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Eduardo Hirohito Nakayama Rojas 1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE SALTO DEL GUAIRÁ INTRODUCCIÓN La hoy pujante ciudad de Salto del Guairá guarda, detrás de ese halo de reciente fundación, una de las historias más ricas de la República del Paraguay, donde el descubrimiento de nuestro país por tierra se adelanta incluso a la fundación de Asunción en más de una década. La ciudad de Salto del Guairá toma su nombre del accidente geográfico constituido por el maravilloso salto de agua producido por el pronunciado desnivel en el cauce del río Paraná que en ese punto se encuentra con la cordillera del Mbarakajú. Este grandioso salto que comprendía siete caídas pero constituye un solo accidente (de allí que la palabra SALTO se encuentre en singular y no en plural) se halla hoy totalmente inundado por el embalse producido por la represa de Itaipú. A su vez, el Salto “del Guairá” toma su nombre también de la geografía y toponimia regional, ya que el espacio jurisdiccional comprendido entre el río Paraná al Oeste y la línea de Tordesillas y el Océano Atlántico al Este recibía el nombre de “Guairá” o “La Pinería”, bajo bandera colonial española y que a lo largo de los siglos se perdería a favor de Portugal. Casi la totalidad del territorio del ancestral del “Guairá” comprende hoy el Estado de Paraná (Brasil), limítrofe con el Departamento de Canindeyú (Paraguay). Si bien la historia reciente registra principalmente el espectacular desarrollo experimentado por esta ciudad fronteriza desde 1959 cuando se instala la “Colonizadora Salto del Guairá”, muchos han sido los acontecimientos ocurridos a lo largo del tiempo que llevaron a su fundación en un lugar estratégico y clave para la defensa de la soberanía nacional, y al mismo tiempo, para la integración regional. En el siglo XX podemos encontrar los primeros antecedentes en la intención del presidente Manuel Gondra que al asumir su segundo mandato en 1920 mostró una postura determinante en dejar la secular dependencia de la Argentina para buscar un aproximamiento con el Brasil. Gondra, que había sido Embajador Paraguayo en Río de Janeiro, mantenía una cordial amistad con el Barâo de Río Branco, quien lo respetaba y admiraba. En aquellos tiempos se empezaba a esbozar la posibilidad de que los intereses del Brasil y del Paraguay se encuentren y unan físicamente en más de un punto a lo 1 Eduardo Nakayama es abogado, egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción con Posgrado Internacional en Dirección Estratégica por la Universidad de Belgrano en Buenos Aires. Investigador histórico, ha escrito trabajos sobre distintas etapas de la Historia Paraguaya con énfasis en las relaciones bilaterales entre Brasil y Paraguay y la Guerra de la Triple Alianza. Es miembro correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia, del Instituto de Geografía e Historia Militar del Brasil, del Instituto Histórico y Geográfico de Mato Grosso do Sul, del Instituto de Investigaciones Históricas y Culturales de Corrientes (Argentina), y actual Presidente de la Asociación Cultural Mandu`arâ de Asunción (período 2013-2015).

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  • Eduardo Hirohito Nakayama Rojas1

    ANTECEDENTES HISTRICOS DE SALTO DEL GUAIR INTRODUCCIN

    La hoy pujante ciudad de Salto del Guair guarda, detrs de ese halo de reciente fundacin, una de las historias ms ricas de la Repblica del Paraguay, donde el descubrimiento de nuestro pas por tierra se adelanta incluso a la fundacin de Asuncin en ms de una dcada.

    La ciudad de Salto del Guair toma su nombre del accidente geogrfico constituido por el maravilloso salto de agua producido por el pronunciado desnivel en el cauce del ro Paran que en ese punto se encuentra con la cordillera del Mbarakaj. Este grandioso salto que comprenda siete cadas pero constituye un solo accidente (de all que la palabra SALTO se encuentre en singular y no en plural) se halla hoy totalmente inundado por el embalse producido por la represa de Itaip. A su vez, el Salto del Guair toma su nombre tambin de la geografa y toponimia regional, ya que el espacio jurisdiccional comprendido entre el ro Paran al Oeste y la lnea de Tordesillas y el Ocano Atlntico al Este reciba el nombre de Guair o La Pinera, bajo bandera colonial espaola y que a lo largo de los siglos se perdera a favor de Portugal. Casi la totalidad del territorio del ancestral del Guair comprende hoy el Estado de Paran (Brasil), limtrofe con el Departamento de Canindey (Paraguay).

    Si bien la historia reciente registra principalmente el espectacular desarrollo experimentado por esta ciudad fronteriza desde 1959 cuando se instala la Colonizadora Salto del Guair, muchos han sido los acontecimientos ocurridos a lo largo del tiempo que llevaron a su fundacin en un lugar estratgico y clave para la defensa de la soberana nacional, y al mismo tiempo, para la integracin regional.

    En el siglo XX podemos encontrar los primeros antecedentes en la intencin del presidente Manuel Gondra que al asumir su segundo mandato en 1920 mostr una postura determinante en dejar la secular dependencia de la Argentina para buscar un aproximamiento con el Brasil. Gondra, que haba sido Embajador Paraguayo en Ro de Janeiro, mantena una cordial amistad con el Baro de Ro Branco, quien lo respetaba y admiraba.

    En aquellos tiempos se empezaba a esbozar la posibilidad de que los intereses del Brasil y del Paraguay se encuentren y unan fsicamente en ms de un punto a lo

    1 Eduardo Nakayama es abogado, egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asuncin con Posgrado Internacional en Direccin Estratgica por la Universidad de Belgrano en Buenos Aires. Investigador histrico, ha escrito trabajos sobre distintas etapas de la Historia Paraguaya con nfasis en las relaciones bilaterales entre Brasil y Paraguay y la Guerra de la Triple Alianza. Es miembro correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia, del Instituto de Geografa e Historia Militar del Brasil, del Instituto Histrico y Geogrfico de Mato Grosso do Sul, del Instituto de Investigaciones Histricas y Culturales de Corrientes (Argentina), y actual Presidente de la Asociacin Cultural Mandu`ar de Asuncin (perodo 2013-2015).

  • largo del curso del ro Paran, sueo que recin se concretara con la construccin e inauguracin del Puente de la Amistad por parte de los presidentes Alfredo Stroessner y Castello Branco. Tanto el oeste del Estado de Paran como el Este del Paraguay se hallaban casi totalmente despoblados, a excepcin de pequeos ncleos humanos que aglutinaban obrajeros, mensualeros y otros trabajadores que viviendo en un estado de semi-esclavitud, se hallaban completamente aislados de las principales ciudades teniendo como nica va de comunicacin el ro. Durante las sucesivas revueltas civiles que azotaron al Paraguay y ms an despus durante la Guerra del Chaco (1932-1935) se hizo clebre un poblador de Itanar (hoy Canindey), Don Plcido Jara, especie de seor feudal al mando de su propia tropa que pasaran a la inmortalidad como los macheteros de la muerte, que con un sigilo nico asaltaban en las madrugadas los fortines bolivianos sembrando el pnico y la desesperacin.

    En la dcada del 40 durante el gobierno de Higinio Mornigo se daran los primeros pasos para materializar la poltica de poblar aquellos lejanos parajes y a travs de un acercamiento entre las Fuerzas Armadas de Paraguay y Brasil, que adems, se vean en la necesidad de delimitar la frontera que desde el Tratado Loizaga-Cotegipe de 1872 y el Ibarra Mangabeira de 1927 haba quedado de hecho suspendida durante la Guerra del Chaco. Ms de 900 hitos seran instalados en la zona de la cordillera en las dcadas del 50 y 60 donde la figura del Ingeniero Militar Coronel Emilio Meza Guerrero sera preponderante, en tiempos donde ambos pases disputaran palmo a palmo el territorio a fin de quitar el mximo provecho para la explotacin energtica ante el inmenso potencial que se saba guardaban los Saltos del Guair.

    El presente trabajo culmina con la firma del Tratado Loizaga-Cotegipe de 1872 entre la Repblica del Paraguay y el Imperio del Brasil y por el cual se ceden definitivamente al Brasil, por imposicin de las clusulas contenidas en el Tratado Secreto de la Triple Alianza de 1865, grandes extensiones de territorio ancestral perteneciente al Paraguay, en una poca muy difcil de nuestra vida nacional y donde nuestro pas se hallaba bajo la presin de una ocupacin militar aliada que acogotando al mximo a las autoridades, se valan constantemente de la ligereza moral de las personas e instituciones a cargo del pas, materializando los distintos despojos de los que fue objeto nuestro pas en ruinas.

