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Liderazgo ●●●● Emprendeduri
Emprendedurismo ●●●● MotivaciónMotivación
Liderazgo Emprendedor 2
www.emprende7joven.com.mx
Todos los derechos reservados
Se permite la reproducción total o parcial de la presente obra,
así como su comunicación pública, divulgación o transmisión,
mediante cualquier sistema o método, electrónico o mecánico
[incluyendo el fotocopiado, la grabación o cualquier sistema
de recuperación y almacenamiento de información],
siempre y cuando esto sea sin fine
y con la condición que se señale la fuente
Registro en el Instituto Nacional de Derechos de Autor
•
Liderazgo Emprendedor 2
www.emprende7joven.com.mx
Liderazgo Emprendedor 2
Todos los derechos reservados por el autor ©2013
Primera edición
la reproducción total o parcial de la presente obra,
comunicación pública, divulgación o transmisión,
mediante cualquier sistema o método, electrónico o mecánico
[incluyendo el fotocopiado, la grabación o cualquier sistema
de recuperación y almacenamiento de información],
siempre y cuando esto sea sin fines de lucro
y con la condición que se señale la fuente
egistro en el Instituto Nacional de Derechos de Autor 03-2013-101610230500
•
la reproducción total o parcial de la presente obra,
comunicación pública, divulgación o transmisión,
mediante cualquier sistema o método, electrónico o mecánico
[incluyendo el fotocopiado, la grabación o cualquier sistema
101610230500-14
INDICE
¡SALUDOS! ......................................................................................................... 1
1. Curiosamente lo que nos mueve a caminar es nuestro deseo de volar
................................................................................................................... 2
2. Las cicatrices de tu lucha actual serán tus trofeos futuros cuando
triunfes en tus metas ............................................................................... 5
3. La suerte acompaña a aquellos que están preparados y aprovechan la
oportunidad .............................................................................................. 7
4. Trabajar en equipo es darle más manos, mente y alma a tus proyectos
................................................................................................................... 9
5. ¿Quieres ver un milagro?, mira hacia fuera y hacia dentro de ti ........ 11
6. Dos piernas necesitas para andar por la vida: los sueños y la acción
................................................................................................................... 14
7. A veces no puedes mejorar el mundo, pero el solo hecho de intentarlo
te mejora a ti ............................................................................................. 17
8. Derrumba las paredes que encuentres en tu camino y usa los ladrillos
para construir puentes hacia tus metas ................................................ 19
9. Así como un foco puede iluminar una habitación, una sola persona de
bien puede iluminar el mundo ................................................................ 22
10. Cuida la palabra que empeñes, es tu mejor tarjeta de presentación .. 25
11. Lo creas o no, siempre habrá alguien para quien tus acciones sean un
ejemplo a seguir ...................................................................................... 27
12. A veces nuestra fe es tan grande que no nos cabe dentro y tiene que
salir... salir a hacer milagros ................................................................... 30
13. Cuando el oro se acaba, el único resplandor que queda es el del brillo
que hayas logrado sacarle a tu alma ..................................................... 33
14. A veces hay que seguir caminando, incluso aunque se haya hecho de
noche ........................................................................................................ 36
15. Curiosamente los más grandes sueños no surgen cuando estamos
dormidos .................................................................................................. 39
16. La lluvia hasta en el desierto cae... ¡y lo hace florecer! Síguelo
intentando ................................................................................................ 41
17. La fuerza que te hace levantar de cada caída, es la misma que logra
hacer de nuestro mundo un lugar mejor ............................................... 45
18. Al igual que cuando vas de compras, tú decides que quieres llevar en
tus bolsas de la vida: sombras que te detengan o luces que te hagan
volar .......................................................................................................... 48
19. El carácter de una persona está dado por el equilibrio entre lo que
piensa, lo que dice y lo que hace ........................................................... 50
20. A veces no es tanto lo que puedas hacer en el mundo, sino lo que
permitas que el mundo haga contigo .................................................... 53
21. Dice un dicho que si una puerta se cierra, se abre una ventana... y yo
agregaría: y si no ¡hay que abrirla! ....................................................... 55
22. El nadador no se pregunta cuánto le falta para la orilla, se concentra
en nadar y cuando menos lo piensa ha llegado a su meta .................. 61
23. Llegar a tus metas te hace exitoso, pero además ayudar que otros
lleguen a las suyas te hace trascendente ............................................. 64
24. La constancia del aire erosiona hasta la roca, la constancia en tus
acciones vencerá cualquier obstáculo .................................................. 66
25. Sueños sin acciones es como tener la semilla de un árbol muy
frondoso ¡en un cajón! ........................................................................... 69
26. Cada meta no solo te lleva al éxito si no que además te acerca cada
vez más a la persona que realmente eres ............................................. 72
27. Solo merece esperar un futuro mejor quien está dispuesto a luchar por
él ................................................................................................................ 74
28. Todo gran sueño implica grandes sacrificios, pero estos se
compensan con creces con la conquista de la meta ........................... 77
29. Cada sueño se busca, se acecha, se caza, y una vez que se ha
conquistado ¡se va por el siguiente! ..................................................... 79
30. La vida es un río, si no avanzas con decisión hacia donde quieres, la
corriente te arrastrará hacia donde no quieres ..................................... 82
31. Cada día es una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser más
................................................................................................................... 85
32. Logro sin esfuerzo no sabe, no se valora, y lo que es peor, la mayoría
de las veces no dura .............................................................................. 87
33. A veces hay que tocar cien puertas para que se abra una .................. 90
34. Un triunfador no es alguien que no conoce el fracaso, sino alguien que
lo conoce tan bien como para saber que no pertenece ahí ................ 92
35. El mundo te pertenece... pero debes luchar por él ............................... 94
36. Nadie ha salido de un agujero hundiéndose más en él ....................... 98
37. En el camino a la excelencia dos cosas debes cuidar: creerte más que
los demás y que los demás hagan creerte menos ............................. 102
38. ¿Que si cuántas veces intentarlo? Fácil: ¡hasta lograrlo! ................ 106
39. Paciencia, a veces las semillas tardan en germinar pero al final todas
florecen ................................................................................................... 113
40. Si no has encontrado lo que buscabas, la respuesta no es dejar de
buscar sino buscar en otro lado .......................................................... 116
41. Ante lo corto de la vida tienes dos posibilidades: aprovecharla o
desperdiciarla, tú decides ..................................................................... 119
42. Mente para pensar, corazón para sentir, y vida para compartir, ¿qué
más necesitas? ..................................................................................... 123
43. Se requiere de la tempestad para probar la fortaleza de un barco ... 126
44. Decide con sabiduría y valor: lo conveniente a veces no es correcto y
lo correcto a veces no es conveniente ................................................ 129
45. No puedes desandar tus pasos, pero si puedes caminar mejor ....... 132
46. Lo que haces cambia al mundo, la intención con que lo haces te
cambia a ti .............................................................................................. 136
47. Lo único mejor que lograr un sueño es ¡compartirlo! ....................... 139
48. Cuando trabajas en equipo no sumas voluntades... ¡las multiplicas!
................................................................................................................ 142
49. A veces la vida podrá no ser lo que uno espera, pero siempre será lo
que uno necesita ................................................................................... 145
50. Para volar, primero correr; para correr, primero andar; para andar,
primero gatear; para gatear, ¡primero soñar! ..................................... 148
PALABRAS FINALES ....................................................................................... 151
PRÓXIMA PUBLICACIÓN ................................................................................. 152
ACERCA DEL AUTOR ...................................................................................... 154
ALGUNAS OTRAS PUBLICACIONES GRATUITAS DEL AUTOR .................. 156
1
¡SALUDOS!
La cuestión del liderazgo, el emprendedurismo y la motivación entraña dos
procesos: uno es el de la reflexión y otro es el de la acción. El de la reflexión es
ese mundo intangible de las emociones y los pensamientos donde nos
remontamos para idear nuestros proyectos, metas y objetivos y para embebernos
de la energía dinámica que nos permita llevar a cabo esas ideas. La acción es el
mundo concreto y tangible donde nuestras actividades tienen lugar con la finalidad
de concretizar lo idealizado y de hacer tangible lo intangible.
Ambos mundos se interrelacionan y por lo mismo se necesitan. El mundo de la
reflexión requiere ver que las acciones concretas que se realizan van conduciendo
hacia alguna parte, mientras que el mundo de la acción requiere de la guía y
validación del mundo de la reflexión.
A pesar de la explicación anterior, las dos realidades, la de la reflexión y la de la
acción, no son para nada simples y estáticas sino múltiples y cambiantes, es por
eso que ambas deben ser abordadas desde diferentes puntos de vista, desde
diferentes vivencias, desde diferentes contextos.
Liderazgo Emprendedor 2 busca ser ese escenario, ese espacio, ese momento
donde las visiones confluyan y donde las misiones se esparzan. Los 50 diferentes
momentos que están incluidos en la presente obra alrededor de 50 temas buscan
llevar al lector al mundo de la reflexión y al mundo de la acción para coadyuvar en
la construcción de su proyecto de vida, un proyecto de vida completo, rebosante y
trascedente.
En la medida que esté libro le sea útil en el sentido expresado para todo aquel que
lo lea, el mismo habrá cumplido su misión y entregado la estafeta para que quien
se vean beneficiado por él haga lo mismo con los demás.
2
Curiosamente lo que nos mueve a caminar es nuestro deseo de volar
Una cualidad del ser humano es su constante
inconformidad ante la vida, esto nos ha empujado
tanto como de manera individual como grupal, a
los cambios y evoluciones que han mejorado
nuestra vida y nuestro entorno, aún así siempre
tenemos esa inconformidad presente en nuestra
vida que nos recuerda que solo estaremos
tranquilos cuando la excelencia y perfección sea
alcanzada.
¿Cuántas veces nos ha sucedido que ante alguna tarea que se nos ha
encomendado simple y sencillamente no nos ha gustado y hemos empezado de
nuevo de cero la misma? Un escrito, un dibujo, una pintura, un discurso, todo lo
que hacemos es susceptible de, como coloquialmente se dice, "no llenarnos el
ojo" y simplemente deshacerlo para volver a hacerlo.
Lo anterior, que supongo todos en algún momento hemos experimentado, es un
reflejo del sentido de excelencia y perfección que tenemos ante la vida, las
relaciones y todo aquello que realizamos.
Esto tiene un mucho de positivo pues nos empuja a mejorarnos constantemente, a
superarnos a nosotros mismos y a tratar de alcanzar esa excelencia a la que todos
aspiramos, pero de la misma forma agrega una presión considerable pues de la
misma manera nos condiciona para exigir a los demás ese grado de perfección
que pocas veces es alcanzado.
Hay una historia de un águila que cayó de su nido y desde pequeña fue criada por
las gallinas, cuenta la historia que una vez que creció el águila se comportaba
como gallina, escarbaba el suelo en busca de semillas y apenas y si daba unos
3
tímidos revoloteos. En una ocasión ve un águila en lo alto y se asombra de lo
bella, hermosa e imponente que es, a lo que las gallinas le dicen que se trata de
un águila, el rey de las aves, pero que ni sueñe porque ellas son gallinas y no
pueden aspirar más que a vivir al ras del suelo.
En nuestro interior todos sentimos que no somos solo esto que vemos y tenemos,
sentimos, como el águila de la historia, que a pesar de andar al ras el cielo nos
llama, hay algo que retumba constantemente en lo que hacemos, incluso en los
problemas que enfrentamos, que nos dice lo grandioso que somos y que estamos
llamados a ser.
Pero de la misma forma que la historia, constantemente vemos, sentimos y oímos
ese llamado a seguir al ras del suelo, a no pensar en volar (al menos no volar
mucho) y en conformarnos cuando de inicio no estamos llamados a eso sino al
contrario, es con todo eso que tengamos en contra como al final nos daremos
cuenta que nuestro lugar no está al ras del suelo, sino en lo alto del cielo.
Este llamado a la excelencia no es imperativo de lo que hacemos, sino de lo que
somos, somos seres de trascendencia, podemos ver hacia el pasado y construir
hacia el futuro, podemos hundirnos completamente en la oscuridad para luego
salir volando hacia la luz, podemos experimentar en nuestro interior lo mismo el
cielo que el infierno, en una palabra podemos sentir constantemente la necesidad
de la plenitud, de la totalidad, de la trascendentalidad.
Vamos dejando una idea para la próxima vez que sientas una frustración: cuando
ese momento llegue, es decir, cuando te sientas inconforme, cuando sientas un
revés en tu vida, detente un momento y date cuenta que ese sentimiento es un
grito ahogado de tu interior que te dice que no perteneces ahí, que estas llamado
a ser más y mejor, que no debes ni puedes conformarte con menos que la
excelencia, pero de la misma forma, que aún sintiendo ese abatimiento de ti deben
salir las fuerzas necesarias para levantarte y remontar tu camino.
4
Los momento de oscuridad en nuestra vida nos hacen sentir de manera palpable
el hecho de que estamos llamados a la luz, de la misma forma la inconformidad
que experimentamos es un reflejo de nuestra vocación hacia la excelencia y la
trascendentalidad, después de todo, curiosamente lo que nos mueve a caminar es
nuestro deseo de volar.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/T97JLt
5
Las cicatrices de tu lucha actual serán tus trofeos futuros cuando triunfes en
tus metas
Cuando nos referimos que la vida es una
pelea constante, lo hacemos con el pleno
conocimiento de que cada paso, cada
avance, cado logro, en ocasiones implica
una verdadera lucha que deja en nosotros
cicatrices emocionales, espirituales e
incluso físicas.
Todos conocemos a alguna persona, amigo o simplemente conocido, que tiene
alguna cicatriz que mostrar, generalmente esa cicatriz va acompañada de una
historia, es así como hay cicatrices detrás de las cuales hay historias
verdaderamente épicas mientras que otras son simplemente el resultado de algún
descuido o accidente.
Dentro del primer grupo es interesante ver como quienes muestran esas cicatrices
narran con orgullo la manera en que fueron obtenidas, al contar sus historias se
remontan a esos momentos y podemos ver en sus ojos el brillo del recuerdo y en
su voz el alarde del desempeño en la faena. Pero de la misma forma, algo real y
palpable es que toda cicatriz por más orgullo con que se nos muestre, en su
momento ha de haber sido motivo de dolor, frustración e incluso depresión.
Lo mismo pasa en nuestra vida, necesaria y forzosamente en nuestro andar, dada
nuestra naturaleza, vamos acumulando cicatrices no solo en nuestro cuerpo, sino
en nuestra mente y en nuestra alma. Cicatrices más o menos profundas y más o
menos dolorosas, pero que en todos los casos nos acompañarán por siempre
moldeando nuestro espíritu y nuestro carácter.
6
Es interesante ver como quienes logran sobreponerse a grandes pruebas
muestran esas cicatrices con orgullo. La manera en que el dolor, la frustración, la
depresión los vino a hacer más fuertes es algo que los llena como personas pues
ven ahora su trascendentalidad. Pero cuando uno está pasando por una prueba,
sobre todo si esta prueba es considerable, los efectos de la misma en nuestra vida
generalmente se ven como negativos, nefastos, funestos.
Hagamos un pequeño ejercicio: piensa por un momento en algún evento muy
fuerte por el que hayas pasado, un evento que podríamos decir, te dejo marcado
para siempre. De la misma forma, date cuenta cómo es que a la distancia, una vez
que las emociones encontradas han cedido, hay lecciones de vida que puede ser
recogidas como las pepitas de oro en un río. De la misma forma date cuenta cómo
es que esa prueba era prácticamente necesaria para poderte llevar a ser una
persona mejor, más fuerte, más decidida, con mayor carácter y con horizontes
más amplios.
¿Esto quiere decir que los sentimientos negativos que experimentamos en el
momento de las pruebas no tienen razón de ser? ¡Al contrario!, claro que tienen
razón de ser, la razón es precisamente moldear tu carácter, permitirte cambiar,
dejar esas cicatrices en tu persona y también permitirte una válvula de escape
mientras el proceso se realiza.
Toda lucha nos cambia, todo prueba nos transforma, toda pelea modifica nuestro
ser, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, siendo que una vez que se ha
alcanzado la meta perseguida, las cicatrices que la batalla haya dejado en
nosotros serán los trofeos de vida que podremos mostrar al mundo, después de
todo las cicatrices de tu lucha actual serán tus trofeos futuros cuando triunfes en
tus metas
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/S2om51
7
La suerte acompaña a aquellos que están preparados y aprovechan la
oportunidad
Generalmente cuando alguien logra
algo solemos atribuirle el mérito en
gran parte a la suerte, pero un análisis
más profundo nos permitiría ver cómo
es que aunque exista suerte, si uno no
está preparado y no aprovecha la
oportunidad, ésta no será fructífera.
¿Qué tienen en común inventos como el Viagra, el LSD, los Rayos X, la Penicilina,
el endulzante artificial, el horno de microondas, el coñac o el caucho vulcanizado?
Pues que todos esos inventos, que vinieron a cambiar nuestra vida, fueron en su
momento producto de la casualidad, surgieron por accidentes fortuitos, fueron el
resultado del azar. De la misma forma podemos ver en la vida individuos que han
tenido éxito en las metas que se han propuesto, en algunos casos resultado del
tesón, la disciplina, y el esfuerzo, y en otros, como en los ejemplos anteriores,
atribuibles a cuestiones fortuitas.
¿Quiere esto decir que el azar es lo que en muchas ocasiones define y decide los
resultados en nuestra vida? Volteemos de nuevo a ver los ejemplos iníciales y nos
daremos cuenta de algo: si bien es cierto que en todos esos ejemplos el azar
estuvo presente, también es cierto que el aprovechamiento del descubrimiento en
cuestión se logró gracias a la perspicacia de quién sorprendido encontró la
aplicación.
Lo anterior se resume de manera muy sencilla: si existe la suerte de estar en el
momento y lugar indicado, pero no hay la preparación que permita entender lo que
sucede y, como consecuencia de esto no hay acciones para aprovechar la
8
coyuntura, la suerte pasará de largo sin que incluso nos hayamos percatado de
ello.
Te sugiero que si tienes ocasión leas el caso de Eratóstenes, matemático,
astrónomo y geógrafo griego, y veas cómo es que mil doscientos años antes de
que Cristóbal Colón circunnavegara el globo terráqueo, logró no solo señalar que
la tierra era redonda sino incluso calcular con las herramientas más rudimentarias
la circunferencia de la tierra. Lo interesante de todo ello es que eso inició con la
observación de la diferencia de sombras en dos lugares diferentes en la misma
fecha del año. Cientos, miles antes que él habían visto el fenómeno de las
sombras, pero Eratóstenes tuvo la perspicacia de resolver la cuestión.
Como podemos ver, la confluencia de suerte, preparación y oportunidad generan
un resultado para quien aprovecha el momento. Solo que hay una pequeña
cuestión que resolver: ¡no se puede estar preparado para lo que no sabemos qué
sucederá! Así es, la vida es incierta en muchas maneras, y aunque deseemos
establecer un control sobre ella son tantas las variables y tan complejas las
interrelaciones que es casi imposible saber que sucederá el día de mañana,
¿entonces? La solución de esto es hacer lo que sí dependa de nosotros para en
su momento poder recoger los frutos de ello.
Si bien es cierto que la incertidumbre impera en nuestra vida, también es cierto
que no todo depende del azar, es precisamente en esa franja donde nuestra
voluntad tiene efecto donde podemos trabajar. Nuestra preparación, nuestro
esfuerzo, nuestra conciencia, son las que nos pueden dar la ventaja para que
cuando se presente la ocasión podamos dar lo mejor de nosotros, después de
todo la suerte acompaña a aquellos que están preparados y aprovechan la
oportunidad
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/Pu5dJS
9
Trabajar en equipo es darle más manos, mente y alma a tus proyectos
En la vida nos encontraremos constantemente
enfrentando retos y conquistando metas, en
función de la magnitud del reto o la meta, el
contar con las manos, mentes y almas
adicionales que el trabajo en equipo da,
facilitará el logro de nuestros objetivos y la
socialización de ellos.
Si eres una persona sana podrás con facilidad
levantar una bolsa de comida para perro de 25
kilos, pero si quisieras levantar sin ningún
aparato, con pura fuerza humana, un auto promedio cuyo peso es de unas dos
toneladas ocuparías unas 80 personas, pero de que lo levantarían, lo levantarían.
El descubrimiento de América, la llegada del hombre a la luna, la revolución de las
tecnologías de la información… piensa en algún evento que haya venido a
cambiar el mundo y, si, es cierto, siempre habrá alguien que sea la imagen o ícono
de la meta conquistada, pero también es cierto que esos grandes logros
implicaron un equipo de cientos, en ocasiones miles de gentes que colaboraron
para la consecución del mismo.
Los ejemplos anteriores tienen un símil con los retos y metas de la vida: tú solo
podrás lograr muchas cosas, pero si potencializas ese esfuerzo adicionándolo con
la energía de otras personas, es obvio que el logro tendrá mayor alcance. Solo
que para que se de lo anterior es un requisito ineludible el que las demás
personas compartan el objetivo perseguido para poner su tiempo y esfuerzo en la
consecución de la meta común.
10
Ahora bien, salvo que se trate de una meta eminentemente personal, la mayoría
de los sueños tiene algo que es común a otras personas y que es lo que puede
explotarse para sumar voluntades para el logro del mismo. La cuestión es saber
identificar qué es lo que puede ser atractivo para los demás y así hacerlos
partícipes del proyecto.
¿Qué quieres lograr?, ¿por qué lo quieres lograr?, ¿para qué lo quieres lograr?,
¿quiénes pudieran sumarse a la búsqueda de esta meta?; en la medida que
tengas claridad en cuanto a las respuestas de los cuestionamientos anteriores se
te facilitará el que en un momento dado puedas sumar más voluntades al
proyecto.
Y cuando hablamos de voluntades –y esto debes tenerlo muy en mente-, no solo
hablamos de manos, es decir, de fuerza operativa para “hacer”, sino también (y de
ahí el título de este artículo) de mentes y almas, es decir, de ideas y pensamientos
así como de sentimientos y voluntades. Luego entonces quienes participen deben
no solo “hacer” sino también “pensar” y “sentir” el proyecto, de ahí que cuando
pienses incluir más gente en la búsqueda de metas comunes deberás adoptar el
papel de líder y propiciar que todos sean y se sientan parte del proyecto.
El trabajo de equipo no se circunscribe a que más gente esté trabajando por el
logro de una meta, sino que trasciende este hecho pues busca que las ideas y
pensamientos se fusionen y los sentimientos y emocionen dinamicen las acciones
para conquistar los objetivos planteados, así que recuerda trabajar en equipo es
darle más manos, mente y alma a tus proyectos
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/T3Mzbi
11
¿Quieres ver un milagro?, mira hacia fuera y hacia dentro de ti
Cuando se habla de milagros,
generalmente se piensan en
cuestiones portentosas que desafían
toda ley y toda lógica, pero si
pensamos un poco en ello, nos
daremos cuenta que los milagros se
dan todos los días a nuestro
alrededor y, lo que es más
importante, nosotros mismos lo somos.
Cuenta una historia de una persona que durante años busco a través de la
meditación, los rezos y los sacrificios el lograr lo que en oriente se conoce como la
iluminación y en occidente la santidad, dicen que después de décadas de estarse
esforzando sin éxito alguno se dio por vencido por lo que regresó a su vida
cotidiana. Estando una vez sacando agua de un pozo dícese que cayó en cuenta
de lo que hacía y gritó iluminado “¡puedo sacar agua de un pozo!”
La vida cotidiana, rutinaria e incluso, ¿por qué no? aburrida, encierra en sí misma
el milagro de la propia existencia, todo es cuestión de darse cuenta. Piensa un
momento en algo rutinario, en algo cotidiano, en algo para nada –según tú-
sorprendente, por ejemplo, levantarse cada día después de una noche de sueño.
No razones en esto o en lo otro, solo piensa en todo lo que implica el poder abrir
los ojos, el poder respirar, el poder moverte, el poder ver el mundo y verte a ti
mismo en el momento en el que inicias un nuevo día. Piensa en todas las
interacciones químico-biológicas necesarias para realizar esa acción y te quedarás
pasmado. Nomás vamos un dato, uno solo, ¿sabes cuántos músculos se
necesitan para mantenerte en equilibrio estando de pie?, ¿cuántos te gustan?,
¿10?, ¿20?, ¿más? Pues se requieren 300 músculos para esa “sencilla” acción.
12
¿Y hablar?, ¿y pensar?, ¡¿y soñar?! Cada acción que nos parece tan “normal” no
es más que un infinito número de milagros que tiene acción en nosotros mismos.
A eso todavía hay que agregarle las cuestiones de nuestro entorno: el sol que
sale, las nubes que pasan, el aire que circula, la lluvia que cae, ¡la gravedad que
nos mantiene unidos a la tierra a pesar que está gira sobre su propio eje a 1,670
kilómetros por hora y alrededor el sol a 107,244 kilómetros por hora!
Ahora bien, ¿por qué no somos conscientes de todo esto? Porque somos un
milagro dentro de otro milagro. Piensa en esto, si fuéramos conscientes de todos
los “milagros” que diariamente experimentamos, si fuéramos conscientes al nivel
que hemos estado comentando, prácticamente nos la pasaríamos pasmados ante
la realidad sin poder hacer nada, es así como la mente nos da una ventaja ya que
acumula las experiencias que vive haciéndolas ver como “normales”, después
como “rutinarias” y por último como “aburridas” con lo que no nos quedamos
pasmados ante los milagros cotidianos.
Y es precisamente en esta última etapa, cuando la mente ve como “aburrida” la
realidad cotidiana, cuando la ventaja anterior se vuelve desventaja pues se pierde
el gusto y el asombro por la vida. ¿Qué hacer en esta situación? Nada. Así es, la
respuesta a qué hacer es precisamente lo contrario a lo que todos los días
hacemos: nada.
Pero no es una nada vacía, sino una nada que nos lleva a dejar lo que hacemos y
prestar atención de nueva cuenta a esos milagros cotidianos, con una actitud
fresca, sin prejuicios, sin expectativas. ¿Viste el ejercicio que hicimos al inicio
respecto del levantarse cada día? Ese mismo ejercicio de ver, de reflexionar, de
simplemente darse cuenta puede realizarse con cualquier evento: una hoja que
cae, un rayo de sol que nos da, un amigo que nos saluda, una galleta que nos
comemos.
