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MONTONEROS COLUMNA JOSÉ SABINO NAVARRO CARTILLA PARA MILITANTES Nº 1 Hemos guardado silencio porque creíamos más importante, en este momento, estar presente con toda nuestra fuerza — pequeña fuerza todavía— en la culminación de una etapa en la lucha de la clase obrera y el pueblo peronista, por construir la patria sin explotadores ni explotados, la patria socialista: EL RETORNO DEL GENERAL PERÓN AL PODER. Y allí estuvimos, confundidos con todos los compañeros que decíamos Perón Presidente sin burócratas ni traidores, denunciando y combatiendo contra los que quieren convertir al peronismo en la salvación del sistema explotador. Y esa lucha continúa, y allí estaremos aportando a la construcción del poder de los obreros y el pueblo independiente de burgueses y traidoras. Y hemos guardado silencio — decíamos— ante distintas manifestaciones hechas en torno nuestro y provenientes de distintos sectores que consideramos componentes del campo revolucionario y que por ello —nada más que por ello— nos obliga a hablar y poner las cosas en su justo lugar. Por un lado, fue la utilización de nuestro nombre —en oportunidades reiteradas— rubricando una supuesta carta abierta al Gral. Perón donde se nos hacía sostener una posición que no compartimos y que incluso —después de nuestra aclaración— se insistió en vincularnos. Por otro, desde organizaciones del peronismo revolucionario acusándonos de "oportunismo" en el uso del nombre MONTONEROS, de "ultraizquierdistas", "apresurados" y de "atentar contra la unidad del Movimiento" por ser enemigos del Frente Justicialista de Liberación como aparece —por ejemplo— expresamente en un documento asumido por FAR y MONTONEROS previo al acto electoral del 23 de Septiembre y repartido profusamente en Rosario. Nosotros no negamos a nadie el derecho de decir de nosotros lo que piense y quiera, pero cuando se trata de compañeros

MONTONEROS Sabino Navarro

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Izquierda Armada

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MONTONEROSCOLUMNA JOSÉ SABINO NAVARRO

CARTILLA PARA MILITANTES Nº 1

Hemos guardado silencio porque creíamos más importante, en este momento, estar presente con toda nuestra fuerza —pequeña fuerza todavía— en la culminación de una etapa en la lucha de la clase obrera y el pueblo peronista, por construir la patria sin explotadores ni explotados, la patria socialista: EL RETORNO DEL GENERAL PERÓN AL PODER. Y allí estuvimos, confundidos con todos los compañeros que decíamos Perón Presidente sin burócratas ni traidores, denunciando y combatiendo contra los que quieren convertir al peronismo en la salvación del sistema explotador. Y esa lucha continúa, y allí estaremos aportando a la construcción del poder de los obreros y el pueblo independiente de burgueses y traidoras.

Y hemos guardado silencio — decíamos— ante distintas manifestaciones hechas en torno nuestro y provenientes de distintos sectores que consideramos componentes del campo revolucionario y que por ello —nada más que por ello— nos obliga a hablar y poner las cosas en su justo lugar.

Por un lado, fue la utilización de nuestro nombre —en oportunidades reiteradas— rubricando una supuesta carta abierta al Gral. Perón donde se nos hacía sostener una posición que no compartimos y que incluso —después de nuestra aclaración— se insistió en vincularnos.

Por otro, desde organizaciones del peronismo revolucionario acusándonos de "oportunismo" en el uso del nombre MONTONEROS, de "ultraizquierdistas", "apresurados" y de "atentar contra la unidad del Movimiento" por ser enemigos del Frente Justicialista de Liberación como aparece —por ejemplo— expresamente en un documento asumido por FAR y MONTONEROS previo al acto electoral del 23 de Septiembre y repartido profusamente en Rosario.

Nosotros no negamos a nadie el derecho de decir de nosotros lo que piense y quiera, pero cuando se trata de compañeros —que aunque con diferencias objetivas, reales y concretas— consideramos en el campo revolucionario nos agradaría más que el mote fácil, la crítica política, madura y seria, que es el único método de resolver las contradicciones en el campo revolucionario.

Y por eso no elegimos respuestas fáciles motivadas por el subjetivismo y la superficialidad, sino la definición serena ante cada situación planteada y la búsqueda de un nivel adulto políticamente de discusión con todas las opiniones y posiciones que se juegan dentro de la tendencia revolucionaria en su acepción más amplia. En este sentido queremos aportar mas allá de las reacciones individuales que pueda provocar a quienes no entienden que el compromiso de los revolucionarios es con la REVOLUCIÓN y no con defensas irracionales, competitivas de grupos o camisetas, propios de quienes se consideran dueños de la verdad.

Así, hoy, queremos iniciar estas cartillas para militantes, poniendo al alcance de todos ellos, qué es y qué quiere MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO y después, que

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cada uno juzgue. Y comenzamos con unas necesarias aclaraciones que no podemos demorar.

MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO Y EL OPORTUNISMO

Como hemos manifestado en distintas publicaciones se ha sostenido que el uso por nuestra parte del nombre de MONTONEROS responde a posiciones oportunistas dirigido —imaginamos— a cabalgar sobre esfuerzo ajeno.

A este respecto, queremos expresar que nuestra identificación como Montoneros José Sabino Navarro no responde a una determinación arbitraria y sin historia, sino por el contrario. No usamos un nombre sin derecho, porque en Montoneros José Sabino Navarro militan compañeros que desde los momentos primeros colaboraron con sus esfuerzos y su riesgo a construir una organización que dio en llamarse Montoneros y que en su proceso de crecimiento comenzó internamente a definir proyectos diferentes que surgían desde distintas caracterizaciones de la realidad de la etapa, y de la tarea de las organizaciones revolucionarias. Y cerradas las posibilidades de resolución de ésta contradicción, recogió este nombre y esa historia que había colaborado a hacer realidad agregando el aditamento de José Sabino Navarro como un sentido homenaje a un compañero muy querido que muriera heroicamente antes de esta necesaria separación.

Y no sólo por esto, sino también porque recogiendo esa historia asumimos aquella definición que impulsaron entre otros los compañeros Fernando Abal Medina y José Sabino Navarro de que Montoneros son todos aquellos que luchan sin cuartel contra el régimen y que fue fijada, luego, en un comunicado público después que un Comando Montonero Emilio Maza ajusticiara al traidor Alonso.

MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO, entonces, responde a una historia. No es una reacción negativista, no es un grupo de resentidos antimontoneros, sino la afirmación de un proyecto diferenciado que pone el acento en el aporte a la construcción del poder de los obreros y el pueblo peronista como alternativa real al proyecto de burócratas y burgueses. Es más, reconocemos en los compañeros Montoneros —más allá de las diferencias— a compañeros honestamente revolucionarios con los cuáles discrepamos pero que jamás podemos verlos como enemigos. La historia de la lucha de clases, la historia de los trabajadores y el pueblo se encargará de dar validez o no al proyecto que encarnamos.

MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO Y LA "UNIDAD" DEL MOVIMIENTO

Dice el comunicado rubricado por FAR-MONTONEROS distribuido en Rosario:"Por otro lado hay sectores que, a pesar de sus buenas intenciones, al plantearse objetivos que no corresponden a la actual etapa, y al no comprender la naturaleza del Movimiento Peronista, pretendiendo "apoyar" a algunos sectores contra otros, contribuyen objetivamente a atentar contra la unidad del Movimiento e impedir la consolidación del Frente de Liberación Nacional". Para señalar luego a estos "apresurados como dice el Gral. Perón", citando a los "ultraizquierdistas (la llamada Columna José Sabino Navarro-Montoneros)".

También aquí, creemos necesario hacer unas aclaraciones.

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Montoneros José Sabino Navarro no "apoya" a un sector contra otro, sino que forma parte de un sector, de una tendencia que dentro del peronismo se identifica con los objetivos históricos de la clase obrera y el pueblo que un 17 de Octubre inició la larga marcha hacia la construcción de una patria sin explotadores ni explotados, de una patria justa, libre y soberana, de una patria socialista. Forma parte de esta tendencia y de este sector y denuncia, rechaza y combate al sector burocrático y burgués del Movimiento que a lo largo de su historia ha pretendido integrar el Peronismo al sistema capitalista, el que con verborragia nacionalista ha servido conscientemente a los planes imperialistas. Es decir, formamos parte de un proyecto —el de la clase obrera y el pueblo peronista— que está en contradicción antagónica con el proyecto burgués. En contradicción y por ello en lucha.

Somos peronistas y reconocemos en Perón y en los programas obreros de Huerta Grande, La Falda y 1° de Mayo nuestro actual término de unidad y lealtad política y sabemos que hay peronistas —no cometemos el error, el infantilismo de negarlos— que responden a otros intereses y plasman otro proyecto, con los cuáles no tenemos sólo diferencias de matices, sino —como decíamos— diferencias antagónicas.

Montoneros José Sabino Navarro no asume (en el sentido de posición consciente) al Peronismo desde la superestructura, desde una supuesta "unidad" idealizada, donde burócratas y traidores del brazo con trabajadores y militantes recorren el mismo camino hacia un objetivo común para la etapa. Lo asume desde las bases, desde la historia de la clase obrera y el pueblo peronista y por eso, no reconoce término de unidad entre un López Rega, un Osinde, un Brito Lima asesinos de Ezeiza los asesinados de Ezeiza, no reconoce término de unidad entre Gómez Morales, Caffiero y Revestido con los obreros peronistas perseguidos y explotados durante 18 años de latrocinio y entrega.

Entendemos, así, por unidad, la unidad de la clase obrera y el pueblo peronista en torno de nuestro Líder y en torno de un proyecto revolucionario que incluso trasciende a nuestro Líder, el proyecto de la Argentina Socialista. Ahora bien, si atentar contra la unidad y obstaculizar el frente de liberación nacional es denunciar los planes pro-imperialistas de la burocracia peronista, es luchar sin cuartel contra los López Rega, los Osinde, los Miguel, los Calabró, es esclarecer sobre la traición que es el Pacto Social de Gelbard y Cía, entonces sí, debemos confesar que atentamos contra la "unidad" y que además de confesarlo, nos gusta.

Y otro tanto pasa con el Frente porque si el Frente de Liberación Nacional se trata del frente con Balbin, con Carcagno, con la cúpula de la C.G.E. nos permitimos desconfiar, como desconfía la clase obrera y el pueblo peronista.

Nosotros somos conscientes que en las actuales circunstancias, — aún con el triunfo electoral— hay dos proyectos superpuestos. Uno que aún confusamente se plantea metas cuya consecución está más allá del capitalismo y otro cuyo máximo alcance es el intento de renegociar la dependencia para colocar en mejores condiciones frente al imperialismo al capital nacional. Y no nos escandaliza ésta superposición, estamos en ella, porque también somos conscientes que este proceso de reconstrucción con tintes nacionales si se apoya en las movilizaciones populares

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puede ser trascendido y por tanto integrado como etapa de la liberación nacional y social, pero si su soporte es un bloque formado por representantes de la burguesía con la burocracia como freno y el reaseguro de las Fuerzas Armadas, cuya condición de existencia es la desmovilización de las masas, la consecuencia será la reproducción de un capitalismo cada vez más dependiente. Y en este sentido, no defendemos ni impulsamos un Frente por arriba, sino que tratamos de volcar todo nuestro esfuerzo en la organización de la Clase Obrera y el pueblo peronista, para que, a través de la movilización permanente, recuperemos este proceso para el avance revolucionario.

Sin duda, que todo esto responde a dos maneras de concebir el peronismo, a dos maneras de caracterizar la etapa que existen como posiciones dentro de la tendencia revolucionaria peronista en su acepción más amplia. Y porque creemos que es un tema central que debe estar presente en la discusión de la militancia, es que será nuestro objetivo en la próxima cartilla para militantes.

En cuánto a si somos "apresurados", serla entrar en una discusión bizantina porque indudablemente el juzgar como retardatario o apresurado una marcha, depende del ritmo de los pasos con el que caminan los opinantes, que no necesariamente es el ritmo de los pasos con el que camina la historia.

"LA PAZ PERONISTA ES HACER LO QUE EL PUEBLO QUIERA"

PERÓN O MUERTEVIVA LA PATRIA

MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO

Octubre de 1973

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MONTONEROSCOLUMNA JOSÉ SABINO NAVARRO

CARTILLA PARA MILITANTES N° 2

En la cartilla anterior hacíamos referencia a dos formas de interpretar el Movimiento Peronista, al que pertenecemos, por parte de sectores de la tendencia revolucionaria en su sentido más amplio. Trataremos ahora de especificar ésta afirmación.

Hay una interpretación, una asunción del Peronismo que entiende a éste como la síntesis política de un conjunto de fuerzas sociales antimonopólicas y antiimperialistas armonizadas tras un proyecto de Liberación Nacional, de concreción de un modelo de desarrollo capitalista independiente, que se pone como paso necesario para llegar a plantearse la liberación social y por ende, el Socialismo. Interpretación o asunción que tiene en cuenta el origen del Peronismo y en esos caracteres, encuentra su fundamentación dándola validez actual y por tanto, permanencia a la forma que se manifestaban las contradicciones de la lucha de clases en 1945. Asunción del Peronismo, que a los fines de la cartilla, llamaremos "desde arriba", pues, según nuestra concepción no tiene en cuenta el desarrollo histórico y los cambios reales de las fuerzas sociales que compusieron el Movimiento en el nivel de intereses inmediatos concretos.