    Pero los antecedentes de Salto del Guair como punto geogrfico importante se pierden en el tiempo, apareciendo en la historia paraguaya desde los albores de su existencia poltica: como lugar de trnsito de conquistadores, como asentamiento de poblaciones espaolas y reducciones jesuticas y como punto de disputa permanente entre la Corona Espaola y la Portuguesa. Creemos que estas historias merecen ser contadas y conocidas por los actuales pobladores y las futuras generaciones de Salto del Guair y Canindey, en la inteligencia de que un pueblo que no conoce su historia se halla desprovisto de identidad, y sin ella, no puede proyectarse en el futuro como nacin, estando condenado a la alienacin cultural extranjera, con la consiguiente prdida de la soberana cultural y el grave peligro de perder luego, su soberana material y real.

  • Ciudad de Nuestra Seora Santa Mara de La Asuncin, octubre dieciocho del ao dos mil catorce.

    Eduardo Nakayama

    DE ALEJO GARCA A LAS PRIMERAS FUNDACIONES PERMANENTES

    El primer europeo en adentrarse en el continente sudamericano, lejos de las costas fue el portugus2 Alejo Garca. Aunque los distintos historiadores no se ponen de acuerdo sobre el trazado de la ruta del conquistador Alejo Garca, se sabe con cierto grado de seguridad que parti de la Isla de Santa Catalina en la actual costa brasilea en direccin al centro del continente, lleg a las estribaciones andinas y a su regreso fue muerto en lo que hoy conocemos como la ciudad de San Pedro del Ykuamandyj.

    Sobre la vida de Alejo Garca y su extraordinario viaje, muy probablemente el trabajo ms acabado sea el realizado por el historiador brasileo Paulo Pitaluga Costa e Silva3 , considerando el anlisis de las fuentes directas (16 documentos y crnicas) de las cuales pueden inferirse distintos indicios que si bien no nos otorgan con certeza absoluta los lugares por donde pudo haber pasado Garca, nos descartan algunos sitios por donde no existe posibilidad alguna que haya pasado, siendo el mayor de los mitos el que afirmaba que en su expedicin a los Andes, Garca habra pasado muy cerca de Asuncin.

    Cronistas, historiadores y estudiosos de las distintas parcialidades guaranes que habitaban la regin del Guair coinciden en la existencia de los Tap Avir o ancestrales caminos guaranes que tejiendo una red impresionante de vas comunicaban a las distintas comunidades y tribus guaranes hasta incluso las estribaciones andinas. Se tienen adems referencias certeras de los sucesivos xodos guaranes realizados a lo largo de la historia an antes de la llegada de los europeos en Amrica. Las crnicas tambin se prestan a la confusin desde el momento en que refieren que en muchos pasajes la comitiva encabezada por Garca se abra paso entre las malezas, lo que nos da a entender que no siempre siguieron los Tap Avir o bien stos no se hallaban totalmente transitables, lo que tampoco resultara difcil dadas las condiciones naturales de la regin donde la vegetacin tropical y la humedad eran la constante.

    2 Efram Cardozo asegura que Alejo Garca fue espaol segn las ltimas investigaciones, sin ahondar mucho en detalle. En cualquiera de los casos, haya sido portugus o espaol de nacimiento, queda claro que se hallaba al servicio de la Corona Castellana, ya que particip de la expedicin de Juan Das de Sols en 1515 cuando se descubri el Mar Dulce como llamaron al Ro de la Plata. Junto a otros navegantes y tripulantes naufragaron en las costas de Santa Catalina y all quedaron asentados por aos, hasta que decidi formar una expedicin con otros europeos y muchos indios guaranes para llegar a la Sierra del Plata o Potos. 3 PITALUGA, Paulo. Aleixo Garca, o homen e o mito, Carlini & Cariato Editorial, Cuiab, 2012.

  • En cualquiera de los casos, el Salto del Guair4 sin lugar a dudas fue siempre un referente importantsimo de las tribus locales por su fcil localizacin, puesto que el gigantesco accidente geogrfico generaba un estruendo que poda ser escuchado a kilmetros de distancia, mucho ms de la impresin que ms al sur las Cataratas del Yguaz causaran a su descubridor, el Segundo Adelantado don Alvar Nez Cabeza de Vaca unas dos dcadas despus del viaje de Alejo Garca. Varios Tap Avir se conjugan en el Salto Grande5, por lo que, coincidiendo con la apreciacin de insignes historiadores nacionales y extranjeros, no resulta arriesgado afirmar que Alejo Garca descubri el Paraguay por tierra entre 1523 y 1524 por la zona del Salto del Guair, que deba vadearse lgicamente por encima de las grandes cadas de agua, para luego continuar su camino por el territorio espaol del Itatin (actual Mato Grosso do Sul).

    En mayo de 1534 Carlos V capitul en Toledo con Diego de Almagro, Pedro de Mendoza y Simn de Alcazaba y Sotomayor: A Almagro se le concedi la gobernacin denominada Nueva Toledo, que tendra por lmite septentrional la gobernacin de Francisco Pizarro, en el paralelo 1405`43``, y se extenda doscientas leguas hacia el Estrecho de Magallanes, alcanzando los 2531`26``; a Don Pedro de Mendoza, Primer Adelantado del Ro de la Plata se le encomend el objetivo de conquistar y poblar el territorio comprendido desde el sur de la gobernacin de Almagro hasta el paralelo 3657`09``con costas en el Mar del Norte (Ocano Atlntico) y Mar del Sur (Ocano Pacfico), cuyo espacio se denominara Nueva Andaluca; mientras que desde el paralelo en el que terminaba la jurisdiccin dada a Pizarro se le otorgaban a Simn de Alcazaba y Sotomayor otras 200 leguas hacia el sur llegando hasta los21 6,5' S, cuyo nombre sera Nueva Len. Sin embargo Alcazaba y Sotomayor no pudo realizar la expedicin6.

    Los Saltos, as como todas las zonas comarcanas, estaban ya dentro de la soberana espaola que alcanzaba hasta la famosa Lnea de Tordesillas pactada en 1494 para demarcar ambas jurisdicciones. Esa Lnea coincida con el Meridiano 47, 32 56, 5, 0, de Greenwich y estaba a ms de seis grados al Este de la zona de los Saltos. Cuando en las Capitulaciones con Don Pedro de Mendoza se instituy legalmente la Provincia del Ro de la Plata o Paraguay, la Corona seal como frontera oriental de esta Gobernacin la misma Lnea de Tordesillas. De modo que al nacer la Provincia Gigante de Indias tena muy dentro de sus tierras a los Saltos del Guair7.

    La capitulacin negociada con Don Pedro de Mendoza pretenda ser una respuesta a posibles asentamientos portugueses en el Ro de Sols o de la Plata para cerrar la va de acceso al ro Paran, desde donde se procuraba llegar a la Sierra de la Plata. A pesar de las dificultades de alistar otras expediciones (como la ofrecida a Miguel de Herrera, Alcalde de Pamplona), la Corona de Castilla insistir en que el Ro de la Plata forma parte de sus dominios y tom las debidas precauciones, como la orden dada en 1531 al licenciado Surez de Carvajal, funcionario del Consejo de Indias,

    4 En singular, debido a que el accidente geogrfico se considera uno solo aunque las cadas de agua sean varias. 5 Varios mapas y crnicas se refieren al Salto del Guair como Salto Grande, quiz para diferenciarlo precisamente de los distintos saltos que en otros tributarios del Paran registran al sur como consecuencia del inicio del Escudo Brasileo que cruza estos grandes cauces hdricos. 6 La disputa por la tierra de Oscar Nocetti y Lucio B. Mir. 7 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim Cardozo.

  • que reciba como testigos y tome declaracin a personas que hayan estado con Gaboto en el Ro de la Plata, para guarda conservacin de nuestro derecho.

