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Marco teórico La presente investigación pretende, a partir de la aplicación de secuencias didácticas, lograr una reflexión y posible transformación de las prácticas educativas de la enseñanza en el lenguaje, específicamente en relación con la producción textual de los estudiantes, para esto la escuela debe proporcionar herramientas que le permitan al estudiante formar competencias textuales que contribuyan a su desenvolvimiento en el contexto global al cual se enfrenta actualmente. Por ello, en primer, lugar se hace necesario precisar qué se entiende por el proceso de enseñanza y aprendizaje de los saberes escolares desde la perspectiva teórica socioconstructivista, enfoque en el cual se fundamenta la propuesta de investigación. En segundo lugar se presenta un aparta un apartado sobre la producción textual, dentro del cual se plantean algunas de sus generalidades, sus modelos y su proceso de enseñanza a través de la implementación de una secuencia didáctica. En tercer lugar se expone el género textual… ( En este espacio va consignado el tipo de texto con el que cada grupo va a trabajar).

Marco Teorico

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Marco teórico

La presente investigación pretende, a partir de la aplicación de secuencias didácticas,

lograr una reflexión y posible transformación de las prácticas educativas de la

enseñanza en el lenguaje, específicamente en relación con la producción textual de los

estudiantes, para esto la escuela debe proporcionar herramientas que le permitan al

estudiante formar competencias textuales que contribuyan a su desenvolvimiento en el

contexto global al cual se enfrenta actualmente.

Por ello, en primer, lugar se hace necesario precisar qué se entiende por el proceso

de enseñanza y aprendizaje de los saberes escolares desde la perspectiva teórica

socioconstructivista, enfoque en el cual se fundamenta la propuesta de investigación.

En segundo lugar se presenta un aparta un apartado sobre la producción textual, dentro

del cual se plantean algunas de sus generalidades, sus modelos y su proceso de

enseñanza a través de la implementación de una secuencia didáctica. En tercer lugar se

expone el género textual… (En este espacio va consignado el tipo de texto con el que

cada grupo va a trabajar).

La construcción de saberes desde una perspectiva sociocontructivista

Hablar del sociocontructivismo es hablar de interacción, y por ende de todas las

experiencias vividas dentro de un aula de clase y cómo éstas experiencias contribuyen

en la construcción del conocimiento; es por esto que se hace necesario enmarcar los

procesos educativos en un ambiente socializador donde cada uno de los actores del

proceso son importantes en la construcción de saberes, (Gutiérrez, Buriticá, y

Rodriguez, 2011); razón por la cual los docentes como mediadores de los procesos de

aprendizaje, deben reflexionar y orientar sus prácticas desde una función social y

socializadora del ambiente escolar.

En este ambiente socializador las interacciones dadas entre el estudiante-profesor y

estudiante - estudiante son referentes para el desarrollo de la tarea y por ende para la

apropiación de contenido, en este sentido Coll, Mauri y Onrubia describen “la

construcción del conocimiento en situaciones de enseñanza y aprendizaje como un

proceso complejo de relaciones que se establecen entre tres elementos: el alumno que

aprende, el contenido que es objeto de enseñanza y aprendizaje, y el profesor que ayuda

al alumno a construir significados sobre lo que aprende y a dotarlo de sentido.” (Coll y

et al., 2001, p. 2). En este proceso el estudiante desempeña un rol activo en la

construcción del conocimiento, y el docente es más un mediador o guía ante todos los

procesos que interviene para generar un ambiente significativo.

Como lo proponen Gutiérrez, Buriticá, y Rodriguez, (2011) se muestra de una

manera más clara en el triángulo interactivo:

Figura. Triangulo interactivo.

Para lograr la transformación de las prácticas cotidianas es necesario:

Entender que la intervención pedagógica exige situarse en un modelo

en el que el aula se configura como un microsistema definido por unos

espacios, una organización social, unas relaciones interactivas, una forma

de distribuir el tiempo, un determinado uso de los recursos didácticos,

etc., Así lo que sucede en el aula solo se puede averiguar en la misma

interacción de todos los elementos que intervienen en ella. (Zabala, 2008,

p. 14)

El enfoque socio constructivista soporta su postura desde la incidencia determinante

de la Zona de Desarrollo Próximo(ZDP), que reconoce la importancia de un nivel

evolutivo real, propio para cada individuo y la mediación de los otros para alcanzar el

nivel de desarrollo potencial.