De ésta concepción se deriva una política y una metodología de organización muy clara y si se quiere consecuente. A modo de ejemplo podemos hablar de la creencia de que existe una burguesía nacional —concebida como fuerza social— con claras banderas antiimperialistas como la hubo de alguna manera en 1945. O si se quiere, podemos mencionar el discutido "Operativo Dorrego" que en esta concepción es una consecuencia política coherente. Y —también— puede encontrar explicación la no explicitación del Socialismo o la oposición a la consigna de la patria socialista por considerarla fuera del contexto de la etapa. Pero dejamos aquí a esta interpretación. Luego volveremos.

Hay, por otro lado, una interpretación del Peronismo con la que nos identificamos y que lo entiende como parte fundamental de la historia de la Clase Obrera y el pueblo en busca de su propia política. La historia de la Clase Obrera hacia su autoconciencia se funde con la del movimiento nacional y popular, porque es allí donde los explotados reconocen su único término de unidad y lealtad política. Por esto, el Peronismo representa una experiencia interna e ineludible de la clase obrera argentina. Interpretación o asunción del Peronismo que llamaremos "desde abajo", por ser la asunción desde la clase obrera y el pueblo, protagonista de aquel inolvidable 17 de Octubre donde se gestara esa fuerza que se llamó Peronismo.

Son estas dos interpretaciones las que fundamentan las distintas actitudes políticas, más allá de los errores o desaciertos tácticos que cada una de las visiones pudieran haber cometido y lo que es preciso discutir con madurez en el seno de la militancia.

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Para explicitar estas dos visiones necesitaremos recurrir a la historia, volver de alguna manera a los orígenes de nuestro movimiento y seguir su curso a través de estos 27 años. Coma el motivo ' de ésta Cartilla es dar elementos que aporten a la discusión que supere el subjetivismo, presentaremos muy sintéticamente nuestra visión de esa historia.

LA HISTORIAESA VIEJA MAESTRA (1945-1955)

a) En 1945, la contradicción principal se da a nivel de dependencia (Nación-Imperialismo) y el Peronismo se presenta como el proyecto político de Liberación nacional sintetizando expectativas reales que estaban manifiestas en el nivel de los intereses de clases. Más ajustadamente podemos hablar de un proyecto de desarrollo capitalista independiente cuya herramienta es un Movimiento con composición policlasista y hegemonía burguesa y con la figura de un Líder carismático que sintetiza el proyecto: Perón. La contradicción burguesía-proletariado, propia del sistema, tiene-una manifestación secundaria. La Clase Obrera apoya a una fracción de la burguesía en un proyecto común para enfrentar a la oligarquía terrateniente y ganadera y al imperialismo visualizados como principales enemigos. El bloque de poder, antes de 1943, estaba hegemonizado por esta oligarquía.

b) El Peronismo es, así, un fenómeno policlasista compuesto por, aquellas clases marginadas de la etapa anterior: burguesía empresarial media, sectores populares y clase obrera. A pesar del predominio de la clase obrera en el mismo, la hegemonía (en el sentido de conducción del proceso) era ejercida por los sectores burgueses nacionales. Se trataba de potenciar la acumulación capitalista a través de la ampliación del mercado interno y tal proyecto era contradictorio con los intereses de la oligarquía y el capital extranjero.

c) La clase obrera participa vitalmente —como apoyatura fundamental— pero subordinada ideológica, política y organizativamente a los sectores burgueses. Ideológicamente, detrás de la doctrina de la conciliación de clases que propagandizaban los sectores de la burguesía nacional y aún infiltrada por la prédica maccartista (basada en .hechos reales) de los sectores más reaccionarios (nacionalistas y católicos ultramontanos). A lo que se sumaba la ausencia de una "izquierda" que por entonces conformaba el bloque oligárquico-imperialista.

Políticamente, la intención de la burocracia era “encorsetarla" en las estructuras del Partido Justicialista donde el dominio burgués era real. Pero en este nivel se daba una relación Líder-masas de suma importancia para comprender esa fidelidad de la clase obrera, aunque esto no altera su carácter espontáneo y no hace a la organicidad de la clase en una política propia como tal. La organización sindical cumple una función política, pero dependiente e integrada al régimen aún estructuralmente. Como económicamente, la clase obrera, ve satisfecha sus reivindicaciones inmediatas desde el Estado y las ansias de participación en el proceso van mucho más allá de su mero papel de "votantes" de la época anterior, la lucha sindical adquiere caracteres propios que permiten un proceso de "burocratización" del aparato gremial en su cúspide.

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d) En tanto, la burguesía empresarial con la crisis de la estructura de dependencia oligárquico-imperialista a su favor, se hace usufructuaria de un proceso que tiene como principales protagonistas a un Líder, junto a un ejército cohesionado en su ala nacionalista y a la Clase Obrera. Es este Líder, ese ejército y la fuerza dinámica de la clase obrera e incluso la claridad en cuánto a sus posibilidades en la etapa los que abren la puerta a esa burguesía vernácula con sentido nacional, incapaz por sí sola de plasmar una política que condensará las necesidades objetivas, que diera cauce á las potencialidades políticas que afloraban de la crisis económica.

e) Por parte de la clase obrera y dentro de sus límites de desarrollo como fuerza social no están ausentes los intentos aproximativos de darse una organicidad propia. Concretamente el Partido Laborista es uno de esos intentos posterior al hecho de masas sin precedente que fuera el 17-X-45. De acuerdo con su carta orgánica, el Partido estaría integrado por: Sindicatos, agrupaciones políticas, centros políticos y afiliados individuales, pero negándoles la integración a "personas con ideas reaccionarias o totalitarias y a los integrantes de la oligarquía". El Partido señalaba como enemigos a la minoría constituida por "latifundistas, hacendados, industriales, comerciantes, banqueros y rentistas y a todas las variedades del gran capital nacional o extranjero". Frente a ellos estaba la "clase laboriosa" conformada por "obreros, empleados y campesinos, conjuntamente con profesionales, artistas e intelectuales, así como pequeños comerciantes, industriales y banqueros". El Partido se proponía — precisamente— organizar a esa clase laborista reconociendo como columna principal a las "grandes masas integrantes de los auténticos sindicatos de los trabajadores". Esta experiencia es absorbida por la hegemonía de la burguesía con dominio del aparato del Estado a quien les convenía encauzar a la clase obrera a través de sus organizaciones sindicales solamente.