    Ahora bien, respecto a las principales motivaciones de la gran expedicin de Mendoza, la finalidad perseguida por la Corona de Castilla de controlar el Ro de la Plata no se fundaba en la necesidad de proteger al Potos, como se ha afirmado, pues el rico cerro recin sera descubierto once aos despus de la capitulacin celebrada con Mendoza. La expedicin, pese a fracasar en sus grandes objetivos, no debe interpretarse como una operacin totalmente frustrada, pues algunos pobladores de la recientemente erigida Buenos Aires deciden tomar el curso de los ros Paran y Paraguay y fundan, el 15 de Agosto de1537, el fuerte de Nuestra Seora Santa Mara de la Asuncin, situada sobre el lmite jurisdiccional de Diego de Almagro. Este fuerte fundado por el Capitn Juan de Salazar y Espinoza en la baha de los carios se erigira en la primera poblacin espaola elevada a la categora de ciudad en el Ro de la Plata en el ao 1541, convirtindose en cabecera y punta de lanza de la Corona Espaola en el centro del Continente Sudamericano, vitalidad que le valdra el mote de Madre de Ciudades a partir de la cual sel levaran adelante ms expediciones, conquistas y fundaciones de las que Castilla hubiera imaginado jams: Santa Fe, San Juan de Vera de las Siete Corrientes, Santa Cruz de la Sierra, Concepcin del Ro Bermejo, Santiago de Xerez, La Barranca o Nueva Asuncin y Puerto de los Reyes, Ciudad Real del Guair, Ontiveros, Villarrica del Espritu Santo, Buenos Aires, entre otras poblaciones dispersas por toda la geografa de lo que luego se conocera como Provincia Gigante de Indias8.

    Pero a fin de comprender el proceso de reordenamiento jurisdiccional desde las primeras concesiones reales que creaban Nueva Toledo (tierras de Almagro) y Nueva Andaluca o Ro de la Plata (Pedro de Mendoza) hasta su transformacin en la Provincia Gigante de Indias, debemos referirnos a la capitulacin que la Corona celebr con Don Juan de Sanabria en 1547 segn la cual se convena el desplazamiento de la gobernacin del Ro de la Plata hacia el norte, incluyendo consecuentemente a La Asuncin dentro de la nueva jurisdiccin. Esta marcada vocacin expansiva le vali a Asuncin ms de una tensin con las autoridades del Per, puesto que su capacidad de conquista qued demostrada por la expedicin de Domingo Martnez de Irala a las regiones metalferas, ya en las proximidades del Potos, bajo cuyo segundo mandato la gobernacin del Ro de la Plata recuperaba los lmites establecidos en la capitulacin del Segundo Adelantado, Alvar Nez Cabeza de Vaca, es decir, desde 25 N a 36 S y sus originales lmites en las costas del Atlntico y del Pacfico, aunque al oeste, gran parte de su territorio se haba cercenado desde 1548 por la expansin del eje chileno.

    Durante mucho tiempo el Guair fue lugar de trnsito de las expediciones que iban y venan de Espaa al Paraguay. Las armadas recalaban en la Isla de Santa Catalina y luego se internaban siguiendo la ruta de Alejo Garca que no era otra que la de antiguo transitada por los guaranes en sus viajes inacabables.

    8 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011.

  • Ms al sur del Salto Grande pero an por el Guair (hoy Estado de Paran, Brasil) pasaron los hombres del segundo Adelantado Alvar Nez Cabeza de Vaca, quien el 28 de noviembre de 1541, tom posesin solemne de la tierra, dndole el nombre de Provincia de Vera, que expresamente le haba consignado la Corona como gobernacin aparte para el caso de que Juan de Ayolas no hubiera muerto. Pero comprobada la desaparicin de Ayolas, y posesionado Alvar Nez del gobierno, toda la Provincia y dems comarcas hasta el Atlntico, continuaron dentro del distrito del Ro de la Plata o Paraguay. Los Saltos del Guair estaban incluidos, como es natural, en esa jurisdiccin.

    La primera noticia cierta que se tiene de una expedicin hasta los Saltos es la que, segn Ruy Daz de Guzmn9, emprendi el gobernador Domingo Martnez de Irala hacia 1552. Con esta expedicin se inicia la conquista y colonizacin permanente del Guair. Cuenta Guzmn que algunos caciques principales del Guair se allegaron a Asuncin a solicitar auxilios contra sus enemigos los Indios tupes de la costa del Brasil que "con favor y ayuda de los portugueses de aquella costa" hostilizaban a los guaranes de la comarca. Irala lleg, segn Guzmn, al ro Paran "a un puerto arriba del gran Salto, en los dominios del Cacique Canendiy10 que entonces daba su nombre al portentoso accidente natural. Pas luego a la otra orilla, en las tierras del cacique Guair, tan poderoso como Canendiy (sic) y cuyo nombre se impuso despus para bautizar a los Saltos y a toda la regin. En Aemby fueron derrotados los tupes que prometieron no hacer ms guerras a los guaranes vasallos del Rey de Espaa. Obtenida esta victoria, Irala emprendi el regreso. Naveg el ro Piquyry, que desemboca en el Paran un poco ms al Norte de los Saltos. Para salvarlos, hizo conducir por tierra, a hombres de los guaranes, alrededor de cuatrocientas canoas, hasta cuatro leguas ms abajo. Al fin, despus de muchas peripecias, Irala repas el Paran y retorn a Asuncin11. Fue a raz de esta expedicin, que Irala determin poner en ejecucin su viejo proyecto de poblar el Guair hasta la costa del Brasil, como nico medio de contener las incursiones de los tupes, estimuladas, por los portugueses, que por entonces comenzaban a poner su codiciosa vista en esa zona, de tan abundante poblacin indgena, como fuente de provisin de los esclavos que luego vendan a los ingenios del norte12.

    La Corona de Castilla celebr una capitulacin con Jaime Rasqun en 1557 con el claro objetivo de poblar la costa atlntica cercana a la controvertida lnea de Tordesillas, y as hace referencia a cuatro poblaciones: una en San Francisco del Mbiaz, otra en el Puerto de los Patos 30 leguas ms abajo, una tercera en Sancti Spiritus y la ltima en San Gabriel. Prueba de las incesantes pretensiones portuguesas es una carta dirigida al presidente del Consejo de Indias por el Gobernador del Paraguay Domingo Martnez de Irala quien declaraba: q los

    9 Anales del descubrimiento, poblacin y conquista del Ro de la Plata de Ruy Daz de Guzmn, primer historiador del Paraguay-Ro de la Plata. Ediciones Comuneros, Asuncin, 1980. 10 Mucho se ha discutido si la grafa correcta debe ser Canendiy o Canindey o an Kanendij o Kanindej segn las nuevas reglas del guaran. En este prrafo hemos preferido mantener la escritura original del historiador Efram Cardozo Canendiy, ya que su normalizacin como Canindey es relativamente reciente. 11 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim Cardozo. 12 Ibidem

  • portugueses pretenden ser la ysla de s. Francisco suia y estan en propiso (propsito) de no dexarla poblar posible.seria q. ellos lo quisiesen hazer antes q. su magestad proveyese la poblacion della y seria aver confusion sino se probeyese declaracion dello. Paresme q. su magestad debria dar alguna larga enesto para q. si los portugueses estubiesen poblados o lo quisiesen hazer los pudiesen echar della como de trra de su magestad

    Irala comision al Capitn Garca Rodrguez de Vergara para que con sesenta hombres fuera a fundar una poblacin de espaoles en el Guair. Sali de Asuncin el ao 1554 y cumpli su cometido erigiendo la Villa de Ontiveros en las tierras del cacique Canendiy, una legua al norte de los Saltos. A esta fundacin sigui la de Ciudad Real, hecha en 1556 por el capitn Ruy Daz de Melgarejo, en la otra banda del ro Paran, a tres leguas al Norte de Ontiveros, y, en consecuencia a cuatro de los Saltos. Esta vez la fundacin se hizo en los dominios del otro gran cacique, llamado Guair. De este modo, tanto Canendiy como Guair tuvieron su poblacin de espaoles. Los Saltos del Guair quedaron slidamente defendidos contra las incursiones depredatorias de los tupes por dos ciudades espaolas, que llevaron a sus tierras los signos perennes de la civilizacin cristiana.

    Un gran salto hacia el oriente, prosiguiendo el plan de ocupacin intensiva de las tierras de la soberana espaola dependientes del Paraguay, fue la fundacin de Villa Rica del Espritu Santo, el primer da de Pascuas del Espritu Santo (14 de mayo) de 1570. El fundador fue el capitn Ruy Daz de Melgarejo y el sitio elegido las tierras del Cacique Coracibera o Curacyber13, a sesenta leguas al Este de Ciudad Real, entre las nacientes de los ros Piquyry y Huibay. Pronto Villa Rica del Espritu Santo se convirti en el centro del Guair, como asiento de sus tenientes gobernadores, sin que fuera abandonada Ciudad Real, a la cual se incorporaron los habitantes de Villa Ontiveros. En 1593 el capitn Ruy Daz de Guzmn, que como su padre Alonso de Riquelme fue figura principal del Guair, fund Santiago de Xerez en la provincia de los Noars, mucho ms al norte de las anteriores ciudades. Con esta fundacin se cierra el anillo de ciudades que defendan los Saltos al Sud, al Este y al Norte14.

    HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA. LA GRAN ADECUACIN JURISDICCIONAL DE 1617. EL DESTINO COMN DEL NUEVO ESPACIO PARAGUAY - GUAIR

    El gobernador Hernandarias tena razn al sealar, a inicios del siglo diecisiete que la Provincia del Paraguay era demasiado grande para ser gobernada adecuadamente y defendida de manera apropiada como parte del Imperio Espaol, puesto que entonces se extenda hasta el paralelo de 14 S al norte, hasta el ro Negro al sur, hasta la costa del Atlntico y la lnea de Tordesillas al este, y hasta las estribaciones de los Andes y el Ocano Pacfico al oeste. Como resultado de esta enorme extensin, la ayuda que Asuncin ofreca a los habitantes de Ciudad Real y

    13 Quiz Kuarajhyver? 14 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim Cardozo.

  • Villa Rica del Espritu Santo para detener las infiltraciones portuguesas siempre llegaba demasiado tarde, es decir, cuando los portugueses ya se haban retirado.15

    La reorientacin que impuso Charcas a la gobernacin rioplatense exiga redefinir la organizacin del espacio. Hernando de Montalvo, sagaz observador de los acontecimientos del Paraguay-Ro de la Plata y responsable de la Hacienda Real de Asuncin advierte, a fines de 1579 la imposibilidad de ejercer un efectivo control sobre tan vasto territorio, y justifica la conveniencia de reinstalar un antiguo proyecto de dividir la gobernacin rioplatense: Para ser vuestra magestad mas aprovechado De tan grandes y fertiles provinias como Lo son estas del rio de la plata es inposible de ninguna ynposibilidad poderlas gobernar ni rrejir un solo governador por ser provinias tan anpleas Es provinia que se puede dividir en tres governaiones

    Otro proyecto presentado y atribudo a Martn del Barco Centenera hacia 1587 propone: importante, q V.M. diuidiesze aquella Gouer.on en do. dando a la vna por Cabea a buenos ayres con S.ta Fe y concepci pueblo nueuo enel Rio ypiti q. suena tanto como bermejo con toda la Conquista de aquella Vanda del Rio qs hazia el estrecho llamada los esares (Magallanes); A la otra puede. V. Mag. dar por Cabea a la iudad dela Assumpci en el paraguay iubdad antigua y muy poblada16

    Cinco aos despus, Hernandarias asumira el cargo de Gobernador del Paraguay y del Ro de la Plata, sera el primer espaol no peninsular en ostentar esta autoridad. A su vez, su hermano de madre, Fray Fernando de Trejo y Sanabria, nacido en San Francisco del Mbiaz (actual costa So Francisco do Sul, Santa Catarina, Brasil), quien se erigi como el primer obispo criollo paraguayo, provincial de los franciscanos y fundador de la Universidad de Crdoba, una de las Altas Casas de Estudios ms antiguas del Ro de la Plata.

    Los proyectos puestos a consideracin de la Corona con las recomendaciones de lograr una mejor administracin, sumados a los problemas cada vez ms frecuentes que se presentaban por el contrabando de metales preciosos a espaldas de las autoridades virreinales del Per, y a la importancia cada vez mayor que cobraba el puerto de Buenos Aires, que exiga que el Gobernador del Ro de la Plata residiese ms tiempo all que en Asuncin, agregndose razones de seguridad ante el gran riesgo y peligro en que quedauan las ciudades de la Asumpcion, cauea de las dichas prouincias, sometidas a ataques de los indgenas guaykures y payagus; acabaran trasladando la capital rioplatense de Asuncin a BuenosAires.

    Dadas las lgicas y muy fundadas razones expuestas por los proyectistas sobre la imposibilidad de administrar espacios tan vastos, y considerando que los territorios todos correspondan a la Corona Espaola, la divisin era una necesidad improrrogable. En este escenario fue que a fines de 1617 se consum la divisin de la gigantesca provincia del Paraguay-Ro de la Plata, y as, por Real Cdula de diciembre de 1617, Felipe III estableca que:he tenido por vien que el dicho Gobierno se dibida en dos que el uno sea del Rio de la Plata agregandole las iudades de la Trinidad Puerto de Santa Maria de Buenos Ayres la iudad de Santa Fee la 15 Paraguay 1515-1870, una geografa temtica de su desarrollo de Johan Martin Gerard Kleinpenning. Editorial Tiempo de Historia, 2011. 16 La disputa por la tierra de Oscar Nocetti y Lucio B. Mir

  • iudad de San Juan de Bera de las Corrientes la iudad de la Concepion del Rio Bermejo y el otro Gobierno se yntitule de Guayra y agregando a el por cabessa de su Gobierno la iudad de la Asunpcion del Paraguay y la de Guayra Billarica del Espiritu Santo y la iudad de Santiago de Xerez.

    Al igual que Buenos Aires con el Ro de la Plata, que haba recibido tres centros urbanos: Santa Fe, Corrientes y Concepcin del Bermejo; Asuncin, como cabecera del Paraguay comprenda, al momento de la desmembracin, tres poblaciones adicionales: Santiago de Jerez, Ciudad Real y Villa Rica del Espritu Santo. Las dos nuevas gobernaciones tuvieron cada una un obispado: el de Asuncin (el ms antiguo del Ro de la Plata) y el de Buenos Aires.

    La divisin desafortunadamente no permiti a los espaoles defenderse mejor de la agresin portuguesa. Poco despus, como veremos, los ataques aumentaron tanto en el Guair como en Jerez u e Itatn y las tres poblaciones situadas en dichas regiones debieron ser abandonadas.

    LAS MISIONES JESUTICAS y LA EVANGELIZACIN DEL GUAIR

    Antes de que se diera la divisin de 1617, el Consejo de Indias haba solicitado a Ignacio de Loyola, Fundador y General de la Compaa de Jess, una peticin para el envo de misioneros al Nuevo Mundo. Loyola no lo consider oportuno en ese momento, y los misioneros llegaran al Paraguay-Ro dela Plata recin treinta y un aos despus de su muerte17.

    El Superior de los Jesuitas dispuso en 1587 que las nuevas misiones dependieran de la Provincia Jesutica del Per creada en 1568, y llamados por el Obispo de Asuncin, el 11 de agosto de 1588 llegaron provenientes del Brasil los padres Manuel Ortega, Thomas Fields y Juan Saloni, que era el rector del grupo. Los tres manejaban el idioma guaran o lingua geral por haber predicado antes en el Brasil. Ortegay Fields se dirigiran a explorar el Guayr o Pinera establecindose luego en la ciudad de Villarrica del Espritu Santo18.

    La Provincia Jesutica del Paraguay fue creada en el ao 1604 por el Superior de los Jesuitas, Claudio Acquaviva, instalndose primeramente en Asuncin, pero por los prolongados problemas surgidos entre los sacerdotes de la orden y los vecinos de la capital paraguaya, cuyas quejas llegaron a la Corte, se orden por Real Cdula del 16 de marzo de 1608 dirigida a Hernandarias, que los jesuitas se dirigieran al Paran, al Guayr o Pinera19 y a la regin de los indios guaykures, donde quedaran eximidos del servicio de encomienda. As, adems de las cabeceras espaolas en el Guair: Ciudad Real y Villarrica, cuyos establecimientos ya se haban asentado y donde primeramente se dirigieron los misioneros, se inicia un

    17 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011. 18 bidem 19 La Pinera era una forma comn de referirse a la regin del Guair, debido a la particular flora donde como caracterstica principal resaltan las araucarias o pinos.

  • nuevo proceso de evangelizacin y fundacin de reducciones, sin precedentes en la historia universal20.

    Desde el Salto del Guair, el clebre sacerdote Antonio Ruiz de Montoya envi a los padres Diego Ranonnier y Justo Vanfurk a explorar la regin del Itat a pedido del Regidor de Santiago de Xerez. En 1610 los jesuitas fundan las misiones de Nuestra Seora de Loreto y San Ignacio Min, a orillas del ro Paranapanema; en 1622 la misin de San Francisco Xavier sobre el ro Tibag; en 1625 la reduccin de San Jos entre los ros Iva y Tibag, y Encarnacin en la zona del Nivatingu; en 1626 la misin de San Pablo Apstol sobre el ro Inia; en 1627 Siete Arcngeles en las tierras del cacique Tayaob, Inmaculada Concepcin al atravesar el Tibag, San Miguel del Yvyangy en esa regin, San Antonio en el Yvytyki y Santo Toms; en 1628 la reduccin de Jesus Mara cerca del ro Iva, y San Pedro de los Pinares. Esta ltima poca marca el fin de nuevas fundaciones a consecuencia de los ataques bandeirantes que comenzaron a asolar el Guayr21.

