¡PALABRA! - Jacques Derrida

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Derrida, Jacques. "¡PALABRA!", Ed. Trotta.

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    iPalabra!Instantaneas filos6ficasJacques Derrida

    Traducci6n de Cristina de Peretti y Paco Vidarte

    T () H A 1. T ROT T A

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    Es ra obra se beneficia del ' apoyo del Min is re rio frances de Asuntos Exterioresy del Servicio Cult ural de la Ernbajada de Francia en Espan a,

    en el marco del P rograma de Part ic ipac i6n en la Publicacion (P .A.P. Garc ia Lor ca )

    COLECCION ESTRUCTURAS Y PROCESOSSerie Filosofia

    Editorial T ro tt a, SA, 2001Ferraz, 55. 28008 MadridTelefono: 91 543 03 61

    Fax 91 5431488Email: [email protected]

    http://www.trotta.esTitulo original: Sur 10 parole Edi tions de l 'oube, 2001

    Cristina de Peretti y Francisco Vidar te , 2001Diseiio

    Joaquin GallegoISBN; 848164-4943

    Deposito Legal: M. 43.467/01lmprcsion

    1'~,/dinl~j l nxns, S, [ c

    CONTENIDO

    Advertencia 9Nota 11

    A coraz6n abierto 13Sobre 12 hospitalidad 49Sobre la fenomenologia 57Sobre la mentira en polftica 69Sobre' el marxismo. Dialogo con Daniel Bensaid 85justicia y perd6n 91

    mailto:[email protected]://www.trotta.es/http://www.trotta.es/mailto:[email protected]
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    ADVERTENCIA

    Suponiendo -cosa de fa que no estoy nada seguro- que hubierasido precise correr todos los riesgos que implica improvisar seme-jantes afirmaciones en publico, 2acaso no hubiera sido mejor dejarque estas, mas alld del ins tante , alcanzasen despues el silencio a elolvida?

    No corregir un primer error es, al parecer, provocar un segun-do error. 2Acaso resultaba preciso entonces -cosa de la que tam-poco estoy nada seguro- dejarnos convencer para {ijar en unescrito esas palabras par un instante inermes?

    La hecho hecho estd, me dieen algunas voces amigas. Ya erapublico y, par 10 tanto, ya estaba publicado; 10 instantdneo estdcaptado, te ha captado, como en fa [otografia, y 1 0 ha heehoexponiendote al otro -si 110 en fa verdad, sf at menos en uncuerpo de sintomas.A partir de ahi, una sola regia: no haeer trampas, no cambiarnada de la transcrlpcion literal, aun cuando cada (rase me parececstar pidiendo a gritos un desarrollo mas amplio, una explicaciori() una ccnnplicacion, un analisis mas demostrativo, un matiz, unrefinanucut . ,I [lI'n's incluso una objeei6n a si misma a un ciertodistanci.nnirnt. Y , S()/Iff' todo, uri cambia de tono. Demasiadotarde, I . I I S 1111/, .t-. / ; 1 ' , ' 1 1 . 1 , / " , ; ' 1 1 1 1 ' nos he/nos tornado conciernen,/I/II 'S, .t 1111.1 ,/d"lIlIflI,I,I.I /"III/1/,I,i"II. alli donde el soplo de fa/I,I/,iln,/ /'II'd , / , " " 1 / 1 , , ,I} '" ," '''1 1,'', /,1 /1,IIISO'i/Jr';()1l directa del di-I,', /U " y, fI'llil \' , , 1 / , 1 , /,HoI I, , '.',I " or .tr,t: .lrI,, /,ni,fllil, dos 0tres/ 1 , 1 1 , 1 1 , /.1.\ , 1 1 1 0 1 , 1 1 , 1 . 1 ' . , /,.'1" ';"'''/,/, '., " , 1 1 , 1 , / . 1 " , '1111,' , on hvt cs.

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    jPALABRA! INSTANTANEAS FILOs6F1CAS

    Esta publicacion me da en todo caso fa ocasi6n de manijestar-les mi gratitud a mis huespedes y amigos de France Culture (Cathe-rine Paoletti , Antoine Spire, sus colaboradores) asi como a Caro-line Broue, Roger Dosse y Jean Viard.

    In

    NOTA

    En el marco de las emisiones a corazon abicrto de France Cul-ture, Catherine Paoletti mantuvo, durante la semana del 14 al18de diciembre de 1998, una conversaci6n con Jacques Derrida. Eneste dialogo sc taman manifiestas la riqueza y la diversidad delrecorrido del filosofo. Aquf reproducimos la transcripci6n inte-gral de estas entrevistas.

    Varias emisioncs de "Staccato, producidas por Antoine Spi-re, estan dedicadas a temas particulates de reflexi6n tratados parJacques Derrida: sobrc la hospitalidad (19 de diciembre de 1997),justicia y perdon (17 de septiembre de 1998), la mentira en po-lirica (7 de enero de 1999), sabre la fenomenologfa y sobre e lmarxisrno (6 de julio de 1999). Nos hemos cuidado de reunirlos. iquf en forma de extractos despues del simple trabajo de darlestorma,Darnos efusivamente las gracias a Catherine Paoletti, a AntoineSpire y a sus colaboradores, Nicolas Martin, Jean Birnbaum, TaniaIZizk,Julie Cimini par su iniciativa ante todo y par habernos per-mirido utilizar su trabajo; asimismo le damos las gracias a CarolineIlroLlc, sin la cu.il cstacdicion no habria podido saJir a la luz,

    LOS EDITORES

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    A CORAZON ABIERTO

    l'regunta: -Es una tarea temibIe el tener que presentarle. Diga 1 0que diga, voy a caer en la anecdota a en unas categorfas univer-s.ilizanres vadas que usted no ha dcjado nunca de criticar, iguaI'PICsi afirrno que usted es el padre de la deconstrucci6n. Final-mente, si digo que basta can leer cualquier pasaje de sus textospara vcr rcsplandeeer en e 1 toda Ia riqueza de sus reflexiones, me110< 1 6 : 1 responder que infiero que desde haee euarenta afios ustedIlO h,ICC mas que repetirse, aunque la repeticion haya adquirido.rin listed un valor filosofico. Se por ultimo de antemano queIIIIIIGI rcndre raz6n al darle a usted la raz6n.

    Yo podria decir, ala manera de Kant: Jacques Derrida naci6diS de julio de 1930 en El-Biar, cerca de Argel, vive, escribe y",, 'Tihirj todavia. Sin embargo, no tengo mas remedio gue cons-1.11;lr ( jI ll : 10 que constituye el hilo conductor mas cxpl icito de suIn)nido intelectual se inscribe, se escribe, en sus textos con elIdim misrno de Ia aurobiograffa.

    1 - J l,: I ':s vcrdad que, at rcpctirme, al dcsplazarrne -porgue 10'1111' 11](' inrcrcsn cs cl dcsplnzarnicnto en la repetici6n-, no he, II'),111" dc accrcnrmc a 1111:1('scri 1 - I 1 1 " a de 1

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    posibilidad 0 la imposibilidad de la confesi6n ... Estoy convenci-do de que, en cierto modo, cualquier texto es autobiografico yesa resis se vuelve a encontrar dentro de esos escritos asi llama-dos autobiograficos. Por 10 tanto, dire que 10 que ha variado enla repeticion no es la relaci6n con la autobiografia 0 el paso deunos textos no autobiograficos a unos textos autobiograficos,sino cierta modulaci6n, cierta transformacion del tono y del regi-men de la autobiograffa. Creo, de hecho, que habria que descon-fiar tanto de la apariencia no autobiogr:Hica de mis textos asidenorninados antiguos como de la apariencia autobiografica demis textos llamados recientes. En Memo ir e s d 'a u eugl e , texto queescribi para la exposicion del Louvre, intento demostrar en quemedida incluso cuadros que no son autorretratos son au torre-tratos y que, en todo caso, la distinci6n ya no es tan pertinentecomo se cree.Fr.: -Usted nacio, pues, en Argelia. Entre 1934 y 1941 fue aljardin de infancia y, despues, a la escuela primaria de El-Biar;pero esos afios tam bien corresponden al principio de la guerra yala petainizacion de la escuela, en una Argelia que jarnas vio a unsoldado aleman, que jarnas fue ocupada, pero en donde el cstatusde los judios ya era problernatico, puesto que hubo que espera: a1875 Y al decreta Crernieux para que tuviesen derecho a la ClU-dadanfa francesa.

    ~Como vio usted esos acontecimientos? ~Que se le pasa enese momenta por la cabeza a un nino pequefio?]. D .: -Me cuesta trabajo contestar a esa pregunta, no solo por-que las cosas estan enrnarafiadas en esa historia sino tamb!enporque no se muy bien, ni siquiera hoy, 10 que, como listed dice,se le pasaba por la cabeza a ese nino. Con frecuencia intentoacordarme -mas alla de los hechos documentados y de los pun-tos de refercncia subjetivos- de 1 0 que yo podia pensar, sentir,experimentar en aquel mom en t o, pero esos intentos fracasan muya menudo. Por eso reconstruyo. Siempre se reconstruye, peroaqui la reconstruccion es con frecuencia abstracta. De 10 que sfme acuerdo es de 1934: Jardin de infancia, sufr imicnro extreme.Me acuerdo muy bien del dcsarnparo, dcs.imp.uo . 1 ( ' S('p,lr,lrmede mi familia, de mi madre, los ll.uiros, 10:; ",III ( ", I'll d j.nclin deinfancia, vuclvo aver eS:IS illl,'I)',I'IW"(11.111.1111.1>I(lk,('I.1 1111'de

    A CORAZ6N ABIERTO

    cia: Tu madre vendra a buscarte, yo preguntaba: ~Dondecsta?, y ella me conrestaba: Esta guisando, y yo imaginaba queen ese jardin de infancia -que por cierto sigue existiendo, 10 hevuelto aver cuando estuve en Argelia- habia un sitio en don de111imadre estaba guisando. No me irnaginaba que pudiera estaren otro lugar que no fuera ese jardin de infancia. Me acuerdo delas lagrimas y de los gritos a Ia entrada, y de las risas a L a salida,hasta el pun to de que mi madre me pregunt6 una vcz: ~

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    Africa, fue cuando se aplicaron las leyes sobre los numerus clau-sus en mi liceo. Ya se habian aplicado antes, ami hermana y a mihermano los habian expulsado del colegio. A mi, par una razonque ignoro, me habian concedido un afio mas, pero el primer diade curso, en el liceo de Ben Aknoun, el vigilante general mellarno a su despacho y me dijo: "Vas a volver a casa, tus padres te10 explicaran,

    No me 10 esperaba en absoluto y no comprendfa nada. Tratode hallar 10 que pudo ocurrir dentro de mi en ese momento, peroes en vano. Hay que decir que, en mi familia, tampoco me expli-caron par que pasaba eso. Creo que seguia resultando incom-prensible para muchos judios de Argelia, tanto mas cuanto queno habfa alemanes. Se trataba de iniciativas de la polltica francesade Argelia, mas severa que en Francia: todos los profesores ju -dios de Argelia fueron expulsados de los colegios, Para esa comu-nidad judia las cosas seguian resultando enigmaticas, quizas noeran aceptadas, pero sf padccidas como una catastrofe naturalpara la que no hay explicacion. En mi casa al men os, no habianinguna explicacion que dar, menos aun que compartir con losnifios. Practicarnente no se hablaba de ello. Cuando los Aliadosdesembarcaron, las lenguas se soltaron un poco, tanto mas cuan-to que, 10 supe mas adelante, en Argelia habia movimientos deresistencia organizados, en los cuales participaban muchos inte-lectuales judios de Argel.

