Periódico Juvenil "Círculo de Dios". No. 42

Agosto - Octubre, 2012 www.circulodedios.blogspot.com Guatemala

Año VI - Edición 42

Que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación

con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza

para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero.

• Círculo de Dios - Guatemala, Octubre 2012 2

de la llamada universal a la santidad, que como tal concierne a todos los cristianos (cf. Const. Lumen gen-tium, 39-42). Los santos son los ver-

daderos protagonistas de la evange-lización en todas sus expresiones. Ellos son, también de forma particu-lar, los pioneros y los que impulsan la nueva evangelización: con su in-

tercesión y el ejemplo de sus vidas, abierta a la fantasía del Espíritu San-

to, muestran la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes o incluso hosti-les, e invitan a los creyentes tibios, por decirlo así, a que con alegría vi-van de fe, esperanza y caridad, a

que descubran el «gusto» por la Pa-labra de Dios y los sacramentos, en particular por el pan de vida, la eu-caristía. Santos y santas florecen entre los generosos misioneros que anuncian la buena noticia a los no cristianos, tradicionalmente en los

países de misión y actualmente en todos los lugares donde viven perso-nas no cristianas. La santidad no conoce barreras cul-turales, sociales, políticas, religiosas. Su lenguaje – el del amor y la ver-

dad – es comprensible a todos los hombres de buena voluntad y los acerca a Jesucristo, fuente inagota-ble de vida nueva.

La apertura del Sínodo de la Nueva Evangelización fue realizada por Be-nedicto XVI el siete de octubre y fi-

nalizará el domingo 28.

“La Iglesia existe para evangelizar. Fieles al mandato del Señor Jesucris-to, sus discípulos fueron por el mun-do entero para anunciar la Buena Noticia, fundando pro todas partes las comunidades cristianas”. Bene-

dicto XVI Te presentamos extractos de la Ho-milía de la Misa de inicio del Sínodo de la Nueva Evangelización.

Benedicto XVI: Quisiera ahora reflexionar breve-

mente sobre la «nueva evangeliza-ción», relacionándola con la evange-lización ordinaria y con la misión ad gentes. La Iglesia existe para evan-gelizar. Fieles al mandato del Señor

Jesucristo, sus discípulos fueron por el mundo entero para anunciar la Buena Noticia, fundando por todas partes las comunidades cristianas. Con el tiempo, estas han llegado a ser Iglesias bien organizadas con numerosos fieles. En determinados

periodos históricos, la divina Provi-dencia ha suscitado un renovado di-namismo de la actividad evangeliza-

dora de la Iglesia. Basta pensar en la evangelización de los pueblos anglo-sajones y eslavos, o en la transmi-

sión del Evangelio en el continente americano, y más tarde los distintos periodos misioneros en los pueblos de África, Asía y Oceanía. ...Una de las ideas clave del renova-do impulso que el Concilio Vaticano

II ha dado a la evangelización es la

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Papa inicia el Sínodo de la Nueva Evangelización: "La Iglesia está para

evangelizar"

En las próximas ediciones te presentaremos los documentos conclusivos del Sínodo de Obispos “Nueva Evangelización”. ¡Está atento de la información!

PORTA FIDEI La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. El Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados

(cf. Hch 5, 31). Para el apóstol Pablo, este Amor lleva al hombre a una nueva vida: «Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva» (Rm 6, 4). Gracias a la fe, esta vida nueva plasma toda la existencia humana en la novedad radical de la resurrección. En la medida de su disponibilidad libre, los pensamientos y los afectos, la mentalidad y el comporta-miento del hombre se purifican y transfor-man lentamente, en un proceso que no termina de cumplirse totalmente en esta

vida. La «fe que actúa por el amor» (Ga 5, 6) se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la vida del hombre. La fe sólo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que abando-narse, en un in crescendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios. Confiemos a la Madre de Dios, proclamada «bienaventurada porque ha creído», este tiempo de gracia.

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San Juan de Ávila vivió en el siglo XVI. Profundo conocedor de las Sagradas

Escrituras, estaba dotado de un ardiente espíritu misionero. Supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la huma-nidad. Hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica. Se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concen-trando sus esfuerzos en mejorar la forma-ción de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia.

Hildegarda de Bingen. La polifacética santa del siglo XII, nueva Doctora de la Iglesia.