    Pese a los reiterados ataques y avances bandeirantes, la experiencia jesutica en los territorios espaoles signific el ejercicio pleno de la soberana de Castilla en los vastos espacios de la Provincia del Paraguay y Guair, adems del adoctrinamiento y evangelizacin de los naturales, legado que an luego de la expulsin de los soldados de Dios quedara a Espaa primero, y a las repblicas independientes despus.

    LA DESTRUCCIN DE LAS POBLACIONES EN EL GUAIR. LOS BANDEIRANTES

    Para comprender el movimiento expansivo portugus, debemos recordar que el Brasil estaba dividido en Capitanas Hereditarias, de una manera muy similar a las concesiones espaolas, con la diferencia que las capitanas portuguesas constituan unidades menores que las espaolas, todas ellas orientadas al Este volcadas al Ocano Atlntico, y con la lnea de Tordesillas como lmite occidental. Haban sido creadas por Juan III de Portugal en el ao 1534, y la administracin entregada a particulares, que por lo general eran nobles portugueses. Aunque los territorios asignados a cada Capitana eran ms pequeos que los espaoles, los espacios a ser controlados presentaron los mismos inconvenientes y significaron un fracaso, a excepcin de la Capitana de Pernambuco, entonces la regin ms poblada del Brasil, y la de de So Vicente (costa de So Paulo), a partir de donde se generaran los mayores dolores de cabeza para los hispanos del Paraguay-Ro de la Plata22.

    La Villa de So Paulo no pasaba de ser un pequeo poblado en la meseta de Piratining, subordinada inicialmente a la Capitana de So Vicente y a la cual rpidamente le rob protagonismo por los grandes logros alcanzados que le valieron tornarse en nueva cabeza de la Capitana en 1681. An as, y pese a que su influencia a principios de 1700 ya la eriga como la mayor unidad territorial dentro del Brasil, slo en el ao 1711 sera elevada a la categora de ciudad. Desde su fundacin, el 25 de enero de 1554 realizada por doce sacerdotes jesuitas que

    20 bidem 14 y 15 21 bidem 14, 15 y 17 22 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011.

  • avocaron el poblado al Apstol San Pablo, la villa no descansara en su misin conquistadora23.

    No caben dudas que entre los mejores servidores de la causa portuguesa en trminos de conquista y expansin del territorio, as como en la influencia lusitana en la Amrica del Sur estn los Bandeirantes Paulistas: Portugueses, criollos, mestizos, mamelucos y caboclos, en distintas proporciones segn la misin encomendada, se internaban en territorio espaol siguiendo el curso de los grandes ros tributarios del Alto Paran, devastando cuanta poblacin, villa o misin castellana encontraran a su paso, empujando forzosamente las fronteras hacia el oeste de la lnea de Tordesillas. Los bandeirantes paulistas hablaban el guaran como segunda lengua, llamndole lngua geral o nheengatu (e`engat), al igual que los mancebos y criollos del Paraguay. Estos particulares bilingismos (el primero con el portugus y el segundo con el castellano), si bien surgieron espontneamente por el rpido mestizaje, luego fueron fomentados por los jesuitas, presentes tanto en So Paulo como en Asuncin y las distintas Misiones24.

    Aunque todas las incursiones paulistas se conocen genricamente como Bandeiras, no todas ellas lo eran. Existan las Entradas que se diferenciaban de las Bandeiras en que las primeras eran financiadas por el tesoro y las autoridades coloniales en nombre de la Corona Portuguesa con la finalidad de expandir el territorio allende las fronteras de Tordesillas, mientras que las Bandeiras respondan a iniciativas particulares con el fin de obtener lucro, las primeras realizadas, conocidas como bandeirismo ofensivo o de apresamiento consistan en la captura y venta de indgenas, sobre todo en las Misiones; mientras que las ltimas, conocidas como bandeirismo minerador consistan en la exploracin del teritorio en busca de minas y piedras preciosas en Minas Gerais, Goyaz. Tambin se conocen los mones, que consistan en expediciones fluviales paulistas que partan de Porto Feliz, en las mrgenes del Tiet. Tanto las Entradas como las Bandeiras y an los Mones ampliaron las fronteras portuguesas en forma sistemtica, bajo las precisas instrucciones de Lisboa25.

    Las Bandeiras que ms influyeron sobre la zona en litigio sin lugar a dudas fueron las de Antonio Raposo Tavares, sin embargo, ya en 1606 Manuel Preto emprenda su rumbo al sur, al frente de una de las primeras expediciones paulistas de apresamiento, pese a la prohibicin Real del ao 1595 que proscriba la esclavizacin de los indgenas, y luego de varios aos de caza del indio, en 1619 se decide a atacar las aldeas jesuitas de Jess y San Ignacio. Pese a ello, los sacerdotes continuaran la evangelizacin, poblando parte del actual territorio de Ro Grande do Sul y las regiones de Guayr y Paran entre 1620 y 1630. En varias campaas que van hasta el ao 1633 Raposo Tavares y Manuel Preto destruyen varias reducciones del Guayr.

    La Ciudad Real del Guayr fue abandonada en 1632 y Santiago de Jerez al ao siguiente. Asuncin y Villarrica continuaron como los nicos centros urbanos de la

    23 bidem 24 bidem 25 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011.

  • regin, aunque esta ltima fue reubicada en un lugar ms seguro luego de 1632. Estos acontecimientos significaron que gran parte del territorio que se extenda hasta la lnea de Tordesillas y el Ocano Atlntico y pertenecan de iure al Paraguay, pasaran paulatinamente a ser controlados por los portugueses que desde 1632 lo incorporaron a la capitana de So Vicente. A Consecuencia de esta nueva desmembracin y la subsiguiente agresin portuguesa que condujo al despoblamiento del Guair, Jerez-u e Itatn, la gobernacin del Paraguay qued sin salida al mar

    Ferno Dias Pais Leme, otro clebre bandeirante, acompa a Raposo Tavares en varias campaas al sur ocasionando tantas prdidas y daos que en 1639 la Corona Espaola, a pedido de la Compaa de Jess, concede permiso a los indgenas para poder armarse y defenderse, y un ao despus, a instancias del mismo Raposo Tavares los jesuitas seran expulsados de So Paulo luego de los irreconciliables problemas que surgieran aos atrs, el ms grave de todos el proceso de excomunin a Raposo Tavares despus que l y otros poderosos esclavistas paulistas tomaran por asalto la iglesia de los jesuitas en Baruer. Las Bandeiras siguen, y Manuel Dias da Silva golpea Santa Fe en 1673 y Francisco Pedroso Xavier destruye la nueva Villarrica del Espritu Santo en 167526.

    Mientras las Bandeiras Paulistas asolaban el lejano Paraguay, los espaoles apenas se despertaban de la letargia y empezaban a comprender que la amenaza portuguesa estaba golpeando las puertas de su casa.

    LA PRDIDA DEL GUAIR EN MANOS DE LOS PORTUGUESES. DEL TRATADO DE MADRID A SAN ILDEFONSO

    El eminente historiador paraguayo Efraim Cardozo es lapidario con los espaoles en cuanto a la negligencia demostrada a la hora de defender el territorio que le perteneca frente a la viveza portuguesa. Asevera que no fueron los bandeirantes sino los diplomticos los arrebatadores de nuestras tierras.

    No, no fueron los "bandeirantes" los que generaron los ttulos portugueses, heredados por brasileos. Ellos jams pensaron en ocupar las tierras que asolaron. Fueron los diplomticos los que fabricaron esos ttulos. El genial Alejandro de Guzmn convirti a los feroces cazadores de esclavos, a los incendiarios de pueblos, a los profanadores de Iglesias, a los hombres sin ley ni conciencia que durante un siglo esparcieron el espanto y la muerte, en descubridores de tierras que nunca descubrieron, en conquistadores de tierras que nunca conquistaron, en pobladores de tierras que nunca poblaron27.

    Espaa estaba al promediar el siglo XVIII en plena decadencia moral. Los Borbones, que gobernaban desde la Paz de Utrecht, eran, por lo general, dbiles mentales, manejados por validos, favoritas y esposas, casi siempre extranjeros. La Corte era centro de intrigas internacionales donde poco era tenido en cuenta el

    26 bidem 27 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim Cardozo.

