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Oposiciones: la batalla por el trabajo seguro

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Como preparar y para qué sirven las oposiciones. Publicado en Club Master, Barcelona, septiembre de 2008

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pueden presentarse al grupo B, de tra-bajos con menor calificación profesio-nal en algún ámbito gubernamental.

Razones y perfiles¿Qué motiva a un profesional a opo-sitar? Pues la principal, poder tener estabilidad laboral. Salir de la preca-riedad que hay en algunos ámbitos –como la investigación donde se con-cursa continuamente por plazas de becarios– o evitar la incertidumbre del trabajo autónomo. También la aspi-ración a trabajos de más prestigio o remunerados –como los abogados que pretenden ser jueces, o los profesores que quieren ganar la titularidad de su plaza–, o hacer carrera en la Adminis-tración Pública sin necesidad de los favores políticos.Como el soldado o el ‘maratonista’ que se entrenan y viven de su voca-ción, el opositor debería considerar este desafío como un trabajo. En este sentido, la organización es vital: plan-tearse un horario regular de estudios, que si se toma como jornadas labo-rales, pues que sea de 8 a 10 horas al día, cinco días a la semana. Pero claro, como todo trabajo, también debe haber períodos de descanso, y no es mala idea tener un sistema de auto promoción o de premios para incentivar la superación personal.

TécnicasEjercitar la memoria es una de las armas más importantes. Pero no es cuestión de aspirar a ser una enciclo-pedia andante y repetir de carrerilla

los conceptos. El objetivo es enten-derlos y relacionarlos. Pero por lo pronto, hay varias técnicas que sirven para agilizar ese órgano llamado cere-bro, que como un músculo, será más ágil si se lo entrena.

• Esquemas y subrayados: imposi-ble captar todos los conceptos de un texto. Por ello, conviene resaltar los contenidos pero con diferentes pre-sentaciones. O sea, usar subrayados simples y dobles o con colores para marcar y relacionar varios aspectos. Asimismo, establecer categorías de cada ítem (con numeraciones, llaves o flechas) para jerarquizar la informa-ción y distinguir entre contenidos de primera importancia, segunda, etcé-tera.

• Fichas y resúmenes: el resumen debería ser una cuarta parte del texto original. Pero no tiene que ser un compendio de frases, sino una expli-cación, con las propias palabras, de las ideas estudiadas. Además, usando un método de jerarquía, se escriben los conceptos principales y secunda-rios en diferentes fichas. Usando y resaltando ciertas palabras claves, se ejercita la memoria visual porque, al golpe de vista en la ficha, se refresca la memoria.

• Voces y grabaciones: el punto anterior es recomendado para quien tenga más memoria visual, pero para aquellos que están más cómodos con la memoria auditiva, se sugiere grabar los contenidos de las fichas y luego oírlas. Asimismo, la lectura en

voz alta ayuda a mejorar la dicción, la presentación de los conceptos y la forma de dirigirse a un tribunal.

• Simulaciones: así como el militar realiza simulacros, o el maratonista corre cada día sus buenos kilómetros, el opositor debería realizar exámenes y consultar los temarios como ejerci-cio. El miedo a “estar en blanco” es el miedo a lo desconocido, por ello, lo mejor es practicar con antiguos exámenes para familiarizarse con los contenidos, la presión de la exposi-ción y la rigidez de los tiempos.

• Los centros de estudio: es recomen-dado capacitarse y entrenarse con la ayuda de algún centro especializado en preparar oposiciones. Los licen-ciados del centro acompañarán al aspirante y le marcarán sus puntos fuertes y débiles, les serán de guía para vencer el temor a las pruebas y las presiones, y pueden asesorar desde la experiencia. Estos centros están familiarizados con los tema-rios de las oposiciones, y conocen las formas de superarlos sin temor al fracaso.

• Listos para el desafío: no sirve de nada llegar a la oposición sin dormir, porque un cerebro cansado estará falto de reflejos y con la memoria dispersa. Hay que descansar bien, evitar el repaso de último momento, llegar a horario y con buena pre-sencia en la forma de vestir. Y estar confiando, estar seguro en tener un buen examen para poder estar pri-mero en la línea de largada.