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Mnemotecnia
Recursos para la memorización de un texto teatral
Autor: Carol Ivonne González
Director: Jorge Leonardo Rodríguez Suárez
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Facultad de Artes - ASAB
Artes escénicas
2020
Resumen
La mnemotecnia es una palabra compuesta, su sentido está conjugado por la
memoria y la técnica. En torno a la memoria se han realizado varios aportes desde distintas
áreas del conocimiento, como son la ciencia y la filosofía. Se conocen distintos tipos de
memoria, entre ellas, la memoria sensorial, la memoria a corto plazo, la memoria a largo
plazo, la memoria icónica, la memoria ecoica, la memoria háptica, etc. Las reglas
mnemotécnicas son pequeños trucos que pretenden, tanto facilitar la memorización de
cosas varias, como el fortalecimiento de la mente. Al ponerlas en práctica, una persona
podrá generar un mecanismo que le facilite recordar lo que necesite, por ejemplo en el
aprendizaje de un nuevo idioma.
Con el fin de hacer un poco más efectivo para los actores, el proceso de aprender
sus textos, se proponen aquí algunas reglas mnemotécnicas ya establecidas y probadas.
Dichas reglas no fueron pensadas para destinarlas a esta labor que hace el actor de
memorizar sus textos, sin embargo veo en ellas aspectos que se ajustan cómodamente a ese
proceso y en este documento las analizaremos y pondremos en práctica.
Palabras claves
Mnemotecnia, memoria, herramienta, actor, texto.
Abstract
Mnemonics is a compound word its meaning is conjugated by memory and technique.
Regarding memory, there have been made many contributions from different areas of knowledge,
two of them are science and philosophy. Different types of memory are known sensory memory,
short term memory (STM), and long-term memory (LTM). Some variants such as iconic memory,
echoic memory, haptic memory, explicit memory and implicit memory and so on.
Mnemonic´s rules are small tricks that are intended both to facilitate the memorization of
several things, as to the strengthen the mind by setting them into practice, a person will be able to
generate a mechanism that makes it easier for him to remember what he needs, for example in
learning a new language. In order to make the process of learning their text more effective for
actors. Some stablish and proven mnemonic´s rules are proposed here. These rules were not
designed to be used for this task that the actor does when memorizing a text. However, I see in them
some aspects that fit comfortably into the process and in this document, we will analyze and set
them into the practice.
Keywords
Mnemonics, memory, tool, actor, text.
Agradecimientos
Gracias a mi madre por no haberme negado su apoyo cuando le conté entre lágrimas
que renunciaría a ser educadora de niños, sin saber que otro camino tomar. Su amor
incondicional es mi alimento.
Gracias a mi hermana mayor por contarme de la existencia de un lugar llamado
ASAB en donde enseñan artes. Su amor divertido me da fortaleza y me abre los ojos.
Gracias a mi padre por recordarme cada tanto, el valor descomunal que le
corresponden a las cosas que se hacen con pasión. De su amor silencioso recibo
inolvidables lecciones de vida.
Gracias a mi hermana menor por dejarme saber que algo de mi actuación le inspiró
para su vida. Por compartir el amor y curiosidad por la vida en los escenarios. De su amor
tierno que es vital, jamás quisiera prescindir.
Gracias a mi amigo Mateo por llamarme en cuarentena, leerme su tesis y
conmoverme por este ciclo que termina. Su amor alejado de las pretensiones es oportuno,
aún más en tiempos de crisis.
Gracias a los maestros que involucran su amor por el arte, con su labor de orientar el
conocimiento. Gracias a los que nunca estuvieron conformes.
TABLA DE CONTENIDO
Introducción 1
Justificación 2
Definición de la mnemotecnia 5
Mnemotecnia y el teatro 23
Herramientas útiles para la memorización de un texto 32
Conclusión 44
1
Introducción
Una de las tareas específicas del trabajo del actor es memorizar sus textos. Cada
actor o actriz se enfrenta a un grado de dificultad distinto en el desarrollo de esta labor. Es
por eso que cada uno, a lo largo de su carrera debe desarrollar sus propias estrategias y
mecanismos que le permitan memorizar sus diálogos de forma contundente. Se podría decir
que es un conocimiento muy personal, con características únicas en su desarrollo. Sin
embargo, para un actor joven que empieza su carrera, con poca experiencia frente a esta
labor y que no cuenta con una habilidad innata para dicha acción, puede resultar un trabajo
muy complicado de lograr, ocasionándole ofuscación por no saber de qué forma abordar el
texto y memorizarlo.
La finalidad de estas páginas es proponer una vía que pueda servir de base para esos
primeros enfrentamientos con la memorización de un texto, y que aplicándolas se reduzca
el tiempo invertido para tal propósito. Esa vía son las “reglas mnemotécnicas” las cuales
son una especie de trucos estratégicos que facilitan la memorización de cosas varias en la
vida cotidiana. En este texto haremos un recorrido por algunas teorías realizadas en torno al
tema, conociendo la variedad de reglas mnemotécnicas que existen, cómo se han llevado a
cabo y los resultados que han arrojado. Previo a esto tendremos una respectiva
contextualización acerca de la memoria, y algunos aportes hechos por la ciencia y la
filosofía frente al término. Todo esto con el propósito final, de suministrar al actor-lector
algunas reglas propias de la mnemotecnia que pueda emplear en su tarea de memorizar
textos.
2
Justificación
Para que el teatro suceda, se requiere poner en funcionamiento un grupo de
elementos básicos e importantes, uno de ellos es indudablemente el texto (el texto teatral)
que es creado por un dramaturgo, pero en el acto escénico queda totalmente bajo las
destrezas del actor.
Decido investigar sobre la mnemotecnia por un tema que me ha generado interés
desde hace un par de años. A partir del tercer semestre de formación actoral en la
academia, los actores nos enfrentamos al trabajo de un texto teatral, valiéndonos de este
como un pretexto que nos posibilita indagar los factores de una escena, desde los más
básicos hasta los más complejos. Sin embargo, es prácticamente imposible centrarse en
cualquiera de esos factores sin que vaya tomando cada vez más fuerza la necesidad de
discernir los diversos aspectos que corresponden al texto teatral. Por supuesto estoy
hablando del análisis de cada palabra para descubrir cómo entre sus líneas permanece
encubierta información acerca del drama, pero más allá de eso me refiero a las múltiples
opciones que existen para interpretarlo, ocuparlo con variados tonos, timbres y calidades,
llenarlo de matices y evitar el perverso sonsonete, apropiar al punto de poder jugar con él
de la manera que se quiera: cantarlo, gritarlo, susurrarlo, decirlo al revés, cambiar la
intención, ponerle un verbo activo a cada frase, o a cada palabra, si se quiere etc.
Es preciso señalar que para la ejecución de tales maniobras es conveniente saber el
texto de memoria. Desde mis primeros acercamientos con tal acción he ido descubriendo de
forma muy grata que tengo cierta habilidad innata para ello. No me es complejo memorizar
un texto teatral, cosa que llegó a causarme asombro, pues cuento con pésima memoria para
recordar otro tipo de cosas: digamos un número de teléfono, tareas diarias, no logro retener
3
rostros de personas con las que interactúo, una fecha especial, el camino que conduce a un
lugar que ya he recorrido y no una única vez, incluso muy a menudo en conversaciones con
amigos o cercanos me topo con que rememoran una cantidad de momentos que hemos
vivido en tiempos para nada lejanos y yo a duras penas puedo tener una nublada sensación
de certeza de que estuve allí, pero esto gracias a que aquellas personas tienen la capacidad
de mencionar mínimos detalles de la anécdota y precisamente son esos detalles los que me
permiten medir el grado de importancia que tuvo lo ocurrido y por ende que lo de mi mala
memoria es cosa seria.
Pero a la hora de retener las líneas del texto ocurre un no sé qué que afina mi
memoria, no requiero de grandes esfuerzos ni tiempos muy prolongados para almacenar los
diálogos. La certeza con que menciono esta minúscula capacidad, pero no por eso
insignificante, está apoyada en varias experiencias, en donde desde mi posición de
compañera y testigo de la práctica de otros actores, he observado que, aunque no es
exagerado sí es considerable el porcentaje de colegas que cierta capacidad no poseen. En
algunos casos el grado de dificultad es más notorio, y está de más mencionar los distintos
impedimentos que pueden desencadenarse en la realización de un proceso creativo teatral
alrededor de esta adversidad, cuando por cuestiones de poco tiempo se requiere casi de
inmediatez.
Intuyo que de este trabajo de investigación se despliega la posibilidad de identificar,
aunque sea pequeña, una respuesta al porqué de esta facilidad mía. Cosa que me parece
puede llegar a ser útil. Pues seguramente no se trata de un súper poder, sino de alguna
disposición que mi memoria ha encontrado eficaz y hace uso de ella instantáneamente, y de
la cual yo he sacado provecho mas no he hecho conciencia.