    Despues las casas no se restablecieron con tanta norrnalidadcomo cabfa esperar: durante mas de seis meses, en la epoca enque el general Giraud y el general de Gaul le compartian el poderen 1 0 que se llama el episodio bicefalo, las leyes raciales antisemi-tas no fueron abolidas. Giraud se planteo incluso la necesidad deprolongarIas iridefinidamente. Al final de una larga guerra entreGiraud y de Gaulle, Giraud perdio y yo pude volver alliceo laprimavera siguiente. Habria mucho que decir tambien sobre eseepisodic en el que, tras haber desembarcado los Aliados y habersido liberada Argelia, se mantuvieron las leyes raciales. Hayviejas rakes en todo ello.Pr.: -Cuando us ted presenta su cscolaridad como 1111 tanto des-igual, desordenada, alborotadora, cuandn Sl' d('~;nil1(' ;[ sf lIIiSIlIOcomo un golfillo mas prcocupado pOl' los p:11IId4'" ,k hu hol. porlas carrcras y por Ins compcticioncs d(' t,"I" 1'1' " ' I I H ' "'IllO 1111

    A CORAZ6N ABIERTO

    alum no al que le importan sus estudios, ~imagina que era unaespecie de reaccion ante esa situacion?j. D.: -Sc debra a la situaci6n historica y politica de Argelia.iSegufamos en guerra! Cuando volvi alliceo, estaba ocupado porlos ingleses. Se habfa transformado en un hospital ingles. Daba-mas clase en una especie de barracrin cercano al liceo, y como losprofesores, los hombres, estaban movilizados, se echaba mano deprofesores jubilados 0 de mujeres.

    T odo esto paso, naturalmente, dentro de un inmenso desor-den, entre 1942 y 1945, y durante esos afios fue cuando mis com-pan eros de clase y yo pensabarnos mas, efectivarnente, en alboro-tar. Arrnabamos jaleo violentamenre, casi me dada vergiienzacontar las broncas que organizabarnos, porque a veces eran crue-les. Tarnbien jugabamos al futbol. Mi pasion par el deporte engeneral y par el fucbol en particular viene de esa epoca en la que ir:11colcgio queria decir marcharse con las zapatillas de futbol den-t 1'0 de la cartera. Tenia un verdadero culto por esos zapatos quelimpiaba, que cuidaba mas que mis cuadernos. Futbol, carreras,hcisbol que nos ensefiaron los american os, partidos contra los pri-sioueros italian as, eso es 1 0 que nos importaba; la escolaridad era1I111y secundaria. Tarnbien, en este caso, con la confusa concienciao i l ' no estar haciendo de verdad 1 0 que deberia hacer, de no perte-IICCera esos grupos de golfillos, de jovenes tan alborotadores,intcnraba al mismo tiempo gue me aceptasen.

    Esto siguio a los traumas de la expulsion, que provocaron en111Idos oscilaciones: por un lado, el deseo de que me aceptasen de1IIIevo mis compafieros, sus familias, el enrorno no judio que eraII i cntorno y, por 10 tanto, el deseo de romper con el impulso}'.il 'gario que se habia constituido dentro de mf para responder a Ia1I '.resion y al trauma. En cierto modo yo no que ria pertenecer a laI nnmidad judia, habia estado haciendo novillos durante casi unIII(Iantes de aceptar volver de nuevo alliceo judfo de Argel, crca-II'l (()ll los profesores judios expulsados y en el que me habian111","1"]10.o soportaba el encierro dentro de esa comunidad y, par(1'II.~i,,lIicnte, dcntro de mi sc habia producido una profunda rup-!i1'.1 ;iI('l"liva. Po r otro laclo, me convertf en alguien extremada-"11"111,'ulncr.rhlc ante cualqu in 111;111(CSLlCi)n antisernira 0 racis-1.1, u u r v st'llsihk;\ la s i ll jl ll 'i ;ls ' IIII ' 1 " IILiI);111 ;ll ':Hb paso, sobrc todo1"'1 p.lrl,' ( i I - Ilts 11111OS."';.1vl"I"II\ 1.1111,11.11< ,', ],.11";. xirmpr.

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    De ese momenta procede sin duda el sentimiento, el deseo desoledad, de retirada respecto a cualquier comunidad, incluso acualquier nacionalidad, y el sentimiento de desconfianza res-pecto incluso a esa palabra de comunidad: en cuanto yeo quese constituye una pertenencia un poco demasiado natural, pro-tectora y fusional, desaparezco ... Se trata de una secuela de esaepoca que es propiamente mia, pero que puede justificar hoy endia una etica mas general.Pr~: -Su suefio en aquel tiempo era convertirse en futbolistaprofesional. Entonces, ~c6mo es que desde ese suefio pudo caeren el terreno de la filosofia?J. D.: -Como a veces he hablado de ese suefio de futbolistaprofesional, con mucha frecuencia me 10 recuerdan como si hu-biera sido mi unico suefio desde mi adolescencia. Creo que tengoque complicar un poco las cos as. Es verdad que cornparti esesuefio con mis amigos, que tenia muchas ganas de jugar bien alfutbol y que los dias en que marcaba un gol estaba muy contento.Sin embargo, desde los 12-13 afios, es decir, en la misma epoca,ernpece a leer unos textos que los golfillos en cucsti6n no leian,y a qucr er escribir, Algunos profesores de frances, desde sixiemey cinquieme, me hablaron de Gide, por ejemplo. Me acuerdo deque, en sixieme, tenia un profesor que se llamaba Lefevre. Veniade lirnncin, era un jovcn entusiasta de cabello pelirrojo, me pare-LT que 1 0 csroy vicndo; un dia nos hab16 de Los alimentos terrena-les. Nos aconscjo que 10 leyesemos, tras un ferviente elogio. Melance sobrc cllibro en cuanto tuve ocasi6n. La lectura de Gide, 1 0mismo que la de Rousseau, me lleg6 a traves del colegio, pero Elinmoralista de Gide me condujo cl solo hacia Nietzsche y, a partirde ese momenta, ernpece a comprar libros. Habia muy pocos li-bros en mi casa y, par 1 0 tanto, en cuanto tenia un poco de dinero,iba a comprar. Gide fuc una gran pasi6n mia de los 14 afios,Despues vinieron Nietzsche y Valery. Luego me puse a comprarrevistas literarias, Argel era una capital cultural al final de la guerray al comienzo de la posguerra. Habia muchas publicaciones, aveces argelinas, en editoriales como Charlot, y asimismo habiarevistas lirerarias, que yo lefa religiosamente, y qlle f~\I :1rdaba: teniamontoncs de revistas literarias.

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    A cO~Az6N ABIERTO

    Pr.: -~Y, en ese momenta, c6mo se representaba usted el deseode escribir?.f . D.: -Es complicado. Ese deseo pasaba a la vez probablementepar un mimetismo, esc mimetismo del adolescente respecto aurios modelos pero tarnbien a su propia imagen narcisista; encste caso Rousseau, Las ensoiiaciones, Nietzsche, Gide en ciertomodo, eran mis modelos. Yo ya escribia, llevaba un diario, como(;ide, y tenia libretas, trocitos de papel, cuadernos, etc.

    Pero tambien es probable, y eso mereceria largos analisis,incluso un psicoanalisis, que yo me replegase ante 10 que conside-r.iba como una incomprensi6n de mi familia. Escribir, llevar un.hario, cscribir poemas en el diario, era la respuesta secreta yprivada del nifio al que su familia no escuchaba.l 'r.: -Una forma de resistencia ...[, 1).: -Una forma de resistencia, de distanciamiento. En esediario habia a la vez confidencias autobiograficas, pero yai.uubien esbozos de pe quefias disertaciones sabre Rousseau yNietzsche: me acucrdo muy bien de ese debate interno, tratabatil' rcconciliarlos, admiraba par igual a uno y a otro, sabia queNictzsche era un critico despiadado de Rousseau, y me pregun-r.rba c6mo se puede scr nietzscheano y rousseauniano a la vez,I!I1110 finalrnente 10 era yo. Todos esos modelos competian enI~,l'diario.

    2Sabe? Si hay un suefio que jarnas me ha abandonado, hayaI~;nito 10 que haya escrito, cs cl de escribir algo que tenga laI,)lllla de un diario. En el fondo, rn i deseo de escribir es el de unaI11')lliC:1xhaustiva. ~Que es 10 que se me pasa por la cabcza?,( :(')1ll0 cscribir 10 suficienternente deprisa como para que todoII)

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    }. D.: -El proceso fue lento. Evidentemcnte, desde la edad de14-15 afios sofiaba con ser escritor, y, para ganarme la vida,profesor de Letras. Era la profesi6n mas compatible can la liber-tad del escritor que querfa ser. En clase de Terminale es cuandoernpece de verdad a leer filosofia; y como me entere tambien enese momento de que, al no haber estudiado griego en elliceo, nopodria presentarme al concurso para profesor de lctras, me dijeen el fondo: ~por que no conciliar las dos cosas y convertirme enprofesor de filosoffa? Los grandes modelos de entonces, comoSartre, Aeran gente que hacian a la vez literatura y filosoffa. Asi,poco a poco, sin renunciar ala escritura literaria, pense que, pro-fesionalmente, la filosofia era un mejor calculo,Pr.: -Sus primeros trabajos filos6ficos seinscriben bajo el r6tulode la filosofia de Husserl: en 1954 redacta una memoria sabreEl problema de la genesis en la filosoffa de Husserl (obra queno sera publicada en PUF hasta 1990) y en 1962 hace la intro-duccion a El origen de lageometria. Eligi6 usted traducir ese textoprecisamente porque Husserl t ropezaba con el problema de Ia es-critura en la constitucion de objetos tan ideales como los objetosmaternaticos. Los cuestionamientos que usted elabora en aquellaepoca ya no Ie abandonarin, puesto que todas sus investigacionesderivan de esa problernatica de la escritura entre literatura, filoso-fia y ciencia, a las que usted afiadira mas adelante otros registrosdiscursivos, los de la linguistica, de la antropologia, del psicoanali-sis, pero asimismo los que no pertenecen a registros discursivos,como son la fotografia, la pintura, la arquitectura. ~Por que, final-mente, esa fascinacion por la inscripci6n?J. D.: -Por un lado, porque eso es 10 que viene a ser el deseo deescribir, es como si tuviese que forzarme a una especie de tran-saccion, de compromiso entre el afan de escribir Iiteratura, depensar filos6ficamente 10 que son la literatura y la escritura lite-raria, y de hacer las dos 'casas a la vez. Durante los primeros afiosde mis estudios filos6ficos, cuando ernpece a leer y a cscribirsobre Husserl, al principio de los afios cincuenta, despues de queSartre y Merleau-Ponty introdujesen la fenomenologfa, scnrfa lanecesidad de plantear la cuestion de la ciencia, de la cpisn-u rolgia, a partir de [a fenomcnologla, cosa que Sarrrc Y rVll'1l",111Ponty en cierto modo no hnhiun h cch o, l'or I () uu u. [";I I Ii'l 1111'.l ,'II

    A CORAz6N ABIERTO

    primeros ensayos sobre Husserl orientandolos hacia las cuestio-nes de la objetividad cientif ica y maternatica: Cavailles, Tran-Due-Tao, y tambien la cuesti6n marxista. A 10 largo de esosprimeros eseritos buscaba, por fidelidad a ese anhelo de eseritu-ra, 1 0 que dentro de la fenomenologfa husserliana podia perrnitir-me problematizar la escritura. 2Donde habla de la escritura? ~Quehaee con ella? ~C6mo articular esas cuestiones de la ciencia, de lafenomenologia y de 1aescritura? Encontre ese lugar enEI origen dela geometria, que, por eonsiguiente, empccc a interpretar en esaprimera memoria a la que usted aludia, y que inmediatamentedespues decidf traducir. Justo despues de la agregacion recuerdohaber ido a ver a Jean Hyppolite y haberle dicho: Quiero traducirEl origen de fageometria y trabajar sobre ese texro. Porque en C1habia una observaci6n breve y cliptica sobre la escritura, sabre lancccsidad que tenian las comunidades de sabios de constituir obje-tos ideales comunicables a partir de intuiciones del objeto materna-rico. Husserl decia que la escritura era la unica que podia darles acsos objetos ideales su idealidad final, que era la unica que encierto modo lcs permitiria entrar en la historia: su historicidad lesvenia de la escritura. No obstante, esa observacion de Husserlscguia siendo equivoca y oscura, y yo trate, por consiguiente, deformar un concepto de escritura que me permitiese a la vez darcuenta de 10 que pasaba en Husserl y, si era preciso, plantearlecucstiones a 1afenomenologia y al intuicionismo fenornenologicoy, por otra parte, desembocar en la cuesti6n que segufa interesan-dome: la inscripcion literaria. 2Que es una inscripci6n? 2Apartirde que momenta y en que condiciones una inscripcion se tornalircraria?l'r.: =-Pero, en esa epoca, la cuestion de la escritura no se traba-jaba s610 en los cfrculos filosoficos, sino que tarnbien se plantea-1 , ; ] en los cfrculos mas literarios 0 vinculados con la Iinguisti-,';l, puesto que cs tambien en esa epoca, despues de sus trabajos~.()hreHusser], cuando conace a Philippe Sollers y se lanza rno-mcutaneamente a la aventura de Tel Quel.,. I).: -I kspucsde publicar El origen de fa geornetria me puse a,',.nihir !1;\]';1 rcvistas como Critique: escribi sobre jabes, sobreIIiucaulr, y P;lLI Tel Quel sobre Artaud, prccisamente; en eseIex I(I l'S do nclc cl concepto de diffhallce con una a aparecio

