3
JORGE Luis BERNETTI ARGENTINA -"Vi : v í PRESTIGIO PERIODÍSTICO en la intemperie laboral Los comunicadores profesionales argentinos protagonizan y padecen un proceso contradictorio de rectificación forzada de su imagen profesional y de su status en la sociedad. Este proceso incluye, una alta valoración del rol profesional y un aumento de su vulnerabilidad en el mercado laboral. Ambas tendencias contradictorias se inscriben en el drástico cambio que vive la sociedad argentina desde 1989 respecto de los fundamentos hasta entonces típicos de su estructura económica y social. L a inesperada y profunda reducción del peso del Estado en la economía y la privatización de empresas de servicios públicos inicia- da por el gobierno justicia- lista ha incidido en la configuración de las empresas de punta de la industria cultural, y en el costo y condi- ciones de presentación del servicio comunicacional por parte de los periodistas profe- sionales. No fue casual que el pro- ceso de privatización de las empresas oficiales comenzara con la desestatización de la mayor parte de los canales cabeceras de TV. Volver a la actividad privada -salvo la red nacional ATC (Argentina Te- levisora Color) que refleja la línea oficial del perfil audiovi- sual del país- supuso dar mar- cha atrás en una política aplicada tanto por el propio peronismo -nacionalizador de la TV en su gobierno de 1973-1976- cuanto de las políticas seguidas por el último régimen militar y también por la administración civil del Partido Radical. Este fenómeno de privatización audiovisual y, en menor medida, radial, JORGE Luis BERNETTI es escritor y profesor de la Escuela Superior de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. constituyó la punta de otro fenómeno de nuevo tipo: la conformación de empresas multimediales a partir de la intervención de los grandes grupos gráficos de Argentina. Esta privatización se enmarcó en un proceso de lenta pero firme re- constitución y consolidación de un espa- cio en el que desde 1983 los sectores democráticos hicieron énfasis en el incremento de las libertades democráti- cas, particularmente las de prensa e información. Al mismo tiempo, la necesidad de disputar en la programación televisiva los espacios arduamente concurridos y la escasa torta publicitaria, condujeron a un incre- mento de nuevas alternativas en materia informativa. Temas y personajes hasta entonces intocados cayeron en las manos de agresivos informadores que atrajeron audiencias a partir de fuertes denuncias e investigaciones acerca de la corrupción en diversas esferas del go- bierno. Contribuyó de manera protagónica a este proceso el esfuerzo de los profe- 56 CHASQUI 44, enero 1993

Prestigio periodistico en la intemperie laboral

Embed Size (px)

DESCRIPTION

56 CHASQUI 44, enero 1993 ARGENTINA constituyó la punta de otro fenómeno de nuevo tipo: la conformación de empresas multimediales a partir de la intervención de los grandes grupos gráficos de Argentina. Esta privatización se enmarcó en un proceso de lenta pero firme re- constitución y consolidación de un espa- cio en el que desde 1983 los sectores democráticos hicieron énfasis en el incremento de las libertades democráti- -"Vi : v í

Citation preview

Page 1: Prestigio periodistico en la intemperie laboral

JORGE Luis BERNETTIARGENTINA

- " V i : v í

PRESTIGIO PERIODÍSTICOen la intemperie laboral

Los comunicadores profesionales argentinos protagonizan y padecen un procesocontradictorio de rectificación forzada de su imagen profesional y de su status en la

sociedad. Este proceso incluye, una alta valoración del rol profesional y un aumento de suvulnerabilidad en el mercado laboral. Ambas tendencias contradictorias se inscriben en

el drástico cambio que vive la sociedad argentina desde 1989 respecto de los fundamentoshasta entonces típicos de su estructura económica y social.

La inesperada y profundareducción del peso delEstado en la economía y laprivatización de empresasde servicios públicos inicia-da por el gobierno justicia-

lista ha incidido en la configuración delas empresas de punta de la industriacultural, y en el costo y condi-ciones de presentación delservicio comunicacional porparte de los periodistas profe-sionales.

No fue casual que el pro-ceso de privatización de lasempresas oficiales comenzaracon la desestatización de lamayor parte de los canalescabeceras de TV. Volver a laactividad privada -salvo la rednacional ATC (Argentina Te-levisora Color) que refleja lalínea oficial del perfil audiovi-sual del país- supuso dar mar-cha atrás en una políticaaplicada tanto por el propioperonismo -nacionalizador de la TV ensu gobierno de 1973-1976- cuanto de laspolíticas seguidas por el último régimenmilitar y también por la administracióncivil del Partido Radical.