  • inters espaol. Del gran imperio de Carlos V slo restaba la memoria. En 1750 reinaba Fernando VI. Haba heredado de su padre la enfermedad entonces llamada de la "melancola", bajo cuyo nombre se encubran las insanias. Desde 1729 estaba casado con Doa Brbara de Braganza, hija del rey Juan V, soberano del Portugal. El nico sentimiento que se le conoca al monarca era el amor a su consorte que tena sobre l enorme influencia y que nunca dej de sentirse portuguesa28.

    Cuando se reunieron los plenipotenciarios de Espaa y Portugal para fijar los lmites de sus dominios en Amrica, el Rey dej el negocio enteramente en manos de su Ministro de Estado, Don Jos Carvajal y Lancaster, figura mediocre y corrompida, cuya nica aspiracin era ser grato a la todopoderosa reina. Su contendor era el famoso Alejandro de Guzmn, uno de los ms brillantes diplomticos lusitanos, con cabal concepto de lo que convena a su pas. Actuaba desde bambalinas, pues el plenipotenciario portugus era otro. Llego el momento de convenir las bases de la demarcacin. Fcilmente Lancaster se dej persuadir que se dejara de lado, perpetuamente, la Lnea de Tordesillas, que tan poco haba respetado el Portugal horadndola en todas direcciones, y que se adoptara el principio consagrado por los Tratados de Utrecht: el uti possidetis. De este modo quedaran legalizadas las usurpaciones portuguesas que, a la verdad, difcilmente Espaa hubiera podido corregir, ni siquiera por las armas, dada su total postracin29.

    Cmo determinar las posesiones? Lo ms prctico hubiera sido pedir informes de las personas entendidas, de las muchas que en las colonias conocan palmo a palmo los territorios ocupados por una y otra Corona. Virreyes, gobernadores, oidores y multitud de expertos podran dictaminar con suficiencia y hasta bien cabra enviar a comisarios que sobre el terreno verificaran las posesiones. Se desech uno y otro procedimiento. Ni siquiera se solicit el dictamen del Consejo de Indias, la ms alta autoridad espaola en materia americana, y que tena a su disposicin los papelea del Archivo de Sevilla y los mapas del archivo de Simancas. Por iniciativa portuguesa se decidi apelar a la cartografa con preferencia a cualquier otro procedimiento aclaratorio. Pero no a la cartografa oficial espaola, ni a la abundantsima de los grandes gegrafos de la poca, como el famoso Sansn D. Abbeville, ni siquiera la extraordinaria de los jesuitas, grandes transitadores de tierras, conocedores de todos los recovecos del continente indiano, sino a una cartografa de la particular invencin de los portugueses.

    Alejandro de Guzmn perje el mapa que deba utilizarse como base para la demarcacin. Tres cartas fueron enviadas al embajador portugus en Madrid, Toms de Silva Tllez, negociador del Tratado, para que pusiera el mapa "en el mayor secret en manos de la Reina Doa Brbara. As se hizo y Fernando VI, en un arranque de amor a su real esposa, orden a Lancaster, que aceptara el mapa y de acuerdo con l conviniera las fronteras. As lo hizo sin pestaear. De este modo surgi el famoso Mapa de las Cortes30.

    28 bidem 29 bidem 30 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim Cardozo.

  • Se titula "Mapa dos confins do Brasil com as terras da Coroa de Espaa en Amrica Meridional" y est datado en 1749. Las tierras tienen tres colores conforme a las siguientes indicaciones: "O que est de amarelo (amarillo) he o que se acha ocupado pelos Portugueses; "O que est de color de roza (rosado) he o que tem ocupado os Espanoles; "O que fica en branco nao est ate o prexente ocupado.

    Es un mapa grosero, sin ninguna de las caractersticas de la profusa y afiligranada cartografa de la poca, mal trabajo manuscrito de algn copista de Guzmn, hecho a ltima hora, con datos fantasiosos, inventando nombres geogrficos, modificando el trazado de los notorios accidentes geogrficos, ros y montaas sobre todo, caprichosamente representados, con el nico objetivo de mostrar el profundo adentramiento de las supuestas ocupaciones portuguesas en todas y cada una de las provincias espaolas31.

    Los errores del mapa son garrafales. Slo mencionaremos algunos correspondientes al sector paraguayo, que es el que nos interesa. La ciudad de Asuncin est mal ubicada. El ro Paraguay corre en direccin N. E. a S. O., el ro Pilcomayo de Norte a Sur. En el Chaco aparece, en su centro, una gruesa cadena de cerros. Entre los ros Paran y Paraguay hay una distancia de 40 leguas, etc32.

    Y lo que es estupendo: mientras en el Guair se inventan ros y arroyos, no aparecen para nada los Saltos, y s la isla que est en medio de ellos! Fue sobre la base de este Mapa que se suscribi el Tratado de Lmites del 13 de enero de 1750 o Tratado de Madrid; a su dorso pusieron tambin su firma los dos plenipotenciarios. El Mapa qued agregado a Tratado. Se le complement con una "lnea vermelha" (lnea roja) que representaba la frontera demarcada33.

    El historiador argentino Pedro de Angelis, en el proemio que hace sobre la publicacin comentada del tratado en el ao 1837 en Buenos Aires critica el desconocimiento de los territorios a ser demarcados, y afirma que: en vez de dejar esta cuestin intacta en manos de los facultativos, la acometieron diplomticamente los plenipotenciarios, y fijaron los puntos directores de la lnea de demarcacin, sin tener noticias correctas de las localidades; as es, que se equivocaron en varios detalles, que hicieron impracticable la ejecucin del tratado34.

    Pese a que el Tratado de Madrid35 sera anulado en 1761 por el Tratado de El Pardo, los problemas de indefinicin de lmites entre Portugal y Espaa

    31 bidem 32 bidem 33 bidem 34 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011. 35 El Tratado de Madrid anulaba el obsoleto acuerdo de Tordesillas, y adopt como regla para la fijacin de lmites la ocupacin efectiva en muchos de sus puntos, lo que era ampliamente favorable a Portugal.

    Pona fin a las reclamaciones portuguesas por las Filipinas y adyacentes ratificando el acuerdo de paz de

    Zaragoza de 1529 sobre las Molucas, y entre otras disposiciones, tambin estableca que Portugal ceda a

    la corona de Espaa la Colonia del Sacramento y todo su territorio adyacente, como tambin toda la

    navegacin del Ro de la Plata, que pertenecera enteramente a la corona espaola. Portugal renunciaba a

    todo derecho que pudiera corresponderle por el tratado provisorio de Lisboa de 1681 y de Utrecht de

    1715, a la vez que Espaa ceda los Siete Pueblos de las Misiones, y por ello se lo conoce tambin como

  • continuaran. La Gobernacin del Paraguay marcaba el confn norte de las posesiones espaolas en el Ro de la Plata y mostraban un lamentable panorama en cuanto a la preparacin para la defensa, en momentos en que estas diferencias apeligraban estallar una guerra. Por tal motivo, argumentando la improcedencia de la expansin portuguesa, Espaa invoc las garantas del Tratado de Pars de 1763 y se asegur el apoyo de Francia, a la vez que los britnicos no tuvieron ms remedio que ser neutrales, absorbidos por la sublevacin de sus colonias.

    El ministro portugus Marqus de Pombal estimulaba la expansin lusitana en el Ro de la Plata. Los portugueses aprovecharon la indefensin de los indios de las Misiones, y extendieron sus posesiones desde el Uruguay al Paraguay.

    Una prueba latente de ello es el conflicto suscitado en Igatim (hoy Mato Grosso do Sul, frontera con Canindey), donde los portugueses buscaban instalarse en forma clandestina desde el ao 1767 en que se tienen noticias del asentamiento de Nossa Senhora dos Prazeres de Igatim , al norte de San Isidro del Curuguaty, antigua cabecera de Canindey. El gobernador del Paraguay Carlos Morphy actuara con gran diplomacia y cautela, guardando el debido cuidado de la prescripcin que le prohiba a los gobernadores tomar las armas en tales casos, y realiz un intercambio epistolar con el jefe de la poblacin, Joo Martins Barros, que ostentaba los ttulos de Capitn Mayor, Regente y Comandante de la expedicin y donde pudo comprobarse que realizaba una Entrada por orden del Capitn General Luis Antonio de Sousa Botelho Mouro36.

