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LITERATURA GRIEGA El Teatro de Epidauro

Literatura griega 2º

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Temas completos de Literatura griega 2º

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  • LITERATURA GRIEGA

    El Teatro de Epidauro

  • 1. La poesa pica 1.1 Homero: Aedo y poeta oral 1.2 La Ilada y la Odisea: temtica. El hroe homrico 1.3 Hesodo 2. La poesa lrica 2.1 Rasgos generales de la poesa mondica: Safo 2.2 Rasgos generales de la poesa elegaca: Soln y Teognis 2.3 Rasgos generales de la poesa ymbica: Arquloco 2.4 Rasgos generales de la poesa coral: Pndaro 3. El drama tico: tragedia y comedia 3.1 Introduccin 3.2 Esquilo 3.3 Sfocles 3.4 Eurpides 3.5 La Comedia 3.6 Aristfanes 4. Historiografa 4.1 Herdoto 4.2 Tucdides 4.3 Jenofonte 5. La oratoria 6. Platn y el dilogo platnico

    Literatura griega en culturaclasica.com. Unidades confeccionadas por Antonio Siles.

    Textos seleccionados por Antonio Lpez Gmiz

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    LA POESA PICA 1. LOS POEMAS HOMRICOS

    La historia de las literaturas de nuestra civilizacin occidental comienza con dos obras a las que desde antiguo se ha tenido en gran estima y a las que la crtica reconoce calidades artsticas excepcionales: la Ilada y la Odisea, atribuidas tradicionalmente a Homero. Quin fue Homero?

    Las indicaciones sobre Homero que han llegado hasta nosotros son el producto de una elaboracin legendaria en torno a su figura. En general las leyendas sobre su persona y vida no presentan rasgos individuales, sino que se le representa como el tipo de rapsoda ambulante, ciego y pobre, que va de ciudad en ciudad y de corte en corte, recitando gestas famosas y glorias caballerescas. No se sabe con exactitud la poca en que vivi ni su patria, y se ha llegado a poner en duda incluso su existencia, sobre todo a partir de las conjeturas de los crticos franceses del siglo XVII, especialmente el Abad d'Aubignac, y del fillogo alemn Wolf a finales del siglo XVIII1. Estos eruditos sostenan que ni haba existido un Homero autor de la Ilada y Odisea, ni los dos poemas podan ser del mismo autor ni poca y que ni siquiera poda hablarse de un autor personal y nico, sino de un conglomerado de pequeos cantos picos originariamente independientes, obras quiz del espritu popular, que en sucesivas refundiciones de compiladores annimos, haban dado lugar a poemas ms extensos. Luego la mentalidad popular habra atribuido su paternidad a Homero. Desde Wolf y hasta bien entrado nuestro siglo, la polmica en torno al tema, bautizada con el nombre de "la cuestin homrica", ha dividido a los fillogos y crticos literarios en unitaristas, defensores de la unidad de autor, y analistas, quienes siguiendo las teoras de Wolf, tratan de explicar la gnesis de ambos poemas prescindiendo de un autor personal. Hoy puede decirse que las posturas se han acercado: nadie sostiene que Homero sea el autor, en el sentido moderno, de los poemas, es decir, que Homero se inventase la Ilada, ni mucho menos la "Odisea", cuya cronologa es sin duda posterior. Es evidente e innegable la existencia de una larga tradicin pica oral en Grecia que se remonta hasta plena poca micnica; en esta tradicin pica el "autor" o "autores" de la Ilada y la Odisea se han basado ampliamente, tanto en la temtica como en el aspecto formal de diccin y mtrica. Pero tampoco ningn analista niega ya la existencia de una persona o personas que, partiendo de estos materiales preexistentes, los organiza dentro de un plan general y es responsable, al menos, de la estructura de uno y otro tema. Efectivamente, el anlisis interno de los poemas homricos, especialmente de la Ilada, refuerza la impresin de unidad y la dinmica de sus casi 15.000 versos, exige una mano maestra que organice el conjunto.

    Resumiendo: Sin que nada est demostrado, es muy probable la existencia de un poeta de carne y hueso llamado Homero en la regin de Quos y Esmirna, en Asia Menor, y que debi desarro-llar su actividad literaria durante el siglo VIII a. C. Es probable que l sea el "autor", en el sentido restringido del trmino que acabamos de apuntar, de la "llada". Pero mucho menos probable que lo sea de la "Odisea". Homero como educador

    El fondo ms o menos histrico de los poemas picos griegos no haca de ellos una mera historia del pasado. Por el contrario, al enaltecer las hazaas del pasado converta a los hroes que las llevaban a cabo en un ideal digno de imitacin; lo mismo que al mostrar las tristes consecuencias de sus errores, incitaba a reflexionar sobre las pautas del comportamiento humano.

    Desde el siglo VI a. C. los poemas homricos fueron de hecho "la Biblia" sobre la que se basaba la educacin de nios y jvenes griegos (adems, evidentemente, de la funcin normativa asignada a la msica y a la gimnasia). A travs de ellos se ensea el noble ideal que es formulado por uno de los nobles griegos combatientes en Troya, el anciano Nstor: Il., XI, 784: ajieivn ajristeuvein kai uJpeivrocon e[mmenai a[llwn ("ser siempre el mejor y estar por encima de los dems"). Esta tica del honor hay que entenderla en funcin de la gloria, klevo", que es lo nico que puede dar hombre griego la inmortalidad, la pervivencia despus de la propia muerte, ya que la vida de ultratumba, nunca ha posedo para los griegos ningn atractivo. Adems de emulacin, los poema transmitan una sabidura, no slo la enseanza del arte oratorio, sino tambin el conocimiento de psicologa humana, de las maneras sociales, de las formas de comportamiento a las distintas ocasiones, del decoro, de la moral, en suma. Por otra parte, al estar escritos en una lengua que no era ningn dialecto local, adquira carcter supraregional, contribuyendo, sin duda, a la formacin de la conciencia panhelnica.

    1 Estas cuestiones pueden verse tratadas con detalle en la Introduccin a Homero, Ed. Guadarrama, Madrid, 1963, pp. 31 ss.

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    La lengua homrica

    La lengua de los poemas es una lengua artificial, meramente literaria, que no corresponde a ningn dialecto griego de ninguna poca determinada.

    De los elementos de la lengua pica unos son puramente artificiales, forzados por la mtrica o por la adaptacin de formas arcaicas ininteligibles ya para el aedo; otros elementos, en cambio, tienen una filiacin dialectal ms o menos segura. De estos ltimos, el fondo ms antiguo est constituido por los llamados micenismos o aquesmos, correspondientes, sin duda, al estrato ms antiguo de la primitiva pica oral, el micnico, identificables por estar atestiguados en las tablillas micnicas, o bien por su pervivencia en los dialectos continuadores del micnico en el primer milenio a. C.

    Cronolgicamente, sigue un estrato de eolismos, que correspondera al cultivo de la pica todava oral, por parte de los herederos de los micnicos, emigrados a Eolia, regin del norte de Asia Menor, debido a las sucesivas oleadas de invasiones indoeuropeas sobre la pennsula balcnica. El ltimo estrato cronolgicamente, y tambin el ms importante, es de los jonismos, procedentes del estadio en el que en la pica va fijndose por escrito por obra de los aedos de esta regin de la costa central de Asia Menor llamada Jonia. Aunque estos aedos se sirven ampliamente, tanto en la forma como en el contenido, de la tradicin pica oral que les ha precedido, es lgico que su produccin incorpore una gran cantidad de elementos lingsticos procedentes de su propio dialecto: esto es lo que da a la lengua pica su colorido predominantemente jonio.

    La continua recreacin propia de la poesa de los aedos, especialmente en su fase oral, es un factor de continuas variaciones en el texto. En cada estadio formas ms modernas van introducindose donde la mtrica lo permite, pero elementos antiguos subsisten cuando esa sustitucin no es mtricamente posible (por ejemplo, junto a la forma jonia hJmevrh, "da", aparece en otros contextos la forma eolia hjmar, no sustituible mtricamente).

    Finalmente, el hecho de que la transmisin posterior por escrito de los poemas homricos haya sido a travs de Atenas, ha dejado tambin alguna huella en el texto; la ms notable es el espritu spero, teniendo en cuenta que el eolio y el jonio haban perdido la aspiracin inicial, en palabras como hJmevrh, hJduv". El verso homrico

    El esquema mtrico, repetido verso a verso, es el llamado hexmetro, cuyo esquema ideal es el siguiente: - ++ - ++ - ++ - ++ - ++ -- //

    Era llamado hexmetro dactlico, porque la unidad, el dctilo, - ++, aparece repetida seis veces. Las dos slabas breves del dctilo pueden ser sustituidas por una larga, pero la larga no puede ser sustituida por dos breves; la forma resultante, - - = - ++ recibe el nombre de espondeo. Respecto a estas sustituciones han de tenerse en cuenta dos cosas: l) El ltimo metro siempre tiene la forma -- del espondeo, ya que una breve ante pausa se alarga. 2) El quinto metro es casi siempre un dctilo, ya que al no poderlo ser el ltimo, es l el encargado de marcar el ritmo dactlico.

    Un verso compuesto todo de dctilos, excepto el ltimo, naturalmente, se llama holodctilo y tiene un ritmo saltarn que da impresin de ligereza. El compuesto todo de espondeos se llama holoespondaico; son muy raros y dan impresin de pesadez. De hecho, lo ms frecuente es que dentro de un mismo hexmetro alternen los dctilos y los espondeos.

    El elemento fundamental de la versificacin griega es la cantidad silbica, o alternancia de

    slabas largas y breves en el metro de acuerdo con determinados esquemas; en este aspecto, como en otros, es fundamentalmente diferente de la nuestra: su ritmo no est basado en la acentuacin y la rima tampoco se utiliza; coincide, sin embargo, en la regulacin mtrica de pausas y cesuras. La pausa coincide bsicamente con el final de verso y se representa grficamente as //; la cesura es un lmite entre dos grupos meldicos en medio del verso, y su smbolo es /. En cuanto a la cantidad, las slabas se dividen en largas (-) y breves (+). Una slaba es mtricamente breve cuando consta slo de vocal breve o termina en vocal breve: oujlomevnh (recordemos que la o y la e son vocales siempre breves, mientras que la h y w son siempre largas; la a, la i y la u pueden ser breves y largas; los diptongos son siempre largos). Una slaba es larga cuando consta de vocal larga o diptongo; entonces se le llama "larga por naturaleza", para distinguirla de las llamadas "largas por posicin" (o por "convencin", dicho con ms propiedad), que son aquellas que, a pesar de llevar una vocal breve, cuentan como largas al ir seguidas de dos o ms consonantes o de consonante compuesta: pollav" d jijfqivmou"...

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    La elisin, o supresin de vocal final de palabra en contacto con la vocal inicial de la siguiente, es posible con vocales largas y diptongos. La vocal larga o diptongo (no elidido) en final de palabra se abrevia ante vocal de la palabra siguiente.