13
Si al menos una vez a la semana se realiza este ejercicio de “darse cuenta” poco a
poco veremos que la vida es un fluir constante de milagros donde, sin perder
nuestra capacidad de actuar, nos daremos cuenta de los afortunados que somos
por este pequeño interludio consciente que se nos ha permitido experimentar.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/T8IZ01
14
Dos piernas necesitas para andar por la vida: los sueños y la acción
Cuando de proyectos de
vida hablamos, todos
tenemos esa facilidad
para imaginar en nuestra
mente lo que deseamos:
un mejor trabajo, mejores
relaciones
interpersonales, algún
proyecto, meta o logro que tengamos muy en lo profundo, y nos deleitamos en
imaginar cómo sería nuestra vida si eso que deseamos se hiciera realidad, todo
eso está bien, pero al igual que el andar se requiere el otro paso para hacer
realidad los sueños y ese otro paso es el de la acción.
Imaginemos por un momento como sería nuestro mundo si Cristóbal Colon
hubiera dejado en ideaciones su proyecto de viajar a las Indias por otra ruta, si
Alva Edison se hubiera conformado solo con imaginar la bombilla eléctrica, o si
Einstein hubiese dejado en el mundo de las ideas los razonamientos sobre la
relatividad, realmente sería un mundo mucho muy diferente.
Lo que hace que nuestro mundo sea lo que es y no el mundo anterior que pudo
haber sido, es que las personalidades de las que hablamos, así como muchas
otras en la historia de la humanidad, no han dejado en el mundo de las ideas los
proyectos que en el algún momento surgieron en su interior; la misma naturaleza
de esos proyectos los ha prácticamente impelido a realizarlos, dándonos el mundo
que actualmente conocemos.
Adentrándonos un poco en las historias personales de quienes han cambiado el
mundo vemos como es que en ocasiones esa idea, ese sueño, esa meta, llegaba
casi a consumirlos en su deseo por lograrlos. Pocas horas de sueño, un esfuerzo
15
más allá de lo común, una gran resistencia al fracaso, son las señales de que el
mismo sueño les generaba una dinámica de energía interna que los mantenía de
pie en pos de su meta incluso ante las más grandes adversidades.
Esa es la gran característica de aquellos sueños que surgen de nuestro interior,
esas ideas que nos llaman como seduciendo nuestra mente y nuestras emociones
para llevarnos casi ensimismados hacia su consecución. De otra parte están
aquellas ideas que simplemente nos surgen como cosas que deseamos pero que
a la primera de cambios dejamos de lado, esas no son metas internas que nos
llenen pues fácilmente son abandonadas.
Nuestras verdaderas ideas, sueños y metas no pueden ser dejadas; podemos
ignorarlas un tiempo, a veces incluso años, pero siguen latentes en nuestro
interior, susurrando en nuestros oídos, llenando de imágenes nuestros
descansos, hasta que nos vemos obligados a seguirlas, a hacerlas realidad, a
traerlas a este mundo. Es en ese momento cuando reclamamos nuestro carácter
divino pues nos volvemos co-creadores de una realidad; nuestra voluntad, nuestro
carácter, nuestro intelecto e incluso nuestros sentimientos hacen posible el milagro
de hacer tangible lo intangible, de concretizar un sueño, de cambiar nuestra
realidad, y de hacernos trascender más allá de nosotros mismos.
Los sueños, las ideas, las metas, son como semillas que están latentes dentro de
nosotros, pero que requieren de la luz y el agua de nuestra fuerza, voluntad y
carácter para germinar, florecer y dar frutos. Curiosamente, así como las semillas
de las plantas traen su propio código genético para germinar y dar fruto, nuestros
propios sueños traen en si la fuerza necesaria no solo para indicarnos el camino,
sino para crear incluso el camino cuando éste no existe.
¿Qué hacer ante esta realidad? Seguir tu sueño. Seguirlo incluso cuando te lleva
por parajes agrestes o callejones sin salida, él mismo creara el camino y te llevará
a tu propia realización siempre y cuando estés dispuesto a dar todo de ti para
16
conseguirlo, después de todo dos piernas necesitas para andar por la vida: los
sueños y la acción.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/TwG0hM
17
A veces no puedes mejorar el mundo, pero el solo hecho de intentarlo te
mejora a ti
Aunque suene paradójico, si es que hay algo
cierto en esta vida ese algo es la
incertidumbre en las metas que nos
proponemos, incertidumbre que no solo
debe ser aceptada como un hecho sino que
debe ser incorporada en nuestras acciones,
no para detenernos por no saber lo que va a
pasar, sino para motivarnos a ser los
constructores de nuestro propio destino y mejorarnos para siempre como
personas.
Vas empezando a leer este artículo, más sin embargo si te pregunto qué harás el
resto del día seguro puede señalar varias actividades que ya tienes en mente para
realizar; pero si somos objetivos habría que señalar que no hay nada que
garantice que puedas realizar eso que tienes en mente, y no me refiero a algo que
trunque tu existencia sino simplemente a alguna situación que haga imposible
realizar lo originalmente planeado.
Esta incertidumbre que como bruma cae sobre nuestra vida es una variable que
aunque quisiéramos no podemos excluir de la formula de nuestro existir, sino que
al contrario, debemos aprender a vivir con ello. Lo anterior abruma a muchas
personas, al menos en decisiones que son trascendentes o en las cuales hay
mucho riesgo, generando a veces que ante tal circunstancia dejen de realizarse
acciones pues no hay certeza del resultado.
Tal como iniciamos diciendo, ni siquiera la acción más nimia escapa de la
incertidumbre, pero no por ello dejamos de hacer todo, luego entonces ¿por qué
dejamos de intentar algunas cosas? La respuesta no está en el beneficio esperado
(que en ocasiones puede ser incluso alto), sino más bien en el riesgo estimado.
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Solo que mientras el beneficio puede ser objetivo (un ascenso, un trabajo, un
proyecto, etc.), generalmente el riesgo es mayormente subjetivo y en ocasiones
distorsionado por la percepción.
Dicen de una persona que tenía miedo de tomar grandes decisiones en la vida
que en una ocasión se encontró con alguien más sabio por haber vivido más, y
que este último, al saber de sus indecisiones puso una tabla en el piso y le pidió
caminara sobre ella. El primero camino sin mayor problema. Luego subieron los
dos a un edificio y el de la lección puso la misma tabla entre ese edificio y otro y le
pidió de nuevo caminara por ella, el siempre indeciso rechazó tajantemente la
propuesta. “¿Por qué ahora no quieres caminar sobre la tabla si es exactamente la
misma sobre la que ya caminaste?”-dicen le pregunto el sabio, “porque ahora está
mucho muy alta y me puedo caer”-contestó el indeciso, “lo que pasa es que ahora
no ves la tabla, sino el vacío a tus pies”, le dijo el sabio.
Referente a lo anterior, Henry Ford señaló en una ocasión que “los obstáculos son
esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta”. Retomando
la historia anterior, el gran obstáculo para cruzar entre los edificios por la tabla, era
el vacío que ahora contemplaba el indeciso a sus pies. Así pasa con quien ante la
incertidumbre se detiene porque “no sabe que va a pasar”. ¡Nunca sabremos qué
va a pasar, pero sí podremos poner todo de nuestra parte para hacer que pase!
A esto último le llamamos carácter, y mientras más fuerte, dinámico y decisivo sea
podemos llamarlo no solo carácter, sino carácter de triunfador, porque mucho de
lo que logramos es gracias a la tenacidad y constancia de las decisiones que
tomamos y de las acciones que emprendemos, después de todo a veces no
puedes mejorar el mundo, pero el solo hecho de intentarlo te mejora a ti
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/RVCaQ4
19
Derrumba las paredes que encuentres en tu camino y usa los ladrillos para
construir puentes hacia tus metas
La manera de avanzar en la vida es de
una manera sencilla de expresarse
pero en ocasiones difícil de aplicar: o
usamos los obstáculos que
encontremos para salir fortalecidos de
ellos o les permitimos que trunquen
nuestro andar. Como quiera que sea la
decisión siempre será de uno mismo.
Nelson Mandela fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente
mediante sufragio universal. Según su biografía “en 1962 fue arrestado y
condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27
años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de
Robben Island. Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a su
partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en
Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones
democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente
desde 1994 hasta 1999, dando frecuentemente prioridad a su reconciliación”.
Imagínate el caso de estar encerrado 27 años en la cárcel por luchar por justicia,
libertad y democracia. Eso sería una prueba más que excesiva para muchos
quienes tal vez saldrían de ella amargados o con rencor hacia la vida y hacia los
demás, pero ese no fue el caso del personaje citado al inicio. Al contrario, salió
con un ánimo renovado y con un espíritu conciliador. Usó la gran prueba que le
puso la vida para hacer de ella algo que a muchos nos asombra.
Ahora volteemos a nuestra vida. Tal vez no tengamos una prueba que equivalga a
estar 27 años privado de la libertad injustamente, pero curiosamente en muchas
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ocasiones experimentamos pruebas que aún y cuando son menores si las
comparamos con ejemplos como el del inicio, aún así tienen la capacidad de
truncar nuestro andar.
Hay un dicho que señala que “Dios no le da a la gente pruebas que no pueda
soportar”. Veamos esta expresión como una definición de lo que somos: seres de
luz, de un increíble potencial, que solo tenemos que creer en nosotros mismos
para convertir cualquier prueba en una oportunidad de crecer y salir fortalecido.
Piensa en alguna experiencia fuerte que te haya tocado vivir, una vivencia que
creíste no podrías superar, alguna prueba que consideraste en su momento en
extremo difícil. Vela a la distancia y mira todo lo que has crecido, aprendido o
madurado a raíz y desde esa experiencia.
Queramos o no la vida es dura y llena de pruebas. Hay quienes se abaten ante
este destino, pero también tenemos de nuestro lado que la misma vida va
generando los caminos en nuestro andar que nos permiten no solo salir de la
prueba sino salir mejor que como entramos, más humanos, más sabios, más
trascendentes.
En una ocasión en un taller de liderazgo una persona señaló que a ella no le
gustaban las pruebas de la vida, que se le hacía muy pesado vivirlas y salir a flote,
y que ya estaba cansada de ello. Ante esto le comenté que no se preocupara, que
yo tenía el remedio para que no experimentara más pruebas en la vida y ese era
no respirar. “Inténtalo”, le dije, “no respires”. Ella contuvo unos momentos el
aliento hasta que tuvo que respirar. “¿Ves como mientras no estuviste respirando
no experimentaste pruebas?, pues esa es la receta para no tener más pruebas”.
Obvio que ese comentario iba en el sentido de que mientras estemos vivos
tendremos pruebas, las pruebas son la vida misma, el hecho de crecer es
doloroso pero necesario y al final nos lleva a lugares que no pensamos existiera y
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nos muestra una capacidad que creímos no teníamos, así que ya sabes derrumba
las paredes que encuentres en tu camino y usa los ladrillos para construir puentes
hacia tus metas.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/Y3tdJw
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Así como un foco puede iluminar una habitación, una sola persona de bien
puede iluminar el mundo
La vida es luces y sombras, cimas
y valles, alegrías y tristezas, lo
interesante de esto, lo importante
que no debemos perder de vista,
es que en todo momento oscuro
nuestra capacidad de alumbrar
permanece intacta, con todo su
potencial, con toda su belleza, con
toda su trascendencia.
"¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?",
esta frase es de Hellen Keller, si no has oído de ella puedo compartirte lo que
señala de su biografía la página frasesypensamientos.com.ar, "autora, activista y
oradora estadounidense sorda y ciega... En 1882 estuvo a punto de morir por una
fuerte fiebre... que la dejó ciega y sorda. Luego de sufrir varias crisis, la familia
decidió contratar a una profesora personal. La persona elegida fue Anne Sullivan...
Con mucha paciencia y cariño, Anne Sullivan logró enseñarle a Helen Keller a
comunicarse, aprendiendo rápidamente el lenguaje manual de los sordomudos y
el alfabeto Braille"
"En 1888, Helen Keller concurrió al Instituto Perkins para Sordos en Boston
(Massachusetts)... y en 1894 se trasladó a Nueva York para continuar sus
estudios en la Escuela Wright - Humason para Ciegos. Helen Keller se graduó con
título de honor de la Radcliffe College en 1904... En 1932, Helen Keller es
nombrada Vicepresidente del "Royal Institute for the Blind in the United Kingdon"
(Real Instituto para Ciegos en el Reino Unido). Durante la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945), visitó a los soldados internados en hospitales militares,
dándoles contención y ánimo. El 14 de septiembre de 1964, el Presidente Lyndon
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Johnson reconoció la labor de Helen Keller otorgándole la Medalla Presidencial de
Libertad, el mayor honor estadounidense para ciudadanos. Dueña de una voluntad
inquebrantable, gran inteligencia, sensibilidad y carisma, Helen Keller dejó un
mensaje positivo y alentador para todas las personas".
Dice un dicho que la oscuridad tiene un valor muy importante pues permite
apreciar la luz. Imagínate una situación como la de Hellen Keller, donde la ceguera
y la incapacidad para oír te aíslen prácticamente del mundo, realmente se
requeriría una gran entereza de espíritu para salir adelante de esta situación.
Entereza que solo sería palpable y visible ante lo extremo de la adversidad.
Voltea un momento para ver lo que el mundo reconoce como grandes personajes,
como excepcionales personajes, y te darás cuenta que se trata de gente que
realmente trascendió, trascendió sus limitaciones, su tiempo, su espacio y nos
dejó un legado de dinamismo y motivación donde el mensaje es claro: nuestro
espíritu, nuestro carácter, nuestra voluntad tiene una capacidad increíble de crear
y transformar no solo nuestra vida sino la vida de los demás, no solo nuestro
presente sino también nuestro futuro, y no solo lo que podemos sino incluso lo que
creemos no poder.
Hagamos un pequeño ejercicio la próxima vez que estés frente a una situación
que consideres pesada vivencialmente hablando. Siéntate por un minuto, un
minuto solamente, cierra los ojos e imagínate en esa misma situación que te
abruma pero estando ciego y sordo, igual que Hellen Keller, un mundo de silencio
y oscuridad y además con el problema que enfrentes. Un minuto, no más.
Después abre los ojos y date cuenta que ves, que oyes, que hablas, caminas,
piensas y sientes. En pocas palabras, que tienes todo a tu favor para salir
adelante. Date cuenta de ello y actúa en consecuencia.
Las pruebas de la vida nos dan la oportunidad no solo de crecer sino de creer en
nosotros mismos, ya que nos permiten hacer uso de recursos que nunca
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hubiéramos utilizado en situaciones normales, así que la próxima vez que andes
en penumbras recuerda que así como un foco puede iluminar una habitación, una
sola persona de bien puede iluminar el mundo.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/RJf1Tz
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Cuida la palabra que empeñes, es tu mejor tarjeta de presentación
En la vida el pensamiento y la acción son
las dos fuerzas que mueven el universo,
en medio de estas dos fuerzas esta la
palabra pues concretiza lo que
pensamos y le cauce a lo que haceos, en
la medida que exista no solo congruencia
sino incluso lealtad en nuestros dichos y
nuestros hechos nos haremos dignos de confianza.
Es curioso cómo es que hasta antes de la llegada de los anglosajones a tierras
americanas, los nativos americanos (como los Sioux, los Comanche o los
Apaches) no conocían la escritura y comento que es curioso porque mas delante
en la historia americana viene el recuento de los múltiples tratados que estas
tribus firmaron con el gobierno americano. Los acuerdos por escrito y la firma de
ellos fue algo que trajeron los anglosajones. Para los nativos americanos bastaba
la palabra empeñada.
Cuando uno piensa, el pensamiento queda dentro del ámbito privado de nuestro
interior, cuando uno actúa las acciones son visibles para los demás, pero cuando
uno habla queda en ese limbo entre el pensar y el hacer pues la voz que adquiere
el pensamiento lo sociabiliza pero aún no lo concretiza.
En muchas culturas, incluso con una escritura existente, los contratos no existían
pues la palabra empeñada le daba el valor a los acuerdos. Actualmente tenemos
escritura, leyes y contratos y aun así hay ocasiones en que los acuerdos no se
cumplen. Luego entonces el problema es la seriedad y carácter de quien contrae
una obligación.
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Es interesante como es que aún pervive la costumbre de que cuando se firma un
acuerdo viene posteriormente un estrechón de mano, es un remanente de
aquellas épocas donde la palabra obligaba pues el mismo valor de uno como
persona estaba de por medio.
Si bien la formalización actual de los acuerdos obliga de manera legal, hay
muchas cuestiones que no se protocolizan pero en la cual se empeña la palabra,
desde la cita de una reunión, el acuerdo de una acción, el compromiso de ciertas
condiciones, etc., todas nuestras relaciones con los demás parten del supuesto de
que somos gente en la cual se puede confiar y la cual cumple lo que dice.
Sarcástica e irónicamente se dice que desde que se inventaron los pretextos se
acabaron los acuerdos, y es verdad, una triste verdad ya que lógicamente siempre
habrá una razón por más nimia que sea para que de un momento dado no
podamos cumplir algo que dijimos, pero es precisamente en esa circunstancia
adversa donde nuestra palabra y por ende nuestra persona adquiere el valor como
tal al cumplirse a pesar de.
Si constantemente estas justificando el no por cumplir esto o lo otro, date cuenta
que estas construyendo tu imagen como persona ante los demás. Llegara el
momento en que tus dichos se tomen sin la seriedad debida, y si tus dichos se
toman sin la seriedad debida es reflejo que a tu persona no se le toma en serio.
Pensar, decir, hacer. Estos tres pasos son los que diseñan y dan forma a nuestra
vida, y en la congruencia entre lo que nos comprometemos con nuestros dichos y
el cumplimiento que le demos está el nombre que nos forjemos, por eso cuida la
palabra que empeñes, es tu mejor tarjeta de presentación
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/QIKiHZ
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Lo creas o no, siempre habrá alguien para quien tus acciones sean un
ejemplo a seguir
Como individuos que vivimos en sociedad,
constantemente tenemos ante nosotros
referentes de lo que consideramos
comportamientos sociales y personales
aceptables, estos ejemplos nos ayudan, nos
inspiran, nos motivan, y en ese sentido, de
alguna forma, en determinado momento, para
alguien uno también puede volverse un
ejemplo.
Cuando uno piensa en vidas ejemplares le viene a la mente personajes como
Leonardo da Vinci, Thomas Alva Edison, Nelson Mandela, el Dalai Lama o la
Madre Teresa de Calcuta. Todos ellos reflejan lo mejor del ser humano y son un
motivo y una motivación viviente para todo deseo de logro y superación.
Más cerca en lo que se refiere a nuestro entorno creo que todos podemos señalar
algún amigo, conocido o familiar al cual consideremos exitoso o triunfador y cuyas
características nos sirvan en determinado momento para sobrellevar pruebas o
retos.
Este ejercicio es como una visión de 360º donde volteamos a nuestro alrededor,
cercano o distante, pudiendo distinguir en él a esas personas cuya entereza, valor
o ideales nos sirven de referente de comportamiento y de excelencia al vivir.
De la misma forma, como todo ejercicio de 360º excluye a quien lo realiza, por lo
que en determinado momento debemos voltear hacia nosotros mismos y pensar
que de la misma forma podemos en un momento dado llegar a ser un ejemplo
para la vida de alguien.
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Este razonamiento no es algo descabellado, creo que en mayor o menor medida
lo hemos experimentado quienes tenemos sobrinos y de alguna forma podemos
servirles de ejemplo de vida y superación en la medida, obvio, que tengamos algo
que mostrar al respecto. De la misma forma, el ejercicio anterior no es de ninguna
forma para vanagloriarnos o alimentar nuestro ego sino al contrario para ver la
enorme responsabilidad que en nuestros actos tenemos ya que mientras nosotros
miramos a los demás los demás nos miran a nosotros.
En una ocasión en un ejercicio para líderes les pedí levantaran la mano a todos
los que se consideraran un ejemplo. Nadie levanto la mano. Generalmente
tendemos a no vanagloriarnos así que les pedí agacharan la cabeza y cerraran
sus ojos y levantaran la mano quien se considerara un ejemplo, al cabo nadie se
daría cuenta. Uno o dos levantaron la mano pero la mayoría no.
Comentando que uno o dos habían levantado la mano (sin señalar quienes fueron)
les pedí abrieran los ojos y levantaran la mano quien hubiese recibido en alguna
ocasión alguna tarjeta de sus hijos en el día de la madre o del padre. Todos
levantaron la mano. A lo que le pedí a uno de ellos que dijera más o menos la idea
que contenía la tarjeta y les pedí al resto que no bajaran la mano a menos que las
ideas expresadas no coincidieran con lo que a cada quien le escribió su hijo o hija.
Palabras como “ejemplo”, “gratitud”, “valor”, “fuerza”, “amor”, “cariño”, etc.,
comenzaron a fluir y las manos a quedar en el aire. Al final, cuando los adjetivos
habían cesado y las manos continuaban en el aire les pregunté “¿ven como es
que para alguien siempre seremos un ejemplo?”
En ocasiones podemos creer que las vidas ejemplares son las de otros, pero si lo
pensamos bien esos otros fueron tan personas como un mismo, con sus errores y
sus aciertos, con sus debilidades y sus fortalezas, con sus alegrías y sus tristezas,
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de la misma forma, uno con todos los errores que pueda tener, forzosamente
tendrá algo que mostrar a los demás como inspiración en el caminar por la vida.
Cuando camines por la vida de vez en cuando detente, primero para ver y evaluar
tus dichos y tus hechos y segundo para ver el ejemplo que estás legando a los
demás, después de todo, lo creas o no, siempre habrá alguien para quien tus
acciones sean un ejemplo a seguir.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/RWnoKx
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A veces nuestra fe es tan grande que no nos cabe dentro y tiene que salir...
salir a hacer milagros
La complejidad de la vida misma, las
limitaciones que como humanos tenemos
así como los retos a los que
constantemente nos enfrentamos,
requieren necesariamente de que en
nosotros exista una fuerza que nos lleve
a avanzar hacia el logro de nuestras
metas incluso teniendo todo en contra, a
esa fuerza la podemos llamar fe y al logro de las metas, en condiciones tan
adversas, bien podemos llamarla milagros.
Según la página definicion.de un milagro “es una situación, un fenómeno o una
acción que no puede explicarse a partir de los principios naturales y que, por lo
tanto, es imputado a la participación de una entidad divina”. Si quisiéramos
extrapolar esta definición hacia las luchas que constantemente como individuos y
como sociedad experimentamos, no podríamos menos que aceptar que en
muchas ocasiones los milagros parecen aparecer en nuestra vida.
La aseveración anterior no debe ser difícil de entender ni mucho menos de
aceptar. Piensa en esto: la definición de milagro claramente señala que el
fenómeno experimentado “no puede explicarse a partir de los principios naturales”,
¿en cuántas ocasiones has estado en una situación donde lo más natural era que
el resultado de tus acciones o tus esfuerzos fuera otro pero que gracias a la
tenacidad lograste lo imposible?
Si dejamos que todo fluya naturalmente es obvio que lo que obtendríamos en la
vida sería mucho muy distinto de aquello que obtenemos cuando aplicamos
nuestra energía, nuestro esfuerzo y nuestro ingenio. Ahora que si le sumamos a
31
esto las adversidades que en muchas ocasiones remontamos y que naturalmente
llevarían a otro resultado, no puede menos que entenderse y aceptarse la
existencia de verdaderos milagros en nuestra vida.
El presente razonamiento no busca llevar la definición y el entendimiento de lo que
son los milagros por un camino diferente al formalmente aceptado, sino más bien
llevar tu atención al hecho de la confluencia de circunstancias en nuestras vidas
que nos permiten remontar la adversidad y llegar a buen puerto aún teniendo todo
en contra.
Pero para lograr lo anterior se requiere de fe. Fe en nosotros mismos, fe en
nuestros sueños, fe en nuestras posibilidades. No una fe que crea solo por creer
sino una fe basada en que somos entes pensantes, sintientes y actuantes y que
reunimos en nosotros mismos todo lo que ha hecho grandes a otras personas a lo
largo de la historia humana.
¿O acaso crees que los grandes hombres y mujeres de la historia han sido gente
diferente de ti? Eran iguales a ti: sentían, temían, amaban, odiaban, lloraban,
reían, y al igual que tú, tenían un sueño, una meta, un deseo tan fuerte que
prácticamente los consumía y los impelía a avanzar sin descanso, sin fatiga, sin
claudicación.
Si no crees en el párrafo anterior te propongo lo siguiente: mencióname tres
grandes personajes y dime, según tú, que tenían de diferente o de extraordinario a
ti. Esta reflexión deberá llevarte a reconocer que incluso en muchas ocasiones
estaban con mayores desventajas que las tuyas y aún así salieron adelante, y si
ellos pudieron ¿por qué tu no?
Si crees que lo imposible es posible, que lo increíble es creíble y que lo irrealizable
es realizable, entonces eres parte de ese grupo de gentes que se levanta de su
condición humana para tocar con sus dedos lo divino, después de todo a veces
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nuestra fe es tan grande que no nos cabe dentro y tiene que salir... salir a hacer
milagros.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/YaUUCQ
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Cuando el oro se acaba, el único resplandor que queda es el del brillo que
hayas logrado sacarle a tu alma
El impulso motivador que todos
buscamos para alentar nuestro andar
por la vida debe ir en dos sentidos para
estar equilibrado: hacia afuera al logro
de metas y objetivos y hacia adentro
para transformarnos constantemente
en mejores y más trascendentes
personas.
En ocasiones el término y sentido de lo que entendemos por motivación está
profundamente relacionado con lo externo, con el logro de las metas y objetivos
tangibles que nos hemos trazado: un proyecto, una formación, una familia, un
trabajo, un negocio, un sueño. Pero de la misma forma todos esos logros deben
ser el reflejo de las mejoras internas e intangibles que como personas estamos
experimentando, algo así como lograr cada vez más siendo cada vez mejores.
Todos conocemos el término de “el camino fácil”, y no solo el término sino incluso
la idea que resulta bastante tentadora de lograr lo que queremos de la vida de una
manera fácil y rápida, aunque en ocasiones eso significa renunciar a lo mejor de
nosotros mismos como personas.