San Juan de Ávila: gran predicador, patrón de

sacerdotes españoles y Doctor de la Iglesia

¿Qué es un doctor de la Iglesia? El mayor reconocimiento que el Papa pue-de otorgar a un santo es el de “Doctor de la Iglesia”. Con este título los reconoce maestros para los católicos de todos los tiempos. Son personajes que han influido especialmente en la teología y han permi-tido un progreso relevante. Hay poco más de 30 doctores de la Igle-sia. Juan Pablo II nombró sólo uno y Pa-blo VI, dos. Para ser doctor de la Iglesia hay que reunir tres difíciles condiciones. “La primera es la santidad de vida. Tiene que ser un santo canonizado. La segunda es que su vida y doctrina sean ortodoxas. La tercera es la “doctrina eminente”, cuali-ficada. Debe aportar algo, profundizar una o varias verdades de fe”. En ocasiones, el Papa les concede además un título. Por ejemplo, San Alberto Magno es “Doctor Universalis”; Santo Tomás de Aquino, es “Doctor Angélico”; y Santa Teresita de Lisieux, es “Doctor Amoris”. Para poder nombrarles, la Congregación para la Doctrina de la Fe; y la de las Cau-sas de los santos, examinan la teología del candidato. Luego, lo proponen al Papa, que tiene la última palabra. Actualmente el Vaticano está estudiando la vida y obras de varios santos para ver si pueden ser nombrados doctores de la

Iglesia. “Santa Juliana de Norwich, una mística inglesa del siglo XIV. También Verónica Giuliani, San Juan Bosco, Luis María Grig-non de Monfort, San Ignacio de Loyola y otros”. Con el nombramiento de San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Bingen, la Iglesia católica tiene 35 doctores de la Iglesia.

Doctores de la Iglesia

Santa Hildegarda de Bingen, importante figura femenina del siglo XII, ofreció una preciosa contribución al crecimiento de la Iglesia de su tiempo, valorizando los do-nes recibidos de Dios y mostrándose una mujer de viva inteligencia, profunda sensi-bi l idad y reconocida autoridad espiritual. El Señor la dotó de espíritu pro-fético y de intensa capacidad para discer-nir los signos de los tiempos. Hildegarda alimentaba un gran amor por la creación, cultivó la medicina, la poesía y la música. Sobre todo conservó siempre un amor grande y fiel por Cristo y su Iglesia.

En palabras de S.S. Benedicto XVI

San Juan de Ávila Santa Hildegarda de Bingen

En palabras de S.S. Benedicto XVI

El 7 de octubre con ocasión de la apertura del Sinodo de la “Nueva Evangelización”, el Papa Benedicto XVI proclamó a San Juan de Ávila (Español) y a Santa Hildergarda de Bingen (Alemana) como doctores de la Iglesia Católica. Y los colocó como ejemplos en la Iglesia dando un nuevo impulso para anunciar la Buena Noticia.

Fuente: RomeReports.com

sidad así como en la Iglesia”. Las armas que lo mantuvieron firme en su fe en la universidad, jugando al futbol y en todo lo que hacía fueron constantes y muy fuertes; ir a Misa cada domingo y rezar el Rosario en soledad.

Ante cualquier tentación o cualquier activi-dad que se presentaba en su vida durante esos años de universidad y de vida en Chile, Chase siempre recordaba que pri-


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Este seminarista, tan humano como todos, antes de decidir ser sacerdote tuvo un interés más grande que cualquier otra cosa; el fútbol. Este lo apasiona hasta la fecha y siempre fue una opción muy gran-de a futuro. Tuvo éxito en su infancia, aún más en la universidad y este dio frutos

llevándolo a jugar en Chile durante 4 años. Su familia es católica, así que desde pe-queño creció participando en la Iglesia como monaguillo, y afirma que “los semi-naristas tienen un seminario previo que es en casa, donde desde niños nos formamos en la religión y aprendemos a amar a Dios”. Pero Chase dice que en la universi-dad tomó la mejor decisión de su vida, y esta decisión fue la de ser católico. Esta fue la frase que más me impactó en toda la entrevista; él siempre fue católico, nunca negó su religión, pero al entrar a una etapa diferente afirmó lo que es y decidió hacerse testimonio vivo de Dios. “Yo vivía, yo creo que como cualquier otro universitario. Al mismo tiempo sentía fuer-te la llamada de seguir practicando mi fe. Lo veía en mis padres, yo veía que era algo muy importante para ellos, más que todo para mi papá. (…) Y cuando uno ve que él tiene que responder a esa persona que es Dios, uno sabe que realmente hay

algo más grande, que Dios necesita ser alabado.” Yo siempre he sido católica y firme en mi fe. Trato de ser abierta con las demás religiones y me gusta aprender de todo, pero a mi religión en la universidad la he

tratado como una pintura de fondo; soy católica y siempre lo seré, pero hasta es-cuchar a Chase nunca había pensado en la idea de decir “Sí, yo soy católica y mi tes-timonio se hará tan presente en la univer-

Un día de estos en mis vacaciones casi como todos los días a cierta hora, mi abuelita estaba viendo el EWTN y empezaba el programa “Nuestra Fe en Vivo” con la entrevista de un seminarista estadounidense, Chase Hilgenbrinck. Su personalidad y juventud me llamaron la atención, pero su testimonio me motivó tanto que me pareció lógico hacerle justicia siguiendo su ejemplo y además escribiendo sobre él.

*Astrid Roldán Pandillas de la Amistad Soliloquios de mi Mente Guatemala.

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mero es Hijo de Dios, primero es católico y primero es parte de esta familia.

