nueva conceptualización de la espiritualidad como un campo amplio al que la religión pertenece como un componente importante pero no exclusivo.

Más tarde, desde su experiencia como teólogo y su conocimiento de múltiples tradiciones religiosas, el teólogo alemán Ruldolf Otto reflexionó ampliamente sobre la experiencia de lo espiritual. Basándose en los trabajos de principios del XVIII de Zinzendorf, acotó el término ‘percepción de lo numinoso’ que considera la esencia de lo sagrado y el fundamento de toda experiencia religiosa. Esta experiencia es para Otto, universal en todos los credos y confesiones religiosas. No es meramente un sentimiento subjetivo ni un proceso psicológico, ni es incompatible con la reflexión racional teológica. No es una experiencia que pueda forzarse ni imponerse sino, más bien, dice Otto, puede ser despertada y evocada. Aunque frecuentemente se asocia a la experiencia de dios, ocurre en otros ámbitos de la naturaleza humana, algo así como un ‘sexto sentido’ para percibir el misterio en la realidad. Esto se traduce incluso en reacciones físicas relacionadas con las que narran los textos bíblicos o los místicos, y cita experiencias de San Agustín y San Juan Crisóstomo, y una sensación de paz indescriptible2. Señala también el autor alemán que estas experiencias ejercen una fascinación y atracción en el ser humano que le transportan frecuentemente a la búsqueda de Dios.

La influencia del psiquiatra Carl Jung también ha sido determinante. La vinculación del ser humano a una dimensión de misterio y el reconocimiento de la importancia de la espiritualidad en la construcción de la identidad personal y colectiva como algo que pertenece a la vida cotidiana, es un paso importante para el reconocimiento científico de la importancia de lo espiritual.

Por último, el concepto de Maslow de auto-actualización, esto es el yo que abandona el ego y construye el sí mismo, y la importancia de las experiencias pico de lo transcendente, de una intensidad inusitada y de carácter voluntario, son expresiones privilegiadas de la búsqueda de la interioridad.

2. Las inquietudes en el mundo científico. En los años recientes, lo espiritual se aleja todavía más de la tradición religiosa hacia una ambigüedad semántica para referirse a lo que hay más allá de lo material en nosotros. Se refiere a muchos matices diferentes, incluso a veces contradictorios, pero que tienen en común su referencia a la experiencia personal. Las definiciones son múltiples y sitúan en contextos teológicos, filosóficos, antropológicos pero también en el mundo de la medicina o la terapia.

1 James W. The varieties of Religious Experience. Harvard University Press. Cambridge, Ma. 1902 2 Otto, R. The idea of the holy. Oxford University Press. Oxford 1950

3

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

Especialmente en EEUU, se multiplican los estudios que proponen instrumentos de medición y escalas que establecen descriptores muy variados. Algunos de ellos son: La Escala de Espiritualidad Transcendente de Piedmont, la Escala Multidimensional del Instituto Fetzer para utilizar en la asistencia médica y el Inventario de Expresiones de Espiritualidad de Macdonald. Estos inventarios coinciden en diferenciar religiosidad de espiritualidad y asocian a cada uno de los ámbitos descriptores diferentes como los siguientes:

- Espiritualidad: Significado, unión, transcendencia, subjetividad, propósito, experiencia universal, compasión, interioridad, experiencia, integralidad, multidimensional. Ecuménico, existencial, esperanza, individual, totalidad, plenitud interior, facilitadora de vida, natural, privado, espontáneo, limitación…

- Religiosidad: Institucional, creencias, organización, confesional, sistema de creencias, doctrina, externo, explicación de lo místico, ritual, público, social, tradición…

Simplemente observando el carácter de los descriptores que se manejan en el mundo académico, se aprecia cómo los estudios recientes manejan cada vez más una dicotomía algo estereotipada que opone los dos términos y que es el resultado de un proceso que comienza en la postmodernidad. Maslow,3 ya en los años 70, consolida esa polarización en el ámbito de la psicología, que se relaciona con varios factores: el cuestionamiento individual sobre la verdad, la autonomía personal, el valor de la experiencia individual, la erosión de la autoridad institucional, y la coexistencia de sistemas de creencias y cosmovisones legítimas y contradictorias en una sociedad multicultural y globalizada. El debilitamiento progresivo de lo religioso-institucional abre paso al fortalecimiento de ‘lo espiritual’ para llenar sus vacíos, y enfrenta a ambos conceptos en la investigación de los países occidentales alrededor de tres ejes:

- La religión organizada frente a la espiritualidad personal

-La religión del sujeto que se centra en las creencias y practicas en relación a un ser superior frente a la espiritualidad que tiene un carácter funcional y que afronta cómo esas creencias, valores y prácticas ayudan a afrontar problemas de sentido, muerte, soledad, sufrimiento o injusticia.