Curiosamente ese “camino fácil” también es el camino más corto, no solo hacia la
meta sino también de nuestro desarrollo persona. Lograr algo de una manera fácil
(con todas las acepciones que ese término implica) no nos permite recorrer la vida
a través del esfuerzo y la dedicación y por lo tanto no crecer en carácter como
personas.
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Es como la historia del que de repente se saca la lotería y termina despilfarrando
la fortuna pues ésta no fue fruto del esfuerzo y la dedicación. En el caso del
“camino fácil” lo que se despilfarra no es otra cosa que nuestra propia vida, finita y
limitada en la cual estamos llamados a dar frutos y frutos en abundancia.
Hay un breve relato de una pareja de esposos que están juntos viendo el
atardecer y el esposo le comenta a la esposa que algún día serán ricos, entonces
la esposa le responde que ya son ricos, inmensamente ricos, pues se tienen el
uno al otro, que en todo caso tal vez algún día tengan dinero.
El mundo actual vaciado hacia el logro personal y la conquista a través del
esfuerzo puede llevarnos a descuidar eso que nos hace verdaderamente ricos y
que, curiosamente es invaluable, y que es nuestra propia persona. Nuestros
valores, nuestros ideales, nuestro carácter; todo eso son cuestiones que la vida
pondrá a prueba, como el fuego al acero, para templarnos, para hacernos más
fuertes y, sobre todo, para hacernos mejores.
Es bueno el tener, es bueno el lograr, es bueno el ganar, pero todo ello debe ser el
reflejo de nuestro crecimiento como personas por lo que debe ir de la mano con la
mejora interna de nuestro propio ser y mostrarnos y hablarnos de aquello que no
podemos ver ni escuchar de otra forma.
Así como el fuego libera de las impurezas al oro, así las pruebas de la vida nos
liberan del oro que hemos acumulado y que brilla bastante, pero que no somos
nosotros pues nuestra esencia no es lo que llegamos a tener sino lo que llegamos
a ser, así que recuerda que cuando el oro se acaba, el único resplandor que
queda es el del brillo que hayas logrado sacarle a tu alma.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/Vs9v5f
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A veces hay que seguir caminando, incluso aunque se haya hecho de noche
Si en la vida no hubieran caídas ni
traspiés, no habría manera de irnos
fortaleciendo en nuestro carácter y en
nuestra voluntad, las pruebas de la
vida, incluso cuando se pierden, se
vuelven tiempo después en ganancias
en nuestra formación persona, pero
para eso se requiere, a pesar de las
adversidades, seguir avanzando .
Vamos viendo la siguiente trayectoria de un político: fracasado en negocios
(1831), derrotado en elecciones para legislador (1832), otra vez fracasado en
negocios (1833), derrotado en elecciones para orador (1838), derrotado para
elector (1840), derrotado en elecciones para el Congreso (1843), derrotado para el
Congreso (1848), derrotado para el Senado (1855), derrotado para vicepresidente
(1856), y derrotado para el Senado (1858). Independientemente de quien sea esta
persona, ¿qué opinas de su trayectoria? Y ahora, ¿qué dices si te comento que
estamos hablando de Abraham Lincoln quien finalmente fue electo Presidente de
los Estados Unidos en 1860, ¿una vida de fracasos o un entrenamiento para el
éxito? Todo es cuestión de cómo lo veas.
Los fracasos nos prueban a todos nosotros, pero no nos prueban en el sentido de
ver si estamos listos para algo o no, sino nos prueban para ir templando nuestro
carácter y nuestra voluntad. Esa prueba, aunque en un momento dado lleguemos
a reprobarla, nos da luz y discernimiento y si sabemos capitalizar nuestras caídas
fortaleza y humildad.
Esta idea ya la hemos tocado anteriormente en algunas otras reflexiones, lo que
quisiera en este momento compartir es la cuestión de continuar adelante, eso
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independientemente de lo relacionado con la voluntad y el carácter que implica
sobreponerse a las pruebas de la vida. Y esta idea de seguir avanzando parte de
un solo hecho mucho muy importante: no sabemos lo que nos depara el futuro.
Hay quienes caen y creen ya nunca podrán conseguir lo que se han planteado
estableciendo así una profecía auto-cumplida: como creo no lo lograré dejo de
intentarlo con lo que se hace real lo que creía de no poder lograrlo. El seguir
avanzando nos forja el carácter y nos permite movernos de la situación existente
hacia otra aún no existente pero que potenciamos con el solo hecho de
desplazarnos física, emocional, intelectual e incluso espiritualmente de un estado
del ser a otro.
Al movernos “a pesar de” se ponen en acción dos fuerza dinámicas: una interna
que nos fortalece al no condicionar nuestra motivación y esperanza en algo
externo a nosotros sino a sustentarlas en nuestra esencia que como personas
tenemos; la otra externa que nos potencializa de manera positiva hacia el logro de
nuestros objetivos y metas.
En este orden de ideas, y como no sabemos qué es lo que el futuro nos traerá, el
resultado de nuestra acción volitiva es de igual forma incierto, pero incluso en el
peor escenario, es decir, en aquel donde no podamos lograr los objetivos y metas
planteados, aún incluso en ese escenario hay ganancia pues la dinámica interna
que se dio, y de la cual ya hablamos, queda en nosotros.
El caminar por la vida tiene su referente en el caminar por el mundo, a veces hay
montes y a veces valles, a veces días despejados y a veces días lluviosos y a
veces hay días con mucha luz y días con mucha oscuridad, lo importante es no
detenerse, después de todo a veces hay que seguir caminando, incluso aunque se
haya hecho de noche.
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Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/XZ6lfV
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Curiosamente los más grandes sueños no surgen cuando estamos dormidos
El término "soñar" tiene dos usos comunes,
uno es lo que experimentamos cuando
dormimos, otro lo que hacemos cuando
estamos despiertos, éste último "soñar" nos
hace co-creadores de nuestra vida y
nuestro mundo pues nos permite traer a la
realidad nuestras ideas, nuestros
sentimientos y nuestra trascendentalidad.
Ser humano es por naturaleza estar en constante inconformidad, el "¿cómo puede
hacerse esto de una mejor manera?" es la pregunta que nos ha acompañado en
toda nuestra historia. Desde las tablillas de arcilla hasta el papel reciclado, desde
las señales de humo hasta los teléfonos celulares, desde las pinturas rupestres
hasta las fotos digitales, todo es una evolución constante de las ideas para hacer
las cosas cada vez mejores, más fáciles, más económicas o simplemente más
agradables.
Podemos entonces decir que la evolución, el desarrollo de la sociedad, surge de la
inconformidad, ¿y esto que nos dice? pues simplemente nos habla del increíble
potencial que todos, tu y yo, tenemos pues constantemente estamos inconformes.
Ponte a pensar en un solo día, digamos ayer, piensa en alguna situación que te
haya causado inconformidad o frustración, pues ese sentimiento que muchos
podríamos catalogar de negativo incluso indeseable, puede ser la fuente, la
semilla, de grandes cambios e innovaciones.
Ese es el sentimiento que muchos a lo largo de la historia han sentido ante
situaciones, eventos u objetos, que los han llevado a pensar en otras formas de
ser y hacer.
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¿Pero qué es lo que generalmente sucede?, que ante la adversidad, en vez de
enfocarnos en la solución, es decir, en el "¿cómo puede hacerse esto de una
mejor manera?", nos enfocamos en el problema generando un circulo vicioso:
problema-frustración que curiosamente y por lo general genera más problema y
más frustración.
Si, sé que a veces cuando uno está frustrado ante una situación enfocarse en
buscar una solución puede ser complicado, pero también es un hecho que muchas
veces incluso con un sentimiento encontrado has mejorado las cosas, ¿un
ejemplo? recuerda la última vez que estando recostado te diste cuenta que la
almohada estaba tan mal acomodada que no te permitía descansar, tal vez incluso
un poco molesto por este hecho te incorporas, arreglas la almohada y entonces sí
descansas.
Ese ejemplo simple y sencillo es para mostrarte que la almohada de tu vida
siempre tendrá algo que hacérsele para ser mejor, no puedes pensar que sola se
arreglara y tampoco que los malestares que experimentes por sí solos arreglaran
el problema, ¿que se requiere? solo dos cosas: pensar y actuar.
Todas estas ideas pueden ser aplicadas en toda tu vida: social, personal,
profesional, familiar y ante cualquier situación. Solo es cuestión de que incluso
cuando exista frustración o malestar pensar por un momento "¿cómo puede
hacerse esto de una mejor manera?" lo cual te llevará a avanzar hacia mejores
horizontes de desarrollo y superación, después de todo curiosamente los más
grandes sueños no surgen cuando estamos dormidos.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/UgMwQB
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La lluvia hasta en el desierto cae... ¡y lo hace florecer! Síguelo intentando
La motivación tiene dos etapas cruciales,
una es la que inicia todo proyecto o
meta, la que nos mueve a empezar algo,
la que nos incita a dar el primer paso; la
otra es la que nos mantiene en el andar,
la que nos sostiene cuando nos
cansamos y la que nos da fuerza para
levantarnos cuando caemos. Si bien
estas dos etapas son importantes, la segunda requiere de mayor energía, voluntad
y carácter.
Dicen que en una ocasión, a una persona que era muy dinámica y emprendedora,
le preguntaron qué hacía para tener esa energía creativa, la respuesta fue que en
realidad no hacía nada para tenerla, pero que sí hacía y mucho para recuperarla.
Extendiéndose en la respuesta mencionó que cuando estaba motivado realmente
lo único que ocupaba era darle cause a esa motivación, pero que cuando se
desmotivaba, cansaba o deprimía acudía a las fuentes que podían darle nuevos
bríos a su esfuerzo, ¿cuáles eran esas fuentes? Frases, artículos o libros de
motivación.
En el andar por la vida uno va no solo entendiendo el mundo sino entendiéndose a
sí mismo, este entendernos nos permite conocer los altibajos físicos, emocionales
e incluso espirituales que todos experimentamos. Este entender implica aceptar
que estos altibajos son parte integral de nuestra existencia como personas, pero
de la misma forma identificar las maneras que tenemos para no ser víctima de
esto sino partícipe.
Las personas que sufren de diabetes saben reconocer cuando su glucosa baja en
el cuerpo y también la manera en que inmediatamente deben actuar para nivelarla
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antes de que se den más problemas, pues de la misma forma nuestra vida
experimentará momentos en los cuales uno siente que el andar no lleva a ninguna
parte y que todo el esfuerzo parece no tener expectativa de dar frutos, es
precisamente en ese momento cuando podemos decidir entre sentirnos víctimas y
pasivamente dejar que todo nos aplaste o hacernos co-partícipes del proceso y re-
auto-motivarnos (si se me permite esa expresión) para dinamizar de nuevo
nuestra lucha.
Lo anterior contrariamente a lo que pudiera creerse no es algo fácil pues es como
intentar avivar un fuego que ya se ha apagado, pero siguiendo ese mismo símil,
un fuego no se aviva a sí mismo, requiere de fuego externo para reiniciarse.
¿Qué es lo que te motiva cuando estas “bien”?, frases, artículos, libros, personas,
videos, canciones, debes aprender a reconocer esto para que ante ese bajón de la
glucosa motivacional de nuestra vida podamos identificar lo que nos permitirá
retomar los niveles existenciales requeridos para nuestro vivir.
Te voy a dar un último truco: cuando te encuentres sumamente motivado,
escríbete una carta, graba tu voz o incuso un pequeño video (incluso una
grabación de voz o un video en celular) donde tú mismo te hables a ti pensando
en ese momento de oscuridad que llegará (por que a todos nos llega), guarda ese
mensaje a tu yo futuro y cuando llegue la etapa difícil léelo, óyelo o míralo para
que veas cómo es que hay mucho de ti que no puedes tirar por la borda solo por
un momento de dificultad.
Pero bueno, esa es solo una sugerencia, lo importante es tener algo que nos
permita recuperarnos lo más rápido posible para que nuestro andar no se vea
interrumpido.
Hay ocasiones en que, aunque no lo parezca, todo esfuerzo traerá en su momento
frutos de excelencia y plenitud en nuestra vida, tal vez no como los esperábamos,
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pero sí como los necesitábamos, después de todo la lluvia hasta en el desierto
cae... ¡y lo hace florecer! Síguelo intentando.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/UD17kb
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La fuerza que te hace levantar de cada caída, es la misma que logra hacer de
nuestro mundo un lugar mejor
Si observamos el mundo con
detenimiento podremos ver cómo es
que, a pesar de todo lo que aún nos
falta por hacer, hay muchas áreas de
la vida humana que han sido
mejoradas por la acción de las
personas a lo largo de nuestra
historia, personas que en su momento
buscaron mejores formas de ser, hacer y vivir. Esa fuerza, esa energía y esa
visión es algo que todos traemos y que nos permite mejorarnos a nosotros mismos
y por ende mejorar nuestro mundo.
En ocasiones surgen interesantes reflexiones simplemente al observar, ¿observar
qué cosa?, lo que sea: el mundo, la sociedad, la naturaleza, nosotros mismos. Por
ejemplo, observemos nuestro cuerpo. Un hecho interesante del mismo es que un
hueso fracturado, una vez que sana, es más fuerte en el lugar donde sufrió la
fractura que en el resto. Esto se debe a que el proceso de reparación del hueso lo
refuerza redundantemente en la zona afectada para garantizar su funcionalidad.
Una vez observado eso, que es un mero hecho biológico, podemos traer la
reflexión a nuestra vida. ¿Cuántas veces no hemos oído el dicho “lo que no te
mata, te hace más fuerte?”, o para no ir tan lejos, ¿cuántos de nosotros
conocemos alguna historia desgarradora donde su protagonista señala que tal o
cual experiencia lo hizo más fuerte?
Es así como podemos ver el símil entre ambas observaciones: un evento que nos
impacta por razones obvias genera en nosotros una capacidad reactiva que no
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solo nos permite adaptarnos al hecho sino superarlo, saliendo así fortalecidos de
la experiencia por más fuerte que ésta sea.
Ahora bien, cuándo se habla de salir fortalecidos de tal o cual evento adverso no
quiere decir salir duros, ásperos, rígidos, sino a salir mejores, más fuertes porque
contamos con herramientas de vida para enfrentar situaciones adversas, más
fuertes por que no solo hemos aprendido a vivir en este mundo sino a conocernos
y mejorarnos como personas, más fuertes porque hemos desarrollado
capacidades que nunca hubiéramos tenido si no nos hubiéramos enfrentado a
esas pruebas.
Esa fortaleza luego entonces alude a nuestra propia humanidad y todo lo positivo
que de ella emana: empatía, humildad, carácter, fuerza, optimismo, valor. Es una
experiencia culmen que nos permite ir más allá de nuestras propias fuerzas solo
para hacernos ver que somos más fuertes de lo que pensamos y que nos lleva en
ocasiones más allá de nuestros propios límite solo para mostrarnos lo ilimitados
que somos.
Piensa en un momento, un evento o una situación fuerte de tu vida que creíste
nunca poder superar, ahora date cuenta de lo bueno que lograste sacar de esa
situación, por lo menos el darte cuenta que el mundo no se acaba, que la vida
sigue y que tú tienes la capacidad de seguir adelante.
La vida es dura, es difícil, es ardua, pero es precisamente eso lo que nos permite
fortalecernos y mejorarnos, de la misma forma esa mejora repercute necesaria y
forzosamente en el mundo en que vivimos, así que aprovechemos cada momento
no tanto para ver hasta donde hemos llegado sino hasta donde podemos llegar,
después de todo recuerda que la fuerza que te hace levantar de cada caída, es la
misma que logra hacer de nuestro mundo un lugar mejor.
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Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/VqOWdo
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Al igual que cuando vas de compras, tú decides que quieres llevar en tus
bolsas de la vida: sombras que te detengan o luces que te hagan volar
En la vida hay cuestiones sobre
las cuales podemos ejercer plena
decisión y otras sobre las que no;
estas últimas, si bien en ocasiones
pueden parecer que son mayoría,
todas, absolutamente todas, pasan
finalmente por el tamiz volitivo de
nuestra persona, al menos en lo que se refiere al fin último de las mismas.
En una ocasión, durante un receso en un curso de capacitación, uno de los
participantes me abordó y me señaló como es que muchas de las ideas que
estábamos viendo eran muy loables, pero algunas poco prácticas. Al inquirir el por
qué de su opinión, comenzó a relatarme algunas vivencias personales negativas
que, según él, lo imposibilitaban para mejorar.
Después de escucharlo le hice solo tres preguntas. La primera era si él conocía
gente que la hubiera pasado aún peor de lo que él la había pasado en su vida, la
respuesta fue que si, incluso me platico algunos casos. La segunda pregunta era
que si, dado esas personas la habían pasado peor que él, ¿acaso su vida ahora
era peor que la suya? La respuesta fue que no, incluso algunos eran mejores
personas. Después de un pequeño momento de silencio para que viera la
inconsistencia de su razonamiento le pregunte por último que si ellos habían
podido, ¿por qué él no?
Realmente no hay motivo alguno para adjudicarle a la vida, a los demás, a la
suerte ¡e incluso a Dios! nuestras decisiones y nuestras responsabilidades, y si
bien en ocasiones tenemos vivencias que nunca decidimos sobre ellas, al menos
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en el sentido de vivirlas o no, al final de cuentas sí podemos decidir sobre el efecto
que las mismas tendrán en nosotros.
La vida nos trae cosas buenas y malas, dulces y amargas, enriquecedoras y
empobrecedoras, pero de nosotros depende el decidir con qué nos quedamos y
qué desechamos.
Dos personas coincidieron en un cuarto de hospital, ambas venían muy enfermas
y tuvieron que quedarse internadas varias semanas. El tratamiento era doloroso y
el sobrellevar el problema era pesado, aún así la convivencia diaria los hizo
amigos. Al final del tratamiento quedaron convenidos en seguir en contacto (lo
cual así fue), y al despedirse uno le dijo al otro que había sido un gusto tenerlo de
compañero pero que lamentaba las circunstancias en que eso había sido, a lo que
el otro le contesto que él no lo lamentaba, ya que si no hubiera sido por esas
circunstancias nunca lo habría conocido.
Crecer o hundirse, es nuestra decisión. Todo, absolutamente todo tiene dos
formas de ver lo mismo: una nos hace mejores, nos libera, nos hace brillar; otra
nos empeora, nos esclaviza, nos ensombrece. Y ambas, dependen finalmente de
nosotros.
Sin forzar las cosas, démosle tiempo al tiempo, pero al final seamos nosotros los
que decidamos lo que queremos cargar en nuestro andar, después de todo al
igual que cuando vas de compras, tú decides que quieres llevar en tus bolsas de
la vida: sombras que te detengan o luces que te hagan volar.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/Xz9Xzn
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El carácter de una persona está dado por el equilibrio entre lo que piensa, lo
que dice y lo que hace
El ser humano ante los demás está
definido, y ¿por qué no decirlo?
evaluado constantemente, en
función de lo que piensa, lo que
dice y lo que hace. Cuando existe
esta congruencia entre estos tres
aspectos podemos decir que
estamos ante alguien no solo
íntegro y de carácter sino incluso
trascendente.
Existe un dicho que señala que “las palabras mueven, pero el ejemplo arrasa” y
tiene razón en el sentido de que lo que uno hace finalmente es lo que tiene efectos
sociales por los cuales somos o no reconocidos, pero también es cierto que
cuando uno dice una cosa y hace otra, por más loable que sea la acción, genera
en quienes nos rodean una reacción desfavorable por la incongruencia visible de
nuestros ser.
De la misma forma cuando lo que decimos y hacemos está en consonancia con lo
que pensamos podemos decir que el ejemplo no solo arrasa siguiendo el dicho
comentado al principio, sino que incluso esa fuerza se vuelve transformadora, no
solo de nosotros mismos y los demás sino incluso del mundo en que vivimos.
Referente a esto último vemos constantemente comentarios en el sentido de cómo
es que en la actualidad la falta de confianza de unos para con otros es una tónica
permanente, la palabra no tiene el peso que tenía antes, es más incluso los
compromisos firmados pueden ser incumplidos, por lo que podemos esperar de
los demás cualquier cosa, incluso la traición a sus propios dichos y pensamientos.
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Si bien lo anterior puede ser verdad en mayor o menor medida, también es cierto
que la adversidad, es decir, las circunstancias anteriormente comentadas, pueden
dar como resultado que una acción íntegra acompañada de un decir y pensar
congruente sea de impacto para el mundo en que vivimos.
“Que tu si sea si y que tu no sea no”, estas palabras de La Biblia (Santiago 5:12)
hace énfasis en esa congruencia que se requiere para construir relaciones
personales viables. ¿Por qué decir una cosa, engañando al otro, para finalmente
actuar con otra? De esto último el mundo está lleno, desafortunadamente, solo es
cuestión de voltear a ver los políticos que para ganar llenan de promesas que
finalmente desconocen o incumplen.
Es cierto que sin esas mentiras tal vez esas personas no llegarían a donde están,
pero de la misma forma es cierto que llegar con mentiras no nos vuelve más
grandes ni mejores sino que nos empequeñece como personas y lastima a la
sociedad.
También es cierto que nuestros escrúpulos en ocasiones nos llevan a no querer
quedar mal o lastimar con negativas o verdades a los demás pero eso solo
extiende el engaño hasta un punto donde la verdad echa por tierra los dichos
colocándonos en posiciones bastante incómodas.
Pero tal vez lo más importante, más allá incluso de lo anteriormente dicho, es la
cuestión de incongruencia personal, de nosotros mismos para con nosotros. Los
demás si bien son importantes son tan solo un referente de nuestra vida, lo
mayormente importante somos nosotros y, para empeorar las cosas, no podemos
engañarnos a nosotros mismos, así que cualquier incongruencia entre el pensar,
decir y hacer es algo que tarde o temprano nos cobra factura con los demás, es
cierto, pero también con nosotros mismos.
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No tengas miedo pensar por ti mismo, hablar por ti mismo y actuar por ti mismo, y
de la misma forma no temas a la congruencia de estos tres elementos, al
contrario, procúrala como algo que te lleva por el camino de la excelencia,
después de todo el carácter de una persona está dado por el equilibrio entre lo
que piensa, lo que dice y lo que hace.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/12ciVKD
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A veces no es tanto lo que puedas hacer en el mundo, sino lo que permitas
que el mundo haga contigo
Cuando hablamos de andar por la vida y
de enfrentar las batallas cotidianas, un
pensamiento puede ser el de las
conquistas de lo que se desea obtener, y
esto es correcto, pero también es correcto
que existe otra línea de pensamiento
relacionada con defender nuestra
integridad como personas ante los embates del mundo.
Cuentan que en una ocasión llegó un predicador a un pueblo de pecadores con la
intención de cambiarlos, dice la historia que durante años y años y años gritaba y
gritaba a todo pulmón que se arrepintieran, que dejaran de hacer lo malo que
hacían, y que sus vidas las volvieran ejemplo de rectitud. Pasan los años y la
gente seguía igual, sino es que peor, a lo que una persona del pueblo le pregunta
“Oye, ¿por qué sigues gritando? ¿No ves que la gente no te hace caso y, es más,
está peor que antes?”, en este punto de la historia dicen que el predicador, ya
viejo y cansado pero aún con ánimos de seguir peleando le respondió “¿sabes?, al
inicio yo gritaba y gritaba y gritaba con la intención de cambiarlos a todos ustedes,
pero ahora, si sigo gritando es con la única intención de que ustedes no me
cambien a mi”.
En la vida habrá muchas batallas que pelear, en algunos casos éstas tienen que
ver con las metas que queremos lograr, con los objetivos que queremos conseguir
y con lo que finalmente queremos llegar a ser; pero también hay otras batallas que
no debemos descuidar, son esas batallas, evidentes o sutiles, donde el mundo
busca cambiarnos, a veces para someternos, para conformarnos o para
resignarnos.
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Éstas últimas batallas son las que debemos temer de fracasar ya que mientras en
las primeras lo único que se pierde es el no lograr algo que quisiéramos, en las
segundas es nuestra propia persona, nuestro propio ser, nuestra propia esencia lo
que está en juego.
¿Cómo podemos saber si estamos perdiendo la batalla del mundo contra
nosotros? Algunos de los indicadores es cuando te resignas ante la injusticia,
cuando ves con desidia la corrupción, cuando aceptas como normal la ilegalidad,
en otras palabras, cuando lo peor que puede generar la sociedad es visto con un
pensamiento de sometimiento, conformismo y resignación.
Te lo he dicho en otras ocasiones: no estás llamado para la mediocridad sino para
la excelencia, una excelencia desbordante que no quepa en ti y tenga que salir a
cambiar el mundo; una excelencia que sea un reflejo de carácter y
trascendentalidad; una excelencia que sea ejemplo, faro y guía para los demás;
pero al mismo tiempo, y esto es muy importante, una excelencia que implique
lucha constante, firme y decidida.
Así como la semilla de trigo genera trigo, en ti no está la semilla de la pequeñez, la
mezquindad o la imperfección, por el contrario, tú mismo eres, no UNA semilla,
sino LA semilla de lo grandioso, de la esplendidez y de lo perfecto. Reconócelo,
acéptalo y, por último, lucha día con día para llegar a dar en abundancia frutos de
excelencia, plenitud y trascendentalidad, después de todo a veces no es tanto lo
que puedas hacer en el mundo, sino lo que permitas que el mundo haga contigo
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/WCR3dz
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Dice un dicho que si una puerta se cierra, se abre una ventana... y yo
agregaría: y si no ¡hay que abrirla!
Así como la vida está hecha
para vivirla, los problemas
que la vida traen están
hechos para ser resueltos, y
en esto lo primero a resolver
es nuestra propia actitud
precisamente ante estos
retos.
Un común denominador en todos los temas de ayuda y auto-ayuda es que el
primer paso para superar un problema es precisamente el querer superarlo. En
ocasiones los retos de la vida son de tal magnitud que la persona que los vive, si
bien está inconforme con ellos, se encierra en sí misma con una imposibilidad de
avanzar en su situación.
Hay un chiste que dice que estaba una persona vendiendo manzanas y en eso
llega un señor y después de preguntarle cuánto costaban las manzanas le dice
que le comprará todas las que tiene, entonces dicen que el que las vendía se negó
a venderle todas las manzanas ya que ¡después no tendría nada que vender!
