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Siete miradas a Jules Michelet. Por: Armando Gómez Martín Introducción Con el mundo empezó una guerra que sólo acabará cuando el mundo acabe, la del hombre contra la naturaleza, el espíritu contra la materia, la libertad contra la fatalidad. La historia no es más que un recuento de esta incesante pugna. J. Michelet. 1 Siete miradas sobre la obra El pueblo de Jules Michelet, siete miradas que permiten entender el proceso de la llamada corriente romanticista de la historia, a la que pertenece Michelet, al cual también las diversas miradas darán su particular visión de este autor frances que tiene ligada su vida a su obra, por su formación personal que es notoria en la obra por él escrita. Siete miradas por los trabajos, en su mayoría, encaminados al estudio de la historiografía moderna. El puente entre la Ilustración, la restauración y la historiografia científica. En el centro de esta historia está la revolución francesa, la cual generará nuevos moldes 1 Comentado sin dar referencia de su cita en Gooch, G.P., Historia e Historiadores en el siglo XIX, Fondo de Cultura Económica, Mexico. 1977.

Las Siete Fuentes de Michelet

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El texto hace un análisis de la Obra de Julian Michelet, historiador frances representante de Romanticismo histórico, a tráves del análisis comparativo de su obra.

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Page 1: Las Siete Fuentes de Michelet

Siete miradas a Jules Michelet.

Por: Armando Gómez Martín

Introducción

Con el mundo empezó una guerra que sólo acabará cuando el mundo acabe, la del hombre

contra la naturaleza, el espíritu contra la materia, la libertad contra la fatalidad. La historia

no es más que un recuento de esta incesante pugna. J. Michelet. 1

Siete miradas sobre la obra El pueblo de Jules Michelet, siete miradas que permiten entender

el proceso de la llamada corriente romanticista de la historia, a la que pertenece Michelet, al

cual también las diversas miradas darán su particular visión de este autor frances que tiene

ligada su vida a su obra, por su formación personal que es notoria en la obra por él escrita.

Siete miradas por los trabajos, en su mayoría, encaminados al estudio de la historiografía

moderna. El puente entre la Ilustración, la restauración y la historiografia científica. En el

centro de esta historia está la revolución francesa, la cual generará nuevos moldes sociales,

pero a la vez tendría su propio proceso de retroceso y reacción.

Michelet es considerado por todos como una de las voces más relevantes de este período

importante de la historia europea. Las siete voces lo atestiguan y en todos ellos encontramos

también la crítica a su trabajo desde distintos planteamientos argumentativos.

Primera Mirada

1 Comentado sin dar referencia de su cita en Gooch, G.P., Historia e Historiadores en el siglo XIX, Fondo de Cultura Económica, Mexico. 1977.

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La primera mirada corresponde para G. Lefevbre sobre las influencias de Jules Michelet y

que son las que le dan su condición particular como historiador. Michelet es presentado a la

historiografía como uno de los representantes de la corriente romanticista, concepto muy

amplio y ambiguo donde caben distintas posturas de todo tipo. Asi este autor lo presenta

como un:

“historiador liberal...Su método de exposición denota procedimientos

narrativos que ya hemos encontrado en August Thierry... se distingue...

porque ha asumido profundamente la influencia de la filosofía de J. B. Vico,

de J. G. Herder y del idealismo alemán”. 2

Asi G. Lefevbre, como otros historiografos, esbozan la historia personal de Michelet,

buscando en ello las respuestas al tipo de historia que generaría y que tendría una forma

particular de practicar este modo de historiar. Nos menciona su clase humilde y sus esfuerzos

por encontrar su comodidad a la par que su oficio de letras. Así como su orígen familiar y

social cercano a la revolución francesa.

Un segundo rasgo es su sensibilidad que estaría ligada a su persona de rasgos de una

debilidad física que explicaría sus cambios sobre sus ideas religiosas y la forma que tomarían

sus narraciones que son comentadas como ejemplos de alta sensibilidad.