-La negatividad de la religiosidad relacionada con estructuras y dogmas, muchas veces de carácter destructivo, frente a la positividad de la espiritualidad que tiene que ver con formas de ser y de crecer hacia la madurez o la plenitud.

3. Las bases neurológicas de la experiencia espiritual. La discusión sobre si existe o no un tipo de inteligencia específicamente espiritual no está cerrada. La apuesta inicial de Howard Gardner ha dado un paso atrás ante la reacción de los sectores más fundamentalistas que pretendieron usar esta definición para justificar la obligatoriedad de la experiencia religiosa, y en todo caso, de una determinada experiencia religiosa. La presión sociológica ha hecho que Gardner redefina la posibilidad de la existencia de una ‘inteligencia existencial’, cuyas características son similares a 3 Maslow, A. Religion, values and Peak-experiences. The Viking Press. Nueva York. 1970

4

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

las descritas en sus primeras obras, pero sin connotaciones explícitamente religiosas. Los criterios para que un conjunto de habilidades y capacidades pueda ser considerado una inteligencia son fundamentalmente 5:

- Incluir un conjunto de habilidades mentales interrelacionadas, que no se identifiquen con experiencias concretas.

- Que se desarrolle a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento hasta la vejez.

- Que facilite la adaptación y la resolución de problemas in contextos variados de experiencia.

- Que permita al individuo razonar de forma abstracta y hacer juicios apropiados.

- Demostrar una base cerebral o un componente biológico.

Que la Inteligencia Espiritual cumpla todos los requisitos es el objetivo de numerosos artículos e investigaciones en los últimos años. Desde el convencimiento que la inteligencia no puede reducirse al ‘coeficiente’ que medíamos tradicionalmente en las escuelas, ni se limita alas capacidades lingüística, espacial y matemática, el debate plantea su inclusión junto con la inteligencia emocional y social en el modelo explicativo del cerebro humano.

4. Las ‘ventajas evolutivas’ de la experiencia religiosa. Uno de los campos donde la experiencia de lo espiritual ha sido descuidada es en la psicología evolutiva. Solo recientemente se ha comenzado a apreciar la influencia positiva de la religiosidad y del bienestar espiritual en los procesos madurativos, especialmente de los adolescentes. Se han propuesto muchas teorías evolutivas de la espiritualidad, que recogen evidencias que desde edades muy tempranas los niños muestran rasgos de crecimiento espiritual, y no es algo, como se creía, vinculado solo a la madurez y a los procesos cognitivos. Sin embargo existe bastante coincidencia en cómo es en la adolescencia temprana donde se consolida esta dimensión ya que está muy relacionada con la formación de la identidad. Muchos estudios empíricos están recogiendo datos sobre la relación entre el bienestar espiritual y el estado de vida o el grado de felicidad.

Holmer, Coleman y Wallace, señalaban en un estudio sobre la infancia realizado en Canadá en el 2008, cómo el significado y la valoración de la propia vida, y la calidad y profundidad de las relaciones interpersonales influye directamente en el estado de vida feliz de los niños entre los 8 y 12 años.

En el 2003 se publicó un estudio sobre las influencias en las actitudes y comportamientos de los adolescentes en EEUU, después de una investigación que duró 10 años. Alrededor del 58 % estaban conscientemente involucrados en una vida espiritual activa. Y este grupo además mostraban una estabilidad mayor emocional y social, menor índice de delincuencia, mayor grado de compromiso social, y participación en actividades socialmente creativas. Lo que se consideró en la psicología como una neurosis y un elemento negativo para el desarrollo de

5

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

la personalidad durante el siglo pasado, en parte debido al discurso freudiano y los prejuicios hacia lo religioso de muchos académicos, hoy da un giro copernicano. El estudio mundial de valores, que recoge cada cinco años datos de alrededor de 60 países señalaba que más de un 60% de adolescentes y jóvenes hasta los 24 años se consideran religiosos, identificándose con cuestiones como ‘momentos de reflexión y quietud, personal, o , creencias, bienestar espiritual... aunque la vinculación a las religiones organizadas varíe mucho entre países y confesiones.