En ocasiones nuestra actitud ante los problemas se parece a la del vendedor de la
historia ya que si cambiamos de actitud ante los problemas para resolverlos ¡no
tendríamos ya justificación alguna para sentir lástima por nosotros mismos!, es
decir, nos quedaríamos sin las manzanas de la autocompasión que nos permiten
tirarnos, deprimirnos, detenernos, estancarnos, lo cual siempre será una actitud
más cómoda que esforzarnos, luchar y salir adelante.
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Ahora bien, esa actitud positiva requerida y de la cual hemos venido hablando no
quiere decir para nada una actitud de auto-engaño, que quede claro: los
problemas no se van a resolver solo por una buena actitud, pero una buena actitud
es requerida para dinamizar esa solución.
Dicen que una persona perdió su casa en un incendio y que mientras veía arder
su hogar se acerco un vecino al cual le asombro lo optimista que se veía el
primero, el vecino le pregunta que si como es que estaba tan optimista a lo que el
otro le respondió que su tranquilidad se sustentaba en dos cosas, una era que una
actitud negativa no cambiaría las cosas y la otra era que una actitud negativa sí le
quitaría su buen ánimo, así que no había motivo para no tener una actitud positiva.
Esa actitud positiva nos conduce a una plenitud de recursos para encarar los
problemas que enfrentamos, contrariamente a cuando nos dejamos estar mal y
que prácticamente cerramos la posibilidad de buscar formas de alzarnos sobre los
retos que enfrentamos, y siendo extremadamente pragmáticos, incluso en el caso
de que es actitud positiva no pudiera resolver nada, al menos nos hace estar bien
con lo cual ya es ganancia.
Esa actitud positiva es el primer paso, el siguiente es la actitud pro-activa que nos
permite iniciar acciones para buscar las respuestas a los problemas que
enfrentamos. Esa pro-actividad es como buscar a tientas en la oscuridad un
interruptor, no sabemos dónde está pero si no lo buscamos nunca lo
encontraremos y por lo tanto seguiremos en tinieblas.
La actitud positiva más la actitud pro-activa es esa búsqueda a tientas de la
solución a nuestros problemas. El tenerlas no los resuelve, así como el buscar en
la oscuridad a tientas el interruptor de luz no lo localiza automáticamente, pero en
ambos casos son las acciones y las actitudes correctas que permitirán conseguir
conquistar nuestros retos.
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No podemos esperar a que los problemas que enfrentamos se resuelvan solos,
esperarlo solo nos consume tiempo valiosísimo de nuestra vida, la actitud correcta
implica un optimismo y una pro-actividad que nos permita pelear con éxito las
batallas que se nos presenten, después de todo dice un dicho que si una puerta se
cierra, se abre una ventana... y yo agregaría: y si no ¡hay que abrirla!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/XBKBkQ
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Recuerda joven que el resultado de la justicia será paz
Todos anhelamos un mundo donde
la paz sea la constante, más que la
excepción, ya que un ambiente de
paz permite enfocar nuestras
energías en actividades productivas
y de desarrollo, pero también hay
que tener muy claro que para lograr
esa paz se necesita trabajar la
justicia
Caminando por las calles de mi ciudad me encontré la otra vez un mensaje en una
pared, un mensaje que rezuma sabiduría, esa sabiduría que por ser popular nos
dice mucho más por su cariz social: “Recuerda joven que el resultado de la justicia
será paz y su labor reposo y seguridad para siempre”. La simplicidad del mensaje
no le quita grandeza, al contrario, de una manera sencilla señala de manera
concreta y correcta el proceso para lograr la paz el cual pasa a través de
implementar la justicia.
Es curioso como esta sabiduría popular parece olvidarse cuando la gente que uno
supone tiene características de mayor alcance en cuanto a miras, educación o
responsabilidad, pervierten el proceso creyendo que la paz es el paso para la
justicia, es decir, que colocan a la paz no como la consecuencia de la justicia sino
como la causa de esta.
Recientemente nos hemos enterado de los escándalos de abusos sexuales a
niños que durante años realizaron algunos sacerdotes, tan solo en Irlanda, donde
desde los años 30’s hasta el 2005, de acuerdo con el informe oficial Ryan &
Murphy, se estima que 35 mil niños fueron violados por sacerdotes. Lo aberrante
de esto (obvio después del abominable crimen señalado) es que cuando la propia
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Iglesia Irlandesa pidió permiso a la Santa Sede para denunciar penalmente a los
culpables, se le ordenó evitar cualquier acción legal, pues se pondría en riesgo la
reputación de la religión Católica.
¿A qué viene lo anterior? Precisamente al daño que se hace cuando se pervierten
las cosas: no es generando una paz ficticia como se generará la justicia, al
contrario, se requiere la acción decidida de quienes realmente (no de dientes
hacia afuera) están de parte de la justicia para que, implementando ésta, se llegue
a la paz.
Recuerdo el caso de una institución donde se detectaron robos, fraudes y
corruptelas pero las autoridades se negaban a actuar decididamente aduciendo no
violentar el ambiente de paz (releer la postura de algunos de la Iglesia católica que
se negaron a actuar para no afectar el ambiente de esa institución). En esa
ocasión uno de los promotores de la “paz y el perdón” me trató de convencer
durante horas de las bondades de “olvidar los agravios”, después de oírlo le dije
que si un día llegara él a su casa y viere a alguien que se está robando no digo un
carro o un aire acondicionado sino un foco de la cochera ¿acaso siquiera no le
gritarías para que no se lo llevara? A la respuesta afirmativa le repliqué ¿entonces
porque aquí que el daño patrimonial es mayor, excesivamente mayor, nos hablas
de perdón? Antes que contestara me respondí diciendo que la respuesta era
sencilla, simple y sencillamente no le dolía la institución, al menos no como su
propia casa, pues mientras allá no permitiría ni siquiera que le robaran un foco,
aquí aceptaba que fraudes mayores se consumaran.
¡Ah, pero que bonito habla alguien que promueve la paz siempre y cuando esto no
implique luchar por ella! Solo que sus dichos son falsos, mentirosos,
manipuladores. Son como esa imagen de los lobos disfrazados de ovejas que
convencen con su labia de una acción contraria al bien común pues anteponen su
bien personal a ello. La Biblia identifica a estos como “falsos apóstoles”: “Porque
éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de
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Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz”
(2 Corintios 11:13-14, Reina Valera, 1909). Quitando a lo anterior toda
connotación religiosa la idea principal permanece: no creas, ni sigas, ni confíes en
alguien que no es congruente en su pensar, decir y hacer. Volviendo al caso
anteriormente comentado ¿crees que esos que promovían paz, perdón y olvido
actuarían así si se tratará de su casa, su familia o su integridad? claro que no,
pero todo mundo puede ser magnánimo en lo que no es suyo, en lo que no le
duele, en lo que no le importa.
Quien desea que la paz sea “previa a”, en realidad es un mentiroso que no desea
la paz sino que no hagan olas y llevar la fiesta tranquilamente. Tú joven, heredero
de un mundo que se convulsiona en la injusticia, la corrupción y la mediocridad,
debes saber que eso no es todo lo que hay: mucha gente realmente honesta, de
buen corazón pero también de carácter y entereza lucha día a día para lograr que
lo mejor de nosotros forme una sociedad mejor.
Joven: Si quieres seguridad, trabaja por la justicia; si quieres equidad, trabaja por
la justicia; si quieres oportunidades, trabaja por la justicia; si quieres tranquilidad,
trabaja por la justicia; y en todo ello recuerda joven que el resultado de la justicia
será paz.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/URsFXD
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El nadador no se pregunta cuánto le falta para la orilla, se concentra en
nadar y cuando menos lo piensa ha llegado a su meta
Las acciones que uno emprende
siempre tienen una intencionalidad,
pero si la mirada solo está puesta
en la meta, el camino hacia ella
puede parecernos bastante largo,
penoso y por lo tanto desalentador
¿Alguna vez te has preguntado el
por qué en un viaje siempre nos
parece que el regreso es más corto que la ida? Te sorprenderás al saber que para
esto hay una base seria porque según los científicos existe el llamado “efecto del
viaje de regreso” que hace que el retorno parezca entre 17% y 22% más rápido
que cuando nos desplazamos al lugar que visitamos. ¿Sabes por qué sucede
esto? Porque, según las investigaciones, la gente espera que el viaje de ida sea
más corto de lo que será. Por ello el viaje de regreso se siente más rápido.
Ahora extrapola esa sensación al caminar por la vida, imagínate la expectativa
generada por nuestras acciones, nuestras luchas, nuestro andar. Piensa en todas
las cosas que hacemos y que en mayor o menor medida tienen un objetivo fijado.
Ahora de esas fíjate en aquellas que son de peso y valor para ti, la mayoría de
ellas implicará tiempo y esfuerzo para ser alcanzadas. Si la expectativa está en lo
que falta para llegar, el camino parecerá más largo.
Lo anterior no quiere decir que no pensemos en la meta, al contrario, significa que
no pensemos en ella con ánimo aprensivo que nos impida disfrutar del camino
mientras avanzamos en él. Henry Ford decía que los obstáculos es lo que llegas a
ver cuando quitas tu mirada de la meta.
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El avanzar en la vida requiere decisión, para ello se necesitan metas de valor
fijadas en nuestro camino y acciones decididas que nos conduzcan hacia ellas,
pero curiosamente la vista debe estar puesta en la meta y las acciones en nuestro
andar, el camino que falta por recorrer, lo aún no logrado u obtenido, no debe ser
el parámetro para evaluar nuestro andar, ¿por qué? porque siempre será más lo
que nos falte por hacer que lo que ya hayamos hecho, incluso cuando se alcance
la meta se abrirán nuevos caminos los cuales por lógica aún no habrán sido
recorridos.
Pero lo peor es que, aunque tengamos en claro lo que queremos lograr y cómo
vamos a alcanzarlo, el camino nunca es como lo pensamos, hay situaciones
inesperadas o contingencias que lo hacen más largo o más corto, así que, si no
podemos saber exactamente cuánto nos falta para llegar, pensar en eso solo nos
desgastará.
¿A qué viene esto? Precisamente a hablar de ese sentimiento de abatimiento que
en ocasiones todos experimentamos cuando, quitando la vista de la meta, vemos
(o más bien creemos ver) el camino que aún nos falta por avanzar.
¿Y qué hacer cuando sobreviene un sentimiento como el anterior? Solo hay dos
cosas por hacer, una pasiva y otra proactiva y las dos deben hacerse. La pasiva
es descansar, tomar un respiro, sentarse un momento (metafóricamente hablando)
para recuperar energías y continuar nuestro andar. La otra cosa por hacer, la
proactiva, implica el ver y valorar todo lo que se haya logrado obtener hasta la
fecha, no solo en el caminar hacia una meta dada, sino en toda nuestra vida. Esto
nos permitirá desahogar esa frustración que en un momento dado nos llega a
embargar a todos y al mismo tiempo sacar fuerzas que se sustenten en nuestra
capacidad de logro.
Lo único que te separa de la meta son las acciones que tienes que dar para
alcanzarla, y lo único que puede detenerte es que te fijes en lo que falta aún por
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hacer más que en la meta que deseas logar, así que concéntrate en tu meta y
avanza con decisión, después de todo el nadador no se pregunta cuánto le falta
para la orilla, se concentra en nadar y cuando menos lo piensa ha llegado a su
meta.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/Wn8tyO
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Llegar a tus metas te hace exitoso, pero además ayudar que otros lleguen a
las suyas te hace trascendente
El caminar por la vida exige un esfuerzo
considerable; los retos, las caídas, los
problemas que uno enfrenta requieren en
ocasiones no solo de toda nuestra energía
sino incluso un cambio en nuestra
persona, si a esto le sumamos las manos
de otros que se extienden buscando
ayuda para conseguir sus metas nos
daremos cuenta que ser líder es un esfuerzo que nos trasciende.
Toda persona, desde el momento mismo de tomar conciencia de ello, emprende a
voluntad un camino lleno de sueños, deseos, y metas. Este camino está lleno de
obstáculos que tienen la finalidad, no de desanimar a quien lo transita, sino de
habilitarlo para cada vez mayores empresas.
Esta habilitación a veces tarda un poco más de tiempo y en ocasiones puede
frustrarse si quien se enfrenta a los problemas se deja abatir por ellos.
Independientemente la vida seguirá su curso y nos dará una y otra vez la
oportunidad de demostrarle y demostrarnos de lo que somos capaces.
Y es en este demostrar y demostrarnos de lo que somos capaces donde se obra
el milagro. El milagro de llegar a ser más de lo que creíamos, esperábamos o
siquiera intuíamos. El milagro de terminar el camino completamente diferentes a
como lo empezamos pero siendo los mismos. El milagro de convertir
alquímicamente los más grandes momentos de oscuridad en una luz radiante.
Pero tal vez el milagro más grande sea el de darnos cuenta que, aún muchas
veces en nuestra miseria, somos capaces de ayudar, apoyar, soportar y
enriquecer la vida de los demás.
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La reflexión anterior a veces puede parecer demasiado optimista, sobre todo por el
último párrafo expresado, así me pasó una vez cuando pregunte en un taller de
motivación que si quienes de los que estaban ahí presentes creían que podían ser
luz y faro para los demás, no sé si por falsa humildad o de plano por no creerlo,
¡nadie levantó la mano! Viendo eso mi pregunta siguiente fue que si quien creía
que un empleado bancario, aunque ganara el mínimo, podría otorgarles un
prestamos por miles de pesos, todos levantaron la mano. Luego entonces, les dije,
si alguien sin un solo peso puede dar tanto dinero, ellos con tanto a su favor –
salud, trabajo, familia, amigos, ¡sueños!- como no iban a poder dar mucho más.
¿Qué el símil no es lo mismo? Claro que sí: el empleado bancario dispone de
dinero que no es suyo pero que puede administrar, nosotros disponemos de dones
que no son nuestros, en el sentido de haberlos diseñado o creados, pero que sí
podemos administrar, y en esa administración tender lazos hacia los demás que
nos permitan una dinámica de apoyo mutuo y superación.
¿Te parece, como hemos comentado en párrafos anteriores, milagroso esa
transformación que experimentas en tu andar? ¡Ahora imagínate que tú mismo
seas parte de la causa de la transformación de otros! Que los ayudes, orientes, y
apoyes. Lo mejor de todo: que no necesites hacer algo extraordinario sino vivir tu
vida con congruencia, carácter y rectitud.
La verdadera maravilla de la vida es que siempre detrás de lo ordinario se
esconde algo extraordinario y de lo rutinario algo asombroso, y que tú puedes
llegar a ser más de lo que creías ser e incluso ayudar a otros a brillar, y no olvides:
llegar a tus metas te hace exitoso, pero además ayudar que otros lleguen a las
suyas te hace trascendente
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/YP9lWY
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La constancia del aire erosiona hasta la roca, la constancia en tus acciones
vencerá cualquier obstáculo
Cuando uno avanza por la vida, la vida
misma se encarga de darnos las
lecciones requeridas para ello. Es una
relación dinámica donde la vida nos da
lecciones, pero las lecciones nos dan
vida. Es así como en el aprender está
el avanzar y en el avanzar el aprender.
Cuando vemos los grandes fenómenos naturales, es palpable la manera en que
éstos reconfiguran el entorno. Un huracán, un tsunami, un terremoto, son fuerzas
descomunales que pueden cambiar todo el entorno de un momento a otro. Pero
de la misma forma hay fuerzas de la naturaleza que no le apuestan a la cantidad
de energía requerida, sino más bien a la constancia de la misma.
Por ejemplo, el viento, con su acción constante, puede llegar a erosionar la roca
más dura, solo que no sería en cuestión de días, meses o años, sino más bien de
décadas o centurias. Así como el viento otras fuerzas como el agua e incluso el
andar de los seres vivos, van haciendo cambios que de inicio se antojan
imperceptibles pero cuyos resultados son visibles en el largo plazo.
De la misma forma, cada uno de nosotros tiene en sí ambas posibilidades: fuerzas
considerables para generar resultados en el corto plazo, pero también la fuerza de
la constancia para alcanzar resultados en el mediano y largo plazo.
En lo que respecta a nuestra personalidad, los cambios duraderos surgen en este
segundo escenario, ¿por qué?, porque de la misma forma que la roca, nuestra
personalidad tiene esquemas de pensamiento y comportamiento fuertemente
arraigados que requieren de tiempo para ser modificados.
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En una ocasión, en un taller de capacitación, le pedí a quienes participaban en él
que nos dijeran una gran meta que tuvieran en la vida. Todos pusieron una meta
de valor, a veces personal a veces profesional. La siguiente pregunta fue que si
que requerían para lograr eso. Las respuestas fueron variadas, algunos decían
que dinero, otros que tiempo, otros que tal o cual estudio, otros más que tal o cual
paso o acción y demás. Mi comentario final fue el siguiente: “todos esto que
acaban de señalar es correcto, se requiere para lograr las metas que han
señalado todo lo que han dicho, pero de entre todo hay un ingrediente que no han
mencionado y que es finalmente el que permite que todo suceda: constancia.”
La constancia es ese ingrediente que no puede ni debe faltar en ninguno de los
proyectos que uno emprenda, es la fuerza interna que nos habilita para dar los
pasos necesarios para alcanzar nuestras metas, es lo que nos mantiene cuando
cansados nos sentimos y lo que nos empuja cuando andar más no queremos.
Esa constancia no es algo emocional, pero tampoco eminentemente racional, es
una mezcla de lo que sentimos y de lo que sabemos. Esas dos fuentes le permiten
a la constancia existir y subsistir a las pruebas que pudiera enfrentar. Las
emociones nos llevan hacia lo que queremos, la razón hacia lo que necesitamos, y
en momentos de prueba uno puede acudir a una de las dos o a ambas para sacar
de nuevo energía.
Por ejemplo, si existe un momento de desilusión o depresión en el camino a la
meta, la mente –fría, analítica y objetiva- puede entrar al quite para mostrarnos los
por qué debemos seguirlo intentando. De la misma forma si racionalmente vemos
obstáculos imposibles de conquistar, la parte emotiva puede surgir para
motivarnos a seguir en el camino.
En el andar por la vida muchas veces la constancia logra resultados que racional o
emocionalmente parecían imposibles de lograr, ya que la misma va generando sus
68
propios caminos para hacer realidad las metas, después de todo la constancia del
aire erosiona hasta la roca, la constancia en tus acciones vencerá cualquier
obstáculo.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/ZQ12ip
69
Sueños sin acciones es como tener la semilla de un árbol muy frondoso ¡en
un cajón!
Cuando hablamos de la vida todos
tenemos en mente lo que
quisiéramos lograr, lo que
quisiéramos llegar a tener, lo que
quisiéramos llegar a ser; ese deseo
nos señala el potencial que todos
como personas tenemos, potencial
que requiere de nuestro esfuerzo
para verse fructificado.
Vamos caminando por la calle, de repente vemos en el aparador de una tienda
una camisa, un pantalón o un vestido que nos llama la atención. Su corte es tal
cual nos gusta, lo mismo sus colores y la hechura en sí, entonces decidimos
comprarlo pero cuando preguntamos por el precio simplemente nos desanimamos
y nos vamos.
Esa historia que tal vez en más de una ocasión nos haya pasado, la
experimentamos también, y en mayor escala por los efectos de la misma, en
nuestra vida cotidiana. Metas que deseamos alcanzar, pero cuyo precio no
estamos dispuestos a pagar.
Al igual que la historia inicial, todo en esta vida, sino es que la mayoría, puede ser
alcanzado; al igual que la historia inicial, todo en esta vida que puede ser
alcanzado, tiene un precio. Cuando hablamos de precio no nos estamos refiriendo
necesariamente a una cuestión monetaria sino a esa contraprestación que
necesaria y forzosamente deberemos dar a cambio de lo que deseamos lograr.
¿Cuál puede ser este precio?, puede ser dinero, claro, pero también tiempo,
esfuerzo, sacrificio.
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Pensemos una dieta para llegar al peso o figura deseado, ¿qué implica? Pues
mucha disciplina y sacrificio para contener el deseo de comer y poder así lograr la
meta deseada. Ahora pensemos en algo de más alcance como una carrera
profesional, ¿cuál sería ahí el precio a pagar?, claro está que hay una parte
monetaria implícita referida a las colegiaturas que se paguen, pero más allá de
eso está el tiempo y el esfuerzo dedicado a aprender los contenidos de las
asignaturas y desarrollar las habilidades profesionales requeridas para ello.
¿Y en nuestra vida?, ¿qué situaciones de valor familiar, social o comunitario
consideramos relevantes como para ser alcanzadas y, más importante aún, qué
se requiere para ello? La familia, los amigos, la sociedad, cualquier tipo de
relación necesaria y forzosamente de inicio requerirá de tiempo y en segundo
lugar disposición, tiempo para dedicarle a la relación y disposición para crecer en
ella.
En una ocasión, en un taller de emprendedurismo, les pedí a todos los presentes –
y ahora te lo sugiero a ti- que en la mitad de una hoja pusieran diez, tan solo diez
cosas que quisieran lograr en la vida antes de que ésta terminara. Obvio que con
la perspectiva de conclusión de la vida todos pusieron metas de extrema
relevancia para ellos. Después de que concluyeron esta primera parte del ejercicio
les pedí que en la segunda mitad de la página, relacionada con cada una de las
metas primarias, pusieran las acciones que estaban realizando para conseguir
dichas metas. No es necesario decir que esta segunda parte estuvo más que
deficiente en cuanto a contenidos. ¡Todos tenían metas de relevancia que lograr
en la vida, pero pocos eran los que estaban dando los pasos correctos para ello!
Te sugiero hagas ese mismo ejercicio. Para no abrumarte pon cinco metas y de
esas cinco escoge la que consideres más importante y ponle acciones, pasos
concretos que tengas que dar para alcanzarla y –obvio- dale seguimiento digamos
una semana para ver que tanto avanzas hacia la meta. Si en una semana no has
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dado un paso concreto, es necesario revisar tus acciones para que éstas te lleven
a la meta deseada.
Dice un dicho que “nada en esta vida es gratis” y tiene
razón, incluso la vida misma no es gratis. La vida y los
sueños que compartimos en ella requieren de lo que
hagamos para concretizarlos, para hacerlos realidad, para
hacerlos nuestros, después de todo sueños sin acciones es como tener la semilla
de un árbol muy frondoso ¡en un cajón!
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/ZAPbn2
72
Cada meta no solo te lleva al éxito si no que además te acerca cada vez más
a la persona que realmente eres
Todos hemos sentido en alguna ocasión
el deseo de “ser alguien” en la vida, ese
“ser alguien” no se refiere a otra cosa
que llegar a ser uno mismo, solo que ese
proceso requiere que en el camino
logremos muchas cosas externas que
evidencien esos cambios internos.
Desde el primer instante que un bebé llora para obtener algo tan básico como es
el alimento, los seres humanos experimentamos en nuestra vida una constante
necesidad por tener, por hacer, por poseer. Siempre estamos, por decirlo en cierta
forma, inconformes con lo que somos, lo que tenemos o lo que poseemos.
Siempre queremos más.
Esa perenne insatisfacción, que nos impele a continuamente estar en la búsqueda
de algo más, es un reflejo de nuestro verdadero potencial: no estamos hechos
para la mediocridad, sino para la excelencia, por eso no podemos conformarnos
más que con la perfección.
Obvio que este deseo puede volverse crítico en nuestra vida si se desarrolla de
manera patológica creando conflictos no solo internos con nosotros mismos sino
incluso con las personas que nos rodean, pero por lo general es una fuerza
dinámica que nos motiva a desarrollarnos, a crecer, a conquistar y conquistarnos.
Y en esto hay una pequeña trampa. Por nuestra propia naturaleza se nos facilita
más lograr cosas externas a nosotros mismos: un negocio, una amistad, un
estudio, una meta. Esta facilidad surge por el hecho de que las metas externas
son fácilmente identificables tanto en cuanto lo que queremos como en cuanto al
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indicador de cuándo lo hemos conseguido. Lo interno, nosotros mismos pues, es
más difícil.
Pero la trampa, por decirlo así, es precisamente esa: lo que nos mueve a lograr
cosas externas también nos va facultando para desarrollar nuestro potencial
interno, ¿Cómo es eso? Simplemente con los retos, obstáculos e incluso las
caídas que experimentamos.
Es como quien quiere levantar una pesa, de esas de muchos kilos, la meta
impuesta lo llevará a entrenar y capacitarse hasta que pueda levantar la pesa,
pero al mismo tiempo le desarrollará los músculos necesarios para ello y, más allá
de ello, le dará una disciplina basada en la constancia del esfuerzo que finalmente
lo conducirán a ser más que lo que era antes de iniciar su búsqueda de esa meta.
Acabamos de mencionar que incluso las caídas sirven para el logro del propósito
de convertirnos en lo que realmente somos, ¿por qué? pues porque las caídas nos
hacen reconocernos humanos, nos dan una visión distinta de la vida, nos habilitan
el carácter, nos fortalecen la intención y nos otorgan humildad.
En el caminar por la vida es bueno de vez en cuando detenerse para ver lo que se
ha avanzado y lo que se ha conseguido, pero sobre todo para en una retrospectiva
ver todo lo que hemos cambiado y como es que ese mismo andar nos ha ido
moldeando, después de todo cada meta no solo te lleva al éxito si no que además
te acerca cada vez más a la persona que realmente eres
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/14GGGvw
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Solo merece esperar un futuro mejor quien está dispuesto a luchar por él
Hay dos hechos de vida que son
indiscutibles: uno se refiere a que
en efecto aún hay mucho trabajo
por hacer en el mundo; el otro es
que, por más obvio que parezca,
alguien tiene que hacer ese trabajo.
La frase “ya resolvimos el mundo”
es frecuentemente utilizada cuando, en platica de sobremesa o tomando un café,
quienes están reunidos analizan diferentes problemas encontrando la solución
idónea para los mismos. Si bien esa frase se dice con cierto sarcasmo la idea
subyacente es que nada se soluciona solo hablando de ello sino que necesaria y
forzosamente requerirá de acciones para ello, y ahí es precisamente donde, como
también coloquialmente se dice “la puerca tuerce el rabo”, es decir, donde en
muchas ocasiones se topa uno con pared.