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    iPAL A BRA! INS TAN TAN EA sri I, () S () I I ~ 1\ S

    par primera vez, antes incluso de que cscribicsc "La di((6rance y,par consiguiente, en ese momenta, en los anus 1964-1968, eseuando en efecto, gracias a Tel Quel en cicrto modo y en unascondiciones de complicidad que me fueron muy f av o ra b le s , pudeelaborar un discurso que tratase de mantener unidas las cuestio-nes filosoficas, fenomeno16gieas, las cuestioncs anrropologicas,historicas sobre la cscritura, y las cuestiones de Ia litcratura, de lacxplicacion del cscritor can su firma, de la relaci6n entre habla yescritura, etc .El~ese momenta estaba eso que llamaban el estructuralismo,representado por Levi-Strauss, Lacan y algunos mas. Yo sen,tia ala vez mucha simpatia e interes par 10 que alli ocurria y, al nusrnotiempo, tenia 1a impresi6n de que e1 concepto de escritura ~ueme interesaba segufa s iendo ignorado, deseonocido 0 rnantemdoal margen par esos gran des discursos. D e fa g ra ma to fo gia fuemuy bien acogida par una parte y levanto muchas sospechas porotra, El entorno de Tel Quel, en la persona de Sollers sobre todo,la acogio fiUY bien, y esc fue el momento en el que, sin dejar deprosegui r con 1 0 que habia iniciado, cornence a plantear cuesno-nes criticas, deconstructivas por decir la palabra, can rcspcctoa 10 que prevalecia en esos discursos estructuralistas de la epo-ca con cierto Saussure, cierto Lacan, cierto Levi-Strauss, ciertoFoucault, mediante un gesto que no era s610 negativo, sino deaprobacion desconf iada, de aprobacion y de desconfianza, tra-tando de discutir sin rechazar, 10 que provoc6 todo tipo de mal-entcndidos c, incluso, rcacciones de mal humor.

    Pr. : -Lo que me partee un poco sorprendente en su relaci6ncon la literatura es que usted parece concededc ala litcratura quepuede decirlo todo, y que incluso puede expresar e l engafio; enD roit d e rega rd s escribe listed: S e puede leer un texto (que noexistc en si) como un testimonio as! Hamada serio a autentico,como un archivo 0 como un documento, como un sintorna 0como la obra de una ficci6n Iiteraria que simula todos los estatusenumerados. Usted concede ese privilegio ala literatura, comosi la filosofia conceptualmente normativizada careciese de d.

    ~Acaso el sentido de su trabajo no es tarnbien, finalrncntc, elde restituir a la filosofia aquello de 10que esta privada, l(lgral1doque cl t cxto filosofico mismo sc cstrcmczca l11cdi;1I111'11Ilo.',~1Ih,tcrfugios () unas csccnificacioncs rcxru.ilcs q ue S l' h ;111 I" H 1 1 , 1 " "II

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    A CORAZ6N ABIE~TO

    contrar en algunos de sus Iibros como G las, La tarje ta p os tal,Circonfesi6n?J. D.: -Sin renunciar a la filosofia, 1 0 que me ha interesado esdevolverles sus derechos a unas cuestiones sobre cuya represi6nse construyo la filosofia, al menos en 10 que riene de predorni-nante, de hegem6nico. Lo que es hegernonico en 1a filosofia seconstituyo por el desconocimiento, la negacion, la marginacionde un as cuestiones que algunas obras literarias perrniten forrnu-lar, que son el cuerpo mismo de esos escritos literarios. He trata-do de agudizar la rcsponsabilidad filos6fica ante una posibilidadque no es simplemente literaria, pero que tambien forma partede los discursos filosofico, juridica, polit ico, etico: la posibilidadde simulacro, de fieci6n.

    Insisto en general en la posibilidad de decirlo todo comoderecho reconocido en principia ala literatura, para marcar no lair responsabilidad del escritor , de cualquiera que firma li teratura,sino su hiper-responsabilidad, es decir, el hecho de que su res-ponsabilidad no responde ante las instancias ya coristituidas. Po-dc r decirlo todo en nombre de la ficci6n, incluso de la fantasia,cs sefialar que la instituci6n literaria (consider a la literatura unainstitucion, par eso distingo can frecuencia Ia literatura en senti-do estricto, que es algo moderno, relativamente reciente, de las"I)ellas Letras, de la poesia, del teatro 0 de la epica en general),hIiteratura en sentido estricto es una institucion indisociable delprincipio democratico, es decir, de la libertad de hablar, de decir[ ) d e no decir 1 0 que se quiere deci r. Por supuesto, se que la litera-rura no ha vivido siempre en un regimen dernocratico y que lasuspension de la censura, masiva a sutil, es una historia muy.omplicada. Sin embargo, el concepto de literatura esra eonstrui-do sabre el principio de decirlo todo. Interroga, pues, el aeon-n-cimienro, 1 0 que esta llamado a llegar mediante simulacros yIi cc ioucs , y as f tam bien interroga la estruetura de ficcion que1111 cd c constituir cualquier discurso, sabre todo los discursos per-Inrlllarivos, aqucllos que producen derecho y norrnas.l'r : S f, peru I[ ) que r cs ul ta p ar ad o ji co es que usted dice, par('ll'llIplll ('11/.,1 'J/rjC'lII/lOS/(il, que la l ir cr. i ru rn sicrnpre lc ha pare-lido ill.ll'l'pLlhk, h falta moral pOI'l'Xt'l'I"lll'ia, como si cstuvicra,I jlllll(O til' (r;IIl:;grnlir h h - y .

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    j?ALABI'.A! INSTANTANEAS FILOSOFICAS

    ]. D.: - Tomemos la precaucion de scfialar que, en La tarietapostal , es el firmante fieticio de eiertos envies .el que represen~acon seriedad esa escena, Si se enfurece con la literarura es preci-samente debido a su posibilidad de decirlo todo. Ya que esta, alno asumir nada aparenremente, puede irresponsabilizar.

    Ciertamente soy yo quien otorga ese discurso a un personajecuyas palabras tomo bastante en serio, pero no 10 diria en minombre ni como una tesis. Creo que, en la literatura, existe enefecte el riesgo de la irresponsabilidad, 0 bien de la no-firma(digo cualquier cosa, puesto que no soy yo), 0 bien el riesgo deconfundir la etica con la estetica, el riesgo de parecer, cl delfetichismo; todos esos riesgos son inherentes como posibilidad ala literatura. Hay, por 10 tanto, una voz en La t ar je t a postal quedice: Desde el momento en que 10 que te escribo se convierte enliteratura, ya no me dirijo a ti y, por consiguiente, falto a esedeber que me ordena que me dirija a ti de forma singular. Lali teratura puede conducir a la mayor responsabi lidad, pero tam-bien es la posibilidad de la peor traicion,Pr . : -Es tarnbien la posibilidad de la peor desposesion, inclusode 10 que se ha escrito.j. D .: -Eso es. Y la desposesion es tambien el riesgo de no firmarsiquiera una declaraciori de amor. En el fondo, no soy yo quienfirma; desde el momento en que algo se lanza al mercado litera-rio, ya no viene de mi, no se dirige a ti, la huella se me escapa, caeen el mundo, un tercero dispone de ella, y con esa condicion seconvierte en literatura, y esa literatura es la que pervierte rnirelacion contigo. El sujeto que firma esos envios no oeulta estainquietud.El problema es que no se puede negoeiar esto dcsde el puntode vista filos6fico; no cs negociable, al men os, es una ncgocia-cion siempre desgraciada. S i hay filosofia, en todo easo comodcseo de lucidez y de verdad, esta consistc en levantar aeta deesta rragedia, de esta necesidad, que es una amenaza pero tam-bien una oportunidad, porque se trata de la oportunidad de ha-blar. Si yo quisiera escapar de este riesgo a cualquicr prccio, yano diria nada, ni siquiera me dirigirfa al otro; por ("(lmil'.11 ie III ( ', clricsgo de perversion, de corrupcinn, de d criv .r, ( '.~ ,II 1111',111" IWillpo l.r lillie;] oportuuid.ul d ( ' d ir ig il 'l lH ' ;II otr. Y, 1'''' I.. 1.1l1t . I, ~,i

    A CORAZON ABIERTO

    la oportunidad es una amenaza (asocio canstantemente la opor- 'tunidad con una amenaza), 10 que aqui se denomina filosofiaconsiste por 10 menos en decirlo, en formalizarlo y en asumirnuestras responsabilidades en eada momento, teniendo en cuentaeste doble postulado.Pr.: ~Pareee, justarnente, que por todos los medios y formas deescritura nunea ha dejado de enfrentarse a esa amenaza. S e lapuede detectar en todos sus trabajos. 2Sigue teniendo usted lamisma relaci6n con esa amenaza?j. D .: -Sf. Nunca he dejado de tenerla, porque la solucion 0 larespuesta adecuada no llega 0 solo Ilega en parte. En cualquiercaso, cuando esa imposibil idad toma la forma de un texto, e 1tcxto queda como una huella que ya no me pertenece y hay quevolver a empezar, y no dejo de volver a empezar la misma hisro-ria de forma diferente. Ya se que Ia respuesta apaeiguadora novendri, pero al intentar hacer que esa oportunidad lIegue, setarnbien que asumo cada vez la responsabilidad que puedo. Sen-tenciar esa doble inyunci6n no puede ser mas que una sentenciade muerte. La muerte tampoco es una respuesta satisfaetoria,pero es la unica que puede disponer que la doble inyunei6n noopere con doble filo. Eso es 10 que hace hablar primero y eso es10 que hace escribir: es 10 que a la vez hace posible y amenazatodo 10 que se intenta cuando nos dirigimos al otro.Pr.: -Si le pareee bien, me gustaria abordar la cuesti6n de Iapresencia de 10 femenino, de la feminidad, en su trabajo. El primer.ispccto de la feminidad es que usted la asocia a menudo con lacuestion de la ley, 10 cual puede parecer extrafio, a pesar del carac-tcr fcmenino de la palabra. El segundo aspecto es que usted pareeeIcrier con el texto una relacion como la de una madre que porta ax u criatura. He extraido una frase de La tarjeta postal en dondescribe: Mientras no sepas 1 0 que esuna criatura, no sabras 1 0 que(" s llll fantasma ni, pOl' supuesto, por las mismas, un saber.[. l r.: ~FIl cicrro IIllJdo, 1 ;1 ('lll'sti('l11de la diferencia sexual atra-v icsa ell decto tlldn" Illl~.10.:10; d('~;d('d princip io, y cl hecho del!lll' I;; d(T(III~,tnl( \ j, III hoi\,,I ' 0 1 1 1 , 1 , , I e - rnt r.rd.r. 1111;] dcconsrrucciond d Ldo(Tlltn~IIIII, til' 111,111

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    subraya muy bien que 1 0 que la deconstrucci6n pone en cuesti6nes cierta autoridad masculina, .ennombre si 110de la ferninidad, sfal menos de la diferencia sexual. En 1 0 que respecta a la ley, si eneste 0 aquel texro he reconocido en ella una figura femenina,pienso especialmente en un texto sobre La locura de fa luz deBlanchot, esto es algo que no es constante, la figura masculinatarnbien le resulta apropiada.

    La ley esta indiscutiblemente vinculada can la diferenciasexual, a veces con una inflexi6n femenina, a veces can una in-flexioh paterna 0masculina, EI hecho de que la palabra dey seafemenina en frances s610 importa en el texto de Blanchot al quealudia. La palabra ley no es femenina en todas Ias Ienguas.Podria citar muchos text as en donde, por eI contrario, es lafigura paterna de la ley la que es interrogada, puesta en escena,Par otra parte, el discurso que mantengo al rcspccto no es undiscurso feminista; puede encontrar aliadas entre las mujeres, 1 0mismo que enemigas entre las ferninistas. Mas alla de la dualidadmasculino/femenino, si la cuesti6n de la diferencia sexual es cfec-tivamente indisociable de todos estos textos, no creo que se pue-da inmovilizar su alcance sabre una posicion feminista.