Este es otro consejo que tomé de la entre-vista. ¿Cómo decir que no, a ciertas cosas que nos divierten? Somos jóvenes, tene-mos energía, somos alegres y la vida se nos dio para disfrutarla, pero en todo mo-mento debemos conservar en nuestros corazones el saber que somos Hijos de Dios por encima de todo, que somos cató-licos y que si bien tenemos permitido go-zar de esta vida, nuestra obligación es honrar nuestra fe con cada cosa que ha-gamos. Y más que obligación, veámoslo como un privilegio, el alabar a Dios sin intentarlo, simplemente en el día a día siendo como somos, reflejos de Dios que no fuerzan el testimonio verdadero.

Cuando Chase escuchó en medio de su oración en Chile que Dios le dijo “Be my priest” (Sé mi sacerdote) esta frase cam-bió su vida y tal como él lo dijo, fue algo muy incómodo, no lo quería creer porque no era algo que hubiera considerado se-riamente. Él quería hijos y una familia, y el cambio fue fuerte, pero atendió a la vo-luntad de Dios al darse cuenta de que hacer esto es lo mejor que podía hacer con su vida, escucharlo a Él. En ese momento de su vida, entre el dile-ma de seguir el sacerdocio o continuar

jugando al fútbol, su padre le obsequió un libro que lo impactó grandemente. Scott Hahn, escritor y teólogo apologista católi-co, hablaba de que él verdaderamente deseaba cumplir la voluntad de Dios, él sabía que tenía que cumplirla pero no quería hacerlo aún. “La obediencia que se demora es desobediencia”. Por esta razón Chase decidió dejar su vida atrás, cambiar lo que ya conocía y renovar todo, entre-garse a Dios, su único amor, y dejar que Él se manifestara. Si Dios nos llama a ser religiosos, misione-ros, padres de familia, profesionales, al-truistas, políticos, predicadores, maestros, o lo que sea, hagámoslo con pasión y con amor para Él. Escuchemos atentamente a la voz en nuestro corazón que nos dicta su voluntad. "Después de años de discernimiento, sien-to profundamente que el Señor me ha llamado para convertirme en sacerdote de la Iglesia Católica. Jugar profesionalmente al fútbol ha sido mi gran pasión durante mucho tiempo y me siento bendecido por

haber vivido de manera exitosa este sue-ño. Pero mi pasión ahora es hacer la vo-luntad de Dios, que es querer solamente lo que Él quiere para mí. Es cierto que extrañaré el deporte pero sé que me estoy moviendo hacia algo mucho más grande". Recordemos, “Porque muchos son llama-dos, mas pocos elegidos” (Mt. 22, 14). ¿Qué más queremos como prueba de que Dios nos necesita? Despertamos cada día seguros de su amor, lo encontramos en cada pequeño milagro alrededor, sentimos como jóvenes, un amor tan profundo por Dios (para nada malo pero sí muy inusual), que llena nuestros corazones y nos hace sonreír al pensar en eso. De alguna manera especial conocimos a Dios en el momento preciso. Lo seguimos, lo

adoramos. Pude haberme detenido en la primera respuesta, esa es prueba suficien-te, pero no me pude contener de pensar en las maravillas adjuntas en el gran ne-gocio de amar a Dios. Bien, si sabemos todo esto, es suficiente para apostar la vida por Dios, para darle todo, para ser sus servidores, sus amigos, sus mensaje-ros. No desperdiciemos otra oportunidad más de acudir a su constante llamado sin importar lo que conlleve; cualquier sacrifi-cio requerido y realizado con amor trae consigo infinitas bendiciones más. Prueba de ello es Chase, prueba de ello es cada persona que lo ha hecho y es feliz.

Enlace para ver la entrevista completa: http://www.youtube.com/watch?v=ZQ3v9u1F97k

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DIRECTORIO

Periodismo 100% Católico - Infórmate y Evangeliza

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E D I T O R I A L

Guía Espiritual: Dios todo Poderoso Editor: Pedro Pablo Donis G. Administración: Frank Girón, Byron Fuentes y Judith Torres. Redacción: Padre Manuel Abac, Giovanni Ponciano, Guadalupe López, Astrid Roldán, Carol Paredes, Fray Richard, Danilo Aquino.