Los problemas del mundo, del mundo en general y del mundo en que cada uno
vive cotidianamente, son múltiples. La misma esencia de los problemas indica que
son algo difícil de abordar, sea por que en algunas ocasiones la solución técnica
de los mismos no es tan clara, viable o factible, o (en el mayor de los casos) por
los intereses personales o grupales subyacentes al problema.
Una imagen que me gusta utilizar cuando hablo de este tema es la siguiente: a
todos nos gusta la limpieza pero a nadie le gusta agarrar la escoba, peor aún, hay
quienes se molestan con quienes agarran la escoba ¡por el polvo que levantan
mientras barren! Tal vez esto parezca de locos, pero es una triste realidad: no solo
faltan manos para ponernos a trabajar en los grandes problemas que enfrentamos
sino incluso que a esas manos las dejen hacer su trabajo.
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Y hablando de luchas por un futuro mejor, esas luchas no se refieren única y
exclusivamente a lo externo, a los problemas que como sociedad enfrentamos, no,
en gran medida se refiere más bien a los problemas que cada quien como
individuo enfrenta, sobre todo internamente, después de todo la sociedad no es
más que el reflejo colectivo de lo que en lo individual cada quien somos.
¿Qué tenemos de luchas en lo personal? Nuestras metas, nuestros defectos,
nuestros vicios, nuestros paradigmas, eso es lo que depende de nosotros y que
nos volverá mejores. ¿Qué tenemos de luchas en lo colectivo? La justicia, la
legalidad, la transparencia, la inclusión, eso es lo que depende de todos, pero
(como siempre el gran pero) que no será posible alcanzar en tanto no hallamos
afianzado las bases de lo que queremos en el interior de nuestra persona.
¡Ah!, y lo que no debemos olvidar es que en todos los casos se requerirá de lucha,
¿lucha por qué? pues simplemente por cambiar las cosas, ¿y por qué habríamos
de querer cambiarlas? Esa respuesta debe darla cada quien ya que si no hay un
motivo personal para buscar un mejor futuro de manera personal y colectiva, de
inicio el proyecto está destinado al fracaso.
Para enfocar lo anterior, dime algo que quisieras mejorar en ti de manera personal
y otra cosa que quisieras ver mejorada en la sociedad de manera colectiva. Ahora
de ambas cosas, dime de cada una lo que crees es lo más difícil para lograr eso
que deseas. Por último, dime una acción (así es: solo una) que vayas a hacer hoy
(no mañana sino hoy, al terminar de leer este artículo) que te lleve a superar ese
obstáculo aunque sea en una pequeña proporción. Este ejercicio es muy útil para
mostrarte que siempre hay algo que se puede hacer para lograr lo que queremos,
pero que depende de nosotros eso.
La patente inconformidad que experimentamos nos señala que estamos hechos
para la excelencia y la plenitud, tanto de manera personal como colectiva, y esa
misma inconformidad puede usarse para día a día avanzar un poco en nuestras
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metas, después de todo solo merece esperar un futuro mejor quien está dispuesto
a luchar por él.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/YpXEvz
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Todo gran sueño implica grandes sacrificios, pero estos se compensan con
creces con la conquista de la meta
Toda meta, personal, profesional e
incluso social, implica un avanzar
hacia ella, un avanzar que no
pocas veces está exento de
luchas, esfuerzos y sacrificios, si
bien estas luchas, esfuerzos y
sacrificios en su momento pesan,
cuando se conquista la meta se muestra con orgullo pues es con eso con el que
pagamos el derecho a hacer de la meta algo nuestro.
El caminar por la vida tiene cuestiones que son por demás interesantes, una de
estas cuestiones es la manera en que los retos actúan sobre nuestra persona
forjando nuestra voluntad y nuestro carácter. Este forjar voluntad y carácter puede
compararse con ese entrenamiento donde uno va adquiriendo condición física
para algo aunque de inicio el entrenamiento sea pesado, difícil y a veces incluso
doloroso.
En una ocasión dando un taller de liderazgo les pregunté a los presentes que si a
quien le gustaba batallar en la vida, obvio que ninguno de los presente levantó la
mano. Hasta ahí deje la pregunta y pasamos a la siguiente actividad: se trataba de
poner una meta que hubieran logrado, una meta de la cual se sintieran orgullosos,
una meta que fuera muy importante para ellos. Todos pusieron metas de gran
alcance, trascendentes incluso para su propia vida. Después les pedí señalaran
todos los sacrificios y esfuerzos (o al menos los más importantes) que hubieran
tenido que hacer para alcanzar la meta. En esto hubo de todo, desde cuestiones
personales hasta profesionales. Por último les pedí que levantaran la mano los
que creyeran que el logro de esa meta hubiera sido igual si no hubieran tenido que
pasar por todo lo que pasaron. Nadie levanto la mano.
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Una meta que valga la pena, una que realmente lo valga, requerirá de luchas
esfuerzos y sacrificios, momentos difíciles por decirlo en cierta forma que muchos
no desearían para sí y que incluso en el momento son rechazados pues vienen a
sacar de ese confort a quien lo padece pero de la misma forma vienen a darle un
valor intrínseco a la meta, independientemente del valor objetivo que tenga, por el
simple hecho de lo que costó alcanzarla.
Pero esto no termina ahí, de la misma forma esas vicisitudes ocasionan cambios
internos en quienes las sufren, no solo haciéndolos crecer sino llevándolos a
saberse más grandes, más fuertes y mejores de lo que creían. Ese en ocasiones
sufrir es como el crisol que forja el acero, las altas temperaturas de las pruebas
generan en nosotros un cambio interno que va forjando nuestra personalidad.
El problema de nuestra actualidad es que la manera fácil, rápida y sin esfuerzo de
lograr muchas cosas genera en nosotros una predisposición a que todo se haga
bien y rápido, pero los cambios internos no están sujetos a las modernidades
actuales y requieren de los esfuerzos de uno para lograr transmutarse en la
excelencia personal que todos poseemos.
Esta reflexión no es para ver las formas o maneras de sacarle la vuelta a los
problemas, al contrario, busca motivar en cada uno la dinámica interna que
permita enfrentar y superar los obstáculos que se nos presenten con la visión de
que más adelante toda lucha y esfuerzo será de valor, después de todo, todo gran
sueño implica grandes sacrificios, pero estos se compensan con creces con la
conquista de la meta.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/13ijlR0
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Cada sueño se busca, se acecha, se caza, y una vez que se ha conquistado
¡se va por el siguiente!
La inconformidad que como seres
humanos experimentamos nos
habilita para buscar la perfección y la
excelencia, perfección y excelencia
que por su misma definición tal vez
nunca alcancemos completamente,
pero que nos dará en nuestro
caminar la conquista de metas y,
más importante aún, de nosotros
mismos.
Todos hemos escuchado de Thomas Alva Edison e incluso si alguien nunca ha
oído de él, si se ha beneficiado de uno de sus más conocidos inventos: la bombilla
eléctrica. Lo que tal vez no muchos sepan de Alva Edison es que en su vida llegó
a patentar 2,332 inventos (1,093 tan solo en Estados Unidos) estableciéndose
como un referente de la innovación aplicada.
Volteando a nuestra vida, uno puede establecerse algunas metas que valgan la
pena, pero de la misma forman no debe dejar de ver esas pequeñas metas (o
logros) que uno puede ir consiguiendo conforme se avanza, como me gusta decir,
una gran muralla está construida de millones de pequeños ladrillos.
Imagínate cruzar un puente, uno de esos puentes de madera donde en ocasiones
cientos de tablones amarrados permiten a uno cruzar de un lado a otro. El llegar
de un lado a otro llevará el caminar poco a poco sobre ese puente, nadie en su
sano juicio se abatiría si al primer paso no llegara a la meta, se requieren de varios
pasos sobre varios tablones para llegar de un extremo a otro.
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De la misma forma cuando uno avanza por la vida, cuando uno se establece
metas, requerirá de avanzar paso a paso a través de pequeñas metas, pero no por
ser pequeñas son menos importantes, son como los tablones del puente, si
hicieran falta cinco, diez o más prácticamente harían imposible ir de un lado a otro.
Cada tablón, cada meta, se vuelve así parte de una cadena de logros que nos
conducen a la meta final. Y aún llegando del otro lado del puente (o consiguiendo
la meta establecida), vienen luego más puentes (y más metas) para avanzar (y
conquistar).
Hagamos un pequeño ejercicio: piensa en algo que hayas conseguido en el último
año, una meta que hayas alcanzado. Ahora piensa en algo que hayas conseguido
antes sin lo cual no hubieras logrado esta meta que estamos pensando. Por último
piensa en algo que hayas conseguido antes de esto último sin lo cual no hubieras
logrado lo que te sirvió para conseguir la meta.
Podríamos continuar con este ejercicio hasta descubrir todas esas metas o
conquistas que te permitieron llegar hasta donde estas. Cuando he realizado con
tiempo este ejercicio en talleres de liderazgo llegamos a identificar incluso metas
que vistas a la distancia parecen triviales pero que sin las cuales no se hubieran
conseguido las metas actuales, ¿ves la importancia de todos los logros que
obtenemos en nuestra vida?
Pero esto no termina aquí, incluso la meta más reciente, la meta más grande, solo
es parte de un eslabón mayor, en unos años podremos voltear a este momento y
ver cómo es que ésta meta, ésta “última” meta, no fue realmente última sino que
permitió posteriormente lograr más metas y avanzar así en la vida.
Nuestro andar no nos habla de una sola meta, nos habla de muchas, de múltiples
de variadas, y por eso nos señala una vida rica en experiencias y aprendizajes,
después de todo cada sueño se busca, se acecha, se caza, y una vez que se ha
conquistado ¡se va por el siguiente!
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Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/10Dal8G
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La vida es un río, si no avanzas con decisión hacia donde quieres, la
corriente te arrastrará hacia donde no quieres
Hay una máxima que indica que en
esta vida la única constante es el
cambio, más allá de las cuestiones
filosóficas implicadas en este
axioma, la idea subyacente de
dinamismo vital permanece y en ese
dinamismo nuestro papel puede y
debe ser proactivo.
Hay un chiste del cual se puede, como en todo, sacar varias lecturas, el chiste
dice que una persona llega a una pizzería y ordena una pizza familiar, ya cuando
está lista viene el mesero y le pregunta si quiere que la pizza se la partan en ocho
pedazos o en cuatro, a lo que el amigo en cuestión le responde que mejor se la
corte en cuatro porque cuatro pedazos si se los puede comer pero no así ocho.
En ocasiones creemos que por el simple hecho de que creamos que las cosas
son de tal o cual forma, así serán. Como en la historia podemos hacer ciertas
argumentaciones que nos faciliten cierta actividad (o inactividad) pero que a la vez
funcionen como justificaciones para no ir más allá.
La imagen de pretender cruzar un río al referirnos a la vida, como se señala en el
título, es correcta, pero habría que agregar que no se trata de un río tranquilo de
aguas mansas sino de un río embravecido de aguas caudalosas.
Veamos la infinidad de gente que podemos conocer, oír, ver en unos cuantos días:
todos ellos influyen de una forma u otra en nosotros. Agreguemos las
circunstancias que todos los días vemos, sentimos e incluso sufrimos. Todavía
más: pongamos en esta mezcla todos esos imponderables que vienen finalmente
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cambiando en mayor o menor medida nuestros planes y proyectos. Y por si fuera
poco, agreguemos todo aquello que física, mental o espiritualmente nos bloquea
por miedo o comodidad. ¿Ves que ese río que simboliza la vida es un río
embravecido?
El avanzar con decisión en ese río que simboliza la vida se refiere a tener claridad
en las ideas, voluntad en las acciones, carácter en las intensiones y tenacidad en
el esfuerzo. Es saber qué quiere uno y, aunque uno no sepa cuándo lo tendrá,
hacer constantemente el esfuerzo para conseguirlo.
Creo que todos hemos conocido a una u otra persona de esas que siempre le
echan la culpa a todo lo demás de lo que les ha pasado: sus padres, sus amigos,
la sociedad, el gobierno, ¡Dios!, todos tienen responsabilidad en lo que le ha
pasado menos él. Y no podemos negar que existe esa influencia de elementos
externos en nuestra vida, pero de la misma forma no podemos negar que la última
palabra la tenemos nosotros. Y pruebas también hay muchas.
¿Cuántas historias, cercanas o lejanas, no conocemos donde, a pesar de serias
pruebas de vida, quienes las vivieron salieron adelante como ejemplo de éxito y
superación? Yo creo que varias. ¿Y cuál es la diferencia entre esos que han
tenido éxito y los otros quienes amargamente se quejan de que las circunstancias
los han llevado a ser lo que son? Decisión. Decisión para vivir, para soñar, para
intentar, para equivocare, para caer, para levantarse y para triunfar. Y esta es la
parte más difícil ya que la decisión implica que nos hacemos responsables de
nuestra vida y ya no tenemos a quien más echarle la culpa de nuestros fracasos,
erigiéndonos así como constructores de nuestro propio destino.
No pienses que con solo irla pasando en esta vida es como se logran conseguir
las cosas, todo requiere de un esfuerzo, un esfuerzo pensando, sentido y
aceptado, después de todos la vida es un río, si no avanzas con decisión hacia
donde quieres, la corriente te arrastrará hacia donde no quieres.
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Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/162OTeB
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Cada día es una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser más
En el mundo exigente y competitivo de la
actualidad, una manera de medir y
medirnos es precisamente a través de
logro de metas, metas que generalmente
están materializadas en cosas que se
obtienen, pero detrás de esas cosas
siempre estará nuestra persona, por lo
que el hacer, el tener y el ser deben cuidarse, cultivarse y trascenderse.
Yo creo que a todos nos ha tocado saber vía noticias de algún famoso, sea éste
un cantante o actor, que termina de manera drástica sus días atentando contra su
vida por el gran vacío existencial experimentado. Dado que uno solo ve el glamour
que significa la fama tiende a creer que la vida de estas personas está plena
llenándonos noticias como esta de asombro y estupor.
La frase “el dinero no hace la felicidad” todos la hemos escuchado, pero tampoco
la falta de éste la garantiza, la cuestión como en mucho de la vida humana es el
término medio, donde exista un equilibrio de los factores que nos hacen humanos
y de los valores que llenan nuestras vidas, ¿y cómo lograr este equilibrio? No
descuidando nuestro ser por nuestro tener.
La vida actual exige y exige mucho, en ocasiones incluso tenemos que decidir
entre lo que pensamos y sentimos y entre lo que deseamos y queremos, esta
lucha cobra mayor fuerza cuando la consecución de nuestras metas requiere (o al
menos así lo vemos nosotros) el que traicionemos ciertos principios o valores
personales, pero esto no es así.
Es verdad que en ocasiones no alcanzaremos la meta si es que no transigimos en
ciertas formas de pensar, pero hay que aclarar: no la alcanzaremos de esa forma
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pero (y este es el gran pero que a veces se nos olvida) siempre hay más de una
forma de alcanzar la meta.
Si tienes que traicionar tus principios, tus ideas, tus valores, en una palabra tu
conciencia, para lograr lo que quieres, estarás pagando un precio mucho muy alto
por la meta. Pero eso no es todo: habrás aceptado que la meta (sea la que sea) se
erija como tu dueña y señora sometiéndote a las condiciones establecidas.
Por el contrario, cuando luchas y luchas y luchas, pero llegado el momento no
sacrificas lo que eres para conseguir la meta a toda costa, tenlo por seguro que
comienza a obrarse un milagro ya que te haces dueño y señor de tu vida, una
persona que decide por sí misma, y en esas condiciones se abren no uno sino
muchos caminos hacia la meta, y aunque así no fuera, créeme que lo que
obtienes es mucho más valioso: tu libertad como persona y tu integridad como ser
humano.
No confundas el tener con el ser, ambos van de la mano en esta vida pero el ser
mueve al tener, pensar y aceptar lo contrario es perder nuestra esencia para
someternos a los dictados de lo que deseamos obtener, así que no lo olvides cada
día es una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser más.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/10vBhWK
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Logro sin esfuerzo no sabe, no se valora, y lo que es peor, la mayoría de las
veces no dura
La lucha por lo que deseamos en esta vida,
sea esto una meta material, intelectual e
incluso espiritual, tiene dos momento claros:
uno es precisamente el del esfuerzo
necesario para alcanzar la meta, la otra el
momento mismo de obtenerla; en la medida
que exista una reciprocidad entre esfuerzo-
logro, la lucha nos permitirá no solo valorar
lo conseguido, sino forjar nuestro carácter.
Bastante documentado está el fenómeno de aquellos padres que, habiendo
pasado privaciones en su infancia, buscan de alguna manera subsanar eso
dándoles todo a sus hijos sin que éstos se esfuercen para conseguirlo, generando
al contrario de lo deseado, personas egoístas, caprichosas y sin carácter.
También tenemos esos ejemplos de quienes, en un giro de la fortuna logran de
hacerse de fama, poder o dinero de la noche a la mañana, y que terminan
despilfarrando, no solo eso que obtuvieron, sino su vida misma.
Por último, creo que en algún momento de nuestra vida todos hemos siquiera
fantaseado con lo que haríamos si nos sacáramos la lotería o, en el caso de las
mentes más fantasiosas, si nos encontráramos con un genio que nos concediera
lo que pidiéramos.
No podemos negar que una tendencia humana, y creo incluso de la naturaleza
misma, es aquella que marca al logro de las cosas a través del menor esfuerzo, en
ese sentido, en muchas ocasiones uno quisiera que eso que deseamos o incluso
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que necesitamos, se nos fuera concedido con el menor esfuerzo, siendo ese
menor esfuerzo en algunos casos nulo completamente.
El pensamiento anterior, si bien es lógico y entendible, deja por fuera la arista de
lo que sucede en nosotros mismos mientras estamos en la batalla: una
transformación externa e interna que nos posibilitará para llegar a estadios de
desarrollo que no hubiéramos siquiera imaginado.
Te sugiero un ejercicio, un ejercicio que en mis talleres de liderazgo propongo,
piensa en una meta que haya significado por una parte un logro del cual estás
orgulloso, y por otra un esfuerzo constante y una lucha considerable para
alcanzarla. Date tiempo para tener claridad en esta idea: la meta y el esfuerzo.
Ahora, de manera honesta contéstate a ti mismo las siguientes preguntas: ¿te
hubiera sabido igual el logro de esa meta si no hubieras luchado tanto por ella?,
¿eres el mismo al inicio de esa lucha que te dio la meta que al final de la misma?,
¿qué crees hubiera sido diferente contigo si la meta se hubiera conseguido sin
esfuerzo?
No quiero ser yo quien te de las respuestas a las anteriores cuestiones, si te das el
tiempo para reflexionar descubrirás muchas cosas importantes para ti como
persona y para tu vida como camino y como destino. Solo quiero cerrar esta
reflexión con una breve historia: un padre de familia estaba haciéndole el
desayuno a su esposa en su aniversario, su hija menor se ofreció a hacerle el jugo
de naranja, la niña ya estaba sacando las naranjas para cortarlas y exprimirlas
cuando por la premura el papá le dijo que por qué no mejor le vaciaba en un vaso
uno de los jugos de naranja enlatados que tenían en la alacena, a lo que la niña le
respondió que si hiciera eso, entonces el jugo que le diera ella a su mamá no sería
realmente de ella, sino de la persona que hizo el jugo enlatado. El padre entendió
la lección.
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No todo logro es un éxito ni todo fracaso una pérdida, si somos capaces de estar
realmente consientes en la maravilla que llamamos nuestra vida nos daremos
cuenta que más allá de los rendimientos o las mermas, estamos nosotros, tanto
con lo que hemos sido como con lo que, tal vez más importante aún, podemos
llegar a ser.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/YYRBiN
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A veces hay que tocar cien puertas para que se abra una
Si bien uno puede tener claro que
para conseguir lo que uno quiere –
y para llegar a ser lo que uno
puede- se requiere de intentarlo
una y otra vez, una cosa es esa
claridad que puede poseerse y la
otra la capacidad de intentarlo
incluso cuando se tiene todo en
contra.
Los cursos que sobre logro de objetivos me ha tocado impartir siempre son
diseñados en función de quién asistirá a ellos, siendo los temas escogidos y
organizados con base en esto. En el caso de los vendedores, el primer punto que
pongo a consideración no es la manera de hablar o presentarse o de “ganar al
cliente”, el primer punto es precisamente la resistencia al rechazo.
La vida es como ese vender, uno puede ir tocando puerta tras puerta, es decir,
intentando una y otra vez las cosas, solo para obtener una vez tras otra resultados
negativos. De la misma forma –y por eso el primer tema puesto a consideración
con quienes venden- hay que crecerse al rechazo, al no logro, para con bríos
renovados ir a la siguiente puerta –a la siguiente oportunidad- para intentarlo de
nuevo.
Esto puede ser cansado y ¿por qué no? en ocasiones incluso hasta desmotivador,
de ahí la necesidad de trabajar recursos internos que nos permitan retomar la
pelea. ¿Qué son estos recursos internos? Mira, cuando algo motiva a actuar,
como en el ejemplo el deseo de efectuar una venta, se identifica un satisfactor
externo (la venta o cualquier otra meta asignada) que si se logra viene a otorgar
un deleite por sí mismo, pero que si no se consigue deviene en un sentimiento
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desagradable. Un recursos interno es eso a lo que podemos acudir para que
independientemente del resultado externo, podamos recurrir a él para renovar
fuerzas y volver de nuevo a la carga.
¿Has visto en algunos taxis esos zapatitos que los conductores cuelgan en el
espejo retrovisor?, ¿o esos dibujos infantilmente trazados que adornan las oficias
o escritorios?, ¿o esa foto que puede uno traer en la billetera? Si bien son
cuestiones externas físicamente a uno, hacen referencia a un recurso interno,
generalmente basado en amor, cariño, afecto, ternura, que permite salir adelante
ante las adversidades.
Piensa por un momento en algo como lo que hemos mencionado que por sí
mismo te traiga a la mente sentimientos de estima, de valor, de intimidad, y la
próxima vez que vayas a intentar algo difícil o simplemente retador llévalo contigo.
Míralo si puedes en algún momento previo a intentarlo y posterior, sea que lo
logres o no. Si lo logras compartirás esa energía positiva con el recuerdo al
observar de nuevo el objeto, si no lo logras sacarás de él esa energía vía
motivación para salir avante de la prueba.
No podemos negar que necesitamos de muchos satisfactores externos, pero
tampoco podemos negar que poseemos muchos recursos internos que
debidamente canalizados nos puede ser de gran utilidad para avanzar con
decisión, optimismo y esperanza en la vida, después de todo a veces hay que
tocar cien puertas para que se abra una
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/18l45C2
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Un triunfador no es alguien que no conoce el fracaso, sino alguien que lo
conoce tan bien como para saber que no pertenece ahí
Lo que podemos considerar como “éxito” en esta
vida, independientemente de las acepciones que
cada quien quiera darle a la palabra, pasa
necesariamente por muchos fracasos, derrotas y
caídas, pero el solo hecho de seguir en la lucha es
señal de que nuestro destino no está en la
capitulación sino en el triunfo final.
Las palabras “triunfo” y “éxito” tienen significados
diferentes para cada quien, para algunos puede
referirse a cuestiones mucho muy prácticas y tangibles como un empleo, un título,
una venta, un ascenso, para otros puede referirse a cuestiones de trascendencia,
solidaridad, cambio; independientemente de esto el lograr algo que uno quiere
implica una lucha, un esfuerzo, o como yo le llamo: un andar, que no está exento
de momentos en los cuales nos sentimos abatidos.
Te propongo en este momento un ejercicio que cuando toco este tema en mis
conferencias o talleres lo traigo a colación, puedes hacerlo mentalmente: piensa
en al menos cinco personas que, independientemente de su campo de acción,
consideres exitosas. Escoge una que consideres la más exitosa de esas cinco.
Ahora señala al menos tres cosas por la que consideres a esa persona un modelo
de éxito. Por último señala un quebranto o revés que esa persona haya sufrido en
su camino hacia el triunfo.
El resultado en un 90% de las veces, y si hiciste el ejercicio es muy probable
coincida, es que para las primeras instrucciones prácticamente no se tiene
problema alguno, el problema es con la última instrucción, con señalar un
quebranto o revés que esa persona haya sufrido en su camino hacia el triunfo. El
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90% no sabe indicarlo, ¿por qué? por que la mayoría vemos el triunfo de tal o cual
persona pero –el gran pero- desconocemos en muchas ocasiones lo que tuvo que
pasar para lograr ese éxito.
¿A qué viene todo esto? Es una reflexión cuya finalidad es hacerte ver que no por
que veamos a tal o cual persona como alguien exitoso, eso quiere decir que nunca
experimentó el fracaso, al contrario, si conociéramos su historia (así como la
historia de cualquier triunfador), veríamos como está matizada de muchos
momentos oscuros los cuales no impidieron su avance hasta hacer realidad sus
sueños.
¿Y qué queda de esto para ti? ¡Ah, esta es la parte interesante! Interesante ya que
a lo mejor ahorita tú no has logrado todas las metas de valor que te has propuesto,
incluso tal vez ahorita estés experimentando algún revés en alguna de ellas, lo
cual solo quiere decir que estás en camino hacia el logro de la meta, del objetivo,
de tu sueño, pero al igual que los triunfadores que pudieras mencionar, ahorita
estás experimentando esos momentos previos al triunfo que sirven para darte
valor, entereza y carácter.
Tú, al igual que todos los que antes han salido exitosos de las batallas de la vida,
estás llamado a ese triunfo en lo que te propongas, no importa si tus metas son
materiales, intelectuales, emocionales e incluso espirituales, el simple sentimiento
de incomodidad cuando caes, cuando fallas, cuando tropiezas, es señal que estás
llamado para algo más grande, más completo, más trascendente, después de todo
un triunfador no es alguien que no conoce el fracaso, sino alguien que lo conoce
tan bien como para saber que no pertenece ahí.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/ZeD0xF
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El mundo te pertenece... pero debes luchar por él
Cualquier cosa que nos
propongamos, cualquiera, implica un
esfuerzo y en ocasiones incluso una
lucha, pero una vez obtenido eso que
deseábamos, algo en nuestro interior
nos dice que siempre fue nuestro, por
eso lo deseábamos, pero había que
ganárnoslo
Una paradoja es “una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una
contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común”, ejemplo de
esto son las expresiones tales como “es de mala suerte ser supersticioso”
(rechaza la superstición porque es de mala suerte, lo cual ya es una superstición)
o “esta oración es falsa” (¿si es falsa no es verdadera, pero si es falsa si es
verdadera?). En este orden de ideas el título de este artículo es una contradicción
en sí, una paradoja, si el mundo te pertenece ¿por qué debes luchar por él?