    Pr . . -EI ana 1949-1950 es el de su primer viaje a la metr6po-li. En Paris empieza estando interno en el liceo Louis-le-Grand,lucgo, en 1952, entra usted en la ENS [Ecole Normale Supe-r icurc], Ha conservado un recuerdo doioroso de todos esos atlasde Escucla, de los que dice que no le aportaron nada en unprimer momenta, En 1960, y hasta 1964, es usted el asistente deSuzanne Bachelard, Georges Canguilhem, Paul Ricoeur y JeanWahl. Pero, a pesar de todos esos malos recuerdos de la Escuela,renuncia ustcd a un puesto en el CNRS [Centre National de laRecherche Scientifique] y vuclvc, a invitacion de Jean Hyppolitey de Louis Althusser, a la ENS para quedarse alli veinte anos, En1991 dijo usted que sicmpre habla tenido el mal de la cscuela,igual gue se dice en frances el mal de mer [marco], que no podiaatravesar cl umbral de una institucion de ensefianza sin experi-men tar signas fisicos de malestar y de angustia. ~Vislumbra listedhoy en dia la posibil idad de una curaei6n?

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    A CORAZ6N ABIERTO

    J . D .; -Prepare la Escuela Normal des de Paris. Me marchc deArgc1ia en barco y pise Francia par primera vez a los 19 afios. Laskhdgnes1 delliceo Louis-Ie-Grand, los concursos para entrar en laEscuela Normal, los concursos de agregaci6n (1 0 digo en pluralporque suspend! al menos una vez en uno y otro caso), fueronunas pruebas rerrorfficas, unos momentos de angustia y de can-sancio hasta un punto gue no he vuelto a conocer desde enton-ces; me encontraba mucho mas vulnerable fisica y psiquicarnentegue ahora. Esta situaei6n roz6 el lirnite de 1 0 soportable durantetres afios antes de entrar en la ENS, y luego durante cuatro anasen Ia ENS. La culpa la tiene el sistema de esos concursos. Laamenaza de la guillorina, ai menos as! era como 1 0 experirnenra-bamos, convirtio para rni csos afios en infernales. Esc pasado fuedoloroso, nunea me gust6 la escuela, por dccir las casas muydeprisa, me he sentido muy mal alli; no obstante, siempre hevuelto, y la ENS fue el mejor cjernplo de ella porque, a traves delsufr imiento, el modelo seductor, fascinante, de la escuela se meimpuso, de forma que, cuando Hyppolite y Althusser me propu-sieron volver alli aungue yo podia (star en otro sitio (yo ya estabaen el CNRS), presence mi dimisi6n del CNRS para volver a IaENS. Cualquiera que sea la critica gue pueda hacer a esa Escuela,en ese momenta era un modelo, y ensefiar en ella era una especiede honor y de gratificaci6n gue nunea tuve el valor ni el deseo dercchazar, Esa ambiguedad de la escuela -detestada, hacia laque se vuelve todo el tiempo- ha seguido siendo una constante.Hoy, en cierto modo, me siento libre, ya gue no tengo ningunaobligacion de ensenar, pero no obstante sigo dando un semina-rio, sin contar que la ensefianza en el extranjero siempre es posi-hie. Mediante una especie de comprorniso, de transacci6n queh.ibra sido la marea de mi relaci6n con eso gue se denomina lascucla, voy por consiguiente a seguir estando en ella sin estar, aIlO clcgir entre quedarme e irme. En el fonda, es 1 0 que siempreIll: heche.l'r.. -1.0 que cs basranrc parnclojico es que, aunque en la EHESSI (':u)ic tit's IIaUll'S f.:1I1til'S t'll Slil'IJCl~S SOCi:llcs] usted fue nombra-

    I. 1 : . 11 1 ' "/ ', I I,w 1 .1 1 1 ,,1 1 .1 1 , 1 .1 U " I. ,: u ,' " , 1 ,1 , 1 1 ' . " 'I"'., I " I " . " 1 1 0 1 ' 1 > . ' ; , 1 ' 1 "1 ,, \1 , \ , \ I",~"llltjll,IIIH"~ d~'I j'H~'1 l.I~1~'IIII.H I H 1.1 I'I'~~I. 1 ,1 1r\'/"d"',I,,:IJI'. !tIlt ',D p.11 t'l\ rs 1 ;, cla:-it''1 " 1 ' 1 '1 "" ' . 1 " " 1 . 1 k/l,ls,j,, IN .l, I,,, J I

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    jPALABRA! INSTANTANEAS FILOSOflCAS

    do director de estudios hace 13 alios, con una direcci6n de estu-dios sobre Las instituciones filosoficas, ha seguido siendo elrnalquerido de la instituci6n academica en Francia. Esa denega-ci6n es inversamente proporcional al reconocimiento que se le hapodido otorgar en las instituciones academic as extranjeras 0 enunos espacios culturales que no tienen nada que ver con la insti-tucion. (C6mo explica esto? La cuesti6n de la instituci6n es lanervadura de su trabajo, nunca ha dejado de reflexionar sobreella, de tratar de descifrar los fen6menos. En ese sentido, estuvousrcd en el origen de unas iniciativas de reflexi6n a la vez perso-nales y colectivas, como el GREPH [Groupe de recherches surl 'enseignement philosophique] en 1974, los Estados Generalesde la filosoffa en la Sorbona en 1979, la fundaci6n del Colegiointernacional de filosofia cuyo primer director fue usted, el infor-me -con Jacques Bouveresse- sobre el estado y las perspectivasde la ensefianza filos6fica en Francia. iEs como si su interes porla filosoffa fuera contrario por su naturaleza al interes de las insti-tuciones filos6ficas!J . D.: -Malquerido, deda usted. Si, quizas he sido querido, mal,malquerido. Si echo una mirada retrospcctiva desenvuelta, obje-tiva sobre esta historia, limitandorne a los hechos, en efecto, apcsar de la voluntad organizada de cortarme un determinadonumcro de accesos, el hecho es que he sido profesor de hypokhag-ne, asistente en la Sorbona, docente durante 20 alios en la ENS y,durante 15 afios, en la EHESS, es decir, en Iugares extremada-mente envidiables, privilegiados, en donde he podido beneficiar-me de la mayor libertad posible. Por 10 tanto, en cierto modo, nohe side tan mal tratado e incluso he tenido mucha suerte.

    Creo que no es simplernente fortuito. Los que no tenlan ga-nas de verme en su casa, como en la universidad, notaban muybien que yo ni estaba ni estarfa en su casa, que no me sentia allien mi casa. Es su respuesta a cierra etica de Ja institucion la quese ha forma do dentro de mf a partir de los acontecimientos de losque hablabamos al principia. Yo no queria pertenecer a esas ins-r ituciones con un consentimiento pasivo, sin ponerlas en tela dejuicio, y eso se reflejaba de dos maneras: por un lado, sicruprc herespondido a 10que considero que son las exigcncins 11I;i~ digll3Sde la universidad y de la ensefianza filosofic.i, pew IIII' Ill" vixtoconducido a cucstiouar cicrro 1111 IIIno de n()I"IlI;I~ It 1 '01I t I I, 10111.111 '8 ,

    J H

    A CORAZON ABIERTO

    no solo en la pracrica cotidiana, sino en la escritura, en la ense-fianza, en la forma de plantear las preguntas, en 10 que yo escri-bia a fin de cuentas. No era mi persona 0 el color de mis ojos 10que no les gustaba, sino que era 1 0 que yo escribia -ya relaci6nentre 10 que ensefiaba y escribia- 10 que se consideraba dificil-mente aceptable. Creo que la respuesta era a la vez chocante ynormal, previsible viniendo de parte de una instituci6n que se hadefendido contra esas cuestioncs.

    No he insistido en mal querido para hacer un juego de pala-bras, pues creo que si dicha contrariedad no se hubiese dado enun movimiento de amor 0 de interes, tampoco habrfa habidorcchazo. No hay rechazo violento que no traduzca un poco suopuesto 0 la defensa ante su opuesto.Pr.: -Can frecucncia se le ha reprochado ser demasiado herrne-rico, haberse aislado voluntariamente. Usted no parece acreditarcsa tesis.[. D .: -No, la acusaci6n de hermetismo no se sostiene. iHayLantosfi16sofos mas herrneticos que yo! Y si yo fuese simplemen-Ie hermerico, no serfa grave. Los que me acusan de ser herrneticocs 0bien porque no hacen el trabajo de lectura correctamente, 0bien porque comprenden 10 suficiente como para pensar que esmcjor rechazarlo de antemano. Hago todo 1 0 que puedo para serclaro, en la medida en que la claridad no perjudica a la comple-jidad de las cosas, y pienso que mucha gente comprende muybien de 10 que se trata.['r.: -Sf, pero justamente eso significa tambien que usted halaborado una reflexi6n filos6fica que amenaza ala insritucion( 'I I S lIS nonnas establecidas.[. [).: -Tal vcz. No me gustaria demasiado traducir esto en len-1',lLljc ~lIcttcro, pero es probable quc, mas alia incluso del conte-111l10, los c6digos, las normas de cscritura 0 de lenguaje que he, ITid( I teller que proponer paredan mas amenazadores que el'(1I11t'llid() ll1iSIl10, Las maneras de formular las cuesriones, deli.ihl.u, dt' dirigirse al otro, de hacer las frases, de entrecruzarli"lncllli:ls, L1rerorica 0 cl gcsto de cscribir, han sido probable-111('11((' l"lliisidl."r:llios rorlnvin 1ll:1s tClllihks que cl contcnido mis-

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    i l' AI.A I~ I\A ' INSTANTANEAS FILOs6FICAS

    mo. Creo que cuando alguien propane un contenido revolucio-nario, dentro del codigo corriente de Ia rerorica, sin volver aponer en cuesrion las normas institucionales, la universidad 0 lasinsti tuciones en general, 1 0 aceptan mas Iacilmente que cuandoalguien cambia la escenificacion 0 se pregunta acerca de la escenamisma, de la organizacion de los protocolos, de los procedimien-tos, de las evaluaciones, de las jerarquias, etc. Eso es 1 0 que in-quieta, creo yo, y no era una falta de lucidez inquietarse por ellaporqu.e se trataba efectivamente de cambiar algunas casas,Pr . : -Entonces, a pesar de todos los esfuerzos que ha desplegadocon otros, en cuanto a rcflexion y tarnbien a intentos de elabora-cion de nuevas estructuras que conciernen a la ensefianza de lafilosofia, cuyo recorrido se puede seguir en D u d roit a Lapbiloso-phie (Galilee), ha establecido cierro mirnero de mandamientos paradefender la filosoffa , mandamientos contestatarios como protes-tar contra la surnision de 10 fi los6fico a cualquier f inal idad pertcne-ciente al orden de 10 util, de 10 rentable, de 10 productivo, protes-tar contra su confinarniento. Finalmente, se puede decir que todosesos trabajos 0 bien han rcsultado ser letra muerta 0 bien se handesviado de sus objetivos iniciales. Pienso sabre todo en el ColegiointernacionaI de filosofia, que se ha convertido practicamente enuna institucion, pese a seguir dando pie a numerosas polernicas.