Diagramación: P.p Hecho en: Villa Nueva, Guatemala. Teléfonos: (502) 4234-6568 (502) 5943-4195 Correo Electrónico: [email protected]

La Carta Apostólica “Porta Fidei”, donde el Papa convoca el año de la Fe. Nos hace invitaciones especiales a vivir intensamen-te este año. El siguiente mensaje de Su Santidad Benedicto XVI nos hace un lla-mado especial: Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada»: que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garan-tía de un amor auténtico y duradero. Las palabras del apóstol Pedro proyectan un último rayo de luz sobre la fe: «Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más precio-sa que el oro, que, aunque es perecede-ro, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesu-cristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe; la

salvación de vuestras almas». La vida de los cristianos conoce la experiencia de la alegría y el sufrimiento. Cuántos santos han experimentado la soledad. Cuántos creyentes son probados también en nues-tros días por el silencio de Dios, mientras quisieran escuchar su voz consoladora. Las pruebas de la vida, a la vez que per-miten comprender el misterio de la Cruz y participar en los sufrimientos de Cristo, son preludio de la alegría y la esperanza a la que conduce la fe: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte». Nosotros creemos con firme certeza que el Señor Jesús ha vencido el mal y la muerte. Con esta se-gura confianza nos encomendamos a él: presente entre nosotros, vence el poder del maligno, y la Iglesia, comunidad visi-ble de su misericordia, permanece en él como signo de la reconciliación definitiva con el Padre. Confiemos a la Madre de Dios, proclama-da «bienaventurada porque ha creído» este tiempo de gracia.

Del Año de la Fe

La Frase...

El anuncio de la Buena Nueva consiste precisamente en esto: ofrecer

la gracia de Dios al pecador. En la figura de Mateo se hace visible la

paradoja de que, el que aparentemente está más lejano de la

santidad, puede convertirse en un modelo de acogida de la misericordia

de Dios”. Benedicto XVI Audiencia General 20.08.2006

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Querido joven, ¿qué es lo más importan-te? Para un cristiano, o qué lo debería de distinguir?, no puedes dudar al dar tu respuesta, pues es el amor. La tercera de las virtudes teologales, es el mandamiento que Jesucristo dio a sus discípulos en la última cena, en el discurso final, fue su

sueño de oro: “Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado” (Jn. 15, 12). Jo-ven, si tú te quieres identificar con Jesús, si quieres que se den cuenta que sigues al Señor, se va a notar en tu manera de ser, en tu vida llena de amor.

Ahora es bien importante aclarar ¿qué es el amor?, porque hay quienes piensan que amar es tener relaciones íntimas con la persona amada, es más lo justifican y

dicen: “como lo amo, puedo tener relacio-nes íntimas con él o ella”, eso no es cierto quien ama está dispuesto a esperar el momento, a someter sus pasiones; quien piensa primero en sus pasiones y luego en la persona, se ama a sí mismo y no a quien dice amar.

Hay quienes entienden amor, como rega-lar chocolates, peluches, etc. eso está bien pero no queramos entender el amor como dar esas cosas, pues el amor no da cosas se da a sí mismo, es por ello que el amor más grande lo demostró Dios, al dar a su hijo en la cruz, y al seguirse dándose

en cada Eucaristía, ese es amor eterno y solamente puede venir de Dios. La pregunta es: ¿tú das o esperas que te den?, y además, ¿tú das cosas, o eres capaz de darte a ti mismo?. Cuando te piden una ayuda en la casa, tu simplemente lo haces, o lo haces con gus-to, alegría y entrega mostrando que te gusta ser útil en la casa?, cuando te solici-tan colaboración en tus estudios o trabajo,

simplemente lo das o eres capaz de darlo con gusto, alegría, emoción y entusiasmo; cuando en la Iglesia te piden un servicio, simplemente lo haces, o lo prestas con la dicha de haber sido elegido por Dios para colaborar en parte a toda su acción mara-villosa en este mundo. Quien ama entiende que su vida no es solamente cumplir mandamientos, sino asumirlos en su corazón y vivirlos sin rene-

gar, si no con el gusto de quien los ha hecho parte de su vida y una valiosa ayuda para su caminar sobre este mundo. La madre Teresa de Calcuta dice: “hay que amar hasta que duela”, eso quiere decir que el enamorado está dispuesto al dolor, no le importa pues ama a tal punto que está en la total disponibilidad para hacer lo posible para cumplir la voluntad del ama-do. El ejemplo del más enamorado está en la cruz, pues su amor por ti y por mí, por la humanidad entera, por cada mujer y cada hombre lo llevó a dejarse colocar la corona de espinas que destrozaron su frente, a permitir que tres clavos atravesaran sus cuatro extremidades enfrentando un dolor tan denso que algunos crucificados grita-ban desgarradoramente o se desmayaban del dolor, además aceptó que su espalda y cuerpo fueran desfigurados por azotes y golpes, no detuvo gota alguna de sangre dejando que se derramara únicamente por una razón… ¡EL AMOR!

“Nos explica las escrituras y parte

para nosotros el pan”

El mandamiento del Amor

*Padre Manuel Abac Pastoral Juvenil Arquidiocesana Columna de Opinión Guatemala.

“Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” Jn 15, 13


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Son las 23:30 hrs. de un sábado. Regreso con mi esposa y mis hijas de una boda en el sur del país. La carretera está mal ilumi-nada, llena de peligrosos baches y a lo largo de la carretera solo se ven grupos de gente alcoholizada. El auto empieza a hacer un ruido extraño y, al bajarme, veo que un neumático está pinchado. El mal estado de las carreteras había dejado su huella. En el patio de un restaurante, a la orilla del camino, pido permiso para hacer el cambio de llanta. Abro el baúl, bajo algunas cosas y, para mí sorpresa, la

“llave de chuchos” junto con los cables para pasar corriente han desparecido. En algún lugar, alguien, los había robado, para mi mala fortuna, en el peor momento y en el peor lugar. No hay nadie a quien pedir ayuda; no hay autos cerca y los po-cos que pasan no se detienen. Pero, ¡un momento!, ¡claro, mi flamante seguro de automóvil debe funcionar en este caso! Los llamo, y luego de ofrecerme “ayuda” me dicen que llegará alguien a cambiar el neumático… a las 03:30 de la madrugada. ¿Debería extrañarme la mala atención de las aseguradoras?

Empiezo a desesperarme porque la noche avanza y los peligros, reales o imaginarios empiezan a poblar mi mente. ¿Qué pasa-ría si un grupo de delincuentes nos asalta? En medio de mi desesperación, recuerdo la cita de Jeremías 33,3 Llámame y te responderé. No había tiempo que per-der; parado a la orilla del camino, alcé mis ojos al cielo e hice una corta oración:

“Padre, estoy en aprietos y estoy desespe-rado. Ayúdame”. Bajé la vista y vi que un automóvil se acercaba y empezó a dete-ner su marcha hasta pararse frente a mí. ¡Era una patrulla de la policía! La verdad, no sabía si alegrarme o salir corriendo, pero, al detenerse, el policía en tono muy amable y cortés me dijo: ¿Qué le pasa amigo? Al contarle lo sucedido, me dijo: No se preocupe, de inmediato le ayuda-mos a cambiar su llanta. Se bajaron los cuatro policías y la historia tuvo un final feliz. Lo que quiero resaltar y exaltar, es que ¡Mi Padre Celestial escuchó inmedia-tamente mi oración y solucionó mi emer-gencia! Cada vez que repaso ese pequeño gran testimonio en mi mente, me repito: ¡Qué bendición es tener fe!, tener esa certeza que nuestro Dios nos escucha y que, a veces, hasta lo hace de inmediato. La fe es tan importante hermano y hermana que lees ésta pequeña nota, que nuestro pastor, Benedicto XVI, un sabio hombre de Dios, hoy ya de 85 años de edad, con-voca al Anno Della Fede, que empieza este 11 de octubre de 2012. El Año de la Fe "es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Sal-vador del mundo" (Porta Fidei, 6). Será un año para: Intensificar la celebra-ción de la fe en la liturgia, especialmente en la Eucaristía; dar testimonio de la pro-pia fe; y redescubrir los contenidos de la propia fe, expuestos principalmente en el Catecismo, tal como lo expuso el Papa en el Motu Proprio "Porta Fidei”. ¿Quién mejor que la Iglesia, depositaria de la fe, para hablarnos de fe en todos sus matices?, Será un año especial que no debemos desperdiciar ¡un año para pedir a Dios que infunda en nosotros la preciosa

Pasando por nuestra puerta de fe

www.circulodedios.blogspot.com Visita:

*Danilo Aquino Predic-Arte Guatemala.

No se vive sin la fe.

La fe es el conocimiento del significado de la vida humana.

La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive

es porque cree en algo.

León Tolstoi

virtud de la fe!. Esto es realmente maravi-

lloso. Hermana y hermano, vivimos tiem-pos difíciles donde la virtud de la fe en Dios es hasta mal vista, donde muchas veces se le da crédito a pensamientos como el de Nietzsche “Tener fe significa no querer saber la verdad”. El mundo necesita fe, también necesita de tu fe y de mi fe. Al final, espero que tengas una vivencia personal de fe, que desemboque en un testimonio de vida. Que, como los santos, llegues a conclusiones maravillosas como lo hizo Madre Teresa de Calcuta: El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. Al hacer la foto que te comparto, sabía que un día serviría para una meditación. La flama es la fe, el cerillo es nuestra vida que debe ser encendida e iluminada con esa fe.


Un pensador positivo y con fe es una per-sona realizadora que obtiene resultados poderosos. Una persona así no teme ni se desconcierta por los problemas que sur-gen y sabe que cada problema trae consi-go la semilla de su propia solución. Cuando Dios quiere darle más valor, va-lentía y creatividad, lo hace dándole un problema grande y difícil, pero poniendo de por medio los dones que El le ha rega-lado. Sin problemas, no habría soluciones ni adelantos científicos y se detendría el desarrollo de los pueblos. Todo problema bien solucionado conduce a la prosperidad y le anima a seguir adelante. El problema principal no es el problema mismo, sino enfrentarse a él con miedo y preocupación obsesiva. El miedo es un sentimiento os-curo, irracional y conflictivo que hace pen-sar a la persona que algo terrible va a ocurrir. No es más que una preocupación llevada al extremo. Un síntoma de desequilibrio es preocupar-se por las cosas más de lo debido y en una forma progresiva y obsesiva. No per-mita que el miedo lo lleve a huir o actuar agresivamente sin enfrentar el problema ni resolverlo. Tome conciencia de que los problemas son parte de la vida de todo ser humano. Todo el mundo los tiene y lo peor no es tener problemas, sino la mane-ra de reaccionar ante ellos. No esté siem-pre diciéndose que otros pueden y usted

