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MALETA VIAJERA La maleta viajera nos permite disfrutar de la lectura de cuentos con nuestras familias y a la vez compartirlo con nuestros compañeros. Este año la maleta nos trae una nueva sorpresa: ¡Un libro viajero! El libro viajero ha ido viajando por todos los hogares y nos ha contado historias maravillosas, cuentos asombrosos, poesías preciosas… A continuación os dejamos una muestra de lo que nuestros niños de infantil y sus familias han escrito: 3 AÑOS Escrito por Abel ¡Hola compis! Soy Abel os voy a contar un cuento que seguro os encantará: Un bonito día amaneció en Jose María Pemanlandia. El sol lucía y muchos pajaritos revoloteaban por el patio de nuestro colegio que se había convertido en una alegre ciudad del Oeste. Junto al gran túnel gusano estaban Triana, Beatriz y Elena jugando con sus muñecas favoritas. Blanca y Ainoa preparaban la comida en su cocinita para el gran banquete de su amiga Julia que traía agua de la fuente. Algunos niños corrían detrás de una pelota blanca y azul. Alberto y M iguel buscaban flores para regalárselas a su profe Rocío. Sabían que a Rocío le encantaban las flores y las guardaba en una caja grande. Como era sábado no había cole y los niños se lo pasaban en grande jugando. Todos los niños llevaban sombreros del oeste y tenían un poni cada uno. ¿Sabéis todos los que es un poni? Es un caballo pequeño. El poni de Jorge se llamaba Rayo y el de Manuel Centella. Eran los ponis más rápidos del oeste. Cuando todo era tranquilidad y los niños de Jose María Pemanlandia jugaban algo sucedió. Pepe, el encargado de la gran puerta de la ciudad se había puesto malito y estaba en el médico; entonces los niños indios del poblado vecino aprovecharon para entrar montados en sus ponis. Eran muchos y muy bien organizados. Llevaban plumas en la cabeza y se habían pintado la cara y el cuerpo como habían visto hacer a sus papás. Cogieron todos los juguetes, muñecas, pelotas, cubos … y se lo llevaron en un gran saco. Se fueron riéndose: “ ja, ja, ja”. Todos los niños del oeste se quedaron muy tristes. Pero entonces, el pequeño Alberto dijo:” ¡Buscaremos al Shériff, niños!” La caseta del Shériff estaba cerca. El Shériff se llamaba Abel y sus ayudantes Daniel y Luis. Los tres eran muy valientes y sus pistolas de juguete eran muy temidas por los indios. Cuando los niños contaron lo ocurrido al Shériff y los ayudantes, idearon un plan: “no os preocupéis recuperaremos todos nuestros juguetes. Sabemos que los niños indios están en la fiesta de las hogueras. Organizaremos un ejército y volveremos con todos

MALETA VIAJERA

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MALETA VIAJERA

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M A L E TA V I AJ E R A

La maleta viajera nos permite disfrutar de la lectura de cuentos con nuestras familias y a la vez compartirlo con nuestros compañeros. Este año la maleta nos trae una nueva sorpresa: ¡Un libro viajero!

E l libro viajero ha ido viajando por todos los hogares y nos ha contado historias maravillosas, cuentos asombrosos, poesías preciosas … A continuación os dejamos una muestra de lo que nuestros niños de infantil y sus familias han escrito:

3 AÑOS

Escrito por Abel

¡Hola compis! Soy Abel os voy a contar un cuento que seguro os encantará:

Un bonito día amaneció en Jose María Pemanlandia. El sol lucía y muchos pajaritos revoloteaban por el patio de nuestro colegio que se había convertido en una alegre ciudad del Oeste.

Junto al gran túnel gusano estaban Triana, Beatriz y Elena jugando con sus muñecas favoritas. Blanca y Ainoa preparaban la comida en su cocinita para el gran banquete de su amiga Julia que traía agua de la fuente. Algunos niños corrían detrás de una pelota blanca y azul. Alberto y Miguel buscaban flores para regalárselas a su profe Rocío. Sabían que a Rocío le encantaban las flores y las guardaba en una caja grande. Como era sábado no había cole y los niños se lo pasaban en grande jugando. Todos los niños llevaban sombreros del oeste y tenían un poni cada uno. ¿Sabéis todos los que es un poni? Es un caballo pequeño. El poni de Jorge se llamaba Rayo y el de Manuel Centella. Eran los ponis más rápidos del oeste.

Cuando todo era tranquilidad y los niños de Jose María Pemanlandia jugaban algo sucedió. Pepe, el encargado de la gran puerta de la ciudad se había puesto malito y estaba en el médico; entonces los niños indios del poblado vecino aprovecharon para entrar montados en sus ponis. Eran muchos y muy bien organizados. Llevaban plumas en la cabeza y se habían pintado la cara y el cuerpo como habían visto hacer a sus papás. Cogieron todos los juguetes, muñecas, pelotas, cubos… y se lo llevaron en un gran saco. Se fueron riéndose: “ ja, ja, ja”. Todos los niños del oeste se quedaron muy tristes.

Pero entonces, el pequeño Alberto dijo:” ¡Buscaremos al Shériff, niños!” La caseta del Shériff estaba cerca. El Shériff se llamaba Abel y sus ayudantes Daniel y Luis. Los tres eran muy valientes y sus pistolas de juguete eran muy temidas por los indios.