...lo que los fisiólogos de entonces llamaban un temperamento nervioso; por

lo cual, extremadamente sensible tanto en lo físico como en lo moral – hay

algunos rasgos que él refiere en su libro El pueblo sobre determinadas

2 Lefevbre, G., El nacimiento de la historiografia moderna, Ed. Roca, Mexico, p. 195.

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maniifestaciones que se produjeron bruscamente en su espíritu y que llevan

la marca de esta sensibilidad extrema-.3

Nos ofrece también su contexto histórico, tras su infancia y juventud dificiles, le viene su vida

de académico con lo que sobrepasa la restauración, y para la revolución de 1830 aplaude la

expulsión de Carlos X, para luego pasar a la corriente del partido republicano junto con

Quinet quienes entrarian en pugna con los católicos que atacaban la universidad

napoleónica.

Todo ello le trajo complicaciones con el régimen, suscitó polémicas

violentas, manifestaciones. Los cursos de Michelet y de Quinet fueron

suspendidos, Michelet entra entonces francamente en la oposición

republicana; publica El pueblo y en 1847 el primer volumen de la Historia de

la Revolución francesa...4

En general Lefevbre da su visto bueno al trabajo de Michelet, a pesar de las limitaciones de

sus narraciones que generalizaban los procesos, pero que sin embargo a pesar de ello

Michelet aporta la idea de una historia total, al espíritu de las cosas le busca su sentido de

identidad colectivo que se refleja en la historia nacional.

Michelet es , pues un historiador de la categoría liberal, ligado a la ideal

racionalista del siglo XVIII, a los resultados de la Revolución francesa. Tal

como lo hacian los racionalistas, como hacia ya Voltaire, él concibe una

3 Lefevbre, G., El nacimiento... Ibid, p. 197 4 Lefevbre, G., El nacimiento... Ibid, p. 197

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historia total: no debe englobar solamente la política, sino la religión, la

ciencia, el arte, el derecho, la filosofía...5

Segunda Mirada

Para Josefina Zoraida Vazquez la historiografía romántica de Michelet, es heredera del

romanticismo ingles y aleman de la época en su modo narrativo, pero su particularidad la da

la situación personal del autor y la social de la historia francesa. Michelet es un narrador que

muestra sensibilidad de las emociones generales del abastracto concepto de pueblo.

El mismo nos dice que de las impresiones recibidas de niño en el museo

Lenoir ante las estatuas medievales, se le desperto un deseo de escribir

historia. Esta primera tentación se vio acrecentada ante el encuentro con la

Ciencia Nueva de Vico, la que tradujo y dio prácticamente a conocer en

Europa. Vico fue la base filosófica de su trabajo histórico aunque despues

recibiera influencia de Kant y de Herder.6

Asi que mientras su herencia es de un cierto molde reaccionario de la frustración de una

época que busca en el pasado, en particular en la Edad Media un referente para mostrar que

hay un determinismo histórico que se impone por encima de las individualidades, pero que en

el caso particular de Michelet es referido a su experiencia cercana que es la Revolución

francesa desde una perspectiva clasista popular.

5 Lefevbre, G., El nacimiento... Ibid, p. 2006 Zoraida Vazquez, Josefina, Historia de la Historiografía, Ed. Ateneo, México, 1978, p. 108

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La Historia de Francia logra sus mejores páginas en la descripción de la

revolución. No obstante, es vívido su relato de la Edad Media; como

católico, siente respeto por la Edad Media en su etapa auténtica, no en su

desintegración posterior. Michelet se siente hombre del pueblo, por eso

aunque romántico en su concepción general histórica, no pudo serlo en las

implicaciones políticas.7

El romanticismo es importante destacarlo en el estudio historiográfico para comprender la

formación de las narrativas históricas, así como su evolución y variedad mental. Y el trabajo

de Zoraida en su totalidad nos demuestra como el romanticismo fue una corriente amplia de

grupos intelectuales de europa.

Tercera Mirada

Para Eduard Fueter el romanticismo es una reacción de su época ante las contradicciones

que genera el descenso de la fuerza y cumbre de la Revolución francesa. Esta restauración

da pie a un ascenso a este tipo de ideas que busca en el pasado un justificación de su

postura de que la historia no se puede cambiar y permitía la crítica reaccionaria a los errores

de los ideales de la Revolución.