B. Cómo se estructura en diferentes sistemas educativos y autores relevantes.

Propuestas de indicadores:

1. OFSTED.

Desde 1944, los diversos documentos oficiales de Gran Bretaña recogen el compromiso de impulsar el desarrollo espiritual de los alumnos en sus escuelas. Esto hace que haya abundante bibliografía sobre las implicaciones teóricas y prácticas, y su evolución a lo largo de los años. De especial interés son los informes de la Inspección escolar. El hecho de que a pesar de las reticencias y dificultades que provoca en algunos ambientes, se mantenga, muestra la vigencia y la importancia de esta área, en una sociedad multicultural, multirreligiosa, con una problemática en muchas cosas común a la nuestra. La evolución en la misma concepción de "dimensión espiritual" constituye una posible respuesta a las necesidades educativas que se van planteando en nuestras escuelas. A partir de esa trayectoria y la experiencia de los diferentes investigadores y escuelas que han desarrollado materiales didácticos y, sobre todo, de evaluación, podemos encontrar una fuente de inspiración de carácter sistemático y académico.

El documento más importante en la consolidación de la educación moral y espiritual hasta nuestros días, lo publicó el Consejo del Currículo Nacional (NCC) en 1993: Spiritual and Moral Development, (El Desarrollo Espiritual y Moral). Este documento se ha convertido en normativo para la enseñanza de esta área. Ofrece unas definiciones básicas, retomando la terminología antropológica de los documentos anteriores, que sirve de referencia para toda la legislación publicada posteriormente. El documento identifica la existencia de una experiencia universal de lo espiritual, que sirve de base para la búsqueda del propio sentido de la vida.

El documento pretende desde el principio demostrar que estas dimensiones no corresponden solo a la Educación Religiosa y el "culto colectivo", esto es, la asamblea obligatoria en todos los centros que se realiza por las mañanas, y cuya naturaleza religiosa está muy cuestionada,4 sino a todas las áreas del currículo y aspectos de la vida escolar. También reconoce que la mayoría de los alumnos de los colegios multiculturales ya no vienen de familias con una práctica religiosa

4 NCC., Spiritual and Moral Development, York, 1993, pag.1

6

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

regular, por lo tanto define el potencial para el desarrollo espiritual como algo abierto a todos, sin estar ceñido o condicionado a ninguna fe particular:

"El término Desarrollo Espiritual necesita entenderse como aquello que corresponde a algo fundamental en la condición humana, que no se experimenta necesariamente a través de los sentidos físicos y/o se expresa con el lenguaje cotidiano. Tienen que ver con las relaciones con las otras personas y, para los creyentes, con Dios. Tiene que ver con la búsqueda universal de la identidad individual –con nuestras respuestas a experiencias desafiantes, como la muerte, el sufrimiento, la belleza, y los encuentros con el bien y la maldad. Tiene que ver con la búsqueda del significado y la finalidad de la vida, y de los valores por los que vivir."5

El Documento legal recoge algunos aspectos de este desarrollo espiritual, que la mayoría de la gente está dispuesta a aceptar aunque luego varíe la interpretación que dan a muchas de ellas, o se atribuyan a razones físicas, sociológicas, religiosas o psicológicas:

• Creencias: El desarrollo de un sistema de creencias personales, que por supuesto incluye las creencias religiosas, pero también las respuestas no religiosas a las preguntas por el sentido; el desarrollo de un cierto aprecio por cómo las personas y los pueblos comparten esas creencias y basan sus vidas y su convivencia en ellas; y una creciente comprensión de cómo las creencias contribuyen a la identidad personal.

• Un sentido de admiración, maravilla y misterio: Encontrar la inspiración

en el mundo natural, el misterio o los logros humanos.

