NO.1Andrea

BravoDanielaRodriguez

FelipeObando

COMICS. ARTE. LUZ.

sETIEMBRE 2015. cOSTA rICA

Matora Marlonocampo

oscarespinoza

yulybrenes

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Está sucediendo. No sé cómo, pero está sucediendo. Lo que desde hace varios años existía como una inquietud, hoy se manifiesta como una realidad que, desde el 2014, venía tomando forma al encontrar a dos personas que me apoyaron. Luminaria responde, entre otras cosas, a la necesidad de fortalecer la debilucha presencia del comic - como medio - en Costa Rica; digo “como medio” porque si bien el comic está presente, lo que en realidad creo que está presente es la cultura de los superhéres estadunidenses (con un par de excepciones), trayendo películas, videojuegos, y como corolario, comics. Pocos que piensen en comics recuerdan artistas sudamericanos o europeos, pues las capas y los superpoderes han casi hurtado el concepto.

Luminaria busca reivindicar el papel que tiene la narrativa secuencial como medio para contar historias de toda índole, sin rechazar las temáticas antes mencionadas, solamente expandiendo la gama de tópicos; buscamos ser un punto de encuentro donde artistas y entusiastas puedan ayudarse y aprender juntos, y con “artistas”, hablamos precisamente de eso: Artistas. No queremos limitarnos a dibujantes, escritores o pintores. Cualquier persona es libre de contactarnos si desea ver su trabajo publicado, sean músicos, actores, poetas, en fin: artistas.

Está sucediendo, y esto es gracias a Óscar y Matora, quien junto con mi persona, han sido los padres de esto que esperamos, crezca cada día más para que, en efecto, este proyecto evolucione y llegue a ser un faro, una Luminaria para quienes inician, igual que nosotros.

Felipe Obando.

ContenidosESTÁ SUCEDIENDO

ARTISTAS ¿Quién es Luminaria?

LAS PUERTAS DEL CIELOFelipe Obando

LA CÁPSULA DEL TIEMPOÓscar Espinoza

MASA DE AGUAAndrea Bravo

MANIFIESTO LUMINARIA

DESTERRADOS EN EL MAR DE ARENAMatora y Felipe Obando

MONSTRUOS EN LA CIUDADYuly Brenes

EL TATUAJEMarlon Ocampo

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ARTISTAS

ÓSCAR ESPINOZA ANDREA BRAVO FELIPE OBANDO

MARLON OCAMPOMATORA

DANIELA RODRÍGUEZ

YULY BRENES

CRÉDITOS

¿Quién es Luminaria?

“Escoge un trabajo que te guste, y no tendrás que

trabajar ni un solo día de tu vida”

Confucio

“El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho” Jorge Luis Borges

“Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve”

Proverbio griego

“Duda de todo. Encuentra tu propia luz”

Buda Siddhartha Gautamá

“Todo pasa por una razón”

“Cuando se ama a una flor y esta se encuentra en una estrella, es muy agradable contemplar el cielo por la

noche: todas las estrellas han florecido”

Antoine de Saint-Exupery

“...”

LUMINARIA #1

EDICIÓN: Felipe Obando

DISEÑO GRÁFICO:Oscar EspinozaFelipe ObandoAndrea Bravo

DIAGRAMACIÓN:Felipe Obando

ILUSTRACIÓN DE PORTADA:Felipe Obando

CONTACTO:www.facebook.com/proyecto.luminariaemail: proyecto.luminaria@gmail.com

COLABORADORES:Andrea Bravo, Daniela Rodríguez, Felipe Obando, Marlon Ocampo, Matora, Óscar Espinoza, Yuly Brenes.

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MANIFIESTO LUMINARIA: Luminaria busca la expresión genuina de cada individuo, siendo esta su esencia más clara.

Luminaria busca generar a partir de esta expresión un cambio progresista en la sociedad (entiéndase este progreso en un ámbito social, ecológico y espiritual; y no necesariamente progreso material).

Luminaria está en búsqueda de la verdad propia del individuo, siendo esta verdad nunca dogmática, permitiendo siempre la crítica y el diálogo.

Luminaria apoya la igualdad en el desarrollo pleno de toda persona sin importar género, sexualidad, raza, religión, etc.

Luminaria no está alineada a ningún pensamiento político.

Luminaria busca ser una luz de felicidad auténtica en medio del vacío y la oscuridad.

Luminaria pretende ser un faro para artistas independientes en su búsqueda por su propia publicación

Luminaria es un foro de discusión y mutuo apoyo de todos sus miembros, que comparten sus conocimientos y también lo crean.

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LA CÁPSULA DEL tIEMPOPOR: ÓSCAR ESPINOZA

De lo real a lo fugazmente ilusorio. De los recuerdos al olvido. La cápsula del tiempo muestra lo que ocurre, cuando aún queda un destello de esperanza en la mente senil de un desconocido, que puede transformarse en cada uno de nosotros.