Quienes ya llevamos algo de camino en esta vida, sabemos que la vida misma es
una paradoja en sí. Constantemente nos estamos contradiciendo a nosotros
mismos, logrando cosas que parecían imposibles y no consiguiendo otras que
parecían más que alcanzables. Es así como la cuestión paradójica de la vida nos
acompaña constantemente, por lo que la frase no extraña, aunque implica un
análisis más profundo.
Pensemos en nuestra infancia. Creo que en algún momento de la misma nuestros
padres nos condicionaron algo a lo que teníamos derecho: “no sales hasta que no
termines tu tarea” o “no hay postre si no terminas todas tus verduras”. La salida a
jugar era nuestra, ahí estaba para nosotros, lo mismo el postre, incluso puede que
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el plato con el postre ya estuviera servido. Pero no era hasta que cumplíamos una
obligación que teníamos cuando se nos proporcionaba o permitía lo condicionado.
Algo así pasa con la vida. Todo en ella es nuestro, está ahí para nosotros, pero al
igual que los ejemplos anteriores de la infancia, tenemos que –paradójicamente-
hacernos merecedores de lo que procuramos, solo así podremos decir que es
nuestro.
La situación paradójica nos dice que necesitamos luchar por lo que ya es nuestro
para que un milagro se forje en nuestro interior: el milagro de crecer en carácter,
visión y conocimiento. Entonces lo que obtenemos, además de su particularidad
externa, nos dinamiza el cambio interno hacia algo mejor, con lo que las raíces del
mismo se hunden profundamente en nuestro ser. Así no solo obtenemos lo que
deseamos, sino que lo hacemos nuestro.
Más allá de la cuestión paradójica, esta presentación de ideas va a lo siguiente:
¿por qué has de renunciar a algo cuando de inicio te pertenece? Regresemos al
ejemplo de la infancia. ¿Por qué permitirías que ese postre se desperdiciara
cuando de inicio es tuyo y solo debes comerte las verduras que se te han servido?
o ¿por qué debes privarte de salir a jugar cuando es tu derecho y para ello solo
debes cumplir tus deberes?
Esa misma pregunta háztela cuando ante la búsqueda de un objetivo, una meta o
un sueño tropieces de tal manera que pienses en desistir de logar lo deseado,
¿por qué habrías de renunciar a eso que quieres cuando de inicio es tuyo y solo
debes luchar por él?
Un ejercicio de visualización que te propongo, cuando se de la situación anterior,
es el siguiente: en vez de ver el objetivo, meta o sueño como algo por lo que estás
luchando simplemente te digas “¿pero por qué debo renunciar a tener eso cuando
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es mío?”. Así, es, repítete “eso es mío, eso es mío” y aunque aún no lo tengas
verás cómo lo ves diferente y le das fuerzas renovadas a tu lucha.
No es lo que aún no obtenemos lo que puede dibujarnos como personas, sino lo
que con nuestro potencial podemos alcanzar, lo cual de inicio es ilimitado, así que
siempre ten en mente que el mundo te pertenece... pero debes luchar por él
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/11uTyCx
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Nadie ha salido de un agujero hundiéndose más en él
Así como existen momentos buenos y
agradables en esta vida, de la misma
forma existen momentos donde el
desánimo y la desazón generan en
nosotros sentimientos de angustia e
incertidumbre, sentimientos que de inicio
son generados pero que si no se manejan
adecuadamente adquieren vitalidad propia hundiéndonos más.
Si alguien cayera al agua accidentalmente, por más molesto o confundido que
estuviera ante tal situación, el hecho es que se enfocaría en salir del agua; nadie
en su sano juicio dejaría de esforzarse y como muestra de indignación hundirse ya
que de por medio está incluso su vida misma.
De igual forma una persona que participase en un accidente vehicular, si ve que el
vehículo comienza a echar humo y salirle llamas, inmediatamente buscaría
alejarse lo más pronto de él, sin poner como prioridad primera el ver quien tuvo la
culpa o incluso si hay cosas de valor dentro del vehículo.
Estos ejemplos sencillos y evidentes dejan más que claro que cuando nuestra vida
está en riesgo, todo, absolutamente todo lo demás pasa a segundo término siendo
la prioridad número uno el ponerse a buen resguardo, pero ¿y lo demás que tiene
que ver con nuestra vida? Nuestra vida es mucho más que la mera existencia
física, está hecha de eventos, lugares, situaciones y relaciones, los ejemplos
anteriores hacen referencia a la cuestión física de nuestra existencia, pero también
existen estas otras cuestiones que pueden ser desperdiciadas cuando no tenemos
la capacidad de remontar los malos momentos y de retomar las riendas de nuestra
vida.
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Imagina, o más bien: recuerda una situación donde hayas pasado un mal
momento, un mal momento en el cual te dejaste llevar por tu mal estado de ánimo
y terminaste castigándote a ti mismo desperdiciando momentos valiosos de tu
vida: un lugar a donde no fuiste pues estaba fulanito o zutanita, una comida que
no disfrutaste pues estabas molesto o frustrado, horas y horas desperdiciadas sin
hacer por X, Y o Z, ¿por qué solo la vida física nos impele a su conservación?
¿qué hay de la otra vida, nuestra vida en toda la extensión de la palabra?
Te comparto una dinámica que hago en algunos de mis talleres, antes de entrar,
todavía afuera del recinto, les digo que imaginemos que cada quien trae una
maleta o valija con todas sus preocupaciones, de la misma forma les pido
imaginen que hay una restricción que impide ingresar al lugar donde se hará el
taller con esa maleta o valija, pero que ahí afuera hay un lugar donde se pueden
dejar esas maletas o valijas sin temor a que sean robadas.
Les pido que representen y actúen como si cada quien cargara esa maleta o valija
y la dejara ahí a la entrada. Una vez dentro les comento lo siguiente: “ahí afuera
en la entrada cada quien dejo sus preocupaciones, sus problemas, sus angustias,
y ahí van a estar cuando salgan, nadie se las quitará y nadie se las resolverá, así
que si ahí estarán de todas formas cuando salgan dense ahora el momento para
trabajar con su vida sin esas interferencias”.
El ejercicio no termina ahí. Una vez que el taller ha concluido (lo cual puede
significar varios días de varias sesiones), les pido al salir que todos tomen de
nuevo su maleta o valija (¡a algunos incluso se les había olvidado que la habían
dejado fuera!), una vez que todos han “tomado” de nuevo su maleta o valija les
pregunto si honestamente la sienten más pesada o más ligera. En todos los casos
es más ligera, y no por que los problemas sean menos sino porque el tiempo les
ha dado perspectiva y desapegarse por un momento de los problemas les ha
permitido reconectarse con sus recursos internos.
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De igual forma, personalizando el ejercicio anterior, a la otra que experimentes
una situación más que frustrante imagínate que la pones en una maleta, ve en tu
mente (con los ojos abiertos) una maleta abierta y has la representación de
movimientos de acomodar en la maleta imaginaria los problemas incluso
verbalizando lo que estás acomodando. Luego déjala fuera y sigue con tu vida.
Cuando quieras podrás recogerla, pero por ahora el compromiso estará con
retomar tu vida y no privarte de vivirla.
Los malos momentos, los malos ratos, existen, no podemos hacer nada para que
se nos presenten en nuestra vida, pero lo que podemos decidir es con cuanto
tiempo de nuestra vida los alimentaremos, y teniendo siempre en mente que nadie
ha salido de un agujero hundiéndose más en él.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/13EHLS5
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En el camino a la excelencia dos cosas debes cuidar: creerte más que los
demás y que los demás hagan creerte menos
Toda nuestra vida no es más que un
camino hacia la maestría, hacia la
excelencia, en ese camino el término
medio nos da la sobriedad necesaria
que se contrapone a los excesos y
permite lucidez de visión y claridad de
percepción.
Todas las cosas que existen poseen características que les permiten desarrollar
todo su potencial, un cambio en las mismas vendría a trastocar no solo su utilidad
sino incluso su existencia misma.
¿Te has fijado en las características de una flor o de un escarabajo? si la flor fuera
mucho muy alta su tallo se doblaría y se rompería, de la misma forma si el
escarabajo fuera del tamaño digamos de un elefante su peso haría que se
colapsara sobre sí mismo. Ambos tienen el tamaño idóneo.
¿Te has fijado en una presa o en una casa? Si la presa fuera mucho muy pequeña
no serviría prácticamente para nada pues le sería casi imposible contener las
aguas, de la misma forma una casa muy pequeña no serviría como lugar para ser
habitado, cuando mucho tal vez para estar unas horas. Ambos tienen el tamaño
idóneo.
Hay una expresión coloquial que dice sabiamente que en todo “ni tan tan, ni muy
muy”. Independientemente de si este es un modismo regional, supongo que todas
las culturas han de tener alguna expresión que llame al justo medio en todas las
cosas, incluso en vivir tu vida.
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El ser humano tiene como referente a sí mismo y a los demás, constantemente
estamos viéndonos, comparándonos, y evaluándonos en función de la información
que sobre nosotros mismos y sobre los demás tenemos. En ese vernos y ver a los
demás podemos detectar diferentes momentos en nuestra vida: valles y cimas así
como logros y fracasos que vienen a representar el zenith y nadir de nuestra
misma existencia, y en todos los casos el objetivo al experimentarlos es el mismo:
el justo medio.
Antes de explicar lo anterior te propongo un ejercicio que desarrollo en mis talleres
de motivación: piensa en un logro personal que te haga sentir sumamente
orgulloso, ahora piensa en cinco personas cuyos logros sean superiores con
mucho a ese logro que te hace sentir orgulloso. Ahora piensa en algo que te haga
sentí apenado por ser un “fracaso” de vida, ahora piensa en cinco personas cuyos
errores o fracasos sean considerablemente mayores comparados con el tuyo.
Siempre habrá alguien que tenga un mejor logro o resultado de aquel nuestro que
pudiera llegar a enorgullecernos, así que esa vanidad que nos dice al oído que
somos lo mejor nunca antes visto no debe ser tomada en cuenta, pero de la
misma forma ante los fracasos podemos ver personas que han estado en mucho
peor situación que nosotros, por lo que tampoco es válido juzgarnos de manera
contundente y condenarnos de manera irremediable.
Otro ejercicio es el siguiente: de nueva cuenta recuerda un logro que te haga
sentir orgulloso, ahora piensa en todas aquellas personas que de una forma u otra
colaboraron para que tu pudieras lograr eso que te hace sentir bien; por otro lado,
piensa de nuevo en algo que te avergüence de tu vida, pero de la misma forma
piensa en todas las circunstancias que se dieron para llevarte a eso que no te
gusta.
Como podemos ver en los logros siempre hay gente detrás de nosotros que de
una forma u otra, directa o indirectamente, nos apoyó a lo largo de nuestra vida
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hasta llegar el momento en que obtuvimos lo que queríamos. De la misma forma
en nuestros errores o fracasos están tantas circunstancias externas, algunas
incluso incontrolables, que no es dable el hacernos completa y totalmente
responsables de los mismos.
Estos dos ejercicios llevan la misma finalidad: hacerte ver que los triunfos no son
total y completamente tuyos pero tampoco tus fracasos, ambos te sirven para
mostrarte el camino y para señalarte la clase de persona en que te estás
convirtiendo, así que no lo olvides: en el camino a la excelencia dos cosas debes
cuidar: creerte más que los demás y que los demás hagan creerte menos
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/19l2ZH2
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¿Que si cuántas veces intentarlo? Fácil: ¡hasta lograrlo!
Si observamos con detenimiento la
vida, pareciera que no hay
correspondencia entre las veces
que uno lo intenta y las veces que
uno lo logra, pero si lo vemos
desde otra perspectiva nos
daremos cuenta que el intento es
momentáneo y el logro para
siempre.
En una ocasión, en el receso de un taller de motivación y liderazgo que estaba
desarrollando, uno de los participantes me comentó en confianza que ante una
meta que él tenía ya lo había intentado todo y no la había conseguido. Yo le
respondí que no era así, que no había intentado todo. Él me enumeró todas las
cosas que había intentado como para demostrarme que sí había intentado todo.
Yo volví a decirle que no, que no había intentado todo. Me volvió a señalar todos
los intentos y la forma en que éstos no habían resultado. Yo le repetí de nuevo
que no, que no había intentado todo. Ya un poco exasperado me dijo “¿cómo que
no he intentado todo?, te acabo de señalar todos mis esfuerzos, ni modo que
sepas más tu de mi vida que yo mismo, ¿por qué dices que según tú no he
intentado todo?”, me le quedé mirando y le dije “simple y sencillamente porque
aún no lo has logrado”, y con un movimiento de cabeza me hizo entender que
había comprendido.
¿Cuántos de nosotros en muchas ocasiones hemos estado en una situación
parecida a la anterior? Una situación en la cual seguros estamos que hemos
intentado todo para lograr algo. En nuestra cabeza están los argumentos que
soportan esa conclusión. Además el estado anímico, muchas veces cansado y
deprimido, viene a confirmar lo anterior. Yo creo que muchas. Pero de la misma
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forma, si vemos cada momento cuando estamos más serenos, veremos cómo es
que siempre hace falta algo por hacer. Yo lo pongo en perspectiva con el siguiente
ejemplo: Supón que quieres subir a un segundo piso y que para ello utilizarás la
escalera, la pregunta sencilla es: tomando como referencia la escalera, ¿cuándo
sabrás que has llegado al segundo piso? La respuesta también es sencilla:
cuando subas y dejes atrás el último peldaño.
Si alguien dice que aún no logra su meta, que aún no ha logrado subir a su
segundo piso, simple y sencillamente es porque aún no ha intentado todo, o
siguiendo nuestro ejemplo, aún no ha avanzado el último peldaño. Piensa en esto.
Nadie argumentaría si aún en el trayecto por la escalera se quejara de que aún no
ha llegado al segundo piso, nuestra respuesta sería indicarle que siguiera
subiendo hasta llegar. De la misma forma alguien que señala que aún no logra lo
que quiere es porque le falta dar ese último paso, ¿y cuándo sabremos que es el
último paso? Cuando se llegue a la meta y se voltee hacia atrás para ver al
camino recorrido.
Un último ejercicio, como siempre, para reflexionar de manera práctica sobre esto:
piensa en alguna sueño, meta u objetivo que en su momento te hayas fijado pero
que haya quedado en el camino ya que, a pesar de haberlo intentado de muchas y
variadas formas, nunca pudiste conseguir eso que deseabas. Trata de que sea
algo que intentaste de todas las formas que, según tú y en ese momento, podías.
Ahora viendo eso en perspectiva señala al menos una acción que no intentaste y
que ahora ves pudiste haber intentado. ¿Si te das cuenta como siempre habrá
algo por hacer, por intentar, hasta conseguir tu meta?
Antes de concluir este tema he de decirte que en ocasiones, cuando hago este
último ejercicio en mis talleres de motivación y liderazgo, no falta quien me diga
que no puede escribir nada pues según él en efecto intentó todo. Aquí es donde
viene la parte colectiva y que puede serte útil: cuando se me presenta un caso así
le pido nos platique al grupo su experiencia, al terminar le pido a todos que
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señalen según ellos qué acciones adicionales pudieron haberse realizado; siempre
hay muchas propuestas. ¿Cuál es la conclusión extra de esto? Si no puedes ver
más líneas de acción para lograr tu meta, comenta con amigos o compañeros y
verás cómo es que entre todos surgen más ideas.
Cuando en el camino hacia tus sueños, tus metas o tus objetivos sientas que ya
no hay más por donde avanzar, detente un momento para ver las cosas en
perspectiva, e incluso comenta con tu grupo de amigos para ver más opciones de
acción, pero no consideres como una opción el cejar en tu esfuerzo, y no olvides
¿que si cuántas veces intentarlo? Fácil: ¡hasta lograrlo!
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/14cOBhY
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Aunque no tengas motivos, agradece cada día; inténtalo y al rato tendrás
motivos de sobra
Es un hecho innegable que la vida en
ocasiones nos parecerá difícil, injusta e
incluso cruel, pero de la misma forma
es un hecho que podemos optar por
ser la víctima de esos momentos o
quienes, cual alquimistas, los
transmutemos en momentos de luz,
crecimiento y trascendencia.
En una ocasión me senté a la mesa con un amigo a comer, de manera sencilla,
discreta y privada di gracias por los alimentos a lo que mi amigo al ver esto me
comentó “ojala yo también pudiera dar gracias”, “¿y por qué no puedes?” le
pregunté, “¿cómo que por qué? –me contestó- traigo problemas en mi trabajo, con
mi señora e incluso de salud, ¿qué tengo que agradecer?”, “podrías comenzar
agradeciendo que al menos puedes quejarte” le respondí. La sola idea de
agradecer por poder quejarse le cayó muy en gracia y resultó en distender los
ánimos y al menos disfrutar de la comida.
Si solo puedes hacer una cosa en el día da gracias, incluso aunque consideres
que no tienes motivos para ello. Este pensamiento es bastante complejo y
profundo pero al mismo tiempo de una sencillez y claridad pasmosa. Permíteme te
lo exponga.
Lo más normal y común en todos nosotros, es precisamente esa naturaleza
reactiva que tenemos para nuestro actuar cotidiano: si tenemos hambre,
comemos; si tenemos sueño, dormimos; si tenemos frío, nos abrigamos; en fin, al
igual que en la física, a cada acción corresponde una reacción. Y esto es correcto,
no se trata de cambiar el asunto, sino de trascenderlo, ¿por qué? por que en
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nuestro ser laten semillas de un poder alquímico capaz de transmutar las
situaciones más oscuras en luz y conciencia.
Piensa en esto: si siempre estás reaccionando en realidad tú no eres el dueño de
tu vida, el verdadero dueño de tu vida son los factores externos que condicionan tu
actuar. Hay cosas, obvio, que no podemos cambiar, como las comentadas
anteriormente, pero hay otras que dependen total y enteramente del poder interno
que tenemos y que se llama voluntad.
Si tienes hambre no puedes dejar de comer, pero si las cosas van mal sí puedes
decidir entre agradecer o no, ¿cuál de estas dos opciones crees le den luz,
conciencia, crecimiento y trascendencia a tu vida?
El realizar una acción volitiva, incluso ante condiciones adversas, es lo que nos
permite estar en total posesión de nuestras facultades y erigirnos como dueños de
nuestra vida, ¿por qué? porque no hay nada más que soporte esa acción más que
nuestra propia voluntad, es decir, nuestro deseo de actuar así.
Pero al igual que un deportista que va adquiriendo condición conforme avanza en
los ejercicios que diariamente realiza, el efectuar acciones positivas (por llamarlas
de cierta forma) de manera volitiva va generando en nosotros un carácter que
algunos llaman mágico pues permite de la nada sacar decisiones, acciones y
resultados.
Por ejemplo, imagínate que ante una situación adversa decides dar gracias (a
Dios, el Universo, la Vida o como quieras expresarte), esa actitud tal vez será
incomprensible para muchos, pero para ti será de un valor incalculable pues te
permitirá por un lado hacerte dueño de tu vida y tu destino, y por otro, darte
acceso a recursos internos que te permitan transmutar ese momento negativo o
esa adversidad en algo positivo para ti.
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Comienza por algo sencillo: la próxima vez, ante una situación adversa da gracias.
Así simplemente: da gracias. ¿Cómo? Si quieres que te lo diga sin adornos: da
gracias hipócritamente, es decir, aunque no lo sientas, aunque no te salga,
aunque no lo pienses, poco a poco verás la magia que comenzará a cambiarte,
cambiar tu vida y cambiar tu mundo.
Las cosas buenas y malas van y vienen en nuestra vida, en ocasiones no
podemos hacer nada ante ello, lo que sí podemos hacer es tomar las riendas de
nuestro destino y ejercer nuestra voluntad para avanzar en nuestra vida, así que
ya lo sabes aunque no tengas motivos, agradece cada día; inténtalo y al rato
tendrás motivos de sobra.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/1aGvUIF
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Paciencia, a veces las semillas tardan en germinar pero al final todas
florecen
Si algo nos muestra la vida es que todo
requiere de un tiempo y un momento,
tiempo para llegar a la plena realización y
momento para sernos perceptible,
mientras ambas cosas suceden debemos
seguir avanzando con ánimo pues
cuando menos lo espere uno surgirá eso
que estamos esperando.
Recuerdo cuando pequeño quise aprender a andar en bicicleta. Creo que mi
experiencia no será diferente de la de todos: un intento tras otro, con miedo,
angustia, nervios, ansiedad. Una caída tras otras, en ocasiones ya hasta la
esperaba uno. Momentos frustrantes al no poder a pesar de lo fácil que se veía.
¡De repente el milagro!, sin saber cómo cuando, donde o por qué se descubre uno
andando en bicicleta como si hubiera uno nacido pedaleando.
Si uno desea algo en la vida, lo que sea, debe luchar por él. ¿Cuántas veces
hemos oído eso? Creo que bastantes. Sabemos bien que el resultado final de la
lucha, al menos el esperado, es precisamente lograr lo que queremos, pero ese
logro, como cuando uno sube por una escalera, va aparejado de pequeños
avances en ocasiones imperceptibles hasta que de repente logramos nuestro
objetivo.
Pensemos en cualquier cosa que hayamos aprendido: un idioma, una técnica, un
proceso, una canción, un baile. Todo implico poco a poco ir dominando –
asimilando diría yo- lo que se requería para que al conjugarse nos diera el pleno
dominio de lo que buscábamos.
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Tal vez los ejemplos anteriores sean muy claros para nosotros, es más, tal vez
incluso cuando uno empiece alguna de las cosas mencionadas anteriormente uno
mismo se plantee que se requerirá de constancia y disciplina para lograrlas, y esto
es correcto. Pero de la misma forma esto funciona con todas las cosas en nuestra
vida, incluso con nuestra vida misma.
El carácter, la fortaleza, el dinamismo, la voluntariedad, la trascendentalidad, son
cuestiones propias de nuestra vida, tal vez menos tangibles en cuánto a los qué y
cómo se logran, pero de mayor alcance en cuanto a nuestra existencia se refiere.
Pero de la misma forma que los ejemplos antes mencionados, éstas devienen a la
existencia cuando es el momento preciso después del tiempo necesario.
Lo que quiero decir es que diferencia de los ejemplos concretos iniciales, estas
últimas características no dependen tanto de uno, sino más bien de nuestra misma
existencia. A diferencia de aprender un idioma que dependerá de las horas,
intensidad y seriedad que uno dispense para ello, el carácter, la fortaleza, el
dinamismo, la voluntariedad, la trascendentalidad dependerá más bien de lo que
permitamos que la vida haga en nosotros.
Imagina una lluvia, tenue pero constante, así es la vida. Por otra parte está la
tierra donde cae la lluvia, esa es tu existencia. Llueve y llueve y llueve y tal vez no
veas de un día para otro cambio alguno, es más tal vez no lo veas ni siquiera de
un año para otro. Pero llegará el momento en que voltees y pasmosamente, como
cuando de repente te soltaste andando en bicicleta, veas de golpe el cambio que
se ha dado en ti.
¿Cuál es el consejo en esto? Paciencia y conciencia. Paciencia para permitir que
las cosas sucedan sin la frustración del deseo incumplido y conciencia para estar
atento todos los días, todos los meses, todos los años, para que cuando se de el
cambio estemos presentes.
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Nuestra vida es un crisol donde se funden de manera tangible en nuestra persona
los deseos, sueños, ilusiones y potencialidades, de esa fusión surgen pequeños
brotes que en su momento se convertirán en robustos árboles frondosos. Así que
no olvides paciencia, a veces las semillas tardan en germinar pero al final todas
florecen.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/1ahp4qz
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Si no has encontrado lo que buscabas, la respuesta no es dejar de buscar
sino buscar en otro lado
No hay duda que nuestra vida es un
constante buscar: buscar nuestras
metas, buscar nuestro camino, buscar
nuestro destino. Las constantes
preguntas que nos hacemos sobre
nuestra existencia nos impelen a
buscar una respuesta no solo que nos
satisfaga sino incluso que nos
trascienda.
Cuenta una historia que una persona estaba buscando algo en la calle, en eso se
le acerca alguien y le pregunta que si qué busca, el otro le responde que un anillo
y el recién llegado se ofrece a buscarlo junto con él para ayudarlo. Dicen que así
estuvieron buen tiempo hasta que el recién llegado le preguntó que más o menos
dónde lo había perdido, a lo que el que buscaba le dijo que fue como a tres
cuadras de ahí. Asombrado el otro por la respuesta le dice que si lo perdió como a
tres cuadras que si por qué lo está buscando ahí, a lo que el que originalmente
buscaba le responde que simple y sencillamente que por qué ahí hay más luz.
El relato anterior, medio en serio medio en broma, es una alegoría de lo que nos
sucede en la vida cuando nos empecinamos en buscar en el lugar incorrecto
acusando a la vida o el destino de no poder encontrar lo que deseamos cuando en
eso nadie más que nosotros tenemos la responsabilidad de ello.
En otras participaciones hemos hablando de la tenacidad en nuestro andar, de no
cejar en el esfuerzo, pero eso no quiere decir empecinarse en una sola forma de
alcanzar lo que nos proponemos. Debemos tener la flexibilidad de adaptarnos a
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las circunstancias e incluso de ver las señales que nos da la misma vida para
avanzar hacia nuestra realización.
En una ocasión, en el receso de un taller de administración del tiempo para el
logro de metas y objetivos que daba, una persona me comentó de sus deseos por
avanzar en su vida profesional, pero que eso se le estaba haciendo mucho muy
pesado. Al preguntar un poco el por qué de ello me comentó que para avanzar en
su vida profesional había decidido estudiar un posgrado, una maestría, pero que
no le gustaba para nada. Le pregunté que si no le gustaba por qué entonces la
estaba estudiando, la respuesta fue que la estudiaba para adquirir las habilidades
y conocimientos necesarios para avanzar en su carrera profesional. No le comenté
más pero me quedé pensando en cómo avanzaría más adelante en su carrera
profesional cuando tendría necesariamente que aplicar lo aprendido en una
maestría que por lo visto no le gustaba para nada.
