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Agosto 2014 Volumen 19, #8 Colección de ideas práccas para ser mejores mayordomos. MAYORDOMIA DEL AMBIENTE Por Jo Ann Davidson, PhD Introducción del Dr. Gordon Bong: Cada día, los medios de comunicación nos bombardean con una variada colección de problemas ambientales. Diversas contaminaciones y productos químicos indeseables se encuentran en nuestros hogares y vehículos, lo cual nos afectan a todos, ya sea que vivamos en el campo o en la ciudad. En la actualidad surge un nuevo impulso entre los crisanos, tulado: Creaon Care [El cuidado de la creación]. Se trata de un movimiento ecológico que se propone incluir el cuidado de nuestro planeta como parte de la Gran Comisión. Como advenstas del sépmo día, estamos conscientes de la mayordomía ambiental. Creemos que el mundo que Dios creó ene gran valor. Sin embargo, a menudo somos lentos en reconocer que el concepto de la mayordomía es algo más que dinero y empo. Nos cuesta relacionarlo con nuestra responsabilidad por el medio en que vivimos. En una serie de dos partes, la Dra. Jo Ann Davidson, profesora de Teología Sistemáca de la Universidad de Andrews, presentará una impresionante vinculación de la mayordomía con la ecología, comenzando con el primer capítulo del Génesis hasta el final de Apocalipsis. Dedicamos este número del Menú a la primera parte de esta presentación. MAYORDOMIA DEL AMBIENTE — Primera Parte Al abrir el libro de Génesis, Dios tesfica de la excelencia de todo lo que hizo, declarando que es “bueno en gran manera”. Tanto los animales como los seres humanos fueron formados por Dios a parr del “polvo de la erra” con el “aliento de vida” (Génesis 2:7, 19; Eclesiastés 3:19-20), un régimen muy efecvo y libre de violencia (Génesis 1:22, 28), lo cual implica La mayordomia es un eslo de vida total. Abarca la salud, el empo, los talentos, el ambiente, las relaciones, la espiritualidad y las finanzas. Distribuido por: Departamento de Mayordomía de la Asociación de Potomac Director: Hugo Chinchay Publicadores: Departamento de Mayordomía de la Unión del Pacífico Director: Gordon Botting Diseño/Asistente editorial: Maricel Felarca Traducción: Publicaciones El Camino de la creación tanto como de la salvación (Deuteronomio 26:1- 11). Mediante muchos escritores bíblicos, Dios traza las graves consecuencias del pecado en la naturaleza. Una y otra vez, el Señor lamenta el quebrantamiento de los ecosistemas de la creación (Véase Oseas 4:1-3; Joel 1:15-20; Zacarías 7:8-14; 11:1-3). En el úlmo versículo del libro de Jonás, Dios expresa claramente su misericordia para con la ciudad de Nínive: “Y Nínive ene más de 120.000 personas que no disciernen entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales. ¿Y no tendré yo piedad de esta gran ciudad?” (Jonás 4:11). El libro termina con el fascinante recordatorio que Dios no solo se preocupaba de los malvados ninivitas, sino también de los animales. El salmista también expresó el mismo senmiento: “Tu juscia es como los altos montes, tus juicios, grande abismo. Señor, preservas al hombre y al animal. . . Bueno es el Señor con todos, y con ternura cuida todas sus obras”. (Salmo 36:6; 145:9, el énfasis es nuestro). En un lenguaje muy similar al Pacto de Noé, Oseas promete que al final, la perfección de la creación original será restaurada. “En ese empo haré un pacto a favor de ellos, con las besas del campo, con las aves del cielo y las serpientes de la erra. Quitaré arco, espada y batalla de la erra, para que ellos puedan dormir seguros” (Oseas 2:18). (Connúa en el siguiente mes) “El hombre bueno es el amigo de todas las cosas vivas” –Gandhi Referencias: 1 “La observancia del sábado tiene el potencial de liberar la profundidad y significado de muchas bendiciones de Dios dentro de la obra de la creación. . .” Norman Wirzba, Living the Sabbath: Discovering the Rhythms of Rest and Delight [Cómo Vivir el Sábado: Descubrimiento de los ritmos del descanso y el deleite], pág. 15.

MAYORDOMIA DEL AMIENTE

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Page 1: MAYORDOMIA DEL AMIENTE

Agosto 2014

Volumen 19, #8

Colección de ideas prácticas para ser mejores

mayordomos.