• Experimentar sentimientos de transcendencia: Sentimientos que pueden provocar la creencia en un ser divino, o la creencia en que las propias capacidades interiores posibilitan elevarse más allá de las experiencias cotidianas.

• La búsqueda de significado y finalidad: Preguntarse por qué yo en los

momentos difíciles o de sufrimiento; reflexionar sobre los orígenes y el sentido de la vida; responder a los retos de las experiencias de la vida, como la belleza, el sufrimiento y la muerte.

• Auto-conocimiento: La conciencia de uno mismo, en términos de

pensamientos, sentimientos, emociones, responsabilidades y experiencias; una comprensión creciente y aceptación de la identidad espiritual; el desarrollo del respeto por uno mismo.

• Relaciones humanas: Reconocer y valorar el valor de cada persona;

desarrollar un sentido comunitario; la capacidad de construir relaciones con los demás.

5 Ibidem.

7

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

• Creatividad: expresar los pensamientos y sentimientos más íntimos y recónditos a través, por ejemplo, del arte, la música, la literatura o las manualidades; ejercitar la imaginación, la inspiración; la intuición y la introspección.

• Sentimientos y emociones: Sentir el ser conmovido por la belleza o la

bondad; herido por la injusticia o la agresión; adquirir una conciencia creciente de cuándo es importante controlar los sentimientos y las emociones, y cómo aprender a utilizar esos sentimientos como fuente de crecimiento personal.

El texto recalca la importancia de su desarrollo en el contexto educativo del modo siguiente:

"Sin curiosidad, sin la inclinación a cuestionar, y sin el ejercicio de la imaginación, la introspección y la intuición, la gente joven carecería de la motivación para aprender, y su desarrollo intelectual sería dañado. Privados de la comprensión de uno mismo y, potencialmente de la habilidad para comprender a los otros, puede ser que experimenten dificultades para co-existir con sus vecinos y colegas en detrimento de su desarrollo social. Si no fueran capaces de conmoverse con sentimientos de admiración reverente y maravilla ante la belleza del mundo en que vivimos, o con el poder de artistas, músicos y escritores para manipular el espacio, los sonidos o el lenguaje, vivirían en un desierto interior espiritual y cultural." 6

El documento manifiesta una cierta preocupación por cómo evaluar un área tan compleja como el crecimiento personal. Insiste en el carácter escolar del desarrollo espiritual, insistiendo en que es un área donde los alumnos pueden progresar, si no de una manera lineal más tradicional, sí creciendo en algunos aspectos concretos y observables.

• Cómo reconocen el valor de la existencia de los otros, independientemente de ellos mismos.

• Alcanzan la conciencia y reflexionan sobre las experiencias. • Cuestionan y exploran el sentido de las experiencias. • Comprenden y evalúan toda una serie de posibles respuestas e

interpretaciones a esas experiencias. • Desarrollan el discernimiento y puntos de vista personales. • Aplican ese discernimiento obtenido con niveles cada vez más

profundos de percepción sobre la propia vida.

La última revisión del curriculum se ha publicado como documento de discusión el pasado mes de Diciembre 2009. Mantiene la definición de dimensión espiritual que se arrastra desde la reforma del 2002, y destaca que su estimulación es importante no solo como requisito legal sino también porque enriquece los procesos de enseñanza y aprendizaje. Debe desarrollarse en todo el curriculum y se relaciona también con el aprendizaje tecnológico, social, científico y económico, así como en las artes, las lenguas las humanidades y la Enseñanza 6 Ibidem. Pag.3.

8

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

de la Religión, de carácter obligatorio en los sistemas anglosajones. Son interesantes las preguntas que se plantean a los profesores de secundaria para ayudarles a valorar hasta que punto estimulan la dimensión espiritual:

- ¿Estimulan y celebran atributos como maravillarse, sabiduría, apertura, y renuncia a uno mismo?

- ¿animan a los alumnos a considerar que existen algunos aspectos de la existencia que son difíciles de explicar?