Todos tenemos metas, sueños, objetivos. La mayoría tenemos las maneras en
que creemos que podemos lograr esas metas y objetivos, y aunque, como dice el
dicho, todos los caminos conducen a roma, unos son más agradables de
caminarlos. Por ejemplo, el caso anterior, dejando la meta establecida (cursar un
posgrado) y el deseo subyacente en la misma (avanzar profesionalmente) está el
camino que recorría la persona del relato (una maestría que le desagradaba) o el
camino que le hubiera dado mayor gozo y disfrute y por ende mayor dinamismo a
su potencial que es cursar una maestría que sí le agradara.
Del otro lado tenemos aquellas personas que a las primeras de cambio, a las
primeras dificultades, dejan todo y avientan por la borda no solo sus sueños,
metas y objetivos sino incluso el tiempo y esfuerzo que ya le pudiesen haber
dedicado a ello. Esta actitud conduce a una certeza fatal: la de no lograr lo que
uno desea, busca o requiere.
118
La cuestión es buscar, pero manteniendo ese espíritu de apertura a las opciones y
oportunidades que se puedan presentar y si no se logra lo que se obtiene,
intentarlo de otra forma, después de todo si no has encontrado lo que buscabas, la
respuesta no es dejar de buscar sino buscar en otro lado.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/14ipNrq
119
Ante lo corto de la vida tienes dos posibilidades: aprovecharla o
desperdiciarla, tú decides
Hay un dicho que señala que nadie
experimenta en cabeza ajena, pero
este dicho, aunque verdadero, no es
una sentencia fatal que no pueda
revertirse; si logramos esto, un gran
logro será escuchar, entender y
experimentar lo que dicen nuestros
mayores cuando señalan que la vida
se va como un suspiro por lo que depende de nosotros aprovecharla.
No sé si les ha pasado (a mí sí), encontrarse con personas que prácticamente
desean que sea uno quien las cargue por su vida, no solo esperan que uno les
diga el hacia donde, por qué y para qué, sino incluso que esperan de uno que casi
las haga avanzar a empujones.
Si te han tocado ejemplos como los anteriores sabrás que, independientemente de
los altruistas y buenos deseos que inicialmente lo muevan a uno a tratar de ayudar
a esas personas, lo único que logra es una dependencia de ellos y un detenerse
de uno.
No estoy criticando esa loable actitud que nos permite en ocasiones ser factor de
cambio, de éxito, de dinamismo en la vida de otras personas, estoy señalando lo
negativo de pretender ser uno quien dé los pasos en el camino de la vida que
requieren ser dados por otro.
Si nos fijamos, hasta aquí ya hemos tocado dos personajes: el que desea uno le
haga prácticamente todo y aquel que aprovecha el empujoncito que uno pudiera
darle para emprender el vuelo. Ambos son ejemplos de la actitud que podemos
120
tomar ante la vida de aprovecharla o desperdiciarla, de la misma forma ambas
actitudes dependen de nosotros, no de los demás.
Relativo a este último punto, me ha tocado en ocasiones escuchar gente que se
queja de cómo le ha ido en su vida señalando las personas, factores o instancias
que dieron al traste con su proyecto o tal o cual meta u objetivo trazado. Cuando
tengo la confianza para, le digo a esa persona “muy bien, ya me explicaste y
entendí todas aquellas cosas que en su momento estuvieron en tu contra para tal
o cual proyecto, ahora dime, ¿ante tales circunstancias de qué manera tú
redoblaste tus esfuerzos para salir avante de ellas?"
Obvio que si se quejan es porque no salieron avante, pero la pregunta va más
bien en el sentido de señalarle la responsabilidad inherente que tiene –y todos
tenemos- de actuar o no ante cualquier reto que la vida nos presente, siendo esto
la diferencia entre el lograr o no.
Entiendo, comprendo y lo he experimentado: no todo es cuestión de querer, poder
y hacer, a veces en efecto las circunstancias nos sobrepasan, pero la única forma
de decir que de nuestra parte no quedó nada por hacer es precisamente
demostrando que se hizo todo lo que estaba a nuestro alcance, todo e incluso
más, de otra forma solo es una argumentación para justificar nuestro estado y
buscar así deslindar la responsabilidad personal de nuestras acciones o
inacciones.
Cuando me toca estar en algún evento relacionado con cuestiones de liderazgo o
emprendedurismo, me gusta preguntar lo siguiente: si no somos eternos, ¿por qué
comportarnos como si lo fuéramos? Detente un momento, mira tu vida que tan
aprisa ha transcurrido. Los mayores señalan que la vida es un suspiro, solo que
nos damos cuenta de ello ya que se ha ido. Pero si eres capaz ahorita de ver eso,
bien puedes usar esa reflexión para la siguiente vez que tengas una decisión de
importancia en tu vida.
121
Me gusta pensar en la vida como un breve interludio consciente que se nos ha
permitido experimentar, tal vez más que breve, brevísimo. En ese contexto lo que
hagamos o dejemos de hacer dependerá de nuestro deseo y actitud por
aprovechar el momento, así que recuerda: ante lo corto de la vida tienes dos
posibilidades: aprovecharla o desperdiciarla, tú decides
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/14LSsFy
122
123
Mente para pensar, corazón para sentir, y vida para compartir, ¿qué más
necesitas?
Todos como seres humanos
tenemos deseos y
experimentamos
necesidades, no creo que
exista alguien que pueda
ufanarse de no presentar
estas dos condiciones
inherentes a la naturaleza
humana, en otras palabras, a
todos nos falta algo, pero eso no es impedimento para lograr nuestras metas pues
lo que poseemos como capacidades y potencialidades es suficiente para lograr
todo.
¿Qué necesitarías para ser feliz? - pregunté en una ocasión en un seminario, las
respuestas fueron variadas: más dinero, un mejor trabajo, más tiempo, más
oportunidades, etc. ¿Qué necesitas para lograr eso que te haría más feliz? - seguí
preguntando, de nueva cuenta las respuestas fueron en el sentido de establecer
metas u objetivos para ello, trabajar en busca de eso, generar estrategias para
eso, etc. Y para lograr esto último, ¿qué necesitas? – volví a preguntar una o dos
veces más hasta dar con la respuesta de la cual depende todo: estar vivo, pensar
y sentir.
Dicen que le preguntaron a dos personas disímbolas en cuanto a los resultados
que habían obtenido en su vida –uno era exitoso el otro no-, que si a qué creían se
debía el factor de su éxito o de su fracaso. La primera, la exitosa, señaló que nació
careciendo de todo por lo que tuvo que luchar todos los días para ir obteniendo lo
que quería hasta lograr así sus sueños. La segunda, la que no había triunfado,
124
señaló que por el contario ella había nacido teniendo todo, viviendo en la
abundancia, por lo que no había nada que la motivara a luchar por algo más.
Todos queremos algo más, sea este algo una cuestión personal, profesional,
institucional o social y sea que esté en el ámbito de lo material, lo emocional e
incluso lo espiritual. De la misma forma si nos sentamos y pensamos un poco en
ello tenemos en nosotros todo el potencial para alcanzar eso que deseamos pues
estamos vivos, pensamos y sentimos.
Ejemplos de éxito tenemos de sobra, de la misma forma podemos ver en esos
triunfos gente que de prácticamente la nada logró lo que ahora nos asombra,
incluso habrá algunos no solo que no poseían nada sino que además tenían varios
factores en contra, y aún así salieron avante.
Te sugiero un ejercicio: piensa en alguien que consideres exitoso, alguien que
pudieras señalarlo como un triunfador en su vida. Escribe aquellas cosas que esa
persona tuvo que hacer y que consideres fueron factor crítico para alcanzar ese
éxito. Una vez que termines esa lista de acciones dime ¿cuál de todas esas
acciones tú estás imposibilitado en hacer? Como verás, lo que ellos hicieron es lo
mismo que puedes hacer tú, no hay nada que te lo impida, al contario tienes todo
para lograrlo.
Fíjate en los casos que previamente mencionamos, muchas veces pasa –aunque
no siempre, hay que aclarar- que quien tiene todo se vuelve indolente, mientras
que quien carece de todo genera una condición de lucha para alcanzar lo que
desea –de igual forma: no siempre. El no tener todo lo que deseas ahorita puede
servirte de aliciente para alcanzarlo y cuando lo logres, sea en la medida que lo
logres, podrás decir que efectivamente es tuyo pues lo conquistaste solo con tu
voluntad para ello.
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La vida presenta muchas facetas, cada una de ellas asombrosa por sí misma, de
la misma forma tú, como parte de la vida, presentas muchos aspectos que solo en
el fragor de la batalla cotidiana podrás descubrir, así que en medio de esa lucha,
piensa en cada momento que tienes mente para pensar, corazón para sentir, y
vida para compartir, ¿qué más necesitas?
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/13pCa3F
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Se requiere de la tempestad para probar la fortaleza de un barco
Un hecho de la vida es que siempre el
decir será mucho más fácil que el hacer,
afortunadamente tenemos en nuestro
andar y en el de los demás pruebas de
vida que permiten decantar la palabrería
y quedarnos con los hechos claros,
concretos y objetivos que finalmente nos
definirán como personas.
Cuando se habla de las pruebas de la vida, me gusta pensar en ello como la
acción del viento en los arboles: en el segundo ejemplo la acción del viento
permite tirar las hojas y ramas secas, sin vida, sin provecho alguno, permitiendo
así surjan nuevos brotes; de la misma forma, y retomando la cuestión de la vida,
las pruebas nos permiten deshacernos de lo que no necesitamos, fortalecer lo que
nos es valioso y crecer como personas en carácter, congruencia y actitud.
En una ocasión, en un evento, me tocó escuchar el caso de una madre cuyos hijos
habían pasado las peores pruebas. La madre nos relató que mientras que uno de
sus hijos había salido avante y llegado a ser una persona de bien y de éxito, el
otro se había derrumbado y que aún en esos días no había podido salir de los
vicios y la degradación. Dado que era un tema sumamente sensible y personal no
quise dar mi comentario sino que más bien le pregunte a ella que si a qué creía se
debía esa diferencia cuando los dos habían pasado por cuestiones muy fuertes.
La respuesta sencilla pero clara nos dio una lección que difícilmente puede
aprenderse con horas y horas de cursos y seminarios: “amo a mis hijos, nunca los
dejaré de amar sean lo que sean, de la misma forma yo creo firmemente que lo
que cada uno pasó no fue lo que vino a hacerlos lo que son, sino más bien que
sacó a relucir lo que ya eran”.
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Todos conocemos casos de gente que ha pasado pruebas durísimas y han salido
adelante, incluso llegando a ser ejemplos de vida, fortaleza y superación. De la
misma forma conocemos casos de personas que no han podido superar ningún
obstáculo cayendo lo más bajo que pueden en su vida. Si bien esto depende en
cierta forma de las circunstancias que cada quien vive y de los recursos que cada
quien posee (cosas ambas que no podemos cambiar), hay una parte que depende
de cada uno y que solo surge con el entendimiento y la conciencia.
A diferencia de los animales los humanos poseemos el don de la inteligencia, es
decir, de la capacidad de razonar, inferir, análisis, sintetizar y de la misma forma
de soñar, de plantearnos metas, de vivir con propósito. Pero no solo tenemos
inteligencia, sino en un nivel superior tenemos conciencia, es decir, esa capacidad
de ver más allá de lo evidente, de trascender el tiempo y el espacio con nuestros
pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones, de llegar a vislumbrar
los por qué y para qué de nuestra existencia.
Ambos elementos, inteligencia y conciencia, nos permiten interactuar tanto con el
destino como con el libre albedrío, nos habilitan a entender el sentido de las
vivencias incluso aquellas que no podemos cambiar y nos permiten decidir con
congruencia y carácter cuando la vida nos da esa oportunidad, es así como nos
volvemos al mismo tiempo tanto un efecto de la vida como una causa de la misma.
Volviendo a los casos de personas que han salido avante de las pruebas
volviéndose verdaderos ejemplos vivientes, te sugiero pienses en uno de ellos,
alguno que tengas a la mano sea porque lo conozcas o por que estés muy
enterado de sus vivencias. Visualiza a esa persona, tanto antes de la prueba que
consideras la definió como lo que es actualmente como después de la misma.
Vela tal cual es, con lo que sepas de ella. Ahora por último, pregúntate y
contéstate ¿qué tiene esa persona que tú no tienes que le permitió hacer de su
vida un ejemplo? La conclusión es obvia: nada. Son personas como tú, con
defectos y cualidades, con fortalezas y debilidades, con valentías y temores, solo
128
que independientemente de las circunstancias y de lo que eran, optaron con
inteligencia y con conciencia ir más allá de ello trascendiéndose incluso a ellas
mismas como personas.
A nadie nos gustan las pruebas de vida, son incómodas, molestas e incluso
frustrantes, pero gracias a ellas tenemos la oportunidad de ser más de lo que
creemos incluso de lo que podemos y llegar convertirnos en ejemplos vivientes de
carácter, luz y trascendentalidad. Así que ante las pruebas de vida recuerda: se
requiere de la tempestad para probar la fortaleza de un barco
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/195QqQ4
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Decide con sabiduría y valor: lo conveniente a veces no es correcto y lo
correcto a veces no es conveniente
La eterna discusión entre lo
correcto y lo conveniente, debe
llevarnos a tomar la decisión
que creamos y que queramos,
de una manera congruente con
nuestro pensar, sentir y hacer
sobre la cual nos hagamos
responsable.
Cuando uno plantea la pregunta sobre qué es lo que cada quien decidiría ante una
situación, si lo correcto o lo conveniente, en la mayoría de los casos la respuesta
es lo correcto, pero luego cuando se ponen casos específicos la duda no tarda en
aflorar.
“Supongamos que te dicen que hagas algo incorrecto pero que si no lo haces
pierdes tu empleo o incluso tu tranquilidad familiar”, ya no está tan fácil la decisión,
¿verdad? Cuando uno plantea en la generalidad la opción decisiva entre lo
correcto y lo conveniente la respuesta es lo primero, pero cuando presenta uno
casos concretos, sobre todo que lo afecten, la respuesta se vuelve más
complicada.
En cuestión de política, y esto es entendible, las decisiones tienden más a estar
del lado de lo conveniente, ¿conveniente en cuanto a qué?, pues en cuanto a las
simpatías que tal decisión pueda generar las cuales derivarán en apoyos
subsecuentes. Un cerco que busca delimitar esto, ya que de otra forma fuera una
ley de la selva, son precisamente las leyes. Pero cuestiones como propuestas,
proyectos, posturas, en política siempre valorarán que tan conveniente es.
130
Nuestra vida no puede desligarse de aquello que nos conviene, todos tenemos
necesidades –físicas, cognitivas, emocionales, incluso espirituales-, de la misma
forma tenemos familia, amigos, conocidos, todo ello influye a la hora de tomar una
decisión, pero el costo de la misma siempre es personal, sea que la decisión sea
correcta o conveniente.
No tiene caso argumentar a favor de decisiones correctas, la misma naturaleza de
la decisión es el mejor argumento, la argumentación más bien debe ir en el sentido
del efecto que cualquier decisión, correcta o conveniente, tendrá en tu persona.
En una ocasión, platicando con un amigo, comentaba que en el caso de las
decisiones, sobre todo cuando está en contraposición lo correcto y lo conveniente,
el fiel de la balanza era mi persona frente al espejo. Cuando digo espejo no me
refiero solo al espejo físico donde uno se observa, sino también al espejo de la
familia, los amigos, la sociedad, y la vida misma.
El espejo físico nos refleja una imagen de nosotros, pero el espejo de la familia,
los amigos, la sociedad, y la vida misma nos refleja nuestra esencia, ¿cuál
queremos que sea ese reflejo? Al hablar sobre tal o cual tema, ¿queremos tener la
tranquilidad de que obramos de manera congruente y coherente o preferiremos
siempre tener la zozobra de que los demás tengan una idea diferente de
nosotros?
La decisión de lo anterior, como todo en esta vida, es personal y lo que facilita
mucho lo anterior es tener una visión trascendental de nuestra existencia, no solo
en el sentido espiritual sino incluso material, esto último reflejado y entendido en
cuanto al efecto que nuestros actos tienen no solo en nosotros mismos sino en los
que nos rodean, en la sociedad misma e incluso en el futuro.
Si puede uno tener esa visión trascendental de lo correcto y lo conveniente, y si
esa visión la usamos como el espejo sobre el que familia, los amigos, la sociedad,
131
la vida y nosotros mismos nos reflejaremos, la decisión puede no sea más fácil,
pero siempre será más satisfactoria.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/1cFQYB8
132
No puedes desandar tus pasos, pero si puedes caminar mejor
La vida humana, si bien corta
para todo lo que quisiéramos
hacer, no deja de ser toda una
experiencia donde hay aciertos y
errores, los aciertos nos impulsan
mientras que loe errores en
muchas ocasiones funcionan
como lastres para avanzar, pero
¿y si pudiéramos deshacernos de
esa carga negativa y así aligerar
nuestro andar?
Sin caer en lo trivial y aunque suene a verdad de perogrullo, podemos decir que
en el caso de los errores hay de errores a errores. Permíteme explicarme. Errores
todos cometemos, incluso pudiera decir todos los días, pero hay errores cuyo
efecto en nuestra vida es mínimo, por ejemplo, olvidar un lápiz en tal o cual parte,
pero hay otros errores que pudiéramos señalar incluso de errores con mayúsculas
que afectan de manera definitiva nuestra vida, por ejemplo, un accidente grave de
tráfico.
Si haces una breve recapitulación de tu vida, seguro estoy que podrás identificar
dos o tres errores, si quieres llamarlos así, que te afectaron de manera definitiva.
Este afectar se refiere a los efectos que dicho error pudo haber tenido en tu vida,
efectos sobre los cuales en muchas ocasiones no tenemos manera de incidir
porque son las consecuencias lógicas de nuestro actuar.
Pero el problema no es ese, el verdadero problema es el efecto emocional que
nuestros errores, sobre todo los grandes, tienen en nuestra vida. Hay personas
que, por decirlo así, no terminan de perdonarse esos errores, otras andan por la
133
vida cargándolos y sintiéndose menos, también están los que queriendo superar
un error son constantemente vilipendiados por los demás con lo cual no terminan
de sobreponerse.
Esa actitud yo la ejemplifico como si te quebraras una pierna y, mientras está
enyesada, usaras unas muletas para apoyarte en tu caminar, pero que una vez
que el hueso sana y se te retira el yeso, sigues usando las muletas incluso sin
apoyar completamente el pie.
Ahora quiero que veas este problema de las cargas emocionales negativas por los
errores que cometemos desde una perspectiva completamente nueva y diferente,
es más, de una forma como nunca antes la habías visto: como los errores de otra
persona cuya carga negativa no tienes que cargar tú.
Me explico. Todo lo que nos constituye está en constante renovación. A nivel físico
las células son constantemente reemplazadas por nuevas, los huesos, que es lo
más resistente, se renuevan cada siete años, así que para ese entonces podemos
decir que te has renovado en una persona enteramente diferente.
En cuanto a lo emocional e incluso lo intelectual, tus emociones y tus
pensamientos de la misma forma van cambiando. Recuerda un momento hace
unos diez años y como sentías y pensabas de tal o cual tema y verás cómo es que
ahora lo ves diferente.
Si física, emocional e intelectualmente podemos decir que cada siete, o diez años
si gustas, estas siendo renovado cambiando en una persona enteramente
diferente, ¿por qué debes cargar los errores de la persona anterior? Piénsalo, tu
no cargarías los errores de alguien ajeno a ti, digamos un amigo, un vecino, un
conocido o un desconocido, pues es exactamente lo mismo con los errores que
has cometido y entre los cuales la vida ha puesto tiempo de por medio ¡ya no eres
134
el mismo que en su momento cometió esos errores! Eres alguien enteramente
diferente.
Este razonamiento no es para deslindarte de las responsabilidades inherentes a
nuestras acciones, así no funciona nuestro mundo, sino más bien para liberarte de
esa condena perpetua que en muchas ocasiones nos autoinfligimos y que nos
impide crecer, madurar, fructificar y avanzar como persona.
El caminar por la vida no se vuelve más ágil si en ese andar cargamos con los
errores que pudimos cometer en el pasado, pero si aprendiendo de ellos soltamos
el lastre emocional que nos implica habremos avanzado en nuestra evolución
hacia la trascendencia como personas.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/1f4XHjK
135
136
Lo que haces cambia al mundo, la intención con que lo haces te cambia a ti
El ser humano es un ente
complejo, bien podríamos decir
multidimensional, en nuestra
persona confluyen elementos
físicos, emocionales, intelectuales
y espirituales. Cada uno de ellos a
su vez presenta facetas
fascinantes que por más que
creamos saber acerca de ellos en realidad apenas hemos comenzado a rasgarlos
en su superficie, una de estas facetas tiene que ver entre lo que sentimos,
pensamos y hacemos.
Si pensáramos en nosotros como en seres duales, podríamos decir que existen y
coexisten en nuestra vida dos mundos: el mundo externo y el mundo interno. El
mundo externo es lo que vemos, lo que nos rodea, todo aquello con lo que
interactuamos; el mundo interno son nuestros sentimientos, nuestros
pensamientos, nuestros deseos, nuestros temores, todo aquello que no podemos
dar ni compartir aunque sí evidenciar.
En este orden de ideas podemos decir que lo que somos viene siendo ese punto
donde confluyen precisamente ese mundo interno con el mundo externo, y de la
misma forma podemos señalar como es que lo que hacemos afecta ese mundo
externo, pero la intención con lo que lo hacemos afecta nuestro mundo interno.
Pensemos en algo que pudiéramos catalogar como una buena acción: dar de
comer al hambriento, consolar al afligido, vestir al desnudo, o simplemente luchar
por esto o por lo otro. La acción visible es clara y, por ende a la vista de todos,
loable, pero lo que no podemos ver ni saber es la intención con la que se hace esa
acción, eso permanece en el ámbito interno personal de cada quien.
137
Una buena acción, como optamos por llamarla, puede estar fundamentada en los
sentimientos y pensamientos más nobles y altruistas así como en aquellos más
mezquinos y egoístas. Eso no lo podemos saber, no lo podemos ver, en ocasiones
lo podemos intuir, pero seríamos demasiado presuntuosos sin le diéramos el peso
de hechos consumados a ese vislumbre que creemos percibir.
Pero independientemente de lo anterior, la disertación actual no va en función de
tratar de adivinar las intenciones ocultas que los demás pudieran tener en sus
acciones, sino más bien voltear la mirada de manera personal a ese reino privado
que es nuestro interior para develar y develarnos las causas que están detrás de
nuestro actuar, ¿para qué? simple y sencillamente para cuidar de ellas ya que
éstas nos afectan como personas independientemente de los efectos palpables
que vean los demás.
Quiero hacer un breve alto en este momento para aclarar que el peso no está en
la intención con que se hagan las cosas ni tampoco en los efectos visibles que ven
los demás de nuestras acciones, el peso está en el efecto que ambas situaciones,
no solo una sino ambas, tienen en nuestra persona.
Hay quienes dicen que la intención es la que cuenta, pero si no muevo un solo
dedo para tal o cual cosa, por más buenas intenciones que tenga, no he logrado
convertir ese pensamiento en una fuerza dinámica que se ponga en movimiento a
través de la acción. De la misma forma por más que haga cosas que los demás
evalúen como buenas, positivas, de valor, si la intención es rastrera el efecto en
nuestras personas será negativo.
Y en este punto la autoridad sobre ambos temas, lo externo y lo interno, recae
sobre nosotros. Nosotros somos los que sabemos la intención con la que hacemos
las cosas y también sabemos de los efectos de nuestro actuar, por lo que somos
los únicos que podemos emitir un juicio de valor, un juicio de valor que si es
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negativo no busca ser condenatorio sino hacernos ver un área de oportunidad
para crecer, de la misma forma un juicio de valor que si es favorable no es para
regodearnos sino para reforzar nuestro andar en el camino de la congruencia
personal.
La acción y la intención son dos facetas de nuestra persona que tienen que ver
con nuestro carácter, ambas no son inamovibles en el sentido que no puedan
mejorarse y mejorarnos, para esto se requiere la auto reflexión de manera
honesta, abierta, objetiva y veraz con la finalidad de crecer como personas y llegar
a ser el ser de luz que estamos llamados a ser, así que no lo olvides lo que haces
cambia al mundo, la intención con que lo haces te cambia a ti.
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/16YlblE
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Lo único mejor que lograr un sueño es ¡compartirlo!
Todos hemos tenido alguna meta u
objetivo en la vida que nos ha hecho
sentir al conseguirlo no solo
orgullosos y satisfechos con
nosotros mismos sino alegres a un
nivel que nos ha motivado a
compartir ese logro, ese mismo gozo
incluso a un nivel mayor se
experimenta no solo al compartir un
triunfo sino al aglutinar voluntades diversas para conseguirlo.
En una ocasión mi hijita me preguntó que si quién era el responsable de haber
llevado el hombre a la luna, si bien la respuesta generalmente es sencilla quise
explayarme para hacerla ver las cosas en perspectiva. Le comenté que no había
sido el logro de una sola persona, es más ni siquiera el logro exclusivo del equipo
que estuvo a cargo de la misión, ya que ellos usaron formulas matemáticas,
diseños ingenieriles, avances electrónicos y de comunicación que son el cumulo
de cientos de años de historia humana y por lo tanto mérito de las cientos de
personas que permitieron el avance de la ciencia hasta ese preciso momento.
Todos los grandes logros humanos, esos logros que han modificado la historia,
siempre tienen que ver con equipos, con grupos, con voluntades. La tarea
inacabable que es nuestro mundo, nuestra sociedad y nuestra vida es de tal
alcance que solo uniendo manos, mentes y espíritus podemos abordar los
problemas y alcanzar los sueños.
Nuestras metas personales son importantísimas para nuestro avanzar en la vida y
nuestra transformación personal, de la misma forma, cuando esas metas inciden
en la vida de otras personas y nuestra propuesta atrae gentes que colaboran, la
140
misma propuesta trasciende y nos trasciende para hacerse colectiva y por ende
ser más y hacernos más.
Todos tenemos metas personales, pero seguro estoy que de las 10, 20, 30 o más
metas que podamos tener en nuestra vida habrá al menos una que pudiera
aglutinar más personas pues su valor estriba no solo en lo que nosotros
obtendremos en lo individual sino lo que la sociedad obtendrá en lo colectivo.