Cuando los niños contaron lo ocurrido al Shériff y los ayudantes, idearon un plan: “no os preocupéis recuperaremos todos nuestros juguetes. Sabemos que los niños indios están en la fiesta de las hogueras. Organizaremos un ejército y volveremos con todos

nuestros juguetes. Andy y Ruben iréis los primeros y avisaréis cuando todos estén en la fiesta. Esa es vuestra misión.”

Andy y Rubén montaron en sus ponis y desde la ladera de la colina observaron el poblado. Cuando pudieron comprobar que todos los niños bailaban alrededor de la hoguera levantaron una bandera para avisar a los niños del oeste. El Shériff Abel dijo: “ ¡Es el momento! ¡Todos para el poblado! ¡Ignacio y Gonzalo por la derecha! ¡Beita y Erika por la izquierda! En un abrir y cerrar de ojos cogieron todos sus juguetes sin que nadie se diera cuenta cuando volvían contentos hacia su casa”. Adrián y el otro Manuel dijeron: “¡Alto todos! ¡Mirad allí junto al gran árbol! ¿Qué es eso?”

El gran jefe indio cantaba y bailaba alrededor de un gran fuego de llamas rojas, verdes, amarillas…: “Mi nombre es Salvador, soy el gran jefe de indio. Estoy pidiendo a las nubes que llueva para regar nuestras cosechas y llenar el pantano de agua.”

Los niños se quedaron impresionados por la magia del gran jefe indio Salvador. “¿De dónde venís con todos esos juguetes?”

Paola y Manuela le contaron al gran jefe lo que había pasado y el plan que habían pensado para recuperar sus juguetes. Entonces el gran jefe que era muy sabio les dijo: “los niños indios no son malos, lo que pasa es que son pobres y no tienen juguetes como vosotros, es por eso, por lo que os quitan los vuestros. A ellos también les encanta jugar.”

Los niños del oeste se pusieron tristes. Ahora se habían dado cuenta, ¿Qué podrían hacer? Todos se quedaron en silencio y a Paola se le ocurrió una idea:” Vamos a decírselo a nuestra profe Rocío, seguro que ella busca una solución“

Todos en Jose María Pemanlandia fueron a hablar con Rocío. La “seño” se sonrió y dijo: “es muy sencillo. A vosotros os sobran los juguetes, a ellos les hace falta, ¿por qué no compartirlos? A partir de ahora podéis jugar juntos, con todos vuestros juguetes, podéis jugar con todos con las pelotas, compartir las muñecas con las niñas indias, los cubos, las palas…”

Los niños se pusieron muy contentos desde ese día, los niños del oeste y los niños indios del poblado quedaban para jugar en la laguna.

Ana Victoria y Rocío Belén se disfrazaban de indias con sus nuevas amiguitas. Todos eran felices, el Shériff trajo chuches para celebrarlo. Ningún niño ni del oeste ni del poblado se quedaría nunca más sin juguetes. Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

4 AÑOS

Escrito por Paula

Hola compis, a mi me gustan mucho las poesías y los cuentos antes de dormir, os voy a recitar una poesía que se llama CHUPILANDIA de Gloria Fuertes.

El aire del pueblo olía a bizcocho.Las casitas de turrón,las tejas de chocolate,ventanas de mazapány las puertas de guirlache.

De azúcar las escalerasy de tarta los balcones,el suelo de carameloy de chicle los salones.

Los muebles son de galletay el techo de polvorones.

Las camas blandas de flan,la almohada de mantequilla,los libros de hoja de hojaldre,la piscina de natillas.

Pueblo de dulce.¡Qué empacho!(Las farmacias en la esquina).

5 AÑOS

Escrito por Mauri

“Mi ciudad, mi calle”

Buenos Aires, es una ciudad muy grande con más de 10 millones de habitantes. M i familia vive en un barrio llamado “Villa Lugano”, muy cerca vivían mis tíos y mi abuela. Las calles y veredas son anchas y hay gente por todos lados, durante todo el día y la noche, como si los días nunca acabaran.

El mate

El mate es un infusión que tomamos todos los argentinos, se toma en cualquier momento del día, acompañados por la familia o amigos, en la calles de “Lugano” se puede ver gente “mateando” por todos lados, en las plazas, parque, veredas, etc.

En la foto estoy con el mate y la bombilla, ¡está buenísimo!

P reparación:

1. Calentar el agua y quitar del fuego antes de que llegue a ebullición

2. Poner hierba en el mate solo hasta la mitad

3. Agregar un chorrito de agua fría y una cucharada de azúcar

4. Verter en el agua caliente y listo

Boca Junior

En mi ciudad el fútbol es “pasión”, lo llevamos en la sangre y el corazón. A los hinchas de Boca nos dicen “bosteros” o “chanchos”. En Argentina cualquier lugar es bueno para jugar un partido de fútbol, las veredas, las calles, los parques, etc…

El asado argentino

El asado argentino es la comida más típica de Argentina, es la excusa perfecta para reunir a la familia y amigos. Los fines de semana son perfectos para hacer un buen asado . los hombres prenden el carbón o “braza” y cocinan el asado, mientras las mujeres preparan la guarninción “ensalada rusa” y pan, “chimichurri” y “salsa criolla”. La música nunca falta para animar el ambiente.

En mi país somos muy sociables nos encanta hablar o “chamullar”, tanto el mate, el fútbol y el asado, hacen que siempre estemos reunidos.