Se creyó que en la historia residía una sabiduria oculta muy superior a toda

perspicacia humana. Se admitió que el individuo no tenía derecho a poner

su mano audaz sobre el curso de los acontecimientos...no correspondía,

por el contrario, sino encerrarse humildemente en la situacipon creadapor 7 Zoraida Vazquez, Josefina, Historia de la Historiografía, Ed. Ateneo, México, 1978, p. 108

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la historia y que, en consecuencia, era buena.8

Y le da una fuerte crítica a esta corriente pues aunque no busca deformar la historia, lo hace

al aplicar planteamientos subjetivos, pues centran su busqueda en tópicos seleccionados por

este sesgo, como sus preferencias en toro a los espíritus que impulsan a los pueblos.

Esta manera de ver ha dañado mucho la ciencia histórica. Se ha mostrado

incapaz de apreciar la historia del absolutismo en los siglos XVII y XVIII; y

después ha desfigurado los períodos por los cuales sentían preferencia.

Elimina los hombres que tratan de crear, y pone en su lugar fuerzas

espirituales que operan misteriosamente: Persónifica conceptos tales como

la nacionalidad, el derecho nacional, la fe religiosa, y les hace producir por

sí mismos la historia.9

En esta crítica al romanticismo se busca sus vínculos con la filología y su posterior desarrollo

en el discurso científico, se ve como una respuesta al iluminismo, pero con factores que lo

frenaban para poder superar sus contradicciones de su método narrativo.

Tomaban las comunidades lingüisticas modernas, que llamaban

nacionalidades, por magnitudes independientes que había existido siempre

y que habían influido en el desarrollo histórico. El genio del pueblo,

pensaban, había hecho nacer constitución, derecho, arte y literatura.10

8 Fueter, Eduard, 1876-1928,ed. Trad. Ana Maria Ripullone, Historia de la historiografia Moderna, Libro IV, Ed. Nova, Buenos Aires, 1956. p. 929 Fueter, Eduard, Historia de la ...Ibid, p. 9410 Fueter, Eduard, Historia de la ...Ibid, p. 95

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Para gustar a Michelet es necesario renunciar a todo juicio crítico y

abandonarse gustosamente a la poderosa corriente de sus impresiones. Es

necesario aceptar una subjetividad desenfrenada, un temperamento que no

se justífica por sí mismo. No se puede esperar una tranquila reflexión allí

donde solamente habla la naturaleza apasionada del autor.11

En Michelet, es a la vez una de sus características más fuertes y vigentes a la par que es su

debilidad ante la falta de certeza perdida en su subjetividad retórica, pero siempre dejando

claro que Michelet es distinto en varias características a la mayoría de autores romanticistas.

Como escritor, Michelet se ligaba estrechamente al Romanticismo pero no se

adhería a su doctrina política. Estaba prendado de las cosas populares y para

él la originalidad de las razas francesas agrupadas por provincias era una

grandeza invariable. Pero sus simpatias no estaban rigurosamente

circunscriptas como la de los románticas12

Cuarta Mirada

La cuarta mirada corresponde a Gooch quien liga a Michelet a la escuela romántica de

Agustín Thierry de quien se puede presumir tuvo basta influencia Michelet y de quien se

plantea el exacervado uso un discurso pasional, altamente regionalista y nacionalista.

Aunque Michelet era demasiado personal para ser designado como miebro

11 Fueter, Eduard, Historia de la ...Ibid, p. 12912 Fueter, Eduard, Historia de la ...Ibid, p. 130

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de ningún grupo, se acercaba más a la escuela de Agustín Thierry: Haciendo

compatible su apasionado amor hacia el pueblo con una grandeza y una

poesia muy personales, sobresale como el mayor artista literario que se

haya consagrado a la historia de Francia. Gracias a su intenso interés por si

mismo, la vida interna y externa de Michelet se conoce en todos sus

detalles.13

Después de ubicar los origenes de Michelet en el trabajo de Thierry de su método discursivo

y los motivos comunes de estas retóricas como es la Edad Media y la raíz romana, da paso a

hablar a sus particularidades. Como lo es su formación primero con Thierry, después con

Vico gracias a Cousin y a Herder por Quinet. Una mezcla de racionalismo pero con algunas

apróximaciones a la filología y una armonia de fe y ciencia.