4
Por supuesto que con la práctica y la popular llamada “cancha” que se va
obteniendo con la acumulación de los años en el oficio, se va mejorando y puliendo este
quehacer. Sin embargo es otra la condición de quienes apenas están empezando. Estoy
pensando en los estudiantes al inicio de sus carreras y lo pesado que puede resultar no
acertar una manera efectiva de memorizar sus textos con agilidad cuando la situación lo
requiere. Y es que bien, aunque en la academia se van forjando este tipo de aptitudes paso a
paso, en muchas ocasiones no te da tiempo de explorar y debes responder con premura, sin
embargo, a lo largo de la carrera no hay una clase exclusiva destinada propiamente a que el
actor se instruya con mecanismos para ejercitar la memoria.
Quiero aclarar que, no pretendo anular o restar importancia al grandioso y necesario
trabajo de indagación autónomo que cada actor debe efectuar para fortalecer sus
condiciones únicas y esenciales en su individualidad, simplemente dar a conocer unos
elementos que pueden facilitar el proceso del asunto en cuestión.
Entonces en el transcurso de este trabajo de investigación pondré a prueba, por
decirlo así, herramientas propias de la mnemotecnia, en un proceso de memorizar un texto
teatral, y posteriormente manifestar los resultados y con suerte dejar planteados los
mecanismos que resultaron efectivos y también pueda serlo para quien lo necesite.
5
Definición de la mnemotecnia
La palabra mnemotécnica etimológicamente está compuesta por dos términos
griegos: Mneme que significa memoria y Techne que se refiere a la técnica. (Julián Pérez
Porto, 2008). Teniendo en cuenta esta composición de la palabra es pertinente conocer
algunos aspectos importantes sobre la historia y el significado de estas dos palabras, esto
con el fin de lograr tener un sentido más completo y óptimo de su conjugación.
Memoria
Desde la época de los antiguos filósofos griegos, como Aristóteles, quien dijo que
“La memoria es pues la capacidad de mantener una experiencia percibida en la mente y
distinguir entre la "apariencia" interna y una ocurrencia en el pasado” (Suarez, Zapata,
2006.p8) hasta los días actuales se han realizado numerosos estudios sobre la memoria.
Las investigaciones más sobresalientes han tomado dos enfoques, uno de ellos es
específicamente filosófico, mientras el otro es científico-psicológico. Por supuesto que es
necesario conocer, a grandes rasgos, los planteamientos de los dos enfoques, y
empezaremos por el científico.
Según Soledad Ballesteros (1999), esta gran facultad de la mente humana, es el
proceso psicológico encargado de almacenar información codificada, y gran cantidad de la
información que nuestra mente recibe es olvidada en cortos o largos periodos de tiempo,
pero también puede ser recuperada, algunas veces por medio de procesos voluntarios y
conscientes, y en otras mediante procesos inconscientes.
6
Según una revista consultada en línea (stimulus, 2018) se puede decir a grandes
rasgos que la memoria se encarga de la codificación, almacenamiento y recuperación de la
información, sin embargo la memoria es algo mucho más complejo que un simple proceso
mental. De una forma más clara se puede definir como la capacidad que nos permite
recordar acontecimientos, ideas, relaciones entre conceptos, sensaciones y en general todos
los estímulos que en algún momento hemos experimentado a lo largo de nuestras vidas.
Este proceso es clave y vital para el aprendizaje y la adaptación del ser humano, ya que la
capacidad que tenemos de aprender y recordar eso aprendido, nos permite potencializar
nuestra capacidad de adaptación en la sociedad.
Retomaremos la información que nos aporta Ballesteros (1999) para señalar que
existen tres tipos de memoria: memoria sensorial, memoria a corto plazo (MCP), y
memoria a largo plazo (MLP)
Para el neurólogo Juan Gratacos (2008) aún después de haber vivido un hecho, en
nuestro sistema queda un estímulo que permite que siga un proceso de información sobre
este. Sobre esto él se refiere así:
“La memoria sensorial es la persistencia de un estímulo en el tiempo, más allá de su
presencia física. Es decir, es la memoria que permite que el efecto de un estímulo
continúe aunque este haya desaparecido. Por ejemplo, si una persona visualiza una
escena que le produce sensaciones de terror o miedo, la memoria sensorial permite
que sigan experimentando esas sensaciones cuando haya dejado de verla.”
(Gratacós, 2019, pág. 2)
7
Parafraseando al mismo autor, podemos decir que la memoria sensorial no posee
una presencia física, es más una referencia persistente de un estímulo en el tiempo, y se
enfoca en cualquier objeto que sea detectado por los sentidos, teniendo en cuenta que
cualquiera de nuestros cinco sentidos pueden registrar y mantener imágenes precisas,
aunque por un tiempo muy limitado. Ahora, la memoria sensorial también se divide en tres:
la memoria icónica, la memoria ecoica y la memoria háptica.
El psicólogo catalán Alex Figueroba, dispone uno de sus 274 artículos publicados
en la revista virtual “Psicología y mente” (2020) para definir la memoria icónica de esta
forma:
“A través de sus estudios pioneros con taquistoscopio, Sperling concluyó
que las personas tenemos la capacidad de retener simultáneamente 4 o 5
ítems después de fijar la mirada durante un instante en un conjunto estimular
amplio. Otros investigadores descubrieron que la memoria icónica persiste durante
unos 250 milisegundos.” (Figeroba, 2020, pág. 2).
Según esto podemos decir que el tiempo requerido para la construcción de la memoria
icónica es superior al que interfiere en el de la memoria sensorial. La memoria ecoica, por su
parte, tiene una gran similitud a la icónica y ha sido también definida por el psicólogo Alex
Figeroba (2020) en el mismo artículo referenciado previamente, en el cual nos menciona que
la memoria ecoica, a diferencia de la memoria icónica, no es estimulada por una imagen sino
por un sonido. Estas son sus palabras al respecto:
8
“un registro pre categorial, de corta duración y con una capacidad muy elevada. Se
diferencia de la icónica en que procesa información sonora en lugar de
visual, retiene los estímulos auditivos durante al menos 100 milisegundos,
permitiendo que discriminemos y reconozcamos los sonidos de todo tipo,
incluyendo los que componen el habla, que pueden mantenerse hasta 2 segundos;
por tanto, la memoria ecoica es fundamental en la comprensión del lenguaje.”
(Figeroba, 2020, pág. 4)
Es más limitada la información que se puede encontrar sobre la memoria háptica,
puesto que esta ha sido definida mucho después que la icónica y la ecoica, sin embargo es
un concepto bastante claro.
Me parece pertinente seguir utilizando como referencia los aportes que ha hecho el
psicólogo Alex Figueroba (2020) en su artículo “los tres tipos de memoria sensorial” para
la definición de la memoria háptica, la cual es la última de las tres comprendidas por la
memoria sensorial. Resumiendo sus palabras, el concepto de memoria háptica se refiere a
un almacén mnémico que trabaja con información de tipo táctil, como son estas
sensaciones: el dolor, el calor, la picazón, las cosquillas, la vibración o la presión. Esta
memoria, al igual que la icónica tiene una capacidad de 4 o 5 ítems, aunque su huella
perdura un poco más, alrededor de 8 segundos. Este tipo de memoria sensorial nos permite
examinar objetos mediante el tacto e interactuar con ellos, por ejemplo para cogerlos o
moverlos adecuadamente. Se han encontrado dos subsistemas que componen la memoria
háptica. El primero es el sistema cutáneo, este detecta cualquier estimulación de la piel, y
por otro el propioceptivo o kinestésico, el cual está directamente relacionado con los grupos
musculares, los tendones y las articulaciones.
9
Habiendo concluido, a grandes rasgos, la definición de la memoria sensorial y sus
tres derivadas, nos centraremos en la segunda en la lista, la llamada “memoria a corto
plazo”. De este tipo de memoria, el profesor de psicología de la universidad Complutense
de Madrid, Antonio Lucas Manzanero Puebla (2015) en su libro: “La memoria humana,
aportaciones desde la neurociencia” nos informa que, la función de la MCP es organizar y
analizar la información, en acciones como, reconocer una cara , recordar nombres, contestar
un examen, etc.
También resalta que “la información almacenada en la memoria sensorial se
transfiere en parte a la memoria a corto plazo, antes de pasar a la memoria a largo plazo”.
El profesor nos recuerda que en la MCP, la información es codificada de modo visual y
acústico, haciendo menos uso de signos semánticos. En esta memoria se encuentra la
capacidad de integrar los conocimientos y los recuerdos de una situación presente que tiene
una relación con asuntos del futuro. El tiempo que dura la información en la memoria a
corto plazo es de 18 a 20 minutos, aunque existe la posibilidad de prolongar este tiempo si
organizamos la información de una manera lógica. Otro punto que encuentro importante en
el texto del profesor es, que los recuerdos de la memoria a corto plazo pueden ser alterados
por una nueva experiencia.