    (C6mo vive us ted esa situacion? (Como un fracaso, una re-tractaci6n, un efecto tal vez de la deconstruccion en la medida enque su trabajo apunta a los lfmites del sistema acadernico deensefianza, 0 eonsidera usted que ese trabajo era prcmaturo? 2Harenunciado usted a pelearse en ese frente?]. D .: -Renuneiar a pelearme en Ia forma en que 1 0 haciamos enlos afios setenta-ochenta, sin duda alguna. Mis sentimientos alrespecto estan mezclados: hubo en efecto una espccie de des-aliento ante una serie de resisteneias que no eran simplementepoliticas, quiero decir por parte de los poderes, sino asimismo dela corporacion de los docentes. En los arios setenta-ochenta pusi-mos en marcha unos trabajos tcoricos y de investigaci6n fi los6fi-ca sobre la his tori a de la ensefianza en Francia, sobre los axiornas,los presupuestos, los prejuicios que fundamentaban a v('L'('~, 1 :1organizaci6n y las instiruciones de dicha cnscfianzn, [.;1 (1H".IIOIlno se referia solo al lugar de la cnscfinnzn filos(')i"ir:1 Y II 1. 1 l'll.ltl,ll

    A CORAZ6N ABIERTO

    que se impartfa csa ensefianza, Ciertamente, esa cuesti6n ocupa-ba un Iugar estrategico en nuestros analisis y en nuestro eombate,puesto que nuestras investigaciones filos6ficas estaban asociadasa una acei6n rnilirante. En ese punta es en donde hemos choca-do, par un lado, con la inmovilidad politica, tanto de los gobier-nos de izquierdas como de derechas, y, par otro lado, con unasresistcncias muy fuertes, a veces espontaneas e irreflexivas, a ve-ees organizadas, par parte de los colegas de la ensefianza filoso-fica, Por no hablar de las otras disciplinas, porque tambien setrataba de transformar la relacion de la filosoffa con las dernasdiseiplinas. Esta acci6n se desarroll6 desde 1974-1975 hasta1980. Los Estados Generales de la filosoffa de 1979 hieieron queel gobierno se echase arras en una reforma que iba a desembocarsi no en la desaparicion, S I al menos en una reducci6n peligrosadc la filosofia en Terminale. La creaci6n del Colegio internacio-nal de filosofia, cuyas premisas eran las del GREPH, permiti6que la filosofia se abriese a nuevos objetos, a intercambios deotro tipo no pirarnidal como solia decirse, no jerarquico, conlas disciplinas cientificas, liter arias, artisticas. EI afan era abrir uncspaeio a objetos que no fueran rodavia legitirnos en las institu-ciones universitarias, al tiempo que se acogia a docentes de laensefianza secundaria, a artistas, arqui tectos, extranjeros.Pr.: -Las cuestiones de la ensefianza le siguen importando ahora,puesto que de todas formas continua impartiendo sus seminarios ...I.D.: -Por supuesto. No s6lo porque siempre he ensefiado, sinoporque no imagino una filosofia ni una investigaci6n disociadadc su ensefianza, He intentado introducir en esa ensefianza nue-vas pedagogias, nuevas escenificaciones, cambiar la politica de lacnscfianza y su relaci6n con la sociedad,l'r.: -En la medida en que ha planteado al mismo tiernpo lacucstion del dcrccho de propiedad de las obras, de la firma, delI11Crcado 0, di~;lll1()S de forma mas general, de la cultura y de susrcp rcscnrnciourx, SI' P1Wti ( ' decir que, finalmente, ha cogido elIIHOpor los l'Ill'rll()~, I'll III ljlll' ~(rdicrc:l la cucstion de saber 1 0qu:: hordel l.t-: 1",(11111111,1'. 11l'.lllllll')ILillIH'lIlc ;Hlll1iridas,/' l t.:

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    jPALABRA! INSTANTANEAS FILOSOFICAS

    como ha podido ocuparme, comprometerme, no esta nunca sirn-plemente en la ensenanza, Se plantea a traves de rodos los temas,de todos los motives aparentemente ajenos a Ia cuestion de laensefianza filosofica, De ese modo, con el paso de los afios, loseaminos de mis discursos, de los textos y de las conferencias, delos compromisos institueionales han resultado semejantes al mapaque dibujaba usred hace un momenta en el que la filosofia seencuentra ...Pr.: -"2... en el centro de las interacciones?]. D.: -Yo no dirfa en el centro precisamente, la ropologia de esteasunto es muy complicada; no es el centro, tampoco es excentricao extrinseca, no esta en la eima de la jerarquia, de una pirarnidedesde la cual el filosofo vigila todos los campos del saber. Sinembargo, esta ligada con todo, fecundada por todo y a veces esfecundante, pero sin relacion de dorninacion, de coextensividad 0,por el contrario, de marginalidad extrinseca con las dernas discipli-nas. Con frecuencia he insistido en el heeho de que 1 0 que se hadenominado la muerte de Ia filosofia, su preeariedad, la reduccionde su campo, iban de la mano a eran la consecueneia de su hege-menta. Era porque esra se situaba a sf misma en la eima de lapiramide del saber, desde donde pretendia conocer el sentido decada region, era porque estaba tan alta por 1 0 que su espacio sereduda como e 1 de una punta y par 1 0 que estaba a la vez moribun-da y reprimida en la institucion. Par consiguiente, al cambiar latopica de esa relacion, al cuestionar el dominio filos6fico, se ledaban mas oportunidades, mas espacio, mas vitalidad.Pr.: -Existen ecos mas bien inesperados de sus textos. Piensosabre todo en la rmisica en donde, de una forma muy extrafia,hay una especie de relaci6n can Ia gramofonia de sus textos quese ha instalado, casi a su pesar, como un cfecro de su trabaja.]. D .: -Inesperados y esperadas. Inesperados y deseados. No esami pesar, en tad a caso, aunque esas creaciones se hagan sin mi.Ya sea en arquitectura a en rrnisica, dichas iniciativas no meinquietan, al contrario, cuando puedo participar ell cll.tx, :1 m irnanera y modestamente, ivoy corriendo!

    Es inesperado porque la iniciariva no cs 111(;1, Ilt'II ' .i I 1111',)110I . ' .

    A CORAZ6N ABIERTO

    tiempo no me sorprcnde del todo porque creo que ahi hay posibi-lidades 0 afinidades en las que oscura, virtualrnente, he pensado.

    Pr.: -Su compromiso filosofico ernpieza muy pronto, desde1952, can su entrada en la Escuela Normal Superior. Milita deforma intermitente en grupos de extrema izquierda no cornunistas,mientras que en la rue d'Ulm- cs m a s bien el comunismo cstalinistacl que domina.

    Es tambien en esa epoca cuanda conoce a Louis Althusser , alque scguira unido hasta su muerte.

    En 1968 sc aparta usted mucho respecto de los movimientosdel momenta, a pesar de que usted organiza la primera asambleageneral en la ENS.

    En 1981 funda con Jean-Pierre Vernant la asociacion JanHus de ayuda a los intelectuales checos disidentes 0perseguidos.Va a Praga para animar allf un seminario clandestine, pero esusted detenido, encarcelado, condenado por trafico de drogas. Encsas circunstancias, al volver a Francia, se eonvierte usted en unpersonaje publico, puesto que en el tren que le trafa a Paris uncquipo de television rod6 las primeras imageries que hay de usted.

    En 1983 participa en la Fundacion cultural contra el apartheidy en el Cornite de escritores en defensa de Nelson Mandela.En 1988 se encuentra con varios intelectuales palestinos entcrritorio ocupado y es la ocasi6n de esa singular intervenci6nsuya: Interpretations at War.

    En 1989, tras la calda del Muro, participa en un grupo dercflexion, una manera para usted de haeer el balance de ese aeon-Iccirnicnto al que seguiri la decada de Cerisy sabre L e p ass age d es[ront ieres; 1989 es tarnbien c l afio de su compromiso en torno al.olccrivo 89 para Ia igualdad, que reclamaba el derecho al voto(I e los inmigrantes en las elecciones locales.

    Dcsde 1990 ha tcnido usted ocasion de intervenir en losp.1 r~es del anrigu () hloquc cornunista asi como en Moscu, en Iai\l;I!iL:llli;l tic Lis (:inl!i;ls y CI1 I a univcrsidad; tarnbien ha forma-I I I . parte dcl 1';11'1.1111('1110 1t\(I'III.lli(lIl;1I dt' Fscritores dc Estrasbur-

    , 1 ' " 1 1 t",LI t .1111' p,tll'ilU) t '. dllll+11 I '11,-, 'dIU~~1,1 1" rN~, ~PW, (OI,lllIliidlll\lll\.,~.lI ldH I'I ~ . ... > 11'1 11 11 11 11 1,11 p tll 1 11 1,I Olil, litH ' I ~~~IIHIH~ It, .11111.11,)11, IN rf;' /11,\ ' 1 . 1

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    iPALABRA! INSTANTANEAS FILOs6FICAS

    go en el asunto Rushdie, con el que se articulata su reflexi6n sobrelas ciudades-refugio.

    Finalmente, hoy en dia sigue preoeupindose por la suerte delos inte1ectuales argelinos.Lo que caracteriza su compromiso politico, en mi opinion, esque pasa ante todo por los textos, tal y como atestiguan sus publi-eaciones en estos diez iiltimos afios: EI otro cabo, Espectros deMarx, Marx en jeu, vinculados con la caida del comunismo, con lacuest i6n de Europa, can el deber de memoria, con la vuelta de losespectros, con 1acuesti6n de la democracia en Polit icas de fa amis-tad, 0 bien con la justicia y con e1derecho enFuerza de ley, con lahospita1idad en iCosmopolitas de todos los p a is es . .. , un esfuerzomdsl, De l'hospitalite a asimismo El derecho a fa filosofia desde unpunto de vista cosmopolitico. Es un poco como si la efervescenciade nuestro fin de siglo fuese pensada en su neeesidad y su urgenciaal hila de su pluma ... Pero 2estar ia de acuerdo en decir que, bajo 1apresi6n de los acontecimicntos, su compromiso politico se ha in-clinado, a partir de 1 0 que usted fina1mente sicmpre consider6como una politica interior de la escritura, hacia una politica masexterior, un poco como si hoy la filosofia tuviera el deber de en-frentarse a una especie de urgencia del acontecimiento?J. D.: -Polfticamente, nunea se hace bastante, es decir, que siem-pre se tiene la impresion de no trabajar 1 0 suficiente afuera, pues-to que usted me hab1a de exterioridad. Cuando uno se compro-mete politicamente, se sea 0 no un intelectual, es imposible estarsatisfecho con 1 0 que se hace, siempre hay todavia algo que ha-cer, mas cosas que hacer. Escribir textos para responder a esasurgencias polf ticas nunca es suficiente, en todo caso. Sin embar-go, cualquier accion politica pasa por unos discursos y unos tex-tos. Evidentemente, tambicn hay que salir fuera, a la calle porejemplo; yo 10 he hecho, no 1 0 suficiente, bien es verdad. Hayque hacerlo cornprometiendose ahf can el cuerpo, con la voz,con los pies y con las manos, pero seria facil mostrar que nuncase compromete uno sin un discurso organizado, por 10tanto, sinun texto. Por consiguiente, e1heeho de que, en mi humildc caso,10e sencial de 10 que he tratado de hacer haya pns.ul I) lli)]" IInosescritos subraya a la vez la insuficicncia de In qu Il.dd.d,.!, pl't"Oasimismo la necesidad de pcnsar la cosa pol i l il .!

    A CORAZ6N ABJERTO

    Pr.: -2Acontecimientos como su encarcelamiento han cambiado enalga su reflexion, su compromiso, la necesidad de comprometerse?J. D.: -De forma masiva a dccisiva, no, no 10 creo.Pr. : -Usted se torn6 mas visible, no obstante, a partir de esemomenta.J . ,D.: -Si, pero no 10 hice para tornarme visible ... La acepte,mientras que, antes, jamis habia aceptado esa visibil idad, comousted decfa, en relacion con 1ibros 0 con cualquier otra actividadmia, pero cuando, al volver de Praga, un equipo de television meabordo en el tren para pedirrne que les contase 10 que habia ocu-rrido, considere que debia hacerlo. No para tornarme visible, sinoporque pensaba que habfa que dar testimonio publicamenre aIHdonde yo era el iinico que podia hacerlo en cierto modo. Nuncahe tratado de actuar politicamente de forma visible a para ser visi-ble, pero a veces, hay que reconocerlo, la visibi1idad forma partedel compromiso politico. La legibi1idad es igualmente decisiva, escI destino y la evolucion de los procesos de cornunicacion: cicrtalegibilidad en el ordenador, en Internet por ejernplo, se torna tandeterminante como la visibi1idad en 1atelevisi6n 0 en la calle. Losmodos de manifestarse han cambiado mucho a 10largo de las tresultirnas decadas y esrarnos envueltos en ese cambia, ya se trate delos textos, de los discursos 0 de 1avisibilidad de los cuerpos.l'r.: -2La presion de los acontecimientos, desde la caida del murode Berlin, por fijar un punta de refercncia, ha acelerado su com-promise con Ia reflexion?/. D.; -Sf, de acuerdo can la aceleracion de dicha transformacion.I,a accleracion es justamente uno de mis ternas de reflexion cuan-do sc tra~a de ,1a cos~ ,rolftica. Trata~ de camp render por que y,omo, bajo que condiciones, ha cambiado el ritmo de lo s proccsos111Ililicos.Tanto si se trata de la Union Sovietica, de los pafscs delhl(', de Sudafrica, de los paises de Sudamerica, todos cilos han" '110cido una acclcracion imprcvisihlc, aun cuando el sentido de. I1 ( 1 1 ;1 :I l' dl 'l '; tc i( -) I} f uc sc , p () r SII pari c , p r cv is ib l e, como en el caso,II' 1.1 :1 1 10 1 i(l(-'11 de l < 1 / h I / ' f ! J , ; d .