f) Como vemos, se da un acuerdo de intereses entre la burguesía vernácula y la clase obrera, mas este acuerdo es solo coyuntural, pues, la coyuntura se define fundamentalmente por la contradicción principal que es Liberación o Dependencia. Y que es, por otro lado, la tónica de aquella campaña electoral: BRADEN O PERÓN.

g) Instalado el peronismo en el poder y mientras las condiciones económicas son favorables tal acuerdo persiste manteniéndose absorbida la contradicción burguesía-proletariado, en un mercado interno en expansión, con ganancias a corto plazo para la burguesía industrialista y con una redistribución de las riquezas favorable a la clase obrera que participa con más del 50% de la renta nacional.

h) El proyecto de desarrollo capitalista independiente, el modelo económico de acumulación capitalista va llegando a su máxima expresión dentro de los marcos del sistema, de la estructura capitalista y de dependencia. La crisis económica y el acentuamiento de la presión imperialista (ahora E.E.U.U.) amenaza la experiencia "nacional". Se llega así a un momento "crítico" y definitorio, donde la contradicción burguesía-proletariado comienza a manifestarse dentro mismo del Movimiento. Ese "momento crítico" y definitorio para las burguesías vernáculas de los países subdesarrollados es común — en general— a todos los procesos de liberación nacional históricamente dados.

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Dicho momento, en nuestro caso, se da como consecuencia del agotamiento del modelo y que se refleja entre otras cosas por: el relativo estancamiento del desarrollo industrial orientado hacia la industria mediana y pequeña; la crisis agrícola- ganadera (además de factores estructurales, las grandes sequías de 1951/52) con toda la incidencia que tiene por su papel en la exportación y como soporte económico de la incentivación industrial; el agotamiento de los recursos de reserva como la deformada capitalización empresarial con conducta parasitaria. A todo esto se debe agregar —como dijimos— la presión imperialista de un Estados Unidos consolidado en su expansión imperial de post-guerra. Así, el proyecto de desarrollo capitalista independiente —que alcanza con la Constitución de 1949 su punto máximo de expresión política, marcha hacia su definición a partir de 1952. La realidad exige —que tal proyecto— se profundice o naufrague. Por parte de la burguesía significaba cuestionarse aunque fuere parcialmente la propiedad privada de los medios de producción ("ciertas" propiedades y "ciertos" propietarios), basarse más profundamente en la clase obrera y abrirse al mundo socialista, lo cuál significaba abrir un proceso social que ponía en peligro su misma subsistencia como clase. La otra vía de la burguesía era buscar una forma de convivencia con el imperialismo, lo que significaba cargar en la clase obrera —su aliada— el peso de la crisis extrayéndole más plusvalía.

i) Ese "momento crítico" encuentra a la C.O. subordinada ideológica, política y organizativamente a los sectores predominantes y por ende, sin fuerza ni cohesión para plantear una alternativa propia que continuara el proceso, profundizándolo y cuestionando al sistema capitalista mismo. Con esa inorganicidad, la clase obrera rodea instintivamente a EVITA, la hace jugar el papel de puente entre sus aspiraciones y el Líder, la "impone" como candidata a la vicepresidencia (candidatura que es bloqueada por la burguesía). Y ese acercamiento de la clase obrera no es pura sentimentalidad, pues, es Evita junto a Cooke y otros —en el transcurso de ese "momento crítico"— quienes plantean la necesidad de las milicias obreras y por cierto, es también boycoteado por el sector burgués del Movimiento. Es que esos momentos críticos —que hablamos visto que se daban en los procesos de liberación nacional presididos por la burguesía y que culminan absorbidos por el imperialismo o cambiando de fuerza hegemónica en el socialismo— para ser aprovechados revolucionariamente necesitan de la organización propia de la clase obrera y los sectores populares. Y eso no estaba logrado por una serie de causas que no podemos analizar aquí.

j) Los sectores burgueses optan por dos caminos: unos abandonan el Peronismo y se unen a la conspiración oligárquica; otros, en cambio, se que: dan en el mismo tratando de adaptarse y adaptar el peronismo a la nueva realidad, presionando a Perón, reemplazando el intento nacionalista de los primeros años por lo que podríamos considerar los orígenes de un desarrollismo práctico ¡reemplazo de Miranda, Congreso de la Productividad, asunción de Leloir y otros personajes partidarios del "acuerdo con el imperialismo", viaje de Cereijo a Estados Unidos, proyecto no concretado de la California, etc.). Eran los Gómez Morales, los Caffiero, los Revestidos que, hoy, reaparecen en la escena política.

k) La contradicción burguesía-proletariado que comienza a reaparecer como principal, es atemperada por el Liderazgo indiscutido de Perón que consecuente con el proyecto de 1945, trata de postergar una definición haciendo el máximo esfuerzo por mantener el equilibrio entre los aliados, imposible ya desde la

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realidad estructural. La ruptura del frente, la consecuencia al proyecto de Perón y la inorganicidad de la clase obrera traen como consecuencia el golpe gorila de 1955.

l) Así, debemos caracterizar la etapa como una lucha por la liberación nacional donde el sujeto político del proceso era un MOVIMIENTO PERONISTA como expresión política de un bloque de fuerzas sociales distintas, como expresión de la síntesis política de una alianza de clases motorizada por comunes intereses económicos-sociales y que como analizáramos, tiene su techo histórico en 1955.

¿A partir de 1955, el proceso entró en una especie de congeladora histórica? A ésta pregunta trataremos de responder en la próxima Cartilla para Militantes.

LA PAZ PERONISTA ES HACER LO QUE EL PUEBLO QUIERA

PERÓN O MUERTEVIVA LA PATRIA

MONTONEROSCOLUMNA JOSÉ SABINO NAVARRO

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MONTONEROSJOSÉ SABINO NAVARRO

CARTILLA PARA MILITANTES N° 3

En la anterior habíamos analizado cómo se dio el proceso histórico de 1943 a 1955 y cómo ese Movimiento que era expresión política de sectores sociales distintos y unidos tras un proyecto común, comienza a resquebrajarse y a producirse en su seno mismo la lucha de clases de la sociedad en su conjunto.

Es ese debilitamiento como frente lo que produce el golpe gorila de 1955. Y la diferencia de actitudes respecto al golpe gorila simboliza algo más profundo: la concepción del peronismo que va practicando la clase obrera y el pueblo y la concepción del peronismo de burgueses y burócratas a su servicio. Mientras la clase obrera desafiando tanques y uniformes vendepatria ganan la calle; se agolpan frente a la C.G.T. para pedir armas con la decisión y el coraje de defender lo suyo, aquellos "burócratas" hablaban por las radios oficiales para pedir pacificación, para decir con Lonardi "que no había vencedores ni vencidos".