Justo después de concluir la descripción acerca de la memoria a corto plazo, el
profesor Antonio Manzanero, dedica un subtítulo para explicar la memoria a largo plazo
(MLP), la que es tercera y última en nuestra lista. Según el profesor, en la MLP están
contenidos nuestros conocimientos acerca del mundo físico, aquellos que competen a la
realidad social y cultural, también los recuerdos de tipo autobiográfico, además del lenguaje
10
y el significado de los conceptos. La MLP funciona así: Cuando el material del cual emerge
nuestro recuerdo es de tipo visual, la información es de carácter semántico, es decir, todo lo
contrario a lo que sucede con la MCP. Pero cuando la información es dada por medio de
figuras o gráficos entonces su asociación es visual. La memoria a largo plazo, señala el
profesor, es la memoria que cuenta con la capacidad más grande de almacenamiento, su
capacidad de contención es ilimitada, incluso no se han encontrado fronteras para la
información que allí se puede ir depositando, sin embargo, esto no es garantía de su
recuperación. “En una gran biblioteca, un libro descolocado es un libro perdido” dice el
autor. Al igual que en la memoria a corto plazo, en esta resulta útil la organización lógica
de los sucesos, pero no juega un papel tan importante, ya que la memoria a largo plazo
actúa, prácticamente, por cuenta propia. Es pertinente señalar que, contrario a la dos
primeras memorias de la lista, la duración de esta no es encasillada en un rango de tiempo,
pues puede permanecer por varios años, incluso durante toda la vida de una persona.
Con esta información previa daremos por finalizado el recorrido, a groso modo, de
los aportes dados desde el ámbito científico centrados en la memoria. Es hora entonces de
conectar con los conocimientos atribuidos, sobre la memoria, pero ahora desde la filosofía.
Para hacernos una idea de los planteamientos dados sobre la memoria en el ámbito
filosófico, me remitiré a un texto corto pero concreto, “La memoria. Un acercamiento entre
Aristóteles y la neurociencia” del psicólogo colombiano Javier Suarez (2006), Comentaré
brevemente las ideas que aquí se plantean sobre el pensamiento del filósofo Aristóteles
sobre la memoria.
11
El autor empieza su texto, recalcando el hecho de que los procesos de la memoria
han sido tema de investigación no solo en la psicología sino también en la filosofía. El
pensamiento griego es una de las primeras fuentes de investigación, discusión y análisis de
la memoria, por eso es tan importante remitirnos a este. La memoria “es cosa de lo ya
ocurrido”, estas palabras son propias de Aristóteles, y el psicólogo Javier, en este texto las
referencia, a lo que agrega (palabras más palabras menos), que la memoria no es ni una
sensación ni un juicio, sino el estado en el que queda alguno de los dos pero cuando ya ha
transcurrido tiempo. Es como si los sentidos impregnaran el alma y la memoria se
encargara de revivirlos aun cuando ya ha finalizado la sensación.
En este texto nos encontramos una visualización a dos términos que podrían parecer
lo mismo pero que en lo puntual de su significado se hallan diferencias: reminiscencia y
memoria. Para Aristóteles, la memoria está directamente ligada con la acción de recordar,
por lo tanto los objetos con los que maquina son los recuerdos. Las cosas que tienen la
cualidad de ser recordables pertenecen únicamente al pasado, pues las sensaciones e
impresiones requieren de un tiempo para ser procesadas y traídas como una memoria al
presente. En cambio de lo que sucederá en el futuro sólo se pueden tener expectativas, y de
las situaciones que estamos presenciando directamente en el presente sólo somos capaces
de tener una percepción. Por eso la memoria está directamente relacionada con la
imaginación, pues para que algo se quede grabado en nuestras memorias se tuvo que afinar
algo de nuestra sensibilidad, y las cosas sensibles son susceptibles de lo que se le ocurra
hacer a la imaginación. La memoria contempla el pasado.
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En cuanto a la reminiscencia, nos sigue informando nuestro psicólogo del
pensamiento aristotélico, allí ocurre una asociación de ideas y reorganización de los datos
identificados en formas, logos y movimientos. La reminiscencia tiene la capacidad de
reconstruir los hechos ya ocurridos por medio de la asociación de ideas. De una forma más
clara sus palabras son estas.
“Se identifica con la capacidad de reconstruir y reelaborar el pasado a través de la
asociación de ideas. Cualquier ser humano se ha visto enfrentado al hecho de tener
una palabra en la punta de la lengua y, sin embargo, verse obligado a tener que
buscarla y no poder encontrarla de forma exacta y precisa. Así, la reminiscencia se
determina por la capacidad de rememorar, la cual permite reconstruir y reelaborar el
pasado a través de la asociación de ideas. Ésta es una capacidad activa, por eso al
hablar del recuerdo activo, se está hablando de hacer reminiscencia” (Suárez, Javier,
& Zapata, Luis Felipe, 2006, pág. 4)
De cada uno de los dos conceptos anteriores se despliega un tipo de memoria, la
memoria explícita y la memoria implícita. De la memoria implícita, nos dice el autor,
funciona desde un aspecto automático y de reflejo, este tipo de memoria no depende
necesariamente del funcionamiento de la conciencia ni de un proceso cognitivo. Este tipo
de memoria no la creamos a voluntad las personas, sino que va tomando forma gracias a
muchas repeticiones y su manifestación se da principalmente cuando nos apropiamos de
algo sin haberlo pretendido, por ejemplo las reglas gramaticales.
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Por otro lado, el autor nos habla de la memoria explícita o también llamada,
memoria personal autobiográfica. El texto nos cuenta que este tipo de memoria no es
totalmente fiel al recuerdo, sino que ella está en proceso de cambio y reacomodación de los
sucesos constantemente, es decir que los hechos pasados son modificados desde este tipo de
memoria. Esto se da porque nuestra mente hace un proceso de síntesis de los
acontecimientos, aquí interfiere sí o sí nuestra perspectiva y la interpretación que le damos
al ambiente externo, aquí es tan relevante nuestra posición en el espacio como nuestra
propia historia de vida.
Con las menciones anteriores acerca de unos cuantos aportes dados por la filosofía
respecto al concepto de la memoria, daremos por cerrada la introducción al término
memoria, para conocer ahora de qué va la mnemotecnia, remitiéndonos a algunos aportes
que se han hecho sobre la palabra resaltada.
Según un artículo publicado en la revista iberoamericana de psicólogos y salud
(2014) realizado por los psicólogos españoles, Alfredo campos y Leticia Ameijide,
pertenecientes al departamento de psicología básica de la universidad de Santiago de
Compostela, la mnemotecnia es un conjunto de métodos que ayudan al fortalecimiento de
la buena memoria mediante una forma artificial.
Esencialmente la mnemotecnia se divide en reglas y sistemas mnemotécnicos. Por
su parte, las reglas son más limitativas que los sistemas, ellas se centran en el trabajo de
recordar datos específicos, mientras que el campo que abarca los sistemas mnemotécnicos
puede ser más amplio y general.
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En este mismo texto, los autores nos cuentan acerca de una de las reglas
mnemotécnicas más utilizadas, la cual es llamada “la mnemotecnia de la palabra clave”,
esta es principalmente utilizada para el aprendizaje de un idioma nuevo, y fue desarrollada
por el psicólogo estadounidense Jhon William Atkinson. Para llevar a cabo esta regla se
deben seguir dos pasos: primero se escoge una palabra clave y concreta, que nosotros
encontremos parecida a la palabra desconocida del nuevo idioma. El segundo paso requiere
de hacernos una imagen mental, debemos intentar que en esa imagen estén combinados
ambos significados, tanto el de la palabra que conocemos como el de la nueva. Nos
cuentan los psicólogos en este texto, que en general, los resultados que arrojan los
experimentos realizados en torno a este método, constatan que “la mnemotecnia de la
palabra clave” tiene menor eficacia en un adulto normal, en comparación a la considerada
en los niños y personas con dificultad de aprendizaje.
Un poco más avanzado el texto nos dice que, en el desarrollo del aprendizaje no
solo influye la mnemotecnia sino también la meta-memoria (palabra desconocida para mí)
por lo que me veo obligada a indagar su significado desde otra fuente, y luego sí proseguir
con los aportes del artículo que estamos revisando.
En un artículo publicado por el departamento de psicología básica de la UNED, su
autor, Marcos Ruiz Rodríguez (2016) define la meta-memoria así: “El término meta-
memoria alude al grado de conocimiento y conciencia que posee el individuo acerca de la
memoria y de todo aquello relevante para el registro, almacenamiento y recuperación de la
información.” (Ruiz, 2016, pág. 3)
15
Es decir que los seres humanos tenemos la capacidad de evaluar, conocer, controlar
y valorar la suficiencia de nuestra memoria a la hora de recuperar información, y es esta
capacidad la que se conoce con el nombre meta memoria. Este proceso, también nos cuenta
el autor, requiere de tres fases: codificación, almacenamiento y recuperación.