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    Pr.: -Existen otras fen6menos de aceleraci6n del tiempo quenos sobrepasan, como el de la evoluci6n de las tecnologfas, queesra un poco en contradicci6n can 10 que se podria denorninar elaguante del pensamiento. Las conexiones inforrnaricas se hacenmuy deprisa, mas deprisa que las conexi ones sinapticas,j. D.: -Es verdad, a pesar de que las conexiones sinapticas vayanmuy deprisa. Dicho eso, creo que la transformaci6n tecno16gicaes uno de los factores escnciales de la aceleraci6n politica. Losfenorncnos politicos de los que hemos hablado no han podidoacelerar su devenir sino en funci6n de la aceleraci6n tecno16giea.Se ha dicho a menudo que un regimen totalitario no sobreviviriaa cierra densidad de la red rclefonica. Tampoco resiste a ciertadensidad de la informacion televisiva, del correo, etc. La tecnolo-gia y la politica van de la mario en su aceleraci6n.Pr.: -Sf, pero esa medalla tarnbien tiene su rcverso, 10 que scpuede denominar cl Iiberalismo salvaje. .. 2C6mo resistir a otrasformas hcgem6nicas de presi6n, e6mo defenderse de ellas y c6modefender la demoeracia? 2C6mo luchar frente a un poder politi-co que se torna totalmcnte dependiente del poder econ6:nico,que se convierte en una especie de Olano ciega? El pensanuento,que necesita tiempo, resiste con dificultad.j. D.: -Los peligros a los que us ted alude cstan vinculados canlas oportunidades. La concentraei6n del poder econ6mico querige a los media, a las telecomunicaciones, a la informatizaci6n,es en efecto un peligro para la democracia, pero puede ser almismo tiempo una oportunidad de democratizaci6n. 2C6mo res-ponder al peligro sin anular la oportunidad? ~C6mo reservarleuna oportunidad a un pensarniento que no regula su ritmo a eseritmo? No ten go ninguna respuesta normativa ni general; creoque hay que resistir inventando una forma de resisrencia que nosea reaccionaria 0 reactiva. Por ejernplo, no hay que arremeters610contra la tecnologfa, las telccomunicaciones, la televisi6n deforma masiva, hornogenea y unilateral, sin saber que esas maqui-nas pucden asimismo servir a la democracia. En cad.i si 11I;ICilll1hay que asumir de forma singular la responsabil idnd t i ( ' urvrururuna respuesta, y que cada cual imagine la III(' jor ""I~'" r.ninuposiblc. No pucdo defender simplcmcurc cl F..1.ldll, , 1 1 " , , 1 , 1 dcl

    IA CDRAZ6N ABIERTD

    Estado, la soberania del Estado contra el rnercado 0 las potenciaseconornicas internacionales, sin correr el riesgo de cultivar unnacionalismo estatal que iria en contra de 1 0 que trato de prote-ger. Hay, por 1 0 tanto, situaciones en las que hay que estar dellado del Estado en contra de las potencias economicas interna-cionales, ereo yo, y ya que hablamos de cosas filos6ficas, intelec-tuales 0 literarias, hay que resistir al AMI, a aquello que dentrodel mercado puede amenazar a cierta creatividad y a cuya resis-rencia puede contribuir un grupo de Estados, pero al mismotiempo quiero conservar el derecho y la posibilidad de criticarcierta prerrogativa estatal en nombre de podcres universales, in-ternacionales, de creaci6n 0 de circulaci6n. Ya que estamos atra-pados en unas imperativos contradictorios, la respuesta buena nopuede tener una forma general, inamovible y estatica. Es precisoreinventarla. No puedo separar 10 que usted denomina el pens a-miento de la invenci6n singular, de la responsabilidad tornadapor cada cual a su ritmo (la cuesti6n del ritrno es importante, csnecesario, en efccto, tomarse el tiernpo para pensar y para leer).Puesto que digo libro, quiero ser a la vez de los que rnilitan afavor del libro, del tiernpo del libro, de la pervivencia de la lectu-ra, de todo 1 0 que Ia vieja civilizacion del libra ordena, pero alrnismo tiempo no quiero defender e1libro contra todo tipo deprogreso tecnico que pareciese amenazar al libro. Quiero hacerlas dos cosas a la vez: estar a favor del libro y de los medios decomunicaci6n, de impresion, de distribucion, de intercambio queno dependen simplemente del libro, y estes son numerosos. En-tre ambos, me gustaria tratar de inventar una estrategia singular.Pr.: -2N 0 encuentra usted que los datos del mundo politico sinembargo han cambiado profundamente, que las lineas de separa-(i(>l1practicamente se han desmoronado, que vemos surgir nue-vas formas de idenrificacion vinculadas con cl consurno rnasivopor cjcmplo? 2Las form as de pcrdida de identidad originaria y dercconstrucciones en forma de guctos no son acaso un riesgo para11I1t'SITO p orv cn i r?

    Fs C0ll10 si itlvi,:S['IlHIS que vrruoslas con tina forma de des-ilTl'i(oriali'/:lli,"11 dc! ilrdividllll", jli'r[l 1 ,1 qur csr.i en juego cs casiIILis 1111;1 \[1( ...111,11 ,II' (""1,1111'1, t il ' / '' .\ ', hi;, y, p()r l 'o llsigllicntc , cs'.1.'01 1111:1 1l111V .1 Jill 111.1 dIIIIOJIIII",lt, 'I'll' I I . I V !jlli' VidVI'I" ;1 Pl'IlS;I!'.Ik ;1111 L t tlIII' lt1I.lof d(' 1 .1 " 1 1" ,1 '. 1, 11 < ],1" IJliI' (,., 1'1 ,'I I.il P('Il~;lr,

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    J. D.: -La gue se esta preparando a un ritmo incalculable, deuna forma a la vez muy lenta y muy rapida, cs par supuesto unnuevo hombre, un nuevo cuerpo del hombre, una nueva rclaci6ndel cuerpo del hombre con las maquinas. Ya se percibe dichatransformaci6n. Cuando hablo de las maquinas, me rcfiero tantoa las maquinas de signos como a las rnaquinas de movimiento, dedesplazamiento. La situaci6n erecta es incluso la que cambia, elsusodicho hombre esta atravesando una zona de gran turbulen-cia. Aqui, una vez mas, no tengo ninguna respuesta unilateral.T a dos 105 e lementos de esta mutaci6n que esta en eurso me danmiedo y, al mismo tiempo, me parece que tienen que ser bienve-nidos y afirmados.

    Lo que tengo que haccr en este caso es eonfesar, declarar,haccr manifiesta de la forma mas formalizada posible, esa eontra-dicei6n de mi desco. Les tengo carifio a las formas existentes 0heredadas de la condici6n humana, del cuerpo del hombre, de 10que Ie resulta cercano, de su rclaci6n con 1 0 politico, con lossignos, can cl libro, can 10v iviente y, al rnisrno tiempo, no quierodecirle no a todo 10 que viene del porvcnir, Tanto si se trata de1 0 viviente, de pr6tesis, de injertos, de genom a, de toda la aven-tura gcnetica, como si se trata de la tecnica, de la tecnologia decomunicaci6n, de los media que transforman profundamente elespacio publico y politico.

    He de reconocer que, tornado de esa forma, 10 que digo escontradictorio, pero no veo por que tendria que renunciar adicha contradicci6n. Vivo en esa contradicci6n, es incluso 10 quepermanece mas vivo en rni; por consiguiente, la declaro. Yafiadoque si hay que asumir alguna respansabilidad, que tomar algunadecisi6n, csras han de ser tomadas a traves de esta tension contra-dictoria. Si se, si creo saber que hay que agarrarse al pasado, 0que hay que precipitarse soltando el lastre del pasado hacia lasnuevas formas de 10 viviente, de la organizaci6n social, del espa-cio publico, de 1 0 geopolitico, ya no hay que asumir ningunaresponsabilidad, sc 10 que hay que hacer, tengo respuestas yalistas a la pregunta "h6mo?, En ese momenta es cuando deja-mos hacer; y, por 10 dernas, eso es 10 que se hace a mcnudo.

    Para asumir rcsponsabilidades es preciso cv n lunr los ricsgosen cada situacion, Par poner un ejcrnplo s C llc ill o ) ' l id~, 111.1111('11["(;cercano, ircc listed que ell mi cns.t voy ;] 1('11('1 'lIlt'

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    J. D .: -Cuando se pierden los puntos de referencia ...P r,: - .. , ya no hay horizonte.J . D .: -" , Volverernos a hablar del horizonte dentro de un mo-menta. Si uno inventa una referencia s610 para uno mismo, allfdonde las referencias del mundo estan borrosas a son irreconoci-bles, no se hace nada. La que hay que hacer es proponerselas aotros, en todo caso hacer que esos puntos de referencia sean iden-tii i'tables y acreditados por otros, En eso es en 10 que todos esta-mos comprometidos, cada cual a su man era. Cuando se cscribe,cuando se ensefia, cuando se habla, se les esta proponiendo a orrosun nuevo punto de referencia, un nuevo contrato, una nueva inter-pretacion, y ya esta, EI otro es quien tiene que contestar 0 no.

    La cuesti6n del horizonte es una gran cuesti6n filos6fica. Meobstino en recordar, en contra de la gran tradici6n ontologica, fe-nomenologica del discurso sobre e1horizonte segun la cua1 todose anuncia en un horizonte [finite 0 infinite], que 10que llega no10hace sino alIi donde no hay horizonte ni anricipacion. Cuandoun acontecimicnto llega es porque el fondo sobre el que se destacaya no esta ahi. Cuando hay un horizonte sobre cuyo fondo puedodeterminar 1 0 que lIega, en ese mom ento 10que llega es secunda-rio, previsible, programable, etc. , y, par consiguiente, nada llegade verdad. La ausencia de horizonte es la coridicion del aconteci-miento, Es cierto que, hoy en dia mas que nunc a, 10 que parecesustraersenos es ese horizonte hist6rico de la fi losoffa y de losfilosofos de 1ahistoria como 1 0 ultimo de 1 0 que nos podemos fiar.

    Quiza 1 0 que sucede es que algo inaudito esta llegando y ~qucse puede desear que sea mejor? La ausencia de horizonte damiedo, pero es tal vez la condici6n para que algo inaudito lIegue.Ese algo puede ser la muerre, como siempre.

    Negar que el plus que ha de venir pueda siempre ser 1 0peor 0 la muerre es la forma ultima de la denegacion, No digoque yo escape a esa denegaci6n, pero cuando pienso, pienso quees una dcnegacion y, por consiguiente, trato de no encerrarmcdemasiado en ella, esto es, que voy a morir, por ejernplo, () quevamos a morir.