La clase obrera y el pueblo sabían que había vencedores y que había vencidos. Y que los vencidos eran los trabajadores y los vencedores el imperialismo y la burguesía monopolista aliados a los enemigos de siempre: la oligarquía vacuna y reaccionaria.

El proceso abierto en el seno del Peronismo en 1952 no quedó encerrado en una especie de "conservadora" histórica, sino que -por el contrario- prosiguió su desarrollo agudizando estas contradicciones, abriendo cada vez más dos líneas, dos tendencias que tendrán expresión real en estos 18 años de lucha: la tendencia INTEGRACIONISTA y la tendencia REVOLUCIONARIA. La una como realidad de alguna manera consolidada, dominando los aparatos del Movimiento y ejerciendo -a pesar de su expresión minoritaria- la hegemonía del Movimiento. La otra, con una presencia combativa y multitudinaria pero espontánea, desorganizada, "invertebrada" como justamente gustaba caracterizarla el gordo Cooke. Dichas tendencias-y lo hemos dicho muchas veces- no expresan diferencias de matices dentro del Movimiento sino que son realidades antagónicas porque responden a intereses contrapuestos e irreconciliables. En la primera anida la "muerte" del Peronismo, en la segunda anida el germen de la revolución inconclusa que significa el Peronismo para la clase obrera y el Pueblo.

a) CARACTERIZACIONES ECONÓMICAS GENERALES DE LA ETAPA GORILA (1955-1973)

- A partir de 1955 se producen modificaciones sustanciales en la estructura económica social del país que traen como consecuencia directa una agudización de la lucha de clases. En las clases dominantes un nuevo campo de intereses permite la estructuración de una nueva alianza de sectores compuesta por la gran burguesía monopolista asociada cada vez más al capital extranjero y la oligarquía terrateniente. Esta nueva alianza se caracterizará por los constantes conflictos entre sus componentes corrió reacción a la rebeldía de las fuerzas populares y a la lucha interna por la hegemonía de dicho frente. Estos conflictos estarán reflejados directamente en los planes económicos aplicados desde 1955 donde burguesía industrial y oligarquía

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lucharán por acentuar su predominio y pujarán por obtener la mayor cuota de beneficios.

- Una característica muy importante en esta etapa es el comportamiento del nuevo imperialismo ejercido principalmente con el liderazgo de los Estados Unidos. El imperialismo deja de ser un factor fundamentalmente "externo" para transformarse básicamente en "interno", en pivote estructural de la economía. Ya no se da como en los tiempos de la oligarquía vinculada con el imperialismo inglés en que éste se asemejaba a una "bomba de-succión" accionada desde afuera. Por el contrario, los intereses imperialistas se han metido dentro de nuestra estructura económica-social, se ha "interiorizado" mucho más, fusionando el imperialismo con la estructura productiva local más desarrollada. El capital extranjero controla los centros más dinámicos de la actividad industrial, constituyéndose en factor de decisión desde la vida interna del país. Son miles y miles, los obreros que trabajan en las fábricas con tecnología más avanzada, pertenecientes al capital extranjero. Y esto es muy importante percibirlo, pues, sino la lucha antiimperialista, la consigna Liberación o Dependencia, queda reducida a un puro formalismo.

- Como consecuencia del predominio del capital monopolista tenemos otra característica importante a señalar: el empobrecimiento creciente de importantes sectores de la capa media del empresariado por un lado y por otro, la subordinación de muchos a los dictados del gran capital. Entre estos últimos debemos ubicar a José Ber Gelbard y Julio Broner, capitostes de la C.G.E., que no representan el empresariado nacional empobrecido, sino al que negoció su ingreso en la órbita del capital imperialista. La etapa marca este proceso donde el empresariado nacional medio, débil económicamente, ve amenazada su subsistencia como clase: ante el avance de la burguesía industrial más eficiente. Esa burguesía media amenazada se aterra, así, a la ideología del "desarrollismo" en sus distintas variantes como la posibilidad más real de negociar su dependencia. Uno de los puntos máximos de este proceso se da cuando se fusionan los intereses monopólicos con el poder del Estado, en la autodenominada "revolución argentina".

Podemos afirmar que desde 1955, el hilo conductor del proceso de la historia del país pasa por la acumulación de poder económico y político en manos imperialistas, por el debilitamiento progresivo de la burguesía nativa que deja las banderas antiimperialistas en poder casi exclusivo de los trabajadores y el pueblo peronista.

Como expresaba el Documento que acompañaba el histórico Programa de Huerta Grande, la clase obrera y el pueblo peronista va experimentando que NO HAY LIBERACIÓN NACIONAL EN LOS MARCOS DEL SISTEMA CAPITALISTA. La contradicción nación-imperialismo que subsiste no es tal cual se daba en 1945, sino que se manifiesta más complejamente. Esta afirmación, no lleva a decir que la contradicción es burguesía-proletariado como lo expresan muchos esquemáticos, pues, también sería pecar de un simplismo con graves consecuencias políticas. Precisamente, el aferramiento por parte de los grupos revolucionarios a una (nación-imperialismo) o a otra (burguesía-proletariado) de las contradicciones sin un riguroso análisis de la realidad argentina y asumidos sin reflexión, ha traído como consecuencia que -dichos grupos- cayeran o fueren proclives a caer en un populismo intrascendente que se agota

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en lo coyuntura!, no aportando nada a las masas en el primer caso o en el descuelgue elitista con separación real de las masas en el segundo.

Es este proceso que caracterizamos, el que perfila, el que define a los protagonistas centrales de la lucha de clases: por un lado, EL CAPITAL MONOPOLISTA; por otro, LA CLASE OBRERA INDUSTRIAL En la base de este proceso, un desarrollo económico que se propone el reemplazo de mano de obra por capital y que llevó a una agudización creciente de la lucha de clases.