Este fenómeno de privatizaciónaudiovisual y, en menor medida, radial,

JORGE Luis BERNETTI es escritor y profesorde la Escuela Superior de Periodismo yComunicación Social de la UniversidadNacional de La Plata, Argentina.

constituyó la punta de otro fenómeno denuevo tipo: la conformación de empresasmultimediales a partir de la intervenciónde los grandes grupos gráficos deArgentina. Esta privatización se enmarcóen un proceso de lenta pero firme re-constitución y consolidación de un espa-cio en el que desde 1983 los sectoresdemocráticos hicieron énfasis en elincremento de las libertades democráti-

cas, particularmente lasde prensa e información.

Al mismo tiempo, lanecesidad de disputar enla programación televisivalos espacios arduamenteconcurridos y la escasa

torta publicitaria, condujeron a un incre-mento de nuevas alternativas en materiainformativa. Temas y personajes hastaentonces intocados cayeron en lasmanos de agresivos informadores queatrajeron audiencias a partir de fuertesdenuncias e investigaciones acerca de lacorrupción en diversas esferas del go-bierno.

Contribuyó de manera protagónica aeste proceso el esfuerzo de los profe-

56 CHASQUI 44, enero 1993

Page 2: Prestigio periodistico en la intemperie laboral

REFORMA DE LAS FACULTADES

20 años no es nada

sionales de la información para reva-lorizar el papel de la capacidad de pro-ducción e investigación propia, más alláde los temas colocados en el mercadoinformativo de manera rutinaria por losdiversos gate-keepers nacionales.

Imagen e incidencia de loscomunicadores

Esta triple causalidad, la afirmacióndel proceso democrático, el proceso deprivatización con la conformación deempresas multimediales sumergidas enuna furiosa competencia y la reivindi-cación del rol profesional por parte de lospropios periodistas, condujo al ensan-chamiento de la figuración social de loscomunicadores. Las encuestas deopinión, una costumbre ya devenidapráctica de moda en la sociedad argenti-na, indican que los periodistas están alfrente de la credibilidad pública.Aventajan así de manera drástica apolíticos, sindicalistas y militares.

Pero sus condiciones laborales nohan mejorado. Reciben fuertes consi-deraciones de prestigio como noblesespañoles de la decadencia, pero tam-bién como éstos tienen muy poco efecti-vo para consolidar aquellos destacadosaires. El incremento en el número departicipantes en el mercado laboral, laalta calificación de los mismos, el paro

que afecta numerosos profesionales demedios cerrados por razones económi-cas, y el ingreso anual de nuevascarnadas formadas en escuelas decomunicación, públicas y privadas, deter-minan esta capacidad de elección porparte de las empresas.

También se han modificado lascondiciones de trabajo de los comuni-cadores sociales. El porcentaje de per-sonal que trabaja realizando colabo-raciones irregulares, sin tener contratolaboral con la empresa o las empresaspara las que lo realizan, forma parte deuna realidad de flexibilización laboral,con específicos y largos antecedentes enla industria comunicacional, pero acen-tuada en los últimos dos años al calor dela liberalización de la economía.

Gremios y autodidactasEn la Argentina no existe colegiación

de periodistas. Los muy débiles intentosplanteados aisladamente por sectoresprofesionales fracasaron rápida y dura-mente por la fuerte oposición de lasempresas líderes de la industria.Empero, la oposición a este modelo deorganización no fue sólo ni principal-mente un tema de los dueños del poder.Por parte de los sectores sindicalizadossurgió una fuerte resistencia contra laorganización colegiatorial. La explicación

histórica es sencilla: una fuerte irra-diación de organización sindical, fortale-cida de manera superlativa durante elprimer peronismo de mediados de losaños 40, constituyó también un fuerteaparato gremial en el marco de los traba-jadores de prensa. La organización asíconstituida dio paso a una vinculacióngremial entre los periodistas y los demástrabajadores de la empresa comunica-cional. Aún en los años sesenta y seten-ta, la mayor parte de los periodistas sehabían formado empíricamente sin atra-vesar una experiencia universitariaespecífica en comunicación o, enmuchos casos, de tipo alguno.

La lenta constitución de los espaciosde conformación de profesionales univer-sitarios de la comunicación se revelasólo con un dato: la Universidad deBuenos Aires (UBA), la más importantecasa de estudios del tercer nivel de laArgentina, recién constituyó una carrerade comunicación social en 1985, al calordel restablecimiento de la institucionali-dad democrática. Es posible apuntarcomo hipótesis que, tanto la resistenciade los más prestigiosos diarios tradi-cionales de Buenos Aires como la displi-cente mirada de otras disciplinassociales al espacio del periodismo y dela comunicación social, causaron esteinjustificable retardo.