- ¿Ofrecen oportunidades para explorar el mundo interior de creatividad e imaginación como parte esencial del ser humano?7

Para infantil y primaria las nuevas orientaciones señalan que el desarrollo espiritual supone el crecer siendo conscientes de ellos mismos, de su potencial único, su comprensión de sus debilidades y fortalezas y su deseo de superación. A medida que la curiosidad por ellos mismos crece y su lugar en el mundo se afianza, deben intentar contestar a las cuestiones fundamentales de la vida por ellos mismos. Desarrollan el conocimiento, las habilidades, la comprensión, las cualidades y las actitudes que necesitan para tomar decisiones morales responsables y actuar de acuerdo a ellas

2. Rachael Kessler.

Rachael Kessler8 parte de la consideración del aula como centro de pertenencia y desarrollo personal. La autora se pregunta qué hacer para que algunas clases tengan ‘alma’, y cómo los docentes aprenden a discernir cuando se accede al corazón de los alumnos. Desde esas experiencias intensas de relación y aprendizaje se consolidan los patrones de la motivación intrínseca y la estimulación espiritual. Propone 7 puertas para acceder a la interioridad de los alumnos, desde la infancia a la adolescencia:

- La necesidad de conexiones profundas.

- El deseo de silencio y soledad.

- La búsqueda de significado y propósito.

- El hambre de alegría y disfrute.

- El flujo creativo.

- La urgencia de transcendencia.

- La necesidad de iniciación.

7 Qualifications and Curriculum Authority, National Curriculum. Spiritual and moral development. 2 Diciembre 2009 8 Kessler R. The Soul of Education: Helping Students find Connection, Compassion and Character at School. Ed. As. Supervision y Curriculum. Boulder. 2000.

9

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

Estas puertas, como las llama Kessler permiten acceder a cada alumno de forma única y pueden estimularse a través de muchas oportunidades en la vida escolar, estimulando las voces interiores, creando reglas en común para la convivencia, mediante juegos y metáforas, a través de preguntas últimas de sentido y compartiendo relatos sobre momentos significativos de la vida personal.

3. Marshall y Zohar.

En el año 2000 el matrimonio de Oxford, Ian Marshall y Danah Zohar combinan distintos campos de investigación física, medicina, fisioterapia, filosofía y teología en la publicación de su libro Inteligencia Espiritual9. Presentan ocho características de esta inteligencia:

- Capacidad de ser flexibles.

- Nivel alto de conocimiento personal e introspección.

- Capacidad de enfrentarse y transcender el dolor.

- Capacidad de aprender con el sufrimiento.

- Capacidad de inspirarse en visones y valores.

-Tendencia a ver las relaciones entre las cosas: ser holísticos.

-Rechazo a causar daño a los demás.

-Tendencia a cuestionar las propias acciones y a pretender respuestas fundamentales.

-Capacidad de ser coherentes con las ideas propias frente a las convencionales, siendo ‘independientes de campo’ y espontáneos.

En el libro los autores describen la búsqueda de las ciencias de ese ‘punto divino en el cerebro:

¿Es este punto divino una triquiñuela neurológica que nos ha jugado la naturaleza porque la fe en Dios es útil a la naturaleza o la sociedad? ¿Se han desarrollado rituales y símbolos, se ha escrito poesías, dedicado muchas vidas, librado guerras y construido catedrales durante miles de años sólo a causa de cierta actividad eléctrica en algunas zonas del cerebro?¿Es la fuerza de la conversión de San Pablo en el camino de Damasco nada más que el efecto de un ataque epiléptico?¿O este punto divino es un componente decisivo de nuestra inteligencia espiritual y la actividad en el lóbulo temporal no es más que la forma que tiene la naturaleza de permitir que el cerebro tenga un papel en el conocimiento más profundo de nosotros mismos y del universo?10

9 Cf. D.Zohar y I. Marshall, Inteligencia Espiritual. Plaza y Janés. Barcelona.2001, pag.29 10 Op.cit pag 96

10

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

Después de recorrer las investigaciones de los últimos años los autores concluyen que parece claro el papel de lo biológico en la experiencia espiritual, en muchas de sus variedades. Sin embargo, poseer esa posibilidad cerebral, incluso altamente desarrollada, no garantiza su uso creativo ni la experiencia religiosa. Para que esto ocurra hace falta que toda la vida personal, las emociones, motivaciones y potencialidades, formas de conocer y opciones de vida estén integrados y se ejerciten. Proponen varias formas de ‘mejorar’ esa potencialidad y pasar de una espiritualidad enfermiza a una espiritualidad inteligente11:

-Tomar conciencia de dónde estoy ahora.