    Adems de la pausa final de cada hexmetro, presenta una o dos cesuras. Las que puede tener el hexmetro son las siguientes: Tr = Trihemmeres (a las tres medias partes del hexmetro): ++ / ++ ++ ++ ++ // P = Pentemmeres (a las cinco medias partes del hexmetro): ++ ++ / ++ ++ ++ // (P2) T = Trocaica (entre las dos breves del 3er. pie): ++ ++ + / + ++ ++ // (T2) H = Heptemmeres (a las siete medias partes): ++ ++ ++ / ++ ++ // (H2) B = Buclica (llamada diresis que, a diferencia de las otras cae a final de metro y no en medio, y buclica porque fue muy utilizada por los llamados poetas buclicos). Esta aparece delante del 5 pie: ++ ++ ++ ++ / ++ // (B2) Algunas observaciones deben hacerse respecto a estas cesuras: 1) La cesura tiene que coincidir con final de palabra fontica, lo que quiere decir que a efectos de cesura, las enclticas se unen a la palabra anterior y las proclticas a la siguiente. 2) En la cesura puede darse la elisin, el abreviamiento de vocal lar-ga o diptongo ante vocal, etc., lo que ante pausa es imposible. 3) No todo fin de palabra en los lugares caractersticos de las cesuras deben ser considerados como verdaderas cesuras; para que sta exista es preciso que el sentido indique el fin de un miembro de frase, de un grupo meldico (tambin en espaol la frase se divide en unidades meldicas de acuerdo con el sentido). 4) De las del hexmetro las cesuras ms frecuentes son la P y la T y, como ya dijimos, en un hexmetro puede haber ms de una. Libertades mtricas usuales en la mtrica espaola, como el encabalgamiento, es decir, hacer que una frase salte el final de verso y acabe en el verso siguiente; la sinizesis, que consiste en que dos vocales que no forman diptongo se fundan en una sola slaba, o la diresis, desdoblamiento de una slaba en dos, son frecuentes en el verso pico. La diccin formular Una simple lectura de los poemas homricos nos evidencia el hecho de que la repeticin de versos enteros, o con ms frecuencia, trozos de versos, es una caracterstica constante del estilo pico. Si medimos estas expresiones repetidas, observamos que todas ellas tienen un esquema mtrico definido, que generalmente coincide con las porciones en que las distintas cesuras y diresis dividen al hexmetro: as expresiones como poivmena lavwn, povtnia mhvthr y foib`o" jApovllwn, frecuentsimas, cuyo esquema mtrico es ++ , llenan la segunda parte del hexmetro despus de la diresis buclica; el grupo kreivwn jAgamevvmnwn, cuyo valor mtrico es ++ equivale a la parte del hexmetro que sigue a la cesura heptemmeres, lo mismo que la designacin usual de Aquiles como povda" wjkuv" jAcilleu'". En cambio, Phlhliavvdew Acillh'o", abarca desde la cesura pentemmeres hasta el final del verso. Estos grupos de palabras se representan simblicamente como B2, H2, P2 respectivamente; frmulas como qeva leukwvleno" jHrh, se simbolizarn como T2, por ser la segunda parte del hexmetro despus de la cesura trocaica. Estas expresiones de valor mtrico constante, que se repiten en idnticas condiciones para expresar una misma nocin, reciben el nombre de frmulas. Dicho de forma resumida, las frmulas, o grupos de palabras que se repiten en la versificacin, cumplen con frecuencia la funcin de terminar el verso a partir de la cesura. Fue el estadounidense Milman Parry descubri en 1928 la mecnica de esta diccin formular en la poesa homrica, utilizando como paralelo la pica eslava de los Balcanes, viva hasta hace pocos aos. Parry2 demostr con argumentos decisivos el carcter tradicional de las

    2 M. Parry, L'pithte traditionnel dans Homre, Pars, 1928; Homer and Homeric Style, 1930. Que la pica homrica arranca de la poca micenica es conclusin a la que se ha llegado al comprobar que los poemas homricos conservan el recuerdo de objetos micnicos que dejaron de usarse despus del colapso del imperio micnico y la llegada de los dorios, as como de pueblos y lugares desaparecidos posteriormente, hallados recientemente por los arquelogos, y cuyo conocimiento directo era imposible para los griegos de los siglos VIII y VII a. C. cuando los poemas homricos toman forma escrita. La noticia de

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    frmulas, gestadas en los distintos estadios de cultivo oral de la pica y transmitidas oralmente de unas a otras generaciones de aedos desde la misma poca micnica. Ello explica muchos de los ar-casmos que encontramos en los poemas homricos y que subsisten ligados a frmulas.

    A pesar de la importancia del mecanismo formular en la diccin homrica, el poeta que dio forma final a la Ilada no fue esclavo de estas frmulas heredadas. Su genio potico se revela en el libre uso que hace de ellas, combinndolas e introduciendo expresivos cambios, de modo que en ningn momento su obra es una mera repeticin de frmulas hechas. Lo mismo puede decirse de la Odisea. La transmisin

    La difusin de los, poemas dentro del mbito griego fue por obra de los rapsodos. Frente a los aedos, ms antiguos, que cantaban sus poemas acompaando con un instrumento de cuerda, los rapsodos son recitadores profesionales que recitan poemas picos, ya sin acompaamiento musical. Por otra parte, en la transmisin del texto escrito de los poemas homricos Atenas jug un papel importante. En tiempo de Hiparco (520 a. C.), hijo del tirano Pisstrato, se hizo llevar a Atenas un ejemplar de los poemas homricos, adquirido tal vez por los Homridas de Quos, para disponer de un texto fidedigno y fijo al que deban adaptarse los recitadores en el certamen rapsdico de las fiestas Panateneas. A partir de entonces, las copias de Homero se ajustaron a este ejemplar. Sin embargo, ms tarde, en el siglo III a. C., cuando los fillogos alejandrinos intentaron hacer una gran edicin crtica de Homero, se encontraron con grandes problemas: un texto lleno de variantes, fluctuaciones notables en el nmero de versos, etc. La actividad de estos eruditos result decisiva en la fijacin del texto homrico. Zendoto de feso, en la primera mitad del siglo III a. de C. dividi en veinticuatro cantos cada poema, designando a cada uno por una letra del alfabeto. Aristfanes de Bizancio (257-180) hizo otra edicin. Peo la labor ms notable fue la de Aristarco de Samotracia (217-145) quien, adems de redactar varios comentarios, prepar dos ediciones del texto. LA "ILIADA" La "Ilada" historia y leyenda

    La Ilada es un poema pico en torno Troya homrica: en efecto, a la legendaria guerra de Troya. Tras las excavaciones iniciadas en 1870 por Heinrich Schliemann se lleg a la conclusin de que haba habido una ciudad de Troya. Estas excavaciones fueron continuadas despus por su colaborador Wilhelm Drpfeld y las nuevas y por el profesor Carl Blegen, que demostraron que haba habido una Troya destruida por el fuego. Con ellas se demostr que la guerra de Troya no era slo una ficcin literaria, sino tambin lo que era para los griegos en la poca clsica: historia verdadera. Efectivamente, de los varios estratos allanados y superpuestos que las excavaciones han ido descubriendo en el rincn noroeste de Asia Menor en el emplazamiento donde tradicionalmente se situaba la ciudad de Troya, puede afirmarse que el estrato designado por los arquelogos como Troya VIIa es el que corresponde a la Troya homrica. La cermica micnica hallada en este estrato permite fechar la destruccin violenta de la ciudad hacia 1250 a. C., fecha que coincide con la asignada por la tradicin antigua griega a la cada de Troya. Es decir, que hoy por hoy puede afirmarse que la "Ilada" tiene un fondo histrico innegable: la conquista de Troya por los griegos. Que el tema, al convertirse en un gran poema pico, fue novelado, presentndolo como una expedicin de represalia por el rapto de Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, por Paris, hijo de Pramo, rey de Troya, tambin parece claro. Lo ms probable es que el verdadero motivo de la guerra fuese la necesidad por parte de los griegos de asegurarse el control de esta zona, clave para el paso de las materias primas de las que Grecia era deficitaria.

    esos objetos y lugares pudo llegar hasta poca tan reciente gracias a su mencin en la tradicin pica oral, que precisamente por su mecnica formular, conserva estos arcasmos ligados a las frmulas.

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    La "Ilada", poema escrito. Su estructura

    En el poema, tal como nos ha llegado, el tema inmediato es el enfrentamiento entre dos caudillos griegos, Agamenn y Aquiles, y sus consecuencias, enmarcado dentro de otra accin ms general, que le sirve de fondo, la de la guerra de Troya.

    En el canto I se presenta este enfrentamiento, el deshonor de Aquiles, al verse privado de la esclava Briseida, que le haba correspondido en un justo reparto del botn y que ahora Agamenn le arrebata, con la consiguiente clera de Aquiles. El ejrcito griego, despus de la retirada de Aquiles con sus huestes, no sufre una derrota inmediatamente, sino ms tarde, en el canto VI. Tras una serie de alternativas, la situacin se hace insostenible para los griegos en el canto IX y sus caudillos deciden, con la aprobacin de Agamenn, enviar una embajada a Aquiles. Sin embargo, Aquiles no depone su ira y se niega. En los cantos siguientes, hasta el XVI, ante el desconsuelo de Patroclo, amigo y compaero de Aquiles, al ver que la derrota griega va en aumento e incluso que los principales caudillos griegos estn heridos, Aquiles le permite que participe en la lucha al mando de su ejrcito. Patroclo logra una victoria temporal, pero al final muere a manos de Hctor, caudillo de los troyanos. La muerte de Patroclo llena de dolor y rabia a Aquiles, el cual decide rintegrarse al combate. La intervencin de Aquiles conduce a la muerte de Hctor en el canto XXII. En el canto XXIII se narran ampliamente los funerales de Patroclo y los juegos fnebres celebrados en su honor. Finalmente, el canto XXIV presenta la escena de Pramo, rey de los Troyanos, humillado ante Aquiles para que le devuelva el cadver de su hijo. Aquiles se niega y ultraja el cadver terriblemente. Sin embargo, al final, tras nuevas splicas, accede y el poema termina con los funerales de Hctor.

    En la poesa pica posterior, el tema de la Ilada ser completado, por delante, con los llamados Cantos Ciprios, que relatan los acontecimientos que preceden a la Ilada, y, por detrs, con la "Etipida", que narra las ltimas hazaas y la muerte de Aquiles, y con La Destruccin Ilin ( jIlivou pevrsi") en donde se contaba la cada y saqueo de Troya. De toda esta poesa pico-cclica, que tambin trat otros ciclos aparte del troyano, slo conservamos ttulos y algunos pocos fragmentos. Lectura

    Como complemento a cuanto acabamos de exponer, veamos este pasaje en el que Hctor se dispone a ir al combate, en tanto que Andrmaca est llena de funestos presagios:

    A sta repuso el gran Hctor de tremolante casco:

    Yo tambin he pensado en estas cosas, mujer; pero gran vergenza sentira de los troyanos y de las troyanas de largos peplos

    si como un cobarde me alejara del combate. Y tampoco a ello me incita el nimo, pues aprend a ser siempre valiente

    y a combatir entre los troyanos en primera fila, luchando por la gran gloria de mi padre y por mi propia fama.

    Pues bien s yo esto en mi pensamiento y mi corazn: que el da llegar el que la sagrada Ilin sea destruida y Pramo y el pueblo de Pramo el de buena lanza.