CHASQUI 44, enero 1993 57

Page 3: Prestigio periodistico en la intemperie laboral

REFORMA DE LAS FACULTADES

A partir del restablecimiento de-mocrático hubo un fuerte incremento enel número de matriculados en comuni-cación social tanto en las universidadespúblicas como en las privadas. Pese aque la existencia de estructuras formalesde enseñanza para periodistas registraun viejo antecedente -la EscuelaSuperior de Periodismo y ComunicaciónSocial de la Universidad Nacional de LaPlata fundada en 1934- es reciente elaumento de las inscripciones en las ca-rreras de comunicación. La declinaciónde las vías tradicionales de las profe-siones humanistas (profesorados, ca-rreras de letras clásicas y modernas,licenciaturas en historia, geografía,antropología), dio paso al emplazamientode las carreras de comunicación comolas líderes en las ciencias sociales.

Crisis universitaria

El aumento de la demanda de forma-ción superior en comunicaciones se daen el marco de crisis de la universidad yla educación pública en general. En esteconflicto participan los titulares del poderpolítico y las direcciones autónomas delas altas casas de estudios y los gremiosde docentes. Si el problema del pre-supuesto dedicado a la educación públi-ca aflige a todas las carreras, éste sehace aún más difícil de enfrentar para lasciencia sociales y, en particular, para lasjóvenes carreras de comunicación social.

A pesar de la falta de equipamiento ylos bajos salarios de los docentes, lo queobliga a la dedicación horaria muy bajade éstos, los jóvenes aspirantes universi-tarios se siguen matriculando masiva-mente.

A este proceso se suma la hiper-explosión de cursos terciarios no univer-sitarios privados, que ofrecen formarperiodistas y videastas de todas lasespecialidades. En las carreras de comu-nicación social universitaria comienza acrecer el clamor por la conformación decolegios profesionales que resguarden lacalidad profesional y, de paso, el accesoa las fuentes de trabajo. Pero, la consti-tución de un colegio profesional de perio-distas en el país marcha a contramanode la historia actual. En una sociedad enlas que las profesiones universitarias(abogacía, medicina, arquitectura, inge-niería) están regulados por aparatos deagremiación legalmente constituidos, seha comenzado a plantear por cuenta del

TT os periodistasi experimentados que

jLJquedan cesantes enel cierre de algunos mediosy las numerosas carnadasque salen anualmente de lasuniversidades públicas yprivadas aumentan la ofertade profesionales en elmercado. Las empresastienen más opciones. Loscomunicadores pierdenpoder de negociación.

gobierno nacional, la desregulación pro-fesional. Comenzar en este contexto, aconstituir un nuevo colegio profesionalparece un trabajo de improbable éxito.

Tampoco las organizaciones sindi-cales han conseguido resolver el proble-ma de la relación con los egresados delas universidades nacionales. La UniónPeriodística Argentina logró en 1986 launificación de toda la organización Inacional y local en una única FederaciónArgentina de Trabajadores de Prensa(FATPREN), encabezada por su filialmás poderosa, la Unión de Trabajadoresde Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Eneste contexto, conviven periodistas prag-máticos y los surgidos de carreras uni-versitarias, sobre todo de los nucleadosen la Asociación de FacultadesArgentinas de Comunicación Social(AFACOS), afiliada a la federación lati-noamericana FELAFACS.

Tanto en las organizaciones inte-grantes de la FATPREN como en las uni-versidades se trata de imaginar unasolución a la creciente desocupación enla profesión a partir de la acumulación delos periodistas veteranos privados deempleo con las nuevas carnadas que nologran ingresar efectivamente en el mer-cado. La formación de microempren-dimientos, bajo la forma de coope-rativas o de empresas tradicionales,parece ser una de las alternativas. Comoen las universidades argentinas no existeel numeras clausus, aunque existensutiles mecanismos de selección para elingreso a las mismas, la respuesta juve-nil a la problemática de la ocupación hasido, a pesar de todo, de poblar las ca-rreras de comunicación, sobre todo laspúblicas que carecen de arancel para sucursada.

La formación profesional en losmedios

De su lado, las empresas comunica-cionales más sólidas comienzan acapacitar a su personal a través de cur-sos de perfeccionamiento. Todavía noexiste una respuesta de parte de las uni-versidades para construir el nivel delposgrado que pueda responder a las flu-idas necesidades de aquellas. Esto con-stituye uno de los desafíos más típicosque norman la compleja relación entrelos profesionales, las empresas y las car-reras de comunicación social en laArgentina. O

58 CHASQUI 44, enero 1993