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AHORA SE HAN NUBLADO

PERO HASTA EL CIELO MÁS TEMPESTUOSO...

PERMITE VER UN RAYO DE LUZ...

LOS PENSAMIENTOS QUE ANTES ERAN LÚCIDOS...

PORQUE LOS MOMENTOS DISTANTES... QUE LUCHAN POR ESCAPAR DEL OLVIDO...

HAN ESTADO ESCONDIDOS...

EN LOS SURCOS QUE EL TIEMPO LABRÓ.

Y MÁS ALLÁ, DE UN APARENTE VACÍO...

LA REALIDAD SURGIRÁ...

DEJANDO A FLOTE LAS EMOCIONES OLVIDADAS... QUE ARDERÁN INTENSAMENTE...

PUES SUS CENIZAS...

SE CONVERTIRÁN EN RECUERDOS...

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MONSTRUOS EN LA CIUDADPOR: YULY BRENES

La ciudad está siendo atacada por una criatura monstruosa, ¿qué ocurre cuando dos de estas criaturas se encuentren?

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LAS PUERTAS DEL CIELOPOR: FELIPE OBANDO

¿Qué es el cielo y qué es el infierno? ¿Cómo podemos ir a esos sitios? ¿En cuál de los dos queremos estar? ¿Hemos ido ya?

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DESTERRADOS EN EL MAR DE ARENAPOR: MATORA Y FELIPE OBANDO

Leo y Virgo son desterrados en un desierto para ahí pagar por un delito acometido en el pasado.

El desierto junto a los extraordinarios hechos ocurridos ahí se encargarán de hacerles aprender, no por el precepto, sino por la experiencia.

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RELATOS CORTOSINCLUYE:

“MASA DE AGUA“POR ANDREA BRAVO

“EL TATUAJE“POR MARLON OCAMPO

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mASA DE AGUAPOR ANDREA BRAVO

Sus pies llegaron a mí el veinticuatro de diciembre del dos mil seis. Nunca supe de su familia, ni qué hacía entrometiéndose con mi piel acuífera y rocosa por las lluvias y tormentas que se aparecían en la época para ajetrearme con brusquedad sin cesar. Se me acercó, cautelosa, casi tímida pero con ansias. Su piel color vainilla convergía con facilidad con sus lunares en sus piernas; sus ojos verdes me miraban con un brillo casi melancólico, mas nunca triste. Desconfié al azar. Primera señal de que había algo raro en ese par de pies: los demás vienen y van sin que poco me importen. Pero los suyos-y su manía de incorporarse en mí con vestidos cortos- eran distintos. Como girasol que crece entre helechos: luz que destaca en la oscuridad. Prosiguió a sentirme con sus manos, notó aún más mi frialdad innata y de inmediato se intentó secar sus pequeños dedos casi enflaquecidos. A lo

Cada vez que me estrello de cabeza -de pies, de manos, de cuerpo entero: soy y no soy- contra la arena, recuerdo el color negro de sus uñas despintadas. Como un mantra de lo que se fue: un recordatorio

perenne de mi condena a ir y venir, pero nunca más con ella.

lejos su padre le advertía que no se alejara mucho, y que intentara mantenerse a una distancia cercana de la rambla. Se tropezó con una piedra y me cayó encima. Creo que me pidió disculpas. Ha sido la única persona que me ha hablado: por eso la recuerdo perpetuamente.

Nadó un buen rato conmigo, y sus brazos se movían concorde a mis ondulaciones incesantes, repetitivas: cotidianas. Estuvimos abrazados por más de quince minutos entonces. Salió, buscó una toalla y regresó a mi lado sólo para observarme-pensé- pero inmediatamente su boca me compartió magia: “Espero regresar, ¿sabés? Me siento infinita acá. Espero que nunca te agotes.” Sus labios se dejaron llevar por una pequeña mordedura de disgusto-que debo de admitir, fue lo más tierno que jamás había visto- y seguidamente se cubrió con un vestido nuevo, esta vez seco. Se hizo el

pelo a un lado, y consideré imaginarla con el mismo ya largo y ondulado: infinito. El sol estaba intentando cobijarse de las mil y una oscuridades de la noche. Corrió hacia la rambla y se acercó rápido a un automóvil rojo. Alzó sus manos y se despidió de mí. Lloré toda esa noche.

No oí de ella por semanas. Los días de enero comenzaron frívolos y la calidez desparecía por alguna extraña razón. Me cubrí por mucho tiempo de lluvia y vientos encarceladores. Sospeché de mis ansias, oculté mi necesidad de ella-de sus pies con uñas despintadas- pero igual la fui recordando cada día más.