Retomemos la información brindada por los psicólogos Alfredo campos y Leticia
Ameijide en el artículo aludido en un par de párrafos anteriores. Avanza el texto y nos
propone pensar la Metamemoria desde tres momentos, del primero se refiere como el
momento antes de la adquisición, que tiene cabida justo antes del aprendizaje objetivo, sea
cual sea. El segundo es llamado “retención” que tiene efecto al tiempo que la información
está siendo almacenada. La tercera y última es la recuperación consciente y auto dirigida de
la información, el tiempo en que sucede esta fase es justo después del momento dispuesto a
la adquisición de cualquiera que sea el conocimiento.
Considero necesario extraer otros planteamientos que se han elaborado acerca del
concepto mnemotecnia, consultando una fuente distinta. Es por eso que encuentro muy
interesante un texto publicado por la academia Amir de España, “reglas mnemotécnicas
Amir “(2006) cuyos autores son numerosos, pues el libro es un compendio de reglas
mnemotécnicas creadas por alumnos de distintas generaciones de la propia academia,
durante aproximadamente seis años. Cabe aclarar que Amir es una academia destinada a
formación de médicos que desean acceder a una especialización en sus profesiones. Esta
academia se ha extendido a otros países como, Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Chile,
Colombia, entre otros.
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Pues bien, como el mismo texto lo expone en su introducción, el campo de la
medicina está llena de términos complejos, los cuales para un médico profesional integro
son indispensables saber de memoria. Sin embargo, es muy común que un alumno de
medicina, a pesar de adquirir poderosamente los saberes de sus respectivas materias, tenga
confusiones con tantos términos científicos.
Este libro, contiene en sus 70 páginas, listados completos de reglas mnemotécnicas
dirigidas a distintos campos de la medicina, entre los que se encuentran, dermatología,
endocrinología, oftalmología, pediatría, psiquiatría, traumatología, etc. Voy a mencionar
unas pocas reglas mnemotécnicas configuradas en este texto, las cuales estoy segura, bastan
como ejemplo para llevarnos una idea general del amplio material consagrado en el libro en
mención.
El primer ejemplo lo tomo del capítulo dedicado a la cardiología y cirugía vascular
en donde proponen la frase “QUIen VERA a mi AMIgo eric POR FAvor?” para recordar
los siguientes fármacos utilizados para la intoxicación: QUInidina VERApamilo
AMIodarona ERItromicina PROPAFenona. Como podemos observar las primeras sílabas
de las palabras que conforman la inicial coinciden con las primeras de los fármacos.
En el capítulo dedicado a la dermatología proponen la palabra FÁCILES para
recordar cada uno de los causantes de la psoriasis (enfermedad crónica de la piel) los cuales
son: FÁrmacos (corticoides orales), Clima (seco), Infecciones (amigdalitis estreptocócica),
17
Lesiones (fenómeno koebner) Y EStrés. Como podemos observar, las iniciales de las
causas en su respectivo orden conforman la palabra ya resaltada.
El tercer y último ejemplo lo tomo del capítulo de ginecología, en donde la frase
“SARA y RUBÉn SABEN PAROdiar a VARIos CHINOS” la proponen para recordar las
vacunas contraindicadas para mujeres en gestación y lactancia, las cuales son: Sarampión
RUBéola SABin PARotiditis VARIcela CHINOS (fiebre amarilla), aquí, al igual que en
los ejemplos anteriores, las iniciales de las palabras que conforman la oración,
corresponden también a la inicial de las vacunas.
Pues bien, de los anteriores ejemplos, podemos notar que son estrategias
mnemotécnicas muy simples y efectivas para recordar una lista de términos, que aunque no
en todos los casos resultan complejos, no se puede correr el riesgo de ser olvidados, en este
caso porque directamente relacionado con la salud de las personas.
Sumando información sobre la mnemotecnia y lo que se ha dicho acerca de ella,
mencionaré el contenido de una página web llamada “escuela de la memoria” en donde el
psicólogo especialista en procedimientos sugestivos, Manuel Pérez (2016) nos ofrece un
interesante artículo llamado “4 ventajas de utilizar mnemotecnias para estudiar” en donde,
como el título lo indica, nos cuenta solo cuatro de los beneficios que se derivan de practicar
reglas mnemotécnicas cuando estudiamos. El orden en que son expuestas en el artículo es
así: ahorrar tiempo al memorizar, memorizar mejor a largo plazo, reducir la necesidad de
repasos, evitar el efecto “mente en blanco”. Cada una de estas ventajas, me parece
18
absolutamente pertinentes para un actor en su labor de memorizar un texto, considero que
son factores claves en el objetivo de este trabajo de investigación.
En el periódico global “El País” se publicó un artículo titulado “siete trucos de
mnemotecnia que puedes aplicar en tus exámenes” escrito por Pablo Cantó (2017).
Comentaré brevemente cada uno de los trucos expuestos aquí, así nos vamos familiarizando
con las técnicas que pondremos en práctica.
En primera medida nos ofrecen la llamada “mnemotecnia de la palabra clave” la
cual es aplicada para el aprendizaje de un idioma nuevo, como pueden recordarlo, esta ya la
mencionamos en páginas anteriores cuando nos remitimos al artículo hecho por los
psicólogos, Alfredo campos y Leticia Ameijide. Sobre ella, aquí agregan este ejemplo:
“Quieres aprender que la palabra en latín "os" significa hueso. Primero, la vinculas a la
primera palabra que se te venga en español por su parecido. Por ejemplo, "oso". Después
Imaginas a un oso comiendo un hueso”. Seguido a esta encontramos los “Acrónimos” de la
cual nos dicen que es una de las aplicadas diariamente, y consiste en formar una palabra
con las iniciales de los elementos que hacen parte de una lista. Ahora sabemos que algunos
de los ejemplos encontrados en el libro de la academia Amir, pertenecen a los acrónimos, y
otros de los ejemplos pertenecen al tercer grupo de reglas llamado “acrósticos”, los cuales,
como el artículo cuenta, consiste en formar una frase con las iniciales de las palabras que
queremos memorizar, y nos dan este ejemplo con elementos de la tabla periódica: “(Litio,
Berilio, Boro, Carbono, Nitrógeno, Oxígeno, Flúor, Neón) = "La BBC no funciona".
Continuamos con el cuarto lugar de esta lista en donde se encuentra la “técnica de loci
(lugar)” la cual, conforme al artículo en mención, es una técnica que utilizaban los griegos
19
para preparar exposiciones, consiste en imaginar un recorrido que hagamos todos los días y
lo sepamos de memoria, luego a cada espacio de ese recorrido le atribuimos parte de lo que
queremos memorizar, esto se debe hacer en orden de inicio a fin, tanto del camino como del
material a memorizar. A continuación el ejemplo con el que nos permiten entrever su
práctica:
“Queremos aprender los países de la unión europea. Imaginamos el recorrido
desde casa al instituto. En primer lugar, al salir, hay una panadería: panadería-
baguettes-Francia. En segundo lugar, pasamos por un concesionario de
Volkswagen. Volkswagen-Alemania. En tercer lugar por un edificio feísimo, muy
vulgar. Vulgar-Bulgaria…” (Cantó, 2017, pág. 2)
Avanzamos por el artículo de Pablo Cantó y llegamos al “Palacio de la memoria” la
quinta técnica mnemotécnica de la lista. Su formulación es muy parecida a la técnica Loci,
sin embargo lo que empleamos en nuestro imaginario no es un recorrido sino un edificio o
casa que conozcamos con profundidad, buscamos asociaciones entre cierto bloque de
información con un espacio o cuarto de la casa. Esta técnica es muy oportuna cuando lo que
se quiere memorizar son grandes contenidos con subtemas. Me parece indispensable
trasladar a estas páginas el ejemplo que nos brinda el texto:
“Mi hermana tiene 27 años, por lo tanto, su habitación será la generación de
27. El cuarto de baño es la habitación en la que más agua hay, el agua corriendo es
muy bucólica y a los románticos les encantaba lo bucólico y pastoril, así que el baño
será el romanticismo. Yo estoy viviendo la crisis, como la generación del 98, que
20
vivió la crisis de la guerra hispano-estadounidense, así que mi habitación será la
generación del 98. La habitación de mis padres, siempre riñéndonos porque no
sabemos lo que cuesta traer dinero a casa, será el realismo.
Después, dentro de cada habitación, se continúa. Por ejemplo, la habitación del
realismo: empezamos por las mesillas. Es la única habitación con dos mesillas, y
dos rima con Galdós. Las cortinas tienen un color pardo, que es el apellido de
Emilia Pardo-Bazán. El armario es tan grande que parece una barraca, que es una de
las obras más famosa de Blasco Ibáñez…” (Cantó, 2017, pág. 4)
En el penúltimo puesto de esta lista se encuentra la “técnica del relato” y consiste en
inventar un relato, historia o cuento que contenga cada una de los elementos que necesitas
retener en la memoria, no es necesario que la historia sea lógica pero sí que tengas muy
claro cuál es el hilo conductor. Respecto a esta técnica me gustaría mencionar que es la que
encuentro relacionada más directamente con el trabajo de memorización del texto teatral,
puesto que requiere de la imaginación de una historia, y finalmente eso es lo que contamos
en el escenario.