Michelet es un hombre letrado, que vive los cambios de la Revolución y su

trabajo de acádemico y en puestos como el de responsable de los Archivos

nacionales lo llevan a buscar cierta rigurosidad en sus supuestos y

planteamientos, aunquer a veces la obstinacion nacionalista lo llevará a

cometer errores de indagación.

Su objeto es es la “resurreción de la vida del pasado como un todo”, de la

tierra y el pueblo, los hechos, las instituciones y las creencias. Aunque su

obra se funda en fuentes originales utiliza ampliamente a sus hermanos

historiadores.14

13 Gooch, G.P., Historia e Historiadores en el siglo XIX, Fondo de Cultura Económica, Mexico. 1977, p. 18214 Gooch, G.P., Historia e Historiadores....Ibid, p. 185

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Michelet es un apasionado de la historia que abraza por una idea pasional de la defensa del

pueblo frances.

Quinta Mirada

El estudio más grande sobre Michelet en lengua castellana es la obra de Roland Barthes ,

quien a diferencia de las otras miradas que lo revisan en el conjunto de otros escritores

romanticistas, otros por sus derivaciones, pero esta obra es solo para su persona, un estudio

muy meticuloso sobre toda la obra y vida de Michelet.

Se menciona su pasado adverso y la mención de ello en sus obras, y la formación moral y

sensible de universo mental, pues es a través de ellos como podemos entender su particular

estilo y la importancia que tuvieron los distintos procesos personales que paso su vida. Sus

concepciones sobre la sangre, la mujer, el mar, etre otros simbolos que marcaran las facetas

de su vida.

...antes que nada, es preciso dar a ese hombre su coherencia. Esta ha sido

mi intención, encontrar la estructura de una existencia, una temática si se

quiere o, aún más: una red organizada de obsesiones.15

Aunque con una forma un poco confusa, Barthes busca a través de simbolos relevantes de la

vida de Michelet las imagenes que nos ayuden a una mejor y rápida comprensión. Una de

ellas nos lleva a su actitud frente a las idea de Dios y la religión, la cual si bien es particular,

le da en su estrutura general una idea de fatalidad en su estudio histórico. La historia se hace

15 Barthes, Roland, trad. Jorge Ferreira , Jules Michelet 1794-1874, México, Fondo de Cultura Económica, 1988.p. 9

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así los designios de un dios.

Desde luego, la Historia sólo pudo ser para Michelet alimento ritual porque la

planteó en su extensión total, reservandose el poder de comunicarse

diariamente mediante la devoración con una Historia Dios y no con una

Historia Ciencia...

La Historia sólo puede ser alimentada unavez llena como un huevo o una

tela; Michelet llenó entonces la suya, la dotó de dos extremos y de una

dirección, su historia fue propiamente filosofía de la Historia. La Historia se

encontró consumada, es decir, por una parte terminada, cumplida y, por la

otra, devorada, ingerida, propia para resucitar al historiador.16

La historia es para Michelet un reflejo de sus propios anhelos, un vínculo de la realidad con

su vida misma. Alimentado por las ideas de la época y por su condición personal, a la que

añade formas para narrar la historia, como la iteración, la sustancia y la reducción de

argumentaciones, con una fuerte carga simbólica de emociones.

Por lo tanto, no es excesivo hablar de una verdadera hermeneútica del texto

michelenista. No se puede leer a Michelet linealmente, es preciso restituir al

texto sus bases y su red de temas: el discurso de Michelet es un verdadero

criptograma, en él se necesita una rejilla y esa rejilla es la estructura misma

de la obra. De lo cual se sigue que ninguna lectura de Michelet es posible si

no es total: es preciso situarse de manera decidida en el interior de la

16 Barthes, Roland, Jules Michelet...Ibid, p. 35

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cerca.17

El libro es un completo estudio de la obra de Michelet, pero su estudio es bastante

conceptual y confuso, haciendo absatracciones generalizadas de todas las obras de

Michelet.