Vygotsky define citado por Gutiérrez la (ZDP) como “la distancia entre el nivel real

de desarrollo determinado por la capacidad de resolver independientemente un

problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un

problema bajo la guía de un adulto”(32). Desde esta definición el autor asume al

estudiante con capacidades que pueden ser potenciadas por procesos de interacción

social.

Este concepto ha sido ampliamente desarrollado por los seguidores de Vygotsky,

debido a sus implicaciones en el proceso educativo y en las prácticas socioculturales.

“Es de resaltar que la creación de la ZDP ocurre en la interacción dinámica del

proceso de enseñanza y aprendizaje, en la medida en que se garantice ajustes en la

transición desde el funcionamiento interpsicologico al intrapsicologico. Bruner

(1984) denomina este proceso de ajuste como “andamiaje”, para referirse al apoyo

eficaz del adulto (profesor) o el par más competente en la apropiación e

interiorización de la actividad planeada, la cual debe ser flexible, convenida y

delimitada, para lograr la sección progresiva del control del aprendizaje en el

aprendiz. Newman, Griffin y Cole (1998), destacan la importancia del carácter

dinámico de esta zona y del rol activo, no solo de los más expertos, sino de todos los

implicados en las prácticas educativas y culturales”. (Pág 16- 17 Gutiérrez y Buritica,

2011).

Así mismo, Rogoff (1993) “amplia el concepto de ZDP y lo integra al de

“participación guiada”, para explicar la importancia que tiene en el aprendizaje la

apropiación de los recursos de la cultura, a través de la gestión compartida del

conocimiento de actividades conjuntas orientadas por los adultos y otros niños, de

manera que permitan ir traspasando progresivamente la responsabilidad y autonomía al

aprendiz”. Es así como a partir de determinados pasos o procesos tanto internos como

externos del ser humano podemos crear estructuras menos complejas pero muy eficaces

para la adquisición de conocimiento o aproximación al mismo.

En dichos procesos y de acuerdo con lo expuesto por Vygotsky (1989), el lenguaje

es el sistema de signos privilegiado en el desarrollo humano porque media las

relaciones con los otros y con uno mismo en el dialogo interior. Este aspecto se hace

evidente en el aula, en la que hay una interacción entre la actividad social y la

individual, la que se logra gracias al proceso de mediación.

“La mediación en términos Vigotskyanos (1989) se refiere a “la actividad humana

como un fenómeno regido por signos y herramientas producidas socialmente y que el

individuo encuentra y transforma en la interacción con otros” (Página 17). El ser

humano guarda una multiplicidad de acciones que pueden ser mediadoras en muchos

momentos y circunstancias de la vida cotidiana. Pero indiscutiblemente el lenguaje es el

mediador por excelencia no solo de los saberes escolares, sino de aquellos

fundamentales para la co-existencia y la superación de obstáculos o dificultades en la

matriz social o mundo de la vida.

La acción pedagógica ejercida en el microcosmos de la escuela y del aula es

extremadamente compleja. En ella se teje una red de eventos e interacciones

comunicativas que dotan de un sentido específico cada gesto, cada mirada, cada actitud,

cada palabra y cada movimiento. Es en estas interacciones que se ponen en juego tanto

las concepciones de hombre y mujer, sociedad, enseñanza, aprendizaje y contenidos

escolares como los estilos comunicativos que implican y expresan afecto o rechazo,

ironía o aceptación genuina, alegría o burla, en fin, actos de aula orientado al dialogo o

a la negación del otro. En este sentido Tharp expone que cuando las personas colaboran

en la consecución de un objetivo común se crean motivos comunes, por lo tanto las

metas individuales están subordinadas a las metas del grupo, igualmente se crean

relaciones sujeto – sujeto en lugar de sujeto – objeto generando empatía, ideales y

emociones entre los participantes: así, las transformaciones psicológicas y de afinidad

compartidas se concretan en significados, comprensiones y valores comunes. THARP,

Roland. La actividad en la teoría y en el aula: en transformar la enseñanza. Barcelona

(España): Paidós. (p91 – 92)

Así las aulas se convierten en entornos comunicativos con unas características

propias. Las reglas que gobiernan la interacción y la comunicación entre profesores y

aprendices y entre aprendices, las exigencias y obligaciones que las estructuras de

participación imponen a unos y otros, su ubicación a medio camino entre los entornos

ritualizados y predecibles y los entornos totalmente abiertos e impredecibles, las

características de los marcos de referencia que permiten interpretar y negociar

significados a partir de una multiplicidad de informaciones son, entre otros muchos,

algunos rasgos que permiten diferenciar las aulas de otros entornos comunicativos (M.