MAYORDOMIA DEL AMBIENTE

Por Jo Ann Davidson, PhD

Introducción del Dr. Gordon Botting:

Cada día, los medios de comunicación nos bombardean con una variada colección de problemas ambientales. Diversas contaminaciones y productos químicos indeseables se encuentran en nuestros hogares y vehículos, lo cual nos afectan a todos, ya sea que vivamos en el campo o en la ciudad. En la actualidad surge un nuevo impulso entre los cristianos, titulado: Creation Care [El cuidado de la creación]. Se trata de un movimiento ecológico que se propone incluir el cuidado de nuestro planeta como parte de la Gran Comisión. Como adventistas del séptimo día, estamos conscientes de la mayordomía ambiental. Creemos que el mundo que Dios creó tiene gran valor. Sin embargo, a menudo somos lentos en reconocer que el concepto de la mayordomía es algo más que dinero y tiempo. Nos cuesta relacionarlo con nuestra responsabilidad por el medio en que vivimos. En una serie de dos partes, la Dra. Jo Ann Davidson, profesora de Teología Sistemática de la Universidad de Andrews, presentará una impresionante vinculación de la mayordomía con la ecología, comenzando con el primer capítulo del Génesis hasta el final de Apocalipsis. Dedicamos este número del Menú a la primera parte de esta presentación.

MAYORDOMIA DEL AMBIENTE — Primera Parte Al abrir el libro de Génesis, Dios testifica de la excelencia de todo lo que hizo, declarando que es “bueno en gran manera”. Tanto los animales como los seres

humanos fueron formados por Dios a partir del “polvo de la tierra” con el “aliento de vida” (Génesis 2:7, 19; Eclesiastés 3:19-20), un régimen muy efectivo y libre de violencia (Génesis 1:22, 28), lo cual implica

La mayordomia es un estilo de vida total. Abarca la salud, el tiempo, los talentos, el ambiente, las relaciones, la espiritualidad y las finanzas.

Distribuido por: Departamento de Mayordomía de la Asociación de Potomac Director: Hugo Chinchay Publicadores: Departamento de Mayordomía de la Unión del Pacífico Director: Gordon Botting Diseño/Asistente editorial: Maricel Felarca Traducción: Publicaciones El Camino

de la creación tanto como de la salvación (Deuteronomio 26:1-11).

Mediante muchos escritores bíblicos, Dios traza las graves consecuencias del pecado en la naturaleza. Una y otra vez, el Señor lamenta el quebrantamiento de los ecosistemas de la creación (Véase Oseas 4:1-3; Joel 1:15-20; Zacarías 7:8-14; 11:1-3).

En el último versículo del libro de Jonás, Dios expresa claramente su misericordia para con la ciudad de Nínive: “Y Nínive tiene más de 120.000 personas que no disciernen entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales. ¿Y no tendré yo piedad de esta gran ciudad?” (Jonás 4:11). El libro termina con el fascinante recordatorio que Dios no solo se

preocupaba de los malvados ninivitas, sino también de los animales. El salmista también expresó el mismo sentimiento:

“Tu justicia es como los altos montes, tus juicios, grande abismo. Señor, tú preservas al hombre y al animal. . . Bueno es el Señor con todos, y con ternura cuida todas sus

obras”. (Salmo 36:6; 145:9, el énfasis es nuestro).

En un lenguaje muy similar al Pacto de Noé, Oseas promete que al final, la perfección de la creación original será restaurada. “En ese tiempo haré un pacto a favor de ellos, con las bestias del campo, con las aves del cielo y las serpientes de la tierra. Quitaré arco, espada y batalla de la tierra, para que ellos puedan dormir seguros” (Oseas 2:18).

(Continúa en el siguiente mes)

“El hombre bueno es el amigo de todas las cosas vivas” –Gandhi

Referencias: 1 “La observancia del sábado tiene el potencial de liberar la profundidad y significado de muchas bendiciones de Dios dentro de la obra de la creación. . .” Norman Wirzba, Living the Sabbath: Discovering the Rhythms of Rest and Delight [Cómo Vivir el Sábado: Descubrimiento de los ritmos del descanso y el deleite], pág. 15.

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El Menú del Mayordomo

el aprecio divino por toda su creación.