Sexta Mirada

Benedeto Croce, tiene una óptica de la obra romanticista bastante crítica, situandola en esta

idea de ser una reacción de los tiempos de restauración, de un nuevo vigor de “historiografía

nostálgica” y la “historiografía restauradora”. Sin embargo no es una causa única la que lleva

a este modelo narrativo abrazado por muchos autores de la época en los estados europeos.

Así Michelet no es pues en el sentido estricto un reaccionario, sino que lo es su tipo narrativo

de contar la historia, es victima de su época en el sentido reaccionario o poco estricto de su

narración y justificación.

Nostalgia, como se ha dicho, bastante más moderna en su contenido de lo

que se creyó al principio; tanto que cada uno llegó a ella desde su motivo

particular, religioso o político, viejo catolicismo, misticismo, monarquía

constitucional, república comunal, independencia nacional y libertad

democrática o aristocrática. 18

Es indulgente con los romanticistas a quienes , como dato curioso, liga con las ideas de Karl

Marx y su idea de socialismo a quien lo asemeja pues “en la tradición o en la dialéctica de la

17 Barthes, Roland, Jules Michelet...Ibid, p. 21518 Croce, Benedeto, Trad,, Eduardo J. Prieto, Teoría e Historia de la Historiografía, Editorial Escuela, Argentina, 1955.

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tradición encuentran la justificación de su sentencia...y jactandose por ello de haber pasado de

la utopía a la ciencia y la ciencia era justamente la necesidad histórica atribuida a la nueva era

vaticinada...”19

Croce en un análisis de sus aportaciones a las ideas críticas por parte del romanticismo, da

como respuesta a la subjetividad de los personajes de la historia que en el caso de los

romanticos es un espíritu, una evolución obligada de los hechos, que Croce define como un

debate que puede responderse desde las fílosofias de la historia, pues es desde ese terreno

en que se puede comprender este espíritu de las cosas que existe en los romanticistas..

Séptima Mirada

En la séptima mirada Geneviere Bolleme, nos da un análisis de la obra El Pueblo desde su

contraste con otros escritores que han ocupado el concepto de Pueblo referencia central,

Michelet en este sentido con su libro se vuelve un tema central. La postura tomada refiere

más a una convicción ideológica por parte de los dos autores.

Para Michelet, la historia revela la culpa que lleva el lenguaje: un escritor frente a la

historia y queriendo escribir, toma conciencia de que él no ha tenido hasta su tiempo

más que un lenguaje ofuscado. La historia debe ser hecha por todos, es el hecho de

todos; pero, en su época no ha sido escrita más que por algunos. Ella es la voz de la

cual uno se apodera y que uno traiciona, la voz que impide a los demás, al pueblo,

hablar. Escribir la historia, esto debe restituir la palabra a este pueblo de actores.

Encontrar la lengua de la historia, es hacer de ellos autores.20

19 Croce, Benedeto, Teoría e...Ibid. P 217.20 Bolleme, Geneviere, trad. Rosa Cusminsky de Cendrero, El pueblo por escrito. Significados culturales de lo

popular, Colección Los noventa. Ed. Grijalbo, México, 1990. p. 81

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La razón del discurso es el mismo que en los anteriores autores: una relación de clase, una

experiencia propia que lo define y lo dibuja mas certerzamente, el es una voz que representa

a una clase, a una época y a un modo de pensar de esa época.

Michelet, dice el autor, impone su lenguaje como método de historiar, su discurso como

justificación y meta de sus ideas. Es de ahí sus etapas cumbre de la obra de Michelet

cercana al proceso que el cree ejemplar y conocido. Y usa su clase y el lenguaje de esa

clase para de ahí hacer historia para hinchar el espíritu nacional y ciertas inclinaciones

políticas.