Betancourt, y E. Puche 1997 p. 19)

El hecho de compartir estos rasgos no supone, sin embargo, que las aulas constituyan

entornos comunicativos homogéneos. Por una parte, como ya se ha señalado, las

características del aula como entorno comunicativo no son estáticas, sino que

experimentan una evolución a medida que profesores y aprendices avanzan en la

realización de las actividades de enseñanza y aprendizaje; por otra parte, estas

características varían a menudo incluso para un mismo grupo clase en función de

diversos factores como, por ejemplo, los objetivos educativos que se persiguen, la

naturaleza de los contenidos que se trabajan o las exigencias de las tareas que se están

llevando a cabo.

En el anterior contexto la posibilidad de pensar no está pre- formada en el siquismo

humano ni en la realidad exterior, sino que es un resultado de un dialogo entre los

aspectos exógenos y endógenos, siendo el individuo el protagonista de su propio

conocimiento.

La idea esencial del planteamiento sicioconstructivista apunta a ajustar la

ayuda educativa al proceso de construcción del conocimiento del ser humano, a

partir de la interacción de los demás y teniendo en cuenta sus intereses,

características y contexto sociocultural.

Es necesario no perder de vista que en este proceso no solo es el maestro o la maestra

y su metodología e historia pedagógica previa las que entran en juego; también están el

niño y las niñas con sus experiencias previas – escolares y extra – escolares, así como

sus expectativas y motivación hacia este objeto de conocimiento.

Si comprendemos y compartimos los fundamentos constructivistas desde los

planteamientos de los autores en mención, es obligante abordar el proceso de

producción textual de forma bien diferente a la tradicional y aún en vigencia.

Concepciones, estrategias, contenidos, evaluaciones, tendrán otro punto de partida.

Concebir a los estudiantes como sujetos activos implica aceptar que:

No parten de cero al llegar a la escuela, poseen infinidad de saberes

elaborados desde su contexto socio – cultural.

Poseen hipótesis que han construido en el intento por responder las

preguntas que se formulan desde su interacción con lo físico, social y

humano.

Frente a la lengua escrita como objeto de conocimiento, socializado al

máximo, han asumido diferentes interacciones, en situaciones mediadas por

diferentes instancias: tv, libros, revistas, periódicos, vallas, avisos

comerciales, etiquetas, nombres, etcétera. (Palabras y páginas: la

fascinación de ponernos en contacto. Mabel Betancourt, maría Eugenia

Pachón. Diciembre 1997. Editorial MEN).

Esto y mucho más se vive cotidianamente en el aula de clase y es allí,

justamente, donde los contactos con la lengua escrita cobran un profundo y

duradero sentido. Cuestionar, preguntarnos sobre la acción pedagógica

referidas al desarrollo de las habilidades comunicativas de escribir durante este

lapso de la vida escolar de los niños y las niñas se constituye en un soporte de

profunda importancia para el presente proceso investigativo.

2. La Producción textual

Como se presentó en el apartado anterior, el lenguaje desde la perspectiva socio

histórica, se considera como la herramienta más poderosa para el desarrollo del

pensamiento, en la medida en que le permite al ser humano organizar el mundo e

interactuar con él. Según Vygotsky (1995) el lenguaje pone de manifiesto el

pensamiento humano, y adicionalmente permite crear conocimiento y transformarlo a

partir de la experiencia o interacción del sujeto con su realidad y su contexto. Al mismo

tiempo reconoce el autor, que el aprendizaje escolar jamás parte de cero, todo

aprendizaje en la escuela tiene una historia que se reconoce. Al considerar los signos

como principales mediadores del conocimiento y al permitir el desarrollo del ser

humano en un medio social, también expone que entre el lenguaje oral y el lenguaje

escrito existe una relación muy estrecha, sin reducir el primero al segundo, es decir, no

considera el lenguaje escrito como derivación mecánica del lenguaje oral; considera que

existe interdependencia y complementariedad entre uno y otro nivel.