Ya para finalizar este listado de mnemotecnias, contamos con “el sistema fonético”
el cual es utilizado para memorizar números. El método consiste en reemplazar los números
por letras y entre ellas conformar palabras, resulta ideal para memorizar fechas y números
de teléfono y direcciones. No obstante, este método es de los más complicados, pues
requiere de un conocimiento previo del “sistema fónico internacional” el cual es una
conversión internacional de números a letras.
21
Con esta información doy por concluido este primer capítulo, esperando hayan
quedado notablemente despejados, tanto el término memoria como el de mnemotecnia.
Mnemotecnia y el teatro
Me resulta agradable dar inicio a este capítulo mencionando que el término
Memoria en el campo teatral aparece desde distintos enfoques. Tenemos la posibilidad de
hablar de La Memoria en el teatro como, esa labor sociocultural que pretende conocer y
dar voz a los testigos y víctimas de los vehementes actos de violencia desencadenados a lo
ancho y largo del planeta. Por otra parte, en la labor teatral nos relacionamos también con la
Memoria corporal, término vinculado con el trabajo hecho por el actor enfocado en su
propio cuerpo. Sería un descuido no enlistar aquí el tan conocido método de La memoria
emotiva; método actoral desarrollado por el reconocido hombre de teatro Konstantín
Stanislavski. Y por supuesto se despliega un nuevo sentido de la palabra memoria, el que
nos incumbe en este texto investigativo, el que se remite a la memorización como ese
trabajo indispensable que desarrolla el actor con sus textos. Entonces, a continuación
haremos un paneo por algunos planteamientos y reflexiones que se han realizado alrededor
de este tema.
El actor colombiano y profesor de interpretación de la universidad de Antioquia,
Gilberto Martínez (2012) es autor de un libro de 303 páginas titulado “ Apostillas, Memoria
teatral” el cual es un tomo, parecido a un diccionario, que contiene en una organización
alfabética, definiciones e intuiciones propias del autor, acerca de conceptos,
interpretaciones y términos técnicos relacionados con el teatro. Podría parecer que cito este
libro por contener en su título la palabra memoria, pero no es así, lo que aquí corresponde
22
es mencionar la definición que en el tomo se le atribuye a la palabra resaltada, en la
correspondiente sección destinada a la letra M.
Martínez (2012) antes de relacionar el término con el teatro hace una introducción
general de esta, en donde contempla algunos aspectos del campo científico, que a propósito
ya fueron mencionados en el capítulo anterior de este texto, como, la memoria a largo plazo
y la memoria a corto plazo. Más adelante hace alusión a la memoria afectiva o emotiva,
del que se refiere como un recurso interpretativo ofrecido por Konstantin Stanislavsky, y
más adelante apropiado y desarrollado por el estadounidense, hombre de teatro, Lee
Strasberg en el Actor's Studio. En apostillas, no se profundiza en el desarrollo o aplicación
del método, pero oportunamente lo menciona, pues reitera la importancia de este concepto.
Por lo mismo, posteriormente en este texto haré unos señalamientos, que permitirán
vincular la memoria emotiva con la memorización de los textos.
Continuamos con más información obtenida del texto señalado anteriormente, en
donde el autor finaliza sus notas sobre la memoria, haciendo referencia al trabajo de la
memorización de los textos desde su experiencia. Para él resulta significativo aclarar la
importancia que tiene el desarrollo de la memoria en el enfrentamiento de la memorización
de un texto teatral. Reconoce también lo común que es, que aquel proceso se lleve a cabo
de forma muy apresurada por cuestiones de economía en los montajes teatrales. Lo que él
considera no está mal, siempre y cuando ese proceso se lleve a cabo, en paralelo con el
estudio general del texto y con el juego en escena y no simplemente como un proceso
mecánico de guardar palabras en cierto orden y repetirlas como lo haría un loro.
El juego teatral, para el autor, es el mejor sistema de aprendizaje de un texto.
Literalmente Martínez dice: “De loras están llenos los escenarios del mundo. Es engranar
23
todos los aspectos psico formales y de producción de sentido de su interpretación”
(Martinez, 2012).
Considero que la cita anterior, comprenden muy bien, una prevención que he
notado, sale a flote cada vez que se habla de la labor de memorizar un texto. En
conversaciones casuales con gente de teatro, aparece la necesidad de rechazar “la
memorización por la memorización”. Es frecuente la idea que, en lo que corresponde al
oficio de los actores, no es pertinente, necesario, y mucho menos útil grabar palabras sin
que estas tengan, correctamente o no, un mínimo de contextualización de su sentido y
propósito para ser emitidas. Aprovecho para vincular esta postura con las percepciones y
criterios de un par de maestros de la facultad de artes ASAB. Katalina Moskowictz y Carlos
Araque, de quienes tuve la fortuna de recibir clases, y a quienes entrevisté respectivamente
con la finalidad de compilar más puntos de vista acerca de la memorización de los textos
teatrales.
Para el maestro Carlos Araque, el propósito de memorizar un texto, para actuar, es
un camino nefasto y por consecuencia lo último que un actor debería hacer. No debería
pensarse el texto teatral como un proceso de: hay un autor literario, debemos acceder a él,
entender su texto, comprenderlo, memorizarlo y después actuarlo. Para él, ese es un camino
erróneo. Lo necesario de hacer con el texto es encontrar un proceso para llegar a abrirlo,
comprenderlo e interpretarlo. También expresa que la idea de entregar un texto a un actor y
decirle “tome, apréndaselo” es una acción impositiva muy consecuente a los cortos tiempos
que se tienen de estudio en la academia. Araque agrega que, en el hecho de hablar de
memorización de un texto teatral, se recae en la idea de que el teatro es literatura y él
24
considera que no, que el teatro más allá de eso es acción, o que por lo menos la actuación lo
es.
Comprendo la postura y la construcción de sus ideas, sin embargo como lo que yo
busco en esta conversación es conocer variedad de truquitos que emplean los actores para
aprenderse sus líneas, entonces le planteo lo siguiente. ¿Y con un texto que debes
aprenderte en minutos? Por ejemplo en un casting, al que llegas y en pocos turnos ya es tu
audición. Él responde que hay muchas formas y da un ejemplo: aprenderse los verbos de
acción, es decir, “reconoces el verbo ´mirar´, ¡ah! mirar es el verbo, mirar por la ventana; lo
que se puede complementar con convertir las palabras claves en imágenes, por ejemplo, “el
pájaro estaba en el lago. ¡Ah! entonces en mi mente me hago la imagen de cómo es el
pájaro, cómo es el lago y cuál es la forma de estar el pájaro en ese lago”. Por su puesto, esta
herramienta que el maestro ha mencionado, alude a la mnemotecnia de la palabra clave, la
cual fue considerada en el capítulo anterior.
De la misma entrevista aparecen más reflexiones acerca del tema en cuestión. Dice
no considerar fundamental la labor de memorizar un texto en el trabajo del actor. ¿Entonces
cómo hace un actor para actuar si no se sabe el texto? Lo importante es aprenderse las ideas
y las situaciones manifiestas en el texto. Araque comparte que en su trabajo como docente
no exige en ningún momento, que el texto esté cien por ciento aprendido, porque no lo
considera necesario. El único texto que tiene un carácter obligatorio de ser aprendido al pie
de la letra, es el texto versificado. Este cuenta con unas estructuras que no se pueden
romper por capricho, o por dejarse a la improvisación, pues en la mecánica rítmica del
verso se encuentra el sentido de las palabras.
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Me parece afortunado haber escogido al maestro Araque y a la maestra Moskowictz
para esta consulta, pues no coinciden sus puntos de vista respecto al tema. Lo cual, además
de ser una oportunidad para comparar dos apreciaciones, también nos indica que, la labor
de memorizar textos por parte del actor, está directamente relacionada con los métodos
propuestos por parte del director en cada proyecto.
Por su parte, Moskowictz (2018), no brinda a sus estudiantes ningún tipo de
herramienta para facilitar su labor de memorizar los textos. Ella da clases a semestres
avanzados, y esa debe ser una aptitud desarrollada y adquirida en los primeros semestres.
Es decir que a sus montajes de sexto semestre para arriba, los actores que trabajan con ella,
ya deben tener claros sus mecanismos para memorizar los textos. No porque se deba
enseñar en alguna clase en semestres anteriores, sino porque cada actor debe hacer una
búsqueda autónoma hasta descubrir cuáles son los dispositivos que se ajustan a sus
estrategias de aprendizaje. Por ejemplo, un actor con el que ella trabajó, se aprendía el
texto con dibujos. Por cada unidad de sentido, hacia un dibujito en el papel; le funcionaba,
dice la maestra. Otros lo hacen con acciones físicas. A cada frase o unidad de sentido le
atribuyen una acción. Ella lo considera una mala idea, pues ha constatado que cuando se
aprende el texto con aquel mecanismo, al prohibirle al actor la acción ya interiorizada, el
texto se pierde.
En la metodología de trabajo de Moskowictz, según sus propias palabras, se exige a
los actores tener los textos memorizados desde el inicio del montaje de la obra. Ella
necesita ir descubriendo el texto conforme lo va montando, y su forma de encontrarlo es
escucharlo en voz del actor.
