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PASCUA 2013 Velilla (AlmuñécarGranada) EDIFICAR CAMINAR CONFESAR

Libro Pascua 2013

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Pascua vivida en Velilla (Almuñécar)

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PASCUA 2013 Velilla (Almuñécar—Granada)

EDIFICAR

CAMINAR

CONFESAR

Todo comienza con una sed de búsqueda. Todos intuimos que estamos llamados para algo más que un mero existir. Un grupo de jóvenes y jóvenes adultos de los Redentoristas y del Cole-gio de la Presentación, nos unimos para vivir los días más importantes de nues-tra fe, la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Construir sobre roca. Este fue nues-tro tema para el día del amor fraterno. Buscamos crecer y madurar. Un primer paso ha sido el plantearnos cómo es el terreno sobre el que hemos construido nuestra vida y los cimientos que la sos-tienen. Vimos que nuestras vidas están cla-mando por asentarse en Cristo Jesús, la roca firme. Los personajes que analizamos este día fueron Juan y el amor verdadero y Judas y el amor falso. También descubrimos, que una vez bien cimentados en nuestra vida, no podemos tener miedo a la bondad y a la ternura, y como nuestro amor se tra-duce en un servicio desinteresado, tal y como nos lo ha enseñado nuestro que-rido Papa Francisco.

Am

aos unos a

otros

Com

o yo o

s h

e

amado

“Amor con amor se paga”. Este fue el pensamiento que fue rondando durante todo el día. Otra idea fue el amor en acción, das estas ideas surgieron al meditar las siete palabras de Jesús en la Cruz. Para este día los personajes que nos acompañaron fueron el Cireneo y Pedro. Podemos decir, que este día fue un día intenso de contemplación del amor de Dios. También fue un día para caminar con Cristo en la Cruz, junto al Vía Crucis que oramos, que no fue otro que el plantearlo como un Vía Mundis, para hacernos cons-cientes de las cruces que existen en este mundo en el que vivimos. También nuestro Papa nos acom-pañó con su ejemplo.

¿Qué hemos visto? ¿Qué hemos oí-do? ¿Qué hemos vivido? ¿Somos real-mente conscientes de todo lo que se nos ha dado? Para resolver estas preguntas y otras que surgieron, nos pusimos en camino hacia Emaús (Peñón del Santo en Al-muñécar). Fuimos de tres en tres. Mañana intensa, como preámbulo a la alegría inmensa que nos esperaba esa noche en la Vigilia Pascual. Nos prepa-ramos, durante todo el día, para CON-FENSAR que Cristo VIVE, ha RESUCI-TADO. Con un corazón lleno de esperanza, preparamos la Vigilia: Lucernario, litur-gia de la Palabra, Rito bautismal, ofer-torio, acción de gracias… En ello iba nuestras vidas.

si entre todos escuchamos, sin ser sordos, el grito de dolor que el hombre lanza… Se abre la losa que encierra a la humanidad, la tierra, los hombres, comienzan a resucitar. Cuando vemos los trabajos que labramos y los pobres no reciben sus esfuerzos. Cuando, en Dios, su voluntad nos planteamos y los hombres no lo sienten en su adentro. Si aceptamos el fracaso, siendo humildes, por lo poco que en nosotros, de Dios vieron… Si olvidamos la Palabra que aprehendimos Y, con hambre, nuevamente la leemos. Si los hombres que sabemos alejados son los nuestros, sin sentirlos nunca ajenos. Si los hombres que la Biblia nos reúne nos hacemos, todos juntos, hombres nuevos... Los gritos que se oigan, los escucharemos, las faltas que otros tengan, nos dolerán, las culpas que nos carguen, las aceptaremos, y en el alma la humildad siempre estará. Luz de Dios a las sombras le pondremos, nos diluiremos juntos, como la sal. Cuando esto lo vivamos, todo nuestro, la tierra volverá a resucitar. Si porque estamos solos nos sentimos muertos, buscamos, todos juntos, la comunidad, entonces viviremos el Padrenuestro, la tierra volverá a resucitar.

EN COMUNIDAD RESUCITAMOS (Pincha aquí para escu-char la canción Cuando veo un mundo gris que se nos muere y me duele con quién vivo la Palabra, si la Paz, tan alejada de este mundo, nos forzamos, todos juntos, en buscarla,

CRUCEMOS EL UMBRAL DE

LA FE COMO RESUCITA-

DOS.

La fe en el resucitado nos desafía a

estar convencidos que la realidad puede

cambiar porque “si Dios está con noso-

tros ¿quién podrá contra nosotros? (Rom

8,31,37)

La fe nos desafía a creer en los

“imposibles”, porque tenemos la espe-

ranza cierta que su mirada nos transfigu-

ra en personas nuevas que tenemos “los

mismos sentimientos de Cristo” (Flp.

2,5).

La fe nos lanza a actuar, confiar en la

fuerza del Espíritu que todo lo hace mue-

vo, amasando la vida con “la nueva leva-

dora de la justicia y la santidad” (1 Cor

5,8).

La fe espera después de la siembra

cotidiana, contemplar el fruto recogido

dando gracias a Dios porque es bueno

(Sal 137),

La fe nos impulsa a hacer algo inédi-

to por la sociedad y por la iglesia porque

“El que está en Cristo es una nueva crea-

ción” (2 Cor 5,17-21).

La fe finalmente supone sentirnos

confirmados en la Misión que nos da el

Resucitado de ir por el mundo Anuncian-

do el Evangelio, siendo testigos de una

Iglesia que vive, reza, y trabaja el clave

misionera.