    Mas no tanto me inquieta el futuro fatal de los troyanos ni el de la misma Hcuba o del soberano Pramo ni el de mis hermanos que, aunque sean valientes,

    en gran nmero caern en el polvo, a manos de los enemigos, como tu futuro, cuando algn aqueo de coraza de bronce

    te lleve llorosa y de tu libertad se apodere. Y quiz en Argos tengas que tejer en el telar de otra

    y puede que transportes el agua del Meseida o el Hiperea muy a tu pesar, pero forzada por la dura necesidad. Entonces quiz alguien pueda decir vindote llorar:

    "Esta es en verdad la mujer de Hctor el que mandaba a los troyanos domadores de caballos, cuando luchaban en torno a Ilin".

    As podr decir alguien: y un dolor renovado habr para ti, privada de un hombre capaz de defenderte de la esclavitud.

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    Ojal que un gran montn de tierra cubra mi cadver antes de or tus gritos y ver cmo te arrastran!

    As habl y al nio los brazos tendi el noble Hctor; pero al punto al seno de la nodriza de hermosa cintura

    el nio gritando se ech, pues tuvo miedo del aspecto de su padre, con su coraza de bronce y su penacho de crines de caballo, que vea agitarse de un modo terrible en lo alto del casco. Entonces su padre y su venerable madre se echaron a rer.

    (Homero, "Ilada", VI 440-471)

    LA "ODISEA" Es poco probable que el autor, o redactor final de la "Odisea", sea el mismo que el de la Ilada. Adems de que la cronologa de la "Odisea" es sin duda posterior, las diferencias entre ambos, tanto en forma como en contenido, son notables. El autor de la "Odisea" domina la tcnica narrativa; no es un poema pico, sino un cuento de aventuras que adopta la forma externa de la pica; abunda en la Odisea lo maravilloso y otros ejemplos de folklore o cuento popular, frente a la ausencia casi total de estas caractersticas en la Ilada. Parece presentar en general un estadio de civilizacin ms avanzado que en la Ilada, al presentar una sociedad ms moderna. En cuanto a la forma de ser compuesta, parece lo ms probable que la Odisea haya sido rehecha sucesivamente a partir de un ncleo primtivo sobre el tema del nufrago aventurero.

    Parece ser que, tanto por la historia misma de la pica griega como por la actividad marinera de los jonios, las primeras versiones de la Odisea fueron obra de aedos jnicos.

    Temtica de la "Odisea"

    El tema central del poema es el accidentado regreso de Ulises desde Troya, perseguido por

    Poseidn, su llegada, por fin a taca, su patria, y su venganza sobre los pretendientes, vidos de ocupar su puesto en el mando y en el corazn de su fiel esposa. Este tema del hroe ausente largos aos de su hogar, del hijo que parte a lejanas tierras en su busca y del regreso del hroe, bien disfrazado, o simplemente irreconocible por el paso de los aos, ha sido un motivo tpico de los relatos populares de muchas literaturas.

    En el caso de la Odisea, parece que el personaje de Ulises como protagonista de la leyenda popular del hroe que regresa es muy antiguo y, desde luego, anterior a la guerra de Troya misma. Se han sealado notables semejanzas con la epopeya babilonia de Gilgams y tambin hay coincidencias con leyendas hititas y egipcias, con lo que la influencia oriental parece innegable. Asimismo la leyenda de Ulises incorpora elementos de la primitiva pica micnica, como el tema de los Argonautas. Lo que parece que sucedi es que el antiguo tema del retorno del hroe y su venganza se integr dentro del ciclo troyano, centrndose en uno de sus protagonistas, Odiseo, uno de los hroes aqueos que regresan a su patria despus de la toma de Troya. Geografa de la "Odisea" La complejidad temtica de la Odisea la vincula con dos mundos, el de la pica y el fabuloso de las aventuras del hroe vagabundo. Esta doble vinculacin se manifiesta en las referencias geogrficas del poema: Troya, Esparta, Pilos, Creta, etc. Pero junto a estos lugares reales hay regiones que son producto de la fantasa del poeta: el pas de los lotfagos, la tierra de los cclopes, la isla de Circe, las Sirenas, la isla de la ninfa Calipso, el pas de los feacios... Estructura de la "Odisea"

    La Odisea, bajo su forma actual, se divide en tres "conjuntos picos":

    1. "La Telemaquia" (Cantos I-IV). Es una especie de prlogo en el que se hace mencin de la leyenda general del regreso de los aqueos de Troya, de la larga tardanza de Ulises y la difcil situacin creada en taca a causa de su ausencia, y la decisin de su hijo Telmaco, inspirado y ayudado por Atenea, de viajar para inquirir noticias sobre su padre.

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    2. "Los relatos de la corte de Alcnoo" (Cantos V-XII), a donde Ulises ha llegado en su largo peregrinar; en este punto, se hace una larga pausa en la que el propio Ulises va refiriendo retrospectivamente todas las aventuras de su largo viaje desde la cada de Troya. En este relato en primera persona se encuentran elementos ms antiguos y prximos al folklore primitivo, tanto indoeuropeo como egipcio o asitico; est lleno de evocaciones legendarias y de aventuras fabulosas: los lotfagos, los cclopes, las sirenas, la bajada a los infiernos, las vacas del Sol devoradas por los compaeros de Ulises, etc.

    3. "La matanza de los pretendientes" (Cantos XIII-XXIV). A partir del Canto XIII la narracin maneja varios hilos simultneamente: la vuelta de Ulises a taca, el regreso de Telmaco, que haba ido a Esparta para saber noticias sobre su padre, el progresivo reconocimiento del hroe por sus leales, la actitud cada vez ms insolente de los pretendientes, hasta llegar al punto culminante de la accin, que llega en el Canto XXII, con la victoria de Ulises, disfrazado de mendigo, en la prueba del arco y la posterior matanza de los pretendientes. La accin continua en el canto XXIII con el reconocimiento del hroe por su esposa, hasta llegar al canto XXIV, en que se describe la visita de Ulises a su padre Laertes, que se ha retirado de la vida pblica de la ciudad y se dedica al cultivo del campo. El poema concluye con el relato de la pacificacin de taca despus de que Ulises asuma de nuevo el mando.

    Lectura

    En el siguiente pasaje Odiseo se siente temeroso ante la furia de Poseidn, que le impedir una vez ms llegar a casa:

    Era el cuarto da y estaba todo preparado. Y al quinto lo dej marchar la divina Calipso

    despus de lavarlo y ponerle ropas perfumadas. Entregle la diosa un odre de negro vino, otro grande de agua y un saco de vveres

    y le aadi abundantes golosinas. Y le envi un viento prspero y suave.

    Entonces el divino Odiseo despleg gozoso las velas al viento y, sentado, se puso a gobernar el timn con habilidad. No caa el sueo sobre sus prpados contemplando Las Plyades y el Bootes, que se pone por la tarde,

    y la Osa, que llaman carro por sobrenombre, que gira all y acecha a Orin

    y es la nica privada de los baos de Ocano. Pues le haba ordenado Calipso, divina entre las diosas,

    que navegase tenindola a la mano izquierda. Naveg durante diecisiete das atravesando el mar,

    y al decimooctavo aparecieron los sombros montes del pas de los feacios, por donde ste le quedaba ms cerca

    y pareca un escudo sobre el ponto rojo como el vino. El poderoso, el que sacude la tierra, que volva de junto a los etopes,

    lo vi de lejos, desde los montes Slomas, pues se le apareci surcando el mar. Irritse mucho en su corazn Odiseo

    y moviendo la cabeza habl a su nimo: "Ay!, seguro que los dioses han cambiado de resolucin

    respecto a m cuando estaba entre los etopes, pues estoy cerca de la tierra de los feacios, donde es mi destino

    escapar de las calamidades que me llegan. Pero creo que an me han de alcanzar bastantes desgracias." Cuando hubo hablado as, amonton las nubes y agit el mar,

    sosteniendo el tridente entre sus manos, e hizo levantarse grandes tempestades de vientos de todas clases, y ocult con las nubes, al mismo tiempo,

    la tierra y el ponto. Y la noche surgi del cielo. Cayeron Euro y Noto, Cfiro de soplo violento

    y Breas nacido del ter, el que levanta grandes olas. Entonces las rodillas y el corazn de Odiseo

    desfallecieron, e irritado dijo a su magnnimo espritu: "Ay de m, desgraciado, que me suceder por fin ahora? Mucho temo que todo lo que dijo la diosa sea verdad,

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    pues me asegur que, en el ponto, antes de regresar a mi patria, sufrira desgracias. Y ahora todo se est cumpliendo.

    Con qu nubes ha cerrado Zeus el vasto cielo y agitado el ponto, y se lanzan con impetuosidad tempestades

    de vientos de todas clases! Seguro que ahora tendr una terrible muerte! Felices tres y cuatro veces los dnaos3 que murieron en la vasta Troya por dar satisfaccin a los Atridas!

    Ojal hubiera muerto yo y me hubiera enfrentado con mi destino el da en que contra m las broncneas lanzas

    tantos troyanos lanzaban alrededor del Pelida4 muerto! All habra obtenido honores fnebres y los aqueos5 celebraran mi gloria, pero ahora est determinado que sea sorprendido por una terrible muerte."

    Cuando hubo dicho as, le alcanz en lo ms alto una gran ola que cay terriblemente y sacudi la balsa.

    Odiseo se precipit fuera de la balsa soltando las manos del timn, y un terrible huracn

    de mezclados vientos le rompi el mstil por la mitad. Cayeron al mar la vela y la antena, y l estuvo

    largo tiempo sumergido sin poder salir con presteza por el mpetu de la ingente ola,

    pues le entorpecan los vestidos que le haba dado la divina Calipso. Al fin emergi mucho despus y escupi de su boca la amarga

    agua del mar que le caa en abundancia, con ruido, desde la cabeza. Pero ni an as se olvid de la balsa, aunque estaba agotado,

    sino que lanzndose entre las olas se apoder de ella, aposentndose en medio y librndose as de la muerte,

    mientras que el gran oleaje la arrastraba con la corriente aqu y all.