26
El estilo de los montajes que dirige Moskowictz, está lleno de composición de
imagen, por lo que son frecuentes propuestas en las que, la disposición del cuerpo en el
espacio no es necesariamente realista sino simbólica. Entonces, para que pueda darse sin
estancamientos, un constante probar, desechar y modificar acciones, es indispensable que
el actor tenga el texto milimétricamente memorizado. Además de entender el sentido de las
palabras y la situación, el actor debe tener la capacidad de hacer lo que quiera con el texto,
bañarse, hacer ejercicio, coger un bus, pararse de cabeza, etc. Si el texto está aprendido,
entonces en el ensayo se podrá ir abriendo. Pero debe irse por sí solo, sin pensar, ni titubear
en el orden de las palabras.
Son contrarias las opiniones que tienen cada uno de los maestros entrevistados.
Mientras que para Moskowictz, es de vital importancia tener los textos completamente
memorizados para luego ir “abriéndolos” conforme avanza el proceso de montaje, para
Araque esto es un método erróneo, que limita la posibilidad de escudriñar a fondo y
provoca repetición mecánica.
Mi proceder se asocia con la metodología empleada por Moskowictz. Aprenderme
los textos desde un principio me brinda libertad en mi búsqueda de la acción, y esta no se
ve interceptada por el esfuerzo de recordar las palabras. Al igual que ella, considero que
detenerse para consultar el texto teatral, es una acción que entorpece y retrasa la creación.
No obstante reconozco el riesgo del que habla el maestro Araque. Pero no se trata de estar
de acuerdo con las apreciaciones de uno o de otro, más bien tener presente que el trabajo
con la memorización del texto está sujeto tanto a la metodología del director como a la del
actor.
27
Por otra parte, contamos con apreciaciones similares acerca del tema, dadas por la
escritora, periodista, actriz y dramaturga Mary Beth Barber y el profesor de actuación de
Nueva York, Terry Schreiber en su libro “ACTUACIÓN, las nuevas técnicas” (2005). El
cual es una guía práctica para actores, directores y maestros, en el que se dispone para el
lector, un manual que conlleva a distintos caminos para trabajar las destrezas necesarias
para la realización de un montaje escénico. En este tomo podemos encontrar desde
ejercicios de relajación, guías para el trabajo corporal y vocal, calentamientos, técnicas para
la creación de un personaje, hasta los parámetros que deben tenerse en cuenta para un
análisis completo de objetivos, pausas y acciones.
El cuarto capítulo del texto anteriormente evocado, está destinado al trabajo que
realiza el actor con sus textos, en donde por supuesto está considerada la labor de
memorizar, y al respecto expresa lo siguiente:
“Realmente es muy importante aprenderse los parlamentos perfectamente,
sin importar si es un monólogo de los ejercicios grupales de la parte II, los ejercicios
individuales de la parte III, el trabajo de la escena que se explora en la parte IV o en
cualquier otra situación actoral. El actor no puede trabajar si no sabe lo que va a
decir a continuación porque se rompe la concentración, se pierde la imaginación y
no se puede realizar el trabajo. También es igual de importante reconocer las
diferencias verbales entre los personajes. Todos hablamos de diferente forma;
usamos diversas pausas, construimos frases de diferente manera y utilizamos
palabras distintas. Si el actor empieza a sustituir sus propias palabras y a cambiar la
construcción de las frases por las del autor, perderá contacto con el personaje. Estará
28
reemplazando al personaje consigo mismo, alejándose del objetivo: encarnar al
personaje.” (Schreiber, 2005, pág. 57)
Entonces para el actor, la tarea de aprenderse los textos de memoria, además de
brindar cierta seguridad y libertad para “jugar” en los ensayos, también le proporciona
rasgos concretos de personalidad de su personaje. Puede suceder que los actores, al
memorizar los diálogos optemos por cambiar alguna palabra que nos parezca extraña o
poco familiar, por una palabra que se adapte más a nuestra forma de comunicar las cosas.
Una decisión errónea, pues precisamente trabajar en esa “dificultad” para encontrar la
naturalidad de las palabras, nos permitirá identificar rasgos y particularidades del personaje,
tanto como las calidades y cualidades de su proceder. Haciendo un trabajo consciente y
milimétrico con la memorización de cada palabra puesta en el texto, tendremos terreno
ganado para la construcción de un personaje como tal, sin alejarnos de las intenciones del
dramaturgo.
Pedro Villora (2015) profesor de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, habla
de la memoria en el campo teatral, en un texto corto llamado “la memoria del actor”. Allí se
refiere a la memoria del actor desde tres aspectos distintos ya tenidos en cuenta en la
introducción de este capítulo. Reconoce como para una persona ajena al teatro le resulta un
acto brillante el hecho de que un actor pueda memorizar textos tan largos y no equivocarse,
considerando esto como la labor más compleja de su trabajo. Es así, es una tarea bastante
ardua, la de grabar páginas enteras de diálogos, pero lo realmente complejo radica en poder
apropiarse de ellas de tal forma que en el acto escénico presente, único e irrepetible, se
construyan y emitan de modo que parezca que son pensadas en ese preciso instante. Que no
fueron ensayadas previamente y mucho menos puestas en un papel por un dramaturgo.
29
Villera, en su texto, menciona también que la memoria en el actor no radica
únicamente en la suma de palabras en el cerebro, sino que este hace uso de su memoria
corporal a medida que avanzan los ensayos y profundiza en la creación de su personaje,
atribuyéndole a este, rasgos específicos de su comportamiento, tempo-ritmo y personalidad.
En el momento que tal construcción se conjuga con la de los otros actores en el acto
escénico, se vivencia entonces un momento de memoria colectiva. Continúa y se refiere al
teatro de una manera especial:
“El teatro es un arte vivo que jamás se reproduce de la misma manera, pero,
por eso mismo, es un arte de la memoria. El teatro solo existe en el momento que se
crea, y de su existencia no hay más huella que la grabada en el recuerdo de quienes
han participado en él o lo han visto. Si el actor necesita ejercitar su memoria para
crear teatro, también aspira a estimular la memoria del espectador, para que su
trabajo no se desvanezca en el olvido” (Villora, 2015, pág. 4.)
De las palabras anteriores me surge una imagen cíclica, con ella concluiré este
capítulo, para dar inicio al quinto, en el que corresponde exponer en la práctica, las reglas
mnemotécnicas que servirán para la memorización de los textos teatrales. El acto teatral
requiere que se pongan en funcionamiento el ejercicio práctico de la memorización de cada
actor. Esa fusión, más todo el trabajo de montaje que requiere de la ejecución de muchos
otros oficios, muchas veces se disponen para darle sentido a las memorias acalladas del
pueblo, en la vivencia ficcional que es el teatro. Ésta a su vez, genera en quien lo ve, una
necesidad de no olvidar, de receptar la mayor cantidad de sensaciones, imágenes, y
situaciones que en un momento posterior se modificarán en su memoria. Entonces, el teatro
es, en gran medida, un acto que se nutre de memoria y evoca la misma.
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Herramientas útiles para la memorización de un texto teatral
Como se puede ver descrito en el anterior título, las herramientas mnemotécnicas
propuestas aquí, están pensadas para la memorización de un texto específicamente teatral.
Por lo que me parece pertinente mencionar aspectos característicos de ese texto como tal.
El libro “Semiótica teatral” de Anne Ubersfeld (1989), es un extenso tomo,
dedicado en su totalidad al discernimiento de todos los aspectos que corresponden al texto
teatral, además proporciona al lector algunos procedimientos para la correcta lectura del
texto teatral, enlazando su práctica con la representación. Su autora, respecto al texto
teatral, nos cuenta que una de sus particularidades radica en que su materia de expresión es
totalmente lingüística, su lectura es lineal y puede ser analizado teniendo en cuenta las
reglas de la lingüística y el proceso de la comunicación. En el texto teatral la voz del autor
desaparece por completo, atribuyéndose a sus personajes. El texto de teatro, a pesar de estar
pensado para su representación en el escenario, está lleno de lagunas, espacios vacíos que
no concretan información acerca de la historia contada, la cual es suministrada por
decisiones de cada grupo al momento de montar el texto.
Una de las características de la mnemotécnica, es que busca involucrar las vivencias
de las personas con el material que se desea recordar, es decir que su principal eje radica en
la utilización de información ya obtenida para la recepción de nueva información. Es
similar en gran medida al trabajo que hace el actor con su personaje, cuando se pone en el
“papel de” y busca entre los recuerdos de sus experiencias vividas, alguno con el que pueda
crear analogía a la situación propia del drama.
Cabe aclarar que aquí no mencionaré todas las reglas o estrategias mnemotécnicas
existentes, sino que pondremos en práctica las que yo considero guardan relación con
31
nuestro fin. Además, señalar que dichas reglas no fueron diseñadas para esta finalidad, sin
embargo cada una de ellas se puede modificar y adaptar con relación a la memorización de
un texto teatral.