El historiador ya no puede ser el autor que impone el lenguaje. Michelet lo sabe aún

mejor que si escribir la historia lo hubiera conducido a este descubrimiento; este

lenguaje que quiere encontrar y hablar, el siente que lo lleva consigo en razón de su

origen plebeyo y que él debira hablar fácilmente. Pero no puede; y no puede hablarlo,

está más obsesionado, si bien está relación con el lenguaje, con la historia, se

convierte en su historia, en un problema, su problema.21

Michelet es para este análisis de la séptima mirada un historiador de la corriente romanticista.

De la etapa de la revolución francesa, proceso largo y central de la historia europea moderna.

Caracterizado por su lenguaje popular y de corte clasista, así como por su sensibilidad y

estilo literario de narración.

La última palabra, la escribió en El Pueblo y se le cita con mucha frecuencia “Sí como 21 Bolleme, Geneviere, trad. Rosa Cusminsky de Cendrero, El pueblo por escrito. Significados culturales de lo

popular, Colección Los noventa. Ed. Grijalbo, México, 1990. p. 84

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yo creo, el amor es la vida misma, se vive bien poco allí arriba [...]entre más se

asciende hacia las clases superiores, menos vivo se está.

El joven está vivo, puede amar, actuar; la lengua que debe encontrar y hablar es esta la

ecuación a resolver, es una unidad que debe hallar entre el pueblo, el amor y la vida.22

Conclusiones

La obra de Michelet vista por los anteriores autores nos deja la idea de una obra llena de

narraciones emotivas y pasionales, que hacen de los procesos espíritus históricos por

interpretar a través de la narrativa literaria. También podemos suponer una obra cargada de

argumentos que derivan en una historia nacional, exaltada en supuestas virtudes colectivas

heredadas por la tradición y con una base orgánica en supasado inmediato de la Edad

Media.

Michelet por su biografia comentada, por algunos de manera breve y otras de manera muy

meticulosa, se puede entender su proceso personal que lo marcaría cercano a posturas

populares, ubicadas en los grupos radicales que formaron parte de la Revolución francesa.

A Michelet se le crítica su subjetividad para definir personajes, su poca certeza en los datos

priorizando antes los datos que nutren su nacionalismo y exaltación cultural y regional. Se le

crítica su cercania a una corriente reacconaría en el sentido político de la palabra. Pero se le

reconce la promoción de una historia que abarque otras mediociones sustantivas de la

sociedad como la religión o la geografía, el arte, etc. Los autores, la mayoría son duros en su

crítica a los románticistas, pero indulegente con Michelet, tanto por su discurso de clase,

22 Bolleme, Geneviere, trad. Rosa Cusminsky de Cendrero, El pueblo por escrito. Significados culturales de lo popular, Colección Los noventa. Ed. Grijalbo, México, 1990. p. 89

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como por su proceso personal.

La información en torno al libro El Pueblo es vaga y se situa posterior a los primeros libros de

Historia de la Revolución francesa, la cual es considerada su obra cumbre, por lo que opaca

a esta primera, aunque se le da importancia por su narración más biográfica del propio autor.

Bibliografia

1--Lefevbre, G., El nacimiento de la historiografia moderna, Ed. ROCA, Mexico.

2--Zoraida Vazquez, Josefina, Historia de la Historiografía, Ed. Ateneo, México, 1978

3--Fueter, Eduard, 1876-1928,ed. Trad. Ana Maria Ripullone, Historia de la historiografia

Moderna, Libro IV, Ed. Nova, Buenos Aires, 1956.

4-- Gooch, G.P., 1873-1968, Historia e Historiadores en el siglo XIX, Fondo de Cultura

Económica, Mexico. 1977.

5—Croce, Benedeto, Trad,, Eduardo J. Prieto, Teoría e Historia de la Historiografía, ed.

Escuela, Argentina, 1955.

6--Barthes, Roland, trad. Jorge Ferreira , Jules Michelet 1794-1874, México, Fondo de

Cultura Económica, 1988.

7-- Bolleme, Geneviere, trad. Rosa Cusminsky de Cendrero, El pueblo por escrito.

Significados culturales de lo popular, Colección Los noventa. Ed. Grijalbo, México, 1990.