    (HOMERO, "Odisea" V, 263-328)

    La Odisea, en versin de Prez Navarro y Martn Saur

    3 Los griegos.

    4 El hijo de Peleo, es decir, Aquiles.

    5 Los griegos.

  • 9

    2. HESIODO Conectado desde antiguo con Homero aparece Hesodo. Es cierto que tienen elementos comunes, como son la mtrica en hexmetros, el lenguaje pico y las coincidencias formales. Sin embargo, hay entre ellos diferencias fundamentales. El mundo que se nos muestra a travs de la poesa de Hesodo es el de su propia poca y pas, mientras que las epopeyas homricas estn situadas en un legendario pasado. Hesodo nos manifiesta por medio de sus poemas sus propias inquietudes, mientras que la personalidad del aedo homrico apenas aflora en sus versos. Hesodo es ya un personaje histrico. de carne y hueso, de cuya vida obtenemos muchos datos a travs de su obra, en tanto que la propia existencia de Homero ha sido puesta en duda. Hesodo pertenece al mundo de los pequeos campesinos beocios, que tienen que mantener una dura lucha por la vida en un suelo poco frtil y bajo el dominio de una nobleza arbitraria. El rapsoda homrico, por el contrario, vive en el ambiente urbano de las ciudades jonias, enriquecidas por la industria y el comercio, y ms avanzadas socialmente. Cronolgicamente, sin embargo, no son tan distantes, ya que la obra de Hesodo puede situarse hacia el 700 a. C. Las dos obras fundamentales de Hesodo son "La Teogona" y "Los Trabajos y los Das". La primera es un largo poema en el que Hesodo trata de sistematizar tradiciones antiguas de procedencia diversa (recurdense los mitos de sucesiones de dioses del Prximo Oriente) para llegar a la concepcin de un mundo regido por Zeus patrocinador del orden y la justicia. Este dios logra hacerse amo del mundo despus de vencer a los Titanes y a su padre Cronos, que a su vez ha desbancado al suyo, Urano. La historia de la sucesin Urano-Cronos-Zeus representa el ncleo de la Teogona, pero est entremezclado con elementos diversos: comienza con una autntica cosmogona u origen del mundo, que se va desarrollando a lo largo de sucesivas uniones y descendencias entre las primitivas fuerzas de la naturaleza: el Caos, las Tinieblas, la Noche, el Eter (Aire), el Da. la Tierra, el Cielo, etc. Todo ello hace que presente una enorme variedad de contenido, de modo que la lnea directriz es a veces difcil de seguir. En "Los Trabajos y los Das" el punto de partida lo constituye un hecho concreto, la disputa de Hesodo con su hermano Perses, que le ha desposedo de su patrimonio y que logra sobornar a los jueces para que fallen a su favor cuando Hesodo le lleva a juicio. Pero este hecho particular le sirve de pretexto para plantearse la cuestin general de las fuerzas que sustentan la existencia humana. Tambin aqu aparece Zeus como ordenador, como el dios que ha establecido la divkh (justicia) entre los hombres. Pero esto produce una ntima contradiccin en el poeta, que por una parte ve cmo la injusticia abunda a su alrededor y, por otra, quiere confiar en el Zeus protector de la Justicia; enormemente expresivo es el pasaje en que desgarradoramente nos dice: Pero ojal ni yo ni mi hijo furamos justos entre los hombres, puesto que es un mal que el hombre sea justo si es que el injusto ha de alcanzar una justicia ms favorable; pero en seguida manifiesta la esperanza, no la conviccin, de que el Providente Zeus permita este estado de cosas. Contina la obra alternando las alocuciones directas a Perses, aconsejndole que deponga su afn de lucha y pendencias y se dedique a ganarse el sustento por medio del trabajo honrado, con las consideraciones de carcter general, como por ejemplo el mito de las dos Eris o diosas de la disputa, una mala, que lleva a los hombres a la guerra y a las luchas, y otra buena, que les sirve de estmulo para superarse. Las consideraciones generales respecto a los infortunios del mundo las desarrolla a travs del mito de las edades en las que sucesivamente la humanidad ha ido decayendo hasta su postracin actual. Hace tambin una serie de consideraciones sobre los distintos tipos de trabajos y la forma ms adecuada de llevarlos a cabo para que sean productivos para los mortales. La ltima parte, referente a los das adecuados para distintos trabajos o acciones, parece haber sido un aadido posterior. Lectura:

    Entonces Zeus ya no contuvo su poder, sino al punto de su clera llen el pecho y toda su fuerza

    mostr; y desde el cielo y desde el Olimpo a la vez fulminando sin cesar avanzaba; y los rayos,

    junto con el trueno y el relmpago, continuamente volaban desde la mano robusta, retorciendo su llama sagrada, densos. Y en torno, la tierra dadora de vida tronaba

  • 10

    ardiendo, y fuerte chirriaba al fuego la inmensa floresta. Y hervan todo el suelo y las corrientes del Ocano

    y el ponto estril. Un vapor ardiente envolva a los Titanes terrestres, y la llama del ter divino llegaba,

    inmensa, y los ojos de ellos, aunque fuertes, quedaban cegados por el rayo y el resplandor destellante del relmpago. Un ardor prodigioso llenaba el abismo; y pareci verse

    con los ojos y orse con los odos un ruido, como si Gea y Urano espacioso, viniendo de arriba,

    se encontrasen. Tan grande fragor deba haberse dado entre ella abatida y l lanzndose desde lo alto:

    Tanto era el fragor de los dioses que a contienda venan.

    (Hesodo, "Teogona", 687-705)

  • 11

    2. La lrica arcaica

    Tener salud es lo mejor para el hombre mortal,

    lo segundo, es ser de natural hermoso, lo tercero, ser rico sin engaos, y lo cuarto, gozar de juventud con los amigos.

    (Scolia Attica,7 Ed.)

    *****

    Odme Moiras, las que ms cerca del trono de Zeus tenis asiento entre los dioses y tejis con rueca de acero los designios mltiples e ineluctables de vuestras determinaciones varias,

    Aisa, Cloto y Laquesis, Hijas de hermosos brazos de la noche, escuchad nuestras splicas, deidades, las ms temibles del Cielo y de la Tierra; Enviadnos a la legalidad de regazo de rosa,

    y a sus hermanas de relucientes tronos, La Justicia y la Paz, portadora de corona, y haced que esta ciudad se olvide de los infortunios que agobian su corazn.

    (Chor. Adespot. fr. 594, 52 E)

  • 12

    Mundo en que surge la lrica griega

    Tambin fue en Jonia, donde la epopeya haba alcanzado su forma final, tras un largo perodo de cultivo oral que se remonta hasta poca micnica, donde nacen la elega y el yambo. No tiene nada de extrao que esta regin de la costa central de Asia Menor sea la cuna de varios gneros literarios griegos, as como de la historia, la filosofa, la medicina, etc., si tenemos en cuenta que durante siglos (del VIII al V a. C.) representa la avanzadilla cultural de todo el mundo helnico hasta que, despus y a consecuencia las Guerras Mdicas, esta hegemona pasa a Atenas.

    El mundo jonio de los primeros elegacos y yambgrafos es muy diferente al del pasado: la vida se asienta en torno a la nueva agrupacin urbana de la polis, la ciudad-estado; la economa est basada no ya slo en la agricultura y ganadera, sino que la industria y el comercio son dos nuevas e importantes fuerzas de riqueza; socialmente la aparicin nuevas clases sociales como consecuencia de la industrializacin, crea una inestabilidad socio-poltica, ya que, por una parte, las nuevas clases enriquecidas por la industria y el comercio (la burguesa) disputan el poder a la vieja nobleza poseedora de la tierra, y, por otra, trabajadores de la industria y sus derivados, conscientes de la importancia su trabajo para la vida de la polis, reclaman cada vez ms la institucionalizacin de los poderes pblicos, tanto polticos como jurdicos.

    Todos estos cambios sociales, polticos, econmicos y culturales se manifiestan tambin, como es lgico, en la mentalidad de cada uno de los componentes de esta nueva sociedad. Comienza a emerger la individualidad, frente al antiguo sentido familiar o tribal: es la vala personal lo que cuenta y no el hecho de pertenecer a una gran familia. Todo es efmero. Y ante ello caben dos tipos de posturas: o bien la del "carpe diem", es decir, la del disfrute del momento, ensalzando los placeres del vino y el amor, o bien superar toda esta limitacin del hombre hacindose a s mismo cada vez ms consciente de su propia naturaleza y posibilidades. Estas constantes sociales e individuales se repiten poco ms o menos a lo largo de todo el panorama griego de los siglos VII, VI y comienzos del V a. de C. y alientan en la lrica arcaica. La poesa lrica

    Este trmino no tena en Grecia el sentido moderno, como una determinada forma de la creacin potica, sino que tiene un sentido ms concreto: quiere decir simplemente cantado al son de la lira, o, por extensin, de cualquier instrumento de cuerdas (aujlov"). Comprenda tanto la lrica mondica como la coral. Y no estaban incluidos dos tipos que hoy consideramos lricos, la elega y el yambo, quiz porque en ellas ya desde antiguo el canto haba perdido importancia, o bien porque, al menos en la elega, el instrumento de acompaamiento no era la lira, sino la flauta. La elega y el yambo

    Estos dos tipos de poesa parecen proceder de una serie de canciones populares, preliterarias, ligadas al culto religioso, o propias de los momentos culminantes de la vida: el del nacimiento o el de la muerte, o bien cantos de acom-paamiento del trabajo, as como cantos populares en el sentido ms amplio: legendarios, tradicionales, etc. Estas antiguas canciones populares recibiran el influjo de la pica y, de esta manera, iran adquiriendo dignidad literaria, estilizndose y regularizando su mtrica.

    La palabra aparece por primera vez en el siglo v a. C. y designa el llamado pentmetro, verso que junto con el hexmetro pico constituye la breve estrofa llamada dstico elegaco, base de esquema mtrico es el siguiente:

    ++ ++ ++ ++ ++ + ++ ++ ++ ++ ++

    Se est comnmente de acuerdo en que la palabra deriva de , trmino

    utilizado frecuentemente con el sentido de "lamento, canto fnebre". Sera, pues, originariamente un canto de duelo, quiz cantado en el banquete fnebre. Posteriormente, la elega, nacida probablemente de los cantos populares de lamentos y elogios mortuorios, fue fuertemente influenciada por la pica hasta formar un gnero literario propio para expresar todas las necesidades y problemas de la nueva sociedad y del nuevo espritu del mundo en que surge.

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    En cambio, en el yambo la influencia de la pica es mucho menor, tanto en la mtrica, cuyos pies bsicos son el yambo (+ ) y el troqueo ( +), como en la lengua, cuyo ritmo es ms prximo a la lengua hablada, as como en los temas: invectiva, stira, ataque personal, narraciones incisivas, etc., todo ello tratado con un gran desenfado y realismo. Elegacos arcaicos

    Haremos mencin a continuacin de los autores griegos que han cultivado prioritariamente este tipo de poesa, en el perodo comprendido entre los siglos VII al V a. C. Estos fueron los grandes siglos de la elega. Renace en poca ale-jandrina, sobre todo por obra de Calmaco, pero su carcter es ya muy diferente. Calino de feso. La historia de la elega se inicia con Calino de Efeso, cuya fecha exacta de nacimiento no se conoce, pero sin duda vive la poca de las invasiones de los brbaros cimerios sobre los griegos de Asia Menor, que se sitan hacia el 675 a. C. Era posiblemente un miembro de la aristocracia combatiente y exhorta en sus elegas al supremo esfuerzo en defensa de la ciudad. Se observa una gran influencia homrica tanto en su pensamiento como en el aspecto formal. Tirteo. Quiz unos aos posterior (entre 650-630 se sita su produccin potica), es Tirteo, que es el cantor de la segunda guerra mesenia, entre Esparta y Mesenia. Se discute si es natural de Esparta o es un inmigrante; sea como fuere, en sus elegas se muestra como un hombre que participa activamente en los destinos de la comunidad espartana en que vive. Como las de Calino, sus elegas son de exhortacin a la defensa de la polis, instando a los jvenes a combatir en primera fila, a avanzar con firmeza, a persistir hasta la muerte, mxima gloria para el guerrero. Lectura:

    Tened valor, ya que sois descendientes del invencible Heracles; todava Zeus no ha desviado de vosotros su cabeza. No temis a la multitud de los enemigos ni vacilis; que cada soldado se dirija con su escudo a la vanguardia considerando enemiga a su propia vida y a las propias Keres6 de la muerte tan queridas como los mismos rayos del sol; pues conocis las obras destructoras de Ares, rico en lgrimas, y habis aprendido bien la manera de la guerra dolorosa y con frecuencia habis estado entre los perseguidos y los perseguidores, oh jvenes, hasta gustar a saciedad de lo uno y de lo otro. Aqullos que sin romper las filas se arriesgan a llegar al cuerpo a cuerpo y a alinearse en la vanguardia mueren en menor nmero y salvan a los de detrs; mientras que el valor de los que huyen ha desaparecido. Nadie sera capaz de relatar todas las desgracias que sobrevienen a un hombre cuando sufre el deshonor. Por eso, es un placer, en la guerra destructora, herir por detrs la espalda de un enemigo que huye; y es una visin de vergenza un cadver que yace en el polvo con la espalda atravesada por la punta de una lanza. Venga, vamos!, que cada uno de vosotros permanezca en su puesto con las piernas bien abiertas, firmemente apoyado en el suelo con los dos pies, mordiendo el labio con los dientes, cubrindose los muslos, las piernas, el pecho y los hombros con el vientre del ancho escudo; que blanda en la diestra la poderosa lanza y agite sobre la cabeza el terrible penacho; que realizando hazaas aprenda a luchar y teniendo escudo no se quede fuera del alcance de las armas arrojadizas. Acercaos al enemigo y matad a un guerrero contrario en el cuerpo a cuerpo, hirindole con la larga lanza o con la espada; poniendo el pie junto al pie, apretando el escudo contra el escudo, el penacho contra el penacho, el casco contra el casco y el pecho contra el pecho, luchad cuerpo a cuerpo contra un guerrero enemigo, empuando la espada o la larga lanza. Y vosotros, los de la infantera ligera, agachados aqu y all debajo del escudo, arrojad grandes piedras y disparadles dardos de astil bien trabajado, colocados junto a los hoplitas. (fr. 7 , -8D-).