La comprensión de la lengua escrita se realiza primero a través del lenguaje hablado

pero este desaparece poco a poco como vinculo intermediario, hasta que el lenguaje

escrito se convierte en un simbolismo directo que se percibe globalmente.

El lenguaje recibe y transmite ideas, designa y otorga significados al construir ideas

de las cosas.

Autores como Emilia Ferreiro, Anna Teberosky, Margarita Gómez Palacio, Aurora

Leal García, Jossette Jolibert y Liliana Tolchisnsky, entre otros abordan la lengua

escrita desde las características del pensamiento infantil y desde las diferentes formas en

que el niño en cada momento de su evolución se aproxima a este conocimiento como

objeto particular, como objeto sociocultural.

Es entonces donde el lenguaje escrito cumple un papel importante en el desarrollo

intelectual, ya que produce influencias reflexivas acerca de la forma como se percibe,

produce y analiza el lenguaje. Ong (1987, p. 81) expone que “sin la escritura el

pensamiento escolarizado no pensaría ni podría pensar…más que cualquier otra

invención particular, la escritura ha transformado la conciencia humana”.

Como lo señalan Teberosky y Tolchinsky (1995), el lenguaje escrito esta socialmente

determinado por sus condiciones de uso, lo que hace que se trate de una actividad

social; en este sentido, la experiencia escolar entendida en un plano eminentemente

social está influida por el lenguaje escrito, por cuanto es un mediador fundamental para

la construcción de conocimiento.

“En las aulas los niños aprenden a escribir hablando, discutiendo con sus pares,

resolviendo los retos cognitivos que la situación comunicativa les exige, intentando

resolver los problemas conceptuales que su maestra les propone”. (Pérez y Roa 2010, p.

33) con este enunciado se establece la necesidad de promover la cultura escrita en

contextos comunicativos reales y significativos que permita a los estudiantes ser los

autores de su propio proceso y en donde la escuela se vuelve su escenario principal y

potencial para el desarrollo de todas sus habilidades.

El trabajo conjunto entre los protagonistas de acto educativo, es entonces una de las

estrategias más afianzadas al momento de producir textos, el acompañamiento y la

aceptación que unos tienen de los otros, las estrategias de aprendizaje colaborativo

Johnson y Johnson (1997), Barkley, Cross y Howell, (2007); OEA y UNESCO (2004),

la tutoría entre iguales Rogoff, (1990); Good y Brophy, (1997); Wells, (2001), así como

la construcción guiada del conocimiento. Mercer, N (2006); Columina y Ornubia,

(2004) en la que profesores y estudiantes contrastan, negocian y modifican las

representaciones que tienen sobre los contenidos y tareas escolares, se convierten

entonces en acciones que permiten que todos sean mediadores del proceso aprendizaje

de la producción textual, cada uno aporta en la construcción conjunta y no se da la

opción de construcción por partes y “repetir el trabajo”.

2.1. Modelos de Producción textual.

Según Pérez Abril, M (2010, página 7) “el lenguaje constituye una de las

herramientas más potentes para la evolución de los individuos”. El lenguaje escrito en

todos y en cado uno de los individuos es fundamental, es la esencia, es la base que

necesita para desarrollar todas las habilidades, destrezas y capacidades que el ser

humano necesita para ser competente; es por esta razón que los docentes estamos

llamados a buscar, estrategias innovadoras que desarrollen en el estudiante las

competencias en el lenguaje escrito que, “van a necesitar para integrarse de forma activa

en la sociedad y en el mundo laboral, para promover el progreso científico, la

innovación educativa y los nuevos significados de la cultura”( Ibíd.p85) Al respecto

Anna Camps plantea “las consecuencias para la enseñanza se resumen en la necesidad

de intervención del maestro durante el proceso de escritura” es aquí donde los docentes

estamos comprometidos a renovar las practicas enseñanza para el buen aprendizaje del

menor y esto solo lo lograremos si trabajamos con estrategias didácticas donde se

tenga en cuenta no solo la adquisición del conocimiento sino también la formación

integral del ser humano y siendo más exactos transformar la enseñanza de la

producción textual, con el fin de que mejoren en gran medida la calidad de escritos de

los aprendices.