no; que aquél sí es feliz y usted no. Más bien, estudie por qué los otros han triun-fado y por qué usted no puede solucionar sus problemas. Seguramente encontrará que su peor problema es usted mismo y su actitud ante la vida. La fe es lo que minimiza las dudas y la incapacidad. Cuando enfrente un proble-ma analícelo con objetividad, sin preocu-parse excesivamente, pues así se abren las mentes creativas. La solución o em-peoramiento de los problemas depende de la actitud y la acción inmediata que se toma ante ellos. Usted debe estar siempre preparado para los problemas que cierta-mente surgirán en la vida. Siempre habrá obstáculos, dificultades y problemas, por-que todo eso es parte de la vida. La vida es un tejido de múltiples alegrías y dolores, gozos y sufrimientos, triunfos y fracasos. Hoy se vence y mañana se fra-casa. Sea realista y baje ya de esa nube que se ha fabricado en un mundo color de rosas en donde todo tiene que ser alegría, felicidad y perfección. Deje de echar a los demás la culpa de sus problemas y de consolarse haciéndose la víctima. Usted es autor de su propia vida. Cada vez que le sobrevenga la autocompasión, se esté quejando por todo y lamentándose en lugar de buscar la solución a su problema, ¡reaccione! Dese ánimo diciendo más bien: "¡Vamos! Más valentía, más fortale-

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za; parezco un perrito apaleado o niñito malcriado. No consigo nada con esto; así no voy a solucionar mi problema."

Desarrolle una fe profunda en Dios y po-drá resolver cualquier problema con ener-gía y la ayuda del poder de Dios. Sobre-póngase al problema con una fe grande en el Señor, en la gente, en sí mismo, en sus talentos y capacidades. En la oración encontrará el poder y la fuerza sobrenatural que proviene de Dios y le ayudará a solucionar sus problemas. Ore y pida sabiduría y fortaleza al Señor. Tenga el mejor aliado que es Dios, quien le dará fuerza, sabiduría y entendimiento, ilusión y ánimo para que usted mismo solucione sus problemas. El gran error de muchas personas consiste en pensar que Dios simplemente les va a hacer el mila-grito. El Señor prometió ayudarlo, darle apoyo, pero no crea que Dios le va a pre-sentar la solución en bandeja de plata o que actuará por usted. Dios actuará en y con usted. El no va sencillamente a solu-cionar todos sus problemas y tampoco usted los puede solucionar solo. El con usted y usted con Dios. No es humano ni cristiano desear y obte-ner bienes sin esfuerzo ni sacrificios. Las grandes empresas tienen una larga histo-ria de luchas, fracasos y éxitos. Es impor-

tante perseverar, desterrar la vagancia, amar el trabajo, tener fe y esperanza en un futuro mejor. Vivir una existencia plena trae complicaciones, pero cuanto más difícil sea la lucha, más triunfante saldrá y se hará más fuerte, sabio y valiente. Elimi-ne el miedo a fracasar. Entonces, no le tenga miedo a sus problemas. En los mo-mentos más difíciles, saque a relucir los dones que Dios le ha dado y que son co-mo perlas preciosas en el cofre de su vida. Si usted es una persona de fe y tiene una actitud positiva, sabe que los buenos re-sultados y el progreso tienen su raíz en el fértil terreno de los problemas difíciles. En

medio de sus problemas ponga valor, en-tusiasmo, inteligencia y sabiduría, pero sobre todo fe. Con la ayuda del poder de Dios, usted será... ¡INVENCIBLE!

Enfrente sus Problemas con Fe y Acción

*Fray Richard Godoy Orden Mercedaria. Columna de Opinión Maracaibo, Venezuela.

Me encontré este artículo, es de MONSEÑOR ROMULO EMILIANI (**), muy atinado, la verdad sobre todo con el tema de LA FE.

** Mons. Rómulo Emiliani, es actualmente Obispo Auxiliar de San Pedro Sula, Honduras.

INTENCIONES DE ORACIÓN DEL SANTO PADRE PARA OCTUBRE La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes de octubre es: “Para el desarrollo y progreso de la Nueva Evangelización en los países de antigua cristiandad”. Su intención misionera es: “Para que la celebración de la Jornada Misionera Mundial sea ocasión de un renovado empeño misionero”.


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ión El valor de la

Vida

*Judith Torres Huellas de Cristo Lenguaje de Amor Guatemala.