    Mimnermo de Colofn. Un tono muy distinto tienen la elegas de Mimnermo de Colofn cuyo momento de florecimiento vital y potico puede situarse en torno al 600 a. C., o un poco antes. Partiendo del pensamiento de la limitacin humana, contrapone la floreciente juventud con la penosa vejez e insta al goce de la vida en tanto que dure esta efmera juventud. Y el goce supremo es para l el de "la dorada Afrodita", es decir, el del amor. A travs de sus imitadores romanos Propercio y Ovidio, puede considerrsele el padre de la poesa amorosa. Soln de Atenas. Nacido hacia el 640, vive en su ciudad una poca de grandes luchas sociales. Perteneciente a la aristocracia, es elegido , es decir, rbitro con plenos poderes. Como consecuencia de ello, lleva a cabo una serie de reformas en Atenas que plasma en su poesa. En

    6 Genios malficos que traen la muerte.

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    Soln, vida y obra constituyen una unidad inseparable. La elega y el yambo son en l un instrumento de su actividad poltica. No puede trazarse una lnea divisoria clara entre sus poemas elegacos y ymbicos; quiz los primeros son ms generales, los segundos acostumbran a ser ms personales. Su obra en general es testimonio de su pensamiento y una justificacin de su actuacin poltica; adoptan muchas veces sus elegas la forma de parnesis o exhortacin sobre temas morales, polticos y sociales. O bien son exposiciones generales en torno al comportamiento humano y a sus vanas esperanzas. Con estos temas de tipo moral y poltico alternan otros poemas ms frvolos sobre el banquete o el amor, por ejemplo. Es el primer poeta tico y el precursor en muchos aspectos de la sntesis de elementos diversos que cristalizarn despus en el gran esplendor ateniense. Lectura:

    En cuanto a la riqueza, deseo tenerla, pero poseerla injustamente no lo deseo, pues siempre llega despus el castigo. La riqueza que dan los dioses, viene a manos del hombre destinada a durar toda ella, desde la base del montn hasta la cspide; mientras que la que los hombres honran como consecuencia de la injusticia, no viene conforme a un orden natural, sino que lo hace contra su grado, obedeciendo a acciones inicuas. Pronto se le junta el infortunio: su origen, como el del fuego, est en un pequeo comienzo. Al principio es de poca importancia, pero su final es doloroso: pues las obras de la injusticia no son duraderas para los mortales, sino que Zeus est atento al fin de todo lo que sucede y, del mismo modo que las nubes son dispersadas en breve espacio por el viento de la primavera, que despus de remover las profundidades del mar estril, abundante en olas, y de destruir los prsperos cultivos en la tierra frtil en trigo, llega al asiento de los dioses, al elevado cielo, y para de nuevo mostrar un tiempo sereno y un sol ardiente, sobre los frtiles campos y sin nubes, de la misma manera es el castigo de Zeus, que no se irrita fcilmente ante cada delito, como un hombre mortal; pero que, a la larga, el que tiene un corazn pecador no le pasa siempre inadvertido y el castigo, bien cierto, se hace visible al fin. Uno paga su culpa inmediatamente y otro despus; y los que con su persona escapan a la pena sin que les alcance en su acometida el castigo fatal de los dioses, ste llega sin falta ms tarde: sin culpa, pagan aquellos pecados o sus hijos o su descendencia ms lejana.

    Y sin embargo, los hombres, tanto los afortunados como los mseros, pensamos as: cada uno alimenta largo tiempo una vana ilusin hasta que sufre una desgracia, y slo entonces se lamenta; hasta tanto, embobados, nos regocijamos con esperanzas volanderas y el que es atormentado por dolorosas enfermedades, se hace a la idea de que sanar; otro, que es un cobarde, cree ser un valiente, y hermoso el que no tiene un semblante agraciado; si uno carece de dinero y le apremia la pobreza, cree que un da adquirir muchas riquezas. Cada uno se afana de un modo distinto: uno, deseoso de llevar a su casa una ganancia, recorre en naves el mar lleno de peces, empujado por vientos procelosos y sin cuidarse para nada de su vida; otro -las gentes cuyo medio de vida son los curvos arados- trabaja todo un ao a jornal, arando la tierra bien arbolada; otro, conocedor de las artes de Atenea y del industrioso Hefesto, se gana la vida con sus manos; otro, al que las Musas Olmpicas instruyeron en sus dones, lo hace con su ciencia perfecta de la adorable poesa; a otro, al que los dioses acompaan, le hizo adivino el Rey flechador, Apolo, y ve la desgracia que desde lejos se abate sobre un hombre, pero, sin embargo, ningn augurio ni sacrificio es capaz de evitar el destino; otros, los mdicos, ejercen el arte de Pen, rico en remedios curativos. No est en su mano el xito: muchas veces, de una molestia insignificante se origina un gran dolor que nadie podra quitar administrando medicinas calmantes, mientras que a otro enfermo, atormentado por graves y dolorosas enfermedades, el mdico le pone sano prestamente tocndole con las manos.

    As, la Moira7 da a los hombres males y tambin bienes y los dones de los dioses inmortales no pueden rehusarse. (Elega a las Musas, 7-56)

    Teognis de Mgara. Bajo el nombre de Teognis de Mgara nos ha llegado un conjunto de elegas que alcanza los 1.400 versos de extensin. Probablemente es recopilacin posterior cuyo proceso de formacin es difcil de explicar con detalle.

    De esta mezcla, sin embargo, puede entresacarse un Teognis autntico, cuya plenitud debe situarse en la segunda mitad del siglo VI a. de C. y que en Mgara, su ciudad, vive las violentas luchas polticas entre la aristocracia tradicional y las nuevas clases sociales que entran en competencia con ella. Sus poemas son en general elegas cortas que oscilan entre dos y quince dsticos, tpicas elegas de simposio o banquetes entre hombres, cuyos temas predilectos son el vino, el amor, la nostalgia de los viejos ideales aristocrticos, el rencor y la protesta de la nobleza tradicional frente a los advenedizos, la exhoratacin a la amistad entre ajgaqoiv, que conserva aqu su

    7 El destino de cada ser humano.

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    sentido homrico de "hombres distinguidos", "los nobles", por oposicin a los kakoiv, "los viles", "la masa", o las reflexiones en torno a las limitaciones del hombre. La parte mejor conocida de la poesa que se le atribuye como propia la constituyen las llamadas elegas a Cimo, que parece haber sido el joven amado de Teognis, a quien expone en forma de exhortacin su ideal aristocrtico: conviene el trato slo con los mejores y evitar el contacto con los advenedizos; la prudencia, la moderacin, la firmeza ante el mal, la ajrethv, son preferibles a todos los bienes de fortuna, que hoy los posee uno, maana otro, mientras que las cualidades del espritu nadie nos las puede arrebatar. Su visin del mundo que le rodea es pesimista, es un mundo corrompido, al que no puede asimilarse, ni siquiera entender; llega a afir-mar: De todas las cosas la mejor para los humanos es el no haber nacido ni llegado a contemplar los rayos del ardiente sol; y una vez nacido, atravesar cuanto antes las puertas del Hades y yacer bajo un elevado montn de tierra. De otro lado, algunos de sus poemas de amor, generalmente a efebos, alcanzan un fuerte y apasionado acento personal.

    Jenfanes de Colofn. Un autor de elegas muy singular es Jenfanes de Colofn (565-470). Singular porque es ms un filsofo que un poeta; utiliza la poesa hexamtrica, e incluso la elega, para la expresin de sus ideas filosficas. Escribi un poema filosfico sobre la naturaleza, del que nos quedan unos pocos fragmentos. Asimismo parodi y atac duramente el politesmo y antropomorfismo de la religin griega tradicional acorde con las concepciones de Homero y Hesodo; con esta crtica de la mitologa tradicional tiende a elevarse a una concepcin ms pura de la divinidad. Es, sin duda, un precursor de los movimientos racionalistas y moralistas del siglo V en Atenas. En sus elegas da cabida tambin a la temtica tradicional, con el elemento simposaco, el autobiogrfico, la exhortacin, pero infundindole un espritu nuevo, intencionadamente educativo y didctico, crtico con la tradicin muchas veces. Aunque haba nacido en Colofn, sali de su ciudad hacia los 25 aos, a causa de la conquista persa, y se estableci y vivi en Elea (Italia). Sin duda tuvo contactos con los pitagricos y con Parmnides. En el aspecto formal sus elegas no se apartan en absoluto del modelo tradicional, tanto en el lenguaje, como en los homerismos, como en el estilo. Yambgrafos arcaicos Arquloco de Paros. Fue el poeta que dio dignidad literaria al yambo. Estos primitivos cantos de cruda invectiva, ligados a los cultos de la fertilidad, adquieren en sus manos una forma de arte depurado, sin perder por ello su originario carcter incisivo. La vida de Arquloco transcurre en la isla de Paros, clebre por sus mrmoles, en el siglo VII a. C. Arquloco es el hijo bastardo de un noble de Paros y de una esclava; este origen mixto le coloca en una situacin muy especial, que queda perfectamente reflejada en el carcter antipico de su poesa. Abundan en l las descripciones guerreras, ya que l mismo confiesa que es su profesin, como mercenario, pero son descripciones realistas rayanas en el cinismo, muy lejos del ideal caballeresco, como el pequeo poemita en que cuenta cmo perdi su escudo en una huida:

    "Alguien estar por ah pavonendose con mi escudo, arma excelente que abandon,

    muy a mi pesar, junto a un matorral. Pero salv la vida.