-Sentir con fuerza lo que quiero cambiar.

-Reflexionar sobre lo que es mi propio centro y cuál es la base de mis motivaciones más profundas.

-Descubrir y desbaratar obstáculos.

-Explorar diversas posibilidades de avance.

-Comprometerse en un camino.

-No olvidar que hay muchos caminos.

4. David Hay y Rebecca Nye.

James Fowler12 y el equipo de David Hay y Rebecca Nye han centrado sus investigaciones en la evolución de las experiencias espiritual, y religiosa a lo largo de los procesos madurativos . Muchos estudios, críticas y aportaciones posteriores recogen un elenco de valores que diversos autores señalan como valores espirituales en sentido amplio de la palabra:

-Misterio.

-Unicidad.

-Vulnerabilidad.

-Inquietud.

-Intersubjetividad.

-Racionalidad.

-Libertad.

-Imaginación.

11 Op.cit. pag 241-242 12 Fowler, J. Stages of Faith. The psychology of Human Development and the Quest for Meaning. Harper One. Nueva York 1976.

11

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

-Comunicación.

-Transcendencia.

-Contemplación.

-Conciencia finalística.

-Conciencia simbólica.

-Sacrificio.

-Tiempo.

-Amor.

-Pregunta por el sentido.

-Infinito.

El trabajo de estos autores se ha centrado en analizar en qué sentido cada uno de ellos puede considerarse como valor espiritual, cómo es educable y cuál es el carácter de su presencia en los procesos educativos. La construcción de la identidad del niño, entendida como un proceso de desarrollo hacia la madurez exige el crecimiento en todos los espacios y tiempos donde se mueve el niño: la familia, la escuela, el tiempo libre y un ‘tiempo subjetivo’, que implica, según diversos autores, un tiempo de búsqueda interior, inseguridades, angustias, ansiedad, soledad, miedos, desconfianzas, amistad, desengaños, fantasía, ilusión, riesgo, búsqueda de la felicidad... La dimensión espiritual infantil se proyecta en los cuatro, pero de modo especial en el último que requiere cuatro actitudes básicas, que los autores consultados califican de espirituales: ‘stillness’ (quietud), ‘awareness’ (conciencia), wise stewardship (llevar sabiamente las riendas de la vida) y engagement (implicarse en la realidad-compromiso), tal como recoge David Hay.13

5. Robert Emmons. Robert Emmons14 quien, en polémica con Gardner, da un paso más al definir, desde las investigaciones de los neurólogos d’Aquili y Newberg15, la existencia de los sistemas neuronales relacionados específicamente con las experiencias místicas. Estos autores han analizado lo que ocurre en el cerebro por ejemplo, durante los estadios de meditación, en la que se crean una especie de ‘escudos’ que protegen la mente de la intrusión de estímulos superfluos. Ese bloqueo afecta muchas áreas cerebrales y crea un estado que llaman ‘deaferentación’ en el que la mente tiene un estado especial de conciencia relacionado con lo que los místicos describen como unión espiritual. Algunas habilidades y manifestaciones específicas de la conducta pertenecen a esa inteligencia o capacidad, como dice Emmons. No se trata de reducir evidentemente lo espiritual a lo biológico, sino 13 Hay D. Nye R. The Spirit of The Child. Kingsley Publi. London 2006 14 Emmons, R. The psychology of ultimate concerns: Motivation and spirituality in personality. Guilford Nueva York 1999 15 D’Aquili,E. y Newberg,A. The mystical mind: Probing the biology of religious experience. Fortress Press, Minneapolis, 1999

12

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

que, por el contrario, recoge la relevancia de la dimensión espiritual para afrontar la vida cotidiana, y señala que las diferencias individuales en la vivencia de la espiritualidad constituyen rasgos fundamentales del carácter. Los rasgos que constituyen esa inteligencia, y por los que destacan aquellos individuos que la tienen especialmente desarrollada según este autor son cinco:

-Capacidad de transcendencia que permiten una visión más profunda de uno mismo y lo que nos rodea.

-La habilidad para entrar en estados de conciencia intensa de espiritualidad o misticismo.