De igual manera vemos como Rohman y Wlecke (1964) “establecen tres etapas en

los procesos de escritura que son pre-escritura; escritura y re-escritura”.

La escritura en una actividad compleja en la que el escritor debe tomar múltiples

decisiones en la que intervienen una serie de procesos.

A continuación se manejaran algunos puntos clave de modelos de producción textual

que se presentan en el documento Didáctica de la comprensión y producción de

textos académicos de Zahyra Camargo Martínez, Gabriela Uribe Álvarez y Miguel

Ángel Caro Lopera.

1. Modelos por producto: de Yolanda García: Define este modelo como un

método de análisis, utilizado tanto en la economía teórica como aplicada, que

tiene por objeto encontrar las relaciones entre diferentes factores de producción

utilizados y el producto que se obtiene de ellos.

En el campo del desarrollo de la competencia textual, este modelo parte de una

perspectiva lingüística basándose en un proceso de decisiones jerarquizadas

dependientes. En este sentido S, Mata (1997) define estos modelos como: 1) Micro

estructural: dominio de los aspectos formales del tiempo, reglas gramaticales,

ortografía. 2) Macro-estructural: aprendizaje y utilización de tipologías textuales.

Comprende algunos enfoques de enseñanza: Modelo oracional o el enfoque de la

enseñanza y el Modelo textual: discurso o enfoque basado en las funciones. (A.

Hernández y Quiceno 2001).

2. Modelos de redacción en etapas: Anna Camps. Propone la composición escrita

como una serie lineal de etapas separadas en el tiempo y caracterizadas por el

desenvolvimiento gradual del producto. Esta se divide en: Pre-escritura o etapa previa a

la aparición de las primeras palabras. Escritura o redacción: Primer acercamiento al

texto. Re-escritura: Producto del texto final.

2.1.3. Modelos por procesos: Frecuentemente los sistemas son difíciles de

comprender, amplios y complejos con múltiples puntos de contacto entre sí, este modelo

permite contar con una estandarización de las actividades necesarias para dar

cumplimiento a la misión de manera objetiva, lo cual permite que la organización se

realice de manera continua, garantizando la generación de productos.

Dentro de este grupo se ubican cinco modelos que se mencionan a continuación:

El modelo de: J.Hayes, y L Flower.( 1980) permite centrar la atención en el proceso

de producción de los escritos e introduce la concepción de la recursividad para la

escritura y reescritura, regulando las actividades de escritura en clase.

Distinguen los autores tres tipos de planes: 1) para hacer: Busca continuamente

reformulaciones de los procedimientos hasta conseguir el adecuado. 2) para decir:

Versión simplificada de lo que se quiere decir. 3) para componer: Propuestas

formuladas por ellos.

En este proceso de redacción los autores trabajan tres elementos:

El contexto de la tarea o ambiente de trabajo.

Los conocimientos conceptuales, situacionales y teóricos: género y tipos de

texto.

Los procesos de escritura: planificación, traducción y revisión.

El Modelo de M. Scardamalia y (Bereiter 1992): distinción tradicional entre el

desarrollo cognitivo como proceso natural o como proceso sustentado en la influencia

del medio exterior,(físico- sociocultural)

El Modelo de J. Hayes (1996). Contempla el entorno de la tarea y lo individual,

distinguiendo un componente social que implica la audiencia, el contexto social y los

saberes previos del escritor y un componente físico que comprende el texto que el

escritor ha producido hasta ese momento, así como un medio de escrituración en

procesador de palabras o papel y lápiz.

Para el autor, en lo individual incorpora la motivación y la emoción en los procesos

cognitivos, la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo, es decir agrupa cognición,

emoción y memoria, por otra parte fusiona los ambientes social y físico, como

constitutivos del entorno de la tarea, lo que implica con mayor énfasis en los aspectos

individuales del escritor que en su medio socio – histórico.

El Modelo de Ch. Candlin y K. Hyland (1999): se ocupa de la escritura como texto,

como proceso y como práctica social; se interesa por conocer las relaciones,

complicaciones, desarrollos que se hacen evidentes. Así las maneras de significar y los

contextos de producción hacen parte fundamental de cualquier contexto e insisten que

es una práctica comunicativa moldeada por factores materiales- lingüísticos-cognitivos-

sociales pragmáticos y culturales.