    Qu me importa aquel escudo? A freir monos el escudo:

    ya me procurar otro que no sea peor"

    (Fragmento 12 (6D) ). o cuando se re de las hazaas poco heroicas de su propio ejrcito, o nos habla de su ideal de general:

    "No me gusta un general de elevada estatura ni con las piernas bien abiertas,

    ni uno orgulloso de sus rizos y afeitado a la perfeccin: que el mo sea pequeo y patizambo,

    bien firme sobre sus pies, y todo corazn".

    En contraste con la pica, pone muy en primer plano el aqu, el ahora, el yo, lo cual es caracterstico de la lrica; pero en l es ms personalizado: no intenta actuar sobre otros hombres, como Calino, Tirteo o Soln, por ejemplo, sino que se limita a exponer desnudos sus sentimientos; stos son muy elementales y podran resumirse en dos: el amor y el odio. El amor concebido no como una dicha del hombre, sino como una grave enfermedad que sobreviene al hombre con mpetu. Su odio se desborda a veces en una oleada de maldiciones, injurias y sarcasmos sin freno alguno.

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    Uno y otro se manifiestan siempre en circunstancias concretas y personales. Es Arquloco un claro exponente del ardiente individualismo de su poca. Lectura:

    Mira, Glauco: el profundo mar es agitado ya por el oleaje y sobre las alturas de los montes Giras se asienta una nube alargada, signo de tempestad; inesperadamente nos sorprende el miedo [............................] las rpidas naves avanzar, en el mar [.....] carguemos el [.....] numeroso de las velas [.....] soltando los cordajes de la nave; recoge un viento favorable y salva a nuestros compaeros, a fin de que nos acordemos de ti [.....] aleja el miedo y no lo comuniques a nadie [......] una terrible ola se levanta arremolinada [......] t ten cuidado [......] el valor [......]. (fr. 163 -56D.-)

    Semnides de Amorgos. El yambgrafo Semnides era natural de Samos, pero su nombre aparece a menudo ligado a la isla de Amorgos por haber llevado all una colonia desde su isla natal. Cronolgicamente parece contemporneo de Arquloco, es decir, del siglo VII a. C., pero su poesa es muy diferente, es de un pesimismo radical: la impotencia del hombre, ser efmero y oprimido, lo vano de la esperanza humana, la conviccin del dolor que nos rodea, son temas que figuran en primer plano en su obra. Tambin es pesimista en el Yambo de las mujeres, su poema ms extenso conservado. En l pasa revista a los distintos tipos de mujeres, detestables todos, excepto el que procede de la abeja; en los dems tipifica los defectos femeninos en el animal o elemento del que la hace proceder: la cerda, la zorra, la comadreja, el mar, etc. Pero al final del poema incluso la clase indultada es olvidada para afirmar tajantemente que son las mujeres la calamidad mayor que Zeus ha creado para los hombres. De sus elegas, los antiguos tratadistas destacaron su tratamiento del tema de la futilidad de las esperanzas humanas y la exhortacin al carpe diem. Hiponacte de feso. Ms reciente, puesto que su plenitud se sita a mediados del siglo VII a. C. es Hiponacte de feso. Se conservan de l numerosos fragmentos en papiros, pero casi inservibles en gran parte. Por lo que puede leerse, son en general agrias invectivas, en las que se burla de todo, hasta de s mismo; sus versos nos muestran su vida como la de un cnico mendigo, conocedor de los bajos fondos de la ciudad donde vive como desterrado. Abundan en su obra las alusiones y descripciones obscenas. La lrica lesbia (monodia)

    Por sus caractersticas especiales, tanto formales como de contenido, a pesar de las innegables coincidencias con el resto de la lrica arcaica, merece ser tratado aparte este tipo de poesa.

    Lesbos es una isla que tanto por su estratgica situacin como por su fertilidad, tena las dotes necesarias para desarrollar una cultura propia y brillante. Esta cultura alcanz su cnit en los si-glos VII y VI a. C. y su floracin potica da de ello buena cuenta.

    La parte ms caracterstica de la poesa de Alceo, Safo y Anacreonte es monodia (canto individual), compuesta en cortas estrofas y en variados pero simples metros, cantada y acompa-ada de instrumentos de cuerda. Alceo. Parece haber nacido hacia el 630 a. C. Naci poco despus del colapso de la monarqua y vivi las luchas de las familias nobles por el poder.

    Es apasionado y violento en los ataques a sus enemigos polticos, ensandose en la presentacin de sus defectos fsicos y morales. Sus canciones de bebida tienen un aire de espontaneidad y casi de improvisacin: cualquier ocasin es buena para celebrarla con vino rodeado de amigos, ya que el vino revela al verdadero hombre. El tema del vino va en l estrechamente ligado al amor, que trata a la manera tradicional.

    En cuanto a las imgenes y metforas, no las utiliza a menudo como artificio literario, sino slo cuando sirven para recalcar un punto determinado, y, entonces, tomndolas del caudal popular o literario, vara su estructura, dndoles mayor viveza segn las circunstancias. Hay una imagen, la de la nave cuya salvacin o prdida simbolizan la de la patria, que ya haba sido tratada por Arquloco,

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    pero que Alceo desarrolla en forma de alegora8 extensa, y que tendr una larga historia posterior refirindose al gobierno del estado. En Alceo no se refiere todava al Estado en sentido general, sino al grupo poltico del que l forma parte y los avatares y peligros que corre en su lucha por el poder.

    Lectura:

    Con voz unnime, al mal nacido Ptaco de esta ciudad, sin agallas y desdichada, tirano le nombraron alabndole todos a una. (fr. 160 Ed.) Hebro, el ms bello de los ros, junto a Eno desembocas en el purpreo mar, vomitando un resplandeciente bao de espuma tracia. (fr. 17 Ed.) Saltando a lo alto de las naves de buenos bancos, os sentis en los cables, visibles a lo lejos. (fr. 14,9-12 Ed.) Santa Safo, de trenzas de violeta y sonrisa de miel. (fr. 124 Ed.)

    Safo. La fama de Safo, desde la antigedad ha mezclado pronto realidad con leyenda, ignorndose incluso la fecha de su nacimiento y muerte. Pocos son los datos seguros: parece del mismo tiempo que Alceo; tambin de noble familia, estaba casada, al parecer, con un hombre rico, y tena una hija. Fue desterrada a Sicilia hacia el 600, pero regres pronto; la mayor parte de su vida la pas en Lesbos, a cuya vida social y ciudadana est muy ligada.

    Casi toda su poesa, excepto alguna dirigida a sus hermanos, y quiz a Alceo (a quien tambin se le atribuye una dedicada a ella), est dedicada a muchachas: nueve libros de odas, epitalamios (cantos de boda), elegas e himnos, de los que slo una pequea parte nos ha llegado. El tema principal de sus poemas era el amor, expresado siempre con una natural sencillez, a veces con ternura, a veces con ardiente pasin. En todos los casos es siempre algo ntimo y sentido, un verdadero , nunca trivializado.

    Su poesa fue muy admirada ya en la antigedad; en poca helenstica y romana la admiracin era tal que se la elev a la categora de dcima musa. Poetas latinos como Catulo y Ovidio conocen su poesa y la imitan. La calidad e intensidad de su poesa amorosa siempre ha sido valorada porque traspasa las fronteras de su tiempo. Lectura:

    Inmortal Afrodita, la de trono de muchos colores, hija de Zeus, urdidora de engaos, yo te suplico, reina ma, que no destroces mi pecho a fuerza de dolores y de angustias. Antes ven ac, si es que alguna vez antao, mis voces oyendo en la distancia, me escuchabas y, dejando atrs la casa de tu padre, venas a mi lado despus de enganchar el tiro a tu carroza de oro. Graciosos gorriones tiraban veloces de ti batiendo sus alas a un ritmo presuroso en torno a la tierra oscura, y desde el cielo, cortando el ter, presto llegaban.

    8 La alegora es una ficcin en virtud de la cual una cosa representa o simboliza otra distinta.

  • 18

    Con la sonrisa en tu divino rostro acostumbrabas, oh bienaventurada, a preguntarme qu mal sufra de nuevo y por qu de nuevo te llamaba. Qu cosa deseaba ver cumplida para dar gusto a mi pobre corazn. "A quin -me dijiste- debo persuadir de que venga a tu amor? Quin es, Safo, el que te hace sufrir?" "Si huye de ti, pronto habr de buscarte; sus dones ha de darte, si rechaza los tuyos. Y si es que no te ama, pronto habr de amarte, quiralo o no." Ven, pues, tambin ahora y librame de mis rigurosos tormentos; haz que se cumpla cuanto mi corazn desea ver cumplido; t misma lucha a mi lado. (fr. 1) Parceme a m que es igual a los dioses el mortal que se sienta frente a ti, y desde tan cerca te oye hablar dulcemente y sonrer de esa manera encantadora. El espectculo derrite mi corazn dentro del pecho. Apenas te veo as un instante, me quedo sin voz. Se me traba la lengua. Un fuego penetrante fluye en seguida por debajo de mi piel. No ven nada mis ojos y empiezan a zumbarme los odos. Me cae a raudales el sudor. Tiembla mi cuerpo entero. Me vuelvo ms verde que la hierba. Quedo desfallecida y es todo mi aspecto el de una muerta... (fr. 31) Una hueste de jinetes, o de infantes o de naves dicen unos u otros qu es lo ms bello que existe en la negra tierra. Yo digo que es aquello que se ama. (fr, 381 Ed.) NOVIA. -Doncellez, doncellez, a dnde te fuiste, abandonndome? DONCELLEZ.- Ya nunca, novia, ya nunca volver a tu lado, (fr. 164 Ed.)

    Anacreonte de Teos. Ms de medio siglo despus del florecimiento del canto mondico lesbio y en un mundo totalmente diferente, se da la obra potica de Anacreonte de Teos, jonio a quien los eruditos alejandrinos colocaron al lado de Alceo y Safo. Transform la monodia personal y espontnea de estos poetas lesbios en una poesa de banquete cortesano, donde los temas del amor y del vino son cultivados como manifestaciones del buen vivir. Canta el vino, la gastronoma, la msica, el amor, como cosas buenas de la vida; es una poesa de relajacin ms que la expresin de ideales polticos o morales. Su poesa es delicada y nada tiene que ver con las desmesuras orgisticas que se le han atribuido posteriormente. Manifiesta una gran sensibilidad para el colorido, para la utilizacin de imgenes originales, como cuando compara el trato de Eros a su vctima con la actividad de un herrero: primero lo golpea con un gran martillo y luego lo enfra en el agua del torrente. Asimismo tiene una gran sensibilidad para lo delicado y frgil, como cuando compara a la juventud esquiva con el pequeo corzo que anda errante por el bosque, lleno de miedo, abandonado de su madre.

  • 19

    Lectura: En primavera los membrillos cidonios florecen regados por la corriente de los arroyos en el huerto no hollado de las Doncellas, y tambin crecen los pmpanos bajo umbrosos retoos. Amor, en cambio, jams reposa para m en estacin alguna, sino que, cual cierzo tracio inflamado por el rayo, sombro y resuelto, me agita el alma por entero, violentamente, con loco frenes que me consume. (fr. 1, 8 Ed.). Yo, por mi parte, no quisiera ni el cuerno de Amaltea, ni reinar en el feliz Tartesos ciento cincuenta aos. (fr. 8 Ed.) Por eso con frecuencia gimo, del Hades temeroso, pues temible es su abismo, y doloroso el descenso. De seguro, al que all baja no le es posible subir. (fr. 69 Ed.)