-La habilidad de revestir los acontecimientos cotidianos, actividades diarias y relaciones personales de un sentido de lo sagrado o lo divino.

-La habilidad de utilizar recursos espirituales para resolver problemas de la vida.

-La capacidad de llevar una vida virtuosa.

Emmons pone como ejemplo la existencia de individuos con una espiritualidad excepcional, entre los que cita a Teresa de Ávila, Juan de la Cruz y el maestro sufí Ibn ‘ Arabi . El mismo Gardner cuando fundamenta la inteligencia existencia pone ejemplos como Luther King, Gandhi o Teresa de Calcula, todos, por cierto, líderes religiosos.

C. ¿Qué hacer para que algunas clases tengan ‘alma’? Propuesta de indicadores para la novena competencia.

Hemos visto las raíces y precedentes para la definición de la competencia espiritual. Desde la experiencia educativa y la investigación, nos atrevemos a proponer 5 indicadores o rasgos a desarrollar en nuestra tarea educativa. Cada uno de ellos, como en el resto de las competencias básicas que constituyen el eje del nuevo currículum, cabalga entre las capacidades y los dominios experienciales que las personas y los grupos humanos generan y desarrollan a lo largo de su existencia. En cada edad y contexto de aprendizaje se podrá estimular su desarrollo de múltiples maneras y utilizando diferentes estrategias, pero estos 5 ejes son comunes a la maduración de la dimensión espiritual y son una forma excepcional de abonar el terreno de lo explícitamente pastoral.

1. Apertura al mundo interior. Conocerse a uno mismo en profundidad y ser consciente de la identidad personal, siendo receptivos no solo a lo que viene de fuera sino también los pensamientos, los recuerdos, emociones y sentimientos que vienen de dentro, explorando los diferentes matices de la vida personal más allá de las apariencias. Ser ‘conscientemente consciente’ de todo ello, es decir estar alerta y utilizar de forma activa todo ese bagaje para afrontar las experiencias vitales. Reconocer la voz interior y ser capaz de escucharse en silencio a uno mismo para después expresar explícitamente lo aprendido.

13

ww

w.fu

ndac

iont

rile

ma.

org

ethos compromiso pathos pasión logos sabiduría

2. Reconocimiento del Misterio. Identificar las dimensiones transcendentes de uno mismo, los otros y el mundo natural, siendo capaces de descubrir, admirarse y contemplar lo extraordinario, buscando más allá de lo conocido y lo explorado, y estimulando la creatividad y la imaginación. Desde la conciencia de la propia limitación y pequeñez, abrirse a la posibilidad de crecer e ir más allá de uno mismo y de lo material, aprehendiendo la realidad con toda su complejidad, independientemente de los condicionantes biológicos o sociales.

3. Comprensión de lo sagrado y lo valioso.

Plantearse y comprender las cuestiones últimas de la vida humana como el bien, el gozo o el dolor, y descubriendo aquello cuyo valor es inviolable, como la dignidad del ser humano, la verdad, la vida o la libertad. Tienen que ir generando una escala de valores y siendo capaces de aplicar principios universales a las decisiones y comportamientos personales o colectivos, siendo capaz de renunciar a uno mismo y a lo inmediato para ganar algo superior.

4. Búsqueda de significado y construcción de un sistema de creencias.

Dotar a lo cotidiano y cualquier tipo de acontecimiento, de significado y propósito, reconociéndolo y haciéndolo propio. En ocasiones puede tener un sentido transcendente, pero en muchas otras debe generar un sistema coherente de creencias y principios que den sentido a todas las facetas de la vida, y llegar ser capaz de contrastarlo y razonarlo frente a los sistemas de creencias heredadas o socialmente aceptadas, como las que se expresan en los meta-relatos o en las religiones, creciendo en el discernimiento y la sabiduría.

5. Gradualidad de la vinculación afectiva.

Desarrollar la gradualidad y riqueza de la vinculación afectiva hacia uno mismo, las relaciones cercanas, aquello que están más lejos y la pertenencia global, siendo capaces de percibir, razonar y manejar los estados propios emocionales y ser sensible e influir en los estados de los otros para construir relaciones interpersonales intensas y comprometidas con valores como el perdón, la gratitud o la compasión.