El dieciséis de enero del dos mil siete desperté tarde. Las olas me surgieron a eso de las diez de la mañana y mis manchas de arrecifes paralizaron mi color azul tenue. Celeste, me llamaron. Un pequeño escarabajo rojo con llantas se asomó detrás del muro que rodeaba el

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resto de la rambla, y unos pequeños-pero remarcables-ojos verdes se dirigieron hacia mí. Su cabello creció un poco, y su piel aún poseía esa transición inexplicable: sus brazos manchados de vainilla, sus piernas acariciadas por el sol, y sus manos intactas por suavidad. Era la misma: era ella.

Se despidió de mí, prometiéndome volver para conocerme mejor. Le respondí con calidez fluida, y me abrazó por una última vez.

De las pocas cosas que un mar puede recordar, están las más honestas e infantiles manos de una niña que quiso sentirse infinita y real. De las pocas cosas

que un océano acontece, es la tímida y delicada fineza de una niña en cautivar a una inerte masa de agua que sólo vive para tambalearse: para ondularse. De las pocas cosas que recuerdo, están sus ojos y su cabello: ese similar a mi cuerpo, infinito.

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EL TATUAJEPOR MARLON OCAMPO

Hace un año Fran se fue a comer hongos alucinógenos en un potrero.

Él y un par de amigos encontraron varios Cubensis repletos de Psilocibina. Se los comieron antes del atardecer en una zona boscosa.

Para cuando les empezó a hacer efecto, los llamaron para ir a una fiesta electrónica en el sur de la ciudad. Allí comieron más hongos y los compartieron con otras personas.

A la mañana siguiente, Fran descubrió que le habían hecho un tatuaje en la espalda sobre el corazón. Con un par de espejos vio el reflejo de un ojo cerrado.

En el momento no se arrepintió de la marca en su cuerpo, pero pronto empezaron a suceder cosas. Primero fueron las pesadillas sobre la noche que

lo tatuaron, luego comenzó a notar una racha de mala suerte.

Tras dos meses el tatuaje no cicatrizaba y le seguía irritando la piel. Intentó averiguar quién lo rayó esa noche, pero no preguntó mucho. Compró gel de aloe vera y cremas costosas para cicatrizar. Aun así no se curaba. Fue a un dermatólogo y le recetaron antibióticos contra infecciones.

Sara, la novia, no le aguantó más tonterías a Fran y terminó con él. Las pesadillas y la mala suerte llegaron con la marca del ojo cerrado, pero la peor maldición fue en el sexo. Fran, un simple ser humano, se quedó sin novia y no volvió ligar mujer alguna en un año. Todo desde aquella hongueada.

-¿Quién me hizo este tatuaje?- Le

preguntó a los que estuvieron en la fiesta.Finalmente le dijeron que fue un

metalero del sur que le dicen Misterio. Lo buscaron en todos los barrios hasta encontrarlo fumando crack en una acera.

Lo agarró del cuello y le gritó:-¿Qué es esta maldición que me

puso en la espalda? ¡Quítemela!-Misterio quedo muy asustado.

Cuando se le bajo respondió:-Estábamos muy locos y usted me

pidió que le tatuara eso. Fue puro mal viaje suyo.-

-¿Qué hago para que se cure?- Preguntó Fran.

-Debe volver a comer hongos, pero en un buen viaje, y para eso debe sanar la mente.-

Fran buscó trabajo, se matriculó a

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estudiar, dejo de tomar y de fumar, y se puso a hacer yoga.

Habló con Sara para volver, aunque ella no confió en él. Fran le prometió cambiar, portarse bien y ser responsable.

Así paso el verano, con el tatuaje irritado, las pesadillas, la mala suerte y la falta de sexo. La maldición del ojo cerrado.

Eventualmente llegaron las primeras lluvias del invierno y los Cubensis volvieron a crecer en el potrero. Fran se llevó un amigo y al tal Misterio a consumar la última hongueada de su vida.

Recogieron los mejores ejemplares. Solo Fran comió hongos, para liberarse de la maldición. Al rato empezó a reír sin motivo aparente, a ver objetos moverse y cambiar de color.

Se fue en un viaje de autoanálisis sobre el sentido de la vida y los planes a futuro. Recordó a Sara. Revivió la situación en que lo tatuaron. El mal viaje en sus pesadillas, cuando decidió ponerse un ojo cerrado en el corazón. No se sintió mal y lo superó, pues ahora se sentía mejor que hacía un año.

La solución a todo el problema era tatuarse un ojo abierto sobre el pecho, y así lo hizo. Se puso un ojo verde de Sara sobre el corazón.

Así dejo de tener pesadillas. El nuevo tatuador le curó el ojo de la espalda y comenzó a tener buena suerte. A Sara le encantó el detalle que se puso Fran en el pecho, de manera que lo perdonó.

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2015Costa Rica