    Supuesto retrato de Safo de Lesbos, segn un mosaico encontrado en

    Pompeya.

    La lrica coral

    Haremos finalmente, para terminar, un breve resumen del canto coral. El canto coral procede de Esparta, en donde parece haber existido un importante cultivo de la

    msica y de la cancin, tanto mondica como coral, ya desde antiguo y en el siglo VII a. C. Este canto es , es decir, canto y danza a la vez, como ocurrir despus con los coros de las tragedias en Atenas. Su vinculacin al culto parece indudable. El vigoroso desarrollo inicial del canto coral en el mbito dorio de Esparta es el que dio a este tipo de canto el colorido lingstico dorio que presenta a lo largo de toda la historia del gnero. Alcmn. El primer poeta lrico coral del que nos ha quedado es Alcmn, perteneciente al siglo VII. Aunque proceda de Sardes, o de Jonia, desarroll su actividad en Esparta. Sus obras, recogidas en cinco libros por los alejandrinos, se han perdido. Nos quedan dos restos importantes en papiros de composiciones llamados partenios o cantos corales de jvenes muchachas (= virgen). Lectura:

    Que ningn hombre trate de volar al cielo ni de unirse en matrimonio a Afrodita. (fr. 1, 16-17 D).

    Estescoro. Entre el final del siglo VII y la primera mitad del siglo VI se desarroll la actividad de Estescoro, que aunque naci en Metauro, en Italia meridional, fue Hmera, en la costa norte de Sicilia, su verdadera patria. Es un poeta lrico coral, pero lo que lo caracteriza es el predominio absoluto del mito en sus temas, lo que le acerca a la epopeya. Los antiguos recogieron su produccin en veintisis libros, de los que slo conservamos algunos ttulos y pequeos fragmentos.

    Con Estescoro tenemos una brillante muestra de las letras griegas no ya slo en el marco del Egeo, sino en el floreciente mundo de las colonias griegas occidentales de la Magna Grecia y Sicilia. Su influencia en la poesa coral posterior, as como en la tragedia, fue grande, sin duda, especialmente en la conservacin y perfeccionamiento del mito, de modo que podemos considerarlo como un puente entre la pica y la tragedia, que de nuevo har del mito tradicional la fuente casi nica de sus temas.

  • 20

    Lectura: No es cierto ese decir, Ni fuiste en las naves de buenos bancos, ni llegaste a la ciudadela de Troya (fr. 16 Ed.)

    bico de Regio. Otro griego del sur de Italia, bico de Regio, cultiv en el siglo VI tambin la oda coral. En la primera etapa, sin duda influida por Estescoro, hay en su poesa muchas alusiones mitolgicas y predileccin por los detalles poco comunes. Es una poesa cortesana, a la que el viaje a la corte de Polcrates de Samos, donde conoce a Anacreonte, le acaba de dar el giro definitivo hacia la poesa amatoria. Cicern le llama "el poeta del amor apasionado". Lectura:

    Estas cosas las Musas del Helicn con sabia voz podran decirles, mas no hay hombre mortal que enumerarlas pueda una por una. (fr. 67 Ed.)

    Simnides de Ceos (556-468). Este es ya un poeta de vida errante por las principales cortes griegas del momento, bajo el mecenazgo de cuyos seores compone su poesa. Su fama le viene de los Epinicios o Cantos triunfales, nuevo campo conquistado por l para la poesa lrica coral, al que Pndaro dara su forma definitiva. Lectura:

    Por encima de su cabeza revoloteaban aves sin cuento, y por fuera del agua saltaban los peces por su hermoso canto. (fr. 51 E)

    Ni siquiera se levantaba un soplo de viento que moviera las hojas e impidiera que, extendindose, llegase a odos de los mortales su voz dulce como la miel. (fr. 52 E)

    Siendo hombre, no digas nunca lo que suceder maana, ni, al ver a un hombre afortunado, por cunto tiempo lo ser. Pues ni siquiera el vuelo de una mosca de anchas alas es tan rpido como el cambio de estas cosas. (22 E)

    Cuando a la tallada arca alcanzaba el viento con su soplo, y la agitacin del mar la inclinaba a temer, con las mejillas hmedas de llanto, echaba su brazo en torno a Perseo y deca: "Hijo, por qu fatigas pasas y no lloras! Con nimo de lactante duermes y, tumbado en esta desagradable caja de clavos de bronce, vencido por la sombra oscuridad de la noche. De la espesa sal marina de las olas que pasan de largo por encima de tus cabellos no te preocupas, ni del bramido del viento, envuelto en mantas de prpura, con tu hermosa cara pegada a m. Si te causara miedo esto, a mis palabras presentaras tus finos odos. Duerme, mi, nio, te lo pido. Que duerma tambin la mar y nuestra inmensa desgracia! Ojal se dejara ver un cambio en tus designios! Padre Zeus, las palabras atrevidas y fuera de justicia que halles en mi splica, perdnamelas".

    (fr. 27, E)

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    Quien no es ni bueno ni malo en exceso, y conoce la justicia que ayuda a la ciudad, es un hombre sano: yo no he de reprocharle, pues la generacin de los intiles es inmensa. Bellas son todas las cosas no mezcladas de vileza. (fr. 19 23-28 E). Quin con sabio entendimiento, alabara a Clebulo, un habitante de Lindos, que a los ros de eternal corriente y a las primaverales flores, a la llama del sol y a la urea luna, y a los remolinos del mar, opuso la fuerza de una estela? Pues todas las cosas son inferiores a los dioses, y a una piedra la pueden romper hasta unas manos mortales. De insensato es ese pensamiento. (fr. 31 Ed.)

    Pndaro de Beocia. Pndaro de Beocia, nacido el 522 a. C. viaj durante su larga vida por todos los centros polticos importantes del mundo griego, con largas residencias en Atenas y Sicilia. Lo ms notable de su obra son los Epinicios, o cantos destinados a la celebracin de un triunfo en los diferentes Juegos Panhelnicos. Sus Epinicios estn clasificados, segn las festividades, en cuatro grupos: Odas Olmpicas, en honor de los vencedores de los festivales celebrados en Olimpia dedicados a Zeus; Odas Nemeas, dedicadas a quienes vencan en el festival celebrado en Argos; Odas stmicas, en las que se celebraba a los triunfadores en las fiestas panhelnicas que tenan lugar en Corinto y Odas Pticas, dedicadas a los triunfadores en los festivales de Delfos.

    La poesa de Pndaro es difcil, por sus bruscas transiciones de tema y por sus oscuras alusiones mitolgicas, por el orden tan complicado de las palabras, por la floja evidencia de los nexos entre los distintos elementos, etc. En la estructura general de sus odas siempre hay unos elementos recurrentes que pueden sintetizarse en tres grupos: 1) Alusiones al vencedor, su familia, su patria, y sus mritos deportivos en otras fiestas. 2) Alusiones mitolgicas, tradas a colacin por diversas relaciones asociativas, no siempre fciles de ver, con la fiesta, la patria del vencedor o sus antepasados, etc. 3) Reflexiones morales y juicios tico-religiosos. Estos tres elementos son manejados por Pndaro con toda libertad y riqueza, sin atenerse a un esquema rgido, y en donde el desarrollo del mito es mayor de lo que la ilustracin del tema exigira. Lectura:

    El agua es lo mejor de todo y el oro que brilla, como de noche el resplandeciente fuego, constituye la prez9 de la riqueza de un gran seor, pero si quieres hablar de premios, corazn, no busques brillo de astro alguno ms caliente en el desierto cielo. (Ol. I 1-6) La odiosa perfidia de palabra exista ya antao, compaera de camino de los dichos seductores, dolosa de intencin: la calumnia malhechora. Violenta lo que es ilustre y de los hechos oscuros hace elevarse una fama putrefacta. (Nem. VIII, 32-4) De violetas y de rayos purpreos empapado el tierno cuerpo. (Ol. VI 55-6) Los bucles de su melena, sin cortar, le caan brillantes por toda la espalda; y al punto que lleg, se detuvo, para poner a prueba la firmeza de su nimo, en el gora, abarrotada de gente. (Pit. IV B2 82-85)

    9 Lo mejor.

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    De ella arrancaron un ornamento fnebre, una pulida piedra que arrojaron sobre el pecho de Plux. Mas no le hiri ni le hizo retroceder. Y, a su vez, lanzndose con raudo dardo, hundi su bronce en el costado de Linceo. (Nem. X.67-72) urea forminge, posesin compartida de Apolo y de las Musas de violceas trenzas. Te escuchan los pasos, comienzo de la fiesta, y a tus seales obedecen los cantores, cuando con tus vibrantes sones marcas el preludio que ha de guiar la danza. Hasta el eterno fuego apagas del rayo, ese lancero. El guila, la reina de las aves, duerme bajo el cetro de Zeus, sobre uno y otro lado sus alas replegadas. Sobre su curva cabeza una nube oscura, cerrojo dulce de los ojos, derramaste. Y mientras duerme, mueve acompasadamente el dorso, dominada por, tus sonoros efluvios. Incluso el violento Ares, dejando a un lado el duro filo de sus lanzas, conforta su corazn con un sueo profundo. Tus flechas hasta hechizan el corazn de los divinos, gracias a la sabidura del hijo de Leto10 y de las Musas de profundo regazo. (Pit. 1, 1-12) Me es imposible afirmar que dios alguno sea un glotn. Me abstengo de ello. Menguada muchas veces es la ganancia del blasfemo. (Ol. II, 71-74) All las hijas del Ocano, soplan en torno a la isla de los Bienaventurados, y refulgen flores de oro, unas en tierra de resplandecientes rboles, otras las cra el agua. De ellas hacen coronas y brazaletes para sus brazos. (Ol. II ,71-4) Efimeros. Qu somos? Qu no somos? El hombre es el sueo de una sombra. Mas cuando llega la luminosidad que da Zeus, y se cierne sobre l un brillante resplandor, dulce como la miel es su vida. (Pt. VIII, 95-7)

    Baqulides. Fue un poeta desconocido hasta 1898. Se conservan de l, sobre todo, epinicios. Fue siempre comparado con Pndaro y ambos coincidieron en la lucha por ser patrocinados por Hiern, rey de Siracusa. Baqulides, a diferencia de Pndaro, desarroll ms la parte atltica del epinicio, cuidando el orden cronolgico natural y buscando linealidad en la exposicin del mito. Tiene tambin poemas de tipo anacrentico en los que canta el placer de la bebida y de la msica en compaa de los amigos. Lectura:

    Mas cuando del terrible fuego salt la brillante fuerza, poniendo por encima Zeus una nube cubierta de negrura, apag la rubia llama. (fr. 31 Ed.)

    10 Es decir, Apolo.

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    Desfalleci mi dulce vida, y me di cuenta de que perda fuerzas. Ay! cuando respir por ltima vez, llor, desdichado de m, al abandonar mi brillante juventud. (fr. 33 Ed.) Ay!, Infortunada de m. Qu he planeado? La envidia poderosa le ha perdido. (fr.12 Ed.)

    ACTIVIDAD PRESENCIAL:

    1. SITA A LOS POETAS LRICOS ESTUDIADOS EN LOS SIGUIENTES MAPAS MUDOS, INDICANDO CIUDAD Y SIGLO (Fjate en los ejemplos).

    Arquloco, Paros (s.VII a.C.)

    bico de Regio (s. VI a.C.)