    Morphy haba enviado al Teniente General de Curuguaty, Jos Gonzlez Vejarano a inspeccionar el lugar, y debi frenar a los lugareos quienes queran juntarse para pasar en persona a echar estos fanfarrones a los antpodas, pues no convencieron sus excusas de que estaban esperando el fruto de sus chacareos antes de continuar viaje. De hecho, la situacin se volva tensa al recibirse noticias de la fortificacin de la poblacin, por lo que Morphy exige explicaciones al ya mencionado gobernador de So Paulo, Luis Antonio de Sousa Botelho Mouro, haciendo notar que por la anulacin del tratado de lmites de 1750 (que haba amparado la ocupacin efectiva), los terrenos de Igatim pertenecan a la Corona de Espaa37.

    Los reclamos de Morphy por la va diplomtica seran estriles, dada la actitud portuguesa demostrada en las respuestas de Sousa, que estaba dispuesto a pelear cualquier palmo de tierra, y no sera hasta el gobierno de Agustn Fernando de Pinedo que las cosas se compondran conforme a derecho. Pinedo primeramente mantuvo la cautela observada por su antecesor Morphy, pero al recibir las instrucciones del flamante primer Virrey del Ro de la Plata Pedro de Cevallos quien vendra a tomar satisfaccin de las injurias que las armas del Rey Fidelsimo haban cometido contra los dominios de su Rey, bajo la paz, abusando de la magnanimidad y escrupulosa buena fe, tres brigadas compuestas por Jos Antonio Yegros, Salvador Cabaas y Jos Espnola, de unos quinientos hombres cada una, totalizando mil quinientos, ms quinientos ms entre peones para caballera y Tratado de Permuta. 36 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011. 37 bidem

  • cargueros, marcharon sobre la plaza y ante el pedido de rendicin de Espnola, los portugueses realizaron una descarga que hiri de muerte a Tom Nez, quien result la nica baja antes de que se tomara pacficamente la plaza, y diez das despus se retiraran con sus bienes y armas. Un total de ochenta personas decidieron fijar residencia en el interior del Paraguay, que era lcita eleccin, mientras que el resto retorn a So Paulo38.

    El aventurero paulista Manoel Cardoso de Abreu escribi en 1783 sobre este mismo episodio en un manuscrito que permaneci indito por ms de un siglo hasta que fue descubierto en Lisboa y publicado en la Revista do Instituto Histrico e Geogrphico de So Paulo en el ao 1902 bajo el nombre de O Divertimento Admirvel. Cardoso se refera al hecho relatando: No anno 1766 para o de 1767 mandou o Exmo. D. Luis Antonio de Souza Botelho Moro, que ento era General da Capitania de S. Paulo, huma expedio de trezentos etantos homens ao rio Yguatemi aestabelecer h Prezidio, o qual sendo estabelecido, efortificado com Artilharia etropas reguladas alem de algunas companhias de Aventureiros, se conservou nesta figura daquelle anno te o dia 26 de Outubro de 1777, que por neste mesmo dia eanno foi tomado pelos Castelhanos asociados com o Gentio Cavalleiro denominado Guaicur: O embarque desta expedio foi feito na referida Freguezia de Araraytaguaba, como tambem Della se extrahiro Ocuro pelo mesmo rio Tietm eoutros amaneira dos comerciantes, de que trata aprezente narrao, poiz deixo o mais deste ponto em silencio para em seu lugar referir39.

    Efraim Cardozo se pregunta, considerando que no haban posesiones, ni siquiera inventadas sobre el papel en el Mapa de las Cortes: cul fue la razn "convincente" que movi al plenipotenciario espaol a aceptar el trazado de la frontera que dejaba el Guair dentro del Portugal? Pues, ya cabe suponer: las correras de los "bandeirantes". Pero esas invasiones estaban despojadas de toda validez jurdica. Los "bandeirantes'" destruyeron ciudades, no, las fundaron; lograron lo desocupacin del Guair, pero no lo ocuparon. En sus correras no obedecan propsitos polticos, sino a la infame codicia de carne humana. El Guair dej de interesarles cuando ya no tuvo ms poblacin que esclavizar. Y adems, ellos no reconocan soberana alguna en el Portugal y hasta llegaron en 1661 a proclamar rey a Amador Bueno. Un viajero de fines del siglo XVII, as describe a San Pablo: "Es una especie de Repblica originariamente compuesta de toda especie de gente, sin fe ni ley, mas a quien el instinto de conservacin forz a tomar una forma de gobierno. Pretenden ser libres los paulistas y no quieren ser sbditos de los portugueses. La tirana de los gobernadores del Brasil dio origen a esta pequea Repblica, tan celosa de su libertad que no soporta que algn extranjero pise sus tierras'40.

    Y sobre todo stos en la poca de las principales invasiones del Guair, el Portugal dependa de Espaa. Fusionadas ambas coronas en 1580 bajo la unin Aeque Principalliter, el Rey de Espaa lo fue tambin del Portugal hasta 1640, en que el

    38 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011. 39 bidem 40 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim Cardozo.

  • Portugal recuper su independencia. Y los "bandeirantes", como sbditos de Espaa, mal podan generar derechos en contra de Espaa y a favor de un Estado que por entonces no exista con atributos de soberana e independencia.

    Al decir de Alfredo Ellis Junior, un eminente historiador brasileo y uno de los que ms eruditamente se ha ocupado del "bandeirantismo en obras como "Raposo Tavares e sua poca", "Captulos de historia social de Sao Paulo, "O bandeirismo e o recuo do meridiano, "Meso sculo de bandeirism sustent la tesis de que los bandeirantes no tuvieron como finalidad, en sus arremetidas sertonistas, inclusive contra el Guair, "eliminar los monumentos posesorios castellanos y jesutico - guaranes y conquistar tierras para la Corona lusitana, a cuyos intereses expansionistas fueron extraos". Reconoce que el movimiento Bandeirante no tuvo otro objetivo que la captura de esclavos amerindios coma actividad exclusivamente lucrativa. Otro historiador brasileo, Mario Monteiro de Almeida, en su obra "Episodios da Formaao Geogrfica do Brasil", considera que las razones lgicas en que el eminente escoliasta fundament su tesis, "se presentan como impresionantes e irrecusables".

    Ante los ltimos acontecimientos ocurridos en el Paraguay y en el Ro de la Plata, que desataron varios enfrentamientos entre espaoles y portugueses en plena etapa de negociacin en la pennsula ibrica, finalmente, en Madrid se convino el Tratado de San Ildefonso el 1 de octubre de 1777 que tendra una importancia fundamental para fijar las fronteras de ambos imperios, al menos en los puntos ms sensibles, y que haban sido objeto principal del conflicto. Segn este Tratado, los portugueses quedaban eliminados de las riberas del Ro de la Plata y la Colonia del Sacramento volva a la soberana de Espaa, que finalmente cedi a Portugal las Misiones Orientales y las tierras sobre las mrgenes del ro Yacuby, Ro Grande, adems de parte del Guayr y el Mato Grosso. Carlos III expidi la Real Instruccin del 6 de junio de 1778, dictada con la aprobacin de las cortes de Madrid y Lisboa, por la cual una comisin mixta deba trasladarse a Amrica para fijar las fronteras y poner fin de esta manera a la secular disputa entre los dos reinos. Sin embargo, solo dos comisiones trabajaron conjuntamente y el resultado final fue muy deficiente41.

    Para la fijacin de lmites en el Paraguay, la Corona Espaola envi en 1781 a Flix de Azara como uno de los comisarios encargados de fijar los lmites hispano-lusitanos en el Paraguay; y en 1784 al marino Juan Francisco Aguirre, como jefe de la cuarta partida demarcadora. Estos dos demarcadores desarrollaran una gran labor cientfica y dejaran un legado invaluable que cobran mayor importancia desde el momento en que San Ildefonso sera el ltimo tratado vigente entre ambas coronas al momento del estallido de la Guerra de la Triple Alianza en 1864, cuando la continuacin poltica de las coronas seran el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay. Los otros comisarios espaoles que intilmente aguardaron la llegada de sus contrapartidas portuguesas fueron Manuel Antonio Flores y Diego de Alvear42.

    41 Flix de Azara: El Darwin espaol, artculo de Eduardo Nakayama para la Asociacin Cultural Mandu`ar, 17 de octubre de 2014. 42 bidem

  • Puesto que el trabajo de demarcacin iniciado luego del Tratado de Madrid haba quedado inconcluso por los enfrentamientos que se sucedieron, Flix de Azara lo volvi a revisar y analizar, hallando un sinnmero de errores, los cuales explica con mucha claridad y sentido, ms an considerando que incluso en Europa su prestigio era ya muy reconocido, tornndose clebre a su regreso por sus obras publicadas en Pars, entre ellas: Essais sur lhistoire naturelle des Quadrupdes (1801) y su obra maestra Voyages dans lAmrique mridionale, par don Flix de Azara (1809) en cuatro volmenes. Sus Memorias sobre el Estado Rural del Ro de la Plata en 1801, obra pstuma publicada por su sobrino don Agustn de Azara, Marqus de Nibbiano y Caballero de la Orden Real de Carlos III en Madrid, en el ao 1847, contiene las anotaciones sobre los lmites espaoles y portugueses en el Alto Paran y en el Alto Paraguay43.