Metas lúdicas, deportivas, sociales, educativas, políticas, religiosas, económicas…
sé que en tu interior hay una idea que tal vez no hayas trabajado aún pero cuyo
alcance puede trascender tu persona y tu momento. Mi sugerencia sería que no la
dejaras, que cada día, cada semana, cada mes, la abonaras con tus
pensamientos, con tus sentimientos y con tus acciones, que poco a poco avances
hasta que se vaya concretizando.
Para esto puedes usar cualquiera de las técnicas administrativas para establecer
una meta y avanzar hacia ella, lo importante es que las acciones fluyan en tu ser y
que en las mismas consideres el ir aglutinando otras voluntades para avanzar de
manera colectiva hacia la meta. Esta forma de trabajo te permitirá ver el valor de
las ideas que posees, pero también el alcance de las mismas. A diferencia de los
logros personales la satisfacción en este caso será exponencial pues no solo te
beneficiará a ti sino a los demás.
Ahora bien, supongamos que nunca te has puesto a pensar en una meta como la
que estamos hablando, ¿qué puedes hacer? Algo muy sencillo: este próximo fin
de semana, sin falta, organízate para adquirir un árbol (o conseguirlo donde los
donan) y ve a sembrarlo en el espacio comunitario más cercano que tengas
(plaza, área verde, etc.) Haz este sencillo ejercicio y veras el sentimiento que
surge en ti y la perspectiva que se abre ante tus ojos de lograr metas por ti y por
los demás. Lo demás comentado vendrá después.
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Compartir un sueño permite que los sentimientos, pensamientos y acciones
aunados a él nos trasciendan y se multiplique en las voluntades de las personas
que lo compartan, y cuando esto sucede el mundo entero puede prepararse
incluso para un milagro porque en ese momento nada nos es imposible, después
de todo lo único mejor que lograr un sueño es ¡compartirlo!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/1dUrdxz
142
Cuando trabajas en equipo no sumas voluntades... ¡las multiplicas!
Sin duda alguna que en ocasiones
todos hemos experimentado ese
deseo o necesidad de que más
personas nos apoyarán en los
proyectos que nos hemos planteado,
este apoyo redituaría en conseguir
antes y con menor esfuerzo la meta a
la vez que potenciaría el alcance de
los resultados, pero para ello, quienes
se sumen a nuestro esfuerzo, deben sentirse identificados con nuestro sueño.
En una ocasión, en un taller sobre trabajo en equipo, uno de los participantes
planteó una pregunta muy directa: “¿cómo puedo hacer para que la gente trabaje
con gusto y disposición en equipo?”, como la pregunta era directa mi respuesta
también lo fue: “sencillo, no busques que colaboren para una meta, sino que
colaboren para su meta”.
En muchas ocasiones me ha tocado ver en los “trabajos de equipo” un error muy
básico, el cual es de establecer una meta y buscar sumar gentes para lograr esa
meta. Esta manera de ver las cosas es errada desde el mismo momento en que la
gente no identifica la meta como suya con lo que su apoyo estará bastante
condicionado.
En otras ocasiones, queriendo paliar el error anterior, se busca que “entre todos”
se establezcan las metas, pero generalmente resultan que esas metas ¡ya están
en cierta forma señaladas! Por lo que más bien el ejercicio se torna en un “dado
que queremos lograr esto, dime tu cómo lo plantearías como meta personal y de
grupo y cómo podríamos conseguirlo”.
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Ambos planteamientos no apuntan correctamente a la manera de manejar el
trabajo en equipo, y no lo digo solo como forma de pensar sino basado en la
experiencia: si una persona no sabe y siente que en realidad se está trabajando
por su meta (no por una meta de grupo, sino por su meta), la fuerza que éstas
aporten al equipo será mínima.
Ejercicios hay muchos para entender esto y llegar a desarrollarlo, yo tengo los
míos propios, pero una cosa sí te digo: todas las personas tienen metas, sueños,
deseos, lo importante en un líder no es plantear una meta (ni siquiera aunque esta
meta sea consensada en equipo) para luego ver como motiva a su gente a
trabajar por ella, la verdadera destreza del líder consiste en identificar qué es lo
que quiere cada integrante del equipo y configurar la dinámica del logro de la meta
en común como un efecto residual de los logros de las metas individuales.
Quiero hacer énfasis en esto que acabo de señalar pues generalmente la
exposición de ideas cuando se trabaja en equipo es al revés: “si trabajas por la
meta común te verás beneficiado”; lo que yo planteo cambia este pensamiento
para ir de lo particular a lo general: “al hacer esto o lo otro te beneficiaras
directamente, y como consecuencia de ello se conseguirá la meta común”.
Si bien sutil, el cambio en la forma de pensar es considerable. Créeme. Lo he
visto. Y planteado de otra forma podríamos decir que en vez de llegar con alguien
en lo individual o en lo colectivo para “venderle” la idea de la nobleza de una meta,
lo realmente retador pero mayormente redituables es ver qué es lo que esa
persona quiere e incorporar sus acciones para lograr su meta como parte de las
acciones para empujar al grupo hacia la meta común.
En tu vida tendrás necesidad de que más voluntades se incorporen a la
consecución de tus metas, metas que desde ese momento se tornarán grupales,
en ese momento lo que debes tener en mente al mover a los demás en pos de la
meta común es la idea de que cada participante entienda que trabaja para sus
144
metas y que como efecto de ello se logra el objetivo grupal, después de todo
cuando trabajas en equipo no sumas voluntades... ¡las multiplicas!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/140IFKe
145
A veces la vida podrá no ser lo que uno espera, pero siempre será lo que
uno necesita
Hablar de desarrollo y
superación, sea esto desde el
punto de vista personal o
profesional, necesariamente tiene
que hacer alusión a la vida ya que
es en ese escenario donde cual si
fuéramos actores nos
desenvolvemos, de la misma
forma para interpretar nuestro papel nunca se nos dará el guión por adelantado,
pero el resultado siempre será una grandiosa obra
En ocasiones como consultor tengo que enfrentarme a solicitudes para trabajar
con personas y equipos en pos de un objetivo o meta empresarial, institucional,
social y demás; estas solicitudes en ocasiones son muy específicas como lograr
esto o aquello, pero el reto previo que tengo que enfrentar es el de hacerle ver al
solicitante que antes de trabajar la meta deseada se tiene que trabajar la persona.
Lo anterior quiere decir que antes de pretender lograr esto o aquello debemos
cerciorarnos que contamos con el elemento humano idóneo para ello y esto
implica que éste entienda su papel primero en su vida personal y luego en su vida
profesional, institucional o social.
Uno de estos aspectos es el de reflexionar para por lo menos percibir, que la vida
de cada quien es algo grandioso por sí mismo y con fines tan espectaculares que
escapan a nuestra imaginación. Obvio este punto es en extremo difícil, sobre todo
si con quienes trabajamos son personas que enfrentan problemas o frustraciones
de vida.
146
En este punto hay tres maneras de actuar, la primera es darle su espacio a esa
persona en tanto no resuelva sus problemas ya que de otra forma participando en
el proyecto que se le proponga no estaría en condiciones de aportar e incluso tal
vez lo obstaculizaría; la segunda es trabajar el aspecto personal del individuo
para, sin resolverle sus problemas, al menos ponerlo en una situación donde
pueda moverse hacia estadios de colaboración y desarrollo; por último, la tercera,
opción que por cierto no recomiendo ni aplico pero que curiosamente es la que
más veces se aplican en las organizaciones, es involucrar al individuo en el
proyecto así tal como está, lo cual generalmente redunda en retrasos, problemas o
simplemente no conseguir la meta.
Ahora bien, ¿cómo poder hacerle ver a alguien lo grandioso de su vida? Si bien
esto implica varias actividades quisiera compartirles dos que van concatenadas: la
primera es una actividad que consiste en que la persona de manera confidencial
analice su vida e identifique un problema que haya experimentado, el peor
problema que hasta ese momento haya enfrentado, un problema de tal magnitud
que creyó nunca saldría avante ni mucho menos se recuperaría.
La idea es que escriba el problema así como todas las razones por la que pensó
nunca lo superaría de la misma forma que sea tan descriptivo como pueda en
cuanto a la manera en que ese momento se sentía. Una vez escrito eso debe
leerlo y después escribir, con la perspectiva del tiempo transcurrido, como ve las
cosas y como las siente.
En todos los casos que he efectuado este ejercicio los participantes se dan cuenta
que las cosas no eran tan malas como las veían y que generalmente hay aspectos
positivos que rescatar de esa vivencia.
El otro ejercicio, que se hace en otro momento una vez efectuado el anterior para
no mezclar sentimientos ni pensamientos, es que escriban en un papel todas las
147
cosas que puedan por las que se sienten agradecidos con la vida, deben ser todas
las que recuerden y deben ser tan específicas como puedan.
Una vez que han hecho esta lista se les pide que señalen de todas las cosas que
escribieron aquellas que no dependieron de sus acciones, es decir, que se dieron
por una serie de circunstancias en la vida, que tal vez implicaron obviamente su
participación, pero que no puede decirse que se debe todo a ellos.
Generalmente el resultado de este ejercicio muestra cómo es que grandes cosas
de su vida no dependieron de ellos sino que fue la vida misma la que permitió
surgieran y sucedieran.
Los problemas de la vida no son de la magnitud en que los percibimos y con el
tiempo hasta cosas positivas nos traen, de la misma
forma muchas cosas buenas de la vida simplemente
llegan a nosotros mientras andamos nuestro
camino, así que recuerda: a veces la vida podrá no
ser lo que uno espera, pero siempre será lo que uno
necesita
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/19hRwH7
148
Para volar, primero correr; para correr, primero andar; para andar, primero
gatear; para gatear, ¡primero soñar!
La manera en que los seres
humanos estamos constituidos nos
obliga a todos a someternos al
tiempo: nuestro desarrollo, nuestro
crecimiento, nuestros logros, todo
ello conlleva esfuerzo y
compromiso en mayor o menor
medida, pero en todos los casos
requerirá de tiempo, y ese tiempo
solo será valioso en la medida que vayamos camino a lo que deseamos.
Todos hemos tenido durante nuestros procesos formativos, sean del nivel que
sean, alguna materia que nos era sumamente difícil de dominar: matemáticas,
inglés, historia, español, etc. Pero de la misma forma creo que podemos ver cómo
es que el dominio de la misma implicaba el ir avanzando poco a poco en el
entendimiento de los conocimientos que la integraban.
De la misma forma, toda meta lleva una serie de pasos, los iniciales, curiosamente
contra lo que puede creerse, se asemejan más a un gatear. Es cierto que siempre
que uno empieza algún proyecto tiene más optimismo y energía que al final, esto
por el mismo desgaste y cansancio en la consecución de la meta, pero ese gatear
al que nos referimos no tiene que ver con la fuerza que se le imprima a nuestro
andar sino más bien a los efectos que éste tenga.
Cuando uno inicia un proyecto está lleno de energía y tal vez se vea envuelto en
una vorágine de actividad, pero el mismo hecho de que vaya iniciando ese
proyecto, lo mantiene entretenido en muchas actividades no indispensables para
avanzar en el proyecto, pero necesarias para poder abordarlo.
149
Imagínate un barco que va a zarpar. Momentos antes de esto toda la tripulación
está en una dinámica de actividad extrema, pero el barco no se mueve. No es sino
una vez que el barco se hace a la mar que éste comienza a avanzar, pero al
mismo tiempo el ritmo inicial de actividad de la tripulación disminuye, es más,
habrá momentos de letargo incluso, por ejemplo al dormir, cuando sea un mínimo
de tripulantes quienes vigilen el avance de la nave.
Tus proyectos al inicio implican esa misma actividad pero debes entender que en
los primeros pasos, aunque haya mucha actividad, serán pocos los resultados que
encontraras. Más sin embargo eso no tiene porque desanimarte, son cosas
necesarias. Volviendo al ejemplo del barco, el soltar amarras (desatarlo de puerto)
no es un acto en sí que impulse a la nave, pero se requiere para que ésta avance,
de la misma forma muchas cosas iniciales que haces en todos los proyectos
puede que no solo aporten poco al mismo proyecto sino incluso que ni siquiera lo
empujen adelante, pero serán cosas que se requerirán para dejar las condiciones
que te permitan avanzar en tus sueños.
Y aquí llegamos a la palabra que inicia todo ese proceso: soñar. Si bien en la
argumentación que hemos dado el gatear inicial está acompañado de mucha
actividad (contrastando con el volar al final que puede ser acompañado sino de
poca actividad al menos sí de menor esfuerzo), ese gatear inicial requerirá que
sueñes con tu meta.
Y aquí es donde está un verdadero milagro porque al soñar has llegado en un solo
momento, en un solo instante, a la meta final, has recorrido todo el camino de
gatear, caminar, correr, volar en un solo instante. Esa vislumbre de la meta es
curiosamente lo que te da el impulso inicial para comenzar todo tu camino, así es
como el final se vuelve el principio y el principio se vuelve final.
150
Si consideramos el impacto que puede tener en nuestra vida un sueño, veremos
que no hay sueños pequeños pues cualquier sueño puede lograr en el tiempo
grandes efectos en nuestra vida y la de los demás, lo importante es comenzar, así
que recuerda para volar, primero correr; para correr, primero andar; para andar,
primero gatear; para gatear, ¡primero soñar!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/15zUrhD
151
PALABRAS FINALES
La motivación, el liderazgo y el emprendedurismo es una actitud que nos sirve
para avanzar con decisión en el camino de nuestra vida, esto es algo queuno
siempre debe tener en cuenta.
De la misma forma, uno debe tener en cuenta que en cuanto a motivación,
liderazgo y emprendedurismo no existe una fórmula mágica o matemática que nos
permita hacer las cosas de una manera casi inmediata sin mayor esfuerzo o que
nos permita seguir una serie de pasos concreta y específicamente detallados.
En estos mundos en que constantemente brincamos de la reflexión a la acción y
viceversa, el camino no existe sino que uno mismo lo va haciendo. En este sentido
lo compartido en este libro por decirlo así es una visión particular de la vida que
cada quien puede cambiar, modificar, corregir e incluso rechazar en tanto le sirva
para crear algo mejor sobre lo que pueda sustentar su proyecto de vida.
Cuando uno llega es esta última etapa se da cuenta que quienes se presentaban
en su camino como maestros eran a la vez aprendices igual que uno y de la
misma forma uno se vuelve maestro de su propia vida y dueño de su propio
destino.
De la misma forma, como se señalo al inicio de este libro, cuando uno ha llegado a
este punto tiene la obligación ética, moral y humana de voltear a ver a los demás y
con un ánimo de solidaridad ayudarles de la misma forma a realizarse como
maestros de su vida para construir sus propios proyectos.
Solo así trascenderemos y llegaremos a convertirnos los seres de luz y excelencia
a los que estamos llamados a ser.
152
PRÓXIMA PUBLICACIÓN
Recuerda: El esfuerzo es momentáneo, el triunfo es para siempre
Triunfar pero perder la esencia de uno es pagar un precio muy alto por el éxito
En la vida, correr volteando hacia atrás solo te hará ganar un tropezón
No todo es incierto en la vida: no intentar algo te da 100% de garantía de no lograrlo
Tu decides: O conquistas al mundo o el mundo te conquista a ti
Si quieres algo encontraras el camino para alcanzarlo y si no lo hay ¡tu mismo lo trazaras!
¿Qué no te gusta el plato que la vida te sirvió? Pues levántate y prepárate otro!
Detener tu andar no mantiene la distancia entre tú y tus sueños sino que la incrementa
Un buen líder sabe que el logro de sus metas está en función de que sus seguidores logren las de ellos
Opiniones sin acciones son solo buenas intenciones
Quien critica algo tiene la
Lo mejor es quedar bien contigo mismo, después de todo ¡eres la única persona que te acompañara toda tu vida!
Tal vez nunca alcances un ideal, pero el solo seguirlo te convertirá en un ideal que otros buscarán alcanzar
La diferencia entre "querer" y "tener" se llama "hacer"
Éxito no es lograr todo lo que quieres, sino convertirte en la persona de excelencia que estás llamado a ser
En el viaje por la vida es cómodo ser pasajero, pero mil veces más satisfactorio ser el conductor
Cada día es un nuevo comenzar, una nueva oportunidad, un nuevo intentar y lo que es mejor ¡es todo tuyo!
Tus objetivos deben tener tres características, no solo dos: ser alcanzables, ser medibles, ¡y ser apasionantes!
Recuerda: ecuanimidad en las caídas y ecuanimidad en los triunfos
Si los cambios se van a dar contigo o sin ti, ¿por qué mejor no participar en ellos?
Un líder ve una meta, no como el final del camino, sino como el inicio de otro
Los sueños son tan fugaces que se nos dotó de las alas de la voluntad para darles alcance
Un sueño puede ser algo difícil de lograr, no lograrlo es aún
Tu no escoges muchas de las batallas que pelearas en tu vida, pero si puedes elegir la actitud con la que lo harás
Superar un reto te capacita para, por un lado, esperar un reto mayor, y por otro, ayudar a otros a superarlo
Solo se esta derrotado cuando se decide dejar de luchar
Un buen líder siempre va al frente de sus seguidores y si vienen problemas se adelanta aún más
¿En el camino de tu vida te tropezaste con una piedra?, ¡qué bien: úsala en la construcción de tu vida!
Un buen líder comparte sus triunfos y retiene para si las derrotas
Ante las circunstancias, un buen líder reacciona, un gran líder se adelanta, y un excelente líder las crea
Creer que perder una batalla es perder la guerra es tener una visión de muy corto plazo
Cada paso que imprimes en tu vida te cambia a
153
obligación de proponer, no una, sino al menos tres formas de mejorar lo que señala
En tu andar por la vida recuerda que mientras mas cosas cargues más lento vas y más pronto te cansas
En la vida, los demás te podrán acompañar, pero eres tu quien debe caminar
Lo bueno de caer es que sabes hasta donde caerás, lo bueno de volar es que límites nunca habrá
¡Hasta las caídas sirven! Fortalecen en ti el carácter y te enseñan el valor de la humildad
Fíjate en las huellas en la vida: si están delante de ti solo sigues a otro, si están detrás tú haces la historia.
más difícil de aceptar
¿Fracasos?, para nada, mejor velos como entrenamientos para tu éxito futuro
Como dicen que a la oportunidad la pintan calva ¡asegúrate de al menos tú no estar manco!
Cada caída de la que te levantas te acerca más a la persona de excelencia que estás llamada a ser
La voluntad logra sueños que para la razón parecieran irrealizables
El triunfo es mas cuestión de tenacidad que de casualidad
Para vislumbrar un sueño valioso hay que estar bien despierto y para realizarlo, bien activo
ti... y al camino que recorres
Todo esfuerzo tiene su recompensa, si no la encuentras fuera búscala dentro de ti
No es golpeando el suelo como avanzaras en la vida, sino dando pasos firmes y decididos
Al inicio los límites no alcanzarás y ya luego ¡los límites no importarán!
No pienses en las caídas como algo injusto, piensa mejor como algo que te hace humano
Hacer lo correcto, aunque a veces no sea lo conveniente, requiere de carácter
Luchar con carácter, por un ideal y con valores te convierte en un guerrero
Solo hay un riesgo que no vale la pena correr: el riesgo de no lograr tus sueños por no intentarlo
154
ACERCA DEL AUTOR
Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
• Licenciado en Contaduría Pública y Maestro en Administración con
acentuación en Finanzas por el Instituto Tecnológico de Sonora; Doctor en
Ciencias (Sc.D.) en el Área de Relaciones Internacionales Transpacíficas por la
Universidad de Colima
• Socio Director de Consultoría Independiente (Formación • I & D • Consultoría
en las áreas de Consultoría Empresarial • Liderazgo Emprendedor • Gestión
Universitaria), se ha desempeñado además como Auditor Interno en la
entonces Secretaría de la Contraloría General de la Federación y como
Director y Secretario de Desarrollo Económico del Municipio de Cajeme
155
• Académico Certificado por la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas
de Contaduría y Administración, A.C.
• Premio Nacional de Contaduría Pública a la investigación obtenido
consecutivamente en sus ediciones 2002-2003 y 2004-2005 por el Instituto
Mexicano de Contadores Públicos
• Miembro de la Asociación de Profesores de Contaduría y Administración de
México, A.C.
• Consultor de Negocios Acreditación por el Sistema Nacional de Consultores
de la Secretaría de Economía y Consultor de Negocios Certificado por la
Norma Conocer
• Nivel Superior: Maestro Distinguido, Responsable de Programa Académico,
Líder de Cuerpo Académico, Director Académico, Miembro de Consejo
Directivo, y profesor, tutor y asesor nacional e internacional en licenciatura,
maestría y doctorado
• Autor de libros, ensayos, artículos y videos, así como conferenciante,
ponenciante y tallerista a nivel nacional e internacional
www.rocefi.com.mx
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ALGUNAS OTRAS PUBLICACIONES GRATUITAS DEL AUTOR
(GRATIS en www.rocefi.com.mx, menú “Libros”, sección “e-book gratis”)
Rumbo a la Cumbre trata de un viaje, un viajero
y una meta. El viaje es por la montaña, ¿cuál
montaña?, la montaña de nuestra vida
profesional; es un viaje de reflexión pero al mismo
tiempo de eminente practicidad, un viaje que
todos hemos emprendido y del cual podemos
hacernos dueños y responsables en cualquier
momento de nuestro andar. El viajero somos
nosotros: hombre o mujer, joven, adulto o
anciano, rico o pobre; el viajero representa
nuestras dudas y certezas, nuestros miedos y
valentías, nuestras decepciones y esperanzas, en
pocas palabras todo lo que hemos sido, somos y
podemos ser. ¿Y la meta?, la meta es la cumbre,
cumbre que representa la conquista, el éxito y el
logro; una cumbre de plenitud, una cumbre de
satisfacción, una cumbre de aquí y ahora pero
que resonará por siempre en los ecos de la
eternidad.
Rumbo a la Cumbre 2 es la continuación de
Rumbo a la Cumbre, que retoma la intención de
compartir una visión de excelencia en el
desempeño profesional sustentada en la
impecabilidad personal, esto a través de un
esquema fácil para acceder, ligero para leer y
personal para aplicar en la figura de un escrito en
primera persona a manera de relato.
157
Como personas tenemos un potencial increíble,
un potencial que se desarrolla de manera única y
particular en la vida de cada uno de nosotros.
Ciertamente no tenemos una guía de cómo vivirla,
pero si vemos un plan detrás de toda nuestra
existencia, un plan trascendente que comienza
con nuestros pasos en la tierra pero tiene su
destino en el fulgor de las estrellas. De eso trata
Liderazgo Emprendedor, de ese andar que
todos experimentamos en nuestra existencia. Con
un enfoque de liderazgo, emprendedurismo y
motivación, este libro contiene reflexiones,
vivencias, ejercicios, análisis que nos permiten
ese alto en el camino para valorar lo que hemos
conseguido y para motivar la esperanza de lo que
podemos conseguir. Cada artículo va
acompañado de un video que replica lo escrito
pero de una manera más gráfica e interactiva.
Una educación superior será realmente superior
cuando quienes participan en el proceso
(académicos, administrativos y funcionarios) así
como sus alumnos y egresados, muestren y
demuestren con carácter, congruencia y decisión
tanto personal, como profesional y social su trabajo
constante por la transparencia, el consenso, la
inclusión, el compromiso, la rendición de cuentas y
la cordialidad. Para esto se requiere, creer
firmemente que se puede construir entre todos una
sociedad mejor, tener el deseo de llevar ese sueño
a cabo, y luchar todos los días por hacerlo realidad.
Dado que lo anterior requiere de encauzar esa
fuerza interna que nos puede motivar en nuestra
lucha cotidiana para construir esa sociedad, y que
ese encauzar implica presentar no solo críticas sino
también propuestas, Educación REALMENTE
Superior lo hace con un sentido pragmático tanto
en su análisis como en sus planteamientos.
158
Educación REALMENTE Superior 2 parte de la
premisa de que una universidad no puede ser
definida por la magnitud de los bienes que posee,
el tamaño de los recursos que administra o las
características de los programas que oferta sino
que necesariamente deberá hacer referencia al
carácter de la gente que la compone, al
compromiso con los valores que profesa y a la
congruencia constante de las acciones que
emprenda. Lo anterior ya que el valor de los
diferentes modelos institucionales de las
universidades sustentados en el trabajo, el
servicio y la calidad tiene su referente en los
valores de honestidad, solidaridad y justicia. Ya
que solo un trabajo honesto es productivo, solo un
servicio solidario es fructífero, y solo una calidad
que exceda lo esperado es justa.
“Soy un convencido de que todos estamos
llamamos a desempeñar un liderazgo completo,
transformador y transformante, o como yo le llamo
un liderazgo trascendental. Cuando hablo del
liderazgo como algo completo me refiero al
desarrollo pleno y total de nuestras habilidades,
nuestras potencialidades, nuestras capacidades;
cuando a ese liderazgo lo denomino transformador
me refiero a él como algo que nos permite cambiar,
desarrollarnos, avanzar; y cuando comento que
ese liderazgo es algo transformante me refiero al
impacto que en nuestra comunidad, nuestra
sociedad y en última instancia en el mundo puede
tener para hacernos avanzar hacia mejores,
superiores y cada vez más excelentes estados de
desarrollo. ¿Tu Helado se Derritió? -
Construcción dinámica de liderazgo
trascendental-: Los cuatro pilares del liderazgo
trascendental va en ese sentido, en el de
construir de una forma dinámica ese liderazgo que
yo llamo trascendental”.
159
Huellitas de amor es esa realidad, creada o
entendida, que gira alrededor de una pequeña vida
como puede ser la de una perrita, Miny, a través
de historias. Estas historias tienen ese significado
que la percepción nos permite crear o entender, las
mismas se han puesto en esta obra a manera de
reflexiones en voz de Miny y reflejan mucho de lo
que permite Miny ver a través de sus ojos. Son
historias sencillas, como lo es la vida de una
perrita, pero detrás de esa misma sencillez se
esconde la grandeza que hace que un animalito
como éste pueda prendarse de tu corazón para
siempre.
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Liderazgo Emprendedor 2
Primera edición
Es una obra editada y publicada por Emprende 7 Joven (www.emprende7joven.com.mx)
Septiembre 2014