Este proceso que se va dando en el campo de los intereses económicos, comienza a manifestarse también en el campo de la política. La resistencia de la clase obrera a los planes de las grandes patronales convierte al Peronismo "en el hecho maldito del país burgués", a pesar de la tendencia integracionista que usufructuará estas luchas, que se montará sobre su combatividad, que negociará constantemente. Cada vez más, esa clase obrera y ese pueblo peronista expresará no sólo la necesidad de forjar su organización, su propio Peronismo sin burgueses ni traidores, sino también marcará la tendencia a exigir-más práctica que teóricamente- una resolución socialista de la crisis argentina.

b) CARACTERIZACIÓN POLÍTICA GENERAL DE LA ETAPA GORILA (1955-1973)

Esta será una visión parcial. Hemos dicho que uno de los caracteres de la alianza que toma el poder en 1955 fue la puja entre las distintas fracciones que la componen por ejercer la dirección del proceso, uniendo sus intereses económicos al poder del Estado. Estas pujas producen una serie de marchas y contramarchas que giran en torno al problema del Peronismo. Evidentemente, al peronismo combatiente y revolucionario, al peronismo de las bases y descamisado. Represión o Integración fueron las respuestas alternativas de los defensores del sistema.

Convendría dar -antes de proseguir- dos características importantes de "descular":

- Hemos dicho que toda esta etapa está signada por un predominio de la gran burguesía industrial monopolista y es real. Pero este predominio no está exento de debilidad. El predominio es fundamentalmente económico (salvo la etapa Onganía) y ha tenido serias dificultades para transformarla en hegemonía política. Por sus caracteres como fracción de clase, estos sectores no tienen un partido político que los represente directamente. Actúa por intermediarios, tiene fuerza para imponer ministros y funcionarios, para dictar políticas, pero ha fracasado en su afán de dar una política general para el país y especialmente para el conjunto de las clases dominantes. Es por esto que su tarea fue captar a los militares (incorporándolos a sus negocios en función gerencial) y a los burócratas sindicales. Esta debilidad se manifiesta en las dificultades por consolidarse en el poder y que está, en relación directa, con el grado de conciencia de la clase obrera expresada en el peronismo de las bases.

- La burguesía empresarial media desarrollada en la estructura dependiente argentina, es débil económicamente, más tiene una fuerza potencial que no puede ignorarse. Y esa fuerza es su posibilidad de neutralizar -aunque sea en ciclos cortos- la agudización de la lucha de clases. Es así, que cada vez, que la burguesía monopolista ha debido "ceder" terreno ha recurrido a este sector para que actúe

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como "colchón" para amortiguar el enfrentamiento. Y ésta es su arma para negociar su dependencia, para prolongar su existencia, para tener un lugarcito bajo el sol del gran capital.

Y es de esta última que queremos hablar. Así, es importante analizar la experiencia Frondizi que parecen haber olvidado los que asumiendo el Peronismo "desde arriba", creen posible plantearse una liberación nacional donde la clase obrera -a pesar de las declaraciones formales- no tiene un papel protagonice que vaya cuestionando al sistema capitalista mismo.

Porque Frondizi se presenta a la palestra electoral de 1958 con un programa de desarrollo nacional independiente, logrando hegemonizar a los sectores de la burguesía media. También entonces se hablaba de "burguesía nacional" y de "frente dé clases". Se hablaba de una burguesía nacional inmutable, eternamente igual a la de 1945. Se hablaba de Liberación y el partido comunista se alegraba porque se ponía en ejecución su tesis invariable y quedantista.

Y esa burguesía empresarial entra por el aro. Sus cúspides trenzan con el capital monopolista, sus expresiones más débiles sucumben y deben ir a la quiebra.

Cooke se pregunta ¿es acaso la defección de Frondizi? Y dice: "un hombre puede defeccionar por mil causas, pero no un grupo o fracción de clase". Es decir, esa burguesía vernácula limitada por su escaso poder económico debe morir o pactar con los sectores pro-monopolistas vinculados al imperialismo.

Lo entendían así Perón y Cooke cuando en nombre del Consejo Superior negaban, en el manifiesto celebrando el triunfo electoral, que el nuevo gobierno pudiere cumplir la profunda transformación que anunciaba su programa, por entender que los objetivos de la liberación nacional eran inalcanzables para las fuerzas sociales que componían el frondizismo: "la burguesía industrial había evidenciado su flaqueza y su proclividad a la capitulación ante el imperialismo".

Perón sintetiza esa experiencia con estas palabras: "Y PORQUE BUSCAMOS EL PODER PARA ESA CLASE MAYORITARIA ES QUE DEBEMOS PREVENIRNOS CONTRA EL POSIBLE ESPÍRITU "REVOLUCIONARIO" DE LA BURGUESÍA".

O aquellas otras, tan lapidarias, que sin duda deberá repetirlas a Don José Ver Gelbard: "ES QUE UNA VEZ MAS EL GOBIERNO DE LA BURGUESÍA DEMUESTRA SU FRACASO EVIDENCIANDO SU INCAPACIDAD PARA GOBERNAR LO INERTE Y SU FALTA DE DIGNIDAD Y VALORES MORALES PARA CONDUCIR LO ÚTIL".

Y no se equivocarían. Todos sabemos lo que pasó con la experiencia "nacional" de Frondizi y todos sabemos que pasó con todos los predicadores de la "integración". El Peronismo descamisado y montonero estuvo en las calles, se aguantó el Conintes y triunfó el 18 de Marzo en una elección contundente que arrancó a Frondizi del sillón, como necesidad de la clase dominante de reacomodar las cargas.

La otra experiencia de este sector fue Illia. Los radicales en la oposición desempolvaron el antiimperialismo yrigoyenista y se presentaron a las elecciones

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con banderas "nacionales" (ruptura con el Fondo Monetario Internacional, desconocimiento de los contratos petroleros, etc.). E Illia -que con todo fue un fiel reflejo de esa burguesía media sin fe en sí misma (quizá por eso su signo fue la tortuga)-después de unas cuantas arengas antiimperialistas, se quedó en el regazo del F.M.I., hizo arreglos "generosos" con los consorcios petroleros y volvió al sistema de concesiones.

Su debilidad es total y cae. Una vez más se prueba para la clase obrera y el pueblo peronista perseguido políticamente y hambreado económicamente que LA LIBERACIÓN NACIONAL ES INDIVISIBLE DE LA LIBERACIÓN SOCIAL Y desde que son indivisibles, NO HAY POSIBILIDADES DE NACIONALISMO BURGUÉS.

Y esto porque la contradicción fundamental durante este proceso es -precisamente- capital monopolista versus clase obrera industrial. Es porque en esa contradicción, donde se va cimentando el nuevo contenido que la clase obrera y el pueblo le va dando a su Peronismo como "el hecho maldito del país burgués"; donde sobre la experiencia vivencia! de la clase trabajadora se va inscribiendo, aun confusamente, la exigencia de una resolución socialista de la crisis argentina; donde se pone en cuestión el aferramiento de seguir pensando -por ingenuidad u oportunismo- en un supuesto Movimiento Peronista Unitario como sujeto histérico-político de la Revolución en Argentina. Para nosotros ese sujeto histórico-político ha comenzado a ser la Clase Obrera y el Pueblo Peronista como el único peronismo a la altura de las exigencias históricas, enfrentado a muerte con el peronismo burgués y claudicante, que no cesa en su objetivo de integrarlo al sistema para salvar al sistema.