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    A CO~AZON ABIERTO

    Pr.: -La cuesti6n de la muerre queda esbozada entre Iineas en sutrabajo y es una forma de horizonte de sus pensamientos. Vuelveusted a hablar de ella en uno de sus textos mas recientes, De-meure, en torno a un texto de Maurice Blanchot, El instante demi muerte; y 10que es curioso es que ese horizonte de la mue:tees un lugar pero tarnbien es una especie de imperativo caregoricode deber sobrevivir.J. D.: -Demeure es un verbo fra.nc~s.de una multiplicidad ,extre-rna. Originariamente, demeurer significa posp~ner para m~~ade-lanre, designa 10 diferido, la demora dctermmada, tarnbien e~terminos de derecho, La cuesti6n del retraso siempre me ha tent-do ocupado y no opondre el sobrevivir a la ~~erte. ~e llegadoinc1uso a definir el sobrevivir como una posibilidad diferente 0ajena tanto a la muerte como a la vida, como u? concepto orig~-nal, El sobrevivir es un conccpto que no se denva. Hay supervi-vencia desdc dmomenta en que hay huella; dicho de otro modo,el sobrevivir no sup one una alternativa a la muerte 0 al vivir. Esotra cosa. No se si sobrevivir es un imperative categorico, creeque es la forma rnisrna de la experiencia y del deseo irrenuncia-ble. Sobrevivir es irrenunciable inc1uso a traves de la muerte 0 atraves de la experiencia de la anticipacion de la muerte, en cuaL-quier caso todo 10 que me ha podido retener a traves de t~ntos ytantos textos sobre la muerte no ha sido nunca contrano a lavida. jarnas pude pensar el pensamiento de la muerte 0 la aten-cion a la muerte, incluso la espera 0 la angustia de la muertecomo algo distinto de la afirmacion de la vida. Se trata de dosrnovimientos que, para mi, son inseparables: una atenc!6n entodo momenta ala inminencia de la muerte no es necesanarnen-te triste, negativa 0 mortifera, sino por el contrario, para mi, lavida misma, la mayor intensidad de vida.Pr.: -~La articula usted con la cuestion del placer y del deseo?]. D .: -Sill dlld;!, No imagine un deseo que nazca 0 se alee si nocs a partir d(' L ! ('xll!'ri('lltil (k Ia mucrtc posible. Es 1 0 mismo. Pordccirio en Inl1lilln', dlll',")!; I' invtmcs, no pienso nunca en la11111('1'1\';11](41(}III" "II I,,', nll1l1l1"lIl(l~; d( ' klil'idad, de placer 0 deilll('II.~(l d(':,('(l,

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    Pr.: -Sin embargo, usted inscribe siempre el placer en el registrode 10 indccidible. Pienso especialmente en L a t ar je ta p os ta l, endon de evoca usted esa relaci6n con el placer. Para usted hay unaespecie de confrontaci6n.J . D .: -Dudo en utilizar ahora esa palabra de indecidible, por-que con demasiada frecuencia se la ha interpretado, de modoridiculo, como paralisis, duda, neutralizacion, de forma negativa.Para.rnf, 10 indccidible es la condici6n de la decisi6n, del acontc-cimiento, y puesto que habla usted del placer y del deseo, esevidcnte que si yo supiese y pudiese decidir de antemano que elotro es efectivamente el otro identificable, accesible al movimien-to de mi deseo, si no hubiese siempre el riesgo de que el otro noestuviese alii, de que yo me confunda de direccion, de que mideseo no llegue a su destino, de que el movimiento amoroso quedestino al otro se extravie 0 no ericuentre respuesta, si no hub ie-se ese riesgo marcado por la indecidibi lidad, no habrfa deseo. EIdeseo se abre a partir de esa indeterrninacion, que puede denomi-narse 1 0 indecidible. Por consiguientc, ereo que, 1 0 mismo que lamucrte, la indecidibilidad, 10 que denomino tambien la destine-rrancia, la posibilidad que ticne un gesto de no llegar nunca a sudestino es la condiei6n del movimiento de deseo que, de otromodo, moriria de antemano. Y eoncluyo de esto que 1 0 indecidi-ble y todos los dernas valores que se le pueden asociar son cual-quier cosa menos negativos, paralizadores e inmovilizadores. Pararni, es exactamente 10 contrario.Pr.: -2C6mo imagina hoy en dia su propia muertc? Ha articula-do tambien mueho su reflexi6n con la de la inmortalidad ...]. D.: -No puedo decide como imagino mi mucrte, la imagino detantas maneras ... Gasto tantos recursos de imaginacion, por esclado, que por deceneia no voy a saturar de ese modos sus oidos.Evidentemente, hay formas especialmente recurrentes de esas ima-genes, imagino accidentes de coche 0muertes por ahogo. EIteatrodel suicidio tambicn esta presente, pero de forma incredula, puespienso a menudo en clio pero no creo en mi suicidio. Lo cual IlOme impide representarme constantemente cl esccnario (It-I ~']Ii,idio, dentro de mi caheza ...

    A CORAZ6N ABIERTO

    Pr.: -En 10 que respecta a las cuestiones de porvenir, que no sonlas de la muerte, 2euales son las que usted eonsidera urgentes hoyen dia?]. D .: -Hay urgeneias que me sobrepasan mueho y a las quequerrfa responder; urgencias polfticas par ejemplo, en el sentidoamplio del rerrnino, y luego hay urgencias que son mas singulareso privadas. Me gustarfa, en el tiempo que me queda -quedemucho 0 poco (me dice usted que vamos a hablar del porvenir yno de la muerte, para mi es 10 mismo, no porque me hago mayor,sino que siempre me ha pasado 10 mismo, puesto que el porvenires la posibilidad de la muerte)-, pensar y escribir casas que toda-via no he po dido pensar 0 escribir. Mas especfficarnente, megustana escribir con unas formas 0 unas experiencias de la len-gua, de la frase 0 de la puesta en el texto con las que suefio desdehaee tiempo y que nunca he podido poner a prueba ya sea pordesfalleeimiento 0 impoteneia personal, ya porque, al ceder de-masiado a otras urgencias precisamente, he retrasado el momen-to de encerrarme con ese experimento de escritura. Ello implicaun retiro del que todavia no he sido capaz hasta ahara. Evidenre-mente, cuando hablo de experimento de escritura, no se trata deunos ejercicios formales en una pagina: un experimento de escri-tura para rni cs total, es el de la vida. As! que tal vez sea un pocotarde, pero es 1 0 que me parece mas urgente, aunque retrase esaurgencia, se trata sicmpre de la forma de la urgencia: pensar yescribir , haeer que, por media del pensamiento y de la escritura,llegue algo que hasta ahora se ha anunciado quizas pero jarnas seha mostrado como tal.P r.: ~ ... (que usted designarfa como?]. D .: -iSi pudiera designarlo, ya cstaria hccho ' Eso no tienenombre, con frccueneia doy apodos, en todo 10 que he tratado decscribir hasta ahora hay apodos, pseud6nimos, rnetonimias deesa cos.t '[lIl' rxpr ro ()qlle qucrria provocar, 0que espero que meprOVOljIH.Pno, por tllfinici()ll, no posco ni el dominio ni elcontrol lk ... 11 .. ' )1 11'1, . . 1. IIW11(I'.:n:i. Ya V(ITlllOS.Fr.: '1':1111111"1111.11' lilLI' 111'.111111 '111" I"" 1 \'1.1110 1H'1I10S .ihordu-do Y!Jill' ('~, I.I,k ' ,1111111111111111\ I II ', 1 '011111)1111' . '111

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    sus trabajos y su reflexi6n. Todo este espacio es relativamentedesconocido en Francia: ~que es 10que haec singular esa acogidaque se le ha otorgado a usred desde finales de los afios serenta enEstados Unidos, pero asimisrno en Italia y en otras partes?]. D .: -No insista demasiado en los Estados Unidos porque setrata [en 1 0 que ami respecta] de un enorme prejuicio que se man-tiene en Francia. La acogida (que, por supuesto, no puedo negar)es api muy contradictoria porgue tarnbien hay muchos rechazos,una guerra en torno a mf y a unos trabajos con los que se measocia y, por otra parte, en paises que no tienen nada gue ver conEstados Unidos la acogida es a veces mas generosa.

    La singularidad reside tal vez en este hecho: a pesar de que10 que escribo y ensefio esta ligado en cuerpo y alma con elidioma frances yean el idioma menos traducible, a pesar de queescribir de forma bastante idiornatica con el fin de hacer que latraducci6n sea mas dificil es incluso una regia que yo me day ami mismo, sin embargo, la lectura en el extranjero, Iejos dedescorazonarse por ello, resulta por el contrario tanto mas in-tensa. Con los traductores de todos los paises es con los quemejor me entiendo, con los que mejor trabaja. Una de las casasmas singulares y mas dificiles de pensar para todo el mundo esla siguiente: h6mo es que 10 mas intraducible es 10 que mas setraduce y 10 que atraviesa mas fronteras? Esto puede explicarsepor todo tipo de razones: un analisis politico no bastaria, peroes no obstante indispensable para dar cuenta de este fenomeno;quizas el psicoanalisis, el interes por Ia tecnologia, 10 que COr1-cierne a la academia, a la instituci6n sean otros elementos derespuesta, puesto que esos problemas tienen sus analogias entodos esos paises.Pr.: -La que pasa en los paises del Este, poco acostumbradoshasta ahora a nuestro modo de reflexion y que, por razoneshist6ricas 0 politicas, no han tenido la misrna formaci6n para laref1exi6n filos6fica, es interesante. A usted le han llamado a esospaises, ~guc Ie pedian?J. D.: -Ha pasado 10mismo can Sudamerica, Espana, Crccia 0Sudafrica. Resulta que sicmpre he ido a l l f dcspucs de 1111 priuci-pio de dcruocrarizncion, en sitll;tciollCS en las qu;: ( .J jl.li', ,t ,".1.

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    f?rJ_na todavia muy biblico-cristiana de la confesi6n, del arrepen-ttrrnento, del perd6n. Todo esto esta por pensar como una in-mensa s~cuencia, no homogenea pero que sf riene cierta unidad yque define el periodo de despues de la guerra.

    No hay corpus, sino una dispersi6n de textos, de discursos, depersonas que rcclarnan distintas modalidades de herencia. La ex-periencia de la herencia es fundamental, pero Ia palabra conlleva amenudo connotacioncs piadosas 0 edificantcs que tambieri me re-

    A sultan sospechosas. !al vez haya que encontrar otra palabra. Hayp~so de una generacion a otra, de un lugar a otro un envite: trans-- . . . . ]miston y envite.Pr . : -Sf, pero esa cuesti6n de Ia herencia para un fil6sofo 0 un~e?sador se plante a no obstante de una forma muy eoncreta; hayfdos_ofos que crean escucla, por 1 0 tanto, piensan en su hereneia,en fin, en 10 que dejan.]. D.: -Sf, s~emprc se puede pensar en clIo,

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    otro; y vuelta a ernpezar. Par dejar de lado mi humildc caso creoque ~~a ~i~iaci6n siempre es multiple. Una filiaci6n iinica ~o esuna fIl~aC1on,Mas a ,menos multiple, mas a menos enrnarafiada,pew siernpre hay mas de un padre y mas de una madre. SOBRE LA HOSPITALIDAD

    Pregunta: -Emmanuel Levinas ha contado mucho para usted.Usted ha publica do, par una parte, el discurso que pronunci6durante su entierro y, par otra parte, un estudio sabre su obra,que se llama Adios a Emmanuel Leoinas. La que resulta muysorprendente en su relaei6n can Levinas es que este es, antetodo, el fi16sofo del otro, alguien que dice que el otro seguirasiendo siempre otro y que, incluso aunque uno imagine al otrocomo uno rnismo, aunque se imagine al otro igual que uno, sicm-pre hay un residua de alteridad que nunca se podra rodear delredo. Ahara bien, para usted es un punto esencial.i.J. D, : -El de Levinas es un gran pensamiento del otro. He dedecir, antes de tratar de contestar a su pregunta, que actual mentelas palabras otro, respeto del otro, apertura al otro, etc.,cmpiezan a resultar un poco latosas. Hay alga que se torna meca-nieo en cste usa rnoralizante de la palabra otro y, a veces,tambien hay, en la referenda a Levinas, alga que resulta un pocomecanico, un poco facil [y edifieante] desde haee aDOS,Me gusta-ria par eonsiguiente, en nornbre de ese pensamiento dificil, pro-rcsrar contra esa facilidad,En nombre de un pensamiento del otro, es dccir, de la irrc-ducribilidad infinita del otro, Levinas ha tratado de volver a pen-sar toda la tr adicion filosoficn. Rcfiricndose can una perseve-r.uuia, con una insisn-ucin ll'll:lZ, :laqucllo que en el otro siguesi(,lldu inccluctiblc, l'S dn"II", inl illil.111]('111(' otro, ha cucstionado yd('spL r/,ado In qllL' 111'1111111;11,11.1 tJllttJiol',i;L l{('ilallliz() L1 onrolo-

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    gia, a saber, un pensamiento que, en nombre del ser, como 1 0mismo, terminaba siempre reduciendo esa alteridad, desde Pla-ton hasta Hcidegger; asimisrno contrapuso a esa ontologia aque-110 que denornino a su manera la rnetafisica 0 la filosofta pri-mera, y esa reestrucruracion de la filosoffa extrae todas susconsecuencias de la trascendencia infinita del otro. Dcsde estepunto de vista, su relaci6n con la historia de la filosofia era com-pleja porque, en cierto modo, a partir de una tradicion judaica yde una rcinterpretacion de la fenomenologia, hizo que la tradi-ci6n se tambalease, al tiempo que marc6 unos puntas de anclajeimportantes: se opuso ala fenomenologia pero refiriendose a undeterminado Platen que hablaba de do que esta mas alla del ser,conservando cierta fidelidad a Descartes, cs dccir, a la idea deinfinite que precede en mi a toda finitud.