La vida es lo más bello que hay en este mundo. La creación entera es un canto a la vida. Es La vida… obra de Dios, un don de Dios. Por eso decimos que la vida es sagrada, sobre todo la vida del ser humano. El proyecto de Dios es que haya vida en este mundo. Para eso envió a Jesús, para que florezca la vida entre los hombres y las mujeres. “Tanto amó Dios al mundo que le entrego a su hijo… para salvarlo y darle vida eterna” (Juan 3,17) Jesús fue el gran defensor de la vida. Su proyecto fue un proyecto de vida y amor. Valoró la vida de todo hombre y mujer y particularmente del pobre y los margina-dos por encima de toda institución. La valoración de la vida hace al ser hu-mano más pleno. Es por eso que, en la medida que amemos la vida, la respete-mos y la promovamos, seremos más hu-manos y más semejantes a Dios. La dignidad del ser humano es fundamen-tada en el hecho de que somos creados por Dios a su imagen y semejanza, esta semejanza divina hace que como personas seamos Sujetos y no Objetos. Por eso la famosa frase que muchos hemos dicho o quizá nos la han dicho: “Tené dignidad”, y si, es muy cierta debemos tener dignidad humana no por orgullo sino porque somos

una creación divida. Cada persona humana es única e irrepeti-ble. No hay, ni habrá dos personas que sean iguales, tanto a nivel físico como a nivel experiencial. Esto evoca el carácter único e irremplazable que cada uno de nosotros tenemos, eso es un valor absolu-to que todos tenemos lo “original de cada uno”. El respeto a la vida; tu vida merece un sagrado respeto, porque la vida procede de Dios, la falta de respeto a la vida es uno de los factores más preocupantes que nuestra sociedad está viviendo. No me dejaran mentir pero a toda parte que va-yamos hay más de un caso en donde po-demos observar la falta de respeto que muchos tienen con su propia vida y con la de los demás.

El respeto a la vida va más allá, el respeto significa aceptar a las personas por lo que son, reconocer su dignidad y valor, más allá de la raza, nacionalidad, cultura, esta-tus social o económico, credo religioso. Pero, este respeto debe de empezar por nosotros mismos, quien no se respeta a sí mismo, difícilmente puede respetar a los demás. Joven, recuerda que eres una obra mara-villosa creada por Dios, tu vida merece respeto así como la de los demás. Respé-tate, ámate con un gran amor que de tal manera, sea el mismo Dios que te está

amando. Y recuerda: que la alegría es el fruto de una plenitud de vida. No viene de afuera, ni de las demás personas, sino, que nace de los más hondo de ti… la alegría es un don del Espíritu.

El amor es la alegría ante el bien; el bien es el único fundamento del amor. Amar

quiere decir: querer hacer el bien a alguien.

SANTO TOMÁS DE AQUINO

*RAMALU Guatemala.

Dios se hizo un tatuaje

Como les decía, hace unas horas me en-contré a Dios. Lo reconocí en seguida junto al sillón que estaba a la par mía. Me dio risa ver cómo se había disfrazado hoy, y pensé "¿Por qué Dios se tatuaría en el brazo un par de alas?" tal vez no quiso ser tan obvio. Cuando yo subí al bus, me miró y se sonrió tan inocente. Yo por mi lado, mientras le veía esa gorra hacia atrás y sus tenis sucios, esperaba... a ver su actuación. No era para menos, era Dios... me esperaba todo un show. Minutos después detuvo a un niño que por el movimiento brusco del chofer iba a caerse, le dijo "cuidado campeón, yo te sostengo". La madre lo vio agradecida y desconcertada.

Luego unos padres con un recién nacido discutían con el ayudante sobre el pasaje, porque no tenían suficiente y El dijo "compadécelos vos, llevan una criaturita" y el ayudante no pudo ignorar su voz, obedeció. Instantes antes de bajar del bus, se volvió hacia mí y me hizo una seña que aún no logro interpretar, pero luego bajó cantan-do de lo más feliz del bus... con su barba, sus jeans, su estilo de lo más juvenil. En ese momento dudé "¿Sería El?" y cuando veo su camiseta de basquetbol tenía el #1 como jugador. Fue bueno verte hoy Dios, lamento que tu paseo no haya sido tan celestial ni ameno. Pero, gracias por el rostro que escogiste para recordarnos que no hay mundo me-jor sin ti.


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En la audiencia general del 10 de octubre, víspera de la magna celebración, Benedic-to XVI ha ofrecido una reflexión “sobre el gran acontecimiento eclesial que ha sido el Concilio, acontecimiento del que he sido testigo directo”, citando una vez más las palabras de Juan Pablo II: “Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio como la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Con-cilio se nos ha ofrecido una brújula segura

para orientarnos en el camino del siglo que comienza” (Carta ap. Novo millennio ineunte, n. 57). Añade el Papa actual que esta imagen de la brújula es bien elocuen-te al pensar en la navegación de la Iglesia; sobre todo porque es preciso volver a los documentos del Concilio Vaticano II, “liberándolos de una masa de publicacio-nes que con frecuencia, en vez de darlos a conocer, los han ocultado”.