Dejamos para la próxima cartilla, el análisis de la autodenominada revolución argentina que esclarecerá más estas dos interpretaciones del peronismo que estamos analizando.

"LA PAZ PERONISTA ES HACER LO QUE EL PUEBLO QUIERA"(Evita)

PERÓN O MUERTEViva la Patria

MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO

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MONTONEROSJOSÉ SABINO NAVARRO

CARTILLA PARA MILITANTES N° 4

"LA AUTODENOMINADA REVOLUCIÓN ARGENTINA" (1966 - 1973)

Es indudable que un tema como éste puede ser analizado desde distintos puntos de vista. Nosotros sólo resaltaremos los aspectos que nos interesan directamente, para el análisis que venimos haciendo. Por demás, una profusa literatura hay escrita sobre el tema, entre los que brilla -para comprender la primera etapa- ese lúcido y profundo "Informe para las Bases” que escribiera el compañero John William Cooke.

a) El onganiato (desde el régimen)

- El Partido Militar cumple un papel protagonice asumiendo la representación política de los intereses económicos de la burguesía industrial monopolista, que como habíamos visto en Cartillas anteriores venía desarrollando una lucha frente a otros sectores de las clases dominantes para ejercer la hegemonía del bloque.

- Junto al Partido Militar dos centros de poder participan del nuevo proyecto: la tecnocracia ubicada en el Aparato del Estado y la burocracia sindical.

- En el nivel económico, el Onganiato se propone:

"Lo que buscan las autoridades del país es evitar la transferencia de ingresos en gran escala de unos sectores a otros. Dentro de cada sector se desea premiar a los más eficientes y que este premio sea el resultado de su propio esfuerzo".Krieger Vasena

"El gobierno de la revolución argentina puso en marcha... el programa de estabilidad monetaria que aparecía como una necesidad inherente al desarrollo de una sociedad industrial moderna con alto nivel de capitalización y eficiencia. En los hechos (apolítica se reveló como conducente a reforzar el proceso de concentración industrial promoviendo el desarrollo de las industrias básicas y de capital y a lograr incrementos de productividad eliminando a las empresas ineficientes. .. los aportes del capital extranjero fueron reducidos debido a la mayor rigidez del mercado internacional de capitales, pero en cambio las empresas de capital extranjero ya radicadas en el país aumentaron su participación en la oferta gracias a su mayor capacidad financiera para adaptarse a la política de estabilidad. . . Hubo además un traspaso importante de empresas nacionales al capital extranjero debido principalmente a los efectos negativos de la devaluación, sobre las deudas de aquellas empresas en el exterior".Plan. Nac. de Desarrollo 1970 74. CONADE

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- O sea, la política "eficientista" de Krieger tendía a favorecer directa y desnudamente a las grandes empresas monopólicas en detrimento del subdesarrollado empresariado nacional medio y pequeño.

- La política "eficientista" de Krieger se basaba en la superexplotación de la clase obrera con la congelación lisa y llana de los salarios y la suspensión de las paritarias.

- Por primera vez -desde 1955- la oligarquía no se beneficiaría directamente a través de las devaluaciones al establecerse impuestos (o retenciones) a la exportación de productos tradicionales, que tenían la misma proporción que la devaluación de productos tradicionales, que se realiza y que a través del Estado van a beneficiar a la industria. Además, por primera vez se efectiviza el impuesto a la propiedad de la tierra y comienza a plantearse la necesidad del' impuesto sobre la renta territorial. Tanto es así, que esa oligarquía debe recurrir al boicot, a la venta de carne consiguiendo en Octubre de 1970. El levantamiento temporario" de las retenciones a la exportación.

- La devaluación, bajo la conducción Krieger, pasa a ser un arma poderosa para fortificar la política de concentración industrial. A través de ella, se obliga a las empresas menores a desaparecer o unirse a los sectores monopólicos. Las "desnacionalizaciones" que se producen en el Onganiato son por todos conocidos.

- En el nivel político, el Onganiato se propone:

- El plan monopolista de Krieger tenía su correlato, con un modelo de estado autoritario, que concentraba el poder asociando los núcleos de decisión económica con los de decisión política.- Se eliminó así, por decreto la existencia de los partidos políticos y la existencia de un Parlamento que era un obstáculo para la centralización del poder.

- Las aproximaciones a la burocracia sindical y el proyecto corporativista tenían como objeto neutralizar el peronismo integrando la fracción integrable del mismo.

- Sostener con agresividad esta política de los Monopolios hacía necesario Implementar la violencia para instaurar una paz a palos, que permitiese concretar las aspiraciones monopólicas. Las históricas huelgas de los portuarios, de los petroleros, de la FOTIA tucumana, etc., quedan como símbolo de esa violencia desencarnada y desnuda del régimen de los monopolios y como el comienzo de una reacción popular que terminaría de cuajar en el "Cordobazo", destruyendo las ambiciones monopólicas.

-El plan tecnocrático del Onganiato (o del Kriegerismo) fue combatido por la clase obrera y el pueblo peronista desde su comienzo enfrentando a sus direcciones claudicantes y el nivel alcanzado por las movilizaciones hace entrar en crisis a dos de sus soportes fundamentales: la Burocracia Sindical y las Fuerzas Armadas que comienzan a preparar el advenimiento del Lanussismo.

b) El Onganiato (desde el proyecto revolucionario)

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- Nos interesa destacar algunos elementos en este sentido, porque es en el Onganiato -por un análisis simplista y acientífico- donde comienza a afianzarse la concepción idealizada del Movimiento Peronista, la asunción "desde arriba" del mismo.

- El Onganiato marca por un lado el comienzo de una lucha social cada vez más importante, en cierta manera espontánea y sin una organización política que expresara los contenidos de clase de esas luchas.

- Esa movilización permanente de las masas y su participación protagónica pone en cuestión al sistema capitalista mismo donde aparecen elementos por el que se va exigiendo una resolución socialista para la crisis argentina.

- Esas movilizaciones comienzan a ser el reflejo en lo social de la contradicción que de alguna manera estaba presente ya, en las relaciones económicas de la sociedad. O sea, capital monopolista versus clase obrera industrial.

- Es decir, que se profundiza, sé clarifica el proceso abierto en 1955 y al profundizarse se van desnudando los dos proyectos que juegan -con carácter de antagónico- en el seno del Movimiento. El proyecto burocrático-burgués y el proyecto de la clase obrera y el pueblo peronista.