Los autores proponen desde este modelo elementos de la expresión como:

1) Interpretación. Da cuenta de lo cognitivo en relación con el propósito de la escritura

y el impacto que se quiera lograr con el destinatario y de lo social los significados

de la escritura y de los cultural los géneros y tipos de validación.

2) Explicación: trabaja algunos aspectos teóricos como la escritura en contextos

académicos, cotidianos y profesionales. Y la estructura en contexto, la intención,

la audiencia y el tópico.

3) Relación: correspondencia entre conocimiento teórico y conocimiento práctico: (lo

que ya sebe y lo que aprendió y lo que estos dos saberes le aportan para el logro de

sus propósitos.

El Modelo de A. Camps (2003): contempla como marco teórico el pensamiento de W.

Kilpatrick, en relación con lo pedagógico por proyectos, de los cuales se destacan el

proyecto producto, orientado al desarrollo de algo; el proyecto consumidor se refiere al

goce estético; el proyecto problema, propone satisfacer una curiosidad intelectual; y por

último el proyecto de aprendizaje específico que es la adquisición de habilidades.

Para A. Camps se centra en el trabajo de proyectos que tiene en cuenta la situación

discursiva y los objetivos del aprendizaje, toda vez que a criterio de A. Petitjear (1985)

el trabajo por proyectos permite a los aprendices descubrir la funcionalidad de los

escritos en situaciones de comunicación. Así la relación directa con las situaciones de

aprendizaje los hace conscientes de la escritura como proceso que exige la utilización de

las estructuras lingüísticas y de un metalenguaje.

En el trabajo por proyectos se disponen unos objetivos de enseñanza y aprendizaje

explícito que tiene como objetivo central la producción de un texto que forma parte de

una situación discursiva y en la cual se da una continua interrelación entre lenguaje oral

y escrito y entre lectura y escritura.

Etapas que se proponen:

Preparación: características del proyecto que llevaran a cabo.

o ¿Qué hay que hacer? Finalidad de la tarea que se emprende, se

establecen los parámetros de la situación discursiva.

o ¿Qué se va a escribir? Un cuento, un informe, una reseña.

o ¿Con qué intención? Hacer un libro de cuentos, recoger los informes de

los experimento.

o ¿Quiénes serán los destinatarios?

Realización: primero las de producción de texto (saber hacer) y segundo

orientadas a aprender las características formales del texto y sus condiciones de

uso. Para lo cual se manejan unas características que son la importancia de las

interacciones verbales. La elaboración de los contenidos de los aspectos

estructurales y formales y la apropiación de algunas estrategias que faciliten el

dominio de los elementos que conforman el todo.

Evaluación: se fundamentara en el éxito o en el fracaso final cuando ya no hay

remedio, sino en los procesos que siguen, en los cambios que el texto va

experimentando. ¿Qué hicimos? ¿Qué aprendimos?

2.1.4. Modelos Contextuales o Ecológicos: se considera un complemento de los

modelos por proceso porque conceptualizan a composición escrita no solo como un

proceso individual de resolución de problemas sino también como un proceso

comunicativo que adquiere significado en el contexto físico, social y cultural en el que

se desarrolla. Al mismo tiempo se adentra en los aspectos sociales para el apoyo y de

colaboración en donde las investigaciones son en el análisis de significados de la

actividad de escritura en contextos familiares, escolares y sociales y cuya diferencia de

estos modelos está en la relación con el objeto de estudio ya que los ecológicos o

contextuales se dedican a la presentación de situaciones concretas y los modelos

alternativos de enseñanza se tiene en cuenta las dificultades que evidencie el alumno y

que estén relacionadas con el ambiente físico, el contexto social o los

condicionamientos de origen cultural.

Modelo de J. Marinkovich, P Moran y M. Vergara (1996) enfatizan en

los procesos mediante una descripción jerárquica que desecha los

enfoques lineales o secuenciales, ya que el contexto tiene un lenguaje

potencial semántico para el aprendiz. En este sentido lograr producir

textos escritos es lograr generar significados pero no solo como un

intento cognitivo de procesos intelectuales sino como una resolución de

problemas en contexto.