Una experiencia única, un "acontecimiento de luz"

Con emoción ha recordado el periodo con-ciliar como una “experiencia única”, que

testimoniaba una “Iglesia viva –casi tres

mil Padres conciliares de todas las partes del mundo reunidas bajo la guía del Suce-sor del Apóstol Pedro– que acude a la escuela del Espíritu Santo, verdadero mo-tor del Concilio”. Raras veces se pudo en la historia casi “tocar” la universalidad de la Iglesia. Tantos motivos que evocan la alegría, la esperanza y el ánimo de los participantes en ese “acontecimiento de luz” que se irradia hasta hoy.

En la misma audiencia resume el Papa las orientaciones que Juan XXIII imprimió al Concilio: “La fe debía hablar de un modo „renovado‟, más incisivo –porque el mundo estaba cambiando rápidamente–, pero manteniendo intactos sus perennes conte-nidos, sin cesiones o compromisos”. Pablo VI apuntaba, en la clausura del Con-cilio, algunos rasgos del mundo moderno: al lado del progreso científico y de la ma-yor conciencia de la libertad, se olvidaba de Dios, reivindicaba frente a él una auto-nomía absoluta, y se cerraba a la trans-cendencia, refugiándose en el “laicismo” como ideología perfilada por esas mismas

características. Por eso, concluye Pablo VI, Dios –el Dios vivo y personal, providente, amoroso y garante de la dignidad humana– es el punto central del Concilio.

La lección fundamental del Conci-lio: la fe en Dios y el encuentro

con Cristo Pues bien, señala ahora Benedicto XVI: “Vemos como el tiempo en el que vivimos continúa caracterizado por el olvido y sor-

dera respecto a Dios. Pienso, por tanto, que debemos aprender la lección más sencilla y fundamental del Concilio; es decir, que el cristianismo en su esencia consiste en la fe en Dios, que es Amor trinitario, y en el encuentro, personal y comunitario con Cristo que orienta y guía la vida; y todo lo demás es consecuen-cia”. Insiste el Papa en lo que considera la luz esencial del Concilio: “Lo importante hoy, como lo era en el deseo de los Padres conciliares, es que se vea –de nuevo, con claridad– que Dios está presente, nos ve,

nos responde. Y en cambio, cuando falta

*Padre Ramiro Pellitero Capellán y Profesor en la Universidad de Navarra. Pamplona, Navarra, España.

Actualidad del Concilio Vaticano II:

Luz y llamada El comienzo del Año de la fe, los 50 años de la inauguración del Concilio Vaticano II y los 20 del Catecismo de la Iglesia Católica, han hecho celebrativamente densos estos últimos días.

• Círculo de Dios - Guatemala, Octubre 2012

la fe en Dios, se derrumba lo que es esen-cial, porque el hombre pierde su dignidad profunda y lo que hace grande su humani-

dad, contra todo reduccionismo”. El Conci-lio –en términos de Benedicto XVI– re-cuerda que la Iglesia tiene la tarea de transmitir la Palabra del amor de Dios que salva, para que sea acogida y escuchada, puesto que es una llamada divina que contiene en sí nuestra felicidad eterna.

Los cuatro puntos cardinales de la brújula Retomando la imagen empleada por Juan Pablo II, el Papa actual compara las cuatro grandes constituciones conciliares con los cuatro puntos cardinales de la brújula que puede orientarnos de nuevo en la navega-

ción de la Iglesia. La primera en el tiempo fue la constitución sobre la liturgia (Sacrosanctum concilium), que “indica cómo en la Iglesia al comienzo está la adoración, está Dios, está la centralidad del misterio de la presencia de Cristo”. Desde ahí la Iglesia (en la constitución dogmática Lumen gentium) reconoce que como “cuerpo de Cristo y pueblo peregri-nante en el tiempo, tiene como tarea fun-damental la de glorificar a Dios”. En tercer lugar la constitución sobre la divina Reve-lación (Dei Verbum) expresa cómo “la Palabra viva de Dios convoca a la Iglesia y la vivifica a lo largo de todo su camino en

la historia”. Finalmente la constitución pastoral Gaudium et spes se ocupa del modo “en que la Iglesia lleva al mundo entero la luz que ha recibido de Dios para que sea glorificado”.

Llamada a redescubrir la belleza de la fe Ante la celebración del 50 aniversario del Concilio, el Papa condensa en estas pala-bras el significado actual de este aconteci-miento para nosotros: “El Concilio Vati-cano II es para nosotros una fuerte llama-da a redescubrir cada día la belleza de nuestra fe, a conocerla profundamente por medio de una relación intensa con el Se-ñor, a vivir hasta el fundo nuestra voca-ción cristiana”.

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El Concilio es una fuerte invitación a redescubrir cada día la belleza de la fe y a conocerla de modo profundo, para una más intensa relación con el Señor y a vivir auténticamente la vocación cristiana.

SS Benedicto XVI Audiencia General 10.10.2012

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• Periódico Círculo de Dios • Guatemala, Octubre 2012 • Infórmate y Evangeliza...

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Periódico Juvenil "Círculo de Dios". No. 42