- Las clases populares en esa movilización permanente que estalla-en su maduración- en 1969 da respuestas "autónomas" de la burocracia peronista y va expresando en su inorgánica coherencia la necesidad de vertebración, la necesidad de expresarse políticamente organizándose sin burócratas ni traidores.

- En este sentido todo este proceso es importantísimo de analizar, pues, echa mucha luz en la lectura de la realidad actual.

- Pero por otro lado, el Onganiato marca el surgimiento de las Organizaciones Armadas, dentro de la concepción que hoy caracterizamos como "foquista". Nosotros no renegamos de la experiencia, pues, reflejaba el nivel de conciencia política de los cuadros y en ese sentido históricamente se explica y se debe valorar como experiencia revolucionaria. Nosotros no negamos la importancia de la etapa foquista en el proceso argentino, su real incidencia en la problemática del país, que junto a la movilización de I as masas echaron por tierra el proyecto Onganía-Krieger. Pero, sin renegar ni negar, pretendemos, hoy, caracterizar sin timideces y objetivamente esa etapa, asumiendo su caracterización como serena auto-crítica.

- Podemos caracterizar, entonces, así al foquismo inicial:

1. El foquismo es, en general, una respuesta espontaneísta de la pequeña-burguesía radicalizada a los problemas generales del país.

2. El foquismo supone la incorporación del "Pueblo" al Ejército, mediante la creación del foco irradiador de conciencia, en nuestro caso fundamentalmente-metodológico. O sea, la asunción de la lucha armada. Supone ya un nivel de conciencia en ese "Pueblo" (para nosotros léase Movimiento Peronista entendido como una Unidad) que es -conscientemente asumido o no- el sujeto histórico descubierto como eje de una Revolución que deberá ser "nacional" en su carácter.

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El Socialismo aparece -en todo caso- como una conclusión lineal de este proceso de Liberación Nacional y de alguna manera, bastante mecanicista en su concepción.

3. Es una propuesta desde arriba de las bases, que pretende englobar en sí todas las movilizaciones populares (sin tener real incidencia en ellas). Las Organizaciones como embrión del Ejército Popular se proponen como meta en sí.

4. Todo esto supone la subordinación de lo político a lo militar y demostrar su permanencia en el tiempo necesita plantearse-en nuestro caso en pleno G.A.N.-su inserción en las bases (necesidad que se torna imperiosa y que facilita los desviacionismos populistas u oportunistas). Pero aun allí, la lucha política, la práctica política, está al servicio de la estructura militar y en dependencia de lo "armado".

5. El foco, además de ser una propuesta desde arriba, implica también asumir desde arriba (interpretando los "deseos") a la Clase Obrera. Se erige en "representante" de lo que se reconoce como elemento dinámico del proceso, aunque la categoría Clase Obrera aparezca inmersa en la categoría más englobante y genérica de "Pueblo".

6. El foquismo, a su vez, trascendiendo su carácter metodológico y adquiriendo categoría ideológica, se esparce y determina todas las actitudes (aún las personales). Esto pasó por la adquisición de una mística heroica, una supra valoración del combatiente, una militarización de todos los aspectos de la vida.

7. Este foquismo es, sin duda, expresión de un voluntarismo armado, que pasa por un desprecio de lo teórico (como tendencial), una desjerarquización de lo político (absorción de cuadros políticos para la estructura militar) y el convencimiento de que la práctica armada es el único criterio de verdad.

8. En definitiva, podemos decir que foquismo actúa en nombre de las masas y para las masas, pero no con las masas. Movilización popular y práctica foquista se dan como dos caminos paralelos. Mientras se va perfeccionando el nivel militar de la práctica foquista, la clase obrera y el pueblo siguen manifestándose espontáneamente buscando su organicidad propia para cumplir con su rol en el proceso revolucionario.

9. La etapa foquista -en su faz militar- tiene vigencia hasta el lanzamiento y maduración del G.A.N., en la etapa Lanussista, donde comienza a darse otro proceso. Las Organizaciones empiezan a hablar de la superación del foco, aunque para algunas -en la realidad-no sea una superación sino un mero traslado de la concepción y la estructura foquista al campo de la política.

CONCLUSIÓN: el foquismo es en esencia un método y como tal no es bueno ni malo, correcto o incorrecto. Su bondad o corrección dependerá de su concordancia con la realidad, con el análisis que de ella se haga y las propuestas políticas que a ella se ofrezca. Y nuestro análisis de la realidad era superficial y por ende se constituía en respuesta espontaneísta a los problemas del país.

Tiene vigencia (e incidencia) por la realidad coyuntural del Onganiato donde la congelación de lo político y la violencia institucional le crea un clima propicio para

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su supervivencia y crecimiento. En ese sentido sirve a la lucha antidictatorial. Pero como aporte a la organización de la clase obrera y el pueblo peronista es donde muestra sus falencias, al suponer la posibilidad de un proceso de Liberación Nacional prácticamente separado de la Liberación Social, al asumir al Movimiento Peronista desde arriba, desde una realidad unitaria que no tiene relación con la existencia de los proyectos antagónicos en su seno. A lo cual colabora, también, la coyuntura al oscurecer el papel de la burocracia política y su proyecto de integración del peronismo al sistema.

Ese foquismo es parte de nuestra historia y de la historia de la Revolución en la Argentina.

En la próxima Cartilla trataremos de desarrollar la Revolución Argentina en su etapa Lanussista.

"LA PAZ PERONISTA ES HACER LO QUE EL PUEBLO QUIERA" (Evita)

PERÓN O MUERTE VIVA LA PATRIA

MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO

Problema: La inserción sindical de Montoneros: la constitución de la Juventud Trabajadora Peronista.Fuente: Baschetti, Roberto: Documentos 1970-1973 Volumen I: De la guerrilla peronista al gobierno popular, De La Campana , Bs. As., 2004. Baschetti, Roberto: Documentos 1973-1976 Volumen I: De Cámpora a la ruptura, De La Campana, Bs. As., 1996. Baschetti, Roberto: Documentos 1973-1976 Volumen II: De la ruptura al golpe, De La Campana, Bs. As., 1999. Ubicación: http://www.cedema.org/http://es.scribd.com/doc/60027906/Disidencias-en-MontonerosDuhalde, Eduardo Luis y Pérez, Eduardo. De Taco Ralo a la alternativa independiente: historia documental de las Fuerzas Armadas Peronistas y del Peronismo de base. Las FAP. La Plata: Editorial de la Campana, 2003. Página 30

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