Cada actor-lector que desee poner en práctica estas herramientas, no debe ceñirse a
como se plantean aquí, pues estas son apenas unas de las tantas posibilidades a explorar.
Las reglas mnemotécnicas son:
1) Estrategias de repetición: aquí se comprenden acciones de subrayar, transcribir y
repetir literalmente. En pro de nuestro fin, propongo que las palabras subrayadas
sean los verbos de acción. Esto con la finalidad de identificar, cuáles son las
acciones a lo largo del drama. Sin embargo, recuerde que usted puede elegir
subrayar un ítem distinto, por ejemplo los lugares o los sujetos encontrados en
el texto. Lo importante es prever el objetivo para hacerlo. Como segundo paso,
con puño propio transcribir cada una de las líneas que necesitamos memorizar, y
combinarla con la repetición literal, es decir, a medida que se van escribiendo
las palabras se va repitiendo en voz alta cuantas veces sea posible.
2) Estrategias de centralización o mnemotecnia de la palabra clave: Corresponde a
la labor de extraer y reconocer cual es la información más relevante, que en este
caso es el texto. Entonces identificaremos las palabras claves, con ellas
generaremos una imagen particular y que llame nuestra atención. Para nuestro
fin, propongo ampliar la relación de este modo: atribuir como de tres a cinco
palabras a cada imagen, en lugar de solo una. Y que la agrupación de las
palabras claves escogidas se haga por su orden de aparición en el texto, no
tomadas de escenas alternas.
32
3) Asociación de recuerdos: su finalidad es que no olvidemos los nombres de los
lugares o personas rápidamente, sino que puedan quedarse presentes en nuestra
memoria por tiempos prolongados. Por ejemplo, acaba de presentarse ante ti un
nuevo compañero con el nombre de Carlos, si no haces detención en su nombre,
posiblemente lo olvidarás en los próximos segundos. Lo cual se puede evitar si
rápidamente asocias el nombre a la cara de una persona que te es más familiar y
lleva el mismo nombre. En el origen de esta regla se aconseja hacer uso de
recuerdos positivos y/o felices. Pero para nuestro objetivo yo propongo que no
sea así, pues para el actor, además de recordar la palabra, en este caso un
nombre, es primordial conectarlo con una emoción. Si la situación de la obra es
de carácter triste o negativo, será útil para la emoción interpretativa no cohibirse
de ello.
4) Método Loci o de los lugares: En este método lo que se debe hacer es, trabajar
con un recorrido que conozcamos de memoria, por ejemplo el camino de la casa
a la tienda, el camino de la universidad al trabajo, o el camino que recorremos
del parque al restaurante. A cada lugar específico que se encuentre dentro de ese
recorrido se le atribuirá parte del contenido que se quiere memorizar. Para
nuestro propósito, propongo atribuirle a cada estación de este recorrido, un
fragmento de sucesos, según el orden en que se van desencadenando en el
drama. en lo posible, tratar de identificar o suponer, variaciones del estado
emocional o de acción del personaje, y que estas también influyan en la
fragmentación del texto.
33
El paso a seguir es, tomar las dos últimas páginas del monólogo teatral “La más
fuerte” del dramaturgo sueco August Strindberg (1888). Posteriormente enunciar posibles
intervenciones al texto, que yo realizaría con el fin de memorizarlo, empleando, por su
puesto, cada una de las herramientas mnemotécnicas anteriormente enlistadas. Dedicando
una descripción a cada una, en su respectivo orden y por separado.
A continuación, presento el fragmento del monólogo escogido, el cual es nuestro
material base de trabajo.
“SEÑORA X: ¡Cállate! No necesitas decirme nada, pues ahora lo comprendo todo.
¡Era por eso, y por esto y por aquello! ¡Sí, sí! Ahora todas las cuentas están cabales. Eso
es. (Despreciativa) ¡No quiero sentarme en la misma mesa que tú! (Lleva sus paquetes
a otra mesa) Por eso he tenido que bordar en sus zapatillas los tulipanes, aunque yo los
deteste: porque a ti te gustan los tulipanes. (Tira las zapatillas) Y por eso pasamos el
verano a orillas del Mälaren: porque a ti no te gusta el mar. Y mi hijo se llama Eskil,
porque así se llamaba tu padre. Y yo tenía que usar tus colores, leer tus escritores
preferidos, comer los platos que te agradan, beber las bebidas de tu gusto, el chocolate,
por ejemplo; y todavía... ¡Oh, Dios mío!... ¡Es abominable cuando lo pienso; es
abominable!... ¡Todo, todo venía de ti a mí, hasta tus pasiones! Tu alma se deslizó en la
mía como un gusano en una manzana, royendo, royendo, cavando, hasta no dejar más
que el pellejo y un poco de polvo negro. Yo quería huir de ti pero no podía; estabas allí
como una serpiente, fascinándome con tus ojos negros... No me sentía con alas más que
para lanzarme hacia ti. Estaba en el agua con los pies atados, y cuanto más quería
bracear, más me hundía, y en el fondo, tú, como un cangrejo gigantesco, me
esperabas llena de energía, para clavarme tus pinzas... ¡Y ahora yo soy!... ¡Ah, cómo
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te odio, te odio, te odio!... Y tú sigues ahí, sentada, tranquila, callada, indiferente, sin
importarte si es luna nueva o cuarto menguante, si es Navidad o el Corpus, si los demás
son felices o desgraciados; incapaz de odiar ni de amar; inmóvil como una cigüeña ante
el agujero de un ratón... ¡No Puedes atrapar la presa pero puedes esperarla!... Y te
estás aquí, en tu rincón... ¿Sabes tú que a este rincón, por ser tuyo, le llaman “la
ratonera”? Lees los periódicos para ver si hay alguien que tenga una desgracia, o
alguien que haya caído en la miseria, o si han echado a alguno del teatro; aquí te metes
a esperar la alegría de lograr una presa; cuentas tus éxitos como un piloto su naufragio;
recibes tus triunfos. ¡Pobre Amelia! Me da lástima porque sé que eres desgraciada;
desgraciada porque te sientes herida, y también eres mala por eso mismo... Aunque
quiera, no puedo estar enfadada contigo..., pues al fin y al cabo, eres la más débil... sí;
lo que hayas tenido con Bob no me inquieta lo más mínimo. ¿Qué puede importarme,
en fin de cuentas, que hayas sido tú o cualquier otra la que me haya acostumbrado a
tomar chocolate? (Toma una cucharada de chocolate, con aire indiferente) ¡El
chocolate, después de todo, es muy bueno para la salud! Y si he aprendido de ti a
vestirme, me ha servido para atraerme más a mi marido, de modo que tú perdías lo
que yo ganaba... Sí. ¡Juzgando por ciertos síntomas inequívocos, estoy cierta de que lo
has perdido ya!... Pero tú pensarías, sin duda, que yo estaría dispuesta a compartir...
como tú lo has hecho, y eso es lo que tú sientes ahora... Pero yo no estoy dispuesta a
eso... No seamos mezquinas... ¡Porque no me voy a quedar nada más que con lo que
nadie quiere!...
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Quizá, a fin de cuentas, sea yo la más fuerte... Tú no has recibido nunca nada de
mí; tú no has hecho más que darme lo que tenías... y ahora yo hago como el ladrón del
cuento: cuando te has despertado, resulta que yo había cogido todo lo que te falta.
Además que entre tus manos, todo pierde su valor, todo resulta estéril. No has
podido retener el amor del hombre con tus tulipanes y tus pasiones... y yo sí he podido;
tú no has podido aprender en tus libros el arte de la vida, y yo lo he aprendido; no has
podido lograr un pequeño Eskil. ¿Y por qué callas siempre, siempre? Yo llegué a creer
que eso era una fuerza; pero eso no es, quizá, sino que nada tienes que decir, ¡Porque
no sabes pensar nada! (Se levanta y coge las zapatillas) Y ahora, me voy a mi casa...y
me llevo los tulipanes...tus tulipanes. ¡No has podido aprender nada de los demás, no
has sabido adaptarte..., y por eso te has tronchado como un junco seco! ¡Yo, en
Cambio, no estoy tronchada! ¡Gracias, Amelia, por todas tus lecciones! ¡Gracias, sobre
todo, por haber enseñado a mi marido a amar! Ahora, vuelvo a mi casa para amarle.
(Sale) FIN” (Strindberg, 1981)
Con el fin de no extender en vano el número de páginas destinadas a este trabajo de
investigación, aproveché la anterior transcripción del texto, para resaltar en negrilla los
verbos de acción, la cual es una de las tareas correspondiente a la primera regla
mnemotécnica que pondremos en práctica. La negrilla en este documento, es el equivalente
a los lápices de colores que utilizo sobre el papel.
Continuamos con las tareas sugeridas en la primera regla, la llamada “estrategias de
repetición”. El paso a seguir es transcribir cada una de las palabras y signos de puntuación
consignados en estas páginas a unas hojas de papel. Dedicando tiempo, sin afán,
Comentado [1]: Toda esa gran cita debe ir un poco justificada a la derecha porque supera las 40 palbaras y de aparecer año de la edición y página y poner una nota de pie de página donde aclare que las palabras subrayadas son tuyas.