    MAPA DE LA ANTIGUA GRECIA Y ASIA MENOR

    MAPA DE LA MAGNA GRECIA (SUR DE ITALIA Y SICILIA)

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    LA LRICA MODERNA (algunos ejemplos)

    Luis Cernuda: No deca palabras

    No deca palabras, acercaba tan slo un cuerpo interrogante,

    porque ignoraba que el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe,

    una hoja cuya rama no existe, un mundo cuyo cielo no existe.

    La angustia se abre paso entre los huesos, remonta por las venas hasta abrirse en la piel,

    surtidores de sueo hechos carne en interrogacin vuelta a las nubes.

    Un roce al paso, una mirada fugaz entre las sombras,

    bastan para que el cuerpo se abra en dos, vido de recibir en s mismo

    otro cuerpo que suee; mitad y mitad, sueo y sueo, carne y carne,

    iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo. Aunque slo sea una esperanza

    porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.

    Luis Garca Montero (Granada, 1958)

    Luis Garca Montero: El Amor

    Las palabras son barcos y se pierden as, de boca en boca,

    como de niebla en niebla. Llevan su mercanca por las conversaciones

    sin encontrar un puerto, la noche que les pese igual que un ancla.

    Deben acostumbrarse a envejecer y vivir con paciencia de madera

    usada por las olas, irse descomponiendo, daarse lentamente,

    hasta que a la bodega rutinaria llegue el mar y las hunda.

    Porque la vida entra en las palabras como el mar en un barco,

    cubre de tiempo el nombre de las cosas y lleva a la raz de un adjetivo

    el cielo de una fecha, el balcn de una casa,

    la luz de una ciudad reflejada en un ro. Por eso, niebla a niebla,

    cuando el amor invade las palabras, golpea sus paredes, marca en ellas los signos de una historia personal

    y deja en el pasado de los vocabularios sensaciones de fro y de calor,

    noches que son la noche, mares que son el mar,

    solitarios paseos con extensin de frase y trenes detenidos y canciones.

    Si el amor, como todo, es cuestin de palabras, acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

    ngel Gonzlez: Para que yo me llame ngel Gonzlez

    Para que yo me llame ngel Gonzlez, para que mi ser pese sobre el suelo,

    fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo:

    hombres de todo el mar y toda tierra, frtiles vientres de mujer, y cuerpos

    y ms cuerpos, fundindose incesantes en otro cuerpo nuevo.

    Solsticios y equinoccios alumbraron con su cambiante luz, su vario cielo,

    el viaje milenario de mi carne trepando por los siglos y los huesos.

    De su pasaje lento y doloroso de su huida hasta el fin, sobreviviendo

    naufragios, aferrndose al ltimo suspiro de los muertos,

    yo no soy ms que el resultado, el fruto, lo que queda, podrido, entre los restos;

    esto que veis aqu, tan slo esto:

    un escombro tenaz, que se resiste a su ruina, que lucha contra el viento, que avanza por caminos que no llevan

    a ningn sitio. El xito de todos los fracasos. La enloquecida

    fuerza del desaliento...

    ngel Gonzlez (1925-2008)

    Juan Ramn Jimnez: El Viaje Definitivo

    Y yo me ir. Y se quedarn los pjaros cantando; y se quedar mi huerto con su verde rbol, y con su pozo blanco.

    Todas las tardes el cielo ser azul y plcido; y tocarn, como esta tarde estn tocando, las campanas del campanario.

    Se morirn aquellos que me amaron; y el pueblo se har nuevo cada ao; y en el rincn de aquel mi huerto florido y encalado, mi espritu errar, nostljico1.

    Y yo me ir; y estar solo, sin hogar, sin rbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plcido Y se quedarn los pjaros cantando.

    (1) Juan Ramn Jimnez escriba todo con jota (excentricidades de un jenio)

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    Mario Benedetti:

    Tctica y estrategia

    Mi tctica es mirarte

    aprender como sos quererte como sos

    mi tctica es hablarte

    y escucharte construir con palabras

    un puente indestructible

    mi tctica es quedarme en tu recuerdo

    no s cmo ni s con qu pretexto

    pero quedarme en vos

    mi tctica es ser franco

    y saber que sos franca y que no nos vendamos

    simulacros para que entre los dos

    no haya teln ni abismos

    mi estrategia es en cambio

    ms profunda y ms simple

    mi estrategia es que un da cualquiera

    no s cmo ni s con qu pretexto

    por fin me necesites

    Dmaso Alonso: Insomnio

    Madrid es una ciudad de ms de un milln de cadveres (segn las ltimas estadsticas).

    A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en que hace 45 aos que me pudro,

    y paso largas horas oyendo gemir al huracn, o ladrar a los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.

    Y paso largas horas gimiendo como el huracn, ladrando como el perro enfurecido, fluyendo como la leche

    de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntndole a Dios, preguntndole

    por qu se pudre lentamente mi alma, por qu se pudren ms de un milln de cadveres en

    esta ciudad de Madrid, por qu mil millones de cadveres se pudren lentamente en el mundo.

    Dime, qu huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? Temes que se te sequen los grandes rosales del da, las

    tristes azucenas letales de tus noches?

    Jaime Gil de Biedma: A Una Dama Muy Joven, Separada

    En un ao que has estado casada, pechos hermosos,

    amargas encontraste las flores del matrimonio.

    Y una buena maana la dulce libertad

    elegiste impaciente, como un escolar.

    Hoy vestida de corsario en los bares se te ve

    con seis amantes por banda -Isabel, nia Isabel-,

    sobre un taburete erguida, radiante, despeinada

    por un viento slo tuyo, presidiendo la farra.

    De quin, al fin de una noche, no te habrs enamorado por quererte enamorar!

    Y todo me lo han contado. No has aprendido, inocente,

    que en tercera persona los bellos sentimientos

    son historias peligrosas? Que la sinceridad

    con que te has entregado no la comprenden ellos,

    nia Isabel. Ten cuidado. Porque estamos en Espaa. Porque son uno y lo mismo los memos de tus amantes,

    el bestia de tu marido.

    Jaime Gil de Biedma (1929-1990)

  • 26

    Mapa de la Antigua Grecia

    La Magna Grecia

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    3. El drama tico: tragedia y comedia

    3.1 INTRODUCCIN

    Los orgenes literarios del teatro griego han de ser buscados en determinados elementos formales de los gneros poticos estudiados, en la pica y en la lrica. Mientras en ellas lo fundamental es la narracin de los hechos mticos o vivenciales, en el teatro el centro lo constituye la representacin visualizada de esos hechos.

    Esta puesta en escena no surgi de la nada, sino que era un elemento constante en antiguos rituales ligados al culto de los dioses. Aristteles dice que la tragedia surgi de los que entonan el ditirambo o canto ritual de Dioniso. Este dios era venerado con el epteto de melanaigiv" (de mevlan -negro- y ai]x -cabra-) y los que le rendan culto se vestan de machos cabros; por otro lado, la palabra tragedia procede de tragw/diva que significa canto de los machos cabros, as pues la relacin parece evidente, a pesar de la falta de informacin.

    Segn Aristteles, la tragedia al principio estaba formada por pequeos temas y un lenguaje jocoso, por proceder del drama satrico, y ms tarde adquiri ese tono de dignidad que la caracteriza. Un punto oscuro es cmo y cundo estos cantos corales dionisacos incorporaron a su temtica el elemento heroico, que les dio seriedad. Parece ser que esto sucedi en poca temprana, cuando se asimilaron al culto de Dioniso otros cantos en honor de algn hroe local. As el ditirambo fue perdiendo su carcter religioso-ritual e incorporando elementos profanos, ms acordes con la problemtica humana.

    El elemento clave de la tragedia frente al ditirambo es la introduccin de un personaje que dialoga con el coro. Los predecesores del primer gran trgico, Esquilo, fueron Tespis, Qurilo, Prtinas y Frnico. La innovacin de Tespis, primer autor de tragedias conocido, fue la invencin del prlogo y el discurso. Los tres grandes trgicos son: Esquilo, Sfocles y Eurpides. Otros trgicos menores fueron In, Critias y Agatn.

    Elementos constitutivos de la tragedia (citados por Aristteles en su Potica) son: El prlogo: parte de la tragedia que precede a la prodos (entrada) del coro. Los cantos del coro. Los episodios: partes comprendidas entre cantos completos del coro. El xodo: parte tras la cual no hay canto del coro.

    Otras caractersticas de la tragedia eran el nmero limitado de actores, el atuendo y las mscaras usados, el acompaamiento musical y la representacin al aire libre.

    Dioniso, dios del teatro

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    3.2 ESQUILO

    a. La vida de Esquilo Relaciones de Esquilo con el pblico ateniense. Esquilo y Sicilia. Premios Esquilo naci en Eleusis en 525/24 a.C. Era hijo de un distinguido hacendado llamado Euforin. Intervino en las

    batallas de Maratn y Salamina, contra los persas, as como en otras de las guerras mdicas. Fue absuelto en un proceso e impiedad por violar el secreto de los misterios. Siendo muy joven particip en los concursos de los poetas trgicos, quiz en 28, de los cuales en trece fue el vencedor.

    En su madurez se traslad a Sicilia a la corte de Hiern, tirano de la ciudad, seguramente llevado por la abundancia de artistas que en dicho lugar se daban cita. All, tal vez representara por segunda vez Los Persas, obra que le vali el triunfo en Atenas.

    Lectura: Un mensajero anuncia a la madre del rey Jerjes la derrota de los persas en Salamina

    MENSAJERO.-Comenz, seora, el infortunio todo genio vengador o un demon11 de desgracia venido de algn sitio. Pues un griego de la armada de Atenas vino y cont a tu hijo Jerjes esto: que en el momento en que llegaran las nieblas de la noche oscura no quedaran los griegos en sus puestos, sino que lanzndose sobre los bancos de remeros de las naves, cada uno en una direccin, la vida salvaran con fuga oculta. El, as que lo oy, sin notar el engao aquel griego, anuncia a todos los capitanes de la flota esta orden: que cuando deje el sol de incendiar con sus rayos la tierra y las tinieblas se hagan dueas del recinto sagrado del ter, formen el grueso de las naves en tres filas para guardar los pasos y los estrechos en que resuena el mar, y que hagan un crculo en torno de la isla de Ayante, pues si lograban escapar los griegos de un fin infausto furtivamente, hallando sus naves una huida, estaba sentenciado para todos el perder la cabeza. Esto dijo con nimo tranquilo: pues no saba lo que haba de venirle de parte de los dioses.

    Ellos, no con desorden, sino con calma dcil, prepararon la cena y cada marinero amarraba el mango de su remo al esclamo12 dispuesto para l. Y cuando se extingui la luz del sol y la noche llegaba, todo seor del remo march a la nave y todo gobernante de armas; una fila a otra fila de remeros llamaba en la nave alargada; navegan segn la orden que cada uno recibiera y a travs de la noche los seores de las naves hicieron que navegara en los estrechos la tropa toda marinera.

    La noche adelantaba, pero la armada de los griegos no realizaba en parte alguna una salida oculta, mas cuando, sin embargo, el da con sus corceles blancos ocup la tierra toda, esplendente de ver, primero un grito reson con clamor, como un canto, del lado de los griegos