    Levinas tenia, pues, una relaci6n de fidelidad infiel con Iaonrologfa, y esto ha convertido su pensamiento en una de lasmayores sacudidas de nuestro tiempo. Se trata de un pensamien-to que me ha acompaiiado durante toda mi vida adulta. Natural-mente, ha habido cxplicaciones, comienzos; quizas, si no des-acuerdos, al menos desplazamientos que me han mantenidosiempre en vilo.Pr . : -2Nos puede explicar como es que esa distancia infinira conel otro, ese no-saber irreductible acerca del otro, es para Levinasun elemento de la amistad, de la hospiralidad y de la justiciarJ . D .; -Refiriendonos al simple senti do cormin -par as! decir-10-, no puede haber amistad, hospitalidad 0 just icia sino ahidon de, aunque sea incalculable, se tiene en cuenta la alteridad delotro, como alteridad -una vez mas- infinita, absoluta, irreduc-tible. Levinas recuerda que e J lenguaje, es decir, la referencia alotro, es en su esencia amistad y hospitalidad, Y , por su parte,estes no eran pensarnientos faciles: cuando hablaba de amistad yhospitalidad, no cedia a los buenos sentimienros,Pr . : -Dicho eso, el terrnino de hospitalidad no es tan claro comoparcce, y usted mismo 10explica remontandose a su gencalogia,sabre todo can los analisis de Benveniste. Me da la imprt-sion deque Levinas trata de rompcr con una concepcion po.,;ihll d., I ahospiralidad, que 1 0 vincula COil l u i ps ci d. ] , I'~ t I , , II. ,.'11 1.1

    SOBR~ LA HOSPITALIDA()

    concepcion de 1 0 mismo, del S1 misrno hospitaiario que cobrapoder sobre el otro.J. D .: -La hospitalidad, en el u sa que Levinas h,a,ce de este ter-mino, no se reduce simplemente, aunque ta~blen 1 9 sea, a laacogida del extranjero en el hogar, en la propia casa de uno, ensu nacion en su ciudad. Desde el momenta en que me abro, .doyacogida): -por retomar el rermino de L~vina.s- a la alteridaddel otro, ya estoy en una disposicion hospitalana. Induso la gue-rra, el rechazo, la xenofobia implican q.ue tengo gue ve~ con elotro y que, por consiguiente, ya estoy abierto al otra. El cicrre noes mas que una reacci6n a una prnnera aper.tura. Desd~ estepunta de vista, la haspitalidad es primera. Dccirquc es p~lmerasignifica que ineluso antes de ser yo mismo y quren soy, I p s e : ,espreciso que la irrupci6n del otro haya instaurado esa relacionconmigo mismo. Dicho de otro modo, no pued~ tener rela-cion conmigo mismo, can mi estar en casa,. mas q~e en ~amedida en que In irrupcion del otro ha precedido a rru pr.opiaipseidad. Par eso, en la trayect~ria de Levinas que trato e.n clert~modo de reconstruir en ese librito se parte de un pensamlento dela acogida que es la actitud primera del yo ante el o~ro; de unpensamiento de la acogida a un pensamlento de l rehen. Soy encierto modo el rehen del otro, y esta situaci6n de r ehen en la queya soy el invitado del otro al acoger al o~ro e~ ,filcasa, ~n la quesoy en mi cas a el invitado del otro, cst~ situacion de re,hen def inemi pro pia responsabilidad. Cuando dl~O

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    s610 del respeto del otro. El respeto de la persona human a no espara Kant sino un ejemplo; la persona humana no es sino uncjcmplo de la ley que he de respetar. Para Levinas la nocion derespeto, antes de ser un mandamiento, describe la situacion dedistancia infinita de la que hablabamos: el respeto es la mirada, lamirada a distancia. Y, como sabe, Levinas redefine a Ia persona,al yo y al otro como rostros. Lo que denomina el rostro, a la vezen la tradici6n judaica y segun una nueva tcrminologia, tienederepho al respeto. Desde el momento en que estoy en relaci6ncon el rostro del otro, en que hablo al otro y en que escucho alotro, la dimensi6n del respeto esta abierra. Despues resulta pre-ciso, naturalmente, hacer que la ctica csre en consonancia con esasituaci6n y que rcsista a todas las violencias que consisten en repri-mir el rostro, en ignorar el rostro 0 en reducir el respeto.Pr.: -Hay otro terrnino que usted analiza en esa obra sobreLevinas: se trata del terrnino "paz. Y el concepto de paz, a suvez, 10 mismo que el de hospitalidad, es primero..J . D.: -Digamos que para ella paz cs primera, 10 mismo que lahospitalidad y la amistad; es la estructura misrna del lenguajehumano. Esto no exc1uye la guerra, y Levinas parece aceptar quela guerra pueda tener lugar. Cuando opone el Estado de David alEstado de Cesar, acepta dicha eventualidad. Esta en relaci6n decontradiccion 0 de quiasmo con la posicion kantiana: para Kantel estado ariginario de las relacioncs entre los hombres, el estadonatural, cs una relacion de guerra. Par eso, la paz debe ser unainstitucion, debe ser construida como un conjunto de artificios,de proyectos culturales en cierro modo, propiamente politicos,para reducir esa hostilidad originaria.

    En Levinas ocurre en cierro modo 10 contrario: se trata dedar gracias a una paz primer a, de reconoeer esa paz primer a paratratar, a veces a traves de la guerra, de tender hacia una paz encierto modo escatologica, Es un gesto a ia vez diferenre del deKant y, al mismo ticmpo, analogo, ya gue Kant tarnbien quiere, atravcs de la instirucion -las instirucioncs de paz universal, lostratados de paz universal por ejemplo-, recuperar una hospira-lidad universal. Kant explica gue, aunque hay a un estado dr' )'.11l"rra en la naturalcza, cI dcrceho natural implica ]a hmpIl.lltd,lduniversal: los homhrcs n o pucdcn di:->]1ns;H'sc dt I Ul lIl .1 1 111 11 11 1, 1

    ,SOBRE LA HO$PITALIDAD

    sobre la superficie de la tierra y deben, par consiguiente, cohabi-tar. Y sobre la base de este derecho natural es sobre el que debenconstruirse las eonstitueiones.

    En ambos casos hay, pues, en el horizonte de la historia, unapaz universal y perpctua. En este punto Kant y Levinas, comoocurre a menudo, se vuelven a encontrar a traves de los quiasmos,Pr. : -Cuando usted trabaja sobre 1 0 politico, 1 0 haee con fre-euencia para inquietar los conceptos tradicionales: pienso espe-cialmente en el concepto de cosmopolitisrno, 0 en el de toleran-cia, que usted considera insatisfaetorio y que, sin embargo, fuemuy importante para la Ilustracion, pero que hoy en dia no bas-ta; en el concepto de fraternidad, que tarnbien eritiea usted, dadoque este enfanga una determinada democracia por venir.

    Me gustarfa que nos hablase de esa forma de inquietar un asconceptos demasiado tradicionales.J. D.: -Se trata, en efecro, de tres nudos esenciales, Por supues-to, invito a que hay a mas eosmopolitismo. El titulo iCosmopoli-tas de todos los paises..., un esfuerzo mdsl , que esta jugando conSade y con Marx, guiere decir que todavia no somos suficicn-temente cosrriopoliras, que hay que abrir las fronteras; pero almismo tiempo el cosmopolitismo no basta. La hospiralidad queestuviese simplernenre regulada por el Estado, por la relaci6n conunos ciudadanos en cuanto tales, no pareee bastar. La prueba, laterrible experiencia de nuestro siglo, fue, sigue siendo, el despla-zamiento de poblaciones masivas que ya no estaban eonstituidaspor ciudadanos y para las cuales las legislaciones de los Estados-naciones no bastaban, Por consiguiente, habria que ajustar nues-tra etica de la hospitalidad, nuestra politica de la hospitalidad, aun mas alla del Estado y, por 10 tanto, habria que ir mas alla delcosmopolitismo. En una lcetura de Kant trato de sefialar hastaque punto el cosmopolitismo universal de Kant es algo notablehacia 1 0 cual hay que tender, pero que tarnbien hay que saberrransgrcdir.

    En 1 0 ql ll' ,' 1111 , irru :1 l.i rolcruncia, i ntcntc mostrar, en unanour.i, h:I~;LIlilli' 111111111 ('I ,'IIIHTP1() de rolcrancia, por cl cual,';1('1110 rl 1l1.1}'111 I' "111'1". 11.1I111.1I11\(llli, COIII() Indo cl m undo,l'stah.1 1l1.1\( .Idtl 1"11 1"',11'\1"', I1"1"I" 1111011'111':111, pOl ' jcmplo enYtlh.IIIT, )1111 1111,1 11,lIh, 1'111111'.11.111.1 ' ,,' 11,11.1 d., 1111' IIII'I'pH

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    cristiano, respetable en ese sentido, pero quiz as insuficiente convistas a la apertura 0 a la hospitalidad para con unas culturas 0dentro de unos espacios que no esten simplemente dominadospor un pensamiento cristiano. Lo mismo dirfa en 1 0 gue respectaala fraternidad. Siento el mayor respeto por la fraternidad, es ungran motivo del lema rcpublicano, a pesar de que, durante larevolucion, surgieron muchos problemas para hacer que se acep-tase la fraternidad, que se consideraba demasiado cristiana. EnP o lttjc as d e L a a mis ta d he intentado mostrar hasta que punto elconcepto de fraternidad rcsultaba inquietante por varias razones:en primer lugar, porque enraiza can la familia, con la genealogia,con la autoctonfa; en segundo lugar, porgue se trata del conceptode fraternidad y no de sororidad, es decir, que subraya la hege-monia masculina. Por consiguiente, en la medida en que convocaa una solidaridad humana de herman os y no de hermanas, debeinspirarnos algunas preguntas, no necesariamente una oposicion,No tengo nada en contra de la fraternidad, pero me pregunto siun discurso dominado par cl valor consensuado de fraternidadno arrastra consigo unas implicaciones sospechosas.Pr . : -En su libra sobre la hospitalidad usted no deja de explicarque hay una ley incondicional de la hospitalidad ilimitada, perocuando se hace entrar dicha hospitalidad ocasionalmente dentrode las leyes y de 10 jurrdico, por 10 tanto, dentro del derecho,estamos dentro de alga limitado, en el orden de los derechos y delos deberes tradicionales. Ahara bien, entre las leyes que farzo-samente imponen limires a la hospitalidad y la ley gue es for-zosamente ilimitada, hay que tratar de encontrar algo que dejuego y una manera de intervenir,J. D.: =-Ese juego es ellugar de Ia responsabilidad. A pesar deque la incondicionalidad de la hospitalidad debe ser infinita y,par consiguiente, heterogenea a las condiciones legislativas, poli-ticas, ctc., dicha heterogeneidad no significa una oposici6n. Paraque esa hospitalidad incondicional se encarne, para que se tomeefectiva, es preciso que se determine y que, por consiguiente,de lugar a unas medidas practicas, a una serie de condiciones y deleyes, y que la legislacion condicional no olvide el i mp cr. uiv o lll lah osp ira lid ad a l q ue sc rcfic rc . I H ay nh i hctero)',(IJ(ldoid .ill "I'o,;jCil\lI, hCltTogl'lH'id:HI (. illdis(lci:tbililbd.1

    , SOBRE LA HOSPITALlDADPar eso, es precise que distingamos constante