Más tarde, Dios dijo a Noé que llevara a su familia y a los animales al arca “para conservar viva su especie sobre la tierra” en vista de la catástrofe global que iba a ocurrir (Génesis 7:3). En medio del Diluvio, “se acordó Dios de Noé, de todos los animales y de todas las bestias que estaban con él en el arca” (Génesis 8:1). Después de salir del arca, Dios explícitamente incluyó los animales en el pacto:

Entonces Dios habló a Noé y a sus hijos que estaban con él diciendo: “Yo establezco mi pacto con vosotros y con vuestros descendientes después de vosotros, y con todo ser viviente que está con vosotros, aves, animales y toda bestia de la tierra, todos los que salieron del arca, todo animal de la tierra. . . Esta será la señal del pacto que establezco con vosotros y con todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos. Pongo mi arco iris en las nubes, que será la señal del pacto entre mí y la tierra. . . Esta será la señal del pacto que establezco entre mí y toda carne que está sobre la tierra” [la cursiva es nuestra]

(Génesis 9:8-10, 12, 15, 17). Cuatro veces vincula Dios a Noé y a los animales en este pacto.

El Pentateuco revela estrechos vínculos entre los seres humanos y los animales: Los animales y los seres humanos tienen sangre en sus venas (Génesis 9:4-6); ambos pueden ser responsables de la muerte

(Génesis 9:5; Exodo 21:28-32). Tanto los seres humanos como los animales reciben el reposo del sábado (Exodo 20:8-10; Deuteronomio 5:14; Levítico 23:10-12). En el período patriarcal del Antiguo Testamento, después de viajar se atendían primero las necesidades de los animales. Por ejemplo, Rebeca da a beber agua a los camellos del siervo de Abraham antes de invitarlo a ir a su casa (Génesis 24:17-20).

En el discurso más largo de la Escritura, Dios habla a Job desde un torbellino. Los magníficos cuatro capítulos que le dirige, comenzando con el capítulo 38, animan a Job a contemplar varios animales: una leona, una cabra montesa, un semental, un halcón, un águila y un cuervo. También el gigantesco y poderoso Leviatán: “Mira al hipopótamo, que hice igual que a

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ti; y come hierba como el buey... Sus huesos son fuertes como bronce, sus costillas como barras de hierro, ocupa el primer lugar entre las obras de Dios. . . [y al leviatán] no guardaré silencio acerca de sus patas, su fuerza y la gracia de su forma” (Job 40:15-19; 41:1-12).

Más tarde, los hijos de Israel son llevados a la “tierra prometida”, rica en “miel y leche” (Exodo 3:8; Levítico 20:24). Moisés describe el afecto de Dios hacia ella: “La tierra que vais a poseer… bebe el agua que llueve del cielo. Tierra que el Señor tu Dios cuida” (Deuteronomio 11:11-12).

A los israelitas se los obligaba a ser bondadosos con los animales. El cuidado de la creación incluye instrucciones, por ejemplo, de cómo debemos ayudar al asno cuando cae debajo de su pesada carga, aunque el animal sea de algún enemigo (Exodo 23:4-5; Deuteronomio 22:1-4). También se prohibía poner bozal a los bueyes, mientras trabajaban en la agricultura, para que pudieran comer (Deuteronomio 25:4). Las leyes mosaicas protegían la naturaleza prohibiendo la destrucción de árboles frutales

en las campañas militares (Deuteronomio 20:19). Los seres humanos, los animales y la tierra estaban incluídos en las estipulaciones del sábado semanal y del año sabático.

“Seis años sembrarás tu tierra, y allegarás tu cosecha. Pero el séptimo año la dejarás libre para que coman los pobres de tu pueblo. Y de lo que quede comerán las bestias del campo. Así harás con tu viña y tu olivar. Seis días trabajarás, y el séptimo día reposarás, para que descansen tu buey y tu asno, y tomen refrigerio el hijo de tu sierva y el extranjero” (Exodo 23:10-12) [La cursiva es nuestra]; Compárese con Exodo 20:8-12; Levítico 25:6-7; Deuteronomio 5:12-15). 1

Tres de los festivales anuales (la Pascua, la Fiesta de las Semanas

o Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos), conmemoraban tanto la redención de la esclavitud como la Providencia Divina durante su peregrinación por el desierto. Cabe destacar

que estas fiestas también marcaban tres cosechas diferentes. A Israel se le enseñó a celebrar las obras de Jehová, Dios

“El desierto contiene respuestas a las preguntas que el hombre todavía no ha aprendido a hacer” —Nancy Newhall