Para estos autores escribir un texto es la relación directa con una serie

de contextos:

- Contexto cultura: resultado de la convivencia.

- Contexto social: necesidad de reconocer las diferencias de

los grupos sociales.

- Contexto comunicativo: constituido por los variados hechos

y factores que rodean un acto comunicativo particular.

- Contexto teórico externo: Condiciones del ambiente

- Contexto teórico interno: objetivos, conocimientos previos,

lenguaje.

Este modelo enfatiza en lo que se llama planificación colaboradora por medio de una

conversación entre compañeros acerca de un problema retórico.

2.1.5. Modelos didácticos. Este modelo se apoya en los médelos lingüísticos y

psicológicos y las aportaciones se derivan del análisis del objeto y del sujeto.

Según T Álvarez (2005- 57) “tanto el termino didáctica como didáctico aparecen

relacionadas con la solución de situaciones problemáticas referidas al aprendizaje y a la

enseñanza de contenidos escolares académicos. Esta relación se hace mediante

estrategias metodológicas que intervienen en el desarrollo del currículo de formación.

Para F. Martin (1999) define la didáctica como la ciencia humana aplicada al proceso

de enseñanza y aprendizaje de manera intencional y formalizada que busca conseguir el

crecimiento intelectual y humano de un sujeto diferenciado.

Trabajos de Y. Chevallard y P. Charaudeau. La transposición didáctica y de práctica de

referencia es importante como análisis de las relaciones entre contenidos.

5.1 Modelo lingüístico – didáctico.

M. Halliday y R. Hasan (1994) expresan que la lingüística textual proporciona una base

conceptual al modelo didáctico en cuanto a las características estructurales de los tipos

de texto y al funcionamiento de unidades lingüísticas como los organizadores textuales.

Por su parte el Modelo de M.Mas y G. Turco (1991) posee un enfoque

pragmático que indaga por los propósitos del escrito y una organización textual que

comprende una forma textual prototípica y el texto producido.

El Modelo Didactext (2003) se enfoca en la transformación y cualificación de

las prácticas de escritura y concibe la creación de un texto como un proceso complejo

en el que intervienen factores culturales, sociales, emotivos o afectivos, cognitivos,

discursivos, semánticos, pragmáticos y verbales.

2.1.5.2 Modelo Lingüístico Pedagógico: toman los modelos lingüísticos –

didáctico para la enseñanza de la escritura a través de la exposición y de la explicación

total de los procedimientos, concibiendo al escritor como un sujeto en construcción.

D. Bucheton (1997) tiene en cuenta la interacción profesor – alumno más que la sola

relación texto alumno, de tal manera que el alumno es el escritor y su profesor

mediador paciente y crítico, quienes a través de un dialogo adecuado logran profundizar

en la escritura.

2.2. Proceso de enseñanza y aprendizaje de la producción textual:Secuencia

didáctica

Una secuencia didáctica es un diseño de situaciones didácticas para el ingreso a la

cultura escrita y a las prácticas sociales y culturales del lenguaje, esta posee unas

características: es un proyecto de trabajo con un objetivo que se desarrolla en un periodo

determinado de tiempo y la producción y comprensión de actos comunicativos que

forman parte de una situación discursiva que le dará sentido.

Desde los lineamientos curriculares de lengua castellana se contempla el lenguaje

desde un enfoque de la significación, entendido este como un concepto dinámico basado

en la construcción y negociación de significados entre los interlocutores, aplicado tanto

en la comunicación oral o escrita que se despliega en un contexto áulico y en una

situación particular.

El anterior contexto brinda al docente un elemento de reflexión y fundamentación

teórica para su labor, toda vez que permita que el docente asuma posturas y tome

decisiones diversas que finalmente darán una forma especial a la práctica de aula (Pérez

Abril & Roa, 2010, Pág. 60) y que se cristalizará en una forma particular “que despliega

el docente para favorecer los procesos de construcción del conocimiento” (Litwin,

2000). Constituyéndose la secuencia didáctica como una de esas formas para indagar,

reflexionar y mejorar la práctica docente.