    En su Quinta Disputa contenido en sus Memorias sobre el Estado Rural del Ro de la Plata publicado en 1801, Azara hace una clara mencin a la demarcacin de los lmites en la zona de Salto del Guair diciendo: El mapa manifiesta bien ambas lineas, y el espacio que creen debe quedar neutro entre ellas. Pero yo creo que ser mejor lnea la que, sin dejar neutral, corre desde cualquiera de los dos San Antonios aguas abajo del Yguaz hasta el Paran, y aguas arriba de este hasta el Salto Grande. Porque la lnea complicara la demarcacin sin utilidad; porque los trozos del Yguaz y Paran mencionados, no pueden navegarse en la mayor parte por sus saltos y furiosas corrientes, y porque el terreno que la lnea dejara neutro, lo ser siempre por malsano, y por muy distante de otros establecimientos sin franca comunicacin por ros.

    DEL PERODO INDEPENDIENTE AL TRATADO LOIZAGA-COTEGIPE

    Antes y durante el primer perodo independiente, sin lugar a dudas la Villa de San Isidro Labrador de los Reyes Catlicos de Curuguaty fue la poblacin canindeyuense ms importante de la regin.

    Para conocer el protagonismo de esta ciudad y la de sus curuguateos, descendientes ancestrales de los guaireos de Ciudad Real, Ontiveros o Villa Rica, es preciso realizar un repaso desde incluso la expulsin de los portugueses del Fuerte de Nuestra Seora de los Placeres de Ygatim, la participacin de los delegados de la Villa en los diferentes acontecimientos polticos en los albores de nuestra nacin independiente, el lugar de residencia y asilo concedido por el Dr. Jos Gaspar Rodrguez de Francia al prcer uruguayo Gral. Jos Gervasio Artigas, entre otros acontecimientos histricos de gravitacin nacional.

    La regin de los saltos quedara sin embargo despoblada del lado paraguayo durante el perodo de tiempo comprendido entre la independencia nacional y la Guerra de la Triple Alianza, por cuya consecuencia a raz de lo estipulado en el Tratado Secreto de la Triple Alianza, grandes extensiones del territorio nacional al norte de los actuales departamentos fronterizos de Canindey, Amambay y

    43 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011.

  • Concepcin pasaran a pertenecer al Brasil. Cabe manifestar sin embargo que la apropiacin de estos territorios ancestralmente paraguayos por herencia de la Madre Patria y por justos ttulos, se produjo en el ao 1872 bajo ocupacin militar aliada en Asuncin, por lo que del arreglo se infieren graves indicios de vicios de la voluntad, que en el Derecho Civil constituyen vicios insalvables que hacen anulable la convencin como si se hubiera firmado un contrato bajo presin o fuerza irresistible.

    Mucho no habrn podido hacer nuestros gobernantes de turno, pero an as vale resaltar el comportamiento honorable de algunos pro-hombres que con su ejemplo demostraron su leal servicio a la Patria, como fue el caso del plenipotenciario Don Jos Falcn, que se retir de las negociaciones con Cotegipe y renunci a sus plenos poderes. Realiz antes unos descargos diciendo que como estaba a la vista de todo el mundo, no han existido poblaciones antes de la reciente guerra, que (pudiesen) dar derecho al Brasil, como seal de posesin sobre el territorio controvertido. Agreg que el Imperio haba tentado muchas veces crearse un derecho que no tiene, con las poblaciones clandestinas en las tierras disputadas, y de donde fueron lanzados cuantas veces lo han hecho. Al concluir, expuso lo siguiente: Hoy con motivo de la guerra y del triunfo que alcanzaron sus armas sobre nuestra desgraciada patria, habrn puesto ya (los brasileos) sus establecimientos, para venir a imponernos en el tratado definitivo que se espera, la obligacin de reconocerles como propios del Brasil, toda la derecha del Apa, y aun en las presentes circunstancias en que se encuentra el Paraguay, podrn pretender hasta el corazn de la Repblica, para que de este modo queden perfectamente cumplidas las escandalosas estipulaciones del tratado secreto de 1 de mayo de 1865 Si desisten los aliados de las inicuas estipulaciones de dicho tratado secreto, bienvenidos sean! que les esperamos con un abrazo fraternal; pero si obstinados pretenden llevarlas a la letra, prevalidos de nuestra situacin: en hora buena, reprtanse de nuestros despojos; pero no encontrarn un solo paraguayo que quiera poner su firma ignominiosamente, para darles el colorido de legalidad a sus actos.

    Lamentablemente, hubo paraguayos que se prestaron al despojo y firmaron y ratificaron el Tratado, pero el viejo Falcn dej su impronta en la Historia del Paraguay en su misma nota de renuncia, la cual devino en fecha 9 de enero de 1872: No pudiendo avenirme con esta declaracin, que es el cumplimiento de lo estipulado en ese tratado secreto para la conquista del Paraguay () y por consiguiente, considerando que firmando un tratado con tales condiciones, atraera sobre mi nombre la maldicin eterna de nuestra posteridad; (...) no concordando con mi colega el seor Loizaga, me veo en la penosa pero indeclinable necesidad de pedir a usted (el vicepresidente Jovellanos) se sirva exonerarme de los plenos poderes que me ha confiado, as como de la cartera del Ministerio a mi cargo, porque como miembro del Gobierno tampoco podr firmar en contra de mi conviccin cuando llegasen a realizarse dichos tratados en los trminos propuestos44".

    Cotegipe, veterano de luchas provinciales y nacionales, hbilmente consigui que luego de un breve intercambio de notas, Brasil se quede con tres mil trescientos

    44 Jos Falcn: Escritos Histricos. Edicin y estudios preliminares de Thomas L. Whigham y Ricardo Scavone Yegros. Editorial Servilibro. Asuncin, 2006.

  • veinticuatro leguas cuadradas o sesenta y dos mil trescientos veinticinco kilmetros cuadrados del territorio situado entre las cordilleras de Amambay y Mbaracay y al norte del ro Apa. Los tres tratados firmados en 1872 fueron el acuerdo general de paz y lmites (09 de enero); el de extradicin (16 de enero); y el de amistad, comercio y navegacin (18 de enero).

    Juan Bautista Gill, presidente del Senado, junto con Brizuela, urdieron la trama para rpidamente arrancar y entregar al Brasil tanto suelo paraguayo an cubierto con la sangre y los sueos de tantos soldados y ciudadanos de bien45. Gill, quien segn sus contemporneos dominaba a la mayora de los legisladores por medio de la persuasin o amenaza, reuni en su casa a los miembros del Congreso, ignorantes de que Cotegipe estaba agazapado en una habitacin contigua, siguiendo cada momento de la reunin, quien apareci en el momento justo para, con una sonrisa, garantizar que su nacin se opondra a cualquier reclamo de tierra de parte de la vecina Argentina46.

    Los tres tratados fueron ratificados casi sin ninguna objecin el 6 de febrero del mismo ao por el Paraguay, y el 26 de marzo de 1872 por Su Alteza Imperial la Princesa Regente Isabel del Brasil.

    A cambio de que Brasil no obligue al Paraguay a pagar una compensacin de guerra que podra superar los $300.000.000 pesos oro, segn el ministro americano John L. Stevens, la Argentina pagaba el precio de haberse unido al Brasil para destruir al Paraguay. Tambin mencionaba la urgencia de que las repblicas del Ro de la Plata se unan para poder formar un frente compacto contra la torpe y engolada civilizacin del Imperio, unin que era uno de los fantasmas de las relaciones exteriores brasileas.

    Fue as como el Paraguay accedi a no ceder el Gran Chaco a la Argentina, cuya cuestin qued primeramente bajo arbitraje internacional del Presidente de los Estados Unidos de Amrica Rutherford Birchard Hayes en su laudo arbitral entre el Paraguay y la Argentina y despus a prueba de guerra durante la defensa nacional en la nuevamente sangrienta Guerra del Chaco que tuvo que enfrentar a un todava dbil Paraguay contra Bolivia entre los aos 1932-1935.

    FIN

    45 Paraguay y la Triple Alianza, la dcada de la posguerra (1869-1878) de Harris Gaylord Warren. 46 bidem