36
observando como las letras van conformando las palabras y reconociendo el significado
previo que tengamos concebido de ellas, sea el que sea. Además de ir emitiendo los sonidos
de cada palabra, preferiblemente en voz alta.
Ahora, la práctica de la segunda herramienta, la que llamamos “la regla de la
palabra clave''. Propongo aquí tres imágenes, con la finalidad que cada una corresponda al
inicio, al intermedio y al final del texto. Entienda las palabras subrayadas, como las
palabras que yo considero son claves en el drama y recuerde que yo propuse tomar de tres a
cinco de estas para conformar una imagen. Sin embargo usted es libre de aumentar o
disminuir el número de palabras, para su desarrollo propio.
La primera imagen se va conformando así: facturas de cuentas de papel, locas,
blancas, animadas, con bracitos y pies, hacen una fila para entrar al mar, en donde a cada
una se le entrega, un par de zapatillas para aguantar la espera y dos tulipanes que son la
medicina para que vuelvan a sus cabales.
La segunda imagen: un cangrejo gigante es secuestrado por una serpiente elegante
que lleva por aretes un par de ojos negros, el cangrejo tiene ambos pies atados, y por la
fuerza que hace para tratar soltarse, en lugar de liberarse, se va hundiendo en el piso.
La tercer y última imagen: un grupo de tulipanes vivientes, van caminando por una
larga calle que cambia de color cada tres pasos, los colores de los tulipanes son cambiantes
respecto al color de la calle en que se encuentren. El más joven de ellos no sabe cómo
hacerlo. Entonces el más viejo, que lleva por bastón un junco seco, le enseña, pero por más
que lo intenta, el pequeño cangrejo no logra adaptarse y resignado regresa a su casa.
37
Para poner en práctica la tercera estrategia de la lista, identificaré dos cosas: los
nombres propios y las palabras que no me resultan muy familiares. Cada una la asociare a
la primera palabra que me suscite algún tipo de relación entre ellas. Para esto no se requiere
dedicar mucho tiempo, al contrario. Es necesario dejarse llevar por la primera idea que se
venga a la cabeza. Tenga en cuenta que, en tal caso que usted quisiera aprender el texto con
el que estamos experimentando, incluso que coincidiéramos en desconocer las mismas
palabras, en ninguna medida, la palabra con la que usted hará relación será la misma mía,
pues depende del contexto y del conocimiento que cada uno de nosotros posee. Y en caso
de suceder así, sería causa únicamente de una casualidad. Las palabras encontradas son:
Mälaren. El propio texto me deja saber que es un mar, sin embargo nunca antes
había escuchado de él. De primerizo junto dos palabras para no olvidarlo, mala rencorosa,
hago conciencia de juntarlas y cortarlas. Además estos dos adjetivos encajan muy bien con
la situación que se está desarrollando.
Eskil: el texto claramente me deja saber que es el nombre de un niño. Sin embargo,
no recuerdo haber escuchado ese nombre, y mucho menos lo relaciono con alguna cara
conocida. La primera relación que encuentro es con el posible peso del niño. ¿Es un niño
delgado? No, es un niño de kilo. Eskil. Ahora, no solo recuerdo el nombre del niño, sino
que también cree una primera imagen de él.
Amelia: nombre propio. Este me ha quedado muy fácil. Solo debo recordar el
nombre de mi más reciente personaje. Amelia.
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Bob: también nombre propio. Parece fácil de asociar. En este caso, de primerazo,
me llegaron dos imágenes a la mente: Bob, la esponja amarilla y el cantante de fama
mundial Bob Marley.
Me parece necesario aclarar que en los anteriores ejemplos, la palabra se aborda de
forma primaria, pues el ejercicio corresponde a la intención de retenerla. Sin embargo, un
actor profesional debe hacer una investigación responsable acerca del significado y el
contexto de la palabra.
Es turno de observar desde la práctica la cuarta regla de nuestra lista, el llamado
“método de los lugares”. El camino que escogí es el que conduce de mi casa a la casa de mi
abuela, es un trayecto que he caminado un incontable número de veces, lo conozco de
memoria. De igual forma, como en la segunda regla, daré tres ejemplos, cada uno de ellos
correspondientes a un fragmento inicial, intermedio y final del texto. Recordemos que,
atribuiremos a cada parte del recorrido una unidad de sentido del texto. Lo importante es
que usted entienda el punto de partida y de fin de esa unidad y logre crear cualquier tipo de
similitud con el lugar. El recorrido, además, debe ser lineal, tal cual como usted lo conoce.
Si intercala las estaciones y la linealidad del texto, se corre el riesgo de perder el control del
mapa. La finalidad de esto es que resulte lo más fácil y tranquilo para usted.
Para la comprensión de las siguientes ideas entienda que, en primera medida
mencionaré el lugar correspondiente del camino. Luego, entre comillas estará el fragmento
del texto, y seguido a esto entre paréntesis, la descripción correspondiente de las imágenes
que emergen de mis experiencias de vida y por lo tanto provienen de mi memoria, de mis
recuerdos. Aquellas imágenes aparecen ahí porque de cualquier modo, mi imaginario crea
algún tipo de relación entre ella y la información dada en el fragmento del texto.
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El frente de mi casa. “¡No quiero sentarme en la misma mesa que tú!” (Salgo de mi
casa dando un portazo, por una pelea con mi papá).
La primera tienda que se encuentra en el camino, a dos esquinas de mi casa. “Por
eso he tenido que bordar en sus zapatillas los tulipanes, aunque yo los deteste” (la viejita
que atendía aquella tienda. Yo la veía tejer con sus agujas. La viejita detestaba que los
niños jugáramos cerca de ella).
La avenida principal. “Porque a ti te gustan los tulipanes. (Tira las zapatillas) Y por
eso pasamos el verano a orillas del Mälaren: porqué a ti no te gusta el mar” (yo y mi pareja
en la avenida, abordando un carro rumbo a conocer el mar por primera vez. mi madre
diciéndome que la sensación de la sal secándose en la piel es horrible)
Conclusión
● No existe un método para memorizar textos, que resulte cien por ciento efectivo
para todos los actores. Pues cada actor desarrolla, pule, apropia y modifica sus
herramientas, según su capacidad de adaptación y sus capacidades de aprendizaje.
● El momento cronológico del proceso de creación, en el que el actor debe contar con
el texto aprendido, varía directamente en relación con el método de creación
abordado en cada proyecto.
● Tanto en la práctica de la estrategia de centralización o mnemotecnia de la palabra
clave, como en la estrategia de la asociación de recuerdos, nuestra memoria a largo
plazo se pone en funcionamiento.
Comentado [2]: En las conclusiones debería ir algo de lo descubierto en la primera parte del trabajo: memoria a largo plazo y a corto, conceptos de nemotecnia, etc. Es que pareciera como si la segunda parte, las herramientas para aprenderse textos no tomara muy en cuenta la primera parte del trabajo, todo la primera investigación.
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● Nuestra memoria sensorial nos permite relacionar, la sensación de una experiencia
anteriormente vivida, con el sentido del texto y la situación ficcional.
● Los actores por instinto hacemos uso de las reglas mnemotécnicas a la hora de
memorizarnos el texto. Intuitivamente hacemos uso de las reglas de la repetición,
pero sin hacer conciencia de ello y por consiguiente de una forma mediocre. El
trabajo de memorización puede ser mucho más efectivo si se emplean de forma
organizada y específica.
● Tomarse el tiempo para transcribir palabra por palabra, proporciona a la mente,
además de la imagen que queramos crear, una imagen vivenciada respecto a las
letras que conforman el texto. Incluso para algunos actores, la imagen de la tinta en
el papel conformando cada una de las palabras, será tan potente que podrá recordar
tal cual como se conforma un bloque de sentido, con todo y los signos de
puntuación correspondientes.
● El hecho de suscitar la imagen de una palabra conocida, para la memorización de
una palabra nueva, es inevitable que esta quede teñida por algún aspecto de la
palabra previamente entendida.
● Es posible que existan tantas variantes en las herramientas para aprenderse el texto,
como actores que estén poniéndolas en práctica.
● Aprender los textos mecánicamente, sin atribuirle, aunque sean pequeñas, imágenes
o significados a las palabras, puede resultar perjudicial para una interpretación viva.
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● Si bien, el trabajo de memorizar el texto, es un trabajo arduo e importante, no es el
único que se debe realizar en torno a este. Ese es apenas el comienzo de la labor que
debe desarrollar cada actor con sus líneas.
● Un actor que no memorice sus textos, en un proceso de creación que sí lo requiera,
entorpece el juego y la libertad de la improvisación en los ensayos.
● Los actores estudiamos el papel para poder memorizar las líneas que corresponden a
nuestro personaje. Sin embargo, en el transcurso de ensayo tras ensayo con los otros
actores, iremos reteniendo también las de los otros personajes.
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