Antoni Zabala Vidiella (2008, p¨´ag.16) expone que una secuencia didáctica “ es

un conjunto de actividades ordenadas, estructuradas y articuladas para la consecución de

unos objetivos educativos que tienen un principio y un final conocidos tanto por el

profesorado como por el alumnado”. Desde el campo de la didáctica de la lengua, se

propone la noción de secuencia didáctica como “una estructura de acciones e

interacciones relacionadas entre sí, intencionales, que se organizan para alcanzar el

aprendizaje” (Camps, p.4). En este sentido una secuencia didáctica en lenguaje es un

diseño de situaciones didácticas para el ingreso a la cultura escrita y a las prácticas

sociales y culturales del lenguaje, este proyecto de trabajo cuenta con un objetivo que se

desarrolla en un periodo determinado de tiempo y la producción y comprensión de actos

comunicativos que forman parte de una situación discursiva que le dará sentido.

En la misma línea Pérez Abril y Roa Casas (2010) entienden por secuencia

didáctica a “Una estructura de acciones e interacciones relacionadas entre sí,

intencionales, que se organizan para alcanzar algún aprendizaje. La secuencia aborda

algún, (o algunos), procesos de lenguaje, generalmente ligados a un género y a una

situación discursiva especifica. Una secuencia también puede diseñar para construir

el lenguaje y los textos. Como se observa, las secuencias didácticas son unidades de

trabajo que se ocupan de procesos y saberes muy puntuales. Por ejemplo, una

secuencia didáctica para aprender a argumentar oralmente, una secuencia para

aprender a escribir artículos de opinión, una secuencia didáctica para aprender la

escritura, etcétera” (pág. 61- 62)

A criterio del autor la secuencia didáctica, dependiendo de las características que

posean las actividades y la función que desempeñen, se pueden señalar y

esquematizar en algunas fases: presentación, comprensión, practica y transferencia.

Fase de presentación: Esta fase tiene como propósito fundamental despertar en los

estudiantes el interés por el texto, explicitar y poner en perspectiva los nuevos

conocimientos en relación con los contenidos previos; de igual manera, en la fase de

presentación se pretende establecer los criterios que servirán de guía para el trabajo

pedagógico, la planificación de los contenidos que se pretenden desarrollar, del mismo

modo que activar sus esquemas de conocimiento, sus recuerdos y sus vivencias

personales. Esta fase se puede identificar con el momento que en líneas anteriores se

definió como “antes de la lectura”.

Fase de comprensión: En esta fase se estimula al estudiante para que desarrolle

competencias, procese información lingüística mediante la observación de fenómenos

lingüísticos determinados y que reflexione a partir de reglas gramaticales y del uso de la

lengua; el conocimiento que adquiere el educando en estas actividades le permitirá

realizar, satisfactoriamente, las actividades que encontrará en las fases posteriores.

Fase práctica: El desarrollo de esta fase se basa, como su nombre lo indica, en

actividades prácticas que requieren de colocar a prueba los conocimientos y estrategias

relacionadas con la comprensión lectora; en esta etapa de la secuencia didáctica se

presenta el trabajo individual y colectivo como estrategia pedagógica para estimular la

comprensión de lectura. De igual forma, en esta fase se pretende desarrollar la

capacidad de interrogación textual desde los niveles de la compresión lectora literal,

inferencial y critico-intertextual. En este punto se aplica lo que se ha aprendido acerca

de las tipologías textuales trabajadas con antelación, así como también se desarrollan

actividades en torno a la comprensión lectora, tal y como lo sugieren los momentos que

constituyen el proceso de lectura (antes, durante y después) propuestos por (Solé, 1992;

p. 77).

Fase de transferencia: en esta fase culmina el proceso llevado a cabo desde la fase de

preparación; en ésta se ponen en marcha los objetivos y criterios establecidos en la

secuencia didáctica planteada. En la tapa final de transferencia se analizan los resultados

arrojados por la ejecución de la secuencia didáctica diseñada para incrementar la

comprensión lectora, secuencia basada en las actividades descritas en la fase práctica.

Las habilidades cognoscitivas que adquirirán los estudiantes tenderán al desarrollo de

operaciones intelectivas tales como la capacidad de reconocer y jerarquizar ideas, de

elaborar resúmenes y de analizar la información del texto en relación con sus

conocimientos previos.

De igual manera se espera desarrollar en los estudiantes la facultad de formular

hipótesis y la emisión de opiniones.

2.3 Producción textual del genero…..

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